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MORELIA, MICHOACÁN, A 10 DE MAYO DE 2008 14 SUPLEMENTO CULTURAL DE LA JORNADA MICHOACAN La vigilia del deseo FOTO: AGUSTIN RUIZ QUIROZ pluralia Comida corrida Iván Goncharov Iridisciencias Breviario de la ínsula ¿Cuánto durará el Sol? Cinco maestros michoacanos Fotos de Belsay Maza Floria Segismondi : la eterna noctámbula

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MORELIA, MICHOACÁN, A 10 DE MAYO DE 2008

14SUPLEMENTO CULTURAL DE LA JORNADA MICHOACAN

La vigilia del deseo

FOTO: AGUSTIN RUIZ QUIROZ

pluralia

Comida corridaIván Goncharov

IridiscienciasBreviario de la ínsula¿Cuánto durará el Sol?

Cinco maestros michoacanosFotos de Belsay Maza

Floria Segismondi: la eterna noctámbula

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Y qué decir del PRD, quién iba a pensar que el TRIFE, tan vilipendiado, les iba a venir a regresar lo de “voto por voto, casilla por casilla”. La suciedad de la elección era ya sufi-ciente vergüenza, pero pronto descubrimos que era ape-nas el principio, y vinieron acusaciones y revelaciones cada vez más terribles. Hasta lo último, dar al TRIFE la última palabra. Y la última palabra del TRIFE consiste en regresarle la responsabilidad al propio partido, que tiene que contar cada voto de cada casilla. Faltaba más. La desgracia del PRD es a la vez una desgracia para la vida política del país. La izquierda, o lo que queda de la izquierda, al parecer, se disgrega, vuelve al punto anterior al 89, en el que los pequeños grupos ideológicamente furiosos luchaban entre sí, incapaces de ver al enemigo mayor. En aquél momento, la figura de Cuahutémoc Cárdenas fue el factor de unidad, con todo lo que eso trajo consigo de renuncia. Hoy, vuelve a plantear el que quizás es el último camino, la última oportunidad. A saber, que ambos contendientes renuncien. Ya no basta con anular la elección para repetirla, urge un trabajo de terapia intensiva sin el cual todos pierden. Veremos en los próximos días si esa idea prospera y si hay un tercero en discordia (¿quién?) que logre amortiguar las iras y soliviantar las euforias.

Lo cierto es que el PRD parece hoy sin opciones para el 2009. Ha perdido legitimidad, liderazgo, congruencia. Ha perdido el rumbo. Está a la deriva sin timonel ni capitán, y con una tripulación que no acaba de salir de su desencantada sorpresa.

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2008 que poca lipsis

los lectores que quieran participar con imágenes pueden mandar sus colaboraciones a nuestro correo electrónico

i M a G i N a R i A

PROZAC

s u p l e m e n t o p l u r a l i a @ g m a i l . c o m

Directora GeneralCarmen Lira Saade

Director:Juan manueL VenegaS ramírez

Coordinación Editorial LuiS Jaime Cortez

Arte y Diseño:KiSSeL BraVo Hernández

PLURALIA, suplemento cultural del periódico La Jornada Michoacán, editado por Editora de Medios de Michoacán, S.A. de C.V., bajo licencia otorgada por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.

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Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin per-miso expreso de los editores.

A los lectores que quieran participar con textos, man-dar sus colaboraciones a nuestro correo electrónico

Consejo Editorial LuiS gaBino aLzati

CarLoS F. márquez

Edición:erLand dieter SCHmidt López

“No destruyamos al partido; ni

Salinas ni Calderón lo han

hecho.”Jesús Ortega

IMAGEN: ELSA PATRICIA GONZALEZ GUILLEN / CONTACTO: http: / /myspace.com/patr ic ia_gui l len

La expresión tocar fondo se refiere a una cosa que se ha hundido tanto que ya no puede estar peor, algo que se encuentra en el límite superlativo de la descomposición, al extremo de la crisis posible. Sin embargo, hay cosas para las que no tendría sentido esa tópica expresión popular, pues por más que empeoran no logran nunca tocar fondo, como la violencia generada por el narco, o la descomposición del PRD.

Hemos vivido una semana en la que México se ve en las pantallas de las televisiones del mundo, vagamente, como un Estado en guerra, estamos emparentados en violencia y en muertes con los peores lugares del planeta, a menos que un gesto de la naturaleza, como un ciclón, por ejemplo, venga a quitarnos protagonismo.

Felipe Calderón impuso, en primer lugar de su agenda, la lucha contra el narcotráfico, como un modo de contrarrestar la situación de ingobernabilidad crítica con que inició su gobierno. Pareció razonable, mayormente, a pesar de todas las críticas posibles y necesarias. Sin embargo, 18 meses después, cuando la cifra de muertes y ejecuciones es peor que al principio, y cuando no están a salvo ni los más altos niveles de las fuerzas policiales, cabe preguntarse si se ha avanzado algo en el empeño. El Presidente quiso hace unos pocos días cambiar el tema prioritario de su agenda, con la pretensión de sustituirlo por el tema social. Sin embargo es ahora el tema del narco el que se impone por sí mismo con una celosa urgencia categórica que no puede sino dar miedo a cualquier persona sensata. ¿Qué país hemos construido? ¿Qué país estamos dejando a nuestros hijos, que creen tan normal el Internet como las ejecuciones cotidianas? Lo más aterrador es que parece que el asunto no puede tocar fondo, lo que significa que seguirá desbarrancándose en abismos cada vez más lamentables de descomposición.

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espacio libreBreviario de la ínsula

Jorge Bustamante García*

Iván Goncharov (1812-1891) es el menos cono-cido, pero no el menos interesante, de los grandes escritores rusos del siglo XIX. Tuvo la “mala suerte” de escribir una novela como Oblómov, que con el tiempo se convirtió en Rusia en una idea que denotaba toda una actitud ante la vida, una visión del mundo. Así como decimos kafkiano para refe-rirnos a una situación absurda, “oblómovshchina” se refiere a la pereza, a la holgazanería radical y sin límites. Y digo que el escritor tuvo la “mala suerte” de escribir una novela así, porque desde que la publicó en 1859 ese árbol frondoso hizo invisibles tanto sus obras anteriores como las que publicó después. Si uno le pregunta a un ruso me-dio, incluso a alguien bastante educado, qué sabe de Goncharov, sin titubeos responderá que es el autor de Oblómov, pero con dificultades nombrará alguna otra obra de este autor, fenómeno que no sucede con otros escritores como Tolstoi, Dostoie-vski, Turguéniev, Gógol, Pushkin, Saltikov-Shche-drin o Chéjov, para nombrar los más conocidos. A mí me pasó exactamente eso, hasta que hace apenas unas semanas descubrí en una librería de Ciudad de México una magnífica novela corta de Goncharov con título El mal del ímpetu, traducida por Selma Ancira y publicada recientemente por Ediciones Sin Nombre.

Goncharov publicó tres novelas, una gran cantidad de ensayos, un libro de viajes alrededor del mundo y varios relatos (sus obras completas abarcan 13 volúmenes). Su obra jugó un papel importante en la historia de la literatura rusa del XIX, en el desarrollo del realismo crítico y en la consolidación de la novela realista de aquellos años. Su novela emblemática sobre el holgazán impúdico y superfluo Oblómov, que padece de una pereza ontológica y una abulia sin límites, fue publicada en 1859 con gran éxito y se convirtió en todo un acontecimiento entre el público lector. Sin embargo, los rasgos de este personaje ya aparecían, aunque de una manera más sucinta y menos radical, en su primer relato El mal del ímpetu, aparecido 21 años antes, en 1838. En este relato, el perezoso y comelón empedernido Tiazhelenko, el haragán que a fuerza de pasar “la mayor parte de su vida tendido en la cama” y que por llevar tanto tiempo en posición horizontal adquirió un cuerpo que “se de-rramaba en dobleces, como el de un rinoceronte”, es el contrapunto y la antítesis de la familia de los Zúrov, sus amigos, a quienes acusaba de padecer de “un mal crónico… un mal extraño, muy extraño y conta-gioso”: la enfermedad de la celeridad y el dinamismo, de la adicción a la actividad a toda costa, el mal del ímpetu. Pero esto sólo a los ojos del ocioso Tiazhe-lenko podría ser un mal. El propio narrador en algún momento le recrimina: “Tú padeces un mal mucho más peligroso: te pasas la vida acostado en un mismo lugar. Eso sí que puede llevarte a la muerte. Debes

Un mal extraño y contagioso

estar bromeando”.Los Zúrov son incapaces

de quedarse tranquilamente en casa. Les gusta respirar aire limpio, descubrir nue-vos paisajes. Les urge salir a caminar, a pasear, cami-nan de un lado a otro por las calles de Petersburgo, visitan las islas cercanas y cuando la ciudad se les acaba se alejan varios ki-lómetros a la redonda, or-ganizan paseos por los bosques cercanos, suben pendientes y bajan barrancos “se lanzan a vadear los ríos, se sumergen en los pantanos, se abren paso por entre tupidos matorrales cubiertos de espinas, trepan a los árboles más altos” y luego regresan a casa ateridos, hambrientos y exhaus-tos, sólo para después de algunos días volver a aventurarse en una nueva incursión. Este relato de Goncharov está atravesado por una sutil ironía y un intenso humor discreto, sobre todo en los mo-mentos en que el narrador contrapone con cierta burla las actitudes y las metas tanto del perezoso, como de los hiperactivos Zúrov.

Para la época en que se publicó esta historia había una fuerte discusión en Rusia, entre críti-cos y escritores, sobre la inconveniencia de un cierto seudo romanticismo que padecían muchos autores y la necesidad de alcanzar un realismo crítico que condujera a un diagnóstico más justo de la sociedad de su tiempo. El influyente crítico Vissarion Belinski, valuador auténtico de la obra de Pushkin y Gógol, pregonaba a todos los vientos la necesidad de las narraciones, los relatos y las novelas cortas, porque consideraba que en ellas y en ellos podía caber todo: el esbozo liviano del carácter, la punzante mofa sarcástica sobre el hombre y la sociedad, el profundo misterio del alma y el juego cruel de las pasiones. Y exigía que el relato fuera “corto y rápido, liviano y profundo al mismo tiempo”, porque así vuela de un objeto a otro, desmenuza la vida en sus detalles y ex-trae las hojas del gran libro de esa vida. Cuando Goncharov publicó El mal del ímpetu, llenó todas estas expectativas. Un joven escritor ingresaba

con su primera obra y anexaba con voz propia inéditos contornos todavía no descritos, ni descubiertos, de la idiosincrasia de un pueblo, extendiendo los hallazgos de un Pushkin, que ya para entonces había escrito toda su obra, y de un Gógol en plena actividad. Y lo lograba con una dosis singular de ironía y humor, como rara vez se había visto en una literatura que apenas salía de los rígidos moldes del neoclasicismo.

Su relato corto y rápido, liviano y profundo al mismo tiempo, leído ahora en castellano y a la distancia, es un relato divertido y delicioso que denota la mano de un gran escritor trasladado con magia y rigor por una traductora experta, que ya ha explorado como los Zúrov por su tierra, vastas porciones de la extensa y telúrica literatura rusa. Selma Ancira ha realizado una obra de traducción realmente titánica y admi-rable: cuatro tomos de los diarios y las cartas de León Tolstoi, la obra en prosa de Marina Ts-vetáieva, obras de Pushkin, Gógol, Bulgákov, Pasternak y muchos otros escritores, y ahora esta joya de su Goncharov, como ella misma lo llama, una verdadera recreación de una es-critura que contribuyó a descifrar el alma de un pueblo y a consolidar la fuerza de espíritu de una gran literatura.

* [email protected]

Los Zúrov son incapaces de quedarse tranquilamente en casa. Les gusta respirar

ganizan paseos por los bosques cercanos,

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Paola D’Alessio Vessuri (CRyA-UNAM)*Sandra Angélica Ayala Gómez (ITESM)**

Que el Sol brilla es bastante obvio, especialmente en esos días de calor insoportable. Pero cuál es el proceso físico res-ponsable de esa enorme cantidad de energía que se escapa del Sol cada instante, no es un asunto tan obvio. Y alguien poco curioso podría pensar …-bueno, qué importa qué es lo que hace que el Sol brille, lo importante es que brille. Pero re-sulta que la esperanza de vida del Sol, es decir, el tiempo que va a durar brillando así como ahora, depende crucialmente del mecanismo que produce su energía. ¿Puede el Sol dejar de brillar en unos cuantos años? Algunos pueden pensar que es bueno saberlo, al menos para prepararse sicológicamente.

A principios del siglo XIX se propuso que la combustión quí-mica era responsable de la producción de energía solar. Esta era una propuesta bastante lógica, dado que es un proceso bien conocido en la Tierra, como podemos constatarlo de vez en cuando en nuestra propia cocina. Pero si toda la masa del Sol fuera carbón y se quemara, alcanzaría sólo para que el Sol brillara unos diez mil años. Aunque esto es parecido a lo que dice la Biblia. Ya en el s. XIX existían algunas evidencias geológicas según las cuales la Tierra tenía que ser bastante más vieja que diez mil años, así que la combustión no es buena candidata.

A mediados del siglo XIX, lord Kelvin y Hermann von Hel-mholtz, de manera independiente, propusieron que la fuente de energía del Sol era su contracción gravitacional. Si esta contrac-ción es muy lenta, cuasi-estática, es decir, siempre ajustando la estructura interna del Sol para permanecer en equilibrio dinámico, toda la energía gravitacional solar, transformada en radiación, lo mantendría brillando por unas decenas de millones de años. Parece un tiempo larguísimo, pero resulta que los tér-minos “corto” o “largo” son relativos. La teoría evolutiva de Char-les Darwin, propuesta alrededor de 1859, requiere que la Tierra exista desde hace un tiempo muchísimo más largo que el que duraría el Sol de acuerdo con la propuesta de Kelvin y Helmholtz. Y es que para llegar al enorme número de especies de plantas y animales que conocemos hoy en día, tanto los vivos como los ya fósiles, el proceso de selección natural es bastante lento. Hubo un intenso debate entre Kelvin y Darwin que duró algunos años. Darwin no tenía argumentos en contra de la lógica de Kelvin, pero estaba convencido que su teoría de evolución de las especies era correcta. Recién después que Becquerel descubrió en 1895 la radioactividad, se pudo cuantificar la edad de rocas radioactivas y de fósiles de algas con cierta precisión. Ahora sabemos que la Tierra tiene unos 4.55 mil millones de años, de acuerdo a las rocas radiactivas y meteoritos más viejos conocidos, tanto de la Tierra como de la Luna. Este parece ser un tiempo suficiente-mente largo para que la selección natural funcione, pero además muestra que hay algo mal en la estimación de Kelvin y Helmholtz según la cual el Sol puede brillar tan sólo durante unas decenas de millones de años. ¿O habrá quienes digan que la Tierra y la Luna son más viejas que el Sol?

En 1920, sir Arthur Eddington dijo que la energía del Sol no podía deberse a su gravedad, e incluso mencionó que debía ser de origen subatómico, aunque no quedaba aún claro cómo. Unos diez años más tarde, con el desarrollo de la física cuántica y atómica, quedó claro que la fuente de energía del Sol, y de todas las estrellas en las fases más estables de sus vidas, es la fusión nuclear, en la que núcleos de átomos más ligeros se unen para formar un núcleo atómico de más masa. Resulta que si los núcleos de los átomos que se fusionan tienen menos masa que el hierro, entonces la masa del núcleo resultante es menor que la suma de las masas de los dos núcleos que se fusionan. Esto es así porque el núcleo resultante es más estable, tiene a

sus nucleones (protones y neutrones) más “ama-rrados” y, de acuerdo a la famosa fórmula de Einstein, E=mc2, la masa sobrante se transforma en ener-gía que se libera en forma de radiación y unas partículas me-dio exóticas llamadas neutrinos, que pasan a través de la mate-ria casi sin interactuar con nada.

Se dice fácil, pero había dos proble-mas bastante serios que complicaban el asunto. Uno es que los dos núcleos se tienen que acercar lo suficiente como para que la fuerza nuclear fuerte los pegue y puedan formar un núcleo nuevo. Pero ambos núcleos tienen cargas eléctricas positivas y se repelen, produciendo lo que se conoce como barrera de Coulomb. ¿Cómo pasar a través de esta barrera? Por el efecto túnel, descubierto en 1928 por el físico George Gamow y que consiste en que existe cierta probabilidad finita de cruzar la barrera de Coulomb, así como si existiera un túnel, siempre y cuando las partículas que chocan tengan suficiente energía. Por cierto, así de abstracto como suena, el efecto túnel es lo que hace funcionar los transistores de los equipos electrónicos. Apenas al año siguiente de descubierto este efecto, dos astrofísicos, Atkinson y Houtermans, lo relacionaron con la fusión en el Sol, donde las altas temperatu-ras del centro del Sol hacen que los núcleos se muevan a altas velocidades, es decir, con mucha energía cinética. El otro problema es que siendo el hidrógeno el elemento más abundante del Universo, se esperaría que en el Sol se fusionaran núcleos de este elemento. Pero cuando dos núcleos de hidrógeno (cada uno es un protón) logran atravesar la barrera coulombiana y fusionarse, producen un nú-cleo inestable que casi inmediatamente se desintegra en los núcleos originales. Para poder formar el siguiente núcleo estable que es el del elemento helio (de 2 protones y 2 neutrones), se tienen que juntar 4 núcleos de hidrógeno, pero dos de los protones se deben “transformar” en neutrones. Recién en 1939, el físico Hans Bethe descubrió el de-caimiento beta, que permite que un protón se

transforme en un neutrón, produciendo un positrón (la antipartícula del electrón, que es igualito a éste pero con carga eléctrica positiva) y un neutrino.

Ahora, en el llamado modelo estándar del Sol, se propone que en el centro de éste cada 4 núcleos de hidrógeno se fusionan a través de una cadena de procesos, for-mando al final un núcleo de helio y produ-ciendo casi como 27 mega electrón voltios de energía en cada evento y un par de neutrinos. Dada la cantidad de núcleos de hidrógeno en el interior del Sol, la eficiencia del proceso y la cantidad de energía que el Sol pierde por su superficie, ahora sabemos que brillará como hoy durante unos diez mil millones de años. Estamos más o menos a la mitad del tiempo que dura el Sol en esta fase, que es la más larga de su vida. Así que podemos respirar tranquilos por unos 5 mil millones de años más. Después ven-drán algunas complicaciones, como que el Sol se expandirá y se tragará a la Tierra y buena parte del Sistema Solar, cuando se trasforme en una Gigante Roja. Pero ya nos preocuparemos en unos miles de millones de años más.

* [email protected]** [email protected]

¿Cuanto nos durará el Sol?

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helarteC A J A D E L U Z

. . . I n f i e r n o , p u r g a t o r i o y p a r a í s o n o s o n l u g a r e s , s i n o e s t a d o s d e l a m e n t e . . .

Belsay MazaLo anterior más que una declaración es un manifiesto, una postura que, sin embargo, contradice a la historia misma.

Como espacios simbólicos, son más reconocibles que cualquier lugar geográfico. De tan presentes, son casi tangibles. Es posible e incluso natural que pensemos que estos sitios trascendentes sólo tienen sentido a través de la herencia del cristianismo, pero existe una gran diversidad de sociedades en las que hay destinos semejantes, espacios de premio y de castigo para los contenidos y para los transgresores.

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¿Seremos capases de vislumbrarlos antes de nuestra muerte?¿Es posible que en estados no conscientes, digamos durante el sueño, podamos acercarnos a ellos? Belsay Maza plantea la posibilidad y nos evoca con su obra un acercamiento al psicoanálisis, a través de metáforas de profundidad y de elevación.

Infierno, Paraíso y Purgatorio son ejemplos inmejorables de que las construcciones imaginarias tienen más peso en nuestras vidas que la llamada realidad; con toda su carga abrumadora, han permitido que estemos hoy, aquí, para a través de la fotografía, desentrañar su significado.

Amalia Hernández Garraiza

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helarteCAJA DE LUZ

Belsay Maza Belsay Maza nació en Morelia, Michoacán, en 1974, donde cursó la Licenciatura en Arquitectura (1992-1997). Ha tomado cursos, talleres y seminarios en fotografía con artistas y curadores como Marco Antonio Cruz, Gerardo Suter, Gerardo Montiel Klint, Vida Yovanovich, Humberto Chávez Mayol, entre otros. Durante el 2005 participó en dos exposiciones colectivas en el marco de Foto-Septiembre Stills y Tabú (Tercer género) en la galería de la escuela Fábrica de Imágenes y en el Ex- Convento de Tiripetío, respectivamente. También participó en 2006 en una colectiva con el tema Modificaciones corporales (Inexorabi-lis) en la galería Mantra. Fue seleccionado en la convocatoria para la realización del catálogo digital Plástica Contemporánea Michoacana Vol. I, emitida en marzo de 2007 por la Secretaría de Cultura del Estado. En 2007 participó nuevamente en el marco de Foto-Septiembre en la exposición colectiva Soñamos (Infierno, Cielo, Paraíso) en el museo Regional Michoacano. Fue seleccionado para el Diplomado Interdisciplinario de Artes Visuales que actualmente cursa en el Centro de las Artes de Guanajuato.

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Amérika Arzate

Poseedora infatigable de la somnolencia, de ojos fulgurantes que nos revelan un mundo poético y macabro, Floria Sigis-mondi es una artista multidisciplinaria que abarca desde video musical, escultura, y fotografía, obligando al espectador de su obra a observar un peregrinar infantil, envuelto en ambientes químicos, jaulas desamparadas, revelaciones sonámbulas, desfasadas de tiempo real, mostrando un futuro hediondo a solventes fétidos, pre-dicando horrores, deslizando por debajo fetiches sutiles y crudos, decorados con estéticas noctámbulas.

Floria crea un hiper-surrealismo basado en la figura, usando las imágenes deriva-das de alucinaciones de estados alterados del sueño. Los alambiques de sus videos se mezclan con sus series fotográficas, y sus imágenes se traducen naturalmente a formas esculturales y formas mezcladas y mediáticas. Poética, a menudo macabra, las imágenes de Floria existen en un teatro narrativo y claramente visual, con las fuertes influencias extendiéndose desde David Lynch hasta la mitología griega. Sigismondi explora los efectos de la ciencia en la contemporánea experiencia del cuerpo y describe una posibilidad indefinida del futuro; con los avan-ces actuales en biotecnología, abriendo una posi-bilidad que es espantosa, compleja y misteriosa.

No poder dormir, dormir tres horas, quizá menos. Obligando físicamente a la mente crea-dora, explotándola excesivamente. Ella aguarda insomne, espera la hermosura de la infancia som-bría, muestra la tristeza imperdonable entre muñe-cas, esculturas, antros lujuriosos, formas fugitivas. Creadora de vértigos, esclava de los señores deseos. Logró abrir la brecha para que llegara a ella el mensaje de lo muerto, de lo descompuesto, manifestándosele la muerte roja, la muerte lila. Lle-gando al centro de la oscuridad y quedándose en espacios derruidos, abandonados, deliciosamente desdichados, exquisitos.

Su trabajo más conocido, lo encontraremos en sus colaboraciones con David Bowie, The White Stripes, The Cure, Sigur Ros, Marilyn Manson y Björk, entre otros. Sus fotografías han sido inclui-das en exposiciones junto a importantes artistas como Cindy Sherman, Rebecca Horn, Vanessa Beecroft, Tony Oursler, Donald Lipski, Francesco Clemente, y Joel-Peter Witkin.

Y supongo que ya no quiso dormir más, y en-contró placer en la somnolencia.

Refugiarse. Partir. No volver jamás, no poder volver…

www.floriasigismondi.com

Floria Sigismondi (la eterna noctámbula) Caja

de luz

I N V I T A

Caja de Luz

Gabriela AnguianoAmérica ArzateRogelio SéptimoLeonor SolísAmaury VeiraPara cualquier comentario los invitamos a escribirnos a nuestra dirección electró-nica [email protected] así como a visitar nuestro blog http://kajadeluz.blogs-pot.com/

CAJA DE LUZ

Al borde de la sombra (exposición fotográfica), por Miguel Angel Guerrero Del 09 Mayo al 03/Junio/2008Fábrica de ImágenesAv. Madero Poniente No.398 Int.11 p/a Centro Histórico. Morelia, Mich.

Tepito ¡bravo el barrio!Del 25/Abril/2008al 08/Junio/2008Museo de Arte Contemporáneo Alfredo ZalceAv. Acueducto # 18 Centro de Morelia

Talleres de fotografía para niños y adultosCasa de la CulturaDel 03/Mayo al 05 Julio 2008Casa de la Cultura de MoreliaAv. Morelos Norte s /n Ex-Convento del Carmen

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iridiscienciasEcolibrios: la ciencia cotidiana

Erick De la BarreraPara quienes crecimos en otros lados y even-tualmente nos mudamos a Morelia, así como para los turistas ocasionales, una de las par-ticularidades más desconcertantes de esta ciudad es el peligroso comportamiento de sus automovilistas. Al consultar con varios amigos morelianos sobre el tema, la respuesta es de consenso en el sentido de que “no somos nosotros, sino todos esos chilangos que ahora circulan en nuestras calles”. Siendo originario de una tercera ciudad puedo asegurar con toda certeza y objetividad que la situación vial de nuestra ciudad no es el resultado de los inmigrantes de la capital del país. Por alguna razón, aquí, como en ningún otro lugar, se ma-neja con harta agresión e imprudencia y con un alarmante desdén por la ley y el reglamento de tránsito. Aunque cuando ves patrullas con los focos fundidos o carros que ostentan charolas gubernamentales pero que siguen con sus pla-cas viejas, las expectativas de que los civiles se comporten de acuerdo a la norma disminuyen drásticamente.

Por ejemplo, aquí es muy peligroso iniciar la marcha cuando se pone el siga, porque los au-tomóviles de la vialidad perpendicular se siguen pasando. También, es más peligroso frenar cuando se pone el alto, porque los conducto-

res que vienen detrás de uno tienden a acelerar con el rojo. Todos conocemos a varias personas que han sido golpeadas por atrás como resultado de atender a las señales viales. A veces parece que los collarines ortopédicos son el accesorio moreliano de moda, como antes eran esas pulseritas de los chinos de la suerte o ahora lo son esos brazaletes bordados de las campañas electorales. Yo sí me he llevado varios sustos y mentadas por arrancar con el siga y frenar con el alto y hasta por dejar pasar peatones, quienes según el reglamento de tránsito, tienen la preferencia. Es esa agresividad de los infractores lo que más desconcierta. Sobre todo porque, en la práctica, el que respeta la ley y maneja con relativa pru-dencia es el que está en el error.

Uno de los factores que contribuyen al comportamiento agresivo es la tes-tosterona. Sí, la misma hormona sexual masculina responsable del vello facial, la voz de barítono y algunas formas de alopecia. Un ejemplo que ilustra su papel en la conducta es un estudio de inves-tigadores de la Universidad Cambridge que reveló que los corredores de bolsa más efectivos, es decir, los que generan mejores ganancias para sus clientes, son los que tienen niveles más elevados de

... ¡así manejo..!( a p r o p ó s i t o d e l 1 0 d e m a y o ) testosterona. Con su formación financiera basada en

Wallstreet, Boiler Room y En busca de la Felicidad, Te queda claro a esta columna que se necesita ser bastante agresivo para trabajar en el mundo bursátil, que se antoja más peliagudo que encontrar estacio-namiento en el Mercado Independencia el sábado al mediodía.

Más aún, esos investigadores de Cambridge también atribuyeron la toma de algunas decisiones impulsivas e irracionales a dichos niveles elevados de testosterona (entre más machos, más se les calienta la cabeza). Pero regresando al tema de la manejada, en un estudio realizado en la Uni-versidad Washington, donde compararon los sen-timientos de furia (a lo que en inglés llaman road rage) y la incidencia de accidentes y violaciones documentadas (aquellas que se resolvieron con mocharse pa los chescos no fueron contadas) entre conductores y conductoras resultó que, a pesar de que ambos sexos reportaron enojarse al manejar, los hombres fueron más propensos a in-currir en conductas que resultaron en accidentes o multas que las mujeres. Por su parte, resultó que el comportamiento de las mujeres era más sensible al alcohol que el de los hombres, pues su frecuencia de accidentes y multas se elevó más que el de los hombres cuando consumían más alcohol o tomaban con mayor frecuencia.

Pero, ¿por qué tanta violencia? La res-puesta parece estar, por lo menos en parte, en nuestros genes. Al parecer, los genes de la violencia están bien conservados en el reino animal (a pesar de lo que piensan los fanáticos

del diseño inteligente, como el niño predicador de You Tube, esto nos incluye a los humanos). Es por ello que investigadores de la Universidad de Califor-nia, Los Angeles, están estudiando la genética de la agresión en moscas de la fruta y en ratones. A través de un estudio publicado en la revista Nature Genetics demostraron que la agresividad en moscas y ratones aumenta con un aumento de la serotonina, ya fuera a través de drogas o de escoger linajes con expresión elevada de dicho neurotransmisor. Por otro lado, resulta que la expresión (o sobre-expre-sión) de otra molécula, el neuropéptido Y (o el F en el caso de los invertebrados) resulta en la disminu-ción de las conductas violentas.

Pero más que proponer un programa de eugene-sia para tener una sociedad pacífica, con sus gra-vísimas implicaciones bioéticas, creo que debemos aprovechar el potencial que nos brindan las partes más racionales de nuestro cerebro para controlar nuestros instintos violentos. En todo caso vale más la pena contar hasta diez, cederle el paso a los pea-tones y, mientras nos llega la educación vial, a los colegas conductores.

F O T O : A R C H I V O L A J O R N A D A

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Carlos F. Márquez

El 20 de septiembre del 2007 comenzó a itine-rar por distintas ciudades de Estados Unidos la exposición, Cinco Maestros Michoacanos, con obras de los pintores Luis Palomares, Jesús Escalera, Francisco Rodríguez Oñate, José Luis Soto y el escultor Felipe Castañeda. Ante el hecho insólito para Michoacán de reunir a un grupo de creadores con amplia trayectoria para promocionarlos a nivel internacional se avivó una polémica que siempre ha estado latente en el horizonte del arte plástico en la entidad que parte del cuestionamiento: ¿quiénes son los artistas representativos de la plástica michoacana?

El cuestionamiento que aviva la polémica intermi-tente abanderada por los jóvenes creadores frente a los artistas con reconocida trayectoria, parte del cimiento movedizo de la falta de definición de los ele-mentos que podrían caracterizar a la plástica michoa-cana y es esa tentativa de definición lo que detona la conversación que sostuvieron Jesús Escalera, Luis Palomares, Francisco Rodríguez Oñate y José Luis Soto con Pluralia.

El primero en tomar de frente la moción es José Luis Soto: “la historia del arte a nivel nacional se ha concentrado en investigadores que están en la ciudad de México. En Michoacán carecemos de investigado-res de tiempo completo que nos dediquen un trabajo serio, bien analizado y profundizado. Sin embargo, en esta muestra se han reunido generacionalmente compañeros con 50 años de trayectoria en estas lides donde se demuestra una persistencia en la in-tención original de trascender a través de un estilo, una visión. Por ejemplo; el maestro Jesús Escalera ha incursionado en diferentes momentos, en etapas di-versas de exploración, pero conservando siempre su abstracción lírica y eso lo ha caracterizado ahora con nuevas profundidades en su trabajo, muy al contrario del paisaje de Luis Palomares que ha geometrizado y se ha inspirado en los paisajistas clásicos de México, pero llevándolos a un lenguaje contemporáneo muy impactante. Es la geometría hecha paisaje. El maestro Oñate ha tenido en suerte penetrar en las culturas autóctonas y meterse a sus mitologías para sacar de ahí sus personajes, y plasmar un Michoacán mítico actual. El maestro Castañeda, en sus macizas escul-turas las formas corresponden a personajes de la vida cotidiana de Michoacán y de México, especialmente la mujer. Su poesía visual está plasmada en piedra, en bronce, barro, yeso y de ahí parte para crear su poética. En mi caso, me ha interesado mucho la historia antigua y actual de Michoacán y de aquí he partido a otras latitudes, he hecho murales en Esta-dos Unidos con el método que hemos desarrollado en Michoacán y que consiste en involucrar a las comunidades. Cuando hemos ido a Estados Unidos los hemos hecho con las comunidades latinas para que cada quien exprese sus sentimientos y nosotros tratamos de darle una visión de arte público. Esto nos hace hermanarnos en un panorama, no sólo por la tendencia que nos ha identificado siempre, sino por la

parte generacional”.Palomares: "yo quiero que no quede esa imagen de

pensar que nosotros pretendemos ser los representantes de la pintura en Michoacán, no es así, porque sabemos perfec-tamente bien que Michoacán es una tierra de artistas. Po-dríamos decir que en cuanto a edad somos como decanos, un grupo que nos conocemos hace muchos años, que nos identificamos y que somos muy amigos, pero eso no quiere decir que nosotros no reconozcamos la calidad plástica de que disponemos en Michoacán".

En la revisión de la personalidad característica de la plástica michoacana es ineludible Alfredo Zalce, quien fue el único que recibió promoción fuera del país a través de expo-siciones y publicaciones, señalan los maestros michoacanos que también reconocen la labor que artistas michoacanos como Javier Marín, Octavio Bajonero y Adolfo Mexiac han realizado fuera de su estado de origen.

-¿Alfredo Zalce es la piedra de toque para la revisión de la plástica michoacana, se ha olvidado lo que hay antes de él?

Soto: "ese es un tema para que los investigadores pro-fundicen, porque antes de Zalce había una gran riqueza de artistas; Carlos Alvarado Lang que fue maestro de San Carlos y Luis Sahagún, estamos hablando de artistas de primer orden".

Oñate: "¡si hay otra historia de la plástica en Michoacán! Incluso algunos artistas ya desaparecidos como Francisco Mora, Jorge Quiroz, Félix Parra y Manuel Ocaranza".

Soto: "también contribuyeron artistas que vinieron a plas-mar su obra como O´Gorman, José Clemente Orozco y los Revueltas. Toda esta pléyade de gente fue sembrando en Michoacán esa inquietud y muy bien sembrada".

"No hay que olvidar que detrás del arte estaba el poder del general Lázaro Cárdenas que fue el que verdadera-mente hizo que Michoacán figurara en la plástica nacional. Siendo él presidente de la República se hacen monumentos como el de Janitzio, los murales de Pátzcuaro y Jiquilpan. La historia del arte michoacano está por hacerse, ésa es la

Apuntes para el esbozo de una historia olvidada;

la plástica michoacana

conclusión. "Hay toda una riqueza plástica anterior a

Zalce y a pesar de Zalce, porque no hay que olvidar que el maestro Zalce era bastante exigente, riguroso con sus alumnos y a ve-ces hasta tendía a destruirlos (Jesús Esca-lera deja caer su mano derecha como acero de guillotina sobre su palma derecha), y me refiero a Mapeco (Manuel Pérez Coronado); él siempre renegó de Mapeco, sin embargo, éste hizo toda una escuela en Uruapan que todavía perdura. El mismo maestro Chucho (Jesús Escalera), a pesar de la sombra de Zalce resurgió con un estilo propio y eso es muy digno de alabanza. ¡Todo esto se debe de revalorar!"

-¿Con toda esta constelación de artistas que mencionan, se logró crear una escuela michoacana de pintura?

Escalera: "creo que el florecimiento se dio después de la presencia del maestro Zalce que con su taller participó mucho y en-señó a muchas personas su oficio, pero no fue en la forma en que se diera un desarrollo integral de todos. Hicimos lo que pudimos en su tiempo y seguimos haciendo lo que podemos. Con el tiempo, con el desenvol-vimiento natural, se acrecentó bastante la presencia de talentos y ahorita encontra-mos jóvenes con muchos valores que sólo requieren tiempo, porque como todas las cosas, no puede surgir la madurez de un día para otro. Es cuestión de persistencia, de calidad, demostración de trabajo y eso sólo el tiempo lo da. No es posible que de la noche a la mañana la obra de alguien surja como ejemplo para todos".

F O T O : C A R L O S F. M A R Q U E Z

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SABADO 10

DE MAYO DE 2008

ad libitum

Palomares: "yo pertenezco a una escuela más conservadora porque no fui alumno del maestro Zalce. Como me fui a México nada más observaba y puedo decir de acuerdo a las observaciones, que la escuela que fue formando Alfredo Zalce fue como colocar la primera piedra de una escuela moderna y contemporánea, pero creo que al maestro Zalce le interesaba más preparar a los alumnos para que fueran sus ayudantes y entendieran su trabajo. Hubo muchos alumnos que se rebelaron por querer desenvolverse ellos y Zalce de alguna manera les obstaculizó su trayectoria".

-¿Podríamos hablar de una ruptura a nivel local al tomar distancia con Zalce?

Soto: "yo creo que no porque siguió dando clases en su casa, se dedicó a enseñar a señoras de la burguesía. Al terminarse en la Escuela Popular de Bellas Artes su dirección se retira a su casa y sigue practicando la enseñanza".

Escalera: ¡se la lleva, se lleva la escuela a su casa!"

Soto: "mi primer impulso al llegar a Morelia fue buscar a Zalce para invitarlo a una exposición de en-cuentro joven, era el tiempo de los grupos en los años 70. Aceptó, pero después abruptamente dijo que no podía ir. En cambio, el maestro O´Gorman fue tan generoso que antes de morir nos dejó una grabación muy bella como testimonio para este encuentro de arte público".

Oñate: "yo fui alumno de Zalce en el 59 y en-contré a gente muy activa como Jesús Escalera, Rogelio Naranjo, Raúl García en la escultura, Antonio Arriaga en cerámica y alumnos muy talen-tosos como Salvador Calderón y Samuel Núñez, pero creo que también ese aislamiento en que los mantenía a veces el maestro hizo que los jóvenes se perdieran y desaparecieran. Sí nos ha hecho falta formar la escuela michoacana y todo mundo está pidiendo que haya una presencia de la escuela michoacana. Hay galeristas que se preguntan qué sucede con la escuela michoacana, pero también habría que preguntar en qué sentido se definiría".

-¿Cuál es la vinculación entre ustedes y las nue-vas generaciones?

Palomares: "tengo una impresión; sucede que yo viví en México 42 años, entonces, hace 16 o 17 que vivo en Morelia. Cuando llego a Morelia, acos-tumbrado a convivir con mis colegas, me encuentro con un ambiente hostil, como que me veían de reojo. Digo: bueno qué sucede aquí, no vengo a ofender a nadie,

yo quiero encontrar a mis compañeros y formular planes de

trabajo. No sé, aquí creo que se lleva a cabo un fenó-meno social que sigo observando; todos los artistas jóvenes nos ven como los dinosaurios, los que repre-sentamos ya la antigüedad, los pintores de la época de las cavernas, entonces, nosotros nada más nos sonreímos porque entendemos sus actitudes. No sé si en un principio los jóvenes pudieran pensar que nosotros podemos restarles su campo de acción, pues no, yo cuando llego aquí ya llego jubilado, en-tonces no me interesa dar clases en ningún lado, no ando buscando que me den trabajo. Yo me encierro en mi estudio y soy un ermitaño de mi trabajo. La gente que nos conoce sabe que somos abiertos y no entiendo por qué los jóvenes no se quieren acercar a nosotros".

Escalera: "yo como maestro de Bellas Artes con-viví con el arte nuevo de los 60, traía un montón de ideas que aplicaba en Bellas Artes y los muchachos trabajaban la abstracción, el arte cinético y les ha-blaba sobre todas esas cosas nuevas. Sí ayudó un poco a que las cosas fueran por otros caminos y que se reflejan ahorita. Nosotros hemos visto que hay jó-venes que rompen tan drásticamente con todo lo que sea realismo, con todo lo que sea escuela, que la parte mal que muchos jóvenes tienen es que sienten que la escuela es un estorbo para su propia expre-sión, pero si no tienen la herramienta fundamental no van a poder llegar a expresarse con la fuerza con que deberían. Como cualquier oficio hay que cono-cer la herramienta primero para poderlo realizar".

Oñate: "yo sí tengo mucha participación con los jóvenes porque siempre he estado inmiscuido en áreas donde promuevo exposiciones, entonces, yo no tengo una gran ruptura con ellos porque siempre estamos en comunicación, por ejemplo, ahorita en el Colegio Jesuita la recepción es pareja, no pongo tra-bas nunca, entonces es un gran respeto que tengo hacia los jóvenes y su creatividad. En Pátzcuaro hemos logrado que los jóvenes participen de exposi-ciones colectivas".

Soto: "los compañeros que integran el Taller de Investigación Plástica, un taller formado por mí hace tiempo, hemos trabajado con jóvenes con los que llegamos al punto de que la técnica no lo es todo. Ellos ya dominan muy bien sus herramientas, pero

yo no quiero ayudantes a la manera de Zalce, yo lo que quiero es que ellos hagan sus propios eventos, que generen sus propios recorridos de murales, de obra pública y que los analicen ellos mismos, porque ahora se trata de que el artista debe ser también un investigador, quiero decir: no dejar en manos de los historiadores nuestra historia hasta que se les ocurra venir, sino que esté documentado todo, porque la obra no debe desaparecer en sus significados, sus intenciones".

-¿Es posible trascender desde Michoacán?Soto: "Michoacán es ideal para producir porque

tenemos el paisaje, la tranquilidad y el desahogo na-tural que nos brinda, pero desgraciadamente nadie se fija en que hay obras de arte para comprar o com-pran obras del extranjero. Hay nuevos ricos que no saben ya qué hacer con su dinero y deciden apostar, pero en mi caso he descubierto que las comunidades indígenas, rurales y campesinas de nuestro estado están ávidos de arte porque el arte contemporáneo cada vez está más lejos de sus espacios, se recluye en las casas de los nuevos ricos y la brecha se va haciendo mucho más grande, entonces es ahí donde nos toca participar y encontramos que son excelentes mecenas. Esto deberían entenderlo los jóvenes para ser congruentes con el arte mexicano de la Revolución y su arte público. Nosotros hemos querido ahondar en las raíces más profundas de ese nacionalismo que ahora nos conduce a trabajar con las etnias michoacanas y las comunidades más apartadas".

Palomares: "claro que el núcleo general para nuestra producción lo encontramos en la capital, es donde puede haber las mejores oportunidades. Morelia es fantástico para nuestro cuartel de opera-ciones, pero aquí no es un lugar para vender la obra o no somos profetas en nuestra tierra".

Oñate: "me han invitado a quedarme en Nuevo México, pero me pregunto: ¿qué hago allá, qué pinto, qué me motiva? Claro, hay otras cosas, pero yo tengo aquí una gran riqueza de temas, de ex-presiones y precisamente he visto que a través del tiempo toda mi obra la he llamado yo herencias del corazón, porque las costumbres, fiestas, tradiciones y ceremonias es lo que me nutre".

Escalera: "hemos hecho una historia, entonces creo que la parte que nos corresponde a nosotros es seguir trabajando como lo hemos hecho; inde-pendientemente de las promociones y las ventas. Somos adictos al arte y a pintar, seguimos hacién-dolo porque no tenemos más que hacer y creo que por eso vivimos".

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008 comida corrida

Adriana PinedaPrimera

De noche: Tablilla de arcilla es mi vientre. En él quisiera que grabes tu nombre, que tus dedos amasen un sueño. Que le de-mos otra forma al deseo, que mezclemos nuestro miedo. Quisiera ser la arcilla, el barro o la cerámica con la que tu boca se prodigue de aguamieles... Estoy segura que si Dios de nuevo concibiera el infinito, a mí me haría de tu lodo, de tu lado más íntimo, o quizá de ahí provenga nuestro encanto, de percatarnos que somos del mismo molde que el Creador arrojó a la tierra y que por ello hemos peregrinado hasta reparar en nuestros ojos y enton-ces de la memoria renació nuestra son-risa. Porque bastó una mirada para que se renovara este anhelo... No nos lastima que el camino andado lo hayamos venido compartiendo, pero no podemos olvidar; por ello la noche es mía y te la dedico, porque una vez que esas manecillas marcan la quietud de la aurora nos decla-ramos abandonados… Pero voy andando con la inquieta voz de mi silencio y así no dejo de asombrarme: esta arcilla también necesita de tu humedad…

Segunda

Bastante oscuridad tiene la distancia… A pesar de mi inocencia quisiera creer en los conjuros, entonces de noche brotas, te instalas en mi insomnio, haces tuyo al silencio… Del otro lado de la página tú duermes y yo escribo. Te invento; qui-siera ser la vigilia de tu deseo. Ningún oráculo ha leído nuestro silencio, nadie sabe de nuestros sueños, de esa atrac-

La vigilia del deseo(Fragmento)

ción que brotó después de la Noche de San Juan, cuando nacemos las brujas… No creo en la magia, ni en los hechizos. Pero no puedo olvidar esa voluptuosidad que tus ojos me arrancaron. En este extremo de la noche, le pido al Creador un sortilegio que te pueda atraer a mí, que descubras mi almizcle de hembra y que toda la noche, tu piel se extienda en mi boca... La oscuridad les otorga a los amantes más sentidos, para entonces mis dedos sabrán leer tu epidermis y los tenebrosos laberintos de la duda se tendrán que desplegar cuando tu boca me nombre. Tus ojos me arrebataron el sueño y desde entonces te espero, eres el augurio de mi nuevo florecer, de ese renacer que ninguna manecilla, ningún reloj estrangulará... A pesar de la distancia brota el deseo y te escribo unas líneas por si ocurriera el milagro de tu presencia, de la ubicuidad…

Tercera

De día: no quisimos reparar en el mar, o en la alegría de los naranjos en la plaza. ¿Seremos cobardes, o nos turban los compromisos que la vida nos ha enco-mendado? Cada uno carga su presente, el cual obviamente tiene una dosis de pasado y por ende de obligaciones, pero al reconocernos ante la mirada nos sen-timos otra vez susceptibles y, vergonzo-samente, preferimos eso que se llama sensatez y nos garantiza el aparente equilibrio, aunque el mar nos haya hume-decido la memoria… Ausencia de voz… Arraigo de recuerdos… Sería un lujo de-jarnos llevar por el impulso, aceptar ese guiño o señal del destino… Si estamos juntos, otra vez la tesitura del amor se escucha, nos incomoda el nerviosismo y preferimos ahuyentar ese punto de fuga. Vanos son esos triunfos, de todos

modos caemos al vacío. No somos capaces de construir ningún puente, ningún contacto, la mediocridad de lo que se llama de-cencia nos gobierna… Los compromisos ulteriores impiden que nuestras lenguas hilvanen su silencio. Hoy nos consuela saber-nos cercanos al precipicio y no caer; pero eso se traduce en una pequeñez insulsa: esa probidad no deja de ser mezquina, pues someter nuestros impulsos, más legítimos y vigorosos, a la cesta de un orgullo u honra que nos asfixia, es una purga para los sueños; nos sabemos alejados de la felicidad, somos los moradores de la rutina: todo se vuelve contención. Preferimos no sucumbir a la caída, que nos gobiernen los prejuicios y la arrogancia que llamamos prudencia. (Cuando te volví a ver, me petrificó la esperanza; intenté recuperar tu presencia pero fue demasiado tarde, los transeúntes llevaban prisa).

Flores rotas: en la ruta de regreso.(Broken Flowers, Jim Jarmush, 2005)Carmen Avendaño

El recorrido de esta road movie con ascendente có-mico y de suspenso inicia cuando Don Johnston, un solterón acomodado, recibe una carta misteriosa que le revela el fruto de una relación de 20 años atrás, y, con la ayuda de su vecino etíope, emprende la búsqueda de su hipotético hijo entre las novias de otros tiempos.

Laura, Dora, Carmen, Penny. Sus nombres resuenan en la memoria de este Don Juan en retiro que, en pos del hijo, encontrará a las muchachas de ayer convertidas en mujeres. La madre viuda y su “Lolita”, la esposa de agente de bienes raíces, la sicóloga de animales y su fiel secretaria, la roquera de una hermandad de motociclistas, conforman nítidas figuras delineadas por cada mundo te-jido alrededor de ellas, con sus trampas y sus ventanas.

Mientras Don maneja hacia un pasado tan incierto como el futuro, escucha un disco que le ha grabado su vecino, cuyo carácter ecléctico no impide la continuidad de

FOTO: JONNIE CRAIG

Para quienes no la vieron

la nostalgia. El soundtrack de esta película, sentimental y sicodélico, con un aire retro teñido de tonalidades etío-pes, nos sitúa en la ambigüedad de tiempo y lugar que permea la cultura contemporánea. Así las mujeres que desfilan por el filme recuerdan lejanamente a las divas del cine francés de los 60, rostros que permanecían en pantalla tiempo suficiente como para hacernos creer que eran parte del argumento. La huella de esa vieja nueva ola que emparentaba el cine con la literatura y la pintura aún no se desvanece. En Flores rotas es el retrato cruelmente preciso de mujeres que vienen de vuelta.

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