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Por.· Cristóbal Aljovín; Alexandra Arel/ano; Patrick Barr Melej; Luisa E/vira Belaunde; José de la Puente Brunke; Edílberto Espejo; Teodoro Hampe; Haydeé Ortíz de Orué; María del Carmen Quíspe; Annette Salís; Henrique Urbano McEYOY, Carmen. La utopía republicana. Ideales y realidades en la formación de la cultura política peruana (1871-1919), Lima: PUCP, 1997, 467 p. El presente libro, que tiene como origen una tesis doctoral de la Universidad de California en San Diego, refleja la preocupación de la autora desde tiempo atrás, (véase, por ejemplo, su libro Un proyecto nacional en el siglo XIX: Manuel Pardo y s11 visión del Perú, Lima : PUCP, 1994), por entender la cultura republicana peruana. El punto de partida en ambos libros es una crítica a la escuela dependentista que sostiene que la po- líti ca latinoamericana estaba marcada por su s i- tuación de inferioridad frente a los países pode- rosos creando, de este modo , una carencia de autonomía a las elites. Es decir, que la Inglate- rra del s iglo XIX y los Estados Unidos de Norteamérica del siglo XX fu eron los fo1jadores de la historia de los países al sur de río Grande significando que los países latinoamericanos sean considerados como objetos y no s ujeto s del quehacer histórico. Contraria a dicha postura, la 1, julio 1997 autora sostiene que existió una autonomía frente a los grandes países del "primer mundo " en el aspecto político resaltando a los actores y even- tos políticos. Es decir que la hi stor ia de los grandes hombres forma parte de la teoría de la historia. De otro lado, el libro realza el factor cultural que, por supuesto, reduce en mucho la libertad a los actores convirtiéndolos, en cierta medida, en objetos de su propia cultura. De este modo, McEvoy reduce la influencia de los fac- tores externos y enfatiza los aspectos internos tanto individuales como culturales. Para lo grar su cometido de mezclar análisis de cultura con per- sonajes y evento s históricos, la autora combina de manera bastante interesante dos esti los: la narración y el ensayo histórico. El tema central de los trabajos de la doctora McEvoy es el aná li sis de la cultura política e nmarcada en los ideales republicanos que se vincularon a diversos proyectos de modernidad política en el Perú del siglo XIX. En su primer libro escoge la figura de Manuel Pardo para sostener que hubo proyectos con apoyo popular que fomentaban una sociedad civil co mpuesta de ciudadanos de diversos sectores sociales. De este 247

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Por.·

Cristóbal Aljovín; Alexandra Arel/ano; Patrick Barr Melej; Luisa E/vira Belaunde; José de la Puente Brunke; Edílberto Espejo; Teodoro Hampe; Haydeé Ortíz de Orué; María del

Carmen Quíspe; Annette Salís; Henrique Urbano

McEYOY, Carmen. La utopía republicana. Ideales y realidades en la formación de la cultura política peruana (1871-1919), Lima: PUCP, 1997, 467 p.

El presente libro, que tiene como origen una tesis doctoral de la Universidad de California en San Diego , refleja la preocupación de la autora desde tiempo atrás, (véase, por ejemplo, su libro Un proyecto nacional en el siglo XIX: Manuel Pardo y s11 visión del Perú, Lima: PUCP, 1994), por entender la cultura republicana peruana. El punto de partida en ambos libros es una crítica a la escuela dependentista que sostiene que la po­lítica latinoamericana estaba marcada por su si­tuación de inferioridad frente a los países pode­rosos creando, de este modo, una carencia de autonomía a las elites. Es decir, que la Inglate­rra del s iglo XIX y los Estados Unidos de Norteamérica del siglo XX fu eron los fo1jadores de la historia de los países al sur de río Grande significando que los países latinoamericanos sean considerados como objetos y no sujetos del quehacer histórico. Contraria a dicha postura, la

Nº 1, julio 1997

autora sostiene que existió una autonomía frente a los grandes países del "primer mundo" en el aspecto político resaltando a los actores y even­tos políticos. Es decir que la hi storia de los grandes hombres forma parte de la teoría de la historia. De otro lado , el libro realza el factor cu ltural que, por supuesto, reduce en mucho la libertad a los actores convirtiéndolos, en cierta medida, en objetos de su propia cultura. De este modo, McEvoy reduce la influencia de los fac­tores externos y enfatiza los aspectos internos tanto individuales como culturales. Para lograr su cometido de mezclar análisis de cultura con per­sonajes y eventos históricos , la autora combina de manera bastante interesante dos esti los: la narración y el ensayo histórico.

El tema central de los trabajos de la doctora McEvoy es e l aná li sis de la cultura política enmarcada en los ideales republicanos que se vincularon a diversos proyectos de modernidad política en el Perú del siglo XIX. En su primer libro escoge la figura de Manuel Pardo para sostener que hubo proyectos con apoyo popular que fomentaban una sociedad civil compuesta de ciudadanos de diversos sectores sociales. De este

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Reseñas

modo, el Partido Civil fue una institución donde se entrecruzaron diferentes intereses y sectores sociales. Contrario a visiones muy negativas de muchos historiadores, la autora postula que en la historia del Perú existieron períodos en los cua­les las elites apostaron por un sistema fuerte­mente inclusivo, democrático.

En el libro de la presente reseña, McEvoy continúa con esta reflexión. Pero al ampliar el período de estudio del caudillismo de Castilla surgido en las décadas de 1840 hasta el fin del segundo civilismo en 1919, la autora encuentra una gran gama de proyectos políticos que los agrupa en dos grandes grupos: patrimoniales y republicanos. Al escoger un período mayor, la autora se enfrenta tanto con proyectos incluyentes como excluyentes, o con una lógica diferente. Un sistema patrimonial, por ejemplo, no fomenta necesariamente la ampliación del número de ciudadanos preocupados en política sino, más bien, crea lazos de dependencia.

El esquema del libro es sencillo y atractivo: la política peruana ha oscilado entre un sistema patrimonial y uno republicano. El mundo patri­monial, tomando como referencia los estudios del sociólogo alemán Max Weber, está basado en relaciones patrón-cliente, o personales, en que los premios y castigos son parte de las reglas de juego. Ramón Castill a es, de acuerdo a la autora, el político que mejor supo moverse en este mundo paternalista en que logró desarrollar lar­gas clientelas políticas, una suerte de Porfirio Díaz peruano. La política era una compleja te­laraña de pactos entre diferentes caudillos loca­les. En cambio, la política republicana está ba­sada en una sociedad civil compuesta de ciuda­danos que participan en el quehacer público replanteando la relación sociedad civil y estado. En esta última variable, la autora cree que la pregunta clave es ¿quiénes son los ciudadanos o quiénes conforman el pueblo elector? Y existen dos respuestas, dos tipos de republicanismos: uno elitista y otro popular. La autora opina rompiendo con planteamientos historiográficos de izquierda, que el primer civilismo (el de Manuel Pardo) durante la década de los setenta fue un republicanismo popular. de "ancha base urbana". Afirmación apoyada por el análisis del perfil de

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los participantes en el partido civil. A es tos datos les sigue la pregunta de qué es Jo que unió a di­versos sectores sociales. Para la autora la res­puesta es sencilla y sugerente: la idea del trabaJo unió la masa de adherentes del primer civilismo ya que tanto los empresarios como los trabaja­dores creaban riqueza. Por supuesto, la autora no se engaña. Sabe que la di scusión ciudadana fue sobre todo un quehacer de las ci udades.

El libro está basado en un esquema de cuatro partes que reflejan en verdad la dicotomía antes discutida: sistema patrimoni a l y republicano. Obviamente, en estos cuatro grandes bloques existen dentro de ellos una serie de variaciones y matices. Empieza el libro con "e l legado castillista" ( 1845-1872) en donde la política que es patrimonialista, es cuestionada por los ideales republicanos democráticos que el grupo de Ma­nuel Pardo representa entre 1872 y 188 3. Pero entre 1883 y 1904, los sobrevivientes de la gue­rra del Pacífico (los miembros del partido civilis­ta, los demócratas liderados por Nicolás de Piérola y Andrés A. Cáceres y su partido constitucional), que estaban enfrentados entre ellos, reformularon el republicanismo heredado del civilismo de Par­do al reducir la s esferas de partic ipación ciudadana. La autora tilda a este período de un "republicanismo autoritario" en que existió una unión cívico-militar. Las dos figuras claves de este período fueron Andrés Cáceres y Nicolás de Piérola, enemigos entre sí. Y fin almente, entre 1904 y 1919, los civilistas, en tre ellos el hijo de Manuel Pardo, José, traicionaron los viejos idea­les terminando con un sistema cerrado y patrimonialista: el gobierno de uno s pocos oligarcas. A este último período lo tilda la autora de "republicano conservador" , que da la impresión de ser una suerte de patrimonialismo. Y el libro tiene una suerte de evocación a un retorno al sis­tema patrimonial cuando se describe a la patria nueva de Leguía como un "neo patrimonialismo", que cerró la aventura iniciada por Manuel Pardo.

A mi entender, los vaivenes de la hi storia republicana y la confluencia de tipos patrimo­niales y republicanos descritos por McEvoy no se limitan al período estudiado ni al Perú só lo. Este tipo de aprox imaciones so n válidas a los restantes países latinoamericano s, qu e tambi én

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es tu vieron marcados por la con frontación de ser sociedades trad icionales basadas en lazos per­sonales, patrimoni ales y los ideales democráticos de la revolución de emancipac ión, 4ue han sido tan bien anali zados por Franc,:ois Xavier G uerra. Igualmente, la autora nos trae a co lación un tema qu erido por Tocq ue vill e, la dificu lt ad de los sistemas políticos modernos en mantener viva la libertad. De acuerdo a la autora, tanto las pa­siones por el desarrollo y por la paz como las conductas patrimoni ales han me llado la conso-1 id ación de un sistema democráti co. En es te punto, McEvoy está cerca a Jorge Basadre, que creía que la hi storia republicana tiene, a la vez, un a promesa y una posibilidad de crear una so­ciedad compuesta de ciudadanos.

Todo tipo de aproximaciones ti ene sus pro­blemas o sus propi as limitac iones. Mi s dudas son en su mayoría en cuestiones de énfasis. en ex­presiones demasiado taj antes. Primero, me da la impresión que las di visiones po líti cas son demasiado contundentes. A mi parecer. tanto los proyectos descritos como fuertemente patrimo­nialist as (Ramón Castilla) o republi canos de­mócratas (Manuel Pardo) no son de l todo pa­trimoni a les o republicanos . Empece mos por Castill a, las revolu ciones de és te est uviero n inmersas en un discurso constitucional liberal que, de algún modo, Je restaba fuerza a sus jue­gos patrimoni ales. La lógica constitucional, que se consideraba como parte esencial del compor­tami ent o de países civilizados , Jo ob li ga a amorti guar sus actitudes patrimoniales. De otro lado, de la modernidad políti ca de Manuel Pardo, uno podría preguntarse si en el campo esto tam­bién se dio. Acaso las reglas de juego cambiaron para la mayoría de la pobl ación: ¿cómo fu eron las relac iones de poder con la población rural o, las rel aciones entre las elites rurales? Tengo la impresión que hurgando podríamos encont ra r ciertas similitudes con la época de Castill a en dond e el di scurso y la práctica po líti ca ib an muchas veces por caminos diferentes . Además, no debemos olvidar que el imaginario de muchos de los líderes estuvo marcado por los vínculos entre ellos y el campo, en el cual la figura de l señor -basada en una relac ión patrón-cli ente- fue muy fuerte . Aquí sería interesante indagar en el

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imaginari o de los líderes del partido civili sta a través de lecturas de correspondencia o prácti cas cotidianas o públi cas .

El otro aspecto cuestionable, como lo mani­festó la Dra. Margarita G uerra en la presenta­ción del libro, es la diferencia tajante entre los ci vil es y mil itares. Aún más, tengo la impresión de que la línea de divi sión entre lo civil y lo militar no debió ser muy clara en especial en cuanto a lo referente a los proyectos políticos. Por Jo menos para e l período que conozco mejor (182 1-1845), lo que pertenecía al mundo civil y al mundo militar era bien confuso. El mismo he­cho de que existieran montoneras complica el panorama. Además , como bien lo menciona Brian Hamnett para el caso de México, fueron los propios civiles quienes jugaron o favorecieron el sistema de caudillos convirtiéndolos en figuras centrales de la lucha por el poder. Los militares, en mucho, han representado en América Latina el fracaso de los civiles. Igualmente, hay que re­calcar que todos los sectores de la sociedad tu­vieron una relación ambivalente con los golpes de estado: de un lado , favorecieron ciertas revo­luciones (el mi smo Manuel Pardo fu e mini stro durante la dictadura de Mariano Ignacio Prado) y, de otro lado, aborrecían la violencia políti ca por la secuela de destrucción que acarreaba y por impedir la paulatina creación de una tradición democrática. Estoy conciente, sin embargo, de la utilidad de ciertas afirmaciones tajantes para efectos de hacer notar los cambios o diferenci as que enriquecen las discusiones en torno al siglo XIX.

La autora nos ofrece una serie de aportacio­nes bastante interesantes cuando describe el fun ­cionamiento político , sobre todo urbano. E lla narra muy bien cómo funcionó el quehacer polí­tico: los mecani smos de alianzas políticas, las ca mpañas periodísticas, el rol del estado y el de la sociedad. Un punto crucial que discute con ac ierto es cómo funcionaba la política en un período pre-partido, donde los clubes políticos y sus ebulliciones en épocas electorales fueron los mecani smos esenciales en la formación de una sociedad civil incipiente . Y, con la fundación del partido civil en 187 1, la política cambió al fun­darse el primer partido político con una cierta

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Reseñas

ideología y maquinaria. Obviamente, la autora no cae en la facilidad de que los partidos fueran extremadamente burocráticos, utilizando la ter­minología weberiana, o que la figura del líder desapareciera. Aún más, muchos de los partidos estuvieron estrechamente ligados a la figura del líder con ciertos visos carismáticos, excepto a mi entender, el civilismo del siglo XX.

El trabajo de McEvoy enfatiza , como se menciona en el prefacio, un punto crucial para entender el presente del Perú: la necesidad de volver nuestras miradas al siglo XIX, donde se forjó buena parte de nuestra actual cultura polí­tica. Esto incluye la lucha por la ciudadanía como un derecho y a todo el problema de la relación entre libertad e igualdad, lo cual es mencionado por Tocqueville como eje principal del problema de la modernidad. Esto último tuvo su génesis en un siglo que está dejando de ser olvidado por trabajos ingeniosos y sugerentes como los de Carmen McEvoy.

Cristóbal Aljoví11

DE VIDAS , Anath Ariel. Mémoire textile et industrie du souvenir dans les Andes. ldentités a l'épreuve du tourisme au Pérou, en Bolivie et en Equateur, L' Harmattan, París, 1996. 150 p.

A partir de un viaje turístico la autora reco­gió algunas impresiones sobre el tejido andino y desarrolló el argumento de este libro que va de la historia prehispánica a los productos turísticos actuales. No es una obra académica. Se trata más bien de una presentación general del tema del tejido andino hecha en base a autores más o menos conocidos. En algunos casos, las obras de referencia tienen una autoridad indiscutible, en otros casos, forman parte del público esotérico, que, como es sabido, utiliza muchos estudios para armar explicaciones imaginarias y crear univer­sos que sólo existen en la mente de sus autores.

El viaje turístico de la autora le permitió en­trar en los problemas del turismo y del mundo de las artesanías. Es la segunda dimensión de este librito. A través de algunas reflexiones genéricas, ele Vicias se pregunta cómo se debe enfocar el

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problema de la identidad étnica y otros temas relacionados con la evolución de las sociedades tradicionales hacia la modernidad. Al recurrir al pasado prehispánico, la autora saca algunas lec­ciones que le sirven para la época actual. Me imagino que esa forma de razonar tiene más de "invención de una tradición académica" que de hecho histórico. Pero, lo cierto es que de Vidas se pasea alegremente por los Andes como si fuera su tierra y en muy poco tiempo escribió estas 150 páginas , las cuales sin ser un aporte a nuestro conocimiento llaman la atención para unos cuantos problemas que deben ser tenidos en cuenta cuando se trata de turismo y artesanía.

Alexandra Arella110

GÜIRALDES , Ricardo. Don Segundo Sombra, Traducción por Patricia Owen Steiner. Coordi­nación por Gwen Kirkpatrick . Pittsburgh: University of Pittsburgh Press , 1995. XXX+ 302 p.

Los lectores que no leen el castellano y los demás individuos generalmente entusiasmados con la cultura literaria latinoamericana disfruta­rán esta traducción del épico Don Segundo Sombra ( 1926) del argentino Ricardo Güiraldes y la adjunta colección de ensayos escritos por expertos en el campo de las letras hispánicas que exploran la obra, su contexto socio-político y macrocultural , y la vida personal del autor. Los ensayos, coordinados por la profesora Gwen Kirkpatrick , emplean una diversidad de esquemas metodológicos e interpretativos. Ellos comple­mentan la traducción de Patricia Owen Steiner que trasmite el sabor artístico de la edición origi­nal y conserva el estilo lingüístico (rústico y simple) de los protagonistas campestres y los detalles impartidos por el narrador, Fabio Cáceres.

La novela, un ejemplo par excellence de la literatura criollista/gauchesca, documenta las experiencias del joven, Fabio, desde cuando él abandona la casa de sus parientes para ser el aprendiz de un gaucho rústico, Segundo Sombra. Durante sus viajes por el campo, Fabio descubre

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la maravilla que es la pampa - el desierto indó­mito. el espacio ele la soledad y del ganado- y adquiere las habilidades que son necesarias para su incorporación en la existencia ele los gauchos; es una vicia dura, tal vez trágica. pero plenamente libre. Años después, Fabio decide retirarse de la pampa cuando el dinero y el mundo comercial le parecen atractivos. Según Güiralcles, la Ar­gentina racionalizada y moderna estaba borran­do o reemplazando a la tradicional, la auténtica.

Las selecciones ele Alberto Blasi , Noé Jitrik, Francine Masiello, Beatriz Sarlo y Owen Steiner acompañan palabras introductorias ele Kirkpatrick que exploran las maneras en que Don Segundo Sombra alteró la configuración ele la identidad cultural argentina. Kirkpatrick describe la recep­ción ele la novela entre los intereses y personajes políticos y literarios ele la época (como el des­tacado escritor Jorge Luis Borges y el polemista Leopoldo Lugones) y orienta a Don Segundo Sombra dentro del campo literario y el movi­miento criollista argentino. El ensayo de Jitrik, "Don Segundo Sombra and the Argentine Traclition", ofrece interesantes observaciones sobre el papel jugado por la novela en formación ele una iclenticlacl cultural compartida entre las capas socio-económicas medias y altas. Jitrik plantea que Du11 Segundo Sumbra funcionó en la esfera pública como una herramienta ele culturación. usada por la clase dirigente (la clase de Güiralcles, con sus profundas raíces rurales) para enseñar "las maneras como participar en la cultura argentina" a la relativamente naciente mesocracia urbana.

Owen Steiner agrega un ensayo que recopila la variedad ele descripciones ele los gauchos redactadas por viajeros , como Darwin y Concolorcovo (Alonso Carrió ele la Y andera). Su segundo ensayo en el volumen, "Don Segundo Sombra: Life ora Novel " , describe la prisa ele Güiralcles para terminar su novela (estaba grave­mente enfermo) y la recepción ele la novela entre los círculos intelectuales porteños. Blasi agrega una biografía ele Güiralcles que incluye una sec­ción sobre la participación del autor en la publi­cación Proa. El ensayo ele Masiello, que es el más interesa11te ele la colección , demuestra porqué Dun Segwulo Sombra no surgió como una

N9 1, julio 1997

reformulación o extensión ele Martín Fierro, el épico decimonónico de José Hernández. Cons­truido como un "texto orientado visualmente" , Don Segundo Sombra es, según Masiello , un e1emplo del movimiento avant-garde que con­vergió en Argentina después ele la primera guerra mundial. Güiralcles demuestra su tradicionalismo a través del enaltecimiento ele las costumbres socio-culturales de los gauchos , pero a la vez emplea las estrategias narrativas más típicas del avant-garde cosmopolita; la hibridez de la obra, es decir, la yuxtaposición de "lo tradicional" con "lo moderno" es evidente.

El gran mérito ele los ensayos es que colocan a Don Segundo Sombra dentro del marco ele los acontecimientos históricos ele los siglos XIX y XX; es decir, en el contexto de los cambios de­mográfico-sociales, políticos y económicos en la Argentina que impulsaron a un hijo de la oligar­quía a construir este "best-seller". El volumen, sin embargo, se hubiese enriquecido con la inclusión ele un ensayo que comparase Don Segundo Sombra y el movimiento criollista argentino con otros ejemplos del regionalismo y americanismo (el criollismo chileno, el indigenismo andino o quizás el discurso ele Euclides da Cunha en Brasil, etc.). Tal ejercicio hubiera educado al lector res­pecto a la singulariclacl del caso argentino. Sin embargo, hay que elogiar a los contribuyentes por el hecho ele formular ensayos accesibles; los lec­tores frustrados por el léxico exclusivamente de la crítica literaria quedarán contentos con la clariclacl y sencillez ele las selecciones. Los lectores además se beneficiarán de la inclusión ele un glosario ele términos intraducibles que se encuentran en la novela.

Patrick Barr Melej

RÓSING. lna. Rituales para llamar la lluvia, Segundo Ciclo de Ankari: Rituales colectivos de la Región Kallawaya en los Andes bolivia­nos, Mundo Ankari 5, Los Amigos del Libro, 1996, 579 p.

En este libro el lector encontrará una des­cripción sistemática y novedosa ele la acción y la

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Reseñas

palabra ele los rituales para llamar a la lluvia ( Paraman Purina), así como un análisis compa­rativo ele las formas y los significados ele estos rituales en la región Kallawaya y la historia andina. Su objetivo es demostrar que detrás ele la riqueza y la cliversiclacl ele los rituales realiza­dos por una variedad ele comunidades , yace un núcleo común de elementos rituales cuyas raíces se remontan al pasado pre-hispánico.

El valor de este estudio se debe tanto a la calidad detallada de la información etnográfica e histórica recogida por la autora, como a los aspectos personales de su narrativa. La autora participó directamente en tres rituales consecu­tivos para llamar a la lluvia durante la época de sequía del año 1987. Los esfuerzos cada vez más desesperados de los pobladores por propiciar las lluvias y las explicaciones que ellos daban para justificar el fracaso de sus rituales, le permitieron presenciar una manifestación vívida del pensa­miento multicausal andino. También pudo apreciar la relación de deuda sacrificial que une el ser humano a los elementos de la naturaleza, los cuales son concebidos como seres animados de carácter ambivalente -a la vez positivo y negativo- que responden al principio de reci­procidad, y pueden reaccionar ante las ofrendas sacri ficiales de los pobladores.

Dos preguntas principales nos abren la en­trada a la lógica cultural del ritual: primero , ¿por qué a veces no llueve a pesar de los rituales?; y segundo, ¿quiénes son los causantes de la lluvia? La autora demuestra que los pobladores atribuyen el fracaso de los rituales a una variedad de errores en el procedimiento ritual, y a la actitud personal y colectiva de los participantes. También le atribuyen errores a los pobladores de otras co­munidades quienes celebran el ritual de manera distinta, y a los jóvenes y extranjeros que no respetan las costumbres.

Existe una variedad de divinidades que ejercen un poder directo e indirecto sobre las lluvias a nivel regional y local. Los lagos de al ­tura son los principales, seguidos por los ma­nantiales, los cerros sagrados, el viento y el rayo, y el alma de los muertos , especialmente las almas de los antiguos ritualistas. Los pobladores in­tentan conseguir una reacción de estas

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divinidades mediante ofrendas y oraciones, pero el tipo de ofrenda y de reacción buscada varía según el contexto cultural y ecológico de cada comunidad. La autora sugi e re que existe una geografía ritual -perpetuada por las prácticas matrimoniales endogámicas dominantes y el mestizaje en algunos casos- que favorec e la di­ferenciación ritual de las comunidades en el es­pacio. Esta geografía ritual es un elemento clave del pensamiento multicausal andino, ya que el fracaso de los rituales efectuados por una co­munidad puede ser atribuido a las prácticas ri­tuales de las comunidades vecinas.

Lamentablemente la autora no desarrolla con profundidad este punto, el cual a mi parecer tiene implicaciones teóricas importantes y permite visualizar la dimensión regional de los rituales colectivos andinos. Por ejemplo sería interesante examinar más a fondo cómo esta geografía ritual coexiste con las redes de intercambio económicas y de otras índol es , fomentando en la población actitudes etnocéntricas o de tolerancia que sus­tentan la concepción de la persona y la sociedad humana en los Andes. También sería importante describir las diferenciaciones por género en la geografía ritual, y el papel específico de las mu­jeres en las redes sociales y ceremoniales de la región.

El libro contiene muchísimos textos y detalles etnográficos que contribuirán a esclarecer deba­tes antropológicos. Sin embargo, su interés no se limita a una audiencia de especiali stas en ciencias sociales . También es de interés para los geólogos, ingenieros, economistas, agrónomos, forestales y planificadores que trabajan en la región andina, y que necesitan conocer y respetar la concepción andina de la naturaleza.

Luisa E/vira Belaunde

V ARON GABAI, Rafael. La ilusión del poder. Apogeo y decadencia de los Pizarro en la con­quista del Perú, IEP/IFEA, Lima, 1996, 450 p.

Con este libro , Rafael Varón pasa a integrar la notable nómina de histori adores que se han interesado en la investigación sobre Pizarrn y su

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entorno, entre los que debemos destacar a Raúl Porras, Guillermo Lohmann , José Antonio del Busto y James Lockhart. Además, el autor de la obra a la que nos rererimos ingresa a esa nómina aportando un enfoque muy original, apoyado en una base document al y bibliográfica verdadera­mente sólida. En cuanto a las fuentes primarias, el libro es fruto de prolongadas investigaciones en archivos peruanos , bolivianos y españoles. Es­pecialmente fructífera ha sido la investigación en el Archivo General de Indias de Sevilla.

La obra está estructurada en dos partes cla­ramente diferenciadas : la primera de ellas, que consta de cinco capítulos, estudia la gestación de la conquista, el afianzamiento del poder pizarrista y los avatares del patrimonio de la familia en el Perú. La segunda parte -en cuatro capítulos­analiza ya, de modo detallado, " las personas y las propiedades": es decir , quiénes conformaron el clan de los Pizarra, qué actividades económi­cas establecieron, y cómo fueron organizadas y manejadas.

Una de las grandes virtudes del libro es que nos brinda una visión de la conquista del Perú en el contexto de lo que fue el imperio español. No se enfoca la conquista como un fenómeno aislado, sino en el marco de toda una gran trama de intereses: los intereses privados de quienes participaron en ella, y los intereses de la propia Corona.

En el fondo , la etapa de apogeo de los Pizarro se explica, en gran medida, por la necesidad de la Corona de contar con la mediación de los con­quistadores, a pesar de lo costoso que resultaba para el monarca el fenómeno de acaparamiento del poder político y económico en manos de aquellos. En ese sentido, el libro nos señala cómo el propio Francisco Pizarra se ll egó a quejar cuando notó las primeras muestras del deseo de la Corona por lograr un mayor control del Perú.

Bien sabemos que quienes participaron en la conquista respondían a la visión de l mundo propia de la España bajomedieval: una concep­ción en la que estaban íntimamente ligados los factores políticos y los religiosos. en esa penín­sula ibérica en la que 1492 trajo consigo también el final de la guerra de Reconquista contra los musulmanes. En la mentalidad de los conquis-

N2 1, julio 1997

taclores de América estaba, por tanto, muy pre­sente el modelo de la España ele la Reconquista, y así ellos pretendieron convertirse en una nue­va nobleza, al igual que la que surgió en España a partir ele los servicios brindados a la Corona en el marco ele los esfuerzos ele expulsión de los árabes. En tal sentido, en el "bagaje mental " ele los hombres de la conquista estuvo muy presente esa identificación entre lo religioso y lo político, propia no sólo de la España ele entonces, sino del conjunto ele la Europa que se asomaba a la de­nominada "Edad Moderna" . Así, la presencia de religiosos en las expediciones de conquista res­pondía a ese contexto. Obviamente, a la postre el factor evangelizador se erigió en la gran jus­tificación teórica del dominio español en el Perú, pero la presencia ele frailes en la conquista fue algo natural : en definitiva, no sé hasta qué punto se pueda decir que dicha presencia respondiera a una "necesidad" de proveer un sustento ideo­lógico (p. 365). Dicho de otro modo: ese sustento estaba allí, y podemos sospechar que las cosas debieron transcurrir de modo más espontáneo. Por tanto, no es que surgiera a partir de una labor de búsqueda por parte de los conquistadores.

El libro brinda una excelente visión de la faceta "empresarial" de la conquista, y de la ob­sesión por la adquisición de bienes materiales y de fuerza de trabajo de la población indígena, a través de las encomiendas. Pero por encima de todo eso, queda muy clara la radical importancia del factor político en la apropiación de esas ga­nancias. Es más: para los Pizarra, tanto la ad­quisición del patrimonio, como la pérdida del mismo, en el Perú, fueron debidos , en última instancia, a una cuestión política. Así, fueron fundamentales los contactos que cultivaron con personas "clave" para tener fuerza en los círculos de la corte castellana.

Rafael Varón pone de relieve, muy acertada­mente, el fundamental papel del parentesco en la historia empresarial de los Pizarra. Precisamente, la hábil utilización de las relaciones de parentes­co por parte de Francisco fue un factor nada desdeñable -obviamente, entre muchas razones más- en el elenco de cuestiones que explican la mayor fuerza de Pizarra frente a la de Diego de Almagro.

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Reseñas

El libro nos ll ama la atenci ón en torno a la importancia del capital privado en la co nquist a. Si bi en se trata de algo conocido, Rafae l Varón nos lo ejemplifica de mod o sum a me nt e ilustrativo. Así, la conquista se nos revela como un engranaje de negocios de numerosas personas que pusieron su ·'cuota" .

"Es por este motivo que los miembros de la ex pedi ción se nombraron a sí mi smos co mo 'compañeros' pero nunca 'soldados' , ya que este término implicaba un salario , que el compañero no recibía. La utilidad obtenida por la empresa era di vidida en proporción al aporte personal, una vez deducidos los gastos de la compañía princi­pal" (p. 58).

En ese contexto de la fundamental impor­tancia de l capital privado en la conqui sta, los Pi zarra fueron reconocidos por la Corona en una doble condición: como gobernantes y como los principales empresarios del Perú.

Otro indudable mérito del libro es que nos pl antea una presentación de conjunto de Fran­cisco Pi zarro con su gente, y ya no sólo una vi­sión indi vidu al del personaje. Así, los Pi zarra aparecen con sus criados, o con otros extremeños con los cuales hacen negocios: en defi niti va, queda claro que estamos ante un verdadero par­tido pi zarrista.

El capítulo séptimo, dedicado a la pobl ac ión indígena, merece mención singular. Rafael Varón nos presenta a los indígenas como sujetos ac tivos en toda esta histori a: por ejemplo, negociando, o tratando de negociar con los españoles. El autor enfa ti za que los señores indígenas actuaron ·'con iniciati va propia, decidiendo por sí mi smos di ­versas estrategias que reflejaban ex pectati vas políticas y económicas" (p. 366) en el marco de sus relac iones con los españoles. Sin embargo. el li bro es muy claro al advertir en torno al cui­dado co n e l que el inv esti gador ti e ne qu e aproximarse a los documentos -en especial a los pedidos de mercedes- presentados por los indí­genas, por la tendenci a a la exageración en la narrac ión de los hechos, en la búsqueda de los mayores premios posibles.

Por otro lado, se nos ofrece sugerentes in­di cios como para considerar que los españoles empezaron a entender las características de la

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orga ni zac ió n de l mundo andino mu cho más tempranamente de lo que habitualmente se pi en­sa. Valga como ej em pl o lo que se nos narra en e l capítulo 9, en e l que Rafael Varón sospec ha que las conces iones de encomiendas -parti cul ar­mente en los casos de las otorgadas a Hernando y a Gonzalo Pi zarra- se hi cieron "respetando los patrones indígenas de ocupación discontinua de l espacio, aunque acomodando la dispersión de los nati vos a las prefe rencias del conquistador'' (p. 358). Es especialmente relevante la claridad con la que se señala que en la hi storia de la conqui sta no hubo simplemente dos bandos, sino múltipl es bandos, teniendo en cuenta que ·'ni españoles ni indígenas respondi eron como bloques homogé­neos" (p. 362).

El títul o del trabajo nos habl a de apogeo y de decadencia. En e l proceso de decadencia del po­der de los Pizarra , hay vari as etapas, claramente di stinguibles en e l libro: en primer lugar, el ase­sinato de Francisco; luego, la derrota y la muerte de Gonzalo. Este hecho fue espec ialmente grave en cuanto al patrimonio de los Pi zarra , cuyo ma­nejo, en muy buena parte, quedó -como nos dice Rafael Varón- "a la deri va" (p. 369). Posteri or­mente, si bien Hernando destacó por su habili dad para manejar -y demorar- los procesos judiciales que tuvo que afrontar, el golpe definitivo fue obra de l virrey Toledo. Y es to es muy interesante: Toledo no sólo acabó con Túpac Amaru 1, sino que también acabó con el poder construido por Pizarro. Es decir: Toledo derrotó a Túpac Amaru 1, y también acabó con quien derro tó a los incas.

En cuanto al manejo de los intereses econó­micos famili ares, pueden di stinguirse dos fases. Antes de que las riend as fu eran tomadas por Hernando, la conducción de las empresas, co n va ri as cabezas visibles, respondía mucho más a un complejo engranaje de mayordomos, cri ados, etc. Luego, en cambio, Hernando control ó todo más personalmente, entre otras cosas porque muchos de los suyos habían muerto. La men­c ion ada habilidad de Hern and o sir vió para mantener la fo rtuna, y para hacer in versiones en España, dada la cambiante situación del Perú . Sin embargo , es cie rto que e l verdadero éx ito de Hernando fue e l de dilatar el desarrollo de los di versos procesos Judiciales, lo cual le permiti ó

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conserva r inc lu so muchos de sus bienes en el Pe rt'.1 , has ta los años to ledanos.

En definiti va, el libro nos brinda un excelente panorama del desa rroll o del patrimoni o de los Pi zarra . desde su formación has ta aquel último tercio del siglo XVI en el cual -en palabras de Rafael Varón- la conqui sta se había ya conver­tido "en un relato míti co, en el cual los Pi zarra aparecían como sus principales personajes. La muerte trágica que encontraron tres de ellos y las dos décadas de prisión del último no hicieron más que asegurarles un lugar protagónico en el recuerdo colectivo" (p. 383).

Por todo ello, a partir de hoy contamos con un li bro esencial, que nos brinda originales en­foques, basados en un trabajo serio y riguroso, en torno a las primeras décadas del mundo hi s­pano- peru ano.

José de la Puente Brunke

OSS IO ACU ÑA , Juan M. Las paradojas del Perú oficial, Pró logo de Mario Vargas Llosa, Pontifi cia Uni versidad Católica de l Perú , Fondo Editori al, 1994: 13-1 8; 19-300.

El nombre de l antropó logo Juan M. Ossio A. es tá asociado al de Vargas Llosa por vari as razo­nes que el autor menciona en su introducción y que Vargas Llosa recuerda en su prólogo. Los dos comparten visiones políti cas comunes de extrema derecha, ult ra reaccionari as, y en términos eco­nó mi cos indefectiblemente neoliberales. Es su más es tric to derecho. El antro pólogo Juan M. Oss io A. se prese ntó con e l equipo de Vargas Ll osa cuando el escritor fu e candidato a la pres i­denc ia de la Repúbli ca. Me imagino que se pre­paraba para desempeñar el cargo mini sterial de "asuntos indígenas" . El desaire de la conti enda política llevó al antropólogo a su casa. Por lo que sabemos de Vargas Llosa le apasionan de nuevo las letras.

En la obra que reseñamos, Juan M. Ossio A. publi ca textos que había di seminado por di stin­tos lugares y fechas. T ratan de asuntos de ca­rácter político y social, a partir de una perspec­ti va ant ropológica. No ex trañará, pues, que en-

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tre argumentos de alcance social aparezcan las razones empl eadas en manuales de antropología o conceptos a ltamente abstractos extraídos de algunos autores contemporáneos. Leídos años después de ser puestos en letra de imprenta, mu­chos de estos razonamientos huelen a carne po­drida y a fa lsas perspectivas que poco o nada tienen que ver con la realidad en general y mu­cho menos con la andina. Son particul armente desastrosas las referencias a los hechos políticos patrocinados por Sendero Luminoso y comple­tamente desatinadas las explicaciones en torno a su ideología política. Lo que para muchos espe­ciali stas, entre otros Raúl González, Carlos Degregori , Juli o Cotler era evidente en los años 1980, solía mani fes tarse en textos como los de Juan M. Ossio en forma cavernaria bajo las ca­tegorías de "dualidad andina", "hanan y hurin", " ll acuaz y huari". Esta forma de recurso a las mentalidades demuestra una ignorancia inacep­table tanto del mundo andino como de las reali ­dades sociopolíticas que intenta explicar.

Ll amará también la atención del lector la form a como Juan M. Ossio explica hechos de a lcance h is tó ri co . En va ri as ocasiones, por ejemplo, recuerda al taqui onqoy para dar razón de l carácter rebelde de los pueblos andinos. Aun no teni endo en cuenta que esos hechos son cada día más dudosos, el autor deduce de esos sos­pechosos acontecimientos , form as actuales de conducta sociopolíti ca y ac titudes sociaJes que no co rres pond e n de nin gun a m anera . Para e l antropólogo los siglos no cuentan . Además de argumentos sin el más mínimo sustento histórico, estos razonamientos son simplistas.

El autor hace hincapié en algunas opiniones que le sirven de construcción de una lógica su­puestamente andina. En mi caso personal, con fo rmación más cercana al espacio andino aymara, me ll ama la atención la li gereza con que Juan M. Ossio toma como "verdades absolutas" simples hipótesis, algunas de ellas cada día más dudosas . Tomo por caso lo de la ideología mesiánica que él ayudó a di fundir allá por los años 1970. No queda nada claro en sus páginas si la ideología mesiáni ca es andina por tradi ción prehi spáni ca o simplemente por e l catolicismo. Según los estu­di os hi stóri cos hechos en Boli via y en otros

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Reseñas

países andinos, el mesianismo es de corte cató­lico y la Revista Andina publicó notas y artícu­los más que suficientes para probarlo. Las esca­sas y anticuadas lecturas de Juan M. Ossio y el poco tiempo de que seguramente dispone para trabajos académicos y científicos no le han per­mitido estar al tanto del desarrollo de las inves­tigaciones históricas y antropológicas más re­cientes. Si lo hubiera podido hacer , se hubiera dado cuenta de cuan obsoletas son sus afirma­ciones.

Otras páginas de este libro ni siquiera mere­cerían ser reeditadas por lo poco que aportan al debate sobre los temas tratados y por la superfi­cialidad de los puntos de vista defendidos. Son de una pobreza alucinante. Queda el prólogo de Vargas Llosa no tanto por el argumento desa­rrollado cuanto por el personaje. El ilustre literato no está de acuerdo con Juan M . Ossio acerca del destino político que debe ser dado a las comu­nidades y pueblos tradicionales de los Andes. Según él estas poblaciones sufrirán el impacto de la modernidad y no podrán escapar a la des­trucción que ella siembra, sobre todo cuando ellas no se preparan para vivirla. Discrepa el li­terato con el esquema mental de su amigo antropólogo y no le falta razón. De hecho, los argumentos esgrimidos por el antropólogo son ridículos y sacados de las más tradicionales ho­jas de resúmenes de manuales antiguos de an­tropología. Las últimas experiencias bolivi anas de participación política y las organizaciones indígenas ecuatorianas van por otro camino. Ossio se encerró en unos cuantos conceptos abstractos acerca de un supuesto universo mental andino. Lo comparte con todos aquellos que de las cumbres nevadas sólo miran el reflejo de las nubes. La cumbre misma lo ciega y la realidad se deshace como la nieve.

Las opiniones de Vargas Llosa son conocidas porque las difundió él por todos los continentes. En Bolivia, Perú y Ecuador se llevaron a cabo coloquios sobre estos asuntos y en algunas oca­siones se desarrollaron importantes debates. Nada de ello tuvo eco en las páginas de Juan M. Ossio. Lo lamentamos sinceramente porque estos temas ameritan de una profunda y sólida investigación.

Edilberto Espejo Quispe

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MAZZOTII, José Antonio. Coros mestizos del Inca Garcilaso (resonancias andinas) . Lima: Fondo de Cultura Económica & Otorongo Pro­ducciones, 1996. 384 p.

El Inca Garcilaso de la Vega, figura señera de las primeras generaciones de mestizos en el Perú , significa un eje de atracción intelectual perma­nente por la vigencia de sus aportaciones litera­rias, culturales e ideológicas. En sólo los últimos quince años, e l cronista cuzqueño ha motivado sucesivamente los libros de Enrique Pupo­Walker, Raysa Amador, Susana Jákfalvi-Leiva, Margarita Zamora, César Delgado Díaz del Olmo y Max Hernández, a los cuales debemos sumar la reimpresión de la biografía "clásica" de Aurclio Miró Quesada ( 1994) y la nueva edición crítica de los Comentarios reales de los incas por Carlos Araníbar ( 1991 ). Ahora viene a enriquecerse esta lista con e l medular y polé mico libro de José Antonio Mazzotti que, situado en las coordenadas de la semiología ba khtiniana , procura reinter­pretar el proceso de creación del Inca y volver a acentuar la importancia de sus fuentes andinas.

El reciente trabajo anali za los Co111e ,11arios reales en su primera y segunda parte ( 1609 y 1617), rastreando aquellos elementos cuya cer­canía con las fuentes orales de la elite quechua del Cuzco los constituye en polos de una litera­tura urgida de definición particular. La obra del Inca Garcilaso contiene, en opinión de Mazzotti , un discurso polivalente o " polifónico" que re­sultará fundacional para la lengua española y para la identidad posterior de los pueblos ame­ricanos. Tal tipo de discurso, definido en esta interpretación como escriwra coral, transcribe básicamente la perspectiva y dicción del grupo mestizo del virrein ato peruano; pero no se identifica con las observaciones comunes sobre el mestizo "armónico" o "aculturado". Así, pues , queda propuesta una lectura nueva y alternativa de Garcilaso, de acuerdo con los últimos avances teóricos y metodológicos de los estudios litera­rios coloniales hispanoamericanos .

José Antonio Mazzotti, poeta y crítico lite­rario de origen lime ño , es actualmente profesor en Temple University y presidente de la Asocia-

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ción Internacional de Peruanistas, con sede en Filadelfia. La nueva obra que comentamos está basada en su tesis doctoral, que sustentó en Princeton en 1993. El telón de fondo sobre el cual se mueve su interpretación es una lectura potencial de los Comentarios reales que habría sido efectuada por unos "sujetos de lectura" si­mi lares en su tradición cultural -cuzqueña , quechua y elitista- al creador de dicha obra. Por eso, refiere el crítico limeño, "el estatuto de este libro se sitúa totalmente en el campo de la inter­pretación, siendo la recepción real del texto úni­camente un problema secundario" (p. 18).

La noción de "polifonía" utilizada en la pre­sente obra se ampara en las teorías de Bakhtin , que entienden a aquélla como conversión de las voces del relato en discursos significativos pro­pios. La escritura coral, entonces, debe com­prenderse como una especie de yuxtaposición en la cual se combinan los planos de discurso andinos y renacentistas, haciendo perceptibles un conJunto de significaciones y resonancias pro­piamente cuzqueñas. De aquí surge el concepto de "subtexto andino" como una estrategia im­plícita en la escritura del Inca Garcilaso, ajena a su formación europea, y que da a su obra un ca­rácter mestizo (o más bien sincrético).

Está convencido nuestro autor de que la obra garcil as iana no es la única en el conjunto de cró­nicas ''peruleras'' que procede de temprana s fuentes orales quechuas del Cuzco. Así, tanto la Relación de los quipucamayos a Yaca de Castro como la Suma y narración de Juan de Betanzos y la Instrucción de Titu Cusi Yupanqui (redactadas durante el período 1542-1570) recogen esas fuen­tes orales, vertidas en castellano escrito, y com­parten el fenómeno de coral idad por los rasgos "polifónicos" que es posible advertir en su compo­sición. Todas esas piezas reflejan una forma de registro histórico preservado por los ancianos cuz­queños, herederos de las tradiciones del lncario.

Entrando en un diálogo interdisciplinario, la segunda parte del libro se centra en los aspectos semánticos, tropológicos e iconográficos de los Comentarios reales; examina temas como la vi­sión agraria, las imágenes de la naturaleza, las edades espirituales y las deidades entre los incas, junto con la simbología del arco iris , el rayo y las

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pareJas de aves y felinos. Así se ponen de mani­riesto las cualidades de dicha obra como muestra señera de un tipo de discurso transcultural , cuya coralidad implica fusiones y refracciones bastante complejas. Lo que interesa demostrar en el fondo es có mo se recrea la tradición indígena en los Comentarios reales, de acuerdo con los intereses y necesidades del "sujeto de escritura'', o sea, el Inca Garcilaso. Al hacer esta demostración, José Antonio Mazzotti procura alejarse de la manía indigenista de encontrar transposiciones nítidas del imaginario cuzqueño; su enfoque se aparta, en tal sentido, de las vertientes que podemos llamar "peruanistas".

Por otra parte, Je parece obvio a Mazzotti que sí ex istió la intención de dirigir aquella magna obra a un público andino, y no solamente peninsular o europeo. En sus propias palabras, está claro que "Garcilaso escribió los Comentarios no sólo por sus parientes indígenas y mestizos, sino también para ellos" (p.22; subrayado original). Gracias a las nuevas tendencias interpretativas, por cierto, empieza a socavarse la idea del autor netamente renacentista y por lo tanto aculturado con respecto a su origen indiano y quechua­hablante. Más bien, quedan en relieve las eviden­cias de un subtexto profusamente nutrido de simbología cuzqueña, que se puede revisar a la luz de los aportes más recientes de la antropología, la etnohistoria y la iconografía andinas.

La presente contribución logra definitiva­mente aclarar las transformaciones efectuadas por Garcilaso dentro del imaginario cuzqueño, así como la utilización de determinadas estrategias discursivas que parecen otorgar "autoridad" a los Comentarios reales desde una lectura potencial andina. Con bastante acierto, la perspectiva de Mazzotti se orienta a cubrir "algunos de los va­cíos que la crítica garcilasista más al uso deja ab iertos por la aproximación netamente canóni­co- literaria o reduccionistamente biográfico­hi storicista" (pp. 39-40). Además, aboga con in­sistencia por una reactualización de la edición príncipe de los Comentarios reales, ya que las modernas reimpresiones ocultan muchas posibi-1 idades de análisis con respecto al ritmo prosódico y la organización paragráfica y orto­gráfica de l texto, por ejemplo.

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Reseñas

En un sentido político , no despreciable, el Inca Garcilaso asumirá la posición de un grupo particular -el de los mestizos cuzqueños- que proclama su rol dirigente sobre las diversas na­cionalidades del " imperio" del Perú. Desde esta perspectiva, hay que notar que la primera y se­gunda parte de los Comentarios reales ofrecen una continuidad histórica general que va de los orígenes del Estado quechua hasta la ejecución del último inca de Vilcabamba, Túpac Amaru , en 1572. Un tema nuclear de ese discurso está .cons­tituido por el proyecto político de Gonzalo Pizarro y sus asesores, que estuvieron empeñados en la formación de un " sacro imperio" hispano-inca independiente de España, y merecieron la opinión favorable de Garcilaso; en esa pretendida armo­nía, los elementos más positivos de los dos gran­des grupos culturales convivientes en el Perú pa­sarían a engarzarse en un sistema político (p. 345).

En fin , la novedosa línea de interpretación propuesta por José Antonio Mazzotti contiene abundancia de elementos para juzgar (o rectifi­car) los componentes , intenciones y proyeccio­nes de la obra creativa del gran cronista mestizo. Su argumentación circula a veces por caminos tortuosos o de excesivo vuelo imaginativo, pero siempre plenos de lucidez. Al mismo tiempo que se exponen las resonancias andinas en la escritura del Inca, se nos muestra su excepcional capacidad para elaborar un discurso afín a la cultura renacentista: punto clave de su éxito frente a la audiencia peninsular y la crítica europeizante -aunque sólo fragmentaria- de su obra.

Teodoro Hampe Martínez

SCHMELZ, Bernd, y N. Ross CRUMRINE (edi tores). Estudios sobre el sincretismo en América Central y en los Andes. Bonn: Holos, 1996. viii, 306 p. (Bonner Amerikanistische Studien, 26).

Conforme lo señalan acertadamente los edi­tores en el prólogo, tanto la historia espiritual como la realidad humana de América Latina han hecho de ésta cuna y laboratorio de las más di­versas clases de sincretismo, fenómeno resultante

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del cruce de sistemas de raigambre autóctona con elementos de origen europeo y cristiano. En el volumen compilado por los antropólogos Bernd Schmelz (curador de las colecciones europeas en el Museo de Etnología de Hamburgo) y N. Ross Crumrine (profesor de la Universidad de Victo­ria, en Canadá) se reúnen doce trabajos, cuya orientación tiende a fomentar los análisis com­parativos en dicho terreno. Se trata, pues, de "comparar y contrastar los distintos rasgos de una fenomenología a primera vista nada diáfana", a través del examen de los procesos y conexiones que rigen cada caso de sincretismo.

El aporte individual de Bernd Schmelz con­siste en un review essay o estado de la cuestión sobre las investigaciones en torno al sincretismo en América Central y en los Andes. Entre los au­tores que han producido trabajos de mayor en­vergadura durante los últimos treinta años, des­taca principalmente a Hedrick, Marzal, Morandé y Prien. Respecto a Manuel M. Marzal merece la pena citar, por cierto, un nuevo intento suyo por definir el sincretismo en el contexto del "catoli­cismo popular" andino: se refiere al proceso de formación de una identidad espiritual , cuyos ele­mentos -creencias, ritos , formas de organización, normas ét icas- son producto del encuentro de dos sistemas religiosos a partir del siglo XVI, donde unos componentes desaparecen por completo , otros se reinterpretan e identifican con sus simi­lares, y otros más permanecen tal y como estaban (véase "Un siglo de investigación de la religión en el Perú ' ' , en Anthropologica, nº 14 [ 1996], p. 13).

Por su parte, Peter Dressendórfer (Bonn), con su característico estilo denso y punzante, re­flexiona sobre la naturaleza del sincretismo reli­gioso latinoamericano. Insiste este autor en el hecho básico de la "conqui sta espiritual" de los dominadores ibéricos, que trajo consigo una transculturación y una enajenación religiosa de los autóctonos. La visión de Dressendórfer acer­ca de la identidad espiritual de los habitantes amerindios es plenamente negativa; habla de ataque, destrucción y transformación , sin dejar lugar a una probable reconstitución creativa o acomodación mutua (como hoy suele postularse). Más aún , el aludido ensayo sostiene que "el úni­co sincretismo de raigambre autóctona que ha

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demostrado su vitalidad inq uebrab le a través de los s iglos , hasta el presente' ', es el culto a la Virgen de Guadalupe en Méx ico (p. 30 ).

El nue vo libro editado en Bonn co mprende algun os ensayos valiosos con referenc ia al ám­bito mesoa mericano y caribeño, sobre los cuales -en aras de la concisión- no vamos a tratar en deta ll e. Sólo mencionaremos de pasada las pá­ginas que se dedican a los mitos y ritu ales de los indios mayos en el noroeste de Méx ico (N. Ross Crumrinc). a la representación coreográfi ca de moros y c ri sti anos en una co munidad nahua­mes ti za de Puebla (Patri zia Burdi ), a la mezcla de santería y es piriti smo en Puerto Ri co (Bettina Sc hmi d t ) y a la ide ntid ad co lec tiv a de los arhu acos o ijka e n la s ie rra ne vada de Sant a Mart a (Bruno Schlegelberger).

Sugestivo y audaz es el trabaj o de Henrique Urbano (Québec/Cuzco) , que invit a a repensar el di scurso antiido látrico de las campañas de "ex­tirpación'' que se rea li zaron en el virre inato del Perú durante el siglo XVII. Es evidente que la represe ntación de creencias y prác ticas rituales andinas en la documentació n de la época no fue aJena a intereses burocráti cos y socio-económi ­cos . De acuerdo con Urbano, aquel di scurso se halla marcado desde el arranque por la influen­c ia j es uit a , co n un e nfo qu e pastora l rud o y di scriminato ri o y una mecáni ca de re presión in­tolerante y despótica (pp. 139-141 ). En vista de tales circunstancias , será difícil asegurarse de que los datos transmitidos por los jueces-visitadores de la "ex tirpac ión'' corre spo nden de veras a prác ticas indígenas , y que no se trata de cons­tru cc io nes fi c ti cias , impregnadas de cli c hés , prejuicios e intereses partidi stas.

G isc l;1 Cá nepa Koc h (Ca mbridge , Mass.) anali za , a su vez, la festi vidad de la Virgen del Ca rm e n ele Pauca rta mbo ce leb rad a po r los mi grantes cuzqueños en Lima. Su obje tivo con­siste en mostra r la fi esta andina bajo la fo rma ele un proceso ideo lógico y po líti co, en e l que gru­pos en distintas posiciones ele poder interactú an, va le decir, conl1uyen y luchan entre sí. El fenó­meno ele recreac ió n de la fiesta serrana en la ciudad de Lima permite, en opinión de d icha es­tudiosa, interpretar la natural eza conflicti va ele la identidad mes ti za; lo que importa no es des tacar

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la simbiosis de los elementos hispanos e ind íge­nas, sino la rea lid ad com pleja, in acabada , e n constante transformación, de l ser mesti zo.

Una sección fin al dentro del libro que rese­ñamo s contie ne art ícul os sobre la problemáti ca clcl sincreti smo e n Bolivia y en e l ámbito meri­di onal ele los Andes. Así, Xavier Albó y Milclrecl Calla (La Paz) examinan los rasgos peculi ares de la vicia re li giosa e n las comuni dades quechua­habl antes ele Ti raque , departamento de Cocha­bamba. Por medi o ele las tres celebraciones más importantes ele! ciclo agrario y ritual -San Isidro, Tocios los Santos y e l Carnaval- se pone de re­lieve la permanente interacción entre lo autóctono y lo cri sti ano, tanto en el mundo ele las creencias co mo en su plasmac ión fes tiva. En las tres si­tuaciones contempladas, donde la fiesta tiende a re forzar . e l sentido ele unidad intercomunal , la tradici ón andin a ha seg uido vi gente y se ha abierto un campo propio dentro de celebraciones claramente li gadas al calendario cristi ano.

Otros ensayos tocantes al ámbito sureño del antiguo T awantinsuyu son el ele Guillermo Del­gado (sobre la adoración de dioses pétreos en la región ele Oru ro) , e l ele Deni se Arnolcl (sobre una versión mitológica en la comuniclacl ay mara de Qaqachak a) y el de Mercedes Costa y Gabriela Karas ik (sobre las fi estas ele Carnaval en la que­brada de Humahu aca, provincia de Jujuy). Resu­mi endo e l sentido ele esta diversidad de aproxi­maciones a un as pecto co nsubstancial a la for­mación socio- re li giosa de los pueblos amerindios, Berncl Schmelz señala con razón que el estudio ele los sincretismos locales muestra que hay que tener cuidado en no gene ralizar las expresiones propias de las di stintas partes ele América Latina. "Cada país, cada reg ión, cada grupo étnico , hasta cada pu ebl o -ad vierte- puede tener su propio desarroll o hi stó ri co con res pecto a su re li gión sincréti ca'' (p. 16). En la meclicla en que el fe­nómeno se presenta tan complejo, y todavía no bi en determinado en sus líneas maestras , la se rie ele aportaci ones que reúne es ta mi scel ánea de Estudios sobre el sincretismo en América Central y en los Andes sirve pl e namente al obj e ti vo, cauto, mesurado, sereno, ele sus compil adores.

Teodoro Hampe Martínez

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COM IS IO N AMAZONICA DE DESARRO­LLO Y MEDIO AMBI ENTE. Amazonía sin Mitos, Edito rial La Ovej a Negra, Co lombia, 1993. 253 p.

Este lib ro es el resultado de un informe que reali za e l Tratado de Cooperación Amazónica, siendo la fin alidad del mismo preparar un docu­mento que oriente las políticas y estrateg ias de desarrollo de la región amazónica. E l in forme "Amazonía si n Mitos" no es ex haustivo ni tam­poco recopila. ni pretendió recopilar, todo lo que sabe sobre la Amazonía.

De manera muy interesante, e l libro aborda temas de actu alidad como: no una sino muchas Amazonías, la Amazonía ocupada, procesos e impactos ambientales y socia les, las opcio nes para el futuro de la Amazonía y estrategias para el desarrollo sustentable entre otros.

" La Amazon ía nació de mitos" (pág . 20). Amazona deriva de mujeres míticas, considera­das los seres más fuertes y feroces ; lo que estas mujeres imagin arias ofrecían a los pueblos anti­guos es lo que la Amazonía todavía parece pro­porcionar a muchos: un caudal de malentendidos y sueños, un objeto de deseos y verdades a me­dias , en resu men una seductora tierra de mitos.

El li bro expone temas sobre los mitos de la Amazonía. El mito de la homogeneidad. cree que la Amazonía es un manto verde, enorme y uni­forme. interrumpido por grandes ríos (pág. 35); pero la gran heterogeneidad de tipos de cl imas, de formaciones geológicas y de a ltitudes sobre e l ni vel de l mar conforma una gran diversidad de paisajes , a la c ua l corresponde una gra n heterogeneidad de tipos de suelo, de formac io­nes vegeta les y de biodiversidad. Otros mitos a los que hace refere ncia , son mito s del vacío amazónico , de la riqueza y la pobreza, del pul ­món de la tierra , del indígena como freno para el desarro llo y de la internacionalización de la Amazonía, en los que se trata de demostrar cómo se debe ir destruyendo cada uno de es tos mitos.

El libro, además. presenta cuadros es tadísti­cos muy interesantes como: los países de mayor diversidad en espec ies de la tierra. plantas útiles de la Amazonía peruana, algunos recursos mi -

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nerales y energéticos de la Amazo nía, grupos étnicos, población indígena y ex tensión demar­cada en los países de l Tratado de Cooperación Amazónica. superficie de áreas protegidas en la Amazonía por países, entre otros.

Finalmente , este informe de l Tratado de Cooperación Amaz6nica. apoyado por el Banco Interamericano de Desarro ll o (BID) y e l Progra­ma de las Naciones Unidas (PNUD), se fu nda e n la concepción de una Amazonía que va más al lá de la fascinación y los mitos : una Amazonía de carne y hueso, de trabajo humano, de histori a humana, de rostros humanos. Es un anális is ba­sado no sólo en las experienc ias y en las tecno­logías del mundo ac tual, sino tamb ién. y con mayor énfasis, en la sabiduría acumul ada duran­te siglos por la Amazonía misma.

Haydeé Ortiz de Orué Lucana

LEMLIJ , Moisés, editor. Mujeres por mujeres , Biblioteca Peruana de Psicoanálisi s, Lima, 1994, 3 19 p.

Lem lij pertenece a un grupo ele sicoanali stas limeños muy conocido en ciertos medios socia­les donde esa práct ica tl orece y se clesarrol la. So n medios soc iales gcneralmente de clase media alta -vulgo ¡,i111co- y relacionados entre e ll os por la­zos de negocios, amistad o chismeo. Aparecen en las páginas sociales de los periódicos y nutren las reuniones del mundo ¡,it11co con su prese ncia mundana y li bertaria. Como ga ll o en ga llinero, Lemlij nos ofrece dos decenas de estudios en que mujeres de varios hori zont es int elect uales y es­paciales abordan te mas relati vos a mujeres. Hay de todo en estas tresc ientas págin as. pero predo­minan en e ll as la cuestión ele la femineidad y la sex ualid ad. Muy pocas se re fi eren a los Andes. De hecho , sólo el artícu lo de María Rostworowsk i trata del tem a. " L a muj e r e n la época prehispán ica" (pp. 287- 300). Lo había publicado anteriormente.

Fuera de las generalidades a que se refi ere la autora para entrar en el tema. el texto ana li za el material de los re latos mítirns prehi sp,íni cos e n

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qu e, según e ll a, repiti end o lo q ue se vie ne di­ciendo desde hace vari os siglos , entre los héroes míti cos Ayar no ex iste la re lac ión padres/hij os. sin o la que defin e el co mercio entre hermanos y hermanas. De ahí , " la relac ión dua l entre hij o y madre' ' (p. 289). Esta extraña afirm ación nac ió en el inco nciente del club sicoanalíti co de Leml ij y de Max Hern ández, animado r de la pitu quería sicoanalíti ca limeña, a la que pertenece también la autora. Y habl ando de los Ayar: "En reempl a­zo del padre se yergue más bien la representación de la madre de vagina dentad a y fá li ca, concepto común a otros pueblos del mundo ... ·• (p. 290).

Ignoro de dónde María Ros t woro wsk i ha podido sacar semejante afirm ación. Qui zá la haya desenterrado de sus propias fa ntas ías eró ti cas que , seg ún sus pro pi as pa la bras y prác ti cas, apunt an a la castración y al fa lo fe menino.

Lo que queda de este delirante tex to de la octogenaria autodidacta ni siqu iera merece ser comentado. La mujer andina que e ll a nos des­crihe no es sino la proyección de sus propios fa ntas mas sobre e l mund o pre hi spán ico. Al leer las me d oy c ue nt a d e los pe ligros d e l autodidact ismo en materi a de lectu ra hi stó ri ca. La profusión de afi rmaciones sin fundamento, las interpretac iones sicoanalíticas sa li das de los sa­lones limeños y la manía de la aut ora de re ferir­se a vocabl os quec huas para aducir razones que no resisten a la más mínima lec tu ra crít ica hacen de este tex to un eJempl o fl agrante de la medio­cri dad en materi a de es tu d ios sohre la mujer prehi spánica.

No sé por qué razón e l úni co estudio ampli o sobre es tas materi as , el de Irene Sil verblatt , L1111a ,

Sol _,. Brujas, no se menciona en es tas páginas. Q ui zlÍ su inst int o de aut odi dacta castradora y fá lica lo haya eliminado o comi do. como lo in­dica la expres ión de Gonzá lcz Hul guín . 111a 11w 11

111irct1, cit ada por la autora. Sin e mbargo, sería ju s to me nc io narlo porqu e a nt es que Ma ría Rostworowski haya sacado a lu cir sus im ag in a­ri as e lu cuhrac iones, hu bo algui e n que, con ins­ti nto pionero, asentó sobre fundamentos algo más só li dos c inte li ge ntes, un a re fl ex ión sob re la mujer andina prehi spánica y coloni al.

María del Carmen Qu.ispe Ríos

N9 1, julio 1997

T API A, Mario E. Ecodesarrollo en los Andes Altos , Fundac ión Friedrich Ebert , Lima, 1996, 180 p.

Esta última publicación de l Dr. Mario T api a pl asma un es fuerzo de sistemati zación de más de 25 años de rica ex peri encia tratando de entender, desde la estación experimental a la comunidad campesina, la di versi dad y el funcio namiento de los agroecosistemas andinos, y de transmitir cierta ' utopía andina' . El cambio de paradigma consiste en no considerar las características intrínsecas del mundo andino co mo lim itac iones , s ino como condi ciones y potenciales del desarroll o.

Parti endo del análi sis de las características agroecológicas de la región andina, propone una zonifi cación que trata de rescatar el conocimie n­to y la visión holísti ca del ho mbre andino sobre su medi o. Integra vari as esca las de análi s is (subregiones, zonas agroecológicas, zonas ho­mogéneas de producción), con factores geográ­fi cos, climáticos, edáfi cos e hidromórficos, que pe rmi ta n es tim a r e l po te nc ia l produ c ti vo agropecuario (más bien no prete nde presentar el manejo ac tual de es te medio).

Se presenta una reseña de la hi sto ri a ag ríco­la andina la cual da luces sobre las evoluci ones de la artifi ciali zación y el aprovechamiento del medi o, que transforman las rac ionalidades y po­tenciales productivos , y el enfoque de sistemas como herrami enta pri vilegiada para 'entender las re laciones de dependencias entre los compone n­tes o subsistemas, detectar sus restricciones y, sobre todo, comprender la lógica producti va y las expectati vas del producto r', lo cual supera cual­qui e r a prox imac ió n secto ri al. La propu es ta metodológica plantea otra fo rma de hacer in ves­tigac ión, o ri entada hac ia el desarro ll o en condi ­ciones del ca mpesi nado andino y con obje ti vos distintos a la sola maximi zación de la producción. y correspondiendo más bien a la optimi zación de la utilizaci ón de di versos recursos escasos den­tro de sistemas integrados y compl ejos.

En las alternati vas presentadas resaltan todas las transformaciones del medio que permiten re­ducir los riesgos cl imáticos y erosivos, en parti ­cul ar en zonas de laderas (que constitu ve e ntre

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el 50 y 60 % del área total cultivada) , y la potenciación de la ganadería (con especificidades para el subsistema semiintensivo ele vacunos ele leche en la zona quechua, subsistema ganadero extensivo mixto en la zona de ladera , y subsistema extensivo ele camélidos en puna) . En manejo de cultivos Mario Tapia observa resul­tados ele investigaciones relativamente tradicio­nales (como la respuesta a niveles ele fertilización en condiciones de estrés hídrico), sin ciar mayor peso a ciertas alternativas exploradas por la agricultura biológica o la agroforestería (fertilización orgánica, manejo integrado de plagas) , mientras que presenta un cuadro relati­vamente optimista en cuanto a la conservación y evaluación de los recursos biológicos.

En cuanto a las propuestas , si bien existe un cierto consenso en torno a los elementos con­ceptuales y técnicos para elaborar planes ele ecoclesarrollo de los sistemas agrícolas ele la s ierra (como e l aporte indiscutible ele la zonificación agroeco lógica), quedan todavía abiertas la s preguntas sobre las condiciones económicas y políticas necesarias para hace r realidad un programa que logre 'incrementar la producción de los alimentos estratégicos en for­ma sos tenida y la incorporación ele la población campesina a la economía nacional en forma justa'. Faltaría efectivamente cuantificar y com­parar el costo ele implantación de tal programa. con e l costo económico, socia l y ecológico que significaría no emprenderlo, y por otro lacio identificar quién debe asumir los costos de con­servación del medio ambiente (en ciertos países de l norte , se reconoce este papel a los producto­res y se les subvenciona por ello); e l cambio ele deuda por medio ambiente se menciona co mo posible alte rnativa.

A1111ette Salis

OSSIO, Ju an M. Los indios del Perú (Coleccio­nes MAPFRE) , MAPFRE, Maclricl. 1992, 304 p.

Las Colecciones MAPFRE ti enen por obje­tivo ciar una panorámica ele los distintos te mas que se re lac ionan con las sociedades latinoame­ri canas e ibé ricas. Las obras publi cadas c ubre n

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un a inl1nicl a cl de campos ta nto el e orden socioantropo lógico como históri co y político . Lus indios del Perú lorma parte ele ese monumclllal es luerzo editorial auspiciado por una de la s más import antes instituciones financi e ras es pañolas, con importantes ramas latinoamericanas. Su au­tor: un antropólogo, Juan M. O ssio.

Aclárense los objetivos. El no trata ele todos los indios de l Perú. Sólo ele algunos, máxime ele aque ll os que le permiten desarrollar unas cuan­tas ideas más o menos conocidas, pe ro sobre tocio gastadas en torno al mundo andino y a sus su­pu es tas estructuras m e ntales. La ve rborrea "oss iosa" no ti ene límites ele ti empo y Lus in ­dius del Perú se remonta a las épocas prehi spá­nicas para ace rcars e en la última parte a la comuniclacl andina actua l. La desproporción en el trata mi ento ele los temas es notoria. La época pre hi spánica oc upa unas 60 páginas. los incas un as 75, la época de l g ran encuentro -un largo gran encuentro en té rminos temporales- unas 50 y la é poca republicana, unas 100 páginas . Obvio. la visión que nos da ele los indios del Pe rú no puede ser sino frag mentada. Pero hay mucho más en es ta forma elíptica ele tratar la indiada. Los desequilibrios ev identes en la se lección del au­tor mani li es tan c laramente sus opciones y sus /)C{rti -¡nis ideo lóg icos. De eso me ocuparé.

Los indios del Perú no es ni un libro de antro­pología ni un lib ro ele hi storia. Es un mal amaña­do resumen catequético con un sesgo pseucloes­tructurali sta en qu e se toman por hec hos fundado s y probados algunas de las má s estrafa lari as y lantasiosas ex plicac iones ace rca ele lo que sería la "'esencia" de l mundo andino. O qui zá. para ser más preciso , es una lectura ideo lógica de unos cuantos hech os re lativos a los Ancles en que brillan por su ausenci ,1 e l se ntido c rítico ele las fuent es. la ag uda mirada e tnográfi ca y la más ele mental preocupa­ción por documentarse sobre los es tudi os más re­c ientes acerca de algunos temas que ca mbian ra­di ca l o parcialmente las o ri entac iones sociohi s­tóri cas y antro pol ógicas el e los es tudios andinos .

Para poner en e l cli ente a lguna sustancia, ahí van al gunos ejemplos.

Pri1110: El indi ge ni smo. Se publi caron en las última s dos décadas un bue n nC1mcrn de libros sob re indi ge ni s mo pe ru ano. Lus h,1y de mu y

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buena hechura y rigor. Ossio se pierde en elucubraciones sobre el primer indigenismo y se agot,1 en unos cuantos párrafos acerca del se­gundo. No hay sombra de rerercncia a autores tan importantes como Luis Yalcárccl o a la historia del indigenismo cuzqueño, por ejemplo.

Sernndo: Los incas y el espacio andamar­quino. L1 referencia seminal a Andamarca tiene varias dimensiones y un leve olor a gamonalismo. El horizonte mental de referencia de Ossio son las páginas vandanikeñas del antropólogo R.T. Zuiclcma con quien el autor comparte solar, mesa y sobremesa. De ese incesto lógico resulta la monstruosa elucubración acerca de la distribución espacial de los santos andamarquinos en las riestas pueblerinas. Según Ossio, las mudas imágenes católicas se pliegan a la implacable lógica andina prehispánica y los indios de Anclamarca, fieles a un ancestral mandamiento inconcicntc. las hacen hablar , proyectando en el templo católico el orden cósmico de la tradición teológica incaica. Barrunto que a esta altura, sólo los desprevenidos infantes puedan engullir se­mejante idiotez. Me pregunto: ¿Por qué los indios andamarquinos que, sea dicho ele paso, parecen más mestizos que indios, aplicarían a las proce­siones católicas la "lógica simbólica prehispáni­ca'")¿ Y quién ha dicho a Ossio que en Andamar­ca la presencia ele la lógica incaica está tan arraigada que hasta en la sopa de chuño se plas­man las profundidades del simbolismo preco­lombino'7 ¿Cuáles serían las razones que justifi­carían el poder imperativo y casi mágico ele su­puestas categorías lógicas que doblegan la con­ducta y práctica cotidiana ele un pueblo mestizo hasta el extremo de presentirlas en las expresio­nes 1rní s cistizas del catolicismo'7 ¿Son los mes­tizos andamarquinos tan kantianos como nos lo hacen creer las ñoñeces de Oss io y Zuidema'7

Ter1io: El sistema de ceques y el mundo es­pacial rn1dino. Todos aquellos que alguna vez han creído en un siste111a de ceques, entre los cuales me cuento yo, tienen que limpiarse los sesos como los mestiws anclamarquinos limpian las acequias. Tal sistema nunca existió y las disquisiciones talmúdi cas y cabalísticas de Zuidema nada tienen que ver con los textos ele la cronística y menos aún con el espacio simbólico andino prehispánico.

N9 1, julio 1997

Ahora bien, Ossio que babea Zuidema como un niño de tela chorrea helados D ' Onofrio , no se ha ciado cuenta que es uno de los pocos bípedos sud­americanos que aún habla de "sistema de ceques".

Quarto: El 1aqui onqor y el mesianismo andino. Diría yo que la mente de Ossio está pro­gramada como la de esos militantes políticos que Ja1m1s duelan ele sus verdades. Su paso por las militancias más reaccionarias del Perú le dejó huellas profundas en el uku del cuero cabelludo. Pero además de no tener una mínima distancia crítica frente a las más controvertidas afirmacio­nes acerca del laqui onqoy, zahonda aún más en el chiquero antropológico enlodando su gruesa y ruda pluma con las más extrañas e increíbles elucubraciones. ¿Mesianismo andino? Nunca queda muy claro si él se refiere a "mesías pre­hispánicos" o a algún producto derivado ele la in­troducción del catolicismo español en los Ancles. El más genuino exponente del pensamiento mesiánico andino es fray Francisco de la Cruz, allá por los años 1570 y pico. Ossio no tiene la cultu­ra histórica que le permita hablar de ello. Sin em­bargo, sería quizá un excelente punto de partida para dudar de su abecedario dogmático, pseudohistórico y ultrarreaccionario.

Con estas cuatro entradas sobre Los indios del Perú queda claro que este género de libros presenta una imagen completamente equivocada no sólo de los indios sino también de las realidades socioantropológicas del Perú contemporáneo. Hay en estas páginas silencios que frisan la más crasa ignorancia. ¿Cómo explicar las quince o veinte líneas dedicadas a la Gran Rebelión de Tupac Amaru segundo'l Luego de haberse llenado la boca con tanta rebelión y despoblación, la gesta tupacamarista se reduce a unas banales y sonsas líneas. No busque el lector referencias bibliográ­ficas al tema. Ossio las ignora como ignora tam­bi én un cierto número ele autores peruanos que ofuscan su ideología política ultrarreaccionaria. Es una pena que así sea porque los indios del Perú merecían otras palabras y gestos más nobles. No los pidan a esta clase de señoritos que, como de­cía Miguel Delibes de Azarías, pasan el tiempo "masticando la nada''.

Henrique Urbano

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