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Preguntas de Agustín

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1. AGUSTN1) Distincin ley humana y ley eterna en Agustn (DLA, libro I)

La ley humana es aquella establecida por los hombres para el gobierno de los pueblos y ha sido creada para mantener la paz entre los hombres, no obstante, es incapaz de cubrir todas las injurias y por ello deja impunes muchos delitos. Lo anterior se puede ilustrar del a siguiente manera: la ley humana permite matar a un hombre si este est atentando contra la propia vida, sin embargo teniendo en cuenta que la vida es algo que podemos perder en contra de nuestra voluntad, puede que esta victima mate al agresor con el fin de apartar un obstculo que le impedira aferrarse y gozar de las cosas temporales que a su vez podemos perder en contra nuestra. Dado que el asesinato se da por el amor a las cosas temporales y no por el amor al ser por excelencia (el sumo ser, Dios), esta victima es criminal y debe enjuiciarse. No obstante, la ley humana deja impune tal crimen; esto por ninguna circunstancia significa que la ley humana sea injusta, pues es ley en tanto es justa (ya se ver mas adelante por qu). La ley humana cobra tambin el nombre de ley temporal, esta es, aquella que se modifica justamente bajo las circunstancias de los tiempos.

Aquello que la ley humana no castiga (o cubre) si lo hace la ley divina la divina providencia. Esta ley es inmutable pues es la razn suprema de todo castiga no del mismo modo que la ley humana/Temporal sino que a los malos, en el caso de la victima anterior, con una vida miserable e infeliz, y a los buenos (en el caso en que en el ejemplo de antes la victima quisiera vivir para dejar a un lado los objetos temporales y amar al sumo ser para alcanzar la vida eterna) con una vida bienaventurada. La ley humana/temporal se da en virtud de la divina providencia, a su vez que sus modificaciones. Es posible decir que la ley humana es justa porque esta fundada en la ley eterna.

LEY ETERNA (definicin de Agustn): aquella en virtud de la cual es justo que todas las cosas estn perfectamente ordenadas.Y con respecto al orden Pues cuando la razn, mente o espritu gobierna los movimientos irracionales del alma, entonces, y solo entonces, es cuando se puede decir que domina en el hombre lo que debe dominar, y domina en virtud de aquella ley que dijimos que era ley eterna. La ley eterna ha provisto al hombre del seoro de la mente sobre las pasiones.

Cmo se conciben estas leyes en relacin a cada hombre? aquel buen hombre que ame vivir rectamente es aquel que sigue la ley eterna, pues sabe que esta ley premia la buena voluntad. Este bienaventurado no necesita la ley temporal pues vive en consonancia con una ley superior. los que viven segun la ley temporal no pueden, sin embargo, quedar libres de la lev eterna, de la cual, como dijimos, procede todo lo que es justo y todo lo que justa- mente se modifica. Se podra decir que por un lado, los bienaventurados viven felizmente (beate vivere) por que viven rectamente amando al sumor ser (recte vivere,) en cambio, los miserables al vivir buscando los bienes temporales (riquezas, a los honores, a los placeres, a la hermosura del cuerpo y a todas las dems cosas que pueden no conseguir, aunque quieran, y que pueden perder contra su voluntad) viven oprimidos bajo la ley temporal, infelizmente.

Cmo acta la ley humana? Privando de los bienes (libertad, propiedades, honores, alabanzas) a los miserables. Lo que pretende esta ley es que los miserables no causen caos en la sociedad con sus acciones temiendo ser privados de los bienes temporales. A la ley temporal no le importa castigar el pecado, mas sin el desorden causado por las acciones en la sociedad. Por esta razn es que se dice que los bienaventurados no viven bajo esta ley, si bien los incluye, no la necesitan pues viven a favor de la ley eterna. Esta ley divina manda a los hombres a flaquear ante tales bienes. El bienaventurado reconoce que los bienes dados son temporales y que los puede perder, por eso cuando de hecho los pierde no se entristece y no le representa un dao ni un mal perderlos. El bienaventurado tiene seoro sobre estos bienes y le representan un bien porque los administra bien. Por consiguiente, las cosas temporales no han de ser vituperadas, sino al que las ama vehementemente.

2) Distincin entre libre albedro y libertad en Agustn (DLA, libros I y II, cap. XIII,37)

El libre albedrio es el movimiento voluntario provisto por Dios. Capacidad de escoger. El libre albedrio es un bien medio, pues se le puede dar un mal uso pero sin el no tendramos la capacidad de hacer buenas obras. si nos ha dado el libre albedro es porque es un gran bien; tan gran bien que el hombre prefiere perderlo todo antes que perder este. Sin el libre albedrio no habra mrito ni demrito gloria ni vituperio, responsabilidad ni irresponsabilidad, virtud ni vicio (introduccin).

El libre albedrio consiste en la eleccin racional entre la vida entregada al alcance de lo temporal, mutable y perecedero y la vida entregada al alcance de lo que es eterno, inmutable e incapaz de ser perdido [De Libero Arbitrio I.7] Por esta razn es que el hombre puede tanto tener una vida miserable o una vida bienaventurada. El libre albedrio le da la capacidad al ser humano de ser feliz y recto y al mismo tiempo de ser miserable, viciado y desgraciado. Somos felices por el libre albedrio y somos miserables por el libre albedrio.

As que, cuando decimos que los hombres son desgraciados por su propia voluntad, no queremos significar que quieran ser desagraciados, sino que son de una voluntad tal, que a ella sigue necesariamente la desgracia, aun sin quererla ellos. Por tanto, al afirmar que todos los hombres desean ser dichosos, y que, a pesar de esto, no todos lo son, no establecemos contradiccin alguna con lo arriba dicho; porque, siendo verdad estos dos extremos, lo es tambin que no todos quieren vivir rectamente, y que a sola esta voluntad de vivir segn la razn, y no a otra, es a la que se debe la vida bienaventuranza. ESA ES LA LIBERTAD RECTE VIVERE BEATE VIVERE

Por qu nos ha dado Dios el libre albedrio si es la causa del pecado?La razn por la que Dios nos ha dado libre albedrio es para poder obrar bien. Por eso, cuando se usa el libre albedrio para pecar, Dios castiga con la ley divina, pues tal naturaleza racional la ha usado para el fin que no es propio. Y por qu no simplemente quitarnos el libre albedrio para dejar de hacer cosas malas? El libre albedrio permite la distincin entre buenas y malas obras, de esa forma, haciendo justo castigar las malas y premiar las buenas. Sin el libre albedrio, cualquier obra no sera ni pecado ni obra buena:

El hombre, como todo ser, esta sometido a una ley eterna e inmutable, la cual no debe traspasar; no obstante, acosado por el apetito de bienes o placeres, prohibidos por esa misma ley, el hombre abandona a veces esta por seguir aquella. Con todo, nada hay que pueda forzar fatalmente al hombre y su libre albedro a obedecer a las pasiones; stas pueden tentarle, seducirle, hacerle fuerza, pero no violentarle irresistiblemente a que las siga y obedezca. La concupiscencia es ocasin de pecar, pero no la causa del pecado, que radica en el libre albedro. Luego el libre albedro es un mal para el hombre, exclama Evodio. No sera mejor carecer de tan triste prerrogativa? (introduccin)PERO, Si el mal radicase en la esencia del libre albedro, habra razn para culpar a Dios; pero siendo en si un bien, su mal slo puede estar en un defecto de si mismo, en un desfallecimiento de la voluntad, dejndose ir tras un bien sensible, un deleite, pospuesto el bien supremo, Dios. []El pecado, que es carencia de bondad del libre albedro, no puede venir de Dios, sino de la nada, de defecto de ser y obrar(introduccin)

Dios no es el autor del mal, es el mismo hombre que, en mal uso del libre albedrio, es decir, usarlo para amar las cosas temporales, realiza malas acciones y cae en el vicio. Dios castiga las malas acciones procedentes de la voluntad libre. En la voluntad humana esta enraizada la maldad humana, pues es all donde se posa la concupiscencia libdine:si alguien deseara eficazmente abusar de la mujer de su prjimo y de algn modo llegara a saberse su intento, y que lo hubiera llevado a cabo de haber podido, este no sera ciertamente menos culpable que si realmente hubiera sido sorprendido en flagrante delito, aunque de hecho no hubiera podido realizar sus deseos.

As resulta que ni aun aquellos bienes que anhelan los pecadores son en manera alguna males, ni lo es tampoco la voluntad libre del hombre, que hemos reconocido que debe clasificarse en la categora de los bienes intermedios, sino que el mal consiste en su aversin del bien inconmutable y en su conversin a los bienes mudables: y a esta aversin y conversin, como que no es obligada, sino voluntaria, sigue de cerca la digna y justa pena de la miseria

Si Dios lo sabe todo (la presciencia Divina) porque tenemos la libertad de pecar?: He aqui como, sin negar la presciencia divina de todas las cosas que han de suceder, es posible que nosotros queramos libremente lo que queremos. Dios tiene presciencia de nuestra voluntad, y tal sera cual el la preve; y sera una voluntad o acto libre, porque Dios asi lo ha previsto; y, por otra parte, no seria voluntad nuestra si no estuviera en nuestro poder. Luego tambien Dios tiene presciencia de nuestro poder. En fin, no queda anulada nuestra libertad por la presciencia divina; al contrario, es ms cierta, porque aquel cuya presciencia no se engaa previo que seramos libres.Ev.He aqu que desde ahora mismo admito que es nece- sario que suceda todo cuanto Dios ha previsto y tal y como el lo ha previsto, y que, no obstante la presciencia de nuestros pecados, nuestra voluntad no deja de ser libre ni de estar siempre en nuestro poderYDios, sin obligar a nadie a pecar, preve, sin embargo, quienes han de pecar por su propia voluntad

De donde proviene el movimiento al mal? De la voluntad. A quin sino a mi ha de atribuirse el mal que hago por mi propia voluntad?:Es propio de la voluntad aquel movimiento por el que ella aparta del Creador su voluntad para entregarla a las criaturas; el cual, si es culpablela sola duda de que lo sea te ha parecido ridcula, ciertamente no es natural, sino voluntario. Por esta razn es que Dios no es ni autor ni culpable de que pequemos. El libre albedrio no es un movimiento necesario ni obligatorio, como lo es el de una piedra, sino que se da por acto de eleccin. La capacidad de elegir hace posible que se pueda juzgar de bueno o malo una accin, siendo la buena accin el fin propio de que dios nos haya dado el libre albedrio.

La libertad es plegarse hacia el bien, someterse a la verdad suprema. La buena voluntad, es decir, el uso adecuado del libre albedrio, es la voluntad por la que deseamos vivir recta y honestamente y llegar a la suma sabidura.

Se goza con toda seguridad la verdad y la sabidura:En esto consiste tambin nuestra libertad, en someternos a esta verdad suprema; y esta libertad es nuestro mismo Dios, que nos libra de la muerte, es decir, del estado de pecado. La misma verdad hecha hombre v hablando con los hombres, dijo a los que crean en ella: Si fuereis fieles en guardar mi palabra, seris verdaderamente mis discpulos y conoceris la verdad, y la verdad os har libres. De ninguna cosa goza el alma con libertad, sino de la que goza con seguridad Libro II. CAP XIII, 37.

3) La doctrina del sumo ser en Agustn (DLA, libro III, cap. VII)La misma existencia es un gran bien, pues tanto los desgraciados como los bienaventurados prefieren ser a dejar de ser, los primeros, prefieren seguir existiendo miserablemente a dejar de existir. El desgraciado podra juzgar que si le hubiesen dado a elegir antes, preferira no haber existido a ser miserable, esto lo dice porque al ser miserable, esta alejado del ser por excelencia. A pesar de esto quiere seguir existiendo, esto no es por otra cosa sino porque ha recibido el ser del sumo ser.EL sumo ser al proveer al desgraciado de ser (al igual que al bienaventurado, siendo este superior al anterior), lo hace superior a las dems cosas que ni posibilidad tiene de desear la felicidad, pues su sola existencia lo hace loable, por que el hecho de ser, lo hace bueno. La carencia de ser, por otra parte, es el mal.

Entre mas se quiere seguir siendo, mas es la aproximacin al sumo ser: es amar la razn por la cual se quiere ser y se es. Este camino hace que el hombre desee la vida eterna y por ende desear todo aquello que no sea temporal, pues lo temporal alguna vez no fue y no ser mas tarde. Estas cosas las puede tener estables, pero eso no significa que tenga que amarlas mas que cualquier otra cosa para mantenerlas; las puede apreciar en lo que son pero solo amar al sumo ser que siempre es. Por ello debe concentrar su amor y su vista al sumo ser y debilitar ms y ms el amor por las cosas temporales.

De esta forma, el miserable llegar a ser lo que deseaba cuando pensaba que era preferible no ser a ser miserable. EL solo hecho de que el miserable quiera ser es la muestra de que tiene la capacidad de encaminarse hacia el sumo ser. De esta forma se estabilizara all.

Dicho de otra forma, el desgraciado que quiere seguir siendo a dejar de ser, es aquel cuyo amor a la existencia le reconoce el amor a quien lo provey de ser, al ser sumo. Este amor al sumo ser se da porque l es la razn de que el quiera seguir siendo y de que sea, y por ello lo nico que querr despus de esto es seguir el camino hacia el sumo ser, observndolo a el ms que a lo temporal.

El que el miserable siga queriendo ser en vez de dejar de ser, significa que quiere dejar de ser miserable. Pues el miserable que prefiere dejar de ser a ser, sin poder dejar de ser, seguir siendo miserable, perdiendo el camino hacia la vida eterna.

La doctrina del sumo ser es aquella que dice que el sumo ser provee de un bien grandsimo a los hombres y este es la existencia, que por ella misma ser es buena. Este bien tiene la potencia de llevar al hombre, as sea desgraciado, a aproximarlo a dios y as mantenerse en la vida recta para tener una vida bondadosa y as la vida eterna.

El hombre cuenta con el libre albedrio y tiene la capacidad de escoger alejarse de Dios, no obstante, ya desgraciado y miserable y con el conocimiento de esto puede llegar a pensar que quiere seguir existiendo a dejar de existir. Esto anterior sugiere que el hombre, al querer la vida con tantas ganas, querr la vida eterna y esto SOLO SE LOGRA CON EL PERMANENTE AMOR AL SUMO SER.

Pero aquel cuyo amor al ser es mayor que su odio al ser miserable, unindose por amor a lo que ama, va excluyendo lo que aborrece, y cuando comienza a ser perfecto, con la perfeccin que corresponde a su ser, dejara de ser miserable.

4) La doctrina del mal en Agustn (DLA, libro III, cap. XIII-XIV)Antes que nada es preciso entender que la corrupcin solo afecta a las criaturas que tengan la capacidad de ser menos buenas, es decir, que ya es buena. Si una criatura no tiene absolutamente nada de bondad, no es corruptible, no obstante, ha llegado ha tal estado por la misma corrupcin, lo cual es absurdo. Entonces, se dice que toda naturaleza es buena en tanto naturaleza desde dos aspectos: si es naturaleza incorruptible entonces es claramente mejor que cualquier criatura corruptible, pero si es corruptible, entonces es buena. Esta disyuncin prueba que es buena. Agustn entiende por naturaleza a lo que llamamos substancia y esta, por ser buena, es o Dios o proviene de l.

Entendido lo anterior, se pasa a afirmar que toda naturaleza racional, provista de libre albedrio y que permanece en el bien es digna de alabanza, no obstante, si se aleja de l, es vituperada. Vituperar, en este contexto, es condenar la falta de perfeccin de la criatura. Esto al mismo tiempo, es alabar a Dios, pues la falta de perfeccin radica en alejarse de la bondad de Dios; sumo bien laudable. Esta falta de perfeccin es vicio, es decir, lo que se opone a la naturaleza del ser. A partir de esto podemos afirmar que el mal es una deficiencia ontolgica.

La corrupcin puede ser causada por los propios vicios, que en consecuencia, llevan a corromper al otro. Es decir, una naturaleza racional, que posee la bondad provista por Dios tiene la capacidad, por el libre albedrio, de viciarse a si misma, su propia naturaleza buena. Entonces la razn por la que se vitupera el vicio es porque corrompe la bondad proveniente de Dios.

que toda accin mala no es mala por otra causa, sino porque se realiza bajo el influjo de la pasin, o sea de un deseo reprobable. el vicio

El bienaventurado desea vivir renunciando al amor de aquellas cosas que no se pueden poseer sin peligro de perderlas, mientras que los malos, a fin de gozar plena y seguramente de ellas, se esfuerzan en remover los obstculos que se lo impiden, y por eso llevan una vida malvada y criminal, que, ms bien que vida, debera llamarse muerte.

Dado que el mal esta relacionado solo con el vicio, otros tipos de corrupcin en los que las partes no estn viciadas (por ejemplo, el caso de la naturaleza noble que corrompe a una menos noble, a saber, un hombre que corrompe a un fruto por el uso natural) no son dignas de vituperio. As, pues, llamamos vicio aquello que vemos falta a la perfeccin de la naturaleza, poniendo con esto bien de manifiesto que encontramos laudable aquella naturaleza cuya imperfeccin vituperamos, precisamente porque desearamos que fuese perfecta.