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Preparación de finales (Speelman)

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PREPARACI

DE FINA

COLECCIÓN CAISSA

PREPARACIÓN DE FINALES

Por

Jon Speelman

EDITORIAL PAIDOTRIBO

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del "copyright", bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

Título original de la obra: Endgame Preparation. B.T. Basford Ltd. Director de colección: Josep Escaramis

© Batsford Chess Book © Jon Speelman

Editorial Paidotribo Consejo de Ciento, 245 bis, 1 o 1 a

08011 Barcelona Tel. (93) 323 33 11 -Fax. (93) 453 50 33

Primera edición: ISBN: 84-8019-242-9 D.L.: B-33.411-95 Fotocomposición: Editor Service, S.L. Diagonal, 332 -08013 Barcelona Impreso en España por Hurope, S.L.

Introducción, 5 Prefacio, 9

CONTENIDO

SECCIÓN I: IDEAS TÁCTICAS Y COMBINACIONES, 11

1 Algunas ideas tácticas 2 Combinaciones para forzar tablas

SECCIÓN 11: ZUGZW ANG Y LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS, 43

3 Zugzwang 4 La teoría de las casillas conjugadas

SECCIÓN III: BALANCE DE MATERIAL, 77

5 Un peón pasado extra lateral 6 Un peón extra con todos los peones en un flanco 7 El intercambio 8 Finales sin peones

12 29

46 53

78 86 97

115

4 PREPARACIÓN DE FINALES

SECCIÓN IV: IDEAS ESTRATÉGICAS Y VALORACIONES, 119

9 Configuración de peones y peones débiles 1 O Peones pasados 11 La actividad de las piezas

SECCIÓN V: INDICACIONES GENERALES, 179

Bibliografía, 187

120 137 154

1 ntroducción

Carne de culebra de pantano, cuécete y hierve en el caldero; ojo de tritón y pata de rana, pelo de murciélago y lengua de perro, lengua de víbora y aguijón de áspid, pata de lagarto y ala de lechuza, por el poder de este hechizo, hierve y burbujea, poción del infierno.

Macbeth, William Shakespeare

¿Preparación de finales? U na idea un tanto extraña, podríais pen­sar, o quizá simplemente una equivocación en el título. A pesar de la proliferación y de la profundidad de la moderna teoría de las apertu­ras, uno no puede estar nunca absolutamente seguro, al sentarse para jugar una partida de ajedrez, de cómo será el final -o, pensando ya en él, de cuál va a ser el primer movimiento del oponente-. Sin embar­go, si de hecho llegas a un final, puedes afrontarlo bien pertrechado y con la actitud "correcta".

Los finales no son técnicos, tediosos ni triviales. Todos estos adje­tivos se pueden aplicar a algunas posiciones del ajedrez, incluyendo

6 PREPARACIÓN DE FINALES

algunos finales. Pero también hay finales que son totalmente confu­sos, excitantes hasta poner los pelos de punta, de una dificultad pas­mosa, o un poco de todo. De hecho, el final cubre toda la gama de posiciones del ajedrez: desde los tan agudos que si te sientas sobre ellos los aullidos se podrían oír desde Australia (o, para un lector de las antípodas, desde Londres), a los tan tranquilas (uno no habla nunca de posiciones de ajedrez "inermes") que la caída de un alfiler puede resultar ensordecedora.

En lugar de mezclar todas estas metáforas podríais pensar que sería más útil que intentase definir aquí el final de la partida. ¡No me atrevería ni a soñar en hacer semejante tontería! Creo que un final es cualquier posición en la que "tan sólo quedan algunas piezas". Puede quedar una pieza menor por cada jugador, dos, o quizás incluso tres. A este respecto, cada jugador puede tener una torre, una torre y una pieza menor, o dos torres. Y, por supuesto, también hay finales de dama. Pensándolo mejor, quizá voy a ser un poco tonto y sugerir que, con el sistema de puntuación habitual (D = 9, T = 5, C/A = 3 -e igno­rando R = oo y P = 1 ), un final es probablemente una posición en la que el cómputo total de ·piezas es menor o igual a trece puntos por cada jugador; esto incluye dos torres y una pieza menor, una dama y una pieza menor, o cuatro piezas menores, pero no más. Alternativa­mente, uno podría intentar definir el final en términos de las funcio­nes de las piezas. Se podría decir que el final es una posición en la que el rey se puede utilizar activamente -aunque existen algunas par­tidas famosas de Petrosian (por ejemplo Dückstein-Petrosian) que lo desmienten, y a este respecto, ¿qué pasa con Steinitz?

De lo que estoy absolutamente seguro es de que, como en cual­quier otra fase del juego del ajedrez, el final es un combate y una pe­lea, y un combate particularmente importante, ya que, como cual­quier jugador de ajedrez sabe, "el que se equivoca el último se equi­voca mejor". Puede que sepáis de algún jugador que habitualmente lucha enconadamente durante la apertura y la mitad de la partida para poder llegar a un final favorable -¡para acabar consiguiendo ta­blas, y, sólo a veces, ganar!-. Puesto que estos jugadores creen poder prescindir de todo esto, quizá yo no sea tan estúpido ...

Puede que sea ya hora de que diga algo específico acerca de este libro. Como expliqué en la introducción de mi otro libro, Analizando el final, éste inicialmente surgió como un subproducto. Al analizar distintas posiciones empecé a pensar acerca de los métodos emplea­dos habitualmente en analizar y valorar los finales, y brotó una nueva vida ... Suprimiendo cualquier deseo latente de relacionar esto con la

INTRODUCCIÓN 7

historia de Adán y Eva, quizá es mejor que explique las relaciones entre los dos libros, que yo considero "volúmenes compañeros", re­cordando las dos metáforas que empleé en el otro. La primera, que es la que más me gusta, considera a este libro como una clase de coci­na, mientras que Analizando el final sería una colección de platos analíticos. Sin embargo, para dar publicidad a mis libros quizá debie­ra fomentar la otra, según la cual Analizando el final sería una colec­ción de informes de batallas, ¡mientras que Preparación de finales sería un manual de combate!

Prefacio

He dividido este libro en cinco secciones. En la primera se tratan algunas ideas tácticas que se pueden utilizar en el final. Creedme, ¡al final realmente se llevan a cabo trucos tácticos! La Sección 11 trata del zugzwang, que es vital en la técnica del final, y de la teoría de las "casillas conjugadas". Éste es ciertamente un modo de tratar el zugz­wang en algunas posiciones complicadas. Es una herramienta difícil, pero más o menos indispensable para entender ciertas posiciones -¡y algunas de las que llega a resolver son muy bellas!

En las Secciones 111 y IV se tratan algunas características más es­táticas de las posiciones. La Sección Ill trata del "Balance de mate­rial". Primero vemos las condiciones mínimas bajo las que un peón extra asegurará la victoria; después los intercambios. Finalmente, hay un capítulo corto acerca de los finales sin peones. En la Sección IV se examinan varias características relativas a la posición. "Peones débi­les", "Peones pasados" y "La actividad de las piezas" en general.

En la corta sección final he recogido varias perlas de sabiduría es­pigadas del resto del libro, y agrupadas como "Indicaciones genera­les". Por supuesto, son muy simples, y se podrían encontrar excepcio­nes a cualquiera de ellas. ¡Pero son útiles!

10 PREPARACIÓN DE FINALES

Espero que los que lean este libro se diviertan y aprendan de él al mismo tiempo. Cierto que habrá algunos errores -es inevitable-, pero puede ser tan divertido para el lector encontrarlos como apli­carse al estudio de una verdad impecable e inmaculada.

SECCIÓN 1

IDEAS TÁCTICAS Y COMBINACIONES

Combinación: unión de dos cosas en un mismo sujeto.

Diccionario de la lengua española, Real Academia Española.

No es exactamente lo que tenemos en mente ... ¡pero las combina­ciones son esenciales a la naturaleza del ajedrez, y a veces muy her­mosas!

INTRODUCCIÓN

Las tácticas yacen en o bajo la superficie de la mayoría de las posiciones de ajedrez. El final no es una excepción; de hecho, preci­samente debido a la escasez de piezas, las ideas tácticas a veces pue­den aparecer de forma muy pura y estética en las disposiciones de los finales. En esta sección exploramos algunas ideas combinatorias en el contexto del final. El primer capítulo contiene material diverso, mientras que el segundo está dedicado exclusivamente a ideas de combinaciones con el objetivo de forzar las tablas.

12 PREPARACIÓN DE FINALES

1 . Algunas ideas tácticas

Para empezar, demos un vista­zo a alguna de las operaciones geo­métricas básicas.

EL JAQUE A TRAVÉS

11:, B

8

+1=

Éste es un ejemplo simple. Las blancas ganan con l. Th8, Txa7; 2, Th7+. Si las negras mueven hacen tablas con l. . . . , Rg7, puesto que al rey blanco siempre se le puede hacer jaque si se aproxima al peón a.

Ver diagrama 2. Las blancas ganan mediante el

avance del peón. Después de f6+ las negras lo pueden tomar, lo que permite Tf8+, o jugar Rt7, en don­de Th8 y el jaque a través gana, o mover su rey para apartarse, es decir, Rh7, permitiendo t7 y f8=D.

a) Diagrama + b) f2 ..... g3 = e) f2-+ h2 =

2

B

Sin embargo, si el peón estuvie­se en las verticales g o h, la posi­ción sería de tablas, como en 2 b ) , en la que el avance del peón a g6 se ignora, y 2 e), en la que h6+ se con­testa con Rh7.

Ver diagrama 3. Éste es un ejemplo mucho más

complicado, que tiene cierto inte­rés teórico. Las negras pueden conseguir tablas, pero debemos tener mucho cuidado: 1 Th8 (otros movimientos conducen únicamen-te a tablas) l . ... , Rxc3; 2. b5. Ahora Fine mueve 2 . ... , Tbl?, equivocán-dose ante 3. Tc8+, Rb4 (o 3 . . . . , Rd3; 4. Tc5 gana); 4. b6, Ra5; 5. Ta8, Rxb6; 6. Tb8+. Una defensa correcta es 2 . ... , Rc4! (2 . . . . , Td7 también es bastante bueno -3. Tb8,

3

B

FAP # 348

Rb4; 4. Re6, Th7= ); 3. b6, TdS+!; 4. Re6, ThS=.

4

B

J. E. Peckover 1357 Estudios de final # 644

Blancas juegan y hacen tablas

Éste es un hermoso estudio de Peckover. Mediante el uso repeti­do de la amenaza de jaque a través las blancas son capaces de parar a los dos peones. 1 RdS! La torre de­be tener "espacio" para dar jaque al rey, y las blancas también deben mantener al rey negro fuera de d7 y abrir espacios. No l . Tg7?, Rb3; 2. Tg3+, Ra4, ni l. Th8+?, RaS;

ALGUNAS IDEAS TÁCTICAS 13

2. Tg8, Ra6! (2 . . . . , Rb6??; 3. Rc3, gana); l . ... , Rb3, 2. Tg3+!, Ra4; 3. Tg4, RaS; 4. Tg8, Rb5 ! ; 5. Tg7! , (no 5 . Th8+?, Ra6); S. • • • , Rb6; 6. Tg6+, Rc7; 7. Tg7+, Rd8; 8. Rd6, Rc8 (8 . . . . , Re8?; 9. Te7+, y 10. Tel); 9. Rc6, Rb8; 10. Tg8+, Ra7; 11. Tg7+, Ra6; 12. Tg8, RaS; 13. ReS, Ra4; 14. Tg4+=.

Las torres no son, por supuesto, las únicas piezas con la capacidad de dar jaque a través; los alfiles y las damas también disfrutan de es­te privilegio. En el diagrama 5, una de mis propias posiciones, un alfil es capaz de controlar dos diagona­les al mismo tiempo mediante el uso del jaque a través.

Blancas juegan y ganan (originaQ

5

B

l . Rb6, Rxe4; 2. Rxc6, Re3; 3. Adl , e4; 4. Rd5 ! , Rd3; 5. Aa4! ! , e3; 6 . Ab5+, Rc2 (o 6 . . . . , Rc3; 7. Ae2, Rc2; 8. Rd4 y gana); 7. Re4! , dl=D; 8 . Aa4+.

LA HORQUILLA

Fine incluye el diagrama 6 en su libro. Lo da como una victoria de

14 PREPARACIÓN DE FINALES

las blancas. Pero por supuesto, tras l. a6, Af5; 2. Rf3, las negras pue­den defenderse con una horquilla, a saber, 2 . . . . , Ad3; 3. a7, Ac4; 4. a8=D, Ad5+=.

6

B

FAB # 198

No es habitual que las horqui­llas aparezcan en los finales entre piezas del mismo movimiento (una torre normalmente no puede ahor­quillar al rey y a una torre). Pero en los finales en los que se enfrentan diferentes piezas son frecuentes.

7

B

Petrov-Yarovitsu, Sverdlovsk, 1948 FTc PM # 1 35

El diagrama 7 es un ejemplo de esto. Las blancas erróneamente ju­garon 1 Rxc6?, permitiendo l . . . . , d4! ; 2. Txd4, h2; 3. Th4, hl=D; 4. Txhl, Ae4+. Tras el movimiento correcto l . Th5 ! las blancas pueden ir primero tras el peón h -la victo­ria no es trivial, pero ciertamente parece posible (ver de A verbakh, Torre contra piezas menores, dia­grama 135).

FAB # 241, nota a 1 1 . . . . , C-A6 tras 15. A-R3!,

8

N

Como todos sabemos, es natu­ral que los caballos ahorquillen pie­zas -a veces incluso las propias-. El diagrama 8 se analiza en el libro de Fine Finales de ajedrez básicos. David Hooper indicó una salida elegante con l . . . . , Cb5 ! (Fine da el movimiento perdedor l. ... , Cd5); 2. Rc4, Ca3+=; puesto que 3. Rxb4? permite 3 . . . . , Cc2+.

Diagrama 9: éste es un sober­bio estudio del compositor ruso Grigoriev. Hace muchos años, du­rante un torneo de la Copa Glor­ney (para equipos junior) un miem­bro del equipo inglés (que perma-

N.O. Grigoriev, 1934 Blancas juegan y hacen tablas

necerá anónimo) llegó, para nues­tro deleite, a esta posición. Encon­trar la solución costó toda una hora de apretones de manos y de análisis. A pesar de todo, os animo a que tratéis de resolver este estu­dio durante un rato antes de leer la solución. No dejéis que mi triste historia os desaliente -a veces el caldo analítico tiene demasiados platos que cocinar-. Pero debo se­ñalar, para beneficio de cualquiera que desee intentarlo, que si el rey negro se mueve a g6 o g7 no nece­sariamente tiene que tomar al ca­ballo.

La solución es l. Rd3, Rt7; 2. Rc4, Rg6! (no 2 . . . . , Rg7; 3. Rxb4, Rxg7; 4. Rc3, y tablas); 3. Cf8+!, Rf5; 4. Cd7, h5. El caballo debe ahora encontrar un camino que lo lleve hacia el flanco del rey. 5. Cb6 no sirve: 5 . . . . , h4; 6. Cd5, Re4! ; 7. Cxb4, h3; 8 . Cd3, h2; y las negras ganan por un tiempo -9. Cf2+, Rf3; 10. Ch1 , Rg2; etc. El movimiento correcto es 5. CeS!, al que sigue 5 • ••• , h4; 6. Cb3!! (6. Cd3 pierde por un tiempo); 6 • ••• , h3; 7. Cd2,

ALGUNAS IDEAS TÁCTICAS 15

=1=

h2; 8. Cfi, hl=D; 9. Cg3+. Han seguido una trayectoria muy simi­lar a la letra G, la inicial del apelli­do del compositor.

Las negras no estaban forzadas a permitir la horquilla con 7 . . . . , h2, pero si lo evitaban se hubiera pro­ducido el final típico en el que un caballo bloquea al peón de torre en o antes de la horizontal sexta. Por ejemplo, en la solución anterior 7 . . . . , Rf4; 8. Cfl , Rf3; 9. Rxb4 nos lleva al diagrama 10.

A pesar de la ausencia del rey blanco de la escena de operaciones, esta posición es tablas. Tras 9 . ... , Rf2; 10. Ch2, Rg2; 11. Cg4, Rg3; 12. Ce3. Las blancas todavía impi­den el avance del peón negro me­diante una horquilla -12 . . . . , h2; 13. Rf1+. Las negras no tienen modo de romper el bloqueo del caballo.

LA CLAVADA

U na clavada puede, por su­puesto, ser un arma poderosa en el final. Tener una pieza clavada en el

16 PREPARACIÓN DE FINALES

F. Sackrnann, 1909 Blancas juegan y ganan

medio de la partida ya puede ser algo muy serio. Al final, la pieza in­movilizada puede ser la única que te quede.

l. Ac8! (amenazando 2. e7); l • •• ., Afl; 2. e7, Ab5; 3. c4+! (una horquilla para desviar al caballo negro); 3 • ••• , Rxc4; 4. Aa6! Final­mente una clavada, y las blancas ganan. Hay muchos elementos tác­ticos en esta posición.

Por desgracia, el estudio no tie­ne mucho sentido, ya que después de l. Ac8, Afl; las blancas pueden ganar prosaicamente con 2. Rf5, p.e. 2 . . . . , Ae2; 3. e7, Ah5; 4. Ad7, Rc4; 5. Rg5! , Afl; 6. Rf6, Ah5; 7. Rg7, Rxc3; 8. Rf8, Rd4; 9. Ae6. Lo mantengo, a pesar de todo, por­que me gusta la idea del composi­tor, aunque no sea aquí necesaria.

El diagrama 12 muestra un uso menos dramático de la clavada. A pesar de los dos peones negros en la sexta, las blancas son capaces de lograr tablas al mantener al caballo bajo control con la clavada como su mejor arma. Por ejemplo, l. Rel,

Von der Lasa, 1843 :=: FAB # 509; FT e PM # 224

d2+ (o l . . . . , Rc4; 2. Tc8+, Rb3; 3. Td8, Cf4; 4. Txd3 ! , Cxd3+; 5. Re2); 2. Re2, Rc4; 3. Tc8+, Rb3; 4. Td8, Cc3+; 5. Rxe3=. A verbakh señala en FT e PM que l. Td7 también es correcto: (p.e.) l. ... , d2; 2. Td6, Re4; 3. Rc2!, Cb4+; 4. Rc3, Rf3; 5. Txd2.

En los finales de dama y peón la clavada a menudo es un arma vital en la lucha contra los peones pasados del enemigo. El diagrama 13 es un ejemplo:

13

Sin posibilidad de jaques, las negras se ven relegadas a la clava­da diagonal como su última posibi­lidad. De hecho, si las negras mue­ven estarán en zugzwang; y si lo hacen las blancas pueden perder un movimiento mediante una ma­niobra inteligente.

En este ejemplo uno podría casi pensar en la clavada como un "te­ma estratégico". Es uno de los dos únicos posibles modos por los que las negras pueden combatir al peón -el otro es dar jaque o "metiendo prisa" al oponente.

14

S .t

A. A. Troitsky, Bohemia, 1912; 1234 Estudios de final # 780;

Blancas juegan y ganan

Tras dos ejemplos un tanto mundanos de clavadas, este último es una bella pieza de fantasía -la notable exposición de "clavadas cruzadas" de Troitsky-. Después de l. Tf4+, Rb3; 2. e7, Te3; tene­mos una sucesión de clavadas: 3. Tf3 ! , Ad5 ! ; 4. Ae6! Esta última clavada es suficiente para obtener la victoria: 4. . . . , Rxbi; 5. e8=D, Txe6; 6. Dxh5 gana, ya que si 6 . . . . , Te3 entonces 7. Dxd5 !

ALGUNAS IDEAS TÁCTICAS 17

ATAQUE DOBLE

El jaque a través, la horquilla y la clavada son, quizás, los principa­les temas geométricos que se dan en los finales, pero, por supuesto, los dobles ataques también son po­sibles.

+1=

15

S

Un resultado poco conocido del reciente flirteo entre el ajedrez y la informática es el análisis exhausti­vo de ciertos finales. Si se tiene el suficiente poder de cómputo y la suficiente memoria, es relativa­mente sencillo construir una "base de datos" para algunos finales sen­cillos. Consistiría en un índice de todas las posiciones posibles, junto al mejor movimiento para cada caso. Para construirlo simplemente se retrocede desde todas las "posi­ciones finales" üaque mate, mate ahogado, pérdida de una pieza, etc.) hasta que todas las posiciones posibles hayan sido consideradas. U no de los finales estudiados de este modo es el de rey y torre con­tra rey y alfil. T Strohlein y L. Zagler, del Instituto de Ciencias

18 PREPARACIÓN DE FINALES

Informáticas de la Universidad Técnica de Munich, publicaron en 1978 los resultados de su investiga­ción, llevada a cabo entre 1967 y 1969. De hecho, investigaron tanto los finales de T + P contra T como los de T contra A. El diagrama 15 es un ejemplo de una posición ga­nadora en la que las blancas están a la mayor "distancia" posible de obtener la victoria. Se requieren 16 movimientos para forzar la toma del alfil o el mate: l. RaS, Rb7; 2. Th3+, Ra7; 3. TD, Ae2; 4. Tt7+, Rb8; 5. Rb6, ReS; 6. Rc6, Rd8; 7. Rd6, ReS; 8. Tc7+, Rb8 (8 . . . . , Rd8; 9. Tc2! , Ad3; 10. Td2, y pues­to que Ae4 y Ace no son posibles por exponerse a jaque, el alfil debe ir a una horizontal abierta, después de lo que las blancas ganan en tres movimientos más); 9. Rc6, Ac4; 10. Rb6, Ab3.

16

B

+1-cfr. FT e PM # 2; FAB # 463

En esta posición teórica las blancas ganan al desplazar al alfil negro: 11. Tcl!, Aa2; 12. Tal, Ab3; 13. Ta3 (13. Tb1 , Aa2; 14. Tb2, Ae6; -14. . .. , Aa4; 15. Ra5+!-;

15. Te2 necesita un movimiento adicional, pero utiliza un mate des­cubierto que es, por supuesto, una forma de doble ataque); 13 • ••• , Ae6; 14. Te3, Ad7; 15. TD, gana.

COMBINACIONES PARA PROMOCIONAR UN PEÓN

Muchos, aunque no todos, de los ejemplos anteriores de este ca­pítulo han reflejado la lucha para convertir un peón en dama. En esta sección veremos algunas ideas que se suelen asociar exclusiva­mente, por lo menos en el final, a los intentos de transformar en da­ma a un "bebé".

El propósito de promocionar un peón propio, y frustrar los in­tentos del oponente de hacer lo mismo con uno de los suyos, es es­tratégico, mientras que los méto­dos empleados en este combate son, a menudo, combinatorios. Al tratar con peones pasados el valor de las piezas tiende a distorsionar­se. El objetivo primario es hacer avanzar el peón, y las piezas meno­res habitualmente no se conside­ran. Una torre, o incluso más, se pueden sacrificar en ocasiones en aras de una nueva vida.

a) Bloqueando casillas o líneas (interferencia)

El diagrama 17 es un ejemplo simple de Kubbel. Tras l. Ce7 ! , Ac2 (o l. . . . , Ad1 ; 2 . Cc6!) ; 2 . Cd5 ! , Aa4 (o 2 . . . . , Ae4; 3 . Cf6+ ) ; 3 . Cb4, Ad1; 4. Cc6! , la segunda interfe­rencia finalmente deja a las negras fuera de combate.

17

S

Kubbel, 191 O FAB#228b

El diagrama 18 es interesante porque, a pesar de los dos peones extra, las blancas son incapaces de ganar. Tras l. . . . , Ab6 Fine intentó 2. Rd3, Ad8; 3. Rd4, Af6+; 4. Rd5, Ah8; 5. Rd6, Ae5+; 6. Re6, Aa1; 7. Re7, Ab2; 8. Rf7 (amenazando 9 Rg6); 8 . . . . , Rg5 ! 112-112. En lugar de 2 Rd3 las blancas podrían haber movido 2. Rfl para jugar 3. Rg2, pero las negras pueden defenderse

18

N

¡Tablas! Fine-Reshevsky, Semmering-Baden 1937; FAB # 226; FA e C # 154

ALGUNAS IDEAS TÁCTICAS 19

con 2 .... , Rf3 ! ; 3. g5. Aquí Fine mueve 3. . . . , Aa5??, 4. g6??, Ac3; 5. g7, Axg7; 6. Cxg7, Rg3 =. Por supuesto, en lugar de 4. g6?? las blancas pueden bloquear la diago­nal con 4. Cd4+, ganando inmedia­tamente; pero las negras pueden mejorar con 3 . . . . , Ad8! ; 4. g6, Af6; etc. No es un ejemplo espectacular, pero muestra una vez más la nece­sidad de actuar con gran cautela al tratar con peones pasados que pue­den promocionarse.

19

lj N

' ' " ' .l�.l.i.l � � �' •

Donchenkov-Steinberg, Kharkov, 1967

El diagrama 19 es un ejemplo más excitante de una partida real. Las negras atacaron mediante l .... , g4; 2. fxg4, Cg5!; 3. f3, Rg3; 4. A el+, Rg2; 5. Ah4, a partir del que su ofensiva habría sido suicida a no ser por 5 . . . . , Cxf3; 6. Axf6, Cg5 ! ! ; después d e lo cual, las blancas no pudieron impedir que el peón se transformara.

U no puede a veces sacrificar otros peones para interferir con la defensa en contra de un peón pasa­do. Esto es particularmente común en los finales con sólo peones. El

20 PREPARACIÓN DE FINALES

20

B

'' ''

A A Troitsky, 1913 Blancas juegan y ganan

diagrama 20 es un magnífico ejem­plo de Troitsky. Las blancas serán objeto de un ignominioso mate tras l. a4?, bxa3a.p.; 2. bxa3, Rg3! ; 3. a4, h5; etc., mientras que s i l . Rxg2, Rg5; 2. a4, ba; 3. ba, Rf6 ! ; el rey blanco puede detener al peón. Las blancas solucionan estos pro­blemas con l. f6!!, gf; 2. Rxg2. Ahora, con f6 inaccesible, las ne­gras deben intentar otra ruta para volver a casa: 2 • ••• , Rg4; 3. a4, ba; 4. ba, Rf5; 5. a4, ReS; en donde pierden ante 6. d6!, cd; 7. c6!, de; 8. a5. Después de sacrificar tres peones, el camino esta completa­mente bloqueado para las negras, y el peón promociona.

b) Desviación

En el último apartado vimos brevemente el modo de detener a las piezas para impedir que llega­sen a donde sus propietarios pre­tendían. A veces es mejor prescin­dir de las señales de prohibido el paso, y movilizar las piezas una vez

que hayan llegado a su destino. Ya hemos visto algunos ejemplos de desviaciones en este capítulo -son especialmente importantes los del diagrama 11 y, naturalmente, el del remarcable diagrama 14-. Pero un par de ejemplos adicionales no nos harán daño.

L. Centurini, 184 7 FA# 170; FA# 174

21

B

Los ejemplos previos de desvia­ción ya eran bastante espectacula­res. Aquí tenemos una posición que nos recuerda que este tema puede ser también muy corriente. El dia­grama 21 corresponde a una posi­ción extraordinariamente vieja (en términos ajedrecísticos). El proble­ma de las blancas es llevar a su alfil a b8; tras esto l. . . . , alfil a la diago­nal g1-a7; 2. Ah2 (por poner un ejemplo), Aa7; y entonces la des­viación mortífera 3. Agl. Hasta aquí todo va bien, pero el verdade­ro problema es alcanzar b8. Tras l. Ah4, las negras se defienden con l . .. ., Rb5; 2. Af2, Ra6; para contro­lar a7. Ahora las blancas no pueden conseguir nada inmediatamente, pero el zugzwang acude en su ayu-

da. Si intentan 3. Ae3, entonces las negras tienen 3 . . . . , Ad6! ; 4. Ag5, Rb5; 5. Ad8, Rc6; y no se ha conse­guido nada, ya que tras 6. Ae7, Ae5; el rey negro controla c5. El movi­miento correcto es 3. AcS!, forzan­do al alfil negro a una casilla vulne­rable: 3 • ••• , Ag3; 4. Ae7, Rb5; 5. Ad8, Rc6; 6. Ah4!, Ah2; 7. Af2, etc.

22

S

F. Lazard, 191 1

Una vez salvada mi conciencia con el diagrama 21, puedo volver a fantasear por un momento. El dia­grama 22 es un sorprendente ejem­plo de cómo promocionar un peón. Tras l. Cf4+, Rh6; 2. Ce6, las blan­cas amenazan con bloquear la octa­va horizontal con 3. Cd8. Se fuerza 2. ..., TeS; y entonces siguen 3. g8=D! (desviación); 3 • ••• , Txg8; 4. Cf8. La posición de las negras aparente­mente no tiene salida, pero todavía le queda una defensa (creo que de­beríais intentar buscarla antes de seguir leyendo). Es 4 • ••• , Tg5!; de modo que si 5. e8=D, entonces 5 . . . . , Te5+; 6. Dxe5 es un mate ahogado. Sin embargo, las blancas pueden ganar con 5. Cg6!, bloqueando la torre por última vez.

ALGUNAS IDEAS TÁCTICAS 21

EL AVANCE

En las mayoría de los ejemplos anteriores, el peón pasado simple­mente estaba allí. En esta sección veremos cómo conseguirlo. Esto a menudo se hace mediante un avan­ce, que es una ayuda estratégica en muchas posiciones, aunque la ope­ración real es táctica.

Primero, dejadme que os aburra con el ejemplo arquetípico:

+1= "El avance de peones arquetípico"

23

S

Si las blancas mueven ganan mediante l. g6!, fg; 2. h6, gh; 3. f6; o l. . . . , hg; 2. f6, gf; 3. h6.

Si las negras mueven hacen ta­blas con l. . . . , g6! ; pero no l. h6?; 2. f6! ; o l. . . . , f6; 2. h6!

El diagrama 24 requiere un po­co más de esfuerzo intelectual. Las blancas pueden avanzar fácilmen­te, pero deben hacerlo de modo que transformen en f8 con jaque; de otro modo las negras responde­rán P=D, con P=D mate. Dada esta consideración, podéis intentar encontrar el camino correcto en el

22 PREPARACIÓN DE FINALES

Blancas juegan y ganan con ¿ . . . ?

juego de las blancas antes de leer la solución . . .

l. h5! (el único movimiento: si l. gS entonces l. . . . , hg; 2. fS, gh; etc; o l. fS, gf; 2. eS, fe; 3. gS, f4; o finalmente l. eS, fe -no l. . . . , fS; 2. hS, gh; 3. gf, ef; 4. e6- 2. hS, ef; y gana); l . ... , gh (1. . . . , gS; 2. eS!, fe; 3. f5); 2. eS ! , fe; 3. fS; y las blancas convierten con jaque.

Uno de los principales proble­mas asociados con el avance es que si se sacrifican peones para poder crear un peón pasado, en el proce­so es muy posible que también se facilite que el oponente cree sus propios peones pasados.

Aunque la posición de las ne­gras parece desesperada, tienen ma­yoría en los peones centrales, que pueden movilizar: l • •• ., aS; 2. ba, eS; 3. de, d4; 4. ed, e3; 5. d5+ (ahora es el turno de las blancas); 5 • ••. , Rd7 (no S . . . . , Rt7; 6. d7, Re7; 7. c6, be; 8. a6! , e2; 9. a7, e1=D; 10. d8=D+, etc.); 6. c6+, y aquí, en lugar del sensato 6 . . . . , be; 7. a6, e2; 8. a7, e1=D; 9. a8=D, Dg3+; las negras jugaron el ridículo 6. • •• , Rd6??;

Luzyanov-Grigoriev, URSS, 1971 lnformator 1 1 # 29

7. cb, Rc7; 8. a6! (quizá no se dieron cuenta de esto); 8 . . . . , e2; 9. d6+ 1-0.

El avance en este caso tan sólo fue suficiente para forzar tablas, pero es, a pesar de todo, un triun­fo, teniendo en cuenta que se par­tía de una posición con tan mal as­pecto como la del diagrama.

Ver diagrama 266. Dada la naturaleza de las piezas

que estamos examinando ahora, no tendríais que encontrar esta posi­ción demasiado difícil; pero, ¿ha­bríais sido antes capaces de ver la combinación de las negras? Las blancas parecen ir ganando, pero las negras inician el malvado ataque l • •• ., g5!!; 2. hg (2. gh, gh; 3. h6, Rt7! ; o 3. f4, h3! ; ganando en cualquiera de los dos casos); 2 • • _, h4; 3. Re3 (o 3. f4, h3; 4. fS+, Re7; S. Rf3, e4+; y un peón negro se transforma); 3 • •• ., Rf7; 4. Rf2, Rg6; 5. Rg2, Rxg5; 6. Rh3 (o 6. a3, e4); 6 • • .., Rf4; 7. Rxh4 (7. a3, Rg5!; 8. Rg2, e4 etc) 7 . . . . , Rxf3; y las blancas se rinden en vista de 8. gS, e4; 9. g6, e3; 10. g7, e2; 11 . g8=D, e1=D+; 12. Rh5 , Dh1 +; 13. Rg6, Dg1+; y 14 . . . . , Dxg8+, etc.

26

N

Barrera-Schatzle, Argentina, 1975 Valorar la posición

Por supuesto, el motivo del "avance" no está ni mucho menos li­mitado a los finales de rey y peones:

27

N

Kotov-Botvinnik, Moscú 1955 FA #329

El diagrama 27 es merecida­mente famoso. Las blancas parecen estar en buena posición, pero con el sacrificio temporal de un peón Botvinnik tuvo éxito en conseguir un mortífero segundo peón pasado. l. . . . , g5 ! ; 2. fg (o 2. hg, h4; 3. Ad6, Af5; 4. g6, Axg6; 5. f5, Axf5; 6. Rxb3, Rg2; etc. Ahora, con la

ALGUNAS IDEAS TÁCTICAS 23

diagonal h4-d8 bloqueada, las ne­gras pueden ganar el peón h, pero antes deben defender su propio peón b ); 2 . .. ., d4+!; 3. ed (3. Axd4, Rg3; 4. g6, Rxh4; 5. Rd2, Rh3! ; 6 . Af6, h4; 7. Re2, Rg2! ; etc.); 3 • ••• , Rg3 (no 3 . . . . , Rg4?; 4. d5, Axd5; 5. Af2 = ); 4. Aa3, Rxh4; 5. Rd3, Rxg5; 6. Re4, h4; 7. RD, Ad5+ 0-1.

Wahltuch-Capablanca, Londres, 1922

28

N

Los peones centrales negros se mueren por actuar. Capablanca los movilizó con l . ... , h4!; 2. gh, e5 ! ; 3 . fe, f4; 4 . Tel , Re6; 5 . c4, Rxe5; 6. Txd5+, Txd5; 7. cd, f3 0-1 .

Averbakh-Korchnoi, Erevan, 1965

29

N

24 PREPARACIÓN DE FINALES

Korchnoi encontró el modo de obtener una victoria inmediata con l . ... , g4!; 2. hg, h3; 3. Rc2, Tc4+ (el motivo de la interferencia), y las blancas renunciaron, ya que 4 . . . . , Tc1 las habrían forzado a bloquear la primera horizontal.

:1)

N

Kmoch-Nimzowitsch, Niendorf, 1927

Para finalizar, una magnífica idea de Nimzowitsch, que superó el bloqueo con l . ... , Tb4!!; 2. cb, a4; 3. b5+, RxbS; tras lo que las blancas quedaron sin defensa ante la horda enemiga: 4. Aa3, c3; 4. Tb1, Rc4; 5. f4, Rxd4; 6. Rf2, Rc4; 7. Re1 , d4; 8. Re2, Rd5; 9. Rf3, Ab7; 10. Te1 , Rc4+; 11 . Rf2, b2; 12. f5, ef; 13. e6, Ac6 0-1 .

ATAQUES PARA MATE EN EL FINAL

De la relativa facilidad de las combinaciones para promocionar un peón, pasamos a otras con la vulgar intención estratégica de dar jaque mate. Una mala posición del rey en el final nos puede causar en

ocasiones, y a pesar del "reducido número de piezas", una sensación extremadamente desagradable.

El diagrama 31 es un buen ejemplo. El rey negro está tan mal situado que las blancas se pueden permitir ignorar el peón a:

Novak-Ryc Checoslovaquia, 1978 lnformator 25 # 6

31 N

l . ... , Rg6 (si l. . .. , a5; entonces 2. Txh6, a4; 3. h4! , etc, como en la partida, o si l. . . . , Tb7; entonces 2. Tf8+, Rg6; 3. Tf6+ gana); 2. TeS!, Rf5; 3. h4! , a5 (o 3 . . .. , h5; 4. Tg8, haciendo mate); 4. h5, a4; 5. Th8, a3; 6. Txh6, a2; 7. Tg6, a1=D; 8. Tg5 mate.

El diagrama 32 es otro ejemplo de mate en un final con torres. Unzicker ganó con facilidad por el procedimiento técnico de jugar su rey a h6 y después Tb8-b5+. Pero como señaló el lector del Chess Life and Review J. Barth, de De­troit, no se dio cuenta de un final más rápido: l. TeS!, Ta6+; 2. Tc6, Txa7; 3. TeS mate.

Un caballo y una torre pueden ser una fuerza terrible cuando coo-

Unzicker-Lundin, Amsterdam, 1954 Chess Ufe and Review,

Abril, 1975

peran verdaderamente. En el dia­grama 33 vemos a Fischer demos­trando esta extrema eficacia.

33

B

Fischer-Rubinetti, Buenos Aires, 1970

l. f4!, ef; 2. d4, Rd8 (o 2 . . . . , c5; 3. e5, c4; 4. Ca5, etc); 3. Ca5!, c5; 4. eS, Af8; 5. Cc6+, ReS; 6. Txc7 l­O. Tras 6 . . . . , cd; 7. e6 las negras no pueden aplazar el mate por más de un par de movimientos.

ALGUNAS IDEAS T ÁCfiCAS 25

Tonoli-Borik, Equipo del Campeonato de la CEE, Berlín, 1980

El diagrama 34 es un ejemplo reciente. Las blancas acaban de jugar Rh2-h3, atacando al caballo y con la esperanza de ganar el peón de g5. Desgraciadamente, les espe-raba una sorpresa: l. . . . , Tgl ! ; 2 . Axg5 (se amenazaba 2 . ... , Tg3 mate); 2 . ... , Cf2+! Aquí, si 3. Rh4, entonces ¡3 . ... , Thl; es mate! Las blancas siguieron luchando con 3. Rh2, pero después de 3 . ... , Txg5 la victoria era fácil.

Borisenko-Simagin, Moscú, 1955

35

N

26 PREPARACIÓN DE FINALES

Los ataques para mate a veces se dan en finales con dama -gene­ralmente por intencionados, pero en ocasiones por accidente-. El diagrama 35 es un ejemplo bien co­nocido. Después de l. . . . , Dfl+ las blancas, por desgracia, intentaron escapar a los jaques con 2. Rg4?? A esto le siguió 2 . . . . , f5+ 0-1 , ya que si 3. gf, entonces 3. . .. , Df5+; 4. Rh4, Dh5 es mate.

Muchos estudiosos de finales han dedicado tiempo y esfuerzo al tema del jaque mate al final, y algunos de sus resultados son bas­tante impresionantes.

Ver el diagrama 36. Es una preciosa miniatura de

Réti. l. Ac6+ sólo consigue tablas, ya que después de l. . . . , Rd6; 2. Td4+, Re5; 3. Te4+, Rd6; 4. Txe3, el=D; 5. Txel es ahogado. De mo­do que las blancas intentan l. Af5+! , Rd6; 2 . Td4+, Re7! ; 3 . Te4+, Rd8. Ahora 4. Txe3?, el=D seguirá con­duciendo al ahogado, pero en su lugar las blancas tienen la posibili­dad de 4. Ad7 ! ! , el=D; 5. Ab5 ! , y ganar.

36

8

Blancas juegan y ganan R. Réti, 1928, co"egido por H. Rinck

GEODÉSICAS, O EL REY HIPERACTIVO

Todas las ideas tácticas que he­mos examinado hasta aquí son po­sibles tanto en el final como en el medio de la partida (y a veces en el inicio) . En el ejemplo final de este capítulo esto no es así: está confi­nado de modo más o menos exclu­sivo al final.

Esta operación, que no tiene un nombre comúnmente aceptado (de ahí el título) , surge debido a la es­pecial geometría del tablero de aje­drez. En matemáticas, una geodé­sica es, a grandes rasgos, el camino más corto entre dos puntos en una superficie. Así, en un plano una geodésica es una línea recta, mien­tras que en una esfera es una parte del círculo más amplia.

En el tablero el rey puede mo­verse a las casillas contiguas hori­zontal, vertical y diagonalmente. Esto significa que para el rey exis­tirán varias trayectorias mínimas entre dos casillas que no están en la misma diagonal.

Número de modos por los que el rey blanco puede alcanzar cada una de las casillas

37

En el diagrama 37 hay 393 ca­minos distintos para que el rey va­ya de el a e8 en siete movimientos, es decir, y forzando un poco la ter­minología, existen 393 geodésicas del rey entre el y e8.

El hecho de que existan varios caminos, todos ellos igualmente cortos, para que el rey se mueva entre dos casillas puede ser en oca­siones de gran importancia prácti­ca en el juego del ajedrez. El dia­grama 38 es el ejemplo mejor co­nocido de esto.

38

B

Blancas juegan y hacen tablas R. Réti, 1922

Este estudio parece casi imposi­ble para cualquiera que no lo haya visto antes. Las blancas hacen ta­blas mediante el avance de su rey en dos direcciones simultáneas: l. Rg7! , h4; 2. Rf6! , Rb6 (o 2 . . . . , h3; 3. Re7, h2; 4. c7=); 3. ReS, h3; 4. Rd6, h2; S. c7=.

Este ejemplo es muy similar al anterior: l. RbS ! , hS; 2. Rc6! , y las negras deben elegir entre 2 . . . . , h4; 3. Rb7, y 2 . . . . , Rc8; 3. RdS. (ver diadrama 39).

ALGUNAS IDEAS T ÁCfiCAS

Blancas juegan y hacen tablas Moravec, 1952

27

39

B

Tarrasch jugó para conseguir es­ta posición en la creencia de que las blancas no tenían otra alternativa mejor que l. h4, Rg4; 2. Rf6, pero no tiene en cuenta: 2 . . . . , c4; 3. be, be; 4. ReS, c3 ! ; S. be, a4: y el camino del rey a al queda bloqueado. Pero des­pués de l. h4, Rg4, Lasker jugó el movimiento de doble propósito 2. Rg6! , al que siguieron 2 . . . . , Rxh4; 3. Rf5, tras el que fueron las negras las que tuvieron que luchar (con éxito) para lograr tablas.

Lasker-Tarrasch, San Petersburgo, 1914

40

B

28 PREPARACIÓN DE FINALES

Kupczewski, 193 1 Chess Life and Review, mayo, 1976

El diagrama 41 es un estudio de Kupczewski. La intención del au­tor es lo suficientemente amable: l. a4, Rd6; 2. Rb6, Rd7; 3. Rb7, hS; 4. aS, h4; S. a6, h3; 6. a7, h2; 7. a8=D, hl=D; 8. Dc8+, Rd6; 9. Dc6+, ReS; 10. f4+. Pero el fallo en esta concepción, encontrado por un lector de Chess Life and Review, Elie Ebvié, es mucho más sorprendente: l. a4, Re6 ! ! ; 2. Rc6 (no 2. aS, Rd7!) ; 2 . . . . , hS, y aunque las blancas convierten un peón an-

Blancas juegan y hacen tablas A. V. Sarichev y K. V. Sarichev,

Shakhmatny Listok, 1928 (versión)

tes, la nueva dama no puede hacer ningún daño.

Finalmente, un ejemplo en el que el rey y un peón sucesivamente pelean con el rey, el alfil y un peón. Os recomiendo encarecidamente que intentéis resolver el diagrama 42 antes de leer la solución.

l. Rc8! ! (para forzar la salida del peón); l . ... , bS; 2. Rd7! , b4; 3. Rd6! , (no 3. Re6?, Re4! ; y ga­nan); 3 . . . . , AfS; 4. ReS, Rg4; S. Rd4, y hacen tablas.

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 29

2. Combinaciones para forzar tablas

Existen varios modos combina­torios por los que el bando más débil puede jugar para conseguir tablas. Quizá el primero que acude a la mente es el ahogado.

COMBINACIONES DE MATE AHOGADO

El ahogado, o la amenaza del ahogado, se da a menudo en el final, debido a la escasez de piezas. En ocasiones esto es el resultado de una combinación.

43

N

Negras juegan y hacen tablas lnformator 26 # 4

P. Atanasov-Spiridonov, Ruse, 1978

El diagrama 43 es el más re­ciente de una larga y venerable lis­ta de finales de dama. l . ... , Dt7+!; 2. Dg6+ (o 2. RgS, Dd5+ ); 2. • •• , Rh8!; 3. RgS, Df4+; 4. RhS, 017=.

44

N

Pilnick-Reshevsky, Campeonato USA, 1 942

Este diagrama es un ejemplo más antiguo. Tras l. . . . , g4?? (de modo que si 2. Dxg4, entonces 2 . . . . , Del+; y 3. . .. , Dg3+ ). Pilnick "le dio a Reshevsky en la cabeza" con 2. Dt2!=.

Blancas juegan y hacen tablas H. Mattison, 1913

45

S

30 PREPARACIÓN DE FINALES

El jugador letón Mattison inter­caló este ahogado en un estudio delicioso. l. a4+! (1. Af2 no tiene sentido, y si l. Txc5+, entonces l. . . . , Rxc5; 2. Ag5, Rc4; 3. Rf3, Rb3; 4. Acl, Ra2 gana); l. . . . , Rb6; 2. Af2, cl=D; 3. Txc5, Dxc5; 4. Rhl ! ! , Dxf2 ahogado.

46

B

Blancas juegan y ganan

Las blancas deben tener cuida­do en esta posición. Por ejemplo, tras l. Tt7+, Rg8, hubiera sido un terrible error mover 2. h7+, ya que 2. . .. , Rh8; 3. Rh6 (o 3. Rg6, Txg5+ ); 3 . . . . , Ta6+; 4. Tf6, Txf6+; 5. gxf6 ahogado.

Con un juego correcto el dia­grama 46 no es demasiado difícil de ganar, p.e. l. Tf7+, Rg8; 2. Te7, Tb5 (si la torre se sale de la hori­zontal las blancas la harán regresar inmediatamente con g6); 3. Rg6, Ta6+; 4. Rf5, Ta5+; 5. Rf6, Ta6+; 6. Te6, Ta8; 7. g6, y ahora las blan­cas fuerzan el intercambio de torres moviendo su rey a la séptima hori­zontal: 7 . ... , Tf8+; 8. Re7, Ta8; 8. Td6!, Ta7+; 9. Td7, Ta8; 10. Td8+.

Ver el diagrama 47.

Negras juegan y hacen tablas Fichti-Hort, Kosice, 1961

47

N

Esta posición parece desespera­da, ya que las blancas tienen el alfil "adecuado".

A pesar de todo, Hort encontró un modo inteligente para forzar tablas. l . . . . , f5 ! ; 2. ReS, f4; 3. Re4, F3; 4. Re3, h5; 5. Rf2, h4; 6. Ad6, Rh3 ! 112 - 112. Las blancas no pue­den progresar, ya que 7. Rxf3 es ahogado.

Blancas juegan y hacen tablas lnformator 26, # 19

Auni-Radashkovich, Israel, 1978

48

B

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 31

El diagrama 48 es interesante. Las blancas tienen tres peones con­tra un alfil, pero el que está en c3 es bastante débil, aunque no tanto que no pueda forzar tablas. l. g4, Aa2; 2. f4+, Rd5; 3. f5! (si 3. Rd3, entonces 3 . . . . , Ab1 +; 4. Re3, Rc4; 5. fS, Rb3! ; 6. Rf4, Rxa3; 7. g5, Rb2; y las negras ganan) 3 . . . . , Rc4 (3 . . . . , ReS; 4. Rd3, Rf4; 5. Rd4, Rxg4; 6. ReS es tablas, y las negras no pa­recen ser capaces de mejorar con 4 . . . . , Rf4; ya que deben estar prepa­radas para afrontar c4); 4. g5, Rxc3; 5. g6, Abl; 6. Rf4, Rd4; 7. Rg5, ReS; 8. f6, Re6; 9. f7, Re7; 10. Rh6, Rf8; 11. Rh7, Ad3. Aquí 12. Rh6? pierde ante 12 . . . . , Ac4; 13. Rh7 (o 13. R otro movimiento, Rg7; etc); 13 . . . . , Axf7; con un peón ganado al final, pero las blancas pueden mover también 12. Rh8! 112 - 112, ya que 12 . . . . , Axg6 esahogado.

49

B

Blancas juegan y hacen tablas lnformator 25, # 22

Safranskav-Melashvili, URSS, 1977

Este es otro final en el que el oponente con una pieza menor puede luchar por un ahogado. Las blancas jugaron el estúpido l. c3?,

y se rindieron tras l. . . . , Cb8, presu­miblemente ante la elección de aplazar o finalizar la partida. Tras l. . . . , Cb8, las negras pueden jugar . . . , Cc6( + ); y, si es necesario, Ca4. El rey blanco se verá desplazado, y el rey negro entrará para decidir. Por ejemplo, 2. Rd3 (si 2. c4, en­tonces 2 . . . . , Cc6+ ! ; y 3 . . . . , b4; etc; o 2. b4, Cc6+; 3. Re4, Re6; 4. c4, be; 5. b5, CaS; etc.); 2 . . . . , Cc6; 3. Rc2, ReS; 4. Rb2 (o 4. Rd3, CaS; 5. Rc2, Re4; 6. Rb2, Rd3; etc.); 4 . . . . , Re4; 5. Ra3, Rd3; 6. c4, b4+; 7. Ra4, Rc3; y ganan. Pero después del co­rrecto l. c4!, las blancas pueden forzar tablas: l . ... , b4; 2. c5+, Rd7 (2 . . . . , Cxc5; 3. Rc4); 3. Rd5, Rc7; 4. Rd4, Cb8; 5. Rc4, Cc6; 6. Rb5, Rb7; 7. Ra4!, y las negras no pue­den hacer nada mejor que 7 . . . . , Ra6 ahogado (el caballo debe per­manecer siempre junto al peón b, de modo que el rey negro no pue­da entrar en acción).

Podemos ver que si las blancas juegan con cuidado pueden incluso sacrificar el peón e y aun así hacer tablas. Por ejemplo, el diagrama 50

50

Si las blancas juegan, pierden. Si las negras juegan, hacen tablas

32 PREPARACIÓN DE FINALES

es un zugzwang mutuo. Si las blan­cas mueven pierden después de l. Rb5, Rd6; 2. Ra4 (o 2. Rb6, Cd4; 3. Rb5, Cc2!) ; 2 . . . . , Re5 ! ; 3. Rb5, Rd5; etc. Pero si mueven las negras no pueden hacer ningún progreso: l. . . . , Rd7; 2. Rd5 ! , o l. . . . , Rb7; 2. Rb5 !

Los finales de peones a veces ofrecen oportunidades para combi­naciones de ahogado. El diagrama 51 muestra el último (¿ ?) estudio de Gorgiev de un tema bastante antiguo, pero también bastante bello.

51

B

Blancas juegan y hacen tablas EG n° 55 # 3550

T. B. Gorgiev, Sakkhove Umenie, 1976

l. Rh3, Rg6; 2. g4 (no 2. Rh2?, Rh5; 3. Rgl, Rg4; 4. Rf2, b5; 5. ab, b6); 2 • ••• , RgS; 3. Rg3, f2; 4. Rxf2, Rxg4; S. Re3, RfS; 6. Rd4, Re6; 7. eS!, bS; 8. Rc3, RdS; 9. Rb4, Rc6; 10. RaS, RxcS ahogado. Aunque en este caso se tratara de un estu­dio, un ahogado como éste cierta­mente no es tan sólo un tema de estudio. El ahogado que Gorgiev demostró puede ocurrir fácilmente en una partida.

52

,i 'B

Blancas juegan y hacen tablas FP#595

Chigorin-Tarrasch, Ostende, 1905

El diagrama 52 es otro ejemplo, en esta ocasión tomado de una par­tida real. Chigorin jugó el perde­dor l. gf? Debió haber analizado l. . . . , gf; 2. Rg4, Re5; 3. Rh5, Rxf5; 4. Rh6, Rg4; 5. Rxh7, f5?; 6. Rg6!=, sin darse cuenta del movimiento ganador 5 . . . . , Rh5 ! La secuencia correcta fue señalada por Maroczy: l. Rg4!, Re4; 2. g6, h6 (o 2 . . . . , hg;

Negras juegan y hacen tablas Lukany-Smulyaan, Taganrog, 1938

53

N

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 33

3. fg, f5+; 4. Rg5, f4; 5. h5= ); 3. Rb5!, Rxf5 ahogado.

Las negras juegan y conjuran un "ahogado limpio" mediante 1 • ••• , c4!!; 2. de (2. Rf3 no es de nin­guna ayuda, ya que tras 2 . ... , Re7; 3. Re3??, c5 ! las blancas no pueden llegar a d4 y pierden); 2 • ••• , c5!; 3. Rg4, Rc7!; 4. Rf5 ( 4. a4 tampoco es de utilidad); 4 • ••• , Rb6; 5. Rxe5, RaS; 6. Rd5, Ra4; 7. Rxc5, aS; y las blancas no pueden evitar que las negras se hagan un mate ahogado a sí mismas.

¿Fue esta magnífica idea la que realmente se jugó en la partida, o simplemente vino sugerida por el verdadero final, que fue otro? Yo no se más de lo que vosotros po­dáis saber, ¡pero estaría bien que estos movimientos se hubieran ju­gado realmente! ·

54

B

Blancas juegan y hacen tablas Pape-Roth

Las blancas pueden hacer ta­blas mediante una preciosa combi­nación: l. d6! , ed; 2. Rd3 ! , Axg3; 3. a5, d5; 4. a6, Ab8; 5. a7, Axa7 ahogado.

Blancas juegan y hacen tablas Lisitsin-Bondarevsky,

Leningrado, 1950

55

B

l. Axe4+! , fe; 2. Te5+, y en vista de que 2. ..., Rxe5 es ahogado, Bondarevsky intentó 2. ..., Rd6; 3. Txe4, Ce6. Sin embargo, torre y caballo contra torre son unas ta­blas fáciles, a diferencia de torre y alfil contra torre, que si bien teóri­camente también son tablas, son muy difíciles de conseguir en la práctica.

Ver diagrama 56.

Keres-Holmov, Moscú (16 Campeonato de la URSS), 1948

56

N

34 PREPARACIÓN DE FINALES

Las blancas tienen una ventaja decisiva debido a su gigantesco peón a, pero Holmov tendió una trampa diabólica con l. . .. , Rg7; 2. De7+, Rh6; 3. Dxf6, Dh3+. Aquí 4. Re2 debería ser un movimiento ganador para las blancas, pero Ke­res rápidamente jugó 4. Rgl?, sin darse cuenta de 4. . .. , Rg4+!, ha­ciendo una horquilla al rey y al peón y llevándolos al ahogado tras S. fg.

La mayoría de los ejemplos an­teriores estaban bastante bien en­raizados en la realidad. Pero para concluir esta sección, vamos a tras­ladamos al reino de la fantasía.

57

B

Blancas juegan y ganan La posición Saavedra

Probablemente ya conoceréis la posición Saavedra. Las blancas juegan y ganan tras l. c7, Td6+; 2. Rb5, Td5+; 3. Rb4, Td4+; 4. Rb3, Td3+; 5. Rc2, Td4! ; 6. c8T! ! (pero no 6. c8=D, Tc4+; 7. Dxc4, ahoga­do); 6 . . . . , Ta4; 7. Rb3, y ganan.

Varios estudiosos han intenta­do elaborar nuevas combinaciones

sobre este tema delicioso. El estu­dio de Liburkin debe ser segura­mente el mejor.

Blancas juegan y ganan M. S. Liburkin, Shakhmaty contra

SSSR 1931 (2° Premio)

58

B

l. Ccl!, TdS+! (si l. . . . , Txb5; entonces 2. c7, Td5+; 3. Cd3! , Txd3+; 4. Rc2, y nos hemos situado en la misma posición Saavedra -4 . . . . , Td4; 5. c8T! , etc); 2. Rc2! (no 2. Re2, Txb5; 3. c7, Te5+; y 4 . . . . , Te8; ni 2. Cd3, Txd3+; 3. Rc2 -3. Re2?, Tc3; y ganan las negras: 3 . . . . , Td5= ) ; 2 . ... , TeS+; 3. Rd3! (si 3. Rd2?, las negras tienen una de­fensa de ahogado en 3 . . . . , Txb5; 4. c7, Th2+; 5. Rdl , Tc2!) ; 3 • ••• , TxbS (o 3 . . . . , Txcl; 4. Rd4, y ga­nan); 4. c7, Th8!; S. cbA!, y las blan­cas ganan (una realmente fantástica elaboración del diagrama 57).

Finalmente, he aquí un reciente estudio con dos variantes temáticas complementarias que conducen al ahogado.

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 35

59

B

Blancas juegan y hacen tablas EG no 59 vol. IV, enero, 1980

J. Vandecasteele

l . Rc2, Aa5; 2. Te8, Ac6; 3. Te3+, con las dos variantes:

a) 3 • ••• , Ra2; 4. Te2, Aa4+; 5. Rd3, Ab5+; 6. Rc2, Axe2; aho­gado.

b) 3 • ••• , Ra4; 4. Td3 ! (no 4. Te2?, dl=D+! ; 5. Rxdl , Af3; y gana) ; 4 . . . . , Ae4; 5. Rel , Axd3 aho­gado.

Por supuesto, el ahogado no es la única posibilidad objetiva de una combinación para obtener tablas. He incluido un gran número de ejemplos por dos razones. Primero, una práctica: las combinaciones para ahogado son bastante comu­nes en la práctica. Segundo, una estética: creo que algunas combi­naciones de ahogado son muy her­mosas. Pero debemos pasar ahora a examinar otras ideas.

JAQUE CONTINUO Y "ATAQUE CONTINUO"

En cierto sentido, el jaque con­tinuo es tan sólo un ejemplo de "ataque continuo" �ualquier ma­niobra en la que el bando más dé­bil fuerza al más fuerte a repetir la posición.

Primero, algunos ejemplos de jaque continuo.

Ejemplo de jaque continuo

60

N

El jaque continuo, o su amena­za, es una de las principales defen­sas en los finales de dama y peón. En el diagrama 60 las negras pue­den dar jaque contínuo inmediata­mente: l. . . . , Dal+! ; 2. Rd3, Rdl+; 3. Re3, Dgl+! ; 4. Re4, Dg4+; 5. Rd5, Dd7+; 6. Rc5, Da7+; 7. Rc4, Da4+; 8. Rc3, Dal +; etc. Haciendo jaques en las ocho casillas al , dl, gl, g4, (g7), d7, a7 y a4, que delimi­tan el perímetro de un cuadrado, las negras no dejan a las blancas ninguna oportunidad para variar su movimiento.

36

61

N

PREPARACIÓN DE FINALES

Juegan negras Ullienthai-Smyslov,

Partida de torneo, 1941

Las negras tienen un peón me­nos, con varios peones blancos con posibilidad de convertirse en da­mas, pero la posición del rey blan­co es malísima. Sacrificando la ma­yoría de los peones que le queda­ban, Smyslov forzó un jaque conti­nuo: l . . . . , g5 ! ; 2. Txh7, Txa2; 3. Th6+, Re5; 4. Txc6, Re4; 5. Txc5, f4 ! ; 6. ef, Rf3 ( ¡amenazando ma­te ! ) ; 7. h3, Tal+ 1/2 - 1/2.

62

N

Juegan negras Eliskases-Keres, Noordwijk, 1938

El diagrama 62 es otro ejemplo de cooperación entre el rey y la torre. l . ... , hl; 2. Th7, g3; 3. Rf6, Rg8; 4. Th3 ( 4. Th5, y 4. Th4, con­ducen a la misma situación); 4 . ... , g2; S. Tg3+, Rf8; 6. Ta3! tablas. Las negras no pueden eludir la aten­ción de las piezas de su oponente ni con 6 . . . . , Rg8; 7. Tg3+! ni con 6 . . . . , ReS; 7. Re6, Rd8; 8. Rd6, Rc8; 9. Rc6, Rb8; 10. Th3+!, Rc8; 11 . Ta3.

Podemos subrayar que en este caso las blancas se rigen más por un "ataque continuo" que por un "jaque continuo".

En el diagrama 63 las negras tienen tres ( ! ) peones menos, pero mantienen alguna esperanza de lograr tablas a la vista de un posi­ble jaque continuo.

Juegan negras Raicevi6-Speelman, Hastings, 1979-80

63

8

l . ... , Ted8; 2. Tfi (no 2. b6?, Tdl+; 3. Txdl , Txdl+; 4. Rg2, Cf3; 5. Ce3, Cel+! y tablas); 2 . ... , Tdl; 3. Rg2!, T8d2 (si 3 . . . . , Cf3 las blan­cas tienen la posibilidad de 4. Ta8!); 4. e4! (4. b6?, Txfl; 5. Rxfl, Cf3

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 37

amenaza con un jaque continuo, y 6. e4 no es de gran ayuda para las blancas); 4. . .. , fe (yo quise jugar 4 . . . . , Cc4, con la idea de 5. Txdl ?? , Ce3+! , pero después de 5. Cd5, fe; 6. Txdl, Txdl; 7. b6! ganan con facilidad); S. ChS?! (5. Te7 es más claro, p.e. 5 . . . . , Cf3; 6. Txe4, Txfl; 7. Rxfl, Cxh2+; 8. Rg2, etc); S • ••• , Txfl; 6. Rxfl, Rf8! (6 . . . . , Cf3?; 7. Cf6+, Rf8; 8. Cxe4 gana); 7. Cf6, e3!; 8. fe, hS!; 9. b6?? (cuando sur­gen problemas mi oponente se atu­rulla. 9. Ce4! , debería ganar sin demasiada dificultad); 9 • ••• , Cf3. Aquí las blimcas se dieron cuenta, para su espanto, de que las negras estaban amenazando con un jaque continuo no sólo con Cxh2+ - f3+, que podría evitarse con Ch7+ y Cg5, sino también con Tdl + - d2+. La partida fue tablas tras unos po­cos jaques de las blancas.

Ver el diagrama 64. Las blancas parecen estar per­

diendo una pieza, p.e. l. Ac2, Ta2; 2. Abl , Tb2; ó 2. Adl, Td2; pero se salvan con l. Axe4, Txfl; 2. Af5 ! ! 1/2 - 112.

64

B

Blancas juegan y hacen tablas Radevitch-Donnskikh, Bakuriani, 1972

Los estudiosos del tema han creado múltiples ejemplos maravi­llosos de jaques y ataques conti­nuos. He aquí un par de ellos.

Blancas juegan y hacen tablas J. Brenew 1934, corregido por J. Ban

65

B

l. Rg3 ! , Rgl; 2. Ce6, f2; 3. Cf4, fi=D (si 3. . .. , Ae6; entonces 4. Ce2+, Rfl; 5. Cf4, Af5; 6. Rf3 ! , y las negras están en zugzwang); 4. Ch3+, Rhl; 5. Cf2+ con jaque continuo.

Ver el diagrama 66.

Blancas juegan y hacen tablas A. S. Gurvich, 1927

66

B

38 PREPARACIÓN DE FINALES

l. Ce4, Dxh2; 2. Tg5+, Rf8 (o 2 . . . . , Rh7; 3. Txh5+ !=); 3. Tf5+, Re8; 4. Txh5 ! , Db2 ! ; 5. Tb5 ! , y am­bos lados se ven forzados a llevar a cabo una serie de movimientos re­petitivos.

CONSTRUYENDO UNA FORTALEZA

Los métodos tácticos pueden en ocasiones ser utilizados para po­der alcanzar el objetivo posicional de construir una fortaleza.

67

B

Blancas juegan PennoSErAfecking, Lugano, 1968

Penrose jugó en esta ocasión l. g4 -¿quizá pudo haber intentado otro movimiento?-, pero después de l . ... , Axg4!; 2. Dxg4 (2. hg es to­davía más fácil para que las negras consigan tablas), Mecking fue ca­paz de mantener las tablas.

Ver el diagrama 68. Esta posición es tablas, ya que

las blancas son incapaces de pene­trar la fortaleza negra. Las negras deben evitar h6+ y Df8, lo que re-

¡Tablas! FD e T/PAf # 1 67

N. Grigoriev, 191 7

68

B

sulta ser bastante factible, p.e. l. Dd4+, Rh7; 2. Dc3, Th6; 3. Dc5, Rg7 ! (deben evitar Df8); 4. Dc8, Te6; 5. Dh3, Th6 etc.

Em. Lasker-Ed. Lasker, Nueva York, 1924

69

N

Aunque las blancas tienen peo­nes pasados ligados, las blancas es­tán en una situación mejor, ya que el caballo se mostrará muy torpe frente al peón b del enemigo que avanza tras L •• ., aS!; 2. ba, b4; 3. a6!

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 39

(3. g5 pierde después de 3 . . . . , b3; 4. Cc4, Rc5; 5. Cb2, Td2; 6. Cd3+, Rc4; 7. Ce5+, Rc3 etc); 3 • ••• , ReS (o 3 . . . . , b3; 4. Cc4, Rb5; 5. Cb2, Rxa6; 6. Re3 ! , Rb5; 7. g5, Rb4; 8. g6, Rc3; 9. Ca4+= ) ; 4. a7, b3; 5. Cd1, Ta8. Las negras tienen éxito en ganar a todos los peones del enemigo, ¡pero al precio de permitir al rey y al caballo blancos rodear al peón b en una fortaleza, con el peón como un "rehén" ! 6. g5, Txa7; 7. g6, Td7; 8. Cb2, Td2; 9. Rf3!, Td8; 10. Re4, Rd6; 11. Rd4, Tc8; 12. g7, Re6; 13. g8=D+!, Txg8; · 14. Rc4, Tg3; 15. Ca4, Rf5; 16. Rb4, Rxf4:

70

S

Em. Lasker-Ed. Lasker (continuación)

Esta posición es tablas porque las negras no tienen modo de pro­gresar. La partida acabó así: 17. Cb2, Re4; 18. Ca4, Rd4; 19. Cb2, TC3; 20. Ca4, Te3; 21. Cb2, Re4; 22. Ca4, Rf3; 23. Ra3!, Re4; 24. Rb4 (24. Cc5+?, Rd4; 26. Cxb3+, Rc4); 25 • ••• , Rd4; 26. Cb2, Th3; 27. Ca4, Rc3; 28. Rxb3, Rd4+ V2 - V2.

Estos ejemplos de construcción de fortalezas no han sido demasia­do impresionantes. Va siendo hora de algo más excitante.

Ver el diagrama 71 . Tras el normal l. . . . , Ca8; las

blancas hubieran ganado con Ah5+ y llevando su rey a e6 -por lo me­nos habría sido así si las negras se hubiesen olvidado de jugar Cb6!

+

Negras juegan y hacen tablas Kobaidzev-Tseretely, Tbilisi, 1970

71

N

Pero las negras inmediatamen­te respondieron mediante la erec­ción de una fortaleza con l. . . . , Re8; 2. Axb6, Re7, con la que las blancas no tienen modo de mejorar su posición.

Blancas juegan y hacen tablas V. Chekhover, 1934

72

S

40 PREPARACIÓN DE FINALES

El soviético Chekhover hizo de la construcción de fortalezas una de sus especialidades. Éste es un ma­ravilloso ejemplo. l. Tbl!, cb=D; 2. Axbl, e3!; 3. Axf5! (si 3. fe, entonces 3 . . . . , Axbl gana con faci­lidad, ya que el alfil controla hl ) ; 3 • ••• , e2; 4. Ag4!! (pero no 4. h3?, g4! y ganan); 4 • ••• , el=D (o 4 . . . . , Rxg4; 5. f3+, y 6. Rf2); 5. h3, y a pesar de la gran ventaja de las negras en cuanto a las piezas, no tienen modo, con su rey aislado, de provocar la más mínima resque­brajadura en la fortaleza blanca.

73

B

Blancas juegan y hacen tablas G. Zakhodiakin, 1930

Y, finalmente, el diagrama 73 es un ejemplo de unas "tablas posi­cionales" más que de una fortale­za. Las blancas se las apañan para aprisionar al rey y al caballo negros en una esquina, mientras los carce­leros se protegen mutuamente, de modo que no pueden ser movidos (lo que es un hecho notable). l. g7+!, Cxg7 (1. . . . , Rg8?; 2. Cg4 gana el peón f, ya que 3. Cf6+ está amenazado); 2. Cf7+, Rg8; 3. AcS!, fi=D; 4. Ch6+, Rh8; 5. Ad6!! y son

tablas posicionales. El alfil blanco está a salvo tanto en d6 como en e5, de modo que las negras no pue­den nunca conseguir un zugzwang.

COMBINACIONES PARA ALCANZAR TABLAS TEÓRICAS

La búsqueda de unas tablas teó­ricas es uno de los objetivos más evidentes del defensor, y así se de­muestra a lo largo de este libro. Aquí voy tan sólo a añadir algunos ejemplos.

Ver el diagrama 74. Las negras parecen tener pro­

blemas, ya que si l. . . . , Ccl +; en­tonces 2. Rc2, Ca2; 3. Rb3, Ccl +; 4. Rb2, o l. . . . , Cgl ; 2. Re3, y en cualquier caso el caballo está atra­pado.

Negras juegan y hacen tablas PEL # 39

Reshevsky-Tatai, Netanya, 1973

74

N

Pero las conocidas tablas teóri­cas de alfil y el peón de torre opuesto acuden a su rescate, como de hecho esperaba que ocurriese.

COMBINACIONES PARA FORZAR TABLAS 41

L ... , Cxf4+; 2. gf, gS!; 3. fg, h6; y son tablas teóricas.

75

8

Portisch-Kavalek, Montreal, 1979

Las blancas están ganando con facilidad, pero tras 1 AxaS (1 Rc4 también es un buen movimiento) L _, Rd6; Portisch dio un patinazo con 2. b4?? (2. Rc4, Rc6; 3. b4, gana); 2 • ••• , Cb8!; y la amenaza de Cc6+! forzó las tablas: 3. Rc4 (3. b5, Cc6+! ); 3. • •• , Cc6; 4. RbS, Cxb4; S. Rb6, Cd3! 112 - V2. Las negras amenazan Cb2, y si 6. Ac3 enton­ces 6 . . . . , Rd7; y el rey llega a a8.

76

8 .t

Blancas juegan y hacen tablas L. Kubbei, 1930

El alfil y dos caballos en contra de un alfil es una victoria teórica. Pero si las blancas pueden forzar el intercambio de alfiles. .. Lo consi­guen mediante l. d7, Cb6+; 2. Rb4, Cxd7; 3. Ac8 ! , Ae6; 4. Aa6+, R mueve; 5. Ac4=.

1

Blancas juegan y hacen tablas lvkov-Petrosian, Río de Janeiro

(interzonal), 19 79

77

8

1 vkov cometió un fallo garrafal con l. Tc7?, y abandonó tras l. . . . , Tf8; 2. f4, gf; 3. gf, ef; 4. Rdl , Cf3; 5. Re2, Ce5; 6. Tc5, TeS; 7. Ab5 (sellado); 7 . . . . , Te7 0-1 .

Podría haber forzado unas ta­blas de modo inmediato con l. Txg6+, Rf8; 2. Axf7! , Rxf7; 3. Txg5, tras lo que las negras no pueden hacer nada mejor que T + C contra T, lo que son unas senci­llas tablas teóricas.

SECCIÓN 1 1

ZUGZWANG Y LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS

Permitirnos asegurar que existe algún poder coordina­dor, alguna fuerza ejecutiva presidiendo la justa asociación de nuestras ideas.

INTRODUCCIÓN

Nuestras abejas sociales, o retratos de la vida de la ciudad y del campo

Andrew Wynter.

Una regla del ajedrez es que el jugador no tiene sólo el derecho, sino la obligación de mover. Esto tiene consecuencias muy importan­tes. Por ejemplo, como Jeno Ban señaló en Las tácticas de los finales (un magnífico libro) , si esta regla no se aplicase, el final de rey y torre contra rey serían tablas.

78

N

44 PREPARACIÓN DE FINALES

Así, en el diagrama 78 si las negras tienen que jugar es mate en un movimiento. El diagrama 78 es un buen ejemplo de zugzwang. Las blancas no son una amenaza, pero al mover las negras no pueden más que debilitar su posición -¡en este caso de modo bastante dra­mático !

El diagrama 79 es otro ejemplo importante de zugzwang. Es la posición fundamental de rey y peón contra rey; de hecho, quizá la posición fundamental de la teoría del final. Por supuesto, es un zugz­wang mutuo, y si las blancas mueven no pueden hacer nada más que tablas después de l . e7+, Re8; 2. Re6 ahogado, mientras que si j uegan las negras pierden tras l . . . . , Re8; 2. e7, Rf7; 3. Rd7.

79

Si juegan las negras, pierden. Si juegan las blancas, hacen tablas

Existe una diferencia interesante e importante entre los diagra­mas 78 y 79. En el diagrama 78 las blancas pueden jugar un movi­miento de espera, p.e. l . Tcl ; pero en el diagrama 79 esto no es posi­ble, y por lo tanto el zugzwang es inevitable.

En esta sección se contemplan dos temas diferentes pero relacio­nados. En el breve primer capítulo quiero enfatizar la importancia del zugzwang en el j uego del final. En primer lugar, se dan algunos ejemplos razonablemente simples de zugzwang forzado con movi­mientos dilatorios; tras esto se dan un par de ejemplos de zugzwang como objetivo estratégico en el final; y finalmente algunas j oyas del arte de los estudiosos, en los que el zugzwang juega un papel vital.

SECCIÓN II 45

El segundo capítulo contiene un material mucho más difícil acerca de las maniobras que se precisan para forzar el zugzwang en ciertas posiciones: "La teoría de las casillas conjugadas". Como ya he dicho, el tema es difícil, paro también puede tener muchas compensaciones. Puesto que hago una introducción a la teoría en el capítulo corres­pondiente, no voy a decir aquí nada más acerca de ella.

46 PREPARACIÓN DE FINALES

3. Zugzwang

MOVIMIENTOS DILATORIOS CON LOS PEONES

En ocasiones, especialmente en los finales de rey y peón, todas las piezas del tablero están compro­metidas, y no pueden moverse. En este caso, los jugadores moverán los peones mientras les sea posi­ble . . .

80

Zugzwang mutuo Van Zuylen & Van Nyevelt,

Superiorités, 1792

Ésta es una posición muy anti­gua. Es, de hecho, un zugzwang mutuo. Si juegan las blancas: p.e. l. c3, a6; 2. c4, a5; 3. c5, a4; o l. c3, a6; 2. b3, d6; 3. c4, a5; o 3. b4, d5. Si juegan las negras: p.e. l. . .. , d5; 2. b4, d4; 3. b5 etc.

El diagrama 81, tomado del FAB, ilustra tres estructuras de peón simétricas en las que el bando

A

'

B

' '

Zugzwang mutuo FAB # 96

e

que mueve debe acabar, en última instancia, en un zugzwang.

J\: l . a3, a6; 2. a4, a5. B: p.e . l . c3, c6; 2. d3, d6; 3. d4,

d5. C: Fine da incorrectamente

l . f3, f6? Después de 2. f4, f5; 3. h3, h6; 4. g4, g6 pueden surgir compli­caciones, dependiendo de la posi­ción del resto de las piezas en el tablero. Si las blancas juegan 5. g5, hg; 6. fg, las negras tienen el peón f pasado, pero si puede ser detenido, h4, h5 puede ser muy poderoso.

Otra línea de juego es l. f3, f6; 2. f4, f5; 3. g3, h6 (o 3 . . . . , g6; 4. h3, h6; 5. g4) ; 4 . h3, g5; tras lo que 5 . fg, hg; 6. h4 podría causar complica­ciones. La línea de juego correcta es l. 1'3, h6! ; p.e. 2. f4, h5; 3. f5 (o 3. g3, g6; 4. h3, f6; 5. g4, h4!) ; 3 . ... , h4; 4. g4, hg!; 5. hg, g5!; y tras un par de movimientos más las blancas

estarán en zugzwang. En este caso nunca tuvieron la oportunidad de complicar las cosas consiguiendo un peón pasado. Si l. h3, entonces 1 . . . . , f6! bajo el mismo principio, o 1. g3, g6; 2. f4, h5 ! (2. f3, h6, etc.).

82

S

El diagrama 82 ilustra este prin­cipio en la práctica. Si l. f3, f6?; 2. f4, f5; 3. h3, h6; 4. g4 (mejor que 4. g3, g5; 5. fg, hg; en donde si 6. h4, entonces 6 . . . . , f4 ! ) ; 4 . . . . , g6; 5. g5 ! , hg; 6. fg, f4; 7 . h4, f3; 8 . Rd3, f2; 9. Re2, Rxb3; 10. h5, y aunque las negras pueden coronar con jaque golpeando rápidamente en fl=D+, las blancas reaparecen con un peón con buenas expectativas de victoria -10 . . . . , Ra3 (o 10 . . . . , Rc2 quizás); 1 1 . hg, b3; 12. g7, b2; 13. g8=D, fl=D+; etc.

Pero después de l. f3, h6!; 2. f4, hS; 3. fS, h4; 4. g4, hS; S. hg, gS!; 6. f6 ( 6. g4, f6; 7. Rd5 es práctica­mente lo mismo); 6 . ... , g4; 7. RdS, Rxb3; 8. Rd6, Rc4; y las negras coronan demasiado rápido.

Por supuesto, si se mueve una horizontal la posición del flanco de la dama en el diagrama 82, es decir, el rey blanco en c5 y el peón en b4,

el rey negro en a4 y el peón en b5, entonces si las blancas mueven no tienen mayor problema, ya que, aunque deberán abandonar a su peón b, su contraataque es lo sufi­cientemente rápido.

FP#804 Schwiede-Sika, Bmo 1929

83

N

El diagrama 83 es una posición muy interesante del Finales de peón. Cada jugador ha movido un peón en un flanco del tablero, y mantiene los del otro flanco inmó­viles. De hecho, cualquiera que mueva primero gana, al forzar pri­mero a los reyes y los peones cen­trales a un zugzwang, y después "corrigiendo" la situación en el flanco del tablero en el que está en desventaja.

En este caso jugaban las negras. Pueden ganar con l. . .. , ReS!; 2. Rf3, aS!; 3. b3 (si 3. h4, a4! ; o 3. a4, h6!); 3 • ••• , bS!; 4. a3, a4; S. ba, ba; 6. h4, hS; y ganan.

Si juegan las blancas: l. Rf3!, ReS; 2. h4!, aS (o 2 . . . . , h5; 3. a3); 3. hS, a4; 4. h6, b6 (si 4 . . . . , b5; 5. a3, o 4 . . . . , a3; 5. ba, b5; 6. a4, ba; 7. a3); S. b4!, ab; 6. ab, bS; 7. b4, y ganan

48 PREPARACIÓN DE FINALES

-7 . . . . , Rf6 no sirve para nada, ya que 8. Rxf4, Rg6; 9. Re5, Rxh6; 10. Rf6! etc.

El diagrama 84 está tomado de una análisis de Chekhover de la partida 32 del enfrentamiento en­tre Capablanca y Alekhine.

84

N

FP# 789 Alekhine-Capablanca,

32 Partida del Campeonato de 1927 (análisis)

Es interesante observar que las negras son capaces de lograr tablas después de l. . .. , a6! La línea de juego principal es 2. Rf3 (2. Rh4, Rg6; o 2. Rh3, Rf6!) ; 2 . ... , h4!; 3. Rfl, Rg6!; 4. Rg2, Rh6!; 5. Rh3, Rh5; 6. fS, Rg5; 7. f6, 1lxf6; 8. �4, Rf5; 9. Rg3, Re4; 10. Rf2, Rd3; 11. Rf3, Rc4; 12. Rf4, Rxb4; 13. Rxe5, RxaS; 14. Rxd5, b5! (el único movimiento); 15. ReS (15. Rc6 también son tablas); 15. . .. , b4; 16. d5, b3; 17. d6, b2; 18. d7, bl=D; 19. d8=D+, Ra4; 20. Dd4+, RaS!

Chekhover afinna que l. . .. , Rg6 también son tablas, pero de hecho después de l. . . . , Rg6; 2. Rh3! las negras son incapaces de reproducir las variaciones reflejadas anterior­mente, a saber:

a) 2 . . . . , R se mueve a 3. Rh4, Rg6 (3 . . . . , Rh6; 4. f5); 4. b5 !

b) 2 . . . . , a6; 3. Rh4! e) 2 . . . . , b6; 3. a6! , Rh6 (o 3 . . . . , b5;

4. Rh4); 4. Rh4, Rg6; 5. b5 d) 2 . . . . , b5( ! ) ; 3. Rg3 ! , R mueve;

4. Rh4, Rg6; 5. a6!

Éste es un buen ejemplo del cui­dado que se debe poner al tratar con movimientos dilatorios, y un avance de las maniobras del rey que veremos en el próximo capítulo.

EL ZUGZWANG COMO UN OBJETIVO ESTRATÉGICO

Repartidos por este libro, y de hecho en todos los libros que tra­tan sobre los finales, se encuentran muchos ejemplos de posiciones en las que el modo principal de vencer la resistencia del oponente es me­diante un zugzwang. Voy a añadir aquí tan sólo un par más, en los que la importancia del zugzwang es muy clara.

FT # 234; FAB # 370 Alekhine-Capablanca,

34 Partida del Campeonato de 1927

85

8

El diagrama 85 está tomado de la partida con la que Alekhine se proclamó campeón del mundo. Las blancas jugaron l. Ta4 ! Con su torre magníficamente situada detrás del peón pasado , la torre negra está condenada, al menos momentáneamente, a una total pasividad -no debe moverse, ya que de lo contrario el peón seguirá avanzando. l . ... , Rf6; 2. Rf3, ReS; 3. Re3, hS; 4. Rd3, RdS; S. Rc3, Rc5; 6. Ta2! Las negras están en zugzwang. Si la torre se mueve se pasa a 7. a6, y puesto que los movimientos de peón son clara­mente inútiles, debe dejar paso a su rey. 6 . ... , RbS; 7. Rd4, Td6+; 8. ReS, Te6+; 9. Rf4, Ra6; 10. RgS, TeS+; 11. Rh6, TfS (si 1 1 . . . . , Te7; entonces 12. Rg7, Td7; 13 . 'Rf6, Tc7; 14. Te2! , Rxa5; 15 . Te7, Tc2; 16. Txf7, Txf2+; 17. Txg6, Tg2; 18. Tf3, etc); 12. f4?! Este movi­miento parece natural, pero al re­tirar la torre de la segunda hori­zontal ahora que las blancas han debilitado su configuración de peones, Capablanca le plantea mayores problemas. El modo más simple de ganar era tratando de conseguir un zugzwang:

12. Rg7, Tf3; 13. Rg8 debería ganar. La idea es 13 . . . . , Tf6; 14. f4, Tf5; 15. Rg7, pero las negras pue­den crear algunos problemas técni­cos con 13 . . . . , f5( !) ; 14. Rg7, f4; tras lo que asumo que 15. Rxg6 ganaría -¿también 15. gf?-, pero no de mo­do absolutamente trivial.

El mejor juego de las blancas para un zugzwang es 12. Rg7 ! , Tf6 (si 12 . . . . , Tf3; entonces 13. Rg7, etc. ; o 12 . . . . , Td5; 13. Rg7, Tf5 -13 . . . . , Td7; 14. Tf6, y 15 . Te2 etc.-

ZUGZWANG 49

14. f4); 13 . Rg8! , Tf5; 14. f4, Tf6; 15. Rf8, Tf5; 16. Rg7.

Después de 12 . f4? ! el juego continuó 12 . ... , Tc5!; 13. Ta3, Tc7; 14. Rg7, Td7; lS. fS ( 15. Rf6 parece mejor: 15 . . .. , Tc7; 16. f5, Tc6+; 17. Rxf7, gf; 18. Tf3 , etc.); lS . ... , gf; 16. Rh6, f4! ; y a pesar de no haber­se dado cuenta del camino más simple, Alekhine obtuvo la victo­ria. Jugar con el objetivo de un zugzwang, sin embargo, le habría facilitado las cosas. Los movimien­tos siguientes fueron 17. gf, TdS; 18. Rg7, TfS; 19. Ta4, RbS; 20. Te4!, Ra6; 21. Rh6, TxaS (21 . . . . , Rb7 ! ; 22. Te7+, Ra6; 23. Te5, Txf4; 24. Rxh5, f6 seguirían dejando a las blancas con algunas dificultades técnicas) 22. TeS, Tal; 23. RxhS, Tgl; 24. TgS!, Thl; 2S. TfS, Rb6; 26. Txf7, Rc6; 27. Te7! 1-0.

Ver el diagrama 86.

El zugzwang es a menudo el factor decisivo e n los finales de alfil.

• 86

..t i ' 8

FA e C # 3 14; FAB # 251 Zubarev-Aiexandrov; Moscú, 1915

50 PREPARACIÓN DE FINALES

Los diagramas 121-122 del si­guiente capítulo son excelentes ilustraciones de esto. Con un caba­llo contra el alfil contrario el zugz­wang es de nuevo un arma vital, como se muestra en el diagrama 86. Primero las blancas penetran con su rey. Después el caballo ata­ca creando debilidades. Finalmen­te, y utilizando el hecho de que el rey blanco no dispone de ningún movimiento bueno, las blancas fuerzan un zugzwang. l. Rf2, Re7 (si l. . . . , Rt7; 2. Re2, Rg6; 3. Ce3, Rg5; 4. g3, y entonces Rd3-d4 etc.); 2. Re3, Rd8; 3. Rd4, Rc7; 4. ReS, Ac8; 5. Cb4, Ab7; 6. g3, Ac8; 7. Cd3!, Ad7; 8. Cf4, g6; 9. Ch3, h6; 10. Cf4, g5; 11. Ch5, Ae8; 12. Cf6, At7; 13. Cg4, h5; 14. Ce3!, Ag6; 15. h4, gh; 16. gh, Ae4! (las negras intentan evitar Cf4, pero les resulta imposible); 17. Cfi, Af3; 18. Cd2, Ae2; 19. Cb3, Ag4; 20. Cd4, Ah3; 21. Ce2, Af5; 22. Cf4, Ag4; 23. b4!, zugzwang, y las blancas ganan.

EL ZUGZWANG COMO RESULTADO TÁCTICO

En ocasiones, al final de una línea de juego táctica aparece súbi­tamente el zugzwang. Muchos pre­paradores de estudios han intenta­do producir este efecto, algunos con resultados realmente sorpren­dentes. Mi primer par de ejemplos son, sin embargo, un tanto munda­nos.

Después de l • ••• , Ta6+ (o l. . . . , Ta8; 2. Th8, etc.) las blancas pier­den un movimiento con 2. Rd8! (2. ReS?, Tg6; y son las blancas las que mueven); 2 • ••• , Tg6; 3� ReS!, y

FAB # 334

87

N

puesto que las negras van a jugar en esta posición un zugzwang mutuo pierden: 3. • •• , Rf4; 4. Thl, Rf3; 5. Tfi +, R mueve; 6. Tt7, etc.

Negras juegan y hacen tablas Rabinovich

88

N

También aquí, después de l . ... , Rh5!; 2. g6+, Rh6; 3. Tc6, Tgl; 4. Tf6, Tg5! se llega a una posición de zugzwang mutuo. Si las negras mueven perderán, pero si las blan­cas mueven 5. Tfl, Tf5+! ; 6. Txf5 es ahogado, o si 5. Ta6, entonces 5 . . . . , Tg1 ! , etc. (no 5 . . . . , Tf5??; 6. Rg8 ganan).

89

8

Blancas juegan y ganan R. Réti, 1922 (corregido, 1931)

El notable pequeño estudio de Réti es merecidamente muy reco­nocido. l . Cd4+! ReS (si l. . . . , Rc7; entonces 2. Rxh2, y las blancas ga­nan con los peones extra); 2. Rhl ! ! , e, increíblemente, las negras están en zugzwang. Si 2 . . . . , Rd5; enton­ces 3. a6, o 2 . . . . , Rd6; 3. Cf5+, y cualquier movimiento del alfil con­duce a una horquilla del caballo.

90

8

Blancas juegan y ganan M. S. Liburkin,

1• premio 64, 1931

ZUGZWANG 51

l. Cd3!, Abl (si l. . . . , Ac4; 2. Ab5, o l . . . . , Rc2; 2. Ag6); 2. h6, Cxh6; 3. Ah5+, Rc2; 4. Axh6, Rxd3; 5. Rb3! (5. Ag6+?, Re2; 6. Axbl, d3 tablas); 5 • ••• , Ac2+; 6. Rb4! zugzwang y ganan.

Para finalizar, una pareja de ejemplos con un material algo más consistente.

· - 91 ' B

Blancas juegan y ganan Richter

l . Rb7+! , Rh7; 2. Dh2+, Dg8; 3. Da2+, Rh7; 4. Dt7! (zugzwang); 4 . . . . , Dg8; 5. Dh5 mate.

Ver diagrama 92. Kasparian, uno de los mayores

compositores de jugadas de todos los tiempos, es renombrado por sus profundos y complicados estudios (ver diagrama 92).

l. Dxg2! (si l. Rf5?, entonces l. . . . , b2; o l. Rg5?, Ac3; 2. Dxc3, gl=D; 3. Dxb3+, Df8; 4. Dxa2, Del+; con un jaque continuo; o l. Dxb3+?, Rg7; 2. Ddl, Af6; 3. Dxg4+, Rf8; finalmente, si l. Dxg4, entonces l. . . . , Ag7); l . ... , Ae5+; 2. Rf5 (2. Rg5?, al=D; 3. a7,

52

92

8

PREPARACIÓN DE FINALES

Blancas juegan y ganan G. M. Kasparian, 1• Premio Magyar

Sakkélet, 1959

Af4+!) ; 2 • ••• , al=D; 3. a7, Dxa7 (3 . . . . , Dbl +; 4. Rxg4 gana); 4. Rg6!, Dal ( 4 . . . . , DaS; 5. Dhl amenaza Dh7 +; o 4. . .. , Rf8; 5. Dfl + ) ; 5. Dd5+!, Rh8; 6. De4!! Increíble­mente, ésta es una posición de zugzwang mutuo. Si las negras jue­gan pierden -simplemente, inten­tar reproducir cada uno de los po­sibles movimientos de modo suce­sivo-. Pero si las blancas mueven la posición será tan sólo de tablas: 7. Df5, Ag7; 8. Dh5+, Rg8; 9. Dd5+.

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 53

4. La teoría de las casillas conjugadas

INTRODUCCIÓN

En este capítulo voy a tratar la "teoría de las casillas conjugadas". Es un tema difícil, pero ciertamen­te tiene un valor práctico, y a veces es además bonito.

La teoría de las casillas conjuga­das (o casillas coordinadas -utiliza­ré las dos denominaciones indistin­tamente- es la base de un método para tratar cierto tipo de finales) -no sin razón llamado "método de las casillas conjugadas". Las posi­ciones en cuestión son aquellas en las que el modo adecuado de pro­gresar es mediante el plan sutil de maniobrar con el rey (y otras posi­bles piezas, si todavía quedan) para forzar un zugzwang, en oposición al método de movimientos rápidos para crear tanta destrucción como sea posible, lo que generalmente sucede tras la fase de maniobra.

Brevemente, el "método de las casillas conjugadas" consiste en lo siguiente: primero, se determinan las posiciones de zugzwang; des­pués, con suerte, puede ser posible "dibujar un esquema" (asignar sím­bolos a las casillas en un diagrama) para clarificar el curso que debe tomar la partida. Pero en ocasiones uno se debe contentar con una sim­ple lista de las posiciones de zugz­wang.

A primera vista esto puede pa­recer bastante incomprensible. Pe-

ro antes de intentar aclarar las co­sas con algunos ejemplos, me gus­taría decir algo acerca de la natura­leza del "método de las casillas conj ugadas".

Este método se explica en deta­lle, entre otros, en el volumen 11 de Cheron y en Finales de peón, capí­tulo 7. A verbakh y Maizelis tienen ciertas dificultades al intentar de­fenderlo frente a los ataques de los incrédulos. Sin embargo, dudo que esto sea necesario, ya que yo veo el método no como un procedimien­to por el que se pueda descubrir la verdad de una posición, sino como una ayuda pictórica a su análisis, y, cuando éste ha sido completado,

· un modo conveniente de exponer el resultado. Cuando se tiene cier­ta experiencia en posiciones simi­lares, se es capaz de adivinar el as­pecto del sistema coordinado en un caso particular. Pero el trabajo de adivinación es arriesgado; el análisis es el único procedimiento fiable.

Si mi verborrea sólo ha sembra­do confusión, algunos ejemplos ayudarán a clarificar las cosas.

Algunas "posiciones de manio­bra" son demasiado simples para que sea necesario -o tan sólo útil­aplicar el método para solucionar­las. Pero esto no lo devalúa en absoluto. Simplemente reafirma el hecho de que no se deben matar moscas a cañonazos. Empezare-

54 PREPARACIÓN DE FINALES

mos con uno de estos ejemplos: la oposición.

LA OPOSICIÓN

La oposición es una "conjuga­ción entre reyes" en la que se en­frentan uno a otro con una casilla de separación. Cualquiera que mueva tiene que dejar paso.

93

8

FP # 647 a) Diagrama

b) Re 1 contra Rd7

a) Si las blancas juegan ganan con 1 Rd4!, obteniendo la oposi­ción. l. ... , Rc6 (o l. ... , Re6; 2. Rc5, etc); 2. Re5!; 2. Rc4 conservará la oposición, pero después de 2. . .. , Rd6 las blancas deben repetir 3. Rd4 para progresar. Con el rodeo 2. Re5! las blancas se afianzan en una casilla crítica. Ahora, después de 2 . ... , Rc7 (o 2 . ... , Rd7; 3. Rd5, Rc7; 4. Rc5, Rb7; 5. Rd6, etc); 3. Rd5, Rd7 no importa que las negras ha­yan ganado la oposición. Las blan­cas la recuperan con 4. a5!, y las negras deben dejar paso: 4 . ... , Rc7; 5. Rc5, Rb7; 6. Rd6, Rb8; 7. Rc6, Ra7; 8. Rc7, Ra8; 9. Rb6, etc.

Tan pronto como el rey blanco llega a e5 la oposición deja de ser importante; e5, d5 y c5 son casillas críticas, y una vez que su rey acce­de a ellas las blancas ganan.

Si las negras mueven, pueden obtener tablas en el diagrama 93 a), pero deben evitar l. ... , Rd5? Después de 2. Rc3, la casilla c5 es inalcanzable para el rey, y deben escoger entre 2 . ... , Rc6; 3. Rc4! y 2 . ... , Rd6; 3. Rd4!, perdiendo en cualquiera de los dos casos. El movimiento correcto es l . ... , Rd7!, alcanzando una "oposición distan­te". Si ahora 2. Rc4/c2 entonces 2. . .. , Rc6; ó 2. Rd4/d2, Rd6; o 2. Re4/e2, Re6; o 2. Rc3, Rc7; o 2. Re3, Re7. En cualquier caso, las negras mantienen la coordinación.

b) l. Rdl!, y aquí una variante es l. ... , Rd6 (si l. ... , Re6 entond� o bien 2. Re2, o 2. Rc2: un rodec¿,1� 2. Rd2, Rd7; 3. Rd3, Rd6; 4. Rd4 etc. Si las negras juegan hacen ta­blas con l. ... , Re7!

Hemos sido capaces de resolver los diagramas 93 a) y b) utilizando el concepto de oposición. Sin em­bargo, podríamos haber utilizado específicamente las casillas conju­gadas a cada uno de ellos.

El diagrama 94 ilustra lo que estamos explicando. Cuando las negras van a una casilla, las blan­cas intentan o situarse en una con el mismo número, alcanzando la oposición (distante), o dar un ro­deo para alcanzarla moviendo a una casilla cuya opuesta no sea accesible a las negras. Por ejem­plo, en el diagrama 93. b) si l. Rdl Re6 entonces 2. Rc2 es posible, ya que las negras no pueden alcanzar un "1".

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 55

94 2 3

,______.,-w

¡---.-�

X X X

� 2 3

4 5 6

verfP# 647

Las zonas sólo se alcanzan por la derecha hasta la horizontal e, ya que con Rf4 contra Rf6 si las blan­cas mueven ganan inmediatamente con l. b5!, ab; 2. a5!

Cuando el rey blanco llega a una de las casillas fundamentales (marcadas con una X) el sistema conjugado del diagrama 94 deja de ser relevante. El movimiento a5 posterior nos lleva al diagrama 95.

95

FP # 648

En esta posición la conjugación es menos estricta; c5 contra c7 y d5 contra d7 son de hecho zugzwang, pero con Rc4 contra Rc8 las negras pueden hacer tablas: l. ... , Rd8; 2. Rd4 (o 2. b5+, ab+ tablas); 2 . ... , Rc8; y si las blancas lo evitan con 3. Re5, Rc7; 4. Re6, entonces des­pués de 4 . ... , Rc6 el contraataque asegura con facilidad las tablas.

TRIANGULACIÓN

"Un sistema triangular" ver FP # 148, 149 a) Re3 contra ReS b) R eS contra Rb 7

96

8

Debo mencionar que durante la partida del diagrama 93 las negras podían jugar a5, pero esto siempre conduciría a la derrota con b5. In­cluso aunque el rey blanco no esté todavía en la cuarta horizontal puede forzar la derrota, ya que el rey negro debe permanecer en el interior del cuadrado del peón b. Por ejemplo:

a) (Re3 contra Re5) l. RfJ!, RdS (1. .. . , Rf5; 2. b6); 2. Rf4, Rd6; 3. Re4, Re6; 4. Rd4, Rd6; S. Rc4!, Rc7; y entonces 6. RdS! es la victo-

56 PREPARACIÓN DE FINALES

ria más rápida. Después de 6. ReS(?), Rb7 tenemos:

b) (ReS contra Rb7) Las blan­cas "tienen la oposición", pero no les es aquí de utilidad. Éste es un punto muy importante al que re­tornaré en el próximo apartado. Si l. b6?, entonces l. ... , Ra6; 2. Rc6 es ahogado. Es necesario perder un movimiento, y esto lo consiguen las blancas mediante una "triangu­lación". Por desgracia para las ne­gras, dos de las casillas "de las blancas" -dS y d6- se conjugan con la c7 "de las negras". Si las blancas juegan l. Rd5, Rc7; 2. Re6!, Rb7 ( c6 no es posible); 3. ReS (también 3. Rd7, Rb6; 4. Rd6, Rb7; S. ReS, etc); 3 • ••• , Rc7; 4. Rd5, Rb6; 5. Rd6, Rc7; 6. ReS, las negras deben esco­ger entre 6 . ... , Rc7; 7. b6+, y 6 .... , R cualquier otro; 7. Rc6, etc.

Las blancas "pierden un movi­miento" con la maniobra RdS-e6-eS. Las negras son incapaces de responder a esta triangulación, ya que su rey no puede utilizar c6.

FP # 19; FAB # 26 +1-

En el diagrama 96 he marcado e6 como "2". También lo podría haber llamado "4", y señalar que el "4" de las negras, c6, les está prohi­bido; se trata simplemente de una cuestión de gustos.

Si las negras mueven pierden inmediatamente, pero si las blancas mueven deben triangular. Si esto no se aprecia directamente, se pue­den observar las casillas conjugadas apropiadas para ver dónde se debe­ría producir el desenlace.

98

FP # 21

Las negras deben responder Rd6 con Rd8 y RdS con Rc8. Esto está muy bien, pero las blancas tie­nen dos casillas posteriores, c4 y d4, mientras que las negras no pue­den acceder ni a b7 ni a d7. Des­pués de l. Rd5!, Rc8; 2. Rc4! (2. Rd4!); 2 • ••• , Rd8; 3. Rd4, Rc8; 4. Rd5, las blancas han ganado la coordinación: 4 . ... , Rc7; S. ReS, o 4 .... , Rd8; S. Rd6, etc.

Es de notar, incidentalmente, que A verbakh y Maizelis prefirie­ron considerar a c4 y d4 como "4" en lugar de como "2".

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 57

LA DIVERSIDAD DE LOS SISTEMAS CONJUGADOS

Aunque en los diagramas 96 y 98 algunas de las casillas conjuga­das están "en oposición", esto no es aquí un factor importante. Los reyes se coordinan de acuerdo a un sistema completamente distin­to. En los Finales de peón, capítulo 7, A verbakh y Maizelis proponen una clasificación de los distintos sistemas coordinados que pueden darse. Como avancé en la intro­ducción a este ·capítulo, no consi­dero que esta clasificación sea absolutamente vital. Mis razones son:

1) De cualquier forma, es difícil estar completamente seguro de lo que se está tratando sin analizar múltiples posiciones de zugzwang; de modo que el sistema deja así de ser eficaz: una vez que uno ya tiene la información, se puede organizar según la propia conveniencia.

2) Dado que existe una cierta indeterminación en el modo en que se tratan ciertos ejemplos, cualquier clasificación siempre se hará sobre un criterio relativamen­te ad hoc.

Habiendo expresado estas dis­crepancias menores, creo, a pesar de todo, que es extremadamente útil tener una idea de las distintas posibilidades que pueden surgir. La sistematización está bien en tanto que no se tome como la ver­dad del evangelio. Volveré a tratar este problema en el último ejemplo de final de peón, el diagrama 113, pero expongo aquí algunos ejem­plos de las distintas categorías.

EL SISTEMA DE LAS "CASILLAS TRIANGULARES"

Los diagramas 96 y 98 corres­ponden

·a este caso. A verbakh y

Maizelis lo ilustran con el diagra­ma 99.

99

FP # 655

"Las zonas primarias están con­figuradas como pequeños triángu­los; la casilla que si se añade al trián­gulo forma un cuadrado puede ser accesible o inaccesible para los re­yes. En este diagrama las zonas no son simétricas, pero lo pueden ser. Además de las «zonas primarias», las casillas posteriores adyacentes a las zonas son muy importantes."

En la posición de Grigoriev las blancas deben evitar l. d4?, Re4; 2. Rc3, Rf5 ! {no 2 .. . . , Rd5?; 3. Rd3, y ganan); 3. Rd3, Rf4; 4. Rd2, Re4; 5. Rc3, Rf5 ! etc. (si 6. d5, Re7; 7. d6, Rxd6; 8. Rd4, Rc6; 9. Re5, etc; las blancas ganan el peón b, pero tan sólo consiguen tablas después de Rxb5, Rb7 ! ) .

Dado que l. d 4 n o funciona, podemos examinar algunas posi­ciones de zugzwang. Como en el

58 PREPARACIÓN DE FINALES

FP # 289; Rd2 contra Rf3 Blancas juegan y ganan

N. D. Grigoriev, 1920

diagrama 98, las blancas ganan retirándose a b2 o b3, ya que e4 es inaccesible al rey negro: l. Rc2, Rf4; 2. Rb3 (b2), Rf3 (si 2 . . . . , Rf5; 3. Rc3, Re5; 4. Rd2, Rd4; 5 . Rc2 ! , Re5; 6 . Rd1 , Rd5; 7. Re2, Rd4; 8. Rd2, y ganan como en la línea principal); 3. Rb2!, Rf4; 4. Rc2!, las blancas consiguen la coordinación. Ahora ganan, ya que aunque las negras pueden tomar al peón b de las blancas y coronar el suyo, sacri­fican su nueva dama con un jaque a través. Pero, por supuesto, si las negras son todavía capaces de for­zar tablas, es decir, si la variación táctica que se da a continuación conduce a unas tablas, entonces la coordinación no habría existido (ver el diagrama 101) . 4 • ••• , RD; S. Rd2, Rf4; 6. Re2, ReS; 7. Re3, RdS; 8. d4!, Rc4; 9. Re4, Rxb4; 10. d5, ReS (o 10 . . . . , Ra5; 1 1 . d6, Rb6; 12. Re5, b4; 13. Re6! , b3; 14. d7) ; 11. ReS, b4; 12. d6, Rc6; 13. Re6, b3; 14. d7, b2; 15. d8=D, bl=D; 16. Dc8+, seguido de 17. Db8+, y 18. Dxbl.

cfr. FP # 291; =1=

Esta posición es tablas aunque muevan las negras. Después de l. ..., Rg4; 2. Rf2 (2. Rd2, Rg3; 3. Rc3, Rg4; 4. Rb3, Rf3 es demasiado lento para las blancas: 4. Ra4, Rxe3; 5. Rb3!=, pero no 5. Ra5??, Rd3; y ganan las negras); 2 • ..., RfS!; 3. RD, ReS; 4. e4, Rd4; S. Rf4, Rxc4; 6. eS, Rb3! (el único movimiento); 7. e6, c4; 8. e7, c3; 9. e8=D, c2; el rey blan­co está fuera de la zona ganadora.

102

FP # 671; FAB # 70; a) Ra3 contra RaB Em. Lasker, 1901 b) Ra 1 contra Ra 7 Reichhelm, 191 O

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 59

Por supuesto, esta defensa no funciona con un peón de caballo.

Esta posición es muy famosa. Apareció en escena recién iniciado el siglo xx, cuando los incondicio­nales defensores de la "oposición" todavía creían que se podía utilizar para resolver cualquier problema de "maniobras" como éste. Esto condujo a algunas soluciones ex­tremadamente confusas del diagra­ma 102, y se tuvo que utilizar una cantidad considerable de jerigonza para intentar explicarlas. La histo­ria de esta posición es también algo confusa. Averbakh y Maizelis afir­man que se trata de un estudio de Lasker (a), posteriormente modifi­cado por Reichhelm en otra ver­sión (b).

Las blancas ganarán si pueden alcanzar cualquiera de los puntos clave marcados con X. Por su­puesto, su rey no puede alejarse demasiado hacia su flanco antes de dirigirse a b5, ya que en caso con­trario las negras contraatacarán contra el peón f. Así (p.e.) Rh4 contra Rg6 no es zugzwang: (Rh4 contra Rg6) l. . . . , Rh6; 2. Rg3, Rh5; con lo que las blancas clara­mente no han tenido tiempo de ganar el peón a.

Aquí, la longitud del camino más corto entre b6 y g6 (es decir, b6-c7-d7/d8-e6/e7-f6/t7-g6) es la misma que la del camino de c4 a h4, lo que significa que las blancas no pueden ganar simplemente ju­gando Rc4 para forzar Rb6 y diri­girse después rápidamente a g5. Es de vital importancia que estas dis­tancias sean las mismas. Si el cami­no de las blancas fuese más corto su victoria sería trivial; si fuese más

largo no tendrían ninguna oportu­nidad de ganar.

Rc4 contra Rb6 es zugzwang, ya que si el rey negro se queda ais­lado dos verticales más a la izquier­da del rey blanco, las blancas pue­den ganar simplemente dirigiéndo­se a h5, es decir, l. . . . , Ra6; 2. Rd3, y 7. Rh5. Siguiendo el ejemplo de A verbakh y Maizelis, llamo a c4 y b6 "a". Esto no es debido a que exista alguna razón intrínseca por la que no pudiesen ser llamadas " 1 ". Simplemente copio gran parte de su posición # 671, ya que creo que es muy clara y fácil de seguir.

Rd3 contra Rc7 también es zugzwang. Si las negras juegan, de­ben elegir entre situarse dos casi­llas a la izquierda del rey blanco o permitir Rc4-b5. Es natural que estas dos casillas se conjuguen, ya que cada una es el primer paso ne­cesario para seguir el camino más corto entre c4 y h4 y b6 y g6 res­pectivamente.

Rc3 contra Rb7: estas dos casi­llas son las únicas contiguas tanto a "a" como a "1 ". Claramente se de­ben conjugar, es decir (si las negras mueven) l. . . . , Rc7; 2. Rd3 ! , o l. . . . , Rb6; 2. Rc4.

d2, c2, c8 y b8 son todas conti­guas tanto a " 1 " como a "2". De hecho, la conjugación es d2 contra c8, y c2 contra b8. Con Rd2 contra Rc8, si l. .. . , Rd8/d7; entonces 2. Rc3! (dando un rodeo); 2 . ... , Rc7; 3. Rd3, o, l. . . . , Rc7; 2. Rd3 ! , o l. . . . , R a la vertical b; 2. Re2, y 6. Rh5.

Una vez obtenidas estas cinco conjugaciones, Averbakh y Maize­lis afirman que "puesto que se tra­ta de un sistema triangular, el resto se sigue de modo inmediato". Creo

60 PREPARACIÓN DE FINALES

que esto es apurar demasiado las cosas -me parece que juegan a tiro hecho-. Por supuesto, es muy pro­bable que el resto sea de verdad como dicen que es, pero creo que uno debería avanzar un poco más para estar seguro de que se está en lo cierto. Por ejemplo,

Rdl contra Rc7: si l. . . . , Rc8; 2. Rd2, o l. . . . , Rb8; 2. Rc2/Re2! , o l. . . . , Rb7; 2. Re2 ! , o finalmente l. . . . , Rd7/Rd8; 2. Rc2 (dando un rodeo); 2 . . . . , Rd8/Rd7; 3. Rc3 ! , Rc7 (también 4. Rc4, y 5. Rb5); 4. Rd3! , etc.

Rb2 contra Rc8: si las negras mueven a 1, 2 o 4, entonces tam­bién lo hacen las blancas. Si l. . . . , Rd7/Rd8; 2. Rc3, Rc7; 3. Rd3.

Debo hacer mención aquí de la vertical a. Cuando el rey blanco está en la vertical a sólo puede moverse a 1 o a 3, de modo que las negras pueden estar en cualquiera de las casillas b7, b8, d7 o d8. Y mientras que a7 y a8 se conjugan con casillas en la vertical b (b3/bl y b2 respectivamente), claramente no tienen relación con las de la ver­tical d. He etiquetado a8 y a7, ya que esto nos será de utilidad cuan­do consideremos a) y b), pero no me he molestado en etiquetar al, a2 y a3 con los molestos "2, 4".

Habréis notado que en todos estos casos he tratado los proble­mas de las negras cuando son ellas las que tienen que mover, en lugar de lo que deberían hacer las blan­cas si fuesen ellas las que jugasen primero. Esto es debido a que las casillas conjugadas son posiciones de zugzwang -si las negras j uegan están en desventaja-. En algunas ocasiones en los ejemplos anterio-

res las blancas, a pesar de estar ini­cialmente en una posición de zugz­wang al mover, encontraron una maniobra para recuperar la coordi­nación (p.e. , la triangulación). En este caso esto no es posible, ya que las negras tienen tanto espacio pa­ra maniobrar como las blancas. Si las negras logran conseguir la coor­dinación, harán tablas.

Pertrechados con el diagrama 102 podemos enfrentarnos ahora a los estudios a) y b ).

a) (Ra3 contra Ra8) l. Rb2! (no l. Rb3?, Ra7=; ni l. Ra2?, Rb8/Rb7= ) ; l. • • • , Ra7; 2. Rb3 (2. Rbl también gana, pero esta forma es más rápida); 2 • ••• , Ra6 (o 2. . . . , Rb7; 3. Rc3, etc); 3. Rc2! (dando un rodeo); 3. • •• , Rb6; 4. Rd2, Rc7; 5. Rd3, etc.

b) (Ral contra Ra7) l. Rbl!, Rb7; 2. Rcl, Rc7; 3. Rdl, etc.

El diagrama 103, la continua­ción de la posición anterior, puede parecer chocante. A pesar de que

103

FP # 673 a) Rd2 contra RcB=.

b) Ra 1 contra RaB como en FP.

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 61

la "mayor parte" de la configura­ción de peones es la misma, el sis­tema de conjugación es distinto. Esto es debido a que las negras se pueden defender con mucha más facilidad en el flanco de rey, es decir, su rey tiene tan sólo que alcanzar la casilla e7 para evitar una invasión. Aunque c4 contra b6, d3 contra c7, y c3 contra b7 siguen siendo posiciones de zugzwang, d2 contra c8, por ejemplo, no lo es.

a) (Rd2 contra Rc8) l . ... , Rb8! (pero no l. . . . , 'Rd7?/Rd8?; 2. Rc3, Rc7; 3. Rd3 y gana); 2. Re3, Rc8!; 3. Rf4, Rd7/rd8; 4. RgS, Re7; 5. Rf5, Rt7. Las blancas pueden ahora retroceder con 6. Re4?!, Rg6; pero no deben continuar con 7. Rd3?, ya que Rxh6 gana. En su lugar, 7. Rf4 son tablas: 7 . . . . , Rf6= (pero no 7 . . . . , Rxh6?); 8. Rf5, y las blancas están mucho mejor situadas.

Las blancas no fueron capaces de "tomar la coordinación" hasta que su rey se hubo alejado dema­siado por su flanco.

b) Ral contra Rb8 se trata en Finales de peón. Después de l. Rb2, Rb8! las negras hacen tablas.

EL SISTEMAT

Bahr dio nombre a este sistema.

"Diagrama 104 (a): Las tres casillas a lo largo de la horizontal corresponden a la zona primaria triangular, que se puede rellenar hasta formar un cuadrado ( diagra­ma 104 b). La zona primaria de las blancas se parece a una T.

104a 104b

FP # 685 FP # 686

Esto difiere del sistema de las "casillas triangulares" en que cada lado debe tener tres casillas conju­gadas distintas en la misma hori­zontal.

Esta posición aparece en FAB. Existen varios errores en el análi­sis, ya que en realidad no se utiliza la teoría de las casillas conjugadas.

(3) 4 • (2) 2 '

a) FP # 689; FAB 67a Ebersz, 1935; +1

b) FP # 688; Peón a4 -+ bS; Rd2 contra Rd8 Bahr, 1936; +1=

105

' S

62 PREPARACIÓN DE FINALES

RdS contra Rd7 y ReS contra Re7: estas posiciones son clara­mente zugzwang. En la primera, por ejemplo, l. . . . , Rc7; 2. ReS, Rd7; 3. Rf6, Re8; 4. Rg7, Re7; S. Rxh7, Rf8; 6. g6 gana.

Con el rey blanco en fS las ne­gras deben ser capaces de respon­der a ReS con Re7 y a Rf6 con Rf8. Claramente, e8 es la única casilla con la que se puede conseguir esto, y por lo tanto e4 se debe conjugar con d8 (las dos son contiguas a 1, 2 y 3).

Las negras siempre se pueden defender frente a casillas conjuga­das detrás de la "línea de frente", con su rey en el cuadrado que for­ma su zona primaria, por ejemplo, Re3 contra Re7: l. Re4, Rd8 ! ; o l. Rf4, Rd7!

Os habréis dado cuenta que c8 y c7 han sido llamadas (3) y (2) res­pectivamente. Estas dos casillas no se conjugan con fS, d4 y e4, pero sí con casillas situadas por detrás, co­mo Rd4 contra Rc8: l. ReS ! gana, pero Rf3 contra Rc8: l. Re3, Rc7; 2. Rd4, Rd6!

Esto nos conduce a otro hecho que no era conveniente introducir en el diagrama: d6 es un 3 negro (excepto que con RfS contra Rd6; l. Rf6! gana) y Re4 contra Re6 es zugzwang. Supongo que podría ha­ber llamado a d6 "3" y a e6 "4", pe­ro esto entraría en contradicción con las condiciones fijadas ante­riormente, y además está bien que las dos zonas estén separadas. Una vez admitido que el diagrama lOS no es perfecto, podemos, a pesar de todo, utilizarlo para resolver el estudio de Ebersz:

a) Rel contra Re8 (la posición del diagrama): l. Rd2!, RdS; 2. Re2, ReS; 3. Rf3, Re7; 4. Re3, Rd7; S. Rf4, RdS; 6. Re4, ReS; 7. RfS, Re7; S. ReS, etc. Por supuesto, esta posición es "tonta" si juegan las negras, ya que pueden ganar inme­diatamente con un contraataque.

b) En 1936 Barh derivó una pequeña variación de este estudio en la que el peón a4 de las blancas se reemplazaba por uno en bS. Las zonas coordinadas seguían siendo las mismas. Bahr tenía así Rd2 contra Rd8, tras lo que si j ugaban las blancas l. Re2! ganaban, y si j ugaban las negras l. ... , Re8 eran tablas (al igual que l. ... , Rc8). Pero se debe tener cuidado al alterar la configuración de los peones ...

FP# 690 Ebersz 1935 +1

106 8

A pesar de la semejanza super­ficial con el diagrama lOS, esta posición es completamente distin­ta. Las blancas puede tomar al peón a cuando quieran, pero si lo hacen las negras inmediatamente harán tablas: l. Rc2, Re7; 2. Rc3?, Re6; 3 . Rb4, RfS; 4. Rxa4, RxgS;

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 63

5. Rb3, f5; y las negras coronan antes. Las blancas no pueden im­pedir que el peón f corone, ya que el rey negro puede controlar en todo momento todas las casillas por las que se debe mover el peón, p.e. 6. Rc2, Rg4; 7. Rd2, Rg3, etc.

Para que las blancas puedan ga­nar en esta variación deben conse­guir un tiempo. Esto se puede ha­cer maniobrando en Rf6-g7, como en el diagrama anterior. Las negras se pueden defender de esta amena­za, pero deben utilizar la horizon­tal negra para su rey, lo que permi­te a las blancas retomar con venta­ja el plan inicial.

Es difícil decidir qué esquema de coordinación hacer en el diagra­ma 106, pero creo que mi elección es razonable. En cualquier caso, esta posición no precisa de un mo­do desesperado la "teoría" para poder ser resuelta. El problema de las negras es que no pueden utili­zar f6 o f7, de modo que carecen de casillas conjugadas a f4 y f5. l. Rc2, Re7 (si l. . . . , f5; entonces 2. gf, Rf7; 3. Rc3, Rg6; 4. f7 !) ; 2. Rd3, Rd7; 3. Re4, Re6; 4. Rf4!, Rd7 (4 . . . . , f6; 5. g6!) ; S. RfS, ReS; 6. Re4!, RdS; 7. Rd4, Rd7; S. RdS, Re7; 9. ReS, ReS; 10. Rd6!, y ganan: 10 . . . . , Rd8; 1 1 . Rc5, Re7; 12. Rb4, Re6; 13. Rxa4, Rf5; 14. Rb3, Rxg5; 15. a4, f5; 16. a5, f4; 17. Rc2 ! , Rg4; 18. Rd2, Rg3; 19. a6, f3; 20. a7, f2; 21. Re2, Rg2; 22. a8=D+.

Éste es un soberbio "estudio natural" de Grigoriev. Las blancas se pueden sentir tentadas de ir di­rectamente a tomar el peón h, pero esto no las conducirá a la victoria. Las negras responden a Rxh7 con Rf7, y tras un movimiento de am-

FP # 694; cfr. FP # 486 Grigoriev 1938 +1

107

B

bas con el peón b el rey blanco sigue atrapado. Sólo tras ciertas maniobras preliminares es posible tomar el peón en circunstancias fa­vorables. Rb6 contra Rb8 es la po­sición primaria de zugzwang. Si las negras juegan pierden tras l. . . . , Ra8; 2. Rc7, Ra7; 3. b3, Ra8; 4. Rd7 ! , . . . , 8. Rxh7, Rf7; 9. b6! , pero si las blancas juegan tan sólo pueden hacer tablas: l. b5, Rc8; 2. Ra7 (o 2. Rc5, Rd7 ! ; 3. Rd5, b6= ); 2. . . . , Rc7; 3. Ra8, Rb6; 4. Rb8, Rxb5; 5. Rxb7 = ; o l. Rb5, Rc8 ! ; o l. Rc5, Rc7! Los pares con­jugados que se siguen de esto son:

ReS contra Rc7: l. . . . , Rb8/d8/d7; 2. Rb6; l. . . . , Rc8; 2. Rd6, Rd8; 3. b5 ! ; l. . . . , b6+; 2. Rd5, Rd7; 3 . b5.

RbS contra ReS se sigue inme­diatamente.

RdS contra Rd7: l. . . . , Rc7; 2. Rc5 ! ; l. . . . , Re7; 2. Rc5, Rd7; 3. Rb6, Rc8; 4 Ra7.

ReS contra Rc7: l. . . . , Rc6; 2. Re6, Rc7; 3. b5 ! , Rd8; 4. Rf7, b6; 5. Re6 ! ; l. . . . , Rd7; 2. Rd5; l. ... , Rd8; 2. Rd6.

64 PREPARACIÓN DE FINALES

Rc4 contra Rd8: los dos están contiguos a 1, 2 y 3.

Daos cuenta, sin embargo, que Rd3 contra Rd7 no es zugzwang, p.e. l. . . . , b5.

Ahora podemos resolver el es­tudio con bastante facilidad: l. Rd3, Rb8; 2. Re4, Rc8 (o 2 . . . . , Rc7; 3. Re5, etc); 3. Rd4, Rd8; 4. Rc4, Rc8; 5. Rb5, Rc7; 6. Rc5, etc.

EL SISTEMA DE LAS "OCHO CASILLAS"

A diferencia del Finales de peón, sitúo este apartado después de las "casillas triangulares" y los sistemas T. Averbakh y Maizelis utilizan el diagrama 108 para ilus­trarlo.

"Existen dos distribuciones en el diagrama 108. En la primera, la zona blanca se contrapone a la zo­na negra situada a la izquierda. Aunque estas zonas estén sepa­radas, son simétricas horizontal­mente.

108 6 7 8 3 7 3

5 3 2 4 5 6 5

4 1

4

5

6

FP# 675

"La segunda distribución mues­tra la misma zona para las blancas contraponiéndose a la zona negra diagonalmente simétrica a la dere­cha (en el diagrama existe una si­metría total, pero esto no es nece­sario).

"Las zonas forman un cuadrado de 3 x 3 casillas, en el que falta una de ellas (inaccesible a los reyes), de modo que tan sólo ocho casillas forman las zonas."

A pesar de que este sistema de "ocho casillas" abarca un gran nú­mero de casillas, y a menudo pare­ce un tanto desalentador, no es tan difícil de aplicar como uno podría suponer a primera vista. A verbakh y Maizelis establecen algunas con­venciones para facilitar su uso en la práctica. Estas básicamente utili­zan la numeración del diagrama 109. En unas diez páginas exami­nan diferentes ejemplos. Aquí tan sólo voy a utilizar un par de ellos, para perfilar una idea general del sistema.

Ver diagrama 109. Las blancas han conseguido el

tiempo de reserva g3; esto significa que deben ganar si su rey llega a b5.

Rc4 contra Rb6: esto es un zugzwang, ya que si l. . . . , Ra6; 2. Rd3, Rb6; entonces las blancas se colocan en Rxf6. El contraata­que l. . . . , Ra5 fracasa ante 2. Rd3, Rb5; 3. Re4, Rc4; 4. Rf5, Rxd5 (o 4 . . . . , Rxd4; 5. Re6, Rc5; 6. g3) ; 5. Rxf6, y las blancas coronan con el peón negro en la sexta horizontal.

Rd3 contra Rc7 y Rc3 contra Rb7: se siguen inmediatamente.

Rb4 contra Ra6: l. . . . , Rb6; 2. Rc4 etc.

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 65

109 6 7 8

5 3 2 a

4 ' ' 8 a

:� 3 5 3 2

FP # 676;

' 8

Ra 1 contra Ral; Bahr, 1936; +1=

Rb3 contra Ra7: las dos están junto a 1 , 3 y 4.

En el supuesto de que estemos tratando con un sistema de ocho casillas, el resto es obvio. Pero to­davía no estoy absolutamente se­guro de que en efecto se trate de un sistema de ocho casillas. ¿Qué pasa si el rey blanco está en c2? Ciertamente, las negras se deben defender desde b6 o b8. Sin embar­go, con Rc2 contra Rb6, l. Rd2! gana. Si l. . . . , Rb7; 2. Rc3, o si l. . . . , Rc7; 2. Rd3, las negras deben ini­ciar un contraataque sin esperanza con l. . . . , Rb5. De modo que las negras pueden defenderse frente a Rc2 sólo con Rb8. Así, b2 contra a8 y d2 contra c8 se siguen inme­diatamente.

Ahora tenemos ambas "zonas primarias". Las negras también se pueden defender frente a las casi­llas blancas en la parte posterior siguiendo el diagrama, p.e. Rc1 contra Rb7 es zugzwang. Las zonas no alcanzan a llegar a las verticales e y d respectivamente, ya que las

negras se pueden defender de Rel , Re2 o Re3 con Rd7 o Rd8.

Ahora podemos resolver con facilidad el estudio de Bahr: (Ral contra Ra7) l. Rb1 , Rb7; 2. Rcl, Rc7; 3. Rb2 (también 3. Rd1 , Rb7; 4. Re2!); 3 . . . . , Rc8; 4. Rb3, Rc7; 5. Rb4, Rb6; 6. Rc4, etc. Si las ne­gras juegan hacen tablas tras l. . . . , Rb7!; consiguiendo la coordina­ción y reteniéndola.

4

5

6

5

4 5

8 1 4 1

3 5 3

7 6 7

3 5 3 2

FP # 680; Ra 1 contra RhB; Bianchetti, 1925; +1-.

6 110

S 7

8

a

En esta posición las zonas se contraponen una a otra diagonal­mente. Tras haber examinado el ejemplo anterior, tan sólo voy a ha­cer una presentación del diagrama y de sus conjugaciones, y voy a de­jar que las verifiquéis vosotros si queréis. Bianchetti empezó con Ra1 contra Rh8. Tras esto, si las blancas juegan ganan con 1 Ra2!, mientras que si las negras juegan hacen tablas con l. ... , Rg8.

Ver el diagrama 1 1 1 . Esta posición s e trata tanto en

F AB como en Finales de peón (y, de hecho, en Cheron). Fine da la solución incorrecta l. Rb2?, Rg7 (1 . . . . , Rh8=).

66 PREPARACIÓN DE FINALES

111

8

FP # 678; FAB 676 Locock 1892; +1-

Las blancas intentan alcanzar la casilla e5 o Rf4, de modo que Rd4 contra Rf6 es zugzwang.

El resto de las conjugaciones se siguen del modo habitual. Pero de­bemos señalar que las casillas de la vertical a están demasiado lejos de d4 para poderse conjugar con las casillas negras apropiadas, p.e. con Ra2 contra Rh7 las negras juegan l. . . . , Rg7!, y las blancas deben evi­tar 2. Ra3?, Rf6 ¡o de otro modo las negras ganan! El movimiento correcto es, por lo tanto, 2. Rb3/b 1 , Rg6=; o 2. Rb2, Rh6=.

Según el diagrama, si las blan­cas juegan ganan después de l. Rbl!, p.e.l • ••• , Rg7; 2. Rcl, Rg6; 3. Rdl, Rg5; 4. Rc2! (un rodeo) 4. • •• , Rh6; 5. Rd2, Rh5; 6. Rc3! (otro rodeo; si 6. Re2, entonces 6. . . . , Rh6; y las blancas deben repetir con 7. Rd2, Rh5; 8. Rc3! para lograr algún progreso); 6 • ••• , Rg5; 7. Rc4!, Rg6; 8. Rd3, Rf6; 9. Rd4, Rf7; 10. eS!, de+ (o 10. . . . , Rg6; 1 1 . Re4!, de -también 12 ed-; 12. Rxe5, Rf7; 13 . Rf5, Re7; 14.

Rxg4, Rd6; 15. Rf5, Rxd5; 16. g4, Rd6; 17. Rf6, etc.); 11. RxeS, Re7; 12. d6+, ReS; 13. Rf4!, Rf7; 14. RfS, Rg7; 15. Rxg4, Rf6; 16. RhS, Re6; 17. g4, Rxd6; 18. g5, Re7; 19. Rh6!, y ganan. Si las negras juegan pue­den hacer tablas o con l. ... , Rg7 o con l. . . . , Rh7 (2. Ra2, Rg7!).

DOS MONSTRUOS

En los finales en ocasiones se dan sistemas conjugados de gran tamaño. Es posible estudiar las po­siciones como si se trataran de sis­temas de ocho casillas con algunas zonas ausentes.

4 5 6 5 112

a

4

5

6 7 8 e

FP # 684 Ebersz, 1930

8

¡ En esta posición se conjugan por lo menos catorce pares de ca­sillas! Averbakh y Maizelis la tra­tan como un "sistema de ocho ca­sillas +" (he añadido "e" a su dia­grama). Si ayuda a que entendáis la posición, este tratamiento se puede considerar una buena idea. Si no, no.

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 67

113

5

� 5

� 1 4

� 11

2 6 9

7 8 10

FP. # 705 a) Rd1 contra Rd5 +1 b) Rh 1 contra Rd7 1=

Ebersz construyó un sistema de letras bastante caótico para expli­car esta posición -yo particular­mente no entiendo cómo e2 y g3 pueden denominarse ambas con la misma letra, que es lo que se dedu­ce de FP # 705, de modo que he cambiado e2 y c5 a "12".

114

� 4 5

FP# 706 a) Diagrama

b) Rh 1 contra Rd7; negras juegan

A verbakh y Maizelis emplean un argumento bastante confuso pa-

ra justificar la "corrección" de este diagrama. De hecho, funciona ade­cuadamente en la posición de Ebersz (esto es, Rd1 contra Rd5, juegan las blancas), ya que las blancas son capaces de maniobrar en la zona de seis casillas, sin utili­zar la vertical h, o tan sólo para interrumpir posibles ataques.

a) Diagrama: l. Rel, Rc5; 2. Re2, Rc6; 3. Rfi, Rc7; 4. Rgl, Rc6 (si 4 . ... , Rd6; 5. Rf2; o 4 . ... , Rd8; 5. Rf2, interrumpiendo el jue­go de las negras -también 5. Rh2-; 5 . ... , Rd7; 6. Rg2, como en la línea de juego principal); 5. Rh2! (un ro­deo); 5 • ••• , Rd7; 6. Rg2!, Re7 (si 6 . ... , Rd6; 7. Rf2; o si 6 . ... , R cual­quier otro movimiento; entonces o bien 7. Rg3 y 10. Rh6, o 7. Rf2 y 9. Rd4); 7. Rg3, Rf7; 8. Rf2! y ganan.

b) Rh1 contra Rd7, juegan las negras. Por supuesto, el diagrama no es en verdad "incorrecto" -sim­plemente no muestra todas las con­jugaciones-. En particular, no de­muestra por qué en esta posición el único movimiento con el que se consiguen tablas es l. ... , Rc8!

10 9 8

5 6 7

4

3

b

b

8

9

10

"Representación de diez casi llas"

115

68 PREPARACIÓN DE FINALES

De hecho, esta posicion real­mente es un "sistema de gran ta­maño", y las conjugaciones son las que descubrió Ebersz. Personal­mente, creo que éste es más o me­nos el mejor modo de exponer to­da la información correspondiente, aunque quizá se podría reorganizar la asignación de números.

116 6 5 4

e

' 8 e

4

1 3 5

8 7 6

"Un rescate de ocho casillas"

Para terminar, también es posi­ble hacer encajar el diagrama 113 en el esquema de los Finales de peón, ¡utilizando un sistema de ocho casillas! Como he reiterado en varias ocasiones, se trata tan só­lo de una cuestión de gustos.

ALGUNAS BREVES CONCLUSIONES

Tras estas relativamente gigan­tescas posiciones daré por termina­da mi exposición sobre las casillas conjugadas en los finales de peón, aunque, por supuesto, el tema sur­girá alguna que otra vez en este li­bro -por ejemplo, está implícito en el tratamiento del diagrama 215.

He anticipado mi conclusión tanto en la introducción como en las parrafadas que la siguen, de modo que simplemente resumiré aquí de modo breve mi actitud an­te el tema: el "método de las casi­llas conjugadas" es muy útil al en­frentarse a ciertos finales de peón (posiciones de maniobra), y en al­gunos casos puede ser práctica­mente indispensable. Pero lo im­portante es descubrir lp que está sucediendo realmente, no hacer encajar los ·hechos en un sistema predeterminado.

CASILLAS CONJUGADAS EN OTROS CONTEXTOS

La teoría de las casillas conju­gadas también se puede emplear en otros finales. Voy a considerar aquí algunos ejemplos variados.

Ver el diagrama 117. Esta posición es, quizás, un tan­

to frívola, ¡pero ciertamente de­pende de las casillas conjugadas!

FA c C # 323 =1 F. Bondarenko, 1946

117 8

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 69

Las negras ganarán si su caballo puede alcanzar una de las siguien­tes once casillas: h2, gl , el, d2, e3, d4, e5, d6, e7, g7 o g5. En Finales de alfil contra caballo A verbakh deriva toda una serie de conjuga­ciones basadas en lo siguiente:

Caballo Alfil

c2 f2 d3, b3 c3

e4, c4, f7 f4. c6, eq f6 d5, b5 c5

e8, d8, a5, c5 eS b4, c7 d4

a7 d4,e7 c3 d6, e3

Podríamos, si quisiésemos, ex­poner esta información en dos dia­gramas -118 a) y b)-, pero no estoy muy seguro de que esto fuera me­jor que una lista.

118

(a} 7.9

6 6

7 X 3 X

Las negras ganan si su caba llo alcanza cualquiera de las casillas marcadas

con X, o gS.

Las casillas conjugadas para el alfil blanco

118

(bJ

Por supuesto, los números se pueden redistribuir si así se desea. No he señalado todas las conjuga­ciones posibles, ya que quiero mantener el diagrama razonable­mente despejado (p.e., Cf2 contra Af2).

De los dos primeros elementos de la lista se deduce que las blancas deben comenzar con 1 Ae1! -de­ben ser capaces de alcanzar Cb3 con Ac3 y Cc2 con Af2-, pero esto no significa que las blancas puedan hacer tablas. ¿Quizá las negras puedan romper .la conjugación de alguna forma? De hecho no es así; por ejemplo, (1 . Ael !) , Cc2; 2. Af2, Ca3; 3. Ae3, Cc4; 4. Af4, Ca5; 5. Ae5, Cc6; 6. Af6, Ca7; 7. Ae7 (7. Ad4); 7 • ••• , Cb5; 8. Ac5, Cc7; 9. Ad4, Cd5; 10. Ac5, Cc3; 11. Ad6 ( 1 1 . Ae3); 11 • ••• , Ce4; 12. Af4, Cc5; 13. Ae5, Cb3; 14. Ac3, etc.

En esta posición el alfil se de­muestra incapaz de dominar al ca­ballo. Las negras deben defender a los peones de e6 y h7, y también

70 PREPARACIÓN DE FINALES

119

B

W. Adamson, 1923 +1

evitar Cb5 o Cg6. Podemos hacer una tabla con las casillas conjuga­das:

Caballo • Alfil

c5 d5 d4 c4

f4, g5 f5 d3 e4

c3, e2 d3 e4 ¡Ninguna!

Por supuesto, las posiciones en las que el alfil ataca al caballo no son zugzwang, es decir, Cd3 contra Ae4, Ce2 contra Ad3, mientras que el resto sí lo son. En cualquier caso, sin embargo, el alfil debe per­manecer en la casilla apropiada, o en caso contrario si mueven las blancas ganarán inmediatamente.

Si el caballo puede alcanzar con seguridad e4, las blancas deben ga­nar, ya que el alfil no puede cubrir al mismo tiempo Cc5 y Cg5 desde ninguna otra casilla excepto e4 -Ad5, Af5 respectivamente-. Esto también es suficiente para llegar a

salvo a e2, ya que entonces se fuer­za Ad3 (para cubrir Cd4, Cf4), y entonces con Cc3 se consigue la victoria. Podemos ahora retroce­der a l . Cf4, Af5; 2. Ce2 ! , etc., y hacer de esto nuestro objetivo des­de la posición del diagrama: l. Ca3, Ac6; 2. Cb1 , Ae4; 3. Cc3, Ad3; 4. Ca4, Ae4; 5. Cc5, Ad5; 6. Cd3, Ae4; 7. Cf4, Af5; 8. Ce2 ! , Ad3; 9. Cc3, Afl; 10. Ce4, etc.

Ver el diagrama 120. En contraste con los ejemplos

anteriores, esta posición se dio en un j uego real. Las blancas tan sólo tienen que perder un movimiento para ganar de forma inmediata. Pero esto es extremadamente di­fícil.

FA c C # 3 1 7

120

B

A verbakh encontró un modo de conseguirlo en un magnífico ejemplo de análisis.

Después de 1 Rf3! las negras deben mover a su rey -si se mueve el alfil entonces Cxc6--. Es fácil ver que f5 y g7 no son adecuados. Si l. . . . , Rf5; 2. Cfl y 3. Rd6, o si l. . . . ,

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 7l

Rg7; 2. Rg3, Rf6; 3. Rf4, etc. La variación difícil es, sin embargo, l. ... , Re6; tras la que las blancas deben continuar 2. Cd3 ! (amena­zando 3. Cf4+ ); 2 . ... , Rf6 (si 2 . ... , Re7; entonces 3. Rf4, Rf6; 4. Ce5); 3. Re3 ! (zugzwang); 3 . ... , Rf5 (si 3 . ... , Af5; entonces 4. Re5, Ac8; 5. Rf4; o 3 . ... , R otro movimiento; 4. Rf4, Rf6; 5. Ce5); 4. Cf4 ! , Rg4; 5. Cg6, Rg3 (el mejor); 6. Ce7, Ad7; 7. Rg8! , Rxh4; 8. Cf6, Ag4; 9. Rf4, Rh3; 10. Cxh5, Axh5; 1 1. Re5, Rg4; 12. Rd6, Rf5; 13. Rc7 y ganan.

Así, tras l.' Rf3 el único movi­miento posible de las negras es l • ••• , Re7. De hecho, e7 se conjuga con f3, ya que si mueven las negras estarían en zugzwang con Rf3 con­tra Re7. De modo similar, e6 se conjuga con e3 y g3. Con Rg3 con­tra Re6, si l. ... , Re7; 2. Rf3, o l. . . . , Rf6; 2. Rf4, o l. ... , Rf5; 2. Rf3 ! (2. Ct7 ! ? , Re4!) ; 2 . ... , Re6; 3. Cd3 ! En realidad, Re3 contra Re6 es un poco más favorable para las blan­cas, ya que si l. ... , Rf5; 2. Ct7 ! ganan rápidamente: 2. . .. , Rg4; 3. Cd6, Rxh4; 4. Rf2 ! , etc. Se sigue de esto que f6 también se conjuga con e2, f3 y g2, ya que desde cual­quiera de estas casillas las blancas se pueden mover a f3 y por lo me­nos a una entre g3 y e3.

Podemos resumir esta informa­ción en una tabla:

Rey blanco Rey negro

e2, g2, f4, f2 f6 f3 e7

g3, e3 e6

También se podría haber utili­zado un diagrama.

FA # 281; Y. Averbakh, 1954

121

8

Las blancas ganan, entonces, retirándose a su segunda horizon­tal para alcanzar la coordinación, p.e. l. Rf3, Re7; 2. Rf2, Rf6; 3. Re2! , o l. Re3, Re6; 2. Re2, Rf6; 3. Rf2. Hay varias soluciones "distin­tas".

En esta posición las blancas de nuevo sólo tienen que perder un movimiento para ganar.

Es posible hacerlo, ya que exis­te una diagonal en la que su alfil tiene la posibilidad de utilizar tres casillas, mientras que las negras en su diagonal correspondiente están limitadas a dos. l. Ae2, Ag6! (1. .. . , Ae8 pierde inmediatamente ante 2. Ad3, Ag6 -o 2 . . . . , Ad7; 3. Ac2!, Ae6; 4. Adl, etc-; 3. Ac2, Ah7; 4. Ab3, Ag8; 5. Ad1, Af7; 6. Af3); 2. Ad3, Ah7; 3. Abl! ("perdiendo un movimiento" o "ganando la coor­dinación"); 3 • ••• , Ag6; 4. Ac2, Ah7; 5. Ab3, Ag8; 6. Adl, At7; 7. Af3, y ganan.

Se pueden representar las coor­denadas de esta posición en otro diagrama:

72 PREPARACIÓN DE FINALES

122

Las blancas pierden porque no tienen ninguna casilla conjugada con bl.

123 8

cfr. FT # 106 # 107 FAP # 186-188

G. M. Kasparian, 1946 +1=

Esta memorable posición fue publicada por G. Kasparian en 1946. La torre blanca está inmovili­zada en esta situación, p.e. si l . Ta7, Tg5; y las blancas deben repetir con 2. Th7. Si la torre negra estu­viese en h3 entonces lh6? sería un error, ya que l . . . . , Tg3; 2. Tg7+, Rh8 ! ; y las negras logran tablas por

jaque continuo o mate ahogado. De modo que las blancas deben in­corporar a su rey al juego.

Parece que l. Rb2 debiera ga­nar con facilidad. Sin embargo, después de l. . . . , Th3; 2. Rc2, Tg3; 3. Rd2, Th3; 4. Re2, Tg3; 5. Rf2, Th3 ¡las blancas se encuentran en zugzwang! ; 6. Rg2, Ta3; y si 7. Tb7, Ta5 ! ; 8. g6, Tg5+; ó si 7. Rh2 (7. Rf2, Th3 ! ) ; 7 . . . . , Tb3; 8. Ta7, Tb5 ! ; 9. h5, Th5+. Así, con Rf2 contra Th3 si las blancas mueven sólo pueden conseguir tablas, aun­que si las negras mueven podrían perder fácilmente después de l. . . . , Ta3; 2. Tb7!

Las blancas empiezan, por lo tanto, con l. Ral!! (si l. Rbl ?, Rb3+, etc; las negras esperan hasta que el rey blanco entre en la segun­da horizontal, y entonces eligen entre g3 y h3 para su torre, o con­tra Rg2 o Rh2 j uegan, por ejemplo, Ta3); l • ••• , Th3; 2. Rb2, Tg3; 3. Rc2, Th3; 4. Rd2, Tg3; 5. Re2, Th3; 6. Tf2, Ta3 (si 6. . . . , Rf8; 7. Tf7+, Rg8; 8. Tf5); 7. Tb7, Th3; 8. Tb5, Tg7; 9. Rg2, y las blancas ganan con bastante facilidad, p.e. 9 . . . . , Th4; 10. Rg3, Thl (o 10 . . .. , Ta4; 1 1 . Th7+, Rg8; 12. h6, etc.) ; 11 . Th7+, Rg8; 12. Rg4.

La mejor defensa de las negras después de l. Ra2 es "abandonar la coordinación" inmediatamente: l • ••• , Tc3; 2. Tb7 (no Rb2?, Th3 ! =) ; 2 • ••• , Th3; 3 . Tb5, Rg7. Esta posi­ción supone una victoria para las blancas, pero con una considerable dificultad: 4. Tg5 (evitando 4. . .. , Rh6; a causa de 5. g7, y 4 . . . . , Tc3; a causa de 5. h6+ ) ; 4 • ••• , Th4; 3. Rb3, Thl; 6. Rc4, Tcl+; 7. Rd5, Tdl+; 8. Re6, Tel +; 9. Rd6, Tdl +; 10. Rd5,

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 73

Tal (o 10 . . . . , Te1 ; 1 1 . Rd7, Rh6; 12. Rd8, amenazando 13. Td7); 11. Re7, Ta6 (o 1 1 . . . . , Te1+; 12. Rd8 ! , Rh6; 1 3 . Td7 ! , Rxh5; 14. g7, Tg1 ; 1 5 . Re8, etc); U. Td7, Tc6 (o 1 2 . . . . , Tb6; 13. Rd8+, Rg8; 14. Rc7, Ta6; 15. Td6, y le sigue h6); 13. Rd8+, Rg8; 14. Te7, Rf8 (14 . . . . , Td6+; 15. Rc7, Ta6; 16. Rd7, amenazando Te6); 15. Rd7, Ta6; 16. Te6, Ta7+; 17. Rd6, Ta6+; 18. ReS, y ganan.

He tratado de resumir este de­sarrollo tanto como me ha sido po­sible, ya que no es directamente re­levante al tema que nos ocupa.

124

B

FD # 137 +1

Esta posición fue descubierta por el realizador de estudios y teó­rico del final inglés J ohn Roycroft (en realidad el rey blanco estaba en otra casilla distinta). 1. g8=D sería un error, ya que después de l. . . . , Dc6+; 2. Db5, Dc2+; 3. Ra5 (3. Dgb3, Dc4+! ; 4. Ra5, Dc7+; 5. Db6, Da7+ !) ; 3 . . . . , Dc7+; 4. Db6, D3+; y si 5. Ra6, Dc4+, o si 5. Rb5, Db3+. En cualquier caso, las ne­gras fuerzan un ahogado, un jaque continuo o ganan la dama.

El movimiento correcto es l. g8T! cuando desaparecen las po­sibilidades del ahogado. Las negras son entonces capaces de conseguir una barrera de jaques, pero ésta se desvanecerá si el rey blanco es ca­paz de llegar a hl. Es posible mos­trar cómo se puede conseguir esto si utilizamos algunas casillas conju­gadas.

¿Qué sucede si el rey llega a h2? Para evitar Rhl las negras deben hacer jaque en la vertical h; pero ¿en qué casilla? Si l . . _, Dh5+; 2. Rg3! , o si l . ... , Dh7+; 2. Rgl ! , o l . ... , Dh6+; 2. Rg2, Dc6+; 3. Rg3 ! , Dc3+; 4 . Rh2, y ganan. D e modo que la única casilla adecuada es h4, es decir, Rh2 se "conjuga" con Dh4+. De modo similar, Rgl debe ser respondido con Del+, y enton­ces Rg2 requiere De4+.

¿Y qué hay de h3? Si 1 . . . . , Dh6+; o l. . . . , Dh5+; entonces 2. Rg2 ganará; y si l . ... , Dh7+; en­tonces 2. Rg3, Dd3+; 3. Dh2, etc. Sólo nos queda l. . .. , Dhl +; pero entonces las blancas tienen la posi­bilidad de 2. Dh2, Df3+ (ó 2 . . . . , Dfl ; 3. Dg2, Df5+; 4. Rh2, Dh5+; 5. Rgl, Dc5+; 6. Df2); 3. Tg3, Dh5+; 4. Rg2, Dd5+; 5 . Tf3, Dd2+; 6. Rhl .

D e modo que las negras no pueden combatir con éxito contra Rh3, y para las blancas es también suficiente que su rey llegue a fl . Pero entonces, en última instancia Rg2 también ganaría de modo cla­ro. Queda todavía por ver si las ne­gras pueden mantener al rey blan­co alejado del flanco de rey. Esta bastante claro que esto es imposi­ble. Por ejemplo (del diagrama 124 después de l. g8=T!) ; l. . . . , Dc2+; 2. Rb4, De4+; 3. Rc5, Df5+; 4. Rd4,

74 PREPARACIÓN DE FINALES

Df2+; 5. Re4, De2+; 6. Rf4, Dfl +; 7. Rg3, Del+; 8. Rh3, y ganan.

No es sorprendente que para cualquier posición inicial del rey blanco y la dama negra en el dia­grama 124 (aparte del infortunado Rh8 contra Dh6!) las negras serán incapaces de limitar completamen­te los movimientos del rey blanco. Pero para demostrar que las blan­cas ganaban necesitábamos encon­trar un lugar en el que su rey pu­diese esconderse, y un modo preci­so de llegar hasta allí.

125

B

A. A. Troitsky Magyar Sakkvilag, 1931 Blancas juegan y ganan

En los ejemplos finales de este largo capítulo voy a retomar a la frivolidad ( ¡no sin un cierto grado de alivio!) .

Si las negras mueven perderían rápidamente después de l. . . . , Ra4; 2. Ta8, a5; 3. Th8, o l. . . . , Ra6; 2. Rb4, o l. . . . , a6; 2. Ta8. Las blan­cas no pueden perder un movi­miento con su torre, ya que des­pués de l. Tf8, Ra6 las negras ame­nazan con 2 . . . .. Rb7. Las blancas

deben, por lo tanto, maniobrar con su rey. En este caso no se puede recurrir a ningún triángulo, debido al problema de los jaques del alfil. Existe, no obstante, un recorrido mucho más largo.

Las blancas ganan j ugando Rc2-dl-el-f2-g3-f4-e5-d4-c3, mien­tras que las negras se arrastran por Ra6-a5-a6, etc. Las blancas tam­bién pueden revertir su recorrido y jugar Rd4-e5 . . . . , c2-c3.

Como el mismo Troitsky seña­la, esta posición es "algo entre un estudio y un problema". No es ma­te en un número determinado de movimientos, pero tampoco es de la misma clase que la mayoría de los estudios "naturales" que hemos visto hasta el momento. Durante muchos años los estudiosos de pro­blemas han empleado mucho tiem­po e ingenio en el diseño de pro­blemas muy largos, de muchos mo­vimientos, en los que una manio­bra sistemática se utiliza repetida­mente para perder un movimiento.

W. Jorgennsen Premio especial, Die Schwalbe, 1976

Mate en 200

126

B

LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS 75

John Nunn me indicó la existencia de un artículo de sir 1 ere m y Morse en el número de noviembre de 1979 de The Problemist, en el que se cita lo que efectivamente es el "mate directo desde una posición legal y con una fuerza ortodoxa" con el sentido más largo que se co­noce.

Este problema se puede alargar un par de movimientos añadiendo algo de juego preliminar, pero aun así es la estructura (o "matriz") con sentido más larga de las cono­cidas. La solución es ésta (abrevia­da, como era de esperar): l. De6+, Tf5; 2. Ah2, Rf3 (otros movimien­tos acelerarían el mate); 3. De3+ (no 3. Dxf5, Rg2!) ; 3 . ... , Rg2; 4. Dgl+, Rf3; 5. Dfl+, Rg4 (no 5 . . . . , Re4; 6. Dd3, mate); 6. De2+, Tf3; 7. De6+, Tf5; 8. Rb2 (no 8. Ra4, Rf3+; ni 8. c4, Rf3; lo que nos lle­varía a 12. De2+, Tf3+ ) ; 8 . ... , Rf3; 14. Rcl, Rf3; 20. Rdl, a4 (no 20 . . . . , Rf3; 21. De2+ mate, ni 20 . . . . , c4; 21. Re1 , a4; 22. Rd1) ; 21. Rcl (21 . Re1 ?, a3 ! ) ; 21 . ... , Rf3; 27. Rd1, a5 (c4 se puede jugar aquí, y en posiciones similares hasta el movi­miento 136( !) , pero no a3, que per­mitiría 65. Re1 ); 28. Rc1, Rf3; 34. Rd1, a6 (aquí a3 es una alterna­tiva, así como c4) ; 35. Rc1, Rf3; 41. Rd1, a3; 42. Rc1, Rf3; 48. Rb1 (no 48. Rd1, a2 !) ; 48 . ... , Rf3; 54. Ra2, Rf3; 60. Rxa3, Rf3; 66. Rb2, Rf3; 72. Rc1, Rf3; 78. Rd1, a4; 85. Rdl, a5; 92. Rd1, a3; 111. Rxa3, Rf3; 129. Rd1, a4; 136. Rd1, c4 (no 136 . . . . , a3; que permitiría 155. Rxa3, y mate en 171); 137. Rc1 (no 137. Dxc4+, Cf4!) ; 137 . ... , Rf3; 140. Dfl+, Rg4; 144. De6+, Tf5; 145. Rd1, c5; 146. Rc1 (no 146. c4,

a3; lo que conduciría a 165. Rxa3, y 169. De2+, Tf3+ ) ; 146 . ... , Rf3; 152. Rd1, c4; 153. Rc1, Rf3; 156. Dfl+, Rg4 (no 156 . . . . , Re4; lo que permitiría 161. c4, y más adelante 179. c7, a2; 180. Rb2, a1=D+; 181. Rxa1 , Rf3; 187. c8D, haciendo mate en 190); 159. Rd1 (no 159. Rd2, conduciendo a 168. Dfl+, Re4; y 173. Rxa4, Rf3+ ) ; 159 . ... , a3; 160. Rc1, Rf3; 166. Rb1, Rf3; 169. Dfl+, Re4 (lo más pronto que se puede jugar esta posición sin acortar la solución, aunque se pue­de retrasar hasta el movimiento 193); 174. Ra2, Rf3; 180. Rxa3, Rf3; 198. Rdl, C mueve; 199. Cb6+, y 200. De2 mate.

Quizá lo más sorprendente de este problema es que todos los mo­vimientos de las blancas son úni­cos. ¡Tienen que seguir exactamen­te el recorrido del rey durante todo el tiempo! Soy consciente de que la solución al diagrama 126 es larga y complicada, y que tiene poco que ver con el juego del ajedrez real. Es, sin embargo, un ejemplo inte­resante de maniobras sistemáticas en un contexto ligeramente distin­to. Por cierto, espero que al incluir este ejemplo y el siguiente bajo la denominación de "frívolos" no ofenda a muchos estudiosos de problemas. Desde mi punto de vis­ta como jugador de ajedrez, y espe­cialmente en este libro acerca de los finales, son un tanto frívolos. Pero, por supuesto, la elaboración de ambos ha requerido muchas ho­ras de un gran esfuerzo intelectual.

Mi ejemplo final de casillas con­jugadas está tomado de un contexto que puede parecer todavía más ale­jado del juego normal del ajedrez.

76 PREPARACIÓN DE FINALES

Ver el diagrama 127. Esto es un automate, es decir,

las blancas tratan de forzar a las negras para que se hagan mate a sí mismas. Puede parecer bastante tonto, pero de hecho este proble­ma es un soberbio ejemplo de ma­niobrabilidad. Os recomiendo que hagáis acúmulo de entusiasmo e in­tentéis, por lo menos durante un rato, resolverlo antes de leer la so­lución. Recordad, las blancas tratan de forzar a las negras para que se den mate a sí mismas, y las negras se resisten tozudamente.

127

8

"Auto-mate en 9" G. Broecker,

London Chess Fortnightly, 1892

Para resolver el diagrama 127 debemos considerar dónde debería de estar la torre blanca, ya que el número de casillas entre los alfiles en casillas blancas varía.

Sin ninguna casillaen medio: El caso obvio es Ac6 contra Ab7, en donde la torre claramente debe es-

tar en h8. Con Ad5 contra Ac6, por ejemplo, las blancas juegan l. Th8! , Ab7; 2. Ac6! , Axc6; mate.

Con una casilla en medio: Con­siderar Ad5 contra Ab7. Si la torre ahora se desplaza a h8 las negras tendrían l. . . . , Ac6! Si se desplaza a d8, e8, f8 o g8, entonces l. . . . , Axd5 sería mate. Por lo tanto, la torre debe j ugar a c8.

De modo similar se resuelve: Dos casillas en medio: Utilizan­

do Ae4 contra Ab7 como ejemplo, la torre tiene que ir a d8. Si ahora l. . . . , Ad5; entonces 2. Th8! ; o si l. ... , Ac6; entonces 2. Tc8! , Ad5; 3. Th8!

Tres casillas en medio: La torre debe jugar a e8.

Cuatro casillas enmedio: La to­rre debe j ugar a f8.

Por lo tanto, la solución es: l. Tf8! ! Una variación es l. . . . , Ac6; 2. Te8, Ad5; 3. Td8, Ae4; 4. Tc8, Af3; 5. Th8! , Ae4; 6. Af3, Ad5; 7. Ae4, Ac6; 8. Ad5, Ab7; 9. Ac6, Axc6; mate. O las negras se pue­den defender también, y durante el mismo tiempo, con, por ejemplo, l. ... , Ac6; 2. Te8, Ab7; 3. Af3, Ac6; 4. Td8, Ab7; 5. Ae4, Ac6; 6. Tc8, Ab7; 7. Ab5, Ac6; 8. Th8, Ab7; 9. Ac6, Axc6; mate.

De acuerdo; el diagrama 127 está muy lejos de lo que es el j uego real del ajedrez, y es, quizás, un tanto misterioso. Pero creo que es muy bello. Con este ejemplo algo esotérico terminamos nuestra ex­posición de las casillas conj ugadas, y pasamos al dominio más sólido del "Balance de material".

SECCIÓN 1 1 1

BALANCE DE MATERIAL

Una mota decantará la balanza; sea Pyramus, sea Thisbe, será lo mejor.

El sueño de una noche de verano, William Shakespeare

Los peones son mucho más pesados que una mota.

INTRODUCCIÓN

En esta sección examinaremos algunos problemas asociados al balance de material. Los primeros dos capítulos tratan de las condi­ciones baj o las cuales la ventaj a de un peón extra se puede transfor­mar en una victoria. Obviamente, es prácticamente imposible ser aquí exhaustivo. Sin embargo, he examinado con detalle dos temas específicos. El capítulo 5 se refiere a "Un peón extra pasado lateral" , y el capítulo 6 a posiciones en las que todos los peones están en una misma ala del tablero.

En el capítulo 7 nos centraremos en "El intercambio". ¿Hasta qué punto es mejor una torre que una pieza menor? Es muy difícil gene­ralizar cuando los factores referentes a la posición son tan im­portantes. Éste es un tema difícil e interesante.

Para acabar, en el capítulo 8 se dan algunos ejemplos de finales sin peones. He incluido este capítulo más por su valor como entreteni­miento que como parte de un gran esquema teórico. De todas formas, es interesante saber, por ejemplo, que mientras que una torre debe ser capaz de hacer tablas frente a una torre y un caballo, con la adición de un par de alfiles la defensa se torna extremadamente difícil.

78 PREPARACIÓN DE FINALES

5. Un peón extra pasado lateral

Un peón extra pasado lateral casi siempre es definitivo en los fi­nales de peón y rey. En los finales con piezas menores también suele ser una ventaja suficiente (excepto con alfiles opuestos). Sin embargo, en finales con torre la posición de las torres respectivas es especial­mente importante -las torres de­ben estar por detrás del peón pasa­do-. Y en los finales con dama se pueden presentar problemas, debi­do al peligro de un j aque continuo.

128

S

Averbakh; FP # 771

A verbakh analizó una serie de finales con esta configuración de peones. En los finales de rey y peón el peón extra gana con mucha facilidad. Por ejemplo, l. Rfl, Re7; 2. Re2, Rd6; 3. b4, (o 3. Rd3, ReS; 4. Rc3, etc.) ; 3 . .•. , Rd5; 4. Rd3, f5; 5. f4, g6; 6. g3, a6; 7. a4, Rc6 (las negras están en zugzwang y deben

dejar paso); 8. Rd4, Rd6; 9. b5, ab; 10. ab, Rc7; 11. ReS, Rb6; 12. Rf6, etc.

Las blancas primero centrali­zan su rey y luego convierten su peón extra del flanco de dama en un peón extra pasado lateral. Esto mantiene ocupado al rey negro, y las blancas pueden masacrar el abandonado flanco de rey, obte­niendo con ello varios peones de ventaja.

El desarrollo de esta victoria es extremadamente sencillo. Como veremos más adelante, el diagrama 128 también sería una victoria si añadimos un par de piezas meno­res (excepto alfiles opuestos); pero en este caso las blancas tendrían que haber trabajado un poco más para llevar a cabo su plan.

Sin embargo, existen posiciones excepcionales en las que un peón extra pasado lateral no supone la victoria, incluso en los finales de rey y peón.

Ver el diagrama 129. Si los peones bloqueados estu­

viesen en la vertical b las blancas ganarían con mucha facilidad, por ejemplo con (b4 contra bS) l. ReS, Rg6; 2. RdS, y 4. RxbS, etc. Pero con peones de torre, como en el diagrama, la posición es tablas: l. ReS (o l. g6+, Rg7; 2. RgS, Rg8; etc) ; l. . . . , Rg6; 2. RdS, RxgS; 3. RxcS, Rf6; 4. RbS, Re7; S. RxaS, Rd8; 6. Rb6, Rc8=.

129

a) FP # 261-9 b) a4 contra aS -+ b4 contra bS

e) Rf3, Pg3 contra RfS d) RdS, PeS contra Re 7

e) a4 contra aS -+ aS contra a6

Sin embargo, si el peón g blan­co no estuviese tan avanzado, ga­narían. Por ejemplo, con Rf3, Pg3, Pa4 contra RfS, PaS, las blancas pueden jugar l. Re3, Rg4; 2. Rd4, Rxg3; 3. ReS, Rf4; 4. RbS, ReS; S. RxaS, Rd6; 6. Rb6, y ganan.

En este ejemplo, resulta que si el peón blanco no ha cruzado la línea y tiene el rey blanco por de­trás, y el rey negro en oposición, las blancas ganan, mientras que si ha cruzado la línea son tablas. Otro ejemplo es RdS, PeS, Pa4 contra Rd7, PaS: l. ReS, Re6; 2. RbS, RxeS; 3. RxaS, Rd6; 4. Rb6, etc.

En cualquiera de estas posicio­nes no importa quién tenga que mover, ya que tanto el rey blanco como el negro siguen necesitando el mismo número de movimientos para capturar a sus respectivos peo­nes (aunque, por supuesto, Rf6 y Pg6 contra Rf8 sería una victoria si las negras juegan). Por ejemplo, utilizando de nuevo la posición RdS y PeS, pero moviendo las ne-

UN PEÓN EXTRA PASADO LATERAL 79

gras: l. . . . , Re7; 2. ReS, Re6; 3. RbS, RxeS; 4. RxaS, Rd6; S. Rb6.

Si en el diagrama 129 los peo­nes bloqueados se avanzan una horizontal las blancas ganan: (PaS contra Pa6, el resto como en el dia­grama) l. ReS, Rg6; . . . ; S. Rxa6, y 6. Rb7. Pero si los peones a se re­trasan, el peón pasado de las blan­cas también se tiene que retrasar para que ganen las blancas.

"Zonas de victoria para los peones de tone"

130

El diagrama 130 muestra las zo­nas de victoria para los peones blancos de torre en la segunda y tercera horizontales. Por ejemplo, Rf2, Pg2, Pa3 contra Rf4, Pa4 es una victoria · para las blancas tras l. Re2, Rg3; 2. Rd3, Rxg2; 3. Rc4, Rf3; 4. Rb4, Re4; 5. Rxa4, Rd5; 6. Rb5, etc., pero con Rf3, Pg3, Pa3 contra RfS, Pa4 la posición es tablas: l. Re3, Rg4; 2. Rd4, Rxg3; 3. Rc4, Rf4; 4. Rb4, ReS; 5. Rxa4, Rd6; 6. Rb5, Rc7=.

Ver el diagrama 131. El tipo de ventajas en los fina­

les de caballo y peón es muy simi­lar al de los finales de rey y peón, es decir, un peón pasado lateral es

80 PREPARACIÓN DE FINALES

habitualmente una gran ventaja. Sin embargo, la conversión de esta ventaja de un peón en una victoria es más difícil, ya que los caballos pueden revolotear por la zona dan­do lugar a una gran confusión.

131

B

FC # 1 72

l. RO., Re7; 2. Re2, Rd6; 3. Rd3, ReS; 4. Cc2, CdS; S. g3! (las blancas deben evitar Cf4); S • ••• , aS; 6. b3, fS; 7. a3, g6; 8. b4+!, ab; 9. ab+, Rd6 (si 9 . . . . , Cxb4; 10. Cxb4, Rxb4; 1 1 . Rd4, y el final de peón es gana­do de forma trivial por las blancas) 10. Rd4, Cc7; 11. f4, CbS+; 12. Rc4, Cc7 (no 12. . .. , Rc6; 13. Cd4+ ) ; 13. Ce3! (esto es mucho más sim­ple que 13. bS, CxbS ! ; 14. CxbS, RdS; después de lo cual las blancas deberían ganar, pero deben jugar muy bien para lograrlo); 13. • •• , Rc6; 14. Rd4, Rd6; lS. Cc4+, Rc6 (o 1S. . .. , Re6; 16. CeS, Rd6; 17. Ct7+, Re7; 18. CgS, h6; 19. Cf3, amenazando Ch4-; 19 . . . . , Rf6; 20. ReS, y el peón b coronará, o por lo menos tomará el caballo); 16. ReS, RbS; 17. Ce3, Ca6 (17 . . . . , Rxb4; 18. CdS+ ! ) ; 18. CdS, Rc4; 19. Cf6, hS; 20. CdS, Cb8; 21. Ce7, y el flanco de rey de las negras se desmorona.

En los diagramas 128 y 131 una vez que el rey negro se logra des­viar al flanco de dama, el flanco de rey de las negras se desintegra. És­te no es el caso en el diagrama 132, también de A verbakh. Estas tres posiciones aparecen en su Finales de ajedrez: conocimiento esencial, pero aunque no sean nuevos son igualmente de gran utilidad para demostrar nuestro principio: "un peón extra pasado lateral debe ga­nar habitualmente en los finales de rey y peón o de una pieza menor (excluyendo a los alfiles opuestos), a menos que exista una buena ra­zón que lo impida".

FA # 243; cfr. FAB # 183

132

B

Si las blancas mueven, pueden ocupar una excelente posición con su rey: l. Rfi, Rf8; 2. Re2, ReS; 3. Rd3, Rd7; 4. Rc4! Si hubiesen movido las negras en el diagrama 132, podrían haber evitado esto con l. . . . , Rf8; y 4 . . . . , RdS. La posi­ción sería igual una victoria para las blancas (presumiblemente), pe­ro la ventaja posicional del rey ha­ría más difícil la victoria, ya que, con los alfiles actuando, las blancas

no pueden situar a las negras en zugzwang simplemente haciéndo­las moverse: un movimiento del al­fil podría no debilitar su posición en absoluto. 4 . ••• , Rc6; 5. Ac3, g6; 6. b4, Ab6; 7. f3, Ac7; 8. a4, Ab6; 9. Ad4 (antes de presionar al peón b las blancas sitúan dos de sus pie­zas en casillas favorables); 9 • ••• , Ac7; 10. b5+, ab+; 11. ab+, Rb7 (11 . . . . , Rd6 es peor: 12. Ac5+, Rd7; 13. b6, Af4; 14. Rd5, seguido de 15. Ad4 y 16. Ae5) ; 12. Rd5 (el rey blanco avanza hacia el flanco de rey, pero las blancas todavía deben trabajar un poco más para poder introdu­cirse) ; 12 • ••• , Ab8 (no 12 . . . . , Af4; 13. Ae5, y 14. Rd6, etc.; pero si aho­ra 13. Ae5, entonces 13. . .. , Aa7; 14. Rd6, Ab8+ ! ; y el rey debe reti­rarse); 13. Af2! (esto es una prepa­ración para limitar al alfil enemigo; presumiblemente 13. b6 también se­ría un buen movimiento, pero éste es claramente el mejor) 13 • ••• , Ac7; 14. g3, h5; 15. h4 (no 15. f4?, h4!); 15 • •• ., Ab8; 16. b6! ( zugzwang) (las negras deben o debilitar su flanco de rey o permitir Rc6, de modo que pierden inmediatamente).

Los alfiles son en general mejo­res que los caballos en posiciones en las que hay peones a ambos la­dos del tablero. En el diagrama 133, a pesar de empezar con una posi­ción del rey ligeramente mejor, las negras pierden de forma muy sim­ple. Por ejemplo: l . ••. , Rb5; 2. b3 (2. Rd3, f5 no es de utilidad para las blancas); 2 • ••• , Cc7; 3. a4+, Rc6; 4. Rc4, Cd5; 5. b4, Cc7; 6. Af4, Ae6; 7. b5+, ab+; 8. ab+, Rd7; 9. Rd5, Cd8; y las blancas pueden ganar alcanzando, p.e., Rb5, Ac7, Pb6 contra Rd7, Cb7 si las negras mue-

UN PEÓN EXTRA PASADO LATERAL 81

a) Diagrama; b) Blancas Ce3, negras Ae6

133

B

ven. Después de l. . . . , Rc8; 2. Rc6, Ca5+; 3. Rd6, las blancas utilizarán su rey, tomando el flanco de rey en unos pocos movimientos, ¡sea cual sea la situación en esta zona!

Pero si cambiamos el alfil blan­co por un caballo, y el caballo ne­gro por un alfil, entonces las blan­cas deben proceder con cierto cui­dado, ya que es difícil movilizar los peones del flanco de la dama, p.e. l. b4+?, Rb5; 2. Cd1 , Ra4 ! ; 3. Rb2, Rb5 ! Sin embargo, las blancas de­ben ganar con l. a4, Ad7; 2. b3. N o importa que las blancas pongan temporalmente sus peones en casi­llas blancas, ya que pueden cam­biarlos fácilmente. Las negras de­ben evitar a5, ya que entonces Cc4 sería una posición muy peligrosa; pero muy bien pueden considerar avanzar sus peones del flanco de rey en lugar de jugar pasivamente. 2 . ••• , Ac6!? (o 2 . . . . , Ac8; 3. b4+, Rd6; 4. Rd4, Ad7; 5. Cc4, Rc7; 6. a5 y, controlando Rc6, el blanco gana; sin embargo el negro puede probar 2 . . . . , h5) 3. f4, Ae8; 4. b4+, Rd6; 5. a5, Ab5; 6. Rd4, Ae2; 7. Cc4+,

82 PREPARACIÓN DE FINALES

Rc6 (si 7 . . . . , Re6; entonces 8. ReS, RfS; 9. bS, ab; 10. Cd6+, Rg4; 1 1 . a6, y las blancas ganan con algunos movimientos dilatorios) 8. CeS+, Rb5; 9. Cc3, f5; 10. Cd7, Ac4 (o 10 . . . . , Rc6; 1 1 . Cf8, RdS; 12. Cxh7, Re4; 13. Cf8, etc); 11. Cf6, h6; 12. Cd7, y las blancas ganan con fa­cilidad después de 12. • •• , ArT; 13. CeS, Ae8; 14. h4, Ra4 (14 . . . . , hS; 1S. Rb3, zugzwang); 1S. Rc4, o 12 • ••• , g5; 13. CeS (amenazando Cxa6); 13 . . . . , AdS; 14. Cb3, Ae4; 1S. Cd4+, Ra4: tras el que una lí­nea de juego sencilla es 16. Rc4, gf; 17. gf, Ab1 ; 18. ReS, Ae4; 19. h4, hS (o 19 . . . . , Ad3; 20. bS ! ) ; 20. Ce6, Af3; 21. Cc7, Ae2; 22. bS ! , etc.

Quizá la defensa negra se pue­da mejorar un poco en este ejem­plo, pero claramente el plan de las blancas para forzar al rey negro a retroceder, y después obligarlo a elegir cuál de los dos flancos del tablero abandonar, debe suponerle la victoria. Sin embargo, las blan­cas aquí tienen que amoldarse más al j uego de las negras que en los otros ejemplos que hemos exami­nado anteriormente.

134

8

Averbakh; FA # 322

En el diagrama 134 hay alfiles de colores opuestos. Con esta com­binación de piezas menores el de­fensor (como es bien sabido) a me­nudo tiene excelentes oportunida­des para hacer tablas, incluso con una desventaja de uno o más peo­nes. Esto es debido a que los alfiles muchas veces pueden defender un flanco completo de los ataques del rey y el alfil opuesto sin la ayuda de su propio rey. Además, el rey y el alfil pueden a veces bloquear a dos peones pasados, o en ocasiones incluso a más. Así, el diagrama 134 muestra prácticamente unas tablas seguras. Las negras pueden inten­tar obtener una posición semejante a la del diagrama 13S.

El alfil negro defiende el flanco de rey

135

8

Las blancas ganarán con facili­dad si pueden consolidar un peón pasado en el flanco de rey, pero es­to es imposible. Por ejemplo, l. h4, Ac4; 2. f3, Afi (las negras también podrían jugar el pasivo 2 . . . . , Ab3; 3. RgS, AdS !=; pero no 3 . . . . , Ae6??; 4. g4! , y ganan); 3. g4 (o 3. g3, Ae2; 4. Rxf7, Axf3; S. Rxg6=); 3 • ••• ,

Ae2!; 4. gh, gh; 5. f4, Ac4; 6. Rg5, Ae2=; o l. f4, Ad5; 2. g3, Ac4 (¿por qué no?); 3. f5, Ade3 !=. Las negras tienen una posibilidad asegurada de tablas incluso tras el bastante estúpido 3 • ••• , gf?!; 4. Rxf5, ya que pueden jugar 4 . . . . , Ae6+ ! ; 5. Rg5, Ag4; tras el que las blancas pueden situarse en h3 sólo al precio de en­terrar su rey en h4. Sin embargo, si las negras omiten 4 . . . . , Ae6+! pare­cen estar perdidas, p.e. 4 • ••• , Rc6?; 5. Rg5, Ae2; y nos situamos en el diagrama 136.

Esta posición es muy interesan­te. Las blancas pueden conseguir un peón pasado con g4 seguido de h4, y con un juego apropiado pue­den entonces forzar la victoria.

136

Después de 5 . . . . , Ae2 +1-

6. h3 ! (no 6. Rf6, Ac4; 7. h3?, Afl ! ; 8. g4, h4! ; 9. Rxt7, Axh3; 10. g5, Afl ; y las negras hacen tablas, ya que fuerzan el intercambio de su peón h por el peón b ); 6 • ••• , Rb7 (o 6 . . . . , Afl ; 7. g4, hg; 8. h4); 7. Ad4, Rc6; 8. g4, hg; 9. h4, g3; 10. Rf4! (si 10. h5, f6+ -10 . . . . , Ad1; 1 1 . h6, Ac2; 12. Rf4 ! , etc.-; 1 1 . Rg6

UN PEÓN EXTRA PASADO LATERAL 83

-11 Rh4!-; 1 1 . . . . , f5; 12. h6, f4; 13. Rg5 ! , f3; 14. h7, las blancas pro­bablemente deberían ganar, pero el texto es mucho más sensato); 10 • ••• , Ab5 (o 10 . . . . , g2; 1 1 . Rg5 ! , y las blancas ganan fácilmente con h6, Rf6, Rg7, h7 etc., ya que con el peón g en la séptima horizontal las negras no pueden desviar al alfil blanco de la diagonal g1-g6); 11. Rxg3, f6; 12. Rf4, Ag6; 13. h5, Ah7; 14. h6. A primera vista me parece que las negras tienen aquí un bloqueo inquebrantable. Pero, por supuesto; las blancas ganan con mucha facilidad moviendo su rey a a5. Esto no lo rompe inme­diatamente vía a6, pero protege el peón b y así amenaza Axf6. Des­pués de que el peón f se mueve o es tomado, el rey blanco puede entrar vía e5 o g5.

¿Qué pasa con las posiciones en las que las blancas tienen un peón extra en el flanco de dama y hay piezas mayores en juego? En este caso, la actividad de las piezas es de vital importancia.

a) FT # 238; b) Intercambio de to"es e) TbB, Pb5 contra Tb2

137

8

84 PREPARACIÓN DE FINALES

a) En el diagrama 137 la torre blanca es extraordinariamente pa­siva. La partida debería ser tablas, ya que si las blancas avanzan el peón a hasta la séptima horizontal no pueden progresar más -Rb6 siempre se puede conseguir ha­ciendo un jaque por detrás; y si si­gue en a6, mientras el rey blanco va a apoyarlo la torre negra puede zamparse la mayor parte del flanco de rey-. Por ejemplo, l. a6, h5; 2. Rf3, Rf6; 3. Re4, Re6 (o 3. . .. , Txf2) ; 4. Rd4, Rf5; 5. ReS, Rg4; 6. Rb6, Tb2+; 7. Ra7, Txf2; 8. TeS, Rxg3; 9. Tc4, Tb2; y las negras es­tán bien situadas.

b) Pero si las torres estuviesen intercambiadas, es decir, la torre negra en a8 y la blanca en a2, la posición sería una victoria para las blancas (ver el diagrama 8S) . El hermoso final de Andersson-Chris­tiansen, en el diagrama 138, ilustra el modo de ganar en una posición mucho más favorable para la de­fensa.

e) Si las piezas en la vertical a se desplazasen a la b, las blancas ten­drían alguna oportunidad de victo­ria. Tienen cierta ventaja al tener el peón un poco más cerca de su rey. Por ejemplo, l. b6, Rf6; 2. Rf3, Re6; 3. Re3, Rd6?! (quizá 3 . . . . , hS ! ?) ; 4. Tb7!, Re6; 5. f4! , y las blancas tienen realmente una oportunidad, ya que si 5 . ... , Tb3+; entonces 6. Rd4, Txg3; 7. Rc4!, Tgl (7 . . . . , Tg4? ! ; 8. Txt7 ! ?, Rxt7; 9. b7, Txf4+; 10. ReS, y quizás las negras pueden construir una fortaleza después de 10 . . . . , Txh4, aunque no lo creo factible); 8. Ta7!, y las ne­gras están en cierta medida en peli­gro, ya que el peón blanco se está

Andersson-Christiansen Hastings, 19 78- 19 79

138

B

haciendo peligroso, y las negras tan sólo han tomado hasta el mo­mento un peón del flanco de rey.

En el diagrama 138 la torre blanca está bien situada, defen­diendo el peón desde el costado, y su rey es bastante activo. Anders­son ganó rápidamente: l. bS, hS; 2. Re3 ! , Tb2; 3. Rd4, Txg2; 4. b6, Tb2; S. ReS, Tc2+; 6. RbS, Txh2; 7. Td4, Te3; 8. b7, Te8! ; 9. Tc4, Rg7; 10. Tc8, Te1 ; 1 1 . b8=D, Th1+; 12. Rc4. Las negras han consegui­do evitar que las blancas crearan a una nueva dama permanente, pero de hecho se rindieron aquí. Con el rey pasivo y los peones negros prácticamente intactos, la posición está completamente perdida.

Para completar el ciclo damos ahora dos finales con damas.

En el diagrama 139 a) si las blancas mueven ganan enseguida con l. Db7 ! , seguido de la corona­ción del peón, por ejemplo l. . . . , h5; 2. a6, h4; 3. a7, y la posibilidad de las negras de contraatacar es mínima -3 . . . . , Dg4; 4. h3 ! , gana

139

B

a) Diagrama b) f2 ..... f3

(pero no 4. a8=D??, h3+; S . R cual­quier movimiento, Dd1; mate)-. Si las negras mueven, la posición es todavía más difícil, aunque las blancas todavía deberían ganar. Si l. . . . , DeS; las blancas deben j ugar 2. Db2+ ! , Rg8; 3. Da1, para evitar f3. Después de 3 . . . . , Dc6+; 4. Rg1 ! , Da6; S . DeS, hS; 6. h4, Rh7; 7 . DdS, Rg7; 8. Dd4+, Rh7; 9. Db6, De2; 10. a6, el rey blanco está perfecta­mente a salvo y el peón a debe coronar enseguida: 10 . . . . , De4+; 1 1 . Rh2, DfS; 12. a7, Df3. Si las negras mueven estarían en zugz­wang, pero incluso si las blancas mueven la posición no es difícil. Pueden j ugar Db2-a2, forzando Da8 y entonces Rg1 y Da6-b6 con­tra prácticamente todos los movi­mientos. Con el rey blanco en g1 las negras no pueden prosperar ha­ciendo jaques, y el peón a se podrá transformar con la nueva dama cubriendo g2.

UN PEÓN EXTRA PASADO LATERAL 85

Con el peón f en f3, sin embar­go, la posición son unas tablas in­mediatas si mueven las negras: l . ... , Dd2+; y 2 . . . . , Dxa5. Si mue­ven las blancas l. Da2!, Da7; 2. a6 ! puede ganar, pero es muy difícil. Lo que es cierto es que si los peo­nes blancos estuviesen bloqueados en la quinta horizontal, sus posibi­lidades de victoria serían mínimas:

Alekhine contra Reshevsky; Avro, 1938; FD # 218;

140

B

l. Da2, Rg8; 2. a4, Dc6; 3. aS, Da6!; y parece que en esta posición las blancas no pueden avanzar. Si 4. DdS, entonces 4. . . . , Rg7; S . Dd4+, Rg8; 6. Db6, De2+. Las blancas decidieron intentar mejo­rar su configuración de peones: 4. g4, g5; 5. Rf2, Dd6; 6. Rfl, Da6+; 7. Rg2, Rg7; 8. Db2+, Rg8; 9. Db8+, Rg7; 10. DeS+, Rg8; 11. Rf.Z, Da7+; 12. Re2, Da6+; 13. Rd2, Dc4 (las negras deben bloquear el camino del rey blanco); 14. Df5, Dd4+; 15. Re2, Db2+; 16. Rd3, Db3+; 17. Re2, Db2+ 112 - V2.

86 PREPARACIÓN DE FINALES

6. Un peón extra con todos los peones en un flanco

Habitualmente en el final es una ventaja que el peón extra esté "distante", de modo que este capí­tulo contiene muchas más tablas que el anterior. Voy a realizar el mismo tipo de ciclo que en el últi­mo capítulo, empezando de nuevo con los finales de peón.

141

FP # 585; Maizelis, 1954

Un peón extra generalmente será suficiente para ganar en un final de rey y peón, incluso aunque todos los peones estén en el mismo lado del tablero. Sin embargo, exis­ten algunas excepciones. En lugar de embarullamos con este tema tan complejo -que ya se trata con detalle en los Finales de peón- me limitaré a tres ejemplos (bastante difíciles).

A partir del diagrama 141, si las negras mueven perderán con cierta rapidez después de:

a) l . ... , g6; 2. Re4! (no 2. h4??, g5+= ); 2 . ... , Re6 (o 2 . . . . , Rg5; 3. Rf3, Rh4; 4. Rf4, gana); 3. h4! , Rf6; 4. Rd5, etc.

b) l . ... , Rg6; 2. h4, Rf6; 3. h5, Rt7 (3 . . . . , g6; 4. g5+! ) ; 4. Rf5, Rg8; 5. Rg6, Rh8; 6. h6, Rg8; 7. g5, etc.

Si las blancas mueven, la victo­ria es algo más difícil, pero utili­zando movimientos dilatorios cui­dadosamente pueden ser capaces de situar a su rey en g6, tras lo cual los peones se pueden avanzar. l. Rf3! (no l. g5+?, Re6; 2. Re4, g6= ); l . ... , Rg5 (si l. . . . , Re5; 2. h4! , Rf6; 3 . Re4, Re6; 4 . h5, Rf6; 5 . Rf4, etc. ; o l. . . . , Rg6; 2. h4, Rf6; 3. Re4! ) ; 2. Rg3, Rg6 (si 2 . . . . , Rf6; o 2 . . . . , Rh6; entonces 3. Rf4 ! , o 2 . . . . , g6; 3. h3, Rf6; 4. Rh4 ! , y ganan); 3. Rh4, Rh6; 4. g5+, Rg6; 5. Rg4, Rt7; 6. Rf5, Rg8; 7. Rg6, Rh8; y ahora las blancas pueden ganar con 8. h3, Rg8; 9. h4, Rh8; 10. h5, Rg8; 1 1 . h6, o con 8. h4, Rg8; 9. h5, Rh8; 10. Rt7 (no 10. h6??, Rg8=); 10 . . . . , Rh7; 1 1 . g6+ (o 1 1 . h6) ; 1 1 . ... , Rh8; 12. h6.

Ver el diagrama 142. Ésta es una posición muy inte­

resante de Maizelis. ¡ Aparente­mente es un zugzwang mutuo!

Si las blancas mueven:

a) l. f5+, gf+; 2. gf+, Rf6; 3. Rf4, Rt7; 4. Re5, Re7; 5. f6+, Rt7; 6. Rf5, Rf8 ! (pero no 6 . . . . , Re8?; 7. Re6, Rf8; 8. h5, Re8; 9. t7+, Rf8;

UN PEÓN EXTRA CON TODOS LOS PEONES EN UN FLANCO 87

142

cfr. FP # 218-222

10. Rf6, h6; 1 1 . Rg6); 7. Re6, Re8; 8. hS, Rf8! (no 8 . . . . , h6?; 9. ReS ! , Re8; 10. Rf4, Rf8; 1 1 . Re4, Re8; 12. ReS, y la triangulación gana); 9. n, h6=.

b) l. gS, Rd6; 2. fS, gf+; 3. RxfS, Re7; es tan sólo tablas, como en esta variación 2. hS, Re6!

e) l. hS, gh; 2. gS, h4; 3. fS+, Rd6; 4. Rf4, h3; S. Rg3, ReS; 6. f6, Re6; 7. Rxh3, h6! =

d ) l . Rd4, Rd6; 2 . Rc4, Rc6; 2. Rc3, Rc7 ! ; mantiene la oposición, pero no 3 . . . . , ReS?; 4. Rd3, RdS; S. Re3, y gana, ya que eS es inacce­sible al rey negro.

Pero si las negras mueven las blancas apenas pueden ganar: l . ... , Rd6; 2. Rd4!, Re6; 3. ReS, Re7 (3 . . . . , hS; 4. gh! , gh; S. Rd4, y ga­nan); 4. RdS, Rf6; S. Rd6, Rt7; 6. ReS, Re7; 7. gS!, Rt7; 8. Rd6, Rf8; 9. Re6, ReS; 10. Rf6, Rf8; 11. hS! (en contraste con el caso e) anterior, el rey negro está aquí en una situación más pasiva, y las blancas ganan con un movimiento dilatorio); 11 • ••• , gh; 12. ReS, h4; 13. Re4, Re7 (o 13 . . . . , Rf7; 14. fS !) ; 14. Rf3!, Re6; lS. Rg4, y ganan.

El diagrama 143 apenas puede ser tomado como un ejemplo típico de transformar en victoria un peón extra -habitualmente es bastante fácil-, pero en cualquier caso es una pieza de análisis interesante.

Tarjan-Larsen, Riga IZ, 1979

143

N

En esta posición Larsen forzó el intercambio de torres con l . ... , Th4. Desgraciadamente, el final de peón es tablas: 2. Txh4, gh; 3. Rf4, fS; 4. Re3 (las blancas también pueden jugar 4. ReS, RgS; S. h3, Rg6; 6. Rd4 ! , Rf6; 7. RdS, tras lo que el rey negro no tiene posibili­dad de actuar, por ejemplo 7 . . . . , RgS; 8. ReS, Rg6; 9. Rd4 ! , Rf7; 10. ReS ! =) ; 4 • ••• , Rt7; S. Rf3, Re6; 6. Rf4, Rf6; 7. Re3, ReS. Esta posi­ción siguen siendo tablas. Las ne­gras pueden avanzar a su rey sólo al precio de mover el peón f a f3. Las blancas deben entonces retirar a su rey. Si el peón h está en h4, deben jugar Rel ! , pero si está en h3 no importa. 8. Rf3, f4; 9. Re2, Re4; 10. Rf2, f3; 11. Rel!, Re3; 12. Rfi!, f2; 13. h3, Rf3; ahogado.

Volviendo al diagrama 143, las negras habrían mantenido unas ex-

88 PREPARACIÓN DE FINALES

celentes perspectivas de victoria si hubiesen evitado l. ... , Th4?; pero sospecho que la posición es, teóri­camente, tablas, p.e. l. . .. , Rf5; 2. Tg3 (no 2. Th8?, Rg4; en donde Tf3-h3 creará problemas más tar­de, y si 3. h4! ?, entonces 3 . . . . , Rg3 ! parece una victoria; 4. hg, fg; 5. Th1, Tf2 ! ; y presumiblemente 4. h5, Th4 también es lo suficientemente bue­no) ; 2 . ... , Th4; 3. h3! Si 3. Tf3+, las negras pueden escoger entre 3 . . . . , Rg4! y 3 . . . . , Re5 ! ; 4. Tf2 (o 4. h3); 4 . . . . , Te4+; tras lo que el rey blanco es obligado a ir a la vertical d. 4. Tg2 no tiene muy buen aspecto a la vista de 4 . . . . , Te4+; 5. Rf3, Tf4+; 6. Re2, Rg6; en donde el rey alcan­za h4, o de 4 . . . . , Th3+; 5. Re2 ! , Rf4; y las blancas deben evitar la tenta­ción de 6. Tf2+, Rg4; 7. Txf6? (7. Tg2+ !) , que pierde después de 7 . . . . , Txh2+; 8. Rfl , Rg3; 9. Rgl, Tg2+! ; 10. Rfl (o 10. Rh1 Tf2!) ; 10 . . . . , Ta2. Sin embargo, ninguna de las dos líneas de juego es una derrota clara. Volviendo a la línea de juego principal, 3 • ••• , Tf4; 4. Re2, Rg6 (no existe otro camino para realizar algún progreso); 5. Tg4!!, Tf5. El final de peón después de 5 . . . . , Txg4; 6. hg, son tablas. 6 . . . . , Rf7 (6 . . . . , f5; 7. gf+, Rxf5; 8. Rf3=); 7. Rf3 (o 7. Rd3); 7 . . . . , Re7; 8. Re3 ! (en cuanto el rey alcanza la vertical e las blancas deben tomar la oposi­ción); 8 . . . . , Re6; 9. Re4=. Si ahora 5 . . . . , Rf5; entonces las blancas pue­den repetir con 6. Tg3. La línea principal sigue 6. Ta4, Rh5; 7. Tb4 (con la torre blanca ejerciendo un control firme de la cuarta horizon­tal la posición son tablas -para in­tentar realizar algún progreso las negras deben permitir al rey blan-

co cruzar la vertical f); 7 . ... , Ta5; 8. Rf2, Ta2+; 9. Rf3 (o 9. Rg3; pero no 9. Rgl?, f5; 10. Tc4, f4; 1 1 . Tb4, Rh4; 12. Tb3, Te2; seguido de 13 . . . . , Te3); 9 . ... , f5; 10. Tc4, Ta3+; 11. Rg2, f4; 12. TeS! Esta posición es más o menos idéntica a una po­sición ya publicada:

Keres-Smyslov 1 7 Campeonato de la URSS, 1949

FT # 163

144

B

La situación original del diagra­ma 144, en la partida Keres-Smys­lov del 17 Campeonato de la URSS, tenía los colores al revés (es decir, Smyslov tenía el peón extra). Smyslov hizo algunos intentos, pe­ro al final se acordaron tablas des­pués de l. Tc7+, Rf6! (no l. . . . , Rg8??; 2. Rh5, Tb6; 3. Te7 ! ) ; 2. Tc6+ (o 2. Th7, Th1+; 3. Rg3, Tg1 +; 4. Rf3, Th1 != ); 2 . ... , Rg7; 3. Tg6+, Rh7; 4. Te6, Rg7; 5. Rg3, Tfl; 6. Te7+, Rf6; 7. Th7, Thl; 8. Rg2, Th4 (!); 9. Rf3, 1111; 10. 1118, Rg7; 11. Td8, Tfl +; 12. Rg2, Tf4; 13. Td7+, Rf6; 14. Td6+, Rg7; 15. Rg3, 112 - 112.

Puesto que ya hemos tratado los finales de torre con el diagrama

UN PEÓN EXTRA CON TODOS LOS PEONES EN UN FLANCO 89

143, voy a invertir el orden del ca­pítulo previo y continúo con ellos.

Un peón extra en un final de to­rre con peones un sólo un flanco del tablero no suele ser una ventaja su­ficiente para ganar. Sin embargo, conseguir las tablas puede exigir una lucha encarnizada, como hemos visto en los diagramas 143 y 144.

145

B

Levenfish-Cohn, Carlsbad, 191 1 FT # 217

En el diagrama 145 las negras tan sólo han conseguido "3 contra 2". Esto no es en general suficiente para ganar, a menos que tengan al­guna otra ventaj a. Las blancas se podían haber defendido pasiva­mente, pero de hecho fueron capa­ces de forzar unas tablas tácticas: l. Td4, g5; 2. Tg4, f6; 3. g3 ! , hg; 4. h4, Tc3; 5. hg, f5; 6. Tf4=.

El final de torre de "4 contra 3 en el mismo flanco" es de una im­portancia teórica y práctica consi­derable. Este final ha surgido en distintas ocasiones (quizá docenas de ellas) en partidas importantes de torneos. Es posible hacer tablas con una buena defensa, pero las ne­gras deben tener mucho cuidado.

Petrosian-Keres, Moscú, 1951

146

N

En la posición del diagrama el defensor se las apaña para llegar a h5, lo que, como veremos en el próximo ejemplo, facilitará consi­derablemente la defensa. Keres ju­gó correctamente l • ••• , h5!; 2. Tc2, Rg7; 3. Rg2, Tb5; 4. Rf3, Rf6; 5. h4 (5. h3, y 6. g4, tan sólo simplificarí­an la posición); 5 • ••• , Tf5+; 6. Rg2, Ta5; 7. Rh3, Ta4; 8. Td2, ReS; 9. Tb2, Rf6; 10. TbS, Tal; 11. Rg2, Ta4; 12. Rf3, Ta3; 13. Rf4, Ta2; 14. f3, Te2; 15. e4 (las blancas final­mente deciden movilizar a sus peo­nes, pero esto no le supone mayo­res problemas a las negras); 15 • ••• , Tel; 16. Tb6+, Rg7; 17. Ta6, Tbl; 18. Tc6, Tgl; 19. Tc2, Rf6; 20. Ta2, Rg7; 21. Te2, Rf6; 22. Te3, Rg7; 23. eS, Rf8; 24. g4, hg; 25. fg, Rg7; 26. RgS, Tfi; 27. Te4, Tf3; 28. hS ( ¡28. e6 no era demasiado reco­mendable !) ; 28 • ••• , gh; 29. gh, f6+; 30. Rg4, Tfi; 31. h6+, Rg6!; 112 -112, ya que Keres había evitado el último intento: 31 . . .. , Rxh6??; 32. e6, f5+; 33. Rh3, fe; 34. e7.

Claramente, una vez situadas en h5 las negras no tienen mucho que temer, siempre que se manten-

90 PREPARACIÓN DE FINALES

gan alerta. Sin embargo, si las blan­cas pueden evitar que lo consigan la posición se puede volver muy crítica.

Ver el diagrama 147. l. g5!? Justo antes de cumplirse

el tiempo Gligorié enfrentó a Eu­we a una difícil elección. Sin em­bargo, desde un punto de vista téc­nico habría sido mejor preparar es­ta posición con, p.e., Rg3, f3, e4 y Rf4. l • ••• , gh?! (las negras deberían jugar l. . . . , h6! ); 2. Ta6!, Th3? Este movimiento, el 39 de Euwe, es otro error. Las negras pueden jugar 2 . . . . , Te7! ; tras lo que si 3. Rg3, Te6! ; y 4 . . . . , h6; ó 3. Th6, Te5; 4. Txh5, Rg6; 5. Th6+, Rg7!=.

147

B

G/igorié-Euwe; Zurich C, 1953; FT # 228

Siguiendo con la línea principal, 3. Th6, Ta3; 4. Rg3, Tal; 5. e4 (no 5. Txh5?, Rg6; 6. Th6+, Rxg5; 7. Txh7, y la posición son unas tablas teóricas fáciles); 5 • ••• , Tgl+; 6. Rf4, Thl; 7. eS, h4? Tras este nuevo error las posición parece estar per­dida. Las negras debieron seguir mostrándose pasivas con 7 . . . . , Rg8; manteniendo el control de g4.

8. Rg4, Tgl+; 9. Rf5, Thl; 10. Rg4, Tgl +; 11. Rf5, Thl; 12. f4!, h3 (si 12 . . . . , Th2; o 12 . . . . , Rg8; entonces 13. Rg4; y si 12 . . . . , Rg8, entonces 13. Rg4! , o 13. Rf6, h3; 14. f5, h2; 15. Th4); 13. Rg4, Tgl+; 14. Rf3!, Tfi +; 15. Rg3, Tgl +; 16. Rf2, Thl; 17. Tf6!, Tal; 18. Rg3, Thl; 19. Rg4!, Rg8 (si 19. . .. , Th2; 20. Th6, y el peón h sale); 20. Th6.

Ver el diagrama 148. Mediante unas muy acertadas

maniobras las blancas han forzado al rey negro a retirarse a g8. Euwe j ugó aquí 20 • ••• , b2. Durante algún tiempo se creyó que esto había si­do el error decisivo. Sin embargo, después de 20 . . . . , Tg1 +; 21. Rxh3, Th1 +; 22. Rg4, Txh6; 23. gh, f6 !

Gligorié-Euwe, después de 20. Th6

148

N

Maizelis encontró una forma de obtener la victoria en el siguiente final de peón, que aparentemente tendría que ser tablas: 24. ef, Rt7; 25. Rf5, Rf8 (o 25 . . . . , ReS; 26. Re6, RfS; 27. Rd7, Rt7; 2S. RdS, RfS; 29. t7 !) ; 26. Re6, ReS; 27. f7+, RfS; 2S. Rd6, Rxt7; 29. Rd7 ! (una posi­ción de zugzwang mutuo, es decir, si las blancas jugasen serían ta-

UN PEÓN EXTRA CON TODOS LOS PEONES EN UN FLANCO 91

bias); 29 . . . . , Rf6 (o 29 . . . . , Rf8; 30. Re6, Re8; 31. Rf6, Rf8; 32. f5, etc.); 30. Re8, Re6; 31 . Rf8, Rf6; 32. Rg8, Rg6; 33. f5+, Rxf5; 36. Rxh7, y ganan (cfr. Finales de peón # 287). Además, como señaló Frids­tein, después de 20. . .. , Tgl + las blancas también pueden j ugar: 21 . Rf3, Tfl +; 22. Rg3, Tgl +; 23. Rt2, Thl; 24. Th4! , que también de­bería ser una victoria. La partida continuó 21. Rg3, Tg1+; 22. Rxh2, Tg4; 23. Tf6, Rg7; 24. Rh3, Tg1; 25. Rh4, Th1 + (las negras no pue­den mantener al rey blanco fuera de la vertical h, ya que las blancas pue­den jugar Rh5 y Ta6-a7, amenazan­do e6, y si Rg8 entonces f5 sería una victoria); 26. Rg4, Tg1+; 27. Rf5.

Ver el diagrama 149. Esta posición es teóricamente

una victoria. Primero, echemos un vistazo a la continuación de la par­tida:

149

N

Gligorié-Euwe, después de 27 Rf5 FT # 222

27. . .. , Tfl; 28. Tc6, Rf8; 29. Tc8+, Rg7; 30. Td8!, ¡y las ne­gras están en zugzwang! Si 30 . . . . , h6, entonces 31. gh+, Rxh6; 32. Tg8, y las blancas ganan con 33. Tg4, y

34. Rf6, o si 30 . . . . , Tal ; entonces 31. Td7, Ta6 (31 . ... , Rg8; 32. Rf6, Ta6+; 33. Td6 ! ; 31. . . . , Tel; 32. Te7! ; 31 . . . . , Ta5; 32. Rg4, Rf8; 33. Td8+, Rg7; 34. f5 ! ) ; 32. Rg4, h6; 33. f5 ! , Rg8; 34. Td8+, Rh7; 35 . g6+, fg; 36. f6 ! Euwe movió 30 . ... , Tf2; 31. Td1! (las blancas han reducido la distancia de jaque de la torre negra y ahora ganan); 31 . ... , Tf3 (o 31 . ... , Ta2; 32. Td7, Ta6; 33. Rg4, etc.); 32. Re4, Tf2; 33. Re3, Ta2; 34. f5!, Tg2 (o 34 . . . . , Ta7; 35. Re4, seguido de Td8; etc.); 35. Td7, Txg5 (o 35. . .. , Rf8; 36. f6, Re8; 37. Te7+, Rf8; 38. Ta7, Re8; 39. Ta8+, Rd7; 40. Tf8, Re6; 41. Te8+, Rf5; 42. e6 ! ) ; 36. Rf4, Tg1; 37. e6, Tfl +; 38. ReS, Te1 +; 39. Rd6, h5; 40. Txt7+, Rg8; 41. Re7, y Euwe renunció, ya que si 41. . . . , h4; 42. Rf6, h3; 43 . Tg7+, Rh8; 44. Tg3, etc.

Veamos ahora brevemente la defensa alternativa de las negras del diagrama 149:

27. . . . , Tal; 28. Tc6, Ta4; 29. Tc7, Rf8; 30. Rg4, Tal (si 30 . . . . , Ta5; entonces 31 . Rf3, Ta3+; 32. Re4, Ta4+; 33. Re3, Ta3+; 34. Rd4, Ta4+; 35. Tc4, Tal; 36. f5, Tgl ; 37. Rd5, Txg5; 38. f6, Re8; 39. Rd6, Rd8; 40. Ta4, gana); 31. f5 ! , Tgl +; 32. Rf4, Tfl + ; y las blancas ganan moviendo primero su rey a c8 -33. Re4, Tel +; 34. Rd5, Tdl +; 35 . Rc6, Tcl +; 36. Rd7, Tdl +; 37. Rc8- y forzando entonces el intercambio de torres y un final de peón que les suponga la victoria: 37 . . . . , Td5; 38. f6 ! , Txe5; 39. Rd7 ! , Td5+; 40. Rc6, Td8; 41 . Td7, Ta8; 42. Tb7, Te8; 43. Rc7, etc.

Pasamos ahora de los finales de torre a los de piezas menores.

92 PREPARACIÓN DE FINALES

En los finales en los que todos los peones están en el mismo lado del tablero los caballos son en ge­neral mejores que los alfiles. Su ha­bilidad para moverse a saltos por el tablero es aquí de mayor utilidad que la capacidad del alfil para des­plazarse a grandes distancias con rapidez.

150

N

Stahlber-Fine; Kemeri, 1937 FA # 254

Las blancas tienen un peón ex­tra, pero las negras no muestran ninguna debilidad, y con una de­fensa adecuada logran hacer tablas con facilidad: l • ••• , f6!; 2. ReS, Ad7; 3. Ag8, h6 (3 . . . . , h5? sería extraor­dinariamente aventurado; no hay ninguna necesidad de dejar a un peón fijado en una casilla blanca); 4. Rd5, Aa4; 5. Rd4, Ad7; 6. Ac4, Aa4; 7. Ad3, Ae8 (o 7 . . . . , g5; no, sin embargo, 7 . . . . , f5?; lo que es es­túpido); 8. h4, g5! ; y se acordó que la partida fuesen tablas en unos po­cos movimientos más.

En el ejemplo previo las posibi­lidades de victoria de las blancas eran mínimas. Con los caballos ac­tuando, sin embargo, el bando más

151

N

Kurajica-Timman; Bugojno, 1980

fuerte tiene unas excelentes pers­pectivas. En Finales de ajedrez bá­sicos, Fine intenta demostrar que en un "final general" de un caballo y cuatro peones contra un caballo y tres peones en el mismo flanco, el oponente más fuerte tiene la victo­ria asegurada (cfr. FAB # 130, FC # 176). Sea o no cierto, es sin duda un síntoma de las extremas dificul­tades que el defensor tendrá que superar si quiere sobrevivir.

Yo no creo que los peones g ne­gros doblados del diagrama 151 sean una desventaja, ya que limi­tan al caballo blanco. Timman con­siguió ganar a pesar de permitir un intercambio de peones: l • ••• , Cd4; 2. Cc4, Ce2; 3. Cd6+1? (Kurajica quiso centralizar su caballo rápida­mente, pero quizá debió empezar por organizar el flanco de rey con 3. g3); 3 • ••• , Re7; 4. Ce4, Rd7; 5. f3, (esto parece necesario, ahora o más tarde; si 5. g3, entonces 5 . . . . , Rc6; 6. Rg2, Rd5; y 7. Cd2 sería muy pasivo); 5 • ••• , Rc6; 6. g3, Cd4; 7. Rg2, Cf5; 8. Rf2, Cd6!; 9. Cc3, ReS; 10. Ce2, Rd5?!; 11. h4! (las blancas tienen éxito en lograr el in-

UN PEÓN EXTRA CON TODOS LOS PEONES EN UN FLANCO 93

tercambio de un par de peones, pe­ro su caballo sigue estando ligera­mente mal situado); 11. . .. , gh; U. Cf4+!, ReS; 13. Cg6+, Rd4; 14. Cxh4, g5; 15. Cg6! (15. Cg2, Cf5; es una perspectiva horrible para las blancas); 15 . ... , f5; 16. Cf8, Rd5; 17. Ch7, Ct7; 18. f4?!/? Esto parece algo dudoso, ya que el ca­ballo negro es liberado de la defen­sa del peón g, y el propio peón g de las blancas se debilita mucho. Pre­sumiblemente, las blancas temie­ron el avance del peón e, lo que se­ría en efecto muy desagradable, pe­ro 18. Re3 parece una opción ade­cuada. 18 . ... , g4; 19. Cf8, Cd6; 20. Cg6, Ce4+; 21. Rg2, Rd4; 22. Ce7 (si 22. Cf8, entonces 22 . . . . , Cc5; 23. Rf2, Rd3; y el rey negro todavía puede alcanzar e3); 22 . ... , Re3; 23. Cc6, CeS; 24. Cd8, Re2!; 25. Ct7, Cd3; 26. Rgl (o 26. Cd8, Ce1+; 27. Rh2, Rf2; 28. Cxe6, Cf3+; 29. Rh1 , Rxg3; etc.); 26 . ... , Rf3; 27. Rh2, Rf2; 28. CgS, CeS; 0-1 (los dos peo­nes blancos pronto desaparecen) .

Como no soy omnisciente, real­mente no sé si el diagrama 151 "de­biera" ser una victoria de las ne­gras. ¡ Sin embargo, y a diferencia de la posición anterior, parece que vale la pena intentar jugarla! Es prácticamente imposible encontrar algo que pudiesen hacer las blan­cas -en realidad, tan sólo tendrían que haber "sabido esperar"-. Des­pués del intercambio de peones, creo que las blancas tendrían que haber sido capaces de aguantar. Pero el movimiento 18 f4 parece que fue erróneo, y tras él la posi­ción parece ganada.

Generalmente, los finales con alfiles de color opuesto con todos

los peones en el mismo flanco son tablas, a menos que el atacante tenga por lo menos dos peones de ventaja, aunque puede que dos no sean suficientes. Más que sumer­girnos en las anfractuosidades teó­ricas de alfil y dos peones contra alfil opuesto voy a examinar tan sólo un ejemplo interesante.

Ribli-Espig; Budapest, 1975 lnformator 20 # 28

152

B

Con dos peones más, pero con "un alfil y el peón de torre equivo­cado", las blancas apenas son capa­ces de ganar: l. gS!, hg; 2. Rg4! (no 2. fg?, Ae1 ; 3. h6, gh; 4. gh, Ad2 ! ; 5. Rg6, Af4= ) ; 2 . ... , Ael (si 2 . . . . , Re7; entonces 3. f5, Rf8; 4. f6, Ae1 -4 . . . . , gf; 5. ef, Ael; 6. h6, gana-5. Rxg5 -ó 5. h6; pero no el intento de ganar elegantemente con 5. e6?, gf,· 6. Rf5, Ab4!; 7. h6, Ae7; 8. Rg6, Rg8; y el rey se desliza por entreme­dio- 5 . . . . , Ac3; 6. Rf5, y las blancas amenazan 7. h6 ! , mientras que si 6 . . . . , Ad2; 7. Rg6, ganan. Si en esta variante 3 . . . . , Ae1; entonces 4. h6! , gh; 5 . f6+, ganan; pero n o 4 . f6+?, gf; 5. h6, f5+; 6. Rxf5, Rf8; 7. Rf6, Ac3; 8. h7, Axe5+= ); 3. Rxg5, Ad2;

94 PREPARACIÓN DE FINALES

4. Rf5, Acl; 5. Ac4, Ad2; 6. Re4, Acl; 7. h6!, gh (o 7 . . . . , g6; 8. Rf3, Ab2; 9. Rg4, Ac1; 10. Rg5, Ad2; 1 1 . Ad3 ! ; y 12. Axg6, etc.) ; 8. f5, h5 (si 8 . . . . , Rg7; entonces 9. Ae2, Ag5; 10. Ah5 -o JO. Rd5, Rj7; 11. Rd6!, evitando Re7- 10 . . . . , Ad8; 1 1 . Rd5, Ag5; 12. Re6, Rf8; 13. f6, Ad2; 14. Rf5, y las negras pueden evitar el plan de las blancas de e6-e7+, bien colocando su alfil en la diago­nal a3-e7, en donde Rd7 y e7 + ga­nan, o jugando 14 . . . . , Aa5; 15. e6, Ad8; en donde 16. Ag6 es zugz­wang); 9. f6, h4; 10. e6, Aa3; 11. Rf3!, y las negras abandonaron. Las blancas pueden tomar el peón h sin prisas, y entonces llevar a su rey a d7; o a f7 si las negras han lle­vado su rey hasta d8.

153

N

Korchnoi-Averbakh; Moscú, 1955 FA e e # 266

Todos los peones están en el flanco de rey, y las negras tienen un alfil y un peón de torre opuesto. Estos factores son suficientes para permitir a las blancas hacer tablas, a pesar de tener un peón menos: l. • •• , Ad6; 2. Cd3, f6; 3. h3, Rt7; 4. Rf2, eS; 5. Re3, Re6; 6. Re2, f5;

7. gf+, gf; 8. Rf2. La partida conti­nuó a partir de aquí con 8 • ••• , Rf6; 9. Rg2, Rg5; 10. f4+!, ef; 11. Cel, y la posición era claramente tablas. En lugar de 8. . .. , Rf6 Averbakh podía haber intentado 8. . .. , Rd5; pero esto parece ser igualmente in­suficiente: 9. Re3, Ac5+; 10. Re2, Rd4; 1 1 . Ce1 , e4; 12. Cg2, Re5; 13. fe, fe (o 13 . . . . , Rxe4; 14. Ch4, amenazando 15. Cxf5 14. . .. , f4; 15. Cf3=); 14. Rd2, Ae7; 15 . Re2, Ag5; 16. Rt2, Rd4; 17. Re2, y las blancas no pueden hacer ningún otro progreso.

Uskov-Beilin, Moscú 1949 FA c C # 276

154

N

Tan sólo quedan cinco peones sobre el tablero, pero además de su peón extra las negras tienen las ventajas posicionales de la mejor pieza menor y la de algunas casillas débiles para intentar llegar a g3 y t2. Demostró ser suficiente. l . ... , Rf4; 2. Rf2, Cf5; 3. Ab7, Cd6; 4. Ad5, Ce4+; 5. Rgl, f6; 6. Ac6, Re3; 7. Ae8, g5; 8. Ad7?! Esto no es adecuado. 8. Rfl es una cabezo­nería, cuando las negras deben evi­tar 8 . . . . , Cd2+; 9. Re1 , f5?; 10. Ad7,

UN PEÓN EXTRA CON TODOS LOS PEONES EN UN FLANCO 95

f4; 1 1 . Ac8, f3; 12. gf, Cxf3+; 13. Rfl, Cd4; 14. Rg2, Ce2; 15. Ag4! , Cf4+; 16. Rfl , y el rey negro se ve imposi­bilitado para alcanzar g3. Después de 8. Rfl las negras deberían j ugar 8 . . . . , Rf4; 9. Ac6, Cc5; 10. Rf2, Cd3+; 1 1 . Re2, Ce5 ! ; 12. Ab7, Rg3; 13. Rfl , f5, etc., de modo parecido a la partida real. 8 . ... , Re2; 9. Ac8, Cg3; 10. Ad7, Rel! Las negras pue­den ahora forzar a su rey a f2 y avanzar el peón f hasta que tenga que ser intercambiado en f3. Re­capturando con el caballo llegan a g3 con su rey, y pueden entonces rodear al peón h. La partida acabó de este modo: 11. Ac8, Re2+; 12. Rh2, Rf2; 13. Ad7, Cd4; 14. Rhl, f5; 15. Ae8, f4; 16. Ad7, f3; 17. gf, Cxf3; 18. Ag4, Rg3; 19. Af5, Cd4; 20. Ag4, Cc2; 21. Rgl, Cel; 22. Ae2, Cg2; 0-1 . Fue prácticamente impo­sible bloquear todos los accesos a f4 y f2; de hecho, no habría sido descabellado renunciar después de 10 . . . . , Re1 !

E l diagrama 154 fue una victo­ria para las negras, porque fueron capaces de abrirse paso hasta los peones. Las posibilidades de las blancas para hacer tablas se ha­brían incrementado enormemente si su peón h hubiese empezado en h2; de hecho, la posición bien po­dría haber sido entonces tablas.

El diagrama 155 es interesante. No está nada claro si las negras po­drían haber aguantado sin las to­rres, aunque sospecho que debe­rían haber sido capaces. Con las to­rres haciendo su trabajo esto es extremadamente difícil: l . ... , Td7; 2. Td2, Ab5; 3. Tc2, Ad3; 4. Tc3, Ae4; 5. f3, Ab7; 6. Rf2, h5!?/?! (esto coloca un peón en una casilla

Adorjan-Tseshkovsky; Riga IZ, 1979

155

N

blanca, pero de otra forma las blancas podrían decidir fijar los peones negros con g4); 7. h4, Aa6; 8. Ta3, Ac4; 9. Tc3, Aa6; 10. Tc6, Ta7; 11. Tc2, Ad3; 12. Td2, Ac4; 13. e4, Tal (con el peón h fijado en h5 y las piezas blancas activas 13 . . . . , Ta2 empieza a ser bastante deses­perado); 14. Re3. Las piezas blan­cas están bien movilizadas, y pron­to deben escoger un plan. Si las negras no hacen nada, las blancas, presumiblemente, mejorarán pri­mero la posición de su rey con Rf4, y después tratarán de mejorar las otras piezas. Quizá después de una preparación adecuada sería bueno jugar e5, p.e. si el caballo puede después ir rápidamente a e4. Sin embargo, no creo que las blancas estuviesen todavía preparándose para hacer nada decisivo. De he­cho, Tseshkovsky decidió aquí se­llar su movimiento. Escogió 14 . ... , f6?! , lo que es bastante sorpren­dente; pero si uno va a jugar este movimiento quizá lo mejor sea se­llarlo. El juego continuó 15. Rf4, Ta5? (15 . . . . , Ta7); 16. Cc6!, TeS; 17. Td7+, Rf8; 18. Td6. La posición

96 PREPARACIÓN DE FINALES

es ahora una victoria: 18 . ... , Ab5 (o 18 . . . . , Rg7; 19. eS ! ) ; 19. Cb4, g5+!?; 20. Re3, f5 (o 20 . . . . , Re7; 21. Tb6, etc.) ; 21. hg, fe; 22. f4, h4; 23. Td5, Tc3+; 24. Rd2, Tg3; 25. Txb5, Txg2+; 26. Re3, h3; 27. Tb6, Tb2; 28. Tf6+, Rg7; 29. Cd5, 1 -0.

Es difícil decir si las negras pue­den defenderse en el diagrama 155. Ciertamente, después de 15 . . . . , Ta5 parecen perdidas, y quizás también tras 14 . . . . , f6. Pero si las negras se hubiesen defendido con tranquili­dad, esperando que las blancas en­contrasen algún plan, bien podrían haber sobrevivido.

Finalmente, el diagrama 156 es un ejemplo de final con dama y cuatro peones contra dama y tres.

N o voy a hacer ningún análisis de esta posición, pero en su lugar diré lo siguiente: Por supuesto, el peón extra da ciertas pQsibilidades de victoria, pero creo que con una

"Las blancas son mejores"

156

S

defensa razonable las negras deben lograr hacer tablas. Cuando hay damas sobre el tablero las blancas deben operar con un cierto grado de precaución. Larsen perdió en una ocasión un final de dama de "4 contra 3" enfrentándose a Keres, ¡por intentar ganar con demasiado entusiasmo!

EL INTERCAMBIO 97

7. El intercambio

Las torres son claramente me­jores que las piezas menores en los finales. Es difícil ser más específico que esto, pero en ocasiones he vis­to que se sugería que una torre equivale aproximadamente a un alfil o un caballo más 2 peones (a veces se mencionan "un peón y medio"). Así, si una torre con peo­nes se enfrenta a una pieza menor con un peón extra, es muy posible que la torre tenga las de ganar; mientras que si el jugador con la pieza menor tiene dos peones extra (o más), la valoración de la posi­ción dependerá mucho de otros factores. Esto es tan sólo una indi­cación a grandes rasgos. Si el juego se desarrolla en un frente amplio la torre es en general muy poderosa, especialmente si tiene uno (o más) peones pasados que la apoyen. Sin embargo, la torre no es tan eficaz en el papel defensivo. Es mucho mejor liquidando sabrosos y dimi­nutos bocados que las piezas me­nores no puedan defender por sí mismas que haciendo frente a una horda enemiga.

La presencia de piezas extra también afecta a las valoraciones. La diferencia entre la torre y las piezas menores es mucho más mar­cada en el final que en medio del j uego, precisamente por ser la to­rre tan mortífera contra peones de­fendidos tan sólo por piezas meno­res, y al apoyar los peones pasados propios. Una torre a menudo pue-

de forzar el paso de un peón pasa­do solitario frente a un alfil o un caballo, o por lo menos ganar la pieza a cambio; pero una pieza me­nor y un peón pasado son pocas veces realmente peligrosos frente a una torre, incluso aunque ambos reyes se encuentren alejados del lugar donde se desarrolla la acción.

De la argumentación preceden­te debe haber quedado claro que éste es un tema complejo, en el que es muy probable que las reglas ge­nerales no se puedan aplicar, y del que se obtiene una mejor compren­sión mediante el uso de ejemplos específicos. Sin embargo, formula­ré una regla general:

T > PM + P, es decir, una torre más peones es (habitualmente) mejor que una pieza menor y un peón adicional.

Una vez hecho esto pasemos a examinar algún ejemplo específico, entre los que he hecho un esfuerzo para incluir por lo menos una "ex­cepción que pruebe la regla".

TORRE CONTRA ALFIL

Ver diagrama 157. Las negras tienen dos peones

para intercambiar, y parecen estar en una buena situación. Sin embar­go, la característica más importan­te de esta posición son los dos peo­nes a.

98 PREPARACIÓN DE FINALES

Spassov-Boncev; Stara Zagora, 1977 lnformator 23 # 29

Tras el primer movimiento de las blancas las negras son incapaces de salvar su peón a, y entonces las blancas se constituyen en una fuer­za extremadamente potente. Spas­sov publicó un excelente análisis de esta posición en Informator 23: l. a3! ! No l. Rf3, Ab4 ! ; y las blan­cas mantienen su peón. El movi­miento jugado es mucho mejor que l. Tc6, a5; 2. a3, e6; que está poco claro. l . ... , aS. Las blancas tienen la amenaza de Rf3-e2 y Ta8. N o hay nada incorrecto con este movi­miento, que de todas formas se ha­ce necesario. 2. Rf3, fS; 3. Tc2! (si 3. Re2, Af4; 4. TeS -4. h3, Ad6!-; 4 . . . . , Axh2; 5. Txa5, Ad6; 6. a4, Rf6; 7. Ta7! -no 7. Ta8?, Re6; 8. a5, Rd7; y se detiene al peón- 7 . . . . , Rf7! -las negras deben evitar 7 . . . . , Re6?; 8. a5, Rd5; 9. Td7! , Rc6; 10. a6-8. a5, Re8; 9. a6, Rd8; 1 0. Tb7, Rc8; y las negras sobrevivirán); 3 • ••• , AgS; 4. TeS, a4!; S. TaS, eS!; 6. Txa4. Las blancas deben tolerar a los peones pasados negros liga­dos. No pueden jugar 6. Txe5?, Ac1 ! ; que también podría haber

sido la respuesta a 5 . . . . , Txf5; pero el peón blanco es más fuerte que todo lo que pueda idear el peón negro. 6 . ... , e4+; 7. Re2, Ae7 (si 7 . . . . , Rf6; 8. Ta5 ! , manteniendo el rey fuera del juego: 8 . . . . , f4; 9. a4, f3+; 10. Rf2, Ah4+ -o JO . . . . , Ad2; JJ. Tc5, Ae6; J2. a5, Rd6; J3. a6!-1 1 . Re3, Ag5+; 12. Txg5 ! , y el peón a corona; o 7 . . . . , Af6; 8. Tc4 ! , Ad8 -8 . . . . , Rj7; 9. a4, Re6; JO. Tc6+, y JJ. Txf6-; 9. Tc6, Af6; 10. a4, Ad4; 1 1 . Td6! , Ag1 ; 12. a5, y el peón to­ma al alfil, p.e. 12 . . . . , f4; 13. a6, f3+; 14. Rfl , Ac5; 15. Tc6, o 15. a7, etc); 8. TaS, Ad6; 9. a4, Rf6; 10. TbS, Axh2. Una vez decidido que avan­zar los peones e y f es del todo inú­til, Boncev deja su alfil a merced del peón a, esperando hacer tablas con el rey y tres peones contra el rey y la torre. Sin embargo, su idea tam­poco tiene ninguna perspectiva real de realizarse. 11. aS, Agl; 12. a6, f4; 13. Rfl!, Ae3; 14. Th7, RfS; 15. a7, Axa7; 16. Txa7, hS; 17. Rf2, h4; 18. Tg7! (zugzwang); 18 . ... , Rf6 (o 18 . . . . , h3; 19. Tg8, etc.); 19. Tg4, 1-0.

Alekhine-Tartakower; Viena, 1922 FT c PM # 138

158

B

La inefectividad de los peones pasados ligados de las negras en el diagrama 157 era sorprendente. En el diagrama 158 las negras no tie­nen peones para intercambiar, pe­ro sus dos peones pasados parecen extremadamente amenazadores. Alekhine encontró un movimiento soberbio para atenazados: 1 Td5!! Las alternativas eran:

a} l. Rc4, e4; 2. Rd4, Af4; 3. Tf2, e3; 4. Txf3, e2; ¡y las negras ganan!

b) l. Rc2, e4; 2. Td4! , e3; 3. Rd1, e2+; 4. Rd2, Ag3; 5. Te4, Ah4=.

e) l. Th2, e4; 2. Th8+, Rd7; 3. Tf8, Ag3 ! ; 4. g5, Ad6 ! ; 5. Tf6, Ae5; 6. Tf7+, Re6; y las negras per­seguirán eternamente a la torre blanca.

d) l. g5, e4; 2. Td5 (2. g6?, Ae5); 2 . . . . , f2; 3. Tf5, e3; 4. g6, e2; 5. g7, fl=D; 6. g8=D+, Rb7; 7. Dd5+, Ra7.

El movimiento de Alekhine es­taba basado en el hecho de que los peones se vuelven inofensivos si se pueden bloquear en casillas ne­gras, o si la torre se puede colocar detrás de ellos tras perder un tiem­po. l . ... , e4 (si l. . . . , f2; 2. Td1 , e4; 3. Rc2, Af4; 4. Tfl, etc.); 2. Tf5, Ag3; 3. g5, Ad7 (o 3 . . . . , e3; 4. Txf3, e2; 5. Te3, etc.); 4. g6, Re6; 5. g7!, y el resto fue fácil: 5. • •• , Rxf5; 6. g8=D, Af4; 7. Dt7+, Rg4; 8. Dg6+, Ag5; 9. Dxe4+, Rg3; 10. Dg6, Rg4; 11. Rxb6, 1-0.

Las negras han conseguido sólo un peón para intercambiar, pero sus peones del flanco de rey son fuertes. Las blancas forzaron las tablas con l. b5! (1 . Rfl ! ?), l. cb;

EL INTERCAMBIO

Sergievsky-Hasin; URSS, 1978 lnformator 26 # 8

99

159

B

2. cb, ab; 3. a6, b4; 4. a7 (no 4. Tb2?, g3, 5. Th3+, Re2; 6. Txf3, Rxf3; 7. a7, h2+; 8. Rh1 , g2+; 9. Rxh2, Rf2; 10. a8=D, g1=D+; 1 1 . Rh3, Dg3; mate); 4. • •• , Ae4; 5. a8=D! Ciertamente no 5. Th2??, g3; y ga­nan, pero 5. Rfl ! ? puede ser una opción aceptable. Sin embargo, éste es con mucho el mejor mo­vimiento. 5 • ••• , Axa8; 6. Tb2, g3; 7. Tb3+!, Rf4; 8. Txb4+, Ae4; 9. Tb2, V2-V2.

S. García-Padevsky; Varna, 1971

160

N

100 PREPARACIÓN DE FINALES

En lo referente a las piezas, las negras están por lo menos en una situación equivalente a la de las blancas. Además, tienen varias ventajas posicionales. Su rey está activo, su alfil está firmemente an­clado en una buena casilla, y los peones del flanco del rey son fuer­tes. El rey blanco está mal situado, y su único peón es muy débil. Por encima de todo, ante la ausencia de peones pasados amigos las blan­cas no pueden contrarrestar el jue­go. Estas ventajas fueron suficien­tes para que las negras ganasen: 1. • •• , Rg5; 2. Re4, h3!; 3. Tb3 (si 3. Tal , g3 ! ; 4. hg, Rg4; y ganan); 3 • ••• , Agl; 4. Ta3 (si 4. Tb2, g3 !) ; 4 • ••• , Axh2; 5. Txa7, Ae5!! (si 5 . . . . , Ag3; entonces 6. Tg7+, Rh6; 7. Tg8! , h2; 8. Th8+, Rg7; 9. Th5, Rg6; 10. Th8, Ae5 ! ; 1 1 . Th4 ! , y las blan­cas hacen tablas); 6. Td7 (si 6. Rxe5, h2; 7. Tg7+, Rh6; 8. Tg8, Rh7! ; o 6. Th7, g3 ! ; 7. Rf4, g2; y ganan); 6 • ••• , h2; 7. Tdl, Ad4!!; y el segun­do ofrecimiento del alfil fuerza la rendición. Las negras amenazan 8 . . . . , Agl; y si 8. Rxd4, entonces 8 . . . . , g3; etc.

161

8

Ver también FT e PM # 159

' 8

Los finales con peón (o peones) contra alfil y peón (o peones) en el mismo flanco se dan frecuente­mente, y han sido analizados en detalle. Como norma general, la torre a menudo se las apaña para ganar si los dos contrincantes tie­nen el mismo número de peones, pero si el defensor tiene un peón extra con frecuencia logra hacer tablas.

La posición en el diagrama 161 es una derrota para las blancas. A las negras les interesa intercambiar los peones f, ya que así el peón g3 quedaría totalmente desprotegido. Sin embargo, si hubiesen jugado f4 sin prepararlo con antelación, las blancas lo habrían tomado, y si las negras alcanzan entonces, por ejemplo, la posición Rg2, Ae7, Pf2, Ph4 contra Rg4, Th3, Pg6, Ph5 des­graciadamente no hubieran podido jugar Txh4, en vista de f3+.

Las negras pueden forzar una victoria con el siguiente plan:

1) Fuerzan a las piezas blancas hacia atrás, de modo que su rey se sitúe en e2 y su torre en e3.

2) Avanzan entonces a f5-f4. En esta posición no pueden ser to­mados, ya que después de Txf4 las blancas perderían un peón, o por lo menos tendrían que retirar su rey a la vertical h.

3) La torre se mueve desde f3 con movimientos dilatorios sobre el alfil, tras lo cual se juega f3+ y, en unos pocos movimientos más, Txf2.

Las negras también pueden ga­nar de modo más lento mediante el intercambio en g3, reagrupando sus piezas y forzando en última ins­tancia Txg3.

El juego podría ser éste: l. Rf3, Rf6; 2. Rf4, Td5; 3. Aa7, Tf5+; 4. Re4, Re6; 5. Ae3, Ta5; 6. Rf4, Tb5 (no hay necesidad de permitir Rg5 ! ?, aunque presumiblemente esto no ayudaría a las blancas); 7. Aa7 (o 7. Ad2, Tf5+; 8. Re3, Td5; y 9 . . . . , Rf5); 7 . ... , Tf5+; 8. Re4, Ta5; 9. Ae3, Ta4+; 10. Rf3, Rf5; 11. Ab6, Ta3+; 12. Rg2, Re4; 13. Ac5, Ta6; 14. Re3, Rd3; 15. RO (15. Rf3, Tf6+; no es de ninguna ayuda); 15 . ... , Tal+; 16. Rg2, Re2; 17. Ac5, Tbl; 18. Ae3, Tb3; 19. Ad4, Tf3 (la finalización de la primera parte del plan); 20. Ac5, f5; 21. Ab6, f4; 22. Aa7 (o 22. gf, Txf4; 23. Rg3, Tg4+; 24. Rh3, Rf3; segui­do de Tg2xt2); 22 . ... , Ta3! (final­mente, la ejecución); 23. Ac5, 1'3+; 24. Rh2, Tal; 25. Ae3 (25. g4 no es de ninguna utilidad, por supuesto); 25 . ... , Tfl; 26. Ad4, Txf2+!; y ganan.

El diagrama 161 fue una ele­gante y directa victoria de las ne­gras. Las blancas hubiesen dispues­to de unas perspectivas de tablas mucho más favorables si hubiesen tenido un alfil en las casillas blan­cas, ya que habrían protegido las casillas de entrada de las negras y masacrado sus peones. Sin embar­go, aun en este caso lo normal era que perdiesen. En los diagramas 162-166 se examinan (con un deta­lle mucho mayor de lo que inicial­mente pretendía) algunos ejemplos de este tipo de finales.

Esta posición fue analizada por Holmov. Con sus piezas situadas óptimamente las negras pueden ju­gar la ruptura temática l . ... , g5! , y después:

a) 2. hg, h4; 3. gh (si 3. Rg2, hg; 4. Rxg3, Td4; 5. Rh4, Rxf4 ! ; 6. g6,

EL INTERCAMBIO 101

FT c PM # 155

162

N

Td8! ; ganan, o aquí 6. Rh5, Td3; 7. Rh6, Th3+; 8. Rg6, Tg3); 3 . . . . , Rxf4; 4. Ac8 ( 4. Rg2, Td2+; 5. Rh3 -5. Rfl, Th2- 5 . . . . , Td3+; 6. Rh2 -6. Rg2, Tg3+; 7. Rh2, Rg4; 8. Ac8, Th3+1- 6 . . . . , Rg4; 7. Ac8, Td2+; 8. Rg1, Rg3; 9. Rfl , f4; 10. g6, f3; 1 1 . Re1, f2+; etc.); 4 . . . . , Rg3; 5. Rf1, f4; y ganan.

b) 2. fg, f4; 3. gf, Rxf4; 4. Rt2. Holmov cede aquí dos verticales, empezando con 4 . . . . , Rg4; y 4 . . . . , Td2+; respectivamente. La última parece más simple, siempre que las negras eviten una trampa diabóli­ca: 4 . . . . , Td2+; 5. Re1 (o 5. Rfl, Rg3 ! ; ganan, p.e. 6. g6, Td4! ; 7. Ac8, Td6); 5 . . . . , Th2; 6. g6, Txh4; 7. Ac8 ! , Rf3 ! (no 7 . . . . , Th2?; 8 . Ag4! ! ) ; 8. Rd2, Td4+ (de nuevo no 8 . . . . , Th2+?; 9. Rd3, Rf4; 10. Ag4!) ; 9. Rc3 (si 9. Re1, entonces 9 . . . . , Te4+; 10. Rfl -10. Rd2, Te5-; 10 . . . . , Tc4; etc); 9 . . . . , Td1 ! ; y ganan.

Anima ver que con sus piezas en casillas óptimas las negras pue­den seguir avanzando -de otro mo­do tendrían poco que j ugar-, pero esto no prueba que puedan llegar a

102

163

8

PREPARACIÓN DE FINALES

J. Speelman, 1980 Original

situar a sus piezas en estas casillas óptimas . . .

En el diagrama 163 las blancas se defienden atacando al peón g. ¡De hecho están en zugzwang!

a) l. Art, Ta3+; 2. Rg2, Re3; 3. Axg6, Ta2+; 4. Rh3 (otros movi­mientos son claramente peores); 4 . . . . , Rt2; 5. Rh2! (5. Axf5, Rg1; 6. g4, Ta3+!) ; 5 . . . . , Rf3+; 6. Rh3, Tg2; 7. Axh5+, Rt2; 8. Afl, Txg3+; 9. Rh2, Tg� (no 9 . . . . , Rf3?; 10. Ae6, Rxf4; 1 1 . Axf5 ! ) ; 10. Rh3, Re3 ! ; 1 1 . h5, Rxf4; 12. h6, Rg5; y ganan.

Si el rey blanco se mueve, las negras se sitúan en Re4. Las blan­cas pueden mover su alfil con la idea de responder a Re4 con Ac6+, pero esto no funciona demasiado bien:

b) l. AbS, Ta3+; 2. Rt2, Tc3 ! ; 3 . Ae2 (si 3 . Ae8, entonces 3 . . . . , Re4; 4. Axg6, Td2+; y las negras barren; o 3. Aa6, Tb3 ! ; 4. Afl, Tb1 ; 5 . Ag2, Tb2+; 6 . Rg1 , Txg2+ ! ; ga­nan); 3. . .. , Re4; 4. Ad1 , Ta3; 5. Ac2+, Rd4; 6. Ad1, Rd3; 7. Af3, Ta2+; 8. Rg1 , Re3; 9. Ad5, Td2; y en seguida se llega a g5.

e) l. Ad7, Ta3+; 2. Rt2, Tc3 ! ; etc.

Si las negras mueven en el dia­grama 163, deben evitar l. ... , Ta3+; 2. Rf2, Re4; 3. Ac6+. Sin embargo, fácilmente pueden "perder un movimiento": l. . . . , Te6 ! ; 2. Afl (2. Aa4, Tb6; 3. Rt2, Ta6; 4. Ab5, Ta2+; 5. Rf3, Ta3+; 6. Rt2, Tc3! ; se llega a la misma situación que en en el apartado b) anterior); 2 . . . . , Tc6; 3. Ae8, Ta6 ! ; etc., o quizás 3 . . . . , Tc3+; 4. Rg2, Re3; 5. Axg6, Tc2+; 6. Rh3, Rt2; 7. Axf5, Tc3; que presumiblemente también será una victoria.

J. Speelman, 1980 Original

164

N

Aquí las blancas se defienden con su alfil en la diagonal larga. Desgraciadamente, se quedan sin casillas: p.e. l. . .. , Th2+; 2. Rf3, Tb8!; 3. Ac6, ReS; 4. Aa4 ( 4. Ad7, Tb6; 5. Re3, Rd5; 6. Aa4 --6. Rf3, Tb3+; 7. Rj2, Tc3!; 8. Ae8, Re4; 9. Rg2, Tc2+; JO. Rh3, Rj3; 11. Axg6, Tg2; etc., como en la variante a) del diagrama 163-; 6 . . . . , Te6+; como en la línea de juego principal); 4 . ..• ,

Tb6 (las negras desean jugar Re4 o Rd4 cuando el alfil no puede alcan­zar la diagonal larga, tras lo que se sitúan en la posición del diagrama 163); 5. Re3 (5 . Rf3, Rd4; 6. Ae8, Ta6! es el diagrama 163); 5. • •• , Te6+; 6. Rf2, Rd4; y el alfil no pue­de volver a la diagonal larga, de modo que las negras deben ganar. Por ejemplo, 7. Rf3, Tb6; 8. Rf2, Ta6; 9. Ab5, Ta2+; 10. Rf3, Ta3+; 1 1 . Rf2, Tc3 ! ; etc., como en el dia­grama 163, variante b ) .

165

N

J. Speelman, 1980

En el diagrama 165 las blancas han evitado f4, lo que significa que su punto débil está ahora en f2 en lugar de g3. Parece que las negras tienen todavía la victoria asegura­da. Primero retiran a su alfil: l . ... , Rf6; 2. Rf4, Tb4+; 3. Rf3, Tb8; 4. Ac6, ReS; 5. Aa4.

Ver el diagrama 166. Esta posición es extremada­

mente interesante. A las negras les gustaría mejorar la posición de su rey sin dejar que las blancas pue­dan contrarrestar su juego excesi­vamente.

EL INTERCAMBIO

J. Speelman, 1980 ¿Zugzwang?

103

166

N

No voy a intentar analizar esta posición, pero quiero mostrar que las negras tienen la posibilidad de realizar algún progreso.

Primero, veamos algunos inten­tos obvios.

l . .. ., Ta8; 2. Ad7 (o 2. Ab5, pe­ro no Ac6?); 2. . .. , Ta3+; 3. Rg2! (no 3. Re2?, f4!) ; 3 . ... , Re4 (si el al­fil hubiese ido a c6 en el movimien­to 2, entonces 3 . . . . , Ta6! ; hubiese sido aquí una bue� jugada); 4. Ac6+ ! , Rd4; 5. Ae8, Ta6; 6. Rf3. Puesto que la torre está en a6, 6 . . . . , Rd3?? es ahora imposible -7. Ab5+ !-. Esto interfiere con los planes del ataque negro hasta el punto que ahora debe retirarse con 6 . . . . , Re5 !

Otra línea de juego forzada del diagrama 166 es l . ... , Tb4; 2. Ae8, f4? ! ; 3. Axg6, Tb3+. Sin embargo, después de 4. Re2! , f3+; 5. Rd2, Rd4; 6. Axh5, las negras no pare­cen capaces de hacer progresos. Por ejemplo, 5 . . . . , Tb2+; 6. Rel, Re4; 7. Ag6+ (o 5 . ... , Re4; 6. Ag6+!).

U na tercera idea, más racional que esta última, es l. . .. , TeS;

104 PREPARACIÓN DE FINALES

2. Ab5, Tc3+; 3. Rg2, f4. Las blan­cas se ven forzadas a dividir a sus peones, pero se intercambian un par de ellos. El mejor movimiento es probablemente 4. f3 (no 4. Ae8?, f3+ y ganan; ni 4. Ae2?, Re4; 5. gf, Rxf4; y el alfil se queda bloqueado en la diagonal corta) . Después de 4. f3 no estoy seguro de si las ne­gras pueden hacer algún progreso. Si, por ejemplo, 4 . . . . , Tc2+; enton­ces 5. Rh3, Tf2; 6. Ac6! Fue impor­tante situar al alfil en b5 en lugar que en d7 en el movimiento 2, ya que si estuviese en d7 entonces 4 . ... , Tc2+; 5. Rh3, Rd6 ! ; sería una victoria para las negras -6 . . . . , Tf2 sería demasiado fuerte.

En la variante anterior las blan­cas también pueden intentar 4. gf+ (en lugar de 4. f3); 4. . . . , Rxf4; 5. Ad7 ! (si 5. Ae8, las negras tienen al menos 5 . . . . , Tc8; y 5 . . . . , Tc7! puede ser incluso mejor, de forma que 6. Rh3, Rf3 !? ; 7. Axg6, Tc5; 5. Ae2, pierde, p.e. 5 . . . . , Ta3; 6. Adl, Td3; 7. Ae2 -o 7. Ac2, Td6-; 7 . . . . , Td6; 8. Af3, Td2; etc.). Las blancas ahora intentan mantener su alfil en la diagonal h3-c8, y puesto que en ella hay cuatro casillas seguras esto debería ser posible. No tengo muy claro cómo podrían progresar las negras -no creo que g5 suponga la victoria-. Por ejemplo, 5 . . . . , Td3; 6. Ae6 (no 6. Ah3?, Txh3); 6 . . . . , Td8; 7. Ah3, Td4; 8. Ac8 (8. Ae6?, Re5); 8 . . .. , Td6; 9. Ah3, Re4; 10. Ac8 ! , Rd3; 11 . Ab7, y las blan­cas jugarán f3, situándose en la lí­nea de juego de 4. f3.

En lugar de examinar más lí­neas de juego forzadas para las ne­gras, invirtamos el problema para buscar los movimientos más razo-

nables para las blancas. ¡Resulta que si las blancas mueven en el dia­grama 166 están en zugzwang!

a) l. Ac6, Tb3+; y ahora: al) 2. Re2, f4; 3. gf+, Rxf4; y las

blancas deben perder enseguida un peón, p.e. 4. Ae8, Tb6; 5. Ad7, Tb2+; 6. Rfl , Rf3; etc.

a2) 2. Rg2, Rd4; 3. Ae8, Tb6; y las blancas deben empezar a jugar pasivamente, p.e. con 4. Afl, Rd3; 5. Rfl ! Si contraatacan con 4. Rf3, con la torre en b6; 4 . . . . , Rd3 es po­sible y además un buen movimien­to -5. Rf4?, Re2; 6. Rg5 (6. f3, Rf2 no es de ninguna ayuda); 6 . . . . , Rxf2; 7. Axg6, Rxg3; 8. Axh5 (8. Rxf5, Txg6; o 8. Axf5, Tb5 ! ; 9 . Rxh5, Txf5+; 10. Rg6, Rg4! ; o 8. Rxh5, f4; 9. Ae4, e incluso 9 . . . . , f3); 8 . . . . , f4; 9. Ae2, Te6; 10. Adl , Te5+; 1 1 . Rf6; Tel . etc.

En la variante a2) las blancas podrían haberse defendido pasiva­mente, como hemos dicho, con 4. Afl, etc. No voy a intentar de­mostrar que no tienen posibilida­des de victoria -aunque estoy con­vencido de que así es-. Como he dicho antes, todo lo que quiero mostrar aquí es que las negras pue­den realizar algún progreso a partir del diagrama 166.

b) l. Ad7, Tb3+ es lo mismo que a).

e) l. Re3, Ta8; 2. Ac6 (2. f4+ pierde como en los diagramas 162-164; si 2. Ab5, Ta3+; 3. Ad3, Tb3 ! ; etc.); 2 . . . . , Ta3+; 3 . Re2, f4 ! ; etc., como en al) .

d) l. Ac2, Tb4! Ahora el alfil blanco va a tener grandes proble­mas para tomar al peón g, y las ne­gras pueden mejorar la posición de su rey, p.e. 2. Re3, Tc4; 3. Adl (si

3. Ad3, Txc2! ; con un final de peón ganado; o 3. Ad3, Tc3; 4. Re2, Ta3; S. Re3 -5. Ab5, f4; 6. Ad3, f3+1; gana- S . . . . , Tb3 ! ; 6. Re2, Rd4; etc.); 3 . . . . , Tc3+; 4. Rd2, Ta3; S. Re2, f4; etc.

e) l. Re2, Rd4; y el rey se pone en movimiento.

De modo que si las blancas mueven deben hacer una conce­sión al diagrama 166 -la mejor lí­nea de juego parece ser 4. f7! en a2)-. Si las negras mueven pueden maniobrar con bastante facilidad para perder un movimiento: l. . . . , Re6! ; 2. Re2 (si 2. Ac6, Rd6! ; 3. Aa4, ReS; o 2. Ac2/Ad1 , Tb4!; o 2. Re3, RdS; y se sitúan en la línea de juego principal; finalmente si 2. Rf4?, entonces, por supuesto, 2 . . . . , Tb4+ !) ; 2 . . . . , Rd6! ; 3. Re3 (el problema de las blancas es que deben ser capaces de alcanzar ReS con Rf3 -Re3 las devolverían a la variación e) anterior- y si el alfil se mueve entonces tras Tb4 están permanentemente limitadas); 3 . . . . , RdS; 4. Rf3, ReS ! ; etc.

167

S

Webb-Vukié; Campeonato europeo por equipos,

Skara, 1980

EL INTERCAMBIO 105

Finalmente, retornamos al pun­to de partida de esta discusión teó­rica. El diagrama 167 es "muy simi­lar" al diagrama 161. Sin embargo, ¡ la diferencia es suficiente para convertir una victoria fácil en unas tablas! El único plan concebible de las negras es amarrar a las piezas blancas, y jugar entonces f4, pero en esta posición el peón siempre puede ser tomado. El juego conti­nuó l. Ae3, Rf6; 2. Ac5, Rf5; 3. Ae3, Re4; 4. Ag5, f5; 5. Ae3, Rd3; 6. Rfi, Th7; 7. Af4, Thl +; 8. Rg2, Re2; 9. Ae3, Th3; 10. Ad4, Tf3; 11. A eS, Rd3; 12. Ad6 (no 12. Ae3??, Txe3) ; 12 • ••• , Re2; 13. Ac5, f4; 14. gf, Rd3; 15. Ad6. Webb no hace ningún intento de mante­ner los dos peones f4 y h4, ya que después de 1S. Ae7, Re4; 16. AgS, RfS; 17. Ah6, Ta3; 18. AgS, Th3 tendría que haber movido el alfil -19. Ae7 !- o permitir g3 con 19. Rg1? El peón más importante es el situado en h4, y las blancas deben tener mucho cuidado en preservar­lo. 15. • •• , Re4; 16. Ac7, Rf5; 17. Ad8, Txf4; 18. Ae7, Tf3; 19. Ad8, Re4. Si el rey negro puede alcanzar hS ganaría con Txh4, pero las blan­cas siempre pueden evitar esto ju­gando AgS en el momento adecua­do. Las negras pueden intentar al­canzar la posición Rg2, AgS, Pf2, Ph4 contra Rg7 (o Rh7), Th3, Pg6, Pg6, Pg4 si las blancas mueven, pero después de l. Ae3! (lo que pa­rece mucho más seguro que l. Rg1 , g3 ! ; aunque incluso entonces las blancas pueden seguir en su lugar) l. . . . , Txh4; 2. Rg3, ciertamente parece como si las blancas debie­ran sobrevivir. 20. Ag5, Rd3; 21. Ae7, Re2; 22. Ac5, Th3; 23. Ae7,

106 PREPARACIÓN DE FINALES

Rd3; 24. Ad8, Re4; 25. Af6, Tb3; 26. Ag5, g3 (el último intento de victoria); 27. fg, Th2+; 28. Rgl (28. Rh3, Rf3; 29. Af4, Th1 ; 30. Rh2, Rg4 debe llevarnos al mismo lugar, pero las blancas no tienen por qué complicar las cosas, dado que 28. Rg1 son unas tablas sencillas); 28 . ... , Rf3; 29. Af4, Tal; 30. Ae5, Tg2+; 31. Rhl, Txg3; 32. Axg3, Rxg3; 33. h5!, V2 - V2.

TORRE CONTRA CABALLO

En el diagrama 168 las negras tienen un peón para intercambiar (el situado en e6, por ejemplo). No tiene una actividad especial, y por lo tanto está en peor situación.

168

B

Matanovió-Larsen; Portoroz IZ, 1958 FTc PM# 301

Hasta el momento todo está ba­jo control, pero el contingente de las blancas está extendido por una amplia zona, y la torre blanca pron­to se hará amenazadoramente acti­va. l. Tel, Cd6; 2. b5! (2. TeS, CfS no sería de ayuda para las blancas, pero mediante el sacrificio de este peón abren la vertical a, en la que

su torre pronto penetrará); 2 . ... , ab; 3. Tal, h4 (si 3 . . . . , b4; 4. Ta8, Cc8; S. Re3, Rc7; 6. h4! , gh; 7. gh, Cd6; 8. Tf8 ! , Rd7 -8. .. ., Cf5+; 9. Txf5!-; 9. Rf4, Re7; 10. Th8, CfS; 1 1 . ReS, Cxh4; 12. Th7+, Rd8; 13. Rxe6, y ganan, de modo que Larsen decide situar su peón en una casilla que puede ser defendi­da por el caballo); 4. gh, gh; 5. Ta8, b4; 6. Ta4? (esto hace perder algo de tiempo; el movimiento correcto es 6. Tf8, que es el que de hecho jugó Matanovié después del déci­mo movimiento de las negras); 6 . ... , Rc7; 7. Re2 (y no 7. Txb4??, bS); 7. ... , Rc6; 8. Ta8, Cf5; 9. Rd3, Rd7; 10. Tb8, Rc7; 11. Tf8! (no exacta­mente la misma posición que la de después del quinto movimiento de las negras, pero sigue siendo la idea correcta); 11 . ... , Rd6; 12. Tt7, b6; 13. h3, Ch6 (las negras estaban en zugzwang, ya que si 13 . . . . , Rc6; entonces 14. TxfS ! , ef; 1S. Re3, Rd6; 16. Rf4, Re6; 17. RgS, etc.); 14. Tf4!, Cf5; 15. Re2, Re7; 16. Rf3, Rt7; 17. Rg4, Rg6; 18. Txf5!, ef+; 19. Rxh4, y las blancas ganan enseguida.

Bronstein-0/afsson; Portoroz IZ, 1958

169

N

El diagrama 169 es otro ejem­plo del torneo Interzonal de 1958. En el ejemplo previo el jugador con el caballo perdió porque la acción tuvo lugar en un frente de­masiado amplio. Aquí, sin embar­go, todo sucede en un solo lugar -¡en el gaznate de las negras!

Al mirar esta posición se hace absolutamente obvio que las blan­cas están en mejor situación; gozan de una gran ventaja espacial y pie­zas mortíferamente activas. De he­cho, las blancas tienen sólo un peón para intercambiar (¿quizá el d5?), pero ciertamente esto no es lo pri­mero que se hace evidente al exa­minar la posición, ¡y con razón!

Las negras no se pueden defen­der pasivamente, ya que si l. . . . , Re7; 2. d6+, Re8 (2 . . . . , Rf8; 3. d7, Td8; 4. Rd6); 3. Cd5, Td8 (las blan­cas amenazaban 4. d7 + ); 4. Cb6, Rf8; 5. Rd5, Re8; 6. c6, be+; 7. Rxc6, y ganan. Así que intenta­ron su única salida, activar la torre: l • ••• , TeS+!; 2. Rf6, Te3 (este con­traataque es demasiado lento, ya que las negras no van a poder avan­zar un peón durante mucho tiem­po); 3. Rxt7, Tb3; 4. Cxg6, Txb4; 5. CeS+; ReS (5 . . . . , Rd8 es "ligera­mente mejor", pero tras 6. d6, Tb2; 7. Re6, Td2; 8. Rxf5, Txg2; 9. Re6, Td2; 10. f4, el peón f se arrastra de vuelta a casa); 6. d6, Tb2; 7. ReS!, Td2; S. Cg6, RbS; 9. g3, Tdl; 10. Ce7, 1-0.

¡El diagrama 170 es una posi­ción caótica que ciertamente debió entretener a los espectadores! Gu­feld hace un excelente análisis en lnformator 26: l. ThS (si l. Td7+1 ?, Rxd7; 2. h7, c3; 3. h8=D,c2; enton­ces el caballo y los peones fácil-

EL INTERCAMBIO 107

Vitolins-Kiovan; URSS, 1978 lnformator 26 # 9

170 : 8

mente alcanzan a la dama, p.e. 4. Dg7+, Rc6; 5 . Dg5 ! , d4 -no 5 . . . . , f4??; 6. Dg6+-; 6. Dd2, d3; 7. Rfl -o 7. Dc3+, Rb6=-; 7 . . . . , e4; con unas "tablas posicionales"; si las blancas intentan l . Rfl, entonces l . . . . , c3; 2. Re2, d4; 3. Td7+ condu­ce a más o menos la misma posi­ción: 3 . . . . , Rxd7; 4. h7, e4; 5. h8=D, d3+; 6. Re1 , c2=( !) ; finalmente, si l. Rfl , c3; 2. Re1 , d4; 3. Td7+, Rxd7; 4. h7, d3; 5. h8=D, d2+ ! ; 6. Re2, Ce3; 7. Dg7+, Rc8! -forza­do-; 8. Df8+, Rd7; 9. Df7+, Rd8=); l • ••• , Cxh6! En cualquier caso, está claro que las negras enseguida de­ben ceder su caballo por el peón h. La única alternativa posible era l . . . . , Cf6; pero entonces las blancas podrían haber tomado el peón por el caballo cuando hubiesen queri­do, manteniendo la opción de se­guir jugando a por más. 2. Txh6+, ReS; 3. Rf2, c3; 4. Re2, d4; 5. Rd3 ( Gufeld ofrece la línea de juego alternativa 5. Tf6 ! , c2 ! -"el único movimiento"-; 6. Td2, d3; 7. Txf5, Rd4; 8. Tf8, e4; 9. Td8+, Rc4;

108 PREPARACIÓN DE FINALES

10. Te8, Rd4; 11 . g4, e3+; 12. Rc1 -12. Txe3, c1=D+; 13. Rxc1 , Rxe3; 14. Rd1, Rf4=-; 12 . . . . , e2; 13. Rd2, Rc4; 14. g5, Rb3; 15. g6, Rb2; 16. Tb8+, Ra2; 17. Tc8, Rb2; 18. g7, e2=D+! ; 19. Rxe1, c1=D+; 20. Txc1, Rxc1 ; 21. g8=D, d2+= ); 5 • ••• , e4+; 6. Rc2, Rc4; 7. Tc6+, Rb4; 8. Tb6+, Rc4; 112-112.

Quizá os hayáis dado cuenta de que no he hecho grandes intentos por analizar este final. Esto se de­be a que lo considero un entreteni­miento -para mí, por lo menos-. Desde el punto de vista de los juga­dores de la partida, seguro que no les pareció tan divertido. Si la par­tida hubiese sido aplazada cerca del di�grama 170, o todavía peor, cuando las blancas ya hubiesen re­suelto, los dos contendientes ha­brían envejecido notablemente.

He incluido otro final de torre contra caballo y peones (más ade­cuado que éste) en el capítulo de las tablas (diagramas 69-70), pero pasemos ahora a examinar algunas posiciones en las que los peones es­tén todos en el mismo flanco.

Como regla general, en un final con torre y peón (o peones) contra caballo y peón (o peones) en el mismo flanco, la torre ganará prác­ticamente siempre si se tiene el mis­mo número de peones, y se segui­rán teniendo unas buenas perspec­tivas de victoria aunque el caballo tenga un peón extra.

El diagrama 171 es una victoria fácil para las blancas. La partida fi­nalizó: l • ••• , Cb5 (si l. . . . , Ce6; 2. f4, Cg7 -o 2 . . . . , gf; 3. gf, Cg7; 4. Tg3+, Rj7; 5. f5!, etc.-; 3. Ta7, y las blan­cas ganan enseguida, ya que la ame­naza de 4. Txg7+ ! es descorazona-

Dobosz-Hassenrück, Dortmund 1976 lnformator 22 # 23

171 N

dora, p.e. 3 . . . . , h5 -3 . . . . , gf; 4. Rxf4, etc.; o 3 .. . . , Cf5 4 g4-; 4. Txg7+, Rxg7; 5. f5 -o 5. fg-; 5. . .. , g4; 6. Rd5, Rh6; 7. Rd6! , etc.) ; 2. Td3, Cc7; 3. f4, CeS; 4. Td7!, Cg7; 5. Txg7+!, Rxg7; 6. f5, g4; 7. Rd5, 1 -0.

Ver el diagrama 172. Con un juego extraordinario

Alekhine logró la victoria en este final, y durante algún tiempo se consideró que en realidad era una "victoria teórica". Ciertamente las negras tienen buenas perspectivas prácticas de ganar, pero se ha lle­gado a encontrar un modo median­te el que las blancas pueden hacer tablas.

Primero, veamos la continua­ción de la partida:

l. h4, Re7; 2. Ce4, h6; 3. Cf2, Re6; 4. Cd3, Rf5; 5. Cf4, Ta4; 6. Cd3, Tc4; 7. Cf2, Tc6; 8. Ch3, ReS; 9. h5? Esto es una equivocación. Si las blancas quieren jugar h5, deben apoyar este movimiento con g4. Sin embargo, parece que después

Vidmar-Aiekhine; San Remo, 1930 FT e PM # 305; FAB # 5 18

del juego un tanto descuidado de las blancas están perdidas de todas formas. Por ejemplo, si 9. Cf4, en­tonces 9. . . . , Tc2; 10. Ch3, Td2; 1 1 . Cf4, Ta2; 12. Ch3, Rct4; 13. Cf4, Re3; 14. Ce6, Ta7; 15. Cf4, Ta6! ; 16. Ch3, Re2; 17. Cf4+, Rfl ; y una vez que el rey negro ha penetrado la victoria es fácil, por ejemplo 18. h5, Ta5; 19. Rh2, Rf2; 20. Rh3, Tb5; 21. Rh4, Re3; y el caballo es apartado del juego (ver la conti­nuación de la partida) ; o 18. Ch3?, Ta2; 19. Cf4, g5; 20. hg, hg; 21. Ce6, Txg2+; 22. Rh3, Rf2; etc. La parti­da continuó 9. • •• , Tc2!; 10. Cf4, Tdl; 11. Ch3, Rd4; 12. Cf4, Re3; 13. Re6 (si 13. Ch3, entonces 13 . . . . , Tb2; 14. Cf4, Tb5; 15 . Ce6, Te5; etc.; o 13. Rg4, Td4 14. g3, Ta4; 15. Rf5, Rxf3); 13 • ••• , TdS!; 14. f4 (o 14. Rh4, Te5 ! ; 15. Cxg7, Tg5; 16. Ce6, Txg2); 14 • ••• , TfS!; 15. Rg4, Tf6; 16. fS.

Aquí Alekhine intentó 16. • •• , Tt7!?; y Vidmar se colapsó con 17. g3?, Re4; 18. CeS+, Rd4!; 19. Cb3+, ReS; 0-1 . Sin embargo, después de

EL INTERCAMBIO 109

Vidmar-Aiekhine, después de 16. f5

16 . . . . , Tt7, las blancas debieron haber jugado 17. Cd8! , Tf6; 18. Ce6, tras lo que las negras habrían teni­do que replegarse al "mejor" movi­miento -18 . . . . , Re4!-. A partir del diagrama 173 Alekhine analizó: 16 . . . . , Re4 ! ; 17. Cxg7 (17. Cc5+, Rd5; 18. Cd3, Rd4; 19. Cf4, Re4); 17 . . . . , Tt7; 18. Ce6, Txf5; 19. Rh4 (19. g3, Te5; 20. Cd8, Tg5+; 21. Rh4, Rf3; 22. Ct7, Tg4+; 23. Rh3, Txg3+; 24. Rh4, Rf4! ; 25. Cxh6, Tg7! ; 26. Rh3, Th7; etc) ; 19 . . . . , Re5; 20. Cc5, Tf4+; 21. Rh3, Td4; 22. g3, Rd6 ! ; 23. Cb3, Td1; 24. Rh4, Rd5; 25. g4, Td3; y las negras ganan después de 26. Cc1, Te3; 27. g5, Te4+! ; y 26. g5, Txb3; 27. gh, Re6; 28. h7, Tb8; etc.

Vidmar perdió desde la posi­ción del diagrama 172 porque no tenía un plan, aunque su final no es ni con mucho el peor posible (Alekhine tuvo que jugar de modo soberbio para ganar). En 1940 A. Leykin publicó dos posiciones de­fensivas que podían haber sido ju­gadas por las blancas.

1 10 PREPARACIÓN DE FINALES

174

B

A. Leykin, 1940 FTc PM # 303

1. Cg2+, Re2; 2. Cf4+, Rfl; 3. Ce6, Ta7; 4. Cd4, Td7; 5. Cf5, Re2; 6. Rg2=.

115

B

A. Leykin, 1940 FTc PM # 304

l. Cf4, Ta6 (o l. . . . , g5; 2. hg, hg; 3. Ch3, Ta5; 4. f4= ); 2. Rfl, y de nuevo las blancas tienen una "for­taleza", p.e. 2 • ••• , Tf6; 3. Rg3, Ta6; 4. Rfl, Td6; 5. Rg3, Re3; 6. Cg2+, Rd4; 7. Cf4=.

Armadas con el conocimiento de estas posiciones de fortaleza, las

blancas deberían haber sido capa­ces de hacer tablas en el diagrama 172, por ejemplo con l. h4, Re7; 2. Ce4, h6; 3. Rh3! (en lugar de 3. Cf2?); 3 • ••• , Re6 (si 3 . . . . , Ta3; 4. Rg4, Re6; 5. Rf4, Rd5 -5 . ... , g6; 6. g4, etc.-; 6. h5, Rd4; 7. Cd6, Rd3; 8. Cf5, Ta4+; 9. Rg3, Ta5 -o 9 . . . . , Ta7; JO. Rj2, y 11. g4-; 10. Rf4, Ta7; 1 1 . g4, Re2; 12. Rg3, etc.); 4. g4!, ReS; 5. Rg3, g6 (o 5 . . . . , Rd4; 6. h5!, Re3; 7. Cd6, y 8. Cf5); 6. Cfl, Ta3 (si 6 . . . . , Rd4; 7. Ch3, y 8. Cf4); 7. Ch3, Ta4; 8. Rfl! (no 8. Cf2?, Rd4; 9. Ch3, Re3); 8 • ••• , h5 (éste es el único modo racional de que las negras puedan impedir a las blancas construir la fortaleza del diagrama 174); 9. gh, Txh4 (9 . . . . , gh; 10. Rg3, son unas tablas simples) ; 10, hg!=.

De modo que las blancas deben ser capaces de hacer tablas en el diagrama 172 siempre que empie­cen por organizarse inmediata­mente. Sin embargo, si esto se re­trasa parece que las negras tendrán la victoria en la mano.

Keene-D. Roos, ·

Campeonato de la CEE Berlín, 1980

176

N

Aunque las blancas tienen tres peones existen considerables pro­blemas técnicos, ya que la posición de las negras es muy compacta, y el peón f de las blancas es débil. l . ... , Ce4; 2. Re3, Cf6; 3. TaS, Re6; 4. Ta6+, RfS; 5. Ta8, Re6; 6. Rd3, RfS; 7. Th8, Rg6; 8. Rc4, Rt7; 9. Ta8, Re6; 10. Ta2, RfS; 11. T�6!, Ce4.

177

S

Keene-D. Ross, después de 11 . . . . , Ce4

Ésta es la posición que las blan­cas han estado buscando. 12. RdS!, Cxf2!? Este movimiento debiera conducir a una rápida derrota, siempre que las blancas encuen­tren dos buenos movimientos en una misma horizontal. Si 12 . . . . , Cf6+ ?; 13. Rd6, Ce4+; 14. Re7, y el peón f queda protegido indirecta­mente -14 . . . . , Cxf2; 15. Tf6+, es una victoria fácil- y de este modo las blancas debieran ganar. Pero las negras siempre pueden intentar 12. . .. , Cc3+; 13. Rd6, Re4. Creo que las blancas están ganando esta posición, pero tienen una plétora de seductoras alternativas para ele­gir, y tan sólo algunas de ellas las conducirán a la victoria.

EL INTERCAMBIO 1 1 1

a) 14. Ta3?? no es particular­mente seductivo -14 . . . . , Cb5+!

b) 14. Re6, Rf3 ! ; 15. Ta3?, Rxf2; 16. Txc3 (16. Rxe5, Ce2 tam­bién parece insuficiente); 16. . .. , e4! ; y extrañamente la posición parece ser tablas, p.e. 17. Rf5, e3; 18. Rg5, e2; 19. Tc2! , Rf3 ! (el único movimiento); 20. Tcl, Rxg3; 21 . Rxh5, Rf3; 22. Rg5, g3; 23. h5, g2=.

e) 14. Re6, Rf3! ; 15. Rxe5 pare­ce ser una victoria, con p.e. 15 . . . . , Rxf2; 16. Th6, Rxg3; 17. Txh5:

el) 17 . ... , Rh3; 18. Th8, g3; 19. h5, g2; 20. Tg8, Ce2; 21. Txg2! , Rxg2; 22. h6, etc.

c2) 17 . ... , Ce2; 18. Th8, Cf4 (si 18 . . . . , Rh3; 19. h5, g3; 20. Tg8 ! , es la misma situación que el ); o 18 . . . . , Rh3; 19. h5, Rh4; 20. h6, Rg5; 21. h7, Rg6; 22. Tg8+, Rxh7; 23. Txg4, y las blancas ganarán enseguida con el caballo); 19. Rf5! (no 19. h5?, Cxh5 ! ) y el peón h en­seguida se hace decisivo.

d) Después de 14. Re6, las ne­gras también pueden intentar 14 . . . . , Cd1 ; pero después de 15. Ta5, Cxf2 (15. . .. , Rf3); 16. Txe5+, Rf3; 17. Txh5, Rxg3; 18. Th8! , las blan­cas parecen ir ganando:

d1) 18 . ... , Rh3; 19. Tf8+ ! , Re2; 20. h5, g3; 21. h6, Cg4; 22. Tg8! (22. h7, también gana); 22 . . . . , Rf3 (o 22 . . . . , Cxh6; 23. Txg3, y 24. Tg6); 23. Txg4! , Rxg4; 24. h7, etc.

d3) 18 . ... , Ch3; 19. Rf5 ! (no 19. h5?, Cf4+; 20. Rf5, Cxh5 ! ; 21 . Txh5, Rf3= ); 19 . ... , Cf4; 20. Tg8!

d4) 18 . ... , Cd3; 19. Rf5 ! , etc. d5) 18 . ... , Ce4; 19. Re5 ! , y las

blancas deben ganar. Así 14. Re6, parece ser una vic­

toria siempre que las blancas "olvi­den" ganar el caballo. Las blancas

1 12 PREPARACIÓN DE FINALES

también pueden llegar a estas va­riantes por otra línea de juego, tal que

e) 14. Ta5, Rf3; lS. TxeS: el) 15 . ... , Ce4+; 16. Re6! , Cxf2;

17. TxhS, Rxg3; 18. Th8, es la mis­ma situación que d); pero no 16. RdS?, Cxf2; 17. TxhS, Rxg3; 18. Th8, conecta con la línea d) anterior; pero no 16. RdS?, Cxf2; 17. TxhS, Rxg3; 18. Th8 (18. Rd4, Rf4); 18 . . . . , Rh3; 19. hS, g3; 20. h6, Cg4; 21 . h7, Cf6+ ! ; 22. ReS, g2=.

e2) 15 . ... , Rxf2; 16. TxhS, Rxg3; 17. Th8, Rh3; 18. ReS (o 18. hS) es lo mismo que el apartado el) ante­rior.

e3) 15 . ... , Rxf2; 16. TxhS, Ce4+; 17. ReS, Cxg3; es la más tenaz de las posibles defensas de las negras, pero las blancas pueden ganar con (p.e.) 18. TgS, Rf3; 19. Tg8, ChS; 20. RfS, Cg3+ ! (20 . . . . , g3; 21. RgS ! , Cf4; 22. Tf8); 21 . Rg6 ! , Ce2 (21 . . . . , Rf2; 22. RgS ! ; o 21 . . . . , Ce4; 22. hS, g3; 23. RfS, Cd6+; 24. Re6, Ce4; 2S. h6, g2; 26. Txg2, Rxg2; 27. RfS !); 22. hS, Cf4+; 23 . RgS, CxhS; 24. RxhS, g3; 2S. Rh4, g2; 26. Rh3.

He analizado esta posición con gran detenimiento; de hecho, su­pongo que hasta un grado del todo innecesario. La razón es que ini­cialmente no estaba muy seguro de si las blancas podían ganar después de 12 . . . . , Cc3+. Por supuesto, se po­drían haber retirado con 13. Rc4, Ce4; 14. Ta2, pero no he encontra­do otro modo claro por el que las blancas podían conseguir la victo­ria. De hecho, mis intentos por ganar fueron como sigue: primero, variación b ); después e), incluyen­do las distintas subvariantes que incluyo aquí bajo el) y d); y sólo

tras mucho tiempo me di cuenta de que en la variación e) las negras no podían mejorar en 17 . . . . , Rh3.

POSDATA

Tras volver a examinar esta po­sición, finalmente he encontrado un modo mediante el que las blan­cas pueden ganar sin todo este lío. Deben intentar llegar a la posición del diagrama 177, pero con la torre en b6. l. RdS, y entonces

i) l . ... , Cxf2; 2. Tbl ! , Cd3; 3. Tb8! , ganan.

ii) l . ... , Cc3+; 2. Rd6, Re4 (o 2 . . . . , Cdl; 2. Tbl ! , Cc3; 4. Tb2); 3. Tb2! , y las blancas ganan fácil­mente.

Tras esta larga disquisición re­tornamos a la partida.

13. Tal!, Cd3 (13 . . . . , e4; 14. Rd4, no tiene ninguna posibilidad); 14. Tfl+ . Al llegar los problemas Keene mantuvo sus cálculos inicia­les, que eran 14 . . . . , C(4 sin hacer jaque; lS. Tf2, zugzwang. Por su­puesto, a estas alturas había visto que 14 . . . . , Cf4 es jaque, pero no tu­vo tiempo de encontrar otra línea de juego. De hecho, las blancas pueden ganar aquí colocando a las negras en zugzwang: 14. Tb 1 ! ! , Cf4+ (no hay otro movimiento construc­tivo); lS, gf, ef (o lS. . .. , Rxf4; 16. Tfl+, Rg3; 17. Rxe4, Rxh4; 18. Rf4, Rh3; 19. Thl+! , Rg2; 20. TxhS, g3; 21. TgS); 16. Tb8 ! , g3 (16. . .. , f3; 17. Tf8+ es peor); 17. Tg8 ! , f3; 18. Txg3, Rf4 (o 18 . . . . , f2; 19. Tf3+, Rg4; y lo más simple es 20. Re4 ! , Rxh4; 21 . Rf4, etc); 19. Tg8, f2; 20. Tf8+, Rg3; 21 . Re4,

Rg2 (21 . . . . , Rxh4 pierde, por su­puesto); 22. Re3, fl=D; 23. Txfl , Rxfl ; 24. Rf4, Re2; 25 . Rg5, y ga-nan. 14 . ... , Cf4+!, 15; gf (si 15. Tf2, CxR!) ; 15 . ... , ef (con la torre en f1 las blancas no pueden jugar activa­mente contra los peones, ¡y deben tener cuidado de las tablas !) ; 16. Rd4, g3; 17. Rd3, Rg4; 18. Re2!, V2-V2. Después de 18 . . . . , g2 las blancas pueden elegir entre 19. Txf4+ ! , y 19. Tal , Rg3; 20. Ta3+, Rh2 (o 20 . . . . , f3+ ); 21 . Tal ! , pero, por supuesto, deben evitar 19. Tgl ?? , Rg3; con el que las negras ganan.

MÁS PIEZAS EN JUEGO

Ver el diagrama 178. Esta posición surgió a partir de

algunas complicaciones fantásticas. Las negras, con dos peones para el intercambio, tienen una gran ven­taja a la vista de su potente masa de peones centrales, la incapacidad de la torre blanca de emprender ninguna actividad y el hecho de

178

N

Nikitin-Tal, Campeonato de la URSS, 1959

EL INTERCAMBIO 1 13

que su alfil está mucho mejor situa­do que el blanco.

Tal enseguida convirtió estas ventajas en una victoria. l . ... , d5; 2. Tg3, Ag5; 3. b4?! Las blancas no quieren vincularse.al peón b ante u� posible Cc4 postenor, pero su moVI­miento es bastante malo, ya que sus peones del flanco de dama están ahora bloqueados. 3 . ... , b5; 4. Ab3, f5; 5. c3, Re7; 6. a4, f4; 7. Th3, Cc4.

Las negras tantean el peón d preparándose para avanzar su peón e. Su posición era tan buena que bien se podrían haber permitido este movimiento, que ofrece el in­tercambio de una buena pieza me­nor por una menos activa. Si 8 Axc4 be los peones centrales de las negras son muy fuertes, pero el potencial peón pasado del flanco de dama de las blancas es un tanto molesto. Por ejemplo, 9. Rf2, Rd6; 10. a5 conduce a una posición en la que las negras preferirían con mu­cho que fuesen las blancas las que tuviesen que mover. El rey no tie­nen ningún movimiento bueno ex­cepto e5, que de momento es im­posible debido a Th5, es decir, si l. Rgllfl/el, e5; 2. Th5, f3 ! ; o l. Re2/g2, e5; 2. Th5, e4; 3. h4, f3+; o l. Rf3, e5; 2. Th5, e4+. Además, los movimientos de la torre tam­bién son malos: l. Tf3, Ah4+ ! ; seguido de 2 . . . . , e5; o l. Th5, Af6; 2. Th3, d4! ; es muy poderoso, y cla­ramente l . b5 no tiene aquí ningu­na esperanza. Así, si las blancas mueven la posición está un tanto enmarañada, p.e. 10 . . . . , Af6 (10 . . . . , e5?; 1 1 . Th5 ! ; o 10 . . . . , Rd7; 1 1 . Re2, e5?; 12. Th5, e4; 13. h4, y el peón d está perdido); y ahora las blancas pueden confundir las cosas con

1 14 PREPARACIÓN DE FINALES

1 1 . b5 !? (no 1 1 . Re2, d4; 12. Txh6, d3+; 13. Rd2, Ag5; 14. Th5, f3+! ; pero posiblemente 1 1 . Rel !?) ; 11 . . . . , ab (1 1 . . . . , d4! ?) ; 12. a6, Rc7; 13. Txh6, Axc3; 14. Txe6, con cier­ta confusión. Presumiblemente, las negras ganan -rápida pero emba­rulladamente- después de 8. Axc4, be. Por ejemplo, probablemente pueden intentar "perder un movi­miento" para poner a las blancas en zugzwang. Sin embargo, creo que después de 8. Axc4, sería más cínico jugar 8 . . . . , de -como ya sa­bemos, es bastante peligroso per­mitir la existencia de peones pasa­dos cuando uno tiene una pieza me­nor contra una torre-. La partida puede continuar 9. ab, ab; 10. Tf3 (si 10. Th5, Rf6; 1 1 . h4?, Rg6; o 10. Rf2, Rf6; 1 1 . Rf3?, Rf5; y las blancas no consiguen bloquear a los peones) 10 . . . . , e5; 1 1 . Tfl , Re6 (no 1 1 . . . . , e4??; 12. Tel ! ) ; 12. Tal ,

e4; y los peones pasados ligados serán decisivos rápidamente.

8. ab?!/? Este movimiento libe­ra a las negras de posibles preocu­paciones; 8. Rf2 es mejor. 8 .... , ab; 9. Rf2, Rd6; 10. Re2(?) . Esto per­mite avanzar al peón e, pero desde 8. ab las blancas estaban práctica­mente perdidas. 10 . ... , eS; 11. Axc4, be!; U. ThS. 10. . .. , eS; 11. Axc4, be!; U. ThS. La defensa pasiva ob­viamente no tiene ningún sentido, p.e. 12. Tf3, e4; 13. Tfl, f3+; 14. Rdl (14. Rf2, d4! ; 15 . cd, c3; etc.) ; 14 . . . . , d4! ; 15. cd, Rd5; 16. b5, Rxd4; 17. b6, Rd3; 18. b7, Af4; y ganan. U . ... , e4; 13. h4, f3+; 14. Rd1, Af4. Aquí la partida fue aplazada. Niki­tin dejó sellado 15. Tf5, pero aban­donó durante el aplazamiento. Las negras ganarían fácilmente tras, p.e., 15. . .. , Ae5; 16. Rd2, Re6; 17. Tf8, Ad6 ! ; 18. Tg8, Af4+; 19. Re1 , e3; etc.

FINALES SIN PEONES 1 15

8. Finales sin peones

Para completar esta extensa sección he decidido buscar algo de alivio en algunos finales sin peones.

179

B

Nyazova-Levant; URSS, 1976

Dama + caballo contra dama, y dama + alfil contra dama son en general tablas, en el supuesto de que el lado más fuerte no pueda obtener una victoria forzada. Pero en esta posición las blancas pueden ganar inmediatamente. l. Dg8+! En la partida las blancas jugaron el "más débil" l. De6+, que gana de un modo más lento: l . ... , Rh4 (o l. ... , Rxh5; 2. Rg6+ ) ; 2. Df6+, Rh3; 3. Dc3+, Rg2 (3 . . . . , Rh4; 4. Dg3+! , Rxh5; 5. Dg6+ ) ; 4. Dd2+, Rgl (o 4 . . . . , Rh3; 5 . De3+, Rg2; 6. Cf4+ ); 5. De3+, Rg2; 6. Cf4+, 1-0.

Después de l. Dg8+, Rh4 (si l. ... , Rf3; 2. Da8+; o l. ... , Rf5; 2. Cg3+ ) ; 2. Dg3+, Rxh5; 3. Dg6+, Rh4; 4. Dh6+ ganan.

R. 8/au contra Unzicker; Lucerna, 1949

180

N

Torre + caballo contra torre son en general unas tablas verda­deramente simples. Por el contra­rio, torre + alfil contra torre teóri­camente también son tablas, en el caso de que el bando con la torre empiece desde una posición razo­nable, pero en la práctica existen excelentes perspectivas de victoria. N o quiero reproducir aquí la teoría de estos finales -se puede encon­trar en cualquier buen libro de teo­ría del final-, pero sí daré dos posi­ciones en las que están en juego un par de piezas extra. Presumible­mente, con más piezas el lado más fuerte debe ganar en "circunstan­cias normales".

Si los alfiles estuviesen en el mismo color en el diagrama 180 el defensor podría tener alguna posi­bilidad. Tal y como se presenta, el ataque es mortífero, y Unzicker

116 PREPARACIÓN DE FINALES

rápidamente acabó con la partida. l • ••• , Te3; 2. Ad4, Te2+; 3. Rcl (o 3. Ra3, Ta2 mate); 3. • •• , Cb4; 4. Ag7, Tc2+; 5. Rdl, Ae2+; 0-1 . ¡Después de 6 . Re1 , Cd3 es mate!

181

N

Vladimiriv-Palatnik; URSS, 1977 lnfonnator 24 # 24

Si hubiesen podido intercam­biar los alfiles las blancas habrían sido capaces de hacer tablas, pero esto es imposible, y las negras de­sarrollaron rápidamente un ataque ganador. l • ••• , Th3+; 2. Rh2 (no 2. Rg4?, Af3+); 2 • ••• , Ac6; 3. Tb8, Tc3; 4. Th2, Rf5; 5. Ag3, Rg4; 6. Te2, Ag5 (pero no 6 . ... , Txg3?; 7. Te4+! , y 8. Txe7); 7. 1b2, Ae4 (de nuevo no 7 . ... , Txg3?; 8. Tb4+, Af4; 9. Txf4 ! , Rxf4; ahogado); 8. Tf2, Tcl; 0-1.

Los dos alfiles deberían ganar contra un caballo con relativa faci­lidad (ver el diagrama 183). Sin embargo, existe una posición de fortaleza (ver el diagrama 182).

Horwitz y Kling muestran una posición con la fortaleza negra cen­trada en f8. Afirmaron que no exis­tía modo de romper esta fortaleza

Una fortaleza: Horwitz y Kling, 185 1

182

8

con el caballo "comprometido", al tiempo que las piezas negras esta­ban confinadas.

Sin embargo, es posible llevar al rey y al caballo negro al centro del tablero.

Durante más de un siglo el final siguió teniendo una condición teó­rica indeterminada, hasta que se asumió que, con tal cantidad de es­pacio y tiempo a su disposición, las negras podrían reconstruir su forta­leza en cualquier otra esquina.

Botvinnik-Tal, Partida de torneo ( 17), 1961

183

8

Sin embargo, actualmente una base de datos (cfr. diagrama 15) ha establecido que esto no es así. Las blancas siempre pueden evitar el restablecimiento de la fortaleza. Desgraciadamente, desde algunas posiciones iniciales un tanto impro­bables se requieren más de 50 movi­mientos. Al escribir este libro (1986) la normas de la PIDE permiten 100 movimientos para hacer mate o tomar el caballo con esta composi­ción de piezas. Puesto que es prácti­camente imposible que un ser hu­mano desarrolle correctamente tan­to el ataque como la defensa, este número me parece desorbitado (75 movimientos serían suficientes, ya que el máximo número absoluto re­querido es 67). Éste es el juego ópti­mo para el diagrama anterior:

l . Ag3, Cd5; 2. Ae8, Cb7; 3. Ce5, Cd8; 4. Rd6, Cb7+; 5. Re7, Cc5; 6. Rd7, Rc4; 7. At7+, Rd3; 8. Ag6+, Re3; 9. Ac7, Cc5+; 10. Rd6, Cd3; 11 . Ab6+, Rd2; 12 . Ad4, Cf4; 13 . Ae4, Cd3; 14. Rd5, Cf4+; 15. Rc4, Ce2; 16. Ac5, Cg3; 17. Ac6, Cf5; 18. Rd5, Ce3+; 19. Re4, Cc2; 20. Ae8, Rc3; 21. At7, Cb4; 22. Ad4+, Rd2; 23. Ab6, Cd3; 24. Rd4, Cel; 25. Ad8, Cc2+; 26. Re4, Cal ; 27. Aa5+, Rc2; 28. Re3, Cb3; 29. Ag6+, Rcl; 30. Ac3, Rdl; 31 . Af6, Cc5; 32. Ae5, Cb3; 33. Ae8, Rcl; 34. Af6, Cd2; 35. Aa4, Cc4+; 36. Rd4, Ca3; 37. Rd3, Cbl; 38. Ae5, Ca3; 39. Rc3, Cbl +; 40. Rb3, Cd2+; 41. Ra2, Ce4; 42. Af4+, Cd2; 43. Ra3, Rbl; 44. Axd2, y mate en 3 movimientos.

Botvinnik se tomó un cuarto de hora para decidir entre l. Cc5+, y l. Rxa6. Al final escogió el último, en la esperanza de crear la fortale­za del diagrama 182. l. Rxa6,

FINALES SIN PEONES 1 17

Afl+; 2. Rb6, Rd6; 3. Ca5, Ac5+ (evitando Cb7); 4. Rb7, Ae2; 5. Cb3, Ae3; 6. Ca5, Rc5; 7. Rc7, Af4+; y Botvinnik abandonó en vista de 8. Rd7, Rh6; 9. Cb3, Ae3; seguido de Adl y Ad4.

l. CeS+ también habría perdido en el diagrama 183: l. . . . , Rd6 (no l . . . . , Axc5+; 2. Rxc5= ); 2. Cxa6, Ad2; 3. Cb8, Ag5; 4. Ca6, Ad8+; 5. Ra7, Rc6; y el caballo está próxi­mo a ser separado de su rey (per­manentemente) .

"Otra fortaleza"

184 B

Para finalizar este capítulo, un ejemplo más de fortaleza. Las bases de datos han demostrado que dama contra dos alfiles es "en general ga­nador", aunque hay algunas fortale­zas, ¡y se ha encontrado una posi­ción en la que son necesarios 70 movimientos para ganar! Sin em­bargo, dama + dos caballos es "ha­bitualmente tablas". Dama contra alfil y caballo es en general una vic­toria, pero existe la posición de for­taleza del diagrama 184, a la que puede aspirar el defensor. Si, por ejemplo, l . Dh5, entonces l . . . . , Ah8! ; 2. De8+, Rh7; 3. Re6, Ag7=.

SECCIÓN IV

IDEAS ESTRATÉGICAS Y VALORACIONES

INTRODUCCIÓN

En pocas palabras, cuando tenga algunas nociones de estrategia elemental, diréis que nunca un caballo

fue montado por mejor comandante general.

Los Piratas de Penzance, W. S. Gilbert

La valoración de las posiciones es uno de los aspectos más difíciles del ajedrez. A veces, como en la mayor parte de los ejemplos de la Sección 1, es suficiente con calcular las variantes particulares. Sin embargo, en general es necesario examinar las características estraté­gicas más estáticas de una posición. Las valoraciones estratégicas dependen de varios factores. Ya hemos tratado uno de ellos, el balan­ce del material, en la sección precedente. Aquí examinaremos tres elementos algo menos tangibles bajo tres encabezamientos: "Confi­guración de peones y peones débiles"; "Peones pasados"; y "La acti­vidad de las piezas".

120 PREPARACIÓN DE FINALES

9. Configuración de peones y peones pasados

La configuración de los peones es un tema extraordinariamente amplio y complejo (tan amplio que se pueden dedicar, y de hecho se han dedicado, libros enteros a él) . La configuración de peones de un jugador puede ser inferior por dis­tintas razones. Puede contener al­gún tipo de debilidad "orgánica" (peones doblados, aislados o retra­sados). Puede no armonizar ade­cuadamente con el resto de sus pie­zas, p.e. un "mal alfil" (examinare­mos esto en el apartado de la acti­vidad de las piezas). O simplemen­te pueden estar demasiado "despa­rramados". En este contexto, uno puede pensar en "islas de peones" (grupos de peones).

Primero, examinemos algunos ejemplos de debilidad orgánica.

PEONES DOBLADOS

La principal desventaja de los peones doblados es que si son par­te de una mayoría de peones a menudo no se pueden evaluar co­mo peones pasados.

La configuración de peones de la Variante de Intercambio Ruy Lopez es muy favorable para las blancas, siempre que puedan inter­cambiar todas las piezas. El diagra­ma 185 es probablemente una vic­toria para las blancas. Euwe dio una variación simple:

Euwe, 1940; FP # 772

185 8

l. Re2, Re7; 2. Re3, Te6; 3. f4, c5; 4. c4!, c6; S. a4, bS; 6. b3! (no 6. ab??, cb; 7. cb, ab; y las negras, habiéndose desprendido de sus peones dobles, pueden colocar un peón pasado en el flanco de dama); 6 . ... , f6; 7. aS, b4?; 8. g4, gS?; 9. eS!, gf+; 10. Rxf4, fe+; 11. Re4, h6; 12. h4, Rf6; 13. gS+, hg; 14. hg+, RxgS; lS. RxeS, Rg4; 16. Rd6, Rf4; 17. Rxc6, Re4; 18. Rxc5, Rd3; 19. Rxb4, Rd4; 20. Ra3! (o 20. Ra4, pero no 20. c5??, Rd5 !=); 20 . ... , ReS; 21. Ra4, y ganan fácilmente.

Como A verbakh y Maizelis señalan, 8 . . . . , g5? es débil. En su lugar, las negras deben intentar establecer un bloqueo en el centro con, p.e., 8 . . . . , g6. Además, 7 . . . . , b4? es una tontería, ya que para las negras es ciertamente una buena idea retener la posibilidad de un

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 121

movimiento dilatorio en el flanco de dama. Si las negras evitan estos dos errores, pueden tener algunas posibilidades de hacer tablas, p.e. (siguiendo la variante de Euwe hasta el séptimo movimiento de las blancas) 7 . ... , g6; 8. g4, Rd6; 9. h4, h6; 10. Rf3, Re7! (no 10 . . . . , Re6?; 1 1 . f5+ ! , gf; 12. ef+, y ganan); 11. hS (11 . e5, fe; 12. fe, g5 !=); 11 . ... , gS; 12. eS, gf; 13. ef+ (13. Rxf4, Re6= ); 13 . ... , Rt7!! (o 13 . . . . , Re6; pero no 13 . . . . , Rxf6; 14. Rxf4, b4; 15. g5+, hg+; 16. Rg4, ganando); 14. Re4, Re6; 15. Rxf4, Rxf6; 16. Re4, Re6! (no 16. . .. , Rg5?; 17. Rf3, Rf6; 18. Rf4); 17. Rf4, Rf6; 18. gS+, hg+; 19. Rg4, b4; 20. h6, Rg6; 21. h7, Rxh7; 22. RxgS, Rg7=.

¿Quizá las blancas tenían algu­na forma de ganar antes? No voy a tratar de resolver esto aquí, ya que no es en realidad relevante para nuestro tema, que es el de la gran desventaja de los peones doblados, por no el de poderse adelantar pa­ra conseguir peones pasados.

186

N

Euwe-Aiekhine, Partida de tomeo (24), 1935

FP# 819

En el diagrama 186 la única posibilidad de las blancas es esta­blecer la configuración de peones f4, g5, h5 contra g7 en el flanco de rey. Los peones estarían entonces a salvo de ser capturados, y el rey negro se vería severamente limita­do. l . ... , eS! (esto evita f4, que no ofrecería ninguna esperanza aho­ra); 2. Rfi, bS; 3. Re2. Aquí Alek­hine se puso un tanto nervioso y jugó 3 . ... , eS?? Después de 4. Re3 aceptó unas tablas, ya que ahora no podía evitar 5. f4. El movimien­to correcto era 3 . . . . , a5 ! ; p.e. 4. Rd3 (4. Re3, a4; 5. f4, ef+; 6. Rxf4, b4; 7. Re3, b3; 8. ab, a3); 4 . ... , a4; 5. Rc3, c5; 6. g4, Re7; 7. Rd3, Re6; 8. Rc3, Rd5; 9. a3, Re6; 10. Rd3, Rd6; 11 . Rc3, Rd5; 12 . Rd3, b4; 13 . ab, ab; 14. Rc2, Rc4; 15. Rb2 (si 15. h5, las negras juegan 15 . ... , a3; o simple­mente . . . . , Rg5; y entonces e4, etc.); 15 . . . . , a3+; 16. Ra2, Rc3; y ganan.

Si los peones doblados también están aislados pueden ser igual­mente muy débiles desde el punto

FP # 819; Euwe

187

8

122 PREPARACIÓN DE FINALES

de vista defensivo. El diagrama 187 es otro ejemplo de Euwe. Las ne­gras están totalmente perdidas, ya que pronto se quedarán sin movi­mientos posibles, especialmente si las blancas empiezan con l . b4. Podréis daros cuenta aquí de lo dé­bil que es la casilla enfrente de los peones.

Ver el diagrama 188. Con un par de torres en el ta­

blero la debilidad de los peones doblados no es demasiado seria.

188

8

Suetin-Holmov, 2 1 Campeonato de la URSS

FT# 224

La partida continuó l. b4, 1b2; 2. TeS, Ta2; 3. Rh3, Th2; 4. g4, Th4; S. bS, Ta4; 6. Rg3, 1b4; 7. Rf2, Ta4; 8. Re3, Th4; 9. TdS, Ta4; 10. Td4, TaS; lL f4 (11. Rf4 no consigue mu­cho, ya que las blancas no pueden controlar la quinta horizontal con su rey en f4); 11 . ..., 'lbS; 12. Re4, fS+!? (las negras también podrían haber jugado 12. . .. , Ta5; 13. Td5, Ta6; 14. Rf5, Th6; 15. g5, fg; 16. hg, Ta8!); 13. gf, Rb6; 14. Td7, RxbS; 15. Txt7, Rh6; 16. Td7, TaS; 17. TdS, Ta6; 18. ReS, Rg7; 19. Td7+.

Suetin-Holmov, después de 19. Td7+

189

N

Esta posición es teóricamente tablas. Una posible línea de juego es 19. . . . , Rg8; 20. Td6 (20. f6, Tal=); 20 . . . . , Ta4! ; con el que el ataque sobre el peón f posterior asegura las tablas, p.e. 21. Td8+, Rt7; 22. Td7+, Rg8 (también 22 . . . . , Re8); 23. Re6, Te4+ (o 23 . . . . , Txf4; 24. Td8+, Rg7!= ); 24. Rf6, Txf4=; de modo que 25. Td8+, Rh7; 26. Tf8 (o 26. Re6, Rg7=); 26 . . . . , Ta4!

Smyslov y Levenfish dan como el juego de Holmov 19 . . . . , Rf8. La idea de este movimiento es llegar a 20. Td6 con 20 . ... , Ta7! ; y si 21. Rg6, entonces 21 . . . . , Tf7+=. Creo que 20 . . . . , Ta7! es el único movimiento. Si 20 . . . . , Ta4?; 21. Rf6, Rg8 (21 . . . . , Re8; 22. Te6+, Rf8; 23. Th6! ); 22. Rg6 ! , ganan; o 20 . . . . , Tal?; 21 . Rf6, Rg8 (21 . . . . , Re8; 22. Rg7! ); 22. Td8+, Rh7; 23. Re7 ! , y si 23 . . . . , Tel+; 24. Rt7, Te4; 25. f6, Txf4; 26. Re6, gana; o 23. . . . , Ta7+; 24. Td7, Ta8; 25. f6, Rg6; 26. t7, Rg7; 27. f5 ganan.

Suetin jugó durante otros vein­te movimientos desde el diagrama 189, pero, por supuesto, el resulta­do fue tablas.

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 123

190

N

Bronstein-Geller; Zurich, 1953 "Posible variación"

Esta curiosa posición en reali­dad no fue alcanzada durante la partida Bronstein-Geller en Zurich en 19S3 -los jugadores acordaron tablas antes-. Como Bronstein di­ce en su magnífico libro sobre los Torneos de Candidatos, The Chess Struggle in Practice (La lucha del ajedrez en la práctica), "cada juga­dor evaluó la posición como desfa­vorable para sí mismo, ¡y es difícil decir cuál de los dos tenía razón!".

191

S

Petrosian-Fischer; PortoroZ, 1958 FT# 303

Las negras no tuvieron proble­mas en crear peones pasados, pero los peones doblados son de todas formas más débiles que los ligados (a propósito, supongo que esta po­sición podría haber sido incluida en el próximo capítulo, pero está aquí más como una ilustración de la de­bilidad de los peones doblados que con el ánimo de plantear un debate acerca de los peones pasados).

Parece que Petrosian no se per­cató de una posible victoria con l. Th7!, c6; 2. Td7+, ReS; 3. Td1, c3; 4. gS, Rc4; S. g6, c2; 6. Tc1, Rc3; 7. fS, Tg8; 8. Rf4, Rd2; 9. Txc2+, Rxc2; 10. RgS, eS; 1 1. f6, c4; 12. fl, Txg6+; 13. Rxg6, c3; 14. f8=D, y las blancas están un tiempo vital por delante en la partida. En sus Sixty memorable games (Sesenta partidas memorables) Fischer entra en cier­tos detalles para mostrar que las negras no pueden mejorar siguien­do esta línea de juego. De hecho, Petrosian jugó l. Thl?, c3; 2. g5, c5; 3. Tdl+ (si 3. g6, Tg8; 4. fS, ReS ! ; S . Rg4, Rf6; 6. Tc1 , c4!; 7. Txc3, Tc8=; o 3. Rg4, Te2!; 4. g6, Re4; S. RgS, Tg2+; etc.); 3 . ... , Rc4; 4. g6, c2; 5. Tcl (si S. Tg1 , Td8!; y si 6. g7?, Tg8; amenazando Txg7); 5 . ... , Rd3; 6. f5, Tg8; 7. Rf4, Rd2; 8. Txc2+, Rxc2; 9. Rg5, c4; 10. f6, c3; 11. f7, li2-V2 (11. ... , Txg6+; 12. Rxg6, Rb1; 13. f8=D, c2= ).

PEONES AISLADOS

Los peones aislados pueden ser un punto débil peligroso, ya que deben ser protegidos por otras pie­zas en el caso de que sean ataca­dos. Además, a menudo otras pie­zas del oponente se pueden situar frente a ellos con total impunidad.

124 PREPARACIÓN DE FINALES

192 N

Marsha/1-Chigorin; Barmen, 1905 FT# 266

En el diagrama 192 las negras tienen una gran ventaja posicional, a la vista de los dos peones blancos aislados. Sin embargo, deben resis­tir la tentación de ganar piezas inmediatamente. Si l. . . . , Tc3+; 2. Re4, Txa3 (o 2 . . . . , Re6; 3. f5+ ! , Rd6; 4 . a4!) ; 3. Rd5, e l peón d blan­co se transforma en un pilar de for­taleza, y estará perfectamente situado. Así que las negras jugaron l . ... , Re6!; 2. Tb3. Quizá las blan­cas podrían haber considerado 2. Re4!? con la idea de 2 . . . . , f5+; 3. Rd3, Rd5; 4. Tb4, en donde 4 . . . . , Txb4; 5. ab no está claro, p.e. 5 . . . . , g6; 6. h3, h6; 7. g4! (cfr. el capítulo del zugzwang, diagrama 81 ). Sin embargo, las negras podrían jugar 4 . . . . , Tc1 ! en lugar de 4 . . . . , Txb4?; y si 5. a4, entonces 5 . . . . , Tc4! ; 6. Txc4, be+; 7. Rc3, a5; 8. h3, h5; 9. h4, g6; gana. 2 . ... , Rd5; 3. Td3, f5; 4. h3, h5; 5. Re2. Las blancas estaban en zugzwang. Claramente, 5. h4, g6; no les es de ayuda, y si 5. Td1 , Tc3+; 6. Td3, Txd3+; 7. Rxd3, a5; el final de peón es una victoria fácil para las negras. 5. ..,

Txd4. Y, habiendo conseguido su plan estratégico de bloquear pri­mero el peón d aislado y después tomarlo para tener un final feliz, las negras ganaron enseguida. Po­demos señalar que, tras ganar el peón, sus piezas todavía seguían en unas excelentes casillas. 6. Tc3, Te4+; 7. Rd2, h4!; 8. Tc7, hg; 9. Txg7, Txf4; 10. Txg3, ReS; 11. Re2, Tc4; 12. Tg6, Ta4; 13. Tg3, f4; 14. Tb3, Tc4; 15. Rdl, Re4; 16. h4, f3; 17. Rel, Rf4; 18. h5, Tcl+; 19. Rf2, Tc2+; 20. Rel, Rg3; 0-1.

Flohr-Capablanca; Moscú, 1935

193

B

En el diagrama 193 el peón d aislado de las negras, firmemente bloqueado por el caballo blanco, da a las blancas una clara y durade­ra ventaja. Flohr utilizó la vertical abierta e para intercambiar piezas ajenas: l. Tacl, Tfc8; 2. Tc2, Cxd3; 3. Txd3, Txc2; 4. Rxc2, Rf8; 5. Rd2, Tc8; 6. Tcl, Txcl; 7. Rxcl.

Es interesante que de las piezas que quedan las únicas que se han movido respecto al diagrama 193 son los dos reyes. Las blancas tie­nen una clara ventaja en el diagra-

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 125

194

N

Flohr-Capablanca, después de 7. Rxc 1

FA e C # 320; FAB # 257

ma 194, pero mediante un muy acertado plan de defensa Capa­blanca logró hacer tablas. 7. . .. , Re7; 8. Rd2, Rd6; 9. Rc3, b6! (Ca­pablanca colocó sus peones en ca­sillas negras para prevenir poste­riores invasiones del rey blanco); 10. f4, Ad7; 11. Cf3, f6; 12. Rd4, a5; 13. Cd2, Ac8; 14. Cb1, Ae6; 15. Cc3, Rc6; 16. a3, h6. Si las negras se hu­biesen defendido pasivamente las blancas podrían haber seguido el siguiente plan ganador, demostra­do por l. Rabinovich:

1) Transferir el rey a h4. 2) Avanzar f5 y apoyarlo con

g4. 3) Transferir el caballo a f4, de

modo que el alfil de las negras se quede ligado a f7 y el rey deba oscilar entre c6 y d6.

4) Ganar el caballo en c6 jugan­do l. Ce6! , Axe6; 2. fxe6, Rd6; 3. e7, Rxe7; 4. Rxd5, Rd7; 5. b4, con un final de peón ganado. A la vista de esto, Capablanca evita la confi­guración de peones del flanco de

rey h6, g7, f6. 17 g3 hS! 18 b4! Las negras pueden ahora alcanzar el plan de Ch4 con g6 y Afl.

En cualquier caso, no soy ca­paz de ver una ruta obvia para que el caballo llegue a h4. 18. . .. , ab (las blancas estaban amenazando 19. b5+, Rd6; 20. f5, y si 20 . . . . , Afl; entonces Ce2-f4 con un zugzwang enseguida); 19. ab, Rd6; 20. bS (si 20. f5, entonces 20. . .. , Axf5; 21 . Cxd5, b5; y las negras están en buena situación); 20 . ... , g6!; 21. fS! , gf (este movimiento es forzado; no 21. . . . , Axf5; 22. Cxd5, Ad7; 23. Cxf6! , Axb5; 24. Cd5, y si 24 . . . . , Rc6; 25 . Ce7+ ) ; 22. Ce2, Ad7?! (22 . . . . , Ag8! ; es mejor 23. Cf4, Afl; y las blancas deben utilizar un mo­vimiento dilatorio con 24. h3, Ae8; etc); 23. Cf4, Ae8!; 24. CxdS, AxbS; 2S. Cxb6, Ac6; 26. Cc4+, Re6; 27. Cb2, AbS! (las negras son capa­ces de hacer tablas evitando que el caballo llegue a f4); 28. Cd1, Ae2; 29. Cf2, Afl!

Ver el diagrama 195. 30. Cd3, Axd3; 31. Rxd3. El fi­

nal de peón es tan sólo tablas. En la práctica, Flohr ya lo aceptó al tratar de evitarlas con su movimiento 28. 31 . ... , ReS; 32. Re2 (o 32. Rd2, h4! ; 33 . gh, f4; 34. h5, fe+=); 32 . ... , Re4. Ésta es una posición de zugzwang (si las negras mueven perderán, pe­ro si las blancas mueven son ta­blas). 33. h3 (o 33. Rf2, h4!); 33 . ... , RdS!; 34. Rf3, ReS; 3S. h4, RdS; 36. Rf4, Re6; 1/2-1/2.

Aunque Capablanca tuvo éxito en empatar el final, lo hizo sólo después de una defensa extrema­damente ardua. De modo que a pesar del final feliz para el propie­tario del "IQP", este ejemplo pue-

126 PREPARACIÓN DE FINALES

Flohr-Capablanca, después de 29 . . . . , Af! ver FP # 612

de seguir siendo válido como una terrible advertencia para no llegar a posiciones en las que uno tenga un peón aislado de dama sin activi­dad compensatoria.

Veremos más ejemplos de peo­nes aislados más adelante en este mismo capítulo, especialmente en la sección última acerca de las "is­las de peones", de modo que ahora pasaremos a los "peones retrasa­dos".

PEONES RETRASADOS

Un peón retrasado puede ser una desventaja, bien como parte de una mayoría de peones a la que perjudique o como una debilidad por derecho propio.

Ver el diagrama 196. Si el peón b negro estuviese en

b6 la posición serían tablas, pero con el peón a retrasado las negras virtualmente tienen un peón me­nos. Las blancas tienen dos formas de ganar:

Un peón retrasado inutiliza una mayoría de peones

a) l. Rd4, Rf5 (o l. . . . , Rd6; 2. f5, etc.) ; 2. Rc5, Rxf4; 3. Rb6, Re5; 4. Rxa6, Rd6; 5. Rxb5, Rc7; 6. Ra6, etc.

b) l. fS+, Rf6; 2. Rf4, Rf7; 3. Re5, Re7; 4. f6+ (o 4. Rd5, etc.); 4 . ... , Rf7; 5. Rf5, Rf8 (o 5 . ... , a5; 6. ba, b4; 7. Re4, etc.) ; 6. Re6, Re8; 7. f7+, Rf8; 8. Rf6, a5; 9. ba, b4; 10. a6, b3; 11 . a7, b2; 12. a8=D mate.

Berger-Bauer; Corres, 1889-1991 FP # 754

197

8

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 127

En el ejemplo anterior la mayo­ría de peones de las negras quedó totalmente inutilizada por el peón a retrasado. Aquí, sin embargo, las blancas son capaces de hacer valer su mayoría en el flanco de dama con un enérgico ataque. l. c4!, be; 2. Re3, Rg5; 3. a4!, Rxg4; 4. b4, ab; 5. Rd3 (pero no 5. a5?, b3; 6. Rd3, b2; 7. Rc2, Rf3; 8. a6, Re2; 9. a7, bl=D+; 10. Rxbl , Rd2; 11 . a8=D, c2+= ); 5 . ... , h5. 6. a5; y ganan.

198

N

Carranza-Capablanca Buenos Aires, 1911

(Partida de exhibición)

Las posición de las blancas tie­ne muy mal aspecto, en vista de la gran ventaja espacial de las negras. El peón f3 es "útil" tan sólo en lo que respecta a su capacidad defen­siva, pero incluso aunque estuviese en f5 las negras probablemente es­tarían en una mejor situación -la casilla en la que realmente debiera estar es d3-. Capablanca ganó con mucha facilidad: l. . . . , Tf7; 2. Tf2, T7a7; 3. Rd3, a4; 4. ba, c4+; 5. Rd2, Txa4; 6. Tbl, Tal ; 7. Tfl, Txbl; 8. Txb1, Ta2; 9. Rdl, b4; 10. Rd2,

Rd6; 11 . Rdl , Rc5; 12. b3, c3; 13. Tcl, d3 ! ; 14. cd, Th2; 15. Tc2, Th1+; 16. Re2, Rd4; 0-1 .

Ver el diagrama 199.

Las blancas en realidad pueden tomar el peón b negro, pero una parte sustancial de las fuerzas ne­gras se verán entonces obligadas a defenderlo, tras lo que las blancas pueden precipitar la acción en el otro lado del tablero.

1 '

' '

Rubinstein-Takacs, Budapest, 1926

199

N

l . ... , Re7. Takacs decide mover su rey hasta el flanco de dama. Quizá lo debería haber dejado en el flanco de rey, y defender el peón b con las torres en a7 y e7, y el caballo en d8. Sin embargo, esto también le resultaría un tanto fatal. 2. Tb2, Rd7; 3. Tlbl, Rc8; 4. Re2, Te7; 5. Rf3, Te4; 6. g4! (con la mayoría de las piezas negras liga­das al peón b es hora de iniciar alguna acción en el flanco de rey); 6 . ... , g6; 7. Tgl, Ct7; 8. h4!, gh; 9. gf, gf (si 9 . . . . , g5; 10. Cc4! es mejor,

128 PREPARACIÓN DE FINALES

seguido de Cd6+ y el colapso del flanco de rey); 10. Tg7, CdS; 11. TgS, f4; U. ThS! (mucho mejor que 12. Cxb7); U . ... , fe; 13. fe, Rd7; 14. Tg2, TeS; 15. Txh4, Te7; 16. ThS, Rc7; 17. TgS, Td7; lS. Cb3!, a5; 19. Ccl, TaS; 20. Cd3. Rubins­tein amenaza ahora con maniobrar al caballo hasta e6. Takacs intenta un movimiento realmente desespe­rado: 20. . .. , b5; 21. cb+, Rxb6; 22. CeS, Td6; 23. a4, TeS; 24. Rg4, 1-0. En pocos movimientos más las negras perderán una pieza o serán objeto de un jaque mate.

En este magnífico final Rubins­tein demostró muy claramente su plan al intentar primero sujetar al oponente en una posición de debi­lidad, para luego cambiar el frente de batalla de una forma tan rápida que sus mal situadas piezas no tu­viesen tiempo de reaccionar.

200 S

Flohr-Vid mar; Nottingham, 1936 FT # 286; FAB # 407

Las blancas tienen ventaja de­bido al peón e retrasado y al solita­rio peón a. Sin embargo, la posi­ción de las negras es lo suficiente-

mente sólida como para tener bue­nas perspectivas de defensa si pue­den escoger el momento adecuado para abandonar la defensa pasiva. l. Re2, Re7; 2. Rd3, Rd6; 3. Ta5!, (no 3. Rd4?, Tb8; y el bloqueo que­da roto, p.e. 4. TaS, eS+ es posible); 3 . ... , TaS; 4. Rd4. Las blancas se las han apañado para detener eS, y mantienen su ventaja. En este mo­mento no tienen ninguna amenaza en particular, pero con el tiempo podrían primero mejorar su posi­ción en el flanco de dama, y des­pués intentar abrir el flanco de rey con g4, h4 y finalmente e4. Puesto que las blancas intentan jugar e4, Vidmar decide hacer que esto les resulte tan caro como sea posible, en términos de intercambio de peones. 4 . ... , f5!?; 5. b4, TbS? Éste era el momento de que las negras se hiciesen activas, p.e. S . . . . , Rc7; 6. ReS, Rb7; 7. Rd6, Te8; 8. Ta3, d4! ; 9. ed, Te2; 10. Tc3, Txg2; 11 . Txc6, Txh2; 12. a4, gS !=; tal y como señalan Smyslov y Leven­fish. 6. a3, TaS (la torre estaría en muy mala situación en b6; no ten­dría ningún posible "movimiento de avance", y las negras podrían fácilmente provocar un zugzwang); 7. e4!, fe; S. fe, de; 9. Rxe4, Ta7? Como suele suceder en los finales de torre, la defensa pasiva no es buena. Aquí las negras tienen otra oportunidad de activarse: 9. . .. , Rc7. 10, TeS ! (10. Rf4, Tf8+! ; 11 . Rg3, Rb6=); 10 . . . . , Rb6; 1 1 . Te7, aS ! ; 12. Txh7, ab; 13 . ab, Ta4; 14. Tg7, Txb4+; 1S. Rt3, Th4; 16. h3, Th6! ; 17. Rg4, eS; 18. RgS, Th8; 19. Txg6+, RbS; 20. Rg7, c4; 21. h4, Tc8 ! ; y el peón e de las negras ofre­ce posibilidades de tablas. 10. Rf4.

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 129

201

N

Flohr-Vidmar, después de 10. Rf4 ver FT# 286a

La debilidad de los peones en el flanco de dama se ha mutado en un par de peones aislados. Por su­puesto, era extremadamente difícil decidir si se abandonaba la defensa pasiva y, en este caso, cuándo. Pe­ro las negras debieron haberlo he­cho en algún momento en el trans­curso de la partida (en el movi­miento nueve, ya que perdieron la oportunidad en el movimiento quinto) . Ahora parece que la de­fensa pasiva es insuficiente y que las negras están perdidas. 10 • ••• , h6. Esto debilita su situación. Sin em­bargo, si continúan pasivamente con 10. . .. , Ta8, entonces tras 11 . RgS, Ta7; 12. Rh6, las blancas tienen un claro plan para ganar: jugar g4 se­guido de h4-hS, forzando el inter­cambio en hS, y finalmente Tg5-g7. 11. h4, Re6; 12. Rg4, Ta8 (si 12 . . . . , Rf7; las blancas todavía juegan 13. hS !) ; 13. hS!, gS (o 13 . . . . , gh+; 14. RxhS, Tg8; 1S. g4! , Rd6; 16. Txa6, etc.) ; 14. g3, Ta7; lS. Rf3, Ta8; 16. Re4, Ta7; 17. TeS+! Las negras ahora tienen que decidir hacia dón­de moverse con su rey. Desgracia-

damente, ambas posibilidades su­ponen una derrota. 17 • ••• , Rd6 (si 17 . . . . , Rf6; 18. TeS, Tc7; 19. Ta5, Ta7; 20. Rd4, Re6; 21. ReS, Td7 -21 . . . . , Rd7 no ofrece ninguna posi­bilidad después de 22. a4, y si 22 . . . . , Rc7; 23. b5-; 22. Txa6, Td3; 23. Txc6+, Rf7; 24. a4, Txg3; 2S. Txh6, y ganan. 18. TeS eS (18 . . . . , Te7+; obviamente, es del todo inútil); 19. Td8+! , Rc6 (o 19 . . . . , Rc7; 20. Th8, cb; 21. Th7+, Rb6; 22. Txa7, Rxa7; 23. ab, Rb6; 24. RfS ! , y las blancas coronan demasiado pronto, tan só­lo por un movimiento); 20. Tc8+, Rb6; 21. TxcS, Th7; 22. TeS, Rc6; 23. Te6+, RbS; 24. RfS, Tt7+; 2S. Tf6, 1-0.

Mattisson-Rubinstein; Carlsbad, 19 1 1

202 N

Un peón retrasado no es siem­pre una debilidad. Rubinstein mo­vió l . ... , fS! , tras lo que el juego más acertado de las blancas hubie­se sido forzar un final de peón de tablas con 2. eS. En vez de esto movió 2. ef+? (2. Rd3 es todavía peor: 2 . . . . , fe+; 3. Rxe4, Tb8! -pero no 3 . . . . , b5; 4. b4!; forzando una sim­plificación-; y las negras jugarían bS con una gran actividad); 2 • •.. , gf.

130 PREPARACIÓN DE FINALES

Aunque el peón d sigue estando retrasado, simplemente está defen­dido por el rey (y de hecho la torre), y apenas entorpece el movi­miento de las piezas negras. Las negras tienen a su rey en una posi­ción central, y la vertical g, y pro­bablemente la vertical b, para su torre; y el peón d, lejos de ser dé­bil, es realmente parte de una po­tencial mayoría central. En pocas palabras: ¡ las negras están mejor! 3. Td2 (o 3. g4, fg; 4. fg, Tf8!) ; 3 . ... , b5; 4. b3? (las blancas deben forzar la liquidación con 4. b4 ) ; 4 . ... , h5; 5. g3, f4!; 6. Te2+ (o 6. g4, hg; 7. fg, Th8; 8. Rd3, ReS; 9. Te2+, Rf6; 10. Re4, Rg5; con una gran venta­ja); 6 . ... , Rf5; 7. Te4, fg; 8. hg, Tg8; 9. Tf4+? Después de esto la posi­ción de las blancas empieza a co­lapsarse. Podían y debían haber ju­gado 9. g4+ ! , hg; 10. Txg4, ya que si 10 . . . . , Txg4??; 1 1 . fg+, Rxg4; 12. cb, ab; 13. a4, ganan las blancas; o si 10 . . . . , b4+?; 11 . Rd3, Txg4; 12. fg+, Rf4! ; 13. g5 ! , Rxg5; 14. Re4, Rf6; 15. Rd5, Re7; 16. Rc6, y el final de peón son tablas. Después de 10. Txg4 las negras conservarían alguna posibilidad de victoria con 10 . . . . , Th8! ; pero lo que realmente sucede es peor. 9 . ... , Re6; 10. Te4+ (si 10. g4, entonces 10 . . . . , h4; 11 . g5, Txg5; 12. Txh4, Tg3; 13. Tf4, b4+; y las blancas pronto pierden un peón); 10. . .. , Rd7; 11. g4, Tf8!; 12. Te3? (si 12. gh, Txf3+; 13. Rc2, Th3; las negras tienen buenas pers­pectivas para la victoria, pero esto es ridículo); 12. . •• , h4; 13. a4 (si 13. Rd2/d3, entonces 13 . . . . , h3 !) ; 13 . ... , ba; 14. ba, TeS!; 15. Rd2 (o 15. Td3, h3; 16. Rc2 -16. f4, h2; 17. Td1, Te3+; 18. Rd2, Tj3; 19. Th1,

Txf4; 20. Txh2, Txc4; gana, o si 17. Th3?, Te3+!-; 16. . . . , Te2+; 17. Rc3, Tf2! ; etc); 15 . ... , Txe3; 16. Rxe3, d5!; 0-1 . Si 17. g5, d4+ ! ; o 17. cd, h3; 18. Rf2, h2; 19. Rg2, c4; etc. Era hermoso que el estallido final hubiera sido provocado por el peón d retrasado, que las blancas tan cuidadosamente impusieron a las negras.

ISLAS DE PEONES

En lugar de pensar específica­mente en términos de peones débi­les, uno puede considerar las "islas de peones", o "grupos" de peones. En todas las fases del ajedrez, y a menos que existan en los alrededo­res peones pasados peligrosos, en general es una ventaja tener una posición compacta, sin demasiadas "islas de peones". Éste es particu­larmente el caso en los finales.

Mientras que las blancas tienen tres islas de peones -b3, d4 y f2+g2+h3-, las negras tienen única­mente una masa continua que va de d5 a h4.

Lasker-Capablanca, Partida de torneo (10),

La Habana, 192 1

203 N

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 131

Si las blancas pudiesen contra­rrestarla no sería demasiado im­portante, pero el peón b de las blancas no es peligroso, de modo que las negras tienen una gran ven­taja. Con un gran juego Capablan­ca logró ganar un peón sin dejar que Lasker pudiera contraatacar. l • ••• , Tb6!; 2. Td3 (no 2. Tb2?, Tb4; y el peón b avanza; y el contrajuego proporcionado por avanzar el peón b tras el intercambio de caballos en d4 sería insuficiente; las negras cen­tralizarían su rey antes de tomar el peón d si quisiesen); 2 • ••• , Ta6!; 3. g4. Esto es necesario, ya que si 3. Td2, Tal+; 4. Rh2, Tbl ; y si 5. Td3, Tb2! ; o 3. Cc3, Tal+; enton­ces 4. Rh2, Tcl ; 5. b4, Tc2 (no 5 . ... , Cxd4; 6. Cxd5 !) ; 6. Rgl, Tb2; 7. b5, Tb4; etc. Sin embargo, la posición de las blancas ahora se dispersa incluso más. 3 • ••• , hg; 4. fg ( 4. Cxg3, Tal+; 5. Rg2, Cd6! -mucho mejor que el caballo blanco-; 6. Rf3, Tbl ; 7. Re3, Tb2; y las negras primero centralizarán su rey y después in­tercambiarán caballos si así lo dese­an, con una posición apabullante); 4 • ••• , Ta2; 5. Cc3, Tc2; 6. Cdl. Quizá las blancas podrían intentar 6. Rfl, ya que si 6 . . . . , Cxd4; 7. Cxd5 ! Sin embargo, después de 6 . . . . , Tb2 su posición sigue siendo horrible. 6 • ••• , Ce7! (el caballo se ha comportado de modo excelente en f5, y ahora se va a una nueva misión: a ganar el peón b) ; 7. Ce3, Tcl+; 8. Rf2, Cc6; 9. Cdl, Tbl! (Lasker había tendido una inteligente trampa: 9 . . . . , Cb4; 10. Td2, Tbl ?; 1 1 . Cb2, Txb2?; 12. Txb2, Cb3+; 13. Re2, Cxb2; 14. Rd2, atrapando al caballo, y al­canzando así un final de peón de tablas después de Cc4).

Lasker-Capablanca, después de 9 . . . . , Tb1!

10. Re2. El peón b estaba perdi­do de todas formas, pero puesto que la torre negra es mucho más activa que la blanca, habría sido mejor forzar el intercambio de torres al tiempo que se perdía el peón, p.e. 10. Rel , Ca5; 11 . Rd2, Txb3 (no 11 . . . . , Cxb3+ ??; 12. Rc2); 12. Txb3, Cxb3+; 13. Rc3, y aunque todavía existen algunas dificultades técnicas por superar, con las negras un peón por delante y mantenien­do una mejor configuración de peo­nes, creo que la posición debe ser objetivamente una victoria. 10 • ••• , Txb3; 11. Re3, Tb4!; 12. Cc3, Ce7; 13. Ce2, Cf5+; 14. Rf2. Con un peón extra, una mejor configura­ción de peones y piezas más acti­vas, las negras ganan con bastante facilidad. Capablanca terminó la partida eficientemente: 14. • •• , gS; 15. g4, Cd6; 16. Cgl, Ce4+; 17. Rfi, Tbl+; 18. Rg2, Tb2+; 19. Rfl, Tf2+; 20. Rel, Ta2; 21. Rfi, Rg7; 22. Te3, Rg6; 23. Td3, f6; 24. Te3, Rf7; 25. Td3, Re7; 26. Te3, Rd6; 27. Td3, Tf2+; 28. Rel, Tg2; 29. Rfi, Ta2; 30. Te3, eS!; 31. Td3 (o 31. Ce2,

132 PREPARACIÓN DE FINALES

Cd2+; 32. Rf2, e4; 33. Tc3, Cf3; 34. Re3, Cel; 35. Rf2, Cg2; 36. Rxg2, Txe2+; etc.); 31. • •• , ed; 32. Txd4 (32. Ce2, Rc5; 33. Cxd4, Rc4; 34. Tdl, Cc3; y ganan); 32 • ••• , ReS; 33. Tdl, d4; 34. Tcl +, RdS; 0-1 . Después de 35. Tdl, Cg3+; 36 . Rel, Tg2; las blancas pierden el caballo.

205 l:, N �·--��--,--��������

Kotov-Pachman, Venecia, 1950

Las blancas tienen una preciosa y compacta configuración de peo­nes, pero los peones negros no están tan bien. La isla de peones en el flanco del rey goza de una sufi­ciente buena salud, pero la que consiste en los peones e y d está un poco enferma. Aunque el peón e retrasado no es particularmente débil por sí mismo, siempre reque­rirá protección, y si en algún mo­mento se avanzase el peón d que­daría muy debilitado. Además, en el tipo de lucha cuerpo a cuerpo que se establecerá a partir del dia­grama 205, un caballo es una pieza algo mejor que un alfil.

Por las razones detalladas ante­riormente, las blancas están cierta­mente en una mejor situación en el

diagrama 205. Pero sus ventajas son todas algo intangibles, y con una defensa cuidadosa las negras podrían ser capaces de lograr ta­blas. De todas formas, en la partida real tienen un montón de oportuni­dades para equivocarse. Y de he­cho Pachman dio enseguida un pa­tinazo con l . ... , Rf6?; ya que era esencial evitar el próximo movi­miento de las blancas. Kotov reco­mendó l. . . . , h5; y Pachman l. . . . , f5. 2. g4! Con este movimiento las blancas crean una nueva debilidad: el peón h negro. La posición de las negras estaba ya algo comprometi­da por la necesidad de proteger el peón e, y añadir un peón h débil les puso las cosas muy difíciles. 2 • ••• , Re6. Al jugar el estratégicamente adecuado 2. g4! , las blancas tam­bién tuvieron que calcular la tácti­ca inmediata. Está a su favor. Si 2 . . . . , Rg5; 3. h3, h5; 4. f4+, y si 4 . . . . , Rh4?; 5. Rg2, tras lo que 5 . . . . , hg?? permite 6. Th8, mate. Por supues­to, las negras podían y debían haberse retirado después de 4. f4+, pero entonces las blancas podrían o ganar una permanente ventaja espacial con g5 !? , o imponer un peón h aislado a las negras con gh (la última alternativa parece la más racional). Si 2 . . . . , c5 ! ?; 3. de, Axc5; 4. Ta5 ! , y las blancas ganan el peón d. Sin embargo, las negras tendrían alguna posibilidad de hacer tablas en el final con T, A + 3 contra T, C + 4, ya que se habrían desembara­zado de todas sus debilidades. Considerando que al alcanzar el diagrama 207 las negras estaban realmente perdidas, quizá debie­ron elegir algún momento anterior para subsanar sus puntos débiles,

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 133

incluso al precio de un peón (pero el diagrama 205 no está perdido; ¡ver los diagramas 207 y 209!) . 3. Rg2, Tb7; 4. Te8+, Te7; 5. Th8, f6. Las negras podían haber consi­derado 5 . . . . , f5; 6. g5, Tt7 con la amenaza de f4. Habrían tenido la esperanza de seducir a las blancas para que jugasen 7. f4, lo que apa­rentemente es muy positivo para las blancas, pero en última instan­cia bloquea la ruta de entrada del rey blanco. Sin embargo, las blan­cas pueden evitar tácticamente f4 con 7. Tc8 (también 7. Te8+ ); 7 . . . . , Rd7 (no 7 . . . . , Tc7?; 8. Cc5+, y ganan; o 7 . . . . , f4; 8. Txc6, y las ne-gras no generan ningún auténtico juego); 8. Ta8, Re6 (8. . .. , f4; 9. Ta7+!) ; 9. Ta6, y después de 9 . . . . , Rd7; o 9 . . . . , Tc7; las blancas pue­den jugar con toda seguridad 10 h4 seguido de Rf3 etc. 6. h4, Tb7; 7. Rf3, Tf7; 8. TeS+, Te7; 9. Td8!, Ta7; 10. CeS+!, Re7 (si 10 . . . . , Axc5; 1 1 . de, Ta6 -11 . . . . , Td7; 12. Tcl!r; 12. Td6+, Re7; 13. g5 ! , como ocu­rrió realmente tras el movimiento 16 de las blancas); 11. Tc8 (no 1 1 . Th8?, Axc5; 12. Txh7+??, Re6! ; pero s i ahora 11 . . . . , Tc7; entonces 12. Th8 es muy fuerte -12 . . . . , Axc5; 13. Txh7+, Rd8; 14. Txc7, Rxc7; 15. de, y ganan); 11 • ••• , AxcS; 12. de, Rd7; 13. Th8, Re6; 14. Td8!

Las blancas tienen ahora el mis­mo número de islas de peones que las negras, pero el peón en c5 ape­nas supone un punto débil. Más bien, y gracias a su control de d6, dificulta el juego de las negras. 14 • ••• , Re7. Si 14 . . . . , Tc7, Kotov responde 15. Td6+, ReS; 16. Re2 ! , g5; 17 . hg, fg (ver e l diagrama 207); 18. Rd3, Tc8; 19. Td7, h6; 20. Td6,

Kotov-Pachman, después de 14. TdB!

ganando un peón. Sin embargo, en lugar de 18 . . . . , Tc8? las negras pue­den contraatacar con 18 . . . . , Tt7; y si 19. Txc6, con Txf2. No veo aquí una victoria clara. Si, por ejemplo, 20. Tc8, entonces 20. . .. , Re6! -el único movimiento-; y no 20. . .. , Tfl ?; 21. Te8+; ni 20 . . . . , Ta2?; 21 Te8+ ! , Rf6; 22. c6, Ta7; 23. Rd4; ni 20 . . . . , Tt7?; 21. Re8+, Rf6; 22. Rd4.

Kotov-Pachman, subvariación después de 17 . . . . , fg

¿Es esto un zugzwang?

207

S

134 PREPARACIÓN DE FINALES

He examinado la posición del diagrama 207 durante algún tiem­po tratando de encontrar un modo de obtener una victoria clara, pero no puedo ver ninguno obvio. Si las negras moviesen estarían en zugz­wang y perderían inmediatamente, pero si las blancas mueven esto es difícil. Por ejemplo,

a) 18. Rd3, Tf7! ; es tan enmara­ñado como al principio.

b) 18. f3, Ta7! ; 19. Txc6, Ta2+; 20. Rfl (quizá 20. Rd3, Ta3+; 21. Rd2), y ahora 20 . . . . , d4! causa cierta confusión.

e) 18. Rf3, Tf7+; 19. Rg3, Tf6! ; y las blancas estarían bien colocadas en el final de peón.

d) 18. Th6, d4! e) 18. Td8 podría ganar, pero es

muy complicado; por ejemplo: el) 18 • ••• , Ta7; 19. Tc8, Ta6;

20. Te8 ! , Rf6; 21. Td8; y con la to­rre en a6 las negras están peligro­samente cerca del zugzwang,

e2) 18 • ••• , Tf7?; 19. Te8+, Rf6; 20. Tc8.

Hay, sin embargo, tres movi­mientos que parecen aprovecha­bles -18 • ••• , Te7; 18 • ••• , Re6; y 18 . ••• , Rf6-- y no puedo ver nada que esté claramente en contra de ellos.

Yo sugeriría que una de las líne­as de juego "enmarañadas" (a) y (b) del diagrama 207 probablemen­te conducen a una victoria para las blancas. Claramente, Pachman de­bía haber jugado para esta posición (pero con vistas al recurso utilizado en el diagrama 209).

Retornamos a la partida, en la que Pachman acababa de jugar 14. ... , Re7? (desde el diagrama 206). 15. Td6!, Ta6; 16. g5! (ahora el rey blanco puede entrar en la posición,

y las blancas prácticamente están ganando); 16. • •• , fg; 17. hg, Rf7; 18. Rg3! (no 18. Rf4?, Ta4+; 19. Re5?? -19. Rj3-, 19 . . . . , ¡Te4; mate! ) ; 18 • ••• , Re7; 19. f3, Ta3; 20. Rf4, Ta4+; 21. ReS, Ta3! (si 21. . . . , Ta7; 22. Te6+, Rd7; 23. Rf6, gana; pero ahora si 22. Te6+, Rd7; 23. Rf6? las negras tienen 23. . .. , d4! ) ; 22. Txc6, Txe3+; 23. Txd5, Td3+ (o 23 . . . . , Txf3; 24. Tc7+, Re8; 25 . Txh7, Tf5+; 26. Re6, Rd8; 27. Rd6, etc); 24. Re4, Tc3; 25. f4, Tc1; 26. Tc7+.

Kotov-Pachman después de 26 Tc l+

208 N

U na de las peores cosas que pueden suceder cuando se está anotando una partida de ajedrez es ésta: al final del proceso técnico largo y sumamente lógico median­te el que evalúas la ventaja de un jugador, súbitamente descubres que el defensor tiene un recurso táctico (bastante insospechado) que signi­fica su salvación. ¿Qué puedes ha­cer? ¿Significa esto que tu juicio era erróneo desde un principio, o es simplemente un revés del desti­no? Ciertamente, todas tus anota-

CONFIGURACIÓN DE PEONES Y PEONES PASADOS 135

ciones hasta ese punto estaban equivocadas, o por lo menos mal enfocadas, ya que ¡ intentaban de­sesperadamente sacar al defensor de una posición que ahora aparece como su única posibilidad de sal­varse!

Creo que ya ha habido suficien­tes emociones, y que debo retornar ahora a la cuestión que estamos tratando, que no es más que decir que esta desgracia para el anotador me pasó en esta partida.

Pachman jugó 26 • ••• , Rd8; y después de 27. Txh7, Txc5; 28. Tt7! , renunció, ya que no hay defensa ante la amenaza de 29. Tf6. Si 28. . .. , Tc6; entonces o 29. Tf6, Txf6; 30. gf, Re8; 31 . Rd5 ! , o sim­plemente primero 29. ReS.

La otra línea de juego, 26. . . . , Re6; parece igualmente inútil: 27. Txh7, Tc4+; 28. Rf3, Txc5; 29. Tg7:

209

N

Kotov-Pachman después de 29. Tg7 ¡Si juegan las negras hacen tablas!

Y ahora, 29 . . . . , Rf5 pierde rápi­damente ante 30. Tt7+, Re6; 31 . Tf6+. Las negras, sin embargo, tie­nen un recurso sorprendente: 29 . . . . , Tc6! ! La cuestión es que si 30.

Txg6+, Rf5 ! , 31 . Txc6 es ahogado, mientras que otras líneas de juego también parecen conducir a tablas:

a) 30. Txg6+, Rf5; 31 . Tg7/g8, Tc3+; 32. Rf2, Rxf4; 33. g6, Rf5=. Las blancas podrían intentar en su lugar 31. Th6, Tc3+; 32. Rf2, Txf4; 33. g6, con la idea de 33 . . . . , Rg5?; 34. g7, pero p.e . tanto 33 . . . . , Tf3+ como 33 . . . . , Tc8 hacen tablas con facilidad.

b) 30. Re4, Tc4+; 31 . Re3, Rf5; 32. Tt7+, Rg4; 33. Tf6, y ahora sim­plemente 33 . . . . , Ta4; y las blancas no pueden progresar: 34. Txg6, Txf4; 35 . Tg8 (o 35. Tf6, Ta4; 36. g6, Ta8; 37. g7, Tg8=); 35 . . . . , Ta4; 36. g6, Rg5; 37. g7, Rg6.

e) 30. Rg4! es, por supuesto, la mejor opción para las blancas, pe­ro tras 30 . . . . , Rd5 ! creo que las blancas se sostienen, p.e. 31 . f5, Tc4+; o 31 . Tt7, Ta6; 32. Tf6, Txf6; 33. gf, Re6; 34. Rg5, Rt7=. Las blancas podrían haber detenido al rey negro con 31 . Te7, pero no veo cómo esto podría haberles ayuda­do.

He empleado mucho tiempo en la partida Kotov-Pachman (mucho más del que tenía pensado al em­pezar a escribir sobre ella) . Sería adecuado ahora intentar resumir lo que este final demuestra, si es que demuestra algo. Creo que refleja:

1) Que tener los peones disper­sos en un final es una grave des­ventaja.

2) Que los caballos son mejores que los alfiles en la lucha cuerpo a cuerpo.

3) Que la conversión técnica de una pequeña ventaja en una victo­ria es extremadamente difícil con-

136 PREPARACIÓN DE FINALES

tra una defensa adecuada, y de hecho a menudo imposible.

4) Que oportunidades tácticas "azarosas" son realmente posibles en los finales, incluso cuando pare­ce que hay pocas esperanzas, y que uno no debe renunciar demasiado pronto sólo porque su posición sea desastrosa.

Finalmente, puede que le haya proporcionado al lector alguna idea de los problemas que es facti­ble que surjan al anotar partidas de ajedrez.

Se trata de un trabajo que estoy dispuesto a admitir que no es desa­gradable, ¡pero en ocasiones un tanto irritante !

PEONES PASADOS 137

1 O. Peones pasados

En este capítulo veremos bre­vemente algunos aspectos relativos a los peones pasados. Quiero con­centrarme en los problemas estra­tégicos de los distintos tipos de peones pasados más que en los problemas tácticos asociados con su conversión.

APOYO ADECUADO

Si un peón pasado se adelanta prematuramente se puede conver­tir simplemente en un punto débil que el oponente puede rodear y ganar.

El peón pasado d es un peón extra, pero está demasiado alejado del cuerpo de ejército blanco, y

210 N

Karpov-Korchnoi, Partida de torneo (8,) 19 7 4

PEL # 70

'

con su movimiento Korchnoi logró neutralizar la ventaja de Karpov. l. • .• , hg; 2. hg, Rf6; 3. Rfi, Re7; 4. Cd2 (si 4. Re2, Rd6; ó 4. Cg5, f5 ! ; 5 . gf, gf; 6. Ce6, Rd6; 7. Cf4, Re5 ! ; en ambos casos las negras ganan el peón d antes de que las blancas puedan acudir en su ayuda); 4 • ••• , Ac7! No, por supuesto, 4 . . . . , Rd6?; con el que la táctica gana para las blancas: 5 . Cc4+, Rc5; 6. d6, Rc6; 7. d7! , Ac7; 8. Ce5+ ! , Rd6; 9. d8=D+! , Axd8; 10 . Cxt7+, y 1 1 . Cxd. Éste es un buen ejemplo del principal peli­gro que debe evitarse al rodear a un peón pasado débil. ¡Si uno no es cuidadoso, la táctica puede preva­lecer y transformar la debilidad en el elemento que haga ganar la par­tida! 5. Ce4 (si 5. Cc4, b5; 6. Ce3, Rd6; seguido de Ab6 y Axe3, con lo que las negras están como míni­mo en una situación equivalente) ; 5. • •. , f5!; 6. gf, gf; 7. CeS, Rd6!; 8. Cxb7+, Rxd5. Las blancas han logrado intercambiar su peón extra -en lugar de perderlo sin más-, pe­ro ahora su caballo está algo mal colocado. 9. b4!, Rc4!; 10. CeS, Ab6! (no 10 . . . . , Rxb4??; 1 1 . Cxa6+, ni 10 . . . . , a5; 1 1 . Ce6) ; 11. Cxa6, Rb5; 12. CeS, Rxb4; 13. Cb3, Ra3; V2-112. Aunque llevó cierto tiem­po engullir y después devorar al peón d, las blancas fueron incapa­ces entretanto de generar una ac­tividad táctica suficiente para man­tener su ventaja.

138 PREPARACIÓN DE FINALES

Narcza-Simagin; Moscú, 1949 FC # 192

A diferencia del ejemplo pre­vio, las negras disponen aquí de un peón menos, pero tiene su peón d pasado y estupendamente apoyado por el rey y el caballo. De hecho, tienen una victoria forzada: l. . .. , d3!; 2. Rfl, Cc3; 3. Rel, Rd4; 4. Rd2 (forzado), 4. -., Ce4+; 5. Rcl (si 5. Rd1 , Re3; 6. Cb5, Cf2+; o 5. Re1, Re3; 6. Cb5, d2+ ); 5 • ••• , Cd6!! (el único movimiento para ganar -si 5. . . . , Re3; entonces 6. Cb5, d2+; 7. Rc2 ! , Re2; 8. Cd4+=); 6. Rd2 (o 6. Cc6+, Rc3 ! ; 7. Ce7, d2+; 8. Rd1, Ce4; 9. Cd5+, Rc4! ; y ganan, tal y como expone Simagin); 6 • ••• , Cc4+; 7. Ccl, d2+; 8. Rc2, Re3; 9. Cb5, Ca3+!; 0-1 .

Hay innumerables ejemplos del triunfo de peones pasados que están convenientemente apoyados. Aquí, sin embargo, se trata de un peón que a pesar de estar muy bien apoyado no debería haberse abierto camino.

En el diagrama 212 el peón e pasado de las blancas les da una ventaja obvia, pero parece que esto no debiera haber sido suficiente para garantizarles la victoria.

Lukov-Duriga; Polonia, 1975 lnformator 20 # 22

l. ReS! (1 . Rd6, Rf6=); l • ••• , h5 (no l. . . . , Rh4?; tras el que 2. Rd6 es decisivo); 2. Aa4, h4; 3. Ad7! ( zugzwang); 3. • •• , h3; 4. Axh3, Ce8!; 5. Ae6!, Rh6 (si 5 . . . . , Cf6; en­tonces 6. Afl, Cg4+; 7. Rd6! , Cf6; 8. Re6 -zugzwang-; 8. . . . , Ch5; 9. Axg6, y ganan); 6. Ad7, Cg7; 7. Cf6, g5; 8. Rt7, Rh7; 9. Rf8, Rg6; 10. Ag4.

Aquí las negras jugaron 10 • ••• , Rf6?; y después de 11. Af5! esta­ban en zugzwang: 11. • •• , g4; 12. Axg4, Rg6; 13. Ad7, Rh7 (si 13 . . . . ,

Lukov-Duriga, después de 1 O. Ag4

213

N

Rf6; 14. Af5 ! ); 14. Rt7, Rh6; 15. Ag4, Rh7; 16. Re2, 1-0, ya que si 16 . . . . , Rh6; 17. Ad3, o 16 . . . . , Rh8; 17. Ad3, Cf5; 18. e8=D+, o si 16 . . . . , Cf5; 17. Ad3, es una clavada.

En lugar de 10 . . . . , Rf6? las ne­gras debieran haber jugado 10 . . . . , Rh7! (no 10 . . . . , Rh6; 11 . Af5, etc.). Si 11. Af5+, Rh6, entonces son las blancas las que tienen que mover, y ahora están en zugzwang, ya que 12. Rf7?? no logra mantener el do­minio -12 . . . . , Cxf5 ! , y la única opor­tunidad de las blancas es 13. e8=C.

Después de 10 . . . . , Rh7! no veo el modo por el que las blancas pue­dan colocar a las negras en zugz­wang. Mientras maniobran tienen que tratar de evitar tanto Ce6+ co­mo Ce8, y también recordar que con su rey en f7 el caballo puede to­mar f5. Además, el alfil debe per­manecer en una casilla desde la que pueda impedir g4. Parece que estas consideraciones limitan demasiado los movimientos de las blancas, p.e. 10 . . . . , Rh7! ; 11. Ah3, Rg6; 12. Ad7, Rh7 ! ; 13. Rf7, Rh6; 14. Rg8, g4! (pero no 14 . . . . , Rg6?; 15. Af5+! , Rf6/h6; 16. Rf8, y ganan); 15. Axg4, Ce8; y las negras hacen tablas.

PEONES PASADOS PROTEGIDOS

Los peones pasados protegidos son, en general, un gran recurso en los finales, y algo muy codiciado.

Ver el diagrama 214. Las blancas ganan simplemente

yendo a por el peón h y tomándo­lo. Las negras no pueden defender­lo, ya que si su rey se desplaza a la vertical g el peón e coronará. Des­pués de que el peón h se haya esfu-

PEONES PASADOS 139

mado el rey retrocederá y las ne­gras pronto tendrán que dejar pa­so. Por ejemplo, l . Re3, Re6; 2. Rf3, Rf5; 3. Rg3, Re5; 4. Rh4, Rf5; 5. Rxh5, Rf6; 6. Rg4, Re5; 7. Rg5, Re6; 8. Rf4, Rf6; 9. Re4, Re6; 10. Rd4, etc.

a) Diagrama b) h5 ..... g5

Philidor, 1777; FP # 402

214 8

Si, sin embargo, el peón pasado negro lateral llega a ser un peón g, puede defenderse: l. Re3, Re5; 2. Rf3, Rf5; 3. Rg3, Re5 ! (pero no 3. . .. , Rf6??; 4. Rg4, zugzwang y ganan); 4. Rg4, Rf6=. Si las negras mueven también son tablas: l. . . . , Re5; 2. Re3, Rd5 ! (pero no 2 . . . . , Rf5?; 3. Rd4, g4; 4. Rd5 ! -o 4. Re3-f2-g2-g3-; 4 . . . . , g3; 5. c6, y ganan); 3. Rf3, Re5; 4. Rg4, Rf6, etc.

El peón pasado blanco protegi­do no está muy avanzado. Si las negras mueven hacen tablas con l . ... , Rf3! (pero no l. . . . , Re3?; 2. Rdl , Rf3 -2 . . . . , Rd4; 3 . Re2, etc.-; 3. Rc1 , Re3; 4. Rb1 , Rd4; 5. Ra2, Rc5; 6. Rb3, etc.) ; 2. Rfl, Re3; 3. Rel (si 3. Rg2, Rd2 ! ; y las negras coronan primero, con unas tablas);

140

215

N

PREPARACIÓN DE FINALES

FP # 154; Grigoriev, 192 1

3. • •• , Rf3!; 4. Rdl, Re3; S. Rcl,

Rd4; 6. Rbl, ReS; 7. Ral, Rb4=.

216

B

Euwe-Averbakh; Zurich C, 1953

El fuertemente protegido peón b avanzado de las negras les da la ventaja. Además, el alfil blanco está muy mal colocado. Sin embar­go, si las blancas hubiesen jugado pasivamente hubiesen tenido una excelentes perspectivas de hacer tablas. El plan correcto es mover el rey hacia bl para reforzar el flanco de dama. Así, las blancas deberían haber jugado l. Cf4, Rf7 (para de­tener Ce6); 2. g3, Cd6; 3. Cg2, Cb5;

4. Ce3, Re6; 5. Cfl, Cf8; 6. Cg2, en donde tienen una posición sólida. En vez de esto, Euwe se embarcó en el demasiado optimista plan de intentar llevar a su caballo a e6. l. g4?, Cd6; 2. Re3, CbS; 3. f4, Cc8; 4. fS, Ccd6; S. Cf4.

• 217

i ' N

Euwe-Averbakh, después de 5. Cf4

Las blancas han activado su ca­ballo, pero ahora el peón b dice la suya. S • ••• , Cxa3; 6. Axa3, CbS; 7. Acl, Cxc3; 8. Ce2, Cbl!; 0-1 . En esta casilla el caballo evita la apro­ximación del rey blanco. Las ne­gras ganarán las dos piezas blancas con los peones a y b.

Skóld-Botvinnik; Estocolmo, 1962

218

B

Las blancas tienen temporal­mente dos peones más, pero sus peones del flanco de rey son una ruina, y el peón g negro es muy fuerte. Como dijo Botvinnik, "no hay duda de que las negras gana­rán". l. Td4, Txh5; 2. Tc4, Tb4; 3. Txb4, ab; 4. Rd2, Kd5; 5. Re3, Txh4; 6. Tdl+, ReS; 7. Td7, Th3+; 8. Re2, Tf3; 9. Txe7, Txf4; 10. Re3, Te4+; 11. Rd3, Rd5; U. a3, Td4+! (quizá la idea de las blancas era que si 12 . . . . , ba entonces 13. c4+ podía causar algo de confusión; de hecho esto no es así debido a 13 . . . . , Txc4; 14. Rd7+, Re6 ! ; 15. Td6+, Rxe5; pero el movimiento de Bot­vinnik es incluso más sencillo); 13. Re3, f4+; 14. Re2, ba; 15. Ta7, Rxe5; 16. Txa3, f3+; 0-1 .

219

B

Averbakh-Pano� A1oscú, 1950 FA c C# 309

'

Los peones pasados protegidos no siempre son fuertes. En el dia­grama 212 las negras tienen un peón e pasado protegido, pero esto difícilmente se puede considerar la característica más predominante de la posición. El caballo blanco en

PEONES PASADOS 141

e4 bloquea al peón irradiando po­der, mientras que el alfil negro está manifiestamente mal colocado. Además, el rey blanco puede pene­trar fácilmente hasta f5 . Averbakh ganó enseguida. l. g5!, Rg7; 2. Rf3, Rf7; 3. Rg4, Ae7; 4. Rf5. Si las ne­gras hubiesen maniobrado de mo­do que fuesen las blancas las que tuviesen que mover en esta posi­ción, las blancas jugarían 5. h6! , Af8; 6 . Cf6, Ae7; 7. Cxh7, e4; 8. g6+, etc. 4 • ••• , Af8; 5. Cf6, h6! (la única posibilidad) ; 6. gh!, Axh6; 7. Ce4, Af8; 8. h6!, Axh6 (o 8 . . . . , Ae7; 9. h7, Rg7; 10. Re6, Af8; 11 . h8=D+, Rxh8; 12. Rf7, etc.); 9. Cxd6+, Re7; 10. Ce4, Ae3; 11. d6+!, Rd7; 12. Rxe5, 1-0.

PEONES PASADOS LATERALES Y CENTRALES

En el final generalmente es una gran ventaja tener un peón pasado lateral cuando el oponente no tiene peones pasados propios. Sin embargo, si varios peones pa­sados se oponen unos a otros, la ventaja se decidirá en parte por lo avanzados que estén los peones de cada lado, y en parte por el tipo de final.

En los finales de rey y peón, un peón pasado lateral es habitual­mente mucho más fuerte que un peón pasado central, ya que des­viará al rey contrario lejos de la acción principal.

Éste es también el caso de los finales de caballo, ya que un caba­llo por sí solo suele tener grandes dificultades en evitar que un peón pasado corone.

142 PREPARACIÓN DE FINALES

En los finales de torre y de alfil, sin embargo, un peón pasado cen­tral puede ser como mínimo tan bueno como uno lateral. En estos finales es en general posible como último recurso deshacerse de una pieza a cambio del peón pasado, y la centralización que supone la pro­tección del peón pasado puede ser entonces un factor importante.

En los finales de dama cual­quier peón pasado es peligroso si está muy avanzado. Una dama puede forzar un peón pasado en contra de la dama opuesta sin nin­guna otra ayuda. Y aunque suele ser posible sacrificar una dama por el peón pasado si así se desea, esto no es en general una política muy provechosa.

Finalmente, tan sólo algunas palabras acerca de los peones pasa­dos en los finales con un balance de piezas desigual. Las torres son en general mucho mejores que las pie­zas menores al enfrentarse con los peones pasados (cfr. el capítulo del intercambio), y los alfiles son en general mejores que los caballos.

220 B

Un peón pasado lateral

El peón pasado lateral de las blancas les proporciona una victo­ria fácil, p.e. l. Re3, g5; 2. a4, Rc5; 3. a5, Rb5; 4. Rd4, Rxa5; 5. Re5, f4; 6. gf, gf; 7. Rxf4, Rb5; 8. Rg5, Rc5; 9. Rh6, Rd6; 10. Rxh7, Re6; 11 . Rg6! (no 11 . h4?, Rf5; 12. h5, Rf6!=); 1 1 . . . . , Re7; 12. Rg7, y ga­nan (1 . h4, h6; 2. a4, g5; 3. h5, Rc5; 4. a5, Rb5; 5. Rd4, Rxc5; 6. Re6, f4; 7. gf, también gana.)

Ver el diagrama 221 . Las blancas ganaron e l diagra­

ma 220 fijando el peón h de las negras, y tomándolo cuando el rey negro abandonó el flanco de rey. Sin embargo, en esta posición los peones blancos están divididos, lo que hace extremadamente difícil fijar los peones del flanco del rey. Las blancas de hecho pueden ele­gir entre fijar el flanco de rey y lle­var a su rey a una posición satisfac­toria (pero no pueden hacer ambas cosas). l . ... , Rt7; 2. Rd3, Re6; 3. Re4.

Las blancas pueden intentar 3. h4 para fijar el flanco de rey. Si entonces 3 . . . . , g6; 4. h5, gh?; 5. Re4,

Bogo/jubow-Fine; Zandvoort, 1936 FAB # 63; FP # 373

221 B

las blancas ganan por un tiempo, p.e. S . . . . , Rd6; 6. Rf3, CeS; 7. Rg3, RbS; 8. Rh4, Ra4; 9. RxhS, Rxa3; 10. Rh6, etc. Pero las negras pue­den jugar en su lugar 3 . . . . , g6; 4. h5, RdS ! ; S. h6, ReS; y aunque las blan­cas han fijado el peón h, el rey ne­gro es ahora tan activo que logran hacer tablas, p.e. 6. Rc3, RbS; 7. Rd4, Ra4; 8. RdS, Rxa3; 9. Re6, gS; 10. fg, fg; 1 1 . RfS, Rb4; 12. RxgS, ReS; 13. Rf6, Rd6=. Incidentalmen­te, en esta variación las negras po­dían jugar 3 . . . . , RdS primero, y des­pués 4. h5, g6! Otra alternativa es 3. Rd4, Rd6 (no 3 . . . . , g6?; 4. ReS ! , ganan); 4 . h4, g6; S. hS. En esta variante, sin embargo, las negras tienen un tiempo extra sobre la últi­ma, y pueden jugar S . . . . , gh! ; 6. Re4, ReS; 7. Rf3, RbS; 8. Rg3, Ra4; 9. Rh4, Rxa3; 10. RxhS, Rb4; 11 . Rh6, ReS; 12. Rxh7, Rd4; 13 . Rg6 (no 13. fS??, Re4!); 13 . . . . , Re4! ; 14. Rxf6, Rxf4. Finalmente, si las blan­cas insisten demasiado en desplazar a las negras, éstas pueden hacer ta­blas inmediatamente: 3. Rc4, Rd6; 4. RbS, gS ! Volviendo al desarrollo principal, 3 • •• ., g6!; 4. Rd4 (si 4. fS+, Rd6!=; o 4. a4, Rd6; S . aS, ReS; 6. a6, Rb6; 7. Rd5, g5 ! ; 8. fS -8fg es lo mismo que en la partida, es decir 8 . . . . , fg; 9. ReS, Rxa6; 10 RfS h6!=- 8. . . . , hS; 9. Re6, h4 y los peones coro­nan simultáneamente); 4 . ... , Rd6; 5. Rc4, h6 (S . . . . , Rc6 estaba bien, pero ahora las negras amenazan 6 . . . . , gS; 7. fg, hg; seguido de fS-f4= ); 6. Rd4, Rc6 (no 6 . . . . , g5?; 7. Re4!) ; 7. Re4, Rb5; 8. Rd5, g5!; 9. fg, fg!; 10. ReS, Ra4; 11. Rf5, Rxa3; 12. Rg6, Rb4; 13. Rxh6, g4!; 112-112. Después de 14. RgS, ReS; 1S. Rxg4, Rd6 el rey negro llega a f8.

PEONES PASADOS 143

FP # 785

222 B

Aunque el rey negro está más avanzado, el peón pasado lateral de las blancas les proporciona una victoria trivial: l. Rc2, Ra3 (no ayudaría posponer el intercambio de peones, p.e. l. . . . , ReS; 2. Rc3, RbS; 3. a3, ReS; 4. a4, Rd5; S. aS, ReS; 6. a6, etc.) ; 2. Rc3, Rxa2; 3. Rxc4, Rb2; 4. Rd4, Rc2; 5. Re4, Rd2; 6. Rf5, Re2; 7. Rxg5, Rf2; 8. Rxf4, Rxg2; 9. Rg4, y ganan.

Las blancas habrían ganado in­cluso si hubiesen tenido un tiempo menos, como en el diagrama 223:

FP # 600

223 B

144 PREPARACIÓN DE FINALES

l. Rc4, Rc2; 2. Rd4, Rd2; 3. Re4, Re2; 4. RfS, Rf2; S. RxgS, Rg3; 6. RfS (o 6. RhS, Rxg2; 7. Rg4!) , y si 7 . . . . , Rf2; 8. Rxf4, o 7 . . . . , Rh2; 8. Rxh4.

224

8

Chigorin-Marsha/1; Carlsbad, 1907

El peón pasado b es extrema­damente poderoso. Después de l. CdS!, Cd7; 2. gS!, las negras se sometieron dócilmente a su destino con 2 • ••• , h6(?); 3. Cf6!, Cb6; 4. h4. Una vez que los peones del flanco de rey están bloqueados la posición no ofrece esperanza. La partida finalizó con 4. • •• , hg; S. hg, Rf8; 6. ReS, Ca4+ (si 6 . . . . , Cc8; simple­mente 7. b6! gana como en la parti­da); 7. Rd6!, Rg7; 8. Rc6, Rf8; 9. b6!, Cxb6; 10. Rxb6, Re7; 11. Rc7, Rf8 (o 1 1 . . . . , Re6; 12. Rd8, RfS; 13. Ch7 ! , etc.); 12. Rd7, Rg7; 13. Re7, Rh8; 14. CeS (no 14. Rxt7, ahogado); 14 • ••• , Rg8; 15. Rf6, 1-0.

Después de l. CdS, Cd7; 2. gS ! , las negras podrían haber intentado confundir a las blancas con 2 . . . . , fS( ! ) . Este movimiento, que no se menciona en Finales de caballo, objetivamente no es más fuerte que 2. . .. , h6; pero por lo menos

ofrece a las blancas una oportuni­dad para equivocarse.

El primer movimiento que con­sideré fue 3. b6? Esto da a las ne­gras una excelente oportunidad pa­ra confundir las cosas con 3 . . . . , h6! ; 4 . h4, hg; S . hg, Rt7; 6 . b7, Re6; 7. Cf4+, Rd6; 8. Cxg6, Cc7. Quizá esta posición sea una victoria para las blancas, pero tendrían que ju­gar muy bien para demostrarlo.

Después pasé a considerar, de forma un tanto estúpida, 3. gf+(?). Parece que este movimiento gana, pero existe una alternativa mucho mejor. Sin embargo, tras haber empleado mucho tiempo en él, y puesto que la posición es bastante interesante, voy a dar un análisis abreviado de 3. gf +(?) al final.

Las blancas podrían considerar 3. Cf4, pero después de 3 . . . . , Rt7; 4. RdS, Re7; S. Cc6, CeS; 6. Rc7, Cc4; 7. b6, Cxb6; 8. Cxb6, Rd6; las negras han conseguido una posibi­lidad de hacer tablas, y si en esta línea las blancas intentan 7. h4, después de 7 . . . . , Cb2! el peón to­davía no puede avanzar -8. b6, Ca4; 9. b7, CeS; y si 10. b8C?, Ce6+ !

Otra posibilidad es 3. Cf6, Cb6; pero en este caso no 4. ReS? ( 4. h4!) ; 4 . . . . , Ca4+; S. Rc6, tras el que las negras pueden jugar S . . . . , f4! ; o primero S . . . . , h6; 6. Ce8+, Rh7; 7. h4, hg; 8. hg, f4! ; que es suficien­te para hacer tablas, p.e. 9. b6, Cxb6; 10. Rxb6, f3; 11 . Cf6+, Rg7; 12. Cg4 (o 12. Ce4, Rt7; 13. ReS, Re6; 14. Rd4, RfS; 1S. Re3, f2!= ); 12 . . . . , Rt7; 13. CeS+, Re6; 14. Cxf3, RfS; 1S. ReS, Rf4; y 16. RdS? pier­de, de modo que las blancas deben mover el caballo.

El mejor movimiento es simple­mente 3. h4! Esto coloca a las ne­gras en zugzwang, p.e.

a) 3 . •.. , h6; 4. Cf4! remienda el flanco de rey: 4 . . . . , hg; S . hg, Rt7; 6. RdS, etc.

b) 3 • .•• , Cb8; 4. ReS, Rt7; S . Rd6.

e) 3 • ••• , Cf8; 4. ReS, es lo mismo. d) 3 • ••• , Rt7; 4. Cf6! , Cf8 (o 4 . . . . ,

Cb6; S. Cxh7, Re6; 6. Cf6, y simple­mente 7. hS, etc); S. b6, Ce6+; 6. RdS, Cd8; 7. Cxh7, y ganan.

e) 3 • ••• , Rh8; 4. Cf6, Cb8 (si 4 . . . . , Cb6; S. Cxh7, Re6; 6. Cf6, y Rg7; 7. b6, es suficientemente bueno); S . ReS, Rg7; 6. Rd6, o 6. CdS, ganan.

Así, 3. h4! gana con extrema facilidad. Aquí doy ahora, en cual­quier caso, el un tanto redundante análisis de 3. gf+(?). 3. gf+, Rt7. Las blancas han ganado un peón, pero están algo desorganizadas. 4. h4! (no 4. b6?, Cxb6!=; ni 4. Re4?, Re6; S. b6, CeS+ -5 . . . . , Cxb6!?-; y el peón b queda bloqueado en la sexta horizontal) . 4 . ... , Re6. La va­riante 4 . . . . , h6; S. b6 se debe co­rresponder con una línea ya estu­diada. Las negras podrían intentar bloquear el peón b en b6, pero pierden por un tiempo, como por ejemplo 4. . .. , Cf8; S. b6, Ce6+; 6. ReS, Cd8! ; 7. Rd6, h6 (7 . . . . , Cb7+; 8. Rc7, CeS; 9. Rc6! -pero no 9 b7? h6!-; 9 . . . . , Ce6; 10. b7! , y ganan); 8 . Rc7, Ce6+; 9. Rc8, CeS; 10. Cf4! (ahora no 10. b7? , Cxb7; 11 . Rxb7, gS=); 10. . .. , gS (10. . .. , Ce4; 1 1 . Cd3 !) ; 1 1 . hg, hg; 12. Cd3 ! , g4 ( 12 . . . . , Ca6; 13. Rb7! ; o 12 . . . . , Ce4; 13. Rc7!) ; 13. CxcS, g3; 14. Ce4, g2; 1S . CgS+, y 16. Cf3. La línea de jue­go sigue con S. b6 ! , h6. S . . . . , Cxb6; ahora pierde, p.e. 6. Cxb6, Rxf6;

PEONES PASADOS 145

7. Re4, gS; 8. hS, g4; 9. Rf4, g3; 10. CdS+, Re6; 1 1 . Ce3, Rf6; 12. Cg4+ ! , etc. Las negras no pue­den evitar h6; de otra forma el plan (después de b7) de Rh6 (forzando . .. , Rg8) y Ce3-g4-eS hubiera ganado con facilidad. 6. b7, Rf7; 7. Re3, Re6; 8. Rf3, Rf7; 9. Rg3, Re6 (o 9 . . . . , Cb8; 10. Rg4, Cd7; 11 . hS); 10. h5!

Chigorin-Marsha/1 (análisis), después de 1 O. hS!

225 N

Las negras ahora tienen que elegir entre:

i) 10 . ... , gh?; 11 . Rh4, etc.

ii) 10 . ... , Rt7; 11 . Rg4, Cb8; 12. gh+, Rxg6; 13. Rf4, Cd7 (13 . . . . , Cc6; 14. Ce7+; 13 . . . . , hS; 14. ReS, Rt7 ! ; conecta con otra línea de jue­go); 14. Cb6 ! , Cb8; 1S. ReS, Rt7; 16. RfS, seguido de CdS-f4-hS y Rc7, o si 16 . . . . , hS; 17. CdS, y R to­ma el peón h; o 16 . . . . , Cc6; 17. CdS, Cd4+; 18. Rg4 ! , Cc6; 19. RhS, etc.

iii) 10 . ... , g5; 11 . Ce3 ! , Rxf6; 12. Cg4+, Re7 ! (si 12 . . . . , Rg7; simple­mente el plan de Rc7 gana); 13. Cxh6, Rd8! (13. . . . , Rd6; 14. b8=D+! , Cxb8; 1S. CfS+, y el peón

146 PREPARACIÓN DE FINALES

h corona); 14. CfS, Rc7; 1S. h6, Cf6; 16. Cd6! , Rb8; 17. Rf3, Ch7 (no 17. ... , Rc7?; 18. Ce8+!) ; 18. Rg4 (o 18. Re4, Cf6+; 19. RfS, Ch7; 20. ReS ! , etc.); 18 . . . . , Rc7; 19. RfS, Rb8; 20. ReS ! (las blancas triangulan para perder un tiempo); 20 . . . . , Rc7; 21 . Re4 ! , Rb8; 22. RfS, Rc7; 23. Rg6, g4; 24. Rxh7, g3; 2S. CbS+, Rxb7; 26. Cd4, g2; 27. Cf3, y ganan.

226 B

R. 11/a-Capab/anca; Buenos Aires, 191 1 "Partida de exhibición"

Ambos contendientes tienen peones pasados, pero el par de peo­nes de torre negros es, obviamente, muy superior a los dos peones de alfil blancos, a los que es fácil dete­ner. Capablanca ganó con bastante facilidad. Aunque su oponente se pudo haber defendido, al final pa­rece que habría perdido igual. l. Rf2, Cf5; 2. Rf3, Cd6!; 3. Ca3, Rd5; 4. Rg3, Cf5+; 5. Rf3, ReS; 6. Rg2, Rc6; 7. Rf2, Rd5; 8. Rf3,

Cd6; 9. Rg3, CfS+; 10. Rf3, Rc6; 11. Rg2, h4!; 12. Rh3 (12. Rf3, RdS; 13. Rg4, Re4; conducen a lo mismo); 12 • ••• , Rd5; 13. Rg4, Re4; 14. c4?, Rd4; e Illa renunció a la vista de la imparable amenaza de RcS-b4.

14. Cc4! era una defensa mejor, "estableciendo una barrera", pero las blancas perderían igual, con p.e. 14. . .. , h3; 1S. Rxh3, Rxf4; 16. Ca3, Ce3; 17. c4 (o 17. Rh2, Re4; 18. Rg3, Rd3; 19. Rf2, Cc4; 20. CbS, Cd6 ! ; 21. c4! , Cxc4; 22. Rel , Ce3 ! ; 23. Rf2, Cc2; 24, Rfl; Rc4. etc.); 17 . . . . , Re4; 18. eS, RdS; 19. Rg3, RxcS; 20. Rf2 (20. Rf3, Rb4! ; 21 . Cb1 , Cd1 ; es igual de ma­lo); 20 . . . . , Rb4 ! ; 21. Cb1 , Cd1 +; 22. Re1 , Cc3; 23. Cd2, a3 y ganan.

Kuzmin-Bouaziz; Riga IZ, 1979

Las negras tienen un peón pa­sado lateral, pero el alfil blanco puede ocuparse de él perfecta­mente, y el peón pasado de las blancas está más adelantado. Ade­más, el peón a negro está fijado en una casilla blancas, y por lo tanto es débil. Sin embargo, la ventaja de las blancas probablemente es insuficiente para conducirlas a la victoria. l • • • • , Rf6. Las blancas ha­brían ganado definitivamente con l. . . . , Rf4; 2. AdS, Rg3; 3. ReS, f4; 4. Ac4! (pero no 4. Rf6?, AbS ! ) ;

4 . . . . , f3 ( 4 . . . . , Rf3; 5. Ae6 ! , gana) ; 5. Rf6, f2 (o 5 . . . . , Rf4; 6. Re7, y 7. d7, etc.); 6. Re7, Ac6; 7. d7, Axd7; 8. Rxd7, Rg2; 9. Rc6, fl=D; 10. Axfl+, Rxfl ; 1 1 . Rb5, Re2; 1.2 . Rxa4, y las negras tienen un tiempo menos. 2. ReS, ReS; 3. Ad5! (zugzwang) 3 • ••• , f3; 4. Af3! (zugz­

�ang) 4 • ••• , Ae6? Si 4 . . . . , Ae8; simplemente 5. Ag4! , seguido de 6. d7, gana. Pero no veo modo de ganar después de 4 . . . . , Rf6; 5. Rb6 (¿quizá 5. Rd5 ! ?) ; 5 . . .. , Re5 ! ; 6 . Rc7, Ae8 (6 . . . . , Ah3 ! ?) . N o hay nada claro después de 6. Ac6, Axc6; 7. Rxc6, f3; 8. d7, f2; 9. d8=D, flD; y si 6. d7?, Axd7; 7. Rxd7, Rd4; 8. Rc6, Rc3 ! (pero no 8 . . . . , Rc4?; 9. Ad5+ !) ; y el peón a cae. S. Ac6, Rf6 (forzado, ya que se amenazaba 6. d7) ; 6. Axa4, f3; 7. AbS, f2; 8. Rc6, ReS; 9. Afl. �quí las negras perdieron por tiempo -éste hubiera sido su mo­vimiento 71- ¡pero definitivamen­te este último movimiento fue un error de las blancas! Después de 9 . . . . , Rd4 ! ; 10. a4 (10. d7, Axd7+; 1 1 . Rxd7, Rc3=); 10 . . . . , Ac4 ! ; 1 1 . d7, (si 1 1 . Ah3, Ae6 ! ; 12 . d7, Axd7+ ! ; 13. Rxd7, Rc5=); 1 1 . ... , Axfl ; 12. d8=D+, Re3; las blancas tendrían la ventaja de una dama contra un alfil, ¡pero no veo modo de que puedan evitar que el peón f corone !

Después de l • •.. , Tb3; 2. AdS!, tontamente elegí jugar 2. • •• , Txa3+? (2 . . . . , Txc3; 3. Axe6, fe; 4. Rb2, Tc7; 5. Td6, Re7; 6. Ta6, es a�go mejor para las blancas, pero ciertamente no demasiado); 3. Rb2, Ta6; 4. Axe6, Txe6 (si 4 . . . . , fe; entonces 5. Td7, es un tanto moles­to); S. c4!

PEONES PASADOS 147

• 228

i ' i N

Palatnik-Speelman; Frünze, 1979

Esta posición es sumamente desagradable para las negras. Por supuesto, si las torres no estuvie­sen el final de rey y peón les sería muy favorable, pero no hay modo de conseguir este maravilloso cam­bio. El peón e de las blancas es muy peligroso, ya que el rey negro puede atascarse en la vertical d mientras que el peón apenas tien� parte en la acción, excepto en su bloqueo de la vertical a, evitando que la torre blanca penetre a tra­vés de ella.

Palatnik-Speelman; después de 5. c4!

229

N

148 PREPARACIÓN DE FINALES

Al final perdí a partir del dia­grama 229. En algún momento qui­zá pude salvar la partida, pero la labor defensiva fue siempre muy difícil. Puesto que jugué este final hace un año no recuerdo muchos detalles, pero daré el desarrollo completo con lo que recuerdo, ya que es bastante interesante. 5 • ••• , Re7; 6. Rc3, Tc6 (no pude encon­trar nada mejor); 7. Rb4, Td6; 8. Tal!, a6; 9. eS, Te6; 10. Td2!, f6; 11. Rc4, Te4+; 12. Td4, Te6; 13. g3, g6; 14. Td2, Te4+; 15. Td4! Éste fue el movimiento sellado. Las blancas primero se dispusieron para jugar f3 antes de mover Rd5. Creo que la línea principal era 15. Rd5, Rd7! ; 16 . Tb2, Te5+; 17 . Rc4, Te4+; 18. Rd3, Rc6; 19. Tb6+, Rxc5; 20. Txa6 (20. Txf6 !?; 20. Tb7 !?); 20 . . . . , Tb4! ; y si 21. Txf6, Tb2! ; o si 21. Re2, posiblemente 21. ... , Tb2+. 15 • ••• , Te6; 16. Td3!, Te4+; 17. Rb3, Te6; 18. f3, g5; 19. Rc4, h5; 20. f4!?, Te4+; 21. Rd5, Rd7; 22. Ta3, h4; 23. gh!?

Palatnik-Speelman, después de 22 . . . . , h4

Creo recordar que 23. Txa6 era aquí un movimiento fuerte. Si 23 . . . . , hg; 24. c6+! , Rc8; 25. Ta8+, Rc7; 26. Ta7+, Rb6 (26 . . . . , Rc8; 27. Rd6, o 26 . . . . , Rb8; 27. c7+ ! ) ; 27. Tb7+, Ra6 (27 . . . . , Ra5; 28. hg! , gana); 28. Tb8! , gana, con p.e. 28 . . . . , gh (o 28 . . . . , Txe3; 29. c7, Tc3; 30. c8=D+, Txc8; 31. Txc8, y ahora 31. .. . , gh; 32. Th8! , o 31. .. . , gf; 32. Tc2 ! , o 31 . . . . , g2; 32. Tc1 , gf; 33. Rd4!) ; 29. c7, Te5+ (29 . . . . , h1=D; 30. c8=D+, Ra5; 31. Dc5+, y mate en el próxi­mo movimiento); 30. fe ! , h1=D+; 31 . Rd6, Dd1 +; 32. Re7, y ganan. Creo que existe alguna razón por la que las negras preferirían tener el intercambio de peones h antes de jugar Txe3. Pero quizá no sea éste el caso, ya que, después de que forzasen 23 . . . . , Txe3 ! ; las blancas juegan 24. Txf6?, de modo que 24 . . . . , Td3+! ; todavía es posible (25. Rc4, hg!= ¡ya que si 26. Rxd3, g2; las negras ganan!) De modo que las blancas hubieran tenido que jugar 24. Ta7+! , Rc8 (24 . . . . , Rd8!?); y después seguramente 25. gh !? La partida siguió 23. • •• , gf!; 24. ef, Txf4; 25. Txa6! En el post­mortem ambos estuvimos de acuer­do en que esto es mejor que 25. Th3. La razón es 25 . . . . , Te4 ! ; 26. h5, TeS+; 27. Rd4, Te4+; 28. Rc3, Rc6; 29. h6, Te8; 30. h7, Th8; 31 . Rc4, f4 ! ; 32. Th6, y ahora simplemente 32 . . . . , f3 ! debería ser suficiente (32 . . . . , Rc7; 33. Rd4!?) -33. Txf6+, Rc7-; y las blancas se quedarían con los peones e y h con­tra el peón a. Sospecho que incluso sin el peón las negras deberían estar bien. 25 • ••• , Txh4; 26. Ta7+, Rd8!? Mi primera reacción, con algún problema con el tiempo, fue

replicar 26 . . . . , Rc8. Este movi­miento deberían ser tablas si no quedasen peones en el flanco de rey, y probablemente sería adecua­do si simplemente eliminamos los dos peones f negros. Pero las ne­gras tienen los peones doblados f, lo que hace que les sea extrema­damente difícil hacer jaques por el flanco. Recuerdo haberme sentido bastante mal en aquellos momen­tos, ya que después de 26 . . . . , Rc8; 27. Rc6, Rb8, las blancas podrían de algún modo coronar forzada­mente (todavía no estoy muy segu­ro de ello). Escogí por lo tanto el siguiente movimiento activo: 27. Rc6, Td4+; 28. Rc6, Th4; 29. Ta8+, Re7; 30. Ta2, f4. Con este movi­miento llegamos al tiempo de con­trol. Las blancas deberían ser capa­ces ahora de coronar su peón e por la fuerza, pero las negras tienen posibilidades de cambiar su torre por el peón e, y lograr después ta­blas con rey y peón contra torre. 31. Rb7, f3; 32. c6, Tb4+; 33. ReS, Te4; 34. c7, f5; 35. Tf2, Te3 (si 35. . . . , Tf4; 36. h3 ! , es zugzwang); 36. h4, Rf6; 37. Tc2!, Te2; 38. Tc6+!, Rt7; 39. Rb8!, f2 (o 39 . . . . , Th2+; 40 Ra7, Ta2+; 41. Rb6, Tb2+; 42. RaS, Ta2+; 43. Rb4, Ta8; 44. c8=D, y ganan); 40. Tcl!

40 . ... , Tb2+(?) . Esto no ofrece ninguna esperanza. La partida aca­bó 41. Ra7, Ta2+; 42. Rb7, Tb2+; 43. Rc6, Tc2+; 44. Txc2, fl=D; y abandoné, ya que después de 45. c8=D, Df3+, los jaques enseguida se acabaron. Las blancas ganan de forma más rápida jugando su rey a b8. Realmente debí intentar la otra línea de juego: 40. . . . , Tel ; 41. c8=D, fl=D. Como era de esperar,

PEONES PASADOS 149

Palatnik-Speelman, después de 40. Tc 1!

231 N

las blancas tienen una victoria for­zada. Sin embargo, deben tener mucho cuidado en evitar que el rey negro escape vía g4 (a menos que tengan en mente algo específico ante esta posibilidad). Fue pruden­te que las blancas jugasen 39. Rb8! , en lugar de 39. Rb7, ya que esto les proporciona la casilla extra b7 para su dama. Después de la partida re­cuerdo haber encontrado una vic­toria incluso con el rey en b7, pero ahora no puedo recordarla. De cualquier modo, éste es un modo de que las blancas ganen (con su rey en b8). 42. Dc7+! (no 42. Tc7+?, Te? ! ; ni 42. Db7+/d7+?, Rg6!) ; 42 . ... , ReS! Si 42 . . . . , Rg6/g8; 43. Dg3+, Rt7; 44. Dxel ! , Db5+; 45. Rc7, y cesan los jaques. Similar­mente, si 42. . .. , Rf6; 43. Dc3+ ! , Después de 42 . . . . , Re6; las blancas pueden jugar 43. Db6+, como en la línea de juego principal. 43. Dc6+, Re7. Si 43 . . . . , Rt7; 44. Dd5+! , Rg7 ( 44. . .. , Rg6; 45 . Dg8+, Rf6; 46. Dd8+ ! , Re6; 47. De8+, Rd5; 48. Txel, Df4+; 49. Rc8, Dc4+; 50. Rd8 ! ; o 44 . . . . , Rf8; 45 . Dd8+,

150 PREPARACIÓN DE FINALES

Rt7; 46. Tc7+, Re6; 47. Te7+; o 44 . . . . , Re7; 45. Tc7+, Rf6; 46. Tc6+, y enseguida se da mate); 45. Tc7+ ! , Rg6; 46. Dd6+, Rh5; 47. Th7+, Rg4; 48. Tg7+, Rf3; 49. Dg3+! , Re2 (49. . .. , Re4; 50. Te7+, Rd5; 51 . Dxel, Db5+; 52. Tb7); 50. Te7+, Rd2; 51 . Dd6+, Rc3; 52. Tc7+ Rb3; 53. Db6+, y mate en dos jugadas). La línea principal sigue 44. Db7+ (si 44. DeS+, Re8! ; y las blancas deberían repetir con 45. Dc6+ ); 44 . ... , Rf6 (si 44 . . . . , Rd6; 45 . Db4+! , Rd7; 46. Dd2+, o 44 . . . . , Re6; 45. Db3+, Rd7 -de otro modo la dama ahorquilla al rey y la torre-; 46. Tc7+, Rd6; 47. Db4+, Rd5; 48. Td7+, Re6; 49. Te7+ ) ; 45. Db6+, Rt7 (si 45 . . . . , ReS; 46. DaS+; o 45 . . . . , Rg7; 46. Tc7+ ); 46. Db3+!, ReS (cualquier otro movimiento del rey permite una horquilla); 47. TeS+ (finalmente es conveniente mover la torre) ; 47 . ... , Re7; 48. Tc7+, Rf6 (si 48. . .. , Rd6; 49. Db4+!) ; 49. Db6+, ReS (o 49 . . . . , Te6; 50. Dd4+, TeS; 51 . Tc6+ ); 50. Te7+, Rf4 (o 50. . .. , Rd5; 51 . Da5+ ) ; 51. Db4+, y ganan.

Ahora os puede parecer total­mente obvio que esta posición de­bía de ser una victoria -de hecho, yo creo que es así-. Pero las blan­cas ciertamente tuvieron que te­ner mucho cuidado en cómo se desarrolló su juego, ya que si el rey negro se hubiese escapado por el flanco de rey, o incluso por el medio, ¡verdaderamente podría haber sobrevivido ! La razón por la que he desarrollado esta victo­ria forzada es principalmente para mostrar la exactitud con la que deben jugar las blancas para ga­nar.

FD # 242

232 B

El diagrama 232 quizá nos con­duzca de nuevo un poco más cerca de la realidad. Es la convincente demostración de A verbakh de que en los finales de dama los peones pasados son peligrosos. Después de l. a6, las blancas obviamente deben de estar bastante satisfechas con un jaque continuo, a pesar del hecho de que están cuatro ( ! ) peo­nes por encima.

PEONES PASADOS LIGADOS Y AISLADOS

Los peones pasados ligados son en general mejores que los desliga­dos, siempre que los peones pasa­dos aislados se puedan mantener bajo control. Esto es debido a que es muy difícil bloquear a los peones pasados ligados, incluso aunque el rey esté por detrás de ellos. Por supuesto, la cuestión del control se condiciona a un enorme "sí". Dos peones pasados laterales pueden ser mortales en cualquier final una vez se ponen en movimiento.

Pillsbury-Tan-asch; Nuremberg, 1896 FP # 775; FAB # 89

Las blancas tienen peones pasa­dos ligados en la quinta horizontal, y las negras todavía no han podido conseguir ningún peón pasado. Pe­ro en los finales de peón son en ge­neral los peones pasados laterales los que cuentan. De hecho, Ta­rrash perdió este final con un juego muy débil. Sin embargo, si las ne­gras hubiesen jugado correctamen­te las blancas hubieran tenido que luchar por las tablas.

La partida terminó l • ••• , b5; 2. Rg3, b4(?); 3. Rf4, g5+ ?? (un pati­nazo terrible); 4. hg, hg+; 5. Rxg5, a5; 6. d6, Rt7; 7. Rf5, a4; 8. e6+, ReS; 9. Rf6, b3; 10. ab, ab; 11. d7+, Rd8; 12. Rt7, 1-0.

Tarrasch pensó que la línea de juego correcta era l. ... , b5; 2. Rg3, a5 ! ; 3. Rf4, Rt7; 4. h5, gh; 5 . Rf5, h4; 6. d6, h3; 7. e6+, Re8; 8. Rf6, h2; 9. d7+, Rd8; 10. e7+, Rxd7; 1 1 . Rt7, h1=D; 12. e8=D+, Rd6; 13. Dd8+, Rc5; y las negras tienen unas excelentes perspectivas de victoria. En esta variante sería me­jor haber jugado 2 . . . . , a5 ! en lugar de 2. . .. , b4(?), ya que en el se-

PEONES PASADOS 151

gundo caso las blancas podrían ju­gar 13. Db8+! , ganando el peón a con un jaque.

En Finales de ajedrez básicos Fine da un análisis correcto de este difícil final. l. . . . , b5; 2. h5 ! (no 2. d6?, Rt7; 3. d7, Re7; 4. e6, a5; 5. h5, g5; 6. Rg3, b4; 7. Rg4, a4; 8. Rf5, b3; 9. ab, ab; 10. Rg6, b2; 1 1 . d8=D+, Rxd8; 12. Rt7, b1=D; 13. e7+, Rc7; 14. e8=D, Df5+! ; 1 5 . Rg7, Dd7+; 16. Dxd7+, Rxd7; 17. Rxh6, g4; y aunque el peón h de las blancas llega a la séptima hori­zontal, el rey negro está lo suficien­temente cerca como para conseguir la victoria); 2 . ... , gh (2 . . . . , g5? per­dería); 3. Rg3. Ahora el rey blanco se puede aproximar a t7 vía h5, lo que le garantiza las tablas, p.e. 3 • •• .,

a5; 4. Rh4, b4; 5. Rxh5, a4; 6. d6, EU7; 7. d� Re7; 8. e6, b3; 9. ab, ab; 10. Rg6, b2; 11. d8=D+, Rxd8; 12. Rf7, bl=D; 13. e7+, Rc7; 14. e8=D, y las blancas hacen tablas fácilmen­te, ya que pueden rodear el peón h, p.e. 14 . . . . , Df5+; 15. Rg7! , Dg5+ (o 15 . .. . , h5; 16. Rg6, h4; 17. De7+=); 16. Dg6! , Rd7; 17. Rh7! , etc.

Stahlberg-Tartakower "Partida amistosa 1934"

234 N

152 PREPARACIÓN DE FINALES

En una partida informal Stahl­berg intentó l. c4!, ofreciendo los tres peones pasados ligados, y Tar­takower aceptó gustosamente: l . ... , de? (1 . ... , Rf5 ! ; 2. cd, Rxg6; gana); 2. h4, a5; 3. h5, a4; 4. 1td2(?) (4. h6, gana con más rapidez -4. . . . , gh; S. d5+, Rf6; 6. d6, a3; 7. d7, Re7; 8. g7, etc.); 4. . .. , bS; 5. dS+, ltd7; 6. h6, a3; 7. ltc2 (7. Rcl ! ) ; 7 . ... , b4; 8. hg, b2+; 9. ltbl, al+; 10. ltal, c3; 11. g8=D, y Tartakower renunció.

Debo decir que no me gustaría que mis partidas amistosas se pu­blicasen por todas partes -y esta obviamente se jugó muy deprisa-. Pero supongo que fue un final de entretenimiento, ¡y estoy seguro de que no he sido el primero en utilizarlo !

235 B

Alekhine-Aiexander, Margate, 1937

Los peones ligados pasados de las blancas están preparados para empezar a rodar. Si hubiesen juga­do las negras podrían haber optado por cierto contrajuego con l. ... , gS ! ; y 2 . . . . , Tg6. Sin embargo, mo­vían las blancas, y Alekhine ma-

chacó a Alexander con l. TaS!, Tb6; 2. d4, Tb3+; 3. ltf4, Tb4; 4. dS (no 4. ReS??, TbS+!) ; 4 . ... , Tb6; S. TeS, Tb4 (o S . . . . , Tb7; 6. eS, Ta7; 7. Tc8, aS; 8. e6+, etc.); 6. Tc7+, ltf8; 7. Ta7, 1-0.

Keres-Aiekhine; AVRO, 1938 FAB # 4 13; FT # 196

236 B

Ambos bandos tienen peones pasados ligados, pero las blancas tienen ventaja porque los suyos están más avanzados, y son ellas las que mueven. l. c6!, lte7 (si . . . , Tc2; 2. bS, TeS; 3. Tb4! , y ganan). Aquí Keres falló con 2. bS? Anali­zó hasta el movimiento 7, y pensó que las negras estaban en zugz­wang, sin darse cuenta de que el rey podía mover. La partida termi­nó 2 . ... , Tb2; 3. Tc4, ltd8; 4. TeS, g4!; 5. ltf4, Tb4+; 6. Rg3, ltc7; 7. lth4, ltc8!; 8. ThS, ltc7; 9. Th7+, Rc8; 10. Tb7, Tc4; 11. ltg3, f5; 12. Th4, TeS; V2-V2. El análisis reveló el modo correcto de jugar: 2. Td4! (cortando el camino del rey); 2 . . . . , Tc2 (si 2 . . . . , Tb2; 3. Rd3, Tbl ; 4. Rc2, Tal; S. c7, Ta8; 6. bS, y ganan); 3. bS, TeS; 4. Tb4! (esto es con mucho el movimiento más

fuerte, aunque Smyslov y Leven­fish dan un análisis en Finales de torre que muestra que 4. Td7+ también ganaría, como hace Fine en Finales de ajedrez básicos); 4 . . . . , Rd8; 5. b6, Rc8; 6. b7+, Rb8; 7. Tb6, f5 (o 7 . . . . , Ta5; 8. c7+! ); 8. Ta6, Rc7; 9. Ta8, Tb5; 10. Tc8+, y ganan.

237

N'

Schakmatny Listok, 1924 FA # 264

Los peones negros están más avanzados y su rey está mejor colo­cado. Esto es una ventaja suficien­te para conseguir la victoria: l. ... , Rg4 ! ; 2. b5? (2. Ab5, e3+; 3. Rel , Ae7 ! ; también pierde, pero es mejor que permitir que los dos peones lleguen a la sexta horizon­tal). 2 . . . . , e3+; 3. Rel , d3; 4. Af3, Ae6; 5. b6, ab; 6. cb, Ad6; 7. a4, Ab3 ! ; 8. a5 (o 8. Adl, Ac4!) ; 8 . . . . , d2+; 9. Rfl , Ac4+; 10. Rgl , e2; y ganan.

Las blancas emplean un truco inteligente para forzar la victoria: l. b8=D+! , Axb8; 2. Rb7, Ra5 (o 2 . . . . , g3; 3. Axg3, Axg3; 4. a7, f2; 5. a8=D, fl=D; 6. Da6+ ) ; 3. Ah4, Rb5; 4. Ael, zugzwang y ganan.

PEONES PASADOS

FA # 266 O. Durás, 1906 Blancas juegan y ganan

153

238 S

Finalmente, para completar es­te largo capítulo sobre los peones pasados, un ejemplo de peones pa­sados que pierden los estribos.

Minió-Rakic! Campeonato de Yugoslavia, 1969

239 N

Las negras jugaron l . ... , el+(?); 2. Rcl, Ah6+; 0-1 , en previsión de 3. Td2, b2, mate. Como señala Bot­terill en The modern defence (La defensa moderna), habría sido más estético jugar l. ... , Tal+!

154 PREPARACIÓN DE FINALES

11 . La actividad de las piezas

En este capítulo examinaremos varios ejemplos de piezas activas y pasivas. En cualquier posición del ajedrez siempre es una ventaja te­ner piezas activas, y desde luego el final no es una excepción. De he­cho, cuando sólo quedan algunas piezas el contraste entre piezas ac­tivas y pasivas puede ser especial­mente significativo. En ocasiones, al defenderse uno se ve obligado a jugar pasivamente. Sin embargo, y a menos que la defensa pasiva ga­rantice con seguridad unas tablas, siempre está bien mantener aun­que sea una remota posibilidad de "activarse". Por lo menos, es bue­no para la moral.

EL REY

El rey es una temible unidad de combate en los finales, más o me­nos como una torre, por decir algo. Se debe utilizar tan activamente como sea posible, teniendo siem­pre en mente que es una pieza im­portante y que se debe cuidar de ella con gran interés.

Ver el diagrama 240. En esta partida, la quinta del

torneo del Campeonato del Mun­do de 1963, fue la primera vez que Petrosian derrotó a Botvinnik. Las blancas tienen un peón más y pue­den mantener esta ventaja con l. h3.

Petrosian-Botvinnik, Partida de torneo (5) 1963

Sin embargo, Petrosian encon­tró una jugada mucho mejor: l. Ce4!, Txh2; 2. Rd4, Rd7 (si 2 . ... , Txg2; 3. Tc7+, es mortal); 3. g3! (esto es mejor que 3. g4?, después de lo que Botvinnik podría haber activado su juego con 3 . ... , h5!); 3. • •• , Ab4; 4. ReS, ThS+; S. Rf6, Ae7+; 6. Rg7 (el rey está perfecta­mente a salvo en esta posición, de­trás de las líneas enemigas, y pron­to empezará a masacrar a los peo­nes); 6 . ... ,eS (las blancas amenaza­ban 7. Td2+, y 8. Rf7); 7. Tc6, Thl.

Ver el diagrama 241. En esta posición Petrosian, muy

acertadamente, se tomó una pausa de veinte minutos para calmarse, y para asegurarse de sellar el movi­miento correcto. 8. Rt7! La posi­ción aplazada está totalmente ga­nada, a la vista de la actividad ase­sina de las piezas blancas.

241 B .&

Petrosian-Botvinnik, después de 7 . ... , Th 1

1

La partida finalizó 8. . •. , Tal; 9. Te6, Ad8; 10. Td6+, Rc8; 11. Re8, Ac7; 12. Tc6, Tdl (si 12 . ... , Txa4; 13. Cc3, seguido de 14. Cd5, gana el alfil); 13. CgS, Td8+; 14. Rt7, Td7+ (se amenazaba 15. Txc7+!); 15. Rg8, 1-0.

Gheorghiu-Mednis; Riga IZ, 1979

Ésta fue la posición aplazada. Las blancas tienen una gran venta­ja en vista de su configuración de peones a ambos lados del tablero, pero tendrían que haber trabajado

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 155

muy duro para ganar. Sin embar­go, tras el aplazamiento, Mednis se equivocó al permitir que el rey b.lanco se hiciese activo, y la victo­na fue muy fácil. l. • •• , Td8 (el movimiento sellado); 2. Tg3, Ad7? (este movimiento permite al rey blanco desplazarse al flanco de da­ma); 3. Rd4, f5? Y esto fue suicida. La única posibilidad era 3. . .. , Af5+, para mantener al rey retra­sado. Una vez que penetra, la po­sición de las negras se hace bas­tante desesperada. 4. ReS!, fg; S. Rb6, Ae8 (las blancas amenaza­ban 6. Rc7); 6. Rxb7, h5; 7. Rxa6, Td4; 8. Rb6, h4; 9. Txg4. Si 9. Te3, las negras podrían causar alguna c<:mfusión con 9 . ... , g3; 10. hg, h3. Sm duda, esto seguiría siendo una victoria para las blancas, pero con el rey apoyando poderosamente al peón a pasado Gheorghiu puede perfectamente permitirse perder un alfil para evitar complicacio­nes. 9 • ••• , Txd3; 10. f5, Tb3; 11. eS, Ad7; 12. a6, Axf5; 13. Txh4, Rg7; 14. a7, Ta3; 15. Rb7, Ac8+; 16. Rb8!, 1-0.

Larsen-Grünfeld; Riga /Z, 1979

243 B

156 PREPARACIÓN DE FINALES

Éste es otro ejemplo de un rey en la séptima horizontal. Larsen jugó l. g4?, pensando en su próxi­mo movimiento, pero esto resultó ser un error. La jugada correcta era l. h4! Esto amenaza 2. g4, y si l . ... , Te1; 2. Ah5!, seguido de Ag6, y la el peón h corona. l . ... , Tel; 2. g5? Esto es consecuente, pero incorrecto. El movimiento correc­to era 2. Af3! Volveremos a esto después de examinar la continua­ción de la partida. 2 . ... , RdS?? Esto conduce a una derrota trivial. 2 . ... , Txd1? es también malo -3. gf+, Rd8; 4. f7. El movimiento correcto era 2 . ... , Tg1!; y entonces 3. h4, fg; 4. f6+ Re6; 5. h5, Txd1; 6. fl!, Tfl; 7. f8=D, Txf8; 8. Rxf8, g4 (y no 8 .... , Rf6??; 9. Rg8!, ni 8 . ... , Rf5?!; 9. Rfl); 9. h6, g3; 10. h7, g2; 11. h8=D, g1=D=. Las blancas de­ben evitar una trampa en esta línea de juego: si 6. h6?? (en lugar de 6. fl!), entonces perderían con 6 . ... , Tfl!; 7. h7, Th1!; 8. fl, Txh7+! La partida siguió con 3. Rxf6, Txdl; 4. g6, ReS; 5. g7, 1-0.

Volvamos a 2. Af3! En lugar de 2. g5? Larsen da la siguiente com­pleja variación ganadora en lnfor-mator 28: 2. Af3!, Tg1 (si 2 . ... , Tfl/e3; 3. g5, gana); 3. b4!, d5 (3 . ... , a5; 4. ba, ba; 5. c4!, zugzwang); 4. b5, d4. Las negras se han visto forza­das por un zugzwang a abrir la dia­gonal c4-c6. Ahora las blancas jue­gan 5. h4!, Tg3; 6. Ae2, Tg2; 7. g5!, fg; 8. f6+, Rd6 (si 8 . .. . , Re6; 9. Ac4+ es ahora posible); 9. h5, Txe2; 10. h6, Te8; 11. fl!, y ganan.

Las blancas tienen una gran ventaja. Mientras que el caballo blanco irradia poder, el alfil negro es prácticamente impotente, ya

Alekhine-Yates; Londres, 1922

244 8

que la mayoría de sus peones están fijados en casillas del color equivo­cado. Las torres blancas están do­bladas poderosamente en la única vertical abierta, y las negras no se pueden oponer a ellas, ya que un final puro de caballo contra alfil se­ría ganado fácilmente por las blan­cas. Además, y quizá lo más impor­tante, las negras son angustiosa­mente débiles en las casillas ne­gras. No tienen ninguna pieza para controlarlas, ya que el alfil es del color contrario y las torres no sir­ven para este propósito.

A pesar de todas estas ventajas, las blancas no tienen una continua­ción inmediata que sea decisiva. Sin embargo, con su próximo mo­vimiento Alekhine inició una enér­gica marcha del rey que rápida­mente decidió la partida. l. Rf2!, Rh7; 2. h4!, Tf8; 3. Rg3, TtbS (las negras no pueden hacer nada, y por lo tanto permanecen pasivas); 4. Tc7, Ab5 (el último movimiento de las blancas amenazaba 5. Cd7, seguido de Cc5 o Cb6); 5. Tlc5, Aa6; 6. T5c6, TeS; 7. Rf4, RgS; S. h5!, Afi; 9. g3. No Tf7?, TacS.

Con paciencia, las blancas pueden conseguir doblar sus torres en la séptima horizontal, tras lo que tie­nen preparada una preciosa com­binación ganadora. 9. • •• , Aa6; 10. Tt7, Rh7; 11. Tc7, Tg8; 12. Cd7! (controlando g6 con 8. hS! las blan­cas evitaron Rg6 en esta posición, pero era conveniente controlar en todo momento g6 con sus piezas); 12 • ••• , Rh8.

Ver el diagrama 24S. 13. Cf6!, Tgf8; 14. Txg7!, Txf6;

15. ReS, 1-0. Después de que cada una de las torres vaya a f8 las blan­cas dan mate en dos jugadas.

Alekhine-Yates después de 12 . . .. , RhB

Éste es un ejemplo drástico de la explotación de un complejo de casillas débiles por el juego de pie­zas, y también muestra el efecto mortal que un rey puede tener en una defensa ya débil de por sí.

Las blancas tienen la ventaja en este final de dobles torres, ya que el peón e no es peligroso, y pueden movilizar sus propios peones rápi­damente con, p.e., c4 seguido de Tc3. Sin embargo, por el momento

LA ACfiVIDAD DE LAS PIEZAS 157

246

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�: .& � <1> : �

Boleslavsky-Giigorié; Zúrich C, 1953

l. ... , TxfS podría convertirse en una amenaza. Boleslavsky cometió un error instructivo defendiéndose en contra de este movimiento con l. g4? El l. c4? !/? es prematuro, ya que después de l. ... , TxfS; 2. Tdxe3, Txe3; 3. Txe3, Tf2+ el final de to­rre no está claro, p.e. 4. Rc3, Txg2; S. eS, en donde S . ... , fS!; parece correcto, y si 6. c6, Tg6!; o 4. Rb3, y ahora o bien 4 . ... , Txg2; S. eS, a4+; o quizá 4 . ... , a4+ directamente. En el libro del torneo Bronstein reco­mienda l. g3! Si entonces l. ... , TxfS; 2. Tdxe3, Txe3; 3. Txe3, a4!; 4. c4, Tf2+; S. Rc3, a3; 6. ba, Txa2; 7. Rb4, y el final de torre es favora­ble a las blancas. Y si las negras no juegan l. ... , TxfS; entonces las blancas pueden continuar tranqui­lamente con su plan de c4, Tc3. l • ••• , h5!; 2. Td6. Las blancas creen que están restringiendo al rey ne­gro, ¡pero se equivocan! Otros mo­vimientos tampoco habrían servido para mantener sus ventajas, p.e. 2. Td4, Rh6; 3. Rd3, RgS; 4. c4, hg; S. hg, Rh4; ó 2. c4, Rh6; etc. 2 • ••• , hg; 3. hg, Rh6!; 4. Txf6+, Rg5; 5. Txf7, Rxg4; 6. Td7, RD (activan-

158 PREPARACIÓN DE FINALES

do su rey Gligorié ha hecho algo más que igualar las posiciones); 7. Rd3, Txf5; 8. c4, a4.

247 B

Boleslavsky-Giigorié después de B . ... , a4

9. Td6!, 112-112. Presumible­mente este fue el movimiento se­llado. Las blancas hacen tablas siempre y cuando se mantengan pasivas. El movimiento "activo" 9. c5? les llevaría a la derrota. Bronstein da la variación 9. T8e5!, 10. c6, Td5+; 11. Rc4, Tc5+; 12. Rd3, Tfd5+; 13. Txd5, Txd5+; 14. Rc4, Td2!, y ganan.

MALAS POSICIONES DEL REY

Tras la euforia de todos estos reyes magníficamente activos sería adecuado mirar la otra cara de la moneda -los desastres que pueden caer sobre el poseedor de un rey mal colocado-. Por supuesto, ya hemos examinado esta situación en alguna medida en posiciones en las que un bando tiene un rey activo y el otro no; pero algunos ejemplos más no nos harán ningún daño.

Taimanov-Larsen; La Habana, 1967

248 B

No siempre es una ventaja tener al rey en una posición muy avanza­da en los finales En esta situación problemática Taimanov jugó l. Ab3? En su Fifty Selected Games (Cincuenta partidas seleccionadas) Larsen dice que l. Ad1!, también habría conducido a tablas. l. ..., ReS; 2. Rg7?, Cg4!; 3. Tdl, Tg5+; 4. Rh8, Cf6; 5. Aa4+, Re7; 0-1.

' '

Tseshkovsky-Polugayevsky; Riga IZ, 1979

249 N

Polugayevsky jugó una combi­nación para ganar dos peones: l . ... , Te2+; 2. Tfl, Txf2+; 3. Rxf2, Cxb2;

4. Axb2, Txc2+; 5. Re3, Txb2. Des­graciadamente, después de 6. Tcl! resultó que no tenían una buena defensa ante la amenaza de Tc8 y Ce7+.

250 N

Tseshkovsky-Polugayevsky, después de 6. Tc1!

6 • • _, Tb3+; 7. Re2, Th2+; 8. Rel, f6; 9. g6!, Ta2. Si 9 . ... , hg; 10. fg, Ta2(!); 11. Tc8, Tal+; 12. Re2, Ta2+; 13. Re3, Ta3+; 14. Re4, Txa4+; 15. Rf5, Ta5!; 16. Re6, Txd5; 17. Rxd5, y en vista del deplorable estado pasivo del rey y el alfil ne­gros, las blancas deben ganar. 9 . ... , hg; 10. fg, Txh2?; es peor, ya que después de 11. Tc8, Thl+; 12. Re2, Th2+; 13. Rf3, Th3+; 14. Rg2, las blancas escapan a los jaques. Esta maniobra del rey también habría ganado, por supuesto, si las negras hubiesen jugado 9 . ... , Txh2? inme­diatamente. 10. TeS, Tal+; 11. Rd2, Ta2+; 12. Rd3, Ta3+; 13. Rc2, Ta2+; 14. Rc3! Esto es mucho mejor que 14. Rb3?, Te2; 15. gh+, Rxh7; 16. Txf8. Si ahora 14 . ... , Re2; entonces 15. Cf4! gana inmediata­mente -15 . ... , Tel; 16. Txf8+!-. La partida sigue 14 . ... , hg; 15. Ce7+!

LA ACfiVIDAD DE LAS PIEZAS

Tseshkovsky-Polugayevsky, después de 15. Ce 7 +

159

251 N

15. • •• , Rh7. Si 15. . .. , Rf7; 16. Cxg6, Ae7; 17. Ch8, mate. Sin embargo, el final con una pieza menos al que se llega no ofrece es­peranza para las negras, ya que las blancas pueden mantener fácil­mente el peón g. 16. hg+, Rh6; 17. Txf8, Te2; 18. Th8+ (el movimien­to sellado); 18. • •• , Rg5; 19. h4+!, Rg4; 20. Cd5, Th2; 21. Th7! (mejor que 21. Cxf6+?, Rf5!); 21 • ••• , Th3+; 22. Rd4, Rf5; 23. Th5+, Rg4; 24. Th7, Rf5; 25. Ce7+, Re6; 26. Txg7, Txh4+; 27. Re3, 1-0. El peón g pronto coronará.

Se dan algunos ejemplos adi­cionales de ataques de mate en el capítulo sobre táctica (diagramas 31-6). En el próximo ejemplo las negras consiguen evitar el mate. Sin embargo, la terrible posición de su rey es un factor totalmente decisivo.

Capablanca activó su rey con l. Rg3!, Txc3+; 2. Rh4, y de pronto el rey negro se encontró en un mal paso. Tartakower intentó 2 • ••• , Tf3 (si 2 . ... , Tcl; 3. Rh5!, etc., pero no 3. g6?, Thl +; 4. Rg5, Txh7; 5. gh,

160 PREPARACIÓN DE FINALES

252 B

Capablanca-Tartakower, Nueva York, 1924

FT # 273; FAB # 404

Rg7; 6. RxfS, eS!=; y el intento de un contraataqQe con 2 . ... , aS; 3. g6, bS es demasiado lento -4. ab, a4; S. RgS, a3; 6. Rf6, etc.); 3. g6, Txf4+; 4. Rg5, Te4 (no 4 . ... , Txd4; S. Rf6, Rg8; 6. Td7, y las blancas en reali­dad dan mate); 5. Rf6!, Rg8; 6. Tg7+!, Rh8; 7. Txc7, Te8; 8. Rxf5, Te4; 9. Rf6, Tf4+; 10. ReS, Tg4; 11. g7+!, Rg8; 12. Txa7, Tgl; 13. RxdS, Tcl; 14. Rd6, Tc2; 15. d5, Tcl; 16. Tc7, Tal; 17. Rc6, Txa4; 18. d6, 1-0.

ALFILES Y CABALLOS

Los alfiles tienden a ser mejor que los caballos en posiciones abiertas en las que hay juego en ambos flancos, y en enfrentarse a los peones pasados. Sin embargo, los caballos son en general más úti­les que los alfiles en las posiciones bloqueadas, particularmente si hay varios peones atrapados en casillas del mismo color que la del alfil. Además, los caballos suelen ser por lo menos tan buenos como los

alfiles en la lucha cerrada que se produce cuando todo el juego está concentrado en un lugar.

ALFILES MALOS

Primero, aquí van algunos ejem­plos en los que es mejor un caballo.

Henneberger-Nimzowitsch, Winterthur, 1931

ver FA e C # 316; FAB # 255

253 N

Éste es un ejemplo particular­mente terrible. El alfil blanco esta horriblemente incapacitado por sus propios peones. Sin embargo, la posición está tan bloqueada que Nimzowitsch tuvo que trabajar du­ro para forzar la victoria. Pero en­contró un maravilloso método para ganar: l. • •• , Rc6; 2. Re2, Cf6; 3. Re3, Ce4; 4. Re2, Rd5 ( 4 . ... , Rd6 es más rápido); 5. Re3, Rd6! (las negras triangulan para perder un tiempo); 6. Re2, Rc6; 7. Re3, Rd5; 8. Re2, Cd6!; 9. Re3, Cb5; 10. Ad2, Ca3; 11. Acl (las blancas estaban en zugzwang -si 11. Ae1, Cc2+; 12. Rd2, Cxe1; 13. Rxe1, Re4; 14. Re2, a3!); 11 • ••• , Cbl!; 12. Ab2, a3!; 13. Aal.

Hennebe,rger-Nimzowitsch, después de 13. Aa 1

El alfil está ahora terriblemente inmovilizado, pero para forzar esto las negras han tenido que dejar a su propio rey desamparado. Sin embargo, Nimzowitsch calculó con precisión que las blancas no tienen tiempo suficiente para tomarlo y quedar con vida. 13. • •• , Rd6! (las negras triangulan de nuevo); 14. Re2, Rc6!; 15. Rdl (o 15. Re3, Rd5 etc; y. si, 15. Rf2 el caballo escapa de veras -15 . ... , Cd2; 16. Re2, Ce4; o si 16. Rg1, incluso funcionaría 16 . ... , Cb3!); 15 • ••• , Rd5; 16. Rc2, Re4; 17. Rxbl, Rf3; 18. Ab2, ab; 19. a4, Rxg3; 20. a5, Rh2; 21. a6, g3; 22. a7, g2; 23. a8=D, gl=D+; 24. Rxb2, Dg2+; 25. Dxg2+, Rxg2; 26. Ra3, Rf3; 27. Rb4, Rxf4; 28. Rxc4, Re3; 29. d5, ed+; 30. Rxd5, f4; 31. c4, f3; 32. eS, f2; 33. c6, fi=D; 0-1.

¡Todo este desarrollo está for­zado a partir del diagrama 253!

No es sorprendente que, las blancas pudieran forzar un zugz­wang decisivo enseguida. l. Rg8!, Ag4 (si el alfil se mueve a cualquier otro sitio entonces 2. Cxe6!, gana); 2. Cg6!, Ad3; 3. Ch8!, Ah5; 4. Rg7, 1-0.

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 161

Szi/y-Balogh, Budapest, 1947

Hay otros ejemplos de malos alfiles, tan horripilantes como és­tos, en distintas partes de este libro (cfr. diagramas 216 y 219). Pero pasemos ahora a un ejemplo más razonable.

Este final es más favorable a las blancas, ya que su caballo es mejor que el alfil de las negras, y porque además tienen la posibilidad de penetrar con su rey hasta el centro de la acción. Sin embargo, las ne­gras tienen buenas perspectivas de

Botvinnik-Petrosian, Partida de torneo (14), 1963

256 N

162 PREPARACIÓN DE FINALES

defensa. Petrosian jugó l . ... , a4!/? Trataba de eliminar peones, pero al hacer esto crea un magnífico emplazamiento para el caballo blanco en c5. Se ha sugerido que l. ... , Rf8; y l. ... , h6; eran alternati­vas mejores. 2. ba. 2. Ce5(!) era una alternativa más directa. Si en­tonces 2 . ... , Tc3; 3. ba, Ta3; 4. Tb2, Txa4; 5. Txb6, Txa2+; 6. Rg3, Af5; 7. Tb8+, Rg7; 8. Tb7+, Rg8; 9. Ct7, con excelentes posibilidades de victoria. Las negras podrían inten­tar mejorar esto con 2 . ... , Tcl; 3. ba, Tb1! La partida continuó con 2 . ... , Tc4; 3. aS!, ba; 4. CeS. Éste fue el movimiento sellado. Las blancas están ahora mucho mejor. 4. . .. , AfS; S. Rg3, a4! Las alternativas eran: 5 . ... , h6; 6. gh, Rh7; 7. Rf4, Rxh6; 8. Re5, con una gran venta­ja; 5 . .. . , h6; 6. gh, g5; 7. Te2!, Txd4; 8. Te5, Tf4; 9. Ce6!, y ganan, ya que si 9 . ... , Axe6; 10. Txg5+!; 5 . ... , Rg7; 6. Tf4, h6; 7. gh+, y si 7 . ... , Rf6; 8. Tb2!, Se jugó 6. Rf4, a3; 7. ReS, Tb4 (Botvinnik afirmó que 7 . ... , Tc1; es mejor, y podrían lle­gar a ser tablas); 8. Cd3 (si 8. Cb3, Ab1!; amenazando 9 . ... , Axa2!; pe­ro no 8 . ... , Txb3?; 9. ab, Ab1; 10. b4, y ganan); 8 . ... , TbS; 9. Rd6, Rf7; 10. Rc6, Axd3; 11. Txd3. Las ne­gras tuvieron éxito en el intercam­bio de su alfil por el caballo -de he­cho el último movimiento de Bot­vinnik estaba diseñado para forzar este intercambio, ya que el alfil se había vuelto muy activo-. Pero la ventaja de las blancas persiste, en la forma de un rey mucho más acti­vo y el peligroso peón d pasado que va a ser creado en breve (ver también las notas tras el diagrama 257). 11 . ... , Tb2! (la defensa activa

habitualmente es adecuada en un final de torre); 12. Txa3, Tg2; 13. RxdS (no 13. f4?, Re6!); 13 . ... , TxgS+; 14. Rc6! (mucho mejor que 14. Re4?, h5; 15. Ta7+, Rf6; 16. a4, h4; 17. Th7, Ta5 con unas tablas teóricas); 14. . .. , hS; lS. dS, Tg2; 16. d6, Tc2+ (el inmediato 16 . ... , g5 podría ser mejor); 17. Rd7.

Botvinnik-Petrosian, después de 17. Rd7

257 N

La última parte de esta partida, después del intercambio de piezas menores, obviamente tiene poco que ver con el tema de las buenas y las malas piezas menores. Sin em­bargo, ilustra un fenómeno intere­sante e importante, que es que, en cualquier fase de una partida de ajedrez, a menudo es imposible mantener una ventaja en su forma inicial. Pero si de verdad existe una ventaja sobre la que basarse, debe­ría ser posible transformarla en algo de importancia y validez equi­valentes. Este final es un caso ex­celente para ilustrar este punto. Botvinnik empezó con las mejores piezas menores y poniendo en

acción a su rey. Con una buena de­fensa, Petrosian fue capaz de ac­tivar a su alfil, e incluso hacerlo más poderoso que el caballo. Sin embargo, mientras hacía esto las blancas penetraban con su rey, y fueron capaces de intercambiar lo que se había convertido en una pieza menor inferior para poder llegar al favorable final de torre que condujo al diagrama 257.

De hecho, la partida tan sólo duró tres movimientos más a partir del diagrama, ¡ya que Petrosian cometió un error garrafal! Pero la posición realmente era muy com­pleja. Puesto que el análisis es bas­tante interesante, voy a seguir con él, a pesar de que nos vamos a des­viar del tema que nos ocupa. 17 . ... , h4(?) (17 . ... , g5 ofrece mejores posibilidades, pero las blancas pue­den forzar la victoria con 18. Ra5! -no 18. Ta7-; 18 . ... , Rf6; 19. Rd8, h4; 20. d7, h3; 21. Ta6+, Rg7; 22. Re7!, tras el que el final de da­ma y peón después de 22 . ... , Te2+; 23. Te6, es una victoria fácil); 18. f4, Tf2? Petrosian se equivoca, no dándose cuenta del movimiento 20 de las blancas. Las negras tienen dos alternativas mejores: 18 . ... , g5; 19. hg, Rg6; 20. Rd8, Rxg5; 21. d7, Td2! -21. ... , Rg4; 22. Ta8!, h3; 23. Re7, y ganan, ya que las blan­cas coronan primero-; 22. Ta8!, h3; 23. Re7, h2; 24. Th8, Te2+; 25. Rd6, Td2+; 26. Rc6, Tc2+; 27. Rb5, Tb2+; 28. Rc4, Td2; 29. Txh2, Txd7; 30. a4, y las blancas probablemente ganarán; y 18 . ... , Rf6; 19. Rd8, Rf5; 20. d7, Rxf4; 21. Ta8!, h3; 22. Re7, Td2; 23. d8=D, Txd8; 24. Txd8, g5; 25. Th8, g4; 26. Rf6, g3; 27. Th4+!, y ganan -o 26. a4, Rg3; 27. Rg6!, y

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 163

también ganan ( ¡pero no 27. a5?, Rh2; de resultado incierto!). La partida terminó 19. ReS, Txf4; 20. Ta7+!, 1-0. Si 20. . .. , Re6; entonces 21. d7, Tc4+; 22. Tc7, Ta4; 23. Tc6+, ganan con facilidad. Petrosian esperaba 20. Tc3?, tras el que podría jugar 20 . ... , Ta4.

UN ALFIL BUENO CONTRA UN CABALLO

Retornamos al tema con la ven­ganza del alfil.

• 258

J. 'i 'N

Stoltz-Kashdan; La Haya, 1928 FA e C # 302; FAB # 242

Éste es un ejemplo muy conoci­do -y muy instructivo-. La posición puede parecer marcadamente igua­lada a primera vista, pero de hecho las negras tienen varias ventajas:

1) El alfil es mucho mejor que el caballo en una posición abierta con peones en los dos flancos.

2) Las blancas tienen varios peones en casillas blancas que pue­den debilitarse.

164 PREPARACIÓN DE FINALES

3) Al mover, las negras son in­mediatamente capaces de llevar a su rey a una mejor situación que la del blanco (esto es especialmente importante).

La ventaja es suficiente para una victoria. La partida continuó l • ••• , Rf8; 2. Rfi, Re7; 3. Re2, Rd6; 4. Rd3, Rd5; 5. h4, Ac8!; 6. Cf3, Aa6+; 7. Rc3 (si 7. Re3, ReS; 8. CgS, Rb4; 9. Cxf7, Rxb3; y el peón a pasado lateral será decisi­vo); 7 • ••• , h6; 8. Cd4, g6; 9. Cc2, Re4; 10. Ce3, fS; 11. Rd2, f4; 12. Cg4 (las blancas intentan un contraata­que: si 12. Cc2, Afl; 13. Ce1, RfS; 14. f3, gS; 1S. hg, RxgS!; y Rh4, g3, etc); 12 • ••• , h5; 13. Cf6+, RfS; 14. Cd7, Ac8!; 15. Cf8, g5!; 16. g3 (si 16. hg, RxgS; el caballo blanco está en realidad atrapado); 16 • ••• , gh; 17. gh, Rg4; 18. Cg6, Af5; 19. Ce7, Ae6; 20. b4, Rxh4; 21. Rd3, Rg4; 22. Re4, h4; 23. Cc6, Af5+; 24. Rd5, f3! (no 24. . .. , h3??; 2S. CeS+, y 26. Cf3); 2S. bS, h3; 26. Cxa7, h2; 27. b6, h1=D; 28. Cc6, Db1; 29. ReS, Ae4; 0-1.

259 N

Uhlmann-Fischer; Leipzig 01, 1960

Como he reiterado en distintas ocasiones, los alfiles son mucho me­jores que los caballos en la lucha para convertir a los peones. El dia­grama 2S9 es otro ejemplo de esto. Fischer jugó l . .. ., a5!; para fijar el peón blanco a. Siguió con 2. Rf4 (si 2. Rh6, AdS; 3. Cf6, Af3; ganan -las negras pueden alcanzar 4. Rxh7, RxcS; S. Rg6, Rb4; 6. RgS, Rxa4; 7. Cxg4, simplemente con 7 . ... , Axg4!; y el caballo blanco será incapaz de sacrificarse por el peón a si las blan­cas eligen una alternativa a 7. Cxg4); 2 • ..., Ab3; 3. Re3 (o 3. Rxg4, Axa4; 4. RgS, Ac2; etc.); 3. . .. , Axa4; 4. Rd2 ( 4. Cf6, Ac2); 4. _., h6; 5. Cf6, Rxc5; 6. Cxg4, h5; 7. Ce3 (si 7. Cf6, h4; 8. Ce4+, Rd4; 9. Cd6, Ad7!; y el caballo queda fuera del juego sin ninguna posibilidad); 7 • •• ., Rd4; 8. en, ReS; 9. Re3 (o 9. Ce3, AbS); 9. • •• � Ab3; 10. Cg3, y Uhlmann abandonó, presumiblemente duran­te el aplazamiento, a la vista de 10 . ... , a4; 11. Rd3 (o 11. CxhS, a3; y el peón corona); 11. ... , a3; 12. Rc3, a2; 13. Rb2, h4; 14. Ce2, Re4; etc. Fue sorprendente lo inútil que fue el ca­ballo al oponerse al peón a pasado.

260 8

Miles-Dzhindzhihashvili; Tilburg, 1978

Esta posición está un tanto blo­queada. Sin embargo, las blancas tienen una gran ventaja, ya que los peones negros del flanco de dama están fijados en casillas negras, y por lo tanto son débiles. Además, tendrán que ser defendidos por el caballo, puesto que el rey negro no puede acercarse para hacerlo. Miles inmediatamente sujeta al ca­ballo para defender el peón b con l. Ac7!, a5 (?! Miles). Dzhindz­hihashvili está preocupado por la posibilidad de un posterior a5. Sin embargo, al jugar esto pierde un movimiento dilatorio que podría serie útil más tarde. 2. Rf2, g5 (esto es necesario; las negras no pueden permitirse dejar su peón g fijado en una casilla negra); 3. hg+, Rxg6; 4. Rg3, Rg5; 5. e4, h5; 6. Rh3 (no 6. f4+?, Rg6; y 7 . ... , f5; con una po­sición defensiva adecuada); 6 • ••• , Rh6; 7. Rh4, Rg6; 8. Ad8, Rh6; 9. Rg3, Rg7; 10. Rh4, Rh6; 11. Ac7, Rg6.

Ésta es la misma posición que la de después del séptimo movi­miento de las negras. Sin embargo,

261 B

''*

Miles-Dzhindzhihashvilí, después de 11 ... . , Rg6

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 165

ahora Miles jugó la decisiva manio­bra 12. g3! (no 12. g4?, hg; 13. fg, f5!); 12 • .•• , Rh6 (si 12 . ... , f5; 13. ef+, ef; las blancas podrían arreglárse­las para penetrar con Rf4 ); 13. g4!, hg!; 4. fg, Rg6; 15. Rg3, Rg5 (ahora si 15 . ... , f5; 16. gf+, ef; 17. Rf4!, y ga­nan -pero no 17. e5?, Rf7); 16. Rf3, Rh6 (con el rey en g5; 16. . .. , f5 sucumbe ante 17. gf, ef; 18. e5!, tras el que 18 . ... , Rt7 es imposible; o si 16 . ... , e5; 17. Rg3, Rg6; 18. Rh4, Rh6; 19. Ad8, Rg6; 20. g5!, fg+ -o 20 . ... , f5; 21. ef+, Rxf5; 22. Rh5!-; 21. Axg5, Cb8; 22. Ad8, Cd7; 23. Rg4, y ganan); 17. Rf4, Rg6; 18. eS!, fe+; 19. Axe5, Rt7; 20. Ac7, Rf6; 21. g5+, Rt7; 22. Rg4, Rg6; 23. Ad6, y las negras renunciaron ante la perspectiva de 23 . ... , e5; 24. Ac7, e4; 25. Rf4, e3; 26. Rxe3, Rxg5; 27. Re4; o 23 . ... , Rt7; 24. Rh5, Rg7; 25. Ac7, e5 (25 . ... , Rh7; 26. g6+, Rg7; 27. Rg5, etc.); 26. Rg4, Rg6; 27. Ad6 (más o menos), volviendo a la línea principal.

FINALES DE CABALLO

En los finales de caballo, como ya hemos visto (cfr. capítulo acerca de los peones pasados, diagramas 224-226), los peones pasados late­rales son muy peligrosos. Con una configuración de peones más equi­librada, la actividad de las piezas se convierte en el factor decisivo. Un caballo puede producir un daño enorme a los peones desprotegidos y sin ayuda, ya que no hay ningún lugar en el que esconderse -en los finales de alfil los peones pueden buscar santuarios en las casillas del color opuesto al del alfil.

262 N

166 PREPARACIÓN DE FINALES

Riumin-Capablanca; Moscú, 1936

La única ventaja de las negras es la posición activa de su caballo, pero es una ventaja muy grande. Capablanca jugó l • ••• , b5! (si l. ... , Cb1; 2. a4, Cc3; 3. a5, Ccd5; 4. ab, ab; 5. Ce4, Cxb4; 6. Cd6+, Rf8; 7. Rfl, y las blancas tienen una míni­ma posibilidad de hacer tablas, ya que a las negras les llevará cierto tiempo organizarse -aunque al fi­nal, mediante 7 . ... , Cd5!; 8. Re2, Re7; presumiblemente deberían ganar) 2. Ce2, Cbl; 3. Cd4, Cxa3; 4. Cc6, ReS!; 5. g3 (si 5. Cxa7, Rd7; y el caballo está atrapado); 5 • ••• , Rd7; 6. Cb8+, Rd6; 7. f4, Cc2; 0-1.

263 B

Haag-Kiuger, Pecs 1976/nfonnator 23 # 15

Con un material tan limitado normalmente sería muy difícil, sino imposible, ganar. Sin embargo, aquí la enorme actividad de las pie­zas blancas hacen que esta tarea sea sencilla: l. Rt7!, Cxg4; 2. Cf8+, Rh8; 3. Ce6, Cf2 (o 3 . ... , Cf6; 4. Cxg7, Cd5; 5. f5, Cf4; 6. f6, Rh7; 7. Rf8!, y ganan); 4. Rxg7, Cd3; 5. Ce6, Rh7; 6. Cf8+, Rh8; 7. Cg6+, Rh7; 8. f5, Cf2; 9. f6, Ce4; 10. Re7, Cg5; 11. Ce5! (no 11. fl??, Cxfl; 12. Cxfl, ahogado); 1-0.

ALFILES DEL MISMO COLOR. MÁS ALFILES MALOS

En los finales con alfiles del mismo color, es muy importante no tener peones atascados en casi­llas del mismo color que las de los alfiles, a menos que uno tenga muy buenas razones. Si los peones de uno de los jugadores se quedan fijos en casillas del color equivoca­do, su alfil casi automáticamente estará en una posición peor que la de su oponente -es decir, será un mal alfil.

En el capítulo de las casillas conjugadas se da un ejemplo típico de como forzar un zugzwang cuan­do el oponente tiene un mal alfil (diagramas 121-122). Doy aquí un par de ejemplos más de los males inherentes a tener peones en las casillas del color equivocado.

Los peones en e4 y c4 son ex­tremadamente débiles. Fischer ga­nó tras l. • •• , Rd4; 2. Rg4, Ag6; 3. Rf3, Ah5+; 4. Rf2, Adl; 5. Rg3??, Ae2! (no 5 . ... , Ab3; 6. Rg4, Axc4?; 7. Axc4, Rxc4; 8. Rf5=); 6. eS, Rxc5; 7. Ae6 (o 7. Rf2, Ac4;

Elo-Fischer; Milwaukee, 1957

8. Ab7, Rd4; 9. Rf3, Ad3; 10. Ab7, Ac2; 11. Ac6, Ad1 +; 12. Rf2, g4; y ganan); 7 • ••• , Rd4; 8. Af5, Re3!; O­l. No hay defensa contra 9 . ... , Af3.

Las blancas perdieron este final porque rehusaron arriesgar piezas hasta que se vieron forzadas por circunstancias desfavorables. Me parece que podrían haber hecho tablas si hubiesen utilizado el peón e como señuelo, ya sea para llevar a su alfil a fS manteniendo al rey negro alejado de e3, o para llevar su propio rey a e3.

Así, en su quinto movimiento las blancas deberían haber jugado (en lugar de S. Rg3??); S. Ab7!, Axc4 (S. . .. , Ab3; 6. eS!, RxcS; 7. Re3!, o 7. Ac8!); 6. Ac8 (también 6 Re3); 6 . ... , Rd4; 7. AfS.

El rey negro está muy bien si­tuado en d4, pero con el alfil blan­co en una diagonal excelente esto no es suficiente para ganar. Por ejemplo, 7. . .. , g4 (7. . .. , ReS; 8. Rg3); 8. Rg3, Re3 (o 8. ... , ReS; 9. Ag6, Ae2; 10. Ah7, Af3; 11.

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 167

Elo-Fischer (análisis) a) Diagrama b) A blanco en b 7

e) A blanco en b 1 d) A blanco en g2

AfS!); 9. Ag6, Ae2; 10. Ah7 (no 10. AfS??, Af3; y son las blancas las que están en zugzwang); 10 . ... , Af3 (si 10 . ... , Ad3; 11. AfS, o inclu­so 11. Rxg4, Axe4; 12. AfS!); 11. AfS! No hay modo de progre­sar mientras el alfil siga en la dia­gonal fS-h7, y por lo tanto la posi­ción son tablas. Sin embargo, con su alfil en cualquier otra diagonal las blancas perderían: con el alfil en b7, l. ... , g4!; 2. Rg3, Re3; 3. Ac6, Af3; gana; con el alfil en b1, l. ... , AhS; 2. Ac2, Ag4; 3. Ad1 (zugz­wang); 4. Rg3, Ae2; y S . ... , Ad3; con el alfil en g2, l . ... , Ac2!

Durante un momento, hipnoti­zado por el peón g negro, pensé que era absolutamente necesario para las blancas situar su alfil en la diagonal fS-h7, y mantener su rey en g3 o f2, pero de hecho no es así, p.e. diagrama 266.

Las blancas deben jugar l. Ac2! (no l. Af3??, Ab7; 2. Ag2, fS); l . ... , g4; 2. Adl! (no 2. Ad3?, g3; 3. Rf3, Axe4+; 4. Axe4, g2); 2 • ••• , Ad7 (o 2 . ... , g3; 3. Rf3); y lo más sencillo

168 PREPARACIÓN DE FINALES

266 S

Elo-Fischer (análisis)

es 3. Ac2, Ac6; 4. Adl!=. Aunque 3. Ae2 también se podría jugar: 3 • ••• , g3; 4. Afi (no 4. Rf3?, Ag4+!; ni 4. Af3?, Ac6; 5. Ag2, f5; 6. Rf3, Axe4+; 7. Rxg3, Axg2; 8. Rxg2, Re4!; ni 4. Ad3?, Ac6; 5. Rf3, g2; Sin embargo, 4. Aa6, es posible, ya que si 4 . ... , g2; 5. Rf2, Ah3 es sólo tablas); 4 • ••• , Ag4; 5. Ag2! (forzado -5. Ad3?, g2; 6. Rf2, Af3!; gana); 5 • ••• , Adl; 6. Afi, Ac2; 7. Rf3=.

� N

Pedko-Kislova; URSS, 1978 lnformator 26 # 20

El alfil blanco es particular­mente malo. Si moviesen las blan­cas estarían en zugzwang, y po­drían renunciar gustosamente. Sin embargo, son las negras las que mueven. No tienen modo de per­der una jugada, y no pueden mejo­rar la posición de sus piezas. N o tienen más remedio que acudir al sacrificio: l • ••• , Axc4; 2. be, Rxc4; 3. Adl (si las blancas sacan a su alfil de la cadena de peones tam­bién pierden: 3. Ab3+, Rd4; 4. Rd5, c4; 5. Rc2 -5. Rc1, Rc3!-; 5 . ... , c3; 6. Ae6, Re3; 7. Ag4, b3+!; 8. Rxb3, Rd2; etc.); 3. • •• , Rd4; 4. Rc2. Si 4. Re2?, b3!; o 4. Aa4, c4; 5. Rc1 (5. Rc2, Re3!; o 5. Ac2, b3; 6. Ab1, c3+); 5 . ... , Re3 (también 5 . ... , Rc3); 6. Ad1, b3; 7. Rb1 (7. ab, c3; o 7. Axb3, cb; 8. ab, Rd3); 7 . ... , Rd2!; y si 8. Axb3, cb; 9. ab, Rc3; 10. Ra2, Rb4; o si 8. ab, c3; 9. Ac2, a2+; y ganan. 4 • ••• , Re3; 5. Rb3. Las blancas siempre perderán si permi­ten que el rey negro llegue a c3, por ejemplo con 5. Rc1, Rd3; 6. Ac2+, Rc3; y ahora:

a) 7. Aa4, c4; 8. Ad1, b3; 9. Rb1 (9. ab, a2!; gana) y aquí 9 . ... , Rd2! enlaza con la variación anterior, pero no 9 . ... , b2?; con el que las blancas hacen tablas, puesto que el alfil está siempre a salvo en d1 debido al ahogado.

b) 7. Aa4, c4; 8. Ac2, b3; 9. Ab1, Rd4!; y ganan;

e) 7. Ad1, c4; 8. Aa4, b3; 9. Rb1 (o 9. ab, a2!); 9 . ... , Rd2; y ganan;

d) 7. Ad1, c4; 8. Rb1, b3; 9. ab (9. Ra1, Rd2!); 9 . ... , cb; 10. Ra1, Rb4! (las negras triangulan -no 10 . ... , a2?; 11. Axb3!); 11. Rb1, Rc4; 12. Ra1, Rc3 (zugzwang); 12. Rb1,

a2+; 13. Rb1, a2+; 14. Ra1, b2+; 1S. Rxa2, Rd2; y ganan.

Volviendo a la línea de juego principal, S. • .. , Rd3!; 6. Ac2+, Rd2!; 7. Abl, Re2; 8. Rc4, Rxf3; 9. RxcS, b3!; y las blancas renuncia­ron ante sus dos fatales alternati­vas. Si 10. ab, Re3!; el peón f coro­na; o si 10. Rb4, ba; 11. Axa2, Rxe4 y ganan, p.e. 12. Rxa3, Rd3; 13. Ae6, f3; 14. Rb2, f2; 1S. Ah3, e4; 16. Rc1, e3; etc.

En este ejemplo el final de alfil bueno contra alfil malo se transfor­mó inmediatamente en uno en el que las negras tenían dos peones para el alfil. Sin embargo, pudieron mantener sus ventajas -una posi­ción excelente de su rey y ninguna debilidad en los peones-. Y la hor­da negra arrasó con facilidad a las blancas.

Tener peones fijados en las ca­sillas del color equivocado no es siempre una desventaja. En el dia­grama 268 el peón en e6 es extraor­dinariamente poderoso, y las blan­cas debieron haber ganado.

268 8

Flohr-Zagorovsky; Minsk, 1952

LA ACfiVIDAD DE LAS PIEZAS 169

l. Ad3!, a4 (ante la amenaza de 2. a4, y más adelante AbS); 2. b4!, a3; 3. bS! (cuatro de los cinco peo­nes de las blancas están fijados en casillas blancas, ¡pero el alfil negro está casi muerto!); 3. . .. , Rg8; 4. Rf4, Rf8; S. RfS!, Rg8 (si S . ... , Rg7(!); 6. RgS, Rf8; 7. Rf6, h4; 8. e7+ -no 8. Ah7, Ah5!-; 8. ... , Rg8; 9. Re6, y yo creo que las blancas deberían ganar); 6. Rf6, h4 (no 6 .... , Rf8?; 7. Ah7!). Aquí Flohr ju­gó 7. e7?, y consiguió tablas tras 7. ... , g3; 8. hg, hg; 9. Afl, Ad7. A ver­bakh señala en Finales de alfil que las blancas podrían haber ganado con 7. Re7!, g3; 8. hg, hg; 9. Ae4, AxbS; 10. Rxd6, p.e. 10 . ... , Rf8; 11. ReS, Ac4; 12. d6, Axa2; 13. e7+.

ALFILES DE COLORES OPUESTOS

En los finales con alfiles de co­lores opuestos, más que el número de peones que tiene cada jugador lo más importante son las po­sibilidades de crear peones pasa­dos y de apoyarlos. A menudo es necesario sacrificar un peón o peo­nes para crear un peón pasado y protegerlo (cfr. diagrama 27). A continuación doy un remarcable ejemplo descubierto por Aver­bakh.

Smyslov pudo haber forzado es­ta posición en su partida contra A verbakh, pero muy razonable­mente asumió que eran tablas. Sin embargo, al analizarla A verbakh encontró una victoria increíble. l. RgS, Rf7 (no l. .. . , Axf3?; 2. Rcg6, ReS; 3. Ae3, Re6; 4. Af4, zugzwang y ganan); 2. f4!! (las blancas se cie-

170

269 S

PREPARACIÓN DE FINALES

Smys/ov-Averbakh, Moscú, 1950 (análisis)

Averbakh 1951; FA # 358

rran sobre su propio rey preparan­do un soberbio ataque); 2 • ••• , Ae4!; 3. Af2, Rg7 (si 3 . ... , Af3; 4. g4!, se alcanza de todas formas, y ganan algo más fácilmente que en la línea de juego principal); 4. g4!, hg (si 4 . ... , fg; 5. f5, gf; 6. Rxh5, Rf6; 7. Ag3, Af3; 8. Rh6, Ae4; 9. h5, Af3; 10. Ah4+, Rf7 -o 10 . ... , Re5; 11. Rg5, f4; 12. h6, gana- 11. Re5, Ae4; 12. Ag3, Rg7; 13. Ae5+, Rf7; 14. h6, gana); 5. h5!, gh; 6. a8=D!, Axa8; 7. Rxf5. El balance de piezas está ahora equilibrado, pero las blancas se han conjurado para obtener un muy saludable peón f pasado. Si las negras pudiesen sacrificar su alfil a cambio de él, y hacer llegar su rey a a8 a tiempo podrían, hacer tablas, pero esto es del todo imposible. 7 • ••• , Rt7; 8. Rg5, Af3 (o 8 . ... , Re7; 9. f5, Rd7; 10. f6, Rd5; 11. a7, etc.); 9. a7, Aa8; 10. Ah4, Af3; 11. f5, Rg7; 12. Ag3, Rt7; 13. Ae5!, Ae4 (o 13 . ... , Rf8; 14. Rf6, h4; 15. Ad6+, seguido de Re7 o Rg7; etc); 14. Rxh5!, g3; 15. Axg3, Rf6; 16. Rg4!, Axf5+; 17. Rf4, y el peón a corona.

LOS DOS ALFILES

En los finales dos alfiles son en general más fuertes que cualquier otro par de piezas menores. U na de las principales desventajas de un alfil, si se compara con un caba­llo, es que sólo puede controlar la mitad de las casillas del tablero -con un par de alfiles este proble­ma queda resuelto-. Además, dos alfiles son muy eficaces para explo­tar debilidades en cualquier parte del tablero, y también para devol­ver a los peones pasados al redil.

Larsen-Gheorghiu; Winnipeg, 1967

Las blancas tienen una gran ventaja en vista de los vulnerables peones del flanco de dama. Des­pués de l • ••• , Re7; 2. Ab8, Gheorg­hiu intentó 2 • ••• , Cf6 (si 2 . ... , a5; 3. Aa7, Cd6; 4. Acx5, es también una victoria para las blancas, p.e. 4 . ... , Re6; 5. Ab3, Aa6; 6. Axd6!, Rxd6; 7. c5+!, Rxc5; 8. Axc7, etc.); 3. Axa7, Cd7. El alfil está "atrapa­do" en a7, pero el caballo negro no puede moverse por estar obligado a sujetarle. Larsen ganó con mucha facilidad: 4. Ab5, Rd6; 5. a4, Rc7; 6. a5, Rc6; 7. a6, h5; 8. g4, h4; 9. Rf2,

f6; 10. f5!, Cb6 (si 10 . ... , Rd6; 11. Ab8+!; o 10 . . .. , Ce5; 11. Re2, Cd3; 12. Axc6, Rxc6; 13. Ab8, Cb2; 14. Ad6, Cxc4; 15. Af8, y el flanco del rey se desmorona); 11. Axb6+, Rxb6; 12. Re2, Aa8; 13. Rd2, RaS; 14. Rc3, Rb6; 15. Rb3, RaS; 16. Ra3, Rb6; 17. Ra4, 1-0.

271 N

Botvinnik-Bronstein, Partida de torneo (23) 1951

Bronstein ganó el peón b con l • ••• , Axcl? Esto fue un error, ba­sado en un mal análisis de la posi­ción. Debió haber mejorado la po­sición de su rey con l. ... , Rf7. Si en­tonces 2. Rc2, Cb4+; 3. Rb1, Ca6; las blancas hubiesen tenido dificul­tades en intentar cualquier cosa. O si 2.llxa6, ba; 3. Ac7, Axc1; 4. Rxc1, Cxb3+; 5. Rc2, Ca5; 6. Axb6, las negras pueden jugar 6 . ... , Cc6!=, o quizá meterse en líos después de 6. ... , Cc4; 7. Ad8, Cxe3+!? La partida sigue 2. Rxcl, Cxb3+; 3. Rc2, Ca5; 4. Rc3, Rt7; 5. e4. Está muy claro que, a pesar de haber perdido un peón, tan sólo las blancas tienen alguna posibilidad de ganar. En sus Best games 1947-1970 (Mejores partidas 1947-1970) Botvinnik ana­liza este final con mucho detalle.

LA ACfiVIDAD DE LAS PIEZAS 171

Es un soberbio ejemplo del domi­nio de los caballos por los alfiles. La partida continuó 5 . .•. , f5? (un error de Botvinnik -este movi­miento debilita al peón h); 6. gf, gf; 7. Ad3, Rg6. Aquí Botvinnik tuvo que sellar su jugada ante el aplaza­miento. Su plan era colocar un alfil en b1, el otro en d6, intercambiar en d5 y después jugar Aa2, toman­do el peón d. Tuvo que elegir qué alfil mover primero, y eligió 8 Ad6?! La elección errónea. Debería ha­ber jugado 8. Ab1! , Cc6 (8 . ... , Cc4; 9. Af4, y 10. Aa2); 9. ed, ed; 10. Aa2, Ce7; 11. Ad6, ganando el peón d. Si 8. Ab1, fe; 9. fe, de; 10. Axe4+, Rg7; los alfiles blancos son mucho más poderosos. Una posibilidad aquí es la sugerencia de Flohr de 11. Axb7!?, Cxb7; 12. Rc4, seguido de Rb5 etc. 8. . .• , Cc6; 9. Abl, Rf6?! Botvinnik sugiere que 9 . ... , Ca7! es una mejora, para amenazar b5. Si entonces 10. ed, ed; 11. Aa2, b5; 12. a5 (12. Axd5, ba! ; amena­zando Cb5+ ); 12 . ... , b4+! (no 12 . ... , Cc6; 13. Axd5, Cxa5; 14. f4, con una gran ventaja); 13. Rd3, Cb5; 14. Ae5, Cac7; 15. Rc2, Rf7; 16. Rb3, Ca6; y las negras todavía es­tán en el tablero. 10. Ag3!! Un mo­vimiento poco aparente que sitúa las negras en zugzwang. Esto es mucho mejor que 10. h4, Cab8; 11. Af4, Cd7; 12. Ag5+, Rg6; 13. ed, ed; 14. Aa2, h6; 15. Af4, Ce7; 16 . Ad6, CeS ! ; en donde las blancas se defienden a sí mismas. 10. • •. , fg. Bronstein intercambia peones para liberar a su rey. El motivo de 10. Ag3 es que si 10 . ... , Cab4; 11. Ae5+! , Rg6; 12. Ad6, Ca6; 13. ed, ed; 14. Aa2, gana el peón d. 11. fg, h6; 12. Af4, h5; 13. ed! (esto era

172 PREPARACIÓN DE FINALES

esencial; de otro modo las negras habrían conseguido una casilla de­cente para un caballo con de); 13 • ••• , ed; 14. h4, Cab8; 15. AgS+, Rt7; 16. AfS.

212 N

Botvinnik-Bronstein, después de 16. Af5 "Dominio"

16 • ••• , Ca7. Si 16. . .. , Ce7; las blancas no tienen que darse prisa para ganar un peón con 17. Axe7, Cxe7; 18. Ag6, ya que las negras tienen posibilidades de tablas si consiguen alfil + peón de torre opuesto contra rey. En su lugar pueden jugar 17. Ah3,C8c6; 18. Ag2, Rg7; 19. Axe7, Cxe7; 20. Rb4, Cc6+; 21. Rb5, Cxd4+; 22. Rxb6 y a8=D. 17. Af4, C8c6; 18. Ad3, Cc8; 19. Ae2, Rg6; 20. Ad3+ (repitiendo movimientos para llegar al control de tiempo) 20 • ••• , Rf6; 21. Ae2, Rg6; 22. AD, C6e7 (si 22 . ... , C8e7; enton­ces simplemente 23. Ac7, Cf5; 24. Axb6, gana); 23. AgS! zugzwang. Bronstein se lo pensó cuarenta minutos antes de renunciar. Su po­sición no ofrece muchas esperanzas, p.e. 23 . ... , Cc6; 24. Axd5, Cd6; 25. Af3, Rf5; 26. Ac1 (Smyslov); 26 . ... , b5; 27. Axc6, be; 28. a5, etc.

Ésta fue la partida decisiva del Torneo del Campeonato del Mun­do de 1951. Antes de ella Brons­tein ganaba por un punto, pero tras perderla no pudo obtener ninguna ventaja en la partida 24 final, de modo que la partida fue tablas y Botvinnik retuvo su título.

FINALES DE TORRE

Habitualmente es mejor jugar acti­vamente en los finales de torre, ya que la torre es un defensor un tan­to descuidado, pero una pieza ata­cante muy poderosa. Ya hemos visto algunos ejemplos de esto en este capítulo, de modo que no voy a dar más. Sin embargo, quiero se­ñalar dos cuestiones.

Primero, las torres se deben co­locar detrás de los peones pasados. En el capítulo del zugzwang se dio un ejemplo arquetípico de esto (diagrama 85). También explora­mos este tema en la sección de ma­terial (diagramas 137-138). He aquí otro ejemplo.

Capab/anca-Marshe/1 San Petersburgo, 1914

273 8

Esta postcton es una victoria extremadamente fácil para las blancas. Sin embargo, si las torres se intercambiasen serían tablas. Capablanca ganó con l. TaS!, Rf6; 2. g4, Re7; 3. Rg3, Rd6; 4. Rf4, Rc7; 5. ReS, Rd7; 6. gS, Re7; 7. g6, Rf8; 8. Rxe6, Re8; 9. g7, Txg7; 10. a7, Tg6+; 11. RfS(!), 1-0.

Segundo, en posiciones en las que es necesario que el defensor aleje el rey de la acción para poder sobrevivir, es vital que la torre ten­ga tanto espacio como sea posible.

274 N

a) Diagrama; FT # 21 b) Ta3 -+ b3; FT # 22

Si las negras juegan hacen tablas simplemente haciendo jaques al rey blanco hasta que lo lleven a la verti­cal b, y moviendo entonces su torre a la vertical e, p.e. l. ... , Ta8+; 2. Rd7, Ta7+; 3. Rd6, Ta6+; 4. Rd5, Ta5+; 5. Rc6, Ta6+; 6. Rb7, Te6=.

Sin embargo, si la torre empieza en b3 no tiene suficiente espacio para poder meterle prisa al rey, es decir, tiene una "distancia de ja­que" insuficiente: l. ... , Tb8+; 2. Rd7, Th7+; 3. Rd6, Tb8; 4. Rc7, Ta8!; 5. Tal!!, Te8; 6. Rd7, y ganan.

LA ACfiVIDAD DE LAS PIEZAS 173

Las negras tenían que dar jaque en el diagrama 274, o las blancas estarían en la posición Lucena, esto es, l. ... , Td3; 2. Tgl +, Rh7; 3. Tg4!, Tdl; 4. Rt7, Tfl+; 5. Re6, Tel+; 6. Rf6, Tfl+; 7. Re5, Tel+; 8. Te4!

a) Diagrama; FT # 51 b) TcB -+ el

275 B

La misma idea se aplica al dia­grama 275.

Con la torre en c8 las negras tienen una distancia de jaque sufi­ciente, y pueden mantener la posi­ción. La línea de juego principal es l. Rb4 (1. Td4, Re5); l. ... , Tb8+; 2. Ra5, Tc8!; 3. Rb5, Tb8+; 4. Ra6, Tc8; 5. Td4, Re5; 6. Td5+, Re6; 7. Rb5, Th8+; 8. Ra4, Tc8; 9. Rb4, Th8+; 10. Tb5, Th8; 11. Tb7, Rd6; 12. Rb5, Th5+; 13. Rb6, Tc5!; 14. Td7+, Rxd7; 15. Rxc5, Rc7=.

Sin embargo, en c7 la torre ne­gra está demasiado cerca. Si las blancas juegan ganan con l. Rb4, Th7+ (1. ... , Td7; 2. Txd7, Rxd7; 3. Rb5); 2. Ra5, Tc7; 3. Rb5, Th7+; 4. Rcg!, y 5. c5, con lo que con el rey negro en el flanco "largo" del peón las blancas ganan con facilidad.

174 PREPARACIÓN DE FINALES

Si las negras juegan podrían hacer tablas con l. ... , Tc8, o inclu­so l. ... , Td7.

FINALES DE DAMA

La dama es la pieza más pode­rosa, y ella sola puede crear una enorme desolación entre las filas contrarias. No es sorprendente en­tonces que en los finales de dama su actividad sea de la mayor impor­tancia, como también lo son las posibilidades de crear peones pasa­dos (cfr. capítulo anterior) y la se­guridad del rey.

276 N

Lisitsin-Capablanca; Moscú, 1935 FD # 258

Éste es un ejemplo famoso. Las negras tienen la ventaja, debido a su mejor configuración de peones (las blancas tienen tres islas de peones) y su mayor centralización de las piezas. No está claro si esto debería ser decisivo, pero es de subrayar que Capablanca ganó en tan sólo una docena de movimien­tos. l. . .. , Re6; 2. h4, f6; 3. Re3 (si 3. De2+, Rd6; 4. De4, g5+; 5. hg,

Dxg5+; 6. Rf3, Dxb5; 7. Df4+, Rd7!; y las negras ganaron un peón a cambio de nada, ya que si 8. Dxf6, Dc6+ ); 3 . ... , Dc4; 4. g3? (Bonda­revsky sugirió 4. Dbl!, que debe ser mejor); 4 . ... , g5; 5. hg, fg; 6. Dh2? (no 6. Dbl, Dc3+; es mejor 6. Re4, pero las negras todavía perecen poder ganar tras 6 . ... , g4; 7. Rf4, Rf6; 8. Re4, De6+; 9. Rd3, Dd5; 10. Df2+, Rg6); 6 . ... , Db3+; 7. Re4, g4!; 8. De2, Dxg3; 9. Dc4+, Re7; 10. DeS, Df3+; 11. ReS, Df6+; 12. RdS, Dd6+; 0-1. Después del intercambio de damas el final de peones es trivial.

TORRES Y PIEZAS MENORES

Los finales con torres y piezas menores pueden ser muy tácticos. Aquí doy un par de ejemplos ( anti­guos, pero impresionantes) de acti­vidad en este tipo de finales.

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Salwe-Rubinstein; Car/sbad, 1907

2n N

Las negras controlan la vertical d, e incrementan su ventaja con l. .. ., Td3!; 2. Th2. Amenazaban 2 . ... , Tb3. Si 2. Tc3?, Td2!; ganan defini-

tivamente, p.e. si 3. Re3, Tb2; 4. Td3, con la esperanza de jugar Td6 ¡tras el que 4 . ... , Cf4! por lo menos gana tres peones! Las blancas podrían considerar 2. b5!?, pero las negras simplemente pueden ganar un peón con 2 . ... , Ta3. Sigue con 2. ... , Rc7; 3. eS (las blancas estaban en zugzwang -si 3. Re1, h3!; mien­tras que 3. Tc2, Tb3; o si 3. Tb1, Td2; o 3 . ... , h3; sería fatal); 3 . ..• , Rd7; 4. g3? (esto facilita las cosas para las negras, pero de todas for­mas el final sigue siendo bastante difícil); 4 . ... , hg+; S. hg, g4!; 6. Cgl (o 6. fg, Cg5); . 6 . ... , CgS; 7. Re2, Ta3; 8. f4, Cxe4; 9. fe, fe; 10. Rfi, Cxg3+; 11. Rg2, ChS; 12. Tf2, Cf4+; 13. Rhl, Tal; 14. Td2+, Re7; 0-1.

278 8

Yates-Aiekhine; La Haya, 1921

Las blancas tienen mayoría de peones en el flanco de dama, pero las negras controlan la única verti­cal abierta y tienen una gran venta­ja espacial en el flanco de rey, en donde su propia mayoría de peones se puede convertir fácilmente en un peón pasado. Además, su rey es activo, mientras que el blanco está cercado. De modo que las negras

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 175

tienen una gran ventaja. La partida continuó l. g3, Rt7; 2. eS, Rf6; 3. Ac4, Ac8! En un final de torre las blancas se defenderían bien. Al conservar su alfil Alekhine mantu­vo la ventaja. 4. a4, gS; 5. bS, f4; 6. Rfi, Td2!; 7. Rel, Tb2; 8. gf, gf; 9. Ae2 (si 9. Td1, Ag4; 10. Td6+, Re7; 11. Td4, Af3; seguido de 12 . ... , e3); 9 . ... , ReS; 10. c6, be; 11. Txc6 (o 11. be, f3; 12. Ad1, e3!; y ganan); 11 . ... , Ae6; 12. Adl, Tbl; 13. TeS+ (las negras amenazaron con 13 . ... , Ab3; o con 13 . ... , Ag4; si 13. Rd2, e3+; ganan); 13 . .. ., Rd4; 14. Tc2, e3; lS. fe+, fe; 16. Tc6, Ag4; 17. Td6+, ReS; 18. h3, AhS; 0-1.

Creo que las blancas probable­mente se podrían haber defendido un poco mejor a partir del diagra­ma 278, pero de todas formas está bastante claro que eran las negras las que tenían todas las posibilida­des de ganar.

PIEZAS ATRAPADAS

Finalmente, algunos ejemplos de piezas que se ven atrapadas.

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Mieses-Aiekhine; Mannheim, 1914

279 N

176 PREPARACIÓN DE FINALES

Éste es otro ejemplo de una de las partidas de Alekhine, de nuevo muy instructivo. (He de señalar que poseo una copia de las Best Games 1908-1923 (Mejores parti­das 1908-1923) de Alekhine; pero no me disculpo por incluir varios ejemplos de este libro, ya que con­tiene distintos finales que son muy instructivos, especialmente en un contexto adecuado.)

El diagrama 279 es extremada­mente complicado. Las negras tie­nen un peón más, pero las blancas gozan de una excelente actividad de las piezas. Alekhine jugó l. ... , Ce8!?/! Tenía en mente una inteli­gente combinación mediante la que las piezas blancas se trabarían de forma considerable. Sin embargo, no es del todo convincente, y quizá sería conveniente examinar algu­nas de las alternativas. He analiza­do este final durante algún tiempo con el maestro internacional sueco Harry Schüssler. Llegamos a la conclusión de que ciertamente la situación de las negras es mejor, pero que probablemente no tienen la suficiente ventaja para ganar sin un cierto grado de confusión (en el caso de que lo hagan).

Alekhine da:

a) l. . .. , c6?; 2. b5! , cb; 3. Cxe5, y las negras pierden su ventaja.

b) l. . . . , Cd7; 2. Ca5, b6; 3. Cc6, y el potente caballo les da a las blancas ciertas posibilidades de hacer tablas.

En la segunda variante las blan­cas también podrían considerar 3. Cb7!?, Txb4; 4. Txc7, Td4; y, p.e., 5. Cd8!? Con Schüssler anali­cé las alternativas siguientes:

e) l. ... , g4; 2. hg, hg; 3. Cxe5, g3; 4. Rfl, y las blancas parecen estar mejor, p.e. 4 . . .. , Td1 +; 5. Re2, Tg1 ; 6. Rd3, y ahora se amenaza 7. Cg6.

d) l . ... , h4; 2. Cxe5, Ch5; espe­rando poder tender una red que le lleve al mate, pero las blancas pue­den jugar 3. Rfl ! (o 3. Rf2 ! , pero no 3. Txc7??, Td1+; 4. Rf2, Cg3); 3 . ... , Cg3+; 4. Re1 , y la posición no está clara.

e) l. . . . , g4?; 2. hg, hg; 3. Cxe5, Ch5?; sigue la misma idea, pero después de 4. Cxg4! (también des­pués de 4. fg !?, Td1+; 5. Cf2, Cg3; 6. Rf3 ! , o simplemente 4. Rfllf2); 4 . ... , Td1+; 5. Rh2 ! , Cg3; 6. Cf2! , y el rey puede escapar vía h3.

f) l. ... , Rf7!? Las negras centra­lizan su rey. Las blancas pueden entonces considerar 2. Cxe5+, Re6; 3. Cg6!?, o 3. Cc4, o quizás 2. h4! , Cd7; pero con complicaciones.

Parece, a partir de estas varian­tes, que las negras realmente de­ben elegir entre la continuación de la partida real, l. ... , Cd7: y posible­mente l. . . . , Rf7 !?

La partida continuó (1. .. . , CeS); 2. b5!, b6; 3. Cxe5? Alekhine afirma que esto es forzado, ya que si 3. Rf2, g4 ! Sin embargo, no aca­bo de entenderlo (seguramente el intento de 4. Cxe5, g3+; 5. Re2 por lo menos vale la pena para las blancas). Quizá si 3. Rf2 las negras podrían jugar 3 . ... , h4 ! ; 4. Re2, Rg7; 5. Cxe5, Tb4; etc. Pero creo que las blancas en realidad ten­drían que intentar g4 con 3. h4( !), g4 (3 . .. . , gh); 4. Cxe5, g3; 5. Rfl, p.e. 5 . . . . , Td1 + (5 . . . . , Rg7; 6. Re2, y 7. Cd3); 6. Re2, Tg1 ; 7. Rd3, Rg7 (para detener 8. Cg6); y la posición

no está demasiado clara, aunque ciertamente las negras debieran estar mejor. La partida sigue 3 • ••• , Tb4; 4. Tc6? Para las blancas es muy cómodo seguir directamente la línea principal de la combina­ción. Creo que en su lugar debe­rían intentar 4. h4, aunque por el momento parezca demasiado len­to. 4. • •• , Txb5; 5. Tg6+?, Cg7; 6. TxgS, h4! (evitando 7. h4, y si 7. Ct7, entonces 7 . ... , Th1+! gana); 7. Rf2, TeS; 8. Re2, Rh7! (pero no 8 . ... , b5??; 9. Ct7!).

2lrJ 8

Mieses Alekhine, después de 8 . . . . , Rhl!

Y Mieses renunció, ya que no tenía ninguna defensa posible al plan de ... , b1=D. Si 9. Rd3, b5; 10. Rd4, Ce6+; o 9. Ct7, Txg5; 10. Cxg5+, Rg6!; ¡y el caballo está atrapado!

l • ••• , b2; 2. Axb2. Con proble­mas con el tiempo Najdorf jugó aquí 2 • ••• , Txb2? El camino correc­to es 2 . ... , Axb2! Después de esto las negras tienen problemas técni­cos, pero deben seguir siendo capaces de ganar, p.e. 3. Td7, Tc8;

LA ACTIVIDAD DE LAS PIEZAS 177

Keres-Najdorf; Zurich, 1953

4. c7, Af6; 5. Rf1, Rf8; y si 6. Re2, Ae7; seguido de 7 . ... , Re8; o si 6. Txh7, Ag7! Las blancas movie­ron 3. Td7!, ¡y se acordaron tablas! Después de 3 . ... , Tc2; 4. c7, las ne­gras deben jugar 4 . ... , Af8. Ahora no tienen ningún posible modo de liberar su posición, ya que ni el alfil ni el rey pueden hacer nada. Así que la torre se debe mover arriba y abajo por la vertical e, y la posición son unas condenadas tablas.

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<i> Lemer-Godes; URSS, 1979

/nformator 28 # 45

282 8

178 PREPARACIÓN DE FINALES

Las negras atraparon al rey blanco con l . ... , Ac5! Sin embar­go, tras 2. AdS!, las blancas toda­vía mantenían unas buenas pers­pectivas de tablas, ya que el rey negro está también bastante cerca­do. Además, hay posibilidades de llegar a un final en el que las ne­gras se queden con sólo un alfil y el peón de torre equivocado. La partida continuó 2 . ... , Rh6; 3. Ag8, g6; 4. fg, Rxg6; S. Ac4, Rg7; 6. Ab3? Después de este movi­miento el caballo negro se va de veras. 6. Ad5 ! era correcto, toda-

vía con esperanzas de hacer tablas. 6 . ... , Ce4!; 7. Aa4, Cd2! (ahora el rey blanco también está metido en un cajón); 8. Ae8, Rh6; 9. Aa4, RgS; 10. Ae8, Rf4; 11. Ad7, Cc4; 12. Rfl, CeS; 13. AfS, Re3; 14. Rg2, Cf3; 1S. Rfl, Cd4; 16. Ad7, Ce2; 17. gS (17. Rg2, Cf4+; 18. Rh2, seguro que también debe perder, pero quizá las blancas deberían intentarlo, ¡por lo menos para im­pedir que el rey negro llegue a c7 ! ); 17. . .. , fg; 18. Ae6, Cd4; 19. AdS, Cf3; 20. Ae6, CeS; 21. AdS, Cd3; 22. Ae6, Rf3! ; 0-1.

SECCIÓN V

INDICACIONES GENERALES

"La excepción confirma la regla"

Un dicho falso, pero pertinente.

Como prometí, doy aquí una lista de las indicaciones generales que hemos formulado -y a las que hemos encontrado excepciones­en este libro.

SECCIÓN 1: IDEAS TÁCTICAS Y COM BINACIONES

Las tácticas realmente ocurren en los finales; ¡ búsquelas ! No se concluye ninguna indicación general de esta sección: ¡ la fra­

se anterior lo dice todo ! Pero sí voy a dar una lista de las tácticas que se pueden utilizar:

Tácticas simples

El j aque a través, la horquilla, la clavada, el ataque doble.

Potenciar un peón

Interferencia, es decir, bloqueo de líneas de juego, desviar, atacar.

Ataques de mate

A menudo abundan en los finales. ¡ Estad al tanto con ellos !

1 80 PREPARACIÓN DE FINALES

Combinaciones para hacer tablas

Se puede intentar conseguir un ahogado, un jaque continuo o un ataque continuo.

Se puede intentar construir una fortaleza. A veces es posible sacrificar piezas para alcanzar unas tablas teó­

ncas.

SECCIÓN 1 1 : ZUGZWANG Y LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS

Introducción

El zugzwang es un arma vital en los finales. Muchas posiciones que son una victoria fácil podrían llegar a ser tablas si los jugadores de ajedrez no tuviesen la obligación de mover.

Zugzwang

Movimientos dilatorios. A veces es necesario hacer movimientos dilatorios con los peones para forzar un zugzwang. ¡Acumule movi­mientos dilatorios siempre que sea posible !

El zugzwang como objetivo estratégico. En muchos finales el plan estratégico de victoria es forzar al oponente a un zugzwang. És­te es especialmente el caso en los finales con malos alfiles, y también cuando una torre tiene que bloquear a un peón pasado del enemigo desde el frente. Por supuesto, el zugzwang es vital en los finales.

El zugzwang como resultado de una táctica. A veces de repente surge un zugzwang al final de una variante táctica. A menudo éste es un tema propio de estudios, pero también puede suceder en partidas reales.

La teoría de las casillas conjugadas

La oposición. En los finales de rey y peón la oposición es la forma normal de coordinación entre los reyes. Sin embargo, en ocasiones se dan otros tipos de coordinación, y la oposición es irrelevante.

Triangulación. La triangulación es un modo muy común de perder un tiempo o de ganar la oposición.

INDICACIONES GENERALES 181

La diversidad de los sistemas coordinados. A continuación doy una lista de algunos de los "tipos" principales, de acuerdo en la clasi­ficación de los Finales de peón:

"Sistema rectangular" : se aplica la oposición. "Sistema de casillas triangulares". "Sistema T". "Sistema de ocho casillas" . A estos podemos añadir: "Monstruos".

Aviso. Al aplicar la teoría de las casillas conjugadas recuerde que estas casillas no son mágicas (ni siquiera los monstruos) . Son mera­mente una ayuda al análisis, y se deben tratar como tal.

Casillas conjugadas en otros finales. En ocasiones se puede utili­zar con mucho provecho la teoría de las casillas conjugadas en finales distintos a los de rey y peones.

SECCIÓN 1 1 1 : BALANCE DE MATERIAL

Un peón extra lateral

Un peón pasado extra lateral (potencial o real) es en general sufi­ciente para obtener la victoria en un final de rey y peón, o en un final con piezas menores (excepto si se trata de alfiles opuestos) , a menos que haya una buena razón que lo impida.

Los alfiles son en general mejores que los caballos en posiciones en las que hay peones a ambos lados del tablero.

En un final con alfiles de colores opuestos, el defensor puede te­ner excelentes perspectivas de hacer tablas incluso si tiene un peón (o más) menos. Esto es debido a que un alfil a menudo es capaz de defender, sin la ayuda de su propio rey, todo un flanco frente a un rey y un alfil opuesto. Además, dos o incluso más peones pasados a veces pueden ser bloqueados por un rey y un alfil.

En los finales de torre la actividad de las piezas es de importancia fundamental. En los finales de torre + 3 + peón lateral contra torre + 3 el resultado es el siguiente:

a) Con la torre atacante frente a un peón, habitualmente tablas. b) Con la torre atacante detrás de un peón, habitualmente una victo­

ria . e) Con la torre atacante al iado del peón, existen buenas perspectivas

para la victoria.

182 PREPARACIÓN DE FINALES

Además, en a) para el atacante tener un peón b supone una mayor ventaja que tener un peón a.

En los finales de dama y peón, la seguridad del rey es de vital importancia. Un peón pasado extra lateral debería ganar con facili­dad si el rey está a salvo. De otra forma, podría tener problemas.

Un peón extra, todos los peones en un flanco

En general, en un final es una ventaja que el peón extra esté aleja­do; por esto el capítulo 6 contiene más tablas que el anterior.

R + 4 contra R + 3 R + 3 contra R + 2

T + 4 contra T + 3

Debería ser una victoria. Debería ser una victoria, con al­gunos "problemas de posición". Tablas teóricas (fáciles si el de­fensor puede evitar "h5", pero bas­tante difíciles en caso contrario) .

En los finales con todos los peones en el mismo lado del tablero los caballos son en general mejores que los alfiles:

A + 4 contra A + 3 Generalmente tablas. C + 4 contra C + 3 El atacante tiene excelentes pers­

pectivas de victoria (Fine conside­ra que esto es una "victoria teóri­ca") .

C + 4 contra A + 3 Buenas perspectivas de victoria, dependiendo de la posición (mu­chas posiciones estarán "teórica­mente ganadas").

A + 4 contra C + 3 Mejores perspectivas para el de­fensor que en el caso anterior.

Alfiles opuestos: A + 4 contra A + 3 A + 4 contra A + 2

A + 2 contra A

Finales de dama:

D + 4 contra D + 3

Casi siempre tablas. En ocasiones con posibilidades de victoria. Con peones ligados depende de la posición (consultar un libro de teoría para más detalles) .

Algunas posibilidades de victoria.

INDICACIONES GENERALES 183

El intercambio

En alguna ocasión he visto publicado:

T ::::: PM + 2 peones T ::::: PM + 1 112 peones

es decir, una torre se equipara aproximadamente a una pieza menor más 2/1 112 peones respectivamente.

En general es cierto que T > PM + 1, es decir, una torre es mejor que una pieza menor + peón (en un final con varios peones en juego).

Por supuesto, éstas son sólo indicaciones generales. Una torre es siempre muy peligrosa, ya sea en el ataque contra peones débiles o al apoyar a un peón pasado propio en contra de una pieza menor. Es más débil a la defensiva.

T + 3 contra A + 3 en el mismo flanco. Esto es en general una vic­toria, pero pueden surgir dificultades si el alfil es de color opuesto a sus peones, o si la configuración de peones del atacante tiene algún defecto.

T + 2 contra A + 3 en el mismo flanco. Esto es habitualmente tablas, a menos que exista una buena razón que lo impida.

T + 2 contra e + 3 en el mismo flanco. El defensor debe ser capaz de hacer tablas si se organiza con rapidez (hay algunas posiciones de fortaleza a las que puede intentar llegar). Sin embargo, si el defensor se limita a salir del paso, su posición puede hacerse crítica muy pronto.

T + 3 contra e + 3 en el mismo flanco. Esto es habitualmente una victoria fácil y rápida, pero en algunas posiciones excepcionales pue­den surgir problemas técnicos.

Finales sin peones

Los resultados normales, en el caso de que no exista una victoria inmediata del lado más fuerte, son:

D + e contra D Tablas. D + A contra D Tablas. T + e contra T Tablas (con relativa facilidad). T + A contra T Tablas, pero con dificultades para

la defensa. Desgraciadamente, una base de datos encontró una victo­ria forzada de 56 movimientos. En consecuencia, aquí se aplica la re­gla de los 100 movimientos.

1 84 PREPARACIÓN DE FINALES

T + 2A contra T + A T + A + e contra T + A

T + A + e contra T + e 2A contra e

Gana (?) . Muy buenas perspectivas de victo­ria (probablemente sin esperanza para el defensor si los alfiles son de colores opuestos) . Gana, supongo. Ahora se sabe que es una victoria, aunque el defensor pueda estable-cer una fortaleza (ver el diagrama 182) . El atacante tiene 100 movi­mientos para intentar ganar.

Para finalizar, algunos balances de piezas con dama contra otras piezas:

D contra T

D contra 2A

D contra 2e D contra A + e

Gana, pero puede resultar un tan­to difícil . Gana habitualmente, aunque exis­tan fortalezas. En general, tablas. Esto es habitualmente una victo­ria, pero existe una posición de fortaleza (diagrama 184) .

SECCIÓN IV: IDEAS ESTRATÉGICAS Y VALORACIONES

Configuración de peones y peones débiles

Los peones dobles, los peones aislados y los peones retrasados pueden ser una desventaj a. Pueden constituir una debilidad por sí mismos, o debilitar una mayoría de peones de la que forman parte.

Islas de peones A menos que un jugador tenga peones pasados peligrosos, en

general es una ventaj a tener menos islas de peones que el oponente.

Peones pasados Los peones pasados necesitan un apoyo adecuado. Los peones pasados protegidos en general son muy fuertes en el

final.

Peones pasados laterales y peones pasados centrales Los peones pasados laterales son en general más fuertes que los

peones pasados centrales en los finales de rey y peón.

INDICACIONES GENERALES 1 85

En los finales de alfil y en los de torre, un peón pasado central puede ser tan fuerte como un peón pasado lateral.

En los finales de dama todos los peones pasados son peligrosos.

Peones pasados ligados y aislados Si se puede controlar a los peones pasados aislados, los peones

pasados ligados deberían ser más fuertes, ya que son muy difíciles de bloquear incluso con un rey enfrente de ellos (pero, por supuesto, dos peones pasados laterales pueden resultar fatales en cualquier final) .

La actividad de las piezas

El rey El rey es una pieza poderosa en el final. Debe ser utilizado tan

activamente como sea posible, pero al mismo tiempo se debe cuidar de él con esmero.

Alfiles y caballos Las alfiles tienden a ser mejores que los caballos en:

1) Posiciones abiertas. 2) Posiciones en las que el juego se desarrolla en los dos flancos. 3) La lucha para convertir peones pasados y detener a los del opo­

nente.

Los caballos tienden a ser mejores que los alfiles en: 1) Posiciones bloqueadas, especialmente si los peones están fij ados

en casillas de color opuesto a las de los alfiles.

Los caballos son por lo menos tan buenos como los alfiles en: 1) La lucha cuerpo a cuerpo que tiene lugar en posiciones en las que

el juego está concentrado en un lugar.

• Finales de caballo. La iniciativa es muy importante.

• Finales de alfiles del mismo color. No dejar que los peones queden bloqueados en casillas del mismo color que el alfil sin que exista una buena razón para ello.

• Alfiles de distinto color. La posibilidad de originar peones pasados y de apoyarlos es más importante que el balance formal de mate­rial. Incidentalmente, una cuestión que no menciono en el texto, aunque probablemente debiera haberlo hecho:

186 PREPARACIÓN DE FINALES

Al intentar ganar, en general se deben colocar peones en casillas del color opuesto al del alfil propio.

Al intentar hacer tablas, en general se deben colocar peones en casillas del mismo color que el del alfil propio.

• Dos alfiles. Dos alfiles son en general considerablemente más pode­rosos que cualquier otro par de piezas menores.

Finales de torre Habitualmente es mejor jugar activamente en los finales de torre,

ya que la torre es un mal defensor, pero un muy buen atacante. Las torres se deben colocar detrás de los peones pasados. En ciertos finales de torre es necesario defenderse haciendo repe­

tidos j aques al rey enemigo. En este caso, la torre se debe colocar tan lejos como sea posible del rey, es decir, las torres necesitan espacio para funcionar con eficacia.

La dama Es una pieza poderosa. En los finales de dama es una gran ventaj a

tener una dama más activa que l a del oponente.

Piezas atrapadas ¡ En los finales en ocasiones las piezas pueden quedar atrapadas !

COMENTARIO GENERAL

Para finalizar, quiero reiterar que la actividad es esencial en los finales. Si estás defendiéndote, no seas absolutamente pasivo, a me­nos que tengas unas tablas blindadas o que estés absolutamente for­zado a ello. Y si te ves forzado a defenderte pasivamente, haz que el oponente trabaje tan duro como sea posible para conseguir cualquier pequeña ventaja.

Bibliografía

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hover (1977). Finales de Caballo, (FC) (Knight Endings) Y. Averbakh y V. Chekhover ( 1 977). Finales de Dama contra Torre/Piezas menores, (FD e T/PM) (Queen v. Rook!Minor Piece

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LA BIBLIOTECA DE LOS JUGADORES DEL CLUB Finales de Ajedrez Práctico, (FAP) (Practical Chess Endings) P. Keres ( 1 974) . Lecciones de Finales Prácticos, (LFP) (Practica! Endgame Lessons) E. Mednis ( 1 979).

OTROS TEXTOS DE FINALES Finales de Ajedrez Básicos, (FAB) (Basic Chess Endings) R. Fine (Bell 1 941 , David McKay

1 94 1 ). Lehr und Handbuch der Enspiel, A. Cheron -cuatro volúmenes en alemán. Finales de Ajedrez, conocimiento esencial, (Chess Endings, Essential Knowledge) Y. Aver­

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188 PREPARACIÓN DE FINALES

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Lommer (Publicado por primera vez en 1 938; publicado por Dover Publications inc. en 1 968) .

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PREPARACIÓN DE FINALES