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Principales Órdenes Religiosas y su Aporte a la Evangelización
El pasado viernes 22 de mayo los alumnos de la promoción XVII del
Colegio Alpamayo tuvimos la oportunidad de asistir a una visita guiada
por las principales plazas y edificaciones del centro histórico de Lima.
Entre los lugares visitados encontramos dos grandes monumentos que
se alzan cerca a la Plaza Mayor y cuyo significado histórico es de gran
importancia para nuestra sociedad; nos referimos al Convento de San
Francisco y al Convento de Santo Domingo. Estas imponentes
construcciones fueron construidas por las dos principales órdenes
religiosas que llegaron al Perú alrededor de los 1530’s, es decir las
congregaciones Franciscanas y Dominicas. Como ya es de nuestro
conocimiento fueron cinco las órdenes religiosas que llegaron al
Virreinato del Perú en tiempos de la conquista: Mercedarios, Jesuitas,
Agustinos, Franciscanos y Dominicos. De todos los mencionados, fueron
las ultimas dos ordenes las que ejercieron de alguna forma un mayor
control sobre los pueblos indígenas y por ello son las que mayor aporte
al proceso de evangelización han dado. Este ensayo tendrá como
finalidad el transmitir a todo lector nuestra información y puntos de vista
acerca de las dos principales órdenes religiosas y sobre todo cómo estas
influyeron en la evangelización de los “indígenas” y la propagación de la
doctrina cristiana en nuestra nación.
Antes de hablar acerca de las congregaciones religiosas en le Perú es
necesario definir que es una congregación religiosas; al hacer esto
buscamos que usted lector tenga una mayor comprensión del tema que
trataremos continuación. Según el diccionario de la Real Academia de la
lengua Española, una congregación u orden religioso se define como un
“Instituto religioso aprobado por la autoridad competente, cuyos
miembros emiten votos simples”. Es decir que una congregación es un
grupo de religiosos y religiosas que se rigen por los mismos votos y que
tienen como fin ultimo el trasmitir las enseñanzas de Cristo a los fieles y
laicos. Las congregaciones se rigen por unas normas que reciben el
nombre de constituciones. Estas son establecidas por el fundador de
cada congregación y con el pasar de los años se pueden reformar. Cada
congregación tiene una actividad específica que responde a su propio
carisma.
En primer lugar haremos referencia a las tres ordenes que “jugaron” un
papel mas limitado en el proceso de evangelización; nos referimos a la
orden de los Mercedarios, Jesuitas y Agustinos.
La orden de los Agustinos (Ordo Sancti Augustini, O.S.A.) fundada por el
Papa Inocencio IV en el siglo XIII (1244), con el fin de unir bajo una
congregación a una serie de comunidades de monjes en Toscana (Italia),
llegó al Perú en 1551. La orden Agustina tiene como principal
característica seguir las constituciones y normas conocidas como la
Regla de San Agustín, dictadas por el propio San Agustín de Hipona y
con las que este rigió su vida. Esta orden se desenvolvió de manera
rápida en la sociedad virreinal lo que le permitió construir iglesias y
conventos en las principales ciudades del virreinato del Perú. La orden
Agustina presidida en esa época por el padre Agustín de la Santísima
Trinidad se centró en la evangelización de indígenas de la clase noble,
entre los que cuales se hallaban curacas y jefes militares o de ayllus.
Dentro de esta orden religiosa destacan dos importantes personajes que
dieron sus vidas por llevar la palabra de Dios a los pueblos indígenas;
ellos son: Antonio de Calacha (autor de textos religiosos) y Fray Alonso
Ramos Gavilán (investigador de los cultos incas). La importancia de esta
orden en el proceso de evangelización recae en la labor realizada en los
Andes donde más de 50 curas dieron su vida para combatir contra las
idolatrías.
La orden de la Compañía de Jesús o Jesuitas llegó al virreinato peruano
en 1568. Esta orden fundada por fundada por San Ignacio de Loyola, San
Francisco Javier y otros cinco frailes en 1534, en París, tiene como
principal objetivo «la perfección cristiana, propia y ajena, para gloria y
servicio de Dios». La Orden Jesuita defendió al pueblo indígena
ganándose la enemistad de los gobiernos locales y distritales. Su labor
evangelizadora no solo se centró en los indios comunes sino también en
la nobleza incaica. Esto los llevó a fundar iglesias y escuelas en las
principales ciudades del Perú sobre todo Lima y Cuzco. Entra
preocupación y apoyo hacia los indígenas hizo que la orden jesuita se
ganara la confianza del pueblo lo que le llevó a expandir fácilmente su
labor evangelizadora. Los jesuitas basaron su labor evangelizadora en la
educación de los individuos inculcando en cada peruano la fe cristiana
además de valores y virtudes.
En cuanto a la orden Mercedaria, podemos afirmar que su carácter
misionera hizo que esta congragación llevara el evangelio a los lugares
más remotos del territorio peruano. La orden Mercedaria fundada por
San Pedro Nolasco en Barcelona tras la aparición de la Santísima Virgen
a su persona en 1218, arribó al Perú en 1534 y debido a su pocos
miembros se internó en las cumbres de los Andes y en la ceja de selva
donde llevo a cabo la labor evangelizadora mas riesgosa de todas,
explorando la selva peruana. Dentro de los principales misioneros de
esta orden encontramos a Martin de Murua y Fray Diego de Porres.
Luego de haber narrado un poco acerca de estas importantes ordenes
religiosas y su influencia en la sociedad virreinal del Perú, le
explicaremos, lector, y de manera más especifica las dos principales
congregaciones de nuestro país y que es lo que las hace tan
importantes.
En primer lugar mencionaremos a la primero orden religiosa que “pisó”
suelo peruano, es decir la orden Dominicana o del los Predicadores. Esta
orden fundada por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la Cruzada
Albigense, y confirmada por el Papa Honorio III el 22 de diciembre de
1216, llegó al Perú el mismo año de la conquista (1532); para ser más
exactos, esta orden participó de la conquista española ya que el cura
que le entregó la Biblia a Atahualpa, Fray Vicente Valverde era miembro
de esta orden y llegaría a se representante de la orden en tiempos del
virreinato. Además sería obispo de Cuzco y primer protector de los
indígenas y mestizos. Por ser la primera orden religiosa en el virreinato,
El Gobernador Pizarro les entregó un terreno cerca a su casa (actual
Palacio de Gobierno) donde se construyó el primer convento de América.
Aquí los dominicos seguirían al pie de la letra su lema “Laudare,
Benedicere, Praedicare (Alabar, Bendecir y Predicar)”. El convento de
Santo Domingo en Lima es conocido por sus lujosas decoraciones con
azulejos sevillanos, pan de oro, madera de roble y además por que fue
hogar de importantes religiosos como: Santa Rosa de Lima quien se
dedicó a cuidar a los enfermos y sobre todas las cosas a inculcar en los
pacientes la fe para que estos salieran adelante; San Martin de Porres
quien a pesar de no ser cura (motivos raciales) predico el evangelio
dentro del convento, realizando mas de una milagro. Otras “figuras”
religiosas que vivieron en este convento fueron: Francisco de Orellana,
Jerónimo de Loayza y Gaspar de Carbajal.
Los dominicos al igual que los franciscanos se dedicaron a realizar
misiones evangelizadoras a lo largo y ancho del territorio peruano
llevando la palabra de Dios a todos los pueblos y traduciendo los
evangelios a más de cinco lenguas aborígenes con la finalidad de lograr
un mayor entendimiento por parte de los indígenas. Los Dominicos se
caracterizaron por difundir las enseñanzas cristianas por medio de
colegios y centros de estudios superiores siendo un claro ejemplo la
fundación de la primera y mas grande universidad en América; la
Universidad Mayor de San Marcos creada en 1551 por Fray Tomas de
San Martín y cuyas primeras aulas fueron la capillas del convento Santo
Domingo. La orden de los predicadores envió misioneros a la selva y
sierra peruana donde muchos de estos dieron su vida por evangelizar y
trasmitir las enseñanzas y la fe cristiana. Los dominicos también
pusieron énfasis en el aprendizaje de las lenguas autóctonas y las
costumbres locales lo que les permitió un mayor acercamiento a los
pueblos aborígenes. Los dominicos escribieron diccionarios enteros y
relatos en quechua que les ayudaron a entender las formas
conceptuales de los incas y así poder cambiarlas por las creencias
cristianas.
Ahora analizaremos la orden franciscana. Esta congregación fundada por
San Francisco de Asís en 1209 es actualmente la orden religiosa con
mayor número de elementos y presencia mundial. Esta orden llegó al
Perú en 1542 y se situó en los barrios altos cerca de lo que hoy en el
Jirón Ancash. En este terreno se construyó el convento de San Francisco,
amplio y humilde, decorado con azulejos sevillanos y con catacumbas
propias que servían de cementerios. Esta orden se destacó sobre todo
por su vocación misionera siguiendo su principal dogma que establece la
alegría, el servicio especialmente a los más pobres, y el amor a Dios, a
su creación y a los humanos. Los franciscanos llegaron a los lugares más
remotos del virreinato llevando con ellos la palabra de Dios. La razón de
esto se debió a que la orden no se conformaba con los centros de
enseñanza ubicados en sus parroquias sino que creían que la palabra del
señor debía ser enseñada a todos sin discriminación alguna. Como
consecuencia de su alma misionera, muchos monjes y frailes fueron
torturados por quienes se resistían a creer. La labor franciscana también
se extendió al sector agrícola y la enseñanza del castellano.
Dentro de los principales representantes de la orden franciscana
encontramos a: San Francisco Solano, sacerdote español enviado al
virreinato para predicar el evangelio a los pueblos aborígenes; entablo
relación con la nobleza española y con otros importantes miembros de la
iglesia como Toribio de Mogrovejo.
Luego de finalizado la investigación y elaboración de este documento,
nos hemos dado cuenta que las órdenes religiosas son de gran
importancia en nuestro país ya que permitieron un crecimiento solido de
la sociedad ya que a pesar de los muchos conflictos que tuvieron y de la
mucha sangre derramada; estas órdenes lograron inculcar en cada
peruana la fe cristiana y con ello el amor a Dios; un amor que nos
permite seguir por el buen camino, apartarnos de toda tentación o mal;
un amor que permite que desarrollemos nuevas cualidades y virtudes
orientadas al bien común y la felicidad de la persona. Además las
principales ordenes religiosas también ayudaron a mejorar el plano
académico y la formación de personas ya que todas las órdenes
buscaban no solo predicar el evangelio sino también instruir al individuo;
para ello se fundaron universidades y colegios que permitieron que la
sociedad mejorará en todo sentido convirtiéndose en una sociedad
emprendedora bajo el nombre del Perú; un país solido, libre, unido y de
gran cultura pero sobre todo con mucha fe la cual a traspasado fronteras
y logrado existir por mas de 400 años.