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PROPOSICIÓN Desde octubre del año pasado, en el Congreso nos habíamos anticipado al hecho de que el gobierno no podía seguir ocultando la problemática del sector energético y no tardó mucho en que salieran a flote las dificultades, las mentiras y la crisis que ahora debemos soportar los colombianos, a quienes nos tiran la pelota para evitar apagones que cada vez son más evidentes. Reiteradamente exigimos que se nos dijera la verdad sobre lo que pasa con el sistema eléctrico, que el gobierno no podía seguir actuando con desidia y debía concentrarse en una gestión técnica, responsable, propositiva y sobre todo enfrentando las dificultades abiertamente, en aras de encontrar soluciones reales e integrales, más allá de cualquier cálculo político frente a esta situación. Carece de toda seriedad que mientras por varios años los colombianos pagamos un Cargo por Confiabilidad para que se nos garantice la prestación de un servicio de energía de calidad y se evite una situación de racionamiento, seamos ahora los responsables de apretar el cinturón y restringir el consumo, cuando es el gobierno nacional y la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), quienes a todas luces han demostrado su inoperancia y sólo hasta hoy cuando la gravedad de la situación supera su capacidad de reacción, deciden tomar medidas correctivas. Si el gobierno cuenta con la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), concebida como una Unidad Administrativa Especial del Ministerio de Minas y Energía cuyo principal objetivo es lograr que los servicios de energía eléctrica, gas natural, gas licuado de petróleo (GLP) y combustibles líquidos se presten al mayor número posible de personas, al menor costo posible para los usuarios, la pregunta que debemos hacernos es ¿dónde está la gestión de la CREG ante la gravedad de la crisis que afrontamos en el país? ¿Qué pasa con la capacidad técnica del Comité de Expertos para encontrar soluciones oportunas y efectivas ante tal situación? ¿Hace cuánto la CREG no realiza una supervisión rigurosa en materia de batimetría? Cabe recordar que dentro de las funciones de la CREG están lograr que los servicios de energía eléctrica, gas natural, gas licuado de petróleo (GLP) y combustibles líquidos se presten al mayor número posible de personas, al menor costo posible para los usuarios, definir los criterios de eficiencia y desarrollar indicadores y modelos para evaluar la gestión financiera, técnica y administrativa de las empresas de servicios públicos y solicitar las evaluaciones que considere necesarias para el ejercicio de sus funciones, fijar las normas de calidad a las que deben ceñirse las empresas de servicios públicos en la prestación del servicio, entre otros. Sólo por mencionar algunos de las más graves fallas, la CREG no alertó sobre los riesgos sistemáticos del sector, sobre la fragilidad en el suministro de gas induciendo en error al gobierno, no realizó un seguimiento riguroso a los niveles de energía en firme, no actuó ante los problemas del parque térmico y las

Proposición 8marzo

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PROPOSICIÓN Desde octubre del año pasado, en el Congreso nos habíamos anticipado al hecho de que el gobierno no podía seguir ocultando la problemática del sector energético y no tardó mucho en que salieran a flote las dificultades, las mentiras y la crisis que ahora debemos soportar los colombianos, a quienes nos tiran la pelota para evitar apagones que cada vez son más evidentes. Reiteradamente exigimos que se nos dijera la verdad sobre lo que pasa con el sistema eléctrico, que el gobierno no podía seguir actuando con desidia y debía concentrarse en una gestión técnica, responsable, propositiva y sobre todo enfrentando las dificultades abiertamente, en aras de encontrar soluciones reales e integrales, más allá de cualquier cálculo político frente a esta situación. Carece de toda seriedad que mientras por varios años los colombianos pagamos un Cargo por Confiabilidad para que se nos garantice la prestación de un servicio de energía de calidad y se evite una situación de racionamiento, seamos ahora los responsables de apretar el cinturón y restringir el consumo, cuando es el gobierno nacional y la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), quienes a todas luces han demostrado su inoperancia y sólo hasta hoy cuando la gravedad de la situación supera su capacidad de reacción, deciden tomar medidas correctivas. Si el gobierno cuenta con la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), concebida como una Unidad Administrativa Especial del Ministerio de Minas y Energía cuyo principal objetivo es lograr que los servicios de energía eléctrica, gas natural, gas licuado de petróleo (GLP) y combustibles líquidos se presten al mayor número posible de personas, al menor costo posible para los usuarios, la pregunta que debemos hacernos es ¿dónde está la gestión de la CREG ante la gravedad de la crisis que afrontamos en el país? ¿Qué pasa con la capacidad técnica del Comité de Expertos para encontrar soluciones oportunas y efectivas ante tal situación? ¿Hace cuánto la CREG no realiza una supervisión rigurosa en materia de batimetría? Cabe recordar que dentro de las funciones de la CREG están lograr que los servicios de energía eléctrica, gas natural, gas licuado de petróleo (GLP) y combustibles líquidos se presten al mayor número posible de personas, al menor costo posible para los usuarios, definir los criterios de eficiencia y desarrollar indicadores y modelos para evaluar la gestión financiera, técnica y administrativa de las empresas de servicios públicos y solicitar las evaluaciones que considere necesarias para el ejercicio de sus funciones, fijar las normas de calidad a las que deben ceñirse las empresas de servicios públicos en la prestación del servicio, entre otros. Sólo por mencionar algunos de las más graves fallas, la CREG no alertó sobre los riesgos sistemáticos del sector, sobre la fragilidad en el suministro de gas induciendo en error al gobierno, no realizó un seguimiento riguroso a los niveles de energía en firme, no actuó ante los problemas del parque térmico y las

dificultades de sostenibilidad financiera por regulación y no solicitó reservas técnicas a la aplicación del cargo por confiabilidad. Con base en lo anterior y ante la penosa realidad del país frente a la crisis energética, hago un llamado a la actual Comisión de Regulación de Energía y Gas para exigirle que reconozca su negligencia, renuncie a su designación y permita que el gobierno resarza sus fallas a través del nombramiento de nuevos comisionados que corrijan todos los errores y de esta manera le permitan a los colombianos disponer adecuada y oportunamente del servicio energético.