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 Obse rvación de indicado res de l Desarr ollo I nfantil de 0 a 3 año s Myr tha H eb e Chokler  Agnès Sza nt o F ed e r  2011-2012 1 Una propuesta de observación de indicadores del desarrollo infantil de niños y niñas menores de 3 años Dra. Myrtha Hebe Chokler Dra. Agnès Szanto Feder 2011-2012

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  • Observacin de indicadores del Desarrollo Infantil de 0 a 3 aos Myrtha Hebe Chokler

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    Una propuesta de observacin de indicadores del desarrollo infantil de nios y nias menores de 3 aos

    Dra. Myrtha Hebe Chokler

    Dra. Agns Szanto Feder

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    Captulo I

    Una propuesta de observacin de indicadores del desarrollo infantil

    de nios y nias menores de 3 aos

    1. Introduccin

    A fines del 2011 la Direccin de Educacin Inicial del Ministerio de Educacin del Per solicit una asistencia tcnica para la construccin de una propuesta de evaluacin del desarrollo infantil para nios y nias menores de 3 aos. Esta propuesta de evaluacin debera partir de las experiencias previas y evidencias existentes, e incluiran una sugerencia de ruta de implementacin y, al mismo tiempo, la elaboracin de un documento tcnico sobre

    desarrollo infantil y atencin integral que sera dirigido a docentes de educacin inicial y a personal del mbito de la salud, como referencia para trabajar

    tambin con las familias y padres de nios menores de 3 aos. Esta propuesta cont con financiamiento y apoyo tcnico de Unicef.

    Para la construccin de propuestas de evaluacin del desarrollo infantil se requiere necesariamente una definicin previa acerca de qu concepcin de

    sujeto infante y qu concepcin de desarrollo se sostiene, a fin de crear o promover instrumentos coherentes que permitan no slo medir sino, fundamentalmente conocer para actuar de la manera ms adecuada, respetuosa y eficaz en la poblacin infantil, su contexto familiar y comunitario

    preservando los derechos de los nios y nias a su crecimiento pleno, en todos los aspectos, al despliegue de sus potencialidades y a la adquisicin de las

    competencias necesarias para ejercer progresivamente actitudes cada vez ms autnomas, integrndose activamente en sus grupos de pertenencia y en la

    cultura.

    Esta definicin implica, indudablemente, una eleccin tica tanto como epistemolgica:

    1 - Qu nio y qu hombre queremos ayudar a crecer y a ser?

    - Un sujeto predominantemente autnomo, consciente de s mismo y de su entorno, abierto al mundo, comunicativo, con iniciativas, con

    pensamiento activo, curioso, creativo y con confianza en sus propias posibilidades y en las que le aportan los dems, un sujeto particularmente solidario?

    - O un ser inseguro, dependiente del reconocimiento permanente del otro, que acata sumisamente, de manera acrtica, los mandatos coercitivos de

    un orden social imperante, muchas veces aniquiladores de la conciencia, de la libertad y hasta de la dignidad; un sujeto cuyo inters por el mundo que lo

    rodea est ligado solamente a lograr premios, a tener xito a cualquier costo o a evitar castigos; un ser alentado en la rivalidad, -a ver quin gana? este es un mundo para triunfadores o teniendo que rendir examen todo el tiempo para sentirse aceptado, -a ver si eres capaz de...?, con escasa conciencia y confianza en s mismo y en los otros, repetidor, ms que explorador o creador.

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    2. Si se toma conscientemente partido por el sujeto autnomo, libre, que se siente y se vive como sujeto activo, creador, transformador de sus

    condiciones de existencia a su nivel y no slo consumidor sujetado a fuertes inducciones psicosociales,

    - Entonces, cul es el rol del adulto, de la sociedad, de los profesionales que asumen la responsabilidad de apoyar su desarrollo, para salvaguardar

    el respeto por la persona nio/nia y su derecho a ser reconocida como quien es, aqu y ahora, con su nivel de madurez actual, sus necesidades y

    potencialidades actuales, ms all del que debera ser del imaginario social, ms all de la diferencia, de las formas particulares de vivir, sentir y expresarse en los grupos y en la comunidad, ms all de las posibles desventajas o inclusive de la discapacidad?

    - Y, en ese caso, cules son los instrumentos para valorar sus capacidades, su nivel madurativo en cada estadio de su desarrollo, y qu hace, que

    piensa, qu crea a su nivel, con su nivel, es decir, valorar sus actitudes, sus acciones y sus dificultades?

    2.-Marco conceptual

    2.1. La Neuropsicosociologa del Desarrollo, (N.P.S.D.) (Chokler 1998) como integracin inter y transdisciplinaria1 surge necesariamente de una convergencia y articulacin epistemolgica que reconoce la complejidad de los fenmenos del desarrollo humano, de la constitucin de la subjetividad

    y de la policausalidad de la conducta en cada estadio y en cada contexto.

    La Neuropsicosociologa del Desarrollo es una concepcin que se nutre bsicamente de los avances de las ciencias biolgicas, desde la perspectiva de

    la actual Psiconeuroendocrinoinmunologa,2 que se define como la rama de la medicina, (A. Mrquez Lpez Mato, 2002), organizada como una verdadera

    transdisciplina, que estudia las interrelaciones y los lenguajes adaptativos, interdependientes y multideterminantes de los sistemas neurolgico, psicolgico, endocrinolgico e inmunitario y la comunicacin entre sus componentes, determinada por diferentes tipos de sealizacin molecular,

    conformando de esta manera distintos idiomas en el sujeto humano.

    Tambin, se nutre de los aportes de la Antropologa, la Sociologa y la Historia para comprender las caractersticas del sujeto como emergente

    histrico social, en transformacin permanente, en su contexto material y cultural.

    Integra, de la misma manera, los avances de la Psicologa actual -reconocida necesariamente como Gentica y Social, dadas las caractersticas

    evolutivas de la estructura y la dinmica social del hombre del mundo y en el mundo- y del psicoanlisis (Henri Wallon, 1964, Pichon Rivire, 1985).

    1 - Chokler M. Neuropsicosociologa del desarrollo, marco conceptual para la prctica de la Atencin Temprana., La Hamaca N 9, Fundari, Buenos Aires, 1998.

    2 Mrquez Lpez Mato, A. Psiconeuroinmunendocrinologa PNIE, Ediorial Polemos2002

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    Reconoce as mismo los aportes de la Semitica y de la Psicosemitica (Darrault- Harris 1993) para dar cuenta en particular de los procesos de

    produccin de signos y smbolos con los que operan el psiquismo y la sociedad humanos.

    Desde este enfoque integrador se confrontan las experiencias de las diversas prcticas de crianza, pedaggicas y clnicas, basadas en distintos

    supuestos bsicos, con que se planifican y se ejercen las intervenciones en cada contexto. Es la articulacin e integracin metodolgica en un cuerpo

    conceptual coherente y abierto lo que permite dar cuenta lo ms acabadamente posible, de la complejidad de estos procesos.

    Cada aspecto particular que se considera desde un punto de vista disciplinar, no se yuxtapone a los otros, sino que es el producto de una operacin

    mental de anlisis y desagregacin, de parcializacin en un proceso artificioso de conocimiento, que exige la sntesis y reintegracin ulterior, que permita no slo la constatacin y la descripcin sino la comprensin cada vez ms precisa de la dialctica y de la dinmica de los fenmenos del desarrollo humano,

    desde la protoinfancia.

    De tal manera la Neuropsicosociologa del Desarrollo, (N.P.S.D.) implica una concepcin dialctica del desarrollo, que va constituyendo una

    corriente dentro del pensamiento cientfico3 y acadmico

    4 actual, que da marco conceptual y sustento a los principios con que se ha planteado esta

    propuesta.

    2.2 Reconocimiento del nio como sujeto de accin desde el nacimiento, una mirada integral e integradora:

    La Neuropsicosociologa del Desarrollo se basa en una concepcin de sujeto como ser de necesidades que slo se satisfacen socialmente en

    relaciones que lo determinan. Nada hay en l que no sea la resultante de la interaccin entre individuos, grupos y clases sociales. Sujeto emergente de sus condiciones concretas de existencia, que se configura en una relacin dialctica mutuamente transformadora con el mundo;

    sujeto a la vez productor y producido. (Pichon Rivire, 1973). Este esquema conceptual reconoce al nio/nia como sujeto de derecho y como un sujeto de accin y no slo de reaccin, desde el inicio,

    protagonista activo, abierto al mundo y al entorno social del cual depende. Sujeto pleno de emociones, de sensaciones, de afectos, de movimientos, de

    intereses, de miedos y ansiedades, capaz de iniciativas, de pensamientos lgicos -con una lgica propia de su nivel madurativo-, competente para

    comunicar y para establecer vnculos, vividos intensamente en su cuerpo y con su cuerpo.

    3 Lnea de Base del Proyecto Nutrir es ms que comer, UNICEF, Argentina 2004 4 Carrera de Posgrado de Especializacin en Desarrollo Infantil Temprano, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, (dictamen favorable CONEAU 2008) : I.- rea de la

    Neuropsicosociologa del Desarrollo Infantil.

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    El avance de las ciencias biolgicas y fundamentalmente psicolgicas viene demostrando la importancia fundante de las primeras experiencias del

    beb en sus acciones e interacciones con su medio humano y material, revelando sus precocsimas potencialidades adaptativas, sus capacidades sensoriales,

    motoras y cognitivas desde el nacimiento y aun desde antes. As, por ejemplo, un recin nacido, en su primer da de vida abre sus ojos y queda ya

    prendido, un instante, en la mirada del adulto que lo mira, en un primer contacto con el otro, inaugurando una vivencia fugaz de alteridad. A la semana, es

    capaz de sonrer a otro rostro sonriente, co-participando en la creacin del clima emocional y en la estructura vincular con los adultos que lo cuidan. A los

    dos meses ya se pregunta por ese objeto interesantsimo a explorar que descubrir luego como sus manos y a los tres se lo ve empeado en una ardua y

    apasionante tarea para conocerlas, dominarlas y convertirlas en hbiles instrumentos con ms de cien formas diferentes de manipulacin, que ir

    descubriendo y ejerciendo evolutivamente a partir de su maduracin y de su propio impulso cognoscitivo. El placer de sentir y hacer, construye su

    competencia para pensar.

    Pero al mismo tiempo los esfuerzos de adaptacin al ambiente, nuevo y desconocido, y las vivencias primitivas, fragmentadas, inestables e

    inesperadas de su yo precario, activan un monto de excitacin y ansiedad que requiere ser contenido, sostenido, tolerado, apaciguado, consolado, a travs

    de una envoltura protectora que filtra y neutraliza los estmulos disgregadores, que sostiene y contiene como una piel, que retiene las partes dispersas,

    unifica, cohesiona y da forma, como seala Julin de Ajuriaguerra (1978).

    La funcin continente es entonces asegurada por la calidad del entorno humano, antes de poder ser internalizada, introyectada, intimizada y operar como auto-sostn del yo, en los procesos de crecimiento, maduracin y desarrollo. Esta funcin es sustancial siempre, y en particular, en los perodos

    crticos, sensibles para la adquisicin de nuevas competencias y la adaptacin a nuevos mbitos.

    Las ciencias han demostrado as mismo, cules son las necesidades esenciales y las condiciones materiales, afectivas, nutricionales, culturales y

    sociales imprescindibles para que todas las riqusimas potencialidades de lo humano de cada protoinfante se expresen y manifiesten en la realidad cotidiana

    de los primeros aos de la vida de un nio. Y simultneamente la ciencia y la experiencia fueron develando cules podran ser las consecuencias, las

    secuelas a corto y largo plazo de las carencias en las etapas crticas.

    El cerebro de un nio pequeo es extremadamente vulnerable a las influencias del entorno, de modo que las experiencias tempranas son

    fundamentales para el desarrollo posterior, ya que los entornos enriquecidos y complejos potencian las sinapsis cerebrales (Mc Cain, 1999; OMS, 20045;

    Nikodem, 20096). Al respecto, la salud mental de los padres y/o convivientes primarios y el nivel de educacin de los adultos cuidadores son factores

    cruciales para el Desarrollo Infantil Temprano. Numerosos estudios plantean que existe una relacin directa entre el estado de salud mental de los adultos

    5 World Health Organization The importance of caregiver-child interactions for the survival and healthy development of young children: a review. Geneve: WHO. 2004. 6 Nikodem, M. R. Nios de Alto riesgo. Intervenciones tempranas en el desarrollo y la salud infantil. Buenos Aires: Paidos. 2009.

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    significativos y el estado nutricional del nio (Zeitlin et al, 2005), su conciencia de s, su competencia social y su bienestar emocional (Alvarado et al,

    2005)7.

    2.3 Un enfoque de derechos

    Reconocer al nio y nia como sujeto de derechos exige explicitar algunos de los que se consideran sus derechos fundamentales, algunas veces ignorados o devastados:

    En principio el derecho a vivir plenamente su propia infancia, como infante de su edad. Derecho a ser y sentirse ser tratados, acogidos, cuidados y

    comprendidos como personas enteras en cada etapa, como quien es y no slo como los adultos quieren que sea, o caracterizado como una mera suma de

    funciones fragmentadas o un inventario de capacidades o incapacidades ms o menos temporarias o permanentes.

    El derecho de tener la maduracin que tiene y no la que debera tener para entrar en el rango standard. El derecho de ser considerado en sus necesidades, ser escuchado en sus intereses expresados con sus instrumentos de comunicacin, verbales y/o no verbales. El derecho de cada uno de los nios a ser un sujeto original y nico y no verse sometido pasivamente, impotente, cosificado, alienado y masificado como un nmero ms en las

    estadsticas.

    El derecho a que el Estado y los adultos de la comunidad garanticen las condiciones y mbitos materiales, afectivos, culturales para su crecimiento

    pleno, como persona, en todos los aspectos, para que en todo momento pueda vivir, experimentar, ejercitar y desplegar el conjunto de potencialidades que

    le permitan adquirir, a su ritmo, las competencias necesarias para ejercer progresivamente actitudes cada vez ms autnomas, integrndose activamente en

    sus grupos de pertenencia y en la cultura.

    2.4. Definicin de desarrollo, sus organizadores:

    Desde una concepcin gentica y epigentica se concibe el desarrollo y constitucin del sujeto humano como el proceso de una compleja

    organizacin y transformacin evolutiva y recproca de las funciones tanto biolgicas como psicosociales. Aun dependiente en gran parte de lo gentico y

    de lo congnito, lo biolgico, entre ello lo neurolgico, constituye la base material para las relaciones adaptativas en y con el mundo externo, pero est, a su

    vez, influido y entramado en la urdimbre social que lo posibilita, lo activa o lo bloquea, lo configura y le da funcionalidad y sentido en procesos de

    adaptacin recproca que generan realmente la humanidad de la persona.

    7 Alvarado et al, Validacin de escalas de seguridad alimentaria y de apoyo social en una poblacin afro colombiana: aplicacin de un estudio de prevalencia del estado nutricional en nios de 6

    a 18 meses, Cad. de. Sade Pblica, Ro de Janeiro, 2005.

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    Persona que desde el nacimiento es un ser completo, aqu y ahora, constructor activo de sus relaciones en cada una de sus etapas y no slo un

    proyecto a futuro, a devenir, a construir o a destruir.

    La maduracin y el desarrollo permiten que la sensorialidad, sensibilidad y motricidad, en su inicio predominantemente reflejas, inestables, dispersas

    y fragmentadas, en el neonato, evolucionen, con el tiempo y las experiencias acumuladas, hacia la construccin de la conciencia de unidad, de continuidad

    y de cohesin de s mismo, en la integracin del Yo, de la accin voluntaria, del esquema corporal y de la identidad.

    Este proceso gentico complejo, de transformacin -desde una organizacin predominantemente biolgica, con mltiples funciones, con diferentes

    niveles de maduracin, de diferenciacin y de integracin progresiva, que va constituyendo en cada instante este particular sujeto-persona biopsicosocial

    en devenir- se produce a travs de la interrelacin dialctica de sistemas de factores y condiciones estructurantes, internos y externos al sujeto que,

    operando como verdaderos ejes Organizadores del Desarrollo8 (M. Chokler, 1988), ordenan, jerarquizan, determinan, facilitan, orientan u obstaculizan los

    procesos y las acciones e interacciones en este caso del recin nacido y el nio pequeo en y con su medio, esencialmente humano, pero tambin material y cultural. Estos Organizadores son sistemas complejos operativos, de accin y de informacin, que existen sincrnicamente, en el plano de la realidad, en

    interdependencia y determinacin recproca, entramados en el proceso de constitucin de la persona.

    Acceder al conocimiento de cules son los Organizadores del Desarrollo fundamentales en el plano de la realidad, cules son sus funciones y sus

    propios procesos de maduracin y cambio, cmo se integran y se determinan entre s y cmo se expresan en la conducta individual y social de cada sujeto y

    su entorno, permite disponer de un marco terico, en el plano conceptual, cuyo fundamento cientfico se convierte en la base de construccin de estrategias

    de intervencin en el plano operativo.9 No hay nada ms prctico que una buena teora (Kurt Lewin citado por E. Pichon Rivire, 1973).

    Es decir que Los Organizadores del Desarrollo tienen un triple entidad: 1) Existen en la realidad como sistemas que estructuran el proceso de

    constitucin de la persona; 2) como teora del desarrollo integra una concepcin neuropsicosociolgica que se propone partir de la observacin emprica y

    del anlisis y convergencia de distintas teoras y aportes de diversos autores, definiendo como objeto de conocimiento al proceso de desarrollo de la

    persona, sus regularidades y especificidades, y como mtodo al anlisis dialctico y la gnesis del sentido ; 3) como marco estratgico de evaluacin e

    intervencin10

    .

    8 Chokler, M. Los Organizadores del Desarrollo Psicomotor, del mecanicismo a la Psicomotricidad Operativa Ediciones Cinco, Buenos Aires, 1988. 9 Gresores, G. Los principios dialcticos de los Organizadores del Desarrollo. Seminario en la Facultad de Humanidades de la Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2006

    10 Chokler, M. Lengendrement de la subjectivit. Le dcryptage des reprsentations mentales implicitement contenues dans lactivit autonome du jeune enfant : Une analyse smio-cognitive. Thse de Doctorat, cole des Hautes tudes en Sciences Sociales. Universit de Pars VI. 2000

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    Estos sistemas Organizadores del Desarrollo - a) el Vnculo de apego, b) la Comunicacin y el lenguaje, c) la Exploracin, experimentacin y

    apropiacin del mundo,d) la Seguridad postural y el control del propio cuerpo y e) el Orden Simblico son sincrnicos, se imbrincan, maduran y operan dialcticamente de manera simultnea a partir de la estructura biosocial originaria en su contexto social y material. De la calidad del ajuste,

    maleabilidad y adaptacin recproca y dinmica con que estructuran y sostienen la complejidad y multiplicidad de los procesos en la vida cotidiana de cada

    sujeto en particular, depende la orientacin y direccionalidad de su desarrollo.

    2.5. Los Organizadores del Desarrollo:

    a) El Vnculo de Apego: Programado genticamente y desde el requisito de disponer de un entorno social que lo contenga, ayudndole a satisfacer las mltiples necesidades cotidianas, el neonato establece los lazos primordiales con los adultos que lo cuidan, constituyendo vnculos de apego (J.

    Bowlby,1976). Su funcin es fundamentalmente proteger, contener, sostener, mantener y dar forma (J. de Ajuriaguerra, 1977) al infante en su proceso de crecimiento y progresiva conquista de autonoma y ayudar a disminuir la excitacin, el temor a lo desconocido, es decir apaciguar, tranquilizar al nio en su

    contacto con el mundo, que, por ser nuevo y renovado permanentemente, le despierta curiosidad, inters y tambin inquietud, alarma y ansiedad. La

    eficacia y operatividad del vnculo de apego, se construyen a travs de la calidad de los cuidados cotidianos en las interacciones con los adultos significativos. Las huellas mnmicas de la interaccin en la experiencia cotidiana, tendrn una incidencia fundamental en los procesos de estructuracin del

    psiquismo y de las matrices afectivas en el curso del desarrollo.

    b) La Comunicacin, como necesidad biosocial y como competencia comunicativa, es una construccin progresiva que se inicia desde los primeros tactos y contactos de miradas, gestos, mmica, voces, movimientos, mecimientos, ritmos y distancias, que promueven la conexin y la instalacin de un dilogo tnico-corporal con las figuras primordiales, vivenciados con mayor o menor placer o displacer. Las percepciones multisensoriales integradas, provenientes de las sensibilidades tanto intero, propio como exteroceptivas, son inmediatamente significadas, semiotizadas: se convierten en seales y

    signos de bienestar o de malestar por las impresiones tnico-emocionales que producen. Tono y emocin son las dos caras de una misma moneda (H. Wallon, 1931)

    As, para convertirse en un locutor de su lengua es decir, para dominar progresivamente los aspectos pragmticos, sintcticos y semnticos, el nio no va a entrar de golpe en el cdigo lingstico sino que, a travs de su cuerpo y su conducta relacional, va a descubrir el placer del dilogo con el otro y el placer de darle sentido (B. Golse, 1995).

    Es justamente el predominio del placer del encuentro con el otro, del placer de sentirse escuchado, captado y comprendido y de comprender, a su vez, al otro, que permite el pasaje y la conversin de un primer sistema de seales, sensoriomotrices, gestuales, mmicas y proxmicas en un segundo sistema de seales, socializado y simblico de la lengua.

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    c) La Exploracin: El nio vive y ejerce su motricidad no slo para moverse, para desplazarse o para tomar los objetos, sino, fundamentalmente

    para ser y para aprender a pensar. El contacto, la exploracin y la experimentacin del entorno humano, de los objetos, y de s mismo, le permiten en cada momento, a su nivel, vivenciar y apropiarse progresivamente del medio, construyendo simultneamente sus matrices de aprendizaje. La vivencia

    tnico emocional deja huellas que activan la exploracin, la experimentacin, en un trayecto cognitivo en que la actitud de cuestionamiento (A. Szanto-Feder 2011) organiza la percepcin, la seleccin, caracterizacin y categorizacin rudimentaria y la formulacin de hiptesis, a su nivel, con una

    movilizacin de indicadores inicialmente no verbales, en el camino desde el vivir al conocer, permite integrar e instrumentar la realidad para transformarla y transformarse es decir, aprender a aprender. (Pichon Rivire op.cit.)

    d) La Seguridad Postural: El ejercicio libre de las funciones equilibratorias, a partir de las sensibilidades propioceptiva, las funciones tnica y vestibular, de acuerdo a la maduracin biolgica y a las leyes fsicas del equilibrio, que sigue el programa gentico y fisiolgico descubierto por la Dra.

    Emmi Pikler, permite el desarrollo autnomo de las posturas y de los desplazamientos, al mismo tiempo que la apropiacin y dominio progresivos del

    propio cuerpo. De tal manera el nio opera y acta en cada momento de su vida con los instrumentos madurativos, perceptuales, motores, afectivos y

    cognitivos que l ya posee, a su nivel, atento a las sensaciones provenientes de su propio cuerpo y de sus superficies de apoyo. As puede organizar sus

    movimientos con la mayor armona, manteniendo un ntimo sentimiento de seguridad postural y con la mxima disponibilidad corporal, con la que va

    desplegando su repertorio de recursos adaptando la secuencia de sus gestos a sus intereses y a las exigencias del medio, de acuerdo a sus condiciones

    internas de seguridad afectiva.

    e) El Orden Simblico: como conjunto de valores, creencias, saberes cientficos y culturales del entorno, se expresan y operan desde

    representaciones sociales inducidas en el psiquismo individual11

    , que jerarquizan un Orden Simblico y determinan actitudes, acciones y rituales que

    mantienen la vida e incluyen a cada sujeto en la familia y en la cultura. Socialmente elaboradas, este tipo de representaciones incluyen contenidos cognitivos, afectivos y simblicos que tienen una funcin no slo en ciertas orientaciones de las conductas de las personas en su vida cotidiana, sino

    tambin en las formas de organizacin y comunicacin que poseen tanto en sus relaciones interindividuales como entre los grupos sociales en que se

    desarrollan. Constituyen sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que

    suelen tener una orientacin actitudinal positiva o negativa. Se constituyen, a su vez, como sistemas de cdigos, valores, lgicas clasificatorias, principios

    interpretativos y orientadores de las prcticas, que definen la llamada conciencia colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los

    lmites y las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actan en el mundo. (S. Araya Umaa, 2002).

    11

    Kaes, R. El apoyo grupal del psiquismo individual. Temas de Psicologa Social. Buenos Aires. 1981

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    Las estructuras de filiacin, de pertenencia, de raigambre, los mitos, las leyendas, los relatos que hacen a la historia familiar y comunitaria, la ley, la

    norma, el valor de gnero y de lugar, el espacio y el orden, lo permitido y lo prohibido, los roles, el posicionamiento como objeto o como sujeto, los

    mandatos explcitos e implcitos, forman parte de esas representaciones sociales que se interiorizan a travs de la conducta social, desde el inicio, con una

    fuerte incidencia en la subjetividad.12

    En relacin con las creencias y saberes acerca de las formas concretas de crianza y educacin infantil, existe todo un corpus de opiniones,

    conocimientos, mitos, supersticiones y valores que forman parte de cada cultura, grupo, clase social, organizacin o institucin.

    Del origen de estos modelos o sistemas habitualmente no se tiene conciencia, se consideran generalmente naturales y no el producto de construcciones histrico-sociales, generalmente adaptativas a ciertas condiciones de vida y metas. Muchas de las prcticas de crianza han sido parte de la

    propia historia y estn implcitos en los productos e instituciones culturales y sociales.

    Es indudable que el desarrollo integral de cada nio est determinado por las condiciones concretas, materiales, (entre ellos de manera sustancial, la

    calidad y disponibilidad de los elementos de nutricin), afectivas, sociales y simblicas en la que transcurre su existencia en la vida cotidiana. Existen

    numerosos agentes: adultos, pares, familia biolgica o de adopcin, lderes comunitarios, personal de instituciones de salud, de educacin, de accin social,

    del mbito jurdico, responsables del medio ambiente, funcionarios pblicos, promotores de espacios, de objetos y juguetes, de medios de comunicacin,

    etc., que juegan roles significativos en el mundo fsico y en el mundo social del nio. Todos ellos interactan incidiendo en la creacin y el mantenimiento

    de las condiciones de vida, ms o menos humanas y humanizantes, tanto simblicas como materiales.

    Las formas de relacionarse, de sostener, de promover los actos cotidianos, lo esencial y lo secundario en las formas concretas de organizar los

    cuidados, los objetos propuestos como estmulos para explorar o tranquilizar, hablan de las concepciones acerca de las caractersticas de la funcin de

    apego en cada comunidad para los nios y nias de una cierta franja etaria. El sistema de conexin y de relaciones no verbales y verbales de cada

    comunidad con sus nios revelan sus creencias acerca de los procesos de adquisicin de los instrumentos de comunicacin y de lenguaje.

    As la calidad de los ambientes, objetos de uso, juguetes, exigencias a cada edad revelan las expectativas, mandatos y saberes, conscientes y no

    conscientes que desde un Orden simblico organizan el entorno del nio pequeo. De la misma manera las ideas acerca del bienestar o malestar postural y

    su incidencia en el desarrollo del conjunto de la personalidad va determinar qu posturas, espacios de vida, lugares y sistemas de deambulacin y de

    transporte, proponen las familias para sus nios hasta la marcha.

    12 Quiroga, A. P.de, Matrices de Aprendizaje. Buenos Aires, Ediciones Cinco. 1991 y Quiroga, A. P. de Apuntes para una teora de la conducta. Buenos Aires, Ediciones Cinco 1994

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    2.6 Postulados de base

    La eleccin tica y epistemolgica que fundamenta esta concepcin de sujeto, el marco terico y la propuesta prctica para la elaboracin de los

    instrumentos de observacin del desarrollo, parte al mismo tiempo de ciertos principios que denominamos Postulados de Base: el Respeto, la Autonoma y la Seguridad. Estos orientan, sostienen, regulan y limitan nuestro repertorio de intervenciones. Los Postulados de Base constituyen un punto de partida esencial para que todo enfoque de derecho se afirme en acciones concretas:

    - El Respeto esencial por la persona, en este caso nio o nia, implica aceptar el ritmo y las caractersticas de su maduracin neuropsicolgica y crear las mejores condiciones para su progresiva evolucin. Respetar significa reconocer su singularidad y su derecho inalienable a ser autor y protagonista

    de su propio desarrollo. Ser actor y no solamente ser actuado por otro. Significa valorar todas las potencialidades existentes teniendo en cuenta

    fundamentalmente el ser completo y complejo que es hoy.

    - El derecho al reconocimiento de su relativa Autonoma, a su nivel, aun los esbozos, los actos de autonoma posibles. Slo puede crecer lo que ya existe, aun en germen, en desarrollo, si se le brinda seriamente lugar e importancia; si es reconocido como propio de un sujeto competente a su nivel,

    con sus iniciativas, deseos, aptitudes, inquietudes, ansiedades y proyectos. La dependencia y la interdependencia es innegable y necesaria, pero el desarrollo

    de un sujeto implica la adquisicin progresiva de niveles mayores de autonoma y para que la autonoma pueda desarrollarse hay que reconocerla y

    alimentarla. Es primordial discriminar qu es Autonoma y qu es seudoautonoma. (J. Falk 1997) Dice D. Winnicott: Se puede considerar en ciertos momentos que las actividades indicadoras de que una persona est viva son simplemente sus reacciones ante estmulos. Toda una vida puede basarse en el

    patrn reaccionar ante estmulos. Si retiramos el estmulo podra pensarse que el individuo no tiene vida. Pero en este caso, la palabra ser no tiene pertinencia. Para ser y sentir que uno es deben predominar los actos por propia iniciativa por encima de los actos meramente reactivos.

    - La Seguridad, tanto afectiva -ligada al vnculo de apego- como la postural -ligada al equilibrio y control del propio cuerpo- estn en la base de la construccin de la confianza en s mismo y la confianza en el entorno humano y material.

    Respeto, Autonoma y Seguridad son recprocamente indisociables y como Postulados de Base, son punto de partida de todo consenso que permite confrontar, considerar y evaluar la pertinencia de planes, programas, mbitos y actitudes que implican a nios pequeos en particular y a todas las personas

    en general.

    2.7. El rol de los adultos/familia/organizaciones educativas formales y no formales

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    Uno de los aspectos fundamentales que garantiza el crecimiento, el desarrollo y la socializacin desde las edades ms tempranas es justamente la

    asimetra del adulto respecto del nio. El yo organizado del adulto su fuerza, su seguridad, su entereza, su capacidad de pensar, de analizar crticamente, de fantasear, de comunicar, de imaginar, de crear, su reconocimiento y su respeto por este otro, el pequeo, con su sensibilidad para percibir las seales ms

    sutiles lo sostiene y estructura. Es el adulto que le habla como a un interlocutor el que puede trasmitirle el lenguaje. Es el adulto consciente de su historia el que puede trasmitirle la cultura y situarlo como productor de cultura. El adulto apoyado por sus grupos de pertenencia, seguro de sus referentes

    familiares, apuntalado y contenido por la trama social es el que puede estar disponible emocional, afectiva, imaginariamente, para interactuar con el nio,

    para inaugurar con l un dilogo, dilogo de persona a persona, capaz de instituir al sujeto que se abre a la comunicacin, al juego, al aprendizaje, a una

    vida que merezca ser llamada como tal.

    Las situaciones de alto riesgo psicosocial que vive actualmente el conjunto de la poblacin activan, por desconocimiento o por desborde emocional, la

    reiteracin de prcticas habitualmente no respetuosas de las caractersticas madurativas neuropsicolgicas de cada nio en su originalidad como sujeto,

    fomentan una dependencia excesiva, o una seudoautonoma ms vinculada con el abandono, la masificacin de los vnculos, la anomia, a veces la

    hostilidad, la humillacin o el no reconocimiento elemental del nio que es, aqu y ahora, de sus necesidades esenciales, abrumado por el que debera ser o

    no ser, presente en el imaginario de los adultos.

    Se reconoce la familia como el espacio privilegiado de proteccin, pero, a veces, tambin es el del maltrato y el del abuso y explotacin del nio: la

    mayor parte de los cuidados y descuidos a los nios pequeos ocurren en la familia y en las organizaciones instituidas para el cuidado infantil.

    El desarrollo del ser humano est fuertemente modelado por las prcticas de crianza que esconden ideas e ideales, generalmente poco conscientes,

    que se expresan en la aplicacin de acciones de atencin a los nios, basadas en creencias personales, derivadas de los patrones culturales de pertenencia,

    en conocimientos adquiridos, cientficos o seudocientficos.

    Es importante aportar a los ncleos familiares, multifamiliares, educativos y comunitarios instrumentos eficaces en la promocin de los cuidados

    generales y particularmente en cuanto atae al desarrollo infantil y en la prevencin de formas sutiles o evidentes de no respeto, de maltrato y de violencia

    en especial contra los nios, en la deteccin temprana de los signos de riesgo y en los cuidados preventivos de los trastornos del desarrollo de origen

    psicosocial, gentico, congnito, peri y postnatal y vincular, para enriquecer el abanico de recursos familiares y comunitarios disponibles.

    La constitucin de un sujeto, actor y receptor activo, depende del tratamiento ambiental de las iniciativas de dicho sujeto. La crianza y la educacin

    constituyen un largo camino de aprendizajes y sus criterios pueden ser enriquecidos.

    Es necesario entonces centrar los objetivos de toda intervencin en los propios adultos que van a ser los encargados de operar con los nios pequeos

    y en sus capacidades, pensndolos como 'agentes de bienestar'. Porque nadie puede dar lo que no tiene, es preciso comenzar a recuperar aquellos

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    componentes saludables de los sujetos, aquellos factores que se constituyen en 'protectores'. Trabajar sobre la capacidad de aprender con otros, sobre la

    cooperacin y no sobre la rivalidad, sobre la calidad de empata, sobre las actitudes, sobre el deseo, la necesidad y la capacidad de conocer nuevas

    perspectivas y puntos de vista, de aprender nuevas tcnicas y adquirir nuevos recursos para comprender y apoyar, como merecen los nios, su desarrollo

    desde las etapas ms tempranas.

    3. Observacin y ponderacin del desarrollo infantil

    3.1. Escalas y parmetros

    La complejidad de los procesos madurativos y la interdependencia de los factores Organizadores del Desarrollo inciden en la determinacin de las

    actitudes y conductas cotidianas, que dan formas de expresin particulares al desarrollo de los sujetos, en la riqusima diversidad de culturas. En cada

    cultura se valora, se da lugar y se permite la adquisicin y afinamiento de competencias y habilidades en cada estadio, de manera diferente.

    Por ejemplo, en investigaciones pertinentes distintos autores reconocen distintos perodos para la adquisicin de las mismas posturas y

    desplazamientos. As para girar de costado Pikler seala la media alrededor de la semana 17ava., en tanto que Blher y Hetzer lo ubican en la 28ava. y Gesell en la 20ava. semana. El girar sobre el vientre Pikler seala como promedio la 24ava. semana, en tanto que Aksarina propone la 20ava., Brunet Lezine la 32ava., Gesell la 24ava, Illingwort la 28ava. Para gatear Pikler lo observa como media en la 44, Aksarian en la 30, Brunet Lezine en la 62 y Gesell en la 40. Para los primeros pasos sin sostn Pikler los consigna a las 66 semanas, Gesell a las 65, y Aksarian a las 52 y Blher a las 69 semanas.

    13

    Esta dispersin de los datos aportados por investigaciones cientficas es particularmente significativa. Considerando las diferencias individuales,

    madurativas y culturales provenientes de distintas prcticas de crianza y los diversos criterios de seleccin de las conductas a evaluar como hitos del

    desarrollo o como comportamientos frecuentemente observados en un cierto contexto, se hace necesario una extremada rigurosidad y prudencia en la

    asignacin de sentido a sus valores.

    Es preciso estudiarlos desde una perspectiva compleja e integradora para definir parmetros, indicadores y formas de observacin y registro que

    permitan poner de manifiesto verdaderos comportamientos que puedan ser considerados hitos del desarrollo para cada comunidad, de acuerdo a su cultura.

    Estos comportamientos emergen en la conducta habitual, madura, instrumental del sujeto en su medio cotidiano, cuando goza de buenas condiciones de

    salud mental y fsica y cuenta con la seguridad afectiva de su entorno.

    13

    Citado por E. Pikler op.cit

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    En la teora de los estadios tanto H. Wallon como J. Piaget consideran que los hitos del desarrollo, son la expresin de los estadios, que representan cambios cualitativos, a partir de la maduracin, de la experiencia en el ambiente y de las condiciones emocionales. Se generan as nuevas estructuras

    funcionales complejas que se revelan como nuevas capacidades de adaptacin y operacin en su medio.

    Existen hitos que dependen ms de los procesos madurativos biolgicos generales en los nios como, por ejemplo, el desarrollo de las posturas y

    desplazamientos, ligados al organizador del equilibrio y la seguridad postural, que son el resultado de la articulacin entre los factores intrnsecos de la

    maduracin neurolgica, la estructura y disponibilidad tnico postural, el procesamiento de la informacin propioceptivovestibular, que permite la

    adaptacin y anticipacin actitudinal en las condiciones de equilibrio fsico esttico y/o dinmico en distintas condiciones de apoyo y proyectos de accin.

    La maduracin entonces es requisito aun cuando se reconocen las influencias de la cultura y los modelos sociales de crianza en el entramado progresivo del

    sentimiento ntimo de seguridad postural y disponibilidad corporal, en los momentos de aparicin y en la calidad de la organizacin, dominio y operatividad de ciertas posturas y desplazamientos.

    La postura sedente armoniosa y suelta de los nios criados en condiciones de libertad de movimiento, por ejemplo, no es preparada por anticipaciones

    del tipo de: incorporarlos a la posicin sentada flexionando el tronco a partir de la traccin de los brazos; o sentarlo con apoyo de almohadones, ataduras u otros; o indicar a la madre o adulto acompaante siente usted a su nio en un lugar plano, confundiendo la consideracin de se sienta que implica una accin subjetiva activa de pasajes sucesivos de una postura horizontal o vertical a una sedente, organizada y llevada a cabo por el propio nio- con se queda sentado y no se cae de manera pasiva, reactiva, si es el adulto el que lo coloca en esa posicin.

    La gnesis fisiolgica postural y motriz espontnea, descubierta por Emmi Pikler, est caracterizada por la aparicin de posturas y movimientos

    llamados intermedios, perfectamente coordinados, que son adquiridos progresivamente antes de la estabilizacin de las posturas fundamentales y son, al mismo tiempo, preparatorias de las mismas. Esto plantea una diferencia cuantitativa y cualitativa respecto de los hitos reconocidos habitualmente en las

    escalas de desarrollo postural y motor. En stas ltimas se acepta que el aprendizaje de ciertos movimientos es precedido por posturas o movimientos

    forzados, por tanto mal organizados, precarios, inestables, crispados y deficientementel coordinados, inmaduros, logrados por la insistencia de la

    ejercitacin realizada con ayuda del adulto.

    La postura sedente, por ejemplo, con la cifosis fisiolgica reconocida por Gesell como propia de una etapa del desarrollo, es producto sin embargo, de colocar sentado a un nio cuyo tronco aun no est suficientemente maduro para sostenerlo, con las consecuencias tnico, posturales,

    equilibratorias, propioceptivas, prxicas y emocionales derivadas de esa actitud.

    Por el contrario, cuando el nio se sienta, como hito de su desarrollo, implica que ha realizado una progresin de sus movimientos desde el decbito dorsal, lateral o ventral, a la posicin de semisentado con el tronco oblicuo, apoyado sobre el codo y luego semisentado sostenido en la mano,

    hasta la verticalizacin del tronco apoyado sobre sus isquiones, explorando diversas formas de sentarse, hasta elegir las ms econmicas y seguras, con una

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    reduccin progresiva de la base de apoyo y con el centro de gravedad muy cerca todava de la base de sustentacin, lo cual le garantiza una mayor

    seguridad esttica y dinmica.

    En las descripciones corrientes en muchas escalas reconocidas del desarrollo postural y motor encontramos entonces, mezclados, los

    comportamientos del nio en una situacin impuesta (el equilibrio y el movimiento obtenidos con un soporte material o con la ayuda personal de un adulto)

    y las posturas o movimientos que los nios adquieren a travs de su propia actividad.

    Las escalas de desarrollo, casi sin excepcin, describen la evolucin de diferentes movimientos (principalmente la evolucin de la posicin sentada a

    la posicin de pie) como secuencias sin lazos de unin entre ellos. Es decir, sin explicar cmo una postura se convierte en otra, sin ver los pasajes

    necesarios de una en otra. Sin embargo, como hemos descripto anteriormente, la evolucin del desarrollo postural y motor no se conforma a travs de hitos

    independientes, o de organizaciones posturales finales acabadas, sino siguiendo las leyes de la maduracin y del equilibrio, en relacin a la disminucin

    progresiva de la base de sustentacin y la elevacin, tambin progresiva, del centro de gravedad, con la verticalizacin paulatina de la cabeza y del tronco

    en fases intermedias.

    Tal como lo ha descubierto Emmi Pikler, todos los nios que no padezcan de trastornos motores severos o amputaciones, o restricciones notables del

    medio, siguen el mismo programa gentico y fisiolgico de construccin progresiva de las posturas y desplazamientos, de manera autnoma, que pasa por

    diferentes etapas, estadios y procesos intermedios, siempre los mismos, que pueden considerarse como sus verdaderos hitos. Todos tienen una extremada

    importancia en la utilizacin libre y armoniosa de los recursos psicomotores actuales y en el afianzamiento de las bases para la preparacin de las

    estructuras ms adecuadas para las etapas sucesivas. Este programa gentico fisiolgico, en buena salud y en buenas condiciones ambientales se expresa

    con una dispersin importante de las franjas etarias.

    Pero tambin la observacin no slo cuantitativa sino en particular cualitativa de las posturas y su gnesis, sus estadios intermedios, los pasajes de

    una postura a otra, la armona de la distribucin y fluencia tnico-postural, su instrumentacin y los perodos en los que se expresan, puede dar cuenta de

    posibles retardos madurativos, y permiten obtener datos sobre condiciones del entorno que determinaran esos datos disfuncionales, as como de los

    factores que podran obstaculizar o poner en riesgo el proceso de desarrollo. Esto seala claramente la precaucin para articular observables al determinar

    desviaciones del curso de desarrollo.

    La observacin en la vida cotidiana permite visualizar realmente conductas propias en momentos especficos del desarrollo infantil, formas originales

    de proponerse experiencias, hiptesis y relaciones, que revelan verdaderos hitos de los cambios cualitativos en el desarrollo que se producen

    genticamente, de manera autnoma y adaptativa, y que no son el producto de maniobras de experimentacin ni de provocacin de respuestas a consignas aleatorias formuladas por adultos -por ms estandarizadas y validadas estadsticamente que sean- que miden conductas ms o menos frecuentes

    en una poblacin y una cultura dadas y no representan verdaderos hitos del desarrollo. Las reacciones a las consignas as inducidas por los evaluadores -

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    inducciones generalmente prematuras- habitualmente ponderadas de manera cuantitativa, pueden llevar a errores en la consideracin de las respuestas

    reactivas porque no siempre queda claro si el nio responde por un sometimiento activo o pasivo, ms o menos desinteresado, o no responde por otros

    motivos situacionales que no tienen que ver siempre con falta de madurez o de capacidades generales.

    De todos modos las consignas restrictivas no permiten captar la complejidad ni la riqueza del repertorio de recursos, de intereses, de estrategias

    cognitivas ni relacionales que el nio es capaz de utilizar en su vida y con los que afronta los problemas pertinentes a su nivel de maduracin que l mismo

    o el medio plantea.

    La etapa de la protoinfancia es extremadamente potente, sensible y plstica y tambin vulnerable. En ella se estructuran los ncleos esenciales de la

    subjetividad, las matrices afectivas, las matrices de aprendizaje y de insercin social activa o pasiva. Es un perodo en el que se generan, se afirman, se

    desarrollan o se bloquean muchas de las condiciones, capacidades y competencias potenciales, personales, para el futuro individual y social.

    Por lo tanto ponderar indicadores de desarrollo requiere una mirada compleja donde cada elemento y valor necesariamente se reconozca en su

    carcter de seal del juego de una multiplicidad de factores interdependientes e inseparables en la realidad, y de la diversidad de modos de vida y de

    culturas. Atender conscientemente a las necesidades y crear las mejores condiciones, exige tener en cuenta la extrema diversidad ambiental y cultural,

    globalmente consideradas, para no estigmatizar ansiosamente, generando estrs y/o iatrogenia.

    3.2 Investigaciones, fuentes y estudios previos que sirven de base.

    3.2.1.El Instituto Emmi Pikler, en Hungra, ha sido una fuente inagotable de experiencias y reflexiones acerca de los elementos esenciales del

    desarrollo en la protoinfancia.

    Dispuso durante ms de sesenta aos de numerosos datos, ya que no slo fue organizado como hogar infantil sino como centro de metodologa e

    investigacin. Estos datos han podido ser analizados desde diversas perspectivas. Muchos conciernen a las actividades espontneas, autnomas de los

    nios, haciendo descubrir toda la riqueza, el sentido y las funciones de las mismas y por lo tanto la importancia en la prctica, de procurarle las condiciones

    imprescindibles, materiales y de seguridad y estabilidad afectiva, para que pueda acceder a una vida interesante, rica y en verdadera autonoma.

    Es decir, cmo ste accede a la interiorizacin e integracin de acontecimientos cotidianos que se externalizan en el contacto, la comunicacin y el

    movimiento. El descubrimiento del valor del espacio propio del nio, adems y por fuera del campo interactivo, fue y sigue siendo una contribucin original que merece ser mejor estudiada, porque aporta datos complementarios sobre los caminos del pensamiento y de la individuacin del sujeto humano.

    En este sentido, el Instituto Pikler provey de condiciones extremadamente interesantes para el trabajo de investigacin ya que funcionaba casi como

    un verdadero laboratorio en el que las condiciones de vida de los nios eran sumamente estables, rigurosamente definidas y controladas.

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    La mayora de las investigaciones tuvieron como objetivo comprobar, con procedimientos cientficos, las hiptesis de Emmi Pikler concernientes a

    las consecuencias del respeto de la libertad de movimientos sobre el desarrollo integral del nio.

    Los primeros estudios se refirieron esencialmente a la actividad motriz, a las posturas y a los desplazamientos y a las actividades de manipulacin. La

    actividad de los bebs fue examinada desde diferentes ngulos: el contenido de las actividades, su cantidad, su calidad, sus transformaciones, el ritmo de las

    adquisiciones, las particularidades concernientes a los cambios de posturas y desplazamientos y otras relacionadas particularmente con el desarrollo y la

    amplitud de la manipulacin. Luego se emprendieron investigaciones, algunas de las cuales estn actualmente en curso, referidas a otros aspectos de la vida

    cotidiana de los bebs.

    Todas las investigaciones realizadas en Lczy, incluidas en una corriente etolgica, se apoyan en observaciones directas del nio en su medio habitual

    de vida. Esta es una condicin ineludible del marco institucional, por lo tanto nada se modificaba en la vida cotidiana en vistas de la investigacin.

    Algunas de las investigaciones se apoyaron exclusivamente en los registros de las cuidadoras pero, en la mayora, los datos fueron aportados por las

    observaciones de los investigadores.

    Muchas veces el observador formaba parte del equipo de Lczy o colaboraba de distintas maneras, otras era externo, pero jams intervena

    directamente con los nios.

    Las investigaciones del Instituto Pikler que se han tomado como fuente para el presente trabajo son:

    I) El desarrollo de las posturas y los diferentes modos de desplazamiento desde el nacimiento a la marcha.14

    Los resultados de esta investigacin son el fruto del anlisis de las observaciones cotidianas registradas sobre 722 nios, desde que estaban en la

    postura acostado en decbito dorsal hasta la adquisicin de la marcha segura. Continuando este primer trabajo, la observacin longitudinal de doce nios permiti confirmar estos datos, precisar ciertos detalles y responder a las

    preguntas surgidas a partir del primer anlisis.

    Cada nio fue observado durante 30 minutos tres veces por semana.

    Del conjunto de esta investigacin se ha podido concluir que:

    Todos los bebs han logrado, por ellos mismos, la evolucin que va desde la postura acostado sobre la espalda hasta la marcha de pie segura, aunque ninguno haya sido ayudado ni solicitado para hacerlo por parte del adulto. El nio no tiene necesidad de la ayuda del adulto para aprender a desplazarse, ponerse de pie, sentarse o caminar, sino que lo logra por s mismo.

    14

    Pikler, E: Moverse en libertad. Op.cit.

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    Para hacerlo, el beb utiliza adems de las posturas comnmente descriptas y estandarizadas en diversas escalas de desarrollo (de espaldas, de costado, boca abajo, de pie) una gran variedad de posturas y movimientos hasta entonces no descriptos a los que Emmi Pikler designa con el nombre de

    posturas intermedias o transitorias.

    El mismo fenmeno puede ser descripto a propsito de los desplazamientos, luego de las primeras tentativas ondulatorias de espaldas, de pivote sobre s mismo, de girar repetidamente del decbito dorsal al lateral y ventral y viceversa, de rolar hasta enderezarse y caminar; el nio utiliza

    numerosas formas intermedias de desplazamiento.

    Las posturas y desplazamientos intermediarios aparecen en todos los nios que tienen la posibilidad de moverse en libertad y aproximadamente en la misma secuencia.

    La variedad, sucesin y estabilidad de aparicin de estas posturas demuestra que existe un programa gentico expresado en un continuum que sigue las leyes del equilibrio y de la maduracin.

    Las variaciones detectadas en cuanto a las edades promedio de adquisicin de las posturas estandarizadas es aproximadamente la misma para los nios estudiados en Lczy que para los seguidos por Brunet-Lezine, Buhler-Hetzer, Gesell, Illingworth, a excepcin del tem girar de boca abajo a boca arriba y del tem ponerse de pie donde se observa una aparicin ms tarda para los nios de Lczy. Por el contrario, la marcha segura es alcanzada un poco ms temprano.

    El anlisis de las diferencias individuales muestra que stas son ms importantes en el grupo de Lczy que las consideradas como norma en los tests. Poco importantes para las primeras adquisiciones, estas diferencias son ms marcadas en las ulteriores. Por ejemplo, son ms importantes las

    concernientes a la marcha que para girar horizontalmente y ponerse de lado.

    Estas diferencias estn sin duda ligadas, por un lado, al ritmo madurativo de cada nio, y por otro, al tiempo exigido para el descubrimiento, la

    ejercitacin y la utilizacin instrumental de mltiples posturas intermedias.

    La calidad de ejecucin de los movimientos en estas posturas intermedias es notable. Esta calidad se mantiene cualquiera fuera la edad de adquisicin. En el conjunto, no hay correlacin entre la calidad del movimiento y la precocidad de adquisicin de una postura.

    Las investigaciones demuestran que en condiciones de libertad de movimientos y respetando su ritmo de adquisicin, el nio presenta en cada etapa el mismo grado de actividad. El nio no pasa de la pasividad a la actividad al crecer, ni de la torpeza a la habilidad, sino que mantiene en todo

    momento un nivel de actividad y de aptitudes que le permiten cumplir tareas cada vez ms complejas a medida que alcanza una etapa ms avanzada de

    desarrollo.15

    15

    Lo ms importante es que l pase por s mismo, por todas las etapas intermedias para asentar bien las nuevas adquisiciones y no que llegue a ellas lo ms rpido posible. (N. de A.)

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    Estos trabajos de la Dra. Pikler y su equipo han permitido elaborar nuevas tablas de seguimiento y control del desarrollo autnomo,16

    con las edades,

    secuencias y rango etario de aparicin de las diferentes conductas cuya utilizacin es un instrumento precioso de la prctica en instituciones y en

    orientacin familiar.

    La escala, elaborada por la Dra. Judit Falk, publicada en castellano por Ediciones Ariana en 1997 en el libro Mirar al Nio, fue recomendada en

    1999, por el Programa Materno Infantil (PROMIN) de la Regin Oeste de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, para su inclusin en las historias

    clnicas de los nios menores de 3 aos que concurran para su control y atencin en los Centros de Salud (A. Garca 2011). Actualmente es recomendada

    por el Ministerio de Salud de la Nacin de la Repblica Argentina y por el Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud de la Provincia de Neuqun.

    (www.saludneuquen.gov.ar)

    II) Investigacin sobre la continuidad de la actividad motriz, la frecuencia de los cambios posturales y el tiempo en que se mantiene en una

    misma postura.17

    El estudio de las posturas y de los desplazamientos ha revelado de manera bastante sorprendente la frecuencia con la cual los nios cambian de

    postura y la brevedad del tiempo en que se mantienen en la misma.

    La frecuencia de los cambios de postura aumenta rpidamente con la edad del nio hasta el noveno mes. Hacia el quinto mes el promedio de cambios de postura durante 30 minutos es de 16 veces, a los 6 meses es de 21, se estabiliza alrededor del noveno mes en que alcanza a 45; aumenta luego

    ms lentamente, hasta 60 veces a los 18 meses, es decir que llegan a cambiar de postura dos veces por minuto.

    La frecuencia de los cambios de postura y la duracin de su mantenimiento no dependen de la variedad ni de la cantidad de posturas utilizadas por el nio, sino de su edad. Esto no excluye el que haya perodos en que el nio mantiene ms tiempo una postura. A los 4 meses, por ejemplo, los bebs

    mantienen la misma postura como promedio 16 minutos, a los 5 meses, 11 minutos. Estos tiempos se acortan con la edad hasta los diez meses en que

    permanece como promedio un minuto y medio en una misma postura. Esta duracin es estable hasta los 18 meses.

    De este estudio se extrae como conclusin que: Los cambios posturales son muy frecuentes, relacionados con la continuidad del acto motor en su

    conjunto, la regulacin de la atencin y la concentracin y parecen ser la expresin de una necesidad y no slo de una posibilidad de autorregulacin tnica. Esta investigacin aporta datos que alertan acerca de los sistemas de contencin y fijacin posturales de utilizacin tan frecuente, cada vez ms

    estimulados por la publicidad y el mercado (andadores, din-don, sillitas, etc.).

    16

    Publicadas en castellano en Mirar al nio de Judit Falk, en Buenos Aires, Ediciones Ariana de FUNDARI, 1997. 17

    Investigacin dirigida por Anna Tardos, comunicacin realizada en las Jornadas Cientficas de la Asociacin Pikler Lczy de Francia, 1987.

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    III) Observaciones sobre el nmero y las formas de las cadas y sus consecuencias (tipos de lesiones) entre bebs criados en decbito dorsal y

    en libertad de movimientos y bebs criados en decbito ventral y con una estimulacin postural tradicional.18

    Pikler haba observado en clnica peditrica que nios de instituciones similares a Lczy padecan de accidentes por cadas desde bastante altura con

    traumatismos craneanos con mayor frecuencia que los observados en nios de su institucin.

    Szanto realiz una investigacin al respecto que demostr que los nios criados en decbito ventral desde los primeros meses se caan como

    promedio 12 veces ms que los criados en decbito dorsal y que estas cadas tenan caractersticas particulares que explic de la siguiente manera:

    La postura en decbito ventral desde el nacimiento fuerza el anclaje de un reflejo defensivo de la cabeza, con hiperextensin del cuello, hipertona

    dorsal y rigidez de miembros superiores, que permanece como patrn defensivo durante muchos aos, a veces por siempre. Ms tarde, ante la prdida

    sbita del equilibrio, el patrn defensivo de la cabeza reproduce la hiperextensin y el sujeto cae en bloque hacia atrs, golpeando la nuca o hacia adelante

    lesionando el mentn. En nios criados en decbito dorsal, al no estimular la hiperextensin de la cabeza, los patrones defensivos permiten regular -en

    situaciones de riesgo equilibratorio- la flexin de la cabeza, la flexin de las rodillas y los paracaidismos de miembros superiores frontales, asegurando la

    defensa de la cabeza.

    IV) El comportamiento de exploracin visual y tctilo-motriz en nios entre los 3 y 12 meses de edad.19

    La investigacin se realiz con el seguimiento sistemtico de 6 nios desde los 3 hasta los 12 meses. (En realidad se los sigui asistemticamente

    bastante tiempo ms). Se realizaron observaciones durante 25 minutos cada dos semanas. Los autores consideraron que exista exploracin o inters

    manifiesto cuando la mirada se detena al menos 30 segundos sobre un objeto.

    Algunas de sus conclusiones:

    El anlisis mostr que los nios estaban atentos a uno o varios objetos, en todas las edades, a diferente nivel, alrededor del 50% del tiempo observado. Un elemento interesante fue que an en lapsos estables de manifiesto inters, existan pequeas interrupciones de la orientacin de la mirada

    que se volcaba ligeramente a otra cosa y retornaba de inmediato al objeto. Esto sucedi entre 3 o 4 veces por minuto como promedio. En nuestras propias

    observaciones lo hemos sealado y parece ser la expresin de una necesaria autorregulacin por parte del nio.

    La investigacin, referida tambin a los objetos de exploracin, los tiempos que los bebs emplean para ello y la curva de aparicin mxima y la declinacin de cada conducta a lo largo del desarrollo, determin que el inters se reparta entre: mirarse las manos, mirar alrededor y manipular un

    objeto, es decir mirarlo mientras hace algo con l. 18

    Investigaciones realizadas por Emmi Pikler, Agns Szanto Feder y Anna Tardos. 19

    Investigaciones dirigidas por Anna Tardos, algunas en colaboracin por convenios entre Hungra y Bulgaria, en la que participaron adems Dragosinova, R y Mityeva, J. en

    1968 y comunicaciones previas de Barkoczy.

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    Las curvas de aparicin y desaparicin de las conductas revelaron que a medida que disminuye la exploracin exclusivamente visual va acrecentndose la exploracin tctilo-manual y la manipulacin. Es decir, que en el curso de su desarrollo la actividad del nio pasa de una dominante

    inicial de exploracin visual a una dominante ulterior de actividad manual. Esto marcara un proceso fundamental del desarrollo.

    El inters por los seres humanos es mucho ms importante para el nio que por los objetos inanimados de manera constante entre los 3 y los 12 meses aunque existan fuertes diferencias individuales acerca de qu cosas observan en las personas.

    En cuanto al contenido de la actividad manual, entre los 3 y los 12 meses se han podido repertoriar ms de 100 tipos de movimientos ejecutados con las manos.

    El orden de adquisicin de las diferentes formas de manipulacin es semejante en todos los nios sanos. Se observa la aparicin progresiva de una actividad, luego un perodo de mxima presencia que va disminuyendo paulatinamente sin desaparecer del todo, mientras aparece otra actividad.

    La dispersin de las diferencias de edad de adquisicin de estos movimientos manuales es menor respecto a las de adquisicin de las posturas y los grandes movimientos. Mientras no se puede aseverar con exactitud la edad madurativa de un nio a partir de la observacin de la motricidad gruesa,

    es ms fcil hacerlo con cierto ajuste a partir de los juegos de manipulacin.

    V) Los niveles de atencin e investimiento durante el juego.

    Describen tres tipos de atencin, flotante, sostenida y concentrada y sus funciones y relaciones con los aprendizajes.

    Se pueden considerar los resultados del conjunto de estos estudios desde el ngulo del enriquecimiento de conocimientos que aportan y desde el de

    las aplicaciones prcticas, especialmente en materia de prevencin.

    Los trabajos sobre la motricidad y las actividades manuales permitieron establecer un inventario detallado, preciso, de las actividades de los bebs

    durante los dos primeros aos de vida. Todos esos datos constituyen una especie de anatoma de la actividad espontnea de los bebs donde se pone de relieve su riqueza, sus variedades y variaciones, la sucesin de las adquisiciones, sus momentos de aparicin, de frecuencia mxima y de extincin.

    Estos conocimientos precisos sobre la actividad de los bebs y sobre los niveles de atencin aportan informaciones interesantes para comprender los

    caminos segn los cuales el beb explora, integra sus conocimientos, elabora su identidad y sus representaciones mentales. Los diversos aspectos de la

    actividad del beb tienen funciones especficas, estn en relacin con la actividad psquica del nio de la cual emanan y producen a la vez un sistema de ida

    y vuelta recproco caracterstico del funcionamiento mental preverbal. En el ejercicio libre de su actividad, el nio construye no slo su cuerpo sino tambin

    la conciencia y la imagen de su cuerpo, la conciencia del medio y de su poder para modificarlo, por lo tanto la conciencia y la afirmacin de s, la

    integracin de un verdadero self.

    3.2.2. Investigaciones propias de Agns Szanto sobre la motricidad infantil y algunas formas especficasque dieron lugar a sus Tesis de Maestra y de

    doctorado en Psicologa Gentica en la Universidad de Paris VIII, bajo la direccin del Profesor Tran Thong.

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    3.2.3. Investigaciones propias de M. Chokler sobre la actividad autnoma del protoinfante como va de acceso a las representaciones mentales con

    que opera presentadas en su Tesis de Doctorado en Psicologa en la cole des Hautes tudes en Sciences Sociales. Universidad de Pars VI

    3.2.4 Investigaciones dirigidas por M. Chokler en el Instituto Universitario de Investigaciones en Psicomotricidad de la Facultad de educacin de la

    Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, sobre actividad y juego en protoinfantes. Otras investigaciones en el mismo mbito sobre el pensamiento en

    nios con trastornos en el desarrollo.

    3.2.5. Investigaciones acerca de la Escala de Desarrollo del Instituto Lczy de Budapest20

    presentadas por la Licenciada Adriana Garca como tesis

    de Licenciatura en Psicomotricidad en la Facultad de Educacin de la U.N.Cuyo.

    4. Conclusiones:

    El presente marco terico intenta fundamentar suficientemente la eleccin de los instrumentos para la ponderacin del desarrollo infantil temprano

    que se presentan ratificando que dicha eleccin implica una toma de posicin tica y epistemolgica y la bsqueda de metodologas coherentes para

    conocer y promover el sujeto autor y protagonista activo que se quiere ayudar a crecer y desarrollarse y con la coherencia de las prcticas colectivas en los

    distintos mbitos: educativos, sociosanitarios y comunitarios comprometidos con la infancia.

    Captulo II

    20 Observacin, seguimiento y valoracin del desarrollo infantil. Estudio de la Escala de desarrollo del Instituto Pikler Lczy. Tesis de Licenciatura en Psicomotricidad, Facultad de Educacin,

    Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza Argentina, 2009

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    Instrumentos propuestos para la observacin, ponderacin y seguimiento

    del desarrollo infantil hasta los 3 aos

    Escala de Observacin de Indicadores (abreviada)

    (adaptada de la Escala del Instituto Lczy propuesta por la Dra. Judit Falk) 21

    1. Antecedentes y reflexiones previas: 22

    En los ltimos aos, en particular desde que se introdujo un mtodo uniforme para documentar la condicin y el desarrollo somtico de bebs y nios

    pequeos, se ha planteado tambin la necesidad de un mtodo uniforme para el seguimiento y control del desarrollo psicomotor y psicosocial.

    H. Wallon, en su texto La evolucin psicolgica del nio, analizando los tests en general y los de desarrollo en particular, sostiene que las escalas graduadas por edad pueden dar la ilusin de sealar una norma, en cierto modo absoluta, de los progresos esperables en todos los nios normales.

    Esta ilusin puede explicar tal vez el fenmeno que se observa generalmente de considerar que las etapas o comportamientos que figuran en tests,

    escalas y cuadros de desarrollo, elaborados con finalidad diagnostica -es decir distinguir lo normal de lo patolgico- se conviertan en objetivos educativos.

    Se considera que el desarrollo y tambin el trabajo educativo son buenos si un nio logra los progresos sealados a una edad determinada en las

    escalas o bien antes y se consideran insuficientes si estos progresos se dan ms tarde.

    Sin embargo, la edad de realizacin de ciertas adquisiciones dice poco acerca del desarrollo en s mismo, acerca de su dinmica, y de los caminos que

    el nio explor para llegar a un cierto nivel, a pesar de que esto ltimo resulta mucho ms importante que solamente la edad cronlgica. En efecto, se

    21

    Judit Falk, mdica pediatra, ex directora del Instituto Emmi Pikler Lczy de Budapest, fue una rigurosa investigadora y autora de gran cantidad de artculos y libros especializados. Recopil

    la Escala de observacin y seguimiento de los nios que estaban alojados en el Instituto al menos durante un ao. Con ello determin las edades en las que los nios accedan por su propia

    maduracin y por s mismos a los distintos comportamientos a lo largo de su desarrollo. La Escala propuesta por ella y aplicada durante ms de 60 aos en Lczy fue publicada en castellano en

    Mirar al Nio por Ediciones Ariana, Buenos Aires en 1997. 22

    Texto tomado como transcripcin y adaptacin del Captulo II de Mirar al Nio de J. Falk (traducido por M. Chokler y R. Mijelshon. Buenos Aires, Ediciones Ariana. FUND.ARI, 1997

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    pueden lograr ciertos desempeos, desarrollar algunos hbitos a travs de una gran variedad de actitudes y de mtodos educativos y reeducativos,

    habilitativos o rehabilitativos no siempre muy aconsejables por sus efectos secundarios.

    Las expectativas relacionadas con los meses o los trimestres de edad no toman en cuenta suficientemente las grandes diferencias individuales en el

    desarrollo normal, en tanto que el condicionamiento, el entrenamiento y el adiestramiento que buscan lograr desempeos, basados en un promedio, ms all de la madurez fsica y/o psquica tienen un valor dudoso.

    H. Wallon seala que el C.D. (Cociente de Desarrollo) u otros ndices numricos en los ms pequeos, vara en forma muy sensible en ciertos nios.

    De acuerdo con varios autores, estos valores, sobre todo antes de los dos aos, no tienen ninguna correlacin, o muy poca, con niveles alcanzados ms

    tarde.

    Esta comprobacin cuestiona profundamente la significacin predictiva y el valor pronstico de estos mtodos y por lo mismo, alerta sobre su

    aplicabilidad para el control y seguimiento del desarrollo a fines de un despistaje.

    Una de las razones evidentes de la variabilidad del Cociente de Desarrollo (C.D.) segn la opinin de muchos profesionales es que ste no es un

    proceso lineal, sino que se lleva a cabo por saltos y mesetas y su ritmo vara segn los individuos, y en los mismos individuos en distintas etapas. Por otra

    parte la aparicin de ciertas conductas sealadas como indicadores,hitos del desarrollo, es muy sensible a mltiples factores endgenos y exgenos, ambientales, relacionales, ms o menos transitorios que inciden en su determinacin. Wallon describe muy bien las alternancias funcionales y los estadios

    en los que predominan algunos comportamientos que las expresan.

    Judit Falk habla de fases ms visibles y fases menos espectaculares, como por ejemplo el descubrimiento y el ejercicio de las posturas y los

    movimientos intermediarios a travs de los cuales el nio ubica slidamente e integra, en la dinmica de sus progresos, las bases para elaborar no slo su

    motricidad armoniosa si no tambin otros elementos constitutivos de su personalidad.

    El valor pronstico de muchas escalas es muy dudoso porque en la mayora de ellas se asigna un peso predominante y casi exclusivo al ritmo de

    desarrollo de las adquisiciones motrices durante el primer ao de vida y ulteriormente va disminuyendo. Aparecen pocos indicadores de conductas ms

    importantes para su desarrollo intelectual como las notables y sutiles variaciones de las alrededor de 100 formas de manipulacin que desarrolla en ese

    perodo y de la atencin e investimiento en la accin.

    La aparente importancia de un rpido desarrollo motor en los primeros meses, as como la preocupacin por un desarrollo tericamente tardo

    observado al comienzo termina finalmente por borrarse hacia finales del segundo ao de vida.

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    Existen entonces mltiples razones de la variabilidad del desarrollo, como por ejemplo las reconocidas grandes diferencias individuales en el

    desarrollo normal del lenguaje.

    Es auspicioso por una parte que las escalas no permitan prever el devenir de un nio ya que ellas podran conducir a la seleccin y segregacin

    precoz y por otro lado a ejercitaciones formales.

    Tambin el Profesor Ren Zazzo sugiere prudencia para interpretar los tests, ya que el fracaso tiene un significado menos seguro que el xito en el

    intento.

    La aplicabilidad de estndares en la evaluacin y el pronstico parece aun ms dudosa si se considera que los "tems" reflejan expectativas y hbitos

    de una cierta esfera de cultura de la que son producto, de un cierto sistema de crianza y educacin. En consecuencia, su aparicin y la edad en que

    eventualmente lo hace dependen en gran medida del hecho de que el sujeto examinado haya sido criado o no en ese sistema de tradiciones con sus hbitos

    correspondientes. Whiting y Pikler han llamado la atencin sobre este hecho, ratificado por Harmat, Tardos, Balog, Futo y Kallo en cuidadosas

    investigaciones.

    Con respecto a la utilidad de las escalas de desarrollo, su importancia reside en el hecho de que proporcionan una posibilidad de observar el

    comportamiento de diferentes nios en una situacin estructurada de la misma manera.

    La evaluacin numrica no es ms que uno de los medios para juzgar. No es casual que, por ejemplo, Gesell no la considere necesaria.

    Obviamente, una observacin experimental estructurada, proporciona mucha menor informacin sobre el nio y con menos matices que una

    observacin directa en una situacin habitual.

    Pero, en algunos casos, puede representar un buen examen complementario-en manos de una persona experimentada- para descubrir problemas

    especiales.

    La finalidad principal del control y la documentacin del desarrollo psicomotor y psicosocial de los nios pequeos es adecuar la calidad de los

    cuidados y de la educacin tanto en las familias como en los establecimientos especficos y eventualmente detectar situaciones de riesgo..

    El conjunto de los mtodos, sistemas de normas y escalas utilizados para el control del desarrollo influyen directa o indirectamente sobre la/s

    persona/s que conoce/n esos datos. Luego, el inters del equipo de salud y/o educacin, puericultore/as u otras personas cuya tarea sea el seguimiento y

    control, se va a orientar hacia tal o cual estadio de desarrollo. Su observacin por parte de los padres, educadores o agentes de salud puede inducirlos a una

    mejor actitud de cuidado y educacin o simplemente a forzar comportamientos con ciertas expectativas de logros que muchas veces fragmentan, escinden y

    parcializan funciones que se integran, actualizan y cobran sentido en su conjunto y determinacin recproca.

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    Teniendo en cuenta todos estos aspectos, la Escala de Desarrollo de Lczy, sistematizada por la Dra. Judit Falk, que, en su origen, estuvo destinada al

    control del trabajo en casas cuna u hogares infantiles, result luego de gran utilidad tambin en las consultas peditricas de control y seguimiento del

    desarrollo de los nios pequeos criados en el seno de su familia, .as como en centros infantiles, guarderas o Jardines Maternales.

    2. La Escala de Desarrollo del Instituto Lczy, sistematizada por la Dra. Judit Falk

    Esta Escala de Desarrollo23

    abarca cinco reas principales de la actividad infantil:

    1-Desarrollo de las grandes posturas y movimientos (vinculado en particular con el Organizador Equilibrio y seguridaad postural)

    2-Actitud durante los cuidados cotidianos (ligado al Organizador Vnculo de apego en interrelacion con todos los otros Organizadores del

    Desarrollo, en particular Comunicacin)

    3-Adquisicin del control de esfnteres (maduracin neurolgica y desarrollo de la imagen del cuerpo y a la seguridad postural)

    4-Desarrollo cognitivo relevado a travs de la coordinacin culo-manual, las actividades de manipulacin y el juego, (ligado prevalentemente

    al Organizador Exploracin)

    5-Desarrollo de la vocalizacin y la palabra, (ligado en particular con el Organizador Comunicacin)24

    La Escala no comprende ningn grupo de preguntas vinculadas al desarrollo de las relaciones sociales, pero la actitud manifestada durante los

    cuidados as como los tems concernientes a la palabra contienen respuestas, en lo esencial, a estas cuestiones.

    Asimismo, se evitaron expresamente preguntas que provoquen, por su naturaleza, respuestas subjetivas (por ej. "se muestra amable con el adulto?).

    La actitud durante los cuidados, la reaccin a la palabra as como el desarrollo de la iniciativa vocal o la produccin lingstica reflejan la relacin de

    un nio con el adulto.

    El protoinfante que no tiene el hbito de cooperar con el adulto durante los cuidados cotidianos ni durante el bao ni para vestirse y que no le

    responde, da una prueba de un vnculo con l al menos insuficiente.

    Sin buenas relaciones afectivas y sociales, un nio no se manifiesta como un interlocutor activo en dichos cuidados, sino que se conforma, en el mejor

    de los casos, con soportarlos pasivamente.

    23

    Ver en Mirar al nio, op cit 24

    Las referencias en itlica son agregados propuestos por M. Chokler y A. Szanto

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    Adems, sin buenas relaciones afectivas, no se desarrolla o se desarrolla con grandes retardos an en reas que, a primera vista, parecen alejadas: las

    de los grandes movimientos, de la manipulacin y del juego.

    El sentimiento de seguridad afectiva, es condicin indispensable de un estado psquico que le permita al nio volcarse con inters hacia el mundo

    exterior y brindar respuestas adecuadas a sus estmulos que, a su vez, ayudan al desarrollo de todas sus facultades.

    3- Justificacin de una Escala Abreviada

    Las necesidades de encontrar indicios potentes de hitos que revelaran los estadios del desarrollo de los nios de 0 3 aos, y al mismo tiempo

    fueran de rpida observacin y relevamiento en contextos diferentes, muchas veces con limitados recursos, exigi seleccionar indicadores y

    adecuar la Escala de Desarrollo Infantil propuesta por la Dra. Falk, instrumento precioso de anlisis y seguimiento, a otras condiciones y

    requerimientos poblacionales.

    Por esta razn se analiz y se ponder cada componente de la secuencia de acciones y adquisiciones progresivas confirmadas por las

    investigaciones y observaciones llevadas a cabo en el Instituto Lczy y empricamente corroboradas en la clnica y en las experiencias de

    numerosos autores. De estas conductas observables cotidianamente se tomaron slo aqullas que marcaban diferencias de etapas realmente

    definitorias y se adaptaron y actualizaron adems algunos datos. De tal manera la Escala se redujo a 31 items de los 73 originales, que, si bien no

    reflejan la sutileza de transformaciones que definen los estadios y sus pasajes, permiten evidenciar, sin embargo algunos hitos clave y la lnea de

    desarrollo en conjunto y en cada dimensin. .

    De estos tems que remiten a hitos del desarrollo, se consideraron once relativos al equilibrio y seguridad postural que expresan la

    maduracin funcional para la evolucin motriz y el dominio progresivo de las posturas y desplazamientos.

    Dos tems se refieren al control del propio cuerpo, integracin del esquema y de la imagen corporal que se manifiestan en los momentos en

    que maduran las posibilidades de control esfinteriano, diurno y nocturno.

    Ocho tems se refieren a la evolucin de las conductas exploratorias, de manipulacin, construccin y juego, que ponen de manifiesto

    actitudes y niveles de desarrollo cognitivo predominantemente.

    Diez tems se refieren en particular a la comunicacin y el lenguaje tanto en sus aspectos de comprensin como de expresin.

    A la Escala se le agreg una observacin cualitativa de Estados de Atencin y de Actividad, que permite captar ciertas caractersticas

    personales para entrar en relacin con su ambiente. Estos datos brindan informacin sensible acerca de la conexin del sujeto con los elementos

    humanos y materiales que lo rodean en la vida cotidiana y de sus actitudes y recursos respecto de ellos. La observacin cualitativa permite

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    detectar signos que alertan acerca de obstculos, madurativos, psicolgicos, personales, del entorno que podran afectar el desarrollo y/o zonas

    francas de riesgos que no siempre se expresan de manera cuantitativa en los desempeos esperables.

    La Escala abreviada, as como la original, ofrecen la posibilidad de una lectura longitudinal y transversal que dan cuenta tanto del nivel de

    desarrollo en las circunstancias actuales, en un momento dado de la observacin o relevamiento de datos, como del mismo proceso de desarrollo,

    sus ritmos, detenciones y/o regresiones eventuales, permitiendo indagar, en el contexto familiar/institucional del nio, posibles factores que

    limitan ese proceso y operar en y con el medio para desocultarlos y analizarlos crticamente a fin de evitar poner en riesgo su evolucin y

    potenciar todos los recursos.

    Es sumamente importante considerar con prudencia cmo se ponderan los resultados de manera integral, jams aisladamente, y cul es el

    peso relativo de cada indicador dentro del conjunto, para eventualmente corroborar o ampliar la observacin con otros instrumentos y llegar as a

    elaborar las estrategias de intervencin ms adecuadas.

    Captulo III

    Instructivo para el registro de la observacin, ponderacin y seguimiento del desarrollo

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    de nios y nias menores de 3 aos

    Indicaciones de la Escala:

    Los datos sealados en la escala ofrecen una visin de conjunto sin necesidad de clculos especiales. En efecto, las formas de las curvas que se van

    construyendo sirven para comprobar, no slo el nivel actual de desarrollo del nio, sino tambin el dinamismo del conjunto de su evolucin.

    El esquema indicado en el cuadro permite anotaciones mensuales hasta la edad de 18 meses y despus de esa edad, cada 3 meses. La tabla se basa en

    una distribucin en percentiles, lo cual permite discernir con soltura las desviaciones individuales.

    a) Las cuadrculas de las Escalas (ver Anexos I y II) representan en el eje horizontal de las abcisas la edad del nio indicada mensualmente del 1 a 17 meses. Por lo tanto el nmero indicado remite al mes que cursa: el mes 1 considera los primeros 30 das, es decir desde que

    nace, el 1 da hasta el da 30, entonces durante el curso de su primer mes. El nmero 2 refiere al perodo que va entre los 31 y 60 das.