Ramos y Plata-Historia agraria y faccionalismo político en la Huasteca hidalguense

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Escuela Nacional de Antropologa e HistoriaI.N.A.H. S.E.P.

HISTORIA AGRARIA Y FACCIONALISMO POLTICO EN LA HUASTECA HIDALGUENSE TESIS DE LICENCIATURA EN ANTROPOLOGA SOCIAL

ERIKA ELIZABETH RAMOS CASTRO JOS LUIS PLATA VZQUEZ

ENAH-CIESAS/CONACYT MXICO D.F., MARZO DEL 2000.

NDICEPRESENTACIN AGRADECIMIENTOS INTRODUCCIN: El control de los recursos y el acceso al poder. El papel de las facciones en la configuracin de los ejidos y comunidades de la huasteca hidalguense Mapa de la huasteca hidalguense II. ESPACIO, POLTICA Y VIDA COTIDIANA III. LA TENENCIA DE LA TIERRA A TRAVS DE LA HISTORIA La conformacin de la tenencia de la tierra en la huasteca hidalguense IV. EL NUEVO ORDEN JURIDICO Y SUS EFECTOS EN LA HUASTECA HIDALGUENSE El ejido y la comunidad La huasteca en la dcada de 1990 V. LA LUCHA FACCIONAL EN LA HUASTECA HIDALGUENSE Santa teresa, tlalchiyahualica y atlapexco tres comunidades con conflictos agrarios Posesiones precarias en la sierra de hidalgo: entre la propiedad privada y la social Los indgenas y la poltica en la huasteca hidalguense VI. CONCLUSIONES ANEXO DE DOCUMENTOS Documentos captulo dos 110 116 119 127 1272

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16 23 24 38

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59 77 80 85

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Documentos captulo tres Documentos captulo cuatro Documentos captulo cinco ANEXO HEMEROGRFICO SIGLAS DOCUMENTOS CONSULTADOS BIBLIOGRAFA

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NDICE DE CUADROSCUADRO NMERO UNO.- Dotacin y confirmacin de bienes comunales segn el periodo presidencial CUADRO NMERO DOS.- relacin de tierras por hectreas entregadas en la huasteca Hidalguense 72 70

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PRESENTACIN.El trabajo que presentamos es el producto de un ao de trabajo durante el cual gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social a travs del Proyecto La Huasteca, Sociedad, Cultura y Recursos Naturales. Pasado y Presente con nmero de referencia 211100-5-G28649H fue posible realizar una prolongada permanencia en campo y almacenar y procesar ms fcilmente la informacin que obtuvimos a lo largo de nuestra estada. Lo que aqu se presenta es resultado de un exhaustivo trabajo de campo, en donde se convivi de cerca con las comunidades agrarias de la Huasteca hidalguense, se particip frecuentemente en asambleas de carcter agrario y se realizaron entrevistas con representantes de los ejidos, lderes de las comunidades y funcionarios pblicos de las dependencias relacionadas con el agro en la Huasteca hidalguense. Consideramos que esta parte de la investigacin fue la ms enriquecedora y la que nos dio ms elementos para desarrollar la investigacin puesto que a travs de los testimonios pudimos corroborar el trabajo de archivo que se convirti en la gua para enfatizar sobre algunos conflictos polticos que durante mucho tiempo han persistido en las comunidades. Se realizaron las lecturas pertinentes y las fichas bibliogrficas de trabajos sobre la Huasteca en general, el espacio geogrfico y las caractersticas sociales y culturales de la regin, tambin se hicieron lecturas sobre campesinado y antropologa poltica. Al realizarse las lecturas se obtuvieron datos concretos que ayudaron a precisar las categoras y conceptos que en adelante se convirtieron en el eje de la investigacin tales como poder, facciones polticas, cacicazgo, campesinado y ejido. El trabajo realizado en el Archivo General de la Nacin nos dio un panorama ms amplio sobre los antecedentes con respecto a la tenencia de la tierra y los conflictos por la misma que, vinculado a la informacin que se pudo recabar en el Archivo General Agrario y el de la Procuradura Agraria, hilaron el desarrollo de la historia agraria de la Huasteca hidalguense. Los constantes recorridos llevados a cabo en las comunidades y ejidos de la regin de estudio nos permitieron conocer la problemtica real que se vive en cada una de ellas.5

Decidimos consultar primero los archivos el Archivo General de la Nacin, el Archivo General Agrario y el Archivo de la Procuradura Agraria de la Subdelegacin Huejutla para, de esa manera, tener una idea general de los acontecimientos vinculados con la tenencia de la tierra y la vida poltica de las comunidades y ejidos que han tenido lugar a lo largo de la historia desde el periodo colonial hasta la ltima dcada del siglo XX. Con la informacin obtenida en los archivos y de las lecturas realizadas iniciamos la observacin del espacio fsico y geogrfico por la comunidad de Santa Teresa, municipio de Yahualica en donde realizamos entrevistas con los representantes del ejido, bienes comunales y autoridades municipales para recopilar testimonios sobre la problemtica agraria que enfrenta la comunidad es decir, sobre la historia agraria de la comunidad. Luego visitamos varias comunidades de los municipios de Yahualica, Atlapexco y Huautla para conocer a sus pobladores, sus costumbres y formas de organizacin, entrevistndonos con los representantes de cada una de ellas: comisariados ejidales, consejos de vigilancia y delegados municipales, lderes naturales y de las organizaciones campesinas ms importantes de la regin para registrar sus comentarios y puntos de vista con relacin a los temas que les fueron planteados. Durante estos recorridos entablamos plticas informales con campesinos con las que conseguimos datos que en entrevistas formales hubiera sido difcil obtener. Con este primer acercamiento fue posible elaborar un calendario de visitas de acuerdo a la dinmica social y poltica que ofreca cada comunidad, una gua de observacin en la que ubicamos cada aspecto en su relacin con el todo de la comunidad y planear la realizacin de entrevistas de manera ms ordenada y dirigidas a los personajes ms importantes e indicados para hacerlo. Herramienta importante para nuestra investigacin fue la entrevista pues no slo conocimos los puntos de vista y los relatos de los campesinos, tambin fueron aplicadas a personal de gobernacin, de dependencias pblicas e incluso a sacerdotes de la iglesia catlica que trabajan en la regin. El acceso a las comunidades campesinas no fue cosa fcil ya que la mayora de ellas enfrentan problemas con otras comunidades o a su interior, por lo que es normal que desconfen de las personas extraas que llegan a su comunidad. Para6

ingresar a ellas fue necesario en algunos casos solicitar cartas de presentacin en las presidencias municipales, con stas nos dirigimos a los representantes y autoridades de cada comunidad quienes despus de reunirse nos indicaban si podamos realizar nuestra investigacin en el lugar, para lo cual llegamos a esperar hasta cuatro horas; afortunadamente nunca se nos neg el acceso a alguna de ellas. El motivo principal para que no se nos negara realizar la investigacin, fue que en todo momento manifestamos nuestros objetivos y propsitos en forma clara y sin prometer algo que no pudiramos hacer. Con todos los datos conseguidos a travs del trabajo de campo, y toda vez que fueron contrastados con los datos de archivo y los textos consultados, comenzamos a ordenarlos. As depuramos la informacin que contenan las entrevistas y los registros de los diarios de campo desechando aquello que poco o nada serva y complementamos su contenido mezclando cada uno de los aspectos que se relacionaban con determinados rubros como por ejemplo los servicios, la salud, la migracin, la participacin poltica y la marginacin entre otros. Esta parte del trabajo fue importante ya que nos permiti rectificar el rumbo de la investigacin y darnos cuenta de aquello que no serva a nuestros objetivos. Con lo anterior nos percatamos de los vacos existentes en los datos e informacin obtenida y nos centramos sobre estos aspectos para reelaborar la estrategia y regresar al campo con la finalidad de obtener y complementar la informacin que haca falta. Una vez complementada la informacin y los datos necesarios comenzamos la redaccin del borrador con lo que son los captulos 3 y 4 (el captulo 3 se titula El nuevo orden jurdico y sus efectos en la Huasteca hidalguense y el 4 La lucha faccional en la Huasteca hidalguense) para aprovechar los conocimientos y las experiencias que se obtuvieron durante el trabajo de campo y relacionarlo con la revisin de los archivos. Continuamos con la redaccin del borrador y debido a que establecimos temporalmente residencia en la ciudad de Huejutla pudimos seguir realizando trabajo de campo para corroborar informacin obtenida con anterioridad. Esto nos favoreci enormemente ya que al residir en el centro administrativo y econmico de la regin, pudimos conocer a los personajes y familias ms importantes de la ciudad y sus opiniones y puntos de vista sobre los problemas propuestos por este7

trabajo. Por lo que podemos decir que lo que aqu se asienta, es consecuencia no slo de lo manifestado por uno de los actores, los campesinos, sino tambin de la clase pudiente y de quienes controlan la distribucin del poder y los recursos econmicos ms importantes de la regin. En el transcurso de esta etapa terminamos la redaccin de los captulos 3 y 4 y comenzamos con la de los captulos 1 y 2 (el captulo 1 se titula Espacio, poltica y vida cotidiana y el 2 La tenencia de la tierra a travs de la historia). En el transcurso de esta etapa realizamos el ltimo periodo de trabajo de campo para corroborar datos que incluimos en los captulos, tambin concluimos la elaboracin de la lista del material bibliogrfico consultado y realizamos la revisin de ortografa y de la estructura del texto, que aunque no parece muy difcil a simple vista, s es un trabajo tedioso que, adems se lleva mucho tiempo. La estructura de la tesis que aqu se presenta est diseada de tal forma que cada uno de los captulos contiene elementos que pueden encontrarse en los dems slo que abordados de diferente manera, por lo que se recomienda seguir su lectura en el orden propuesto en el ndice y, en caso de interesarse por algn tema o caso concreto, buscar la informacin que lo complementa en los dems captulos. Iniciamos la exposicin de la tesis con los aspectos etnogrficos ms importantes relacionados con la cultura poltica y la tenencia de la tierra de las comunidades y ejidos de la regin para presentar un panorama general de ella y, de esta manera, sentar las bases de lo que se tratar posteriormente; continuamos con los temas relacionados con la colonia y el periodo independiente ya que en l se establecen los antecedentes de la tenencia de la tierra y se conforman muchos de los problemas que persisten hasta esta ultima dcada del siglo XX. En los captulos posteriores abordamos y complementamos la informacin presentada tratando de mezclar la etnografa con el anlisis de los acontecimientos polticos, para finalizar con las conclusiones en las que rescatamos la teora de la antropologa poltica para fundamentar nuestra propuesta.

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AGRADECIMIENTOSAgradecemos al Sistema SEP-CONACyT, y al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social el apoyo tanto econmico como acadmico otorgado para la realizacin de este trabajo a travs del Proyecto La Huasteca. Sociedad, Cultura y Recursos Naturales. Pasado y presente, el cual se encuentra a cargo del Dr. Antonio Escobar Ohmstede, el Dr. Jess Ruvalcaba Mercado y el Mtro. Juan Manuel Prez Zevallos. Adems, a la participacin del Instituto Nacional de Astrofsica, ptica y Electrnica y al Colegio de San Luis, los cuales conformaron un equipo interdisciplinario de tesistas de licenciatura, maestra y doctorado, de quienes, con su apoyo y sus comentarios, retroalimentamos nuestros conocimientos y nos adentramos y profundizamos en el conocimiento de la regin. Al doctor Jess Ruvalcaba Mercado quien dirigi la tesis y gui y apoy el proyecto desde sus inicios con sus observaciones y orientaciones, sus sugerencias para las lecturas, para la realizacin del trabajo de campo y para la redaccin y correccin de ortografa del presente escrito. Nuestro agradecimiento tambin a la Procuradura Agraria, la cual como institucin del gobierno nos dio la libertad de utilizar sus archivos y la oportunidad de acompaar a sus visitadores en algunas de sus asambleas en las comunidades agrarias. A los campesinos: ejidatarios, comuneros y sus familias, comisariado ejidales y de bienes comunales y delegados municipales de la Huasteca y Sierra Hidalguense, por la confianza y facilidades otorgadas al visitar sus comunidades, as como por sus comentarios y opiniones. A nuestra familia por su paciencia, apoyo y confianza y a todas aquellas personas que a travs de sus opiniones ayudaron a la redaccin final de lo aqu presentado.

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I. INTRODUCCIONEn el presente trabajo se pretenden explicar las transformaciones que han sufrido los ejidos de la Huasteca hidalguense a partir de la intervencin de varias facciones polticas dentro de la regin, es decir, se trata de vislumbrar las caractersticas del conflicto agrario actual con base en una perspectiva histrica de los hechos polticos. El conflicto agrario tal y como se ha presentado en la regin de estudio se ha manifestado principalmente a travs de la invasin de tierras en periodos importantes de la historia agraria de la huasteca. Por lo que considerarlas es parte importante de este trabajo ya que como consider Warman Las invasiones de tierra, aunque carezcan de retrica y de expresiones verbales politizadas, constituyen un fenmeno poltico de gran importancia que trascienden lo limitado de sus demandas (campesinas), en tanto que obligan al Estado a enfrentarlas directamente o a enfrentarse con los grupos poderosos que poseen lo territorios invadidos. Las invasiones de tierra se insertan inevitablemente en puntos crticos de la poltica nacional. (Warman, 1980: 147; el subrayado es nuestro). El perodo que se propone abordar pertenece a la historia agraria reciente del pas, es decir, a las ltimas tres dcadas de este siglo. Se decidi trabajar este ciclo porque en l se presenta la coyuntura que desencaden el movimiento agrario para recuperar las tierras que por aos haba permanecido latente entre los campesinos de la Huasteca hidalguense. Sin embargo, la investigacin inicia con periodos histricos anteriores, porque sin esa informacin el trabajo se vera fragmentado y carecera de bases para entender y explicar el conflicto agrario tal y como se ha dado en la regin. Se entiende que los problemas agrarios actuales se han conformado como parte de un conflicto de larga duracin. El anlisis y descripcin de los fenmenos por investigar tuvieron y tienen lugar en la Huasteca hidalguense, y en particular la regin de Huejutla que ... puede ser definida por sus lmites geogrficos, su proceso poltico y por sus caractersticas socioeconmicas. (Schryer, 1990: 4). Para los propsitos del presente trabajo seguiremos a Bassols cuando afirma que la regin como es el ... espacio geogrfico y poltico en donde se presentan procesos histricos

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particulares que determinan que la poblacin se organice en un sistema de relaciones que la sitan en el contexto de la sociedad global en trminos de las relaciones caractersticas particulares con el todo y las dems regiones y de manera general considera que en Mxico existen dos tipos de grandes regiones econmicas 1) regiones econmicas reales, sobre base municipal, que en ocasiones abarcan partes de un Estado de la Federacin y 2) regiones econmicas para fines de la planificacin, que siempre respeta los lmites del Estado (Bassols, 1979: 23). Por tanto, en la regin se desarrollan actividades que se encuentran determinadas unas con otras o que, de alguna manera, guardan cierta relacin entre s. La Huasteca hidalguense ha sido identificada con base en distintos criterios. Joaqun Meade reconoci hasta 27 municipios. Sin embargo, en este trabajo eso no est en discusin puesto que los tres municipios que abarcamos: Yahualica, Huautla y Atlapexco, son representativos de la Huasteca y sus habitantes ejemplifican la gran movilidad social, cultural y poltica que se presenta en la regin. En l979 durante el gobierno de Guillermo Rosell de la Lama el criterio de clasificacin se bas en el Plan de Desarrollo para el estado que se puso en marcha como resultado de los problemas agrarios que se dieron por aquellos tiempos. En consecuencia, la Huasteca hidalguense se redujo a 17 municipios de los cuales ocho seran el punto focal: Atlapexco, Huautla, Huazalingo, Huejutla, Jaltocn, Orizatln, Yahualica y Xochiatipan. Hasta ahora esos son los municipios que el gobierno estatal considera como Huasteca, en lo que nos basaremos para desarrollar este trabajo. La Huasteca hidalguense abarca la regin nordeste del estado de Hidalgo y linda con las entidades de Quertaro, San Luis Potos y Veracruz. Su territorio consta de 164,503 hectreas; y representa el 8 por ciento de la superficie estatal y sostiene al 11 por ciento de la poblacin total. Posee el 33 por ciento de la superficie con potencial agropecuario de Hidalgo (Yauden, citado en Ruvalcaba, 1991: 10). Segn la informacin de la Configuracin Regional de la Huasteca se presentan tres tipos de suelo, de rendzinas propias de la sierra y la de tipo regozal y feozem que son suelos de origen residual, someros y de desarrollo moderado e11

incipiente. Las diferentes asociaciones vegetales los proveen de grandes cantidades de materia orgnica en forma de humus, y es en parte por esta circunstancia que la mayora de los suelos son de colores oscuros. La Huasteca hidalguense pertenece a la parte norte de la Cuenca del Moctezuma y a la subregin de la Sierra Madre y de Otontepec. En relacin con las otras Huastecas la cuenca alta del Moctezuma y su naturaleza escarpada, hacen difcil el aprovechamiento econmico de la cuenca para la poblacin. Huautla est a 35 kilmetros al sureste de la ciudad de Huejutla, limita en su porcin norte y este con Veracruz, al sur con Xochiatipan, sudoeste con Yahualica, oeste con Atlapexco y noreste con Huejutla. Dentro del municipio se desarrollan actividades agropecuarias, de pesca y forestales en un 76.5 %. El clima es semiclido hmedo con abundantes lluvias en verano, la temperatura media anual es de 24 C y la precipitacin flucta entre 1,500 y 2,000 mm. En Atlapexco y Yahualica la temperatura media es de 22 C y la precipitacin media de 2,000 mm, es decir, se trata de un clima semiclido hmedo con lluvias todo el ao. Con relacin a la marginacin en los tres municipios, segn los indicadores socioeconmicos y de marginacin municipal del CONAPO, de 1990 a 1995 el grado de marginacin va de alto a muy alto y tan slo en Huautla el 35.47% de la poblacin mayor de 15 aos es analfabeta, en Atlapexco es el 47.73% y en Yahualica 54.34%, ste es el municipio con el nivel ms bajo de escolaridad. El porcentaje de viviendas sin drenaje, ni excusado segn municipio es de 83.57% en Atlapexco, 61.76% en Huautla y 77.26% en Yahualica; porcentajes parecidos se pueden ver en el rubro de las viviendas sin agua entubada, 86.47% en Atlapexco, 79.28% en Huautla y 65.66% en Yahualica. Slo en el caso de viviendas sin energa elctrica se ven porcentajes menores al 45%. Entre el 70 y 90 por ciento de la poblacin total percibe menos de dos salarios mnimos y en Atlapexco y Yahualica aproximadamente el 70% de la poblacin habla nahua. Respecto a la demografa segn los datos consultados podemos ver que son realmente graves, de hecho el crecimiento demogrfico casi se duplic entre 1950 y 1995. En Atlapexco la densidad de poblacin pas de 110 a 202, en Huautla fue de 60 a 86 y en Yahualica creci de 63 a 121 habitantes por kilmetro cuadrado. Lo anterior considerando que en los ltimos12

aos la poltica sobre poblacin en el pas, y sobre todo en las regiones indgenas, se ha caracterizado por la esterilizacin de hombres y mujeres sin darles aviso o a travs de amenazas respecto a los apoyos econmicos que se les otorgan. Slo para ejemplificar el acelerado crecimiento de la poblacin mencionaremos que en Huautla la poblacin durante 1950 era de 17,314 y para 1995 era de 24,768 personas, casi un 70 por ciento ms en 45 aos. En Atlapexco el total de la poblacin para 1995 era de 17,091 habitantes, de los cuales 8,421 eran hombres y 8,670 mujeres; en Huautla era de 24,768 con 12,030 hombres y 12,738 mujeres y en Yahualica la poblacin era de 19,880, con 9,798 hombres y 10,082 mujeres. Las viviendas en las comunidades de los tres municipios son de vara de otate, pedazos de madera gruesos (ver documento 3) cubiertos de barro con techos de palma (aunque ltimamente se emplea lmina que les dan las presidencias municipales para techar las construcciones) y el piso es de tierra aplanada. En las cabeceras municipales de Huautla y Atlapexco las viviendas, por lo menos las que se ubican en el primer cuadro, son de cemento y de losa, cuentan con todos los servicios y con calles pavimentadas y alumbrado pblico. Adems, cabe mencionar que muchas casas tienen acceso a los medios de comunicacin por medio de antenas parablicas o a travs de la televisin por cable, an cuando las condiciones materiales de las viviendas no parezcan compatibles con los costos de estas antenas. En la cabecera municipal de Yahualica son pocas las casas de tabique y losa, las pocas que existen son propiedad de comerciantes y alguna que otra de familias que tienen parientes trabajando en los Estados Unidos o en Pachuca, Distrito Federal y Tampico. Incluso para 1990 solo un 21.1 % estaban construidas con cemento o firme. Slo las principales calles de Yahualica estn pavimentadas y el camino que va desde el entronque de la carretera Atlapexco-Mecatln hasta la cabecera municipal es de terracera. Cuentan con una o dos habitaciones y una cocina aledaa donde se ubica el fogn. El solar tiene un traspatio en el que las familias realizan diversas actividades como el cultivo de hortalizas, rboles frutales y la elaboracin de13

artesanas de barro y palma con lo que se ayudan en su manutencin y, en ocasiones, se allegan recursos econmicos gracias a la venta que de ellos hacen. Las mujeres cocinan con lea y muelen el nixtamal con metate haciendo las tortillas a mano. Las familias se componen de cuatro a seis elementos siendo los varones quienes realizan los trabajos del campo en la milpa, las faenas en el uso comn o en los caminos y ocupan los diversos cargos como delegados municipales, comisariados ejidales o consejos de vigilancia, mayordomas, etc. En pocas ocasiones las mujeres llegan a desempear funciones de representatividad para toda la comunidad, slo si forman parte de una sociedad o de un grupo de mujeres organizadas en una unidad agrcola para la mujer, pueden ocupar cargos de administracin o vigilancia. Por lo regular, son relegadas al hogar y el cuidado de los nios; la recoleccin de algunas yerbas y de lea son otras de las actividades que las mujeres tienen que desempear desde temprana edad. Tambin los nios al cumplir los 10 12 aos tienen que aportar su trabajo al desempeo de esta labor, lo que implica que los nios y jvenes abandonen sus estudios por lo que los niveles de analfabetismo son muy altos; en 1980 se registraba un porcentaje de 59% y en 1990 alcanzaba el 46% entre la poblacin de 15 aos o ms, lo que significa que en diez aos el analfabetismo apenas se abati poco ms del 10%. La mayora de las comunidades cuenta con una escuela primaria; las secundarias son muy pocas y para asistir a ellas es necesario caminar grandes distancias por espacio de una a dos horas lo que en tiempos de calor implica un gran esfuerzo, aunque es de llamar la atencin que algunas comunidades del municipio de Huautla hay bachillerato tecnolgico. Dichas comunidades se encuentran adheridas a la OIPUHH-FDOMEZ y es posible que haya sido la unidad de los pobladores a travs de esta organizacin lo que logr presionar al gobierno para que les construyeran los planteles antes mencionados. En general, las escuelas de nivel medio superior slo se ubican en las cabeceras municipales de Atlapexco, Huautla y Huejutla y las de nivel superior como el Instituto Tecnolgico Agropecuario, la Escuela Normal Superior y la Universidad Tecnolgica estn en Huejutla; por esto ante la carencia de oportunidades de estudio son pocos los indgenas y mestizos que estudian ms all del nivel14

bsico. Los servicios bsicos, como energa elctrica, agua entubada y drenaje, son tambin escasos en la regin observando mayor retraso y marginacin los municipios de Atlapexco, Huautla y Yahualica. La situacin de los mestizos que integran las clases pudientes en cada uno de los municipios a estudiar es diferente ya que cuentan con todos los servicios y tienen acceso a las escuelas no slo de la regin sino que pueden trasladarse a las ciudades de Tampico, Monterrey, Pachuca, Distrito Federal y Jalapa para estudiar en las universidades tanto pblicas como privadas. Muchos de esos mestizos fueron defraudados a principios de los noventa despus de recibir a travs del Plan Huasteca hidalguense indemnizaciones por las tierras que les fueron invadidas, despus de lo cual se han dedicado a tratar de recuperar lo que perdieron con la proliferacin de comercios y la paulatina compra de tierras en la regin para dedicarlas a la ganadera. Aparte del comercio, la ganadera y la agricultura existen pequeos talleres de muebles o de artesanas, extraccin y envasado de miel, productos lcteos, alcoholes elaborados con caa de azcar y algunas actividades artesanales, mientras que lo que se refiere a la hotelera se concentra en Huejutla. La vegetacin esta constituida por bosque de encino, bosque mesfilo de montaa, selva mediana subperenifolia y selva alta perenifolia, con rboles de encino, ojite, jonote, chaca, chalahuite, laurel, palo de rosa y cedro rojo. Los suelos de la regin en general son los Feozems que tienen alto contenido de carbonatos derivados de calizas por la accin de la lluvia y la temperatura; se concentran en zonas de valles y lomeros sosteniendo poblaciones selvticas; las Rendzinas tienen grandes cantidades de materia orgnica en sus capas superficiales lo que las hace adecuadas para la agricultura. Sin embargo, tienen grandes riesgos de erosin. Los Litosoles que se encuentran en lugares de abundante afloramiento rocoso en partes altas y lomeros pronunciados, son suelos someros y poco profundos. Por ltimo, existen los Vertisoles que son suelos profundos, oscuros, lodosos ante la humedad y ocupados por pastizales y agricultura de temporal. Hay dos ciclos agrcolas: uno que va de mayo a noviembre conocido como upamilli y, otro tonamilli, de febrero a mayo.15

En los tres municipios la tenencia de la tierra es en su mayora ejidal y comunal; con excepcin de Atlapexco en donde todo es ejido. En trminos generales, en los tres municipios hay muy poca propiedad privada. Segn el censo agrcola-ganadero de 1994 Atlapexco tiene 7 ncleos de poblacin agraria, Huautla tiene 39 y Yahualica 18. Los ejidos y comunidades de esta parte de la Huasteca hidalguense se componen en su mayor parte de agostaderos y pastos naturales y, en menor medida, de superficies de labor. La geografa que presenta esta parte del territorio huasteco es en su mayora regular. Las planicies costeras, que aqu comienzan, observan caractersticas particulares que permiten la prctica de la ganadera extensiva y el cultivo de rboles frutales tales como la naranja, el pltano y la papaya; los cuales, son importantes junto con los caaverales y la instalacin de trapiches para la molienda y la extraccin de jugo de caa que se destinar a la produccin de aguardiente, bebida de gran importancia cultural y econmica de la regin. Por todas las caractersticas anteriores, la disputa por la tierra es una de las constantes del territorio huasteco. Podemos afirmar que en gran medida la geografa fsica ha determinado la geografa poltica de la regin. El control de los recursos y el acceso al poder. El papel de las facciones en la configuracin de los ejidos y comunidades de la Huasteca hidalguense. Para el desarrollo de la presente investigacin utilizaremos como eje de la misma las categoras de faccin y poder y, de manera secundaria, los conceptos de campesinado, cacique, ejido, comunidad agraria y regin. Partimos del hecho siguiente: Los campesinos y el Estado cambian de manera profunda, con radicalismo, pero lo hacen sobre patrones diferentes. Son estructuras diferenciadas aunque interdependientes, con propsitos distintos que demandan formas de organizacin especficas que no son intercambiables. Obviamente la interdependencia no es igualitaria sino que por el contrario es una relacin de dominio y de16

explotacin compleja, con muchos beneficiarios diversos y frecuentemente en competencia (Warman, 1988: 15) Las comunidades agrarias son producto de un proceso histrico acumulativo, ya que como Leroy consider, su historia es estratigrfica y su comportamiento implica condicionamientos de relaciones horizontales y verticales, es decir, que se insertan en una estructura de clases dentro de un sistema de dominacin. As, la regin se convierte en el marco de referencia en donde las comunidades se vinculan para desarrollar un sistema de produccin y organizacin del trabajo, su propio sistema simblico de relaciones econmicas, polticas, sociales y culturales y donde stas adquieren la conciencia de un espacio propio. Las comunidades agrarias son hechos sociales que existen para representar y en alguna medida defender los intereses de un grupo de personas que culturalmente son semejantes, se determinan y condicionan a travs de mecanismos de control y distribucin tales como la forma de acceso a la tierra. La interaccin poltica de las comunidades agrarias, en su interior y con el exterior, se encuentra determinada por un entramado de relaciones sociales que permiten el acceso al poder. Esta interaccin se visualiza a travs de ciertos grupos polticos que en gran medida determinan en manos de quin y de qu manera se distribuye el poder. En tanto que son muchos los grupos polticos y algunos de ellos con ms o menos los mismos intereses, es conveniente determinar un concepto que permita englobarlos a todos con la suficiente flexibilidad como para contener las caractersticas propias de cada uno. Al respecto, asumimos que El trmino de faccin, describe adecuadamente la forma ms predominante de interaccin poltica campesina tal y como se presenta en las sociedades campesinas (Alavi, 1976: 89). Se trata, pues, de sociedades en las que los lazos no son exclusivamente de igualdad o reciprocidad sino que tambin se presentan lazos de desigualdad, relaciones que pueden ser traducidas como parte de la lucha de clases. Por otro lado, estas comunidades amplan sus formas de accin poltica ms all del nivel local, por lo que las redes polticas en las que participan se dan tambin en un17

nivel regional e incluso federal. Ya que son campesinos quienes integran las comunidades que nos interesan debemos considerar que La accin de los campesinos y la reaccin del Estado pueden comprenderse mejor si se analizan en dos dimensiones: la de la coyuntura poltica y la de la posicin estructural del campesinado dentro de la sociedad mayor. (Warman, 1980: 111); de esta manera abarcaremos dos niveles que nos permitirn comprender mejor los acontecimientos sociales y polticos relacionados con la recuperacin de las tierras a travs de la invasin, desde una perspectiva histrica, que considerar el momento de crisis en las estructuras del poder tanto regional como nacional y la funcin que desempea el campesinado en estos periodos ya que como lo indica Warman a diferencia de otros sectores como el estudiantil y el obrero ...En la medida que Mxico es un pas que descansa sobre una base agraria, el campesino representa una fuerza poltica poderosa y decisiva para la continuidad o el cambio del sistema. (Warman, 1980: 133). Antes de continuar valdra la pena hacer un parntesis para retomar la discusin sobre la autosuficiencia del campesinado y su poca capacidad para la rebelin en su aplicacin a la Huasteca hidalguense. En este sentido los autores que retomaremos por parecernos los ms representativos son Wolf, Shanin, Warman y Schryer. Por principio, en los aos 70 las comunidades o sociedades agrarias eran consideradas como autosuficientes. En este sentido, Shanin afirm que: En el contexto de la comunidad aldeana o la comunidad campesina, el campesino alcanza un nivel de autosuficiencia social casi total. La apropiacin y divisin de la tierra, el matrimonio, las necesidades sociales y religiosas se atienden generalmente a nivel de la aldea (Shanin, 1979: 219). Es decir, que ...ostentan los elementos de un patrn de relaciones sociales separados, claro y cerrado (Shanin, 1979: 228). En este sentido la economa campesina puede satisfacer ...las necesidades bsicas de consumo de la familia campesina y da al campesino una relativa independencia de otros productores y del mercado (Shanin, 1979: 216). Esta opinin es compartida por Wolf y Warman. Sin embargo, en la Huasteca hidalguense los procesos econmicos, polticos y sociales que han transformado la realidad del pas en la ltima dcada han18

orillado a los campesinos a insertarse en el proceso de globalizacin bsicamente por la va del mercado libre que los obliga a depender del intermediarismo para la venta y adquisicin de productos bsicos o de servicios, es decir, son comunidades ms bien abiertas y codependientes del resto de la sociedad. El monopolio de la produccin de alimentos de ninguna manera resulta un punto fuerte ni crucial ni importante en los tiempos de crisis para la suerte de los campesinos huastecos como lo sugiere Shanin.1 Por otro lado, la capacidad del campesinado para rebelarse segn Wolf slo podra provenir del campesino medio terrateniente, es decir ...con acceso seguro a tierra propia que cultiva con el trabajo de su familia(...)" o de ...un campesino localizado en un rea perifrica fuera de los dominios del control del terrateniente (Wolf, 1979: 241). No concordamos con esto ltimo, pues en la Huasteca la lucha por la tierra se dio justo por parte de un campesinado que aunque fue dirigido, se encontraba totalmente dominado por el Estado y los terratenientes. En cambio s concordamos con el hecho de que para presentarse una revuelta debe ser antecedida por la combinacin de una crisis demogrfica, una ecolgica (vinculada directamente con el aumento de la poblacin) y su convergencia en una crisis de autoridad, pero en este planteamiento faltara considerar la existencia de una gran depresin econmica. Respecto a algunas de las caractersticas de las facciones, podemos citar las siguientes: No existe "... un principio nico condicionante del reclutamiento de las facciones; tampoco hay continuidad en su organizacin, cambian en funcin del nombramiento de lderes y el desarrollo de la lucha agraria." (Rebolledo, 1993: 47). Los lderes de las facciones luchan por el control de los recursos, el poder y el estatus; son detentadores locales del poder o emprendedores polticos con capacidad de organizar grupos. Los roles de poder se distribuyen desde el catequista, el prroco, el maestro, el delegado municipal, sus alguaciles o mandaderos, el comisariado ejidal, los pasados que lucharon por la tierra en los tiempos duros, los caciques, terratenientes, los comerciantes, el representante de alguna organizacin campesina o partido poltico y el presidente municipal que tambin hace lasVer la compilacin de Shanin, Campesinos y sociedades campesinas editada dentro de la coleccin El Trimestre econmico del FCE, 1979. 19

veces de comerciante y/o cacique y por supuesto las grandes familias que llegan a tener importante influencia en todo el Estado. A lo largo de su historia, la regin se ha visto afectada por una serie de hechos violentos, consecuencia de la relacin existente entre los terratenientes y los campesinos2 despojados de sus tierras. Pero esta relacin no ha sido siempre antagnica pues dentro de la faccin intervienen sujetos pertenecientes a distintos estratos sociales ya que Tanto la riqueza y el poder poltico de los terratenientes determinaron el control de trabajadores predominantemente indgenas. Este control, para ser eficaz, a su vez implicaba la capacidad de atraer a ms clientes y protegerlos contra terratenientes malos y brindarles tierra y otros recursos (Schryer, 1993: 31) En funcin de lo anterior, es posible hablar de un acuerdo existente entre los campesinos y quienes ostentan el poder que actan segn conviene a sus intereses porque cuando ven amenazado su podero y autoridad recurren a diversos mecanismos para recuperar el control sobre los recursos e incluso, de ser necesario, arrebatrselo a algn contrincante importante o indeseable. Es importante aclarar que, como lo indica Briseo ... la causa fundamental de la violencia (en la Huasteca se debe principalmente a) la existencia de dos proyectos contradictorios entre s, hasta hoy necesariamente excluyentes, en tanto la existencia de ambos depende de un mismo recurso: la tierra... (Briseo, 1993: 35; el subrayado es nuestro). No es siempre la tierra la causa principal del conflicto entre facciones, histricamente se ha comprobado algo ms ... el que tiene ms indios es el ms rico... (Falcon citada en Schryer, 1993: 31). Las comunidades tienen una participacin poltica que rebasa el nivel local, regional e incluso estatal. Es aqu donde la figura del cacique o del comisariado ejidal o de bienes comunales es importante para las facciones polticas quienes2

Por ser la de Huejutla una regin habitada en su gran mayora por indgenas nahuas, al referirnos a los campesinos lo haremos de manera indistinta sin mencionar si se trata de indios o mestizos pues, si bien la idea de etnia es importante para comprender los conflictos generados en torno a la tenencia de la tierra, para nuestros fines ocupa un lugar secundario que ser abordado en su momento. 20

los utilizan como mediadores entre los ayuntamientos, las dependencias gubernamentales y los partidos polticos, en este punto diferimos un poco con lo propuesto por Warman cuando dice que Las relaciones hacia el exterior, monopolizadas por intermediarios confinan al campesino en una visin estrecha de la sociedad ms amplia. (Warman, 1980: 127) ya que, por lo menos en la Huasteca, el campesino se ve inmerso en una sociedad mayor en donde se ven explotados y mantienen una relacin estrecha con el exterior a travs del mercado y la poltica donde las facciones, los cacicazgos, la lucha de clases, los partidos polticos, las autoridades tradicionales y las impuestas observan y han conformado un entramado cultural caracterstico de la regin. La invasin de tierras como uno de los aspectos ms importantes del movimiento campesino nos permite afirmar que las comunidades campesinas no carecen de potencial revolucionario como se mencion anteriormente pues a travs de ellas La organizacin comunal a punto de su extincin fsica, recuper no sin violencia- el poder en la toma de decisiones, para lo cual rompi todo nexo con los caciques indios de la comunidad y efectu un primer reparto interno... En este contexto las organizaciones comunales tomaron gran cantidad de tierras que estaban en manos de ganaderos; fueron pocas las comunidades que no participaron en las invasiones de tierras, ya fuera de manera conjunta o en grupos de solicitantes. (Briseo, 1993: 42). La intervencin de las facciones polticas no ha sido uniforme ni ha observado las mismas caractersticas en todo momento pues las Luchas de facciones ocurrieron antes, durante y despus de la Revolucin Mexicana. (Schryer, 1993: 31), sus lderes y representantes han tenido caractersticas tan variadas que en ocasiones es comn que los caciques y caudillos de las comunidades se transformen, aunque sea slo temporalmente, en lderes de faccin. En pocas anteriores al movimiento agrario de recuperacin de tierras, las comunidades, ... que por lo general vivan bajo cierta cohesin local ... (Rebolledo, 1993: 45) no eran muy numerosas, ...con el movimiento agrario de las ltimas dos dcadas padecieron conflictos internos derivados de la lucha por la tierra ... durante este periodo el conflicto agrario gener un tipo particular de faccionalismo, el cual se fue adaptando a la competencia interna y a los cambios de los grupos durante su composicin. (Rebolledo, 1993: 45), con lo que se21

originaron procesos de fragmentacin no slo poltica sino geogrfica que derivaron en la creacin de nuevos centros de poblacin agraria que posteriormente solicitaran la regularizacin de sus tierras a travs de la dotacin de ejidos, restitucin de tierras y, principalmente, la ampliacin. Si bien, en la dcada de los sesenta y setenta, ... la lucha por la tierra constituy una pauta especfica que dio al conflicto faccional la posibilidad de reclutar simpatizantes y una forma particular de participacin poltica como lo considera Rebolledo (1993: 47), en la dcada de los noventa esta situacin no es as. Como veremos a lo largo del presente trabajo, con la interaccin de los partidos polticos y de las centrales campesinas, as como con el desarrollo o el surgimiento de nuevas organizaciones campesinas, las formas de accin y de reclutamiento de partidarios, as como el nombramiento de lderes de las facciones se han transformado notablemente porque la tierra, principal objetivo de la lucha de facciones, ha pasado a un segundo plano; lo importante ahora era decidir quienes tendran acceso al uso de las tierras ejidales y comunales y, por otro lado, obtener el control del poder local y regional, el control los recursos financieros del Estado y el control de la mano de obra campesina. Despus de realizar un recorrido a grandes rasgos de lo que se pretende en sta investigacin, recalcamos que la informacin que se presenta es producto de trabajo de campo, en donde se convivi de cerca con las comunidades agrarias de la Huasteca. Consideramos que esta parte de la investigacin fue la ms enriquecedora y la que nos dio ms elementos para desarrollar la investigacin puesto que a travs de los testimonios pudimos corroborar el trabajo de archivo que se convirti en la gua para enfatizar sobre algunos conflictos que durante mucho tiempo han persistido en las comunidades.

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MAPA DE LA HUASTECA HIDALGUENSE*

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CLAVE: 1. Pisaflores 2. Chapulhuacn 3. Tepehuacn de Guerrero 4. Lolotla 5. Calnali 6. Tianguistengo 7. Yahualica 8. Huazalingo 9. Tlanchinol 10. San Felipe Orizatln 11. Jaltocn 12. Huejutla de Reyes 13. Atlapexco 14. Huautla 15. Xochiatipan

Modificado de INEGI (http://www.inegi.gob.mx)23

II. ESPACIO, POLTICA Y VIDA COTIDIANALos cambios y transformaciones que ha sufrido el entorno fsico de la Huasteca hidalguense por quienes habitan en ella, as como sus condiciones demogrficas y sociales actuales, sern aspectos a abordar en el presente captulo. Desde las primeras incursiones de los conquistadores, a esta parte de Mesoamrica se le consider de diversas maneras. La Relacin de Huexutla y las Relaciones Geogrficas del Arzobispado de Mxico hablan de tierras estriles y calientes en las que el nico producto comercial que se obtena era la caa de azcar con la que se elaboraba piloncillo. Por otro lado La impresin general que los espaoles tuvieron de la Huasteca era la de una provincia muy rica en alimentos y densamente poblada, as lo sugirieron las apreciaciones de Francisco de Garay, (15191521) y posteriormente las de Diego Ramrez (1552), fray Nicols de San Pablo (1554) y la del Arzobispo Pedro de Moya y Contreras (1574). (Prez Zevallos en Briseo et al., 1993: 76). La Relacin Geogrfica de Huexutla, compilada por Francisco del Paso y Troncoso en Papeles de la Nueva Espaa, da razn de un clima muy caliente durante los meses de marzo a octubre y desde este mes a marzo es templado, en este periodo en ocasiones hay demasiado fro y llueve con viento que ... destempla los cuerpos de los hombres, y enferman del excesivo calor y del excesivo fro que tras l viene (Acua, 1985: 246-252). Por otro lado, se indica que es tierra hmeda con lluvias desde junio hasta octubre observndose aguaceros torrenciales que provocan crecidas de los ros. El territorio en su parte norte es tierra llana y en algunas partes es montuosa, mientras que por el sur la geografa es spera y de montaas, la tierra es abundante de pastos todo el ao. La fauna era abundante en el periodo colonial. Existan en la regin leones pardos, gatos cervales, zorras, venados, conejos, gallinas y puercos monteses. De estas especies la gran mayora han desaparecido, actualmente es posible

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encontrar armadillos, conejos, liebres, tlacuaches, tejones, zopilotes, halcones, lechuzas, gato monts, coralillo y vbora de cascabel. Los productos agrcolas que se obtienen, si bien no han variado, han observado transformaciones en el transcurso de los aos. Durante el periodo colonial se obtenan productos de origen prehispnico como: el maz (Zea mays L.), frijol (Phaseolus spp), calabaza (Cucurbita spp), chile (Capsicum spp), camote (Dioscorea alata L.), yuca (Manihot esculenta L.) ... tabaco (Nicotiana tabacum L.), el zapupe (Agave zapupe Trel.) y el algodn (Gossypium hirsutum L.) ... (y otros que) se aadieron ... a raz de la invasin europea como la caa de azcar (Saccharum offecinale L.) y sus derivados, pltanos diversos (Musa spp), ctricos como la naranja (Citrus sinensis Osbeck), toronja (Citrus grandis Osbeck), limn (Citrus limona Osbeck), mandarina (Citrus nobilis Lour.); y otras plantas como el caf (Coffea arabica L.), ajonjol (Sesamun orientale L.), sandas (Citrullus vulgaris Schrad.) y mangos (Magifera indica L.) (Ruvalcaba, 1998: 41). El algodn, con el que se elaboraban mantas, fue un producto importante para el pago de contribuciones a la corona. La mayor parte de esta produccin se destinaba al consumo familiar y local distribuyndose a travs de los tianguis locales o en el mercado de Huejutla. Actualmente Se producen, se comen y se comercian adems de una variedad muy amplia de hortalizas y frutales... el frijol soyo (Ipomoea seducta L.), cacahuate (Arachis hipogea L.), los nopales (Opuntia spp), la cruceta (Randia watsoni Rob.), el cilantro (Coriandrum savitum L.), epazote (Ammaranthus spinosus L.), la cebolla (Allium cepa L.), ajo (Allium sativa L.), palmito o palma real (Sabal mexicana L.), jitomate (Lycopersicum esculentum L.), pia (Ananas comosus L.), papaya (Carica papaya L.), chicozapotes (Manikara sapotilla (Jacq.) Gilly), zapotes (Achras sapota L.), aguacates (Persea americana L.), mameyes (Calocarpum sapota (Jaqc.) Merr.), anonas (Annona25

reticulata L.), jobos (Spondias spp), guamchil (Phitecollobium dulce), algunas rosceas como el durazno (Prunus persica L.), ms de un centenar de plantas medicinales, plantas textiles como el algodn chocoyo (Gossypium lanceolatum L.), el zapupe y todos sus derivados y plantas recolectadas entre las que destacan por su multitud de usos la palma real, la verdolaga (Portulaca oleracea L.), varios bejucos, zacate para techados y rboles (cedro rojo, chijol, zapote, espino blanco) para construccin de casas, combustible y fabricacin de herramientas (Ruvalcaba, 1998: 41-42). Se construan casas con palos y barro cubrindolas de paja y madera maciza que recogan de la ribera de los ros. Este panorama prevaleci en general durante la colonia y hasta muy avanzado el presente siglo. Hacia mediados de este mismo el entorno fsico de las comunidades sufri cambios que modificaron drsticamente las condiciones de vida y costumbres de sus habitantes. Como se mencion anteriormente, el algodn era producto comn en la mayor parte de la regin. Durante la colonia se produca por lo menos en tres variedades. A decir de los habitantes de las comunidades que integran los actuales municipios de Huautla, Atlapexco y Yahualica, la costumbre de sembrar algodn ya no es viable debido a los extremosos cambios climticos que se han presentado en los ltimos tiempos. El calor excesivo de los meses de mayo y junio y las heladas que se presentan durante los meses de diciembre y enero, adems de las intensas lluvias del verano, impiden el desarrollo favorable de la planta, de manera que lo que pudiera obtenerse sera muy poco comparado con otros productos como la caa, el caf o el tabaco. No obstante, el hecho de que ya no se produzca algodn en la regin como en tiempos prehispnicos y coloniales no es posible atribuirlo a algn cambio drstico en el clima, sino a la introduccin de otros cultivos como el caf, el tabaco y la caa de azcar y, principalmente de la ganadera. Por otro lado, a mediados del siglo XVI todos los pueblos haban cambiado su tributo por moneda, por lo que el algodn, materia prima para elaborar mantas, perdi importancia al disminuir su valor hasta desaparecer. En este aspecto, la26

ganadera y el cultivo de caa de azcar son los factores que han modificado ms notoriamente el paisaje agrcola y cultural de la Huasteca. El maguey y la produccin de pulque, que no eran tan importantes como en el Valle del Mezquital, desaparecieron del territorio huasteco debido al cultivo de la caa de azcar, la elaboracin de piloncillo y aguardiente. Esto tuvo enormes consecuencias ya que la instalacin de trapiches para la molienda de la caa de azcar implicaba el uso de una tecnologa especializada basada en la traccin animal; adems, era necesario contar con un espacio destinado especficamente para esta tarea ya que ... el cultivo de la caa es exigente e intensivo... (Chevalier, 1982: 107); de esta manera los caales o caaverales se adecuaron rpidamente a lo largo del territorio ocupando zonas antes destinadas a otros cultivos. Muy pronto, en los inicios del siglo XVI, la fabricacin de piloncillo y aguardiente se constituyeron en las principales actividades comerciales y productivas de la regin. Actualmente las condiciones para la siembra y cultivo de la caa de azcar no han variado desde la poca colonial; el uso de la yunta y herramientas como la coa y el hungaro contina vigente entre los productores de la regin (ver documento 3). Tambin es pertinente mencionar que no todos los campesinos tienen acceso a un trapiche y los mtodos utilizados para la elaboracin del piloncillo siguen siendo los mismos; lo que se ha modificado son los molinos pues en siglos pasados, y an en la actualidad, algunos de ellos son construidos de madera con engranes del mismo material. Para la molienda que se realiza una vez al ao entre los meses de febrero a abril se contratan de 5 a 6 peones que paga el dueo de la cosecha; se enciende el horno sobre el que se coloca un cazo de aproximadamente 3 metros de largo y metro y medio de ancho, se atan las bestias en un extremo de una palanca que mueve el molino y se van introduciendo las caas una por una para extraer su jugo que se vierte en un recipiente de madera que al llenarse se vaca en el cazo ya caliente y se mueve con un madero hasta que adquiere una consistencia espesa; entonces se vierte en moldes de barro donde se deja enfriar hasta que endurezca y por s solo se desprenda del molde. Para almacenarlos y transportarlos hasta los mercados y tianguis para su venta se envuelven por pares en las hojas de la27

planta de caa. Actualmente el precio vara entre 7 y 10 pesos el par. En tiempos prehispnicos y durante los primeros aos de la colonia, los pueblos y seoros de la Huasteca hidalguense ocupaban las tierras ms propicias para la agricultura con mtodos y herramientas que permitan una pronta recuperacin de los suelos. Con la introduccin de la yunta y la traccin animal las prcticas agrcolas se modificaron afectando los suelos debido a que la delgada capa de tierra frtil se removi al grado de perder sus propiedades al mezclarse con estratos ms pobres (ver documentos 1 y 2). Al utilizarse yuntas movidas por traccin animal el suelo se vio afectado pues con la coa slo se perforaba una parte del terreno sin daarlo. Antes, los terrenos se dejaban descansar por lo menos un periodo agrcola con lo que se consideraba que recuperaban su riqueza. Aunque se ha argumentado que con la yunta o el tractor se remueve la tierra con lo que se permite una mejor ventilacin y mezcla de los nutrientes que en ella se encuentran, tambin es importante decir que los terrenos de la Huasteca, principalmente aquellos que se encuentran en laderas o montaas, tienen una capa muy delgada de tierra aprovechable. El uso de herramientas movidas por bestias y de tcnicas diferentes a las empleadas hasta entonces motivaron el deterioro temprano de los campos de cultivo. Adems, debido al incremento de la poblacin la tierra se ha dividido y repartido de tal manera que es imposible dejar terrenos sin cultivar por uno o dos ciclos agrcolas, para que el suelo descanse y as pudiera recuperar fertilidad. Es comn ver en la regin comunidades enclavadas en lomeros o serranas con caseros dispersos y semidispersos; su ubicacin ha impedido desarrollar una agricultura diferente a la practicada en la colonia ya que al ser apartados de sus lugares de origen, los indgenas modificaron sus prcticas agrcolas aprovechando las pendientes creando terrazas para usar el agua de las lluvias e impedir la erosin. El trabajo en las comunidades se basa en el principio de la reciprocidad y se realiza a travs de las faenas en la que cada individuo tiene que realizar trabajos comunitarios un da a la semana o ms si se requiere. Si el miembro de la comunidad no asiste personalmente a la faena tiene la opcin de pagar a alguien para que la realice en su lugar. Las mujeres no quedan exentas de esta28

obligacin aunque las labores que realizan no son las mismas que para los hombres ni las llevan a cabo el mismo da. Mientras los miembros varones de la comunidad, al casarse o cumplir la mayora de edad, realizan trabajos como el chapoleo3 de caminos o la construccin de algn puente o local comunitario, a las mujeres se les reservan labores como el barrer las calles, las escuelas o la iglesia. Al llegar a la vejez (se considera anciano a la persona que alcanza la edad de entre 60 y 70 aos; aunque algunos a pesar de lo avanzado de su edad continan trabajando) los integrantes de la comunidad (sean hombres o mujeres) son jubilados. Es decir, que se les exenta de realizar labores como la faena o de ocupar cargos civiles que impliquen un esfuerzo fsico como el de alguaciles, al contrario se les reservan puestos ms importantes como el de juez. Lo anterior es consecuencia del respeto que tienen hacia los que lucharon por la tierra ya que gracias a ellos las tierras que ahora cultivan se recuperaron pasando a ser parte de las comunidades ya sea como ejidos o bienes comunales. El reconocimiento a la labor de estos pasados no se da nicamente por las invasiones realizadas en tiempos de los caciques y terratenientes, tambin abarca todo el proceso de trmites y negociaciones que se emprendieron para regularizar su posesin. La costumbre de recompensar a los pasados no se presenta de manera uniforme en todas las comunidades de la Huasteca hidalguense pues, aunque casi siempre se reconoce el trabajo de los ancianos, existen actitudes de desprecio y desinters hacia los Huehues (viejos o abuelos) negndoles el derecho de opinar, de participar en asambleas o de desempear cargos en las comunidades. Son pocos los casos pero se manifiestan en un marco en el que, a decir de los habitantes ms jvenes, lo que realmente importa es trabajar para la comunidad y no vivir agradecindoles toda la vida; esto bsicamente porque muchas veces los pasados pretenden tener el control sobre la organizacin y el trabajo al interior de la comunidad. La participacin de las mujeres respecto a los cargos civiles o religiosos prcticamente es nula, slo en un ejido del municipio de Huazalingo encontramos a una mujer como secretaria del comisariado ejidal sin tener3

Limpieza de hierba y arbustos que crece a orillas de los caminos, milpas o linderos con ayuda de un machete o hungaro. 29

realmente participacin en las decisiones que se toman al interior del ejido. En realidad esta mujer fue electa por la migracin de los varones quienes no permanecen durante periodos largos en la comunidad para tomar el cargo. En el caso de los cargos religiosos y en los comits escolares tambin son territorio exclusivo del sexo masculino. Con respecto a la tenencia de la tierra, las mujeres que logran ser reconocidas como ejidatarias es porque tienen parcelas que adquirieron por herencia y quedaron viudas, lo que cada vez es ms comn debido al alto consumo de aguardiente que provoca elevados ndices de mortandad entre hombres en edad productiva. Con esto, si bien las mujeres pueden ser reconocidas y aceptadas como comuneras o ejidatarias, su situacin es temporal ya que debern heredar o ceder en la primera oportunidad sus derechos sobre la tierra a sus descendientes varones. Contrario a lo que ocurre por ejemplo en la Huasteca potosina, los cargos pblicos estn reservados nica y exclusivamente para los hombres. Sin embargo, cabe destacar el caso de un nmero no muy reducido de profesoras que han logrado acceder a puestos pblicos encumbrados, tales como las presidencias municipales o la direccin de alguna dependencia de gobierno, stas regularmente pertenecen a las clases pudientes de la regin y a familias que permitieron a sus hijas estudiar un nivel universitario. La costumbre de prestar un da de trabajo a la comunidad se remonta hasta la colonia, periodo en el que al establecerse los pueblos cabecera, los pueblos sujeto quedaban obligados a trabajar las tierras del comn. Ejemplo de esto es la presin que ejerca el pueblo cabecera de Yahualica sobre sus pueblos sujetos como Santa Teresa y Tlalchiyahualica para que trabajaran las tierras que sta resguardaba como del comn. Culturalmente las prcticas comunales que tienen que ver con la tenencia de la tierra no se han visto afectadas salvo en lo concerniente a la organizacin del trabajo, realizacin de asambleas y desempeo de cargos que s se han modificado como consecuencia del consumo de aguardiente. La mayora de los pueblos y las comunidades que forman parte de la Huasteca hidalguense dispendan grandes cantidades de aguardiente. Desde temprana hora del da, al dirigirse a sus parcelas, los campesinos llevan en sus morrales botellas de aguardiente que toman en sorbos a lo largo de su jornada de trabajo, por lo que30

es comn que al regresar a sus casas gran parte de ellos ya se encuentre bajo el efecto embriagante de dicha bebida. Si hay necesidad de realizar faenas el aguardiente es ingrediente esencial en su desarrollo pues debido a lo pesado del trabajo, a las distancias largas que a veces es necesario recorrer y el excesivo calor que se presenta casi en todo el ao, los campesinos echan trago para aguantar. Esto ha ocasionado, entre otras cosas, que las reuniones o asambleas se lleven a cabo a muy temprana hora (5 6 de la maana) y que los jvenes de entre 14 y 16 aos se encarguen del control de las faenas, las asistencias a asambleas y el cobro de las sanciones o cooperaciones. Con el despojo de tierras realizado desde la colonia, los indgenas han visto reducido su espacio teniendo que modificar constantemente su entorno para lograr sobrevivir. La mayora de las comunidades viven en un retraso social y econmico ocasionado por el aislamiento y la poca productividad de sus tierras. Las costumbres con respecto a la forma de acceder a una parcela han cambiado; en los patrones de comportamiento culturales como el respeto por los ancianos y el papel que desempean las mujeres en la economa de las comunidades se observan cambios constantes debido a factores tales como la migracin y la instauracin de un nuevo marco jurdico agrario. Por otro lado, las mejores tierras continan en poder de las clases pudientes de la regin, ya sea en pequeas proporciones o bajo la apariencia de copropiedades. Al interior de las comunidades es comn que los caciques, comerciantes y profesores tengan por lo menos dos o tres hectreas de las tierras de mejor calidad. En ellas se han establecido potreros para el desarrollo de la ganadera lo que ha ocasionado que grandes extensiones que antes se dedicaban a la agricultura cambien su destino. Tambin se han aprovechado tierras de uso comn para la cra del ganado. Los elementos que modificaron el paisaje agrcola y algunos de los rasgos culturales en la regin fueron por un lado la cra de ganado y la introduccin de tcnicas y herramientas para las labores agrcolas as como el cultivo de la caa de azcar, el tabaco, el caf y algunos frutales y, por el otro, la migracin y los cambios generados en torno a la legislacin agraria. Respecto a la religin coincidimos con Ruvalcaba en el sentido de que La mayora de los huastecos viven su religin de manera31

sincera y profunda. De acuerdo a su prctica, no se puede reducir el mbito religioso a una dependencia absoluta en lo material; pero vista desde fuera, se le puede relacionar con variables de la nutricin y con un sistema complejo de creencias con las que los huastecos interpretan el mundo, el cosmos, el universo que nos rodea (Ruvalcaba, 1992, 30). La religin forma parte de la vida cotidiana de las comunidades y ...junto con su prctica guardan un mbito propio, lo cual no quiere decir que ocurran independientemente de las condiciones sociales o econmicas de las sociedad (Ruvacaba, 1992: 205), en todas las casas hay un altar dedicado a la virgen Mara y/o a santos diversos, sin embargo aunque es importante, no es lo que rige los actos de las personas, e incluso podemos decir que en la actualidad las actividades polticas son ms importantes que la religin, pues de eso depende en gran medida su supervivencia. Posiblemente un elemento que no ha sido considerado en la transformacin del paisaje agrcola huasteco, por ser reciente su prctica, es la induccin de pastos mejorados (principalmente el llamado guineo) para consumo del ganado. Sin embargo, a decir de algunos pobladores actuales de la Huasteca hidalguense, en tiempos pasados los pobres tenan que dar faenas hasta dos veces por semana, y cuando la tierra se cansaba tenan que sembrar pasto para el rico. Esto en nada cambi la suerte de los campesinos pues slo los caciques y terratenientes podan practicar dicha actividad apoyndose siempre en la explotacin indiscriminada de la mano de obra campesina. A pesar de que actualmente esta actividad no se ha desarrollado muy satisfactoriamente, debido principalmente a la falta de riego, es un factor de cambio importante pues permite que los espacios que se dedican a la ganadera se aprovechen ms que si se consumiera nicamente el pasto natural tan escaso en pocas de sequas. El dao ecolgico ocasionado por diversos factores entre los que destacan la ganadera extensiva, el desmonte y tala incontrolados, la mala administracin de los recursos financieros otorgados, la falta de planificacin de los cultivos, el no descanso de los terrenos y la no rotacin de cultivos, las32

plagas y enfermedades, la erosin de suelos, debido a las fuertes pendientes, han provocado que el uso del suelo se vea severamente afectado reducindose el espacio para la agricultura y amplindose el agostadero (ver documento 4) y, como consecuencia de esto, un desequilibrio en la economa campesina de la regin. Su poblacin ha tenido que emigrar a otros estados por periodos largos de tiempo para emplearse como jornaleros en la pizca de tomate, aguacate, algodn y otros productos. Durante su ausencia, las milpas quedan improductivas o al cuidado de las mujeres u otros familiares, lo que ocasiona que las parcelas sean invadidas por otros campesinos o acaparadas por los caciques indgenas. Los recursos que el gobierno otorga son administrados por los ayuntamientos mediante los programas del PROGRESA, PROCAMPO y Alianza para el Campo entre otros, siendo la SAGAR la principal dependencia que participa en su distribucin a travs del Programa de Desarrollo Sustentable para la Huasteca Hidalguense. El tamao de las unidades de dotacin individuales (milpas) es demasiado pequeo en relacin a las necesidades de los campesinos y sus familias. En la mayora de los casos stas apenas superan los tres cuartillos de sembradura. Para una hectrea de tierra cultivada con maz, el productor tiene que invertir alrededor de 850 pesos si se trabaja por el mtodo tradicional y, si lo hace utilizando semillas mejoradas, fertilizantes y tecnologa avanzada, requerira de 1,300 pesos, para obtener un rendimiento promedio de 1.5 y 3.5 toneladas por hectrea respectivamente (segn datos de 1994). Se debe observar que la actividad que implica un mayor costo es la preparacin del terreno, adems de su constante vigilancia y limpieza pues la yerba que perjudica la planta crece muy rpidamente (ver documento 2). A esto hay que agregar lo extremoso del clima y que en los ltimos aos se han observado sequas que casi acaban con los ros y pozos que abastecen a las comunidades. Es comn ver durante los meses de mayo a agosto largas filas en los pozos para obtener una o dos ollas del vital lquido. Es en estos meses que los propietarios de pipas que transportan agua desde los ros cercanos obtienen grandes ganancias gracias a su venta. Con todo esto, en el ao de 1994, una familia de cinco personas que33

dependa exclusivamente del beneficio de su parcela apenas consigue el dinero suficiente para vivir durante 15 das basando su dieta en maz, frijol y chile. Por esto es necesario alternar otras actividades que implican el esfuerzo de todos los integrantes de la familia tales como la recoleccin de yerbas y races, emplearse como peones temporalmente y el desempeo de trabajos de los hijos y esposas en la ciudad de Huejutla. En trminos generales a pesar de ser la regin de Huejutla prdiga en lluvias y con varios ros (los ms importantes son: el Candelaria, el Tecoluco, Huazalingo, Atlapexco, Calabozo, Huautla, Calnali, el Garcs y Los Altos de San Pedro), slo una pequea parte, el uno por ciento, de las tierras irrigadas, se dedican a la agricultura. No obstante, que la ganadera ocup un lugar privilegiado en la economa de la Huasteca hidalguense desde la colonia hasta la dcada de 1970 de hecho, la regin fue considerada una de las principales regiones productoras de carne de bovino en el pas, actualmente atraviesa por severas crisis en las que los ganaderos menos prsperos han tenido en ocasiones que barzonear para solicitar la condonacin de sus deudas, lo que ha sido provocado por la poca organizacin de los ganaderos. Fue la actividad ganadera la ms afectada por las invasiones de 1970 a 1980. Hoy da existe la imposibilidad de impulsar proyectos ganaderos debido principalmente a los altos intereses de los bancos al otorgar crditos o prstamos, la falta o mala aplicacin de proyectos integrales y el desinters y desorganizacin de los productores. Las excepciones se dan fundamentalmente gracias a los beneficios climticos que presenta la regin. La deforestacin practicada desde hace ms de 400 aos ha provocado que los bosques y selvas constituyan slo el 11% del total de la superficie de la Huasteca hidalguense, la apertura de tierras para la agricultura y la ganadera extensiva han sido la causa principal de esto. Desde tiempos de la colonia se habla de catstrofes agrcolas que han azotado la regin ocasionadas por prolongadas sequas, heladas e inundaciones, situaciones que han afectado principalmente al sector campesino y han trado beneficios a un sector comercial ligado estrechamente a los mtodos de mediacin.34

Los recursos que se hacen llegar a los campesinos a travs de la poltica social de programas como el PROCAMPO y PROGRESA, las ms de las veces no son destinados al fin para el cual fueron otorgados y terminan integrndose al sistema de mediacin y especulacin a travs de intercambios comerciales que satisfacen slo temporalmente las necesidades de los productores. Un rubro importante al que se destinan parte de los recursos concedidos a los indgenas es el consumo de aguardiente, situacin que adems de daar la economa familiar provoca estragos entre quienes consumen esta bebida ya que en su elaboracin se utilizan fosfato de aluminio o alumbre lo que provoca quemaduras y descomposiciones en los tejidos celulares. La migracin es un fenmeno que provoca cambios radicales al interior de las comunidades. Hay quienes aun estando fuera continan participando de las tradiciones y costumbres del lugar aportando sus cooperaciones y desempeando cargos principalmente de ndole religiosa. Por el contrario, algunos de quienes emigran regresan a sus comunidades negando su lengua y costumbres y promoviendo el consumo de drogas y la agresividad que han visto y aprendido en los centros urbanos. Ante esto, entre quienes permanecen en sus comunidades, principalmente los jvenes, se han generado una estrategia para impedir que estos fenmenos se desarrollen ms elaborando mecanismos de defensa que se basan en la etnicidad tales como la prctica del monolingismo y de las costumbres; la toma de decisiones mediante asambleas y una compleja red de cargos que comprometen a todos en las tareas comunitarias. As, a pesar del alto grado de alcoholismo y migracin, cada uno de los habitantes de una comunidad participa de una organizacin que obstaculiza la desintegracin de los pueblos. Un ejemplo de lo anterior es posible apreciarlo en la comunidad de Santa Teresa que es totalmente indgena y con un alto grado de marginacin. Un nmero considerable de sus habitantes son jvenes entre los 16 y 35 aos, todos integrados a un sistema de cargos que implica el respeto por los mayores; es el delegado o juez quien tiene la facultad de decidir en momentos estratgicos, se hace acompaar de seis u ocho jvenes que le sirven de traductores y apoyo para desempear sus funciones.35

El Comisariado Ejidal y el Consejo de Vigilancia tienen bajo su mando y manejo a un grupo de jvenes que son denominados alguaciles, estos tienen edades que oscilan entre los 12 y 16 aos, y son su apoyo ms importante por lo que todos los miembros de la comunidad deben respetarlos y obedecerles pues son los emisarios, portavoces y corresponsales de los comits representantes de la comunidad. Todos ellos tienen prohibido beber por lo menos mientras tienen compromisos y tareas a realizar. Esta forma de organizacin es importante ya que la mayor parte de las comunidades se compone de poblacin joven. De todo lo antes expuesto se puede concluir que, si bien la ganadera fue una actividad prspera, ocasion grandes trastornos en la ecologa de la regin. Las tierras que fueron abiertas al cultivo o para la cra de ganado hoy observan un desgaste que hace imposible la produccin y la que se realiza es mnima debido a los altos costos de rendimiento por hectrea de tierra (ver documento 5). La pulverizacin de la tierra y el crecimiento demogrfico dificultan el desarrollo agrcola de la regin. Los beneficios que pudieran esperarse de la paternalista poltica social, se ven frenados por el intermediarismo y la usura. La marginacin y la presin por procurar lo indispensable en las familias huastecas, impiden a los campesinos preocuparse por el uso de fertilizantes y semillas mejoradas, adems, sus precios se ubican fuera de la realidad de los campesinos pobres de la regin y en pocas ocasiones saben utilizarlos adecuadamente. La asistencia de tcnicos especializados y la instauracin de proyectos adecuados a la regin, han respondido nicamente a los intereses de las personas que manejan los recursos y los distribuyen a su libre arbitrio, los campesinos no se ven beneficiados de stos. A la fecha la visin de los campesinos sobre cuestiones como la tenencia, el uso y la propiedad de la tierra se ha visto transformada. A partir de los cambios al artculo 27 constitucional y la introduccin del PROCEDE se ha generalizado la idea de la propiedad minifundista individual, pues al otorgarse certificados parcelarios y ttulos de solares a los ejidatarios y comuneros stos abandonan el concepto de propiedad comunal que sirvi de base al36

movimiento campesino para recuperar las tierras, aun cuando se trate de ejidos o comunidades. El espacio social y ecolgico se ha transformado notoriamente en la Huasteca hidalguense. A pesar de la fuerte inversin realizada por el gobierno, los recursos pocas veces son aplicados correctamente beneficindose slo un pequeo sector que controla, distribuye y administra el poder en la regin de estudio.

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III. LA TENENCIA DE LA TIERRA A TRAVS DE LA HISTORIA.En el periodo colonial el sistema agrario se conformaba, como muchos otros aspectos de nuestra cultura, por la asimilacin de la propiedad indgena al marco jurdico espaol. Ante esta situacin es necesario mencionar por una parte que antes del contacto con los espaoles, existan en Mesoamrica una gran variedad de formas de control y acceso a la tierra, desde las demarcaciones territoriales sin contenido de propiedad en el norte rido, hasta los complejos sistemas de tenencia de las sociedades jerarquizadas y estratificadas de las sociedades agrcolas del centro y sur, tales como, los tepanecas, aztecas, mixtecos y mayas. Pero esta diversidad era el resultado de miles de aos de adaptacin de las sociedades mesoamericanas a una regin ecolgica compleja y variada. Haba cultivos intensivos en los que el control de los sistemas de riego era parte importante; en los reinos existentes en el territorio mesoamericano, cada uno de stos poda producir, gracias a la combinacin de varias tcnicas y sistemas agrcolas, lo necesario para mantener a densas poblaciones.4 De esa manera el control de los recursos, la geografa y la densidad de poblacin eran elementos importantes que se vinculaban con las formas de tenencia de la tierra del Mxico prehispnico. De acuerdo con lo anterior, es posible distinguir en estas sociedades organizadas de forma jerrquica las tierras de la comunidad, las pblicas y las entregadas en usufructo a los seores como rasgos derivados del linaje o el resultado de los triunfos obtenidos en la guerra. Como en el caso del imperio mexica que complet la concentracin del poder y privilegios en manos de la nobleza, ya que tanto los honores como los despojos de la guerra eran beneficio de unos pocos en vez de la mayora. Las mejores tierras de los tepanecas y de otros vasallos cercanos haban sido4

La agricultura indgena al momento de la conquista era capaz de mantener una poblacin que fluctuaba en el rea central de Mxico desde Tehuantepec por el sur hasta la frontera norte de Mesoamrica- entre los 18 y los 30 millones de habitantes... se ha calculado que la densidad promedio en Mesoamrica era a principios del siglo XVI de 49 habitantes por kilmetro cuadrado. (Rojas, 1991: 142-143). 38

concedidas a los nobles, no a los plebeyos (Davies, 1992: 170). Por otro lado, es necesario establecer que en la tradicin de los pueblos ibricos exista diversidad en las formas de tenencia: las tierras de la corona, las de los monarcas, los nobles y, no hay que olvidar, las de la Iglesia. Como una forma especial heredada de esta tradicin hasta nuestros das, estaba la pequea propiedad y la comunal que eran administradas por los consejos y los ayuntamientos de los pueblos. Con el arribo de los espaoles, las formas de catalogar la tierra se vieron transformadas; las mejores tierras y con riego eran las de pan llevar, las de temporal eran nombradas de pan coger y aquellas en las que ocasionalmente se poda sembrar trigo eran tierras de pan sembrar. La forma de medir la tierra durante la colonia se empez a realizar por fanegas de sembradura o por varas, almudes y cuartillos. El ejido, considerado como un producto de la organizacin feudal medieval, formaba parte de la propiedad comunal y se refera a las tierras de uso comn. Un elemento introducido por los espaoles y que vino a transformar definitivamente el paisaje agrcola y las formas de tenencia fue la ganadera, con su presencia se pudo utilizar extensiones de tierra que hasta antes del contacto entre espaoles e indgenas no haban sido aprovechadas, sin embargo, la ganadera fue una actividad exclusiva de los espaoles. Por otro lado, la traccin animal permiti el desarrollo de actividades que hasta entonces slo eran realizadas por los humanos. De esta manera se asimilaron y transformaron diversos aspectos que influyeron poderosamente en la distribucin de la tierra en la Nueva Espaa. Las primeras concesiones de tierra tuvieron lugar en los reinos indgenas alrededor de las zonas lacustres de la cuenca de Mxico. Ms tarde la corona transmiti la propiedad de la tierra a los individuos por distintos mecanismos: el ms frecuente, por lo menos durante el primer siglo de dominacin espaola, fue la merced o gracia.5 As, grandes extensiones de tierra que originalmente5

La demanda de alimentos no debi ser muy grande; entre 1568 y 1570 en toda la nueva Espaa la poblacin no indgena apenas exceda a los 80 mil individuos incluyendo mestizos, negros, mulatos y espaoles. Por este motivo, posiblemente mucha de la tierra que se merced a los espaoles fue dedicada a la cra de ganado. Esta actividad permita darle uso a la tierra y obtener 39

pertenecieron a los grupos que las habitaban, fueron mercedadas y otorgadas a los espaoles como reconocimiento a su desempeo en la empresa de la conquista.6 Vinculada la tierra a un sistema productivo extensivo tanto para la ganadera como para la agricultura con traccin animal la superficie de las mercedes deba ser grande. De manera semejante, los cabildos de las recin establecidas ciudades, destacando la de la ciudad de Mxico, distribuyeron concesiones de estancias o sitios de ganado; tarea que ms tarde sera exclusiva del virrey. De esta manera, se respondi a las cada vez ms numerosas demandas de los criadores de obtener ttulos que ampararan la propiedad de los terrenos en los que ya pastaban sus ganados. Esta tctica result en beneficio de la corona que consolid el control y ordenamiento de la ocupacin de tierras que iba en contra de los indgenas. As, la propiedad comunal se otorg a los asentamientos, a los pueblos y villas fundadas por los colonizadores. Lo que preocupaba entonces a los indgenas no eran los cultivos de los espaoles se sabe que la agricultura se asimil de manera favorable para ambas culturas sino ms bien la cra de ganado, actividad que como ya hemos mencionado, comenz a practicarse desde los inicios de la conquista aun antes de la total expansin del cultivo de granos, frutos y leguminosas, que se consolid hasta el siglo XVII. El desarrollo de la minera tambin propici cambios en las formas de tenencia de la tierra. Los pueblos y villas fundadas cerca de los yacimientos minerales ms importantes del pas promovieron la apertura de nuevas tierras al cultivo, la cra de ganado e impulso del comercio, elementos necesarios para la manutencin de la poblacin que all se asent. Las quejas que se originaron por los abusos y despojos de tierras fueron frecuentes en esta primera parte del periodo colonial, a pesar de que las leyesuna ganancia. Nuevamente al igual que en el caso de las tierras entregadas a los espaoles en este existi una relacin entre la muerte de los indgenas y el nmero de cabezas; conforme la poblacin indgena declin aument el ganado. (Rojas, 1991: 182).6

En el rea mesoamricana descontando el territorio centroamericano y el rea maya- haban sido entregadas a los espaoles 14,906 mercedes de tierra de distintos tipos, aproximadamente un rea de 170,000 kilmetros cuadrados. De los cuales poco ms de 30 por ciento fueron destinados a pastos para el ganado. (Rojas, 1991: 182.) 40

de indias ordenaban que las tierras entregadas a los espaoles no se extendieran a costa de las posedas por los indgenas. En 1567 el Marqus de Falces prohibi a los espaoles trabajar tierras a menos de 500 varas de los pueblos y acercar sus estancias a menos de mil. De esta manera el fundo legal de los pueblos se estableci con un lmite de 600 varas (504 metros) medidas en cada uno de los puntos cardinales desde la iglesia del poblado. En ocasiones, el comn y los naturales de los pueblos recibieron adicionalmente una merced que se declaraba inalienable, a diferencia de las entregadas a los espaoles que s podan venderse, aunque tambin los indgenas, integrados en sus pueblos, podan adquirir, mediante la compra, tierras a propietarios espaoles. Por tanto, las repblicas de indios se constituyeron con una base territorial propia (fundo legal) y autoridades indgenas subordinadas a los alcaldes y corregidores locales espaoles. No obstante, la importancia de la nobleza india en dichas repblicas, el espacio que ocupaba rara vez se vio ampliado. En la serie de relaciones creada por el mundo colonial, los nobles indgenas eran condenados a sobrevivir en la medida en que pudieran mantener una continuidad funcional y estructural... (Garca, 1987: 183). Dentro de las comunidades indgenas era posible identificar cuatro reas diferentes: el poblado, el ejido para uso comn, las tierras destinadas a la produccin para el pago del tributo y para gastos de la comunidad y, finalmente las del comn repartimiento, destinadas al sustento de sus integrantes. Esta divisin pocas veces se convirti en realidad. Resumiendo: El sistema colonial espaol reorganiz las bases prehispnicas de organizacin social al imponer nuevas instituciones, como la encomienda, que en los primeros aos reestructur el territorio, al permitir la reubicacin de los indios dispersos a finales del siglo XVI y los primeros del siglo XVII, para que vivieran en polica y vida cristiana. Este proceso, que no concluy con el programa de congregaciones de los pueblos indios como la expresin ms acabada de la poltica de poblacin espaola, continu a lo largo de41

los siglos XVII y XVIII, sobre todo con el proceso de expropiacin y despojo de tierras a los pueblos indios que fueron legalizados con las llamadas Composiciones de tierras y aguas (Prez Zevallos, 1998: 99). La superficie de las comunidades indgenas fue desde su origen restringida. La polaridad entre el minifundio y el latifundio, como dos formas de tenencia de la tierra, asent sus bases desde entonces en la historia agraria del pas. La asimilacin de la propiedad indgena al sistema agrario colonial fue un proceso prolongado e influido por el descenso de la poblacin, provocado principalmente conquistadores por a las tierras enfermedades americanas. epidmicas Como tradas por los consecuencia, muchos

asentamientos indgenas desaparecieron y otros quedaron casi abandonados. A mediados del siglo XVII el territorio mexicano se encontraba severamente despoblado a pesar de coexistir en l indgenas, europeos y africanos. Ante esta situacin la corona dict una poltica consistente en promover asentamientos mayores mediante el otorgamiento de fondos legales. Es en este lapso que la poblacin indgena resiente su mxima reduccin superando apenas el milln de individuos.7 Es tambin en este siglo que comienzo a declinar la minera, y las actividades agrcolas y ganaderas ocupaban el centro de la vida econmica y social de la colonia. Las haciendas se consolidaron mediante la adquisicin de sus derechos definitivos sobre la tierra. En este periodo se instituyen las encomiendas como otra forma de control y acceso sobre la tierra, con la particularidad de que stas se encontraban estrechamente ligadas a la tarea evangelizadora de la Iglesia Catlica, que era otro de los objetivos de la colonizacin, pero que ms bien resultaron ser un mecanismo ms para facilitar el recaudo del tributo. Las encomiendas, al poco tiempo de su creacin, fueron extinguidas7

Se ha calculado que la poblacin indgena descendi en el rea central de Mxico desde Tehuantepec hasta la frontera mesoamericana del norte de aproximadamente 25 millones al momento de la conquista a poco ms de un milln de indgenas para mediados del siglo XVII.

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debido a los excesos y vicios que se cometieron y crearon bajo su tutela. Por otro lado, a pesar de las diversas reglamentaciones sobre el acceso a la tierra y los lmites permitidos a las propiedades del clero, no se pudo evitar que la Iglesia adquiriera una gran base territorial a travs de la hipoteca, la donacin, la herencia y la compra, prcticas comunes en todo el territorio de la colonia. A mediados del siglo XVI y en el primer cuarto del XVII se poda adquirir el dominio privado de las tierras baldas o realengas a travs de un nuevo ttulo otorgado mediante la adjudicacin en subasta pblica a quien ofreciera ms por ellas. Las composiciones de tierras que se establecieron en 1591 mediante dos cdulas capitales, permitieron que aquellas personas que haban adquirido tierras mediante mercedes o la compra de tierras pblicas presuntamente baldas, ampliaran sus propiedades y obtuvieran el reconocimiento otorgado por la corona que, de esta manera, pudo obtener fondos ya que mediante la composicin se ampararon superficies mayores a las otorgadas originalmente previo arreglo. En este periodo algunos mayorazgos (que vinculaban las propiedades de un solo dueo e impedan su fragmentacin entre los herederos) obtuvieron ttulos nobiliarios otorgados por la corona. Algunos capitalistas aprovecharon esta situacin para realizar enormes adquisiciones;8 por ejemplo en la Huasteca se llegaron a componer superficies de ...12, 16, 24 estancias y 30 caballeras de una sola vez o en varias..., y para ...fines del siglo XVII las haciendas tenan ya sus ttulos definitivos en la mayor parte de Mxico (Chevalier, 1982: 329-330). Para fines del siglo XVIII y principios del XIX, la oligarqua feudal y terrateniente del pas consolid sus propiedades y, por lo tanto, delimit sus territorios. Coexistieron a lo largo del territorio nacional haciendas, condueazgos, ranchos y propiedades comunales, en un contexto donde la corona espaola perda autoridad y dominio ante una poblacin que buscaba independizarse mediante la consolidacin de un Estado soberano.(Rojas, 1991:175).8

...las autoridades superiores quisieron controlar y limitar todas esas operaciones individuales; una real orden del 23 de junio de 1571 autoriz la venta de dichos bienes territoriales de los indios, con la condicin expresa de que fueran puestos en pblica subasta por lo menos durante 30 das despus que las autoridades judiciales hubieran reconocido los derechos de propiedad del vendedor y la posibilidad de enajenarlos sin inconvenientes graves para l mismo o para otros. 43

En realidad la hacienda tal y como la hemos concebido histricamente se consolid a lo largo de todo el periodo colonial e incluso hasta bien avanzado el siglo XIX. En el siglo XVI las estancias de labor o de pan llevar fueron trminos surgidos de las tierras que se repartieron entre los espaoles que cultivaban principalmente el trigo y que haban sido quitadas a los encomenderos; pero no slo se transmiti el dominio de la tierra, tambin la mano de obra indgena existente en las encomiendas fue suministrada a los agricultores hispanos debido principalmente a las deudas de trabajo pendientes de parte de los habitantes originarios de las tierras afectadas. Tal vez sea aqu donde podemos ubicar el antecedente ms antiguo de la hacienda. Por otro lado para las haciendas era tambin importante poseer grandes extensiones de terrenos; las explotaciones azucareras formaron comunidades tan extensas que casi podan valerse por s mismas anunciando de esta manera desde el siglo XVI la clsica hacienda mexicana. En los siglos XVII y XVIII, los latifundios lograron consolidar sus propiedades principalmente debido a las composiciones de tierras. A lo largo del siglo XIX ven la luz diversos mandatos, ordenanzas y legislaciones relacionadas con la tenencia de la tierra que propiciaron cambios profundos en las diversas formas de considerar la propiedad: la Real Cdula de Consolidacin de Vales Reales de 1804, afect principalmente las propiedades del clero; la Constitucin Gaditana de 1812 orden la instauracin de los ayuntamientos, misma que se promulg por segunda ocasin en 1820, lo que propici que estas instituciones del poder intentaran despojar de los bienes comunales a los pueblos indgenas. La Ley de Desamortizacin de 1856 provoc fuertes tensiones entre los propietarios privados y de terrenos comunales, pues aunque originalmente orient sus acciones a las propiedades de la Iglesia afectaba terrenos ociosos o de grandes extensiones, y finalmente afect en mayor grado a las comunidades indgenas pues ordenaba que los prefectos polticos deberan tener el poder de establecer el nmero de varas que correspondera al fundo legal de cada pueblo. En este sentido, el jefe poltico era el encargado de deslindar los terrenos otorgados a los pueblos en forma comunal para(Chevalier, 1976: 262-263) 44

posteriormente convertirlos en propiedad privada. Un proceso comn en este periodo era el de denunciar aquellas tierras que los campesinos indgenas durante los ciclos agrcolas dejaban descansar como baldas, lo que era aprovechado por los ayuntamientos quienes las enajenaban regularmente a los mismos denunciantes. Como consecuencia de la Constitucin de 1857, y la creacin del Artculo 27 Constitucional, los fondos legales que se adjudicaron a las cabeceras municipales fueron vendidos con miras a la expansin de dichos pueblos. Bajo el rgimen de Porfirio Daz, el campo mexicano se vio severamente minado debido principalmente a las leyes referentes a los terrenos baldos y a la disminucin de salario de los trabajadores agrcolas en las haciendas.9 Con las Leyes de Deslinde y Colonizacin de baldos de 1875 y 1883 se permiti el deslinde por medio de compaas que validaron la apropiacin de tierras comunales hechas por las haciendas, las compaas a cambio recibieron grandes extensiones de tierras de los pueblos afectados declaradas como baldas o nacionales en compensacin con los gastos que se realizaran; el resto lo conservara el gobierno mientras fuese comprado por un particular u otra compaa. As para 1892 se haban deslindado 38249,373 Has.; poco ms de 12000,000 quedaron en poder del gobierno y el resto se lo apropiaron compaas y particulares a bajo costo y sin sujecin estricta a la ley. (Escobar, 1992: 7) Lo anterior se vincula directamente con la Ley Agraria de 1915 y el artculo 27 de la Constitucin de 1917 que dar forma a la situacin agraria del pas durante el sigl