4
Recensiones y discusiones F. RODRIOUEZ ADRADOS, ,4sóka, Edicuos de la Ley Sagrada, Traducción del prácrito, Edhasa, Barcelona, 1987. Si en 195 1-52 A.J. Festugiére en su artículo “Les inscriptions d’Asóka et I’idéal du roi hellénistique” en Mél. Jules Lebreton. París, 195 1-52, Pp. 31-46 (= Études de reli- gion grecque e! he/Un/st/que. París, 1972, Pp. 210-225), se mostraba reconocido aMi. Bloch por haber dado al público francés una edición y traducción de los edictos de Mo- ka (Les inscriptions d’A=oka, Les Belles Lettres, París, 1950), al fin podemos nosotros también desde septiembre de 1987 estar agradecidos a F. Rodríguez Adrados por esta traducción al castellano. Es este un tema que, desde 1837 en que James Prinsep descifró el alfabeto de las inscripciones y sobre todo desde la aparición de la edición de E. Hultzsch (Inscriptions of Asóka, Delhi 1920), ha suscitado un interés creciente a medida que se iban descu- briendo nuevas inscripciones. El discurso sobre Asóka y sus edictos ha adquirido su mayor relevancia en los treinta últimos años desde que Tucci y otros (O. Tucci, U. Sce- «ato, F. Pugliese Carratelli, O. Levi della Vida, Un editto bilinglie greco-aramaico di ,4=oka, Roma, 1958) editaran la controvertida inscripción greco-aramea, hallada en Kandahar (Alejandría de Aracosia, en Afganistán). (Para un seguimiento de la polémi- ca desatada, L. et J. Roben, B.E., 1959, 488; 1960, 421-23; ¡961, 5; 1963, 295; 1965, 442; 1969, 599; 1970, 638-39; 1972, 564; 1984, 496). Sobra decir que este debate se ha- bía circunscrito hasta ahora a la Europa que termina en los Pirineos. Debe pues salu- darse en esta edición de Rodríguez Adrados la incorporación de una voz española a estos estudios, una voz por lo demás suficientemente autorizada por sus trabajos de Gerión, 6. 1988. Editorial de la Universidad Complutense de Madrid.

Recensiones y discusiones

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Recensiones y discusiones

Recensionesy discusiones

F. RODRIOUEZADRADOS, ,4sóka, Edicuosde la LeySagrada, Traduccióndel prácrito,Edhasa,Barcelona,1987.

Si en 195 1-52 A.J. Festugiéreen suartículo “Les inscriptionsd’Asóka et I’idéal duroi hellénistique”en Mél. Jules Lebreton. París, 195 1-52, Pp. 31-46 (= Étudesdereli-gion grecquee! he/Un/st/que.París, 1972,Pp. 210-225),semostrabareconocidoaMi.Blochporhaberdadoal público francésunaedicióny traducciónde los edictosdeMo-ka (Les inscriptionsd’A=oka,Les Belles Lettres,París, 1950), al fin podemosnosotrostambiéndesdeseptiembrede 1987 estaragradecidosa F. RodríguezAdradosporestatraducciónal castellano.

Es este un temaque, desde 1837 en que JamesPrinsepdescifró el alfabeto de lasinscripcionesy sobre todo desde la aparicióndela ediciónde E. Hultzsch(InscriptionsofAsóka, Delhi 1920), ha suscitadoun interéscrecientea medidaque se iban descu-briendonuevasinscripciones.El discursosobreAsóka y sus edictosha adquirido sumayorrelevanciaen los treintaúltimos añosdesdequeTucci y otros(O. Tucci,U. Sce-«ato, F. PuglieseCarratelli, O. Levi della Vida, Un editto bilinglie greco-aramaicodi,4=oka,Roma, 1958) editaranla controvertidainscripción greco-aramea,halladaenKandahar(Alejandríade Aracosia,en Afganistán).(Paraun seguimientode la polémi-cadesatada,L. et J. Roben,B.E., 1959, 488; 1960, 421-23; ¡961, 5; 1963, 295; 1965,442; 1969, 599; 1970, 638-39; 1972, 564; 1984, 496). Sobradecirqueestedebateseha-bíacircunscrito hastaahoraa la Europaqueterminaen los Pirineos.Debepuessalu-darseen estaedición de RodríguezAdradosla incorporaciónde unavoz españolaaestosestudios,unavoz por lo demássuficientementeautorizadapor sustrabajosde

Gerión, 6. 1988. Editorial de la UniversidadComplutensedeMadrid.

Page 2: Recensiones y discusiones

282 Recensionesydiscusiones

indianística(Gramática Védica, diversastraduccionesdelsánscrito,etc.).Estatraduc-ción española,hechadirectamentedel prácrito, va precedidade unaamplia introduc-ción quecomprendetanto aspectosepigráficoscomohistóricos.

En el tratamientode las cuestionesepigráficasy en la traducciónen sí se apreciainequívocamentela huellaprofesionalde un especialistadedicadoa estostemas,esde-cir: traducciónlo más fiel y literal posible, ceñidaa la sintaxisy al ordendepalabras,valiosaayudadelas netasparala cronologíay les conceptosde dificil traducción,asícomounaexcelentereconstrucciónparacadaedicto de un texto-base,comúna las di-ferentesinscripciones,conlasseñalizacionespertinentesdelasvariantesepigráficasen

edicionesdelos textosoriginales(básicamente,Eggermont,P.H.L,, y Heftizzer,J., ThemoralEdictsofKingA&oka,Leiden, 1962;Schneider,V,. DiegrossenFelsen-Edik/eA=o-kas, Wiesbaden,1978).

Mayor reserva,sin embargo,me merecela exposiciónde los aspectoshistóricos,Anivel general,en cuantoa interpretaciónhistórica no se aportanadaqueno fueseyaconocidoporotrosautores,Quizáel aportarnuevasperspectivasno entrabadentronide las pretensiones ni de los límites de una introducción hechapor un autor muchomás preocupado por los asuntosepigráficosy filológicos. Ahorabien,RodríguezAdra-dos tiene el acierto y la inteligenciaderecogertemasrecurrentesy defundamentalim-portanciapara la comprensión histórica de Moka y de susedictos,Destacasu críticaa las fuentes budistas. Dichas fuentes con un marcado sesgo deformador mitifican enMoka el prototipode“dharmaraja”o rey budistaquesiguelos preceptosdela Ley Sa-grada. RodríguezAdradosinsiste en el retratomuchomás fiel quenos leganlasfuen-tesepigráficas.En efecto, graciasa ellas descubrimosen Moka másallá del reforma-dorrcligioso al poderosomonarcabajoel cualculminael poderde la dinastíaMaurya,graciasa ellasllegamosacaptarel contenidopolíticodel “dharma”o LeySagrada.Que-damuy bienseñaladocómoala vertientereligiosaproselitistaseune una vertientepo-lítica encaminadaacentraren el propioAgoka la expresióndepoderbajola cualpros-peratodo el pueblo,unido porese acervoético compartidoquepretendeserel “dhar-ma”. Todosestostemasestánadecuadamenteenmarcadosdentrode unmundoen quelasculturasindia, persay griegase intercomunicaban.

Sin embargoy a pesarde esteindispensableencuadreexistealgunaqueotra nota-bledeficienciaen suinterpretaciónhistórica,Y no merefiero a puntosmeramentefac-tualescomo es un error cronológico(p. 13, evidentemente,Alejandrono estabaen el329 a.C. en campaña enel Punjabsino en plenapersecuciónde Beso por lassatrapíasde Aracosia, Bactriana y Sogdiana)sino a cuestionesmás de fondo. En primer lugarsu reflexión (Pp. 18-19) acerca de los nombres del rey, Moka y Piodasses, no es preci-samenteun ejemplode agudeza,Se echaen falta una mayorprofundización sobreeltemay se lamentala soluciónfácil queconsisteen remitir ambosnombresa la cate-goríadeepítetosy aducir el olvido del nombreoriginal, cuandoresultaabsolutamentenormal en la Aníigúedad el hecho de que los nombres propios puedan,poseer un sig-

nificado. Quieroaprovecharpara señalarquese deberíanhaberevitadoafirmacionestajantesy categóricas,queno admitenréplica,del tipo “...se tratasinduda de dos so-brenombres,.,”.Estasafirmaciones,basadasúnicamenteen la autoridaddel quelassubscribey sin quese presentenpruebasconcluyentes,estánfuera de lugar.

En segundolugar, sedetectanciertasnegligenciasen el capítulodenominado“Me-ka y el mundo persay greco-romano”(Pp. 59-76). En efecto,si bien el autortiene elcuidadodesubrayarla diferenciaentreel modelopersay los edictosdeMoka,sin em-

Page 3: Recensiones y discusiones

Recensionesy discusiones 283

bargoomite mencionarel abismoformal queseparaal rey indio del ideal del rey he-lenístico,y ello apesarde quecita el magníficoartículodeA.J. Festugiéreen la biblio-grafia. Es esteun articulo quedejaperfectamenteasentadaunaprofundaoposiciónfor-mal entrelos “napayyákpara”de Agoka y los de los reyeshelenísticos.Ofrezcoaquíunas líneas del citado trabajo: “La foi en tant qu’adhésioná un corps de doctrinesrecuesdu dehors, la foi obtenue par illumination soudaine et déterminantun change-ment entier de la conduite est chose tout A fait inconnuedesGrecsavantl’Evangile;ittcxt;, en grec profane,n’a jamaisce sens”. (p. 223). RodríguezAdradosno sólo ig-noraestafundamentaldiferencia,sino queademásrecogeunacomparaciónentreMar-co Aurelio y Moka (p. 57)enabiertacontradiccióncon loexpuesto.Lo desafortunadode estacomparaciónquedade manifiestocuandoleemosa Festugiére:“Cet espritdeprosélytisme,qui rapprocheMokadesjuifs et deschrétiens,est tout étrangeraux roishellénistiqueset méme, plus tard, austoicienMarcAuréle.Queleshommesatteignentou non A la Vérité n’ est pas 1’ affaire du monarque.II a rempli parfaitementsa táches’il a maintenu la paix et la prospérité”. (p. 224).

Porúltimo es excesivala trascendenciaqueRodríguezAdradosotorgaa Moka enel apartadotitulado “Influjo de las inscripcionesde Moka en el mundo greco-roma-no” (Pp. 70-76). He aquí un ejemplo claro de cómo se pueden forzar los datos y lasfuentesparaquediganlo queuno estádeterminadoa ver. Perode hecholaspruebasaducidasno resistenel másmínimoanálisis.No constituyeenabsolutoun argumentosólido entrasacarpuntoscomunesentreunainscripción de Moka y la inscripcióndeAntíeco deComageneen un santuariofuneraldel monteNemrud,y actoseguidocon-cluir sin más y con unafrasecategóricaque “Antioco ha visto sin duda lasinscripcio-nesgriegasde AÉoka”. Es muchomásplausiblepensarquenosencontramosantedesmonarcas—por cierto bastanteseparadosen la distanciay en el tiempo— quecompar-ten una seriede elementospertenecientesal ideal helenísticodel buenpríncipeperoen ningún casoanteun ascendientede Moka sobreAntíeco de Comagene.Aún másinconsistenteresultaconceptuarlas ResGestaedivi Augusticomo unaderivacióndela tradición de Moka. Y de nuevo tropezamoscon una de esassentenciasradicales:“...pienso quela inscripciónno puedecomprendersesin el modelode A~oka”. Puespiensamal porquela inscripciónes perfectamentecomprensiblesin el precedentedelrey budista. No se necesitaacudiral “dharma”de Agoka paraexplicar el temade la“pietas” enAugusto,cuandoconocemoslasreferenciasal “~Xeog” de Alejandro. Inclu-so más allá de estas referencias,sabemosque Diodoro Sículo a lo largo de su libroXVII atribuye a Alejandro todas las cualidadesbien conocidasque formaban loscom-ponentesdel rey helenísticoideal, tal y comoresultabade las especulacionesfilosófi-cas de innumerablestratadossobre el arte de gobernar. (Tarn W.W. AlexanderMeGreat, IL Cambridge,1948,p. 65, s.). Es aquíy no enMoka dondehallamoslos mo-delosqueinspirarona Augusto.Realmentetalesafirmacionesno contribuyenen ab-solutoa unamayorvaloraciónde la figura de Moka, al contrarioenturbianla com-prensiónde su exactasignificaciónal atribuirle dimensionesqueno tiene.

Seríainjusto concluir queestasnegligenciasrestanmérito en su conjuntoal librode RodríguezAdrados,peroen cualquiercasoconstituyenun buenejemplodelas ten-tacionesqueacechana no pocos filólogos e historiadoresa la hora de las interpreta-cioneshistóricas.

JESÚSSAN BERNARDINO CORONIL

Page 4: Recensiones y discusiones

284 Recensionesy discusiones

CAMERON, AVERIL, PROCOPIUSandMesixíh century,Duckworth(ClassicalLife andLetters),London 1985, XIII + 297 pp. + 4 mapas.

Desdehacemásde veinteañosla ProfesoraAv. Cameronvienededicándosea unade las épocasmásinteresantesdel mundoantiguo:el s. VI d. C. Habríaquedestacarde entresuspublicacionesla monografia,ya agotada,sobreAgallas(Oxford 1970), laediciónconcomentario,especialmentehistórico, del In laudemIusíini AugustOmino-ns o Panegíricode JustinoII de Coripo (London 1976)y el libro misceláneoChangeand Continuily in Sixth-CenluryByzantium(London 1981). Enel libro queahorare-señamosAv. Cameronestudiaa Procopiode Cesarea,la fuentehistóricaprincipaldelreinadode Justiniano(527-565d. C.).

El libro sedivideen trespartes.En la primera (pp. 3-46) se planteala cuestiónmásimportantede la monografia,a saber,quesusobras“menores”,la Historia SecretayLosEdificios,debentenerparael historiadormodernotantaimportanciacomosu obra“mayor”, las Guerras,en la valoraciónhistóricaque sehagadeProcopio.La grandi-ferenciaaparenteentrelas tres sedebeasu diferentecomposicióngenérica,pues,mien-traslasGuerraspertenecena la tradiciónhistoriográficacon las adaptacionesy yana-cionespropiasde la épocatardía, la Historia Secretaes unainvectiva o psógosy losEdificiosconstituyen un auténticopanegírico.Lastresobraspresentanla mismavozde Procopioen trestonosdiferentesde acuerdocon el géneroliterarioen el quese en-marcan.Asimismo, se analiza la obrade Procopio desdeel punto de vista literario:sonobrasescritasenel máspurogriegoclásicoy estabandestinadasa la élite cultadesu tiempo;con razónse le tieneporel Tucídidesde épocabizantina,a quienintentóimitar, como el mismo escritorconfiesaen el prólogo de las Guerras.

En la segundaparte(pp. 47-222) la autoraestudiacon másdetenimientola obrade Procopio y los problemashistóricosqueplantea.La Historia Secreta,descubiertaenla Bioblitecadel Vaticanoen 1623, esel productodel desengañode Procopiohaciael régimen de Justiniano.Viene a sumarsea otros autoresque tambiéncriticaron lalabordelemperador(cf. B. Rubin,“Zur KaiserkritikOstroms”,Studibizantinieneoe-llenici 7 [1953] 453-462;U. Stache,In laudemJustinOAugustOpninoris, Em Kommen-lar, Berlin 1976,319-322),perocon el añadidodequesucarácterde invectivale acer-camása un libelo quea unamonografiahistórica.Todo lo contrariosonlos Ed~ficios,unaobrade teoríapolítica idealizada.Si enla obraanteriorJustinianoerael “príncipede los demonios”,aquí es el representanteo imagende Dios en la tierra, deacuerdocon el pensamientopolítico de la época; es decir, en los Edtficios Procopio trazaelideal del emperador,mientrasque en la Historia Secretadescribela triste realidaddeJustinianosegúnla óptica resentidade su autor. Las Guerras, por otra parte,sonva-loradaspor Av. Cameronensusjustostérminos.No es un segundoTucídidesquebus-que las causasdelos acontecimientos,sinoun magníficoreporterocon un estilo nadadespreciablequeinforma de los hechosmilitares y políticos de su tiempo.

La partetercera(pp.223-266)sitúaal autorensupropiomundodecreenciasy pre-juicios. Procopiodefiendelasideasdeunaaristocraciasenatorialquenoveíacon bue-nosojos las ideasy accionesrenovadorasde Justiniano.El último capitulo, dedicadoa examinarel pensamientopolítico del s. VI, vienea situar a Procopiodentro de laconcepciónteocráticaqueseteníaen suépocasobrela realeza.En suma,la autoracon-cluye diciéndonos(Pp. 261-266)que Procopioescribiótresobrasno diferentesen elfondo,queno tuvo comohistoriadorunavisión profundade la situaciónpolíticaque

Cerión, 6. 1988. Editorial de la UniversidadComplutensede Madrid.