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RECORRIDO I - MWNF · 2014. 7. 4. · Qaytbay, para viajar a Palestina y Siria. El sultán se interesó por su persona y le invi-tó a conversar en la Ciudadela. Por ello, en el libro

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Mezquita y madrasadel Sultán Hasan,vista general, El Cairo.

RECORRIDO I

La sede del sultanato(la Ciudadela y alrededores)

Salah El-Bahnasi, Mohamed Hossam El-Din,Gamal Gad El-Rab, Tarek Torky

I.1 EL CAIROI.1.a Museo de Arte IslámicoI.1.b Torres de la Ciudadela: al-Ramla y al-HaddadI.1.c Torre del Sultán Baybars al-BunduqdariI.1.d Ruinas del palacio al-AblaqI.1.e Mezquita del Sultán al-Nasir Muhammad I.1.f Madrasa de Qanibay Emir AjurI.1.g Mezquita y madrasa del Sultán HasanI.1.h Madrasa de Gawhar al-LalaI.1.i Entrada del palacio de Manyak al-SilahdarI.1.j Entrada del palacio de Yachbak min Mahdi

Los trajes mamelucosDeportes y juegos en la época mameluca

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Muralla norte de la Ciudadela(sector militar)

Salah al-Din confió la edificación de la Ciu-dadela a su ministro Baha’ al-Din Qaraquchal-Asadi, quien inició la construcción porel lienzo norte, con un aspecto irregularcomo elemento defensivo. En el lienzooeste se sitúa la puerta principal, al-Babal-Mudarrag (la Puerta de la Escalinata),coronada por una placa fundacional fecha-da en el año 579/1183 y posteriormenterestaurada, en 709/1309, por el sultánal-Nasir Muhammad Ibn Qalawun. En lamuralla se intercalan numerosas torressemicirculares, entre ellas al-Ramla y al-Haddad, situadas en el ángulo oriental. Enesta parte, que se reservó al ejército, seconstruyeron estancias para el alojamientode los mamelucos, de las cuales nada quedaen la actualidad.En el año 901/1496, el caballero alemánArnold von Haref llegó a El Cairo de cami-no a Jerusalén y obtuvo el permiso del sul-tán de Egipto, al-Nasir Muhammad IbnQaytbay, para viajar a Palestina y Siria. Elsultán se interesó por su persona y le invi-tó a conversar en la Ciudadela. Por ello, enel libro que Von Haref escribió sobre suviaje podemos hallar observaciones acercade los palacios, las casas y la escuela de losmamelucos, donde estudiaban 500 jóvenesque se entrenaban en el arte de la equita-ción, y aprendían a leer y escribir.Junto a Bab al-Mudarrag se encuentran tresplacas de mármol que evocan sucesivas res-tauraciones llevadas a cabo por distintossultanes. La primera se refiere a la restau-ración de la puerta realizada por el sultánYaqmaq (842/1438), mientras las otrasdos mencionan la consolidación de lasmurallas de la Ciudadela por los sultanesQaytbay (872/1468) y al-‘Adil Tumanbay(922/1516).

Cuando Salah al-Din al-Ayyubi construyósu Ciudadela, quiso que fuese una forta-leza defensiva y, probablemente, tambiénla sede del sultanato, alejada de los habi-tantes de El Cairo, de cuya lealtad des-confiaba al inicio de su gobierno. Para suedificación siguió el modelo de fortalezade los cruzados, modelo predominante enla región oriental del mar Mediterráneo.Introdujo, pues, innovaciones arquitectó-nicas, resultado de su estancia en Alepo yde sus campañas contra los cruzados enSiria y Palestina, como las puertas enforma de codo, que dificultan el acceso ypermiten una mejor defensa, y matacanespara observar y hostilizar al enemigo. Laelección del emplazamiento de la Ciuda-dela fue acertada del punto de vista defen-sivo, pues domina la ciudad de El Cairo alnorte y la de Fustat por el sur, mientrasque el desierto o las colinas rocosas lin-dan con sus límites por el norte y el este.

La Ciudadela, vistageneral desde elCementerio Norte, ElCairo (D. Roberts,1996, cortesía de laUniversidadAmericana de ElCairo).

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Muralla sur de la Ciudadela(sector residencial)

Está demostrado que lo primero que sehizo en esta zona fue un pozo excavadopor Qaraquch, mientras construía el lien-zo norte de la muralla. Este pozo, queaseguraba el aprovisionamiento en aguade la guarnición y al cual se descendía porunas escaleras de caracol, se divide en dospartes; por una noria con vasijas de barrose subía el agua hasta un depósito situadoa media altura, desde el cual se sacaba a lasuperficie por otras ruedas. Posterior-mente, el sultán al-Kamil Ibn al-‘Adilal-Ayyubi edificó los palacios reales, en losque estableció la sede del poder y adondese trasladó con su familia y su gobierno.Desde entonces, la Ciudadela se mantuvocomo sede del gobierno y residencia delos gobernantes de Egipto hasta 1291/1874, época del jedive Isma‘il. Con la llegada de los sultanes mamelu-cos se reconstruyen los palacios realeslevantados por al-Kamil, y se conviertenen tres residencias regias: los palaciosal-Guwaniyya, cerca del palacio al-Ablaq(I.1.d). Asimismo, el sultán al-NasirMuhammad construyó el gran iwan en elque se reunía el consejo del sultán. El lien-zo sur de la muralla se rodeó con otra cuyosrestos aún podemos observar en la torre lla-mada al-Siba‘ (I.1.c), que se remonta a laépoca del sultán Baybars al-Bunduqdari. Estas murallas separaban la zona residen-cial de los establos del sultán. Entre losmás importantes constructores de la Ciu-dadela se encuentran el sultán Baybars yla familia Qalawun, que establecieron allíla sede del sultanato mameluco de formaefectiva. A diferencia de lo que ocurrióen la primera época de la Ciudadela,cuando los gobernantes ayyubíes pusierontodo su empeño en el aislamiento, estos

dos sultanes se preocuparon por abrir laCiudadela a la ciudad. En la zona de los establos está la mezqui-ta conocida con el nombre de AhmadKatjuda al-‘Azab, que se remonta a laépoca de los mamelucos burguies; fueconstruida en el año 801/1399, duranteel reinado de Farag Ibn Barquq.

Monumentos mamelucos en elexterior de la Ciudadela

En la época de los sultanes mamelucos,la fachada que da a la plaza de la Ciuda-dela (al-Rumayla) se embelleció con unconjunto de palacios deslumbrantes, quereflejaban la grandeza y opulencia del sul-tanato. La plaza de la Ciudadela está con-siderada como una de las más antiguas deEl Cairo. Desde principios del siglo VI/XII,cuando gobernaban los ayyubíes, setransformó en el centro de gravedad de

Mezquita y madrasadel Sultán Hasan,entrada, El Cairo(D. Roberts, 1996,cortesía de laUniversidadAmericana deEl Cairo).

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En 1880 se constituyó la Comisión parala Conservación de los Monumentos Ára-bes, que se ocupó de hacer el inventariocompleto de las obras de arte proceden-tes de las casas y los palacios islámicos, yde las mezquitas. De estas piezas, 110 setrasladaron a un edificio levantado en elpatio de la mezquita fatimí deal-Hakim bi-Amr Allah, junto a la mura-lla norte de la ciudad de El Cairo, que sellamó Museo Arqueológico Árabe. Lacolección siguió aumentando con obrasaportadas por la Comisión, y el primercatálogo de este conjunto se publicó en1895. Debido a la estrechez del lugar, en1903 se construyó un amplio museo en laplaza de Bab al-Jalq, junto a la BibliotecaNacional Egipcia, al que se trasladaron lasadquisiciones del Museo ArqueológicoÁrabe. El edificio, diseñado según el esti-lo islámico para que armonizase con lasobras expuestas, mantuvo el mismo nom-bre. En 1953, debido a que los fondosreunidos en el museo no pertenecían soloal legado artístico de los países árabes,sino que incluían diversas colecciones dearte procedentes de países islámicos noárabes como Irán, la India, Turquía, etc.,se decidió cambiar su nombre por el deMuseo de Arte Islámico. Aquí se encuentra la mayor colecciónarqueológica islámica del mundo —unas100.000 obras— presentada en 25 salasdistribuidas en dos pisos, en orden cro-nológico —desde la época omeya hasta elfinal del período otomano—, y clasifica-da según los materiales empleados en sufabricación y los países de origen. Entrelas adquisiciones, el conjunto de obras dearte del período mameluco ocupa unlugar destacado, y está integrado por unacolección de vasijas de cerámica —hechasa imitación de la porcelana y el celadónchinos, y de la cerámica iraní de Sultana-

la capital. El sultán al-Nasir MuhammadIbn Qalawun la urbanizó, y plantó pal-meras y árboles; a su alrededor constru-yó un muro de piedra, de manera que laplaza se transformó en un vasto espacioque se extendía bajo las murallas de laCiudadela, desde la puerta de los establoshasta la del cementerio (actual SayyidaAicha).En la época mameluca, la actividad cons-tructiva continuó en el exterior de laCiudadela y los alrededores de la plazadel mismo nombre, donde se edificaronlas casas de los emires durante el reinadodel sultán Baybars y sus sucesores. Entrelas construcciones destacadas se encuen-tran los palacios de Yachbak min Mahdi(I.1.j), Manyak al-Silahdar (I.1.i) y AlinAq al-Husami. Igualmente, a esta zonase trasladaron el zoco de los caballos(al-juyul) y el de las armas (al-silah),situado cerca de la mezquita del sultánHasan y que se considera un excelentemodelo de zoco especializado.Alrededor de la Ciudadela se erigieronnumerosos edificios religiosos, entre elloslas madrasas de Qanibay Emir Ajur (I.1.f),del sultán Hasan (I.1.g) y de Gawharal-Lala (I.1.h).

M. H. D. y T. T.

I.1 EL CAIRO

I.1.a Museo de Arte Islámico

Está situado en la zona de Bab al-Jalq, frentea la Dirección de Seguridad de El Cairo. Horario: de 9 a 16; los viernes cierra de 11:30a 12:30, en invierno, y de 13 a 14, en vera-no. Acceso con entrada.

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bad—, y una colección de obras de terra-cota esmaltada, caracterizada por tenerinscripciones y divisas o blasones de lossultanes y emires mamelucos.Asimismo, la colección de piezas demadera del museo muestra las distintastécnicas empleadas en la decoración deeste material, como la talla, el torneadoy la taracea. Entre las obras más impor-tantes se encuentran un biombo de made-ra trabajada con la técnica del torneado,que procede de la madrasa del sultánHasan, y el cofre del Corán, decoradocon marfil y ébano, procedente de lamadrasa de Umm al-Sultán Cha‘ban.Entre las obras maestras mamelucas quese conservan en el museo, una colecciónde piezas de metal permite constatar elnivel de perfección alcanzado en aquellaépoca y la destreza de los artesanos pararealizar todo tipo de decoraciones en oroy plata en las vasijas de cobre. El candela-bro de Zayn al-Din Katbuga, el kursial-‘acha’ (mesa para cenar) del sultánal-Nasir Muhammad y el candelabro deQaytbay son, probablemente, los ejem-

plos más representativos del arte en metaldel período mameluco.La técnica de la decoración en vidrioesmaltado alcanzó su nivel más alto deprecisión y perfección en aquella época.

Museo de ArteIslámico, fachadaprincipal, El Cairo.

Museo de ArteIslámico, entrada,El Cairo.

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nombre y los títulos del sultán Hasan, hijode al-Nasir Muhammad Ibn Qalawun, ylas del sultán al-Achraf Cha‘ban. La colección de tejidos del períodomameluco pone de relieve las caracterís-ticas de este arte. En una pieza de sedadonde aparecen el nombre del sultánal-Nasir Muhammad y el dibujo de unamanada de leopardos, se puede observarla finura del tejido y la belleza de su deco-ración. La extrema pericia que los arte-sanos demostraron en la manufactura dealfombras impulsó a los europeos a adqui-rirlas con gran entusiasmo. Prueba de ladifusión de las alfombras mamelucas enEuropa es la influencia que se observa enlas obras de artistas del Renacimiento, enparticular en Italia y principalmente enlos cuadros de Carpaccio.Entre las valiosas obras de arte encontra-mos ejemplos de manuscritos que nospermiten comprender la técnica de pro-ducción bibliográfica de la época, queabarca desde la caligrafía, la iluminacióny el dorado hasta la encuadernación. Estosmanuscritos, y especialmente el conoci-do como Al‘ab al-Furusiyya, demuestranque la escuela de iluminación egipcia con-servó las características de la escuelaárabe, ya desaparecida en Irán e Iraq acausa de la invasión mongola.Entre las más importantes adquisicionesdel Museo de Arte Islámico de El Cairose encuentra la colección numismáticamameluca, compuesta por dinares de oro,dirhams de plata y monedas de cobre,ricas en inscripciones.

Tabla de madera decorada(Sala mameluca, núm. reg. 11719,siglo VIII/XIV)

La decoración de esta tabla de maderaestá realizada con pequeñas piezas ensam-

Ello se puede observar claramente en lacolección de lámparas de cristal, com-puesta por 60 piezas —de las 300 lámpa-ras repartidas entre los distintos museosdel mundo— entre las cuales destacanlas del sultán al-Nasir Muhammad IbnQalawun, procedentes de la madrasaal-Nahhasin, las 19 lámparas que llevan el

Tabla de madera,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 11719),El Cairo.

Cuenco de cerámica,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 5707),El Cairo.

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bladas que adoptan formas geométricas.En el centro aparece una figura estrella-da, taraceada con marfil y ébano.

Cuenco de cerámica(Sala mameluca, núm. reg. 5707,siglo VIII/XIV)

Este gran cuenco de cerámica está deco-rado, bajo el esmalte vidriado, con unagacela que alza la cabeza como si estuvie-se comiendo las hojas de los árboles. Eldibujo está perfilado en color blancosobre fondo azul, decorado a su vez conramas llenas de hojas y flores de loto deestilo chino. Los dibujos aparecen rodea-dos por una orla circular similar a las ins-cripciones en caligrafía de estilo nasji, condelicadas letras de extrema esbeltez.

Pie de candelabro de cobre(Sala mameluca, núm. reg. 4463,siglo VII/XIII)

Este pie de candelabro de cobre damas-quinado en plata (14 cm de altura y 8 cmde diámetro en su parte superior) tieneuna base cilíndrica que se estrecha enforma de cono y está rematado por unaarandela de bordes sobresalientes. En labase hay una banda ancha con figuras debailarinas que, a la vez, son los cuerpos delas letras de una inscripción nasji, dondese puede leer “la gloria y la vida eterna sonel triunfo sobre los enemigos”. La arande-la lleva una orla con caligrafía tambiénnasji sobre un fondo de pequeñas hojasesparcidas y separadas unas de otras, conel siguiente texto: “Pintó la tachtajana(guardavajilla) del eminente paraje el her-moso seguidor Zayn al-‘Abidin Katbuga,el victorioso, el glorioso”.

Placa de mármol decorada(Sala mameluca, núm. reg. 278, siglo VIII/XIV)

En el centro de esta placa de mármoldecorada se halla un gran medallón ova-lado. La decoración, en bajorrelieve, pre-senta un fondo adornado con flores,

Pie de candelabro decobre, Museo de ArteIslámico (núm. reg.4463), El Cairo.

Placa de mármol,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 278),El Cairo.

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inscripciones en las que aparece el nom-bre del sultán Qaytbay. Su base no se con-serva, pero en el cuello tiene una bandacon decoración floral cuyos motivos rena-centistas demuestran que es de manufac-tura europea, probablemente fabricada enVenecia, Italia.

Lámpara de cristal (Sala del vidrio,núm. reg. 270, siglo VIII/XIV)

Esta lámpara de cristal esmaltado en rojoy azul, y algo de dorado, tiene una alturade 33 cm y el diámetro de su cuello es de25 cm. Está adornada con dibujos simé-tricos de flores de loto y peonías, fre-cuentes en el estilo chino, sobre un fondode flores más pequeñas con seis pétalos ypequeñas hojas vegetales. Los dibujosestán perfilados con esmalte rojo sobre unfondo de esmalte azul. La lámpara, conasas aplicadas, procede de la mezquita delsultán Hasan (I.1.g).

Fragmento de alfombra(Sala de las alfombras, núm. reg. 1651)

Este fragmento de alfombra de estilomameluco tiene decoración geométrica y

ramas, pájaros y manos que se cogen a lasramas. La placa procede de la madrasa queel emir Sargatmich construyó en El Cairo,en el año 757/1356 (IV.1.h).

Lámpara de cristal (Sala del vidrio,núm. reg. 33, siglo IX/XV)

Esta lámpara de cristal, decorada conesmalte rojo y azul, está adornada con

Lámpara de cristal,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 33),El Cairo.

Lámpara de cristal,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 270,El Cairo.

Fragmento dealfombra, Museo deArte Islámico(núm. reg. 1651),El Cairo.

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mide 20,9 m de largo por 1,94 m deancho. En el centro aparece un granmedallón octogonal con estrellas tambiénoctogonales de color rojo, violeta, azulcielo y blanco.

T. T.

I.1.b. Las torres de la Ciudadela:al-Ramla y al-Haddad

Se puede llegar a la Ciudadela desde la avenidaSalah Salim, en dirección al monte al-Muqattam,y se accede por la actual puerta principal, fren-te a la cual hay un aparcamiento para auto-buses turísticos y coches. Las torres al-Ramla yal-Haddad se encuentran en el sector militar dela Ciudadela, en su límite oriental.Junto a la muralla y las torres hay un teatrodescubierto (Mahka al-Qal‘a), inaugurado en1994, donde se celebran exhibiciones y expo-

siciones artísticas, conciertos y festivales deverano. Cerca de este anfiteatro hay aseos, asícomo en el interior de la Ciudadela, que dis-pone también de una cafetería.Horario: desde las 8 hasta la puesta del sol.Acceso con entrada.

Desde que fueron construidas, las torres(sing. burg) de la Ciudadela se usaroncomo acuartelamientos para los soldados,pero se asocian de manera muy especial alos mamelucos circasianos a partir del rei-nado del sultán al-Mansur Qalawun,quien los instaló en ellas desde que llega-ron a Egipto; de ahí su sobrenombre demamelucos burguies. Entre las torres situadas en el lienzo nortede la muralla de la Ciudadela, se encuen-tran al-Ramla y al-Haddad, en el extremooriental. Estas torres circulares, de una

Torres de al-Ramlay al-Haddad, vistageneral, El Cairo.

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al-Guyuchi, la avenida Salah Salim y lasruinas de las torres de la Ciudadela y de lamuralla que la rodea.

I.1.c Torre del Sultán Baybarsal-Bunduqdari

Esta torre se encuentra en el sector residencialde la Ciudadela, en la esquina que une lamuralla norte a la oeste, donde se ha construi-do en 1983 el Museo de la Policía, que dispo-ne de una cafetería.

El sultán Baybars al-Bunduqdari erigió latorre conocida como Burg al-Siba‘ (Torrede los Leones) en el interior de la Ciuda-dela, en la intersección de los muros nortey oeste del lienzo sur de la muralla; porello, los historiadores aluden a ella en susescritos como “la Torre de la Esquina”.Debe su nombre a la decoración de la zonasuperior de su fachada —descubiertacuando se construyó el Museo de la Poli-cía— con dibujos de leones, emblema delsultán Baybars que encontramos en todossus edificios. En las fachadas del palacioal-Ablaq, que levantó en Marsha, Damas-co, se pintaron 100 leones en la del este y12 en la norte. También en los puentes queconstruyó en El Cairo (en el actual barriode al-Sayyida Zaynab) hay leones, de dondeprocede el nombre de los “Puentesal-Siba‘”, actualmente desaparecidos.

S. B.

Desde este lugar se puede contemplar unavista panorámica del Viejo Cairo y El Cairomoderno. Al asomarse a la plaza de la Ciu-dadela, se tiene una visión general de losmonumentos más importantes; entre ellos, lasmezquitas del sultán Hasan y al-Rifa‘i, lasmadrasas de Qanibay Emir Ajur y Gawharal-Lala, la mezquita al-Mahmudiyya, la de

altura total de 21 m, constan de tres plan-tas, con la de la terraza. En sus muros,construidos con piedras almohadilladas,aparecen troneras intercaladas, más anchaspor la parte interior que por la exterior.Estas aberturas se ensancharon durante elgobierno del sultán al-‘Adil, hermano deSalah al-Din, y a ellas se accede desde unaplataforma cubierta por una bóveda.Por una escalera interior se llega al últi-mo piso descubierto, en cuyo parapeto seintercalan aberturas a través de las cualesse llevaban a cabo las tareas de vigilanciay control. La torre al-Haddad se diferencia tanto dela torre al-Ramla como de las demás porsu planta intermedia en forma de octó-gono, con una organización similar a la deuna durqa‘a, y por sus cuatro matacanessostenidos por ménsulas.

G. G. R.

Desde lo alto de las torres el visitante puedecontemplar la vista panorámica del monteal-Muqattam, que incluye la mezquita de

Torre del SultánBaybarsal-Bunduqdari(Burg al-Siba‘),emblema del sultánBaybars en la fachada,El Cairo.

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Ibn Tulun y cientos de alminares esparci-dos, que ofrecen una vista espléndida e inol-vidable.

I.1.d Ruinas del palacio al-Ablaq

Las ruinas del palacio al-Ablaq están situadasen las proximidades de la torre del SultánBaybars al-Bunduqdari, por debajo del nivelactual del suelo.

En el año 713/1313 el sultán al-NasirMuhammad Ibn Qalawun construyó supalacio, llamado al-Ablaq, en el lado oestede la zona sur de la Ciudadela de Salahal-Din. Es probable que se extendiesedesde el muro exterior de la Ciudadelahasta el recibidor del palacio al-Gawhara,ya que se encontraron en esta zona vesti-gios del mismo. El palacio estaba reserva-do a las recepciones diarias del sultán y, enparticular, a la administración de los asun-tos del país; también se celebraban en él lasfestividades especiales. En cuanto a sunombre, hace referencia a la técnica deconstrucción conocida como sistema ablaq,que consiste en la alternancia de hileras depiedras negras y blancas, color que con eltiempo se ha convertido en amarillo.A partir de los descubrimientos arqueo-lógicos se ha podido conocer la organi-zación de su planta, compuesta de dosiwans y una durqa‘a, según la disposiciónde los palacios de la época, como el deAlin Aq al-Husami y el de Bachtak(Recorrido II). Esto permite afirmar queel palacio constaba, pues, de dos iwans,y entre ellos se hallaba una durqa‘a,cubierta en su centro por una cúpula.Desde el iwan septentrional, mayor queel meridional, el sultán podía asomarsea los establos imperiales, al zoco de loscaballos (al-Juyul) en la plaza de la Ciu-

dadela y a la ciudad de El Cairo, y verdesde el Nilo hasta El Giza. A través deliwan meridional se accede al resto de lasdependencias del palacio y al conjuntode edificios construidos por al-NasirMuhammad en la Ciudadela, como elgran iwan y los palacios al-Guwaniyya. Apesar de que la apariencia de riqueza ysuntuosidad del palacio ha desaparecidoa causa del abandono —ya que fue trans-formado en la fábrica de la kiswa de laKa‘ba en la época otomana, y queMuhammad Alí Pacha (1220/1805-1265/1849) construyó su mezquitasobre la parte del palacio que ocupaba la

Ruinas del palacioal-Ablaq en laCiudadela, El Cairo(dibujo de MohammedRushdy).

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van fragmentos del revestimiento demármol, y en la parte superior de lamisma, un trozo de mosaico de mármoldorado indica que un panel completocubría toda la pared. Este mosaico con-tiene elementos florales y geométricosmuy similares a los paneles existentes enla mezquita omeya de Damasco.

S. B.

I.1.e Mezquita del Sultán al-NasirMuhammad

Esta mezquita se encuentra en el recinto de laCiudadela, frente a Bab al-Qulla, y se llega aella tras dejar la zona del Museo de la Policía.

El tercer reinado de al-Nasir Muhammad(709/1310-740/1340) estuvo marcadopor el gran desarrollo de El Cairo y la edi-ficación monumental en la ciudad. El sul-tán emprendió un vasto programa cons-tructivo en la Ciudadela, y las enormescúpulas de su palacio (al-Ablaq) y mez-quita (8 y 15 m de diámetro, respectiva-mente) dominaron el horizonte de ElCairo hasta el siglo XIII/XIX, época en laque Muhammad Alí erigió su mezquita enel emplazamiento.En el año 718/1318, el sultán al-NasirMuhammad Ibn Qalawun edificó estamezquita en la parte meridional de laCiudadela. Posteriormente, en el año735/1335, fue ampliada para dar cabidaa cerca de 5.000 fieles, y se mantuvocomo mezquita aljama para los habitantesde la Ciudadela y alrededores hasta el finaldel gobierno mameluco y, posteriormen-te, en la época otomana.La mezquita aparece como suspendida,pues se ve parte de los arcos del pisoinferior. De forma rectangular (63 m x

sala de las columnas—, podemos cono-cer algunas características de la decora-ción a través de las Jitat del historiadoral-Maqrizi, donde menciona que los sue-los y las paredes estaban revestidos demármol, y los techos de oro y lapislázu-li. En la parte inferior de una de lasparedes de la durqa‘a todavía se conser-

Mezquita del Sultánal-Nasir Muhammad,cúpula y alminar,El Cairo.

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El Cairo

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57 m), se organiza alrededor de un patiocentral rodeado por cuatro pórticos dedos pisos, el mayor de los cuales es el dela qibla. Este último consta de cuatronaves paralelas al muro de la qibla, conarcos de herradura sostenidos por colum-nas de mármol y de granito, procedentesde edificios de épocas anteriores (ptolo-mea, romana y copta). Frente al mihrabde esta sala de oración, en las dos prime-ras naves, se han quitado dos columnaspara obtener un espacio cuadrado de untotal de 9 tramos cubierto por una cúpu-la, originariamente de madera pero res-taurada varias veces y recientementereconstruida. El resto de la techumbre dela sala de la qibla es de madera, y su arte-sonado está formado por pequeños octó-gonos.En el muro de la qibla, el mihrab está flan-queado por dos nichos estrechos que seelevan desde el nivel del suelo hasta sumisma altura; el conjunto de este panelestá revestido de mármol y nácar. Los otros tres pórticos del patio constancada uno de dos naves y la mezquita tienedos entradas y dos alminares.Los dos alminares de piedra, que se alzanuno en la esquina sureste, sobre la zonaresidencial de la Ciudadela, y otro sobreel pórtico noroeste del acceso principal,hacia el sector militar, son la característi-ca más inusual de la mezquita. El prime-ro tiene una base rectangular y un segun-do cuerpo cilíndrico coronado por ungawsaq. El segundo alminar consta de dosfustes cilíndricos, el primero decoradocon zigzags horizontales tallados en relie-ve profundo y el segundo ornamentadocon zigzags verticales, mientras el tercercuerpo está profundamente acanalado.Los dos alminares están rematados porcúpulas bulbiformes acanaladas y orna-mentados encima del último cuerpo con

azulejos vidriados en verde, al igual quela cúpula, y una banda con inscripción enblanco sobre fondo azul. Esta desacostumbrada decoración formóparte de la campaña de restauración de lamezquita llevada a cabo en el año736/1335 y durante la cual se elevaronlos muros, se reconstruyó el tejado, y serevistieron con ladrillo y azulejos vidria-dos los cuerpos superiores de los almina-res. Las técnicas del ladrillo y el azulejovidriado, así como la forma de las cúpu-las bulbiformes, son claramente ajenas ala tradición cairota. La prosperidad de El Cairo durante el rei-nado de al-Nasir Muhammad animó a losartesanos a emigrar a la ciudad, y las téc-nicas y los motivos persas se hicieron másaccesibles al estrecharse las relacionesmameluco-mongolas en la década de720/1320. Así lo atestigua al-Maqrizi,que nos informa de la presencia de un

Mezquita del Sultánal-Nasir Muhammad,plano, El Cairo.

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Damasco, y el patio, coronado por alme-nas, presenta en las esquinas remates enforma de pebeteros.Aunque esta mezquita despertó un graninterés en la época mameluca, especial-mente en el sultán Qaytbay, que restauróel mimbar de mármol de colores, dejó deutilizarse en la época otomana; la cúpulay el mimbar se arruinaron. Durante la ocu-pación británica, fue empleada comoalmacén del ejército y como prisión. En1947, la Comisión para la Conservaciónde los Monumentos Árabes se encargó derestaurarla; se reconstruyó la cúpula y seañadió un mimbar de madera que lleva elnombre del rey Faruq I.

S. B.

I.1.f Madrasa de Qanibay Emir Ajur

La madrasa de Qanibay Emir Ajur se encuen-tra en la plaza de Salah al-Din frente a Babal-Silsila (actual Bab al-‘Azab), que conducea los establos del sultán. Horarios: todo el día, salvo durante los rezosdel medio día (a las 12 en invierno y a las 13en verano) y de la tarde (a las 15 en inviernoy a las 16 en verano). Actualmente en obras derestauración, no se puede acceder a su interior.

El emir Qanibay, emir ajur (encargado delos establos del sultán), ordenó erigir estamadrasa en tiempos del sultán al-Guri.Estos datos aparecen en la entrada y enuna de las paredes del mausoleo. El emirlevantó su madrasa cerca del zoco de loscaballos (al-juyul; sing. al-jayl) y de losestablos situados en la parte baja de laCiudadela.El constructor resolvió de manera inge-niosa el problema del escalonamiento delsolar, al proyectar los componentes deledificio en varios niveles; en el inferior

alarife de Tabriz (ciudad del noroeste deIrán) en la rehabilitación de esta mezqui-ta, donde realizó los alminares según elmodelo de la mezquita de Alí Sha enTabriz.La entrada principal, situada en la facha-da noroeste, consiste en un portal quepresenta un arco trilobulado. La segundaentrada está situada en la fachada nores-te, frente a Bab al-Qulla, que une los lien-zos norte y sur de la muralla de la Ciuda-dela. Al igual que la entrada principal,esta otra tiene un portal rematado por unarco trilobulado. Se cree que una tercerapuerta situada en el muro suroeste, a laaltura de la segunda nave de la qibla, erael acceso privado del sultán desde la zonareservada al harem (al-harim), peroactualmente esta puerta está condenada. En la parte superior de las arquerías quedan al patio, se observan vanos con arcossimilares a los de la mezquita omeya de

Mezquita del Sultánal-Nasir Muhammad,cúpula del mihrab, ElCairo.

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se encuentran un sabil y un kuttab; y lamezquita y la madrasa, a las cuales seaccede por unas escaleras, se construye-ron sobre las cámaras de los almacenes.La madrasa se halla en la fachada suroestey la entrada presenta un arco trilobulado.La puerta de entrada tiene un dintelsobre el que se superpone un arco,ambos compuestos por dovelas ensam-bladas en forma de hojas vegetales tri-ples; entre la dovela y el arco hay unespacio hueco. El alminar se encuentra ala izquierda de la entrada y está formadopor un fuste de sección cuadrada de dospisos, cada uno de los cuales termina enun balcón, sostenido por ménsulas democárabes en piedra. Sobre el segundopiso se eleva otro, compuesto por doscuerpos alargados de base rectangular,cada uno acabado con una cornisa democárabes y coronado por una cúpula enforma de bulbo; el alminar tiene, pues,dos remates o “cabezas”, y adopta la tipo-logía del alminar gemelo. Es el más anti-guo de los alminares de este tipo de ElCairo, seguido por el de al-Guri, en lamezquita al-Azhar.La madrasa está compuesta por una durqa‘adescubierta, rodeada por dos iwans y dossadlas (iwans pequeños). El mayor de losiwans corresponde al de la qibla, y com-prende un mihrab de piedra y un pequeñomimbar de madera. El iwan de la qibla estácubierto por una cúpula baída, mientrasque el situado enfrente está cubierto poruna bóveda de arista, y las dos sadlas poruna de medio cañón apuntado.Al mausoleo se accede por una puertasituada en la esquina sureste de la durqa‘a,y la sepultura, de superficie cuadrada, estácubierta por una cúpula que se apoya enpechinas de mocárabes, mientras los ladosdel tambor octogonal presentan lámparasencajadas.

Por la riqueza de sus innovadores ele-mentos arquitectónicos y decorativos,esta madrasa está considerada como unode los ejemplos más impresionantes delarte mameluco. Estos elementos se apre-cian tanto en la apariencia externa de sufachada, en su cúpula con decoración flo-ral y en su alminar de doble remate,como en la diversidad de las cubiertas desus dos iwans y sus dos sadlas, y en la inte-resante decoración de las paredes interio-res.En 1939, la Comisión para la Conserva-ción de los Monumentos Árabes restauróel sabil y el kuttab según el estilo arqui-tectónico original, y también el alminar.

S. B.

I.1.g Mezquita y madrasa delSultán Hasan

La mezquita y la madrasa del sultán Hasandan a la plaza de la Ciudadela y se encuentran

Madrasa de QanibayEmir Ajur, fachadaprincipal, El Cairo.

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sa de mocárabes y articulada por nichosverticales poco profundos y regularmen-te espaciados, que se extiende de oeste aeste en una suave pendiente. Esta ubica-ción resuelve con perspicacia la cuestiónde la máxima visibilidad urbana con laorientación hacia La Meca y se encuentraen la misma dirección que el recorridoseguido por el cortejo del sultán en aque-lla época. Permite a quien se dirige a elladesde el zoco de las armas (al-silah), endirección a la Ciudadela, contemplar lafachada y todos sus detalles, pero no aquien se aproxima a ella en dirección con-traria. El conjunto de Hasan, formado por lacombinación de una mezquita con unamadrasa —como era usual entre los sulta-nes mamelucos a lo largo de todo sugobierno—, representa la culminación denumerosos elementos arquitectónicos dela época bahri anterior, pero sus dimen-siones y situación lo hacen excepcional,por todo lo cual ha merecido la conside-ración de obra maestra de la arquitecturamameluca de El Cairo. El altivo portal de36,70 m, coronado por una majestuosasemicúpula de mocárabes, es el más sun-tuoso de los accesos mamelucos. Da pasoa un vestíbulo cruciforme con cúpula, queconduce a la zona de servicios, por unlado, y al centro del edificio a través de unpasillo en doble recodo, por otro. Laplanta de este monumental conjunto(unos 8.000 m2 de superficie) se compo-ne de dos bloques articulados en dosdirecciones. El bloque de servicios, conla entrada, está orientado en un ángulooblicuo al edificio que alberga la mezqui-ta, la madrasa y el mausoleo.El conjunto contiene los cuartos de losprofesores y los estudiantes, las estanciasde los funcionarios de la madrasa, depen-dencias como los lugares reservados a los

frente a la madrasa de Qanibay al-Sayfi.Frente a ellas, la mezquita de al-Rifa‘i, cons-truida a principios del siglo XX, donde estánenterrados el jedive Isma‘il y el rey Fu’ad, yrecientemente fue sepultado el Sha de Irán. Laplaza peatonal, delimitada por las dos mez-quitas y pavimentada con piedra blanca, tieneun jardín y una cafetería para quienes deseendescansar y disfrutar del ambiente del lugar.Horarios: todo el día, salvo durante los rezosdel medio día (a las 12 en invierno y a las 13en verano) y de la tarde (a las 15 en inviernoy a las 16 en verano).

En el año 757/1356 el sultán Hasan Ibnal-Nasir Muhammad Ibn Qalawun orde-nó demoler los palacios de los emiresYalbuga al-Yahyawi y Tunbuga al-Maridanique se encontraban en el emplazamientodel zoco de los caballos (al-juyul), en laplaza de la Ciudadela, para edificar en sulugar su complejo arquitectónico. Una delas características de este conjunto es suamplia fachada, coronada por una corni-

Mezquita y madrasadel Sultán Hasan,decoración del techo dela derka de la entrada,El Cairo.

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médicos, la biblioteca, baños, cocinas,etc., el sabil y, sobre él, el kuttab, situa-dos ambos junto al zoco de las armas(al-silah). Todas las personas que seencontraban en este zoco murieron cuan-do se derrumbó el alminar que se hallabaa la derecha de la puerta principal. Sesupone que se debieron de construir cua-tro alminares; dos de ellos, a ambos ladosdel portal de acceso, no se llevaron acabo, y los otros dos, restaurados en elsiglo XX, se encuentran a ambos lados dela qubba, en la fachada sureste.La mezquita consta de un patio enlosadode mármol en cuyo centro hay una fuenteoctogonal, para las abluciones rituales,cubierta por una cúpula de madera soste-nida por ocho columnas de mármol. Elpatio está rodeado por cuatro iwans, elmayor de los cuales corresponde a la qiblay en medio de cuyo muro sureste seencuentra el mihrab de mármol de trescolores, realzado con inscripciones dora-das. Junto a este último, el mimbar de már-mol no tiene decoración, pero su puertade madera está revestida de cobre ydamasquinado en oro y plata. Delante delmihrab, en la parte posterior de este iwan,se halla la espléndida dikkat al-muballig demármol, desde donde el encargado derepetir las oraciones del día podía ser escu-chado por todos los fieles presentes.Las puertas que flanquean el mihrab con-ducen a la qubba del sepulcro. Esta locali-zación del mausoleo detrás del iwan de laqibla permitió hacer que tres de sus ladossobresalieran del edificio principal, parapotenciar al máximo su visibilidad desdela Ciudadela, sede del poder mameluco.El iwan de la qibla está cubierto por unaenorme bóveda, cuyo arco se considera elmayor de los levantados sobre un iwan enEgipto. En las paredes del iwan, a la alturadel arranque de la bóveda, se conserva una

banda de estuco en la que aparecen aleyasdel Corán, talladas en caligrafía de estilocúfico sobre un fondo de hojas vegetales. Los otros tres iwans, cuyas plantas rec-tangulares son de una superficie menorque la del iwan de la qibla, están cubiertospor una bóveda. En cuanto a las puertasque flanquean los lados de los iwans sur ynorte, conducen a cada una de las cuatromadrasas (chafi‘iyya, malikiyya, hanafiyya yhanbaliyya) destinadas a la enseñanza delas cuatro escuelas ortodoxas de Derecho.La mayor de ellas es la madrasa hanafiyya,en la que aparece el nombre del apareja-dor que supervisó su construcción,Muhammad Ibn Bilik al-Muhsini. Cadauna de las madrasas está formada por unpatio descubierto, rodeado por cuatroiwans, y en cuyo centro hay una fuentepara las abluciones rituales. Anejas a cadamadrasa están las celdas de los estudiantes,distribuidas en seis pisos.

Mezquita y madrasadel Sultán Hasan,detalle decorativo en la pared de la derka, El Cairo.

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zona noroeste del edificio— para acarrearel agua y distribuirla por las distintasdependencias de la madrasa y las habita-ciones de los estudiantes, situadas en losdistintos pisos. En la fachada suroeste, sepueden observar las ménsulas que soste-nían las tuberías para la conducción delagua a todas las zonas del edificio.

S. B.

I.1.h Madrasa de Gawhar al-Lala

A la madrasa de Gawhar al-Lala se llega desdela plaza de la Ciudadela (plaza de Salahal-Din), a través de una calle empinada y esca-lonada que se encuentra detrás de la mezquitade al-Rifa‘i. Esta madrasa está situada juntoa la de Qanibay Emir Ajur.Horarios: todo el día, salvo durante los rezosdel medio día (a las 12 en invierno y a las 13en verano) y de la tarde (a las 15 en inviernoy a las 16 en verano). Actualmente en obras derestauración, no se puede acceder a su interior.

La madrasa fue erigida por el emirGawhar al-Lala (al-lala es el cargo de pre-ceptor de los hijos del sultán), funciona-rio del palacio del sultán Barsbay. Era unesclavo emancipado que durante un cortoperíodo siguió al servicio del hijo deBarsbay; murió en prisión de manerarepentina, a causa de una crisis epiléptica. La madrasa se proyectó según el tipo demadrasas cruciformes que tuvieron grandifusión en la época de los mamelucos cir-casianos, en el siglo IX/XV. Anejos a lamadrasa hay un sabil, un kuttab y una qubbaen la que está enterrado su fundador, asícomo habitaciones para los estudiantes ylos funcionarios, y almacenes. La fachadasuroeste da a la calle Darb al-Labbanay en su centro se encuentra la entrada

El mausoleo, que da a la plaza de Salahal-Din (plaza de la Ciudadela), consiste enun recinto cuadrado en cuyo centro seencuentra una cancela de madera queencierra un cenotafio elevado de mármol,previsto como sepultura del sultán Hasan.Sin embargo, el que fue enterrado ahí fuesu hijo al-Chihab Ahmad; el cuerpo delsultán asesinado nunca se recuperó. En la actualidad, la gran cúpula de piedraque cubre el mausoleo es una restauracióndel siglo XVII, debido a que la cúpula ori-ginal de madera fue destruida por elfuego. Se han conservado las pechinas demadera tallada con mocárabes, lujosa-mente pintadas y doradas, que sosteníanla cúpula original de madera. Este mau-soleo, que dispone de un mihrab y dondese encuentra un atril para el Corán que seconsidera el más antiguo de los conocidosen Egipto, es el mausoleo con cúpula másgrande de El Cairo, con sus 21 m de ladoy 30 m de altura. Además de sus elemen-tos innovadores, como la ubicación de laqubba detrás del iwan de la qibla, el vestí-bulo con cúpula o el proyecto de enmar-car el portal con alminares, el edificio sedistingue por su sistema de distribuciónde agua. El sultán Hasan empleó la ace-quia que ya existía en el lugar —en la

Mezquita y madrasadel Sultán Hasan,iwan de la qibla,caligrafía cúfica sobrefondo de follaje, El Cairo.

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principal. El sabil, cuya fachada es de made-ra, está situado en la zona sur y es del tipode sabils con una columna de esquina,modelo surgido en el siglo VIII/XIV. Sobreel sabil se encuentra el kuttab, y por enci-ma de la fachada se alza el alminar delestilo llamado al-qulla o “pomo”, con unbalcón único. En el extremo oeste seencuentra la qubba del sepulcro. La puer-ta de madera de la entrada se distinguepor su decoración en cobre, frecuente enaquella época. La puerta, flanqueada pordos bancos de piedra, conduce a la derka(zaguán rectangular) que desemboca en ladurqa‘a a través de un pasillo en recododonde hay una muzammala y una puertasecreta que conduce a la casa de Gawharal-Lala. En la durqa‘a de la madrasa, reves-tida de un maravilloso mármol de color ycubierta por una claraboya de maderadecorada, se localizan dos iwans, el mayorde los cuales es el de la qibla, y dos sadlas.

G. G. R.

I.1.i Entrada del palaciode Manyak al-Silahdar

El palacio de Manyak al-Silahdar se encuen-tra al principio de la calle Suq al-Silah, cercadel zoco de los armeros (al-silah) situado juntoa la mezquita del Sultán Hasan.Cerrado; solo se puede visitar el exterior.

Este palacio debe su nombre al emirManyak al-Yusufi al-Silahdar, que ostentabael cargo de amir al-silah o emir de las armasen la época del sultán Hasan, y todos los emi-res que ostentaron este cargo residieron enél, entre ellos el emir Tagri Bardi, padre delhistoriador Abu al-Mahasin, que nació allí.El palacio fue destruido al abrirse la callede Muhammad Alí en el siglo XIX, y solo

se ha conservado la entrada principal enforma de arco de medio punto, con unalfiz de piedra en relieve que se estrecha

Madrasa de Gawharal-Lala, vista general,El Cairo.

Madrasa de Gawharal-Lala, suelo demármol en el patio,El Cairo (dibujo deMohammed Rushdy).

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I.1.j Entrada del Palacio deYachbak min Mahdi

El palacio de Yachbak min Mahdi se encuen-tra en la parte oeste de la Ciudadela, cerca dela madrasa del sultán Hasan, en la plaza deSalah al-Din. Cerrado; solo se puede visitar el exterior.

El palacio de Yachbak min Mahdi, aunquetan solo se mantienen la entrada principal,una parte de la gran sala y algunos vesti-gios desperdigados, es el mejor conserva-do de las residencias de emires del sigloVII/XIV. Fue erigido para el emir Sayfal-Din Qusun, saqi (copero) y yerno delsultán al-Nasir Muhammad Ibn Qalawun;no obstante, fue utilizado por quienesostentaron el cargo de atabek o coman-dante en jefe de los ejércitos. Cuando elemir Yachbak min Mahdi, el primermameluco que ejerció simultáneamentelos cargos de primer secretario, regentedel reino y comandante en jefe, habitó elpalacio en la época de Qaytbay, se ocupóde restaurarlo, hacia el año 880/1475.La mayoría de los vestigios que se conser-van se remontan a esta época. Las ruinasde este palacio están en el mismo empla-zamiento que las de los palacios de losemires, próximas a la sede del gobiernoen la Ciudadela, puesto que esta residen-cia era la sede del atabek de los ejércitos y,en aquella época, la proximidad de lospalacios de los emires a la Ciudadela varia-ba en función de la importancia de sus car-gos.El magnífico portal, superado únicamen-te por el de la mezquita de Hasan, se abreen la fachada noroeste; la puerta principalestá coronada por un arco trilobulado,decorado con mármol de colores y moti-vos ornamentales tallados en piedra. Eneste acceso, una inscripción, con los nom-

en la parte central y adopta la forma de laletra mim del alifato árabe. En las albane-gas aparece el blasón del fundador: un cír-culo dividido en tres partes, con una espa-da en el centro. La entrada conduce a unaderka antes cubierta por una cúpula baída,que se apoyaba en pechinas simples.

G. G. R.

Entrada del palacio deManyak al-Silahdar,blasón del fundador,El Cairo.

Entrada del palacio deYachbak min Mahdi,El Cairo (dibujo deMohammed Rushdy).

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bres del sultán al-Nasir Muhammad IbnQalawun y el emir Yachbak min Mahdi,nos proporciona información sobre las dis-tintas etapas de construcción y rehabilita-ción del palacio. Este profundo portal,coronado con un extraordinario goterónde mocárabes que sostiene una cúpulagallonada, lleva la firma de dos artistasque participaron en su construcción;Muhammad Ibn Ahmad y Ahmad Zaglichal-Chami, el Sirio.Las macizas salas abovedadas de la plantabaja servían de establos y almacenes, y sos-tenían la suntuosa sala de recepciones quese encuentra arriba y diferentes estancias.Esta se adaptaba a la típica forma de ungran patio cubierto (durqa‘a) de unos12 m de lado, con amplios iwans en el ejelongitudinal y sadlas en el eje transversal.A pesar de su estado ruinoso, la impor-tancia de esta residencia puede deducirsede la calidad y el tamaño de los arcos deherradura apuntados, labrados en mam-postería ablaq, que señalan sus líneas prin-cipales. Hay que imaginar los espléndidospavimentos de mármol, los techos demadera tallada, pintada y dorada, la fuen-te central, las vidrieras y las celosías demadera torneada que antaño adornaron elinterior.

G. G. R.

Entrada del palacio deYachbak min Mahdi,inscripción nasjí,El Cairo.

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El Cairo

Entrada del palacio deYachbak min Mahdi,detalle, El Cairo.

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una de las industrias más importantes, ladel tejido y, en particular, a los tejidosestampados con moldes de madera y a lastelas de seda, que dieron notoriedad a laciudad de Alejandría. Según el historiadoral-Qalqachandi, los tejidos alejandrinosno tenían par en el mundo, y por ello elsultán al-Achraf Cha‘ban decidió visitarlos telares de Alejandría, que le impre-sionaron vivamente. Entre los factores que favorecieron lavariedad de los trajes mamelucos está elhecho de que cada clase social se identifi-cara por una vestimenta específica. Porotra parte, las relaciones comerciales ydiplomáticas entre los mamelucos y Euro-pa, la India, Irán y China propiciaron laimportación de diseños a Egipto y la apa-rición de detalles decorativos en los teji-dos mamelucos inspirados en las artes deestos países.Los trajes utilizados por la clase social delos mamelucos, caracterizada por su espí-ritu guerrero, estaban asociados con lospertrechos militares, en particular con lasarmaduras, las espadas, los cascos, losescudos y las hachas, que se exhibían úni-camente en las festividades.La vestimenta oficial del sultán estabacompuesta por un turbante y una aljubanegros, y un cinturón dorado del que col-gaba una espada. El uso del color negroera una muestra de lealtad al califa abba-sí, ya que el estandarte del Estado abbasíera de este color. En algunas ocasiones, elsultán se cubría con una pelliza bajo lacual vestía un lienzo de lana o seda ador-nado con hilos de oro; en otras, usaba ter-ciopelo, y en verano, llevaba una vesti-menta blanca.En cuanto a los emires, empleaban el fezpara cubrirse la cabeza en lugar del tur-bante que, como el manto o el chal, dis-tinguía a los hombres de religión. En

Los trajes mamelucos se caracterizaronpor su rica diversidad de diseños y ador-nos, acordes con el uso que se hacía deellos en las distintas ocasiones. En aque-lla época, la vestimenta estaba asociada a

Sultán mameluco(dibujo de MohammedRushdy).

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LOS TRAJES MAMELUCOS

Salah El-Bahnasi

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invierno se cubrían con mantos de paño(al-yuj) llamados yuja.Los viernes, el orador (jatib) vestía untraje negro, llevaba un pendón de estecolor y una espada, emblemas de surango, y evitaba los vestidos de seda, cuyouso infringía los mandatos religiosos. Losturbantes de los hombres de religiónmusulmana eran blancos, mientras elcolor azul correspondía a los clérigos cris-tianos, y el amarillo, a los judíos. Estoscolores también distinguían los vestidosde cristianos y judíos en general.Eran características de los trajes de loscadíes y sabios las mangas largas y anchas.La mayoría de los hombres llevaban unturbante y una túnica de algodón, escota-da y de mangas largas. En algunas ocasio-nes, los turbantes se empleaban comobolsas para las monedas, por lo que aveces los bandidos se dedicaban a arreba-tarlos de las cabezas.En cuanto a la vestimenta femenina, con-sistía en una camisa larga y unos zaragüe-lles sobre los que se llevaba un vestido.Las mujeres se envolvían en un ampliomanto blanco llamado izar, usaban unpañuelo en la cabeza y, salvo las bailarinasy cantantes, llevaban el hiyab, que lescubría el rostro.Los trajes de la época mameluca se dis-tinguían, en general, por su riqueza; sevestían pieles importadas, adornadas conoro y plata. Hasta nosotros han llegadonoticias según las cuales la esposa del sul-tán Baybars se confeccionó un vestidopara la fiesta de la circuncisión de su hijo(al-‘Aziz Yusuf) que costó 30.000 dinares.Para cada tipo de traje había un zoco espe-cífico con sus propios artesanos. Entre loszocos más importantes se encontraba elde al-charabchiyyin, dedicado a la venta detocados reservados al sultán, los emires,los visires y los jueces.

Mujer mameluca(dibujo de MohammedRushdy).

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administración especial que se ocupaba delos establos del sultán, conocida comoal-rikkab jana o dependencia de los jinetes. El sultán al-Achraf Qaytbay se ocupó deque, además de los mamelucos, tambiénaprendiesen a montar otros sectoressociales. De los diversos acontecimientosque clausuraban los juegos de equitaciónen la época de al-Achraf Qaytbay, el prin-cipal era el día de la procesión del convoyque llevaba en homenaje la kiswa a LaMeca, porque montar a caballo es uno delos principios que el Islam invita a practi-car. No hay mejor prueba de la impor-tancia de los caballos en la época mame-luca que el emplazamiento del zocodedicado a su venta, cerca de la Ciudade-la, sede del gobierno. También son testi-monio de ello los más de 7.000 caballosque el sultán Barquq dejó a su muerte. En el manuscrito de al-Baytara (veterina-ria; profesión y arte de herrar), que seconserva en la Biblioteca Egipcia, apare-ce el dibujo de dos jinetes en carrera. Enel Museo de Arte Islámico hay otromanuscrito sobre juegos de equitación yesgrima que se remonta a la época mame-luca. Los manuscritos dedicados a la equi-tación nos han proporcionado escenas deesgrima entre dos contendientes, acom-pañados por una tercera persona quetiene un palo y parece ejercer de árbitro. Entre los deportes que atraían a losmamelucos se encontraba el qabaq, queconsistía en lanzar una flecha a un reci-piente de oro o plata en cuyo interiorhabía una paloma; quien diese en el blan-co y decapitase a la paloma ganaba lacompetición y recibía como trofeo el reci-piente de oro. Para la práctica de estedeporte existía un campo especial a lasafueras de Bab al-Nasr. En una de las ilu-minaciones de un manuscrito mamelucoque data del año 875/1471, conservado

De acuerdo con el principio de “la ley delmás fuerte”, vigente en la época, losmamelucos se aplicaban en adquirir lasvirtudes de valentía y fortaleza mediantedeportes que fomentaban este espíritu.La práctica de la equitación era ineludibleentre ellos, ya fuesen soldados, emires oel propio sultán. Por esta razón, losgobernantes mamelucos, y en particularal-Nasir Muhammad Ibn Qalawun, gasta-ron ingentes sumas de dinero en la com-pra de excelentes caballos. Se creó una

Manuscrito sobrejuegos de equitación yesgrima, escena deesgrima, siglo IX/XV,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 180199),El Cairo.

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DEPORTES Y JUEGOS EN LA ÉPOCA MAMELUCA

Salah El-Bahnasi

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en la Biblioteca Nacional de París, dosjinetes apuntan con sus flechas a unadiana, representada por un recipientesituado en un lugar elevado.La caza era otro de los deportes preferi-dos de los mamelucos, y la considerabanuna manifestación de poder y prestigio.Para cazar se empleaban aves y perrosadiestrados, y se disparaba con escopeta.Las aves y los animales de presa que secazaban eran considerados los más pre-ciados presentes entre los gobernantes deaquella época, y era costumbre salir decacería en primavera. Esta actividad noera considerada simplemente un deportesino también una distracción, y los sulta-nes se hacían acompañar por cantantes,músicos y bufones durante sus partidas decaza. Sin embargo, en ciertas ocasionesestas partidas tuvieron un terrible final,ya que fuera de las ciudades los enemigosdel sultán encontraban la ocasión propi-cia para acabar con él, como sucedió conlos malhadados Qutuz y al-Achraf Jalil.Los sultanes mamelucos también sentíanpasión por el juego de la pelota y delyawkan, que se juega a caballo, con unapelota y un palo largo cuyo extremo estácurvado. Se decía que el sultán Baybarsjugaba tres partidos todos los sábados de latemporada festiva que seguía a la crecidaanual del Nilo. El interés que este juegodespertaba en los mamelucos hizo que sedesignaran funcionarios especialmente paraesta actividad, como el conocido por elsobrenombre de yawkandar, encargado detener dispuestos los instrumentos de juegodel sultán. En las obras de arte mamelucasaparecen escenas inspiradas en él, por ejem-plo en un recipiente de cobre damasquina-do en oro y plata de finales del siglo VII/XIII,que se conserva en el Museo Panaki de Ate-nas, y en un frasco de cristal esmaltado queestá en el Museo Islámico de Berlín.

La natación también se encontraba entrelos deportes practicados en la época. Elgrado de excelencia lo lograba quienfuese capaz de cruzar el Nilo de orilla aorilla. Uno de los sultanes más famo-sos por su dominio de este deporte fueal-Mu’ayyad Chayj. La lucha contaba con numerosos aficio-nados, pero estaba reservada a los emires,y los sultanes no participaban en ella,pues exigía posturas poco apropiadas parasu condición.

Manuscrito sobrejuegos de equitacióny esgrima, escena delevantamiento depesos, siglo IX/XV,Museo de Arte Islámico(núm. reg. 18235),El Cairo.

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