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“REGALO”

Regalo -Lysandro x Su

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Un secreto hará que Lysandro sospeche de Castiel y Sucrette.

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  • REGALO

  • (PV Lysandro)

    Siempre he sido un poco solitario, gusto de aislarme,

    tengo tantas ideas movindose en espiral dentro de mi

    cabeza, que no consigo poner mucha atencin a lo

    acontecido alrededor. Castiel es mi mejor amigo, nos

    respetamos bueno, lo respeto, y nos toleramos

    mutuamente. l en cuanto a mi falta de memoria y

    exagerada distraccin. Yo, su personalidad y carcter

    explosivo.

    Todo era normal entre nosotros, hasta que apareci en

    el Instituto Sweet Amoris una seorita recin ingresada

    a la comunidad escolar, Honey Sucrette. Con su

    llegada, el asistir a clases se haba convertido en algo

    singular. Su inclusin en asuntos ajenos era slo

    comparable a mi falta de concentracin. Sin embargo,

    esa es una cualidad en ella, ms que un vulgar defecto.

    Su llegada signific dos cosas; el que mi pelirrojo amigo

    tuviera alguien para discutir y tomarle el pelo, y que una

    extraa sensacin se alojara dentro de mi ser. Afecto,

    cario, algo de ternura, deseo de proteger y sobre todo

    una extraa emocin ajena a mi hasta ahora calmado y

    desinteresado carcter, celos.

    Una complicada mezcla de confusos sentimientos,

    demasiado complejo para querer explorar ms all.

  • Aunado a que desconoca si mi amigo vea en Honey

    una amiga o aspiraba a algo ms serio con ella. Castiel

    haba sido daado emocionalmente, por una seorita,

    de la que prefiero no recordar su nombre por

    considerarla indigna de ello. Una chica un tanto

    prosaica, pero que haba trastornado a mi amigo por

    completo, a tal grado que desde que ella lo abandon,

    no ha interactuado demasiado con un fmina, hasta que

    Honey hizo acto de presencia.

    Me inclino a pensar que la bella damisela me favorece

    en atenciones sobre mi amigo, pero tampoco deseo

    tomarme la libertad de sentirme seguro de ello.

    Es todo tan intricado. Castiel no termina de decirme si

    Honey le interesa de forma amorosa, pues si es as,

    definitivamente me alejar, dejando el camino libre para

    que ellos lleguen a consumar el sentimiento que les

    embargue.

    De forma contraria, si reconoce que no ve en ella ms

    que una buena y sincera amiga, tendr que buscar la

    manera de hacerle saber mi sentir a Honey. Aunque he

    de revelar que no tengo el mnimo vislumbre de cmo

    lograrlo. Y eso porque cuando estoy con ella, me

    siento libre de hablar de cualquier tema, con Sucrette

    puedo exteriorizar y compartir mis pensamientos, ms

    no mis sentimientos. Soy novato en ello, y creo que lo

    nico que ha logrado salir sin ningn problema, son

    ciertas escenas de mundanos celos, que no he podido

  • evitar; claro que sin consecuencia alguna, ya que la

    damita es tan despistada como yo en ese sentido.

    (NARRADORA)

    Lysandro, un adolescente demasiado maduro para su

    edad, se encontraba sentado al pie de su rbol favorito,

    en el parque que se situaba al centro de la ciudad

    donde resida actualmente. Era un chico sencillo con

    gustos extravagantes. Su aspecto mismo lo haca ver

    imponente, un cuerpo fuerte, atltico, un rostro

    sumamente atractivo, cabello albino con toques

    plateados y las puntas teidas de negro degradado,

    1.82m de altura y un aire romntico, gracias a su

    preferencia por la ropa de estilo victoriano. A ojos de

    extraos podra parecer indiferente y distante, ante ojos

    de conocidos, tambin. Amante de las artes, en

    especial la msica, las letras y el teatro. Aunque tena

    un placer oculto que ni el mismo Castiel conoca, la

    pintura.

    Lysandro contemplaba el lago artificial que posea el

    parque; la noche era el momento en que el albino

    senta llegar con mayor intensidad la inspiracin.

    En ese momento el hermoso manto estelar se reflejaba

    en las tranquilas aguas del lago; la luna, iluminada a

    medias, pareca envidiar el albo cabello del gallardo

    joven. El sensible chico escriba en su preciada libreta,

  • algo referente a ser quien eres y la libertad de serlo, sin

    embargo su mente se distraa, pues los recuerdos

    llegaban en los momentos ms inesperados.

    Como ese da en clase, cuando el Sr, Farrs se

    empeaba en que aprendieran los nombres de todos los

    mares del mundo, y a su cabeza llegaron evocaciones

    del da que haba pasado con Sucrette en la playa, las

    vacaciones pasadas. O la semana anterior, cuando en

    clase de biologa estudiaban a los rumiantes; entonces

    las remembranzas del da de la carrera de orientacin

    haban hecho su aparicin, el recuerdo de Honey

    tratando de acariciar un cervatillo lo distrajo durante

    toda la clase. l haba quedado sin habla al ver a la

    chica junto al animalito, comparndola con el mismo, ya

    que Lysandro pensaba que Sucrette, al igual que el

    ciervo, era de alma noble y pura, inocente y confiada;

    perciba que el espritu de Honey era limpio y

    transparente; y era por ello que la chica le gustaba

    tanto.

    Termin escribiendo un poema sobre cabelleras negras,

    ojos verdosos y corazones torturados.

    (PV CASTIEL)

    -Espero que ests segura de lo que pides, tablita; no

    quiero que luego andes llorando arrepentida- exclam

    ms burln que serio.

  • Esa chica era como una cabra, loca y revoltosa, pero

    lograba entretenerme de vez en vez con sus metidas de

    pata y ocurrencias. Ahora vena a m con este estpido

    plan, tan estpido que si resultaba como ella quera,

    sera bastante divertido. Y por supuesto tena que

    involucrarme en l.

    -Eres realmente odioso, pero te necesito, as que no

    importa lo que digas, has aceptado y jurado por el

    meique- contest la pelinegra con un divertido mohn.

    La mir detenidamente mientras se alejaba; esa nia

    haba llegado para poner de cabeza el instituto, y buena

    falta que nos haca alguien como ella. Sobre todo a mi

    amigo Lysandro.

    Lys es reservado, tiene un talento increble, no tanto

    como el mo, pero casi. Es por mucho uno de los tos

    ms guapos del insti, despus de m, por supuesto. Y

    estaba completamente extasiado con la tabla de

    planchar.

    Debo confesar que en un principio la chica me gust, y

    me sigue gustando si soy sincero, pero no soy ciego. En

    cuanto esos dos se conocieron, las chispas saltaron; en

    el caso de Lysandro pareca una luz de bengala, de

    esas que se usan en navidad. En cuanto Honey,

    bueeeeno, aquello era como el festejo del da de la

    independencia, o ao nuevo. Hacan buena pareja, pero

    los dos eran tan tan novatos, por no decir una

  • palabrota, en esto de los sentimientos, que ninguno de

    ellos pareca entender que el otro senta lo mismo. Claro

    que como buen amigo que soy de ambos, me divierto a

    costa suya.

    -Castiel, ir esta noche a tu casa para terminar el

    ensayo que qued inconcluso la semana pasada- el

    comentario de Lysandro me tom por sorpresa.

    -Eh?! Ah emmmm vers, no pues no puedo,

    Lys debo ir a ver unos asuntos de mis padres!-

    pero si ms idiota no puedo ser, no se me ocurri decir

    otra cosa.

    Lysandro estaba desconcertado, obviamente, pero no

    dud de lo acababa de decir.

    -Est bien, no creo que un da ms o un da menos

    cause gran diferencia, ir maana- sentenci mi albino

    amigo.

    -El asunto es que no podremos ensayar durante toda la

    semana- ser mejor que lo dejemos para la siguiente.

    De casualidad no tienes nada importante qu hacer este

    fin de semana, porque creo que tampoco podremos

    vernos- me aventur a preguntar a mi amigo.

    -Nada importante, debera tenerlo?- pregunt Lysandro

    un poco demasiado serio.

    -No, no, es que nunca se sabe, quizs deberas

    buscar eh, nada, olvdalo- me di por vencido, a

  • Lysandro o le hablabas directo o no entenda, y a veces

    tampoco entenda de la forma directa.

    Sin embargo haba confirmado mis sospechas,

    Lysandro ni recordaba ni sospechaba nada. Y

    conociendo a Leigh, no era como si fuera a decir algo,

    aparte de la universal reprimenda que recibira por parte

    de Rosalya si llegara a echar a perder todo.

    -Castiel, acaso ests terminando conmigo- Lysandro

    dijo esto medio preguntando, medio afirmando.

    -Ah caray, y desde cundo somos pareja o algo as, que

    ni me enter- quise tomarle el pelo un poco a mi amigo.

    -Me disculpo, no expres correctamente lo que

    realmente quera decir- la cara de Lys era comparable a

    un tomate Me refiero a que si no deseas que seamos

    ms un grupo, quizs tienes otras actividades que

    absorben tu tiempo- termin de explicarse el albino.

    -Naa, no es eso, simplemente esta semana tengo otros

    asuntos que atender y hablando de ello, te dejo, que

    llego tarde a mis asuntos. No te pierdas por ah!-

    Lysandro odiaba que me despidiera con esa frase.

    Dej atrs a un muy intrigado y poco enfadado

    Lysandro. Honey ya me esperaba en la entrada del

    parque.

    (NARRADORA)

  • Castiel era un guapo adolescente de dieciocho aos,

    slo unos pocos meses mayor que Lysandro.

    Acostumbrado a estar solo y hacer y deshacer a su

    antojo, era responsable hasta cierto punto, ya que

    segua vivo y completo. Habra que darle crdito por

    eso. Amante de la msica, muy en especial el rock.

    Pelirrojo por gusto propio, ya que su color natural de

    cabello era negro. Por razones personales haba

    decidido dar un cambio radical a su aspecto, lo que le

    haba favorecido, ya que con el look actual que

    ostentaba, se miraba ms rebelde, lo que haca un

    perfecto maridaje con su personalidad.

    Chico desenfadado y poco respetuoso de las leyes,

    rdenes y obligaciones. Ms sin embargo, muy en el

    fondo era una persona con una gran soledad, ya que

    por necesidad y no gusto, haba tenido que

    emanciparse de sus padres desde que cumpli los

    diecisis. Aunado a que la chica que amaba o crea

    amar, lo haba abandonado en cuanto le ofrecieron

    destacar en el mundo de la msica.

    Cosas que pasan, deca el chico. Escondiendo de todos

    su real sentir. Arisco, un tanto hurao, de carcter

    explosivo y sentido del humor bastante peculiar. As era

    el chico pelirrojo al que le gustaba Honey, pero haba

    decidido considerarla ms como una amiga que como

    una futura conquista. Claro que a las amigas se les

    puede coquetear un poco, verdad.

  • (PV VIOLETA)

    M-me llamo Vi-violeta y siempre he sido u-un poco

    tmida, no s por qu te-tengo que dar mi punto de vista,

    slo puedo decir que to-todos son ge-geniales. *Huye al

    jardn del instituto.

    (NARRADORA)

    Violeta era una chica de diecisis aos, tmida, linda y

    tierna como ella sola; un tanto sobreprotegida por sus

    padres, sobre todo por su pap, ya que era hija nica.

    Artista nata, la pintura era su vida, su oxgeno.

    Enamorada de Alexy, un chico que result ser gay, pero

    ahora eran los mejores amigos. Alexy haba logrado que

    Violeta tuviera ms confianza en ella misma. Confiaba

    en Honey, y le doli mucho el haberla juzgado mal

    cuando Debrah regres al instituto.

    Y no tiene mucha participacin en esta historia, pero es

    tan linda que no poda dejarla fuera.

    (PV LYSANDRO)

    -Castiel se ha comportado muy extrao en los recientes

    das- coment a Leigh, que se esmeraba en la

    decoracin de un lujoso vestido, encargo de una de sus

    mejores clientas.

  • Me encontraba en la tienda de mi hermano, no saba

    muy bien el por qu me gustaba ir ah, Leigh pona poca

    atencin a lo que le deca, sin embargo por lo menos

    senta que alguien me escuchaba.

    -No creo que te esconda algo- coment mi hermano,

    para sorpresa ma.

    -Jams salieron esas palabras de mis labios, no he

    dicho que me oculte nada- exclam un poco serio.

    -Era un comentario, Lys, adems si lo hace, ser para

    bien tuyo- de acuerdo, esto no me estaba gustando

    absolutamente nada.

    -Si sabes algo, es mejor me lo comuniques

    inmediatamente- exig a mi hermano al tiempo que

    buscaba su mirada, sin lograrlo.

    Definitivamente la mentira no se haba inventado para

    que mi hermano hiciera uso de ella.

    -Y-yo no s-se nada, adems Sucrette- tartamudeo

    Leigh. Ms no logr terminas la frase, gracias a que

    Rosa lleg apresuradamente y se llev a mi hermano

    con un pretexto insulso.

    Estaba dispuesto a indagar ms sobre ese asunto que

    comenzaba a convertirse en una molestia real y

    tangible.

    (NARRADORA)

  • Lysandro se encontraba una vez ms en el parque,

    lugar al que ltimamente acuda a diario y por ms

    tiempo, gracias a que Castiel se encontraba ocupado en

    algunos intrigantes asuntos. El albino chico no quera

    sacar conjeturas errneas sobre lo que Leigh haba

    dicho sin decir.

    Por ms vueltas que le daba a la situacin, no lograba

    entender qu tena que ver Honey en todo esto. EL

    comportamiento, tanto de Castiel como de Sucrette, no

    haba variado en lo absoluto durante el horario de

    clases.

    Lysandro suspir; desde que esto haba dado comienzo,

    no lograba escribir nada, ni prosa ni poesa, y eso lo

    tena realmente acongojado. La razn era que estaba

    dispuesto a escribir la ms bella cancin de amor y

    verdad, para con ella, tratar de explicar a Sucrette lo

    que realmente senta por ella. Haba tenido la idea de

    pedir a Castiel que compusiera la msica, sin embargo

    en vista de los hechos acaecidos recientemente, no lo

    hizo, y ahora estaba estancado, tanto en la letra como

    musicalmente hablando.

    El chico de ojos bicolor empezaba a incorporarse para

    regresar a su hogar, cuando a lo lejos, divis una silueta

    que sala de entre los rboles. La zona estaba lejos de

    las lamparitas y faroles que haba dispersos por todo el

    parque, ms la luz de la luna, que ostentaba su

  • iluminada figura al completo, le ayud a identificar de

    quin se trataba.

    Castiel, su pelirrojo amigo, se encontraba parado a la

    orilla del lago, recargado en la cerca que rodeaba a

    ste. Lysandro poda ver el tenue resplandor rojizo,

    indicio de que su amigo fumaba un cigarrillo. Lo que le

    pareci extrao, ya que Castiel slo fumaba cuando

    estaba nervioso, estresado o ensayando.

    Lysandro observ cuando su amigo se percat de que

    alguien se acercaba y tir el cigarrillo al suelo, para

    pisarlo luego. A pesar de la escaza y tenue iluminacin,

    el albino pudo ver perfectamente la sonrisa dibujada en

    el rostro de Castiel cuando otra silueta lleg junto a l;

    se trataba de Honey.

    Los ojos de Lysandro se entrecerraron para observar

    mejor la escena que se desarrollaba a unos cuantos

    metros de l.

    Castiel mostraba algo a Sucrette, algo que Lysandro no

    lograba distinguir. La chica se acerc a l, demasiado

    cerca para gusto de Lysandro. De pronto se pusieron de

    espaldas a l, Castiel acerc su cabeza a la de la chica,

    y Lys podra jurar que la estaba besando. Parpade

    varias veces, para asegurarse de que sus ojos no le

    jugaban una mala broma.

    Despus de unos minutos, que a Lysandro le parecieron

    una verdadera eternidad, se separaron y volvieron a

  • ponerse de frente al albino. Honey se miraba muy

    emocionada y feliz, Castiel tena su caracterstica

    sonrisa ladeada que demostraba que se jactaba de

    algo.

    El silencio de la noche y el viento que agitaba las ramas

    de los rboles, fueron los culpables de que las palabras

    pronunciadas por Sucrette llegaran hasta los agudos

    odos de Lysandro; Me has sorprendido Castiel, en

    verdad, no me esperaba algo as de hermoso. Eres el

    mejor, seguidas de un abrazo de la chica a su hasta

    ahora amigo. Lo s, slo que t no queras aceptarlo,

    fue la contestacin de Castiel, que tardaba mucho en

    separarse de Sucrette.

    Luego de unos instantes, la pareja se separ y cada uno

    regres por donde haba llegado.

    Lysandro estaba como petrificado, no poda pensar,

    moverse, articular palabra, respiraba apenas y slo

    porque su corazn bombeaba tan rpido que necesitaba

    urgentemente del oxgeno.

    El viento arreciaba, rayos comenzaban a iluminar el

    cielo, gotas de lluvia caan aqu y all. Gotas de lluvia

    que pronto dieron paso a una tormenta. Lysandro se

    deca a s mismo que lgrimas no salan por sus ojos,

    trataba de convencerse de que se trataba slo de agua

    venida del cielo.

  • La tormenta no era nada, comparado a lo que el chico

    de plateados cabellos senta dentro de s en ese

    momento.

    Lysandro lleg a su casa, fue directamente al bao,

    abri la llave del agua caliente y se meti bajo la ducha,

    con todo y ropa. Necesitaba imperiosamente calentar su

    cuerpo, ya que no saba si el frio que lo abrumaba era

    por la lluvia o porque su corazn se haba congelado de

    pronto.

    Se fue despojando de sus ropas una a una, mientras su

    mente divagaba. Qu haba pasado? En qu se

    haba equivocado? Estaba completamente seguro de

    que Honey senta algo especial por l; momentos con

    ella fueron apareciendo. Predomin el de ese da en

    que la damita haba estado sumamente traviesa,

    escondindose en los vestidores de los chicos slo para

    contemplar el tatuaje que Lysandro tena en la espalda;

    desatando con ello la furia de Nathaniel. Actitud que

    nunca comprendi del todo, ya que el delegado se

    caracterizaba por ser bastante tranquilo y alejado de los

    problemas.

    Lysandro jams haba mostrado su tatuaje a nadie, ni a

    Rosa y eso que la consideraba prcticamente una

    hermana. Cuando pregunt a Sucrette si era verdad lo

    que haba dicho Nathaniel, la chica permaneci callada.

    Sin pensarlo y saber muy bien lo que haca o por qu lo

    haca, tom la mano de Honey y la condujo a los

  • vestidores, donde habiendo dejado su torso al desnudo,

    mostr a la nia lo que ella anhelaba ver.

    Un degradante sentimiento de ira implant su presencia

    en Lys, eso era algo con lo que el chico no saba lidiar.

    Cerr la llave y el agua dej de caer. Sali de la ducha,

    tom una mullida toalla y sec con ella su recio cuerpo.

    Con una toalla en la cintura se dirigi a su habitacin, ya

    en ella se quit la toalla, tumbndose en su cama para

    tratar de calmarse. Sus prpados se cerraron y realiz

    varias respiraciones. Abri de golpe los ojos al escuchar

    un familiar sonido, ponindose de pie sali al encuentro

    de su hermano, despus de cubrir su cuerpo con un

    fastuoso batn de seda.

    -Buena noche, Lysandro- salud Leigh con esa calma

    suya.

    -T lo sabas, y no comentaste nada- la voz de

    Lysandro era tan fra como un afilado trozo de hielo.

    Leigh se sonroj de forma inmediata, su rostro adquiri

    una notoria expresin de culpabilidad.

    -N-no s d-de qu hablas- Leigh ni siquiera poda ver a

    los ojos de su hermano.

    -Rosa no se encuentra para auxiliarte, Leigh. Lo s, hoy

    los he visto y t, hermano, sabas perfectamente lo que

    pasaba con Honey y Castiel.

  • -Se supona que no debas enterarte. Cmo lo

    averiguaste, Rosalya dijo que tendran mucho cuidado

    en ocultarte la situacin hasta que llegara el momento

    preciso.

    -Los descubr en el parque, esta noche As que Rosa

    tambin est enterada - la decepcin se dejaba

    escuchar a travs de las palabras del albino.

    -Por supuesto, ella fue la que anim a Sucrette a que lo

    hiciera, tu amiga tena ciertas dudas de cmo lo

    tomaras, pero Rosalya le dijo que no te disgustaras-

    explic Leigh Siento que lo hayas descubierto de esa

    forma. Pero a decir verdad, Lysandro, creo que lo ests

    tomando de la peor forma. Nadie se hubiera esperado

    que reaccionaras as- el tono de Leigh dejaba ver que

    estaba dando por terminado el tema.

    Lysandro se dirigi a su habitacin nuevamente

    mientras pensaba en lo afortunado que era al ser fin de

    semana, ya que no tena la fuerza para ver a Castiel,

    Rosalya o Sucrette. Entr en su alcoba, quedando de

    pie en medio de ella; observ la puerta que se

    encontraba al fondo de sta, dirigindose hacia ah.

    Abri dicha puerta y desapareci tras ella.

    El sbado por la maana Lysandro despert tras una

    tortuosa noche, no tena ninguna intencin de

    levantarse. Pas la maana y parte de la tarde

    recostado, poniendo en orden sus ideas y

  • pensamientos. Despus de todo, l era Lysandro,

    siempre calmado durante las peores crisis, siempre con

    la cabeza fra y considerando todo desde una

    perspectiva imparcial.

    Tocaron a su puerta y luego esta se abri un poco.

    -Siento lo de anoche, slo te pido, que actes como si

    no supieras nada, hasta que ellos bueno, tu sabes

    te digan- pidi Leigh, marchndose despus.

    A eso de las cuatro de la tarde, ya haba analizado todo

    y llegado a una conclusin; la culpa era totalmente suya.

    El primer indicio se lo haba dado Leigh, al decir que no

    entenda por qu tomaba aquello de esa forma;

    entonces eso quera decir que ni su propio hermano,

    que viva y conviva con l, se haba dado cuenta de lo

    que l senta por Sucrette. Luego estaban Rosalya y

    Castiel, quienes tal vez imaginaran que Honey era

    especial para l, pero al no demostrarlo abierta y

    sinceramente, lo haban tomado como que no era tan

    especial despus de todo. Y la misma Sucrette, que

    siempre era bombardeada con comentarios e

    insinuaciones por parte del pelirrojo.

    As que simplemente, la haba perdido, la nica chica

    que haba logrado despertar sentimientos reales e

    intensos, ahora estaba con su mejor amigo. Cruel

    destino, cruel realidad. Se deca as mismo que era

    afortunado, ya que Castiel no alejara a la nia de l,

  • teniendo as la oportunidad de cultivar su amistad, y

    ms afortunado an, por ser sbado y no tener que

    lidiar con esto hasta el prximo lunes. Ya que si en

    estos momentos se encontrara con Castiel, no saba si

    sera lo suficientemente caballeroso como para

    saludarlo y hacer como si no supiera nada, o sera tan

    visceral como para estampar un puetazo en el atractivo

    rostro del pelirrojo.

    Por fin se puso de pie y tom una rpida ducha, se visti

    como de costumbre y se dispuso a pasar una tarde en

    compaa de su destrozado nimo y tambin con su

    decado corazn.

    En estos da oscureca temprano, a las seis treinta de la

    tarde, la oscuridad se cerna sobre la ciudad. Y

    exactamente a esa hora llamaron a su puerta.

    Lysandro abri para encontrarse con Castiel, que le

    sonrea desenfadadamente.

    -Hola Lysandro, hubo un pequeo cambio de planes y

    pens que te gustara ir a mi casa, para pasar el rato, ya

    sabes- comenz a decir Castiel, interrumpindose al ver

    la palidez de Lysandro.

    -Hey Lys, te encuentras bien, porque te ves fatal-

    Castiel se notaba algo preocupado.

    Lysandro record la peticin de Leigh, e hizo un

    formidable esfuerzo para aparentar que nada pasaba.

  • -No es nada- contest con una helada voz el albino

    quizs una noche no muy descansada.

    -Bueno, pues anmate, que nos vamos a mi casa a

    comer unas pizzas o algo.

    -Castiel, realmente no creo que sea un buen momento

    para

    -No te estoy preguntando, venga, que la noche es joven

    y nosotros tambin- el pelirrojo entr en casa de

    Lysandro, tom su celular, algo de dinero y sali,

    llevando al peliplata con l.

    Caminaron en silencio por unos minutos, iban

    sumergidos en sus pensamientos, hasta que una

    preciosa chica pas a su lado, sonriendo a Castiel,

    quien ni tardo ni perezoso le regres la sonrisa,

    aadiendo un guio.

    -Sucrette es mucho ms linda- dijo de forma contenida

    Lysandro.

    -S, amigo, Honey es linda, pero esa chica es realmente

    sexy, nada que ver con la cra que es Sucrette. Adems

    en el mar hay muchos peces, y yo, soy como carnada y

    pescador- termin el pelirrojo con una alegre carcajada

    Lysandro sinti hervir su sangre.

    -CON UN DEMONIO, ESTAS LOCO O QUE

    DIABLOS TE PASA!!!???- grit Castiel desde el piso,

  • donde se encontraba, despus de que Lisandro le

    propinara un fuertsimo golpe en el pmulo.

    -Los vi, Castiel! Los vi, a ti y a Honey, en el parque.

    Cmo es posible que teniendo a una chica como ella,

    oses si quiera voltear a ver a otras chicas- la voz de

    Lysandro era el vivo sonido de la furia.

    La comprensin lleg al confuso y enojado cerebro de

    Castiel. Una sonrisa malvada se dibuj en sus labios.

    -De acuerdo Lysandro, lo siento, pens que no tenas

    idea, se supona que no te enteraras ese da. Es

    algo complicado. Escucha, hagamos un trato, slo

    acompame esta noche, y prometo ser un angelito

    desde maana. Somos amigos desde hace tiempo,

    hacemos buen equipo, tanto en lo personal como

    musicalmente hablando. No dejemos que esto, termine

    con eso- Castiel estaba completamente serio al decir

    esto.

    Lysandro suspir, l no era nadie para decirle a su

    amigo cmo actuar, comportarse o vivir su vida y sus

    amores. Y eso le dola, porque l, ms que nadie,

    quera hacerle entender que a una bella damita como

    Honey, se le deba respetar, amar, proteger y cuidar.

    Suspir y decidi controlarse tan slo por esa noche.

    -Lamento mi exabrupto Castiel, no s muy bien por qu

    cometo tantas tonteras ltimamente; vayamos pues a tu

  • casa, y que sea lo que tenga que ser- estuvo de

    acuerdo Lysandro.

    Ya se encontraban frente a la casa de Castiel, Lysandro

    estaba ms callado que de costumbre mientras el

    pelirrojo buscaba por todos lados sus llaves. Despus

    de un rato de revisar y rebuscar, Castiel se golpe la

    frente con una mano.

    -Diablos! Si estoy que no doy una, he debido dejarlas

    en tu casa, cuando entr por tu mvil. Lo siento Lys,

    tendremos que regresar, es buena hora, y sirve que

    hacemos hambre con la caminata- se disculp el chico

    de ojos color acero.

    -Castiel, dejemos esto para otra ocasin, regresemos en

    taxi y te envo de vuelta aqu- dijo Lysandro con poco

    entusiasmo.

    -De acuerdo, pero regresamos caminando, el dinero que

    tom lo utilizar para pagar mi pizza, que con las ganas

    no me quedo- Castiel sonaba un poco divertido, lo que

    molest a su amigo.

    -Me invitas unas pizzas y yo era quien pagara- ri muy

    a su pesar Lysandro.

    -Bueno, sabes que el dinero se escurre por mi dedos,

    vmonos ya- contest Castiel ponindose en marcha de

    regreso a casa de su amigo.

  • Hicieron varias paradas, ya sea para comprar algn

    cigarrillo, ya fuera para observar un instrumento

    musical. Despus de un buen rato, llegaron por fin a la

    casa de Lysandro. Que se miraba tan oscura y vaca

    como la haban dejado.

    Castiel tom las llaves que dejaban en un lugar secreto,

    lo que hizo gracias a Lysandro, ya que en muchas

    ocasiones haba tenido que llamarlo para que le

    ayudara a buscar las dichosas llaves, que siempre

    cambiaban de lugar, pero que su amigo siempre

    encontraba.

    Como todo un caballero, Lysandro cedi el paso a su

    amigo cuando la puerta estuvo abierta. Castiel entr y

    desapareci en las sombras. Lysandro lo sigui,

    tratando de no tropezar en lo que su amigo encenda las

    luces.

    SORPRESA!!!!! Grit un coro de voces.

    Las luces se encendieron por fin, y Lysandro pudo ver a

    todos sus amigos y compaeros de escuela, tambin

    Leigh se encontraba ah, junto a Rosalya. Todos

    aplaudan y coreaban su nombre. Lysandro estaba

    perplejo.

    -No cre que fuera verdad, pero ha sucedido, has

    olvidado tu cumpleaos, hermano. Hoy cumples la

    mayora de edad, lo que significa que ya puedes

    comprar cervezas en esa tienda donde me tienen

  • vetado- dijo Castiel llegando junto a Lysandro, dndole

    un abrazo de esos que slo los mejores amigos pueden

    dar.

    -Nathaniel y Melody se acercaron a felicitar a Lysandro,

    que an no entenda muy bien lo que suceda. Nath le

    regal un libro de obras pictricas victorianas y Melody

    un hermoso laso de seda, como los que Lys

    acostumbraba usar. Todos y cada uno de sus amigos e

    invitados se acercaron para desearle muchas cosas

    buenas y otras mejores, aparte de dar obsequios al por

    mayor.

    -Gracias Lysandro, la cara de sorpresa que has puesto

    ha sido totalmente creble, sigue as y nadie

    sospechar, pero sobre todo, no tendr problemas con

    mi novia- dijo Leigh al odo de Lysandro cuando fue su

    turno de felicitarlo.

    -Pero Castiel! Qu demonios hiciste para quedar as-

    La voz de Kim se dej escuchar por sobre las dems.

    Cuando el albino desvi su mirada hacia Castiel, se

    percat de que el golpe haba sido mucho ms fuerte de

    lo que pens. Ya que la mitad del rostro del pelirrojo se

    estaba poniendo de un hermoso color violeta y un poco

    ms rellena de lo normal.

    -Ha sido culpa de Lys- coment el pelirrojo buscando la

    mirada de su amigo ha querido entrar a un almacn y

    me he golpeado con la puerta sin querer, esas malditas

  • puertas giratorias deberan estar prohibidas- concluy

    Castiel.

    Pasado un rato, Lysandro comenzaba a tener una ligera

    idea de lo que estaba ocurriendo, busc con la mirada

    por todos lados, sin encontrarla. Entonces se percat

    que Castiel haba desaparecido tambin. Las incipientes

    esperanzas de Lysandro se hicieron humo.

    Volvi a buscar, sus ojos se encontraron con los de

    Violeta, que se fue corriendo a la cocina por temor a que

    alguien volviera a solicitar su punto de vista.

    De pronto, todo qued en penumbras, una tenue luz se

    encendi al fondo de la sala donde se encontraban, y

    Honey apareci, bella y deslumbrante ante los ojos de

    Lysandro, que estaba boquiabierto. A un lado, Castiel

    conectaba su guitarra a un amplificador, y pasaba un

    micro a la chica, todos prorrumpieron aplausos.

    Una hermosa meloda se dej escuchar por todo el

    lugar, entonces Sucrette comenz a interpretar una

    dulce cancin. Su mirada se enganch con la del albino.

    Lysandro comenz a sentir una fuerza de atraccin,

    literalmente, que lo obligaba a avanzar hacia la bella

    damisela que tena delante de l, y que, frente a todos,

    estaba declarando su amor por medio de las ms

    hermosas palabras que hubiese escuchado nunca.

    Al terminar la interpretacin, Lysandro sinti que todo a

    su rededor haba desaparecido, dejando slo a Sucrette

  • junto a l. Sin pensarlo ni meditarlo, se inclin para

    besar aquellos deseables labios.

    Los aplausos, comentarios subidos de tono y en doble

    sentido se escuchaban por todas partes, silbidos y risas

    trajeron a la pareja de vuelta a la realidad, al momento

    en el que se encontraban.

    Todos pidieron que Lysandro cantara y la fiesta

    comenz. Canciones conocidas, otras no tanto, duetos,

    y al ltimo, canciones escritas por el albino, hicieron la

    delicia de la noche. Luego comenz el baile.

    Castiel estaba un poco ebrio y Amber lo acechaba, pero

    Lysandro imagin que su amigo sabra cuidarse solo.

    No hubo razn para alarmarse, ya que Kim se acerc a

    Castiel para no despegarse de l en toda la noche, y no

    porque le gustara, sino para hacer rabiar a la rubia. O

    por lo menos era lo que Lysandro crea.

    -Haras el honor de acompaarme?- pregunt

    Lysandro a Sucrette, tendiendo una caballerosa mano

    hacia ella.

    Honey tom la mano del gentil joven y dej que la

    guiara.

    La casa de Lysandro era enorme, estilo victoriano, por

    supuesto, al igual que su decoracin. Honey observaba

    con admiracin cada parte y rincn de sta. Sin

    embargo el entrar a la habitacin de Lysandro, qued

    maravillada. El chico mal interpret su expresin porque

  • se apresur a pedir disculpas por la decoracin de la

    pieza, explicando que su hermano era demasiado

    entusiasta con las telas y gustaba de cambiar de tonos y

    texturas a toda la decoracin de su hogar, siempre con

    la complicidad, ayuda y supervisin de Rosalya, por

    supuesto.

    Honey dijo a Lysandro que no le haba sorprendido de

    forma negativa su habitacin, por el contrario, la chica

    confirm dulcemente que jams haba estado en una

    alcoba tan hermosa. Lysandro sonri ante la sincera

    admiracin de su bella damita. Y supo entonces que

    haba tomado la decisin correcta.

    -Honey, no he sido sincero del todo contigo, tengo un

    secreto un poco mayor y mejor guardado que mi tatuaje-

    empez a decir Lysandro, logrando captar por completo

    la atencin de Su.

    -Te pido que esto sea un secreto entre nosotros dos.

    Tuve la idea de decirte lo que siento por medio de una

    cancin, pero te has adelantado- acuso Lysandro con

    una seductora sonrisa As que he decidido mostrrtelo

    de otra forma, un poco ms personal- termin,

    llevndola nuevamente de la mano, hacia el fondo de la

    habitacin, donde se apreciaba una pequea puerta

    algo oculta.

  • Lysandro abri la entrada y permiti el paso de Honey,

    la que estaba paralizada a mitad de la pieza. Lysandro

    entr y cerr detrs de l.

    Se trataba del lugar donde Lysandro daba rienda suelta

    a una de sus mayores pasiones, la pintura. Honey poda

    ver lienzos por todas partes, con dibujos y pinturas en

    diferentes tcnicas, pero todas con un sello

    caracterstico. Rostros, paisajes, naturalezas muertas,

    bosquejos sin terminar; Honey no saba mucho de

    pintura, pero entenda lo suficiente como para saber que

    Lysandro era un gran artista. En el muro central, se

    encontraba un enorme cuadro, cubierto con tela de

    terciopelo de color negro y verde oscuro.

    Lysandro se acerc y de manera elegante, descubri lo

    que la tela ocultaba.

    Un bellsimo paisaje nocturno era el fondo de la pintura,

    al medio se apreciaba una extraa orqudea, tan rara

    como hermosa, y al centro de la flor, se encontraba ella

    misma, completamente desnuda, slo cubierta por un

    velo en extremo transparente; se encontraba junto a un

    pequeo ciervo, acariciando su cabeza con una mano, y

    en la palma de la otra mano sostena una pequea

    hada, brillante y etrea.

    Sucrette, no sala de su asombro, lgrimas resbalaban

    por sus brillantes ojos. Lysandro se acerc a ella, tom

  • sus manos entre la suyas, llevndoselas a los labios

    para besarlas. Luego a su pecho, cerca de su corazn.

    -Ese cuadro, representa mi historia contigo, por as

    decirlo; el fondo representa la naturaleza, es decir, lo

    natural que es para m estar a tu lado, lo libre que me

    siento cuando estoy contigo. La orqudea encarna la

    forma en que te veo, para m eres una hermosa y

    extraa flor, y por lo mismo, te considero preciosa y

    delicada, un tesoro. El ciervo simboliza tu espritu noble,

    alegre, confiado. El hecho de que te haya visualizado

    desnuda, es debido a que te quiero, aprecio y acepto tal

    como eres, sin tapujos, sin querer cambiar o modificar

    nada. El velo es lo suave y transparente que eres. El

    hada personifica la fantasa que eres para m, lo irreal

    que pensaba sera llegar a tener algo ms que amistad

    contigo. Y la noche, la noche que nos perdimos en el

    bosque, fue el momento exacto en que supe que me

    haba enamorado de ti- finaliz Lysandro su descripcin

    del hermoso cuadro que tenan frente a ellos.

    El chico sostena el rostro de Honey entre sus manos,

    admiraba el brillo de sus ojos, recorra con mirada

    apasionada la lnea de sus labios. Honey no poda creer

    lo que vea, ni el amor tan grande que ese garboso

    chico senta por ella. Amor que era correspondido en la

    misma proporcin.

    Unieron sus labios para degustar el sabor del otro, para

    completarse y compenetrarse. Sin percatarse de cmo,

  • salieron del estudio de pintura, para quedarse en la

    habitacin, disfrutando de caricias, besos y las palabras

    y promesas que se hacen en esos momentos.

    Era un amor adolescente, juvenil, sin prisas ni

    condiciones; el primero para ambos. Y Lysandro

    pensaba, saba y confirmaba, que ese da era el mejor

    que haba pasado en mucho tiempo y que la

    confirmacin del amor de Honey, era el ms maravilloso

    de los regalos.

    FIN.