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Resumen Este artículo propone que la buena narrativa de ficción (literatura) contribuye a una com- prehensión de ciertas situaciones existenciales que no pueden ser alcanzadas por los géne- ros escritos considerados objetivos, como el ensayo, la historia o el periodismo. Sucinta- mente, será estudiado el caso del escritor ruso Varlam Shalámov, que pasó diecinueve años como prisionero en un campo de trabajos forzados en Kolymá, esencia de su trabajo prin- cipal, Historias de Kolymá. Sus historias transmiten ese tipo de experiencia sobre la des- trucción de vidas humanas con una profundidad, riqueza y detalle completamente necesarios para la comprensión, e imposible en otro tipo de investigación. Esto no sólo convierte a Shalámov en un gran escritor, sino también a toda su obra en un ejemplo fundamental de lo que llamamos «propiedades cognitivas de lo narrativo». Palabras clave: Shalámov, estética y cognición, testimonio, genocidio, literatura concen- tracionaria. Abstract. Varlam Shalámov’s Stories of Kolyma. The tension between Literature and Testi- mony (about Narration’s cognitive Properties) The article proposes that the good fiction narrative (literature) contributes with a com- prehension of certain existential situations which those writing genres considered objec- tive cannot meet, such as essays, history or journalism. Succinctly, the case of the Russian writer Vaslam Shalámov is being studied, who spent 19 years held prisoner in the forced labour camps of Kolyma, essence of his main work, Stories of Kolyma. His stories transmit that kind of experience on the destruction of human lives with a deepness, richness and detail completely necessary for the comprehension, and impossible in any other kind of investigation. That turns Shalamov not only into a great writer but his whole work into a fundamental example of what we say «cognitive properties of the narrative». Key words: Shalámov, aesthetic and cognition, testimony, genocide, concentration liter- ature. Enrahonar 38/39, 2007 101-115 Los Relatos de Kolymá, de Varlam Shalámov La tensión entre literatura y testimonio (sobre las propiedades cognitivas de la narración) 1 Carlos Martínez Gorriarán Universidad del País Vasco [email protected] 1. Este trabajo es resultado de la investigación para el proyecto La expresión de la subjetividad en las artes (HUM2005-02533).

Relatos del Kolia

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Historia

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  • Enrahonar 38/39, 2007 101-115Resumen

    Este artculo propone que la buena narrativa de ficcin (literatura) contribuye a una com-prehensin de ciertas situaciones existenciales que no pueden ser alcanzadas por los gne-ros escritos considerados objetivos, como el ensayo, la historia o el periodismo. Sucinta-mente, ser estudiado el caso del escritor ruso Varlam Shalmov, que pas diecinueve aoscomo prisionero en un campo de trabajos forzados en Kolym, esencia de su trabajo prin-cipal, Historias de Kolym. Sus historias transmiten ese tipo de experiencia sobre la des-truccin de vidas humanas con una profundidad, riqueza y detalle completamente necesariospara la comprensin, e imposible en otro tipo de investigacin. Esto no slo convierte aShalmov en un gran escritor, sino tambin a toda su obra en un ejemplo fundamental delo que llamamos propiedades cognitivas de lo narrativo.

    Palabras clave: Shalmov, esttica y cognicin, testimonio, genocidio, literatura concen-tracionaria.

    Abstract. Varlam Shalmovs Stories of Kolyma. The tension between Literature and Testi-mony (about Narrations cognitive Properties)

    The article proposes that the good fiction narrative (literature) contributes with a com-prehension of certain existential situations which those writing genres considered objec-tive cannot meet, such as essays, history or journalism. Succinctly, the case of the Russianwriter Vaslam Shalmov is being studied, who spent 19 years held prisoner in the forcedlabour camps of Kolyma, essence of his main work, Stories of Kolyma. His stories transmitthat kind of experience on the destruction of human lives with a deepness, richness anddetail completely necessary for the comprehension, and impossible in any other kind ofinvestigation. That turns Shalamov not only into a great writer but his whole work into afundamental example of what we say cognitive properties of the narrative.

    Key words: Shalmov, aesthetic and cognition, testimony, genocide, concentration liter-ature.

    Los Relatos de Kolym, de Varlam ShalmovLa tensin entre literatura y testimonio (sobre las propiedades cognitivas de la narracin)1

    Carlos Martnez GorriarnUniversidad del Pas [email protected]

    1. Este trabajo es resultado de la investigacin para el proyecto La expresin de la subjetividaden las artes (HUM2005-02533).

  • 102 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez GorriarnSumario

    El escritor ruso Varlam Shalmov (1907-1982) fue una vctima de los millonesde ellas que provoc el sistema totalitario sovitico durante su apogeo estali-nista. En 1929, fue condenado a tres aos de trabajos forzados por divulgarlas crticas a Stalin contenidas en el verdadero testamento de Lenin la versinpblica del documento result completamente censurada y, en 1937, fuecondenado de nuevo a cinco aos de trabajos forzados por actividades con-trarrevolucionarias trostskistas, un delito poltico, o ms bien una acusacin,carente de contenidos criminales especficos y que, por tanto, poda usarse conabsoluta arbitrariedad contra cualquier persona considerada disidente.

    Durante su confinamiento en la regin del ro Kolym, en la Siberia orien-tal, una enorme cuenca minera en las proximidades del crculo polar rtico,fue juzgado y condenado por otros delitos polticos adicionales. En 1943, pocoantes de cumplir condena, le endosaron una condena adicional de diez aosde trabajos forzados, con el pretexto de que haba calificado a Ivan Bunin, emi-grado fuera de la URSS, como un clsico ruso en teora, los clsicos esta-ban bajo la proteccin directa de Stalin, de manera que era una declaracinantiestalinista. En 1945, decidi intentar la fuga aprovechando una estan-cia en la enfermera del campo de trabajo, pero fue detenido y enviado a unamina especial de castigo. Tras nuevas e increbles visicitudes, la menor de lascuales no fue que consiguiera sobrevivir a las inhumanas condiciones laboralesminuciosamente descritas en sus relatos, Shalmov fue liberado en noviem-bre de 1953, junto a muchos otros miles de condenados en los campos delGulag. Fue un ltimo atentado de la arbitrariedad sovitica: por entonces habacumplido de sobra todas las condenas acumuladas, pero el verdadero motivode la excarcelacin fue que haca nueve meses que Stalin haba muerto.

    La nueva direccin sovitica que sucedi a Stalin y su equipo decidi repa-rar parcialmente los efectos de los excesos represivos perpetrados en los aosanteriores, a consecuencia de los cuales murieron millones de personas o, comoShalmov, pasaron largas temporadas en campos de trabajos forzados dondelos reclusos carecan de cualquier derecho y donde las vctimas mortales se con-taron por centenares de millares.

    Como millones de vctimas de represalias ilegales, Shalmov fue declara-do inocente y rehabilitado de modo oficial en 1956. El rgimen reconoca lanulidad de los juicios padecidos y la inconsistencia de las acusaciones que pesa-ron sobre el escritor. Sin embargo, las instituciones soviticas se negaron a con-denar en conjunto al sistema judicial y penal instaurado por la revolucin y

    Cmo se abre camino en la nieve virgen? El desdoblamiento de Shalmov

    en narrador y testigo

    Autobiografa, vanguardismo? Dos impresiones engaosas

    Por qu la literatura? Las propiedadesrealistas de la narracin

    Ventajas de la literatura sobre el testimonio directo y la historia: el nfasis en el sentido

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 103desarrollado por Stalin, y mucho menos a reformarlo. Optaron por revisar loscasos individuales y resolverlos como errores judiciales o actuaciones inco-rrectas de los funcionarios pblicos. Por lo dems, el Gulag, un vasto sistemade campos de concentracin y trabajos forzados, sigui estando disponiblepara recibir a eventuales nuevos inquilinos.

    En total, Shalmov pas diecinueve aos de su vida, entre los treinta y loscincuenta aos de edad, recluido en campos de trabajos forzados, especial-mente dedicados a la minera, donde la brutalidad del trabajo, la insuficien-cia de la alimentacin y los malos tratos produjeron una elevadsima tasa dedefunciones entre los convictos, acentuada por los asesinatos aleatorios fusi-lamientos sin previo aviso en funcin de los vaivenes polticos o de las nece-sidades de espacio de la administracin del Gulag.

    El hecho de que escapara a las ejecuciones es, a da de hoy, la mejor prue-ba de que Shalmov no fue considerado un activista poltico o un intelectualdisidente realmente peligroso. Simplemente tuvo la desgracia de caer en lagigantesca mquina represiva sovitica tras el simple pecado de juventud detomarse en serio la militancia comunista y exigir el cumplimiento de las leyesrevolucionarias, sistemticamente conculcadas por el rgimen. El hecho deque consiguiera sobrevivir tantos aos pudo ser una consecuencia afortuna-da de su talento literario. Como exponen varios relatos de Shalmov, losnarradores y contadores de cuentos eran muy apreciados como fuente dediversin por los delincuentes comunes, que coexistan con los polticos peroen bastantes mejores condiciones de vida y a menudo como colaboradoresde los carceleros. Parece probable que Shalmov consiguiera esa clase de pro-teccin a cambio de divertir a los capos con sus relatos. A diferencia del sistemanazi de lager, el Gulag era mucho ms arbitrario y admita ms excepcionesa las reglas comunes. Incluso haba condenados que eran autorizados a tra-bajar fuera de los campos, siempre que regresaran voluntariamente para per-noctar2.

    En la regin subrtica de Kolym, en Siberia oriental, haba numerososcampos que suministraban mano de obra forzada a las explotaciones minerasintegradas en el tristemente famoso Gulag. Las experiencias de Shalmov eneste archipilago concentracionario son el tema nuclear de su libro ms famo-so, Relatos de Kolym. Comenz a redactarlo inmediatamente despus de serliberado, pero la primera edicin no vio la luz, en Londres, hasta 1978. En laURSS, slo consigui publicar algunas colecciones de poemas, varios de elloscompuestos en el Gulag, pero no los relatos. El rgimen sovitico haba reco-nocido la injusticia de que fue vctima el autor, pero se negaba a reconocer alvictimario, que no era otro que el rgimen mismo.

    2. Fue el caso, por ejemplo siempre bastante raro, de la actriz, traductora, poeta e intr-prete de guitarra Tatiana Ivanovna Lechtchenko-Soukhomlina, casada con el escultor Dimi-tri Tsapline. Le rcit de T. Lechtchenko-Soukhomlina illustre bien la coexistence des extr-mes: artiste avant son arrestation (1947), elle est dporte dans la rgion de Vorkouta: l, elletravaille au thtre de la ville et rentre au camp chaque soir, sans escorte! En.

  • 104 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez GorriarnRelatos de Kolym, editado en Espaa por Mondadori en 19973, es unacoleccin de relatos breves muy variados en cuanto a extensin, asunto y tra-tamiento. El largo tiempo necesario ms de veinte aos para dar formaal conjunto indica que el proceso de escritura fue semejante a una densa y lentasedimentacin del material narrativo, hecho de recuerdos y reflexiones, de queest compuesto este libro de engaosa levedad. Una lectura superficial podraconcluir que se trata de una obra de gnero penitenciario, o de alguna variedadde costumbrismo eslavo-siberiano. En realidad, es una meditada, compleja y muybien trabada exposicin del funcionamiento del sistema usado para aniquilara seres humanos, y de los escasos y vitales asideros a los que stos se aferrabanpara resistirse a la muerte, una posibilidad cotidiana. Cada relato es indepen-diente y puede leerse tranquilamente por separado, pero el conjunto, de modoisomrfico a la conformacin del archipilago Gulag, forma con los dems unmosaico o imagen gestltica donde la interaccin de las partes acaba ofrecien-do ms informacin significativa que la suma de los materiales que lo com-ponen, considerados aisladamente. Shalmov dispuso un orden muy preciso,distinto al cronolgico, siguiendo ciertas claves esenciales que no se especifi-can y que el lector deber descubrir por su cuenta y riesgo. A modo de prlo-go, escribi Por la nieve, un breve cuento introductorio donde sugiere cuales su concepto de la literatura a la luz de su relacin con la existencia.

    Cmo se abre camino en la nieve virgen? El desdoblamiento de Shalmov en narrador y testigo

    En Por la nieve (fechada en 1956), se presenta a un grupo de presos obliga-dos a abrir una pista a travs de un campo inmenso y vaco, cubierto de unaespesa capa de nieve virgen. Primero es enviado uno de ellos, y los dems lesiguen a cierta distancia, profundizando las huellas que ha dejado al caminary ampliando la trocha recin abierta de esta manera. Cada cierto tiempo ysegn se va agotando, el preso que va en cabeza es relevado por otro. Es bastanteobvio que Shalmov considera que la misin del escritor puede homologarse ala de ese forzado que abre un camino por un terreno impracticable, emplean-do su escasa energa en convertir su cuerpo en una especie de tosco quitanie-ves. Entre tanto, los guardianes asisten impvidos al espectculo, bromeandoentre ellos y con las armas dispuestas a mano. Naturalmente, el forzado seagota enseguida, pero el camino, sin embargo, ha quedado claramente sea-lado a travs de la nieve. Los que vienen detrs debern irlo ampliando con supropio esfuerzo, pero el trabajo fundamental ha sido mrito del pionero. Ahorabien, la cosa no es tan sencilla; quienes estn obligados a seguirle debernampliar incesantemente ese mnimo sendero, evitando las huellas practicadasy hollando a su vez la nieve esponjosa en un recorrido no menos agotador paradejar impresas las propias. Escribe Shalmov:

    3. Varlam SHALMOV. Relatos de Kolym. Traduccin de Ricardo San Vicente, eplogo y cro-nologa de I. P. Sitor. Mondadori, 1997.

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 105Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formar unsendero visible pero difcilmente transitable y estrecho: una trocha y no uncamino, lleno de hoyos por los cuales es ms difcil avanzar que por la nievevirgen.

    El trabajo ms duro es para el primero, y cuando a ste se le agotan lasfuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre losque siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el ms pequeo,el ms dbil, debe pisar un pedazo del manto nevado, y no alguna otra huella.

    Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores4.

    Esta pequea historia evoca simblicamente el doble agotamiento que resul-ta de atravesar una experiencia que deja exhausto abrir una trocha en lanieve virgen y de volver a agotarse relatando lo sucedido. Slo el lector estdispensado de la extenuacin, pero siempre y cuando avance por el caminoabierto por el empuje de la escritura. Es importante tener en cuenta que Sha-lmov no escribe sobre hechos que no le concernieron personalmente, sinoque sus relatos son la forma narrativa de un testimonio personal. Todo lo quecuenta lo vivi, lo vio o lo escuch de otros presos semejantes.

    Esta reflexin inaugural conduce a un problema de difcil solucin: el decmo puede conciliarse el testimonio del superviviente con la escritura litera-ria, entendida como empresa esttica y, por tanto, creativa. Es que la des-truccin de uno mismo autntica, no impostada o imaginada, e impuestapor un poder externo puede convertirse en asunto literario, y en ese casopuede uno sobrevivir a ese empeo que convierte la experiencia vivida en fic-cin literaria? El escritor Shalmov es un testigo de s mismo y un personaje dela tragedia que relata, pero el testigo Shalmov narra esa historia como si nofuera con l, como lo hara un observador o un autor dramtico. Shalmovelige desdoblarse en dos personajes aparentemente distintos: el narrador y untestigo que proporciona material narrativo al narrador.

    Quizs porque slo as, mediante ese extraamiento de s mismo, consi-gue Shalmov salvarse, rescatarse del infierno donde sobrevivi inmerso casiveinte aos, y tambin revelar a los lectores la escandalosa verdad de que huboun sistema de dominacin, el sovitico, que quiso destruirle caprichosamente,como a millones de sus semejantes, por clculos y conveniencias puramenteutilitarias, las necesidades de un sistema que se sostiene en el poder medianteun sistema de terror generalizado. Desde un punto de vista retrico, pleonas-mo y oxmoron van de la mano: Shalmov se crea a s mismo como autor(como sujeto autnomo) al testificar el proceso de su destruccin como serhumano y sujeto autnomo. Para eso, hace falta que Shalmov hable de smismo como si fuera un extrao, segn requieren las exigencias de la narrati-va realista. Un bucle narrativo que pone en prctica la misin existencial dela escritura para este autor, con una doble consecuencia. En efecto, narrar sig-nifica derrotar a la muerte, pero tambin testimoniar su amenaza cotidiana,en Kolym y en el sistema que lo ha creado. La literatura aparece como la nica

    4. SHALMOV, 1997: 17-18.

  • 106 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez Gorriarnalternativa a la indeseable renuncia a la verdad, o al desestimiento de buscarrefugio en un silencio impotente (callar porque nadie que no lo haya vividopodra entenderlo nunca). Pero esa eleccin de la literatura conlleva un altoprecio: un agotamiento como el que resulta de abrir un camino debatindoseen la nieve virgen.

    En resumen, sta es ms o menos la tensin salvaje y desgarradora quesoportan quienes tienen la suerte de sobrevivir a la aniquilacin a manos desus semejantes desde luego, algo muy diferente a sobrevivir a una catstro-fe natural o a una enfermedad y deben sin embargo revivir el calvario cadavez que tratan de contar la verdad, pero siempre con la certeza desalentadorade que nunca sern enteramente comprendidos, excepto por quienes hayanvivido algo similar. Sus nombres son muy conocidos: Primo Levi, Imre Ker-tsz, Jorge Semprn, Jean Amry y la lista crecer sin cesar a medida quevayamos descubriendo esos otros infiernos menos conocidos hasta hoy.

    El pensamiento consolador de que estas cosas genocidios, terrorismo,campos de exterminio o de trabajo forzado pasan rara vez, ha dejado de tenerel menor fundamento; al contrario, la historia del siglo XX ha revelado la faci-lidad con que esas cosas ocurren. Sin ir ms lejos, hasta hace relativamentepoco, la literatura concentracionaria sobre el Gulag sovitico disponible enespaol era mucho menor que la semejante producida por las vctimas del nazis-mo. Esa menor disponibilidad era en buena medida una consecuencia de labenevolencia generalizada hacia las dictaduras consideras de izquierda, y portanto justificables: baste recordar el escepticismo generalizado, cuando no hos-tilidad, con que la izquierda recibi en la Espaa del ltimo franquismo lasobras de Alexander Solzenitsin. La de Shalmov ha tardado casi veinte aos enser publicada en espaol, casi los mismos que el autor pas en Kolym!, y esocon una industria editorial que publica miles de ttulos anuales, buena partede los cuales son traducciones que incluyen un alto porcentaje de minucias.

    Autobiografa, vanguardismo? Dos impresiones engaosas

    El relato introductorio Cmo se abre camino en la nieve virgen? podrasugerir una lectura vanguardista de esta narrativa. Al fin y al cabo, no resul-ta evocador contemplar a ese forzado que se debate en la nieve hasta la cintu-ra como otro avatar de la venerada figurada del creador de vanguardia? Elcamino que practica, no es, al fin y al cabo, el camino que abre para nosotrosy que luego recorreremos todos? Pues no, en absoluto. Desde un punto devista esttico, es interesante contrastar la imagen resignada que Shalmov tienede su trabajo, aunque tambin consciente, orgullosa y activa, con la idea visio-naria del tringulo espiritual de Kandinski, donde el artista ocupa, por sus cua-lidades especiales, el vrtice del progreso humano en su avance por la natura-leza y la historia. En la escritura de Shalmov no hay progreso, hay avance casianimal, porque la vida depende del movimiento. Quien permanece inmvil,muere tarde o temprano. Pero moverse no significa progresar, sino slo per-manecer, sobrevivir.

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 107En este aspecto, la narracin de Shalmov slo podra ser considerada delgnero autobiogrfico de un modo superficial. Porque Relatos de Kolym nonarra la evolucin de una vida, sino la lucha diaria contra una muerte que ace-cha de mil formas. Habra ms bien que hablar de una autoagona, de laescritura sobre una agona prolongada. El camino abierto en la nieve virgenes un camino de coaccin y amenaza, un camino de pura supervivencia. Por estocabe hablar, sin aspavientos ni florituras, de esa narrativa como una victoriasobre la muerte: al fin y al cabo, el autor ejerce de tal gracias a que ha conseguidoderrotar a su agona, imponerse sobre su ineluctabilidad.

    La otra gran imagen esttica del vanguardismo y del progreso forjada en elsiglo XX, ese angelus novus de Klee y Benjamin que progresa de espaldas, miran-do con desolacin la ruinas que el progreso va dejando en su avance, tampo-co parece apropiado para entender la experiencia de Shalmov. Desde su puntode vista, el autor no puede permitirse mirar hacia atrs mientras progresa, nicaminar de espaldas, quizs porque no es un ngel, sino slo un hombre coac-cionado que suda y blasfema mientras se hunde en la nieve esponjosa que tirade l. Detrs no deja ruinas, slo un boceto de vereda donde no haba ningu-na. Tampoco persigue ninguna visin ejemplar, ni alcanzar un horizonte entre-visto; slo hay un movimiento de supervivencia creativa y agotadora. Un esfuer-zo que merece la pena en y por s mismo, mientras se quiera vivir.

    Obsrvese que la nieve virgen es una imagen retricamente nada inocente.La nieve virgen es cegadora, y su naturaleza de masa inerte y esponjosa, leve ytan pesada a la vez, ofrece al avance una resistencia tan sutil como eficaz. Parael autor, la nieve es resistencia pasiva, extrema frialdad, claridad cegadora, unsudario que enmascara y oculta todo lo que cubre. Una imagen de la muertecontra la que lucha todos los das.

    Ntese que el camino abierto no lleva a ninguna parte, al menos a ningu-na que haya elegido el forzado. Para ste no tiene otro lmite ni direccin queel de su propia resistencia fsica. Relatos de Kolym superabunda en ejemplosde trabajos tan agotadores e inhumanos como totalmente intiles, sin otrafinalidad que consumar el castigo incesante de los condenados y sin otra ejem-plaridad que la de poner en obra el orden jerrquico del sistema de campos,donde el principio es la completa arbitrariedad del poder totalitario. Abrir uncamino a travs de la nieve usando a los condenados a manera de quitanieveses, en el contexto de Kolym, un trabajo sin otra finalidad distinta que impo-ner el absurdo. Si no fuera porque se trata de un trabajo forzado que acorta lavida de los obligados a realizarlo, bien podramos pensar que estamos en pre-sencia de un bello ejemplo de desinters esttico kantiano, una finalidad sinfin, o quizs de un happenning o trabajo de land-art como los de Richard Long.

    La presuncin del desinters falla, claro est, porque quienes abren el cami-no en la nieve estn obligados a hacerlo, y no pueden sustraerse por s mismosa esta experiencia, ciertamente esttica. Pero, como puso de relieve la estticade lo sublime, las experiencias estticamente ms intensas son aqullas ligadasal terror y al principio de supervivencia. As pues, debemos aceptar que, pormuy repulsiva que sea en trminos ticos y polticos liberales, lo que Shal-

  • 108 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez Gorriarnmov relata es un caso sublime de experiencia esttica: cmo se pasa por elGulag y se vive para contarlo. Ahora bien, la dimensin esttica no es aqualgo aadido, sino fundamental. De hecho, un fundamento que cambia porcompleto la perspectiva del asunto. En efecto, el superviviente que nos ofrecesu testimonio intuye o sabe que el relato de su sufrimiento complacer a otraspersonas cuando aparezca como relato. Pero su obligacin de decir la verdad lehace prestarse a ese juego, incluso intuyendo su punto de degradacin y mano-seo circense5. Es otro precio que debe pagar, aadido a los amortizados por elcamino. Aunque este bucle tico-esttico es tan interesante como turbador,con su sugerencia de que la estetizacin de la experiencia puede arrojarla a unabanalidad ticamente reprobable, dejmoslo de momento. Me interesa ms laapora de que la destruccin personal sea una fuente esencial de creacin est-tica, permitiendo que el superviviente y testigo Shalmov se transforme en elescritor comprometido Shalmov.

    Shalmov convierte en esttica la penalidad de la apertura de un caminoen la nieve virgen cuando decide convertirla en un relato alegrico de la pro-fesin literaria. De la experiencia vivida, vivencial en la jerga filosfica e intrans-ferible por naturaleza dada su unicidad, nace una experiencia reproducible deun orden completamente distinto, cuyo sentido ltimo escapar del marcofijado por las intenciones del autor.

    Por qu la literatura? Las propiedades realistas de la narracin

    Creo necesario volver a recordar que Varlam Shalmov escribe sobre una expe-riencia personal, pero inseparable de la instauracin y el funcionamiento pos-terior del sistema sovitico. No se trata, pues, de un relato de ficcin, ni siquie-ra de una ficcin verosmil, sino de un testimonio personal lleno deconsecuencias polticas, histricas y filosficas. Shalmov escribe sus relatospara dar fe de la historia de una aberracin, el sistema jurdico y penal delsocialismo leninista, del que ha sido vctima. Quiere que se conozca que esto,y eso, y aquello, han pasado, y que esos sucesos deben ser conocidos y recor-dados. Para que no vuelvan a repetirse, como quiere la ingenua concepcinpreventiva de la historiografa?; al menos, para que sean conocidos. Los relatosbuscan cumplir un imperativo moral que podra quizs eludir mediante el olvi-do; Jorge Semprn ha explicado este dilema del superviviente en La escriturao la vida. Shalmov est adems convencido de que todo eso que le ha pasa-do a l va ms all de la contingencia histrica que le ha tocado vivir azarosa-mente: por el contrario, encuentra aqu la manifestacin de algo atroz, laten-te pero presto a emerger, profundamente instalado en la naturaleza humana. De

    5. Un ejemplo de esto podemos encontrarlo, por ejemplo, en la premiada pelcula de Rober-to Begnini, La vita bella (La vida es bella), de 1998, donde los esfuerzos de un padre judose centran en conseguir que su hijo piense que el internamiento de ambos en un campo deexterminio nazi no es sino un juego divertido. Ingenuo y, a la vez, profundo planteamien-to de un aspecto bastante comprometedor de la narrativa concentracionaria.

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 109qu se trata? Quizs de un mal demasiado devastador para nombrarlo direc-tamente, o demasiado difcil de aceptar como para que merezca la pena darleun nombre y arriesgando recibir la negativa de un escepticismo universal, peroalgo que necesariamente debe ser narrado, porque, quizs, slo pueda verse enla narracin biogrfica, con sus recursos elusivos, ostensivos y sugestivos queentretejen lentamente los perfiles de esa mxima oscuridad. Vayamos a losRelatos:

    Durante muchos aos pens que todo esto era la cara oscura de la Rusia ances-tral, algo que se pierde en la insondable profundidad del alma rusa.

    Pero en las memorias de Groves sobre la bomba atmica descubr que estaveneracin esclava en el trato con el general tambin se daba, y no en menormedida, en el mundo de los cientficos, de la ciencia.

    Qu es el arte? La ciencia? Ennoblecen stos al hombre? No, no y no.No es del arte, no es de la ciencia de donde el hombre extrae sus escassimas cua-lidades positivas. Algo distinto les proporciona a los hombres su fuerza moral,no su profesin ni su talento.

    Me he pasado la vida observando el espritu servil, rastrero y humilladode la intelectualidad; de las dems capas de la poblacin ms vale no hablar.

    Desde mi ms temprana juventud llam canalla a la cara a quien lo era.Pero de mayor he seguido observando lo mismo. Nada ha cambiado tras mismaldiciones. Slo he cambiado yo, me he vuelto ms precavido, ms miedo-so. Y conozco el secreto de este misterio de los hombres que se hallan justoal estribo. Es uno de los secretos que me llevar a la tumba. No lo contar.Lo s y no lo contar6.

    Quizs Shalmov albergaba la esperanza de que la experiencia de la lectu-ra narrativa resultara a la larga ms eficiente para transmitir ese conocimien-to, que prefiere reservarse, que el documento descarnado o el nada sencillopor otra parte reportaje pormenorizado de los sucesos. Algo parecido hanpensado gran nmero de vctimas de esta clase de experiencias, de Primo Levia Semprn pasando por Kerstsz y Koestler.

    La idea puede sonar sumamente paradjica. Podemos enunciarla as: la fic-cin literaria puede ser ms eficaz que la relacin o crnica de los hechospara captar y hacer comprensible la verdadera naturaleza de ciertos hechos, enconcreto de aqullos que, por su extremismo, escapan al sentido comn, comolos sucedidos en los campos de exterminio, en los genocidios o en el Gulagsovitico. Enunciar que, segn las estimaciones, Mao Zedong fue responsablepoltico de la muerte de ochenta millones de personas es mucho menos efi-caz, en trminos de comprensin, que narrar algunas de las historias persona-les que se entrecruzan en esa matanza incomprensible por su propia vastedad7.

    6. Varlam SHALMOV, 1997: 493.7. Es lo que pens seguramente la escritora china y antigua guardia roja Jung Chang, auto-

    ra de Cisnes salvajes (1991), la historia novelada de su familia durante la revolucin maos-ta. Pero, para completar el cuadro y darle solidez documental, recientemente ha publica-do, con el historiador britnico John Haliday, el libro Mao, la historia desconocida (Taurus,2006). Naturalmente, las obras de testimonio necesitan el apoyo de una obra documental

  • 110 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez GorriarnPor otra parte, es evidente que esta clase de obras de testimonio, a caballo dela narrativa y la historia personal, necesitan de una historia impersonal paraque sean validadas como tales testimonios verdaderos en vez de, por ejem-plo, una ficcin fantstica como el relato de Kafka En la colonia penitenciaria.

    Si la exactitud estadstica e histrica revela el hecho y sus dimensiones mate-riales, es la narracin del testigo la que desentraa su verdadera y complejadimensin humana: tica, poltica y esttica. Algo, por cierto, que descubrie-ron hace algn tiempo los profesionales de la antropologa cultural y de la his-toriografa, lo que se tradujo en la teora de la descripcin densa de ClitfordGeertz o en la microhistoria al estilo Le Roy Ladurie, enfoques metodolgi-cos que, no por casualidad, empujaron esas disciplinas hacia el campo de la lite-ratura: lo ms significativo del trabajo de campo y de la investigacin de losdocumentos y a veces lo nico significativo es el producto, un relato quetrata de recomponer la experiencia atribuyendo sentido al cruce de mviles,acciones, intenciones y azares de los agentes implicados: literatura, al fin y alcabo! En filosofa, como sabemos, se ha observado una convergencia similarque podemos remontar al primer romanticismo que, pasando por Nietzschey la fenomenologa, conduce a la negacin de Richard Rorty que no com-parto de que exista diferencia sustancial alguna entre filosofa y literatura.

    Lo interesante es que podemos considerar esa estetizacin de las llamadasciencias sociales no tanto como el resultado de su prdida de competenciacognitiva, o de la inexistencia de algo que conocer en sentido positivo (unaverdad), sino como del reconocimiento de que algo o mucho de esa compe-tencia es, en realidad, propia y original de la narracin. Por lo tanto, y encontra de lo que tienden a proponer las corrientes relativistas, no es que lanarracin sea la nica manera de componer una explicacin verosmil o diver-tida de asuntos o problemas carentes de cualquier objetividad y verificabili-dad, sino que ms bien ocurrira lo contrario: la narrativa tiene la propiedad,procedente del lenguaje natural, de significar y documentar aspectos de la verdadobjetiva que pueden adems falsearse, de acuerdo con la epistemologarealista.

    Por otra parte, las estrategias narrativas (lo que suele llamarse ficcin lite-raria) aaden un plus inevitable de subjetividad en forma de intencin auto-rial, de estilo retrico y de valores estticos, ingredientes necesarios no slopara hacer el relato ms atractivo, intenso, significativo, sugerente, etctera,sino para que haya relato en vez de, por ejemplo, crnica de hechos8 (reales oimaginarios). Pero ese plus que introduce la ficcin literaria debera, tambinen principio, desencadenar un doble efecto indeseable: banalizar la experien-cia al embellecerla o estetizarla, y subjetivizarla de acuerdo con la deriva tpi-

    impersonal, es decir, de la investigacin histrica. Eso es lo que las convierte en testimo-niales, no solamente la posicin personal del autor.

    8. Entiendo la crnica como una relacin de sucesos en orden cronolgico o temtico, des-provista de trama narrativa. Por ejemplo: el ao X, el rey P muri en la batalla de Z defen-diendo su reino de los invasores M. Al ao siguiente, su hijo PP luch contra los invaso-res MM. Etctera.

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 111ca de los idiolectos literarios, esto es, imprimir la marca personal, idiosin-crtica, de ese autor en especial. En este aspecto, la ficcin literaria aparececomo un arma de doble filo, que lo mismo puede emplearse con el propsitode comunicar la verdad que con el contrario de enmascararla. Llegados a estepunto, y sabiendo que Shalmov y tantos autores comparables se haban impues-to el deber de contar la verdad, la pregunta es: por qu Shalmov prefiri laficcin literaria a la crnica objetiva? Por qu resulta ms significativo relatary mostrar que enumerar y demostrar, como reclama el principio de objetivi-dad de una epistemologa realista?

    Una explicacin inmediata podra recurrir al principio de empata: es msfcil para los seres humanos comprender a un otro bien perfilado que a un enteabstracto al que ni siquiera podemos asignar mviles y acciones humanas. Otraexplicacin podra echar mano de la vieja y prestigiosa catarsis aristotlica: unabuena ficcin sobre lo que podra ser es ms instructiva que el relato de lo queefectivamente ha sido; la poiesis trgica instruye ms que la historia, porque laprimera muestra las diversas variedades verosmiles de experiencia humana,mientras que la segunda se limita a contar una en concreto. Sin embargo, lassituaciones a las que se enfrenta esta clase de literatura no slo son concretsi-mas diramos que montonamente concretas: hay poca fantasa en el geno-cidio, sino que siempre estn ms all del principio clsico de verosimili-tud. Acabar en Auschwitz o en Kolym, verse envuelto en el genocidio de lostutsis en Ruanda o por la revolucin de los khmeres rojos, son casos muy cla-ros de situacin inverosmil para la mayora de nosotros, un supuesto de pesa-dilla, tanto que la inmensa mayora de la gente incluso se niega a aceptar quetales cosas hayan sucedido hasta que las pruebas al respecto son abrumadoras.Y despus se prefiere no pensar demasiado en ello.

    Las hiptesis de la empata y de la catarsis no aclaran las razones por lasque Shalmov y tantos otros han preferido recurrir a la literatura en la con-fianza de que sta ser mucho ms eficaz y rica para comunicarnos su testi-monio sobre el sufrimiento y la aniquilacin, que es de lo que se trata.

    Uno de los relatos entra elpticamente en esta cuestin. En El buquinista,el propio Shalmov se encuentra, aos ms tarde de ser liberado, con Fleming,que haba sido jefe del campo de Igarka. Fleming vive atormentado por el sen-timiento de culpa, a pesar de que presuma de que trataba bien a sus presos,y se debate en la duda acerca de hacer algo. Shalmov le sugiere entoncesque escriba algo al respecto:

    Por qu no te serenas? Escribe. No lo haces mal. Como si fuera una carta.Escribes un relato, una novela; qu es esto sino tambin un testimonio?No, yo no soy escritor. Lo mo son los documentos9.

    La resistencia de Fleming es una variante de un fenmeno muy conocido:la renuncia a contar lo sucedido. Esta resistencia tiene dos fuentes fciles deidentificar, y otra quizs ms oculta. Las fciles son el deseo de olvidar y el

    9. Varlam SHALMOV, 1997: 299.

  • 112 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez Gorriarntemor a la previsible incomprensin general que, en el caso de Fleming,empeoraba por su papel de verdugo.

    Menos evidente es el sentimiento de pudor que afecta a la vctima cuandodebe contar lo que le han hecho, su conversin en objeto pasivo y sometidode humillaciones y torturas cotidianas. No slo les ocurre, como es fcil supo-ner, a las vctimas de abusos sexuales y sevicias, sino tambin a la personacorriente que se resiste a convertirse en objeto de una curiosidad general que ine-vitablemente lleva aparejada el manoseo de su intimidad. Agamben hace refe-rencia a uno de estos casos, el de un estudiante italiano que va a ser fusiladopor los alemanes naturalmente, sobrevive para contarlo y siente, en pri-mer lugar, una enorme vergenza cuando le llaman al paredn ante docenasde compaeros en su mismo caso. El sentimiento contrario es expresado, encastellano, como tener ms miedo que vergenza. Suponer que los autores queconvierten sus desdichas en material literario actan movidos por un impulsonarcisista como el que anima a los que se desnudan en pblico para llamar laatencin, ignorara que muchos de ellos preferiran mil veces guardarse paras esas experiencias y reflexiones, tantas veces profundamente vergonzosas ysiempre incurablemente hirientes.

    Shalmov pone el dedo en la llaga en una de sus cartas a Boris Pasternak:

    Lo principal estriba [] en la descomposicin de la mente y del corazn, quese produce cuando, de da en da, a una enorme mayora le queda cada vezms claro que, a lo que se ve, se puede vivir sin azcar, sin ropa, sin calzado, ytambin sin honor, sin conciencia, sin amor, sin sentido del deber. Todo quedaal desnudo, y esa postrera desnudez es pavorosa10.

    Este proceso de reduccin radical de la vida humana concreta a una exis-tencia menos que animal, desnuda de todo atributo de humanidad y autono-ma, es precisamente lo que aparece con nitidez del archipilago de historiasque componen los Relatos de Kolym.

    Ventajas de la literatura sobre el testimonio directo y la historia: el nfasis en el sentido

    Dando otro rodeo, veamos ahora las ventajas aparentes que hay en recurrir a laliteratura para dar forma al testimonio, es decir, la ventaja de convertir hechosreales en una ficcin ejemplarizante, como hace Shalmov.

    1. En primer lugar, el relato literario induce una objetivacin del asunto quepermite al testigo abordarlo como algo separado de uno mismo, de modoque pueda ser examinado y pensado con distancia crtica y compasin.

    2. En segundo lugar, el relato permite introducir un orden, no necesariamentecausal e incluso contrario a las explicaciones causales, pero s secuencial:unas cosas pasan porque han sucedido otras, un suceso deriva de otro ante-

    10. Reproducida en Varlam SHALMOV, 1997: 504.

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 113rior y germinal. Aunque no haya un objetivo racional para la accin parti-cular, hay sentido en la accin misma, como sucede cuando se abren cami-nos en la nieve virgen profunda.

    Leyendo los relatos de Shalmov, sabemos claro est que los presos con-finados en Kolym para que vayan muriendo lentamente son vctimas, en lamayor parte de los casos, de un sistema poltico y judicial aberrante. Pero eseconocimiento previo no quita ni aade nada a cada relato en particular, fijado enuna accin o red de acciones que transcurren en ese contexto, pero que tienensentido propio, independiente de Stalin y su sistema de genocidio. En efecto,el preso que intenta fugarse, el que aprende a sobrevivir hacindose amigo delos matones, el que se las arregla escaquendose, el que no entiende nada y muerepronto, etctera, es siempre un sujeto que acta de acuerdo con mviles pro-pios que no pueden reducirse a la denuncia del estalinismo como, por ejem-plo, interpretara el caso alguien que slo reconociera una voluntad de denun-cia en la obra de Shalmov. Las circunstancias tampoco son tan definitivamentedeterminantes que no permitan a la inteligencia, la astucia o la calidad moraltrazarse un curso propio, un plan personal de accin, incluso en un ambientetan hostil a la autonoma personal como el de un sistema creado, precisamente,para destruir cualquier posibilidad de autonoma, inclusive como mera ilusin.

    La literatura, el relato de ficciones ejemplares, sirve precisamente para mos-trar este conocimiento difcil o imposible de hacer notar en un documentoimpersonal: la capacidad humana de crear, argumentar y maniobrar apareceincluso en el ncleo mismo de la aniquilacin organizada a escala industrial.Las historias de Primo Levi sobre los lager nazis abundan en este sentido. Final-mente, la propia literatura (o el cine) del exterminio son la mejor demostra-cin de que, como sealara Agamben, algo queda, algo sobrevive incluso deAuschwitz11: naturalmente, queda una enseanza sobre la condicin humana.

    Por tanto, la ventaja de relatar, de hacer literatura, es que permite, o ms bienhace inevitable, dar sentido a una accin, encontrar el sentido elemental delsentido mismo de actuar: tomar decisiones, elegir, decir no o decir s, es final-mente el ltimo dominio irreductible de la libertad y la dignidad personales.Aqu la ficcin esttica aparece no solamente ligada a la comprensin de lapraxis como problema fundamental de la filosofa prctica, sino tambin comola estrategia ms adecuada para conferir su sentido genuino a cosas que pare-cen no tener ninguno (el absurdo).

    Estrategia que se cobra un precio nada trivial, por otra parte. En concre-to, la conversin de un testimonio nico e intransferible en el argumento de unaficcin consumida ms por la carga de emociones asociadas a la lectura quepor su relacin con la verdad.

    La relacin entre objetivacin y sentido procurados por el relato es suma-mente compleja. La subjetividad del autor se convierte insensiblemente en un

    11. Giorgio AGAMBEN (2000). Lo que queda de Auschwitz: el archivo y el testigo, Homo sacer III.Valencia: Pretextos.

  • 114 Enrahonar 38/39, 2007 Carlos Martnez Gorriarnobjeto que puede ser tratado como tal por la opinin, situacin sumamenteindeseable para el testigo, empeado en transmitir una verdad que sabe incom-prensible para quien no la haya vivido. Objetivar lo que le ha pasado a l o aotros en su situacin es un pequeo desastre, una violacin consentida quepuede abrir las puertas a una banalizacin ilimitada de la tragedia real, con-vertida en gnero de ficcin. Puede que esa objetivacin que impone el rela-to sea el precio, el gasto inevitable que nos impone la literatura, y ms en gene-ral la estetizacin de la accin.

    Por qu escribir relatos, entonces? Slo porque la ganancia obtenida median-te la insercin de sentido en sucesos que, de otro modo, pareceran absurdos eincomprensibles, y por lo mismo carentes de toda responsabilidad y explica-cin, supera a los inconvenientes.

    Podemos entender mejor el problema con un caso contrario. En La meta-morfosis, Kafka cuenta la clebre desdicha de Gregorio Samsa: una maana,despierta casualmente convertido en un escarabajo enorme y repulsivo. Gre-gorio se resigna a su nueva imagen dentro del bicho sigue estando l, perolos dems habitantes de la casa le maltratan porque le tratan por lo que pare-ce: un bicho asqueroso. La razn de que nadie pueda acusar de conducta inhu-mana a los agresores de Samsa es que la transformacin que ha padecido notiene sentido, y por lo tanto no se puede exigir a nadie que acte con sentido,es decir, siguiendo un guin racional en el que Samsa conserva todos sus dere-chos humanos. El absurdo desencadenante pone en marcha una conducta caren-te de cualquier responsabilidad. Lo anticipado por Kafka podra parecer una fan-tasa de artista carente de otras consecuencias si no fuera porque la respuesta demuchas personas en situaciones no muy diferentes en cuanto al absurdo originallos alemanes y austriacos bajo el rgimen nazi, los verdugos voluntarios deRuanda, la sumisin casi total a Stalin, Mao y genocidas similares en sus pa-ses respectivos tambin se benefici de la supuesta falta de sentido atribui-da a la situacin. Si esto que sucede no tiene sentido, por qu debera yo sen-tirme responsable?

    Volvamos a Shalmov: en lugar de una gran historia, prefiere componerun mosaico de relatos menores con la esperanza, ampliamente satisfecha, deque ese modo de contar haga mucho ms comprensible la naturaleza del uni-verso concentracionario del Gulag. Es importante esta sutileza: la arbitrarie-dad radical y absoluta del sistema se capta mejor en el relato aditivo de suspequeas y terribles miserias por ejemplo, varios relatos narran minuciosa-mente la prohibicin de que los reclusos coman ciertas bayas silvestres muynutritivas y dulces, sustituidas por las agujas de un tipo de pino de sabor repug-nante y sin valor nutritivo, que en una historia global atenta a las estadsti-cas y a las decisiones de Stalin y la cadena de mando sovitica.

    Este contraste se aprecia mejor comparando la obra de Shalmov con la deRibakov12, otro escritor ruso que ha tratado de narrar el estalinismo desde pre-

    12. Me refiero a la triloga de Anatoli Ribakov iniciada por Los hijos del Arbat, terminada en1966, publicada en 1987 y traducida al castellano por Galaxia Gutemberg en 1989.

  • Los Relatos de Kolym, de Varlam Shalmov Enrahonar 38/39, 2007 115supuestos ms histricos y siguiendo las convenciones de la novela realista, conun resultado muy inferior aunque tenga su propio inters. En la investigacinde los hechos y testimonios, parece inevitable introducir la mecnica histo-riogrfica de la causa-efecto sobre todo porque se trata de averiguar las cau-sas, para disgusto de los relativistas, pero Shalmov pretende llegar mucho msall de las causas, tan a menudo indulgentes y fatalistas. No se trata de adju-dicar a una determinada causa el horror del Gulag, a menudo marginal porejemplo, la crueldad de Stalin, como pretendi Kruschev, sino de mostrar queel Gulag era, en cuanto sistema, la organizacin industrial de un modo deobrar donde emerge lo peor de la naturaleza humana, y que esa naturaleza abe-rrante no se limita a las decisiones polticas, administrativas y jurdicas equi-vocadas a errores humanos, sino que emerge en cada detalle y situacin,impregnando de arriba a abajo el conjunto de la existencia.

    Lo que Shalmov transmite es que la decisin de narrar desvela ese sentidorecndito del sinsentido, tan elusivo. El terror saca muchos beneficios de lapresuncin infundada de que la mayora de sus actos son o sern imposiblesporque no tienen sentido o son irracionales. O que, de haberlo, corresponde-r nicamente a la vctima, llamada a justificarse (algo habr hecho). La mayorparte de la gente prefiere no ver lo que tiene delante, porque la banal veracidadde lo que era reputado imposible resulta demasiado devastadora. Pero el rela-to que juega con las ventajas y desventajas de la autora, la empata, la objeti-vacin y la catarsis, sometidas todas ellas a la interpretacin del lector, puedequebrar esa indiferencia y combatir la ceguera voluntaria.

    En conclusin: la literatura el relato, la narracin tiene propiedadesque permiten la comprensin del sentido de ciertas experiencias humanas,sobre todo de las extraordinarias. Son propiedades de la creacin esttica, ypor eso formas de crnica que aspiran a la objetividad pueden resultar muchoms dbiles e ineficaces desde el punto de vista cognitivo.

    Ahora bien, estas propiedades son, por otra parte, de condicin aportica:la verdad que la literatura puede llegar a revelar es ciertamente verdadera, peroes una verdad sometida a limitaciones y lastres diversos. El conocimiento est-tico funciona en el cuadro del conjunto de los conocimientos. Shalmov esimprescindible para entender el Gulag, pero para saber qu era, son indispen-sables la investigacin histrica y la filosofa poltica. Alguien que se limitara acontarnos un relato en primera persona de lo que ha vivido transmitira unvalioso testimonio fctico, pero dejara en el aire algo que nos interesa saber: quha significado esa experiencia no slo para l en particular, sino, desde su pro-pia experiencia, para otras personas y para cualquier persona posible. En estepunto, la reflexin sobre los hechos verdaderos, ese escrutinio que compartenfilosofa y literatura, aparece como la verdadera tarea comn, la nica capazde aportar algn saber sobre lo que, en principio, era incluso impensable (elsecreto de Shalmov).

    Los Relatos de Kolym, de Varlam ShalmovLa tensin entre literatura y testimonio(sobre las propiedades cognitivas de la naResumenAbstract

    SumarioCmo se abre camino en la nieve virgen?El desdoblamiento de Shalmov en narrador y testigoAutobiografa, vanguardismo? Dos impresiones engaosasPor qu la literatura? Las propiedades realistas de la narracinVentajas de la literatura sobre el testimonio directo y la historia:el nfasis en el sentido