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Renacimiento español
Antecedentes históricos
Comúnmente se acepta la fecha de 1492 como los comienzos de la influencia del Renacimiento en España, el cual había surgido en Italia en el siglo XIV.
Este nuevo enfoque en el arte, literatura o la ciencia, inspirado en la antigüedad clásica y en especial la tradición grecolatina, recibe el impulso trascendental en este año por varios acontecimientos históricos sucesivos:
Unificación del ansiado reino cristiano con la toma definitiva de Granada, última ciudad de la España Islámica y la sucesivas expulsiones en miles de creyentes musulmanes y judíos,el 31 de marzo de 1492.
El descubrimiento oficial de América, el viernes 12 de octubre de 1492.
La publicación de la primera gramática de una lengua vulgar europea, La Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija.
El inicio del Renacimiento en España se liga íntimamente al devenir histórico-político de la monarquía de los Reyes Católicos. Sus figuras son las primeras en salir de los planteamientos medievales que fijaban un esquema feudal de monarca débil sobre nobleza poderosa y levantisca. Los Reyes Católicos aúnan las fuerzas del incipiente estado y se alían con las principales familias de la nobleza para mantener su poder. Una de estas familias, los Mendoza, utiliza el nuevo estilo como distinción de su clan y, por extensión, de la protección de la monarquía.
Poco a poco, la estética novedosa se introduce en el resto de la corte y el clero, mezclándose con estilos puramente ibéricos, como el arte nazarí del agónico reino de Granada, el gótico exaltado y personal de la reina castellana, y las tendencias flamencas en la pintura oficial de la corte y la Iglesia. La asimilación de elementos dio lugar a una personal interpretación del Renacimiento ortodoxo, que se dio en llamar Plateresco. Asimismo, se importan artistas secundarios de Italia, se envían aprendices a los talleres italianos, se traen diseños, plantas arquitectónicas, libros y grabados, cuadros, etc., de los cuales se copian personajes, temas y composición.
Literatura renacentista
Los escritores del Renacimiento adoptaron como modelos que debían ser imitados a los escritores de la antigüedad clásica, y a los grandes italianos del siglo XIV: Dante, Petrarca y Bocaccio. Este movimiento fue influido por los humanistas que estudiaron la cultura de Grecia y Roma, entre los que destacan Erasmo de Rotterdam, Antonio de Nebrija y Juan Luis Vives.
Durante la Edad Media el arte es un medio para honrar a Dios. En el Renacimiento el centro del mundo es el hombre, los poetas cantan al amor humano, la naturaleza, los hechos guerreros, y también tratan temas filosóficos y políticos
Los precursores de la poesía moderna en España son el Marqués de Santillana y Jorge Manrique, el autor de Coplas a la muerte de su padre
Poesía
Poesía durante el reinado de Carlos I
Juan Boscán influido por los artistas italianos e instado por Navaggiero, introduce las nuevas formas,
escribiendo muchos poemas de gran calidad. Su amigoGarcilaso de la Vega es el definitivo adaptador de
las formas italianas, utilizando el verso endecasílabo y los recursos típicos de la poesía italiana: soneto,
terceto, canción, lira, la rima interna y los versos sueltos.
Una serie de poetas siguieron los pasos formando la Escuela Petrarquista.
Poesía lírica en la época de Felipe II
Existen dos tendencias:
La escuela de Sevilla
La escuela de Salamanca
Novela
Destacan:
Fernando de Rojas, autor de la novela La Celestina
Escritores anonimos del Romancero y la pieza maestra de la Novela picaresca Vida del Lazarillo
de Tormes
Otros autores destacados
Ausiàs March
Alonso de Ercilla
Lope de Rueda
Francisco de la Torre
La ascética y la mística
La aparición de este género en España parece influida por místicos extranjeros anteriores como Kempis,
Tauler, Ruysbroek, etc. Entre los primeros escritores ascéticos está el Beato Juan de Ávila (1500-1569)
Los más importantes escritores ascéticos son :
Fray Luis de Granada (1504-1584)
Sus obras más importantes consideradas tratados de doctrina son : Guía de pecadores, Libro de la
oración y meditación y la más notable, Introducción al tu símbolo de la fe.
Santa Teresa de Ávila (1515-1582)
En su obra literaria utiliza un lenguaje campechano propio del campo de Ávila pero de profundo y
fervoroso estilo. Entre sus obras más importantes están: El Libro de su vida, autobiografía
espiritual, Camino de perfección, donde indica los medios para lograrla, El libro de las fundaciones, El
castillo interior o Las Moradas.
San Juan de la Cruz (1542-1591)
A diferencia de Santa Teresa, San Juan es un humanista y domina el idioma. Su obra poética, muy
escasa, se reduce a : Subida del monte Carmelo,Cántico espiritual, Noche oscura del alma y Llama del
amor viva. Y también algunas poesías de carácter religioso, entre las que están : Aunque es de
noche, Tras un amoroso lance, etc. Su obra más importante es el Cántico espiritual, escrito en liras
garcilasistas, inspirado en el Cantar de los Cantares.
San Ignacio de Loyola (1491-1551)
Su única obra literaria que se conoce es : Los ejercicios espirituales, en la que expresa su fe cristiana.
Literatura española del RenacimientoLas relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la mitad
del siglo XV, hicieron que existiera un amplio intercambio cultural entre estos dos países. El
papado de dos ilustres valencianos, Calixto III y Alejandro VI, sirvió para estrechar las
relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. En Italia se editaban
o traducían las obras literarias españolas de mayor relieve, como el Amadís de Gaula, La
Celestina, Cárcel de Amor o las composiciones poéticas de Jorge Manrique e Íñigo López de
Mendoza, Marqués de Santillana, así como las compilaciones de producciones populares como
los villancicos y los romances. Otro tanto sucedía en España con obras italianas, como
la Jerusalén liberada, de Torcuato Tasso.
Estas relaciones hispano-italianas fueron muy importantes, ya que llevaron a la Península las
inquietudes y gustos que propiciaron el Renacimiento español.
Ideología
La mentalidad renacentista responde a la doctrina del humanismo, que se caracteriza por:
1. La valoración del mundo grecolatino, en el que se busca una nueva escala de valores
basada en el individuo.
2. El antropocentrismo; el hombre es el centro del universo, capaz de dominar el mundo y
crear su propio destino.
3. Se antepone la razón al sentimiento y prevalece el equilibrio, la mesura y la armonía
(Aurea mediocritas).
4. El nuevo ideal del hombre es el de El cortesano de Castiglione, el perfecto caballero
hábil como poeta y guerrero.
5. Un nuevo ideal de belleza; la naturaleza, la mujer, el amor se presentan idealizadas. Se
describe el mundo no como es, sino como debería ser.
El humanismo en España
A pesar de que en 1492 la Reconquista había finalizado con la toma de Granada,
reino musulmán, y los judíos habían sido expulsados de la península Ibérica con el Edicto de
Granada, seguían conviviendo las tres religiones; el judaísmo, el islam y el cristianismo, esta
última mayoritaria y ostentadora del poder político. Es así como la Inquisición pasa a ser un
órgano dependiente del Estado y no sólo de la Iglesia, y ejerce presión para que se termine
expulsando a los antes tolerados.
La situación de España siempre fue muy compleja pero aun así el humanismo logró mantener
su carácter innovador, a pesar de las interferencias que limitaron el estudio de los clásicos.
Durante el gobierno de los Reyes Católicos cabe destacar la labor de Antonio de Nebrija (1442-
1522), autor de la primera Gramática castellana.
Por otra parte, el gran mecenas durante el humanismo fue el cardenal Gonzalo Jiménez de
Cisneros, lo que contrasta en parte con el resto de su prelado por su origen humilde y su
carácter austero y el haber puesto su mayor empeño en reformar las costumbres de indisciplina
entre las órdenes religiosas. La reforma tenía que ser fruto de una reforma a la educación, y
aunque no fuera erudito fue el máximo protector de los nuevos estudios. En 1498 fundó
la Universidad de Alcalá de Henares, que superó en prestigio e influencia a todas las demás
excepto la de Salamanca, su mayor rival.
La orientación de su reforma coincidía en parte con las ideas de Erasmo en un momento en
que el erasmismo era la doctrina pujante en Europa y en España por supuesto, protegida por el
rey Carlos I.
También durante la época era común una obra como la de Pedro Mexía, quien recopiló una
miscelánea de información científica. Es un ejemplo de la tendencia renacentista a la
idealización, pues se tenía la convicción de que la sabiduría puede extraerse de la gente
común, cuya pura tradición la ha conservado, porque el pueblo está y siempre estuvo cerca de
la naturaleza.
Dentro del idealismo y el humanismo del Renacimiento están muy bien representadas las
controversias de la actividad colonial de España en el nuevo mundo. El principal promotor fue
el fraile dominico Bartolomé de las Casas (1474-1566), quien tenía como principios básicos:
que la guerra es irracional y contraria a la civilización; que no debe emplearse fuerza alguna
contra los nativos, pues incluso la conversión forzosa al cristianismo es reprochable; que la
irracionalidad y la libertad del hombre exige que la religión y todo lo demás solo se enseñe
mediante una suave y amable persuasión.
El resurgimiento del nuevo espíritu se ve encarnado por Francisco de Vitoria (1483-1546),
teólogo dominico, profesor de Salamanca, que rechazó toda argumentación basada en puras
consideraciones metafísicas por estar a favor del estudio de los problemas reales que
planteaba la vida política y social contemporánea. Fue el primero en establecer los conceptos
básicos del derecho internacionalmoderno, basándose en la regla del derecho natural.
Afirmaba así las libertades fundamentales como la palabra, de comunicación, comercio y
tránsito por los mares, siempre que las naciones y razas no se perjudicaran mutuamente. Pero
estas libertades eran inherentes a la sociedad humana, dentro de la cual los indígenas no
estaban considerados por pertenecer a comunidades subdesarrolladas, sin organización
política ni medios de comercio. En consecuencia Vitoria propugnaba un sistema de mandato
donde las etnias inferiores debían ser gobernadas por las superiores, doctrina basada en el
servilismo natural, por lo tanto si las naciones incivilizadas se negaban a someterse
voluntariamente, la guerra era moralmente legítima.
Con Erasmo en España muere el espíritu de tolerancia, pues no se llegó a ninguna
reconciliación ni compromiso entre protestantes y católicos, comenzaba la Contrarreforma; una
vez se perseguía la unidad religiosa, solo que ahora dentro del mismo Cristianismo, había
terminado el Renacimiento. Sin embargo la religiosidad española mantuvo sus propios
parámetros gracias a una nueva orden, laCompañía de Jesús, fundada por San Ignacio de
Loyola (1491-1556). A España llegó procedente de Italia el neoplatonismo. Platón basó su
filosofía del amor en la elevación en la cual el espíritu es trasportado por su amor a la belleza.
El humanismo propone como tarea lograr la pureza auténtica del mensaje cristiano, lograr la
unidad de los mejores pensamientos humanos en torno a una filosofía de Cristo donde el
hombre moderno puede encontrar la alegría y la felicidad, pero Erasmo no pretendió divinizar al
hombre ni poner el Renacimiento al servicio de los hombres. Sí reconoce que el hombre es
razón y lenguaje, por eso su trabajo es el de reconocer la palabra como la mejor parte de la
naturaleza pues constituye el ser del hombre, este estudio le corresponde al Humanismo.
La poesía renacentista
La poesía de este período se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León) y la
Sevillana (Fernando de Herrera).
La Escuela Salmantina, tiene como rasgos distintivos:
Concisión en el lenguaje;
Llaneza en la expresión;
Realismo en el pensamiento;
Preferencia por la estrofa corta;
La naturalidad y la sencillez.
La Escuela Sevillana, en cambio, es:
Grandilocuente;
Pule en extremo la forma;
Su obra es más de meditación que de sentimiento, más de documentación que de
observación de la naturaleza y de la vida;
Prefiere la estrofa larga y la composición extensa
Usa abundantemente los adjetivos y el ornato retórico.
No obstante, esta escuela sirvió de base inmediata y de puente necesario para enlazar con los
movimientos poéticos que en el siglo XVII se englobaron bajo la denominación general
de Barroco.
Orígenes
La lírica renacentista se origina a partir de:
La tradición, que perpetúa temas y formas de la lírica medieval. Esta tradición se compone
tanto de la lírica tradicional, oral y popular (villancicos, canciones de amor...) y la lírica no-
escrita que transmitía el romancero, como la lírica culta (de autores como Juan de Mena o
el Marqués de Santillana) y la lírica cortesana de raíz trovadoresca recogida en los
cancioneros, el más famoso de los cuales fue el de Hernando de Acuña.
Esta poesía tradicional está ligada al empleo del verso corto, especialmente
el octosílabo.
La corriente innovadora de raíz petrarquista y, por tanto, italianizante, que madurará
gracias a Boscán y a Garcilaso. Esta corriente bebe en realidad de las mismas
fuentes que la anterior: la lírica provenzal. Manejan por tanto una misma concepción
del amor como servicio que dignifica al enamorado.
Características
En cuanto a la métrica utilizada, se adoptan versos (endecasílabo y heptasílabo) y
estrofas (lira, silva, octava real, tercetos encadenados,soneto) procedentes de Italia.
Asimismo, aparecen géneros característicos como la égloga (los protagonistas
son pastores idealizados), la oda (para asuntos graves) o la epístola (poema en forma
de carta).
La lengua en esta época está dominada por la naturalidad y la sencillez, huyendo de la
afectación, del amaneramiento y de la frase rebuscada. Así el léxico y la sintaxis
serán sencillos.
Los temas preferidos por la poesía renacentista son, fundamentalmente, el amor,
concebido desde el punto de vista platónico; la naturaleza, como algo idílico
(bucolismo); la mitología, utilizada como tema central o como ornamento para un
asunto amoroso y la belleza femenina, siguiendo siempre un mismo ideal clásico.
En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas,
tomados del mundo clásico algunos de ellos:
-El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el momento". Con él
se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez.
-El "Descriptio puellae", descripción de la belleza ideal de la mujer.
-El Beatus Ille o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida
de la ciudad, con sus peligros e intrigas.
-El Locus amoenus o descripción de una naturaleza perfecta e idílica.
-El "Aurea mediocritas", gusto y satisfacción por lo sencillo, lo que se posee... frente al
deseo desmesurado de riquezas
Imitación y originalidad en la poética renacentista
El poeta renacentista se servía de los modelos de la Naturaleza, sobre esta base no ponía en
duda la necesidad de imitar pues estos procedimientos se justificaban por proceder no de la
reproducción de modelos, sino que del mismo espíritu que ha recogido otros pensamientos y se
ha nutrido de ellos. Si lo ajeno, forzosamente disperso al ser múltiple, se vértebra y refunde en
un organismo único, y si en este resplandece el espíritu del escritor, nadie podrá negarle el
dictado de original.
Dentro del esfuerzo por establecer influencias, traducciones o adaptaciones, hay un
componente de autocomplacencia ya que daba prestigio a quien las descubría. Esas rudezas
eran en su mayor parte un rastreo que significó una pugna entre antiguos y modernos, para
exhibir la propia cultura. El escritor de esa época asume la imitación como centro de su
actividad. La originalidad absoluta constituye un ideal remoto que no se niega, pero no se
postula exigentemente, porque es un privilegio concedido a poquísimos, y existe además la
posibilidad de alcanzarla con el medio imitativo. En la imitación se debe acudir a varias fuentes
que deben trasformarse y reducirse a unidad, es decir, convertirse al sentimiento personal que
permite obtener el resultado patentemente original (no es la expresión pura del sentimiento,
antes es un rodeo la memoria lectora).
Poesía amorosa
En la poesía lírica de la primera mitad del siglo XVI, la crítica reconoce varias corrientes
paralelas que confluyen en dos grandes líneas.
Tradicional: que perpetúa los temas y formas procedentes de la tradición medieval. Recoge
tanto la lírica tradicional (villancicos, cancioncillas de amor, textos romanceriles, etc.) como las
de la poesía de cancionero del siglo XV en su vertiente amorosa y didáctica moral. Ligada al
uso de metros cortos, especialmente el verso octosílabo.
Italianizante: más innovadora, introduce en España modelos poéticos de inspiración
petrarquista vigentes en la Italia del Renacimiento. Refleja el desarrollo de las innovaciones de
Juan Boscán y Garcilaso, según el patrón de la lírica culta italiana de su tiempo. Ligada al
empleo del endecasílabo, soneto y de diversas formas estróficas derivadas de la canción
petrarquista.
Los estudios de José Manuel Blecua y Rafael Lapesa demuestran la improcedencia de toda
rígida dicotomía entre las dos corrientes ya que ambos descienden de una fuente común de la
poesía provenzal. En la lírica española existía ya un clima “petrarquista” procedente del fondo
trovadoresco que los poetas del dolce stil nuovo habían recogido en Italia. El surgimiento de la
lírica italianizante tiene un fecha clave, en 1526 Navagero insta a Juan Boscán a probar en
lengua castellana sonetos y otras trovas usadas por los buenos poetas de Italia. A su vez en
Italia el entusiasmo por las letras grecolatinas repercute en el resurgimiento del bucolismo,
junto al sueño pastoril de la Edad de Oro y otros mitos clásicos que pudieran servir para la
comunicación del sentimiento amoroso.
Garcilaso de la Vega
Garcilaso de la Vega (1501-1536) cortesano y soldado de la época del emperador Carlos V. Es
prácticamente imposible rehacer su vida externa sin detalles autobiográficos inspirados en
mayor parte por la portuguesa Isabel Freire, pasando primero por los celos de su boda, y
después por el dolor de su muerte. La poesía garcilasiana se vincula con tres nombres
principales: Virgilio, Petrarca y Sannazaro (de Virgilio rescata la expresión del sentimiento, de
Petrarca, la métrica y la indagación en los estados de ánimo y de Sannazaro, su nivel artístico).
Se destacó por la riqueza expresiva de sus versos ejemplificados por Dámaso Alonso en la
égloga II, perfecta imbricación de recursos técnicos para acercar al lector a la comprensión en
plenitud del lenguaje poético. Hay tres motivos esenciales: la dulzura, la tristeza y la gravedad.
Parker destacó su simetría, y Clarke su perspectiva psicológica, etc.
La materia poética de Garcilaso está constituida por las vivencias de un espíritu agitado entre
impulsos contradictorios, sumido en la conformidad o refugiado en sueños de hermosura. Pero
estos estados del alma se han encontrado con moldes propios de la tradición literaria, que han
actuado sobre el contenido sentimental y sobre la expresión, intensificándolos o filtrándolos.
Garcilaso comienza a preocuparse de la belleza del mundo exterior, de la hermosura femenina,
después del paisaje. Pero nunca desaparecen rasgos hispánicos característicos como la
gravedad y la digna contención, o la voluntad de perderse. Están presentes elementos
del dolce stil nuovo, que le impulsan a idealizar el amor presentándolo como estímulo de la
espiritualidad
Castillejo
Dentro de la llamada línea tradicional destaca la figura de Cristóbal de Castillejo, de quien se
han tomado muy rígidamente sus poemas amorosos, ajustados a los tópicos del amor cortés, y
sus sátiras. Ha sido percibido como un espíritu imbuido del ideal erasmista y dotado de una
superioridad moral por encima de la bajeza cortesana. En su obra hay mezcla de jocosidad y
moralismo. Estuvo en contra de la escuela italianizante, por estar encabezando la defensa de la
lengua nacional del nuevo imperio, quien postulaba que esta lengua superaría y revitalizaría la
insustancialidad y amaneramiento de las coplas castellanas de su tiempo, ya alejadas de los
modelos anteriores. Este vitalismo suponía la incorporación de elementos folclóricos y
tradicionales, la tendencia populista erasmista del refrán y del coloquio y el nacionalismo
lingüístico literario.
Juan Boscán
Juan Boscán Almogaver (o Joan Boscà i Almogàver, Barcelona, 1493 - Perpiñán, 1542), poeta
y traductor catalán en lengua castellana del Renacimiento.
De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de los Reyes
Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor del Duque de Alba.
En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego Hurtado de Mendoza; éste le
dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama
valenciana, doña Ana Girón Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí encontró al
caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran amistad; seguramente al
aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta valenciano Ausiàs March se deben las
reminiscencias de éste que hay en algunas de las composiciones del poeta manchego.
Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica cancioneril,
introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real, terceto
encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos y los
motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de ello en una
conversación con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en
los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar
esa experiencia poética.
Convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego Hurtado
de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento en una
epístola nuncupatoria dirigida "A la duquesa de Soma" que puso como prólogo a uno de sus
volúmenes de poesías. Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más nacionalista del
Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver amablemente su
disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo. La novedad del endecasílabo, sin embargo,
arraigó al lado del octosílabo como el verso más usado en la lírica española y desde entonces
el dodecasílabo, con un ritmo machacón y menos flexible que el del endecasílabo, fue
arrinconado y preterido en favor del endecasílabo cuando había que tratar temas importantes.
La poesía castellana quedó así enriquecida con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y
recursos expresivos.
El poema Hero y Leandro de Boscán es el primero que trata de temas legendarios y
mitológicos clásicos. Por otra parte, su Epistola a Mendoza introduce en España el modelo de
la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se expone el ideal del
sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio.
Estudios modernos han desterrado la idea infundada de la dureza y sequedad de sus versos
con el pretexto de que no era un hablante nativo de castellano. Fuera de un amplio cancionero
petrarquista, Boscán demostró su dominio del castellano traduciendo además Il libro del
cortegiano (1528) del humanista italiano Baldassare Castiglione con el título de El Cortesano
(1534) en una modélica prosa renacentista esmaltada de germinaciones ciceronianas. Además,
preparó la edición de las obras de su amigo Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien
murió antes de poder culminar el proyecto, por lo que su viuda imprimió la obra en 1543 en el
taller de Carles Amorós, en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de
Garcilaso de la Vega
Literatura religiosa
El Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad Media
en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían en todo tipo de
asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay escritores mundanos,
como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan sentimientos religiosos, tanto
en verso como en prosa. En el Renacimiento se desarrollan y manifiestan ampliamente estos
sentimientos, fuertemente impulsados por la Contrarreforma, lucha contra la Reforma
protestante, en la que se empeñaron la Iglesia y la Corona españolas.
Ascética y mística
La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias espirituales
(como Los nombres de Cristo, de Fray Luis de León), o bien en poemas cargados de
espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las principales
vivencias religiosas de la época; la Ascética y la Mística.
La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento estricto de las
obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores importantes son fray Luis de León
(1504-1588), San Juan de Ávila (1500-1569) y fray Juan de los Ángeles (1536 -1609).
La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados experimentan en su propia
alma al entrar en comunicación con Dios. La forma de expresión más cultivada es el verso,
cuyo más grande representante es San Juan de la Cruz, mientras que Santa Teresa de
Jesús es la más importante prosista.
San Juan de la Cruz
Nació en Fontiveros (Ávila), en 1542, probablemente el 24 de junio. Tras estudiar
Humanidades, su intención era hacerse cartujo, pero tras conocer a Santa Teresa, ingresa a
los veintidós años en la orden de los carmelitas descalzos, cambiando su nombre, Juan de
Yepes, por el de Juan de la Cruz. Sus intentos de reforma de la orden le supusieron numerosas
enemistades e incluso prisión; fue desplazado y encarcelado en un convento de Toledo por sus
hermanos carmelitas en 1577, durante un período de ocho meses, tiempo en el que compuso
su Cántico Espiritual. En 1578 huyó de la cárcel.
Durante el resto de su vida desempeñó numerosos cargos en la orden carmelita, siempre en
Andalucía; fue prior del Calvario (Jaén), rector del colegio de Baeza, director espiritual de
las carmelitas deBeas, (para ellas compondrá el comentario de Cántico Espiritual), prior de los
cármenes y confesor de las carmelitas en Granada, Vicario provincial de Andalucía y fundador
de varios conventos.
En 1591 cesa en todos sus cargos y, ya enfermo, se traslada desde La Peñuela
a Úbeda (Jaén), donde muere el 14 de diciembre del mismo año.
Es autor de algunas composiciones de corte tradicional, escritas en su mayoría en octosílabos,
pero su obra más importante son tres grandes poemas que expresan experiencias místicas:
Noche oscura del alma, breve poema formado por ocho liras en el que describe
simbólicamente el proceso de unión del alma con Dios, por medio de una alegoría: la
amada (el alma) sale de su casa en una noche oscura para encontrarse con su amado
(Dios) y unirse a él (éxtasis místico).
Cántico espiritual, subtitulado Canciones entre el alma y el Esposo, es el más extenso
de sus poemas. En las cuarenta liras que lo componen se describen, también por
medio de una alegoría, las tres vías místicas: vía purgativa: la esposa (el alma) sale a
buscar a su esposo (Dios), preguntando por él a la naturaleza; vía iluminativa: la
esposa encuentra al esposo reflejado en una fuente y entabla con él un diálogo
amoroso; vía unitiva: se produce la unión amorosa de los dos esposos, símbolo de la
unión mística entre el alma y Dios.
Llama de amor viva, el más breve de los tres poemas, consta de veinticuatro versos en
seis estrofas que expresan el sentir del alma abrasada por el amor divino.
Para explicar el significado simbólico de estos tres poemas, escribió posteriormente cuatro
tratados en prosa, a modo de comentario, en los que expone lo esencial de su doctrina
mística: Subida al Monte Carmelo, que comenta las dos primeras estrofas de Noche
Oscura; Noche oscura del alma, que comenta esas mismas estrofas y el principio de la tercera,
y Llama de amor viva, que comenta el poema del mismo nombre.
La prosa renacentista
Como es lógico, buena parte de los subgéneros narrativos del siglo XV siguen vivos a lo largo
del XVI; sin embargo, hay tres que merecen especial atención:
La novela pastoril
La novela pastoril es de origen italiano, como la sentimental. Al mediar el año de 1558 apareció
el primer texto español perteneciente a este género: La Diana, escrita por Jorge de
Montemayor. El éxito de este tipo de narrativa hizo que grandes autores de finales del XVI y
principios del XVII como Lope de Vega (La Arcadia) o Miguel de Cervantes (La Galatea) lo
cultivaran.
La prosa didáctica y religiosa.
Durante el reinado de Felipe II, que abarca los años de 1557 a 1597, la literatura religiosa en
España tuvo su mayor auge. La religiosidad del monarca, el espíritu de la Contrarreforma y las
costumbres de la época fueron parte en la extraordinaria importancia que ésta alcanzó.
La Literatura didáctica y religiosa es muy vasta, pues incluye:
1. La apologética, la cual presenta argumentos en pro de la religión,
2. La ascética, que tiende a inculcar los preceptos de la moral y
3. La mística, que procura el conocimiento de Dios dentro del propio espíritu, por medio
de la contemplación y la meditación. La producción de los místicos del siglo XVI es de
gran importancia, principalmente para el crecimiento y robustez del idioma.
El Lazarillo de Tormes
La novela picaresca, como género literario, posee las siguientes características:
1. El relato es autobiográfico con una narración dirigida a una tercera persona que se
encuentra en una posición social superior a la del narrador.
2. La narración sigue un orden cronológico.
3. La ironía y el diálogo son dos de los recursos más empleados para desarrollar el
argumento y expresar la crítica en el libro.
4. El protagonista es un pícaro; es decir:
a. pertenece a la clase social baja, su protagonista es un antihéroe cuyo objetivo es
medrar, mejorar;
b. se mueve inducido por el hambre o la necesidad de medrar;
c. busca la manera de mejorar de vida;
d. carece de ideales.
El Lazarillo, de autor anónimo, se publicó en 1554 y narra la vida de un muchacho, Lázaro de
Tormes, desde su nacimiento hasta que se casa en Toledo con la criada de un arcipreste.
Durante todo ese tiempo sirve a varios amos que le maltratan y apenas le dan de comer.
Como ya se ha dicho, inaugura la novela picaresca y destaca dentro de la producción de la
literatura del Siglo de Oro por su originalidad ya que representa una literatura basada en la
realidad frente al idealismo o la religiosidad de la literatura de la época e inmediatamente
anterior (libros de caballerías, novela sentimental, etc.)
En cuanto a la técnica empleada, se ha de destacar el hecho de articular los episodios a través
del hilo conductor de la vida del pícaro.
El teatro
El siglo XVI es un periodo de la mayor importancia para el teatro español, por cuanto supone
un auténtico renacimiento artístico de aquél frente a los espectáculos rituales de la Edad Media.
A lo largo de ese tiempo, en efecto, el teatro se consolida como hecho literario y se organiza
como espectáculo y actividad profesional. Los autores toman conciencia de dramaturgos, se
configuran los principales géneros dramáticos (égloga, comedia, tragedia, auto) y se establecen
las formas de puesta en escena del teatro moderno.
Este libro es un estudio en profundidad y amplitud de aquella etapa fundamental del teatro
español. Sus límites cronológicos van exactamente desde los años 1490, cuando comienza a
representar Juan del Encina, iniciador del moderno teatro renacentista, a la década de 1580,
cuando se va agotando la fórmula clasicista e irrumpe en los tablados la comedia nueva de
Lope de Vega. Pretende ser un estudio histórico literario, en el que se van analizando los
fenómenos teatrales en su evolución y desarrollo.
Desde esa perspectiva, puede apreciarse mejor cómo se gestan y transforman los géneros
dramáticos, qué lugar y situación ocupan los distintos autores o cómo va cambiando en
sucesivos momentos la vida y espectáculo teatral. Todo ello resulta del mayor interés en este
capítulo inicial de la historia del teatro español.