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reseñas - Biblioteca Central UNMSM · 2006. 2. 14. · cultura universal supone no una catego-ría empírica sustancial, sino vacía, porque, por ejemplo, la idea de propiedad bien

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  • 525INVESTIGACIONES SOCIALES

    reseñas

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    Guillermo Lohmann ha sido uno de los au-tores más relevantes del peruanismo y dela historiografía de América. En Sevilla se lerindió homenaje con el izamiento de la ban-dera a media asta en la Autonomía, la Dipu-tación, el Archivo General de Indias.

    El Dr. Lohmann nació en Lima el 17 deoctubre de 1915 y falleció en esta mismaciudad el 14 de julio de 2005. Doctor enHistoria (1938) y abogado (1940) en laPontificia Universidad Católica del Perú.Como esta universidad en esos años aúnno tenía autonomía académica, GuillermoLohmann pidió al decano de la Facultad deHistoria, Filosofía y Letras de la Universi-dad Mayor de San Marcos se le tome «exa-men de revalidación» de cuatro años deestudios cursados antes en la UniversidadCatólica (24 abril 1941). Se le pone de jura-do a los doctores Horacio H. Urteaga (De-

    cano) Mariano Iberico y José Jiménez Borja.El 16 de mayo «queda matriculado» en cua-tro cursos (Geografía Humana, Historia delPerú, Fuentes Históricas y un curso de Se-minario. Archivo Histórico de San Marcos.Facultad de Letras, asiento número 368).

    El Dr. Lohmann fue profesor en la Uni-versidad Católica, de la Universidad de LaRábida y también en San Marcos. El 11 dejunio de 1951 y a petición del Dr. CarlosDaniel Valcárcel, el Instituto de Historia, ensesión que presidió el Dr. Raúl PorrasBarrenechea, se le nombra profesor del cur-so de Historia del cultura española en laFacultad de Letras.

    El Dr. Lohmann fue miembro de nume-rosas instituciones académicas, Rector dela Universidad del Pacífico, Archivo Gene-ral de la Nación. Además, fue el primer Pre-sidente del Comité Peruano de Ciencias

    Guillermo Lohmann Villena historiador, 1915-2005

    AÑO IX N° 15, pp. 527-560 [UNMSM / IIHS, Lima, 2005]

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    Históricas, afiliado al CISH, Comité Mun-dial. Con fecha 22 de octubre de 1996 escri-bimos al Secretario General del ComitéFrançois Bédaride comunicándole la fun-dación del Comité Peruano que se habíahecho el 13 de mayo de 1996 con asistenciadel Dr. Ernesto de la Torre Villar, expresi-dente mundial.

    Al historiador Pedro Guibovich Pérezse debe la más completa bibliografía de Gui-llermo Lohmann Villena miembro del claus-tro. Discursos y biobibliografía. Universi-dad del Pacífico, Lima, 2004, 72 pp. Registra29 libros que ahora pasan de 30. Con edi-ción de libros, reseñas, conferencias edita-das y más de 300 artículos suman 464 en-tradas o fichas. Es pues el historiador másprolífico del Perú.

    Imposible dar cuenta en esta nota detan vasta obra. Muchos temas y catedráti-cos sanmarquinos aparecen en sus obras.Al que más atención ha prestado es a Anto-nio de León Pinelo. El más amplio es el pró-logo al libro El gran Canciller de Indiasdonde plantea sobre todo las aportacionesa los estudios jurídicos y la Recopilación.

    Guillermo Lohmann me hizo muchasconsultas sobre archivos en España, comoconsta en las cartas que guardo. No pudeencontrar la partida de nacimiento de LeónPinelo en las parroquias de Valladolid. Que-da pendiente su nacimiento en Valladolido Lisboa, donde su abuelo fue ajusticiadopor la Inquisición. Ya se sabe que Anto-nio, lo mismo que su hermano Diego, vice-rrector de San Marcos, descienden de fa-milia hebrea.

    Guillermo Lohmann se ocupó tambiénde otros alumnos y profesores de San Mar-cos como Montero del Águila, Pablo deOlavide, Pedro de Peralta, Vidaurre y mu-chos otros que figuran en sus obras. Tam-bién es importante su aportación al Mar-qués de Soto Florido que aparece en el li-

    bro Un tríptico del Perú virreinal: El vi-rrey Amat, el Marqués de Soto Florido yla Perricholi. El Drama de dos Palanga-nas y sus circunstancia, Universidad deNorth Carolina, 1976, 285 pp. Lohman creeque es el autor del Drama de dos Palanga-nas, una sátira contra Amat y la Perricholi.En el drama hay muchas noticias de la Uni-versidad de San Marcos.

    En cambio niega pertenezca a Soto Flo-rido La Antorcha Luminosa, manuscritosanmarquino sobre el probabilismo. Guiller-mo Lohmann dedicó una pequeña mono-grafía a la Universidad de San Marcos deLima (Congreso Internacional de Universi-dades, Madrid 1992).

    Con motivo del Segundo Congreso In-ternacional de Peruanistas en el extranjero,celebrado en Sevilla en junio del 2004, pa-trocinado por la Universidad de Sevilla y laimportante fundación El Monte, GuillermoLohmann y otras relevantes personalida-des firmaron una adhesión a favor de laprioridad de la Universidad de San Marcosen América, Calancha, Alberto Einstein,Antonio Muro y el Rector de la Universi-dad de Salamanca Ignacio Berdugo, quesaluda a la Universidad Decana de Américae hija predilecta del claustro salmantino. Conel Dr. Lohmann firman esta adhesión la Dra.Marycruz Arcos Vargas Vicerrectora de Se-villa, José Villa Gerente de la Fundación ElMonte, y los directivos de la Escuela deEstudios Hispanoamericanos Raúl Nava-rro García, Enriqueta Vila, Fermín del Pino,Manuel Moreno Alonzo, Monique Musta-pha, José Hernández Palomo, Carlos Alber-to González, José Antonio Mazzotti, etc.También hubo la adhesión de Fernando deMuro Romero, catedrático de Historia delDerecho Indiano, que recoge igual opiniónde don Antonio Muro su padre. Autorida-des indiscutibles en este tema.

    MIGUEL MATICORENA ESTRADA

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    Para una comprensión de la naturaleza delhombre se ha intentado una cirugía indefi-nida de su configuración y funcionalidad.El hombre para Mead era un ser con doscaracteres: como ser, en esencia, fisiológi-co, y como producto social1. La constitu-ción biológica del hombre ciertamente eraprevia a su configuración social, sin em-bargo, a través de esta el hombre era perso-na, es decir, no un animal guiado por susimpulsos sino como individuo que se vahaciendo a sí mismo en su interacción consu medio, con los otros, en un proceso so-cial. Pero para C. Geertz, el «juego de ges-tos» del que habla Mead será una vía paraacceder a la cultura, y será ésta la queestructure la configuración fisiológica delhombre como unidad biológica pero tam-bién social.

    La investigación científica del hombre

    El interés antropológico se ha visto en lanecesidad de ir de lo complejo a lo simple,como Lévi-Strauss señalaría. Si la Ilustra-ción concebía al hombre en una relacióninmutable con la naturaleza, ahora el hom-bre no es hombre por su causal relacióncon el mundo natural sino, más bien, con elsocial. No es aquel actor que sigue siendoél mismo en escenarios diferentes de tiem-po y espacio, como apuntaría Mascou, sinoel hombre cuya naturaleza cultural no esaccidental, sino constitutiva de su propioser. Así entendido el hombre, Geertz senta-rá su análisis en las costumbres y creen-cias por las cuales el hombre es diferente

    en diferentes escenarios y si hay algo decomún entre uno y otro será el hecho deque no sean iguales entre sí.

    Para ir más a fondo en la clarificacióndel concepto de hombre, Geertz alude auna «concepción estratigráfica». En elhombre pueden encontrarse muchas ca-pas, una primera sería las abigarradas for-mas culturales; otra segunda, los factorespsicológicos subyacentes; y, finalmente,los fundamentos biológicos. Con estaidea, citando a Geertz, los «hechos cultu-rales podían interpretarse a la luz de unfondo de hechos no culturales sin disol-verlos en ese fondo ni disolver el fondode los hechos mismos». En el siglo XVIII,el hombre era visto como un «animal razo-nador»; a principios del siglo XX, como un«animal transfigurado que se manifestabaen sus costumbres»; ahora, el hombre de-pende de una serie de «mecanismos decontrol extragenéticos»2 que gobiernan suconducta y la ordenan.

    La concepción estratigráfica era un in-tento para buscar el tan ansiado interéscientífico de un consensus gentium paraconcebir la idea de una noción cultural uni-versal (convención unánime sobre cosasreales, justas o atractivas), sin embargo,siguiendo a Geertz, esta no cumple conciertos principios. Primero, concebir unacultura universal supone no una catego-ría empírica sustancial, sino vacía, porque,por ejemplo, la idea de propiedad bien pue-de manejarse en países occidentales y oc-cidentalizados de ahora, pero en el Impe-rio Incaico la idea de propiedad no se ajus-

    Más allá de la cultura:bases para un análisis holístico en la obra de Clifford Geertz

    1 G.H. MEAD, Persona, espíritu y sociedad; Sec-ción 3.

    2 Clifford GEERTZ, La interpretación de las cul-turas; Parte II; Capítulo 2.

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    taba a los estándares culturales presen-tes3. Segundo, esta concepción no se fun-da en procesos biológicos, psicológicosy sociológicos de manera invariante y en-trelazados, sino están cortados4 como es-tratos independientes sin interrelación al-guna5. Y tercero, no pueden ser defendi-das ideas en torno a una cultura universalporque se estarían desvirtuando las parti-cularidades culturales para caer más en unrelativismo que en un fin universalizantede la humanidad.

    Geertz y su esquema de integración de loselementos configurativos del hombre

    Más que una concepción como la anterior,de capas separadas, el autor concibe unaintegración de los factores biológicos, psi-cológicos y culturales en sistemas unita-rios de análisis en un marco antropológico.Los hombres comienzan con un equipa-miento natural para vivir de muchas mane-ra de las cuales vivirán sólo una. La culturacomienza con el pensamiento humano, so-cial y público. La tradición científica con-cebía el progreso biológico como aquelcompletado antes que el progreso cultural(idea estratigráfica).

    Poder determinar en qué fecha el hom-bre (como homo sapiens) aparece por pri-mera vez es cuestión bastante imprecisa delmomento exacto en que pudo ocurrir. Sepuede saber con certeza que el antepasadodirecto del hombre era el Austrolopithecus.

    Geertz confiere especial importancia a loshechos biológicos que actuaron comoagentes funcionales en la evolución delhombre y la fusión con su entorno. En-tiende por ello que el hombre de la Edadde Hielo se fue sometiendo a programasde símbolos para producir artefactos queamplíen sus capacidades innatas de ad-quisición de conceptos, organizar la vidasocial o expresar emociones. Añade así que«el hombre se creó a sí mismo». Lo quesepara a los nuevos homínides de los an-tiguos es la complejidad de la organiza-ción nerviosa del cerebro. Pero esta com-plejidad se ha desarrollo no de manera in-dependiente sino por y con la cultura parahacer a los hombres más flexibles y conmayor manejo de su adaptación. La evolu-ción sirve de medio para que los hombresse completen progresivamente. A diferen-cia de los demás animales6, el hombre noactúa con una fuerza mecánica o por estí-mulos descontrolados sino, a través demecanismos de control, va liberando susdeseos y pasiones de acuerdo a la apre-hensión y aplicación de sistemas específi-cos de significación simbólica. Hay unabrecha entre los estímulos y la concienciade sí (aludiendo a Mead) que es la culturao información. El hombre posee una capa-cidad innata para adquirir conocimientos,eso ya se ha dicho, y que además, el pro-greso evolutivo ha hecho posible esta ca-pacidad a medida que se incrementa la ca-pacidad craneana y el número de neuro-nas pero la definición del hombre no resi-de en ese campo genético solamente y nisiquiera en la conducta misma de los hom-bres sino que reside, a su vez, en la cons-tante interacción de ambos campos, al con-

    3 En el Imperio Incaico el régimen social debienes no se introducía en la noción de pro-piedad diciendo «esta es mi tierra», sino comorelación de parentesco entre individuo y na-turaleza.

    4 Klockhohn.5 Aquí faltan los «puntos invariantes» que, para

    Geertz, proporcionarán una genuina integra-ción de los factores culturales y no cultura-les, en vez de establecer comparaciones yparalelismos más o menos convincentes.

    6 Geertz afirma que los animales varían en elgrado de interacción genética y extragenética,puesto que los chimpancés pueden desarro-llar maneras de comunicación más sofisticadasque la de los crustáceos o algunos vertebrados.

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    cretizarse dicha potencialidad genética detransmitir y recibir conocimientos con lasacciones específicas. Emprender la bús-queda del hombre no supone ir por elHombre sino por cada hombre en su parti-cularidad cultural. No se busca una ideaplatónica del hombre sino una idea delhombre partiendo de la realidad. El indioperuano es un específico hombre con unaespecífica capacidad biológica indesligadade su cultura, pues ambas esferas, lagenética y la extragenética lo han hechocapaz de adaptarse a las alturas, casi im-posible para un negro Zimbawe. Es así queemprendiendo la marcha aristotélica delhombre mismo como producto y produc-tor cultural (de ideas, valores y creencias)hacia el Hombre, igual para todos por elhecho de ser diferente a todos, puede com-prenderse que es un ser cambiante y alcual el antropólogo vislumbrará la varian-te «imagen de sí mismo» al ver al hombreen su individualidad.

    El desarrollo de la cultura y la evoluciónde la mente humana

    El concepto de «mente» se presta a mu-chas interpretaciones, y de hecho así hasido en su paso por las distintas doctrinascientíficas de la ciencia de la conducta. Seusaba como concepto que abarcaba ideassubjetivas y no tanto para afirmar que alu-día a la capacidad humana de pensar. Si-guiendo a Dewey, es más una idea que de-nota una clase de habilidades, propensio-nes, hábitos, etc., un fondo ansioso al ace-cho de cualquier estímulo que se presente.Geertz afirma así que mente «es un conjun-to organizado de disposiciones que en-cuentra su manifestación en algunas ac-ciones y en algunas cosas». Si un payasotropieza y cae, no cae por casualidad sinoporque tuvo intención en el acto y presu-pone una destreza propia de su acción

    circense. Pero no es acto porque no es su-ceso en modo alguno, fue provocado. Elpayaso comporta así una aptitud, una ca-pacidad, así, una disposición.

    Las concepciones vertidas sobre laidea de la evolución de la mente humanaimplicó el desarrollo de dos doctrinas:1. La doctrina del «punto crítico». El de-sarrollo de la capacidad para adquirir cultu-ra fue un hecho súbito en la filogenia de loshomínides. Puede darse a entender que enuna época específica, tal vez en la Edad delHielo, el presapiens empezó a ingresar a unproceso inconsciente de cambios neuroló-gicos y corporales (mayor capacidad cra-neana, incremento del número de neuro-nas, posición erecta) que se propulsaroncon la manipulación de artefactos para ca-zar. El aumento del número de neuronastuvo gran importancia para el desarrollo dela mente pero este sólo pudo ocurrir en unproceso progresivo.2. La doctrina de la unidad psíquica delhombre. El campo orgánico no puede des-prenderse del campo cultural. Los hombresse han desarrollado a través de un procesointeractivo de enseñanza y aprendizaje.Geertz señala que en la línea de los primatesla diferenciación filogenética culminó conla difusión del homo sapiens por casi todoel mundo y con la extinción de cualquierotra especie de homo que pueda haber exis-tido en ese preciso espacio y tiempo. Elvínculo entre el cambio orgánico y el cam-bio cultural quedó así profundamente de-bilitado, sino eliminado. El progreso cultu-ral supera a la evolución orgánica.

    Geertz sugiere una continuidad del pen-sar pero no la serie del pase de una etapafisiológica a una cultural, sino como un sóloproceso sincrónico en donde ambas seinterrelacionan7. Es un proceso biocultural,

    7 Clifford GEERTZ, La interpretación de las cul-turas; Parte II; Capítulo 3.

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    Expreso mi gratitud al Instituto Raúl PorrasBarrenechea en la persona de su director, elDr. Jorge Puccinelli, por la realización deeste acto en la casa donde transcurrieronlos días del ilustre historiador y maestrouniversitario Raúl Porras, espacio que seconstituyó, como lo han recordado susnumerosos amigos y discípulos, en la pro-longación de su cátedra y en un semillerode importantes vocaciones por el estudiode nuestra historia.

    Me siento muy honrado por la partici-pación de nuestros distinguidos invitados,los historiadores Armando Nieto, S.J., yNelson Manrique, a quienes les agradezcohondamente por sus apreciados comenta-rios y aportaciones.

    Y mi agradecimiento especial a todosustedes por asistir a esta presentación, actoimportante y significativo para quien leshabla.

    Éste lo dedico a la memoria de una per-sona a quien mi trabajo debe mucho y quefalleció en Francia recientemente, el 26 de

    julio. Me estoy refiriendo al historiadorPierre Broué, eminente investigador del mo-vimiento obrero europeo y de las revolu-ciones en el siglo XX, cuya desapariciónrepresenta una enorme pérdida para la his-toriografía mundial.

    Pierre Broué, quien nació en 1926 en elsureste de Francia y enseñó en el Institutode Estudios Políticos de la Universidad deCiencias Sociales de Grenoble, dedicó suvida entera al noble propósito de restable-cer los hechos históricos, desvirtuados yocultados por el stalinismo, a través de unminucioso y paciente trabajo de investiga-ción. De su fecunda y extensa obra, pode-mos citar los siguientes títulos: La revolu-ción y la guerra de España (1961), que es-cribió en coautoría con Emile Témime, Elpartido bolchevique (1963), Los procesosde Moscú (1965), La revolución alemana(1971), La revolución española (1972), Elasesinato de Trotsky (1980), y su monu-mental biografía del revolucionario ruso,publicada en 1988, que es, a mi juicio, elestudio biográfico más erudito y mejor do-cumentado consagrado a Trotsky.

    En la década pasada, Broué viajó aRusia e investigó en los archivos del Parti-do y de la Internacional Comunista, tras suapertura pública. Fruto de esos años son

    si se quiere, donde la mente designa unaserie de disposiciones del organismo. Lasalegrías y demás emociones es una carac-terística mental aprendida y posible en lafilogenia del hombre. Las grandes dimen-siones del cerebro humano y la cultura hu-mana aparecieron en unión.

    En conclusión, el análisis científico delser humano requiere de un «ataque con-junto» de todas las ciencias pues el hom-bre no es un ser separado por estratos sinoes unidad en la diferencia, diferencia noconsigo mismo sino con los demás.

    JUAN LUIS [email protected]

    En torno a Trotsky*

    * Discurso pronunciado en la presentación dellibro Trotsky en el espejo de la Historia (En-sayos), del historiador Gabriel García Higue-ras. Instituto Raúl Porras Barrenechea,Miraflores, 18 de agosto de 2005.

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    sus libros: León Sedov, hijo de Trotsky, víc-tima de Stalin (1993), Rakovsky o la revo-lución en todos los países (1996), Historiade la Internacional Comunista, 1919-1943, publicado en 1997, y su última obra:Comunistas contra Stalin. Masacre de unageneración (2003). Huelga recordar que lamayor parte de estos trabajos no han sidotraducidos ni publicados en español.

    Durante 20 años, Broué ejerció la di-rección del Instituto León Trotsky, cargodesde el cual publicó 80 números de la re-vista Cahiers Léon Trotsky y las Obras deTrotsky en francés, cuya publicación al-canzó un total de 27 volúmenes.

    En agosto de 1990, conocí personal-mente a Pierre Broué en México con oca-sión del Coloquio Internacional celebradoen el 50 aniversario de la muerte de Trotskyocurrida en ese país. Recuerdo del amigo ymaestro su simpatía y generosidad, la vas-ta información histórica de la que disponía,su sentido del humor y su calidad y calidezhumana. Fueron varias las oportunidadesque tuvimos para dialogar durante los seisdías que permaneció en México y, más tar-de, durante nuestra comunicación episto-lar. Puedo dar testimonio que cada dato oinformación proporcionado por Pierre, tan-to en una conferencia, como en una con-versación o carta, era resultado de un dila-tado trabajo de pesquisa y cotejo.

    Finalizaré este breve homenaje a quiencalifico, parafraseando el conocido títulode Lucien Febvre, de un auténtico comba-tiente por la Historia, con una cita del pro-pio Broué en relación con su trabajo de in-vestigación:

    La obra de Pierre Broué es un modeloejemplar de compromiso con la verdad his-tórica: el mayor legado de su larga, laborio-sa y admirable trayectoria.

    ***En cuanto al libro, materia de esta presen-tación, no habré de referirme a los conteni-dos e ideas que se desarrollan en él, sinomás bien a las circunstancias en que surgiómi interés en el estudio de su protagonistay al proyecto de su elaboración.

    Este interés nació cuando cursaba losúltimos años de la secundaria en el colegiode La Inmaculada. Era agosto de 1982, y enla asignatura de Historia Universal hubimosde estudiar el capítulo dedicado a la Revolu-ción Rusa. Con motivo de la realización deuna práctica dirigida, hallé datos referidos alrol y a la envergadura de Trotsky en la his-toria de las revoluciones rusas. Lo que fun-damentalmente encendió mi interés primor-dial en esta personalidad política fue el pa-pel sobresaliente que le estuvo reservadoen la revolución de los soviets de 1917, enla guerra civil rusa y, ulteriormente, en laoposición que representó ante el régimende Stalin en la Unión Soviética, de resultasde lo cual fuera expulsado del territorio na-cional y victimado, finalmente, en México.Entonces, como ahora, apreciaba que la vidade Trotsky contenía los componentes deheroicidad, drama y tragedia de los que es-tán consubstanciadas las vidas másapasionantes y emblemáticas de la historia.

    «[...] cotidianamente significa largas horas detrabajo, a veces de noche, luchando contra elsueño y el conservadurismo del pensamiento.El trabajo es agotador, pero ¡trae tan buenasrecompensas! La mejor: encontrar una clave, unarma imparable para denunciar una mentira, des-

    mentir una calumnia, restaurar el verdadero ros-tro de una militante o de un militante… Estainvestigación me ha dado inmensas alegrías»1.

    1 Pierre Broué, «Lucha por la historia, luchapor la revolución», Estrategia Internacio-nal, Revista trimestral de teoría marxista ypolítica internacional, Buenos Aires, año VI,n° 16, invierno (austral) 2000, p. 63.

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    Transcurridos algunos meses desdeaquello, emprendí la lectura del libro de me-morias de Trotsky intitulado Mi vida. Fueal abordar esta obra cuando la motivaciónque ya me animaba por el estudio del per-sonaje se acrecentó vivamente. Desperta-ba en mí una profunda admiración por lafigura histórica comprometida con el pro-ceso de cambio social y por el brillante yfino escritor. Pocas veces recuerdo, a tra-vés de mis lecturas juveniles, habervivenciado de modo semejante la delecta-ción y aquel relente de deslumbramientoque me reportara ese texto biográfico desello histórico y político.

    Mientras me empeñaba en este inte-rés, conversaba con mi dilecto amigo y edu-cador, el recordado sacerdote jesuitaRomeo Luna Victoria, quien por entoncesera nuestro profesor de Educación Religio-sa, y que fue, en esa temporada, un incom-parable interlocutor. Con su cabal conoci-miento del marxismo, me ayudaba a diluci-dar aspectos teóricos que eran referidos enaquella autobiografía. Nunca olvidaré esastardes del invierno de 1983, en las que merecibió con cálida acogida –tan caracterís-tica de él– en su oficina situada frente a unmoderno claustro del colegio jesuita, ycuando escuchaba atentamente mis pre-guntas y dudas acerca de aquellas prime-ras incursiones en la obra de Trotsky, y ladidáctica claridad con que respondía a cadauna de ellas.

    Conforme andaba el tiempo, accedí aotros trabajos de la autoría de Trotsky y adocumentados estudios que abordaban subiografía y pensamiento. A la luz de su tra-yectoria vital y de su doctrina, concluí queTrotsky era, de hecho, un genuino conti-nuador y defensor del legado de Marx,Engels y Lenin; un auténtico revoluciona-rio cuya ideología entroncaba de modoraigal con la teoría marxista, y que la plata-forma política que patrocinó era legítima y

    concordante con la realidad socioeconó-mica y política de Rusia a mediados de losaños veinte.

    No obstante, cuán grande sería mi ex-trañeza cuando constaté que en los traba-jos de Historia soviéticos de los años se-tenta y principios de los ochenta, Trotskyaún desempeñaba el oscuro papel que elstalinismo le adjudicó seis decenios antes,deviniendo en figura proterva y en enemi-go de la clase obrera, del campesinado y dela causa socialista. Al propio tiempo, sunombre era escamoteado de los grandesacontecimientos de la Revolución en losque había dejado profunda huella y vigo-roso influjo. La visión oficial de la historio-grafía soviética acerca de su pasado y deTrotsky, en particular, divergía en esenciade las obras de autores occidentales quehabía consultado. Poco después, hube decomprender que los ecos del incandescen-te y decisivo debate entre Trotsky y Stalinen las décadas del veinte y treinta concer-nientes al socialismo soviético y a las cues-tiones de estrategia y táctica revoluciona-rias, prolongaban su resonancia en las dis-cusiones ideológicas de la izquierda inter-nacional, cobrando actualidad política, yque en el campo de la historiografía de laUnión Soviética, se expresaban en un sis-temático e infamante ultraje a la verdad his-tórica. Para la clase dirigente y dominantede la Unión Soviética era imprescindible ladivulgación del anatema creado por Stalin,puesto que las ideas de Trotsky señalabanla senda de la revolución ecuménica, causaque el régimen soviético había abandona-do desde hacía mucho.

    Fue en los últimos años de la décadadel ochenta, cuando el tema adquirió mayorinterés personal cuando nuevos vientos co-menzaron a soplar en el horizonte político dela Unión Soviética. La perestroika y laglasnost propiciaron la revisión de la his-toria oficial soviética, y con ello la recupe-

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    ración de la figura histórica de Trotsky. Sinembargo, pude colegir, después de leer losprimeros artículos escritos por historiado-res oficiales y oficiosos, que asistíamos auna nueva variante del fraude stalinistaacerca de Trotsky en la historia de la Revo-lución y del Estado soviético.

    Ello motivó de mi parte una serie decartas escritas en 1989 dirigidas a persona-lidades de la Unión Soviética vinculadas ala investigación científica sobre asuntoshistóricos y a directores de medios de pren-sa en los que aparecieron algunos de losartículos en cuestión. En ellas cuestionabalas distorsiones en las que sus autores se-guían incurriendo, y señalaba las omisio-nes que caracterizaban el contenido de esostrabajos. Ninguna de esas misivas mereciórespuesta. Copias de ellas las envié al inge-niero Esteban Volkov, nieto de Trotsky, re-sidente en México, quien consideró los tex-tos de interés y recomendó su publicaciónen Francia en la revista Cahiers LéonTrotsky, donde se hicieron públicos en mar-zo de 1990.

    No puedo de dejar de mencionar en esterecuento a mi amigo Ismael Frías, a quienconocí en 1989. Ismael había militado en lasfilas del trotskismo peruano, y en la décadade 1950 sirvió de secretario a la viuda deTrotsky, Natalia Sedova, en México. Ade-más de haberme transmitido con generosi-dad informaciones inéditas de esa experien-cia, compartí con Ismael conversacionesmuy interesantes en las que me aportó susvastos conocimientos de historia y políti-ca. Diez años después de haberlo visto porúltima vez, me enteré, en diciembre de 2002,de su lamentable muerte.

    Una experiencia excepcional en mi es-tudio sobre Trotsky me fue dada en Méxi-co, en agosto de 1990. Gracias al ColoquioInternacional que allí se celebró en conme-moración del cincuentenario de su muerte,pude conocer a destacados especialistas

    en la vida y obra de Trotsky, y a personasque lo conocieron y trabajaron con él. Fue-ron muchas las interesantes y reveladorasponencias presentadas en ese Coloquio(una crónica detallada de éste, se publicacomo texto final de mi libro). Quisiera tansólo recordar algunos nombres de los par-ticipantes de ese memorable encuentro, per-sonalidades que partieron para siempre:además de Pierre Broué, MargueriteBonnet, historiadora del arte y primera pre-sidenta del Instituto León Trotsky en Fran-cia; Ernest Mandel, reputado dirigente trots-kista, autor de numerosas obras y elocuen-te expositor; Aleksandr Podshchekoldin, in-vestigador del otrora Instituto del Marxis-mo-Leninismo adjunto al Comité Central delPartido Comunista y uno de los primeroshistoriadores que en la Unión Soviética es-cribió con objetividad y honestidad sobreTrotsky; Jake Cooper, quien en sus días dejuventud había integrado el grupo de trots-kistas norteamericanos que en México seocuparon de la seguridad de Trotsky; elprofesor Octavio Fernández, trotskista mexi-cano, quien, junto con el artista Diego Ri-vera, acudió ante el presidente Lázaro Cár-denas al efecto de que se concediera aTrotsky el permiso de entrada a México enel año 1937; y el pintor nacido en RusiaVlady Kibalchich, recientemente fallecidoen México, hijo del revolucionario y escri-tor Victor Serge. La valiosa e inolvidableexperiencia que recogí en México me con-venció definitivamente de la necesidad deestudiar la carrera de Historia.

    Fue a mediados del 2000, dos años des-pués de concluidos mis estudios universi-tarios, cuando concebí la idea escribir unlibro sobre Trotsky. El proyecto originalconstaba de un balance de la bibliografíareciente a nivel internacional y de un ensa-yo biográfico que incorporara las informa-ciones aportadas en las investigacionesmodernas. Cuando inicié esta labor no ima-

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    giné, ni por asomo, que la aventura intelec-tual que había emprendido se prolongaríapor los cuatro años siguientes, tiempo en elcual el esquema de mi trabajo se reestructu-ró y amplió considerablemente. Tenía pre-visto su publicación en el 2004. Sin embar-go, este retraso resultó favorable, puestoque el libro aparece el año en el que se cum-ple el centenario de la célebre teoría trotskis-ta de la «revolución permanente» y en el 65aniversario de la muerte de este personaje.

    A pesar del caudal informativo que in-cluye el libro, he de confesarles que, al re-leer ahora algunos de sus pasajes, tengo lasensación de que más temas pudieron sertratados. Esto me lleva a recordar el acerta-do juicio del maestro Raúl PorrasBarrenechea, expresado en 1938, que hecomprobado con mi propia experiencia:

    «Los libros de historia hay que recomenzarlostodos los días, sin descanso. En realidad nuncaestán concluidos, aunque estén listos parapublicarse»2.

    ***

    tigadores –pertenecientes a las corrienteshistoriográficas anglosajona y francesa,fundamentalmente– que analizan desde di-ferentes ópticas la historia rusa apoyadosen un amplio conocimiento de las fuentes.Asimismo, mi trabajo se basa en testimo-nios corroborativos de los personajes queparticiparon en los hechos que se evocan–o de sus testigos–, en documentos publi-cados y en material de prensa.

    A la luz de las ideas y acciones de LeónDavidovich Trotsky, valoro positivamenteel balance de su trayectoria política. Sin con-siderar sus hechos y aportaciones al movi-miento revolucionario ruso e internacional,el conocimiento y la comprensión cabalesde la historia del mundo contemporáneo se-rían insuficientes. Ello no obsta a que reco-nozca que Trotsky, como cualquier otra per-sonalidad política, cometiera errores en de-terminadas coyunturas y que juzgara, demanera equivocada, ciertos hechos, asun-tos que son desarrollados en mi trabajo.Considero que el valor humano más desta-cable de Trotsky se encuentra en la unidady coherencia entre su pensamiento y vida yen la dimensión ética de su actividad políti-ca e intelectual: el compromiso inquebranta-ble con un ideal al que consagró íntegra-mente su vida, a pesar de la adversidad y latragedia personal y familiar que, como con-secuencia de la defensa de determinadosprincipios ideológicos, hubo de padecer.

    Del legado intelectual de Trotsky, juz-go como una de sus contribuciones másperdurables la metodología aplicada en sustrabajos. El método dialéctico del marxismotuvo una magistral aplicación en la obra deTrotsky, tal como se evidencia en sus aná-lisis históricos y políticos (v. gr. su originalinterpretación de la historia rusa y de larevolución en ese país, sus brillantes análi-sis del stalinismo, del fascismo, de la Se-gunda Guerra Mundial, etc.). Es de signifi-car el valor y la función de este método en

    2 Citado por Guillermo Lohmann Villena, «RaúlPorras Barrenechea, Historiador Romántico»,en Homenaje a Raúl Porras Barrenechea,Lima, Universidad Nacional Mayor de SanMarcos, 1984, p. 154.

    Quien se dirige a ustedes es trotskólogo,no trotskista. De ahí que la perspectiva des-de la que se concibieron los seis ensayosque conforman el libro sea académica y nopolítica. Siendo historiador, tengo muy pre-sente que toda aproximación al conocimien-to del pasado es parcial, y que la visión quese ofrezca de éste se hallará condicionadaineludiblemente por las fuentes seleccio-nadas. Por tanto, mi estudio e interpreta-ción están basados en material diverso. Losaspectos abordados hallan respaldo, prin-cipalmente, en las obras de Trotsky y, ade-más, en los estudios de reconocidos inves-

  • 537INVESTIGACIONES SOCIALES

    tanto instrumento de análisis en la investi-gación de las Ciencias Sociales.

    *** Numerosas personas cooperaron, en dife-rentes momentos y lugares, a que el pro-yecto de libro arribara a buen puerto. Agra-dezco a mis familiares por su cariño y cons-tante apoyo; a mis profesores de la Facul-tad de Ciencias Sociales de la UniversidadNacional Mayor de San Marcos por la for-mación académica recibida; a amigos, cole-gas e instituciones del extranjero por la co-laboración bibliográfica; a las amistades queparticiparon en la traducción de los textosdel ruso, inglés y francés, así como en lacorrección del manuscrito.

    Expreso, de modo particular, un agrade-cimiento muy significativo a tres personali-dades. Al bibliógrafo alemán WolfgangLubitz, autor de Trotsky Bibliography, conquien inicié comunicación en 1999. Desdeese año, con gran generosidad, me remitiódesde Berlín numerosos artículos y librosen ruso e inglés. Al ya evocado Pierre Broué,por haberme obsequiado muy gentilmente,en 1990, su magnífica biografía de Trotsky yla colección de la importante revista que di-

    rigió: Cahiers Léon Trotsky, que me aportóinformaciones invalorables. A EstebanVolkov, nieto de León Trotsky, por haberprestado su invalorable contribución con lalectura del primer borrador del libro y ha-ciendo observaciones y sugerencias queayudaron a mejorar los textos. Él honró mitrabajo al aportar el prólogo, cuyo valor resi-de no solamente en haber sido escrito porun descendiente directo de Trotsky, sino,además, por su condición de testigo históri-co de acontecimientos centrales de la con-temporaneidad.

    ***Para finalizar debo manifestar que este li-bro está dedicado a la memoria de dos per-sonas que ocuparon un lugar muy impor-tante en mi vida afectiva: mi abuela Edelmiray mi padre Guillermo. La desaparición deambos marcó dos etapas en la realizaciónde este trabajo: ella partió en el tiempo quesurgía la idea de escribirlo; y mi padre, pocoantes de que concluyera el primer borrador.Pienso ahora en lo satisfechos que se hu-bieran sentido de haber podido asistir a esteacto y compartirlo con nosotros.

    GABRIEL GARCÍA [email protected]

    La historia de Puno ha sido la de una cons-tante lucha por la tierra entre los diversossectores políticos y sociales que se ubi-can dentro de la estructura social del PerúRepublicano. La independencia no confi-

    guró un escenario inclusivo para aquellassociedades andinas que se ubicaban geo-gráficamente apartadas de la capital, difí-cil situación para una región que formaparte de un país que históricamente ha te-

    JOSÉ LUIS RENIQUE

    La batalla por Puno.Conflicto agrario y nación en los Andes peruanos, 1866-1995

    INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS, LIMA 2004

  • 538 INVESTIGACIONES SOCIALES

    nido un sistema de gobierno marcadamentecentralista.

    En los años ochenta el altiplano perua-no se volverá centro de conflicto de diver-sos grupos y tendencias partidarias que asu-mirán una antigua tradición radical y quepugnaran por captar las diversas demandascampesinas y el movimiento regional que seestaba generando. En los últimos años, Punose ha caracterizado también por ser un espa-cio de convulsión social, de crisis institu-cional y de representatividad política .

    En tal sentido en el presente trabajoJosé Luis Renique, pretende hallar las raí-ces históricas de esta conflictividad, anali-zando para ello el conflicto agrario y el pesoque va a tener una antigua tradición radicaloriginada en el siglo XIX que colocaba a lapoblación indígena en el centro de la cons-trucción nacional. Asimismo La Batalla porPuno, nos habla sobre la última contiendaque se libró en el altiplano peruano en ladécada del 80, la de la «nueva izquierda» ,haciendo una mirada retrospectiva de esteproceso y la creciente vinculación de Punocon la comunidad nacional.

    A fines del siglo XIX se originará unatradición radical que asigna a la comunidadindígena un rol protagónico para lograrcambios radicales que el Perú necesitaba.Esta tradición planteaba la destrucción delEstado criollo y lograr así la construcciónde una nación verdaderamente integrada.Esta tradición será encajada en los discur-sos ideológicos de la nueva izquierda, ad-judicando al indio un rol protagónico en elproceso de transformación social, procesoque se enmarca dentro de las ideologíascontemporáneas de inicios del siglo XX,como el Partido Aprista que con una pro-puesta urbana buscaba mayores niveles departicipación de las clases medias y unainclusión de los sectores populares en lacomunidad nacional, por otro lado con unaperspectiva más rural e indígena José Car-

    los Mariátegui plantea la eliminación delviejo poder gamonal, propuesta que poste-riormente será asumida por tendenciasvanguardistas que en la década del setentaconjugarán un escenario conflictivo enPuno que involucra a comunidades indíge-nas, gamonales, grupos políticos, e inclu-so poderes eclesiásticos.

    En el altiplano peruano a fines de la dé-cada del 80 diversos proyectos políticos severán enfrentados en el marco de una emi-nente rebelión campesina. Los indígenascomuneros desalentados por el fracaso dela reforma agraria de Juan Velasco Alvarado,reforma que no solucionó las principalesdemandas del campesinado y que tuvo comoconsecuencia la intensificación de la luchaagraria y dio paso a nuevos conflictos so-ciales, reclamaban la tierra y buscaban unareivindicación social dentro de la escenanacional. En tal sentido diversos sectorespolíticos como el APRA, el PUM y SL ten-drán al campesino como eje central de susdiscursos políticos buscando arrogarse larepresentación campesina, así será como elAPRA asumirá una posición agrarista de lacomunidades indígenas, el PUM por su ladoimpulsará al movimiento regional hacia ten-dencias mucho más democráticas plantean-do la reestructuración de las unidades aso-ciativas creadas por la reforma agraria velas-quista, asimismo Sendero Luminoso quebuscaba asentarse en la región desde ini-cios de la década, colocaba al campesinocomo protagonista central de la lucha popu-lar, y por ende, de una transformación socialen el Perú.

    Para Renique estos sectores políticosencerrados en sus ópticas y tendencias par-tidarias buscarán cerrar el paso a aquel pro-yecto que amenace su representatividadpolítica . Los militantes de Izquierda Unida,especialmente del PUM, con una propuestaalternativa buscaba cerrar el paso a la ten-dencia senderista de militarizar la región y

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    evitar las graves consecuencias sociales queeso implicaba. Por su lado SL, tendía a lamilitarización de la región con la presenciade columnas guerrilleras (que posteriormen-te entrarán en conflicto con los gruposantisubversivos mandados a resguardar lazona por el gobierno aprista), cuya finalidadera expropiar a las empresas asociativas ycerrar el paso con prácticas violentas yamenazantes a los demás partidos de izquier-da que desde lógicas democráticas busca-ban incidir en la región. Esta conflictividad ymovimiento campesino generó a su vez unareacción del viejo gamonalismo que se con-trapondrá al interés de adjudicar las tierras alos campesinos difamando y acusando deterroristas a todo aquel que se oponía a susintereses. Para el autor la llegada del proyec-to civil militar fujimorista al poder marcaráun desenlace temporal de este conflicto.

    En suma el texto es un interesante apor-te para una mejor comprensión de la con-flictividad agraria del altiplano peruano,desde una óptica de los propios actores y

    desde la propia dinámica de la violenciapolítica y social, que no solo se embarca enlos ámbitos de poder.

    Conjugando el trabajo de campo conel trabajo de archivo, José Luis Reniquenos da una aproximación de la historia po-lítica contemporánea vista desde una delas regiones caracterizada por su lejanía del«Perú oficial». En el presente texto la histo-ria política es trabajada desde una perspec-tiva local-regional conectada al escenariopolítico nacional y que busca revelar el pa-pel de los grupos subalternos en la cons-trucción de la nación peruana. Asimismo,nos permite entender a través de las raíceshistóricas muchos de los procesos contem-poráneos de las comunidades indígenas yel papel que tuvieron las organizacionespolíticas en este contexto, como tambiénnos permite entender el posterior desarro-llo de los movimientos regionales luego deun período de violencia política.

    ANTONIO MATICORENA [email protected]

    Dentro de la historiografía peruana, los te-mas sobre salud pública, sanidad, contami-nación e higiene, son relativamente nue-vos, ello se debe a la poca importancia quese ha dado a la «historia medioambiental»en el Perú.Haciendo un balance historiográfico so-bre este tema encontramos ciertos artícu-los y monografías históricas que tratan del

    tema, en realidad, algunas de las pocasinvestigaciones que se han realizado hansido enfocadas desde una perspectivamédico-científica, que de alguna forma hanpermitido explicar síntomas o comporta-mientos patógenos dentro de un contextode nuestra historia. Actualmente se estádesarrollando con mucha mayor intensi-dad e importancia histórica y documental

    JORGE LOSSIO

    Acequias y gallinazos: salud ambiental en Lima del siglo XIX

    INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS, LIMA 2003, 111 PP.

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    el tema del medio ambiente. Uno de losrecientes trabajos, básico para cualquierfutura investigación medioambiental, locompone Acequias y gallinazos, del his-toriador Jorge Lossio, quien a través deun exhaustivo análisis hermenéutico detextos y documentos de la época nos hapermitido conocer las condiciones higié-nicas urbanas de Lima, durante la segun-da mitad del siglo XIX.El texto en mención destaca la problemáticamedioambiental junto con la relación queexistía entre el deterioro de esta y la preocu-pación institucional, establecida por partede la autoridades ediles y del ambiente mé-dico intelectual para contrarrestarla y pre-servarla a lo largo del siglo XIX, teniendocomo antecedente las reformas sanitarias delperíodo borbónico; ellos desarrollaron polí-ticas sanitarias urbanas e higiénicas comoparte de un plan de crecimiento económicosostenido con tendencias liberales. Estasmedidas, según el autor, serán interrumpi-das por las guerras de independencia y lainestabilidad política de la época, y que sólovolverán a ser retomadas con la crecienteprosperidad del guano.El autor describe el comportamiento tantodel gobierno municipal como de la pobla-ción, con respecto a la cultura de higiene.Si bien es cierto que entre las autoridadesexistía una conciencia por preservar y fo-mentar la higiene pública, a pesar de noexistir una institución plenamente organi-zada que lo respalde (ello quedaba demos-trado a través de los diferentes bandos,decretos, leyes que buscaban evitar la pro-pagación de focos contaminantes genera-dores de enfermedades y epidemias duran-te el siglo XIX como el cólera y la fiebreamarilla), también es cierto que muchas ve-ces esto no se cumplía a cabalidad debidoa la desidia y negligencia de las autorida-des de menor escala, como la Baja Policía.

    Un aspecto poco desarrollad dentro del tex-to es el comportamiento ambiental de la po-blación, según el autor existía una falta decultura higiénica entre los habitantes, esoes cierto, pero esta falta de cultura higiéni-ca muchas veces correspondía a la plebe, ytambién, como lo afirma el autor a las cons-tantes migraciones, sobre todo de asiáti-cos quienes no desarrollaron una culturade conciencia higiénica.Otro punto interesante de la obra es el dis-curso médico. Los médicos y científicos (al-gunos físicos o químicos) se preocuparonpor erradicar los focos y agentes contami-nantes, a través de diversas institucionescomo la Facultad de Medicina y la Sociedadde Medicina. De ello se percibe que no sólofue el Municipio el órgano encargado depreservar y controlar la contaminaciónmedioambiental, sino que también dentro delambiente intelectual médico y científico hubouna intervención urbano higiénica teórica-mente a través de diversas obras, como lasde Hipólito Unanue. De aquí se rescata losiguiente: de que si bien es cierto que parafines del siglo XVIII se hicieron estudios yanálisis sobre la contaminación del agua ydel aire, es interesante saber que para estaépoca, en Lima sólo se podía estudiar la con-taminación de tipo inorgánica, y no así laorgánica, debido a que no existía los meca-nismos necesarios para poder medirla, es re-cién en el siglo XIX, con el desarrollo de laciencia que se pudo realizar análisis de aguapara detectar la contaminación orgánica.Finalmente, cabe destacar, que en la pre-sente investigación, Lossio propone algu-nos temas de interesante trascendenciacomo: las concepciones étnicas sobre lamedicina, como temática previa a la apari-ción del racismo científico de fines del si-glo XIX.

    MILAGROS VALENZUELA SALDAÑ[email protected]

  • 541INVESTIGACIONES SOCIALES

    En nuestro medio, cuando se habla del su-jeto antropológico, por lo general, está aso-ciado a un individuo foráneo y lejano, des-articulado de la realidad urbana y ubicadocon frecuencia en el mundo andino. Sinembargo, esa visión en parte esencialistaviene siendo resquebrajada desde haceunos buenos años, debido a que el sujetode estudio de la antropología también seencuentra en la ciudad, no solo en la capi-tal sino también en las múltiples ciudadesdel país; es parte del nosotros como diríaDegregori (2000:63).

    Esta reseña considera el sujeto de es-tudio de la antropología, la cual se ha vali-do de ciertas clasificaciones y cómo es queéstas, en los últimos años, sobre todo conel auge de la antropología urbana en lospaíses latinoamericanos, se encuentra enredefinición. Para esto, partiré de la utiliza-ción de la dicotomía de tradición y moder-nidad, permanentemente presente en nues-tra disciplina, inclusive hasta nuestros días,así como el concepto de hibridación utili-zado por García Canclini, en su estudio Cul-turas híbridas. Estrategias para entrar ysalir de la modernidad.

    Con el nacimiento de la antropología,su objeto de estudio adquirió categoríasque lo concebían y clasificaban como dife-rente, como el otro ajeno y «sin historia»(Wolf: 1987). Cruzando la «frontera imagi-nada» de Occidente era posible encontraral otro: el buen salvaje, el primitivo, el tradi-cional, etc.; dándose así la dicotomía tradi-ción/ modernidad. Esto traería como con-secuencia la concepción de un sujeto an-tropológico puro, intacto, atrasado, salva-je, irracional y estático, que era refractario ala modernidad y a la noción de progreso de

    Redefinición del sujeto antropológico.Una mirada desde Néstor García Canclini

    Occidente. Estas categorías se legitimarony aceptaron; además, fueron estratégicaspara los intereses de la ciencia antropoló-gica1; obligó a esa supuesta «naturalezadel otro» a entrar en sus cuadros concep-tuales que definieron su ciencia como par-te de una realidad preestablecida.

    Con el pasar de los años, la antropolo-gía cambió, en cuanto a la representacióndel sujeto antropológico; los pueblos leja-nos y tradicionales, dejaron de ser vistoscomo estáticos, salvajes, etc. Asimismo, es-tos espacios lejanos no eran ajenos a lamodernidad y en algunos casos luchabanpor integrarse al discurso modernizador pre-sente en las ciudades; este fue el caso de lasmigraciones. En el Perú, este fenómeno nofue la excepción; desde los años 40 los po-bladores de la zona andina del Perú migraronmasivamente a la capital para conseguir me-jores oportunidades y en el camino se fue-ron integrando a la cultura oficial y moderni-zadora. Sin embargo, esa aculturación no fuedel todo posible ya que en el intento porsobrevivir en la ciudad los migrantes acu-dieron a estrategias que se enmarcaban den-tro de su lógica andina: reciprocidad, paren-tesco, etc. Con este fenómeno, la antropolo-gía no se queda atrás, sigue a su objeto deestudio hasta la ciudad y analiza precisa-mente esta lógica, o la racionalidad andinacomo la llamaría Golte2.

    En este sentido, vemos cómo el sujetode estudio de la antropología se encuentraen un conflicto, una modernidad a la cual tra-

    1 No olvidemos que la antropología es hija delimperialismo.

    2 Cf. Jürgen Golte. Los caballos de Troya delos invasores. Estrategias campesinas en laconquista de la gran Lima, 1987.

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    ta de integrarse, en muchos casos por volun-tad propia3 y, por otro lado, la tradición que esparte de su lógica, la cual tuvo queinstrumentalizar en la ciudad. La antropolo-gía actual se ha visto en una encrucijada,porque al encontrarse en la ciudad no ha en-contrado sujetos puros y definidos, de igualmanera los espacios de estos sujetos son tran-sitorios; lo estático no es lo primordial, todosse encuentran en un vaivén: el trabajo, el res-taurante, el Internet, los supermercados, elcine, etc. Estos espacios sería definidos comolos «no lugares» (Augé, 1993).

    Es así que nos preguntamos cómo elsujeto antropológico adquiere una dimen-sión metodológica. En este sentido, preci-samente la noción de Culturas híbridas pre-sentado por García Canclini, plantea unsujeto de estudio híbrido, en términos me-todológicos y teóricos que pretende esca-par de categorías tales como tradición ymodernidad, porque el sujeto ya no tieneuna definición pura. La hibridación consis-tiría, según García Canclini, en «procesossocioculturales en los que estructuras oprácticas discretas que existían en formaseparada, se combinan para generar mue-vas estructuras, objetos y prácticas»(García Canclini, 2001: 14). Así, el sujeto hí-brido sería, en términos conceptuales, elobjeto de estudio de la antropología, ya nohabría que preguntarse si la antropologíahabría ingresado en el campo de la sociolo-gía4, tomando a su sujeto de estudio, puesesa separación entre el sujeto tradicional yel moderno no está presente en la vida real.Por ello el autor considera que «estudiarprocesos culturales, más que llevarnos a

    afirmar identidades autosuficientes, sirvepara conocer formas de situarse en mediode la heterogeneidad y entender cómo seproducen las hibridaciones» (Ibid. 18).

    Las «purezas» exacerbadas día a díase ven fragmentadas, sobre todo con la glo-balización. Un claro ejemplo de esto lomuestra Zizek con el ciberespacio; éste esel «intercambio libre de antagonismos so-ciales traumáticos» (Zizek, 1998: 154), pre-cisamente el ciberespacio es la ilusión deun espacio libre, porque en este espaciovirtual se rompen las barreras de las pure-zas, para establecer un lenguaje comunica-dor, donde el sujeto está dispuesto a cono-cer , preguntar, encontrar, etc., es decir, rom-pe la fricción entre modernidad y tradición,porque ambas pueden convivir; esto enotro términos sería el multiculturalismo.

    En este sentido, García Canclini deja delado la definición de multiculturalismo y elde interculturalidad como definición meto-dológica, pues surge como limitación de los«estudios sobre hibridación» (Ibid. 18). Así,las investigaciones sobre procesos de hibri-dación sería la mejor traducción de estosfenómenos «impuros». En este sentido, laantropología nuevamente se encontraría enun dilema pues habría que delimitar si el su-jeto de acción sería tanto el híbrido o el mul-ticultural, sin tener en cuenta la posibilidadde un otro real o tradicional, pues la cienciaantropológica tendería a caer en fundamen-talismos. Es por ello que la antropología seencontraría en una disyuntiva: o «recono-ce, respeta y promueve la diversidad cultu-ral o trata de reconstruirse en compartimien-tos estancos homogéneos» (Degregori,2000: 15). Es por ello que la antropología seve inmersa en el cambio de sus paradigmas;mientras se ingresa a un espacio de estudio,paralelamente se redefine al sujeto de estu-dio. Quizá Zizek diría que la antropología hacaído en su propia trampa, como «hija servildel imperialismo», pues el sujeto de estudio

    3 Recordemos que en otros casos, sobre todocon el conflicto armado interno, muchospobladores tuvieron que huir y desplazarse alas ciudades.

    4 Si la antropología se encargaba de estudiar alas sociedades tradicionales, la sociología a lasociedad moderna y sus conflictos.

  • 543INVESTIGACIONES SOCIALES

    de hoy: híbrido o multicultural, también es-taría dentro de la lógica del capital, o en otrotérminos estaría a la par con los procesos deglobalización y sus diversos trasfondos. Apesar de esta situación, la antropología nopuede estancarse en una sola posición conrespecto a su sujeto de estudio, tiene queestar a la par con los permanentes cambios ydiferencias de los individuos; pero para esto,es necesario establecer posiciones epistemo-lógicas (ausentes en nuestro medio) y conti-nuar redefiniendo al sujeto antropológico.

    CARLA MARTÍNEZ RAMÍ[email protected]

    El caníbal es el otro, es un libro que estádividido en tres partes con el objetivo derepresentar en tres formas escritas (unpoemario, testimonios de memoria y unanovela) los distintos discursos y represen-taciones de tres actores fundamentales du-rante la época de la violencia política: Sen-dero Luminoso (SL), las víctimas de la vio-lencia y la intelectualidad conservadora.

    En el primer capítulo, «Aproximacionesa la poética senderista», Vich analiza el

    poemario clandestino «Tiempos de Guerra»de Rosa Murinache1. El autor rescata la pre-sencia de Rosa sobre las palabras de Abi-mael2 pero a la vez refleja la identidad delsujeto senderista: la visión teológica delmundo (se sienten destinados a cumplir «lamisión» con un verdadero final), la disolu-

    VÍCTOR VICH

    El caníbal es el otro. Violencia y cultura en el Perú contemporáneo

    INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS, LIMA 2002

    1 La «autora» convierte la prosa de los discur-sos de Abimael Guzmán en poesía.

    2 Aunque al final Vich señala que Rosa terminadesestabilizada y dominada por ese Otro.

    Una antropología de la sobremoderni-dad, Editorial Gedisa, Barcelona.

    DEGREGORI, Carlos Iván2000 No hay país más diverso. Compendio

    de Antropología peruana, Red Para elDesarrollo de las Ciencias Sociales en elPerú, Lima.

    GARCÍA CANCLINI, Néstor2001 Culturas híbridas. Estrategias para en-

    trar y salir de la modernidad, Grijalbo,México.

    GOLTE, Jürgen1987 Los caballos de Troya de los invasores.

    Estrategias campesinas en la conquistade la gran Lima, IEP, Lima.

    ZIZEK, Slavoj1998 «Multiculturalismo o la lógica cultural

    del capitalismo multinacional». En:Frederic Jameson y Slavoj Zizek,Paidós, Buenos Aires.

    BIBLIOGRAFÍA

    AUGÉ, Marc1996 El sentido de los otros. Actualidad de la

    antropología, Paidós, Barcelona.1996 Los no lugares: espacios del anonimato.

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    ción del yo en el partido3 (se objetiviza alsujeto y éste se somete ante algo más po-deroso y vital que él mismo), el culto a lamuerte (como fuera del sujeto y es vistocomo una ley universal y arma más adecua-da para la revolución) y por último, el dis-curso pedagógico (el poder del conocimien-to del otro que es de afuera, el mito delprogreso, el culto al líder y su carácterdiscursivo y persuasivo).

    En el segundo capítulo, «Disparos ytorturas: el discurso de la subalternidad»,el autor analiza dos testimonios: el deNicario y el de Juan, recogidos por la Comi-sión de la Verdad y la Reconciliación. Nicario(militante senderista) comenta como fue lacontraposición de subjetividades y racio-nalidades, los modos diferentes de ver elpoder, el progreso, y la relación con la na-turaleza, por parte de los senderistas con ladel campesinado, a partir de la matanza deganado de Alpachaka. El testimonio de Juanrelata como los militares cometen atrocida-des físicas, psicológicas y simbólicas con-tra la población. Todo ello por la sospechade ser senderistas, reflejando el accionarde las FF.AA. (la violencia del estado) queno tenían la intención de investigar, dialo-gar y controlar la situación, sino el de ani-quilar al otro. Para ello se valen del cuerpopara erradicar el mal a través de la tortura,que para este caso refleja también un ele-mento cultural impregnado en las relacio-nes entre el Estado y la ciudadanía.

    En el tercer capítulo «Lituma en los li-bros: ‘el caníbal es el otro’» se analiza lapremiada novela Lituma en los Andes deMario Vargas Llosa. Víctor Vich muestracómo la intelectualidad se ve así misma comoun ente superior y a la vez, como ésta – laintelectualidad– es un agente de la cons-

    trucción del imaginario y la esfera pública.Este grupo representa (distorsiona) y afirma(oculta) al otro – a la población andina– y ala vez la silencia, para generar una discursode justificación de la violencia ante unos«seres primitivos» y por «naturaleza violen-ta». Así, SL y su accionar violento no esproducto de las diferencias de poder, pobre-za y fanatismo ideológico, sino producto dela naturaleza propia del andino. El autor se-ñala que estos discursos reflejan más la iden-tidad del colonizador que la del colonizado.En este caso particular reflejan la asunciónde la ideología neoliberal de Vargas y la opo-sición de los textos indigenistas esencialitas.

    En forma personal, y sin quitar mérito alautor, me parece que si bien el testimonio deJuan reflejan un accionar de las FF. AA., esteactor social no se encuentra representadode la misma manera que los otros actoressociales. SL, las víctimas y la intelectualidadse encuentran representados así mismos, encambio las FF.AA no, ya que es otro quientiene que hablar por ellos. Creo que paralograr un mejor análisis de los discursos des-de el Estado-FF.AA., el autor hubiera añadi-do y analizado los discursos de los políticoso los altos mandos militares en esa época.

    Independientemente de eso, en éstostres textos, si bien distintos entre sí, se pue-de advertir que dicen más de lo que quisie-ran, es decir no son puros ni libres, ni menosindependientes de quienes los escribieron.El autor partiendo de el análisis de semióti-ca, antropología postmoderna, deconstruc-ción literaria, postestructuralismo y teoríalacaniana, señala que las tres muestran larepresentación de maliciosas prácticas pe-dagógicas que son violentas y que, en esesentido, representan un punto de quiebreen la imaginación de la comunidad en el Perú. Es más, ese quiebre imaginario está alimen-tado por una mentalidad colonial que aúnarrastramos y no permite que tengamos unverdadero contacto intercultural4. En el caso

    3 El autor señala que este fenómeno fue la re-ducción hasta la mínima expresión de lasidentidades sociales, que van desde: raza, cla-se hasta llegar al partido.

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    peruano, el binomio nosotros /ellos, es man-tenido y legitimado por estos tres actoressociales para mantener la jerarquía y la do-minación, para así justificar el «tutelaje» –misma encomienda colonial– de la sociedadante una entidad autosuficiente, diferencia-da del resto y supuestamente superior (ego-centrismo). Esta mentalidad colonial es en-tendida según el autor como nada democrá-ticas y altamente jerarquisantes. Vich hacemuy bien el de citar a Portocarrero (2002) ensu tesis de «antes que moderna, el Perú si-gue siendo una sociedad postcolonial».

    En un plano mayor, el binomio noso-tros/ellos (etnocentrismo) característico detodas las sociedades está siendo un verda-dero problema para la convivencia y el fu-turo mundial. Paro a la vez representa queel contacto entre las culturas activaron yactivan dispositivos en los que la descrip-ción de la «otredad» se carga de todos losmiedos y ansiedades (Said, 1990) de ego5.

    Los textos analizados por Vich son un claroejemplo que los grupos sociales no permi-ten diálogos e intercambios recíprocos, esmás polarizan e inventan posiciones jerár-quicas donde el saber de un grupo es elúnico, cosa que va en contra de un paísmulticultural y plurilingüe como es el Perú.

    Por último, concuerdo con el autor enque el país necesita pasar por un procesode descolonización (material y mental) queabarque desde la necesidad de un Estadoindependiente –de intereses particulares yque sea plural–, con memoria, con un pro-yecto cultural común (sin que supongahomogenización), sin privilegios y con ver-daderos ciudadanos que se sepan distin-tos entre sí pero iguales (un Nosotros Di-verso con una ciudadanía intercultural) yque a su vez participen (todos y todas) enla construcción del país.

    JOSÉ HOYOS VILLAYZÁ[email protected]

    4 La interculturalidad es definido como la inte-rrelación de comunicaciones e intercambiosentre culturas, con la finalidad del desarrollodel ser humano y una sociedad abierta a laexperiencia intersubjetiva y tolerante (ins-pirado en el texto de Mujica del 2002).

    5 Casos contemporáneos como el video de laempresa chilena LanPerú, la opinión pública

    Este libro nos plantea la perspectiva de lalucha contra la pobreza y el subdesarrollo apartir de dos posiciones distintas (una

    JAVIER IGUIÑIZ ECHEVERRÍA

    Desarrollo, libertad y liberación en Amartya Sen y Gustavo Gutiérrez

    FONDO EDITORIAL PUCP-INSTITUTO BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, LIMA 2003

    teológica y otra económica). El autor nosdemuestra los puntos de convergencia quepermiten plantear soluciones específicas y

    sobre los aguarunas, la guerra de Irak (USA yla idea de occidente en contraposición conlos países árabes/musulmanes), la migracióne infinidad de ejemplos más.

    6 Ver Degregori «Panorama de la Antropologíaen el Perú: del estudio del otro a la construc-ción de un nosotros diverso». En DEGREGORI.No hay país más diverso. Lima, 2000.

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    posibles a los problemas antes señalados,mediante un diálogo de perspectivas. Tan-to para Sen como para Gutiérrez, el proble-ma de la vida y la libertad son medulares.Son ejes transversales que se entrecruzanpor los aspectos económicos, políticos, so-ciales y teológicos.

    La primera parte del libro, Definiendo eldesarrollo, nos muestra la utilidad de con-ceptos como «libertad» o «liberación». El pri-mer concepto es importante para Sen pues esa través de la libertad que se puede definir yevaluar la calidad de vida, para lograr el desa-rrollo humano. Por otro lado, el concepto deliberación es para Gutiérrez fundamental a lahora de abarcar los problemas sobre desarro-llo, ya que considera que ella es necesariapara alcanzar la madurez de la praxis y de laética que coloca a la persona y al pobre comoel centro del desarrollo. Iguiñiz nos manifies-ta que ambos términos tienen que ser toma-dos como fin y medio. Esto en el sentido de lamultidimensionalidad de sus alcances. Enten-damos que tanto la libertad como la libera-ción, en sí mismas y desde sus múltiples di-mensiones, tienen efectos autogeneradoresdentro de su mismo proceso.

    El enfoque del término pobreza poneénfasis en las posibilidades y capacidadesque se tienen para revertirla. En síntesis, to-dos somos capaces de forjar nuestro propiodestino. También se nos invita a una reflexiónsobre la vida. El objetivo que se nos planteaes el de elevar su nivel haciéndola más com-pleta en todos los sentidos posibles. Para queesto suceda, lo primero que debemos haceres cambiar el significado de la vida teniendoen cuenta que en la vida existen múltiplesmaneras de enriquecerse.

    La segunda parte del libro, Acercamien-tos a la libertad, nos señala la universalidaddel concepto libertad presente en todas lasculturas y sociedades. Gutiérrez manifiestarespecto a ello: «La verdadera universali-dad no consiste exactamente en hablar un

    mismo idioma sino en lograr un entendimien-to pleno desde cada uno» (p. 43)1.

    Tanto Sen, como Gutiérrez, tratan de de-finir qué son los medios y qué son los fines.Ellos colocan a los productos de la actividadeconómica exclusivamente como medio y nocomo fin. Las riquezas materiales son enten-didas más bien como uno de los medios (noel único) que pueden ayudarnos a superarlos problemas de la pobreza o el subdesarro-llo. Las metas últimas, como fines, tienen elobjetivo de solucionar los problemas queobstaculizan el desarrollo de la persona.Gutiérrez manifiesta: «Lo que está en cues-tión [...] son las posibilidades de llevar unaexistencia humana auténtica; una vida li-bre, de una libertad que es proceso y con-quista histórica» (p. 45)2 En esta cita se pue-de observar la definición de los fines.

    En la tercera y última parte del libro, Laperspectiva moral, se enfatiza la idea de laresponsabilidad moral e individual quetiene cada individuo dentro de un marco devalores que contribuyen a convertir unasituación en moralmente aceptable o no alos ojos de los directamente involucrados.

    El tema de la responsabilidad indivi-dual es trascendente pues, como indica Sen:«puedo apreciar la fuerza de la tesis deque son los propios individuos los quedeben asumir la responsabilidad del de-sarrollo y de la transformación del mundoen el que viven» (p. 338)3. Iguiñiz manifies-ta que no existe necesariamente una rela-ción entre causalidad y responsabilidad. Espor ello, que se nos llama a la toma de uncompromiso individual y social.

    En la toma de este compromiso para conel prójimo, es necesario el establecimiento

    1 Teología de la liberación, Sexta edición, re-visada y aumentada, CEP, Lima, 1988.

    2 Teología de la liberación, Perspectivas, CEP,Lima, 1971.

    3 Desarrollo y libertad, Buenos Aires, Planeta,2000.

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    de cuatro pasos. 1) Inmersión, es decir elestar involucrados directamente en los pro-cesos sobre los que se trata en las reflexio-nes e investigaciones, 2) La búsqueda delas causas, para poder intervenir de todaslas maneras posibles en la erradicación de lapobreza, 3) La importancia de la política,pues esta cubre todas las actividades desti-nadas a controlar y dirigir el propio destino4y 4) Participar en la formación de los valo-res, buscando la común valoración de la vidade la gente concreta. Este último punto pre-para el terreno para un diálogo que puedeser rico y provechoso.

    Al vivir en una constante conflictividadde las relaciones sociales, se tiende a minimizarla gravedad de los hechos y a suponer sencillala tarea de erradicar la pobreza. Es por ello quepara Gutiérrez nos encontramos en una socie-dad donde existe una resistencia de tipo psi-cológico e ideológico a reconocer tales pro-blemas. Esta falta de conciencia social tambiénes uno de los obstáculos para la solución delproblema. Motivo por el cual muchas perso-nas creen que las aptitudes paternalistas son

    la solución. Al respecto, se nos enfatiza la ideade la promoción de la «agencia» como meca-nismo que permitirá al hombre y a la mujer serresponsables de su propio destino.

    A manera de conclusión podemos decirque el enfoque de desarrollo aquí tomado seencuentra totalmente relacionado con la per-sona como alguien actuante y no como al-guien carente. Tanto la libertad, como laliberación, buscan que la persona tome con-ciencia de su responsabilidad frente a losretos que muchas veces parecen imposiblesde superar. Un camino de inspiración puedeser la fe frente al futuro junto a una exigenciade solidaridad frente al prójimo. La búsque-da del desarrollo de las capacidades en to-das las personas es fundamental para salirde la inanición y de las carencias materiales.

    ¿Qué papel juega la universidad en esteproceso? Al ser universal, es la instituciónencargada, mediante el capital humano, dedesarrollar en nosotros herramientas quenos permitan abarcar las diversas proble-máticas sociales de una manera abierta,flexible y con responsabilidad social. Paraello es necesario el valor de la autonomíade la persona y el intercambio de ideas conel único objetivo de transformar el mundoen que vivimos, en un mundo mejor.

    BRUNO YIKA ZAPATA

    4 Como dice Gutiérrez: «Nada escapa a lo po-lítico así entendido. Todo está coloreado po-líticamente. Es en ese tejido y nunca fuerade él, donde el ser humano surge como unser libre y responsable».

    En la presente selección de capítulosBourdieu tiene como objetivo principal plan-tearnos su modelo analítico sobre la socie-dad. Es necesario sostener que este se en-

    cuentra dentro de una tradición filosófica dela acción (o disposicional), «que toma enconsideración las potencialidades inscritasen el cuerpo de los agentes y en la estructu-

    PIERRE BOURDIEU

    Razones prácticas: sobre la teoría de la acción

    ANAGRAMA, BARCELONA, 1997

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    ra de las situaciones en la que estos actúan»(p. 7). Además es una postura que se «opo-ne a las tesis más extremas del estructuralis-mo concreto» (p. 8) y trata de romper con lasdicotomías (individuo/sociedad, agente/es-tructura, etc.) que han marcado el pensa-miento de las ciencias sociales en general yla Sociología en particular.

    Es importante destacar que Bourdieuelabora este modelo a partir de una interre-lación fuerte entre teoría y práctica (cosaque lo diferencia de otros autores), seña-lando que « sólo se puede captar la lógicamás profunda del mundo social a condi-ción de sumergirse en la particularidad deuna realidad empírica, históricamente situa-da y fechada» (p.12), para luego «captar loinvariante, la estructura, en la variante exa-minada» (p.13). En este sentido él parte deFrancia para así elaborar una Teoría Gene-ral que pueda ser aplicada a cualquier so-ciedad. Además el autor se opone tajante-mente a un tipo de pensamiento llamadosustancialista que considera ciertas prácti-cas como biológicas, es decir que ignora lahistoricidad y el cambio, por lo que señalaque para elaborar este tipo de modelos sehace necesaria la comparación sistémicapara no caer en erróneas interpretaciones.

    Ahora sí podemos esbozar el modeloanalítico propuesto por Bourdieu, este em-pieza señalando que el espacio social es«el conjunto de posiciones distintas y co-existentes, externas unas de otras, defini-das en relación unas de otras, por su exte-rioridad mutuas y por sus relaciones deproximidad, de vecindad o de alejamientoy asimismo por relaciones de orden, comopor encima, por debajo y entre» (p.16) Esteespacio social se constituye a partir de lasdiferencias, es decir en la forma en la quelos agentes o grupos se distribuyen en él,a partir de dos principios de diferencia-ción (válidos para sociedades avanzadas)que son:

    • El capital económico• El capital cultural

    Para el autor los agentes se ubican enel espacio social según tres dimensionesfundamentales:• El volumen de capital que poseen, mez-

    clando todas las especies de capital.• La estructura de este capital, según el

    peso relativo del capital económico ydel capital cultural en el conjunto desu patrimonio.

    • La evolución en el tiempo del volumeny de la estructura de su capital (cómolo adquieren) (p. 28).Bourdieu señala que « a cada clase de

    posición corresponde una clase de habitus(o de aficiones) producidos por los condi-cionamientos sociales asociados a la con-dición correspondiente y, a través de estoshabitus y de sus capacidades generativas,un conjunto sistemático de bienes y pro-piedades, unidos entre sí por una afinidadde estilo» (p. 19). Entonces el habitus, «eseprincipio generador y unificador queretraduce las características intrínsecas yrelacionales de una posición en un estilode vida unitario, es decir, un conjunto uni-tario de elección de personas, de bienes yde prácticas» (p.19), un nexo fundamentalentre la estructura y el individuo que ocu-pa posiciones a partir de su capital. Ade-más el habitus le brinda categorías de apre-ciación y percepción a estos sujetos parasu orientación en el mundo social.

    El autor hace una acotación muy im-portante al señalar que lo que él busca esdesentrañar las estructuras más profundas(invisibles pero reales) para entender la rea-lidad, y es así que sostiene que su modelose basa en clases sociales teóricas « pre-dispuestas a convertirse en clases en el sen-tido marxista del término» (p.23), existe unaprobabilidad de que surjan clases socialesreales. Pero resalta a estas clases teóricaspara mostrar la diferencia, la distinción, es

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    decir que por más homogénea que parezcauna sociedad, si aplicamos su modelo delespacio social encontraremos una gran he-terogeneidad.

    En un segundo momento Bourdieu seaboca a analizar los mecanismos de la re-producción del espacio social y del espa-cio simbólico, y encuentra que el modo dereproducción viene dado por:• Las estrategias familiares• La institución escolar

    Para el autor las familias tienden estra-tegias para perpetuar su ser social, y lo ha-cen especialmente a través de estrategias:educacional, matrimoniales, sucesorias, defecundidad y económicas (p.33). ParaBourdieu la más importante son las estrate-gias educativas, en tanto que poseen unafunción social, la de proveer el derecho dedirigir (p.36) a los más formados, ya que laescuela tiene un proceso de selección queculmina con la obtención de «garantías decompetencia técnica, certificados de com-petencia social, muy próximos en esto a lostítulos de nobleza» (p. 36).

    Entonces la escuela ayuda a la repro-ducción de la sociedad, pero no de una ma-nera mecánica en tanto que «los sujetos sonen realidad agentes actuantes y conscien-tes dotados de un sentido práctico, sistemaadquirido de preferencias, de principios devisión y de división (lo que se suele llamarun gusto), de estructuras cognitivas dura-deras (que esencialmente son fruto de la in-corporación de estructuras objetivadas) yde esquemas de acción que orientan la per-cepción de la situación y la respuesta adap-tada» (p. 40). Ello significa que la estructura(el espacio) es el producto no intencionadode las acciones intencionales de los sujetos.

    Otro aspecto que aboga por la mutabi-lidad de la estructura en este modelo es ladescripción del «espacio social global comoun campo, es decir a la vez como un campode fuerzas, cuya necesidad se impone a los

    agentes que se han adentrado en él, y comoun campo de luchas dentro del cual losagentes se enfrentan, con medio y finesdiferenciados según su posición en la es-tructura del campo de fuerzas, contribuyen-do de este modo a conservar o a transfor-mar la estructura» (p. 41). Ello constituye lanoción del campo del poder ( que es dife-rente del campo político) en el que se en-frentan las relaciones de fuerza entre losdiferentes tipos de capital.

    Luego Bourdieu entra en la problemáticadel Estado al que define como aquel que «rei-vindica con éxito el monopolio del empleolegítimo de la violencia física y simbólica enun territorio determinado y sobre el conjuntode la población correspondiente» (pp. 97-98),pero señala que el Estado surge en un proce-so de concentración de los diferentes tiposde capital (fuerza física, económico, informa-cional, simbólico), por lo que no es natural yademás este proceso acompaña al procesode conformación del campo del poder.

    Es el Estado el que concentra el mayorcapital simbólico, entendido como «cual-quier propiedad (cualquier tipo de capital,físico, económico, cultural, social) cuandoes percibida por agentes sociales cuyas ca-tegorías de percepción son de tal naturalezaque les permiten conocerla (distinguirla) yreconocerla, conferirle algún valor» (p. 108).Es decir que el Estado concentra y ejerce elpoder simbólico, en tanto que antes este eradifuso pero ahora es codificado, delegado ygarantizado por el Estado burocrático.

    Esta función del Estado es la que lepermite nominar «es decir lo que está auto-rizado a ser, lo que tiene derecho a ser» (p.114), le permite universalizar categorías depercepción (estructuras cognitivas) arbitra-riamente, le permite contribuir a producir yreproducir la realidad social (construida),imponer principios de clasificación etc., es-pecialmente a través de la escuela y la fami-lia, dentro del proceso de socialización. Es

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    en este sentido que Bourdieu plantea quees necesario analizar la dimensión simbóli-ca de la burocracia (p.122), en tanto queexiste una monopolización del Estado (mo-nopolio de la violencia, fiscalidad, territo-rialidad) por unos pocos que son los quedictan lo que es universal, y que es el resul-tado de una labor de universalización en elmismo campo burocrático.

    Finalmente Bourdieu entra a analizar lafamilia (el segundo componente de la re-producción del espacio), sosteniendo que«es en efecto una ficción, un artefacto so-cial, una ilusión en el sentido más corrientedel término, pero una ilusión bien fundada,porque al ser producida y reproducida conla garantía del Estado, recibe en cada mo-mento del Estado los medios para existir ysubsistir» (p.138).

    Nos parece que el planteamiento delautor es muy importante para la Sociologíaen tanto que nos delinea cómo es que ope-ran las sociedades avanzadas, y nos da unasuerte de «esqueleto» teórico que debe sercompletado con el funcionamiento propiode cada sociedad. Es decir por ejemplo quesi la tarea de las ciencias sociales como se-ñala Bourdieu es construir espacios socia-

    les (p. 48), nosotros en el Perú tendríamosque construirlo, y ver cuales son los tiposde capital que influyen en la conformaciónde este espacio, es decir hay que encontrarlos campos relevantes para poder compren-der a nuestra sociedad. Es necesario en-contrar el principio de la distribución de lasformas de poder en el Perú de hoy.

    Vemos que esto es posible, porquecomo muestra el mismo autor en las socie-dades soviéticas existe un tipo de capitalque adquiere mayor preponderancia (el ca-pital político), sin que ello le reste poderexplicativo al modelo analítico planteado.

    Creemos que la teoría al ser un instru-mento, una forma de razonar, nos brinda lasherramientas para poder entender nuestrasociedad, y si seguimos a Bourdieu, es ne-cesario ligar la teoría con la práctica, por loque sería un gran aporte concebir el espa-cio social del Perú. Sostenemos esto en tan-to que si conocemos los principios que re-gulan la reproducción de nuestra sociedad,es más sencillo hacer estudios más especí-ficos, y así poder intervenir de una maneramás efectiva y eficaz en la realidad social.

    ENNIO FERMI [email protected]

    Setting the agenda: the mass media andpublic opinion1 es un trabajo publicado endiciembre del 2004 por Maxwell McCombs,principal fundador e investigador de la teo-ría de la agenda-setting o «establecimiento

    de la agenda»2 que sintetiza los cientos deestudios realizados en los últimos 35 añosrelacionados con esta vertiente teórica endiversas partes del mundo. Tanto la influen-

    Setting the agenda: la influencia de los medios decomunicación en la formación de la opinión pública a la luz de

    una reciente entrega bibliográfica

    1 McCombs, Maxwell (2004) Setting the agen-da: the mass media and public opinion.Polity Press. Cambridge, England. 184 pp.

    2 La expresión anglosajona acuñada porMaxwell McCombs «agenda-setting» será tra-ducida al castellano como «establecimientode la agenda».

  • 551INVESTIGACIONES SOCIALES

    cia determinante y a veces controversial delos medios de comunicación en el estable-cimiento de los asuntos públicos sobre loscuales la audiencia piensa como tambiénlas posteriores consecuencias sobre lasactitudes, opiniones e incluso conductas,constituyen las preocupaciones básicasque atañen a la teoría de la agenda-settingy que son analizadas a lo largo de esta im-portante obra.

    Conviene señalar que Setting theAgenda es una obra originalmente escritaen inglés americano, conformada por 9 ca-pítulos que van concatenando las investi-gaciones realizadas hasta la fecha con lascinco fases de desarrollo teórico de la agen-da setting:1) La primera fase de esta teoría esta cen-

    trada concretamente en la transmisiónde relevancia temática de la agenda delos medios de comunicación a la agen-da del publico.

    2) La investigación sobre las condicionescontingentes que limitan el estableci-miento de la agenda constituye la se-gunda fase de la teoría.

    3) La tercera fase teórica se refiere a laagenda de atributos y al papel de losmedios de comunicación en la cons-trucción de las representaciones men-tales e imágenes del mundo.

    4) La investigación sobre quién configu-ra la agenda de los medios de comuni-cación abre paso a la cuarta fase de lateoría. Se consideran tres elementosclaves para responder a esta pregunta:la fuente o actor que provee la infor-mación, otras organizaciones noticio-sas y las normas del periodismo comoprofesión.

    5) La quinta fase explora los efectos delestablecimiento de la agenda sobre lasactitudes, opiniones y aún sobre lasconductas de las personas.A continuación, se describe sucinta-

    mente cada uno de los capítulos que con-forman esta obra.

    1. Influenciando en la opinión públicaEste capítulo contiene una sinopsis de in-vestigaciones realizadas en Alemania, Ar-gentina, España, Estados Unidos y Japónsobre asuntos relacionados con tempora-das electorales y no electorales efectuadasen un período que va desde 1968 hasta elpresente. Contiene además condicionesbásicas para demostrar causalidad en el es-tablecimiento de la agenda. En líneas gene-rales, el primer capítulo cataloga un corpusconsiderable de evidencia que demuestraun alto grado de correspondencia entre lasprioridades de la agenda del medio y lassubsecuentes prioridades de la agenda delpúblico y que da inicio a la revisión de laprimera fase de esta teoría.

    2. La realidad y las noticiasEste capítulo trata acerca de la distinción en-tre lo que los medios muestran y/o dicen y loshechos que suceden en el mundo. Los me-dios construyen y presentan al público unpseudoentorno que moldea significativamentesu manera de percibir la realidad. Al respecto,se citan casos en los que los medios, a travésde la intensa cobertura periodística de ciertostemas, crean una percepción de crisis en elpúblico sin que exista una causa objetiva queocasione dicho estado.

    3. Cómo funciona la agenda-settingEl tenor de este capítulo es delinear cómo elpúblico procesa los temas que aparecen enla agenda de los medios y que, posterior-mente, requieren su atención, establecién-dose de esta manera la agenda del público.Se presentan estudios que precisan, en tér-minos porcentuales, temporales y psicoló-gicos, las limitaciones y características de laaudiencia para constituir su propia agenda.Como aportes más significativos, se citan la

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    determinación del tiempo de influencia máxi-ma para los efectos de la agenda, la determi-nación del porcentaje mínimo de atenciónpública para identificar un tema como signi-ficativamente relevante y la consideraciónde la influencia de la educación en el esta-blecimiento de la agenda del público.

    4. Por qué ocurre la agenda-settingEn este apartado, se examinan las condi-ciones contingentes que limitan el estable-cimiento de la agenda. Se señala el concep-to de necesidad de orientación como unaexplicación psicológica del proceso deagenda-setting. Este concepto se define através de dos criterios: el grado de relevan-cia que un tema posee para un individuo yel grado de incertidumbre que provoca eneste individuo el desconocimiento de unhecho o tema. Asimismo, se explica que elefecto del establecimiento de la agenda estálimitado por la experiencia personal, la cualconsidera si los temas son entorpecedores,es decir, si las personas tienen experienciadirecta acerca de ellos en sus vidas diarias,o si los temas son no entorpecedores, esdecir, si solo se puede saber de ellos a tra-vés de los medios de comunicación.

    5. Las imágenes en nuestras mentes3Aquí se inicia la exploración de la tercerafase teórica. Los atributos se considerancomo los aspectos de un tema que sonenfatizados por los medios de comunica-ción, por lo que si el primer nivel de la agen-da setting es la transmisión de relevanciatemática de una agenda a otra, el segundonivel es el de transferencia de relevancia deatributos de una agenda a otra, vale decir,los medios determinan no solo sobre quétemas pensar, sino cómo pensar acerca deesos temas. Se presentan estudios realiza-

    dos en Asia, Europa y Norteamérica sobrela imagen electoral de los candidatos y decómo los medios de comunicación, a tra-vés del establecimiento de su agenda deatributos, pueden influenciar en la opinióndel público acerca de aquellos.

    6. Agenda-setting de atributos y framingEste capítulo examina las convergenciasentre la agenda setting de atributos y el con-cepto de «framing». Este último conceptose refiere a la selección y el énfasis que losmedios conceden a las características de untema y que promueven abiertamente en elpúblico una particular evaluación sobre di-cho tema. Se trata en efecto de un retorno ala corriente de la influencia de los medios decomunicación sobre las actitudes y opinio-nes a la luz de recientes aportes teoréticos.

    7. Configurando la agenda de los mediosSe consideran tres elementos claves pararesponder a la pregunta sobre quién esta-blece la agenda de los medios de comuni-cación: la fuente o actor que provee la in-formación, otras organizaciones noticiosasy las normas y/o tradiciones del periodis-mo como profesión. La investigación so-bre los tres elementos que configuran laagenda de los medios abre paso a la cuartafase de la teoría, en la que conjuntamentecon lo anterior, se analiza la agenda-settingentre los medios de comunicación, es decir,la influencia de la o las agendas de los me-dios prominentes sobre la selección perio-dística de los otros medios.

    8. Consecuencias de la agenda-settingEste apartado explora los efectos del esta-blecimiento de la agenda sobre las actitu-des, opiniones y aun sobre las conductasde las personas. Se examinan tanto el con-cepto de «priming», que relaciona la rele-vancia temática de los medios con las opi-niones expresadas por la audiencia, como el

    3 El título original del capítulo en inglés es«The Pictures in our Heads».

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    El Con