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RESE ÑAS RELACIONES 108, OTOÑO 2006, VOL. XXVII

RESEÑAS - El Colegio de Michoacán · 2013. 5. 15. · RESEÑAS 195 RODRIGO MARTÍNEZ BARACS, CONVIVENCIA Y UTOPÍA, EL GOBIERNO INDIO Y ESPAÑOL DE LA “CIUDAD DE MECHUACAN”,

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RESEÑAS

R E L A C I O N E S 1 0 8 , O T O Ñ O 2 0 0 6 , V O L . X X V I I

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RODRIGO MARTÍNEZ BARACS, CONVIVENCIA

Y UTOPÍA, EL GOBIERNO INDIO Y ESPAÑOL

DE LA “CIUDAD DE MECHUACAN”, 1521-

1580, MÉXICO, FCE Y CONACULTA-INAH,

2005, 24 HOJAS DE ILUSTRACIONES, 472 P.

Un estudio sobre la fundación no-vohispana de Pátzcuaro se esperabade tiempo, éste se ocupa de eso yconstituye un acercamiento al estudioglobal de “Las Tres Ciudades de Mi-choacán” toda vez que Carlos Herre-jón Peredo ya nos ofreció su magistralinvestigación sobre Guayangareo.1

Sobre las novedades documenta-les que nos aporta el doctor MartínezBaracs, da en su libro amplia y minu-ciosa cuenta de los estudios que sehan hecho sobre Michoacán del tiem-po que lo ocupa, la historia prehispá-nica y de la conquista de Michoacán.Constituye a la vez una nueva inter-pretación de Vasco de Quiroga, cuyapersona y obra ha sido ampliamenteexplorada durante la segunda mitaddel siglo XX y en estos primeros añosde milenio. Aunque la base de estaobra es su tesis doctoral en esta edi-ción se nos da ampliada.

Organiza su estudio en once capí-tulos a los que hace seguir una ampliabibliografía en que se diferencian los tex-tos antiguos de los autores modernos.

Se preocupará en el primero deexplicarnos los temas a que refierenlos nombres que va a usar: Mechua-

can, echero, Uicicila, Patzcuaro, Gua-yangareo, cazonci, irecha, chichime-cas, tarascos, purepecha. En cada mo-mento es admirable la minuciocidadcon que nos da cuenta de quienes yen dónde se han ocupado de esos te-mas, atiende a las diferencias entrelos autores y señala lo que todavíaestá sujeto a discusión.

Un segundo capítulo lo usarápara hacer una síntesis de la historiaprehispánica de Michoacán y hará usoprivilegiado, como es natural, de LaRelación de Michoacán. De ella informasus distintas ediciones y de los mu-chos que hemos incursionado en lostemas de la misma. Da por concluidala discusión sobre su autor, fray Jeró-nimo de Alcalá.

Para el tercer capítulo privilegia-rá el uso de de la “obra clásica sobreLa conquista de Michoacan [de] J. Bene-dict Warren [quien] hizo un trabajofundamental de esclarecimiento y ex-posición sistemática y crítica de lasfuentes, agregando valioso materialde archivo”.

A partir del cuarto, y hasta el oc-tavo capítulo, será central la figura deVasco de Quiroga. Se va a acercar a élreconociéndole lo original de su pro-

1 Carlos Herrejón Peredo, Los orígenesde Guayangareo-Valladolid, segunda edi-ción del Colegio de Michoacán y el Frentede Afirmación Hispanista, Zamora, 2000.

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yecto de mestizaje en la construcciónde una sociedad fundada tanto en larepública indígena como en la espa-ñola, buscando construir la utopía dela Ciudad de Mechuacan.

Los capítulos finales de la obralos dedicará al estudio del declinar dela república de indios con el cambiode la sede episcopal de Pátzcuaro aGuayangareo: Así en el noveno noshablará de la “decadencia del poderindio (1560-1576)” de la Ciudad deMichoacán, mientras que en el déci-mo aludirá a la “reacción india (1576-1580)” ante la amenaza de ser rele-gados por el crecimiento de la nuevaValladolid.

El capítulo conclusorio lo haráuna “recapitulación y avance”, en quehará conciencia del sentido de su obraque es el insistir en los diversos temastratados que quedan abiertos a mejordiscusión y mayor profundización.

Aunque la obra está ilustrada, lasfiguras se concentrarán a mitad del li-bro, justificado sólo en razones eco-nómicas, lo que le obliga a insertar unapartado, al final, para dar los crédi-tos de las imágenes y referirlas a susrespectivos lugares.

Muchos son los méritos de estaobra y uno de ellos, ya lo dijimos, esser toda ella una de las amplias y de-talladas bibliografías sobre los temasmichoacanos del tiempo que maneja.

Hay que señalar el mérito de una ge-nerosa apreciación hacia los autores ysu delicadeza en apuntar las diferen-cias, propias y ajenas, con ellos.

Curiosamente es en la cuarta deforros donde se nos apunta con me-ridiana claridad el sentido del título“convivencia y utopía”, poniéndoloen una nueva interpretación de laobra quiroguiana que resume como elproyecto de “organizar a los indios enciudades y pueblos pero no aisladossino manteniendo con los españolesrelaciones económicas y sociales jus-tas y mutuamente benéficas”.

De esta obra es destacable, ya loinsinuamos, la visión sintética y críti-ca de los distintos tópicos ocurrentes,tanto en las época prehispánica comodel siglo XVI michoacanos y es singu-lar el uso que se hace de los materia-les del Archivo Histórico de la Ciu-dad de Pátzcuaro.2

Cabe también señalar el reconoci-miento que se hace, en el avance delas investigaciones sobre temas mi-choacanos, a las reuniones periódicasde los kuanis en Pátzcuaro..

2 Éste le dio pie para la publicación desu otra obra reciente, Rodrigo MartínezBaracs, Caminos cruzados, fray MaturinoGilberti en Perivan, Zamora, El Colegio deMichoacán, 2005; dentro del proyecto Te-palcatepec.

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El autor nos avoca a una mejorexploración de nuevas influencias so-bre Quiroga y sus proyectos de ante-riores experiencias americanas comolo planeado por los dominicos de laEspañola (Santo Domingo) en lo rela-tivo a la “formación de pueblos de in-dios llamados ‘comunidades’”. Estepodría ser un ángulo no contempladode la experiencia quiroguiana en la quese ha privilegiado el influjo de TomásMoro y su Utopía, partiendo de allí supensar en la conveniencia de una con-vivencia más estrecha entre españolese indios. Destaca por ello el paso deQuiroga por aquella isla, camino aNueva España, y su probable contac-to allí, además de con el obispo Ramí-rez de Fuenleal nombrado presidentede la Segunda Audiencia, con Barto-lomé de las Casas, Alonso de Zuazo yGonzalo Fernández de Oviedo, conquienes habría compartido ideas yaprendido experiencias durante losmeses de octubre, noviembre y di-ciembre del 1530 en que se detuvo enla isla camino a México.

Fue de Silvio Zavala el ver la in-fluencia de Tomás Moro en la obraquiroguiana, pero nos parece que ellicenciado don Vasco no esperó a co-nocerla por el ejemplar de don Juande Zumárraga, como lo sugiere donRodrigo, ya que el núcleo de sus hos-pitales ya lo plantea a pocos meses de

su llegada a Nueva España y suponela madurez de algo muy pensado quesólo esperaba el estímulo de la reali-dad novohispana. La obra quiroguia-na debe mucho a su previa formacióny preocupación humanística mismaque se nos revelará en la amplia bi-bliografía citada y usada en su “Infor-mación en Derecho” que revelan unamplio bagaje de lecturas tanto re-cientes y a la moda como las de Gue-vara, Moro y Budeo, como a las de laEscritura y Padres de la Iglesia, así co-mo a teólogos y canonistas medieva-les, además de buena dósis de aque-llas de los clásicos griegos y latinos.

No me parece tan probable la otrainfluencia sugerida del marianismodel licenciado Zuazo sobre la implan-tada devoción a nuestra Señora de laSalud y menos el que la constituyeraen el eje sobre el cual girara uno delos identificadores de la construcciónquiroguiana, igual que me pareceexagerada la importancia que se le daal “milagro” de la fuente hecha brotaral golpe del báculo del obispo.

Sentada la sugerida urgencia demayor exploración en el estudio delrol del Cabildo Indígena sería necesa-rio hacerse de los documentos sufi-cientes que nos permitan caminar conseguridad en el caminar de un proba-ble mestizaje entre ambas repúblicas,la española y la de los naturales. Es

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ese el mayor anhelo que alienta estainvestigación. Así puede resultar ins-pirador el estudio, ya iniciado con lapublicación de fuentes, de otras repú-blicas indias como es el caso de la ciu-dad de Tlaxcala o afinar las relacionesque pudo haber entre las repúblicasindias de Tenochtitlan y Tlatelolco yel Cabildo español de la ciudad deMéxico.

Un par de audacias interpreta-tivas encuentran eco en este estudio,ya sea la modificación de la edad tra-dicional de don Vasco retrayendo sunacimiento del clásico 1470 a los añosde 1478 sugerido por Warren o al 1488por mí. O la aceptación documental,ya anticipada por la atribución lógica,de la autoria de La Relación de Michoa-cán a fray Jerónimo de Alcalá.

El origen de los hospitales de laConcepción es tema de interés que re-sulta mayor por su ubicua y prolon-gada presencia, que aunque se vuelvea replantear nos deja campo abiertopara posteriores investigaciones. Qui-zá de su estudio resulte la clave másimportante para acercarnos al análisisdel gobierno indio en las comunida-des pues por medio de ellos se en-trelazan el gobierno, la religión y sonvehículos de identidad comunitaria.

No le resta seriedad al libro, elagregársele la sal y pimienta del obje-tar el celibato del obispo con base enla tradición santefesina de los descen-

dientes de don Vasco, pues ya antesse lo había hecho descendiente delCazonci.

Francisco MirandaEl Colegio de Michoacán

[email protected]

CHRISTINE EBER Y CHRISTINE KOVIC, EDITO-

RAS, WOMEN OF CHIAPAS: MAKING HISTO-

RY IN TIMES OF STRUGGLE AND HOPE (MU-

JERES DE CHIAPAS: HACIENDO HISTORIA EN

TIEMPOS DE LUCHA Y ESPERANZA), PRÓLO-

GO DE JUNE NASH, NUEVA YORK Y LON-

DRES, ROUTLEDGE, 2003, ILS., 280 P.

Este libro trata de las relaciones depoder y de cómo influyen en las di-versas formas de violencia que sufrenlas mujeres en relación con género,raza, etnicidad y clase. Presenta a “[l]asmujeres, como actrices, que actúan lahistoria y luchan por su propia libera-ción y la de otros” (p. 22). Por lo tan-to, los diversos estudios, historias ycasos tienen como sujeto central a lamujer concreta: la que sufre discrimi-nación, se convierte de religión, ad-quiere poder, se rebela, lucha y se or-ganiza para tratar de conservar suidentidad en circunstancias adversas.Se encuentra el contexto político yeconómico donde esto se da, perotambién el contexto emocional, lo quepermite transmitir al lector una visión