20
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE ANTROPOLOGÍA REVALORACIÓN Y RECUPERACIÓN DE TECNOLOGÍAS ANDINAS CURSO: Cultura y Tecnología Andina DOCENTE: Vigo Murga, Evert ESTUDIANTE: Herradda Montagne, María Beatriz CICLO: III 1

Revalorización de tecnologías nativas

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cultura y tecnologías andinas

Citation preview

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE ANTROPOLOGA

REVALORACIN Y RECUPERACIN DE TECNOLOGAS ANDINAS

CURSO:

Cultura y Tecnologa Andina

DOCENTE:

Vigo Murga, Evert

ESTUDIANTE:

Herradda Montagne, Mara Beatriz

CICLO: III

TRUJILLO- PER

2015

Introduccin

La admiracin por los restos materiales del pasado las terrazas, los sistemas hidrulicos, los monumentos y las artes de nuestros antecesores indgenas- y la diversidad de papas, maces y otras docenas de plantas y animales domesticados en Sudamrica a lo largo dems de seis mil aos, son una fuente de orgullo e identidad latinoamericanos. La cara opuesta de esta moneda, comnmente implcita, es la vergenza por las indignas condiciones de subsistencia que las grandes mayoras en Latinoamrica afrontan, tanto en el campo como en los cinturones de pobreza de las grandes ciudades. Encarar la contradiccin entre la grandeza de un pasado primitivo y la pobreza de un presente civilizado es un aspecto ineludible del perenne proceso de construccin de identidades, no slo en los Andes sino en todas aquellas regiones del mundo en las que pueblos originarios desarrollaron tecnologas productivas complejas y adecuadas al medio. Superar esta contradiccin es una tarea amplia y compleja que implica auscultar la propia historia para determinar los orgenes de los retos del presente, a la vez que elaborar propuestas concretas para afrontarlos.

En este trabajo se plantea el estudio de la recuperacin de las tecnologas tradicionales como parte de estrategias de desarrollo basadas en la valoracin del propio legado histrico. Coincido con Aracena y Senker (2003) en que Latinoamrica es pobre porque ha desaprovechado las ventajas tecnolgicas existentes, haciendo esfuerzos por importar tecnologas forneas antes que construir sobre las bases propias. Sin embargo, entendemos las tecnologas tradicionales como redes complejas de relaciones sociales tejidas entre grupos humanos, plantas, animales y el entorno ancladas en la historia, y no como objetos externos a la sociedad. La base de este trabajo es el estudio de las tecnologas indgenas en los campos de la agricultura, el pastoreo, la arquitectura y la silvicultura en la regin andina.

Revaloracin y recuperacin de tecnologas andina

Difcilmente puede hallarse un mejor ejemplo, reciente y andino, de una promesa de progreso mediada por el mito de la tecnologa que el uso de un tractor como smbolo electoral por parte del ingeniero agrnomo y ex-presidente del Per Alberto Fujimori Fujimori. La fuerza del lema electoral "Honradez, Tecnologa y Trabajo" se basaba en una visin determinista de la tecnologa acorde con la cosmologa de la mquina: los tractores -smbolos de modernidad a la par de los ferrocarriles del siglo XIX-ineluctablemente transformarn la sociedad para bien. Efectivamente, el gobierno fujimorista dio un giro sin precedentes a la historia econmica del Per, con repercusiones a largo plazo que incluyen una creciente industrializacin y mecanizacin de las labores agrcolas, la concomitante aceleracin de los procesos de proletarizacin del campesinado, el retroceso de los cultivos autctonos y el abandono del apoyo estatal en pro de las tecnologas tradicionales.

En la usanza verncula actual, moldeada por la propaganda difundida en los medios de comunicacin masiva, la palabra tecnologa se refiere a un rango limitado de mquinas que a la vez son bienes de consumo y estatus. Ejemplos son los telfonos celulares, reproductores de msica y computadores personales, en el nivel individual; los trenes bala, satlites y misiles balsticos, en el nivel de estados nacionales. Hoy los propulsores de las llamadas neo tecnologas propugnan y alimentan creencias y esperanzas colectivasentorno a un mayor control y mejor calidad de vida. Un reciente anlisis de su imaginario (Cabrera, 2006) muestra, por ejemplo, como sus representaciones giran ms alrededor de etreas promesas de bienestar que entorno a soluciones tcnicas reales a problemas concretos.

Desde la antropologa la tecnologa no es un agente externo a la sociedad humana, sino un aspecto de la prctica social y cultural enmarcado en redes de relaciones sociales que se extienden a personas a la vez que involucran objetos y paisajes, todos ellos cargados de significado. No se trata pues de una simple relacin entre un hardware tecnolgico y un software cultural. Esta definicin antropolgica de la tecnologa permite enfocar los divergentes saberes y capacidades de individuos, comunidades y agencias de desarrollo, a la vez que desfetichizar la nocin de tecnologa como un conjunto de objetos y tcnicas.

El argumento central en este ensayo es que el recurrente fracaso de los mltiples proyectos de desarrollo enfocados en la recuperacin de tecnologas tradicionales y ancestrales se debe principalmente a una visin de la tecnologa como algo neutral y externo a la sociedad. Pfaffenberger (1988) ha caracterizado esta actitud como la de un sonmbulo ya que, como aqul que camina dormido, la sociedad avanza de la mano de la tecnologa pero sondola, guindose sin cuestionamientos de aquella visin estndar que caracteriza el pensamiento moderno de occidente. Entender la tecnologa como un conjunto de objetos, mquinas y tcnicas evaluados en trminos de su eficacia, sin embargo, deja de lado la insercin en sistemas simblicos, de los procesos mentales que subyacen y dirigen nuestras acciones sobre el mundo material (Lemmonier, 1993). Niega, en ltima instancia, las implicancias de la tecnologa en las esferas poltica, econmica, legal y religiosa, y el rol estructurante de la prctica tecnolgica.

El estudio arqueolgico y antropolgico de las tecnologas agrcolas andinas antiguas y tradicionales, surge en la dcada de 1980 en el contexto de las emergentes crticas a los modelos de desarrollo agrcola enfocados en el volumen y el valor monetario de la produccin. Esta bsqueda de alternativas constituye el foco de investigacin ms antiguo y dinmico dentro del campo de la recuperacin de tecnologas indgenas. Sin embargo, los niveles de inversin en el campo de las tecnologas autctonas permanecen muy por debajo de la inversin institucional frente al estudio de la adaptacin de tcnicas forneas, como el cultivo de especies genticamente modificadas, el riego por aspersin y la mecanizacin industrializada. Pese a la participacin de grupos indgenas y campesinos, es poco probable que este patrn histrico sea revertido a corto plazo. Sin embargo, las prognosis del Panel Internacional de Cambio Climtico de la ONU (IPCC, por sus siglas en ingls), sugieren un importante aumento de la presin sobre el recurso agua, en tanto los regmenes climticos globales que controlan su disponibilidad a nivel local se vern severamente alterados en las prximas dcadas. En vista de lo anterior y, especialmente, de la sustentabilidad y adaptabilidad de las tecnologas agrcolas autctonas desarrolladas a lo largo de milenios, considero oportuno hacer un balance de los esfuerzos por conocer y recuperar estas tecnologas originales. Si bien se trata, en primera lnea, de una revisin histrica crtica, su objetivo ulterior es fomentar a los antroplogos en la formulacin de proyectos de desarrollo sustentable en el mbito rural andino y aprender de los errores del pasado. La resiliencia de las tecnologas tradicionales que nacieron del mestizaje de las tecnologas agrcolas mediterrnea y andina sienta las bases para una recuperacin ajena al sonambulismo y el determinismo tecnolgico.

Actualmente, es posible hallar una gran diversidad de sistemas agrcolas en el rea andina; desde grandes extensiones de monocultivos mercantiles mecanizados orientados hacia la venta en el mercado internacional de caa de azcar, esprragos, arroz y alcachofas, por ejemplo-, hasta amplios sistemas tradicionales que sincronizan, en el tiempo y el espacio, una diversa produccin agrcola orientada en primera lnea a asegurar un sustento culturalmente adecuado. Sin embargo, la agricultura de subsistencia y la agricultura mercantil no son caras opuestas de una moneda, aunque pueda parecerlo desde una perspectiva economicista. Ms bien, se trata de extremos opuestos de un mismo complejo de prcticas sociales, materialidades y procesos histricos vinculados al manejo de la tierra, el agua y la reproduccin de ciertas gamas de especies comestibles.

En los Andes hallamos, por un lado los originales sistemas de produccin indgenas -agro-pesqueros, agro-pastoriles y agro-forrajeros-, desarrollados a lo largo de milenios en la vertiente occidental y oriental de los Andes, en las hoyas interandinas y a lo largo de la franja costera -desrtica a hper-hmeda- del litoral del Pacfico. Por otro lado, estn los sistemas forneos, los policultivos mediterrneos -de arraigo rabe-, los sistemas de monocultivos -tecnificados a partir del siglo XX- y, ms recientemente, los sistemas de monocultivo de alto rendimiento dependientes de agroqumicos y semillas genticamente modificadas. El colapso poblacional ocasionado por la conquista y a introduccin de plantas, animales y herramientas europeas en el continente americano a partir del siglo XVI tuvo un profundo impacto sobre la agricultura autctona. Entre las imposiciones de mayor trascendencia destacan la reubicacin forzosa de la poblacin indgena en reducciones o pueblos de indios -decretada por Francisco de Toledo, Virrey del Per en 1571 (Porras Barrenechea, 1963), la demanda de tasas (impuestos) en productos agrcolas europeos y las sucesivas reformas en los regmenes de propiedad y la administracin del uso y acceso al agua y la tierra durante las pocas colonial y republicana. Sin embargo, la distancia, las condiciones del medio y la presencia de desarrolladas tecnologas agrcolas significaron que slo algunos selectos elementos del bagaje agrcola europeo fueran integrados, algunos por voluntad propia, otros por coercin (Gade, 1992). A lo largo delos ltimos cinco siglos, las comunidades indgenas y campesinas han reformado la estructura bsica de los sistemas agrcolas pre coloniales, pero sin llegar a una suplantacin (Golte, 1980).As, el arado de traccin castellano en la sierra altoandina se integra tempranamente al manejo sincrnico, integrado y flexible de las mltiples zonas de produccin del paisaje andino (Murra, 1972, 1978, 1985; cf.Salomn, 1985) incluso para el cultivo de terrazas de fondo de valle y laderas. Del mismo modo, algunos cultivos europeos -domesticados en Oriente Medio y trados mayormente de Centroamrica- fueron adaptados a las condiciones biticas de altura. El trigo, considerado fundamental para una vida digna y civilizada por la poblacin espaola, prontamente form parte de la lista de productos requeridos en tributo. Sin embargo, un Reparto de Tierras de 1595 ya registra su cultivo como parte de la produccin de autoconsumo indgena, lo que le sugiere que fue adoptado intencionalmente, acaso porque su preparacin en mazamorra- es similar a la de los granos andinos (principalmente maz, quinoa y kaiwa), porque facilitaba paja y rastrojo para los crecientes pastores indgenas de rebaos de animales europeos, y porque su cultivo no interfera sustancialmente con el calendario del maz, cuya zona de cultivo(aproximadamente 2500-3500 msnm) comparte (Gade, 1992). La sociedad andina encontr espacio para adaptar el haba y la cebada a las altas laderas, junto a los tubrculos (papa, oca y mashwa, principalmente), frijoles (tarwi) y granos altoandinos (quinua y kaiwa).

Los Suka kolluo Waru warus

Desde su redescubrimiento en la dcada de 1960, y en especial desde la dcada de 1980, Esta antigua tecnologa indgena - conocida como suka kollu en aymara y waru waru en quechua-, ha generado un importante volumen de proyectos de desarrollo orientados a su recuperacin a partir de su redescubrimiento arqueolgico en la dcada del ochenta. Pese a los altos rendimientos demostrados -11 a 22t/ha de papa (De la Torre y Burga 1986: 76) y a las reiteradas loas de estos esfuerzos (i.e.Denevan, 2001; Restrepo, 2004) las entrevistas realizadas a fines de 2007 con tcnicos peruanos y bolivianos que participaron en estos proyectos arrojaron un estimado de abandono de un 90% de las aproximadamente 420ha recuperadas en las ltimas dos dcadas (Alipio Canahua, comunicacin personal, 2007; Cesar Daz, comunicacin personal, 2007). El colapso de estos proyectos a los pocos aos de la retirada de las agencias -gubernamentales, mixtas u ONG- sugiere serias limitaciones conceptuales y de comunicacin, entre agrnomos y personal tcnico, antroplogos y arquelogos, y las comunidades locales.

En cualquier caso, la tecnologa ancestral recuperada por comuneros de las zonas andinas no deben replicar los camellones antiguos o ninguna tecnologa ancestral ni debe ceirse a los manuales tcnicos; se debe reinventa la tecnologa en trminos propios, incluso rebautizndola. La tecnologa de los suka kollu es apropiada a partir de los saberes tradicionales y dentro de un marco de referencia cultural propio. La diferencia radica en que su adopcin como parte de una estrategia comunal, sugiere una socializacin profunda y duradera. Esto es muy relevante en vista de la latente preocupacin por la sustentabilidad, el mantenimiento anual y los periodos de descanso (UNEP 1997).As, los clculos de costos de rehabilitacin por hectrea -250-2.000 USD para andenes segn Gonzles de Olarte y Trivelli (1999)- no proveen ndices comparativos adecuados, pues presumen la inversin de mano de obra asalariada cuando es posible demostrar que la rehabilitacin tiende a funcionar mejor en contexto comunales, cuya lgica antepone la subsistencia y el manejo de riesgos a largo plazo, a la produccin mercantil.

Presas y represasen la Cordillera Negra

En la alta y rida Cordillera Negra del noroccidente peruano se han identificado ms de treinta presas y reservorios arqueolgicos (Freisem, 1998; Herrera, 2005; Lane, 2005); lo cual ha permitido un estudio a profundidad de su distribucin, diferencias morfo-tecnolgicas y antigedad (Lane, 2005). Sin embargo, la rehabilitacin de represas en esta y otras zonas del Ande han avanzado a un paso ms acelerado que el estudio del origen y caractersticas de los sistemas hidrulicos indgenas. La escasa comunicacin entre los diferentes actores sociales -los directivos y tcnicos de las instituciones estatales y las ONG, las comunidades locales y los investigadores- ha derivado en la ejecucin de grandes obras de poca duracin. Es demostrable que los reservorios y presas de cemento tienen una vida til de aos y hasta dcadas, mientras que algunos de sus homnimos pre coloniales continan en funcionamiento luego de cinco o seis siglos sin mantenimiento.

Las presas de gravedad se ubican en las partes ms altas de la Cordillera, algunas por encima de los 5.000m de altura y represan agua en depresiones naturales o lagunas extendidas. En las cabeceras de los valles, por encima del rea cultivable (4.000msnm), se hallan presas filtrantes o de colmataje, compuestos por slidos muros de retencin diseados para retener sedimentos que a su vez crean humedales artificiales, algunos de considerable extensin. Estas presas filtrantes revisten particular inters, debido a su asociacin directa con el pastoreo de alpacas, actividad recientemente reintroducida a la regin por proyectos de desarrollo impulsados por las ONG y el Estado. La zona agrcola bajo irrigacin, caracterizada por terrazas, canales y reservorios se encuentra por debajo de las represas de limo, alrededor de los 3800msnm. La diferencia principal, es la organizacin social de su manejo. Tradicionalmente, las modalidades de manejo de la cuenca, son negociadas entre los diferentes grupos locales, mientras que la visin moderna implica la existencia de un poder central de decisin y control. La presencia de un sitio administrativo Inca en la Cordillera Negra sugiere que estos modelos de manejo no necesariamente son mutuamente excluyentes.

La ocupacin agrcola de la Cordillera Negra se remonta a los albores de la era cristiana (2000AP) -Perodo Intermedio Temprano- (Lau, 2002; Lane, 2005, Herrera, 2005), aunque existen indicios de ocupacin anterior (Meja Xesspe, 1957). En la cuenca alta del ro Nepea, los asentamientos ms importantes, como Pichiu y Huascar, se ubican cerca de laderas amplias, frtiles y fciles de irrigar a partir de manantes o pukios locales. La intensa y continua ocupacin de los bolsones agrcolas contrasta con la ocupacin de las partes ms altas, ms bien extensa y de poca profundidad. Si la colonizacin tarda de la puna fue iniciativa de los grupos de agricultores asentados valle abajo, o si se trat de una inmigracin que condujo al asentamiento de grupos de pastores desplazados, es an materia de estudio (Duviols, 1973; Herrera, 2005; Lane, 2005; cf. Parsons et al., 2000).Los asentamientos del Horizonte Medio ubicados sobre el lmite superior del rea cultivable -el ecotono suni-puna- en la vertiente oriental de la cordillera sugieren una creciente importancia econmica de la actividad pastoril.

La gran inversin de trabajo en infraestructura hidrulica sugiere, por otro lado, la cooperacin de grupos de beneficiarios, acaso incluyendo los agricultores asentados en las partes medias y bajas de los valles. Fuentes etnohistricas relatan la participacin de pobladoresyunga-de las partes bajas- en los trabajos de mantenimiento de acequias en las partes altas como retribucin por el derecho de uso de aguas provenientes de las montaas tutelares de los pobladores de las alturas. Estos convenios intertnicos eran materializados simblicamente mediante entierros y ofrendas y actualizados mediante la veneracin comn y recurrente de ancestros y lugares sagrados.

Terrazas y canales en Cusco

El valle del Urubamba y sus laderas profundamente transformadas por la construccin de terrazas y canales, es para muchos la eptome de un paisaje andino. A la sombra de la nevada montaa tutelar, las terrazas y los canales describen un paisaje artificial, tecnolgico a la vez que esttico. Sus antiguos pobladores controlaron el agua, fertilizaron los suelos y adecuaron la rotacin de cultivos -enfocada en el maz-, en funcin de los pisos trmicos (altura), las variaciones locales en la disponibilidad de agua (sombras de lluvia, quebradas y manantiales estacionales), pestes y probablemente el flujo de nutrientes en el suelo (Donkin, 1979; Earls y Silverblatt, 1981; Earls, 1986, 1989; Denevan, 2001). Sin embargo, la monumentalidad de la transformacin indica una motivacin colectiva superior a la mnima necesaria para lograr un control similar sobre las complejas variables ecolgicas y agroclimticas que caracterizan la agricultura de altura.

El complemento de sacralidad y tecnologa en los paisajes agrcolas Inca, tanto en el valle del Urubamba como en todo el Tawantinsuyu, materializa una posicin poltica, reclamando y sustentando de manera simblica derechos de uso en relacin al paisaje vivido. En otras palabras, las relaciones sociales entre grupos humanos asentados en un mismo valle se hallan inscritas en el paisaje. El mensaje inscrito en las monumentales terrazas del Urubamba se vincula a los poderosos derechos de uso excluyente que ejercan los cultos a las momias ancestrales de los gobernantes Inca veneradas en Yucay (Huayna Capac), Ollantaytambo (Pachactec) y Macchu Picchu (Tupac Inca Yupanqui), es decir, las panacas de la lite Inca. En su estudio de la irrigacin Inka, Farrington (1980) describe el canal de Quishuarpata, ubicado en el valle de Cusichaca, al norte de la ciudad de Cusco para ejemplificar esta tecnologa hidrulica. Bordeado por bloques canteados de andesita, este canal de 80cm de ancho y 30cm de profundidad presenta una gradiente promedio de 13% con secciones de hasta 64% a lo largo de sus 6km de recorrido. El canal de Quishuarpata se alimenta de un ro a 3500msnm, pero recoge agua de tres quebradas. El control de la velocidad del agua es una de sus caractersticas principales.

La buena conservacin, monumentalidad, uso continuo e inters pblico en las terrazas Inca del valle del Urubamba, han despertado gran inters por su mantenimiento y recuperacin desde la poca colonial. As lo indican las ordenanzas del virrey Toledo (1569-1581) relativas a la reparacin de las terrazas o andenes (Regal 2005: 49). En la actualidad, predominan dos orientaciones marcadamente distintas. La refaccin de terrazas a gran escala por parte del Estado peruano se ha centrado en reas de inters turstico y monumentos nacionales declarados. Grandes extensiones de terrazas alrededor de Chinchero, Pisac y Machu Picchu, especialmente, as como buena parte de Moray y Choquequirao, han sido refaccionadas por personal del Instituto Nacional de Cultura Cusco, utilizando tcnicas tradicionales para la factura de los muros. Sin embargo, slo una diminuta fraccin se halla bajo cultivo ocasional, en parte debido a que no se prest la misma atencin a la refaccin de los suelos.

En cambio, las labores de restauracin de terrazas y canales de la ONG Cusichaca Trusten el valle de Cusichaca -afluente del Urubamba en su parte media, entre Cuzco y Machu Picchu- y otros lugares de la sierra sur, se han centrado en la rehabilitacin de sistemas de terrazas para el cultivo mercantil por parte de las comunidades locales, utilizando para ello tcnicas tradicionales y modernas. Estos trabajos, dirigidos por Ann Kendall, quien investiga la agricultura Inca desde la dcada de 1970, abogan por la necesidad de capitalizar el paisaje, en sus propias palabras: La rehabilitacin de canales y terrazas depende de que tanto el suelo como el agua se conviertan en capital natural, es decir, capitales o inversiones que pueden ser valorizados en los mercados. (Rodrguez y Kembell, 2001: 2). El nfasis en la recuperacin por la va mercantil, una de las tres vas diferenciadas en el estudio econmico de Gonzles de Olarte y Trivelli (1999), toca un tema de fundamental importancia para las decisiones de los actores locales entorno al mantenimiento y refaccin de sistemas de terrazas: los derechos de propiedad sobre el agua y la tierra y la insercin de la produccin en un contexto de mercado.

Conclusiones:

Todo cambio social trascendente es producto de un cambio tecnolgico, medible por la captacin de energa que favorece la adaptacin al medio de los sistemas sociales de manera acumulativa. La invencin o adopcin de la agricultura de irrigacin por gravedad, tendra como consecuencia una jerarquizacin de la sociedad, llegando incluso al surgimiento de clases sociales.

La tecnologa se concibe como un sistema de relaciones objetivo, ubicado fuera del mbito de lo social, adems, es posible ordenar las tecnologas en una cadena evolutiva de lo simple a lo complejo. La externalizacin de la tecnologa se basa en construcciones ideolgicas vinculadas al surgimiento del capitalismo de mercado es decir la actual nocin lgica del industrialismo.

Un aspecto significativo es que el dilogo entorno a la rehabilitacin de tecnologas se debe dar en la lengua nativa dependiendo del lugar de aplicacin. Adems de la participacin activa de profesionales (Ingenieros, Topgrafos, Etc.), con gran capacidad de restauracin y adaptacin y s es posible tratar de que sea oriundo de la zona.

A nivel tcnico se debe facilitar el acceso a equipos especializados pero siendo introducidos de manera adecuada sin chocar con las herramientas tradicionales adems de brindarse una capacitacin adecuada.

A nivel econmico, se debe actuar como interlocutor con ONG o empresas interesadas en facilitar un incentivo comercial, principalmente para el pago y traslado de los tcnicos y alquiler de equipos, adems del acceso a un mercado.

Referencias Bibliogrficas:

ACSELRAD, Henri 2006. "Las polticas ambientales ante las coacciones de la globalizacin". CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Buenos Aires-Argentina.

ALVAREZ, Silvia G. 1984 "Informe preliminar ProyectoTecnologa Agrcola". AID/ESPOL-EDA rea Antropolgica, Comunas y comunidades con sistemas dealbarradas.Descripciones etnogrficas. Abya-Yala-ESPOL. Quito-Ecuador.

ANTUNEZ DE MAYOLO, Santiago E. 2004. Sistema precolombino de previsin del clima. Impresiones Benito. Lima- Per.

BAUER, Brian S. 1998.The sacred land scape of the Inca: the Cusco ceque system. University of Texas Press. Austin-EE.UU.

CABRERA, Daniel H. 2006. Lo tecnolgico y lo imaginario. Las nuevas tecnologas como creenciasy esperanzas colectivas. Biblos. Bueno Aires-Argentina.

PFAFFENBERGER, Bryan 1992. "Social Anthropology of Technology." En Annual Reviews ofAnthropology.

RODRGUEZ, Abelardo y ANN Kendall 2001. "Restauracin agrcola enlos Andes: aspectos socio-econmicos de la rehabilitacin de terrazas en regiones semi-ridas". II Encuentro sobre Historia y Medio Ambiente, Huesca,Espaa, Instituto de Estudios Altoaragoneses.

13