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Revista Anual de Publicaciones Científicas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa. Calle 5 y 116 (6360) General Pico - La Pampa - República Argentina. TEL/FAX 02302-421607/422617/421920 On line: http://www.vet.unlpam.edu.ar/publicaciones/revista.htm Director General Dr. Guillermo Esteban Meglia Comité Editorial Dr. Guillermo Héctor Pechin 1 Dr. Nicolás Álvarez Rubianes 1 Dr. Ricardo Enrique Toso 1 Dr. Ariel Castaldo 1 Dra. Mónica Boeris 1 Dra. Mirta Koncurat 1 Dra. Susana Oriani 1 1 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Pampa Evaluador Externo El arbitraje de los artículos es externo. Los evaluadores son designados por el Comité Editorial en función de tu temática. Dr. Juan Carlos Fain Binda 2 Dr. Eduardo Marotta 3 Dr. Eduardo V. Moras 4 Dra. Marta Monina 5 Dr. José Manutal Perea Muñoz 6 Dr. Manuel Urcelay Vicente 7 2 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de Rosario 3 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional del Litoral 4 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de Buenos Aires 5 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Plata 6 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad de Córdoba, España 7 Facultad de Veterinaria – Universidad de Chile Editor ejecutivo M.V. Marcelo Gastaldo Secretaría de Ciencia, Técnica, Investigación y Posgrado Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Pampa Informes Secretaría Ciencia, Técnica, Investigación y Posgrado Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Pampa Calle 5 y 116 (6360) General Pico - La Pampa – República Argentina Tel/Fax 02302-421607/422617/421920 int. 6109 E-mail [email protected] Los artículos de la revista no pueden ser reproducidos total o parcialmente sin la auto- rización expresa del Comité Editorial. La Dirección no se responsabiliza por los concep- tos vertidos en los artículos publicados, los que tienen sus respectivos autores responsables. Publicación incluida en LATINDEX, EBSCO (Information Services, USA). Disponible en formato electrónico. Se distribuye por canje y en forma gratuita a instituciones relacionadas.

Revista Anual de Publicaciones Científicas de la · del sistema fagocítico mononuclear de distintos órganos como hígado, bazo Revist iencia eterinarias Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN

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Revista Anual de Publicaciones Científicas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa.Calle 5 y 116 (6360) General Pico - La Pampa - República Argentina.TEL/FAX 02302-421607/422617/421920On line: http://www.vet.unlpam.edu.ar/publicaciones/revista.htm

Director GeneralDr. Guillermo Esteban Meglia

Comité EditorialDr. Guillermo Héctor Pechin1

Dr. Nicolás Álvarez Rubianes1

Dr. Ricardo Enrique Toso1

Dr. Ariel Castaldo1

Dra. Mónica Boeris1

Dra. Mirta Koncurat1

Dra. Susana Oriani1

1 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Pampa

Evaluador ExternoEl arbitraje de los artículos es externo. Los evaluadores son designados por el Comité Editorial en función de tu temática. Dr. Juan Carlos Fain Binda2

Dr. Eduardo Marotta3

Dr. Eduardo V. Moras4

Dra. Marta Monina5

Dr. José Manutal Perea Muñoz6

Dr. Manuel Urcelay Vicente7

2 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de Rosario3 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional del Litoral4 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de Buenos Aires5 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Plata6 Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad de Córdoba, España7 Facultad de Veterinaria – Universidad de Chile

Editor ejecutivoM.V. Marcelo GastaldoSecretaría de Ciencia, Técnica, Investigación y PosgradoFacultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La Pampa

InformesSecretaría Ciencia, Técnica, Investigación y PosgradoFacultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional de La PampaCalle 5 y 116 (6360) General Pico - La Pampa – República ArgentinaTel/Fax 02302-421607/422617/421920 int. 6109E-mail [email protected]

Los artículos de la revista no pueden ser reproducidos total o parcial mente sin la auto - rización expresa del Comité Editorial. La Dirección no se responsabiliza por los concep - tos vertidos en los artículos publicados, los que tienen sus respectivos autores responsables.Publicación incluida en LATINDEX, EBSCO (Information Services, USA). Disponible en formato electrónico. Se distribuye por canje y en forma gratuita a instituciones relacionadas.

Vol. 16 Nº 2Año 2014

ISSN 1515-1883

Universidad Nacional de La Pampa

Rector: C.P.N. Sergio A. BAUDINO

Decano: M. V. José María ROMERO

Vicedecano: Dr. Guillermo MEGLIA

Secretario Académico: M. V. Dante CERUTTI

Secretaría Administrativa: Lic. Laura BIASOTTI

Secretaría de Ciencia, Técnica, Investigación y Posgrado: Dr. Marcelo Fabián GASTALDO

Secretario de Extensión: M. V. Aldo Daniel MANSO

Secretario de Bienestar Estudiantil: Sr. Jorge PENSOTTI

Índice

Trabajos de Investigación

Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico - Provincia de La Pampa - Argentina .................................................................................. 9AdAgio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; rio, F.; giMénez, M.; Hierro, J.; VAquero, P.; lAttAnzi, d.;

Mengelle, P.; PettetA, l.; MAriAni, e.; PAllezzA, J.; Bertoldi, g.; WHeeler, J.

Valoración de cuatro métodos de descontaminación para la recuperación de Micobacterias ambientales de diferentes nichos ecológicos. .......................................... 23oriAni, d.S.; StASkeVicH, A.S.; tortone, c.A.; oriAni, A.S.

Artículos de Revisión

Fisiología del Ciclo Estral Bovino ..................................................................................... 31CoLAzo, M.g.; MAPletoFt, r.J.

Esporulación en micobacterias: ¿Nuevo paradigma o fraude científico? .......................... 47oriAni, d.S.; oriAni, A.S.

Instrucciones a los Autores ................................................................................................ 53

Trabajos de Investigación

9Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico - Provincia de La Pampa - Argentina

Adagio, L.1; Miguel, M.1,2; Meder, A.1,2; Rio, F.1,2; Giménez, M.2; Hierro, J.1; Vaquero, P.1,2; Lattanzi, D.1,2; Mengelle, P.1; Petteta, L.4;

Mariani, E.2; Pallezza, J.3; Bertoldi, G.2; Wheeler, J.1

1 Cátedra de Clínica de Pequeños Animales.2 Hospital Escuela de Animales Pequeños.3 Cátedra de Bioestadística, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional de La Pampa. Calle

5 esq. 116. General Pico. La Pampa.4 Actividad veterinaria privada.

Resumen: La hepatozoonosis es una enferme-dad parasitaria causada por protozoarios del género Hepatozoon spp. que afecta principal-mente al perro, además de otras especies ani-males. El huésped definitivo es la garrapata ma-rrón, Riphicephalus sanguíneus, que transmite la enfermedad al ser ingerida por el huésped intermediario. Los síntomas clínicos generados por la hepatozoonosis son inespecíficos y simi-lares a los producidos por otras enfermedades infecciosas de mayor incidencia en la población canina. Sus manifestaciones son más graves en cachorros de menos de 1 año de edad y en perros gerontes. El objetivo de la presente publicación consiste en informar los primeros casos de hepatozoonosis canina registrados en la ciudad de General Pico provincia de La Pam-pa. Se determinó, para tal fin, la presencia de gametocitos del Hepatozoon canis en sangre entera extraída de vena cefálica antebraquial sobre frotis coloreados con Tinción 15. Todos los casos, provenientes de la canilera munici-pal, fueron atendidos en el Hospital Escuela de Animales Pequeños de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa y tenían antecedentes de haber estado infestados con garrapatas. Sobre la base de nuestras observaciones, podemos afirmar que Hepatozoon canis está presente en los perros de la ciudad de General Pico y que su inciden-cia coincide clínicamente con la infestación masiva de garrapatas del género Riphicephalus sanguíneus. Se considera importante realizar, como conclusión, estudios de prevalencia de la enfermedad que permitan determinar protoco-los de acción tanto para el control de la hepato-zoonosis como de la población de garrapatas.

Palabras claves: Hepatozoon canis, Riphi-cephalus sanguíneus, hemoparásito, caninos.

Canine Hepatozoonosis. First four cases documented in General Pico - La Pampa province - Argentina

Abstract: The hepatozoonosis is a parasitic disease caused by protozoa of the genus Hepa-tozoon spp. affecting primarily the dog, as well as other animal species. The definitive host is the brown tick, Riphicephalus sanguíneus, that transmits the disease when ingested by the inter-mediate host. Clinical symptoms are nonspecific and similar to those produced by other diseases most prevalent in the canine population. It is more severe in puppies less than 1 year of age and older dogs. The aim of this publication is to report the first cases of canine hepatozoonosis registered in the city of General Pico province of La Pampa. The presence of gametocytes of Hepatozoon canis was determined in whole blood drawn from forearm cephalic vein and colored smears with staining 15. All cases were from municipal canilera and were treated at the Small Animal Teaching Hospital, Faculty of Vet-erinary Science, National University of La Pampa and had a history of being infested with ticks. We can say that Hepatozoon canis is present in dogs City General Pico clinically and clinically incidence occurs with massive infestation of ticks of the genus Riphicephalus sanguineus. As important conclusion would determine disease prevalence for action protocols to control the hepatozoonosis and tick population.

Keywords: Hepatozoon canis, Riphicephalus sanguíneus, hemoparasite, canine.

10 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Adagio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; Rio, F.; Giménez, M.; Hierro, J.; Vaquero, P.; Lattanzi, D. …

En la ciudad de General Pico, provincia de La Pampa, Argentina, no se conocen antecedentes epidemiológicos ni la prevalencia de hepato-

zoonosis canina, enfermedad parasitaria sistémica ampliamente distribuida a nivel mundial. Ésta, es producida por un protozoario del género Hepatozoon spp., perteneciente a la familia Haemogregarinidae Neveu-Lemaire, subor-den Adeleidae Léger, la cual es trasmitida al perro a partir de la ingestión de garrapatas del género Rhipicephalus sanguineus (Moreno et al., 2001; Esarte, 2010).

La hepatozoonosis canina fue reportada por primera vez en Argentina en 1998 en un paciente macho, Ovejero Alemán, de 3 años de edad. A partir de ese momento ha aumentado su prevalencia en distintas regiones del país, principalmente en la zona del Gran Buenos Aires (Silva et al., 1999; Fernández et al., 2006; Perez Tort et al., 2007; Eiras et al., 2007; Perez Tort y Petetta, 2012). El agente etiológico caracterizado genotípicamente en Argentina es el Hepatozoon canis (Eiras et al., 2007), a diferencia de otros países, como en el sur de Estados Unidos, que es producida por el Hepato-zoon americanum (transmitido por la garrapata Amblyomma maculatum), siendo de mayor gravedad esta última debido a que ocasiona la muerte de los animales afectados (Baneth et al., 2000). La enfermedad es estacional coincidiendo con la época de infestación de garrapatas, se presenta tanto en caninos domésticos como en silvestres (hiena, chacal, coyote, zorro) y también en otras especies animales como felinos, aves y reptiles (Baneth et al., 2000; Baneth, 2011; Moreno et al., 2001; Esarte, 2010).

Su ciclo biológico consta de una etapa sexual o gametogónica que se desarrolla en la garrapata y una etapa asexual o esquizogónica que transcurre en el perro. La garrapata se infecta al ingerir sangre del huésped intermedia-rio con monocitos y neutrófilos que contienen gametocitos, los cuales son liberados al intestino para que se desencadene la fusión del microgameto y macrogameto (gametogonias) en el hemocele, dando lugar a la formación de un cigoto móvil. Este último, crece hasta transformarse en ooquiste, que da origen a varios esporoblastos, cada uno de los cuales van evolucionando a un esporo (esporocisto) que contiene de 12 a 16 esporozoítos (ooquistes esporulados infestantes). El huésped intermediario (perro) se infectará al ingerir garrapatas con ooquistes esporulados, que al ser desintegradas en el tracto digestivo, liberan los esporozoítos. Estos atraviesan la pared del intestino y son transportados por sangre y linfa hasta las células endoteliales del sistema fagocítico mononuclear de distintos órganos como hígado, bazo

11Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

y médula ósea. De aquí, migran hacia las células de varios tejidos, entre ellos, ganglios linfáticos, riñones, miocardio y músculo esquelético para convertirse en esquizontes. Posteriormente, evolucionan a merozoítos para poder entrar a los leucocitos donde se van a transformar en gametocitos o gamontes. La picadura de la garrapata no origina infección en el huésped, debido a que este hemoparásito no se aloja en las glándulas salivales (Ga-vazza et al., 2003; Moreno et al., 2001; Arcila et al., 2005; Cummings et al., 2005; Esarte, 2010).

Los signos clínicos que presentan los perros afectados son inespecíficos y variados, siendo más graves en cachorros menores de 1 año de edad y en perros gerontes. Con mayor frecuencia aparece hipertermia persistente de 40ºC, anorexia, decaimiento, letargia, mucosas anémicas, caquexia, convulsiones, dolor muscular y articular, principalmente de los miem-bros, dificultando la marcha. También puede originar atrofia muscular generalizada, rigidez, parálisis del tren posterior (extensión de miembros anteriores y dificultad para incorporarse con los miembros posteriores), linfoadenomegalia y proliferación de periostio (columna vertebral, costillas, pelvis y huesos largos) sobre todo, en la inserción de tendones musculares, siendo diagnosticada solamente por estudios radiológicos. Al estar afectados los músculos y articulaciones, se puede hallar parálisis muscular, miositis crónica y dolor intenso e inflamación de las articulaciones. A nivel ocular es habitual que se presente uveítis, descarga oculonasal mucopurulenta bilateral, edema pupilar, procesos cicatrízales retinianos (con hiperreflexia). Además pueden estar presentes signos clínicos que indiquen glositis, farin-gitis y neumonía (rales pulmonares). Se puede presentar con hemorragias como consecuencia de la inhibición de la producción de plaquetas en la médula ósea y de la disminución de la síntesis de los factores de coagulación a nivel hepático (Gavazza et al., 2003; Mylonakis et al., 2004; Baneth et al., 2000; Craig et al., 1978; Mancintire et al., 1997). No es extraño que exista un aumento del tamaño de los órganos afectados como consecuencia de lesiones vasculares, granulomas parasitarios y piogranulomas. Por otro lado, puede existir depósitos de sustancia amieloidea en diversos órganos, glomerulonefritis, nefritis intersticial, trombosis y necrosis. Los neutrófilos pueden estar parasitados al mismo tiempo por Hepatozoon canis y Ehrlichia canis (Penzhorn et al., 1990). Se ha observado que no siempre que exista infecciones por Hepatozoon canis va a estar acompañado de signos clínicos, es decir, puede ser asintomática, donde el parásito es hallado en leucocitos de caninos clínicamente sanos.

12 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Adagio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; Rio, F.; Giménez, M.; Hierro, J.; Vaquero, P.; Lattanzi, D. …

Cuando está asociada a estados de inmunosupresión o a otras enfer-medades infecciosas, especialmente babesiosis, ehrlichiosis, toxoplasmosis, hemobartonelosis, criptococosis y enfermedades virales como distemper y parvovirosis canina, los signos clínicos se hacen más evidentes pero son menos específicos y causan la muerte del paciente entre las 4 y 8 semanas de iniciada la signología clínica (Morales et al., 1993; O’Dwyer et al., 2001; Esarte, 2010).

Los hallazgos de laboratorio consisten en leucocitosis, neutrofilia con desviación a la izquierda (de tipo regenerativa, degenerativa o leucemoide) y monocitosis, debido a la inflamación originada por el parásito en dis-tintos órganos. En procesos más severos y por invasión del parásito a la médula ósea, puede existir leucopenia, anemia normocítica normocrómica arregenerativa moderada a severa y trombocitopenia. En algunos perros se ha detectado eosinofilia marcada, coincidiendo con la mayor presencia de los parásitos en los tejidos (Esarte, 2010).

La bioquímica sanguínea generalmente se presenta con hipoalbumi-nemia, hipoglucemia, aumento de fosfatasa alcalina, creatinfosfoquinasa y aspartato amino transferasa, debido a las alteraciones hepáticas, óseas y musculares producidas en esta enfermedad. También se puede detectar hiperglobulinemia, hiperfosfatemia e hipocalcemia (Esarte, 2010).

La ecografía y la radiología van a permitir diagnosticar alteraciones óseas, hepatomegalia, esplenomegalia y adenomegalia interna, como así también otras alteraciones en distintos órganos afectados.

El diagnóstico presuntivo se basa en los signos clínicos y la presencia de garrapatas en el paciente, ya sean actuales o con anterioridad. La cer-teza diagnóstica se logra al visualizar los esquizontes en distintos órganos o tejidos (biopsia de ganglios, bazo y médula ósea) y por la presencia de gametocitos en neutrófilos y monocitos en extendidos sanguíneos. Estos extendidos se deben realizar en forma inmediata una vez extraída la sangre porque a medida que pasa el tiempo el gametocito desaparece dejando una cápsula sin teñir dentro de los leucocitos. Cómo el porcentaje de parasitación es muy variable, se recomienda revisar de 500 a 5.000 glóbulos blancos en cada preparado. La sangre a estudiar se extrae de venas marginales (cefálica antebraquial y safena) o capilares y para facilitar el hallazgo y visualización de los gametocitos, se recomienda extraerla con tubo de microhematocrito de modo tal que se facilite la concentración de los glóbulos blancos. No es recomendable la refrigeración de la sangre (Morales, et al., 1993; Esarte, 2010).

13Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

Se pueden colorear por distintas técnicas: May Grunwald, Giemsa, Diff-Quik, Tinción 15. Los gamontes se observan en el centro del citoplasma de neutrófilos y monocitos, comprimiendo su núcleo hacia la membrana celular. Son de forma elipsoidal y miden alrededor de 11 x 4 micras. Están envueltos por una membrana gruesa. También pueden identificarse los quistes con los esquizontes en biopsias de músculo, bazo e hígado en pre-parados teñidos con giemsa o hematoxilina-eosina (Baneth et al., 2007).

La determinación de anticuerpos anti Hepatozoon canis se realiza a través del test de ELISA o IFI (inmunofluorescencia indirecta). La reacción de PCR es la técnica más actual para el diagnóstico de esta enfermedad, la cual nos permite identificar y diferenciar si el agente causante es Hepatozoon canis o Hepatozoon americanun (Craig, 1998; Esarte, 2010).

En la República Argentina se ha aumentado la prevalencia de hepato-zoonosis desde el momento en que fue descripta por primera vez en el año 1998 (Silva et al., 1999). Se han realizado estudios en diferentes zonas del Gran Buenos Aires, obteniéndose diferentes porcentajes de incidencia. Durante los años 2007 y 2008, Perez Tort y Petetta, diagnosticaron 50 casos de caninos infectados Hepatozoon canis en la zona Norte del Gran Buenos Aires. Se constató la presencia de garrapatas, encontrándose infes-taciones importantes de Rhipicephalus sanguineus en más del 50% de los perros estudiados. Es de destacar que, en esta investigación, el 80% de los perros positivos presentaban signos clínicos, incluso en animales adultos, y el 50% no tenían enfermedades asociadas (Perez Tort y Petetta, 2012).

En la ciudad de General Pico, durante el año 2014, se han diagnosticado y confirmado por estudios de laboratorio 4 casos positivos de hepatozoono-sis, algunos de ellos con signos clínicos inespecíficos de la enfermedad y otros como hallazgos en frotis sanguíneos.

Presentación de los casos

Caso Clínico 1

Al Hospital Escuela de Animales Pequeños la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa se deriva desde el refugio municipal de la ciudad de General Pico, La Pampa, un paciente canino, sin raza definida, castrado, de 5 años de edad, de 30 kg de peso y de estado corporal óptimo; como donante de sangre entera para trans-fusión. Posterior a un examen físico sistemático donde no se observaron particularidades ni alteraciones clínicas significativas se indica estudios

14 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Adagio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; Rio, F.; Giménez, M.; Hierro, J.; Vaquero, P.; Lattanzi, D. …

hematológicos de rutina para confirmar el estado sanitario del donante. Para ello, se extrae sangre de vena cefálica antebraquial para hemograma, frotis y bioquímica sanguínea. Los resultados del hemograma en general fueron valores que se hallan dentro del rango normal, salvo los eosinófilos que estaban aumentados, pudiendo coincidir con la presencia de una pa-rasitosis interna (Tabla N° 1). La bioquímica sanguínea (Tabla N° 2), no indicaba alteración alguna. El extendido sanguíneo coloreado con Tinción 15 reveló la presencia de gamontes de Hepatozoon canis en aproximadamente 0,6% de los neutrófilos (Figura N° 1).

Caso clínico 2

Se presenta al servicio de guardia del Hospital Escuela de Animales Pequeños de la Facultad de Ciencias Veterinaria de la Universidad Nacional de La Pampa, un canino, macho castrado, de raza indefinida, pelaje negro y corto, de 22.6 kg de peso, con mal estado corporal. El motivo de consulta es la pérdida de peso progresivo, decaimiento, letargia y adinamia. A la inspección y exploración general se observa una gran pérdida ponderal, atrofia muscular, manto hirsuto y que le costaba mucho levantarse. Pre-sentaba, además, una gran cantidad de garrapatas marrones (Riphicephalus sanguineus). Los signos clínicos se habían ido intensificando a medida que pasaba el tiempo, lo cual indicó la cronicidad de la patología.

A efectos de confirmar su estado general se indica estudios complemen-tarios de rutina de sangre como hemograma, bioquímica sanguínea y frotis. La muestra de sangre para frotis se toma de vena cefálica antebraquial y de capilares de la orejas, para realizar observaciones de distintos hemoparásitos (Babesia spp., Ehrlichia canis y Hemobartonella canis) mediante Tinción 15. Se sospecha de estas enfermedades debido a la presencia de gran cantidad de garrapatas marrones, huésped intermediario de todos estos hemoparásitos. A la observación del frotis a X 400, aparecen neutrófilos infectados con gametocitos de Hepatozoon canis (Figura N° 2). No se observó presencia de otros hemoparásitos.

Analizando los resultados hematológicos se observaron modificaciones leves como: 1) Ligera anemia normocítica, normocrómica, arregenerativa; 2) Leucocitosis leve con eosinofilia marcada en respuesta a la acción del Hepatozoon canis en los neutrófilos (Tabla Nº 3). La bioquímica sanguínea no reveló modificaciones significativas (Tabla Nº 4).

15Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

Caso clínico 3

Un paciente canino, macho, entero, mestizo de galgo, ingresa al servicio de Clínica del Hospital Escuela de Animales Pequeños de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa por presentar lesiones crónicas de piel y pérdida de peso. Al examen exploratorio físico general se observa linfo-adenomegalia generalizada. En el examen objetivo particular, sobre las lesiones de piel, se aprecia alopecia asimétrica, eritema y descamación distribuidas en el lomo, miembros anteriores, cara interna de muslo, región esternal, región periorbital, región oral y comisura labial; presentaba también algunas áreas de hiperqueratosis.

Se indican estudios complementarios de rutina (hemograma, bioquímica), para guiar y confirmar el diagnóstico, los cuales se hallan dentro del rango normal. Solamente existe un aumento visible de los eo-sinófilos, compatible con parasitosis internas. Además, se realizaron frotis sanguíneos para evaluar la morfología celular, observando presencia de Hepatozoon canis en un 1.8% de los neutrófilos (Tabla Nª 5 y 6). Para las lesiones de piel se indica raspajes profundos de las distintas áreas afectadas, descubriendo una gran cantidad de Demodex canis en folículos pilosos.

Es importante aclarar que la linfo-adenomegalia (Figura Nº3) puede ser como consecuencia de la demodicosis y/o hepatozoonosis, ya que am-bas enfermedades pueden cursar con este tipo de lesiones. Después del tratamiento para demodicosis el agrandamiento gangliolar seguía estando presente, posiblemente por la persistencia de infección de Hepatozoon canis, la cual no fue tratada oportunamente.

Caso clínico 4

Se atiende en el servicio de guardia del Hospital Escuela de Animales Pe-queños de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa un paciente canino hembra, mestiza, de 3 años y de 6 kg de peso por trauma automovilístico. Se le realizan las maniobras de atención post traumática y de estabilización correspondientes a la gravedad del accidente y se le toman muestras de sangre de rutina, de vena cefálica antibraquial, para frotis sanguíneo, hemograma y bioquímica. Como dato anamnésico los propietarios no habían observado signos clínicos que hicieran sospechar de la presencia de alguna patología. Tanto el hemograma como la bioquímica sanguínea se hallaban dentro de los valores normales, sin embargo, en el extendido del frotis sanguíneo se observaron gametocistos de Hepatozoon

16 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Adagio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; Rio, F.; Giménez, M.; Hierro, J.; Vaquero, P.; Lattanzi, D. …

canis en el 0.9% de los neutrófilos. Es de destacar que presentaba en la cara interna de las orejas garrapatas de la especie Riphicephalus sanguineus, transmisor de esta enfermedad (Figura N° 4).

Discusión y conclusión

La hepatozoonosis canina es una enfermedad parasitaria que muchas veces pasa desapercibida en los pacientes si no es buscada por el clínico, debido a que los signos que origina son bastantes inespecíficos y compar-tidos con una gran cantidad de enfermedades parasitarias e infecciosas de mayor incidencia, coincidiendo con lo establecido por Moreno et al. (2001) y Esarte (2010). Además, es una parasitosis que muchas veces se presenta de manera asintomática, por lo tanto es indispensable recurrir a métodos o estudios complementarios de rutina simples, como es el caso del frotis sanguíneo, para la detección precoz de gamontes en neutrófilos y monocitos. Según Esarte (2010), otro de los elementos que nos van a guiar al diagnóstico es la observación de garrapatas marrones, huésped definitivo de esta enfermedad y de presentación estacional. Éstas pueden ser actuales o haberlas tenido con anterioridad.

La hepatozoonosis es una enfermedad crónica que afecta muchos órganos y que, de acuerdo a sus lesiones o al estado de inmunosupresión, va a ser la gravedad que reviste, siendo importante diagnosticarla lo antes posible para realizar el tratamiento adecuado (Gavazza et al., 2003). Asi-mismo, esta patología, reviste una alta distribución mundial y en nuestro país ha aumentado su prevalencia en los últimos años desde el momento que fue diagnosticada según estudios de Perez Tort y Petetta (2011) y Ei-ras et al. (2007). De ahí la importancia de determinar la presencia de esta parasitosis en la ciudad de General Pico por los autores, ya que existe una gran infestación de garrapatas en los perros, sobre todo los que se hallan en situación de calle.

Se concluye que este parásito está presente en los perros de la ciudad de General Pico, sobre todo los provenientes de la canilera municipal, coin-cidiendo con la infestación masiva de garrapatas. Se considera importante realizar estudios de prevalencia de la enfermedad que permitan determinar protocolos de acción para el control de las garrapatas y de este protozoario.

17Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

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19Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

Tabla N° 1. Valores obtenidos del hemograma sanguíneo

HEMOGRAMA VALORES

Glóbulos rojos (mm3) 6.900.000

Hematocrito (%) 35,5

Hemoglobina (g/dl) 12,6

CHCM (g/dl) 35,5

Reticulocitos (%) 0,2

Glóbulos blancos (mm3) 15.300

Neutrófilos (mm3) 9.080

Eosinófilos (mm3) 3.320

Monocitos (mm3) 1.240

Plaquetas (mm3) 250.000

Tabla N° 2. Valores obtenidos de la bioquímica sanguínea

BIOQUIMICA SANGUINEA VALORES

Creatinina (mg/dl) 1,2

Urea (mg/dl) 11

Proteínas totales (g/dl) 8

GPT (UI/l) 54

GOT (UI/l) 61

Fosfatasa Alcalina (UI/l) 61

Bilirrubina total (mg/dl) 1

Figura N° 1. Presencia de gamontes en neutrófilos (X 1000)

20 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Adagio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; Rio, F.; Giménez, M.; Hierro, J.; Vaquero, P.; Lattanzi, D. …

Tabla N° 3. Valores obtenidos del hemograma sanguíneo

HEMOGRAMA VALORES

Glóbulos rojos (mm3) 5.750.000

Hematocrito (%) 33

Hemoglobina (g/dl) 12,1

VCM (fl) 60.97

HCM (pg) 21,08

CHCM (g/dl) 34,57

Glóbulos blancos (mm3) 18.000

Neutrófilos segmentados (mm3) 9.360

Eosinófilos (mm3) 6.480

Monocitos (mm3) 360

Linfocitos (mm3) 1.800

Tabla N° 4. Valores obtenidos de la bioquímica sanguínea

BIOQUIMICA SANGUINEA VALORES

Creatinina (mg/dl) 1,2

Urea (mg/dl) 11

Proteínas totales (g/dl) 8

GPT (UI/l) 54

GOT (UI/l) 61

Fosfatasa Alcalina (UI/l) 61

Albúmina (g/dl) 2.81

Tabla N° 5. Valores obtenidos del hemograma sanguíneo

HEMOGRAMA VALORES

Glóbulos rojos (mm3) 5.510.000

Hematocrito (%) 36

Hemoglobina (g/dl) 12,5

VCM (fl) 65,33

HCM( pg) 22,68

CHCM (g/dl) 34,72

Glóbulos blancos (mm3) 12.600

Neutrófilos segmentados (mm3) 5544

Continúa>>

21Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Hepatozoonosis canina. Primeros 4 casos documentados en la Ciudad de General Pico... (pp. 9 a 22)

Eosinófilos (mm3) 2016

Monocitos (mm3) 504

Linfocitos (mm3) 4536

Figura N° 2. Neutrófilos infectados con Hepatozoon canis

Tabla N° 6. Valores obtenidos de la bioquímica sanguínea

BIOQUIMICA SANGUINEA VALORES

Creatinina (mg/dl) 0,86

Urea (mg/dl) 25

Proteínas totales (g/dl) 7.22

GPT (UI/l) 67

GOT (UI/l) 18

Fosfatasa Alcalina (UI/l) 133

Albúmina (g/dl) 3.11

Glucemia (mg/dl) 94

22 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Adagio, L.; Miguel, M.; Meder, A.; Rio, F.; Giménez, M.; Hierro, J.; Vaquero, P.; Lattanzi, D. …

Figura Nº 3. Linfoadenomegalia que persiste después del tratamiento de de-modicosis

Figura N° 4. Presencia de Riphicephalus sanguineus en cara interna del pabellón auricular

23Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Valoración de cuatro métodos de descontaminación para la recuperación de Micobacterias... (pp. 23 a 28)

Resumen: Cuando se intenta recuperar mico-bacterias a partir de muestras clínicas o del medio ambiente es necesario emplear méto-dos de descontaminación que disminuyan la microbiota acompañante. Es posible aplicar métodos drásticos de descontaminación de-bido a que las micobacterias presentan una compleja estructura de pared. Existen varios métodos propuestos, considerando como método ideal aquel que reduzca al máximo la microbiota acompañante sin disminuir o afectar el número de micobacterias presentes. El objetivo de este trabajo fue determinar la reducción decimal de una suspensión de una cepa de micobacterias ambientales aplicando los métodos de descontaminación propuestos para muestras de suelo, aguas recreacionales, agua de red, y materia fecal.Se determinó un inóculo mixto de bacterias mesófilas (BM) aisladas comúnmente del medio ambiente y otro con una cepa de Mycobacterium porcinum recuperada de agua de red. Ambos inóculos se diluyeron hasta alcanzar una suspensión equivalente al tubo 1 de la escala de Mc Far-land. Se cuantificó el número real de bacterias siguiendo el método de diluciónen base 10. Paralelamente se efectuaron tres experiencias para demostrar la reducción decimal al aplicar los distintos métodos de descontaminación cuando se intenta recuperar micobacterias desde suelo (Iivanainen, 1995), humedales (Leite et al., 1989); agua de red (Engel et al., 1980); y materia fecal (Stabel et al., 1997). Los resultados obtenidos en este trabajo demos-traron que los métodos de Leite et al. (1989) y de Stabel et al. (1997) redujeron totalmente el número de bacterias contaminantes mientras que en M. porcinum se redujo el número en 3 y 4 log. Aplicando independientemente los métodos de Iivanainen (1995) y Engel et al. (1980) se obtuvieron reducciones de 4 log en las BM contaminantes, mientras que para la cepa de M. porcinum la reducción osciló

en 2,5 log y 1 log respectivamente. Es im-portante considerar la reducción del número de micobacterias que ocasionan los diferen-tes métodos para corregir los valores de los recuentos micobacterianos en las muestras ambientales y también para no excluir ciertos ambientes como posibles hábitas de micobac-terias cuando éstas no se recuperan por los métodos convencionales ya que pueden estar debajo del valor de reducción determinado.

Palabras claves: micobacterias, aislamiento, descontaminación.

Analysis of four methods of decontamina-tion to recover environmental mycobacte-rium in different ecological niches

Abstract: When attempting to recover myco-bacterium through lab or environmental sam-ples it´s necessary to apply a decontamination method that reduces the accompanying micro-biota. It is possible to apply drastic decontami-nation methods due to the fact that mycobacte-rium presents a complex wall structure. There are several proposed methods, considering that the ideal method is the one that reduces accompanying microbiota without affecting the number of existing mycobacterium. The ob-jective of this study was to determine decimal reduction of a mycobacterium strain suspen-sion applying the decontamination methods proposed for soil samples, recreational water, tap water and fecal material. A mixed inoculum of mesophilic bacterium was determined (B M) commonly isolated from the environment and another one with a Mycobacterium porcinum strain recovered from tap water. Both inoculums were diluted until a suspension equivalent to a 1 tube of the Mc Farland scale was reached. The real number of bacterium was quantified using the dilution method with base 10. At the same time, three experiments were made to

VALORACIÓN DE CUATRO MÉTODOS de descontaminación para la recuperación de Micobacterias ambientales de diferentes nichos ecológicos

Oriani, D.S.1; Staskevich, A.S.1; Tortone, C.A.1; Oriani, A.S.2

1 Facultad de Ciencias Veterinarias UNLPam. 2 Dpto. de Biología, Bioquímica y Farmacia, UNS. [email protected].

24 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Oriani, D.S.; Staskevich, A.S.; Tortone, C.A.; Oriani, A.S.

demonstrate decimal reduction when apply-ing different decontaminations methods when trying to recover mycobacterium from soil (Ii-vanainen, 1995); wetlands (Leite et al., 1989); tap water (Engel et al., 1980); and fecal material (Stabel et al., 1997). Results obtained in this study demonstrated that the Leite et al. (1989) and the Stabel et al. (1997) methods reduced the total number of contaminating bacterium while the number of Mycobacterium porcinum were reduced by 3 and 4 log. Independently ap-plying the methods of Iivanainen (1995) y Engel et al. (1980) reductions of 4 log were obtained in BM contaminants while in the Mycobacterium

porcinum strain the reduction varied between 2,5 log and 1 log respectively. It is important to consider the mycobacterium reduction by each different method to correct mycobacterium count numbers in the environmental samples and also so that certain environments are not included as possible habitats of mycobacterium when they are not recovered by conventional methods due to the fact that they may be under the determined reduction value.

Key words: mycobacterium, isolation, de-contamination.

El género Mycobacterium caracterizado por agrupar a bacilos no esporula-dos, inmóviles, acido alcohol resistentes, con un tiempo de generación

comprendido entre 2 y 20 h, reúne a más de 160 especies (Euzéby, 2012), entre ellas las patógenas obligadas como los integrantes del complejo Tu-berculosis y Lepra ( M. tuberculosis, M. bovis, M. leprae). Por otro lado, las potencialmente patógenas responsables de algunas micobacteriosis como lo son las especies del complejo MAIS (M.aviun, M. intracellulare, M. scrofu-laceum). Por último, el género Mycobacterium contiene un gran grupo de micobacterias saprófitas beneficiosas para el medio ambiente como las espe-cies M. flavum y M. vaccae involucradas en la degradación de hidrocarburos, además de aquellas que solubilizan fosfatos, e intervienen en la fijación de nitrógeno. Muchas de las especies consideradas ambientales eventualmente pueden ocasionar trastornos en hospedadores tanto inmunocompetentes como inmunocomprometidos que sufren inoculaciones accidentales o que se someten a ciertas prácticas como la mesoterapia y tatuajes (Cooksey et al., 2004; Herreros et al., 2009; Kennedy et al., 2012).

Las micobacterias de los dos últimos grupos son consideras ambien-tales debido a que su nicho ecológico es el medio ambiente, no presentan hospedador animal primario y no se ha comprobado aún la transmisión directa entre individuos infectados (Vaerewijck et al., 2005).

Cuando se intenta recuperar micobacterias a partir de muestras clínicas o del medio ambiente, es necesario emplear métodos de descontaminación que disminuyan la microbiota acompañante. Esto se debe a que en el re-ducido ecosistema que representa la placa de petri o el tubo con medio de cultivo, el tiempo de generación ejerce un valor preponderante. Ante esta desventaja, las micobacterias ofrecen una pared compleja que les permite resistir a fuertes álcalis y ácidos, existiendo varios métodos propuestos como descontaminantes (Kamala et al., 1994).

25Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Valoración de cuatro métodos de descontaminación para la recuperación de Micobacterias... (pp. 23 a 28)

El objetivo de este trabajo fue determinar la reducción decimal de una suspensión de una cepa de micobacteria ambiental empleando cuatro métodos de descontaminación utilizados para muestras de suelo, aguas recreacionales, agua de red y materia fecal.

Materiales y Métodos

Se trabajó con dos grupos de microorganismos: uno formado por bacterias mesófilas (BM) aisladas comúnmente en el medio ambiente y otro por una cepa de M. porcinum aislado de agua de red de la ciudad de General Pico.

Se realizaron dos suspensiones independientes con cada grupo de bac-terias (15 mL de cada una), con una turbidez equivalente al tubo 1 de la escala de Mc Farland. Se cuantificó el número real de bacterias siguiendo el método de dilución en base 10.

Se sometió a ambos inóculos a cada uno de los 4 métodos de descon-taminación comúnmente utilizados, dependiendo del tipo de muestra a ensayar. Tabla Nº 1.

Posteriormente al proceso de descontaminación se efectuó el recuento de BM y de M. porcinum sobrevivientes a dicho proceso, determinándose la reducción decimal del número de microorganismos presentes en el inóculo inicial (Madigan et al., 2010).

Tanto en el método de descontaminación para muestras de suelo (Iivanai-nen, 1995) y el correspondiente a muestras de agua provenientes de humedales (Leite et al., 1989), la muestra debe incubarse 6 h a 35 ºC en caldo Müeller Hinton o Cerebro corazón, diluido al 0,1%, para favorecer la germinación de las esporas de otros géneros bacterianos, contenidas en las muestras am-bientales. Esta pre incubación al tratamiento químico no se efectuó en esta experiencia ya que se trabajó con una cepa pura de M. porcinum y el inóculo referido a bacterias mesófitas no presentaba bacterias esporuladas.

Tabla N° 1. Descripción de los cuatro métodos de descontaminación

Método Muestra indicada Desc. químico Tiempo de

contacto Neutralización

Iivanainen, 1995. SueloNaOH 4%Verde de Malaquita 0,2% (A/A)

30 min (35ºC) H2SO4 al 15%

Engel et al., 1980. Agua de redNaOH al 1% y Lauril Sulfato de Sodio al 3% (A/A)

10 min (35ºC) H2SO4 al 4%

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26 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Oriani, D.S.; Staskevich, A.S.; Tortone, C.A.; Oriani, A.S.

Leite et al., 1989. Agua de humedales

4% SO4H2 (A/A)

10 min(35ºC) Na 0H al 30%,

Stabel, et al., 1997. Materia fecal

0,9% Cloruro de hexadecilpiridinio

18 hs(22ºC)

A/A: partes iguales.

En los métodos Iivanainen (1995), Engel et al. (1980) y Leite et al. (1989), posterior a la neutralización, la muestra se concentra y se lava mediante centrifugación durante 15 minutos a 3500 rpm resuspendiéndose con agua destilada estéril. Al pellet obtenido se le efectuaron diluciones en base 10 (10-1 a 10-6) inoculando por duplicado 100 µL en agar Müeller Hinton para efectuar el recuento de BM y en los medios Löwenstein Jensen y Stonebrink para el recuento de M. porcinum.

En el método descripto por Stabel, et al. (1997) (utilizado en la recu-peración de M. avium ssp paratuberculosis) se realizaron las diluciones y posterior siembra con el sedimento que se formó tras la incubación de 18h.

Para la cepa M. porcinum (objetivo del trabajo) el ensayo se repitió tres veces, mientras que con las BM se realizó un solo ensayo por duplicado.

Resultados

Los resultados obtenidos se muestran en las tablas 2 y 3.

Tabla N° 2. Inóculo inicial y número de sobrevivientes de bacterias mesófilas y de M. porcinum posteriores a los cuatro métodos de descontaminación

B M UFC/mL

M. porcinum UFC/mL

M. porcinum UFC/mL

M. porcinum UFC/mL

Inoculo inicial 3x109 5,7 x 108 1 x 107 5,7 x 108

Iivanainen, 1995. 4,1 x105 3,7 x 105 1 x 107 4,7 x 106

Engel et al., 1980. 2,2 x 105 3,25 x 107 1,3x106 3,7 x 107

Leite et al., 1989. SD 1,9 x 106 4 x 104 2,2 x 103

Stabel et al., 1997. SD 5 x 105 2,0 x 104 1,4 x 104

SD: sin desarrollo.

27Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Valoración de cuatro métodos de descontaminación para la recuperación de Micobacterias... (pp. 23 a 28)

Tabla N° 3. Reducción decimal de BM y M. porcinum al aplicar los cuatro métodos de descontaminación

Reducción del log BM Reducción del log M. porcimun

Iivanainen, 1995. 4 3- 0- 2

Engel et al., 1980. 4 1- 1-1

Leite et al., 1989. 9 2- 3- 5

Stabel et al., 1997. 9 3- 3 -4

Discusión y Conclusiones

Debido al efecto negativo que representa el lento crecimiento de las micobacterias respecto a la competencia por los nutrientes, es posible des-contaminar las muestras ambientales por métodos químicos, basándose en la capacidad que presentan las micobacterias de resistir tratamientos drásticos. Si bien la descontaminación facilita la recuperación de las mico-bacterias, también se reduce el número de las mismas, aproximadamente el 30% (Kazda, 2009). El método ideal de descontaminación debería ser aquel que redujese al máximo la microbiota acompañante sin reducir el número de micobacterias. Nuestros resultados indican que los métodos de Leite et al. (1989) y Stabel, et al. (1997) si bien son los que reducen la microbiota acompañante a menos de una unidad formadora de colonia (UFC) también reducen el número de M. porcinum en aproximadamente 3 log. Mientras que el método de Iivanainen (1995) y Engel et al., (1980) ejercen menor reducción del número de M. porcinum y de las BM respecto a los métodos antes nombrados.

Seria de importancia considerar en estudios posteriores, la reducción del número de micobacterias que ocasionan los diferentes métodos para poder corregir los valores de los recuentos micobacterianos hallados en muestras ambientales, también sería de utilidad para no excluir ciertos ambientes como posibles hábitas de micobacterias, cuando éstas no se logran aislar por los métodos convencionales.

28 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Oriani, D.S.; Staskevich, A.S.; Tortone, C.A.; Oriani, A.S.

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Articulos de Revisión

31Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Fisiología del Ciclo Estral Bovino (pp. 31 a 46)

Una mejor comprensión de la fisiología del ciclo estral y la función ová-rica ha resultado en una mayor capacidad para manipular su control.

Descubrimientos recientes de las funciones del cuerpo lúteo y las ondas fo-liculares del ciclo estral bovino se han traducido en un renovado entusiasmo por las oportunidades de poder lograr un mejor control de la inducción de la ovulación y una más precisa sincronización del ciclo estral. El alto nivel de interés se refleja en el gran aumento de revisiones publicadas sobre la manipulación del ciclo estral durante los últimos años (Odde, 1990; Larson y Ball, 1992; Wiltbank, 1997; Roche et al., 1997; Mapletoft et al., 2002; Macmillan et al., 2003; Kastelic et al., 2008; Macmillan, 2010; Colazo y Mapletoft 2014). La intención de este manuscrito es proporcionar una visión general de los eventos ováricos normales en el ganado bovino adulto y prepúber, con la idea de impulsar una discusión para aumentar aun más nuestra capacidad de manipulación del ciclo estral bovino.

Regulación endócrina del ciclo estral

Los bovinos son animales poliéstricos con ciclos estrales cada 21 días (rango 17-24 días) en promedio. El ciclo estral está regulado por las hor-monas del hipotálamo (hormona liberadora de gonadotrofina, GnRH), la pituitaria anterior (hormona folículo estimulante, FSH y hormona luteinizante, LH), los ovarios (progesterona, P4; estradiol, E2 e inhibinas) y el útero (prostaglandina F2α, PGF). Estas hormonas actúan a través de un sistema de retroalimentación positiva y negativa para gobernar el ciclo estral del bovino (Stevenson, 2007). La GnRH es un decapéptido producido en las neuronas del área ventromedial y del área preóptica del hipotálamo. La GnRH es secretada de dos formas: una secreción pulsátil

FISIOLOGÍA del Ciclo Estral Bovino

Colazo, M.G.1 y Mapletoft, R.J.1

1 Livestock Research Branch, Alberta Agriculture and Rural Development, Edmonton, Alberta, Canada. WCVM, University of Saskatchewan, Saskatoon, Saskatchewan, Canada. [email protected].

32 Revista Ciencias Veterinarias, Vol. 16, N° 2, 2014 (ISSN 1515-1883)Colazo, M.G. y Mapletoft, R.J.

o tónica desde el centro tónico del hipotálamo y la secreción preovulatoria de GnRH que anteriormente se creía que era directamente estimulada por el E2. Sin embargo ahora se conoce que las neuronas secretoras de GnRH no tienen receptores para E2 por lo que una acción directa sobre la secreción de GnRH es poco probable. Existe un grupo de neuronas hipotalámicas que expresan el gen Kiss-1 que codifica el péptido Kisspeptina. Se ha demostrado que este péptido es un potente estimulador de la secreción de GnRH y que las neuronas secretoras de GnRH tienen receptores para este péptido (Gottsch et al., 2004). Por lo tanto se cree que la Kisspeptina podría proveer información a las neuronas secretoras de GnRH con respecto a las concentraciones sanguíneas de las hormonas esteroides.

La GnRH llega a la pituitaria anterior a través del sistema porta-hipotálamo-hipofisiario (Moenter et al., 1992) y controla la liberación de LH y FSH uniéndose a su proteína G acoplada al receptor en la superficie celular de las células gonadotrofos (Kakar et al., 1993). La FSH sólo se almacena en gránulos secretores en el citoplasma durante períodos cortos de tiempo, mientras que la LH se almacena durante períodos más largos durante el ciclo estral (Farnwort, 1995).

Durante la fase folicular del ciclo estral las concentraciones de P4 circulante son bajas debido a la regresión del cuerpo lúteo (CL). El au-mento de las concentraciones de E2, proveniente del folículo dominante preovulatorio induce un pico de GnRH (a través de la Kisspeptina) y a su vez permite la visualización del comportamiento estral durante el cual las hembras son sexualmente receptivas y permiten ser montadas (Stevenson, 2007). Este pico preovulatorio de GnRH induce un pico de LH y FSH (Nett et al., 1984) y la ovulación ocurre en promedio a las 27 horas después del pico de LH o inicio del estro. La ovulación es seguida por la fase lúteal del ciclo estral. Los primeros 3-4 días son conocidos como el metaestro que es cuando toma parte la formación del CL (llamado en este momento cuerpo hemorrágico). En los días siguientes (diestro) la concentración de P4 en sangre comienza a aumentar debido a la formación del CL en el que las células lutenizadas de la granulosa y la teca producen grandes cantidades de P4 en preparación para el establecimiento y mantenimiento de la preñez o la reanudación del ciclo estral (Niswender et al., 2000). Durante el diestro hay crecimiento folicular en el ovario pero como veremos más adelante estos folículos no ovulan ya que la P4 a través de una retroalimentación negativa sobre la GnRH, sólo permite la secreción de pulsos de LH de mayor amplitud pero menor frecuencia (1 pulso cada 3-4 horas) que son inadecuados para la ovulación del folículo dominante (Rahe et al., 1980).

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Después de un período de 12-14 días de exposición a altos niveles séricos de P4, el CL regresa en respuesta a la secreción de PGF del útero que llega al ovario a través de un mecanismo de contra-corriente (Ginther, 1974), y da lugar al inicio del proestro. El proestro dura 2-3 días y es caracterizado por un incremento en la frecuencia de los pulsos de LH (1 pulso cada hora) que conducen a la maduración final del folículo ovulatorio y al incremento del E2 que desencadena el comportamiento sexual (estro) en el bovino.

La dinámica folicular y luteal durante el ciclo estral

Las ondas foliculares

El primero en postular la teoría de las ondas foliculares fue Rajakoski en su publicación del año 1960 (Rajakoski, 1960). Sin embargo no fue hasta en la década del 80, cuando la ecografía se empezó a utilizar como un método de estudio de la función ovárica en el ganado bovino (Pierson y Ginther, 1984), que se demostro que más del 95 % de los ciclos estrales se componen de 2 o 3 ondas foliculares (Figura 1; Ginther et al., 1989a; 1989c; Savio et al., 1988; Sirois y Fortune, 1988; Knopf et al., 1989). Ciclos estrales de una onda folicular han sido reportados en novillas en el momento de la pubertad (Evans et al., 1994a) y en vacas maduras durante el primer intervalo interovulatorio después del parto (Murphy et al., 1990; Savio et al., 1990a; 1990b). Ciclos estrales de cuatro ondas se observan ocasionalmente en Bos indicus (Rhodes et al., 1995; Zeitoun et al., 1996), pero los ciclos estrales compuestos por 4 o más ondas foliculares son acompañados por un intervalo interovulatorio prolongado como consecuencia del retraso en la luteólisis o una falla de ovulación (Ko et al., 1991; Adams et al., 1992a; Roche y Boland, 1991). La proporción de animales con 2 vs. 3 ondas foli-culares varía entre informes, algunos autores reportaron que la mayoría de los ciclos fueron de 2 ondas (>80%, Ginther et al., 1989c; Rajamahendran y Taylor, 1990), otros informaron una mayoría de 3 ondas (>80%, Sirois y Fortune, 1988), mientras que otros han observado una distribución más uniforme (Evans et al., 1994; Savio et al., 1990a; 1993a). Rhodes et al. (1995) evaluó 117 intervalos inter-ovulatorios de 17 vaquillas Brahman y reporto que el 26%, 68% y 7% de los ciclos estrales estaban compuestos de 2, 3 y 4 ondas foliculares, respectivamente.

Aunque el tema no se ha estudiado de forma sistemática, no parece haber ninguna clara preferencia de raza o edad específica para un patrón de onda

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folicular sobre el otro. En términos generales en los animales Bos indicus mayor cantidad de folículos son reclutados en cada onda folicular y tienen más ondas foliculares por ciclo estral. El diámetro del folículo ovulatorio es mas pequeño y consecuentemente el tamaño del CL y la concentración de P4 circulante serán menores (Sartori y Barros, 2011).

Al parecer tampoco hay ninguna diferencia aparente en la fertilidad de animales con diferentes patrones de desarrollo folicular. Dos estudios publicaron que la tasa de concepción al primer servicio se redujo en vacas en las que el folículo ovulatorio provenía de la segunda onda folicular en comparación con vacas que ovularon el folículo dominante de la tercera onda (Ahmad et al., 1997; Townson et al., 2002). Sin embargo en otro estudio, la tasa de preñez no difirió entre vacas lecheras en lactancia con diferentes patrones de ondas de desarrollo folicular, aunque la fertilidad se correlacionó negativamente con el intervalo entre la emergencia de la onda folicular y el celo (Bleach et al., 2004).

En un estudio sobre los efectos de la nutrición en la dinámica folicular (Murphy et al., 1991), vacas alimentadas con una ración de baja energía tuvieron una mayor proporción de ciclos de 3 ondas foliculares que aquellas alimentadas con raciones de alta energía. Datos preliminares obtenidos de 9 novillas durante sus primeros 2 años de vida sugieren que el patrón se puede repetir dentro de los individuos (Dr. Gregg Adams comunicación personal). Es decir, un patrón de 2 ondas es más probable que sea seguido por un patrón de 2 ondas, y uno de 3 seguido de otro de 3 ondas. La razón evolutiva de un ciclo de 2 o 3 ondas, o el hecho en sí de un crecimiento folicular en ondas no está bien claro, pero las diferencias entre los patrones de crecimiento de las ondas foliculares tienen consecuencias claras con respecto a los protocolos para la sincronización de la ovulación y superes-timulación ovárica.

Patrón de crecimiento del desarrollo de folículos antrales

El patrón de crecimiento del desarrollo de folículos antrales en los ova-rios se ha dividido arbitrariamente en dos fases distintas (Mihm y Bleach, 2003). Una fase de crecimiento “lenta” que es desde la adquisición del antro hasta un tamaño detectable mediante exámenes ecográficos (3 a 4 mm) y la fase de crecimiento “rápida” desde el momento de la emergencia de la onda folicular a la ovulación o la atresia del folículo dominante. El crecimiento de los folículos antrales ováricos desde la adquisición de un antro (0.3 mm) a un diámetro de entre 3 a 4 mm (fase de crecimiento “lenta”) lleva

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más de 30 días (Lussier et al., 1987). En el ganado bovino, todavía no está bien claro si esta etapa del desarrollo folicular es posible sin la hormona FSH. Sin embargo, existen evidencias de que los receptores de FSH están presentes (Xu et al., 1995; Bao y Garverick, 1998) y funcionalmente activos (McNatty et al., 1999) durante el desarrollo preantral y antral temprano en el bovino, lo que sugiere que la FSH podría tener un papel importante en las primeras etapas del desarrollo folicular. Además, los folículos de lauchas sin la capacidad de responder a la FSH no muestran progresión desde etapas preantrales a estadios antrales tempranos del desarrollo folicular (Abel et al., 2000). Por el contrario, es bien sabido que los folículos en la fase de “rápido” crecimiento son absolutamente dependiente de las concentraciones adecuadas de FSH y LH (Ginther et al., 1996a; 1996b).

El patrón de la onda de desarrollo folicular se refiere simplemente al periódico, y sincrónico crecimiento de un grupo de folículos antrales. El patrón de la onda de desarrollo folicular se ha demostrado en todas las especies en las que se ha examinado, incluyendo ovejas (Ravindra et al., 1994), cabras (Ginther y Kot, 1994), yeguas (Ginther, 1993), camélidos (Adams et al., 1990), y algunos ungulados silvestres (Hoare et al., 1997). En el ganado bovino, la emergencia de la onda se caracteriza por el repentino (dentro de 1 a 2 días) crecimiento de un numero variable (de 8 a 41) de folículos que se detectan inicialmente por ultrasonografía cuando tienen un diámetro de 3 a 4 mm (Ginther et al., 1989a). En los primeros 2 días, la tasa de crecimiento es similar entre todos los folículos de una onda, luego se seleccionará 1 folículo que continuará el crecimiento (folículo dominante) mientras que el resto de los folículos (folículos subordinados) se atresian. En ciclos estrales de 2 y 3 ondas, la aparición de la primera onda folicular ocurre constantemente en el día de la ovulación (que es comúnmente designado como Día 0). La aparición de la segunda onda se produce en el Día 9 o 10 en los animales con ciclos de 2 ondas, y en el día 8 o 9 en los animales con ciclos de 3 ondas (es decir, 1 o 2 días antes que los de 2 ondas). En los ciclos de 3 ondas, una tercera onda emerge en el Día 15 o 16. Las ondas foliculares sucesivas permanecerán anovulatorias hasta que ocurra la luteólisis (Bergfelt et al., 1991). El folículo dominante presente en el inicio de la luteólisis se convertirá en el folículo ovulatorio, y la aparición de la siguiente onda se retrasa hasta el día de la ovulación (Día 0). El cuerpo lúteo comienza a regresar más temprano en animales con ciclos de 2 ondas (Día 16) que en los animales con ciclos de 3 ondas (Día 19), resultando en un ciclo estral correspondientemente más corto (20 vs. 23 días, respectivamente). Por lo tanto, en realidad el ciclo de libro

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de 21 días es muy raro, es solamente un promedio entre ciclos estrales de 2 y 3 ondas foliculares.

Papel de las gonadotrofinas otros factores en el desarrollo de la onda folicular

La naturaleza ha desarrollado una estrategia (en el caso del bovino) que le permite a un folículo seguir creciendo y tener el potencial de ovular, mien-tras que al mismo tiempo minimiza el desgaste de folículos de la reserva al no permitir el reclutamiento folicular entre ondas foliculares. El mecanismo se basa en la capacidad de respuesta diferencial a las gonadotrofinas, FSH y LH (Ginther et al., 1996b). Aumentos periódicos en las concentraciones de FSH circulantes son responsables de inducir las emergencias de las ondas foliculares, por lo tanto las vacas con 2 ondas tienen 2 picos de FSH y las vacas con 3 ondas tienen 3 picos (Figura 1; Adams et al., 1992b). La FSH circulante es posteriormente suprimida por el feedback negativo de los productos de los folículos emergentes (principalmente E2 e inhibina) y el mantenimiento de una concentración de FSH baja previene eficazmente la emergencia de una nueva onda folicular (Adams et al., 1992a). Como dicho anteriormente, la supresión periódica de FSH conserva los recursos del ovario al impedir el reclutamiento continuo de folículos antrales, el 99% de los cuales se pierden en la atresia. El aumento transitorio de FSH permite suficiente crecimiento folicular para que algunos (no todos) folículos adquieran capacidad de respuesta a la LH. En otras palabras, algunos folí-culos adquieren la capacidad de sobrevivir sin FSH (Ginther et al., 1996b). En el momento en que los perfiles de crecimiento del folículo dominante y folículos subordinados comienzan a divergir (momento de la selección o divergencia), aproximadamente 2.8 días después de la emergencia de la onda (cuando el futuro folículo dominante tiene 8.5 mm de diámetro in Bos taurus o aproximadamente 6.2 mm in Bos indicus), la FSH disminuye rápidamente. El folículo destinado a convertirse en dominante parece tener más receptores de LH en las células de la ganulosa y por eso tiene la ventaja competitiva sobre los folículos destinados a convertirse en subordinados. Sin embargo, la capacidad de respuesta a la LH y la capacidad de convertirse en un folículo dominante no es un proceso de todo o nada, y probablemente representa una diferencia cuantitativa más que una diferencia absoluta entre los folículos de una onda. Los folículos subordinados pueden llegar a ser dominantes si el original folículo dominante se remueve (Ko et al., 1991; Adams et al., 1993b) o si se suministra FSH exógena en el momento de la

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deviación folicular (Adams et al., 1993a). Además, la competencia para la LH entre múltiples folículos dominantes (es decir, en animales tratados con FSH) se puede comprobar por el menor diámetro máximo alcanzado en estos folículos en comparación con folículos dominantes individuales (Adams et al., 1993a).

Cada vez hay más pruebas de que el sistema de factores de crecimiento similares a la insulina (IGF-I) puede jugar un papel crítico en la selección del folículo dominante (Fortune et al., 2001). Estos factores mantienen el crecimiento folicular por estímulo de la proliferación de las células de la granulosa y junto a las gonadotrofinas promueven la diferenciación de las células de la gránulosa y de la teca (Spicer y Echternkamp, 1995). Por lo tanto, aquellos folículos con mayores concentraciones de IGF disponibles en el líquido folicular son más propensos a convertirse en dominantes. Interesantemente, cambios en los componentes intrafoliculares del siste-ma de IGF-I, en particular las concentraciones de proteínas de bajo peso moleculares que fijan IGF-I (IGFBP; insulin growth factor binding protein) o proteasas (PAPP-A; pregnancy-associated plasma protein-A) que degradan las IGFBP parecen estar estrechamente relacionadas con la selección del futuro folículo dominante (Fortune et al., 2001). En este sentido, Mihm y colaboradores (2000) informaron de que sobre la base de muestras de líquido folicular bovino tomadas en el día 1.5 de la primera onda folicular, el folículo con la concentración más baja de IGFBP-4 siempre se convirtió en el folículo dominante. Además, Armstrong y colaboradores (1998) informaron de que la concentración intrafolicular de IGFBP-2 fue menor en el folículo dominante cuando se comparó con la concentración en el folículo subordinado.

Una continua supresión de LH como consecuencia de un aumento de secreción de la progesterona durante la fase luteal provoca que el folículo dominante cese sus funciones metabólicas y comience a morir. Tras el cese de la secreción de los productos foliculares por parte del folículo dominante, la FSH circulante comienza a aumentar nuevamente. Este aumento no tiene ningún efecto sobre el folículo dominante que está regresando, pero es responsable de provocar la emergencia de una nueva onda folicular.

Al final de la fase luteal, una disminución de la concentración sanguínea de progesterona (debido a la luteólisis provocada por la liberación de PGF) permite que la frecuencia de los pulsos de LH aumente, estimulando así un mayor crecimiento del folículo dominante y aumento de la secreción de E2, que finalmente resultara en un pico de LH seguido de la ovulación. Por lo tanto el ciclo estral se repite.

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Figura 1. Dinámica ovárica durante los ciclos de 2 y 3 ondas foliculares en el ganado bovino (OV = ovulación). Cuando la concentración de progesterona (área en gris) es baja, la frecuencia de pulsos de LH (línea) es alta; cuando los niveles de proges terona están altos, la frecuencia de pulsos de LH es baja y la amplitud de los mismos es grande. Las formas que representan los productos foliculares corresponden al número relativo de folículos que con-tribuyen a la producción de esos productos en un momento dado. Las líneas representando las ondas foliculares muestran el crecimiento y regresión de los folículos subordinados y el folículo dominante. Los pulsos episódicos de LH son esquemáticos. Figura adaptada de Adams et al., 1992b.

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El desarrollo folicular durante el puerperio

• Vacaslecheras

La intensificación de desarrollo de las ondas foliculares ocurre temprano en el período posparto, tanto en el ganado lechero como en el de carne. La aparición de la primera onda folicular posparto varió de 2 a 7 días (prome-dio 4.0 días) después del parto en vacas Holstein de primer parto (Ginther et al., 1996a), y el folículo dominante de la primera onda posparto ovulo en el 54% (148/272) de las vacas Holstein primíparas y multíparas en el día 20.4 de promedio (rango, 10 a 36; Colazo datos no publicados). La primera ovulación no fue acompañada por un comportamiento estral en 17 de 18 (94%) vacas después del parto (Savio et al., 1990a), y la longitud del primer intervalo interovulatorio posparto fue variable dependiendo de cuando el folículo destinado a ovular había surgido. El primer intervalo interovulatorio posparto fue corto (media de 11.2 días) en aproximadamente el 25% de las vacas lecheras, fue de duración normal (media de 20.6 días) en otro 25%, y fue considerado largo (media, 30.0 días) en el 50% de las vacas restantes (Savio et al., 1990a). Los ciclos cortos se asociaron con una detección posterior del primer folículo destinado a ovular (es decir, ≥ 10 días después del parto), mientras que los ciclos normales y los largos fueron asociados a la detección temprana del primer folículo destinado a ovular (es decir, por lo general ≤ 10 días después del parto). Estos últimos resultados son muy consistentes con los de otro estudio (Rajamahendran y Tayor, 1990) en la que los intervalos de parto a primera ovulación (media, 21 días; rango, 10-55 días) y primer estro (media, 59 días, rango 17-139 días) no fueron diferentes entre las vacas lecheras primíparas y multíparas. Además, estos autores también reportaron que los períodos anovulatorios posparto cortos (alrededor de 14 días) fueron seguidos por ciclos de longi-tud normal (18 - 21 días), mientras que períodos más largos (anovulación posparto de 21 a 25 días) fueron seguidos por ciclos cortos (< 14 días). Los ciclos cortos se asociaron con fases luteales más cortas, un CL de menor tamaño, y concentraciones de progesterona circulantes inferiores.

• Vacasdecarne

La lactancia y la succión por parte del ternero parecen tener un efecto supresor sobre el desarrollo folicular en el ovario. Los efectos supresores de la succión sobre la ciclicidad estral en el ganado de carne se conoce desde

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hace mucho tiempo, pero la dinámica folicular en vacas de cría se ha carac-terizado recientemente (Murphy et al., 1990). En el ganado de carne, al igual que en el ganado lechero, el comienzo de las ondas foliculares se observan dentro de los 10 días después del parto. Sin embargo, la primera ovulación se produce más tarde que en el ganado lechero (promedio 30.6 días) y sólo en raras ocasiones el folículo dominante de la primera es el que ovula (11%; Murphy et al., 1990). En la mayoría de las vacas (78%), la ovulación se produjo a partir del folículo dominante de la segunda, tercera o cuarta onda folicular posparto, y como en el ganado lechero, primo ovulaciones que ocurrieron después de los 20 días (16/18 vacas) fueron seguidas por un ciclo corto (14/16 vacas). El destete temporario del ternero (durante horas o días) produce un aumento marcado de las concentraciones circulantes de LH y una aceleración de la aparición del, pero no se ha publicado una comparación directa de la dinámica folicular entre el ganado que es ama-mantado y el que no lo es. Las diferencias entre las vacas lecheras y vacas de carne en cuanto a la función ovárica posparto parecen diferencias en magnitud en lugar de diferencias en esencia. La reanudación de la ciclicidad ovulatoria un poco antes en vacas lecheras comparado con vacas de carne puede ser reflejo de una mayor presión de selección para esta característica, o simplemente, la falta de amamantamiento.

Priming de progesterona

La exposición a niveles elevados de progesterona parece ser un requisito previo para la expresión normal del estro y para el desarrollo de una fase lúteal normal. Ciclos estrales cortos pueden ser provocados por la ovula-ción inducida por GnRH durante el anestro en el ovino y bovino (Troxel y Kesler, 1984), pero ciclos normales pueden lograrse dando progesterona exógena antes del tratamiento con GnRH (Smith et al., 1987). Por lo tanto, la exposición a progesterona seguida por una disminución en las concen-traciones circulantes de progesterona (llamado priming de progesterona) parece ser un requisito necesario para la diferenciación normal de las células de la granulosa y el desarrollo del cuerpo luteo después de la ovulación. Probablemente, el mecanismo asociado implica los efectos de un aumento de los impulsos de la frecuencia de LH sobre la producción de estrógeno folicular, el desarrollo de los receptores de LH y la luteinización (Inskeep et al., 1988). La asociación entre los ciclos cortos y un período anovulatorio posparto largo puede ser atribuible a un largo período de baja progesterona (es decir una falta de pre-exposición a la progesterona), en comparación con

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las vacas con ciclos de longitud normal en el que el periodo anovulatorio fue corto (no muy lejano de la caída de la progesterona placentaria). Algunos autores han sugerido que las prostaglandinas secretadas durante la involu-ción uterina postparto pueden ser responsables de la luteólisis prematura en el período postparto (Troxel y Kesler, 1984, citado en Rajamahendran & Taylor, 1990), pero este mecanismo no explicaría adecuadamente la asociación que existe entre la duración del intervalo posparto y la posterior función lúteal y duración del ciclo estral.

La inducción de la ciclicidad posparto

A pesar de lo mucho que se le ha dedicado en la investigación clínica, a la utilización de gonadotrofinas y esteroides para acelerar la primera ovu-lación posparto y ciclicidad, los resultados han sido inconsistentes (Odde, 1990). Las cuestiones importantes que han confundido los resultados de estas investigaciones incluyen el estado desconocido del desarrollo de la onda folicular en el momento del tratamiento y el uso confuso del término anestro. Como se mencionó anteriormente, el desarrollo folicular ovárico y la ovulación durante el período postparto temprano no está asociado con el estro. Además, el promedio de la eficiencia de la detección de celo es sólo del 40 al 60% (O’Connor, 2007), por lo tanto, el anestro fisiológico no se puede separar del anestro por falta de detección. En los protocolos prácticos para el tratamiento de anestro (diseñados para ser aplicados en un día fijo después del parto), sería interesante correlacionar la respuesta ovárica a la condición del desarrollo folicular en el momento del tratamiento. Es muy probable que los efectos beneficiosos del tratamiento, reportado por algunos autores, se debe a la inducción de la ciclicidad sólo en los animales que están al borde de la ovulación espontánea, y que el tratamiento es ineficaz para inducir la ciclicidad en vacas postparto que se encuentran en un periodo anovulatorio profundo.

Conclusiones

El ciclo estral en el bovino dura normalmente entre 17 a 24 días. Durante el ciclo estral hay típicamente dos a tres ondas de crecimiento folicular que implican un periodo de emergencia, uno de selección seguido de atresia u ovulación del folículo dominante. La FSH y LH son las principales hor-monas reguladoras de la foliculogénesis y la esteroidogénesis. La frecuencia de los pulsos de LH determina el destino final del folículo dominante

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(1 pulso/6-8 horas = regresión; 1 pulso/hora = ovulación). La secreción de PGF por parte del útero es la principal señal hormonal que induce la regresión del CL e interrumpe la fase luteal dando lugar a la fase folicular. La maduración final del folículo ovulatorio resulta en un incremento de la concentración plasmática de E2 que desencadena el estro y la ovulación.

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Pocas veces cuando se lee una noticia del mundo de la ciencia se instaura una amenaza en nuestros conocimientos científicos. La duda y la con-

troversia se acentúan aun mas cuando se comprueba que la publicación proviene de universidades de muchísimo renombre, como lo es en este caso puntual la Universidad de Uppsala en Suecia o como en muchos otros ejemplos publicados en revistas de alto impacto tales como Science o Na-ture, que han sufrido numerosas retractaciones por parte de la comunidad científica (Bär, 2014). Esta publicación pretende resaltar la importancia de la rigurosidad en la evaluación de los resultados de ensayos científicos tanto de los autores como de los editores, para evitar posibles fraudes o falsos paradigmas tomando como ejemplo una publicación referida a la esporula-ción en micobacterias.

El género Mycobacterium caracterizado por ser bacilos ácido alcohol resistentes, aerobios de crecimiento lento, con alto contenido de G-C, comprende numerosas especies entre ellas el agente etiológico de la tuber-culosis en el humano y animales, la lepra y un grupo muy numeroso de

ESPORULACIÓN en micobacterias: ¿Nuevo paradigma o fraude científico?

Oriani, D.S.1; Oriani, A.S.2

1 Facultad de Ciencias Veterinarias, UNLPam. 2 Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia, UNS.

Resumen: Este artículo intenta evidenciar mediante el análisis de dos publicaciones re-feridas a la esporulación en micobacterias, la necesidad de mantener la rigurosidad en la aplicación del método científico y la importan-cia del trabajo real de los evaluadores y edi-tores de las revistas científicas para evitar el fraude a tal punto que llegue a confundirse con el establecimiento de un nuevo paradigma.

Palabras claves: fraude, nuevo paradigma, publicaciones científicas.

Sporulation in mycobacteria: New para-digm or scientific fraud?

Abstract: This article shows the need to main-tain rigueur in applying the scientific method through the analysis of two publications on the topic of mycobacterium sporulation. It also shows the importance of the evaluators and editors of scientific magazines real work to avoid the fraud and confusion in establishing a new paradigm.

Key words: fraud, new paradigm, scientific publications.

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especies, algunas potencialmente patógenas y otras saprofitas (Kazda et al., 2009). Uno de los interrogantes que nos ofrecen estos microorganismos es la capacidad de acompañar a la humanidad desde tiempos remotos como casi ningún otro microorganismo; evidencia de esto son los hallazgos de lesiones compatibles con tuberculosis en momias egipcias, los relatos bíblicos referidos a la lepra, la peste blanca en la edad media, así como la asociación de la tuberculosis en el renacimiento y la edad moderna con personalidades de la cultura (Waksman, 1964).

En la actualidad, la tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades de mayor impacto en los sistemas de salud, tal es así que en el año 2013 se registraron 9 millones de enfermos de tuberculosis en el mundo, de los cuales el 16,6% murieron (OMS, 2013). En los últimos años se ha incrementado el número de aislamientos de otras especies de micobacterias tanto en in-dividuos inmunodeprimidos como inmunocompetentes. Dichas afecciones son conocidas como micobacteriosis y obedecen en general a la práctica de tratamientos cosmetológicos como la mesoterapia y tatuajes realizados en ambientes sin las condiciones de asepsia necesarias, o por la aplicación de productos no controlados por la autoridad competente (Cooksey et al., 2004; Herreros et al., 2009; Kennedy et al., 2012).

Una característica distintiva de las infecciones por micobacterias, específicamente M. tuberculosis es la capacidad que presentan estos microorganismos de persistir asintomáticamente por largos períodos en el hospedador y posteriormente causar enfermedad. Esto se debe a la permanencia de las micobacterias en el centro de la lesión granulomatosa, donde prevalecen las condiciones de anaerobiosis y acidez. Resulta difícil comprender la sobrevida de estas bacterias aerobias en un ambiente tan hostil. Algunos autores atribuyen dicha latencia o estado de dormancia a la expresión de genes que intervienen en la respiración anaeróbica de las micobacterias (Maulén, 2011). Otros asignan la adaptación a las condi-ciones de hipoxia presentes en los granulomas a las proteínas de unión al ADN micobacteriano (Kunisch et al., 2012). En algunas situaciones como consecuencia de la agresividad de la respuesta del hospedador se produce la licuefacción del centro del granuloma, restableciéndose las condiciones aeróbicas necesarias para activar el metabolismo micobacteriano, multipli-carse y culminar con una tuberculosis clínica que en algunos casos puede lograr diseminarse (Dannenberg, 1991).

En un intento de explicar el estado de dormancia en la patogenia de la tuberculosis Ghosh et al. (2009) de la Universidad de Uppsala publicaron un artículo en la revista PNAS, donde afirmaron que algunas especies de

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micobacterias contenían esporas similares a las producidas por las especies del género Bacillus. Los autores trabajaron principalmente con M. mari-num, de crecimiento relativamente rápido con un tiempo de duplicación de 4 - 6 horas. En cultivos viejos de M. marinum observaron formas que se asemejaban a las esporas tanto en su morfología y resistencia, así como en la acumulación de ácido dipicolínico (molécula asociada con esporas de especies de Bacillus). Estas supuestas esporas, una vez expuestas a un medio de cultivo fresco, germinaban en células vegetativas y volvían nuevamente a la fase estacionaria a través de la formación de la endospora. También describieron estas estructuras en cultivos viejos de M. bovis y de M. tuberculosis. Además, afirmaron que los genomas de algunas micobacterias, incluido el de M. tu-berculosis, contenían homólogos de genes importantes para la esporulación.

Cuando este artículo se divulgó, la comunidad científica comenzó a cuestionarse la posibilidad de estar frente a un nuevo paradigma científico que permitiría comprender los interrogantes antes planteados sobre el estado de dormancia.

Es oportuno recordar que el término �paradigma científico� obedece al historiador y filósofo de la ciencia Thomas Kuhn (1922-1996), quien lo defi-ne como el conjunto de realizaciones científicas reconocidas universalmente que, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica, durante cierto tiempo (Kuhn, 1977). El término paradigma está constituido por supuestos teóricos, leyes y técnicas de aplicación que deben adoptar los científicos dentro de una determinada comunidad científica. Según el pensamiento de Kuhn el progreso de la ciencia no procede de manera acumulativa, sino que es debido a revoluciones científicas en las cuales un nuevo paradigma deroga a otro anterior (Chalmers, 1999).

Es posible aplicar el pensamiento de Kuhn respecto al interrogante de la persistencia micobacteriana en el hospedador como una situación de crisis científica, generada por la dificultad para encontrar una explicación debido a que según los conceptos de Kuhn el fracaso persistente en la resolución de las dificultades, así como la acumulación de problemas y la afectación de los fundamentos del paradigma existente, conducen a un sentimiento de pérdida de fe, descontento e inseguridad en el mismo (Gaeta y Gentile, 1998).

Se puede decir entonces, que el estado de crisis en la ciencia es la opor-tunidad para pasar de un paradigma a otro mejor, siendo esta transición esencial para el progreso de la ciencia. Es decir que en esta etapa, el progreso surge a través de las revoluciones y no a través del conocimiento acumulativo.

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Sin “revoluciones”, la ciencia quedaría aferrada a un solo paradigma y no progresaría más allá de él, lo que para Kuhn constituiría un grave defecto.

La conversión consolidada a un nuevo paradigma se lleva a cabo porque el nuevo modelo permite resolver las dificultades que el tradicional no re-solvía. El nuevo paradigma enmarcará la actividad científica normal, hasta que tropiece con dificultades y salga a la luz otro modelo que lo opaque. El desarrollo de una ciencia se fundamenta en una sucesión cíclica de períodos de tradición (ciencia normal) eslabonados por rupturas no acumulativas (crisis y revolución) que son condiciones previas y necesarias para el naci-miento de nuevos modelos (Chalmers, 1999).

Sin embargo en esta oportunidad el supuesto nuevo paradigma no ha podido establecerse ya que a pocos meses de la aparición del artículo de Ghosh et al. en 2009, la misma revista científica, publica un artículo de Traag et al. (2010) donde refutan las evidencias de Ghosh, basándose en 5 consideraciones.

Primeramente lugar hacen mención a que las endosporas siempre se han informado en los grupos de bacterias Gram-positivas (Firmicutes) de bajo contenido de G + C (géneros Bacillus y Clostridium), pero no en el grupo de alto contenido en G + C como son los actinomicetes al que pertenece el género Mycobacterium.

En segundo lugar Traag et al. llevaron a cabo el análisis de la secuencia del genoma para la producción de endosporas y para la resistencia al calor por M. marinum tanto in vitro como en un modelo en rana. El análisis de secuencia del genoma reveló la ausencia de ortólogos de cualquiera de los genes para la formación de endospora.

En tercer término, los autores cuestionaron la sorprendente similitud de la micrografía electrónica publicada por Ghosh et al. referida a mico-bacterias esporuladas con una endospora de B. subtilis madura dentro de una célula madre.

En cuarto lugar, los autores no detectaron la presencia de endosporas por microscopía ni mediante los ensayos de resistencia al calor en los cultivos viejos de M. marinum.

Por último no pudieron recuperarse unidades formadoras de colonias resistentes al calor en las ranas leopardo infectadas crónicamente con M. marinum, lo que resulta en una infección asintomática, que recuerda a los seres humanos infectados con M. tuberculosis y M. bovis entre otros, concluyendo que es poco probable que la “latencia” de las micobacerias se deba a la esporulación propuesta por Ghosh et al.

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Discusión y Conclusiones

Se desconocen las razones que condujeron a Ghosh et al., así como a tal prestigiosa revista a publicar dicho artículo, supuestamente después de haber sido sometido a una rigurosa evaluación, la cual debería haber previsto el impacto que causaría tanto en la comunidad científica como el efecto desprestigiante que ocasionaría para el grupo de autores, de comprobarse la irrepetibilidad de los resultados. Actualmente es reconocido que tanto en las universidades como en los institutos de investigación existe una mayor exigencia en la producción científica, mayor difusión de los trabajos y más necesidad de reconocimiento y promoción personal. Los científicos depen-den de una buena reputación para seguir recibiendo apoyo y fondos, y la misma depende en parte que las publicaciones científicas sean efectuadas en revistas de alto impacto.

Bekinschtein, investigador del Instituto de Biología Celular y Neu-rociencias de la Facultad de Medicina de la UBA expresa que como el sistema “publish or perish” (publica o perece) seguirá existiendo, quizás las ciencias biomédicas deberían adoptar un sistema de repositorio de datos “crudos”, abierto a toda la comunidad científica. “Así, sería mucho más difícil que una manipulación estadística o una falsificación de datos pase desapercibida” (Bär, 2014).

En los Estados Unidos existe la Office of Research Integrity (ORI) que se encarga de la evaluación ética de los proyectos y trabajos de investigación. Se han creado además Programas de Conducta de Investigación Responsable (RCR), así como programas informáticos como el” Cross Check” que está dirigido a comparar los textos que se envían a publicar con los ya existentes, con el fin de detectar plagios o utilizaciones indebidas de trabajos anteriores (Tudela, y Aznar, 2013) .

Si bien el mundo científico no está ajeno a las conductas de los seres humanos, tanto el fraude como aquellos comportamientos alejados de la rectitud moral y ética no deberían ni siquiera rozar las investigaciones y sus resultados, y coincidiendo con el pensamiento del filosofo argentino Mario Bunge el mayor daño del fraude científico es social, debido a que consiste en la depreciación de la confianza, no sólo dentro de la comunidad científica, sino también en el seno del público (Bunge, 2000).

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Instrucciones a los Autores

Objetivos generales de la publicación

CIENCIA VETERINARIA es una publicación de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa, destinada a la difusión de trabajos científicos de carácter inéditos, en este campo del conocimiento, generados en nuestra Unidad Académica y en otras Insti-tuciones. Los trabajos no deberán estar propuestos para la publicación en otra revista. Reflejará, además, las actividades académicas, de posgrado y de extensión que se desarrollen en esta Facultad. El Comité Editor decidirá en qué número publicar los artículos recibidos de acuerdo a la cantidad y tematica de los mismos. La decisión tomada será comunicada a los autores.

Normas generales de redacción

1) Los trabajos deberán ser enviados para su publicación en idioma español, aunque se aceptarán trabajos en idiomas inglés y portugués.

2) Los trabajos se enviarán por triplicado, impresos en hoja tamaño A4, numeradas correlativamente, con un margen de 3 cm a la izquierda y 2 cm a la derecha. Se acompañarán de una versión realizada en procesador de textos Microsoft Office Word 2003, grabada en un medio electrónico (CD), utilizando letra tipo Times New Roman, tamaño 12.

3) El material enviado será analizado por el Comité Editorial, el que lo someterá a consideración del referato externo. El Editor Científico in-formará al autor del trabajo de las correcciones y recomendaciones su-geridas por el evaluador y determinará en función de ello la aceptación o rechazo del mismo.

4) La falta de cumplimiento de cualquiera de las normas implica la devo-lución del trabajo para su adecuación.

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5) Ni la Facultad de Ciencias Veterinarias ni el Editor se hacen solidarios con las opiniones vertidas en los trabajos, siendo los autores los únicos responsables.

6) Se deja establecido que el hecho de recibir un trabajo no conlleva la obligación de su publicación por parte de la Revista.

7) Las separatas correrán por cargo y cuenta de los autores. Los mismos deberán indicar con anterioridad el número de separatas que desean.

8) Una vez publicados los trabajos queda prohibida su reproducción total o parcial, salvo expresa autorización de la Revista.

Normas particulares de redacción

9) La revista constará de las siguientes secciones:I. Trabajos de investigación.II. Artículos de revisión.III. Comunicaciones.IV. Misceláneas.V. Información institucional.

10) Trabajos de Investigación:a. Los trabajos deberán ser inéditos y no podrán exceder de 20 páginas, e

incluir más de 30 citas bibliográficas. El Editor se reservará el derecho de ampliar este límite si fuera necesario.

b. Los trabajos se organizarán de la siguiente manera: Título, Resumen en castellano e inglés (Abstract), con palabras claves, Introducción, Mate-riales y Métodos, Resultados, Discusión, Conclusiones y Bibliografía.

c. El Título será breve y reflejará el contenido del trabajo. Se escribirá en tipografía mayúscula/minúscula.

d. El nombre de los autores se indicará de la siguiente manera: apellido, y separado por una coma, las iniciales de los nombres. Si hubiera más de uno, los autores se enunciarán separados por punto y coma. La Ins-titución a la que pertenezcan cada uno de ellos se colocará en renglón aparte, identificadas con superíndices en números arábigos.

e. El Resumen no excederá las 300 palabras y explicará brevemente los objetivos principales, el desarrollo del trabajo, los resultados obtenidos y las conclusiones.

f. El resumen en inglés (Abstract) incluirá también el título del trabajo.

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g. Debajo del Resumen y del Abstract se consignarán no más de 5 palabras claves, en el ítem “Palabras claves” o “Keywords”, según corresponda.

h. Las citas bibliográficas en el texto se indicarán de la siguiente manera, según se trate de uno, dos o más de dos autores:

Richmond (1992). Richmond y Lewis (1992). Richmond et al. (1992).i. La Bibliografía se escribirá en el ítem correspondiente, ordenada alfa-

béticamente y organizada de la siguiente manera:i.1. En el caso de publicaciones periódicas: Autores: apellido, iniciales de los nombres, separados del siguiente

autor por punto y coma. Año de publicación. Título del trabajo. Nombre abreviado de la publicación. Volumen, dos puntos, números de la primera y última páginas del artículo. Ej.:

Giroux, E.L.; Durieux, M.; Schechter, P.J. 1976. A study of zinc distribution in human serum. Bioinorg. Chem. 5: 211-218.

i.2. En el caso de libros: Autores: de la misma manera que en publicaciones periódicas. Año

de publicación. Nombre completo del libro. Número de edición. Editorial. Ciudad, país. Páginas consultadas. Ej.:

Steel, R.G.D.; Torrie, J.H. 1992. Bioestadística: principios y proce-dimientos. McGraw-Hill. 1a Ed. (traducción de la 2a ed. en inglés). México, D.F., México. p. 368-391.

j.1 Las Tablas se presentarán en hojas separadas, impresas y grabadas en el mismo documento, luego de la Bibliografía. El título debe ir en la parte superior, precedido por el número correlativo (en arábigo). En el texto del trabajo se sugerirá el sitio en el cual puede ser colocada, indicando “Tabla N°”.

j.2 2 Los Gráficos se presentarán de la misma manera que las Tablas, guar-dándose en el mismo documento si el procesador de textos lo permitiera. De lo contrario se guardarán en un documento aparte, indicándose el software utilizado para su confección.

Se aceptarán hasta 3 fotografías en blanco y negro, pudiendo el Editor ampliar este número si fuere conveniente. Las fotografías se remitirán en forma separada y numeradas en el anverso de acuerdo a su secuencia en el texto. Deberán ir acompañadas del detalle: Foto N° y título ex-plicativo. El tamaño será de 9 x 13 cm. Debido a que en la publicación pueden reducirse, el autor puede señalar la sección que se quiere resaltar,

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marcándola en un papel transparente superpuesto. En el texto, debe indicarse el lugar sugerido para ser incluidas.

11) Artículos de revisión: Contendrán las siguientes secciones: título, resumen, texto, bibliografía.

Estos artículos no excederán de 40 páginas y 70 citas bibliográficas, pudiendo el editor reducir o ampliar estas cifras si lo creyera conveniente. Deberán ser enviados de acuerdo a los lineamientos generales del ítem 10.

12) Comunicaciones: Esta sección estará destinada a la comunicación de hallazgos prelimi-

nares en trabajos de investigación en marcha, descripción de nuevas técnicas, presentación de casos, etc. Su organización deberá seguir las recomendaciones generales del ítem 10. No deberán exceder de 10 pá-ginas y 10 citas bibliográficas, pudiendo el Editor aumentar o reducir estas cifras si fuera conveniente.

13) Misceláneas: Se incluirán en esta sección las informaciones de divulgación general o

difusión que se consideren convenientes.

14) Información institucional: Esta sección estará destinada a difundir aquellas actividades de la Fa-

cultad que tengan relación con los objetivos generales de la publicación.

15) Cualquier cuestión no especificada en estas Instrucciones será resuelta por el Comité Editorial de la revista.

Se entregará 1 ejemplar a:• cadaunodelosdirectoresdeProyectosdeInvestigación.• cadaunodelosSecretariosdeCienciayTécnicadelasFacultades

de Ciencias Veterinarias de Universidades Nacionales.• SecretaríadeCiencia,TécnicayPosgrado–UNLPam.• BibliotecaCentral–UNLPam.• BibliotecadelaFCV–UNLPam.• DecanatodelaFCV–UNLPam.• CírculodeLegisladoresdelaProvinciadeLaPampa.