69
San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año de la Misión y del Sacerdocio»

Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

  • Upload
    donhan

  • View
    216

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333

Revista Diocesana Mensual

Evangelización Cuaresma 2010 - «Año de la Misión y del Sacerdocio»

Page 2: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

Centro Diocesano de Pastoral

Morelos 34. A. P. 21Tel. (395) 785-0020 Fax. (395) 785-0171

Correo-E: [email protected]: [email protected]

47000 San Juan de los Lagos, Jal.

Responsable:

Comisión de Pastoral Litúrgica

Diócesis de San Juan de los Lagos.

SUMARIOSUMARIOSUMARIOSUMARIOSUMARIO

Presentación .........................................................................................................1

Mensaje del Sr. Obispo Felipe Salazar Villagrana .........................................2

2ª Semana de Formación y Animación Litúrgica ............................................ 4

TEMAS:

1. La participación activa en la Liturgia ..........................................................6

2. «La formación Litúrgica» ............................................................................ 12

3. La Liturgia, epifanía de la Iglesia .............................................................. 17

4. «De la adaptación a la inculturación de la Liturgia» ............................. 22

5. «La dimensión evangelizadora y misionera de la Liturgia» .................. 27

Evaluación de la semana de formación y animación litúrgica .................. 34

INFORMES:

Comisión diocesana de pastoral litúrgica ..................................................... 35

Vocalía de música litúrgica ............................................................................. 36

Vocalía de causas de los santos ..................................................................... 37

DOCUMENTOS DE ESTUDIO:

El ministerio del presidente ............................................................................. 38

XX Aniversario de la visita de SS Juan Pablo II ............................................ 45

EDICION DIGITAL:

Principios operativos del RICA para la pastoral orgánica .......................... 46

Vía Lucis ............................................................................................................. 50

Vía Gloriae ......................................................................................................... 60

Page 3: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 1Bol-333

PASTORAL LITURGICA

Presentación

«Éste es el día en que actúo el Señor, seanuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya».

(Salmo 117, 24; aclamación al Evangeliodel lunes de la Octava de Pascua)

En las narraciones de las apariciones de JesúsResucitado, mostraba las manos y el costadoherido, signos de su Pasión, aunos discípulos tristes y llenosde miedo que lloraban la pérdidadel Maestro; sin embargo su presen-cia en medio de ellos los llenó de paz yalegría (cfr. Jn 20, 10-21; Lc 24, 13-35).

Celebramos el Tiempo Pascual, y tanto ayercomo hoy el Señor Jesús se manifiesta a cada uno desus discípulos, respetando lo que él o ella es, y seencuentra con cada uno en su situación humana yespiritual, desde el fondo de su tristeza, su decep-ción, su repliegue sobre sí mismo.

Las diferentes apariciones manifiestan las di-versas maneras en que Cristo sale al encuentro desus discípulos, y les concede descubrir su presenciade Resucitado, su intimidad, su vida en el corazónde su existencia.

Las apariciones son un momento de transición,una educación en esta manera de ser de CristoResucitado, «siempre con nosotros». Con su Resu-rrección inaugura una presencia nueva entre noso-tros. Cristo ya no está limitado por el espacio y eltiempo. Su cuerpo Resucitado llena el mundo.

Jesús ha muerto, es verdad, y tiene los signos de laPasión, pero también ha Resucitado, Él está vivo ypresente en medio de nosotros, y tiene los signos de suResurrección. Tenemos fe en su persona y en su obra,nos ha dejado su Palabra, está la Iglesia, celebramos elmemorial de su Pascua y el servicio de la caridadfraterna hace más llevadero nuestro caminar.

Cristo Resucitado vive en el corazón de la Igle-sia, y gracias a la liturgia, su persona y su obra seproclama, se celebra y se actualiza. Por la liturgia ysus signos sacramentales, sigue trayendo la paz y laalegría a todos los hombres y mujeres del mundo,sin importar su condición social, su sexo o su color,

en especial a quienes todavía hoy recorren contristeza y desconsuelo el camino de Emaús, paraque puedan dar razón de su ser y de su existir en

medio de un mundo muchas veces difícil.Uniéndonos a toda la Iglesia para celebrar

la Pascua de Cristo, en el «Año de la Misión»y el «Año del Sacerdocio», la Co-misión Diocesana de PastoralLitúrgica (CODIPAL), les pone en

sus manos este Boletín de Pastoral, conel contenido siguiente:

- «II Semana de formación y animaciónlitúrgica»: Presentación, indicacionesmetodológicas, cinco temas, ficha de evalua-ción.

- Informe de actividades de la CODIPAL y susvocalías en el presente año pastoral.

- Artículo sobre la Presidencia litúrgica.Por Internet, en la página de la Diócesis, subi-

mos dos subsidios litúrgicos para el Tiempo Pascual(Via lucis y Via Gloriae de la Misión) y un intere-sante artículo para hacer operativo el RICA.

Junto con el Boletín de Pastoral se ofrece un CDpor comunidad parroquial, que

contiene: un poster para hacer la publicidad a la«II Semana», los temas en power point, la ficha deevaluación, un archivo de audio con los cantos y aCarta Magna de la Inculturación (SC 37-40).

Agradezco a todos los que han elaborado yvalorarán este subsidio, deseo que pueda respondera sus inquietudes y necesidades, para juntos conti-nuar animando y promoviendo la pastoral litúrgicay la piedad popular en nuestras comunidadesparroquiales.

Que Cristo Resucitado y la fuerza de su Espíritunos renueven y nos impulsen con un renovadoentusiasmo en nuestro trabajo pastoral. ¡FelicesPascuas!

Pbro. Antonio Ramírez Márquez.Coordinador de la CODIPAL.

[email protected]

Page 4: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 2 Bol-333

Con la antífona del Invitatorio de las Laudes,la Liturgia de las Horas abre la invitación a laalabanza matutina para santificar el día queinicia celebrando el misterio de Cristo Resuci-tado, anuncio gozoso por eltriunfo de Cristo que resuci-tando ha destruido el dolor, elsufrimiento, la enfermedad,el pecado, la muerte y al Ma-ligno; anuncio que se procla-ma de manera especial en eltiempo pascual y que inundae impregna todo el año litúr-gico y toda la vida de la Igle-sia.

Ha pasado el tiempo de lapurificación e iluminación, eltiempo de la Cuaresma, don-de «la gracia y amor de Jesu-cristo» nos ha llamado a laconversión, y ahora estamosentrando en el tiempo de laalegría, de la paz porque elSeñor ha resucitado, esperoque lo hayamos aprovecha-do, y que ahora Cristo Resucitado nos encuentretransformados.

Agradezco a la Comisión Diocesana de Pas-toral Litúrgica (CODIPAL), que nos ha prepara-do nuevamente para el mes de abril el Boletín dePastoral, en cual se nos propone que celebremosla II Semana de formación y animación litúrgica,especialmente dedicada a los sacerdotes y a losequipos de pastoral litúrgica parroquial, pero nosólo para ellos; que sea la oportunidad parainvitar a más personas de la comunidad.

Se nos propone como objetivo para esta IISemana de formación y animación litúrgica elsiguiente: «Continuar con la formaciónlitúrgica en el «Año de la Misión» y el «Año

del Sacerdocio», para queexplotando la dimensiónevangelizadora y misione-ra de la liturgia, ésta con-tribuya en la realizaciónde tales acontecimientos ysiga animando la celebra-ción y participación delmisterio de nuestra fe».

Los invito, pues, a vivireste tiempo pascual, tiem-po del Resucitado, en es-pera de su Espíritu, donpascual de Cristo a su Igle-sia, quien nos acompaña,nos ayuda y viene en auxi-lio de nuestra debilidad,para que aprovechemoseste tiempo y sigamos ce-lebrando el «Año de la Mi-

sión» y el «Año del Sacerdocio».Además de hacerles esta cordial invitación,

quiero expresarles una inquietud: Que el tiempopascual nos impulse, con la luz y la fuerza deCristo Resucitado y de su Espíritu, a que nosentusiasmemos en nuestra tarea evangelizadora.En este «Año de la Misión con los cercanos»debemos tener muy presentes a los que acudendía a día, domingo a domingo, a nuestras cele-braciones litúrgicas; ellas y ellos son de «losmás cercanos», con los que podemos contarpara muchas tareas pastorales.

«Verdaderamente ha resucitadoel Señor, Aleluya»

MENSAJE DEL SR. OBISPO FELIPE SALAZAR VILLAGRANA

Page 5: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 3Bol-333

PASTORAL LITURGICA

La pastoral litúrgica a través de las celebra-ciones, especialmente de la Eucaristía diaria ysobretodo la dominical, ofrece un espacio privi-legiado en su formación continua ypermanente para llegar a ser autén-ticos discípulos y misioneros deJesucristo, porque la liturgia es «es-cuela de vida cristiana»; por ello,qué importante es que preparemosbien nuestras celebracioneslitúrgicas.

Bajo esta tónica me permitohacerles algunas consideraciones.Les quiero recordar que la pastorallitúrgica es parte del triple ministe-rio de Jesucristo, es una de las trestareas fundamentales de la Iglesia,lugar de encuentro con Jesucristo(cfr. DA 250-254), con una tareapermanente en la misiónevangelizadora de la Iglesia. Espor esto que los invito a que revisemos cómo seencuentra la pastoral litúrgica en nuestra dióce-sis, en cada parroquia, en cada comunidad;revisemos nuestras programaciones de pastorallitúrgica para ver si realmente reflejan las nece-sidades de nuestro pueblo, para detectar si esta-mos promoviendo una educación y formaciónlitúrgica adecuada a cada cristiano, desde elniño hasta el anciano; constatemos si estánfuncionando los tres momentos de la pastorallitúrgica, el «antes», el «en» yel «después» de la celebración.Nuestras celebracioneslitúrgicas, y dentro de ellas lahomilía, qué calidad tiene, quétanto están respondiendo a lasnecesidades e inquietudes denuestro pueblo: a sus necesida-des y situaciones existenciales,situaciones tales como la crisiseconómica, la ola de violencia,de inseguridad, la falta de sentido de la vida; asus inquietudes espirituales, es decir, qué tanto

alimentan y fortalecen su fe; a sus inquietudesintelectuales, lo cual quiere decir, qué elemen-tos le aportan para que sepa discernir entre lo

que es esencial y secundario ensu vida y en las decisiones quetienen que tomar, qué tanto leorientan en la búsqueda de laverdad; por otro lado, qué tantoimpulsan y comprometen al lai-co con las realidades tempora-les; hoy es una urgencia pasto-ral promover la santidad social.Finalmente, revisemos si esta-mos promoviendo y dando es-pacio a los ministerioslitúrgicos. Mi deseo es que alcelebrar el Misterio de la Vida,éste nos devuelva a la vida máscomprometidos con la vida mis-ma.

Los exhorto, pues, a que eva-luemos con atención esta tarea tan importantedentro de la vida de la Iglesia; porque si lacelebración litúrgica no es significativa para lossacerdotes, menos lo será para nuestro pueblo;depende mucho de nosotros qué rostro le quere-mos dar a la pastoral litúrgica. Las cosas nofuncionan automáticamente, funcionan si noso-tros las hacemos funcionar.

Gracias nuevamente a la CODIPAL por elservicio que está prestando a la diócesis.

Los bendigo a todos de corazón, y lesdeseo que tengan ¡felices fiestas pascuales!

San Juan de los Lagos, Jal.,a 1º de abril de 2010.

+ Felipe SALAZAR VILLAGRANAObispo de San Juan de los Lagos

Page 6: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 4 Bol-333

Nos llena de alegría, satis-facción y esperanza presentara nuestra diócesis la II Semanade formación y animaciónlitúrgica para este año pastoral2009-2010. El primer paso, elmás difícil, ya lo dimos el añopasado, ojalá que esta iniciati-va se vaya consolidado cadadía más.

Con esta Semana queremosseguir contribuyendo a la for-mación litúrgica de todo el pue-blo de Dios que peregrina ennuestra diócesis y más allá dela misma, tanto pastores comofieles laicos, pues de ella de-pende, decía Juan Pablo II, «elfuturo de la renovaciónlitúrgica», sólo así se podrátambién continuar animandola pastoral litúrgica de nues-tras comunidades.

1. Objetivo:«Continuar con la formación litúrgica en el

«Año de la Misión» y el «Año del Sacerdocio», paraque explotando la dimensión evangelizadora y mi-sionera de la liturgia, ésta contribuya en la realiza-ción de tales acontecimientos y siga animando lacelebración y participación del misterio de nuestrafe».

Este espacio de estudio y formación va dirigidoespecialmente a los agentes de pastoral, miembrosdel equipo de pastoral litúrgica parroquial, y estáabierto a todos los miembros de la comunidadparroquial, ya que puede ser la oportunidad para

que otros se integren y cola-boren en la pastoral litúrgicade la parroquia.

2. Contenidos:De acuerdo al plan que

nos trazamos el año pasado,continuamos desarrollandolos grandes núcleos teológi-co-pastorales de la constitu-ción Sacrosanctum Concili-um (SC). Y el quinto temaestá en relación con el «Añode la Misión», pues la liturgiatiene que contribuir con estatarea de la Iglesia.

Los temas para este añoson los siguientes:1. La participación litúrgica.2. La formación litúrgica.

3. La liturgia, epifanía de la Iglesia.4. De la adaptación a la inculturación litúrgica.5. La dimensión evangelizadora y misionera de la

liturgia.El lema para esta II Semana es: «La liturgia,

epifanía de la Iglesia». El concilio Vaticano II haquerido verla: la liturgia es la Iglesia en oración,congregada en un solo cuerpo por el Espíritu Santoque santifica y da la vida. Celebrando el cultodivino, la Iglesia expresa su catolicidad y suapostolicidad. La auténtica conciencia eclesial nacedel seguimiento y de la identificación con el Evan-gelio de Jesucristo, el Kyrios, en una apertura a laacción transformadora del Espíritu. Esto hace des-cubrir cómo la diversidad no es incompatible con launidad.

2ª Semana de Formacióny Animación Litúrgica

PRESENTACIÓN E INDICACIONES METODOLÓGICAS

Introducción:

Page 7: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 5Bol-333

PASTORAL LITURGICA

3. Indicaciones metodológicas:1ª Retomar la evaluación de la I Semana para ver

qué nos sirve de esa experiencia e implementarlo.2º Emplear el CD que contiene todo el material.3º Hacer publicidad a la semana, utilizando el

poster.4º Planear la semana entre el sacerdote asesor y el

equipo de pastoral litúrgica parroquial.5º Pensar y preparar un lugar adecuado para la

realización de la semana.6º Utilizar la computadora, el cañón y los temas del

Boletín de Pastoral.7º Distribuir muy bien el tiempo de cada sesión,

calculando que el tema no pase de una hora ycuarto.

8º Preparar bien los momentos de la Oración inicialy final, aunque sean breves.

9º Seguir el método Ver, Pensar, Actuar, Celebrar,y cada día enlazar un tema con el otro.

10º A la luz del contenido y la reflexión de lostemas, revisar cómo está funcionando el equipode pastoral litúrgica parroquial, cómo es aseso-rado, cómo esta su programación y organizacióny que necesidades tiene, etc.

11º De lo estudiado en la semana, es bueno llegar acompromisos concretos y realizar una progra-mación, o integrar en ella tales compromisoscomo fruto de la misma.

12º Realizar la evaluación de la semana para detec-tar los aciertos y los errores, e informar de ello ala CODIPAL a través del coordinador decanalde pastoral litúrgica, ya sea parroquia por parro-quia o haciendo el vaciado de todo el decanato,y enviarla al coordinador o secretario de laComisión Diocesana.

13º Sugerimos se concluya la semana celebrando laEucaristía para agradecer al Señor el trabajorealizado en bien de toda la comunidad, se dedi-que un tiempo para convivir y se comparta laexperiencia vivida.El buen desempeño de nuestro trabajo pastoral

depende mucho de cómo se prepara, coordina yrealiza; de nosotros depende el rostro que le quera-mos dar a la Pastoral Litúrgica. Por último, noolvidemos que estamos en el «Año de la misión», yla celebración litúrgica tiene que contribuir muchoen esta tarea explotando su dimensiónevangelizadora y misionera.

Gracias por su empeño y colaboración.

Page 8: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 6 Bol-333

OBJETIVO:

Profundizar en el concepto de participaciónactiva en Sacrosanctum Concilium para descu-brir que el ejercicio de la participación en laasamblea litúrgica es un medio para gustar lagloria de Dios y la santificación del hombre.

Oración inicialCanto:

Pueblo de reyes…

Señor, concédenos la gracia de participar plenay activamente en la sagrada liturgia para quevivamos la celebración como fuente primariay necesaria de dónde bebemos el espírituverdaderamente cristiano. Por Jesucristo,nuestro Señor. Amén.

IntroducciónIniciamos nuestra jornada de formación y ani-

mación litúrgica en la que continuamos el estudiode la Sacrosanctum Concilium, esta Constituciónapostólica del Concilio Vaticano II que se proponeacrecentar cada vez más la vida cristiana entre losfieles, para que éstos expresen y manifiesten a losdemás el misterio de Cristo y la naturaleza genuinade la verdadera liturgia (SC 1-2).

Es por ello, que las sesiones de estudio contem-plarán la necesidad de la participación activa, asícomo la formación y la inculturación litúrgica ycómo la liturgia es epifanía de la Iglesia. El últimotema estará dedicado al año de la misión, quecelebramos en consonancia con la Gran MisiónContinental.

Dispongamos nuestras personas, para que exter-na e internamente vivamos en plenitud la SagradaLiturgia.

I. VEAMOS

Hablar de la participación litúrgica implica men-cionar que debe ser plena, consciente y activa (SC14). Dicha participación está íntegramente relacio-nada con la asamblea celebrante que esta congrega-da y orgánicamente estructurada bajo la presiden-cia de sus pastores, especialmente en la eucaristía,manifiesta y hace visible a la Iglesia, sujeto integralde la acción litúrgica y continuadora en el tiempo dela función sacerdotal de Cristo, supremo santificadordel hombre y principal artífice del culto al Padre enel Espíritu Santo.

Ahora preguntémonos, para que se de unaauténtica participación ¿La asamblea litúrgica¿está dotada de ministerios y funciones? ¿Quéministerios conoces dentro de la celebración? ¿Aquién corresponde la función de presidir? ¿Creesque la asamblea celebrante tenga un papel impor-tante en la celebración? ¿Qué importancia tieneel carácter bautismal o sacerdocio común de losfieles?

II. PENSEMOS

El Concilio Vaticano II, quiso que los fieles noestuvieran en la liturgia como extraños y mudosespectadores (SC 48). La intención es hacer quelos fieles comprendan fácilmente los ritos, pue-dan seguirlos y puedan volver a ser, como es lodebido, actores y no simples espectadores de lasacciones litúrgicas. Ya que los fieles, por mediode una participación perfecta en las celebracio-nes sagradas, recibirán también con abundanciala vida divina y convertidos en fermento de Cris-to y sal de la tierra, la anunciarán y la transmitirána los demás.

TEMAS:

1.1.1.1.1. La participación Activaen la Liturgia

Page 9: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 7Bol-333

PASTORAL LITURGICA

¿Qué es la participación de los fieles?

Prácticamente el Concilio no da una definiciónde lo que entiende por participación de los fieles,pero señala varias notas esenciales de la participa-ción que pertenecen indudablemente al modo deejercer la asamblea su papel en las celebraciones:- Es necesario que los fieles se acerquen a la

sagrada liturgia con recta disposición de ánimo,pongan su alma en consonancia con su voz ycolabores con la gracia divina, para no recibirlaen vano (SC 11).

- La santa madre Iglesia desea ardientemente que selleve a los fieles a aquella participación plena,consciente y activa en las celebraciones litúrgicasque exige la naturaleza de la liturgia misma y a lacual tiene derecho en virtud del bautismo el pue-blo cristiano (SC 14).

- En las celebraciones litúrgicas, cada cual, minis-tro o simple fiel, al desempeñar su oficio hará todoy sólo aquello que le corresponde por la naturale-za de la acción y las normas litúrgicas (SC 28).

- Los acólitos, lectores, comentadores y cuantospertenecen a la «schola cantorum» desempeñanun auténtico ministerio litúrgico. Ejerzan, portanto, su oficio con sincera piedad y el orden queconviene a tan gran misterio y les exige con razónel pueblo de Dios (SC 29).En estos textos se advierte que la participación

en la liturgia es algo interno y externo (SC 11), algoque implica a toda la persona, de forma que coinci-dan las actitudes interiores conel gesto o acción externa. Poreso se dice que la participaciónha de ser consciente (SC 14),además de plena y activa. Laparticipación, consiste pues, enla actuación externa y litúrgica.

La participación activa, ba-sada exteriormente en los ritos,se realiza interiormente por me-dio de un dinamismo de comu-nión con Cristo en su misteriopascual. Sería un abuso, reducirla participación activa a haceralgo o tomar parte en una acciónexterior durante la celebraciónlitúrgica.

La clave de la participación litúrgica, o comu-nión con el misterio de Cristo, está en la fe, pues sila liturgia tiene por objeto que entremos en relacióncon Dios, y es la fe, en cuanto virtud teologal, la quenos pone en contacto con Dios, es lógico que no sedé la participación, o la comunión, o la experiencia,o el contacto con Dios sin el ejercicio de la virtud dela fe. La participación litúrgica, o comunión conDios, se realiza en el nivel profundo de la fe, de laesperanza y de la caridad, presupuestos caracterís-ticos del culto cristiano. Se describe la participa-ción litúrgica con palabras como experiencia deDios y contacto con Dios.

Hay otro texto aún más explícito al describir loque el concilio entiende por participación: «la Igle-sia procura que los cristianos no asistan a estemisterio de fe (la eucaristía), como extraños ymudos espectadores, sino que, comprendiéndolobien a través de los ritos y oraciones, participenconsciente, piadosa y activamente en la acciónsagrada, sean instruidos con la Palabra de Dios, sefortalezcan en la mesa del Señor, den gracias aDios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer laHostia inmaculada no sólo por manos del sacerdo-te, sino juntamente con él» (SC 48).

A través de los textos conciliares que hablan dela participación de los fieles en la liturgia se puedeaclarar mejor los que es.

Importancia de la participación litúrgica

La participación litúrgica tal como la entiende la

Page 10: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 8 Bol-333

constitución SC, es importante porque, es el puntode llegada y el punto de partida de una acciónpastoral litúrgica que desembocó en el concilio, yque lejos de darse por satisfecha, se ha empeñadoaún más profundamente en la tarea de la renovaciónde la vida cristiana a través de la liturgia (SC 1, 10,21).

Pero para que esto sea una realidad exige unesfuerzo continuado de catequesis, preparación delas celebraciones, formación litúrgica de los cele-brantes, medios para celebrar bien, celebracióncorrecta y adaptada a las diferentes situaciones deésta, etc.

Significado de participación

Participación viene del latín tardío de participatio(partem-capere = tomar parte) y es sinónimo deintervención, adhesión, asistencia, etc. En el voca-bulario eucológico viene a significar: relación, co-municación, unión, identificación.

En las fuentes litúrgicas, no es el términoparticipatio lo que muchas veces interesa, sino elobjetivo hacia el cual se dirige la acción, que puedeser el sacramento, un misterio del Señor, la salva-ción, la divinidad, un don de Dios, etc. En conse-cuencia, el estudio de la participación litúrgicalleva consigo tres aspectos inseparables:

- la acción de participar, que incluye unos actoshumanos (gestos, ritos) y unas actitudes inter-nas.

- El objeto de la participación, o sea, aquello delo que se participa, que no es solamente el actomismo, ritual o sacramental (el signo) sinotambién el contenido misterioso que se cele-bra o actualiza (la salvación).

- Las personas que participan: los fieles y minis-tros, cada uno según el grado propio de sufunción eclesial y litúrgica.

La participación según la «SacrosanctumConcilium»

La SC pone las bases para un concepto más ricoy complejo de la participación litúrgica. Afirma«que las acciones litúrgicas no son acciones priva-das, sino celebraciones de la Iglesia, que es sacra-mento de unidad, es decir, pueblo santo congregadoy ordenado bajo la dirección de los obispos» (SC26). Por tanto es toda la asamblea litúrgica, y no

sólo los ministros ordenados, quien está implicadaen la acción litúrgica como sujeto de la misma. Perocada uno de los miembros interviene de mododistinto, «según la diversidad de órdenes, funcionesy participación actual» (SC 26, 28-29). Por otrolado, la participación de los fieles es a toda acciónlitúrgica, y no sólo a la eucaristía.

La participación es parte integrante y constituti-va de la misma acción litúrgica, a la cual tienenderecho y obligación en virtud del bautismo (SC14).

La participación litúrgica no es algo extrínsecoo accesorio a la finalidad santificadora y cultual dela liturgia (SC 11); es una necesidad de la fe pararecibir fructuosamente los sacramentos, por tantova más allá de la validez y la licitud de los mismos(SC 59).

El Vaticano II ha hablado de la participación delos fieles:a) Enunciando un ideal: la participación plena,

consciente, activa y fructuosa (SC 11, 14), inter-na y externa (SC 19); en acto (SC 26); propia delos fieles (SC 114); comunitaria (SC 27);sinfónica (SC 28).

b) El origen y el deber que asiste a los fieles paratomar parte activa en la liturgia: el sacerdociobautismal (SC 14; LG 10-11).

c) Apuntando a la razón última de la participaciónde los fieles que es la naturaleza misma de laliturgia (SC 2; 11; 14; 41; 42; LG 26).

d) Medios que la hacen posible: la formaciónlitúrgica (SC 14, 19), la catequesis litúrgica (SC35, 3), las celebraciones de la Palabra (SC 35, 4),la homilía (SC 35, 2; 24; 52; DV 25), los cantosy las respuestas, los gestos y posturas corporales(SC 30).

e) La participación litúrgica tiene como meta lavida cristiana o vida de los hijos de Dios que,bajo la acción del Espíritu Santo, ser transfor-man en ofrenda permanente y sacrificio espiri-tual, es decir, ha de llegar a la glorificación deDios y la santificación de los hombres (SC 7).Lo que el concilio Vaticano II ha hecho al hablar

de este modo de la participación litúrgica, ha sido,en realidad, ahondar en el fondo inagotable de latradición litúrgica misma, y un ejemplo lo tenemosen el Canon Romano, donde aparecen frases que

Page 11: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 9Bol-333

PASTORAL LITURGICA

ponen de relieve lo que la Iglesia entendía porparticipación, «te ofrecemos, y ellos mismos teofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Diosvivo y verdadero».

Exigencias de la participación

Se trata de exigencias de carácter antropológicoque se refieren a aspectos externos de la celebracióny de la liturgia, pero que están al servicio de su valortrascendente, porque son el soporte de la realidad dela comunión con el misterio celebrado.- La participación es una actividad humana que

exige acción común, apertura personal, renunciaa particularismos de expresión tanto en el planoritual de actitudes, gestos y movimientos, comoen el plano personal de la plegaria, el canto y elsilencio.

- La participación exige una actitud comunitariaque integra lo individual y lo eclesial y se adaptaa una forma de comunicación en que cada gesto esuna palabra, cada rito una frase y el conjunto unmensaje completo. Todos deben respetar el ritmode la celebración,con sentido de pro-porción de la mismay de la importanciade cada parte.

- La participación exi-ge actitudescultuales cristianas,y no meramente re-ligiosas: conver-sión, fe, entrega desí mismo, comunióncon el hermano.

Ministerios y par-ticipación litúrgica

La liturgia manifiesta la naturaleza de la Iglesiay ésta es, toda ella, ministerial. La existencia en laIglesia de ministerios y funciones o servicios, no esconsecuencia de una estrategia o de una tácticaorganizativa, sino factor esencial de una eclesiologíade comunión y participación.

Los son la concreción de en determinadas perso-nas de unas tareas que corresponden a la enteracomunidad eclesial, y de la cual son signo quienesla ejercen.

Dentro de la asamblea cultual se encuentran lossiguientes ministerios:- Ministerios ordenados: obispo, presbítero y diá-

cono (IGMR 21; 92; 94; 171).- Ministerios instituidos: lector y acólito.- Ministerios de hecho: son los oficios confiados de

forma estable u ocasional al servicio de la asam-blea, de la Palabra de Dios, del altar, de losministros ordenados (por ejemplo: ministro ex-traordinario de la comunión, proclamador de laPalabra de Dios, monaguillos (los que errónea-mente se les llama «acólitos», etc).Los ministerios laicales (instituidos y de hecho)

deben existir en toda asamblea litúrgica de formaestable y no puramente ocasional, ya que refuerzanla eclesialidad de la celebración litúrgica.

La asamblea celebrante tiene necesidad de todoslos ministerios. No sólo los ordenados, sino de losllamados laicales que, instituidos o no, son confia-dos o ejercidos por los miembros no clérigos delPueblo de Dios. Estos ministerios deben tener carta

de naturaleza en to-das las comunida-des cristianas, esdecir, deben existiren toda asamblealitúrgica de formaestable y no pura-mente ocasional. Eshora ya de ir dejan-do la costumbre,buena en los añosiniciales de la refor-ma litúrgica, de pe-dir voluntarios paraleer o para hacer las

ofrendas o la colecta. Las comunidades deben ircontando ya con el grupo de lectores, monitores,cantores, etc., que no sólo puedan prepararse bienpara su ministerio, sino ejercerlo de manera habi-tual y estable.

Celebrar bellamente para participar

La participación activa manifiestaesplendorosamente el culto comunitario de la Igle-sia, donde la asamblea se muestra jerarquizada,pues cada uno participa según los carismas recibi-dos del Señor.

Page 12: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 10 Bol-333

En este campo de la participación exterior enla liturgia nos encontramos con la estructuracorporal de las acciones litúrgicas. Es precisocaptar la importancia que revisten las expresio-nes corporales y sensibles en las celebracioneslitúrgicas en orden a mostrar la plenitud de laIglesia y de la asamblea que celebra. La manerade dar color y calor a nuestras celebracionesdepende mucho de la capacidad de comunicarmediante las palabras y los gestos el misterio queestamos celebrando a los fieles presentes.

La liturgia, en cuanto celebración comunita-ria, nos lleva en su exterioridad a la necesidad derealizar celebraciones bellas, en las cuales lo quese capte por los sentidos agrade. Este principionos invita a examinar la dignidad y belleza conlas que celebramos la liturgia; en la celebraciónno es suficiente la ortodoxia, necesitamos tam-bién la ortopraxia. Cuidemos las formas exterio-res que han de ser adecuadas a la trascendenciadel misterio, que de ese modo se hace cercano einmanente. La relación entre liturgia y estéticaes una cuestión actual e importante, especial-mente en nuestro momento cultural.

La participación activa en la liturgia, realiza-da en formas bellas, es una forma deinculturación, pes la asamblea al participar lohace necesariamente desde su modo de ser,desde su cultura.

Celebrar en una asamblea sinfónica

La Iglesia de Dios, cuerpo de Cristo y esposadel Verbo, se manifiesta poderosamente en laasamblea litúrgica en su ser pueblo elegido,nación santa, reino sacerdotal. Esta concepcióncultual de la comunidad eclesial es realidadsuprema en las celebraciones litúrgicas.

Es en la liturgia donde la Iglesia se manifiestacomo es, una, santa, católica y apostólica, ydonde ella aparece en su relación nupcial con elesposo, el Verbo de Dios.

Hoy es urgente hablar de profesionalidadlitúrgica, hay que aprender a celebrar en asam-blea, sabiendo lo que compete a cada uno, demodo que resplandezca la belleza en los actosdel celebrante y de la asamblea; en los objetos,lugares, etc. es decir, nos planteamos aquí lacuestión de la participación exterior en el culto.

Se trata de hacer comprender que cuando los fieles sereúnen para celebrar constituyen una asamblea, unacomunidad, en la cual ninguno es espectador, y todosdeben ser actores, pues la liturgia es siempre una acciónde la comunidad. La expresión participación activa, esverdadero criterio operativo, el vocablo activa suponeque cada uno, clérigo o fiel, realice todo y sólo lo que lecorresponde en el espacio y en el tiempo.

Toda la asamblea es sujeto y participa de la acciónlitúrgica, pero cada uno según los sacramentos recibi-dos. Es básico que el sacerdote no sea un funcionarioreligioso, sino que sea verdaderamente símbolo ysacramento de Cristo. Y el laico actúa in personaChristi corporis. La diferencia entre el sacerdocioordenado y el sacerdocio común es esencial, no sólo degrado, pues el ministro ordenado está en la asamblea ytambién ante la asamblea, es decir, es mediador entreDios y los hombres, celebra con la Iglesia y para laIglesia, pues actúa con la autoridad que Cristo le haotorgado para el servicio y en nombre de la Iglesia,sacramento de Cristo; una cosa es garantizar la marchade la comunidad y otra presidir la comunidad, confor-mando la vida de la comunidad a Cristo y garantizandola fe que nos da la vida. En una Iglesia ministerial y enuna celebración donde cada uno cumple su ministerioresulta una sinfonía.

La espiritualidad litúrgica, una cuestiónpastoral hoy urgente

La liturgia es espiritualidad en la medida que es unavivencia cristiana y se extiende a la vida y la transfor-ma. Entramos en el campo de la espiritualidad litúrgica,espiritualidad de comunión, en el corazón de la liturgiaque es la oración. La liturgia es experiencia viva deldon vivo de Dios y gran escuela del donde Dios.

La liturgia es fermento de toda la espiritualidadcristiana, es el ámbito donde la Iglesia, pueblo debendición, experimenta el encuentro con la interven-ción de Dios en el corazón de las personas y en lasociedad de las naciones y responde con la exultación,como se advierte sobre todo en la celebración de laEucaristía. La liturgia es también la fuente y la cumbrede la vida espiritual. El alma del culto litúrgico es laoración y su plenitud es la experiencia mística. Elmisterio de la liturgia, en la Palabra y los Sacramentos,es el lugar y el tiempo por excelencia de la vida mística.

Ahora bien, esta exultación nace sólo en personaslibres del pecado y de la muerte. Toda celebración

Page 13: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 11Bol-333

PASTORAL LITURGICA

implica una renuncia al pecado y una aceptación deJesucristo como Salvador y Señor.

N.B. Para ampliar esta reflexión, también sepuede consultar el capítulo II de la Instrucción«Redentionis Sacramentum» (La Eucaristía, sacra-mento de la redención), de la Congregación para elCulto Divino, cuyo titulo es: La participación de losfieles laicos en la celebración de la Eucaristía.

III. ACTUEMOS

¿Cómo se encuentra hoy la liturgia? ¿Cómo sonnuestras celebraciones?

No podemos ofrecer un cuadro pesimista, que nocabe en la vida cristiana, pero sí podemos hablar deun cierto desencanto, que nos impulsa a discernirnuestro quehacer en el provenir. Por ejemplo, laparticipación de los niños a la primera comuniónpor motivos familiares; la participación infructuosade los adolescentes en la recepción de la Confirma-ción; el valor social de algunos matrimonios por laIglesia o de muchas exequias en la iglesia, etc. Aveces se presencian celebraciones litúrgicas tanfrías, que parecen matrimonios fallidos. De todosmodos, nada podremos conseguir nosotros sin lagracia de Dios.

Hasta ahora quizá nos hemos preocupado dema-siado del hacer y menos del ser de la liturgia.Venimos de una historia donde se comprendía pocola liturgia, de modo que en la vida cristiana tenía-mos otras urgencias, una vez recibidos los sacra-mentos.

Aprendamos a celebrar ritualmente y como estodepende no sólo de la instrucción, sino de la fe, quese recibe en la iniciación cristiana, cuidemos conmimo los verdaderos catecumenados, de modo quepodamos formar primero familias cristianas, capa-ces de transmitir la fe a sus hijos, y así tendremosasambleas evangelizadas y convertidas.

El objetivo más urgente en nuestros días es lainteriorización de la acción litúrgica o la coherenciaentre lo que hacemos y lo que vivimos.

En este sentido, la participación suprema en laliturgia es la profesión de fe, esperanza y caridad.

La acción litúrgica reviste una forma más noblecuando los oficios divinos se celebran solemne-

mente con canto y en ellos intervienen ministrossagrados y el pueblo participa activamente.

IV. CELEBREMOS

Monitor: Al llegar al final de este tema, es buenodarle gracias a Dios por la oportunidad que nos dade vivir y descubrir en la celebración de la Eucaris-tía la eclesialidad y ministerialidad de nuestra vida.Por eso ahora todos juntos digamos:

Vives en el panroto y compartido.Vives en la coparedonda de vino.

Banquete de pobres.Botín de mendigos.Compañero fiel,amigo entre amigos.

Vestido de vientosy sol de domingo,moreno de viñasy hermoso de trigos.

Muerto por los hombres,y en los hombres vivo.Cuando nos juntamos,te abrimos caminos,y vienes y pasasalegre y activopor todas las cosaspor todos los sitios.

Cantamos tu muerte:el definitivotriunfo de la vidapor mundos y siglos.

Cantamos la muertefatal del destino.Cantamos la fiestafinal del destino.

Vives en el panroto y compartido.Vives en la coparedonda de vino.

Page 14: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 12 Bol-333

Objetivo:

Profundizar en qué consiste la educa-ción litúrgica, para que nos interese-mos en formarnos en ella y esto noslleve a una participación plena de lamisma.

Oración inicial:En el nombre del Padre…Canto:

«Al reunirnos en nombre del Señor,Cristo está entre nosotros».

Oración:«Concédenos, Señor, sentir en medio

de nosotros la presencia de tu Hijo,prometida a cuantos se reunieranen su nombre, a fin de que, actuan-do con espíritu de verdad y deamor, experimentemos la abun-dancia de su gracia, de su miseri-cordia y de su paz. Por nuestroSeñor Jesucristo» (MR 754).

Introducción

En este tema vamos a hablar de laeducación litúrgica, la cual es necesaria paraque se comprenda lo que es la liturgia y sefavorezca una digna participación de la mis-ma. Llevar al pueblo a vivir profundamente laliturgia, es el auténtico centro de interés de laconstitución SC, a esto se le llama la «pers-pectiva pastoral» de tal documento, porque la«participación plena» (SC 14, 21, 41), es sinduda el concepto catalizador de dicha consti-tución, todo el resto sirve de fundamentaciónteórica o de medio práctico necesario paraalcanzar ese fin primordial.

I. VEAMOS

Parte esencial de la formación cristiana es la educa-ción litúrgica. Responsamos a las siguientes preguntaspara ver cómo estamos. 1. ¿Qué tan formadolitúrgicamente te consideras? ¿En qué lo notas? 2.¿Qué tanto la catequesis infantil, juvenil y de adultosfavorece una educación o formación litúrgica? 3. ¿Quéotros espacios de la pastoral se podrían utilizar paraeducar litúrgicamente al pueblo de Dios?

II. PENSEMOSDespués de constatar que tan formados estamos

litúrgicamente hablando pasemos ahora a profundizaren tal concepto y sus implicaciones.

1. ¿Qué es la educación o formación litúrgica?

La formación litúrgica constituye un verdaderoderecho que tienen todos los miembros del pueblo deDios en base a su condición de bautizados (cfr. SC 14).

El término de formación viene entendido general-mente como un conjunto de conocimientos que se

2.2.2.2.2. «La formación Litúrgica»

Page 15: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 13Bol-333

PASTORAL LITURGICA

adquieren mediante un proceso de enseñanza yaprendizaje. Sin embargo en el campo de la educa-ción, se afirma que debe abarcar todos o la mayorparte de los aspectos de la personalidad humana.

Resulta, entonces, que la educación cristianacomprende, entre otros aspectos, la iniciación gra-dual en el conocimiento del misterio de la salva-ción y el aprendizaje vital de la adoración al Diosvivo ante todo en la acción litúrgica (cfr. GE 2).

A este respecto el Catecismo de la Iglesia Católi-ca nos dice que el misterio cristiano o contenido dela fe se articula en cuatro partes: el credo, la liturgia,los mandamientos y la oración. Así el misterio cris-tiano es el objeto de la fe que profesamos; celebradoy comunicado en las acciones litúrgicas; está presen-te para iluminar y sostener a los hijos de Dios en suobrar; y es el fundamento de nuestra oración, cuyaexpresión privilegiada es el Padrenuestro. Por tanto,no habrá una educación cristiana completa sino se harecibido formación litúrgica.

En consecuencia, la formación litúrgica es unaparte de la educación cristiana, y por lo que se ve,una parte esencial, situada entre la educación de lafe y la vida según el hombre nuevo. La vidacristiana, meta de la educación, posee una dimen-sión cultual –no meramente ritual– que consiste enactuar siempre como corresponde a quienes hansido llamados a ofrecer sus cuerpos como víctimaviviente, santa, agradable a Dios, que ha de ser elculto espiritual (cfr. Rom 12, 1; 1 P 2, 4-5). En estoconsiste la adoración al Padre en el Espíritu y en laverdad (Jn 4, 23).

Ahora bien, esa vida hecha ofrenda cultual re-quiere, por una parte, iniciación en el misterio desalvación y por otra, aprendizaje ente todo en laacción litúrgica, justamente las dos tareas especí-ficas de la formación litúrgica para la vida cristiana,que tienen lugar en el interior de la liturgia, y queconstituyen el núcleo de la formación litúrgica.

Iniciación en el misterio de la salvación es loque los Santos Padres llamaban mistagogía, esdecir, introducción progresiva y gradual en la vidalitúrgica de la comunidad cristiana, en los sacra-mentos o misterios sagrados en los que se realiza laobra de nuestra salvación. Esta iniciación se impar-tía una vez recibidos los sacramentos, era un proce-so de iluminación o de comprensión vivencial de lasalvación, al tiempo que se recibía una explicación

de los ritos sacramentales en los que se habíaparticipado ya.

Aprendizaje en la acción litúrgica, no es otracosa que la participación en la liturgia en cuantoescuela de vida cristiana. Dicho de otra manera, lacelebración litúrgica, al mismo tiempo que trans-forma y santifica la existencia de los creyentes, esmaestra de la vida cristiana, al inculcar y hacer vivirunas actitudes que tienen valor no sólo en el interiordel culto sino también fuera de él.

En una palabra, se puede decir que la formaciónlitúrgica es una parte de la educación cristiana queintroduce al creyente en la vivencia del misterio desalvación y le enseña a hacer de su vida una ofrendaagradable a Dios, participando en la liturgia demanera consciente, activa, plena y decorosa.

2. La educación litúrgica de todo el pueblode Dios

La educación litúrgica es un derecho y deber detodo el pueblo de Dios, pastores y fieles cristianos(cfr. SC 14-19).

La formación litúrgica es un componente esen-cial de todo proyecto de formación cristiana (cfr.GE 2; SC 19). Hasta el momento, hemos desarrolla-do este tema refiriéndonos a la formación litúrgicaen general. Sin embargo, la formación litúrgica hade tener un componente pedagógico y pastoralcuando los que la reciben son pastores o candidatosa los ministerios, como los seminaristas o los futu-ros religiosos y sacerdotes. Al respecto el VaticanoII ha dado varias razones.1ª Por el papel específico de la liturgia en su

formación integral cristiana (cfr. OT 8).2ª Por la peculiar función de la liturgia en la vida y

en el ministerio de los futuros presbíteros (cfr.LG 28; PO 13).

3ª Porque éstos no podrán convertirse en guías ymaestros de los fieles en la participación litúrgica,«si antes los mismo pastores de almas no seimpregnan totalmente del espíritu y de la fuerzade la liturgia» (cfr. SC 14). Por eso recomendóvivamente que a los alumnos de los seminariosy de las casas de formación de los religiosos seles impartiese «una formación litúrgica de lavida espiritual por medio de una adecuada ini-ciación que les permita comprender los sagrados

Page 16: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 14 Bol-333

ritos y participar en ellos con toda el alma» (cfr.SC 17).Después del concilio Vaticano II han aparecido

diferentes documentos que han procurado orientarla aplicación de estos deseos del concilio. Entreellos cabe destacar la Ratio fundamentalisinstitutionis sacerdotalis de 6 de enero de 1970, yel más reciente y completo documento sobre estamateria, de la S. Congregación para la EducaciónCatólica: Instrucción sobre la formación litúrgicaen los seminarios, 3 de junio de 1979.

La formación litúrgica de los futuros presbíterosy en general, todas las personas responsables de unafunción en la pastoral litúrgica requiere y compren-de tres aspectos muy concretos:

La iniciación personal en la vida litúrgica, co-mún a todos los fieles, de forma que la vida espiri-tual se nutra de la fuente y el culmen de la vidacristiana (cfr. SC 10).

El estudio de la liturgia desde el punto de vistaacadémico, para llegar a un conocimiento amplio ylo más completo posible de los aspectos histórico,teológico, espiritual, pastoral y jurídico de la litur-gia.

La iniciación práctica en la pastoral litúrgica,que comprenda no sólo los conocimientos teóricossino también unos ejercicios concretos de prepara-ción, de adaptación y de intervención en las cele-braciones.

La formación litúrgica de los futuros ministrosno se agota con los años de seminario, sino que seva realizándose constantemente en el ejercicio mis-mo del ministerio. Los ritos de la ordenación,especialmente los que consisten en la entrega de losinstrumentos para el ministerio –el pan y el vino, elleccionario, etc.- sugieren y piden una progresivaidentificación espiritual con las acciones litúrgicasque se han de realizar, es decir, con el misterio quese actualiza en ellas. Esta identificación constituyela meta más profunda de la formación del pastor yliturgo.

La competencia pastoral, los conocimientos téc-nicos, la capacidad de presidir y de moderar laasamblea, la dirección perfecta de la celebración,etc., adquieren todo su valor y eficacia únicamentea partir de una vivencia espiritual y profunda de laliturgia.

3. Objetivos de la formación litúrgica

Iniciar en la liturgia significa, ante todo, profun-dizar en la misma realidad litúrgica, en sus aspectosfundamentales, teniendo en cuanta que la forma-ción es un hecho progresivo y permanente que serealiza a través de una experiencia cada vez másintensa y profunda.Entre los objetivos de la forma-ción litúrgica podemos señalar los siguientes.

- Objetivo global de la formación. La forma-ción litúrgica no puede ser considerada como unaspecto aislado de la educación cristiana, sino comoun componente de la formación integral del hombrebautizado.

Teniendo en cuenta que en la vida cristianaexisten varios niveles, el nivel interior y espiritual,el nivel religioso y el nivel sacramental, la forma-ción litúrgica ha de tender preferentemente haciaeste último, pero sin olvidar que ha de integrar losanteriores. El nivel sacramental es el que realiza lasíntesis entre la búsqueda y la apertura del hombrey del don de la salvación que Dios le ofrece y leotorga en la Palabra y en el acto o gesto ritual.

- Objetivo eclesial. La formación litúrgica ha detener muy en cuenta que la gran mediadora del en-cuentro total de Dios con el hombre, por voluntad delmismo Dios, es la Iglesia, o sea, la comunidad cristia-na, sacramento en medio del mundo (cfr. LG 1). Porotra parte, la liturgia es una acción esencialmenteeclesial, de forma que todos sus actos pertenecen alcuerpo de la Iglesia, lo implican y lo ponen de mani-fiesto (cfr. SC 26), en este sentido la formaciónlitúrgica ha de tender a educar la conciencia de perte-nencia a una comunidad o asamblea litúrgica, a sentir-se en la celebración, miembro de esa comunidad.

- Objetivo ritual. En la liturgia los ritos, losgestos y los símbolos ocupan una parte relevante.Por ello el objetivo ritual será: iniciar en la com-prensión de los ritos, los gestos y los símboloslitúrgicos (es decir, en el lenguaje litúrgico), ya quegracias a ellos se entra en contacto con los aconte-cimientos de la historia de la salvación.

- Crear una personalidad litúrgica, quiere decir,propiciar un estilo y un espíritu celebrativo propios,para fomentar una espiritualidad litúrgica, donde seentra en sintonía con el misterio de Cristo, mediante ellenguaje litúrgico, para «configurarnos con Él» (Fil 3,10) y «transformarnos en Él» (2 Cor 3, 18).

Page 17: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 15Bol-333

PASTORAL LITURGICA

En el futuro presbítero, crear una personalidadlitúrgica, quiere decir, asimilar en el propio proyec-to de vida de todo lo que supone la celebración delmisterio cristiano en el creer y en el actuar. Se trata,pues, de moldear la personalidad litúrgica de modoque haya un estilo y un espíritu celebrativo propio.

- Formar para una sensibilidad simbólicoritual, en donde el misterio pascual de Cristo es elnúcleo más significativo de la acción simbólico-ritual.

La formación litúrgica potencia la dimensiónsimbólica o sacramental de la vida de la persona, unreto que tiene la formación litúrgica es, ¿cómointegrar las demás dimensiones de la persona, talescomo: la humano-afectiva, intelectual, espiritual,la estética, entre otras?

4. Características de la formación litúrgica

Las características de la formación litúrgica sonlas siguientes:

- Formación unitaria. Por formación unitaria,se entiende tanto en relación con el sujeto que seforma como en relación con el objeto o realidad conla que entra en contacto en la celebración litúrgica,el misterio de Cristo.

Respecto al sujeto que se forma, el cristiano queparticipa en la liturgia, la formación litúrgica com-prende la totalidad de su persona y de su existencia.Es cada cristiano, con toda su vida y su mundo, elque ha de encontrarse con Cristo en la liturgia. Laformación litúrgica hace más fácil el que emerja enla celebración el yo del creyente no como algodistinto o yuxtapuesto a su realidad de hombre, sinocomo la más sublime y profunda realización de suser personal.

Respecto al misterio de Cristo, como realidadcon la que se ha de encontrar el que recibe laformación litúrgica, ésta ha de contemplarlo y pre-sentarlo en una manera unitaria y global, aún cuan-do deba detenerse en aspectos concretos del miste-rio mismo.

- Formación litúrgica. Aunque parezca unaredundancia, la formación litúrgica ha de ser efec-tivamente litúrgica. Esto quiere decir no sólo que hade tener como meta la liturgia misma, sino sobretodo, que ha de realizarse teniendo en cuenta que lamisma liturgia es medio privilegiado de formación.

La formación litúrgica contribuye: 1º al creci-miento de la fe y de las actitudes cristianas de losfieles, es decir, a la formación del hombre cristia-no, 2º la celebración ayuda a introducir a losparticipantes en la celebración misma, como afir-ma el Vaticano II, «aunque la sagrada liturgia seaprincipalmente culto a la divina Majestad, contie-ne también una instrucción para el pueblo fiel»(cfr. SC 33).

En este contexto se reconoce la eficacia pedagó-gica y formativa de las celebraciones litúrgicas. Noobstante es necesario precisar que esta eficacia estásubordinada y se produce de acuerdo con el dina-mismo propio de la acción litúrgica. Esta no estáestructurada únicamente sobre la base de un men-saje verbal -la palabra en sentido amplio -, sinosobre una serie de elementos conjuntados: gestos,actitudes, ritos, objetos, lugares, tiempos, etc., quepertenecen al lenguaje simbólico. La misma pala-bra, cuya presencia es esencial en la liturgia cristia-na, adoptando las más diversas formas –lectura,canto, plegaria, exhortación, saludo, etc.,- no asu-me primaria y directamente una función didáctica oexplicativa de la acción ritual o de las actitudes conque se ha de tomar parte en ella, sino que tiene uncarácter evocativo y performativo (es decir, querealiza lo que proclama), entrando así a formarparte también del mundo simbólico y representati-vo de la celebración.

En la celebración litúrgica existe un equilibrioentre la palabra y el gesto, entre la evocación y laactualización, entre el misterio y el rito. El poder de lapalabra que acompaña al gesto, y el poder del símbolo–sea éste el que sea– se unen para influir en el hombre,en la totalidad de su ser, o sea, en sus ideas, actitudes,sentimientos y normas de conducta.

- Formación progresiva y cíclica. La forma-ción debe ser progresiva y cíclica, porque el miste-rio de la salvación es una realidad densa y complejarequiere una estructuración de esta manera progre-siva y cíclica.

La formación litúrgica tiene en cuenta tres leyespsicológicas en relación con la educación:

1ª La imposibilidad de la mente humana deconcentrarse simultáneamente sobre los múlti-ples aspectos de una realidad compleja, como loes el misterio de la salvación, objeto de la celebra-ción litúrgica, por eso, lo distribuye en una estruc-

Page 18: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 16 Bol-333

tura que se llama el Año Litúrgico, o «sagradorecuerdo en días determinados a través del año de laobra salvífica de Cristo» (SC 102).

2ª La necesidad de la discontinuidad de laatención o de la espaciada o alternativa del ejerci-cio de concentración, para eliminar la fatiga y elcansancio ante la densidad del misterio. Por estarazón, la liturgia ha dispuesto el ritmo de la acciónlitúrgica de forma que, en el interior de la celebra-ción se sucedan momentos de tensión y de alivio, decontemplación y de actividad, de sonido y de silen-cio, etc. Lo mismo ocurre en la organización del añolitúrgico, hay tiempos fuertes y el tiempo ordinario,tiempos penitenciales y tiempos festivos.

3ª La ley de la ciclicidad en el aprendizaje oretorno periódico de una experiencia o de un objeto.La liturgia tiene en cuenta esta ley al imprimir a lostiempos litúrgicos y a los días festivos una posibi-lidad de retorno, una reiteración cíclica. Lo mismocabe decir de la repetición en todas las celebracio-nes, de unos mismos elementos aunque parezcanrutinarios o reiterativos, pero crean unas actitudes ymarcan unas pautas en la celebración que valentambién fuera de ella.

- Formación adaptada a los destinatarios. Laformación liturgia, inspirándose en la liturgia mis-ma, ha de tener en cuenta el itinerario concreto deldesarrollo de la personalidad cristiana, de maneraanáloga a como la educación en general respeta y seadapta al ritmo del crecimiento humano.

En este sentido son tres los grandes puntos dereferencia para una formación litúrgica adaptada:la edad y otros factores humanos, especialmente enel caso de los niños y jóvenes; la fe, sobre todo delos adultos; y la situación eclesial del creyente enorden a su santificación por los sacramentos.

Se ha de señalar que la iniciación litúrgica ha decomenzar espontáneamente dentro del ámbito fa-miliar, para proseguir durante todo el ciclocatequético parroquial y escolar y no sólo en lapreparación a los sacramentos de la confirmación yde la primera eucaristía.

- Mistagógica. Mistagógica quiere decir queayuda a descubrir el sentido de los gestos y palabrasde la liturgia, orientando a los fieles a pasar de lossignos al misterio de Cristo, y a centrar en él toda suvida (cfr. MND 17).

- Formación permanente. La formaciónlitúrgica, contemplada en su función educativa delos fieles, tanto antes como durante las celebracio-nes en las que éstos han de participar, aparece comouna tarea que ha de estar presente en toda la existen-cia del cristiano. Ninguna edad está en grado deagotar las riquezas insondables del misterio deCristo que se hace presente en las acciones litúrgicas.El crecimiento hasta alcanzar la plenitud de Cristo(cfr. Ef 4, 12-26) y la edificación de la comunidadcristiana (cfr. 1 Cor 14, 12-26; Ef 4, 12) constituyenun empeño pastoral constante.

En este sentido la liturgia es, para la mayoría delos fieles el lugar y la ocasión privilegiada pararecibir una formación permanente, de manera espe-cial podemos decir esto del Año Litúrgico.

III. ACTUEMOS

Ahora, para concluir nuestro tema, tratemos deresponder a algunas cuestiones.

1º El Vaticano II ha iniciado una reforma litúrgica.El futuro de la renovación litúrgica dependerá de unacondición: la formación litúrgica de los fieles y de lospastores. ¿Qué retos presenta dicha formación? ¿Quése pude hacer o seguir haciendo para que sea unarealidad en tu comunidad la formación litúrgica?

2º La renovación litúrgica más que una acciónritual o ceremonial, significa un estilo nuevo de cele-bración y participación, porque si no se corre el riesgode entenderla como simples exterioridades rituales,en culto vacío de espíritu y verdad, ¿crees que laformación litúrgica puede ayudar a comprender elestilo nuevo de celebración y participación? ¿Cómo?

3º Se dice que el desafío de la formación litúrgicaes preparar agentes para la acomodación, adapta-ción, inculturación y creatividad de la liturgia, esdecir, agentes calificados para preparar, animar ypresidir acciones litúrgicas, ¿qué opinas de esto?

IV. CELEBREMOS

Agradezcamos al Señor la oportunidad que nosha dado de reflexionar en este primer tema. Seentona el canto «Hoy Señor te damos gracias». Nosconsagramos a la Santísima Virgen María: «OhSeñora mía…» «Dulce Madre…»

Page 19: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 17Bol-333

PASTORAL LITURGICA

Objetivo:

Comprender que en la liturgia se encuentrala principal manifestación que la Iglesiahace de sí misma, para acudir a la acciónlitúrgica conscientes que a través del len-guaje de los ritos se vive y expresa la comu-nión y participación de los bautizados.

Oración inicialCanto:

Somos un pueblo que camina…

Señor Jesús, que quisiste llamar Iglesia tuya a lamultitud de los creyentes, haz que el pueblo reunidoen tu nombre te adore, te ame, te siga, y bajo tu guíamanifieste y realice el misterio de tu amor a loshermanos. Te lo pedimos a ti que vives y reinas conel Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por lossiglos de los siglos. Amén

IntroducciónBienvenidos nuevamente a esta sesión de estu-

dio en nuestra jornada de animación litúrgica. Real-mente descubrir la importancia de la sagrada litur-gia en la vida de la Iglesia, nos hace promover almismo tiempo la necesidad de la formación litúrgicay la participación activa. Ahora en este tercer temaprofundizaremos sobre los fundamentos teológicosy eclesiológicos, los cuales encuentran en la liturgiafirmes pilares de credibilidad y, a la vez su expre-sión principal.

Liturgia e Iglesia, son dos realidades simétricas,con un nexo entre ellas –epifanía- que quiere subra-yar, a la vez, entre las dos, una complicidad inevi-table ad intra, y una responsabilidad mutua ad extra,es decir, liturgia y eclesiología son inseparables.Efectivamente, la naturaleza de la liturgia estáíntimamente vinculada a la de la Iglesia, ya que

aquella manifiesta en el grado más elevado laauténtica naturaleza de la verdadera Iglesia, comolo dice Sacrosanctum Concilium no. 2: «La litur-gia… contribuye mucho a que los fieles, en su vida,expresen y manifiesten a los demás el misterio deCristo y la naturaleza genuina de la verdaderaIglesia…»

I. VEAMOS

Sacrosanctum Concilium funda la participaciónactiva de los fieles primeramente en la mismanaturaleza de la liturgia, concebida como actividaddel Cuerpo de Cristo; y en segundo lugar, en elderecho y el deber que tiene el pueblo

3.3.3.3.3. La Liturgia,Epifanía de la Iglesia

Page 20: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 18 Bol-333

¿Qué relación encuentras entre Iglesia y Litur-gia? ¿Por qué la liturgia es manifestación de laIglesia? ¿Por qué se considera a liturgia como elejercicio del sacerdocio de Jesucristo? ¿Crees queen la liturgia la riqueza participativa de los diferen-tes ministerios ponga de manifiesto la concienciade formar parte del Cuerpo de Cristo? ¿Qué diríasde una celebración litúrgica donde no hay oportuni-dad para los ministerios laicales? ¿Estasconvencido(a) que en la celebración cada miembrotiene su lugar y su oficio, es decir, que ninguno enparticular elimine a los otros a causa de unprotagonismo inadecuado?

II. PENSEMOS

Liturgia e Iglesia desde Sacrosanctum ConciliumEl antecedente inmediato sobre la eclesiología

de Vaticano II lo encontramos presente en lasencíclicas de Pío XII Mystici Corporis (1943) yMediator Dei (1947). Dicho pensamiento está inte-grado en Sacrosanctum Concilium.

La eclesiología de comunión

El Sínodo extraordinario de obispos de 1985reivindicaba esta eclesiología y la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe en 1992, publicó una cartasobre la Iglesia como comunión, donde afirma: «Elconcepto de comunión (koinonía), ya puesto derelieve en los textos del Concilio Vaticano II, esmuy adecuado para expresar el núcleo profundo delMisterio de la Iglesia…».

La eclesiología de comunión es el fundamentoteológico principal de la reforma litúrgica, a la vezque establece los grandes ejes de la teología deLumen Gentium relativa al pueblo de Dios. Laeclesiología de comunión se define por el hecho deponer en el primer plano del ser de la Iglesia lacomunión ontológica, sobrenatural y sacramental,con la vida de la Santísima Trinidad, modelo decomunión y unidad, comunión a la que todo le essometido en la Iglesia, y especialmente su estructu-ra jurídica.

La Iglesia desde esta perspectiva, es vista como:a) Una misteriosa comunión ontológica de vidadivina, en virtud de la gracia santificante, recibiday vivida en la fe viva, en la esperanza y la caridad,

y mediante los sacramentos de la fe, en especial laeucaristía; b) En tanto que comunión de vida divina,uniendo a los hombres con el Padre, por medio delHijo encarnado, muerto y resucitado, en la comu-nión del Espíritu Santo, los hace hijos de Dios, y losune entre sí, convirtiéndolos en el pueblo de Dios yen el Cuerpo Místico de Cristo; c) este pueblo,testigo de Cristo en el mundo, está dotado de estruc-turas sociales, en función de la vida divina, bajo laguía de los obispos en las Iglesias locales, y de lasuprema autoridad universal, que reside, ya en elcolegio episcopal en comunión con el sucesor dePedro, ya en el Papa personalmente en virtud de suprimado; d) Y toda esta realidad humano-divina seencuentra en camino hacia la Jerusalén del cielo,donde encontrará su perfección, y donde ya noserán necesarias ni las mediaciones sacramentalesni las sociales.

Para la fe católica, el aspecto de sociedad visibley el aspecto invisible de comunión de vida divina,son inseparables.

Ya el Papa Juan Pablo II en Ecclesia deEucharistía recordó: «La íntima relación entrelos elementos invisibles y visibles de la comu-nión eclesial, es constitutiva de la Iglesia comosacramento de salvación. Sólo en este contextotiene lugar la celebración legítima de la Eucaris-tía y la verdadera participación en la misma. Portanto, resulta una exigencia intrínseca a la Euca-ristía que se celebre en la comunión y, concreta-mente, en la integridad de todos sus vínculos»(EE 35-46).

La eclesiología de comunión en SacrosanctumConcilium

Sacrosanctum Concilium no tenía la pretensiónde definir una eclesiología completa, y, sin embar-go, no podía dejar de referirse a una ciertaeclesiología, en el momento de sentar las bases dela reforma litúrgica.

Los principios teológicos, sobre los cuales SCquiere fundamentar la reforma litúrgica son, clara-mente, los de una eclesiología de comunión, aun-que el desarrollo de los mismos no lo encontrare-mos en el documento, sino en la Constitución sobrela Iglesia (LG), y en otros documentos posteriores.Por ejemplo en SC 2, la liturgia es vista, en primerlugar, a la luz del misterio de Cristo y, por tanto, de

Page 21: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 19Bol-333

PASTORAL LITURGICA

lo que es más hondo en la naturaleza de la Iglesia:el hecho de ser, a semejanza de Cristo, al mismotiempo humana y divina.

En los números 5-13, se dibuja más detallada-mente la naturaleza de la liturgia y su importanciaen la vida de la Iglesia: 1) Todo se comprende desdeCristo mismo (cfr. no. 5), y por-que, acto seguido (cfr. no 6) sepresenta la función de la Iglesiacomo continuadora de la obrasalvífica de Cristo, sobre todo enla liturgia, en la cual, y de formaeminente y del todo particular,Cristo está presente. En el núm. 7se hace una descripción caracte-rística de la liturgia, en la cualobservamos: a) el concepto deliturgia como ejercicio delsacerdocio de Cristo; b) al mismotiempo, como acción de todo elCuerpo Místico; y c) suestructuración también con sig-nos sensibles. El núm. 8, pone derelieve la índole escatológica dela liturgia (es decir, que la liturgiaes al mismo tiempo celeste y te-rrestre), e implícitamente, de todala Iglesia. Los números 9-10, ha-blan del lugar de la liturgia en el conjunto de laIglesia, que se sinteriza en la frase ya muy conoci-da: «La liturgia es la cumbre a la que tiende laacción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente dedonde mana toda su fuerza» (SC 10), es decir, ponede relieve que no se puede separa la fe y lossacramentos de la fe, e insiste en que los fielesdeben expresar en su vida todo lo que han vivido enla liturgia. Lo que pone de manifiesto el rito deconclusión en la eucaristía, con las fórmulas dedespedida, por ejemplo: «En la paz de Cristo, vayana servir a Dios y a sus hermanos», es decir, conti-núen esta eucaristía en su vida cotidiana.

Así, la fe precede a la liturgia y de ella deberecibir alimento, para que pueda ser traducida enobras toda la vida. Por otra parte, según SC 10, laliturgia es fuente y cumbre de la vida de la Iglesia,sobre todo en la celebración de la eucaristía, pues«de ella mana hacia nosotros la gracia y con máxi-ma eficacia se obtiene la santificación de los hom-

bres en Cristo y la glorificación de Dios, a la quetienden todas las demás obras de la Iglesia como asu fin».

SC 14, expresa la idea del sacerdocio real comúnde todos los fieles. Es una de las consecuencias másclaras de la eclesiología de comunión, que encuen-

tra su fundamento en la fe y lossacramentos de la fe, siendo a lavez, una de las máximas mani-festaciones del deber y el dere-cho de todo fiel a la participa-ción litúrgica activa, plena yconsciente. Para percibir mejorel trasfondo eclesiológico de co-munión, conviene leer los nú-meros: 41, «Dar prioridad a lavida litúrgica de la diócesis entorno al obispo, persuadidos deque la principal manifestaciónde la Iglesia tiene lugar en laparticipación plena y activa detodo el pueblo santo de Dios enlas mismas celebracioneslitúrgicas, especialmente en lamisma Eucaristía»; 42, pone demanifiesto la vida litúrgicadiocesana, pero en la vivenciaparroquial, ya que esta, repre-

senta en cierto modo a la Iglesia visible establecidapor todo el mundo. Por lo tanto, se ha de fomentarteórica y prácticamente entre los fieles y el clero lavida litúrgica parroquial y su relación con el obispo.La Institución General del Misal Romano tambiénlo especifica en el núm. 113 cuando dice que «lacomunidad parroquia, representa a la Iglesia uni-versal»; y el 26 que establece que las accioneslitúrgicas no son privadas, sino celebraciones de laIglesia, que la pone de manifiesto como pueblosanto, cuerpo de Cristo, que expresa la diversidadde órdenes, funciones y ministerios.

Estos textos nos demuestran que SC revalorizael carácter comunitario, y manifiestan a qué con-cepción eclesial hace referencia, como lo expresaR. Blázquez, en su obra: La Iglesia del ConcilioVaticano II: «El paradigma primero de identifica-ción de la Iglesia es la comunidad de fieles que sereúne para escuchar la palabra de Dios, para invo-car el nombre del Señor, para celebrar los misterios

Page 22: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 20 Bol-333

del Reino…, para corporalizar en medio del mundola presencia de Jesucristo… en un espacio humanodeterminado». La SC, además, tiene bien claro elaspecto jurídico, papal y episcopal de la liturgia,puesto bien aclara en el núm. 22 que «la reglamen-tación de la sagrada liturgia compete únicamente ala autoridad de la Iglesia; ésta reside en la SedeApostólica y, en la medida que determine la ley, enlos obispos». Integrando armónicamente el servi-cio de la autoridad eclesiástica en el marco de lacomunidad, manifestando una eclesiología másauténticamente comunional.

N.B. Para comprender mejor esta síntesis, esnecesario repasar uno a uno el texto de SC propues-to, eso favorecerá para una mayor comprensión delnexo que se da entre Liturgia e Iglesia.

Directivas prácticas de la eclesiología decomunión

De lo dicho hasta este momento se desprendenestas directivas generales que conocerlas nos ayu-darán a leer en explicativa adecuada los libroslitúrgicos. 1) Siempre que los ritos admitan unacelebración comunitaria con asistencia y participa-ción activa de los fieles, se ha de preferir a unacelebración individual (núm. 27); 2) En esta cele-bración, cada uno debe realizar aquello que lecorresponda (núm. 28-29; IGMR 17); 3) Para favo-recer la participación activa, hay que cuidar de lasaclamaciones de los fieles, las respuestas, la salmo-dia, las antífonas, los cantos, las acciones, las pos-turas corporales, así como el silencio sagrado (núm30; IGMR 34-37. 352); 4) En la celebración litúrgicano deben hacerse distinciones entre personas priva-das ni clases sociales.

Sin duda que para que la reforma sea efectiva ensus puntos más concretos, dando claras referenciasa la importancia capital que tiene la participaciónactiva, consciente y fructuosa de los fieles, en ordena expresar sin opacidades, en cada acción litúrgica,la realidad más profunda de misterio de comuniónque es la Iglesia.

Estos principios son aplicados a toda la SC, paraque la reforma sea efectiva en su partes mas concre-tas, dando especial importancia a la participaciónactiva, consciente y fructuosa de los fieles, para queexprese en cada acción la realidad más profunda delmisterio de la comunión.

La aportación de Lumen Gentium (LG)

La Constitución conciliar sobre la Iglesia desa-rrolla más detenidamente los temas eclesiológicosya esbozados en SC.

Ya decíamos que SC 41 contiene la siguienteafirmación: «La principal manifestación de la Igle-sia se realiza en la participación plena y activa detodo el pueblo santo de Dios en las mismas celebra-ciones litúrgicas, particularmente en la eucaristía,en una misma oración, junto al único altar, dondepreside el obispo rodeado de su presbiterio y minis-tros». En LG 26 se pone de relieve la importancia enla vida eclesial de la celebración eucarística, y seincluye un texto sobre el valor teológico yeclesiológico de la vida de las comunidades locales,donde se concreta la única Iglesia.

La Iglesia local que celebra la eucaristía es laauténtica manifestación –epifanía- de la Iglesia deCristo. De aquí la importancia de ver cómo laeucaristía celebrada en las comunidades local cons-tituye la Iglesia universal. Esto obliga a tener unconcepto de la universalidad de la Iglesia, que,desde el punto de vista eclesiológico, no es otro queel de su catolicidad; esta tercera nota de la Iglesia(católica), profesada en el símbolo niceno-constantinopolitano, no implica, en primer lugar,un concepto cuantitativo. El término expresa inte-gridad, totalidad, plenitud. Por tanto, católica, ex-presa cualidad de la Iglesia, significando que lasalvación se encuentra plenamente en ella. Lacatolicidad significa, por tanto originariamente,esta plenitud de la salvación divina, es decir, lacomunión divino-humana realizada en la mismapersona de Cristo, y comunicada a la Iglesia me-diante la acción del Espíritu.

Esta catolicidad esencial se realiza propia-mente en la Iglesia local que celebra legítima-mente la eucaristía. En esta celebración, presidi-da por el obispo o por un miembro de su presbi-terio, en la comunidad de los fieles, se actúa lacatolicidad de la Iglesia de Cristo, a la vez que laIglesia local manifiesta su identidad esencial contodas las demás Iglesias locales que celebran elmemorial del Señor. Por eso, en la celebracióneucarística, se realiza propiamente la comunióncatólica de las Iglesias: la Iglesia una, santa,católica y apostólica de Cristo. De aquí que, laeucaristía, en cuanto presencia del misterio de

Page 23: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 21Bol-333

PASTORAL LITURGICA

salvación, simboliza y produce la unidad –y launiversalidad- de la Iglesia.

La reflexión teológica sobre la Iglesia ha centra-do y enriquecido notablemente el contenidoeclesiológico de la asamblea litúrgica, especial-mente por lo que respecta a la celebración eucarística,y siempre dentro de un marco de una claraeclesiología de comunión, de tal forma que su ser«principal manifesta-ción de la Iglesia» haganado en hondura ytransparencia.

Puesto que los bau-tizados no formanparte de una Iglesiauniversal abstracta;quien se incorpora lohace por medio de unaIglesia particular. Así,la asamblea litúrgicaes la manifestación deesta Iglesia local o, almenos, de una por-ción de ella, desde elmomento que la Igle-sia del obispo se hasubdividido en asam-bleas secundarias, parroquiales o titulares.

Desde aquí se desprende que la asamblea litúrgicaes una verdadera «epifanía de la Iglesia». Es expre-sión de la Iglesia local (particular-diócesis), y par-ticipa de todo el misterio de la Iglesia. Esta asam-blea, asegura el carácter auténticamente eclesial dela reunión y la oración, a sabiendas que «la partici-pación consciente, activa y fructuosa» de los fieles,es necesaria también para su epifánica eclesialidad,puesto que la asamblea litúrgica debe mostrar a losfieles aquello que es la Iglesia, ésta es la manifesta-ción más común, más cotidiana y accesible paratodo cristiano en la Iglesia.

Conclusión

Después de haber profundizado en esta manifes-tación de la Iglesia que se da sobre todo en lacelebración de la eucaristía, ahora bien nos quedaafirmar que el reto fundamental de la Iglesia en nopocos lugares, especialmente las sociedades mate-rialistas es la lucha contra el desinterés. Urge llevar,

una y otra vez, a las comunidades cristianas, haciael genuino espíritu de la liturgia, más profundizadoen comprensión, y vivido en fervor y gratuidad;conviene un renovado «movimiento litúrgico» paraque, nuestros contemporáneos descubran la suavi-dad trascendente de una liturgia celebrada por unacomunidad creyente y fraterna, que sabe reconoceren la brisa serena de la oración, la presencia

divinizadora del Espíritu del Dios vivo. Así,viviendo y orando, a quien preguntara ¿quées la Iglesia? simplemente podríamos de-cirle parafraseando en texto evangélico deJuan (1, 39): «Vengan y lo verán».

III. ACTUEMOS¿Hemos comprendido que la Iglesia se ma-nifiesta en su ser y quehacer, en la celebra-ción, sobre todo de la eucaristía?

¿Somos conscientes que la Iglesia, Cuerpode Cristo, se forma en la Eucaristía?

Sacerdotes y laicos ¿qué tenemos que hacerpara manifestar –en lo que ha nosotros toca-que en la Eucaristía se refleja la Iglesia?

El Documento de Aparecida (175 y 382)expresa que la participación en la Eucaristíaes fuente de renovación (conversión perso-

nal, familiar, eclesial y social, en una palabra «pas-toral») para la vida de la comunidad, por lo tanto, lavida de nuestras comunidades parroquiales¿Encuentra su renovación desde la participación

activa, plena, consciente y fructuosa en lacelebración eucarística?

IV. CELEBREMOSAgradecemos a Dios de manera espontánea la

oportunidad de manifestar la esencia de la Iglesia,sobre todo en la participación en la asambleaeucarística. Luego se concluye con la siguienteoración.

Dios nuestro, que con admirable providenciadispusiste que el Reino de Cristo se extendiera portodo el mundo y que todos los hombres participarande la redención, haz que tu Iglesia, sacramentouniversal de salvación, manifieste y realice entrelos hombres el misterio de tu amor. Por Jesucristo,nuestro Señor. Amén.

Page 24: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 22 Bol-333

Objetivo:

Acercarnos al tema de la adaptación y de lainculturación de la liturgia, para que lovaloremos, comprendamos su importanciay descubramos su necesidad y las exigenciasen el momento actual de la vida de la Iglesia.

Oración:En el nombre del Padre…Canto:

Un solo Señor, una sola fe,un solo bautismo, un solo Dios y Padre…

Leemos, meditamos y comentamos alguna ideadel texto: Hch 2, 1-12.

Oración: Dios nuestro, que quieres que todos loshombres se salven y lleguen al conocimiento de laverdad, ilumina a tu Iglesia con la luz de tu Espíritu,para que pueda inculturar y celebrar dignamente laobra redentora de tu Hijo, valorando y dialogando lacultura actual, y tu pueblo, congregado por la palabraque da vida y sostenido con la fuerza de los sacra-mentos, avance por el camino de la salvación y delamor. Por nuestro Señor Jesucristo (cfr. MR 750).

IntroducciónEl tema de la inculturación de la liturgia, es un

tema delicado e importante. No falta quien diga quela liturgia hoy está de cara al pueblo pero de espal-das a la cultura. Hay quien piensa que el problemano es tanto el lenguaje, sino los lenguajes. No faltaquien opine que la reforma litúrgica postconciliarha sido más una obra de restauración que de creati-vidad. Y en general, muchos liturgistas afirman quela frontera de la reforma litúrgica emprendida por elconcilio Vaticano II se encuentra precisamente eneste punto, en la inculturación de la liturgia.

Hoy es algo comúnmente aceptado que SC 37-40, constituye la carta magna del concilio VaticanoII sobre la inculturación de la liturgia por los aportesque hizo en esta materia.

El Papa Juan Pablo II ha señalado que la«inculturación de la liturgia» es un cometido im-portante para la renovación litúrgica (VicesimusQuintus Annus (VQA) 16).

Para la Iglesia latinoamericana y caribeña lainculturación de la liturgia constituye un gran desa-fío que hay que afrontar (cfr. SD 248), ya que loscambios culturales dificultan la transmisión de la fe(cfr. DA 100d), de allí la necesidad de lainculturación de la fe (cfr. DA 479), y por tanto dela liturgia.

I. VEAMOS

Tratemos ahora de acercarnos a nuestro temarespondiendo a lo que a continuación se pide paraque luego se comparta en el grupo.

1. ¿Qué se entiende por adaptación e inculturaciónde la liturgia?

4.4.4.4.4. «De la Adaptación a laInculturación de la Liturgia»

Page 25: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 23Bol-333

PASTORAL LITURGICA

2. Lea las siguientes frases y piense que lesugieren para que luego lo comparta: 1ª La historiaconfirma que la Inculturación es un efectivo instru-mento de evangelización. 2ª La propagación delmensaje cristiano dependerá en gran medida de lacapacidad de la Iglesia de comunicar este mensajede forma inculturado. 3ª «En la medida que laIglesia se esfuerce en la inculturación tendrá credi-bilidad el evangelio y la misma Iglesia» (Keith F.Pecklers). 4ª «La incapacidad de inculturarse equi-vale a morir» (Robert Taft). 5ª La «Inculturación dela Liturgia» es un cometido importante para larenovación litúrgica (VQA 16).

3. ¿Se han realizado celebraciones litúrgicas entu comunidad teniendo en cuenta e incorporandoexpresiones de la cultura de nuestras comunida-des?, ¿Puedes compartir alguna experiencia?

II. PENSEMOS

1. La «adaptación litúrgica» en SC 37-40

Con el concilio Vaticano II la Iglesia intentórestituirle al Rito Romano su noble simplicidad,eliminando muchas de las oraciones apologéticascaracterísticas del genio cultural de la liturgia fran-co-germánica y exhortando a adaptar y a inculturarel Rito Romano en culturas y contextos particula-res. Tanto si se tratará de la liturgia como de lamisión evangelizadora de la Iglesia en todo elmundo, el concilio confirmó de forma vigorosa quela pluralidad cultural es intrínsecamente católica.Muchos han definido justamente a los números 37-40 de la SC como la Carta Magna de la Inculturación.

En los números 37-40 de SC encontramos lospresupuestos para restaurar la liturgia según suforma clásica y las «normas para adaptar la liturgiaa la mentalidad y tradiciones de los pueblos».Veamos pues el aporte de SC 37-40.a) Introducción. El número 37 sirve de introducción

al apartado sobre las Normas para la adaptaciónal carácter y tradición de los diversos pueblos.«La Iglesia no pretende imponer una rígida

uniformidad en aquello que no afecta a la fe o al biende toda la comunidad, ni siquiera en la Liturgia: porel contrario, respeta y promueve el genio y lascualidades peculiares de las distintas razas y pue-

blos. Estudia con simpatía y, si puede, conservaintegro lo que en las costumbres de los pueblosencuentra que no esté indisolublemente vinculadoa supersticiones y errores, y aun a veces lo acepta enla misma Liturgia, con tal que se pueda armonizarcon su verdadero y auténtico espíritu» (SC 37).

En el artículo 37 se afirma el principio de lapluriformidad de la Iglesia, y en particular el de laliturgia, «en aquellos aspectos que no afectan a launidad de la fe o al bien de toda la comunidad». Estepunto de partida es la superación de la latinidad afavor de la catolicidad.

La Iglesia respeta y favorece la cultura de losdiversos pueblos y en ciertos casos acepta algunosde sus elementos en la misma liturgia, «mientraspuedan armonizarse con los aspectos del verdaderoy auténtico espíritu de la liturgia».b) Legítima diversidad. Los números 37-40 concre-

tan el procedimiento que habrá que seguirse enla aplicación del principio general: las legítimasvariaciones dentro del rito romano (cfr. SC 38-39).En los artículos 38-39 de la segunda parte se trata

de la legítima diversidad en el interior de la liturgiaromana mientras «se salve la unidad sustancial delrito romano».

Esta unidad sustancial se salva si se permanece«dentro de los límites establecidos en las edicionestípicas de los libros litúrgicos».

En estos libros la Santa Sede propone variantesque las Conferencias Episcopales pueden libre-mente aceptar y que, una vez obtenida la ratifica-ción de la Santa Sede, debe insertarse en los librosoficiales de la Iglesia local.

Tales variantes no alteran la sustancial unidad dela liturgia romana, si no que dan una suficienteflexibilidad a fin de responder a las necesidadeslocales, especialmente en los territorios de misión.

Este tipo de adaptación se extiende también a lamanera de ordenar el ritual mismo dentro de loslímites que ya la edición típica indica.

Ejemplos de legítimas variaciones los encontra-mos en los ritos introductorios y en los explicativoso complementarios de los sacramentos, por ejem-plo, en el rito del matrimonio, segunda edicióntípica.

Page 26: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 24 Bol-333

Otro aspecto que se debe mencionar es la dife-rencia que se da entre adaptación y acomodación.La primera corresponde a las ConferenciasEpiscopales, la segunda al ministro que preside lacelebración, el cual acomodará la celebración a lasnecesidades de la comunidad (cfr. Ritual de laUnción de enfermos, prenotandos n. 40-41).c) Adaptaciones más profundas (cfr. SC 40). El

artículo 40 se refiere a la necesidad de «unaadaptación más profunda de la liturgia». Estenúmero presenta la situación de cambios nocontemplados en las ediciones típicas.Para esto las Conferencias Episcopales piden las

adaptaciones y la Santa Sede da su consentimiento,es decir, la aprobación según el procedimientoindicado en los tres párrafos de este número.

En conclusión, de acuerdo a SC 38-40 se puedepresentar tres situaciones diferentes: 1ª realizarvariaciones ya previstas en las ediciones típicas delos rituales; 2ª exigencias de cambios no previstosen la edición típica, pero que no se alejan de launidad sustancial del rito romano (cfr. SC 38-39).3ª finalmente, cambios más radicales yendo másallá de las legítimas variantes propuestas en laedición típica, que implican una adaptación radicalde la liturgia (cfr. SC 40).

2. La adaptación última etapa de la reformalitúrgica

Esta reforma implicaba dos aspectos: la restau-ración de la liturgia romana según su forma clásica,y la adaptación de la liturgia a las culturas y tradi-ciones de los pueblos.

La restauración de la reforma clásica implicabadevolverle a la liturgia las características propias dela celebrada en Roma antes de haber asimiladoelementos de las liturgias franco-germánicas haciael siglo VIII, a saber: simplicidad, sobriedad, bre-vedad, practicidad, claridad.

La opción de la SC, desde su inicio, fue la dearmonizarla con una orientación pastoral (SC 33-36), así como con normas para la adaptación cultu-ral de la liturgia (SC 37-40).

La adaptación de la liturgia al genio propio decada cultura es la otra dimensión necesaria parallevar a cabo la reforma litúrgica.a) Primera etapa señala el paso del latín a las

lenguas vivas (1965-1966), que tuvo un espaciomayor de aquel previsto en la SC 36, con unafidelidad mayor al espíritu que a la letra deldocumento conciliar.

b) Segunda etapa la revisión de los libros litúrgicosy la progresiva publicación de los nuevos, con larelativa traducción iniciada en 1968.

c) Tercera etapa, la más delicada y compleja,iniciada tímidamente y no finalizada de la adap-tación de los ritos, confiada a las conferenciasepiscopales bajo la guía de los organismos cen-trales de la Santa Sede (cfr. VQA 16).Es en esta tercera etapa de la reforma litúrgica,

de la adaptación, donde se ubica la temática de lainculturación de la liturgia.

3. De la «adaptación a la inculturación»

El término inculturación no aparece en los docu-mentos conciliares, es un neologismo que ha evolu-cionado en el pensamiento oficial de la Iglesiacatólica en los últimos años.

Tal concepto comporta: encarnación del anun-cio y de la vida cristiana en un área cultural concre-ta; experiencia vital y original del evangelio enactitudes y manifestaciones de una cultura determi-nada; asimilación y expresión nueva de la fe en unlenguaje, símbolos, categorías y teorizaciones nue-vas y peculiares.

En nuestros días el término «inculturación de laliturgia», es una expresión familiar, lo cual no lo eraasí en concilio Vaticano II, recordemos que elconcilio le llamaba «adaptación».

Se puede decir que se ha dado todo un procesohistórico, teológico, antropológico, litúrgico y pas-toral para lo que la Carta Magna de la «inculturaciónLitúrgica» (SC 37-40), llamó «Adaptación», hoy laIV Instrucción de la Congregación para el CultoDivino y la Disciplina de los Sacramentos paraaplicar debidamente la constitución SC, o VarietatesLegitimae (VL) (25-1-1994), le da el nombre de«inculturación litúrgica». La inculturación litúrgicasignifica diversidad en las expresiones culturales yunidad en la fe y en la tradición cristiana (cfr. VL18).

La introducción del término se le atribuye aljesuita Joseph Masson en 1962. En 1973 George L.Barney, misionero protestante, acuñó el término

Page 27: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 25Bol-333

PASTORAL LITURGICA

«inculturación», subrayando la necesidad de man-tener intacto el mensaje cristiano durante el cursodel intercambio cultural. Recordó que durante elproceso de inculturación de los componentessupraculturales del evangelio en una cultura nueva,no debe perderse ni distorsionarse su naturalezaesencial.

En 1979, el Papa Juan Pablo II introdujo eltérmino «inculturación» en los documentos oficia-les de la Iglesia (cfr. CT 53).

El sínodo extraordinario de los Obispos de 1985sobre la Catequesis, tocó el tema de la inculturación,describiendo así su significado: «es distinta de unamera adaptación externa, porque significa una ínti-ma transformación de los auténticos valores cultu-rales por su integración al cristianismo y la radica-ción del cristianismo en todas las culturas».

El Consejo Pontificio para la Cultura publicó el23 de mayo de 1999 un documento titulado «Orien-taciones para una eficaz evangelización. La pasto-ral de la cultura» (PC), en donde el términoinculturación y sus implicaciones en los diversoscampos de la evangelización aparece frecuente-mente en todo el documento.

Crispino Valenziano, profesor de antropologíaen el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo deRoma, fue uno de los primeros que utilizó el térmi-no «inculturación» en relación con la liturgia. Lla-ma «inculturación» a un método que puede originaruna interacción recíproca entre la liturgia y lasvarias formas de religiosidad popular.

4. La inculturación litúrgica

«La constitución Sacrosanctum Concilium hahablado de la adaptación de la liturgia indicandoalgunas formas. Luego el magisterio de la Iglesia hautilizado el término «inculturación» para designarde una forma más precisa la «encarnación delevangelio en las culturas autóctonas y al mismotiempo la introducción de estas culturas en la vidade la Iglesia». La «inculturación significa una ínti-ma transformación de los auténticos valores cultu-rales por su integración en el cristianismo y elenraizamiento del cristianismo en las diversas cul-turas humanas» (VL 4).

«La inculturación así entendida tiene su lugar enel culto como en otros campos de la Iglesia» (VL 5).

Por inculturación de la liturgia se entiende: elproceso a través del cual elementos peculiares deuna cultura local son integrados en los textos, ritos,símbolos e instituciones asumidos por una Iglesialocal para su culto.

Resultado de la inculturación litúrgica es quetextos, símbolos, gestos y fiestas litúrgicas evocanalgo de la historia, de las tradiciones, de los mode-los culturales y del genio artístico del pueblo.

El objetivo de la inculturación litúrgica escrear una forma de culto adecuado a la cultura de lapoblación local; elaborar una liturgia para la Iglesialocal. Así se enriquece la fe y la cultura.

Algunos términos correlativos e implicados conel término de inculturación se pueden mencionar:cultura, aculturación, transculturación, adaptación,acomodación, contextualización, indigenización,creatividad.

De estos términos hay algunos que tienen unarelación con la liturgia: acomodación que consisteen la pura aplicación de las diversas modalidadescelebrativas que prevén los libros litúrgicos segúnlas necesidades de la comunidad; adaptación, con-siste en un encuentro entre dos culturas, buscandouna comunicación de mutuo respeto y tolerancia;inculturación y creatividad, la cual describe la ca-pacidad o exigencia de la liturgia para adecuarse alas personas que celebran, con sus instancias con-cretas. Existe creatividad cuando se sabe introducirmistagógicamente a los creyentes en el misteriocelebrado.

El fundamento teológico de la inculturación.El punto de partida para una teología de lainculturación es la encarnación de Cristo, que debeser el paradigma para la misma Iglesia, ya que talmisterio hace referencia tanto a la Cabeza (Cristo),como a sus miembros (Iglesia).

Imitando a Cristo la Iglesia debería compartir lahistoria, la cultura y las tradiciones del pueblo en elcual vive. Lo cual significa que debería integrar ensu culto y en sus instituciones los elementos parti-culares de la vida y de las actividades de un pueblo.

La meta de la teología de la inculturación.Desde el momento que el misterio pascual es elvértice de la teología y de la liturgia, es importantetener presente que por la tanto no es el paradigma dela inculturación sino la meta de la misma.

Page 28: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 26 Bol-333

Si los elementos de la historia, de la cultura y lastradiciones de un pueblo son integrados en lascelebraciones del Misterio Pascual de Cristo espara ofrecer a los pueblos la posibilidad de experi-mentar, de una manera para ellos familiar, la pre-sencia y el poder de tal misterio.

Así como la encarnación de Cristo encuentra sumeta en el Misterio Pascual, así también lainculturación de la liturgia se esfuerza en hacerculturalmente comprensible a los fieles el misteriopascual.

Pastoralmente hablando, la inculturación esuna necesidad, la historia confirma que lainculturación es un efectivo instrumento de evan-gelización.

Métodos de la inculturación. Como métodosde la inculturación litúrgica se señalan: 1º la equi-valencia dinámica: ésta pretende reemplazar unelemento de la liturgia romana por otro de la culturalocal que tenga el mismo significado o valor. 2º laasimilación creativa: supone la aceptación de ele-mentos usados socialmente (ritos, expresioneslingüísticas, fiestas, etc.). 3º la progresión orgánica:según la cual nuevas formas litúrgicas pueden com-ponerse de manera de manera original desde algu-nos núcleos ya existentes. Desde luego tiene quetenerse siempre presente que es el Misterio Pascualde Cristo y la gracia del Espíritu Santo lo quemotiva y condiciona nuestras iniciativas.

La VL continúa profundizando sobre lainculturación de la liturgia: el capítulo II habla delas exigencias y las condiciones previas (n. 21-31);el capítulo III señala los principios y las normaspara la inculturación del rito romano; el capítulo IVsobre el ámbito de las adaptaciones en el rito roma-no.

La V instrucción, Liturgiam Autenticam (20-3-2001), sobre la recta aplicación de la SC, estableceautorizadamente la forma de proceder en la traduc-ción de los textos de la liturgia romana a las lenguasvernáculas.

Finalmente, la tercera edición del Misal Ro-mano, ha incluido en su normativa el espíritu delconcilio sobre la inculturación. Así, la Ordena-ción General del Misal Romano 2002, en sucapítulo IX, trata sobre las Adaptaciones quecompeten a los Obispos y a las Conferencias

episcopales en la celebración de la Misa (nn.386-399).

Conclusión. Gracias al aporte de SC 37-40, laIglesia ha dado un paso trascendente, ha abierto lapuerta y ha dado inicio a la reforma litúrgica en estecampo tan difícil e importante en el terreno de lainculturación. Hoy ya no se puede sostener ni iden-tificar la latinidad con la catolicidad, se ha pasadode la uniformidad a la unidad, a la diversidad, delintegrismo a la apertura enriquecedora. La Iglesiaha sido capaz de mirar hacia adelante (progressio),teniendo en cuenta lo que la circunda (cultura)desde un fundamento, desde su identidad (traditio)que le posibilita el diálogo con el hombre y elmundo de hoy.

III. ACTUEMOS

A la luz de lo que hemos estudiado en este temasobre la adaptación e inculturación de la liturgia,veamos que implicaciones se nos plantean.1. Uno de los grandes retos que tiene la Iglesia en

el momento actual es la evangelización de lacultura y la inculturación del mensaje de la fe(cfr. PC 5), desde la pastoral litúrgica, ¿quéacciones pastorales deberíamos realizar pararesponder a este reto?

2. ¿Qué deberíamos acomodar, adaptar, inculturaro ser más creativos en nuestras celebracioneslitúrgicas para una mejor atención pastoral denuestras comunidades?

3. La piedad popular, una de las mayores expresio-nes de una verdadera inculturación de la fe (PC28), ¿qué tanto se valora?, ¿qué tan armonizadase encuentra con la liturgia? y ¿qué tanto nos haayudado a afianzar la conciencia de la propiaidentidad en las tradiciones locales de nuestrascomunidades?

IV. CELEBREMOSAgradecemos al Señor que nos ha permitido

acercarnos al tema de la adaptación e inculturaciónde la liturgia, un tema interesante que nos planteamuchos retos pastorales. Unámonos con gratitud ala alabanza universal, tomemos nuestra Biblia yrecitemos el Salmo 148 intercalando después decada estrofa la antífona, «Alabad al Señor en elcielo. Aleluya», la cual se puede semi entonar.

Page 29: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 27Bol-333

PASTORAL LITURGICA

Objetivo:

Profundizar en la dimensión evangelizadoray misionera de la liturgia, para que la pasto-ral litúrgica contribuya a la celebración delaño de la misión.

OraciónEn el nombre del Padre…Canto:

Alma misionera.

Oremos: «Dios nuestro, que quieres que todoslos hombres se salven y lleguen al conoci-miento de la verdad, mira la abundancia de tumies y envíale operarios para que se anuncieel Evangelio a toda creatura; y tu pueblo,congregado por la palabra que da vida ysostenido con la fuerza de los sacramentos,avance por el camino de la salvación y delamor. Por nuestro Señor Jesucristo» (MR750).

IntroducciónCelebramos en «Año de

la Misión» en nuestra dió-cesis, y la Pastoral Litúrgicatiene que colaborar a la rea-lización de tal evento unién-dose no sólo a las otras dostareas fundamentales delárea del triple ministerio,como lo son la PastoralProfética y la Pastoral So-cial, sino también a toda lapastoral de conjunto denuestra diócesis bajo la guíadel IV Plan Diocesano dePastoral.

La liturgia como ciencia teológica contiene unagran riqueza, la cual se expresa a través de susdiversas dimensiones. En ella podemos encontrarlas siguientes dimensiones: la dimensión trinitaria,porque la liturgia es obra de la Santísima Trinidad,con una marcada dimensión cristológica ypneumatológica, porque en ella celebramos el mis-terio pascual de Cristo bajo la acción del EspírituSanto; la dimensión eclesiológica, ya que tambiénla liturgia es obra de la Iglesia, si Cristo es el sujetoabsoluto, la Iglesia es el sujeto asociado a ella; ladimensión antropológica, porque celebramos elMisterio Pascual de Cristo mediante un lenguajesimbólico; la dimensión celebrativa, porque en ellase celebra tal misterio como hemos dicho; la dimen-sión mistagógica, ya que gracias al lenguaje litúrgi-co somos conducidos, vamos al encuentro de Cristomuerto y resucitado; la dimensión santificadora, lacual gracias a que Cristo está presente en la acciónlitúrgica, ésta es fuente de gracia y santificación; ladimensión evangelizadora y misionera, ya que al

celebrar el misterio denuestra fe se nos anunciay se nos envía a comuni-car lo que hemos celebra-do; la dimensiónliberadora, ya que Cristo,muerto y resucitado, havenido a liberarnos delpoder del pecado y de lamuerte, y por ello partici-par de la celebraciónlitúrgica nos comprometeen su compromiso libera-dor; la dimensióndoxológica, por la cualalabamos y glorificamosal Padre por Cristo en elEspíritu Santo; y final-mente la dimensión pas-

5.5.5.5.5. «La Dimensión Evangelizadoray Misionera de la Liturgia»

Page 30: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 28 Bol-333

toral, la cual debe de promover una participaciónplena, consciente, activa y decorosa de todo elpueblo de Dios.

Hablar hoy de la dimensión evangelizadora ymisionera de la liturgia es hablar de algo esencial enella, puesto que al celebrar el Misterio Pascual deCristo, la liturgia al mismo tiempo evangeliza yenvía a ser testigos de Jesús resucitado en medio denuestro mundo tan necesitado de ser transformadopor la fuerza del evangelio y la gracia de los sacra-mentos.

I. VEAMOS

Ahora nos vamos a ir a trabajar por grupos, nosserviremos de dos textos que narran dos experien-cias en torno a la celebración litúrgica y su dimen-sión evangelizadora y misionera. Estos textos sus-citarán en nosotros el interés y nos ayudarán adescubrir cuál es la realidad de tal dimensión en lascelebraciones litúrgicas de nuestra parroquia.

Indicaciones: nos repartimos en grupos de cincopersonas, leemos los dos textos en cada grupo,luego los reflexionamos guiados por una serie depreguntas y finalmente comentamos nuestras re-flexiones y respuestas en la plenaria.

Primer texto. Es un relato aparecido en unaantigua crónica titulada El relato de los años pasa-dos. Se trata –como allí se explica- de una compi-lación de los anales de la historia de la Rus kievita,que van desde los comienzos hasta el año 1117,atribuida al monje Néstor, del monasterio dePecherski. Allí se cuenta que el príncipe de Kiev,Vladimiro (979-1015), envió a distintos países deEuropa diez de sus caballeros para buscar la verda-dera religión que debía de difundir en su principa-do. La solemnidad de la celebración litúrgica presi-dida por el patriarca, el canto de los himnos y elperfume del incienso así como la grande y festivaveneración que tenía el pueblo a la Theotókos (laMadre de Dios), llevaron al príncipe a elegirConstantinopla ya que –según él mismo afirmó- allídonde se hacía de la Iglesia «un cielo en la tierra»y se infundía en el alma la alegría de gozar la bondadde Dios, no podía haber otra cosa que la verdaderareligión. Independientemente de la fiabilidad histó-rica, el relato muestra de modo suficiente el tipo de

comunicación de la fe que es capaz de tener lugar enuna celebración litúrgica. Se trata, de nuevo, deaquella «liturgia a la vez seria, simple y hermosa,que trasmitiendo el misterio, al mismo tiempo quesigue siendo comprensible, capaz de narrar la alian-za perenne de Dios con los hombres.

Segundo texto. El poeta y dramaturgo FrancésPaul Claudel atestigua la íntima fuerza de la liturgiacuando narra su conversión durante el canto deMagníficat de las Vísperas de Navidad en Notre-Dame de París: «Fue entonces cuando se verificó elacontecimiento que domina toda mi vida. En uninstante mi corazón fue tocado y yo creí. Creí conuna tal fuerza de adhesión, con tal elevación de todomi ser, con una convicción tan poderosa, con unacerteza que no daba lugar a ninguna clase de duda,que, en adelante, ni los libros, ni los razonamientos,ni las circunstancias de una vida agitada, han podi-do hacer tambalear mi fe, ni, a decir verdad, afec-tarla».

Preguntas: 1. ¿Qué es lo que más te llamó laatención de los textos anteriormente leídos? 2.¿Qué fue lo que más te impactó de la celebraciónlitúrgica según es narrada en cada uno de estostextos? 3. ¿Se podría decir, que la celebraciónlitúrgica en cada uno de estos textos, era una cele-bración evangelizadora y misionera?, ¿sí o no?,¿por qué? 4. Califica la calidad evangelizadora ymisionera de las celebraciones litúrgicas de tu pa-rroquia. Marca con una «x» tu respuesta: Muybuenas ( ) Buenas ( ) Regulares ( ) Malas ( ) ¿Por quéles das esa calificación? 5. Según tú, ¿cómo consi-deras que se debería celebrar la liturgia para que seaevangelizadora y misionera? 6. ¿Qué tanto incideadecuadamente la participación litúrgica en el com-promiso social de los cristianos de tu parroquia?Marca con una «x» tu respuesta: Mucho ( ) Poco () Nada ( ) ¿En qué se nota?

Plenaria. Espontáneamente se comparte el tra-bajo de los grupos y se sacan algunas conclusiones.

II. PENSEMOS

Después de haber visto y reflexionado en nuestrarealidad litúrgico-pastoral, vamos ahora a tratar deiluminarla profundizando en algunos contenidosque nos ayudarán a tener una fundamentación más

Page 31: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 29Bol-333

PASTORAL LITURGICA

completa de nuestro tema. Pero antes de que hable-mos de la dimensión «Evangelizadora y misionerade la liturgia», es bueno que precisemos algunascosas.

1. La evangelización, la catequesisy la liturgia

Dentro del proceso evangelizador de la Iglesiaestas tres tareas, como todas las demás, están muyrelacionadas entre sí.

Son dimensionescomplementarias dela existencia cristia-na que durante siglosse han distanciado yempobrecido, perohoy, a la luz de laexperiencia de las co-munidades apostóli-cas (cfr. Hch 2, 42-47), delcatecumenado anti-guo, de la tradiciónpatrística demuestrala fecundidad de unasíntesis vital entre ce-lebración, palabra, profesión de fe y testimoniocristiano que, lejos de constituir momentos desliga-dos y casi independientes entre sí, se representancomo aspectos complementarios de única expe-riencia global. De aquí surgen unas consecuenciaspastorales importantes:

1ª Necesidad de recuperar la unidad y globalidadde la experiencia cristiana, tanto en la vida decomunidad como en el dinamismo personal delcrecimiento en la fe. Por tanto En la vida de fe no sedeben separar artificialmente sus distintos momen-tos (la vida litúrgico-sacramental, el compromisosociopolítico, la dinámica comunitaria, etc.), sinofomentar el desarrollo armónico de sus componen-tes esenciales: anuncio, servicio, celebración y co-munión.

2ª Necesidad de colocar en el centro el eje «fe-esperanza-caridad». Esto obligara a más de uncambio de acento pastoral, sobre todo en la prácticasacramental.

Teniendo este presente, veamos pues estas di-mensiones complementarias de la vida cristina.

La evangelización es el primer anuncio de lasalvación a quien no tiene conocimiento y no cree(AG 5), la predicación kerigmática-misionera (cfr.SC 9), que consiste en anunciar el nombre, ladoctrina, la vida, las promesas del Reino, el miste-rio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios (EN 22).

Por catequesis se entiende, la profundizaciónsistemática de la fe; da luz y fuerza a la fe, nutre lavida según el Espíritu de Cristo; lleva a participar,

de manera consciente yactiva, al misterio litúr-gico y es estímulo de laacción apostólica. Ade-más está al servicio de lainiciación cristiana y dela educación permanen-te de la fe (cfr. DCG 63-72). Sus tareas funda-mentales son, propiciarel conocimiento de la fe,la educación litúrgica, laformación moral, ense-ñar a orar, educar para lavida comunitaria y la ini-ciación a la misión (cfr.DCG 85-88).

Sin duda que la evangelización y la catequesisson importantes, sin embargo, la experiencia hademostrado que si éstas no se basan en la liturgia y,especialmente en la liturgia sacramental, no daránlos frutos deseados, por ello es necesario hablar acontinuación de lo que es la liturgia.

En cuanto a la liturgia, se le comprende como lacelebración del misterio pascual de Cristo, median-te signos sensibles, que realiza la Iglesia, paraglorificar a Dios y santificar al hombre, cuya efica-cia, con el mismo título y en el mismo grado, noiguala ninguna otra acción de la Iglesia» (cfr. SC 7).

En la descripción de tal concepto hay cincoelementos claves o esenciales: la celebración delmisterio pascual de Cristo, la Iglesia, los signossensibles, la glorificación de y la santificación delhombre.

Un elemento esencial del concepto de liturgia esque ésta es «celebración del misterio pascual deCristo», por tanto es importante la categoría de«celebración», tanto en su dimensión antropológicacomo teológica.

Page 32: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 30 Bol-333

Así, por celebración de la liturgia se entiende, elmomento expresivo, simbólico, ritual y sacramentalde la liturgia, el acto que evoca y hace presente lasalvación realizada por Dios en Jesucristo con elpoder del Espíritu.

Dentro del proceso evangelizador de la Igle-sia, la celebración litúrgica es importante, por-que es punto de llegada de todo camino evange-lizador y catequético, y punto de partida de todoel compromiso misionero y testimonial de lacomunidad cristiana. Es por ello que lo propio dela liturgia es la celebración y no la evangeliza-ción, ésta debe precederla en parte al menoscronológicamente.

Aunque existen ciertas diferencias entre evan-gelización, catequesis y liturgia (la evangelización,anuncia, la catequesis, profundiza ese anuncio, y laliturgia lo celebra), también se da una relación entreambas, la liturgia, aunque es principalmente, cultoa la divina majestad, contiene también una graninstrucción para el pueblo fiel. En efecto, en laliturgia Dios habla a su pueblo: Cristo sigue anun-ciando el evangelio. El pueblo responde a Dios concánticos y oraciones (cfr. SC 33). En conclusión, laliturgia tiene una dimensión evangelizadora,catequética y también misionera, como veremosmás delante.

2. La dimensión evangelizadora y misionerade la liturgiaEl episcopado francés, en la Carta a los católicos

de Francia de 1996, afirmaba que la liturgia esevangelización, la liturgia es misionera porque esun lugar en el que la fe, siendo celebrada, resultasobre todo propuesta. Teniendo esto presente, vea-mos pues cada una de estas dimensiones de laliturgia.2.1. La dimensión evangelizadora de la liturgia

Por lo que más arriba se ha dicho, nos quedaclaro que la liturgia tiene una dimensiónevangelizadora, ahora la cuestión que se presenta essaber cómo la liturgia realiza tal acción eclesial.

La liturgia debe evangelizar siendo fiel a sunaturaleza, es decir, sin perder de vista su finalidadprincipal, lo cual se concretiza en que, la liturgiaanuncia la buena noticia celebrándola con un len-guaje propio, el lenguaje litúrgico, el cual es unlenguaje simbólico (que puede ser verbal o no

verbal), compuesto de personas, lugares, cosas,ritos, gestos, símbolos, la música, el canto, la ima-gen, y el silencio, y así, al anunciar la buena noticiacelebrándola, la liturgia educa de esta manera en lafe. A este respecto es bueno recordar lo que dice unode los padres del Movimiento Litúrgico, el P. Ro-mano Guardini, que la liturgia es «el dogma hechooración».

Evangeliza la liturgia, desplegando festivamen-te la salvación anunciada, haciéndola presente en lacomunicación y en el gozo, dándonos un pregustode su realización total, al mismo tiempo que noslibra de toda ilusión y orgullo.

Por tanto, cada una de las celebraciones deberáser analizada y valorada en cuanto si ejerce o no dehecho su fuerza evangelizadora de acuerdo con supeculiar dinámica y estructura.

Sí, nos queda claro, la liturgia tiene una fuerzaevangelizadora, pero también hay que cuidar queno se le debe reducir a la categoría de instrumentopedagógico, porque su finalidad no es didácticasino ante todo doxológica.

Aclarado lo anterior, ahora se suscita otrointerrogante, ¿cómo logar que evangelice la li-turgia? Esta es una cuestión importante, sin em-bargo no es un problema teológico, sino pastoral,ya que nadie lo pone en duda. Aquí la cuestión es,cómo hacer para que los signos propios de laliturgia «funcionen» de modo efectivo y, portanto, adquieran su plena eficacia con vistas alanuncio y a la comunión.

Este, en efecto, es como la partitura de unasinfonía, cuyo resultado interpretativo varía de modonotable, tal vez sin alterar ni siquiera una sola nota,dependiendo de la calidad del director y de losmúsicos que la interpretan. Esto requiere pues laatención a algunos factores, tales como: una atentavaloración de la asamblea que –en la liturgia– esevangelizada y evangelizadora; conjugar lo objeti-vo contenido en el libro litúrgico, con lo subjetivoque pertenece a la asamblea que celebra; ser fielesa Dios y al hombre; al misterio que se celebra y atodos aquellos que son destinatarios y protagonis-tas. Se requiere también una pastoral cada vez másinsertada en el año litúrgico, en el que la palabra,contenida en el instrumento litúrgico delLeccionario, explica todas sus posibilidades de serun buen instrumento catequético.

Page 33: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 31Bol-333

PASTORAL LITURGICA

Teniendo esto presente, la liturgia se conviertede verdad en lo que el decreto PO dice acerca de laeucaristía, que es fons et culmen totiusevangelizationis, es decir, fuente y cumbre de laevangelización (n. 5b), momento y lugar privilegia-do en el diálogo entre Dios y su pueblo, de comuni-cación de la fe y de la experiencia salvífica de laedificación de la comunidad, del testimonio de lacaridad y del servicio del hombre.

2.2. Dimensión misionera de la liturgia

Después de haber presentado y profundizado enla dimensión evangelizadora de la liturgia, pase-mos ahora a hablar de la segunda dimensión que nosocupa nuestro tema, de su dimensión misionera.

Partiendo de la celebración de la Eucaristía,corazón de la liturgia, la despedida al finalizar laMisa es como una consigna que impulsa al cristianoa comprometerse en la propagación del Evangelioy en la animación cristiana de la sociedad (cfr.Mane Nobiscum Domine (MND) 24).

En la Exhortación Apostólica SacramentumCaritatis (SaC), dice al respecto: «Después de labendición, el diácono o el sacerdote despide alpueblo con las palabras: Ite, missa est. En estesaludo podemos apreciar la relación entre la Misacelebrada y la misión cristiana en el mundo. En laantigüedad, «missa» significaba simplemente «ter-minada». Sin embargo, en el uso cristiano ha adqui-rido un sentido cada vez más profundo. La expre-sión «missa» se transforma, en realidad, en «mi-sión». Este saludo expresa sintéticamente la natura-leza misionera de la Iglesia. Por tanto, convieneayudar al Pueblo de Dios a que, apoyándose en laliturgia, profundice en esta dimensión constitutivade la vida eclesial» (n. 51).

El mismo documento afirma también que, laEucaristía no es sólo fuente y culmen de la vida dela Iglesia; lo es también de su misión, porque ellaes «principio y proyecto de misión» (cfr. MND 24-28). «Una Iglesia auténticamente eucarística esuna Iglesia misionera» (SaC 84), ya que «la insti-tución misma de la Eucaristía anticipa lo que es elcorazón de la misión de Jesús: Él es el enviado delPadre para la redención del mundo (cf. Jn 3,16-17;Rm 8,32)». Por tanto, «no podemos acercarnos a laMesa eucarística sin dejarnos llevar por ese movi-miento de la misión que, partiendo del corazón

mismo de Dios, tiende a llegar a todos los hom-bres. Así pues, el impulso misionero es parteconstitutiva de la forma eucarística de la vidacristiana» (SaC 84).

O como dice el mismo DA, «La Eucaristía,fuente inagotable de la vocación cristiana es, almismo tiempo, fuente inextinguible del impulsomisionero. Allí, el Espíritu Santo fortalece la iden-tidad del discípulo y despierta en él la decididavoluntad de anunciar con audacia a los demás lo queha escuchado y vivido» (n. 251).

Ahora si estamos en el punto neurálgico de ladimensión misionera de la liturgia: la liturgia (enespecial la liturgia eucarística) es el centro y elculmen de la vida y misión de la Iglesia, lo cualconlleva una exigencia pastoral, la exigencia deeducar constantemente a todos al trabajo misio-nero, cuyo centro es el anuncio de Jesús, únicoSalvador, que surge del Misterio eucarístico,creído y celebrado. Así se evitará que se reduzcaa una interpretación meramente sociológica ladecisiva obra de promoción humana que compor-ta siempre todo auténtico proceso de evangeliza-ción (SaC 86).

Pero, ¿cómo concretizar tal dimensión en laexistencia cristiana?, ¿cuáles serán las implicacionessociales de la dimensión misionera de la liturgia, enespecial, del misterio eucarístico?

La misión primera y fundamental que recibi-mos de los santos Misterios que celebramos es lade dar testimonio con nuestra vida siendo testi-gos de su amor (n. 85), anunciar a Jesucristo,único salvador (SaC 86), ser «pan partido» paralos demás y, por tanto, trabajar por un mundo másjusto, fraterno (n. 88) y pacífico (n. 89), y asíconstruir el Reino de Dios (cfr. Documento deAparecida (DA), 278e).

En conclusión, la dimensión misionera de laliturgia nos tiene que proyectar a dos tareas esencia-les: a anunciar a Jesucristo siendo testigos de suamor y a poner en práctica la dimensión social denuestra fe con todas sus implicaciones.

Poner en práctica la dimensión social de nuestrafe implica, entre otras cosas: promover la DoctrinaSocial de la Iglesia, con la finalidad de evangelizarla cultura, que es hoy en día el gran desafío, tenien-do presente a las personas, las comunidades y las

Page 34: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 32 Bol-333

estructuras, como dice el objetivo de nuestro IVPlan Diocesano de Pastoral (cfr. IV PDP I, 523).

¡Cómo nos hacen falta testigos de la santidadsocial! Hoy más que nunca, nuestra Iglesia y nues-tro mundo tienen necesidad del testimonio de lavida cristiana en la familia, en la educación, en lapolítica, en la economía, en el mundo de la bioética,en la vida profesional, en general en todos losámbitos de la sociocultural, donde se hace patente,indispensable, necesario e insustituible la presenciadel laicado, viviendo su propia espiritualidad ycomprometido en el campo que le pertenece,evangelizando las realidades temporales, a las yanos hemos referido hace un momento, es decir,evangelizar la cultura, tratando de ser sal y luz enmedio de nuestro mundo con la fuerza del evange-lio. Ha llegado la hora del compromiso social denuestra fe, para que construyamos la civilizacióndel amor.2.3. Criterios para una celebración

evangelizadora y misionera

A continuación se sugieren trece criterios bási-cos para configurar una celebración litúrgicaevangelizadora y misionera:1º Tener siempre presente que la celebración

litúrgica es punto de llegada de todo procesoevangelizador y catequético y punto de partidode todo proceso compromiso misionero y testi-monial de la comunidad cristiana.

2º Acomodar, adaptar, inculturar y ser creativos enla celebración litúrgica para que responda a lasnecesidades de los fieles, es decir, favorezca suparticipación litúrgica y a su bien espiritual (cfr.OGMR 395).

3º Preparar la celebración litúrgica, cuidando el«antes», el «en» y el «después» de la misma quesugiere la pastoral litúrgica.

4º Cuidar el espacio celebrativo, de tal manera quese presente limpio, ordenado, es decir, que siem-pre esté, digno, decoroso.

5º Cuidar la belleza de la celebración en todomomento, porque la belleza litúrgica es el sím-bolo de los símbolos del mundo, como lo quepermite la transformación del tiempo y del espa-cio «en el templo santo, misterioso, que brillacon una belleza celestial».

6º Cuidar que el adorno del templo sea realizadocon sentido estético y buen gusto.

7º Presidir con arte en nombre de Cristo y de laIglesia, transparentado los gestos de Cristo sa-cerdote.

8º Celebrar con actitud de fe y con sentido eclesial.9º Promover la participación plena, consiente, acti-

va y decorosa.10º Ejercer la ministerialidad litúrgica, cuidando

que cada cual, ministro o fiel, haga todo y sóloaquello que le corresponde según la naturalezade la acción y las normas litúrgicas (cfr. SC 28).

11º Explotar el lenguaje litúrgico de la celebraciónen toda su plenitud, el cual es importante porque«une el cielo con la tierra, lo humano con lodivino», hace visible y tangible lo invisible,inmanente lo trascendente, humano lo divino,porque es medio, instrumento y vehículo delencuentro con el misterio de Cristo.

12º Cuidar la proclamación de la Palabra de Dios,pues es Cristo mismo el que habla cuando se leeen la Iglesia la Sagrada Escritura (cfr. SC 7), ellaes el alma de la propia evangelización y delanuncio de Jesús a todos (DA 248), y además,porque para la mayoría de los cristianos el mo-mento de la celebración es el único momento decontacto con la Palabra de Dios, y finalmente,porque éstos crecen y se edifican con su escuchaatenta.

13º Poner mucho empeño en la homilía, tanto en supreparación como en su proclamación, aten-diendo para ello al contexto literario y teológicodel texto bíblico (lectura exegética), al contextolitúrgico o celebrativo (contexto litúrgico) y alcontexto pastoral-existencial-espiritual de lacomunidad (contexto pastoral), porque ésta esun elemento de conexión y de entronque entre laPalabra que es proclamada y el rito que cumplelo que ha sido anunciado, y además, porque lahomilía, como toda la celebración, introduce enel misterio de Cristo, de la Iglesia y de la vidacristiana más allá de la celebración.

14º Motivar a la participación con el ministerio delcanto y la música.

15º Proyectar la celebración exhortando al compro-miso social de nuestra fe.

Page 35: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 33Bol-333

PASTORAL LITURGICA

III. ACTUEMOS

Después de haber visto y analizado la realidadentorno a la dimensión evangelizadora de la litur-gia, hemos tratado de iluminarla, haciendo hincapiéen que ésta al ser bien celebrada evangeliza y envíaa realizar una misión, a poner en práctica la fe queprofesamos, cuidando ante todo su dimensión so-cial.

Vamos ahora tratar de concretizar nuestro traba-jo. Indicaciones:

1ª Reúnanse por ministerios litúrgicos, es decir,los ministros extraordinarios de la Eucaristía, losdel equipo de liturgia, los proclamadores, etc. 2ªTraten de responder a esta pregunta, ¿qué puedehacer la pastoral litúrgica o ministerio litúrgicopara que contribuya a que las celebraciones litúrgicasde nuestra parroquia sean más evangelizadoras ymisioneras? 3ª Realicen una programación, o si esque ya la tienen, agreguen alguna o algunas metascon sus actividades, sus responsables, sus fechas, ellugar de realización y los recursos que les puedanservir para realizar tal programación.

METAS ACTIVIDADES RESPONSABLES FECHA LUGAR RECURSOS

IV. CELEBREMOS

Terminemos nuestro tema de hoy sintiéndo-nos enviados a celebrar nuestra fe explotando ladimensión evangelizadora y misionera de la li-turgia.

Leemos, meditamos el texto un momento ensilencio, y luego compartimos alguna idea rela-cionándola con el tema. El texto es: Hch 2, 1-11.Concluimos con el canto: «Id amigos».

Page 36: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 34 Bol-333

FICHA DE EVALUACIÓN

EVALUACIÓN DE LA SEMANA DE FORMACIÓNY ANIMACIÓN LITÚRGICA

NB. Esta evaluación es muy importante hacerla para tomarla en cuenta, tanto en lasprogramaciones parroquiales y decanales, como en la misma comisión diocesana.Ofrecemosuna guía para realizarla y pedimos que dicha evaluación la recojan los encargados decanalesde la pastoral litúrgica, para que, éstos, a su vez, la lleven a la Comisión Diocesana dePastoral Litúrgica (CODIPAL) o enviarla a: [email protected]

Numero de Grupos: ___________________

Hombres-Mujeres: _____________________

NOS FELICITAMOS (Aspectos Positivos)

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

NOS ARREPENTIMOS (Aspectos Negativos)

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

SUGERENCIAS:

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

___________________________________________________________________________

Page 37: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 35Bol-333

PASTORAL LITURGICA

La Comisión Diocesana de Pastoral Litúrgica,en el periodo 2009 – 2010, sigue animando yacompañando la vida litúrgica de nuestra diócesisde San Juan de los Lagos. Durante este periodoanima el siguiente objetivo: Animar, asesorar eintegrar en el año sacerdotal y de la misión lasacciones que se refieren ala santificación de los fie-les, para promover y coor-dinar la animación de laliturgia, de la piedad popu-lar y de las causas de lossantos en la diócesis, conla formación de sus agen-tes, siguiendo los criteriosde la reforma litúrgica.

Para lograr este objeti-vo, la CODIPAL ha reali-zado dos reuniones gene-rales:

*La primera en el mes de agosto 2009, pararealizar la respectiva programación de este añopastoral, en ella se propuso 10 metas, entre las quedestacan: El fortalecer la CODIPAL; Seguir ofre-ciendo medios de formación; Promover los minis-terios litúrgicos, en la diócesis y en la vida parroquialde cada comunidad; Preparar las celebraciones yeventos diocesanos; Potencias las vocalías de cau-sas de los santos, santuarios, arte sacro y músicalitúrgica; Iniciar el proyecto de directorio parasacramentos; entre otras.

Desde ahí la misma comisión ha motivado a lasotras comisiones que conforman el área del tripleministerio (Profética y Social) para realizar la Asam-blea del Triple Ministerio –en el mes de octubre-,donde en común se reflexiona sobre el ser y queha-cer de estas comisiones, para hacer entender –cadauna desde su característica especial- a los cristia-nos, de la necesidad de profundizar en su fe, cele-brarla y vivirla con los hermanos.

*La segunda para darle seguimiento a su progra-mación y al mismo tiempo, para sondear cómoestán trabajando los equipos decanales. Fue reali-zada en el mes de diciembre 2009. En ella, tambiénse realizó el esbozo del temario del boletín del mesde abril. Y la vocalía de música litúrgica expuso los

proyectos a corto plazo reali-zados y los ha realizarse alargo plazo.

La CODIPAL, tambiéntiene presencia en la Provin-cia Eclesiástica de Guadala-jara, a la que pertenece; haparticipado en las reunionesde septiembre, noviembre2009 y febrero 2010, en cadauna de ellas, ha aportado en loque se refiere a las distintasdimensiones en que se tienenproyectos. Cabe mencionarque la del mes de noviembre,

es la llamada Asamblea Provincial y en esta ocasiónnuestra diócesis fue sede de dicha reunión. Serealizó en la ciudad de Tepatitlán de Morelos, losdías 23, 24 y 25 de noviembre, fue presidida pormons. José Luis Amezcua, obispo de Colima. Enella se evaluaron las actividades realizadas en elperiodo 2008-2009 y se programaron las del nuevociclo pastoral. Participaron sacerdotes y laicos delas distintas diócesis de la provincia, como de laPrelatura del Nayar.

Como cada año, en el mes de noviembre, se realizóel Encuentro Diocesano de Ministerios Litúrgicos -nuevamente fue en la ciudad de Tepatitlán en la sededel Instituto Diocesano de Pastoral Litúrgica,IDDEPAL-, el tema fue: La dimensión evangelizadoray misionera de la liturgia, para favorecer la reflexiónen torno al año de la misión. Participaron varioslaicos, agentes de pastoral litúrgica en las comunida-des y un nutrido número de sacerdotes.

Informes:COMISIÓN DIOCESANA DE PASTORAL LITÚRGICA

Page 38: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 36 Bol-333

Esta Comisión Diocesana de Pastoral Litúrgica, ensu afán por formar y capacitar agentes, según la refor-ma del Concilio Vaticano II, también dio inicio altercer semestre del Instituto Diocesano de PastoralLitúrgica, con sede en Tepatitlán. En éste, los alumnoshan mostrado su interés y al mismo tiempo valorado laformación que reciben, reconociendo el grande aporteque este Diplomado dará para la vida parroquial de lasdiferentes comunidades.

Como fruto de su participación en el ConsejoDiocesano de Pastoral, desde ahí, se ha pedido queinicie el proyecto de los criterios diocesanos para lacelebración de sacramentos. Ya ha dado los primerospasos, al presentar en el mismo Consejo Diocesano, loque diócesis vecinas han realizado, sobre todo, paraconocer la experiencia de éstas y descubrir las necesi-dades para la nuestra, tomando el rumbo adecuado.Poco a poco dicho proyecto, sigue su cauce y en fechaspróximas con un grupo de peritos en la materia, defi-nirá el curso de acción para la realización de esteproyecto.

No podemos negar, que esta Comisión y las vocalíasque la integran, sigue manifestando que la Liturgiadesemboca en misión; que la Liturgia celebrada ymisión son dos momentos del mismo amor; y por eso,junto con las demás Comisiones que forman el organi-grama diocesano, está animada con el espíritu deAparecida, que llama e impulsa a la Misión Continen-tal, por lo tanto, esta Comisión, sigue animando lasacciones que se refieren a la santificación de los fieles,siguiendo los criterios de la reforma litúrgica.

Y, si Aparecida, reafirma la centralidad del miste-rio de Cristo en la vida de la Iglesia. También sereconoce que: «La liturgia es la celebración de laPascua de Cristo, actualización de la vida nueva queCristo ofrece desde su cruz. Y celebrar la liturgia esabrevar en la fuente de la vida que es Cristo entregán-dose y, desde ese manantial, comprometerse a servir alas personas y a los pueblos en la calidad de sus vidas,en la justicia y en la solidaridad. Es, en fin, en la entregatotal de Cristo renovada en cada celebración dondeconocemos el alma y el arte de la misión, Celebrar esir siendo asimilados a «Aquél que da la vida por loshermanos» (Jn 15, 13).

Pbro. José Emanuel Vázquez CarrilloSecretario de la CODIPAL

[email protected]

VOCALÍA DE MÚSICALITÚRGICA

1. La preocupación pastoral por la músicalitúrgica en nuestra diócesisEn el IV Plan Diocesano de Pastoral, encon-

tramos varias menciones referentes al papel ylugar de la música sacra (que ahora vamos aentender como música litúrgica) y que son lasque nos guían para establecer el objetivo, elprograma, y el curso de acción de la VocalíaDiocesana de Música Litúrgica. Los números1

en que encontramos referencias explícitas sobreeste tema son: 181-186; 211-213; 225-230.2. En el contexto de la Pastoral Litúrgica

La Vocalía Diocesana de Música Litúrgica(VDML), forma parte de la Comisión Diocesanade Pastoral Litúrgica (CODIPAL). Quien estoescribe asumió la responsabilidad de la vocalíaen el mes de septiembre de 2009 y para el día 15de octubre se realizó, en la Parroquia del EspírituSanto de Tepatitlán, la primera reunión a la queasistieron 7 sacerdotes de diversos decanatos,con la finalidad de asumir realizar la programa-ción para el presente año, buscando, entre otrascosas, involucrar un mayor número de agentesque ya participan en este servicio litúrgico.3. Objetivo

La Vocalía Diocesana de Música Litúrgica esel equipo específico de pastoral que tiene porobjetivo promover la formación litúrgico –musical de los agentes dedicados al campo delcanto y la música (cantores, instrumentistas,coros, asociaciones musicales, compositores,etc.) para animar y fomentar la dignidad y eldecoro de las celebraciones de culto, en lasdiversas comunidades de la diócesis de San Juande los Lagos.4. Tareas, competencias y actividadesa) Una de las actividades con las que se está ya

promoviendo la formación de los músicos enel ámbito litúrgico es el Centro Diocesano deFormación Musical que funciona tanto enSan Juan de los Lagos (desde hace cuatroaños), como en Tepatitlán (desde hace dosaños, en la Parroquia del Espíritu Santo). Hayya una generación de egresados de esta insti-

Page 39: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 37Bol-333

PASTORAL LITURGICA

tución y actualmente estudian en ella alrededorde 80 alumnos que semanalmente se aplican alas materias de solfeo, piano, armonía, contra-punto, coro y capacitación parroquial y queprovienen de diversas parroquias de la diócesis.

b) Elaboración de un plan gradual de formaciónpara agentes del canto y la música litúrgica.Actividad contemplada para el corto plazo. Con-siste en promover que en todas las parroquias ycomunidades se acompañe y dé atención a loscoros juveniles, coros parroquiales, cantores,músicos de iglesia, etc., en tres áreas: Forma-ción humana, Formación Cristiano-litúrgica yFormación Técnico-musical.

c) Elaboración de un conjunto de criterios y orien-taciones que, basados en el magisterio de laIglesia, a partir de las normas litúrgicas y con laaprobación del Obispo diocesano, ayude a loscompositores, cantores y coros a elegir y ejecu-tar los esquemas de cantos más apropiados paracada momento de la celebración de acuerdo altiempo litúrgico, a la asamblea en la que separticipa y a los rasgos culturales específicos denuestra diócesis.

c) Recopilación y organización de los cantos que seconocen así como la propuesta de nuevos cantosy piezas musicales en un manual o cantoral quedé unidad a los repertorios de las comunidadesde nuestra diócesis y facilite el que quienesasistan a las celebraciones litúrgicas aprendanlos cantos y puedan participar más plenamente.

e) Esta vocalía también es el enlace con el equipo demúsica litúrgica a nivel de la Provincia Eclesiás-tica de Guadalajara y con el DepartamentoEpiscopal de Música Litúrgica (DEMUSLI),mediante la participación en los congresos na-cionales y otros momentos de contacto. A esterespecto, cabe hacer mención que, como fruto denuestra participación en el XXXII CongresoNacional de Música Litúrgica celebrado en laciudad de Morelia, Mich., el pasado mes defebrero, los participantes decidieron con muchoentusiasmo elegir a nuestra diócesis como sedepara el congreso nacional a realizarse a finalesde febrero del año entrante. Así pues, como partede la preparación de este gran evento nuestroequipo de trabajo está llamado a enriquecerse, aabrazar la mística de la comunión y la participa-

ción y a realizar una serie de iniciativas a niveldiocesano que involucren al mayor número po-sible de coros, músicos y grupos parroquialespara que, al tener lugar este congreso nacional,los primeros beneficiados con su realización yorganización seamos los anfitriones.

5. Pastoral armonizadaA fin de cuentas, son muchas las tareas que esta

vocalía debe realizar, y más todavía las necesidadesque se deben identificar y responder con trabajocreativo, constante y formación adecuada. Si so-mos conscientes de que el servicio de la músicadentro de la liturgia es un auténtico ministerio másque un elemento extraño o un añadido extraño alculto (cfr. IV PDP II, n. 246), caemos en la cuentade que aún es necesario prepararnos todavía más eneste ámbito y poner cada uno de nosotros (agentes,laicos y pastores) nuestro granito de arena para quelos que tenemos gusto y afición por la música,pongamos cada vez más ese talento al servicio dela Iglesia para alabanza de Dios y santificación denuestros hermanos.

Pbro. Jorge Luis Aldana Ruiz [email protected]

VOCALÍA DE CAUSASDE LOS SANTOS

Durante el presente año pastoral 2009-2010 sehan venido difundiendo en el periódico El Mensa-jero Diocesano, con ocasión del Año Sacerdotal,algunos artículos sobre el significado de dichoevento y con las semblanzas de algunos sacerdotes;se proyecta presentar a los sacerdotes mexicanos yacanonizados, y posteriormente a los beatos y sier-vos de Dios de nuestra patria. Sucesivamente nosocuparemos, de los religiosos y seglares, ya no enrelación al Año Sacerdotal, sino de la pastoral de lasantidad.

En cuanto al equipo, no nos hemos reunido porlo saturado de actividades. El trabajo se ha concen-trado en dos actividades: la Guía del Peregrino, queya casi está concluido, y las oraciones para la Misay la Liturgia de las Horas propias de nuestra dióce-sis.

Pbro. Juan Carlos González O.

Page 40: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 38 Bol-333

Dentro de la comunidad celebrante, y como elmás importante de todos los ministros que leayudan a celebrar, está el presidente. Como diceel Misal, «el Pueblo de Dios es convocadopara celebrar… bajo la presidencia del sa-cerdote, que actúa en la persona de Cris-to» (IGMR 27).

Este es en verdad uno de los másnobles y gozosos ministerios quese le han confiado al obispo, alpresbiterio o, en su caso, al diáco-no.

La palabra latina «prae-sedere»,sentarse delante, corresponde a lagriega «pro-estos», que es la que sanJustino emplea en su Apología del año150 para designar al que preside la cele-bración eucarística. En una comunidad quecelebra, hay un ministro que preside, hacien-do las veces de Cristo2.

Quién preside

a) El presidente de una celebración es, en algunascelebraciones más centrales y expresivas de lacomunión eclesial –ordenaciones, dedicaciónde iglesias, confirmaciones-, el obispo.Tanto en su misión de enseñar como en la de ser

guía pastoral y misionera, y de modo especial en sufunción santificadora y cúltica, el obispo, como«primer liturgo», es el que tienen más autoridad ysignificatividad.

El Concilio afirmó la motivación teológica,eclesial, de esta presidencia primordial del obispo:

«El obispo debe ser considerado como el gransacerdote de su grey, de quien deriva y depende en

cierto modo la vida en Cristo de sus fieles. Por eso,es necesario que todos concedan gran importan-

cia a la vida litúrgica de la diócesis en torno alobispo, sobre todo en la iglesia catedral, per-

suadidos de que la principal manifestaciónde la Iglesia tiene lugar en la participación

plena y activa de todo el pueblo santo deDios en las mismas celebraciones

litúrgicas, especialmente en la mis-ma Eucaristía, en una misma ora-ción, junto a un único altar, que elobispo preside rodeado por su pres-biterio y sus ministros» (SC 41);

«Los obispos son los principa-les dispensadores de los misterios de

Dios y los moderadores, promotores yresponsables de toda la vida litúrgica»

(Christus Dominus 15).Por eso, el Misal afirma que «toda celebra-

ción eucarística legítima es dirigida por el obispo,ya personalmente, ya por los presbíteros, sus cola-boradores». Y al recomendar que sea él quienpresida normalmente, añade que «esto no se hacepara aumentar la solemnidad exterior del rito, sinopara significar de una manera más clara el misteriode la Iglesia, sacramento de unidad» (IGMR 92).b) En otras celebraciones, es el presbítero quien

puede presidir: la eucaristía, el sacramento de lareconciliación, la unción de enfermos3.Lo dice expresivamente el Ritual de su ordena-

ción:«Partícipes, en su grado de ministerio, de la

función del único Mediador, Cristo, anuncian atodos la palabra divina. Ejercen su sagrada funciónsobre todo en la asamblea eucarística. A favor de

Documentosde Estudio

EL MINISTERIO DEL PRESIDENTE

(JOSÉ ALDAZÁBAL, Ministerios al servicio de la comunidad celebrante, Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelo 2006).

Page 41: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 39Bol-333

PASTORAL LITURGICA

los fieles arrepentidos o enfermos, desempeñan enel más alto grado el ministerio de la reconciliacióny del alivio, y presentan a Dios Padre las necesida-des y súplicas de los fieles. Ejerciendo, en la medidade su autoridad, la función de Cristo Pastor yCabeza, reúnen la familia de Dios como una frater-nidad animada.

Con espíritu de unidad y la conducen a DiosPadre por medio de Cristo, en el Espíritu» (Ritual n.102).c) También el diácono puede presidir algunas cele-

braciones.Además de ejercer su ministerio propio en va-

rios ámbitos de la vida eclesial –en torno a laPalabra y de la caridad-, como colaborador delobispo y del presbítero, siempre al servicio delpueblo de Dios, puede ejercer una función presi-dencial en el bautismo, en la bendición del matri-monio, en las exequias y en la oración comunitariade la Liturgia de las Horas.d) En casos excepcionales, también los laicos pue-

den recibir la encomienda de presidir algunacelebración, como en las celebraciones de laPalabra o de la oración o algunas bendiciones oincluso el bautismo4.

En comunión con CristoPara entender el sentido más profundo de este

ministerio, se han de tener en cuenta las tres dimen-siones en que se mueve: está unido a Cristo, que esel Sumo Sacerdote y Presidente de toda celebracióncristiana; está unido a la comunidad que se hacongregado para celebrar, y de la que él, en nombrede Cristo, es cabeza y guía; y está también unido ala Iglesia local, presidida por el Obispo y, por mediode él, a toda la Iglesia universal5.

Cristo ha querido servirse de la mediación de losministros de la comunidad para realizar su obrasantificadora. Él es el verdadero sacerdote y presi-dente en cada celebración. Él actúa hoy y aquí, tantoen la proclamación de la Palabra como en la cele-bración de los sacramentos. Pero ha queridovisibilizar su acción salvadora por el ministerio deunos hombres que han recibido una configuraciónespecial con él en el sacramento del Orden. Es élquien absuelve y perdona, a través de la persona delsacerdote. Es él quien bautiza, incorporando a unapersona a su vida pascual. Es él quien preside, por

medio del sacerdote, la Eucaristía que celebra lacomunidad.

El presidente es el signo visible, el sacramentode Cristo. Por eso, se dice que actúa en la persona deCristo, representando y personificando a Cristoante la comunidad. Y para eso ha recibido el sa-cramento del Orden, que le configura de un modosacramental nuevo a Cristo Cabeza y Pastor. Enlatín se usan las expresiones «In persona Christi»,«vicem gerens Christi» o «personam Christigerens»6.

Más aún, Cristo, el Señor Resucitado, está real-mente presente en el presidente: no sólo en lacomunidad, en la palabra o en los dones eucarísticos:«Cristo está realmente presente… en la persona delministro» (IGNR, 27).

El Catecismo presenta a los sacerdotes como«iconos» y sacramentos de Cristo:

«…el sacramento del Orden, por el cual el Espí-ritu Santo los hace aptos para actuar en representa-ción de Cristo-Cabeza para el servicio de todos losmiembros de la Iglesia. El ministro ordenado escomo el icono de Cristo Sacerdote. Por ser en laEucaristía donde se manifiesta plenamente el sa-cramento de la Iglesia, es también en la presidenciade la Eucaristía donde el ministerio del obispoaparece en primer lugar y, en comunión con él, el delos presbíteros y los diáconos» (CCE 1142).

Cuando el Misal habla del presbítero como pre-sidente de la Eucaristía, que «actúa en la persona deCristo», le pide la unión íntima con Cristo:

«debe servir a Dios y al pueblo con dignidad yhumildad, e insinuar a los fieles, en el mismo modode comportarse y de anunciar las divinas palabras,la presencia viva de Cristo» (IGMR 93).

Es Cristo el verdadero Presidente de toda cele-bración. Su signo sacramental es el presidente, quedebe ejercer su ministerio con humildad y expresi-vidad.

Juan Pablo II, en su encíclica Ecclesia deEucharistia, de 2003, explica qué significa estarelación del presidente con Cristo:

«In persona Christi quiere decir algo más que ennombre, o también en vez de Cristo, In persona: esdecir, en la identificación especifica, sacramental,con el sumo y eterno Sacerdote, que es el autor y el

Page 42: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 40 Bol-333

sujeto principal de su propio sacrificio, en el que, enverdad, no puede ser sustituido por nadie» (EdE,29).

También el Catecismo de la Iglesia Católicapresenta por qué el sacerdote actúa en la persona deCristo (CCE 1548-1551).

«Este sacerdocio es ministerial. Está eternamen-te referido a Cristo y a los hombres. Dependetotalmente de Cristo y de su sacerdocio único, y fueinstituido a favor de los hombres y de la comunidadde la Iglesia. El sacramento del orden comunica unpoder sagrado, que no es otro que el de Cristo»(CCE 1551).

En su manera de actuar se debe notar, pues, queestá íntimamente unido a Cristo, en la celebracióny también fuera: es signo de Cristo médico, pastor,maestro, servidor (lavando los pies a los demás).

Aquí está la razón de ser del presidente: visibilizasacramentalmente la presencia de Cristo. Tal es elmotivo de su sede especial, del canto que acompañasu entrada, de su papel de protagonista en la oracióny en la homilía y en la bendición final. Actúa conconfianza y a la vez con humildad, porque lo haceen nombre de Cristo.

«presbyteri Christo Sacerdoti configurantur, itaut in persona Christi Capitis agere valeant» (PO 2)

(Están identificados con Cristo Sacerdote, de talmanera que pueden actuar como representantes deCristo Cabeza).

Unido a la comunidadEl que preside la celebración, además de actuar

«In persona Christi», lo hace también «In nomineEcclesiae», unido, por tanto a la comunidad a la quepreside, conoce y ama:

«preside al pueblo del congregado aquí y ahora,dirige su oración, le anuncia el mensaje de salva-ción, asociando al pueblo en la ofrenda del sacrifi-cio de Cristo en el Espíritu Santo a Dios Padre, daa sus hermanos el pan de la vida eterna y participadel mismo con ellos» (IGMR 93).

Las oraciones principales las dirige él a Dios ennombre del pueblo:

«estas oraciones las dirige a Dios el sacerdoteque preside la asamblea actuando en la persona, ennombre de todo el pueblo santo y de todas loscircunstantes». (IGMR 30);

«Pronuncia oraciones como presidente, en nom-bre de la Iglesia y de la comunidad reunida» (IGMR33).

El Catecismo de la Iglesia Católica, además deafirmar la relación del sacerdote con Cristo, expre-sa su actuación «en nombre de toda la Iglesia»:

El sacerdocio ministerial no tiene solamente portarea representar a Cristo, Cabeza de la Iglesia, antela asamblea de los fieles, actúa también en nombrede toda la Iglesia, cuando presenta a Dios la oraciónde la Iglesia y sobre todo cuando ofrece el sacrificioeucarístico» (CCE 1552).

El que preside la Eucaristía es el que completa ala asamblea cristiana, representando a Cristo. Cuan-do, al comienzo de la celebración, saluda a lacomunidad y esta le responde, se pone de manifies-to la Iglesia en su identidad concreta:

«el sacerdote, por medio del saludo, manifiestaa la asamblea reunida la presencia del Señor. Coneste saludo y con la respuesta del pueblo queda demanifiesto el misterio de la Iglesia congregada»(IGMR 50).

Así, la comunidad y el presidente se comple-mentan mutuamente.

«El ministro que preside en nombre de CristoCabeza y Pastor, haciendo sus veces, complementaa la comunidad, haciendo la realización sacramentalde la Iglesia entera. A la vez se complementa conella, porque el ministro no actúa sólo, sino dentro deella y para ella. De este modo la celebración litúrgicacomunitaria manifiesta visiblemente el misterio deCristo y la naturaleza auténtica de la verdaderaIglesia»7.

En comunión con el Obispo y con la Iglesia

Pero aún hay otra importante dimensión en elministerio del presidente: la comunión por el propioy con los demás obispos de la Iglesia universal. Elpresidente es un testimonio viviente de la catolicidady de la sucesión apostólica de la Iglesia.

Si no es obispo, preside en unión con sus obisposy a través de la unión con él, enlaza con el episco-pado católico de ahora y de siempre. Por eso elpresidente es el signo visible de unidad y comunióneclesial.

La introducción al Misal lo expresa claramente:«La celebración eucarística es acción de Cristo

Page 43: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 41Bol-333

PASTORAL LITURGICA

y de la Iglesia, es decir, de un pueblo santo congre-gado y ordenado bajo la diferencia del Obispo»(IGMR 91):

«Toda celebración eucarística legítima es dirigi-da por el Obispo, ya sea personalmente, ya por lospresbíteros, sus colaboradores. Esto se hace no paraaumentar la solemnidad exterior del rito, sino parasignificar de una manera más clara el misterio de laIglesia, sacramento de unidad» (IGMR 92).

La Iglesia local, realización concreta de la uni-versal, no alcanza su plenitud, expresiva comopueblo sacerdotal, en el ejercicio del culto , sin lapresencia del ministro ordenado que hace las vecesde Cristo y la constituye en signo manifestativo dela Iglesia, sobre todo en la Eucaristía (cf. LG 26; SC41-42; PO 5).

Por eso, nombra en cada Eucaristía al Papa y alpropio Obispo, también cuando el grupo que cele-bra es muy reducido y podría correr el peligro desentirse como encerrado en sí mismo. Por ellotambién celebra según los libros litúrgicos eclesiales:el Calendario, el Misal, el Leccionario, la Liturgiade las Horas… Y sigue, según ellos, las normas quese establecen eclesialmente, haciendo caso, concreatividad y adaptación pedagógica, a los márge-nes de libertad que ellos le dejan como presidentede una comunidad.

Actuaciones propias del presidente

En la celebración eucarística hay momentosespeciales en que el presidente actúa como tal,dirigiéndose a Dios en nombre de todo el pueblo y,al pueblo, en nombre de Dios y de Cristo (cf. IGMR30-33).

Los demás servicios, los no estrictamente presi-denciales, es mejor que los hagan otros ministros,no sólo por pedagogía, sino también porque lo pidela imagen de la Iglesia. Respecto a las lecturas, diceel Misal que «según la tradición, el oficio de procla-mar las lecturas no es presidencial, sino ministe-rial». En la oración universal, «el invita a los fielesa orar y la concluye con una oración» (IGMR 71),mientras que las intenciones es mejor que las digaotro ministro.a) Como presidente, le toca a él, de modo particular,

con la ayuda del equipo animador de la comuni-dad, coordinar la preparación de la celebraciónen sus diversos aspectos: cantos, moniciones,

ministerios, elección de posibles elementos al-ternativos.El Misal le da consignas muy concretas al res-

pecto:«La efectiva preparación de cada celebración

litúrgica hágase con ánimo concorde y diligentesegún el Misal y los otros libros litúrgicos… Elsacerdote que preside la celebración tiene siempreel derecho de disponer lo que concierne a suscompetencias». (IGMR 111).

«El sacerdote, al preparar la Misa, mirará más albien espiritual del pueblo de Dios que a su personalinclinación. Tenga además presente que una elec-ción de ese tipo hay que hacerla de común acuerdocon los que intervienen de alguna manera en lacelebración juntos con él…» (IGMR 352).b) Algunas de las intervenciones propias del presi-

dente son de sentido ascendente.Ante todo, la Plegaria Eucarística, esencial-

mente presidencial. En ella el sacerdote, como«portavoz» de toda la comunidad, bendice a Dios,le invoca pidiéndole que envíe su Espíritu sobre losdones y sobre la comunidad, y le ofrece el sacrificioperenne de Cristo.

Junto a la plegaria central, hay otras oraciones:la oración colecta, la oración sobre las ofrendas, laposcomunión y la conclusión de la Oración Univer-sal. Todas estas oraciones,

«las dirige a Dios el sacerdote que preside laasamblea actuando en la persona de Cristo, ennombre de todo el pueblo santo y de todos loscircunstantes. Con razón, pues, se denomina, ora-ciones presidenciales» (IGMR 30).c) Otras intervenciones suyas son de dirección

descendente.Con el saludo inicial, el sacerdote «manifiesta a

la asamblea reunida la presencia del Señor» (IGMR50). Con la monición, después del saludo, crea unclima de acogida, recuerda el tono del tiempolitúrgico y de la fiesta e introduce el acto peniten-cial8. A lo largo de la celebración, hay otrasmoniciones que también pertenecen más estricta-mente al sacerdote que preside: la que introduce laPlegaria Eucarística, o la que invita a rezar elPadrenuestro o a acercarse a la comunión.

La homilía es normalmente propia del presiden-

Page 44: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 42 Bol-333

te. Siempre es más expresivo que sea él, el que actúaen nombre de Cristo, quien aplique la Palabra a lavida de los presentes. Él ha recibido el encargooficial, en la Iglesia, de explicar y aplicar la Palabraque se ha proclamado a la vida concreta de lacomunidad. Así ayuda a que el mensaje salvador deDios llegue a todo de un modo interpelante. Aquí esel signo visible de Cristo, el evangelizador porantonomasia, la Palabra viva de Dios a la humani-dad.

Finalmente, con la bendición, concluye la cele-bración y, en nombre de Cristo, transmite a toda lacomunidad la bendición de Dios.

d) El sacerdote tiene también oraciones perso-nales, no como presidente: «el sacerdote no sólopronuncia oraciones como presidente, en nombrede toda la comunidad, sino que también algunasveces lo hace a titulo personal» (IGMR 33). Asícomo las oraciones «presidenciales» las pronuncia«claramente y en voz alta», de modo que todos laspuedan escuchar atentamente (IGMR 32), las «per-sonales» las dice en secreto (IGMR 33). No «en vozbaja», porque ahora, con los micrófonos, ya noexiste la voz baja, sino en secreto.

Los signos de la presidencia

La sedeLa sede presidencial está en un lugar destacado,

no sólo para que el sacerdote pueda ejercer mejordesde ella su ministerio. En sí misma, esta sedetiene un simbolismo: es la sede de Cristo, Cabeza yPresidente de la comunidad.

«La sede del sacerdote celebrante debe signifi-car su oficio de presidir la asamblea y dirigir laoración» (IGMR 310).

Evitando toda apariencia de trono, debe ser unasede digna, destacada, diferente de las otras sedes oasientos de los concelebrantes y demás ministros.

Su situación debe favorecer la comunicaciónvisual con la comunidad (cf. IGMR 310).

La sede ha de ser única, superando, por tanto, elnúmero de tres que usaban antes, cuando en lasmisas solemnes se sentaban en ellas también eldiácono y el subdiácono.

En la sede preside la celebración desde el iniciohasta el ofertorio. Desde ella el sacerdote saluda a

la comunidad, escucha la Palabra y la comenta,inicia y concluye la oración universal. En el ofertorioirá al altar, hasta el final de la misa. Después de lacomunión podría volver a la sede, aunque lógica-mente la oración que falta, la poscomunión, perte-nece más bien al ámbito del altar, y no al de la sede.

El altarEl otro lugar presidencial, desde el ofertorio de

la Eucaristía, es el altar, desde el cual el sacerdotepreside la segunda parte de la celebración. El altares a la vez «ara sacrificial» donde se celebrasacramentalmente el memorial de la entrega pascualde Cristo en la cruz, y «mesa del Señor» a la que esinvitado el pueblo de Dios en la comunión.

Es el centro donde converge la atención de lacomunidad y el lugar desde el que el sacerdotepreside, eleva a Dios la Plegaria Eucarística, invocaal Espíritu y ofrece el memorial del sacrificio deCristo, parte el Pan e invita a los fieles a participarde la comunión con Cristo.

Tanto como está en la sede como en el altar, nohace falta que le acompañen de cerca un par deconcelebrantes o de acólitos, si tiene un diácono, síle asiste, discretamente, a su lado.

Las vestidurasUn signo exterior de la presidencia eucarística es

el uso de las vestiduras litúrgicas. Su finalidad esque

«la diversidad de funciones en la celebración semanifiesta exteriormente por la diversidad de lasvestiduras sagradas que, por consiguiente, debenconstituir un distintivo propio del oficio que desem-peña cada ministro» (IGMR 335).

Sigue siendo válido el lenguaje pedagógico de lavestidura especial, como sucede también en la vidasocial. Los vestidos son, además, un recordatoriocontinuado para todos, también para el mismopresidente, de que lo que celebran no es algo profa-no, sino sagrado, y que el ministro no actúa ennombre y por iniciativa propia, sino como el minis-tro puesto por la Iglesia para servir a la comunidaden su acción sacramental, representando a Cristo.

La vestidura propia del sacerdote que preside laEucaristía es, además del alba, que es común a losdemás ministros, y la estola, la casulla (cfr. IGMR

Page 45: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 43Bol-333

PASTORAL LITURGICA

335- 336). En los países en donde las ConferenciasEpiscopales lo hayan acordado, puede tener tam-bién expresividad el alba-casulla.

Gestos y posturas

Es importante también la actuación no-verbal deun presidente. Él actúa delante de toda la comuni-dad y es evidente que tiene que seguir las leyes dela comunicación tanto verbal como gestual. Sumanera de estar, de moverse, de decir, de actuar, seconvierten en un signo del misterio sagrado queacontece en cada celebración. Por eso, debe asegu-rar una digna expresividad, en todo ello.

Por ejemplo, debe cuidar la voz. Cuando lee elevangelio, a falta de otro sacerdote o diácono, oproclama oraciones «presidenciales», su voz debeser pausada, clara, fácil de escuchar y seguir,comunicativa. Mientras que si se trata de oracionesmás secundarias, su voz no tiene por qué ser solem-ne (por ejemplo, cuando presenta en el ofertorio elpan y el vino) y, si se trata de oraciones personales(la preparación al evangelio o a la comunión) elMisal le invita a que las diga en secreto. Su mejorvoz la tiene que emplear el sacerdote para la procla-mación del evangelio, si es el caso, y para laPlegaria Eucarística.

También sus gestos y posturas pueden tenerinfluencia positiva o negativa, en el conjunto de lacelebración, según sean auténticos o rutinarios,según salude mirando a la comunidad o al libro,según qué actitud tome cuando proclama en nom-bre de todos la Plegaria Eucarística. Preside tam-bién con sus gestos y posturas. Unos brazos exten-didos, con las manos abiertas, pueden ser un discur-so: por ejemplo, cuando pronuncia la fórmula de laabsolución, o la bendición solemne al final de lamisa, o la invocación del Espíritu sobre el pan y elvino.

«El presidente, cuando está de pie, en la sede oen el altar y eleva los brazos o extiende las manosen la oración, o las impone sobre las ofrendas osobre el pueblo, o bendice o besa el evangeliario oel altar, debe realizar cada movimiento y cada gestocon sencillez y con elegancia, con autenticidad y sinafectación. Los gestos, no teatrales, pero expresi-vos y dignos a la vez, de un buen presidente, ayudanmucho a que la asamblea adopte las actitudes inter-nas que convienen en cada momento» (El presiden-

te de la celebración eucarística. Directorio de laComisión episcopal de liturgia, n. 26)

Actitud espiritual del presidente

Su triple unión con Cristo, con la comunidad ycon la Iglesia es la que le señala a un presidente lasactitudes espirituales adecuadas9.a) En su ministerio, el sacerdote —o el diácono, o

el laico, en su caso—, se siente unido a Cristo, aquien hace sacramentalmente visible en mediode la comunidad. Por eso el Misal le recomiendaque, cuando preside la Eucaristía, «debe insi-nuar a los fieles… la presencia viva de Cristo»(IGMR 93).La unión con Cristo se expresa y se alimenta con

una escucha atenta de la Palabra de Dios, con lasintonía en la alabanza, en la súplica, en la comu-nión con el Cuerpo y Sangre de Cristo. Todo eso ledebe llevar a una mayor actitud de entrega sacrificial,en la celebración y en la vida, ya que es el represen-tante de Cristo, el «entregado por…»

Es una unión con Cristo que naturalmente, se lepide a un sacerdote también fuera de la celebración.En efecto, sigue siendo imagen sacramental deCristo cuando atiende a los niños o a los enfermoso a los marginados de la sociedad, cuando trabajapor la convivencia fraterna, cuando gasta sus mejo-res energías en la entrega por los demás. Y sólotendrá fuerzas para realizar bien este gran ministe-rio si está unido a Cristo: «sin mí no podeís hacernada».b) «Descálzate: éste es terreno sagrado». Moisés se

acercó a mirar qué fenómeno era aquel de lazarza que ardía sin consumirse. Y el Señor ledijo: «no te acerques, quítate las sandalias de lospies; el sitio que pisas es terreno sagrado» (Ex.3).Una de las principales actitudes que debe tener el

que preside una celebración es el respeto al miste-rio que allí está sucediendo. El protagonista esDios, que quiere comunicar su gracia y su amor.Los que como ministros le sirven de mediadoresante la comunidad, deben tener una clara concien-cia de ser, no protagonistas, sino servidores, ha-ciendo lo posible por ser buenos «mistagogos»,buenos conductores de la palabra y de la gracia deDios a la comunidad.

Page 46: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 44 Bol-333

c) Su unión con la comunidad debe manifestarse ensu cercanía y servicialidad para con todos, enuna actitud que el Misal llama de «dignidad yhumildad» (IGMR 93).No preside desde fuera de la comunidad, ni por

encima de ella, sino desde dentro. Es un miembrode la comunidad, un creyente entre los creyentes,un hermano que ha recibido de la Iglesia, no tantoun privilegio, sino el encargo y la gracia sacramentalpara realizar este ministerio para bien de los demás.

Presidir desde dentro significa amar a sus her-manos, a todos ellos, conocerles, interesarse por subien espiritual, tener como fin último el servirlesdesde su ministerio, para que puedan más fácilmen-te sintonizar con Cristo y su misterio salvador.

La unión con la comunidad pide además quemejore su capacidad comunicativa, de modo quesus acciones, palabras y gestos lleguen a expresardebidamente lo que se celebra. No puede saludarmirando al libro. No puede empezar el prefaciobuscando las páginas del Misal.d) Esta doble unión, con Cristo y con la comunidad,

hace que el presidente de una celebración tengauna doble dimensión en su actitud.A veces, está muy unido a los demás, como un

miembro de la comunidad dice igual que los demásel «Señor, ten piedad», o el «Señor, no soy digno»,escucha como el primero la Palabra de Dios (antesde ser maestro es discípulo), canta el Gloria oprofesa el Credo, intercede por el mundo y participadel Cuerpo y Sangre de Cristo.

Otras veces está claramente identificado conCristo, estableciéndose una especie de «alteridad»con los demás: en la homilía explica a sus hermanosla Palabra (aunque antes se la aplica a sí ismo),saluda y bendice a todos en nombre de Cristo…

Esto le educa a sentirse unido a Cristo y a lacomunidad ala vez. No debe sentirse dueño, ni de laEucaristía, ni de la Palabra, ni de la comunidad, sinoservidor.

Como dijo san Agustín: «para vosotros soy obis-po; con vosotros soy cristiano». Por una parte,representa a Cristo, y esto le debe dar confianza ensu ministerio. Pero, por otra, pertenece a la comu-nidad, y no es dueño, sino ministro. Es bueno elbinomio que le sugiere el Misal: «dignidad y humil-dad» (IGMR 93).

e) El que preside una celebración litúrgica necesitatambién un claro sentido de la Iglesia.En su talante espiritual, debe expresar claramen-

te su comunión con el obispo de la diócesis y con laIglesia universal.

No actúa y organiza la celebración según sugusto personal, o el de un grupo concreto, sino confidelidad a las normas que los libros litúrgicos hancreído oportuno señalar actualmente para todas lascelebraciones, sintonizando no sólo con su letra,sino con su espíritu, aprovechando, eso sí, el mar-gen de libertad y creatividad que le permiten alpresidente.

«…recuerde que él se halla al serviciode la sagrada litúrgica y no le es licitoañadir, quitar, ni cambiar nada según supropio gusto en la celebración de la Misa»(IGMR 24).

«Cristo, en la Eucaristía, congrega y alimenta asu Iglesia, invitándola a la comida que él preside.

Esta presidencia tiene por signo el de un ministroque él ha llamado y enviado. La misión de losministros tiene por origen y por norma de losapóstoles.

Es transmitida en la Iglesia por la imposición demanos con la invocación del Espíritu Santo. Estatransmisión implica la continuidad del cargo minis-terial, la fidelidad a la enseñanza apostólica y laconformidad de vida con el Evangelio.

El ministro manifiesta que la asamblea no espropietaria del gesto que está realizando, que no esdueña de la eucaristía. Ella la recibe de Otro, elCristo viviente en su Iglesia. Aún permaneciendoun miembro de la asamblea, el ministro es tambiéneste enviado que significa la iniciativa de Dios y ellazo de la comunidad local con las otras comunida-des en la Iglesia universal.

Por sus relaciones mutuas, la asamblea eucarísticay su presidente viven su dependencia con respectoal único Señor y Santo Sacerdote. En su relacióncon el ministro, la asamblea ejerce su sacerdocioreal como un don de Cristo Sacerdote. En su rela-ción con la asamblea, el ministro vive su presenciacomo un servicio de Cristo Pastor»

(«Acuerdo doctrinal sobre la Eucaristía»,Grupo ecuménico de Dombes, 1972).

Page 47: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 45Bol-333

PASTORAL LITURGICA

XX Aniversario de la Visitade SS Juan Pablo II

8 DE MAYO DE 2010

12:00 Hrs. Procesión solemne con la imagen de la Santísima Virgen.

- Develación y bendición de la escultura dedicada a Juan Pablo II

- Concelebración Eucarística en el atrio de Catedral

- Bendición con la imagen de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos

7:30 p.m. Canto solemne de la Salve

9:30 p.m. Emaús Juvenil diocesano

Es tiempo de revivir su mensajey renovar nuestro compromiso

Page 48: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 46 Bol-333

IntroducciónDe todos los documentos de reforma emanados

del Vaticano II, el RICA es el que propone elprograma con mayor potencialidad para promoverla renovación total de la vida y praxis de la Iglesia.

Con la Iniciación Cristiana (IC), la Iglesia acogee inicia a los que piden ser cristianos1. En esta laborla Iglesia dedica gran parte de su acción pastoral.

En la IC no se trata sólo de «cómo» hay queadministrar unos sacramentos de iniciación, sino de«cuál» es el cristiano que «hacemos» al preparar ycelebrar estos sacramentos.

En este tema nos proponemos como objetivo:

Reflexionar en algunos principios operativosdel RICA y sus implicaciones en la PastoralOrgánica o de Conjunto (POC), para querevisemos nuestra metodología pastoral y lamanera como estamos acompañando el pro-ceso de la IC.

1. VEAMOS LA REALIDAD

Para conocer nuestra realidad pastoral respon-damos a las siguientes preguntas:1. ¿Qué modelo de Iglesia estamos promoviendo: de

cristiandad, clerical, laical, comunitaria, decomunión y participación…?

2. ¿La evangelización que se desarrolla en tudiócesis está sustentada en procesos o eventos?

3. ¿Qué clase de cristiano estamos formando?

4. ¿Cómo se le acompaña e integra en la comunidadeclesial al catecúmeno y al neófito?

5. ¿Qué proceso se sigue en la IC en tu diócesis?¿Cómo la calificarías?

6. Los itinerarios de formación cristiana queestamos empleando, ¿qué tanto desarrollan laIC?

7. ¿Se conoce y se lleva a cabo la IC guiados einspirados por el RICA?

8. ¿Cómo se ubica dentro de la POC a la pastoralde la IC?

9. ¿En cuántas de nuestras diócesis se trabaja conla POC?

10. ¿La POC puede garantizar el proceso de la IC?Concluimos esta primera parte recogiendo lo

que Documento de Aparecida, presenta de maneraescueta cuál es la situación de la IC en AméricaLatina y el Caribe: en muchas partes ha sido pobreo fragmentada (cfr. DA 287). Esto ha traído comoconsecuencias:

«Que muchos creyentes no participen en la Eu-caristía dominical, ni reciben con regularidad losSacramentos, ni se insertan activamente en la co-munidad eclesial.

«Que exista un alto porcentaje de católicos sinconciencia de su misión de ser sal y fermento en elmundo.

«Que muchos cristianos tengan una identidadcristiana débil y vulnerable (cfr. DA 286).

2. PENSEMOS

En este segundo momento de nuestro tema tra-taremos de ver qué es la POC, su importancia y losprincipios operativos del RICA para la POC.

2.1. La Pastoral Orgánica o Pastoral deConjunto

La pastoral es el arte y la ciencia que nos enseñala manera de guiar al pueblo de Dios, siguiendo lospasos de Jesús, único y verdadero pastor de supueblo. Es también la forma práctica y concretacomo la Iglesia realiza la misión y el mandato deJesús de predicar el evangelio. La POC es un modode hacer pastoral12.

Principios Operativos del Ricapara la Pastoral Orgánica

P. Antonio Ramírez M.

Page 49: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 47Bol-333

PASTORAL LITURGICA

La POC está dividida en cuatro áreas: el área dela comunión, el área del triple ministerio, el área delas tareas diversificadas y el área de los agentes depastoral.

El área del triple ministerio comprende trescomisiones: la comisión de pastoral profética, lacomisión de pastoral litúrgica y la comisión depastoral social.

La POC no es unconjunto depastorales realizadasindividualmente oaisladamente y, másque métodos o técni-cas, expresa un espí-ritu de comuniónfraterna y de misiónevangelizadora co-ordinados.

La POC, «es unesfuerzo pacientepara poner en mar-cha libremente, decara al mundo quesalvar, a todos loshijos de la Iglesia con todas sus instituciones yrecursos, bajo la autoridad del obispo que tiene lamisión de coordinarlos y dirigirlos, y que así puedeejercer con plenitud su carga pastoral» (F. Boulard,I Congreso Internacional de Pastoral, Friburgo1961)13.

Por POC se entiende:- una pastoral articulada (corresponsable por

todo el pueblo de Dios),- integral (que abarque las cuatro dimensiones de la

Iglesia: comunión, anuncio, misión, celebración),- y que llegue a todos los sectores (por edades)- y ambientes (sociológicos).

Es decir, POC, es la implicación de toda laDiócesis en una misma comunión para la misión.a) Exigencias que comporta este proyecto:- Experiencia personal y comunitaria de fe- Vivencia fuerte de una eclesiología de comunión

y participación- Necesidad de una programación conjunta

- Fuerte dosis de solidaridad y esperanza, haciendorealidad nuevas actitudes

- Vivencia de una parroquia como comunidad decomunidades

- Consolidar los mecanismos de comunión y parti-cipación (el equipo, el consejo y la asamblea depastoral)

- Necesidad de tejerla diócesis desde lacolaboración, eldiálogo y la articu-lación de fuerzas ycarismas- Necesidad de laconversión pasto-ral, que implica re-formas espirituales,pastorales y tam-bién institucionales(cfr. DA 365-372).- Cuando se analizael sentido de laPOC, se observaque se identificateológicamente con

el de pastoral, y sociológicamente con el de pro-gramación o planificación.

b) Importancia de la Pastoral Orgánica o de Con-junto

- Concretiza la eclesiología de comunión y partici-pación del Vaticano II.

- Es una respuesta consciente y eficaz para respon-der y atender a las necesidades y exigencias delmundo de hoy (DA 99g; 371; 401).

- Orienta los carismas, ministerios, servicios yorganizaciones de la diócesis en un mismo pro-yecto misionero para comunicar vida en el propioterritorio (DA 169).

3. Principios operativos del RICA para la PastoralOrgánica o de ConjuntoEn este apartado se señalan algunos principios

operativos del RICA que tienen una fuerte implica-ción en la POC.1º La IC introduce en el misterio de Cristo, de la

Iglesia y de la vida cristiana (cfr. DA 292) portanto:

Page 50: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 48 Bol-333

– Propone el programa para promover la renova-ción total de la vida y praxis de la Iglesia.

– Cuestiona y replantea la praxis catequética,litúrgica y social de nuestra pastoral.

2º La IC es la participación sacramental en lamuerte y resurrección de Jesús (RICA 8), laIC:

– Pide una pastoral litúrgica:integrada en la POC; adaptadae inculturada; que cuide el «an-tes», el «en» y «después» de lacelebración; celebracionesmistagógicas, que sean puntode llegada de todo procesoevangelizador y catequético,y punto de partida de todocompromiso social.

3º Respetar el proceso que pideel RICA en el proceso de laIC (cfr. RICA 4-8):

– La POC favorece y garantizael proceso de la IC.

4º La que inicia es la «EcclesiaMater», el pueblo de Dios,representado por la Iglesialocal (cfr. RICA 41), estopresupone:

– La existencia de una comuni-dad misionera, evangelizadora, dinámica, mi-nisterial, en construcción, en estado catecumenalpermanente, en la que la conversión viene a estarde nuevo en la génesis de la Iglesia.

5º Si el RICA presenta la manera como la Iglesiaacoge e inicia a los que piden ser cristianos, enconsecuencia:

– No se trata, única y principalmente, de transmitirun acervo de doctrina y de valores ni crear en ellosuna serie de actitudes, sino de ayudarles a que seabran al don de Dios que viene a salvarlos porCristo en el Espíritu y la Iglesia, a través de unasmediaciones sobre todo sacramentales. Por tantotoda la acción pastoral ha de estar encaminada aesa respuesta responsable del catecúmeno.

– Las mediaciones pastorales de la Iniciación cris-tiana las no sacramentales (la catequesis, lasdiversas celebraciones durante el catecumenado

y el tiempo de la mistagogía, y la oración perso-nal y comunitaria) y las sacramentales (la litur-gia de la Palabra de la misa dominical y los tressacramentos), deben ayudar a que el catecúme-no y el neófito se inserte de modo progresivo yascendente en el misterio de la Iglesia.

– En pocas palabras, si la finalidad de la IC es:introducir en el misterio de lasalvación (misterio de la Perso-na y obra de Cristo) e iniciar enel discipulado (cfr. A 288), en elmisterio de la Iglesia y de la vidacristiana, la POC debe garanti-zar los tiempos, los espacios, losrecursos y las oportunidades paraque esto sea una realidad efecti-va (cfr. A 292).• 6º La IC tiene te tener encuenta el proceso de forma-ción de discípulos misionerosque propone Aparecida:– El encuentro con Jesucristo, laconversión, el discipulado, lacomunión y la misión (DA 278).– Debe tenerse en cuenta losrasgos del discípulo, al que apun-ta la iniciación cristiana: que ten-ga como centro la persona deJesucristo, nuestro Salvador y

plenitud de nuestra humanidad, fuente de todamadurez humana y cristiana; que tenga espíritu deoración, sea amante de la Palabra, practique laconfesión frecuente y participe de la Eucaristía;que se inserte cordialmente en la comunidadeclesial y social, sea solidario en el amor y fervo-roso misionero (cfr. DA 292).

4. Medios para poner en práctica losprincipios operativos

Entre los medios que podemos señalar paraconcretizar los principios operativos podemos se-ñalar los siguientes:– Analizar y reconocer el perfil del hombre y de la

mujer que nuestra cultura actual está producien-do y al cual tenemos que evangelizar.

– Analizar el perfil del cristiano que estamos for-mando.

Page 51: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 49Bol-333

PASTORAL LITURGICA

– Conocer el proceso de IC que estamos llevando ennuestra diócesis

– Definir el perfil del cristiano que queremos for-mar, el cual corresponderá al modelo de Iglesiay de su compromiso evangelizador en el mundode hoy.

– Diseñar un proceso con criterios diocesanos parala pastoral de la IC que responda a las necesida-des y a la situación cultural actual, fundamenta-do e inspirado en el RICA, que integre la pastoralprofética, litúrgica y social, donde la comunidadcristiana no sólo sacramentalice, sino que acom-pañe, integre y comprometa en la misión de laIglesia al catecúmeno y al neófito.

III. ACTUEMOS

Para llevar a la práctica los principios operativosdel RICA en la Pastoral Orgánica, ¿qué necesitare-mos?

Se propone:– La conversión pastoral– Una pastoral bien organizada con una planifica-

ción pastoral.Conversión pastoral:

– Implica escuchar con atención y discernir «lo queel Espíritu está diciendo a las Iglesias» (Ap 2, 29)(DA 366).

– Exige que se pase de una pastoral de mera conser-vación a una pastoral decididamente misionera(DA 370).

– Es una respuesta consciente y eficaz para atenderlas exigencias del mundo de hoy (DA 371).

– Una pastoral bien organizada con una planifica-ción pastoral. A este respecto la POC es una buenaalternativa, porque nos proporciona una infraes-tructura muy adecuada que favorece una pastoralde procesos, más que una pastoral de eventos.

– La pastoral de procesos es necesaria ante elfenómeno gigantesco del mundo mediático, fu-gaz y virtual, en donde se rechaza todo aquelloque implica un proceso más o menos largo.

CONCLUSIÓN

El futuro de la Iglesia se jugará en buena parte enel terreno de la Iniciación Cristiana, ya que éstaintroduce en el misterio de Cristo, de la Iglesia y dela vida cristiana14.

Una pastoral renovada en este sector, no puedemenos de redundar en la revitalización de toda lapastoral eclesial.

Ojalá que la POC pueda dar cabida a estosprincipios emanados del RICA y pueda desencade-nar un proceso favorable para la pastoral de la IC.

Page 52: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 50 Bol-333

(N. B. El texto de este Via Lucis estátomado de: José Luis Martín Descalzo,Razones, Sígueme, Salamanca 2001, 552-572, al cual se le añadió las indicacionespara la celebración, las jaculatorias: «ElSeñor ha resucitado…» y «Los discípulosvieron al Señor…» y el rito de conclusión:entrega de la luz).

Durante siglos las generaciones cristia-nas han acompañado a Cristo camino delCalvario, en una de las más hermosas de-vociones cristianas: el Via Crucis.

¿Por qué no intentar –no «en lugar de»,sino «además de»- acompañar a Jesús tam-bién en las catorce estaciones de su triun-fo?

Esta meditación pascual es la que en-cierran las páginas que siguen.

Indicaciones para la celebraciónEn el lugar en donde se celebrará el Via

Lucis se prepara el cirio pascual encendi-do, el Evangeliario abierto en los textos dela resurrección y un arreglo floral. Des-pués de cada estación se puede entonar uncanto.

Al final del Via Lucis se pueden renovarlas promesas bautismales (en tal caso, acada uno de los presentes se les distribuyeuna vela).

Vía Lucis

CAMINO DE LA LUZ

SUBSIDIO LITÚRGICO PARA EL TIEMPO PASCUAL

Page 53: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 51Bol-333

PASTORAL LITURGICA

PRIMERA ESTACIÓN

JESÚS, RESUCITANDO,CONQUISTA LA VIDA VERDADERA

Guía (G): El Señor ha resucitado. Aleluya,Aleluya.

Todos (T): Demos gracias al Señor. Aleluya,Aleluya.

Lector 1: Pasado el sábado, ya para amanecerel día primero de la semana, vino María Magdale-na con la otra María a ver el sepulcro.

Y sobrevino un gran terremoto, pues un ángeldel Señor bajó del cielo y acercándose removió lapiedra del sepulcro y se sentó sobre ella.

Era su aspecto como el relámpago, y su vestidu-ra blanca como la nieve. De miedo de él temblaronlos guardias y se quedaron como muertos.

El ángel, dirigiéndose a las mujeres, dijo: Notemáis vosotras, pues sé que buscáis a Jesús, elcrucificado.

No está aquí; ha resucitado, según lo habíadicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto.

(Mt 28, 1-6)Lector 2: Gracias, Señor, porque al romper la

piedra de tu sepulcro nos trajiste en las manos lavida verdadera, no sólo un trozo más de esto que loshombres llamamos vida, sino la inextinguible, lazarza ardiendo que nos se consume, la misma vidade que vive Dios.

Gracias por este gozo, gracias por esta Gracia,gracias por esta vida eterna que nos hace inmorta-les, gracias porque al resucitar inauguraste la nuevahumanidad y nos pusiste en las manos esta vidamultiplicada, este milagro de ser hombres y más,esta alegría de sabernos partícipes de tu triunfo, estesentirnos y ser hijos y miembros de tu cuerpo dehombre y Dios resucitado.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de paz y alegría. Aleluya,Aleluya.

SEGUNDA ESTACIÓN

SU SEPULCRO VACÍO MUESTRAQUE JESÚS HA VENCIDO A LA MUERTE

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Muy de madrugada, el primer día

después del sábado, en cuanto salió el sol, vinieronal monumento.

Se decían entre sí: ¿Quién nos removerá lapiedra de la entrada del monumento?

Y miraron, vieron que la piedra estaba removi-da; era muy grande. Entrando en el monumento,vieron a un joven sentado a la derecha, vestido deuna túnica blanca, y quedaron sobrecogidas deespanto.Él les dijo: No os asustéis. Buscáis a Jesús Naza-

reno, el crucificado; ha resucitado, no estáaquí; mirad el sitio en que le pusieron. (Mc 16,2-6)Lector 2: Hoy, al resucitar, dejaste tu sepulcro

abierto como una enorme boca, que grita que hasvencido a la muerte.

Ella, que hasta ayer era la reina de este mundo,a quien se sometían los pobres y los ricos, se batehoy en triste retirada vencida por tu mano de muer-to-vencedor.

¿Cómo podrían aprisionar tu fuerza unos metrosde tierra?

Alzaste tu cuerpo de la fosa como se alza unallama, como el sol se levanta tras los montes delmundo, y se quedó la muerte muerta, amordazadala invencible, destruido por siempre su terribledominio.

El sepulcro es la prueba: nadie ni nada encadenatu alma desbordante de vida y esta tumba vacíamuestra ahora que tú eres un Dios de vivos y no unDios de muertos.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

Page 54: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 52 Bol-333

TERCERA ESTACIÓN

JESÚS, BAJANDO A LOS INFIERNOS,MUESTRA EL TRIUNFODE SU RESURRECCIÓN

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Porque también Cristo murió una vez

por los pecados, el justo por los injustos, parallevarnos a Dios.Murió en la car-ne, pero volvió ala vida por el Es-píritu y en él fue apregonar a los es-píritus que esta-ban en la prisión.(1 Pe 3, 18)

Lector 2: Másno resucitastepara ti solo. Tuvida era contagio-sa y querías re-partir entre todosel pan bendito detu resurrección.

Por eso des-cendiste hasta elseno deAbrahám, para dar a los muertos de mil generacio-nes la caliente limosna de tu vida recién reconquis-tada.

Y los antiguos patriarcas y profetas que te espe-raban desde siglos y siglos se pusieron en pie y teaclamaron, diciendo: «Santo, Santo, Santo.

Digno es el cordero que con su muerte nosinfunde vida, que con su vida nueva nos salva de lamuerte.

Y cien mil veces santo es este Salvador que sesalva y nos salva.»

Y tendieron sus manos hacia ti. Y de tus manos,brotó este nuevo milagro de la multiplicación de lasangre y de la vida.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

CUARTA ESTACIÓN

JESÚS RESUCITA POR LA FEEN EL ALMA DE MARÍA

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: E Isabel se llenó del Espíritu Santo,y clamó con fuerte voz: ¡Bendita tú entre las

mujeres y bendito el fruto de tu vientre!¿De dónde a mí que la madre de mi

Señor venga a mí?Porque así que sonó la voz de tu saluta-

ción en mis oídos, exultó de gozo el niñoen mi seno.

Dichosa la que ha creído que se cumpli-rá lo que se le ha dicho de parte del Señor.

Dijo María: Mi alma engrandece alSeñor y exulta de júbilo mi espíritu enDios, mi Salvador,

porque ha mirado la humildad de susierva, por eso todas las generaciones mellamarán bienaventurada,

porque he hecho en mí maravillas elPoderoso, cuyo nombre es santo. (Lc 1,41-49)

Lector 2: No sabemos si aquella maña-na del domingo visitaste a tu Madre, pero

estamos seguros de que resucitaste en ella y paraella, que ella bebió a grandes sorbos el agua de turesurrección, que nadie como ella se alegró con tugozo y que tu dulce presencia fue quitando uno auno los cuchillos que traspasaban su alma de mujer.

No sabemos si te vio con sus ojos, mas sí que teabrazó con los brazos del alma, que te vio con loscinco sentidos de su fe.

Ah, si nosotros supiéramos gustar una centésimaparte de su gozo.

Ah, si aprendiésemos a resucitar en ti como ella.Ah, si nuestro corazón estuviera tan abierto

como estuvo el de María aquella mañana del do-mingo.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

Page 55: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 53Bol-333

PASTORAL LITURGICA

QUINTA ESTACIÓN

JESÚS ELIGE A UNA MUJERCOMO APÓSTOL DE SUS APÓSTOLES

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: María se quedó junto al monumento, fuera, llorando.

Mientras lloraba se inclinó hacia el monumento, y vio a dosángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a lospies de donde había estado el cuerpo de Jesús.

Le dijeron: ¿Por qué lloras, mujer? Ella les dijo: Porque hantomado al mi Señor y no sé dónde le han puesto?

Diciendo esto, se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí,pero no conoció que fuera Jesús.

Díjole Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella,creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor, si les has llevado tú,dime dónde le has puesto, y yo le tomaré.

Díjole Jesús: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo:«¡Rabboni!», que quiere decir Maestro.

Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre,pero ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre,a mi Dios y vuestro Dios.

María Magdalena fue a anunciar a los discípulos: «He visto alSeñor», y las cosas que le había dicho. (Jn 20, 11-18)

Lector 2: Lo mismo que María Magdalena decimos hoynosotros:

«Me han quitado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»Marchamos por el mundo y no encontramos nada en qué poner

los ojos, nadie en quien podamos poner entero nuestro corazón.Desde que tú te fuiste nos han quitado el alma y no sabemos

dónde apoyar nuestra esperanza, ni encontramos una sola alegríaque no tenga venenos.

¿Dónde estás? ¿Dónde fuiste, jardinero del alma, en quesepulcro, en qué jardín te escondes? ¿O es que tú estás delante denuestros mismos ojos y no sabemos verte? ¿Estás en los hermanosy no te conocemos? ¿Te ocultas en los pobres, resucitas en ellosy nosotros pasamos a su lado sin reconocerte?

Llámame por mi nombre para que yo te vea, para que reconoz-ca la voz con que hace años me llamaste a la vida en el bautismo,para que redescubra que tú eres mi maestro.

Y envíame de nuevo a transmitir tu gozo a mis hermanos,hazme apóstol de apóstoles como aquella mujer privilegiada que,porque te amó tanto, conoció el privilegio de beber la primera elprimer sorbo de tu resurrección.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya, Aleluya.T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

SEXTA ESTACIÓN

JESÚS DEVUELVE LA ESPERANZAA 2 DISCÍPULOS DESANIMADOS

G: El Señor ha resucitado. Aleluya,Aleluya.

T: Demos gracias al Señor. Aleluya,Aleluya.

Lector 1: El mismo día, dos de ellosiban a una aldea, que dista de Jerusa-lén sesenta estadios, llamada Emaús, yhablaban entre sí de todos esos acon-tecimientos.

Mientras iban hablando y razonan-do, el mismo Jesús se les acercó e ibacon ellos, pero sus ojos no podían reco-nocerle.

Y les dijo: ¿Qué discursos son estosque vais haciendo entre vosotros mien-tras camináis? Ellos se detuvieron en-tristecidos, y tomando la palabra uno deellos, por nombre Cleofás, le dijo: ¿Erestú el único forastero en Jerusalén queno conoces los sucesos en ella ocurri-dos estos días?

El les dijo: ¿Cuáles? Contestárosle:Lo de Jesús Nazareno, varón profeta,poderoso en obras y palabras ante Diosy ante todo el pueblo; cómo le entrega-ron los príncipes de los sacerdotes ynuestros magistrados para que fuesecondenado a muerte y crucificado.

Nosotros esperábamos que sería élquien rescataría a Israel; mas, con todo,van ya tres días desde que esto sucedi-do. Nos dejaron estupefactos ciertasmujeres de las nuestras que, yendo demadrugada al monumento, no encon-traron su cuerpo, y vinieron diciendoque habían tenido una visión de ángelesque les dijeron que vivía. Algunos delos nuestros fueron al monumento yhallaron las cosas las mujeres decían,pero a él no le vieron.

Y él les dijo: ¡Oh hombres sin inte-ligencia y tardos de corazón para creertodo lo que vaticinaron los profetas!

Page 56: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 54 Bol-333

¿No era preciso que el Mesías padeciera estoy entrase en su gloria?

Y comenzando por Moisés y por todos losprofetas, les fue declarado cuanto a él se referíaen todas las Escrituras.

Se acercaron a la aldea iban, y él fingió seguiradelante.

Obligándole diciéndole: Quédate con noso-tros, pues el día ya declina.

Y entró para quedarse con ellos.Y entró para quedarse con ellos.Puesto con ellos a la mesa, tomó el pan, lo

bendijo, lo partió y se lo dio.Se les abrieron los ojos y le reconocieron, y

desapareció de su presencia. (Lc 24, 13-31)Lector 2: Lo mismo que los dos de Emaús

aquel día también yo marcho ahora decepciona-do y triste pensando que en el mundo todo esmuerte y fracaso.

El dolor es más fuerte que yo, me acogota lasoledad y digo que tú, Señor, nos has abandonado.

Si leo tus palabras me resultan insípidas, simiro a mis hermanos me parecen hostiles, siexamino el futuro sólo veo desgracias.

Estoy desanimado. Pienso que la fe es unfracaso, que he perdido mi tiempo siguiéndote ybuscándote y hasta me parece que triunfan yviven más alegres los que adoran el dulce bece-rro del dinero y del vicio.

Me alejo de tu cruz, busco el descanso en micasa de olvidos, dispuesto alimentarme desdehoy en las viñas de la mediocridad.

No he perdido la fe, pero sí la esperanza, sí elcoraje de seguir apostando por ti.

¿Y no podrías salir hoy al camino y pasearconmigo como aquella mañana con los dos deEmaús? ¿No podrías descubrirme el secreto detu santa Palabra y conseguir que vuelva a calen-tar mi entraña? ¿No podrías quedarte a dormircon nosotros y hacer que descubramos tu pre-sencia en el Pan?

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

SÉPTIMA ESTACIÓN

JESÚS MUESTRA A LOS SUYOSSU CARNE HERIDA Y VENCEDORA

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Pasados ocho días, otra vez estaba los

discípulos, y Tomás con ellos. Vino Jesús, cerradaslas puertas, y, puesto en medio de ellos, dijo: La pazsea con vosotros.

Luego dijo a Tomás: Alarga acá tu dedo y mira mismanos, y tiende tu mano y métela en mi costado, y noseas incrédulo, sino fiel.

Respondió Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios mío!Jesús le dijo: Porque me has visto has creído; dicho-

sos los que sin ver creyeron.Muchas otras señales hizo Jesús en presencia de

los discípulos que no están escritas en este libro; yéstas fueron escritas para que creáis que Jesús es elMesías, Hijo de Dios, y para que creyendo tengáisvida en su nombre. (Jn 20, 26-31)

Lector 2: Gracias, Señor, porque resucitaste no sólocon tu alma, más también con tu carne.

Gracias porque quisiste regresar de la muerte trayen-do tus heridas.

Gracias porque dejaste a Tomás que pusiera su manoen tu costado y comprobara que el Resucitado es exac-tamente el mismo que murió en una cruz.

Gracias por explicarnos que el dolor nunca puedeamordazar el alma y que cuando sufrimos estamostambién resucitando.

Gracias por ser un Dios que ha aceptado la sangre,gracias por no avergonzarte de tus manos heridas,gracias por ser un hombre entero y verdadero.

Ahora sabemos que eres uno de nosotros sin dejar deser Dios, ahora entendemos que el dolor no es un fallode tus manos creadoras, ahora que tú lo has hecho tuyocomprendemos que el llanto y las heridas son compati-bles con la resurrección.

Déjame que te diga que me siento orgulloso de tusmanos heridas de Dios y hermano nuestro.

Deja que entre tus manos crucificadas ponga estasmanos maltrechas de mi oficio de hombre.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya, Aleluya.T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

Page 57: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 55Bol-333

PASTORAL LITURGICA

OCTAVA ESTACIÓN

CON SU CUERPO GLORIOSO,JESÚS EXPLICA QUE TAMBIÉNLOS NUESTROS RESUCITARÁN

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Mientras esto hablaban, se presentó en

medio de ellos y les dijo: la paz sea con vosotros.Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.

El les dijo: ¿Por qué os turbáis y por qué suben avuestro corazón esos pensamientos?

Ved mis manos y mis pies, que soy yo. Palpadmey ved, que el espíritu no tiene carne ni huesos, comoveis que yo tengo. Diciendo esto, les mostró lasmanos y los pies.

No creyendo aún ellos, en fuerza del gozo y de laadmiración, les dijo: ¿Tenéis aquí algo que comer?Le dieron un trozo de pez asado, y tomándolo, comió

delante de ellos. (Lc 24, 36-43)Lector 2: «Miradme bien. Tocadme. Comprobad

que nos soy un fantasma», decías a los tuyos, temien-do que creyeran que tu resurrección era tan sólo unsímbolo, una dulce metáfora, una ilusión hermosapara seguir viviendo.

Era tan grande el gozo de reencontrarte vivo queno podían creerlo; no cabía en sus pobres cabezas queentendían de llantos, pero no de alegrías.

El hombre, ya lo sabes, es incapaz de muchasesperanzas.

Como él tiene el corazón pequeño cree que el tuyoes tacaño.

Como te ama tan poco no puede sospechar que túpuedas amarle.

Como vive amasando pedacitos de tiempo sientevértigo ante la eternidad.

Y así va por el mundo arrastrando su carne sinsospechar que pueda ser una carne eterna.

Conoce el pudridero donde mueren los muertos;no logra imaginarse el día que esos muertos volverána ser niños, con una infancia eterna.

¡Muéstranos bien tu cuerpo, Cristo vivo, enséña-nos ahora la verdadera infancia, la que tú preparasmás allá de la muerte!

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya, Ale-luya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

NOVENA ESTACIÓN

JESÚS BAUTIZA A SUS APÓSTOLESCONTRA EL MIEDO

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: La tarde del primer día de la semana,

estando cerradas las puertas del lugar se hallabanlos discípulos por temor de los judíos, vino Jesús y,puesto en medio de ellos, les dijo: La paz sea convosotros.

Y diciendo esto, les mostró las manos y elcostado. Los discípulos se alegraron viendo al Se-ñor.

Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espí-ritu Santo; a quien perdonareis los pecados, lesserán perdonados; a quienes se les retuviereis, lesserán retenidos. (Jn 20, 19-31)

Lector 2: Han pasado, Señor, ya veinte siglos detu resurrección y todavía no hemos perdido elmiedo, aún no estamos seguros, aún tememos quelas puertas del infierno podrían algún día prevale-cer si no contra tu Iglesia, sí contra nuestro pobrecorazón de cristianos.

Aún vivimos mirando a todos lados menos haciatu cielo.

Aún creemos que el mal será más fuerte que tupropia Palabra.

Todavía no estamos convencidos de que tú ha-yas vencido al dolor y a la muerte.

Seguimos vacilando, dudando, caminando entrepreguntas, amasando angustias y tristezas.

Repítenos de nuevo que tú dejaste paz suficientepara todos.

Pon tu mano en mi hombro y grítame: No temas,no temáis.

Infúndeme tu luz y tu certeza, danos el gozo deser tuyos, inúndanos de alegría de tu corazón.

Haznos, Señor, testigos de tu gozo.¡Y que el mundo descubra lo que es creer en ti!G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,

Aleluya.T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

Page 58: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 56 Bol-333

DECIMA ESTACIÓN

JESÚS ANUNCIA QUE SEGUIRÁ SIEMPRECON NOSOTROS

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.

Lector 1: Los once discípulos se fueron a Galilea,al monte que Jesús les había indicado, y, vién-dole, se postraron, aunque vacilaron, y acer-cándose Jesús, les dijo: … Yo estaré con voso-tros hasta la consumación del mundo. (Mt 28,16-20)Lector 2: «Yo estaré con vosotros hasta el fin de

los tiempos».Esta fue la más grande de todas tus promesas, el

más jubiloso de todos tus anuncios.¿O acaso tú podrías visitar esta tierra como un

sonriente turista de los cielos, pasar a nuestro lado,ponernos la mano sobre el hombro, darnos buenosconsejos y regresar después a tu seguro cielo dejan-do a tus hermanos sufrir en la estacada? ¿Podríasvenir a nuestros llantos de visita sin enterrarte enellos? ¿Dejarnos luego solos, limitándote a ser uninspector de nuestras culpas?

Tú juegas limpio, Dios. Tú bajas a ser hombrepara serlo del todo, para serlo con todos, dispuestoa dar al hombre no sólo una limosna de amor, sinoel amor entero.

Desde entonces el hombre no está solo, tú estásen cada esquina de las horas esperándonos, másnuestro que nosotros, más dentro de mí mismo quemi alma.

«No os dejaré huérfanos», dijiste. Y desde en-tonces ha estado lleno nuestro corazón.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

UNDÉCIMA ESTACIÓN

JESÚS DEVUELVE A SUS APÓSTOLESLA ALEGRÍA PERDIDA

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Después de esto se apareció Jesús a

los discípulos junto al mar de Tiberíades, y seapareció así:

Estaban juntos Simón Pedro y Tomás, llamadoDídimo; Natanael, el de Caná de Galilea, y los deZebedeo, y otros dos discípulos.

Díjoles Simón Pedro: Voy a pescar. Los otros ledijeron: Vamos también nosotros contigo. Salierony entraron en la barca, y en aquella noche nopescaron nada.

Llegada la mañana, se hallaba Jesús en la playa,pero los discípulos no se dieron cuenta de que eraJesús.

Díjoles Jesús: Muchachos, ¿no tenéis en la manonada que comer? Le respondieron: No.

Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barcay hallaréis. La echaron, pues, y ya no podían arras-trar la red por la muchedumbre de los peces.

Dijo entonces aquel discípulo a quien amabaJesús: ¡Es el Señor! Así que oyó Simón Pedro queera el Señor, se ciñó la sobre túnica –pues estabadesnudo- y se arrojó al mar. Los otros discípulosvinieron en la barca, pues no estaban lejos de tierra,sino como unos doscientos codos, tirando de la redcon los peces.

Así que bajaron a tierra, vieron unas brasasencendidas y un pez puesto sobre ellas y pan.

Díjoles Jesús: Traed de los peces que habéispescado ahora.

Subió Simón Pedro y arrastró la red a tierra, llenade ciento cincuenta y tres peces grandes; y con sertantos, no se rompió la red.

Jesús les dijo: Venid y comed. Ninguno de losdiscípulos se atrevió a preguntarle: ¿Tú quién eres?,sabiendo que era el Señor.

Se acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio, eigualmente el pez.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a

Page 59: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 57Bol-333

PASTORAL LITURGICA

los discípulos después de resucitado de entrelos muertos. (Jn 21, 1-14)

Lector 2: Desde que tú te fuiste no hemospescado nada.

Llevamos veinte siglos echando inútilmentelas redes de la vida y entre sus mallas sólopescamos el vacío.

Vamos quemando horas y el alma sigue seca.Nos hemos vuelto estériles lo mismo que una

tierra cubierta de cemento.¿Estaremos ya muertos? ¿Desde hace cuán-

tos años no nos hemos reído? ¿Quién recuerdala última vez que amamos?

Y una tarde tú vuelves y nos dices: «Echa tured a tu derecha, atrévete de nuevo a confiar,abre tu alma, saca del viejo cofre las nuevasilusiones, dale cuerda al corazón, levántate ycamina».

Y lo hacemos, sólo por darte gusto. Y, derepente, nuestras redes rebosan alegría, nosresucita el gozo y es tanto el peso de amor querecogemos que la red se nos rompe, cargada deciento cincuenta nuevas esperanzas.

¡Ah, tú, fecundador de almas: llégate a nues-tra orilla, caminasobre el agua denuestra indiferen-cia, devuélvenos,Señor, a tu alegría!

G: Los discípu-los vieron al Se-ñor. Aleluya, Ale-luya.

T: Y se llena-ron de alegría.Aleluya, Aleluya.

DUODÉCIMA ESTACIÓN

JESÚS ENTREGA A PEDROEL PASTOREO DE SUS OVEJAS

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Cuando hubieron comido, dijo Jesús a

Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más queéstos? Él le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Díjole:Apacienta mis corderos.

Por segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿meamas? Pedro le respondió: sí, Señor, tú sabes que teamo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Por tercera vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿meamas? Pedro se entristeció de que por tercera vez lepreguntase: ¿Me amas? Y le dijo: Señor, tú lo sabestodo, tú sabes que te amo. Díjole Jesús: Apacienta misovejas. (Jn 21, 15-17)

Lector 2: Aún nos faltaba un gozo: descubrir tuinédito modo de perdonar.

Nosotros, como Pedro, hemos manchado tantas ve-ces tu nombre, hemos dicho que no te conocíamos,hemos enrojecido ante el «horror» de que alguien nosllamara «beatos», nos hemos calentado al fuego de los

gozos del mundo.Y esperábamos que, al menos, tú nos

reprenderías para paladear el orgullo dehaber pecado en grande.

Y tú nos esperabas con tu triste son-risa para preguntar sólo: «¿me amasaún, me amas?», dispuesto ya entregar-nos tu rebaño y tus besos, preparado avestirnos la túnica del gozo.

Oh Dios, ¿cómo se puede perdonartan de veras? ¿Es que no tienes ni unapalabra de reproche? ¿No temes que loshombres se vayan de tu lado al ver que selo pones tan barato? ¿No ves, Señor, quecasi nos empujes a alejarnos de ti sólopor encontrarnos de nuevo entre tus bra-zos?

G: Los discípulos vieron al Señor.Aleluya, Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya,Aleluya.

Page 60: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 58 Bol-333

DECIMOTERCERA ESTACIÓN

JESÚS ENCARGA A LOS DOCELA TAREA DE EVANGELIZAR

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Alelu-

ya.Lector 1: Los once discípulos se fueron a

Galilea, al monte que Jesús les había indicado,y, viéndole, se postraron, aunque algunos vaci-laron, y, acercándose Jesús, les dijo: Me hasido todo poder en el cielo y en la tierra; id,pues; enseñad a todas las gentes, bautizándo-las en el nombre del Padre y del Hijo y delEspíritu Santo, enseñándoles a observar todocuanto yo os he mandado. (Mt 28, 16-20)

Lector 2: Y te faltaba aún el penúltimo gozo:dejar en nuestras manos la antorcha de tu fe.

Tú habrías podido reservarte ese oficio, sem-brar tú en exclusiva la gloria de tu nombre,hablar tú el corazón, poner en cada alma lasagrada semilla de tu amor.

¿Acaso no eres tú la única palabra? ¿No estuya toda gracia? ¿Hay algo de ti o de Dios queno salga de tus manos? ¿Para qué necesitasayudantes, intermediarios, colaboradores quenada aportarán si no es su barro? ¿Qué ponennuestras manos que no sea torpeza?

Pero tú, como un padre que sentara a su niñoal volante y dijera:

«Ahora conduce tú», has querido dejar ennuestras manos la tarea de hacer lo que sólo túhaces: llevar gozosa y orgullosamente de manoen mano la antorcha que tú enciendes.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya,Aleluya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Alelu-ya.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN

JESÚS SUBE A LOS CIELOSPARA ABRIRNOS CAMINO

G: El Señor ha resucitado. Aleluya, Aleluya.T: Demos gracias al Señor. Aleluya, Aleluya.Lector 1: Diciendo esto, fue arrebatado a vista de

ellos, y una nube les sustrajo a sus ojos.Mientras estaban mirando al cielo, fija la vista en él,

que se iba, dos varones con hábitos blancos se lespusieron delante y les dijeron: Hombres de Galilea,¿qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sidoarrebatado de entre vosotros al cielo vendrá como lehabéis visto ir al cielo.

Entonces se volvieron del monte llamado Olivete aJerusalén, que dista de allí el camino de un sábado.

Cuando hubieron llegado, subieron al piso alto, endonde permanecían Pedro y Juan, Santiago y Andrés,Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago de Alfeoy Simón el Zelotes y Judas de Santiago.

Todos éstos perseveraban unánimes en la oracióncon algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús, ycon los hermanos de éste. (Hch 1, 9-14)

Lector 2: La última alegría fue quedarte marchán-dote.

Tu subida a los cielos fue ganancia, no pérdida; fuebajar a la entraña, no evadirte.

Al perderte en las nubes te vas sin alejarte, asciendesy te quedas, subes para llevarnos, señalas un camino,abres un surco.

Tu ascensión a los cielos es la última prueba de queestamos salvados, de que estás en nosotros por siemprey para siempre.

Desde aquel día la tierra no es un sepulcro hueco,sino un horno encendido; no una casa vacía, sino uncorro de manos; no una larga nostalgia, sino un amorcreciente.

Te quedaste en el pan, en los hermanos, en el gozo,en la risa, en todo corazón que ama y espera, en estasvidas nuestras que cada día ascienden a tu lado.

G: Los discípulos vieron al Señor. Aleluya, Alelu-ya.

T: Y se llenaron de alegría. Aleluya, Aleluya.

Page 61: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 59Bol-333

PASTORAL LITURGICA

RITO DE CONCLUSIÓN:ENTREGA DE LA LUZ

IndicacionesA cada uno de los participantes se le ha distribuido con

anticipación una vela. El celebrante enciende la vela delcirio pascual y ofrece la luz a cada uno diciendo:

N. Ve y lleva la luz de Cristo resucitado a todos tushermanos.

R. Amén.Durante el gesto, si los participantes son muchos, se

puede acompañar con un canto apropiado.Renovación de las promesas bautismalesMientras todos están en pie con sus velas encendidas en

la mano, se renuevan las promesas del bautismo.Hermanos y hermanas, el Bautismo es la Pascua del

resucitado participada al hombre. Concluyamos nuestroitinerario renovando las promesas bautismales, agrade-ciendo al Padre, que continúa a llamarnos de las tinieblasa la luz de su reino.

V. ¿Renuncian al pecado, para vivir en la libertad de loshijos de Dios?

R. Sí, renuncio.V. ¿Renuncian a las seducciones del mal, para no

dejarse dominar por el pecado?R. Sí, renuncio.V. Renuncian a Satanás y a todas sus obras?R. Sí, renuncio.V. Creen en Dios Padre omnipotente, creador del cielo

y de la tierra?R. Sí, creo.V. Creen en Jesucristo, su Hijo único, y Señor nuestro,

que nació de la Virgen María, padeció y murió por noso-tros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?

R. Sí, creoV. Creen en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica,

la comunión de los Santos, la remisión de los pecados, laresurrección de la carne y la vida eterna.

R. Sí, creo.Dios omnipotente, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha liberado del pecado y nos ha hecho renacer delagua y del Espíritu Santo, nos conserve con su gracia enCristo Jesús, resucitado de la muerte, para la vida eterna.

BENDICIÓNDios fuente de toda luz,

que ha mandado a sus discípulos el Espí-ritu consolador,

los bendiga y los colme de sus dones.

R. Amén.

El Señor resucitado les comunique elfuego de su Espíritu

y los ilumine con su sabiduría.

R. Amén.

El Espíritu Santo,

que ha reunido pueblos diversos en laúnica Iglesia,

los haga perseverar en la fe y alegres enla esperanza

los lleve a contemplar la vida eterna.

R. Amén.

Y la bendición de Dios omnipotente,

Padre, y Hijo, y Espíritu Santo,

descienda sobre ustedes y permanezcasiempre.

R. Amén.

DESPEDIDA¡Vayan, y lleven a todos la alegría del

Señor resucitado!.

R. Demos gracias a Dios.

Canto final.

Page 62: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 60 Bol-333

Guía (G): En el nombre del Pa-dre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos (T): Amén.Monición: El camino de salva-

ción que recorrió nuestro Señor Je-sucristo, no terminó en la Cruz (Viacrucis), sino que continúa en suResurrección y en los encuentrosque ya Resucitado tuvo con sus após-toles (Via Gloriae). Aún más, elcamino de salvación, se sigue reco-rriendo en la obra evangelizadoraque el mismo Jesús encomendó a suIglesia. Como comunidad de discí-pulos misioneros del Cristo Cruci-ficado que ha Resucitado, sigamosal Maestro que nos invita a ir detrásde Él por su camino de gloria, enesta gozosa experiencia pascual.

G: Himno inicialLa tumba abierta dice al univer-

so:¡Vive! ¡Gritad, oh fuego, luz y

brisa,corrientes primordiales, firme

tierra,al Nazareno, dueño de la vida!¡Este es el día en que actuó el

Señor!¡Sea Él nuestra alegría y nuestro

gozo!¡Aleluya!

1ER. ENCUENTRO:CRISTO HA RESUCITADO

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendecimos.T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sido justi-

ficados.«Pasado el sábado, al alba del primer día de la semana,

María Magdalena y la otra María fueron a visitar elsepulcro. De pronto hubo un gran temblor. El ángel delSeñor bajó del cielo se acercó, rodó la piedra del sepulcroy se sentó en ella. Al verlo, los guardias se pusieron atemblar y se quedaron como muertos (Mt 28,1-6).

«¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Noestá aquí, ha resucitado. Recuerden lo que les dijo cuandoestaba en Galilea que iban a crucificarlo y que Resucitaríaal tercer día» (Lc 24, 5-7).

«Desde la tumba vacía este anuncio angélico se difundeen el mundo y llega a todos los rincones de la tierra, es unmensaje de esperanza para todos. Desde que el Nazarenocrucificado Resucitó al alba del tercer día, la última palabraya no la tiene la muerte, sino la vida. En el Señor Resuci-tado Dios ha revelado plenamente su amor a toda lahumanidad»

(Juan Pablo II, 1º de abril de 2002).

Oración: Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que porvoluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu Muerte y Resurrección la Vida al mundo,concede a quienes te contemplamos Resucitado,experimentar en nuestra vida tu Misterio Pascual,convirtiéndonos así, en tus mensajeros y testigos.Amén.

G. Del encuentro con Cristo Resucitado.T. A la misión evangelizadora.Canto: Alegre la mañana que nos habla de ti.

Vía GloriaeDEL ENCUENTRO CON CRISTO RESUCITADO A LA MISIÓN

(N. B. Este texto del Via Gloriae está tomado de: Centro Católico de Comunicaciones, S. A. de C. V., Fraterna Asistencia Sacerdotal,Equipo de Pastoral de la Comunicación Evangelizadora, Discípulos misioneros en oración, EDIMISIO, Guadalajara, 2009, 79-91).

Page 63: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 61Bol-333

PASTORAL LITURGICA

2º ENCUENTRO: JESUS RESUCITADOVISITA A MARÍA SU MADRE

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

«Jesús, al ver a su madre yjunto a ella al discípulo a quientanto amaba, dijo a su madre:Mujer, ahí tienes a tu hijo.Después dijo al discípulo: Ahítienes a tu madre» (Jn 19, 26-27).

«Toda la Iglesia participade la alegría de la VirgenMaría por la Resurrección desu Hijo, después de haberlacontemplado traspasada dedolor al pie de la Cruz y llenade esperanza en la aurora dela Resurrección. La Resurrec-ción del Hijo es el gozo de lamadre y la alegría de toda laIglesia. Sí, alégrate, VirgenMaría, porque el Señor al quehas merecido llevar en tu seno,ha Resucitado según su pala-bra… En los momentos enque les asalte la duda, la difi-cultad, el desconsuelo, sepan que la Virgen Maríaes para ustedes consolación y paz. María les pide laentrega radical a Cristo. Les pide que se atrevan aseguirlo poniendo sus vidas en las manos de Dios,para que los convierta en instrumentos de un mundomejor que éste en que vivimos» (Juan Pablo II, 8 demayo de 1990).Oración: ¡Oh Virgen María, tú que experimentas-

te el sufrimiento y luego te abriste al gozo dela Resurrección, alcánzanos la gracia saberunirnos en nuestras penas a Cristo crucifica-do, para luego participar con Él y contigo, dela alegría de la Resurrección. Amén.

G. Del encuentro con Cristo Resucitado.T. A la misión evangelizadora.Canto: María ¡alégrate!

3ER. ENCUENTRO: MARÍA MAGDA-LENA RECONOCE A SU MAESTRO

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

«Jesús le preguntó: Mujer,¿por qué lloras? ¿A quién es-tás buscando? Ella, creyendoque era el jardinero le contes-tó: Señor, si te lo has llevadotú, dime donde lo has puesto yyo misma iré a recogerlo.Entonces Jesús le dijo: ¡Ma-ría! Ella se acercó a Él y ex-clamó en arameo: ¡Rabuní!(que quiere decir Maestro)…María Magdalena, se fue co-rriendo a donde estaban losdiscípulos y les anunció: Hevisto al Señor. Y les contó loque Jesús le había dicho» (Jn20, 15-16.18).

«El Evangelio de Juanpone de relieve el papel espe-cial de María de Magdala. Esla primera que encuentra aCristo Resucitado… Por esoha sido llamada «la apóstol

de los apóstoles». Antes que a los apóstoles, Maríade Magdala fue testigo ocular de Cristo Resucitado,y por esta razón fue también la primera en dartestimonio de Él ante los apóstoles. (Juan Pablo II,Carta Apostólica sobre la dignidad y la vocación dela mujer n. 16).Oración: Señor Jesucristo, Tu que quisiste que

María Magdalena, fuera la primera en recibirel encargo de anunciar el gozo de tu Resurrec-ción, concédenos que siguiendo su ejemplo,demos a conocer a todos, a los de cerca y a losde lejos, que Tú vives, inmortal y glorioso,ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Guía: Del encuentro con Cristo Resucitado.Todos: A la misión evangelizadora.Canto: Este es el día del Señor.

Page 64: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 62 Bol-333

4º ENCUENTRO: JESÚS RESUCITADOSE PRESENTA A SUS APÓSTOLES

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

«Aquel mismo domingo por la tarde, estabanreunidos los discípulos en una casa con las puertascerradas por miedo a los judíos, Jesús se presentó enmedio de ellos y les dijo: La pazesté con ustedes. Y les mostrólas manos y el costado. Los dis-cípulos, se

llenaron de alegría al ver alSeñor. Jesús les dijo de nuevo:La paz esté con ustedes» (Jn 20,29-21).

Resuena en este díasolemnísimo, el saludo de Cris-to: ¡La paz con vosotros! ¡Paz alos hombres y mujeres de todo elmundo! ¡Cristo ha Resucitadoverdaderamente y trae a todos lapaz! Esta es la «Buena Noticia»de la Pascua. Hoy es el día nue-vo «en que actuó el Señor» (Sal117, 24), que en el cuerpo glo-rioso del Resucitado devuelveal mundo, herido por el pecado,su belleza inicial, radiante denuevo esplendor… sólo la paz, don de Cristo Resu-citado, es profunda y completa, y puede reconciliaral hombre con Dios, consigo mismo y con la crea-ción» (Juan Pablo II, 31 de marzo de 2002).Oración: Señor Jesús, que quisiste manifestarte

lleno de gloria a tus apóstoles, para comuni-carles tu paz; concede a la Iglesia y al mundoel tan deseado don de la paz. Bendice yacompaña a tus misioneros, para que siem-pre y en todas partes, sean pregoneros de laBuena Noticia de paz, justicia y amor. Amén.

G: Del encuentro con Cristo Resucitado.T: A la misión evangelizadora.Canto: Cristo nos da la libertad.

5º ENCUENTRO: JESÚS SE HACEEL ENCONTRADIZO

CON LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

Jesús en persona se acercó y se puso a caminarcon ellos... Pero ellos eran incapaces de reconocer-

lo. Al llegar al pueblo a dondeiban, Jesús hizo ademán de se-guir adelante. Pero ellos le insis-tieron: Quédate con nosotros. Yentró para quedarse con ellos.Cuando estaba sentado a la mesa,tomó el pan, lo bendijo, lo partióy se los dio. Entonces se lesabrieron los ojos y lo reconocie-ron, pero Jesús desapareció desu lado (Lc 24, 13-35).

«La noche y la tiniebla de lamuerte habían ocultado la figuradel Maestro a los ojos de losdiscípulos. El camino haciaEmaús es el camino del desen-canto, de la desilusión, del va-cío. Pero Jesucristo Resucitadose hace el encontradizo para pro-nunciar en el interior palabrasque vuelvan a despertar la ilu-

sión y el entusiasmo que paraliza el miedo. Noperdáis la esperanza. (Juan Pablo II, 8 de mayo de1990).Oración: Maestro Jesús, Tú que te hiciste compa-

ñero de camino de los discípulos de Emaús yencendiste sus corazones con el fuego de tupalabra, para presentarte luego a ellos, comoel Señor Resucitado; concédenos la gracia devivir la maravillosa experiencia de encuentropersonal contigo, para convertirnos tambiénen testigos y misioneros de esperanza. Amén.

G: Del encuentro con Cristo Resucitado.T: A la misión evangelizadora.Canto: Por el camino de Emaús.

Page 65: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 63Bol-333

PASTORAL LITURGICA

6º ENCUENTRO: APARICIÓNDE JESÚS A LOS APÓSTOLES

ESTANDO TOMÁS CON ELLOS

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

«Ocho días después, estaba también Tomás.Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: La pazesté con ustedes. Despuésdijo a Tomás: acerca tudedo y comprueba mis ma-nos; acerca tu mano y mé-tela en mi costado. Y noseas incrédulo, sino creyen-te. Tomás contestó: ¡Señormío y Dios mío! Jesús ledijo: ¿Has creído porqueme has visto? Dichosos losque han creído sin habervisto» (Jn 20, 26-29).

«La misión es un pro-blema de fe, es el índiceexacto de nuestra fe en Cris-to y en su amor por noso-tros… En efecto, la misiónrenueva la Iglesia, refuerzala fe y la identidad cristia-na, da nuevo entusiasmo ynuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola!La nueva evangelización de los pueblos cristianoshallará inspiración y apoyo en el compromiso por lamisión universal» (Juan pablo II, La misión deCristo Redentor nn. 2 y 11).Oración: Padre Santo, Tú que concediste a Santo

Tomás, reconocer a Jesucristo como su Señory su Dios; por intercesión de este apóstolhaznos crecer en la fe, para que creyendo másfirmemente, podamos vivir la misión como uncompartir la riqueza de la fe recibida. Por elmismo Jesucristo nuestro Dios y Señor. Amén.

Guía: Del encuentro con Cristo Resucitado.Todos: A la misión evangelizadora.Canto: Yo soy el pan de vida.

7º ENCUENTRO:APARICIÓN DE JESÚS JUNTO

AL LAGO DE TIBERIADES

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

«Jesús se apareció otra vez a sus discípulos juntoal Lago de Tiberíades… Al clarear el día, se presen-

tó Jesús a la orilla del lago,pero los discípulos no lo re-conocieron. Él les dijo: Mu-chachos, ¿han pescado algo?Ellos contestaron: No. Él lesdijo: Echen la red al ladoderecho de la barca y encon-trarán peces… El discípulo aquien Jesús tanto amaba ledijo a Pedro: ¡Es el Señor!(Jn 21, 1-7).

«El cielo y la tierra cantan‘el nombre’ inefable y subli-me del Crucificado Resuci-tado. Todo aparenta ser comoantes, pero, en realidad, nadaes ya como antes. Él, la Vidaque no muere, ha redimido yha devuelto la esperanza atoda existencia humana.

‘Pasó lo viejo, todo es nuevo’ (Cor 5, 17). Todoproyecto y plan del ser humano, esta noble y frágilcriatura, tiene hoy un nuevo ‘nombre’ en CristoResucitado» (Juan Pablo II, 15 de abril de 2001).Oración: Señor, danos la fe para reconocer tu

presencia en nuestra vida, danos la fuerzapara subir a tu barca, danos la docilidad paraechar las redes según tu voluntad. La obra estuya, nosotros somos simples colaboradores.Que con nuestro sencillo trabajo, pero hechocon amor, demos gloria a tu Padre, a ti Hijo yal Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.Amén.

G: Del encuentro con Cristo Resucitado.Todos: A la misión evangelizadora.Canto: Tú has venido a la orilla.

Page 66: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 64 Bol-333

8VO. ENCUENTRO: JESÚS ENCARGASU IGLESIA AL APÓSTOL PEDRO

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro seentristeció, porque Jesús le había preguntado portercera vez si lo quería, y lerespondió: Señor Tú lo sa-bes todo. Tú sabes que tequiero. Entonces Jesús ledijo: apacienta mis ovejas»(Jn 21, 15-17).

«En el Cónclave, a tra-vés del ColegioCardenalicio, Cristo medijo también a mí, como enotro tiempo a Pedro a ori-llas del Lago de Genesaret:‘Apacienta mis corderos’(Jn 21, 16). Sentía en mialma el eco de la preguntadirigida entonces a Pedro:‘¿Me amas? ¿Me amas másque éstos? (Jn 21, 15-16). ¿Cómo podía, humana-mente hablando, no estremecerme?... En espíritu,contemplo la mirada benévola de Cristo Resucita-do. Él, consciente de mi fragilidad humana, meanima a responder con confianza como Pedro:‘Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te quiero’ (Jn21, 17)».Oración: Dios nuestro, que en tu providencia

quisiste fundar tu Iglesia sobre la roca dePedro, el jefe de los apóstoles, mira conbondad a nuestro Santo Padre, el Papa (N.), yya que lo has constituido sucesor de Pedro,concédele que sea para tu pueblo principio yfundamento visible de la unidad de la fe y dela comunión en el amor. Ayúdalo con tu graciapara siga llevando adelante la obra misioneraen los cinco continentes del mundo. Amén.

G: Del encuentro con Cristo Resucitado.T: A la misión evangelizadora.Canto: Señor, a quién iremos.

9NO. ENCUENTRO:JESÚS DA EL MANDATO

MISIONERO A SUS DISCÍPULOS

G: Te alabamos Cristo Resucitado y te bendeci-mos.

T: Porque por tu gloriosa Resurrección hemos sidojustificados.

«Los once discípulos fueron a Galilea, a lamontaña donde Jesús los ha-bía citado. Al verlo, lo adora-ron; ellos que habían duda-do. Jesús se acercó y se diri-gió a ellos con estas pala-bras: Dios me ha dado auto-ridad plena sobre cielo y tie-rra. Vayan y hagan discípu-los a todos los pueblos y bau-tícenlos para consagrarlos alPadre, al Hijo y al EspírituSanto, enseñándoles a ponerpor obra todo lo que les hemandado» (Mt 28, 16-20).

«La misión de Cristo Re-dentor, confiada a su Iglesia,está aún lejos de cumplir-

se… Esta misión se halla todavía en los comienzos,debemos comprometernos con todas nuestras ener-gías en su servicio… No podemos permanecertranquilos si pensamos en los millones ce hermanosy hermanas nuestros, redimidos también por lasangre de Cristo, que viven sin conocer el amor deDios…» (Juan Pablo II, La Misión de Cristo Reden-tor nn. 1 y 86).Oración: Dios nuestro, que quieres que la huma-

nidad de todos lo tiempos y lugares se salve yllegue al conocimiento de la Verdad, mira laabundancia de tu mies y envíale operariospara que anuncien el Evangelio a toda criatu-ra; a fin de que congregados por la Palabraque vida, sostenidos por la fuerza de lossacramentos, avance por el camino de lasalvación y del amor. Amén.

G: Del encuentro con Cristo Resucitado.T: A la misión evangelizadora.Canto: Id amigos.

Page 67: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

pág. 65Bol-333

PASTORAL LITURGICA

10º ENCUENTRO:EL ESPÍRITU SANTO,

PROTAGONISTA DE LA MISIÓN

«Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo;Él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigosen Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta losextremos de la tierra» (Hch 1, 8).

«La luz del Espíritu Santo irrumpe desde lasprimeras palabras del libro de los Hechos de losApóstoles… El viento impetuoso del Espíritu divi-no precede y acompaña a los evangelizadores,penetrando en el alma de quienes los escuchan yextendiendo la Iglesia católica hasta los confines dela tierra, transcurriendo a través de todos los siglosde la historia’. Con estas palabras, pronunciadas enPentecostés de 1960, el Papa Juan XXIII nos ayudaa captar el incontenible impulso misionero propiodel misterio que celebramos en esta solemnidad. LaIglesia nace misionera, porque nace del Padre, queenvió a Cristo al mundo; nace del Hijo que, muertoy Resucitado, envió a los apóstoles a todas lasnaciones; y nace del Espíritu Santo, que infunde enellos la luz y la fuerza necesarias para cumplir esamisión» (Juan Pablo II, 3 de junio de 2001).Oración: Dios nuestro que por

el misterio de Pentecostéssantificas a tu Iglesia, con-cédele los dones del Espíri-tu Santo, protagonista dela misión; para que bajo suguía, continúe realizandoen la unidad y el amor laobra evangelizadora, queCristo le ha confiado. Amén.

G: Del encuentro con CristoResucitado.

T: A la misiónevangelizadora.

Canto: Espíritu Santo ven,ven.

HIMNO FINAL:RESUCITÓ EL SEÑOR

Ofrezcan los cristianosofrendas de alabanzaa gloria de la Víctimapropicia de la Pascua.Cordero sin pecadoque a las ovejas salva,a Dios y a los culpablesunió con nueva alianza.Lucharon vida y muerteen singular batallay, muerto el que es la Vida,triunfante se levante.Rey vencedor, apiádatede la miseria humanay da a tus fieles parteen tu victoria santa. Amén.

Oración: Señor Jesucristo, vencedor del pecadoy de la muerte, yaque nos has permiti-do meditar en estecamino de gloria losencuentros que tu-viste después de tuResurrección contus primeros discí-pulos misioneros,concédenos tambiéna nosotros, vivir laalegría del encuen-tro contigo, para querenovados por Ti, lle-guemos a resucitara la luz de la VidaEterna. Amén.

Page 68: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año

PASTORAL LITURGICA

pág. 66 Bol-333

NOTAS:

1 La numeración está tomada del IV Plan Diocesano de Pastoral T. II, Diócesis de San Juande los Lagos, 2006.

2 Secretariado Nacional de la Comisión Episcopal Litúrgica, El presidente de la celebración,Directorio litúrgico-pastoral, PPC, Madrid 2004, 54 págs.; Varios, Presidir la asamblea,PPC, Madrid 1970, 267 págs.; Varios, Presidir la Eucaristía (Cuad Phase 19) Barcelona1990, 76 págs.

3 Sobre la necesidad de un presbítero para la celebración de la Eucaristía, cf. SagradaCongregación para la Doctrina de la Fe (Card, Ratzinger) El ministro de la Eucaristía: Phase139(1984)43-49.

4 P. MARINI, La eventual presidencia de los laicos en ausencia del sacerdote: Phase158(1987)113-128.

5 El Ritual de la Ordenación presbiteral nos indica las líneas teológicas y espirituales delsacerdote, presidente nato de la Eucaristía cf. Varios, La Plegaria de ordenación presbiteral(Cuad Phase 144), CPL, Barcelona 2004, 72 págs.

6 A. G. Martimort, El valor de una fórmula teológica: «In persona Christi», en «Presidir laEucaristía» (Cuad Phase 19) CPL, Barcelona 1990, 5-15.

7 secretariado de la Comisión Episcopal de Litúrgia, El presidente de la celebracióneucarística, Madrid 2004, p 15-16, P. Tena, La asamblea litúrgica y su presidente, en«Presidir la Eucaristía» (Claud Phase 19 CPL, Barcelona 1990, 17-29. Id, Espiritualidadlitúrgica del sacerdote, ibid, 31-38.

8 IGMR 50 dice su última versión de 2002, que «el sacerdote o el diácono o un ministro laicopuede introducir a los fieles en la Misa del día con brevísimas palabras». Pero parece lo máslógico que se el ministro que preside la celebración quien dirija sus primeras palabras a lacomunidad.

9 Cf. J. Castellano, El sacerdote «homo spiritualis», hombre del Espíritu. De la liturgia de laordenación a la vivencia del ministerio, en «Fovenda sacra liturgia» (miscelánea Farnés)CPL, Barcelona 2000, 493- 505; j. Aldazábal, La celebración de la Eucaristía en la vida delsacerdote, en «Presidir la Eucaristía» (Cuad Phase 19) CPL, Barcelona 1990, 47-56; A.García, El modelo del presbítero según la actual «Prex Ordinationis Presbyterorum»¸Toledo 1995, 232 págs.

10 Respecto a la formación especifica que necesita el sacerdocio, ya desde sus años deSeminario, cf. Asociación Europea de Secretarios Nacionales de Liturgia, Presidencialitúrgica y formación para el ministerio: Phase 191 (1992) y en Cuadernos Phase 49, «Elarte de bien celebrar», Barcelona 1994; P. Laghi, La formación permanente del «presbíteropresidente» de la celebración litúrgica: Phase 207 (1995) 187-193.

12 Cfr. Javier Navarro Rodríguez y José Luis Chávez B., «Líneas del plan diocesano dePastoral», Boletín de la vicaría de Pastoral-Diócesis de Guadalajara 109 (1995), 3-12.

13 Cfr. Equipo Diocesano de Pastoral de San Juan de los Lagos, «Pastoral de conjunto»,Boletín de Pastoral 131 (1993), 47.

14 Oñatibia, «Iniciación cristiana», 298

.

Page 69: Revista Diocesana Mensual - Diócesis de San Juan de los Lagos · San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2010 Nº 333 Revista Diocesana Mensual Evangelización Cuaresma 2010 - «Año