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Trabajo de Fisica Fundamental por Marco Vinicio Torres Payeras
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Revista sobre
personajes en la
Física.
ARISTÓTELES
Aristóteles
En la doctrina aristotélica, todas las cosas están constituidas por cuatro
elementos fundamentales: fuego, agua, tierra y aire. El peso de un cuerpo
está determinado por la proporción que contiene de cada uno de ellos.
Por otra parte, el peso determina el estado de movimiento “natural” de las
cosas: hacia abajo los más pesados (compuestos principalmente por
tierra y agua), hacia arriba los más livianos (cuyos principales
componentes son el fuego y el aire). En esta descripción no están
incluidos los astros, de los que nos ocuparemos más adelante. Sus leyes
de movimiento pueden resumirse de la siguiente manera. Para que un
cuerpo adquiera una velocidad, es necesario aplicar una fuerza mayor a la
resistencia, F>R. Esta es una noción bastante intuitiva: para mover algo
debemos empujarlo, y el movimiento empieza recién después de que
nuestro empuje sobrepasa un cierto valor. Según Aristóteles, el cuerpo en
movimiento adquirirá una velocidad proporcional a la fuerza e
inversamente proporcional a la resistencia. Definiendo de manera
adecuada la “resistencia” esta fórmula describe correctamente el
movimiento de un objeto sometido a fuerzas de rozamiento dependientes
de la velocidad, que llegan a una velocidad límite proporcional a la fuerza
aplicada. Si bien correctas, estas leyes no son útiles al no tratar en pie de
igualdad las fuerzas que producen el movimiento con las fuerzas de
rozamiento. Tampoco describen cómo se llega a la velocidad límite.
Uno de los aspectos más criticables de la doctrina aristotélica es su
descripción de la caída de los cuerpos en las cercanías de la Tierra. Este
problema interesó a los filósofos naturales desde la antigüedad, y jugó un
rol fundamental en el desarrollo de la física. Aristóteles afirmaba que los
cuerpos caen con una velocidad proporcional a su peso, es decir,
soltando objetos de distinto peso desde una misma altura, el tiempo de
caída sería inversamente proporcional a su peso. Si bien prestó mucha
atención a las observaciones experimentales para otros fenómenos
naturales, en este caso hubo que esperar muchos años hasta que alguien
se planteara la validez experimental de esta afirmación. ¡Hubiese sido muy
sencillo demostrar claramente su inexactitud, dejando caer cuerpos de
igual forma pero de peso diferente!
Sobre los cielos
Según la visión aristotélica, los astros están hechos de un
quinto elemento, el éter. Son perfectos e inmutables. Todos
ellos se mueven alrededor de la Tierra. Ya en la antigüedad
esta visión geocéntrica no fue compartida por algunos filósofos
naturales (como por ejemplo el astrónomo Aristarco de Samos,
que vivió en el siglo III a.C.). Sin embargo, la visión aristotélica,
perfeccionada por Tolomeo, prevaleció hasta la publicación de
las ideas de Copérnico en 1543.
El punto de vista geocéntrico era importante en la filosofía
aristotélica, y estaba basado en algunos argumentos que son
muy ilustrativos. Siguiendo a Aristóteles, la Tierra debe estar
necesariamente en reposo ya que, si rotara sobre su eje, las
distintas porciones de la Tierra realizarían un movimiento
circular. Pero ese movimiento no sería “natural”, ya que como
vimos anteriormente movimiento natural de los cuerpos
pesados es hacia abajo. Por lo tanto, tal movimiento no podría
ser eterno...
COPERNICO
Nicolás Copérnico
(Torun, actual Polonia, 1473-Frauenburg,
id., 1543) Astrónomo polaco. Nacido en el
seno de una rica familia de comerciantes,
Nicolás Copérnico quedó huérfano a los
diez años y se hizo cargo de él su tío
materno, canónigo de la catedral de
Frauenburg y luego obispo de Warmia.
En 1491 Copérnico ingresó en la
Universidad de Cracovia, siguiendo las
indicaciones de su tío y tutor. En 1496
pasó a Italia para completar su formación
en Bolonia, donde cursó derecho canónico
y recibió la influencia del humanismo
italiano; el estudio de los clásicos, revivido
por este movimiento cultural, resultó más
tarde decisivo en la elaboración de la obra
astronómica de Copérnico.
La teoría heliocéntrica es el modelo astronómico que sostiene que
la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol. El heliocentrismo,
fue propuesto en la antigüedad por el griego Aristarco de Samos, quien
se basó en medidas sencillas de la distancia entre la Tierra y el Sol,
determinando un tamaño mucho mayor para el Sol que para la Tierra.
Por esta razón, Aristarco propuso que era la Tierra la que giraba
alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la teoría
geocéntrica de Ptolomeo e Hiparco, comúnmente aceptada en esa
época y en los siglos siguientes, acorde con la
visión antropocéntrica imperante.
Copérnico está considerado como el fundador de la astronomía
moderna, proporcionando las bases que permitieron a Newton
culminar la revolución astronómica.
La Teoría heliocéntrica es la que sostiene que la Tierra y los
demás saturnos giran alrededor del Sol.
GALILEO GALILEI
Galileo Galilei nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Lo poco que, a
través de algunas cartas, se conoce de su madre, Giulia Ammannati di
Pescia, no compone de ella una figura demasiado halagüeña. Su padre,
Vincenzo Galilei, era florentino y procedía de una familia que tiempo atrás
había sido ilustre; músico de vocación, las dificultades económicas lo
habían obligado a dedicarse al comercio, profesión que lo llevó a
instalarse en Pisa. Hombre de amplia cultura humanista, fue un intérprete
consumado y un compositor y teórico de la música, cuyas obras sobre el
tema gozaron de una cierta fama en la época. De él hubo de heredar
Galileo no sólo el gusto por la música (tocaba el laúd), sino también el
carácter independiente y el espíritu combativo, y hasta puede que el
desprecio por la confianza ciega en la autoridad y el gusto por combinar la
teoría con la práctica. Galileo fue el primogénito de siete hermanos de los
que tres (Virginia, Michelangelo y Livia) hubieron de contribuir, con el
tiempo, a incrementar sus problemas económicos. En 1574 la familia se
trasladó a Florencia y Galileo fue enviado un tiempo al monasterio de
Santa Maria di Vallombrosa, como alumno o quizá como novicio.
El mensaje de los astros
En julio de 1609, de visita en Venecia (para solicitar un
aumento de sueldo), Galileo tuvo noticia de un nuevo
instrumento óptico que un holandés había presentado al
príncipe Mauricio de Nassau; se trataba del anteojo, cuya
importancia práctica captó Galileo inmediatamente,
dedicando sus esfuerzos a mejorarlo hasta hacer de él un
verdadero telescopio. Aunque declaró haber conseguido
perfeccionar el aparato merced a consideraciones teóricas
sobre los principios ópticos que eran su fundamento, lo más
probable es que lo hiciera mediante sucesivas tentativas
prácticas que, a lo sumo, se apoyaron en algunos
razonamientos muy sumarios.
Y SIN EMBARGO SE MUEVE; ultima frase de
Galileo Galilei.