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Revista La Avispa 45

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Revista de julio de 2009

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Grupo delapalabra�

ÍNDICE

Declarada de interés cultural por la Sub-Secre-taría de Cultura del Partido de Gral Pueyrredón

Premio Faro de oro VIP 2002Rubro: Revista Literaria Marplatense

Nº 45Julio 2009

Editorial .............................................. pág 2Entrevista Antonio Andrade por Ana Pérez Cerviño ................ pág 3Poesía ........................................................... pág 10Cartaginese / Portela / Garrido / Bonatto / Riccioni / Escobar / Predieri / Toro /Cuentos y relatos .............................................. pág 15Castro Hernando / Zambrano / Castro /López / Aznar / Battiston / Notas y ensayos Ética y poesía por Cristina Domenech ................. pág 24 Friedrich Nietzsche: Aquí está el hombre por Leonardo G. Herrmann ................................ pág 27 Hacia una tensión entre la literatura y el mercado por diego Orcoyen ............................................ pág 34Dar la cara Un gran propósito por Gapar Russo ................... pág 38 La revista HUMOR. El discurso de lo público y lo privado por Genoveva Arcaute y Jorge Goyeneche ......... pág 39Fotografía ......................................................... pág 47Humor ............................................................... pág 51Rescates ............................................................ pág 53Noti Avispa ........................................................ pág 54El rincón de los bajitos ...................................... pág 57Cine y TV ............................................................ pág 59Reseñas ............................................................. pág 62

Staff Idea y dirección:Marcela Predieri

http://mpredieri.blogspot.comVicedirección:Gustavo Olaiz

Realización:“DELAPALABRA”

Grupos de Estudio y Creación Literaria

Secretaria de Producción:Alejandro Gómez

Diagramación y armado:Gustavo OlaizPágina WEB:

www.delapalabra.com.arColaboradores permanentes:

Gabriel CabrejasTuqui Rodríguez Diego Orcoyen

Augusto MunaroVíctor Clementi

Luis EscobarLidia Castro

Daniela RiccioniDébora PereyraDiseño de Tapa:Gustavo FogelFoto de Tapa:

Javiera MiragliaColaboraciones a:

[email protected] y/o revistas a:Pellegrini 3637 - 7600

 Mar del Plata 

La dirección no se haceresponsable de los conceptos

vertidos por los autores.Permitida su reproducción por 

cualquier medio (es más se agradece) siempre y cuando se respete el nombre del autor y se 

cite la fuente.Este pliego no es una edición 

comercial. Ha sido ideado paracompartir con amigos y otros

escritores nuestra obra. ISSN en trámite.

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Editorial

A veces siento cansancio al mirar hacia atrás y ver que en nuestro país la cultura pareciera deslizarse por un tobogán interminable desde hace décadas. Exactamente en julio del 2008, la Unesco dio a conocer en Santiago de Chile los resultados de 2º Estudio Regional y Com-parativo, realizado con el objeto de establecer el nivel de aprendizaje de alumnos de escuelas primarias en 16 países de América Latina y el Caribe. De acuerdo con dicho estudio nuestro país figuró en el 8º lugar, detrás de Cuba, Costa Rica, Chile, Uruguay, México, Brasil y Colombia. Sinceramente no puedo afirmar de manera absoluta que dichos países hayan hecho las cosas muy bien, de lo que sí estoy seguro es que nuestro sistema educativo lo está haciendo muy mal. Y si nombro a los países que nos preceden, es justamente para tomar conciencia de que son regiones con problemas económicos graves y en algunos casos mucho más conflictivos políticamente que el nuestro. Pero es evidente que han comprendido que sólo el conocimiento puede llevar a elevar el nivel de vida de sus ciudadanos y en la medida que dichos pueblos puedan hacer uso de nuevos horizontes, también es posible que aquellos problemas que acosan a cualquier comunidad, como la seguridad, la salud y la extrema pobreza, puedan tener a corto plazo una señal de solución. Reconstruir la calidad educativa indudable-mente lleva tiempo, destruir dicho nivel parece que ha sido demasiado fácil; en pocas décadas no ha quedado casi nada del brillo cultural que nos destacaba, no sólo en América, sino también en el resto del mundo. Esta es una rea-lidad tan evidente que no hace falta recurrir a ninguna estadística. A veces tengo la sensación de que se esmeran en quebrar nuestro idioma,

nuestra música, en banalizar ideas, en arriar-nos hacia un corral mediático guiándonos con ahínco hacia una extraña oscuridad. A modo personal siento asco y lástima de que nuestra sociedad haya entrado en la “era” de la dis-tracción y la complicidad, vendándose los ojos como una manera idiota de echarle siempre la culpa a los “otros” y no haciéndose cargo de un problema que está arrastrando “nuestro” mundo hacia un abismo anunciado. Nuestra revista desde su inicio ha sido el intento de una resistencia constante, una luz tenue, junto a otras tantas que apenas produ-cimos cierta sombra en un mundo globalizado en donde es indudable que ciertos poderes necesitan que nos cubra la ignorancia para poder realizar sus negocios espurios con más impunidad. Es por eso que, nosotros desde estas páginas redoblamos nuestro esfuerzo en mantener en pie aquello que nos llevó hace nueve años a comenzar a editar un sueño necesario. Por ese motivo es que necesitamos de ustedes, de nuestros lectores constantes, de quienes nos ayudan con material para publi-car, de aquellos que aportan publicidad aun a sabiendas que la cultura no vende, de quienes quieran suscribirse, porque esencialmente necesitamos subsistir sobre un papel, para que esta pequeña luz que aportamos desde este lado del planeta, junto a aquellas tantas que también luchan por un mundo mejor, podamos sobrevivir con la esperanza de que algún día la cultura y el conocimiento se transformen en un gran fuego que cubra el mundo.

Alejandro Gó[email protected]

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Entrevista“Viviendo el latido de las palabras”

Una entrevista a Antonio AndradeDe Ana Pérez Cerviño

Conocí las obras de Antonio, por unas direcciones web que llegaron a mis manos. Polifacético, impactante y sorprendente este joven escritor y columnista mejicano acarrea una extensa carrera ya a sus espaldas. Actualmente está promocionando su libro “Bitácora del orgasmo” en Méjico. ¿Quieres conocerlo?

¡Hola Antonio! Es agradable conocer a personas que comparten esta inquietud y pasión por las letras. Hola, Ana, gracias por el espacio y por el tiempo o el Ciber-tiempo.Cuéntame, como comenzaste a desarrollar tu inquietud por escribir.Hace aproximadamente quince años conocí en una plaza pública en Coyoacán –Ciudad de México– a MOIEVA –Moisés Evaristo E.P.D– quien vendía en un puesto a ras de piso sus poemarios de bolsillo, mismos que contenían Haikus propios del autor con con-tenidos de corte romántico y otros tantos de corte subversivo en contra del sistema guber-namental, recuerdo que compré dos de estos mini libros y después de leerlos más de una vez, comencé a hacer mis propios mini libros, mismos que fueron deleite de mi madre y mi abuela principalmente. Dos o tres años después conocí las letras del autor mexicano Eusebio Ruvalcaba con su libro “Un hilito de sangre” y fue ahí cuando comencé a escribir narrativa de manera más dedicada y conciente, empecé con cuentos para las reuniones familiares de navidades y con algunos relatos que nunca vieron la luz pública.¿Los escritores mejicanos piensan o tratan temas diferentes a los españoles? ¿O crees que eso es indiferente y que al final todos queremos decir lo mismo pero de diferen-tes maneras? ¿Crees que la cultura local

de dónde creces marca unos parámetros o raíces?Los escritores de todo el mundo tenemos temas en común como la opinión política, el amor y el des-amor, la ficción y la cotidianidad propia del entorno y la edad, la manera de decirlos efectivamente cambia principalmente influen-ciada por la educación, el modus vivendi de cada autor y la propia percepción de las dis-tintas situaciones y personajes que nos rodean, el lenguaje también es un factor importante en la literatura de cada autor pero en lo tocante a los de habla hispana, tenemos la enorme suerte de contar con un lenguaje demasiado extenso y rico en significados e interpretaciones. No sólo la cultura local del sitio donde se crece marca los parámetros de la escritura, también la afectan los acontecimientos sociales, po-líticos y personales, en mi caso, los asuntos personales son los que mayormente han mar-cado –y continúan haciéndolo– las bases de mi escritura.¿Normalmente crees que todo el mundo puede convertirse en escritor o que se “ne-cesita algo más que pretenderlo”?La misma pretensión en sí es más que suficien-te para detonar al escritor que todos llevamos dentro, no podemos negar la importancia de la lectura y de la práctica para la potenciación del oficio pero en verdad considero que cualquier persona, sin importar su posición económica o social que tenga a la mano una pluma, un papel

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y el conocimiento de la escritura y la lectura, puede ser escritor, los que verdaderamente deciden si lo que hacemos es malo o bueno, son los lectores.Me llama la atención la influencia que has tenido con la Bitácora del Orgasmo. Hábla-me de cómo empezó todo.Je je je... una historia un tanto larga que trataré de simplificar de manera correcta, hace aproxi-madamente seis años que comencé a escribir una serie de textos donde relataba algunas de las vivencias experimentadas con una antigua novia que poco a poco fueron tomando matices de narraciones de índole sexual, enfocán-dose principalmente en la comicidad de los episodios íntimos con la chica mencionada, poco después de nuestro rompimiento tuve la oportunidad de hacer públicos estos episodios dentro el portal www.mexico.org bajo el título de “Narraciones de un fulano” y luego de las primeras entregas descubrí que el gusto de la gente era notorio y comencé a abordar temas más específicos y cada vez más cómicos hasta el momento en que Guillermo Ochoa me invita a formar parte de su portal literario y es ahí donde comienza la nueva saga bajo el título “Bitácora del orgasmo” con la que llegamos a sumar poco más de 60000 visitas por mes, actualmente, la saga ha tenido cabida en poco más de 14 sitios web y en al menos 10 medios impresos con bastante aceptación de los lectores.También he observado que se ha producido al teatro y a una serie. ¿Cómo te sientes al haber llevado tu obra al escenario? Eso debe de ser el “sumum” para cualquier escritor.Más que un Sumum como lo describes, es un paso más dentro de la escalinata de “Bitácora del orgasmo”, primeramente fue serie radial con muy pocos capítulos ya que nunca he con-seguido hacer que la serie deje de ser blanco de ataques de moralistas, religiosos extremistas e hipócritas de corazón, dentro del teatro, fue

verdaderamente un logro hacer la adaptación y fungir como director escénico de la misma pero al final el resultado fue bastante bueno, tuvimos la suerte de mantener la obra durante una temporada de seis meses en teatro y otros cuatro meses dentro de un bar en la ciudad de México, actualmente la obra se encuentra en descanso y en nuevas propuestas de montaje que estamos analizando para llevar al público de la manera más correcta e impactante la obra.En tus columnas tratas sobre temas de sexualidad, de reflexión, de política... ¿Algu-na vez has sentido que te han impuesto los tabúes? ¿O has escrito libremente sin hacer caso omiso a lo que podría venir después?Siempre escribo sin pensar en la imposición de tabúes, tanto en medios impresos (revistas, periódicos y fanzines) como en Internet, es más sencillo hablar de lo que uno opina y con el lenguaje que uno acostumbre ya que en su mayoría no son muy limítrofes, el problema de la imposición tanto de tabúes como de con-traposiciones de opinión se da mayormente en las instituciones tanto educativas como guber-namentales ya que siempre están cuidando en demasía tanto el lenguaje como la impresión que pudieran dar por medio de las letras de los autores, en mi caso ha sido poca o limitada la censura aplicada a mis textos ya que en su mayoría son manejados con un lenguaje sen-cillo, poco altisonante y casi siempre trato de ser propositivo por encima de los ataques que pudiera vislumbrar en cada temática. Resulta hasta cierto grado sencillo hablar de política y sexualidad en México pues no vivimos un régimen totalitario en toda la extensión de la palabra y principalmente porque somos una sociedad en constante despertar intelectual.¿Tienes miedo a las críticas o es algo que aceptas? Sabrás que al estar expuesto en una columna periódica siempre estás más atado a la polémica que un escritor que publica solamente de vez en cuando algún

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libro.Las críticas siempre serán el mejor canal para mejorar o mantener lo que se escribe, los lec-tores son quienes mandan, una columna que no gusta, simplemente no puede continuar, lo mismo sucede con la poesía e incluso con las publicaciones esporádicas, el mejor alimento para un autor deben ser las críticas de los lec-tores, ya sean buenas o malas, siempre serán tanto la mejor escuela como la mejor guía. Hay público para todo tipo de letras, en mi rubro he tenido la suerte de que mayormente, la gente ha aceptado mis letras sin demasiados problemas. Un autor dispuesto a hacer públicas sus letras que manifieste o experimente miedo al hacer-lo, difícilmente podrá sobrevivir dentro de un mundo plagado de diferencias de opinión.¿La fama es algo que pesa a las espaldas o lo ves como algo positivo?No es mucho lo que puedo decir de la fama ya que aún no la he conocido como el monstruo que nos pintan en la televisión, pero de lo poco que puedo presumir al respecto, puedo decir que es muy positiva ya que al forjarla con una lucha constante y una búsqueda sin descanso, día con día, las puertas comienzan a abrirse con mayor facilidad y las oportunidades llegan con mayor frecuencia.Sé que has participado en eventos como músico, ¿Compartes qué todas las ramas del arte están relacionadas?Definitivamente si, todas las corrientes artísti-cas están relacionadas, en lo personal encuen-tro la debida paz para escribir cuando escucho a Beethoven o a compositores contemporáneos y amigos además de que es bien sabido que los escritos no pueden carecer de cierta musica-lidad ya que sin ese vaivén musical dentro de la composición literaria, los textos parecerían manuales simplemente y bueno, cuando hago poesía no puedo negar la existencia de la mu-sicalidad en cada letra de los textos en sí, la poesía que más me gusta tiene cadencia, tiene ritmo, tiene silencios, sube y bajas tremendos

y sensibiliza del mismo modo que una buena canción.¿Qué significa la música en tu vida?Para mí la música debe estar presente en cada momento de mi vida, al andar por la calle, al llorar, al divertirse, al pensar, al comer, al hacer el amor y poco andes de irse a dormir, porque la música es el único vicio que puede beneficiarnos de mil maneras, inspirarnos, relajarnos o acompañarnos.A veces pienso que todos los escritores lle-vamos un pequeño actor dentro. ¿Te cuesta controlar esas pequeñas voces que te hablan y cuentan historias?Nunca he intentado reprimir esas vocecitas que van conmigo a todas partes incluso a veces les pongo demasiada atención y me resulta imposible concentrarme de manera efectiva a tal grado que incluso he sufrido caídas y golpes por estar metido en plena discusión con las vo-ces. Sobre lo de la actuación concuerdo porque sé el momento exacto en que debo transformar mi personalidad, mi expresión y hasta mi modo de hablar y ya no es algo planeado ya es como un detonador que de inmediato me convierte en el Antonio molesto por algo, o el condes-cendiente que se hace de la vista gorda –este sale casi siempre con los hijos de mis amigos, siempre termino siendo su cómplice de trave-suras– y en otras, cuando debo ser el hombre serio y responsable o al menos aparentarlo, me sale bastante bien. Je je je.Háblame de tus talleres literarios. La do-cencia es muy hermosa y gratificante en la vida de un escritor y sus enseñanzas personales.Lo mío en sí no es realmente docencia, es más bien una especie de diálogo donde se intercam-bian impresiones y doy muchos consejos y tips para escribir y principalmente para descubrir un estilo personal, sí me resulta increíble e inigualable trabajar con jóvenes de vez en cuando porque siempre serán el semillero de las letras en el país y bueno, cuando alguno

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de ellos escribe algo maravilloso, el gusto tremendo de haberlo podido encaminar me invade por completo.¿Tienes algún proyecto que te gustaría realizar?Realmente sí, me encantaría poder ver mis ideas, solo algunas, no todas, plasmadas en televisión, ya sea a modo de video home, serie, película o programa completo y bueno, confieso que estoy empecinado por colocar mi poesía en aquellos sitios donde nunca ha estado, lo he ido consiguiendo con el paso del tiempo, tuve la suerte de presentar en varias ocasiones mis poemas en televisión y en algu-nas publicaciones que no tienen nada que ver con literatura o cultura y sigo tocando puertas para conseguir aún más.En el año 2007 obtuviste una Beca en Alba-cete. ¿Cómo fue la experiencia de vivir en España? ¿Te gusta nuestro país?Estuve en España en invierno así es que sí puedo asegurarte que no regresaría en esta época, el frío y yo somos enemigos naturales je je je... en cuanto al país y su gente puedo decir varias cosas positivas, son gente cálida en su mayoría y muy buenos lectores, debo confesarte que mi ciudad favorita es Madrid, de noche me robaba el corazón y durante el día me plagaba de colores la mirada, es una ciudad hermosa, pasé también muy buenas noches de farra en Barcelona y sus alrededores, siempre he tenido ganas de presentar mi trabajo poético en los foros de España porque sé que el público español es verdaderamente acogedor.Las costumbres de aquí que más te gusten y las que te hayan chocado o extrañado más.Ja ja ja... debo confesar que quedé sumamente desilusionado de la tortilla española porque ya la conocía, en México le llamamos omelet ja ja ja ja... sigo sin entender por qué los españoles tienen la capacidad de gritarse e insultarse du-rante horas sin llegar a los golpes, en México es más fácil arreglar las cosas con los puños

je je je... me gusta mucho poder ver a mucha gente con un libro bajo el brazo en cualquier parte, me encanta la idea de poder salir de parranda cualquier día de la semana sin que esto conlleve a remordimientos de conciencia y sobre todo la enorme conciencia política que se tiene en España, mucha gente está en constante búsqueda de verdades y no temen externar su opinión.¿Qué quieren expresar y como sienten los textos de Antonio Andrade?Bueno esa es una respuesta que deberían responder mis textos je je je... pero como no pueden, ahí voy, mis textos quieren expresar la verdad con la que fueron escritos, si te hablo de un poema de des-amor, me gustaría que quien lo lea o lo escuche pueda llegar a sentirse identificado con la idea y la emoción implícita en él, si el texto es de corte cómico me encantaría que el lector riera como yo lo hice mientras lo escribía y si el texto es de corte reflexivo o político me gustaría que quien lo lee, pudiera encontrar quizá una respuesta o un símil de opinión entre las líneas.Y hablando del Diseño Web, (compañero de profesión ^-^) ¿Cómo ves la red actual? ¿Piensas que es positivo la proliferación de blogs y perfiles de redes sociales? o por el contrario ¿crees que acabarán matando al libro formato papel?Bueno, el libro como tal dista mucho de pe-recer ya que aún no hay nada que sustituya la emoción o la sensación de poseer un libro entre las manos y poderlo llevar a todas partes, hay aparatos digitales que pueden facilitar el hecho de cargar un libro pero por suerte, nunca igualarán al libro como objeto portador de esa aprensión natural de los hombres y también puedo hablar a favor de la proliferación elec-trónica ya que actualmente resulta mucho más sencillo llegar a aquellos sitios o personas que en otra época pudimos haber catalogado de imposibles. En lo personal me fascina la idea de que cualquier persona pueda dar a conocer

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sus textos de manera gratuita, disfruto mucho leyendo trabajos de personas de otros países y con otra ideología.¿Cómo ves el panorama editorial nacional y extranjero?Desafortunadamente cada vez, los grandes editores le están apostando más a los escritores que representan más ganancias que acervo cultural, es muy difícil editar de manera pro-fesional cuando no se cuenta con un respaldo económico fuerte o un premio importante a cuestas pero nunca será imposible y bueno, el sabor que deja llegar a las grandes librerías por méritos propios y esfuerzos personales no tiene precio y resulta bastante satisfactorio.¿Piensas que hay buena literatura entre los nuevos y emergentes valores?Hay excelente literatura entre los nuevos va-lores, he conocido escritores magníficos que no han cumplido aún la mayoría de edad y me resulta increíble encontrarme con que cada vez son más los jóvenes que comienzan a expre-sarse por medio de la palabra escrita.Un sueño pendiente:Tengo varios, pero el más significativo podría ser colocar mi poesía en cada rincón que me sea posible y poder escribir de una manera sublime.Una actuación o un texto que nunca olvi-darás.Hace algunos años, después de un recital de poesía, una señora ya bastante grande se me acercó, me tomo de las manos y me dijo “una vez tuve un novio como tú, le gustaba expresarse y lo hacía muy hermoso, nunca pude olvidarme de él, ten cuidado porque la mujer que te quiera, nunca te podrá olvidar” Esa noche lloré como la mismísima María de Magdala.Escritores favoritos.Tengo muchos autores predilectos, pero te puedo hablar de Oliverio Girondo, Mario Benedetti –a quien ya extraño enormemente-, Eusebio Ruvalcaba, Xavier Velasco y Gabriel

García Márquez.¿Aficionado a más arte? o ¿sólo literatu-ra?Me encanta hacer algo de música de vez en vez pero sólo como hobbie, algunas veces hago algunas fotografías principalmente de flores y objetos en general, pero a nivel profesional, sólo la literatura.La vanguardia literaria o gráfica que más te haya impactado.El Graffiti, me encanta porque puede llegar a ser demasiado artístico y hasta poético sin perder su matiz urbano.¿Imagen o palabra?Palabra.Tu medio de inspiración para escribir.Lo cotidiano y lo referente a las emociones, principalmente el amor y el desamor.Lo mejor de ser artista o escritor y lo peor.Lo mejor es simplemente serlo, me encanta hacerlo y lo que puedo catalogar como lo peor es la larga espera y el tremendo ejercicio de paciencia que implica serlo, no todo se da tan rápido o tan sencillo como en muchas otras profesiones.Una obra de culto.Nunca he entendido bien el concepto de “culto” pero en lo personal y esperando no equivocarme en el uso del mismo, me encantan los cuentos de Poe y de M.C. Escher.Por último déjame una frase, cita, refrán para mi muro:La palabra escrita es como una mariposa, debe alimentarse adecuadamente mientras en su forma de oruga va escalando el árbol de las frases hasta que encuentra el sitio idóneo donde hacer capullo y transformarse para que más tarde y llegado su momento, pueda levantar el vuelo.

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Poemas de Antonio Andrade (México)www.antonioandrade.com.mx

De las cosas pendientes

De tu patria king-size sin banderatu entre-pierna de noches en velatus mañanas inciertas

de tus idas y tus vueltas sin fecha probabletus retratos hablados con dislexiatus embates de a medias

de escalera o calle sin tus pasosmentiras sin miedo a quema-ropaducha sin velas

de esas caricias cual boleta de empeñoque se arrumban al igualcon los estados de cuenta de cada promesaincumplida a futuroque con cada balance in-necesariode las noches endosadas en blanco a tu nombre

tus sonrisas de lista de esperatu guerrilla de distanciasin alianzas ni tregua

te hablo de las cosas pendientesde ese otoño que llegó de madrugada entre tus labiosy aún me embriaga

de las cosas que hacen faltay de esa tarde

la primera...

en que mis manos aprendieron a volarsobre tu espalda.

Sobre rieles 1 - Débora Pereyra

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Ahora que anuncias tu vuelta

Y ahora que anuncias tu vueltayo des-empolvo la memoriaenumero las sonrisasbailoteo ante los espejosespabilo al destinoy presumo tus arribos barro de invierno y otoño las callesde pies a rastras las aceras y los parquesvisto la arboleda de palabrasporfinesajúase ilusiones llevo a cabo simulacrosya de un guiño des-pistadoun beso propulsión de chorro al aireuna caricia en fugaun asalto a pluma armadao una sonata de gestos ingenuos y bribones y ahora que anuncias tu vueltayo despido las dudas de todas las ventanasdes-hago maletastiendo al sol las buenas nuevasenciendo lucecitas de temporadame visto de euforiapregono certezasy disparo bienvenidas y es que ahora que anuncias tu vueltaal menos en vida... de vuelta no te esperaba.

Aguascalientes –México-

Sobre rieles 4 - Débora Pereyra

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Poesía

LA SEVICIA Los monederos falsos han triunfado. Tasadores y buitres se disputan la historia escrita tras agónicos años en los cuales reinaran las imperiales sombras y las luces de lanzas y de dagas hicieran la riqueza deste pueblo: su memoria de equívocos y duelos. Hoy se repite el estribillo cruento: se remata el imperio de los sueños. ¿Quién da más? ¿Cuántos denarios cuesta la corona que conseguir supieron los ilustres en otros tiempos de clavel y olivos? Hoy triunfa la canalla luctuosa con un veneno que tritura el alma. Argentina se vende. Buhoneros, bufones, filisteos de rasgos inconclusos van a pulir la lápida impoluta con estilete vil e impulso ignaro. Aquí yacen las sobras espectrales de antiguos remos fundadores. Argentina se ha muerto. La utopía que el poeta de “argentum” puso en marcha yace postrada ahora ante tanta estulticia, y tanta oscura cantinela enana: ¿Quién da más? ¿Cuántos denarios cuesta aqueste sueño? ¡Oh tanta ingrata y cruel sevicia?

Oscar Portela [email protected]

***al borde de la mesafragilidad de cristalal borde de la camacostillas de arenase derraman en el tiempoy el corazónal borde de un silencio

Karina Cartaginese(Buenos Aires)escritospoeticosdekarina.blogspot.com

Torsos II - Débora Pereyra

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TANTA CRUELDAD

Tantas sombras callando la voz del silencioy su costura amarrándose a tu piel puerto de fieras.Voy a morder el último cuentoa la deriva de tu bocay su corteza de fierro.

Saberte no mirartey esa delicada facción de olvido.

Vos abandonaste el ardor del viento y su temor de mediodíacuando las manos excavaban fronteras en los nudosy el desenlaceescombros del éxodo.

Tu bocacalle permanece dormiday este quebrar humedecido en deseo

tanta mugre perdida en el océanoy vos llegando a mis orillas.

LA PUTA RESPETUOSA

A una mujer parada en el barrio de La PerlaLa puta

sola en la esquina callada

la puta en silencio con su pollera corta y cartera del caso la puta que espera

en silencio callada

Fernando Bonatto

(Mar del Plata)[email protected]

Ven

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Visceral - Débora Pereyra

Mariana Elizabeth Garrido (Mar del Plata) [email protected]

http://borronyversonuevo.blogspot.com

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PREÑEZ DE ARENA El sol ancla en mi pieldoma pestañasDe cara al cieloagujas deshojadasagujas de fuegoliban mi esenciaDesgrananecos de la mente El oleaje encorvadolame arenasahoga la seca calidezcomo queriendo violarcegueras del tiempo Una cámara lentapliega murmullosdemora infinitossujeta la esperaCuando vuelvo la miradaaún retiene tu vozen nubes de telaraña El mar se alejaentre matices abigarradosdiapasón de vibracionesamansa estelas Atardecer y sombrasse instalan en pupilassorben distanciashasta el horizonte medialuna

Canto del ocaso Bruñe tu siluetacon aroma a salenvuelve la míaen terciopelo oscuro Fantasma doradoInvaden misterios Desde el hueco de mi sombraun pez remonta vuelopersigue lunasPétalo y nocheme dejo llevar Un grito barriletese curva en la cámara lentabesa el airese aleja de mis hombros Vuelve el oleajerepetido hasta el cansancioesparce historias de lejaníaSe tensafinalmente se resquebrajay diseña mi cuerpocon plumaje de espuma

Daniela Riccioni(Mar del Plata)

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ARROJO CRUCES A LA LUNA

El crucifijo despierta sin nadie en tu nombreEn la extinguida luz de los senoslos índices mueren la noche

Se mueve una cadera embriagadaen el cinturón de la tardeEl abismo agazapa una promesa

Hoy más que nuncatu rededor cae en lluvia

Por primera vez me abrazo al invierno

Sobre tus muslos un tigre salta a los árbolesApenas un reloj que pueda de día ese jamásque tu pecho hueleUn ave en tus uñas es mariposa azul del aguaque lleva un tatuaje de pelo negro

Una luz mordida sonríe ante el duraznoDios se calza los dedales

La cama al fin

Luis Escobar(Mar del Plata)[email protected]

NADIE ME VERÁ DE ESPALDAS

Huérfana de cautela o ceremoniasvoy hacia el génesis

Ya no hay razón para maniatar al grito atrincherar la verdad tras una mueca

ser escrupuloso títere del hambreo un selecto imbécil del silencio

Por eso me revelotrasmuto con terquedad de hormiga

todo antiguo anonimato

La mano del juego comanda los destinosy me invita a no irme al mazo

Hay cuatro barajas sin jugaruna es la muerte

Marcela Predieri(Mar del Plata)

[email protected]

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INTEMPESTIVA

Aún queda mucho por moriry premuras la tardemi ala de cuervoescama saturnalimbricada de pez nocturnossin recordar que las plantastambién vician el aire de la nocheque esas sombras vienen cargadas para tu fresnay rompiendo el agua estriadade los charcos adoloridoscon otro parto cinabriodonde perros lucharniegosdevorarán la placenta abrupta.Donde frondosos de horcas umbilicalesde lianas salivales y espermáticaslos seres que te miran desde abajo y hacia abajole atontarán con sus colas de lobole asestarán sus arponesentre las launas que articulan su vientrey de las branquias heridas espirará al mañanadonde no hay mar para mi nombreni arenas para mi cuerpo.

Falta aún tanto por callary qué decir de árboles caídosde edificios no tumbadosde las plazas escafiladasde las estrellas que no empalamosde los versos inofensivos.

Aún falta tanto por moriry hemos muerto a nadielucernariacampanariami ascuami luna.

Dancizo Toro(ECUADOR)

[email protected]

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EL VOYEUR

Abrís la puerta de entrada que está sin llave, y lentamente, subís uno a uno, los mullidos esca-lones que van al primer piso de la casa. Se acomodan tus ojos a la oscuridad del pasillo y fijás tu mirada en la luz que se filtra por debajo de una de las puertas. En un contenido silencio, te inclinás y tu ojo derecho se apoya en el de la cerradura. Y la ves. Sentada al borde de la cama, sacándose los zapatos. Ahí está. Esos pies te parecen guantes blancos y un temblor recorre tu cuerpo. Ella se levanta y comienza a desprender de la camisa lo que para vos es una sensual e interminable serie de botones. ¿Te das cuenta de que estás frente a una diosa que se mueve en cámara lenta? Ves cómo cuelga la prenda en el respaldo del silloncito junto a la mesa de luz, cómo baja con cuidado hacia el

piso su pollera color humo, la levanta y la alisa en el asiento.Imaginar que se desviste sólo para vos sin saberlo ella misma, te lleva al paroxismo, ¿no es cierto? Te levantás y con el pañuelo que tenés en el bol-sillo secás tu cara y las manos calientes. Su combinación de seda trasluce la ropa interior. Observás cómo la levanta por sobre sus hombros y con suavidad la apoya sobre el mismo asiento. Queda únicamente con un conjunto blanco. Se pone de espaldas a la puerta. Se desabrocha el corpiño y desliza los breteles por sus brazos. La prenda cae sobre la alfombra. Se agacha y hace correr hacia abajo la pieza que aún estaba pegada a su cuerpo. Se te ocurre ¡maravilla, dos manchas de leche sobre lana marrón!

Manos, frente, ojos. Todo en vos llora de placer al observarla. Respirás profundo y al incorpo-rarte notás tu ansioso miembro erguido dentro del pantalón. ¿Vas a resistir? Volvés a apoyar el ojo en la cerradura y ves cómo ella, ahora de frente a la puerta se cepilla el pelo. Te impacta la cadencia del movimiento con que lo deja cercano y casi transparente, y esa sonrisa ambigua con que acompaña la tarea.Acariciás de lejos, con mirada inflamada, ese cuello, los pechos, su cintura, la curva dulce de sus caderas, las piernas y por último, la nube de su sexo. Te frotás con suavidad mientras pensás que es perfecta como un tallo solitario de bambú. Pero ya estás sintiendo que no vas a poder soportarlo más: decidís que con o sin violencia, finalmente va a ser tuya. Abrís la puerta de un solo movimiento y te abalanzás sobre el cuerpo de esa hembra. Esa mujer nada sorprendida en cuyo vientre creciste treinta años atrás.

Lidia Castro Hernando - (Mar del Plata)[email protected]

Relatos y cuentos

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Hirviendo

Soy anoréxica y estoy contenta con ello. Nada de lo que ustedes me digan me hará cambiar de posición, soy anoréxica y punto. Lo suficiente como para decir soy anoréxica y no me importa cuando me veo en el espejo no tengo ganas de comer y tengo hambre. Si el espejo fuera menos imbécil me diría que no estoy gorda y que no necesito dejar de comer. Pero me gusta comer cuando nadie me ve a las doce de la noche en el baño. La noticia de un nuevo algo naciendo al mundo me hizo vomitar cuando el papelito de la farmacia me dijo que sí, que sí estaba, que sí, que te tomes la malta caliente y hagas abdominales en vez de ir con un doctor, no viste la película esa donde la tipa se muere porque el cura le dijo que lo hiciera y la llevó a un lugar donde le dieron una mala praxis, con una rutina de abdominales y la malta caliente, que te lo digo yo chica, que lo botas en un dos por tres, que te digo que Isabel lo botó en menos de lo que su familia se diera cuenta, claro que duele un poquito, pero eso se te pasa chica, ve a la iglesia o al psiquiatra y listo, no hay mal que por bien no venga. La cosa es que no tengo ganas de tomar malta caliente ni hacer abdominales, ni giros, ni caerme por las escaleras ni de un ca-ballo. La cosa es que Pedro no sabe y cuando le diga lo que sé tal vez me deje porque Pedro es un hijo de puta. La cosa es que Pedro no me llama desde hace dos semanas y tampoco contesta mis mensajes que se los escribo cada media hora. Cada media hora pienso en lo que me dijo la última vez que nos vimos en el 23 del San Marcos y su estúpida mirada de tipo que se las sabe todas y que tanto me gusta, eres una loca, ¡deja ya la cosa!, no te pongas intensa otra vez, tienes problemas busca ayuda o deja de caerte a cobas y pégate un tiro que ya no quiero verte. Lo juro que no es por mi anorexia, ya dije que estoy contenta con ella y no me importa lo que ustedes digan ni lo que diga Pedro, estoy contenta porque me hace especial, yo sé que no es nada especial pero a mí me importa un bledo que no sea nada especial porque yo creo que me hace especial y punto. Tal vez lo del tiro no sea tan mala idea. ¡Y qué!, que no sea especial porque todas las adolescentes de Estados Unidos sean anoréxicas, pero ya yo no soy una adolescente porque ya tengo un algo creciendo en mi barriga, ya me siento vieja, y estas tetas porque no las tengo paraditas como Isabel, que sé tomó malta caliente e hizo abdominales y lo botó antes de que su familia se diera cuenta, tetas de vieja y cuello de dinosaurio y este estúpido teléfono que no termina de sonar. Pedro, llámame ya que me mato. Pedro, esta vez estoy hablando en serio tengo algo que decirte, no es otra de mis crisis, Pedro por favor te lo ruego llámame. Sí, puede ser, ¿por qué no? tú y yo juntos podríamos hacerlo hasta podríamos comprar un perro, ¿qué te parece? o una gata, a ti te gustan los perros a mi las gatas, hasta podríamos comprar un perro y una gata a la vez, yo me encargaría de la gata y tú del perro, si no quieres que la gata entre a la casa no importa yo la dejo afuera ¿Y una hamaca, qué te parece una hamaca? siempre quise dormir en una hamaca pero tío Antonio decía que eso era malo para el cuello. Yo haría lo que me pidas, en serio, hasta dejaría de fumar, dejaría de moverme tanto en la noche cuando este-mos durmiendo ¿qué te parece? Yo voy a buscar ayuda Pedro, pero llámame. No lo volveré a hacer en verdad, te juro que no lo vuelvo a hacer lo que sea que haya hecho que no te gustara, tienes razón, estoy mal, estoy atrapada en esto y tú sabes que yo no quiero, no es mi culpa que estoy temblando de miedo. Son las seis, Pedro son las ocho, son las doce, escríbeme o llámame o algo, por favor Pedro once, tres, cuatro, cinco, veinte de la mañana y no me llamas y tengo más de no sé cuantos días sin dormir y me estoy fumando el pecho. Ya no tengo cigarros para sin dinero y el estómago

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revuelto, mamá dijo que ya basta que estoy loca, que no me aguanta y yo lloro y tiro la puerta y me encierro en el baño y no sé que hacer Pedro, ya lo siento creciendo y tú sabes que no fue mi culpa tengo tanto miedo. No fue mi culpa y tú lo sabes, tú quieres echarme la culpa de todo pero no es cierto, eres el único culpable, no quiero verte más, no me importa, lo voy a hacer con o sin tu consentimiento, no voy a tomar malta calien-te ni hacer abdominales como me dijo la perra de

Cristina, voy a tenerlo no me importa si estás de acuerdo si te interesa vete a la mierda ya no te necesito, eres una des-gracia lo peor que me ha pasado en la vida, no quiero verte más, vete a la mierda yo podré sola nunca te necesité para nada, yo puedo sola con mi anorexia, no me interesas. Además eres mal hombre, así como lo escuchaste, siempre fingía, sí Pedro, siempre fingía y se va a llamar Pedro en honor al hijo de puta de su padre, Pedrito ven, Pedrito ya la comida está lista y nunca va a conocer a su padre porque su padre nunca apareció cuando debía. No debiste decirme lo que me dijiste en el 23 del San Marcos, no es así, no es así…Siete meses y mamá dijo que no debía tenerlo pero yo no le hice caso porque ya no vas a con-trolar mi vida como cuando tenía doce y yo quería regalarle todas mis muñecas a Natalia, pero Pedrito sí, Pedrito le va a regalar todos sus muñecos a quien quiera, va a hacer todo lo que le venga en gana porque va a poder ser libre y no va a tener una mamá que no le deje regalarle todas sus muñecas a Natalia, no, eso nunca. Andará descalzo si le da la gana, se hará pipí en la cama hasta los quince años sin que nadie le recrimine ni se burle, comerá todas las choco-chi-tas que quiera sin que le digan que se va a poner gordo y que le van a salir pelotas en la cara. No, nada de eso pasará porque Pedrito será lo que quiera ser. Pedrito no va tener una abuela horrible, será un niño sin abuela ni olor a talco viejo y maquillaje feo restregándose en la cara cuando tu no quieres que te besen, que así no se sienta una señorita, así no lleva el pelo una señorita, pareces un varón… Es igualito a ti. Era lo más lógico pero ya es demasiado tarde para que aparezcas, vete de aquí, no quiero verte nunca más, es igualito a ti y se llama Pedrito, así como lo escuchaste se llama Pedrito y mamá no me lo va a quitar que yo sé qué es lo que quiere. No soy una loca y yo puedo hacerme cargo de él, dile al doctor que no hay problema que yo puedo sola, además ya voy a empezar a trabajar en cuanto me recupere y nadie se va enterar que Pedro es su padre, lo tuve sola y sola puedo con él. Un semanita nada más y es tan guapo, tan chiquito, allí en su cuna, con

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su abriguito, y el móvil que le trajo el tío Antonio y ahora vienes tú a echarlo todo a perder. Yo sé que los dos están conspirando para quitármelo pero no lo voy a permitir, no lo voy permitir, déjenme en paz, fuera de aquí, no van a lograr separarme de él. Mamá, ¿cómo pudiste hacerme eso? ese hijo de puta te lavó el cerebro y ahora estás de su lado, yo no soy una loca. Fuera de aquí que estamos bien nadie los necesita, no voy a abrir la puerta déjenme en paz, qué son esos ruidos, abre la puerta por favor, necesitas ayuda hija, escúchame por favor, aquí esta Pedro, abre la puerta, nadie me va a quitar a Pedrito, ¿Dónde están los cigarros?, por favor abre la puerta Julia, soy yo Pedro, por favor abre la puerta, no quiero verte más, eres lo peor que me ha pasado, Pedrito deja ya de llorar, Julia el niño está mal, abre la puerta, eso que me dijiste en el 23 del San Marcos, todo esto es tu culpa vete de aquí, mamá por favor dile que se vaya, abre la puerta Julia o la vamos a tumbar, ¡Shuuu! Pedrito que se van a dar cuenta, estoy preparándote un baño caliente Pedrito, vamos a calentar el agua en la hornilla, ¿Te gusta el agua caliente?, abre la puerta, me duele el pecho y la cabeza Pedrito mi vida por favor cállate que te van a oír y tu no quieres que nos separen, Pedrito por favor, abre la puerta, ¡Debí pegarme un tiro Pedro cuando me lo dijiste! cálmate Julia no vayas a hacer una locura, dejen de gritar, mi cabeza va estallar, por favor cálmate, ese es mi hijo, abre la puerta, váyanse ya, un baño para Pedrito y después a comer, ¿qué te parece mi amor? yo sé que tienes hambre mi vida, pero mi vida, por favor, por favor, deja ya de llorar, ellos nos quieren separar, mi amor, mi vida ¡Shuuu!, silencio, silencio, ¿Dónde está? ¡Qué desgracia!, ¡Bendito sea Cristo, que atrocidad!, ¡Estás loca!, ¡Por el amor de Dios!, no es mi culpa, ¡Cállense todos!, me duele la cabeza, fuera de aquí, yo no lo hice, ¡Perdiste el juicio!, ¡Está muerto, por el amor de Dios! ¡Está muerto!, ¡Silencio!, yo no lo hice mami, créeme yo no lo hice, yo me voy a portar bien mami, no me pegues, créeme yo no lo hice, había mucho ruido y se cayó al agua hirviendo.

Aquiles Zambrano(CARACAS)

[email protected]

ENSAYO DE RESPUESTA VIOLENTA

Gozamos de un privilegio fraternal: el mate de madrugada, en absoluta soledad o junto a la tercera persona que insiste en aparecer, queriendo formar parte de nuestra cofradía sudaca. Se turna para dormir en algunas cabezas antes de sufrir la liquidación del 40% off y comprar gorros, antes

de que el final pase a ser principio y advierta que soy señuelo. Ahí es cuando me ofendo, corro al camarín donde nadie custodia, revuelvo tu cajón y hallo siempre lo que busco. La evidencia perfecta es apenas un amague, pero alcanza para entretenerme un rato; todo pasa, perdé cuidado. Antes de encontrarte en los sueños voy a cambiar la yerba, calentar el agua... la pava apoyada sobre una revista con la foto de Rodolfo Walsh en la tapa. Maestro

Nicolás López [email protected]

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RECUERDO REMOTO DE UN PEqUEÑO HéROE

A mi tío Jesús, el gran héroe

estoy pensando en un recuerdo remoto (pero lo mismo se puede decir de muchos otros, de cierta voz de abuela Isabel angustiada desprendiéndose de una canción, de algún asma según noctur-na, difícil y espumosa que no sentí, y de cierto aire silencioso y mortal rodeando el Chevette dorado de mi papá) y entonces me veo allí, después de este viaje de veinte años hacia atrás en que había ido a conocer la playa un septiembre insospechado por este niño que soy de tres años en brazos de su tío Jesús (que aún no había muerto, esto ocurriría muchos años después) y que me cargaba dentro del carro diciéndole cosas a su hermano (mi papá) sobre helicópteros y rescates y muertos, manito, y yo saltándole en las piernas para ver de frente a ese intrigante otro niño en el retrovisor, que decía lo que yo decía (helitópquero, helitópquero) y saltaba como yo saltaba, mientras mi mamá morena cálida e inmensa toda en el asiento de atrás me llama, ven, hijo, el tetero, con esa sonrisa triste y alentadora diciendo gracias a Dios que no nos vinimos cuando llamaste al niño, que te desobedeció al mediodía, Carlos, menos mal que quiso quedarse un rato más jugando en la orilla, dibujando en la arena oscura con los dedos, solito, si no estaríamos ahorita todos muertos. si tienes corazón, enséñalo y regresa, cantaba mi abuela en el capó dorado que temblaba seguro de frío aunque caliente, y su canción era de humo gris alejándose a través del aire de la noche y de sus lágrimas salidas de ojos azules y de su boca, mamá, no fumes tanto decía mi papá, tranquila, ya estamos bien, yo la veía y la escuchaba y menos mal esa voz gris no está cerca de mí, porque entonces el asma, la tos, el llanto, abuelita, quédate detrás del vidrio y del llanto. el llanto de tantos cubiertos por el barro, afuera, el llanto confundido y arrastrado por el torrente de un río de carros y casas y agua viva voraz y descomunal que puedo entender ahora, veinte años después de que pasó. y yo enton-ces veo mi tetero dulce vaciándose y poniéndose cada vez más ligero y transparente y veo las manos frescas de mi mamá que ya no me ayuda, ya no te pesa, hijo, ten tú, veo los asientos y a mi papá inmenso que huele a mar y quiero rápido volver a los brazos de mi tío que sí me deja saltar y me enseña palabras mientras se sacude la arena, buscar al niño del retrovisor que se fue para su atrás cuando me fui yo para mi atrás, y también quiero cerrar la puerta para hacer esa magia que me dijo mi abuela Ana —que no vino y también canta canciones—, esa magia que ella le hizo al Chevette para que la luz amarilla dentro del carro se apague (abre la luz y enciende la puerta, no me acuerdo cómo es que era), manito, cuidado con el niño y los dedos y la puerta, no dejes que apague la luz, no dejes que mire el desastre allá afuera, por Dios, pobre gente. y al final me va venciendo como una calma negra liviana y luego pesada que me cierra los párpados al mundo y me quedo dormido esa noche llovizna en que sueño azul y asma y espuma, para un ratico después despertar con un montón de besos y lágrimas por la mañana en la casa, un lunes 7 de septiembre de 1987.

Carlos Castro(CARACAS)

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EL ENGAÑO

–¿Es que acaso no tenés nada para contarme?...Noelia clavó su vista sobre aquella mirada que en el pasado solía mostrar un júbilo exacerbado al cruzarse con la de ella.Sobre la mesita de la cocina (cubierta con un amigable mantel cuadrillé combinado en tonos rojos y blancos), yacía estúpidamente el desayuno. Dos níveas tacitas humeantes olían a dulce café recién molido. Ellas, sumadas a la fuente de tostadas recién horneadas, daban un aroma armónico y digno a esa mañana que, contrariando la colorida dulzura del entorno, comenzaba de una manera completamente absurda e infeliz.Un moderno reloj de pared plateado y negro mostraba en sus manecillas las seis y treinta. Julio recién volvía de su noche de negocios. En su rostro se percibía claramente el cansancio.–Vos sabés como son esos encuentros… Muy pesado todo; mucho…Ella inmediatamente recordó tiempos no tan lejanos. En aquellas épocas le acompañaba a toda presentación comercial luciendo sus mejores vestidos, mostrándose como la bella y atinada esposa de un gran hombre de negocios. Las cosas habían cambiado, desafortunadamente para mal. Desde hacía unos meses, aparte de la orden de achicar gastos, se indicaba “desde arriba” que las reuniones debían durar hasta cerrar todo trato emprendido… “Aunque fuera en las altas horas de la madrugada”…–Encima, ahora debo ir con urgencia a la oficina. Me espera Peláez…, dijo Julio mientras luchaba con un rulito de manteca.–Pero… ¿Es que ni siquiera vas a dormir unos minutos?, preguntó Noelia, desconcertada. –Te va a hacer daño tanto trabajo...–Apenas me da el tiempo para una ducha… ya llegará el fin de semana e iremos de pesca al Tigre… – Hmmm… ¿Podrías prepararme la ropa?, solicitó él mostrando un súbito apuro.– Como no, mi amor… Al fin conoceré ese paraje…, concedió ella mordazmente, conociendo de antemano las excusas de los domingos, mostrando, sin quererlo, una notoria y lejana tristeza en su dulce voz.

. . .Desde hacía un tiempo, ella notaba que algo en él había cambiado. Originalmente había pensado que se trataba de una extrema fatiga sumada a la eterna preocupación por el pago de aquel prés-tamo que los acosaba. Pero, más tarde, un manto de niebla extremadamente oscura la echaría definitivamente a dudar sobre su hombría de bien, sobre su buen comportamiento.–¿No te das cuenta, tarada?... Debe andar con otra mina…, había dicho despectivamente Susana, su ahora ex amiga.–¡Vos decís eso porque siempre le tuviste ganas a mi Julito!..., respondería Noelia antes de agarrarla a trompadas y dar por terminada de una buena vez esa preciada relación nacida cuando aún eran muy pequeñas y nada conocían acerca de los intrincados caminos de la vida.Julio, amén de su anormal falta de vigor, últimamente mostraba una opulencia poco usual, más si se tenía en cuenta que sus números gozaban de un rojo absoluto. Incluso, hasta había cambiado su auto por uno nuevo: Un importado muy novedoso, lleno de innecesarios artefactos que hacían al confort de los ocasionales ocupantes. –Es que… el único modo de conseguir buenos tratos es mostrarte como un genio de las finan-zas… Todo es cuestión de “status”, había dicho Julio.

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–El problema es que… ¡También le debemos mucho a papá, mi amor!…, susurraría a sus oídos Noelia antes de sellar, inconcientemente, la compra. . . .Debían mucho. Pero él contaba con un buen trabajo y la aprobación de gran parte del directorio de la Empresa. El único problema era González. – El pelado Gonzalez… Ese, por ahora… Vicepresidente.Ese arrastrado que no tuvo por qué haberla llamado a las dos de la mañana preguntando donde estaba Julio. –¿Cómo?... Si Julio está en reunión de negocios… Como usted decía… ¿Acaso Ud. no lo sabía?..., había contestado molesta, estúpidamente Noelia.–Ah, sí, Noelia… Me había olvidado que Julio está con los rusos en el Hotel Esperanza…, –Eh,… Mmmm…, Disculpe… respondería González. Esa noche Noelia sintió en su cuerpo, como nunca, la falta de su amado. Llevaba mucho tiempo sin su pre-sencia. Y eso que antes… no había existido noche en que la dejara tranquila… –Esos sí habían sido buenos tiempos, se dijo, mirándose desnuda frente al espejo. –No cómo ahora, que sólo me conformo jugando con el control de la tele…

. . .–Ya salgo, Noelia…, dijo Julio mientras terminaba de secarse el pelo.Ella, sin haber preparado nada, lo esperaba echada sobre la cama.–Gorda…. ¿Dónde están las cosas?, preguntó él mientras entraba al dormitorio… –No juguemos ahora… Tengo cosas para hacer…–Es sólo un minuto, mi vida… habría respondido Noelia. –Dale… un ratito sólo para mí….Mostrando un rostro donde habitaba la molestia, Julio se habría recostado al lado de ella. Luego comenzarían los besos y las caricias.Él habría querido alejarse, sintiéndose algo ridículo mientras ella intentaba enfervorizarlo aunque fuera sólo un poco. Un poco nomás…Luego él se habría dejado llevar por el necesario sueño.En ese momento Noelia habría tomado la cuchilla más filosa, guardada de antemano bajo la cama y seccionado rápidamente aquello que bien sabía, ya no le pertenecía. Luego, sin permitirle siquiera incorporarse, el puntazo habría ido directo al corazón.

. . .–Oficial: Aparte de lo que quedó del cuerpo de él, en el cuarto de arriba está ella, desangrada en la bañera. En el inodoro encontraron un sobre con un embargo y una foto de él con otra mina… Lo que no se halla es el miembro… Ejém… viril…, dijo el policía novato.–Bueno. Esto ya nos supera… Que vengan los de “La Científica”… Caratulen el sumario como: “Lesiones graves seguidas de muerte y suicidio”… Avisá al juez de turno…–Ah… y… ¡Agente Ramírez!: –Tardaré un par de horas… Si llama mi mujer, le dice que no me moleste. Que estoy en un “procedimiento”.

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–Como no, mi comisario…, respondió el agente esbozando, sin quererlo, una nerviosa sonrisa y el correspondiente guiñado cómplice.En el patrullero se retiraba raudo el Oficial junto a su ayudante, la teniente Pereira. Tenían la urgencia de develar “cierta arista del crimen que no conseguían entender”… Para interpretarlo como correspondía, era necesario que se hallaran… a solas…

Sergio [email protected]

EXTRAVÍOS NOCTURNOS

Desde la esquina ve los vidrios oscuros de la fachada y el neón rojo y naranja que lo invita a acercarse. En la puerta hay un tipo que parece gitano cobrando la entrada.–Veinte con una consumición.Un billete rojo como el neón de la entrada pasa de manos y entra. El aire caliente le abofetea la cara, humo y voces quedas; algunas chicas bailan sobre la barra intentando seguir el ritmo del reggaeton. Quieren ser sensuales, quiebran las cinturas, giran, le dan la espalda a los tres tipos que se ahogan en whisky, se agachan y, por un instante, los tipos alzan la vista del vaso.Camina. Busca una mesa. La encuentra no muy lejos de la entrada. Una chica se cuelga de un brazo y le habla al oído envolviéndolo con un aliento de cigarrillo y whiscola. No comprende las palabras que llegan viscosas. Le dice que no con la cabeza, pero ella continúa tomada del brazo.

–No –La voz suena como un vidrio rasgándose. Lo suelta y va hacia el fondo del local, donde hay otras diez tan iguales como ella.La silla está contra el ángulo entre dos paredes. Desde aquí puede ver el lugar. Mira a los tipos de la barra y a otros frente al escenario vacío. Gritan, se ríen, hay uno al que lo vistieron de mujer en el centro del grupo. Una nena apenas mayor que su hija se sienta junto a él. Lo saluda con un beso y se queda callada con una mano en la pierna derecha.–¿Tomás algo?–Un café, y pedite lo que quieras para vos.Se para sin dejar de mirarlo, acaricia su mejilla de la oreja hasta la comisura, y un dedo recorre el labio inferior de izquierda a derecha. Ella camina hacia la barra, hacia el fondo del local donde un tipo de camisa rosa espera tras la caja, y mira aquí y allá entornando los ojos como si fuera corto de vista.Él mete una mano en el bolsillo del pantalón; saca una moneda y la alza entre el índice y el pulgar, es cuadrada y con un agujero en el centro. La chica habla con el tipo corto de vista y señala la mesa en donde él la aguarda. Juega con la moneda haciéndola girar entre sus dedos, se apoya contra el respaldo y espera. Ella habla con el tipo de la camisa rosa y el reloj que

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brilla bajo las luces.Un golpe sobre la mesa lo devuelve al bar. No la ve llegar. No la ve dejar el pocillo junto al cenicero. La ve sentarse junto a él aferrada a un vaso escarchado. Ella apoya, otra vez, una mano sobre su pierna. No hablan. Un cigarrillo muere en el cenicero.–¿Sos de acá?–Eso dicen –No puede ver cuando ella levanta la ceja, la luz muerta del local cubre sus manos y sus ojos, se desliza por la cara al ritmo de la voz de la chica.–¿Qué tenés acá? –Quiere esconder la moneda pero lo toma de la mano, y él se sorprende por la firmeza de sus dedos, serpientes blancas y ciegas–. Qué linda. ¿Me la dejás ver?Apoya la moneda sobre la palma, un gorrión dormido; luego ella la lleva hasta los ojos y mira a través del hueco en el centro.–Se ve todo distinto –Ella se extravía en el trozo de metal, lo atraviesa, se deja arrastrar por ese ojo único–. ¿Sos de acá? –no lo mira, no puede trepar las paredes, el fondo del pozo.–Era de mi abuelo–¿Quién? –Apoya la moneda junto al cenicero, como a un recuerdo amortajado.–La moneda. Mi abuelo la trajo de Etiopía, después de la guerra.–¿Vos sos de acá? ¿Como te llamás? Yo soy Roberta–Hernán –Se sorprende por no mentirle.Ella acerca una mano. Los dedos se tocan, se reconocen, y la retira–Te falta un dedo.–Sí –alza la mano izquierda para que la vea– se lo regalé a mi última amante.Y se ríe. Ella vuelve a alzar una ceja y se frota la punta de la nariz.–¿Qué querés hacer?–Lo que vos tengas ganas.–El hotel está al lado.Ella se para y tira la silla. Los tipos de la barra miran hacia la mesa y vuelven al espectáculo de las bailarinas sobre sus narices, que vuelven a girar sobre la barra y él deja un par de billetes arrugados en la mano de la chica, y vuelve a jugar con la moneda de su abuelo que vuelve a girar entre los dedos.–Esperame, me cambio y vamos.Se aleja apenas desvestida, el cuerpo menudo cubierto de augurios.Él deja la moneda sobre la mesa y se va.

Daniel Battiston(Mar del Plata)

[email protected]

Catamarca y AlvaradoMar del Plata

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En el aire

... y corríamos en el aire, casi volando, las flores de los cardos nos lastimaban los pies. Reíamos, cantábamos, gritábamos abrazados por el cuello, tomados de las manos, de la nariz, sostenidos por el grueso de un cabello. Libres, pero sin soltarnos nunca. Siempre unidos. Juntos. Rodando por el pasto, entre las sábanas, debajo del agua. Ahogados por el llanto. Atados por las lenguas, las piernas enlazadas quemándonos la piel. Diluyendo nuestras voces en un precipitado de palabras. Mordiendo nuestros pies, nuestras orejas. Arrancándonos los párpados. Quitándonos las penas con caricias. Bebiéndonos con avidez el alma. Mojando el suelo, rozando el cielo, rascándonos espalda contra espalda, hasta gemir, hasta doler, hasta hacernos sangrar. Hasta quedar carne sobre carne, hasta vernos el blanco de los huesos y borrar los sueños, la memoria, quitar del corazón cualquier recuerdo, perdernos en el fondo de un espejo, hasta empezar de cero, hasta olvidar quien somos, que queremos. Hasta negarnos.

“Y yo, que no tenía previsto andar, que nunca tuve senda lejos de mi huella, descubro que he sido arrojado al mar, lanzado, como piedra a las estrellas.”

©®Gustavo A. Fogel 2009www.cuentosalcontado.blogspot.com

Este relato pertenece al blog de cuentos de Gustavo Fogel, autor ganador del primer premio nacional de literatura JuninPais 2006, con el libro de cuentos “Objetos de Texto”, publicado en el 2007, Primer premio de la S.A.D.E. 2007 y Segundo Premio certamen Julio Cortazar de cuento y narrativa breve 2006. Otras obras del autor:  “EZQ” (novela) y “Objetos de texto II” (cuento)

Inscripción a: o TE: [email protected]

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Notas y ensayosÉTICA Y POESÍA

Por Cristina Domenech (BUENOS AIRES)

[email protected]

En este trabajo me propongo definir la labor del poeta como una praxis posible de la ética. Ética y poesía parecerían dos conceptos que no se relacionan entre sí teniendo en cuenta la visión vulgar de lo que significa la poesía: un alimento para el espíritu, y sólo así operar sobre la vida. Lo que aquí intento pensar es la posibilidad del poema como elemento direc-tamente transformador del cuerpo.Tomaré a continuación la visión que tiene Hei-degger sobre el artista. Desde su perspectiva el artista como individuo de excepción, dentro del común de los hombres, está dotado de un poder visionario que penetra profundamente en todas las cosas. Su mirada, limpia de todo interés mundano, puede ver la realidad como en sí misma, que una vez reflejada en la obra, sorprende como una revelación hacia los de-más. Es el hombre que al despojarse del velo que oculta la verdad de las cosas las descubre en su auténtico ser. La creación es, entonces, el devenir de la obra, el modo de acontecer de la verdad por medio de la creación. Así, la creación y la verdad quedan anudadas. “La verdad está en cuanto tal en la contraposición del alumbramiento y las dos clases de oculta-ción”, “la verdad existe sólo como lucha entre alumbramiento y ocultación, en la interacción de mundo y tierra. La verdad se arreglará en la obra como esa lucha de mundo y tierra”, “la verdad como alumbramiento y ocultación del ente acontece al poetizarse”. Entonces la poesía es la verdad. El campo de acción de la poesía es el lenguaje,

el objeto de que ella está hecha es el lenguaje. Según Heidegger el dar nombre a las cosas es lo que permite al hombre ser consciente del mundo y de sí mismo. Entonces para él, el habla y el lenguaje son lo mismo que la conciencia. Por eso piensa que la poesía “es el fundamento que soporta la historia” y no una mera “expresión del alma en la cultura”.El lenguaje poético es esencial. Dice el poeta Hugo Mujica, “el poeta nombra, llama hacia la presencia en la palabra, ordena las cosas venir, este cosar de las cosas es lo llamado. El llamado a las cosas las confía a un mundo, el lenguaje es esencia en cuanto acaece. La poe-sía acaece en el lugar oportuno y se coloca en el lugar asignado. El poema podría no haber sido, cuando siendo se entrega como don. El saber del silencio es un habitar, tal vez después un hablar. Cuando termina el lenguaje comienza la revelación”La palabra, siempre que enuncia, guarda para sí todo lo no enunciado. No es nueva la idea del poder de la palabra, también del poder de la no palabra. Detrás de la palabra se oculta la palabra, detrás del lenguaje se oculta otro lenguaje. Cuando se elige “de qué hablar” tam-bién se elige “sobre qué callar”. Esta elección no es inocente. El poeta debe dar cuenta de esa no inocencia y tomar las armas de la palabra como un objeto transformador.Pero Heidegger no abona el supuesto de la mundaneidad de la poesía, no admite que sea sacado de un círculo metafísico y divino. Pa-rece aferrarse a la idea de que la poesía es una

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proyección hacia lo divino, hacia lo infinito, hacia la muerte. Intento aquí plantear una alternativa no metafísica del hacer poético, una poesía como praxis, encarnada en un mundo mundano. La poesía, como la expresión máxima de la conciencia mediante el lenguaje, logra darle voz a lo inefable. Entonces, aquí podríamos acordar con Heidegger. Pero vamos a hacer un nuevo ensayo tratando de definir el valor de las palabras en su relación sintác-tica. Hay un valor superlativo para la poesía, es el valor de la metáfora y de otras formas poéticas que sería largo enunciar, por lo tanto tomaremos la metáfora como metonimia de todas ellas. La metáfora provoca un desvío lógico, y sin embargo no se aparta de la lógica. Hay, en el lenguaje, una racionalidad que nos excede, que es dueña de sí, como si el ser- ahí de la palabra poética pudiera ser sin el poeta. El poeta puede establecer un diálogo con esta lógica, a la que accede cuando toma las armas de la palabra y es ahí cuando cae el velo a que aludía Heidegger. Entonces, ¿cómo tomar el hilo de la práctica poética como una ética, como una práctica de la vida?Este “ser para la muerte” en Heidegger es, fundamentalmente, una relación en soledad. Emmanuel Levinas sostiene que la única forma de salir de la soledad del ser es el “ser con”, el “existir con”. En su libro “El tiempo y el otro”, plantea la soledad del ser como hecho total-mente intransitivo. Ser es aislarse por el existir. Por más conocimiento de sí que se tenga, por más que aumenten los medios de expresión, todo esto se mantiene sin efecto sobre la propia relación con el existir, que es, según Lévinas, relación interior por excelencia. Pero la sole-dad del ser es una de las marcas del ser. No se trata de salir de la soledad, sino ante todo salir del ser. La primera solución es la salida de sí que la relación del mundo constituye en el conocimiento de lo que él llama “alimentos”. Estos alimentos son los gozos por los cuales el

sujeto engaña su soledad e indican el carácter ilusorio y puramente aparente de la salida de sí. Para él el conocimiento es siempre una adecuación entre el pensamiento y lo que este piensa. En el conocimiento hay una imposi-bilidad de salir de sí; por esto la socialidad no puede tener la misma estructura que el conocimiento. Esto nos plantea una paradoja: para la conciencia ordinaria el conocimiento nos da las herramientas para salir de nosotros. Pero lo que Levinas sostiene es que el conoci-miento más audaz no nos pone en comunión con lo verdaderamente otro; no reemplaza a la sociedad, es todavía y siempre una soledad. Sólo mediante la socialidad se puede encontrar una forma de salir del ser de otra manera que por el conocimiento. La poesía no implica un conocimiento directo, pero hay, en los poemas, un otro que me interpela y exige que la “revelación” del poema “nos”transforme. La relación con el otro no es, desde esta pers-pectiva, intencional. Levinas pone en duda la idea husserliana de que la intencionalidad representa la espiritualidad misma del espíritu y trata de comprender el papel del tiempo en esa relación: el tiempo no es una simple expe-riencia de la duración, sino un dinamismo que nos lleva, más que a las cosas que poseemos, a otra parte. Como si, en el seno del tiempo, hubiera un movimiento hacia más allá de lo que es igual que nosotros.Este “más allá”, podemos encontrarlo siempre en la relación con otro, con mi prójimo, con el ser humano. Como escribe Jesús María Ayuso Diez, Levinas señala en el “des-inter-es” la condición humana: ser hombre equivale a no ser, vivir humanamente significa desvivirse… por el otro hombre. De esto se puede seguir que la subjetividad humana no es auto-afirmación sino liberación del ser en cuanto el prójimo me asigna la obligada tarea de socorrerle, pero que me libera de la prisión del ser, se niega el yo para después darse. Dice Lévinas: “Dándose es como el yo renuncia a sí, pero también como

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da vida a su primogenitura. Cabe así entender que la ética es una explosión de la ontología, y no su negación. … No es necesario buscarle a la ontología un estatuto a cualquier precio, no significa una tesis sino, en el uno para el otro, uno separado del otro por el intervalo o en intermedio de la diferencias que la no in-diferencia no borra.”¿Qué significa el lenguaje en relación con los demás? Levinas nos dice que es el testimonio del infinito dado a aquel al que me abro infi-nitamente, que no se basa en conocimiento previo. La donación que hace el poeta es un acto ético que deviene poema, luz, verdad y lo saca del marco de la soledad del ser.En el poema III del libro Trilce, César Vallejo nos lo muestra cuando dice: Llamo, busco al tanteo en la oscuridad. No me vayan a haber dejado solo, y el único recluso sea yo.La forma del poema no es su representación. Se produce en la inspiración, psiquismo para Levinas, bajo la forma de mi responsabilidad por el prójimo o bajo la forma de la ética. “La ética significa el estallido de la unidad

originariamente sintética de la experiencia y, por lo tanto, un más allá de dicha experiencia. Requiere un sujeto que aguante todo, que esté sujeto a todo.” Podemos entonces decir que el poema es una “ética que no presupone como sustancia ningún estrato ontológico. El yo implícito en esta intriga es un sujeto escindido, sin núcleo, que no “tiene que ser” sino “que sustituirse”. El poeta da un testimonio que es cierto con una verdad irreductible, incluso el poema adviene como otro hasta para él mismo. El poema es “su” donación, pero a la vez es lo otro de sí que da, como el pan arrebatado de la boca. Que una vez otro de sí, distinto, desde su diferencia, integrado en “lo prójimo” y para el prójimo, será también donación de los otros, de los prójimos, alimento futuro, otro, para sí, pero no “alimento” como lo concibe Levinas, el que nos distrae de la soledad, sino que nos da, en su retroalimentación de los otros, una posibilidad de un hacer para los otros, pero que regresa, infinitamente, hacia nosotros y permite salir de la soledad del ser. Vuelvo a citar a Vallejo para terminar: No me vayan a haber dejado solo, y el único recluso sea yo.

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Friedrich Nietzsche: Aquí está el hombrePor Leonardo G. Herrmann

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Conferencia desarrollada en la Marathónica de Poesía y Narrativa- Punta Alta, 12 de junio de 2009 - transcripta por Natalia Carám

Hablar acerca de la vida, el pensamiento y la obra de Nietzsche es realmente un desafío. Condensar en pocas palabras la esencia de una producción que abarca alrededor de 16 escritos en 56 años de experiencia, desengaños y soledad, es un ejercicio intelectual tan arduo como placentero.En una primera instancia, debemos aclarar que esta ponencia no se reduce a limitar la importancia de Friedrich como filósofo, sino que intenta comprender a un hombre, un ar-tista, un pensador en su contexto histórico. A simple vista, en una primera aproximación se nos aparece la imagen de un ser contradictorio, que en diferentes momentos idealiza a Wagner y Schopenhauer, que luego reniega de ambos poniéndolos como ejemplo de la “mediocridad alemana”. Esta postura cambiante e intempes-tiva también se refleja en sus acciones públicas y políticas: participa en la guerra franco- prusiana, renuncia a las ciudadanías suiza y prusiana, para morir siendo un apátrida. El terreno sentimental de su vida fue una tor-mentosa historia de pasiones contrapuestas: la relación con Cossima (hija de Franz Lizst), el desplante por partida doble sufrido ante su propuesta matrimonial a Lou Salomé y las incursiones nocturnas por los burdeles de Colonia que le dejaron, según Thomas Mann, una frustrada vocación de pianista y la sífilis que lo hundiría en los abismos de la locura.Nietzsche es mucho más que las anécdotas graciosas o trágicas de su vida, su pensamiento es mucho más complejo que las visiones sim-plistas, lineales, tergiversadas e intencionadas de aquellos que desde la derecha lo tironean y que desde la izquierda lo censuran. Friedrich Wilhelm Nietzsche es el espejo del pathos de

una época convulsionada y contradictoria. Sólo se lo puede entender si se entiende a su vez la compleja trama de un siglo del cual aún en la actualidad padecemos sus líneas direc-trices en el Estado, la religión, la moral y sus oscuras instituciones.En este sentido, la riqueza, la miseria, lo heroi-co, lo trágico y lo sublime se entremezclan en esta época, y cruzan transversalmente las vidas de los pensadores, los artistas y los políticos.Las raíces del Estado representativo burgués se remontan a las sublevaciones republicanas que conmovieron la decadente Europa monárquica. A lo largo del viejo continente (Rusia: 1826; Polonia:1830; España:1843; Francia: 1848 e Italia:1849) se suceden los levantamientos. La burguesía, conciente de su dominio económico acudía a la fuerza para la conquista del poder político. En estos movimientos se conjugan la etapa más revolucionaria de la burguesía dirigiendo a amplios sectores del pueblo contra la monarquía; y a su vez su faceta más reac-cionaria y asesina para, ya dueña del andamiaje estatal, reprimir la creciente organización de los trabajadores. Otra característica es el afianzamiento del imperialismo con su maquinaria de guerra. Quizás las palabras de Otto Bismarck en su asunción como Primer Ministro de Prusia sean las más elocuentes a la hora de definir las bases políticas del imperio: “Las actuales fronteras de Prusia no son favorables para el desarrollo de una sana vida estatal. Las grandes cues-tiones de nuestro tiempo y el futuro de Prusia no se resolverán mediante la oratoria, ni con resoluciones mayoritarias, sino con hierro y sangre”.El II Reich se formó con el hierro y la sangre

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de miles de traba-jadores que fueron asesinados en las trincheras de la Eu-ropa sumida en las guerras.1863-4: guerra de Prusia y Austria contra Dinamarca1866: guerra de Pru-sia contra Austria1870: guerra de Pru-sia contra Francia.A la luz de estos su-cesos trágicos se fueron desarrollando, desde las ciencias y las artes, rupturas con el pensa-miento metafísico impuesto por la religión. La teoría de la evolución, los diferentes avances en la química, física, economía, psicología. Avances que se reflejarían necesariamente en el estudio crítico de la sociedad, el estado y las relaciones de poder.La edad de la inocencia terminaba, surgían desde diferentes ángulos visiones que dotaban de armas teóricas al proletariado en su lucha por la emancipación política,con antecedentes como el Luddismo, reac-ción individual del trabajador que destruye la máquina como símbolo de la explotación y la muerte. Estos hechos se generalizarían a lo largo del continente en forma de motines e incendios de fábricas por parte de las muche-dumbres de enardecidos obreros. Desde el génesis ancestral de la rabia hasta el ajusticiamiento del zar Alejandro II a manos de la organización “Naródnaia Volia” (la Voluntad del pueblo) muchas experiencias moldearon la conciencia y fueron creando las diversas ex-presiones políticas, desde el anarquismo hasta el marxismo, visiones que buscaban el cambio radical de un sistema basado en la explotación del hombre por el hombre. En esa dirección, es necesario recordar el florecimiento de organizaciones político-

conspirativas a lo largo de Europa: “ La Sociedad de las Estaciones”, dirigida por Blanqui y Barbés en Francia, “La Sociedad de los Tejedores” en España, “La Liga de los Justos” y el movimiento que aglutina-ría a todos los trabajadores europeos en la Primera Internacional.Los artistas forman parte de esta sociedad en crisis y toman posición en un lado u otro de la barricada. Así, Chopin apoya activamente a los patriotas polacos que luchan por la República, financiando con sus giras las actividades políticas que estos llevan y componiendo un himno a la lucha

por la liberación (las Polonesas). Verdi, escri-be Nabucco en homenaje a los que combaten contra el absolutismo en Italia. Baudelaire y Flaubert, con tan sólo 27 años, participan de la lucha de calles en París en 1848. El caso de Charles Baudelaire es un ejemplo de hasta donde llega la censura oficial en la época. En 1857 se publica “Las flores del mal”, todos los ejemplares son confiscados por el gobierno bajo los cargos de ultraje a la moral, y tanto el autor como el editor tuvieron que pagar eleva-das multas. También en 1848, Wagner adhiere a la Revolución de Dresde. Es más, durante esas jornadas toma contacto con Bakunin y ambos serán proscriptos y perseguidos por su compromiso. Tolstoi decide en 1861 fundar una escuela para los campesinos y editar una revista pedagógica con el nombre de Iásnaia Poliana. En numerosas ocasiones la policía za-rista allanó las oficinas del edificio escolar. La persecución se acrecienta luego de la publica-ción de sus artículos pidiendo la liberación de los ejecutores de Alejandro II. El Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa lo excomulga en 1901 y prohíbe a sus fieles acudir en 1910 al funeral de Tolstoi. El Senado, a su vez, dispo-ne que se destruyan todos los ejemplares del folleto “El significado de la revolución rusa” y ordena que el tren que transporta sus restos no se detenga en las estaciones donde aguardan

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miles de campesinos para despedirse. Estas posiciones de seres humanos íntegros, son consecuentes con sus criterios artísticos que se manifiestan en corrientes que inician búsquedas estéticas contrarias a los valores morales imperantes: el romanticismo con su espíritu apasionado y trágico marcado a fuego por la época heroica de la burguesía. El impresionismo, primer retrato pictórico del confinamiento en las urbes de la pequeño-burguesía y el proletariado. Los expresionistas con sus violentas pinceladas que subliman las miserias del hombre masa. El simbolismo con su carga conceptual. Los pintores ambulantes de Rusia que captan las imágenes de una so-ciedad en decadencia. Los “poetas malditos” que denuncian con sus gritos los demonios ocultos en el ideal del progreso. En esta época surge y se desarrolla el pensa-miento y la obra de Friedrich Nietzsche.

El asesino de DiosPara comenzar a hablar sobre la producción in-telectual de Friedrich es necesario aclarar que no es casual que su primera obra conocida sea un poema, y que a su vez esta pieza se titule “A un dios desconocido”. Nietzsche es ante todo un poeta que hace filosofía, él mismo se define “mi estilo es un baile; un juego de simetrías de todo tipo y un sobrepasar y burlarme de ellas. Eso llega hasta la elección de las vocales…he seguido siendo poeta hasta cualquier límite de este concepto”. La “maldición de Dios” lo perseguirá desde su nacimiento, hijo del pastor protestante Karl Ludwing Nietzsche y Fran-cisca Oehler, sufrirá a los 5 años la muerte de su padre y su hermano, a los 12 comenzará a padecer fuertes dolores de cabeza y problemas de visión, será criado en un ambiente suma-mente conservador y represivo. En una carta a su hermana fechada en noviembre de 1888, le reprocha “Tú no tienes la más remota idea de estar emparentada de cerca con el hombre y el destino en el que se ha decidido la pregunta de

milenios”. Años más tarde recordará su identi-ficación paterna en Ecce Homo: “aún en otro punto soy también, una vez más, meramente mi padre, y al mismo tiempo su continuidad de vida tras una muerte demasiado temprana”. La rebelión de Nietzsche contra la idea de Dios es en una primera instancia la desesperación de un hombre frente a la irracionalidad de la vida. Luego, con el tiempo, en “Humano, demasiado humano” alcanzará a responderse esta duda con una trágica certeza: “la huma-nidad no tiene en su conjunto ningún fin y el hombre, no encuentra en ello consuelo, ni reposo, sino desesperación…”. No obstante, plantea al arte como una balsa en medio de la tempestad y nos pregunta “¿la poesía es una forma de consuelo?” La elección del discurso y su construcción, es ante todo la elaboración de un artista. Su formación en el internado “Pforta Schule” es una experiencia que le enseñará desde aden-tro cómo pesan los hipócritas valores morales. En ese sentido, en 1860 en un viaje a Liepzig, Tolstoi describe la situación en las escuelas y universidades alemanas: ” Era horrendo: plegarias por el Kaiser, flagelaciones, todo el aprendizaje de memoria, niños atemorizados, mentalmente deformados” Nietzsche padeció y se rebeló contra la educa-ción de su época, en “El ocaso de los ídolos” sentencia “A todo sistema de educación supe-rior en Alemania le falta hoy lo principal: el fin y los medios para conseguir su objeto. Se ha olvidado que la educación, la instrucción misma, y no el Imperio, es el fin, y que para tal fin es necesario el educador, y no el profesor de liceo o los doctores de las universidades…Son necesarios educadores que sean ellos mismos educados, espíritus superiores y nobles, que en todo momento se muestren dignos, con la palabra o con el silencio, de su oficio; hombres maduros y dulces; no los eruditos amazaco-tados…falta la primera condición preliminar de la educación; de aquí la decadencia de la

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cultura alemana”. Contra toda la ideología que sostiene el decadente sistema de pensamiento alemán, contra el andamiaje de poder que la expresa, contra los cimientos conceptuales de Dios y el Estado, Nietzsche se rebela con-ciente de que “yo no soy un hombre; yo soy dinamita.”, y que “todos los creadores son duros. Y a vosotros os debe parecer felicidad imprimir vuestra mano sobre los siglos como sobre bronce, sobre materia más dura que el bronce. Únicamente lo que es perfectamente duro es noble.” Es acertada la afirmación de Pierre Drieu La Rochelle que “en lo que respecta al campo filosófico, entre Marx y Nietzsche…sus in-fluencias han podido ser convergentes. Uno y otro criticaron y ridiculizaron la filosofía clásica alemana, la filosofía idealista. Uno y otro hicieron, o pretendieron hacer, tabla rasa con todos los conceptos antiguos –Dios, Ser, Sustancia, Alma-. Uno y otro, en su esfuerzo relativista se apoyaron en el sensualismo del siglo XVIII que reaparecía en el siglo XIX”. No podía ser de otra manera, era necesario terminar con los pensadores puritanos y mo-ralistas que encontraban su inspiración en el cristianismo. Contra ellos carga cuando dice que los filóso-fos se han acostumbrado a colocarse delante de la vida y las experiencias como un cuadro inmutable. Deteniéndose en la apariencia y buscando a partir de allí la causa. En ese sentido afirma que sin el aporte idealista de Schopenhauer no se hubiera podido ajusticiar al cristianismo y sus hermanos asiáticos “la vo-luntad inteligible de Schopenhauer no es otra cosa que una fábula empezada por Platón y se basa en la libertad del ser inexistente”. A la vez, ajusta cuentas también con Kant: “El ale-mán no tiene dedos para las gradaciones…que los alemanes hayan podido soportar a sus filó-sofos, sobre todo a aquel raquítico sutilizador de conceptos que fuel gran Kant, nos da una hermosa idea de la gracia alemana”.

En “Humano, demasiado humano” ataca la ingenua idea de Kant de que “cada individuo tendría que desarrollar acciones que desea-rían todos los hombres” emparentándola con el librecambio “es una teoría análoga al librecambio, establece en principio que la armonía general debe producirse por sí misma conforme a leyes innatas”. Este pensamiento kantiano tiene en sus bases la concepción má-gica del mundo y su visión del mismo. Nietzsche, en el mismo libro, describiría el origen de esta interpretación de la siguiente forma: en un principio existe el sueño como imagen viva de una perfección metafísica, en él y la incapacidad humana de explicarlo se re-curre a la trampa de la separación cuerpo-alma (mundo sensible- mundo inteligible), a partir de allí se crean los dioses y los mitos con toda su carga moral. Las religiones, continúa en su afirmación, se extinguen cuando los supues-tos míticos son sistematizados bajo la mirada severa y racional del dogmatismo, cuando se busca interesadamente una acabada suma de hechos históricos que los justifiquen. “Yo soy un discípulo del Filósofo Dionisos, preferiría ser antes un sátiro que un santo. Pero léase sólo este escrito. Quizá lo haya conseguido, quizá no haya tenido este escrito otro sentido que expresar esta contradicción de manera jovial y agradable. Lo último que yo prometería, sería “mejorar” la humanidad. Por mí no son erigidos nuevos ídolos; los viejos querrán aprender lo que implica tener pies de barro. Derribar ídolos (mi palabra para “ideales”), - esto ya corresponde más a mi oficio. Se ha despojado a la realidad de su valor, de su sentido, de su veracidad, cuando se mintió un mundo ideal… El “mundo verdade-ro” y el “mundo aparente”- dicho claramente: el mundo mentido y la realidad…La mentira del ideal fue hasta ahora la maldición sobre la realidad, la humanidad misma se ha vuelto por ella falsa y mendaz hasta en sus instintos más básicos – hasta la adoración de valores

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inversos a aquellos con los cuales se habría garantizado la prosperidad, el futuro, el alto derecho al futuro”.Nietzsche se subleva contra el concepto de Dios y la religión porque éstos son en sí mis-mos la negación de la naturaleza y la vida, el sometimiento del hombre frente al “deber ser” hipócrita de una falsa moral.

Zarathustra, el discípulo de DionisosNo es casual, decíamos anteriormente, que su primera obra conocida haya sido un poema, tampoco es obra del azar que su primera inves-tigación haya tratado acerca de la cultura y los valores imperantes en ella. Para este trabajo, tuvo que formarse previamente en el estudio exhaustivo de la tragedia y la filosofía clásica griega. Su antecedente directo es el trabajo premiado en la Universidad de Liepzig sobre Diógenes Laercio. Nace así, en 1872, “El Origen de la tragedia a partir del espíritu de la música”, Friedrich tenía tan sólo 27 años. El artista y el filósofo indagan sobre un tema central con un objetivo, que a su vez se trans-formará en fuerza directriz de su existencia: “hacer de la vida un hecho estético”. En el arte se describen dos tendencias, con-tradictorias y complementarias, en continuo combate: la dionisíaca y la apolínea. Lo dio-nisíaco es la representación del hombre en su máxima unidad con la naturaleza, es en lo sexual la celebración de la vida como un festín orgiástico, un desborde de los sentidos, un estado de embriaguez creadora. Este sentido del arte se corresponde con los albores de la civilización, donde todavía no se han fosiliza-do las instituciones y la religión es todavía una construcción colectiva que no ha sido infectada por el dogmatismo. Lo apolíneo surge como una construcción efectuada desde el poder, es él quien censura, quien sopesa, quien reprime, quien caratula los parámetros de enfermedad y salud. Lo apolí-neo, en lo sexual, se traduce en la castración

de todo lo placentero e instintivo. La razón, en esta concepción, es un “deber” colectivo para alcanzar la perfección idealista de un sueño. La tragedia nace del coro de sátiros dionisíacos, en él los excesos babilónicos se transforman en un júbilo artístico que busca la redención y la transfiguración del mundo. En la arquitectura el símbolo acabado de la imagen apolínea es el arte dórico. Existe un proceso de castración en la cultura que somete la canción popular dórica y la transforma en la epopeya apolínea. Los sátiros, entonces, son una construcción que finge el estado natural. El mundo donde se desarrolla es una realidad en sí, creída en sí, reconocida religiosamente bajo la sanción del mito y del culto. Entonces, sucede la transfi-guración, el hombre cultural griego se siente anulado frente al coro de sátiros, el estado y la sociedad, en general, todos los abismos que separan a un hombre de otro, ceden frente a un sentimiento de unidad que devuelve al hombre a la naturaleza. El arte consigue a través de la creación el consuelo metafísico. El arte trans-forma los sentimientos de asco por lo horrible y absurdo de la existencia en representaciones con las cuales es posible vivir. El trabajo iniciado con “El origen de la tra-gedia…” alcanzará su corporización estética en el alumbramiento de Zarathustra, él es la máxima expresión de Dionisos.

Más allá del bien y del malOtro de los problemas que abordará Nietzsche a lo largo de su existencia es el origen de los prejuicios morales. Sobre éstos sentencia: “nosotros, los que conocemos somos desco-nocidos para nosotros”. A partir de “Humano, demasiado humano” Nietzsche se fija una meta “romper con los deberes: el respeto, la timidez y el enternecimiento frente lo antiguo, venerado y digno, a la mano que lo ha guia-do, al santuario en que defendió su primera plegaria, en los momentos más importantes y trascendentes de su vida que son los que

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lo encadenarán más dura y sólidamente”. A la vez, condena a la mediocridad “la mayor injusticia es donde la vida tiene un desenvol-vimiento más mezquino, más estrecho, más rudimentario…donde la vida no puede hacer otra cosa que tomarse a sí misma como un fin y medida de las cosas”.Los conceptos de bien y mal varían según la época. Como decía Rochefoucauld “lo que el mundo llama virtud no es sino un fantasma formado por nuestras pasiones, al que se le da un nombre honrado para hacer impunemente lo que se quiere”. La crueldad tiene que ver con el atraso y la condena social hacia esta es en realidad la condena hacia el recuerdo y el miedo que éste evoca. El concepto del bien y del mal tiene una historia, según Friedrich:

1. quien tiene el poder ejecuta la venganza y es llamado bueno (es juez y parte).

2. quien no es poderoso es llamado malo. 3. los buenos son una casta, donde el “bien”

es un valor hereditario, con espíritu de cuerpo.

4. el “malo” forma parte de un agrupamiento de hombres esclavizados, impotentes y sin espíritu de cuerpo. Una “masa”.

5. los signos de “bondad”, “caridad” y “piedad” son actos refinados de maldad ejercidos desde el poder.

Más adelante en “Genealogía de la moral”, desarrollará un estudio etimológico sobre estas concepciones, describiendo el lenguaje como una exteriorización del poder. Así, “bueno”, “noble”, significa y deriva del término romano que textualmente se corresponde a “el del cabello rubio”; en contraposición, en alemán, “schlechz” (malo), se emparenta con “schlicht” (simple), es decir, lo malo es lo popular. Pero no solamente existe esta acepción de la palabra “noble”, a su vez, un ser “noble” adquiere el carácter de veraz, de verdadero. Fingal, otro término para definir nobleza, quiere decir “ca-beza rubia”. “Bueno” tiene su origen en el latín “bonus”, que deriva de “guerrero” (duonus) y

que tiene acepcio-nes en “beacum”, “ d u e l l u m ” y “”duenlum”, por lo tanto, se podría resumir el signifi-cado de bueno como “varón de la división, de la disputa”.Decíamos ante-r iormente que el concepto de “bien” y de “mal” es una construc-ción social. El t r ueque e s e l principio de la justicia, es decir,

la búsqueda de una compensación. En ese sentido una ejecución conmueve porque es el uso de un hombre para atemorizar a los demás. Cuando la falta (lo que se intenta pagar) no se termina con el ajusticiado, ya que los responsables también son los maestros, los padres, nosotros mismos. “El sentimiento de culpa (schuld), de la obligación personal, ha tenido su origen, como hemos visto, en la más antigua y originaria relación personal que existe, en la relación entre compradores y vendedores, acreedores y deudores: fue aquí donde por primera vez se enfrentó la persona a la persona, fue aquí donde por primera vez las personas se midieron entre sí” y continúa “ fijar precios, tasar valores, imaginar equiva-lentes, cambiar- esto preocupó de tal manera a más antiguo pensamiento del hombre, que constituye, en cierto sentido, el pensar: aquí se cultivó la más antigua especie de perspicacia…acaso todavía nuestra palabra alemana “hombre” (mensch, manas) exprese precisamente algo ese sentido de sí: el hombre se designaba como el ser que mide valores, que valora y mide, como el “animal” tasador

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en sí”. Compra y venta, junto con todos sus accesorios psicológicos, son más antiguos que los comienzos de cualesquiera formas de organización social”. Nietzsche, en este pasaje de “Genealogía de la moral” llega a la misma conclusión a la que Marx había llegado anteriormente, que las bases de las relaciones humanas son las necesidades económicas y materiales. La ley es para él fundada en tradiciones mo-rales que se hacen más respetables a medida que las generaciones olvidan su origen, no existe moral sin opresión y sometimiento. El instinto social nace del placer, entonces el combate por el placer es el combate por la vida. Pese a las acusaciones de nihilista, Friedrich hace un llamado al superhombre, y describe las fases de la moralidad:

1. cuando el hombre evoluciona, sus actos no se relacionan ya con el bienestar mo-mentáneo, sino con las cosas duraderas, cuando el hombre busca una utilidad, la apropiación de un fin.

2. cuando se actúa conforme al honor al cual uno se disciplina.

3. cuando se tiene su propia medida de las cosas y de los hombres, y decide por sí mismo.

4. vive y trabaja como una personalidad co- lectiva, la ciencia le hace capaz de preferir lo más útil general y personalmente.

5. el desarrollo personal y la personalidad no son antagónicos con el desarrollo co-lectivo.

Nietzsche, a lo largo de su obra, se atrevió a cuestionar valores considerados sagrados e indiscutibles. Con sus palabras precisas, descarnadas y profundamente artísticas, atacó el centro del poder imperante, la miseria, la mediocridad, la costumbre, la formalidad y el sometimiento.

El ocaso de los ídolosComenzábamos esta charla diciendo que la

figura de Nietzsche es en apariencia contra-dictoria. Pero si miramos más detenidamente, existe en su pensamiento un desarrollo circu-lar, coherente. Fundado sobre bases estéticas y científicas sumamente sólidas. Es así que sus aportes fueron tergiversados en una con-cepción metafísica por Sigmund Freud. Más adelante, y a través del escrito apócrifo “La voluntad de poder” fue utilizado por el signo máximo de la cultura apolínea, el nazismo. Luego de una larga censura, su obra fue re-descubierta en lo etimológico por Foucault, Barthés, Derrida, Lacan y Malcolm X. Como expresa Pierre Drieu La Rochelle, es innegable la influencia del superhombre nietzscheano en la personalidad de Lenin. Sus aportes teóri-cos en la epistemología serán tomados por Vigotski y Makarenko. El propio Ernesto Guevara, en su concepción del “hombre nuevo”, encuentra una aproxi-mación al “superhombre” planteado por Ni-etzsche. Hoy, más que nunca, en esta época donde tras la masividad se esconde un culto demagógico a la ignorancia, la inmediatez y la decadencia, es indispensable releer atentamente su obra.

Sobre el sepulcro de los Dioses de la moral, el viejo sátiro de la filosofía danza entre hogueras paganas. El eco de sus palabras estremece el origen mismo de los tiempos. Los frágiles pilares de la mediocridad. Perspectiva del paisaje eterno del caos, ángeles travestidos en dragones, máscaras de los espectros de la imagen, oscura religión de los caracoles.Bajo catacumbas los clérigos de la ignorancia profetizan la conspiración de las cucarachas. Apolo es el mascarón sostenido por los in-quisidores de la cultura.Hay que matar al irreverente fauno que se atrevió a cuestionar la hipócrita razón de la burguesía. Hay que borrar sus palabras de la historia. Silenciar a Nietzsche es el triunfo de la miseria.

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Hacia una tensión entre la literatura y el mercado

Por Diego [email protected]

Me atrae ardientemente la belleza. ¡Cuántas veces he deseado trabajar una

novela, que como las de Flaubert, se compusiera de panorámicos lienzos…! Mas hoy, entre los ruidos

de un edificio social que se desmorona inevitablemente, no es posible pensar en bordados”

Roberto Arlt

San Petersburgo, octubre de 1866. Fedor Mijailovich Dostoievski ya ha publicado la primera parte de su obra Crimen y Castigo. El éxito es mayúsculo y la gente acoge la novela con vivo entusiasmo. “El nombre del autor está en todas las bocas. Se cita a Dostoievski junto a Turgueniev y a Tolstoi. Es la gloria”1. Sin embargo el escritor está abatido, sumido en la mayor pobreza, repleto de deudas impo-sibles de saldar, aquejado por la epilepsia y las convulsiones que lo sorprenden con redoblada virulencia.Escribe de noche con pulso febril, a ritmo frenético, desesperado. Ha firmado un contrato con Stellowski, editor de la revista El Mensaje-ro Ruso, por el cual se compromete a entregar una novela inédita en el lapso de cinco meses; de no hacerlo, éste tendrá el derecho sobre la totalidad de sus obras futuras. Su amigo Mi-liukov, que por esos días lo visita, relata sus sensaciones: “Yo estaba aterrorizado. No sólo Dostoievski recibía una cifra irrisoria por sus obras anteriores, sino que estaba obligado a entregar en noviembre una novela inédita de por lo menos diez pliegos impresos de gran formato, sin lo cual Stellowski se reservaba el derecho de publicar sus obras futuras sin remuneración”2. Miliukov, preocupado, ofre-ce reunir un grupo de escritores amigos para que escriban la historia junto a él, a lo que Dostoievski responde que jamás firmará con

su nombre la obra de otro.Dostoievski, como tantos otros escritores de la época, vive en carne propia los efectos de la expansión de la prensa y la mercantilización del arte. Experimenta la tensión entre la lite-ratura y el mercado, y el dominio indiscutido de éste último lo sume en la desesperanza “¿Cómo podría escribir en este momento? Le juro que me es imposible describirle mi pobreza actual. Y después de esto, ¡Se me pide efectos artísticos, limpidez, poesía sin esfuerzo, sin arrebatos! ¡Que consideren pues en qué condiciones trabajo!”3.El tiempo apremia, las horas corren más depri-sa en el reloj de la prensa, urgida por vender y revender ejemplares por cientos o por miles. Y la literatura, inserta a modo de engranaje en esta dantesca maquinaria industrial, sufre su comprometida situación. Según Arnold Hau-ser, “la obra de arte se convierte en mercancía en el sentido más absoluto de la palabra; tiene su tarifa de precios, se confecciona según modelo y se entrega en fecha fija. Es un artí-culo comercial por el que se paga un precio, el precio que vale, el que ha de reportar”4. Se trata de escribir la mayor cantidad de páginas en el menor tiempo posible si no se quiere correr el riesgo de quedar fuera del sistema que, mal que mal, lleva el pan a la mesa de los escritores. “Si usted supiera Sónechka, cuánto cuesta ser escritor, es decir, ¡Cargar

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con la suerte del escritor! Mire usted: yo estoy seguro de que si dispusiese para escribir una novela, de dos a tres años –lujo que pueden permitirse Turgueniev, Goncharov y Tolstoi – me saldría una obra de la que se hablaría aún pasado un siglo”5, le escribe Dostoievski a su sobrina Sofía Aleksandrovna Ivanovjminov el 17 de agosto de 1870. Y en otra carta con fecha marzo de 1871 le confiesa: “Me encuentro en estos instantes en un apuro horrible: trabajo día y noche, y a pesar de eso adelanto muy poco, tanto, que estoy retrasado con El Mensajero Ruso”6.Son tiempos de diario y folletín7, semanario y novela por entregas, panfleto y almanaque. La revolución industrial afianza el capitalismo burgués, estimula la conformación de un nuevo proletariado urbano y el desarrollo de grandes urbes industriales, al tiempo que crecen los índices de alfabetización. Y es a partir de estas grandes aglomeraciones humanas que surgen nuevas necesidades de ocio, distracción e información. Toda Europa es atravesada por este fenómeno y los diarios más prestigiosos se ven obligados a contratar grandes escritores e incluir folletines entre sus hojas para así poder mantener las ventas a tope y atraer un público cada vez mayor. “La necesidad de mantener –a través de lo imaginativo– el interés de los nuevos lectores de la pequeña burguesía rural y urbana, que junto con los avisadores cons-tituyen el gran sostén del nuevo periodismo, lleva a los directores a solicitar servicios de escritores de prestigio, como Sue, Dumas, La-martine, etc., quienes retoman y profundizan la tradición del folletín, ya presente en la prensa del XVIII, publicando en el sus novelas.”8

En Francia, el desarrollo de la prensa atrae a cientos de jóvenes formados en el humanismo y la retórica hacia los grandes núcleos urbanos. Son hombres sin recursos económicos, aunque con espíritu soñador y ansias de ganarse la vida como escritores o artistas. Surge entonces una sociedad dentro de la sociedad: la bohemia.

Mundo repleto de escritores y artistas noveles, mundo de la noche y la bebida, el amor y la poesía, mundo de las canciones y los ideales, mundo anti burgués por excelencia. Entre ellos se destacan Gustave Flaubert9 y Charles Baudelaire, quienes critican la banalidad de las obras que la prensa burguesa se empeña en vehiculizar. El primero, partidario de L`art pour làrt, se escandaliza con las publicaciones comerciales que le ponen precio a la creación artística: “Somos obreros de lujo. Pero resulta que nadie es lo bastante rico para pagarnos. Si uno pretende ganar dinero con la pluma, tiene que dedicarse al periodismo, al folletín o al teatro”. Y enseguida agrega: “No veo qué relación hay entre una moneda de cinco francos y una idea. Hay que amar el Arte por el Arte en sí mismo; de lo contrario cualquier oficio vale más.”10 El ánimo comercial que la bohemia critica tiene un sensible efecto sobre el formato y el contenido de la obra que se comercializa. El folletín conserva una estructura fija de forma sinusoide, es decir, de tensión, desenlace, tensión, desenlace, etc., con el único objeto de publicarla por entregas y no perder la atención del lector. El éxito de una obra determina que ésta se extienda todo lo posible y que se extrai-ga de ella el mayor provecho de los héroes que pueblan la historia. De este modo el relato es funcional al lucro y a la cantidad de ejemplares que se venden o dejan de vender y a la cantidad de lectores que atrae. Los tiempos de entrega son muy breves y es más que evidente que el reconocido escritor que escribe para el diario necesita la ayuda de alguien más. Surgen así, verdaderos ejércitos de escritores “fantasmas”, trabajadores de la pluma que escriben para quien finalmente aparecerá como autor del escrito. Este es el caso de Dumas, quien llega a emplear un total de 73 colaboradores y, entre éstos, a Augusto Maquet, “al que le permite trabajar con absoluta independencia”. 11

Lo cierto es que, a pesar de las críticas, la

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novela de folletín publicada en los periódicos obtiene un éxito rotundo y sin precedentes. El periódico, y por tanto la novela, está en manos de todos, incluso de las clases populares y más bajas, por lo que el folletín constituye una ver-dadera herramienta democratizadora. “Nunca ha sido un arte tan unánimemente reconocido por tan diferentes estratos sociales y culturales, y recibido con sentimientos tan similares”12, dice Arnold Hauser. En este sentido, exagera Humberto Eco al describir la repercusión que tiene la obra de Eugenio Sue, reconocido autor de folletines del siglo XIX: “Los gabinetes de lectura alquilan los ejemplares a razón de diez sueldos la media hora, los analfabetos piden a los porteros eruditos que les lean los episodios de la novela, los enfermos esperan al final de la historia para morirse…”.13 Mientras tanto, en los Estados Unidos, ganan protagonismo los magazines y un escritor que estaría ligado durante toda su vida a las revis-tas, Edgar Alan Poe. A través de sus cuentos,

habitualmente publicados en revistas como Graham`s Magazine, se esconde un nuevo modo de ver al lector, ya no relacionado con el lector tradicional que pasaba gran cantidad de tiempo abocado a la lectura. Por el contrario, el lector popular que Poe describe se dirige de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, y encuentra espacio para la lectura en los medios de transporte. Por eso el texto debe captar la atención desde el inicio y “si la primera frase no tiende ya a la producción de dicho efecto, quiere decir que ya ha fracasado en el primer intento”, sentencia Poe. Al respecto, Aníbal Ford refiere que “detrás de sus observaciones sobre los hábitos populares de lectura, detrás de su desmontaje del mensaje con el objeto de encontrar la manera de atrapar al lector, están los nuevos públicos que llegan a la cultura a través de la lectura de los magazines y de los periódicos”.14 La tensión entre la literatura y el mercado no reconoce fronteras y se extiende por todos los continentes aquejando a escritores de distinta lengua, raza y color. El gran cuentista argenti-no Horacio Quiroga es un incansable colabo-rador en medios como La Alborada, Caras y Caretas, El Hogar, o el diario Crítica. A pesar de ello, la retribución por su trabajo es escasa y debe buscar otros medios para ganarse la vida. Luego de elaborar un curioso cálculo, Quiroga llega a una inquietante conclusión: “Durante los veintiséis años que corren desde 1901 hasta la fecha, yo he ganado con mi profesión doce mil cuatrocientos pesos. Esta cantidad en tal plazo de tiempo corresponde a un pago o sueldo de treinta y nueve pesos con setenta y cinco centavos por mes. Vale decir que si yo, escritor dotado de ciertas condiciones y de quien es presumible creer que ha nacido para escribir, por constituir el arte literario su notoria actividad mental, debiera haberme ganado la vida exclusivamente con aquella, habría muerto a los siete días de iniciarme en mi vocación con las entrañas roídas.”15

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Pero pocos expresan tan bien lo que significa vivir de la escritura como Roberto Arlt, escri-tor y periodista que trabajó para los diarios Crítica y El Mundo: “Estoy contento de haber tenido la voluntad de trabajar en condiciones bastante desfavorables para dar fin a una obra que exigía soledad y recogimiento. Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana (…) Orgullosamente afirmo que escribir, para mí, constituye un lujo. No dispongo, como otros escritores, de rentas, tiempo o sedantes em-pleos nacionales.” Y finaliza con una frase que lo resume todo: “Ganarse la vida escribiendo es penoso y rudo”.16

1 Troyat, Henri, Dostoievski. Pág. 233,1990, Emecé.2 Ibíd. Pág. 234. 3 Ibíd. Pág. 251. 4 Hauser, Arnold, Historia social de la literatura y el

arte. Pág. 26, 1969, Guadarrama.5 Dostoievski, Fedor M., Diario de un escritor. Pág. 

205, 2000, Longseller.6 Ibíd. Pág. 214.7 “Zona del periódico destinada a publicar –gene-

ralmente en forma fragmentada o por entregas– relatos  de  viajes,  ensayos  de  interés  general, memorias y novelas”. Por  Jorge B. Rivera en La vida de nuestro pueblo nº 22, 1982.       

8 Ford, Aníbal, Literatura, crónica y periodismo. Pág. 232, 1985, Legasa.

9 Aunque Flaubert se reconoce como un burgués –el mismo dice que es “simplemente un burgués que vive retirado en el campo y se dedica a la literatura”–  odia  al  burgués.  Burgués,  rabio-samente  anti  burgués;  contradicción  que  el escritor manifiesta en forma pública.

10 Bourdieu, Pierre, “Flaubert analista de Flaubert” en Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Pág. 77, Barcelona, Anagrama.

11 Hauser, Arnold, Historia social de la literatura y el arte. 1969, Guadarrama.

12 Ibíd. Pág. 29.13 Eco, Humberto, “Eugene Sue: El socialismo y el 

consuelo”. En: El superhombre de masas. Retórica e ideología en la novela popular. Pág. 35, Barcelona, Lumen, 1995.

14 Ford, Aníbal, Literatura, crónica y periodismo. Pág. 232, 1985, Legasa.

15 Quiroga, Horacio, El hogar, 6/1/1928. En Rivera, Jorge, El escritor y la industria cultural. Pág. 47, Buenos Aires, 1998.

16 Arlt, Roberto, Los Lanzallamas. Pág. 7, Losada.

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1Parece ser que la tragedia es superior a la comedia. Umberto Eco arma su novela El nombre de la rosa en torno a la suposición, no carente de asidero, de que Aristóteles además de un libro sobre la tragedia habría escrito otro sobre la comedia, ocultado por un siniestro monje medieval. Desde allí hasta nuestros días, “serio” ha acompañado como adjetivo a todo proyecto o persona que se considere apto, confiable, ya para una ley de privatización ya para un director técnico que pisará el césped con impecable traje y zapatos lustrados. En la Argentina han sido serios los integrantes de la junta militar del 76; no podemos calificar así, en cambio, a Cortázar. Así planteada la disyuntiva no habrá duda en la elección, sal-vo para algún delirante. La palabra humor ha pegado un salto sustancial a partir de la revista que utilizó el sustantivo sin calificación, sin artículo, de manera absoluta. El humor, dejó de ser sinónimo lato de chiste, para convertirse con Humor en resistencia intelectual, revista cultural de masas. 2Llama la atención, después de dos décadas, que no haya sido publicado ningún estudio sobre el tema. Sí lo hubo sobre la prensa durante la dic-tadura, y allí Humor tiene su entrada, pero el fenómeno de lectura, masividad y novedad que representó no tuvo quién diera cuenta de él. Según Beatriz Sarlo es difícil analizar con rigor un medio masivo desde la contemporaneidad con su presencia, porque se caería –como ya se ha visto– en la banalidad provocada por la fascinación. Estudiar un fenómeno de TV du-

LA REVISTA HUMOR. EL DISCURSO DE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO

Por Genoveva Arcaute y Jorge Goyeneche(La Plata) - [email protected]

rante su éxito, impide, dificulta echar luz sobre sus mecanismos. Los veinte años parecen ser suficientes para trazar un plan. 3Según Bajtín, los géneros discursivos se sepa-ran de los literarios por incidir directamente en los valores sociales; su mira, su destino está en la inmediata circulación que dé sentido a la sociedad que en ellos lo busca. Legitimar, expresar rechazo, estimar, son operaciones que los medios periodísticos hacen continuamente, construyendo la realidad. En tanto la literatura muestra la individualidad, la originalidad, la mirada nueva y personalísima del artista. No hay acontecimiento glosado, el acontecimiento es nuevo y sorprendente. El entramado de textos de la revista Humor abreva quizá en los dos grupos. Por un lado adquiere su razón de ser como vehículo del sentir colectivo frente a la dictadura, pero al mismo tiempo hace li-teratura. Las crónicas del barrio de Flores de Dolina, las vicisitudes de los bichos de Vida interior de Tabaré, los “cuentitos” de Aída Bortnik, los artículos costumbristas en la línea de Jerome K. Jerome y las fantasías de Rep y su más allá no son otra cosa, en formatos diversos. Lo acuciante cede a la necesidad de instalar una estética acorde con una idea íntima de democracia que estaba en la utopía multiforme de hacedores y lectores. 4Quizá el soporte teórico desde el cual em-prender una mirada en profundidad sobre el fenómeno Humor en los ochenta sea la escuela de Frankfurt, que trató durante el nazismo la temática de los medios masivos. Desde este

Dar la cara

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abordaje, ningún flanco debe quedar afuera: lo sociológico, lo psicológico, lo teórico, lo estético y lo ideológico formarán parte de un estudio exhaustivo. Aplicados con suma brevedad al medio que nos ocupa, Humor Registrado y sus periféricas –Sex, Súper, Humi y otras– salta a la vista que la ideología fue la oposición a la dictadura militar, a partir de su primer número en 1978, bajo la cobertura de ocuparse sólo del fútbol, del campeonato mundial y otros chistes. Más adelante y avan-zando con cuidado, diciendo y no diciendo, buscando los entrevistados con audacia entre las figuras silenciadas, pero también burlán-dose de baños sucios y carteles originales –provistos por lectores muy activos– se fue armando un fluir de texto y sentido que entabló vínculos de lealtad fanática entre lectores que sólo tenían ese respiro quincenal para “tirar”, “aguantar”, en tanto la democracia se hacía realidad. Situación única frente a la cual sólo cabe un órgano, una voz única que la exprese. Pero quizá el semiólogo Eliseo Verón aporte con síntesis admirable un punto de partida para el trabajo que proponemos:Las condiciones productivas de los discursos sociales tienen que ver ya sea con las determi-naciones que dan cuenta de las restricciones de generación de un discurso, ya sea con las determinaciones que definen las restricciones de su recepción. Llamamos a las primeras condiciones de producción y a las segundas, condiciones de reconocimiento. Generadas bajo condiciones determinadas, que producen sus efectos bajo condiciones también determi-nadas, es entre estos dos conjuntos de condi-ciones que circulan los discursos sociales. (E. Verón La semiosis social, 1989)Si rellenamos la fórmula con el caso que nos ocupa, será muy sencillo encontrar las restric-ciones de producción del discurso de Humor y las de su recepción. Coyuntura de la historia política y social de nuestro país nunca antes dada. Confluían, no sólo la salida necesaria a

los años de dictadura –también única como todas, pero más en su carácter sangriento– sino también la avalancha de pautas sociales, en la moral, las costumbres, los consumos cul-turales, los estilos de entretenimiento que la sociedad debía procesar, adaptar y adoptar.5Veamos ahora una selecta cronología de an-tecedentes periodísticos para la génesis de Humor. Anteriormente, un fenómeno perio-dístico había roto con los postulados de rigor sobre lo periodístico, abriendo francamente sus columnas a la subjetividad de los enunciado-res, dando lugar a las más grandes firmas, y evadiendo el complemento de la imagen: La Opinión, en los setenta, tuvo estas audacias y también bajo un nombre que es un sustantivo abstracto, en este caso del campo léxico de la prensa, abre la vía para que las individua-lidades brillen y sin embargo se mantenga la solidez de su línea. En cuanto a semanarios de humor, Rico Tipo a partir del 41 y Patoruzú –vertical– son antece-dentes pero con un contenido ingenuo, atem-poral, plagado de viejos estereotipos de género y costumbrismo de tira estadounidense. Sati-ricón, que apareció durante unos pocos años de la década del setenta se suele citar como el más cercano antecedente de Humor, pero hay una diferencia abismal: la revista creada por Oscar Blotta carecía de utopía a transmitir y sostener, era obra de decadencia, corrosiva, sin respuestas, –no había esperanza durante el fin del gobierno de Isabel. En cambio, Humor fue juvenil, tenía un horizonte de cambio que atrajo a los lectores, porque sintonizaba con su ánimo. Y traía una actualización, una puesta al día en muchos aspectos sociales en los que la sociedad argentina, sus capas medias, había quedado demorada, por las moralinas represoras características de nuestras clases dirigentes, militares católicos la mayoría de las veces. En cuanto a su descendencia –perdida su razón de ser con la llegada del menemato,

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no la encontraremos en revistas ilustradas sino nuevamente un diario, Página 12, que abre el dogmatismo de los formatos periodísticos a sorpresas. Página 12 es quizá la heredera más ajustada a lo que significó Humor. El chiste de tapa, el “pirulo” que se leía de ojito sin comprar y era lo primero en buscarse cuando uno se la llevaba a casa, el titular ingenioso y por supuesto la imagen retocada, compuesta o ele-gida entre las que habitual-mente un fotorreportero desecha, están autorizados como recurso sólo porque ya había existido Humor. Sin contar el carácter de audacia y juventud que le imprimió su creador Jorge Lanata. Porque nos refe-rimos estrictamente a la primera época de Página. Podemos mencionar en estos días a la única revista humorística que circula: Barcelona. No hay en ella genes de Humor, más bien de Satiricón, tal como la hemos caracterizado. Su humor es corrosivo, escandaloso, y disparatado. La lectura de la realidad no ofrece salida o rumbo, no “baja línea”, no enseña.6Es que quizá la diferencia de Humor con res-pecto a otros medios sea que contuvo una ver-dadera educación sentimental. No dejó fuera ningún tema, ningún aspecto, ni de lo público ni de lo privado. En este aspecto, Sexhumor se encargó de desdramatizar viejos prejuicios morales en coincidencia con la ley de divorcio. La sexualidad se abrió en un destape pacífi-co, sin escándalos, al alcance de las buenas conciencias enamoradas de la democracia, la diversidad sexual, las nuevas maneras de la

filiación, los vínculos familiares más libres. Cómo manejarse con lo cotidiano novedoso: los derechos del consumidor, por ejemplo, como otra forma de repeler abusos. La mú-sica joven, ampliamente definida como rock

nacional apuntó desde “las páginas de Gloria” a otras músicas, con menos barre-ras o exclusiones etarias. El discurso de género, sin alardes, tuvo en dos lugares clave, mujeres a cargo: la mencionada Gloria Gue-rrero a cargo de un medio machista sin rodeos como el rock y Mona Moncalvi-llo a cargo de la entrevista central, un verdadero sitial para que Pérez Esquivel, Hebe de Bonafini, Cortázar, y muchos otros pudieran hacer llegar sus mensajes tanto tiempo esperados.La revista también dio im-pulso a la nueva historieta argentina, hasta entonces rara en medio del aluvión

extranjero. Se acercó más al arte. Rep comen-zó allí muy joven con la tira El recepcionista de arriba. Fantasía lirismo y opinión sobre la actualidad. Después vinieron Joven argentino –ser adolescente en los 80 y por fin Los Al-fonsín, irreverente pero nunca amonestada. El fútbol fue otro de los campos en los que Humor fue especial. Siguió la línea ideológica de Dante Panzeri, que no tenía continuadores y se plantó contra el poder único de quienes todavía lo conservan.Las tiras del doctor Cureta –Ceo y Meiji– des-nudaron los negociados de la medicina privada y el abismo de incuria del hospital público. Y la de Peni y Palomares –67 bis– las miserias y luces de las separaciones, complementadas con Protección al menor donde la educación de los

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CÓMO ESCRIBIR UNA NOTA EN CASA

“Vos sí que te ganás la guita fácil…”La verdad sea dicha: desparramados en las sillas, con el pelo revuelto, en paños menores en verano o abrazados a la bolsa de agua caliente en invierno, comiendo bizcochitos de grasa y hablando pavadas, Ma y Pa no dan el aspecto de estar laburando.Ma le está masajeando el cuello a Pa, quien de estar sentado a la máquina ha quedado duro. Uno de los niños ceba mate. Los otros chicos aúllan y el perro grita. Tocan el timbre. Las criaturas abren la puerta de calle sin preguntar. Uno se acuerda de Alberto Cortés: “cuando un amigo viene…”–Hola, ¿qué tal? Vine a hacer un trámite acá cerca y tengo para un rato. ¿qué hacen, va-gos?Y el amigo se instala, lee por encima del homnbro, critica la puntuación, quiere ayudar con chistes de velorio, y tres horas después se va ofendido porque Pa se ha trasladado a la cocina a seguir trabajando.–Chau, “estrella”… –saluda con ironía final.Uno no tenía muchas ganas de hacer la nota, pero ahora por lo menos tiene tema.Después de depurar las cinco páginas escritas a desgano, queda: “Los niños se tiran encima de Pa. Se vuelca la leche. El perro mordió a una vieja en la vereda. La cosa se complica”.

niños fue puesta al día, revisadas las prácticas represoras de generaciones anteriores.En una reciente entrevista hecha en Mañanas Informales Cascioli respondió que Humor había sido reemplazada por Caras, a la llega-da del menemismo. Sin llegar a ese extremo podría decirse que la herencia de Humor está allí donde las buenas conciencias postulan el diálogo, la convivencia, los derechos humanos, la convivencia democrática, todo ello bajo la protección de la risa. No de otra manera se ex-plica el reflejo de afecto, nostalgia y fidelidad que despierta toda alusión a “la Humor”.7Por las sucesivas sedes de Piedras, Salta y Venezuela circularon con entusiasmo los marginados del régimen. Medio a escondidas, con miedo a algún atentado, huyendo cierta vez por los techos, quienes colaboramos con las revistas de la editorial De la Urraca nos sentíamos unidos como cofrades por un enemigo en común y por una utopía juvenil. A falta de otros lugares de reunión, aquellas redacciones fueron los ámbitos de intercambio literario y cultural. Por allí podía uno cruzar-

se con Alejandro Dolina, Juan Sasturain, los textos que desde su exilio enviaba Osvaldo Soriano, Marta Mercader, J. C. Martíni, J. P. Feinmann, María Elena Walsh, entre muchos más. Una verdadera concentración de inte-ligencia y creatividad. Y con admiración y cierta timidez los que veníamos atrás, los que nos sentíamos estimulados por la gentileza y la docencia del jefe de redacción Tomás Sanz o del secretario Aquiles Fabregat. Dibujantes, pintores, escritores, durante por lo menos diez años encontramos allí no solo un refugio sino un estímulo para la creatividad. En nuestro caso, prácticamente escondidos en la ciudad de La Plata y sin trabajo, aquellas escapadas semanales eran algo muy cercano a la super-vivencia. Éramos muy jóvenes, con cuatro hijos, absolutamente inexpertos en ámbitos editoriales pero fuimos recibidos con cariño y formados sin distancias. Nos recibieron y supieron dirigirnos hacia aquello que mejor sabríamos hacer, la nota costumbrista, la crítica al sistema educativo. Como ejemplo va un fragmento de una de aquellas notas, aparecida en diciembre de 1987.

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Llegan refuerzosDos mates más y arrancamos de nuevo. Llaman otra vez a la puerta y se oye el llanto de la suegra, que vive a tres cuadras; es decir, en casa. Ma sale corriendo a atenderla, Pa huye a ponerse un pantalón.–¡Ay, me agarró no sé qué! ¡Me duele acá, acá y acá! ¡No me digan que están ocupados, porque me quiero morir, y tiene que ser ahora!Enseguida llegan los otros suegros, como por arte de vecindad. La difunta resucita y ellos, que venían también con un drama, al verla lo olvida. Ahora sí estamos todos. Y todos se alían contra nosotros.–Mirá cómo tenés a estas pobres criaturas. ¿qué esperás, nena, para sacar las telarañas?De la comedia intimista al vodevil, de la zarzuela a la ópera, el escenario cambia continua-mente.La suegra plumerea encima de nosotros. Ma espanta las pelusas que caen sobre la máquina y Pa sigue escribiendo, ambos con las piernas levantadas para que la otra suegra pueda barrer. El suegro martilla y encola la pata de la mesa. Como el samba, pero sin música. Al sólo efecto de mostrarles indiferencia, obstinación, espíritu de sacrificio y odio, los laburantes escriben. Y éste es el resultado: “Los niños se tiran encima de la leche. Pa se vuelca. La cosa mordió a una vieja y el perro se complica”. Los Poderosos al final se apiadan de nosotros y deciden quedarse a cenar para ayudarnos. Vamos a trabajar a otra habitación. Para que no nos molesten los chicos, les prenden el tele-visor y chilla Johnny Tolengo. Escribimos un renglón y Suegra 1 trae té.–Gracias.Retomamos. Dos palabras más. Suegra 2 trae un chisme: no es el hijo del almacenero el que sacó el Prode. Es un primo, está separado y no le quiere dar nada a la mujer.–Gracias.Redondeamos finalmente un párrafo.–¿qué quieren que les hagamos para cenar?–Y, algo livianito, porque tenemos que quedarnos hasta tarde.Y entonces improvisan una paella.

Al fin solosLa clase pasiva se ha retirado. Como consecuencia del ágape, la disgestión lenta y el exceso de libaciones para apagar el incendio, nuestras mentes están confusas, los ánimos belicosos y los chicos con pesadillas.Ma quiere tirar la toalla y pregunta hasta cuándo hay tiempo para entregar la nota.Pa, trágico por efecto del vino, subraya: “Mañana, sí o sí. Ya te lo dije dos veces”.–Bueno. Dale. ¿Cómo empezamos?–Empezá vos. ¿qué soy, el boludo, yo? Encima que escribo a máquina.–Si escribís es porque querés tener siempre la última palabra.–Como tu vieja.–Je, porque la tuya…Finalmente se llega a un acuerdo: Ma escribe la parte de ella; Pa la de él; Ma no lava los putos platos; Pa se va a dormir al living.

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DÉBORA PEREYRA

El 28 de Junio los argentinos hicimos nuestra elección, las avispas la nuestra. Elegimos a  la artista plástica Débora Paola Pereyra como ilustradora quien a partir de este número se suma al staff. Le dimos la bienvenida durante la Primera Cena DELAPALABRA en donde inauguró su muestra “Sobre Rieles”.Débora   nació  en  Mar  del  Plata  en  1976,  inició  sus  estudios  a temprana edad   formándose  muchos años con Marta Anglada, cursando talleres en la escuela  de cerámica de esta ciudad. Egresó de la Escuela Superior  “Martín  Malharro”  como  profesora  de  Artes  Visuales.  Participó  en seminarios de perfeccionamiento en dibujo anatómico con la escultora Elizabeth 

Eichorn. Ha dirigido jornadas culturales en escuelas primarias realizando talleres de plástica y desde hace diez años en el taller de arte “Lihué” donde dicta clases a niños, adolescentes y adultos. 

Muestras individuales y colectivas: Usina de Arte (usina vieja del puerto); Teatro Auditórium; Salón de Otoño AMDAP; Centro Cultural  “Séptimo  Fuego”;  Exposición  Apícola  Internacional de AMAC. 

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EL FOTÓGRAFO – ESPECTADORPor Gustavo Ciancio

[email protected]://sites.google.com/site/ojomineral

(Punta Alta)

Puede vérselos en casi la totalidad de los eventos,sean éstos del tipo que fueren:son los que,munidos de pequeñas (o no tanto) cámaras digitales, disparan fotos a izquierda y derecha, algunas veces sólo para una breve visualización, posterior borrado y repetición del gesto.Toman la cámara (a veces sólo un celular, pero ésos son una subespecie) a la altura de sus ojos (de ambos) y a una distancia de unos 60 cm de ellos. Por alguna razón, cuando están en espacios cerrados esa distancia suele acortarse a la mitad. Así, van mirando lo que sucede a través de un minúsculo monitor, concretando el ideal homérico (de Homero Simpson) de andar por la vida sin apartar la vista de la pantalla de TV.Viéndolos, uno creería que dichos aparatos carecen de visor: pues no, todos tienen uno, salvo los celulares, a los que apenas podemos llamar cámaras.Por qué, entonces, el gesto? ¿ es que acaso una escena puede ser mejor apreciada en esa pequeña pantallita a 60 cm del ojo e interferida por un sinnúmero de “ruidos” aportados por el resto de la situación que pegando el ojo al visor

a fin de que la escena ocupe todo el campo visual, cerrando incluso el otro ojo para evitar filtraciones visuales? Misterio.De cualquier manera, pueden aventurar-se algunas interpretaciones. Hay, por lo pronto, una actitud contraria al uso del visor, ese asomar el ojo a una ventanita que nos muestra lo que pasa más allá, con ese gesto voyeur delante del ojo de

la cerradura propio de todo fotógrafo. Nuestro fotógrafo digital renuncia, pues, a ese “espiar el mundo” parapetado detrás de la cámara, algo que por otra parte es motivo de reflexión por parte de aquellos que hacemos fotogra-fías, ya sea interpretándolo como muralla de contención, defensa ante el mundo, o simple escondite desde donde ver sin ser visto.No. Nuestro fotógrafo es claramente visible, tomando distancia de su aparato. ¿Sólo de su aparato? ¿Es acaso un rasgo de valentía que el viejo fotógrafo no tiene? No lo creo. Es más, me atrevo a pensar que el moderno fotógrafo no piensa siquiera en estas cuestiones. Tengo la sensación, tal vez muy personal, de que el gesto es, quizá inconscientemente, algo así como una declaración de inocencia, un modo de decir “no hay peligro, no estoy haciendo fotografías, sólo estoy mirando lo que pasa por mi reproductor de realidades portátil”.Ahí es donde tomar distancia del aparato es, también, tomar distancia de lo que sucede, y sobre todo del accionar distintivo del fo-tógrafo, esto es, la necesidad y la intención de detener el tiempo robándole un instante

Fotografía

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a la realidad para convertirla en esa mínima porción de espacio-tiempo que es cualquier fotografía. No es la búsqueda deliberada del detalle desapercibido para el ojo, sino la con-templación bastante más pasiva ante lo que sucede, tratando de igualarse con aquellos que sólo miran, sin cámaras en la mano.El fotógrafo tradicional evidencia mucho más su intención, te apunta, te dispara. No puede esconder su pretensión y los fotografiados son plenamente conscientes de serlo, con las consecuencias que en mayor o menor medida hemos experimentado todos los que hicimos fotos en la calle.En cambio, el fotógrafo moderno, con su actitud más ambigua, más light, parece estar mirándolo todo pero como con desgano, ha-ciendo incluso paneos con su cámara, que en ese momento usa como si fuera una filmadora, aunque sin registrar nada y viendo la vida en movimiento en su pantalla, y así consigue poco menos que la indiferencia de aquellos que son objeto de su registro, cuando efectivamente lo hace.En épocas pasadas, la fotografía legitimaba. Aquello que era presentado en papel fotográ-fico era poco menos que irrefutable. La prueba estaba allí.Luego, las prácticas de hacer desaparecer gente de las fotos (antes o después de hacerlas

desaparecer efectivamente) fueron poniendo en tela de juicio tal irre-futabilidad, hasta que la fotografía digital asestó el golpe definitivo a ese concepto.Sin embargo, la necesidad de legitimación continúa. Hoy, esa legitimidad vive, discutible o no, mayoritariamente en las pantallas de TV.Es frecuente escuchar “si no estás en la tele, no existís”, dicho, por supuesto, desde la tele misma. Por contraposición, lo que sale en la tele, existe. Es irrefutable, o al

menos, aceptado como “la realidad” sin mayor análisis.De ahí que nuestro fotógrafo, tal vez sin sa-berlo, está buscando esa legitimidad perdida al parir sus imágenes a partir de la pantalla y no del visor. La “realidad”, móvil hasta esa frac-ción de segundo que congelará el movimiento, nace en la pantalla de su cámara, sucedáneo mezquino pero válido de la gran pantalla desde donde nos dictan “la realidad”. Y nuestro fo-tógrafo, víctima al fin, no deja nunca de estar frente a la pantalla como consumidor de una realidad que no puede ser sino cierta (“¡está en la tele!”).No importa que en ese momento “la tele” sea una pequeña pantalla de cristal líquido a 60 cm de los ojos. La realidad del eterno espectador vive allí.Para reafirmar tal idea, las imágenes que so-brevivan a la edición casi siempre compulsiva, serán inmediatamente volcadas en esa otra pantalla más grande y maravillosamente más parecida a la TV que es el monitor de la com-putadora. Allí, las fotografías serán observadas en mayor detalle, siempre obedientemente sentados frente a una pantalla. Muy pocas de esas fotos conocerán alguna vez el papel, como si esa transición pudiera poner en riesgo el ca-rácter de cierta de la imagen. Después de todo,

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esa foto en papel es, además, y antes, una foto digital, y como tal, doblemente sospechosa para el espectador avisado.En su libro “Ante el dolor de los demás”, Susan Sontag hace mención a que “Según un análisis harto influyente, vivimos en una ‘sociedad del espectáculo’. Toda situación ha

de ser convertida en espectáculo a fin de que sea real –es decir, interesante– para nosotros. Las personas mismas anhelan convertirse en imágenes, celebridades. La realidad ha abdi-cado. Sólo hay representaciones: los medios de comunicación”.Por supuesto, Sontag no coincide con tal vi-sión. Más adelante concluye: “la afirmación de que la realidad se está convirtiendo en un espectáculo es de un provincianismo pasmoso. Convierte en universales los hábitos visuales de una reducida población instruida que vive en una de las regiones opulentas del mundo, donde las noticias han sido transformadas en entretenimiento...” (Ante el dolor de los de-más, Ed. Alfaguara, 2003, Págs.126 y128).Si bien el contexto del análisis de Sontag tiene que ver con la manera de presentar las

situaciones de violencia y sufrimiento que se desarrollan normalmente lejos de los centros productores de las imágenes en cuestión, se hace harto evidente que la banalización de la realidad y el corrimiento del centro de grave-dad de su legitimación hacia los medios audio-visuales es, además de un hecho innegable, una

estrategia diseñada por quienes manejan tales medios, y, más allá, por el sistema que los sostiene y que ellos a su vez con-tribuyen a legitimar, por lo que, salvan-do las distancias, el mecanismo sirve y se aplica también en las realidades más pequeñas, cotidianas, del productor y con-sumidor anónimo de imágenes. Véase sino lo que su-cede con la fotografía digital y los eventos

sociales que competen a la vida privada de las personas: La tecnología actual permite la elaboración de imágenes de dudoso gusto, donde las personas (clientes del fotógrafo, en este caso) pueden aparecer posando e incluso en apariencia interactuando con sus artistas preferidos, o con sus ídolos deportivos.El pastiche resultante, a todas luces falso, es sin embargo proyectado en pantallas gigantes sin que nadie se sonroje ante el evidente en-gaño. La televisión, o sus sucedáneos como la pantalla gigante en un salón de fiestas, consiguen el milagro.La oferta continúa: parejas besándose ante lugares donde jamás han estado, quinceañeras convertidas en ángeles de un paraíso digital.Llegará el día en que el álbum familiar se ar-mará directamente en la computadora, uniendo

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la figura de una persona a cualquier escenario elegido previamente, momento en el cual uno puede darse el lujo de andar en malla y ojotas por la Antártida, por ejemplo.En esa dirección ya pueden verse a muchos de nuestros modernos fotógrafos, de paso por los lugares turísticos: Disparan ráfagas de fotografías mientras devoran kilómetros o recorren aceleradamente los sitios que sólo pueden hacer a pie. Sacan muchas fotos (“¡300 fotos con una sola tarjetita! ¡Fantástico!”) sin ver realmente los lugares, ya sea la apacible sierra cordobesa o el Louvre, porque no les queda tiempo para ir al Cucú o recorrer las restantes 14 capitales de Europa en 5 días que ofrece el tour.Eso no importa mucho. La fotografía digital es barata (¿?) y te permite reconstruir los lugares donde estuviste (otra vez “¿?”) y mostrarle a tus amigos, en la pantalla de la compu, por supuesto, todos los bonitos sitios que conociste (y un último “¿?”). En apariencia, todo lo anteriormente dicho puede sonar a un ataque virulento contra la fotografía digital. No es así. Sólo pretendo reflexionar sobre la nueva manera de hacer fotos que la tecnología pone en manos de los nuevos fotógrafos. De hecho, yo mismo uso en ocasiones cámaras digitales en mi labor

profesional, y les reconozco sus virtudes y versatilidad, etc., etc.Hablo, en particular, del riesgo de la banalización que el vértigo de estos tiempos nos quiere imponer (por supuesto, tal maniobra no es inocente, como se ha intentado expresar más arriba). La peregrina idea de que cualquiera muñido de una cámara es fotógrafo, es tan in-sostenible como aquella que supone que cualquiera que haya cursado la escuela primaria, por el solo hecho de haber aprendido la mecánica de la escritura, es por ello escritor.

Ambas tareas presuponen, para mí, una preparación que bien puede llevar años, una lenta maduración, no exenta, en muchos casos, de dolores en la génesis o en el devenir del que, casi siempre de manera solitaria, desarrolla una actividad como éstas a las que nos referimos (y cabe quizá aquí caer en la conocida etimología de la palabra fotografía, o sea, escribir con luz).Por eso, creo, es también casi una obligación para nosotros defender de alguna manera esto que amamos, protegiéndolo de aquellos que tratan de banalizarlo todo, de aquellos que nos aseguran el éxito fácil yendo por los atajos, y sobre todo, de aquellos que lo hacen, y con total desparpajo, se llaman a sí mismos artistas.Recuerdo, por fin, dos episodios: uno, en una época dolorosa de mi vida, cuando un amigo, fotógrafo él también, me preguntó “¿vos qué sos? –Fotógrafo, respondí. –Entonces, dejate de joder y hacé fotos –fue su respuesta.El otro, más cercano, fue en San Telmo, en el marco de un recital de poesía, al cual había sido invitado a colgar fotos. En un momento, uno de los poetas que tomaban el micrófono para hacer oír lo suyo, comenzó un largo poema, del cual sólo recuerdo la frase final: ”Malas noti-cias, chicos: la Vida, no tiene Photoshop”

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El cuento modernoPor Abelardo Festivo

(Salsipuedes, 1941)

Vamos a atenernos a la Tesis del cuento de Felipe Pigna1.Ateniéndonos2 a esta tesis el cuento moderno elegido es el clásico de Charles Perrault “Caperucita Roja y el lobo feroz”.La Historia Uno es por todos conocida. Ahondaremos en la Historia Dos o, mejor dicho, en las varias Historia Dos que tiene este cuento tan complejo.De cada personaje surge una Historia Dos de manera apenas esbozada pero presente:La madre:Manda a su propia hija a un bosque sabiendo que en el camino puede estar un lobo feroz. Una familia enferma sin duda. La desprotección de la niñez, el abuso. El cuento como denuncia social.La abuela:Claro ejemplo de abandono de persona. Vive sola en medio de un bosque en el cual habita un animal muy peligroso. Clara denuncia de maltrato a la tercera edad. Una tercera edad que podría, ya que en esa época se casaban muy jóvenes, tener no más de unos treinta y cinco años. El cazador:Ejecuta una cesárea estomacal al lobo ¡esto es ejercicio ilegal de la medicina! O bien de la veterinaria. Más tarde vuelve a vulnerar los derechos del animal al llenarle el estómago con rocas pesadas (un órgano que no pudo digerir a una pobre anciana menos lo hará con piedras). Además de arrojarlo luego al agua para que muera ahogado de forma horrible3. Pasividad de la Sociedad Protectora de Animales del reino.El lobo:Animal degenerado4. Aprende a hablar y muestra signos de travestismo al disfrazarse con las ropas de la abuela (cuando mucho no le hacía falta hacerlo para atrapar a una niña). Crítica directa al creador por estas desviaciones de sus criaturas, los animales. O a su inoperancia. Así nos fue cuando otro animal, la serpiente, habló como los humanos. Las autoridades:Saben todos que hay un animal cebado en las inmediaciones del bosque y no hacen nada. Una amenaza no erradicada. Tal vez les sirva como cortina de humo para tapar otros problemas, los verdaderos problemas de la comarca. O para justificar el mantenimiento de gente armada.

Humor

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Vemos que todo el corpus de “historia dos” es, como el lobo, también feroz. Feroz crítica a las instituciones medievales, a su sociedad, al sistema feudal, a los reyes y hasta al altísimo.

Imaginamos que la vida de Charles Perrault corrió peligro por historia tan comprometida.

Abelardo FestivoMar de Cobos, 2009.

Notas del Editor: (Prof. Aldo Orso)1  El autor confunde a Ricardo Piglia el escritor con Felipe Pigna el historiador. No es serio. Para ver de qué se trata leer nota de Pablo de la Fuente “Cuento Clásico: la estructura como herramienta literaria”. Revista La Avispa 44. 2 El autor abusa del verbo atener. Ver el libro “¿A qué se atenían los atenienses?” Rodolfo Mondolfo 

Editorial Oporto.3 ¿De dónde saca sus ideas Abelardo Festivo? Parece que hubiera leído “El día que los perros hablaron” 

de Luis Aguilé Editorial Planeta. 4 Según afirma Dardo Sextino “el lobo es el hombre del lobo. Recordemos también que Perrault vendría

a significar un lóbido.”

Gustavo Olaiz

CLASIFICADO

Oleaginoso, pétreo, alimenticio,apasionado en vano por las flores terrestres,con vicios vocacionales y con sangre,tornero, torneador y atornillado,sumamente eficaz en primavera,sin telarañas, sin hongos, sin fracturas,con exhaustivos análisis de orina,con el servicio militar cumplido,polifásico, polifacético,festivo, fascinador, filosofante,primer oboe de imaginaria orquesta,trasnochador, con marca en el orillo,sabroso, diligente, con pretensiones sobrias,envasado al vacío,pasteurizado, colonizado, chopinizado,útil en varias ocasiones de la vida,de larga duración, cosido a mano,no apto para todo público

pero pasado por agua de bautismo,libre de impuestos, frugal y simple,de fácil manejo, excelente memoriay, a pesar de ser pétreo,puede estirarse apretando un botón,necesario en las horas de ocio,con perfume francés , con garantía escrita,con onda corta y larga,con dos idiomas,con títulos debidamente registrados,suave al tacto,puede usarse sin miedo:carece de efectos secundarios.Portátil,al portador,no tóxico,total,se ofrece.

Jorge [email protected]

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Rescates

OLIVERIO GIRONDO (1891-1967)

Mito mito mío acorde de luna sin piyamas aunque me hundas tus psíquicas espinas mujer pescada poco antes de la muerte aspiro sorbo hasta el delirio tus magnolias calefaccionadas cuanto decoro tu lujosísimo esqueleto todos los accidentes de tu topografía mientras declino en cualquier tiempo tus titilaciones más secretas al precipitarte entre relámpagos en los tubos de ensayo de mis venas

BOB DYLAN (POETA Y MÚSICO)

«El rollo del artista que pasa hambre es un mito. Lo iniciaron los grandes banqueros y las jóvenes damas prominentes que compran arte. Ellos simplemente quieren mantener al artista bajo su dominio. No tienes que morirte de hambre para ser un buen artista. Sólo tienes que sentir amor y tener un punto de vista claro. Y tienes que combatir la depravación. El no transigir, eso es lo que forma a un buen artista. No importa si se tiene dinero o no. Además, hay otras cosas que conforman la riqueza o la pobreza aparte del dinero.» «Yo sólo soy Bob Dylan cuando tengo que ser Bob Dylan. La mayor parte del tiempo quiero ser yo mismo. Bob Dylan nunca piensa sobre Bob Dylan. Yo no pienso en mí mismo como Bob Dylan. Es como dijo Rimbaud: Yo soy el otro.» «Si no tuviera dinero, podría ir de un lado a otro siendo invisible. Pero actualmente me cuesta dinero ser invisible. Es la única razón por la que necesito dinero.»«Yo no tengo esperanzas de futuro y sólo espero tener suficientes botas para cambiarme.» «Nadie es libre. Hasta los pájaros están encadenados al cielo.» «La muerte no llama a la puerta. Está ahí, presente en la mañana cuando te despiertas. ¿Te has cortado alguna vez las uñas o el pelo? Entonces ya tienes la experiencia de la muerte.»

Por Lidia [email protected]

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Noti AvispaESCRITORES MARPLATENSES, ENTRE SUS LETRAS, NUESTRA IDENTIDAD

Desde hace varios años, el Área Referencia (Sala de Lectura) en conmemoración al Día del Escritor y el Día del Libro, desarrolla distintas actividades para la difusión de los libros que fueron presentados en la Feria del Libro de Buenos Aires por Editores Marplatenses y Escritores Marplatenses independientes. Este año la exposición lleva los títulos: 10 escritores en busca de Mar del Plata, Feria del Libro de Buenos Aires: Mar del Plata dice presente: Escritores y Editores en busca del Lector.Es interesante, recordar que el día 13 de junio se celebra el Día del Escritor por el nacimiento en la ciudad de Córdoba Argentina de Leopoldo Lugones quién fuera fundador de SADE (Socie-dad Argentina de Escritores) y director de la Biblioteca Nacional de Maestros, entre sus obras podemos mencionar, La guerra gaucha, Lunario Sentimental, Antología poética, Historia de Sarmiento entre otros y el 15 de Junio se celebra el DIA NACIONAL DEL LIBRO instaurado por el Consejo Nacional de Mujeres ya que en 1908 se realizó la FIESTA DEL LIBRO donde entregaron los premios a los participantes del concurso literario.El organizar estas exposiciones, hace que uno trabaje en forma personal con el escritor mar-platense. Es ahí donde uno se da cuenta que ser escritor no es una tarea fácil. El escritor debe hacerse un lugar y poner mucho de sí para poder llegar a ese lector que todos desean.Existen en Mar del Plata, distintas Instituciones y grupos que congregan a escritores con muchas ganas de trabajar, de mostrar lo que hacen y compartir con otros pares sus experiencias, algo que merece ser rescatado.Este año elegimos a 10 escritores marplatenses, 5 de la vieja época, como se suele decir y 5 actuales para hacer conocer la obra de nuevos escritores. Estos escritores tienen un elemento en común, buscan desesperadamente a Mar del Plata, nos devuelven una visión distinta a la que vivimos y compartimos todos los días, una Mar del Plata, hermosa, oculta, desconocida, doliente, luchadora, cerrada pero abierta a los ojos de los lectores.Los escritores elegidos fueron: ENRIQUE DAVID BORTHIRY, AGUSTIN RODRÍGUEZ, ÑUSTA DE PIORNO, RAQUEL GUIDI DE ELORDI, EDUARDO MARTIN LA ROSA, MARCELA PREDIERI, DIEGO LEONARDO MONACHELLI, RENÉ VILLAR, LETICIA PICHOT y DANIEL BOGGIO.Cada escritor fue elegido por un motivo particular: Borthiry, novelista y periodista, por su pasión y dedicación a un género inusual en Mar del Plata como es la novela, Agustín Rodríguez como poeta y novelista comprometido con su ciudad, Ñusta de Piorno por su poesía campera y su pasión por el folklore, Raquel Guidi, por su valor como alfabetizadora y como poeta y Eduardo Martín La Rosa como cuentista, aparte de coordinar distintos talleres literarios.Marcela Predieri, una poeta y cuentista que coordina el grupo DELAPALABRA formando nuevos escritores, René Villar como poeta que le dío valor a la poesía oral como vehículo de expresión, fundador de la FUNDACION DE POETAS, Leticia Pichot por escribir literatura infantil, algo no muy común en Mar del Plata, Diego Monachelli, un escritor autodidacta que escribe poesía y cuentos y Daniel Boggio, cuentista, que ha coordinado talleres de escritura y

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guión de cine y televisiónEn la Biblioteca Pública Municipal Leopoldo Marechal había un sector con libros de escritores marplatenses que los bibliotecarios siempre tratamos de movilizar para que la gente conozca a sus autores. Una biblioteca pública debe promocionar y destacar la producción local.Sería necesario desde el ámbito municipal una norma que regule que todo libro que se edite en Mar del Plata sea donado a la Biblioteca Pública ya que ésta, junto a sus museos, forman parte de la memoria de la ciudadEse sector, hoy se independizó y forma parte de la BIBLIOTECA MUNICIPAL DE ESCRI-TORES MARPLATENSES que tiene su sede en la calle 9 de Julio 3276 que puede visitarse en el horario de 9:00 a 16:30 hs.Una biblioteca que todos los marplatenses debemos conocer, porque en ella, están nuestras raíces, el presente y también nuestro futuro como escritores y como lectores.Conocer la obra de los escritores marplatenses, nos permitirá rescatar y preservar nuestra identidad.

Tuqui Rodríguez - [email protected]

II MARATHÓNICA DE POESÍA Y NARRATIVA SEMBLANZA por Roberto Romeo Di Vita

[email protected] Con la alegría de estar presentes, de llegar de todos los confines de nuestro territorio, de es-trechar abrazos con algunos escritores de otros países y de renovar este ritual poético; desde el jueves 11, hasta el domingo 14 de junio, casi un centenar de escritores nos reunimos en la hermosa ciudad de Punta Alta, en la II Maratónica de Poesía y Narrativa de la fundación de Poetas René Villar. Desde muy temprano el jueves 11, se realizaron las acreditaciones y se comenzó a trabajar en charlas y debates, para culminar con una interesante primera Ronda de Lectura.El viernes 12, ya en pleno funcionamiento de la Maratónica abrió el taller literario “De la lectura a la escritura” a cargo de la escritora Leticia Marconi.Por la tarde se destacaron casi unas decenas de Ponencias, y el aporte del tema “F. Nietzsche, aquí esta el hombre”, para continuar con nuevas presentaciones de textos, otra Ronda de lectura y un espectáculo artístico.El sábado 13, abrió el Taller literario del Círculo de Punta Alta a cargo de los escritores Sergio Soler y Gladis Acha y la Ponencia “Humor y Literatura”.Por la tarde, el Foro se trasladó al “Bar Central”, en Bernardo de Irigoyen y Humberto Primo, la esquina más tradicional de esta ciudad.En ese lugar con generosa entrega se realizaron decenas de Ponencias y se destacaron las Performances a cargo del grupo Fremo y “Corazón delator”, representada por el actor Alfred Hopkins, del pueblo de U.S.A. Luego guiados por la luna y el brillo de las estrellas costeras, nos trasladamos al lugar primigenio de la Maratónica, donde continuaron las presentaciones de libros y revistas, la muy esperada Ronda de Lectura y el festejo del día del escritor, con tapas, empanadas y vino.El domingo 14 se siguió trabajando desde muy temprano, esta vez con presentaciones de re-

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vistas literarias, Antologías y nuevos poemarios del 2009, luego del almuerzo continuaron las charlas sobre muralismo, fotografía, micro taller de narrativa para autores y lectores y lectura

de cuentos con entrega de certificados y libros a los participantes.Muy emotivo fue el Cie-rre y la entrega de cer-tificados, entre abrazos compartidos y el agrade-cimiento a la titánica or-ganización del Presidente de la filial Punta Alta, el poeta Hernán Beltramo Ríos y todos sus colabo-radores, hermanos poetas, por siempre dentro del corazón de nuestros co-razones.

De izq. a der.: Marcela Predieri, Hernán Beltramo (Presidente FdPRV Punta Alta) y Horacio Gómez (Presidente FdPRV Mar de Ajó)

* LETRARTE® 2009 * IV Encuentro Internacional de Escritores

en el marco del XI Julio Cultural Universitario

Ciudad Histórica de San Miguel de Tucu-mán

Auspiciado por la Secretaria de Cultura de la

Presidencia de la Nación. Declarado de Interés Cultural Auspiciado por la Revista Ñ

Estimado/da Poeta:Tenemos el agrado y la alegría de po-der anunciar que LETRARTE - IV Encuentro Internacional de Escritores, sus-pendido por la gripe que afecta al Sur del país, se va a realizar del 13 al 16 de agosto.

Este IV Encuentro Internacional de Escritores va a reunir en la Ciudad de San Miguel de Tucumán a escritores de todo el país y del extranjero.Letrarte se desarrollará en 2 salas, en algunos municipios y en el Centro Cultural Eugenio Flavio Virla y habrá:-Exposición de artes plásticas.-Exposición de Fotografía.-Mesas de Lectura.-Presentaciones de libros.-Ponencias (literatura, teatro y periodismo).-Presentación de Talleres.-Módulos de venta de libros y otras publica-ciones de los visitantes.-Peña.Mayores informes: [email protected]

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El rincón de los bajitosLA IMPORTANCIA DE LA POESÍA EN LA FORMACIÓN DE LOS NIÑOS

Por Esmeralda Longhi Suárez*

La poesía despierta, estimula y desarrolla la sensibilidad estética, siendo un goce auditivo, teniendo en cuenta la riqueza del lenguaje, el ritmo y la rima, tres elementos involucrados en la creación literaria.A través de la poesía, el niño va construyendo la estructura correcta del lenguaje y ampliando su vocabulario. Además, por naturaleza es rítmico, busca el ritmo constantemente en sus distintas actividades, por eso se regocija al oír o repetir poesías donde con este elemento halla una melodía; igualmente la rima le produce placer al concluir sus finales con sonoridad.La poesía contribuye a desarrollar la estructura mental y lingüística, ampliar el vocabulario, despertar y estimular la sensibilidad estética, desarrollar, la percepción auditiva y la aten-ción, descubrir la belleza y sonido del lenguaje, expresar los sentimientos, ejercitar la memo-ria, manifestarse expresivamente, mejorar la dicción a través de la repetición, ampliar su mundo de conocimientos.

La poesía dirigida a los pequeños debe abarcar variados temas, aquellos que respondan a sus gustos, necesidades e intereses, descriptos con sencillez, lenguaje adecuado al nivel, ritmo y rima, logrando así los objetivos anteriormente señalados, contribuyendo a que aprendan en forma paulatina su mundo circundante, tenien-do en cuenta no sólo esto los maestros que brindan a sus alumnos este género literario, sino también los padres, ya sea mediante la audición o repetición de los versos.

* Prof.  Educación Pre-escolar. Autora del libro ‘Ritmo y rima en poesías infantiles”.

AMOR DE DRAGONES

Hay un dragón en la colina boscosa de Salsipuedes que escribe y da bocanadas de fuego bus-cando encontrar a su hembra.Ella ha volado por los cielos, llegando para atravesar el mar hasta las playas del Océano Atlán-tico, donde su fuego se calma con el oleaje y la espuma plateada de la noche.La dragona escribe sobre las piedras el nombre de su dragón amado con la intención de dejarle pistas de su nuevo hogar y lograr así que el pueda salirse de su enmarañado bosque cordobés. Alguna vez volaron juntos, iluminados por las velas y el amor.Nadie sabe si volverán a encontrarse, lo cierto es que a pesar del paso del tiempo, los dragones se buscan y se besan en cada astilla de fuego y se sueñan juntos. María Beatriz Pezzati

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LOS SUEÑOS qUE NO SON SUEÑOScuando uno piensa que los sueños se pueden hacer realidad

se hacen realidad.Anoche soñé uno de los mejores sueños de mi vida y fue así:Yo estaba comiendo y sonó el teléfono. Atiendo era un hombre que me pregunto si quería ir a la luna. Yo le dije que si, pero que aun era muy pequeña. El me dijo que no importaba la edad. El me dijo mañana al amanecer salimos, preparate que te espero.Así fue cómo me cambie, preparé un pequeño equipaje, tome mi osito y fui en busca de la nave.

Fui por un sendero de luces lleno de es-trellas, cuando llegue estaba el hombre que me dijo:–Sube que ya salen.Yo me subí, cuando me subí había un se-ñor que manejaba, y salimos.Al llegar al espacio me sorprendí, había muchas estrellas.Cuando llegamos a la luna nos bajamos, vi un diamante rojo que brillaba en la inmen-sidad del espacio.Cuando me estaba subiendo a la nave alguien me toco y me desperté. Me dí cuenta

que todo había sido un sueño y me desilusione.Luego la mañana pasó, yo no había podido parar de pensar en mi sueño. Mamá me paso a buscar por el cole para irnos a casa.Cuando comíamos se lo conté a mi mamá y mi papá. La tarde pasó la noche llegó y comiendo otra vez estoy. El teléfono sonó yo atendí y mi sueño se hizo realidad. El diamante rojo era un chupetín nos fuimos y el chupetín se hizo diamante. Ese viaje me gustó tanto que cuando fui grande me dedique a trovar de astronauta. En cada viaje que hacía encontraba algo, que me lo llevaba de recuerdo, todas las noches que estamos comiendo y suena el teléfono me acuerdo de ese viaje.Colorín colorado el cuento de la niña que viaja a la luna se ha terminado.

Lucía Cattafesta - (8 años)

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Cine y TVDos actores por dos

La balada de Clint y Kate

Al momento de escribir esta página se discute en Hollywood aumentar a diez la pole position de las películas oscarables, a fin de incentivar el encendido de la transmisión en directo del gran show académico. Lo siguiente in-tenta exponer las dos caras de dos monedas que en una misma temporada supieron mostrar, a su vez, dos rostros

opuestos, pero también complementarios, del cine americano. Hoy, todos en DVD

Eastwood, de ida y de vuelta. Si en un film no se reconoce la mano de su director es en Changeling, o sea, El sustituto. Siempre hay que desconfiar, dicen, de los based on a true story, vale decir, las fábulas urdidas en asuntos verídicos, y no por superstición de verosimi-litud sino por la neurosis de la ejemplaridad. Quiero decir: cimentarse en un hecho suce-dido cae irremediablemente en la certeza de la modelización, en que se pueden arrancar conductas individuales transformadoras y po-sitivas dadoras de buena onda a pesar del mal trago inicial. En esta concesión derrapa Clint Eastwood al instalar a la glamorosa Angelina Jolie, no muy creíble telefonista de Los Ánge-les, año 1928, buscando a su verdadero hijo, que acaban de cambiarle por otro. El tema Eastwood es siempre la construcción del héroe problemático en una sociedad feti-chista que necesita santos en cada vecindario para seguir apuntalando su utopía. Como un presagio, el macabro episodio se desarrolla un poco antes del colapso de Wall Street, y se rueda esta ficción a unos meses de advenir el presente; nada hacía pensar en semejante plano inclinado mientras el país parece pu-jante y poderoso y una madre soltera todavía era capaz de mantener, autónoma, a un crío. Cuestión que la policía corrupta de L.A apro-vecha para reivindicar su probidad cuando el

nene desaparece y no se le ocurre nada mejor que suplantarlo por un doble que no resiste el análisis, y, claro, desacreditar a la madre bio-lógica, obcecada en no reconocerlo, primero mediante un perito que la trata de amnésica y luego directo al loquero. En el medio, surge un predicador pentecostal (John Malkovich) –símbolo clarísimo de Lo Bueno del Siste-ma—que defenderá y rescatará a la abnegada mamá del electroshock y llevará su caso a tribunales como parte de su cruzada contra los Guardianes del Desorden. Un infanticida termina confesando su protagonismo en el secuestro y asesinato del chico, y la infaltable secuencia de la Corte, donde se recupera la armonía perdida y Jolie, que ha hilvanado toda su artillería actoral en el camino, se arropa de luchadora épica gananciosa, tal cual debe es-perarse de otra aventura cívica personal en el País de la Justicia Pura. Se percibe un dejá-vu: por momentos la señora de Brad Pitt recuerda a la interna psiquiátrica de Girl, interrupted (Inocencia interrumpida: James Mangold, 1999), su único Oscar hasta hoy. Se quedó con las ganas, superada por Kate. Finalmente, no obstante la calidad narrativa que es su etiqueta de fábrica, se extraña al Eastwood de los cues-tionamientos sutiles, de la ambigüedad austera, a favor de una no menos provisoria versión belle epoque de la heroica Erin Brockovich, en vez de ambientalista, madraza irredenta.

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Muy diferente se lee Gran Torino, que el mismo Clint encara de actor. Ahora se pone el sambenito, como si el ingastable Harry el su-cio tuviera la ironía de la autocrítica biográfica. Aquí prefiere el presente, la barriada ex wasp que el cascarrabias viudo Walt Kowalski se niega a abandonar y cuyos nuevos huéspedes son chinos, casi una ofensa hacia este orgulloso veterano de Corea, fumador empedernido y pensionado de la Ford, que asumirá un destino heroico contra su propia tentación racista. En su garage, el auto del título, una coupé 72 que acaso remita, en metáfora, a los valores nac y pop de un ayer bastardeado –“Cincuenta años en la Ford y mi hijo vende Toyotas”—y, por qué no, al maestro del relato John Ford, referencia a ese cine despojado, lacónico y rigurosamente narrativo que define también a su octogenario sucesor, Eastwood. Western urbano, con su gang armada a punto de estallar, una barbería que tanto representa al género y la bandera de las barras en el porche como una comisaría espontánea, el personaje asume despacio su lugar en el mundo, un defensor de pobres y ausentes, y de paso el autor reconsi-dera su trayectoria, desde el cínico matón de El bueno, el malo y el feo a la reflexión sobre la gesta de los soldados en La conquista del honor (2007) o la hazaña otoñal e involuntaria de los prófugos que fue Los imperdonables (1992). He aquí la pregunta que marca su filmografía: ¿qué es un héroe? ¿Un ángel inmaculado o un ser contradictorio que tiene un instante de compromiso? ¿El profesional de la sangre o un hombre común arrojado al ruedo sólo porque se hace necesario? “Todos sabíamos el peligro pero fuimos igual”. El mejor cine yanqui de acción, incluído Clint, responde sin claves definitivas ni soluciones fáciles. Nuestro director, ahora sí, muestra la cara más incómoda.

Winslet, princesa y mendiga. La inglesita bella y sexy empezó, como Angelina, bastante

alto: su primera nominación la sorprendió gra-cias al megatanque Titanic (James Cameron) y corría apenas el 97. Algo sugestivo se le veía, pero el año pasado logró un doblete de esos excepcionales en la vida de una actriz. Lásti-ma, Revolutionary road, traducida bobamente como Sólo un sueño, no califica bien, aunque ella y Leonardo di Caprio, otra vez juntos después de aquel naufragio millonario, pasan la prueba. Adaptada de una novela de Richard Yates, autor casi inédito en castellano y catalogado como un radiógrafo experto en la angustia existencial de la pequeña burguesía suburbana, el cineasta Sam Mendes se emplea a fondo en revolver las entrañas de un matrimonio de jó-venes frustrados. Se cursan los años 50, época del gran despegue económico con el rescoldo ya apagado de la segunda guerra; el lugar las afueras de New York. Inevitable mencionar Belleza americana, que Mendes condujera hace una década, lo que invita a pensar en un antecedente contextual filmado diez años después. El mismo tedio de una prosperidad consumista planificada, la misma resignación vocacional a cambio de pagar las cuotas del chalecito con jardín, el conformismo por ser similares, si no idénticos, a los vecinos y amigos. Pero American Beauty, contada en primera persona, se enriquecía por la mirada ácida y sarcástica del narrador, su tendencia al estereotipo parodiado y las criaturas comple-jas, mientras su émula, en parangón, se acerca a una versión trágica, un subrayado dramático de aquel argumento y no mucho más. Vemos a April, actriz mediocre otrora, ahora un ama de casa inquieta que cree hallar futuro en una utópica mudanza a París, y a Frank, sumido en la aceptación de un trabajo poco creativo en la misma empresa donde padeciera su pa-dre, mutuas infidelidades sufridas antes que disfrutadas y la creciente violencia entre ellos. Durante el tiempo representado en Revolutio-nary, el gran Douglas Sirk (Lo que el cielo

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nos da y Escrito en el viento,1956; Imitación de la vida, 1959) hundía el escalpelo en los achaques de esa middle class contemporánea y emocionalmente castrada que pretendía barrer bajo el tapete sus deseos a favor de la aparien-cia y el mito del progreso. Mendes no olvida su empaque de puestista teatral y sin duda maneja con solvencia a sus actores, pero queda la sen-sación de haber visto el panorama con mayor elocuencia visual. Para que todos entiendan, además, introduce un portavoz innecesario, el hijo demente de una pareja mayor (Michael Shannon, candidato a supporting actor) que dice la verdad sobre todos sin autocensura, el típico loco-sabio, si acaso el público se pierde ante lo obvio. El lector (The reader) quizás sea la mejor película del pelotón de aspirantes: discreta, y no pretenciosa, le significó el Oscar a Kate, y merecido. Otro film sobre el Holocausto, que demuestra de nuevo cuánto aún puede decirse del evento más execrable de la Historia, y cómo podemos explicarlo, pero nunca enten-derlo, tratando de inmiscuirnos en la cabeza de sus ejecutores. La novela origen del alemán Bernhard Schlink, Die Vorseler, ofrece otra faceta de la banalidad del Mal sobre la cual habló, y polémicamente, Hannah Arendt. El espectador sin aviso creerá, al ver los pri-meros minutos, que sólo sucede un affaire de iniciación sexual entre un adolescente (David Kross) y una mujer madura (Winslet) en el Berlín de los 60, condimentado con la lectura de novelas, siempre en voz alta por parte del pibe. De golpe se nos trastrueca el mundo. Se viene un juicio y se acusa de genocidio a seis guardiacárceles femeninas, responsables de quemar vivas a trescientas reclusas de un Campo. Comparece en el banquillo una rubia que, junto al muchacho, ahora estudiante de derecho, contemplamos de espaldas: Hannah Schmitz-Kate. La vergüenza de no saber leer la impulsa a asumir toda la culpa, rehusándose a leer una orden de represión que, supuesta-

mente, llevaría su firma. Antes y al final, Ralph Fiennes, el mismo amante-lector convertido en suntuoso abogado, quien sobrelleva a su vez la culpa de callar –pudo haberla salvado al conocer su secreto—y le lleva libros durante la reclusión perpetua, porque Hannah aprenderá, pues, a leer. Stephen Daldry, el director, tiene puntos altos en su carrera. Su renombre internacional merced a Billy Elliot (2000), la minisaga de un niño bailarín clásico entre hirsutos mineros de la Inglaterra quebrada por el ajuste thatche-rista, y Las horas (2002), relatos paralelos y concurrentes que supo imbricar con destreza, nos perfila a alguien astuto a la hora de elegir sus libretos, idóneo en la búsqueda de pers-pectivas nuevas sobre viejos temas. Y en El lector persuade al pegar sin protector bucal. No absuelve a nadie, “todos lo sabían, nuestros padres y profesores”, se indigna un alumno de leyes, y debiera sonarnos cercano; no trae del pasado ninguna imagen aterradora sino apenas los silenciosos muros de Auschwitz, y expresa, sin subir el tono, esa incómoda verdad: cual-quiera, incluso una soltera de aspecto sensual, incluso analfabeta, cometió aberraciones bajo la luz solar, según ella por cumplir bien su tra-bajo “Éramos guardias, no podíamos dejarlas escapar”. Incómodos nosotros, mirando a la mujer indefensa y sumisa a su destino que aprende a deletrear en la cárcel.

Gabriel Cabrejas(Mar del Plata)[email protected]

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Reseñas

MARCEL, Primer diálogo de la ciudad armoniosaCharles PÉGUYEditorial Nuevo Inicio - Granada, España. 2007 (240 Págs.)

Como el padre del cooperativismo inglés, Robert Owen, Charles Péguy también pensó que las condi-ciones de vida determinaban la suerte del individuo. Por eso, a través de sus obras, intentó mejorarlas, aspirando a una ciudad perfecta, utópica por cierto, que llamó Armoniosa. Una sociedad idealizada donde la igualdad es un valor recurrente, por lo cual, su organización política, económica y cul-tural, contrasta categóricamente con las falencias de las sociedades capitalistas contemporáneas. Péguy postula una República alternativa, donde la sinceridad y el altruismo, como así también la intimidad, son algunas de las vías legítimas para la proyección de una comunidad esencialmente pacifista, que se constituye en las antípodas de la explotación industrial y el consumismo. Un lugar eficiente donde se prescindiría inclusive de la ca-ridad, puesto que “toda caridad supone carencias y la ciudad armoniosa no deja carecer de nada a los ciudadanos”. Así, cada uno de sus habitantes, pues, no aspiran más que a fines armoniosos. La anomia y distopías serían entonces, inimaginables. De este modo, filósofos, artistas, obreros, todos trabajan colectivamente, teniendo como meta dar lo mejor de sí mismos. Si bien su lectura remite a otras utopías, aquellas tramadas por Charles Fourier, Tomás Moro o –si nos remontáramos más en la historia–, inclusive, por Platón, éste no es –por su manejo ideológico–, un tratado escrito por un politólogo. Sino, más bien por un profeta. Péguy impregna sus escritos con un acento mesiánico, ya que el núcleo de su pen-samiento se ahonda en la búsqueda del perfeccio-namiento espiritual de las personas. Subvierte los valores estableciendo una mirada indudablemente cristiana. Marcel, fue su primer libro en prosa y fue

escrito tras la muerte de su amigo íntimo Marcel Baudouin, quien murió de fiebre tifoidea. Esta temprana pérdida, lo transformó aún más en un individuo religioso. No nos debe sorprender que luego de su publicación, escasos años más tarde, su autor se haya convertido a la fe católica.Todo hombre es profeta de sus sueños. Ejemplos no faltan. Desde la Comunidad de New Harmony, Indiana, fundada en 1825 por Owen, o la Socie-dad Fabiana organizada hacia fines del siglo XIX, en Gran Bretaña, por William Morris, hasta la Rainbow Family que aún se continúa celebrando anualmente en distintas partes del mundo; todos han improvisado y desarrollado, a veces con más fortuna que otras, una nueva forma de vida colec-tivista. Salvando los métodos y distancias teóricas, por cierto discutibles, Marcel, propone también una visión de paz y ventura para lograr mejorar las metas de la sociedad. Sin caer en la devoción exacerbada de León Bloy, su prosa fragmentaria y apasionada, permite frases que se intercalan con frecuentes y amplios espacios en blanco, para que se “reflexione al volver las páginas”, lo que evidencia su carácter didáctico y persuasivo. La fidedigna traducción, realizada por Sebastián Montiel, no pierde su enrarecida aura adánica del original. Una ocasión para redescubrir un clásico de la literatura católica del Siglo XX.

Augusto Munaro

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Adhesión:

SADE Atlántica

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Mundos TerriblesMarcel Schwob

Definir el estilo lite-rario del polifacético poeta, escritor, traduc-tor y erudito francés Marcel Schwob (1867-1905) acaso resulte –por su versatilidad inusitada–, imposible. En su breve existencia, legó al igual que los escritores norteameri-canos Stephen Crane y Frank Norris –también muertos prematuramente–, hondas huellas a la historia de la literatura de su nación, y del resto del mundo. Aún así, la vida del francés ha sido muchísimo más influyente que la de sus coetáneos yanquis. Pocos escritores han profesado un amor tan incondicional hacia los libros. Schwob, de delicada salud, vivió en la entonces capital intelectual de Europa del “fin du siècle”: París, ciudad donde gestó su erudición abrumadora y habló numerosas lenguas –entre ellas el griego y el latín–; mereciendo el epíteto de políglota. Fue amigo de Alfred Jarry, Oscar Wilde, André Gide, Stéphane Mallarmé y muchos otras celebridades literarias de la época. Su estilo refinado, está regi-do por un pantagruélico afán intelectual. Aquella inquietud innata y voracidad intimidatoria en las culturas orientales y occidentales, lo incitaron a emprender prácticamente todos los géneros, alcan-zando mayor contundencia y eficacia formal en el relato breve. Entre sus mejores obras, figuran los libros de cuentos como Corazón doble, El rey de la máscara de oro y Vidas imaginarias, este últi-mo, muy venerado por J. L. Borges. Se cree que el mayor de sus numerosos aportes, ha sido el de redactar ficciones acerca de personajes históricos célebres como Empédocles, Lucrecia y Petronio; a través de una pluma preciosista, producto de un exquisito manejo poético del lenguaje. La obra completa de Schwob no superara las 1200 páginas; de las cuales, la mitad, han sido tradu-cidas al castellano con cierta negligencia y otras muchas, permanecen ignoradas. Razón por lo cual,

es lícito destacar que el flamante sello español el Olivo Azul, acaba de publicar por primera vez en nuestra lengua, Mundos terribles; una selección de relatos y crónicas inéditos que recoge una veintena de piezas interesantes, confirmando la variabilidad temática y estilística del autor. La aparición de este libro, es un aporte sustancial a las letras dado que permite al lector de habla hispana, acceder a un material completamente desconocido; y a su vez, ser deslumbrado por las cualidades camaleónicas del inagotable Schwob. A diferencia de Victor Hugo, Alphonse Daudet o las pesadas novelas cíclicas –y por cierto unifor-mes– de Emile Zolá; quien lea Mundos terribles comprobará la sutil facilidad con que el autor del Libro de Monelle alterna geografías, modos de escritura y temas con encomiable soltura. Al leerlo, uno se encuentra sumergido en un ritual de embal-samamiento egipcio (“Rampsinit”), y de pronto en la próxima página, cortejamos la desdicha de un joven al descubrir que heredó de sus antepasados la lepra (“El origen”), o somos testigos de una historia amorosa entre la diosa Naria y Tíber (“Las nupcias del Tíber”), o inclusive; nos adhiramos a la abolición de la pena de muerte (“La ejecución”), una de sus más exaltadas crónicas aquí reunidas. El libro abarca historias de piratas, vagabundos, prostitutas y dioses, todo un espectro que desborda en imaginación y prefigura la obra de Jorge Luis Borges, Juan Rodolfo Wilcock, e Italo Calvino. En el tomo, impera un sesgo cuyo estilo más cercano a lo fantástico, posibilita textos prodigiosos, como se aprecia en este segmento de la crónica “Lorena”: “Fue ciertamente durante esta estación cuando se descubrió, tres días después de una batalla, el ca-dáver irreconocible de un príncipe entre los hielos de un pantano. Los soldados pudieron reconocerlo por el color de sus cabellos y por un anillo que no hubo manera de sacar de su rígido dedo congelado por la muerte y el invierno de Lorena”. El extracto, ratifica que Schwob hilvana vocablos para producir –casi siempre– potentes imágenes. De este modo, cada relato suele encumbrar al siguiente. Mundos terribles, al igual que cualquier otro libro de este orfebre de la palabra, comprueba que todo cuento conforma un universo autónomo, logrando un importante avance formal. La desafiante traducción efectuada por Eric Jalain

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es eficaz, puesto que no presenta disonancias es-tilísticas, a pesar del uso de términos anacrónicos pertenecientes a la jerga que con frecuencia, surgen en cualquier escrito de Schwob. El volumen se complementa con un prólogo de Rafael de Cózar y un epílogo de Andrés Sorel, quienes alegan la necesidad de difundir al escritor decimonónico, cuya obra –concisa y ecléctica– aún prolonga su influencia en los albores del siglo XXI.

Augusto Munaro

LITOTELERGIA* o sobre el ímpetu de los cantos fugacesDancizo ToroEditorial Vinciguerra; 2008Contacto con el autor: [email protected]

Dice Dancizo: “todos caminan con una piedra en la mano, no saben qué hacer con sus piernas. Y se arrojan, no se arrojan, nos detienen, se detienen. Es no poder afirmar si son mandrágoras o los torsos perdidos. A donde sólo puede llegar lo que ha empezado a ser sin dejar de ser en sí mismo. Porque no existe hacia dónde, no es legítimo un desde cuándo.Se llega a gritar con una lumbre en el vientre. To-dos los oprobios que estimamos dignos de nuestro reflejo en las tristezas emprendidas”. Se pregunta: “¿Dios geometriza? De qué luz se sirvieron tus escuadras, de qué número fuiste el dios de su suerte, de qué centro su compás. ¿Cuántos pasos diste para

impulsar la cencela del universo?¡Soy la medida de mis hechos!”Le habla a la sombra, a la humedad y así lo describe “muda su corteza y te precisa undosa para afectar con muecas tu sabor a tiempo, para secarme el río intentando torpemente”. Al amor. “Peor aún ¿Hacia dónde caerán las lunas cuando dejes de armar para mí la noche? Aún queda mucho por morir” y es entonces cuando deviene los límites, la patria: “No será la apátrida patria que le llamas cuerpo; cuan-do le responde solemnemente: soy una ergástula flotante que discurre, que abre su camino entre las ratas muertas del arroyo nacido por una tempestad de ideas”. Y se pregunta “¿Quién llegará primero? O en tal caso ¿Qué cadáver será capaz de contar mejor este delirio?”Se pregunta por el forastero, eso de “no haber saltado las montañas”. Luego “de los gritos del poeta”. Continúa: “de ese niño hambriento que no le ha dado de comer al mundo. Llueve a humanadas sangre del óvulo en puesta espumante. Va creciendo el pan como una hornada de misericordias”.En definitiva, complace su música. Golpea la piedra lejos de los hechos pero logra con su palabra un todo. Una gran piedra lanzada hacia los ojos.

*litotelergia (del griego, lito = piedra, tele = lejos, y ergon = hecho) responde a una expresión técnica utilizada en parap-sicología y fenómenos paranormales en referencia a un hecho sobrenatural que se manifiesta como lanzamiento inexplicable de piedras en varias direcciones sin causa física observable. Sandra Pien

Luis [email protected]

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