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Año 1 - Nº 1, julio-agosto 2011 Revista digital Red Latinaemericana de Cuentería cuentos artículos experiencias cartelera

Revista Red 1(1)

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Revista de la Red Latinoamericana de Cuentería: Año 1 Nº 1 - julio-agosto 2011

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Año 1 - Nº 1, julio-agosto 2011

Revista digital

Red Latinaemericana de Cuentería

cuentos

artículos

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Red Latinoamericana de CuenteríaGrupos de narradores y artistas coordinadores de Festivales, Encuentros, actividades y talleres de: Argentina, Bolivia, Bra-sil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay

http://www.redcuenteria.com/[email protected]

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Sumario

Editorial 1

Oficios 3Eduardo Chaves - Argentina

La narración oral de cuentos con los niños 5Elvia Pérez - Cuba

Tiempo de muchedumbres 8Javier Tauta - Colombia

Escuchar y contar con la tercera edad 9Karen Halty - Uruguay

Un cuento para leer, un cuento para ayudar 12 Pepe Cabana Kojachi “Mukashi Mukashi” - Perú

Cuentos 15

Despierto - Javier Tauta Cuento de Gustavo Mesa - Chile El gallito Kikiriki - Elvia Pérez

Cartelera 22

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Editorial

1

La Cuentería es un arte con fin en sí mismo La narración es una herramienta educativa… Para contar cuentos lo principal es la memoria Siempre improvisamos …mejor contar de negro Siempre hay que contar de pieEl cuerpo acompaña con gestos y movimientos Lo central es la palabra, no el cuerpo El actor representa, el cuentero se presenta

… Todas estas frases puede escuchar aquel que tenga la dicha de participar de un festival de narración oral, o de una conferencia sobre esta forma de arte, o de una mesa de café donde se junten unos cuantos cuenteros para debatir (a veces acaloradamente) acerca de su oficio… o su arte… o su forma de expresión… y el lío vuelve a empezar. Es que son parte de los planteos que se hace todo narrador a medida que se va definiendo y madurando. Las teorías, conceptos, advertencias y sugerencias son miles, van cambiando con el tiempo, incluso para un mismo artista que crece y modifica su estilo.

Nuestra revista se propone reflejar esa diversidad, tan compleja y enriquecedora. Lejos de querer marcar o impo-ner una teoría única, el objetivo es crear un espacio donde todas ellas puedan encontrarse, dialogar, discutir e incluso transformarse.

Crecer junto con el otro, en la concordancia pero también en la diferencia y la confrontación, ha sido uno de los pilares de la Red Latinoamericana de Cuentería desde su gestación, y es de ese tejido que nace esta revista.

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Desde su creación, en 2006, la RED se ha propuesto promover la narración oral, su difusión y desarrollo en distintas zonas del continente, a partir del trabajo conjunto. Los festivales y encuentros organizados por sus miembros, así como las actividades generadas en cada región, son ámbitos privilegiados para alcanzar estos objetivos. A ellos se suma ahora este nuevo espacio de encuentro, para pensarnos e intercambiar experiencias, inquietudes, propuestas... esta vez a través de la palabra escrita.

Desde las distintas secciones de la publicación, compartiremos artículos centrados en la Narración Oral, abarcando sus múltiples facetas. Sin proponerse nunca como un libro de recetas, lo que se pretende es de-sarrollar un espacio para pensar juntos y continuar la construcción de un cuerpo teórico para nuestro arte. A esta clase de textos se suman aquellos que vinculan la Cuentería con otras disciplinas, como propuesta de articulación y ampliación. Los relatos de experiencias aparecen como punto de encuentro, para compartir la tarea, acercar formas y recursos, registrar los distintos movimientos y proyectos que surgen en el continente. El panorama se completa con fotografías e imágenes donde podrán ver actividades de cada uno de los países, y el calendario con propuestas para cada región

El material que se incluye en este primer número fue creado por narradores integrantes de la RED, quienes continuarán aportando sus ideas, junto con otros compañeros de sus grupos y aquellos amigos que se vayan vinculando con este espacio. De esta manera, la revista será un ámbito abierto, donde se expondrán textos de distintos artistas y gestores que quieran acercarse.

La invitación está hecha, solo queda pasar la página para comenzar juntos este nuevo recorrido…

Leticia BegueríeIntegrante de Pipoka Cuenteros (Uruguay)

Walter Díaz OvalleAsesor de la Red Latinoamericana de Cuentería

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OFICIOS Por Eduardo Chaves (Argetina)

“Todo es pasar, es continua marea.La belleza y el duelo se entrelazan y me reducen a SER, a cantar, a morir perpetuamente en la sole-dad de las noches y los días. Mientras tanto, cada mañana es digna de ser contada y abro mis ojos en busca de las palabras, tiendo mis manos para aferrar la historia que hará memorable la aurora que renace.” E. Chaves

El alfarero descubre en el comienzo, el material de su obra. Usa sus sentidos, el orden de los mismos no interesa, sucede de una manera espontánea. El olfato, por el aroma que la arcilla y el agua con que prepara la mezcla despiden como un perfume terrestre; luego el tacto, la suavidad con que en sus manos se mueve el material; el color que la vista le permite reconocer en una obra que aún no ha sido realizada y el oído, en el rumor que el barro produce entre sus dedos mientras va tomando el punto que le indicará el momento de dejar descansar la obra en el calor del horno. El gusto, será sin duda el sudor que el trabajo requiere, esa parte necesaria en su salino mensaje.

El pastor conoce cada una de las ovejas de su reba-ño. Las observa y las cuida al tiempo que ellas viven y pastan. Les da libertad sin dejar de lado su cuidado a los peligros que acechan en formas de lobos, ladrones o abismos. Las reúne en las noches y las protege de todo malestar, en el día las libera para que disfruten de la hierba y del aire.

La bailarina se entrega a la música como a un aman-te. Se deja llevar hacia límites infinitos para que su dan-za se parezca a la naturaleza y a la hermosura de la vida. Gira sobre sus pies sin olvidar que el equilibrio radica en el conocimiento de cada uno de sus músculos y en la armonía de sus movimientos. La música es su espacio y ella lo llena cada vez que suelta su cuerpo en el compás de las notas. Parece que el viento la dirige, pero nada en su tarea es desconocido, ella sabe dónde van los brazos, las manos, los ojos. Sabe que ella es un todo que renace en belleza cada vez que la música la invade.

El panadero hecha agua sobre la harina. Luego, la cantidad de levadura necesaria. La masa se convierte en su material de trabajo, la acaricia, la acomoda entre sus dedos en la búsqueda de la consistencia perfecta, la re-conoce con las manos en la suavidad de una piel que al contacto con el fuego se convertirá en corteza. Luego, el pan será el alimento de alguien, la satisfacción y el placer, el secreto de un instante donde compartir el amor es casi un ritual. 3

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El carpintero descubre un árbol entre otros cientos que forman el bosque. Identifica el material que ha de transformar, sabe que dentro de ese tronco existe una pieza que hay que revelar como se descubren los miste-rios, después de mucho imaginar y trabajar. Con sus ma-nos y sus herramientas, logra extraer desde el fondo de la madera lo que en un hogar será una mesa, una cama, el marco de un espejo, la silla o la cuna. Solamente hace falta un poco de paciencia y arte, dedicación y constancia.

El narrador encuentra una historia, tal vez no sabe que la estaba buscando pero ella se aparece de sorpre-sa y le invade el corazón. Esto acontece como un acto de magia o de amor, sin propósito previo, como ocurren los encuentros que duran para siempre. Entonces, el narrador acompaña esta historia durante días y noches, la protege como un pastor que cuida del mismo modo a su rebaño. La diferencia de otras historias por sus de-talles, por sus significados, por sus secretas condiciones y mensajes.

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Luego, como un alfarero hábil, comienza a darle for-ma y consistencia, la investiga hasta encontrar el punto justo que la historia necesita para transformarse en una materia tan llena de sentidos y tan maleable como el barro antes de dar forma al cántaro. Luego, deja que esta materia misteriosa descubra una armonía y una ca-dencia, igual que la bailarina que al compás de la música deja que su cuerpo se vuelva aire y vuelo, solamente al escuchar esa melodía que cuentan las palabras se puede descubrir el tono, las notas de un cuento que al ser con-tado sonará como un instrumento de música.

Ya casi la historia es visible, concreta. Falta amasarla con suavidad, igual que el panadero amasa su materia para que esté lista a la hora del calor, que la afirma en una pieza lista para dar sabor, aroma y alimento. Una vez quitada del horno, de nuestro corazón que le ha dado el fuego y el alma, el cuento se inaugura en energía y forta-leza, con la firmeza de la madera que en las manos de un carpintero ha transformado el árbol en un objeto sólido y constante, en mesa, silla, en cofre de guardar tesoros.

En todos los oficios hay un secreto y una dedicación y los narradores contenemos tal vez un poco de cada una de esas condiciones mágicas. Quienes nos dedicamos a la oralidad como actividad artística estamos en ese lugar donde las palabras son materiales diversos que convier-ten y construyen, que arman mundos para ser comparti-dos a través de la fragilidad de la voz, esa voz que busca ser eterna en la memoria de los otros.

OFICIOS Por Eduardo Chaves (Argetina)

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En el 2008 decidí hacer una convocatoria que tuvo su sede en la Casa del Asia, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad. En esta convocatoria que estaba establecida para niños a partir de los 8 años de edad, que supieran leer, se presentaron también de 5 y 6 años, con tantos deseos, con tanta insistencia que me convencie-ron y los acepté. No me arrepiento: son los que más han permanecido y han obtenido mejores resultados. Esto me hizo saber que las reglas no pueden ser estrictas en esta labor y que los propios niños nos enseñan en el proceso.

En estos tres años sostenidos de taller sistemático con niños narradores orales busqué información sobre el tema, pero no he encontrado. Posiblemente los que trabajan en ello no escriben o no han publicado o yo no he buscado suficientemente bien. Encontré muchos textos de narradoras orales experimentadas abordan-do el tema pero del trabajo “para los niños”, o sea, de las narradoras o narradores orales contando cuentos a los pequeños. En este sentido hay mucha experien-cia, clasificaciones por edades, propuestas de cuentos y recomendaciones a consultar, pero no en el trabajo “con los niños”, o sea, preparando a niños para con-tar cuentos, es por ello que hoy escribo sobre mi ex-periencia, por si puede ser de utilidad a otro colega.

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El trabajo con y para los niños siempre formó parte de mi vida de muy diversas maneras, escribiendo cuen-tos, componiendo canciones, contando cuentos, hacien-do talleres de diverso tipo, pero es a partir del 2008 que me atreví a consolidar un taller sistemático con niños narradores orales. Esta decisión se debía a varias ra-zones, la de mayor peso es la atención y el tiempo que demanda este tipo de trabajo por encima de cualquier otro, la constante preparación y el doble trabajo de for-mar a niños y padres. Claro que verlos en escena, disfru-tar de los encuentros con ellos, ver sus avances, es una compensación. De cualquier forma, en los comienzos de los talleres no incentivé esta labor, trabajé con adultos. Con el tiempo fueron llegando de forma aislada sobre todo niñas y nunca dije NO, aunque eran una o dos, las atendí, las preparé, puse todo mi empeño en colaborar con ellas y los resultados fueron estimulantes. También me sirvieron de laboratorio para el trabajo posterior.

LA NARRACIÓN ORAL DE CUENTOS CON LOS NIÑOS (I) Por Elvia Pérez (Cuba)

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Para “ensayar” la historia escogida realizamos diver-sos juegos, de sillas musicales, u otros donde siempre uno se queda sin silla o tiene que dar una prenda, en ese momento su prenda a entregar es su versión del cuento, lo dicen y seguimos jugando. De este modo el ensayo es algo muy placentero que no les parece tal, sino un mo-mento divertido donde al final se llevan el cuento a casa.

Nunca cuento para ellos en el taller, no les doy un “modelo”, les voy pidiendo lo que quiero y voy co-rrigiendo lo que veo, les voy haciendo notar las di-ficultades y comparto con el grupo esto, con lo cual, todos aprenden en cada una de las exposiciones.

En el montaje de los cuentos utilizo juegos con rit-mo, canciones, juegos tradicionales, bailes y todo lo que pueda servir para las presentaciones del taller al público en un espacio marcadamente escénico. El hecho de tener una Muestra Infantil cada año, con una aper-tura y un cierre, el tener que participar en la gala de presentación de la escuela, me hace trabajar en es-tas puestas en escena de forma más artística y menos ortodoxa. Preparamos una apertura de la Muestra con todo el grupo donde utilizamos canciones que cuentan historias, juegos, mini cuentos o cualquier otra cosa que nos sirva de “opening” y donde todo el grupo tra-baja. Después cada uno presenta su cuento, al final, el cierre se hace también en colectivo, sobre una historia colectiva u otro de los elementos antes mencionados.

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El taller infantil de cuentos

La primera regla del taller infantil de cuentos es que debe ser un espacio libre, lúdico, donde potenciamos la creatividad de los participantes de forma organizada, pero sin convertirnos en una réplica de la escuela. Gene-ralmente el taller se efectúa en horarios extra escolares o en tiempo de vacaciones, debemos llenar este tiempo del niño de manera agradable, de modo que él quiera asistir porque disfruta de los encuentros. El taller tiene una buena dosis de juegos creativos, tradicionales, de dinámica grupal y por supuesto ejercitación de lo que es nuestro objeto de interés: la narración de cuentos.

En los primeros encuentros además de conocernos, trabajo la creación de pequeñas historias con cada uno de los participantes, historias sencillas que ellos mismos crean a partir de palabras, dibujos, anécdo-tas familiares, mascotas. Hacemos más de una para escoger la que nos quede mejor. La que finalmen-te escogemos, tenemos que memorizarla, los niños se apegan mucho a la memoria porque les da seguri-dad, y aunque trabajo con recursos para improvisar ellos al final establecen su modelo y se lo aprenden.

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Recomendaciones para contar el cuento

1.- Dejar que naturalmente el niño encuentre su manera de contar la histo-ria. Hacerlo copiar el estilo de un adulto es muy peligroso en estas edades, porque los exponemos a contar de forma sofis-ticada, sobre actuada, o simplemente a ser un reflejo de otro sin personalidad propia. Debemos pedirle lo que quere-mos de él en ese cuento, no ejemplifi-carlo, para que no copie, sino que cree su propia imagen como narrador oral.

2.- No marcar movimientos en los co-mienzos, centrar la atención en cómo con-tar la historia a partir de las palabras que debe decir y cómo decirlas, esto solamen-te es muy estresante para los pequeños como para complicarlo con ninguna otra cosa; hasta que tienen la suficiente pre-paración y tiempo en el taller como para haber vencido las primeras dificultades.

3.- Trabajar en los comienzos desde una posición natural, de pie, sin despla-zamientos, en la corrección de la utiliza-ción de las manos, con las que general-mente se agarran la ropa u alguna parte del cuerpo como parte del estrés de estar frente a un grupo contando un cuento.

Recomendaciones para seleccionar los cuentos

1.- La primera recomendación es que la historia sea breve. El texto breve le permite al niño no estar tan preocupado por recordarlo y poder dedicar más tiempo a la manera como dice el cuento, a la comunicación con el público, en fin a estar más relajado y poder contar mejor la historia.

2.- Que el texto esté acorde con la edad del niño o niña, lo que permite que trate un asunto que él entienda y que, por tanto, pueda exponer en su cuento.

3.- Que trate un tema interesante o agradable para los que es-cuchan. En ocasiones tratamos de poner en boca de los niños temas ejemplarizantes y los hacemos hablar como padres o maestros, o en el mejor de los casos como adultos. En los niños deben primar los temas que contribuyan a desarrollar su imaginación, su fantasía, que aborden los temas que les interesan y que están relacionados con sus edades.

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Adicionalmente, el arte aporta al ser humano según su rango de edad, así en los niños mejora la capacidad de atención, de observación y de concentración, desa-rrolla su capacidad crítica y reflexiva, incentiva la prác-tica de valores como la socialización y la cooperación, estimula su capacidad de escuchar y escucharse y el gusto por la lectura, sirve como elemento liberador de tensiones y aporta a la estructuración de textos, la aso-ciación e intercambio de ideas y la facilidad de expre-sión, además de despertar la emotividad, la creatividad y la fantasía. Y en los adultos, fomenta la capacidad de abstracción, de lógica, la imaginación y la creativi-dad, potencializa elementos de la argumentación (base del texto y del proceso comunicativo), esto permite mejorar la comprensión y emisión de mensajes y la sustentación y debate de ideas. Como resultado se fo-menta un ser más seguro, consciente, extrovertido y de gran capacidad expresivo-comunicativa, virtudes que no solo se han hecho esenciales dentro de la sociedad actual, sino que pueden contribuir sustancialmente a elevar la calidad de vida del ser.

Las manifestaciones artísticas representan la más certera aproximación a las condiciones temporales, es-paciales, históricas y socioculturales que afectan a una comunidad, así como al conjunto de valores, principios y tradiciones que conforman su sabiduría de colectivo. Es tan importante el papel que el arte juega en la in-terpretación y preservación de una cultura que muchas manifestaciones artísticas han sido elevadas al nivel de “patrimonio (material o inmaterial) de la humanidad”, en un intento por conservar la memoria de los pueblos.

Pero el arte no se limita a actuar como agente auto-rregulador de las comunidades o a preservar la “memo-ria de los pueblos”, sino que tiene un papel como “espe-jo social”, donde se ve reflejada tanto la gran estructura denominada sociedad, como el ser individual que la con-forma. A través del arte, el ser humano logra hacer una interpretación de sí mismo y de su realidad, lo que le permite formular una evaluación, bajo el contexto de sus necesidades y principios presentes, que puede dar como resultado un proceso de transformación de su yo propio y de su entorno social. 8

“En este tiempo de muchedumbres solitarias es necesario educar para el diálogo”

TIEMPO DE MUCHEDUMBRES Por Javier Tauta (Colombia)

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El frío hacía que separarse de la enorme estufa a leña del hogar para ancianos de Miguelete, en Colonia, fuera imposible. Nos encontramos en un comedor poblado de mesas, sillas, arrugas y ojos curiosos, que veían su rutina diaria alterada por narradoras que se mezclaron con ellos.

“Las pusimos en mesas separadas” dijo la encargada, y nos llevó a cada una a compartir la mesa y el almuer-zo con personas que han vivido mucho, mucho, mucho.

Las conversaciones nos llevaron de viaje a otros tiem-pos, a hijos, nietos, casas, costumbres, recetas, viajes, amores, etc. Y luego otra vez a hijos, nietos, casas, costum-bres, recetas, viajes, amores, etc... y otra vez... y otra vez.

La repetición no aburría sino que condimentaba la historia pero, de todos modos, las Pipokas nos encon-tramos pensando en cómo y qué narrar para ese pú-blico tan especial y nuevo para nosotras. Un público tan lleno de recuerdos y, a la vez, frágil de memoria.

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ESCUCHAR Y CONTAR CON LA TERCERA EDADExperiencia en Miguelete (Colonia, Uruguay)

Por Karen Halty (Uguguay)

Garzón Céspedes1 dice a propósito de la conversación:

“La conversación es la expresión originaria y máxima de la oralidad. Dentro de la conversación cotidiana narramos lo que hemos vivido, lo que hemos observado, lo que nos han contado, lo que soñamos o lo que imaginamos. Y cuando den-tro de una conversación, narramos, la comunicación suele ganar en confianza, intimidad, expresividad, hondura.”

Conversar con ellos era zambullirse en sus historias, comunicarse; pero a la vez, por momentos, también per-derse, sentirse dentro de una lógica extraña: con otros rit-mos y otros silencios. Como narradoras, esta situación nos ubicó en un lugar nuevo y desafiante. Teníamos que replan-tearnos las historias y el modo de contarlas, ya que estába-mos frente a un público totalmente nuevo para nosotras.

Laura (una de las coordinadoras de nuestra visita a Mi-guelete) al ver nuestras dudas y entender cómo nos sen-tíamos, comentó que un tiempo atrás les había pasado una película y había tenido las mismas dudas, y había resuelto contarles el argumento de la película antes de mostrarla.

1 Céspedes, G. (2009). Llamamiento: salvaguarda de las tradicio-nes orales desde la oralidad contemporánea. Areté Documenta, 23.

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ESCUCHAR Y CONTAR CON LA TERCERA EDADExperiencia en Miguelete (Colonia, Uruguay)

Nos pareció una buena estrategia y decidi-mos tomar su recurso; es decir, antes de los cuen-tos hicimos pequeñas sinopsis de lo que íbamos a na-rrar, para ubicarlos en la temática de la historia.

Es cierto que nos resultó algo extraño hacerlo, es decir, es como sacarle la sorpresa al relato (aunque no contamos los finales) pero, de todos modos, nos brindó seguridad dar una introducción, ubicarlos en los cuentos y presen-tar los personajes de antemano mediante un diálogo que partía de preguntas disparadoras, e indagaba en sus vi-vencias y en sus propios relatos y sabiduría sobre el tema.

También tuvimos que, en cierta forma, acercarnos al registro corporal y vocal que utilizamos a la hora de contar para niños, no por pensar que no fueran a en-tender, sino porque nos dimos cuenta de que muchos no escuchaban bien y de que sus tiempos de respues-ta eran más lentos que los que estábamos acostumbra-das y, entonces, teníamos que “dibujar” más las histo-rias y darles mayor tiempo para procesar los hechos.

Fue jugar con los límites y barreras expresivas, te-niendo que combinar recursos y elaborar mucho estan-do ya dentro del mismo cuento; por ejemplo: retomar, repetir y remarcar datos y hechos importantes que ya habían sucedido dentro la historia y que había que re-tener para comprender el final. Sus risas y comenta-rios, al final de los cuentos, fueron la constatación de que los recursos empleados habían dado resultado.

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Garzón Céspedes también escribe:

“Entiendo la oralidad no únicamente como una ima-gen hablada o hablante (el ser humano hablando a tra-vés de lo verbal, lo vocal y lo no verbal), sino como una imagen hablada que establece un proceso comunicacional con uno o varios interlocutores. La oralidad antes que ser arte, pertenece a la cotidianeidad de cada quien. Para mí el acto de oralidad por excelencia es la conver-sación. Y luego la conversación puede dimensionarse, en lo que a la oralidad narrativa se refiere hasta ser con-versación escénica o arte de narrar oral escénicamente.”

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Y de eso se trata realmente, es decir, de poder llevar esa oralidad que fue cotidiana al principio a una nueva dimen-sión. Tratar de reubicarnos nosotras, como narradoras, en ese clima de conversación que se presentaba al comienzo, en el comedor del hogar, en ese ida y vuelta tan natural.

Debo confesar que antes de empezar estaba ner-viosa, no estaba segura de que tuvieran ganas de es-cucharnos en ese momento, no sentía confianza en los cuentos que había elegido: “¿se entenderán?, ¿tendría que contar otros?, ¿hablaré de temas no adecuados?”. Me sentía como en las primeras presentaciones de na-rración, cuando aún no se sabe “medir” al público.

Después del largo y divertido proceso que fue cam-biarse de habitación y acomodarse para escuchar, llegó la hora. Las palabras comenzaron a fluir y las imágenes a formarse. La atención estaba ahí, junto con la complici-dad en una sonrisa o en una mirada. Nos vimos sorpren-didas en una atmósfera increíble. Fue la confirmación de que la narración nos atraviesa a todos, de una u otra for-ma. Cada uno desde sus experiencias, vivencias y situa-ciones puede unirse a este mundo. Las historias tomaron dimensiones distintas en cada uno, con tanto para volcar a nuestros relatos, incluidas nosotras, ya que la narración nos volvió a proponer un desafío, una nueva búsqueda.

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Personalmente vuelvo a encantarme con la cualidad de tener que estar siempre atenta y activa a la hora de contar. Este es un arte que depende de todos los que nos encontramos en ese espacio y tiempo, cada uno desde su lugar aporta vida a los cuentos. Reafirmo que la impro-visación en la Narración Oral Escénica es prácticamente ineludible, por suerte, ya que si no las historias comen-zarían a repetirse desde un lugar cada vez menos vivo.

Llega la hora de irnos. Nos dirigimos a otra habitación para tomar nuestras cosas y, cuando volvemos a mirar ha-cia donde estábamos contando, nos encontramos con que ¡uno se había parado frente a los demás y estaba compar-tiendo sus historias! ¿Qué mejor regalo para un narrador?

Salimos con los ojos empañados, la distancia dejó de existir y el frío, de importar.

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UN CUENTO PARA LEER, UN CUENTO PARA AYUDAR La historia de “BIGOTES, EL GATO PERRO”

Por Pepe Cabana Kojachi “Mukashi Mukashi” (Perú)

¡Hola amigos de los cuentos! Es el saludo que utilizo siempre y previamente al momento de presen-tarme para compartir una nota, crónica, evento y por supuesto los cuentos. Es una relación de amistad entre el narrador, el cuento y el público. Una amistad que estoy seguro, y gracias a los cuentos, busca difundir este medio. ¡Un gran abrazo amigos de los cuentos de la Red Latinoamericana de Cuentería!

“Desear con lo que quieres ser en la vida, se llama vocación”.

Cuando éramos niños, todos nos hemos hecho una gran pregunta: ¿Qué voy a ser cuando sea grande?... Las respuestas deben haber sido muchas, pero en nin-gún momento las vimos inalcanzables. Conforme uno va creciendo, se deja llevar por el ritmo y la imposi-ción de la sociedad. Las prioridades son luego otras, pero las que nunca debieron dejarse de lado, se que-dan en el camino y no nos damos cuenta hasta que nos volvemos a encontrar con los amigos de la infancia o del colegio y preguntan: ¿Y lograste lo que querías ser?..

Aunque suene paradójico, lo único que se escu-cha en ese momento es el silencio y luego detallas uno y mil pretextos para evadir la pregunta. Al despe-dir- te sigues tu camino, pero en la cabeza vuelven los

recuerdos, los sueños que tenías de niño, suspiras y buscas consolarte diciendo: bueno, eran otros tiempos…

Pues sí, eran otros tiempos, pero sigues sien-do el mismo protagonista de tu propia historia con toda la facultad de poder reescribir la misma.

“BIGOTES, EL GATO PERRO” es un cuento que aca-ba de ser publicado en Perú y que tiene por autor a un joven muy talentoso, como Randy Sanabria Sifuentes. “Bigotes” es un gato que por circunstancias de la vida crece en un entorno distinto al suyo y asume ese rol con mucho respeto, gracias al cariño de su amo (Oscar, un reciclador) y al amor de su madre adoptiva (una perra llamada Blanca). “Bigotes” es un gato que va creciendo como todo un perro. Claro, él cree que lo es y en un mo-mento de la historia descubre su vocación: ser un perro

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rescatista y cuando “ladra-maulla” a todos con la noti-cia, encuentra comentarios poco favorables a su elec-ción. Todos los que lo rodean saben que es un gato y no un perro. ¿Qué sucederá luego en esta historia?... Ven-go leyendo el libro y disfrutándolo con mucha atención.

Randy Sanabria Sifuentes, el talentoso autor de “Bigotes, el gato perro”, es un joven cuadrapléji-co que desde hace 10 años vive conectado a un res-pirador en el Hospital del Niño en Lima, Perú. Ello no impidió en ningún momento que su corazón, así como su imaginación, dejaran de volar, vivir y soñar.

Gracias al apoyo de una amiga voluntaria del hospital, que escribía lo que Randy le dictaba, pudo llevar su his-toria a la realidad y lograr ser finalista en un concurso de cuentos, lo cual le permitió que pudiera ser publicado.

Randy Sanabria Sifuentes es un motivador ejemplo de esfuerzo, amor y esperanza en busca de lograr hacer realidad sus sueños. El solo poder mover los músculos de la cara, ha sido suficiente para poder decirle al mun-do que no podemos dejar de lado lo que deseamos con todo el corazón y que todos en absoluto, tenemos algo para ofrecer y compartir con los demás. Cuando tengan la oportunidad de leer y disfrutar de “Bigotes, el gato perro”, se reencontrarán con aquellos sueños e ilusiones que tenían de niño y que los adultos llaman “vocación”.

UN CUENTO PARA LEER, UN CUENTO PARA AYUDAR

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Si se animan a adquirir el cuento de Randy, contri-buirán con él a seguir manteniendo sus sueños de com-partir futuras historias y alcanzar también la meta de sumar para lograr adquirir un respirador artificial que le permita poder trasladarse en una silla de ruedas.

“Bigotes, el gato perro” es un cuento para leer, un cuento para ayudar…

¿Dónde encontrar a “Bigotes, el gato perro”?

Escriban a [email protected] bajo el título de “Bigotes, el gato perro” y con todo gusto los ayudaré a que pueda llegar a sus manos, en cualquier parte del mundo.

Algo para compartirles:

Luego de leer el cuento, me motivó mucho a realizar una ilustración dejándome llevar por mi imaginación y que comparto en esta nota.

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Cuento I DESPIERTO Javier Tauta (Colombia)

La casa estaba completamente vacía, casi sin luz, un leve borde negro ensombrecía lo que con mis ojos veía. Me levanté de mi cama, como cualquier día normal, y salí caminando al baño sin notar nada a mi alrede-dor, faltaban un par de cosas y yo no le prestaba atención a este importantísimo hecho, cada paso era ligero, casi no sentía el piso que pisaba, y así llegué caminando al baño, me desnudé, pero extrañamente ya estaba desnudo, y entré a la ducha, podría decirse que era un día común y corriente; el agua que salía estaba fría, helada, pero no sentía ese frío, algo dentro de mí sentía ese agua helado como una dulce caricia, tibia y suave, y no me importaba nada más. En cuanto terminé mi ducha salí a mi cuarto, a vestirme claro está, y allí me metí entre un traje de látex que se adaptaba a la perfección a mi cuerpo y que, además, cambiaba conmigo, con mis necesidades de elegancia o formalidad. Caminé fuera de mi habitación, otra vez, y empecé a cami-nar por el piso, que era ahora un gran charco de agua de una profundidad inexplicable, y sentí de nuevo mis pasos perfectamente ligeros ¡caminaba yo sobre el agua! y esta si estaba calma y fría, como un gran hielo, pero expelía calor, un calor tibio como el del agua de la ducha. Hasta ahora todo parecía estar normal. Salí a la calle, allí parecía también todo normal, los grandes perros que llevaban cabinas con pasajeros andaban como siempre en las calles de barro. Los mega-camellos iban repletos de gente, como siempre. Paré el pri-mero que pasó y me subí en él. Anduvo un par de calles por los suburbios, los malditos suburbios, tan llenos de gente sonriente y feliz, con su maldito olor a smorf. Camina un poco el mega-camello, llevándome al lu-gar a donde voy: La Academia. Hundía sus grandes patas en el barro, pero seguía caminando perfectamente, ya casi llegaba cuando éste se varó en una pequeña colina, bordeada por el camino que seguían los perros, pero mi mega-camello podía pasar, tenía que pasar... La ciudad plateada apareció luego de una hora de re-corrido, descendí del mega-camello y caminé hacia la plaza principal, debía encontrarme con ella. Apareció.

Para los que nunca en un delirio-realidad la han visto, se las explicaré: ella es mi gemela, mi me-lliza que le dicen, tiene en su costado izquierdo una máquina de vapor que le funciona de corazón, pul-món izquierdo, estomago, etc. Yo era su costado izquierdo...; la abracé y la acompañe a caminar un

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rato, las calles encharcadas son asquerosas a la hora del caminante, en esta realidad de 3.00 a 5.00; empantanados llegamos a la Academia. Caminé más y sentí que levitaba, los charcos que pisaba eran

lagos ahora; una luz extraña empezó a llevarme para arriba, por soltarme del suelo, y empecé a flotar en una amarillidad que me llevo para arriba. Arriba...

Desperté de pronto, sudando y anonadado de una luz amarilla. El sol entraba por la ventana de mi habitación, todo era normal. Me levanté y caminé por el vapor hasta mi cabina de limpieza, luego a la de secado y por últi-mo a la de vestido. En cuanto estaba presentable, salí a la calle a caminar, todo parecía normal. Qué tedio más grande es la ciudad, con sus casa ovulares por todas partes, unas encima de otras, algunas más hacia los lados..; que diseños más aburridos, siempre lo mismo, casas ovoides y más casas ovulares. Y los mega-pollos ¡por favor! la ciudad más aburrida de este mundo es la mía, todo es tan mal diseñado; tan mal pensado; tan igual; tan normal...

Desperté de pronto, la casa estaba completamente vacía... Todo era tan normal... El frío, los iglúes... Tedio... Desperté de pronto, todo era tan normal... Si todo es normal ¿quién decide qué realidad vivir?

Cuento I

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Cuento II

Este texto es un regalo de Gustavo Meza, Premio Nacional de Artes de la Repre-sentación y Audiovisuales 2007, Premio Municipal de Literatura (1996) y Premio Municipal de Arte por su labor como dramaturgo, director y pedagogo (1995).

Magda Canales y Carmen Laborde (Chile)

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Les voy a contar aquí en este día un viejísimo cuento.Es un cuento milesio que ya contaban antes de Ulises y Jasón,

los mercaderes y marinos griegos.Luego sale del mar y corre como un río por el tiempo.

Plauto lo detiene en Roma…y lo refiere entre patricios y plebeyos según las normas del teatro en el Imperio...…sigue después corriendo, hasta que Shakespeare lo recoge,

maduro como un fruto del roble fabulario del Medioevo.En 1601, se le ofrece a la corte isabelina de Inglaterra,

con la gracia maravillosa de su genio, y ha venido rodando hacia nosotros desde el Renacimiento.Shakespeare recontó el viejo cuento milesio a su manera,en un escenario primitivo y según los preceptos transitorios

y temporales que gobernaban el proscenio.Pero cargó la comedia………….y en esto radicaba su genio,

de un aire ingrávido y poético, invulnerable a las dentelladas del tiempo.Alguien aquí, ahora………sin duda más atrevido que discreto,

ha puesto la comedia en versos castellanos, ha reducido el texto a tres jornadas, ha interpolado nuevos perso-najes y conceptos,

ha creado otras escenas y conflictos y ha dado a la comedia otra medida y otro aliento,

es decir que ha contado de otro modo el viejo cuento milesioNo vengo a denunciarlo…………Vengo a poneros en alerta y a deciros

que en este campo de la dramática poética se puede jugar al “tira aquí, levanta allá” con todo el atrevimiento

y el desenfado que se quiera,

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Cuento II

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en lo referente a las modas transitorias y temporales que cambian como las veletas ………

todo lo cambia y lo disloca el viento…………………¿ todo ? …………algo se escapa siempre de su caprichoso ministerio.

Y ¡ay de aquel que merme o menoscabe en un ápice ese algo …….ese aire ingrávido y poético invulnerable a las dentelladas del tiempo.

La edad media fue un reino de fábulas, de prodigiosas hazañas y misterios.Los milagros salían de la tierra como las espigas del centeno.

Todo era allí de todos. Era un reino comunal y mostrenco.Los cuentos volaban como los pájaros ………los llevaba y los traía el viento…………..

Se posaban en el árbol, en los tejados, en la espadaña de los templos………..Los peregrinos los prendían en la esclavina, junto a las veneras,

o los colgaban de la cintilla del sombrero.Les gustaba hacer su nido en los conventos……….junto a las gárgolas ………….o bajo la visera del alero…………………

a veces , en la misma capucha de los legos….cerca del pensamiento………..A veces en los pliegues más cálidos del hábito, en el costado tierno del corazón , como una paloma extraviada y

fugitiva , se acurrucaba un cuento.Entonces los cuentos no tenían origen ni dueño.

Aún no había nacido el copyright, el autor cobrando sus derechos.Aún no habían nacido ni el libro ni el teatro ……..ni la jaula…………

ni el orgulloso carcelero.Porque el libro y el proscenio es una jaula

donde se mete al cuento prisionero.Un día llegaron unos cazadores a este reino:

Chaucer, Don Juan Manuel, Bocaccio, Cintio, Bandello………..mitad poetas, mitad halconeros…………

Algún grave escritor los ha llamado bandoleros.

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Cuento II

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Luego vienen Lope de Vega , Shakespeare, Calderón y saquean a todos estos cazadores de cuentos.Y ya sabéis la historia :

las fábulas, las leyendas y las golondrinas del Romancero ya no volarán libres bajo el cielo,

ni se posarán confiados en los indoctos labios del pueblo.El libro fue un tirano…………….y otro tirano el proscenio.

.Entre los dos encarcelaron los sueños.

……………………pero los sueños no resistieron el encierro ………….. y volaron…volaron…….

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Cuento III El gallito KIKIRIKI

Cuento de la tradición oral cubana en versión oral de Elvia Pérez.

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Hace mucho tiempo, en lo más intrincando del campo, vivía un hombre que amaba los animales. No te-nía hijos y vivía solo con su mujer. Cada mañana temprano, antes de tomar su propio desayuno iba al co-rral a darle de comer con su propia mano a sus animales. Toda su vida la había dedicado a sembrar su tie-rra y cuidar de su corral. Los animalitos también lo amaban y agradecían a la vida por tener tan buen amo.

Un día, el hombre no se pudo levantar de la cama, tenía una extraña fiebre y le dolía todo el cuerpo. Su mu-jer le hizo unos remedios pero el hombre en lugar de mejorar empeoraba. Ese día la mujer tuvo que ir a dar de comer a los animales y ellos se extrañaron de no ver a su amo. Un gallito kikiriki que andaba suelto por el patio se acercó a la casa a ver qué pasaba. Con preocupación vio que su amo se encontraba muy mal y fue hasta el co-rral a decirle a sus compañeros lo que pasaba. Todos lo sintieron mucho pero no sabían qué hacer para ayudar.

La mujer fue personalmente hasta el pueblo a buscar al médico y tuvo que dejar al hombre solo. Quizás porque el gallito estaba cerca dijo:

- Te encomiendo que cuides de tu amo hasta que yo regrese- y después se fue.El gallito se lo tomó en serio y se la pasaba dando vueltas del corral a la casa a ver al enfermo. Esa tarde los

animales vieron desde el corral cómo la muerte, vestida de negro y con su guadaña venía hacia la casa. Cada uno de los animales comenzó a hacer ruido para ahuyentarla, pero en vano, la muerte parecía no escucharlos.

El pequeño gallito kakareó fuerte y le dijo a sus amigos del corral:- Oigan, tenemos que hacer algo por nuestro amo, no podemos permitir que la muerte se lo lleve.Los animales querían a su amo pero estaban asustados. Pero el caballo preguntó:-¿Qué podemos hacer nosotros contra la muerte?A lo que el gallito muy brioso contestó:-Pelear si es necesario.

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Cuento III

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Pero los animales no se animaron, pelear con la muerte es algo muy serio.Ya la muerte llegaba a la puerta de la casa cuando el gallito sin esperar por sus amigos se puso enfrente de ella

impidiéndole el paso. La parca quiso entrar a la casa pero cada vez que lo intentaba el gallito se le enredaba en su negra falda y la hacía retroceder. Por más que luchó con él no consiguió nada y se retiró.

El gallito durmió enfrente de la habitación de su amo por si la muerte regresaba, pero esa noche pasó sin proble-mas. A la siguiente mañana, casi sin haber salido el sol ya estaba la señora de negro otra vez en la puerta y otra vez el gallito se enredó una y otra vez en su vestido hasta que enfurecida se marchó. Esa tarde la mujer regresó con el doctor y el hombre se salvó. Desde su lecho de enfermo había visto la pelea desigual que tuvo su fiel gallo contra la destructora de vidas y desde ese día lo hizo vivir con ellos en la casa. Después que el gallito murió su amo en señal de agradecimiento y para preservarse de la muerte puso sus plumas detrás de la puerta de la casa. Esa es la razón por la cual, hasta el día de hoy muchas personas para proteger su hogar de la muerte colocan plumas de gallo detrás de la puerta, y es por aquel valiente gallito kikiriki, que solo salvó a su amo de la muerte.

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“La literatura es una música que debe ser escuchada”.Gustavo Roldán

En tiempos donde la comunicación está cada vez más mediatizada, encontrarnos para compartir palabras y mi-radas, se ha convertido hoy, en una necesidad que no po-demos dejar de atender.

No es casual que en los últimos años hayan florecido en toda la geografía de Córdoba numerosos espacios donde las personas se encuentran para compartir el arte de la palabra hablada, contando y leyendo en voz alta sus pro-ducciones propias o textos de autores argentinos, latinoa-mericanos y de la literatura universal.

Muchos de estos espacios son sostenidos por personas que dando muestras de responsabilidad social, trabajan en forma aislada, aportando su grano arena y realizando una tarea de vital importancia que no es valorada en su justa medida. 22

FORO PROVINCIAL DE CUENTERÍA12 de Agosto de 2011.

Subsuelo del Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria.Córdoba Argentina

Espacio para que los grupos y organizaciones de Córdoba se encuentren y com-partan sus experiencias en proyectos comunitarios en relación a la cuentería.

Este foro propone la búsqueda de las herramientas de gestión más apropiadas, el fortalecimiento de lazos, articulándose, interactuando, potenciándose, ensayan-do proyectos.

Ofrecemos un espacio para que los grupos y organi-zaciones de Córdoba que estén trabajando en proyectos pedagógicos o comunitarios en relación a la narración oral y/o lectura en voz alta, puedan descubrir que no son pocos, se reconozcan en sus similitudes y en sus di-ferencias, compartan así sus experiencias, sus anhelos, y creen relaciones y vínculos que perduren más allá de las actividades específicas, para que “la literatura sea una música cada vez más escuchada”.

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Los cuentos nos convocan y... ya que estamos convocados... alguito pica-mos, alguito comemos, alguito degustamos.

Verano en casa de Ale en las sierras de Córdoba. En la misma mesa... Córdoba, Chile, Colombia. Encontrarnos es como probar el pan crujiente,

calentito, sabroso. Encontrarnos es migoso. A-migoso.

Previa preparatoria Foro Congreso y Festival XII

1º FESTIVAL INTENACIONALDE CUENTOS EN VERANO

CuentoPalabra FEBRERO 2011

Textos y Fotos: Sole Rebelles

Como esta experiencia es ha realizarse, enviamos fotos de la previa que hicimos en Febrero, donde hicimos precalentamiento para el Foro, Congreso y Festival XII

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1º FESTIVAL INTENACIONAL DE

CUENTOS EN VERANO

CuentoPalabra FEBRERO 2011

Textos y Fotos: Sole Rebelles

Previa preparatoria Foro Congreso y Festival XII

Capacitarse es enriquecerse, llenar la mochila con un poco más de recursos, de miradas, de per-cepciones A veces pienso que hacer talleres es como ir al gimnasio. Uno sale renovado, despejado, con una gran sensación de bienestar … Verano, amigos, calorcito y muchos motivos para sentirnos bien. Gran ocasión para compartir una tarde de taller en casa de Ale con nuestros queridos “Aves-truces”.

¡Hubo de todo! Lenguas afuera, perritos calientes, preguntas difíciles y muchas risas y risotadas. Un lugar en donde todos dejamos el glamour de lado y nos divertimos desde el afecto y el respeto, es una maravilla que muchas veces no solemos apreciar.

¡¡¡ Gracias queridos Carlos y Edel por compartir saberes desde la generosidad que siempre los acompaña!!!