rf-15357

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/25/2019 rf-15357

    1/25

    [T]

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre: sobre negaciones

    y consecuencias1

    [I]

    Social constructionism and the free subject: on negations

    and consequences

    [I]

    Pablo Lpez-Silva[a], Mauricio Otaza[b]*

    [a] The University of Manchester, Manchester, United Kingdom[b] Universidad de Tarapac, Santiago, Chile

    [R]

    Resumen

    Este artculo examina el problema respecto del concepto de libertad derivado de

    las comprensiones del self y la realidad dentro de las corrientes constructivistas.

    Especficamente, el problema se articule en el contexto del construccionismo social,una de las expresiones relativistas del constructivismo. Tras clarificar los argumentos

    1 Pablo Lpez-Silva agradece el apoyo financiero provisto por el Programa Formacin de Capital Humano Avanzado de laComisin Nacional de Investigacin Cientfica y Tecnolgica (CONICYT) del Gobierno de Chile.

    * PLS: doctor, e-mail: [email protected]

    MO: doctor, e-mail: [email protected]

    DOI: 10.7213/aurora.27.041.AO02 ISSN 0104-4443Licenciado sob uma Licena Creative Commons

  • 7/25/2019 rf-15357

    2/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.572

    sobre los cuales tal enfoque fundamenta sus principales propuestas, se critican supues-

    tos como la saturacin social del self, la interdependencia precaria y la construccin

    conversacional de la realidad y del self. Se propone que ideas tales como el relativismo

    epistemolgico, la propuesta de determinacin-disolucin social-lingstica del self, lano explicacin de las narrativas personales forneas, el problema del locus of meaning

    externo, la tentacin objetivista, la no explicacin de las significaciones personales de

    los roles sociales, entre otros temas, se despliegan, en ltima instancia, como diversas

    formas de negacin de la libertad del sujeto.[P]

    Palabras Clave: Constructivismo. Construccionismo social. S-mismo. Libertad.[B]

    Abstract

    This paper explores the problem about the concept of freedom derived from the understanding

    of the self and reality within the constructivist approach. Specifically, the problem is articulated

    in the context of social constructionism, one of the relativist expressions of constructivism. After

    clarifying the argument on which this approach bases its main claims, we criticize assumptions

    such as the social saturation of the self, the precarious interdependence, and the conver-

    sational construction of reality and the self. It is proposed that ideas such as epistemological

    relativism, the idea of sociolinguistic determination-dissolution of the self, the no explanation

    of the foreign personal narratives, the problem of external locus of meaning, the objectivist

    temptation, and the non-explanation of the personal significations of social roles, among oth-

    ers, are deployed, ultimately, as different forms of denying the freedom of the subject.[K]

    Keywords: Constructivism. Social constructionism. Self. Freedom.

    Introduccin

    Durante los ltimos aos los planteamientos loscos posmo-dernos han llegado a inuir diversos campos aplicados, tales como la so-ciologa, la antropologa, la educacin y de nuestro especial inters la psicologa. Sin embargo, y esto parece preocupante, el avance y po-sicionamiento de estos planteamientos no parece haber incluido la

  • 7/25/2019 rf-15357

    3/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 573

    reexin losca terica y tica suciente acerca de las conse-cuencias derivadas de stos. Aparentemente, una reexin acerca delos efectos no es algo que deba exigrsele a las teoras pues, a pesar de

    todo, se supone que ellas son libres ejercicios especulativos. Sin embar-go, esto no es del todo cierto por tres razones: (i) en primer lugar, por-que ninguna teora puede permitirse a priori evadir el anlisis crticoacerca de la validez de las consecuencias supuestamente derivadas desus postulados tericos, es decir, evaluar si estas consecuencias se handerivado legtimamente de sus premisas; (ii) en segundo lugar, no hayque olvidar que la psicologa, entre todas las disciplinas anteriormentemencionadas, son campos aplicados al quehacer humano y por lo tanto,

    con mayor razn todava cabe considerar el anlisis de las consecuen-cias prcticas de los planteamientos epistemolgicos de las teoras pos-modernas; (iii) en tercer lugar, parte importante de los planteamientosposmodernos incluyen argumentos por los efectos y por los efectosprcticos, es decir, argumentos ticos ; de hecho, en muchas ocasionesse pueden observar argumentos reivindicatorios o libertarios respectode las as denominadas antiguas tradiciones opresivas modernas, posi-tivistas, racionalistas, etc. (GERGEN, 1991; MATURANA; 2003).

    Este ltimo argumento parece haber alcanzado tal popularidaden la psicologa contempornea que pocas veces parece ser relevan-te que alguien se atreva a cuestionar sin ser considerado sospechosode algn extrao tipo de autoritarismo. Esto no es un mero asuntoanecdtico, en realidad, no pocas veces ha sido establecido como partede las premisas tericas de tales planteamientos epistemolgicos pos-modernos. Por ejemplo, Humberto Maturana (1994, p. 53), por ejem-

    plo, arma que: cada vez que pretendo tener acceso a una realidadindependiente hago una armacin cognoscitiva en el camino de laobjetividad sin parntesis, y al hacerlo, hago una peticin de obediencia(nuestro nfasis).

    Para Maturana (1994) este es un asunto de base, pues incluso loque se ha entendido tradicionalmente como una virtud la tolerancia no es ms que como seala una negacin [del otro] postergada(p. 46). En el mismo espritu, otros autores han sido incluso ms enfti-cos. Por ejemplo, Walawick (1992, p. 122) indica que:

  • 7/25/2019 rf-15357

    4/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.574

    La historia de la humanidad ensea que apenas hay otra idea ms ase -sina y desptica que el delirio de una realidad real (entendiendo portal, naturalmente, la de la propia opinin), con todas las terribles con-secuencias que se derivan con implacable rigor lgico de este delirante

    punto de partida. La capacidad de vivir con realidades relativas, conpreguntas para las que no hay respuesta, con la sabidura de no saber ycon las paradjicas incertidumbres de la existencia, todo esto, puede serla esencia de la madurez humana y de la consiguiente tolerancia frentea los dems. Donde esta capacidad falta, nos entregamos de nuevo, sinsaberlo, al mundo del inquisidor general y viviremos la vida de reba-os, oscura e irresponsable, slo de vez en cuando con las respiracinaquejada por el humo acre de la hoguera de algn magnco auto defe, o por el de las chimeneas de los hornos crematorios de algn campode exterminio.

    Parece ser claro, entonces, que la posmodernidad posee un carc-ter antimodernocuya comprensin no puede soslayarse pues, por antte-sis acaba situando bajo el mismo gnero moderno todo lo quevaya a formularse en un juicio que se diga verdadero; as se trate deteoras incluso clsicas o pre-modernas, y as se trate de los enfoques msdiversos: metafsicos, empiristas, racionalistas, positivistas, etc. Nuestroanlisis intentar discutir, precisamente, la validez de los argumentosposmodernos acerca de la naturaleza del sujeto y la realidad en el con-texto de las consecuencias tericas y prcticas de uno de los enfoquesexternalistas de la psicologa posmoderna, a saber, el socioconstruccio-nismo o tambin denominado construccionismo social (GERGEN, 1985,1991, 1996, 2009; GERGEN; WARHUS, 2001, entre otros).

    Distinciones iniciales

    Hasta hace algunos aos, Feixas y Villegas (2000) contabiliza-ban alrededor de 200 expresiones diferentes del denominado cons-tructivismo en general. Algunas expresiones del constructivismolas constituyen (i) el construccionismo social (BERGER; LUCKMAN,1983; GERGEN, 1996) y sobre el cual nos referiremos ms profunda-mente; (ii) el constructivismo radical (VON FOERSTER, 1984; VON

  • 7/25/2019 rf-15357

    5/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 575

    GLASERSFELD, 1987, 1991); (iii) el enfoque constructivista sistmico(MINUCHIN, 1974; SELVINI-PALAZZOLI, 1975); (iv) el constructivis-mo formal (ROSNOW; GEORGOUNDI, 1986); (v) el constructivismo

    dialctico (PASCUAL-LEONE, 1987, entre otros), entre varios otros.En el constructivismo caben dos distinciones generales, cuyoscriterios pueden combinarse. En principio, la pregunta por el cons-tructivismoparece remitirnos a un amplio y difuso modo de pensarla realidad y el sujeto, pero el supuesto bsico radica en concebir alsujeto como creador de la realidad en la que habita (MAHONEY,1991; VON GLASERSFELD, 1991). El primer criterio, el fundamen-tal, dice relacin, entonces, con la existencia y la cognoscibilidad del

    objeto construido; aqu se juega, por supuesto, el signicado quenalmente tiene el trmino construir, el cual no es para nada claro(HACKING, 1999). El segundo criterio dice relacin con la extensinde este sujeto que construye, esto es, si es un sujeto individual o gru -pal. Vemoslo con mayor detalle.

    Primer criterio: existencia y conocimiento del objeto

    Nuestro asunto es, en primer lugar, el tema de fondo: el sujetolibre. Por sujeto entendemos en trminos generales a alguien que tiene ono tiene ciertas cualidades entre las cuales est, precisamente, el ser libre.

    La historia del concepto libertad es antigua pero no es com-plicada. Su complejidad losca no est, como veremos brevemente,en lo que signica sino en la discusin acerca de su legtima existencia.

    Lo primero es entender la relacin entre autarqua y libertas. Ser libreha signicado desde sus orgenes griegos autarqua, es decir, autogobier-no. Se trata de un trmino fcilmente aplicable tanto a la psicologa el gobierno de los propios actos como de la poltica: el gobiernode lapolis; y as lo desarrolla, por ejemplo, Platn en el libro IV de laRepblica. Aristteles tambin lo entender del mismo modo. Como seve, se trata de un trmino que describe cierta relacin del sujeto res-pecto de s mismo. Lgicamente se concluye que un sujeto autrquicoes, adems, libre, es decir, est liberado de las determinaciones de otro.

  • 7/25/2019 rf-15357

    6/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.576

    En efecto, depender slo de s mismo signica, entonces, no dependerde otro y viceversa. Como se puede apreciar autarqua y libertas no sig-nican exactamente lo mismo, pero son trminos relativos. Hecha esta

    aclaracin, y para mayor simpleza, ya podemos hablar en adelante ysin ms de sujeto libre, en el entendido de que se supone, pues, quees autrquico.

    Qu signica ser libre? Podemos tratar este asunto en trminosde la tica que es como el tema se inicia en la tradicin losca ,y podemos complementarlo despus con una discusin gnoseolgica,que es como suelen plantearse habitualmente hoy las cuestiones a pro-psito de las diversas clases de constructivismos.

    Desde el punto de vista de la tica losca, hay cierto consensoen sealar que cuando se arma que un sujeto es libre, se quiere decirque hay un sujeto que cuenta con entendimiento y voluntad, las que serelacionan de un modo tal que la voluntad acaba siendo o no siendo li-

    bre. La cuestin problemtica est en entender qu le compete querer o noquerer a la voluntad, pues para muchos la voluntad es una facultad cuyacapacidad de querer o no querer depende de los objetos que le propongaalguna facultad cognitiva. Si no aceptamos esta relativa dependencia de lavoluntad respecto del entendimiento nos podemos topar con la paradojasartreana: ningn sujeto es autnticamente libre pues si ser libre signicael puro querer con completa independencia de todo, pues bien, dado queno se puede no querer no podemos ser libres; es decir, dado que aparen-temente estamos condenados a ser libres no somos libres. Sin embargo,quizs hay cosas que a la voluntad humana simplemente no le competequerer o no querer; es decir, es posible que ella no tenga ni deba tener au-

    tarqua absoluta para cumplir con el n que le es propio y en consecuenciaquizs, para ser libre, a ella slo le baste con depender del entendimientoy nada ms. Por ejemplo, la voluntad humana desea la felicidad pero nopuede no desearla; no es, por as decirlo libre para no hacerlo, aunqueella s parece ser libre acerca de la eleccin de los medios para conseguirla.As, siguiendo a Aristteles, lo plantea Santo Toms de Aquino (I, q. 19,a. 10): Nosotros tenemos libre albedro respecto de las cosas que no que-remos por necesidad o por instinto natural. De aqu que no pertenezca allibre albedro, sino al instinto natural, el que queramos ser felices.

  • 7/25/2019 rf-15357

    7/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 577

    La voluntad parece tener, pues, una doble funcin, y de all,como explica Lorenz, la problemtica ordenacin del hombre a la fe-licidad; todos tienden a ella, pero no todos estn de acuerdo en lo que

    signica (LORENZ, 2004, p. 536). Qu se puede concluir, entonces,acerca de las condiciones para armar que un sujeto tiene o no tieneuna voluntad libre? Todo est, como hemos adelantado, en lo que seentienda que le compete a la facultad de la voluntad; si ella tiene unalcance absoluto, como pretenden los voluntaristas, o bien tiene un al-cance relativo, como explican Platn, Aristteles, San Agustn o SantoToms de Aquino, entre muchos otros.

    Para los voluntaristas, es la propia voluntad la que absoluta-

    mente liberada de toda determinacin extrnseca, incluso del enten-dimiento, se provee a s misma de los objetos que quiere. Para otros,como Platn, Aristteles entre muchos otros y como SantoToms, en el caso recin citado, esto es simplemente imposible: lavoluntad slo puede querer o no querer respecto de los objetos que sele proponen, y estos son provistos: (i) por la inteligencia prctica, quele propone objetos bajo la cualidad de ser verdaderamente bienes, losean o no nalmente; o (ii) por los sentidos, que le propone objetos

    bajo la cualidad de ser placenteros o dolorosos, lo sean o no nal-mente (ARISTTELES, tica Nicomaquea, VI, 2, 1139 a17-1139 b14.).Aristteles explica el asunto con el ya clsico ejemplo del sujeto con-tinente; por ejemplo, el alcohlico abstemio, que acta resistindosea la tentacin de beber pues entiende el dao al que se expone. Estesujeto es libre cuando se abstiene? Diramos que s, aunque en la me-dida en que le compete. En efecto, dado que la voluntad siempre se

    somete a algn objeto lo ptimo es que slo se someta a las verdadesque le plantea el entendimiento; si, por el contrario, se deja someterpor el deseo de placer o por el miedo al dolor acabar hundindosems en su adiccin, con la evidente disminucin de ms libertades.Dejemos hasta aqu estas referencias ticas iniciales.

    Si planteamos ahora la cuestin gnoseolgica nos enfrentamosal asunto de discutir que, sea cual fuere la denicin tica de sujetolibre que est en juego, la cuestin se vuelca ahora en discutir si esteente el ser sujeto libre o no serlo es algo cuya existencia puede o

  • 7/25/2019 rf-15357

    8/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.578

    no puede ser conocida. Se sabe que esta clase de anlisis, que al menosen la historia reciente se remonta al siglo XVIII con Kant, tiene preten-siones de condicin de posibilidad del problema anterior y de otros

    problemas. En efecto se sostiene qu sentido tendra la clsicadiscusin referida entre racionalistas y voluntaristas si a n de cuen-tas se concluyese que se estn discutiendo cuestiones incognoscibles.Sin embargo, esta supuesta primaca metodolgica tambin debera serprobada. Conformmonos por ahora con una breve exposicin de esteenfoque gnoseolgico pues, a n de cuentas, es el modo como habitual-mente se han planteado las problemticas acerca de las tesis de Gergen.

    Los enfoques posmodernos en general arman alguna de las

    dos siguientes posiciones: (i) el objeto por ejemplo, la libertad delsujeto existe pero es esencialmente incognoscible de modo verda-dero algo as como la paradjica tesis kantiana ; es decir, el no-menodeclarado, por un lado, con una existencia impensable, pero porotro lado, precisamente,pensadocomo tal2. Aqu caben autores del alamoderada constructivismo. (ii) el objeto como tal, como nomeno, noexiste: solo hay fenmenos; en esta ala se encuentran tesis ms radica-les3. En el constructivismo tambin se observan estas dos tendenciasy sus matices. Muchas fenomenologas protestan contra esta clase deanlisis bsico del problema de la libertad porque estiman que enrealidad la discusin no se hace en torno a un fenmeno concretosino en torno a un mero objeto terico, pero esta clase de objecintambin pertenece al interior de los debates fenomenolgicos en losque, nalmente, se tiende a concluir que, o bien el objeto tratado: (i)es cognoscible o incognoscible; o bien (ii) existente o inexistente, y

    2 [E]s problemtico el concepto de nmeno, es decir, consiste en la representacin de una cosa cuya posibilidad no podemosafirmar ni negar, ya que no poseemos otra intuicin que la sensible, como tampoco poseemos otra clase de conceptos

    que las categoras, y ninguno de estos dos instrumentos cognoscitivos es adecuado frente a los objetos suprasensibles. No

    podemos, pues, ampliar positivamente el campo de los objetos de nuestro pensar sobrepasando las condiciones de nuestrasensibilidad, ni aceptar, fuera de los fenmenos, objetos del pensamiento puro, esto es nmenos, ya que tales objetos

    carecen de una significacin positiva y especificable (KANT, 1993, p. 292-293).3 Para una revisin ms detenida respecto de la distincin entre moderados y radicales y los autores que perteneceran a tales

    categoras, ver Hagendijk (1996) y van den Belt (2003).

  • 7/25/2019 rf-15357

    9/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 579

    todo segn el grado de radicalidad gnoseolgica con el que se hayaplanteado previamente el problema.

    Para ejemplicar lo complejo de este debate recordemos el caso

    del epistemlogo chileno Humberto Maturana (cf. OTAZA, 2007). Esteautor, en ms de alguna ocasin ha indicado que su enfoque no corres-ponde al constructivismo radical que niega la posibilidad del conoci-miento verdadero del objeto sino a la fenomenologa (MATURANA,1985). Pues bien, en efecto, la teora de Maturana surgi con una claravocacin fenomenolgica, es decir, pre-dualista; una posicin previa ala distincin dual sujeto-objeto; una posicin que supuestamente noreducira la experiencia a objetos, sino que pretenda referirse a lo pro-

    piamente experimentado; una fenomenologa del conocer que el autorllam Biologa del conocimiento. En tal fenomenologa, como en to-das, no hay objetos; hay, si se quiere poner un ejemplo, experiencia desillas, pero no hay objetos-silla. El objeto-silla es, por el contrario,un constructo terico dualista puesto ah por el sujeto reexivo queconsidera la experiencia por ejemplo, la experiencia de sentarse enuna silla en un momento posterior y lejano respecto de la experien-cia como tal, etc. Se trata, como se puede apreciar, de una clase recono-cible de discurso fenomenolgico. Sin embargo, el autor traiciona esteenfoque pre-objetivista cuando indica que no tiene sentido planear queexiste un objeto en s (un nomeno) tal como el afuera, sin contami-narlocon nuestra observacin (MATURANA, 2003); entonces ya no espre-objetivista sino anti-objetivista. Esta segunda parte de la obra deMaturana es la ms reconocible por los constructivistas que no dudan-pese a las protestas del autor- de contarlo entre los suyos, y en una de

    sus vertientes ms radicales. En efecto, cuando Jorge Halpern (1992) lepregunt a Maturana si era constructivista, el bilogo respondi con suhabitual vehemencia del siguiente modo:

    Y dale con las categoras! Yo no soy constructivista. El constructivismoes un pensar moderno, que para muchos est siendo superado, que re-conoce que uno no tiene acceso a la realidad y que la realidad se cons -truye, que es una construccin del observador. Y hay hasta un construc-

    tivismo radical, que dice que en cada instante uno construye una de las

  • 7/25/2019 rf-15357

    10/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.580

    muchas realidades posibles, aunque el trasfondo de lo real es el que lopermite, ofreciendo una referencia.

    Inmediatamente Halpern le pregunt: Y Ud. no est de acuer-do?. A lo que Maturana respondi del siguiente modo:

    Yo no soy constructivista por varias razones. Una de ellas es que en tan-to no podemos decir nada sobre algo independiente de nosotros -por laforma en que estamos determinados en nuestra estructura- ni siquieratiene sentido decir que exista una realidad como referencia. Y no sloeso: pienso que lo que se vive no es una de las muchas realidades po-sibles sino la nica posible. En cada instante vivimos lo nico posible.

    Pero con este prrafo Maturana no demuestra que su tesis nosea constructivista, sino que, de entre las tesis contructivistas es de lasms radicales: no hay trasfondo real que permita ninguna referen-cia4, y esto, como hemos hecho notar, no se explica porque en la ex-periencia no se den fenmenos tales como los objetos, sino porquecomo axioma constructivista radical bsico todo sujeto contamina elobjeto. Podemos observar, pues, lo difcil que resulta incluso para losconstructivistas mismos evitar el anlisis gnoseolgico bsico acerca dela existencia y la cognoscibilidad del ente. Vamos ahora a plantearnoslo que se deduce acerca de cierto ente el sujeto libre desde de lospostulados socioconstruccionistas de Gergen. Introduzcamos el tema.

    Segundo criterio: sujeto individual o social

    Como hemos anticipado, en el escenario epistemolgico posmo-derno, al que pertenecen los ms variados constructivismos y construc-cionismos, el conocimiento acerca de la realidad y sobre el sujeto ofre-ce un panorama continuo que va desde el subjetivismo absoluto (por

    4 El constructivismo Radical que es tanto la posicin de Varela como de Maturana , segn von Glasersfeld (1984) es

    radical porque rompe con la convencin y desarrolla una teora acerca de la teora del conocimiento en la que el conocimiento

    no refleja una realidad ontolgica objetiva, sino exclusivamente un ordenamiento y organizacin de un mundo constituidopor nuestra experiencia (CHIARI; NUZZO, 1987).

  • 7/25/2019 rf-15357

    11/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 581

    ejemplo, en el constructivismo radical) hasta el constructivismo crticoo moderado, representado por la escuela del relativismo social (socio-construccionismo) segn si la construccin es efecto de (i) la mente o

    (ii) el lenguaje (LPEZ-SILVA, 2013). En efecto, en las vertientes sub-jetivistas con tendencia al solipsismo es la mentedel individuo la queconstruye todo aquello que se experimenta; la realidad es construidapor un sujeto, el cual es -por recordar el viejo adagio griego- la medi -da de todas las cosas (VON GLASERSFELD, 1991). En cambio, en lasdimensiones relativistas, es el discurso que es por denicin social el que congura tanto la realidad como el sujeto; las estructuran con-versacionales determinan y construyen el conocimiento, luego, no hay

    realidad fuera del lenguaje social (GERGEN, 1996, 2009).Podemos realizar una clasicacin de las escuelas constructivis-

    tas sobre la base del nfasis o cercana con uno de estos dos polos, porejemplo, desde lo individual a lo social: a) constructivismo radical: la men-te del individuo construye lo que se toma por realidad (por ejemplo,el antroplogo Claude Levi Strauss o el lsofo Ernst von Glasersfeld);

    b) constructivismo inicial: la mente construye la realidad, pero dentro deuna relacin sistemtica con el mundo externo (por ejemplo, los psic-logos Jean Piaget o bien George Kelly); c) constructivismo social: la men-te construye la realidad a travs de su relacin con el mundo, pero esteproceso mental est congurado de forma importante por la inuenciade las relaciones sociales (por ejemplo, los psiclogos Lev S. Vygotskyo Jerome Bruner); e) construccionismo sociolgico: basado en la forma decomprender que tanto el yo como el mundo estn inuidos por el po-der que las estructuras sociales ejercen sobre las personas (por ejemplo,

    el representante de la pedagoga crtica Henri Giroux o el socilogoNikolas Rose); d) construccionismo social: en este caso, el fundamento sepone en el discurso como vehculo a travs del cual se articulan el yoy el mundo, y en la forma en que funciona tal discurso dentro de lasrelaciones sociales (por ejemplo, el mismo K. Gergen)5.

    5 Para una descripcin ms detallada y revisin de estos y otros supuestos tericos, se pueden revisar otros autores tales como:Neimeyer y Mahoney (1998); Feixas y Villegas (2000); Feixas (2003).

  • 7/25/2019 rf-15357

    12/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.582

    Recapitulacin

    A pesar de que no podemos describir al constructivismo como

    un corpusterico uniforme (RASKIN; BRIDGES, 2002), es posible, contodo, distinguir en trminos generales algunos conceptos bsicos entodo aquellos enfoques que se denominan constructivistas. As, engeneral en el constructivismo:

    a) Se niega la existencia de una realidad objetiva independiente delobservador.

    b) No existe ningn principio universal inmutable que riga y fun-

    damente el dominio del conocimiento de lo real.c) El sujeto construye activamente la realidad (de ah el empleo del

    concepto de construccin que denota su nombre).d) Todo conocimiento depende de quien lo enuncia y se enmarca

    dentro de un contexto sociocultural en el caso de las corrien-tes relativistas , o mental en el caso de las subjetivistas.

    Del constructivismo al construccionismo

    Realidad y conocimiento en el construccionismo social

    Kenneth Gergen6, principal exponente del socioconstruccionis-mo, indica enfticamente que ni siquiera podemos suponer la existenciade una realidad externa a nuestros signicados socialmente comparti-

    dos, los cuales se maniestan en las conversiones cotidianas (GERGEN,1996). Esta aseveracin, entre otras, termina por distinguirlo de sus prin-cipales inuencias, tales como Berger y Luckmann (1983). Para Gergen(1991), todo aquello que es real, se enuncia en trminos socialmenteconstruidos, en otras palabras, no existe ningn ente objetivo en s mis-mo, del cual se pueda derivar una comprobacin de su mismo estado

    6 Influido considerablemente por los trabajos de Berger y Luckmann (1983); Potter y Wetherell, (1987); Potter, (1996),Sampson (1983) y Buss (1979), entre otros.

  • 7/25/2019 rf-15357

    13/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 583

    de realidad o falsedad. Luego, para el autor, cualquier referencia a loreal, remite al lenguaje y ste, al ser un fenmeno social y negociadocontinuamente, est siempre contaminado de diversas signicaciones

    (por ejemplo, las signicaciones familiares, ideolgicas, polticas, econ-micas, etc). En consecuencia, para el socioconstruccionismo la objetivi-dad es una ilusin, dado que el discurso social construye y permea elconocimiento, explicitndose y reconstruyndose continuamente en lasconversaciones cotidianas (GERGEN, 1996; GERGEN; GERGEN, 1988).Se deja ver de inmediato sin necesidad de mayores sutilezas la tremendacoincidencia de Gergen con los constructivismos ms radicales acercade la nocin de realidad. Recordemos, por ejemplo, la conocida tesis de

    Walawick (1992, p. 17): Real es, al n y al cabo, lo que es denominadoreal por un nmero sucientemente grande de hombres. En este sentidoextremo, la realidad es una convencin interpersonal.

    Derivado de tales planteamientos, concepciones como la obje-tividad, lo real, la moral, la verdad y la libertad, son soloformas de conversacin entre muchas otras7. Tales formas de conversardevienen como proceso histrico, construido y reconstruido a lo largodel paso del tiempo; su objetividad en sentido ontolgico no existe,solo existe como proceso histrico, es decir, relativo. El conocimientoen el socioconstruccionismo es una construccin relativa al contextoen el cual emerge, pensar la existencia de un fundamento objetivo quele da su valor al conocimiento corresponde a un ejercicio ilusorio quedenota las inuencias y determinaciones objetivistas sobre las cualesse ha desarrollado el conocimiento en occidente8.

    Segn Gergen (2000), los discursos sociales anteriores a los su-

    jetos son los espacios que contienen todas las posibles signicacionesde la realidad. La realidad es, a n de cuentas, un conjunto de signi-cados conversacionales que son socialmente compartidos (COLLIER;MINTON; REYNOLDS, 2002). De este modo, no existe experiencia,

    7 Se puede observar un claro relativismo epistemolgico, llegando a sealar Gergen (1992, p. 20) que: La verdad parece ser

    una cuestin de perspectivas, y stas productos de intercambios y consensos sociales, es decir, construidas en los sistemas

    de comunicacin social.8 Ver especficamente Gergen (1992, cap. 2 y 3).

  • 7/25/2019 rf-15357

    14/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.584

    realidad ni conocimiento fuera del lenguaje, y especcamente, fuerade las conversaciones (GERGEN, 1992, 1996).

    El estatus del sujeto en el construccionismo social

    Respecto del concepto de sujeto, y especcamente, respecto delself, entendido como aquella noticia que el yo tiene de su carcter nicoy continuo a travs del tiempo, el socioconstruccionismo indica quees, principalmente, una construccin conversacional. El selfes consti-tuido por el empleo del lenguaje i.e. la conversacin. De este modo, la

    persona identica un sentido compartido de s mismo en las formasconversacionales en las que participa (BRAVO, 2002)9.

    As, los discursos sociales que las conversaciones cotidianasreproducen proveen el anclaje necesario y suciente para la emer-gencia de un posible sujeto y para congurar el conocimiento de larealidad (GERGEN, 2009). Cuando hablamos de la realidad, lo ha-cemos con un lenguaje que est contaminado de signicaciones pre-existente a nosotros y dentro de un marco sociocultural que legiti-miza nuestros enunciados. En el socioconstruccionismo, los lmitesdel lenguaje constituyen los lmites del mundo y del self, son los tr-minos y palabras con que disponemos los que impondrn los lmitesde nuestra experiencia y de nuestra realidad. Sobre esto, Gergen(1992, p. 149) sugiere que: sin las formas del lenguaje no se podraarmar que se tenga experiencia alguna. En el socioconstruccionis-mo, el sujeto se constituye y se comprueba desde las armaciones

    conversacionales de otros lo que nalmente lo transforma en unainestable y frgil negociacin intersubjetiva y contexto-dependientedado que se encuentra en un estado denominado interdependencia

    9 Desde el socioconstruccionismo, el selftoma su forma en tanto identificacin discursiva dentro de un universo lingisticopre-existente (BURR, 1995). Sobre esto, Bravo (2002, p. 3) indica que: El yo ser entendido para los construccionistas como

    una narracin que se hace inteligible en el seno de las relaciones vigentes, a saber, un relato de relatos en tanto el sustrato

    del yo est situado a partir de relatos de familiares, en los relatos de cuentos de hadas en la infancia, los relatos populares,el relato cotidiano de los sucesos de una maana cualquiera, los relatos con un amigo, etc..

  • 7/25/2019 rf-15357

    15/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 585

    precaria10(GERGEN, 1996). A partir de esto, se indica que en el so-cioconstruccionismo, el sujeto es una especie de en palabras deGergen (1992)pastichede signicaciones externas.

    Para Gergen (1996), en la participacin del sujeto en diversoscontextos, el sujeto-recipiente es poco a poco colonizadopor signi-cados externos. Cuando el selfno soporta este supervit de signica-ciones, ste comienza a saturarse (yo saturado), lo que en denitiva lofragmenta (yo fragmentado) y para pasar a ser un empty self. El sujetose diluye en medio de la multiplicidad conversacional y nalmente seescinde y deja de existir entre sus mltiples investiduras conversacio-nales (GERGEN, 1996). El selfen este contexto es un mero entrecruza-

    miento de narrativas forneas. Finalmente, la posible estabilidad dela realidad y del sujeto se ver determinada por 2 factores: a) los ujosde informacin presentes en las conversaciones y que denen tales as-pectos, y b) la continuidad del acuerdo conversacional del contexto enel que se participa.

    La libertad y los problemas del construccionismo social

    Derivado de nuestra preocupacin inicial, y en vista de los pos-tulados socioconstruccionistas, queremos confrontar tales ideas conel asunto de la libertad; asunto que se torna en extremo problemticopara la lnea propulsada por Kenneth Gergen. As, creemos que el con-cepto de libertad y de sus conceptos asociados nos proponen un buenpunto de referencia crtico para analizar las consecuencias de las ideas

    socioconstruccionistas. Pues bien, tal como se puede advertir en litera-tura socioconstruccionista, algunos de los principales mritos que se leatribuyen a la corriente son, entre otros: a) trasladar el foco del estudiodel conocimiento a la relacin entre los signicados sociales, con esto,

    10 Gergen (1996, p. 183) indica que: Este depender de los dems sita al actor en una posicin de interdependencia precaria.Yaque del mismo modo que la autointeligibilidad depende de si los dems estn de acuerdo sobre su propio lugar en el relato,

    tambin la propia identidad de los dems depende de la afirmacin que de ellos haga el actor. El que un actor logre sostener

    una autonarracin dada depende fundamentalmente de la voluntad de los dems de seguir interpretando determinadospasados en relacin con l.

  • 7/25/2019 rf-15357

    16/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.586

    ofrecer igualdad y tolerancia entre las diversas formas de conocimiento(he aqu su relacin con propuesta sociopolticas y teoras crticas); b)al ver el conocimiento como una operacin y una construccin social,

    se propone tomar conciencia de las consecuencias de ciertos conoci-mientos en la sociedad; c) integrar a la cultura como objeto vlidode construccin de conocimiento, as, ofrecer libertad e igualdad en laparticipacin en la construccin del conocimiento. Sin embargo, traseste manto de tolerancia terica y relativismo epistemolgico emergenciertos problemas prcticos sin obviar los problemas tericos , re-visemos entonces, algunos de stos.

    El problema de la externalizacin de locus of meaning

    Tal como revisamos anteriormente, en el socioconstrucionismotodo conocimiento es una construccin social. En medio de la multi-plicidad de conversaciones a las cules hace referencia el sujeto, steno tiene otra opcin que diluirse y dejar de existir. As, dentro delconstruccionismo social no existe ningn medio por el cual el sujetopueda signicar individualmente los discursos y narraciones que de-terminan voluntad. Todas las narraciones que se entrecruzan en nues-tra existencia social, y por lo tanto todo lo que selfes, obedece a ciertospatrones pre-establecidos y reproducidos mediante el ejercicio de cier-tos roles en la sociedad. As, siguiendo este razonamiento, y dado el yacomentado supuesto de la interdependencia precaria de Gergen, el lu-gar donde ocurre y se actualiza el supuesto signicado personal

    de las narraciones del selfest en las redes conversacionales. En otraspalabras, el locus of meaningse externaliza completamente.

    Pues bien, nos oponemos a esto por los siguientes problemas:

    I) Las ideas construccionistas no parecen dar luz sobre el asun-to acerca si el sujeto sea quien comprenda lo que se narra.Supongamos que, tal como sugiere Gergen (1996), el sujeto dejade existir abrumado por las signicaciones externas productode la saturacin social. Pues bien, si realmente el sujeto no el

  • 7/25/2019 rf-15357

    17/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 587

    signica lo que narra (porque la sociedad lo hace y el sujeto nosino en conversaciones externas), tal parece ser que, entonces,debiese existir alguna especie de entelequia encargada de enten-

    der por el sujeto y, en consecuencia, el sujeto habla de lo queno entiende tal como si fuera una terminal computacional o unaespecie autmata (BALBI, 2004).En efecto, la externalizacin delsignicado, implica consecuentemente la inexistencia de com-prensin por parte del self, ontolgicamente el sujeto es consti-tuido como un autmata. Podemos observar que, si describimosa un sujeto que se signica en las conversaciones, se niega cual-quier posibilidad de libertad y de signicacin de la voluntad:

    no hay libertad de nada, ni siquiera, de signicar y elegir las pa-labras con las cuales me reero a mi mismo y al mundo. Luego,la voluntad en el contruccionismo social queda completamentedeterminada por el contexto. Sin embargo, esto parece distar delo que ocurre cotidianamente, donde un sujeto puede decidir nocumplir el rol que le impone la sociedad por ejemplo.

    II) En segundo lugar, parece ser que todos compartiramos el mis-mo problema. Si el locus of meaninges externo y no hay espaciointerior para signicar nada llammosle mente ningunode los que me habla entendera lo que habla, porque todo mea-ningest en un entre ellos y yo. Los dems, tal como yo, notienen voluntad libre, todo acto es producto del contexto con-versacional que me construye. As, podemos ver que en elconstruccionismo social el concepto de libertad realmente no

    tiene cabida. Pero esto no es convincente, pues la voluntad librees, o bien efecto de la determinacin de la inteligencia sobre lavoluntad, o bien, como plantean los voluntaristas, es efecto deuna voluntad absolutamente autrquica; y sea cual fuere el caso,siempre se trata de la inteligencia o de la voluntad de un sujetoindividual. De lo contrario, debiera postularse la existencia deuna sola, pura y universal inteligencia y de otra sola, pura y uni-versal voluntad de las que participaramos todos; antigua tesis

  • 7/25/2019 rf-15357

    18/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.588

    que no explica las diferencias en los procesos mentales y en susefectos sobre los actos individuales.

    Selfconstruido y responsabilidad personal

    Las ideas defendidas por Gergen generan otro problema ticobastante signicativo. Si yo no signico lo que narro, es decir, no loentiendo por mis propios trminos, como consecuencia, yo no soy res-ponsable de los actos que se siguen de mis deliberaciones. Esto, dadoque cualquier voluntad no es libre, sino que socialmente determinada.

    En otras palabras, si hay un Yo que tiene un locus of meaningcomple-tamente externalizado, sin libertad de someter a juicio subjetivos susactos, el Yo no puede responsabilizarse de nada, lo cual, creemos, essumamente grave.

    En consecuencia, el socioconstruccionismo no solo negara la li-bertad, sino que el valor derivado de esta, la responsabilidad. Para en-tender mejor este asunto podemos observar un simple ejemplo de pe-nalizacin criminal. Supongamos que un sujeto P asesina a un sujeto S,y tal como lo seala el construccionismo social, P solamente emerge delas conversaciones contextuales y en el ejercicio de cierto. Segn esto,en este caso, P no posee ninguna responsabilidad del crimen, dado queP no es libre de someter a juicio sus deliberaciones. P no tiene voluntadlibre, porque, precisamente, todo su signicacin es externa. Luego, sihay un sujeto que deja de existir y se diluye tal como lo plantea Gergen,no hay nadie que se responsabilice de sus actos, dado que un sujeto,

    es sujeto solo dependiendo de contexto. Ahora imaginemos las conse-cuencias en temas relativos al genocidio, violaciones, abusos, etc. Enninguno de estos casos uno podra culpar a individuos, dado que stosno poseen la capacidad de signicar las narraciones que los construyencomo sujetos.

    Creemos, pues, que una propuesta epistemolgica como sta,debiese, por lo menos, hacerse cargo del grave problema prctico quegenera, hacindose necesaria una revisin de los estatutos principalesde la misma. De no ser as, la misma accin guiada desde la teora,

  • 7/25/2019 rf-15357

    19/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 589

    corresponde a una omisin de las consecuencias de la misma, lo queconstituye, contradictoriamente, una negacin de los principales mri-tos que se le atribuyen a este tipo de teora.

    Ahora siguiendo con el ejemplo anteriormente sealado, los pre-mios y castigos en estos casos los debiese recibir la sociedad quienes quien signica o quien produce y signica las narraciones que sonconversadas. En otras palabras; es el contexto el culpable del cri-men. Luego, se puede culpar al contexto de toda accin? Es posibleaplicar una justicia contextual? Consecuentemente, la justicia necesi-tara acomodarse al contexto, sin embargo constituira esto, nalmen-te, justicia? Creemos que no, dado que tal tipo de derivaciones se con-

    vertiran en el origen de la legitimizacin de la conducta irresponsable11.De lo anteriormente sealado, podemos inferir consecuencias so-

    bre asuntos anlogos al de la libertad y la responsabilidad, tales como: a)la voluntad, la cual no existira, trayendo consigo la transformacin de lapersona en un autmata, entre otras consecuencias; b) el libre albedro, elcual tampoco existira, debido a que con un locus of meaningexternaliza-do no hay lugar ontolgicamente posible para la deliberacin reexiva,etc. Nuevamente, podramos decir que la negacin de la libertad y laconsecuente negacin del libre albedro no es un problema en trminosargumentativos propiamente tal. Strawson (1986) por ejemplo indicaque tal idea es incoherente. Pereboom (2001) deende la tesis de que laidea del libre albedro es inconsistente con la imagen actual que tenemosdel mundo. Finalmente, desde un punto de vista experimental, Wegner(2002) tambin indica que tal idea es una ilusin. Ahora bien, soslayan-do el anlisis sobre la plausibilidad de tales posiciones, el problema en

    nuestro contexto es que al negar la libertad, el construccionismo socialdeviene inconsistente con las ideas que lo motivan: en su propuesta deliberarnos de la dictadura internalista, el socioconstruccionismo abrazairreexivamente otra dictadura, la externalista.

    11 Es importante sealar que en este mismo caso, el recurso de la co-responsabilidad tampoco resuelve el problema, porquepara que haya un co-responsable, debe haber, al menos, un responsable.

  • 7/25/2019 rf-15357

    20/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.590

    El problema de la significacin personal del rol

    El socioconstruccionismo indica que el rol ejercido por el sujeto

    es el fundamento de su self. Sin embargo, si el locus of meaninges exter-no, cmo el sujeto podra darle signicado al rol entregado por la so-ciedad? Luego, toda identicacin sera fragmentada y sera cambian-te como los roles ejercidos. De esto, se desprende que Gergen y elsocioconstruccionismo en general no logran explicar la libertad quecada uno posee de enjuiciar y de demostrar conformidad o disconfor-midad con los roles ejecutados. En algunos casos, hasta es posible re-chazar abiertamente algunos roles. Tal como lo seala Balbi (2004), un

    planteamiento de esta clase involucra una mente sin subjetividad, unmecanismo similar a un sujeto autmata determinado completamentedesde lo social. Este punto es de especial relevancia cuando se obser-va la relacin que el construccionismo social intenta establecer con losprocesos de transformacin social. Si todo es determinado socialmen-te, luego, el construccionismo social parece querer explicar algo quees conceptualmente imposible dentro de sus marcos epistemolgicos.Esto, nos lleva nuestro ltimo punto.

    La resiliencia: el desafo para los construccionistas

    La idea de la existencia de un locus of meaningexternalizado setorna an ms problemtica cuando analizamos el caso de la resilienciai.e. la capacidad de los humanos que, a pesar de nacer y vivir en situa-

    ciones de alto riesgo y vulnerabilidad, logran desarrollar competen-cias psicolgicas adaptativas viables para sobreponerse a su contexto(KOTLIARENCO; CCERES; FONTECILLA, 1997). Si para Gergen,las narraciones contextuales son las que denen al sujeto, y a su vez,los individuos quaindividuos no poseen ninguna autoridad para de-nir sus existencias, cmo es posible que alguien pueda sobreponersea aquello que por denicin lo dene Acaso el ser resiliente es slootra forma de conversacin? No va eso en contra del concepto ha-

    bitual de resiliencia? No es la resiliencia, precisamente, una cualidad

  • 7/25/2019 rf-15357

    21/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 591

    personal que permite sobreponerse a la vulnerabilidad social, psico-lgica o econmica que el medio determina? Es inevitable hacer talespreguntas cuando observamos sujetos que no tienen ninguna deni-

    cin contextual que implique el sobreponerse a su contexto, y a pesarde todo, lo logran.

    Consideraciones finales

    La localizacin externa del locus of meaningen las conversacionestericamente puede parecer un acto muy inocente, sin embargo, es el

    fundamento de la negacin de la libertad. Esta es una de las ideas quepermea toda la epistemologa socioconstruccionista. En este enfoque,se niega la libertad esencial del sujeto, pues la existencia est determi-nada por el contexto; se niega la libertad moral, la que no existe dadoque la moral para Gergen, es una de las tantas formas de conver-sacin histricamente producidas, y que a su vez, carece de sentidotrascendente u objetivo; se niega la libertad de accin y pensamientoporque todo pensamiento y accin proviene desde el exterior; se niegala libertad poltica, intelectual, artstica, de expresin, etc. Sin embargo,esto no parece convincente pues supone desplazar el sujeto cognitivoy el sujeto moralmente responsable que son uno y el mismo- haciauna entelequia social cticia que se supone causa de los actos cogniti-vos/desiderativos libres, y causa de las responsabilidades de los actosindividuales, sin que esta entelequia tenga, a su vez, ninguna de ambascualidades descritas. Pero esto es imposible, pues nadie ni nada da lo

    que no tiene. En efecto, es intil intentar hacer desaparecer el locus decontrol desplazndolo a otro ente, pues ese ente debiera tener, a su vez,las cualidades desplazadas o de lo contrario se producira la reduccinal innito. En sntesis, las tesis de Gergen no resuelven sino slo esca-motean el problema tico y gnoseolgico de la libertad del sujeto. Ensntesis, aparentemente ninguna dimensin de la libertad es posibleen el socioconstruccionismo, pero dado que no podemos dejar de ac-tuar, se deja ver, adems, la importancia tica de discutir estos asuntosen principio tericos. En efecto, es conocido el riesgo de comenzar a

  • 7/25/2019 rf-15357

    22/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.592

    actuar bajo la errnea creencia de que no se tiene responsabilidad al-guna de las consecuencias de los propios actos personales, cuando sesupone que ni siquiera existen tales actos personales en cuanto, preci-

    samente, personales.

    Referencias

    ARISTTELES. Aristotelis Opera. Ed. Academia Regia Borussica. Berlin:Reimer, 1831.

    BALBI, J. La mente narrativa. Buenos Aires: Paids, 2004.BERGER, P.; LUCKMAN, T. La construccin social de la realidad. Buenos Aires:Amorrortu, 1983

    BRAVO, C. Hacia una comprensin del construccionismo social de Kenneth Gergen.2002. Material utilizado en el Seminario de Psicologa Social de la Escuela dePsicologa de la Universidad Bolivariana, Santiago de Chile, 2002.

    BUSS, A.R.A dialectical psychology. New York: Irvington, 1979.

    BURR, V.An introduction to social constructionism. London: Routledge, 1995.

    COLLIER, G.; MINTON, H. L.; REYNOLDS, G. Escenarios y tendencias de lapsicologa social. Madrid: Tecnos, 2002.

    CHIARI, G.; NUZZO, L. Constructs and trinities: Kelly and Varela on comple-mentarity and knowledge. 1987. Paper presented at the Seventh InternationalCongress on Personal Construct Psychology, Memphis, 1987.

    FEIXAS, G. Una perspectiva constructivista de la cognicin: implicacionespara las terapias cognitivas. Revista de Psicoterapia, n. 56, p. 107-112, 2003.

    FEIXAS, G.; VILLEGAS, M. Constructivismo y psicoterapia. Bilbao: Descle deBrouwer, 2000.

    GERGEN, K. The Social Constructionist Movement in modern Psychology.American Psychologist, v. 40, n. 3, p. 266-275, 1985.

  • 7/25/2019 rf-15357

    23/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    Construccionismo social y el sujeto libre 593

    GERGEN, K. J. The saturated self: dilemmas of identity in contemporary life.New York: Basic Books, 1991.

    GERGEN, K. El Yo saturado. Barcelona: Paids, 1992.

    GERGEN, K. Realidades y relaciones: aproximaciones a la construccin social.Barcelona: Paids, 1996.

    GERGEN, K. The Self in the Age on Information. The Washington Quarterly, v. 23,n. 1, p. 201-214, 2000.

    GERGEN K. Relational being. Oxford: OUP, 2009.

    GERGEN, K.; GERGEN, M. Narrative and the self as relationship. In: Berkowi,L. (Ed.).Advances in experimental social psychology. New York: Academic Press,1988. p. 17-56.

    GERGEN, K.; WARHUS, L. Therapy as social construction: Dimensions, de-liberations and departures. In: Gergen, K. (Ed.). Social construction in context.Londres: Sage, 2001. p. 96-114.

    HACKING, I. The social construction of what?Cambridge: Harvard University

    Press, 1999.

    HAGENDIJK, R. Wetenschap, Constructivisme en Cultuur. Amsterdam: LunaNegra, 1996.

    HALPERN, J., Dilogo con Humberto Maturana, un notable bilogo ciber-netista, sobre la realidad y el conocimiento.El Clarn, 28 jun 1992. Entrevista.

    KANT, I. Crtica de la razn pura. Ciudad de Mxico: Ed. Alfaguara, 1993.

    KOTLIARENCO, M. A., CCERES, I.; FONTECILLA, M. Estado del arte en resi-liencia. Washington: Organizacin Panamericana de la Salud, 1997.

    LORENZ, D. La libertad humana como valor primordial en Toms de Aquino.Teologia y Vida, v. 45, p. 531-53, 2004.

    MATURANA, H. Objetividad: un argumento para obligar. Santiago: J. C. SezEditor, 2003.

  • 7/25/2019 rf-15357

    24/25

    Rev. Filos., Aurora, Curitiba, v. 27, n. 41, p. 571-595, maio/ago. 2015

    LPEZ-SILVA, P.; OTAZA, M.594

    MATURANA, H. Emociones y lenguaje en educacin y poltica.Santiago: Centrode Estudios del Desarrollo, 1994.

    MATURANA, H. Fenomenologa del conocer: del Universo al Multiverso.

    In: CONTRERAS, E. (Ed.). La psicologa en busca del paradigma. Santiago: Ed.Contreras, 1985.

    MINUCHIN, S. Families and family therapy. Cambridge: Harvard UniversityPress, 1974.

    MAHONEY, M. J. Human change processes. New York: Basic Books, 1991.

    NEIMEYER, R.; MAHONEY, R. Constructivismo en psicoterapia. Barcelona:

    Paids, 1998.

    LPEZ-SILVA, P. Construcciones, realidades y dilemas: una revisin los-ca al construccionismo social. Cinta de Moebio: Revista de Epistemologa de laUniversidad de Chile, n. 46, p. 9-25, 2013.

    OTAZA, M. Crtica a la fenomenologa del conocimiento de HumbertoMaturana. Philosophica, v. 32, n. 2, p. 49-62, 2007.

    PASCUAL-LEONE, J. Organismic processes for new piagetian theories: a dia-lectical causal account of cognitive development. International Journal of psycho-logy, n. 22, p. 531-570, 1987.

    PEREBOOM, D. Living without free will. Cambridge: Cambridge UniversityPress, 2001.

    POTTER, J. La representacin de la realidad: discurso, retrica y construccin so-cial. Barcelona: Paids, 1996.

    POTTER, J.; WETHERELL, M. Discourse and social psychology: beyond aitudesand behavior. London: Sage, 1987.

    RASKIN, J. D.; BRIDGES, S. K. (Ed.). Studies in meaning: exploring constructi-vist psychology. New York: Pace University Press, 2002.

    ROSNOW, R. L.; GEORGOUDI, M. Contextualism and understanding in behavio-ral science. Nueva York: Procter, 1986.

  • 7/25/2019 rf-15357

    25/25

    Construccionismo social y el sujeto libre 595

    SAMPSON, E. E. Deconstructing psychologys subject. Journal of Mind andBehavior, n. 4, p. 135-164, 1983.

    SELVINI-PALAZZOLI, M. et al. Paradosso e contraparadosso. Milano: Feltrinello,

    1975.

    STRAWSON, G. Freedom and belief. Oxford: Clarendon Press, 1986.

    TOMS DE AQUINO. Summa Thelogiae. [1265-1274]. Disponible en: . Accedido el: 20 jul. 2015.

    VON FOERSTER, H. On constructing a reality. In: WATZLAWICK, P. (Ed.).The invented reality. New York: Norton, 1984.

    VON GLASERSFELD, E. The construction of knowledge.California: Intersystems,1987.

    VON GLASERSFELD, E. Knowing without metaphysics: Aspects of the radicalconstructivist position. In: STEIER, F. (Ed.). Research and refexivity. NewburyPark: Sage, 1991.

    VAN DEN BELT, H. How to engage with experimental practices? Moderate

    versus radical constructivism. Journal for General Philosophy of Science, n. 34,p. 201-219, 2003.

    WATZLAWICK, P. La coleta del barn de Mnchhausen. Barcelona: Herder, 1992.

    WEGNER, D. The illusion of conscious will. Cambridge: MIT Press, 2002.

    Recibido: 22/02/2015

    Received: 02/22/2015

    Aprobado: 14/05/2015Approved: 05/14/2015