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Rol de los profesionales de psicología en la ciudad de Pereira, que realizan atención
psicosocial en comisarías de familia a mujeres víctimas de violencia de pareja1
Role of psychology professionals in the city of Pereira, who provide psychosocial care in family pólice stations for women victims of intimate partner violence.
Daniela Gallego López, María Daniela Gutiérrez Martínez
Universidad Católica de Pereira
Resumen
El presente artículo tuvo como objetivo describir los roles de tres profesionales en
psicología que han prestado atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia de pareja
en las Comisarias de Familia, para cumplir con estos objetivos como metodología se
utilizó la técnica de entrevista semi estructurada, la cual se le realizó a dos psicólogas y un
psicólogo que laboran o laboraron en dicha institución, acompañada de la teoría
fundamentada como técnica para el análisis de la información, la cual permitió identificar
las categorías emergentes de la presente investigación. Finalmente, se encontró una
estrecha relación entre el rol asignado por la Comisaria de Familia y el rol asumido de cada
profesional.
Palabras claves: Violencia de pareja, Comisarías de Familia, atención psicosocial, rol del
psicólogo.
1Artículodegradoparaoptaraltítulodepsicóloga
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Abstract
The objective of this article was to describe the roles of three professionals in psychology
who have provided psychosocial care in Family Commissioners to women victims of
intimate partner violence. Regarding the methodology, the semi-structured interview
technique was used, which was carried out to two psychologists and a psychologist who
worked or work in said institution, finding a close relationship between the role assigned by
the Family Commissioner and the role assumed by each professional.
Key words: Intimate partner violence, Family Police Stations, psychosocial care, role of
the psychologist, power relations, normalization of violence.
Introducción
La preocupación por la violencia contra las mujeres en el ámbito de pareja es de
gran impacto y sentido en la psicología social, pues es un fenómeno que se ha documentado
en todos los países y se presenta en diversos entornos sin importar grupo social, religioso,
económico y cultural. A este fenómeno se encuentra asociado que las mujeres son más
propensas a sufrir violencias por parte de sus parejas y comúnmente en períodos
prolongados, debido a los estereotipos y roles de género siendo estos los significados que
los niños y niñas interiorizan de aquellas interacciones sociales que tienen con su entorno
familiar, social y educativo, donde se establecen unas normas de comportamiento de
acuerdo a su género, es decir, si un niño mediante sus interacciones sociales vive y observa
que la figura masculina es sinónimo de poder y dominio sobre la femenina y si una niña
mediante sus interacciones sociales percibe la figura femenina ligada a la sumisión y la
inferioridad ante la masculina, las significaciones e identidades que formarán estos niños y
3
niñas hacen referencia a un sistema patriarcal, que contribuye en las violencias contra las
mujeres.
Lo anteriormente dicho se convierte en un gran impedimento para que exista una
sociedad con igualdad de género que respete los derechos fundamentales de las mujeres y
permitan el libre desarrollo de estas, así mismo, constituye la base sobre la cual se gestan
los motivos de tolerancia de las violencias en razón de temor a su pareja, hijos en común o
dependencia económica, por lo cual las mujeres que viven experiencias de violencia
requieren de procesos de atención psicológica, ya que, al ser violentadas pueden quedar con
secuelas de la violencia, evidente en la baja autoestima, la desconfianza de sus habilidades
y capacidades, hasta el punto de la normalización de la misma violencia, así mismo, es
importante trabajar con aquellos hombres que han cometido el acto o comportamiento
violento hacia la mujer, siendo necesario iniciar un proceso terapéutico donde el
profesional en psicología acompañe al sujeto en la concientización y resignificación de
estas conductas violentas dentro de la pareja, con el objetivo de reducir el riesgo de
repetición de aquellas violencias durante una nueva relación. De igual manera, es pertinente
realizar un seguimiento diligente y oportuno que dé cuenta de aquellas dimensiones del
individuo.
En consonancia con lo anterior y teniendo en cuenta que la violencia implica
diversas dimensiones no solo personales, sino también sociales y culturales e incluso
institucionales, en la presente investigación nos proponemos a conocer e identificar más a
fondo cómo las instituciones que hacen parte de la ruta de atención de violencias contra las
mujeres, en este caso las Comisarías de Familia, apoyan e intervienen a mujeres víctimas de
4
violencia de pareja que buscan apoyo y acompañamiento con respecto a su situación de
violencia.
De esta manera, después de un rastreo de las investigaciones realizadas frente a la
categoría del rol de psicólogo, la violencia de pareja y las Comisarías de Familia se
priorizaron las siguientes investigaciones. En lo concerniente a la atención institucional de
las VBG en el 2010 UNIFEM, ONU, UNFPA, OIMY CPEM realizaron un estudio de
tolerancia social e institucional a la violencia basada en género en Colombia. El cual tuvo
como objetivo, develar los factores históricos y culturales que favorecen y justifican las
violencias basadas en género, encontrando que entre hombres y mujeres hay relaciones de
poder que generan desigualdades, pues las mujeres están relacionadas con la inferioridad,
convirtiéndose esto en una fuente primaria de las violencias contra ellas.
Este estudio trabajó con una muestra de 1.080 personas, compuesta por una
población civil, no institucional, de 12 años y más, residente en las regiones y ciudades:
Andina: Pasto, Popayán, Bogotá, Medellín; Caribe: Cartagena y Barranquilla; Pacífica:
Buenaventura y Tumaco; Orinoquía: Villavicencio; y Amazonía: Florencia, y en una
muestra de las instituciones con competencias en la atención a víctimas de la VBG en las
mismas ciudades. Para el análisis de los hallazgos se tuvo en cuenta el modelo ecológico
para la comprensión de las VBG (Macrosistema, Mesosistema, Microsistema, y
Endosistema) en los que se genera y reproduce la violencia contra las mujeres, los cuales no
se dan de forma separada, dado que, la violencia basada en el género se define como un
fenómeno dinámico que surge en la interacción de las historias personales, las relaciones
inmediatas, los ámbitos socioeconómicos y en los contextos culturales.
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En cuanto al análisis, se evidencia que este estudio sobre tolerancia social e
institucional a la violencia basada en género en Colombia, es un aporte significativo para
dar a conocer diferentes condiciones socio- culturales y económicas de dicha población,
evidenciando aquellas problemáticas que surgen en los distintos núcleos familiares,
adicional a esto, da a conocer la atención que brindan instituciones como las Comisarías de
Familia y la Fiscalía a las mujeres víctimas de violencia de género, contemplando aquellos
vacíos a nivel general frente a la implementación de políticas públicas; con respecto a la
investigación, no se aborda en profundidad el rol de los psicólogos y psicólogas en los
procesos de atención a las mujeres. Este estudio se relaciona con nuestra investigación, ya
que permite reconocer las necesidades y procesos de intervención de las mujeres que viven
violencia de pareja, así como brindar el andamiaje teórico desde el cual se leen las VBG
que implican el modelo ecológico feminista.
Por otro lado, el artículo denominado violencia física contra la mujer en Santa Fe de
Bogotá: prevalencia y factores asociados realizado por el autor Joanne Klevens, tuvo como
objetivo estimar la magnitud del problema de la violencia de pareja que afecta a las mujeres
que acuden a los servicios de salud pública en Santa Fe de Bogotá, Colombia, e identificar
los factores asociados con el riesgo de ser agredidas físicamente. La población que
participó en el estudio fueron mujeres con niños menores de 6 meses de edad. Con este
estudio se concluyó que en los servicios de salud pública se logran identificar a las víctimas
de la violencia y se brinda la incorporación a programas de detección precoz y de
intervenciones efectivas, además, se reconoce que los servicios deben fortalecerse para
brindar una eficaz dirección, orientación y capacitación tanto laboral como educativa a las
mujeres, así como ejercer servicios adicionales oportunos para los agresores,
6
Seguidamente, se estableció la prevalencia y la gravedad de la violencia generada
por el compañero actual durante todo el período de convivencia, este análisis arrojó que la
violencia contra la mujer por parte de su cónyuge se ha visto como un dilema prioritario de
salud pública por su magnitud y gravedad. Así mismo, en la investigación desarrollada por
Klevens, se encontró un vacío en cuanto a factores predeterminantes como el conflicto de
pareja la historia de maltrato en la familia de origen, el bajo estrato socioeconómico y el
menor grado de escolaridad se presentan como marcadores de riesgo para la violencia de
género (Klevens, 2001).
Según el autor la violencia de pareja contra la mujer sucede al interior de un entorno
de control y dominación, siendo un factor fuerte las prohibiciones por parte de la pareja,
una de las limitaciones de este estudio es que se basan en auto informes de las revelaciones
de las mujeres participantes, sin la verificación de otras fuentes, a las mujeres que fueron
entrevistadas posiblemente se les olvidó algún tipo de agresión recibida, o inclusive lo
omiten por temor o pena alguna.
Con respecto a los aportes de esta investigación, se evidencian como aportes la
conceptualización que la violencia contra la mujer se debe a factores de dominación y
control por parte de sus parejas, también, nos revela que los servicios de salud son
adecuados para la intervención, sin embargo, se deben ajustar y hacer mejoras significativas
para resultados óptimos en cuanto al acompañamiento e intervención que se les provee a
estas mujeres víctimas de violencia de pareja.
Por otro lado, en los antecedentes investigativos, se encontró, autoras como Gina
Arias, Erika Tobón, y Andrea Torres, en el año 2011 en su artículo titulado “Legitimación
de la violencia de pareja, manifiesta en el discurso de mujeres violentadas por sus parejas
7
en la ciudad de Pereira” con el objetivo de dar cuenta, desde una perspectiva cualitativa, de
los factores de legitimación y mantenimiento de la violencia de pareja. Siendo, las
creencias que predominan nuestra sociedad que ubican a la mujer en una posición como
inferior y el hombre como superior, donde la mujer es concebida como si fuera propiedad
del hombre, y este asume el poder de controlarla y manipularla a su conveniencia, todas
esas creencias se han posicionado de manera activa en la sociedad, donde se llega a el
punto de normalizar la violencia de pareja (Arias, Tobón, Torres, 2011).
En la investigación a través de entrevistas se pudieron observar conceptos comunes
entre las mujeres, lo que da a luz los patrones significativos compartidos por ellas además,
sorprende el gran impacto que puede contribuir la atención psicoterapéutica en aquellas
mujeres que padecen algún tipo de violencia, donde se le brinda una re significación del
problema social, esas construcciones que de niñas hacen y la sociedad, familia e
instituciones les proveen sobre el concepto de amor, pareja y familia, construcciones que
se sostienen con el pasar del tiempo fundamentando sus relaciones íntimas (Arias, Tobón,
Torres, 2011). Lo anterior, nos aporta elementos significativos para la construcción del
problema de investigación, además, nos permite reafirmar que la dominación masculina se
sostiene a través de la historia, pues continúa siendo una problemática social.
En el artículo desarrollado por Jamid Fernando Morales Sánchez y Viviana Alba
Burgos, llamado Rol del psicólogo frente a autoridades administrativas en Colombia, tiene
como objetivo proponer una revisión documental, que aclare la labor del psicólogo en
Defensorías y Comisarías en Colombia. El artículo es de orden cualitativo y realizan
una revisión documental que se ajusta al fenómeno de investigación permitiendo el proceso
reflexivo mientras condensa la información más relevante sobre el rol del psicólogo.
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En este artículo encontramos que los profesionales de psicología de las Comisarías
de Familia y el ICBF son orientados con guías precisas, sin embargo, estas guías no son tan
precisas, como debería ser, debido a que su lineamiento es mencionado como inexistente
para aquellos psicólogos y psicólogas de las Comisarías (Resolución 0-2230 DE 2017,
citado en Morales & Burgos, 2020). Los profesionales en psicología responden por medio
de informes de peritajes, evaluaciones, valoraciones, verificaciones de derecho,
intervención socio familiar (Morales & Burgos, 2020).
De igual forma esta investigación, nos aporta con la conceptualización de la
Comisaria de Familia, al definirla como: “una autoridad expresamente para la imposición
de medidas de protección en casos de violencia intrafamiliar, siendo las encargadas de
recibir y tramitar las solicitudes de protección, consagradas en el artículo 17 de la ley 1257
de 2008” (Morales & Burgos, 2020, P.7). Las funciones de cargo en cuanto al psicólogo de
Comisaria de Familia es intervenir en las situaciones donde se presenta violencia
intrafamiliar, siendo el que realiza una entrevista logrando percibir los riesgos presentes de
la víctima, brindando un informe al Comisario de hallazgos detectados, teniendo como
objetivo disponer de las medidas de protección que se requieran como lo dicta el Decreto
4796 de 2011, en su artículo 3.
Del mismo modo, el profesional en su informe debe incluir todo aquello que afecte
la presunta vulneración, con los siguientes aspectos: comprobación del motivo de ingreso,
estado mental, factores de riesgo tanto de la víctima como del agresor, adaptación en los
campos de funcionamiento cognitiva/adaptativa, social, motriz y del lenguaje (ICBF,
2018a, citado en Morales & Burgos, 2020). Además, es necesario el uso de entrevistas de
orden semiestructurado, si se requiere el uso de pruebas psicológicas, un diagnóstico que
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incluya la observación y encuentros para realizar entrevistas con externos, promoviendo un
espacio oportuno para llevar a cabo dichas valoraciones y el tiempo no sea limitante, sin
ningún tipo de distractor (Ley 1098 de 2006; ICBF 2018, citado en Morales & Burgos,
2020).
El psicólogo debe ser ampliamente cuidadoso “expresándose en términos de
probabilidad dado que todo proceso de Comisaría y Defensoría de familia tiene la
posibilidad de transitar hacia la autoridad Judicial, donde esta lo pueda tomar como
material probatorio 35 de acuerdo al artículo” (Ley 906 de 2004, citado en Morales &
Burgos, 2020, p.13). Sin embargo, el profesional debe tener cierta comprensión y claridad
sobre el objetivo del informe, en otras palabras, que se desenvuelva en términos asertivos al
ser citado ante la autoridad judicial. En este ámbito el psicólogo trabaja en conjunto con
diversos profesionales de distintas áreas, siendo el defensor de familia el último en definir
las decisiones de los procesos (Ley 1098, artículo 81, citado en Morales & Burgos, 2020).
Igualmente, se convierte en necesidad que al interior de los entornos administrativos
se desarrollen investigaciones en intervenciones humanas desde los distintos campos de la
psicología, también, verificar las consecuencias internas de los objetivos establecidos en la
intervención y ampliar de forma teórica la “confusión del rol en cuanto a funciones de
policía judicial y del proceso administrativo de restablecimiento de derechos en los
psicólogos y psicólogas de Comisarías de Familia, de igual modo, fortalecer el rol político
del psicólogo en la creación de este tipo de normas”. (Morales & Burgos, 2020, p.24). Ante
todo, velar por la seguridad de las personas que reciben atención por los psicólogos que las
consecuencias de la intervención no afecten el bienestar del individuo y evitar confundir el
10
rol que toma el policía judicial que no se perciba como un psicólogo, porque puede llegar a
tener efectos negativos en los clientes.
Esta investigación genera aportes en cuanto al concepto desarrollado anteriormente,
brindando grandes bases de los roles que cumplen los psicólogos y psicólogas en la
Comisaria de Familia, siendo de gran interés y aporte para el desarrollo de la investigación,
pues es un concepto importante en las categorías de análisis del presente estudio. De igual
modo, en el análisis de los antecedentes expuestos anteriormente, se encontraron grandes
limitaciones, debido a la escasez de investigaciones relacionadas con el rol del psicólogo
dentro de las Comisarías de Familia no solo a nivel regional, sino, nacional, lo cual nos
lleva a la necesidad de profundizar en los roles desempeñados por los profesionales de
psicología. Como consecuencia de lo anterior surge la siguiente pregunta.
¿Cómo es el rol de tres profesionales en psicología que han estado vinculados en las
Comisarias de Familia realizando atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia de
pareja?
Justificación
La presente investigación nace tanto de los intereses profesionales de las
investigadoras como de una necesidad prioritaria que tiene Colombia. Debido a que la
violencia de pareja no solo afecta en demasía a las mujeres de nuestro país, si no, que es
una problemática global, gracias a un crecimiento considerable en las cifras que se revelan
año tras año. En el primer semestre del año 2018 se identificaron 534 casos de violencia
contra las mujeres en Colombia, de acuerdo a su clasificación por su tipología se
encontraron 247 casos de violencia física, 226 de violencia sexual, 59 casos de violencia
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psicológica y 2 casos de violencia económica. Cabe resaltar que la violencia psicológica es
transversal a todas las violencias contra las mujeres (Casa de la mujer, 2019).
Según datos de la Defensoría del Pueblo, durante el año 2019 se atendieron cerca de
5.000 casos de denuncias de violencia de género contra las mujeres en el país, de las cuales
1.900 se relacionan con violencia intrafamiliar. Del mismo modo el Defensor del Pueblo
Carlos Negret confirmó que durante el 2019 se conocieron 98 casos de mujeres lideresas
víctimas de violencia y amenazas por su labor social, comprobando así un aumento del
57% en casos de amenazas contra líderes en comparación con el 2018.
Por otro lado, según datos encontrados en Forensis del Instituto Colombiana de
Medicina Legal y Ciencias Forenses en el año 2019, se encontró que en la violencia de
pareja a nivel nacional existe una brecha alta entre hombres y mujeres, siendo las mujeres
afectadas en un 86% y los hombres en un 14%. En el ámbito local, encontramos que la
ciudad de Pereira registra un porcentaje similar al nacional donde las mujeres se ven
afectadas en un 88% y los hombres en un 12% por violencia de pareja (Forensis, 2019).
Teniendo en cuenta las cifras anteriores, en Colombia el control y disminución de
estas violencias, es un proceso que avanza poco a poco gracias a las leyes de protección
implementadas, sin embargo, se comprende que muchas de estas acciones violentas pueden
estar inmersas en nuestra cultura e historia, generando afectaciones tanto psicológicas como
físicas en las mujeres, por ende, es de cuestionar la normalización a nivel social y la
atención limitada que puedan prestar las instituciones de salud y entidades gubernamentales
como Comisarías de Familia a este fenómeno.
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Es necesario mencionar, que la novedad de la presente investigación se centra en el
rol de los profesionales en psicología como objeto de estudio, dado que, actualmente
existen abundantes investigaciones enfocadas en la violencia ejercida y pocas acerca de la
atención psicosocial que se les presta a estas mujeres víctimas de violencia de pareja,
teniendo en cuenta el constante incremento de violencias contra la mujer hasta en
situaciones donde se ha iniciado un proceso tanto legal como psicosocial en Comisarias de
Familia.
Finalmente, consideramos que esta investigación constituye un aporte a nivel
informativo y reflexivo, ya que da a conocer el rol de los psicólogos y psicólogas, el
asignado institucionalmente y el que terminan asumiendo por designio propio, es decir,
cuando el profesional de psicología ingresa en la organización le demandan unos roles y él
decide qué posición asumir en la atención a mujeres víctimas de violencia de pareja en la
ciudad de Pereira y así identificar el rol posible que deben ocupar los profesionales en
psicología que laboran en las Comisarías de Familia. Por otra parte, es pertinente
mencionar que este análisis se realizará con tres profesionales en psicología que han tenido
algún vínculo con las Comisarias de Familia y que han atendido mujeres víctimas de
violencia de pareja.
Objetivo general:
● Describir los roles de tres profesionales en psicología que han hecho atención
psicosocial en las Comisarias de Familia a mujeres víctimas de violencia de pareja.
Objetivos específicos
13
● Identificar el rol que la Comisaria de Familia les demanda a los profesionales de
psicología que realizan atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia de
pareja.
● Evidenciar las reinterpretaciones que los psicólogos hacen del rol asignado por las
Comisarias de Familia
● Analizar la tensión existente entre el rol de la institución y la reinterpretación del rol
que realizan los profesionales en psicología que atienden a mujeres víctimas de
violencia de pareja en las Comisarias de Familia.
Marco Teórico
Para el desarrollo del presente trabajo las categorías teóricas que guiaron la pregunta
de investigación son la violencia de pareja, el rol del psicólogo y las Comisarías de Familia,
las cuales aportan en la comprensión de la pregunta de investigación que fundamenta el
presente trabajo de grado.
Con respecto a la violencia de pareja, nos parece pertinente retomar que, la violencia
basada en género (en adelante VBG) tiene diversas formas de suceder, además implica
todas las expresiones de género. Algunos tipos de violencia son la violencia prenatal,
violencia en la infancia, violencia intrafamiliar y violencia de pareja; para las intenciones
del presente proyecto nos focalizaremos en la violencia contra las mujeres por parte de sus
parejas. Sin duda alguna, la violencia que las mujeres más experimentan en el mundo es
ejercida por su pareja en la intimidad, donde en muchas ocasiones termina ocasionando la
muerte.
La VBG hace referencia a toda conducta basada en el género ligada a la
discriminación en cuanto a identidades como raza, clase, edad, identidad sexual,
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pertenencia étnica, entre otras, teniendo como consecuencia la muerte, perjuicio o
sufrimiento físico, psicológico o sexual a un individuo ya sea en ámbitos privados o
públicos. Aquellas violencias no son ajenas a nuestra cotidianidad ni esporádicos, si no, que
hacen referencia al sistema de género imperante, convirtiéndose en un fenómeno social y
cultural que nace en aquellas costumbres e ideologías de cada sociedad, dicho fenómeno
toma fuerza en aquellas ideas y creencias donde la mujer se posiciona en un rol inferior y
subordinado y el hombre en un rol supremo y dominante (Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables, 2016).
La violencia contra la mujer se define como cualquier tipo de comportamiento que
le ocasione muerte, daño tanto físico, psicológico, sexual y económico, también, la
advertencia o amenaza de poder ejecutar dichos comportamientos contra la mujer, la
privación de la libertad sea en ámbito privado o público (Ley N° 1257, 2008).
De acuerdo a lo anterior, autores como Pierre Bourdieu, en su libro La Dominación
Masculina, plantea que se deben considerar los mecanismos de mantenimiento históricos
responsables de la división sexual, ya que lo que en la historia es eterno, sólo es producto
de la organización que incumbe a instituciones interconectadas que mantienen tal estructura
de división, como: la familia, el estado, la iglesia y la escuela, incorporándose las
estructuras históricas del orden masculino como esquemas inconscientes de percepción y
apreciación. Por ende, recurrimos para concebir la dominación masculina, a unos modos de
pensamiento que ya son el producto de la dominación, es decir, el individuo se desarrolla
en un entorno donde el hombre se observa como poderoso y la mujer como débil, y estos
patrones se van incorporando en el sujeto como si se tuvieran que repetir el hecho de
15
sostener el pensamiento de si se es mujer refiere sumisión, pero si se es hombre
dominación.
Teniendo en cuenta que las violencias son un tema de diversas dimensiones nos
parece pertinente retomar los planteamientos de Urie Bronfenbrenner con el modelo
ecológico. Donde plantea que el Macrosistema se refiere a todas la representaciones
sociales, donde se reflejan relaciones y usos de poder, por el ejemplo, aquellos vínculos
sociales de dominación entre géneros que se pueden evidenciar en la actualidad en áreas
laborales, donde el hombre se posiciona en lo más alto, correcto y “difícil,” en cambio, las
mujeres en lo más bajo y “humilde”, relacionado con lo doméstico, las violencias
estructurales e institucionales, la desigualdad y la impunidad, siendo algunos factores de
riesgo la normalización y la aceptación de este acto de violencia por evitar conflictos con la
pareja, la dominación masculina, el ser hombres les ejerce el rol de que ellos son los que
llevan el mando y las mujeres son sumisas a sus órdenes (Olivares & Inchaustegui, 2011).
Seguidamente, el Mesosistema implica los conflictos sociales en entornos escolares,
de residencia y grupos sociales, alto grado de pobreza, carencia de oportunidades,
desempleo, teniendo los siguientes factores de riesgo; alianzas con compañeros
conflictivos, delincuentes, el aislamiento de mujeres y familias, actos de violencia en
sectores del barrio y violencia escolar. Por otra parte, el Microsistema tiene en cuenta las
problemáticas de pareja, entornos familiares de violencia, y como factor de riesgo los
entornos violentos vecinales, por último, el individual, como la baja autoestima, peso de sus
antecedentes, dependencias, carencia de afectos, teniendo como factores de riesgo, el haber
percibido la violencia familiar desde la niñez, padres ausentes, abuso infantil y el uso de
sustancias psicoactivas y el consumo de alcohol (Olivares & Inchaustegui, 2011).
16
Finalizando la categoría de violencia de pareja, es lamentable para las mujeres que
aun después de tantos intentos de que la violencia disminuya, cada día las mujeres padecen
más esta problemática social, se ha invisibilizado que las mujeres al salir a la calle siempre
están expuestas a cualquier tipo de violencia, recordando que la violencia no solo tiene que
ver con algún comportamiento físico y reconociendo la violencia simbólica como aquella
que afecta la integridad, el autoestima y seguridad de las mujeres.
Con respecto a la categoría del rol del psicólogo la retomamos desde el
interaccionismo simbólico donde son importantes los procesos de socialización, la
reflexividad y la agencia de los seres humanos, lo fundamental del self, la naturaleza social
del conocimiento científico. Así mismo, el carácter dialéctico de la realidad social, la
perspectiva constructivista y la transdisciplinaridad, abordando fenómenos desde una
perspectiva abierta y multidisciplinar. Es decir, el rol que cumple cada profesional en
psicología a la hora brindar atención psicológica depende de aquella identidad que
configuró a lo largo de su desarrollo, las significaciones que hizo de sus interacciones
sociales y aquellos juicios de valor que adoptó, lo cual nos lleva a cuestionarnos si la
intervención de un psicólogo o psicóloga que a lo largo de su desarrollo haya configurado
la idea de rechazo e intolerancia a cualquier tipo de violencia hacia la mujer será la misma
intervención de un profesional en psicología que haya adoptado a lo largo de su desarrollo
la idea de normalización y subestimación de la violencia hacia la mujer (Fernández, V, S.F)
Teniendo en cuenta la pregunta de investigación nos parece fundamental
conceptualizar la Ruta de Atención de VBG, en donde las Comisarías juegan un papel
importante, así mismo, el conocimiento de esta ruta por parte de las mujeres contribuye en
la garantía de la protección, recuperación y restitución de derechos de las víctimas. Dicha
17
ruta consiste en una serie de acciones articuladas referentes a los mandatos normativos,
comprendiendo las acciones internas de cada institución y así abordar a las víctimas en base
a sus competencias y la coordinación de aquellas intervenciones intersectoriales (Min salud,
2020).
Dentro de esta ruta se encuentran las Comisarías de Familia, las cuales son un
organismo distrital, municipal, o intermunicipal, cuya misión es prevenir, garantizar,
restablecer y reparar los derechos de los miembros de un núcleo familiar en el que se han
presentados casos de violencia intrafamiliar (Min justicia, 2020). En la ciudad de Pereira se
cuenta con cuatro Comisarías de Familia ubicadas en los sectores de: Cuba, Villa santana,
Centro y Galán. Adicional a estas, se implementó una Comisaría nocturna ubicada en la
Unidad de Protección a la Vida, la cual funciona veinticuatro horas, esta idea surge de la
necesidad de que las mujeres puedan realizar sus denuncias de forma rápida y oportuna, sin
esperas tediosas y angustiantes, pensando en brindar una atención eficaz a estas mujeres
víctimas de violencia de pareja.
Este fenómeno de la violencia de pareja es muy común en la actualidad, algunas de
estas violencias pueden llegar a ser mortales, es impactante cómo han aumentado las cifras
de feminicidios en Colombia, en el año 2020 el observatorio de feminicidios en Colombia
registró 630 caso de violencia mortal, sin embargo, día tras día se presentan casos de
hombres que violentan a sus parejas por un asunto de poder y posesión, así mismo, es
importante reconocer los grandes avances tantos investigativos como en la implementación
de identidades que protegen y defienden los derechos de las mujeres, hoy día se cuentan
con numerosas instituciones tanto privadas como públicas defensoras de las mujeres. Se
entiende que es una lucha constante y ardua contra aquellos prototipos machistas, pero se
evidencian cambios y logros significativos.
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De igual modo, la intervención psicológica es un medio en el que se trata de
comprender, predecir y cambiar aspectos psicosociales, con el fin de mejorar la calidad de
vida de las personas, donde el rol del profesional en psicología se ejecuta en dos funciones
fundamentales: Restablecer los derechos vulnerados de la mujer violentada y reconocer que
la intervención constituye una herramienta para la reconstrucción social. Brindando la
atención y herramientas adecuadas para la confrontación del duelo y el impacto generado
por la violencia experimentada, buscando proporcionarles a las víctimas condiciones de
seguridad y protección; estableciendo un sistema de reconocimiento y garantía de sus
derechos e informando a estas mujeres acerca de sus recursos y medidas legales que las
lleven a fortalecer la toma de decisiones y el autocontrol (García y Possu, 2013).
Metodología
El alcance y profundidad de nuestra investigación descriptiva, es llegar a analizar
por medio de tres entrevistas, aquellos roles asignados y asumidos que ocupan los
profesionales de psicología que brindan atención psicosocial a mujeres víctimas de
violencia de pareja por parte de un hombre.
Basándonos en la teoría fundamentada nuestro análisis interpretativo es de orden
cualitativo, donde se establecen criterios de exclusión para la selección de aquellos
psicólogos y psicólogas que trabajen o hayan trabajado en comisarías de familia y presten
atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia de pareja, excluyendo a otros
profesionales que presten atención psicosocial o a psicólogos y psicólogas que no laboren
ni hayan laborado en Comisarías de Familia. Finalmente se logró que 3 profesionales en
19
psicología hicieran parte del proceso, dos mujeres y un hombre de los cuales solo uno se
encuentra laborando actualmente dentro de dicha institución.
El instrumento o técnica a utilizar será una entrevista semiestructurada, la cual
beneficia nuestra investigación cualitativa para la recolección de información, manteniendo
una estructura básica y al mismo tiempo guiando una conversación flexible, como elemento
usaremos una grabadora de voz; es de anotar que las preguntas del instrumento se
estructuraron a la luz de las categorías del marco teórico. Así mismo, para el análisis se
consideran los principios éticos que demanda nuestra profesión, es decir, debe tener una
finalidad humana y social que vele por el bienestar, salud y calidad de vida de las personas
o grupos.
Presentación y análisis de resultados
En relación a las categorías teóricas: Violencia de pareja, Comisarias de Familia,
Rol del psicólogo, las cuales fueron base para la construcción de la presente investigación,
surgen algunas categorías emergentes a partir de las entrevistas realizadas durante el trabajo
de campo. El cual fue llevado a cabo con tres profesionales de psicología, especialistas en
psicología clínica, con rangos de edad diferentes, radicados en la ciudad de Pereira, que
prestaron o prestan atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia de pareja, de los
cuales, dos habían trabajado en Comisarías de Familia (Entrevista AM Y DE) y uno aún se
encuentra trabajando en Comisaria de Familia (Entrevista JG), los tres fueron contactados
por tener algún vínculo con la Universidad Católica de Pereira.
20
La entrevista AM, se realizó el 02 de marzo del 2021, en modalidad virtual debido al
aislamiento por la pandemia (Covid 19) Es una psicóloga de 26 años de edad, la cual
trabajó durante cuatro meses en Comisaria de Familia, hace aproximadamente cinco meses.
La entrevista DE, fue realizada el día jueves 25 de marzo del año 2021, se llevó acabo
en una sola sesión, a una mujer de 35 años de edad, psicóloga con una especialización en
psicología clínica y actualmente cursa una maestría en pedagogía y desarrollo
humano, trabajo en la Comisaría de Familia de Belalcázar Caldas y en la
Comisaría de Familia San José Caldas.
La entrevista JS, fue realizada el día miércoles 14 de abril del año 2021,
fue contactado mediante las investigadoras, la entrevista fue ejecutada en una
sola sesión, es un profesional en psicología con 29 años, especialista en psicología clínica
con énfasis en psicoterapia con niños y adolescentes, actualmente trabajando Comisaría
Primera de Familia en la Ciudad de Manizales.
Por consiguiente, al analizar exhaustivamente todas las entrevistas se logra
identificar conceptos y respuestas con similitudes, procediendo a agruparlos y siendo
contribuyentes para la existencia de las categorías emergentes. A continuación, se
presentará específicamente cada una de estas categorías, brindado un sustento desde el
discurso de los psicólogos participantes en las entrevistas realizadas.
Categoría I: Relaciones de superioridad
“Dentro de la violencia de pareja yo he podido identificar qué hay unas relaciones de
superioridad… donde hay alguien que considera que es superior al otro”
21
En este apartado se hace referencia a la categoría de violencia en dónde se
encuentran las relaciones de poder existentes que surgen al interior de la pareja por
cuestiones de superioridad, así como lo expresa una de las entrevistadas:
“si yo soy superior al otro o considero que estoy en una jerarquía mayor al otro pues entonces eso me permite a mí de una u otra forma ejercer ciertas posturas que pueden llevar también a un contenido agresivo” (DE, P2).
De una manera a otra se reflejan en relaciones agresivas que involucra diversidad en los
tipos de violencia, ya sea psicológica, física o sexual, resaltando que esta va tanto del
hombre hacia la mujer como de la mujer hacia el hombre, presentando conductas que llegan
con cierto nivel de gravedad que conduce a hacer sentir mal, herir, maltratar, lastimar a la
otra persona sea a la mujer o a el hombre, incorporando o incluyendo a parejas del mismo
sexo sea una agresión con o sin intención de hacerlo.
Así mismo, se reconoce dentro de esta categoría según los entrevistados factores
inmersos en la crianza las cuales tienen que ver con experiencias y vivencias como,
por ejemplo; el machismo en la familia que es normalizado y aceptado, tal como lo
menciona una de ellas:
“Vivencias, experiencias y culturas de cada persona… me refiero a estilos de vida en relación cómo fue su infancia, su crianza desde pequeños, qué valores se tuvieron en cuenta” (AM, P2).
Así mismo según lo que ellos dicen el hombre cumple el rol de fuerza y
de autoridad el cual por sus aprendizajes previos en su entorno familiar y social, considera
que la solución o estrategia para la resolución de conflictos en la pareja es mediante
la agresión física y verbal, por otra parte, en la mujer se percibe una naturalización desde
aprendizajes de crianza donde se debe ser sumisa frente a esas relaciones de superioridad
que se establece con el hombre, esto lo podemos reconocer en la siguiente entrevista:
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“Se encuentra también como la cultura empieza a permear desde el discurso esos aprendizajes en la mujer con frases como “mijita usted tiene que sostener su hogar a como dé lugar”, “si a usted la agreden quédese callada que eso no pasa nada”, “no entre a discutir con la otra persona” o bueno una cantidad de cosas que empiezan a tener allí una relevancia en relación al tema de la agresividad en la pareja...” (DE, P3)
Según los psicólogos entrevistados se identifica una dependencia emocional y
económica por parte de las mujeres, la cual las hace continuar en las relaciones
de violencia, así mismo, según uno de ellos estas agresiones se presentan debido a que
muchos niños, niñas y adolescentes crecen en familias separadas en dónde no hay valores
como el respeto, lo cual da cuenta de la importancia de la crianza; esto lo podemos
reconocer en el siguiente apartado:
“No sabemos qué hay detrás de eso, qué situación vive la persona, si está persona cuántos hijos tiene, cómo es el trabajo, cómo se sostienen económicamente, si es el hombre el que aporta y si la mujer tiene una posición sumisa frente a su esposo, son diferentes cosas que tienen que ver con la cultura, las experiencias, las vivencias, la crianza de cada uno” (AM, P5)
Otro aspecto que es manifestado por los profesionales, es la minimización de
la violencia psicológica, la cual es factor de igual gravedad que la violencia física y que
lleva a la normalización de este fenómeno, debido a la escasez en algunos casos de una
adecuada orientación para generar estrategias preventivas involucrando la violencia
psicológica con la misma importancia.
Finalmente, según los psicólogos entrevistados la violencia contra las mujeres tenía
una frecuencia significativa en la atención, lo que da cuenta del incremento en la denuncia
de las violencias, así una de ellas expresa que:
“Con mucha frecuencia, cuando yo inicie trabajando en Comisarías de Familia en noviembre de 2011 no se hizo muy fuerte las denuncias pero para el 2012 se
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empezó a hacer campañas en el municipio orientadas a la denuncia de este tipo de fenómenos y se logró identificar un alza en las denuncias donde la vecina ponía en conocimiento la situación, donde, el familiar ponía en conocimiento la situación o la misma persona que era agredida ponía en conocimiento la situación pero lo hacía solicitando que fuera de manera anónima, entonces, en semana hablando de una frecuencia de semanas yo podría decir que se podría a ver recepcionado? en una semana alrededor de unos 5 o 6 casos casi uno por día y eso al mes ya va sumando mucho…” (DE, P5)
Categoría II: Ruta de atención
“El procedimiento sería, la persona primero debe poner la denuncia, pasa a valoración
por psicología, la persona no llena ningún formato”
Esta categoría hace referencia al rol del psicólogo, el cual como lo manifiesta uno de
los entrevistados:
“El profesional que atienda estos casos tiene que dejar a un lado los prejuicios” (P13).
De tal manera que en el rol asignado por las Comisarias de Familia a los psicólogos
que brindan atención psicosocial, se identificó según lo que ellos mencionan deben
realizar una valoración inicial que cuenta con un formato diferente en cada Comisaria de
Familia, siendo esta una guía que la compone un apartado que
debe diligenciar el psicólogo, donde la víctima relata lo sucedido, teniendo en cuenta;
cómo pasó, quiénes estaban presentes, es decir, el detalle de la situación; el profesional
encargado debe relatar todo lo mencionado por la persona.
Después, de la valoración el psicólogo debe continuar con un seguimiento, el cual
implica la revisión de los casos y llamadas telefónicas indagando sobre cómo le fue,
cuántas consultas lleva y se le informa que debe dirigirse a la Comisaría con sus respectivas
autorizaciones del proceso que está realizando, si la persona no se dirige o no
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contesta se lleva a cabo una visita domiciliaria con el objetivo de conocer qué sucede con la
situación de la mujer.
Con respecto a lo anterior, se recoge las manifestaciones de otro profesional donde
devela que se inicia valoración inicial, luego, remisión para procesos que requieran
atención clínica por EPS y su debido seguimiento con orientaciones específicas,
presentándose en ese preciso momento intereses de las víctimas por desistir de la
demanda e inmediatamente se procedía a la psicoeducación de forma individual y de orden
mensual se realizan y se pasan reportes de todo el proceso que se llevaba con los
denunciantes y si se presentaban aspectos que ya afectarán la integridad de la persona se
derivaba el proceso a Fiscalía.
En cuanto a los formatos diligenciados por los profesionales mencionados en
apartados anteriores, ellos refieren;
“Los formularios como tal se descargaban de la página de la Fiscalía, nos basábamos también en los modelos dados por el Instituto Colombiano de Medicina Legal, entonces a partir de esos formatos nosotros obteníamos información para el desarrollo de los informes y de las valoraciones” (DE, P9)
Se puede percibir grandes similitudes en cuanto al rol asignado a los psicólogos que
laboran o han laborado en las diferentes Comisarias de Familia, dándole entrada a
una subcategoría en el cumplimiento al pie de la letra de ese rol impartido por las
Comisarías donde se pueden presenciar que los profesionales si cumplen con lo impartido o
asignado por las instituciones en cuanto a las valoraciones, seguimiento y establecimiento
de los espacios de orientación. Lo cual se logra reconocer en el siguiente apartado:
“Toda la información requerida en los formatos donde se deben de llenar, porque debe de haber mucho papeleo y esto es muy importante ya que son expedientes e
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información reservada, como el consentimiento informado, la huella, la firma, son cosas que se deben de tener en cuenta y no se deben pasar” (AM, P12)
Por otro lado, se identifica que los profesionales en ocasiones están en desacuerdo con
algunas determinaciones de la institución, lo cual se identifica en el siguiente apartado:
“Yo no estaba de acuerdo en que, si alguien llegaba a solicitar el cierre del proceso, el Comisario muchas veces hacia el cierre, por eso, como equipo psicosocial dejábamos por sentado en los informes psicológicos con notas aclaratorias que, así el Comisario cerrara el caso nosotros considerábamos que se debía dar continuidad a estos procesos dado que se encontraron factores de riesgo que podrían afectar a estas mujeres, de resto siempre se seguía al pie de la letra, porque era lo que establecía la ley como tal que debíamos hacer y buscábamos estrategias que no fueran ilegales ni que nos generaran conflictos éticos para tratar de resolver esas situaciones” (DE, P11)
Con lo mencionado por los profesionales se resalta que en general cumplen con
lo establecido en los formatos de las valoraciones y en los procedimientos legales que
deben hacer, sin embargo, los conceptos que tengan frente a los casos es autónomo pues se
respeta, el perfil o rol de cada psicólogo con respeto a sus experiencias laborales y
formación académica.
Los participantes mencionan un aspecto esencial y relevante dentro del rol del
psicólogo y su cumplimiento estricto con el código deontológico del psicólogo, la
confidencialidad que se debe tener con la información que comparten las personas
y relacionándolo con que se presentan casos de mucha sensibilización donde el profesional
debe ejercer su labor con mucho carisma y empatía sin perder la esencia del humanismo
inmerso en la profesión, lo cual es una característica imprescindible en el rol del psicólogo.
Por lo tanto, uno de ellos menciona;
“Yo creo que lo fundamental como profesional en psicología es no perder el profesionalismo en relación a la ética, hay casos muy delicados…” (AM, P17)
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El participante “DE” destaca que es necesario que los psicólogos sean objetivos
y generar en las mujeres una conciencia para que no abandonen el proceso, debido a las
amenazas, el miedo o los apegos, siempre el rol del psicólogo debe velar por el bienestar y
la integridad de las demandantes.
Finalmente se expresa en los discursos la importancia de empoderamiento a las
mujeres pues:
“Empoderar, pienso que es lo más importante, y al decir esto me refiero a capacitar a las mujeres para que puedan creer en sí mismas…” (JG, P13)
Pues dentro del rol del psicólogo es importante potenciar a las mujeres para que ellas
puedan seguir adelante con la denuncia y logren continuar la vida sin un sujeto que solo
imparte daño sobre ellas.
Categoría III: Acompañamiento por parte de la comisaria a la victima
“El acompañamiento se realiza, contamos con el apoyo de la Policía, aun teniendo en
cuenta las deficiencias de nuestro país, pero el debido proceso se realiza”
Esta categoría hace referencia al acompañamiento que brindan las Comisarias de
Familia en la ruta de atención de violencia hacia las mujeres, ellos refieren que, a pesar de
algunas deficiencias en el proceso, se brinda un acompañamiento a las mujeres víctimas.
Ante ello AM menciona que:
“cuando se deben realizar procesos específicos, tales como: que no se le puede acercar la otra persona, fijación de medidas de protección eso se realiza y se cumple todo el acompañamiento, contamos con el apoyo de la Policía, aun teniendo en cuenta las deficiencias de nuestro país, pero el debido proceso se realiza” (P8).
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Con base a lo anterior, se logra comprender que la Comisaria de Familia cumple
también un rol legal, llegando a verificar garantías y hacer el respectivo seguimiento de las
denuncias atendidas con el apoyo de la Policía Nacional y otras entidades legales
encargadas de la seguridad ciudadana. Uno de ellos menciona que:
“En algunas situaciones como: las visitas domiciliarias para verificar como se encuentra la convivencia y dinámica familiar, generalmente se hace de modo sorpresa para no prepararlos” (JS, P12).
Se evidencia que tal seguimiento de las denuncias, como las visitas domiciliarias son
conformadas aparte de la fuerza pública por profesionales en psicología, trabajadores
sociales y en algunos casos: líderes de comunidades o voceros.
De igual forma en esta categoría hace referencia a la frecuencia con que se reciben las
denuncias en las Comisarias, los cuales están asociados a aspectos culturales ligados por
ejemplo al consumo de alcohol el día de mercado, el cual en algunos casos desinhibe
conductas violentas y hostiles, que en múltiples ocasiones perturban la seguridad e
integridad de mujeres víctimas de violencia de pareja.
“Los días lunes se presentaban picos muy altos, después del mercado los domingos” la persona consumía alcohol, es factible que al regresar a casa se presentara la agresión y al otro día se presentaba la denuncia” (DE, P6).
De igual modo, también se identificó durante las entrevistas que muchas veces es
complejo el asunto de continuar con los procesos, debido a la falta de decisión de las
demandantes para continuar algunas denuncias.
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“Tanto el demandado como la demandante tienen una versión diferente entonces es difícil, porque uno se da cuenta que es más la pelea, que tal vez no quieran terminar algo, si no, que antes quieren continuar con algo” (AM, P10).
Lo anterior tiene mucha relación con las altas cifras de denuncias inconclusas, debido a que
las mujeres deciden continuar con su pareja sin culminar el proceso en Comisaria de
Familia, en muchas ocasiones este tipo de decisiones atentan contra la integridad y
seguridad de ellas, en algunos casos hasta terminar en feminicidios, todo esto, gracias a la
normalización de diversas violencias ejercidas por su pareja.
De igual manera los entrevistados refieren que en las Comisarias de Familia
tienen aspectos positivos, ya que, para algunos de ellos trabajar allí se ha convertido en una
experiencia donde los profesionales en psicología, pueden aprender y explorar muchas de
sus capacidades y habilidades, conectándose directamente con diversas poblaciones y
conociendo un poco más cerca sus necesidades y problemáticas, por lo cual uno de ellos
dice que la:
“Comisaria de Familia es una escuela donde ojalá todos los psicólogos pudiéramos pasar, allí se aprende demasiado en relación a la agilidad, como atender un caso, desde que tus llegas utilizas muy bien el tiempo hasta que te vas” (AM, P14).
Así mismo, según lo analizado en las entrevistas, para que la experiencia sea positiva
para el profesional en psicología, debe sentir cierto gusto por la psicología clínica, ya que
estas habilidades terapéuticas son la herramienta utilizada día a día para la atención dentro
de las Comisarias de Familia. Ante lo que uno de ellos refiere:
“me encanto el proceso y trabajo que realice en Comisaria, el trabajo profesional es muy difícil y no es para cualquier persona, debe de gustarle la clínica, el poder escuchar, atender y brindar herramientas, es un lugar de aprendizaje y yo diría
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que de todos los lugares donde he laborado ese es el que más me ha impactado como profesional” (AM, P22)
De igual modo, también se reconocen algunas creencias o percepciones negativas que
pueden tener la comunidad acerca de las Comisarias de Familia, debido a algunas
experiencias no muy satisfactorias o la demora en algunos procesos. Lo que se evidencia en
lo siguiente:
“La Comisaria de Familia es vista por la comunidad más como critica que como ayuda, pero, uno no se da cuenta de todo lo que hace hasta que lo vive y trabaja allí” (AM, P16)
Si bien es cierto que se reconocen que muchas de estas percepciones tienen
fundamentos sustentables, en muchas ocasiones va a existir alguien que quede insatisfecho
con algunas decisiones que tome la Comisaria de Familia y muchas de estas críticas pueden
estar fundamentadas en el desacuerdo con tales medidas, creando sesgos acerca de la
atención.
“Las figuras de Comisaria de Familia son representativas en la atención a violencias contra la mujer o la violencia intrafamiliar, porque sabemos que hay Comisarias de Familia en las comunidades y los municipios, es el punto más cercano para la persona acceder” (DE, P20).
Se reconoce que el rol de las Comisarias de Familia es fundamental en la atención a
mujeres víctimas de violencia de pareja, ya que, se convierte en la primera instancia para
buscar auxilio y ayuda, son los lugares a los que fácilmente pueden acceder, no solo a
acompañamiento psicológico y legal, si no, que en caso de necesitar auxilio
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médico también se encarga de la remisión y acompañamiento inmediato en dichos casos
extremos.
Los entrevistados también mencionan que es necesario el aumento de personal dentro
de las Comisarias de Familia, debido a que la demanda en muchas de estas supera la
capacidad de atención, allí es donde se genera una demorada o tardía, afectando la calidad
de la misma y el bienestar laboral de los profesionales.
“Existe mucha carga laboral, consideraría que debería de haber más equipo de trabajo, sería bueno disponer de más tiempo, lo cual requiere de más personal, para poder elaborar varios procesos con las mujeres” (J.S, P9)
Según lo mencionado por los participantes el hecho de contar con mayor personal se
refleja en disponer de más tiempo para poder elaborar varios procesos con estas mujeres,
procesos que las lleven a concientizarse acerca de la normalización de dichas violencias y
reconocer herramientas de empoderamiento para su autocuidado, la toma de conciencia,
inteligencia emocional, auto protección.
“Cuando yo estuve trabajando éramos solo dos psicólogas y no dábamos abasto y se requería más apoyo, y eso que la mayoría de comisarías de familia solo cuenta con un psicólogo, en fin, se necesitan más profesionales que suplan la alta demanda que hay” (AM, P15).
Las figuras de Comisaria de Familia son representativas en la atención a violencias
contra la mujer o la violencia intrafamiliar, porque sabemos que hay Comisarias de Familia
en las comunidades y los municipios, es el punto más cercano para la persona acceder.
De igual modo, se encuentra que valdría mucho la pena identificar la necesidad de la
implementación de personal y las consecuencias positivas en cuanto a la atención e
intervención, al aumentar el número de profesionales, no solo mejoraría la intervención en
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cada uno de los casos, sino que se alcanzaría a dar una atención oportuna y temprana a
muchas mujeres que pueden tener en peligro su integridad.
Discusión
En el presente apartado se desarrollan los elementos desde el curso de las categorías
teóricas (Violencia de pareja, Comisaria de familia y Rol del psicólogo) y emergentes
(Relaciones de superioridad, ruta de atención y acompañamiento por parte de la comisaria a
la víctima) así mismo, se da cuenta de la triangulación entre las investigadoras, los autores
y los participantes.
En torno a la violencia de pareja, se comprende que esta no conoce de nivel
socioeconómico, religión o etnia, ya que, afecta indiscriminadamente mayoritariamente a
las mujeres y que puede darse de diversas formas, tal como se menciona en la Ley N° 1257,
2008 abordada al inicio del presente trabajo, la violencia no solo se presenta de tipo físico,
si no, psicológico, sexual, económico y patrimonial y todas estas tienen impactos negativos
en las distintas dimensiones de la vida de las mujeres, llegando a causar daños psíquicos
como: la baja autoestima, la angustia, el estrés y en algunos casos trastornos como, la
depresión, problemas de personalidad, fobias, entre otras enfermedades, afectando su
desarrollo personal y social.
Así mismo, en la violencia de pareja existen relaciones de poder desiguales, que
conllevan a la normalización de la violencia de pareja, en muchas ocasiones dichas
relaciones parten de las creencias inmersas en nuestra sociedad, donde generalmente el
hombre cumple el rol de fuerza y de autoridad, por sus aprendizajes previos en su entorno
familiar y social puede llegar a considerar que la solución o estrategia para la resolución de
conflictos en la pareja es mediante la agresión, de igual modo, se percibe en dichas
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relaciones una naturalización de la violencia por parte de la mujer desde aprendizajes de
crianza, donde se debe ser sumisa frente a la superioridad que se establece con el hombre.
Así como mencionan Gina Arias, Erika Tobón, y Andrea Torres, en su artículo titulado
“Legitimación de la violencia de pareja, manifiesta en el discurso de mujeres violentadas
por sus parejas en la ciudad de Pereira” donde dan cuenta de los factores de legitimación y
mantenimiento de la violencia de pareja.
Lo anterior, es un obstáculo alarmante para la lucha constante y ardua en pro de una
sociedad con igualdad de género, que defienda y garantice los derechos fundamentales de
las mujeres, dejando a un lado aquellas creencias dadas por medio de la cultura que están
permeadas por idealizaciones donde las relaciones de pareja son basadas en el poder y la
sumisión, tal como se evidencia en el artículo de Olivares & Inchaustegui, 2011 “Modelo
ecológico para una vida libre de violencia de género” las violencias estructurales e
institucionales, la desigualdad y la impunidad, son factores de riesgo ligados a la
dominación masculina, donde el hombre ejerce el rol de mando y las mujeres de acatar
dichas órdenes.
De igual modo, se identifican algunos motivos de tolerancia frente a la violencia de
pareja, relacionados con: dependencia económica, intimidación o amenazas, dependencia
emocional hacia su pareja, otro motivo relevante son aquellos patrones machistas que estas
mujeres han incorporado y continuado a lo largo de su vida.
Referente al rol de los profesionales en psicología se determina que, se evidencia un
rol asignado, en cuanto al procedimiento a seguir dentro de las Comisarias de Familia, ya
que, la institución establece una serie de formatos, protocolos y tiempos para la atención,
33
sin embargo, existe un rol asumido por parte de los profesionales, el cual va de la mano con
el que asigna la institución, por lo que cada profesional asume su intervención de forma
autónoma, ligada a sus conocimientos y experticia desde la psicología.
Así mismo, estos profesionales tienen criterios personales frente al proceder dentro de
la institución y como manifestaba uno de los participantes de esta investigación, a pesar de
que en la mayoría de las determinaciones que toma la Comisaria de Familia se puede estar
de acuerdo, en caso de no estarlo estos son libres de manifestando, claro está, dentro del
marco legal, dejando constancia en los informes que no consideran que se tome alguna
determinación y las consecuencias que conllevaría la toma de tal decisión.
El rol que desempeñan los participantes de la presente investigación cumple en gran
medida nuestras expectativas, se reconoce la labor indispensable que realizan dentro de las
Comisarias de Familia, siendo fundamentales para la valoración inicial de cada caso, desde
el punto de vista clínico, donde se identifican las afectaciones de la persona, cuanto tiempo
viene padeciendo la agresión, la repercusión que la agresión ha dejado en esta mujer,
ejerciendo con profesionalismo y compromiso ético con cada una de las atenciones, siendo
empáticos y buscando siempre el bienestar y seguridad de cada una de las mujeres víctimas
que acuden día a día a esta institución, actuando tal como se establece en el Decreto 4796
de 2011, en su artículo 3, donde el profesional de psicología debe disponer de las medidas
de protección que se requieran, incluyendo en sus informes aspectos como: comprobación
del motivo de ingreso, estado mental, factores de riesgo, funcionamiento cognitivo,
adaptativo, motriz y social (ICBF, 2018, citado en Morales & Burgos, 2020).
Así mismo, se resalta la iniciativa de estos profesionales para implementar estrategias
y técnicas ligadas a concientizar y psioceducar a las víctimas, con el fin de que la
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intervención no solo se quede en una atención rápida y sin trascendencia, si no, que aporte
en el resignificación de la violencia e incentive la toma de decisiones, el empoderamiento y
la búsqueda de alternativas en cada una de estas mujeres. Sin embargo, se reconoce que
muchas veces estas iniciativas no pueden desarrollarse plenamente debido al tiempo
limitado que la Comisaria de Familia establece para dichas atenciones.
Del mismo modo, se recalca la responsabilidad judicial que conlleva el rol profesional
dentro de las Comisarías de Familia, a la hora de tener la comprensión y claridad necesaria
sobre el objetivo de los informes, ya que, es posible que este pueda ser citado ante la
autoridad judicial y todo aquello que este plasmado en allí, debe estar en concordancia con
lo teórico y ético, en caso de no ser así, no solo se alteraría la adecuada intervención, si no,
que entraría en cuestión la labor profesional. Tal como se estipula en la Ley 906 de 2004,
citado en Morales & Burgos, 2020, p.13.
Con relación a las Comisarias de Familia se identifica que la abundante presencia de
estas en los distintos municipios hace que se convierta en el punto más cercano para que las
mujeres víctimas accedan a colocar sus denuncias de forma rápida y oportuna, siendo
claves para la activación de la ruta de atención, ya que, reciben de primera mano la
información referente a las agresiones y daños que sufren las demandantes. Tal como
refiere el Ministerio de justicia, 2020, la Comisaria de Familia posee la responsabilidad de
iniciar el proceso legal, brindando las garantías necesarias en cuanto a seguridad y
bienestar, gestionando los hogares de paso que requieren muchas de estas mujeres, las
medidas de restricción y alejamiento con el agresor y si es el caso, realizando las
respectivas visitas domiciliarias para la verificación de las condiciones de la víctima.
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Igualmente, se reconoce el gran número de casos donde las mujeres toman la decisión
de retirar sus denuncias, ya sea porque deciden continuar con su pareja o sienten temor de
seguir con dicho proceso.
Por otro lado, se encuentra que las decisiones de la apertura o cierre de los casos
referentes a las denuncias que llegan dependen en gran medida del Comisario o Comisaria
que esté a cargo, ya que, finalmente estos son los que tienen el aval para tomar dichas
determinaciones.
Conclusiones y recomendaciones
Las apreciaciones aquí presentadas atienden a una investigación cualitativa, la cual no
pretende aportar generalizaciones frente al objeto de investigación estudiado, sin embargo,
con respecto a la pregunta de investigación ¿Cómo es el rol de tres profesionales en
psicología que han estado vinculados en las Comisarias de Familia realizando atención
psicosocial a mujeres víctimas de violencia de pareja? Se logró responder de la siguiente
manera.
Se reconoce que los tres profesionales de psicología que participaron en la presente
investigación cumplen con el rol asignado por las Comisarias de Familia, siguiendo
aquellos protocolos y lineamientos para la atención, evidenciando que lo asignado va de la
mano con lo asumido de forma autónoma. Dicho rol es continuo, exigente y demandante, e
implica la atención de casos que llegan día a día, prestando el acompañamiento de forma
responsable y profesional en los distintos procesos, haciendo uso de estrategias y
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herramientas para psioceducar y concientizar a estas mujeres acerca de la violencia de
pareja, a través del empoderamiento y redes de apoyo, lo cual aporta conocimientos
significativos para salvaguardar la integridad tanto física como mental de las víctimas y
realizando el respectivo seguimiento de los casos, velando por el bienestar y seguridad de
estas mujeres.
Acerca del rol que la Comisaria de Familia les demanda a estos profesionales de
psicología, se identifica que se basa en que los profesionales presten una atención
psicológica de forma rápida y oportuna a aquellas personas que acuden a Comisaria de
Familia, diligenciando una serie de formatos donde se debe plasmar la información
pertinente de cada caso, acompañado de informes psicológicos que ayuden a la
identificación de las condiciones de la víctima, además del seguimiento presencial o vía
telefónica de dichos casos.
De igual modo, se identificó que las reinterpretaciones que los psicólogos hacen del rol
asignado por las Comisarias de Familia son positivas y en mayoría se está de acuerdo con
las medidas que se toman, respetando y considerando pertinentes todos los protocolos
establecidos para la atención, sin embargo, se identifica cierta inconformidad con la alta
carga laboral que se experimenta en dicha institución, debido al poco personal profesional.
Por ende, sobre la tensión existente entre el rol de la institución y la reinterpretación del
rol que realizan estos profesionales en psicología, se establece que no se identifica en gran
medida discordia u oposición entre estos y que ambos van de la mano para brindar el
acompañamiento y seguimiento necesario a estas mujeres, sin embargo, se encuentran
situaciones como el cierre temprano de algunos casos donde los profesionales en psicología
en algunas circunstancias no están en total acuerdo, por lo cual ejercen su derecho de
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manifestar de forma autónoma su desacuerdo, dejando constancia dentro de sus informes
los motivos por los cuales no están a favor del cierre y las repercusiones que este puede
tener en el bienestar de la víctima.
En base a lo anterior, surge la recomendación de replantearnos un poco el modelo de
atención relacionado con el cierre de los casos, sumándole mayor importancia, indagando a
profundidad acerca de los motivos del cierre, si es oportuno o no, seguro o inseguro para la
demandante.
Así mismo, teniendo en cuenta las limitaciones en relación al presupuesto destinado
para las Comisarias de Familia, se recomienda realizar un aumento en el número de
profesionales en distintas áreas, como la de psicología, considerando que en la mayoría de
estas sedes la demanda de casos es demasiado elevada para la cantidad de profesionales que
prestan la atención y a pesar de que el aumento de personal conllevaría más recursos
económicos por parte del estado, se generarían grandes beneficios en cuanto a los
resultados de las atenciones, ya que, podrían desarrollarse con más tiempo, lo que
permitiría una atención más detallada, donde se puedan implementar y desplegar a
profundidad aquellas técnicas y herramientas en pro del bienestar de cada una de estas
mujeres.
38
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