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CuaderRos de Madlnat al -Zahrá' Vol. 5 Córdob a, 2004

Rusafa en Siria. Una residencia califal de los últimos omeyas en Oriente, Thilo Ulbert

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Cuadernos de Madinat al-Zahra [año 2004, Número 5]. Actas de las IV Jornadas de Madinat al-Zahra : Nuevas investigaciones sobre el Califato de Córdoba. [Revista de difusión científica del Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra]

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CuaderRosdeMadlnatal -Zahrá'

Vol. 5

Córdob a, 2004

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CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'

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Cuadernos de Madinat a|-ZahraRevista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra

CONSEJO DE REDACCIÓN(Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)

Presidente: D. JESÚS ROMERo BENÍTEZDirectur Genera/ d¿ Biene.¡ Calnrales

Vocales: D." MERCEDES MUDARRA BARRERODe/egada Prorjrcia/ le Ca/ttra rJe Cít'daba

D. ANTONTO VALLEJO TRTANODirrtor del Con.funto Arquealígico Madjrat dl Z¿br¿

D. MANUEL ACIÉN ALMANSAUniru':idad de rtIálaga

D." CARMEN BARCELÓ TORRESL,ttt. n)J¿J J. \ L/.ttri¡

D." JULIA CARABAZA BRAVOUú¡w¡irlad d¿ ,\eúllt

D.JUAN STRRANO MUÑOZArquitecta

COMITÉ ASESOR

D. PATRICE CRESSIERCa:a de Vlázqrcz

D. CHRIST]AN E\rERTIrntituta Arqaeolígico A lenún

D. PIERRE GUICHARDtJnit,ersidad ¿tt llon IID. ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJODirector delJardín Batánico rk Córdoba

D, M,'ANTONIA ]\4ARTíNEZ NUNEZUniursidal le lIálaga

D. ALASTAIR NORTHEDGEUniuersi¿lad de Parí: ID. VÍCTOR PÉREZ ESCOLANOfl n irer.¡ i tlad de S eú / la

O Junta de Andalucía. Consejcría dc Cultura

(c) Los autores

Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba

Sor Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106

ISSN:1119-9996

Depósito Legal: CO. 1.64412004

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SUMARIO

. ESTUDIOS

EDUARDO MANZANO MORENOEl círculct de pocler de los califas ornelas cle Córclaha Pág. 9

JEAN-PIERRE VAN STAÉVELPrítoir jzgaler, bátir : droit de la cr¡nslruclian et institarians

judiciairu ) Cordoae rJurant le í'lX' si¿cle Pág. 3L

MOHAMED MEOUAKMadinat al-Zabm' en las fuentes árabu del occidente i¡láttica Pág. 53

BRUNA SORAVIAUne bistaire de la f.rna. Aurariré er lígitirnirí dan:

le tuIutpaltis d'Ibn Hayan Pág. 81

MANIIELA MARÍNA/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la

Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan III Pá9.97

M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ.MANUEL ACIÉN ATMANSALa epi¡1rafra de Madinar al-Zabra' Pá9. I07

SOLANGE ORYL' ep i grap b i e umayy ade s ya - pa / e s t i n i enne Pás.159

CARMEN BARCETÓ

El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato(3a0_403t9j2_10j3) pá9. t73

ANTONTO VALLEJO TRTANO,ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA,ANDRÉS GARCÍA CORTÉS

Resa/tados preliminares de /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a

"Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru"de X[adinat al-Zahra' Pá9. I99

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PATRICE CRESSIER,

MOURAD RAMMAHS¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille caltfale Pág.241

JUAN F. MURILLO REDONDO,MARÍA TERESA CASAL GARCÍA,ELENA CASTRO DEL RÍOMadinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la

ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217

VICENTE SALVATIERRALa instauraciín clel Califato en el AIra Gaadalqaiuir Pá5. 291

PEDRO GURRIARÁN DAZAHacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias

en la periferia andalusi duranre el Califaro Pág. 297

ALBERTO CANTO GARCÍAEl dinar en al-Andalas en el sigla X Pás.327

CAROLINA DOMÉNECH BELDALa rnaneda farimí 1 sa relaciín con al-Andalus Pág. 339

PATRICE CRESSIER

Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales pratincialesi' Pá9. 751

TILO ULBERTResafa en Siria. Una residencia califal de los últimrts onteyas en )riente Pá9. 377

BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA,VALERO HERRERA ONTAÑÓNLa tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama

d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía Pá9. 391

SABINE NOACK.HALEYLos capireles de la hlezt¡aita de Madinar al-Zaltra' Pág. 4I3

MARIANNE BARRUCANDLe prentier clécor arcltitectural fatimide en Egypte Pág. 445

PIERRE GUICHARDCanc/usions Pág.463

. CRÓNICA DEL CONJUNTO

ANTONIO VALLEJO TRIANO,

JOSÉ ESCUDERO ARANDACrínica del Conlanto, añas 1998-2003 Pág. 47 I

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ESTIJDIOS

ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ':Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba

Córdoba, 10-12 Noviembre 2003

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RESAFA EI{ SIRIA. UNA RESIDENCIA CALIFALDE Los úrrruos oMEYAS EN oRTENTE

THILO ULBERTEx-Directar de/ lnstitato Arqaeo/ígico Alen¿án

RESUMEN

En los últimos treinta años las excavaciones lle-vadas a cabo en la Rusáfa omeya de Siria por parte

del Instituto Arqr-reológico Alemán bajo la dirección

del autor se han intensifrcado de manera impottan-te. Estas actividades se centran en el palacio real que

el Califa Hiüm (124-1 1) d. C.) mandó construir

fuera de los muros de la ciudad bizantina Ilamada

Resafa/Sergiupolis y que, además de diversos edifi-cios palaciegos, incluye un jardín con un pabellón.

En el marco de una segunda investigación se estudió

la mezquita omeya principal y un Süq anexo y de

la misma época edificados junto a la catedral de la

ciudad bizantina. La Rusáfa de Siria tiene una ciertarelevancia para el estudio de la Rusáfa de al-Anda-lus en Có¡doba, la primera construcción palaciega de

'Abd al-Rahmán I, por que éste pasó gran parte de

su juventud junto a su abuelo Hifam en la Rusáfa

siria. En vista de que se va confrrmando de mane-

ra creciente 1a importancia de esta residencia omeya

por medio de las más recientes investigaciones y ya

que el soberano de al-Andalus tuvo una relación per-

sonal con ella, se plantea la pregunta de si además

de meros recuerdos nostálgicos no hubo influencias

arquitectónicas más concretas en Ia planificación que

hizo 'Abd al-Rahmán de su nuevo palacio y su gran

mezqr-rita de Córdoba.

Palabras clave

Omeyas, Rusáfa/Siria, palacio, mezquita, suq,

'Abd al Rahmán I, Rusáfa/Córdoba.

ABSTRACT

During the last thirty years, the investiga-

tions of the German Archaeological Institute on

the Umayyad Rusáfa in Syria has been very much

intensifred by the author. These activities have con-

centrated on the palace area which the caliph Hiíám(.724-1 43 a. D.) had built outside tl're walls of the

Byzantine city of Resafa/Sergiupoiis and which not

only contained various palace buildings but as wella garden with a garden pavilion. A further mainemphasis has been put on the investigation of the

central mosque built beside the cathedral of thatByzantine city and its corresponding suq of the

same chronoiogical context. Rusáfa in Syria has gotcertain relevance to the Rusáfa in al-Andalus near

Cordoba which had been the first palace foundationof 'Abd al-Rahmán I, who spent the mayor part ofhis youth in Rusáfa in Syria with his grandfather

Hifim. The recent investigations have proved the

importance of the Umayyad residence and, con-

sidering the sovereign's personal implication, one

might think of not only sentimental reasons butalso more concrete architectr-rral ideas that left itsmarks in'Abd al-Rahmán's designing his new palace

and the Great Mosque in Cordoba.

Key words

Umayyads, Rusáfa/Syria, palace, mosque, suq,

'Abd al Rahmán I, Rusáfa/Cordoba

i]1

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firas la muerte de su padre Mu'áwiya, 'Abd al-

I Oun-un fue acogido por su abuelo Hiíam b.

'Abd a1 Malik, que fue el califa omeya de Damasco

durante los años 124-143 d. C. Las fi:entes escri-

tas nos dicen que Hi5ám pasó una gran parte de su

reinado en su residencia favorita Rusafat Hi5am1.

Támbién su nieto vivió allí muchos años de su ju-ventud. Con esta residencia se relaciona la primeraconstrucción palaciega de 'Abd al-Rahmán en al-

Andalus, que mandó edifrcar ante Ias pr-rertas de la

capital Córdoba: Qasr al-Rusáfar.

Es razonable preguntarse si fueron únicamente

los recuerdos nostálgicos de su patria siria los que

hicieron que el nuevo soberano de al-Andalus le pu-siera ese nombre o si tras ello no se esconden tam-

bién algunas influencias más concretas. Hasta hoy

la investigación no ha analizado con profundidadesta perspectiva. Así, por ejemplo, Lévi ProvenEal

habla de la Rusapha siria como una ciudad l¡izanti-na situada en algún lugar a las orillas del Eúfrates,

pero identifrca Rusafat-Hi5am equivocadamente

con la ya conocida Qasr al-Hair a5-Sarkir. Hoy han

cambiado mucho las cosas gracias a las investiga-

ciones que desde hace cincuenta años lleva a cabo

el Instituto Arqueológico alemán en Resafa y que

dirige desde hace 28 años el autor de estas líneas.

Con ello se ha conseguido, sobre todo, una nueva

base que ofrece la posibilidad de obtene¡ nuevos co-

nocimientos relativos a Ia época omeya.

EI lugar (Lám. 1), llamado ya Rezef en el An-tiguo Testamento, se integró desde mediados del

siglo I d. C. con el nombre de Rosapha/Rusapha/

Resafa como sede de un casrillo dentro de las for-

tificaciones de| /in¿es oriental del Imperio romano'.

Con el martirio de un alto oficial del ejército orien-

tal romano, Sergio, y Ia creciente veneración por su

tumba, Resafa experimenta un desacostumbrado

desarrollo convirtiéndose en sede episcopal y cam-

biando su nomb¡e por el de Sergiupolis en honor

a slr santo. Desde los siglos V/VI d. C. el antiguocailrafit ofrece un aspecto totalmente nuevo: se con-

vierte en una fc¡rtaleza y se construye un monumen-

tal sistema de muros. Con una muralla de 2 km. de

longitud, 50 torres y cuatro grandes puertas encon-

tramos aquí una de las construcciones tardoantiguas

que mejor se conservan hoy en día. En relación con

la fuerte impronta cristiana de la ciudad se cons-

truyen cuatro grandes basílicas, bien conservadas

378

en parte . El problema del abastecimiento de agua

potable se soluciona con la construcción de enormes

cisternas subterráneas en las que el agua de las llu-vias invernales se almacena gracias a un complicado

sistema l-iidráulico. Era, por tanto, una ciudad muydesarrollada para su época, rica y bien fortificada,

que se financiaba en 1o fi-rndamental con los obse-

qr-rios qr-re hacían los peregrinos a sus iglesias, pero

también se beneficiaba de ser un centro comercial

y artesanal situado en una de las rutas caravaneras

más importantes y recibía además donaciones del

emperador de Bizancio.

Esta es la situación que se encuentra Hiíámcuando decide convertir Rusapha, llamada a partirde entonces Rusáfat Hi5ám, en su residencia favori-

ta. Se sabe que ya siendo príncipe mostró predilec-

ción por esta zona, porque las insignias del califato

se le entregaron en eI año 724 d. C. en su pequeña

propiedad campestre Az-Zaitvna (Lám. 2), en Ias

ce¡canías de la ciudad bizantina. Con el tiempo he

podido identificar Az-Zatttna con extrema proba-

bilidad con las ruinas omeyas qlre se encuentranjunto a Ia íortaleza romana de Halul-Chollet. AIlíprecisamente pudo utilizar importantes instalacio-

nes de aprovisionamiento de agua y de riego que

habían sido abandonadas por las tropas romanas.

Otra razón para situar la nueva residencia califal

en la Resafa bizantina aparece repetidamente en las

fuentes escritas: gozaba de un mejor clima con res-

pecto al de la región del Eúfrares y de una mayor

protección frente a las epidemias de enfermedades,

qlre eran entonces especiaimente virulentas.

En el interior de la ciudad bizantina de Resafa

no había espacio suficiente para la nueva residencia

califal debido alaa]ta densidad de construcciones.

De ahí que se habilitara para su construcción una

extensa superÉcie situada extra lnuros al Sur de

la ciudad. Allí se levantaron diversos pa.lacios con

sus correspondientes edificios administrativos. Se

puede decir que estas labores constructivas se con-

centran exclusivamente en el reinado de Hi5ám, es

decir, que comenzaron poco después del año124 d.

C. Tras la muerte del Califa -que es prácticamente

también el final del dominio omeya sobre Siria- es-

tas construcciones se abandonaron de nuevo. Por

este motivo permiten una datación enormemente

precisa.

Page 9: Rusafa en Siria. Una residencia califal de los últimos omeyas en Oriente,  Thilo Ulbert

En el ámbito de las excavaciones que el Ins-

tituto Arqueológico Alemán ha ilevado a cabo en

Resafa, se comenzó realizando un levantamiento

topográfrco del terreno y de ese modo se pudie-ron identificar los palacios. A partir de ahí se ha

desarrollado Lln proyecto en e1 que con ayuda de

prospecciones geofísicas y electromagnéticas se van

a ir precisando Ias diversas instalaciones, a partir de

estas observaciones se realizarán sondeos puntuales

para clarificar aquellos puntos que presenten pro-blemas". Se ha dedicado hasta ahora una especial

atención a dos zonas palaciegas porque su situación

predominante lleva a pensar que serían con mayor

probabilidad los edihcios del Califa. En todos los

casos los edificios principales presentan una dispo-

sición en cuadrado con torres semicirculares inter-medias y en las esquinas y un patio central, una

tipología característica de Siria. En esta residencia

pudo haber pasado muchos veranos de su juventud

'Abd al-Rahmán con su abuelo y formaba una parte

importante de sus recuerdos en el lejano al-Anda-1us.

El jardín es Llno de los elementos esenciales de

una construcción palaciega en esta época, porclue

era el lugar idóneo de descanso y bienestar en estas

zonas secas de las estepas desérticas sirias. En 1990

realicé el estudio de una superlicie así, qr-re se en-

cuentra junto a los edifrcios palaciegosr. El jardín se

adentraba algo más que el palacio al que pertenecía

en el lejano \7adi qr-re limita con el terreno al Oes-

te de Resafa. Aquí se podía almacenar el agua de

lluvia y utilizarla para el riego. En el interior de un

terreno rodeado por un muro podría haber estado

además al menos una de las varias fuentes que había

en la ciudad y sus alrededores para poder regar en

cualquier momento del año. Todavía hoy se puede

encontrar Élran cantidacl de agr-ra subterránea sulfa-

tadomagnésica que tanto entonces como ahora se

utilizaba para el riego de campos y jardines y para

dar de beber al ganado. En una zona relativamen-

te centrada de esta superflcie sacamos a la Iuz un

pabellón (Lám. 3, Fig. 1) situado sobre un podio

cuadrado y rodeado por Llna cornisa coh-rmnada que

tenía igualmente un espacio central cuadrado cu-

bierto por una cúpula. En el centro de cada uno de

los lados había escaleras que subían hasta ei podio ydesde ellas partían unos paseos amurallados hacia el

parque siguiendo la dirección de los cuatro puntos

cardinales. Es seguro que se trata de un prototiposencillo de un pabellón de jardín, en este caso con-

creto del más antiguo de esce tipo hasta hoy cono-

cido y que haya sido arqueológicamente estudiado

de una manera precisa. Este edificio -como todos

los de la residencia de Hifim estaba edihcado con

ladrillos de adobe enlucidos y su cubierta se com-

ponía de tega/ae como las qr-re habitualme nte se ve-

nían usando desde Ia Antigüedad. Al iguai que en

Ias demás construcciones mandadas edificar por este

Califa en Resafa y sus alrededores se Lrtilizaron ma-

teriales de expolio para los elementos constructivos

aislados: basas, fustes y capiteles provienen de edi-

ficaciones más antiguas. Sin embargo, la decoración

pictórica de las paredes y ei rico estucado (Fig. 2 y

3) característico en todas partes de la época omeya

y abásida son totalmente actuales y de la época. Es

posible que posteriotes excavaciones descubran un

estanque en el jardín. Una fuente escrita mencio-

na que en Lrna ocasión una visita encontró al Califa

Hifim sentado en su residencia junto a su estanque

(birké).

Con esto se han descrito en lo fundamental la

residencia califal y sus ajardinamientos situados en

el exterior de la ciudad en la que pasó largo tiempoel joven'Abd al-Rahmán y que seguramente habrá

formado parte importante de sus recuerdos. Natu-ralmente no sabemos qué influencia tuvieron direc-

tamente estas estrLlctllras en Ia primera residencia

nlleva, qlre se encontraba situada igualmente en las

afr-reras de una gran ciudad (en este caso, Córdoba) y

todo el que se ocupa de este tema llegará a diferen-

tes conclusiones. Es muy probable que sí la tuvierael ajardinamientos dotado qúzá con un pabellón

relativamente simple . "Simple" con respecto a los

complejos edificios construidos 200 años más ta¡de

en ei interior de la residencia omeya de Madinataz-Zahra'. Para el primer Califa de al-Andalus las

plantas, traídas especialmente desde su patria siria,jugaron un importante papel en sus nuevos jardines

palaciegos. Entre ellas tenía una especial preferen-

cia por el granado. Casi con seguridad los habría

en el jardín palaciego de su abuelo Hi5ám. No en

vano aparece representado uno de estos árboles de

una forma muy significativa en un mosaico del sue-

lo del baptisterio de Ia catedral de Resafa, dentro

de una alegoría que quiere representar el paraíso;

un paraíso imaginado como un jardín arbolado en

)79

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el que conviven pací6camente los animales salvajes

y los domésticos. Las representaciones del paraíso

siempre han estado muy relacionaclas con los jardi-nes árabes y orientales.

A pesar de la falta de espacio edifrcable Hiíámqr,riso construir su gran mezquitae en las inmedia-tas cercanías cle la catedral cristianar') (Lár;.. 4,Fig.4), que contenía en esta época ia tumba del santcr

patrono de la ciudad y constituía por ello el centrode Resal¿. No es posible imaginarse esta querenciasin presuponer clue haya existido una especial rela-

ción del Califa con el famoso santo. Prol¡ablemenreera devoto del Santo Sergio como ya anres que él

1o fue el príncipe de los Ghassanidas Al-Mundiry el rey de los persas Chosroes junto con muchos

miembros no cristianos de la población nómada de

Siria. Con todo, la construcción de la mezquita no

se llevó a cabo sin perjuicio para las construccioncs

precedentes. En el lado Norte de Ia basílica cris-tiana se eliminaron algunos edificios y se aplanó

la superÉcie incluyendo la escalinata que llevabaal podio elevado sobre el que se levantaba Ia ba-

sílica. EI gran patio con peristilo situado al Nortese redujo alrededor de su pórtico norte, que ahora,

con la const¡ucción del muro de la Quibla, pasaba a

ser la primera nave cubierta de la nueva mezquita.Éstu se extendía hacia el Norte con las tres rraves

de su sala de oración y su gran Riwaq. Este últimcrno se llegó a completar con galerías corridas tal ycomo estaba planeado. Era ésta, por tanto, no sólo

una mezquita respetable, digna de un Califa; lo que

verdaderamente sorprende es su localización, unidaa la antigua iglesia de Sergio, y los dos pasajes pre-vistos junto al muro de la Quibla entre el espacio

de culto cristiano y el islámico. Así, en la ciudad de

Sergio y al menos para la época en Ia que finalizabael dominio de Ios omeyas existió una coexistenci¿

constructiva entre ambas religiones.La mezquita (Lám. 1), que ha investigado D.

Sack dentro del proyecto de excavación de Resafa, ha

sufrido desde su construcción algunos cambios debi-do a diversos temblores de tierra y otras vicisitudes.Datada con total seguridad durante el reinado de

Hiíám gracias, entre otros indicios, a los hallazgos

monetarios es, sin embargo, la primera mezquitaque se utilizó y siguió en uso durante largo tiempo.Con una longitud total de 18 m. tiene una anchura

de 40 m. La sala de oración, dividida en rres navcs.

380

tiene ¡rna amplitr,rd de 20 m. Como marerial se uti-Iizó -aI iguai que en todos los edificios antiguos del

interior de Ia ciudad- la piedra de yeso caracte¡ísti-ca de Resafa. La mayor parte de los sillares pudie ron

haberse cogido de la llamada basílica B, situada en

sr-r vecindad, que poco antes del reinado de Hiíámhabía sido destruida por un terremoto. EI expoliode piedras fue de tal magnitud que enconrraron Lrso

en la nueva mezquita las puertas con slrs paredes y

dinteles tal y como estaban en Ia antigua basílica.

Es fácilmente comprensible qr-re esta consrrucciónsirviera también como destino para orros despojos

como basas, pilares, fr-rstes y capiteles. La mayoríade Ios elementos constructivos menores estaban he-

chos de un material similar al mármol rojo. Puede

que fuera casualidad que esos mismos elementos de

la mezquita levantada en Córdoba unos cincuenra

años más tarde también provinieran de expolios y

fueran en parte del mismo tipo de material y color.Podríamos de nuevo conside¡ar a'Abd al-Rahmáncomo lazo de unión, ya que durante su juventud se

sintió en Ia gran mezqr-rita de Rusáfat-Hi5ám como"en slr propia casa". De forma sorprendente y al

contr¿rrio qlre en las construcciones profanas extra

muros, el estuco no se utilizó como decoración en

esta mezqr-rita.

D. Sack ha dejado claro todo Io qr-re se refiere a

la tipología de esta mezquita. Indirectamente de-

pende, como también la mezquita cordobesa de los

Omeyas, de la gran mezqr,rita de Damasco, que ha-

bía sido mandada construir por el padre de Hifim,al-\flalidrr. En Damasco ya se daba la articulaciónde la sala de o¡ación con su amplio rransepro cen-

tral así como la alternancia de piiares y columnas.

En lo que se refiere a sus dimensiones, la mezquiraresidencial de Rusáfat-Hi5am es naturalmenre más

modesta que la de la mezquita de la capital Damas-

co, tiene la mitad de tamaño. En comparación con

la mezquita principal del reino Omeya en al-Anda-lus es también aproximadamente un tercio menor.

No hay que olvidar que las posibilidades de espa-

cio que existían para consrmir la nueva mezquitade Rusáfat-Hifim eran, como ya se ha dicho, muylimitadas. En Damasco ocurría lo contrario. Ya labasílica de San Jr-ran teodosiana había sido construi-da sobre el tentenas habilitado del templo de Júpi-ter y por ello no existía ningírn tipo de limitaciónespacial. Támbién en Córdobarz los arquitectos de

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'Abd al-Rahmán dispusieron de un terreno am-

plio, al construir el nuevo edihcio sobre Ia catedral

cristiana existente entonces. La intención del Cali-fa en Rusáfat-Hifim al constri-rir una mezquita no

excesivamente Élrande, sino más bien discreta, fue

claramente la de no sobrepasar las dimensiones del

complejo catedralicio cristiano en el que se encon-

traba el santuario dedicado a Ser¡¡io. La que más se

parecería a ésta sería la que el propio Hi5ám hizo

construir en Ios años 728129 d. C., pocos años des-

pués, por tanto, en Qasr al-Hair a5-Sarki, a sólo 80

km. de Rusáfatrr. En cualquier caso, la mezquita de

Rusáfát es un exponente típico de las principales

posibilidades que ofrece el arte edilicio omeya tar-

dío en Siria.

Durante la construcción de la nueva mezquita,

al l-racer la nueva entrada por el Oeste, se reformó

taml¡ién Ia extensa plaza occidental de la catedral

de San Sergio. En los lados Norte y Oeste se si-

tuaron locales de tiendas (Lám. 4, Fig. 4) con Lrnas

dimensiones bastante uniformes (12 mr). Se cons-

truyeron con grandes sillares de yeso que -como en

el caso del material utilizado en ia mezquita- pu-dieron habe¡se cogido de la basílica vecina utili-zada como cantera. Los hallazgos monetarios más

antiglros encontrados en los fundamentos de esta

instalación proceden de ia época de Hi5ám e, igr-ral

que Ia cerámica, sirven para datar estas construccio-

nes de una manera muy precisa. Por la distribuciónde espacios y los diversos hallazgos este con,Lrnto

de habitaciones puede identifrcarse como un Suqr'.

Las entradas en cada una de las estancias se encuen-

tran en el lado exterior y sólo se podía acceder por

ellas desde las calles adyacentes. Hacia el interior,en el área del patio de la iglesia, se fueron constru-

yendo igualmente con la técnica de adobe diversas

estancias con ei paso del tiempo. Éstas servían como

talleres, como testimonia, por ejemplo, el hallazgo

de un pequeño horno de forja. Todas las estancias

estuvieron en uso hasta Ia dest¡ucción de la ciudad

por los mongoles en los años l258lt9 d. C. mante-

niendo en lo fundamental su forma originaria. Los

hallazgos monetarios prueban igualmente esta da-

tación final.

Conocemos zonas Süq semejantes de Ia época

omeya en 'Anlar (Líbano)rt y Palmiral", en donde

más tarde se habían construido pequeñas tiendas

aprovechando una parte de las columnatas roma-

nas. Es algo que, igual que ocurre en Resafa, pr-rede

esperarse en relación con toda mezquita construida

en fecha temprana y caracteriza hasta hoy 1a situa-

ción de muchos centros urbanos islámicos. En laciudad de Sergio se han conservado especialmente

bien estas tiendas porque desde Ia entrada de los

Mongoles ningún edificio ha sufrido posteriores re-

construcciones.

En 1o que se rehere a Ia presencia omeya en Ia

ciudad, ésta se centra principalmente en los 20 años

del Califato de Hiíám. En su residencia preferida

ha encontrado también su último reposo. Poco des-

pués de su muerte su tumba fue violada y su cuerpo

profanado durante la confusión que acompañó el fi-nai del dominio omeya sobre Siria y el comienzo del

Califato Abasí. Resafa. como ciudad marcadamente

cristiana, siguió existiendo evidentemente tras el

breve florecimiento omeya. Allá donde excavamos,

nos encontramos con edificios y hallazgos medie-

vales, en parte de una gran calidad. Naturalmente,entre éstos es imposible distinguir si sus dueños

fr-reron cristianos o musulmanes.

Para la investigación de la cerámica de la épo-

ca entre los siglos I y XIII d. C. se ha convertido

Resafa con el paso del tiempo en r-rn importantefactor a tener en cuenta'r. La parte central de la ciu-dad fue la tumba de San Sergio y lo siguió siendo

hasta sr-r frnal. Un destello que permite vislumbrarsu culto aparece en r-rn conjunto de recipientes de

plata dorados con adornos de niel cle la época de

los Cruzados que fue escondido ante la ameflaza

mongola en el patio columnado que está entre la

Catedral y la mezquita.rs Estos costosos recipientes

pueden considerarse como las últimas ofrendas vo-

tivas realizadas ante la tumba de Sergio antes de Ia

destrucción de la ciudad en eI siglo XIII d. C.

Pero volvamos a la época de los Omeyas en la

que se centra esta discusión: inmediatamente tras slr

nombramiento como Califa, por tanto poco después

del año 124 d. C., Hiíám construyó en Rusáfat-

Hi5ám su residencia, que ocupaba un ampiio espa-

cio extra muros. En ella se inch-ría un terreno ajar-

dinado con un pabellón central. Estas instalaciones

califales están todas hechas con ladrillos de adobe

sin excepción. En claro contraste, se utilizaron silla-res para la construcción de Ia gran mezquita omeya

anexa a la catedral cristiana. Como elementos arqui-tectónicos móviles (bastido¡es de las puertas, basas,

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columnas y capiteles) se utiiizaron excllrsivamenteexpolios de anteriores construcciones. Mientras en

la mezquita no se puede demostrar que existieranmás elementos decorativos, el pabellón estaba ri-camente ornamentado con estlrco. Las formas que

allí aparecen se inspiran en modelos más antiguos,como muestran los numerosos ejemplos de decora-

ción en piedra de los monumentos de la ciudad de

Sergio que han llegado hasta nosotros. Esta deco-

ración causa r-rna impresión marcadamente conser-

vadora en sus detalles. Gracias a la posibilidad de

reahzat una datación exacta podemos hablar en este

caso de adorno omeya, que hay que situar en la épo-

ca de Hi5ám y específicamente de Rusáfat-Hi5ám.Las formas particulares son características de este

lugar y de un breve lapso de tiempo. En todos los

demás monumentos de la época omeya en Siria el

adorno plástico apareció en otro momento y bajo

otras circunstancias (modelos locales más antiguos,diferentes grlrpos artesanales, un factor temporaldistinto).re De todo ello sc sigue que no se puede

hablar en general de "la decoración edilicia ome-ya". Si queremos ser precisos no se puede decir que

exista tal decoración, y cada lugar concreto, con su

repertorio en parte totalmente diverso, sólo puede

verse de forma independiente a los demás. La inves-

tigación se encuentra en los comienzos en 1o que se

refiere a esta época y a su problemática especíÉca.

Por esta tazón no es aconsejable sacar conclusiones

partiendo de elementos decorativos particulares yutilizarlos de forma selectiva para realizar un estu-

dio comparativo con otras regiones del mundo me-diterráneo.

'lu./l;¿n,,: \l PRILTO Vll.A\ ¡.\ladridl

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NOTAS

2

Todas lns firentes tírabes que se ocupan de Rusáiat Hiiámhan sido recopiladas por: KELLNER-HEINKELE, B. en:

SACK, D., D)e gtolJe lIo¡c/:ee tan Ruafa-Ra:i.fat fIifrn,RE-SAFA IV Mainz I996, I3)-l>4.NIAI{IN, M., a/ RmaJtt en Elpagne nurlnnne, Encyclopéclie

cle I'Islam VII, Leiden 1995,6>0-652.

LEVI-PROVENCAL, 8., E:paña llasnhnaza, Historia de

Lri.¡¡, ¡ Y. M.¡.lr iJ I qs 0. 3' I l.

IILBERT, T., Rna.fa, 'fhe Oxford Encyclopedia of Archaeo-

Iogy in tlrc Ne¿rr East .1, Oxford-New York lc|c|1 , t¡45 ¡.t

HAASE, C.P., al Ra:VJa de Syie, Encyclopéclie de I'Islam

VII, Leiclen 1995, 650-612.

ULBEIIT, T., "La res.idenci:r rural omeya de Hallul-Chollc(Siria)", L¿ islamiz¡ició¡ de Ia Extremadur¡r Romana, Mérid¡r

200t , t97-22t.SACK, D. et ¡rlii, ResaF.rUmland: Archiiologrsche Gelán-

debegehungen, gcophysikalische Untcrsuchungen urd di-

grtale Gelándcmoclelle zur Prospektion in Rusaiát I'Lfim\l')o- lut,l, D.¡mr.zcn.r Mittcilrrn¡cn I (. )U0 l(en I\ren-str).

ULBERT, T., "Ein unaiyadischer Pavillon in Resafa-Rusáñt

Hifim", Damaszenc¡ Mitteilungen 1,1993, 213-211 .

FAIRCHILD IIIJGGLES, D., GarJen:, Latdscttlc dnd Vi.tiail

in the P¿l¿ce¡ o[ l.rltnic Spain, Pensylvania 2000,42-45.

SACK, D. et ilii, Die Grcli l[osthee un RuaJa-Rn:,tfat Hi.ñnt,

RESAFA IV. Mainz 1996.

4.

6.

ULBERT, T. et alir, Die Basi/ika de: Heiliger Kretze.¡ )n Res¿-

fa-Sa'giapo/i:, RESAFA II, Mainz 1986.

CI{ES\íELL, K.A.C.., Ear/1- A4u¡lint Arthi¡et¡zzrs, Suffolk

1918, .1,i-81.

E\íERT, Ch., Die Hailp!il¡lsche( x,oil Cíftllbd. Denkn'iler les

l.s I a rn, ]disl>ania Antiqua, lvf ainz 1 997, 7 0-8 1, Abb. 1 .

GRABAR, O. et ilri,Cirf in rhe De:ert Il, Cambridge (Mass.1

IL)78,16-i1 fig. 1{)5.

ULBERT,'f., "Beobach¡ungen im'Westhoftiereich der

G¡oJlen Basilika von Resafá", Damaszener Mitteilungen 6,

lr).)2.401-1t6.SPLIHLER, F., Die Ontall,aden en: Prapllaer Kanstge:cbichte 1,

Bcrlin 1973, 164-167, hg. It .

AL-ASAD, Khaled - STEPNIO\ISKI, EM., "'fhe umayyard

Sucl in Palmyra', Damaszener Mitteilungen 1, l98r), 20i-22).En todas las publicaciones citadas sobre Resala Rusaf¿t Hiümsc harn publicado también extensos conjuntos cerámicos.

ULBERÍ, T.. Der krutzJ'abrerzdtlich¿ Si/bersch¿tz ¿ts Raafa

Sergiultalis, RESAFA III, Mainz 1990.

Esto es váliclo para lugares con monumentos omeyas como

el propio Damasco pero también se da en Jerusalén ,v en

los llamaclos castillos del desierto Hirbat ¿rl Minya, Qusair

'Anra, Qasr al Harr aé-Sarki, Qasr al-Hair al Garb1, Mshatia,

Hirbat al-Maf!ar etc.

10.

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Lám. 7: Raafa/Rasáfar H).ñn. plano de /a ciudad

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Lárl-n.2: az-Zaituna, plana del conplejo aneya

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Lám. 1: Rtsáfat Hifr.n, área palaciega, pabellón d.e jardin (planta y reconslrucción)

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Fig. l: Rtt:dfat Hiíirn. área ltctlaciega. exccttación del ¡)dbe//ó/t Je jardin

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Fig.2: Ru.rifat Hifr.nt. área falaciegt. pabe/lín de jardin, e.rtucttdo onela

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Fig. ): Rasifat I{i.frnt. írta lalaciega. pabe//ín Je jardht. est/./tdda anqt./.

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