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ÍNDICE.
SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA.
-TOMO I. MEMORIA.
1. SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA. ........ 1
- Introdución. ........................................................................ 2
- Situación y caracteres físicos. ......................................... 5
- Estudio Geológico. ........................................................... 9
- Climatología. ..................................................................... 15
- Vegetación. ....................................................................... 18
- Estructura poblacional. .................................................... 21
- Agricultura y ganadería. ................................................ 24
- Comunicación y transporte. ........................................... 28
- Encuadre histórico. ........................................................... 30
- Patrimonio histórico artístico. ........................................... 37
- Catalogación de salinas. ................................................ 39 - Alcuneza. - El Atance. - Bujalcayado. - Carabias. - Imón.
3
- La Olmeda de Jadraque. - Paredes de Sigüenza. - Riba de Santiuste. - Rienda. - Santamera o Gormellón. - Tordelrábano. - Valdealmendras.
- 2. SALINAS DE IMÓN. ........................................ 60
- Descripción. ........................................................................ 61
- Distribución. ........................................................................ 65
- Introdución histórica. ........................................................ 68
- Obtención de la sal. ........................................................ 81
- Norias de tradición Mudéjar. ......................................... 85
- Albercas, recocederos y calentadores. ..................... 104
- Descripción de los almacenes. .................................... 108
- Análisis del almacén de San José. ............................... 111
- Análisis de las patologías del almacén de San José Planos de patologías. ..................................................... 119
3. PROPUESTA DE USO DE LAS SALINAS DE IMÓN. SOLUCIONES CONSTRUCTIVAS. ............... 136
- Motivos y objetivos de la rehabilitación. ............................. 137
- Propuesta de uso del complejo salinero de Imón. ........... 140
- Soluciones constructivas del almacén de San José. ........ 145
4
- Cambio de uso del almacén de San José. ....................... 151
4. BIBLIOGRAFÍA.
- TOMOII.DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA.
- TOMO III. PLANOS.
A) ESTADO ACTUAL.
-0. Plano de distribución.
NORIA MAYOR.
-1. Alzado principal.
-2. Alzado lateral.
-3. Planta.
-4. Sección.
-5. Planta cubierta.
-6. Planta techo.
ALMACÉN DE SAN JOSÉ.
5
-7. Perspectiva.
-8. Alzado principal.
-9. Alzado posterior.
-10. Alzado lateral.
-11. Planta baja.
-12. Entreplanta.
-13. Planta cubierta.
-14. Sección transversal.
-15. Sección longitudinal.
-16. Sección constructiva.
-17. Detalles de cubierta.
-18. Detalles de entreplanta.
B) ESTADO REFORMADO. Almacén de San José.
-19. Alzado principal.
-20. Alzado posterior.
-21. Planta baja. Cotas.
-22. Planta baja. Distribución.
-23. Entreplanta.
-24. Planta cubierta.
-25. Sección transversal.
-26. Sección longitudinal.
-27. Sección constructiva.
-28. Detalles. Arriostramientos horizontales.
-29. Detalles. Bridas.
6
-30. Detalles. Impermeabilización de cubierta.
INTRODUCCIÓN
Paseando por tierras alcarreñas, nos topamos con unas
construcciones insólitas que estaban destinadas al almacenaje
de sal obtenida por la evaporación de aguas procedentes de
corrientes subterráneas. Este conjunto salinero, se trata de las
salinas de la comarca de Atienza, que ha ido perdiendo
actividad con el paso del tiempo, encontrándose en la
actualidad abandonadas gran parte de las instalaciones y como
consecuencia, prácticamente en ruinas. Pueden citarse dentro
de las denominadas salinas de Atienza las salinas de Imón, La
Olmeda, Bujalcayado, Santamera, Rienda, Tordelrábano,
Carabias,
Alcuneza, Paredes, Riba de Santiuste, Valdealmendras y El
Atance.
Nos sorprendió encontrarnos con sistemas constructivos
propios de una escala doméstica aplicados a una escala
7
industrial hasta entonces desconocida por nosotros dentro del
entorno rural castellano.
Observando las naves y los secaderos nos dimos cuenta de
que el trabajo podía ser abordado desde varios puntos de vista:
análisis del proceso de producción de la sal, desde la extracción
del agua hasta el empacado, y cómo el sistema condiciona la
forma de las construcciones; análisis de la posible generación de
trama urbana en el entorno a las naves para acoger a los
trabajadores y familias que intervienen en el proceso,....
El interés fue en aumento a medida que fuimos conociendo
más datos sobre el proceso de producción y descubriendo
bibliografía, gracias a la ayuda de la gente de la zona,
ingenieros
de minas y sobre todo, de los propios trabajadores y encargados
de las instalaciones actualmente.
A continuación, intentaremos explicar lo más precisamente
posible tanto el proceso de producción, como su justificación
geológica, así como una descripción detallada de los almacenes
y norias que componen la tipología constructiva de las
salinas.
8
Debido a la similitud de todas las salinas de la comarca de
Atienza, en cuanto a su tipología edificatoria y soluciones
constructivas, procederemos a analizar con más profusión en
este trabajo las salinas más representativas de todas cuantas se
hallan en esta comarca , que no son otras que las salinas de
Imón.
Así de ahora en adelante en el presente trabajo nos
referiremos con más profusión a estas salinas por ser las más
significativas, aunque los caracteres básicos de éstas, son
comunes a todas ellas.
Esperemos, pues, que con este trabajo podamos despertar
el interés ante estas instalaciones y mecanismos de tecnología
paleoindustrial que, si bien carecen de rentabilidad económica
en la actualidad, sin embargo poseen un gran valor
arqueológico y arquitectónico que merece la pena defender.
No hay carretera sin puente,
desierto sin arenal,
ni muchachita en Imón
que no tenga gracia y sal.
9
SITUACIÓN Y CARACTERES FÍSICOS
SITUACIÓN
En la Castilla más profunda, muy cerca de la villa de
Sigüenza, a quince kilómetros en dirección Norte, se encuentra
uno de los espacios arquitectónicos más valiosos e interesantes
de la provincia de Guadalajara, e incluso de la comunidad
Castellano-Manchega. Se trata de las salinas de Atienza,
explotadas ya por los romanos y documentadas desde el siglo XI .
Las llamadas salinas de Atienza se hallan en realidad, en
Imón y varios lugares inmediatos, donde el extremo este del
Sistema Central se acerca a las Sierras Ibéricas, en el Norte de la
10
provincia de Guadalajara y junto a la de Soria, en la cual están
próximas las salinas de Medinaceli.
Todas tiene el común denominador de hallarse situadas en
el valle del río Salado, que las surte con sus aguas de la sal
necesaria para el proceso industrial al que se dedican.
Las salinas de Imón se hallan situadas en una extensa llanura
al pie de las montañas derivadas de las sierras de Paredes y
Somosierra que la dominan por el Norte. Dista 150 m del pueblo
que le da su nombre, 96 Km de Guadalajara y 15 Km de
Sigüenza con la que se comunica por medio de la carretera
comarcal 114.
Las salinas de La Olmeda de Jadraque están situadas en el
término municipal del pueblo del mismo nombre. A ellas se llega
por una carretera secundaria que se une a la comarcal 114 en
un punto intermedio de ambas localidades.
Las salinas de Bujalcayado se encuentran en el término
municipal de Riosalido, las salinas de Santamera, llamadas de
Gormellón, se encuentran en el término municipal de Riofrío del
Llano; Rienda, Paredes; Tordelrábano, Carabias, Alcuneza, Riba
de Santiuste, Valdealmendras y El Atance. La gran mayoría de
ellas están abandonadas y en ruinas, excepto, las de Imón y La
11
Olmeda, que se encuentran en actividad y las de Bujalcayado
y Santamera con escasa o nula actividad.
CARACTERES FÍSICOS
En dicha comarca, dominada por el río Salado, aparece
una apófisis del macizo antiguo de la serranía de Atienza, en
dirección SO-NE, rodeado de terrenos mesozoicos suavemente
plegados en la misma dirección. La erosión ha desventrado los
anticlinales, dejando en saliente el eje del paleozoico
(Valdejudios 1.147) y dando lugar a valles en ambos flancos; al
Norte, el de Atienza - Paredes, a unos 1000 m. de altitud, y al
Sur, los de Imón y Cercadillo a 950 m de altitud, labrados en los
materiales triásicos por el río Salado (afluente del Henares), de
nombre bien expresivo, y otras corrientes menores.
Al exterior están limitados por suaves sinclinales colgados
de carniolas, que forman en los límites con Soria los páramos
llamados Altos de Barahona. Hacia el SE, en la zona de contacto
con las sierras Ibéricas, aparecen pliegues muy suaves, de
dirección NO-SE, cortados por la superficie de erosión de
Sigüenza, también en forma de páramos en las carniolas, con
valles abiertos en el Keuper por los afluentes del Salado; por
ejemplo, el que dibuja una Y de Imón a Sigüenza y otros
menores como el de Valdealmendras.
12
En dichos valles, sobre las areniscas rojas de Buntsadstein y
delgados lechos de Muschelkalk, está bien desarrollado el
Keuper con arcillas irisadas, margas grises o verdes con
pequeños bancos de caliza y dolomía y una potente zona
superior de margas rojas. En varios horizontes se encuentran yesos
rojos, sobre todo en el primer tercio del piso, y hay también sal, de
la cual se cargan las aguas aprovechadas en las salinas y forma
a veces eflorescencias o pequeños depósitos en los fondos mal
avenados.
ESTUDIO GEOLÓGICO
LA PROCEDENCIA DE LA SAL
Las salinas de Imón se encuentran en la zona Norte de la
Provincia de Guadalajara, en la región conocida como la
"Arriaca" por los romanos, río de piedra (Wad al-hachara ) por
los árabes. Esta región se desfonda, al contacto con los más
abruptos plegamientos de la sierra de Ayllón, de Pela, las Cabras
y Gorda, presentando un roqueado uniforme en toda la zona
Norte y Oeste de la provincia, afectada enormemente por la
erosión.
13
Estudiando los diferentes estratos que forman la capa
superficial del suelo de la zona, podremos conocer el proceso de
formación de la sal, y las causas de su almacenamiento y
explotación en zonas determinadas.
El origen de estos yacimientos de sal, hay que buscarlo unos
doscientos millones de años atrás cuando el mar cubría aún
buena parte de la Península Ibérica. Al sucederse los
movimientos tectónicos del Terciario, que convulsionaron el
relieve, ese mar interior quedó reducido a un conjunto de lagos
poco profundos, pero muy ricos en sal. La evaporación hizo
desaparecer con el tiempo esos lagos, quedando tan sólo el
lecho cristalizado de sal gema en depósitos que incluso superan
los 200 m de espesor.
De esta forma, el discurrir de las corrientes subterráneas en
contacto con estos estratos es el origen de las numerosas fuentes
y manantiales de naturaleza salobre que salpican, no solo el
mapa alcarreño, sino numerosos enclaves distribuidos por los
más diversos rincones de la Península.
HISTORIA GEOLÓGICA
14
Los materiales anteriores a la Era Secundaria (más de 600
millones de años) no afloran en los alrededores de la zona
de Jadraque, aunque si aparecen en zonas próximas, donde
los diversos plegamientos y cortes han dado lugar a las sierras
que
bordean el sistema central. Estos materiales son en dichas zonas
sobre todo pizarras y gneises, característicos de esta Era.
Los plegamientos del ciclo Hercínico (que provocan cortes
paralelos y desplazamientos verticales en el suelo) elevaron
estos materiales haciendo de las zonas próximas a Sigüenza una
región deprimida, una cuenca entre dos macizos: la Meseta
Central y el Macizo del Ebro hoy hundido y configurando el valle
del Ebro.
Para entonces, el relieve de la corteza permitía suficiente
acumulación permanente de agua dulce procedente de
precipitaciones, y se trazaron los cauces primitivos de algunos ríos,
comenzando así el proceso de erosión y sedimentación fluvial.
El estudio de las cuencas sedimentarias permite conocer las
diferentes situaciones que han sufrido las zonas erosionadas y
receptoras, según sean los sedimentos de tipo químico, detrítico
u orgánico, y dentro de estos su procedencia continental u
15
oceánica. A esta región llegaron sedimentos transportados por
los ríos y arroyadas, procedentes de los macizos más elevados.
Más tarde, en la primera parte del Triásico ( 200 millones de
años), el mar llegó a invadir estas tierras, provocando depósitos
neríticos (materiales acumulados en un fondo marino poco
profundo ).
Las orillas sufrieron sucesivas transgresiones y regresiones,
provocando la aparición de rocas de deposición costero-
continental (areniscas y conglomerados) y rocas de deposición
marina (calizas). Las regresiones también explican la presencia
de lagunas sedimentarias, provocadas por la desecación de
lagunas de agua salada que quedaron aisladas al retirarse el
mar.
Del período Triásico proceden materiales acumulados en
capas relativamente altas, que presentan los tres pisos típicos de
este sistema en condiciones desiguales:
El Triásico Inferior (Buntsandstein), y el Medio (Muschelkalk)
presentan a lo largo de la hoja cambios de facies y de potencia:
de Este a Oeste disminuyen de espesor y se hacen más detríticos.
Se caracterizan, respectivamente por conglomerados, arcillas,
areniscas, y por calizas.
16
El Triásico Superior (Keuper, está compuesto por arcillas y
yesos rojizos, muy característicos de esta zona. Se trata de una
roca evaporítica formada por sedimentos continentales en
zonas palustres, encharcadas, donde la evaporación fue muy
intensa, y favoreció la precipitación de sales y sulfatos. La
presencia del Keuper en estratos de considerable potencia y
uniformidad indica que en el momento de su deposición el mar
ya se había retirado. Durante la Orogenía Alpina (que provocó
fuertes plegamientos desiguales durante ese período) el
comportamiento plástico de
yesos y arcillas ha permitido el despegue entre el rígido zócalo
paleozoico y los estratos posteriores del Jurásico y Cretácico. Las
arcillas de este período se explotan en Sigüenza y Alberca para
cerámica y los yesos al norte de Saúca.
Los procesos erosivos del Cuaternario han afectado
fácilmente a estos materiales, y han escavado amplios valles
sobre el roqueado. Durante el Jurásico sedimentaron sobre el
Keuper los materiales carbonatados del Secundario (margas,
calizas y arenas), propios de ámbitos marinos poco profundos, lo
que indica una nueva y marcada transgresión del mar. Son
rocas de transición entre los depósitos hipersalinos del Keuper y los
carbonatados superiores, formando extensas planicies que
protegen los niveles arcillosos del Keuper, manteniendo la
impermeabilidad de esta capa.
17
Durante el Cretácico terminal, se produce una rápida
regresión, y la sedimentación se hace definitivamente
continental, aunque debido a la fuerte erosión sufrida en los
alrededores de Jadraque, no aparecen materiales de este
período en la zona. Este proceso es general en todo el Sistema
Ibérico. Son muy escasos los afloramientos de rocas del Terciario
en la zona. Las tierras emergieron, pasando de ser cuenca de
recepción a exportar sedimentos, provocándose procesos de
deformación y erosión muy marcados hasta los albores del
Cuaternario. Con los materiales detríticos procedentes del
desmantelamiento de las zonas altas próximas, se rellenan las
zonas deprimidas adyacentes (cuencas de Almazán y del Tajo).
A principios del Cuaternario (1 millón de años), se empieza a
configurar la red hidrográfica actual, que sufrirá cambios hasta
llegar al estado que hoy conocemos. En las zonas próximas
aparece un roqueado organizado por el cruce de los sistemas
Central e Ibérico, formado por dos anticlinales: el de Sigüenza
y el de Sierra Ministra. El pliegue de Sigüenza está desventrado:
la charnela ha sido barrida por la erosión y asoman los materiales
del Triásico inferior (areniscas y conglomerados ).
Los materiales de la edad Cuaternaria se encuentran en el
fondo de los valle , consistiendo en elementos detríticos sueltos,
18
gravas y arenas transportadas por los ríos, y formando terrazas
en la margen derecha del Henares, y depósitos de menor
potencia en el resto de las cuencas fluviales. También aparecen
tobas, que han sido usadas ampliamente en la construcción
rural.
Como se aprecia, toda la zona hacia el Norte y Este de
Sigüenza ha sufrido una enorme erosión durante largos períodos,
dejando en superficie materiales relativamente antiguos.
En la zona Oeste de la hoja afloran materiales más jóvenes,
allí donde se localizan los relieves correspondientes a la sierra de
Ayllón y el inicio del Sistema Central. Esta configuración ha dado
lugar a un área hidrológica en los estratos del Mesozoico de
techo y suelo poco permeables, con series calcáreas de buena
permeabilidad, que se recargan por la infiltración de agua de
lluvia, dando lugar a fuentes y urgencias de gran volumen de
aportación a las cuencas fluviales próximas.
FORMACION DE LA SAL
Los mares primitivos se formaron en una atmósfera caliente
y rica en elementos marinos, carbonato cálcico, cloruro sódico.
Cuando la atmósfera se enfrió y permitió precipitaciones en
19
forma de aguas más puras, las superficies terrestres eran aún
muy planas e insuficientes como para regenerarlas y crear
cuencas dulces. Todos los restos de suelos hasta el carbonífero son
marinos, y no hay constancia de aguas dulces permanentes en
la superficie de la tierra hasta entonces.
Los yacimientos de sal se forman por la evaporación de
lagunas mantenidas en contacto con el mar por un estrecho
canal, lo que permitía la renovación del agua marina y
acumulación de la sal por depósito en el fondo de dichas
lagunas.
Los plegamientos y dislocaciones que desplazaron el agua
de la superficie de los continentes provocaron estas situaciones y
favorecieron la aparición de estos yacimientos. El depósito de sal
está precedido por un depósito de yesos, que es inmediato a la
evaporación del agua del mar. Por esta razón encontramos
yacimientos de los dos materiales siempre juntos. Además, esta
descomposición de la sal interviene en parte en la formación de
hidrocarburos y pueden ser un indicio de la existencia de
yacimientos petrolíferos.
Los manantiales termales toman la sal de las capas que
atraviesan, llevándola hasta la superficie. En algunos casos,
20
corrientes subterráneas disuelven las sales y las transportan a
puntos de fácil acceso que permitan su explotación.
En la zona próxima a Jadraque (que es una extensión de la
zona salinifera del Sur de Aragón) se sucedieron los depósitos
marinos y la acumulación de sal durante varios períodos
geológicos, pero también la aportación de materiales de
variada permeabilidad y una posterior en diferentes zonas
grados, que hacen más o menos inaccesible la sal, sobre todo
para las primitivas explotaciones como las de Guadalajara.
En este caso la formación de depósitos arcillosos durante el
Triásico, aún cuando no estaban las tierras cubiertas por el mar,
propició la acumulación de sal que provocó un nuevo
movimiento del mar. Las corrientes de agua amparadas en este
sustrato, transportan la sal disuelta hasta zonas especialmente
erosionadas, donde se hacen fácilmente accesibles a través de
pozos de 4 a 5 m. de profundidad. Otras veces la sal crea
depósitos como las minas de Santamera, donde la explotación se
realiza por procedimientos industriales más complejos.
CLIMATOLOGIA
Para realizar el estudio climatológico de la zona se ha
buscado la estación meteorológica más próxima que nos
proporcionara series de datos fiables. Esta estación es la de
21
Rascafría a 1159 m. de altitud sobre el nivel del mar en Alicante y
en la que se ha estudiado el período comprendido entre 1980 y
1990.
Los datos de dicha estación, son extrapolables a la zona de
las Salinas de Atienza, pues su altura, vertiente y latitud son muy
semejantes. Sin embargo, debemos destacar una serie de
matizaciones pues entre ambas zonas existen leves variaciones
orográficas.
Rascafría está situada en un valle, mientras que el área que
ocupa nuestro estudio, se encuentra comprendida en un
ambiente de carácter abierto, cerrado solamente al norte y al
este.
La precipitación media anual es sensiblemente inferior en la
zona de Atienza, mientras que la temperatura estival es dos o
tres grados superior a la del Alto Lozoya. Sin embargo, el número
de días de nieve es similar. Por lo tanto, podemos tomar como
datos para nuestro estudio los facilitados por la estación de
Rascafría, extrapolando sus resultados de acuerdo con las
matizaciones que acabamos de indicar.
22
Analizando estos datos vemos que Noviembre, Diciembre y
Enero suponen los meses de máxima pluviosidad (41 %) del total ).
Este porcentaje nos indica que la pluviosidad es más elevada
que en el resto de la provincia, hecho que podemos atribuir a su
latitud norte , a su altitud y a la barrera orográfica que supone el
Sistema Central.
Otro dato importante para nuestro estudio es que la
precipitación en forma de nieve se produce durante veinticinco
días al año en los meses invernales. La climatología de la zona es
dura, con inviernos fríos y veranos suaves cálidos , lo que supone
una elevada amplitud térmica anual con sequía estival.
Elementos todos ellos, que configuran un clima que se podría
definir como Mediterráneo con acusada degradación
continental -montañosa.
VEGETACIÓN
23
Al analizar la vegetación natural de la zona vemos como
las alteraciones del ecosistema que se han producido durante la
época de mayor presión demográfica han tenido una notable
influencia en la degradación de la zona y en su posterior
despoblamiento.
La principal especie arbórea de la zona es el roble (Quercus
robur) también conocido como rebollo o melojo. La importancia
ecológica de este árbol es enorme, al ejercer sobre el suelo
genéticamente ácido una acción basificante producida por la
exfoliación otoñal que permite la retención de la humedad
edáfica. El roble del mismo modo produce mediante la fuerza de
sus raices una compactación y densificación del suelo, evitando
de este modo la erosión en los suelos que antes de su aparición
eran ya de por si erosivos. Su límite altitudinal es de 1500 m. a
1600 m. apareciendo a partir de esta altitud el estrato arbustivo.
El aprovechamiento del roble era máximo, se utilizaba
como alimento del ganado, como robusto material de
construcción y como carbón vegetal, una actividad para la
que su madera es propicia. Esta multiplicidad de usos elevó
progresivamente la población, hecho este que motivó un
desequilibrio ecológico al producirse una importante regresión
del robledal , que paso a convertir la zona en un estrato
arbustivo.
24
Al desaparecer el roble, desaparece también la industria
primaria del carbón vegetal, el ganado encuentra menos
alimento y el suelo aumenta su acidez que hace imposible su
cultivo, a la vez que aumenta la erosión del mismo .
Todo lo anterior lleva a un empobrecimiento de la tierra y a
una escasez de recursos naturales, que unido al aislamiento y la
falta de comunicación origina la despoblación y el consiguiente
deterioro progresivo de la edificación hasta llegar, en algunos
casos, a la ruina total como ha ocurrido en las salinas de
Valdealmendra, Rienda etc. por citar únicamente dos ejemplos.
La segunda especie principal de la zona es el enebro
(juniperos oxycedrus). Es un árbol de bajo porte, a veces no pasa
de arbusto , pero que puede alcanzar una altura entre 3 m y 5
m. Su aprovechamiento fundamental se basa en la alimentación
del ganado .Este árbol-arbusto presenta una fuerte resistencia,
tanto a la sequía como a las bajas temperaturas, lo que significa
una adaptación total al medio que estudiamos, aunque su
carácter elifolio le permite únicamente situarse en las vertientes
de solera. El enebro marca la frontera entre el robledal y el
arbusto , pues a partir de los 1600 m la vegetación se compone
fundamentalmente de brezal mixto y diferentes tipos de genista,
el piorno y la gayuba.
25
Otro estrato arbustivo de la zona es el que viene
asociado al robledal y está compuesto fundamentalmente por
escoba negra, retama blanca y helechos en las zonas con
microclimas húmedos (arroyos, manantiales..). Todos ellos
constituyen un conjunto de materiales acidifólios plenamente
adaptados a la sequía estival y a la litología existente de pizarras
negras con contenido en sílice.
Un hecho significativo, es que a pesar de existir en la zona
especies arboreas muy aptas en construcción, se haya elegido el
pino como madera fundamental del proceso constructivo. Este
hecho se justifica debido a las necesidades constructivas , ya que
la estructura de los almacenes requiere pilares de elevada
longitud, característica que no poseen las especies de la zona.
ESTRUCTURA POBLACIONAL
26
Uno de los fenómenos que más ha afectado a los
elementos sociales españoles del último siglo es la emigración.
Fenómeno que en nuestra zona se hizo notar de forma
espectacular, pues varios de los pueblos que incluimos como
pertenecientes a la comarca de las salinas de Atienza han
llegado a la despoblación y se encuentran actualmente
abandonados (Bujalcayado, Valdealmendras,....) a causa de la
emigración.
La emigración en el siglo XX sufre una evolución muy
acusada de la que se pueden distinguir tres etapas :
-La primera etapa corresponde al período 1900-1936 y
durante ella el proceso emigratorio es continuo pero no muy
elevado.
-La segunda etapa corresponde al período 1936-1960
y supone un freno en el flujo emigratorio debido a las dificultades
económicas y políticas relacionadas con la guerra civil y la
postguerra ya que no existían los incentivos socioeconómicos
tradicionales de las áreas receptoras de emigración.
-La tercera etapa se inicia en los años 60 con el
despegue económico y la fuerte industrialización de España.
27
En la actualidad esta situación ha cambiado, cesando el
proceso demográfico de emigración y comenzando un lento
proceso de retorno. Este proceso viene marcado por diversos
factores, como la ausencia de población en edad emigrante, la
crisis industrial que sufren las ciudades, la cual afecta a
aquellos que emigraron en tapas anteriores y por último
la reactivación económica de la zona debido a actividades
turísticas. Actualmente la densidad de población en 1,3
hab/Km2
El fenómeno de la emigración ha influido decisivamente
en la comarca de las salinas de Atienza y lo ha hecho de forma
negativa pues debido al despoblamiento y a la falta de
producción de las salinas, éstas han sufrido una falta de
mantenimiento que amenaza. con la ruina total y la desaparición
de las salinas.
La emigración fue un fenómeno causa-efecto pues
surgió como consecuencia del subdesarrollo de nuestra zona,
pero entonces se convirtió en razón del aumento de dicho
subdesarrollo, siendo un círculo que alcanzó en los años setenta
el punto de máximo subdesarrollo con un abandono, en algunos
casos total de los pueblos de la comarca de las salinas de
Atienza.
AGRICULTURA Y GANADERIA
A pesar del aislamiento que presentaba nuestra zona en
relación con otras zonas de su provincia, ha mantenido un
desarrollo económico similar, produciéndose un cambio en el uso
del suelo como consecuencia de las deficiencias productivas de
la atracción económica que ejercían ciudades como Madrid y
Guadalajara.
El cambio aludido es de tipo estructural, pasándose de una
agricultura de auto-consumo y de carácter marginal, a un
abandono casi total de la actividad agraria salvo alguna
especialización ganadera, en el mejor de los casos. En este
proceso se distinguen dos etapas perfectamente diferenciadas,
la primera abarca desde el principio de siglo hasta la mitad del
mismo, y la segunda abarca desde 1960 hasta la actualidad.
-(1900-1950) En la primera etapa existe una agricultura
tradicional o de subsistencia. Durante esta etapa la actividad
agraria se corresponde con un esquema típico de agricultura
tradicional caracterizada por una fuerte actividad de trabajo
humano apoyado por animales. La actividad agrícola se basaba
fundamentalmente en el cultivo de cereal condicionado por la
dura climatología y la infraestructura física que obliga a cultivar
sobre fuertes pendientes y a utilizar el primitivo sistema de rozas,
consistente en quemar parcelas de matorral acidifolio o bosque
para aprovechar las cenizas como abono. Esta agricultura
cerealista se veía complementada por una serie de huertos de
autosubsistencia que significaban un complemento a la
alimentación familiar, se situaban muy próximos a los caseríos, e
incluso lindando con sus paredes.
La actividad ganadera de esta etapa cumplía dos
funciones, por un lado, ofrecía rentas (alimentación y capital) y
por otro , era una fuente de trabajo y energía.
El mantenimiento de esta cabaña ganadera se basaba en
la alimentación "a diente " en los prados de riega y en la recogida
de heno para la época invernal y los pastos de altura para la
alimentación en verano. Pero en algunas ocasiones la dureza del
medio imponía la transhumancia.
La cabaña se componía de ganado caprino y ovino, y
ganado bovino y equino para el trabajo.
La explotación forestal cumplía tres funciones muy
importantes para la economía de la zona. Abastecía de energía
calorífica mediante el carboneo en especies altamente
productivas como la encina, el roble y el rebollo.
En segundo lugar, servía como alimento complementario para el
ganado y por último servía como material de construcción.
Esta sobreexplotación forestal repercutía en una
degradación de la masa forestal, en ningún momento la
explotación forestal fue planificada, sino que atendía a las
necesidades de la comunidad.
La actividad ganadera sufrió un reconversión y al
producirse un aumento de los salarios y una fuga de la mano de
obra, la actividad económica paso del sector agrícola al sector
ganadero. Sus excedentes económicos se invirtieron en la
compra de unos productos alimenticios que antes ofrecía la
agricultura. Esto convirtió a la actividad ganadera en
semiextensiva, alimentándose la cabaña a diente cuando era
posible y cuando no con forrajes y piensos.
La actividad forestal sufrió enormes cambios con
desaparición del carboneo, lo que originó una autoregeneración
natural del bosque.
Si realizamos un balance final correspondiente al capítulo de
las actividades agraria y ganadera, un resumen de la evolución
de la zona, diremos que ha pasado de un sistema tradicional a
un sistema débilmente especializado, siendo la ganadería el
sector más rentable frente a la agricultura, hecho lógico
teniendo en cuenta los condicionantes climáticos al tratarse de
un área de montaña por encima de los 1000 m.
En la actualidad hay una nueva fuente de ingresos de tipo
agrícola, estamos hablando de la apicultura. Existen un gran
número de colmenas repartidas por toda la zona. Las abejas,
aprovechan la rica vegetación del entorno para
posterioremente elaborar la miel.
COMUNICACION Y TRANSPORTE
Un factor que ha sido fundamental en la conservación del
medio natural y arquitectónico de la zona es la inaccesibilidad y
el aislamiento que sufrió la comarca. Este aislamiento fue debido
al medio físico y a la ausencia de inversiones oficiales para la
construcción de vías de comunicación. A finales de los años
setenta y principios de los ochenta se inicia una mejoría del
sistema viario pero esta medida se emprendió tarde pues la
mayor parte parte de la población, especialmente el estrato
joven, ya había emigrado.
Esta mejoría en la infraestructura de transportes ha supuesto
un aumento en la actividad, y ha llegado a convertirse en zona
de segunda residencia al reformar los antiguos emigrantes sus
propias casas y utilizarlas como viviendas de fin de semana.
A pesar de las reformas realizas en la red vial en los últimos
años, la zona de estudio deja mucho que desear todavía en
cuanto a materia de comunicaciones se refiere, presentando el
sistema viario deficiencias respecto de su jerarquía y calidad. Los
factores que podrían explicar esta diferencia en la red son la
orografía de la zona y la ausencia de interés económico del área
para las administraciones públicas, al ser esta carente de recursos
económicos y poseer una baja densidad de población: (un
habitante por Km2).
Las comunicaciones entre los pueblos de la zona es causa
directa tanto de
abandono como de emigración sufrida, como de la ausencia
total de recursos
económicos actuales. Sin embargo también es causa
directa del estado de conservación al que han llegado hasta
nosotros las Salinas de la comarca de Atienza, pues impidió el
desarrollo anárquico de sus pueblos y las intervenciones
destructivas en su caserío.
34
ENCUADRE HISTORICO DE LA COMARCA DE ATIENZA
La arquitectura forma parte de la cultura y de la historia de
los pueblos, y como tal ejerce un influencia sobre ellos, influencia
que es importante conocer para llegar a entender la
arquitectura, como un todo globlal, integrado en la historia y en
las gentes y justificado por éstas.
La Prehistoria.
Existen muy pocos datos referentes a nuestra zona. Los
vestigios más antiguos son las pinturas del portalón de
Villacadima. Estas pinturas fechadas en la Edad de Bronce
Inicial, se refieren a modos de vida ganaderos.
Durante la Edad de Hierro se produce un asentamiento de
nuevos pueblos en la Meseta, que afecta a la provincia de
Guadalajara.
En los siglos VI y VII a.de C. se produce el auge de las
sociedades celtibéricas al Norte del Tajo. En nuestra zona se
asentaron los Arévacos, una de las cuatro tribus celtibéricas.
Era un pueblo pastoril cuya base económica y principal fuente
de riquezas era la ganadería .
35
Romanización.
En este período encontramos alguna documentación
referente a nuestra zona, pues según los mapas de dispersión de
hallazgos y yacimientos, existían diversas minas auríferas entre las
que destacan las de Arroyo de las Fraguas.
La crisis del imperio romano hace que, desde el siglo III, la
muy escasa población se disperse por el territorio. La actividad
económica primordial es la agricultura, localizada en grandes
latifundios donde los restos de la población hispanorromana
dominante se refugia en régimen de práctica autarquía.
Naturalmente, nuestra zona debió notar, gracias a su
cercanía a los núcleos de Sigüenza y Atienza, el proceso de
romanización, que según ciertos indicios marca el origen de las
salinas, influenciadas por la posibilidad de comercio exterior, al
hayarse en la encrucijada de caminos que por aquella época
era Sigüenza. La zona no notaría, ni a efectos poblacionales ni
económicos, las sucesivas oleadas de vándalos y suevos, ni el
asentamiento en la zona de los alanos, o las sucesivas campañas
de vándalos y romanos que asolarían lo que todavía quedaba
de las prósperas villas del Imperio.
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El Reino Visigodo.
Cuando en el siglo VI los visigodos se asientan,
principalmente al norte del Tajo, se mantienen las estructuras
feudalizantes del Bajo Imperio, constituidas por latifundios
servidos, ahora , por la mano de obra campesina
hispanorromana, en un estado de paulatina adscripción a la
tierra. Ya entonces es posible que existieran en nuestra
comarca rebaños de ovejas practicando la
transhumancia, o por lo menos la transterminancia . La
ganadería sería ya la base económica de esta escasísima
población indígena, unida, aunque todavía sin consecuencias
sobre el medio físico, a una agricultura incipiente de subsistencia.
Cerca de nuestra zona, el único asentamiento importante
existente, se encuentra en
Fresno de Cantespino.
La Invasión Arabe.
La llegada de los musulmanes, traería un largo período de
inestabilidad a estas tierras. Entre los invasores, fueron los
beréberes procedentes del Magreb los que se asentaron en las
zonas más pobres, áridas y montañosas, y por lo tanto es fácil
37
suponer que en nuestra Comarca, dedicándose a actividades
preferentemente pastoriles.
Aunque desconocemos el número de sus componentes y el
significado social y económico que alcanzaron, podemos
suponer que compartirían la tierra y las costumbres ganaderas de
los hispanovisigodos conversos o muladíes y en casos, con los
mozárabes. La población inicial beréber aumentaría con el
repliegue hacía el Sur, ya en el siglo VII y por motivos de la
reconquista, de aquellos que se habían establecido en la meseta
Norte.
En nuestra área se mantuvieron las aldeas mozárabes con
carácter rural, e incluso se realizaron algunos asentamientos
árabes, como indica la toponimía de Alcuneza .
Reconquista y Repoblación.
Toda la Sierra de Ayllón constituía el límite fronterizo entre los
reinos musulmanes y cristianos, límite sur, de la desertizada,
poblacionalmente, zona del Duero, y parte de la Marca o
frontera Media que tuvo sus centros en Toledo, Guadalajara y,
ya en el siglo X en Medinaceli. La inestabilidad sería característica
fundamental de estas tierras, sometidas a las acciones militares y
38
repobladoras, alternativamente, tanto de cristianos como de
musulmanes.
Toda la comarca permanece en la Taifa de Toledo hasta su
reconquista ya en el siglo XI por Alfonso VI.
Se inicia ya así el lento y ya definitivo proceso de
repoblamiento de la zona, uniéndose a la población existente
mencionada, castellanos, leoneses y gallegos.La repoblación
monástica está representada por la casa que los templarios
tenían en Albendiego y sobre todo Bonaval, que en 1164 fue
concedido por Alfonso VIII a una comunidad de monjes
cirtercienses para que, habitándolo velut precarium, sirviera de
barrera en caso de nueva invasión musulmana.
Comunidades de Villa y Tierra.
Las repoblaciones más importantes se producen desde fines
de siglo XI hasta mediados del XIII. Es en el siglo XII donde la
organización territorial se realiza a través de las comunidades de
Villa y Tierra.
Estas comunidades nacen en aquellas zonas
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repobladas después de lascampañas de Almanzor (956-1002), al
Sur del río Duero, ocupando buena parte de las actuales
provincias de Burgos, Valladolid, Salamanca, Soria, Segovia ,
Avila, Guadalajara, Madrid, Toledo, Cáceres y Badajoz.
Nuestra zona de estudio entra de lleno en estas
comunidades, pues como veremos, todos los pueblos
correspondientes a la comarca pertenecían a alguna
comunidad de Villa y Tierra, que al tener un sistema jurídico
diferente al resto de España, supone un factor más que influye en
los mismos y por consiguiente en su Arquitectura.
Este modelo se desarrolló alrededor de la villa , centro de
población con aspiraciones urbanas, dotada de castillo o
fortaleza y rodeada de murallas. La comunidad la gobernaba el
concejo de la Villa, que se encargaba de repartir las heredades
entre los vecinos pobladores, dirigía el nacimiento e instalación de
aldeas, reservaba parte del territorio para aprovechamiento
comunal y concejal y establecía la normativa jurídica que
regulaba las relaciones entre la villa y sus aldeas.
En las comunidades de mayor ámbito territorial se producía
una subdivisión en distritos menores, que recibían el nombre de
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Sexmos (como el de Segovia o Cuéllar) o el de Ochavos (como
el de Sepúlveda).
Hemos visto como bajo la forma jurídica de estas
comunidades los pueblos adquieren una estructura, de la que
existe más documentación y que es la que podemos considerar
como de creación. Es a partir de este momento cuando
podemos seguir el desarrollo de los mismos y comprender su
evolución y el porqué se creo este tipo de Arquitectura que ha
llegado hasta nuestros días.
Los Señoríos.
La autonomía y el régimen jurídico del que disfrutaban las
comunidades de villa y tierra era totalmente distinto a las
instituciones que por aquel entonces regían en toda Europa. A
finales del siglo XIII se inicia un período de descomposición del
sistema producido por lo que se denominó "La revolución
nobiliaria", que convertía en posesiones reales la mayor parte de
estas comunidades.
Vamos a ver como la sociedad igualitaria y democrática de
las comunidades de villa y tierra en la que se hallaban inmersos
los pueblos de la Comarca de Atienza, se transforma en una
sociedad más feudal en la que el municipio pierde su poder y
donde los privilegios de la nobleza local se afianzan más.
En nuestra zona de estudio la mayor parte de las aldeas y
municipios pasaron durante el siglo XV de las comunidades de
Villa y Tierra a los Señoríos, perdiendo los privilegios de las mismas y
siendo la casa del Infantado , detentada en la persona del
Marqués de Santillana, la que adquirió la jurisdicción de la mayor
parte de los pueblos.
Las
Desamortizaciones.
En el siglo XVIII se reforzó la presencia de la burguesía en los
concejos de los municipios hasta llegar a la constitución de 1.812.
En el siglo XIX comenzó el proceso desamortizador, que tuvo
consecuencias bastante negativas al privar a los pueblos de la
comarca de Aytienza, de sus tierras comunales.
Al realizarse en 1.835 la primera medida para la venta de
bienes propios y en 1.855 la transferencia de las tierras
municipales, por el entonces ministro Pascual Madoz, se originó un
rápido empobrecimiento de los municipios cuyas consecuencias
han llegado hasta nuestra actualidad.
Por bienes comunales de un pueblo o varios entendemos ,
todas aquellas propiedades colectivas de todos los vecinos cuyo
uso era necesario para las labores del campo : montes , prados ,
ríos, bosques. También existían bienes propios del pueblo que
constían en diversos medios y fuentes de ingresos que
pertenecían a la corporación municipal: Tierras de mejor calidad ,
molinos, salinas,...
Es ya en esta época cuando se empieza a notar la
tendencia migratoria de los habitantes de la zona, tendencia
que se acentúa en los primeros años del siglo actual. En el caso
de la zona de la comarca de Atienza muchos de sus municipios
no fueron capaces de encontrar nuevas fuentes de trabajo y
riqueza, pasando a tener una economía de subsistencia no
recibiendo ningún tipo de ayuda de la administración.
Epoca actual
El largo proceso histórico de colonización y
culturización de estas tierras termina en la ruina y el
abandono actuales. Así se crearon unas circunstancias que
propiciaron un proceso de despoblamiento posterior, como
vimos anteriormente.
El único motivo de esperanza para el conjunto de la
comarca de Atienza lo constituye el interés que parecen
empezar a despertar las zonas de montaña en nuestras
administraciones. La redacción y puesta en práctica de
programas de de ordenación y promoción para el desarrollo
integral de la zona es , quizás, la última oportunidad de su
recuperación poblacional, económica, funcional y cultural.
PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO
Debido al enorme interés de las salinas de la comarca
de Atienza, es necesario recordar, que su pervivencia a
través del paso de los tiempos, depende de una actuación
rápida y enérgica cuanto antes posible.
No es de extrañar tal preocupación por las salinas, ya
que constituyen un legado de la historía, así como son el
último ejemplar vivo de tecnología paleoindustrial. Sus norias,
almacenes y empedrados, constituyen un conjunto único
que es necesario preservar. Por eso las administraciones ya
han dado el primer paso, incoando respectivos
expedientes de Bienes de interés cultural con categoría de
monumentos, acerca de las salinas de Imón y del Gormellón.
Pero esta declaración, se queda corta, y se pide desde aquí
un trabajo de catalogación y protección de la zona, que
debido a su mal estado de conservación, si no es efectuado
por la vía de urgencia, pone en peligro tan valioso legado
cultural.
CATALOGACIÓN
Vamos a proceder al estudio de las salinas existentes en
la comarca de Atienza.
Para su identificación y reconocimiento ha sido
necesaria una ardua labor de investigación por los pueblos
de la zona.
Para recabar información hemos tenido que consultar
con las gentes de la zona, que con su amable colaboración,
nos han informado sobre la localización de las salinas, su
funcionamiento, y han añorado con nosotros, tiempos
mejores, en los que la producción de sal en la zona, obtenía
cuantiosos beneficios.
Procederemos a catalogar las salinas por orden
alfabético, indicando los datos más interesantes sobre ellas,
así como su estado de conservación en la actualidad, si bien
hay que indicar, que el comentario sobre cada salina irá
acompañado de una fotografía donde se pueda apreciar su
estado en el momento actual.
A continuación mostramos un mapa de la provincia y
de la zona con el fin de situar exactamente cada explotación
dentro de la comarca de Atienza.
ALCUNEZA
LOCALIZACIÓN
Salinas situadas en el pueblo del mismo nombre, en su
mano izquierda según accedemos a él.
El pueblo de Alcuneza dista 5 Km de Sigüenza, llegando
hasta él por la carretera
DISTRIBUCIÓN
Las salinas constan de dos almacenes, uno de
generosas dimensiones y otro menor, ambos en total ruina. No
aparecen ningún tipo de presencia de casetas de noria.
Encontramos junto al almacén de mayores dimensiones,
varios recocederos y albercas inundados en penoso estado
de conservación.
DATACION
Las salinas, según informénes estadísticos de la época,
datan de 1910 aproximadamente,
habiendo continuado su explotación hasta 1960, donde ceso
todo tipo de producción, y los almacenes, norias, y albercas
quedaron abandonados, llegando en la actualidad al
estado de ruina total.
CONSERVACIÓN
El estado de conservacion es en líneas generales de
completa ruina.
Los almacenes se encuentran hundidos en sutotalidad,
no hay presencia de norias, ni siquiera de sus casetas, y las
albercas se encuentran enlodadas e inundadas de plantas y
musgos.
EL ATANCE
LOCALIZACIÓN
Pueblo situado junto al embalse del mismo nombre de
reciente construcción. El pueblo se encuentra actualmente
abandonado.
Dista de Sigüenza unos 13 Km, aunque el acceso es
dificultoso, ya que hay que acceder a través de pistas en
mal estado.
DISTRIBUCIÓN
Hemos sabido de la existencia de estas salinas gracias a
los comentarios de las gentes de pueblos vecinos. Pues son
nulos los restos que quedan en el lugar, aunque es de
suponer, que las características de las salinas
no disten mucho, en cuanto a tamaño y distribución de las
salinas de Alcuneza, o Paredes.
DATACION
Según informaciones obtenidas por diversos medios,
tanto orales como escritos, las salinas comenzaron su
andadura hacía 1910, acabando la producción de sal en las
mismas antes de mitad del presente siglo.
CONSERVACIÓN
Se puede decir de estas salinas, que su estado de
conservación en la actualidad es de ruina total, no
quedando ningún resto significativo de ellas, ni siquiera
albercas, o recocederos y mucho menos norias o
almacenes.
BUJALCAYADO
LOCALIZACIÓN
Las salinas de Bujalcayado se encuentran en el término
municipal del poblado que lleva el mismo nombre. Están muy
próximas a las salinas de La Olmeda, de las que las separan
apenas 200 m.
Se llega a las salinas por la misma carretera que se
accede a las salinas de La Olmeda, es decir, se parte de
Sigüenza por la comarcal 114, para luego coger el desvio
que indica hacia La Olmeda.
Las salinas distan 10 Km. de Sigüenza, 2 menos el
poblado de Bujalcayado, que en la actualidad se encuentra
abandonado.
DISTRIBUCIÓN
Las salinas constan de tres norias, un almacén, dividido
en dos estancias, un pequeño garajes y unas 400 albercas,
además de recocederos y calentadores.
Digamos, que están dividas por partidos, al igual que
una gran salinas, como pudiera ser La Olmeda o Imón , pero
con menor extensión.
DATACION
Estas salinas se pueden clasificar como de las más
modernas de la comarca, estando fechadas
aproximadamente 1890.
Su producción ha seguido un camino paralelo a la de La
Olmeda, si bien en los últimos años estas salinas cesaron su
producción antes que áquellas, debido principalmente a la
mecanización de las salinas de La Olmeda. Con lo que se
puede decir que cesó su explotación cerca de 1970.
CONSERVACIÓN
El estado de conservación de estas salinas es bastante
aceptable. De sus tres norias, solamente una se encuentra en
ruina total, las dos restantes tienen incluso las ruedas. El
almacén se encuentra en buen estados, si bien está siendo
perjudicado por actos vandálicos.
CARABIAS
Las salinas de este pueblo también pueden ser
conocidas por el nombre de salinas de Cirueches, ya que
muy próximo a ellas se encuentra el caserío del mismo
nombre, destinado en la actualidad a granja agrícola y
ganadera.
LOCALIZACIÓN
Las salinas de Carabias, están situadas en el término
municipal del pueblo con el mismo nombre. Dista 7 Km de
Sigüenza, llegando hasta el pueblo por un desvio de la
comarcal 114, partiendo desde Sigüenza con dirección hacía
Atienza. a las salinas se llega, accediendo a por una pista
que parte desde los alrededores del pueblo de Carabias. El
acceso directo a las salinas ha sido totalmente imposible, ya
que son propiedad particular y se encuentran en el interior
de una finca vallada, dedicada al pasto de ganado bovino.
DISTRIBUCIÓN
Se componen de un único almacén y de unas 50
piscinas. El almacén ha sido totalmente reformado, y se
dedica ahora como nave para alojar ganado y enseres del
campo. No hay presencia alguna de norias, aunque debido
al tamaño de las salinas podemos decir que son similares a las
de Paredes o Alcuneza, por lo que debieron de contar en su
época con una o dos norias como máximo.
DATACION
Estas salinas tienen fecha aproximada de construcción a
partir de 1900, no debiendo ser abundante su producción
debido al tamaño de las mismas, continuando ésta
aproximadamente hasta los años 40.
CONSERVACIÓN
Las salinas de Carabias, aunque nos ha sido imposible
acceder a su interior, presentan, mediante una visualización
lejana, un proceso de modernización, con la ampliación y
reforma del viejo almacén, la supresión de todo tipo de restos
de noria, y el abandono de sus cerca de 50 albercas. La
reforma del almacén, no ha respetado su estructura y forma
original, aunque ha podido mantener su estructura, a pesar
de haberse perdido el concepto inicial de salina, sustituido
ahora, por una explotación de carácter ganadero.
IMÓN
LOCALIZACIÓN:
Las salinas de Imón, se encuentran en el pueblo del
mismo nombre. Este pueblo está situado a unos 14 Km. de
Sigüenza y 16 km. De Atienza. Las salinas entrada del pueblo,
situándose éste en una colina próxima. Se accede a ellas por
el desvío hasta el pueblo, partiendo desde Sigüenza por la
carretera comarcal 114.
Junto a estas salinas se encuentran las de Santamera, a
unos 3 Km. de distancia.
Las salinas de Imón, son las más importantes de la
comarca, debido a su mayor tamaño, mayor calidad
constructiva y mejor estado de conservación siendo éste
con bastante bueno, exceptuando algún partido de las
salinas que se encuentra en estado de ruina.
DISTRIBUCIÓN
Aunque más tarde hablaremos en profundidad de estas
salinas, podemos decir a modo de introducción que las salinas
se componen de tres almacenes de gran tamaño,
cinco norias distribuidas a lo largo de la instalación, varios
recocederos, y unas mil albercas. Además acompañan al
conjunto diversos edificios anexos, que sirven como oficinas y
pequeños almacenes, todo ello en un estado de
conservación aceptable.
Las salinas están divididas por el clásico método de
partidos, en el que cada uno de ellos, recibe un nombre
diferente. Contando con una serie de albercas y
recocederos, además de su correspondiente noria. Aunque
existe un mayor número de recocederos, independientes a
cada partido, que reciben denominaciones populares y que
surten a las albercas de cada partido
DATACION:
Las salinas de Imón se construyeron en la Edad Media,
pero los restos que han llegado hasta nosotros, son del siglo
XVIII, más concretamente sobre 1720.
Su producción ha sido, la mas alta de la zona, desde su
creación, aunque últimamente se utilizaban, modernos
métodos de extracción de agua, la producción ha
continuado hasta 1996. Quedando en la actualidad, algunos
restos de la última cosecha junto a los almacenes de San
José y San Antonio.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
De sus cinco norias, se conservan cuatro de ellas en
estado aceptable aunque de éstas solo tres conservan sus
aparejos .
De los dos almacenes, uno se encuentra en ruina total,
faltándole la cubierta en su totalidad, mientras que los otros
dos, a pesar de sus diversas patologías se mantienen en pié.
Las albercas y recocederos, conservan en su mayoría
sus empedrados y maderos, exceptuando la parte del
partido de Torres que se encuentra en estado de abandono.
LA OLMEDA
LOCALIZACIÓN:
Las salinas de La Olmeda, se encuentran en el pueblo
de La Olmeda de Jadraque. Este pueblo está situado a unos
10 Km de Sigüenza. Las salinas se hayan en la parte baja del
pueblo, situándose este en una colina próxima. Se accede a
ellas por el desvio hasta el pueblo, partiendo desde Sigüenza
por la carretera comarcal 114.
Junto a estas salinas se encuentran las de Bujalcayado
al Este y las de Carabias al Oeste. Las salinas de La Olmeda,
son después de las de Imón el mayor exponente de las salinas
de la comarca, siendo su estado de conservación
bastante bueno, exceptuando algún partido de las salinas
,que se encuentra en estado de ruina.
DISTRIBUCIÓN
Se componen las salinas de dos almacenes, cinco norias,
varios recocederos, y unas ochocientas albercas. Además
acompañan al conjunto diversos edificios anexos, que servían
como vivienda a las familias de los trabajadores de las salinas,
así como una iglesia, todo ello en un estado de conservación
aceptable.
Las salinas están divididas por el clásico método de
partidos, en el que cada uno de ellos, recibe un nombre
diferente, y cuenta con una serie de albercas y/o
recocederos, además de su correspondiente noria.
DATACION:
Las salinas de La Olmeda se construyeron en la Edad
Media, pero los restos que han llegado hasta nosotros, son del
siglo XVIII, más concretamente sobre 1720.
Su producción ha sido tras las salinas de Imón, la mas
alta de la zona, y aunque utilizando, modernos métodos de
extracción de agua, la producción ha continuado hasta
1992. Quedando en la actualidad, algunos restos de la última
cosecha en el interior del almacén de San Mateo.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
De sus cinco norias, se conservan tres de ellas en estado
aceptable, el resto están semihundidas, y los aparejos han
desaparecido.
De los dos almacenes, uno se encuentra en ruina total,
faltándole la cubierta en su totalidad, mientras que el otro,
(San Mateo), a pesar de sus diversas patologías se mantiene
en pié.
Las albercas y recocederos, conservan en su mayoría
sus empedrados y maderos, exceptuando la parte más
próxima al pueblo de Carabias, que se encuentra tapado
por lodo.
PAREDES DE SIGÜENZA
LOCALIZACIÓN
Estas salinas se encuentran en el término municipal del
pueblo del mismo nombre. Al pueblo se accede por la
carretera comarcal 114, dejando ésta al llegar a Imón y
continuando dirección Soria, hacía el pueblo de Valdelcubo.
Las salinas están a las afueras del pueblo cercanas a las
de Rienda. Para acceder a ellas se baja por un camino desde
la plaza del pueblo.
DISTRIBUCIÓN
Las salinas están compuestas por un almacén, varias
albercas y un par de pequeñas norias. También, a un lado
de las albercas se muestran las ruinas, de una pequeña
construcción, tal vez algún pequeño cuarto destinado al
almacenaje de útiles.
DATACION
La fecha aproximada de construcción de las salinas es a
partir de 1900, son similares a otras descritas, como las de
Alcuneza etc. Sus dimensiones son pequeñas en
comparación con las de las salinas de La Olmeda o Imón, y
posiblemente su producción dependía de estas. Estuvieron
en funcionamiento como salinas hasta 1965, y después se
destinaron sus almacenes y pequeñas norias, a establos y
almacenes de labores del campo.
CONSERVACIÓN
Se aprecia, sobre todo en el almacén, que no mucho
antes de su cierre, fue remodelado y revestido exteriormente
con mortero de cemento, aunque en laactualidad, se
encuentra totalmente hundido, al igual que una de sus
norias, sin embargo la otra conserva el pozo aunque no los
aparejos.
Las albercas conservan su empedrado, debilitado por
los lodos y pisadas de animales de ganado, que pacen a
menudo por las cercanías de las salinas.
RIBA DE SANTIUSTE
LOCALIZACIÓN
Estas salinas se encuentran en el término municipal del
pueblo del mismo nombre. Al pueblo se accede por la carretera
comarcal 114, continuando dirección Soria, hacía el pueblo de
Valdelcubo.
Las salinas están a las afueras del pueblo cercanas al
famoso castillo que corona una de las laderas del pueblo.
DISTRIBUCIÓN
Las salinas están compuestas por dos almacenes, varias
albercas y una pequeña noria. Los almacenes están cocados
una tras otro, tocándose sus muros piñones traseros. La carretera
pasa a escasos metros de las salinas, y la construcción de la
misma, debió de perjudicar gravemente los restos que de ella
quedaban.
DATACION
La fecha aproximada de construcción de las salinas es a
partir de 1910, son similares a otras descritas, como las de
Alcuneza etc. Sus dimensiones son pequeñas en comparación
con las de las salinas de La Olmeda o Imón, y posiblemente su
producción dependía de estas. Estuvieron en funcionamiento
como salinas hasta 1960. Debido a los materiales empleados en la
construcción de estas salinas, podemos deducir que son más
modernas que ninguna de las de la comarca, ya que entre los
materiales que interviene en su composición, encontramos
ladrillos y algún que otro retazo de mortero de cemento.
CONSERVACIÓN
Se aprecia, sobre todo en sus almacenes, que no mucho
antes de su cierre, fueron remodelados y revestidos exteriormente
con mortero de cemento, aunque en la actualidad, se
encuentran totalmente hundidos, al igual
que su noria, que aunque conserva el pozo, los aparejos y
cerramientos se encuentran en estado ruinoso.
Las albercas conservan parcialmente su empedrado,
debilitado por los lodos y pisadas de animales de ganado.
RIENDA
LOCALIZACIÓN
Las salinas de Rienda se encuentran en el término municipal
del poblado que lleva el mismo nombre. Están muy próximas a las
salinas de Paredes de Sigüenza, de las que las separan apenas
500 m.
Se llega a las salinas por la misma carretera comarcal 114
dirección Soria, partiendo desde Sigüenza. El complejo Salinero, se
encuentra a la derecha de la carretera, 200 m. Antes de entrar
al poblado de Rienda.
Las salinas distan 25 Km. de Sigüenza y 15 Km. de Atienza,
estando cerca de los pueblos de Tordelrábano y Valdeclcubo.
DISTRIBUCIÓN
Las salinas constan de dos norias, dos almacenes y unas 200
albercas, además de recocederos y calentadores.
Digamos, que están dividas por partidos, al igual que una
gran salinas, como pudiera ser La Olmeda o Imón , pero con
menor extensión. Destaca sobre todo el Almacén principal, por su
fachada, donde constrasta el encalado de los muros con el color
de los sillarejos de esquina.
DATACION
Estas salinas se pueden clasificar como de las más antiguas
de la comarca, estando fechadas aproximadamente 1870.
Su producción ha seguido un camino paralelo a las salinas
principales de la comarca, si bien en los últimos años estas salinas
cesaron su producción antes que aquéllas.
La producción acabó a mediados de los 60, aunque las
salinas eran rentables, la crisis del sector, y la preponderancia de
las salinas de Imón y de La Olmeda precipitaron su cierre.
CONSERVACIÓN
El estado de conservación de estas salinas es bastante
ruinoso, exceptuando el almacén principal. De sus dos norias,
solamente una se encuentra en estado aceptable, a pesar de
que su cubierta está hundida parcialmente. La restante se
encuentra en estado lamentable, quedando únicamente el
pozo. Las albercas están bastante descuidadas, presentando
abundancia enorme de plantas y lodos.
SANTAMERA
Estas salinas también son conocidas por el nombre de salinas
del Gormellón.
LOCALIZACIÓN
Las salinas de Santamera en el término municipal del
poblado que lleva el mismo nombre. Están muy próximas a las
salinas de La Olmeda, de las que las separan apenas 200 m.
Se llega a las salinas por la misma carretera que se accede a
las salinas de La Olmeda, es decir, se parte de Sigüenza por la
comarcal 114, para luego coger el desvio que indica hacia La
Olmeda.
Las salinas distan 10 Km. de Sigüenza, 2 menos el poblado de
Bujalcayado, que en la actualidad se encuentra abandonado.
DISTRIBUCIÓN
Las salinas constan de tres norias, un almacén, dividido en
dos estancias, un pequeño garajes y unas 400 albercas, además
de recocederos y calentadores.
Digamos, que están dividas por partidos, al igual que una
gran salinas, como pudiera ser La Olmeda o Imón , pero con
menor extensión.
DATACION
Estas salinas se pueden clasificar como de las más modernas
de la comarca, estando fechadas aproximadamente 1890.
Su producción ha seguido un camino paralelo a la de La
Olmeda, si bien en los últimos años estas salinas cesaron su
producción antes que áquellas, debido principalmente a la
mecanización de las salinas de La Olmeda. Con lo que se puede
decir que cesó su
explotación cerca de 1970.
CONSERVACIÓN
El estado de conservación de estas salinas es bastante
aceptable. De sus tres norias, solamente una se encuentra en
ruina total, las dos restantes tienen incluso las ruedas. El almacén
se encuentra en buen estados, si bien está siendo perjudicado
por actos vandálicos.
LOCALIZACIÓN
Las salinas del Tordelrábano, se encontraban en el término
municipal del pueblo del mismo nombre.
A este pueblo se accede por la carretera comarcal 101,
partiendo desde Atienza. El lugar donde se situaban las salinas se
encuentra 200m pasado el acceso al pueblo.
DISTRIBUCIÓN
Actualmente no tenemos ninguna prueba visual de su
existencia. Según comentarios de los vecinos del pueblo, al
hacer la nueva carretera, las albercas se rellenaron con
tongadas de tierra, y se utilizaron como tierras de labor, al mismo
tiempo que los almacenes eran destruidos y utilizados los
escombros resultantes de su demolición como suplemento del
firme de la carretera.
Actualmente en el lugar donde se hayaban las salinas,
encontramos una ruinosa caseta de peones camineros, resto
quizá de alguna dependencia de las salinas.
De tal modo que solamente sabemos de su distribución y
existencia mediante el comentario de las gentes del lugar.
Constaban la salinas de dos pequeñas norias, unas 70 piscinas y
un almacén, que podría ser el edificio ruinoso del ministerio de
obras públicas, que encontramos ahora en ese mismo lugar.
DATACIÓN
Estas salinas son más antiguas que las salinas de Paredes y
Alcuneza, por tanto datan aproximadamente de 1885.
Su producción cesó (siempre según las gentes del lugar)
después de la guerra civil. Aunque estas fechas, son siempre
cuestionables.
CONSERVACIÓN
Como hemos mencionado con anterioridad , no queda
ningún resto visible de las salinas, aunque si procediéramos a
excavar la parcela anexa, encontraríamos las albercas y
recocederos de la misma.
Lo único que queda es la caseta de peones camineros, que
pudo se algún almacén, aunque más bien, parece construida
posteriormente con los materiales de la demolición de las salinas
(piedra caliza).
VALDEALMENDRAS
LOCALIZACIÓN
Las salinas de Valdealmendras se sitúan en la barriada del
mismo nombre del pueblo llamado Torrevaldealmendras.
El pueblo de Torrevaldealmendras dista 18 Km. de Sigüenza,
llegando hasta él por la carretera comarcal 114, dirección
Valdelcubo, cogiendo el primer desvío a mano derecha.
DISTRIBUCIÓN
Las salinas constan de dos almacenes, de similares
dimensiones, ambos destinados a la práctica ganadera. No
aparecen
ningún tipo de presencia de casetas de noria.
Junto a los almacenes,
encontramos varios recocederos y albercas inundados y en
penoso estado de conservación.
Estas salinas según sus características actuales indican,
debieron ser del tipo similar a las de Alcuneza y Paredes.
Constando con una o dos norias y dos pequeños
almacenes, que se abastecían de 3 ó 4 recocederos y varias
decenas de albercas.
DATACION
Las salinas, según infórmenes estadísticos de la época,
datan de 1890 aproximadamente,
habiendo continuado su explotación hasta 1950, donde, debido
a la crisis de la sal, todo tipo de producción cesó, produciéndose
el abandono de los almacenes, norias, y albercas, llegando en la
actualidad al estado de ruina total.
CONSERVACIÓN
El estado de conservación es en líneas generales aceptable,
aunque el uso actual de las salinas lo está deteriorando poco a
poco de completa ruina.
Los dos almacenes, han visto sustituida la puerta central
original de carpintería de madera, por puertas metálicas, y en su
interior albergan varios rebaños de ganado caprino.
No existe presencia de norias, ni siquiera de sus casetas, y las
albercas se encuentran enlodadas e inundadas de plantas y
musgos.
Como se ha comentado a lo largo del trabajo, de todas las
salinas de la comarca de Atienza, las principales, tanto por su
magnitud y calidad de conservación, son las situadas en el
pueblo de Imón, de ahora en adelante no referiremos a ellas y
las tomaremos como ejemplo, ya que son el mayor exponente
de todas las salinas de la zona, y actualmente son las únicas que
conservan una producción constante a lo largo de todo el año.
SALINAS DE IMÓN
DESCRIPCIÓN
Las salinas actuales constan de un conjunto de almacenes
situados en la zona central, y la típica distribución por partidos de
explotación, recibiendo un nombre propio que los identifica , con
sus norias, recocederos y albercas. El conjunto de edificaciones
data de finales del siglo XVIII y ha sido reformado en el pasado y
adaptado a lo largo de este. Son cinco las norias que existen en
pies, aunque sólo tres de ellas (Mayor , Rincón y Masajos) están en
funcionamiento. En la llamada noria de En medio se conserva la
primitiva noria de arcabuces de barro cocido, engranaje de
madera y suelo tratado para el trabajo del animal. Las norias
tienen planta octogonal, con estructura de madera que se
enlaza con el vértice de la cubierta. Los muros son de sillería y
mampostería ordinaria de piedra caliza cogida con mortero de
cal.
De los tres almacenes sólo dos de ellos están en pie, el más
reciente, el de San Pedro, construido en el siglo pasado está en
ruinas. Los dos restantes, San José y San Antonio son dos
auténticas obras de ingeniería popular. Presentan una
interesante solución estructural a base de pórticos por pies
derechos de madera de gran esbeltez y una entreplanta a base
de suelo y viguería de madera que permite el acceso de
vehículos, que antes eran mulas y vagonetas y ahora son
vehículos de motor.
El almacén de San Antonio conserva el pórtico que
protege la entrada principal. Asimismo, se mantiene en pie la
chimenea del generados que existía en el almacén. Dada la
diferente proporción de su planta, el de San Antonio es de menor
anchura, planta más rectangular 48 x 27 metros y el de San José
es de planta más cuadrada ( 40 x 35 metros ). Sus crujías son
diferentes así como el número de pies derechos por cada una de
ellas.
Una característica a resaltar de los almacenes son las
rampas existentes en sus fachadas posteriores, construidas a
mediados del siglo XIX para eliminar el desnivel existente entre el
suelo y el suelo y la entreplanta del almacén que se construye
como consecuencia de la descarga de la sal en el interior del
mismo en grandes montones. La descarga se venía haciendo por
la puerta principal, pisoteando las caballerías la sal, por lo que
había que eliminarla lo que originaba gastos de mano de obra al
retirar la sal impura con la consiguiente perdida de
productividad.
Hasta hace pocos años se conservaba junto a la fachada
posterior de San José, la torre interior con parte la maquinaria
que ayudaba a subir las vagonetas por la rampa. El almacén de
San José tiene adosados a su fachada dos edificaciones
construidas a principios de siglo, configurando su acceso
principal. Otra edificación que pervive es la casa del guarda,
situada en la parte sur del partido de las Tiñosas.
Los materiales empleados en las construcciones, son sillería y
mampostería en los muros, la madera en estructura interior y
cubiertas, que la sal conserva en perfecto estado, y la teja
curva árabe cerámica en las cubiertas.
Otro aspecto muy característico y a destacar por su
calidad es el empedrado de caballones y albercas , así como los
muros y muretes de mampostería de los recocederos. Llama la
atención también cómo aparecen los enlaces de piscinas
cruzando los caminos, las acequias y los desagües, teniendo a
veces un encofrado de madera visto y permanente, que
permite un perfecto cerrado con tapones del mismo material. La
conservación de las instalaciones en las líneas auxiliares es en
líneas generales buena, exceptuando el partido y recocedero de
Torres y su noria que presentan un estado ruinoso, llevando sin
uso más de medio siglo.
DISTRIBUCIÓN
Atraviesa la instalación salinera, la carretera que va desde
Sigüenza a Atienza, dividiendo la instalción en dos partes como
se aprecia en la figura. Esto nos da una idea de la importancia de
las salinas para la comarca, y de lo influyente que era el comercio
de la sal en la época de mayor esplendor de las salinas.
Las salinas de Imón, tiene una distribución tradicional por
partidos. Esto significa que la instalación global está zonificada,
cada una de las zonas se llama partido.
Cada partido recibe un nombre, y suele tener una
producción de sal independiente, para lo que posee su propia
noria, recocederos, albercas y calentadores. Esto no es así en
todos los casos, ya que las norias suelen ser comunes a dos
partidos o más, al igual que los recocederos, que al ser de gran
tamaño, surten a dos partidos o más, o se denominan de forma
independiente. Los almacenes son comunes para toda la
instalación, transportándose la sal desde cada partido al
almacén más cercano.
Esta distribución, sólo se aplica en las grandes instalaciones
salineras, es decir, en La Olmeda de Jadraque y en Imón ; el resto
de las salinas, al ser menores no necesitan está distribución,
conformando por sí solas, debido a su tamaño un partido global.
En Imón existen los siguientes partidos:
-Partido de Torres.
-Partido de Masajos.
-Partido de Tablillas.
-Partido de las Tiñosas.
-Partido de las Altillas.
-Partido de Alcalá.
-Partido del Roduelo.
-Partido de Valdeamarilla.
-Partido Viejo.
-Partido del Rincón
Como se puede comprobar, existen más partidos que norias,
y observando el plano, se aprecia también , mayor numero de
recocederos, o recocederos con diferente nombre al partido al
que pertencen. Esto es debido a la costumbre de los
trabajadores de nombrar todos los elementos, esta nomenclatura
ha ido pasando de unas generaciones a otras, que la han ido
adaptando y haciendo suya.
Las norias existentes en la actualidad en Imón, son cinco,
cada una de ellas se encuentra en un partio diferente y están
repartidas a lo largo de toda la instalación.
Todas tiene la misma estructura de funcionamiento, y las
mismas características constructivas que más tarde se más
explicarán, minuciosamente. Estas son las norias que existen en
Imón:
-Noria de Torres.
-Noria de Masajos.
-Noria Mayor.
-Noria de Enmedio.
-Noria del Rincón.
Toda la producción de sal, elaborada a partir del agua
extraida de las norias y evaporadas en los diferentes
calentadores, obtiene como producto sal. Esta sal se recoge, y
por medio de mulas, y más actualmente de “dumperes” , se lleva,
a través de los empedrados, a los almacenes, que están
estrategicamente situados junto a la carrtera y que son los
siguientes:
-Almacén de San Pedro.
-Almacén de San José.
-Almacen de San Antonio.
Como se puede observar, la distribución de la instalación,
está realizada desde un punto de vista racional, pensando en la
facilidad en los procesos de producción, e intentando la
funcionalidad, en cada faceta del diseño.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
La riqueza y la explotación de la sal mineral en la región de
Sigüenza es conocida y está bien documentada desde la Edad
Media hasta nuestros días. Basta referirse al artículo de Antonio
López Gómez "Salinas de la comarca de Imón, Guadalajara"
aparecido en la revista de Estudios Geográficos del año 1970.
Pero ¿Desde cuando se conocía y se explotaba la
capacidad salinera de la región de Atienza? El artículo “La
explotación romana de la sal en la región de Sigüenza” de Nuria
Morére aporta datos que apuntan a la utilización de la sal de
manantial más allá incluso que en la época romana de la
península. De dicho artículo , destacamos las ideas más
interesantes:
"Estudiar esta región en la época romana supone
inmediatamente [...] ver una importante ciudad romana
(Sigüenza), centro y capital de todo un territorio situado en la
intersección de una densa red de vías de comunicación".
"En los alrededores de Sigüenza, la distribución de los
asentamientos romanos y de las instalaciones salineras
asociadas a ellos se adapta a dos grandes valles que confluyen
en la llanura donde se alza Sigüenza. Uno de ellos está orientado
al Nordeste, hacía Medinaceli y la provincia de Soria [...] y el otro
valle, orientado al Noroeste, comunica Sigüenza con la provincia
de Soria i con la villa celtíbera y romana de Tiermes."
"En el valle Nordeste tres lugares en la llanura se relacionan
con una de las más probables explotaciones de sal en la
Antigüedad : dos en la colonia de Alcuneza, una en la de la
Horna".
"El asentamiento de Alcuneza es conocido desde hace
algunos años por unas prospecciones arqueológica .Está situado
en el valle del Henares, entre la carretera que se dirige hacia la
provincia de Soria y el macizo montañoso que borda el Henares
al Oeste [...] Un estudio del terreno y las prospecciones hechas en
1981 y 1982, nos han permitido
acumular numerosos fragmentos de grandes recipientes
de almacenaje y extracción [...]. En la margen derecha del río
continúan situadas aún unas importantes salinas ahora
abandonadas".
"A 2 Km, de este lugar, en el mismo valle del Henares, en la
confluencia del Alboreca, otro complejo de explotación y de
producción de sal fue descubierto a 3000 metros de una
necrópolis romana, bordeando el arroyuelo de San Roque [...]".
"El tercer, asentamiento, en el término de Horna, está
situado cerca de la ermita de Quintanares, a 10 Km. de Sigüenza
[....] fue un importante centro de población en épocas romana,
visigoda, musulmana y medieval (corresponden con los pueblos
actuales de Mojares, Horna y Cubillas) [...]. En superficie
aparicieron un material muy rico constituido por bloques de
piedra tallada, tegulae, piezas de sigilata hispánica, cerámica
común . vidrio y monedas, así como sigilata tardía [....]. Ningún
elemento confirma la existencia de salinas explotadas en
época romana, pero la cercanía de otros asentamientos con
salinas podría ser significativa".
"En el valle noroeste la realidad es bien diferente. En
efecto, aunque existen numerosos vestigios arqueológicos
romanos, 1 ninguno de ellos se identifica con las estructuras que
hemos visto anteriormente, asociando las viviendas con las
instalaciones salineras. Así tendremos la impresión de
encontrarnos ante una considerable explotación de fuentes
saladas, organizada en grandes centros de producción [....].
Finalmetne señalamos la presencia de una vía romana que se
dirige a Sigüenza desde Tiermes atravesando las instalaciones
de la Olmeda. No figura en ningún itinerario ni documento
epigráfico conocido, no se ha descubierto ningún resto de
empedrado, pero la jalonan numerosos vestigios arqueológicos
de habitantes, además de la definición de su eje a partir de
antiguos caminos, de límites administrativos y de todo un
parcelario que ha conservado la misma dirección. Este camino
estaba controlado desde algún lugar elevado , el antiguo
appidum, habitado durante el Alto y Bajo Imperio . Esta
situación frente al pueblo de La Olmeda, sobre la loma de
Castilviejo y aprovechando un estrechamiento de la llanura,
favorece la vigilancia de la circulación y comercio".
Con estos datos Nuria Morére insiste en la relación que existía
ente la ocupación romana del territorio y la explotación de
fuentes salinas y la producción de sal , dando al valle noroeste
una explotación de carácter intensivo e industrial.
Nuria Morére complementa estos datos con otros como los
proporcionados por los autores clásicos, ya sean los suministrados
sobre las salinas continentales del Imperio y en Hispana, ya sea
sobre los procedimientos y técnicas empleados en estas
instalaciones a partir de una comparación con los métodos
actuales, de una gran simplicidad y que no han evolucionado
demasiado desde el Medioevo.
"Las fuentes literarias explican bien que en Hispania interior
la sal podría venir de verdaderas minas o de aguas fluviales
saladas. En el primer caso las regiones del valle del Ebro y de
Tarragona son muy conocidas , en el segundo, también lo son las
aguas fluviales del valle Bético [...]. Queda saber, ahora si las
técnicas puestas en práctica actualmente en estas
instalaciones salineras pueden identificarse con aquellas
desarrolladas en la época romana. Así el aspecto teórico del
procedimiento [...] lo encontramos descrito por Plinio en el caso
de la desecación de un lago natural bajo el efecto del sol del
verano. Plinio habla también del agua y de su extracción a partir
de pozos . En cuanto a las instalaciones los documentos nos
describen unas estructuras parecidas a las de Sigüenza [...] La
principal dificultad radica en el sistema empleado para elevar el
agua de los manantiales a la superficie. Prácticamente hasta
nuestros días se utilizaban las noria de tracción animal. Este tipo
de máquinas se ha fechado en la época árabe. Conviene , por
tanto, cuestionarse sobre la extracción de agua de los pozos
desde el punto de vista industrial y no sólo doméstico. En las
minas hispánicas del Suroeste se han encontrado ruedas de
madera que servían para vaciar los pozos y drenar las galerías
subterráneas, se trata de simples ruedas verticales provistas de
un rosario de vasos fijados en la circunferencia [...] La misma
máquina fue descrita por Vitrubio [...] En resumen, todas las
características constructivas o técnicas reconocidas en las
instalaciones salineras de Sigüenza se insertan bien en el
procedimiento romano[...]".
Nuria Morére no duda en la existencia de explotaciones
salinas en época romana, pero aún se pregunta cual es el origen
de esta explotación :
"Nos preguntamos en qué momento habrá que situar el
origen de esta explotación de sal ¿Debemos remontarnos hasta
la prehistoria ? Convendría aquí distinguir entre el simple
consumo de sal de uso doméstico o un comercio bastante
restringido, y la existencia de una amplia red de instalaciones
con grandes complejos de producción como en este caso en la
época romana [....] Todos estos asentamientos (prehistóricos de
la región de Guadalajara ) están situados en las proximidades de
agua salada o incluso en las actuales salinas [....] La
identificación constante de estos pueblos de interior con una
economía basada sobre todo en la ganadería , no se puede
concebir sin un aporte de sal [...] Sin embargo en la Edad de
Hierro y en la época celtíbera, esta explotación de los recursos
salinos estaba muy lejos de adquirir el carácter organizado y
casi industrial de las épocas anteriores".
"[....] El complejo de la Olmeda , por su superficie edificada ,
por las enormes instalaciones y la abundante producción que
se deriva es difícilmente identificable como una estructura
privada. Nos sugiere , al contrario que una explotación
propiedad del estado o del Emperador , desempeñando el
mismo papel que las minas y las canteras. El control de la sal,
sobre todo de tal producción, no podría haberse dejado en
manos de particulares, si consideramos que era una
importante fuente de ganancias [...] La cronología de este
conjunto no es conocida, pero los asentamientos que jalonan la
vía se definen en unas fechas tardías del Alto Imperio (después
de Tiberio ) y posteriores."
"Los asentamientos romanos de la región de Sigüenza
adquieren así una nueva dimensión al mismo tiempo que otra
definición. No responden tan solo a una herencia natural de una
ocupación prehistórica con una vocación agrícola estructurada
por Roma, sino de la ocupación de un territorio ligado a una
fuerte explotación basada en sus más importantes riquezas
naturales : las fuentes saladas".
Del mismo modo que no existían datos precisos sobre la
explotación de las salinas en época romana tampoco existen
referentes a períodos posteriores tras las invasiones bárbaras, pero
no sería muy aventurado decir que la explotación de los
manantiales salinos continúo en la Baja Edad Media quizás con
un carácter más doméstico y de consumo regional.
Según Antonio López Gómez daremos algunos datos que
nos mostrarán la importancia creciente de las salinas en el
Medioevo:
"En la Alta Edad Media las salinas del reino castellano-
leones eran de propiedad particular o señorial, pero en el
reinado de Alfonso VII (1137) fueron declaradas posesión real,
salvo privilegios anteriores, y era la corona misma quien las
explotaba, especialmente las recientes, entre las cuales las de
Atienza".
Esta manera de intervenir en el comercio de la sal no es
nueva, porque como hemos visto ya, en época romana, las
salinas las administraba y explotaba el Estado o el Emperador con
el fin de no dejar en manos privadas un bien tan necesario.
"La primera cita concreta que conocemos es la donación
por dicho monarca (Alfonso VII ), en 1139, a Bernardo, obispo de
Sigüenza, del diezmo de las salinas de Emón ( Imón ) y Bonella
(Bonilla); por tanto no es la propiedad; luego en 1144, el obispo
da al cabildo la mitad de los frutos episcopales, entre ellos los de
las salinas".
Hay que recordar que fue un obispo francés quien liberó
Sigüenza de los árabes, y que seguramente fueron éstos quienes
perfeccionaron la extracción de agua de los pozos con las norias
de sangre (tracción animal). La lucha por el comercio de la sal
obligó a Alfonso VIII a hacer numerosas concesiones.
"Los conflictos que acosaron a Alfonso VIII le obligaron a
numerosas concesiones, entre ellas entrega de salinas o permisos
para sacar la sal, y más tarde darlas en arriendo. Así, parte de las
salinas pertenecieron a la iglesia de San Salvador, en Atienza
donada cum suis salinis al obispo de Sigüenza por el rey (1156);
después se concede a dicha iglesia derechos para vender
semanalmente dos bestias cargadas de sal "de salinis quas
habent in Atentia". El conde Pedro Manrique tenía también
posesiones, como indica la donación de un pozo de sal en
Atienza al convento de Sacramenia".
Continuaron teniendo una importancia grandísima en el
siglo XIV lo que motivó de nuevo su apropiación por parte de la
corona.
"El extraordinario valor que tenían las salinas dio lugar a que
Alfonso X las incluyese en Las Partidas como renta real, línea que
no siguió Sancho IV, pero Alfonso XI las declaró posesión de la
corona por el Ordenamiento de 1338 (reiterado en 1348),
excepto las otorgadas antes. El monopolio establecido se
basaba en la producción y almacenamiento, pero quedaba
libre la circulación; se mantendría así hasta la posterior
ordenación por Felipe II".
Surgieron también numerosos problemas en cuanto a la
distribución de las zonas de venta sin competencia cuyo
contencioso se mantuvo prácticamente desde el siglo XIII hasta
el reinado de los reyes católicos:
"En la segunda mitad del siglo XIII los conflictos entre
arrendatarios o poseedores habían motivado el establecimiento
de zonas específicas de ventas. Así, en 1318 se discute el
derecho de ser vendida la sal de Atienza, sin competencia, en la
tierra de Medina del Campo y aledañas; un documento de
Alfonso XI, en 1336, fija la jurisdicción donde se podía vender
libremente la sal de Atienza y otros lugares. Pero esto había
motivado una fiscalización o escudriño por parte de los
vigilantes del impuesto ( albareros ), que cometieron notables
excesos ; concretamente, se citan los de Atienza en 1328 , por lo
cual hubo de prohibirse el registro de casas, y más tarde se
suprimieron estos empleados ".
"La cuestión antes citada se mantenía en pie y los Reyes
Católicos ordenaron en 1484 un descuento de !.000 maravedíes
al arrendador de aquellas salinas por los perjuicios que suponía la
introducción de sal portuguesa. Finalmente, en 1498 se marca el
territorio donde podría llevarse el producto de cada salina; a las
de Atienza y Espartanas correspondía Madrid y su término,
frontero de Segovia y Toledo".
Nuevamente con los Reyes Católicos las salinas pasan a
manos privadas, pero una vez más en 1564 se incorporan de
nuevo a la corona :
"En 1564 decreta Felipe II una nueva incorporación de las
salinas de la corona , más amplia que la de Alfonso XI en 1338, y
compensando a sus antiguos dueños. Para esta ordenación
fue necesaria una investigación directa: según la estadística
resultante, no completa, se producían en el reino 563.000
fanegas en las salinas del interior, correspondiendo el primer
lugar a las de Atienza con 140.000 fanegas : "alrededores de
Atienza" , 50.000: Gormellón (Santamera), 15.000 y Saelices del
duque de Medinaceli, 5.000. Otra muestra de la
importancia de Atienza es que llevaba su nombre uno de los
once partidos en que se dividía el reino de Castilla para el
asiento general de la sal. Poco después en 1569 , el obispo de
Sigüenza, Diego de Espinosa, pide sal ' en justa recompensa de lo
que antes por privilegios reales tenía en varias salinas' ."
En el siglo XVIII los monarcas absolutistas insistieron en la
protección y aprovechamiento de las salinas, que quedaron
sometidas al control real. Carlos III modernizó las instalaciones y
construyó las naves que hoy se conservan en pie y que sirven de
almacenes. Edificó una compleja red de artesas, canales y
albercas, con los que consiguió hacer más rentable su
aprovechamiento. De esta forma se consiguió mantener en
auge la población que a su vez sirvió de magnífico benefactor
de las arcas fiscales de la Hacienda española del siglo XVIII:
"En el siglo XVIII se mantenía la regalía de la sal, siendo su
renta una de las más elevadas de la corona, con 1.700.000
escudos en 1.722, lo cual representaba el 7,2 % del total. El
Catastro de Ensenada menciona, en 1752, las salinas de Imón y
de La Olmeda, ambas de propiedad real y las segundas
arrendadas , pero no se indica la producción. En cuanto a los
operarios, en Olmeda sólo se cita un oficial de libros (cuatro
fanegueros viven en Imón ); en cambio en Imón, aparte de los
cargos burocráticos, encabezados por el juez subdelegado de
las salinas, con administrador, fiel contador y dos oficiales de
libros, aparecen otros 20 empleados fijos: azañeros (al cuidado
de las aceñas o norias), cavadores, fanegueros,
medidores y guías, y al reseñar personalmente los vecinos (137 en
total ), la mayoría trabajaban también en las salinas."
En el siglo XIX las salinas de la provincia de Guadalajara
siguen manteniendo su auge representaban el 6.9 % de
la producción nacional :
"En el primer tercio del siglo XIX, las de Imón y Olmeda sólo
eran superadas por las de Alicante, Cádiz, Ibiza y delta del Ebro,
y las interiores de Poza de la sal. Así lo revelan las estadísticas de
Canga Argüelles de 1814 y 1821, aunque muy dispares; en la
primera fecha representaban el 6,2 % de España, y,
junto con otras menores de la actual provincia de Guadalajara
llegaban al 6,9 % ."
"En 1826 cita Miñano, cerca de Atienza ' las famosas salinas
de Imón, Olmeda y Goriñela (Gormellón , en Santamera) , que
surten de sal a muchos pueblos de Castilla'. Después , Madoz
describe las de Imón, ' acaso las mejores de España ' con sus
cinco norias, estanques , etc., que producían de 80.000 a
100.000 fanegas al año, unas 4636 Tm., y las de La Olmeda , de
70.000 a 80.000 fanegas, unas 3864 Tm.; éstas dependían de las
anteriores, así como las de Saelices y Tierzo y las cerones de
Medinaceli. Las de Santamera se hallaban inactivas, pues se
dice que entre los ríos de los Huertos y Gormellón (actuales
Cercadillo y Salado ) ' se conservan aún los cimientos de salinas
antiguas'; en el mismo sitio se hallan las actuales".
"En la segunda mitad del siglo la producción era de 8.000 a
9.000 toneladas (1865-67), según la Estadística Minera, con unos
160 obreros, principalmente en Imón y La Olmeda, que llegaron
a 11.540 Tm. en 1868; se explotaban también las de Saelices y
Almaya o Almallá (Tierzo). Un hecho muy importanto fue la
abolición del estanco de la sal en 1869, permitiendo la libre
producción y comercio. Las salinas de Guadalajara quedaron
inactivas hasta 1872, y en los años siguientes, aunque
funcionaron otras nuevas , las cifras oscilaron entre 7.000 y
9.000 Tm. hasta 1.883, con un centenar de operarios; luego
alrededor de 4.500 Tm. y al comenzar nuestro siglo unas 5.000 ó
6.000 Tm. ; esto representaba ya sólo el 1,2 % del total de España
(400.000 - 500.000 Tm.). Siempre la inmensa mayoría
correspondiente a Imón y La Olmeda, que habían sido
enajenadas por el Estado. Además de las viejas salinas, se
mencionan ahora otras nuevas cercanas : Rienda, hacía 1875;
en el decenio siguiente , las de Bujalcayado, Tordelrábano y
Cercadillo (seguramente las de Santamera), y , al doblar el siglo ,
la de Paredes. Más lejos, as de Alcuneza, Ocentejo,
Valdealmendras , El Atance y Anguita. El auge de
Hiendelaencina a favor de las minas y la utilización de sal en el
sistema del beneficio de la plata supondría un nuevo mercado
próximo en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del
actual."
En 1.873, se unen los consorcios compradores de las salinas
de Imón y de La Olmeda para explotar conjuntamente las dos
instalaciones creando la sociedad "Salinas de Imón y La Olmeda"
que en la actualidad sigue beneficiando las salinas. En 1.888 fruto
del relanzamiento y la renovación de las instalaciones se obtiene
la medalla de oro en la Exposición Universal de Barcelona ".
En el siglo XX la producción se ha mantenido con altibajos
dependientes de las condiciones climáticas, pero con una
tendencia descendente. A mediados de siglo ya se había
reducido el número de empleados en las salinas como vemos en
el texto de Antonio López Gómez:
"Las de Imón , a orillas del río Salado, son las más
importantes; tienen cinco pozos y un millar de albercas, con seis
obrero fijos y en verano, para la extracción, hasta treinta, En
años normales producen unos 80.000 quintales castellanos, es
decir, 3680 Tm. (un quintal castellano equivale a 46 kilogramos),
pero han llegado a sobrepasar los 100.000 quintales y hasta
130.000 (5980 toneladas). Siguen en importancia las próximas de
la Olmeda de Jadraque ( en el río Cubillo). pertenecientes a la
misma sociedad, con cinco norias y dos pozos inutilizados, aguas
de alta calidad (entre 18 y 23 grados ) y unas 800 albercas;
rinden poco menos que las de Imón, y antaño llegaron a los
120.000 quintales".
A partir de los años sesenta la producción salina se ha
mantenido, pero con cierta tendencia a la baja, debido
principalmente a la mejora en las comunicaciones lo que hace
imposible la competencia con otras producciones salineras más
rentables.
Hoy en día, en Imón, de los tres almacenes sólo dos de ellos
están en pie, el más reciente, el de San Pedro, construido en el
siglo pasado está en ruinas. Los dos que restan, San José y San
Antonio son dos autenticas obras singulares de construcción
popular, que pueden fecharse en el siglo XVIII.
El presente de la industria salinera de la región de
Guadalajara no pasa de ser una mera explotación de
mantenimiento de las instalaciones con tan solo tres personas
trabajando durante todo el año, aumentando la plantilla
durante la época de la cosecha de la sal en verano.
En cuanto a la conservación de las instalaciones se puede
ver como esta labor se escapa totalmente de los trabajos que
desempeñan los trabajdores. Cada año se observa como el
estado de las naves donde se almacena la sal empeora debido
principalemente a la entrada de agua a través de la cubierta.
También las pequeñas casetas que protegían las norias de
madera han ido desapareciendo y las que quedan, están en un
estado de ruina inminente.
Aún hoy existen en Imón cinco norias en pie, aunque sólo
tres de ellas (Mayor, Rincón y Masajos ) están en funcionamiento,
presentando las restantes un lamentable estado, pudiendo
apreciarse en una de las los primitivos engranajes de madera de
la noria y el piso tratado para facilitar las vueltas del animal
que la movía.
El proceso de obtención de la sal no ha cambiado nada los
siglos que lleva funcionando la explotación salina. Lo que fue
mejorando a lo largo de todo ese tiempo ha sido la calidad y
cantidad de las instalaciones necesarias para dar el mayor
rendimiento de la explotación hasta prácticamente el siglo
XIX, a partir de entonces, y debido al declive de esta industria
salinera del interior, las mejoras realizadas se reducen a nuevos
modos de manipulación, envasado y transporte de la sal,
dejando a un lado todas las instalaciones de apoyo que la
explotación necesita.
De todo lo anterior puede deducirse que su conservación
ofrece un claro peligro mitigado hasta hoy por su utilización
parcial y mantenimiento de parte de su producción.
En cuanto al futuro de las instalaciones salineras es obvio
decir que depende de los rendimientos que pueda ofrecer la
industria de la sal. Dado que este rendimiento es mínimo, habría
que pensar en una reutilización de estas instalaciones que
permita su conservación y mantenimiento aunque sea alejando
alguna de ellas de su uso original . Aunque en esto último no
coincide Juan García Guinda:
"Dadas las especiales características de las salinas, su
conservación sólo puede mantenerse y justificarse si se mantiene
en producción. Su reciente incoación como monumento
histórico- artístico puede ayudar en este sentido si se aplica una
política de apoyo a la explotación, a la vez que se intenta
recuperar las áreas abandonadas y se potencia las labores de
mantenimiento periódico hoy inexistentes".
OBTENCION DE LA SAL
El agua se extrae, de anchos pozos de 4 m a 10 m de
profundidad, mediante norias de madera movidas por caballeria
(norias de tiro o de sangre) que describiremos con más detalle
más adelante. Esta se vierte en una artesa de madera y es
conducida bajo el piso de la noria hacia el exterior por unos
canales también de madera.
Durante el invierno se va almacenando en grandes
estanques (recocederos) de unos dos metros de profundidad, en
los cuales, por evaporación lenta, va ganado concentración. Si
la salinidad inicial es baja, pasa luego a otros estanques menos
hondos (calentadores), para acelerar la concentración.
La concentración de sal en el agua se mide con un
densímetro, que mide el "grado" de la sal. En Imón la sal llega a
tener hasta 23º (una concentración muy alta si tenemos en
cuenta que la sal marina tiene alrededor de 4º).
Tanto los recocederos como los calentadores tienen un
suelo empedrado con caliza y paredes del mismo material con
mortero de cal revestidas interiormente por una tapia de arcilla
bien apisonada sostenida por tablones de madera. Finalmente,
mediante canales en el suelo o rústicos acueductos
semicilíndricos, hechos con troncos de madera ahuecados
(ahora también de fibrocemento) que parten de las bocas de
salida de los recocederos, cerradas por medio de compuertas
cuando es necesario.
Se lleva el agua, a las balsas de cristalización (albercas o
partidos ), la operación se llama "regar las albercas", previamente
limpiadas a mediados de mayo. Son de muy escasa profundidad
y de unos 6 a 8 m de lado, empedradas y con paredes también
de piedras o tablones colocados de canto de 20 cm. de
altura media por 7 cm. de grueso, es estos tablones hay
practicadas unas aberturas para dar paso al agua de una
alberca a otra, que permite una más fácil deposición de la sal y
un mejor limpiado y extracción; forman grupos (quiñones)
separados por ordenes de piedra (caballones ) para el paso de
caballerías o vagonetas. Con una capa de agua de unos
centímetros se verifica la cristalización.
Una vez por semana se remueve la sal depositada para
impedir que se agarre al suelo. Dos días después se recoge, antes
de que el agua se evapore totalmente para evitar que se
endurezca en exceso; la operación realizada por tanto cada 6 u
8 días y llamada "arrodillar", consiste en empujar la sal hasta el
borde de la balsa y amontonarla mediante un "rodillo" (formado
por una tabla corta con largo mango).
Después se traslada al almacén en serones (antiguamente
sobre mulas o en volquetes metálicos sobre vía estrecha en las
salinas mayores). En el almacén se suele emplear la rampa para
descargar desde arriba en grandes montones como se explicará
más adelante.
El agua sobrante o simplemente de lluvia es recogida a
través de unas acequias llamadas "desagües" que afluyen a dos
canalizaciones mayores llamadas "regueras madres" y que a su
vez van a morir (en el caso de Imón ) al propio río Salado.
Se extrae la sal desde mediados de Junio hasta finales de
Septiembre; en años secos puede empezarse ya en Mayo y
seguir hasta mediados de octubre. Al terminar la campaña se
saca también, la que se depositó en los recocederos y
calentadores.
El conjunto se encuentra claramente jerarquizado de un
modo funcional, situándose los almacenes de un modo central y
apoyados en la carretera a fin de facilitar el transporte de la sal.
En las salinas de La Olmeda existe además un conjunto de
edificaciones auxiliares concentrado y al que hay que añadir
una antigua ermita medieval hoy muy reformada.
NORIAS DE TRADICIÓN MUDÉJAR
Para explicar este mecanismo nos remitimos al artículo de
Oscar Cruz García, “Norias de tradición mudéjar en las salinas de
Imón (Guadalajara)”, publicado en el número 107 de la revista
de Folklore (Obra cultural de la Caja de Ahorros Popular de
Valladolid).
También hacemos referencia al maestro de etnólogos D.
Julio Caro Baroja, quien se interesó por este y otros inventos en su
libro "Tecnología Popular".
A continuación extraemos los párrafos más significativos del
artículo de O. Cruz:
"No es extraño que, al rastrear nuestras tierras a la
búsqueda de instalaciones o mecanismos que tengan valor
desde el punto de vista de la Arqueología Paleoindustrial -
estudios de las vías de instrumentos de transformación
anteriores a la llamada Revolución Industrial del siglo XIX- nos
encontraremos con notabilísimos ejemplos de tecnología
popular, de muy arraigada tradición cultural. Es decir, que, a
medida que nos alejamos de este siglo XIX en sentido inverso al
de la Historia, se hacen más tenues y reconocibles los límites
existentes entre la técnica requerida por una cierta labor de
transformación, impuesta por la mera necesidad de
supervivencia humana y la respuesta cultural, instrumental, que
a nivel cultural, colectivo o comunal, será a esa necesidad
técnica poniendo en juego todo el saber y la experiencia
cumulado a lo largo de siglo de lucha, de imaginación y
correcciones [...].
Entre todas las máquinas de tradición antigua y medieval,
que tuvieron por objetivo primero y original un cambio de 90º del
plano de giro mecánico, y que luego se afinan y complican para
transformar el giro en golpeadura de frecuencia constante,
ocupa un puesto privilegiado por su presencia secular y
abundantísima en prácticamente todos los paisajes hispánicos,
al menos hasta mediados de este siglo XX, la NORIA DE TIRO,
llamada también NORIA DE SANGRE.
Magníficos ejemplares de este último ingenio, de muy larga
tradición entre nosotros, hemos tenido la suerte descubrir en
tierras alcarreñas en la localidad de Imón, dedicadas hasta una
decena de años, en que fueron sustituidas por bombas de motor
eléctrico, a su antigua función de elevar y sacar agua de los
pozos.
Pero para documentar la existencia de norias como las
estudiadas en este trabajo -norias de larga tradición en la
tecnología popular, cuya función consista en extraer agua de
pozos salíferos- , hemos de remontarnos a mediados del siglo XIX,
y acudir a la ayuda inestimable de D. Pascual Madoz y de su
monumental Diccionario. En su artículo "Saelices" (Salinas de)
podemos leer una exacta referencia a las máquinas que aquí
nos ocupan: "..y tocando a él (recocedero o estanque en el que
se vierten o sedimentan las aguas) está la noria cubierta, cuyo
pozo de 48 varas (40 metros) de circunferencia, tiene 9 (7,5
metros) de profundidad, y su rueda aguadera (de elevación y
desagüe, provista de eje horizontal y giro vertical) 2 1\2 (2,1
metros) de altura;...".
Afortunadamente contamos hoy con una no escasa
bibliografía contemporánea y española sobre el ingenio NORIA,
ora visto desde el punto de vista de la arqueología o de la
historia del arte y de la técnica, ora contemplado en sus
aspectos más destacables para la etnografía local o la
antropología general.
Pero es, sin lugar a duda, D. Julio Caro Baroja quien ha
sistematizado, de forma prácticamente definitiva, el saber
acumulado en tiempo y espacio sobre este artefacto, y ayudado
en gran medida, a su clarificación filológica y tipológica, en sus
magníficos estudios Norias , azudas, y aceñas y Sobre la historia
de la noria de tiro, de los que hemos recogido una información
exhaustiva para la realización del presente trabajo.".
A continuación transcribimos literalmente los artículos de
Caro Baroja:
NORIAS DE SANGRE.
Desde un punto de vista estrictamente tecnológico
tenemos que admitir todo lo que sigue:
1. La tracción animal del tipo de la usada para mover la
noria de sangre comienza a conocerse en el mundo
grecorromano, aplicada a diversas clases de "muelas", en época
posterior al siglo IV a.C.; y parece depender de investigaciones
de discípulos de Aristóteles como Lampsaco, muerto entre los
años 287 y 269 a.C.
2. Los engranajes son poco conocidos por los tratadistas de
mecánica más antiguos, como Filón, y algo más por los más
modernos, como Herón o Vitubrio mismo.
3. Desde el momento en que se tuvo conocimiento teórico
de principios tales y aquel en que se aplican a fines utilitarios
pasa, por lo general, bastante tiempo, de suerte que, por
ejemplo, el molino tal y como lo describe Vitubrio, se vulgariza
bastantes siglos después.
4. No hay ninguna descripción fehaciente de noria de
sangre en texto clásico o grecorromano , aunque sea de época
baja.
5. En tal época llevan a cabo innovaciones tecnológicas
los ingenieros persas de los monarcas sassánidas, algunos chinos y
también hindúes. Hay que colocar sin embargo, a los primeros
como antecesores más directos de los mecanismos árabes y
como individuos que vieron en una zona de la que se difundieron
en direcciones varias algunos ingenios de gran importancia en la
historia de la mecánica, por ejemplo un tipo de molino de
viento. De todas suertes, la noria como máquina no se
comprendería sin que previamente haya existido la mecánica
helenística. Es muy probable que no sea una invención de los
alejandrinos o griegos de la época imperial, pero los ingenios que
las inventaron, persas u orientales de otra estirpe, sabían mucho
mucho de lo que aquellos habían ideado en punto a
engranajes, etcétera..... conocían probablemente los libros de
Filón, de Herón etcétera.... como luego los siguieron conociendo
los mecánicos y hombres de ciencia árabes o que escribieron en
lengua arábiga, y a los que tantas invenciones se han atribuido
de modo indebido.
"Tecnología popular española"
Julio Caro Baroja
Ed Nacional.
Madrid. España. 1983.
Páginas 354-355.
"Procedamos ahora a una descripción, lo más completa y
precisa posible, de los pozos y ruedas de las salinas de Imón. El
pozo que nosotros hemos medido y estudiado, puede asimilarse
a la totalidad de las perforaciones practicadas aquí en el manto
calizo, para alcanzar la capa freática de salmuera.
Tiene una "boca" de 3,00 x 1,30 m., y una profundidad
uniforme de unos 4,8 m. La altura del agua salina alcanza en el
los 3,30m. a partir del fondo del manadero, quedando entonces
1,50 m. desde el nivel líquido superior hasta el suelo, o piso, de la
construcción que alberga la noria.
Si suponemos una altura total de cadena o "rosario", de
cangilones, de unos 5,00 m., los 2,60 superiores de la misma
estarán al aire, mientras que los 2,40 restantes irán sumergidos,
quedando entonces 0,90m. aproximadamente de resguardo,
entre el nivel del cangilón más bajo y el fondo del pozo.
Los labios de la apertura superior de la perforación van
reforzados con rollizos de madera, escuadrados a 15 x 15 cm. de
sección constante; y las cuatro paredes del pozo, revestidas con
mampostería ordinaria, suficiente para evitar los
desprendimientos de roca descompuesta y la consiguiente
ceguedad del manadero.
Pasando entonces, al estudio más pormenorizado de las
dos ruedas engranadas, que constituyen propiamente el ingenio
llamado NORIA, empezaremos lamentando que, si bien ha sido
Egipto un hito de importancia capital en la vía de difusión del
elemento cultural que ahora nos ocupa, no nos haya legado, al
mismo tiempo, los nombres con los que designan allí las ruedas
de aire y de agua.
La imaginería poética oriental, que hunde sus raíces en los
más profundos y ricos arquetipos del inconsciente del colectivo
humano , aún no contaminado o soterrado por la moderna
civilización industrial , ha visto subrayada en cendida la
diferencia esencial existente entre ambas ruedas.
Así, la de aire o motora, que representa la iniciativa y la
fuerza, la actividad, y que posibilita el óptimo funcionamiento de
todo el conjunto, se llama rueda PADRE.
Y la elevadora o "movida", íntimamente relacionada con
la anterior y dócil a su mandato, que representa la pasividad, y
que propicia la aparición del agua dulce y fresca, y la
satisfacción de los jóvenes y fértiles apetitos de la tierra, lleva el
nombre de la rueda MADRE.
En el caso de las norias de Imón, hemos tenido la suerte de
fotografiar y estudiar la pareja de ruedas anteriormente
aludidas, en los dos casos complementarios siguientes:
-Como elementos separados del conjunto, por lo tanto
desmontado .
-Como tal conjunto, montado y emplazado para su
utilización tradicional, casi intacto y prácticamente listo para
volver a funcionar en cualquier momento.
La RUEDA DE EJE VERTICAL, MOTORA O DE AIRE se compone
de dos coronas circulares de madera, de 220 cm. de diámetro
exterior, 180 cm. de diámetro interior y 20 horizontales paralelos
entre sí, y separadas unos 98 cm. medidos entre las caras más
alejadas.
El espesor de estas coronas es de 7 cm., por lo que la
separación entre las caras más próximas es de 86 cm.
aproximadamente. Tanto una como otra corona se han
montado a partir de cuatro cuadrantes, cortados a media
madera en ambos extremos, siendo la longitud media delos
rebajes 16 cm., de tal manera que, al juntarse las cuatro piezas,
ensamblan en cada unión el rebaje superior de uno de los
cuadrantes con el inferior del siguiente.
Además, para "coser" las ensambladuras se han clavado
unas bridas metálicas, también con forma de segmento de
corona circular (de 32 cm. de longitud y 3,5 cm. de anchura), en
las uniones de dichos cuadrantes.
Por debajo de cada corona va dispuesta una cruz, también
de maderas, cuyos brazos (de 10 cm. de anchura y 12 cm. de
espesor) tienen diferente eje de sujeción en su centro, es decir,
en el eje vertical de giro de la rueda que estamos describiendo:
mientras que uno de ellos atraviesa dicho eje, siendo por tanto
la pieza enteriza, el otro va dividido en dos partes iguales que
empotran unos 4 cm. en el mismo, asegurándose las junturas por
medio de cuñas y cola. Por el contrario, los extremos periféricos
de esos mismos brazos son todos iguales, y consisten en rebajes -
de unos 20 cm. de longitud y 7 cm. de altura - sobre los que
apoyan las coronas circulares de la rueda; brazos y corona van
ensamblados, y unidos por medio de una doble espiga o clavija,
igualmente de madera.
Ambas coronas, rigidizadas por medio de las cruces
anteriormente descritas, van perforadas en todo su espesor por
24 taladros, de unos 6 cm. de diámetro, dispuestos según el
perímetro medio de dichas coronas. Haciendo coincidir
perfectamente, en vertical, los taladros de ambas series
homólogas, se han introducido por ellos, a presión, los barrotes
cilíndricos de madera que conforman la jaula de la linterna, y
que, al girar, empujan los dientes de la otra rueda, haciéndola
voltear a su vez.
El eje vertical de giro de la rueda motora está constituido
por un rollo enterizo de madera, escuadrado en su sección
mayor - aquella que atraviesan o en la que empotran los brazos
de ambas cruces - a unos 25 x 25 cm.
A veces, la prolongación superior de ese eje disminuye de
sección; pero, en todo caso, dicha prolongación lleva
practicados en su interior dos orificios -pasante uno de ellos-, de
sección aproximadamente rectangular, dispuestos a distinto
nivel y según direcciones prácticamente perpendiculares entre
sí. En
estos orificios se alojan los extremos de dos largos palos, cuya
función describe D.Telesforo de Aranzadi con las siguientes,
sucintas palabras: "...este eje (vertical) se hace girar con una
mula enganchada en un VARAL, casi en ángulo recto con el
varal hay empotrada en el eje la GUIA, de la que va una cuerda
al animal, haciéndole la impresión de que es conducido..."
Diremos para terminar con la descripción de esta primera
rueda que el eje de giro lleva en sus extremos - reforzados estos
con abrazaderas metálicas - unos huecos de sección
rectangular , vaciados en la madera, en los que encajan unos
pivotes o pezones metálicos, que impiden la traslación vertical o
el desplome de este eje, pero no su rotación. Estos fulcros o
puntos de apoyo, van insertados : a nivel inferior, en un
durmiente empotrado en el suelo, a manera de las mesas o
puentes de los molinos de rodezno; a nivel superior , en una viga
brochal que apoya en dos jácenas, volantes de un muro al
diametralmente opuesto, en el edificio que cobija la maquina.
Evidentemente, su espacio interior debe ser lo más diáfano
posible, para nos estorbar la andadura del animal de tiro.
En las norias de riego con agua dulce -del tipo de las
granadinas o ibicencas-, el eje de giro vertical, más corto que el
de las de extracción de salmuera, se denomina PEÓN y los dos
maderos horizontales que sujetan este último, a unos 10 ó 20 cm.
por encima de la corona superior de la rueda motora, llevan
precisamente el nombre de PUENTES.
La RUEDA DEL EJE HORIZONTAL, ELEVADORA O DE AGUA,
se compone , al igual que la anterior, de dos coronas
circulares de madera -de 220 cm. de diámetro exterior , 180 cm.
de diámetro interior , 20 cm. de anchura y 6 cm. de espesor- que
tienen una separación de 40 cm., medidos entre caras más
próximas entre sí. Su construcción es también idéntica a la de la
rueda motora: por ensamble a media madera, y fijación
mediante espigas, de cuatro cuadrantes que se labran por
separado, y luego se unen y montan: unas veces en el propio
taller de carpintería; otras in situ, es decir, en el mismo
emplazamiento futuro de la máquina.
Pero en el caso de la rueda que ahora nos ocupa, sólo la
corona más cercana a la rueda de aire, va rigidizada por medio
de una doble cruz que solidariza el conjunto con su eje horizontal
de giro. Es obvia la razón por la cual la otra corona debe de
estar exenta de todo elemento auxiliar que la riostre o rigidice:
es imprescindible dejar ese espacio libre para colocar bajo la
rueda , y la cadena de cangilones, un contenedor con
capacidad suficiente para recibir , y guiar hacia el exterior el
agua vertida.
Los brazos de esta doble cruz - ocho en total - tienen una
anchura de unos 15 cm., y un espesor de 122 cm.
aproximadamente. La unión de cada brazo con la corona se
hace mediante ensamble a media madera -dejando un rebaje
de unos 6 cm. en el espesor del brazo, de tal manera que sobre
él apoye perfectamente la corona -, y trabazón de ese
ensamble por medio de una abrazadera metálica, de unos 90
cm. de longitud total, clavada a ambos elementos.
En su extremo opuesto , los brazos de la doble cruz ciñen
apretadamente en paralelo dos a dos, el árbol o eje de rotación
horizontal de 30 x 30 cm. de sección. Al ser, con toda seguridad,
el encuentro de los ocho brazos la sección más rozada y
consumida por el trabajo continuo de la rueda, y teniendo en
cuenta, además que dos brazos paralelos de la doble cruz son
piezas enterizas, pero no así los otros dos que han de ir partidos y
luego clavados en esa misma sección, ha sido necesario reforzar
el cuadro total de 60 x 60 cm. -exteriores- con un aumento
sustancial del espesor de material, a 18 ó 20 cm.
aproximadamente.
Las dos coronas, que conforman básicamente esta rueda
elevadora o de agua, llevan igualmente veinticuatro taladros
de 6 cm. de diámetro, perfectamente enfrentados en
horizontal entre ambos, y dispuestos según el perímetro medio de
las mismas. Por ellos se han introducido, a presión, los veinticuatro
bolos de madera, sencillamente desbastados con azuela y
ligeramente apuntados en su extremo más activo, que
constituyen los dientes o puntos de la rueda elevadora. Por este
motivo, dicha rueda, eje horizontal o de agua, recibe también a
veces el nombre DE PUNTERIA.
Estos dientes tienen una longitud de vuelo, medida desde
su extremo libre o activo hasta su apoyo en la primera corona,
de unos 42 cm.; sumada aquella a la existente entre ambas
coronas, y al espesor de las mismas, totalizan una longitud
aproximada de diente de 95 cm
La situación relativa de las dos ruedas de esta noria,
fundamental para un funcionamiento óptimo de la misma, es tal
que los dientes de la elevadora, en su posición más alta y,
simultáneamente, más hundida entre los palos de la motora,
penetran hasta unos 16 cm. , medidos a partir de la
circunferencia externa de las coronas de esa última, en la
linterna del engranaje.
En el espacio comprendido entre las dos coronas circulares,
verticales, de la rueda elevadora, y apoyando en los dientes
anteriormente descritos, se tiende la doble maroma sin fin, de
cáñamo trenzado, a la que se atan los cangilones de barro
cocido.
Al girar la rueda que así los sujeta, la cadena sube y baja,
alternativamente, arrastrando los recipientes de agua : boca
arriba, llenos, hasta que vierten en el punto más alto de la
cadena; boca abajo, vacíos, hasta que cargan en el punto
más bajo de la misma.
Dichas maromas tienen un diámetro aproximado de 4 cm.
y una separación entre ejes de 212 cm. Los cangilones son
cilíndricos con una altura de 23 a 27 cm., sección exterior de
unos 12 ó 13 cm. de diámetro y espesor de pared de 1 cm.; todos
ellos llevan una estría o acanaladura perimetral doble - junto a
la "boca" y el "culo" - , que facilita su atado a la doble maroma,
dejando sólo unos 9 cm. de separación entre cualquiera de ellos
y el siguiente.
El sistema de sujeción, del cangilón a la cadena , es muy
simple e ingenioso: una primera cuerda amarra las dos maromas,
a la altura de las canaladuras superior e inferior del recipiente de
barro, preparándole así como una especie de "cuna" sencillísima;
una vez colocado el cangilón en ella, otra cuerda lo ciñe y otra
alrededor de su estría superior, baja luego por su superficie
externa, siguiendo una línea ligeramente helicoidal, y termina
ciñéndolo y atándolo de nuevo, ahora alrededor de su estría
inferior.
El vertido del agua se efectúa en un artesón o
dornajo, de planta rectangular y sección trapezoidal 115 x 35
cm, de base inferior, 15 cm. de profundidad-, que se sustenta en
dos maderos, que colocados horizontalmente, cuyos extremos
empotran, por un lado, en el "labio" de la abertura del pozo, más
alejado del eje de giro vertical, y por otro , apoyan en jabalcones
inclinados, también de madera.
Diremos, por último , que esta artesa se sitúa exactamente
por encima del árbol o eje de giro horizontal, de 130 cm. de
longitud, que lleva insertado a presión, en sus secciones
extremas, sendas pivotes cilíndricos
metálicos; éstos giran en chumaceras también metálicas,
embutidas en los rollizos protectores de la boca del pozo.
Los léxicos locales, referidos a las partes o elementos que
configuran una máquina como la aquí estudiada, suelen ser muy
ricos y variados. En la vega del Segura (Murcia), por ejemplo,
llaman sencillamente RUEDA o NORIA a la rueda elevadora , y
CONTRARRUEDA a las motora o de aire. Allí, los puentes de
sujeción del eje vertical de giro son HUBIOS, el eje de giro
horizontal se llama MÁSTIL, y los dientes de la rueda elevadora,
PUNTOS. Las secciones más sometidas a desgaste, tanto en un
eje como en el otro, se refuerzan por medio de aros , o cercos
metálicos, llamados CEÑOS; los pivotes o pezones, también
metálicos , sobre los que giran ambos ejes se denominan
BORRONES, y los cojinetes en los que se alojan esos pivotes
reciben el nombre de CAJERAS.
Lo primero que llama la atención al considerar, en líneas
generales, la carpintería con que se ha realizado toda la obra
mecánica recién descrita, es su falta casi absoluta de piezas
metálicas, Sólo los elementos sujetos a una máxima fricción -
pivotes y cojinetes o chumaceras- , y las uniones sometidas a
mayores tensiones de tracción o cizalladura -ensambles a media
madera, principalmente- son metálicas en su totalidad, o van
reforzados con bridas o abrazaderas de ese material.
Y no podemos saber, con seguridad, si todas estas piezas
son constitutivas desde un principio del ingenio estudiado, o se
ha ido añadiendo poco a poco, a medida que se producían las
averías y desperfectos, como es el caso de las lañas que cosen
las fisuras aparecidas con el desgaste de un trabajo duro y
continuado.
Claro que la ausencia de piezas metálicas pude deberse,
con tanta o mayor razón en este caso particular, al hecho de
estar la madera en contacto permanente con un agua de alto
contenido salino, muy corrosiva por tanto, contra la que ya
ponía en guardia Plinio el Viejo en su "Naturalis Historia",
especificando qué maderas eran más resistentes en ambientes
tan agresivos: ..."se cree que no es cosa indiferente el verterla (la
salmuera) en recipientes de una madera o de otra. La mejor es
la encina, ya que la ceniza de esta madera tiene altísimo gusto
a sal; otros alaban el avellano..."
Por el veteado característico del corte de algunas piezas,
la longitud desusada de las vigas y brochales que impiden los
desplazamientos del eje de giro vertical, y la gran anchura del
tablón requerida para recortar en él los cuadrantes de corona
circular -un sencillo cálculo que nos indica que la flecha máxima
de estos cuadrantes alcanza los 46,37 cm. -, deducimos que la
madera empleada en la construcción y montaje de las norias
(máquinas y albergues) ha de provenir de la transformación
arbórea de una especie arbórea suficientemente alta, robusta y
resistente.
Y existen muchas probabilidades de que tal especie sea la
de pino albar o silvestre , llamado también pino de Valían , que
cumple ampliamente con las condiciones anteriormente
requeridas.
Ahora bien , no son las sierras que rodean la zona -Ayllón ,
Pela, etc, -biotipo muy prodigo en la referida especie. Para
encontrar las más extensas y ricas masas de la misma , es
necesario desplazarse : o bien hacia el Oeste y la sierra de
Guadarrama, que posee los magníficos enclaves de Valsaín /
Rascafría y Navafría / Lozoya, en las provincias de Segovia y
Madrid ; o bien hacia el Norte y las sierras de Urbión y Cebollera,
que incluyen los centros prestigiosos de Vinuesa y Covaleda , en
las provincias de Soria y Logroño.
No debe extrañarnos, por otra parte, la mayor o menor
lejanía de los puntos de construcción maderera respecto a los
talleres artesanales de transformación , puesto que ha sido la
fuerza del brazo humano "gastado como el mango de un
azadón " en verso feliz de A. Serrano Plaja, la que ha suplido , casi
hasta nuestros días y de forma prácticamente única, la falta de
unos medios materiales y económicos , más acordes con la
dureza del trabajo realizado.
En la Huerta de Murcia se recurre a las especies -frutales-
más próximas , y de madera más resistente , como el
albaricoquero y la morera, para labrar y montar las partes más
sometidas a descaste de sus aceñas o senias -así llaman allí a las
norias de tiro-.
No cerraremos este apartado , dedicado a la carpintería
de las de Imón, sin rendir un merecido homenaje a los artesanos
que , nutridos por una tradición laboral y estética con
antigüedad de siglos , "finos , sensibles y, a su modo aristocráticos,
trabajaban como ninguno, pero lo hacían cantando , y, más
artistas que obreros, se ufanaban del resultado, no del sudor que
les costó: de la obra , no del trabajo", según los versos, siempre
certeros y entrañables, de los hermanos Machado.
Y una vez montadas las grandes ruedas de una de estas
máquinas, cumplían fiel y humildemente con su cometido hasta
el final , trasladándose a pie y rodándolas por caminos a veces
inverosímiles , hasta su emplazamiento final, a diez o quince
quilómetros de distancia del taller de construcción y montaje
[.....].
[...] Pasando ahora a considerar la obra de carpintería más
cercan a las norias estudiadas .fábrica de madera, cuyos
orígenes e identificación son, desde todos los puntos de vista,
más seguros que los de la fábrica de piedra- , vamos a examinar
con cierto detenimiento la estructura de cubierta de las
edificaciones que albergan dichas máquinas.
Al estar el espacio de estas edificaciones dedicado
exclusivamente al funcionamiento de la noria , y a la andadura
del animal en torno al eje de giro motor, no debe sorprendernos
que la construcción , que delimita ese espacio sea : o bien
circular, o bien poligonal regular, cercana a la anterior. De
cualquier forma, la cubierta de esas edificaciones tuvo que ser
piramidal y su estructura debió diseñarse como autoresistente,
puesto que era imposible descargar al suelo, mediante un
sencillo apeo su vértice superior- de encuentro de los elementos
de carga de la techumbre-, ocupado como está el eje ideal de
la construcción por el árbol de rotación de la noria , que gira
soportando únicamente su propio peso.
Se hubiera podido adoptar, en última instancia, la solución
de fijación y cierre de zarzo y "seto" (abtiquísimo encestado de
ramas entretejidas, enlucido con barro y encalado ), constitutivo
de las descomunales chimeneas cónicas paniegas en Soria, por
medio de un anillo superior al que va clavado el remate de
madera labrada .
Por el peso, muy superior, de las techumbres de las norias
debió desaconsejar en seguida tal solución, si alguna vez los
constructores primigenios pensaron en ella : contingencia no
muy probable , después de todo, y sin duda, totalmente
indesmostrable.
Hubo, pues que proyectar una cubierta piramidal a partir
de la experiencia constructiva contemporánea de techumbres
a dos aguas, y tratar de adoptar soluciones, ya ensayadas con
éxito en estas últimas, a la primera.
Si consultamos ahora algún buen estudio sobre carpintería
mudéjar como el de Doña Balbina Martínez Caviró, nos
encontramos con afirmaciones tan interesantes para nuestro
objetivo final, como las siguientes:
"De las armaduras de parhilera o mojinetes, derivan las
techumbres de par y nudillo, cuando, buscando un mayor
refuerzo y evitar la cimbra, se interpone entre cada dos pares,
generalmente a dos tercios de su altura, un madero horizontal
llamado NUDILLO.. La sucesión de los nudillos con la tablazón
intermedia, da lugar a una superficie plana: el ALMIZATE o
HARNERUELO, que transforma el perfil triangular de la armadura
de parhilera en el perfil trapezoidal propio de las techumbres de
par y nudillo [...] Las armaduras de par y nudillo, uno de los tipos
más frecuentes en el arte mudéjar, derivan de las almohades de
igual formato; pero así como las de esa época - segunda mitad
del siglo XII - son pobres y sencillas, a tenor de las llegadas a
nuestros días, las mudéjares son numerosas y complejas, con gran
riqueza universal. No todas las armaduras de par y nudillo llevan
tirantes..."
Tal descripción concuerda perfectamente con la estructura
de cubierta encontrada en Imón variando únicamente la forma
geométrica de la planta que se desea cubrir: de rectángulo a
octágono regular.
Aquí en la Alcarria tenemos cuatro parejas de vigas
inclinadas, o PARES, formando triángulo y dispuestas según
planos que forman ocho diedros de unos 45º (sexagesimales)
cada uno, estas parejas son todas coincidentes en el
vértice superior de la pirámide -así materializada por sus aristas - y
van estribadas en maderos horizontales, empotrados en los
muros de mampostería que cierran la edificación. En dichos
pares descargan, por su extremo superior, las restantes vigas, de
longitud desigual, que siguen las dirección de máxima
pendiente de cada cara del poliedro mencionado. Y,
efectivamente, a unos 2 \ 3 de la altura de dicha pirámide, un
NUDILLO o madero horizontal, perfectamente escuadrado y
clavado a cada pareja de pares, riostra e impide, con su
resistencia a compresión, la deformación de la misma,
componiendo sus otros tres homólogos -un nudillo es enterizo ; los
otros tres van partidos en dos segmentos iguales, que se clavan
a los pares y al nudillo enterizo- el ALMIZATE ESTRELLADO que
puede contemplarse en la fotografía.
Igualmente no existen en Imón tirantes que trabajando a
tracción, den rigidez a la base de la pirámide así construida; la
gran jácena horizontal, visible en el plano inferior de la
fotografía, sin conexión alguna con el material de cubierta, sólo
sirve para inmovilizar el eje de giro vertical de la noria, sin impedir
por ello su rotación.
Además y sacando todas las conclusiones posibles de la
valiosa exposición de la señora Martínez Caviró, podemos no sólo
confirmar definitivamente el carácter mudéjar de la obra, tanto
mecánica como constructiva, que es objeto de nuestro estudio,
sino también situar, en una primera aproximación, sus orígenes
hacía los años finales del siglo XII, ó primeros del XIII.
No olvidemos, por otro lado; que las tierras alcarreñas
fueron incorporadas a la Corona de Castilla hacía 1080, poco
antes de la conquista de Toledo, y que la ciudad de Guadalajara
fue destruida en una incursión almohade en 1196.
No es nada improbable que, dada la gran movilidad de
gentes producida por los continuos avances y retrocesos de las
dos grandes formaciones religiosas hispánicas, algún grupo
rezagado o perdido de almohades conquistadores hubiera
arraigado en las tierras antes mencionadas, junto a los
mudéjares de raíz beréber, que allí vivían y trabajaban desde
hacía más de un siglo.
LOS CANGILONES DE LAS NORIAS
De los cangilones, o recipientes de agua que las
toman,elevan y arrojan al exterior -función esencial de la noria- ,
haremos también un comentario lo más completo y preciso
posible.
La palabra Cangilón procede, posiblemente del nombre
latino congîus, en castellano: congio, que designaba una media
de capacidad romana, equivalente a unos tres litros.
Su más popular y extendido sinónimo es ARCADUZ -
antiguamente: alcaduz, y en la lengua valenciana: alcaduf;
formas más próximas a los orígenes del térmno- , que proviene de
la palabra árabe al-qadus, y ésta a su vez de la griega kádos, en
castellano : vaso.
Estos cangilones o arcaduces han tomado las más variadas
formas, y aprovechado los más diversos materiales, a través de la
Historia. Así , estos recipientes han sido , unas veces
paralepipédicos , casi cúbicos ; de madera ; otras cilíndricos o
con remate inferior en forma de tronco de cono ; de barro
cocido primero, y más recientemente de azófar o latón.
Del siglo XVII tenemos , además , el testimonio de F.
Henriquez de Jorquera, historiador y cronista granadino, que nos
habla de los zaques u odres utilizados, a modo de cubos de
cuero, por los moros de Ronda para sacar agua de su
impresionante tajo.
Los cangilones de barro cocido , encontrados y estudiados
por nosotros en las norias de Imón, tienen una forma
aproximadamente cilíndrica -sólo el reborde del "labio "superior ,
ligeramente más hundido o ensanchado con respecto a la
pared recta, permite una diferenciación, no tipológica , de
aquéllos- , lo que supone un torneado lo más sencillo posible de
estas vasijas y una textura bastante tosca a la vista y al tacto, lo
que revela una única cocción -bizcochado- no muy cuidada, de
las mismas. Sus dimensiones fueron ya mencionadas, al tratar de
la estructura general de la rueda elevadora de la noria.
Lo que más llama la atención de estos cangilones es la
doble escotadura o rebaje -realizada, con toda probabilidad,
por simple presión del dedo en la pasta blanda y húmeda,
durante el torneado- que llevan las vasijas en torno a su
perímetro circular: una junto a su "boca" superior, otra junto a su
fondo.
En cuanto a la coloración, impuesta sobre todo por la
composición química de la arcilla trabajada, los cangilones de
Imón tienen un color terroso oscuro, en algún caso tirando a
rojizo, debido principalmente a componentes ferruginosos.
Los cangilones encontrados en otros lugares de España,
tienen por lo general un agujero en su "culo" que impiden por
una parte que las vasijas se rompan cuando entran en contacto
con el agua al desalojar rápidamente el aire que contienen
vacías ; establecen, por otra, el equilibrio estático en la rueda de
elevación cuando la noria se para, al desaguar con relativa
velocidad los recipientes que suben llenos, y aliviar así el peso de
la media cadena cargada ; por último, impiden que los
cangilones suban llenos hasta el borde con la consiguiente
perdida de agua en la elevación y el vertido, al expulsar la
sobrante por el camino de la ascensión. Pero como ya dijimos,
estos orificios no existen en los cangilones de Imón.
El nivel de torneado, no excesivamente cuidado, del
recipiente; la calidad de la pasta, no bien tratada ni
desgrasada, con abundancia visible de caliche o piedrecilla
calcinada; el grado de cocción de la vasija, no atendido y
vigilado como ocurriría con un cántaro o una escudilla: todas
estas características apuntan a una producción muy seriada de
cangilones, en que la cantidad prevalecía sobre la calidad.
Evidentemente, el tráfago adverso de estos objetos, su
dedicación a trabajos muy continuos y rigurosos y su inmersión en
medios tan agresivos como la salmuera, no aconsejaban
consagrar mayores tiempo y mimo a la elaboración de los
mismos [....].
ALBERCAS, RECOCEDEROS Y CALENTADORES
Ya hemos explicado cómo, en el proceso de producción de
la sal, ésta pasa desde el pozo a unos recocederos, que miden
aproximadamente 2 m. de profundidad, en los que se mantiene
durante el invierno, evaporándose ligeramente (adquiriendo más
grado). Cuando la sal no tiene suficiente grado, pasa a los
calentadores que tienen un fondo de unos 50 cm. De aquí pasa
la sal a las albercas, que tienen entre 15 y 20 cm. de
profundidad, donde el agua se evapora en los meses de verano,
quedando la sal cristalizada lista para su recolección, que tiene
lugar desde Mayo hasta mediados de Octubre.
La construcción de estos tres estanques se realiza de forma
similar. Son del tipo de greda y guijarro.
Los suelos están formados por una capa de barro (arcilla de
greda) y guijarros de piedra caliza encajados para darle mayor
estabilidad al soporte. El uso de la arcilla para formar los
recipientes impermeables hereda una tradición histórica de
alfarería y cerámica.
Las paredes están formadas por una capa de arcilla bien
asonada sostenida por tablones de madera y revestida
exteriormente con piedra caliza con mortero de cal, ya que el
cemento se deshace con la sal.
Las albercas se separan entre sí mediante tablas de
madera, que van dejando huecos para que circule el agua
tanto en el proceso de llenado o regado de las albercas como en
el de vaciado. Estas tablas, probablemente de pino, han
adquirido con el paso de los años sumergidas en sal, un aspecto
especial, ya que la salmuera ha ido deshaciendo las partes
blandas de la madera, quedando tan solo las partes más duras y
los nudos.
Las albercas forman grupos o "quiñones" separados entre sí
mediante "caballones" o calles de piedra por las que
antiguamente pasaban las caballerías o las vagonetas. Son las
albercas sin dudas, las que dan a las salinas su carácter tan
peculiar. Sobre este asunto se refieren A. Luengo Barreto y
C.Martín Cabrera. en el artículo aparecido en la revista "Periferia
(nº 11)":
"Las salinas como ingenio construido, tienen un evidente
valor arquitectónico, no sólo constatable en la belleza de sus
formas y la construcción de sus volúmenes de piedra, sino por su
trazado cartesiano que nos adentra en la historiografía clásica.
Su imagen territorial que impone una "trama" nos recuerda la
tradición clásica de la ciudad ideal, donde cada uno de sus
elementos colabora el orden del conjunto.
Las salinas como paisaje cartesiano, abstracto y funcional
tienen hondas resonancias en nuestra cultura. Lo racional se
impone a la naturaleza como modelo, aprovechando la
impronta del paisaje natural. El paisaje de la salina, la
perspectiva visual de las montañas de sal sobre la trama
ortogonal, adquiere dimensiones surrealistas"
El empedrado de las albercas se hace siguiendo un diseño
bastante curioso que tiene sus raíces en su probable
procedencia mudéjar. En las albercas se dibujan calles con
nervios rectilíneos de piedras rectangulares, mejor escuadradas
que las demás, que luego se rellenan con cascajo o ripio (piedras
más irregulares colocadas sin orden concreto).
Ahora bien , no es ésta la única ocasión, siempre dentro de
los territorios hispánicos, en que se puede observar tal forma
de disponer los solados o encachados de unos suelosdestinados a
trabajos de considerable dureza.
Tales juegos, de pura geometría inventiva, nos hacen
sospechar la existencia de una mano alarife mudéjar, por detrás
de estas galanuras. Pero si queremos ser absolutamente objetivos,
en cuanto a la solución del dilema planteado en un
principio, nada podemos asegurar sobre el origen de esta tan
curiosa como castiza forma hispánica de solar.
DESCRIPCIÓN DE LOS ALMACENES
Las salinas ofrecen una imagen de gran calidad
arquitectónica, sus piscinas, sus estanques y caminos
empedrados completados con la magnífica calidad de los
almacenes.
Estos presentan una interesante solución estructural a base
de pórticos soportados por pies derechos de madera de gran
esbeltez y altura y una entreplanta que permite el acceso de
vehículos, que antes eran mulas y vagonetas y ahora son
"dumpers" o vehículos a motor, para transportar a su interior la sal.
Las únicas reformas recientes que presentan son unas rampas en
el acceso principal que permite meter el camión a cargar en el
propio almacén, al rebajar la rampa el nivel primitivo del suelo.
Su estructura de madera, a pesar de la evidente falta de
mantenimiento periódico, está en condiciones óptimas debido al
propio efecto conservante de la sal.
Si comenzamos por las salinas de Imón, en una de las
construcciones salineras más interesantes, es el almacén de San
José. Su original estructura la componen siete naves separadas
por pies derechos de madera que soportan una cubierta
también de madera con acabado de teja. Debido a la extraña
alineación de los pilares podemos deducir que el almacén tuvo
en un principio cinco naves y se amplió posteriormente con las
dos laterales, añadiéndose al final el muro de piedra.
Este almacén presenta dos edificaciones adosadas a su
fachada, y que conforman su acceso principal, realizadas a
principios de siglo. En su acceso trasero todavía conserva la torres
con parte de la maquinaria que ayudaba a subir las
vagonetas por la rampa, que servía a la entreplanta a modo de
pequeño funicular.
Los materiales empleados son la piedra, del muro portante
exterior (piedra caliza) con mortero de cal y canto y de la rampa
de acceso al edificio. También la madera de pino (que
casualmente no coincide con los pinos del lugar) en los pies
derechos, los capiteles, vigas de cubierta, tablones y tabloncillos.
El solado, sobre el terreno, es de tabloncillos de madera solapados
entre sí. Y finalmente la taja típica de la zona que continúa en
estado aceptable.
El espacio se organiza en dos alturas, al nivel superior se
accede por una rampa situada en la fachada trasera. Una vez
allí se descarga la sal desde el piso superior hacía abajo de forma
que se acumula en una montaña de sal que cubre totalmente el
nivel bajo en la zona más próxima a la rampa.
La estructura de pilares y el muro de la fachada principal
sufren un desplome importante hacia el exterior del edificio que
será analizado posteriormente en el capítulo de Patología.
Quizá sea el almacén de San Antonio el más interesante
pues conserva uno de sus pórticos que protegía la entrada y a
los carruajes que transportaban primitivamente la sal y su rampa
de acceso a la entreplanta. La chimenea de su pequeño
generador eléctrico le da su aspecto característico.
ANALISIS DEL ALMACÉN DE SAN JOSÉ.
Una vez descritas las distintas edificaciones que componen
el complejo salinero de Imón nos vamos a centrar en el análisis
detallado de uno de los almacenes, el almacén de San José.
Como ya se ha comentado anteriormente, al igual que
todos los almacenes salineros, presenta una solución estructural a
base de pórticos formados por pies derechos de madera de gran
esbeltez y una entreplanta a base de viguería de madera. El
muro portante exterior es de sillería y mampostería ordinaria.
La planta, casi cuadrada, tiene unas dimensiones
de 38 x 35 m. Presenta siete crujías, una central de mayor tamaño
y las laterales restantes de dimensiones similares.
El edificio tiene su acceso por la fachada principal a través
de un pequeño porche. Subiendo una rampa, por la fachada
posterior, se tiene acceso a la entreplanta a través de dos
puertas.
Los únicos focos de luz que presenta son las puertas, citadas
anteriormente, y una ventana en la fachada principal.
Presenta tres edificaciones adosadas a su fachada, siendo
una de dos alturas y las otras dos de una. Estas servían en su
tiempo como vivienda de los trabajadores de las salinas.
La edificación situada a la izquierda de la puerta principal
del almacén tiene.
A la derecha se sitúa la vivienda de dos alturas, que tiene
su acceso a través de una puerta e madera. Tiene dos ventanas
en planta baja y cuatro en planta alta aunque dos de ellas
cegadas. A la derecha se sitúa una chimenea.
CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS.
CIMENTACIÓN.
La cimentación existente bajo los muros de carga de 1 m.
de espesor es una mejora del terreno a base de una zanja corrida
perimetral de 1,00 x 1,60 m rellena de piedra y cantos con una
argamasa superficial donde se asienta el muro de piedra.
Los pies derechos se encuentran empotrados en el terreno y
colocados sobre una basa de piedra que los protege de la
posible ascensión del agua por capilaridad.
ESTRUCTURA Y CERRAMIENTO.
Está formada por pórticos de pies derechos que sustentan la
cubierta y muro de carga de piedra perimetral.
Los pies derechos presentan una extraña alineación. La
crujía central esta formada por 24 pilares, 12 a cada lado y
alineados entre sí, aunque no guardando la misma separación
unos de otros.
En el resto de crujías los pilares no están alineados.La sección
de los pilares es cuadrada de 25 x 25 cm, hay algunos casos en
los que varía siendo ésta algo mas pequeña.
La entreplanta se sustenta en las tres crujías centrales.
En la zona posterior hay dos líneas de pilares cuya única
misión es sustentar la entreplanta. Esta formada por vigas de
madera que transmiten las cargas de distinta forma en una zonas
y en otras. Por ejemplo, en la pasarela izquierda las cargas de la
entreplanta son transmitidas a los apoyos situados en los pies
derechos por vigas transversales. Para evitar su flexión se colocan
vigas puente que al mismo tiempo ayudan a transmitir las cargas
hasta el suelo. Sin embargo en la pasarela derecha las cargas son
transmitidas por vigas transversales que a su vez apoyan en
vigas longitudinales sustentadas por los pies derechos. En este
caso no existen vigas puente.
En algunas zonas estas se sustituyen por pies derechos
intermedios, pero para mayor funcionalidad parte de estos se
han quitado, provocando flexiones en las vigas.
Sobre la viguería se coloca el entarimado de madera con
tablas de 4 x 20 cm de sección.
La estructura de cubierta, en la nave central, es de par e
hilera. La hilera se coloca en la zona de cumbrera y los pares
apoyan sobre la carreras que sustentan los pilares. La transmisión
de carreras a pilares se realiza por medio de zapatas apoyan en
las carreras que sustentan las líneas de pilares.
Perpendicularmente y apoyando en los pares se colocan de
nuevo carreras que parten las luces entre crujías. Sobre estas
apoyan los parecillos y sobre estos se coloca perpendicularmente
la ripia sobre la que apoya en material de cubrición.
Perimetralmente, y sirviendo como cerramiento se
encuentra el muro portante exterior.
Está compuesto por sillería y mampostería ordinaria de
piedra caliza cogida con mortero de cal. En las esquinas, para
garantizar la correcta traba entre los distintos paramentos, los
muros presentan sillares de piedra labrados. En el resto de
fachada el material utilizado es mampostería ordinaria sin ningún
tipo de labra.
Presenta una altura de 4 m. en los muros laterales y llega a
alcanzar mas de ocho metros en los muros piñones. Tiene un
espesor de 1 m. Sobre este muro se coloca un durmiente que
sirve de zunchado y facilita la correcta transmisión de cargas.
Los edificios adosados presentan una estructura a base de
muro de carga de las mismas características que
el del almacén pero de menor espesor, siendo este
aproximadamente de 75 cm. La estructura de cubierta es de
entramado de madera, similar también a la del almacén. El
edificio de dos alturas presenta un forjado compuesto por
viguería de madera y entrevigado de revoltón. La escalera de
acceso a la planta superior también es de estructura de madera.
Los aleros están solucionados con viguetas de madera
empotradas en el muro de piedra colocadas cada 50 cm.
Los cargaderos de puertas y ventanas están formados por
vigas de madera. La única excepción es la puerta principal de
entrada al almacén que presenta un cargadero compuesto
por 3 HEB metálicos. Esto es debido al mal estado en que se
encontraba el antiguo cargadero de madera lo que llevo a que
se sustituyera, hace unos años, por este metálico.
CUBIERTA.
La cubierta presenta una pendiente del 30%. Es a dos
aguas, principalmente ya que, al llegar a los muros piñones
aparecen otros dos paños, creándose una cubierta a cuatro
aguas.
En los edificios adosados la cubierta es a un agua, salvo en
el edificio de la derecha que es de dos, continuando de esta
forma el paño de cubierta del almacén.
El material de cubrición es teja cerámica curva de la zona.
REVESTIMIENTOS.
Exteriormente, en la parte superior de la fachada
principal, el muro de piedra esta revestido con mortero de cal. En
el resto de fachadas posiblemente hubiera también un
revestimiento de cal que con el paso del tiempo ha
desaparecido.
Interiormente no existe revestimiento alguno.
SOLADOS.
El almacén no presenta ninguno tipo de solera, simplemente
se limpió de rastrojos y se dejó horizontal, por lo que el suelo es
tierra firme mezclada con restos del sal.
Se realizó una rampa de acceso por la entrada principal,
colocándose un zócalo de piedra revestido con mortero de
cemento y situándose también unas pequeñas escaleras para
acceder al nivel de suelo del resto del almacén.
La entreplanta, como ya se ha comentado anteriormente
presenta un entablado de madera como solado.
De los edificios adosados sólo el utilizado como oficina
presenta una solera de hormigón realizada recientemente.
AISLAMIENTO E IMPERMEABILIZACIÓN.
El edificio no presenta ningún tipo de aislamiento. El grueso
espesor del muro de piedra es suficiente para mantener unas
condiciones térmicas adecuadas en el interior, pero no así la
cubierta, que no aísla térmicamente ni es impermeable a
la filtración de agua.
El almacén esta rodeado de recocederos, balsas, piscinas,
regueras.. El muro debe estar debidamente protegido e
impermeabilizado del terreno con bases de piedra, ya que, a
pesar de toda la humedad que le rodea, los síntomas de
ascensión de agua por capilaridad son mínimos, casi inexistentes.
Igualmente los pies derechos de madera, están protegidos
con basas de material pétreo ya que en la zona de contacto
con el terreno no presentan ningún síntoma de problemas de
humedad o de pudrición.
CARPINTERÍA.
Carpintería de madera en la puerta principal de entrada al
almacén.
Los huecos de entrada por la fachada posterior a la
entreplanta no presentan ningún tipo de carpintería.
Posiblemente debido a su mal estado se retiraron de la puerta
principal simplemente tienen un enrejado a base de barrotes de
madera.
La entreplanta, en una de sus zonas, tiene una barandilla
de madera.
Los edificios adosados presentan todos ellos carpintería de
madera, tanto en puertas como en ventanas, bastante
rudimentaria
CERRAJERÍA.
Encontramos rejas metálicas en las dos ventanas del edificio
destinado a oficina. Éstas han sido colocadas recientemente
debido a su uso.
Las puertas y ventanas de madera presentan los herrajes
característicos fallebas, cerrojos, pernios, clavos, cremonas...
ANÁLISIS DE LAS PATOLOGÍAS.
Definiendo el termino patología como la ciencia que estudia
los problemas constructivos que aparecen en un edificio, o en
alguna de sus unidades, después de su ejecución, nos
disponemos a estudiar las lesiones sufridas por el almacén de San
José a lo largo de estos dos largos siglos de existencia, así como en
buscar los posibles orígenes de estos daños, para poder, en un
desarrollo final del trabajo buscar soluciones que pongan fin a
estas lesiones y nos conduzcan a una correcta rehabilitación de
esta nave.
Las patologías que vamos a mencionar son, en particular,
de este almacén objeto de estudio. Pero observando el almacén
de San Antonio, también en Imón, el almacén de las salinas de La
Olmeda de Jadraque y otros almacenes de otras Salinas de la
zona con las mismas características estructurales, nos damos
cuenta que la mayoría de estas patologías se pueden generalizar
a todos ellos, sirviendo estas como referencia para posibles
estudios de rehabilitación del resto de almacenes.
Para una rápida y correcta identificación, agruparemos las
lesiones en tres tipos básicos mecánicas físicas y químicas:
LESIONES MECÁNICAS.
Posiblemente sean estas las mas importantes y las que creen las
principales patologías que presenta el almacén.
Trataremos en este apartado las grietas y fisuras, así como
giros, desplomes y bombeos.
Las únicas grietas realmente apreciables en el cerramiento
de piedra exterior, aperturas que suelen atravesar el espesor del
elemento constructivo,
aparecen en las caras transversales del almacén, es decir en la
fachada principal y posterior.
En la fachada principal, en su parte superior izquierda, se
observan claramente unas grietas verticales, ligeramente
inclinadas, pero prácticamente simétricas respecto al eje vertical
del plano de fachada que alcanzan casi toda la altura del piñón
que queda vista. Presentan bordes abiertos y en algunos caso
llegan a alcanzar espesores de hasta 5 cm. El piñón presenta un
ligero bombeo hacia el exterior que queda manifestado con la
aparición de estas grietas.
En la fachada posterior también se puede observar el
bombeo del piñón y las grietas verticales, pero en este caso el
bombeo se produce hacia el interior del almacén.
Mientras que al exterior no se encuentran indicios suficientes
para justificar razonadamente la posible causa de estas
patologías, al penetrar al interior de la nave se clarifica bastante
la situación.
Si observamos la situación estructural general del almacén,
nos encontramos con que parte de los pies derechos (dos líneas
principalmente) han sufrido un notabilísimo desplome,
arrastrando con ellos al resto de la estructura como si de un juego
de naipes se tratara, y creando unos empujes extras en los
encuentros de la estructura con estos muros. La situación queda
agravada por la colocación del porche y de los edificios
adosados a la fachada principal, justo delante de del piñón, que
contrarrestan con su peso estos empujes hasta el punto donde el
muro supera en altura a estas edificaciones, creándose a partir
de ahí un efecto de ménsula que el muro difícilmente puede
soportar, deshojandose y marcando estas grietas verticales
previas a los inmediatos bombeos y desplomes del muro.
El bombeo de la fachada posterior es producido por el
mismo motivo, pero esta vez actúa en sentido contrario, ya que,
el desplome de los pies derechos, en lugar de empujar hacia
fuera como ocurría en la fachada principal, tira del muro hacia
dentro.
Precisamente, que estos bombeos se produzcan en los
piñones es también debido a que las esquinas del almacén están
realizadas con auténticos sillares de bastante calidad, y bien
trabados, mientras que en la zona central, el sillarejo, al carecer
de traba suficiente para soportar estos empujes, cede y bombea.
Sobre estas grietas se han realizando intervenciones
posteriores intentando taparlas con mortero. Obviamente estas
intervenciones sirvieron de poco ya que al no solucionar el
problema estructural las grietas se han vuelto a abrir.
Una mención aparte requiere el caso de la estructura de
madera con la que esta realizado completamente todo el
almacén en cuanto a su organización de pies derechos, carreras,
elementos de cubierta, capiteles y demás elementos
constitutivos de la estructura.
La madera, en estos más de dos siglos, debería haber sufrido
una lógica degradación debida a la humedad ambiental. Sin
embargo la sal produce un efecto protector en la madera,
impregnando los vasos leñosos y liberianos hasta llegar a saturar
todos sus poros, y le otorga una estabilidad prácticamente total
ante los agentes exteriores, sin disminuir un ápice sus
características mecánicas. Además la madera que en este caso
es pino Valsain adquiere una textura aterciopelada muy suave al
tacto que es característica de la concentración de la sal y de la
humedad.
En cuanto a su comportamiento estructural, lo mas apreciable es
el desplome parcial de la estructura que en algún pilar alcanza
hasta un 9% de inclinación respecto a la vertical causante de los
ya mencionados bombeos en los piñones y del estado límite
actual de parte de la estructura en cuanto a su estabilidad.
Actualmente se ha intentado evitar que continúe este desplome
colocando en las líneas de pilares más afectadas tensores
metálicos que sujetan la estructura. Esta intervención,
obviamente, es una medida de emergencia tomada ante el
peligro de desplome total de la estructura, pero que no es
suficiente, para solucionar el problema.
La causa mas evidente de la inestabilidad de la estructura
es la falta elemental en esta zona de unos arriostramientos que
absorbieran los movimientos horizontales de la estructura
porticada, lo que resulta prioritario de cara a un futuro
restablecimiento de la verticalidad de los pilares.
También se puede observar el colapso de la estructura en
una de sus zonas, en la crujía lateral derecha. La falta de tres de
los pilares ha provocado el derrumbamiento de esa zona de la
cubierta. Cabe destacar que, sorprendentemente, esa línea de
pilares no presenta pérdida clara de verticalidad, por lo que,
parece poco lógico, que la falta de estos pilares sea debida a su
caída por desplome. Quizá sea debido a una causa accidental,
a un deterioro del material de cubrición que provoco
humedades que acabaron pudriendo la madera en esa zona, o
simplemente, al paso de los años, abandono y falta de uso que
sufre desde hace tiempo el almacén.
Si tomamos la estructura por elementos sueltos, encontramos
defectos en alguno de los pilares de torsiones, excentricidades
propias de las piezas, que hasta cierto punto son lógicas dada la
antigüedad de la construcción pero que como resultado
solamente propician el agravar la situación de la estructura, la
cual pondríamos situar bastante cercana a al situación de
colapso en algunas zonas.
La entreplanta también se ha visto afectada por la perdida
de verticalidad de los pilares, solidarizándose con
ellos. La falta de vigas puente en la pasarela de la izquierda, y la
falta de pilares intermedios en la de la derecha, ha provocado
flexiones en las vigas. El suelo de entablado ha sufrido un notable
deterioro, presenta tablas levantadas, agujeros...
Su deterioro se incrementa por el paso del tiempo y la falta
de mantenimiento, lo que hace peligroso el paso. En la zona de
acceso a la entreplanta por la fachada posterior, se puede
observar como la madera presenta algún pequeño síntoma de
pudrición. Esto es debido a que la retirada de puertas en la zona
trasera ha puesto en comunicación con el ambiente exterior una
madera que siempre había estado protegida de los agentes
atmosféricos, lo que está provocando su lenta pero posible
pudrición.
Al exterior también se puede observar como sí se han
podrido los dinteles de madera expuestos a las acciones de los
agentes atmosféricos, frente a la madera perfectamente
conservada a interior.
Cabe destacar como estas pudriciones de los dinteles en las
puertas de la fachada posterior, ayudados también quizá por un
exceso de carga e incrementados por las tensiones a las que se
esta viendo sometido el muro por los movimientos de la estructura
de madera, han provocado una situación precaria del muro en
esa zona de entrada por la parte posterior del edificio. Presenta
grietas tanto verticales como horizontales, bombeos, pérdida del
material de agarre, pérdida de sillarejos...
En general podemos concluir respecto a este apartado que
lo que mas acusa esta estructura es el paso del tiempo y sobre
todo el abandono y la falta de uso. Quizá también se aprecie
una cierta falta de previsión en la ejecución de obra, lo que
implica resoluciones distintas para encuentros similares. Y también
una improvisación, con resultados no siempre adecuados como
por ejemplo retirar pilares por motivos de funcionalidad y
accesibilidad en intervenciones realizadas con posterioridad.
LESIONES FÍSICAS.
1. Humedades.
Como ya hemos comentado anteriormente, la cimentación
existente bajo los imponentes muros de carga de 1 m de espesor
es una zanja corrida perimetral rellena de piedra, con una
argamasa superficial donde se asienta la base de los muros.
La ascensión de agua del terreno a los muros por
capilaridad, a pesar de ser una zona húmeda rodeada por
piscinas, no parece que afecte en este caso. Si así fuese se
manifestaría por un lavado del cerramiento.
La lesión mas evidente dentro de este capitulo es la
humedad por infiltración a través de la cubierta. Los
movimientos estructurales han afectado al material de cubrición
produciendo la caída de algunos parecillos, el desprendimiento y
rotura de ripias... El estado de las tejas es en general bueno, pero
han sufrido movimientos debido también al paso de los años y a
los impactos de lluvias y granizos. Todas estas causas provocan
actualmente infinidad de goteras y humedades.
Gracias al efecto conservador de la sal la madera todavía
no se ha visto afectada por estos problemas de humedad, pero
se hace necesaria una intervención.
También puede que se estén produciendo infiltraciones a
través de los muros perimetrales, en los que se crean puentes
húmedos a través de los sillarejos y juntas, provocando el
desmoronamiento paulatino de estas.
2. Erosiones.
La erosión se define en rehabilitación de edificios como la
destrucción, pérdida o alteración de la superficie de los
cerramientos y acabados producida por la acción conjunta de
diversos agentes externos y de las características físico químicas
de los propios materiales.
Los factores ambientales (extrínsecos) con los que nos
encontraríamos fundamentalmente serían el agua, sol y viento,
que al combinar sus acciones pueden llegar a producir grandes
daños, sobre todo en un espacio de tiempo tan dilatado como
en este caso.
Como factores intrínsecos podemos enumerar los propios de
la estructura física del material, como pueden ser la porosidad,
helacidad, etc.
Distinguiremos en este apartado varios tipos de erosión,
tratando de analizar la importancia de cada uno de ellos, ya sea
en solitario o en la acción combinada con otros.
2.1 Erosión mecánica. Es aquella producida por la acción de
impactos y fricciones. En este apartado destacaremos la erosión
de tipo eólico, ya que este tipo de edificaciones se encuentran
totalmente expuestas a los efectos de la intemperie, tanto a la
acción destructiva de este (desgaste de la superficie exterior
como al arrastre de partículas duras) o de su acción combinada
de la lluvia.
Erosión física. Es la producida por la acción combinada del agua
y la temperatura. El agua disuelve las sales solubles de la
superficie del material, arrastrándolas, y además puede producir
aumentos de volumen por entumecimiento, llegando a
producir en algunos casos roturas y desprendimientos del
material. Esto se agrava si el agua llega a helarse y entra en
contacto con el material, ya fuera por absorción o por las fisuras
del mismo, el agua aumenta de volumen y puede llegar partir la
piedra. También cambios térmicos bruscos producen variaciones
dimensionales en el elemento constructivo que pueden llegar a
agrietarlo y producir su erosión.
Todos estos aspectos se traducen en nuestro caso en una
pérdida de material, principalmente del mas débil, como es el
mortero (de cal) de agarre del muro de piedra perimetral, que se
ha ido lavando y disgregando hasta su práctica desaparición
en algunos puntos, dejando el muro descarnado, en parte, y con
los sillarejos algunas veces en equilibrio bastante precario. Esta
desaparición del material de agarre se da en todo el muro pero
principalmente en su parte baja. Se puede observar que en la
zona superior todavía se aprecian restos de un revoco calcáreo
que todavía mantiene cierta consistencia sin embargo en la
parte baja este revoco ha desaparecido totalmente. Estas
lesiones se intentaron solucionar hace unos años con un nuevo
rejuntado de los sillarejos. Con pocos resultados, ya que,
actualmente, el muro sigue teniendo los mismos problemas.
Erosión química.
No creemos que sea un problema en este caso, ya que el
ambiente tmosférico es de una pureza notable, nada
contaminante y de escasa agresividad.
LESIONES BIOLÓGICAS.
No encontramos ningún síntoma de ataque al muro de
piedra.
En cuanto a la madera tampoco hemos encontrado ningún
elemento animal o vegetal que pudiera inducir a pensar en
algún ataque de microorganismos xilófagos, ya que, como se ha
comentado anteriormente la sal protege de una forma
excepcional a la madera.
LESIONES QUÍMICAS.
Tampoco creemos que sean estas unas causas importantes
dentro de la patología de estos edificios. Si puede ser que en el
muro de piedra se haya producido alguna cristalización de sales
solubles, pero sin duda alguna no tiene mayor interés que su
mera mención..
CUADRO RESUMEN DE PATOLOGÍAS.
LESIONES EN LA ESTRUCTURA DEMADERA.
- Colapso de parte de la estructura.- Perdida de verticalidad de doslineas de pies derechos.- Movimientos, flexiones y torsiones.- Deterioro de parte de la estructurade la entreplanta.
CAUSAS DE LAS LESIONES.
- Deterioro por el paso del tiempo.- Falta elemental de unosarriostramientos que absorban losmovimientos horizontales de laestructura.
LESIONES EN LOS MUROS DEPIEDRA.
- Grietas en los muros piñones.- Inminente colapso del muro piñóntrasero.- Pérdida de material de agarre.
CAUSAS DE LAS LESIONES.
- Empuje que provoca la falta deestabilidad de la estructura demadera en los muros transversales.- La pérdida de material de agarrees producida por la erosión y ladebilidad del mortero.
CUADRO RESUMEN DE PATOLOGÍAS.
LESIONES EN LA CUBIERTA. - Aparición de humedades.
CAUSAS DE LAS LESIONES.
- Movimiento y rotura de ripias.- Deterioro y desplazamiento departe del material de cubrición “tejacurva”- Filtración de agua y goteras.
PROPUESTA DE USO DE LAS SALINAS DE IMON. SOLUCIONESCONSTRUCTIVAS
MOTIVOS Y OBJETIVOS DE LA REHABILITACIÓN DE LAS SALINAS DE
IMON.
El complejo salinero de Imón puede ser considerado como
uno de los mayores exponentes de la arquitectura industrial de la
minería de la sal en España. Estas salinas eran ya explotadas por
los romanos, y se encuentran documentadas desde el siglo XI.
Hoy en día mantienen intacta su misma fisonomía que diseño
para ellas el Gobierno de Carlos III, hace doscientos años,
cuando ordeno su reforma y modernización. Son un verdadero
tesoro fabril y testimonio vivo de unas técnicas, las de la
obtención de la sal, que permanecen inalterables desde hace
dos mil años.
Ante su enorme valor arqueológico y arquitectónico y ante
su dilatada historia, resulta evidente que son instalaciones a
rehabilitar, y conservar de esta forma unas edificaciones y
mecanismos de tecnología paleoindustrial que por falta de uso y
mantenimiento tienden actualmente a desaparecer.
Frente a esta necesaria rehabilitación, se ha opuesto, y se opone
el factor económico. Las salinas no resultan rentables. El bajo
precio de la sal y lo laborioso de su proceso han conducido al
abandono progresivo de estas históricas salinas.
Actualmente, el deterioro de estas edificaciones es
evidente, llegando a estar, como se ha comentado
anteriormente, parte de ellas en estado de ruina.
Imón agoniza junto al recuerdo del esplendor de etapas
pasadas. De aquellas épocas de prosperidad solo queda la
nostalgia, una nostalgia que no es suficiente para mantenerlas en
pie.
Actualmente, las salinas siguen siendo productivas, aunque
sus instalaciones se encuentran fuera de servicio. Las norias de
madera ya no se utilizan. El agua se extrae con bombas eléctricas
por lo que las pequeñas edificaciones octogonales ya no son
necesarias. Igual ocurre con los almacenes, ya no son útiles, es
mas rentable transportar la sal directamente que almacenarla.
En cuanto a los almacenes, como ya se ha comentado
anteriormente, el de San Pedro esta hundido desde hace casi un
siglo y, la falta de uso desde hace años esta llevando a que el
almacén de San José, si no se remedia, vaya por el mismo
camino.
El almacén que se encuentra en mejor estado es el de San
Antonio. Esto es debido a que, a diferencia de los demás, ha
sufrido un uso y mantenimiento continuo. En la actualidad, se
sigue utilizando como almacén, si no de sal, al menos de
maquinaria, útiles y herramientas.
A pesar de esto presenta graves problemas de filtración de
agua a través de la cubierta.
De todo lo anterior puede deducirse que su conservación
ofrece un claro peligro mitigado hasta hoy por su utilización
parcial y mantenimiento de parte de su producción.
El futuro de las instalaciones, actualmente depende de los
escasos rendimientos que puede ofrecer la industria de la sal.
Como la extracción de sal no da beneficios las edificaciones se
hunden.
Nuestro objetivo, y el de todo este trabajo de investigación,
es evitar tal catástrofe, adaptando el inmenso valor histórico y
arquitectónico de este complejo salinero a la sociedad actual y a
una rentabilidad económica que motive su conservación y
rehabilitación.
El fin es conseguir que las Salinas de Imón se conviertan en
un lugar de interés turístico/industrial/cultural, siendo parada
obligada dentro del patrimonio histórico artístico de dos de las
comarcas de mayor relevancia monumental de la provincia de
Guadalajara como son Atienza y Sigüenza.
PROPUESTA DE USO DE LAS SALINAS DE IMÓN.
Como dice Juan Luis García Guinda ”Dadas las especiales
características de las salinas su conservación solo puede
mantenerse y justificarse si se mantiene su producción.”
En nuestra opinión, lleva toda la razón, cuando llegas a
estas salinas y caminas por los senderos empedrados, observas las
norias de madera, las balsas... da la impresión de haber
retrocedido en el tiempo. Seria un atentado contra el Patrimonio
Histórico cambiar la producción e intentar olvidar unas técnicas
que permanecen inalterables desde hace tanto tiempo.
Nuestra propuesta es la de volver a recuperar el
funcionamiento de las Salinas tal y como fue en su origen. Poder
disfrutar en Imón del testimonio vivo de unas técnicas, las de la
obtención de la sal que permanecen inalterables desde la época
romana, y conseguir una reproducción exacta de los
mecanismos y tecnología paleoindustrial que existía hace dos
siglos.
Un primer comienzo es rehabilitar las edificaciones de las
norias que están en pie. No presentan problemas estructurales,
simplemente la falta de uso, y el paso del tiempo han hecho que
se deterioren. La mayor patología que presentan se encuentra
en la filtración de agua a través de las cubiertas, que tiene fácil
solución. Es necesario también un retacado de la fabrica de
piedra y un tratamiento de las carpinterías de madera, que
aunque no son de un inmenso valor, si son características de
estas edificaciones.
También es necesario reconstruir las que están hundidas en parte,
por falta de cubierta, falta de zonas de muro de piedra etc.
Lo que pretendemos es dar a estas edificaciones el uso para
el que se crearon, el de extracción de agua de los pozos a través
de norias de madera de tradición mudéjar.
Actualmente las norias de madera no están en
funcionamiento. Una labor interesante es la de volver a instalar
estas norias, previa su reparación, y la colocación de nuevo de
los cangilones para la elevación del agua. Parte de estos se
encuentran guardados, el resto seria necesario volver a hacerlos.
También se propone recuperar el pequeño sendero circular
empedrado del interior por el que caminaban los animales de tiro.
E incluso, si no en todas, si en alguna colocar mulas que muevan
las norias a imitación de épocas pasadas.
Los caminos y suelos empedrados con caliza, paredes del
mismo material y balsas se encuentran en perfecto estado.
Nosotros proponemos volver a canalizar el agua de forma
antigua. Es decir, canalizar el suelo con troncos de madera
ahuecados y retirar las actuales tuberías de fibrocemento que
deterioran un paisaje puramente tradicional.
Incluso la sal extraída podría ser transportada al almacén
por carros, como en su origen.
Para tal fin proponemos la rehabilitación del Almacén de
San Antonio, que por otra parte, prácticamente lo único que
necesita es una reparación de la cubierta para evitar la filtración
de agua.
Con estas intervenciones, conseguimos dar a Imón el
esplendor que en tiempos anteriores tuvo, y que por la calidad
de sus instalaciones y su dilatada historia creemos que
actualmente merece. Ya de por si, en estado actual, merece la
pena visitarlo y mas aun si conseguimos devolverle la actividad
que en su época tuvo.
Esta vuelta a la época romana, en ningún caso provocaría
una bajada de la producción actual de sal. En el proceso de
evaporación del agua y extracción de la sal no influyen los
mecanismos utilizados, este proceso necesita siempre un tiempo
natural que es invariable. Obviamente si supondría un
encarecimiento del producto, que ya de por si es elevado. Sería
necesaria mas mano de obra, mas mantenimiento, mas vigilancia
... dejando a parte los gastos de la rehabilitación.
Para contrarrestar estos gastos de actividad y producción
nosotros proponemos dar un uso mas adaptado a la sociedad
actual a los dos almacenes restantes, San Pedro y San José.
Actualmente ni la producción de sal tal y como se
encuentran las instalaciones da beneficios, la sal se extrae mas
por tradición que por rentabilidad.
Para obtener una rentabilidad económica de las salinas, y
de esta forma poder seguir disfrutando de unas instalaciones de
tanta tradición, proponemos crear El Núcleo Turístico Cultural de
Las Salinas de Imón. Para ello convertiremos el Almacén de San
José en un bar/restaurante/museo etnográfico y en el almacén
actualmente hundido de San Pedro edificaremos,
aprovechando los restos actuales e intentando recuperar sus
características originales, un albergue.
Imón se encuentra situado en una zona turística
privilegiada. Localizado entre Atienza y Sigüenza, zona turística
por excelencia de la provincia de Guadalajara. El valor artístico y
monumental de estas dos localidades es inmenso. Sigüenza
ciudad episcopal, con la catedral, el castillo, la estatua del
Doncel... Reparte su encanto entre tres estilos diferentes,
románico, renacentista y barroco. Atienza, ciudad de
acontecimientos y batallas, murallas, castillos y arcos medievales
dan fe de ello. Palazuelos y sus murallas, Pozancos, Riosalido
pequeños pueblos de menor relevancia pero de gran tradición,
todos inmersos en un radio no mayor de 30 Km.
Todo este entorno que rodea Imón lo convierten en un
lugar ideal de parada para la gran cantidad de turistas que
pasan por la zona. Atraídos, después de esta rehabilitación, ya
no solo por su obligado paso en su ruta, también por su
innegable tradición, valor monumental y zona industrial con unas
técnicas de extracción de sal únicas, imposibles de encontrar en
otro lugar. Con la creación de un restaurante y un albergue en
esta zona convertimos Imón en un alto en el camino para
viajeros deseosos de ver y aprender tradiciones pasadas.
En la entreplanta del restaurante, accediendo por unas
escaleras, situamos un Museo Etnográfico, con paneles, datos,
historia, explicación del funcionamiento de las salinas y su
tradición... Al mismo tiempo, uno de los edificios adosados a el se
destina a venta de sal donde los turistas puedan llevarse como
recuerdo “sal de Imón” con denominación de origen.
Las instalaciones salineras se benefician de esta forma del
restaurante y el albergue (gracias a ellos se puede mantener y
financiar su explotación) y estos a su vez se benefician de
aquellas para atraer clientes. Entrando de esta forma,
mantenimiento de las salinas y rentabilidad económica en una
simbiosis perfecta, consiguiendo así adaptar unas edificaciones
de gran tradición a una exigente sociedad actual regida por el
beneficio económico.
PROCESO DE REHABILITACIÓN DEL ALMACÉN SE SAN JOSÉ.
SOLUCIONES CONSTRUCTIVAS.
Para realizar las obras de rehabilitación se recomienda una
época del año cálida y sin previsión de lluvias ya que es
necesario retirar el material de cobertura de cubierta. De esta
forma evitamos el posible deterioro, durante las obras, de una
estructura de madera que ha estado protegida durante mucho
tiempo y que se puede ver afectada por los agentes externos.
Comenzamos la rehabilitación retirando la teja curva que
protege la cubierta y el material de relleno que pudiera haber
encima de la ripia. De esta forma aligeramos el peso que tendrán
que soportar los apeos que coloquemos posteriormente.
Procedemos a apear parte de la estructura para intervenir
en algunas zonas.
Apeamos todos los elementos que se sustentan en las dos lineas
de pies derechos mas desplomados (las que sustentan la pasarela
izquierda de la entreplanta) y desmontamos la madera
estructural, carreras de coronación que se insertan en los muros
piñones y pares que solo intervienen en ese pórtico.
La entreplanta que sustentan esas lineas de pilares también
sera necesario desmontarla. Las maderas se dejarán en una lugar
seco y cubierto para su posterior reposición.
Seguidamente, colocamos en posición vertical los pies
derechos. La estabilidad de su cimentación (empotramiento en
el terreno y basa de piedra) no se verá afectada por esta vuelta
a la verticalidad. (Si no realizaríamos inyecciones en la zona de
apoyo de los pies derechos con el terreno para rellenar las
posibles oquedades).
El resto de pies derechos también han perdido ligeramente
su verticalidad. Cuando un pie derecho se desploma arrastra
con el a los demás como si de un juego de naipes se tratara.
Debido a que este desplome en el resto de la estructura es
incipiente, no sera necesario desmontarla toda para devolver a
la verticalidad el resto de pilares.
La estructura porticada, ha perdido parte de su estabilidad
debido a su antigüedad y falta de mantenimiento. Sin embargo
la estructura también presenta, y presentaba ya desde su
ejecución, un simple, pero grave problema constructivo: Los
arriostramientos que impiden los movimientos horizontales son
mínimos, prácticamente inexistentes.
Si se observa, los pies derechos de 25 x 25 cm de sección,
que en la zona central llegan a tener ocho metros de altura, no
tienen ningún arriostramiento que impida su movimiento
horizontal. Su simple peso propio es capaz de producir su giro.
Nuestra propuesta es devolver la estabilidad a la estructura
colocando vigas de arriostramiento. Para partir la luz de los pies
derechos y arriostrarlos horizontalmente colocamos vigas puente
a imitación de las que sujetan la entreplanta. En la coronación
de los pies derechos se colocan pendolones para impedir su
desplazamiento.
En las uniones entre carreras se colocan bridas que impiden
su movimiento.
El muro piñón de la fachada posterior en planta alta ha
sufrido unos bombeos hacia el interior con peligro inminente de
derrumbamiento. Los cargaderos de las puertas se han podrido y
han cedido incrementando el problema. Es necesario apear la
estructura de madera y proceder a la demolición en parte del
muro (la zona que delimitan los contrafuertes). Posteriormente se
ejecuta de nuevo el muro. Parte de la piedra utilizada podrá ser
recuperada y el resto sera piedra caliza de las mismas
características.
Una vez recuperada la estabilidad estructural colocamos
de nuevo los elementos que habíamos desmontado. Colocamos
las carreras de coronación, pares, parecillos...
Igualmente, con maderas nuevas de las mismas
características que las existentes (pino Balsain ), restablecemos la
estructura que falta en la zona derecha del edificio: tres pies
derechos, carreras de coronación, zapatas de transmisión entre
pie derecho y carrera, cabios, parecillos y ripia.
En el nuevo muro de la fachada posterior, como elemento
de coronación y apoyo de las carreras de madera realizamos un
zuncho de hormigón armado que ate las cabezas de las
viguetas. Sin embargo, en el muro de la fachada principal, las
carreras siguen apoyando en el durmiente original de
coronación. Esta es la zona del piñón donde el muro de piedra
se encontraba agrietado por el empuje de la estructura de
madera. Una vez solucionados estos empujes, las grietas y fisuras
del muro de piedra de la fachada principal pueden limpiarse y
posteriormente sellarse con mortero de cal (ya que el mortero de
cemento es atacado por la sal).
La madera, como se ha comentado anteriormente se
encuentra, salvo en contadas excepciones, en perfecto estado
de conservación presentando flexiones mínimas, propias por otra
parte de la madera, que en ningún caso ponen en peligro su
estabilidad.
Las secciones de la madera son las correctas para soportar
la estructura de cubierta (han aguantado y aguantan mas de
dos siglos) por lo que no se hace necesaria modificación alguna.
Habiendo puesto fin a los problemas estructurales
procedemos solucionar los problemas de impermeabilización de
cubierta que presenta el edificio.
Colocamos en posición correcta los parecillos, ya que
alguno de ellos ha sufrido movimientos propios de los años y
ordenamos encima la ripia. Parte de ésta (un 60 %* aprox.) se
encuentra en buen estado, y solo es necesario colocarla
correctamente. El tanto porciento restante se suplirá con tablas
nuevas envejecidas para que adquieran el aspecto de la ripia
antigua. La capa de ripia se convierte, al igual que en su estado
original, en el elemento de acabado interior.
Encima colocamos una capa de aislamiento térmico.
Situamos paneles de poliestireno extruido de dimensiones 2,50 x
0,60 x 0,04. Estos paneles presentan una densidad de 30 kg/m2
con una notable resistencia a compresión y un peso aproximado
de 1 Kg/m2. Sus bordes van machihembrados y anclados a los
pares mediente clavos.
La siguiente capa es una placa tablero uralita. Actúa como
elemento portante de la teja al mismo tiempo que constituye una
segunda cubierta garantizando una total estanqueidad.
Finalmente se coloca la teja curva como elemento de
cobertura exterior. La mayor parte de esta teja, alrededor de un
80% podrá ser recuperada. Se rechazaran todos los elementos
rotos, deteriorados y que no garanticen una correcta
estanqueidad. Esta teja se colocara como cobija. Las canales
podrán realizarse con teja nueva de las mismas dimensiones que
las anteriores. Si fuese necesario de traería teja vieja de otras
edificaciones similares, teniendo en cuenta que un 20 % de la
cubierta se encuentra derrumbada y habrá que reponerla en su
totalidad.
La cubierta de esta forma seguir teniendo su aspecto
exterior e interior característico, y habrá sido mejorada en
cuestiones de estanqueidad y aislamiento.
Volviendo al interior del almacén pasamos a reparar la
estructura de madera de la entreplanta.
Se vuelve a montar de nuevo la estructura de entreplanta
de la pasarela izquierda que, por motivo de la puesta en vertical
de parte de los pilares, se había desmontado.
En esta pasarela faltaban o se habían retirado, en algunas zonas,
las vigas puente, que habían provocando la flexión, aunque no
de gran importancia, de las vigas de sustentación. Se actuara
reponiéndolas, como se encontraban en su estado original, con
madera nueva.
Las vigas que han sufrido flexión serán volteadas al
colocarlas de nuevo.
Igualmente se colocaran pies derechos en las zonas donde
originalmente existían, y que por motivos de funcionalidad, se
han retirado (Como es el caso de los pilares que parten la luz e
impiden la flexión de las vigas de la pasarela derecha de la
entreplanta).
También es necesario desmontar el solado de entablado de
la entreplanta. Muchas de las tablas se han desclavado y
levantado y otras se encuentran partidas o rotas siendo peligroso
actualmente el acceso.
Las de la zona de entrada presentan síntomas de pudrición
al estar en contacto con el ambiente externo. Sera necesario
desmontar todo el entablado de la entreplanta y hacer una
selección de las tablas que se encuentran en buen estado, un
60% aprox. El resto sera de madera nueva de las mismas
características.
El edificio ya no va a ser destinado a almacén de sal por lo
que se hará una limpieza generalizada de todos los elementos de
madera y se les aplicará un tratamiento de protección y
acabado decorativo.
Exteriormente, el muro de piedra perimetral ha sufrido una
pérdida y disgregación del mortero en las juntas. Se procede a
una limpieza y eliminación del mortero existente disgregado
mediante chorro de aire a presión, a continuación se rellenan las
juntas con mortero de cal hasta enrase.
CAMBIO DE USO DEL ALMACÉN DE SAN JOSÉ.
CARACTERÍSTICAS FUNCIONALES Y CONSTRUCTIVAS DEL NUEVO
EDIFICIO.
En el siguiente apartado desarrollamos la propuesta de uso
del Almacén de San José como restaurante y Museo Etnográfico.
Proponemos su distribución y analizamos sus características
constructivas.
El objetivo es adaptar el nuevo uso moderno del edificio con
el entorno tradicional al que pertenece, ya que, no se quiere
cambiar en ningún momento el encanto natural que tienen las
salinas.
Exteriormente, el edificio no va a sufrir prácticamente
ninguna variación. Las pequeñas modificaciones simplemente
intentaran recuperar su aspecto original.
En el interior, obviamente, los cambios serán mas evidentes.
Hay que conseguir que un edificio rudimentario y sin ningún tipo
de acabado pase a ser un restaurante y museo, de estilo rústico
y que presente todas las instalaciones y comodidades que un
edificio de estas características precisa.
DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO.
Como ya se ha comentado anteriormente el edificio en
planta baja se convierte en un restaurante cafetería. Tiene su
entrada por la fachada principal. A través de un porche se da
acceso al interior del edificio. A mano izquierda, accediendo por
unos escalones, se sitúa la cafetería, y al fondo, la barra. A la
derecha de la entrada se accede a uno de los departamentos
destinados a restaurante. Al fondo, y en frente de la puerta
principal, se sitúan las escaleras de acceso a la entreplanta
donde se encuentra el Museo etnográfico. El espacio de planta
baja destinado a restaurante se puede utilizar de distinta forma
según las necesidades de cada momento. Para ello se van
separando los distintos departamentos deseados con biombos
móviles.
Para la instalación de las cocinas y servicios se aprovechan
los edificios adosados a la fachada principal. El edificio de una
planta de la izquierda se destina a cocinas y almacén. Para tener
mayor accesibilidad a estos departamentos, y no tener que
entrar por la fachada principal, se abre una puerta en la
fachada lateral izquierda que da acceso al almacén. Igualmente
se abre un hueco que ponga interiormente en comunicación
cocinas y restaurante.
La planta baja del edificio situado a la derecha de la
entrada principal se destina a servicios para la cafetería. Estos
servicios tienen acceso desde el interior a través de la cafetería.
La planta alta de este mismo edificio tiene su acceso a
través de la fachada principal y se destina a oficina de
administración del restaurante. En ella se sitúa un aseo.
Para independizar zona de cafetería y restaurante se sitúa
otra zona de servicios en el interior del edificio principal a la
izquierda.
El Museo etnográfico, situado en la entreplanta, tiene dos
accesos. El acceso desde el exterior se encuentra situado en la
fachada posterior, subiendo por una rampa de empedrado
hasta llegar a las dos puertas de entrada.Desde la planta baja,
tiene su acceso por las escaleras centrales. Desde ella se tienen
vistas a la cafetería y a la zona de restaurantes. También desde
ella se puede observar todo el sistema estructural de madera que
presenta el edificio.
El pequeño edificio situado en el extremo derecho de la
fachada principal se destina a Venta de sal. En el se vende
principalmente sal de Imon. También recuerdos, postales...
CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS.
CIMENTACIÓN.
No varia con respecto a su estado original. Sigue
manteniendose la zanja corrida bajo el muro de piedra petimetral
y los pilares siguen empotrados en el terreno y sustentados en
basa de piedra que les protege de la humedad.
El edificio ya no va a ser destinado a almacén por lo que
interiormente se realiza un encachado de piedra de 20 cm de
espesor y solera de hormigón de 15 cm. Entre ambas se sitúa una
lámina impermeabilizante para evitar humedades.
ESTRUCTURA.
La estructura tampoco sufre cambios sustanciales, salvo los
producidos por las intervenciones necesarias para mantener su
estabilidad.
Sigue siendo una estructura a base de muro de carga de
piedra caliza petimetral tomada con mortero de cal y estructura
de madera interior de sustentación de la cubierta y la
entreplanta.
Se colocan unas escaleras de acceso al Museo Etnográfico.
Los cargaderos de los nuevos huecos de puertas serán
perfiles laminados HEB.
Los aleros siguen siendo los antiguos de madera pero
protegidos con imprimaciones del ambiente exterior.
CUBIERTA.
Las mismas características que en su estado original pero
mejorada en cuestiones impermeabilización y aislamiento.
Cubierta inclinada a cuatro aguas con una pendiente del 30%.
Compuesta por:
- Teja curva como material de cubrición
- Mortero de agarre.
- Placa tablero estanco.
- Aislamiento térmico.
- Ripia.
- Estructura de madera de sustentación.
REVESTIMIENTOS Y ACABADOS.
No se realiza ningún revestimiento o acabado ni exterior ni
interiormente. La piedra caliza perfectamente tratada y
rejuntada se considera el mejor acabado decorativo.
CARPINTERÍA.
La carpintería, dado su mal estado de conservación y no
presentar unas características especiales, se sustituye por una
carpintería de madera nueva. Las puertas instaladas tendrán
grandes cristaleras, debido principalmente a que el edificio
prácticamente no presenta luz natural. Por eso se intentara
aprovechar al máximo la luz a través de las puertas y ventanas
existentes en su estado original.
Se colocan barandillas de madera perimetralmente, a lo
largo se toda la entreplanta.
También se coloca una barandilla para proteger el desnivel
que crea la rampa de entrada al edificio por la puerta principal
(a la izquierda).
Es una barandilla de madera de pino para barnizar, de 1 m
de altura, formada por pasamanos superior y zócalo inferior,
balustres torneados de 5 x 5 cm ensamblados cada 12 cm y
pilarotes torneados cada 2 m como máximo.
SOLADOS.
Exteriormente, rodeando al edificio, se realizara una acera
perimetal a base de empedrado de caliza. Igualmente en la
rampa de acceso por la fachada posterior.
En el interior del edificio el solado sera de losas de barro
cocido tomadas con mortero y sobre una capa de nivelación de
arena de río.
Se opta por este acabado para dar el aspecto rustico
deseado al interior y ofrecer una movilidad y comodidad que por
ejemplo, unas losas de piedra, no permitirían.
IMPERMEABILIZACIÓN Y AISLAMIENTO.
Como ya se ha comentado anteriormente se coloca placa
estanca bajo cubierta y lamina impermeabilizante debajo de la
solera de hormigón.
Como aislamiento se coloca poliestireno extruido (4 cm de
espesor) bajo cubierta. El grueso espesor del muro de piedra es
suficiente para mantener las condiciones térmicas adecuadas
dentro del edificio.
FIN.
Debido a la extensión del complejo salinero de Imón, como ya
habréis observado durante todo el trabajo, nos hemos centrado
en analizar mas detalladamente uno de los almacenes, en este
caso, el Almacén de San José.
Nuestro objetivo es el de rehabilitar y dar el uso anteriormente
propuesto a todas las instalaciones devolviendolas todo su
esplendor.
Por ser un trabajo demasiado extenso no hemos podido
abordarlo en su totalidad. Intencionadamente, dejamos el
camino preparado y abierto a nuevas propuestas para que
entre todos consigamos recuperar, con la misma ilusión que
nosotros, unas instalaciones emblemáticas y de un inmenso valor
arquitectónico e industrial.
BIBLIOGRAFIA.
- El Jardín de la Sal. A. Luengo Barreto y C. Martín Cabrera. Revista Periferia nº11.
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- La leyenda de la Sal. Artículo de la revista Homeneje a Guadalajara nº 15,Diciembre 1990.
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