196
SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA

SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA - … · corrientes subterráneas. Este conjunto salinero, se trata de las salinas de la comarca de Atienza, que ha ido perdiendo actividad con el

Embed Size (px)

Citation preview

SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA

2

ÍNDICE.

SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA.

-TOMO I. MEMORIA.

1. SALINAS DE LA COMARCA DE ATIENZA. ........ 1

- Introdución. ........................................................................ 2

- Situación y caracteres físicos. ......................................... 5

- Estudio Geológico. ........................................................... 9

- Climatología. ..................................................................... 15

- Vegetación. ....................................................................... 18

- Estructura poblacional. .................................................... 21

- Agricultura y ganadería. ................................................ 24

- Comunicación y transporte. ........................................... 28

- Encuadre histórico. ........................................................... 30

- Patrimonio histórico artístico. ........................................... 37

- Catalogación de salinas. ................................................ 39 - Alcuneza. - El Atance. - Bujalcayado. - Carabias. - Imón.

3

- La Olmeda de Jadraque. - Paredes de Sigüenza. - Riba de Santiuste. - Rienda. - Santamera o Gormellón. - Tordelrábano. - Valdealmendras.

- 2. SALINAS DE IMÓN. ........................................ 60

- Descripción. ........................................................................ 61

- Distribución. ........................................................................ 65

- Introdución histórica. ........................................................ 68

- Obtención de la sal. ........................................................ 81

- Norias de tradición Mudéjar. ......................................... 85

- Albercas, recocederos y calentadores. ..................... 104

- Descripción de los almacenes. .................................... 108

- Análisis del almacén de San José. ............................... 111

- Análisis de las patologías del almacén de San José Planos de patologías. ..................................................... 119

3. PROPUESTA DE USO DE LAS SALINAS DE IMÓN. SOLUCIONES CONSTRUCTIVAS. ............... 136

- Motivos y objetivos de la rehabilitación. ............................. 137

- Propuesta de uso del complejo salinero de Imón. ........... 140

- Soluciones constructivas del almacén de San José. ........ 145

4

- Cambio de uso del almacén de San José. ....................... 151

4. BIBLIOGRAFÍA.

- TOMOII.DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA.

- TOMO III. PLANOS.

A) ESTADO ACTUAL.

-0. Plano de distribución.

NORIA MAYOR.

-1. Alzado principal.

-2. Alzado lateral.

-3. Planta.

-4. Sección.

-5. Planta cubierta.

-6. Planta techo.

ALMACÉN DE SAN JOSÉ.

5

-7. Perspectiva.

-8. Alzado principal.

-9. Alzado posterior.

-10. Alzado lateral.

-11. Planta baja.

-12. Entreplanta.

-13. Planta cubierta.

-14. Sección transversal.

-15. Sección longitudinal.

-16. Sección constructiva.

-17. Detalles de cubierta.

-18. Detalles de entreplanta.

B) ESTADO REFORMADO. Almacén de San José.

-19. Alzado principal.

-20. Alzado posterior.

-21. Planta baja. Cotas.

-22. Planta baja. Distribución.

-23. Entreplanta.

-24. Planta cubierta.

-25. Sección transversal.

-26. Sección longitudinal.

-27. Sección constructiva.

-28. Detalles. Arriostramientos horizontales.

-29. Detalles. Bridas.

6

-30. Detalles. Impermeabilización de cubierta.

INTRODUCCIÓN

Paseando por tierras alcarreñas, nos topamos con unas

construcciones insólitas que estaban destinadas al almacenaje

de sal obtenida por la evaporación de aguas procedentes de

corrientes subterráneas. Este conjunto salinero, se trata de las

salinas de la comarca de Atienza, que ha ido perdiendo

actividad con el paso del tiempo, encontrándose en la

actualidad abandonadas gran parte de las instalaciones y como

consecuencia, prácticamente en ruinas. Pueden citarse dentro

de las denominadas salinas de Atienza las salinas de Imón, La

Olmeda, Bujalcayado, Santamera, Rienda, Tordelrábano,

Carabias,

Alcuneza, Paredes, Riba de Santiuste, Valdealmendras y El

Atance.

Nos sorprendió encontrarnos con sistemas constructivos

propios de una escala doméstica aplicados a una escala

7

industrial hasta entonces desconocida por nosotros dentro del

entorno rural castellano.

Observando las naves y los secaderos nos dimos cuenta de

que el trabajo podía ser abordado desde varios puntos de vista:

análisis del proceso de producción de la sal, desde la extracción

del agua hasta el empacado, y cómo el sistema condiciona la

forma de las construcciones; análisis de la posible generación de

trama urbana en el entorno a las naves para acoger a los

trabajadores y familias que intervienen en el proceso,....

El interés fue en aumento a medida que fuimos conociendo

más datos sobre el proceso de producción y descubriendo

bibliografía, gracias a la ayuda de la gente de la zona,

ingenieros

de minas y sobre todo, de los propios trabajadores y encargados

de las instalaciones actualmente.

A continuación, intentaremos explicar lo más precisamente

posible tanto el proceso de producción, como su justificación

geológica, así como una descripción detallada de los almacenes

y norias que componen la tipología constructiva de las

salinas.

8

Debido a la similitud de todas las salinas de la comarca de

Atienza, en cuanto a su tipología edificatoria y soluciones

constructivas, procederemos a analizar con más profusión en

este trabajo las salinas más representativas de todas cuantas se

hallan en esta comarca , que no son otras que las salinas de

Imón.

Así de ahora en adelante en el presente trabajo nos

referiremos con más profusión a estas salinas por ser las más

significativas, aunque los caracteres básicos de éstas, son

comunes a todas ellas.

Esperemos, pues, que con este trabajo podamos despertar

el interés ante estas instalaciones y mecanismos de tecnología

paleoindustrial que, si bien carecen de rentabilidad económica

en la actualidad, sin embargo poseen un gran valor

arqueológico y arquitectónico que merece la pena defender.

No hay carretera sin puente,

desierto sin arenal,

ni muchachita en Imón

que no tenga gracia y sal.

9

SITUACIÓN Y CARACTERES FÍSICOS

SITUACIÓN

En la Castilla más profunda, muy cerca de la villa de

Sigüenza, a quince kilómetros en dirección Norte, se encuentra

uno de los espacios arquitectónicos más valiosos e interesantes

de la provincia de Guadalajara, e incluso de la comunidad

Castellano-Manchega. Se trata de las salinas de Atienza,

explotadas ya por los romanos y documentadas desde el siglo XI .

Las llamadas salinas de Atienza se hallan en realidad, en

Imón y varios lugares inmediatos, donde el extremo este del

Sistema Central se acerca a las Sierras Ibéricas, en el Norte de la

10

provincia de Guadalajara y junto a la de Soria, en la cual están

próximas las salinas de Medinaceli.

Todas tiene el común denominador de hallarse situadas en

el valle del río Salado, que las surte con sus aguas de la sal

necesaria para el proceso industrial al que se dedican.

Las salinas de Imón se hallan situadas en una extensa llanura

al pie de las montañas derivadas de las sierras de Paredes y

Somosierra que la dominan por el Norte. Dista 150 m del pueblo

que le da su nombre, 96 Km de Guadalajara y 15 Km de

Sigüenza con la que se comunica por medio de la carretera

comarcal 114.

Las salinas de La Olmeda de Jadraque están situadas en el

término municipal del pueblo del mismo nombre. A ellas se llega

por una carretera secundaria que se une a la comarcal 114 en

un punto intermedio de ambas localidades.

Las salinas de Bujalcayado se encuentran en el término

municipal de Riosalido, las salinas de Santamera, llamadas de

Gormellón, se encuentran en el término municipal de Riofrío del

Llano; Rienda, Paredes; Tordelrábano, Carabias, Alcuneza, Riba

de Santiuste, Valdealmendras y El Atance. La gran mayoría de

ellas están abandonadas y en ruinas, excepto, las de Imón y La

11

Olmeda, que se encuentran en actividad y las de Bujalcayado

y Santamera con escasa o nula actividad.

CARACTERES FÍSICOS

En dicha comarca, dominada por el río Salado, aparece

una apófisis del macizo antiguo de la serranía de Atienza, en

dirección SO-NE, rodeado de terrenos mesozoicos suavemente

plegados en la misma dirección. La erosión ha desventrado los

anticlinales, dejando en saliente el eje del paleozoico

(Valdejudios 1.147) y dando lugar a valles en ambos flancos; al

Norte, el de Atienza - Paredes, a unos 1000 m. de altitud, y al

Sur, los de Imón y Cercadillo a 950 m de altitud, labrados en los

materiales triásicos por el río Salado (afluente del Henares), de

nombre bien expresivo, y otras corrientes menores.

Al exterior están limitados por suaves sinclinales colgados

de carniolas, que forman en los límites con Soria los páramos

llamados Altos de Barahona. Hacia el SE, en la zona de contacto

con las sierras Ibéricas, aparecen pliegues muy suaves, de

dirección NO-SE, cortados por la superficie de erosión de

Sigüenza, también en forma de páramos en las carniolas, con

valles abiertos en el Keuper por los afluentes del Salado; por

ejemplo, el que dibuja una Y de Imón a Sigüenza y otros

menores como el de Valdealmendras.

12

En dichos valles, sobre las areniscas rojas de Buntsadstein y

delgados lechos de Muschelkalk, está bien desarrollado el

Keuper con arcillas irisadas, margas grises o verdes con

pequeños bancos de caliza y dolomía y una potente zona

superior de margas rojas. En varios horizontes se encuentran yesos

rojos, sobre todo en el primer tercio del piso, y hay también sal, de

la cual se cargan las aguas aprovechadas en las salinas y forma

a veces eflorescencias o pequeños depósitos en los fondos mal

avenados.

ESTUDIO GEOLÓGICO

LA PROCEDENCIA DE LA SAL

Las salinas de Imón se encuentran en la zona Norte de la

Provincia de Guadalajara, en la región conocida como la

"Arriaca" por los romanos, río de piedra (Wad al-hachara ) por

los árabes. Esta región se desfonda, al contacto con los más

abruptos plegamientos de la sierra de Ayllón, de Pela, las Cabras

y Gorda, presentando un roqueado uniforme en toda la zona

Norte y Oeste de la provincia, afectada enormemente por la

erosión.

13

Estudiando los diferentes estratos que forman la capa

superficial del suelo de la zona, podremos conocer el proceso de

formación de la sal, y las causas de su almacenamiento y

explotación en zonas determinadas.

El origen de estos yacimientos de sal, hay que buscarlo unos

doscientos millones de años atrás cuando el mar cubría aún

buena parte de la Península Ibérica. Al sucederse los

movimientos tectónicos del Terciario, que convulsionaron el

relieve, ese mar interior quedó reducido a un conjunto de lagos

poco profundos, pero muy ricos en sal. La evaporación hizo

desaparecer con el tiempo esos lagos, quedando tan sólo el

lecho cristalizado de sal gema en depósitos que incluso superan

los 200 m de espesor.

De esta forma, el discurrir de las corrientes subterráneas en

contacto con estos estratos es el origen de las numerosas fuentes

y manantiales de naturaleza salobre que salpican, no solo el

mapa alcarreño, sino numerosos enclaves distribuidos por los

más diversos rincones de la Península.

HISTORIA GEOLÓGICA

14

Los materiales anteriores a la Era Secundaria (más de 600

millones de años) no afloran en los alrededores de la zona

de Jadraque, aunque si aparecen en zonas próximas, donde

los diversos plegamientos y cortes han dado lugar a las sierras

que

bordean el sistema central. Estos materiales son en dichas zonas

sobre todo pizarras y gneises, característicos de esta Era.

Los plegamientos del ciclo Hercínico (que provocan cortes

paralelos y desplazamientos verticales en el suelo) elevaron

estos materiales haciendo de las zonas próximas a Sigüenza una

región deprimida, una cuenca entre dos macizos: la Meseta

Central y el Macizo del Ebro hoy hundido y configurando el valle

del Ebro.

Para entonces, el relieve de la corteza permitía suficiente

acumulación permanente de agua dulce procedente de

precipitaciones, y se trazaron los cauces primitivos de algunos ríos,

comenzando así el proceso de erosión y sedimentación fluvial.

El estudio de las cuencas sedimentarias permite conocer las

diferentes situaciones que han sufrido las zonas erosionadas y

receptoras, según sean los sedimentos de tipo químico, detrítico

u orgánico, y dentro de estos su procedencia continental u

15

oceánica. A esta región llegaron sedimentos transportados por

los ríos y arroyadas, procedentes de los macizos más elevados.

Más tarde, en la primera parte del Triásico ( 200 millones de

años), el mar llegó a invadir estas tierras, provocando depósitos

neríticos (materiales acumulados en un fondo marino poco

profundo ).

Las orillas sufrieron sucesivas transgresiones y regresiones,

provocando la aparición de rocas de deposición costero-

continental (areniscas y conglomerados) y rocas de deposición

marina (calizas). Las regresiones también explican la presencia

de lagunas sedimentarias, provocadas por la desecación de

lagunas de agua salada que quedaron aisladas al retirarse el

mar.

Del período Triásico proceden materiales acumulados en

capas relativamente altas, que presentan los tres pisos típicos de

este sistema en condiciones desiguales:

El Triásico Inferior (Buntsandstein), y el Medio (Muschelkalk)

presentan a lo largo de la hoja cambios de facies y de potencia:

de Este a Oeste disminuyen de espesor y se hacen más detríticos.

Se caracterizan, respectivamente por conglomerados, arcillas,

areniscas, y por calizas.

16

El Triásico Superior (Keuper, está compuesto por arcillas y

yesos rojizos, muy característicos de esta zona. Se trata de una

roca evaporítica formada por sedimentos continentales en

zonas palustres, encharcadas, donde la evaporación fue muy

intensa, y favoreció la precipitación de sales y sulfatos. La

presencia del Keuper en estratos de considerable potencia y

uniformidad indica que en el momento de su deposición el mar

ya se había retirado. Durante la Orogenía Alpina (que provocó

fuertes plegamientos desiguales durante ese período) el

comportamiento plástico de

yesos y arcillas ha permitido el despegue entre el rígido zócalo

paleozoico y los estratos posteriores del Jurásico y Cretácico. Las

arcillas de este período se explotan en Sigüenza y Alberca para

cerámica y los yesos al norte de Saúca.

Los procesos erosivos del Cuaternario han afectado

fácilmente a estos materiales, y han escavado amplios valles

sobre el roqueado. Durante el Jurásico sedimentaron sobre el

Keuper los materiales carbonatados del Secundario (margas,

calizas y arenas), propios de ámbitos marinos poco profundos, lo

que indica una nueva y marcada transgresión del mar. Son

rocas de transición entre los depósitos hipersalinos del Keuper y los

carbonatados superiores, formando extensas planicies que

protegen los niveles arcillosos del Keuper, manteniendo la

impermeabilidad de esta capa.

17

Durante el Cretácico terminal, se produce una rápida

regresión, y la sedimentación se hace definitivamente

continental, aunque debido a la fuerte erosión sufrida en los

alrededores de Jadraque, no aparecen materiales de este

período en la zona. Este proceso es general en todo el Sistema

Ibérico. Son muy escasos los afloramientos de rocas del Terciario

en la zona. Las tierras emergieron, pasando de ser cuenca de

recepción a exportar sedimentos, provocándose procesos de

deformación y erosión muy marcados hasta los albores del

Cuaternario. Con los materiales detríticos procedentes del

desmantelamiento de las zonas altas próximas, se rellenan las

zonas deprimidas adyacentes (cuencas de Almazán y del Tajo).

A principios del Cuaternario (1 millón de años), se empieza a

configurar la red hidrográfica actual, que sufrirá cambios hasta

llegar al estado que hoy conocemos. En las zonas próximas

aparece un roqueado organizado por el cruce de los sistemas

Central e Ibérico, formado por dos anticlinales: el de Sigüenza

y el de Sierra Ministra. El pliegue de Sigüenza está desventrado:

la charnela ha sido barrida por la erosión y asoman los materiales

del Triásico inferior (areniscas y conglomerados ).

Los materiales de la edad Cuaternaria se encuentran en el

fondo de los valle , consistiendo en elementos detríticos sueltos,

18

gravas y arenas transportadas por los ríos, y formando terrazas

en la margen derecha del Henares, y depósitos de menor

potencia en el resto de las cuencas fluviales. También aparecen

tobas, que han sido usadas ampliamente en la construcción

rural.

Como se aprecia, toda la zona hacia el Norte y Este de

Sigüenza ha sufrido una enorme erosión durante largos períodos,

dejando en superficie materiales relativamente antiguos.

En la zona Oeste de la hoja afloran materiales más jóvenes,

allí donde se localizan los relieves correspondientes a la sierra de

Ayllón y el inicio del Sistema Central. Esta configuración ha dado

lugar a un área hidrológica en los estratos del Mesozoico de

techo y suelo poco permeables, con series calcáreas de buena

permeabilidad, que se recargan por la infiltración de agua de

lluvia, dando lugar a fuentes y urgencias de gran volumen de

aportación a las cuencas fluviales próximas.

FORMACION DE LA SAL

Los mares primitivos se formaron en una atmósfera caliente

y rica en elementos marinos, carbonato cálcico, cloruro sódico.

Cuando la atmósfera se enfrió y permitió precipitaciones en

19

forma de aguas más puras, las superficies terrestres eran aún

muy planas e insuficientes como para regenerarlas y crear

cuencas dulces. Todos los restos de suelos hasta el carbonífero son

marinos, y no hay constancia de aguas dulces permanentes en

la superficie de la tierra hasta entonces.

Los yacimientos de sal se forman por la evaporación de

lagunas mantenidas en contacto con el mar por un estrecho

canal, lo que permitía la renovación del agua marina y

acumulación de la sal por depósito en el fondo de dichas

lagunas.

Los plegamientos y dislocaciones que desplazaron el agua

de la superficie de los continentes provocaron estas situaciones y

favorecieron la aparición de estos yacimientos. El depósito de sal

está precedido por un depósito de yesos, que es inmediato a la

evaporación del agua del mar. Por esta razón encontramos

yacimientos de los dos materiales siempre juntos. Además, esta

descomposición de la sal interviene en parte en la formación de

hidrocarburos y pueden ser un indicio de la existencia de

yacimientos petrolíferos.

Los manantiales termales toman la sal de las capas que

atraviesan, llevándola hasta la superficie. En algunos casos,

20

corrientes subterráneas disuelven las sales y las transportan a

puntos de fácil acceso que permitan su explotación.

En la zona próxima a Jadraque (que es una extensión de la

zona salinifera del Sur de Aragón) se sucedieron los depósitos

marinos y la acumulación de sal durante varios períodos

geológicos, pero también la aportación de materiales de

variada permeabilidad y una posterior en diferentes zonas

grados, que hacen más o menos inaccesible la sal, sobre todo

para las primitivas explotaciones como las de Guadalajara.

En este caso la formación de depósitos arcillosos durante el

Triásico, aún cuando no estaban las tierras cubiertas por el mar,

propició la acumulación de sal que provocó un nuevo

movimiento del mar. Las corrientes de agua amparadas en este

sustrato, transportan la sal disuelta hasta zonas especialmente

erosionadas, donde se hacen fácilmente accesibles a través de

pozos de 4 a 5 m. de profundidad. Otras veces la sal crea

depósitos como las minas de Santamera, donde la explotación se

realiza por procedimientos industriales más complejos.

CLIMATOLOGIA

Para realizar el estudio climatológico de la zona se ha

buscado la estación meteorológica más próxima que nos

proporcionara series de datos fiables. Esta estación es la de

21

Rascafría a 1159 m. de altitud sobre el nivel del mar en Alicante y

en la que se ha estudiado el período comprendido entre 1980 y

1990.

Los datos de dicha estación, son extrapolables a la zona de

las Salinas de Atienza, pues su altura, vertiente y latitud son muy

semejantes. Sin embargo, debemos destacar una serie de

matizaciones pues entre ambas zonas existen leves variaciones

orográficas.

Rascafría está situada en un valle, mientras que el área que

ocupa nuestro estudio, se encuentra comprendida en un

ambiente de carácter abierto, cerrado solamente al norte y al

este.

La precipitación media anual es sensiblemente inferior en la

zona de Atienza, mientras que la temperatura estival es dos o

tres grados superior a la del Alto Lozoya. Sin embargo, el número

de días de nieve es similar. Por lo tanto, podemos tomar como

datos para nuestro estudio los facilitados por la estación de

Rascafría, extrapolando sus resultados de acuerdo con las

matizaciones que acabamos de indicar.

22

Analizando estos datos vemos que Noviembre, Diciembre y

Enero suponen los meses de máxima pluviosidad (41 %) del total ).

Este porcentaje nos indica que la pluviosidad es más elevada

que en el resto de la provincia, hecho que podemos atribuir a su

latitud norte , a su altitud y a la barrera orográfica que supone el

Sistema Central.

Otro dato importante para nuestro estudio es que la

precipitación en forma de nieve se produce durante veinticinco

días al año en los meses invernales. La climatología de la zona es

dura, con inviernos fríos y veranos suaves cálidos , lo que supone

una elevada amplitud térmica anual con sequía estival.

Elementos todos ellos, que configuran un clima que se podría

definir como Mediterráneo con acusada degradación

continental -montañosa.

VEGETACIÓN

23

Al analizar la vegetación natural de la zona vemos como

las alteraciones del ecosistema que se han producido durante la

época de mayor presión demográfica han tenido una notable

influencia en la degradación de la zona y en su posterior

despoblamiento.

La principal especie arbórea de la zona es el roble (Quercus

robur) también conocido como rebollo o melojo. La importancia

ecológica de este árbol es enorme, al ejercer sobre el suelo

genéticamente ácido una acción basificante producida por la

exfoliación otoñal que permite la retención de la humedad

edáfica. El roble del mismo modo produce mediante la fuerza de

sus raices una compactación y densificación del suelo, evitando

de este modo la erosión en los suelos que antes de su aparición

eran ya de por si erosivos. Su límite altitudinal es de 1500 m. a

1600 m. apareciendo a partir de esta altitud el estrato arbustivo.

El aprovechamiento del roble era máximo, se utilizaba

como alimento del ganado, como robusto material de

construcción y como carbón vegetal, una actividad para la

que su madera es propicia. Esta multiplicidad de usos elevó

progresivamente la población, hecho este que motivó un

desequilibrio ecológico al producirse una importante regresión

del robledal , que paso a convertir la zona en un estrato

arbustivo.

24

Al desaparecer el roble, desaparece también la industria

primaria del carbón vegetal, el ganado encuentra menos

alimento y el suelo aumenta su acidez que hace imposible su

cultivo, a la vez que aumenta la erosión del mismo .

Todo lo anterior lleva a un empobrecimiento de la tierra y a

una escasez de recursos naturales, que unido al aislamiento y la

falta de comunicación origina la despoblación y el consiguiente

deterioro progresivo de la edificación hasta llegar, en algunos

casos, a la ruina total como ha ocurrido en las salinas de

Valdealmendra, Rienda etc. por citar únicamente dos ejemplos.

La segunda especie principal de la zona es el enebro

(juniperos oxycedrus). Es un árbol de bajo porte, a veces no pasa

de arbusto , pero que puede alcanzar una altura entre 3 m y 5

m. Su aprovechamiento fundamental se basa en la alimentación

del ganado .Este árbol-arbusto presenta una fuerte resistencia,

tanto a la sequía como a las bajas temperaturas, lo que significa

una adaptación total al medio que estudiamos, aunque su

carácter elifolio le permite únicamente situarse en las vertientes

de solera. El enebro marca la frontera entre el robledal y el

arbusto , pues a partir de los 1600 m la vegetación se compone

fundamentalmente de brezal mixto y diferentes tipos de genista,

el piorno y la gayuba.

25

Otro estrato arbustivo de la zona es el que viene

asociado al robledal y está compuesto fundamentalmente por

escoba negra, retama blanca y helechos en las zonas con

microclimas húmedos (arroyos, manantiales..). Todos ellos

constituyen un conjunto de materiales acidifólios plenamente

adaptados a la sequía estival y a la litología existente de pizarras

negras con contenido en sílice.

Un hecho significativo, es que a pesar de existir en la zona

especies arboreas muy aptas en construcción, se haya elegido el

pino como madera fundamental del proceso constructivo. Este

hecho se justifica debido a las necesidades constructivas , ya que

la estructura de los almacenes requiere pilares de elevada

longitud, característica que no poseen las especies de la zona.

ESTRUCTURA POBLACIONAL

26

Uno de los fenómenos que más ha afectado a los

elementos sociales españoles del último siglo es la emigración.

Fenómeno que en nuestra zona se hizo notar de forma

espectacular, pues varios de los pueblos que incluimos como

pertenecientes a la comarca de las salinas de Atienza han

llegado a la despoblación y se encuentran actualmente

abandonados (Bujalcayado, Valdealmendras,....) a causa de la

emigración.

La emigración en el siglo XX sufre una evolución muy

acusada de la que se pueden distinguir tres etapas :

-La primera etapa corresponde al período 1900-1936 y

durante ella el proceso emigratorio es continuo pero no muy

elevado.

-La segunda etapa corresponde al período 1936-1960

y supone un freno en el flujo emigratorio debido a las dificultades

económicas y políticas relacionadas con la guerra civil y la

postguerra ya que no existían los incentivos socioeconómicos

tradicionales de las áreas receptoras de emigración.

-La tercera etapa se inicia en los años 60 con el

despegue económico y la fuerte industrialización de España.

27

En la actualidad esta situación ha cambiado, cesando el

proceso demográfico de emigración y comenzando un lento

proceso de retorno. Este proceso viene marcado por diversos

factores, como la ausencia de población en edad emigrante, la

crisis industrial que sufren las ciudades, la cual afecta a

aquellos que emigraron en tapas anteriores y por último

la reactivación económica de la zona debido a actividades

turísticas. Actualmente la densidad de población en 1,3

hab/Km2

El fenómeno de la emigración ha influido decisivamente

en la comarca de las salinas de Atienza y lo ha hecho de forma

negativa pues debido al despoblamiento y a la falta de

producción de las salinas, éstas han sufrido una falta de

mantenimiento que amenaza. con la ruina total y la desaparición

de las salinas.

La emigración fue un fenómeno causa-efecto pues

surgió como consecuencia del subdesarrollo de nuestra zona,

pero entonces se convirtió en razón del aumento de dicho

subdesarrollo, siendo un círculo que alcanzó en los años setenta

el punto de máximo subdesarrollo con un abandono, en algunos

casos total de los pueblos de la comarca de las salinas de

Atienza.

AGRICULTURA Y GANADERIA

A pesar del aislamiento que presentaba nuestra zona en

relación con otras zonas de su provincia, ha mantenido un

desarrollo económico similar, produciéndose un cambio en el uso

del suelo como consecuencia de las deficiencias productivas de

la atracción económica que ejercían ciudades como Madrid y

Guadalajara.

El cambio aludido es de tipo estructural, pasándose de una

agricultura de auto-consumo y de carácter marginal, a un

abandono casi total de la actividad agraria salvo alguna

especialización ganadera, en el mejor de los casos. En este

proceso se distinguen dos etapas perfectamente diferenciadas,

la primera abarca desde el principio de siglo hasta la mitad del

mismo, y la segunda abarca desde 1960 hasta la actualidad.

-(1900-1950) En la primera etapa existe una agricultura

tradicional o de subsistencia. Durante esta etapa la actividad

agraria se corresponde con un esquema típico de agricultura

tradicional caracterizada por una fuerte actividad de trabajo

humano apoyado por animales. La actividad agrícola se basaba

fundamentalmente en el cultivo de cereal condicionado por la

dura climatología y la infraestructura física que obliga a cultivar

sobre fuertes pendientes y a utilizar el primitivo sistema de rozas,

consistente en quemar parcelas de matorral acidifolio o bosque

para aprovechar las cenizas como abono. Esta agricultura

cerealista se veía complementada por una serie de huertos de

autosubsistencia que significaban un complemento a la

alimentación familiar, se situaban muy próximos a los caseríos, e

incluso lindando con sus paredes.

La actividad ganadera de esta etapa cumplía dos

funciones, por un lado, ofrecía rentas (alimentación y capital) y

por otro , era una fuente de trabajo y energía.

El mantenimiento de esta cabaña ganadera se basaba en

la alimentación "a diente " en los prados de riega y en la recogida

de heno para la época invernal y los pastos de altura para la

alimentación en verano. Pero en algunas ocasiones la dureza del

medio imponía la transhumancia.

La cabaña se componía de ganado caprino y ovino, y

ganado bovino y equino para el trabajo.

La explotación forestal cumplía tres funciones muy

importantes para la economía de la zona. Abastecía de energía

calorífica mediante el carboneo en especies altamente

productivas como la encina, el roble y el rebollo.

En segundo lugar, servía como alimento complementario para el

ganado y por último servía como material de construcción.

Esta sobreexplotación forestal repercutía en una

degradación de la masa forestal, en ningún momento la

explotación forestal fue planificada, sino que atendía a las

necesidades de la comunidad.

La actividad ganadera sufrió un reconversión y al

producirse un aumento de los salarios y una fuga de la mano de

obra, la actividad económica paso del sector agrícola al sector

ganadero. Sus excedentes económicos se invirtieron en la

compra de unos productos alimenticios que antes ofrecía la

agricultura. Esto convirtió a la actividad ganadera en

semiextensiva, alimentándose la cabaña a diente cuando era

posible y cuando no con forrajes y piensos.

La actividad forestal sufrió enormes cambios con

desaparición del carboneo, lo que originó una autoregeneración

natural del bosque.

Si realizamos un balance final correspondiente al capítulo de

las actividades agraria y ganadera, un resumen de la evolución

de la zona, diremos que ha pasado de un sistema tradicional a

un sistema débilmente especializado, siendo la ganadería el

sector más rentable frente a la agricultura, hecho lógico

teniendo en cuenta los condicionantes climáticos al tratarse de

un área de montaña por encima de los 1000 m.

En la actualidad hay una nueva fuente de ingresos de tipo

agrícola, estamos hablando de la apicultura. Existen un gran

número de colmenas repartidas por toda la zona. Las abejas,

aprovechan la rica vegetación del entorno para

posterioremente elaborar la miel.

COMUNICACION Y TRANSPORTE

Un factor que ha sido fundamental en la conservación del

medio natural y arquitectónico de la zona es la inaccesibilidad y

el aislamiento que sufrió la comarca. Este aislamiento fue debido

al medio físico y a la ausencia de inversiones oficiales para la

construcción de vías de comunicación. A finales de los años

setenta y principios de los ochenta se inicia una mejoría del

sistema viario pero esta medida se emprendió tarde pues la

mayor parte parte de la población, especialmente el estrato

joven, ya había emigrado.

Esta mejoría en la infraestructura de transportes ha supuesto

un aumento en la actividad, y ha llegado a convertirse en zona

de segunda residencia al reformar los antiguos emigrantes sus

propias casas y utilizarlas como viviendas de fin de semana.

A pesar de las reformas realizas en la red vial en los últimos

años, la zona de estudio deja mucho que desear todavía en

cuanto a materia de comunicaciones se refiere, presentando el

sistema viario deficiencias respecto de su jerarquía y calidad. Los

factores que podrían explicar esta diferencia en la red son la

orografía de la zona y la ausencia de interés económico del área

para las administraciones públicas, al ser esta carente de recursos

económicos y poseer una baja densidad de población: (un

habitante por Km2).

Las comunicaciones entre los pueblos de la zona es causa

directa tanto de

abandono como de emigración sufrida, como de la ausencia

total de recursos

económicos actuales. Sin embargo también es causa

directa del estado de conservación al que han llegado hasta

nosotros las Salinas de la comarca de Atienza, pues impidió el

desarrollo anárquico de sus pueblos y las intervenciones

destructivas en su caserío.

34

ENCUADRE HISTORICO DE LA COMARCA DE ATIENZA

La arquitectura forma parte de la cultura y de la historia de

los pueblos, y como tal ejerce un influencia sobre ellos, influencia

que es importante conocer para llegar a entender la

arquitectura, como un todo globlal, integrado en la historia y en

las gentes y justificado por éstas.

La Prehistoria.

Existen muy pocos datos referentes a nuestra zona. Los

vestigios más antiguos son las pinturas del portalón de

Villacadima. Estas pinturas fechadas en la Edad de Bronce

Inicial, se refieren a modos de vida ganaderos.

Durante la Edad de Hierro se produce un asentamiento de

nuevos pueblos en la Meseta, que afecta a la provincia de

Guadalajara.

En los siglos VI y VII a.de C. se produce el auge de las

sociedades celtibéricas al Norte del Tajo. En nuestra zona se

asentaron los Arévacos, una de las cuatro tribus celtibéricas.

Era un pueblo pastoril cuya base económica y principal fuente

de riquezas era la ganadería .

35

Romanización.

En este período encontramos alguna documentación

referente a nuestra zona, pues según los mapas de dispersión de

hallazgos y yacimientos, existían diversas minas auríferas entre las

que destacan las de Arroyo de las Fraguas.

La crisis del imperio romano hace que, desde el siglo III, la

muy escasa población se disperse por el territorio. La actividad

económica primordial es la agricultura, localizada en grandes

latifundios donde los restos de la población hispanorromana

dominante se refugia en régimen de práctica autarquía.

Naturalmente, nuestra zona debió notar, gracias a su

cercanía a los núcleos de Sigüenza y Atienza, el proceso de

romanización, que según ciertos indicios marca el origen de las

salinas, influenciadas por la posibilidad de comercio exterior, al

hayarse en la encrucijada de caminos que por aquella época

era Sigüenza. La zona no notaría, ni a efectos poblacionales ni

económicos, las sucesivas oleadas de vándalos y suevos, ni el

asentamiento en la zona de los alanos, o las sucesivas campañas

de vándalos y romanos que asolarían lo que todavía quedaba

de las prósperas villas del Imperio.

36

El Reino Visigodo.

Cuando en el siglo VI los visigodos se asientan,

principalmente al norte del Tajo, se mantienen las estructuras

feudalizantes del Bajo Imperio, constituidas por latifundios

servidos, ahora , por la mano de obra campesina

hispanorromana, en un estado de paulatina adscripción a la

tierra. Ya entonces es posible que existieran en nuestra

comarca rebaños de ovejas practicando la

transhumancia, o por lo menos la transterminancia . La

ganadería sería ya la base económica de esta escasísima

población indígena, unida, aunque todavía sin consecuencias

sobre el medio físico, a una agricultura incipiente de subsistencia.

Cerca de nuestra zona, el único asentamiento importante

existente, se encuentra en

Fresno de Cantespino.

La Invasión Arabe.

La llegada de los musulmanes, traería un largo período de

inestabilidad a estas tierras. Entre los invasores, fueron los

beréberes procedentes del Magreb los que se asentaron en las

zonas más pobres, áridas y montañosas, y por lo tanto es fácil

37

suponer que en nuestra Comarca, dedicándose a actividades

preferentemente pastoriles.

Aunque desconocemos el número de sus componentes y el

significado social y económico que alcanzaron, podemos

suponer que compartirían la tierra y las costumbres ganaderas de

los hispanovisigodos conversos o muladíes y en casos, con los

mozárabes. La población inicial beréber aumentaría con el

repliegue hacía el Sur, ya en el siglo VII y por motivos de la

reconquista, de aquellos que se habían establecido en la meseta

Norte.

En nuestra área se mantuvieron las aldeas mozárabes con

carácter rural, e incluso se realizaron algunos asentamientos

árabes, como indica la toponimía de Alcuneza .

Reconquista y Repoblación.

Toda la Sierra de Ayllón constituía el límite fronterizo entre los

reinos musulmanes y cristianos, límite sur, de la desertizada,

poblacionalmente, zona del Duero, y parte de la Marca o

frontera Media que tuvo sus centros en Toledo, Guadalajara y,

ya en el siglo X en Medinaceli. La inestabilidad sería característica

fundamental de estas tierras, sometidas a las acciones militares y

38

repobladoras, alternativamente, tanto de cristianos como de

musulmanes.

Toda la comarca permanece en la Taifa de Toledo hasta su

reconquista ya en el siglo XI por Alfonso VI.

Se inicia ya así el lento y ya definitivo proceso de

repoblamiento de la zona, uniéndose a la población existente

mencionada, castellanos, leoneses y gallegos.La repoblación

monástica está representada por la casa que los templarios

tenían en Albendiego y sobre todo Bonaval, que en 1164 fue

concedido por Alfonso VIII a una comunidad de monjes

cirtercienses para que, habitándolo velut precarium, sirviera de

barrera en caso de nueva invasión musulmana.

Comunidades de Villa y Tierra.

Las repoblaciones más importantes se producen desde fines

de siglo XI hasta mediados del XIII. Es en el siglo XII donde la

organización territorial se realiza a través de las comunidades de

Villa y Tierra.

Estas comunidades nacen en aquellas zonas

39

repobladas después de lascampañas de Almanzor (956-1002), al

Sur del río Duero, ocupando buena parte de las actuales

provincias de Burgos, Valladolid, Salamanca, Soria, Segovia ,

Avila, Guadalajara, Madrid, Toledo, Cáceres y Badajoz.

Nuestra zona de estudio entra de lleno en estas

comunidades, pues como veremos, todos los pueblos

correspondientes a la comarca pertenecían a alguna

comunidad de Villa y Tierra, que al tener un sistema jurídico

diferente al resto de España, supone un factor más que influye en

los mismos y por consiguiente en su Arquitectura.

Este modelo se desarrolló alrededor de la villa , centro de

población con aspiraciones urbanas, dotada de castillo o

fortaleza y rodeada de murallas. La comunidad la gobernaba el

concejo de la Villa, que se encargaba de repartir las heredades

entre los vecinos pobladores, dirigía el nacimiento e instalación de

aldeas, reservaba parte del territorio para aprovechamiento

comunal y concejal y establecía la normativa jurídica que

regulaba las relaciones entre la villa y sus aldeas.

En las comunidades de mayor ámbito territorial se producía

una subdivisión en distritos menores, que recibían el nombre de

40

Sexmos (como el de Segovia o Cuéllar) o el de Ochavos (como

el de Sepúlveda).

Hemos visto como bajo la forma jurídica de estas

comunidades los pueblos adquieren una estructura, de la que

existe más documentación y que es la que podemos considerar

como de creación. Es a partir de este momento cuando

podemos seguir el desarrollo de los mismos y comprender su

evolución y el porqué se creo este tipo de Arquitectura que ha

llegado hasta nuestros días.

Los Señoríos.

La autonomía y el régimen jurídico del que disfrutaban las

comunidades de villa y tierra era totalmente distinto a las

instituciones que por aquel entonces regían en toda Europa. A

finales del siglo XIII se inicia un período de descomposición del

sistema producido por lo que se denominó "La revolución

nobiliaria", que convertía en posesiones reales la mayor parte de

estas comunidades.

Vamos a ver como la sociedad igualitaria y democrática de

las comunidades de villa y tierra en la que se hallaban inmersos

los pueblos de la Comarca de Atienza, se transforma en una

sociedad más feudal en la que el municipio pierde su poder y

donde los privilegios de la nobleza local se afianzan más.

En nuestra zona de estudio la mayor parte de las aldeas y

municipios pasaron durante el siglo XV de las comunidades de

Villa y Tierra a los Señoríos, perdiendo los privilegios de las mismas y

siendo la casa del Infantado , detentada en la persona del

Marqués de Santillana, la que adquirió la jurisdicción de la mayor

parte de los pueblos.

Las

Desamortizaciones.

En el siglo XVIII se reforzó la presencia de la burguesía en los

concejos de los municipios hasta llegar a la constitución de 1.812.

En el siglo XIX comenzó el proceso desamortizador, que tuvo

consecuencias bastante negativas al privar a los pueblos de la

comarca de Aytienza, de sus tierras comunales.

Al realizarse en 1.835 la primera medida para la venta de

bienes propios y en 1.855 la transferencia de las tierras

municipales, por el entonces ministro Pascual Madoz, se originó un

rápido empobrecimiento de los municipios cuyas consecuencias

han llegado hasta nuestra actualidad.

Por bienes comunales de un pueblo o varios entendemos ,

todas aquellas propiedades colectivas de todos los vecinos cuyo

uso era necesario para las labores del campo : montes , prados ,

ríos, bosques. También existían bienes propios del pueblo que

constían en diversos medios y fuentes de ingresos que

pertenecían a la corporación municipal: Tierras de mejor calidad ,

molinos, salinas,...

Es ya en esta época cuando se empieza a notar la

tendencia migratoria de los habitantes de la zona, tendencia

que se acentúa en los primeros años del siglo actual. En el caso

de la zona de la comarca de Atienza muchos de sus municipios

no fueron capaces de encontrar nuevas fuentes de trabajo y

riqueza, pasando a tener una economía de subsistencia no

recibiendo ningún tipo de ayuda de la administración.

Epoca actual

El largo proceso histórico de colonización y

culturización de estas tierras termina en la ruina y el

abandono actuales. Así se crearon unas circunstancias que

propiciaron un proceso de despoblamiento posterior, como

vimos anteriormente.

El único motivo de esperanza para el conjunto de la

comarca de Atienza lo constituye el interés que parecen

empezar a despertar las zonas de montaña en nuestras

administraciones. La redacción y puesta en práctica de

programas de de ordenación y promoción para el desarrollo

integral de la zona es , quizás, la última oportunidad de su

recuperación poblacional, económica, funcional y cultural.

PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO

Debido al enorme interés de las salinas de la comarca

de Atienza, es necesario recordar, que su pervivencia a

través del paso de los tiempos, depende de una actuación

rápida y enérgica cuanto antes posible.

No es de extrañar tal preocupación por las salinas, ya

que constituyen un legado de la historía, así como son el

último ejemplar vivo de tecnología paleoindustrial. Sus norias,

almacenes y empedrados, constituyen un conjunto único

que es necesario preservar. Por eso las administraciones ya

han dado el primer paso, incoando respectivos

expedientes de Bienes de interés cultural con categoría de

monumentos, acerca de las salinas de Imón y del Gormellón.

Pero esta declaración, se queda corta, y se pide desde aquí

un trabajo de catalogación y protección de la zona, que

debido a su mal estado de conservación, si no es efectuado

por la vía de urgencia, pone en peligro tan valioso legado

cultural.

CATALOGACIÓN

Vamos a proceder al estudio de las salinas existentes en

la comarca de Atienza.

Para su identificación y reconocimiento ha sido

necesaria una ardua labor de investigación por los pueblos

de la zona.

Para recabar información hemos tenido que consultar

con las gentes de la zona, que con su amable colaboración,

nos han informado sobre la localización de las salinas, su

funcionamiento, y han añorado con nosotros, tiempos

mejores, en los que la producción de sal en la zona, obtenía

cuantiosos beneficios.

Procederemos a catalogar las salinas por orden

alfabético, indicando los datos más interesantes sobre ellas,

así como su estado de conservación en la actualidad, si bien

hay que indicar, que el comentario sobre cada salina irá

acompañado de una fotografía donde se pueda apreciar su

estado en el momento actual.

A continuación mostramos un mapa de la provincia y

de la zona con el fin de situar exactamente cada explotación

dentro de la comarca de Atienza.

ALCUNEZA

LOCALIZACIÓN

Salinas situadas en el pueblo del mismo nombre, en su

mano izquierda según accedemos a él.

El pueblo de Alcuneza dista 5 Km de Sigüenza, llegando

hasta él por la carretera

DISTRIBUCIÓN

Las salinas constan de dos almacenes, uno de

generosas dimensiones y otro menor, ambos en total ruina. No

aparecen ningún tipo de presencia de casetas de noria.

Encontramos junto al almacén de mayores dimensiones,

varios recocederos y albercas inundados en penoso estado

de conservación.

DATACION

Las salinas, según informénes estadísticos de la época,

datan de 1910 aproximadamente,

habiendo continuado su explotación hasta 1960, donde ceso

todo tipo de producción, y los almacenes, norias, y albercas

quedaron abandonados, llegando en la actualidad al

estado de ruina total.

CONSERVACIÓN

El estado de conservacion es en líneas generales de

completa ruina.

Los almacenes se encuentran hundidos en sutotalidad,

no hay presencia de norias, ni siquiera de sus casetas, y las

albercas se encuentran enlodadas e inundadas de plantas y

musgos.

EL ATANCE

LOCALIZACIÓN

Pueblo situado junto al embalse del mismo nombre de

reciente construcción. El pueblo se encuentra actualmente

abandonado.

Dista de Sigüenza unos 13 Km, aunque el acceso es

dificultoso, ya que hay que acceder a través de pistas en

mal estado.

DISTRIBUCIÓN

Hemos sabido de la existencia de estas salinas gracias a

los comentarios de las gentes de pueblos vecinos. Pues son

nulos los restos que quedan en el lugar, aunque es de

suponer, que las características de las salinas

no disten mucho, en cuanto a tamaño y distribución de las

salinas de Alcuneza, o Paredes.

DATACION

Según informaciones obtenidas por diversos medios,

tanto orales como escritos, las salinas comenzaron su

andadura hacía 1910, acabando la producción de sal en las

mismas antes de mitad del presente siglo.

CONSERVACIÓN

Se puede decir de estas salinas, que su estado de

conservación en la actualidad es de ruina total, no

quedando ningún resto significativo de ellas, ni siquiera

albercas, o recocederos y mucho menos norias o

almacenes.

BUJALCAYADO

LOCALIZACIÓN

Las salinas de Bujalcayado se encuentran en el término

municipal del poblado que lleva el mismo nombre. Están muy

próximas a las salinas de La Olmeda, de las que las separan

apenas 200 m.

Se llega a las salinas por la misma carretera que se

accede a las salinas de La Olmeda, es decir, se parte de

Sigüenza por la comarcal 114, para luego coger el desvio

que indica hacia La Olmeda.

Las salinas distan 10 Km. de Sigüenza, 2 menos el

poblado de Bujalcayado, que en la actualidad se encuentra

abandonado.

DISTRIBUCIÓN

Las salinas constan de tres norias, un almacén, dividido

en dos estancias, un pequeño garajes y unas 400 albercas,

además de recocederos y calentadores.

Digamos, que están dividas por partidos, al igual que

una gran salinas, como pudiera ser La Olmeda o Imón , pero

con menor extensión.

DATACION

Estas salinas se pueden clasificar como de las más

modernas de la comarca, estando fechadas

aproximadamente 1890.

Su producción ha seguido un camino paralelo a la de La

Olmeda, si bien en los últimos años estas salinas cesaron su

producción antes que áquellas, debido principalmente a la

mecanización de las salinas de La Olmeda. Con lo que se

puede decir que cesó su explotación cerca de 1970.

CONSERVACIÓN

El estado de conservación de estas salinas es bastante

aceptable. De sus tres norias, solamente una se encuentra en

ruina total, las dos restantes tienen incluso las ruedas. El

almacén se encuentra en buen estados, si bien está siendo

perjudicado por actos vandálicos.

CARABIAS

Las salinas de este pueblo también pueden ser

conocidas por el nombre de salinas de Cirueches, ya que

muy próximo a ellas se encuentra el caserío del mismo

nombre, destinado en la actualidad a granja agrícola y

ganadera.

LOCALIZACIÓN

Las salinas de Carabias, están situadas en el término

municipal del pueblo con el mismo nombre. Dista 7 Km de

Sigüenza, llegando hasta el pueblo por un desvio de la

comarcal 114, partiendo desde Sigüenza con dirección hacía

Atienza. a las salinas se llega, accediendo a por una pista

que parte desde los alrededores del pueblo de Carabias. El

acceso directo a las salinas ha sido totalmente imposible, ya

que son propiedad particular y se encuentran en el interior

de una finca vallada, dedicada al pasto de ganado bovino.

DISTRIBUCIÓN

Se componen de un único almacén y de unas 50

piscinas. El almacén ha sido totalmente reformado, y se

dedica ahora como nave para alojar ganado y enseres del

campo. No hay presencia alguna de norias, aunque debido

al tamaño de las salinas podemos decir que son similares a las

de Paredes o Alcuneza, por lo que debieron de contar en su

época con una o dos norias como máximo.

DATACION

Estas salinas tienen fecha aproximada de construcción a

partir de 1900, no debiendo ser abundante su producción

debido al tamaño de las mismas, continuando ésta

aproximadamente hasta los años 40.

CONSERVACIÓN

Las salinas de Carabias, aunque nos ha sido imposible

acceder a su interior, presentan, mediante una visualización

lejana, un proceso de modernización, con la ampliación y

reforma del viejo almacén, la supresión de todo tipo de restos

de noria, y el abandono de sus cerca de 50 albercas. La

reforma del almacén, no ha respetado su estructura y forma

original, aunque ha podido mantener su estructura, a pesar

de haberse perdido el concepto inicial de salina, sustituido

ahora, por una explotación de carácter ganadero.

IMÓN

LOCALIZACIÓN:

Las salinas de Imón, se encuentran en el pueblo del

mismo nombre. Este pueblo está situado a unos 14 Km. de

Sigüenza y 16 km. De Atienza. Las salinas entrada del pueblo,

situándose éste en una colina próxima. Se accede a ellas por

el desvío hasta el pueblo, partiendo desde Sigüenza por la

carretera comarcal 114.

Junto a estas salinas se encuentran las de Santamera, a

unos 3 Km. de distancia.

Las salinas de Imón, son las más importantes de la

comarca, debido a su mayor tamaño, mayor calidad

constructiva y mejor estado de conservación siendo éste

con bastante bueno, exceptuando algún partido de las

salinas que se encuentra en estado de ruina.

DISTRIBUCIÓN

Aunque más tarde hablaremos en profundidad de estas

salinas, podemos decir a modo de introducción que las salinas

se componen de tres almacenes de gran tamaño,

cinco norias distribuidas a lo largo de la instalación, varios

recocederos, y unas mil albercas. Además acompañan al

conjunto diversos edificios anexos, que sirven como oficinas y

pequeños almacenes, todo ello en un estado de

conservación aceptable.

Las salinas están divididas por el clásico método de

partidos, en el que cada uno de ellos, recibe un nombre

diferente. Contando con una serie de albercas y

recocederos, además de su correspondiente noria. Aunque

existe un mayor número de recocederos, independientes a

cada partido, que reciben denominaciones populares y que

surten a las albercas de cada partido

DATACION:

Las salinas de Imón se construyeron en la Edad Media,

pero los restos que han llegado hasta nosotros, son del siglo

XVIII, más concretamente sobre 1720.

Su producción ha sido, la mas alta de la zona, desde su

creación, aunque últimamente se utilizaban, modernos

métodos de extracción de agua, la producción ha

continuado hasta 1996. Quedando en la actualidad, algunos

restos de la última cosecha junto a los almacenes de San

José y San Antonio.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

De sus cinco norias, se conservan cuatro de ellas en

estado aceptable aunque de éstas solo tres conservan sus

aparejos .

De los dos almacenes, uno se encuentra en ruina total,

faltándole la cubierta en su totalidad, mientras que los otros

dos, a pesar de sus diversas patologías se mantienen en pié.

Las albercas y recocederos, conservan en su mayoría

sus empedrados y maderos, exceptuando la parte del

partido de Torres que se encuentra en estado de abandono.

LA OLMEDA

LOCALIZACIÓN:

Las salinas de La Olmeda, se encuentran en el pueblo

de La Olmeda de Jadraque. Este pueblo está situado a unos

10 Km de Sigüenza. Las salinas se hayan en la parte baja del

pueblo, situándose este en una colina próxima. Se accede a

ellas por el desvio hasta el pueblo, partiendo desde Sigüenza

por la carretera comarcal 114.

Junto a estas salinas se encuentran las de Bujalcayado

al Este y las de Carabias al Oeste. Las salinas de La Olmeda,

son después de las de Imón el mayor exponente de las salinas

de la comarca, siendo su estado de conservación

bastante bueno, exceptuando algún partido de las salinas

,que se encuentra en estado de ruina.

DISTRIBUCIÓN

Se componen las salinas de dos almacenes, cinco norias,

varios recocederos, y unas ochocientas albercas. Además

acompañan al conjunto diversos edificios anexos, que servían

como vivienda a las familias de los trabajadores de las salinas,

así como una iglesia, todo ello en un estado de conservación

aceptable.

Las salinas están divididas por el clásico método de

partidos, en el que cada uno de ellos, recibe un nombre

diferente, y cuenta con una serie de albercas y/o

recocederos, además de su correspondiente noria.

DATACION:

Las salinas de La Olmeda se construyeron en la Edad

Media, pero los restos que han llegado hasta nosotros, son del

siglo XVIII, más concretamente sobre 1720.

Su producción ha sido tras las salinas de Imón, la mas

alta de la zona, y aunque utilizando, modernos métodos de

extracción de agua, la producción ha continuado hasta

1992. Quedando en la actualidad, algunos restos de la última

cosecha en el interior del almacén de San Mateo.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

De sus cinco norias, se conservan tres de ellas en estado

aceptable, el resto están semihundidas, y los aparejos han

desaparecido.

De los dos almacenes, uno se encuentra en ruina total,

faltándole la cubierta en su totalidad, mientras que el otro,

(San Mateo), a pesar de sus diversas patologías se mantiene

en pié.

Las albercas y recocederos, conservan en su mayoría

sus empedrados y maderos, exceptuando la parte más

próxima al pueblo de Carabias, que se encuentra tapado

por lodo.

PAREDES DE SIGÜENZA

LOCALIZACIÓN

Estas salinas se encuentran en el término municipal del

pueblo del mismo nombre. Al pueblo se accede por la

carretera comarcal 114, dejando ésta al llegar a Imón y

continuando dirección Soria, hacía el pueblo de Valdelcubo.

Las salinas están a las afueras del pueblo cercanas a las

de Rienda. Para acceder a ellas se baja por un camino desde

la plaza del pueblo.

DISTRIBUCIÓN

Las salinas están compuestas por un almacén, varias

albercas y un par de pequeñas norias. También, a un lado

de las albercas se muestran las ruinas, de una pequeña

construcción, tal vez algún pequeño cuarto destinado al

almacenaje de útiles.

DATACION

La fecha aproximada de construcción de las salinas es a

partir de 1900, son similares a otras descritas, como las de

Alcuneza etc. Sus dimensiones son pequeñas en

comparación con las de las salinas de La Olmeda o Imón, y

posiblemente su producción dependía de estas. Estuvieron

en funcionamiento como salinas hasta 1965, y después se

destinaron sus almacenes y pequeñas norias, a establos y

almacenes de labores del campo.

CONSERVACIÓN

Se aprecia, sobre todo en el almacén, que no mucho

antes de su cierre, fue remodelado y revestido exteriormente

con mortero de cemento, aunque en laactualidad, se

encuentra totalmente hundido, al igual que una de sus

norias, sin embargo la otra conserva el pozo aunque no los

aparejos.

Las albercas conservan su empedrado, debilitado por

los lodos y pisadas de animales de ganado, que pacen a

menudo por las cercanías de las salinas.

RIBA DE SANTIUSTE

LOCALIZACIÓN

Estas salinas se encuentran en el término municipal del

pueblo del mismo nombre. Al pueblo se accede por la carretera

comarcal 114, continuando dirección Soria, hacía el pueblo de

Valdelcubo.

Las salinas están a las afueras del pueblo cercanas al

famoso castillo que corona una de las laderas del pueblo.

DISTRIBUCIÓN

Las salinas están compuestas por dos almacenes, varias

albercas y una pequeña noria. Los almacenes están cocados

una tras otro, tocándose sus muros piñones traseros. La carretera

pasa a escasos metros de las salinas, y la construcción de la

misma, debió de perjudicar gravemente los restos que de ella

quedaban.

DATACION

La fecha aproximada de construcción de las salinas es a

partir de 1910, son similares a otras descritas, como las de

Alcuneza etc. Sus dimensiones son pequeñas en comparación

con las de las salinas de La Olmeda o Imón, y posiblemente su

producción dependía de estas. Estuvieron en funcionamiento

como salinas hasta 1960. Debido a los materiales empleados en la

construcción de estas salinas, podemos deducir que son más

modernas que ninguna de las de la comarca, ya que entre los

materiales que interviene en su composición, encontramos

ladrillos y algún que otro retazo de mortero de cemento.

CONSERVACIÓN

Se aprecia, sobre todo en sus almacenes, que no mucho

antes de su cierre, fueron remodelados y revestidos exteriormente

con mortero de cemento, aunque en la actualidad, se

encuentran totalmente hundidos, al igual

que su noria, que aunque conserva el pozo, los aparejos y

cerramientos se encuentran en estado ruinoso.

Las albercas conservan parcialmente su empedrado,

debilitado por los lodos y pisadas de animales de ganado.

RIENDA

LOCALIZACIÓN

Las salinas de Rienda se encuentran en el término municipal

del poblado que lleva el mismo nombre. Están muy próximas a las

salinas de Paredes de Sigüenza, de las que las separan apenas

500 m.

Se llega a las salinas por la misma carretera comarcal 114

dirección Soria, partiendo desde Sigüenza. El complejo Salinero, se

encuentra a la derecha de la carretera, 200 m. Antes de entrar

al poblado de Rienda.

Las salinas distan 25 Km. de Sigüenza y 15 Km. de Atienza,

estando cerca de los pueblos de Tordelrábano y Valdeclcubo.

DISTRIBUCIÓN

Las salinas constan de dos norias, dos almacenes y unas 200

albercas, además de recocederos y calentadores.

Digamos, que están dividas por partidos, al igual que una

gran salinas, como pudiera ser La Olmeda o Imón , pero con

menor extensión. Destaca sobre todo el Almacén principal, por su

fachada, donde constrasta el encalado de los muros con el color

de los sillarejos de esquina.

DATACION

Estas salinas se pueden clasificar como de las más antiguas

de la comarca, estando fechadas aproximadamente 1870.

Su producción ha seguido un camino paralelo a las salinas

principales de la comarca, si bien en los últimos años estas salinas

cesaron su producción antes que aquéllas.

La producción acabó a mediados de los 60, aunque las

salinas eran rentables, la crisis del sector, y la preponderancia de

las salinas de Imón y de La Olmeda precipitaron su cierre.

CONSERVACIÓN

El estado de conservación de estas salinas es bastante

ruinoso, exceptuando el almacén principal. De sus dos norias,

solamente una se encuentra en estado aceptable, a pesar de

que su cubierta está hundida parcialmente. La restante se

encuentra en estado lamentable, quedando únicamente el

pozo. Las albercas están bastante descuidadas, presentando

abundancia enorme de plantas y lodos.

SANTAMERA

Estas salinas también son conocidas por el nombre de salinas

del Gormellón.

LOCALIZACIÓN

Las salinas de Santamera en el término municipal del

poblado que lleva el mismo nombre. Están muy próximas a las

salinas de La Olmeda, de las que las separan apenas 200 m.

Se llega a las salinas por la misma carretera que se accede a

las salinas de La Olmeda, es decir, se parte de Sigüenza por la

comarcal 114, para luego coger el desvio que indica hacia La

Olmeda.

Las salinas distan 10 Km. de Sigüenza, 2 menos el poblado de

Bujalcayado, que en la actualidad se encuentra abandonado.

DISTRIBUCIÓN

Las salinas constan de tres norias, un almacén, dividido en

dos estancias, un pequeño garajes y unas 400 albercas, además

de recocederos y calentadores.

Digamos, que están dividas por partidos, al igual que una

gran salinas, como pudiera ser La Olmeda o Imón , pero con

menor extensión.

DATACION

Estas salinas se pueden clasificar como de las más modernas

de la comarca, estando fechadas aproximadamente 1890.

Su producción ha seguido un camino paralelo a la de La

Olmeda, si bien en los últimos años estas salinas cesaron su

producción antes que áquellas, debido principalmente a la

mecanización de las salinas de La Olmeda. Con lo que se puede

decir que cesó su

explotación cerca de 1970.

CONSERVACIÓN

El estado de conservación de estas salinas es bastante

aceptable. De sus tres norias, solamente una se encuentra en

ruina total, las dos restantes tienen incluso las ruedas. El almacén

se encuentra en buen estados, si bien está siendo perjudicado

por actos vandálicos.

TORDELRABANO

LOCALIZACIÓN

Las salinas del Tordelrábano, se encontraban en el término

municipal del pueblo del mismo nombre.

A este pueblo se accede por la carretera comarcal 101,

partiendo desde Atienza. El lugar donde se situaban las salinas se

encuentra 200m pasado el acceso al pueblo.

DISTRIBUCIÓN

Actualmente no tenemos ninguna prueba visual de su

existencia. Según comentarios de los vecinos del pueblo, al

hacer la nueva carretera, las albercas se rellenaron con

tongadas de tierra, y se utilizaron como tierras de labor, al mismo

tiempo que los almacenes eran destruidos y utilizados los

escombros resultantes de su demolición como suplemento del

firme de la carretera.

Actualmente en el lugar donde se hayaban las salinas,

encontramos una ruinosa caseta de peones camineros, resto

quizá de alguna dependencia de las salinas.

De tal modo que solamente sabemos de su distribución y

existencia mediante el comentario de las gentes del lugar.

Constaban la salinas de dos pequeñas norias, unas 70 piscinas y

un almacén, que podría ser el edificio ruinoso del ministerio de

obras públicas, que encontramos ahora en ese mismo lugar.

DATACIÓN

Estas salinas son más antiguas que las salinas de Paredes y

Alcuneza, por tanto datan aproximadamente de 1885.

Su producción cesó (siempre según las gentes del lugar)

después de la guerra civil. Aunque estas fechas, son siempre

cuestionables.

CONSERVACIÓN

Como hemos mencionado con anterioridad , no queda

ningún resto visible de las salinas, aunque si procediéramos a

excavar la parcela anexa, encontraríamos las albercas y

recocederos de la misma.

Lo único que queda es la caseta de peones camineros, que

pudo se algún almacén, aunque más bien, parece construida

posteriormente con los materiales de la demolición de las salinas

(piedra caliza).

VALDEALMENDRAS

LOCALIZACIÓN

Las salinas de Valdealmendras se sitúan en la barriada del

mismo nombre del pueblo llamado Torrevaldealmendras.

El pueblo de Torrevaldealmendras dista 18 Km. de Sigüenza,

llegando hasta él por la carretera comarcal 114, dirección

Valdelcubo, cogiendo el primer desvío a mano derecha.

DISTRIBUCIÓN

Las salinas constan de dos almacenes, de similares

dimensiones, ambos destinados a la práctica ganadera. No

aparecen

ningún tipo de presencia de casetas de noria.

Junto a los almacenes,

encontramos varios recocederos y albercas inundados y en

penoso estado de conservación.

Estas salinas según sus características actuales indican,

debieron ser del tipo similar a las de Alcuneza y Paredes.

Constando con una o dos norias y dos pequeños

almacenes, que se abastecían de 3 ó 4 recocederos y varias

decenas de albercas.

DATACION

Las salinas, según infórmenes estadísticos de la época,

datan de 1890 aproximadamente,

habiendo continuado su explotación hasta 1950, donde, debido

a la crisis de la sal, todo tipo de producción cesó, produciéndose

el abandono de los almacenes, norias, y albercas, llegando en la

actualidad al estado de ruina total.

CONSERVACIÓN

El estado de conservación es en líneas generales aceptable,

aunque el uso actual de las salinas lo está deteriorando poco a

poco de completa ruina.

Los dos almacenes, han visto sustituida la puerta central

original de carpintería de madera, por puertas metálicas, y en su

interior albergan varios rebaños de ganado caprino.

No existe presencia de norias, ni siquiera de sus casetas, y las

albercas se encuentran enlodadas e inundadas de plantas y

musgos.

SALINAS DE IMON

Como se ha comentado a lo largo del trabajo, de todas las

salinas de la comarca de Atienza, las principales, tanto por su

magnitud y calidad de conservación, son las situadas en el

pueblo de Imón, de ahora en adelante no referiremos a ellas y

las tomaremos como ejemplo, ya que son el mayor exponente

de todas las salinas de la zona, y actualmente son las únicas que

conservan una producción constante a lo largo de todo el año.

SALINAS DE IMÓN

DESCRIPCIÓN

Las salinas actuales constan de un conjunto de almacenes

situados en la zona central, y la típica distribución por partidos de

explotación, recibiendo un nombre propio que los identifica , con

sus norias, recocederos y albercas. El conjunto de edificaciones

data de finales del siglo XVIII y ha sido reformado en el pasado y

adaptado a lo largo de este. Son cinco las norias que existen en

pies, aunque sólo tres de ellas (Mayor , Rincón y Masajos) están en

funcionamiento. En la llamada noria de En medio se conserva la

primitiva noria de arcabuces de barro cocido, engranaje de

madera y suelo tratado para el trabajo del animal. Las norias

tienen planta octogonal, con estructura de madera que se

enlaza con el vértice de la cubierta. Los muros son de sillería y

mampostería ordinaria de piedra caliza cogida con mortero de

cal.

De los tres almacenes sólo dos de ellos están en pie, el más

reciente, el de San Pedro, construido en el siglo pasado está en

ruinas. Los dos restantes, San José y San Antonio son dos

auténticas obras de ingeniería popular. Presentan una

interesante solución estructural a base de pórticos por pies

derechos de madera de gran esbeltez y una entreplanta a base

de suelo y viguería de madera que permite el acceso de

vehículos, que antes eran mulas y vagonetas y ahora son

vehículos de motor.

El almacén de San Antonio conserva el pórtico que

protege la entrada principal. Asimismo, se mantiene en pie la

chimenea del generados que existía en el almacén. Dada la

diferente proporción de su planta, el de San Antonio es de menor

anchura, planta más rectangular 48 x 27 metros y el de San José

es de planta más cuadrada ( 40 x 35 metros ). Sus crujías son

diferentes así como el número de pies derechos por cada una de

ellas.

Una característica a resaltar de los almacenes son las

rampas existentes en sus fachadas posteriores, construidas a

mediados del siglo XIX para eliminar el desnivel existente entre el

suelo y el suelo y la entreplanta del almacén que se construye

como consecuencia de la descarga de la sal en el interior del

mismo en grandes montones. La descarga se venía haciendo por

la puerta principal, pisoteando las caballerías la sal, por lo que

había que eliminarla lo que originaba gastos de mano de obra al

retirar la sal impura con la consiguiente perdida de

productividad.

Hasta hace pocos años se conservaba junto a la fachada

posterior de San José, la torre interior con parte la maquinaria

que ayudaba a subir las vagonetas por la rampa. El almacén de

San José tiene adosados a su fachada dos edificaciones

construidas a principios de siglo, configurando su acceso

principal. Otra edificación que pervive es la casa del guarda,

situada en la parte sur del partido de las Tiñosas.

Los materiales empleados en las construcciones, son sillería y

mampostería en los muros, la madera en estructura interior y

cubiertas, que la sal conserva en perfecto estado, y la teja

curva árabe cerámica en las cubiertas.

Otro aspecto muy característico y a destacar por su

calidad es el empedrado de caballones y albercas , así como los

muros y muretes de mampostería de los recocederos. Llama la

atención también cómo aparecen los enlaces de piscinas

cruzando los caminos, las acequias y los desagües, teniendo a

veces un encofrado de madera visto y permanente, que

permite un perfecto cerrado con tapones del mismo material. La

conservación de las instalaciones en las líneas auxiliares es en

líneas generales buena, exceptuando el partido y recocedero de

Torres y su noria que presentan un estado ruinoso, llevando sin

uso más de medio siglo.

DISTRIBUCIÓN

Atraviesa la instalación salinera, la carretera que va desde

Sigüenza a Atienza, dividiendo la instalción en dos partes como

se aprecia en la figura. Esto nos da una idea de la importancia de

las salinas para la comarca, y de lo influyente que era el comercio

de la sal en la época de mayor esplendor de las salinas.

Las salinas de Imón, tiene una distribución tradicional por

partidos. Esto significa que la instalación global está zonificada,

cada una de las zonas se llama partido.

Cada partido recibe un nombre, y suele tener una

producción de sal independiente, para lo que posee su propia

noria, recocederos, albercas y calentadores. Esto no es así en

todos los casos, ya que las norias suelen ser comunes a dos

partidos o más, al igual que los recocederos, que al ser de gran

tamaño, surten a dos partidos o más, o se denominan de forma

independiente. Los almacenes son comunes para toda la

instalación, transportándose la sal desde cada partido al

almacén más cercano.

Esta distribución, sólo se aplica en las grandes instalaciones

salineras, es decir, en La Olmeda de Jadraque y en Imón ; el resto

de las salinas, al ser menores no necesitan está distribución,

conformando por sí solas, debido a su tamaño un partido global.

En Imón existen los siguientes partidos:

-Partido de Torres.

-Partido de Masajos.

-Partido de Tablillas.

-Partido de las Tiñosas.

-Partido de las Altillas.

-Partido de Alcalá.

-Partido del Roduelo.

-Partido de Valdeamarilla.

-Partido Viejo.

-Partido del Rincón

Como se puede comprobar, existen más partidos que norias,

y observando el plano, se aprecia también , mayor numero de

recocederos, o recocederos con diferente nombre al partido al

que pertencen. Esto es debido a la costumbre de los

trabajadores de nombrar todos los elementos, esta nomenclatura

ha ido pasando de unas generaciones a otras, que la han ido

adaptando y haciendo suya.

Las norias existentes en la actualidad en Imón, son cinco,

cada una de ellas se encuentra en un partio diferente y están

repartidas a lo largo de toda la instalación.

Todas tiene la misma estructura de funcionamiento, y las

mismas características constructivas que más tarde se más

explicarán, minuciosamente. Estas son las norias que existen en

Imón:

-Noria de Torres.

-Noria de Masajos.

-Noria Mayor.

-Noria de Enmedio.

-Noria del Rincón.

Toda la producción de sal, elaborada a partir del agua

extraida de las norias y evaporadas en los diferentes

calentadores, obtiene como producto sal. Esta sal se recoge, y

por medio de mulas, y más actualmente de “dumperes” , se lleva,

a través de los empedrados, a los almacenes, que están

estrategicamente situados junto a la carrtera y que son los

siguientes:

-Almacén de San Pedro.

-Almacén de San José.

-Almacen de San Antonio.

Como se puede observar, la distribución de la instalación,

está realizada desde un punto de vista racional, pensando en la

facilidad en los procesos de producción, e intentando la

funcionalidad, en cada faceta del diseño.

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

La riqueza y la explotación de la sal mineral en la región de

Sigüenza es conocida y está bien documentada desde la Edad

Media hasta nuestros días. Basta referirse al artículo de Antonio

López Gómez "Salinas de la comarca de Imón, Guadalajara"

aparecido en la revista de Estudios Geográficos del año 1970.

Pero ¿Desde cuando se conocía y se explotaba la

capacidad salinera de la región de Atienza? El artículo “La

explotación romana de la sal en la región de Sigüenza” de Nuria

Morére aporta datos que apuntan a la utilización de la sal de

manantial más allá incluso que en la época romana de la

península. De dicho artículo , destacamos las ideas más

interesantes:

"Estudiar esta región en la época romana supone

inmediatamente [...] ver una importante ciudad romana

(Sigüenza), centro y capital de todo un territorio situado en la

intersección de una densa red de vías de comunicación".

"En los alrededores de Sigüenza, la distribución de los

asentamientos romanos y de las instalaciones salineras

asociadas a ellos se adapta a dos grandes valles que confluyen

en la llanura donde se alza Sigüenza. Uno de ellos está orientado

al Nordeste, hacía Medinaceli y la provincia de Soria [...] y el otro

valle, orientado al Noroeste, comunica Sigüenza con la provincia

de Soria i con la villa celtíbera y romana de Tiermes."

"En el valle Nordeste tres lugares en la llanura se relacionan

con una de las más probables explotaciones de sal en la

Antigüedad : dos en la colonia de Alcuneza, una en la de la

Horna".

"El asentamiento de Alcuneza es conocido desde hace

algunos años por unas prospecciones arqueológica .Está situado

en el valle del Henares, entre la carretera que se dirige hacia la

provincia de Soria y el macizo montañoso que borda el Henares

al Oeste [...] Un estudio del terreno y las prospecciones hechas en

1981 y 1982, nos han permitido

acumular numerosos fragmentos de grandes recipientes

de almacenaje y extracción [...]. En la margen derecha del río

continúan situadas aún unas importantes salinas ahora

abandonadas".

"A 2 Km, de este lugar, en el mismo valle del Henares, en la

confluencia del Alboreca, otro complejo de explotación y de

producción de sal fue descubierto a 3000 metros de una

necrópolis romana, bordeando el arroyuelo de San Roque [...]".

"El tercer, asentamiento, en el término de Horna, está

situado cerca de la ermita de Quintanares, a 10 Km. de Sigüenza

[....] fue un importante centro de población en épocas romana,

visigoda, musulmana y medieval (corresponden con los pueblos

actuales de Mojares, Horna y Cubillas) [...]. En superficie

aparicieron un material muy rico constituido por bloques de

piedra tallada, tegulae, piezas de sigilata hispánica, cerámica

común . vidrio y monedas, así como sigilata tardía [....]. Ningún

elemento confirma la existencia de salinas explotadas en

época romana, pero la cercanía de otros asentamientos con

salinas podría ser significativa".

"En el valle noroeste la realidad es bien diferente. En

efecto, aunque existen numerosos vestigios arqueológicos

romanos, 1 ninguno de ellos se identifica con las estructuras que

hemos visto anteriormente, asociando las viviendas con las

instalaciones salineras. Así tendremos la impresión de

encontrarnos ante una considerable explotación de fuentes

saladas, organizada en grandes centros de producción [....].

Finalmetne señalamos la presencia de una vía romana que se

dirige a Sigüenza desde Tiermes atravesando las instalaciones

de la Olmeda. No figura en ningún itinerario ni documento

epigráfico conocido, no se ha descubierto ningún resto de

empedrado, pero la jalonan numerosos vestigios arqueológicos

de habitantes, además de la definición de su eje a partir de

antiguos caminos, de límites administrativos y de todo un

parcelario que ha conservado la misma dirección. Este camino

estaba controlado desde algún lugar elevado , el antiguo

appidum, habitado durante el Alto y Bajo Imperio . Esta

situación frente al pueblo de La Olmeda, sobre la loma de

Castilviejo y aprovechando un estrechamiento de la llanura,

favorece la vigilancia de la circulación y comercio".

Con estos datos Nuria Morére insiste en la relación que existía

ente la ocupación romana del territorio y la explotación de

fuentes salinas y la producción de sal , dando al valle noroeste

una explotación de carácter intensivo e industrial.

Nuria Morére complementa estos datos con otros como los

proporcionados por los autores clásicos, ya sean los suministrados

sobre las salinas continentales del Imperio y en Hispana, ya sea

sobre los procedimientos y técnicas empleados en estas

instalaciones a partir de una comparación con los métodos

actuales, de una gran simplicidad y que no han evolucionado

demasiado desde el Medioevo.

"Las fuentes literarias explican bien que en Hispania interior

la sal podría venir de verdaderas minas o de aguas fluviales

saladas. En el primer caso las regiones del valle del Ebro y de

Tarragona son muy conocidas , en el segundo, también lo son las

aguas fluviales del valle Bético [...]. Queda saber, ahora si las

técnicas puestas en práctica actualmente en estas

instalaciones salineras pueden identificarse con aquellas

desarrolladas en la época romana. Así el aspecto teórico del

procedimiento [...] lo encontramos descrito por Plinio en el caso

de la desecación de un lago natural bajo el efecto del sol del

verano. Plinio habla también del agua y de su extracción a partir

de pozos . En cuanto a las instalaciones los documentos nos

describen unas estructuras parecidas a las de Sigüenza [...] La

principal dificultad radica en el sistema empleado para elevar el

agua de los manantiales a la superficie. Prácticamente hasta

nuestros días se utilizaban las noria de tracción animal. Este tipo

de máquinas se ha fechado en la época árabe. Conviene , por

tanto, cuestionarse sobre la extracción de agua de los pozos

desde el punto de vista industrial y no sólo doméstico. En las

minas hispánicas del Suroeste se han encontrado ruedas de

madera que servían para vaciar los pozos y drenar las galerías

subterráneas, se trata de simples ruedas verticales provistas de

un rosario de vasos fijados en la circunferencia [...] La misma

máquina fue descrita por Vitrubio [...] En resumen, todas las

características constructivas o técnicas reconocidas en las

instalaciones salineras de Sigüenza se insertan bien en el

procedimiento romano[...]".

Nuria Morére no duda en la existencia de explotaciones

salinas en época romana, pero aún se pregunta cual es el origen

de esta explotación :

"Nos preguntamos en qué momento habrá que situar el

origen de esta explotación de sal ¿Debemos remontarnos hasta

la prehistoria ? Convendría aquí distinguir entre el simple

consumo de sal de uso doméstico o un comercio bastante

restringido, y la existencia de una amplia red de instalaciones

con grandes complejos de producción como en este caso en la

época romana [....] Todos estos asentamientos (prehistóricos de

la región de Guadalajara ) están situados en las proximidades de

agua salada o incluso en las actuales salinas [....] La

identificación constante de estos pueblos de interior con una

economía basada sobre todo en la ganadería , no se puede

concebir sin un aporte de sal [...] Sin embargo en la Edad de

Hierro y en la época celtíbera, esta explotación de los recursos

salinos estaba muy lejos de adquirir el carácter organizado y

casi industrial de las épocas anteriores".

"[....] El complejo de la Olmeda , por su superficie edificada ,

por las enormes instalaciones y la abundante producción que

se deriva es difícilmente identificable como una estructura

privada. Nos sugiere , al contrario que una explotación

propiedad del estado o del Emperador , desempeñando el

mismo papel que las minas y las canteras. El control de la sal,

sobre todo de tal producción, no podría haberse dejado en

manos de particulares, si consideramos que era una

importante fuente de ganancias [...] La cronología de este

conjunto no es conocida, pero los asentamientos que jalonan la

vía se definen en unas fechas tardías del Alto Imperio (después

de Tiberio ) y posteriores."

"Los asentamientos romanos de la región de Sigüenza

adquieren así una nueva dimensión al mismo tiempo que otra

definición. No responden tan solo a una herencia natural de una

ocupación prehistórica con una vocación agrícola estructurada

por Roma, sino de la ocupación de un territorio ligado a una

fuerte explotación basada en sus más importantes riquezas

naturales : las fuentes saladas".

Del mismo modo que no existían datos precisos sobre la

explotación de las salinas en época romana tampoco existen

referentes a períodos posteriores tras las invasiones bárbaras, pero

no sería muy aventurado decir que la explotación de los

manantiales salinos continúo en la Baja Edad Media quizás con

un carácter más doméstico y de consumo regional.

Según Antonio López Gómez daremos algunos datos que

nos mostrarán la importancia creciente de las salinas en el

Medioevo:

"En la Alta Edad Media las salinas del reino castellano-

leones eran de propiedad particular o señorial, pero en el

reinado de Alfonso VII (1137) fueron declaradas posesión real,

salvo privilegios anteriores, y era la corona misma quien las

explotaba, especialmente las recientes, entre las cuales las de

Atienza".

Esta manera de intervenir en el comercio de la sal no es

nueva, porque como hemos visto ya, en época romana, las

salinas las administraba y explotaba el Estado o el Emperador con

el fin de no dejar en manos privadas un bien tan necesario.

"La primera cita concreta que conocemos es la donación

por dicho monarca (Alfonso VII ), en 1139, a Bernardo, obispo de

Sigüenza, del diezmo de las salinas de Emón ( Imón ) y Bonella

(Bonilla); por tanto no es la propiedad; luego en 1144, el obispo

da al cabildo la mitad de los frutos episcopales, entre ellos los de

las salinas".

Hay que recordar que fue un obispo francés quien liberó

Sigüenza de los árabes, y que seguramente fueron éstos quienes

perfeccionaron la extracción de agua de los pozos con las norias

de sangre (tracción animal). La lucha por el comercio de la sal

obligó a Alfonso VIII a hacer numerosas concesiones.

"Los conflictos que acosaron a Alfonso VIII le obligaron a

numerosas concesiones, entre ellas entrega de salinas o permisos

para sacar la sal, y más tarde darlas en arriendo. Así, parte de las

salinas pertenecieron a la iglesia de San Salvador, en Atienza

donada cum suis salinis al obispo de Sigüenza por el rey (1156);

después se concede a dicha iglesia derechos para vender

semanalmente dos bestias cargadas de sal "de salinis quas

habent in Atentia". El conde Pedro Manrique tenía también

posesiones, como indica la donación de un pozo de sal en

Atienza al convento de Sacramenia".

Continuaron teniendo una importancia grandísima en el

siglo XIV lo que motivó de nuevo su apropiación por parte de la

corona.

"El extraordinario valor que tenían las salinas dio lugar a que

Alfonso X las incluyese en Las Partidas como renta real, línea que

no siguió Sancho IV, pero Alfonso XI las declaró posesión de la

corona por el Ordenamiento de 1338 (reiterado en 1348),

excepto las otorgadas antes. El monopolio establecido se

basaba en la producción y almacenamiento, pero quedaba

libre la circulación; se mantendría así hasta la posterior

ordenación por Felipe II".

Surgieron también numerosos problemas en cuanto a la

distribución de las zonas de venta sin competencia cuyo

contencioso se mantuvo prácticamente desde el siglo XIII hasta

el reinado de los reyes católicos:

"En la segunda mitad del siglo XIII los conflictos entre

arrendatarios o poseedores habían motivado el establecimiento

de zonas específicas de ventas. Así, en 1318 se discute el

derecho de ser vendida la sal de Atienza, sin competencia, en la

tierra de Medina del Campo y aledañas; un documento de

Alfonso XI, en 1336, fija la jurisdicción donde se podía vender

libremente la sal de Atienza y otros lugares. Pero esto había

motivado una fiscalización o escudriño por parte de los

vigilantes del impuesto ( albareros ), que cometieron notables

excesos ; concretamente, se citan los de Atienza en 1328 , por lo

cual hubo de prohibirse el registro de casas, y más tarde se

suprimieron estos empleados ".

"La cuestión antes citada se mantenía en pie y los Reyes

Católicos ordenaron en 1484 un descuento de !.000 maravedíes

al arrendador de aquellas salinas por los perjuicios que suponía la

introducción de sal portuguesa. Finalmente, en 1498 se marca el

territorio donde podría llevarse el producto de cada salina; a las

de Atienza y Espartanas correspondía Madrid y su término,

frontero de Segovia y Toledo".

Nuevamente con los Reyes Católicos las salinas pasan a

manos privadas, pero una vez más en 1564 se incorporan de

nuevo a la corona :

"En 1564 decreta Felipe II una nueva incorporación de las

salinas de la corona , más amplia que la de Alfonso XI en 1338, y

compensando a sus antiguos dueños. Para esta ordenación

fue necesaria una investigación directa: según la estadística

resultante, no completa, se producían en el reino 563.000

fanegas en las salinas del interior, correspondiendo el primer

lugar a las de Atienza con 140.000 fanegas : "alrededores de

Atienza" , 50.000: Gormellón (Santamera), 15.000 y Saelices del

duque de Medinaceli, 5.000. Otra muestra de la

importancia de Atienza es que llevaba su nombre uno de los

once partidos en que se dividía el reino de Castilla para el

asiento general de la sal. Poco después en 1569 , el obispo de

Sigüenza, Diego de Espinosa, pide sal ' en justa recompensa de lo

que antes por privilegios reales tenía en varias salinas' ."

En el siglo XVIII los monarcas absolutistas insistieron en la

protección y aprovechamiento de las salinas, que quedaron

sometidas al control real. Carlos III modernizó las instalaciones y

construyó las naves que hoy se conservan en pie y que sirven de

almacenes. Edificó una compleja red de artesas, canales y

albercas, con los que consiguió hacer más rentable su

aprovechamiento. De esta forma se consiguió mantener en

auge la población que a su vez sirvió de magnífico benefactor

de las arcas fiscales de la Hacienda española del siglo XVIII:

"En el siglo XVIII se mantenía la regalía de la sal, siendo su

renta una de las más elevadas de la corona, con 1.700.000

escudos en 1.722, lo cual representaba el 7,2 % del total. El

Catastro de Ensenada menciona, en 1752, las salinas de Imón y

de La Olmeda, ambas de propiedad real y las segundas

arrendadas , pero no se indica la producción. En cuanto a los

operarios, en Olmeda sólo se cita un oficial de libros (cuatro

fanegueros viven en Imón ); en cambio en Imón, aparte de los

cargos burocráticos, encabezados por el juez subdelegado de

las salinas, con administrador, fiel contador y dos oficiales de

libros, aparecen otros 20 empleados fijos: azañeros (al cuidado

de las aceñas o norias), cavadores, fanegueros,

medidores y guías, y al reseñar personalmente los vecinos (137 en

total ), la mayoría trabajaban también en las salinas."

En el siglo XIX las salinas de la provincia de Guadalajara

siguen manteniendo su auge representaban el 6.9 % de

la producción nacional :

"En el primer tercio del siglo XIX, las de Imón y Olmeda sólo

eran superadas por las de Alicante, Cádiz, Ibiza y delta del Ebro,

y las interiores de Poza de la sal. Así lo revelan las estadísticas de

Canga Argüelles de 1814 y 1821, aunque muy dispares; en la

primera fecha representaban el 6,2 % de España, y,

junto con otras menores de la actual provincia de Guadalajara

llegaban al 6,9 % ."

"En 1826 cita Miñano, cerca de Atienza ' las famosas salinas

de Imón, Olmeda y Goriñela (Gormellón , en Santamera) , que

surten de sal a muchos pueblos de Castilla'. Después , Madoz

describe las de Imón, ' acaso las mejores de España ' con sus

cinco norias, estanques , etc., que producían de 80.000 a

100.000 fanegas al año, unas 4636 Tm., y las de La Olmeda , de

70.000 a 80.000 fanegas, unas 3864 Tm.; éstas dependían de las

anteriores, así como las de Saelices y Tierzo y las cerones de

Medinaceli. Las de Santamera se hallaban inactivas, pues se

dice que entre los ríos de los Huertos y Gormellón (actuales

Cercadillo y Salado ) ' se conservan aún los cimientos de salinas

antiguas'; en el mismo sitio se hallan las actuales".

"En la segunda mitad del siglo la producción era de 8.000 a

9.000 toneladas (1865-67), según la Estadística Minera, con unos

160 obreros, principalmente en Imón y La Olmeda, que llegaron

a 11.540 Tm. en 1868; se explotaban también las de Saelices y

Almaya o Almallá (Tierzo). Un hecho muy importanto fue la

abolición del estanco de la sal en 1869, permitiendo la libre

producción y comercio. Las salinas de Guadalajara quedaron

inactivas hasta 1872, y en los años siguientes, aunque

funcionaron otras nuevas , las cifras oscilaron entre 7.000 y

9.000 Tm. hasta 1.883, con un centenar de operarios; luego

alrededor de 4.500 Tm. y al comenzar nuestro siglo unas 5.000 ó

6.000 Tm. ; esto representaba ya sólo el 1,2 % del total de España

(400.000 - 500.000 Tm.). Siempre la inmensa mayoría

correspondiente a Imón y La Olmeda, que habían sido

enajenadas por el Estado. Además de las viejas salinas, se

mencionan ahora otras nuevas cercanas : Rienda, hacía 1875;

en el decenio siguiente , las de Bujalcayado, Tordelrábano y

Cercadillo (seguramente las de Santamera), y , al doblar el siglo ,

la de Paredes. Más lejos, as de Alcuneza, Ocentejo,

Valdealmendras , El Atance y Anguita. El auge de

Hiendelaencina a favor de las minas y la utilización de sal en el

sistema del beneficio de la plata supondría un nuevo mercado

próximo en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del

actual."

En 1.873, se unen los consorcios compradores de las salinas

de Imón y de La Olmeda para explotar conjuntamente las dos

instalaciones creando la sociedad "Salinas de Imón y La Olmeda"

que en la actualidad sigue beneficiando las salinas. En 1.888 fruto

del relanzamiento y la renovación de las instalaciones se obtiene

la medalla de oro en la Exposición Universal de Barcelona ".

En el siglo XX la producción se ha mantenido con altibajos

dependientes de las condiciones climáticas, pero con una

tendencia descendente. A mediados de siglo ya se había

reducido el número de empleados en las salinas como vemos en

el texto de Antonio López Gómez:

"Las de Imón , a orillas del río Salado, son las más

importantes; tienen cinco pozos y un millar de albercas, con seis

obrero fijos y en verano, para la extracción, hasta treinta, En

años normales producen unos 80.000 quintales castellanos, es

decir, 3680 Tm. (un quintal castellano equivale a 46 kilogramos),

pero han llegado a sobrepasar los 100.000 quintales y hasta

130.000 (5980 toneladas). Siguen en importancia las próximas de

la Olmeda de Jadraque ( en el río Cubillo). pertenecientes a la

misma sociedad, con cinco norias y dos pozos inutilizados, aguas

de alta calidad (entre 18 y 23 grados ) y unas 800 albercas;

rinden poco menos que las de Imón, y antaño llegaron a los

120.000 quintales".

A partir de los años sesenta la producción salina se ha

mantenido, pero con cierta tendencia a la baja, debido

principalmente a la mejora en las comunicaciones lo que hace

imposible la competencia con otras producciones salineras más

rentables.

Hoy en día, en Imón, de los tres almacenes sólo dos de ellos

están en pie, el más reciente, el de San Pedro, construido en el

siglo pasado está en ruinas. Los dos que restan, San José y San

Antonio son dos autenticas obras singulares de construcción

popular, que pueden fecharse en el siglo XVIII.

El presente de la industria salinera de la región de

Guadalajara no pasa de ser una mera explotación de

mantenimiento de las instalaciones con tan solo tres personas

trabajando durante todo el año, aumentando la plantilla

durante la época de la cosecha de la sal en verano.

En cuanto a la conservación de las instalaciones se puede

ver como esta labor se escapa totalmente de los trabajos que

desempeñan los trabajdores. Cada año se observa como el

estado de las naves donde se almacena la sal empeora debido

principalemente a la entrada de agua a través de la cubierta.

También las pequeñas casetas que protegían las norias de

madera han ido desapareciendo y las que quedan, están en un

estado de ruina inminente.

Aún hoy existen en Imón cinco norias en pie, aunque sólo

tres de ellas (Mayor, Rincón y Masajos ) están en funcionamiento,

presentando las restantes un lamentable estado, pudiendo

apreciarse en una de las los primitivos engranajes de madera de

la noria y el piso tratado para facilitar las vueltas del animal

que la movía.

El proceso de obtención de la sal no ha cambiado nada los

siglos que lleva funcionando la explotación salina. Lo que fue

mejorando a lo largo de todo ese tiempo ha sido la calidad y

cantidad de las instalaciones necesarias para dar el mayor

rendimiento de la explotación hasta prácticamente el siglo

XIX, a partir de entonces, y debido al declive de esta industria

salinera del interior, las mejoras realizadas se reducen a nuevos

modos de manipulación, envasado y transporte de la sal,

dejando a un lado todas las instalaciones de apoyo que la

explotación necesita.

De todo lo anterior puede deducirse que su conservación

ofrece un claro peligro mitigado hasta hoy por su utilización

parcial y mantenimiento de parte de su producción.

En cuanto al futuro de las instalaciones salineras es obvio

decir que depende de los rendimientos que pueda ofrecer la

industria de la sal. Dado que este rendimiento es mínimo, habría

que pensar en una reutilización de estas instalaciones que

permita su conservación y mantenimiento aunque sea alejando

alguna de ellas de su uso original . Aunque en esto último no

coincide Juan García Guinda:

"Dadas las especiales características de las salinas, su

conservación sólo puede mantenerse y justificarse si se mantiene

en producción. Su reciente incoación como monumento

histórico- artístico puede ayudar en este sentido si se aplica una

política de apoyo a la explotación, a la vez que se intenta

recuperar las áreas abandonadas y se potencia las labores de

mantenimiento periódico hoy inexistentes".

OBTENCION DE LA SAL

El agua se extrae, de anchos pozos de 4 m a 10 m de

profundidad, mediante norias de madera movidas por caballeria

(norias de tiro o de sangre) que describiremos con más detalle

más adelante. Esta se vierte en una artesa de madera y es

conducida bajo el piso de la noria hacia el exterior por unos

canales también de madera.

Durante el invierno se va almacenando en grandes

estanques (recocederos) de unos dos metros de profundidad, en

los cuales, por evaporación lenta, va ganado concentración. Si

la salinidad inicial es baja, pasa luego a otros estanques menos

hondos (calentadores), para acelerar la concentración.

La concentración de sal en el agua se mide con un

densímetro, que mide el "grado" de la sal. En Imón la sal llega a

tener hasta 23º (una concentración muy alta si tenemos en

cuenta que la sal marina tiene alrededor de 4º).

Tanto los recocederos como los calentadores tienen un

suelo empedrado con caliza y paredes del mismo material con

mortero de cal revestidas interiormente por una tapia de arcilla

bien apisonada sostenida por tablones de madera. Finalmente,

mediante canales en el suelo o rústicos acueductos

semicilíndricos, hechos con troncos de madera ahuecados

(ahora también de fibrocemento) que parten de las bocas de

salida de los recocederos, cerradas por medio de compuertas

cuando es necesario.

Se lleva el agua, a las balsas de cristalización (albercas o

partidos ), la operación se llama "regar las albercas", previamente

limpiadas a mediados de mayo. Son de muy escasa profundidad

y de unos 6 a 8 m de lado, empedradas y con paredes también

de piedras o tablones colocados de canto de 20 cm. de

altura media por 7 cm. de grueso, es estos tablones hay

practicadas unas aberturas para dar paso al agua de una

alberca a otra, que permite una más fácil deposición de la sal y

un mejor limpiado y extracción; forman grupos (quiñones)

separados por ordenes de piedra (caballones ) para el paso de

caballerías o vagonetas. Con una capa de agua de unos

centímetros se verifica la cristalización.

Una vez por semana se remueve la sal depositada para

impedir que se agarre al suelo. Dos días después se recoge, antes

de que el agua se evapore totalmente para evitar que se

endurezca en exceso; la operación realizada por tanto cada 6 u

8 días y llamada "arrodillar", consiste en empujar la sal hasta el

borde de la balsa y amontonarla mediante un "rodillo" (formado

por una tabla corta con largo mango).

Después se traslada al almacén en serones (antiguamente

sobre mulas o en volquetes metálicos sobre vía estrecha en las

salinas mayores). En el almacén se suele emplear la rampa para

descargar desde arriba en grandes montones como se explicará

más adelante.

El agua sobrante o simplemente de lluvia es recogida a

través de unas acequias llamadas "desagües" que afluyen a dos

canalizaciones mayores llamadas "regueras madres" y que a su

vez van a morir (en el caso de Imón ) al propio río Salado.

Se extrae la sal desde mediados de Junio hasta finales de

Septiembre; en años secos puede empezarse ya en Mayo y

seguir hasta mediados de octubre. Al terminar la campaña se

saca también, la que se depositó en los recocederos y

calentadores.

El conjunto se encuentra claramente jerarquizado de un

modo funcional, situándose los almacenes de un modo central y

apoyados en la carretera a fin de facilitar el transporte de la sal.

En las salinas de La Olmeda existe además un conjunto de

edificaciones auxiliares concentrado y al que hay que añadir

una antigua ermita medieval hoy muy reformada.

NORIAS DE TRADICIÓN MUDÉJAR

Para explicar este mecanismo nos remitimos al artículo de

Oscar Cruz García, “Norias de tradición mudéjar en las salinas de

Imón (Guadalajara)”, publicado en el número 107 de la revista

de Folklore (Obra cultural de la Caja de Ahorros Popular de

Valladolid).

También hacemos referencia al maestro de etnólogos D.

Julio Caro Baroja, quien se interesó por este y otros inventos en su

libro "Tecnología Popular".

A continuación extraemos los párrafos más significativos del

artículo de O. Cruz:

"No es extraño que, al rastrear nuestras tierras a la

búsqueda de instalaciones o mecanismos que tengan valor

desde el punto de vista de la Arqueología Paleoindustrial -

estudios de las vías de instrumentos de transformación

anteriores a la llamada Revolución Industrial del siglo XIX- nos

encontraremos con notabilísimos ejemplos de tecnología

popular, de muy arraigada tradición cultural. Es decir, que, a

medida que nos alejamos de este siglo XIX en sentido inverso al

de la Historia, se hacen más tenues y reconocibles los límites

existentes entre la técnica requerida por una cierta labor de

transformación, impuesta por la mera necesidad de

supervivencia humana y la respuesta cultural, instrumental, que

a nivel cultural, colectivo o comunal, será a esa necesidad

técnica poniendo en juego todo el saber y la experiencia

cumulado a lo largo de siglo de lucha, de imaginación y

correcciones [...].

Entre todas las máquinas de tradición antigua y medieval,

que tuvieron por objetivo primero y original un cambio de 90º del

plano de giro mecánico, y que luego se afinan y complican para

transformar el giro en golpeadura de frecuencia constante,

ocupa un puesto privilegiado por su presencia secular y

abundantísima en prácticamente todos los paisajes hispánicos,

al menos hasta mediados de este siglo XX, la NORIA DE TIRO,

llamada también NORIA DE SANGRE.

Magníficos ejemplares de este último ingenio, de muy larga

tradición entre nosotros, hemos tenido la suerte descubrir en

tierras alcarreñas en la localidad de Imón, dedicadas hasta una

decena de años, en que fueron sustituidas por bombas de motor

eléctrico, a su antigua función de elevar y sacar agua de los

pozos.

Pero para documentar la existencia de norias como las

estudiadas en este trabajo -norias de larga tradición en la

tecnología popular, cuya función consista en extraer agua de

pozos salíferos- , hemos de remontarnos a mediados del siglo XIX,

y acudir a la ayuda inestimable de D. Pascual Madoz y de su

monumental Diccionario. En su artículo "Saelices" (Salinas de)

podemos leer una exacta referencia a las máquinas que aquí

nos ocupan: "..y tocando a él (recocedero o estanque en el que

se vierten o sedimentan las aguas) está la noria cubierta, cuyo

pozo de 48 varas (40 metros) de circunferencia, tiene 9 (7,5

metros) de profundidad, y su rueda aguadera (de elevación y

desagüe, provista de eje horizontal y giro vertical) 2 1\2 (2,1

metros) de altura;...".

Afortunadamente contamos hoy con una no escasa

bibliografía contemporánea y española sobre el ingenio NORIA,

ora visto desde el punto de vista de la arqueología o de la

historia del arte y de la técnica, ora contemplado en sus

aspectos más destacables para la etnografía local o la

antropología general.

Pero es, sin lugar a duda, D. Julio Caro Baroja quien ha

sistematizado, de forma prácticamente definitiva, el saber

acumulado en tiempo y espacio sobre este artefacto, y ayudado

en gran medida, a su clarificación filológica y tipológica, en sus

magníficos estudios Norias , azudas, y aceñas y Sobre la historia

de la noria de tiro, de los que hemos recogido una información

exhaustiva para la realización del presente trabajo.".

A continuación transcribimos literalmente los artículos de

Caro Baroja:

NORIAS DE SANGRE.

Desde un punto de vista estrictamente tecnológico

tenemos que admitir todo lo que sigue:

1. La tracción animal del tipo de la usada para mover la

noria de sangre comienza a conocerse en el mundo

grecorromano, aplicada a diversas clases de "muelas", en época

posterior al siglo IV a.C.; y parece depender de investigaciones

de discípulos de Aristóteles como Lampsaco, muerto entre los

años 287 y 269 a.C.

2. Los engranajes son poco conocidos por los tratadistas de

mecánica más antiguos, como Filón, y algo más por los más

modernos, como Herón o Vitubrio mismo.

3. Desde el momento en que se tuvo conocimiento teórico

de principios tales y aquel en que se aplican a fines utilitarios

pasa, por lo general, bastante tiempo, de suerte que, por

ejemplo, el molino tal y como lo describe Vitubrio, se vulgariza

bastantes siglos después.

4. No hay ninguna descripción fehaciente de noria de

sangre en texto clásico o grecorromano , aunque sea de época

baja.

5. En tal época llevan a cabo innovaciones tecnológicas

los ingenieros persas de los monarcas sassánidas, algunos chinos y

también hindúes. Hay que colocar sin embargo, a los primeros

como antecesores más directos de los mecanismos árabes y

como individuos que vieron en una zona de la que se difundieron

en direcciones varias algunos ingenios de gran importancia en la

historia de la mecánica, por ejemplo un tipo de molino de

viento. De todas suertes, la noria como máquina no se

comprendería sin que previamente haya existido la mecánica

helenística. Es muy probable que no sea una invención de los

alejandrinos o griegos de la época imperial, pero los ingenios que

las inventaron, persas u orientales de otra estirpe, sabían mucho

mucho de lo que aquellos habían ideado en punto a

engranajes, etcétera..... conocían probablemente los libros de

Filón, de Herón etcétera.... como luego los siguieron conociendo

los mecánicos y hombres de ciencia árabes o que escribieron en

lengua arábiga, y a los que tantas invenciones se han atribuido

de modo indebido.

"Tecnología popular española"

Julio Caro Baroja

Ed Nacional.

Madrid. España. 1983.

Páginas 354-355.

"Procedamos ahora a una descripción, lo más completa y

precisa posible, de los pozos y ruedas de las salinas de Imón. El

pozo que nosotros hemos medido y estudiado, puede asimilarse

a la totalidad de las perforaciones practicadas aquí en el manto

calizo, para alcanzar la capa freática de salmuera.

Tiene una "boca" de 3,00 x 1,30 m., y una profundidad

uniforme de unos 4,8 m. La altura del agua salina alcanza en el

los 3,30m. a partir del fondo del manadero, quedando entonces

1,50 m. desde el nivel líquido superior hasta el suelo, o piso, de la

construcción que alberga la noria.

Si suponemos una altura total de cadena o "rosario", de

cangilones, de unos 5,00 m., los 2,60 superiores de la misma

estarán al aire, mientras que los 2,40 restantes irán sumergidos,

quedando entonces 0,90m. aproximadamente de resguardo,

entre el nivel del cangilón más bajo y el fondo del pozo.

Los labios de la apertura superior de la perforación van

reforzados con rollizos de madera, escuadrados a 15 x 15 cm. de

sección constante; y las cuatro paredes del pozo, revestidas con

mampostería ordinaria, suficiente para evitar los

desprendimientos de roca descompuesta y la consiguiente

ceguedad del manadero.

Pasando entonces, al estudio más pormenorizado de las

dos ruedas engranadas, que constituyen propiamente el ingenio

llamado NORIA, empezaremos lamentando que, si bien ha sido

Egipto un hito de importancia capital en la vía de difusión del

elemento cultural que ahora nos ocupa, no nos haya legado, al

mismo tiempo, los nombres con los que designan allí las ruedas

de aire y de agua.

La imaginería poética oriental, que hunde sus raíces en los

más profundos y ricos arquetipos del inconsciente del colectivo

humano , aún no contaminado o soterrado por la moderna

civilización industrial , ha visto subrayada en cendida la

diferencia esencial existente entre ambas ruedas.

Así, la de aire o motora, que representa la iniciativa y la

fuerza, la actividad, y que posibilita el óptimo funcionamiento de

todo el conjunto, se llama rueda PADRE.

Y la elevadora o "movida", íntimamente relacionada con

la anterior y dócil a su mandato, que representa la pasividad, y

que propicia la aparición del agua dulce y fresca, y la

satisfacción de los jóvenes y fértiles apetitos de la tierra, lleva el

nombre de la rueda MADRE.

En el caso de las norias de Imón, hemos tenido la suerte de

fotografiar y estudiar la pareja de ruedas anteriormente

aludidas, en los dos casos complementarios siguientes:

-Como elementos separados del conjunto, por lo tanto

desmontado .

-Como tal conjunto, montado y emplazado para su

utilización tradicional, casi intacto y prácticamente listo para

volver a funcionar en cualquier momento.

La RUEDA DE EJE VERTICAL, MOTORA O DE AIRE se compone

de dos coronas circulares de madera, de 220 cm. de diámetro

exterior, 180 cm. de diámetro interior y 20 horizontales paralelos

entre sí, y separadas unos 98 cm. medidos entre las caras más

alejadas.

El espesor de estas coronas es de 7 cm., por lo que la

separación entre las caras más próximas es de 86 cm.

aproximadamente. Tanto una como otra corona se han

montado a partir de cuatro cuadrantes, cortados a media

madera en ambos extremos, siendo la longitud media delos

rebajes 16 cm., de tal manera que, al juntarse las cuatro piezas,

ensamblan en cada unión el rebaje superior de uno de los

cuadrantes con el inferior del siguiente.

Además, para "coser" las ensambladuras se han clavado

unas bridas metálicas, también con forma de segmento de

corona circular (de 32 cm. de longitud y 3,5 cm. de anchura), en

las uniones de dichos cuadrantes.

Por debajo de cada corona va dispuesta una cruz, también

de maderas, cuyos brazos (de 10 cm. de anchura y 12 cm. de

espesor) tienen diferente eje de sujeción en su centro, es decir,

en el eje vertical de giro de la rueda que estamos describiendo:

mientras que uno de ellos atraviesa dicho eje, siendo por tanto

la pieza enteriza, el otro va dividido en dos partes iguales que

empotran unos 4 cm. en el mismo, asegurándose las junturas por

medio de cuñas y cola. Por el contrario, los extremos periféricos

de esos mismos brazos son todos iguales, y consisten en rebajes -

de unos 20 cm. de longitud y 7 cm. de altura - sobre los que

apoyan las coronas circulares de la rueda; brazos y corona van

ensamblados, y unidos por medio de una doble espiga o clavija,

igualmente de madera.

Ambas coronas, rigidizadas por medio de las cruces

anteriormente descritas, van perforadas en todo su espesor por

24 taladros, de unos 6 cm. de diámetro, dispuestos según el

perímetro medio de dichas coronas. Haciendo coincidir

perfectamente, en vertical, los taladros de ambas series

homólogas, se han introducido por ellos, a presión, los barrotes

cilíndricos de madera que conforman la jaula de la linterna, y

que, al girar, empujan los dientes de la otra rueda, haciéndola

voltear a su vez.

El eje vertical de giro de la rueda motora está constituido

por un rollo enterizo de madera, escuadrado en su sección

mayor - aquella que atraviesan o en la que empotran los brazos

de ambas cruces - a unos 25 x 25 cm.

A veces, la prolongación superior de ese eje disminuye de

sección; pero, en todo caso, dicha prolongación lleva

practicados en su interior dos orificios -pasante uno de ellos-, de

sección aproximadamente rectangular, dispuestos a distinto

nivel y según direcciones prácticamente perpendiculares entre

sí. En

estos orificios se alojan los extremos de dos largos palos, cuya

función describe D.Telesforo de Aranzadi con las siguientes,

sucintas palabras: "...este eje (vertical) se hace girar con una

mula enganchada en un VARAL, casi en ángulo recto con el

varal hay empotrada en el eje la GUIA, de la que va una cuerda

al animal, haciéndole la impresión de que es conducido..."

Diremos para terminar con la descripción de esta primera

rueda que el eje de giro lleva en sus extremos - reforzados estos

con abrazaderas metálicas - unos huecos de sección

rectangular , vaciados en la madera, en los que encajan unos

pivotes o pezones metálicos, que impiden la traslación vertical o

el desplome de este eje, pero no su rotación. Estos fulcros o

puntos de apoyo, van insertados : a nivel inferior, en un

durmiente empotrado en el suelo, a manera de las mesas o

puentes de los molinos de rodezno; a nivel superior , en una viga

brochal que apoya en dos jácenas, volantes de un muro al

diametralmente opuesto, en el edificio que cobija la maquina.

Evidentemente, su espacio interior debe ser lo más diáfano

posible, para nos estorbar la andadura del animal de tiro.

En las norias de riego con agua dulce -del tipo de las

granadinas o ibicencas-, el eje de giro vertical, más corto que el

de las de extracción de salmuera, se denomina PEÓN y los dos

maderos horizontales que sujetan este último, a unos 10 ó 20 cm.

por encima de la corona superior de la rueda motora, llevan

precisamente el nombre de PUENTES.

La RUEDA DEL EJE HORIZONTAL, ELEVADORA O DE AGUA,

se compone , al igual que la anterior, de dos coronas

circulares de madera -de 220 cm. de diámetro exterior , 180 cm.

de diámetro interior , 20 cm. de anchura y 6 cm. de espesor- que

tienen una separación de 40 cm., medidos entre caras más

próximas entre sí. Su construcción es también idéntica a la de la

rueda motora: por ensamble a media madera, y fijación

mediante espigas, de cuatro cuadrantes que se labran por

separado, y luego se unen y montan: unas veces en el propio

taller de carpintería; otras in situ, es decir, en el mismo

emplazamiento futuro de la máquina.

Pero en el caso de la rueda que ahora nos ocupa, sólo la

corona más cercana a la rueda de aire, va rigidizada por medio

de una doble cruz que solidariza el conjunto con su eje horizontal

de giro. Es obvia la razón por la cual la otra corona debe de

estar exenta de todo elemento auxiliar que la riostre o rigidice:

es imprescindible dejar ese espacio libre para colocar bajo la

rueda , y la cadena de cangilones, un contenedor con

capacidad suficiente para recibir , y guiar hacia el exterior el

agua vertida.

Los brazos de esta doble cruz - ocho en total - tienen una

anchura de unos 15 cm., y un espesor de 122 cm.

aproximadamente. La unión de cada brazo con la corona se

hace mediante ensamble a media madera -dejando un rebaje

de unos 6 cm. en el espesor del brazo, de tal manera que sobre

él apoye perfectamente la corona -, y trabazón de ese

ensamble por medio de una abrazadera metálica, de unos 90

cm. de longitud total, clavada a ambos elementos.

En su extremo opuesto , los brazos de la doble cruz ciñen

apretadamente en paralelo dos a dos, el árbol o eje de rotación

horizontal de 30 x 30 cm. de sección. Al ser, con toda seguridad,

el encuentro de los ocho brazos la sección más rozada y

consumida por el trabajo continuo de la rueda, y teniendo en

cuenta, además que dos brazos paralelos de la doble cruz son

piezas enterizas, pero no así los otros dos que han de ir partidos y

luego clavados en esa misma sección, ha sido necesario reforzar

el cuadro total de 60 x 60 cm. -exteriores- con un aumento

sustancial del espesor de material, a 18 ó 20 cm.

aproximadamente.

Las dos coronas, que conforman básicamente esta rueda

elevadora o de agua, llevan igualmente veinticuatro taladros

de 6 cm. de diámetro, perfectamente enfrentados en

horizontal entre ambos, y dispuestos según el perímetro medio de

las mismas. Por ellos se han introducido, a presión, los veinticuatro

bolos de madera, sencillamente desbastados con azuela y

ligeramente apuntados en su extremo más activo, que

constituyen los dientes o puntos de la rueda elevadora. Por este

motivo, dicha rueda, eje horizontal o de agua, recibe también a

veces el nombre DE PUNTERIA.

Estos dientes tienen una longitud de vuelo, medida desde

su extremo libre o activo hasta su apoyo en la primera corona,

de unos 42 cm.; sumada aquella a la existente entre ambas

coronas, y al espesor de las mismas, totalizan una longitud

aproximada de diente de 95 cm

La situación relativa de las dos ruedas de esta noria,

fundamental para un funcionamiento óptimo de la misma, es tal

que los dientes de la elevadora, en su posición más alta y,

simultáneamente, más hundida entre los palos de la motora,

penetran hasta unos 16 cm. , medidos a partir de la

circunferencia externa de las coronas de esa última, en la

linterna del engranaje.

En el espacio comprendido entre las dos coronas circulares,

verticales, de la rueda elevadora, y apoyando en los dientes

anteriormente descritos, se tiende la doble maroma sin fin, de

cáñamo trenzado, a la que se atan los cangilones de barro

cocido.

Al girar la rueda que así los sujeta, la cadena sube y baja,

alternativamente, arrastrando los recipientes de agua : boca

arriba, llenos, hasta que vierten en el punto más alto de la

cadena; boca abajo, vacíos, hasta que cargan en el punto

más bajo de la misma.

Dichas maromas tienen un diámetro aproximado de 4 cm.

y una separación entre ejes de 212 cm. Los cangilones son

cilíndricos con una altura de 23 a 27 cm., sección exterior de

unos 12 ó 13 cm. de diámetro y espesor de pared de 1 cm.; todos

ellos llevan una estría o acanaladura perimetral doble - junto a

la "boca" y el "culo" - , que facilita su atado a la doble maroma,

dejando sólo unos 9 cm. de separación entre cualquiera de ellos

y el siguiente.

El sistema de sujeción, del cangilón a la cadena , es muy

simple e ingenioso: una primera cuerda amarra las dos maromas,

a la altura de las canaladuras superior e inferior del recipiente de

barro, preparándole así como una especie de "cuna" sencillísima;

una vez colocado el cangilón en ella, otra cuerda lo ciñe y otra

alrededor de su estría superior, baja luego por su superficie

externa, siguiendo una línea ligeramente helicoidal, y termina

ciñéndolo y atándolo de nuevo, ahora alrededor de su estría

inferior.

El vertido del agua se efectúa en un artesón o

dornajo, de planta rectangular y sección trapezoidal 115 x 35

cm, de base inferior, 15 cm. de profundidad-, que se sustenta en

dos maderos, que colocados horizontalmente, cuyos extremos

empotran, por un lado, en el "labio" de la abertura del pozo, más

alejado del eje de giro vertical, y por otro , apoyan en jabalcones

inclinados, también de madera.

Diremos, por último , que esta artesa se sitúa exactamente

por encima del árbol o eje de giro horizontal, de 130 cm. de

longitud, que lleva insertado a presión, en sus secciones

extremas, sendas pivotes cilíndricos

metálicos; éstos giran en chumaceras también metálicas,

embutidas en los rollizos protectores de la boca del pozo.

Los léxicos locales, referidos a las partes o elementos que

configuran una máquina como la aquí estudiada, suelen ser muy

ricos y variados. En la vega del Segura (Murcia), por ejemplo,

llaman sencillamente RUEDA o NORIA a la rueda elevadora , y

CONTRARRUEDA a las motora o de aire. Allí, los puentes de

sujeción del eje vertical de giro son HUBIOS, el eje de giro

horizontal se llama MÁSTIL, y los dientes de la rueda elevadora,

PUNTOS. Las secciones más sometidas a desgaste, tanto en un

eje como en el otro, se refuerzan por medio de aros , o cercos

metálicos, llamados CEÑOS; los pivotes o pezones, también

metálicos , sobre los que giran ambos ejes se denominan

BORRONES, y los cojinetes en los que se alojan esos pivotes

reciben el nombre de CAJERAS.

Lo primero que llama la atención al considerar, en líneas

generales, la carpintería con que se ha realizado toda la obra

mecánica recién descrita, es su falta casi absoluta de piezas

metálicas, Sólo los elementos sujetos a una máxima fricción -

pivotes y cojinetes o chumaceras- , y las uniones sometidas a

mayores tensiones de tracción o cizalladura -ensambles a media

madera, principalmente- son metálicas en su totalidad, o van

reforzados con bridas o abrazaderas de ese material.

Y no podemos saber, con seguridad, si todas estas piezas

son constitutivas desde un principio del ingenio estudiado, o se

ha ido añadiendo poco a poco, a medida que se producían las

averías y desperfectos, como es el caso de las lañas que cosen

las fisuras aparecidas con el desgaste de un trabajo duro y

continuado.

Claro que la ausencia de piezas metálicas pude deberse,

con tanta o mayor razón en este caso particular, al hecho de

estar la madera en contacto permanente con un agua de alto

contenido salino, muy corrosiva por tanto, contra la que ya

ponía en guardia Plinio el Viejo en su "Naturalis Historia",

especificando qué maderas eran más resistentes en ambientes

tan agresivos: ..."se cree que no es cosa indiferente el verterla (la

salmuera) en recipientes de una madera o de otra. La mejor es

la encina, ya que la ceniza de esta madera tiene altísimo gusto

a sal; otros alaban el avellano..."

Por el veteado característico del corte de algunas piezas,

la longitud desusada de las vigas y brochales que impiden los

desplazamientos del eje de giro vertical, y la gran anchura del

tablón requerida para recortar en él los cuadrantes de corona

circular -un sencillo cálculo que nos indica que la flecha máxima

de estos cuadrantes alcanza los 46,37 cm. -, deducimos que la

madera empleada en la construcción y montaje de las norias

(máquinas y albergues) ha de provenir de la transformación

arbórea de una especie arbórea suficientemente alta, robusta y

resistente.

Y existen muchas probabilidades de que tal especie sea la

de pino albar o silvestre , llamado también pino de Valían , que

cumple ampliamente con las condiciones anteriormente

requeridas.

Ahora bien , no son las sierras que rodean la zona -Ayllón ,

Pela, etc, -biotipo muy prodigo en la referida especie. Para

encontrar las más extensas y ricas masas de la misma , es

necesario desplazarse : o bien hacia el Oeste y la sierra de

Guadarrama, que posee los magníficos enclaves de Valsaín /

Rascafría y Navafría / Lozoya, en las provincias de Segovia y

Madrid ; o bien hacia el Norte y las sierras de Urbión y Cebollera,

que incluyen los centros prestigiosos de Vinuesa y Covaleda , en

las provincias de Soria y Logroño.

No debe extrañarnos, por otra parte, la mayor o menor

lejanía de los puntos de construcción maderera respecto a los

talleres artesanales de transformación , puesto que ha sido la

fuerza del brazo humano "gastado como el mango de un

azadón " en verso feliz de A. Serrano Plaja, la que ha suplido , casi

hasta nuestros días y de forma prácticamente única, la falta de

unos medios materiales y económicos , más acordes con la

dureza del trabajo realizado.

En la Huerta de Murcia se recurre a las especies -frutales-

más próximas , y de madera más resistente , como el

albaricoquero y la morera, para labrar y montar las partes más

sometidas a descaste de sus aceñas o senias -así llaman allí a las

norias de tiro-.

No cerraremos este apartado , dedicado a la carpintería

de las de Imón, sin rendir un merecido homenaje a los artesanos

que , nutridos por una tradición laboral y estética con

antigüedad de siglos , "finos , sensibles y, a su modo aristocráticos,

trabajaban como ninguno, pero lo hacían cantando , y, más

artistas que obreros, se ufanaban del resultado, no del sudor que

les costó: de la obra , no del trabajo", según los versos, siempre

certeros y entrañables, de los hermanos Machado.

Y una vez montadas las grandes ruedas de una de estas

máquinas, cumplían fiel y humildemente con su cometido hasta

el final , trasladándose a pie y rodándolas por caminos a veces

inverosímiles , hasta su emplazamiento final, a diez o quince

quilómetros de distancia del taller de construcción y montaje

[.....].

[...] Pasando ahora a considerar la obra de carpintería más

cercan a las norias estudiadas .fábrica de madera, cuyos

orígenes e identificación son, desde todos los puntos de vista,

más seguros que los de la fábrica de piedra- , vamos a examinar

con cierto detenimiento la estructura de cubierta de las

edificaciones que albergan dichas máquinas.

Al estar el espacio de estas edificaciones dedicado

exclusivamente al funcionamiento de la noria , y a la andadura

del animal en torno al eje de giro motor, no debe sorprendernos

que la construcción , que delimita ese espacio sea : o bien

circular, o bien poligonal regular, cercana a la anterior. De

cualquier forma, la cubierta de esas edificaciones tuvo que ser

piramidal y su estructura debió diseñarse como autoresistente,

puesto que era imposible descargar al suelo, mediante un

sencillo apeo su vértice superior- de encuentro de los elementos

de carga de la techumbre-, ocupado como está el eje ideal de

la construcción por el árbol de rotación de la noria , que gira

soportando únicamente su propio peso.

Se hubiera podido adoptar, en última instancia, la solución

de fijación y cierre de zarzo y "seto" (abtiquísimo encestado de

ramas entretejidas, enlucido con barro y encalado ), constitutivo

de las descomunales chimeneas cónicas paniegas en Soria, por

medio de un anillo superior al que va clavado el remate de

madera labrada .

Por el peso, muy superior, de las techumbres de las norias

debió desaconsejar en seguida tal solución, si alguna vez los

constructores primigenios pensaron en ella : contingencia no

muy probable , después de todo, y sin duda, totalmente

indesmostrable.

Hubo, pues que proyectar una cubierta piramidal a partir

de la experiencia constructiva contemporánea de techumbres

a dos aguas, y tratar de adoptar soluciones, ya ensayadas con

éxito en estas últimas, a la primera.

Si consultamos ahora algún buen estudio sobre carpintería

mudéjar como el de Doña Balbina Martínez Caviró, nos

encontramos con afirmaciones tan interesantes para nuestro

objetivo final, como las siguientes:

"De las armaduras de parhilera o mojinetes, derivan las

techumbres de par y nudillo, cuando, buscando un mayor

refuerzo y evitar la cimbra, se interpone entre cada dos pares,

generalmente a dos tercios de su altura, un madero horizontal

llamado NUDILLO.. La sucesión de los nudillos con la tablazón

intermedia, da lugar a una superficie plana: el ALMIZATE o

HARNERUELO, que transforma el perfil triangular de la armadura

de parhilera en el perfil trapezoidal propio de las techumbres de

par y nudillo [...] Las armaduras de par y nudillo, uno de los tipos

más frecuentes en el arte mudéjar, derivan de las almohades de

igual formato; pero así como las de esa época - segunda mitad

del siglo XII - son pobres y sencillas, a tenor de las llegadas a

nuestros días, las mudéjares son numerosas y complejas, con gran

riqueza universal. No todas las armaduras de par y nudillo llevan

tirantes..."

Tal descripción concuerda perfectamente con la estructura

de cubierta encontrada en Imón variando únicamente la forma

geométrica de la planta que se desea cubrir: de rectángulo a

octágono regular.

Aquí en la Alcarria tenemos cuatro parejas de vigas

inclinadas, o PARES, formando triángulo y dispuestas según

planos que forman ocho diedros de unos 45º (sexagesimales)

cada uno, estas parejas son todas coincidentes en el

vértice superior de la pirámide -así materializada por sus aristas - y

van estribadas en maderos horizontales, empotrados en los

muros de mampostería que cierran la edificación. En dichos

pares descargan, por su extremo superior, las restantes vigas, de

longitud desigual, que siguen las dirección de máxima

pendiente de cada cara del poliedro mencionado. Y,

efectivamente, a unos 2 \ 3 de la altura de dicha pirámide, un

NUDILLO o madero horizontal, perfectamente escuadrado y

clavado a cada pareja de pares, riostra e impide, con su

resistencia a compresión, la deformación de la misma,

componiendo sus otros tres homólogos -un nudillo es enterizo ; los

otros tres van partidos en dos segmentos iguales, que se clavan

a los pares y al nudillo enterizo- el ALMIZATE ESTRELLADO que

puede contemplarse en la fotografía.

Igualmente no existen en Imón tirantes que trabajando a

tracción, den rigidez a la base de la pirámide así construida; la

gran jácena horizontal, visible en el plano inferior de la

fotografía, sin conexión alguna con el material de cubierta, sólo

sirve para inmovilizar el eje de giro vertical de la noria, sin impedir

por ello su rotación.

Además y sacando todas las conclusiones posibles de la

valiosa exposición de la señora Martínez Caviró, podemos no sólo

confirmar definitivamente el carácter mudéjar de la obra, tanto

mecánica como constructiva, que es objeto de nuestro estudio,

sino también situar, en una primera aproximación, sus orígenes

hacía los años finales del siglo XII, ó primeros del XIII.

No olvidemos, por otro lado; que las tierras alcarreñas

fueron incorporadas a la Corona de Castilla hacía 1080, poco

antes de la conquista de Toledo, y que la ciudad de Guadalajara

fue destruida en una incursión almohade en 1196.

No es nada improbable que, dada la gran movilidad de

gentes producida por los continuos avances y retrocesos de las

dos grandes formaciones religiosas hispánicas, algún grupo

rezagado o perdido de almohades conquistadores hubiera

arraigado en las tierras antes mencionadas, junto a los

mudéjares de raíz beréber, que allí vivían y trabajaban desde

hacía más de un siglo.

LOS CANGILONES DE LAS NORIAS

De los cangilones, o recipientes de agua que las

toman,elevan y arrojan al exterior -función esencial de la noria- ,

haremos también un comentario lo más completo y preciso

posible.

La palabra Cangilón procede, posiblemente del nombre

latino congîus, en castellano: congio, que designaba una media

de capacidad romana, equivalente a unos tres litros.

Su más popular y extendido sinónimo es ARCADUZ -

antiguamente: alcaduz, y en la lengua valenciana: alcaduf;

formas más próximas a los orígenes del térmno- , que proviene de

la palabra árabe al-qadus, y ésta a su vez de la griega kádos, en

castellano : vaso.

Estos cangilones o arcaduces han tomado las más variadas

formas, y aprovechado los más diversos materiales, a través de la

Historia. Así , estos recipientes han sido , unas veces

paralepipédicos , casi cúbicos ; de madera ; otras cilíndricos o

con remate inferior en forma de tronco de cono ; de barro

cocido primero, y más recientemente de azófar o latón.

Del siglo XVII tenemos , además , el testimonio de F.

Henriquez de Jorquera, historiador y cronista granadino, que nos

habla de los zaques u odres utilizados, a modo de cubos de

cuero, por los moros de Ronda para sacar agua de su

impresionante tajo.

Los cangilones de barro cocido , encontrados y estudiados

por nosotros en las norias de Imón, tienen una forma

aproximadamente cilíndrica -sólo el reborde del "labio "superior ,

ligeramente más hundido o ensanchado con respecto a la

pared recta, permite una diferenciación, no tipológica , de

aquéllos- , lo que supone un torneado lo más sencillo posible de

estas vasijas y una textura bastante tosca a la vista y al tacto, lo

que revela una única cocción -bizcochado- no muy cuidada, de

las mismas. Sus dimensiones fueron ya mencionadas, al tratar de

la estructura general de la rueda elevadora de la noria.

Lo que más llama la atención de estos cangilones es la

doble escotadura o rebaje -realizada, con toda probabilidad,

por simple presión del dedo en la pasta blanda y húmeda,

durante el torneado- que llevan las vasijas en torno a su

perímetro circular: una junto a su "boca" superior, otra junto a su

fondo.

En cuanto a la coloración, impuesta sobre todo por la

composición química de la arcilla trabajada, los cangilones de

Imón tienen un color terroso oscuro, en algún caso tirando a

rojizo, debido principalmente a componentes ferruginosos.

Los cangilones encontrados en otros lugares de España,

tienen por lo general un agujero en su "culo" que impiden por

una parte que las vasijas se rompan cuando entran en contacto

con el agua al desalojar rápidamente el aire que contienen

vacías ; establecen, por otra, el equilibrio estático en la rueda de

elevación cuando la noria se para, al desaguar con relativa

velocidad los recipientes que suben llenos, y aliviar así el peso de

la media cadena cargada ; por último, impiden que los

cangilones suban llenos hasta el borde con la consiguiente

perdida de agua en la elevación y el vertido, al expulsar la

sobrante por el camino de la ascensión. Pero como ya dijimos,

estos orificios no existen en los cangilones de Imón.

El nivel de torneado, no excesivamente cuidado, del

recipiente; la calidad de la pasta, no bien tratada ni

desgrasada, con abundancia visible de caliche o piedrecilla

calcinada; el grado de cocción de la vasija, no atendido y

vigilado como ocurriría con un cántaro o una escudilla: todas

estas características apuntan a una producción muy seriada de

cangilones, en que la cantidad prevalecía sobre la calidad.

Evidentemente, el tráfago adverso de estos objetos, su

dedicación a trabajos muy continuos y rigurosos y su inmersión en

medios tan agresivos como la salmuera, no aconsejaban

consagrar mayores tiempo y mimo a la elaboración de los

mismos [....].

ALBERCAS, RECOCEDEROS Y CALENTADORES

Ya hemos explicado cómo, en el proceso de producción de

la sal, ésta pasa desde el pozo a unos recocederos, que miden

aproximadamente 2 m. de profundidad, en los que se mantiene

durante el invierno, evaporándose ligeramente (adquiriendo más

grado). Cuando la sal no tiene suficiente grado, pasa a los

calentadores que tienen un fondo de unos 50 cm. De aquí pasa

la sal a las albercas, que tienen entre 15 y 20 cm. de

profundidad, donde el agua se evapora en los meses de verano,

quedando la sal cristalizada lista para su recolección, que tiene

lugar desde Mayo hasta mediados de Octubre.

La construcción de estos tres estanques se realiza de forma

similar. Son del tipo de greda y guijarro.

Los suelos están formados por una capa de barro (arcilla de

greda) y guijarros de piedra caliza encajados para darle mayor

estabilidad al soporte. El uso de la arcilla para formar los

recipientes impermeables hereda una tradición histórica de

alfarería y cerámica.

Las paredes están formadas por una capa de arcilla bien

asonada sostenida por tablones de madera y revestida

exteriormente con piedra caliza con mortero de cal, ya que el

cemento se deshace con la sal.

Las albercas se separan entre sí mediante tablas de

madera, que van dejando huecos para que circule el agua

tanto en el proceso de llenado o regado de las albercas como en

el de vaciado. Estas tablas, probablemente de pino, han

adquirido con el paso de los años sumergidas en sal, un aspecto

especial, ya que la salmuera ha ido deshaciendo las partes

blandas de la madera, quedando tan solo las partes más duras y

los nudos.

Las albercas forman grupos o "quiñones" separados entre sí

mediante "caballones" o calles de piedra por las que

antiguamente pasaban las caballerías o las vagonetas. Son las

albercas sin dudas, las que dan a las salinas su carácter tan

peculiar. Sobre este asunto se refieren A. Luengo Barreto y

C.Martín Cabrera. en el artículo aparecido en la revista "Periferia

(nº 11)":

"Las salinas como ingenio construido, tienen un evidente

valor arquitectónico, no sólo constatable en la belleza de sus

formas y la construcción de sus volúmenes de piedra, sino por su

trazado cartesiano que nos adentra en la historiografía clásica.

Su imagen territorial que impone una "trama" nos recuerda la

tradición clásica de la ciudad ideal, donde cada uno de sus

elementos colabora el orden del conjunto.

Las salinas como paisaje cartesiano, abstracto y funcional

tienen hondas resonancias en nuestra cultura. Lo racional se

impone a la naturaleza como modelo, aprovechando la

impronta del paisaje natural. El paisaje de la salina, la

perspectiva visual de las montañas de sal sobre la trama

ortogonal, adquiere dimensiones surrealistas"

El empedrado de las albercas se hace siguiendo un diseño

bastante curioso que tiene sus raíces en su probable

procedencia mudéjar. En las albercas se dibujan calles con

nervios rectilíneos de piedras rectangulares, mejor escuadradas

que las demás, que luego se rellenan con cascajo o ripio (piedras

más irregulares colocadas sin orden concreto).

Ahora bien , no es ésta la única ocasión, siempre dentro de

los territorios hispánicos, en que se puede observar tal forma

de disponer los solados o encachados de unos suelosdestinados a

trabajos de considerable dureza.

Tales juegos, de pura geometría inventiva, nos hacen

sospechar la existencia de una mano alarife mudéjar, por detrás

de estas galanuras. Pero si queremos ser absolutamente objetivos,

en cuanto a la solución del dilema planteado en un

principio, nada podemos asegurar sobre el origen de esta tan

curiosa como castiza forma hispánica de solar.

DESCRIPCIÓN DE LOS ALMACENES

Las salinas ofrecen una imagen de gran calidad

arquitectónica, sus piscinas, sus estanques y caminos

empedrados completados con la magnífica calidad de los

almacenes.

Estos presentan una interesante solución estructural a base

de pórticos soportados por pies derechos de madera de gran

esbeltez y altura y una entreplanta que permite el acceso de

vehículos, que antes eran mulas y vagonetas y ahora son

"dumpers" o vehículos a motor, para transportar a su interior la sal.

Las únicas reformas recientes que presentan son unas rampas en

el acceso principal que permite meter el camión a cargar en el

propio almacén, al rebajar la rampa el nivel primitivo del suelo.

Su estructura de madera, a pesar de la evidente falta de

mantenimiento periódico, está en condiciones óptimas debido al

propio efecto conservante de la sal.

Si comenzamos por las salinas de Imón, en una de las

construcciones salineras más interesantes, es el almacén de San

José. Su original estructura la componen siete naves separadas

por pies derechos de madera que soportan una cubierta

también de madera con acabado de teja. Debido a la extraña

alineación de los pilares podemos deducir que el almacén tuvo

en un principio cinco naves y se amplió posteriormente con las

dos laterales, añadiéndose al final el muro de piedra.

Este almacén presenta dos edificaciones adosadas a su

fachada, y que conforman su acceso principal, realizadas a

principios de siglo. En su acceso trasero todavía conserva la torres

con parte de la maquinaria que ayudaba a subir las

vagonetas por la rampa, que servía a la entreplanta a modo de

pequeño funicular.

Los materiales empleados son la piedra, del muro portante

exterior (piedra caliza) con mortero de cal y canto y de la rampa

de acceso al edificio. También la madera de pino (que

casualmente no coincide con los pinos del lugar) en los pies

derechos, los capiteles, vigas de cubierta, tablones y tabloncillos.

El solado, sobre el terreno, es de tabloncillos de madera solapados

entre sí. Y finalmente la taja típica de la zona que continúa en

estado aceptable.

El espacio se organiza en dos alturas, al nivel superior se

accede por una rampa situada en la fachada trasera. Una vez

allí se descarga la sal desde el piso superior hacía abajo de forma

que se acumula en una montaña de sal que cubre totalmente el

nivel bajo en la zona más próxima a la rampa.

La estructura de pilares y el muro de la fachada principal

sufren un desplome importante hacia el exterior del edificio que

será analizado posteriormente en el capítulo de Patología.

Quizá sea el almacén de San Antonio el más interesante

pues conserva uno de sus pórticos que protegía la entrada y a

los carruajes que transportaban primitivamente la sal y su rampa

de acceso a la entreplanta. La chimenea de su pequeño

generador eléctrico le da su aspecto característico.

ANALISIS DEL ALMACÉN DE SAN JOSÉ.

Una vez descritas las distintas edificaciones que componen

el complejo salinero de Imón nos vamos a centrar en el análisis

detallado de uno de los almacenes, el almacén de San José.

Como ya se ha comentado anteriormente, al igual que

todos los almacenes salineros, presenta una solución estructural a

base de pórticos formados por pies derechos de madera de gran

esbeltez y una entreplanta a base de viguería de madera. El

muro portante exterior es de sillería y mampostería ordinaria.

La planta, casi cuadrada, tiene unas dimensiones

de 38 x 35 m. Presenta siete crujías, una central de mayor tamaño

y las laterales restantes de dimensiones similares.

El edificio tiene su acceso por la fachada principal a través

de un pequeño porche. Subiendo una rampa, por la fachada

posterior, se tiene acceso a la entreplanta a través de dos

puertas.

Los únicos focos de luz que presenta son las puertas, citadas

anteriormente, y una ventana en la fachada principal.

Presenta tres edificaciones adosadas a su fachada, siendo

una de dos alturas y las otras dos de una. Estas servían en su

tiempo como vivienda de los trabajadores de las salinas.

La edificación situada a la izquierda de la puerta principal

del almacén tiene.

A la derecha se sitúa la vivienda de dos alturas, que tiene

su acceso a través de una puerta e madera. Tiene dos ventanas

en planta baja y cuatro en planta alta aunque dos de ellas

cegadas. A la derecha se sitúa una chimenea.

CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS.

CIMENTACIÓN.

La cimentación existente bajo los muros de carga de 1 m.

de espesor es una mejora del terreno a base de una zanja corrida

perimetral de 1,00 x 1,60 m rellena de piedra y cantos con una

argamasa superficial donde se asienta el muro de piedra.

Los pies derechos se encuentran empotrados en el terreno y

colocados sobre una basa de piedra que los protege de la

posible ascensión del agua por capilaridad.

ESTRUCTURA Y CERRAMIENTO.

Está formada por pórticos de pies derechos que sustentan la

cubierta y muro de carga de piedra perimetral.

Los pies derechos presentan una extraña alineación. La

crujía central esta formada por 24 pilares, 12 a cada lado y

alineados entre sí, aunque no guardando la misma separación

unos de otros.

En el resto de crujías los pilares no están alineados.La sección

de los pilares es cuadrada de 25 x 25 cm, hay algunos casos en

los que varía siendo ésta algo mas pequeña.

La entreplanta se sustenta en las tres crujías centrales.

En la zona posterior hay dos líneas de pilares cuya única

misión es sustentar la entreplanta. Esta formada por vigas de

madera que transmiten las cargas de distinta forma en una zonas

y en otras. Por ejemplo, en la pasarela izquierda las cargas de la

entreplanta son transmitidas a los apoyos situados en los pies

derechos por vigas transversales. Para evitar su flexión se colocan

vigas puente que al mismo tiempo ayudan a transmitir las cargas

hasta el suelo. Sin embargo en la pasarela derecha las cargas son

transmitidas por vigas transversales que a su vez apoyan en

vigas longitudinales sustentadas por los pies derechos. En este

caso no existen vigas puente.

En algunas zonas estas se sustituyen por pies derechos

intermedios, pero para mayor funcionalidad parte de estos se

han quitado, provocando flexiones en las vigas.

Sobre la viguería se coloca el entarimado de madera con

tablas de 4 x 20 cm de sección.

La estructura de cubierta, en la nave central, es de par e

hilera. La hilera se coloca en la zona de cumbrera y los pares

apoyan sobre la carreras que sustentan los pilares. La transmisión

de carreras a pilares se realiza por medio de zapatas apoyan en

las carreras que sustentan las líneas de pilares.

Perpendicularmente y apoyando en los pares se colocan de

nuevo carreras que parten las luces entre crujías. Sobre estas

apoyan los parecillos y sobre estos se coloca perpendicularmente

la ripia sobre la que apoya en material de cubrición.

Perimetralmente, y sirviendo como cerramiento se

encuentra el muro portante exterior.

Está compuesto por sillería y mampostería ordinaria de

piedra caliza cogida con mortero de cal. En las esquinas, para

garantizar la correcta traba entre los distintos paramentos, los

muros presentan sillares de piedra labrados. En el resto de

fachada el material utilizado es mampostería ordinaria sin ningún

tipo de labra.

Presenta una altura de 4 m. en los muros laterales y llega a

alcanzar mas de ocho metros en los muros piñones. Tiene un

espesor de 1 m. Sobre este muro se coloca un durmiente que

sirve de zunchado y facilita la correcta transmisión de cargas.

Los edificios adosados presentan una estructura a base de

muro de carga de las mismas características que

el del almacén pero de menor espesor, siendo este

aproximadamente de 75 cm. La estructura de cubierta es de

entramado de madera, similar también a la del almacén. El

edificio de dos alturas presenta un forjado compuesto por

viguería de madera y entrevigado de revoltón. La escalera de

acceso a la planta superior también es de estructura de madera.

Los aleros están solucionados con viguetas de madera

empotradas en el muro de piedra colocadas cada 50 cm.

Los cargaderos de puertas y ventanas están formados por

vigas de madera. La única excepción es la puerta principal de

entrada al almacén que presenta un cargadero compuesto

por 3 HEB metálicos. Esto es debido al mal estado en que se

encontraba el antiguo cargadero de madera lo que llevo a que

se sustituyera, hace unos años, por este metálico.

CUBIERTA.

La cubierta presenta una pendiente del 30%. Es a dos

aguas, principalmente ya que, al llegar a los muros piñones

aparecen otros dos paños, creándose una cubierta a cuatro

aguas.

En los edificios adosados la cubierta es a un agua, salvo en

el edificio de la derecha que es de dos, continuando de esta

forma el paño de cubierta del almacén.

El material de cubrición es teja cerámica curva de la zona.

REVESTIMIENTOS.

Exteriormente, en la parte superior de la fachada

principal, el muro de piedra esta revestido con mortero de cal. En

el resto de fachadas posiblemente hubiera también un

revestimiento de cal que con el paso del tiempo ha

desaparecido.

Interiormente no existe revestimiento alguno.

SOLADOS.

El almacén no presenta ninguno tipo de solera, simplemente

se limpió de rastrojos y se dejó horizontal, por lo que el suelo es

tierra firme mezclada con restos del sal.

Se realizó una rampa de acceso por la entrada principal,

colocándose un zócalo de piedra revestido con mortero de

cemento y situándose también unas pequeñas escaleras para

acceder al nivel de suelo del resto del almacén.

La entreplanta, como ya se ha comentado anteriormente

presenta un entablado de madera como solado.

De los edificios adosados sólo el utilizado como oficina

presenta una solera de hormigón realizada recientemente.

AISLAMIENTO E IMPERMEABILIZACIÓN.

El edificio no presenta ningún tipo de aislamiento. El grueso

espesor del muro de piedra es suficiente para mantener unas

condiciones térmicas adecuadas en el interior, pero no así la

cubierta, que no aísla térmicamente ni es impermeable a

la filtración de agua.

El almacén esta rodeado de recocederos, balsas, piscinas,

regueras.. El muro debe estar debidamente protegido e

impermeabilizado del terreno con bases de piedra, ya que, a

pesar de toda la humedad que le rodea, los síntomas de

ascensión de agua por capilaridad son mínimos, casi inexistentes.

Igualmente los pies derechos de madera, están protegidos

con basas de material pétreo ya que en la zona de contacto

con el terreno no presentan ningún síntoma de problemas de

humedad o de pudrición.

CARPINTERÍA.

Carpintería de madera en la puerta principal de entrada al

almacén.

Los huecos de entrada por la fachada posterior a la

entreplanta no presentan ningún tipo de carpintería.

Posiblemente debido a su mal estado se retiraron de la puerta

principal simplemente tienen un enrejado a base de barrotes de

madera.

La entreplanta, en una de sus zonas, tiene una barandilla

de madera.

Los edificios adosados presentan todos ellos carpintería de

madera, tanto en puertas como en ventanas, bastante

rudimentaria

CERRAJERÍA.

Encontramos rejas metálicas en las dos ventanas del edificio

destinado a oficina. Éstas han sido colocadas recientemente

debido a su uso.

Las puertas y ventanas de madera presentan los herrajes

característicos fallebas, cerrojos, pernios, clavos, cremonas...

ANÁLISIS DE LAS PATOLOGÍAS.

Definiendo el termino patología como la ciencia que estudia

los problemas constructivos que aparecen en un edificio, o en

alguna de sus unidades, después de su ejecución, nos

disponemos a estudiar las lesiones sufridas por el almacén de San

José a lo largo de estos dos largos siglos de existencia, así como en

buscar los posibles orígenes de estos daños, para poder, en un

desarrollo final del trabajo buscar soluciones que pongan fin a

estas lesiones y nos conduzcan a una correcta rehabilitación de

esta nave.

Las patologías que vamos a mencionar son, en particular,

de este almacén objeto de estudio. Pero observando el almacén

de San Antonio, también en Imón, el almacén de las salinas de La

Olmeda de Jadraque y otros almacenes de otras Salinas de la

zona con las mismas características estructurales, nos damos

cuenta que la mayoría de estas patologías se pueden generalizar

a todos ellos, sirviendo estas como referencia para posibles

estudios de rehabilitación del resto de almacenes.

Para una rápida y correcta identificación, agruparemos las

lesiones en tres tipos básicos mecánicas físicas y químicas:

LESIONES MECÁNICAS.

Posiblemente sean estas las mas importantes y las que creen las

principales patologías que presenta el almacén.

Trataremos en este apartado las grietas y fisuras, así como

giros, desplomes y bombeos.

Las únicas grietas realmente apreciables en el cerramiento

de piedra exterior, aperturas que suelen atravesar el espesor del

elemento constructivo,

aparecen en las caras transversales del almacén, es decir en la

fachada principal y posterior.

En la fachada principal, en su parte superior izquierda, se

observan claramente unas grietas verticales, ligeramente

inclinadas, pero prácticamente simétricas respecto al eje vertical

del plano de fachada que alcanzan casi toda la altura del piñón

que queda vista. Presentan bordes abiertos y en algunos caso

llegan a alcanzar espesores de hasta 5 cm. El piñón presenta un

ligero bombeo hacia el exterior que queda manifestado con la

aparición de estas grietas.

En la fachada posterior también se puede observar el

bombeo del piñón y las grietas verticales, pero en este caso el

bombeo se produce hacia el interior del almacén.

Mientras que al exterior no se encuentran indicios suficientes

para justificar razonadamente la posible causa de estas

patologías, al penetrar al interior de la nave se clarifica bastante

la situación.

Si observamos la situación estructural general del almacén,

nos encontramos con que parte de los pies derechos (dos líneas

principalmente) han sufrido un notabilísimo desplome,

arrastrando con ellos al resto de la estructura como si de un juego

de naipes se tratara, y creando unos empujes extras en los

encuentros de la estructura con estos muros. La situación queda

agravada por la colocación del porche y de los edificios

adosados a la fachada principal, justo delante de del piñón, que

contrarrestan con su peso estos empujes hasta el punto donde el

muro supera en altura a estas edificaciones, creándose a partir

de ahí un efecto de ménsula que el muro difícilmente puede

soportar, deshojandose y marcando estas grietas verticales

previas a los inmediatos bombeos y desplomes del muro.

El bombeo de la fachada posterior es producido por el

mismo motivo, pero esta vez actúa en sentido contrario, ya que,

el desplome de los pies derechos, en lugar de empujar hacia

fuera como ocurría en la fachada principal, tira del muro hacia

dentro.

Precisamente, que estos bombeos se produzcan en los

piñones es también debido a que las esquinas del almacén están

realizadas con auténticos sillares de bastante calidad, y bien

trabados, mientras que en la zona central, el sillarejo, al carecer

de traba suficiente para soportar estos empujes, cede y bombea.

Sobre estas grietas se han realizando intervenciones

posteriores intentando taparlas con mortero. Obviamente estas

intervenciones sirvieron de poco ya que al no solucionar el

problema estructural las grietas se han vuelto a abrir.

Una mención aparte requiere el caso de la estructura de

madera con la que esta realizado completamente todo el

almacén en cuanto a su organización de pies derechos, carreras,

elementos de cubierta, capiteles y demás elementos

constitutivos de la estructura.

La madera, en estos más de dos siglos, debería haber sufrido

una lógica degradación debida a la humedad ambiental. Sin

embargo la sal produce un efecto protector en la madera,

impregnando los vasos leñosos y liberianos hasta llegar a saturar

todos sus poros, y le otorga una estabilidad prácticamente total

ante los agentes exteriores, sin disminuir un ápice sus

características mecánicas. Además la madera que en este caso

es pino Valsain adquiere una textura aterciopelada muy suave al

tacto que es característica de la concentración de la sal y de la

humedad.

En cuanto a su comportamiento estructural, lo mas apreciable es

el desplome parcial de la estructura que en algún pilar alcanza

hasta un 9% de inclinación respecto a la vertical causante de los

ya mencionados bombeos en los piñones y del estado límite

actual de parte de la estructura en cuanto a su estabilidad.

Actualmente se ha intentado evitar que continúe este desplome

colocando en las líneas de pilares más afectadas tensores

metálicos que sujetan la estructura. Esta intervención,

obviamente, es una medida de emergencia tomada ante el

peligro de desplome total de la estructura, pero que no es

suficiente, para solucionar el problema.

La causa mas evidente de la inestabilidad de la estructura

es la falta elemental en esta zona de unos arriostramientos que

absorbieran los movimientos horizontales de la estructura

porticada, lo que resulta prioritario de cara a un futuro

restablecimiento de la verticalidad de los pilares.

También se puede observar el colapso de la estructura en

una de sus zonas, en la crujía lateral derecha. La falta de tres de

los pilares ha provocado el derrumbamiento de esa zona de la

cubierta. Cabe destacar que, sorprendentemente, esa línea de

pilares no presenta pérdida clara de verticalidad, por lo que,

parece poco lógico, que la falta de estos pilares sea debida a su

caída por desplome. Quizá sea debido a una causa accidental,

a un deterioro del material de cubrición que provoco

humedades que acabaron pudriendo la madera en esa zona, o

simplemente, al paso de los años, abandono y falta de uso que

sufre desde hace tiempo el almacén.

Si tomamos la estructura por elementos sueltos, encontramos

defectos en alguno de los pilares de torsiones, excentricidades

propias de las piezas, que hasta cierto punto son lógicas dada la

antigüedad de la construcción pero que como resultado

solamente propician el agravar la situación de la estructura, la

cual pondríamos situar bastante cercana a al situación de

colapso en algunas zonas.

La entreplanta también se ha visto afectada por la perdida

de verticalidad de los pilares, solidarizándose con

ellos. La falta de vigas puente en la pasarela de la izquierda, y la

falta de pilares intermedios en la de la derecha, ha provocado

flexiones en las vigas. El suelo de entablado ha sufrido un notable

deterioro, presenta tablas levantadas, agujeros...

Su deterioro se incrementa por el paso del tiempo y la falta

de mantenimiento, lo que hace peligroso el paso. En la zona de

acceso a la entreplanta por la fachada posterior, se puede

observar como la madera presenta algún pequeño síntoma de

pudrición. Esto es debido a que la retirada de puertas en la zona

trasera ha puesto en comunicación con el ambiente exterior una

madera que siempre había estado protegida de los agentes

atmosféricos, lo que está provocando su lenta pero posible

pudrición.

Al exterior también se puede observar como sí se han

podrido los dinteles de madera expuestos a las acciones de los

agentes atmosféricos, frente a la madera perfectamente

conservada a interior.

Cabe destacar como estas pudriciones de los dinteles en las

puertas de la fachada posterior, ayudados también quizá por un

exceso de carga e incrementados por las tensiones a las que se

esta viendo sometido el muro por los movimientos de la estructura

de madera, han provocado una situación precaria del muro en

esa zona de entrada por la parte posterior del edificio. Presenta

grietas tanto verticales como horizontales, bombeos, pérdida del

material de agarre, pérdida de sillarejos...

En general podemos concluir respecto a este apartado que

lo que mas acusa esta estructura es el paso del tiempo y sobre

todo el abandono y la falta de uso. Quizá también se aprecie

una cierta falta de previsión en la ejecución de obra, lo que

implica resoluciones distintas para encuentros similares. Y también

una improvisación, con resultados no siempre adecuados como

por ejemplo retirar pilares por motivos de funcionalidad y

accesibilidad en intervenciones realizadas con posterioridad.

LESIONES FÍSICAS.

1. Humedades.

Como ya hemos comentado anteriormente, la cimentación

existente bajo los imponentes muros de carga de 1 m de espesor

es una zanja corrida perimetral rellena de piedra, con una

argamasa superficial donde se asienta la base de los muros.

La ascensión de agua del terreno a los muros por

capilaridad, a pesar de ser una zona húmeda rodeada por

piscinas, no parece que afecte en este caso. Si así fuese se

manifestaría por un lavado del cerramiento.

La lesión mas evidente dentro de este capitulo es la

humedad por infiltración a través de la cubierta. Los

movimientos estructurales han afectado al material de cubrición

produciendo la caída de algunos parecillos, el desprendimiento y

rotura de ripias... El estado de las tejas es en general bueno, pero

han sufrido movimientos debido también al paso de los años y a

los impactos de lluvias y granizos. Todas estas causas provocan

actualmente infinidad de goteras y humedades.

Gracias al efecto conservador de la sal la madera todavía

no se ha visto afectada por estos problemas de humedad, pero

se hace necesaria una intervención.

También puede que se estén produciendo infiltraciones a

través de los muros perimetrales, en los que se crean puentes

húmedos a través de los sillarejos y juntas, provocando el

desmoronamiento paulatino de estas.

2. Erosiones.

La erosión se define en rehabilitación de edificios como la

destrucción, pérdida o alteración de la superficie de los

cerramientos y acabados producida por la acción conjunta de

diversos agentes externos y de las características físico químicas

de los propios materiales.

Los factores ambientales (extrínsecos) con los que nos

encontraríamos fundamentalmente serían el agua, sol y viento,

que al combinar sus acciones pueden llegar a producir grandes

daños, sobre todo en un espacio de tiempo tan dilatado como

en este caso.

Como factores intrínsecos podemos enumerar los propios de

la estructura física del material, como pueden ser la porosidad,

helacidad, etc.

Distinguiremos en este apartado varios tipos de erosión,

tratando de analizar la importancia de cada uno de ellos, ya sea

en solitario o en la acción combinada con otros.

2.1 Erosión mecánica. Es aquella producida por la acción de

impactos y fricciones. En este apartado destacaremos la erosión

de tipo eólico, ya que este tipo de edificaciones se encuentran

totalmente expuestas a los efectos de la intemperie, tanto a la

acción destructiva de este (desgaste de la superficie exterior

como al arrastre de partículas duras) o de su acción combinada

de la lluvia.

Erosión física. Es la producida por la acción combinada del agua

y la temperatura. El agua disuelve las sales solubles de la

superficie del material, arrastrándolas, y además puede producir

aumentos de volumen por entumecimiento, llegando a

producir en algunos casos roturas y desprendimientos del

material. Esto se agrava si el agua llega a helarse y entra en

contacto con el material, ya fuera por absorción o por las fisuras

del mismo, el agua aumenta de volumen y puede llegar partir la

piedra. También cambios térmicos bruscos producen variaciones

dimensionales en el elemento constructivo que pueden llegar a

agrietarlo y producir su erosión.

Todos estos aspectos se traducen en nuestro caso en una

pérdida de material, principalmente del mas débil, como es el

mortero (de cal) de agarre del muro de piedra perimetral, que se

ha ido lavando y disgregando hasta su práctica desaparición

en algunos puntos, dejando el muro descarnado, en parte, y con

los sillarejos algunas veces en equilibrio bastante precario. Esta

desaparición del material de agarre se da en todo el muro pero

principalmente en su parte baja. Se puede observar que en la

zona superior todavía se aprecian restos de un revoco calcáreo

que todavía mantiene cierta consistencia sin embargo en la

parte baja este revoco ha desaparecido totalmente. Estas

lesiones se intentaron solucionar hace unos años con un nuevo

rejuntado de los sillarejos. Con pocos resultados, ya que,

actualmente, el muro sigue teniendo los mismos problemas.

Erosión química.

No creemos que sea un problema en este caso, ya que el

ambiente tmosférico es de una pureza notable, nada

contaminante y de escasa agresividad.

LESIONES BIOLÓGICAS.

No encontramos ningún síntoma de ataque al muro de

piedra.

En cuanto a la madera tampoco hemos encontrado ningún

elemento animal o vegetal que pudiera inducir a pensar en

algún ataque de microorganismos xilófagos, ya que, como se ha

comentado anteriormente la sal protege de una forma

excepcional a la madera.

LESIONES QUÍMICAS.

Tampoco creemos que sean estas unas causas importantes

dentro de la patología de estos edificios. Si puede ser que en el

muro de piedra se haya producido alguna cristalización de sales

solubles, pero sin duda alguna no tiene mayor interés que su

mera mención..

CUADRO RESUMEN DE PATOLOGÍAS.

LESIONES EN LA ESTRUCTURA DEMADERA.

- Colapso de parte de la estructura.- Perdida de verticalidad de doslineas de pies derechos.- Movimientos, flexiones y torsiones.- Deterioro de parte de la estructurade la entreplanta.

CAUSAS DE LAS LESIONES.

- Deterioro por el paso del tiempo.- Falta elemental de unosarriostramientos que absorban losmovimientos horizontales de laestructura.

LESIONES EN LOS MUROS DEPIEDRA.

- Grietas en los muros piñones.- Inminente colapso del muro piñóntrasero.- Pérdida de material de agarre.

CAUSAS DE LAS LESIONES.

- Empuje que provoca la falta deestabilidad de la estructura demadera en los muros transversales.- La pérdida de material de agarrees producida por la erosión y ladebilidad del mortero.

CUADRO RESUMEN DE PATOLOGÍAS.

LESIONES EN LA CUBIERTA. - Aparición de humedades.

CAUSAS DE LAS LESIONES.

- Movimiento y rotura de ripias.- Deterioro y desplazamiento departe del material de cubrición “tejacurva”- Filtración de agua y goteras.

PROPUESTA DE USO DE LAS SALINAS DE IMON. SOLUCIONESCONSTRUCTIVAS

MOTIVOS Y OBJETIVOS DE LA REHABILITACIÓN DE LAS SALINAS DE

IMON.

El complejo salinero de Imón puede ser considerado como

uno de los mayores exponentes de la arquitectura industrial de la

minería de la sal en España. Estas salinas eran ya explotadas por

los romanos, y se encuentran documentadas desde el siglo XI.

Hoy en día mantienen intacta su misma fisonomía que diseño

para ellas el Gobierno de Carlos III, hace doscientos años,

cuando ordeno su reforma y modernización. Son un verdadero

tesoro fabril y testimonio vivo de unas técnicas, las de la

obtención de la sal, que permanecen inalterables desde hace

dos mil años.

Ante su enorme valor arqueológico y arquitectónico y ante

su dilatada historia, resulta evidente que son instalaciones a

rehabilitar, y conservar de esta forma unas edificaciones y

mecanismos de tecnología paleoindustrial que por falta de uso y

mantenimiento tienden actualmente a desaparecer.

Frente a esta necesaria rehabilitación, se ha opuesto, y se opone

el factor económico. Las salinas no resultan rentables. El bajo

precio de la sal y lo laborioso de su proceso han conducido al

abandono progresivo de estas históricas salinas.

Actualmente, el deterioro de estas edificaciones es

evidente, llegando a estar, como se ha comentado

anteriormente, parte de ellas en estado de ruina.

Imón agoniza junto al recuerdo del esplendor de etapas

pasadas. De aquellas épocas de prosperidad solo queda la

nostalgia, una nostalgia que no es suficiente para mantenerlas en

pie.

Actualmente, las salinas siguen siendo productivas, aunque

sus instalaciones se encuentran fuera de servicio. Las norias de

madera ya no se utilizan. El agua se extrae con bombas eléctricas

por lo que las pequeñas edificaciones octogonales ya no son

necesarias. Igual ocurre con los almacenes, ya no son útiles, es

mas rentable transportar la sal directamente que almacenarla.

En cuanto a los almacenes, como ya se ha comentado

anteriormente, el de San Pedro esta hundido desde hace casi un

siglo y, la falta de uso desde hace años esta llevando a que el

almacén de San José, si no se remedia, vaya por el mismo

camino.

El almacén que se encuentra en mejor estado es el de San

Antonio. Esto es debido a que, a diferencia de los demás, ha

sufrido un uso y mantenimiento continuo. En la actualidad, se

sigue utilizando como almacén, si no de sal, al menos de

maquinaria, útiles y herramientas.

A pesar de esto presenta graves problemas de filtración de

agua a través de la cubierta.

De todo lo anterior puede deducirse que su conservación

ofrece un claro peligro mitigado hasta hoy por su utilización

parcial y mantenimiento de parte de su producción.

El futuro de las instalaciones, actualmente depende de los

escasos rendimientos que puede ofrecer la industria de la sal.

Como la extracción de sal no da beneficios las edificaciones se

hunden.

Nuestro objetivo, y el de todo este trabajo de investigación,

es evitar tal catástrofe, adaptando el inmenso valor histórico y

arquitectónico de este complejo salinero a la sociedad actual y a

una rentabilidad económica que motive su conservación y

rehabilitación.

El fin es conseguir que las Salinas de Imón se conviertan en

un lugar de interés turístico/industrial/cultural, siendo parada

obligada dentro del patrimonio histórico artístico de dos de las

comarcas de mayor relevancia monumental de la provincia de

Guadalajara como son Atienza y Sigüenza.

PROPUESTA DE USO DE LAS SALINAS DE IMÓN.

Como dice Juan Luis García Guinda ”Dadas las especiales

características de las salinas su conservación solo puede

mantenerse y justificarse si se mantiene su producción.”

En nuestra opinión, lleva toda la razón, cuando llegas a

estas salinas y caminas por los senderos empedrados, observas las

norias de madera, las balsas... da la impresión de haber

retrocedido en el tiempo. Seria un atentado contra el Patrimonio

Histórico cambiar la producción e intentar olvidar unas técnicas

que permanecen inalterables desde hace tanto tiempo.

Nuestra propuesta es la de volver a recuperar el

funcionamiento de las Salinas tal y como fue en su origen. Poder

disfrutar en Imón del testimonio vivo de unas técnicas, las de la

obtención de la sal que permanecen inalterables desde la época

romana, y conseguir una reproducción exacta de los

mecanismos y tecnología paleoindustrial que existía hace dos

siglos.

Un primer comienzo es rehabilitar las edificaciones de las

norias que están en pie. No presentan problemas estructurales,

simplemente la falta de uso, y el paso del tiempo han hecho que

se deterioren. La mayor patología que presentan se encuentra

en la filtración de agua a través de las cubiertas, que tiene fácil

solución. Es necesario también un retacado de la fabrica de

piedra y un tratamiento de las carpinterías de madera, que

aunque no son de un inmenso valor, si son características de

estas edificaciones.

También es necesario reconstruir las que están hundidas en parte,

por falta de cubierta, falta de zonas de muro de piedra etc.

Lo que pretendemos es dar a estas edificaciones el uso para

el que se crearon, el de extracción de agua de los pozos a través

de norias de madera de tradición mudéjar.

Actualmente las norias de madera no están en

funcionamiento. Una labor interesante es la de volver a instalar

estas norias, previa su reparación, y la colocación de nuevo de

los cangilones para la elevación del agua. Parte de estos se

encuentran guardados, el resto seria necesario volver a hacerlos.

También se propone recuperar el pequeño sendero circular

empedrado del interior por el que caminaban los animales de tiro.

E incluso, si no en todas, si en alguna colocar mulas que muevan

las norias a imitación de épocas pasadas.

Los caminos y suelos empedrados con caliza, paredes del

mismo material y balsas se encuentran en perfecto estado.

Nosotros proponemos volver a canalizar el agua de forma

antigua. Es decir, canalizar el suelo con troncos de madera

ahuecados y retirar las actuales tuberías de fibrocemento que

deterioran un paisaje puramente tradicional.

Incluso la sal extraída podría ser transportada al almacén

por carros, como en su origen.

Para tal fin proponemos la rehabilitación del Almacén de

San Antonio, que por otra parte, prácticamente lo único que

necesita es una reparación de la cubierta para evitar la filtración

de agua.

Con estas intervenciones, conseguimos dar a Imón el

esplendor que en tiempos anteriores tuvo, y que por la calidad

de sus instalaciones y su dilatada historia creemos que

actualmente merece. Ya de por si, en estado actual, merece la

pena visitarlo y mas aun si conseguimos devolverle la actividad

que en su época tuvo.

Esta vuelta a la época romana, en ningún caso provocaría

una bajada de la producción actual de sal. En el proceso de

evaporación del agua y extracción de la sal no influyen los

mecanismos utilizados, este proceso necesita siempre un tiempo

natural que es invariable. Obviamente si supondría un

encarecimiento del producto, que ya de por si es elevado. Sería

necesaria mas mano de obra, mas mantenimiento, mas vigilancia

... dejando a parte los gastos de la rehabilitación.

Para contrarrestar estos gastos de actividad y producción

nosotros proponemos dar un uso mas adaptado a la sociedad

actual a los dos almacenes restantes, San Pedro y San José.

Actualmente ni la producción de sal tal y como se

encuentran las instalaciones da beneficios, la sal se extrae mas

por tradición que por rentabilidad.

Para obtener una rentabilidad económica de las salinas, y

de esta forma poder seguir disfrutando de unas instalaciones de

tanta tradición, proponemos crear El Núcleo Turístico Cultural de

Las Salinas de Imón. Para ello convertiremos el Almacén de San

José en un bar/restaurante/museo etnográfico y en el almacén

actualmente hundido de San Pedro edificaremos,

aprovechando los restos actuales e intentando recuperar sus

características originales, un albergue.

Imón se encuentra situado en una zona turística

privilegiada. Localizado entre Atienza y Sigüenza, zona turística

por excelencia de la provincia de Guadalajara. El valor artístico y

monumental de estas dos localidades es inmenso. Sigüenza

ciudad episcopal, con la catedral, el castillo, la estatua del

Doncel... Reparte su encanto entre tres estilos diferentes,

románico, renacentista y barroco. Atienza, ciudad de

acontecimientos y batallas, murallas, castillos y arcos medievales

dan fe de ello. Palazuelos y sus murallas, Pozancos, Riosalido

pequeños pueblos de menor relevancia pero de gran tradición,

todos inmersos en un radio no mayor de 30 Km.

Todo este entorno que rodea Imón lo convierten en un

lugar ideal de parada para la gran cantidad de turistas que

pasan por la zona. Atraídos, después de esta rehabilitación, ya

no solo por su obligado paso en su ruta, también por su

innegable tradición, valor monumental y zona industrial con unas

técnicas de extracción de sal únicas, imposibles de encontrar en

otro lugar. Con la creación de un restaurante y un albergue en

esta zona convertimos Imón en un alto en el camino para

viajeros deseosos de ver y aprender tradiciones pasadas.

En la entreplanta del restaurante, accediendo por unas

escaleras, situamos un Museo Etnográfico, con paneles, datos,

historia, explicación del funcionamiento de las salinas y su

tradición... Al mismo tiempo, uno de los edificios adosados a el se

destina a venta de sal donde los turistas puedan llevarse como

recuerdo “sal de Imón” con denominación de origen.

Las instalaciones salineras se benefician de esta forma del

restaurante y el albergue (gracias a ellos se puede mantener y

financiar su explotación) y estos a su vez se benefician de

aquellas para atraer clientes. Entrando de esta forma,

mantenimiento de las salinas y rentabilidad económica en una

simbiosis perfecta, consiguiendo así adaptar unas edificaciones

de gran tradición a una exigente sociedad actual regida por el

beneficio económico.

PROCESO DE REHABILITACIÓN DEL ALMACÉN SE SAN JOSÉ.

SOLUCIONES CONSTRUCTIVAS.

Para realizar las obras de rehabilitación se recomienda una

época del año cálida y sin previsión de lluvias ya que es

necesario retirar el material de cobertura de cubierta. De esta

forma evitamos el posible deterioro, durante las obras, de una

estructura de madera que ha estado protegida durante mucho

tiempo y que se puede ver afectada por los agentes externos.

Comenzamos la rehabilitación retirando la teja curva que

protege la cubierta y el material de relleno que pudiera haber

encima de la ripia. De esta forma aligeramos el peso que tendrán

que soportar los apeos que coloquemos posteriormente.

Procedemos a apear parte de la estructura para intervenir

en algunas zonas.

Apeamos todos los elementos que se sustentan en las dos lineas

de pies derechos mas desplomados (las que sustentan la pasarela

izquierda de la entreplanta) y desmontamos la madera

estructural, carreras de coronación que se insertan en los muros

piñones y pares que solo intervienen en ese pórtico.

La entreplanta que sustentan esas lineas de pilares también

sera necesario desmontarla. Las maderas se dejarán en una lugar

seco y cubierto para su posterior reposición.

Seguidamente, colocamos en posición vertical los pies

derechos. La estabilidad de su cimentación (empotramiento en

el terreno y basa de piedra) no se verá afectada por esta vuelta

a la verticalidad. (Si no realizaríamos inyecciones en la zona de

apoyo de los pies derechos con el terreno para rellenar las

posibles oquedades).

El resto de pies derechos también han perdido ligeramente

su verticalidad. Cuando un pie derecho se desploma arrastra

con el a los demás como si de un juego de naipes se tratara.

Debido a que este desplome en el resto de la estructura es

incipiente, no sera necesario desmontarla toda para devolver a

la verticalidad el resto de pilares.

La estructura porticada, ha perdido parte de su estabilidad

debido a su antigüedad y falta de mantenimiento. Sin embargo

la estructura también presenta, y presentaba ya desde su

ejecución, un simple, pero grave problema constructivo: Los

arriostramientos que impiden los movimientos horizontales son

mínimos, prácticamente inexistentes.

Si se observa, los pies derechos de 25 x 25 cm de sección,

que en la zona central llegan a tener ocho metros de altura, no

tienen ningún arriostramiento que impida su movimiento

horizontal. Su simple peso propio es capaz de producir su giro.

Nuestra propuesta es devolver la estabilidad a la estructura

colocando vigas de arriostramiento. Para partir la luz de los pies

derechos y arriostrarlos horizontalmente colocamos vigas puente

a imitación de las que sujetan la entreplanta. En la coronación

de los pies derechos se colocan pendolones para impedir su

desplazamiento.

En las uniones entre carreras se colocan bridas que impiden

su movimiento.

El muro piñón de la fachada posterior en planta alta ha

sufrido unos bombeos hacia el interior con peligro inminente de

derrumbamiento. Los cargaderos de las puertas se han podrido y

han cedido incrementando el problema. Es necesario apear la

estructura de madera y proceder a la demolición en parte del

muro (la zona que delimitan los contrafuertes). Posteriormente se

ejecuta de nuevo el muro. Parte de la piedra utilizada podrá ser

recuperada y el resto sera piedra caliza de las mismas

características.

Una vez recuperada la estabilidad estructural colocamos

de nuevo los elementos que habíamos desmontado. Colocamos

las carreras de coronación, pares, parecillos...

Igualmente, con maderas nuevas de las mismas

características que las existentes (pino Balsain ), restablecemos la

estructura que falta en la zona derecha del edificio: tres pies

derechos, carreras de coronación, zapatas de transmisión entre

pie derecho y carrera, cabios, parecillos y ripia.

En el nuevo muro de la fachada posterior, como elemento

de coronación y apoyo de las carreras de madera realizamos un

zuncho de hormigón armado que ate las cabezas de las

viguetas. Sin embargo, en el muro de la fachada principal, las

carreras siguen apoyando en el durmiente original de

coronación. Esta es la zona del piñón donde el muro de piedra

se encontraba agrietado por el empuje de la estructura de

madera. Una vez solucionados estos empujes, las grietas y fisuras

del muro de piedra de la fachada principal pueden limpiarse y

posteriormente sellarse con mortero de cal (ya que el mortero de

cemento es atacado por la sal).

La madera, como se ha comentado anteriormente se

encuentra, salvo en contadas excepciones, en perfecto estado

de conservación presentando flexiones mínimas, propias por otra

parte de la madera, que en ningún caso ponen en peligro su

estabilidad.

Las secciones de la madera son las correctas para soportar

la estructura de cubierta (han aguantado y aguantan mas de

dos siglos) por lo que no se hace necesaria modificación alguna.

Habiendo puesto fin a los problemas estructurales

procedemos solucionar los problemas de impermeabilización de

cubierta que presenta el edificio.

Colocamos en posición correcta los parecillos, ya que

alguno de ellos ha sufrido movimientos propios de los años y

ordenamos encima la ripia. Parte de ésta (un 60 %* aprox.) se

encuentra en buen estado, y solo es necesario colocarla

correctamente. El tanto porciento restante se suplirá con tablas

nuevas envejecidas para que adquieran el aspecto de la ripia

antigua. La capa de ripia se convierte, al igual que en su estado

original, en el elemento de acabado interior.

Encima colocamos una capa de aislamiento térmico.

Situamos paneles de poliestireno extruido de dimensiones 2,50 x

0,60 x 0,04. Estos paneles presentan una densidad de 30 kg/m2

con una notable resistencia a compresión y un peso aproximado

de 1 Kg/m2. Sus bordes van machihembrados y anclados a los

pares mediente clavos.

La siguiente capa es una placa tablero uralita. Actúa como

elemento portante de la teja al mismo tiempo que constituye una

segunda cubierta garantizando una total estanqueidad.

Finalmente se coloca la teja curva como elemento de

cobertura exterior. La mayor parte de esta teja, alrededor de un

80% podrá ser recuperada. Se rechazaran todos los elementos

rotos, deteriorados y que no garanticen una correcta

estanqueidad. Esta teja se colocara como cobija. Las canales

podrán realizarse con teja nueva de las mismas dimensiones que

las anteriores. Si fuese necesario de traería teja vieja de otras

edificaciones similares, teniendo en cuenta que un 20 % de la

cubierta se encuentra derrumbada y habrá que reponerla en su

totalidad.

La cubierta de esta forma seguir teniendo su aspecto

exterior e interior característico, y habrá sido mejorada en

cuestiones de estanqueidad y aislamiento.

Volviendo al interior del almacén pasamos a reparar la

estructura de madera de la entreplanta.

Se vuelve a montar de nuevo la estructura de entreplanta

de la pasarela izquierda que, por motivo de la puesta en vertical

de parte de los pilares, se había desmontado.

En esta pasarela faltaban o se habían retirado, en algunas zonas,

las vigas puente, que habían provocando la flexión, aunque no

de gran importancia, de las vigas de sustentación. Se actuara

reponiéndolas, como se encontraban en su estado original, con

madera nueva.

Las vigas que han sufrido flexión serán volteadas al

colocarlas de nuevo.

Igualmente se colocaran pies derechos en las zonas donde

originalmente existían, y que por motivos de funcionalidad, se

han retirado (Como es el caso de los pilares que parten la luz e

impiden la flexión de las vigas de la pasarela derecha de la

entreplanta).

También es necesario desmontar el solado de entablado de

la entreplanta. Muchas de las tablas se han desclavado y

levantado y otras se encuentran partidas o rotas siendo peligroso

actualmente el acceso.

Las de la zona de entrada presentan síntomas de pudrición

al estar en contacto con el ambiente externo. Sera necesario

desmontar todo el entablado de la entreplanta y hacer una

selección de las tablas que se encuentran en buen estado, un

60% aprox. El resto sera de madera nueva de las mismas

características.

El edificio ya no va a ser destinado a almacén de sal por lo

que se hará una limpieza generalizada de todos los elementos de

madera y se les aplicará un tratamiento de protección y

acabado decorativo.

Exteriormente, el muro de piedra perimetral ha sufrido una

pérdida y disgregación del mortero en las juntas. Se procede a

una limpieza y eliminación del mortero existente disgregado

mediante chorro de aire a presión, a continuación se rellenan las

juntas con mortero de cal hasta enrase.

CAMBIO DE USO DEL ALMACÉN DE SAN JOSÉ.

CARACTERÍSTICAS FUNCIONALES Y CONSTRUCTIVAS DEL NUEVO

EDIFICIO.

En el siguiente apartado desarrollamos la propuesta de uso

del Almacén de San José como restaurante y Museo Etnográfico.

Proponemos su distribución y analizamos sus características

constructivas.

El objetivo es adaptar el nuevo uso moderno del edificio con

el entorno tradicional al que pertenece, ya que, no se quiere

cambiar en ningún momento el encanto natural que tienen las

salinas.

Exteriormente, el edificio no va a sufrir prácticamente

ninguna variación. Las pequeñas modificaciones simplemente

intentaran recuperar su aspecto original.

En el interior, obviamente, los cambios serán mas evidentes.

Hay que conseguir que un edificio rudimentario y sin ningún tipo

de acabado pase a ser un restaurante y museo, de estilo rústico

y que presente todas las instalaciones y comodidades que un

edificio de estas características precisa.

DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO.

Como ya se ha comentado anteriormente el edificio en

planta baja se convierte en un restaurante cafetería. Tiene su

entrada por la fachada principal. A través de un porche se da

acceso al interior del edificio. A mano izquierda, accediendo por

unos escalones, se sitúa la cafetería, y al fondo, la barra. A la

derecha de la entrada se accede a uno de los departamentos

destinados a restaurante. Al fondo, y en frente de la puerta

principal, se sitúan las escaleras de acceso a la entreplanta

donde se encuentra el Museo etnográfico. El espacio de planta

baja destinado a restaurante se puede utilizar de distinta forma

según las necesidades de cada momento. Para ello se van

separando los distintos departamentos deseados con biombos

móviles.

Para la instalación de las cocinas y servicios se aprovechan

los edificios adosados a la fachada principal. El edificio de una

planta de la izquierda se destina a cocinas y almacén. Para tener

mayor accesibilidad a estos departamentos, y no tener que

entrar por la fachada principal, se abre una puerta en la

fachada lateral izquierda que da acceso al almacén. Igualmente

se abre un hueco que ponga interiormente en comunicación

cocinas y restaurante.

La planta baja del edificio situado a la derecha de la

entrada principal se destina a servicios para la cafetería. Estos

servicios tienen acceso desde el interior a través de la cafetería.

La planta alta de este mismo edificio tiene su acceso a

través de la fachada principal y se destina a oficina de

administración del restaurante. En ella se sitúa un aseo.

Para independizar zona de cafetería y restaurante se sitúa

otra zona de servicios en el interior del edificio principal a la

izquierda.

El Museo etnográfico, situado en la entreplanta, tiene dos

accesos. El acceso desde el exterior se encuentra situado en la

fachada posterior, subiendo por una rampa de empedrado

hasta llegar a las dos puertas de entrada.Desde la planta baja,

tiene su acceso por las escaleras centrales. Desde ella se tienen

vistas a la cafetería y a la zona de restaurantes. También desde

ella se puede observar todo el sistema estructural de madera que

presenta el edificio.

El pequeño edificio situado en el extremo derecho de la

fachada principal se destina a Venta de sal. En el se vende

principalmente sal de Imon. También recuerdos, postales...

CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS.

CIMENTACIÓN.

No varia con respecto a su estado original. Sigue

manteniendose la zanja corrida bajo el muro de piedra petimetral

y los pilares siguen empotrados en el terreno y sustentados en

basa de piedra que les protege de la humedad.

El edificio ya no va a ser destinado a almacén por lo que

interiormente se realiza un encachado de piedra de 20 cm de

espesor y solera de hormigón de 15 cm. Entre ambas se sitúa una

lámina impermeabilizante para evitar humedades.

ESTRUCTURA.

La estructura tampoco sufre cambios sustanciales, salvo los

producidos por las intervenciones necesarias para mantener su

estabilidad.

Sigue siendo una estructura a base de muro de carga de

piedra caliza petimetral tomada con mortero de cal y estructura

de madera interior de sustentación de la cubierta y la

entreplanta.

Se colocan unas escaleras de acceso al Museo Etnográfico.

Los cargaderos de los nuevos huecos de puertas serán

perfiles laminados HEB.

Los aleros siguen siendo los antiguos de madera pero

protegidos con imprimaciones del ambiente exterior.

CUBIERTA.

Las mismas características que en su estado original pero

mejorada en cuestiones impermeabilización y aislamiento.

Cubierta inclinada a cuatro aguas con una pendiente del 30%.

Compuesta por:

- Teja curva como material de cubrición

- Mortero de agarre.

- Placa tablero estanco.

- Aislamiento térmico.

- Ripia.

- Estructura de madera de sustentación.

REVESTIMIENTOS Y ACABADOS.

No se realiza ningún revestimiento o acabado ni exterior ni

interiormente. La piedra caliza perfectamente tratada y

rejuntada se considera el mejor acabado decorativo.

CARPINTERÍA.

La carpintería, dado su mal estado de conservación y no

presentar unas características especiales, se sustituye por una

carpintería de madera nueva. Las puertas instaladas tendrán

grandes cristaleras, debido principalmente a que el edificio

prácticamente no presenta luz natural. Por eso se intentara

aprovechar al máximo la luz a través de las puertas y ventanas

existentes en su estado original.

Se colocan barandillas de madera perimetralmente, a lo

largo se toda la entreplanta.

También se coloca una barandilla para proteger el desnivel

que crea la rampa de entrada al edificio por la puerta principal

(a la izquierda).

Es una barandilla de madera de pino para barnizar, de 1 m

de altura, formada por pasamanos superior y zócalo inferior,

balustres torneados de 5 x 5 cm ensamblados cada 12 cm y

pilarotes torneados cada 2 m como máximo.

SOLADOS.

Exteriormente, rodeando al edificio, se realizara una acera

perimetal a base de empedrado de caliza. Igualmente en la

rampa de acceso por la fachada posterior.

En el interior del edificio el solado sera de losas de barro

cocido tomadas con mortero y sobre una capa de nivelación de

arena de río.

Se opta por este acabado para dar el aspecto rustico

deseado al interior y ofrecer una movilidad y comodidad que por

ejemplo, unas losas de piedra, no permitirían.

IMPERMEABILIZACIÓN Y AISLAMIENTO.

Como ya se ha comentado anteriormente se coloca placa

estanca bajo cubierta y lamina impermeabilizante debajo de la

solera de hormigón.

Como aislamiento se coloca poliestireno extruido (4 cm de

espesor) bajo cubierta. El grueso espesor del muro de piedra es

suficiente para mantener las condiciones térmicas adecuadas

dentro del edificio.

FIN.

Debido a la extensión del complejo salinero de Imón, como ya

habréis observado durante todo el trabajo, nos hemos centrado

en analizar mas detalladamente uno de los almacenes, en este

caso, el Almacén de San José.

Nuestro objetivo es el de rehabilitar y dar el uso anteriormente

propuesto a todas las instalaciones devolviendolas todo su

esplendor.

Por ser un trabajo demasiado extenso no hemos podido

abordarlo en su totalidad. Intencionadamente, dejamos el

camino preparado y abierto a nuevas propuestas para que

entre todos consigamos recuperar, con la misma ilusión que

nosotros, unas instalaciones emblemáticas y de un inmenso valor

arquitectónico e industrial.

BIBLIOGRAFIA.

- El Jardín de la Sal. A. Luengo Barreto y C. Martín Cabrera. Revista Periferia nº11.

- Tecnología popular española. J. Caro Baroja. Colección de Artes del Tiempoy del espacio.Editorial Nacional, 1983. Páginas 240 a 407 (norias).

- Arquitectura para la Industria en Castilla La Mancha. Tomo 10. Ed. Junta deComunidades de Castilla La Mancha.

- Artículo. Salinas de Imón. Revista Castilla La Mancha. Enero 98.

- La leyenda de la Sal. Artículo de la revista Homeneje a Guadalajara nº 15,Diciembre 1990.

- Norias de Tradición Mudéjar en las Salinas de Imón Guadalajara. O. CruzGarcia. Revista de Folklore nº 107. 1989.

- Guadalajara pueblo a pueblo. Antonio Herrera Casado y Jose SerranoBelinchón. Entrega nº 37 Imón, entrega nº 23 Atienza, entrega nº 30Sigüenza. Ed. Nueva Alcarria.

- Las eras alpujarreñas. Mª Elisa Sanchez Sanz. Revista de estudios ytradiciones populares Narria de la U.A.M. n 3, dedicado a las Alpujarraspag.9.

- Las altas tierras de Sigüenza y Alcolea. Libro Castilla La Mancha Espaciosnaturales. Carlos Agudo Garrido. Editado por la Junta de Comunidades deCastilla La Mancha.

- Bosquejo Histórico del Complejo Salinero de Guadalajara durante el estancode la sal. (1564 1870) Catalina Méndiz Márquez.

- Aportación a la historia de la sal, Minas de cardona, Madrid, 1979. CatalinaMénniz Márquez.

- Archivo Ministerio de Hacienda. Memoria de las salinas de españa. Tomo I.

- Archivo Histórico Nacional Hacienda, leg.4846B.

- Archivo Biblioteca del Palacio del Infantado de Guadalajara.

- Archivo de Simancas. Contaduria Mayor del Reino (AS.CMR) 2ª época nº236.

- Archivo Biblioteca de Investigadores. Colegio San José. Guadalajara.

- La sal española y su legislación 1945 -1952. Jose Altamir Bolva. Madrid. 1946.

- La sal en el mundo. Jose Altamir Bolva. Madrid, Ed. Industria Salinera. 1949 -1959.2 Volumenes.

- Investigaciones sobre morfología de la cordillera Central española. PierreBirot y Luis Solé Sarabis. Madrid, Instituto Juan Sebastian Elcano. 1954, 84 pág.

-La hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II. Modesto Ulloa. 3ª Ed.Rev. Madrid. Fundación universitaria espa;ola, 1986 pag 395.

- Descripción fisica, geonóstica, agrícola y forestal de la provincia deGuadalajara. Carlos Castell. Madrid, Comisión del Mapa Geológico. 1881, 270pág.

- La explotación romana de la sal en la región de Sigüenza. Nuria Morere. Ed.Universidad Complutense. Traducción de Lucila Urda Peña.

- Descripción y cosmografia de España. Fernando Colón. A. Blázquez, Madrid.

- La renta de las salinas hasta la muerte de Felipe II. Cristóbal Espejo. Revisiónde archivos, Bibliotecas y Museos, 1918. Tomos XXXVIII y XXXIX.

- El régimen señorial en el siglo XVI. Alfonso María Guilarte. Madrid. Instituto deEstudios políticos. 1962.

- La Serranía de Atienza. Antonio López Gómez. Madrid. 1951. 469. Folios yvolumen de ilustraciones.

- La Casa rural y los pueblos de la Serranía de Atienza. Antonio López Gómez.Estudios Geográficos. Madrid. 1966. Pag 349 431.

- El distrito minero de Hiendelaencina. Guadalajara. Antonio López Gómez.Cuadernos de Geografia. Valencia. 1969 n 6 pag 1 40.

- Historia de la diócesis de Sigüenza. Toribio Minguela. Madrid. 1910. 2 vol.

- Apuntes sobre salinas. Sergio Yegros. Revista minera. Madrid. 1852. Pag. 106110, 129 152, 162 174, 197 204, 225 235, 257 267 y 289 304.

- Mapa. Diputación provincial de Guadalajara.

- Curso de Técnicas de Intervención en el patrimonio. Tomo I.Reestructuración en madera. Gerónimo Lozano Apolo. Alonso LozanoMartínez Luengas. Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de LaCoruña.

- Curso de técnicas de intervención en el patrimonio. Tomo II.Reestructuración de edificios de muros de fabrica. Gerónimo Lozano Apolo.Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Coruña.

- Curso de mecánica y tecnología de los edificios antiguos. Luis CaballeroZoreda.Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.

- Estructuras de madera. César Peraza Oramas. Escuela de la Edicicación.

- Estructuras de madera. Diseño y cálculo. Ramón Argüelles Álvarez. FranciscoArriaga Martitegui.- Asociación de Investigación Técnica de las Industrias de la Madera y elCorcho. AITIM.