YAHVÉH ES MI PASTOR Salmo 23:1a

Yahvéh es mi pastor Nada me falta David, el escritor de este bello Salmo era pastor de ovejas: “…el más pequeño, que es el que cuida el rebaño…” (1ºSamuel 16:11) Su experiencia como pastor de ovejas queda bellamente reflejada en este Salmo. Este Salmo fue escrito por un pastor que amaba a sus ovejas. David, al meditar en su relación con Yahvéh, su Dios, se vio a sí mismo como una oveja y a Dios como su Pastor. Inspirado por el Espíritu Santo, David nos ilustra lo bella que puede ser nuestra relación con Yahvéh nuestro Dios. Estamos frente a este precioso Salmo 23, el más famoso de todos los Salmos y hoy somos invitados a sumergirnos en sus palabras, es sus ideas y descubrir a Dios como nuestro Pastor y descubrirnos a nosotros como sus ovejas y entrar a una más profunda y significativa relación de amor con nuestro amado Padre. Jesús declara victorioso: “El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir, pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 10:10) Las ovejas viven por los cuidados del pastor y la calidad de vida de las ovejas es directamente proporcional a la amorosa dedicación del pastor. Jesús ha venido para brindarnos vida y vida en abundancia; a diferencia del ladrón que solamente ha estado destruyendo, robando y matando todo aquello que nosotros hemos tratado de edificar. Entonces Jesús se da a conocer: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Juan 10:11) Jesús es el Pastor, aquel a quien este Salmo está dedicado, aquel a quien este Salmo celebra sus virtudes. Jesús es el “buen Pastor”, Jesús es Dios, en forma humana, invitándonos a venir a Él en plenitud de confianza. Jesús es el buen Pastor, que apasionadamente se entrega por sus ovejas, la vida misma la pone de por medio para lograr que sus ovejas vivan abundantemente. Jesús, nuestro Dios y Salvador, es también el buen Pastor, que nos invita a entrar en su rebaño para dejarnos conducir alegremente por ÉL a lo largo de la vida. Jesús aclara: “Yo soy el buen Pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas.” (Juan 10:14-15)

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Salmo 23

Este texto describe la bella relación que existe entre el buen Pastor y sus ovejas: El buen Pastor conoce a cada una de sus ovejas y cada una de ellas reconoce a su Pastor. Jesús nos conoce personalmente a cada uno de nosotros, conoce nuestro nombre y toda nuestra vida, nos ama personalmente y quiere comunicarse con cada uno de nosotros y que podamos experimentar esa presencia suya que todo lo calma. Jesús anhela que cada uno de nosotros logre reconocer su voz y pueda seguirlo aún en medio del ruido ensordecedor de este mundo y sus mentiras. Por medio del discipulado estamos aprendiendo a escuchar la dulce voz de nuestro amado Pastor para reconocerlo y seguirlo alegremente.

Jesús declara proféticamente: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.” (Juan 10:16) Jesús les estaba hablando a sus primeros discípulos, que eran judíos, y que equivocadamente podrían llegar a pensar que solamente ellos como pueblo judío eran receptores de esta salvación. Jesús habla de nosotros aquí; nosotros somos esas ovejas que no somos del “redil judío”; pero, también por nosotros vendrá Jesús, para formar un solo pueblo, sin distinción alguna. Un rebaño y un Pastor. “Ellas me obedecerán”; este es nuestro destino al ser invitados a participar de esta salvación tan grande: Que lleguemos a ser ovejas obedientes de Jesús, nuestro buen Pastor.

Jesús proclama: “…El pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz… camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.” (Juan 10:3-4) Jesús nos conoce de forma personal a cada uno de nosotros y a cada uno nos llama por nuestro nombre, de manera personal, fraterna. Cada uno de nosotros estamos hoy leyendo o escuchando este mensaje por haber escuchado esa dulce voz que nos llamaba y hemos reconocido la voz de Jesús que nos llamaba a salvación. Jesús, a lo largo de la vida, camina delante de nosotros, como buen Pastor, Él es nuestro guía, nuestro líder, a quien seguimos confiadamente, pues Él sabe el mejor camino a seguir en la vida.

Nuestro esfuerzo entusiasta del discipulado consiste en aprender a reconocer la voz de nuestro Pastor Jesús, aprender a seguir sus instrucciones, aprender a conservarnos dentro del rebaño y caminar alegremente y confiadamente, a lo largo de esta vida. Tenemos esperanza firme de ser ovejas amadas ¡Ánimo!

Yahvéh es mi Pastor, es la declaración entusiasta de una oveja confiada que sabe que está en buenas manos, que nada le falta para vivir en plenitud. Jesús es nuestro buen Pastor, es declaración apasionada de la confianza que tenemos en Él para vivir en plenitud de paz, gozo y amor, amén.

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MI PASTOR JESÚS Salmo 23:1b

Yahvéh es mi pastor, Nada me falta. Declarar que Jesús es mi buen Pastor integra dos verdades: Jesús nos cuida como pastor: CONFIANZA. Somos como ovejas para Él: DEPENDENCIA. Dos palabras trenzadas en una realidad maravillosa: La comunión de amor con nuestro amado Pastor Jesús se basa en la confianza y la dependencia. Confianza en el amoroso cuidado que Él tiene de nosotros y por tanto la idea de vivir sin miedo, sin incertidumbre. Dependencia en las instrucciones de Él para vivir, aprender a obedecer y también tener la tranquilidad de que Él suplirá todo lo necesario para la vida en plenitud. Yahvéh es mi pastor. “Mi” es indicativo de una relación personal, no exclusiva, sí íntima, con Jesús, en la que Él nos ha elegido: “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.” (Juan 15:16-17) Dar fruto es amar. La iniciativa en esta relación “pastoral” la toma Jesús; Él nos ha elegido para ser salvos, para ser parte de su rebaño, para amarnos unos a otros. Cada uno de nosotros, respondemos a su invitación cuando buscamos establecer la relación con Él por medio del entendimiento de la Biblia. El discipulado es el entrenamiento para entrar en relación con nuestro Salvador. Esta iniciativa divina genera confianza en nosotros, podemos acercarnos a Jesús con libertad, sin intermediarios, sin miedo; pues es Jesús, nuestro Dios y Pastor quien nos está invitando a venir a Él. Confiadamente participemos del estudio de la Biblia, sabiendo que Jesús ya nos ha aceptado: “Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran sumo sacerdote que ha entrado en el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. Pues nuestro sumo sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.” (Hebreos 4:14-16) También leemos: “…nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas…” (Hebreos 13:20)

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Salmo 23

Esta elección del gran Pastor de las ovejas, tiene promesa que da confianza: “Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará.” (Juan 10:27-28) Sabemos que ya somos ovejas de Jesús porque escuchamos la voz de Jesús hablándonos por medio del estudio bíblico. Al escuchar su voz nos damos cuenta que Jesús nos conoce a la perfección, pues cada vez escuchamos con mayor claridad que nos habla específicamente a cada uno de nosotros. Entender la voz de Jesús en la Biblia explicada, nos permite seguirle por aquellas decisiones que Él quiere que tomemos para avanzar por el sendero de su voluntad, donde experimentaremos plenitud de gozo y paz en fraternidad. La promesa es vida eterna, vida en plenitud, para cada uno de los que siguen en el sendero de su voluntad, siguiendo a Jesús, como ovejita confiada que sigue a su pastor, pues confía en Él. Podemos descansar en la promesa de Jesús, estamos bajo su protección, contamos con su provisión y disfrutamos de su presencia. Los pastores de una comarca se organizaban para construir un corral comunitario donde poder guardar todas sus ovejas juntas durante la noche: el redil. Contrataban un portero para cuidar del lugar y cerraban el corral con una puerta. Por la mañana, el portero abría la puerta a cada pastor por él conocido. Cada pastor entraba al gran corral para reunir a sus ovejas, allí dispersas. El pastor comenzaba a caminar por el corral, cantando, chiflando, o llamando a sus ovejas, a cada una por su nombre. Las ovejas del pastor reconocían la voz de su pastor y comenzaban a seguirlo de entre la multitud de ovejas allí revueltas. Las ovejas que no eran del rebaño de ese pastor simplemente se quedaban donde estaban. Al salir del corral, el pastor avanzaba a campo abierto, seguido de sus ovejas, que reconocen la voz del pastor y lo siguen. Tal es nuestra experiencia de encuentro con Jesús. Él nos llama porque le pertenecemos. Cada uno de nosotros ha respondido porque somos sus ovejas. Ahora estamos tratando de seguir a nuestro buen Pastor. “Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz. El las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, no siguen a un desconocido, sino que huyen de él, porque no conocen la voz de los desconocidos.” (Juan 10:2-5)

Nosotros no somos ovejas descarriadas, abandonadas en el desierto; somos las ovejas amadas de nuestro buen Pastor Jesús, al que escuchamos con dulzura y al que seguimos con esperanza firme, pues con Él, nada nos falta ni nos faltará.

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NADA FALTA Y NADA FALTARÁ Salmo 23:1c

Yahvéh es mi pastor, Nada me falta. Haciendo uso de nuestra imaginación, podemos observar a una alegre oveja que está platicando con una oveja de otro rebaño. Esta alegre oveja, con gran satisfacción, presume de su amado Pastor: “¡Mi pastor es Yahvéh! Por eso, nada me falta.” Todo el Salmo 23 es la declaración entusiasta de esta alegre oveja que nos presume de lo satisfactorio y reconfortante que es pertenecer al rebaño de Dios. Cuando reconocemos y aceptamos que Jesús es el buen Pastor, es entonces que comenzamos a vivir confiadamente pues con Él nada nos falta y nada nos faltará. Nuestra experiencia de conversión y de vida diaria en comunión con Dios nos han llevado a un estado de paz interior, de sentido de contentamiento, de vida plena en gozo y amor; de esperanza firme en medio de las tormentas, de respuesta eficaz en medio de las dudas, de consuelo oportuno en tiempo de angustia, de salvación milagrosa, de rescate poderoso, de iluminación. Esa experiencia de encuentro con Dios, en la profundidad de nuestro ser interior es tan plena, tan vivificante, que simplemente descansamos confiados, sabiendo que nuestro destino está en las manos de Dios, nuestro buen Pastor. Por eso, podemos identificarnos con esta alegre oveja que presume de su pastor. Nosotros podemos decir que Jesús es nuestro buen Pastor y con Él nada jamás nos falta y nunca nada nos faltará. Si en la cotidianidad del diario vivir no has encontrado esta plenitud de vida, esta paz interior, esta alegría de vivir, esta libertad de perdonar y ser perdonado, esta fuerza de vencer tus miedos; es momento de considerar el rebaño al que perteneces y decidirte a cambiar de pastor. La comunión con Jesús es lo que verdaderamente necesitábamos para tener la plenitud de vida: “Porque todo lo que Dios es, se encuentra plenamente en la persona de Cristo, y ustedes están llenos de Dios porque están unidos a Cristo…” (Colosenses 2:9-10) Si tenemos comunión con Jesús estamos llenos de Dios. Mientras buscamos fuera de nosotros lo que de plenitud y sentido a nuestra vida, no nos damos cuenta que dentro de nosotros existe plenitud de vida, de paz, de gozo, de amor. Dentro nuestro está Dios y por tanto, nada nos falta. Buscar la plenitud de vida en las cosas vanas que ofrece este mundo puede llegar a ser muy peligroso, podemos perder el sentido de la vida:

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Salmo 23

“No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre; porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos, y el orgullo de las riquezas. Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.” (1ªJuan 2:15-17) Por supuesto que “el mundo” no se refiere al planeta tierra, con sus plantas y animales, no se refiere a la vida y todas sus buenas posibilidades, no se refiere a las cosas materiales por sí mismas. “El mundo” se refiere al sistema pecaminoso, que con sus mentiras trata de alejarnos de la comunión con Dios y del amor al prójimo, para encadenarnos al egoísmo y la maldad. Por eso, Jesús, nuestro buen Pastor, nos advierte: “La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de este mundo les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engañan. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos.” (Mateo 13:22) Pertenecer al rebaño de Jesús es indicativo de que amamos a Jesús y lo amamos porque Él nos amó primero y nos llamó por nombre para incluirnos en su rebaño. En esta relación de amor, entre Pastor y ovejas, existe una promesa victoriosa: “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.” (Romanos 8:28) Todo lo que pueda acontecernos a lo largo de nuestra vida, nuestro buen Pastor lo va a utilizar, moldear y adaptar para que sea de utilidad en nuestro crecimiento personal como ovejas amadas del buen Pastor.

“Nada me falta” Es el resultado victorioso de nuestro encuentro con Jesús: “Pues ustedes andaban antes como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida como un pastor y vela por ustedes.” 1ªPedro 2:25 Esta expresión en hebreo describe una situación que influye en el presente y que se prolonga indefinidamente hacia el futuro, como una realidad constante. En medio de las terribles variables que aterrorizan nuestro diario vivir, una de las constantes de Dios en nuestra vida es que nada nos falta ahora y nada nos faltará a lo largo de toda nuestra vida. Tal vez no sepamos con certeza lo que nos acontecerá en el futuro, pero sabemos que a lo largo de toda nuestra vida, mientras permanezcamos en el rebaño de Jesús, nada jamás nos va a hacer falta para vivir en paz con Dios y fraternidad. Algunos traducen: “nada me faltará”, queriendo enfatizar, acertadamente, la continuidad de esta realidad en el futuro. Otros traducen: “nada me falta”, queriendo enfatizar, acertadamente, que ya ahora se goza de esta realidad maravillosa de plenitud de vida. Proponemos traducir: “Nada me falta y nada me faltará”, en Jesús, Amén.

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DESCANSAR EN DELICADOS PASTOS Salmo 23:2a

Sobre pastos delicados Me hace descansar. La alegre oveja sigue describiendo las bondades de su amado pastor, la forma en que él la cuida; claro está que el bondadoso pastor también cuida igual a todas las demás ovejas de su rebaño, no solamente a esta alegre oveja. Pero esta oveja, sin menospreciar o discriminar a las demás ovejas del rebaño, quiere hablarnos de su experiencia personal, de la forma en que ella ve a su pastor y de la admiración que le tiene a su amado pastor. Debe ser una actitud compartida por todas las ovejas de ese rebaño tan querido por su pastor; pero esta oveja personaliza su experiencia de cuidado pastoral, pues sabe que para su amado pastor, ella no es una más del montón, su pastor la conoce por nombre, la llama cada día y siente que todo lo que el pastor hace por todo el rebaño, lo hace por ella en especial. ¿Nosotros tenemos la misma actitud hacia nuestro buen Pastor Jesús? ¿Tenemos la firme convicción de ser amados por Jesús nuestro Salvador? ¿Percibimos los amorosos cuidados de nuestro Pastor y Dios? ¿Admiramos a Jesús por sus cuidados pastorales hacia nosotros? ¿Podemos hablar de Jesús como “mi Pastor”? El testimonio personal de esta alegre oveja debe ser modelo para establecer una relación personal con nuestro amado Padre a tal profundidad que podamos hablar de Él como nuestro amado Pastor. Ahora bien; para que las ovejas puedan descansar, necesitan haber comido bien y al descansar, las ovejas pueden: Rumiar su comida Engordar Producir mejor lana Lograr su propósito en la vida. Pero, las ovejas descansan, no entre piedras, no entre espinos, no entre hierba mala, no en terrenos arenosos; se recuestan a reposar “sobre pastos delicados”. Para descansar “sobre pastos delicados”, el pastor necesita proveer al rebaño de un terreno adecuado, que debe ser limpiado de piedras y de hierba mala, se debe sembrar buen pasto y mantenerlo en condiciones fértiles. El pastor debe administrar el uso del terreno para que las ovejas lo disfruten día a día. Un buen pastor piensa a futuro, prevé las necesidades de su rebaño, no sólo para el presente, también para el futuro. Indispensable para que las ovejas puedan recostarse a reposar, es la seguridad. “Pastos delicados” debe ser un lugar apacible, seguro, protegido por el pastor.

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Salmo 23

El pasto delicado, donde las ovejas pueden descansar, es el lugar propicio para que las ovejas se alimenten. Ese pasto delicado, verde, libre de piedras y mala hierba, es alimento delicioso para las ovejas, que disfrutan mientras lo comen y lo siguen disfrutando mientras se recuestan sobre él. Nosotros, como ovejas de Jesús recibimos de Él alimento espiritual; preparado por Él para nuestra alimentación, nuestro deleite y nuestro descanso. Jesús, nuestro buen Pastor, provee a su rebaño de alimento por medio de: La Escuela Bíblica Dominical La Predicación de la Biblia La Enseñanza en el Grupo de Discipulado La lectura y reflexión personal La oportunidad de compartir la Palabra. Con este alimento espiritual que nos brinda nuestro buen Pastor Jesús, nosotros podemos alimentarnos, deleitarnos y descansar. Nos alimentamos cuando entendemos la Palabra de Dios Nos deleitamos cuando descubrimos sus promesas Nos disponemos a descansar cuando confiamos en su mensaje.

Entonces, como las ovejas: Rumiamos la comida.- Aplicar lo que hemos aprendido de la Biblia al diario vivir. Engordamos.- Experimentamos como nuestro carácter se va moldeando. Producimos mejor lana.- Comenzamos a cumplir el plan de Dios en nosotros. Logramos desarrollar y disfrutar el propósito para el que Dios nos da vida.

Nuestro amado Pastor ha prometido protegernos, rodeándonos de su paz mientras nos alimentamos en su Palabra: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3)

¡Qué interesante! El pasto verde, delicado, es el alimento ideal para las ovejas, el que pueden comer confiadamente, sin miedo a lastimarse con piedras o hierba mala. Sobre ese mismo pasto delicado es que las ovejas se recuestan a descansar, así lo menciona David, para completar su proceso digestivo y crecer sanas. La Palabra de Dios, explicada y entendida, en ambiente fraternal, es nuestro alimento espiritual ideal, por medio del cual podemos crecer. Sobre esa misma Palabra de Dios, explicada y entendida, es que podemos descansar, confiando en sus promesas.

Jesús, nuestro buen Pastor, nos invita a descansar: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.” (Mateo 11:28-29) Acepta la invitación, ven a descansar en los pastos delicados del discipulado.

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AGUAS DE REPOSO Salmo 23:2b

Me conduce hacia Aguas tranquilas. Para vivir, las ovejas necesitan tomar agua: El agua debe estar limpia. El agua debe ser de manantial. El manantial no debe ser caudaloso, pues pone nerviosas a las ovejas y no tomarían suficiente agua, se quedarían con sed. El manantial debe tener una ribera segura para ellas, si la oveja resbala no podrá salir fácilmente y se ahogará. El manantial, entonces, debe ser de “aguas tranquilas”. El pastor que ama a sus ovejas les provee de “aguas de reposo”. Todas estas consideraciones son válidas para el creyente en su relación con Jesús, nuestro buen Pastor. Nuestro amado Padre, por medio de su profeta, denuncia las malas decisiones de su pueblo en lo referente a la “sed” y su satisfacción: “Mi pueblo ha cometido un doble pecado: me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se hicieron sus propias cisternas, pozos rotos que no conservan el agua.” (Jeremías 2:13) Con la “sed” se simboliza el anhelo más profundo de cada persona, anhelo que le impulsa a buscar “algo” que pueda saciar su “sed”. Es la presencia radiante de nuestro amado Pastor, la que puede saciar a plenitud la “sed” que nos desespera, pues Él es “manantial de agua viva”. “Como el venado sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a ti. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo volveré a presentarme ante Dios?” (Salmo 42:1-2) Pero tristemente y trágicamente hemos menospreciado a nuestro amado Padre y hemos buscado por nuestro propio esfuerzo la satisfacción de la “sed”, a esto se refiere la frase: “se hicieron sus propias cisternas”. Lo trágico de nuestras humanas soluciones es que no sacian la “sed”, no lo logran porque son “pozos rotos que no conservan el agua”, no alcanza a saciar la “sed”. Una cisterna demanda ser llenada de agua, pero al estar rota no retiene agua y rápidamente deja de ser útil. Así son las soluciones humanas. Algunas de estas cisternas son: dinero, placeres desordenados, poder, amistades, viajes, bienes materiales, logros humanos. Son cosas que suponemos pueden satisfacer la “sed”.

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Salmo 23

Jesús, nuestro buen Pastor nos dice: “…Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Como dice la Escritura, del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva. Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu…” (Juan 7:37-39) Jesús, nuestro buen Pastor, nos invita a saciar la “sed” en la comunión con Él. Jesús, nuestro Salvador quiere que entremos a su rebaño para ya no tener sed. Jesús, nuestro Dios, quiere conducirnos a ese manantial de agua viva. Creer en Jesús es seguirlo en absoluta confianza, como una oveja sigue a su amado Pastor; acepta ser pastoreado por Jesús. Ser pastoreado por Jesús, es lo único que puede saciar nuestra “sed”. Ser pastoreado por Jesús, es dejar que Él nos conduzca a esas aguas de reposo. Ser pastoreado por Jesús, es lo que hacemos cuando obedecemos la Palabra enseñada y entendida en ambiente fraternal. Aquella persona que acepta ser oveja del rebaño de Jesús, no recibe una “cisterna”, menos aún, una “cisterna rota”. Aquella persona que acepta ser oveja del rebaño de Jesús, se convierte en un manantial de “agua viva”. Las “aguas tranquilas” son símbolo de la presencia del Espíritu de Dios en nuestro ser interior, así lo enseña Jesús en el pasaje que leímos de Juan 7:37-39. Ese “Espíritu”, es Dios mismo, en forma espiritual, no material, manifestando su presencia dentro nuestro y esta manifestación la ilustra Jesús como un manantial de agua viva, en oposición directa a las cisternas rotas. “Y también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el anuncio de su salvación, y creyeron en Cristo, fueron unido a él y sellados como propiedad de Dios por medio del Espíritu Santo que él había prometido.” (Efesios 1:13) En este pasaje apreciamos una secuencia: “Oyeron el mensaje”, “Creyeron en Cristo”, “fueron unidos a él y sellados”

El “Espíritu Santo”, que Jesús nos prometió como manantial de vida, que es Dios mismo en su esencia espiritual dentro nuestro, es el que nos guía para escuchar con claridad y entender “el mensaje de la verdad”. Dios mismo nos ayuda a creer, esto es, a confiar en su mensaje de salvación como la verdad que nos da vida en plenitud. Entender y confiar, nos lleva a ser propiedad de Dios, ovejas de su rebaño, que se dejan conducir por Él a lo largo de la vida para disfrutar de los bondadosos cuidados de nuestro amado Pastor y saciar así la “sed”. Deja de buscar en las cisternas rotas lo que solamente en Jesús encontrarás: sed saciada por su presencia en ti, aguas tranquilas para descansar de todo afán.

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APACIBLE MANANTIAL Salmo 23:2c

Me conduce hacia Aguas tranquilas. Un apacible manantial es el lugar ideal para que las ovejas puedan experimentar el amoroso cuidado de su pastor. Un apacible manantial es lo que nuestro amado Padre quiere lograr con su presencia, dentro de cada uno de nosotros. Y es que la presencia de Dios en nuestra vida se puede describir como paz: “…En aquel momento pasó Yahvéh, y un viento fuerte y poderoso desgajó la montaña y partió las rocas ante Yahvéh; pero Yahvéh no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto; pero Yahvéh tampoco estaba en el terremoto. Y tras el terremoto hubo un fuego; pero Yahvéh no estaba en el fuego. Pero después del fuego se oyó un sonido suave y delicado.” (1ºReyes 19:11-12) La presencia de Dios es un silbo apacible que brinda paz interior. Jesús se refiere al Espíritu de Dios, como agua que fluye: “…Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Como dice la Escritura, del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva. Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu…” (Juan 7:37-39) El “Espíritu” es Dios mismo en su esencia espiritual, no material, la presencia de Dios en nuestro ser interior. La presencia de nuestro amado Padre en nuestro ser interior es como un apacible manantial de agua viva, donde podemos encontrar reposo y ser alimentados por Jesús, nuestro buen Pastor. El “Espíritu”, la presencia de Dios dentro nuestro, ha creado siete realidades: Primero, nos convenció de nuestra “sed”, de nuestro estado de vida: “Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo lo que es el pecado, la rectitud y el juicio de Dios” (Juan 16:8) Segundo, nos regenera a una nueva vida: “Nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho nada bueno, sino porque tuvo compasión de nosotros. Por medio del lavamiento nos ha hecho nacer de nuevo; por medio del Espíritu Santo nos ha dado nueva vida” (Tito 3:5) Tercero, fuimos sellados como propiedad exclusiva de Dios: “Y también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el anuncio de su salvación, y creyeron en Cristo, fueron unidos a él y sellados como propiedad de Dios por medio del Espíritu Santo que él había prometido.” (Efesios 1:13)

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Salmo 23

Este “sello” nos identifica para el día en que seamos separados por los ángeles: “Así también sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles para separar a los malos de los buenos” (Mateo 13:49) “Entonces se verá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y… verán al Hijo del hombre que viene en las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y él mandará a sus ángeles, para que con un fuerte toque de trompeta reúnan a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde un extremo del cielo hasta el otro.” (Mateo 24:30-31) “La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras.” (Mateo 25:32) Cuarto, la presencia de Dios en nuestro interior, produce un cambio profundo en nuestro carácter, es el fruto del Espíritu de Dios en nosotros: “En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio…” (Gálatas 5:22-23) Quinto, el Espíritu de Dios nos brinda habilidades para que nuestra vida cumpla su propósito en beneficio de todo el rebaño divino: “Dios da a cada uno alguna prueba de la presencia del Espíritu, para provecho de todos.” (1ªCorintios 12:7) “Como buenos administradores de las variadas bendiciones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según los dones que haya recibido.” (1ªPedro 4:10) Sexto, la presencia espiritual de nuestro amado Padre, habita dentro nuestro y esa realidad nos convierte en santuario de Dios y por lo tanto en apacible manantial: “¿Acaso no saben ustedes que son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?” (1ªCorintios 3:16) Séptimo, esta presencia apacible de Dios en nosotros, es nuestro maestro, que nos ayuda a entender cómo seguir a Jesús como ovejas obedientes y alegres: “Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad…” (Juan 16:13) Jesús nos invita a venir a él y descansar junto a aguas de reposo. Jesús dice que al venir a él saciaremos la sed que nos desespera. Jesús promete que al venir a él recibiremos la presencia del Espíritu. Jesús ilustra esa presencia del Espíritu como un manantial de agua viva. Jesús quiere ser nuestro pastor y llevarnos a esas aguas tranquilas donde al fin saciaremos nuestra sed y descansaremos en esa dulce paz que sólo su presencia puede lograr.

Y esa presencia de Dios en nosotros es la que ilumina nuestro entendimiento para lograr confiar de forma absoluta en Jesús como nuestro amado pastor. Un apacible manantial dentro nuestro nos espera para descansar; deja todo afán y escucha lo que nuestro amado Pastor Jesús te quiere decir en la Biblia, amén.

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JESÚS NOS CUIDA Salmo 23:3a

Restauras mi vida. Al reflexionar en este precioso Salmo 23, debemos siempre recordar que quien habla es una alegre oveja, que presume de los amorosos cuidados de su pastor. Espiritualmente, nosotros podemos hacer nuestro este Salmo 23 y convertirlo en una apasionada declaración triunfal por la dicha de pertenecer al rebaño de Dios. RVR60: “Confortará mi alma” DHH: “Me da nuevas fuerzas” Otra traducción: “Repara mis fuerzas” Otra traducción: “Restaura mi alma” La palabra confortar, reparar o restaurar, literal es: “voltear, dar la vuelta, regresar” En el ambiente pastoral describe al pastor dando la vuelta a una oveja que está “patas arriba” para regresarla a su estado normal. Si la oveja cae de espaldas no podrá levantarse por sí sola, a causa de su peso y comenzará a ahogarse, pues su propio peso presiona sus pulmones; siente que se le sale el aire, se le dificulta respirar. Esta acción de respirar es la base del concepto hebreo que se traduce “alma”. El “alma” para los hebreos es la capacidad de respirar, en la respiración está la expresión de la vida y en la forma de respirar se manifiesta el estado interno de la persona, su “alma”. La oveja que ha caído de espaldas, además de no poder levantarse por sí misma y de no poder respirar adecuadamente, está a merced de los depredadores. La angustia de estar caídos, de no poder levantarse, de no poder respirar bien, de estar a merced de los depredadores, es un estado del “alma” que conocemos muy bien y por lo tanto, podemos identificarnos con este estado angustioso de la oveja. Es vital que el pastor esté atento, en todo tiempo, a su rebaño, para identificar a la oveja caída y correr en su auxilio. Cuando el pastor levanta a su querida oveja, le da vuelta y la coloca bien parada en el terreno, seguramente que la oveja respirará profundamente, recobrará el aliento y alegremente dirá: “Restauraste mi vida”. De forma similar, el creyente, que tanto se parece a una oveja, está en constante peligro de caer “patas arriba”; mejor digamos: quedar abatido. Muchas circunstancias de nuestro diario vivir pueden abatirnos, dejarnos sin posibilidad de levantarnos, perdemos el ritmo natural de la respiración, sentimos que el aliento se nos va; necesitamos que nuestra alma sea confortada, que nos levanten de esta situación que oprime la vida y así tener nueva vitalidad.

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Salmo 23

“En mi angustia llamé a Yahvéh; él me escuchó, poniéndome en lugar espacioso. Yahvéh está conmigo; no tengo miedo ¿Qué me puede hacer el hombre?” (Salmo 118:5-6) Jesús, nuestro buen Pastor, nos conforta con sus palabras: “Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)

Y las ovejas que nos hemos integrado al rebaño de Jesús, podemos cantar confiadamente, pues nuestro amado Pastor nos ha levantado del abatimiento que ahogaba nuestra alma y ahora hemos vuelto a respirar y hasta suspirar.

TE CUIDARÁ EL SEÑOR Nunca desmayes cuando hay afán; Te cuidará el Señor. Sus fuertes alas te cubrirán; Te cuidará el Señor. Te cuidará el Señor: No te verás solo jamás; Velando está su amor: Te cuidará el Señor. Cuando flaqueare tu corazón; Te cuidará el Señor. En tus conflictos y tentación; Te cuidará el Señor. Te cuidará el Señor: No te verás solo jamás; Velando está su amor: Te cuidará el Señor. De sus riquezas Él te dará; Te cuidará el Señor. Jamás sus bienes te negará; Te cuidará el Señor. Te cuidará el Señor: No te verás solo jamás; Velando está su amor: Te cuidará el Señor. Que pruebas vengan, no importa, no; Te cuidará el Señor. Tus cargas todas en Cristo pon; Te cuidará el Señor. Te cuidará el Señor: No te verás solo jamás; Velando está su amor: Te cuidará el Señor.

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CONFORTA MI ALMA Salmo 23:3b

Restauras mi vida. Una oveja puede caer y rodar hasta quedar “patas arriba”, en esa condición no podrá levantarse por sí misma, comenzará a respirar con dificultad pues por su propio peso que la oprime siente que le falta el aire, en esa condición es fácil presa para los depredadores y de una u otra forma pronto morirá. El buen pastor está atento de sus ovejas y al ver una oveja en esta condición, de inmediato correrá a darle vuelta, a levantarla y ponerla en posición correcta, patas en el suelo. Esta acción del pastor es la que conocemos tradicionalmente en el Salmo 23 como: “Confortar” Y que nosotros hemos traducido por “Restaurar”. El estado de la oveja “patas arriba”, es lo que en nuestra realidad humana podemos entender como: “abatimiento”. El abatimiento es el resultado de haber tropezado en la vida y quedar “de cabeza”, en una situación que nos hace respirar con dificultad, que nos altera y nos pone en peligro de muerte. El abatimiento puede traer consecuencias mortales; consecuencias de las que nuestro buen Pastor nos advierte: “…Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara. Entonces Yahvéh le dijo: ¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.” (Génesis 4:5-7) Caín estaba abatido: Yahvéh muestra a Caín que la raíz de su enojo estaba en su interior, el problema no estaba fuera de él. Yahvéh advierte a Caín que su abatimiento (“mala cara”) lo ha puesto en peligro. El pecado se ilustra, en el idioma original de este texto, como una fiera agazapada “esperando el momento de dominarte”. A pesar del inminente peligro, Caín puede vencer la tentación. Caín no quiso platicar con Dios; se dejó dominar por el abatimiento y sucumbió a la ira mortal. ¡Que terrible es no querer platicar con Dios! La tristeza del mundo nos domina y produce muerte. En medio de nuestro abatimiento podemos clamar a nuestro buen Pastor Jesús y Él vendrá a restaurar nuestra vida. Job estaba abatido: “¡Maldito sea el día en que nací!” (3:3) “En mi dolor y mi angustia voy a dar rienda suelta a mis quejas” (7:11) “¡Ya estoy cansado de vivir!” (10:1)

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Salmo 23

Job abatido, esperó en Yahvéh: “Pero Él no usaría la fuerza como argumento, sino que me escucharía” (23:6) Yahvéh, al responder, confortó a Job: “Entonces Yahvéh le habló a Job de en medio de la tempestad” (38:1) “Tú me dijiste: Escucha, que quiero hablarte” (42:4) La reacción de Job: “Hasta ahora, sólo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos” (42:5) Job comenzó a experimentar confort tan sólo con escuchar a Yahvéh hablarle. La voz de Dios, hablándonos a través de las Escrituras, ya es reconfortante para cada uno de nosotros, es un alivio, pues sabemos que, mientras nos habla, nos está levantando de nuestro abatimiento y así restaura nuestra vida a plenitud. “Pues la tristeza que se soporta de manera agradable a Dios, conduce a una conversión que da por resultado la salvación, y no hay nada que lamentar. Pero la tristeza del mundo produce muerte.” (1ªCorintios 7:10) La “manera agradable” de soportar la tristeza consiste en buscar a Dios en medio del abatimiento, decirle lo que sentimos y pensamos y buscar un lugar donde podamos escuchar su voz con claridad, un lugar donde se explique la Biblia y así, al escuchar el mensaje de la Biblia, Él confortará nuestra alma. Cuando te encuentres abatido recuerda que estás en grave peligro: “Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas partes del mundo sus hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas.” (1ªPedro 5:8-9) Cuidado con las decisiones basadas en emociones; recuerda lo que le pasó a Caín. La tristeza, la melancolía, la amargura, el enojo, todos esos sentimientos pueden alejarte de tu comunión con Dios, esto es “muerte”. Tú puedes clamar a nuestro buen Pastor solicitando ayuda con la confianza absoluta de que Él va a responder oportunamente para rescatarte de esas fieras feroces que tratan de invadir tu ser interior para arrastrarte al abismo mortal. Recuerda la invitación que nuestro buen Pastor Jesús nos extiende a cada uno de nosotros: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.” (Mateo 11:28-30)

¡Persevera en tu comunión con Jesús, nuestro buen Pastor! Amado Jesús, levántanos y restaura nuestra vida a plenitud de gozo en tu rebaño.

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GIRAR PARA DAR ALIVIO Salmo 23:3c

Tú das vuelta a mi vida Para disfrutarla a plenitud. La frase en hebreo suena así: “Nefshi yeshobeb”. La RVR60 la traduce: “Confortarás mi alma”. La palabra “Nefshi”, que RVR60 traduce “alma”, hace referencia, en hebreo, a la respiración como manifestación de la vida y a la forma de respirar como manifestación del estado de ánimo; lo que sucede en mi ser interior. Nefshi describe la capacidad de respirar, como manifestación de la capacidad de vivir; mi forma de respirar está manifestando mi forma de vivir. Aquella persona que puede respirar con normalidad y aún hacerlo profundamente está manifestando que su vida está siendo disfrutada a plenitud. La palabra yeshobeb, que RVR60 traduce “confortarás”, describe, en hebreo, la acción de dar vuelta a alguien. Esta palabra, en el ambiente de los pastores y ovejas, describe específicamente la acción del pastor de dar vuelta a una oveja que está patas arriba, que ha caído en algún hoyo, que no puede levantarse. Una oveja que ha caído, no podrá levantarse por sí misma, el peso de su propio cuerpo la oprime y le dificulta la respiración; en esa situación de abatimiento puede ser presa fácil de los depredadores y morir. Cuando el pastor levanta a esta oveja, dándole vuelta a su cuerpo para ponerla en la posición correcta, la oveja recobre aquella posición que le permitirá caminar y comer, esto es, vivir en plenitud, ha sido “confortada”. Para una oveja que estaba sufriendo una situación de abatimiento, ser levantada es como volver a respirar, como recobrar el aliento, como si le volviera el alma al cuerpo. Por eso, desde la perspectiva de la oveja, lo que ha hecho su amado pastor es, como diría RVR60: “confortar su alma”. La oveja diría, entonces: “Al hacer girar mi cuerpo, para levantarme, me has devuelto la capacidad de respirar con normalidad y exhalo un profundo suspiro de alivio”. La forma del verbo en hebreo, describe una acción continua, tanto en el presente como en el futuro. La oveja sabe con seguridad que en todo tiempo y a lo largo de toda su vida, puede contar con la eficaz intervención de su amado pastor para ir en su ayuda para levantarla de todo abatimiento. Con este entendimiento, a nivel de oveja, podemos ensayar la siguiente traducción que pretende explicar el sentido de la frase desde su perspectiva poética: “Tú das vuelta a mi vida para disfrutarla a plenitud.”

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Salmo 23

En esta propuesta de traducción, que agrega muchas más palabras que las que están en el texto hebreo, pretendemos expresar el sentido de la frase, no sólo traducir la frase, más allá de eso, explicar el sentido que tiene tal frase desde la perspectiva de la oveja que nos está hablando de las bondades de su buen pastor. Muchas son las situaciones que nos pueden poner “patas arriba”, o mejor dicho: abatidos; que ponen nuestra vida en peligro y alteran la respiración. El abatimiento no nos deja respirar con normalidad, sentimos que la vida se nos va por el peso de una terrible opresión que ahoga el alma, se trata de una profunda y amarga tristeza. Pero recordamos que somos ovejas del rebaño de Jesús, nuestro buen Pastor, así que, clamamos a Él pidiendo que venga en nuestro auxilio; sabemos que solos no lograremos salir de este abatimiento y las soluciones de este mundo no las queremos pues sabemos que no solo no solucionan nada, además nos hunden en peores cadenas de esclavitud y colocan mayor peso sobre nosotros. La oveja protagonista de este Salmo 23 sabe muy bien que al venir su pastor, la levantará de todo abatimiento y eso será reconfortante para ella, además, sabe que en todo momento y a lo largo de su vida, siempre estará allí su pastor. Esa misma seguridad es la que nosotros necesitamos; debemos confiar de forma absoluta en nuestro amado pastor Jesús, tener la certeza de que si clamamos a Él, vendrá a rescatarnos y que todo lo que Él haga en medio de nosotros será para confortar nuestra alma, para lograr sacarnos del abatimiento y que logremos entonces vivir en plenitud de gozo y paz. Literalmente, en la experiencia de muchos de nosotros, el encuentro con Jesús a sido un giro total; Él ha dado una vuelta a nuestra vida y nos ha colocado en una dirección completamente opuesta de donde estábamos mirando. Jesús nuestro amado pastor, le ha dado una vuelta a nuestra vida, que estaba abatida y nos ha levantado para una nueva vida abundante y con propósito. Este giro que Él le ha dado a nuestra vida es como volver a nacer: “Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; lo que ahora hay, es nuevo.” (2ªCorintios 5:17) Pero, atendiendo a la forma del verbo en hebreo, esta acción de Jesús no se limita a nuestra maravillosa experiencia de conversión, y que interesante que se llame “conversión”, ya que esta palabra indica girar, dar la vuelta. Además, a lo largo de nuestra vida, aquí, ahora y por siempre, nuestro amado Pastor Jesús estará atento para rescatarnos de todo abatimiento y darnos vuelta para que podamos vivir en plenitud.

Amado Pastor Jesús, agradecemos el giro que le has dado a nuestra vida para disfrutarla en plenitud contigo, que todos alrededor gocemos de este alivio, amén.

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MI PASTOR ME GUÍA Salmo 23:3d

Me guía siempre por la senda Que corresponde a su voluntad Cumpliendo así su propósito. Las ovejas, en su búsqueda de alimento (satisfacer sus necesidades), se mueven sin rumbo definido, caminan con la mirada fija en el pasto que están comiendo, sin ver con detenimiento lo que tienen por delante; esto las expone a peligros. Nosotros, como ovejas, buscamos afanosamente y obsesivamente, satisfacer nuestras necesidades (verdaderas o imaginarias) y nos hemos perdido: “Todos nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino…” Isaías 53:6 Este texto de Isaías nos muestra importantes verdades: Somos como ovejas, que en nuestra búsqueda de satisfacción personal nos apartamos de la esfera de la protección, provisión y presencia de nuestro amado Padre celestial. Seguimos nuestro “propio camino” y esto nos lleva trágicamente a la perdición. Apartarse del rebaño de Dios para seguir nuestro “propio camino” es alejarse de la senda marcada por Dios para nuestra vida, este alejamiento es “pecado”. Como nuestro buen Pastor, Jesús desea encaminarnos de regreso a su rebaño, nos guía por el camino correcto, el de su voluntad. Entonces, todo esto nos hace recordar que éramos “como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida como un pastor y vela por ustedes.” 1ªPedro 2:25 Necesitamos que Jesús nos guíe porque: “Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte.” Proverbios 14:12 Necesitamos reconocer que no conocemos el camino correcto en la vida. Necesitamos reconocer que Jesús sí conoce el camino correcto en la vida. Necesitamos reconocer que Jesús es nuestro buen Pastor y nos ama. Necesitamos reconocer que solamente somos ovejas perdidas. La RVR60 traduce: “sendas de justicia”. La palabra “justicia” hace referencia a la voluntad de Dios; la justicia es la voluntad de Dios expresada en la Biblia por medio de instrucciones para vivir en plenitud. Las “sendas de justicia” son aquellos caminos, trazados por Dios, para llevarnos de nuestro estado de perdición al de comunión con Él. Nuestro amado Pastor nos guía por los senderos que nos llevarán de regreso al rebaño, donde podremos disfrutar de vida en plenitud bajo el cuidado amoroso de Jesús, nuestro buen Pastor. ¡Con Jesús jamás estaremos perdidos!

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Salmo 23

Jesús, nuestro buen Pastor lo ha dicho con claridad: “Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.” Mateo 7:13-14 Por eso, Jesús, nuestro buen Pastor, viene a nuestra vida diciéndonos: “…Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.” Juan 14:6 Jesús, nuestro buen Pastor declara triunfal: “El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:10 Las ovejas no deben andar solas por el campo; deben ser guiadas por senderos correctos; necesitan de un buen pastor que las guíe. El buen pastor recorre los senderos más prometedores y elige el que conviene a su voluntad, a su deseo de ofrecer a sus ovejas lo mejor. Elegido el sendero que corresponde a su voluntad, guía a sus ovejas por el sendero que deben recorrer, no permite que las ovejas se aparten de la senda marcada y las va llevando hasta llegar a esos pastos delicados y aguas de reposo. Esa es la función del buen pastor: guiar a sus ovejas por senderos adecuados. Cuando el pastor guía a sus ovejas por senderos correctos está honrando su profesión, está dando honor a su nombre de “pastor”, está demostrando que ama ser pastor. ¡Ese es su propósito en la vida! Y la alegre oveja nos presume de su amado pastor, que la guía siempre por el sendero correcto, por eso ella no tiene nada de qué preocuparse, simplemente sigue a su amado pastor que guiando cumple alegremente con su propósito. Todo esto es verdad con respecto a Jesús y nosotros. No es correcto que andemos por la vida solos, sin consejo divino, pues fácilmente perdemos el rumbo correcto y terminamos en áridos desiertos de soledad. Necesitamos la guía de nuestro amado Pastor Jesús, Él sabe elegir el sendero correcto, el que corresponde a su voluntad de vida abundante y con propósito. Jesús nuestro buen Pastor ya ha elegido el sendero que debemos recorrer y es el mejor camino que podríamos recorrer en la vida para gozar en plenitud de sus bendiciones. “Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.” Juan 15:9-10

El rebaño de Jesús es un rebaño de amor, al obedecer las instrucciones de Jesús permanecemos en su rebaño y seremos guiados por Él en amor. Amado Pastor, ayúdanos a permanecer en tu amor y ser siempre guiados por ti.

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ALEGRE OVEJA Salmo 23:4a

Aunque camine por El valle de sombras mortales, No tengo miedo: Tú vas conmigo. Con esta frase hemos llegado a la mitad de este Salmo 23 y hemos llegado a este momento por la maravillosa manifestación de la bondad de nuestro amado Pastor. Hasta ahora la alegre oveja ha estado platicando con nosotros, describiendo los bondadosos cuidados de su amado pastor y mostrándonos la delicia de ser parte de tan especial rebaño. Es una presentación magistral y entusiasta para convencernos de cambiar de rebaño y unirnos a este rebaño. El rebaño de nuestro buen Pastor Jesús ha sido adquirido por Él, gracias a su sacrificio en la cruz del Calvario: “Pues Dios los ha salvado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de esta salvación no se pagó con cosas corruptibles, como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha. Cristo había sido destinado para esto desde antes que el mundo fuera creado, pero en estos tiempos últimos ha aparecido para bien de ustedes.” 1ªPedro 1:18-20 Pero ahora, la alegre oveja se dirige a su amado pastor. Deja de hablar con nosotros para hablar con su buen pastor. Cuando hablamos con familiares y amigos sobre las bondades de nuestro Dios y Salvador, sobre la forma en que Él ha transformado nuestra vida, sobre lo maravilloso que es pertenecer a Cristo; en algún momento queremos elevar nuestra oración para hablar con nuestro amado Padre. Nos emociona recordar todo lo que nuestro amado Padre y buen Pastor ha hecho en nuestra vida; recordar la forma tan maravillosa y emocionante en que nos rescató del pozo de la desesperación, de la trampa mortal, del engaño, de la esclavitud, de la soledad, de la amargura; ahora al verlo en retrospectiva, nos maravillamos y experimentamos ese gozo de la salvación y esa paz con Dios. Es emocionante platicar con las personas que estimamos y decirles lo maravillosa que es la Palabra de Dios y lo sorprendentemente específica que ha sido esa Palabra para nosotros. Necesitamos orar con gozo a nuestro buen Pastor en profundo diálogo, enumerando acciones de gracias. ¡Tenemos que orar!

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Salmo 23

La imagen del buen Pastor y las ovejas, expresado poéticamente por David en este Salmo 23 y retomado por Jesús en el Evangelio de Juan capítulo 10, nos permite usar nuestra imaginación para recrear esa bella escena y en ella vernos a nosotros mismos como ovejas expectantes. Podemos imaginar la escena del buen Pastor Jesús llegando al corral, donde las ovejas de su rebaño han estado platicando con las ovejas del otro rebaño, han estado presumiendo de las bondades de su amado Pastor y lo bello que es pertenecer al rebaño de Jesús. ¡Están entusiasmadas de que Jesús sea su pastor! Entonces el buen Pastor comienza a hablar, llama a las ovejas por su nombre y las ovejas, al escuchar la voz de su amado Pastor, comienzan a moverse, saben que son a ellas a quien el Pastor llama, no tienen duda, reconocen la voz de su Pastor y lo siguen fuera del corral. ¿Reconocemos la voz de Jesús? “Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz. El las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.” Juan 10:2-4 Nuestra protagonista, la alegre oveja, ha salido del corral, junto con las demás ovejas del rebaño de Jesús, sigue a su buen Pastor, avanza alegremente pues sabe que va a esos pastos delicados. ¡Seguir a Jesús es alegría de vivir! La alegre oveja levanta la mirada para ver a su amado Pastor y triunfalmente le dice: “no tengo miedo a nada pues tú vas conmigo”. ¡Confianza absoluta! A partir de este momento, la alegre oveja, se dirige a su amado Pastor, ya no hablará con nosotros, ahora quiere hablar con su buen Pastor, mientras avanzan hacia el lugar que el buen Pastor ha seleccionado para ella y todas las demás. Y nosotros seguiremos escuchando, no podemos dejar de escuchar atentamente a esta alegre oveja, tenemos mucho que aprender de ella y de lo que es la vida en el rebaño de Jesús. ¡Queremos esa paz, ese gozo, ese amor, esa pasión de vivir! Queremos sintonizar nuestro oído para escuchar con claridad la voz de Jesús cuando nos llama por nuestro nombre, queremos seguir a Jesús cuando lleve a sus ovejas a esos pastos delicados; queremos permanecer siempre dentro del rebaño de Jesús, el buen Pastor: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor… yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas.” Juan 10.14-15

No tengas miedo, somos ovejas amadas, solamente escucha y sigue a Jesús. 22

NO TENDRÉ MIEDO Salmo 23:4b

Aunque camine por El valle de sombras mortales, No tengo miedo: Tú vas conmigo. “Aunque” Establece la realidad del evento que se va a describir. No es algo hipotético. En verdad, como ovejas, vamos a pasar por lugares peligrosos: Jesús, nuestro buen Pastor nos dice: “Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.” Juan 16:33 “Camine” Establece la dinámica de la vida cristiana, la naturaleza del creyente es avanzar, ser guiados, conducirse: “Si ahora vivimos por el Espíritu, dejemos también que el Espíritu nos guíe” Gálatas 5:25 “Condúzcanse con amor, lo mismo que Cristo nos amó…” Efesios 5:2 “El amor consiste en vivir según los mandamientos de Dios, y el mandamiento, como ya lo han oído… es que vivan en el amor.” 2ªJuan 6 “Por el valle de sombras mortales” Establece el estado del ser de la oveja, temporal, pero necesario para llegar a los pastos delicados; ciertamente que el buen Pastor quiere llevar a su rebaño a aguas de reposo, pero para llegar allá tienen que atravesar oscuros valles. La frase describe una planicie asechada por fieras, en el que fácilmente el rebaño puede ser atacado. No describe un valle oscuro, más bien un valle en el que asechan peligros que no se pueden ver con claridad, son como sombras, pero esas sombras producen muerte para las ovejas, al pasar por ese valle las ovejas escuchan ruidos que las ponen nerviosas pues sienten que están entrando en densa oscuridad mortal. El camino que nos lleva a esos pastos delicados donde podemos descansar, pasa por estos valles de densa oscuridad mortal: “Pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.” Mateo 7:14 “Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después.” Romanos 8:18 “Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera vamos envejeciendo, por dentro nos rejuvenecemos día a día. Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho más grande y abundante. Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas.” 2ªCorintios 4:16-18

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Salmo 23

“Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas partes del mundo sus hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas.” 1ªPedro 5:8-9 “No tengo miedo” Establece una declaración victoriosa de fe, una expresión de confianza absoluta, es lo que la alegre oveja piensa pues sabe que la cuida el buen Pastor. Cuando la alegre oveja va por ese valle y escucha el ruido que amenaza muerte, ella levanta la mirada y al ver a su pastor descansa confiada y le dice a su amado pastor que por estar Él allí, ella no tiene miedo de lo que pueda escuchar, o ver, o sentir. Esa debe ser nuestra actitud frente a las sombras mortales: “Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo…” 1ªJuan 4:18 “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.” Romanos 8:28 “¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte? …Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios…” Romanos 8:35-38 “Tú vas conmigo” Establece la base firme sobre la que cimentamos nuestra confianza absoluta como ovejas del buen Pastor Jesús. Nosotros podemos descansar de todo afán y renunciar a la desesperación porque, si somos parte del rebaño de Jesús, tenemos la seguridad de que Él está con nosotros brindando su protección, provisión y sobre todo, su presencia: “No los voy a dejar abandonados… ustedes me verán, y vivirán porque yo vivo… El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.” Juan 14:18-21 “…Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.” Juan 14:27 Queda claro que la única relación entre Jesús y cada uno de nosotros, es el amor; un amor que inicia en Jesús, un amor que invita a cada persona a entrar en su rebaño de amor, un amor que regresa a Él en la forma de entusiasta obediencia. En este ambiente de amor divino, en esta esfera de amor divino, en este rebaño de amor divino, no hay nada a que tenerle miedo.

Ciertamente los peligros amenazan como densas sombras de muerte, pero no tendremos miedo, porque Jesús, nuestro buen Pastor, está con nosotros, para guiarnos por ese camino y para defendernos. Pasaremos por ese valle de sombras mortales, pero sin miedo, porque el miedo nos hará correr y alejarnos del rebaño y de la protección del buen Pastor; confiar en Jesús es escuchar su voz y obedecer, experimentar su paz y su amor, amén.

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TÚ VAS CONMIGO Salmo 23:4c

Aunque camine por El valle de sombras mortales, No tengo miedo: Tú vas conmigo. “Tú” Establece la relación entre el buen Pastor y la amada oveja. Cada uno de nosotros puede comunicarse con el amado Pastor sin intermediario y sin obstáculo alguno: “Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.” Hebreos 4:16 Cada uno de nosotros es una oveja amada por el buen Pastor Jesús: “Pues ustedes andaban antes como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida como un pastor y vela por ustedes.” 1ªPedro 2:25 El objetivo principal de la vida cristiana, es establecer una correcta comunión de amor con Dios: “Así pues, libres ya de culpa gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” Romanos 5:1 Aprender a cultivar esa comunión con Dios es el propósito de la vida y esta vida en comunión con Dios es definida como “paz con Dios”. Esta comunión con Dios se ilustra como una alegre cena entre buenos amigos: “Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.” Apocalipsis 3:20 “Vas” Establece la presencia protectora y provisora del buen Pastor Jesús: “…El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.” Juan 14:23 La presencia del buen Pastor es una manifestación de su amor por nosotros y ese amor se traduce en confianza, sentido de seguridad, esperanza firme, paz. “Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán ni nadie me las quitará.” Juan 10:27-28 “Mis ovejas reconocen mi voz”, escuchamos con claridad su voz por la relación que tenemos con Él y por su cercanía a nosotros, Él va con nosotros, no nos envía solos, Él va guiándonos y eso nos da seguridad en medio de los peligros.

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Salmo 23

“Yo las conozco”, Jesús nos conoce personalmente, como el buen pastor conoce por nombre a cada una de sus ovejas; fruto de la comunión de amor con Dios. “Ellas me siguen”, escuchar la voz de Jesús implica seguirlo, su voz es llamado a avanzar, a seguirlo por el sendero de la vida que Él ha marcado. No debemos tener miedo al futuro pues vamos siguiendo a Jesús y a lo largo del peregrinar de esta vida, Jesús va con nosotros. “Yo les doy vida eterna”, una vida en plenitud de amor, gozo y paz, en una relación de amor con Dios que se prolonga por toda la eternidad sin que nada ni nadie nos separe de este amor de Dios por nosotros. “Jamás perecerán”, nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios, nadie podrá alejarnos de su presencia que irradia vida; esta es la base de nuestra confianza. “Nadie me las quitará”, somos ovejas amadas por nuestro buen Pastor, ovejas adquiridas en la cruz del Calvario con su preciosa sangre, ovejas elegidas por Él para ser parte de su rebaño, ovejas que Jesús quiere pastorear y por tanto, nadie podrá arrebatarnos de su mano, no debemos tener miedo. “Conmigo” Establece la conexión especial, fraterna, única, entre el buen Pastor y la amada oveja, pues ella no es una más del montón, se sabe especial, se sabe querida, se sabe conocida personalmente por el buen Pastor. Jesús, nuestro buen Pastor nos conoce, sabe quienes somos, sabe de nuestras necesidades, de nuestras debilidades, de nuestros anhelos, de nuestros miedos: “Pues nuestro sumo sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso…” Hebreos 4:15-16 Jesús está conmigo, Jesús está contigo, Jesús está con nosotros y su presencia es una radiante manifestación de su amor que disipa toda sombra de miedo: “Y que Cristo viva en sus corazones por la fe. Así, ustedes, firmes y con raíces profundas en el amor, podrán comprender con todos los creyentes cuán ancho, largo, profundo y alto es el amor de Cristo.” Efesios 3:17-18 “Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz” Efesios 5:8 “Donde hay amor no hay miedo.” 1ªJuan 4:18

Vivíamos en las densas sombras de muerte, acostumbrados al miedo; pero ahora Jesús está con nosotros, su amor nos ilumina y ya no tenemos miedo, amén.

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TÚ Salmo 23:4d

Aunque camine por El valle de sombras mortales, No tengo miedo: Tú vas conmigo. Este Salmo 23, con su ilustración de ovejas y pastor, ayuda muy bien a entender la dinámica de la voluntad de Dios. Este Salmo 23, ilustra la vida cristiana como la vida de las ovejas pertenecientes a un buen pastor que ama a sus ovejas y que les procura lo mejor para una vida de plenitud. Un buen pastor es conocedor de las grandes limitaciones de sus ovejas, de su fragilidad de vida, de la necesidad que tienen de ser cuidadas por su pastor. La figura de este texto nos remonta a la imagen de un rebaño de ovejas que ha sido sacado del corral por su pastor y que éste las lleva a pastos delicados para que se alimenten en un ambiente de paz y tranquilidad, de quietud y silencio. Pero camino a ese lugar, previamente preparado por el buen pastor, el rebaño tiene que pasar por un valle, descrito aquí como de “sombras mortales”. No es que ese valle sea oscuro; más bien lo que quiere mostrar la expresión de aquella época es que en ese valle asechan fieras agazapadas que difícilmente pueden apreciarse, apenas son sombras, pero esas sombras traen muerte; por eso se les llama “sombras mortales”. Pero no es el deseo del pastor llevar a sus ovejas a sufrir de miedo en ese valle de sombras mortales, no es su voluntad que sus ovejas se aterren y sean presa de fieras devoradoras; ese valle no es el destino de las ovejas. La voluntad del pastor es llevar a sus ovejas a disfrutar de pastos delicados y de aguas de reposo; el paso por el valle es necesario, pero el pastor no quiere que sus ovejas sean presa de las fieras, tampoco quiere que sufran de miedo. Y ¿Cuál es la voluntad de nuestro amado Padre? Cuales son sus planes para nosotros? “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar (paz) y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, Yahvéh, lo afirmo.” Jeremías 29:11 Lo que nuestro amado Padre desea para nosotros es “paz”; lo que nuestro buen Pastor planea para nosotros es nuestro bienestar. Nuestro buen Pastor planea para nosotros un futuro de esperanza firme.

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Salmo 23

“Y diré a todos: ¡Paz a los que están lejos, y paz a los que están cerca! ¡Yo sanaré a mi pueblo!” Isaías 57:19 Nuestro amado Pastor desea que disfrutemos de paz, esa es su voluntad. La voluntad de nuestro amado Padre para nosotros no es un misterio, es que disfrutemos de paz, de plenitud de vida; la voluntad de nuestro buen Pastor es buena, agradable y perfecta. “…Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:10 El buen Pastor Jesús desea que disfrutemos de plenitud de vida, ilustrado aquí en el Salmo 23 con pastos delicados y aguas de reposo. Atravesar valles de sombras mortales no es la voluntad de nuestro amado Padre, su voluntad es paz para nosotros, plenitud de vida. Atravesar valles de sombras mortales en necesario para llegar a donde nuestro buen Pastor desea que estemos para disfrutar de plenitud de vida. Atravesar valles de sombras mortales es parte de nuestra realidad humana: “Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz.” Efesios 5:8 Atravesando ese valle, las ovejas escuchan ruidos extraños, ven sombras que se mueven a lo lejos, tienen miedo, sospechan de fieras agazapadas dispuestas a devorarlas, se ponen nerviosas. Entonces, nuestra alegre oveja eleva su mirada, busca a su amado pastor, lo ve alerta, dispuesto a defenderlas y se calma, se siente protegida, se siente segura, sabe de la fuerza de su pastor y el miedo se disipa. La alegre oveja le dice a su pastor: “No tengo miedo porque tú estás aquí”. “Algunos confían en carros, otros en caballería; nosotros invocamos el Nombre de nuestro Dios.” Salmo 20:7 Frente al peligro, al sentir miedo, elevamos nuestra mirada para buscar en qué o en quién confiar para vencer el miedo y enfrentar el peligro. Esta alegre oveja nos enseña a buscar al buen Pastor, pues al verlo tendremos paz, sabemos de sus planes para nosotros y eso nos da seguridad.

“Tú”, palabra sencilla, profundo significado; la base de nuestra confianza y paz está en Jesús, “El gran Pastor de las ovejas”. Jesús, tú eres nuestro pastor, amén.

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ME TRANQUILIZAN Salmo 23:4e

Tu vara y tu cayado Me tranquilizan La vara del pastor es un arma con la cual defiende al rebaño de las fieras. La vara del pastor es un palo grueso, resistente, capaz de defender de las fieras. La vara del pastor es seleccionada cuidadosamente para ser útil. La vara del pastor es arma eficaz que el pastor sabe utilizarla para proteger. El cayado del pastor es una vara más larga que la anterior. El cayado del pastor tiene un extremo curvado para atraer ovejas. El cayado del pastor es una herramienta para hacer contacto con las ovejas. El cayado del pastor ayuda a tocar a las ovejas y así tranquilizarlas. El cayado del pastor dirige a la oveja de regreso al rebaño. El cayado del pastor es herramienta de enlace con cada oveja. Cuando la alegre oveja, caminando por el valle, detecta sombras mortales y escucha ruidos de asechanzas, siente miedo, se pone nerviosa, quiere correr. Entonces busca con la mirada a su buen pastor y al verlo se tranquiliza, sabe que su amado pastor la va a cuidar y pasarán por el valle sin peligro mortal, llegarán a esos pastos delicados y a esas aguas de reposo. Pero más específicamente, lo que la oveja observa es la vara del pastor y sabe que esa vara es arma eficaz contra las fieras. Observa también el cayado del pastor y sabe que es herramienta eficaz para unir al rebaño contra el peligro que amenaza al rebaño. Cuando la alegre oveja observa la vara del pastor y el cayado del pastor, suspira profundamente y se tranquiliza. La vara, por ser un arma que defiende al rebaño contra las asechanzas de las fieras, es símbolo de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios, la Biblia explicada en fraternidad, es el arma eficaz, usada por nuestro buen Pastor Jesús para defendernos: “…que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo.” Efesios 6:17 “Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más aguda que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más… íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12 Las fieras que asechan en nuestro ser interior con derrumbar nuestra confianza en Dios y que pretenden alejarnos del rebaño de Jesús, son combatidas con la Palabra de Dios, que ilumina nuestro entendimiento.

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Salmo 23

Es por medio de la Biblia, explicada en fraternidad, que Jesús, nuestro buen Pastor, defiende a su rebaño de las fieras que nos amenazan. Nosotros, como ovejas del rebaño de Jesús, vivimos tranquilos por atesorar el mensaje de la Biblia y vivir conforme a sus enseñanzas. Y la mayor lucha se desarrolla en lo más íntimo de nuestro ser. ¡Interesante! El cayado del pastor, por ser una herramienta que ayuda a mantener el contacto con cada oveja del rebaño, es símbolo del Espíritu Santo. El cayado del pastor por ser una herramienta que ayuda a guiar a la oveja de regreso al rebaño, es símbolo de la acción iluminadora del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios mismo, en su esencia espiritual (no material). Con esa esencia espiritual, Dios entra en contacto con nosotros, no por medio de cosas materiales, no por medio de emociones, más profundo, en lo más íntimo de nuestro ser, por medio de nuestra propia esencia espiritual. Jesús dijo: “Tengo mucho más que decirles, pero en este momento sería demasiado para ustedes. Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad…” Juan 16:12-13 “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: ¡Padre mío!” Romanos 8:14-15 “De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros… Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen.” Romanos 8:26-27 El Espíritu Santo ilumina nuestra mente para entender el mensaje de la Biblia. El Espíritu Santo guía nuestro entendimiento hacia las instrucciones que nuestro amado Pastor da para seguirlo por el sendero de su voluntad. El Espíritu Santo actúa en lo más íntimo de nuestro ser para que experimentemos su presencia de paz y así logremos tranquilizarnos, es el toque divino. Necesitamos, por tanto, leer la Biblia en fraternidad, preguntar, entender, aplicar, atesorar el conocimiento que nos brinda dicha lectura; así es como permitimos al Espíritu Santo que nos defienda y nos guie. Y eso nos tranquiliza.

Nosotros somos como ovejas confiadas, sabemos que tenemos la Biblia para leerla en fraternidad y que el Espíritu ilumina nuestro entendimiento para descubrir el mensaje para nuestra tranquilidad. Por tanto: estemos tranquilos.

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PREPARAS MESA Salmo 23:5a

Tú preparas ante mi una mesa En presencia de mis enemigos. El rebaño avanza por el valle donde las fieras asechan. El rebaño supera los peligros del valle gracias a su buen pastor. El rebaño sube la pequeña pendiente hasta llegar al altiplano. El rebaño comerá en ese altiplano. Ese altiplano, de pastos delicados y aguas de reposo, es llamado meseta. Esa meseta es un lugar apacible, seleccionado por el buen pastor. Esa meseta ha sido elegida de entre muchas por el pastor que ama a las ovejas. Esta meseta es un lugar que previamente el pastor ha visitado. El pastor ha inspeccionado el tipo de vegetación que hay en esa meseta. También la calidad y seguridad de los manantiales de agua. El pastor retira de esa meseta hierbas venenosas. También retira piedras peligrosas que lastimarían al rebaño. El pastor revisa las riberas de los manantiales, que sea seguras. Las ovejas no deben resbalar al ir a tomar agua. El pastor inspecciona posibles peligros como hoyos o barrancos. El pastor esparce en el terreno complementos alimenticios para las ovejas. Así, el buen pastor, ha preparado una mesa para sus ovejas. Las ovejas al llegar allí exclamarían de gusto al ver su alimento bien dispuesto. El buen pastor se ha adelantado a preparar mesa para sus ovejas. No fue un evento fortuito, no fue accidental llegar a esa meseta. El buen pastor siempre va delante de sus ovejas. Por eso la alegre oveja exclama: “Tú preparas ante mi una mesa” Pero durante los preparativos de esa meseta alguien estaba observando. Los enemigos del rebaño observaban a lo lejos. Feroces fieras dispuestas a atacar al rebaño observan al pastor. El pastor sabe que allí están, pero está preparado. Nada tomará por sorpresa al pastor, sabe que los enemigos observan. La alegre oveja también lo sabe. La alegre oveja sabe que sus enemigos han visto lo que hizo el pastor. La alegre oveja se siente segura y contenta. La alegre oveja se siente alagada por su buen pastor.

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Salmo 23

“Aderezas (adornas) mesa delante de mí” Jesús, nuestro buen Pastor, en medio de todo aquello que nos angustia, prepara el “ambiente” (mesa) adecuado para que, en Paz Divina, podamos gozar de su provisión para nuestro sustento: “Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.” Juan 16:33 Sí, habrá aflicciones, pero Jesús, nuestro buen Pastor, ha vencido al mundo para que nosotros disfrutemos de la mesa del Señor en “paz”. Jesús, nuestro buen Pastor, “adereza mesa” para sus ovejas: “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien.” 2ªTimoteo 3:16-17 Enseñar: Mostrar el camino de la verdad. Reprender: Convencer del error. Corregir: Enderezar el camino. Educar: Entrenar para una tarea. “Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más aguda que cualquier espada de dos filos, y penetra… hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:2 La Biblia es la única “mesa” útil, eficaz y viva que necesitamos para recibir el alimento espiritual que nos nutre: la Palabra de Dios. Podemos confiar en la Biblia como la mesa preparada por nuestro amado Pastor Jesús para nosotros. Cuando buscamos cualquier otro tipo de “alimento para el alma”, demostramos falta de confianza en la provisión de nuestro buen Pastor para nosotros. Todo aquello que necesitamos para vivir en plenitud y confiadamente, como la alegre oveja, se encuentra en la Biblia, en la mesa adornada y preparada por nuestro amado Pastor. Por tanto, necesitamos venir a la mesa aderezada por el Pastor. Necesitamos invertir tiempo y amor en la lectura explicada de la Biblia. Necesitamos congregarnos, como rebaño, a leer la Biblia y recibir explicación amena, sencilla, entendible y dialogar en torno a ella en ambiente fraternal. Esto es el discipulado.

Frente a nuestros enemigos, las fuerzas que atentan con robarnos la paz, Jesús a preparado el lugar adecuado para que podamos alimentarnos y descansar; confía en Jesús, intégrate a un grupo de discipulado y en fraternidad disfruta de paz.

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EN PRESENCIA DE ENEMIGOS Salmo 23:5b

Tú preparas ante mi una mesa En presencia de mis enemigos. Este pasaje es enigmático y requiere de una reflexión detenida. No podemos pasar inadvertidamente. Necesitamos detenernos por un momento. Una perla preciosa habrá de surgir de esta reflexión fraterna. El texto indica que, mientras el buen pastor prepara la mesa para el banquete de sus amadas ovejas, los “enemigos” observan, están allí. El buen pastor prepara la mesa “en presencia de mis enemigos”. Entonces, los enemigos de la alegre oveja están presentes durante la acción del buen pastor de prepara mesa para sus amadas ovejas. El buen pastor está enfocado en su tarea y no permite que la presencia de las fieras eviten que él cumpla con su tarea de pastor: alimentar al rebaño. Etimológicamente, pastorear significa alimentar. Es lo mismo que “apacentar”. La tarea básica del pastor consiste en procurar para su rebaño el mejor alimento posible para su sano desarrollo. El apóstol Pedro aconseja a los pastores de las congregaciones: “Cuiden de las ovejas de Dios que han sido puestas a su cargo; háganlo de buena voluntad, como Dios quiere, y no por obligación ni por ambición de dinero. Realicen su trabajo de buena gana… Así, cuando aparezca el Pastor principal, ustedes recibirán la corona de la gloria, una corona que jamás se marchitará.” 1ªPedro 5:2-4 “Cuidar” implica alimentar. Un buen pastor permanece enfocado en su tarea principal que es: procurar para las ovejas de Dios, el mejor alimento posible. El rebaño que cuida el pastor no es suyo, pertenece a Jesús. Los pastores rendirán cuenta de su cuidado pastoral, básicamente del alimento que brindaron al rebaño. La presencia de los “enemigos” podría hacer que muchos pastores desistan de llevar al rebaño a ese lugar deleitoso de pastos delicados y aguas de reposo. Algunos pastores, frente a los peligros y obstáculos, dirían algo como esto: ¡Mejor las dejamos en el corral y que coman lo que puedan! El buen pastor prepara el lugar deleitoso para su rebaño, sabe que tendrá que enfrentar a las fieras, pero ama a sus ovejas y quiere ofrecerles lo mejor.

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Salmo 23

La alegre oveja está asombrada al ver que su amado pastor no se ha dejado intimidar por las fieras y ha preparado un gran banquete para ella y para todo el rebaño. ¡Así es Jesús con nosotros! Pero ¿Quiénes son nuestros enemigos? “Porque no estamos luchando contra gente de carne y hueso, sino contra malignas fuerzas espirituales…” Efesios 6:12 Nuestros “enemigos” son fuerzas malévolas que tratan de robarnos el gozo que nuestro amado Padre celestial nos ha brindado. Tratan de quitarnos la paz que nuestro gran Pastor nos ha otorgado. Tratan de arrastrarnos lejos del amor de nuestro Dios y Salvador. Este amor, esta paz y este gozo, integran la gran bendición que Yahvéh nos ha dado desde que nos llamó a ser parte de su rebaño, para que podamos disfrutar de vida en plenitud. La Biblia dice que el gozo de Dios es nuestra fuerza: “…No estén tristes, porque la alegría del Señor es nuestro refugio” Nehemías 8:10 La Biblia dice que en la calma y en la confianza está nuestra fuerza: “…En la tranquilidad y la confianza estará su fuerza…” Isaías 30:15 En realidad, las fuerzas malévolas que nos asechan, tratan de quitarnos nuestra fuerza vital; al robarnos paz, gozo y amor, lo que quieren es apagar nuestras ganas de vivir en plenitud, nuestra vitalidad, nuestra alegría de vivir. ¡La lucha es por nuestra vida! Las fuerzas malévolas son lo opuesto a la vida, son la oscuridad tratando de apagar en nosotros la luz divina que nos impulsa a vivir en plenitud, en fraternidad, en paz con Dios, creativamente. El miedo, la angustia, el afán, nos distraen del camino, nos alejan del rebaño, abandonamos la mesa preparada por nuestro amado Pastor y sucumbimos al ataque mortal de las malévolas fieras. Pero la alegre oveja observa la mesa preparada y sabe que allí había grandes fieras y sabe que su buen pastor no se dejó intimidar, se mantuvo enfocado y la oveja exclama de gratitud.

Nuestro buen Pastor, no se dejó intimidar, subió a la cruz y en ella venció a las fuerzas malévolas y preparó para nosotros una gran salvación que hoy nos permite descansar en sus promesas y vivir en plenitud. Gracias Pastor Jesús.

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ACEITE MEDICINAL Salmo 23:5c

Frotas con aceite mi cabeza. Las ovejas están expuestas al ataque de los insectos, mosquitos principalmente, que pueden convertirse en una plaga terrible para las indefensas ovejas, que poco pueden hacer contra ellos. Estos insectos vuelan alrededor de la cabeza de las ovejas y tratan de alojarse en las húmedas fosas nasales de las ovejas; son una desesperante molestia. Los insectos no alejan a las ovejas del rebaño, tampoco impiden que las ovejas lleguen a esos pastos delicados y esas aguas de reposo; pero sí logran irritar a las ovejas, distraerlas con esa molestia constante que les impide disfrutar de lo que tienen delante de ellas para su deleite. Los insectos son una plaga que amenaza la paz de las ovejas, que les impide disfrutar de todas las bondades preparadas por el buen pastor. Con el propósito de aliviar a las ovejas de la tortura de los insectos, el buen pastor, que ama a sus ovejas, frota con aceite la cabeza de las ovejas. Este aceite está preparado especialmente para beneficio de las ovejas y es eficaz para alejar a los molestos insectos. Cuando la alegre oveja siente la mano de su amado pastor frotando su cabeza con ese aceite, experimenta una agradable sensación de alivio. Es un masaje reconfortante, produce alivio, aleja a los insectos y es un agradable contacto directo con su amado pastor. La alegre oveja sabe que ahora podrá disfrutar de todas las bondades preparadas por su amado pastor, sin la molesta presencia de los insectos. Esta es una excelente metáfora de lo que sucede en la vida cristiana. Alrededor nuestros hay insectos que vuelan irritándonos en nuestro carácter y pueden llegar a ser un tormento que frene y aún haga retroceder nuestro avance en la vida cristiana. Ciertamente queremos caminar junto con las demás ovejas en el rebaño de Jesús. Ciertamente deseamos disfrutar de la presencia protectora del buen Pastor. Ciertamente anhelamos ser guiados por nuestro amado Pastor Jesús. Ciertamente esperamos deleitarnos en esa mesa preparada para nosotros. Ciertamente planeamos descansar junto a aguas de reposo.

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Salmo 23

Pero existen insectos que nos irritan. Insectos que si bien no logran alejarnos de la congregación, sí logran distraernos, irritarnos, perder la paciencia, impedirnos disfrutar de todas las bondades que nuestro amado Pastor Jesús ha preparado para nosotros. Los insectos en la vida cristiana, son todas esas pequeñas situaciones que día a día nos irritan, nos hacen perder el gozo, la paz, el amor, la paciencia. Los insectos en la vida cristiana, nos distraen de nuestra alabanza agradecida. Los insectos en la vida cristiana, nos alejan de la convivencia fraternal. Los insectos en la vida cristiana, nos ensordecen para no escuchar la Palabra. Los insectos en la vida cristiana, no nos dejan orar con tranquilidad. Los insectos en la vida cristiana, no nos dejan concentrarnos en paz. Metafóricamente, nuestro amado Pastor Jesús, frota nuestra cabeza con su aceite especial para alejar los insectos y brindarnos alivio. El aceite de nuestro buen Pastor Jesús es medicinal para nosotros. El aceite de nuestro buen Pastor Jesús es un verdadero alivio para nosotros. El aceite de nuestro buen Pastor Jesús es reconfortante para nosotros. El aceite de nuestro buen Pastor Jesús es contacto directo con nosotros. El aceite de nuestro buen Pastor Jesús es el Espíritu Santo en nosotros. El Espíritu Santo es la presencia de Dios mismo en nuestro ser interior; presencia no material, espiritual, para entrar en contacto con nosotros a nivel de nuestro ser interior, no material, nuestra esencia misma. Es Dios tocándonos con amor. Esta presencia espiritual de Dios dentro nuestro es como ese aceite reconfortante, medicinal; su presencia crea un contacto muy íntimo entre Él y nosotros, que alivia nuestras incertidumbres, preocupaciones, miedos, angustias. “Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.” Romanos 8:11 El aceite del buen Pastor, es el Espíritu de Dios, que dentro nuestro, puede levantarnos a una nueva vida abundante y con propósito; una vida donde los insectos ya no sean una plaga molesta. Es aceite medicinal.

“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad…” Romanos 8:26 El aceite de nuestro amado Pastor, es el Espíritu de Dios, que dentro nuestro, logra sanarnos de todos los ataques de los insectos y nos lleva aun estado de paz interior en el que podamos disfrutar, a pesar de nuestras debilidades, de todas las delicias preparadas por nuestro buen Pastor para vivir en plenitud. Gracias amado Pastor por tu aceite medicinal que nos ayuda a tener paz, amén.

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COPA REBOSANTE Salmo 23:5d

Mi copa está rebosando. Esta expresión no es propia del ambiente de los rebaños de ovejas. La “copa”, es una forma de expresión simbólica, común a muchos pueblos de aquella época. La “copa” es una figura con la que se simbolizaba el destino de cada persona, como designación divina. En aquella época las personas decían algo como esto: “Es la copa que te tocó tomar”. Como ahora diríamos: “Es la cruz que te tocó cargar”. Como expresión metafórica, la “copa” era símbolo de la experiencia con Dios; la forma en que cada persona le tocaba experimentar a Dios en su vida: Destino. El destino, era el tipo de copa que a cada persona le tocaba y de acuerdo al tipo de copa era el tipo de bebida. Jesús se refiere a esto cuando está en Getsemaní orando amargamente: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22:42; en RVR60 Literalmente dice “copa”; la versión popular de la Biblia, llamada Dios Habla hoy traduce: “Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Interpreta así “copa” por “trago amargo”. La copa es el destino que a cada persona le tocaba vivir, como si del cielo se le entregase una copa con un líquido que debía beber. Esas eran las ideas de aquella época y quedaron grabadas en el lenguaje diario de las personas y pasa a la Biblia como expresión popular que ayuda a entender la experiencia de cada persona en su encuentro con Dios. Efectivamente, en el ambiente de la Biblia la “copa” simbolizaba de forma más específica, el tipo de comunión que cada persona tiene con Dios, como expresión de algo que se bebe para bien o para mal; dejando en el ser humano parte de la responsabilidad de su propio destino. La copa es la propia vida de la persona, con todas sus posibilidades, capacidades, diseño de carácter, sueños, miedos, relaciones y experiencias por vivir.

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Salmo 23

En la época del Antiguo Testamento, cuando a una persona le iba muy bien y sus familiares y amigos lo festejaban, durante el banquete, alguien importante tomaba una hermosa copa que ofrecían como regalo al festejado, esta copa era llenada hasta el borde dejando que se derramase parte del vino y así derramándose, era entregada al festejado como símbolo de una vida de plenitud o de un buen deseo para el festejado. La gente diría a coro: “tu copa está rebosando”. En ese banquete, mucha gente se imaginaría que también en el cielo se celebraba un banquete similar y que Dios tomaría en su mano una copa con el nombre del festejado y la llenaría hasta el borde de vino, recordemos que el vino era símbolo de alegría. No era la gente quien lograba que una persona tuviera una vida de plenitud. Todos entendían que era Dios quien llenaba la copa de cada persona. Pero en ese banquete se expresaba el deseo fraterno llenado copas con vino. Esta expresión, entonces, es una exclamación victoriosa, hecha por nuestra alegre oveja, que al observar todos los bondadosos cuidados de su amado pastor, sólo puede decir que se siente satisfecha, que su sed de protección, provisión y amor, está saciada a plenitud, que a pesar de peligros e inconvenientes, su buen pastor tiene solución para todo y ella disfruta de una vida en plenitud. “Mi copa está rebosando”, significa lo mismo que decir: Tengo una vida abundante y con propósito. “Mi copa está rebosando”, es símbolo que expresa un estado del ser interior de satisfacción, de sed saciada, de experiencia grata con Dios, de dulce comunión con Dios y todo esto a plenitud, más allá de lo que la propia vida humana puede contener; una vida que derrama las bendiciones de Dios. “Porque voy a hacer que corra agua en el desierto, arroyos en la tierra seca. Yo daré nueva vida a tus descendientes, les enviaré mi bendición.” Isaías 44:3 “…Dios ha llenado con su amor nuestro corazón…” Romanos 5:5 “…si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Como dice la Escritura, del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva.” Juan 7:37-38 ¿Dónde estás tratando de saciar tu sed? ¿Qué estás persiguiendo para sentirte satisfecho en la vida? ¿Qué supersticiones o hechizos pretendes hacer para tener buena suerte? ¿Quién crees que le dará sentido a tu existencia? ¿Qué haces?

Solamente nuestro amado Padre puede llenar tu vida hasta que sobreabunde; ven a cultivar una hermosa y profunda comunión de amor con Jesús y tú también dirás que la copa de tu vida está rebosando de plenitud de paz, amor y gozo, amén.

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ESCOLTA DIVINA Salmo 23:6a

¡Es cierto! Tu bondad y tu amor Me acompañan Cada uno de los días De mi vida. El buen Pastor Jesús ha buscado a su rebaño; las ovejas, que estábamos perdidas, hemos sido encontradas, escuchamos la dulce voz del amado Pastor y hemos comenzado a seguirlo en esta emocionante aventura del discipulado. Atrás a quedado el valle de sombras mortales, hemos sentido miedo e incertidumbre, pero también hemos aprendido a confiar, a estar en calma, a ver a nuestro amado Pastor en medio de los peligros para experimentar paz interior y esperanza firme. Tal vez tengamos que atravesar otros valles de sombras mortales, pero ya no tendremos miedo, por lo menos, ya no tanto como antes, pues hemos aprendido a confiar en nuestro buen Pastor. Ahora hemos subido la pendiente hasta llegar a la meseta, de delicados pastos y de aguas de reposo; ese deleitoso lugar preparado con tanto amor por nuestro buen Pastor Jesús: el discipulado en ambiente fraternal. Ahora, dos nuevos personajes, que siempre han estado acompañando al rebaño, aparecen en escena, como el complemento necesario para darle a este salmo pastoral su belleza: Bondad y Amor. Este buen pastor tiene dos perros ovejeros, llamados: Bondad y Amor. El buen pastor va delante del rebaño, marcando el rumbo a seguir a las ovejas. Los perros ovejeros van detrás del rebaño, es la escolta protectora. Los perros ovejeros cuidan que las ovejas no se queden rezagadas. Los perros ovejeros ayudan a mantener unido al rebaño. Los perros ovejeros protegen a las ovejas de las fieras. Los perros ovejeros son compañeros útiles del buen pastor. ¡Es cierto! Es exclamación afirmativa de una realidad que se vive en plenitud. La alegre oveja camina junto con el rebaño escuchando a estos perros ovejeros. Las presencia de estos perros ovejeros da sentido de seguridad a las ovejas. A la alegre oveja le encanta escuchar a estos perros ovejeros siguiéndola. La alegre oveja declara con entusiasmo que estos perros ovejeros siempre estarán corriendo detrás de ella, para protegerla y ayudarla a conservarse dentro del rebaño; con ellos a su lado, no hay nada de que tener miedo.

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Salmo 23

“Tu bondad” En hebreo: “Tob”; designa aquello que está bien hecho, que produce fiesta, el aroma de un suave perfume, la bondad de Yahvéh manifestada en acciones que provocan nuestra alegría, confort y sentido de plenitud. “Tu amor” En hebreo: “Hesed”; designa la fidelidad de Yahvéh a sus promesas, designa el amor constante de Yahvéh hacia nosotros, amor que no cambia frente a nuestras humanas circunstancias; amor que nos envuelve y brinda consuelo y paz. “Me acompañarán” En hebreo: “Radaf”; correr detrás, seguir, escoltar; designa la actividad propia de un perro ovejero, cuidando a las ovejas para conservarlas dentro del rebaño y protegerlas de cualquier fiera que intente acercarse al rebaño. Además la estructura gramatical de esta palabra en hebreo indica una acción que se repite de forma intensiva, apasionada. La Bondad y el Amor, son los excelentes perros ovejeros del buen Pastor, que acompañarán al rebaño de Jesús, persistentemente, a lo largo de todo su recorrido. La bondad y el amor de nuestro amado Padre es lo que nos conserva dentro de su rebaño; no el miedo, no las amenazas; solamente aquello que nos brinda paz. “Cada uno de los días de mi vida” Literal: Cada uno de mis días de mi vida; este énfasis reiterativo en el pronombre posesivo, tiene un propósito poético y quiere insistir en la totalidad del tiempo de vida de la alegre oveja. Cada día allí están para nosotros; ¡no te angusties! Cada uno de todos los días de mi vida, han estado, están y estarán, la bondad y el amor de Yahvéh, como una escolta divina, acompañándome para brindarme seguridad, confianza, paz interior, plenitud de vida y sobre todo, permanencia en el rebaño de nuestro amado Pastor Jesús. Escucha: “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me encontraran, porque me buscarán de todo corazón.” Jeremías 29:11-13 Ciertamente hay muchas variables a lo largo de nuestro peregrinar por esta vida, muchos valles sombríos y mortales; muchas variables buenas, no tan buenas, malas, muy malas y horripilantes, pero podemos estar seguros de que esta escolta divina, la bondad y el amor de Yahvéh, nos van a acompañar todos los días de nuestra vida, para conservarnos dentro del rebaño de Jesús y así disfrutar de plenitud de vida, en paz, con gozo y en fraternidad; ven a Jesús en oración.

Avancemos confiadamente, la escolta divina nos va acompañando, amén. 40

LUGAR DE DESCANSO Salmo 23:6b

Y mi descanso es En la familia de Yahvéh A lo largo de todos los días. La tarde ha llegado, ya pronto anochecerá. El buen pastor inicia el regreso al corral. Las ovejas comienzan a seguir a su pastor. Los perros ovejeros se posicionan para escoltar a las ovejas. ¡Qué delicia es pertenecer al rebaño de Jesús! No lo cambiaría por nada de este mundo. ¿Acaso hay algo mejor que pertenecer a un grupo de discipulado? ¿Acaso no es maravilloso ser pastoreado por Jesús, el buen Pastor? “En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir… voy a prepararles un lugar… Y después… vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.” Juan 14:2-3 “…y el Señor mismo bajará del cielo. Y los que murieron creyendo en Cristo, resucitarán primero; después, los que estemos vivos seremos llevados, juntamente con ellos, en las nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire; y así estaremos con el Señor para siempre.” 1ªTesalonicenses 4:16-17 La RVR60 traduce: “Y en la casa de Yahvéh moraré por largos días” La primera palabra, en hebreo, de esta última frase de este Salmo pastoral, es la que RVR60 traduce “moraré”. En hebreo esta palabra es “Shabbat” y la forma gramatical se traduce: “Y mi descanso”. Esta palabra no hace referencia al lugar de habitación, más correctamente indica el lugar donde verdaderamente se puede descansar. En nuestro idioma existe cierta similitud entre el lugar de habitación y de descanso pero es importante traducir la expresión como lugar de descanso. Lo que la alegre oveja está indicando es el lugar de su Shabbat: Donde verdaderamente puede encontrar descanso, espacio propicio para disfrutar de la comida y la bebida en fraternidad, lugar de encuentro con Dios y consigo mismo en paz, ámbito para descubrir el amor de Dios y el gozo de Dios. Claro está que allí habita, pero la palabra en hebreo es Shabbat, la esfera del amor de nuestro amado Padre en la que todos debemos habitar para descansar.

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Salmo 23

La “casa de Yahvéh” tiene también un significado muy particular. La palabra “casa” no hace referencia, en primera instancia, a una edificación que sirve como habitación. No se refiere a una construcción, a un templo. La palabra “casa”, en hebreo y en otros idiomas, hace referencia, en primer lugar, a la “familia”; a las personas unidas por fuertes lazos fraternales que se reconocen como pertenecientes el uno al otro en unidad indivisible. La “casa” es la familia, no un lugar, sino un estado del ser humano, una condición de vida determinada por el grupo al que se le reconoce como “familia”. Por esto, es mejor traducir la expresión: “La familia de Yahvéh”. “Y mi descanso es en la familia de Yahvéh” La alegre oveja declara entusiasmada su pertenencia a la mejor familia de la tierra, la familia de nuestro amado Padre. Es en esta familia que la alegre oveja ha encontrado verdadero descanso. La familia de Yahvéh es el ámbito de nuestro descanso, en ningún otro lugar podrás descansar de verdad. El rebaño de Jesús es la familia de Yahvéh, es la Familia. Esta es la Familia a la que tu y yo hemos sido invitados a pertenecer: “Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.” Juan 1:12-13 “Nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme a lo que se había propuesto en su voluntad.” Efesios 1:5 “A lo largo de todos los días” La expresión en hebreo pretende, poéticamente, indicar que cada uno de todos los días de la vida, esta alegre oveja disfrutará del descanso de pertenecer a la familia de Yahvéh. Es una posibilidad permanente, diariamente. No existe un día en que esté restringida la entrada a este descanso. No existe un día en que no exista este descanso. Cada día de la vida de esta oveja está disponible para ella el acceso al descanso. Nuestro Shabbat, nuestro lugar de descanso, es en la familia de Yahvéh, familia en la que hemos sido introducidos por adopción, por el amor de nuestro Padre, que ya nos había destinado para pertenecer a su familia, y por tanto, para entrar en su reposo (Shabbat). Nosotros somos ovejas del buen Pastor Jesús, adquiridas por su sacrificio en la cruz del Calvario, Él nos ama y nos guía a una vida de plenitud, de paz. No debemos permanecer un día más en el desierto de la soledad, en la orfandad.

Hoy tú y yo tenemos una opción, venir a Jesús y aceptar que sea nuestro Pastor, que nos guíe a plenitud de vida y ¡al fin! Descansar en su paz, gozo y amor, amén.

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SHABETI Salmo 23:6c

Y mi descanso es En la familia de Yahvéh A lo largo de todos los días. Shabeti, palabra hebrea que significa: “mi descanso”. Proviene de la palabra hebrea “Shabbat”, descanso, reposo. De esta palabra hebrea se deriva: “sábado”. “Mi Shabbat está en la familia de Dios”. Shabbat es un espacio-tiempo, creado por nuestro amado Padre; no es un lugar geográfico, no es un tiempo determinado; es un momento dentro de la vida humana, una pausa en la cotidianidad del diario vivir, un ámbito de descanso. Cierto es que en el antiguo pacto se especificó un día a la semana para celebrar este reposo; pero ese día de la semana era el día de celebración y no el reposo en sí; el descanso determinado por Yahvéh para su pueblo era mucho más que la observancia estricta de restricciones durante un día fijo de la semana. A esto se refiere la Carta a los Hebreos: “Pero todavía falta que algunos entren en ese lugar de reposo, ya que, por haber desobedecido, no entraron…” Hebreos 4:6 En el antiguo pacto todos obedecían las restricciones del día Shabbat, pero la mayoría no había entrado “espiritualmente” al lugar de reposo, a Shabbat. Shabbat es mucho más que un día de la semana, de restricciones y rituales. Shabbat es el lugar donde verdaderamente se puede encontrar descanso, no solo físico, sobre todo, espiritual, el reposo de Dios para nuestro ser interior. Shabbat es el espacio propicio, aconsejado por nuestro amado Padre, para poder disfrutar de la comida y la bebida en fraternidad. Shabbat es el lugar, creado por el amor divino, para lograr disfrutar de un dulce encuentro con nuestro amado Padre en comunión profunda. Shabbat también es el lugar de oportunidad para que el creyente pueda encontrarse consigo mismo en paz. Shabbat es el ámbito para descubrir el amor de Dios y el gozo de Dios, en paz. De este descanso es del que Jesús habla: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.” Mateo 11:28-29 El verdadero Shabbat es el que ofrece Jesús. El verdadero Shabbat es estar en comunión con Jesús. La clave para entrar en el Shabbat de Jesús es aceptar su yugo, dejarse guiar por Jesús en obediencia. La obediencia es la clave de acceso al Shabbat.

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Salmo 23

De este Shabbat (descanso, reposo) es del que habla la Carta a los Hebreos: “Por eso, mientras todavía contamos con la promesa de entrar en ese reposo de Dios, debemos tener cuidado, no sea que alguno de ustedes no lo logre. Porque a nosotros también se nos anunció el mensaje de salvación, lo mismo que a ellos; pero a ellos no les sirvió de nada el oírlo, porque no se unieron por la fe con los que habían obedecido al mensaje.” Hebreos 4:1-2 Esta es la actitud de la alegre oveja: Escucha la voz del buen pastor, confía en él, lo sigue a donde quiera que él va, frente a los peligros vuelve su mirada para verlo y descansa así de sus miedos y afanes; la alegre oveja sabe quien es su pastor y vive agradecida y confiada. El verdadero Shabbat de la alegre oveja está en el rebaño del buen pastor y ese rebaño es su familia para siempre ¡Qué alegría! Amando hermanos, no basta con haber escuchado el mensaje de salvación, dice la Carta a los Hebreos, es necesario “unirnos por la fe con los que ya han obedecido”, esto es, integrarnos al rebaño de Jesús, obedecer las instrucciones de la Biblia, escuchar la Palabra de Dios en la fraternidad de nuestro grupo de estudio bíblico; pues nuestro Shabbat es en la familia de Yahvéh. “De manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de Dios” Hebreos 4:9 Existe un Shabbat para el pueblo de Dios y no tiene nada que ver con días especiales, o lugares sagrados; tiene que ver con obediencia a la Palabra, dejarse guiar y vivir en fraternidad en el rebaño de Jesús. Existe un Shabbat para el pueblo de Dios y nosotros que hemos escuchado el mensaje del Evangelio podemos entrar en el reposo, si sabemos escuchar la Palabra de Dios, viva y eficaz. Escuchar la Palabra, entenderla en la fraternidad del discipulado y obedecerla, es aceptar el “yugo” de Jesús, dejarse guiar por Él, aceptar que Jesús es nuestro buen Pastor y que nos llevará siempre a pastos delicados y a aguas de reposo, a su Shabbat. Este Shabbat se disfruta en fraternidad: “Mi Shabbat es en la familia de Yahvéh”. Este Shabbat es una posibilidad verdadera para cada día de la vida: “a lo largo de todos los días” dice el texto, en referencia a cada uno de todos los días de la existencia humana; no existen días sin Shabbat, solamente existen días en los que nos alejamos del rebaño de Jesús; en realidad, “aunque andemos en valle de sombra mortal, no tendremos miedo” Jesús el buen Pastor está con nosotros y estamos en su rebaño, escoltados por su bondad y amor, en su Shabbat.

¿Dónde está tu Shabbat? ¿Dónde esperas encontrar paz, reposo, descanso? Este precioso salmo pastoral nos ha enseñado que el reposo está aquí, en la familia de nuestro amado Padre, en el rebaño de Jesús, el buen Pastor, amén.

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