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Universidad Autónoma de Barcelona Departamento de Geografía
Centro de Estudios Demográficos Máster Oficial en Estudios Territoriales y de la Población, especialidad Demografía
"SALUD, DISCAPACIDAD Y FUNCIONALIDAD DE LAS
PERSONAS MAYORES EN ECUADOR"
Presentado por:
EVA MARÍA MERA INTRIAGO
Director:
DR. AMAND BLANES
Barcelona - España
2012
AGRADECIMIENTOS
Los tiempos heroicos han perdido vigencia, y con ellos los trabajos que pueden ser
realizados sin necesitar de otros seres o instituciones; es por tanto justo reconocer las
oportunidades y asistencias que recibimos de los demás para lograr nuestras metas. Esta
investigación no es la excepción y es la razón por la que con las siguientes palabras me
propongo agradecer a quienes de distintas formas han permitido que la misma se haga
realidad. En primer lugar a la doctora Anna Cabré, quien desde su posición de Directora del
Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, CED, provee el
liderazgo científico que guía al grupo humano integrante del CED, con el propósito de generar
conocimiento de trascendencia, gracias a la Doctora Cabré por permitir ampliar mi mundo
intelectual dentro de un grupo por ella dirigido. Al doctor Amand Blanes, bajo cuya dirección
he desarrollado este trabajo, por su meticuloso esfuerzo de lectura, seguimiento, corrección y
direccionamiento. A mis profesores en el CED, quienes a través de los últimos meses han
permitido que descubra situaciones y realidades donde la cuantificación tiene tanto sentido
como en el mundo abstracto. A los miembros del tribunal que han leído este trabajo, por su
retroalimentación y sugerencias. A mis compañeros que desde distintos ángulos han
enriquecido mi haber cultural y científico así como también por la solidaridad que demuestra
el ser humano que enfrenta situaciones semejantes, en particular a Víctor Hugo Álvarez por
sus sugerencias en un ámbito en el cual es experto, la salud; a Kenneth Pitarch por el
enriquecimiento a través de los contextos históricos que sabe establecer a los eventos
demográficos; a Catherine Ortega y Elizabeth Flores por su asistencia, por sus consejos y sobre
todo por su amistad; y, a Nuria, Marcos y Sergi por su amistad, por haberme introducido a la
cultura catalana y por mostrarme cuan relevante es la eficiencia en las actividades humanas.
No puedo omitir un agradecimiento muy particular para la doctora Socorro Sancho, por su
permanente disposición a asistir y ser parte de la solución de toda gestión relativa a nuestra
permanencia en el CED o fuera de él.
Finalmente, como ecuatoriana que soy, mis agradecimientos a dos instituciones del
país que hacen posible mi presencia en este alto centro de estudios, la Secretaría Nacional de
Ciencia y Tecnología, SENESCYT, por su auspicio financiero y la Escuela Superior Politécnica del
Litoral, ESPOL, a cuya planta académica pertenezco y con cuyo impulso cuento para
permanecer tras mis metas.
Barcelona, julio de 2012
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS ....................................................................................................... 1
Objetivos de la investigación..................................................................................................... 2
1. MARCO TEÓRICO ....................................................................................................................... 3
1.1. De la transición demográfica a la transición de la salud .................................................... 3
1.1.1. Visiones sobre el futuro de la mortalidad y la salud ................................................... 5
1.2. Discapacidad, dependencia, funcionalidad ........................................................................ 7
1.2.1. El modelo de discapacidad de Saad Nagi .................................................................... 8
1.2.2. Funcionalidad y dependencia ...................................................................................... 9
1.3. Envejecimiento, salud y dependencia de las personas mayores en América Latina ....... 11
2. FUENTES .................................................................................................................................. 16
2.1. El censo de población de 2010 ......................................................................................... 16
2.2. La encuesta de salud, bienestar y envejecimiento de 2009 (SABE2009) ......................... 19
3. METODOLOGÍA ........................................................................................................................ 25
3.1. Tasas de discapacidad ...................................................................................................... 25
3.2. Esperanza de vida libre de discapacidad .......................................................................... 25
3.3. Funcionalidad y estado de salud de acuerdo al modelo González y Ham-Chande .......... 27
3.4. El modelo logístico ........................................................................................................... 28
4. RESULTADOS ........................................................................................................................... 30
4.1. Tasas de discapacidad para la población ecuatoriana y para personas mayores ............ 33
4.1.1. Resultados por sexo y edad ....................................................................................... 33
4.1.2. La esperanza de vida libre de discapacidad .............................................................. 35
4.1.3. La discapacidad según el estado civil ........................................................................ 37
4.1.4. La discapacidad según analfabetismos y niveles educativos .................................... 38
4.1.5. La discapacidad según etnia ...................................................................................... 40
4.1.6. La discapacidad a nivel territorial ............................................................................. 41
4.2. La discapacidad múltiple .................................................................................................. 44
4.2.1. La discapacidad múltiple para el conjunto de la población ...................................... 44
4.2.2. La discapacidad múltiple en la población mayor ...................................................... 46
4.3. Unos modelos explicativos de la salud y la discapacidad ................................................ 50
4.3.1. El indicador de salud ................................................................................................. 52
4.3.2 Autopercepción de salud ........................................................................................... 55
4.3.3. Funcionalidad ............................................................................................................ 56
5. CONCLUSIONES ....................................................................................................................... 58
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 61
ANEXOS ....................................................................................................................................... 65
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1.1. Modelo de Discapacidad de Nagi. Niveles y Escenarios para las cuatro componentes
......................................................................................................................................................9
Tabla 1.2. Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud ............. 11
Tabla 4.1. Tasas brutas y estandarizadas según tipo de discapacidad, sexo y edad. 2010........ 34
Tabla 4.2. Esperanza de vida y esperanza de vida libre de discapacidad por sexo y edad. 2010
.................................................................................................................................................... 35
Tabla 4.3. Tasas de discapacidad según tipo de estas, sexo y estado civil de la población mayor
(tasas por mil) ............................................................................................................................. 38
Tabla 4.4. Tasas de discapacidad según, sexo y nivel de instrucción de la población mayor
(tasas por mil) ............................................................................................................................. 40
Tabla 4.5. Tasas de discapacidad según, sexo y etnia de la población mayor (tasas por mil) ... 41
Tabla 4.6. Modelo González Ham – Chande aplicados a la encuesta SABE en Ecuador ............ 51
Tabla 4.7. Regresión Logística. Indicador de Salud (Modelos Univariados) ............................... 53
Tabla 4.8. Regresión Logística. Indicador de salud (Modelo Múltiple) ...................................... 54
Tabla 4.9. Regresión Logística. Autopercepción de salud (Modelo Múltiple) ........................... 55
Tabla 4.10. Regresión Logística. Funcionalidad (Modelo Múltiple) ........................................... 57
ÍNDICE DE GRÁFICOS
Gráfico 1.1. Esperanza de vida al nacer y tasa total de fecundidad para América Latina y el
Caribe, 2005-2010 ...................................................................................................................... 12
Gráfico 2.1. Falta de respuesta a la pregunta sobre discapacidad según sexo y edad .............. 17
Gráfico 2.2. Porcentaje de discapacitados que no especifican el tipo de discapacidad según
sexo y edad ................................................................................................................................. 18
Gráfico 4.1. Pirámide de población de Ecuador 2010 que declara Discapacidad Permanente por
más de un año ............................................................................................................................ 30
Gráfico 4.2. Pirámide de población de Ecuador con Discapacidad en 2010 .............................. 31
Gráfico 4.3. Índice de Masculinidad de la Población Total y de la Población con Discapacidad en
2010 ............................................................................................................................................ 32
Gráfico 4.4. Tasas de Discapacidad por sexo y grupo de edad. 2010 ........................................ 33
Gráfico 4.5. Esperanza de vida y esperanza de vida libre de discapacidad por sexo y edad. 2010
.................................................................................................................................................... 36
Gráfico 4.6. Número de años vividos total (nLx) y libres de discapacidad (nL'x) entre dos edades
exactas, por edad y sexo. 2010 .................................................................................................. 36
Gráfico 4.7. Tasas de discapacidad según sexo, edad y estado civil .......................................... 37
Gráfico 4.8. Tasas de discapacidad según sexo, edad y saber leer y escribir ............................ 39
Gráfico 4.9. Tasas de discapacidad según sexo, edad y nivel de instrucción ............................. 39
Gráfico 4.10. Tasas de discapacidad según sexo, edad y etnia .................................................. 40
Gráfico 4.11. Tasa bruta y estandarizada de discapacidad según provincia de residencia
población mayor (tasas por mil) ................................................................................................ 42
Gráfico 4.12. Bosquejo gráfico de la discapacidad múltiple para el total de la población ........ 45
Gráfico 4.13. Discapacidad Múltiple de la Población del Ecuador ............................................. 46
Gráfico 4.14. Bosquejo gráfico del número de adultos mayores con discapacidad .................. 47
Gráfico 4.15. Discapacidad Múltiple de la Población de Personas Mayores ............................. 48
Gráfico 4.16. Personas Mayores con una sola Discapacidad por Grupo Etario y Sexo .............. 49
Gráfico 4.17. Personas Mayores con DOS Discapacidades por Grupo Etario y Sexo ................ 50
ÍNDICE DE CUADROS Y MAPAS
Cuadro 2.1. Respuestas a las preguntas censales sobre discapacidad ...................................... 19
Cuadro 3.1. Modelo González y Ham-Chande; construcción del Indicador de Estado de Salud
.................................................................................................................................................... 27
Mapa 4.1. Tasas estandarizadas de discapacidad según provincia de residencia para la
población total (tasas por mil) ................................................................................................... 43
Mapa 4.2. Tasas estandarizadas de discapacidad según provincia de residencia para la ......... 44
ÍNDICE DE ANEXOS
Anexo 1. Ecuador: Pirámides Poblacionales (1950, 2000, 2010 y 2050) ................................... 65
Anexo 2. Estimaciones y Proyecciones de la Población del Ecuador ......................................... 66
Anexo 3. Indicadores de la Población de Personas Mayores ..................................................... 67
Anexo 4. Pirámide de la Población de las personas mayores que declaran Discapacidad
Permanente por más de un año ................................................................................................. 68
Anexo 5. Cruce de algunas características socio demográficas de la Población de Personas
Mayores con Discapacidad ......................................................................................................... 69
Anexo 6. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo y edad (por mil) ................. 71
Anexo 7. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo y edad (por mil) ................. 72
Anexo 8. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad
y estado civil ............................................................................................................................... 73
Anexo 9. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y estado civil ........... 74
Anexo 10. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo,
edad y nivel de instrucción civil ................................................................................................. 76
Anexo 11. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y nivel de instrucción
.................................................................................................................................................... 77
Anexo 12. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo,
edad y etnia ................................................................................................................................ 79
Anexo 13. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y etnia ................... 80
Anexo 14. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según sexo y provincia de residencia
(por mil) ...................................................................................................................................... 82
Anexo 15. Regresión Logística. Autopercepción de salud (Modelos Univariados) .................... 85
Anexo 16. Regresión Logística. Funcionalidad (Modelos Univariados)...................................... 86
1
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
El ciclo de vida incluye etapas a las que el ser humano llega, las vive y en ellas realiza
las actividades a las que mejor se adapta, siempre tratando de conseguir lo que aspira, aunque
a veces sólo logrando lo que puede. Al inicio y al final del ciclo vital, muestra sus estados de
mayor indefensión y en el primero va de más a menos siendo el futuro todo de él; en el final,
la ruta es de menos a más y su futuro es la desaparición del mundo real; y, ante el evento,
cada vez más frecuente, de que su presencia terrenal sea similar a la de una obscura sombra
que por senectud apenas si recuerde su pasado inmediato. Infancia y niñez son finitas y de
longitud fija, la vejez es cada vez más extensa. El ser humano no ha temido alargar esta última,
aunque está encontrando valladares entre los que se apuntan la calidad de los años vividos.
Aspectos que a esta última etapa de la vida humana concierne, es el asunto central que trata
este trabajo. Basados en datos relevados en un censo de población y una encuesta
especializada, estudiamos aspectos relacionados con las discapacidades, funcionalidad y
enfermedades que afectan a los adultos mayores de Ecuador.
El capítulo inicial presenta el marco teórico de la investigación, iniciándose con
anotaciones sobre los trabajos seminales de Thomson y Notestein acerca de la transición
demográfica, hasta llegar a la propuesta de Frenk y otros sobre la transición de la salud. Se
examinan también factores que influyen en la disminución de la fecundidad así como de la
letalidad de las enfermedades infectocontagiosas; y, el inicio de la presencia preponderante
de enfermedades crónicas y la disfuncionalidad. Las reflexiones también van hacia la
longevidad, ya no tanto regulada por la biología sino mas bien por desarrollos científicos y
tecnológicos, cambiando los alcances de la curva de sobrevivencia, prolongando la esperanza
de vida pero haciendo surgir nuevas métricas para la vida humana, como la esperanza de vida
libre de enfermedades y también libre de discapacidades, las que no solo toman en cuenta la
cantidad de años vividos sino también la calidad con que esos años se viven. En este capítulo
también se presentan algunos puntos de vista de la OMS sobre discapacidad, dependencia y
funcionalidad y se describen también los niveles escenarios y componentes del modelo de
discapacidad de Nagi. Para finalizar, se presentan algunas características de los países
latinoamericanos y del Caribe, su transición demográfica y otras características socio
demográficas de la población de los adultos mayores de la región.
El segundo capítulo se centra en las fuentes de datos utilizadas para el estudio, que
son El Censo de población y vivienda del año 2010 de Ecuador y una encuesta sobre salud,
bienestar y envejecimiento, SABE 2009. En el primer caso se describen las variables utilizadas y
2
se analiza la falta de respuesta para las preguntas de quienes no especifican el tipo de
discapacidad que los afecta. En el caso de la encuesta se examinan las secciones del
cuestionario utilizado y se transcriben algunos de los textos de las preguntas que se utilizan.
El tercer capítulo se relaciona con la metodología utilizada para responder a las
preguntas planteadas en la investigación, planteándose el instrumental demográfico y
estadístico para determinar tasas de discapacidad, esperanzas de vida libre de discapacidad
así como también el procedimiento de González y Ham-Chande para construir, utilizando datos
de la encuesta, un Indicador de salud, a partir de la información sobre enfermedades,
capacidad funcional, autopercepción de salud y deterioro cognitivo de los adultos mayores.
Con la información obtenida y los datos sociodemográficos, se explican, utilizando regresión
logística, el indicador de salud así como la autopercepción y el indicador de enfermedades.
El capítulo final, denominado Resultados, contiene los hallazgos que para la población
de adultos mayores de Ecuador se han logrado, así como también algunos relacionados con la
población de todo el país, en tanto sirvan de referente comparativo con las población objetivo.
El enfoque es demográfico y el énfasis en salud, discapacidades, funcionalidad y dependencia.
Se incluye además, anexos, listas de gráficos y tablas y la bibliografía de soporte para
construir el marco teórico y la metodología de trabajo.
Objetivos de la investigación
Esta investigación tiene como objetivo estudiar el estado de salud, bienestar,
discapacidades y funcionalidad de la población adulta del Ecuador, para lo cual nos
proponemos conseguir:
a) Calcular indicadores de envejecimiento que procedan, de acuerdo a la disponibilidad de
datos;
b) Calcular tasas de discapacidad por sexo y variables socio demográficas; y, a través de
estandarizaciones detecta si existen efectos de edad;
c) Calcular tasas de discapacidad considerando variables socio demográficas;
d) Mostrar la discapacidad múltiple de la población en términos del número de
discapacidades de los afectados y el tipo de discapacidad que declaran tener;
e) Utilizar con los datos muestrales, modelos logísticos para describir e inferir sobre el
estado de salud, funcionalidad y dependencia de los adultos mayores; y,
f) En general, construir un perfil del adulto mayor discapacitado así como compararlo con
toda la población discapacitada en el Ecuador.
3
1. MARCO TEÓRICO
Éste es el primer capítulo del trabajo investigativo, en el que reportamos los resultados
que se logran en términos de salud, discapacidad y funcionalidad de las personas mayores en
el Ecuador. En primer lugar, se trata la denominada Transición Demográfica, y las Transiciones
Epidemiológica y de la Salud que de ella se derivan, así como las visiones que se tienen sobre el
futuro de la mortalidad y de la salud. En segundo lugar, se abordan los aspectos relacionados
con las definiciones y los marcos conceptuales de la discapacidad y la dependencia. Finalmente
se trata lo que ha ocurrido en las últimas décadas y hacia donde podría dirigirse el asunto
demográfico en América Latina y el Caribe en términos de seguridad social y salud de los
adultos mayores a partir de los resultados obtenidos en algunas investigaciones.
1.1. De la transición demográfica a la transición de la salud
La Transición Demográfica fue inicialmente percibida de manera empírica por W.
Thomson (1929); pero fue F. W. Notestein (1945) quien sistematizó las ideas alrededor de la
denominada Transición Demográfica que en términos por ahora esquemáticos es un proceso
que consiste en etapas que específicos ámbitos demográficos siguen en el siguiente formato:
a) Pre Transicional: un estado inicial caracterizado por alta mortalidad y alta
fecundidad;
b) Transicional: un siguiente estado en que cede la mortalidad pero la fecundidad se
mantiene alta; y,
c) Post Transicional: un tercer estado en que la fecundidad y la mortalidad
descienden a tasas con valores moderados.
En el primer estado la población es joven; en el siguiente la población crece de manera
significativa; y, en el estado final preponderan las personas mayores (Anexo 1). En esta última
etapa, la longevidad se ha alargado notoriamente, los índices de dependencia se elevan y lo
que la Población Económicamente Activa (PEA) antes invertía fundamentalmente en educación
y salud de los niños y jóvenes ahora debe también mirar por el bienestar de las personas
mayores que pasan a constituirse en un porcentaje de alta ponderación en el total. Existe en
el proceso, un período en que los índices de dependencia se minimizan y que los economistas
consideran es una “ventana de oportunidades”; y que es cuando un país debe aprovechar para
desarrollarse y ahorrar, y así anticiparse para soportar los esfuerzos que su sociedad deberá
efectuar como consecuencia del envejecimiento de la población, que obviamente desea ser
longeva (Ver Anexo 2).
4
El debate sobre el papel de la mortalidad en la Transición Demográfica y sobre los
factores y causas de su descenso desembocan en un nuevo cuerpo teórico a partir de los
trabajos de A. Omran (1974), la denominada Teoría de la Transición Epidemiológica. En esta
teoría, elaborada desde la epidemiología, Omran empleó el propio término ‘epidemiológico’
para denominar su paradigma, ya que concedía una gran importancia a los cambios en los
patrones de la morbilidad y mortalidad. Este autor esquematiza su propuesta en tres etapas:
1) La de las “pestes y hambrunas”, que se caracteriza por una elevada y fluctuante
mortalidad, con crisis de mortalidad por epidemias, guerras… donde la esperanza
de vida no rebasa los cuarenta años;
2) La del "retroceso de las pandemias”,en la que el crecimiento de la población es
sostenido, al llegar la esperanza de vida a la vecindad de los cincuenta años
mientras persiste una fecundidad elevada. En esta fase se reduce la incidencia de
las enfermedades transmisibles y aumenta el peso relativo de las causas del
aparato circulatorio y los cánceres; y,
3) La de “de las enfermedades degenerativas y creadas por el hombre”, en la misma,
la mortalidad continúa decreciendo y tiende a estabilizarse. El patrón de
morbimortalidad está dominado por las enfermedades crónicas y degenerativas, al
tiempo que surgen causas etiquetadas como de “sociedad”, por ejemplo los
accidentes de transporte.
La Transición Epidemiológica establece cuatro tipos de modelos transicionales,
dependiendo del momento de inicio de la misma y de su duración; el primero al que denominó
“clásico” u occidental; el segundo el modelo “acelerado” en el que se reflejaba Japón; el
tercero al que llama “contemporáneo” o tardío; y un último modelo, que es una variante
acelerada del modelo anterior, que recoge la experiencia de países como Corea del Sur.
Algunos autores como Olsklanky y Ault (1986) consideran que las sociedades
occidentales han accedido a una nueva etapa de la transición, al que llaman la de “las
enfermedades degenerativas diferidas”. Esta etapa se caracteriza por el descenso de las tasas
de mortalidad de la población anciana, por el desplazamiento de las causas degenerativas a
edades más avanzadas, y por la progresiva concentración de las ganancias de años de vida en
esas edades.
La falta de completitud de la Transición Epidemiológica lleva a J. Frenk y otros (1991) a
proponer los elementos para un nuevo esquema teórico al que se denomina Transición
Sanitaria o Transición de la Salud. La exposición de su propuesta es muy didáctica, explican
cómo se construye una teoría y cuáles son sus elementos: conceptos, determinantes,
mecanismos, atributos y consecuencia. Revisan el trabajo de M. Lerner (1973) que ya había
propuesto un cuerpo de teoría denominado Transición de la Salud, en el que ampliaba la
5
concepción inicial de Omran e incluía “elementos de las concepciones y las conductas sociales,
en torno de la salud”. Para Frenk y sus colegas, “las condiciones de la salud se están
transformando continuamente-a medida que desaparecen, emergen o reemergen distintos
padecimientos – puede afirmarse que la transición epidemiológica es un proceso continuo y
no un período en el tiempo relativamente simple y unidireccional”. Critican también el
intercambio indiscriminado de los términos transición epidemiológica y transición de la salud,
lo cual suponen es impropio pues la primera debe incluirse en el última.
Uno de los mecanismos de la transición epidemiológica, para estos autores, es la
disminución de la fecundidad, el cambio desde una fecundidad dominada por factores
naturales y biológicos hacia una fecundidad “controlada por las decisiones individuales de las
parejas”, cambio que se refleja en las estructuras por edad pasando de un predominio de
edades jóvenes a un predominio de adultos. Un segundo mecanismo es el cambio de los
“factores de riesgo” que afectan la probabilidad de que los miembros de la población se
enfermen, alterando las tasas de incidencia. El tercer mecanismo de la transición es la
disminución de las tasas de letalidad de las enfermedades ante la mejora de la organización de
la atención a la salud, así como también la presencia de tecnología que igual apunta hacia el
mejoramiento de la atención de la salud. Las diversas modalidades que pueden adoptar estos
mecanismos, en contextos históricos diferentes, es lo que distingue las expresiones que la
transición epidemiológica puede adoptar.
1.1.1. Visiones sobre el futuro de la mortalidad y la salud
Es evidente que la longevidad ha sido hasta ahora moldeada al inicio de la humanidad,
por la biología del hombre y en los últimos siglos por los avances del su propio conocimiento;
pero, ¿Hasta dónde puede extenderse la longevidad? y, lo que es más relevante todavía
¿Podrá el ser humano avanzar hacia un estado en que pueda propiciarse a los adultos mayores
una vida de calidad y no de padecimientos? Las respuestas que distintos autores presentan
sobre el asunto, no se dan en un único escenario, existen tres posibles, a saber: uno en el que
se postula que la vida humana podría no tener fin y que sería posible llegar a la inmortalidad
(Futuristas); existe también un segundo escenario en el que sus autores sostienen que la
esperanza de vida tiene una cota superior alrededor de los 85 años (Realistas ó Pesimistas); y,
quienes creen que en el decurso del siglo XXI se llegará a una esperanza de vida al nacer de
100 años (Optimistas). Estas posiciones nos orientan sobre lo que sería la longevidad en el
futuro, pero no contesta la pregunta sobre la calidad de vida de quienes crucen el umbral de lo
que en su momento se considere es un adulto mayor.
Al caer la mortalidad y con ello incrementarse la esperanza de vida al nacer, las curvas
de sobrevivencia se han reconfigurado, dando lugar a diferentes hipótesis sobre las
consecuencias de estos hechos sobre la morbilidad y la discapacidad.
6
A partir de datos demográficos de la época, J. Fries (1980) hace notar que la vida
media de las personas se ha elevado, pero la cantidad de ancianos mayores a cien años no, lo
cual sería evidencia de que la extensión de la vida tiene un límite. Este autor señala que ese
límite podría estar en la vecindad de 85 años y que las curvas de sobrevivencia de los países
que lleguen a esta instancia sufrirían una “rectangularización”. De esta manera, se le quitaría al
“momento de la muerte”, mucho de su aleatoriedad y más bien ésta se produciría de acuerdo
a un patrón normal centrado en 85 años, con desviación estándar de cuatro años. Una de las
partes esenciales de su propuesta es la compresión de la morbilidad, que inclusive rotula su
legado intelectual; para él, el total de la discapacidad decrecerá en función de la compresión
de la morbilidad, existiendo por tanto, un corto lapso entre la presencia de la discapacidad y la
muerte. De acuerdo a ese modelo, sería la “muerte natural” la más común causa de muerte,
debiendo reconocerse que esto no ocurre todavía. Este autor insiste que en el futuro,
debemos concentrarnos en la morbilidad y no en la mortalidad y que la rectangularización de
la mortalidad puede estar seguida un proceso similar en la morbilidad y como tal producirse
una “compresión de la morbilidad”.
Como posición opuesta a Fries está la teoría de la “expansión de la morbilidad” que
entre otros sustenta G. Gruemberg (1977) que efectúa un análisis desde el punto de vista
histórico, remontándose a los años previos del inicio de la segunda guerra mundial que son los
años en que aparecen las sulfamidas y se implantan los ensayos clínicos. Eran los años 1937 y
1938 y como lo señala este autor, el impacto de las sulfas sobre las enfermedades infecciosas
fue notorio y muestra en un gráfico el descenso de este tipo de enfermedades a partir de esos
años. Esto implicaba posponer la muerte de personas, pero ocurría un efecto colateral que era
el relativo a las enfermedades crónicas; la medicina no acababa con ellas sino mas bien, hacía
más larga la duración media de las mismas; se podía vivir más años, pero con alguna
enfermedad o discapacidad. Dice Gruemberg en sus reflexiones:
“La meta de la investigación médica es disminuir la enfermedad y enriquecer la vida pero, lo que se ha hecho es producir instrumentos que prolongan la enfermedad y disminuyen la calidad de vida, e incrementa la proporción de personas con disfuncionalidades y enfermedades crónicas.”
Una tercera posición es la de K. Manton (1982) que se la denomina el “equilibrio
dinámico”, que es una propuesta conciliadora entre las posiciones de Fries y Gruemberg. En
palabras suyas: “El crecimiento de las esperanza de vida se explicaría en parte por una
desaceleración del ritmo de progresión de las enfermedades crónicas. Por ende, la prevalencia
aumenta con la caída de la mortalidad, pero los estados prevalentes, en promedio, menos
severos.” En definitiva la propuesta es que la morbilidad en ciertos casos habrá de expandirse
y en otros habrá de comprimirse, de acuerdo a un “equilibrio dinámico”.
7
1.2. Discapacidad, dependencia, funcionalidad
En el preámbulo de la constitución de la OMS se expresa que salud es “un estado de
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades”. En
cuanto a discapacidad la OMS, sin ofrecernos una definición formal o al menos operativa, dice:
“Discapacidad es un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación. Las deficiencias son problemas que afectan a una estructura o función corporal; las limitaciones de la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas, y las restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones vitales. Por consiguiente, la discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive.”
El Instituto Nacional de Estadística de Chile, en una encuesta realizada en ese país el
año 2004, utilizó como definición operativa de discapacidad lo siguiente:
“…es un término genérico, que incluye deficiencias de las funciones y/o estructuras corporales, limitaciones en actividad y restricciones en la participación, indicando los aspectos negativos de la interacción entre un individuo (con una condición de salud) y sus factores contextuales (factores ambientales y personales).”
Para J. Ravaud (2002) la definición de discapacidad puede variar dependiendo del
contexto social; y, la definición que se adopte puede hacer que cambien las estimaciones
respecto a la población con discapacidad que se esté investigando. Los puntos de vista pueden
ser subjetivos u objetivos, una medida del primer tipo examina la discapacidad desde el punto
de vista individual y permite a la persona decidir si considera tiene una discapacidad o no. Si se
lo mide objetivamente, se debe evaluar si la persona necesita ayuda o no, haciendo que
efectúe ciertas tareas. Siguiendo esta línea, las medidas objetivas deben permitir el análisis
comparativo en los siguientes términos:
Presencia de limitaciones funcionales;
Necesidad de asistencia;
Auto reporte; y,
Participación en programas dirigidos solo para personas con discapacidad. A esto
último se lo conoce también como reconocimiento administrativo de discapacidad.
A continuación, vamos a comentar algunos de los cambios que se han dado con el
pasar de los años alrededor del concepto de discapacidad y los modelos que la academia y
organizaciones como la OMS han propuesto.
Por buen tiempo se consideró a la discapacidad como una característica con la que se
nacía o se adquiría ante alguna eventualidad en el tiempo de vida; y, que debía ser tratada por
un especialista sea éste médico o siquiatra. Los cambios culturales, sociales y científicos
8
ocurridos en los últimos tiempos han cuestionado muchos supuestos y concepciones, los
relativos a la discapacidad no fueron la excepción, aflorando nuevos enfoques que no solo han
afectado al tratamiento científico de la misma, sino que también cambiaron al tratamiento de
las personas afectadas, por parte de sus semejantes; dándose entre otros cambios, el acceso a
los derechos civiles para las personas con discapacidad.
Entre las objeciones que se plantearan contra los modelos con que inicialmente se
trataba la discapacidad, estaba el hecho de que al verla como una condición donde lo
prioritario era la atención médica y la rehabilitación, la concentración de atenciones se daba
alrededor de la deficiencia individual, y no se pensaba por ejemplo que la persona afectada
pudiera trabajar o que en general estuviera inmersa en la sociedad. En este sentido, en un
reporte sobre la discapacidad en América Latina se señala que las “áreas problemáticas” son:
a) Educación y su informalidad respecto a las políticas de integración de los
discapacitados;
b) La integración a la población económicamente activa de las personas con
discapacidades;
c) La accesibilidad y movilidad de las personas con discapacidades que se ven
impedidas por las barreras arquitectónicas creadas;
d) La falta de programas para la detección temprana a fin de evitar que la
discapacidad empeore; así como la escasez de personal especializado; y,
e) La falta de información sobre el número de personas con discapacidades que se
asegura son más de las que se reportan.
1.2.1. El modelo de discapacidad de Saad Nagi
Sin lugar a dudas que al considerar la creación de un modelo de discapacidad no es
dable ignorar la condición de salud de las personas afectadas, pero es fundamental que
tampoco se ignore que los individuos están insertados en un medio social que los influye y que
ellos tienen también el derecho de influir. Probablemente el más renombrado de los modelos
creados alrededor de la discapacidad es denominado modelo de la Limitación Funcional
propuesto por Saad Nagi (1964), y sus posteriores modificaciones. La OMS ha generado su
Clasificación Internacional del funcionamiento, de la discapacidad y la salud (CIF) que en
muchos elementos se deriva de lo sugerido por Nagi.
Las observaciones iniciales de Nagi a trabajos previos se centraban en la confusión
semántica y conceptual en la literatura escrita sobre el asunto; de igual manera enfatizaba en
la familia, el medio ambiente y la sociedad como factores de influencia. En base a estos
supuestos, las consecuencias de la enfermedad o lesión deberían ser descritas a nivel personal
y a nivel de la sociedad. Su modelo se basa en cuatro componentes que son: patologías activas,
9
deficiencias (impairments), limitaciones funcionales y discapacidades (disabilities), tal como se
muestra en la Tabla 1.1. Se utiliza como ilustración el caso de un lanzador de beisbol que tiene
afectadas ciertas regiones fibrocartilaginosas, indispensables para un adecuado desempeño en
su rol como deportista.
Tabla 1.1: Modelo de Discapacidad de Nagi. Niveles y Escenarios para las cuatro componentes
1.2.2. Funcionalidad y dependencia
El envejecimiento de la población como parte de la transición epidemiológica se
manifiesta como un proceso en el que los patrones de salud y enfermedad se transforman,
como respuesta a cambios demográficos, tecnológicos, económicos, culturales y en mucho,
biológicos. A la vejez, las enfermedades que preponderan son las no transmisibles, también las
lesiones y el deterioro cognitivo; en lugar de predominar la mortalidad, llega a prevalecer la
morbilidad por tiempo significativo, teniendo su presencia la capacidad de inhabilitar de
manera parcial o total algunas de las funciones que son connaturales al ser humano.
Envejecer puede significar el disfrute de una vida longeva, pero también exponerse a
factores de riesgo que se asocian a padecimientos crónicos y degenerativos que implican
fragilidad, discapacidad funcional y puede que dependencia. Bajo este panorama, el rol social
de las personas cambia, el retiro acecha y trabajar podría imposibilitarse. González et al (2007)
sintetizan esta situación diciendo: “como resultado, se llega a una percepción diferente del
significado de enfermedad: pasa de ser un proceso agudo y transitorio, que se resuelve, ya sea
con la curación o la muerte, a constituirse en un estatus crónico de consecuencias importantes
por la creciente carga psicológica, social y económica”.
La capacidad funcional, es por lo general medida a través de la capacidad que tiene un
individuo para realizar actividades que se denominan “de la vida diaria” (AVD) como son
caminar, bañarse, comer, ir a la cama y usar el excusado; así como a través de las actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVD) como son: cocinar, ir de compras, manejar dinero o
Patología Activa
Deficiencia
Limitaciones Funcionales
Discapacidad
Celular
Sistemas del Cuerpo
Toda la Persona
Relación de la Persona con la
Sociedad
Regiones Fibro- Cartilaginosas
Decremento de potencia
Incapacidad para lanzar a más de 75%
máximo esfuerzo
Incapacidad para ejercer el rol de lanzador abridor
Dimensiones del
Modelo
Nivel de Discapacidad
Escenario del Paciente
10
tomar medicamentos. La capacidad cognitiva se la mide utilizando pruebas específicas con las
que se verifica memoria espontánea, permanencia de memoria y memoria visual. Se mide la
dependencia además, averiguando un valor subjetivo, en el que entrevistado manifiesta la
apreciación que él tiene sobre su estado de salud. Igualmente se investigan “factores de
riesgo” como consumo de tabaco o alcohol y sedentarismo.
La Organización Mundial de la Salud estableció el año 2001 los elementos
metodológicos para evaluar la funcionalidad, cuando aprueba la denominada Clasificación
Internacional de la Funcionalidad, de la Discapacidad y la Salud (CIF). Una clasificación
coincidente con el denominado modelo biopsicosocial, en el que se integran las distintas
dimensiones de la discapacidad, desde las personales y del entorno. La CIF provee un lenguaje
común a investigadores y usuarios y presenta una plataforma con sustento científico de amplio
uso en varias áreas del conocimiento. Montoya y Solano (2006) acerca de la relevancia de las
CIF expresan:
“Una de las grandes contribuciones de la CIF es el reconocimiento a los derechos humanos de las personas con discapacidad y el visualizar la discapacidad como un fenómeno social, resultado de un contexto que limita el desarrollo de actividades y restringe la participación de la persona. Además, posibilita el uso de un lenguaje y metodología de evaluación de la discapacidad, que reconoce y potencia las capacidades de las personas.”
Esta clasificación tiene sus “dominios”, “constructos”, “aspectos positivos” y “aspectos
negativos”, que rotulan las filas de la matriz que se presenta en la Tabla 1.2. Las columnas que
también son cuatro y son ocupadas en primer lugar por el Funcionamiento y la Discapacidad,
en tanto que las columnas tercera y cuarta corresponden a la Factores Contextuales sean estos
personales y ambientales. Una de las características resaltables de esta clasificación es la
consideración que se efectúa al entenderse a los afectados por una discapacidad como
“personas en situación de discapacidad”: esto es, la discapacidad es un fenómeno agregado a
las circunstancias de las personas y no es parte de su naturaleza misma. En este sentido,
Vanegas y Gil (2007) establecen, a través de las CIF, la independencia de enfermedad y
discapacidad, puesto que se puede estar enfermo sin estar en situación de discapacidad y
viceversa, se puede estar en situación de discapacidad sin estar enfermo.
11
Tabla 1.2: Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud
Parte 1: Funcionamiento y Discapacidad Parte 2: Factores Contextuales
Funciones y estructuras Corporales
Actividades y Participación
Factores Ambientales Factores Personales
Dominios 1 Funciones Corporales
2 Partes del Cuerpo
Áreas Vitales (tareas, acciones)
Influencias externas sobre el funcionamiento
y la discapacidad
Influencias internas sobre el funcionamiento
y la discapacidad
Constructos
Cambios en las funciones del cuerpo
(fisiológica)
Cambios en las estructuras del
cuerpo(anatómica)
Capacidad Ejecución de tareas en un
informe uniforme
Desempeño/realización Ejecución de tareas en el
entorno real
El impacto de elementos facilitadores y barreras
del mundo físico, social y actitudinal
El impacto de los atributos de la persona
Aspectos Positivos
Integridad funcional y
estructural
Actividad
Participación
Facilitadores
No aplicable Funcionamiento
Aspectos Negativos
Deficiencia
Limitaciones en la
actividad Restricciones en la
participación
Barreras/obstáculos
No aplicable
Discapacidad
Fuente: Organización Mundial de la Salud (2001). Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud.
1.3. Envejecimiento, salud y dependencia de las personas mayores en América Latina
Los países de América Latina y el Caribe se encuentran en pleno estado de Transición
Demográfica con dos características que deben resaltarse, la primera y obvia, no entraron a
dicha transición al mismo tiempo que los países de Europa Occidental y los norteamericanos;
y, la segunda, no todos los países se encuentran en el mismo estado de avance en el proceso,
unos como Cuba, Costa Rica o Chile están recorriendo la parte final de la Transición, y otros
como Haití y Bolivia se encuentran en estados preliminares.
En 2003, durante la Conferencia Regional sobre Envejecimiento en Santiago de Chile,
CEPAL presentó un informe sobre “Las Personas Mayores en América Latina y el Caribe” y en el
mismo clasificaba a los países de la región en cuatro grupos. Los de Envejecimiento Incipiente
que incluía a Haití, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Paraguay con un 6% de
población mayor, que alcanzarían hasta un 18% al año 2050. El grupo de Envejecimiento
Moderado lo integraban Belice, Colombia, Costa Rica, Ecuador, el Salvador, Guayana, México,
Perú, República Dominicana y Venezuela, alcanzando hasta 8% de población adulta mayor y
que aspirarían a incrementar a un 20% al 2050. El tercer grupo o de Envejecimiento Moderado
Avanzado tenía ya hasta 10% de la población constituida por personas mayores y al 2050 entre
el 25% y 30%, siendo esos países Bahamas, Brasil, Chile, Jamaica, Suriname y Trinidad y
Tobago. Los pioneros del envejecimiento en América Latina eran Uruguay y Argentina, a los
que se les habían unido Cuba y Chile, ellos conformaban los países con Envejecimiento
Avanzado, junto con los caribeños Antillas holandesas, Guadalupe, Barbados, Martinica y
12
Puerto Rico. Un detalle es que en la región las áreas rurales están más envejecidas que las
urbanas, sin embargo, la mayoría de los adultos mayores viven en las zonas urbanas y
preferiblemente en el centro de ellas por facilidad de acceso a servicios que le son
indispensables, mientras que los jóvenes migran hacia los suburbios.
La realidad cinco años después puede ser mejor visualizada en la Gráfico 1.1, en la que
con datos del reporte de Población 2008 de Naciones Unidas se presenta en el eje horizontal la
esperanza de vida al nacer de cada uno de los países de la zona y en el eje vertical la tasa de
fecundidad total, todo esto inferido para el período 2005-10. Cuba tiene la más alta esperanza
de vida al nacer de los países mencionados; Ecuador tiene cercana esperanza de vida que
Argentina y es superado en por Chile, Costa Rica, Cuba, Panamá y Uruguay. En cuanto a sexo,
las mujeres han incrementado la brecha con respecto a los hombres en este índice, ya que tal
brecha era tres años hace seis décadas y se ha convertido en seis años a 2010. Se supone
también que hay una diferencia cuantitativamente amplia entre pobres y no pobres pero aun
no se ha procedido a determinarla con precisión.
Gráfico 1.1: Esperanza de vida al nacer y tasa total de fecundidad para América Latina y el Caribe, 2005-2010
Nota: Las líneas punteadas del gráfico representan las medias no ponderadas de las dos variables. Fuente: Reporte de Población de las Naciones Unidas 2008.
En los actuales momentos, la preocupación en estos países no se centra en el
crecimiento de la población sino en los cambios en su estructura, cambios que Naciones
Unidas prevé se acelerarán hasta que en los próximos treinta años la región llegaría a tener
tantos pobladores menores de 15 años como mayores de 65. El Banco Mundial estima que los
cambios que a los países desarrollados les tomaron más de un siglo, la región lo hará de una
manera mucho más acelerada. El propio Banco Mundial ha propiciado el desarrollo del
proyecto NTA (National Transfer Accounts) con el que se pretende integrar a las cuentas
nacionales de los países miembros de este organismo de crédito, la edad de la población. En
los países de la región donde predominan las sociedades agrícolas, las personas comienzan a
13
trabajar desde muy temprana edad, en tanto que en la ciudad la proporción de niños
trabajadores disminuye y se integran a la población productiva en edades tardías. El método
NTA permite medir también el gasto en salud y educación, que agregados al consumo general
configuran el ciclo de vida económica de los individuos y la sociedad; determinándose en el
ciclo de vida las épocas de déficit y superávit, y los períodos en los que se deja de trabajar por
efectos de la edad. El método detecta que al igual que para los menores, el consumo de los
ancianos mayores es en general mayor que sus ingresos por trabajo con una tendencia al auto
sustento por trabajo hasta los 63 años, iniciándose este ciclo a partir de los 24.
Ante el contexto de progresivo envejecimiento, en la Región últimamente se han
realizado investigaciones estadísticas que tienen como objetivo las condiciones de salud y
dependencia de los adultos mayores. En 2001 se realizó el trabajo de campo del proyecto SABE
en las capitales de Argentina, Cuba, México, Uruguay y Chile, y en la ciudad de Sao Paolo en
Brasil. Pasamos a referirnos de manera breve a ciertos resultados obtenidos utilizando las
bases de datos de Naciones Unidas y las encuestas SABE en América Latina y el Caribe.
Es justo reconocer que en cierta medida el envejecimiento significa para la sociedad no
solo el monto del peso económico de las prestaciones sociales que benefician a las personas
adultas, sino que afortunadamente también existe en la imaginación colectiva una asociación
positiva con experiencia y sabiduría. Pero también es cierto que al envejecimiento a más de lo
señalado se lo relaciona con el deterioro de la salud, y particularmente con la declinación de
las capacidades intelectuales. Como señalan Albala y otros (2003): “El concepto de salud en el
anciano se define fundamentalmente en términos de la mantención de la funcionalidad y de la
autonomía, cuyos componentes principales son la movilidad y las funciones neurocognitivas
adecuadas”, añadiendo que “el deterioro funcional es un indicador pronóstico de discapacidad
y de dependencia de servicios de salud, por lo cual su evaluación adquiere especial
relevancia”. Además, expresan que la demencia es un frecuente y temido deterioro cognitivo
y que las “cifras de la demencia” se incrementan con la edad y su prevalencia se dobla cada
cinco años, abarcando a casi al 35% de la población que llega a los 95 años.
Resalta en el trabajo de Albala el tratamiento estadístico inferencial de los datos SABE
en el que utilizando un modelo lineal generalizado (Regresión Logística Multivariada) explican
la variable dicotómica “presencia de deterioro cognitivo” de los adultos mayores, a través de
las variables sexo, edad y nivel de educación. Basados en estos resultados concluyen que la
prevalencia del antes mencionado deterioro en las ciudades latinoamericanas estudiadas tiene
“características similares a las descritas para países desarrollados” y que la edad y los años de
escolaridad inciden en el desarrollo del deterioro cognitivo. Si se efectúa ajuste por edad y
años de escolaridad “no se detecta diferencias de género”.
14
Un grupo de investigadores de la Universidad de Wisconsin en USA, encabezados por
Alberto Palloni han efectuado un análisis sobre las condiciones de la salud de las personas
mayores en América Latina y el Caribe. El estudio se basa en la construcción de indicadores
demográficos diseñados a partir de las bases de datos de Naciones Unidas y las encuestas
SABE. Entre otras llegan a la conclusión que “…el crecimiento presente y futuro entre las
personas mayores de la región, se debe al declinar de la mortalidad en períodos previos y no al
mejoramiento de la mortalidad en su época actual de vida.” Esto significaría que la
sobrevivencia de esas personas se debe, en parte, a que son beneficiarias de inusuales
períodos de sobrevivencia en edades previas, particularmente en su época infantil. Dan como
ejemplo a las personas nacidas en 1960, que experimentaron niveles de mortalidad infantil
más bajos que los de 1955, lo que incrementará el tamaño de los miembros de la cohorte que
llegue a los 60 años en 2025, relativa a la cohorte que en 2020 llegue a la misma edad. Esto
podría significar que es el estado de salud previo el que les permite ese grado de longevidad,
pero al llegar a edades maduras no hay seguridad que lo haga en similares condiciones
sanitarias y más bien podrían ocurrir que su deterioro no esté bajo control. Este grupo de
científicos se preguntan “¿Cuan saludables vivirán estos años extra de vida y cuanto costo se
les asociaría a ellos?” De las encuestas SABE obtienen también relevantes conclusiones entre
las que resalta que muchas de las subpoblaciones estudiadas experimentan un sostenido
decrecimiento de su poder de compra, escaso acceso a servicios de salud y la erosión de su
capacidad para reclamar fondos para su retiro y bienestar.
A continuación presentamos algunos resultados adicionales sobre salud y dependencia
reportados por CEPAL en 2003. La salud de la población, se señala, ha mejorado con respecto a
décadas previas, sin que esto signifique que las desigualdades se hayan superado y el acceso a
los servicios de salud para las personas mayores sean los deseables. La variación del cambio de
la mortalidad que ha incrementado la población de adultos mayores es debida a la disminución
de la mortalidad asociada a las enfermedades infecciosas que atacan al ser humano en sus
primeros años de vida, disminución que a su vez se asocia con los avances científicos en
medicina y el establecimiento de sistemas de salud pública más eficientes. Pero en el futuro el
“estado de salud y las limitaciones funcionales entre los adultos en América Latina podría
empeorar” provocando demandas inusitadas en servicios de salud.
En términos de las enfermedades infecciosas transmisibles la tasa de mortalidad en
adultos mayores tuvo en la región una reducción de 16% para hombres y 19% para mujeres, en
tanto que aumentó levemente la tasa de mortalidad debida a enfermedades neoplásicas en los
hombres (un 4%) pero descendió en las mujeres (un 5%). Lo cierto es que en la región, la
mortalidad por cáncer sigue siendo la segunda de mayor magnitud para el grupo etario de la
parte superior de la pirámide poblacional, superada por las enfermedades cardiovasculares. En
cuanto a salud, la noticia más importante en América latina, para las personas mayores es la
15
disminución de la mortalidad por enfermedades del sistema circulatorio: un 21% para varones
y un 29% para mujeres. Las enfermedades debidas a causas externas disminuyen 16% para
varones adultos y 19% para mujeres; siendo el mayor riesgo de muerte el de accidentes de
tránsito que son tres veces más numerosos en varones que en mujeres. Las caídas accidentales
igualmente inciden de manera importante en la mortalidad, el homicidio afecta más a
hombres que a mujeres e igual el suicidio es más frecuente entre los hombres.
Siguiendo con el reporte CEPAL, según lo medido por las encuestas SABE, en general la
población reporta padecer de mala salud y mas las mujeres que los hombres; y, los factores de
riesgo para enfermedades no transmisibles son muy frecuentes, entre los que destacan fumar,
tener sobrepeso y falta de actividad física. Las personas que presentan alguna limitación en las
actividades básicas de la vida diaria (ABVD), tienen al menos uno de estos factores de riesgo.
Por su parte, la capacidad funcional marca la calidad de vida de estas personas, y aunque no
son adecuadamente comparables los datos de los Censos con los de SABE, se infiere que la
discapacidad tiene una incidencia elevada en la región y que la prevalencia aumenta a medida
que la edad avanza; téngase en cuenta que en la población objetivo el 20% reporta tener
dificultades con las ABVD. En los países que se efectuó la investigación, en la mayoría de los
casos las personas permanecen en casas de familiares, no se detecta legislación especial para
sus cuidadores y, las ofertas de residencias geriátricas no son abundantes (no más del 2% de
las personas adultas residen en hogares identificados como colectivos).
16
2. FUENTES
2.1. El censo de población de 2010
Los censos ecuatorianos son de hecho y se fija como momento censal la hora cero del
día 28 de noviembre que ocurre el conteo en las zonas urbanas del país, mientras que en las
áreas rurales se las empadrona en siete días a partir del momento censal. Las personas son
contabilizadas en la vivienda en la que se encontraban y se montan operativos especiales para
las personas que se encuentran en viviendas colectivas y para quienes no tienen vivienda.
En la boleta censal existe una sección introductoria en la que se registra la ubicación de
la vivienda, si se encuentra ocupada o no, los accesos a ella y los datos del empadronador. La
primera sección es sobre los datos de la vivienda, la segunda sobre el hogar, la tercera sobre
remesas y migración y la cuarta es para datos de población, en la que estos son registrados
para cada una de las personas que se empadronan. En esta última sección es donde constaban
tres preguntas relacionadas con discapacidades.
En el censo de 2010 se empadronaron 14.483.499 personas siendo mujeres el 50,4% y
hombres el restante 49,6%; de ellos las personas de sesenta o más años, a los que
denominaremos adultos mayores, fueron 1.341.664.
Para el análisis de la discapacidad, en términos de las variables sociodemográficas, se
utilizan las que se mencionan y de ser el caso se describen someramente:
Sexo de los empadronados.
Edad al 28 de noviembre de 2010.
Analfabetismo, entendiéndose esto como si el entrevistado sabe o no sabe leer y escribir.
El Nivel de Instrucción, se obtiene combinando las preguntas sobre el nivel de instrucción más alto al que asiste o asistió y sobre el grado, curso o año más alto al que asiste o asistió. La clasificación creada es la siguiente: ninguno, primaria, secundaria, pregrado y postgrado. No obstante, debido al escaso número de población para el cálculo de las tasas de discapacidad se unen las opciones pregrado y postgrado.
Estado Civil para el que se realizan dos agregaciones: por un lado, se unen las opciones “casado” y “unido” quedando lo unificado como “casado”; por otro, al unir los estados “separado” y “divorciado”, el resultado se denomina “divorciado”. Las categorías consideradas finalmente son: casado, divorciado, viudo y soltero.
La Etnia, que en el formulario se indica como la auto identificación del entrevistado “culturalmente o por sus costumbres”, tiene como opciones de respuesta indígena, blanco, negro, afro ecuatoriano, mestizo, mulato, montubio y otro. En este estudio se unen las categorías “afro ecuatoriano” y “negro” quedando la unificación rotulada
17
como negro; además se agregan “montubio”, “mulato” y “mestizo” como mestizo. Las categorías retenidas son: indígena, negro, mestizo, blanco y otro. La categoría “otro” no ha sido considerada en el análisis de las tasas de discapacidad por la presencia de muy pocos casos.
La Provincia de Residencia es otra variable considerada. Para el cálculo de prevalencias no son consideradas ni las “Zonas no delimitadas” ni la “Población ecuatoriana residente en el extranjero” que se encontraba en Ecuador en el momento censal.
En el censo se preguntó también a la población si padecían algún tipo de discapacidad.
La formulación concreta de la primera pregunta fue “¿Usted tiene discapacidad permanente
por más de un año?”. Las opciones de respuesta fueron sí, no y no responde. Un aspecto
resaltable es que algo más de 1,12 millones de personas no respondieron a esta pregunta, lo
que representa alrededor de un 7,7 por ciento de la población censada. Esta elevada falta de
respuesta puede provocar una subestimación de los niveles de discapacidad de la población,
difícil de cuantificar, y un sesgo en los resultados si esa falta de respuesta no es independiente
del sexo, de la edad y de las otras variables de análisis consideradas. Para analizar esta última
cuestión se ha procedido a cuantificar la falta de respuesta en función del sexo y del grupo de
edad quinquenal. Como se observa en el Gráfico 2.1 para la no respuesta no se evidencia
patrón de edad significativo. La no respuesta de los hombres no difiere de la de las mujeres
hasta los quince años y a partir de entonces la de los hombres es claramente superior. Las
mujeres nunca rebasan el ocho por ciento, en tanto que los hombres oscilan entre siete y diez
por ciento, con valores mínimos entre diez y catorce años, grupo etario a partir del cual inicia
un patrón ligeramente ascendente, que cambia a descendente en el vecindario de los setenta
años y que vuelve a ascender en los extremos del ciclo de vida.
Gráfico 2.1: Falta de respuesta a la pregunta sobre discapacidad según sexo y edad
Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos del Censo de 2010
En relación con las otras variables de estudio, la falta de respuesta presenta diferencias
significativas entre las distintas categorías de análisis. Por ejemplo, en “grupo étnico”, la falta
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
0-4 10-14 20-24 30-34 40-44 50-54 60-64 70-74 80-84 90-94
% N
o R
esp
ue
stas
Hombres
Mujeres
18
de respuesta más elevada se da entre la población que se define como Indígena con un 10,3
por ciento, mientras que para el grupo de los Blancos es del 7,2 por ciento. En función del
estado civil, y considerando solamente la población de 15 y más años, el rango de falta de
respuesta oscila entre el 7,9 por ciento de los casados y el 9,0 por ciento de los divorciados y
separados. Finalmente, en función del nivel de estudios de la población la no respuesta oscila
entre 7,3% para “ninguno” y el 5,8% para los niveles superiores (pre-postgrado).
Además, de la pregunta general sobre si padecía alguna discapacidad, se formuló una
batería de preguntas sobre cinco tipos de discapacidades (intelectual, físico motora, visual,
auditiva y mental) y se les preguntó si por más de un año padecían permanentemente alguna
de ellas, pudiendo contestar o marcar más de una discapacidad. La formulación de la pregunta
en el formulario censal fue “La discapacidad permanente es:” y las posibles respuestas “ 1)
Intelectual (Retardo Mental), 2) Físico Motora (Parálisis y amputaciones), 3) Visual (Ceguera),
4) Auditiva (Sordera) y 5) Mental (enfermedades psiquiátricas, locura)”. Nuevamente, un
porcentaje de los individuos que habían declarado padecer una discapacidad posteriormente
no especificaron cuál era esa discapacidad, lo que introduce una subestimación de la
prevalencia de los distintos tipos de discapacidad. En concreto, el 10,6 por ciento de los
hombres y el 11,1 por ciento de las mujeres que declararon padecer discapacidad no
respondieron a las preguntas sobre los tipos de discapacidad. Además, esa falta de respuesta
presenta un claro patrón con la edad tal como se observa en el Gráfico 2.2.
Grafico 2.2: Porcentaje de discapacitados que no especifican el tipo de discapacidad según sexo y edad
Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos del Censo de 2010
En el Cuadro 2.1 se resume la información sobre las preguntas relacionadas con la
discapacidad en el Censo de 2010, y el número de respuestas para cada una de esas
cuestiones.
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
0-4 10-14 20-24 30-34 40-44 50-54 60-64 70-74 80-84 90-94
% N
o E
spe
cifi
can
Tip
o d
e D
isca
pac
idad
Hombres
Mujeres
19
Cuadro 2.1: Respuestas a las preguntas censales sobre discapacidad
Nota: el total de discapacidades por tipos no son excluyentes, lo que significa que el valor representa el número de discapacidades y no el número de personas que tienen esa discapacidad. Fuente: elaboración propia a partir de los microdatos del Censo de 2010
Además de las preguntas referidas a la discapacidad se investigaron otras cuestiones
directa o indirectamente relacionadas con el tema de nuestro interés, tales como si recibe
prestación del Seguro Social, el régimen contributivo, y características laborales, como
preguntar qué hizo la semana pasada, tratando con esto de averiguar si la persona trabaja o
no. Estos temas no se abordan en el presente trabajo pero podrían ser utilizadas en estudios
posteriores.
2.2. La encuesta de salud, bienestar y envejecimiento de 2009 (SABE2009)
Originalmente las encuestas SABE se aplicaron solo en poblaciones urbanas, siendo
estas poblaciones las capitales de Argentina, Barbados, Chile, Cuba, México y Uruguay, así
como en la más poblada ciudad de Brasil, Sao Paolo. La idea central del proyecto ha sido
evaluar el estado de salud de los adultos mayores en la región, definiendo a estos como las
personas que tienen sesenta años o más; y los siete ámbitos geográficos escogidos se supone
representan distintas etapas de envejecimiento regional. Los organizadores del proyecto, OPS,
BID, NIA, etc. explicaron que no se incluyeron ciudades de países como Ecuador que están en
transición demográfica plena, por motivos presupuestarios. Esto ocurría el año 2000, bajo la
coordinación científica del Centro de Demografía y Ecología de la Universidad de Wisconsin-
Campus Madison, así como de investigadores de los países que participaban en la encuesta.
La población objetivo investigada son los adultos mayores residentes en hogares
privados, pero que residan permanentemente en cada una de las antes referidas ciudades. El
diseño de los cuestionarios aplicados en cada país se efectuó de tal manera que éstos
aportaran resultados comparables. Los módulos del cuestionario incluyen las características
demográficas básicas de los informantes, características socioeconómicas, características de
hogar y vivienda, autoevaluación de salud, acceso y utilización de los servicios de salud,
enfermedades crónicas, evaluación nutricional, actividades de la vida diaria e instrumentales,
así como ingresos, propiedades y transferencias familiares e institucionales.
Población total Población de 60 y más años
Padece discapacidad Padece discapacidad
Si 816.156 Tipo de discapacidad Si 275.263 Tipo de discapacidad
No 12.546.802 No 949.328
Ns/Nc 1.120.541 Intelectual 103.767 Ns/Nc 117.073 Intelectual 15.043
Físico-Motora 343.714 Físico-Motora 132.124
Visual 186.117 Visual 78.301
Auditiva 118.812 Auditiva 59.163
Mental 59.211 Mental 13.833
Ns/Nc 88.729 Ns/Nc 14.565
20
Por su parte el Ministerio de Inclusión Económica y Social del Ecuador, MIES, el año
2008, conociendo las experiencias desarrolladas por los países inicialmente involucrados en el
programa de encuestas SABE y considerando que era necesario investigar para sustentar una
estrategia nacional frente a la atención que requiere la población de adultos mayores, diseñó y
aplicó en 2009, una encuesta bajo los lineamientos SABE, esperando aplicar resultados, de lo
que denominó Encuesta Nacional de Salud Bienestar y Envejecimiento SABE I 2009-2010.
Una de los avances que presenta la encuesta es que tiene cobertura rural además de
urbana, y que no se realiza en una sola ciudad sino en varias, de tal forma que estén
representadas zonas urbanas y rurales de Sierra y Costa. La inclusión de zonas rurales da a la
encuesta ecuatoriana posibilidad de evaluar mayor “diversidad de ambientes” donde mora un
porcentaje significativo de adultos mayores.
Los hogares para ser considerados debían tener como parte del mismo al menos una
persona de sesenta o más años. El marco muestral utilizado fue la cartografía del censo de
población del año 2001. Un total de 3672 viviendas fueron consideradas en el sector urbano y
1596 en el rural que, luego de las verificaciones de campo, arrojaron un total 5235 entrevistas1
(véase cuestionario en Anexos). Por la falta de respuesta (4%) encontrada en la variable edad
finalmente se trabaja con 5015 registros, encontrándose que el 51,8% son mujeres. En relación
a la edad el 29,9% tienen entre 60 y 64 años, el 42,03% entre 65 y 74 años y el 28,1% restante
tienen 75 años y más.
Para el estudio de los mayores se consideran las características sociodemográficas de la
sección A del formulario denominada "Datos Personales" siendo estás:
Sexo
Edad. Esta variable presenta falta de respuesta del 4,2%. Al ser una variable clave en todo estudio demográfico y con la finalidad de trabajar con una muestra de tamaño igual al número de unidades de investigación que dieron respuesta a “Edad” trabajaremos no con los 5235 originalmente entrevistados sino con los 5015 que respondieron esta variable.
Alfabetismo, pregunta consultada como "usted sabe leer y escribir un recado".
Nivel de Instrucción, consultada como "Cuál fue el último nivel de instrucción y grado, curso o año más alto que aprobó" , teniendo como opciones de respuesta ninguno, centro de alfabetización, jardín de infantes, primaria, secundaria, ciclo postbachillerato, superior, postgrado, “no sabe” y “no responde”. Esta característica queda agregada para efectos del estudio como ninguno, primaria; secundaria y superior.
Arreglo del domicilio, esto es si actualmente vive solo o acompañado.
1W. Freire et al en [Freire, W. et al (2010) Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento SABE I Ecuador
2009-2010. Primera Edición. Aliméntate Ecuador /USFQ Quito Ecuador]
21
Estado Conyugal, se pregunta "Respecto a su estado marital, alguna vez ha estado usted casado(a) o en unión libre", tiene como opciones “sí” y “no”.
En cuanto al Deterioro cognitivo se utiliza la sección B del formulario. En esta sección
se integran el “Test de Folstein” MMSE abreviado (Mini Mental State Examination)2 y el
“Cuestionario de Actividades Funcionales de Pffefer “(PFAQ). El Test de Folstein incluye seis
preguntas y el de Pffefer once (ver anexo). En este estudio se crea una nueva variable basada
en las respuestas dadas por los entrevistados en ambos test. La convención es que si en la
prueba MMSE de Folstein se obtiene menos de 13 puntos y en la prueba Pffefer más de 5 se
considera que la persona presenta algún deterioro cognitivo, y en caso contrario no presenta
tal característica.
La sección C del formulario se denominada Estado de Salud, las variables a considerar
en el estudio, tienen que ver con la “salud percibida” por el entrevistado, “enfermedades que
lo aquejan”, así como la salud de los ojos, oídos y boca. La pregunta relacionada con el estado
de salud percibida exactamente dice así: "Diría usted que su salud es excelente, muy buena,
buena, regular o mala"; a más de las opciones que se encuentran en esa pregunta también se
presentan las opciones, “no sabe” y “no responde”. Para efectos de este estudio en esta
variable se unen categorías, quedando como “saludable”, cuando la salud es calificada como
excelente, muy buena y buena, y “no saludable “cuando se responde regular o mala. En
relación con las enfermedades que padecen los entrevistados, las preguntas consideradas son:
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si tiene la presión sanguínea alta”, es decir, hipertensión.”
Alguna vez un doctor o enfermera le ha dicho si tiene diabetes”, es decir, niveles altos de azúcar en la sangre.
“Alguna vez un doctor le ha dicho si tiene cáncer o un tumor maligno”, excluyendo tumores pequeños de la piel.
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si tiene alguna enfermedad pulmonar crónica” tal como asma, bronquitis o enfisema.
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si tiene tuberculosis”.
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si ha tenido un ataque al corazón”, una enfermedad coronaria, angina, enfermedad congestiva u otros problemas del corazón
“Alguna vez un doctor le ha dicho si ha tenido un embolia, derrame, ataque, isquemia o trombosis cerebral”.
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si tiene artritis, reumatismo o artrosis”.
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si tiene osteoporosis”.
En cuanto a la salud visual se consideran las preguntas: “Usa usted anteojos o lentes
de contacto para ver de lejos”, “Usa usted anteojos o lentes de contacto para ver de cerca”,
“Alguna vez un doctor o enfermera le dijo si tiene cataratas” y “Alguna vez un doctor lo ha
2 MMSE (Folstein) fue validado en Concepción, Chile dentro del Proyecto WHO/SPRA Demencias
Asociadas a Edad para ser usado junto con el Cuestionario de actividades funcionales de Pffefer (PFAQ) en el screening de deterioro cognitivo
22
tratado por glaucoma”. De la salud auditiva se pregunta: “Usa usted algún tipo de aparato
(como audífono) para oír mejor”; y acerca de la salud bucal se considera la pregunta “le faltan
algunos dientes o muelas”. Para todas las preguntas relacionadas con las enfermedades y el
estado de salud visual y auditivo las opciones de respuesta son: sí, no, no sabe y no responde,
excepto para la pregunta de la salud bucal donde se recodifica la variable y quedan como
opciones, le falta por lo menos un diente, no le faltan, no sabe y no responde.
Con la variables relacionadas con enfermedad, salud visual, auditiva y bucal se
construye la variable número de enfermedades, que más adelante llamaremos indicador de
enfermedad, siendo las categorías ninguna enfermedad, una, dos a tres y cuatro o más
enfermedades. También con esta variable se crea otra de tipo dicotómica, donde una opción
es tener tres o menos enfermedades y la otra agrupa cuatro o más enfermedades.
En la misma sección de Salud se consideran las preguntas sobre el estado nutricional
percibido. Se pregunta, "Se considera usted bien nutrido", las opciones de respuesta son sí, no,
no sabe, no responde. Otras preguntas consideradas tienen que ver con la salud, nutrición y
economía inicial del entrevistado y se utilizan: “Durante la mayor parte de sus primeros 15
años de vida, diría usted que su salud era excelente, buena o mala” y “Durante los primeros 15
años de su vida, diría usted que hubo algún tiempo en que no comió lo suficiente y tuvo
hambre”, siendo las opciones de respuesta sí, no, no sabe no responde. En relación con la
situación económica durante ese periodo de la vida se pregunta así: “Durante la mayor parte
de sus primeros 15 años de vida, cuál era la situación económica de su familia”, y las opciones
de respuesta son: buena, regular, mala, no sabe, no responde. La variable salud durante los
primeros quince años de vida se recodifica en dos opciones, uniendo excelente y buena en una
categoría y mala en otra. Para la pregunta sobre la situación económica se unen las opciones
buena y regular para formar una categoría y la otra la constituye la respuesta mala situación
económica.
En relación a la Funcionalidad, esto es Actividades de la Vida Diaria (AVD) y Actividades
Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), se utiliza la sección D del formulario. Para todas las
preguntas las posibles respuestas son: sí, no, no puede, no lo hace, no responde. La batería de
preguntas es:
Tiene dificultad para correr o trotar un kilómetro y medio o 15 cuadras;
Tiene dificultad para caminar varias calles (cuadras);
Tiene alguna dificultad para caminar una calle (cuadra);
Tiene dificultad al estar sentado durante dos horas;
Tiene dificultad al levantarse de una silla después de estar sentado un largo rato;
Tiene dificultad para subir por las escaleras varios pisos sin descansar;
Tiene dificultad para subir un piso por las escaleras sin descansar;
Tiene dificultad para agacharse, arrodillarse o encorvarse;
Tiene dificultad para extender sus brazos más arriba de los hombros;
23
Tiene dificultad para halar, empujar o retirar un objeto grande, como un sillón;
Tiene dificultad para levantar o transportar un peso de más de 5 kilos (10 libras), como una bolsa pesada de compras;
Tiene dificultad usted para levantar una moneda de una mesa;
Otras variables en relación a funcionalidad utilizadas son:
Tiene dificultad para cruzar un cuarto caminando;
Tiene dificultad para vestirse (incluyendo ponerse los zapatos, calcetines o medias);
Tiene dificultad para bañarse (incluyendo entrar y salir de la bañera);
Tiene dificultad para comer (incluyendo cortar la comida, llenar los vasos, etc.);
Tiene dificultad para acostarse o levantarse de la cama;
Tiene dificultad para usar el servicio higiénico (incluyendo sentarse y levantarse del excusado o inodoro);
Tiene dificultad para preparar la comida caliente;
Tiene dificultad para manejar su propio dinero;
Tiene dificultad para ir a otros lugares solo(a), como ir al doctor, la iglesia, etc;
Tiene dificultad para hacer las compras de alimentos;
Tiene dificultad para hacer quehaceres ligeros de la casa, como las camas, sacudir, etc.;
Tiene dificultad para hacer quehaceres pesados de la casa, como limpiar el baño, limpiar pisos, etc.;
Tiene dificultad para tomar sus medicinas;
Tiene dificultad para llamar por teléfono.
Para las siete primeras preguntas las posibles respuestas son: sí, no, no sabe y no
responde. Para las siguientes las respuestas son: sí, no, no lo hace, no sabe y no responde. En
la última pregunta se añade también como posible respuesta el no disponer de teléfono.
A partir de las anteriores variables de funcionalidad se crea la variable capacidad
funcional que llamaremos, indicador de capacidad funcional. Esta se construye en base al
número de AVD y AIVD que se presentan en el adulto mayor, y tiene cinco categorías en las
que se califica al adulto mayor como capaz, levemente incapaz, moderadamente incapaz,
severamente incapaz y con incapacidad. A la primera categoría se integran quienes se manejan
de manera independiente para realizar actividades cotidianas elementales o instrumentales.
Son levemente incapacitados los que tienen dificultades con las AIVD, sin importar en cuántas
de ellas. Para ser clasificado como moderadamente incapaz se debe tener dificultad en alguna
AVD y además estar afectado por una AIVD. Se clasifica a alguien como severamente incapaz si
la persona declara tener dificultad en una o más AVD y en más de una de las AIVD, sin incluir a
los que tienen todas las AVD y las AIVD. La discapacidad es total o Incapacidad en el caso de
que exista dificultad en todas las AVD y AIVD. Además se crea otra variable dicotómica donde
una categoría es la suma de incapacidad y la incapacidad severa y la otra categoría el resto de
situaciones.
De la sección F del formulario SABE, Uso y accesibilidad del servicio, se consideran para
este estudio dos preguntas:
24
Seguro de salud. En el cuestionario se formula la pregunta, “Qué tipo de seguro de salud tiene usted”, cuyas opciones de respuesta son IESS-Seguro General, IESS-Seguro Campesino, Seguro privado, Seguro ISSFA o ISSPOL, Seguro Municipal, ninguno, no sabe, no responde. La variable se ha agregado quedando dos opciones de respuesta: los que no tienen seguro y los que si tienen, además de las categorías no sabe y no responde.
Uso asistencia sanitaria. En relación con esta cuestión la pregunta textual dice, “Durante el último año (12 meses), a dónde fue cuando se sintió enfermo o cuando necesitó hacer una consulta de salud”, y las opciones de respuesta son: no estuve enfermo, no hice la consulta aunque la necesité, los establecimientos públicos de salud, los establecimientos privados de salud, botica o farmacia, casa de reposo, naturista, otro, no sabe y no responde. Esta variable se recodifica en dos opciones, una todos los establecimientos públicos de salud y la otra opción la unión de las otras categorías mencionadas, además de los no sabe o no responde.
De la sección H denominada Historia Laboral y Fuentes de Ingreso, se utiliza la pregunta
“Considera que usted (y su pareja) tiene(n) suficiente dinero para cubrir sus necesidades del
vivir diario y si "Alguna vez en su vida ha tenido algún trabajo por el cual recibió un pago en
dinero o en especie", para las dos preguntas las opciones de respuesta son: sí, no, no sabe y no
responde. Se crean dos variables dicotómicas para las dos variables.
25
3. METODOLOGÍA
3.1. Tasas de discapacidad
A partir del censo de Ecuador, para sintetizar los niveles de discapacidad se han
calculado las tasas brutas para el conjunto de toda la población y para los colectivos de
población de 60 y más años y de 80 y más años, así como las tasas específicas de la población
por edad a través de la expresión:
donde d es el número de personas que declararon tener discapacidad permanente por más de un año según el tipo (t), el grupo de edad (x), el sexo (s) y cualquier otra característica sociodemográfica (c), y P la población sometida al riesgo de la misma edad, sexo y característica sociodemográfica.
Las tasas generales están sujetas a un efecto de estructura por edades de la población,
lo que puede provocar un sesgo cuando se comparan los resultados entre las diferentes
categorías de análisis. Para neutralizar ese efecto, se ha procedido a calcular también las
correspondientes tasas estandarizadas utilizando como población tipo la del conjunto de
Ecuador ambos sexos del Censo de 2010. La tasa estandarizada se ha calculado mediante
siendo la tasa específica de discapacidad según tipo, sexo, edad y otra característica
sociodemográfica, la población total de Ecuador de ese mismo grupo de edad.
3.2. Esperanza de vida libre de discapacidad
Se calcula la esperanza de vida libre de discapacidad como un indicador que sintetiza
las condiciones de mortalidad y de discapacidad de una población. Este indicador se determina
utilizando la “tabla de mortalidad” que es un tabulado estadístico que describe el curso de la
mortalidad y sobrevivencia de una cohorte a través de su ciclo de vida.
La tabla estándar consiste de siete columnas, la primera de las cuales es el rango de
edades x y x+n, con el que se trabaja, en cada fila del tabulado; la segunda columna representa
qx, la probabilidad que alguien muera entre las edades x y x+n; sigue la columna lx, que
representa el número de sobrevivientes a la edad x; la cuarta columna dx, es el número de
personas que mueren entre las edades x y x+n; la quinta Lx, el número de años-personas
vividos entre la edades x y x+n, es decir, conjunto de años vividos entre las edades x y x+n por
26
los sobrevivientes a la edad exacta x; Lx es también llamada población estacionaria; la siguiente
columna es la Tx, años-persona futuros, a partir de la edad x, esto es, conjunto de años que le
restan por vivir a los supervivientes de edad exacta x; y, la séptima columna que es ex, la
esperanza de vida a la edad x.
La esperanza de vida es un indicador de la mortalidad de una población y no es
dependiente de la estructura de edades, en muchas ocasiones se la toma no solo como un
indicador de la salud global de una población sino que además se la ha asociado al desarrollo
económico de la población; posición hoy en descrédito ante la existencia de países con una
alta esperanza de vida al nacer, e0, que superan a los de otros cuyo percápita es más alto. No
todo se presenta incuestionable para la esperanza de vida, puesto que la “calidad” con la que
se vive no está reflejada en ella. Por este motivo, se recurre a combinar la mortalidad con
información sobre salud o discapacidad para saber cuántos años se puede esperar vivir en
“buena salud” o “sin discapacidad”.
Para calcular Esperanzas de Vida en Salud debe modelarse utilizando teoría de
probabilidades, particularmente cadenas de Markov (Keifitz et al, 2005), en la que los estados
del proceso son salud, discapacidad y muerte, con esta última siendo un estado absorbente
que no puede ser revertido. Deberíamos disponer de información que permita determinar las
correspondientes probabilidades de transición, lo que requiere que a una misma muestra se la
investigue en varias ocasiones a fin de verificar los cambios que ocurran en los estados que
sean reversibles, lo cual es operativamente difícil y costoso (Preston et al, 2002).
El método más comúnmente utilizado cuando se dispone solamente de la tabla de vida
y de las tasas de discapacidad por edad, es el método de Sullivan. La Esperanza de Vida Libre
de Discapacidad para la edad (x) según sexo (s) se obtiene determinando la población
estacionaria libre de discapacidad , esto es, L'x,s que será igual al producto entre la población
estacionaria Lx,s y la tasa libre de discapacidad en el grupo de edad de edad x, x+n , dada por
(1-td'x,s), donde td'x,s es la tasa de discapacidad por edad según el censo o encuesta utilizada.
Con esto se está en condiciones de calcular las correspondientes T'x,s (conjunto de años vividos
libres de discapacidad) y e'x(esperanza libre de discapacidad), donde
siendo k el ordinal del grupo etario abierto y x es el ordinal del grupo etario del que se quiere
obtener T'x,s. De aquí se desprende la correspondiente esperanza de vida libre de discapacidad.
27
3.3. Funcionalidad y estado de salud de acuerdo al modelo González y Ham-Chande
Los demógrafos González César y Ham-Chande Roberto (2007) utilizan un algoritmo
que hace posible determinar un indicador de estado de salud, a partir de los datos de una
encuesta como SABE, donde se haya medido el número de enfermedades crónicas, el
deterioro cognitivo, la capacidad funcional en términos de las AVD y AIVD y la autovaloración
de salud que efectúe el individuo entrevistado (Cuadro 3.1).
Cuadro 3.1: Modelo González y Ham-Chande; construcción del Indicador de Estado de Salud
De igual forma el algoritmo permite determinar un indicador de factores de riesgo a
partir del estilo de vida de las personas, en este caso de los adultos mayores, donde se
consideran el consumo de tabaco y alcohol así como la actividad física. Al unir el indicador de
factores de riesgos con el indicador del estado de salud, de acuerdo a los procedimientos
indicados en el algoritmo, se obtiene el indicador de tipo de envejecimiento. En este trabajo
solo se obtendrá el indicador del estado de salud, que someteremos a pruebas estadísticas
utilizando regresión logística. A continuación se explican los diferentes componentes utilizados
para el cálculo del indicador:
Los valores que puede tomar el indicador de enfermedades son cero, uno, dos o tres
de acuerdo al número de enfermedades que afecten a la persona.
El indicador de Deterioro Cognitivo se define como la pérdida de facultades mentales,
se utilizan los test de Evaluación Cognitiva de "Mini Mental State Examination de
Folstein" MMSE abreviado y el Cuestionario de actividades funcionales de Pffefer
(PFAQ). Se contabiliza que el individuo tiene deterioro cognitivo si en el Test MMSE
abreviado obtiene una puntuación menor a 13 puntos y en el test PFAQ la puntuación
obtenida es mayor a 5 puntos, caso contrario se lo clasifica como que no presenta
deterioro cognitivo.
Indicador de Enfermedades
Ninguna Una 2-3 4 o más
(0) (1) (2) (3)
Capacidad Funcional
Capaz Levemente incapaz Moderadamente incapaz Severamente incapaz Incapaz
(0) (1) (2) (3) (4)
Autopercepción
Excelente Muy bueno Bueno Regular Malo
(1) (2) (3) (4) (5)
Deterioro Cognitivo No Sí
(0) (1)
Indicador de Estado de Salud
Suma
< 3
Entre 3 y 5
De 6 a 9
> 10
Estado de Salud
Muy bueno
Bueno
Regular
Malo
28
El indicador de capacidad funcional se construye en base al número de AVD y AIVD se
presentan en el adulto mayor, tiene cinco categorías en las que se califica al adulto
mayor como completamente capaz, con discapacidad leve, con discapacidad
moderada, con discapacidad severa y con discapacidad total3.
Para autopercepción, a quienes se califican como poseedores de una excelente salud
se les asigna el valor uno, dos para muy bueno, tres para bueno, cuatro para regular y
cinco para malo.
El indicador del estado de salud se obtiene sumando los cuatro valores previamente
descritos; calificándose como muy bueno si la suma de “indicador de enfermedades”,
"deterioro cognitivo" “funcionalidad” y “autopercepción” es menor que tres; es bueno si la
suma no es menor que tres ni mayor que cinco; regular resulta de una suma no menor a seis
pero no mayor que nueve; y, se califica como malo si la suma de los tres valores es diez o más.
3.4. El modelo logístico
Los modelos de regresión lineal permiten explicar una variable dependiente Y, que es
cuantitativa, utilizando una o más variables de explicación que también son continuas, lo cual
se enmarca dentro de los denominados modelo lineales generales. Ante la necesidad de tener
procedimientos que permitan explicar variables dependientes discretas, en términos de
variables independientes categóricas, discretas o continuas, surgen los Modelos Lineales
Generalizados, MLG, de los cuales los modelos lineales generales y por tanto la regresión lineal
son casos particulares. El concepto fundamental en MLG es el de la función de enlace, que para
la Regresión Logística es:
0 1 1 2 2
1P(Y = 1)
1 exp X X ... Xk k
Donde Y, la variable que vamos a explicar, toma solo los valores “cero” y “uno”; y, la
explican k variables que son X1, X2, … , Xk. Piénsese que Y es la variable “discapacidad” que
toma los valores uno si la persona investigada está discapacitada y cero si no lo está; y,
tratamos de explicarla por medio de k = 3 variables, X1 = sexo, X2 =edad y X3 = estado civil.
Nótese que se trata de determinar la probabilidad P(Y = 1), para lo cual hay que
estimar los valores de 0 , 1, … ,k; esto se efectúa por medio del método de máxima
verosimilitud. El logaritmo natural de P(Y = 1), es lo que se conoce como logit:
0 1 1 2 2logit p(Y = 1) X X ... Xk k
3 En el apartado de fuentes se describen los criterios utilizados para asignar a los individuos en las
distintas categorías.
29
Siendo
p(Y = 1)
logit p(Y = 1) log1 p(Y = 1)
e
A la expresión p(Y = 1)
1 p(Y = 1)se la conoce como “apuesta” (en inglés “odd)” y la medida
de asociación entre el valor cero y el valor uno es el cociente OR dado por:
p(Y = 1)
1 p(Y = 1)OR =
p(Y = 0)
1 p(Y = 0)
Este valor es siempre positivo y si es mayor que uno, indica una asociación positiva
entre la variable Y y la variable independiente que la explica; de ser entre cero y uno la
asociación es negativa.
Para verificar la validez del modelo, se utilizan como estadísticos de prueba el de Wald
o la desviancia, siendo la hipótesis nula aquella en la cual se postula que todos los parámetros,
betas, del modelo, son cero, que de no ser rechazada significaría que las variables propuestas,
no explican de manera significativa a Y. Es generalmente aceptado que se rechace la hipótesis
nula si el nivel de significancia de la muestra (valor p) es menor que 0,05.
Se debe ser cuidadoso con las escalas que se usan en las variables de explicación, pues
alguna de ellas se puede volver dominante, porque la escala que se utiliza supera en valor
absoluto a las restantes variables de explicación, por lo que en casos como este, se opta por
estandarizar los valores de las variables con las características señaladas. También se debe
tener cuidado con el tamaño de la muestra, puesto que la dispersión de los estimadores se
vuelve más pequeña a medida que aquella se hace mas grande, lo cual haría que el valor p sea
en general menor que 0,001, por lo que J. Hoffman (2005) recomienda no solo mirar al nivel de
significancia de la muestra, valor p, sino también al valor absoluto del indicador.
En este trabajo utilizaremos los modelos logísticos para explicar la autopercepción de
salud que es dato obtenido de la base de datos de la encuesta SABE, así como el indicador del
estado de salud y el indicador de funcionalidad construidos utilizando el algoritmo de González
y Ham-Chande.
Para la aplicación del modelo logístico se utilizarán variables de la base de datos que
son: Salud percibida, sexo, edad, Etnia, Alfabetismo, Nivel de Instrucción, Estado Civil, Arreglo
domiciliario, Nutrición, Situación de salud en los primeros quince años de vida, Nutrición en el
pasado, Situación económica en los primeros 15 años de vida, Concurrencia a establecimientos
de Salud Público, Cobertura de seguro y Suficiente ingreso para sus necesidades.
30
4. RESULTADOS
Un total de 14.483.499 personas fueron contabilizadas en el censo ecuatoriano de
población y vivienda del año 2010, de las cuales 1.341.664 personas tenían más de sesenta
años; y, 816.156 respondieron tener al menos una discapacidad, pero solamente 727.427
declaran haber tenido al menos una discapacidad por más de un año; y, especifica cuál o
cuáles fueron éstas. Esto significa que 9,26% por ciento de la población del Ecuador, era ya
persona mayor y que el 5,6 por ciento, también del total, tiene algún tipo de discapacidad.
El 50,4% de la población ecuatoriana es mujer y el 49,6% hombre; en relación a la
población mayor de 60 años, se marca la diferencia entre mujeres y hombres, donde las
mujeres representan el 52,12% y los hombres un 47,87% para hombres, es decir, existe
tendencia dominante del sexo femenino. La edad promedio de la población ecuatoriana es 28
años, la de la población de personas mayores es 70 años, 45 la de las personas discapacitadas y
74 la de las personas mayores discapacitadas. La edad mediana de estas poblaciones, en el
mismo orden es, 25 años, 67, 47, y 73 años (Véase el cálculo de otros indicadores en Anexo 3).
El Gráfico 4.1 muestra la pirámide poblacional para todas las edades, hombres y
mujeres, se reparten equitativamente en relación a estar o no discapacitado, y el mismo
patrón se da para los que no declaran su estado de discapacidad. Cuando miramos la pirámide
en relación al grupo con discapacidad representada en el Gráfico 4.2, es posible apreciar que
los hombres prevalecen en todos los grupos etarios quinquenales, aunque las diferencias no
son altas, pero pasados los setenta años son las mujeres las que prevalecen sobre los hombres.
Gráfico 4.1: Pirámide de población de Ecuador 2010 que declara Discapacidad Permanente por más de un año
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
6% 4% 2% 0% 2% 4% 6%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 a 84
85 a 89
90 a 94
95 a 99
100 +
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e Ed
ad
Sí
No
No responde
31
Gráfico 4.2: Pirámide de población de Ecuador con Discapacidad en 2010
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Al considerar a toda la población quienes respondieron tener alguna discapacidad
permanente por más de un año y declaran el tipo de discapacidad, en su mayoría tienen una
sola discapacidad (91,6%); el 6,5% dos discapacidades; el 1,1% tres; 0,3% cuatro; y, el 0,5%
cinco discapacidades. Se contabilizan un total de 811.621 discapacidades y de estás el 13% es
al menos intelectual; el 42% físico motora; 23% es al menos visual; 15% auditiva; y, 7% es al
menos mental, siendo que cada discapacidad puede estar combinada con una o más
discapacidades.
De las personas mayores de 60 años, 275.263 declaran tener algún tipo de
discapacidad permanente por más de un año, representando al 20,5% de la población mayor
(Ver Anexo 4), de ellos solamente 260.698 especifican el tipo de discapacidad que los afecta. El
88.1% declara tener una sola discapacidad, siendo este porcentaje menor al de la población
total. El 9,8% tienen dos discapacidades y al compararlo con toda la población este porcentaje
es mayor; los porcentajes para tres, cuatro y cinco discapacidades son cercanos a los de la
población total siendo estos, 1,6; 0,2; y, 0,2 por ciento, respectivamente. Se contabiliza un
total de 298.464 discapacidades, repartiéndose entre al menos una discapacidad intelectual
(5%); físico motora (44%); visual (26%); auditiva (20%); y, mental (5%).
El índice de masculinidad por grupo etario anual para la población total y para la
población con algún tipo de discapacidad se ha representado en el gráfico 4.3. En el caso de
toda la población este índice se conserva superior al 100% hasta los 22 años, edad a partir de
la cual comienzan a predominar las mujeres y en las edades extremas llega, el índice, hasta
60%. El patrón de este índice de masculinidad es siempre decreciente. Para la población con
discapacidades la situación es diferente, en las edades tempranas el índice de masculinidad es
4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 a 84
85 a 89
90 a 94
95 a 99
100 +
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e Ed
ad
4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 a 84
85 a 89
90 a 94
95 a 99
100 +
Porcentaje de población con Discapacidad
Gru
po
s d
e E
dad
Hombres
Mujeres
4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 a 84
85 a 89
90 a 94
95 a 99
100 +
Porcentaje de población con Discapacidad
Gru
po
s d
e E
dad
Hombres
Mujeres
32
siempre superior a 110% llegando a un máximo de 140 alrededor de los 28 años, que es
cuando comienza a ser decreciente, pero sigue siendo superior al 100% más allá de los
setenta años; posterior a esta edad presenta un comportamiento que en poco difiere de la
población total.
Gráfico 4.3: Índice de Masculinidad de la Población Total y de la Población con Discapacidad en 2010
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Consideremos algunas características de la población de personas mayores con
discapacidad, el 58% vive en las zonas urbanas, siendo hombres el 49%, es decir hay una
mayor cantidad de mujeres pero en el total la diferencia es poco significativa, sin embargo, en
las edades finales, las mujeres pesan mucho más que los hombres. Cuatro de cada cinco
personas mayores con discapacidad no están afiliados a la seguridad social y entre los afiliados,
los hombres casi duplican a las mujeres. Veinte y tres de cada cien miembros de esta
subpoblación trabaja aún, de los cuales diecisiete son hombres y seis son mujeres. Entre
quienes no trabajan, el 43% es hombre y el 57% es mujer. En cuanto a su educación formal,
treinta y tres de cada cien adultos mayores con discapacidades, son analfabetos; de los
analfabetos, cuarenta y dos de cada cien son varones y los restantes sesenta y ocho, son
mujeres. Con referencia al estado civil, la mitad de la población está casada o unida
formalmente a una pareja, hay 27,4% de la población que ha enviudado y entre solteros y
divorciados bordean el 20%. Entre los viudos, siete de cada diez son mujeres. Entre las
mujeres, casadas y viudas conforman el 80% de la población considerada, con igual
ponderación para cada estado civil.
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Mas
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Población Total
Población con Discapacidad
33
4.1. Tasas de discapacidad para la población ecuatoriana y para personas mayores
4.1.1. Resultados por sexo y edad
Consideremos primero las tasas de discapacidad de la población total. En el Gráfico
4.4 se puede observar el comportamiento por edad de la tasa de discapacidades de la
población al año 2010, especificada por edad y sexo. En ambos casos la prevalencia de la
discapacidad tiene un patrón a través del tiempo que es creciente, notándose que el mismo se
acelera al convertirse la persona en adulto mayor. Si bien las tasas son siempre ligeramente
superiores para el hombre, al final del ciclo vital el patrón se revierte y las mujeres, que a esas
edades superan numéricamente a los varones, presentan mayores tasas de discapacidad.
Pasados los noventa años, la discapacidad afecta a más de la mitad de las personas, estén
estas en el grupo de hombres o de mujeres.
Gráfico 4.4: Tasas de Discapacidad por sexo y grupo de edad. 2010
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Al estandarizar las tasas de discapacidad y compararlas con las tasas brutas se
encuentra que las tasas estandarizadas son siempre menores para las mujeres, que las tasas
brutas; en cambio, los hombres registran tasas estandarizadas mayores que las tasas brutas
(Tabla 4.1). En cuanto al sexo, en todo tipo de tasas y grupo etario, las mujeres registran
valores menores que los hombres, apenas si en el grupo abierto la tasa total se acerca en valor
para ambos géneros. La diferencia entre hombres y mujeres es de ocho por mil para la tasa
bruta total y en el caso de la estandarizada es diez por mil.
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Tasa
po
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il
Hombre
Mujer
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Tabla 4.1: Tasas brutas y estandarizadas según tipo de discapacidad, sexo y edad. 2010
Edad Tipo Tasa bruta Tasa estandarizada
Hombre Mujer Hombre Mujer
Total
Total 60,75 52,02 61,77 51,10
Intelectual 7,89 6,45 7,91 6,41
Físico Motora 25,87 21,63 26,36 21,15
Visual 13,41 12,30 13,73 12,02
Auditiva 8,80 7,62 9,08 7,39
Mental 4,39 3,80 4,44 3,74
60+
Total 211,06 199,75 213,85 197,00
Intelectual 11,19 11,24 11,32 11,05
Físico Motora 98,20 98,73 99,24 97,38
Visual 59,71 57,12 60,77 56,17
Auditiva 48,12 40,40 49,42 39,43
Mental 9,86 10,72 10,03 10,51
80+
Total 372,22 368,89 374,45 366,54
Intelectual 19,44 22,37 19,55 22,16
Físico Motora 157,39 179,89 158,28 178,64
Visual 118,35 114,17 119,52 113,19
Auditiva 122,45 99,57 123,76 98,55
Mental 19,05 23,73 19,22 23,50
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Particularizando el tipo de discapacidad, la que resalta en la población total y en la de
personas mayores es la Físico Motora, que en la primera población alcanza alrededor de
veintiséis de cada mil hombres y a veintiuno de cada mil mujeres. A continuación, la sigue la
discapacidad de tipo visual con una tasa que es la mitad de la físico motora. La discapacidad
intelectual y la discapacidad auditiva mantienen tasas brutas y estandarizadas en la vecindad
del siete por mil, en tanto que discapacidad mental es la que menos afecta a la población total
y se mantiene alrededor del cuatro por mil.
Las personas mayores han sido particionadas en dos grandes grupos, el de aquellos
que tienen sesenta años y más y el grupo de los que tiene tienen más de ochenta años.
Considerando el primer grupo, la discapacidad total alcanza para los hombres poco más de
doscientos diez por mil, en tanto que en las mujeres son muy cercanas al doscientos por mil.
Comparando este grupo con la población toda, las tasas de discapacidad se han cuadruplicado.
La discapacidad físico motora sigue siendo la de mayor presencia, pero la auditiva y visual
repuntan superando a la segunda y a la primera. La comparación por sexo mantiene los
patrones de la población total, pero obviamente los valores absolutos de las tasas aumentan.
Cuando consideramos los adultos de ochenta o más años, los niveles de discapacidad
se exacerban, con respecto a las poblaciones ya consideradas, en todos los grupos etarios y
sexo. La discapacidad total está en el vecindario de trescientos setenta por mil, excediendo
este valor un tanto los hombres; y, las mujeres no alcanzándolo por escaso margen. La
discapacidad físico motora sigue siendo la preponderante, pero las mujeres superan con
amplitud a los hombres, casi en un veinte por mil. La discapacidad auditiva supera a la visual
35
en ambos sexos, pero la prevalencia es mayor en los hombres. Las discapacidades mental e
intelectual llegan a un veinte por mil, teniendo ambas mayor prevalencia entre las mujeres.
En síntesis, en la juventud y adultez hombres y mujeres no presentan marcadas
diferencias en cuanto a discapacidades, pero al llegar a ser adultos mayores las mujeres tienen
mayor cantidad de años de vida pero la calidad de su salud se ve afectada por una mayor
prevalencia de las discapacidades que mayoritariamente afectan a su movilidad, visión y
audición.
4.1.2. La esperanza de vida libre de discapacidad
Para los cálculos de la esperanza de vida libre de discapacidad (EVLD) se ha utilizado la
tabla de vida de la Organización Mundial de la Salud para Ecuador, la misma que determina
una esperanza de vida al nacer (EV) de 72,6 años para los hombres y 78,4 años para las
mujeres. Igualmente se consideran los resultados de discapacidad utilizados en sección previa.
Como se observa en la Tabla 4.2 para los hombres la EVLD al nacer es siete años menos
que la EV, significando esto que se espera que un hombre ecuatoriano viva el 90,4% de su
existencia libre de discapacidad. Para las mujeres esa diferencia es también siete años, siendo
su esperanza de vida libre de discapacidad al nacer de 71 años. Cuando un hombre ha vivido
veinte años la EV es 55,4 años pero la EVLD es solo el 88% de este valor; con el transcurso de
los años la EVLD continúa disminuyendo, en valor absoluto y como porcentaje de la EV, hasta
que llegados los ochenta años le restan 8,5 años de vida y 5,3 años libre de discapacidad, lo
que representa un 62,4% de la EV.
Tabla 4.2: Esperanza de vida y esperanza de vida libre de discapacidad por sexo y edad. 2010
Edad Hombres Mujeres
EV EVLD % EVLD EV EVLD % EVLD
0 72,60 65,61 90,4% 78,40 71,05 90,6%
20 55,40 48,70 87,9% 60,70 53,62 88,3%
40 38,30 32,17 84,0% 41,80 35,28 84,4%
60 21,70 16,60 76,5% 24,10 18,56 77,0%
80 8,50 5,30 62,4% 9,70 6,00 61,9%
Fuente: elaboración a partir de las tablas de mortalidad de la OMS y de los microdatos del Censo de 2010
Teniendo en cuenta que la EV para la mujer en todas las edades es mayor que la del
hombre y que sus tasas de discapacidad, en términos generales, son menores que las de estos,
la EVLD de la mujer es superior cuantitativamente que la de los hombres, hasta un máximo de
seis años al nacer y poco más de medio año a la edad ochenta. Por su parte, con las salvedades
cuantitativas ya señaladas, los patrones gráficos de la curva para hombres y mujeres, en
cuanto a EV y EVLD son similares en ambos sexos, como se aprecia en el Gráfico 4.5.
36
Gráfico 4.5: Esperanza de vida y esperanza de vida libre de discapacidad por sexo y edad. 2010
Fuente: elaboración a partir de las tablas de mortalidad de la OMS y de los microdatos del Censo de 2010
En el Gráfico 4.6 se muestra el número de años vividos total (nLx) y libres de
discapacidad (nL'x) para los sobrevivientes entre dos edades exactas, por edad y sexo. La
diferencia entre años vividos y años vividos libres de discapacidad, para la correspondiente
edad, son los años vividos afectados por discapacidades. Como es obvio en los años de
juventud, la diferencia entre ambos valores es muy pequeña por la escasa presencia de
afecciones que conducen a discapacidades, y en los años finales también pero por distinta
razón, la muerte está cerca. Las mayores diferencias están entre los 55 y 80 años, que son los
años vividos con mayor discapacidad. No se aprecia mayor diferencia entre sexos, aunque para
las mujeres los años vividos con discapacidad entre 55 y 80 años son ligeramente superiores a
la de los hombres.
Gráfico 4.6: Número de años vividos total (nLx) y libres de discapacidad (nL'x) entre dos edades exactas, por edad y sexo. 2010
Fuente: elaboración a partir de las tablas de mortalidad de la OMS y de los microdatos del Censo de 2010
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EV EVLD
Hombres Mujeres
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Hombres
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Mujeres
37
4.1.3. La discapacidad según el estado civil
El análisis de la Tabla 4.3 y el Gráfico 4.7, nos permitirá encontrar, si existen, patrones
que faciliten inferir acerca del efecto del estado civil de las personas, en lo que respecta a las
tasas de discapacidad. En la población total de hombres son los solteros y los viudos quienes
presentan las más altas tasas de discapacidad, mientras que los menos afectados son los
casados. Si nos ceñimos a los adultos mayores, los solteros alcanzan tasas de discapacidad
total de 280 por mil; la diferencia entre solteros y viudos no es muy alta en términos de la tasa
bruta, pero es notoria cuando se utiliza la tasa estandarizada. Los divorciados están en lugares
intermedios, respecto a las agrupaciones nombradas, con tasas brutas en los doscientos
quince por mil y tasas estandarizadas superiores un quince por mil.
Gráfico 4.7. Tasas de discapacidad según sexo, edad y estado civil
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Los niveles de discapacidad de las mujeres, medidos en tasas brutas, son
notablemente inferiores que las de los hombres, pero se mantiene el hecho de que quienes
están casadas son las menos afectadas y las viudas y solteras las más. Al medio permanecen las
divorciadas. Las tasas estandarizadas muestran una elevación de las tasas para las mujeres
particularmente para viudas y divorciadas.
Al estandarizar las tasas de discapacidad, éstas aumentan de manera notoria para los
casados y divorciados, pero disminuyen para los viudos, a tal punto que los divorciados llegan
a superarlos. Los solteros continúan encabezando las tasas estandarizadas de discapacidades,
y aunque el efecto de la edad se siente al final del ciclo de vida, donde las mujeres se
incrementan, los casados se mantienen entre los menos afectados.
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Tasa
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Casado Divorciado/Separado Viudo Soltero
Hombres Mujeres
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Hablando de discapacidades específicas, la físico motora es la preponderante, con
tasas brutas de ciento veinticinco por mil para los viudos y ciento doce por mil para los
solteros; muy cercanos los divorciados y un poco más distantes los casados. Excepto para los
viudos, las tasas estandarizadas elevan su valor con respecto a las tasas brutas, patrón que se
reitera para las restantes discapacidades así como para las mujeres. La discapacidad mental
prepondera en los solteros, la auditiva en viudos y solteros; la visual en viudos; y la intelectual
en solteros. El patrón se replica para las mujeres y en términos generales para las tasas
estandarizadas.
Tabla 4.3. Tasas de discapacidad según tipo de estas, sexo y estado civil de la población mayor (tasas por mil)
Tasa bruta Tasa estandarizada
Casado Divorc. Viudo Soltero Casado Divorc. Viudo Soltero
Total
Hombres 190,9 215,3 280,9 278,4 201,3 231,0 226,1 285,5
Mujeres 159,9 179,6 247,6 248,0 181,7 201,3 202,8 247,5
Intelectual
Hombres 7,3 9,5 12,0 43,0 7,8 10,6 9,4 43,2
Mujeres 6,7 7,8 11,9 30,7 7,8 9,1 8,7 30,1
Físico Motora
Hombres 91,0 107,4 125,6 112,2 94,8 112,6 105,0 115,1
Mujeres 82,5 92,0 121,7 108,2 92,6 102,6 99,4 107,9
Visual
Hombres 54,1 63,0 90,4 62,3 57,7 69,1 69,5 65,6
Mujeres 44,9 52,3 76,7 57,8 51,8 59,0 62,0 57,7
Auditiva
Hombres 40,8 38,9 77,5 76,5 45,4 46,4 51,7 80,3
Mujeres 27,1 29,0 54,7 65,0 34,1 35,5 38,8 64,9
Mental
Hombres 7,8 10,6 12,7 21,7 8,5 11,4 9,7 21,9
Mujeres 6,9 9,6 13,5 19,6 8,4 11,2 10,1 19,6
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
4.1.4. La discapacidad según analfabetismos y niveles educativos
Consideremos ahora el efecto de la formación educativa de las personas, cuando las
clasificamos como analfabetas y alfabetas. Refiriéndonos al Gráfico 4.8, para la población
mayor a quince años las tasas de discapacidad específicas por edad de los analfabetos son
notoriamente mayores que la de los alfabetos, así como la de las mujeres son menores que las
de los hombres. Entre los quince y cuarenta y cinco años la tasa decrece para analfabetos, para
luego crecer de manera acelerada. En lo referente al grupo “no analfabeto”, sus tasas no solo
son menores para cualquier edad sino que son siempre crecientes con la edad.
En este esquema de instrucción formal, se reconoce de inmediato el efecto educación;
miremos al Gráfico 4.9, al grupo de personas sin educación formal, con su patrón, para ambos
sexos, de tasas de discapacidad decreciente en las edades a partir de los quince años; y, que
crece recién en las edades cercanas al inicio de la adultez mayor. Igualmente se refleja en el
gráfico, para hombres y mujeres, que entre más alto es el nivel de educación formal menores
son las tasas de discapacidad, manteniéndose siempre separados los niveles. Apenas si las
39
mujeres de nivel secundario, en las edades finales del ciclo de vida, logran tener intersección
con las que tienen preparación de nivel universitario.
Gráfico 4.8: Tasas de discapacidad según sexo, edad y saber leer y escribir
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Al estandarizar, se producen aumentos y disminuciones en las tasas de discapacidad de
los adultos mayores, se producen bajas para hombres y mujeres sin educación formal, pero se
producen aumentos perceptibles en pre y postgrado y nivel secundario. Domina la
discapacidad físico motora, en ambos sexos; en cuanto a la discapacidad intelectual es notorio
que mientras las personas sin formación tienen tasas de veinte por mil o más, quienes tienen
nivel superior de educación están en el vecindario del cinco por mil.
Gráfico 4.9: Tasas de discapacidad según sexo, edad y nivel de instrucción
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
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il
Alfabeto Analfabeto
Hombres Mujeres
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Tasa
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il
Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Hombres Mujeres
40
Tabla 4.4. Tasas de discapacidad según, sexo y nivel de instrucción de la población mayor (tasas por mil)
Tasa bruta Tasa estandarizada
Ninguno Primario Secundario Pre-
Postgrado Ninguno Primario Secundario
Pre-Postgrado
Total Hombres 295,8 222,3 153,6 91,8 275,4 224,9 166,3 106,2
Mujeres 271,1 200,9 131,2 88,1 245,1 230,8 161,8 129,3
Intelectual Hombres 24,2 8,8 6,7 3,7 24,5 8,9 7,5 4,8
Mujeres 20,7 8,7 5,8 3,2 20,4 10,3 8,0 5,9
Físico Motora
Hombres 123,9 106,1 79,1 46,6 115,9 107,0 84,1 52,8
Mujeres 121,2 103,4 72,9 48,0 108,7 119,0 90,5 71,9
Visual Hombres 87,0 64,1 38,0 20,8 77,5 65,1 41,4 23,3
Mujeres 79,2 59,3 30,2 20,3 68,3 68,0 35,8 29,3
Auditiva Hombres 82,9 48,3 26,4 16,9 74,1 49,8 31,2 23,5
Mujeres 73,1 34,3 19,4 11,7 63,5 42,6 27,0 21,5
Mental Hombres 14,3 9,6 7,5 4,3 13,7 9,8 8,6 6,0
Mujeres 14,8 10,0 7,4 4,4 13,5 11,7 10,6 8,7
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
4.1.5. La discapacidad según etnia
Aquellos individuos que se clasifican como negros e indígenas, sean hombres o
mujeres, exhiben tasas más altas de discapacidad que los restantes; los blancos son los menos
afectados, seguidos de los mestizos, aunque estos últimos en las etapas finales de la vida
tienen mayores tasas de discapacidad que todos (Gráfico 4.10).
Cuando observamos la Tabla 4.5, en la que los adultos mayores se los considera por
etnias, también las tasa brutas correspondiente del grupo clasificado como negro son las más
altas y las de blancos las más bajas. Al estandarizar aumentan las tasas para indígenas y
mestizos y disminuyen para negros y blancos, pero las variaciones en relación con las tasas
brutas no son muy significativas.
Gráfico 4.10: Tasas de discapacidad según sexo, edad y etnia
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
0
100
200
300
400
500
600
0-4
5
-9
10
-14
1
5-1
9
20
-24
2
5-2
9
30
-34
3
5-3
9
40
-44
4
5-4
9
50
-54
5
5-5
9
60
-64
6
5-6
9
70
-74
7
5-7
9
80
-84
8
5-8
9
90
-94
9
5+
0-4
5
-9
10
-14
1
5-1
9
20
-24
2
5-2
9
30
-34
3
5-3
9
40
-44
4
5-4
9
50
-54
5
5-5
9
60
-64
6
5-6
9
70
-74
7
5-7
9
80
-84
8
5-8
9
90
-94
9
5+
Tasa
po
r M
il
Indígena Negra Mestiza Blanca
Hombres Mujeres
41
Tabla 4.5. Tasas de discapacidad según, sexo y etnia de la población mayor (tasas por mil)
Tasa bruta Tasa estandarizada
Indígena Negra Mestiza Blanca Indígena Negro Mestizo Blanco
Total
Hombres 221,2 242,6 211,7 181,5 228,5 252,8 214,3 179,4
Mujeres 211,7 230,5 198,6 188,7 214,1 237,3 195,7 178,9
Intelectual
Hombres 13,6 11,5 11,1 9,9 13,5 12,2 11,3 9,8
Mujeres 13,9 13,6 11,0 10,3 14,0 14,2 10,8 9,6
Físico Motora
Hombres 83,6 120,0 99,2 88,6 86,3 123,2 100,2 87,7
Mujeres 86,9 118,3 98,6 101,0 88,0 121,7 97,2 95,7
Visual
Hombres 61,6 77,1 60,0 46,7 64,6 81,9 61,0 46,1
Mujeres 59,2 71,7 57,3 48,2 60,1 74,1 56,3 45,5
Auditiva
Hombres 76,7 30,4 47,9 37,0 80,7 34,2 49,1 36,3
Mujeres 69,3 25,0 39,6 32,8 70,4 26,4 38,6 30,0
Mental
Hombres 7,9 11,4 9,8 11,1 8,3 12,0 10,0 11,0
Mujeres 9,0 13,4 10,6 12,2 9,1 13,9 10,4 11,2
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Para una discapacidad específica, la más alta tasa, bruta o estandarizada, la presenta la
físico motora, para mujeres negras; y, la más baja para mujer indígena. Debe destacarse que la
discapacidad en general, parece afectar de una manera casi uniforme a los grupos étnicos
considerados y solo la auditiva resalta en la población indígena, en la cual tiene una incidencia
muy alta con respecto a las demás.
A priori podría suponerse que en todas o casi todas las discapacidades, la población
indígena tendría las mayores tasas, lo cual resulta que no es tal; lo que hace pensar en el
sentido de solidaridad que estos grupos étnicos manejan, al mismo tiempo que podría tratarse
también del adecuado uso de conocimientos ancestrales, poco utilizados o conocidos por la
población mestiza, que es la mayoritaria.
4.1.6. La discapacidad a nivel territorial
Pasamos a analizar resultados de la prevalencia de la discapacidad a nivel provincial a
partir de las tasas brutas y estandarizadas para la población total y para los adultos mayores
(Gráfico 4.11). Se puede notar que Orellana y Sucumbíos al igual que para la población toda,
en el caso de los adultos mayores siguen en los dos primeros lugares pero intercambiando
posiciones. Hay casos notorios como Esmeraldas que para la población nacional, registra tasas
estandarizadas que la ubican como la tercera más alta, mientras que para adultos mayores
ocupa posiciones intermedias. Azuay, Pichincha y Galápagos mantienen sus posiciones de tasas
mínimas en ambos esquemas.
Al estandarizar se presentan diferencias en los valores que toman las tasas por
provincia sugiriendo que hay un efecto de edad, destaca Orellana que sin estandarizar tenía
una tasa de discapacidad del 53 por cada 1000, llegando con la estandarización a tener la
segunda tasa más alta, del 68 por 1000. Las tasas estandarizadas más altas se registran en la
42
región amazónica, en Sucumbíos y Orellana, provincias ubicadas en la zona que es el centro de
extracción de petróleo del país, tienen áreas con ambientes insalubre y facilidades sanitarias
aun poco eficientes; también en la Costa, en la provincia donde la ruralidad es todavía
preponderante, como en Manabí, así como en provincias de la Sierra donde existe numerosa
población indígena.
Considerando los valores menores a la tasa nacional, que es del 56,4 por mil, destacan
Pichincha, la segunda provincia más poblada de Ecuador, que se ubica con un nivel educativo
entre los más altos del país y cuenta con la más eficiente infraestructura sanitaria del país, a
más de clima templado la mayoría del año. Igual destaca Galápagos, una provincia que es un
parque nacional y con un sistema de ingreso para poblarla, bastante restrictivo. Guayas, la
provincia más poblada del país, con alrededor del 20% de la población nacional, tiene una tasa
de discapacidad muy cercana a la media del país, y si bien se ubica en el trópico y es una
provincia que atrae migración interna de las provincias limítrofes, tiene una infraestructura
sanitaria que es mejor que el promedio del país.
Gráfico 4.11: Tasa bruta y estandarizada de discapacidad según provincia de residencia
Población Total Población de 60 y más años
Nota: Provincias ordenas según el valor de la tasa estandarizada. No se han representado los valores de los residentes en Exterior ni en Zonas No Delimitadas. La línea vertical representa el valor del conjunto de Ecuador. Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010.
Al estudiar específicamente a la población mayor, el patrón es muy parecido al de toda
la población, las tasas estandarizadas más altas están en las provincias de la Amazonía; esta
vez Orellana supera Sucumbíos, y las provincias costeras que destacan son Santo Domingo de
los Tsáchilas y El Oro; entre las provincias de la sierra aparece primero Carchi.
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Galápagos
Pichincha
Azuay
Tungurahua
Pastaza
Imbabura
Loja
Cotopaxi
Santa Elena
Guayas
Carchi
Chimborazo
El Oro
Los Ríos
Cañar
Morona Santiago
Sto Dom. Tsáchilas
Zamora Chinchipe
Bolívar
Manabí
Napo
Esmeraldas
Orellana
Sucumbios
Tasa por Mil Estandarizada Bruta
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200 220 240 260 280
Galápagos
Pichincha
Azuay
Loja
Pastaza
Tungurahua
Bolívar
Imbabura
Cañar
Santa Elena
Cotopaxi
Chimborazo
Guayas
Los Ríos
Esmeraldas
Manabí
Morona Santiago
Zamora Chinchipe
Carchi
Napo
El Oro
Sto Dom. Tsáchilas
Sucumbios
Orellana
Tasa por Mil
Estandarizada Bruta
43
En el Mapa 4.1 se han representado las tasas estandarizadas de discapacidad para el
conjunto de la población. Se clasifican las provincias en tres grupos, aquellas que tiene tasas
entre 38 y 50 por cada mil, las que tienen entre 51 y 63, y las que tienen tasas entre 64 y 79
discapacitados por cada mil habitantes. Para la población mayor también se observan tres
agrupamiento, las provincias cuyas tasas están entre 163 y 191 discapacitados por cada mil
habitantes, encontrándose dos provincias de la región sierra; la mayor cantidad de provincias
se encuentran en las zonas en que las tasas están entre 192 y 220 donde predominan las
provincias de la sierra; y la zona con las tasas más alta entre 221 y 253 discapacitados por cada
mil habitantes está constituida en mayor proporción por provincias de la Amazonía y dos
provincias costeras (Mapa 4.2).
Mapa 4.1: Tasas estandarizadas de discapacidad según provincia de residencia para la población total (tasas por mil)
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
38 - 50 por cada mil
51 - 63 por cada mil
64 - 79 por cada mil
Azuay
Bolívar
Cañar
Carchi
Cotopaxi
Chimborazo
El Oro
Esmeraldas
Imbabura
Loja
Los Ríos
Manabí
Morona Santiago
Napo
Pastaza
Pichincha
Tungurahua
Zamora Chinchipe
Galápagos
Sucumbios
Orellana
GuayasPeninsula de Santa Elena
Santo Domingo de los Tsachilas
44
Mapa 4.2. Tasas estandarizadas de discapacidad según provincia de residencia para la población mayor (tasas por mil)
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
4.2. La discapacidad múltiple
En la sección anterior se ha analizado padecer al menos algún tipo de discapacidad sin
distinguir específicamente la combinación con otro tipo de discapacidades. En este análisis la
discapacidad múltiple se cuantifica a través del número de personas que padecen exactamente
una discapacidad, dos discapacidades, tres, cuatro y cinco, especificando qué discapacidad es y
cuál es la combinación que declara tener la persona entrevistada.
Para representar gráficamente las intersecciones y uniones entre los distintos tipos de
discapacidad que declara tener la población se utiliza un Diagrama de Venn en el que se
detallan los porcentajes de población afectada por cada una de ellas y sus correspondientes
combinaciones. En el diagrama, el perfil rectangular negro representa la discapacidad
intelectual; el círculo negro la mental; el perfil azul la discapacidad auditiva; el verde la visual; y
el marrón la discapacidad físico motora. Al interior del gráfico los colores de las zonas y los
números allí contenidos representan la cantidad de discapacidades que simultáneamente
ocurren.
4.2.1. La discapacidad múltiple para el conjunto de la población
El número de personas que declaran tener algún tipo de discapacidad y la especifican
es 727.427. De ellas, el 11,39% es el porcentaje de personas afectadas solo por discapacidad
163 - 191 por cada mil
192 - 220 por cada mil
221 - 253 por cada mil
Azuay
Bolívar
Cañar
Carchi
Cotopaxi
Chimborazo
El Oro
Esmeraldas
Imbabura
Loja
Los Ríos
Manabí
Morona Santiago
Napo
Pastaza
Pichincha
Tungurahua
Zamora Chinchipe
Galápagos
Sucumbios
Orellana
GuayasPeninsula de Santa Elena
Santo Domingo de los Tsachilas
45
intelectual (82.823 personas); con solo una discapacidad mental el 6,09% (44.285 personas), y
así sucesivamente. Para quienes declaran una sola discapacidad, la suma de los porcentajes en
zonas amarillas, representa el 91,6% de toda la población que declara tener algún tipo de
discapacidad permanente por más de un año; 6,5% dos discapacidades, la zona turquesa; 1,1%
tres, la zona anaranjada; 0,3% cuatro, la zona verde; y, el 0,5% tienen exactamente cinco
discapacidades, estando representados en la zona rosada (Gráfico 4.12).
Gráfico 4.12: Bosquejo gráfico de la discapacidad múltiple para el total de la población
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Al analizar el total que declara tener una sola discapacidad resalta en la población
ecuatoriana la prevalencia de la discapacidad físico motora, los 305.948 por ella afectados
constituyen aproximadamente el 46% del total de personas con una sola discapacidad, seguido
por quienes se ven afectados por la discapacidad visual que constituyen el 22%, mientras que
la intelectual y la auditiva se mantienen en 12% cada una; y, la discapacidad mental es
alrededor del 7% (Gráfico 4.13).
Cuando dos discapacidades afectan simultáneamente a las personas la combinación
visual-auditiva y la físico motora-visual resaltan con casi igual ponderación, la suma de ellas
rebasa el 50% de los casos declarados. La combinación intelectual-físico motora es el 12%; y,
1.64%
Intelectual
Auditiva
0.51%
0.08%
0.40%
0.07%
0.03%
0.04%
0.04%
0.08%
0.09%
0.05%
0.05%
0.44%
0.04%
0.03%
0.08%
0.12%
0.12%
0.16%
0.15%
1.71%
0.37%
0.79%
0.29%
0.22%
6.09%
11.74%
Visual
0.80% 42.06%
20.32%
11.39% Mental
Tres discapacidades 1,1% Una discapacidad 91,6%
Físico Motora Dos discapacidades 6,5%
Cuatro discapacidades 0,3% Cinco discapacidades 0,5%
Intelectual
Físico Motora
Auditiva
Visual
Mental
46
un valor cercano a esta, toma la combinación físico motora-auditiva. Las restantes se ubican
lejos de los pares señalados previamente.
Tres discapacidades presentan 8.017 personas, destacando el trío físico motora, visual
y auditiva que alcanzan el 40% de ese total. Llegan al 10% la presencia simultánea de
intelectual, físico motora y visual, así como también intelectual, físico motora y visual.
Cuatro discapacidades simultáneamente tienen 1.899 personas, siendo la conjunción
de las discapacidades intelectual, físico motora, visual y auditiva casi el 30% del total;
alrededor del 30% tienen discapacidades físico motora, visual, auditiva, y mental, las tres
combinaciones restantes tiene prevalencia del 10 al 16% cada una. Finalmente, 3.744 personas
tienen las cinco discapacidades propuestas en el cuestionario censal representando al 0,3%.
Gráfico 4.13: Discapacidad Múltiple de la Población del Ecuador
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
4.2.2. La discapacidad múltiple en la población mayor
En número de adultos mayores en Ecuador es 1.341.664, que representan alrededor
del 10% de la población. Cuando se les preguntó si padecía una discapacidad permanente por
más de un año, el 20,5% declaró tenerla, el 70,8% manifestó no padecer discapacidad alguna,
habiendo un 8,7% que no respondió se padecía algún tipo de discapacidad.
12,43% (82.823)
45,92% (305.948)
22,18% (147.813)
12,82% (85.411)
6,65% (44.285)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual
Físico Motora
Visual
Auditiva
Mental
Porcentaje
Un
a D
isca
pac
idad
12,21% (5.797)
3,36% (1.594)
6,16% (2.924)
4,39% (2.084)
25,05% (11.896)
12,13% (5.761)
5,70% (2.705)
26,21% (12.448)
2,29% (1.086)
2,51% (1.192)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y Físico Motora
Intelectual y Visual
Intelectual y Auditiva
Intelectual y Mental
Físico Motora y Visual
Físico Motora y Auditiva
Físico Motora y Mental
Visual y Auditiva
Visual y Mental
Auditiva y Mental
Porcentaje
Do
s D
isca
pac
idad
es
10,64% (853)
7,11% (570)
10,52% (843)
7,50% (601)
2,98% (239)
4,05% (325)
40,11% (3.216)
4,25% (341)
4,23% (339)
8,61% (690)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual, Físico Motora y Visual
Intelectual, Físico Motora y Auditiva
Intelectual, Físico Motora y Mental
Intelectual, Visual y Auditiva
Intelectual, Visual y Mental
Intelectual, Auditiva y Mental
Físico Motora, Visual y Auditiva
Físico Motora, Visual y Mental
Físico Motora, Auditiva y Mental
Visual, Auditiva y Mental
Porcentaje
Tre
s D
isca
pac
idad
es
29,54% (561)
16,22% (308)
15,96% (303)
10,43% (198)
27,86% (529)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual, Físico Motora, Visual y Auditiva
Intelectual, Físico Motora, Visual y Mental
Intelectual, Físico Motora, Auditiva y Mental
Intelectual, Visual, Auditiva y Mental
Físico Motora, Visual, Auditiva y Mental
Porcentaje
Cu
atro
Dis
cap
acid
ade
s
666280(91,6%)
47487(6,5%)
1899(0,3%) 8017(1,1%)
47
Al considerar el total de la población que declara una sola discapacidad encontramos
que los mayores de 60 representan 1 de cada 3 personas con esa característica en Ecuador; al
considerar todos las personas que tienes dos discapacidades, el 54% es mayor de 60 años; de
los que tienen tres la mitad son mayores; si consideramos cuatro discapacidades a la vez uno
de cada 3 es mayor; y al considerar cinco discapacidades el 12% es mayor de 60 años.
De los mayores de 60 que declaran tener algún tipo de discapacidad el 95% especifica
cuál es ésta, representando a 260.698 personas. En cuanto al número de discapacidades que
los afectan la gran mayoría, el 88,14%, tienen una sola discapacidad; el 9,81% dos; el 1,64%
tres; el 0,24% cuatro; y el 0,17% cinco discapacidades a la vez.
Gráfico 4.14: Bosquejo gráfico del número de adultos mayores con discapacidad
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
La discapacidad dominante es la físico motora que cubre el 43,9% de los mayores,
seguida por el 21,4% que declara tener discapacidad visual, luego la auditiva con el 15,2%.
Estos porcentajes son similares a las de la población total, en tanto que las discapacidades
mental e intelectual están en los adultos mayores por debajo del conjunto de la población.
También es notorio que 3,74% de los mayores tienen discapacidad visual y auditiva a la
vez, así como el 2,71% que tiene discapacidad visual y físico motora; 1,45% tiene discapacidad
2.71%
Intelectual
Auditiva
0.05%
0.17% 0.07%
0.02%
0.03%
0.03%
0.09%
0.11%
0.07%
1.03%
0.03%
0.02%
0.11%
0.06%
0.08%
0.08%
0.18%
0.19%
3.74%
0.42%
1.45%
0.11%
0.38%
0.16%
0.46%
3.94%
43.88%
21.42%
15.15%
Visual 3.74%
Mental
Tres discapacidades 1,64
Físico Motora Dos discapacidades 9,81% Una discapacidad 88,14%
Cuatro discapacidades 0,24% Cinco discapacidades 0,17%
Intelectual
Físico Motora
Auditiva
Visual
Mental
48
auditiva y físico motora, que tienen porcentajes superiores a los de la población total. Las
combinaciones que involucran discapacidades mentales o intelectuales están por debajo de lo
observado para el conjunto de la población. Al ver las prevalencias para tres discapacidades, el
1,03% tienen auditiva, visual y físico motora, el 0,11% declaran tener discapacidad auditiva,
visual e intelectual, el mismo porcentaje tienen discapacidad visual, auditiva y mental.
En el Gráfico 4.15 se presenta como se reparte la discapacidad en función de su
número. Cuando se tiene una discapacidad, la físico motora es la que tiene el mayor
ponderación, afectando a casi la mitad de los mayores que tienen solo una discapacidad.
Cuando ocurren dos capacidades hay dos combinaciones que predominan abarcando
alrededor del 65%, la visual-auditiva, seguida de visual-físico motora. Al considerar tres
discapacidades es la combinación físico motora, visual, auditiva la que predomina. De los que
tienen cuatro discapacidades son dos opciones de combinación las que resaltan claramente,
siendo estas intelectual-físico motora-visual-auditiva y la físico motora-visual-auditiva-mental.
Gráfico 4.15: Discapacidad Múltiple de la Población de Personas Mayores
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
Para efectos de este trabajo, al encontrarse que una y dos capacidades son las que
mayoritariamente afectan a la población, se analiza por edad y sexo a estos grupos. El Gráfico
4.16 muestra como ya se ha señalado que la discapacidad preponderante es la físico motora.
Para todos los tipos de discapacidades hombre y mujeres muestran un perfil similar y las
4,47% (10.272)
49,79% (114.399)
24,31% (55.851)
17,19% (39.496)
4,25% (9.755)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual
Físico Motora
Visual
Auditiva
Mental
Porcentaje
Un
a D
isca
pac
idad
4,74% (1.212)
1,63% (418)
3,86% (986)
1,15% (295)
27,60% (7.060)
14,81% (3.788)
4,29% (1.096)
38,12% (9.749)
1,95% (500)
1,85% (473)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y Físico Motora
Intelectual y Visual
Intelectual y Auditiva
Intelectual y Mental
Físico Motora y Visual
Físico Motora y Auditiva
Físico Motora y Mental
Visual y Auditiva
Visual y Mental
Auditiva y Mental
Porcentaje
Do
s D
isca
pac
idad
es
5,16% (221)
4,60% (197)
3,50% (150)
6,69% (287)
1,14% (49)
2,10% (90)
62,84% (2.694)
4,25% (182)
2,85% (122)
6,88% (295)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual, Físico Motora y Visual
Intelectual, Físico Motora y Auditiva
Intelectual, Físico Motora y Mental
Intelectual, Visual y Auditiva
Intelectual, Visual y Mental
Intelectual, Auditiva y Mental
Físico Motora, Visual y Auditiva
Físico Motora, Visual y Mental
Físico Motora, Auditiva y Mental
Visual, Auditiva y Mental
Porcentaje
Tre
s D
isca
pac
idad
es
37,36% (235)
11,92% (75)
10,49% (66)
9,22% (58)
31,00% (195)
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual, Físico Motora, Visual y Auditiva
Intelectual, Físico Motora, Visual y Mental
Intelectual, Físico Motora, Auditiva y Mental
Intelectual, Visual, Auditiva y Mental
Físico Motora, Visual, Auditiva y Mental
Porcentaje
Cu
atro
Dis
cap
acid
ade
s
88,14% 9,81%
1,64% 0,17%
49
diferencias son mínimas, aunque los valores para mujeres siempre están por encima de los
hombres, excepto para la discapacidad auditiva, y la visual que se entre mezclan. Otro patrón
notorio es que a partir de los 65 años las diferencia entre hombres y mujeres son un poco
mayores. Destaca la discapacidad auditiva en cuanto a diferencias entre sexos donde los
hombres superan a las mujeres en todas las edades. En la discapacidad visual entre 60 y 75
años son las mujeres las que presentan una mayor proporción de discapacidad, pero
posteriormente los hombres declaran ser más afectados que las mujeres por esa discapacidad.
Gráfico 4.16: Personas Mayores con una sola Discapacidad por Grupo de Edad y Sexo y Tipo de Discapacidad
Intelectual Físico Motora Visual
Auditiva Mental
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010 Nota: La suma del porcentaje por edad y sexo de cada tipo de discapacidad suman el 100%
Cuando se tienen dos discapacidades a la vez, son diez las combinaciones posibles. En
el Gráfico 4.17 se detallan estas combinaciones por grupo etario y sexo, no se muestran
mayores diferencia por sexo y edad, destaca para las personas entre 60 y 64 años la
combinación de discapacidad físico motora y visual donde la diferencia hombre mujer es de
alrededor de 7 puntos, siendo las mujeres las más afectadas. Para los otros grupos de edades
se encuentran menores diferencias. Otra combinación que resalta en todos los grupos de edad
es la visual-auditiva, la misma que a medida que con el aumento de edad va incrementándose
las diferencias entre hombres y mujeres, en favor de los hombres.
0%
1%
2%
3%
4%
5%
6%
60 a 64 65 a 69 70 a 74 74 a 79 80+
Po
rcen
taje
Hombre Mujer
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
60 a 64 65 a 69 70 a 74 74 a 79 80+
Po
rcen
taje
Hombre Mujer
20%
21%
22%
23%
24%
25%
26%
27%
60 a 64 65 a 69 70 a 74 74 a 79 80+
Po
rcen
taje
Hombre Mujer
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
60 a 64 65 a 69 70 a 74 74 a 79 80+
Po
rce
nta
je
Hombre Mujer
0%
1%
2%
3%
4%
5%
6%
60 a 64 65 a 69 70 a 74 74 a 79 80+
Po
rce
nta
je
Hombre Mujer
50
Gráfico 4.17: Personas Mayores con DOS Discapacidades por Grupo Etario y Sexo
60-64 años 65-69 años
70-74 años 75-79 años
80 años y más
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo de 2010
4.3. Unos modelos explicativos de la salud y la discapacidad
En el apartado de metodología se ha explicado cómo funciona el procedimiento de
González y Ham-Chande para determinar los indicadores de enfermedades, de capacidad
funcional y de autopercepción de salud que se utilizan para construir el Indicador de salud. En
la Tabla 4.6 se muestran los resultados, utilizando los datos de la encuesta SABE, en el mismo
aparece una nota en la que se indica el número de enfermedades consideradas, el número de
variables empleadas para calcular funcionalidad y las pruebas utilizadas para determinar
desarrollo cognitivo.
5,23%
1,81%
7,35%
2,00%
39,03%
10,77%
4,71%
24,97%
1,74%
2,39%
7,22%
1,93%
7,22%
2,19%
33,70%
12,24%
4,83%
26,10%
2,13%
2,45%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y físico motora
Intelectual y visual
Intelectual y auditiva
Intelectual y mental
Físico motora y visual
Físico motora y auditiva
Físico motora y mental
Visual y auditiva
Visual y mental
Auditiva y mental
Porcentaje
Hombres
Mujeres
4,85%
1,58%
6,37%
1,70%
34,75%
13,58%
4,61%
27,47%
2,79%
2,30%
6,27%
1,18%
5,26%
1,96%
32,12%
14,61%
3,19%
30,83%
2,18%
2,41%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y físico motora
Intelectual y visual
Intelectual y auditiva
Intelectual y mental
Físico motora y visual
Físico motora y auditiva
Físico motora y mental
Visual y auditiva
Visual y mental
Auditiva y mental
Porcentaje
Hombres
Mujeres
4,87%
2,06%
4,02%
1,06%
34,43%
14,01%
3,65%
31,99%
2,01%
1,90%
5,08%
1,46%
4,58%
1,01%
29,24%
14,34%
3,88%
35,98%
2,87%
1,56%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y físico motora
Intelectual y visual
Intelectual y auditiva
Intelectual y mental
Físico motora y visual
Físico motora y auditiva
Físico motora y mental
Visual y auditiva
Visual y mental
Auditiva y mental
Porcentaje
Hombres
Mujeres
4,04%
1,92%
3,17%
1,15%
30,38%
13,46%
5,14%
37,55%
1,68%
1,49%
4,59%
1,27%
3,89%
1,17%
23,85%
16,17%
3,42%
42,31%
1,59%
1,73%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y físico motora
Intelectual y visual
Intelectual y auditiva
Intelectual y mental
Físico motora y visual
Físico motora y auditiva
Físico motora y mental
Visual y auditiva
Visual y mental
Auditiva y mental
Porcentaje
Hombres
Mujeres
4,77%
1,72%
2,10%
0,83%
23,59%
15,79%
5,23%
42,59%
1,77%
1,61%
3,34%
1,51%
2,40%
0,57%
20,12%
16,66%
3,52%
48,43%
1,71%
1,73%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Intelectual y físico motora
Intelectual y visual
Intelectual y auditiva
Intelectual y mental
Físico motora y visual
Físico motora y auditiva
Físico motora y mental
Visual y auditiva
Visual y mental
Auditiva y mental
Porcentaje
Hombres
Mujeres
51
Tabla 4.6: Modelo González Ham – Chande aplicados a la encuesta SABE en Ecuador
En el indicador de enfermedades se consideran 14 enfermedades En el indicador de funcionalidad se consideran las 18 variables de AVD y AIVD
En el indicador sobre percepción de salud del entrevistado se considerada la pregunta C.1 del cuestionario SABE En el indicador de deterioro cognitivo se considera la prueba MMSE –menos de 13 puntos– y la prueba PFAQ –más de 5 puntos –
Indicador de Enfermedades
Número de Enfermedades
Valor Frecuencia Proporción
Ninguna (0) 14 0.003
Una (1) 771 0.154
2-3 (2) 2427 0.483
4 o más (3) 1803 0.360
Total 5015 1.000
Capacidad Funcional
Categoría Frecuencia Proporción
Capaz (0) 506 0.101
Levemente Incapaz (1) 58 0.012
Moderadamente Incapaz (2) 3288 0.655
Severamente Incapaz (3) 1158 0.231
Incapaz (4) 5 0.001
Total 5015 1.000
Percepción del Entrevistado sobre su Salud
Categoría Frecuencia Proporción
Excelente (0) 56 0.011
Muy bueno (1) 126 0.025
Bueno (2) 972 0.194
Regular (3) 2748 0.547
Malo (4) 1113 0.223
Total 5015 1.000
Deterioro Cognitivo
Categoría Frecuencia Proporción
No (0) 4155 0.897
Sí (1) 479 0.103
Total 4634* 1.000
*Existe 7.6% de falta de respuesta
Indicador de Salud
Categoría Frecuencia Proporción
Muy bueno (< 3) 5 0.001
Bueno (3-5) 322 0.064
Regular (6-9) 3590 0.716
Malo (> 10) 1098 0.219
Total 5015 1.000
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009
Pocos de los 5015 datos válidos tomaron el valor cero para el indicador de
enfermedades, que básicamente se refiere a enfermedades diagnosticadas por profesionales,
usualmente del tipo crónico así como enfermedades relacionadas con la salud visual, auditiva
y bucal. Alrededor del 15% de los adultos mayores que constituyen reportó el valor uno; casi la
mitad el valor dos, que significa dos o tres enfermedades diagnosticadas, mientras que poco
más del 35% de las veces toma el valor tres que representa a cuatro o más enfermedades
detectadas. El indicador de deterioro cognitivo reporta que el 10,3% de la población presentan
este tipo de deterioro.
La parte subjetiva, se la mide a través de la autopercepción que el entrevistado tiene
acerca de su estado de salud; son escasos los adultos mayores que perciben su salud como
excelente (1,1%) o muy buena (2,5%), pero sí un importante 20% la caracterizan como buena,
casi el 55% como regular y poco más del 20% como mala. En su orden estos estados de salud
auto percibidos hacen que el indicador correspondiente tome los valores cero, uno, dos, tres o
cuatro.
52
El Indicador de capacidad funcional se lo construye en términos de las actividades de la
vida diaria (AVD) así como de las actividades instrumentales (AIVD). Este indicador toma el
valor cero y se rotula como “capaz” cuando el adulto mayor es completamente independiente;
así, en escala ascendente hasta llegar al valor “cuatro” para quienes son completamente
dependientes rotulándose este valor como “discapacidad completa”. Con los datos SABE, el
peso preponderante del indicador está en discapacidad moderada, seguido por discapacidad
severa; categorías en las que están presente casi nueve de cada diez entrevistados.
De esta manera se tiene la información para construir el Indicador de salud, resultando
que el mismo concentra más del noventa por ciento en las categorías “malo” y “regular”,
predominando regular. Poco menos del siete por ciento de los valores del indicador toman el
valor “bueno”.
Aplicando regresión logística pretendemos determinar si este indicador y los de salud
autopercibida y funcionalidad son influenciados por variables como sexo, edad, etc.
4.3.1. El indicador de salud
Para explicar el Indicador de Salud (Y) tal como está construido puede tomar un valor
entre 0 y 13, donde obtener un valor alto en el indicador se consideraría como una "mala"
salud y obtener un valor bajo como "buena" en términos del número de enfermedades,
discapacidades, deterioro cognitivo y autoperceperción de salud que declara el informante.
Con el objeto de convertir esa variable en dicotómica, esta tomará el valor 0 si el
indicador toma valores menores a 6, que en este caso se traduce como una "buena y muy
buena salud", y el valor 1 si el indicador es mayor o igual a 6, que se traduce como salud
"regular y mala".
Se escogen como independientes, catorce variables investigadas en la encuesta SABE,
a las cuales se las trata como dicotómicas, excepto el nivel de instrucción que toma cuatro
categorías. En una primera etapa se prueba individualmente cada variable, explicando al
indicador; y todas aquellas que resultan estadísticamente significativas en esta etapa se las
integra como parte de un modelo de regresión logística múltiple. De esta manera se verifica si
su significancia en el modelo inicial es de ella per se o si al presentarse de manera conjunta con
otras variables su significancia es absorbida por una o más de aquellas.
53
Tabla 4.7: Regresión Logística: Indicador de Salud (Modelos Univariados)
Y = Variable dependiente: Indicador de salud
(Y = 0 si el indicador es bajo ="buena o muy buena salud" y Y = 1 si es alto = "regular o mala salud")
Variable Independiente
Codificación Estimador de
beta ( )
Signo de
Explicación
Valor p
Significancia
Edad X1 X1 = 0 , entre 60 y 80 X1 = 1 , mayor a 80
0,969 Positivo Ser mayor a 80 años incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto, lo que se traduce en una salud regular o mala.
0,000 Sí
Sexo X2 X2 = 0 , H X2 = 1, M 1,158 Positivo Ser mujer incrementa la probabilidad de tener regular o mala salud.
0,000 Sí
Escribir y leer mensaje X3
X3 = 0, Sí X3 = 1, No 0,559 Positivo No saber escribir y leer mensajes incrementa la probabilidad de tener regular o mala salud.
0,000 Sí
Vivir solo X4 X4 = 0 , Acompañado X4 = 1 , Solo
-0,195 Negativo Vivir solo disminuye la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,265 No
Tiene seguro X5 X5 = 0,Sí X5 = 1, No 0,534 Positivo No tener seguro incrementa la probabilidad de tener regular o mala salud.
0,000 Sí
Concurre a establecimiento público de salud X6
X6 = 0, Sí X6 = 1, No 0,073 Positivo No ir a un establecimiento de salud público incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,640 No
Trabajo Remunerado X7
X7 = 0, Sí X7 = 1, No 1,304 Positivo No haber tenido trabajo remunerado incrementa la probabilidad de tener regular o mala salud.
0,000 Sí
Suficiente Ingreso X8
X8 = 0, Sí X8 = 1, No 1,135 Positivo La falta de ingresos para cubrir sus necesidades aumenta la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,000 Sí
Nivel de Instrucción X9
X9 = 0, Ninguno X9 = 1, Primaria X9 = 2, Secundaria X9 = 3, Superior
X9 = 0 2,871 X9 = 1 1,664 X9 = 2 1,110
Positivo A menor nivel de instrucción la probabilidad de tener regular o mala salud aumenta.
0,005 0,000 0,000
Sí
Bien nutrido X10 X10 = 0, Sí X10 = 1, No 1,209 Positivo No considerarse bien nutrido incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto, esto es, regular o mala salud.
0,000 Sí
Comer bien 15 años X11
X11 = 0, Sí X11 = 1, No 0,459 Positivo No haber comido bien durante algún periodo de los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,000 Sí
Salud 15 años X12 X12 = 0, Buena X12 = 1, Mala
1,257 Positivo No haber tenido buena salud durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,006 Sí
Situación económica 15 años X13
X13 = 0, Buena X13 = 1, Mala
0,485 Positivo No haber tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,002 Sí
Casado X14 X14 = 0, Sí X14 = 1, No -0,598 Negativo No haber estado casado o unido disminuye la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,005 Sí
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009
La Tabla 4.7 muestra en su primera columna las catorce variables de explicación
utilizadas; en la segunda su codificación, en la que “uno” es el valor de referencia; en la tercera
aparece el valor del estimador del parámetro “beta” del modelo logístico; luego el signo de
beta que dice si la variable hace crecer o decrecer al valor de la probabilidad de que ocurra
Y = 1 (Indicador alto = mala salud).La penúltima columna da la significancia de la muestra
(valor p) y la última indica la decisión si la variable es o no significativa.
Basados en lo anterior, se encuentra que aisladamente son significativas doce de las
catorce variables y que solamente “concurrir a ser atendido en un establecimiento de salud” y
“vivir solo” no son significativas.
Cuando construimos el modelo múltiple solo siete de las doce variables remanentes
resultan significativas para explicar el Indicador de salud, éstas son: Edad, Sexo, Tener ingresos
suficiente para satisfacer sus necesidades, Nivel de instrucción, Considerarse bien nutrido,
Haber tenido buena salud en los primeros quince años de vida y Estar casado o establemente
unido (Tabla 4.8).
54
Tabla 4.8: Regresión Logística: Indicador de salud (Modelo Múltiple) Y = Variable dependiente: Indicador de salud
(Y = 0 si el indicador es bajo ="buena o muy buena salud" y Y = 1 si es alto = "regular o mala salud")
Variable Independiente Codificación Estimador de
beta ( )
Signo de
Explicación Valor p Significancia
Edad X1 X1 = 0 , entre 60 y 80 X1 = 1 , mayor a 80
1,260 Positivo Ser mayor a 80 años incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,000 Sí
Sexo X2 X2 = 0 , H X2 = 1, M 1,073 Positivo Ser mujer incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,000 Sí
Escribir y leer mensaje X3 X3 = 0, Sí X3 = 1, No 0,199 Positivo No saber escribir y leer mensajes incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,510 No
Tiene seguro X5 X5 = 0,Sí X5 = 1, No -0,027 Negativo No tener seguro disminuye la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,857 No
Trabajo Remunerado X7 X7 = 0, Sí X7 = 1, No 0,540 Positivo No haber tenido trabajo remunerado incrementa la probabilidad de tener índice de salud alto (regular o mala salud).
0,122 No
Suficiente Ingreso X8 X8 = 0, Sí X8 = 1, No 0,857 Positivo La falta de ingresos para cubrir sus necesidades aumenta la probabilidad de tener índice de salud alto. (regular o mala salud)
0,000 Sí
Nivel de Instrucción X9
X9 = 0, Ninguno X9 = 1, Primaria X9 = 2, Secundaria X9 = 3, Superior
X9 = 0 18,741 X9 = 1 0,903 X9 = 2 0,591
Positivo A menor nivel de instrucción incrementa la probabilidad de tener salud regular o mala.
0,000 0,016
Sí
Bien nutrido X10 X10 = 0, Sí X10 = 1, No 0,730 Positivo No considerarse bien nutrido incrementa la probabilidad de tener salud regular o mala.
0,000 Sí
Comer bien 15 años X11 X11 = 0, Sí X11 = 1, No 0,183 Positivo No haber comido bien durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener salud regular o mala.
0,270 No
Salud 15 años X12 X12 = 0, Buena X12 = 1, Mala
1,400 Positivo No haber tenido buena salud durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener salud regular o mala.
0,019 Sí
Situación económica 15 años X13
X13 = 0, Buena X13 = 1, Mala
0,377 Positivo No haber tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida incrementa la probabilidad de tener salud regular o mala.
0,064 No
Alguna vez Casado o Unido X14
X14 = 0, Sí X14 = 1, No -0,729 Negativo No haber estado casado o unido disminuye la probabilidad de tener salud regular o mala.
0,006 Sí
Resultados con Odd Ratio
Variable Independiente Odd Ratio OR: Intervalo de 95% confianza
Comentario
Edad X1 3,527 (2,049 - 6,073) Para una persona mayor de 80 años es 3,5 veces más propenso que ocurra índice de salud alto que para alguien entre 60 y 80 años.
Sexo X2 2,925 (2,136 - 4,005) Para una mujer es casi tres veces más propensión de que ocurra índice de salud alto que para un hombre.
Escribir y leer mensaje X3 1,220 (0,675 - 2,207) La propensión de que ocurra índice de salud alto para quienes no saben leer y escribir un mensaje es 1,2 veces más que para los que saben leer y escribir un mensaje.
Tiene seguro X5 0,973 (0,726 - 1,304) La propensión que ocurra índice de salud alto para una persona que no tiene seguro es casi la misma en relación a los que sí tienen.
Trabajo Remunerado X7 1,716 (0,866 - 3,400) Es 1,7 veces más propenso que ocurra índice de salud alto para una persona que no ha tenido trabajo remunerado que para una que sí ha tenido trabajo remunerado.
Suficiente Ingreso X8 2,356 (1,743 - 3,184) La propensión de que ocurra índice de salud alto para una persona que no tiene suficiente ingreso para cubrir sus necesidades es 2,3 veces más que para una que sí lo tiene.
Nivel de Instrucción X9 X9=0, 1,377 X9=1, 2,466 X9=2, 1,805
(1,615 - 3,764) (1,117 - 2,916)
La propensión de que ocurra índice de salud alto (regular o mala salud) es mayor para una persona mientras menor es su nivel de instrucción.
Bien nutrido X10 2,076 (1,433 - 3,007) Para una persona que no se considera bien nutrida es dos veces más propenso que ocurra índice de salud alto que para alguien que se considera bien nutrido.
Comer bien 15 años X11 1,201 (0,867 - 1,662) Para una persona que no ha comido bien durante algún tiempo de los primeros 15 años es 1,2 veces más propenso que ocurra índice de salud alto que para alguien que se alimentó bien.
Salud 15 años X12 4,056 (1,257 - 13,090) Para una persona que no ha tenido buena salud durante los primeros 15 años es cuatro veces más propenso que ocurra índice de salud alto que para alguien que tuvo buena salud.
Situación económica 15 años X13
1,457 (0,978 - 2,173) La propensión de que ocurra índice de salud alto para una persona que no ha tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida es 1,4 veces más que para una que sí tuvo buena situación.
Edad X1 3,527 (2,049 - 6,073) Para una persona mayor de 80 años es 3,5 veces más propenso que ocurra índice de salud alto que para alguien entre 60 y 80 años.
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009
Para el modelo múltiple se presentan también los valores OR (Odd Ratio) de cada
variable e intervalos para las mismas de 95% de confianza; de igual manera, a través del valor
OR se puede apreciar cuán grande o pequeña es la verosimilitud o propensión de que ocurra
el valor Y = 1 referido, comparativamente, entre los valores de las variables de explicación.
55
En términos de significancia, resaltan como variable de explicación del Indicador de
salud las siguientes: Edad, Sexo, y “Suficiente ingreso”, donde el nivel de significancia de la
muestra es cero, con tres decimales de precisión. Cuando reparamos en los distintos valores
de OR, sexo y edad continúan siendo preponderantes para explicar Y, como también
“Suficiente ingreso” y Haber tenido buena salud en los primeros quince años de vida”.
4.3.2 Autopercepción de salud
Las mismas catorce variables que se utilizaron para explicar el Indicador de salud son
propuestas para explicar la Autopercepción de la salud; a estas catorce se les agregan el Índice
de enfermedades, Índice de funcionalidad y Deterioro Cognitivo. La variable funcionalidad
toma el valor “uno” si la discapacidad funcional es severa o total y “cero” para el resto de
casos. Luego de estas explicaciones, resulta que solamente “estar casado o establemente
unido” no es significativa para explicar este indicador (Anexo 15).
Tabla 4.9: Regresión Logística: Autopercepción de salud (Modelo Múltiple) Y = Variable dependiente: Autopercepción (Y = 0 buena salud y Y = 1 si es mala salud)
Variable Independiente
Codificación Estimador de
beta ( )
Signo de
Explicación
Valor p
Significancia
Edad X1 X1 = 0 , entre 60 y 80 X1 = 1 , mayor a 80
-0,032 Negativo Ser mayor a 80 años disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,830 No
Sexo X2 X2 = 0 , H X2 = 1, M -0,027 Negativo Ser mujer disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud. 0,807 No
Escribir y leer mensaje X3
X3 = 0, Sí X3 = 1, No -0,033 Negativo No saber escribir y leer mensajes disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,865 No
Vivir solo X4 X4 = 0 , Acompañado X4 = 1 , Solo
0,174 Positivo Vivir solo incrementa la probabilidad percibirse con mala salud. 0,330 No
Tiene seguro X5 X5 = 0, Sí X5 = 1, No 0,392 Positivo No tener seguro incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Concurre a establecimiento público de salud X6
X6 = 0, Sí X6 = 1, No -0,198 Negativo No ir a un establecimiento de salud público disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,057 No
Trabajo Remunerado X7
X7 = 0, Sí X7 = 1, No 0,233 Positivo No haber tenido trabajo remunerado incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,185 No
Suficiente Ingreso X8 X8 = 0, Sí X8 = 1, No 0,771 Positivo La falta de ingresos para cubrir sus necesidades incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Nivel de Instrucción X9
X9 = 0, Ninguno X9 = 1, Primaria X9 = 2, Secundaria X9 = 3, Superior
X9=0 1,304 X9=1 1,694 X9=2 0,893
Positivo A menor nivel de instrucción la probabilidad de percibirse con mala salud aumenta.
0,015 0,000 0,000
Sí
Bien nutrido X10 X10 = 0, Sí X10 = 1, No 0,794 Positivo No considerarse bien nutrido incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Comer bien 15 años X11
X11 = 0, Sí X11 = 1, No 0,107 Positivo No haber comido bien durante algún tiempos en los primeros 15 años incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,374 No
Salud 15 años X12 X12 = 0, Buena X12 = 1, Mala
0,059 Positivo No haber tenido buena salud durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,822 No
Situación económica 15 años X13
X13 = 0, Buena X13 = 1, Mala
0,552 Positivo No haber tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
I.de Enfermedades X15
X15 = 0, Menos de 4 X15 = 1, 4 o más
0,903 Positivo Tener 4 o más enfermedades incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Funcionalidad severa o total X16
X16 = 0, No X16 = 1, Sí 0,661 Positivo Tener discapacidad severa o total incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Discapacidad cognitiva X17
X17 = 0, No X17 = 1, Sí -0,181 Negativo Tener discapacidad cognitiva disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,439 No
56
Resultados con Odd Ratio
Variable Independiente Odd Ratio OR: Intervalo de 95% de confianza
Comentario
Edad X1 0,969 (0,724 – 1,295) Para una persona mayor de 80 años la verosimilitud de percibirse con mala salud es casi la misma que para alguien entre 60 y 80 años.
Sexo X2 0,973 (0,783 - 1,209) Para una mujer la verosimilitud de percibirse con mala salud es casi la misma que para un hombre.
Escribir y leer mensaje X3 0,968 (0,664 - 1,411) La propensión de percibirse con mala salud para quienes no saben leer y escribir un mensaje es casi la misma que para los que saben leer y escribir un mensaje.
Vivir solo X4 1,190 (0,838 - 1,691) Percibirse con mala salud es 1,2 veces más propenso para quienes viven solos que para los que viven acompañados.
Tiene seguro X5 1,480 (1,194 – 1,836) Percibirse con mala salud es 1,5 veces más propenso para una persona que no tiene seguro en relación a los que sí tienen.
Concurre a establecimiento público de salud X6
0,820 (0,669 – 1,006) Para las personas que no concurren a establecimientos públicos de salud es 0,8 veces más propenso percibirse con mala salud en relación a las que sí concurren.
Trabajo Remunerado X7 1,263 (0,894 – 1,783) Es 1,3 veces más propenso percibirse con mala salud para una persona que no ha tenido trabajo remunerado que para una que sí ha tenido trabajo remunerado.
Suficiente Ingreso X8 2,162 (1,707 - 2,738) La propensión de percibirse con mala salud para una persona que no tiene suficiente ingreso para cubrir sus necesidades es dos veces más que para una que sí lo tiene.
Nivel de Instrucción X9 X9=0, 3,685 X9=1, 5,439 X9=2, 2,442
(1,287 - 10,546) (3,677 - 8,043) (1,599 - 3,729)
La propensión de percibirse con mala salud es mayor para una persona mientras menor es su nivel de instrucción.
Bien nutrido X10 2,213 (1,729 - 2,831) Para una persona que no se considera bien nutrida es dos veces más propenso percibirse con mala salud que para alguien que se considera bien nutrido.
Comer bien 15 años X11 1,112 (0,880 - 1,407) Para una persona que no ha comido bien durante algún periodo de los primeros 15 años de su vida es 1,1 veces más propenso percibirse con mala salud que para alguien que se alimentó bien.
Salud 15 años X12 1,061 (0,636 - 1,768) Para una persona que no ha tenido buena salud durante los primeros 15 años la propensión de percibirse con mala salud es casi la misma que para alguien que tuvo buena salud.
Situación económica 15 años X13
1,737 (1,302 - 2,317) La propensión de percibirse con mala salud para una persona que no ha tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida es casi dos veces más que para una que sí tuvo buena situación.
I. Enfermedades X15 2,467 (1,980 – 3,074) La propensión de percibirse con mala salud para una persona que tiene 4 o más enfermedades es 2,5 veces más que para alguien que tiene menos de 4 enfermedades.
Funcionalidad severa o total X16
0,969 (0,724 – 1,295) Para una persona que tiene discapacidad severa o total la verosimilitud de percibirse con mala salud es casi la misma que para alguien que no tiene discapacidad severa o total.
Discapacidad cognitiva X17 0,973 (0,783 - 1,209) La propensión de percibirse con mala salud es casi la misma para una persona que tiene discapacidad cognitiva que para alguien que no tiene discapacidad cognitiva.
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009
Cuando utilizamos regresión logística múltiple para explicar Autopercepción de salud,
las siguientes variables continúan siendo significativas dentro del modelo: Tener seguro, Tener
suficientes ingresos, Nivel de instrucción, Considerarse bien nutrido, Situación económica en
los primeros quince años de vida, Indicador de enfermedades y Funcionalidad (Tabla 4.9).
4.3.3. Funcionalidad
Para explicar la variable funcionalidad, se la codifica igual que cuando se la utilizó
como variable de explicación en el caso previo, es decir, vale “uno” si la discapacidad es severa
o total, y “cero” para el resto de valores. Las variables que se pretende la expliquen son las
mismas que se utilizaron en el caso anterior, pero esta vez Autopercepción se integra y
obviamente Funcionalidad desaparece. Seis variables no resultan significativas (Anexo 16), con
las once restantes se configure el modelo múltiple con los resultados que aparecen en la Tabla
4.10.
57
Tabla 4.10: Regresión Logística: Funcionalidad (Modelo Múltiple) Y = Variable dependiente: Funcionalidad Severa o Total (Y = 0 No y Y = 1 Sí)
Variable Independiente Codificación Estimador
de beta ( )
Signo de
Explicación
Valor p
Significancia
Edad X1 X1 = 0 , entre 60 y 80 X1 = 1 , mayor a 80
1,296 Positivo Ser mayor a 80 años incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Sexo X2 X2 = 0 , H X2 = 1, M 0,876 Positivo Ser mujer incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Escribir y leer mensaje X3
X3 = 0, Sí X3 = 1, No 0,263 Positivo No saber escribir y leer mensajes incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,131 No
Tiene seguro X5 X5 = 0, Sí X5 = 1, No 0,115 Positivo No tener seguro incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,329 No
Trabajo Remunerado X7 X7 = 0, Sí X7 = 1, No 0,112 Positivo No haber tenido trabajo remunerado incrementa la probabilidad de discapacidad funcional severa o total
0,447 No
Suficiente Ingreso X8 X8 = 0, Sí X8 = 1, No 0,447 Positivo La falta de ingresos para cubrir sus necesidades incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,005 Sí
Nivel de Instrucción X9
X9 = 0, Ninguno X9 = 1, Primaria X9 = 2, Secundaria X9 = 3, Superior
X9 = 0 0,908 X9 = 1 0,483 X9 = 2 0,039
Positivo A menor nivel de instrucción la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total aumenta.
0,088 0,162 0,917
No
Bien nutrido X10 X10 = 0, Sí X10 = 1, No 0,335 Positivo No considerarse bien nutrido incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,002 Sí
Comer bien 15 años X11 X11 = 0, Sí X11 = 1, No 0,335 Positivo No haber comido bien durante algún periodo de los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,004 Sí
Salud 15 años X12 X12 = 0, Buena X12 = 1, Mala
0,352 Positivo No haber tenido buena salud durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,094 No
Situación económica 15 años X13
X13 = 0, Buena X13 = 1, Mala
0,101 Positivo No haber tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,444 No
I. Enfermedades X15 X15 = 0, Menos de 4 X15 = 1, 4 o más
0,950 Positivo Tener 4 o más enfermedades incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Autopercepción Salud X16
X16 = 0, Buena X16 = 1, Mala
0,790 Positivo Percibirse con mala salud incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Discapacidad cognitiva X17
X17 = 0, No X17 = 1, Sí 2,227 Positivo Tener discapacidad cognitiva incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Resultados con Odd Ratio
Variable Independiente Odd Ratio OR: Intervalo de 95% de confianza
Comentario
Edad X1 3,656 (2,809 – 4,760) Para una persona mayor de 80 años es 3,6 veces más propenso tener discapacidad funcional severa o total que para alguien entre 60 y 80 años.
Sexo X2 2,402 (1,907 – 3,026) Para una mujer es 2,4 veces más propensa a tener discapacidad funcional severa o total que para un hombre.
Escribir y leer mensaje X3 1,301 (0,925 – 1,831) Tener discapacidad funcional severa o total para quienes no saben leer y escribir un mensaje es 1,3 veces más propenso que para los que saben leer y escribir un mensaje.
Tiene seguro X5 1,122 (0,890 – 1,415) Tener discapacidad funcional severa o total es 1,1 veces más propenso para una persona que no tiene seguro en relación a los que sí tienen.
Trabajo Remunerado X7 1,118 (0,838 – 1,492) Es 1,1 veces más la propensión de tener discapacidad funcional severa o total para una persona que no ha tenido trabajo remunerado que para una que sí ha tenido trabajo remunerado.
Suficiente Ingreso X8 1,564 (1,141 – 2,143) La propensión de tener discapacidad funcional severa o total para una persona que no tiene suficiente ingreso para cubrir sus necesidades es 1,6 veces más que para una que sí lo tiene.
Nivel de Instrucción X9 X9 = 0, 2,479 X9 = 1, 1,622 X9 = 2, 1,040
(0,873 – 7,038) (0,823 - 3,194) (0,499 – 2,166)
La propensión de tener discapacidad funcional severa o total es mayor para una persona mientras menor es su nivel de instrucción.
Bien nutrido X10 1,397 (1,128 – 1,731) Para una persona que no se considera bien nutrida es 1,4 veces más propensa de tener discapacidad funcional severa o total que para alguien que se considera bien nutrido.
Comer bien 15 años X11 1,398 (1,110 - 1,760) Para una persona que no ha comido bien durante algún periodo de los primeros 15 años es 1,4 veces más propensa de tener discapacidad funcional severa o total que para alguien que se alimentó bien.
Salud 15 años X12 1,422 (0,942 - 2,146) Para una persona que no ha tenido buena salud durante los primeros 15 años es 1,4 veces más propenso tener discapacidad funcional severa o total que para alguien que tuvo buena salud.
Situación económica 15 años X13
1,106 (0,855 - 1,431) La propensión de tener discapacidad funcional severa o total para una persona que no ha tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida es 1,1 veces más que para una que sí tuvo buena situación.
I. Enfermedades X15 2,586 (2,087 - 2,344) La propensión de tener discapacidad funcional severa o total para una persona que tiene 4 o más enfermedades es 2,6 veces más que para alguien que tiene menos de 4 enfermedades.
Autopercepción Salud X16 2,204 (1,601 – 3,034) Una persona que tiene discapacidad severa o total es 2,2 veces más propensa a tener discapacidad funcional severa o total que para alguien que no tiene discapacidad severa o total.
Discapacidad cognitiva X17 9,268 (6,541 – 13,132) Es 9,3 veces más propenso de tener discapacidad funcional severa o total para una persona que tiene discapacidad cognitiva que para alguien que no tiene discapacidad cognitiva.
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009
58
5. CONCLUSIONES
Se ha investigado discapacidad de adultos mayores en Ecuador, utilizando datos
censales y datos de una encuesta; el tema, el mismo pero los dos operativos estadísticos,
censo y encuesta, tienen concepciones y alcances diferentes. El censo es exhaustivo en
cobertura mientras que la encuesta no lo es; el censo se concentra en temas generales,
mientras que la encuesta enfrenta temas específicos y los estudia a profundidad. La evidencia
de lo expresado está en que mientras en el censo 2010 de Ecuador se reportan las
características de más de catorce millones de personas a las que solo se les hace tres
preguntas sobre discapacidad; en la encuesta SABE 2009 se entrevistan poco más de cinco mil
personas, todas ellas adultos mayores, se les administra un cuestionario de noventa y seis
páginas en las que sobre distintos temas de salud, bienestar y envejecimiento. Con la
información censal es posible efectuar estudios territoriales puesto que cada lugar de la
geografía en estudio está considerado; en el caso de la encuesta SABE, se sobreentiende existe
un buen diseño muestral, y una adecuada representatividad de los dominios de estudio, pero
si se buscara evaluar funcionalidad, o cualquier otra característica investigada en la encuesta, a
nivel provincial, en la región amazónica por ejemplo, no podría hacérselo. Lo que pudiera
cuestionarse en la encuesta es lo actualizado del marco muestral; mas, tiene ventajas sobre las
encuestas SABE realizadas en otros países del continente, por incluirse cobertura rural y tener
alcance nacional.
Los resultados que pueden compararse como “discapacidad en el censo” y el de
“capacidad funcional” obtenido con los datos SABE, utilizando el algoritmo de González y Ham-
Chande son concordantes, pues mientras que a través del censo encontramos que poco más
de veinte de cada cien adultos mayores tienen al menos una discapacidad, el índice de
discapacidad obtenido con datos SABE se encuentra que veintitrés de cada cien adultos
mayores tienen discapacidad severa o total. De igual manera los resultados por sexo y edad en
situaciones de comparabilidad no son contradictorios, recordando que toda inferencia a través
de muestras tiene un error de muestreo, en el diseño y de post muestreo.
La discapacidad en Ecuador a partir de los datos censales
Los resultados censales muestran que efectivamente Ecuador es un país en transición
demográfica plena, pero no avanzada, su población, si bien está envejeciendo, aún es
relativamente joven, además aún no es altamente desacelerado su crecimiento relativo, y el
porcentaje de adultos mayores que la constituyen crece sin aún llegar a valores exacerbados.
Esta población tiene una deficiente cobertura por parte de la seguridad social y una
importante cantidad de sus miembros debe trabajar para conseguir recursos que cubran sus
necesidades básicas; su estado civil es dominado por quienes están casados o establemente
unidos; y, entre quienes son viudos prevalecen las mujeres. La alta presencia de analfabetos es
también determinante en las características ambientales que la afectan.
59
Cuando se mide la discapacidad de toda la población, el censo 2010 encuentra que una
de cada veinte personas declaran tener algún tipo de discapacidad, mas, cuando se les pide
especificar cuál o cuáles de las cinco opciones de discapacidades que se les presenta como
opciones de respuesta los afectan, se produce una notable falta de respuesta. Para encontrar
si existen efectos de edad se ha estandarizando las tasas de discapacidad en los distintos
esquemas de combinaciones de variables socio demográficas que se ensayan; y, que en más de
un esquema producen cambios de consideración entre las tasas brutas y las estandarizadas.
Así las tasas de discapacidad se encuentran influenciadas por el sexo y edad, en general son
mayores en los hombres en las edades tempranas y medias, pero en las edades avanzadas, las
mujeres, por su mayor esperanza de vida terminan predominando. Cuando se repara en las
agrupaciones étnicas o culturales en las que se autoclasificó la población empadronada, se
encuentra que los patrones de discapacidad son similares en términos de sexo y edad, pero
quienes tienen las tasas más altas son los grupos negros y las menores los auto clasificados
como blancos.
El índice de masculinidad de la población con alguna discapacidad muestra un
predominio de hombres hasta pasados los setenta y cinco años, edad a partir de la cual las
mujeres predominan en las edades de longevidad extrema, llegando los hombres a ser apenas
el sesenta por ciento del total de las mujeres en la población. En promedio, las personas
discapacitadas que son adultos mayores tienen cuatro años más que los adultos mayores en
general.
La discapacidad físico motora es de largo la preponderante en la población ecuatoriana
afectada por una sola discapacidad, casi la mitad de ellos la sufren, la discapacidad visual es
igualmente notable aunque apenas es la mitad de la previa. Las discapacidades intelectual,
auditiva y mental cubren el resto del espectro con proporciones cercanas. Las personas con
una discapacidad son casi el noventa por ciento del total con discapacidades declaradas, con
dos discapacidades son casi el diez por ciento y las restantes combinaciones, aunque existen
sus proporciones tienen poca ponderación.
Considerando a los adultos mayores, al igual que la población total, predomina
ampliamente la físico motora entre quienes tienen sola una discapacidad y son las mujeres las
mayormente afectadas, a medida que aumenta la edad; la única discapacidad en la que el
hombre superara a las mujeres a medida que la edad incrementa es en la visual; las
combinaciones binarias visual-auditiva y visual-físico motora son también relevantes.
La esperanza de vida al nacer para las mujeres ecuatorianas es poco más de setenta y
ocho años superando en seis años a los hombres, pero la esperanza de vida libre de
discapacidades al nacer de ellas, disminuye en un diez por ciento; igual porcentaje disminuyen
los hombres. En general las diferencias entre esperanza de vida y esperanza de vida sin
discapacidades son de similares magnitudes según sexo y edad, pero los valores esperados son
más altos para las mujeres. Téngase en cuenta eso sí, que padecer una discapacidad conlleva
una disminución de la calidad de vida.
60
Cuando se efectúa el análisis territorial, a nivel de provincias se encuentran diferencias
entre las tasas estandarizadas y las totales y con esto que existe un efecto de edad, como
también se presentan diferencias por sexo, ya sea en la población total de Ecuador o solo en la
de adultos mayores. Las discapacidades se exacerban en las provincias de la Amazonía, así
como en aquellas que tienen alto porcentaje de población indígena.
Trabajo con datos de la encuesta SABE
Los datos de la encuesta SABE permiten construir para la población de adultos
mayores, un indicador de enfermedades, otro de capacidad funcional, uno de percepción de
salud y el de deterioro cognitivo, con los que a su vez se construye el indicador de salud.
Los resultados para estos indicadores nos hablan de una población en la que en un
veintitrés por ciento perciben su salud de buena a excelente, los demás subjetivamente la
evalúan como regular o mala, con alto predominio de la primera categoría. La discapacidad
total o severa llega al veintitrés por ciento. Al analizar los resultados del indicador síntesis que
es el de salud, menos del siete por ciento de sus miembros logran un valor que llega a bueno o
muy bueno, dominando el índice regular con siete de cada diez de los casos.
Para el indicador de salud, explicado por un modelo de regresión logística múltiple,
construido luego de proponer catorce variables de explicación en modelos univariados, que se
reducen a doce y al final a siete, se encuentra que las variables relevantes para explicar este
valor síntesis son: edad, sexo, ingreso para necesidades básicas, instrucción, considerarse bien
nutrido, haber tenido buena salud en los primeros quince años de vida y estado civil. Son la
características sociodemográficas y las de salud las que determinan a este indicador, siendo la
edad, el sexo y el nivel de instrucción variables con alta preponderancia.
Al índice de autopercepción de salud se lo explica a través de las mismas catorce
variables previamente señaladas, pero además se adicionan el índice de enfermedades,
capacidad funcional y deterioro cognitivo, los resultados muestran en el modelo múltiple que
sexo y edad no resultan significativas, aunque sí en el modelo univariado. El modelo se ve
explicado por variables de salud y socioeconómicas, siendo las de mayor peso el nivel de
instrucción, el número de enfermedades, el estado nutricional y el ingreso para necesidades
básicas.
Finalmente se explica la capacidad funcional, con diecisiete variables, esta vez
utilizando autopercepción como variable independiente, obteniéndose que ocho variables son
significativas, en las que están edad, sexo, ingreso suficiente, considerarse bien nutrido, haber
sido bien alimentado en los primeros quince años de vida, el indicador de enfermedades, la
autopercepción de salud y el deterioro cognitivo. Las variables que determinan al indicador
son las relacionadas con la salud, así como las sociodemográficas, siendo la discapacidad
cognitiva una variable de gran peso, así como edad, nivel de instrucción y número de
enfermedades.
61
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65
ANEXOS
Anexo 1. Ecuador: Pirámides Poblacionales (1950, 2000, 2010 y 2050)
Fuente: elaboración a partir de los datos de las proyecciones del CEPAL / CELADE (2000) y microdatos Censo 2010
9% 8% 7% 6% 5% 4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4% 5% 6% 7% 8% 9%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80+
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e Ed
ad
Hombres
Mujeres
9% 8% 7% 6% 5% 4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4% 5% 6% 7% 8% 9%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80+
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e Ed
ad
Hombres
Mujeres
9% 8% 7% 6% 5% 4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4% 5% 6% 7% 8% 9%
0 a 4 5 a 9
10 a 14 15 a 19 20 a 24 25 a 29 30 a 34 35 a 39 40 a 44 45 a 49 50 a 54 55 a 59 60 a 64 65 a 69 70 a 74 75 a 79 80 a 84 85 a 89 90 a 94 95 a 99
100 +
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e Ed
ad
Hombres
Mujeres
9% 8% 7% 6% 5% 4% 3% 2% 1% 0% 1% 2% 3% 4% 5% 6% 7% 8% 9%
0 a 4
5 a 9
10 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 49
50 a 54
55 a 59
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80+
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e Ed
ad
Hombres
Mujeres
Total: 3’387.358
Hombres: 1’683.615
Mujeres: 1’703.743
Edad Media: 25 años
Edad Mediana: 20 años
Total: 12’646.095
Hombres: 6’350.427
Mujeres: 6’295.668
Edad Media: 26 años
Edad Mediana: 22 años
Total: 14’483.499
Hombres: 7’177.683
Mujeres: 7’305.816
Edad Media: 28 años
Edad Mediana: 25 años
Total: 21’190.152
Hombres: 10’521.992
Mujeres: 10’668.160
Edad Media: 38 años
Edad Mediana: 37 años
1950
2000
2010
2050
66
Anexo 2. Estimaciones y Proyecciones de la Población del Ecuador
Población del Ecuador por Grupos de Edad desde 1950 – 2050
Fuente: elaboración a partir de los datos de las proyecciones del CEPAL / CELADE (2000)
Población de Adultos Mayores desde 1950 a 2100 (Valores Absolutos y Porcentajes)
Fuente: elaboración a partir de los datos de las proyecciones del CEPAL / CELADE (2011)
-2000000
0
2000000
4000000
6000000
8000000
10000000
12000000
14000000
1950
19
51
1952
19
53
1954
19
55
1956
19
57
1958
19
59
1960
19
61
1962
19
63
1964
19
65
1966
19
67
1968
19
69
1970
19
71
1972
19
73
1974
19
75
1976
19
77
1978
19
79
1980
19
81
1982
19
83
1984
19
85
1986
19
87
1988
19
89
1990
19
91
1992
19
93
1994
19
95
1996
19
97
1998
19
99
2000
20
01
2002
20
03
2004
20
05
2006
20
07
2008
20
09
2010
20
11
2012
20
13
2014
20
15
2016
20
17
2018
20
19
2020
20
21
2022
20
23
2024
20
25
2026
20
27
2028
20
29
2030
20
31
2032
20
33
2034
20
35
2036
20
37
2038
20
39
2040
20
41
2042
20
43
2044
20
45
2046
20
47
2048
20
49
2050
Po
bla
ció
n
[0-15) [15-60) Mayor a 60 Diferencia
8,1%
7,5%
7,0%
6,7%
6,3%
6,1%
6,0%
6,0%
6,2%
6,7%
7,4%
8,1%
9,0% 10,4%
11,9% 13,6%
15,4% 17,5%
19,7%
22,1%
24,5%
26,5%
28,6% 30,4%
32,0% 33,3%
34,3%
35,0%
35,6%
35,9%
36,1% 39,5%
41,7%
43,4% 44,6% 44,3%
43,8% 42,8%
41,1%
38,9%
36,4%
34,4%
32,3%
30,3% 28,2%
26,1%
24,1% 22,4%
20,8%
19,4% 18,1%
17,1%
16,3%
15,9%
15,6%
15,3%
15,1%
14,9%
14,9%
15,0%
15,1%
15,2%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
50%
0
1000000
2000000
3000000
4000000
5000000
6000000
7000000
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0
195
5
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0
196
5
197
0
197
5
198
0
198
5
199
0
199
5
200
0
200
5
201
0
201
5
202
0
202
5
203
0
203
5
204
0
204
5
205
0
205
5
206
0
206
5
207
0
207
5
208
0
208
5
209
0
209
5
210
0
Po
rcen
taje
de
Po
bla
ció
n d
e 60
+ y
entr
e 0
-14
año
s
Po
bla
ció
n d
e 6
0 añ
os
y m
ás
N15-60
N<15
N>60
Diferencia
CURVA DIFERENCIA
Mínimo: -133.638
Máximo: 4’919.084
% P<15
% P>60
67
Anexo 3. Indicadores de la Población de Personas Mayores
IND
ICA
DO
RES
Edad media de la población de adultos mayores 70 años
Edad media de la población de adultos mayores indígenas 70 años
Edad media de la población de adultos mayores mestizos 70 años
Edad media de la población de adultos mayores negros 70 años
Edad media de la población de adultos mayores blancos 71 años
Edad media de la población de adultos mayores con discapacidad 74 años
Edad media de la población de adultos mayores sin discapacidad 69 años
Edad mediana de la población de adultos mayores 69 años
Edad mediana de la población de adultos mayores indígenas 68 años
Edad mediana de la población de adultos mayores mestizos 69 años
Edad mediana de la población de adultos mayores negros 68 años
Edad mediana de la población de adultos mayores blancos 69 años
Edad mediana de la población de adultos mayores con discapacidad 73 años
Edad mediana de la población de adultos mayores sin discapacidad 68 años
Índice de envejecimiento (Número de personas de 60+ / Número de personas menores de 15 años) 29.63%
Relación de dependencia demográfica de vejez (Número de personas de 60+ / Número de personas entre 15 y 59 años) 15.58%
Porcentaje de personas mayores en relación a la población total 9.26%
Porcentaje de personas mayores de 60 a 74 años sobre el total de la población 6.66%
Porcentaje de personas mayores de 60 a 74 años sobre el total de personas mayores 71.90%
Porcentaje de personas mayores de 75 años o más sobre el total de la población 2.60%
Porcentaje de personas mayores de 75 años o más sobre el total de personas mayores 28.10%
Razón de personas mayores de 75 años (Población de 75+ / Población entre 60 y 74 años) 39.08%
Porcentaje de personas mayores indígenas en relación al total de personas mayores 6.51%
Porcentaje de personas mayores mestizas en relación al total de personas mayores 80.83%
Porcentaje de personas mayores negras en relación al total de personas mayores 3.89%
Porcentaje de personas mayores blancas en relación al total de personas mayores 8.42%
Porcentaje de personas mayores con discapacidad en relación al total de personas mayores (No se incluye las personas que no responden si tienen o no discapacidad) 22.48%
Porcentaje de personas mayores sin discapacidad en relación al total de personas mayores (No se incluye las personas que no responden si tienen o no discapacidad) 77.52%
Porcentaje de personas mayores en áreas rurales (Población de 60+ que vive en áreas rurales / Total de población en áreas rurales) 10.25%
Porcentaje de personas mayores en áreas urbanas (Población de 60+ que vive en áreas urbanas / Total de población en áreas urbanas) 8.68%
Porcentaje de personas mayores residentes en áreas rurales (Población de 60+ que vive en áreas rurales / Total de la población de 60+) 41.18%
Porcentaje de personas mayores residentes en áreas urbanas (Población de 60+ que vive en áreas urbanas / Total de la población de 60+) 58.82%
Porcentaje de hombres mayores a 60 años en áreas rurales (Población de hombres de 60+ que vive en áreas rurales / Total de población en áreas rurales) 5.15%
Porcentaje de hombres mayores a 60 años en áreas urbanas (Población de hombres 60+ que vive en áreas urbanas / Total de población en áreas urbanas) 4.01%
Porcentaje de hombres mayores a 60 años residentes en áreas rurales (Población de hombres de 60+ que vive en áreas rurales / Total de la población de 60+) 20.70%
Porcentaje de hombres mayores a 60 años residentes en áreas urbanas (Población de hombres de 60+ que vive en áreas urbanas / Total de la población de 60+) 27.17%
Porcentaje de mujeres mayores a 60 años en áreas rurales (Población de mujeres de 60+ que vive en áreas rurales / Total de población en áreas rurales) 5.09%
Porcentaje de mujeres mayores a 60 años en áreas urbanas (Población de mujeres 60+ que vive en áreas urbanas / Total de población en áreas urbanas) 4.67%
Porcentaje de mujeres mayores a 60 años residentes en áreas rurales (Población de mujeres de 60+ que vive en áreas rurales / Total de la población de 60+) 20.48%
Porcentaje de mujeres mayores a 60 años residentes en áreas urbanas (Población de mujeres de 60+ que vive en áreas urbanas / Total de la población de 60+) 31.65%
Porcentaje de personas mayores analfabetas (Número de personas de 60+ que no saben leer ni escribir / Total de la población 60+) 24.06%
Porcentaje de personas mayores con estudios primarios 54.94%
Porcentaje de personas mayores con estudios secundarios 14.66%
Porcentaje de personas mayores con estudios de pregrado 7.24%
Porcentaje de personas mayores con estudios de postgrado 0.97%
Porcentaje de personas mayores sin estudios de educación formal 22.20%
Relación de feminidad de las personas mayores 108.89%
Relación de feminidad de las personas mayores indígenas 117.02%
Relación de feminidad de las personas mayores mestizas 107.42%
Relación de feminidad de las personas mayores negras 104.30%
Relación de feminidad de las personas mayores blancas 121.01%
Relación de feminidad de las personas mayores con discapacidad 103.06%
Relación de feminidad de las personas mayores sin discapacidad 113.34%
Relación de feminidad de las personas mayores en área rural 98.90%
Relación de feminidad de las personas mayores en área urbana 116.51%
Relación de masculinidad de las personas mayores 91.83%
Relación de masculinidad de las personas mayores indígenas 85.46%
Relación de masculinidad de las personas mayores mestizas 93.10%
Relación de masculinidad de las personas mayores negras 95.88%
Relación de masculinidad de las personas mayores blancas 82.64%
Relación de masculinidad de las personas mayores con discapacidad 97.03%
Relación de masculinidad de las personas mayores sin discapacidad 88.23%
Relación de masculinidad de las personas mayores en área rural 101.11%
Relación de masculinidad de las personas mayores en área urbana 85.83%
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo 2010
68
Anexo 4. Pirámide de la Población de las personas mayores que declaran Discapacidad
Permanente por más de un año
Fuente: elaboración a partir de los microdatos del Censo 2010
16% 12% 8% 4% 0% 4% 8% 12% 16%
60 a 64
65 a 69
70 a 74
75 a 79
80 a 84
85 a 89
90 a 94
95 a 99
100 +
Porcentaje de Población
Gru
po
s d
e E
dad
Sí
No
No responde
69
Anexo 5. Cruce de algunas características socio demográficas de la Población de Personas
Mayores con Discapacidad
Área Urbana o Rural vs. Sexo
Área Urbana o Rural Sexo
Marginal de Área Hombre Mujer
Área Urbana 27.37% 30.74% 58.10%
Área Rural 21.88% 20.01% 41.90%
Marginal de Sexo 49.25% 50.75% 100.00%
Área Urbana o Rural Sexo
Total Hombre Mujer
Área Urbana 47.10% 52.90% 100.00%
Área Rural 52.23% 47.77% 100.00%
Área Urbana o Rural Sexo
Hombre Mujer
Área Urbana 55.57% 60.56%
Área Rural 44.43% 39.44%
Total 100.00% 100.00%
Seguro Social vs. Sexo
Aporte o afiliación a la Seguridad Social
Sexo Marginal de Aporte al Seguro Social Hombre Mujer
Aporta 7.21% 4.36% 11.56%
No aporta 36.81% 42.64% 79.45%
Es jubilado 5.68% 3.31% 8.98%
Marginal de Sexo 49.69% 50.31% 100.00%
Se ignora: 4.80%
Aporte o afiliación a la Seguridad Social Sexo
Total Hombre Mujer
Aporta 62.33% 37.67% 100.00%
No aporta 46.33% 53.67% 100.00%
Es jubilado 63.19% 36.81% 100.00%
Aporte o afiliación a la Seguridad Social Sexo
Hombre Mujer
Aporta 14.50% 8.66%
No aporta 74.07% 84.77%
Es jubilado 11.42% 6.57%
Total 100.00% 100.00%
Qué hizo la semana pasada vs. Sexo
Qué hizo la semana pasada Sexo Marginal de Qué hizo la
semana pasada Hombre Mujer
Trabajó 16.16% 6.55% 22.71%
No Trabajó 33.09% 44.20% 77.29%
Marginal de Sexo 49.25% 50.75% 100.00%
Qué hizo la semana pasada Sexo
Total Hombre Mujer
Trabajó 71.15% 28.85% 100.00%
No Trabajó 42.81% 57.19% 100.00%
Qué hizo la semana pasada Sexo
Hombre Mujer
Trabajó 32.81% 12.91%
No Trabajó 67.19% 87.09%
Total 100.00% 100.00%
70
Analfabetismo vs. Sexo
Analfabetismo Sexo Marginal de
Analfabetismo Hombre Mujer
Alfabeto 35.68% 31.70% 67.38%
Analfabeto 13.57% 19.06% 32.62%
Marginal de Sexo 49.25% 50.75% 100.00%
Analfabetismo Sexo
Total Hombre Mujer
Alfabeto 52.95% 47.05% 100.00%
Analfabeto 41.59% 58.41% 100.00%
Analfabetismo Sexo
Hombre Mujer
Alfabeto 72.45% 62.46%
Analfabeto 27.55% 37.54%
Total 100.00% 100.00%
Estado Conyugal vs. Sexo
Estado conyugal Sexo Marginal de Estado
conyugal Hombre Mujer
Soltero 5.80% 7.39% 13.19%
Casado 31.91% 19.13% 51.05%
Divorciado 3.93% 4.46% 8.39%
Viudo 7.60% 19.77% 27.37%
Marginal de Sexo 49.25% 50.75% 100.00%
Estado conyugal Sexo
Total Hombre Mujer
Soltero 43.94% 56.06% 100.00%
Casado 62.52% 37.48% 100.00%
Divorciado 46.88% 53.12% 100.00%
Viudo 27.78% 72.22% 100.00%
Estado conyugal Sexo
Hombre Mujer
Soltero 11.77% 14.57%
Casado 64.81% 37.70%
Divorciado 7.98% 8.78%
Viudo 15.44% 38.95%
Total 100.00% 100.00%
71
Anexo 6. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo y edad (por mil)
Total Intelectual Físico Motora Visual Auditiva Mental
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
0-4 19,3 16,9 3,9 3,3 7,9 6,8 2,2 2,1 1,6 1,3 1,4 1,1
5-9 31,7 25,8 8,5 6,3 9,6 7,6 5,3 4,8 3,5 2,7 2,8 1,9
10-14 36,0 30,0 9,7 7,4 9,9 7,6 6,7 6,6 4,3 3,3 3,3 2,3
15-19 36,5 28,4 9,1 6,8 11,0 7,6 6,6 5,5 4,5 3,5 3,6 2,6
20-24 37,7 28,3 8,1 6,2 13,4 8,7 6,9 5,3 3,9 3,3 3,8 2,9
25-29 41,6 29,1 7,5 5,7 16,5 9,5 7,2 5,5 4,1 3,2 4,1 3,1
30-34 48,1 33,4 7,4 5,8 20,3 11,9 8,5 5,9 4,5 3,6 5,5 4,0
35-39 54,4 38,0 7,0 5,5 24,8 15,2 10,1 6,8 5,6 4,5 4,8 3,8
40-44 65,2 48,8 7,3 6,0 31,5 20,8 12,5 10,0 6,3 5,7 5,2 4,3
45-49 75,2 59,5 6,6 5,7 36,7 26,0 16,6 14,2 7,6 6,5 4,9 4,7
50-54 90,4 77,5 6,8 6,3 44,1 35,2 21,7 19,6 10,7 9,6 5,3 4,9
55-59 112,2 98,0 7,4 6,4 56,4 47,0 27,9 26,2 13,9 12,2 5,9 5,5
60-64 140,7 124,1 8,2 7,6 71,0 61,1 35,9 33,7 19,9 17,6 6,5 6,3
65-69 172,6 153,3 8,9 8,2 85,3 77,1 45,1 40,9 30,1 24,6 7,7 7,2
70-74 213,4 193,5 11,2 9,6 99,7 97,2 59,9 54,1 45,2 34,9 9,5 9,0
75-79 266,9 247,2 13,3 12,8 118,8 121,2 77,8 70,7 69,7 52,3 12,1 12,8
80-84 334,1 314,7 17,3 17,5 142,5 152,2 101,6 93,6 101,7 76,4 15,7 17,9
85-89 397,9 396,7 22,1 25,1 167,7 192,4 123,7 120,7 133,0 111,1 22,2 28,0
90-94 462,3 471,7 21,2 31,1 189,1 231,5 164,4 156,4 177,0 143,0 25,8 32,3
95+ 473,8 514,4 26,6 35,5 204,9 265,5 186,6 184,2 187,4 164,7 25,3 38,3
72
Anexo 7. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo y edad (por mil)
0
100
200
300
400
500
600
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Hombre Mujer
Total
0
5
10
15
20
25
30
35
40
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
ilHombre Mujer
Intelectual
0
50
100
150
200
250
300
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Hombre Mujer
Físico Motora
0
50
100
150
200
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Hombre Mujer
Visual
0
50
100
150
200
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Hombre Mujer
Auditiva
0
10
20
30
40
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Hombre Mujer
Mental
73
Anexo 8. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo,
edad y estado civil
Tasa bruta Tasa estandarizada
Sexo Edad Casado Divorciado Viudo Soltero Casado Divorciado Viudo Soltero
Tota
l
Hombres 30+ 83,0 110,2 238,9 157,6 86,9 110,9 119,4 178,9
60+ 190,9 215,3 280,9 278,4 201,3 231,0 226,1 285,5
80+ 357,6 380,0 392,1 404,9 365,6 386,8 382,8 406,4
Mujeres 30+ 60,4 82,5 201,0 134,4 72,9 89,5 95,9 140,4
60+ 159,9 179,6 247,6 248,0 181,7 201,3 202,8 247,5
80+ 341,5 347,1 375,1 402,5 356,7 357,3 364,9 399,7
Inte
lect
ual
Hombres 30+ 3,1 5,7 10,4 36,1 3,3 5,9 5,7 38,1
60+ 7,3 9,5 12,0 43,0 7,8 10,6 9,4 43,2
80+ 16,9 20,9 17,6 45,8 17,3 21,4 17,0 45,6
Mujeres 30+ 2,9 4,4 9,7 28,2 3,4 4,8 4,9 28,3
60+ 6,7 7,8 11,9 30,7 7,8 9,1 8,7 30,1
80+ 17,6 21,9 21,3 38,3 17,5 21,2 18,8 34,9
Físi
co M
oto
ra
Hombres 30+ 40,8 57,2 108,5 61,9 42,3 56,7 59,0 71,0
60+ 91,0 107,4 125,6 112,2 94,8 112,6 105,0 115,1
80+ 151,3 164,2 166,8 163,7 154,5 165,6 162,9 164,4
Mujeres 30+ 29,0 40,0 98,1 52,2 35,4 43,4 45,2 55,1
60+ 82,5 92,0 121,7 108,2 92,6 102,6 99,4 107,9
80+ 165,8 171,7 184,0 191,0 172,7 177,1 178,4 189,5
Vis
ual
Hombres 30+ 21,8 28,7 75,3 25,0 23,1 29,3 31,8 30,5
60+ 54,1 63,0 90,4 62,3 57,7 69,1 69,5 65,6
80+ 110,4 123,8 132,7 121,4 114,3 127,4 128,1 122,2
Mujeres 30+ 16,0 22,2 61,5 23,7 19,8 24,3 26,6 25,3
60+ 44,9 52,3 76,7 57,8 51,8 59,0 62,0 57,7
80+ 103,7 102,6 119,8 110,8 109,2 106,5 115,6 109,7
Au
dit
iva
Hombres 30+ 12,6 14,0 62,2 26,8 14,1 15,5 20,2 34,0
60+ 40,8 38,9 77,5 76,5 45,4 46,4 51,7 80,3
80+ 115,4 116,4 132,8 141,6 119,8 121,3 127,4 142,6
Mujeres 30+ 8,1 10,1 41,8 25,4 11,1 12,2 14,6 27,2
60+ 27,1 29,0 54,7 65,0 34,1 35,5 38,8 64,9
80+ 86,2 81,7 102,7 118,6 93,1 85,3 98,3 117,5
Men
tal
Hombres 30+ 3,7 6,8 11,0 19,4 3,9 6,9 6,8 20,5
60+ 7,8 10,6 12,7 21,7 8,5 11,4 9,7 21,9
80+ 18,0 17,5 19,2 27,7 18,6 17,9 18,4 27,9
Mujeres 30+ 3,3 5,3 11,1 14,9 3,9 5,7 5,9 15,2
60+ 6,9 9,6 13,5 19,6 8,4 11,2 10,1 19,6
80+ 18,7 24,3 24,2 31,6 20,4 24,9 23,2 31,3
74
Anexo 9. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y estado civil
Discapacidad Intelectual
Discapacidad Físico Motora
Discapacidad Visual
0
10
20
30
40
50
60
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Casado Divorciado/Separado Viudo Soltero
Hombres Mujeres
0
50
100
150
200
250
300
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Casado Divorciado/Separado Viudo Soltero
Hombres Mujeres
0
50
100
150
200
250
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Casado Divorciado/Separado Viudo Soltero
Hombres Mujeres
75
Discapacidad Auditiva
Discapacidad Mental
0
50
100
150
200
250
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Casado Divorciado/Separado Viudo Soltero
Hombres Mujeres
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Casado Divorciado/Separado Viudo Soltero
Hombres Mujeres
76
Anexo 10. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y nivel de instrucción civil
Tasa bruta Tasa estandarizada
Sexo Edad Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Tota
l
Hombres 15+ 245,4 104,2 46,0 33,4 230,7 89,0 62,4 39,3
60+ 295,8 222,3 153,6 91,8 275,4 224,9 166,3 106,2
80+ 434,7 377,9 288,8 219,8 433,4 381,0 292,1 227,2
Mujeres 15+ 218,6 85,0 36,2 26,0 200,0 63,8 45,1 33,7
60+ 271,1 200,9 131,2 88,1 245,1 230,8 161,8 129,3
80+ 420,5 365,9 271,8 242,2 413,4 424,6 339,0 308,7
Inte
lect
ual
Hombres 15+ 54,6 8,6 3,2 1,3 89,0 9,6 3,6 1,6
60+ 24,2 8,8 6,7 3,7 24,5 8,9 7,5 4,8
80+ 25,0 16,9 17,8 14,0 24,9 17,0 17,7 14,4
Mujeres 15+ 41,1 7,1 2,2 0,9 78,8 5,6 2,2 1,2
60+ 20,7 8,7 5,8 3,2 20,4 10,3 8,0 5,9
80+ 25,6 20,7 19,5 13,8 24,9 26,7 27,1 17,8
Físi
co M
oto
ra
Hombres 15+ 90,8 48,9 21,6 14,3 72,5 40,4 30,7 17,2
60+ 123,9 106,1 79,1 46,6 115,9 107,0 84,1 52,8
80+ 179,4 160,0 130,8 104,8 178,8 161,2 131,7 109,0
Mujeres 15+ 85,0 39,7 15,9 10,7 58,9 29,3 22,3 16,1
60+ 121,2 103,4 72,9 48,0 108,7 119,0 90,5 71,9
80+ 192,5 184,9 149,1 135,5 188,6 215,7 181,9 173,4
Vis
ual
Hombres 15+ 51,5 25,0 10,0 8,4 28,9 19,7 14,2 9,6
60+ 87,0 64,1 38,0 20,8 77,5 65,1 41,4 23,3
80+ 152,4 118,2 73,5 46,9 151,7 119,9 75,2 47,0
Mujeres 15+ 49,6 21,7 8,5 6,6 25,1 15,8 10,5 8,1
60+ 79,2 59,3 30,2 20,3 68,3 68,0 35,8 29,3
80+ 142,5 110,2 58,5 57,3 139,1 130,0 73,2 67,5
Au
dit
iva
Hombres 15+ 53,9 15,7 4,6 3,8 36,5 12,4 7,5 5,7
60+ 82,9 48,3 26,4 16,9 74,1 49,8 31,2 23,5
80+ 144,5 127,8 78,2 68,4 143,8 129,8 80,5 72,4
Mujeres 15+ 50,5 11,7 3,9 2,6 32,9 8,4 5,3 4,1
60+ 73,1 34,3 19,4 11,7 63,5 42,6 27,0 21,5
80+ 130,3 90,3 58,9 48,5 127,6 117,6 83,3 72,4
Men
tal
Hombres 15+ 21,6 6,4 2,8 1,4 30,5 6,1 3,6 1,8
60+ 14,3 9,6 7,5 4,3 13,7 9,8 8,6 6,0
80+ 19,6 18,5 19,4 17,3 19,5 18,8 19,7 18,0
Mujeres 15+ 18,4 5,7 2,3 1,0 26,9 4,5 2,8 1,6
60+ 14,8 10,0 7,4 4,4 13,5 11,7 10,6 8,7
80+ 23,5 22,8 24,7 23,4 23,0 29,3 37,0 35,0
77
Anexo 11. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y nivel de instrucción
Discapacidad Intelectual
Discapacidad Físico Motora
Discapacidad Visual
0
20
40
60
80
100
120
140
160
180
200
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Hombres Mujeres
0
50
100
150
200
250
300
350
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Hombres Mujeres
0
50
100
150
200
250
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Hombres Mujeres
78
Discapacidad Auditiva
Discapacidad Mental
0
50
100
150
200
250
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Hombres Mujeres
0
10
20
30
40
50
60
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Ninguno Primario Secundario Pre-Postgrado
Hombres Mujeres
79
Anexo 12. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y etnia
Tasa bruta Tasa estandarizada
Sexo Edad Indígena Negra Mestiza Blanca Indígena Negra Mestiza Blanca
Tota
l
Hombres 0+ 59,3 68,6 60,2 63,4 65,3 75,9 60,9 59,3
60+ 221,2 242,6 211,7 181,5 228,5 252,8 214,3 179,4
80+ 358,6 406,5 377,9 315,9 365,8 409,0 379,6 318,3
Mujeres 0+ 53,5 56,5 51,0 60,5 56,5 62,7 50,1 51,8
60+ 211,7 230,5 198,6 188,7 214,1 237,3 195,7 178,9
80+ 364,9 401,1 372,0 336,9 369,7 400,2 368,9 334,2
Inte
lect
ual
Hombres 0+ 7,9 8,2 7,9 8,1 8,1 8,3 7,9 8,2
60+ 13,6 11,5 11,1 9,9 13,5 12,2 11,3 9,8
80+ 13,7 20,4 19,8 18,8 13,6 20,8 19,9 18,9
Mujeres 0+ 7,1 6,7 6,3 7,1 7,3 6,9 6,3 7,0
60+ 13,9 13,6 11,0 10,3 14,0 14,2 10,8 9,6
80+ 17,4 31,0 22,5 21,4 17,5 31,2 22,3 21,1
Físi
co M
oto
ra
Hombres 0+ 21,9 31,6 25,7 27,4 24,6 35,3 26,1 25,1
60+ 83,6 120,0 99,2 88,6 86,3 123,2 100,2 87,7
80+ 127,6 173,1 160,1 142,9 132,5 173,8 160,8 144,1
Mujeres 0+ 20,0 24,1 21,3 26,6 21,4 27,4 20,8 21,4
60+ 86,9 118,3 98,6 101,0 88,0 121,7 97,2 95,7
80+ 151,3 201,5 180,9 181,5 154,2 201,3 179,3 180,0
Vis
ual
Hombres 0+ 12,8 14,9 13,4 13,4 14,6 17,5 13,6 12,3
60+ 61,6 77,1 60,0 46,7 64,6 81,9 61,0 46,1
80+ 118,0 152,0 120,9 84,2 121,3 153,4 121,8 85,0
Mujeres 0+ 11,8 13,9 12,1 13,7 12,6 15,9 11,9 11,3
60+ 59,2 71,7 57,3 48,2 60,1 74,1 56,3 45,5
80+ 113,8 137,5 116,4 89,6 116,1 136,6 115,1 88,8
Au
dit
iva
Hombres 0+ 12,0 6,2 8,7 8,5 13,8 7,3 9,0 7,6
60+ 76,7 30,4 47,9 37,0 80,7 34,2 49,1 36,3
80+ 154,4 94,6 124,6 95,4 157,8 96,2 125,6 97,1
Mujeres 0+ 11,2 5,5 7,4 8,2 11,9 6,1 7,2 6,5
60+ 69,3 25,0 39,6 32,8 70,4 26,4 38,6 30,0
80+ 145,6 65,1 100,1 80,4 148,0 64,6 98,7 79,3
Men
tal
Hombres 0+ 3,9 5,4 4,3 5,1 4,1 5,6 4,3 4,9
60+ 7,9 11,4 9,8 11,1 8,3 12,0 10,0 11,0
80+ 13,3 20,1 19,1 21,3 14,1 20,3 19,3 21,4
Mujeres 0+ 3,7 4,8 3,7 4,8 3,9 5,1 3,6 4,2
60+ 9,0 13,4 10,6 12,2 9,1 13,9 10,4 11,2
80+ 15,0 23,5 23,8 27,8 15,2 23,5 23,5 27,3
80
Anexo 13. Tasas de discapacidad según tipo de discapacidad, sexo, edad y etnia
Discapacidad Intelectual
Discapacidad Físico Motora
Discapacidad Visual
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Indígena Negra Mestiza Blanca
Hombres Mujeres
0
50
100
150
200
250
300
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Indígena Negra Mestiza Blanca
Hombres Mujeres
0
50
100
150
200
250
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Indígena Negra Mestiza Blanca
Hombres Mujeres
81
Discapacidad Auditiva
Discapacidad Mental
0
50
100
150
200
250
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Indígena Negra Mestiza Blanca
Hombres Mujeres
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
0-4
5-9
10
-14
15
-19
20
-24
25
-29
30
-34
35
-39
40
-44
45
-49
50
-54
55
-59
60
-64
65
-69
70
-74
75
-79
80
-84
85
-89
90
-94
95
+
po
r m
il
Indígena Negra Mestiza Blanca
Hombres Mujeres
82
Anexo 14. Tasas brutas y estandarizadas de discapacidad según sexo y provincia de residencia (por mil)
Población Total
Tasa bruta Tasa estandarizada
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
Azuay 54,3 51,2 52,6 54,2 46,6 50,1
Bolívar 73,9 64,6 69,2 68,2 57,8 62,8
Cañar 72,2 59,5 65,4 71,4 53,6 61,6
Carchi 66,7 59,4 63,0 62,3 52,7 57,4
Cotopaxi 61,5 54,2 57,7 61,3 51,1 56,0
Chimborazo 65,5 61,9 63,6 62,6 54,4 58,3
El Oro 67,1 53,6 60,4 67,0 53,2 60,2
Esmeraldas 69,5 53,7 61,7 75,3 59,0 67,2
Guayas 61,3 51,9 56,6 62,9 51,8 57,4
Imbabura 59,4 55,1 57,2 57,8 50,4 53,9
Loja 63,8 55,7 59,7 59,2 49,8 54,4
Los Ríos 64,9 52,8 59,0 66,5 55,2 61,0
Manabí 71,2 58,2 64,7 71,6 57,1 64,4
Morona Santiago 58,0 46,3 52,2 68,5 54,8 61,7
Napo 63,4 50,4 57,0 72,9 59,2 66,2
Pastaza 50,1 42,5 46,3 57,2 49,8 53,5
Pichincha 47,8 44,4 46,1 49,1 43,1 46,0
Tungurahua 58,3 55,0 56,6 54,6 48,3 51,3
Zamora Chinchipe 62,5 48,6 55,7 68,7 55,3 62,3
Galápagos 36,6 26,9 32,0 42,5 33,5 38,4
Sucumbios 77,2 57,4 67,7 86,5 69,2 78,4
Orellana 61,3 44,8 53,4 76,1 59,0 68,2
Sto Dom. Tsáchilas 62,3 50,3 56,3 67,3 56,3 61,7
Santa Elena 59,1 48,1 53,7 63,0 50,6 56,9
Exterior 33,1 29,9 31,5 31,6 27,6 29,6
Zonas No Delimitadas 67,2 52,8 60,4 71,6 59,2 65,9
Ecuador 60,8 52,0 56,4 61,8 51,1 56,4
83
Población de 60 y más años
Tasa bruta Tasa estandarizada
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
Azuay 190,4 177,8 183,2 185,1 168,3 175,5
Bolívar 218,7 206,0 212,2 212,1 200,0 205,9
Cañar 234,1 198,5 214,1 229,6 189,4 207,2
Carchi 237,7 223,1 230,1 235,1 218,1 226,1
Cotopaxi 221,4 204,8 212,5 219,7 200,4 209,4
Chimborazo 222,0 220,6 221,2 219,7 214,5 216,9
El Oro 240,7 215,5 228,3 246,7 215,8 231,5
Esmeraldas 215,9 200,6 208,5 227,3 206,8 217,4
Guayas 219,6 209,3 214,3 225,9 209,0 217,2
Imbabura 214,5 206,1 210,0 212,9 201,0 206,6
Loja 203,2 186,0 194,3 195,9 178,0 186,7
Los Ríos 215,4 208,9 212,3 221,5 212,3 217,4
Manabí 226,8 213,8 220,2 229,1 207,0 218,2
Morona Santiago 237,1 190,3 214,0 244,4 195,0 220,0
Napo 226,3 201,1 214,0 239,8 211,7 226,2
Pastaza 198,4 192,0 195,3 205,3 200,5 202,8
Pichincha 170,0 172,2 171,2 174,7 169,7 172,0
Tungurahua 214,1 210,1 212,0 209,9 201,7 205,6
Zamora Chinchipe 227,7 203,8 216,7 235,7 212,4 224,9
Galápagos 146,6 135,4 141,7 170,4 152,5 164,0
Sucumbios 240,6 216,9 230,4 261,5 233,1 249,1
Orellana 253,4 207,8 233,2 277,4 223,8 253,0
Sto Dom. Tsáchilas 229,7 223,0 226,5 238,8 231,6 235,4
Santa Elena 219,2 198,2 208,7 220,3 195,5 208,0
Exterior 67,2 74,3 70,8 83,4 85,0 84,1
Zonas No Delimitadas 231,0 226,5 229,1 241,3 238,1 239,4
Ecuador 211,1 199,8 205,2 213,8 197,0 205,2
84
Población de 80 y más años
Tasa bruta Tasa estandarizada
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
Azuay 328,1 321,3 324,0 326,5 317,0 320,9
Bolívar 359,9 365,7 362,8 362,3 367,2 365,1
Cañar 371,3 341,8 354,0 371,7 340,7 353,9
Carchi 404,3 362,2 381,4 408,7 363,4 384,3
Cotopaxi 383,4 375,2 378,8 389,4 378,5 383,5
Chimborazo 381,1 378,6 379,7 387,3 381,5 384,0
El Oro 440,2 398,0 418,1 443,8 396,0 419,1
Esmeraldas 383,8 372,7 377,9 388,1 371,7 379,5
Guayas 394,6 396,5 395,7 397,1 393,6 395,5
Imbabura 330,7 340,8 336,4 333,8 340,5 338,0
Loja 340,4 352,4 346,6 341,0 347,8 344,7
Los Ríos 380,1 407,0 393,5 384,9 402,7 394,5
Manabí 394,1 399,5 397,1 396,1 390,1 393,8
Morona Santiago 375,6 303,9 339,3 375,2 302,1 338,4
Napo 364,5 355,9 359,9 364,9 355,0 359,4
Pastaza 357,5 408,6 383,8 358,6 426,9 390,6
Pichincha 328,3 331,7 330,3 329,7 330,1 330,1
Tungurahua 363,4 362,5 362,9 364,2 361,9 363,5
Zamora Chinchipe 432,2 419,1 426,2 438,0 421,7 430,4
Galápagos 445,8 225,8 351,7 441,5 245,1 364,2
Sucumbios 418,8 381,6 401,6 425,0 387,9 407,9
Orellana 430,1 364,0 399,3 440,3 374,1 408,4
Sto Dom. Tsáchilas 421,7 436,8 429,0 424,1 438,0 431,0
Santa Elena 383,8 374,2 378,9 383,4 365,6 375,0
Exterior 173,9 160,8 166,0 201,3 177,1 187,2
Zonas No Delimitadas 405,7 440,3 420,7 418,5 446,1 425,8
Ecuador 372,2 368,9 370,4 374,4 366,5 370,4
85
Anexo 15. Regresión Logística: Autopercepción de salud (Modelos Univariados)
Y = Variable dependiente: Autopercepción (Y = 0 si el indicador es bueno y Y = 1 si es malo)
Variable Independiente Codificación Estimador de
beta ( ) Signo de Explicación Valor p Significancia
Edad X1 X1 = 0 , entre 60 y 80 X1 = 1 , mayor a 80
0,289 Positivo Ser mayor a 80 años incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,002 Sí
Sexo X2 X2 = 0 , H X2 = 1, M 0,412 Positivo Ser mujer incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Escribir y leer mensaje X3 X3 = 0, Sí X3 = 1, No 0,527 Positivo No saber escribir y leer mensajes incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Vivir solo X4 X4 = 0 , Acompañado X4 = 1 , Solo
0,232 Positivo Vivir solo incrementa la probabilidad percibirse con mala salud. 0,045 Sí
Tiene seguro X5 X5 = 0, Sí X5 = 1, No 0,657 Positivo No tener seguro incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Concurre a establecimiento público de salud X6
X6 = 0, Sí X6 = 1, No -0,247 Negativo No ir a un establecimiento de salud público disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,002 Sí
Trabajo Remunerado X7 X7 = 0, Sí X7 = 1, No 0,487 Positivo No haber tenido trabajo remunerado incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Suficiente Ingreso X8 X8 = 0, Sí X8 = 1, No 1,169 Positivo La falta de ingresos para cubrir sus necesidades incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Nivel de Instrucción X9
X9 = 0, Ninguno X9 = 1, Primaria X9 = 2, Secundaria X9 = 3, Superior
X9 = 0 1,982 X9 = 1 2,189 X9 = 2 1,134
Positivo A menor nivel de instrucción la probabilidad de percibirse con mala salud aumenta.
0,000 0,000 0,000
Sí
Bien nutrido X10 X10 = 0, Sí X10 = 1, No 1,139 Positivo No considerarse bien nutrido incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Comer bien 15 años X11 X11 = 0, Sí X11 = 1, No 0,382 Positivo No haber comido bien durante algún periodo de los primeros 15 años incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Salud 15 años X12 X12 = 0, Buena X12 = 1, Mala
0,342 Positivo No haber tenido buena salud durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,044 Sí
Situación económica 15 años X13
X13 = 0, Buena X13 = 1, Mala
0,585 Positivo No haber tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Casado X14 X14 = 0, Sí X14 = 1, No -0,055 Negativo No haber estado casado o unido disminuye la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,718 No
Índice de Enfermedades X15
X15 = 0, Menos de 4 X15 = 1, 4 o más
0,736 Positivo Tener 4 o más enfermedades incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Funcionalidad severa o total X16
X16 = 0, No X16 = 1, Sí 1,006 Positivo Tener discapacidad severa o total incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Discapacidad cognitiva X17
X17 = 0, No X17 = 1, Sí 0,740 Positivo Tener discapacidad cognitiva incrementa la probabilidad de percibirse con mala salud.
0,000 Sí
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009
86
Anexo 16. Regresión Logística: Funcionalidad (Modelos Univariados)
Y = Variable dependiente: Funcionalidad Severa o Total (Y = 0 No y Y = 1 Sí)
Variable Independiente Codificación Estimador de
beta ( ) Signo de Explicación Valor p Significancia
Edad X1 X1 = 0 , entre 60 y 80 X1 = 1 , mayor a 80
1,415 Positivo Ser mayor a 80 años incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Sexo X2 X2 = 0 , H X2 = 1, M 0,872 Positivo Ser mujer incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Escribir y leer mensaje X3 X3 = 0, Sí X3 = 1, No 0,830 Positivo No saber escribir y leer mensajes incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Vivir solo X4 X4 = 0 , Acompañado X4 = 1 , Solo
0,035 Positivo Vivir solo incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,749 No
Tiene seguro X5 X5 = 0, Sí X5 = 1, No 0,482 Positivo No tener seguro incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Concurre a establecimiento público de salud X6
X6 = 0, Sí X6 = 1, No -0,018 Negativo No ir a un establecimiento de salud público disminuye la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,794 No
Trabajo Remunerado X7 X7 = 0, Sí X7 = 1, No 0,425 Positivo No haber tenido trabajo remunerado incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Suficiente Ingreso X8 X8 = 0, Sí X8 = 1, No 0,598 Positivo La falta de ingresos para cubrir sus necesidades incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Nivel de Instrucción X9
X9 = 0, Ninguno X9 = 1, Primaria X9 = 2, Secundaria X9 = 3, Superior
X9 = 0 1,997 X9 = 1 1,259 X9 = 2 0,598
Positivo A menor nivel de instrucción la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total aumenta.
0,000 0,000 0,048
Sí
Bien nutrido X10 X10 = 0, Sí X10 = 1, No 0,605 Positivo No considerarse bien nutrido incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Comer bien 15 años X11 X11 = 0, Sí X11 = 1, No 0,309 Positivo No haber comido bien durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Salud 15 años X12 X12 = 0, Buena X12 = 1, Mala
0,326 Positivo No haber tenido buena salud durante los primeros 15 años incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,024 Sí
Situación económica 15 años X13
X13 = 0, Buena X13 = 1, Mala
0,335 Positivo No haber tenido buena situación económica durante los primeros 15 años de vida incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Alguna vez Casado o Unido X14
X14 = 0, Sí X14 = 1, No 0,258 Positivo No haber estado casado o unido incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,077 No
Índice de Enfermedades X15
X15 = 0, Menos de 4 X15 = 1, 4 o más
0,769 Positivo Tener 4 o más enfermedades incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Autopercepción Salud X16 X16 = 0, Buena X16 = 1, Mala
1,006 Positivo Percibirse con mala salud incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Discapacidad cognitiva X17 X17 = 0, No X17 = 1, Sí 2,296 Positivo Tener discapacidad cognitiva incrementa la probabilidad de tener discapacidad funcional severa o total.
0,000 Sí
Fuente: elaboración a partir de los datos de la Encuesta SABE 2009