24
 n una époc que se dec nt hacia el posthum nismo en la que el pens miento resulta peligros mente posterg do por la seducción de la tecnología surge la posibilidad de un pens r con la imagen en movimiento. ste tipo de imagen. que nació con el cine inaugurando un nuevo régimen de la representación visual del que solo ahora empezamos a comprender su verdadero alcance implica la aparición de una novedosa forma de retórica audiovisual que supera los límites del lenguaje cinematográfico clásico y favorece el desarrollo de formas de pensamiento inéditas que amplían el régimen del pensar b s do en la palabra busc ndo con él nuevas alianzas. Partiendo de una amplia indagación sobre la fenomenología de las relaciones entre cine y pensamiento este volumen presenta una serie de aproximaciones a distintas facetas del fenómeno cinematográfico que van desde la práctica de las vanguardias al tratamiento del paisaje o de los no lugares. pasando por el acercamiento a cineastas relacionados con el ensayo fílmico como Herzog Farocki o Rossel lini como por el nálisis de territorios conectados con la memoria o con el cine popular. Mediante estos enfoques diversos se cubren las distintas facetas del pensar cinematográfico que van desde la posibilidad de un pensamiento esencialmente fílmico al desarrollo de un pens r con el cine. IS N 978 84 370 9171 6 9

SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIRTY

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  n

una

époc

que

se

dec nt hacia el

posthum nismo

en la que el

pens miento

resulta

peligros mente posterg do

por la seducción de la

tecnología surge la posibilidad de

un

pens r con la imagen en movimiento.

ste tipo de imagen. que nació con el cine inaugurando un nuevo régimen

de la representación visual del que solo ahora empezamos a comprender

su verdadero alcance implica la aparición de una novedosa forma de retórica

audiovisual que supera los límites del lenguaje cinematográfico clásico y

favorece el desarrollo de formas de pensamiento inéditas que amplían el

régimen del pensar b s do en la palabra busc ndo con él nuevas alianzas.

Partiendo de una amplia indagación sobre la fenomenología de las

relaciones entre cine y pensamiento este volumen presenta una serie de

aproximaciones a distintas facetas del fenómeno cinematográfico que van

desde la práctica de las vanguardias al tratamiento del paisaje o de los no

lugares. pasando por el acercamiento a cineastas relacionados

con

el ensayo

fílmico

como

Herzog Farocki o Rossel lini sí

como

por el nálisis de

territorios conectados

con

la memoria o con el cine popular. Mediante estos

enfoques diversos

se

cubren las distintas facetas del pensar cinematográfico

que van desde la posibilidad de un pensamiento esencialmente fílmico al

desarrollo de

un

pens r con el cine.

IS N 978 84 370 9171 6

9

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CONSEJO

DE DIRECCIÓN

Dirección científica

Josep

Lluís Gómez Mompart Universitat de Valencia)

Javier Marzal Universitat Jaume

1

CarIes Pont Universitat Pompeu Fabra)

Joan Manuel

Tresserras

(UniversitatAutonoma de Barcelona)

Dirección

técnica

MonÍca Figueres

Universitat

Pompeu

Fabra)

loan CarIes Marset Universitat Autonoma de Barcelona)

M. Carme Pinyana

Universitat

Jaume

1

Maite

Simon Universitat

de

Valencia)

CONSEJO ASESOR INTERNACIONAL

Armand BaIsebre Universitat Autonoma de Barcelona)

José M. Bernardo

Universitat

de

Valencia)

Jordi Berna Universitat Autonoma

de

Barcelona)

Núria

Bou Universitat Pompeu Fabra)

Andreu Casero Universitat Jaume

1

Maria Coraminas Universitat Autonoma de Barcelona)

Miquel de Moragas UIÚversitat Autonoma de Barcelona)

Alicia Entel

Universidad

de Buenos

Aires)

Raúl

Fuentes

( TESO, Guadalajara,

México)

Josep Gifreu

Universitat Pompeu Fabra)

F

Javier Gómez

Tarín Universitat

Jaume

1

Antonio Hoblfeldt UIÚversidade Federal do Río Grande do SuJ, Porto Alegre, Brasil)

NatbaIie Ludec Université París 8)

Carla Marletti Universita di Torino)

Marta

Martín

Universitat d'

Alacant)

Jesús Martín

Barbero

Universidad del Valle, Colombia)

Carolina Moreno

Universitat

de

Valencia)

Hugh O'Donnell

(Glasgow Caledonian

University, Reino

Unido)

Jordi Pericot Universitat Pompeu Fabra)

Sebastia Serrano Universitat de Barcelona)

Jorge Pedro Sousa Universidade Fernando Pessoa, Oporto, Portugal)

Maria

Immacolata

Vassallo Universidade

de Sao

PauIo, Brasil)

lordi

Xifra Universitat Pompeu Fabra)

J

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J

1

EL

CINE

DE

PENSAMIENTO

FORMAS DE LA IMAGINACiÓN

TECNO-ESTÉTICA

JOSEP M CATALA

(Ed.)

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BIBLIOTECA

DE LA UNIVERSITAT JAUl\1E L

Datos

catalográficos

El Cine de pensamiento: formas de la imaginació;n tecno-estética / Josep M. Catara (ed. )- Castelló

de la

Plana:

Publicacions de

la

Universitat Jaume l ; Barcelona: Universitat Autonoma de Barcelona:

Universitat Pompeu Fabra; Valencia: Universitat de Valencia, D.L. 2014

p.; cm. - (Aldea global; 27)

Bibliografia.

ISBN

978-84-8021-982-2 Un). 978-84-490-4Q52-8 (UAB). 978-84-370-9171-6 (UY)

1.

Cinematografia. 2. Cinematografia - Filosofia.

1 Catala Domenech,

Josep M.

TI.

Universitat

Jaume L Publicacions. III. Universitat Autonoma de Barcelona. IV Universitat Pompen Fabra. V

Universitat de Valencia.

VI.

Serie

791

791 :1

APF

HP

Edición

Universitat

Autonoma

de Barcelona

Servei de Publicacions

08193 Bellaterra (Barcelona)

[email protected]

ISBN 978-84-490-4052-8

Publicacions de la Universitat

Jaume

I

Campus del

Riu Sec

12071 Castelló

de la Plana

[email protected]

ISBN 978-84-8021-982-2

Universitat Pompen Fabra

Departament

de Comunicació

Roe Boronat, 138

08018 Barcelona

[email protected]

Publicacions de

la

Universitat de Valencia

Arts Grmques, 13

46010 Valencia

[email protected]

ISBN 978-84-370-9171-6

Primera edición: 2014

Imagen de la cubierta

~ i l l

tranquilizadora

de Benjamin Rush (1746-1813)

Diseño

de

cubiertas

Andreu Rovira Design Production

Impresión

Imprenta Kadmos

Impreso en papel ecológico

Depósito legal: CS-24-2014

Cualquier fOffila

de

reproducción, distribución, comunicación

pública o transformación

de

esta

obra

solo puede ser realizada,

con

a autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por

la

ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográ

fieos, www.eedro.org)s i necesita fotocopiar ofescanear

algún

fragmento

de

esta obra.

,

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j

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f

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:1

%

r

1

, .

Indlce

PRÓLOGO, Josep

M

Catala

EL CINE

Y

LA HERMENÉUTICA

DEL

MOVIMIENTO: RETÓRICA

y

TECNOLOGÍA, Josep

M

CataNl

1 ¿Pensar?- 2 El cine y las máquinas.- 3. Cómo pensar el cine de pen

samiento.- 4.

¿Qué

es el pensamiento?- 5. El film-ensayo.- 6.

Imagen y

pensarniento.-7. Cine y filosofia.- 8. Eppur si muove> 9 Retórica del pen

samiento audiovisuaL- Bibliografia.

EPISTEMOLOGÍA DE LA IMAGEN MECÁNICA EN

LOS

AÑos

20.

DE LA

VANGUARDIA

REVELACIONISTA

A

LA

IRoNÍA DE

RETAGUARDIA,

M a

Soliña

Barreiro

1 Dispositivo y posibilidad de conocimiento.-

2.

Movimiento,

primer

plano y percepción.- 3. Epistemología y regímenes escópicos de la

modemidad.- 4. Vanguardia, autor y pensarmento.- Bibliografia.

PERDER

LA CABEZA AL RITMO DE LA MÁQUINA,

Jacobo

Sucari

1. Imaginar el pensamiento: tecnologías del pensar.- 2. Pensar la ima

gen: ¿soñamos con imágenes o con proposiciones língüísticas?-

3. Pensar la emoción: pasividad y acción.-4. El pensamiento hace imagen:

el

vídeo.- 5. Desplegar

la

pantalla, abrir el pensamiento.- Bibliografia.

EL

CINE

DE

LO

REAL.

L A

HUELLA DE

L E X N D E ~

KLUGE, WERNER

HERZOG y lIARON FAROCKl, Fabiola lcalá

. . .

. . . . . . .

1

Los

orígenes.- 2.

Pensar

la guerra y sus consecuencias.- Bibliografía.

EL CINE EN TELEVISIÓN

PENSADO

POR ROSSELLINI, Ludovico

Longhi . . . , ....... .,. , . . . .

, . ,

.. , . . . . .

1

Introducción: Per

pensare bisogna sapere.

2, Todo empieza por un

fmal.- 3. Siempre le quedará París.- 4. Renoir, Rouch y Tonti: la clepsi

dra

afectiva.- 5. Un final abierto: las conclusiones imposibles.

Bibliografia.

7

9

21

67

83

105

121

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  I

JAMES BOND

EN

EL DIVÁN: PSICOANÁLISIS Y CINEFILIA EN EL

5

CINEMATOGRÁFICA

DEL

AGENTE 007,

NIVERSAIUO

DE LA

SAGA

Elisabet

Cabeza

SEGURA AL

95

.

L A REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA

F1CCIÓN

DETECTIVESCA

A PARTIR DE ZERO

DARK

T I R ~ Juan

Antonio

Palao

Errando

1.2012

Y

la CIA: ¿funciona

Hollywood

como

un think

tank?

2.

La

trama

policíaca posclásica: la ficción forense.- 3. Zd30: Maya, la

verdad y

el

sujeto.-

3.1.

Maya

como

sujeto

y como

personaje.- 3.2. La

verdad

no

está

en un

cuerpo ni vivo, ni muerto).- 3.3.

AbuAhmed

la abducción

decidida.- 4.

La

imagen

y

el saber.- 4.1.

La

foto de

Abu

Ahmed.-

4.2.

Persecuciones

y

vigilancias.- 4.3. El álgebra ic6nica.-

S. La poética

del

making o y la

función contexto.- 5.1. La

película está

basada en

hechos

reales.- 5.2.

El

meganarrador la foealización y el suspense.- 5.3. Por

televisión.- 5.4 La caza.- 6. La transparencia barroca: pensar en la época

de la imagen

del

mundo.- Bibliografía.

LA MEMORIA

DEL

CINE

O EL

CINE

QUE

RECUERDA Efrén Cuevas

141

159

Alvarez

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

189

1.

La

memoria

narrativa

en

el cine de

ficción.- 2.

La

memoria en el

cine

de

no

ficción.- Bibliografía.

EL LUGAR DE

LA HETEROTOPÍA EN

LA MIRADA DOCUMENTAL Maria

Luna . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 205

1. Justificación.- 2. Heterotopía

cronotopo

y

no

lugar: alternancias y

dislocaciones.- 3. La heterotopÍa docmnentaL- 3.1.

La subjetividad

des

plazada.-

3.2. Apertura visual a un tercer

espacio.-

Bibliografia.

EL ENIGMA PAISAJÍSTICO DE <<ACORAZADO

POTEMKIN»:

EISENSTEIN

BALÁZS y EL

ORIGEN E

LA ESTÉTICA DEL PAISAJE EN EL CINE

RUSO

Carlos

Muguiro

1 El pensamiento

paisajístico

de Béla Balázs.- 1.1. Balázs y la herencia

romántica.- 1.2. Fisonomía

del

paisaje.- 1.3. La categoria de 10 sublime

cinematográfico.- 1.4.

Lo

siniestro del

paisaje.-

2.

El pensamiento pai

sajístico de Eisenstein.- 2.1.

El anhelo

de

unidad

en

el

todo.- 2.2.

Paisaje

como

montaje

verticaL- 2.3.

El extrañamiento ante

el

paisaje.-

2.4.

El

motivo del horizonte.- Bibliografía.

Los AUTORES

......................................

225

251

1

l

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Segura al 95 %

La reintroducción del sujeto en la ficción

detectivesca a

partir

de Zero Dark Thirty

Jost mONIO PALAO ERRANDO

1.2012 Y la

CIA

¿funciona Hollywood como un t ink

tan/(

Hace

ya

cerca

de

diez

años

Palao, 2004:

409-433)

nos rindió un

buen ser

vicio

el cotejo de dos conceptos

dispares y

pertenecientes a

áreas

de cono

cimiento distantes

entre sí: por

un lado,

el modo

de representación

prove

niente

de la historia

y

de la teoría del cine; por otro, el término think

tank

propio de

politología.

Al fin y al

cabo,

ambos tienen en común la función

de

crear

un horizonte de expectativas que permita el

asentimiento

del espec

tador audiovisual, en

el

primer caso,

y

de la opinión pública, en

tanto que

conjunto

de

votantes, en el segundo.

No

es nada raro, porque estas dos

ca

tegorías,

en el marco

empírico

de

las sociedades tardocapitalistas, coinciden

casi

al cien

por

cien.

Los think

t nks

son esas

instituciones

que

funcionan

como

auténticos

laboratorios

de

ideas y

van

diseñando escenarios

de futuro para

que

puedan

ir

desarrollándose

las

políticas

de

una

determinada

fuerza

política.

Nacidos

en USA, aunque se han extendido por todas las

democracias occidentales COn

mejor

ó

peor fortuna, están

claramente

vinculados a

una estructura

biparti

dista.

Aunque dentro del mismo bloque político pueda

haber

posturas de lo

más divergentes

y

heterogéneas, en principio el trabajo

de los

think tanks es

siempre enmarcable dentro

del espectro político parlamentario. De hecho,

no creemos que ninguna

propuesta, sobre

todo de

los think tanks

más extre

mistas,

teuga

derecho

a postular

su

plena

implementación,

pero si está claro

que sirven cOmo

orientación para

las

políticas pragmáticas

y

concretas.

Nota: El presente estudio ha sido financiado con la

ayuda

del Proyecto de Investigación

de

la con

vocatoria Universitat hume I-Bancaja, con el título ,{Análisis de los flujos de transferencia de

conocimient o entre los sistemas educat ivos superiores y la industria del videojuego> , código

l1I301.01l1, para el periodo 2012-2014, bajo la dirección del Dr. Javier Marzal Felici.

l c ne

de   ensamiento

/

159-188

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160 / J. A. Palao Errando

Lo

que nosotros indagamos en 2004

fue

un

modelo de representación

que bautizamos con la etiqueta J K

y

que coincidía en el tiempo tanto con el

ascenso

a la presidencia

de Bill Clinton

como con

el trigésimo aniversario

del

asesinato

de

Kennedy.

El

dispositivo

era

realmente complejo.

En él

coincidían

varias líneas

argumentales,

desde el asesinato

de Kennedy

hasta

la trama

de

la lucha por

los

derechos

civiles

de

los afroamericanos,

todo

ello

bajo la

premisa

de una cierta revisión de la historia que

implicaba

su ima

ginaria reversibilidad:

era el momento de suturar las

heridas

y

pérdidas

que

se

produjeron

en los años 60. Ahora bien,

si nos

referimos a un modelo de

representación,

no

es

exclusivamente por

estas

convergencias

temáticas o

narrativas, sino

porque todo

un modo de ver y de

concebir

la imagen en sus

relaciones

con la

realidad

estaba

concernido

en

este conglomerado ideoló

gico liberal-progresista. En efecto, se

trataba

de la introducción de lo digi

tal, no

ya

en la producción

cinematográfica, sino

en toda la cultura

contem

poránea, lo que llevó a rernventar

la

relación de

la

imagen

analógica

con el

mundo y a una novedosa poética

de

los

efectos

visuales.

Pues bien, en 2012 ha habido suficientes indicios para pensar

que

se está

erigiendo otro

conglomerado

visual

y

conceptual muy parecido

al

que

aca-

bamos

de

describir. La CIA se ha hecho

absolutamente omnipresente

en

Hollywood,

y

además de forma

muy relevante. Argo

(Ben

Affleck,

2012)

ha

sido la

triunfadora

de los Óscar, la

serie

Homeland Michae1

Cuesta

el al;;,

2011)

lleva

dos

años ganando

los

Globos de

Oro, los

Emmy

y prácticamen

te

todos premios

de

importancia

que

se conceden a las series

de

televisión.

Ya

ellas

se

suma

la película

objeto de este estudio «La

noche

más

oscura»

Zero Dark Thirty, Kathryn Bigelow, 2012), cuya repercusión no es menor

que las anteriores.

Evidentemente, el

fenómeno JFK de los años 90 del siglo

pasado fue mucho más

extenso

en el

tiempo

y en la variedad

de

sus mani

festaciones,

pero además

nuestro análisis fue

el fruto

de 10 años de obser

vación

y

trabajo de conceptualización. Respecto

al

fenómeno

crA,

al

que nos

referimos ahora,

no podemos

ser

tan

taxativos, pues es

mucho .más

reciente

y tenemos muchos menos datos, pero sí

los

suficientes

indicios

para postu

lar

que

no

se trata

simplemente

de

una contingencia o

moda

pasajera y

que

hay un

subtexto no solo

industrial,

sino también ideológico o político. Vea-

mos alguna de

estas coincidencias.

• La primera es la más obvia

de

todas: estas ficciones

tratan de

la CIA

contemporánea,

posguerra fría, cuyo principal

antagonista es el

fun-

damentalismo islámico. Proponemos por ello denominar modelo

Segura a195 . La reintroducción del sujeto en

la

ficción detectivesca

161

ClAACW (CIA

After Cold

War).

1 Se

puede

objetar

que no es el caso de

Argo

pero el

régimen

iraní;

aunque

una década

anterior

a la

caída

del

Muro

de Berlín, es el origen de

todo

el

proceso

y

el

primer

caso

de un estado islámico enfrentado

a los

Estados Unidos sin

la

tutela

explícita de

la

URSS.

Los

protagonistas

tienden a

desarrollar su actividad como lobos

so-

litarios

que tienen que

enfrentarse no solo al

enemigo,

sino a las

propias jerarquías

políticas

y

burocráticas norteamericanas.

En concreto, tomando aparte

Homeland

y ZD30,2

los

paralelismos

son numerosos. Las protagonistas que,

como

veremos, ejercen el rol

de detectives más

que de espías clásicas,

son mujeres. Pero

no

solo

eso.

La

iconografía de ambas, portando el hiyab sus vidas privadas,

l l cierto síndrome de Casandra que

las

lleva

a

perseverar

obsesiva

mente en sus convicciones contra colegas

y

superiores, hace que nos

encontremos

con una cierta

atmósfera

genérica.

e Sumemos a ello otros rasgos iconográficos como son los rezos islá-

micos de Nicholas

Brody y los

que

le

vemos realizar

a The Wolf, uno

de los directivos de la CIA. O

que

el

actor

Kyle

Chandler

encame a

sendos

directivos

de la Agencia

tanto

en

ZD30

como

en Argo.

En fin, son guiños al espectador para que reconozca patrones transtex

tuales en

todas estas propuestas.

2 La

tr m

policíaca posclásica

a

ficción forense

Muchos y

profundos -que

no

necesariamente

radicales- son los

cam

bios que

ha

experimentado el mainstream del discurso audiovisual de fic-

ción en

los

últimos

tiempos.

En un

reciente texto (Palao, 2012) hemos cla

sificado esos cambios en dos grandes apartados, pergeñando algo del orden

de una batería retórica

típica

de las

propuestas

filmicas posc1ásicas. Por un

lado, el hiperrelato

en el

que encuadrábamos las transformaciones narrati

vas: saltos

temporales,

dislocación

de

la trama, etc. Por otro,

agrupábamos

en

el epígrafe hiperencuadre

los

nuevos

regímenes

icónicos en

los

que la

p n t ~ l l

fílrnica se postula corno pantalla

huésped

albergando

en

sí la re

presentación

de las

muchas

pantallas con

las

que

convive en

el entorno

di-

gita1:

ordenadores, imágenes de

satélite y

videovigilancia,

smart

phones

1 Aceptamos cualquier reacción lectora ante esta denominación,

de

la

somisa

condescendiente al

sonoro sarcasmo.

2. Desde ahora, abreviamos de este modo el título del film de Kathryn Bige1ow.

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162 I

J. A

Palao

Errando

tablets, televisión,

etc.

Pero también, proponiéndose

como

la «interfaz del

sentido»

y albergando

la

posibilidad del raccord y

la

coherencia

espacial

y

narrativa en todos estos procesos hipermedia. Estirando al máximo las vir-

tualidades del cine clásico, la

pantalla posc1ásica

preconiza

su carácter es-

clarecedor respecto al mundo, su capacidad de «poner el ente a disposición

del subjectum

y proporcionarle un ámbito

para la

certeza a

través

de

la

re

presentación», como postuló

Heidegger

para

la

Época de

la

Imagen

del

Mundo 1995

[1938]). Todos

estos

alardes de

puesta en escena no

son posi

bles

sin

una conciencia metadiscursiv9 por parte del espectador, que, gracias

al acceso generalizado a

las

tecnologíi:ts

digitales, está

más familiarizado que

nunca con los entresijos y

recursos

propios

del

discurso audiovisual, lo cual,

contra lo que se pudiera

pensar,

ha reforzado su fe en

la

imagen y las

posibi

lidades de

la

ciencia para construir certeza

y

conocimiento

a través de ella.

Una

de

las

consecuencias

más evidentes

de esta

tendencia

icónica

ha

sido

una

mutación

en la

trama policíaca audiovisual, que ha derivado hacia

un

molde que

podríamos llamar

ficción forense, en el cual la autopsia y

la

figura

del facultativo

que

la

realiza,

así como el

equipo con

el

que trabaja,

han cobrado una relevancia impensable. De hecho, la serie televisiva que

consolidó definitivamente

el modelo se

llamaba

eSI Crime

Scene

Investiga-

lion Ann Donahue, Anthony E. Zuiker, 2000), poniendo

de

manifiesto

cómo su carácter icónico, extendido: después

por el thriller y el

género de

acción tanto televisivo

como

cinematográfico, quedaba absolutamente pri

vilegiado.

La mutación

no

es

irreleva:nte,

pues

supone

un

cambio epistémico

profundo en un género que es sin d;uda el más relevante en el seno de

la

sociedad de

la información, por ser ;el

más

afín

a

su naturaleza. Aparte

de

otras características que comentarembs posteriormente, un rasgo estructural

esencial en la

trama policiaca clásica

era la figura

del

detective

como

pro

tagonista y focalizador del punto

de: vista

narrativo

en la

diégesis. Dupin,

Holmes, Poirot, Miss Marple, pero ~ m b i é n Sam Spade, Philip Marlówe

y

todos los

detectives

de

la

serie

negra.

Como apuesta

mental

y simbólica,

el

género policíaco proponía un

desordyll

en

el mundo que debía ser restituido

por un

proceso

narrativo.

Este procesO, si

pretendía un

pacto epistémico

y

emocional

con

el espectador,

debía estar sometido

a

procesos

lógico-simbó

licos perfectamente compartibles, qu e

daban

al

móvil

y a

la

ocasión un pa-

pel de fundamento para el asentimiento del espectador, radicado éste

e ~ e n -

cialmente

en el

aspecto intelectuaL

Ahora bien,

corno

muestran Eco

y

Sebeok 1989)

y todos

los autores

que

les acompañan

en este

volumen-,

el

esfuerzo de los pioneros de

la

fic-

ción

policíaca

fue

introducir en su método la

racionalidad científica.

Pero la

operación fundamental

en la

que se basa su

método no es

tanto

la/deducción

egura al95 . La reintroducción de sujeto en

a

ficción detectiv esca 163

o

la

inducción,

sino del muy

peirceano mecanismo de la

abducción. Esto es

esencial para entender lo

que

nos

proponemos

explicar, porque

el

razona

miento abductivo, en tanto que operación lógica, no presenta

un

trayecto

homogéneo y

límpidamente

intelectivo, sino

que, como

se

demuestra

en el

trabajo de Holmes, necesita

de

la apuesta subjetiva para suturar y sostener

las

discontinuidades de

la cadena

lógica:

necesita

de

la

apuesta

guess)

y del

concurso de un sujeto que sostenga el proceso, pues éste

no

es apaciblemen

te

necesario,

sino que

debe

contar con

que en su decurso

aparecerá

inevita

blemente la

contingencia.

Pues

bien, esto

es

lo que

niega la

ficción

forense en perfecta

congruen

cia con el «Paradigma Informativo» Palao, 2004) al que pertenece

y

uno

de

cuyos principales síntomas es.

Basándose en

la

falacia

de que

la trama del

mundo es perfectamente consistente y,

por

tanto, reconstruible desde sus

fragmentos y apresable

en sus representaciones,

remite todo

el

proceso de

investigación al principio de exactitud de las evidencias conjugado con

la

fiabilidad

del archivo.

En este contexto, la

única

función del investigador es

recolectar pruebas imágenes, trazas, rastros de ADN, huellas dactilares ... y

cotejarlos con la base

de

datos adecuada. Incluso el

más sagaz

científico

forense pienso

en

el Grissom de eSI

por

ejemplo, pero

también

en

la

Dra.

Brennan

de

Eones [Hart

Hanson,

2005]

y

en tantos otros) es ante

todo

un

cerebro que calcula: no piensa, sino que demuestra y verifica.

En el propio discurso fílmico podemos hallar la

crítica e

incluso la pa

rodia de este

método,

que se

reputa

como esencialmente televisivo. Pense

mos

a

dónde

conduce a Leonard Shelby,

el

protagonista de

Memento

Christopher

Nolan,

2000) su fe ciega

en la imagen

y

en el

archivo y,

por

tanto, la

creencia

de que es totalmente prescindible su concurso

como

suje

to en

el intento de cazar a los asesinos de su esposa. Pero

el

caso

más evi

dente tal vez sea Minority

Report

Steven Spielberg, 2002).

Recordemos

su

primera

secuencia: los tres

precog

tienen

la

visión un

asesinato y

no solo

muestran imágenes del mismo perfectamente

fieles,

captadas

por

un dispo

sitivo tecnológico

digital,

sino que generan

dos nombres

automáticamente

extraídos de una base de datos: el del asesino

y

el de

la

víctima. Eminente es

la

actuación de Toro Cruise

en

esta secuencia

que, ejerciendo

a

la par

como

montador audiovisual y director de orquesta

virtual,

halla el único dato que

falta,

el lugar exacto

del crimen,

al componer con

los

fragmentos

de las

vÍsiones de los precog una secuencia perfectamente coherente y

raccorda-

da,

desde

la cual es

posible

un cálculo

geométrico y penal

íntegramente

consistente. Hasta tal punto

la

exactitud

proyectiva

es fiable, que incluso el

acaecimiento

del

hecho

es

perfectamente prescindible

para la

resolución

judicial.

Page 9: SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIRTY

7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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164 / J. A Palao Errando

Pero exactitud

no es certeza: no

hay certeza

sin sujeto. Nuestra

hipótesis

es, pues, que esta mutación en el género del espionaje, que es el último

desembarco

de la

CIA

en

Hollywood,

es el

espacio discursivo propicio

para

reintroducir el rol del detective

en la

ficción policíaca.

Porque, en

efecto,

desaparecido

el

bloque enemigo

y

habiendo

tomado

su lugar

el terrorismo

islámico, el agente de la CIA, de espía, ha devenido en

policía

global. Su

estar

al margen

de

la ley también implica no

estar

al

amparo

de la

integridad

del cálculo.

Además

del

buen

rendimiento ideológico que

puede

significar

que

las

políticas

de

USA

vuelvan a

encarnarse

en figuras individualistas,

abnegadas y heroicas. Y más si estas son mujeres.

3. Z030

Maya

a

verd d

y

e sujeto

3.1. Maya como sujeto y como personaje

Zero

Dark

Thirty

narra todo el proceso que llevó a partir del 11 de sep

tiembre de 2001 a la captura y

muerte de

Bin Laden por la CIA y el ejército

de los

Estados Unidos. Evidentemente,

la narración

se presenta corno

un

relato policíaco con una variante específica: se trata de hallar la ubicación

del asesino, no de averiguar su identidad.

3

El peso

de

todo el

proceso cae

sobre los hombros de una agente de la CIA a la que vamos a conocer como

Maya.

Fijémonos en

que

los

personajes del film que

pertenecen al

disposi

tivo de

captura

(CIA, administración USA, etc.) vamos a conocerlos exclusi

vamente por

su nombre de pila o,

incluso,

solo

por

su cargo.

En algunos

casos tendremos un alias o un

nombre

supuesto. La versión oficial es que se

trata de

proteger la

identidad real de los agentes secretos concernidos en

la

muerte del líder de

Al

Qaeda,

pero la cuestión es

que ello

refuerza la

unción

contexto, la

inserción de

la trama en el campo

de

la

realidad

consensuada.

Maya,

pues,

según

algunas fuentes, es una licencia narrativa que agrupa a

diversas agentes reales.

Según

otras, es

el nombre

supuesto de

una

agente

reaL

Aquí

no

vamos

a entrar en estas disquisiciones

porque

no

nos .interesa

la función referencial, sino la estructura y las estrategias del relato.

Maya nos

interesa tanto

como

sujeto, es decir, en su

papel

enunciativo,

como nos interesa en cuanto personaje, por su caracterización psicológica y

actancial. En el

primer

aspecto

queda

claro que

nuestra

hipótesis es que

Maya ejerce

la

función del detective clásico, por más que 1 haga en un

relato

posc1ásico. Como tal,

su función subjetiva

c o n s i s t e ~ e n ir

focalizando

el relato que

escande

su información

en

consonancia

con

el conocimiento

3. Al menos,

en

principio.

Porque más

adelante

veremos

que la

trama

principal del film es

la

iden

tificación y localización

de Abu Ahmed

al-Kuwaiti.

Segura al 95

.

La reintroducción del sujeto

en

la ficción detectivesca / 165

que

la protagonista

tiene de ella.

Una

orientación semántica clara

nos la

ofrece el film (el meganarrador

en

la propia presentación de la ficción y

del

p ~ r s o n a j e La trama

fílmica

comienza

directamente

en el barracón

don

de se está torturando a

un

prisionero. Entre los que asisten a

la

sesión

vemos

a un sujeto con

pasamontañas. El

torturador,

Dan,

sale del barracón y le dice

al encapuchado que le siga. Una

vez en

el exterior veremos, con cierta

sor

presa, que

se

trata de

una mujer,

Maya.

Allí

fuera

mantienen una breve

conversación

alIado

de un monitor, reencuadrado por

la pantalla

fílmica,

en

el

que

se retransmite lo

que

está pasando en el interior. Por esta

conversa

ción sabremos

que Maya

acaba de

llegar

al lugar (suponemos

que en terri

torio pakistaní)

para

incorporarse

al

equipo que

está

investigando

al grupo

saudí de

Al Qaeda. Dan

le

ofrece

seguir

el interrogatorio por el monitor,

pero ella insiste en entrar, además sin usar el

pasamontañas,

como hace el

propio Dan. La posición

de

Maya es clara,

pues.

Pretende

introducirse

en

la narración y vivirla en primera persona sin la

mediación

de

un

monitor

digital.

Ahora bien, una vez ubicada

como

foco enunciativo, hemos de reparar

en

su

caracterización psicológica,

la

prosopografia performativa que

la

pro

duce

corno un personaje

verosímil

y fiable para el espectador, que debe

depositar

su confianza epistémica y

moral sobre ella. En ese

sentido, Maya

es un sólido personaje de ficción

amparado en

dos

paradigmas

ficcionales

reputados. Por un lado,

carece

de historia. Como tantos

héroes

de las ficcio

nes masivas

(series novelísticas detectivescas, los telefilms paleo-televisi

vos, los héroes y

superhéroes de

cómic y cinematográficos ...5) Maya tiene

un carácter, una determinación,

una

afección ética,

pero

sin etiología

ni

historia sentimental que la respalde. Ello queda de manifiesto cuando, hacia

el final

de

la

película,

el director de la CIA la interroga

sobre su pasado

y

ella

niega

estar autorizada a comentarlo con él, a la par que ha de confesar que

la caza

de

Bin Laden ha

sido

el ímico caso en el

que

ha

trabajado desde

que está en

la

agencia.

Además,

nada conocemos, por supuesto, de sus po

sibles relaciones personales

y familiares

fuera de

su trabajo.

El

guionista Mark Boal lo explicita: «I m not a huge Freudian. When 1

meet

somebody, I m

not

interested in what they

were doing

when

they were 6.

1 like characters that are defined in the very existential

present

tense» (Ha-

4.

Para

este término.corpo

el

de gran

imaginador,

Gaudreault y

Jost

(1995).

5.

Pensemos

el revuelo cinéfilo que

ha

causado que, tras

22

películas oficiales sobre el personaje,

este

mismo

año,

Sam

Mendes se

haya

atrevido por primera

vez

a abordar la historia y la infancia

de James

Bond

en Skyfall (2012). Ello hace

una

diferencia también con la Carrie Mathison

de

Homeland que sí tiene

una

familia

(el

mismo genérico de la serie está compuesto

en

parte con

imágenes de su infancia) y

una

vida psicológica, sexual y sentimental,

por

más que frustrante.

Page 10: SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIRTY

7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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166 I J. A Palao Errando

rris, 2012).6

De

ahí

que

Maya, y esto también

resulta

evidente por sus con

versaciones

con

Jessica

a lo

largo

del

film,

comparta un

rasgo esencial

con

los

personajes

históricos de la ficción policial: el detective clásico es

asexuado,

al

menos

en el

sentido

de

que su deseo

parece

puro, identifican

do, sin

resto,

su goce con su

deber,

en :su celo por la

verdad.

Como

el

propio

Holmes

confirma: «pocas veces han ejercido las mujeres atracción sobre

mí,

porque

soy hombre que ha h e ~ h o que su cerebro gobernase a su

corazón».? La pasión de Maya

es la caza

de

Bin Laden y en

este carácter

unidimensional funda la perfecta fusión y coherencia entre sus dos natura

lezas, como

personaje

y como

foco

narrativo. Sus

peculiaridades

las

vamos

a

ver desarrollarse «in the

very

existential present tense», que son ocho años

de

tiempo

diegético.

3.2.

La verdad no

está

en un

cuerpo (ni

vivo, ni

muerto)

Es imposible abordar el análisis p e Zero Dark

Thirty

sin referirse SI

quiera

mínimamente a la r e p r e s e n t c ~ ó n

de

la tortura. Ahora

bien,

en

nues

tro caso no

pretendemos

incidir

en

«representar

la

tortura implica o

no

defenderla»

(Zizek,

2013), porque

pensamos

que

eso aboca a una polémica

sin fin

muy

propia del informacionalismo imperante, que siempre tiene algo

de

hiperreal

y

de simulacro. Lo

quei

nosotros pretendemos

puede parecer

frívolo

a

quien

prefiera

una óptica

simplemente moralista (y neo

iberal)

pero,

desde nuestro punto

de vista,

es más radical. Porque se

trata

de abor

dar

el análisis del problema de

la

tortura en su funcionalidad

narrativa

y estética, es decir, con una proyección hacia

su funcionalidad ideológica

y

cosmovisionaria, que

acerca la c u e s t ~ ó n al

concepto de biopolítica (más

en

la

versión de

Agamben que en la

de

Foucault, dicho sea

de

paso) o incluso

de tanatopolítica

(Cayuela

Sánchez,

~ 0 0 8 .

En

efecto,

en

ZD30

la tortura

está directamente relacionada

con el

iliten-

to

de recabar

información,

y con

el

C¡uerpo como lugar en

el que esa infor

mación reside. Por cruel y cínico que

parezca, de

cara al espectador están

dar, la

tortura en

el film

de

i g e l o ~

remite

i n t e r t e x t u a l m e ~ t e al

modelo

forense: ocupa

el

lugar de la autopsia, pero sin

soslayar

la brutalidad del

6.

No soy un gran

freudiano.

Cuando

conozco a alguien,

no me interesa qué estaba

haciendo a los

seis años.

Me

gustan los personajes

que

se dt;:finen

por su presente

existeJlcial.

7 Vid

Sir Conan Doyle, Arthur «La aventura de la melena del

león»

en El

Archivo de SherlQck

Holmes

obras completas, Barcelona, Orbis, 1987, p. 366. Lo mismo podrían aseve;r:.ar

mutatis

mutandis

Poirot, Miss Marple, Dupin, el comisario Maigret y

tantos

otros. Esto

cambia

a d i c a l ~

mente en la serie negra norteamericana, tanto novelística como cinematográficá.

He podido

ocuparme de ello en mis textos de 1994 y de 2007.

Segura a195

.

La reintroducción del sujeto en la ficción detectivesca

I 67

proceso.

Recordemos

que de lo que se trata

en el

modelo es de extraer in

formación de

la laceración de la

carne

para digitalizarla

rápidamente,

sus

trayéJ;ldole

la conciencia de su materialidad orgánica: cualquier

fibra,

hue

lla,

corpúsculo

hallado en un

cadáver

es

inmediatamente

reducido a datos

digitalizables (espectrografía,

composición

química, bancos de ADN,

etc.)

que lo recluyen en una base de datos y en una pantalla.

Como hemos

visto,

al

principio del film es Maya quien se niega

a

que

el proceso quede

confinado

en un monitor. Y recordemos los

titubeos

del

torturador Dan. La

información

que le interesa extraer con

el dolor

del pri

sionero (recordemos la terrible

salmodia

de Dan:

«1

\iVll you Ammar. You

belong

to me. Look

at

me. You

don't

look

at

me when

1 talk

to you,

I

hurt

you You step offthis mat, 1 hurl you Ifyou lie to me, I 'm gonna hurl you

Now,

look at me

Look

at

me,

Arnmar »)8

es la

verificación

de

un dato

di

gital (si es el autor de un e-mail y de una transferencia de dinero) y cotejar

la con

una

imagen

(la fotografía de

uno

de los miembros del grupo

saudí de

Al Qaeda).9 Pero

pese

a su fe en la biología, ninguna certeza operativa se

consigue desprender de la

tortura ..

3.3. Abu

Ahmed,

la

abducción

decidida

La información llega por el engaño, no por el dafio. Es Maya, en una po

sición

epistémica

distinta de la

de Dan,

la que

urde

la estratagema.

Aprove

chando el total aislamiento de Arnmar y que, al ser privado del sueño, 10 más

probable

es que

tuviera

importantes lagunas

de

memoria, le

hacen creer

que

con

sus confesiones

ha

colaborado a evitar un atentado relevante. Es

en la

entrevista que Dan y Maya

mantienen

con él, para mostrarle su agradecimien

to

y

congratulación, cuando

la

agente aprovecha para

sacarle

auténtica

infor

mación. Y aquí aparece el

nombre

que

será

hilo conductor de

toda

la trama:

Abu

A1:Ímed

al-Kuwaiti, nombre de guerra

--como

Maya

descubrirá

pso

fac

to-

de

un supuesto mensajero

de

Bin Laden que goza de su

máxima

confian

za

y

del

máximo

acceso

a

su persona. Abu Abmed es lo que le

da a

ZD30 su

semblante más clásicamente policíaco: aquí sí se trata de desvelar una identi-

8. Eres

mio,

Aromar. Me perteneces. Mírame.

Si

no

me

miras,

te hago

daño.

Si te

sales de esta

, alfombra,

te

voy a lastimar. Si

me

mientes,

te

voy a hacer daño. ¡Ahora, mÍrame ¡Mírame,

Ammar

9. I have your

name on

a

$5,000 transfer via Westem

Union to a 9/11 híjacker (Nawaf al-Hazmi

who piloted AA

77 into

the Pentagon) and

you

got

popped

with

a 150 kilograms ofhigh explo

sives

in your

house (Tengo tu

nombre en

una

transferencia

de

5000

dólares a través

de Westem

Uníon,

a

uno de

los secuestradores del 11-S y

te pillaron con

150 kg

de

explosivos en

tu

domi

cilio).

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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  68 I

J.

A.

Palao Errando

dad

como paso previo ineludible para poder hallar la ubicación de

Bin

Laden.

Se

va a

convertir en

su McGuffin

obsesivo durante los

años

siguientes,

pues

es

el

único enlace posible con

el

paradero

del

líder supremo de Al Qaeda. Pero

se

trata de la búsqueda de

un

extraterritorial. Sólo

se cuenta

con

fotos

de

valor

identifícativo muy dudoso (predomina lo indicial sobre lo icónico) y no

hay

bases de

datos, son sujetos no registrados.

Y

ante una

trama

deductiva discon

tinua, no

queda más que

la

apuesta

subjetiva.

La obsesión de Maya acabará

demostrándose

más cerca de

la

verdad que

el cálculo probabilístico.

Todo

el film

consiste en una lucha constante

de

Maya por convencer a

compañeros

y superiores

de

que Abu Abmed existe, que

sigue

vivo y que es

la

pieza

clave

en

la localización de su jefe. Y sobre

esta lucha se

forja su identidad

como personaje y como conductora de la trama. La vemos dirigiendo violentos

interrogatorios, enfrentándose

con quien

la

hace

dudar de

la

validez de la pista,

persuadiendo a sus

compañeros

encargados

de

los dispositivos

de

vigilancia

terrestre de que patrullar a la

búsqueda

del supuesto candidato a ser Abu Ah

med, una vez

se

ha conseguido

intervenir

sus

llamadas, es esencial

pese

a que

carece de evidencias indubitables de que se trate del mensajero. Y es su fe y

su

obcecación, en

medio de

este

marasmo de

cálculos incompletos, las que consi

guen convencer a todo el

mundo

de que la

casa

en la que vive el supuesto Abu

Ahmed

es el escondite

de Bin

Laden: sus superiores,

el

director

de

la

CIA,

los

cargos políticos y los miembros del comando (SEAL) que va a ejecutar la opera

ción

e, indirectamente,

hasta

al propio Obama.

Todo

ello, con un

componente

de

reivindicación femenina

esencial, si

bien

sutil, a

lo largo del film,

en el

que

no

deja de sugerirse que su condición

de mujer

dificulta su trabajo, por el

que ha·

de

apostar

a fondo, llegando a

amenazar

a

su superior en

Pakistán si no

le asigna los recursos que solicita

°

presionando

a

George (el que

más la va a apoyar al fin)

garabateando

en

la vidriera de su despacho los

días -l lega a

129- que van pasando desde que

ella descubrió la casa sin que nadie haga nada. Como dice Wolf al verla

hacer una de sus

pintadas,

<dt's her against

the

world».lO

La clave de todo este dispositivo la da una última reunión de los exper

tos con el director, a quien

ella se

ha presentado

anteriormente, de forma

nada diplomática, ante el hecho de que se

la

estaba

ignorando y ningunean

do,

como

«I m

lhe molherfucker that fonnd

this

place

.. Sif».l1 En esta

re

unión

ella

también

está siendo relegada. El director

ha

solicitado que lt;:

·di

gan definitivamente (afuckin yes or

a no)

si es Bin Laden

quien

se

oculta

en esa casa,

con

el

recuerdo

de las inexistentes armas de destrucción

masiva

10. Es ella contra el mundo.

11. Soy la hija

de

puta que encontró ese lugar .. señor.

- r-

Segura

l

9

.

La reintroducción

del sujeto

en la ficción detectivesca f 69

que

nunca

aparecieron

en

Irak. El directivo que parece llevar

la

voz cantan

te en la

reunión

contesta:

«we

don t deal in

certainty, we

deal

in

probability

and

I d say there s

a 60

probability

he s

there»12

El

resto de

expertos

coincide

en

el

porcentaje.

George

llega

al

80 .

Nadie

parece acordarse de

Maya, hasta

que el

más

cercano asesor del director

insiste en

recabar su

opinión.

Y

su respuesta es contundente:

Ahundred percent he s there. OK, fine. 9S because 1 know certainty freaks you guys

out

but

it s a hundred.

13

Hemos

traducido freak out por acojonar

porque nos parecía la mejor

opción.

Es

lID

elemento clave: la certeza del

lado

femenino, frente

a

la

pru

dencia estadística

típicamente fálica; el miedo al

error

como

miedo

a la

castración

Y «probablemente»

(al

95

,

como

mínimo) sea la respuesta

a

por

qué

las mujeres han alcanzado este protagonismo en la trama policíaca

neoclásica y

en el

modelo CIAACW. SU capacidad

de

construir

la

certeza

al

margen de la evidencia, por el cálculo simbólico

y

no por la objetividad de

las pruebas y su

docilidad

icónica.

4. La

imagen

y el

saber

4.1. a foto

de

Abu Ahmed

Ahora bien,

no

dejamos de estar analizando

un

film de acción posclási

ca

y

la

concurrencia de

todas las

pantallas y

regímenes

de la

imagen en la

pantalla fílmicaes

un

estilema del género. Y la

fotografia

es la

imagen pro

batoria por excelencia. Para comenzar, vemos

a

Maya obsesionada tras las

revelaciones

de

Ammar, visionando archivos de

vídeo corp.pulsivamente,

con

la-pantalla dividida en varias tomas

o

clips. Busca la certeza desde el

obsesivo

escudrifiamiento de

lo

lcónico.

Analiza, descompone, hace zoom

in digital:

pero

hay una discontinuidad insalvable

en

el discurso visual,

en

la evidencia. Se ve obligada

a creer,

porque no hay

certeza

objetiva posible.

Los primerísimos

planos

de ella

agotada

y poniendo

discos

en el ordenador

nos hablan de su

implicación

y focalización.

.

Hasta que uno de los torturados

reconoce a Abu

Ahmed

en

una

foto.

La

verdad ha estado columpiándose por todos los vericuetos hiperrnedia. El

12.

Nosotros no trabajamos con la certeza, sino con la probabilidad, y yo diría que

hay

un 60

de

probabilidades de

que

él esté ahí.

13.

Un 100

de

que

él esté

ahí.

De acuerdo,

un

95

porque sé q1le la

certeza os acojona,

mucha

chos,

pero es un

100 %.

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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170 /

J.

A.

Palao Errando

zoom in sobre la pantalla del

ordenador produce

una

pixelización turbia.

Vemos imágenes del mismo interrogatorio desde distintos puntos de vista en

la misma pantalla. El

zoom

in y la detención

de

la

imagen

son signos

filmi

cos de una certidumbre que,

sin

embargo, es inconsistente desde un punto

de

vista exclusivamente lógico. No es una certeza objetiva, sino subjetiva.

Armada

con su certidumbre

y

esa foto,

se

dirigirá de

black site

(sitio

secre

to de la CIA) en black

si/e

n t e r r o g n d ~ a todos

los

prisioneros que pueda, en

cualquier parte del mundo.

De hecho, inmediatamente después' del atentado

en

el que muere su amiga

Jessica, cuando

ya

lleva años buscando

a Abu

Ahmed, le llega

otra

pésima

noticia. Le pasan el vídeo

de

un

interrogatorio

en el que un preso reconoce a

Abu

Ahmed en

la

fotografía

y

dice que está muerto desde

2001

y

que él

le

enterró

en Kabul con sus propias manos.

Vemos

un zoom in a las manos del

preso encima de la

foto: es

un plano subjetivo

desde

la mirada de

Maya.

Pero

ella se niega a creerlo. Cuando su compañero Jack

le

pregunta, un momento

después, qué va a

hacer ahora,

ella

contesta:

«I'm

gonna smoke

everybody

involved in

tbis

Op. And then I 'm gonna kili Bin Laden. RighÍ».14

Posterionnente,

y

en

medio

de todo su

desaliento, una

joven colega

que

le

confiesa su rendida admiración llega con un dato: Abu Ahmed no es un

mito. Lo ha

encontrado en

la

base de datos:

«1

painstakingly combed

through everything in the system and found this».15 El caso es que los ma

rroquíes

ya

habían advertido sobre

él en

2001 pero no

se había

procesado

la

infonnación. Ahora hay, además de un, indicio claro, un nuevo dato, su iden

tidad real: Ibrahim

Said,

de

Kuwait. Maya

coge

la

foto

y la clava

en

el

corcho con otras más, mientras m u e ~ t r una absoluta indiferencia por

la

pobre

chica. Mira todas

las

fotos y

llega

a una

conclusión que conoceremos

cuando se

la

cuente

a

Dan,

que

ahora; se encuentra en

el

cuartel general de

la

CIA,

por teléfono: el

problema

es que todos los terroristas se parEfcen,

barba

larga, atuendo islámico,

etc.

La

foto que estaban enseñando era

la

del

hermano mayor:

MAYA: Isn't it possible that when the tbree

eldest brotbers

grew

beards

in

Afghanistan they started to look alike?

I

think tbe one calling him

self Abu Ahmed is

still alive. The

picture

we've been

using is

wrong. t's of rus older brather, Habib.

DAN

In

other words,

you want it

to

be

true.

14. Voy a adelantar a todas las

personas

implicadas

en esta

operación y

voy

a

patar

a

Bin

Laden.

15. He peinado cuidadosamente todo el sistema

y

he encontrado esto.

>

».1

~ ~ ~ ? : .

I

L

t

t

i

r

Segura a195 .

La

reintroducción

del sujeto en la ficción

detectivesca

/

171

MAYA: Ves, I

fucking want

it

ta

e true .16

Insólito, pero el error

está

en

la

foto, no en

la

apuesta de

Maya.

4.2.

Persecuciones y vigilancias

y

con

la pista

de

Ibrahim

Said

comienza la

nebulosa

dialéctica entre el

cielo y

la

tierra. En efecto,

la

«persecución multimedia» (Palao, 2012) a

la

que

se va a ver sometido el

sospechoso en cuanto Dan, mediante

sobornos,

averigüe el teléfono de su familia en Kuwait y sus llamadas, realizadas

siempre

desde

teléfonos

públicos

o

en movimiento,

confundido entre el

tráfago urbano,

puedan ser

ubicadas en el espacio. Este trabajo de localiza

ción

se

resuelve

en una

larga

y farragosa secuencia. Cada

vez

que hay una

llamada, un equipo se desplaza

a buscar

en

el

lugar en que se

ha

efectuado,

luchando

contra la

multitud en las

ciudades

populosas

de Pakistán. Es

muy

relevante, como gesto enunciativo,

la

dimensión de acercamiento al

tiempo

real es

decir,

la

negativa

a la

elipsis

y la preferencia por el embrollo narra

tivo

y

de montaje,

tanto

en

esta

secuencia como posteriormente en

la caza

final de Bin Laden. Es como subrayar

la

dificultad de

la

aproximación entre

la

información recopilada

(datos,

localizaciones

y

abducción)

y la

materia

lidad del mundo, en el que se encuentran, encarnados, los objetivos reales

de estas operaciones

hipotético-deductivas.

Se subraya lo

laborioso, el

tra

bajo de constancia y de prueba

y

error en estas operaciones

bajo la

metáfo

ra espacial

cielo (las

señales

digitales (satélite, cámaras,

etc.)

y

su

iconiza

ción

en pantalla) / tierra (el engorroso

mundo

del caos urbano y

la

multitud),

con

un efecto de

problematización

hipennedia que el género de acción sue

le

soslayar

y

que refuerza

el

carácter de

puesta

en

abismo que

plantea

el

intento

de

raccord entre diversos encuadres. .

Aún

más:

con la

casa

de

Abu

Ahmed/Ibrahim Said

ya

ubicada, George

intenta convencer en Washington

a

los

asesores

de

Obama

de

la

necesidad

de intervenir, exponiendo cómo han deducido que en

la

casa debe haber

un

habitante

varón más

de

aquellos

de

los

que

hay

evidencia

y conocimiento,

y

cómo han llegado

a la

abducción de que este

varón es

precisamente Bin

Laden. Lo

creen

así porque

precisamente

su celo y su pericia para

no

ser

1.6.

J\t[AYA:

¿No

es

,posible

que cuando los tres hermanos mayores

dejaron

crecer su

barba

en

Afganistán, empezaran

todos a

parecerse? Pienso que uno

de ellos

que se

hacía

llamar Abu

Ahmed puede estar aún vivo. L¡>- foto que hemos estado usando era la equivocada. Es de su

hermano mayor, Habib.

DAN

En

otras

palabras,

quieres

que sea

verdad.

MAYA: Sí, yo

quiero

que sea

la

puta

verdad.

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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  72 I

J. A Palao Errando

jamás

captado

indica

habilidades

propias del

espionaje profesional:

«The

unidentified third male dces no t get groceries. He do es not lcave the com

pound.

He

does not

present himself for

photographs

when he

needs fresh

air,

he paces around beneath

a

grape arbor bui the leaves are

so

thick, they

obscure

our

satellite views.

This is

a professional

attempt

to

avoid detectioll.

OK? eal tradecraft the

only

people we ve seen behave in this way are

other

top

level Al Qaeda

operatives}).17

Evidentemente, esta suposición no es suficiente para

los

expertos y le

contraatacan

con

todo tipo de probabilidades de qué o quién podría ser

ese

tercer

hombre. Sobre todo, insisten en

que

podría tratarse

de

un narcotrafi

cante saudí.

Exigen «evidencias» de que ese

inquilino

ignoto es Bin Laden

y George

tiene que explicarles

que

ha

sido

imposible

conseguirlas:

no

se

puede poner una cámara distinta de la del

satélite

porque sería detectada.

Pero además han intentado analizar

las

basuras y

los

excrementos, han si

mulado una campaña médica para conseguir ADN de los habitantes de la

casa ..

Todo

en

vano. Muy

poco

eSI

como vemos. Al

final

no queda

más

remedio que aportar

un

argumento

inconsistente

pero muy efectivo. Tras

una

posterior

reunión,

George le

espeta

al político

burócrata:

«What 1 meant

was,

a

man in your position

..

How do you evaluate

the

risk of not doing

something?

The risk

of

potentially

letting

Bin

Laden slip

through your fin

gers? That is

a

fascinating question».18

Obtiene así

la vía

libre para comen

zar a

organizar una

acción.

4.3. El

álgebra

¡cónica

Pero

probablemente

la

secuencia más importante en

el

proceso de cons

trucción de la certeza es el análisis de la imagen del satélite sobre la casa de

Abbottabad, la extracción de saber a

partir

del

registro icónico. Comp he

mos

visto,

Bin Laden

es

una hipótesis

inverificable

por

medios informativos

y

escópicos, es

decir, sin necesidad de

recurrir

a la

abducción/deducción.

Para contrastar la hipótesis se utiliza en principio un z o n ~ e n t o deducti

vo a partir de premisas

extraídas

de la comp etencia etnográfica y

antropo-

17. El tercer hombre

no identificado

no va

de

compras.

No

abandona el complejo.

No

se expone a

ser

fotografiado

cuando necesita aire fresco, pasea

debajo de un

emparrado con

hojas demasiado

gruesas

que oscurecen

las

vistas de nuestros

satélites.

Es

un intento

profesional

de

eyitar la

detección.

¿De acuerdo?

Auténticas técnicas

de

espionaje

que

solo

hemos

visto

en los

altos

mandos de

Al Qaeda.

18. Lo que quiero

decir

es

¿cómo

evalúa un

hombre

en su posición

el

riesgo de

no h c e ~ nada?

¿El

riesgo potencial de deJ'ar a Bin

Laden

escurrirse entre nuestros dedos?

Es

una

pregunta

fasci

nante.

" , ft1/-:

Segura al 95 .

La

reintroducción del

sujeto en

la ficción detectivesca j 73

lógica de los

expertos

de la

CIA,

que tratan la imagen

registrada

por el

saté

lite

como una

auténtica

ecuación. Sobre esa

x

invisible se monta todo el

razonamiento que habrá de

oponerse

a la

estadística.

La negociación con los

políticos, como hemos visto, es una

lucha de

la

convicción

contra

ella.

La escenografia

de

la gran sala

del

cuartel

general

de la CJA es,

por

fin,

auténticamente multimedia: plagada de pantallas de uso colectivo

o

indivi

dual. En ella está

George,

que

va

a cobrar una

especial importancia

en este

tramo

del film,

pues toma el

relevo de

Maya como focalizador de la acción,

como delegado

diegético

del ente enunciador. Entra Maya y se

saludan

a

distancia. Ella se dirige

al

responsable de la operación de vigilancia (Steve).

Vernos las

dos

enormes pantallas que dominan toda la sala: una, de la casa

vigilada;

otra del

mapa-satélite de

la

ciudad.

Tras

una breve

conversación,

Steve la

invita

a

seguirlo

a una sala de

reuniones.

El

experto extiende una especie

de

plano-foto satélite

por toda la

mesa de juntas. Hay también una maqueta de la

casa

vigilada. La sala está

vacía, pero aún

así

Steve indica a Maya que

no se siente

a la

mesa. Corno

ya hemos visto, hay

un

componente de reivindicación femenina en toda la

escena.

Es aquí donde

va

a

aparecer

el director

de

la elA

con

su séquüo y

donde Maya,

marginada de la reunión va

a

acabar presentándose con su

«I ro the motherfucker that

found

this place ..

SiD . Prácticamente

toda la

reunión

se va en explicarle al director por qué es imposible

colocar

cual

quier clase de cámara en

las inmediaciones

de la casa que permita

ver

el

interior

sin

ser descubierta.

La evidencia icónica

es imposible,

pues, y habrá

que proceder

por

otros

métodos.

Tras 52 días

de

inacción y calma

chicha (lo

sabemos por las pintadas

de

Maya en el despacho de

George) Steve

la llama a la

sala

de vigilancia para

decirle lo

que

ha observado. Vemos una

imagen

borrosa en la que las

masas

perceptivas son simples

manchas.

De la posición de los

niños

(que son entre

7

y

9)

y

de las mujeres

(sabe el sexo de estas porque sus

«bultos))

están en

la sala de la

colada,

donde jamás estaría un

hombre)

deduce,

a

causa

de

la

rapidez de una de

sus figuras

en cambiar de

ubicación

en la

casa, que

no

puede ser la misma mujer

en las

dos posiciones. Es

decir,

que en realidad

no hay

dos

mujeres en la

casa, sino

tres, para solo dos

hombres.

Yen buena

ortodoxia

árabe

e islámica

no

puede

haber una tercera

-como continúa

con

tando George en la

siguiente

secuencia,

encadenada sonoramente

a la ante

rior- porque las mujeres musuhnanas no

pueden

vivir

sino

con

su

padre

o

su marido, de-lo que se

deduce

que hay una tercera familia y, por tanto, un

tercer

hombre

al que

se ha identificado,

por su

«tradecraft

behaviouD), corno

al

propio Osama Bin

Laden.

Ya hemos visto

antes

cómo

prosigue

la conver

sación

con los expertos que

no cesan

de demandar evidencias,

y

todas

las

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174 /

J. A.

Palao Errando

explicaciones de George de

por

qué es

imposible

conseguirlas. Pero lo fun

damental

es

que

toda la certeza de la

que

va a hacer

gala

Maya su

100

que rebaja al 95 para no asustar a los hombres)

está

basada en una imagen

sin

contenido

icónico: desde

un

puro valor

indicial se ha propiciado un ra

zonamiento

lógico-simbólico

que

fia

'a

la abducción,

al

arrojo subjetivo,

toda

fuente de

certidumbre que niegan: las evidencias.

5. La poética del making

o/y

La fUllción contexto

5.1. La

película

está basada en

hechos reales

No

tenemos

ninguna duda de

que

:esta

reintroducción del

sujeto

y,

por

tanto, de la

inconsistencia ontológica

en la

diégesis (de

una brecha en la trama

del

mundo,

de un

«agujero

en

lo

real»,

:si lo decimos

en ténninos

psicoanalí

ticos),

hubiera

sido mucho

más

dificil

en

un film de

«pura»

ficción.

Que la

película

esté

basada

en

hechos reales

favorece el tratamiento policíaco, pues

esta

función

contexto

implica que el espectador

conozca

el

final y

sepa a

ciencia cierta que esa brecha será convenientemente suturada.

19

Efectiva

mente, la película

está

encabezada

por

la

leyenda «The

following motion

19. Se nos pueden poner dos peros. Primero, aquel1as películas en las que el protagonista de la caza

tecno-mediática es la presa -por poner tres ejemplos esenciales-: «Enemigo Público»

Enemy

o

the State

Tony Scott,

1998),

la

Trilogía de B9urne:

«El Caso Bourne» The

Bourne Identity

Doug

Liman, 2002), «El mito de Boume»

ThéBourne

Supremacy, Paul Greengrass, 2004), «El

Ultimátum

de

Boume)) The

Bourne Ultimatitm

Paul Greengrass, 2007), protagonizada por

Matl Damon

y, tercero, la serie que estamos

utilizando

como contrapunto en todo este análisis,

Homeland. Lógicamente,

la cuestión

es

de foq.lización

e identificación: si el

protagonista es

el

perseguido, el fracaso

de la caza

es índice de;

la compacidad

de la docilidad

al

principio

de

razón suficiente y

la

solidez ontológica que iJ¡nplica)

del mundo

diegético, que siempre

opera

como

trasunto simbólico de

la

compacidad de:

la

realidad extradiegética. Precisamente, el des

pliegue tecnológico hipermedia

en

el interior

de

la pantalla acaba siendo un Índice

de

reaÚsmo

en

estos casos

y

permite asimilar

los planteamilrntos

del

mundo

ficticio

al mundo del

espectador,

del que lo oculto, revelado por el film, se corivierte en metonimia y la simbólica narrativa

en

metáfora. Lo que se plantea, en definitiva, es una lucha agónica del hombre de sus capacidades

fisico-cognitivas, que aquí se confunden --en bl sentido de que recubren-

con

la inteligencia)

contra la máquina, instrumento de los malvados que se suelen caracterizar por el goce, encar

nado en sus pasiones.

En

Homeland

la cuestión no es

muy

distinta, porque la clave del éxito de 'la serie y de la

fidelización de su espectador es precisamente el perverso

juego

del meganarrador con el_punto

de vista, que privilegia el del espectador sobre el de los personajes, pero ocultándole y o s i f i ~ -

dale con astucia la información, lo que consigue que nos identifiquemos

9.on

la protagonista y

el

antagonista

a la vez, en una elaboradísima economía de la sospecha y del

suspense.

A

ello sr;::

suma que

10

que da consistencia al mundo

de una serie de

V es precisamente

su

vocaci;5n de 0 0

tenninar,

de continuar sosteniendo

la

acción en un notable tour

de force,

de la que el

eSpectador

es

perfectamente sabedor casi se nos escapa

«consciente))) y

que

le hace pennanecer

en

su

lugar

porque el riesgo y

el

deseo inscritos

en

la representación serán siempre sostenidos por

la

Segura

al

95

.

La reintroducción 'del

sujeto

en la ficción detectivesca / 175

picture

is based on first hand accounts of

actual

events». Tras ella,

un

largo

plano en negro con la superposición sonora de

fragmentos

de

conversacio

nes telefónicas y radiofónicas mantenidas

por

Las víctimas del

11_S

20

Des

pués,

otro rótulo,

«2 years laten> comienza la

diégesis

propiamente dicha.

Recordemos el título: la trama está enmarcada entre dos

puntos

negros, el

l l -S

la caza de Bin

Laden;

justo los

dos

hechos que el

espectador

conoce

corno dato

pero a los que les

falta

la

ilustración,

icónica narrativa.

Por eso hablamos de una poética

del making o

Al menos

desde

Los

años

90, el

cine

posclásico,

comenzando por el revival que

el

documental

cine

matográfico experimentó en esa época,21 se

decidió

a

explotar

la agenda

mediática, más

o

menos reciente, para dar el contraplano narrativo

de

even

tos de

los

que se conocía el dato alguna imagen,

pero

que carecían de

un

relato

visual de

su

proceso, al

menos

al alcance

de la

opinión

pública.

La

diferencia con el cine

histórico

o con el biopic

clásico sería

precisamente su

relación

con

los

media su

carácter de metaimagen

explícita

vinculada al

realismo periodístico. No olvidemos,

además,

que el making ofnació con

un

espíritu claramente

publicitario,

puesto que

lo

hizo al calor,

aunque

luego

se

generalizara, de la espectacularidad de l¿s nuevos efectos visuales digitales.

La idea era promocionar la asistencia

del

público a

las salas

pregonando la

gran espectacularidad de

un

film. Por tanto, se trataba de pequeños reporta

jes-documentales

explicando

cómo se había conseguido

ver lo

que

se

veía

en la gran

pantalla,

pero normalmente ·emitidos -como los videoclips desde

los 80 - por

televisión,

en la época

pre-dvd.

22

El

making

o es

una

secuencia

de imágenes que explican otras imágenes mostrando su vedado fuera de

campo. Como

concepto,

pues, nos parece adecuado para nombrar la pecu

liar relación que

el mainstream

cinematográfico y Hollywood en particu

lar- mantiene con la agenda mediática cómo colabora en su estableci

miento setting) ofreciéndose a mostrar

lo

que no

se ha

podido ver de lo que

se ha visto.

ZD30,

pensamos, entra de lleno en la categoría.

duración del goce reiterativo: puede estallar el mundo, pero los protagonistas no, porque son la

garantía de la pervivencia de la ficción.

20. La comparación es otra

vez

inevitable. Aquí, como en

Homeland,

el gran ítem es el l1-S. Pero

alli los mensajes son mediáticos -televisión, sobre todo--y las imágenes son de la infancia y el

crecimiento

de

Claire Mathison.

En

cambio, Maya, como un perfecto personaje de telefihn,

carece de historia explícita.

Lo

cual

no

deja

de

t«ner un componente

de

paradoja.

21.

En esa época y pata

ese género me

inventé el término que utilicé en

algunos seminarios,

mate

rial que nunca

llegó

a convertirse en

una publicación.

22.

Si

no

estamos mal

informados,

la primera

peHcula

en

la

que se

incluyó

el

making 1como

valor

añadido para su comercialización doméstica fue The

Matrix

Andy y Larry Wachowski, 1999) y

se hizo en formato VHS

en

un pack de dos cintas Palao y Crespo, 2005).

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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  76 I J. A Palao Errando

5.2. El meganarrador, la focaJizaCÍón y el suspense

En

su voracidad

narrativa, el cine

posclásico ha instaurado una especie

de integración narrativa al cuadrado:

nada

que no sea infonnativo, ninguna

información que

no tenga

repercusión

nuclear en el relato.

Por eso

hemos

acuñado (Palao, 2012) el término catálisis pronuclear. En efecto, que las

catálisis

(Barthes) pudieran ser una

manera

de naturalizar

en la diégesis

cualquier ítem que fuera a retomarse posteriormente, de

modo

que no pu

diera ser

reputado de

gratuito o

inmotivado

en

una acción

nuclear, es algo

que está perfectamente inscrito como posibilidad

en

el cine clásico, pero

en

el

cine

pos clásico se ha convertido en

una

especie de

imperativo

insoslaya-

ble.

23

Lógicamente, esto supone

una

relación entre el espectador

modelo y

el meganarrador

-la

instancia enunciativa

máxima

que escande

y

distribuye

la

información

en

un film

y en la

que

el

espectador estándar deposita

la

máxima confianza, pues es quien le obsequia con el ver y el saber- peculiar

en esta cinematografia.

24

Evidentemente, la cuestión de la «agenda» y del conocimiento acerca de

los hechos publicados

por

los

medios

tiene

una repercusión

directa

en

ZD30,

por

lo cual estas catálisis pronucleares no son utilizadas. Excepto con

el

personaje de Jessica,

la amiga más

cercana de Maya. Su relación comien

za siendo tensa (una cierta rivalidad entre la agente más veterana

y

la nova.,.

ta

con aspiraciones)

pero después

hay

un

gran acercamiento. El

caso

es que,

en principio, como espectadores nada

sabemos

de Jessica (recordemos que

todos los

nombres de

los agentes son supuestos) y no sabemos

que

es un

personaje relevante para

la

conexión entre

la

diégesis y

el

discurso infonna

tivo (los actual events). En principio, su

relevancia

es sobre

todo

epistemo

lógica, puesto que como personaje

es

un puro

satélite

de

Maya.

Evidente

mente,

en

la ficción forense el móvil ha desaparecido

como

elemento

fundamental de

la

trama policiaca:

el

porqué, que

es

lo que

puede conectar

23. Los partidarios de esta

archicompacidad -es

decir, los convictos

(que no

siempre confesos)

defensores de que

la ortodoxia hollywoodense

es «el cine» y que otras

poéticas son

rarezas o

simplemente errores- suelen hablar

de

«agujeros de guión»

cuando observan

que

alguna

aC jión

de

un

film no está perfectamente prevista y motivada previamente

por

la trama.

Nos,

inte;esa

poco esta postura porque pensamos que un relato

compacto y

perfectamente motivado puede

ser

perfectamente apreciable desde una poética de género, en su· aspecto

lúdico

mind game pero

no

es

nada coherente en

un

film que pretenda simbolizar el mundo, hablar de la vida. Desde

que

hay

10

simbólico, el ser

que

habla, lo real siempre está agujereado y lo absolutamente trabado y

motivado

solo puede ser un juego o una impostura. Esto vale tanto para el

relato policíaco

o los

cuentos de hadas, como para el metarrelato político.

24. Pensamos

lógicamente

en un entorno narrativo

particularmente

barroco y desafiante para la

«mente» del espectador como son las narrativas no lineales. Hemos explorado

asunto en el

caso de los films de Alejandro González Iñárritu y Guillenno Arriaga palao, 2013b .

?

Segura al

95 .

La reintroducción del sujeto en la ficción detectivesca

I 77

tilla narración

con

una simbolización

de

la realidad, no tiene función

si po

demos detenninar

el

cómo,

el

cuándo, y

el

quién con toda facilidad. Recuér

dese cómo en Minority

Report

se

decía

que el «el crimen premeditado ya no

se ve». Pero

el

caso

es que

más

allá del

debate moral,

hay

un planteamiento

narrativo

y

semiótico en la cuestión del móvil policíaco, pues es, valga la

redundancia,

la

que ofrece

la

posibilidad de que

el

relato

esté

motivado, de

que sea una cadena continua y compacta. El móvil es esencial para

la ab

ducción

simbólica,

porque pennite posicionar

a

los

actuantes respecto a una

lógica calculable que haga de regla y vincule el caso y el resultado. Al me

nos,

la motivación

psico-moral sí está

tematizada en ZD30. y es precisa

mente

a través de

la

posición de Jessica, que es radicalmente distinta de

la

de Maya. Jessica

basa sus hipótesis en una especie

de

principio universal,

que es

el

cinismo materialista (a distinguir del materialismo propiamente

dicho): todos somos corruptibles, la

codicia

y la ambición están en la base

de todos los actos. Ello

refrenda

sus creencias

y se constituye en el

intérpre

te

general

de todas sus abducciones. Y es lo que

la

lleva a

dar

por fiable

la

oferta de un médico

jordano

supuestamente

infiltrado en Al Qaeda y

lo que

le

costará la

vida.

Pero vayamos

por

partes, porque

el

juego

de

las

focalizaciones e identi

ficaciones entre

los

personajes, el meganarrador

y

la realidad mediática

puede

ser especialmente complejo

en esta

confrontación entre

la poética

del

making o y modelo CI After Cold

War

CIAAcw). Un enclave ideal para

examinar

esta cuestión

es la

planificación

y el

montaje

llevado a cabo

entre

los tres atentados que se representan

en

el film relacionados directamente

con su

núcleo diegético.

Pensemos, antes

que

nada,

que

en el

modelo

CIAACW

la

cuestión de

la

sospecha,

la

anticipación de

la

información por el

meganarrador

al espectador

y la división

de

lealtades, es decir, el juego del

suspense

en el

más puro sentido hitchcockniano,

es

esencial,

y

Homeland

es

su ejemplo

más

logrado

al

ofrecernos a dos protagonistas que, a su vez, son

antagonistas

entre sÍ. Y

además,

jugando a

una ambigüedad entre

la trama

policiaca y el suspense. Hitchcock lo explica meridianamente (Hitchcockl

Truffaut:

59-60):

No

olvide

que para mí el misterio

es raramente suspense;

por

ejemplo, en un whodunit,

no hay suspense sino una especie

de

interrogación

intelectuaL

El whodunit

suscita

una

curiosidad

desprovista

de

emoción; y

las

emociones son un ingrediente necesario

del

suspense.

En el caso de

la telefonista de Easy Vzrtue, la

emoción

era el deseo

de

que

este joven

fuese aceptado

por

una mujer.

En

la situación clásica de la bomba

que

esta

llará

a una hora dada,

es

el miedo, el temor por alguien, y este miedo

depende

de la

intensidad con que el público se identifique con la persona en peligro.

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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178 / J. A. Palao Errando

Pues bien, en Homeland yen ZD3 tenemos una estructura de whodunit

anidada en

una

trama de

suspense.

De tal manera, que entre

el

meganarra-

dor, que concede el saber,

y

el espectador, que

recibe

la dádiva, se

signa

un

pacto férreo. Como asevera Truffaut

1976:

13):

El arte de crear el suspense es, a la ve,z, el de meterse al público «en el bolsillo» ha-

ciéndole participar en el film. En este terreno del espectáculo, hacer un film

no

es un

juego entre dos (el director su película) sino entre tres (el director

su película

el

público).

En ZD3 las marcas del meganarrador aparecen desde el principio, pun-

tuando

y

acortando la

distancia entre:

el

saber del

espectador,

que

es el

re-

transmitido

por los media a la opinión pública,

y

la representación del saber

que estos no

le han transmitido,

que es

la

diégesis.

Evidentemente, la

mayor

parte del relato

está referido

desde el¡punto de Maya, pero el meganarrador

se

guarda esa

diferencia

enunciativa para poder crear

efectos

de suspense e

identificación. Las primeras

huellas

E;on por supuesto,

los

rótulos que divi-

den el film en episodios y que connotan la función, ordenadora del ente

enunciador.

La

segunda,

son los planos

aéreos

o simplemente

lejanos que

despegan al espectador del foco diegético y le recuerdan que hay un saber

más amplio que

el de

los

personajes. El primer

atentado

resulta así

realmen-

te sorpresivo. Tras haber

realizado U interrogatorio

y haberse despedido de

Dan,

que vuelve a los Estados Unidos, Maya llega a un

restaurante

para

cenar

con

Jessica. El momento parece claramente catalítico. Maya

sigue

reafirmándose en

la pista

de Abu Ahmed, mientras Jessica

se

interesa sobre

todo por su vida privada y amorosa. ;Todo muy apacible hasta que, sin que

nadie lo espere, y menos

que

nadie el

espectador, se

produce una estruendo-

sa explosión. Tras escapar del

restaUrante,

por

corte

directo, pasamos

al

encuadre televisivo en el que se

nos

informa de

que

se trata de un atentado

al

Hotel

Marriolt

de Islamabad el

20

de

septiembre

de

200 ) y

así la dié-

gesis

queda conectada con

el

saber p:Úblico.

Hemos dicho que la secuencia anterior parecía tener up. puro

carácter

catalítico

de

simple

transición que

nos

informaba de la vida de absoluta

dedicación a su misión por parte de Maya. Pero en r e a l i d a ~ cumplía tina

función narrativa y enunciativa capital, porque a quien nos estaba pres,t{n

tanda como amiga íntima de la

protagonista,

era aJessica, que

va a

arreba-

tar a Maya el rol de focalizadora del

relato durante

un tramo del

mismo.

Tras habérnosla presentado como

una

rival

profesional,

se

trataba

ahora de

construir una sólida identificación c.on ella. Nada

más

pasar la s ~ c u e n c i a

de

este

primer atentado, vemos

un supuesto

vídeo

grabado entre las

comu-

nidades tribales de Afganistán y se nos informa de que la reunión con el

Segura l 9 . La reintroducción deL sujeto en a ficción detectivesca / 179

supuesto

topo

jordano entre las filas de Bin

Laden

va a tener lugar. Tras

meditarlo,

encuentran un lugar: la base Chapman de la CIA, en territorio

afgano.

Quien tenga la suficiente impregnación

mediática,

ya

puede

enten-

der que se nos van

a

mostrar

los

entresijos del famoso atentado que costó la

vida a

siete agentes

de la eIA

el

30 de diciembre de 2009 y que fue noticia

mundial.

El

caso

es que,

a diferencia

del anterior, éste

se

nos

ofrece

rodado

y montado según todas

las

premisas del suspense: la secuencia

se

alarga. Se

alternan

los planos entre Camp

Chapman

y

la

embajada, donde está Maya

con el

teléfono

y el

ordenador,

y sobre

todo,

tras la larga espera plena de

campos vacíos,

la secuencia

de

la

aproximación

del coche

donde viene

el

supuesto médico jordano, rodada en planos lejanos,

y

los planos cercanos

de Jessica

ansiosa. Hasta que se produce

el encuentro y

la explosión, cuyos

efectos vemos desde un plano aéreo.

El

meganarrador retoma el pulso del

relato para

pasarle el

testigo

a

Maya. Ella también

será

objeto

de un

ametra-

llamiento

un poco

después,

al salir de

su

casa por la

mañana,

y, también en

este caso, toda la planificación alerta al espectador de

que se

va a encontrar

frente a

un

hecho nuclear y catastrófico. Será el punto final a su estancia en

Pakistán.

5.3.

Por

televisión

Las televisiones son omnipresentes en ZD3 como en tantos films pos-

clásicos: las

vemos en los hogares,

en

las salas de

reunión,

en los

despachos.

En otro lugar Palao, 2009),

ya

sostuvimos que la televisÍón en la pautalla

cinematográfica holly\voodense comprendía

dos dimensiones.

Por un lado,

ser la conexión de la diégesis

con

la realidad pública consensualmente com-

partida, sea

esta «histórica» o bien, a su

vez,

también ficticia.

Pero

además,

el mundo del

noticiario televisivo

tenía el marchamo de la oficialidad, de

las

versiones que el

poder

daba de los hechos.

A

ello se

suma

la misión,

que

ya

hemos

visto

en

repetidas ocasiones

en ZD30 de conectar el mundo die-

gético

con el mundo públicamente

conocido.

Es el caso de la mayoría de los

atentados. El primero

que vemos

es un

tiroteo

en Khobar Arabia

Saudí)

el

29 de mayo de 2004. Asistimos a una secuencia diegética rodada desde una

focalización

meganarrativa

imposible

para

cualquier personaje

del

film).

Por corte directo, pasarnos al interior de un despacho de la embajada de los

Estados

Unidos en Islamabad

donde

se

encuentran

Dan,

Jessica

y

Maya

viendo

por

televisión la -noticia, cuya imagen son las huellas de destrucción

que ha dejado

la acción

a

la que

acabamos de asistir. En este

momento, es

cuando Maya urde decirle a Ammar que

ha

colaborado en la evitación del

atentado.

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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180 /

J. A

Palao Errando

Unos minutos después veremos un

típico autobús londinense,

que nos

da de nuevo prueba de una mirada

rneganarrativa.

Al verlo por

corte,

no

podemos dejar de pensar

que se

trata de

una

acción de la trama

principal

cuyo alcance no

entendemos.

Cuando explota, sabemos que se trata de

un

atentado,

concretamente

el

del 7 de

julio

de 2005

en

Londres, que ensegui

da

veremos de nuevo re encuadrado

en

el

receptor del despacho

de

Bradley

en

Islamabad.

Lo mismo con el de Time

Square,

que veremos raccordado

ontológicamente en otro

despacho

de

la

embajada. E

igualmente

asistimos

por televisión

a

la decisión

de

Obama

de suspender

el

«programa de inte

rrogatorios»

de la CIA, esta vez de forma

totalmente

tangencial,

durante

la

reunión informal de

los

agentes pensando dónde se puede celebrar el en

cuentro con

el topo jordano infiltrado

errAl Qaeda yen la cual

se les

ocurre

llevarlo

a

cabo en Camp Chapman.

504 La caza

Ahora

bien,

el

gran despliegue de la

poética

del

making

o

es

por

su

puesto

la

última secuencia

del

film,

la

caza y

asesinato de Bin

Laden y

de

todos

los

que pasaban por

allí .. ).

Somos conscientes de que nosotros he

mos defendido

que uno de

los rasgos esenciales de ZD3 es la reintroduc

ción del sujeto como elemento nodal en la trama policíaca posclásica. Por

tanto, hemos

apostado a que éste es el gesto semántico

del

film, a partir

del cual encarar su análisis y su interpretación. Y visto así, que la última

secuencia dure 41,40 minutos, con el misterio ya

resuelto, viene

a indicar

que el propio film es incoherente con su gesto semántico su economía

estética

y

narrativa, inmanente

e

intrínseca)

o

bien que

hemos

errado en

cernir el nódulo de sentido a partir del cual interpretar la totalidad del

texto

filmico.

Veamos, hemos dicho que el

misterio

está ya resuelto. No es necesario

que

esto sea así

para la trama

los

personajes

siguen

dudando

y a falta de

evidencias ~ s i g u e sin

haber an intel source on the ground [un agente en

c a m p o ~

no pueden prescindir del guess como modus

operaIú:li),

sino

para

el espectador. Y cuando éste va a ver la película ya

sabe

que la apuesta ,ha

sido certera porque

todos

conocemos por los medios de información la ima

gen

de

la famosa casa

de

Abbottabad en la

que

fue abatido Bin Laden, y

que

llevamos

rato

viendo en la

película, para

no tener

dudas

de que la apuesta

es

cierta

y de que es la

que

lleva

al

desenlace

pública

y -mediáticamente

conocido.

En resumidas

cuentas,

por eso hemos traído a colación la cuestion

de la función

de making 1 que se

arroga

el

film respecto

a las ifuágenes

mediáticas.

Es la gran p r o m s ~ al espectador, que da

incluso

títuío a la pe-

Segura

l

95 . La reintroducción deL sujeto en la ficción detectivesca

181

lícula: que se le va a

mostrar

«en directü>:> la muerte de Bin Laden. Nada

menos que

el mítico contraplano

de la

foto,

que

todos

conocemos

también,

de Obama

y

su equipo http://en.wikipedia.org/wikilThe_SituatioTI_Room)

visionando en

directo,

de man era privilegiada

y exclusiva, las acciones de

los SEAL. Pero además no se nos van a ofrecer las imágenes de archivo, una

concatenación de planos

subjetivos,

procedentes de

las cámaras

que

los

marines

podían

portar

en sus cascos, sino una

secuencia

audiovisual orde

nada.

No un a secuencia

vídeo-informativa, sino

una mirada fílmica, organi

zada

por la

competencia

suma del Gran Imaginador Gaudreault y Jost)

que

l a dota de coherencia narrativa y visual,

y

del goce del espectáculo. Es per-

fectamente

coherente

y

complementario de la poética

del making o

que la

pantalla fílmica se

presente,

en competencia con todas las pantallas con las

que convive

actualmente,

como

la

verdadera interfaz del

sentido: las

demás

pueden ofrecer infonnación, incluso goce, pero el sentido, la compacidad,

la coherencia

y

el orden

ontológico,

por mor

del

poder de la mirada mega

narrativa, que

pone

el

montaje

al servicio de la pulsión escópica, solo

puede

hacerlo

la pantalla fílmica.

Así

pues,

en

esta

última secuencia, el meganarrador toma

el

relevo

de

cualquier mirada subjetiva homodiegética

y

se

hace cargo del

relato. Lo más

relevante de toda

ella

es el juego de coordinación y delegación de las mira

das, teniendo

en

cuenta que

todo

está

servido para

poner la imagen a dispo

sición de otro: en la ficción la

mirada

de

Obama,

que solo pudo ver los

planos

subjetivos

provenientes de las cámaras de los soldados y su

equipo,

está

por

debajo de la del espectador,

que

es el gran beneficiario para el que

el meganarrador

construye

su

ilustración

despótica.

Maya

queda en la

sala de

control

mirando

al monitor

como delegada

de

la mirada de Obama en la ficción. Y

desde aquí

se

establece

un

sintagma

paralelo

que

nos

pennite tener la referencia de

su

mirada, que puntúa

la

relevancia de

lo

mostrado

y

modula las emociones,

mientras

acompañamos

al comando en

los

helicópteros por la noche oscura

y abrupta,

en la que la

orografía hostil y las turbulencias continúan desarrollando la alegoría del

cielo

la nube

digital)

y la

tierra. Un

momento narrativamente

esencial,

porque justifica toda la secuencia y todo el «sentido tutor»

del

film es el

momento en que los SEAL

se colocan

las

gafas

de visión

nocturna.

A partir

deaquí, los

planos

subjetivos serán virados

en verde y

de

esta

manera los

planos de la mirada omnisciente quedan también

despejados

en la ecuación

visual. Vemos

un plano en apariencia

muy simple, pero de una gran densi

dad escópica:

Maya

mira a su ordenador e inmediatamente vemos

un

plano

cenital

de

los

helicópteros encima de

la casa. Es

un

falso raccord de mirada,

desde la posición de Maya, pero se acumulan la mirada del satélite, de

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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182 I

J.

A.

Palao Errando

Maya, del meganarrador

y,

claro,

del:

gabinete presidencial. La secuencia

del aterrizaje

y

asalto

está prácticamente toda ro dada en planos

subjetivos,

y cuando pasamos a

la mirada

omnisciente

para dar cuenta del accidente

de

uno de

los helicópteros,

de vez en cuando se entreverá algún plano

subjeti

vo, verde, también.

Lo más

relevante del asalto

a la casa

es

sin duda

el esfuerzo

de raccor-

damiento ontológico (Palao, 2012) para hacer

congruentes las

imágenes del

film

con la infonnación mediática, llegando los personajes de

los SEAL

a

llamar

por su nombre a

los

habitantes masculinos de

la casa antes

de

dispa

rarles,

con el fin de que la opinión

pública,

que es el «otro .> en el que el

espectador se

cobija, pueda ir

reconociéndolos y haciendo cuadrar

las

imá

genes de

los

media con

las

del

film

en

una única

y

compacta versión del

mundo. Así,

hasta

que llaman

a

Osama.

Jamás veremoS su

rostro en directo,

solo lejano,

desenfocado,

y

reencuadrado en las mismas cámaras de

los

miembros

del

comando que

lo fotografian para

enviar

la

imagen al

centro

de controL Una vez estos se

han

quitado

las

gafas,

las

acciones de registro

e incautación

de

la documentación que encuentran son puro patrimonio

fílmico, dominio delfirst hand

account

Cuando llegan

a

la base, Maya los

está

esperando.

Los

SEAL

entregan

el

cadáver y el material

incautado.

En

medio de una atmósfera de irrealidad, con el sonido

difuminado y

distorsio

nado, Maya

se

acerca a la bolsa, la

abre

y reconoce el cadáver. El

oficial

que

la acompaña

sentencia por

teléfono:

«sir, the

agency expert gave

visual

confirmation,

yes sir, the girl,

hundred percent

thank you sin). La primera

confinuación visual, vedada

al

e s p e t ~ d o r y

al mundo, de

lo que

Maya

pa

recía

estar

segura hace mucho tiempo:.

Las compuertas de

un avión

de

carga

vacío se abren. Le han puesto

un

avión para

ella sola. El piloto le pregunta

adónde quiere

ir. Ella

se

queda

extrañada. Larguísimo plano de Maya/Chastain

llorando

con

desolación

inconsolable

y

serena,

que contrasta con

el rostro invisible

y

fugaz

l Bin

Laden en la

secuencia anterior.

Por primera vez en 12 años, no

sabe adónde

ir. Hay,

pues,

una

comp1ementariedad entre

el

sentido

que habita el mundo

y

el sinsentido

de la

vida. Ese

mismo plano

sostenido

mantiene ambas co

sas: el

gesto externo

es perfectamente inteligible, poética y expresivame:qte

coherente (la anómala longitud

del

plano en un film de

acciónposclásico lo

carga de significación)

mientras

trasluce el enorme vacío interior de

1Jna

existencia

que se ha

quedado

sin objetivo,

aún más,

cuya

causa

de

deseo

ha

revelado su más mísera

y

profunda abyección

en

la pequeñez

insignificante

de un cadáver

escuálido.

Pareciera que

Bin

Laden estaba hecho

de

<<the

stuJf

that

drearos

are made». La sujeto, la detective, queda como desecho de la

Segura al 95 . La reintroducción del sujeto en la ficción detectivesca

I 183

operación. Es el sinsentido

en que

el sujeto

consiente con el

fin

de apuntalar

un mundo con sentido.

6.

La

transparencia barroca

pens r

en a época e a imagen

del mundo

Cuando nos interrogamos acerca de la relación entre el cine

y

el pensa

miento, solemos evocar aquellos

cineastas

que han hecho del

discurso

fíl

mico un campo de expresión singular

y

se

han

alejado de

los

modos de

re

presentación

hegemónicos.

Es decir, aquellos

que

han procurado poetizar

su

discurso

e

inscribir la imagen en el registro de la metáfora, por ejemplo, el

llamado

cine-ensayo,

con

las figuras

de Chris

Marker,

José Luis

Guerín,

o

Agnes

Yarda. En

general, en el ámbito

de

la imagen nos es realmente difícil

abordar

la cuestión

del

pensamiento sin vincularla a la noción de autor. N o

es raro,

si pensamos que

precisamente

son

esas

huellas

de la subjetividad las

que desvelan las

discontinuidades

en el

seno

del delirio común, de- la trama

consensuada y aceptada de

la realidad. Pensar es

siempre establecer

una

distancia

entre

el sujeto y

lo real,

concederle al discurso su espesor

y

su

lógica, infinitamente

distinta de la lógica de la

realidad,

en la que habitan

todos

los

atributos del fantasma inconsciente bajo la

forma

de lo dado

Incluso,

si

vamos

a un

grado

más de abstracción,

no

hablaremos nece

sariamente del autor, sino del

sujeto,

que es, paradójicamente, a la vez ori

gen

y

efecto

de

ese discurso

y

la destilación

de

su última

y

más

íntima

dife

rencia respecto al mundo. Por ello, el tema del pensamiento tiene su campo

abonado en

las

nuevas

fonnas

de la

imagen

que Josep

Maria

Catala ha

de

signado

corno «complejas» (2005)

y

que

han ,encontrado

su desarrollo en el

entorno

digital, dejando

de ser pura transparencia

ilustrativa,

como quería

la tradición occidental,

y

mostrando su interioridad, su densidad,

su

esencia

discursiva,

en lugar de presentársenos como

un

apacible

y

apaciguador

re

flejo

aproblemático de una supuesta realidad íntegra, estable y continua.

Lo que sí es muy raro es que la cuestión del pensamiento,

respecto

al

cine, se plantee

a

partir del mainstream hollywoodense. ¿Por qué? Pues

porque, como creemos

haber

demostrado hace algún tiempo

(Palao,

2004),

el ~ o o de representación hegemónico es perfectamente congruente con la

función que la ciencia y la

razón

instrumental asig tmton

la

imagen y

que,

como Heidegger (1995) vio con su acostumbrada lucidez, no es otra que

poner

el ente a -ciisp'osición del subjectum Y la cultura occidental no hizo

más que ponerse en esa estela, que contiene toda la fuerza de una

tradición

bien anclada en la estructura de la mentalidad moderna,

consistente

en asi

milar toda

visualidad

a

la visualidad científica (Catala,

2005:

87). Como

tal,

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184

I

J.

A

Palao

Errando

el

espectáculo

cinematográfico no hizo

más

que construir un modelo basado

en

el

raccord

y

la

integración

narrativa que fuera

servidor fiel

de esa

visión

del mundo y

constituyera,

de paso, a

las

masas como sujeto excluido del

proceso,

a

la

par que

imaginariamente plenipotenciario. Ese es el paradigma

fundamental del cine clásico, embrión y núcleo duro de todo el

sistema,

que

pretende,

bajo la égida

del imaginario

científico,

cubrir lo

real

de coheren

cia a través de la imagen adcequatio), y no descubrir

lo

real

tras

las aparien

cias

aletheia). Todo

ello

en

la

estela de ese provocativo «la ciencia

no

piensa» que enunció Heidegger (1997, 2005) porque si la ciencia «se para

se»

a

pensar,

más allá de sus exitosos

cálculos

que nos representan al mun

do, daría

consigo

como perseguidora de la verdad y vería cómo esta escapa

siempre por

los agujeros del

saber

que construye, de su imposible

autocon

sistencia autónoma.

La cuestión

es que,

si

bien

observamos

esta

línea genealógica en la ico

nicidad occidental,

no

podemos soslayar

su

pugna

con una línea

estética,

expresiva,

que pretende introducir al sujeto en el campo de la

representación

y

con ello patentizar la

«dicotollÚa

entre signos y objetos» de la que hablaba

Jakobson

respecto a la función poética del lenguaje. De ahí, que podamos

hallar

momentos de

subversión

y ruptura

auténtica

en la trama

de

la

repre

sentación occidental como

lo

fueron las vanguardias

históricas

o la moder

nidad cinematográfica.

Ahora bien,

es

verdaderamente

difícil en estos

tiempos del simulacro visual, ético, estético y político

-cuatro

adjetivos

entre

muchos más posibles-

trazar

una diferencia entre

lo

auténtico y

sus

sucedáneos.

El cine posc1ásico hollywoodense realiza tales acrobacias, tan

to

en la textura

del

relato (narrativas no

lineales,

bucles, tramas prolépticas

y

amnésicas, propuestas

puzle

(Buckland) y

mind game (Elsaesser), etc.)

como en la de la construcción

espacial (espectacularidad, efectos visuales,

formas verdaderamente

complicadas de

la mise en abyme visual,

en

el

ihte

rior de la pantalla fílmica, etc.), que hemos de preguntamos legítiman:iente

si estamos

asistiendo

a una ruptura, a una subversión del

modo, de ver

do

minante. Llevamos algún tiempo haciéndonos esta pregunta y creo que po

demos esbozar una

respuesta:

en

principio,

y si no median- o tros

factores

e ingredientes, se trata de barroquismo, no de auténtica

complejidad.

En

consonancia con las

corrientes

neurocientíficas

dominantes;

lo que

nos

encontramos no es

una

propuesta auténtica de refQrmulación de la e a l i c t d ~

sino de una impostación del componente cognitivo que

ha

llegado a preten

der absorber toda

disposición hermenéutica, reflexiva y crítica.

Es

decir,

que en términos generales

-por ejemplo,

el cine de David Lynch es, literal

mente, otra cosa-

todos estos alardes

formales son reductibles a

la ecuación

de la universalidad

del

raccord y la integración

diegética.

Lo

qúe hemos

Segura

a

95

.

La

reintroducción

del

sujeto en

la ficción

detectivesca

/ 185

denominado raccord ontológico (Palao,

2012),

tal vez sea la mejor prueba

de

ello.

El raccord

posc1ásico hollywoodense

excede la simple

TImción

de

propiciar la continuidad en el interior de la secuencia. Mucho más allá

de esto,

pretende ser

la

evidencia

irrefutable de la

compacidad

del

mundo

diegético. En el caso de ZD30 además, su empeño en hacer concordar

transmediáticamente la diégesis con

las

imágenes

difundidas por

el flujo

informativo pretende ser,

incluso,

reflejo y sostén plástico de la compacidad

del

mundo.

Este

procedimiento, que alcanza su máxima

expresión

en

el

entorno de las

narrativas

multiprotagonista a través del rodaje y montaje de

lo

que hemos llamado hipernúcleo (Palao, 2012 y 2013a), comienza a rea

lizarse

de

modo sistemático

en

el

modelo

JFK

y

es

heredado

plenamente por

todas las

manifestaciones de

laficción

audiovisual orense.

Lo

hallado en el

análisis de la imagen

registrada bidimensional

es

perfectamente

extrapola

ble al dominio de la realidad tridimensional por medio de un limpido y

homogéneo proceso

deductivo anclado

en

el

axioma (la evidencia que

no

requiere ser demostrada) de la universalidad

de

la geometría

euclidiana.

Recordemos que

el film

de Oliver

Stone

JFK,

1991) convierte

en su línea

medular la <<tridimensionalización» de la famosa toma de Zapnlder que re

coge el

asesinato

de Kennedy,25 y que la década de los 90 expandirá irrefre

nablemente el proceso con la

inestimable

ayuda de

las

tecnologías

digitales:

el raccord

audiovisual se convierte

así en l más fiel

trasunto

de la compa

cidad y

estabilidad

ontológica

del mundo

y

de la

potestad

de la razón

ins

trumental sobre él.

Pensamos que no podemos hablar propiamente de complejidad

si no

nos

encontramos

con

un cierto desvelamiento de las

discontinuidades

del ser,

porque

no

hay en la

representación lugar

para el sujeto entendido en

su in

sobornable singularidad. Lo qne hay es

virtuosismo,

si se quiere;

barroqui

zación

de

la

enunciación y

de la puesta en escena. Se

permiten los

alardes

formales, pero no los

agujeros

de guión.

26

Lo que se pone en juego en la

mayoría de

las

propuestas

del

cine comercial de

acción poscJásico

es

el

goce

cognitivo

de entender

lo ya desde

siempre inteligible, de

SOmeter el

pensa

miento a

lo

que funciona de modo impensado. No hay la complejidad de

lo

opaco, sino

transparencia barroca. La interfaz

del sentido

solo

se puede

25. Debo, sin duda, a Josep

Maria

Catala

(I993)

el haber reparado

en

la importancia de esta breve

toma de Zapruder hace ya 20

años.

26.

Prueba de

ello SQn las películas

de trama no

lineal que acaban siendo comercializadas con

su

versión

reOrdenada como integrante del DVD de Memento a Pulp Fiction (Queniin Tarantino,

1994), pasando por

{,Los

CronocrÍmenes» (Nacho

Vigalondo,

2007). y

con ello,

no pretend

emos menospreciar

l potencial de

transformación del

discurso filmico e incluso de

denuncia

o

explicitación de su ficcionalidad que puedan contener estas propuestas. Simplemente señalamos

que

ello

no ha sido consumado aún.

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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186 /

J.

A Palao Errando

reivindicar como tal tras

exponemos

al riesgo de la

ininteligibilidad,

de

la

que

se

ofrece como salvadora en

una

stLerte de catarsis tardocapitalista que

nos

purifica

del vértigo

con la apacibilidad ontológica

del

«todo vuelve a su

aristotélico lugar natural». Hacer pasar lo cognitivo, la rapidez seudoinstin

tiva

(informativa,

computacional,

pulsional), el cálculo

sobre

el ente,

por

el

único

pensamiento

posible, implica negar

al-sujeto

la

capacidad de determi

nar su horizonte hermenéutico, puesto que para

ello

es necesario el atrave

samiento irreversible

de

la soledad, la

singularidad

y la reflexión.

Si

la

subversión no interviene en forma de un

cortocircuito

del sentido lineal, nos

encontramos,

con

esta

impostación del juego mental y

de

lo cognitivo,

ante

la esencia procedimental del neoliberalismo

ideológico:

el cálculo combina

torio

como modo

único de entender

10

real.

Hay

que inventar

algo más,

seguro. Al noventa y cinco

por

cien.

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  88 J. A Palao

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La memori del cine

o el cine que

recuerd

EFRÉN CUEV S ÁLV REZ

El

cine es memoria y lo

es

de

muchas

maneras.

El

cine

recuerda

y su me

moria se

extiende

desde las

añoranzas y

recuerdos

de

sus

personajes de

ficción hasta

las

indagaciones en el pasado histórico de sus

películas docu

mentales. Este capitulo pretende ofrecer un

análisis

de

las

virtualidades

mnemónicas

del

cine, apoyándose en

esa diferente

aproximación entre

ficción y no ficción que, más allá de las numerosas hibridaciones posibles,

resulta pertinente para aclarar dicho

análisis. Dej amos, por

tanto,

a

un

lado

esa memoria, individual o colectiva, que

los

espectadores construimos a

partir del cine que vemos,

para centrarnos

en

el

cine que recuerda,

para

considerar en

cierto

modo al cine como instancia antropomorfizada y así

indagar

en

los

mecanismos con

los

que

se constnlye

internamente

su di-

mensión mnemónica.

Como tesis de partida que luego desglosaré se afmna aquí que el cine re-

cuerda de manera diferente

en la

ficción yen

la no

ficción.

En

la ficción recuer-

da obviamente a través de los personajes pero estructuralmente a

través

de

las

vueltas al pasado. En la no

ficción,

más allá

de

que toda imagen

es

huella de su tiempo, recuerda de modo más explícito a través del uso del

archivo.

En

esta

estructura

bimembre aquí

propuesta, también la metodo

logía s ~ á diferente. En el análisis de la memoria en la

ficción

se recurrirá

a

herramientas

de

carácter narratológico,

al

diálogo con

la

reflexión sobre

la identidad narrativa como concepto articulador,

aplicado

de modo espe

cífico

(aunque sumario)

a

varias películas

concretas.

En

la

no

ficción, se

realizará

un

examen más breve, y de carácter más transversal, de las

cues

tiones de la

memoria y el

archivo,

aplicado

al estudio

específico de

la

práctica documental, con una mención más concreta a las películas de

compilación o montaje.

El cine de pensamiento /189-203

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Los autores

FABIOLA ALCALÁ

Doctora

en Comunicación Audiovisual por la Universitat Pompeu Fabra, tie

ne el Máster en Teoría

Práctica

del Documental Creativo

por

la Universitat

Autonoma de Barcelona. Es

miembro

del Grup de Recerca en Periodisme de

la

UPF.

Actualmente es profesora

del

ITESO (Guadalajara,

México).

M SOLIÑA BARREJRO

Doctora en comunicación

Social

por la Universitat Pompeu Fabra

(Barce

lona)

con

una tesis titulada

La

mirada obsesiva imágenes del tiempo en el

cine de vanguardia europeo

de

los años 20. Además

de impartir

docencia

en las áreas de Cine y de Documental en la EUPTM-UPC y en la UPF,

ha

pu

blicado

diversos artículos

sobre el

cine de vanguardia, entre

ellos «El ori

gen del cine-ojo:

Dziga

Vértov en Petrogrado

y

Moscú 1914-1918» La

Balsa de

la Medusa n.o

3,

2011) o «Epstein s The Fall of the Rous of

Usher.

Research

on Altered States of Consciousnes-s». LiteraturelFilm

Quaterly Uulio

2013).

ELISABET CABEZA

Profesora asociada

del

Departamento

de

Comunicación Audiovisual Pu

blicidad de

la

VAB. Documentalista periodista.

Licenciada en

Comunica

ción Audiovisual

por

la

Universtat

Autónoma

e

Barcelona. Trabaja como

freelance para cubrir los festivales de cine de Berlín,

Cannes

Venecia

para

la

Televisió de Catalunya.

JOSEP M CATALA DO:t\.fENECH

Doctor en Comunicación Audiovisual por la Universitat Autonoma de Bar

celona.

Catedrático del Departamento

de Comunicación

Audiovisual y

Publicidad. Decano de la

Facultat

de Comunicació de

la

UAB.

Director

académico

del Máster de

Documental

Creativo.

El cine

e pensamiento I 251-253

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7/25/2019 SEGURA AL 95 %. LA REINTRODUCCIÓN DEL SUJETO EN LA F1CCIÓN DETECTIVESCA A PARTIR DE ZERO DARK THIR…

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  5 I

L

cine

de

pensamiento

EFRÉN CUEVAS ÁLVAREZ

Doctor

en Comunicación Audiovisual por

la

Universidad de Navarra. Pro

fesor

titular de la Facultad de Comunicació n de la Universidad de Navarra.

Director

del Departamento

de

Cultura

y

Comunicación Audiovisual

de

di

cha

universidad.

Autor de diversas monografías sobre cine documental

y

de ficción.

LUDOVICO

LONGHI

Doctor en Comunicación Audiovisual por la Universitat

Autónoma

de Bar

celona. Profesor asociado del Departamento de Comunicación Audiovisual

de la Facultat de Comunicació Audiovisual de la UAB. Ha colaborado en la

redacción del volumen En torno al nuevo

cine

italiano

MARIA

LUNA

Máster en Comunicación Social por la Universitat

Autonoma

de Barcelona

y en Literatura Hispanoamericana por el Instituto Caro y Cuervo Colom

bia). Doctoranda en el

programa

de doctorado del Departament de Comu

nicació Audiovisual i Publicitat de la UAB. Fue productora delegada, aseso

ra y

directora de

documentales y programas de

televisión cultural para

Señal Colombia

y

el Ministerio de Cultura de Colombia. Es Comunicadora

Social-Periodista

de la

Universidad del

Valle.

CARLOS MUGUIRO

Licenciado en Ciencias de la Información y titulado en

Dirección

por la

ECAM.

Director de la diplomatura de Cine Documental del

Instituto

del

Cine de Madrid y

profesor

en la Universidad de Navarra. Doctorando en

Humanidades en la Universitat

Pompeu

Fabra. Ha

sido

coordinador de la

Cátedra de Dirección en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de

San Antonio

de los

Baños

Cuba).

JOSÉ

ANTONIO

PALAO

ERRANDO

Doctor

en Comunicación Audiovisual por la

Universidad

de Valencia. Profe

sor del Departament de Ciencies de la Comunicació de la Universitat Jaume

1

de

Castelló. Es

miembro de la Asociación Española de

Historiadores del

Cine de la Asociación Española de Investigación de la Comunicación /Y de

la Asociación Española de

Ciencia Política

y de la

Administración.

ReLación de

autores I 53

JACOBO SUCARI

Doctor

en

Bellas Artes por

la Universitat

de Barcelona. Realizador docu

mental, creador de vídeo experimental. Profesor en la Facultat de Belles

Arts

de

la Universitat

de

Barcelona

UB).

Ha

estudiado Cine

TV en la

Universidad de Tel-Aviv. Licenciado en Comunicación

por

la Universitat

Autonoma de

Barcelona UAB).

Dirige

la productora

audiovisual La

Trinxe

ra Audiovisual.

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