Sesgos de la tradición cientificista en psicoanálisis

8/18/2019 Sesgos de la tradición cientificista en psicoanálisis

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Querencia. Revista de Psicoanálisis. ISSN 1688-0129 Nro. 15, ctu!re-201"

Sesgos de la tradición cientificista en psicoanálisis

Maximiliano Azcona - Héctor Blas Lahitte

Resumen

Este trabajo analiza críticamente los principales argumentos de un

sector de propuestas psicoanalíticas que han sido denominadas

“tradición cientificista”, basándose en dos aspectos: primero,

atendiendo a la distancia que tales argumentos mantienen respecto a la

propuesta original de Freud segundo, considerando los supuestos !

"alores epist#micos que han guiado $e%plícita e implícitamente& a tales

desarrollos' (osteriormente al análisis crítico, se conjeturan

argumentos tendientes a trascender o reenfocar algunos problemas

metodológicos de la in"estigación ! práctica psicoanalítica, tales como

la conceptualización ! formalización de la acción causal, la "alidación

de las conjeturas $metapsicológicas ! clínicas& ! el lugar de las

formalizaciones teóricas en la práctica del psicoanálisis'

ala!ras cla"e# psicoanálisis ) cientificismo ) metodología )

epistemología ) ontología'

A!stract

*his paper addresses, from a critical standpoint, the fundamentalarguments of a sector of ps!choanal!tic theorizations and practices

that ha"e been grouped under the denomination of +scientificist

tradition+, around to aspects: first, considering the distance that these

arguments maintain ith Freud-s original proposal second, b!

anal!zing of the assumptions and epistemic "alues that ha"e oriented $

e%plicitl! and implicitl!& to such perspecti"es' .ubsequentl! to the

critical approach, it conjecture arguments tending to transcend orrefocus some methodological problems of the ps!choanal!tical

8




research and practice, such as the conceptualization and formalization

of causati"e action, the h!pothesis "alidation $metaps!chological and

clinical&, and the place of theoretical formalizations in clinic

ps!choanal!tic'

$e%&ords: ps!choanal!sis / scientificism / methodolog! /

epistemolog! / ontolog!'

'( )reud % la *+uerella de los métodos,

'( a La visión estándar de la ciencia.

En el siglo 010 la in"estigación científica gozaba de un ele"ado

reconocimiento social, basado en dos siglos de constante e"olución teórico/t#cnica

! en las ostensibles deri"aciones de esos saberes en las sociedades de

2orteam#rica ! Europa del 2orte' En ese conte%to, surge la e%pectación de que las

nacientes disciplinas sociales adopten los e%itosos procedimientos de la ciencia

problemática que se "ertebró en torno a dos interrogantes principales: 3& 4en qu#

se asemejan ! en qu# se distinguen, en tanto que objetos epist#micos del conocer

científico, los fenómenos de las realidades humanas respecto de los referentes de

las realidades naturales5 ! 6& 4en qu# medida puede obtenerse conocimiento

"álido de los fenómenos de las realidades humanas si se adoptan los

procedimientos oriundos de la ciencia natural ! en qu# medida es necesario

generar nue"os caminos. para llegar a conocerlos5 7as respuestas dadas fueron

rápidamente polarizadas, originando la denominada “querella de los m#todos”'8ontienda que proliferó entre"erándose con otros debates más amplios en materia

de ontología, gnoseología ! #tica/'

En la actualidad, la complejización de los interrogantes iniciales no

pareciera haberse traducido en una sofisticación de las respuestas, puesto que en

gran parte de las ciencias de lo humano parecieran persistir elementos originales

que no han sido completamente superados ! que reproducen, de alguna manera u

otra, el "iejo espíritu dicotómico del siglo 0100

' 9n ejemplo de ello es la di"isiónacuada entre enfoques cuantitati"os ! cualitati"os de in"estigación, que

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conser"an "arios elementos germinales de ese "iejo debate ! cu!a integración

$acogida en la #gida de los “enfoques mi%tos”, basados en la noción de

“triangulación”, por ejemplo& tropieza con dificultades para armonizar

coherentemente supuestos infrateóricos básicos $;zcona, 6<3=a&' El campo

metodológico de las ciencias humanas se desarrolla ho! en una notable dispersión

de perspecti"as, pero cu!os límites parecieran estar dados por los antiguos afanes

de las posiciones e%tremas de la "ieja contienda'

; continuación e%pondremos una bre"e caracterización de la "isión

tradicional de la ciencia ! su papel en esta disputa, para luego abordar sus

desarrollos en el ámbito psicoanalítico'

El filósofo franc#s ;uguste 8omte, en el marco de su concepción de los tres

estadios que el intelecto debía atra"esar $teológico, metafísico ! positi"o&, acua el

t#rmino positivismo para referir al estudio de todo fenómeno obser"able ! en

detrimento de cualquier propiedad metafísica $8omte, >3?@@A 3B?<& es decir que

para #l, sólo el m#todo de la ciencia natural pude hacer progresar al conocimiento

de lo social'

El mo"imiento originado con 8omte se trasladó a la naciente psicología,

generándose allí una serie de programas fundacionales concretos: la psicometría

de Francis Calton ! 8harles .perman, la neurofisiología de Don elmholtz, la

psicofísica de Custa" Fechner ! la psicología e%perimental de ilhelm undt'

(osteriormente el concepto de “(ositi"ismo” sir"ió para caracterizar una compleja

tradición al interior de la filosofía de la ciencia, en la que suelen incluirse los

postulados del 8írculo de Diena ! el falsacionismo de Garl (opper $Huthaite,

3B?I&' Es con este Jltimo que se consolida la “"isión estándar de la ciencia”, puespese a las transformaciones metodológicas que introdujo, el falsacionismo

popperiano siguió compartiendo los principales supuestos filosóficos que sus

antecesores' acia mediados del siglo 00 ! en torno a esos desarrollos, !a había

sido apuntalada la “concepción heredada” $(utnam, 3BK6 .uppe, >3BI@A 3BIB&, en

la que predominó la de"oción analítica heredera del cartesianismo ! el afán

formalizante/cuantificador deri"ado de las ciencias naturales/e%perimentales !

enmarcado por el logicismo falsacionista' .e trata de rasgos que han confluido

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; pesar de su hegemonía, las principales suposiciones de la "isión estándar

de la ciencia ! sus desarrollos en las ciencias humanas, han sido $desde sus

orígenes mismos& permanentemente puestos en cuestión por otras tradiciones

filosófico/científicas' 9n ejemplo contundente es la tradición ermen#utica o

8omprensi"ista, que ha estado en debate permanente con las teorizaciones

metodológicas de la concepción tradicional'

'( ! La posición de Freud.

“4Pu# queremos alcanzar en "erdad, para qu#trabajamos5 Pueremos aquello a que se aspira en

general en la ciencia: una comprensión de losfenómenos, el establecimiento de una concatenaciónentre ellos !, como objeti"o Jltimo, en los casos en que

sea posible, ampliar nuestro poder sobre ellos” $Freud,>3B3KA 6<<6: B3&'

7as disputas metodológicas mencionadas formaban parte del conte%to

intelectual en el que Freud estaba teorizando !, pese a ello, podemos ad"ertir la

ausencia de tales contro"ersias en su obra $;ssoun, 3B?6&' Freud abogó por que el

psicoanálisis compartiera los principales rasgos de las ciencias naturales

hegemónicas de su #poca: pretendió incluirlo en ellas ! apartarlo de las tendencias

puramente especulati"as ! totalizadoras que le adjudicaba tanto a la filosofía ! a la

religión como a las ciencias del espíritu2' En rigor de "erdad, Freud ubica al

psicoanálisis del lado de las Naturwissenchaft porque no concibe otra ciencia que

no sea la ciencia natural'

7a creación freudiana nace como m#todo de tratamiento ! prosigue su

desarrollo hasta constituirse en una disciplina autónoma' .egJn su creador,

“psicoanálisis es el nombre 1) de un procedimiento que sirve para indagar procesos

anmicos difcilmente accesibles por otras vas! ") de un m#todo de tratamiento de

perturbaciones neuróticas$ fundado en esa indagación$ % &) de una serie de

intelecciones psicológicas$ ganadas por ese camino$ que poco a poco se han ido

coligando en una nueva disciplina cientfica.' $Freud, >3B6=A 6<<6: 6=3&' En tanto

que m#todo, las dos "ertientes sealadas $in"estigati"a ! terap#utica& están en

estrecha "inculación: “e(istió desde el comieno mismo una unión 3 entre curar e

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investigar! el conocimiento aportaba el #(ito$ % no era posible tratar sin enterarse de

algo nuevo$ ni se ganaba un esclarecimiento sin vivenciar su ben#fico efecto' $Freud,

>3B6IA 6<<6: 6@<&' Es decir que esa !unta supone una mutua implicación: toda

indagación de los procesos anímicos inconcientes funda posibilidades terap#uticas

!, al mismo tiempo, el proceder terap#utico deri"a en conjeturas sobre dichos

procesos' Qetomar la definición nos alerta de la imposibilidad de separar ambas

"ertientes metodológicas' .in embargo, en base a las definiciones del propio Freud,

nada nos impide despegar los ni"eles del m#todo $3 ! 6& del ni"el teórico $=&'

8ompartimos la idea de que es el m#todo lo perenne de Freud $7othane,

3BB?& lo cual no significa que sus teorizaciones tengan que ser actualmente

rechazadas: gran parte de la teoría psicoanalítica de Freud permanece "i"a en

numerosos programas de in"estigación que bien podrían ser rotulados como

“progresi"os” $7aRatos, >3BI?A 3B?B&'

''( Más allá de )reud(

''( a *os tradiciones psicoanalticas .

“7a #poca en la que Freud constituía el Jnico ! comJn

referente del pensamiento psicoanalítico estádoblemente agotada: por un lado, en "irtud de que las

interpretaciones del psiquismo difieren sensiblementesegJn los autores ! los mo"imientos psicoanalíticos de

las di"ersas regiones del mundo, ! tambi#n porque,tras la muerte de Freud, algunos de esos autores se

impusieron ! sus respecti"os adeptos encontraron quesostenían ideas más adecuadas ! e%actas que las que

guiaron las primeras intuiciones )por geniales queha!an sido) del in"entor del psicoanálisis” $Creen,

3BBO: 3<< ).

El psicoanálisis posterior a Freud pareciera haber recapitulado esa

dicotomía reduccionista de enfoques metodológicos, consolidándose así la di"isión

entre una “tradición cientificista”4 ! una “tradición hermen#utica”' ;unque ho! en

día e%isten di"ersas corrientes teóricas en el ámbito psicoanalítico, es posible

notar $sobre todo si se consideran determinados rasgos específicos& que esos

di"ersos desarrollos se inclinan hacia uno u otro de los e%tremos de dicho binomio'

Esa situación refiere a dos tradiciones psicoanalíticas que están más allá de Freud

no sólo porque le suceden en el tiempo, sino porque se ubican en relati"a

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independencia para con su propuesta metodológica' (or otro lado, es posible notar

en ambas tradiciones un empeo sistemático por repatriar la conceptualización

metódica de Freud ejercitándose así unas singulares formas de recepcionar 5 su

pensamiento'

;quí sólo nos ocuparemos de la tradición cientificista en psicoanálisis:

intentaremos caracterizarla bre"emente ! luego aspiraremos a mostrar su

distanciamiento de los planteos de Freud' 7uego de ello, argumentaremos

abogando por una trascendencia de dicha dicotomía: mostraremos algunos puntos

de contacto con la tradición hermen#utica ! otras "ías posibles de desarrollo'

++.a) La tradición cientificista

,us comienos.

En cierto modo, los orígenes de esta tradición se remontan al propio Freud,

quien intentó siempre ubicar su obra entre las ciencias de la naturaleza: el

monismo naturalista del psicoanálisis está desde su creación e implicó toda una

serie de "alores epist#micos para la aplicación ! el desarrollo del mo"imiento

posterior a Freud6

' .in embargo, las ciencias naturales no han recibido ni pasi"a ni

obsecuentemente los desarrollos del psicoanálisis: pese a las ambiciones del

creador, su estatus científico ha sido casi siempre mu! discutido' Sisputa que no

sólo encabezan filósofos de la ciencia $p' e' 2agel, 3BOB (opper, >3BK=A 3B?=

CrTnbaum, 3B?@ Lunge, 3B?O& o psicólogos de di"ersas orientaciones $p' e'

E!sencR, >3B?OA 6<<@ 8ioffi, 3BI<& sino que tambi#n es sostenida por distintos

psicoanalistas $p' e' Lornstein, 6<<3 Creen, 3BBK, 6<<< allerstein, 6<<<&'

7as prescripciones epistemológicas hacia el psicoanálisis han sido di"ersas! abultadas pero aquí sólo mencionaremos sint#ticamente su espíritu: se demanda

una organización lingTística de la teoría de manera tal que fa"orezca la

cuantificación de las "ariables que se "inculan en los conceptos, lo cual obedece al

ideal de corroboración empírica de las hipótesis $en poblaciones suficientemente

grandes& con la ma!or e%actitud posible siendo su contracara la posibilidad de

determinar fehacientemente las condiciones de refutabilidad $lo que equi"aldría a

decir, para muchos, de cientificidad&'

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-aractersticas generales.

7o que nos permite describir a esta “tradición cientificista” como un

programa de in"estigación cu!o nJcleo duro contiene supuestos ligados a la "isión

estándar de la ciencia, es la fer"iente tentati"a de sus afiliados por responder a

esas demandas epistemológicas' Ua sea en su "ertiente falsacionista $tendiente a

refutar& o en su "ertiente inducti"ista $tendiente a confirmar&, se trata del intento

contrastador de las hipótesis psicoanalíticas por medio de sus enunciados

obser"acionales deri"ados' 7os psicoanalistas partidarios de este enfoque han

"enido alentando la pre"alencia de in"estigación empírica, bajo la suposición de

que esa es la "ía más con"eniente para testear las hipótesis psicoanalíticas' En

general, sostienen la necesidad de desarrollar el proceso contrastador ampliando

la base empírica que pre"# el dispositi"o analítico tradicional, tendiendo a generar

datos empíricos con m#todos pro"enientes de otras disciplinas $Fonag! et al ,

3BBB allerstein, 3BB=&'

(ara lograr satisfacer los requisitos de contrastabilidad, este programa ha

hecho uso de los m#todos oriundos de las ciencias naturales: la e%perimentación.7

o cuasi/e%perimentación, conjuntamente con la estadística inferencial..' 7a

creencia es que estas estrategias serían las más apropiadas para arribar a una

"alidación de las teorías' En este marco, los m#todos psicoanalíticos ligados a una

perspecti"a cualitati"a sólo tendrían utilidad para la creación de conjeturas, pero

no para su justificación empírica./'

-onceptualiación cientificista de la realidad$ la verdad % la validación dehipótesis.

7a consideración de esas demandas críticas ha lle"ado a plantear la

necesidad ineludible de in"estigar empíricamente, en afán de hallar e"idencias

sistemáticas que den apo!o a las hipótesis metapsicológicas ! a los productos del

m#todo psicoanalítico $8f' p' e' esten, 3BB? Lornstein, 6<<O .hedler, 6<<6 Llatt

! ;uerbach, 6<<= Fonag!, 6<<=&' Es notable cómo las preocupaciones de esta líneaargumental tienden a pri"ilegiar las formulaciones metapsicológicas,

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fundamentalmente la corrección de sus le!es generales mediante datos empíricos'

(ero no sólo a las hipótesis teóricas se las supone objeto de contrastación, sino

tambi#n a las hipótesis relati"as al conte%to clínico: como el producto de la

interpretación es una conjetura entre otras $aunque con sus particularidades&,

puede ! debe ser sometida a los procesos de contrastación empírica de modo

análogo al resto de las conjeturas psicoanalíticas $Etchego!en, 3B?K Glimo"sR!,

6<<B&'

En t#rminos generales podría decirse que el realismo ontológico $la creencia

de que las entidades postuladas e in"estigadas e%isten con independencia !

anterioridad al sujeto cognoscente& es un supuesto aceptado entre los partidarios

de esta tradición' 7a suposición gnoseológica de las tradiciones cientificistas no es,

en cambio, fácil de elucidar: ha! quienes se orientan por "ariantes del realismo

epistemológico $la creencia de que el conocimiento obtenido es de las entidades

postuladas en sí& ! hasta semántico $la referencia de algunos t#rminos teóricos es

isomórfica para con la entidad que designa ! por eso puede hablarse de “grados de

"erosimilitud”& pero tambi#n ha! quienes parten de posiciones menos ambiciosas

! sostienen "ariantes del antirrealismo epistemológico $el conocimiento alcanzado,

tanto en el conte%to teórico como en el clínico, no es de las entidades en sí mismas

sino que está mediatizado por nuestras subjeti"idades !, por lo tanto, es

meramente instrumental o ficcional&'

'''( onderación de la distancia entre )reud % el cientificismo(

Argumentos para otras "8as posi!les(

7a cultura o tradición cientificista que hemos caracterizado sint#ticamente

representa uno de los e%tremos ideales que han "enido tensionando el campo

psicoanalítico' En lo que sigue intentaremos primero mostrar porqu# la obra de

Freud no es enteramente traducible a dicha tradición sin que se pierdan aspectos

fundamentales' Sicho de otro modo, intentaremos determinar la distancia que ha!

entre la propuesta teórico/metodológica de Freud ! los postulados de la tradición

cientificista' .eguido de ello, argumentaremos sobre otras "ías posibles dedesarrollo, menos e%tremas que el cientificismo ! la hermen#utica'

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111' a& ealismo % antirrealismo en Freud.

8omenzaremos sealando que la de"oción por las formas pseudo/

e%perimentales de lle"ar adelante la contrastación se asienta en una serie de

supuestos sub!acentes que no necesariamente tienen que estar ligados al m#todo

de conjeturas ! refutaciones $en cualquiera de sus "ersiones&' El hecho de que

algunos psicoanalistas pretendan construir "ariables cuantitati"as, aplicando las

propiedades del nJmero a las propiedades de sus objetos epist#micos, denota una

sobre"aloración de lo m#trico en detrimento de lo cualitati"o $pecándose, a "eces,

de identificar e%actitud con precisión num#rica&' .i la precisión es el "alor

epist#mico que guía la "aluación de las hipótesis, entonces debemos reconocer en

los supuestos sub!acentes un fuerte compromiso realista: la creencia de que los

conceptos denotan t#rminos que refieren a entidades que e%isten

independientemente del sujeto cognoscente pues así, la in"estigación debe

apuntar a que los t#rminos conceptuados refieran con e%actitud creciente a la

realidad referida'

7a tradición cientificista está en consonancia con una parte del programa

metódico inicial del psicoanálisis $aunque no, como "eremos, con todos sus

supuestos&' En primer lugar ! en lo que al ámbito de las formulaciones teóricas

respecta, la aspiración nomot#tica ! conjetural de Freud se hizo patente en las

cambiantes postulaciones metapsicológicas: teoría general del funcionamiento

psíquico de origen especulati"o pero perfectible empíricamente' (ara Freud, sin

embargo, la utilidad de los datos de la e%periencia para lograr objeti"idad fue pormomentos amenguada con suposiciones agnosticistas.0' Esto se aprecia en su

singular perspecti"a reduccionista: la reducción promisoria del lenguaje

metapsicológico al lenguaje de las ciencias físico/químicas.1 no es un paso de

acercamiento a la verdad ob/etiva, pues al fin ! al cabo, dice Freud “ lo real0ob/etivo

permanecerá siempre no discernible2' $>3B=?A 6<<6: 3B?&' 4En qu# consiste

entonces esa reducción fisicalista que Freud tan abiertamente profesó5 Este afán

pareciera apenas una forma de reducción semántica, deseable por el hecho de queel lenguaje de la ciencia $natural& goza de ma!or antigTedad ! de menor

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ambigTedad' (ara el "ien#s, esto es una "irtud solamente por redundar en

beneficios prácticos: la e%actitud da ma!or capacidad de entendimiento mutuo' 7a

traducción al lenguaje naturalista, que no es más que otro lenguaje figurado para el

"ien#s $Freud, >3B6<A 6<<6: O?&, así como la adopción de los "alores epist#micos

pri"ilegiados de ese lenguaje $cuantificación, empirismo, uni"ersalidad, etc'&

deberían "erse más como un intento de traducción pragmático ! no, como muchas

"eces se ha creído, como un intento por acercarse semánticamente a la naturaleza

Jltima de lo psíquico $bajo una suposición correspondentista clásica&' En ese

sentido las ideas sobre el m#todo psicoanalítico que aparecen hacia el final de su

obra ! que parecerían estar en consonancia con esta perspecti"a reduccionista,

deberían ser leídas a partir de este agnosticismo instrumentalista fundamental:

“3la terapia nos ocupa aqu 4nicamente en la medida en que ellatraba/a con medios psicológicos! por el momentos no tenemos otros.Puizás el futuro nos ensee a influir en forma directa, por medio de

sustancias químicas específicas, sobre los "olJmenes de energía !sus distribuciones dentro del aparato anímico'' $Freud, op. cit.>3B=?aA 6<<6: 3?6&'

.e trata de medios ! fines, no de semántica' 8ualquier discusión sobre el

tipo de metáforas más con"enientes para lo psíquico $naturalistas o filológicas& no

debería perder de "ista el hecho de que serán, para Freud, siempre metáforas'

a! que decir, por otro lado, que estas suposiciones cu!a genealogía pasa

por Su Lois/Qe!mond, Nach ! Gant, están presentes en Freud conjuntamente con

otras ligadas al realismo clásico' Ello nos da la pauta de una basculación compleja

en su pensamiento, en la que realismo e instrumentalismo aparecen

intercambiados.2' .in embargo ! pese a ello, ha sido mucho más frecuente, entre

los continuadores del enfoque cientificista, retomar sus supuestos realistas' .etrata de un naturalismo que no tiene en cuenta el agnosticismo/pragmatista de

Freud ! significa operar con un sesgo considerable que debería ser e%plicitado'

En segundo lugar, en lo relati"o al ámbito de las formulaciones clínicas,

tambi#n podemos hallar a un Freud apartándose del correspondentismo: la

c#lebre carta dirigida a Fliess el 63 de septiembre de 3?BI, en la que Freud admite

que “Ven lo inconciente >VA no se puede distinguir la "erdad de la ficción in"estida

con afecto'” $Freud, >3?BIA 6<<6: =<6&, supone un cambio ontológico en el estatutode las entidades en juego ! de las operaciones epist#micas posibles' El trabajo

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analítico, a pesar de estar atra"esado por la distinción “"erdad histórica / "erdad

material”, tiende ahora a restablecer la coherencia de lo que se presenta incone%o e

incongruente $el recuerdo/relato del sueo, el relato de los síntomas enigmáticos,

etc'& pero al interior del psiquismo ! no por relación a lo e%terior' 7as

interpretaciones del analista referirán ahora a las fantasías inconcientes ! a la

dinámica psíquica que impide su e%presión conciente' En ese sentido, la "erdad en

juego no supone la concordancia con la realidad e%terna $material e independiente,

segJn el "ien#s& sino con el conflicto representacional ! la solución lograda por el

psiquismo.3'

Entonces: tanto el pragmatismo agnosticista a ni"el de la referencialidad de

la teoría uni"ersal, como el coherentismo a ni"el de la referencialidad de las

conjeturas clínicas, son dos supuestos que podemos inferir de la propuesta

freudiana ! cu!a negación "emos constatada en los afanes de la tradición

cientificista en psicoanálisis'

111' b& 5niversalismo % nominalismo freudianos.

En t#rminos generales podemos encontrar una tensión omnipresente entre

uni"ersalismo ! nominalismo en las teorizaciones de Freud' El afán legalista !

materialista, propio de la ciencia moderna, se "incula por momentos con la

dimensión ideográfica e inmaterial del sentido' Es por eso que se ha dicho que un

rasgo de la identidad epist#mica freudiana es la indisolubilidad de elementos

pro"enientes de las tradiciones naturalista ! hermen#utica en lo que refiere a su

constitución metódica $;ssoun, op. cit.&'

; pesar de admitir esa mi%tura, Mean 7aplanche $6<<3& ha "isto unaseparación tajante en la propuesta metódica de Freud, ad"irtiendo cómo su

perspecti"a e"olucionó de una especie de nominalismo hacia una "ariante

uni"ersalista'

En su c#lebre *ie 6raumdeutung, el "ien#s afirma:

“V mi procedimiento no es tan cómodo como el del m#todo populardel descifrado, que traduce el contenido dado del sueo de acuerdo

con una cla"e establecida más bien tiendo a pensar que en di"ersas

personas ! en conte%tos diferentes el mismo contenido onírico puedeencubrir tambi#n un sentido disímil” $Freud, >3B<<A 6<<6: 36K&'

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8ontrariamente a esto ! despu#s del 3B<< $incluidas las reediciones de

dicha obra&, Freud teorizó grandes códigos interpretati"os para la lectura del

material clínico $el simbolismo hereditario de las protofantasías, la fases del

desarrollo psicose%ual, los complejos de Edipo ! de castración, la finalidad de las

pulsiones, etc'&, en base a los cuales sostu"o que “las interpretaciones del

psicoanálisis son sobre todo unas traducciones de un modo de e(presión que nos

resulta a/eno$ al modo familiar para nuestro pensamiento 738 otro carácter

llamativo de nuestro lengua/e del sue9o es el frecuentsimo empleo de los smbolos$

que en cierta medida permiten traducir el contenido del sue9o independientementede las asociaciones :del so9ante;' $Freud, >3B3=A 6<<6: 3IB&' Qetomando lo

ase"erado por 7aplanche, coincidimos en que ha! dos perspecti"as metodológicas

$mutuamente e%clu!entes& en el propio Freud: mientras que el m#todo antes de

3B<< es de carácter “asociati"o/disociati"o” pues procede decodificando los

sentidos singulares, luego de ese período $! sobre todo desde el historial del

Wpequeo ansX& el m#todo de"iene de tipo “simbólico”: se basa en códigos fijos

para interpretar, trasponiendo un relato en otro' El propio 7aplanche ha subra!ado

claramente el problema sealando que “es el simbolismo el que hace callar las

asociaciones' $7aplanche, 6<<3: 6<@&, razón por la que conclu!e $en oposición a la

pretendida complementación freudiana& que ambas "ersiones del m#todo se

contraponen ! que la "ertiente simbólica debe ser rechazada'

;hora bien, el rechazo de la "ersión simbólica del m#todo ha lle"ado a

7aplanche a rechazar tambi#n la perspecti"a hermen#utica en psicoanálisis,

argu!endo que si en la teoría hermen#utica no ha! interpretación sin código delectura preestablecido, entonces la "ersión hermen#utica del m#todo

psicoanalítico es equi"alente a la "ersión simbólica de Freud' El m#todo asociati"o/

disociati"o es, por antonomasia, una antihermen#utica $ibíd'&'

.in embargo, esta identificación de 7aplanche no es del todo correcta:

pareciera estar homologando al abordaje narrati"o como una forma de subsunción

nomológica en la que los fenómenos serían casos/ejemplo de alguna le! o trama

uni"ersal' (aul QicYur, uno de los partidarios de la tradición hermen#utica, habíanominado antes ese tipo de relación como “comprensión teórica” ! lo había

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deslindado e%plícitamente del tipo de comprensión que debería realizar el

psicoanálisis hermen#utico $QicYur, >3B?@A 3BBO&' En lugar de subsumir

fenómenos a le!es uni"ersales, el narrati"ismo ricYuriano propone crear una

trama singular para el conjunto de los acontecimientos en juego, otorgándoles así

un sentido' .e trata, en palabras del autor, de una “comprensión configurante” que

debe ser claramente distinguida de la anterior $ibíd'&' .egJn QicYur, es en base a

ella que el resultado narrati"o de la interpretación psicoanalítica puede librarse de

las estereotipias'

En base a lo anterior, las ideas de QicYur ! 7aplanche parecieran estar en

sintonía respecto a una cuestión central: la crítica de la tendencia uni"ersalizante !

subsunti"a de los modelos freudianos de interpretación $aspecto bien ponderado

por el cientificismo&' 8onsiderando que para QicYur el psicoanálisis consiste en la

configuración sint#tica de una trama para la comprensión de los acontecimientos

históricos que aborda ! teniendo en cuenta la defensa de 7aplanche del m#todo

asociati"o/disociati"o de Freud, la oposición inicial parece poder franquearse en

este punto'

111' c& -ausas % motivos.

El cientificismo psicoanalítico ha tendido a hacer hincapi# en las

formulaciones uni"ersales de la metapsicología ! sus posibilidades de

corroboración empírico/e%perimental' ;quí hemos mostrado argumentos que

reprueban esa tendencia uni"ersalizante de Freud ! resaltan el "alor de las

formulaciones clínicas singulares ! su obtención mediante la metódica inicial'(erspecti"a ante la cual con"iene hacernos una serie de preguntas: 4es necesario !

posible abandonar toda tendencia uni"ersalizante para el psicoanálisis5 4Se qu#

modo es posible e%plicar la causación de los fenómenos abordados sin apelar a

le!es5 48ómo puede efectuarse la "alidación de las conjeturas clínicas5

1ntentaremos esbozar algunas respuestas'

(ara trascender la oposición entre uni"ersalidad ! singularidad, nos

detendremos en otro aspecto que ha sido terreno de debate entre los partidariosdel cientificismo ! sus críticos: el problema de la causalidad humana' 7a hibridez

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metódica de Freud ha lle"ado a muchos a retomar el aejado problema de la

distinción causa/moti"o, para justificar sus argumentos' ;quí partiremos de

suponer que las razones o moti"os humanos son un tipo causa, caracterizada por

ser: a& conte(tual $no uni"ersal&, b& inmaterial $por ende, no sensible& ! c&

predisponente.4 $teleológica&'

(eter inch $>3BO?A 3BI6&, en un afán por ampliar los desarrollos

eberianos ! siguiendo las refle%iones finales de ittgenstein, sostu"o que el

comportamiento humano puede comprenderse por referencia a reglas inmanentes

antes que a le%es uni"ersales' *ales reglas, e%plícitas e implícitas, se distinguen de

las le!es naturales porque pueden ser modificadas o desobedecidas por los actores

que las utilizan ! porque ese uso está en relación con una terceridad capaz de

sancionar su adecuación o no $otros sujetos, instituciones, etc'&' 7as reglas no son

pautas e%ternas a las acciones sino su significación misma ! es por ello que

comprender el sentido de la acción equi"ale a comprender la regla que se está

siguiendo en un conte%to determinado' En el ámbito clínico, el psicoanalista

pretende conocer el sentido de las acciones del analizado: las reglas propias de su

funcionamiento psíquico'

Dincularemos lo anterior con el planteamiento realizado por Don right

$>3BI3A 3BIB& respecto a la posibilidad de representación lógica de las inferencias

subjeti"as' 7o realizado por un sujeto en situación es posible de analizarse

mediante el silogismo práctico: se trata de una estructura formal que permite

reconstruir los procesos inferenciales implícitos en la ejecución de una acción.5, sin

recurrir al clásico modelo de cobertura legal $tan caro al cientificismo&' El esquema

fue propuesto !a por ;ristóteles ! estaría constituido por la premisa ma!orrepresentando una meta perseguida por el agente, la premisa menor identificando

alguna acción que el agente considera conducente a ese logro ! la conclusión

simbolizando la disposición del agente para ejecutar la acción' (odríamos

escribirlo enunciati"amente así: una serie de premisas e%plicati"as como “el sujeto

, se propone dar lugar a <” ! “el sujeto , cree que no puede dar lugar a < a menos

que haga h”, que permiten e(plicar una conclusión como “el sujeto , se dispone a

hacer h”'

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.i nos propusi#ramos formalizar así las inferencias clínicas que el analista

elabora para e%plicar las acciones del paciente, podríamos ubicar entre las

premisas e%plicati"as a las fantasías inconcientes, a las teorías se%uales infantiles.6,

a las prohibiciones super!oicas, etc' (or otro lado, si lo que el analista busca es

colegir el sentido singular de las repeticiones que el paciente trae en su discurso,

entonces su accionar es abducti"o: intenta hallar la regla que sub!ace al

fenómeno/7'

.intetizando diremos: a& el m#todo inicial de Freud permite el conocimiento

del sentido singular, b& el sentido es un tipo de causalidad, c& que puede ser

representado acudiendo a la noción de reglas ! d& utilizando el silogismo práctico'

;Jn queda por responder a la pregunta que ha "enido di"idiendo las aguas

entre las tradiciones consideradas: 4cómo es posible "alidar el conocimiento

obtenido $con el m#todo original de Freud& de esas reglas fantasmáticas que

contribu!en a causar la acción del sujeto5, dicho de otro modo: 4en qu# es

necesario "ariar el m#todo de la concepción tradicional para "alidar las

conjeturas5

111 d& =>ermen#utica versus m#todo hipot#tico0deductivo?

“(ues bien, eso que se resiste a ser reformulado es

precisamente el carácter híbrido del psicoanálisis, esto es,el hecho de que llega a la energ#tica por la sola "ía de la

interpretación' *odo acabará lle"ándonos, en

consecuencia, a esa “anomalía” constituti"a de lainterpretación analítica dentro del concierto de lasciencias humanas'” $QicYur, >3BKOA 6<<I: =<=&

En 3BIB Sagfinn FZllesdal argumentó a fa"or de un enfoque interesante

sobre la dicotomía clásica, pues sostu"o que “el m#todo hermen#utico es el m#todo

hipot#tico0deductivo aplicado a materiales significativos' $FZllesdal, 3BIB: =6<&'

(ara fa"orecer su idea, #l utiliza un ejemplo e%traído de la literatura ! muestra

cómo la forma de resolución del problema $la interpretación de lo que representauno de los personajes del te%to& procede hipot#tico/deducti"amente: se plantean

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conjeturas ! se contrastan sus consecuencias lógicas con el resto del material

contenido en la obra ! con otro material adicional que se tiene $datos del autor,

conte%to epocal, etc'&' 7a obra que le sir"e de ejemplo es @eer A%nt , de enriR

1bsen ! el problema que retoma es el del papel que juega el personaje “el e%trao”'

FZllesdal e%amina cinco interpretaciones que se han dado sobre lo que representa

ese personaje, así como algunos de los principales argumentos a fa"or ! en contra

de las mismas $obtenidos mediante contrastaciones de sus consecuencias&'

Hbs#r"ese que las interpretaciones sobre lo que representa el personaje “el

e%trao”, son hipótesis contrastables !, además, no se trata de hipótesis

uni"ersales sino restringidas al conte%to de la obra @eer Ar%n' 8on lo cual, de su

tesis se sigue que la hermen#utica no necesita parecerse a una e%plicación de

cobertura legal, puesto que bien puede haber conjeturas ! refutaciones de

interpretaciones particulares' En base a esto, diremos que el psicoanálisis puede

orientarse ideográficamente por "ía hermen#utica !, al mismo tiempo, hipot#tico/

deducti"amente' .i esto es correcto, deberíamos poder separar las estrategias

metodológicas de "alidación de hipótesis de la formalización de los argumentos

e%plicati"os $lo cual no siempre ha sido realizado&'

Freud sostu"o que las enunciaciones del analista en el conte%to clínico

necesitan testearse: “Va cada construcción la consideramos apenas una conjetura,

que aguarda ser e%aminada, confirmada o desestimada” $Freud, >3B=IA 6<<6: 6KK&'

7as hipótesis interpretati"as del analista se contrastan con la realidad psíquica del

analizado' Freud es ta%ati"o respecto de las conjeturas que no coinciden con ese

referente: “Ves preciso retirarlas ! sustituirlas por algo más correcto'” $Freud,

>3B3IA 6<<6: @36&'En base a lo anterior afirmamos que: 3& el hecho de que el psicoanálisis se

ocupe de significaciones no impide su tratamiento por el m#todo de conjeturas !

refutaciones/. 6& el hecho de adoptar este proceder no implica que su realización

sea por la "ía de la e%perimentación o de la correlación estadística'

8on"endría, en este punto, sealar dos condiciones especficas del

conocimiento psicoanalítico en el ámbito clínico' En primer lugar, toda

interpretación que el analista enuncia al paciente es, por efecto de la suposición desaber, una acción que modifica el objeto que con ella se pretende conocer' Ello se

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ad"ierte a lo largo de todo el proceso clínico ! plantea una serie de dificultades a

los partidarios del hipot#tico/deducti"ismo' isdom $>3BKIA 3BKB& ! tambi#n

Glimo"sR! $3B?K&, por ejemplo, sostienen que esta situación dificulta la clásica

contrastación empírica porque las hipótesis interpretati"as que el analista enuncia

son “autopredictivas' o “autorrefutatorias' lo cual merece una sofisticación del

procedimiento contrastatorio $ibíd' O@K&' 2o debería ol"idarse que el problema fue

claramente planteado por Freud $3B=I op. cit.&: #l mismo sostu"o que la respuesta

del paciente, consintiente o denegatoria, no "ale por sí misma para corroborar o

refutar definitivamente una conjetura e%presada por el analista'

(ero, 4en qu# medida se modifica % en qu# medida permanece id#ntica larealidad psquica luego de una interpretación?$ es una pregunta insosla!able en el

tema de la "alidación de las hipótesis clínicas' 7o que con"endría recordar aquí es

que esa condición no es patrimonio e%clusi"o de la situación psicoanalítica: en los

fenómenos humanos en general ! al menos en el subdominio de los fenómenos

cuánticos, se acepta ma!oritariamente la idea de que el agente cogniti"o altera el

fenómeno que pretende conocer' ;quí diremos que objeto ! sujeto de

conocimiento no son entidades disociadas a priori $como han supuesto

implícitamente gran parte de los psicoanalistas de ambas tradiciones& ! que se

constitu!en mutuamente en un entorno cogniti"o $7ahitte, 3BBO&' 9n corolario de

ello es que el conocimiento psicoanalítico de las reglas inmanentes del paciente es

una co/construcción entre #l ! el analista, lo cual supone un enmarque onto/

epistemológico que se antepone al hipot#tico/deducti"ismo $no es incompatible

con #l sino con los supuestos sub!acentes que comJn e históricamente lo han

cimentado&';unque deri"ada de la anterior, debemos destacar una segunda condición

especfica del conocimiento clínico del psicoanálisis: el "alor de la interpretación

reside en su utilidad práctica' .u ponderación no podría ser hecha, por lo tanto,

considerando solamente a la verdad $en cualquiera de sus formulaciones& como

criterio Jltimo necesariamente se introduce el problema #tico de la finalidad de

las acciones cogniti"as del analista, en particular de la interpretación'

111 e& Bl conocimiento como mapa 4til.

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Puizás el desacierto ma!or del cientificismo psicoanalítico sea su

anacronismo: el conser"ar "alores epist#micos que ho! en día aparecen mu!

deflacionados' Darios representantes de la filosofía analítica ! tradicional de la

ciencia $cu!as ideas adoptó esa tradición cientificista& han abandonado la idea de

fundamentar infaliblemente el conocimiento en bases ob/etivas. 7as razones han sido

mJltiples ! desarrollarlas con algJn grado de profundidad nos está "edado por

razones de espacio sin embargo, podremos mencionar superficialmente algunas

conjeturas a las que se ha arribado: en primer lugar, !a no se piensa que ha!a

obser"ación sin teoría o, lo que es igual, que los enunciados que describen el

mundo $“enunciados empíricos básicos”& sean "erdaderos, sino que se conciben

como el resultado de una con"ención entre sujetos//' Esto ha deri"ado en la

imposibilidad de $no sólo "erificar, como tempranamente argumentó (opper >op.

cit.A, sino además& refutar teorías apelando a cálculos sintáctico/lógicos ! datos

sensibles: una consecuencia e%perimental negati"a puede e%plicarse negando la

“hipótesis principal” o negando una de las infinitas premisas au%iliares que la

acompaan $tesis Suhem/0

/ Puine&' 8omo consecuencia de ello, nada nos impide

e%tender la con"ención utilizada desde los enunciados básicos que refieren a

entidades obser"acionales hasta el ámbito de las enunciaciones que refieren a

entidades inobser"ables $7aRatos, op. cit.&' ;demás, si aceptamos la tesis fuerte de

la inconmensurabilidad, entonces no tiene sentido hablar de progreso del

conocimiento hacia la "erdad $Guhn, >3BK6A 3BBO&/1'

Este listado de argumentos es apenas un bre"ísimo ! superficial corolario

de toda una serie de problemas $entre los que se inclu!e el de la "alidación/elección de teorías& que han sido abordados por mJltiples disciplinas !

orientaciones' 7a tradición hermen#utica, retomada tambi#n en el seno de las

teorizaciones psicoanalíticas, ha llegado $aunque por otras "ías& a conclusiones

similares: el "iraje ontológico de la hermen#utica de Nartín eidegger $3B6I&

supone dejar de entender a la interpretación como un m#todo para comenzar a ser

concebida como una manera de ser del hombre, una forma de caracterizar la

relación de su e%periencia en el mundo $es decir algo omnipresente&'(osteriormente ans/Ceorg Cadamer $>3BK<A 3BII& retoma la argumentación de

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eidegger afirmando que estamos determinados por nuestra situación histórica

es decir por nuestros “prejuicios”' 2o es posible deshacernos de tales prejuicios

para conocer: aJn toda refle%ión, en tanto que "uelta del pensamiento sobre sí

mismo, es históricamente situada $parte de pre/juicios&' .e trata de

argumentaciones que "an en contra del afán de objeti"idad que sostu"ieron los

fundadores de la hermen#utica moderna/1 a la "ez que conlle"an la superación del

psicologismo original del m#todo ! de su reducción a lo metodológico'

8omo puede notarse, tanto la concepción tradicional como la hermen#utica

filosófica han llegado a una conclusión afín concerniente a los límites del

conocimiento: retomando la "ieja "ía del argumento esc#ptico, se transita

suponiendo que nada podemos conocer más allá de nuestras e%periencias' ;mbas

tradiciones llegan así a la idea de que los “hechos” científicos son justamente eso:

fabricaciones humanas conte%tualmente situadas ! no entidades absolutas dadas a

conocer en sí mismas' Es decir, las e%periencias humanas no reflejan un mundo

independiente'

El problema que debemos subra!ar es el del ol"ido que los continuadores

de ambas tradiciones en el ámbito psicoanalítico han hecho de estas conclusiones'

7a insistencia en los polos de e%plicación ! comprensión/2 es una deri"ación

equi"ocada de la suposición de que el objeto de estudio es, o bien e%terno al sujeto

cognoscente, o bien interno a sus capacidades cogniti"as cuando las conclusiones

a las que se ha arribado en ambas tradiciones $e%tra/psicoanálisis& muestran

claramente la necesidad de ubicar en interdependencia a sujeto, objeto !

conocimiento $8astilla del (ino, 3BI6&' En otras palabras, de basarse en su relación

co/constituti"a $7ahitte, op. cit. 3BBO&'1dear procedimientos para alcanzar certeza objeti"a $!a sea en su "ersión

confirmati"o/inducti"ista o en su refutati"o/deducti"ista& resulta !a inoportuno e

inadecuado' Htra manera de significar esto es retomando la e%presión de que “el

mapa no es el territorio' $Gorz!bsRi, 3BB@ >3B==A&, metáfora que debería ser"ir

como punto de partida $! no de llegada& de cualquier teorización sobre la

/ustificación de usar tal o cual de las hipótesis psicoanalíticas' ;ntes quisimos

mostrar que Freud parece haber entendido, más de lo que comJnmente se hacreído, el significado de esa metáfora: el antirrealismo de sus modelos puede ser

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"inculado con una concepción pragmatista de la "erdad/3 eje que parece constituir

una heurística apro"echable' En ese marco, toda metapsicología podría ser "ista

como un mapa ! su constante mejora como un proceso cartográfico de

complejidad creciente' (ero, 4hasta dónde es posible ! hasta dónde debería una

teoría psicoanalítica intentar cartografiar los terrenos que e%plora5 Siremos que la

función de la metapsicología es permitir inter"enir antes que alcanzar a

representar facilitar el recorrido antes que pretender reflejar el territorio' En este

marco conjetural, la epistemología se subordina a la pragmática por la "ía de la

#tica'

111' f& eubicación de la teora en los procesos de validación.

1nicialmente indicamos que las dos tradiciones psicoanalíticas en cuestión

han hecho hincapi# diferencial en el papel de la teoría ! su basamento: el espíritu

cientificista del psicoanálisis ha resaltado el "alor de las formulaciones uni"ersales

! la perspecti"a hermen#utica se ha enfocado más en las formas de producción

singulares a cada conte%to clínico' abiendo problematizado esas distinciones

estereotipadas, aquí trazaremos un límite metodológico que permita la diferencia

entre dos ni"eles de funcionamiento de la teoría en psicoanálisis'

3' *eórico/uni"ersal: relati"o a la metapsicología $los desarrollos

freudianos ! los posteriores a #l&, es decir a la teoría del funcionamiento psíquico

con predicación uni"ersalizante' 9ni"ersalismo que no necesariamente debe

basarse en ninguna "ariedad de realismo quizás con"enga retomar el costado

instrumental/ficcionalista de Freud, antes que su representacional/isomorfismo'Se ser así, los cánones de su "alidación han de ser fundamentalmente pragmáticos:

su "alor "iene dado por su eficacia para e%plicar ! predecir los fenómenos' .in

embargo nada impediría, a priori, realizar pruebas de testeo por fuera del conte%to

clínico $aJn a sabiendas de que ni los “sensa data”, ni la “base empírica”, ni los

“falsadores potenciales”, etc', son jueces infalibles para dirimir la falsedad o "erdad

de las hipótesis a contrastar&'

2. *eórico/singular: relati"o al conte%to de las formulaciones clínicas$teorías se%uales infantiles, fantasías idiosincráticas, modos defensi"os predilectos,

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etc'&, obtenidas por co/construcción entre analista ! paciente $analista mediante el

m#todo asociati"o/disociati"o ! paciente mediante el m#todo de libre asociación&'

;quí tampoco es posible sostener una perspecti"a realista fuerte, en tanto que la

significancia de lo teorizable es tambi#n creación/4'

7a "alidación de este tipo de teorizaciones ha de lle"arse a cabo mediante el

testeo clínico ! por la "ía de las conjeturas ! refutaciones sobre el material

significati"o tambi#n a sabiendas de que su función es pragmática antes que

representati"a'

;mbos ni"eles están conectados, en "arios sentidos' En primer lugar porque

el analista conoce ! puede hacer uso de una o "arias “teorías del funcionamiento

psíquico” !, conjuntamente con ello, inter"iene desde las condiciones de su

psiquismo $parte de “teorías se%uales infantiles”, de “fantasías”, etc'&' Entonces, sus

operaciones están condicionadas por esa conjunción de ni"eles teóricos !

cualquier proceso que aspire a "alidarlas deberá partir de su relación' En ese

sentido, cabe hablar de un sistema ecomental que distingue $sin des/unir& ni"eles

de representación ! argumentación $7ahitte et. al., 3BB@&'

'9( :onclusiones

(or lo e%puesto, podemos afirmar que la tradición cientificista del

psicoanálisis conlle"a una serie de sesgos que merecen ser re"isados' En primer

lugar, un sesgo sobre las ideas de Freud: pareciera haberse recepcionado

acríticamente sólo una parte de sus supuestos filosóficos, sin ad"ertir la

coe%istencia de otros igualmente atendibles' En segundo lugar, un sesgo en torno alos "alores epistemológicos que debe perseguir una disciplina científica:

parecieran seguir pretendi#ndose objeti"os incongruentes con los desarrollos

posteriores de la propia filosofía de la ciencia de la que fueron e%traídos' ;fanes

modernos que tampoco resisten la crítica en la ma!oría de los ámbitos científicos

consagrados'

(or otro lado, además de nuestra crítica a esta tradición cientificista, hemos

esbozado una serie de ideas tendientes a superar la dicotomía que aJn persiste enel campo analítico' Qescatamos el "alor ! la actualidad del m#todo original de

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Freud $asociati"o/disociati"o&, e intentamos mostrar la necesidad de redefinir la

noción de le%es naturales en t#rminos de reglas para el ámbito humano de las

significaciones luego indicamos porqu# esa redefinición permite sosla!ar el

modelo clásico de e%plicación $“cobertura legal”&, a la "ez que admite la

formalización lógica de los procesos inferenciales que pretende representar'

.eguido de ello, indicamos la posibilidad de trascender la dicotomía e%plicación/

comprensión, tan cara a ambas tradiciones, "iabilizando la aplicación del m#todo

hipot#tico/deducti"o a fenómenos específicamente humanos $en donde la t#cnica

e%perimental ! la cuantificación no quedan "edadas pero tampoco son necesarias,

como anhela la metodolatría cientificista&' ;rtilugio que, enmarcado en supuestos

filosóficos adecuados, podría deri"ar en fecundos desarrollos para el psicoanálisis

$para los dos ámbitos del funcionamiento teóricos que hemos deslindado&'

Qeconocemos que los aspectos considerados no agotan $ni mucho menos& el

problema de las tradiciones en psicoanálisis, pero creemos que su abordaje podría

conformar andari"eles fecundos para el diálogo ! el intercambio teórico escenario

ineludible para toda e"olución razonable del psicoanálisis'

;otas. Qecordemos que el t#rmino “m#todo” $[Ƹ\o]o& es un compuesto deri"ado del

griego: “met” ! “odo”, cu!a traducción posible es “camino con el cual” $Narradi, et.al. 6<<I&'/ 2o en "ano, 8harles .no afirmaba a mediados del siglo 00 que la "ida intelectualde la sociedad de occidente se estaba di"idiendo cada "ez más entre dos grupos

e%tremos: las humanidades ! las ciencias separados por un abismo deincomprensión mutua $.no, >3BOBA 6<<<&' En cierto modo, lo que

problematizaremos para el ámbito del psicoanálisis pareciera ser la e%presión de

una problemática cultural más abarcati"a ! profunda de lo que comJnmente sesupone'0 En rigor de "erdad, el pensamiento dicotómico ha sido históricamente patrimonio

del pensamiento occidental un estilo de cognición en el que la disociaciónmetafísica de entidades primó por sobre la relación $7ahitte ̂ urrell, 3BBB&'@ En esto se diferencia el m#todo hipot#tico/deducti"o del m#todo a%iomático: lascreencias propuestas $e%presables en proposiciones o enunciados& no se justifican

por su consistencia con otras creencias “superiores” establecidas por algJn tipo denecesidad $a%iomas&, sino con creencias “inferiores” ubicadas a ni"el de la

e%periencia $e%presables en enunciados básicos&' Se hecho, las mismas

consecuencias obser"acionales pueden ser deri"adas desde infinitas hipótesis'8abe mencionar que los problemas sobre la elección de hipótesis e%plicati"as, la

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distinción entre tipos de enunciados, la elección entre “enunciados empíricosbásicos” ! “enunciados teóricos hipot#ticos” contradictorios, etc', son tópicos que

han derramado ríos de tinta desde los autores de esta filosofía de la ciencia'

2 Freud no abordó sistemáticamente cuestiones de las ciencias del espíritu$Aeisteswissenschaften&, pero en algunas de sus menciones pareciera ponerlas ensintonía con las cosmo"isiones o la filosofía $cf' p' e' Freud, >3B6OA 6<<6: O@&

tambi#n suponía que “nunca podremos prescindir de la colaboración de personasque posean formación previa en las ciencias del espritu' $Freud, >3B6IA 6<<6: 6@<&,

colaboración que ratifica la distancia que #l "eía entre dichas personas ! lospsicoanalistas'3 El t#rmino alemán utilizado por Freud es “MunRtim”, que bien podría haber sidotraducido por “!unta”' Eso fa"orecería aJn más el sentido jurídico primigenio:

pareja de animales usados para trabajar' Siríamos, entonces, que no ha! trabajoanalítico sin esa juntura'4 El empleo de la noción de “tradición” responde a una metáfora Jtil: es latransmisión transgeneracional del conjunto de acer"os constitu!entes de una

identidad cultural $la noción utilizada se "incula con el concepto de “tradiciones dein"estigación” >7audan, $3BII& 3B?KA&' 7a denominación de “cientificista”, en

cambio, la hemos hecho a falta de una mejor ! a sabiendas de que se trata sólo deun estereotipo que nos a!uda en la refle%ión: no es posible establecer una serie de

criterios distinti"os ! e%hausti"os para sostener la clasificación' (or el contrario,sostendremos parafraseando a ittgenstein $>3BO=A 6<<6&, que son “aires de

familia” $! por lo tanto nada esencial& lo que permite identificar a un miembrocomo perteneciente a una clase, siendo prácticamente imposible reencontrar todos

los rasgos típicos en un solo ejemplar' El mismo criterio resultaría, por ejemplo,para el conjunto de tradiciones hermen#uticas que se oponen al cientificismo'5 Qecepción en el sentido de Mauss $>3BIBA 3B?3&: asimilación transformati"a, queimpide definir la migración de ideas en t#rminos de mera reproducción, copia

fidedigna o neutralidad alguna'6 ;demás del monismo metódico, Freud adopta una serie de supuestos naturalistas

que traslada sin cuestionamiento al ámbito de lo humano ! su teorización' 9nejemplo de ello es la energ#tica fisiológica de su “ídolo” ermann "on elmholtz,

recibida por la "ía de su maestro Ernst LrTcRe'.7 “3 una contrastación e(perimental consiste$ entonces$ en variar los valores de lasvariables independientes2 % comprobar si la variable dependiente2 asume losvalores implicados por la hipótesis' $empel, >3BKKA 3BBB: @<&'.. El lector interesado por algunas elaboraciones en esta tradición cientificista,puede consultar los trabajos de Lridgman $3B=?&, Nadison $3BK3&, .ulli"an

$3BO=&, Qapaport $>3BK<A 3BI3&, (eterfreund ! .chartz $>3BI3A 3BIK&, GolteniuR$>3BIKA 3B?3&, entre tantos otros'./ allerstein ha “reconocido” que “no todo el psicoanálisis es ciencia. Bn efecto$ el psicoanálisis no se ocupa 4nicamente de los principios generales que rigen el funcionamiento psquico$ sino tambi#n de las formas idiosincráticas conte(tualiadase historiadas$ en que dicho funcionamiento se e(presa en cada individuo'$allerstein, 6<<O: KI=&' Eso pareciera querer decir que ocuparse de las formas

idiosincráticas conte%tualizadas e historizadas no es hacer ciencia'

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.0 El agnosticismo freudiano se funda en la concepción del inconciente como “cosaen sí” ! abre toda una "ía de refle%iones sobre el conocimiento que hemos

desarrollado en otra parte $7ahitte ^ ;zcona, 6<36&'

.1 “el edificio de la doctrina psicoanaltica$ que nosotros hemos creado$ es en realidaduna superestructura que está destinada a recibir alguna ve su fundamentoorgánico! pero todava no lo conocemos' $Freud, >3B3KA 6<<6: =O@&'.2 (ara un e%amen detallado de esta basculación cf' ;zcona $6<3=b'&.3 Cran parte de las confusiones sobre este tema radican en las dificultades

relati"as a la traducción de las alocusiones alemanas que Freud utilizaba parareferirse a lo e%istente: Qealit_t ! irRlichReit'.4 Qasgo que se funda no sólo en lo que Lrentano supo contornear con su noción de“intencionalidad” $la referencia representacional de todo contenido mental&, sino

tambi#n en la idea de disposición: un moti"o es causa de acciones, es decirmo"imientos orientados a un fin' Esta noción de moti"o nos parece similar a la

utilizada por Freud en la descripción del circuito de la pulsión: allí se conjuganambos elementos $objeto ! finalidad&'.5 8on"endría especificar que en nuestro ámbito psicoanalítico, una acción estambi#n $o fundamentalmente& un acto alocuti"o' Se eso se ocupó Freud desde sus

inicios: no de síntomas o sueos sino de sus relatos..6 2o debemos ol"idar que Freud comenzó esbozando teorías se%uales infantiles

que luego de"inieron teorías psicoanalíticas' Este hecho, que nos parece undesacierto, nos da como resultado dos formalizaciones posibles: si las teorías

se%uales infantiles son reglas singulares, entonces sí podría inter"enir el silogismopráctico pero si las teorías se%uales son le!es uni"ersales, entonces el modelo de

su formalización debería ser nomológico/subsunti"o'/7 8onsiderando con .amaja $6<<6& que el procedimiento abducti"o se basa en el

uso de la analogía, quizás podamos ampliar la prescripción freudiana de analizarsepara poder analizar: no sólo porque así alguien “adquiere las con"icciones que

despu#s lo guiarán como analista” $Freud, >3B6KA 6<<6: 3?K&, sino tambi#n porqueasí se apodera del funcionamiento del autoengao conte%to que luego utilizará

$analogía mediante& para abducir las reglas que le permitan e%plicar losfenómenos que se disponga a analizar en otro'/. Esto no significa que el proceder de Freud se ajuste a las ingenuas prescripcionesde (opper, sino apenas una ratificación $ahora por la "ía del m#todo& de su

filiación al criticismo' Esta lectura del m#todo freudiano fue desarrollada ennuestro medio por Glimo"sR! ! Etchego!en $op. cit.&, entre otros'// 8abe sealar que algunos empiristas lógicos, al e"olucionar su teoríacorrespondentista de la "erdad hacia una forma de coherentismo, !a habían hecho

ese pasaje al con"encionalismo $cf' empel, >3B=OA 3BBI&' (ero una cosa han sidolas ideas del Empirismo 7ógico ! otra cosa $por desgracia mu! distinta la ma!or

parte de las "eces& las ideas estereotipadas ! caricaturizadas que se han hecho de#l'/0 1ncluso antes de que la concepción estándar de la ciencia se consolide, (ierreSuhem había argumentado a fa"or del holismo epist#mico: “El físico no puede

nunca someter al control de la e%periencia una hipótesis aislada, solamente todo

un conjunto de hipótesis' 8uando la e%periencia está en desacuerdo con suspre"isiones, ella le ensea que al menos una de las hipótesis que constitu!en el

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conjunto es inaceptable ! debe ser modificada, pero no indica cuál debe sercambiada” $Suhem, 3B<K&' *esis posteriormente retomada por illard Don Hrman

Puine'

/1 *anto Friedrich .chleiermacher $>3?3=A 6<<<& como ilhelm Silthe! $>3??=A3B@B& propugnaron la necesidad de desprenderse de la propia subjeti"idad paraimplementar el m#todo hermen#utico'/2 Sicotomía que se acompaa de otras no menos problemáticas: naturaleza/cultura, mente/cuerpo, racional/emocional, "erdadero/falso, ciencia/pseudociencia,

etc'/3 ;quí sólo mencionaremos la conjetura de que la concepción pragmatista clásica

de la "erdad puede encontrarse en Freud, junto a otras suposicionescorrespondentistas ! coherentistas $cf' ;zcona, 6<3=c&'/4 8on"endría reafirmar este argumento abduciendo $desde la mecánica cuántica&cierto “principio de incertidumbre” para determinados referentes de lo humano:

siempre que se pretende conocer la significación, su resultado es una alteración dela misma por el efecto de las maniobras dialógicas de los dispositi"os humanos

$rememoración, "erbalización, retroacción&' En psicoanálisis es necesario admitirque la forma de ser de lo que se pretende conocer $sentidos inconcientes& depende

del acto mismo de conocimiento ! es por ello que incluso esas entidades quere"elan ma!or fijeza $identidad, compulsión de la repetición, etc'& tambi#n re"elan

modificaciones a tra"#s “del tiempo”'

Referencias !i!liográficas

;ssoun, (' 7' $3B?6& +ntroducción a la epistemologa freudiana' N#%ico: .iglo

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