Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    1/20

    57

    El entre-lugar del discurso latinoamericano

    Para Eugenio y Sally

    El jabut que solo tena una especie de cscara blanda y se dej morder por laonza que lo atacaba. Morder tan profundamente que la onza qued pegadaal jabut y acab por morir. Con el crneo de la onza, el jabut hizo su escudo.

    Antnio Callado, Quarup*

    Hay que realizar ante todo un trabajo negativo: liberarse de todo un juegode nociones que diversifican, cada una a su modo, el tema de la conti-nuidad [...] Tal es tambin la nocin de influencia, que suministra unsoporte demasiado mgico para poder ser bien analizado a los hechos detransmisin y de comunicacin.Michel Foucault, La arqueologa del saber

    Montaigne abre el captulo XXXI de sus Ensayoscaptuloen el que nos habla de los canbales del Nuevo Mundo, con unareferencia precisa a la Historia griega. Es la misma referencia quenos servir para inscribirnos en el debate acerca del lugar queocupa el discurso literario latinoamericano en su confrontacincon lo europeo. Montaigne escribe lo siguiente:

    Quand le roy Pyrrhus passa en Italie, aprs qu`il eut reconneu

    lordonnance de l`arme que les Romains luy envoyoient au devant:Je ne sai, dit-il, quels barbares sont ceux-ci (car les Grecs appeloyentainsi toutes les nations estrangieres), mais la disposition de cettearme que je voy n`est aucunement barbare.**

    *Antnio Callado, Quarup, trad. Basilio Losada (Barcelona: Argos Vergara, 1979 [1967]), 206 [t.].**Cuando el rey Pirro pas a Italia, tras examinar el orden del ejrcito que los romanos mandabancontra l, dijo: No s qu clase de brbaros son en efecto, los griegos llamaban as a todas lasnaciones extranjeras, pero la disposicin de ejrcito que veo en absoluto es brbara, Michel deMontaige, Los ensayos, trad. J. Bayod Brau (Barcelona: Acantilado, 2009), 273-274. (En esta versinde Acantilado, el ensayo dedicado a los canbales corresponde al XXX [t.]).

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    2/20

    58

    Esta cita de Montaigne claramente metafrica, en la me-dida en que anuncia la organizacin interna de su captulo so-

    bre los antropfagos de Amrica del Sur, o ms precisamente delBrasil esencialmente revela la marca del eterno conflicto entrecivilizacin y barbarie, entre el colonizador y el colonizado, entreGrecia y Roma, entre Roma y sus provincias, entre Europa y elNuevo Mundo, etc. Pero, por otro lado, las palabras del rey Pirro,dictadas por una cierta sabidura pragmtica, no llegan a escon-der la sorpresa y el deslumbramiento ante un descubrimiento ex-

    traordinario: los brbaros no se comportan como tal.En el momento del combate ese instante decisivo y reveladoren el que las dos fuerzas contrarias y enemigas deben enfrentarseentre s, arrancadas brutalmente de sus condiciones de desequilibrioeconmico, e incorporadas a la inmediatez de la guerra el reyPirro descubre que los griegos subestimaban el arte militar de losextranjeros, de los brbaros, de los romanos. El desequilibrioinstaurado por los soldados griegos antes del conflicto armado, que

    era, entre los superiores, causa de orgullo y presuncin, fue producidosobre todo por la fisura econmica que gobern las relaciones entrelas dos naciones. Pero en el momento mismo en que se abandonael dominio restrictivo del colonialismo econmico, comprendemosque muchas veces es necesario invertir los valores de los grupos enoposicin, y tal vez cuestionar el propio concepto de superioridad.

    Como se desprende de la cita extrada de los Ensayos, all

    donde se esperaba una ordonnance de larme retratada segnlos prejuicios que los griegos tenan respecto de los romanos,se encuentra ms bien un ejrcito bien organizado que nadatiene que envidiar a los pueblos civilizados. Nos liberamos asde nociones derivadas de la cuantificacin y el colonialismo, yaque la admiracin del rey Pirro revela un compromiso implacablecon la calidad de la sentencia que ella inaugura. A pesar de lasdiferencias econmicas y sociales, los dos ejrcitos se presentan enequilibrio en el campo de batalla. Y si incluso no se encontrasenen equilibrio, nunca est dems recordar las circunstancias

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    3/20

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    4/20

    60

    A la rigueur, peut-tre, leurs petits-enfants; encore les indignes sont-ils si profondment vicieux quon peut en douter; preuve: ils fuientles Espagnols, refusent de travailler sans rmunration, mais poussentla perversit jusqu faire cadeau de leurs biens; nacceptent pas derejeter leurs camarades qui les Espagnols ont coup les oreilles. [...]Il vaut mieux pour les Indiens devenir des hommes esclaves que derester des animaux libres.*

    En visible contraste, de acuerdo a la informacin entregadapor Lvi-Strauss en Tristes Trpicos, los indios de Puerto Rico sededicaban a la captura de blancos con el fin de ahogarlos. Luego,

    durante semanas montaban guardia en torno a los cuerpos parasaber si estos estaban o no sujetos a las leyes de la putrefaccin.Lvi-Strauss concluye no sin cierta irona:

    [] les blancs invoquaient les sciences sociales alors que les Indiensavaient plutt confiance dans les sciences naturelles; et, tandis que lesblancs proclamaient que les Indiens taient des btes, les seconds secontentaient de souponner les premiers d`tre des dieux. A ignorance

    gale, le dernier procd tait certes plus digne d`hommes.**

    La violencia es siempre cometida por los indios debido arazones de orden religioso. Ante los blancos, que se dicen portadoresde la palabra de Dios, cada uno profeta por su propia cuenta, lareaccin del indgena es saber hasta qu punto las palabras de loseuropeos se traducen en una verdad transparente. Me pregunto ahorasi las experiencias de los indios de Puerto Rico no se justificaranpor el celo religioso de los misioneros. Estos, en sucesivos sermones,

    *[] en rigor, quiz sus nietos pudieran serlo, pero los indgenas eran tan profundamente viciosos,que caba dudarlo. Por ejemplo: huan de los espaoles, se negaban a trabajar sin remuneraciny, sin embargo, llevaban su perversidad hasta el punto de regalar sus bienes; no aceptaban a suscamaradas a quienes los espaoles haban cortado las orejas [...] Para los indios vala ms ser hombresesclavos que animales libres, Claude Lvi-Strauss, Tristes Trpicos, trad. Noelia Bastard (BuenosAires: Paids, 1988 [1955]), 77.**[] los blancos invocaban las ciencias sociales, mientras que los indios confiaban ms en las

    ciencias naturales; y en tanto que los blancos proclamaban que los indios eran bestias, stos se con-formaban con sospechar que los primeros eran dioses. A ignorancia igual, el ltimo procedimientoera ciertamente ms digno de hombres, Lvi-Strauss, Tristes Trpicos, 77.

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    5/20

    61

    propagaban la inmortalidad del propio Dios, la resurreccin deCristo: y enseguida los indios se volvan sedientos por contemplar

    el milagro bblico, de comprobar el misterio religioso en todo suesplendor enigmtico. De esta manera, la prueba del poder deDiosse debera revelar no tanto por la asimilacinpasiva de la palabra,como por la visinde un acto verdaderamente milagroso.

    En este sentido, encontramos informaciones preciosas yextraordinarias en cierta carta escrita al rey de Portugal por ProVaz de Caminha. De acuerdo a este escribano, los indios brasileros

    estarannaturalmente

    inclinados a la conversin religiosa,

    2

    puestoque, desde la distancia, imitabanlos gestos de los cristianos duranteel santo sacrificio de la misa. La imitacin imitacin totalmenteepidrmica, reflexin del objeto en la superficie del espejo, ritualprivado de palabras es el argumento ms convincente que elnavegador puede enviar a su rey a favor de la inocencia de losindgenas. Ante estas figuras enrojecidas que imitan a los blancoscabra preguntarse si los indios realmente procuraban llegar al xtasis

    espiritual mediante la duplicacin de los gestos. En realidad, creeranque es posible encontrar al dios de los cristianos al final de los ejerciciosespirituales, as como los indios de Puerto Rico se arrodillaran anteel espaol ahogado que ha escapado a la putrefaccin?

    Entre los pueblos indgenas de Amrica Latina, la palabraeuropea pronunciada e inmediatamente borrada se pierde en lainmaterialidad de la voz, y nunca se solidifica en un signo escrito,

    nunca consigue establecer en escriturael nombre de la divinidad.Los indios solo queran aceptar como modo de comunicacinla representacin de los acontecimientos narrados oralmente,mientras que los conquistadores y misioneros insistan en losbeneficios de una conversin milagrosa, conseguida mediante laasimilacin pasiva de la doctrina transmitida oralmente. Establecerel nombre de Dios equivale a importar un cdigo lingstico en elcual su nombre circula con evidente transparencia.

    2 Al respecto, ver nuestro artculo A palavra de Deus, Barroco3 (1970): 7-13.

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    6/20

    62

    Unificar no solo la representacin religiosa, sino tambinel lenguaje europeo: tal era el trabajo al que se dedicaron jesuitas

    y conquistadores a partir de la segunda mitad del siglo XVI enBrasil. Las representaciones teatrales realizadas al interior de lasaldeas indgenas, incluyeron la mise-en-scnede un episodio deFlos Sanctorumy un dilogo escrito en tupi-guarani, o, de unamanera ms precisa, un texto en portugus y su traduccin entupi-guarani. Adems, son numerosos los testigos que insistenen sealar el realismode esas representaciones. Como nos dice

    el padre jesuita Cardim ante el cuadro vivo del martirio de SanSebastin, patrono de la ciudad de Ro de Janeiro, los espectadoresno podan ocultar la emocin y las lgrimas. La doctrina religiosay la lengua europea contaminan el pensamiento salvaje, presentanen escenario el cuerpo humano perforado por flechas, cuerposemejante a otros cuerpos que, por razones religiosas, encontrabanuna muerte similar. Poco a poco las representaciones teatralesproponen una substitucin definitiva e inexorable: de ahora en

    adelante, en la nueva tierra descubierta, el cdigo lingstico yel cdigo religioso se encuentran ntimamente ligados gracias ala intransigencia, a la astucia y a la fuerza de los blancos. De estemodo, los indios pierden su lengua y su concepto de lo sagrado,y reciben a cambio el sustituto europeo.

    Evitar el bilingismo significa evitar el pluralismo religiosoy significa tambin importar el poder colonialista. En los trminos

    del conquistador, la unidad es la nica medida que cuenta. Un soloDios, un solo Rey, una sola Lengua: El verdadero Dios, el verdaderoRey, la verdadera Lengua. Como escribi recientemente Derrida:El signo y la divinidad tienen el mismo lugar y el mismo momentode nacimiento.3Una pequea correccin se impone en la ltimaparte de la frase, el suplemento de un prefijo que puede actualizarla afirmacin: el signo y la divinidad tienen el mismo lugar y elmismo momento de renacimiento.

    3 Jacques Derrida, De la Gramatologa, trad. Oscar del Barco y Conrado Ceretti (Buenos Aires:Siglo XXI, 2000 [1967]), 35.

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    7/20

    63

    La expansin del renacimiento colonialista en s unproducto reprimido de ese otro renacimiento que tuvo lugar

    simultneamente en Europa se apropia del espacio socio-culturaldel nuevo mundo y lo inscribe, por conversin, en el contexto de lacivilizacin occidental, atribuyndole, adems, el estatus familiar ysocial de primognito. Amrica se transforma en copia, simulacroque desea asemejarse cada vez ms al original, incluso cuandosu originalidad no puede ser encontrada en la copia del modelooriginal, sino en un origen que fue completamente borrado por

    los conquistadores. Mediante el exterminio constante de trazosoriginales y el olvido del origen, el fenmeno de la duplicacinse establece como la nica regla vlida de civilizacin. Es asque vemos aparecer por todos lados esas ciudades de nombreeuropeo, cuya nica originalidad radica en el hecho de que antesdel nombre de origen llevan el adjetivo nuevo o nueva: NewEngland, Nueva Espaa, Nova Friburgo, Nouvelle France, etc. Amedida que el tiempo pasa ese adjetivo puede guardar y muchas

    veces guarda un significado diferente de aquel otorgado por eldiccionario: lo nuevo significa bizarramente fuera-de-moda,como en esta bella frase de Lvi-Strauss: Les tropiques sontmoins exotiques que demods.*

    El neocolonialismo, esa nueva mscara que aterroriza a lospases del Tercer Mundo en pleno siglo XX, es el establecimientogradual, en otro pas, de valores rechazados por la metrpoli.

    Es la exportacin de objetos fuera de moda a la sociedadneocolonialista, transformada hoy en una sociedad de consumo.

    Actualmente, cuando las rdenes son dadas por los tecncratas,la desigualdad es cientfica, prefabricada; la inferioridad escontrolada por aquellas manos que manipulan la generosidad y elpoder, el poder y el prejuicio. Citemos una vez ms a Montaigne:

    Ils sont sauvages, de mesme que nous appellons sauvages les fruict

    que nature, de soy, et de son progres ordinaire, a produicts: l o,

    *Los trpicos no son tanto exticos cuanto pasados de moda, Lvi-Strauss, Tristes Trpicos, 89 [t].

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    8/20

    64

    la vrit, ce sont ceux que nous avons alterez par nostre artificeet detournez de lordre commun, que nous devrions appellerplutost sauvages. En ceux l sont vives et vigoureuses les vraies etles plus utiles et naturelles vertus et proprietes, lesquelles nous avonsabastardies en ceux-cy et les avons seulement accomodes au plaisirde nostre goust corrompu.*

    El renacimiento colonialista engendra, a su vez, una nuevasociedad, la de los mestizos, cuya principal caracterstica es el hechode que la nocin de unidadsufre una voltereta, contaminndose afavor de una mixtura sutil y compleja entre el elemento europeoy el elemento autctono una especie de infiltracin progresivarealizada por el pensamiento salvaje, es decir, la abertura del nicocamino posible que podra llevar a la descolonizacin. Caminorecorrido a la inversa del recorrido por los colonos. Estos, en eldeseo de exterminar la raza indgena, recogan en los hospitaleslas ropas infectadas de las vctimas de viruela para colgarlas juntoa otros presentes en los caminos frecuentados por las tribus. En el

    nuevo e infatigable movimiento de oposicin, de mancha racial,de sabotaje de los valores culturales y sociales impuestos porlos conquistadores, una transformacin mayor es operada en lasuperficie, pero que afecta definitivamente la correlacin de losdos sistemas principales que contribuirn a la propagacin de lacultura occidental entre nosotros: el cdigo lingstico y el cdigoreligioso. Esos cdigos pierden su estatuto de pureza, y poco a

    poco se dejan enriquecer por nuevas adquisiciones, por pequeasmetamorfosis, por extraas corrupciones, que transformanla integridad del Libro Santo, del Diccionario europeo y suGramtica. El elemento hbrido reina.

    La mayor contribucin de Amrica Latina a la culturaoccidental proviene de la destruccin de los conceptos de*Ellos son salvajes como llamamos salvajes a los frutos que la naturaleza ha producido de suyo ypor su curso de ordinario, cuando, a decir verdad, deberamos ms bien llamar salvajes a los que

    hemos alterado y desviado del orden comn con nuestro artificio. En ellos estn vivas y vigenteslas verdaderas y ms tiles y naturales virtudes y propiedades, que hemos bastardeado en stos,acomodndolos al placer de nuestro gusto corrompido, Montaigne, Los ensayos, 279 [t].

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    9/20

    65

    unidad y pureza:4 estos dos conceptos pierden el contornoexacto de su significado, pierden su peso aplastador, su seal de

    superioridad cultural; a medida que el trabajo de contaminacinde los latinoamericanos se afirma, se muestra cada vez ms eficaz.

    Amrica Latina instituye su lugar en el mapa de la civilizacinoccidental gracias a un movimiento que activa y destructivamentedesva la norma, un movimiento que resignifica los elementospreestablecidos e inmutables que los europeos exportaban al nuevomundo. En virtud del hecho de que Amrica Latina ya no puede

    cerrar sus puertas a la invasin extranjera, y de que tampoco puedereencontrarse con su condicin de paraso solitario e inocente,se constata con cinismo que, sin esa contribucin, su productosera una simple copia silencio, muchas veces fuera de modapor causa del retroceso imperceptible en el tiempo del que hablaLvi-Strauss. Su geografa debe ser una geografa de asimilaciny agresividad, de aprendizaje y reaccin, de falsa obediencia. Lapasividad reducira su rol activo a la desaparicin por analoga.

    Mientras mantenga su lugar en segunda fila es, sin embargo,necesario que seale su diferencia, que marque su presencia,una presencia muchas veces de vanguardia. El silencio sera larespuesta deseada por el imperialismo cultural o el eco rotundoque apenas sirve para reducir los lazos del poder conquistador.

    Hablar, escribir significa: hablar contra, escribir contra.

    II

    Si los etnlogos son los verdaderos responsables de ladesmitificacin del discurso de la Historia, si contribuyeron

    4 En un artculo cuyo significativo ttulo es Sol da Meia-Noite, Oswald de Andrade perciba quetras la Alemania nazi se encontraban los valores de unidadypureza, y en su estilo tpico comentaba

    con rara felicidad: La Alemania racista, purista y plusmarquista debe ser educada por nuestrosmulatos, por los chinos, por los indios ms atrasados del Per o de Mxico, por el africano de Sudn.Es preciso hacer una mixtura de una vez y para siempre. Es necesario derrotarla en el melting-potdel futuro. Debe ser mulatizada, en Ponta de Lana(Rio de Janeiro: Civilizao, 1972), 63.

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    10/20

    66

    de manera decisiva a la recuperacin cultural de los puebloscolonizados, removiendo el velo del imperialismo cultural, cul

    sera entonces el rol del intelectual contemporneo frente a lasrelaciones entre dos naciones que participan de una misma culturala occidental, pero en un contexto en el que una mantiene unpoder econmico sobre la otra? Si a travs de sus escritos, losetnlogos resucitaron la riqueza y la belleza del objeto artsticode la cultura desmantelada por el colonizador, cmo debierapresentar el crtico contemporneo el complejo sistema de obras,

    que ha sido explicado hasta el presente por un mtodo tradicionaly reaccionario cuya nica originalidad es el estudio de las fuentes ylas influencias? Cul debiera ser la actitud del artista que pertenecea un pas de evidente inferioridad econmica con relacin a lacultura occidental, a la cultura metropolitana, y finalmente a lacultura de su propio pas? Se puede aprehender la originalidad deuna obra de arte si se la considera exclusivamente en trminos delos dilemas contrados por el artista respecto del modelo que tiene

    necesidad de importar de la metrpoli? O sera ms interesanterelevar los elementos de la obra que marcan su diferencia?

    Estas preguntas no pueden tener una respuesta fcil oagradable, por el simple hecho de que es precioso de una vez portodas declarar la falencia de un mtodo que est profundamenteenraizado en el sistema universitario: el estudio de las fuentes ylas influencias. Porque ciertos profesores universitarios hablan

    en nombre de la objetividad, el conocimiento enciclopdico yla verdad cientfica, su discurso crtico ocupa un lugar centralentre los discursos universitarios. Por ello es preciso que ahora lescoloquemos en su verdadero lugar. Tal discurso crtico simplementeseala la indigencia de un arte que es, a priori, pobre debido alas condiciones econmicas en que debe sobrevivir. Se atiene asubrayar la falta de imaginacin de artistas que estn obligados,por falta de una tradicin autctona, a apropiarse de modeloscolocados en circulacin por la metrpoli. Tal discurso crticoparodia la bsqueda quijotesca de los artistas latinoamericanos,

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    11/20

    67

    cuando acenta su posicin secundaria en relacin a la belleza, elpoder y la gloria de las obras creadas en el centro de la sociedad

    colonialista o neocolonialista. Reduce la creacin de los artistaslatinoamericanos a la condicin de obra parasitaria, una obra quese nutre de otra sin nunca aadirle algo propio; una obra cuyavida es limitada y precaria, ya que se encuentra encerrada por elbrillo y el prestigio de la fuente innovadora.

    La fuente se vuelve la estrella intangible y pura que, sindejarse contaminar, contamina, brilla para los artistas de los

    pases de Amrica Latina cada vez que estos dependan de su luzpara su expresin creativa. Ella ilumina los movimientos de lasmanos, pero al mismo tiempo, vuelve a los artistas sbditos desu magnetismo superior. Ya que cualquier discurso crtico quehable de influencias establece a la estrella como el nico valorque se debe considerar, encontrar la escalera que llegue a ella yas reducir la deuda y la distancia insoportable entre el mortalartista y la inmortal estrella sera seguramente el rol esencial del

    artista latinoamericano, su funcin en la sociedad occidental. Lees preciso, adems, dominar ese movimiento hacia la estrella delque habla el crtico, lo que le permitira inscribir su proyecto en elhorizonte de la cultura occidental. El lugar del proyecto parasitarioqueda todava, y siempre, sujeto al campo magntico abierto porla estrella principal y cuyo movimiento de expansin desmantelala originalidad del proyecto parasitario, y le confiere, a priori, un

    significado paralelo e inferior. El campo magntico organiza elespacio de la literatura gracias a esa fuerza nica de atraccin queel crtico escoge e impone a los artistas latinoamericanos estegrupo de corpsculos annimos que se nutre de la generosidaddel innovador y de la memoria enciclopdica del crtico.

    Sea dicho entre parntesis que el discurso crtico queacabamos de delinear en trminos generales, no presenta en suesencia diferencia alguna con el discurso neocolonialista: los doshablan de economas deficitarias. Aprovechemos el parntesis yagreguemos una observacin ms. Sera necesario escribir algn

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    12/20

    68

    da un estudio psicoanaltico sobre el placer que puede apareceren la cara de ciertos profesores universitarios cuando descubren

    una influencia, como si la verdadde un texto solo pudiese sersealada por la deuda y la imitacin. Curiosa verdad esa que pliegael amor de la genealoga, y una curiosa profesin que vuelve sumirada hacia el pasado en detrimento del presente, cuyo crditose recoge por el descubrimiento de una deuda contrada, de unaidea robada, de una imagen o palabra tomada en prstamo. Lavoz proftica y canbal de Valry nos llama:

    Rien de plus original, rien de plus soique de se nourrir des autres. Mais ilfaut les digrer. Le lion est fait de mouton assimil.*

    Cerremos el parntesis.

    Declarar la falencia del tal mtodo implica la necesidad desubstituirlo por otro en el que los elementos olvidados, descuidados,

    abandonados por la crtica policial puedan ser aislados y relevados,en beneficio de un nuevo discurso crtico, el cual, a su vez, olvidar ydescuidar la casa de las fuentes y las influencias, y establecer comonico valor crtico la diferencia. El escritor latinoamericano puestoque es necesario finalmente limitar nuestro asunto de discusin lanzasobre la literatura la misma mirada malvola y audaz que encontramosen la reciente lectura/escritura que Roland Barthes realiza deSarrasine, ese cuento de Balzac incinerado por otras generaciones.

    En S/Z, Barthes nos propone como punto de partida la divisin delos textos literarios en textos legibles y textos escribibles, teniendo enconsideracin el hecho de que la evaluacinque se hace de un textoahora est ntimamente ligada a una prctica, y esta prctica es la dela escritura. El texto legible es el que puede ser ledo, pero no escrito,ni reescrito, es el texto clsico por excelencia, el que invita al lector apermanecer en el interior de su cierre. Los otros textos, los escribibles,

    presentan, al contrario, un modelo productor (no representacional)*Nada ms original ni mspersonalque alimentarse de los otros. Pero es necesario digerirlos. Ellen est hecho de cordero asimilado[t.].

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    13/20

    69

    que motiva al lector a abandonar su tranquila posicin de consumidorpara llegar a ser un productor de textos: remettre chaque texte, non

    dans son individualit, mais dans son jeu,* nos dice Barthes. Portanto, la lectura, en lugar de tranquilizar al lector, de garantizar sulugar de cliente y consumidor en la sociedad burguesa, lo despierta,lo transforma, lo radicaliza y sirve finalmente para acelerar el procesode expresin de la propia experiencia. En otras palabras, ella lo invitaa la praxis. Citemos nuevamente a Barthes: quels textes accepterais-jed`crire (de r-crire), de dsirer, d`avancer comme une force dans ce

    monde qui est le mien?.

    **

    Esta interrogacin, reflexin de una asimilacin inquietae insubordinada, antropfaga, es semejante a la que han hecholos escritores de una cultura dominada por otra durante aos:sus lecturas se explican por la bsqueda de un texto escribible,un texto que pueda incitarlos al trabajo, servirles de modelo parala organizacin de su propia escritura. Tales escritores utilizansistemticamente la digresin, esa forma tan mal integrada a los

    discursos del saber, como seala Barthes. Tomando prestada unanocin recientemente acuada por Michel Foucault en su anlisisde Bouvard et Pcuchet,*** quiz se puede decir que la segundaobra es establecida a partir de un compromiso feroz con lo dj-dit, aunque quiz sea ms preciso decir lo ya-escrito.

    El segundo texto se organiza sobre la base de una mediacinsilenciosa y traicionera del primero, y el lector, transformado en

    autor, intenta sorprender al modelo original en sus limitaciones,en sus flaquezas, en sus lagunas, lo desarticula y lo rearticula deacuerdo con sus intensiones, segn su propia direccin ideolgica,su visin del tema presentado inicialmente por el original. El

    *devolver a cada texto no su individualidad, sino su juego, Roland Barthes, S/Z (Madrid: SigloXXI, 2001 [1970]), 1 [t.].**qu textos yo aceptara escribir (re-escribir), desear, proponer como una fuerza en este mundo

    mo?, Barthes, S/Z, 2 [t.].***Ver Michel Foucault, La bibliothque fantastique, en Flaubert, Raymonde Debray-Genette,ed. (Paris: Firmin-Didot/Didier, 1970), 171-190 [t.].

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    14/20

    70

    escritor trabaja sobreotro texto y casi nunca exagera el papel quela realidad que lo circunda puede representar en su obra. En este

    sentido, por ejemplo, las crticas que muchas veces se refieren ala alienacin del escritor latinoamericano son intiles y tambinridculas. Si l solo habla de su propia experiencia de vida, su textopasa desapercibido a sus contemporneos. Es preciso que primeroaprenda a hablar la lengua de la metrpoli para luego combatirlacon mayor efectividad. Nuestra tarea crtica se definir ante todopor el anlisis del uso que el escritor hace de un texto o de una

    tcnica literaria que pertenece al dominio pblico. Nuestro anlisisse completar con la descripcin de la tcnica que el mismo escritorcrea en su movimiento de agresin contra el modelo original,desmantelando el principio que lo posiciona como objeto nico eirreproducible. El imaginario, en el espacio del neocolonialismo,no puede seguir siendo construido sobre la base de la ignoranciao la ingenuidad nutrida por una manipulacin simplista de losdatos ofrecidos por la experiencia inmediata del autor. Ms bien

    este debe afirmarse como una escritura sobre otra escritura. Yaque la segunda obra generalmente incorpora una crtica de laobra anterior, se impone con la violencia desmitificadora de lasplanchas anatmicas que dejan al desnudo la arquitectura delcuerpo humano. La propaganda se hace eficaz porque el textohabla el lenguaje de nuestro tiempo.

    El escritor latinoamericano juguetea con los signos de otro

    escritor, de otra obra. Las palabras del otro tienen la particularidadde presentarse como objetos que fascinan a sus ojos, a sus dedos,y la escritura del segundo texto es, en parte, la historia de unaexperiencia sensual con el signo extranjero. Sartre describeadmirablemente esta sensacin, la aventura de la lectura, cuandonos habla de sus experiencias infantiles en la biblioteca familiar:

    Les souvenirs touffus et la douce draison des enfances paysannes, en

    vain les chercherais-je en moi. Je n`ai jamais gratt la terre ni qutdes nids, je n`ai pas herboris ni lanc des pierres aux oiseaux. Mais

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    15/20

    71

    les livres ont t mes oiseaux et mes nids, mes btes domestiques,mon table et ma campagne.*

    Como el signo se presenta muchas veces en una lenguaextranjera, el trabajo del escritor debe ser comprendido como unaespecie de traduccin global, de pastiche, de parodia, de digresiny no como una traduccin literal. El signo extranjero se refleja enel espejo del diccionario y en la imaginacin creadora del escritorlatinoamericano, y se disemina sobre la pgina blanca con lagracia y el artificio del movimiento de la mano que traza lneas

    y curvas. Durante el proceso de traduccin, el imaginario delescritor est siempre en el escenario, como en este bello ejemploque tomamos prestado a Julio Cortzar.

    El personaje principal de 62, de nacionalidad argentina,ve diseada en el espejo del restaurante parisiense en el queentr para cenar esta mgica frase: Je voudrais un chteausaignant. Pero en lugar de reproducir la frase en la lengua

    original, l la traduce inmediatamente al espaol: Quisiera uncastillo sangriento. Escrito en el espejo y apropiadamente parael campo visual del personaje latinoamericano, chteaues sacadode su contexto gastronmico e inscrito en un contexto feudal,colonialista, la casa donde mora el seor, el castillo. Y el adjetivo,que indicaba solo la preferencia del cliente por el bife, en la plumadel escritor argentino, sangriento, se vuelve la marca evidente deun ataque, de una rebelin, el deseo de ver el chteau, el castillosacrificado, de derrumbarlo a fuego y sangre. La traduccindelsignificante lleva un nuevo significado y, adems de eso, el signolingstico sugiere el nombre de la persona que mejor comprendiel Nuevo Mundo en el siglo XIX: Ren de Chateaubriand. No espor coincidencia que el personaje de Cortzar, antes de entraren el restaurante, compra un libro de otro viajero infatigable,

    *En vano buscara en m la dulce sinrazn y los frondosos recuerdos de las infancias campesinas.

    Nunca he araado la tierra ni buscado nidos, no he herborizado ni tirado piedras a los pjaros.Pero los libros fueron mis pjaros y mis nidos, mis animales domsticos, mi establo y mi campo,Jean Paul Sartre, Las palabras(Madrid: Alianza-Losada, 1982 [1963]), 29.

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    16/20

    72

    Michel Butor, libro en que este habla acerca del autor de RenydeAtala. Y la frase del cliente, pronunciada en toda su inocencia

    gastronmica, je voudrais un chteau saignant, es percibidaen la superficie del espejo, del diccionario, por una imaginacinpuesta en movimiento por la lectura de Butor, por la situacin delsudamericano en Pars, quisiera un castillo sangriento.

    Es difcil precisar si es la frase lo que atrae la atencin delsudamericano, o si l la ve porque acaba de levantar los ojos dellibro de Butor. En todo caso, una cosa es cierta: las lecturas del

    escritor latinoamericano nunca son inocentes. No podran serlo.Del libro al espejo, del espejo al cliente glotn, del chteauasu traduccin, de Chateaubriand al escritor americano, del originala la agresin en esas transformaciones5realizadas, en la ausenciafinal de movimiento, en el deseo hecho cogulo, escritura, all seabre el espacio crtico por donde es preciso comenzar hoy a leer lostextos romnticos del Nuevo Mundo. Este es el espacio en que,aunque el significante siga siendo el mismo, el significado disemina

    otro mensaje, un mensaje invertido. Aislemos, por comodidad, lapalabra indio. En Chateaubriand y en muchos otros romnticoseuropeos, este significante se vuelve el origen de todo un temaliterario que nos habla de la evasin, del viaje, del deseo de huirde los contornos estrechos de la patria europea. Rimbaud, porejemplo, abre su Bateau Ivre con una alusin a los Peaux rougescriards, que anuncia en su frescor infantil el grito de rebelin que

    se escuchar al final del poema: Je regrette l`Europe aux anciensparapets. Aquel mismo significante, sin embargo, cuando apareceen el texto romntico americano se torna smbolo poltico, smbolodel nacionalismo que finalmente eleva su voz libre (aparentementelibre, como infelizmente ocurre) tras las luchas de independencia.

    5 Seguimos de cerca las enseanzas de Derrida con relacin al problema de la traduccin dentro delos presupuestos gramatolgicos: En los lmites donde es posible, donde al menos pareceposible,

    la traduccin practica la diferencia entre significado y significante. Pero si esta diferencia nunca espura, tampoco lo es la traduccin y, la nocin de traduccin habra que sustituirla por una nocinde transformacin: transformacin regulada de una lengua por otra, de un texto por otro, enPosiciones, trad. M. Arranz (Valencia: Pre-Textos, 1977 [1972]), 29.

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    17/20

    73

    Y si entre los europeos aquel significante expresa un deseo deexpansin, entre los americanos, su traduccin marca la voluntad de

    establecer los lmites de la nueva patria, una forma de contraccin.Detengmonos un instante y analicemos de cerca un

    cuento de Jorge Luis Borges, cuyo ttulo es ya revelador de nuestrasintenciones: Pierre Menard, autor del Quijote. Pierre Menard,novelista y poeta simbolista, pero tambin lector infatigable,devorador de libros, ser la metfora ideal para precisar la situacin yel rol del escritor latinoamericano, viviendo entre la asimilacin del

    modelo original, es decir, entre el amor y el respeto por lo ya-escrito,y la necesidad de producir un nuevo texto que confronte y a vecesniegue ese original. Los proyectos literarios de Pierre Menard fueroninicialmente clasificados con celo por Mme. Bachelier: se trata delos escritos publicados durante su vida y ledos con placer por susadmiradores. Pero Mme. Bachelier deja de incluir en la bibliografade Menard, nos dice el narrador del cuento, el ms absurdo y el msambicioso de sus proyectos, la reescritura del Quijote: No quera

    componer otro Quijote lo cual es fcil sino el Quijote. La omisinperpetrada por Mme. Bachelier viene del hecho de que no consiguever la obra invisible de Pierre Menard nos declara el narrador,aquella que es la la subterrnea, la interminablemente heroica,la impar. Los pocos captulos que Menard escribe son invisiblesporque el modelo y la copia son idnticos; no hay diferencia algunade vocabulario, de sintaxis, de estructura entre las dos versiones, la

    de Cervantes y la otra, la copia de Menard. La obra invisible es laparadoja del segundo texto que desaparece completamente, dandolugar a su significacin ms evidente: la situacin cultural, social ypoltica en la que el segundo autor est situado.

    Sin embargo, el segundo texto puede ser visible, y es por ello queel narrador del cuento pudo incluir el poema Le Cimetire Marin,de Paul Valry, en la bibliografia de Menard, ya que en la transcripcindel poema, los decaslabos de Valry se transforman en alejandrinos.

    La agresin contra el modelo, la transgresin al modelopropuesto por el poema de Valry, se sita en esas dos slabas

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    18/20

    74

    aadidas al decaslabo, pequeo suplemento sonoro y diferencialque reorganiza el espacio visual y silencioso de la estrofa y del

    poema de Valry, modificando tambin el ritmo interno de cadaverso. De esta manera, la originalidad de la obra visiblede PierreMenard reside en el pequeo suplemento de violencia que instalaen la pgina blanca su presencia y seala la ruptura entre el modeloy su copia, y finalmente sita al poeta de cara a la literatura, a la obraque le sirve de inspiracin. Le lion est fait de mouton assimil.Segn Pierre Menard, si para construir su texto Cervantes no

    rehus la colaboracin del azar, l haba contrado el misteriosodeber de reconstruir literalmente su obra espontnea. Hay enMenard, como entre los escritores latinoamericanos, un rechazo delo espontneo, y una aceptacin de la escritura como un deberlcido y consciente; tal vez ya sea tiempo de sugerir como imagenreveladora del trabajo subterrneo e interminablemente heroico elmismo ttulo de la primera parte de la coleccin de cuentos de Borges:El jardn de los senderos que se bifurcan. La literatura, el jardn; el

    trabajo del escritor la eleccin consciente ante cada bifurcacin y nouna aceptacin tranquila de la invencin del azar. El conocimiento esconcebido como una forma de produccin. La asimilacin del libropor la lectura implica ya la organizacin de una praxis de la escritura.

    El proyecto de Pierre Menard rechaza, por lo tanto, la libertadtotal en la creacin, poder que es tradicionalmente delegado al artistacomo un elemento que establece la identidad y la diferencia en la

    cultura neocolonialista occidental. En Menard, la libertad es controladapor el modelo original, as como la libertad de los ciudadanos de lospases colonizados es vigilada de cerca por las fuerzas de la metrpoli.La presencia de Menard diferencia, escritura, originalidad se instalaen la transgresin al modelo, mediante un movimiento imperceptibley sutil de conversin, de perversin e inversin.

    La originalidad del proyecto de Pierre Menard, su partevisible y escrita, es consecuencia del hecho de que l rechazaaceptar la concepcin tradicional de la invencin artstica, porquel mismo niega la libertad total del artista. Como Robert Desnos,

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    19/20

    75

    l proclama lasformes prisonscomo lugar de elaboracin. El artistalatinoamericano acepta la prisin como forma de comportamiento,

    la transgresin como forma de expresin. De ah sin duda elabsurdo, el tormento, la belleza y el vigor de su proyecto visible. Loinvisible se vuelve silencioen su texto la presencia del modelo,mientras lo visible es el mensaje que constituye la ausencia en elmodelo. Citemos por ltima vez a Pierre Menard:

    Mi solitario juego est gobernado por dos leyes polares. La primerame permite ensayar variantes de tipo formal o psicolgico; la segunda

    me obliga a sacrificarlas al texto original.

    El escritor latinoamericano es el devorador de libros del quenos hablan con insistencia los cuentos de Borges. Lo lee todo ypublica de vez en cuando. El conocimiento no llega nunca a corroerlos delicados y secretos mecanismos de creacin; por el contrario,estimula su proyecto creativo, pues es el principio organizadorde la produccin textual. En este sentido, la tcnica de lectura y

    de produccin de los escritores latinoamericanos se parece a la deMarx, y de la que nos habl recientemente Louis Althusser. Nuestralectura es tan culpablecomo la de Althusser, porque nosotros estamosleyendo a los escritores latinoamericanos observando las reglas deuna lectura cuya leccin no es dada en la propia lectura que hacende los escritores europeos. Citemos de nuevo a Althusser:

    Quand nous lisons Marx, nous sommes d`emble devant un lecteur,

    qui devant nous, et haute voix, lit[...] il lit Quesnay, il lit Smith, illit Ricardo, etc. [...] pour s`appuyer sur ce qu`ils ont dit d`exact, etpour critiquer ce qu`ils ont dit de faux*

    La literatura latinoamericana de hoy nos da un texto y a lavez abre el campo terico del cual es preciso inspirarse durante la

    *Cuando leemos a Marx nos encontramos de golpe ante un lectorque leeante nosotros en vozalta [...] lee a Quesnay, a Smith, a Ricardo, etc. [...] para apoyarse en lo que dijeron de exacto, y

    para criticar lo que han dicho de falso, Louis Althusser, Prefacio: de El capital a la filosofa deMarx, Louis Althusser y Etienne Balibar, Para leer El capital, trad. Martha Harnecker (BuenosAires: Siglo XXI, 1969 [1967]), 18-77, cita en 23 [t.].

  • 8/14/2019 Silviano-Santiago-El-Entrelugar-Del-Discurso-Latinoamericano.pdf

    20/20

    76

    elaboracin del discurso crtico del que ella ser objeto. Este campoterico socava los principios de cierta crtica universitaria que solo

    se interesa exclusivamente en el rea invisibledel texto, en las deudascontradas por el escritor. Al mismo tiempo, rechaza el discurso deuna crtica pseudo-marxista que predica una prctica dirigida deltexto, observando que su eficacia no es ms que el resultado de unalectura fcil. Estos tericos olvidan que la eficacia de una crtica nopuede ser medida por la pereza que ella inspira en sus lectores; porel contrario, ella debe descondicionar al lector y hacer imposible su

    vida al interior de la sociedad burguesa y de consumo. La lecturafcil le da la razn a las fuerzas neocolonialistas que insisten en elhecho de que el pas se encuentra en la situacin de colonia por lapereza de sus habitantes. El escritor latinoamericano nos enseaque es preciso liberar la imagen de una Amrica Latina sonriente yfeliz, de carnaval yfiesta, colonia vacacional para turismo cultural.

    Entre el sacrificio y el juego, entre la prisin y la transgresin,entre la sumisin al cdigo y la agresin, entre la obediencia y

    la rebelin, entre la asimilacin y la expresin all, en ese lugaraparentemente vaco, su templo y su lugar de clandestinidad, all,se realiza el ritual antropfago de la literatura latinoamericana.

    [1971]

    (Este ensayo fue escrito originalmente en francs, bajo el ttulo L`entre-lieu du discours latino-americain. En marzo de 1971, Eugenio Donato

    invit a la Universidad de Montreal a Silviano Santiago, Ren Girard y Mi-chel Foucault. A Silviano le encarg una charla sobre antropofagia cultural,para lo cual desarroll el concepto de entre-lugar. Sin embargo, Donatoconsider el ttulo enigmtico, y sugiri cambiarlo por Naissance du sau-vage. Anthropophagie culturelle et la litrature do Nouveau Monde. Laconferencia fue publicada ms tarde en ingls (en Council on InternationalStudies Special studies, nm. 48 (1973), SUNY, Buffalo), con el ttulo La-tin American Literature: The Space In-between. La publicacin en portu-gus se realiz recin en 1978, pues es el texto que abre su primer libro deensayos,Uma literatura nos Trpicos(So Paulo: Perspectiva, 1978), 11-28.

    Existe otra traduccin al espaol, aparecida enAbsurdo Brasil. Polmicas enla cultura brasilea, editado por Florencia Garramuo y Adriana Amante(Buenos Aires: Biblos, 2000), 61-77).