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ANALISIS Fasoc, Año 14, Nº 3, julio-septiembre, 1999 23 Gran parte de los debates acerca de Recon- ciliación y Justicia, vinculados a la resolución de conflictos o transición a la democracia, luego de gobiernos autoritarios, se centran en como pue- de y debe entenderse la Justicia en esas condi- ciones. Normalmente, se separa el concepto de justicia del contexto político que ha viabilizado el cambio, y se pone mayor énfasis en aspectos de derecho y en el pasado. Esto, comúnmente lle- va a pedir más de lo posible dificultando la transi- ción. «Sin vencedores ni vencidos» Pacificación y reconciliación en El Salvador Joaquín Villalobos * Basado en la experiencia salvadoreña y cen- troamericana, intento establecer que en transición, la justicia además del derecho, está determinada fundamentalmente por la reconciliación de fuer- zas que ha forzado el cambio Político. Esto, obli- ga a que la reconciliación, sea en última instan- cia, una operación política para ayudar a que los actores entiendan la justicia, como un concepto que por lo general, tendrá más relación con el fu- Joaquín Villalobos , Ex comandante de la guerrilla salvadoreña y signatario del Acuerdo de Paz de El Salvador. Master of Sciencie in Public Policy in Latin America, Oxford University. Actualmente estudiante investigador, St. Antony’s College, Oxford. Por la condición de autor del artículo y actor del proceso, algunas partes están en primera persona. El trabajo es parte de un libro sobre violencia política, que el autor está elaborando, bajo la supervisión de Laurence Whitehead Official Fellow in Politics en Nuffield College, Oxford. Este trabajo además de la supervisión de Laurence Whitehead contó con el apoyo de Sir Marrack Goulding, rector de St. Antony’s College, Oxford y ex secretario general.adjunto para misiones de pacificación de Naciones Unidas, David Browning miembro del Consejo rector de St. Cross College, Oxford y del Profesor Pierre Hassner y otros académicos de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de Francia. El trabajo ha sido publicado en francés en la edición de verano de 1999 de la revista “Critique Internationale” del Centro de Estudios e Investigaciones Internacionales de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de .Francia. En Alemán por la Revista “der überblick” de Alemania. En español por la Revista Quórum de la Universidad de Alcalá de Henares. turo que con el pasado.

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ANALISIS

Fasoc, Año 14, Nº 3, julio-septiembre, 1999 23

Gran parte de los debates acerca de Recon-ciliación y Justicia, vinculados a la resolución deconflictos o transición a la democracia, luego degobiernos autoritarios, se centran en como pue-de y debe entenderse la Justicia en esas condi-ciones. Normalmente, se separa el concepto dejusticia del contexto político que ha viabilizado elcambio, y se pone mayor énfasis en aspectos dederecho y en el pasado. Esto, comúnmente lle-va a pedir más de lo posible dificultando la transi-ción.

«Sin vencedores ni vencidos»Pacificación y reconciliación en

El SalvadorJoaquín Villalobos*

Basado en la experiencia salvadoreña y cen-troamericana, intento establecer que en transición,la justicia además del derecho, está determinadafundamentalmente por la reconciliación de fuer-zas que ha forzado el cambio Político. Esto, obli-ga a que la reconciliación, sea en última instan-cia, una operación política para ayudar a que losactores entiendan la justicia, como un conceptoque por lo general, tendrá más relación con el fu-

Joaquín Villalobos, Ex comandante de la guerrilla salvadoreña y signatario del Acuerdo de Paz de El Salvador. Master ofSciencie in Public Policy in Latin America, Oxford University. Actualmente estudiante investigador, St. Antony’s College,Oxford. Por la condición de autor del artículo y actor del proceso, algunas partes están en primera persona. El trabajo esparte de un libro sobre violencia política, que el autor está elaborando, bajo la supervisión de Laurence Whitehead OfficialFellow in Politics en Nuffield College, Oxford.

Este trabajo además de la supervisión de Laurence Whitehead contó con el apoyo de Sir Marrack Goulding, rector deSt. Antony’s College, Oxford y ex secretario general.adjunto para misiones de pacificación de Naciones Unidas, DavidBrowning miembro del Consejo rector de St. Cross College, Oxford y del Profesor Pierre Hassner y otros académicos dela Fundación Nacional de Ciencias Políticas de Francia.

El trabajo ha sido publicado en francés en la edición de verano de 1999 de la revista “Critique Internationale” delCentro de Estudios e Investigaciones Internacionales de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de .Francia. EnAlemán por la Revista “der überblick” de Alemania. En español por la Revista Quórum de la Universidad de Alcalá deHenares.

turo que con el pasado.

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«Sin vencedores ni vencidos» Pacificación y reconciliación en El Salvador Joaquín Villalobos

La dimensión de la guerra y lasheridas que dejó

William Clinton, presidente de Estados Uni-dos, mientras visitaba Centroamérica en marzode 1999, dijo sobre la Reconciliación en El Salva-dor- «Ninguna nación, ha avanzado tanto parasuperar heridas profundas en un tiempo tan cortocomo El Salvador”1. Lo anterior, es un juicio bas-tante aceptado sobre la pacificación en dicho país.Para Naciones Unidas, fue una de las operacio-nes de paz más exitosas del presente períodohistórico. El Salvador pasó simultáneamente dela guerra a la paz, y del autoritarismo a la demo-cracia. Para considerar la importancia del casosalvadoreño, es conveniente tener una idea de ladimensión del conflicto.

El conflicto tuvo dos etapas: la crisis políticosocial (1969-1981) y la guerra civil (1981-1992).La primera, creó las condiciones, que llevaron ala segunda. En los años setenta se produjo unarepresión a gran escala, que puede calificarsecomo terrorismo de Estado. Esto tuvo como res-puesta violentas protestas populares, y accionesguerrilleras urbanas. La segunda etapa fue clara-mente una guerra civil, con acciones y respues-tas en el campo militar de ambos bandos. El Con-flicto dejó aproximadamente 79,000 muertos2 ymás de un millón de desplazados3. Esto ocurrióen un territorio de 21,000 Km2 y 5,000,000 dehabitantes.

El contexto regional ayuda a entender más lagravedad de la situación. En Nicaragua, hubocerca de 35,000 muertos producto de la luchacontra la dictadura de Anastasio Somoza4 derro-cado en 1979, y 30,000 de la guerracontrarevolucionara apoyada por Estados Unidos5

(1982 1990). En Guatemala, la Comisión de laVerdad, habla de más de 200,000 asesinados odesaparecidos en los últimos 36 años6. Centroamérica, está compuesta por escudos queinteractúan, económica, política, social yculturalmente. La Revolución Sandinista trajo re-percusiones para toda la región, y el final del con-flicto en Nicaragua también. Puede decirse queen Centroamérica, en los 80’s, Estados Unidosgobernó El Salvador, ocupó militarmente Hondu-ras, hizo la guerra a Nicaragua e invadió Panamá7.

Centroamérica en los 70’s, no era un lugarde grandes inversiones extranjeras y su contribu-ción al comercio internacional era marginal, encontraste con otras regiones en conflicto comoAngola, donde había petróleo y diamantes. La im-portancia era por lo tanto más estratégica e ideo-lógica, que económica. La cercanía de EstadosUnidos, la política de en los ‘80, y la guerra fría,convirtieron la guerra y la paz de Centroamérica,en un problema de primer orden en la agendamundial.

Ni en lo físico material, ni humano, la guerracivil salvadoreña representa una experiencia depequeña escala. Por ello tiene importancia uni-versal. El asesinato del arzobispo Oscar ArnulfoRomero en 1980, como detonador del conflicto, yel de seis sacerdotes jesuitas en 1989, como des-enlace, son los hechos que mayor connotaciónhistórica internacional le dieron a la guerra civil.Estos hechos, dañaron severamente la imagendel gobierno y el país, y contribuyeron a la legiti-mación internacional de la guerrilla

La violencia gubernamental y fuerzas afines,fue una de las causas del conflicto, afectó de for-ma más indiscriminada y según la Comisión de laVerdad (CV) comprendió el 85% de las violacio-nes. Los actos más comunes fueron: uso extre-mo de fuerza para reprimir protestas popularescon saldo de muertes y heridos; decenas demasacres, con exterminio de población campesi-na, sin distingo de sexo o edad, como el caso delcaserío el Mozote, cometida por el Ejército enDiciembre de 1981; escuadrones de la muerte queasesinaron de formas crueles y brutales, a milesde simpatizantes de la oposición; terrorismo me-diante la exhibición pública de cadáveres mutila-dos o decapitados, utilización rutinaria y masivode la tortura, como procedimiento para obtenerinformación o intimidar; asesinatos de prisione-ros; desapariciones forzadas; víctimas civiles oca-sionadas por minas de tierra y utilización de arti-llería y aviación contra población civil.

La violencia de la guerrilla fue respuesta yconsecuencia de lo que hacía el gobierno y se-gún el informe de la CV las violaciones compren-dieron sólo el 5% de los casos. Sin embargo, es-tablecida la confrontación, la violencia hasta cier-

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to punto respondió a patrones similares en am-bos bandos, ya sea como medio de consecuciónde objetivos, en unos casos, o como actos de ex-tremismo ideológico en otros. En ambas situa-ciones las consecuencias humanas de la acción,pasan a segundo plano. La guerrilla en realidad,inventa sus propios principios y normas de gue-rra, en tanto no es un Estado, ni un ejército con-vencional, sujeto a la Convención de Ginebra.Esos principios pueden ser positivos, cuando res-ponden a su necesidad de ganar adeptos o ima-gen y negativos cuando se sujetan a lo ideológi-co. Esto empeora cuando enfrenta a un Ejércitoque la aventaja en recursos y viola los compromi-sos que como estado ha asumido. Esta diferen-cia aparece a Ia hora de tratar problemas de De-rechos Humanos en un conflicto interno. Las prác-ticas más comunes del Frente Farabundo Martípara la Liberación Nacional (FMLN) fueron: se-cuestros de empresarios nacionales y extranje-ros para financiar sus fuerzas, cuatro connotadosempresarios, un ejecutivo japonés, un cónsul is-raelita y un embajador sudafricano, fueron asesi-nados mientras estaban secuestrados8, más deun millar de ejecuciones sumarias, de civiles con-siderados espías del ejército, ejecuciones de pri-sioneros, víctimas civiles por la utilización de mi-nas de tierra, decenas de asesinatos de funcio-narios civiles de gobierno, desde ministros hastaalcaldes de pequeñas localidades, decenas devíctimas civiles, provocadas por ataques con ex-plosivos contra instalaciones militares ubicadasen ciudades densamente pobladas y accionestipificables como terrorismo, tales como el ataquea cuatro marinos norteamericanos, en un restau-rante que dejó más de una decena víctimas civi-les. El reconocimiento de la guerrilla como «fuer-za representativa» en una declaración firmadaoficialmente por los gobiernos de José LópezPortillo de México y François Mitterand de Fran-cia en 1981, comprometió de hecho al FMLN enel respeto a normas de derecho humanitario, aúny cuando el texto de la declaración no lo dijeraexpresamente. La guerrilla ganó representa-tividad, y esto la forzó políticamente a responderpor sus actos.

Reconciliar presuponía curar las heridas de-jadas por ambos bandos, a la sociedad en gene-ral. El Acuerdo de Paz firmado en Chapultepec

México, el 16 de enero de 1992, bajo laintermediación de Naciones Unidas, fue el instru-mento para lograrlo. Un conjunto de reformas di-rigidas al ejército, policía, el sistema electoral y elpoder judicial, constituían los cambios que trans-formaban el futuro de la sociedad, los programasde reinserción a la vida civil para excombatientesde ambos mandos, se proponían garantizar eldesarme y desmontar la guerra y medidas comola Comisión de la Verdad, la depuración del Ejér-cito y la amnistía, darían tratamiento al pasado.Asegurar la pacificación, con medidas que aten-dieran de forma realista y balanceada el pasado,el presente y el futuro, puede ser una forma desintetizar el Acuerdo.

¿Por qué fue exitosa la pacificación?

El éxito de la pacificación, no sólo fue el re-sultado de un buen acuerdo, sino de como secondujo políticamente la aplicación de éste. Paraentender esto, es importante considerar dos as-pectos: la forma en la que se resolvieron los va-cíos que tenían los acuerdos, y el papel que jugóel asesinato de los padres jesuitas, en el desen-lace negociado del conflicto.

En 1989, Ignacio Ellacuría, uno de los jesui-tas asesinados, mantenía contactos con el presi-dente Alfredo Cristiani y dirigentes del FMLN (en-tre ellos el autor del artículo), explorando posibili-dades de una negociación. El Ejército rechazabala negociación. En noviembre de 1989 el FMLN,realizó la ofensiva militar más importante de laguerra y mantuvo parte de la capital, durante másde diez días. En ese contexto, un sector del Ejer-citó asesinó a los jesuitas, intentando evitar unanegociación de Cristiani con el FMLN, a travésde Ellacuría.

El crimen afectó las relaciones del Ejército conel sector modernizante de la derecha y el apoyoestadounidense. Enjuiciar a los autores, se con-virtió en una necesidad política, que llevó a unhistórico proceso judicial, contra un coronel, dostenientes y varios soldados, éste fue transmitidopor televisión a todo el país. La ofensiva guerrille-ra no se proponía obtener una victoria militar, sinopresionar por una intermediación internacional.

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Las relaciones del FMLN con México, Euro-pa y América Latina, fortalecieron a los que den-tro de la guerrilla estábamos por la negociación yun programa democrático. Las negociaciones de:Cuba sobre Angola, la guerrilla del M19 de Co-lombia y Nicaragua en Contadora

9, crearon la

estrategia de guerra y negociación del FMLN.Fidel Castro y los sandinistas, apoyaban prefe-rentemente a quienes buscábamos desenlacemilitar rápido y salida política negociada.

En octubre de 1989, durante una visita deEdvard Shevardnadze, canciller soviético a Nica-ragua, el Frente Sandinista intentó reunir a éste,con la Comandancia General (CG) del FMLN. Lareunión fue rechazada por el FMLN, enl a pre-sunción de que Shevardnadze, pediría detener laofensiva, que estaba en preparación. Probable-mente este hecho desconectó lo que ocurría enEl Salvador de la caída del muro de Berlín. Elasesinato de los jesuitas y la contingencia de quela ofensiva fuera casi simultánea con la caída delmuro, le dio a Estados Unidos, una visión dife-rente de la situación

10.

El empate militar pudo haberse convertido enuna indefinida guerra, sin embargo, el asesinatode los jesuitas, llevó a que ese empate, se con-virtiera en negociación. La única forma de para lainvestigación y lograr una amnistía, para los jefesmilitares responsables del crimen, era negociadoy haciendo concesiones sobre problemas del po-der.

La posición de Estados Unidos en favor de lanegociación, la fuerza mostrada por la guerrilla yla «Declaración de San Isidro de Coronado» fir-mada por todos los presidentes centroamerica-nos, en Costa Rica, el 12 de diciembre de 1989,permitieron la participación de Naciones Unidas.Los presidentes, incluido Cristiani de El Salvador,Ortega de Nicaragua, pidieron al Secretario Ge-neral de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, interve-nir en el conflicto salvadoreño. El Acuerdo de Pazfue así negociado y supervisado por la ONU, concerca de 400 observadores. Durante 9 meses eldesarme gradual de la guerrilla, se fue contrapo-niendo al cumplimiento de compromisos guber-namentales.

El cese al fuego funcionó sin incidentes, enparte por la presencia de Naciones Unidas y por-que los acuerdos políticos se iban cumpliendo.Pero en los últimos meses de 1992 y primeros de1993 debía implementarse la depuración del Ejér-cito, el fin de las áreas de concentración guerrille-ra, el restablecimiento de la autoridad del Estadoen los territorios guerrilleros, la publicación delinforme de la Comisión de la Verdad (CV), la leyde amnistía, la reducción del mayor número detropas del Ejército, la desmovilización de la uni-dades más calificadas de la guerrilla y la destruc-ción de todas las armas de ésta.

Esta crítica fase enfrentaba el riesgo derealzamientos guerrilleros y/o rebeliones dentrodel ejército. Los riesgos provenían mayormentede la inseguridad psicológica, material o jurídica,de los que habían participado en la guerra , y node la calidad del cambio político. No bastaba quela sociedad se estuviera transformando para ase-gurar estabilidad, un error en la forma de tratar alEjército, podía provocar una reacción de éste y lainseguridad personal de los mandos guerrilleros,podía también provocar reacciones violentas.

La pacificación, pudo haberse acompañadode una forma de reconciliación, basada en la acep-tación mutua de responsabilidades, separando lasinjusticias de la guerra, de los justos principios dela paz. Sin embargo, el resultado no podía serabstracto, y debía ser negociado entre los anta-gonistas. Estos entendían como razonable y jus-to, lo que tuviera correspondencia con el balancede fuerzas. Este es el caso cuando hay que pro-ceder más allá de una invocación abstracta dejusticia, para construir en detalle un acuerdo prác-tico. Esto es lo que yo intentaré demostrar enadelante.

Los acuerdos tenían vacíos que podían ha-cer peligroso el proceso. El acuerdo sobre la co-misión ad-hoc que depuraría al Ejército, no esta-blecía como se aplicaría éste y si debía o no ha-cerse público; no existían programas dereinserción específicos para los mandos de laguerrilla, algunos de éstos hasta con 20 años al-tos de participación; no existía seguridad del es-tado para los dirigentes del FMLN11; no habíanmedidas para la reinserción a la vida civil de los

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oficiales depurados; no se establecía cuando de-bía implementarse la amnistía; y tierras de granvalor productivo en manos de la guerrilla, no es-taba garantizado que se transferirían a losexcombatientes. La seguridad de los dirigentesdel FMLN, era esencial para la estabilidad del pro-ceso. El asesinato de dos dirigentes en octubrede 1993, produjo una crisis en el proceso.

No era sensato pensar que un golpe militar,no tenía futuro, o que un nuevo grupo guerrillero,no tenía sentido. En Haití en 1991, los militarescontra toda lógica derrocaron al presidente JeanBertrand Aristide, a pesar de la amenaza de unainvasión estadounidense. En Nicaragua ladesmovilización de los contras, tomó cinco años,por todos los realzamientos que se produjeron yen Colombia la desmovilización guerrillera, co-menzó en 1990 y aún no termina. Desmontar elpoder de coerción de los grupos que actúan den-tro de un conflicto, o en un régimen autoritario,requiere considerar la inseguridad que genera elcambio en los que componen dichos grupos.

Toda transición, necesita cambiar la contra-dicción que rige la política de la sociedad, pasan-do del predominio de la lucha entre extremos ideo-lógicos, a la contradicción entre extremistas y mo-derados12. En el momento en que esta segundatoma el control, es factible que actores modera-dos de diferente bando ideológico, logren acuer-dos que ordenen el proceso y faciliten la transi-ción. Pero los moderados, se enfrentarán políti-camente con extremistas de su propio signo ideo-lógico.

Este fenómeno apareció en El Salvador en lafase final de los acuerdos. Todos los vacíos se-ñalados, obligaban a una renegociación, y éstase intentó con más de veinte reuniones que serealizaron entre finales de Octubre y principios deDiciembre de 1992 en San Salvador. Las reunio-nes fueron presididas por lqbal S. Riza, jefe de lamisión de Observadores de ONU en El Salvador(ONUSAL). En las reuniones participaron por elgobierno el presidente Alfredo Cristiani, el Minis-tro de la presidencia Oscar Santamaría y el ge-neral Mauricio Vargas, en algunas de las reunio-nes participó el general Emilio Ponce Ministro dela Defensa. Por el FMLN asistieron Ana Guada-

lupe Martínez, Salvador Samayoa y los miembrosde la Comandancia del Frente Shafick JorgeHandal, Eduardo Sancho, Francisco Jovel, Sal-vador Sánchez Cerén y el autor de este trabajo.Dichas negociaciones, fracasaron formalmente,cuando Handal, Jovel y Sánchez jefes de tres or-ganizaciones guerrilleras, rechazaron lagradualización de la depuración del Ejército y lainmediata aprobación de la amnistía.

El fracaso de dicha negociación, abría gra-ves riesgos por la falta de atención a los mandosguerrilleros y la humillación a que se pretendíasometer al Ejército, sin que éste hubiese sido mi-litarmente derrotado. No aplicar la amnistía de for-ma inmediata, implicaba procesos judiciales, yposibles arrestos de jefes importantes del Ejérci-to. ¿Quién haría los arrestos? ¿Estaba el cues-tionado Poder Judicial preparado para enfrentaruna situación de ese tipo?. De igual manera, in-tentar sacar a los ex guerrilleros de un númeroimportante de propiedades, significaba enviar alEjército a que intentara hacer, lo que no habíapodido lograr en 11 años. Esto era replantear elconflicto. La amnistía al Ejército y la transforma-ción de la territorialidad militar de la guerrilla, enpropiedades productivas en manos de los ex gue-rrilleros, eran dos pilares básicos para que la tran-sición fuera ordenada y pacífica.

La fase final del proceso, estaba conectadatambién con la destrucción de los misiles tierraaire, que poseía la guerrilla. Este asunto era deinterés de Estados Unidos. Conocedor de estasituación negocié con personeros del Departa-mento de Estado y Defensa de Estados Unidos,la destrucción de los misiles que tenía el EjércitoRevolucionario del Pueblo (ERP), a cambio deapoyo para la reinserción de los mandos mediosde la guerrilla. Las otras organizaciones guerrille-ras y simpatizantes de la izquierda exigían utili-zar esos misiles, para demandar el cumplimientoinmediato de la depuración del Ejército.

La crisis configurada por el fracaso de las ne-gociaciones, entre el presidente y la CG del FMLN,fue resuelta por la existencia de una negociacióninformal previa, entre Cristiani y mi persona, en laresidencia de Iqbal S. Riza, en San Salvador du-rante el mismo período. Iqbal S. Riza conoció de

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estas reuniones, pero no del contenido de éstas.Dichas reuniones .se realizaron originalmente, conel propósito de asegurar el éxito de la negocia-ción que se estaba intentando entre la Coman-dancia del FMLN con el presidente, pero al fraca-sar éstas se convirtieron en un acuerdo que sellevó adelante. El autor representando al ERPaceptó un acuerdo que incluyó:1. Ejecutar gradualmente la depuración de losjefes y oficiales del Ejército (un año). Esto permi-tió, que algunos se retiraran con sus pensiones yotros recibieron apoyo económico. No se publi-caría la lista13.

2. Transferir a ex-combatientes de la guerrilla,un importante número de fincas de café, caña deazúcar, tierras clase A y propiedades de la costa,útiles para turismo, producción de sal y camarón14.

3. Aprobación de la amnistía, simultáneo con lapublicación del informe de la CV para evitar con-secuencias jurídicas15.4. Destrucción de las armas de la guerrilla, in-cluidos los misiles tierra aire. Esto último supervi-sado por técnicos del departamento de Defensade Estados Unidos.5. Implementación de un programa dereinserción para 600 mandos del FMLN16, distri-buidos en categorías, de acuerdo a rango yantiguedad. Este fue financiado por Ia AgenciaInternacional para el Desarrollo de Estados Uni-dos (AID) con un costo de $9,000,00017.6. Aprobación de la Iey que permitió a los diri-gentes del FMLN, contar con seguridad Personalpagada por el Estado, adscrita a la nueva PolicíaNacional Civil18.

Tanto Cristiani como yo debimos asumir loscostos, de defender en algunas ocasiones públi-camente estos puntos. La estabilidad se mantu-vo y los puntos se cumplieron íntegramente, in-cluida la depuración del Ejército. Esto permitió queotros aspectos, como el plan de desminado secompletaran. Hubo inconformidad en la izquier-da, de quienes consideraban que no debíannegociarse la depuración y la amnistía, y dentrode la derecha, por la depuración misma y las tie-rras transferidas. Uno de los costos del acuerdo,fue ser llamados traidores por compañeros denuestro propio signo ideológico. Las posicionesmoderadas se debilitaron temporalmente, en laderecha y la izquierda.

Se enfrentaban dos concepciones en amboslados: los que pensaban que la pureza del proce-so, era lo que aseguraba su perfección y los quepensábamos que era la estabilidad, la que garan-tizaba que hubiera cambios reales. Intentar ac-ciones sin correspondencia con la correlación defuerzas, sólo hubiera servido para mostrar debili-dad del proceso de paz y de la transición. En tan-to la transición fue estable, y mantuvo su predo-minio como fenómeno transformador, inhibió gra-dualmente la fuerza de quienes podían bloquearel proceso.

Intentar humillaciones al Ejército, o no res-ponder a necesidades fundamentales de los quevivían el trauma de pasar de guerreros a ciuda-danos, hubiera derivado en una crisis que hubie-se asimilado todas las energías del proceso, ha-cia el pasado. En ese momento, lo más importan-te era disolver las viejas policías, formar la nue-va, aprobar las reformas constitucionales en lostemas electorales, judiciales y del Ejército, cam-biar al mando militar, reducir al Ejército, convertira la guerrilla en partido político y hacerla partici-par en la elección de 1994.

Un retroceso a una situación de confronta-ción o tensión, hubiera profundizado la descon-fianza, alargado el proceso, y obligado a ambosbandos a mantener en reserva recursos de fuer-za, por un largo período. Algo muy común, en otrosprocesos de pacificación. En Nicaragua, en mayode 1993, fue descubierto un arsenal con más demil armas incluidos misiles tierra aire. Éste perte-necía a las Fuerzas Populares de Liberación(FPL), una de las. organizaciones del FMLN. Diri-gentes de FPL dijeron que habían guardado esey otros arsenales, por desconfianza.

La correcta conducción del proceso permitióque el desarme de la guerrilla y el sometimientodel Ejército al poder civil, se convirtieran más enuna necesidad política para éstos, que en una obli-gación.

La justicia no puede entonces descansar fun-damentalmente en una alta dosis de castigo, sinoen la profundidad de los cambios de cara al futu-ro. Un modelo basado fundamentalmente en elcastigo, presupone haber vencido y tener la ca-

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pacidad de someter por la fuerza. A finales de1992, el Ejército se sentía acosado y acorralado,pero en términos concretos, conservaba su po-der y sí se decidía a reaccionar, nadie lo hubierapodido detener. Sin embargo, un método cuida-doso, condujo al éxito de todas las reformas, quelo transformaron en una nueva institución. Losmilitares depurados perdieron poder, y la socie-dad reconoce que el Ejército es ahora, obedientedel poder civil.

Los jefes de la guerrilla a finales de 1992, vi-vían un difícil momento de inseguridad personal,que se manifestaba en críticas al Acuerdo de Paz.Eran estos jefes los que tenían el control real delas armas, y quienes podían fomentar la inseguri-dad, hacia los difíciles de controlar. Un procedi-miento acertado permitió que de forma extraordi-naria, en El Salvador no hubiera realzamientosguerrilleros, pese a que la dimensión del conflictolos hacia previsibles.

Gran parte de los jefes de la ex guerrilla sonahora productores agrícolas, en condiciones pre-carias o potenciales una buena parte, pero tanto lareforma agraria de 1980, como el programa detransferencia de tierras del Acuerdo de Paz, aca-baron prácticamente con el probIema de la tierracomo fuente conflicto. Los programas lograron con-tener brotes de violencia de los exguerrilleros, perono han sido económicamente exitosos, debido a lapérdida de importancia del sector agrícola en el país,y al sabotaje que sectores de la extrema derecha,hicieron a la reinserción del FMLN. La Secretaríade Reconstrucción Nacional durante 1992 y 1993,retardó cuanto pudo los programas. Entre otrascosas entregaba los créditos cuando la época desiembra (lluvias) se había iniciado, para que los ex-combatientes fracasaran. Se temía que un éxitoproductivo de los exguerrilleros le diera poder eco-nómico a la izquierda19.

En orden de la viabilidad de un acuerdo depaz, no solo cuenta el balance militar de fuerzas,sino un amplio rango de aspectos, como las alian-zas internacionales ideológicas o comerciales, yla estructura económica de la sociedad. En El Sal-vador todos estos elementos se habían movidofavorablemente a principios de los 90’s y esto re-forzó las oportunidades de la paz.

La economía de El Salvador, fue transforma-da por las remesas familiares, enviadas por la po-blación que emigró a Estados Unidos, y la Refor-ma Agraria ejecutada en 1980. Esto permitió, queel sector agroindustrial y financiero, se sobrepu-siera a los terratenientes. Los agroindustriales,encabezados por Cristiani, estaban en favor dela democratización y, la paz. El balance de fuer-zas en El Salvador lo determinó básicamente: elempate militar; la dimensión del conflicto; un pro-ceso democrático que desde 1982, avanzó para-lelo a la guerra, con elecciones cada vez más li-bres; una correlación internacional que estaba enfavor de la democratización y el fin de la guerrafría. Esto último permitió que las causas internasdel conflicto, tomaran el primer plano. Sin embar-go, la condición indispensable para el acuerdo fueel balance militar y dentro de éste la ofensiva mi-litar de la guerrilla de 1989 fue el factor decisivo,por el impacto psicológico que significó llevar laguerra a la capital y a las propias zonas residen-ciales de los grandes empresarios.

En Argentina fue la derrota militar del Ejércitoa manos del Ejército Británico en las Malvinas,en 1982, lo que permitió procesar militares porviolaciones a los Derechos Humanos, cometidasdurante la dictaduras20. Más adelante veremosbrevemente otras comparaciones con los casosde Guatemala, Nicaragua y Chile. En general, essiempre la correlación, la que establece la formaen la que habrá que tratar el pasado.

Lo planteado en la parte anterior, ayuda a es-clarecer que el tema de la justicia, no sólo integraaspectos en el orden moral o jurídico, sino tam-bién el contexto político. Esto lleva a considerarque el punto principal es evitar la repetición delas violaciones a los Derechos Humanos y termi-nar con la impunidad. Las formas y mecanismospara lograr esto, están determinadas por la co-rrelación de fuerzas, está da la pauta de cuantocastigo y cuanta verdad es posible y necesariapara hacer justicia.

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Una evaluación de la Comisión de laVerdad

La negociación es más efectiva cuando esdirecta entre los polos opuestos. Esta fue la ex-periencia salvadoreña, donde participó el gobier-no de la derecha, el Ejército y el FMLN. Aún ycuando las violaciones a los Derechos Humanoseran cuantitativamente diferentes entre las par-tes, cualquier consecuencia jurídica, habría blo-queado la negociación misma, ya que ésta, nopodía conducir a la cárcel a los negociadores.

La CV fue el camino alternativo a la realiza-ción de procesos judiciales y, su arma fundamen-tal eran los señalamientos públicos. Se intentabauna acción que respondiera a la necesidad dejusticia sin afectar la estabilidad que requerían lasreformas. Lograr el acuerdo fue difícil, el gobier-no intentaba evitarlo y el FMLN unilateralizarlo.Un esquema basado en investigar sólo los he-chos que no tuvieran justificación, no pudo pro-gresar en esa condición.

Finalmente se estableció la CV a partir de unacuerdo entre las partes que delegaba al Secre-tario General de Naciones Unidas, la formaciónde la Comisión con tres personas que no debíanser nacionales. La CV fue integrada por el ex-presidente de Colombia Belisario Betancurt, el

ex canciller de Venezuela Reinaldo Figueredo, y elestadounidense Tomás Buergenthal de la ComisiónInteramericana de Derechos Humanos, todos losasesores de la CV y el personal que trabajó conésta fueron extranjeros. La investigación se limita-ría a hechos ocurridos desde 1980, sus activida-des se realizarían de manera reservada durante seismeses, entrevistando personas libre y privadamen-te, y teniendo derecho a solicitar información y do-cumentación a las partes y a visitar lugares sin pre-vio aviso. La CV podía realizar recomendaciones yfinalmente entregaría su informe al Secretario Ge-neral de Naciones Unidas y éste lo haría público.El poco tiempo de trabajo constituyó una gran de-bilidad. A pesar de esa debilidad, la CV fue alta-mente positiva, porque hizo públicas las 9 investi-gaciones de los casos de Monseñor Romero, losjesuitas, la masacre del Mozote y otros hechos degran importancia para la historia.

Sin embargo, algunas de las recomendacio-nes de la CV, no fueron acertadas. El objetivo prin-cipal del Acuerdo de Paz era que los que utiliza-ban la violencia como medio de lucha política,cambiaran a métodos democráticos, convirtien-do a la guerrilla en partido político, y sometiendoal Ejército al poder civil. Pero esto no podía impli-car que los ex militares y los ex guerrilleros, noparticiparan en política. La CV recomendó que di-rigentes del FMLN y jefes del Ejército se lesinhibiera de poder asumir cargos públicos, durantediez años y para siempre en funciones de Seguri-dad Pública y Defensa21. Esto fue invalidado, por-que violaba la constitución al prohibir derechos,sin existir procesos judiciales.

En Colombia, durante el gobierno de CésarGaviria (1990-1994) la «Favorabilidad Política»,permitió asignar espacios parlamentarios, a los gru-pos guerrilleros desmovilizados, sin ir a eleccio-nes22. Roberto D’Aubuisson, conocido personajesalvadoreño, por la organización de los escua-drones de la muerte en los ‘80, fue en un apoyofundamental del presidente Cristiani, para nego-ciar. Esto fue posible, porque la participación comoparlamentario lo transformó políticamente23. Larecomendación de la CV de inhibición, apareciómás como un instrumento para descalificar ad-versarios políticos, dentro de la misma izquier-da, que algo útil para la reconciliación. Involucraren política democrática a los contendientes, esuna necesidad, prohibirlo es un grave error.

La dirección del ERP a la que yo pertenecí,asumió responsabilidades mediante carta escritaentregada a la CV, por ajusticiamiento de 11 al-caldes, a los que durante la guerra responsabilizóde organizar redes de espionaje del Ejército y gru-pos paramilitares en territorios controlados por laguerrilla. La CV registró en su informe, que reci-bió confirmación oficial de estos casos24, no hayotro registro de cooperación voluntaria en el in-forme. La CV estableció también, que ésta fueuna política decidida por la CG del FMLN25, y apli-cada por todos los grupos, como en el caso deotros 13 alcaldes. Ningún otro dirigente del FMLNasumió responsabilidades por esos alcaldes, tam-poco de otros hechos. Sin embargo, la CV sólofalló contra miembros de la dirección del ERP. LaCV no estableció responsabilidades para ningún

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otro dirigente del FMLN, como en el asesinato delMinistro de la Presidencia, el Fiscal General de laRepública, el ataque a los marinos estadouniden-ses, 13 alcaldes más y otros hechos. Ningunaacción de ese tipo podía realizarse sin la aproba-ción del Jefe de la organización y su dirección.

La Dirección del ERP consideró éticamenteincorrecto descargar responsabilidad en los su-bordinados, por actos que constituían línea ofi-cial del FMLN. Ana Guadalupe Martínez dirigentedel ERP no tuvo responsabilidades en la guerra,trabajó desde México y Nicaragua, como diplo-mática del FMLN desde antes de 1980. Sin em-bargo, fue señalada por la CV como responsabledel caso de los alcaldes. Lo único que la inculpa-ba era haber firmado la carta del ERP entregadaa la CV. Martínez fue Vicepresidenta del Parla-mento (1994 y 1997), pero fue electa para esecargo sin los votos del sector más radical delFMLN.

Los militares señalados, fueron retirados delEjército por la depuración y ya retirados difícilmen-te regresaban a posiciones de poder, ninguno es-taba interesado en participar, ni ha participado enpolítica. El acuerdo sobre la Policía Civil no per-mite a militares asumir responsabilidades en ésta,sólo a civiles. En conclusión, la medida afectaba,sólo a la izquierda y dentro de ésta al ERP, elgrupo más moderado. El informe coincide con elmovimiento en que el ERP pacta la transición conCristiani. Esto fue considerado traición por elFMLN, y trajo una coyuntura de desprestigio parael ERP, incluso en sectores moderados de la opo-sición y seguidores internacionales del proceso,que no entendieron la importancia de la estabili-dad. De alguna forma, esto pudo haber incididoen los reportes e informaciones que la CV recibiódesde la oposición. Algunos, en ese momento,vieron al ERP como un peligro, que incluso podíaarruinar el proceso de Paz. Probablemente, estasea la explicación de porque el informe de la CV,fue unilateral contra el ERP, e incluso explicaríala medida de prohibición, como una forma de ale-jar el peligro. Finalmente el ERP se separó delFMLN en 1995 (incluido el autor de este articulo).

En el modelo sudafricano de CV, se estimulóla confesión para obtener el perdón, integrando

de manera acertada verdad, justicia y perdón. Enel modelo salvadoreño, la confesión no tuvo nin-gún valor, estimulado como políticamente correc-to, evadir responsabilidades con testimonios fal-sos, argumentar falta de pruebas, o descargar res-ponsabilidades en subordinados. Esta modalidad,contribuye a ocultar el pasado y a alimentar laimpunidad.

Si el propósito es la reconciliación y que loshechos no se repitan, obtener confesiones volun-tarias es el camino más acertado. En el caso sal-vadoreño, recomendar que el Estado y el FMLNpidieran perdón a la sociedad, era más importan-te que una sanción directa. El modelo basado enque sólo se perdona lo que se confiesa, es pro-bablemente el mejor de todos. Pero su aplicacióndependerá siempre de la correlación de fuerzas.

La CV en el caso salvadoreño tuvo debilida-des en cuatro aspectos:1. Su informe no fue balanceado. Por un lado,cargó responsabilidad- sólo en el Ejército y por otro,en sólo uno de los cinco grupos guerrilleros, cuan-do éstos representaban diferentes tendencias. Noseñaló la responsabilidad concreta de EstadosUnidos y la del sector empresarial en la represión.2. Recomendó medidas que iban en contra de lanaturaleza del acuerdo y de la legalidad, al plan-tear que se prohibiera la participación política dealgunos de los señalados (incluido el autor de esteartículo), o que se retirara al Presidente de la Cor-te Suprema de Justicia, sin haber instrumento le-gal para hacerlo.3. No estimuló la confesión como mecanismo dereconciliación. Al contrario, la castigó y al no pro-fundizar en otros casos, concilió con la evasión deresponsabilidades obvias.4. No recomendó que las partes pidieran perdóna la sociedad.

Estas fallas no afectaron el efecto positivoglobal del trabajo de la CV, que consistió en quepor primera vez en la historia de El Salvador serealizaron investigaciones y denunciar formalessobre un importante número de violaciones a losderechos humanos y en segundo lugar porquepermitió establecer numérica y, cualitativamenteque el Estado había sido el principal responsablede dichas violaciones.

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Sin embargo, descargar en el Ejército toda la res-ponsabilidad no era ni verdad completa, ni justicia. ElEjército salvadoreño y el estado en general fueroninstrumentos de la política de Estados Unidos y delos grupos nacionales con poder económico.

El Batallón Atlacatl fue entrenado por Esta-dos Unidos y éste realizó las mayores matanzas,incluido el asesinato de los padres jesuitas. Esoshechos no fueron sólo actos de brutalidad fanáti-ca, atribuibles a personas, sino efectos de la ins-trucción y doctrina militar que habían recibido. Enel caso de Guatemala, el presidente Clinton reco-noció una proporción de responsabilidad de Es-tados Unidos, por el genocidio26. El Pentágonoreconoció - oficialmente en 1996, que manualespara uso de tortura, chantaje, y ejecuciones fue-ron utilizados por sus instructores con el Ejércitosalvadoreño27.

La CV no logró una catarsis en la sociedadcomo la alcanzada en Sudáfrica, para el Ejércitosalvadoreño fue superior el efecto psicológico ypolítico del juicio público, a los autores materialesdel asesinato de los padres jesuitas (a pesar desus vacíos), que la publicación del informe de laCV. No se propuso la CV ayudar a superar la cul-tura política dominante en El Salvador, en la quereconocer responsabilidades, pedir perdón y de-cir la verdad, son considerados actos de ingenui-dad, traición o cinismo y actuar en sentido inver-so es visto como cualidad. Quizás si las parteshubiesen participado directamente, como enSudáfrica, los resultados habrían sido menores,aunque manejar la CV hubiera sido altamentecomplejo.

Breves comparaciones(Guatemala, Nicaragua y Chile)

A diferencia de El Salvador, la paz de Guate-mala fue más una consecuencia de factores exter-no, que de la correlación interna. Con un fenóme-no étnico agudo, y un desenlace diferente de la gue-rra, era más difícil tener un concepto común de jus-ticia. El Ejército guatemalteco, aceptó la negocia-ción, pero después de derrotar a la guerrilla. El Ejér-cito salvadoreño rechazó la negociación, hasta serforzado por el empate militar.

La guerra en Guatemala, estaba reducida aremotas áreas y esporádicos hechos, no era elprincipal problema de la sociedad, como sí lo eraen El Salvador. Sectores modernizantes de la de-recha, ganaron las elecciones en enero de 1996,y apoyados por el Ejército, firmaron un Acuerdode Paz en Diciembre de ese mismo año. Luegousaron el Acuerdo de Paz para realizar reformas,y mejorar la imagen internacional de Guatemala.Éste es el país con el peor historial en DerechosHumanos de Latinoamérica, con 658 masacres,la mayoría de indígenas mayas28. En Guatemala,los ganadores en la guerra, tenían el control sufi-ciente para elegir el momento y los contenidos dela pacificación.

Externamente la pacificación de Nicaragua,y El Salvador, puso a Guatemala, en desventajacompetitiva para atracción de inversión.Regionalmente era el país más rezagado en laliberalización económica y en la democratizaciónpolítica, de cara a la globalización. En Guatemalala competencia política es entre dos fuerzas dederecha, el Partido de Avanzada Nacional (PAN),actual partido de gobierno, que representa al cen-tro derecha liberal y el Frente RepublicanoGutemalteco (FRG), de extrema derecha, bajo elliderazgo del Gral. Ríos Mont, artífice de la repre-sión en los años 82 y 83. En la elección de 1996el PAN obtuvo 51.22% de los votos y FRG48.78%.

Sin embargo, aún en Guatemala hay una lentay real transformación democrática en marcha, conreformas a la policía, el ejército y la justicia, peroel espacio para remover el pasado es sumamen-te limitado. Prueba de ello es el asesinato del obis-po Juan Gerardi en abril de 1998 luego de publi-car un documento titulado «Recuperación de laMemoria Histórica de Guatemala, Nunca Más».Este hecho, establece que el problema de la jus-ticia y el pasado, vendrá de lo que pueda produ-cir la correlación internacional, los cambiosgeneracionales en los mandos del ejército y losresultados electorales. La reconciliación y la jus-ticia en Guatemala, se basan en hacer cambiosdemocráticos graduales, prácticamente sin poderhablar del pasado. En El Salvador, la correlaciónpermitió hablar de pasado y hacer cambios de

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mocráticos profundos y rápidos, pero sin que na-die fuera procesado, ni encarcelado como un re-sultado del Acuerdo de Paz.

La Revolución Sandinista de 1979, hizo justi-cia por la fuerza como una reacción al autoritaris-mo de la Dictadura Somocista, pero esto provocóun rechazo de fuerzas internas y externas, queimpidieron la estabilidad y llevaron a otra guerra.La transición nicaragüense, es el paso de un go-bierno autoritario producto de una revolución, ala institucionalización democrática. Luego de laRevolución, el fenómeno rnás importante en Ni-caragua, es la realización de elecciones libres en1990 y la entrega del gobierno a la Unión Nacio-nal Opositora (UNO) por parte de los sandinistas.

La reconciliación y la justicia, eran más com-plejas que en El Salvador y Guatemala. No exis-tía un ordenamiento institucional debido al pasa-do dictatorial y al revolucionario. No sólo se trata-ba de los Derechos Humanos, producto de la gue-rra, sino de las expropiaciones hechas por larevoIución. En Nicaragua para la reconciliaciónha sido más importante resolver el problema dela propiedad, que las violaciones a los DerechosHumanos. Durante el gobierno de VioletaChamorro (1990-1996) se produjeron levanta-mientos populares, rebrotes guerrilleros, huelgasgenerales y una violencia político social, casi per-manente. La causa era la disputa por la propie-dad.

Violeta Chamorro logró eficazmente la pacifi-cación y la democratización, respetando pilaresbásicos dejados por la revolución, como el Ejérci-to, la Policía y la propiedad, pero a cambio dereformar a los primeros como instituciones nacio-nales y de liberalizar la economía30, la distribu-ción de propiedad dejada por la revolución, fuebásicamente respetada. Sin embargo, la soluciónfinal sobre el tema, se produce, entre los contra-rios verdaderos cuando Arnoldo Alemán herede-ro del Liberalismo de Somoza, gana Ias eleccio-nes y asume el gobierno en enero de 1997. Nue-ve meses después firma con los sandinistas elAcuerdo final sobre la propiedad, que incluía des-de casas y fábricas hasta tierras agrícolas, Des-de entonces, la lucha político social en Nicaraguase ha reducido seriamente. En Nicaragua, no hubo

comisión de la verdad, ni juicios por violaciones alos Derechos Humanos, pero sí ha habidoindemnizaciones, pagos31 y devolución de propie-dades32.

En la transición chilena a diferencia deCentroamérica, no hay pacto formal entre la opo-sición y la dictadura de Pinochet. La legalidad deChile es la que deja la Dictadura, en se reformanlas constituciones y los ejércitos, producto de pac-tos de transición indistintamente del tratamientoque recibió el tema del pasado. Centroaméricacambia directa o indirectamente por la guerra re-volucionaria y la situación internacional. En Chileel cambio si bien tiene incidencia de presión in-ternacional, en lo esencial es el resultado de latradición democrática del pueblo de Chile, quederrota a Pinochet en el plebiscito de 1988.

Pinochet comparado con Ríos Mont,Anastasio Somoza, Videla de Argentina, o losgenerales de El Salvador, no parece tan indiscri-minado y descontrolado, desde el punto de vistade los Derechos Humanos. La dictadura chilenatuvo la capacidad de convertirse en un régimenconstitucional, aunque con contenidos autoritarios.La diferencia es que Centroamérica no tiene an-tecedentes democráticos serios, y Chile sí.Pinochet derrocó una democracia para instalaruna dictadura y en Centroamérica las dictadurasprovocaron guerra revolucionarias.

En Chile no hubo guerra y la oposición multi-plicó su masa crítica aprovechando el exilio. EnCentroamérica hubo más asesinatos, que exilio ylos revolucionarios necesitaron más voluntad, queconocimiento para hacer la guerra. Esto explicaporque en Centroamérica, los revolucionariosestán en la oposición y las derechas reformadas-en el gobierno. Mientras que en Chile, la oposi-ción llegó al gobierno y la derecha sin reformarseestá ahora la oposición. En conclusión, la recon-ciliación y la justicia civil Chile están pendientes,no tanto porque no se ha juzgado por los críme-nes a Pinochet y al Ejército, sino porque no haypacto de transición que permita una constituciónde consenso.

En El Salvador las ventajas para encontraruna solución vinieron del predominio mestizo y

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de cierto grado de homogeneidad en valores na-cionales y católicos que compartían losoponentes. A pesar de las diferencias ideológi-cas tanto la izquierda como la derecha coincidíanen la idea de unidad del país, esto no aparece enGuatemala, Angola u otros conflictos. La dificul-tad mayor era la dimensión del conflicto. «Sobrela base de indicadores cuantificables de fuerzamilitar, el FMLN fue el más fuerte movimiento gue-rrillero que haya surgido en Latinoamérica»33. Su-peró en desarrollo militar, a las guerrillas triunfan-tes de Cuba y Nicaragua, e indirectamente, seenfrentó durante 10 años a Estados Unidos. Lasvariables de fuerzas en contienda, extensión te-rritorial del conflicto y efectos, aplicadas a Colom-bia o México, darían una idea de lo afirmado.

En síntesis, justicia y reconciliación, no pue-den ser ideas abstractas, ni evaluación numéricade crímenes, o de la crueldad del régimen autori-tario, sino también una consideración de la fuer-za que se tiene para ser capaz de diseñar unafórmula que sintetice la moral con el realismo po-lítico, encontrando una solución duradera acordeal país específico.

Lecciones generales ¿Cómo volver loposible, comprensible?

Lo anterior, pareciera no integrar el problemamoral de los sentimientos de las víctimas. Sinembargo, lo difícil es que no siempre lo posiblees fácilmente comprensible. Por ello como decíaal principio, reconciliación es ayudar a entenderlo posible. Cada conflicto, es un fenómeno únicoy con diferente grado de complejidad. El primerobstáculo que enfrentan los que intentan una so-lución negociada, es que por regla general, losactores piensan siempre que su conflicto, es elpeor de todos.

Descubrir puntos de identidad, y dificultadesprincipales, es el inicio de la solución. Un conflic-to, es la expresión de que la sociedad, necesitanuevas reglas pare manejar los problemas del po-der. El punto fundamental de una transición esentonces construir nuevas normas e instituciones.Negociar se convierte en la principal actividadpolítica. Esto implica que los actores aprendan a

utilizar dos conceptos fundamentales: el riesgo yla confianza. Un conflicto y el autoritarismo, man-tienen la desconfianza como categoría fundamen-tal, el todo o nada no, es lo dominante y esto nopermite pactar.

Negociar y pactar, implica sustentar el ries-go, calcular la probabilidad, prevenir los cambiosde escenario, y establecer cuanto se pueda con-fiar. En El Salvador ambos mandos inicialmenteusaron la negociación para apoyar la guerra, lue-go hacían la guerra, para apoyar la negociación,finalmente, la negociación, hizo imposible conti-nuar en guerra. La confianza se limitaba primeroal ámbito propio, luego a las garantías de losacuerdos y por último a las nuevas instituciones,e incluso luego a las garantías de los acuerdos, ypor último a las nuevas instituciones, e incluso adosis de credibilidad entre las partes.

Hay lecciones, que podrían ser universalmen-te válidas para otros procesos de reconciliación,tales como:1. Entender que la paz y la democracia son másacerca del futuro que sobre el pasado. Heredarlucha a las futuras generaciones no es moralmen-te correcto y orienta energías en dirección erradaa la posibilidad del progreso.2. Ayudar al predominio de la moderación so-bre el extremismo. En un momento los modera-dos de ambos mandos estarán más cerca entreellos, que de los grupos ideológicos a los que per-tenecen. Esto no es traición, es realismo.3. Contribuir a cambiar la percepción que cadaparte tiene de la otra. La polarización produce unacarga emocional que impide ser objetivo. Normal-mente hay siempre exageraciones y visiones fal-sas.4. Entender que la paz y la democracia, signifi-can aceptar el derecho el derecho del adversarioa existir y a tener un espacio de poder. Esto es,aceptar la diferencia y convivir con ella. Ejemplos:Nicaragua sin sandinistas o Chile sinpinochetistas, no son viables.5. Paz y democracia significan cambios gradua-les. Los procesos de ruptura revolucionaria pue-den lograr cambios dramáticos, pero sus conse-cuencias no siempre son pacíficas. La democra-cia, aparenta ser lenta, pero produce cambios mássólidos y duraderos.

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ANALISIS

6. La paz es más difícil que la guerra. La guerrasimplifica la realidad. Todo es blanco o negro, encontra o a favor y la voluntad es más importanteque la inteligencia. La democracia y la paz traenla diversidad, la multiplicidad de intereses, los con-troles y las decisiones complejas, con ello la inte-ligencia y el conocimiento se vuelven más impor-tantes que la voluntad.7. La paz y la democracia, no son solución delos problemas, sino alcanzar mecanismos pacífi-cos para resolverlos. Una primera etapa de la tran-sición, normalmente se concentra en construir ins-tituciones y normas. Una siguiente, debe elevarla calidad de la competencia democrática y estoayudará a encontrar mejores soluciones a los pro-blemas.8. La paz es una oportunidad. Cuando el con-texto regional, el interno y la situación internacio-nal coinciden, no deben desaprovecharse. Sin em-bargo, para la paz, nunca es ni muy temprano, nimuy tarde.9. Nadie tiene manos limpias en una guerra. Lareconciliación es más fácil si se acepta esta reali-dad. La diferencia cuantitativa o cualitativa de vio-laciones, además de ser una discusión intermi-nable, olvida que en definitiva la violencia respon-de a un patrón común. No hay guerras santas obuenas, las guerras son realidades, inevitables aveces, pero siempre malas.10. Buscar explicaciones a los abusos cometidos.Hasta las atrocidades más grandes esconden unarazón, que puede ser inaceptable e injusta, peroconocerla contribuye a entender al adversario.11. Permitir a terceras partes ayudar a que lamoderación prevalezca sobre el extremismo. Unconflicto no se puede resolver, sin la ayuda deterceros. Hay que escoger cuidadosamente aéstos, pero una vez escogidos, se debe confiaren su buen criterio y escuchar lo que planteen.

Terminada la guerra, activistas de DerechosHumanos vinculados a la izquierda, me reclama-ron porque los acuerdos hacían demasiadas con-cesiones, permitiendo que militares que cometie-ron atrocidades no fueran juzgados. Usando elargumento citado en este artículo, les dije: “Estofue lo que diez mil eficientes guerrilleros lograronen 11 años de combate, sí ustedes quieren pro-cesar a los militares, tomen las armas y luchenhasta derrotarlos y apresarlos”.

En un conflicto, es muy tenue la línea quesepara la revancha, de la justicia, y muy grande aveces, el espacio entre lo deseable y lo posible.Entender a profundidad la realidad, y desde allí,lograr los cambios necesarios, de cara al futuro,quizás sea siempre lo mejor.

Notas

1. Prensa Gráfica, El Salvador, 13 de marzo de 1999.2. Stocklholm International Peace Research Institute,SIPRI Yearbook 1987-1995, Oxford University Press.3. Un Nuevo Mapa de El Salvador, Editorial Tendencias, ElSalvador 1996, p. 113-114.4. Prensa Gráfica El Salvador 29 de diciembre 97, citandofuente CEPAL y Defensa Civil de Nicaragua.5. Stockholm International Peace Research Institute, SIPRIYearbook 1987-1995, Oxford University Press.6. Oxford Analytica Latin America daily brief, March 3, 1999.7. En Honduras se estableció una base militar norteameri-cana con 1200 efectivos, El Salvador recibió en los 80s $3.6billones (Revolutlonary Movements in Latin American CyntiaMcClintock p. 221), la contra de Nicaragua fue entrenada yarmada por Estados Unidos y en diciembre de 1989 tropasestadounidenses invadieron Panamá.8. Ernesto Regalado 1971, Roberto Poma 1977, MauricioBorgonovo 1977, Raúl Molina Cañas 1977, Fujio Matsumoto1978, Ernesto Liebes Cónsul de Israel 1979, ArchibaldGardner Dunn embajador de Sudáfrica9. Contadora es una isla turística perteneciente a Panamá,en ese lugar nació la iniciativa de negociación que se cono-ció como Grupo de Contadora, compuesto por Colombia,Panamá, Venezuela y México, en enero de 1983. La inicia-tiva representaba en gran medida la oposición latinoameri-cana a la polít ica de la administración Reagan enCentroamérica e intentaba promover una solución negocia-da a la guerra entre la Contra y el gobierno Sandinista.10. El muro de Berlín cayó el 9 de noviembre, la ofensivadel FMLN se inició el 11 de noviembre y el asesinato de losjesuitas fue el 16 de noviembre todo en 1989.11. El Acuerdo de Paz en la parte relativa participación po-lítica del FMLN contiene un párrafo general sobre el punto,pero sin compromiso claro del gobierno en el tema.12. Ver Norberto Bobbio, Derecha e Izquierda, Ed. Taurus,1995, p. 76-77 y 81-82.13. La lista comprendía 77 jefes y oficiales que incluían alMinistro y Viceministro de defensa, a los jefes de las princi-pales brigadas y destacamentos y a casi todo el EstadoMayor.14. Acuerdo complementario del 5 de febrero de 1993, Tie-rra e Infraestructuras de Mayor Importancia Económica, Eje-cución de los Acuerdos de Paz Naciones Unidas, enero1977, p. 25.

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15. El Informe de la CV publicó el 15 de marzo de 1993, laamnistía general se aprobó el 20 de marzo de16. Todos los grupos se beneficiaron de este Acuerdo ERPcon 175 espacios, Resistencia Nacional (RN) con 125 y losotros tres grupos FPL, PCS y PRTC con 100 espacios cadauno.17. Acuerdo Complementario del 5 de febrero de 1993. So-bre el plan de reinserción para 600 oficiales y mandos me-dios del FMLN. Ejecución de los Acuerdos de Paz. Nacio-nes Unidas, enero de 1997, p. 28.18. Ley de Personas Sujetas a Seguridad Especial aproba-da en 1993.19. La disciplina de la ex guerrilla redujo el nivel de fraca-sos. Sin embargo, los desmovilizados del Ejército, que fue-ron sujetos de los mismos programas, sí han dado seriosproblemas de violencia política y aportado mucho a la de-lincuencia . El Salvador tiene ahora un grave problema deviolencia delincuencial, que según la Fiscalía General de laRepública deja un promedio de 8000 homicidios anuales,cifra superior a Colombia, en términos relativos a la pobla-ción.

20. En abril de 1982, durante el período de dictadura enArgentina, la junta militar presidida por el General LeopoldoGaltieri, decidió invadir las islas Malvinas en posesión deGran Bretaña, como una acción para contrarrestar la cre-ciente oposición interna. En junio del mismo año, luego devarias batallas aéreas, navales y terrestres, las tropas ar-gentinas se rindieron ante el Ejército Británico. Con ello seabrió una crisis política que culminó en la finalización de ladictadura militar en 1983, al realizarse elecciones libres ytomar la presidencia Raúl Alfonsín. En 1984 se iniciaron lasinvestigaciones por los actos de represión del21. Informe Comisión de la Verdad, De la Locura a la Espe-ranza, Naciones Unidas 1993, p. 245.22. Procesos de Paz, Mauricio García Durán CINEP 1992,p. 162.23. Roberto D’Aubuisson fue presidente de la AsambleaConstituyente (82-85)24. Informe Comisión de la Verdad. El Salvador. «De laLocura a la Esperanza», Naiones Unidas, p. 205.