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“...sintió compasión por él, corrió, lo abrazó y lo besó.” Lc 15,20b

“sintió compasión por él, corrió, lo abrazó y lo besó.” · oraciones y para celebrar la Misa. E s de reseñar que, en Mozam-bique, no hay libros de estu-dio, por lo que

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“...sintió compasión por él, corrió,

lo abrazó y lo besó.” Lc 15,20b

J erónimo Emiliani nació en Venecia en 1486. Con

veinte años entró en la vida pública como soldado de la República veneciana, llegan-do a ejercer el cargo de go-bernador. Tras la experiencia de su liberación de la cárcel en un episodio bélico en 1511, poco a poco interiori-za su experiencia de fe y da un giro radical y decidido a su vida, cambiando de cos-tumbres, recuperando las prácticas religiosas, leyendo y meditando la Palabra de Dios.

I talia entera se ve invadida de una grandísima ham-

bruna. Jerónimo, tras repar-tir su patrimonio a los po-bres, junto con otros cristia-nos, se dedicaba a la asisten-cia de los enfermos “incurables”. Jerónimo deja

definitivamente su casa, vi-viendo en diferentes obras cuidando y educando a ni-ños y jóvenes sin familia, abandonados, víctimas de las guerras y de las enferme-dades. Logra que otros cris-tianos, sacerdotes y segla-res, se involucren en sus pro-yectos y participen activa-mente en cada nueva ac-ción.

C rea la “Compañía de los Siervos de los Pobres”

para organizar las obras y atender a los niños. Escogió una pequeña aldea, Somas-ca, para sede de su organiza-ción. Sin embargo, tras una nueva epidemia, Jerónimo se contagia de peste. El 8 de febrero de 1537, tras una vida de entrega a los demás, muere en Somasca.

“Vida del Ilustrísimo Señor Jerónimo Miani”,

de autor anónimo (1537)

Un escritor conciudadano, contemporáneo y amigo de Jerónimo Miani, ha trazado de él un espléndido perfil, condensando en pocas páginas recuerdos personales y otras informaciones recogidas entre amigos y conocidos, posibilitando una pequeña, pero rica biografía de nuestro santo. Sin embargo, se desconoce la identidad de este biógrafo, razón por la cual su escrito ha pasado a la historia con el nombre de "anónimo". Os facilitamos algunos fragmentos de esta obra que nos hablan de Jerónimo…

“(…) A poco de haber terminado la guerra, murió inesperada-mente su hermano Lucas, que le encomendaba a sus hijos de tierna edad, junto con el negocio de paños. Esta alma piadosa asumió sobre sí el deber de hacerse cargo de la educación de sus sobrinos huérfanos hasta que alcanzasen la mayoría de edad. Durante muchos años administró el patrimonio familiar y el negocio de paños sin aceptar jamás beneficio alguno, sino sólo por puro y auténtico amor cristiano. (…) Ocupado en santas meditaciones y oyendo con frecuencia aquel paso del Evangelio que dice: "quien quiera ser mi discípu-lo que se niegue a sí mismo y me siga", el siervo de Dios, movi-

do por esa fuerza interior que da la gracia, decidió imitar a su amado maestro Cristo lo más perfectamente posible. (…) Buscaba la compañía de quienes pudiesen ayudarlo con consejos, ejemplos y oraciones: y muchas fueron las personas que el Señor le puso al lado para bien de su alma. (…) Retirado de los negocios, cambió su ropa habitual. Recogió a unos cuantos muchachos de los que andaban pidiendo por las puertas y arrendó un viejo taller artesanal próximo a San Roque, en el que montó una escuela tal que ni Sócrates, con toda su sabiduría, soñó tener jamás.”

Emiliani ONGD Fundación somasca para el desarrollo

La Fundación Sociedad Protectora de los Niños es una entidad de recono-cido prestigio que desde hace más de 130 años fomenta el respeto a los de-rechos del niño y desarrolla proyectos sociales para los menores en situa-ción de vulnerabilidad, tanto a nivel nacional como internacional. Su Pre-sidenta, Dª M. Ángeles Aymat y otros acompañantes, visitaban nuestra obra somasca en Mozambique, el Lar São Jerónimo, de Beira. Tras su vi-sita, relata su experiencia que aquí, de forma resumida, recogemos. ¡Gracias!

" Tres sacerdotes somascos, dos de ellos españoles y uno nigeriano, acogen, cuidan, educan, alimentan y

atienden, en el Lar Sao Jerónimo de Inhamizua, Beira, en Mozambique, a 73 chicos de la calle, en edades comprendidas entre los 7 y 22 años, y los preparan para que sean capaces de enfocar y dirigir su propia vida el día de mañana.

A las 5 de la mañana, uno de los misioneros se le-vanta para preparar el desayuno y un bocadillo de

pan con mantequilla para el pri-mer grupo de menores que hay que llevar, en coche, al centro educativo correspondiente. Para este grupo, las clases comienzan a las 07:00. Mientras, otro de ellos, se ocupa de preparar, de igual modo, el segundo turno, que habrá que acompañar a las 11. Algunos, cuyo centro escolar está más próximo, se desplazan a pie, a esa misma hora. El tercer grupo también tiene clase por la tarde. El transporte de los grupos conlleva un gran trabajo que, jun-to con el resto de tareas, ocupa el día.

A unque se pretende que los chicos vayan calzados, lo

cierto es que generalmente están descalzos.

A las 8 de la mañana, los reli-giosos se reúnen para sus

oraciones y para celebrar la Misa.

E s de reseñar que, en Mozam-bique, no hay libros de estu-

dio, por lo que la enseñanza es oral y hay que memorizarla o tomar apuntes; porque sí hay exá-menes.

E n su día, la gran mayoría de los muchachos, fueron recogidos de la calle, y ahora son educados con cariño,

no exento de autoridad y firmeza. Son niños y adolescentes que, por problemas de orfandad, abandono o violencia físi-ca o psíquica, se han visto abocados a sobrevivir en la ca-lle, con los riesgos que eso comporta. Algunos incluso tie-nen SIDA y, de vez en cuando, necesitan hospitalización y cuidados extra, para lo cual cuentan con la ayuda de los propios muchachos mayores. Como en una familia.

I mparten también cursos de for-mación profesional: carpintería,

electricidad, costura... para ofrecer a jóvenes de ambos sexos, la posi-bilidad de afrontar en el futuro su propia vida con independencia.

D isponen también de una Capi-lla para la celebración de ac-

tos litúrgicos y la Misa dominical para los habitantes del entorno que quieran acudir.

P or la tarde, a las 19 h. los reli-giosos se reúnen para sus re-

zos, mientras los muchachos son atendidos por educadores; y a las 20/20,30, ya con todos o casi todos en el Lar [a veces alguno de los mayores llega un poco más tarde de clase], cenan juntos.

T ambién se les enseña a cuidar sus habitaciones y ropa, a la-

var, barrer, colaborar en la cocina, cuidar de los animales del centro y del escaso huerto, cuando se puede trabajar... para que el día de maña-na puedan ser autosuficientes y sepan organizar su vida de forma digna.

P ara su subsistencia, disponen de gallinas ponedoras y alguna

En el continente Europeo: Italia, España, Polonia, Albania, Rumania.

En el continente Americano: El Salvador, Guate-mala, Honduras, República Dominicana, Haití, México, Estados Unidos, Brasil, Colombia y Ecua-dor.

En el continente Asiático: Filipinas, Indonesia, Vietnam, India y Sri Lanka.

En el continente Africano: Mozambique y Nigeria.

En Oceanía: Australia.

EMILIANI ONGD es una organiza-ción privada sin ánimo de lucro que se financia principalmente con las aporta-ciones periódicas de particulares. Hoy se está cola-borando para que mejoren las condiciones de vida de muchos menores de la Misión de Mo-zambique. Los folletos para la inscrip-ción se encuentran en la conserjería del colegio: sólo tienes que decidir la canti-dad y periodicidad para colaborar co-mo socio o como donación.

vaca. Tuvieron cerdos, pero se les murieron de peste; y la agricultura –acelgas, ensalada y alguna cosilla más– es difícil, dado que están por debajo del nivel del mar y el agua de los pozos suele ser salada.

C arecen de agua corriente, por lo que hay que cogerla con cubos tanto para lavar las cosas como para la

higiene personal. La luz va y viene a su antojo.

C omo están ubicados en un entorno socialmente muy deprimido y rodeados de la más absoluta miseria, –

las casas de los alrededores son de lata, cubiertas de ura-lita y suelo de tierra–, los riesgos de robo, violencia o agresión son muy elevados. De hecho, los misioneros han sufrido ya algún acto de violencia, incluso con ar-mas de fuego: hay un par de guardias de seguridad, que vigilan todo el día.

C on todo ello, llama la atención la alegría que trans-miten los muchachos.”

M. Ángeles AYMAT ESCALADA

Presidenta Fundación Sociedad Protectora de los Niños

La Orden somasca, con más de quinientos años de historia y después de cuatro siglos en Italia, se convierte en

viajera y misionera hacia el resto del mundo. Los religiosos somascos, con la ayuda directa de los seglares, comien-zan a desarrollar sus obras en diferentes lugares del mundo. Además, en 1928, el Papa Pío XI proclamaba a San Jerónimo Emiliani "Patrono universal de los huérfanos y de la juventud abandonada". Desde entonces, los Somas-cos están extendidos por 23 países de los cinco continentes. En ellos, sus obras principales siguen siendo de carác-ter educativo, social y de atención a la infancia en situación de vulnerabilidad.