SINTRA 50 E - Sintraunicol – Cali – Sindicato Nacional ... · ensayo de organización de segun-do grado buscando agrupar a los nacientes sindicatos. ... una de ellas, la masacre

SINTRAUNICOL CALI 50 AÑOS

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En conmemoración de los cincuenta años de SINTRAUNICOL Subdirectiva Cali, presentamos esta revista, que es el resultado de las primeras investigaciones realizadas con el objetivo de la publicación del libro de la historia de nuestra

organización sindical; así que, podemos considerar estas líneas, como una cuota inicial de esa deuda histórica que tenemos con la publicación del libro.

La revista comienza con un recuento histórico del sindicalismo en Colombia, el cual se basó en un documento que está todavía en borrador y que surgió originalmente de un trabajo encomendado a SINTRAUNICOL Cali en la primera versión de la “Escuela Camilo Torres”, realizada por el Instituto IAPES; ésta sirvió como base para el desarrollo de uno de los módulos de la Escuela de Formación de SINTRAUNICOL Cali, que se realizó entre febrero y julio de 2011.

Continuamos con la historia de los sindicatos que se constituyeron en SINTRAUNICOL Subdirectiva Cali, iniciando con SINTRAUNI-VALLE, que luego pasó a ser SINTEUNIVALLE; éste fue el primer sindicato de base que se creó y por el cual hoy podemos decir que cumplimos cincuenta años. Posteriormente hablamos de SINDEPUV, llamado en sus inicios Asociación de Empleados.

Luego pasamos al recuento de luchas que hemos dado en cada una las universidades desde que nos constituimos en SINTRAUNICOL Subdirectiva Cali. Primero en la Universidad del Valle; luego en la Universidad Santiago de Cali y finalmente en la Universidad de San Buenaventura.

En el siguiente grupo de artículos, dejando de lado el recuento histórico, destacamos algunas de las fortalezas de SINTRAUNICOL Cali en estos cincuenta años de lucha, como son: su estructura orgánica, que va más allá de ser un sindicato; la defensa de la educación superior y el trabajo destacado de la mujer.

Para finalizar contamos la historia de algunos de los que podríamos llamar “nuestros estandartes”, que además son casos sui generis en el país en cuanto a prestación de servicios en instituciones públicas; nos referimos a: el Restaurante Universitario, la Sección de Vigilancia y Seguridad y al Servicio de Salud.

El objetivo de esta revista no es otro que fortalecer ideológicamente a nuestras y nuestros afiliados, acercándolos a nuestra historia para que valoren lo que somos y se motiven a seguir apostándole a SINTRAUNICOL, debido a que a pesar de las adversidades, en cada uno de estos momentos ha demostrado fortaleza como clase obrera.

También es un homenaje a aquellos hombres y mujeres que fundaron los sindicatos de base, a los que tuvieron el sueño de unidad de la clase trabajadora universitaria y lucharon por ella; a los que han sostenido esta subdirectiva y a las nuevas generaciones de compañeras y compañeros que continuarán con este legado de lucha y resistencia hasta lograr un mundo mejor.

Lo que llamamos clase trabajadora desde el surgimiento del modo de producción capi-

talista tiene sus antecedentes, en primera instancia, en los esclavos que eran explotados por los amos y luego en los siervos, explotados por los señores feudales. Desde el siglo XVIII en Inglaterra surgie-ron las fábricas y se fueron for-jando como clases antagónicas el capitalista y la clase obrera o tra-bajadora; los primeros son dueños de las fábricas y de los medios de producción, quienes compran con un salario la fuerza de trabajo a la clase obrera. Como respuesta, trabajadores y trabajadoras se or-ganizaron en sindicatos, para re-sistir a la opresión y explotación de la clase dominante. Por su par-te, en Colombia el sindicalismo llegó tardíamente en el siglo XX.

En las tres primeras décadas del siglo XX, por el nacimiento de algunas industrias en Colom-bia, surgieron grandes concen-traciones de trabajadores y tra-bajadoras, lo que trajo como con-secuencia inmediata la organi-zación de la clase trabajadora en una gran cantidad de sindicatos. Estos sindicatos posteriormente

Reseña del movimiento sindical en Colombia

Nancy Hernández MontoyaTesorera Sintraunicol, Cali

“Proletarios del mundo, uníos” Carlos Marx

constituyeron, en 1991, el Partido Obrero “como instrumento políti-co para enfrentar al Estado y sus legislaciones anti obreras” 1; y la Unión Obrera en 1913, como un ensayo de organización de segun-do grado buscando agrupar a los nacientes sindicatos. Así, la clase obrera colombiana organizada, conmemoró por primera vez el Día Internacional del Trabajo el 1 de Mayo de 1914, con la par-ticiparon de otros sectores popu-lares.

Siguieron importantes huel-gas como la de los trabajadores y trabajadoras de Girardot, en 1919, que se extendió por todo el Departamento de Cundinamar-ca afectando al tranvía de Bogotá y a los ferrocarriles de la sabana, a la que se unieron los trabaja-dores y trabajadoras de las princi-pales fábricas cerveceras, textile-ras, harineras, de fundición y los gremios artesanos que agrupaban albañiles, panaderos, latoneros, entre otros; esto lo podríamos ver como el primer paro general que realizó en Colombia la clase obrera. Otra huelga significativa fue la de febrero de 1920, en la fábrica de Textiles de Bello, en Antioquia, primera realizada por

mujeres trabajadoras y liderada por la obrera Betsabé Espinoza, quien “organizó a 300 mujeres para exigir aumento salarial y el despido del director y unos ca-pataces que habían agredido se-xualmente a cinco compañeras, logrando sus reivindicaciones y el apoyo de cerca de tres mil per-sonas”. 2

La dirección de las grandes huelgas realizadas en la segun-da década del siglo XX estuvo a cargo de la Confederación Obre-ra Nacional, creada en 1924 y del Partido Socialista, fundado en 1926, con la participación de María Cano, Raúl Mahecha e Ig-nacio Torres Giraldo. Asimismo, tuvimos en 1927, la huelga petro-lera en Barrancabermeja, por los trabajadores y trabajadoras de la Sociedad Unión Obrera (hoy en día Unión Sindical Obrera USO) contra la Tropical Oil Company, que duró 20 días, donde la orga-nización sindical alimentó a 5000 trabajadores y trabajadoras y sus familias; y en 1928, la huel-ga histórica de los trabajadores y trabajadoras de la United Fruit Company. En ambas huelgas los patronos se negaron a las peticio-nes y hubo represión militar, ter-


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minando con grandes masacres; una de ellas, la masacre de las bananeras.

El capitalismo comenzó a consolidarse en Colombia des-de los años 30 del siglo XX con el fortalecimiento de las indus-trias existentes y el surgimiento de otras, acompañado de varias normas laborales. Por ejemplo, la Ley 83 de 1931, que reconoció el derecho de asociación de los tra-bajadores y trabajadoras y esta-bleció multas si se impedía la afi-liación a sindicatos; pero también facultó al gobierno para disolver cualquier sindicato que partici-para en política; sentó las bases para los sindicatos de empresa o de base y garantizó el derecho de asociación a los empleadores 3. Por su parte, el presidente Alfon-so López Pumarejo (1934-1938 y 1942-1945) protegió y dio estí-

mulos oficiales para la formación de sindicatos; el 10 de agosto de 1935 facilitó e impulsó la crea-ción de la primera organización obrera nacional: la Confedera-ción de trabajadores de Colombia (CTC), que fue el brazo laboral del partido liberal, interlocutan-do directamente con el Estado y mediando en los conflictos obrero patronales. 4 En la reforma cons-titucional de 1936 el derecho de asociación adquirió la categoría de constitucional.

El 19 de febrero de 1945 se expidió la Ley 6, estableciendo claramente las consecuencias de la huelga ilegal, regulando el funcionamiento de la negocia-ción colectiva, posibilitando el surgimiento de nuevas centrales obreras y promoviendo el para-lelismo sindical, para reconocer jurídicamente a la nueva central,

Unión de Trabajadores de Co-lombia (UTC), que se legalizó en 1949 y contrarrestó a la CTC y la influencia del comunismo en los trabajadores y trabajadoras. En el gobierno de Laureano Gómez (1950-1951) entró en vigencia el Código Sustantivo del Traba-jo (CST) desde 1951, unificando todas las normas que estaban dispersas, pero también “…el antiguo sindicalismo retorna a la clandestinidad e ilegalidad,”5 de-bido a la persecución de la acción sindical clasista.

Con los años sesenta vino la activación de los movimientos sociales y la oposición política, aflorando las protestas agrarias, las movilizaciones étnicas y los paros cívicos, donde los trabaja-dores y trabajadoras jugaron un papel importante, en especial el magisterio, agrupado en La Fede-


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ración Colombiana de Educado-res - FECODE, fundada el 24 de marzo de 1959. El movimiento sindical se reactivó con el incre-mento del número de sindicatos, la división de las centrales obre-ras y con la mayor actividad huel-guística presentada en el país. Además, de las 16 huelgas de solidaridad y 11 paros políticos y cívicos, se registraron huelgas en diversas ramas de la producción 6. El gobierno comenzó a intervenir la CTC, para que los sindicatos comunistas no tuvieran mayor in-fluencia, convenciendo a los libe-rales para que los expulsaran en 1960 en el XII Congreso Nacio-nal. En 1961 comenzaron a ven-cerse las convenciones colectivas y, con el incremento del costo de la vida, aumentaron los pliegos de peticiones.

La década de 1970 fue de gran importancia para el sindicalismo en Colombia; en 1974 se creó la Confederación Sindical de Tra-bajadores y trabajadoras de Co-lombia (CSTC), con la dirección del Partido Comunista, que “ini-ció un proceso de unidad con el sindicalismo independiente que se oponía a las centra les UTC y CTC, a las cuales señalaba como patronales e inscritas en el bipar-tidismo del Frente Nacional. La CSTC (…) albergó aproximada-mente al 23% de la población sin-dicalizada del país” 7, cobrando gran relevancia el sindicalismo independiente.

En esta década, además, em-pleados y empleadas públicos se radicalizaron y se politizaron dis-tintos sectores sociales. Fue una época marcada por la lucha so-

cial, con nuevas y mayores movi-lizaciones, con el incremento de las actividades de grupos de mu-jeres y de su expresión política. El derecho a huelga protegido por el Convenio 87 de 1948 de la OIT, fue incorporado en la legis-lación colombiana con la Ley 26 de 1976, lo que incrementó las ac-ciones huelguísticas (entre 1977 y 1978 se realizaron 51 huelgas en 10 meses). Estas manifesta-ciones, igual que en años ante-riores, estuvieron marcadas por una fuerte represión y violencia, además de los despidos masivos, contra pliegos patronales, conge-lación de salarios y en general, la violación de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Se efectuaron numerosos pa-ros cívicos en las principales ciudades, destacándose el Paro Cívico Nacional de 1977, que fue la más grande movilización contemporánea, convocado con-juntamente por las centrales obre-ras CTC, UTC y CSTC, a su vez coordinadas por el Consejo Na-cional Sindical (CNS); a este paro se opusieron los sectores sindi-cales por fuera de estas centrales. Esta movilización marcó un nue-vo espacio para las luchas socia-les, aunque dejó varios muertos por la acción de la fuerzas ar-madas, cientos de encarcelados, desterrados y desaparecidos. La represión militar contra el sindi-calismo no evitó los numerosos paros cívicos locales posteriores.

En la década de los ochen-ta se intensificó el accionar de la guerrilla, el narcotráfico entró en auge y el gobierno de Julio César Turbay Ayala (1978-1982)

estableció el Estatuto de Segu-ridad, que permitió a las fuerzas militares realizar allanamientos y detenciones contra los civiles. Este fue un período que se ca-racterizó por la fuerte represión militar al movimiento social y la agudización de la violencia rural y urbana. El movimiento sindical, sin embargo, no se detuvo. El 15 de noviembre de 1986 se creó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) juntando varias centrales, incluso de ideologías diferentes, con el objetivo de ganar fuerza política y proyectar la acción del sindicalismo más allá de condi-ciones coyunturales, bajo la con-signa “Hacia un sindicalismo de masas”. También nació la Cen-tral Democrática de Trabajadores de Colombia (CDTC), que agru-pó a los sectores que no estuvie-ron de acuerdo con la CUT. En 1988 se convocó un paro nacional de solidaridad con los trabajado-res de Urabá, por el asesinato de 230 trabajadores y trabajadoras; además, se realizaron grandiosas marchas campesinas que con-mocionaron al país en el mes de mayo; y por esos mismos días, 300 barrios del sur de Bogotá bloquearon vías y realizaron un paro por escasez de agua, seguido por la Huelga General del 27 de octubre.

La caída del Muro de Berlín dio la bienvenida a los años noventa, simbolizando la caída de las ideo-logías de izquierda, dando paso a una visión del mundo unipolar globalizada. En este contexto, el capitalismo dio un paso más en su ‘perfección’ con un nuevo mode-lo económico que profundizó la


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acumulación, el individualismo y el consumismo, encaminado a la privatización y el desmonte de las políticas sociales: el neoliberalis-mo. Colombia abrió sus puertas a este modelo con la constitución de 1991, acomodando toda la norma-tividad para su implementación; sin embargo, antes, en el año 90, había entrado en vigencia la Ley 50 que reformó el Código Sustan-tivo del Trabajo, acabando con la jubilación y el contrato de trabajo, estableciendo los retrógrados con-tratos de servicios que atentaron contra la estabilidad laboral dando como resultado desregularización laboral.

Los años noventa no se dife-rencian mucho de la década del ochenta, pues se caracterizaron por homicidios selectivos contra dirigentes y líderes sindicales y fuerte presencia de la violencia de orden estatal, sin olvidar las masacres de múltiples sindica-listas agrarios. Ante este panora-ma, el sindicalismo estuvo en la búsqueda de una posición unita-ria enfrentando la represión y la violación de la libertad sindical. La CUT condujo importantes mo-vilizaciones nacionales en unidad de acción con las otras centrales, como el Paro de Trabajadores y Trabajadoras del Estado, del 11 al 18 de febrero de 1997, que pa-ralizó durante un día a Bogotá. Pero de otro lado, la CUT perdió, hasta 1999, a 3.500 de sus afilia-dos y afiliadas, por asesinatos, el cierre de empresas privadas, rees-tructuraciones y liquidaciones de entidades del Estado.

En el siglo XXI Álvaro Uri-be Vélez (2002-2010) llegó a la

presidencia de la República con la política de Seguridad Demo-crática y reforzamiento del mo-delo neoliberal, la negociación y falsa desmovilización de los grupos paramilitares y “refor-mas a la Constitución Nacional de 1991, con las que logró su ree-lección.”8. Durante este gobierno el desempleo fue del 12%, el más alto de Latinoamérica; las refor-mas laborales, principalmente la Ley 789 del 27 de diciembre de 2002, llevaron a precarización a los trabajadores y trabajadoras en desequilibrio con las altas ganan-cias para los grandes empresarios y el aumento de la informalidad laboral, disminución de las nego-ciaciones colectivas y reactiva-ción de la movilización de las y los trabajadores y trabajadoras; en 2009 se realizaron 103 movi-lizaciones y protestas laborales, que ya para el 2010, crecieron en un 71%. 9

La Seguridad Democráti-ca ubicó a las y los sindicalistas como enemigos de la Seguridad Nacional, tratándolos como po-sibles subversivos, con la reali-zación de montajes contra altos dirigentes sindicales. En alian-za con el DAS y paramilitares desmovilizados, el Estado no se abstuvo de su acción antisindi-cal; por el contrario, recrearon nuevas estrategias para asesinar sindicalistas. Esta política de ‘se-guridad’ aumentó las privaciones a la libertad, las restricciones a la libertad sindical, las amenazas de muerte y un fuerte despliegue en las estrategias para invisibili-zar la magnitud de la violencia. También aumentó la responsabi-

lidad de organismos del Estado en estos hechos y los crímenes de Estado directamente. En Colom-bia continúa la violencia sistemá-tica y deliberada contra el sindi-calismo, acompañada de una im-punidad generalizada. Basta con ver las cifras de asesinatos de sindicalistas de los últimos años: 52 en el 2010, 29 en el 2011, 20 en el 2012 y, en lo que llevamos del 2013, van 5 asesinatos. Estas cifras y la realidad en sí misma, ubica a Colombia en los primeros puestos de los países de mayor violencia sindical, otorgándole, en el 2011, el ‘honroso’ título del país más peligroso para ejercer el sindicalismo.

En los últimos años se han emitido normas que afectan di-rectamente a la clase trabajadora y sindicalizada. Entre otras te-nemos: el Decreto 4588 de 2006 (Diciembre 27), “por el cual se reglamenta la organización y fun-cionamiento de las Cooperativas de Trabajo Asociado”; el Decreto 535 de enero de 2009, referente a la negociación colectiva de los empleados públicos que sólo da la oportunidad de concertar, sin dar otras instancias, sin poder negociar el régimen salarial y prestacional, ya que el gobierno lo establece de manera unilateral; la Ley 1429 de 2010 o del pri-mer empleo. También otras leyes como la Ley 1453 de junio 24 de 2011 o de seguridad ciudadana, que tipifica nuevos delitos que violan el derecho a la protesta. La última norma emitida fue el Decreto 1092 que supuestamente derogó el Decreto 535, pero sos-tuvo las mismas limitaciones por


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la presión de los congresistas nor-teamericanos para firmar el TLC y para mostrar a la OIT que las y los empleados públicos sí tienen derecho a negociar.

Hoy continuamos con una cul-tura antisindical con la prolifera-ción de sindicatos patronalistas, negociaciones colectivas residua-les, relaciones laborales sin dere-chos, desempleo, bajos ingresos, informalidad y desprotección so-cial. La exclusión de jóvenes y mujeres, con las peores condicio-nes laborales, no se queda atrás; sumándole la inadecuada legis-lación, no sujeta a los estándares internacionales y los pocos con-troles a los patronos. Todo esto ha llevado a la baja sindicalización.

Vemos entonces que Colom-bia ha atravesado, a lo largo de su historia, períodos de lucha por parte de los movimientos sociales en busca de las reivindicaciones de sus derechos y de la construc-ción de un país con garantías para el pueblo. Igualmente, el sindica-lismo ha sido uno de los sectores

que desde inicios del siglo XX se ha fortalecido y constituido en protagonista de la lucha social co-lombiana. A pesar de la represión por parte del patrono y del Estado, el movimiento obrero sigue vivo; sigue luchando y resistiendo or-ganizadamente contra el “libre comercio”, las privatizaciones y el modelo neoliberal, por el de-recho de organización sindical y flexibilizando un poco sus estruc-turas para permitir la vinculación de los trabajadores y trabajadoras informales e independientes.

Fieles al mandato de Carlos Marx, seguimos luchando por la unidad de la clase trabajadora y de las clases populares.

Referencias

1 y 6 GONZÁLEZ, C. A. Construc-ción de nación y movimiento so-cial colombiano en el Siglo XX.

2 VARGAS R., V. A. (2007). Aproxi-mación histórica a la participa-ción de la mujer en las luchas so-ciales en Colombia. (Disponible en: http://www.prensarural.org/

spip/spip.php?article1254. Con-sultado en: Noviembre de 2011).

3 y 4 HERNÁNDEZ V., F. (2004). El sindicalismo en Colombia im-plicaciones sociales y políticas. Tesis Pontificia Universidad Ja-veriana, Bogotá. Pág. 118 y 106.

5 y 8 CORREA M., G. (2007). Cua-derno de derechos humanos No. 19. Escuela Nacional Sindical Área de Defensa de Derechos Humanos y Laborales, Medellín. Pág.22, 57.

7 REYES C., A. C.; SAAVEDRA R., M. C. (2005). Mujeres y trabajo en Antioquia durante el Siglo XX formas de asociación y participa-ción sindical. Ensayos Laborales 13. Escuela Nacional Sindical, Medellín. Pág. 94, 95, 96, 99,117 y 118.

9 ÁREA DE INVESTIGACIO-NES- ESCUELA NACIONAL SINDICAL. (2010). Informe Nacional de Coyuntura Eco-nómica, Laboral y Sindical En 2009 —Incluye Balance de los 8 Años del Gobierno Uribe—. Agencia de información laboral. (Disponible en: http://www.ens.org.co/index.shtml?apc=Na--;9;-;-;&x=20155546).

A continuación haremos un recorrido por la historia del Sindica-to de Trabajadores de

la Universidad del Valle (SIN-TRAUNIVALLE), desde su na-cimiento, la primera negociación colectiva, la lucha por mantener las reivindicaciones logradas, la participación en otras organiza-

Primer sindicato en la Universidad del Valle

Harold Balanta Secretario Sintraunicol, Cali

María del Mar AgredoEstudiante Licenciatura Historia Univalle

ciones sindicales y algunos de sus logros más significativos hasta llegar a la fusión en el Sindicato Nacional de Trabajadores y Em-pleados Universitarios de Colom-bia (SINTRAUNICOL).

Dentro del proceso de unidad y en el transcurrir de la clase tra-bajadora de la Universidad del Valle, nació SINTRAUNIVA-

LLE. Ubicándonos en el contexto de la década de los sesenta, fue decretada la Ley 1ª de 1963 en el gobierno nacional por el presi-dente Guillermo León Valencia, con la cual se reajustaron los sa-larios en todo el país, buscando compensar los efectos de la de-valuación sobre los ingresos de las y los trabajadores 1. Esta ley


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no fue acatada por la Universi-dad del Valle ya que, además de una supuesta crisis económica, argumentó no estar obligada jurí-dicamente a pagar el reajuste por tratarse, según las directivas, de un organismo descentralizado de orden regional.

Ante la injusta posición de la universidad, las y los traba-jadores decidieron organizarse y exigir sus derechos por medio de la creación de un sindicato; es así como el 5 de marzo de 1963 nace SINTRAUNIVALLE con 45 obreros, haciendo de este mo-mento un hecho histórico ya que fue la primera organización sindi-cal dentro de la Universidad del Valle, marcando el inicio de la lucha organizada del movimiento obrero en la Universidad, avizo-rando las conquistas que se darían hacia el futuro.

Una de las razones principales de la existencia de las organiza-ciones sindicales, es el ejercicio del derecho a negociar colectiva-mente reivindicaciones para las y los trabajadores afiliados, que quedan plasmadas en lo que la ley colombiana llama Convención Colectiva, que no son otra cosa que contratos de trabajo colecti-vos firmados entre sindicatos y empresas. El 10 de junio de 1963, SINTRAUNIVALLE presentó un pliego de peticiones a la dirección de la Universidad, iniciando su primera negociación colectiva.

Pasados 5 años, el 23 de abril de 1968, se firmó la primera Con-vención Colectiva de Trabajo con la Universidad del Valle. La vic-toria del sindicato era un hecho: la lucha emprendida por los hom-

bres y mujeres congregados en SINTRAUNIVALLE dio sus pri-meros frutos. Debido a las dife-rentes movilizaciones y acciones de hecho dentro de la Universi-dad, por parte de las y los compa-ñeros trabajadores, se logró que la universidad aplicara el reajuste salarial con retroactividad 2.

Alrededor de los años sesenta, en Colombia y como consecuen-cia de la influencia del bipartidis-mo, se encontraban dos centrales a nivel nacional que aglutinaban los sindicatos: la Unión de Tra-bajadores de Colombia, (UTC) y la Central de Trabajadores de Colombia (CTC), de tendencia conservadora y liberal respectiva-mente. SINTRAUNIVALLE na-ció, entonces bajo los toldos de la UTC afiliado, a nivel regional, a la Unión de Trabajadores del Va-lle (UTRAVAL). 3 Se manifestó que este hecho fue una las causas por las cuales la primera conven-ción colectiva se firmó cinco años después de presentarse el pliego de peticiones, puesto que la UTC aconsejaba ser pacifistas y estaba en contra de la lucha de clases. 4

La experiencia de la primera negociación cualificó política-mente a SINTRAUNIVALLE creando la conciencia de clase en las y los afiliados, dándole el ca-rácter de clasista que lo identifi-ca. Esto trajo como consecuencia el cuestionamiento al interior de la organización de la inclinación patronal de la UTC y finalmente la desafiliación en 1970. Por es-tos años también se dio inicio a la influencia de los partidos de iz-quierda en el sindicato. 5

La segunda Convención Co-

lectiva de Trabajo, firmada en el año de 1971, creó el Fondo de Vivienda, que funciona desde el 15 de octubre de 1971. En la Convención de 1973 se obtuvie-ron grandes logros con respecto a los cargos oficiales, definiendo las características de estos y ga-nando una participación con dos miembros del sindicato en el Co-mité de Ampliación de Cobertura, cuya función era definir estos car-gos por parte de la Universidad. Igualmente se logró constituir el Comité Obrero Patronal (COP), integrado por dos representantes del sindicato y dos de la Uni-versidad con sus respectivos su-plentes, donde se discutirían los problemas de sanciones y despi-dos de las y los trabajadores, con-siguiendo con esto la estabilidad laboral, ya que la Universidad sancionaba y despedía unilateral-mente a través de un reglamento interno. 6

Ante el fortalecimiento de SINTRAUNIVALLE, las direc-tivas de la Universidad comenza-ron a actuar y el 31 de agosto de 1973, a través de la resolución No. 422 de Rectoría, declararon empleos públicos a la gran ma-yoría de cargos oficiales. Lo que prácticamente acabaría a SIN-TRAUNIVALLE, debido a que las y los empleados públicos no podían constituir sindicatos. La movilización de las y los trabaja-dores tampoco se hizo esperar. Se convocó a asamblea extraordina-ria, se envió carta al rector de la época, Alberto León Betancourt, solicitando la creación de un co-mité paritario para derogar la Re-solución 422, analizar los ajustes


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salariales y revisar la Convención Colectiva de Trabajo. Como la Universidad no daba respuesta, el 4 de octubre de 1973 se nom-bró un comité de paro, haciendo un llamado a los estudiantes, pro-fesores y comunidad en general para que apoyaran este justo mo-vimiento. Finalmente se revocó la resolución, conservando la condi-ción de trabajadores oficiales y garantizando la permanencia del Sindicato. 7

En los setenta se fortaleció una corriente del movimiento sin-dical colombiano con una postura antiimperialista, antioligárquica, antirevisionista, antielectora y antipatronal que dio surgimiento en 1970 a la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores y Empleados Públicos (FENASIN-TRAP) “… federación que había dado solidaridad efectiva en la lu-cha contra la clasificación (Reso-lución 422) que al igual que nues-tro Sindicato acogió e impulsó la política del sindicalismo indepen-diente y clasista.” 8 En mayo de 1974 SINTRAUNIVALLE se afi-lió a FENASINTRAP, y comenzó a participar en encuentros regiona-les y nacionales como el realizado en 1976 en Medellín: Primer En-cuentro Nacional del Sindicalismo Independiente y Clasista.

Los años 80 recibieron a las universidades con el Decreto - Ley 080 de 1980, como el mar-co para la educación superior, el cual establecía clasificación de cargos de oficiales a empleados públicos; aunque en nuestra Con-vención teníamos claramente de-finidos los cargos de los oficiales, las directivas universitarias inten-

taron clasificar algunos, pero no lo lograron. “Así, nuevamente el Sindicato derrotó las pretensiones de liquidar y/o clasificar cargos y terminó esa década de los 80 con un buen número de afiliados.” 9

SINTRAUNIVALLE parti-cipó de la creación de la Central

Unitaria de Trabajadores CUT, en 1986. Central de tipo demo-crático, más amplio que aglutinó sindicatos de tendencias políticas afines, con la lucha social y polí-tica de izquierda en Colombia10. SINTRAUNIVALLE, acogiendo uno de los postulados de la CUT, lograr la unidad de clase traba-jadora, pasó en 1990 a ser el Sindicato de Trabajadores y Em-pleados de la Universidad del Va-lle, en aras de fusionarse con el ya existente Sindicato de Empleados Públicos de la Universidad del Valle (SINDEPUV) y aunar fuer-zas en la lucha de las y los tra-bajadores de la Universidad. Para este momento las condiciones no favorecían la fusión, pero dejaba

¡CONTRA LOS PATRONOS,CONTRA EL

IMPERIALISMO,CONTRA LA

OLIGARQUIA,CONTRA EL

REVISIONISMOY LA FARSA ELECTORAL,

COMBATIENDO UNIDOS

VENCEREMOS!

plasmada la idea en ambos sindi-catos, que llevaban ya un período trabajando juntos, de que la unión era propicia y necesaria.

Recordemos la crisis de la izquierda de los años noventa, donde, como afirmó Hebert Re-yes, quien fuera dirigente de este sindicato: “surgen dos corrien-tes ideológicas claramente dife-renciadas que van a influir en la vida política de este país y en el movimiento sindical, los compa-ñeros que seguían considerando la lucha guerrillera como una al-ternativa válida y de quienes nos apartamos hasta ese momento, en los años 90, de esa concep-ción que debíamos acompañarla y trabajar por ella, consideramos que la lucha en este país a par-tir de la constituyente era la lu-cha de la democracia dentro del Estado. Eso fracturó de manera significativa la lucha sindical en todo el país”. 11 Lo que afectó directamente a nuestro sindicato que hasta los ochenta era dirigido hegemónicamente por la primera corriente que plantea Hebert.

Con esta crisis nos encontró la oleada de leyes que le dieron paso al neoliberalismo en Colom-bia, la cual superamos para bien de la organización. Con la llega-da de las Leyes 50 de 1990 y 100 de 1993, empezó un período de discusiones y reflexiones acerca de las consecuencias negativas de estas leyes en las pensiones y en el sistema de seguridad social.

En 1995 se dio un gran logro para SINTEUNIVALLE, la Reso-lución 2276 de la rectoría que es-tablecía las nivelaciones para las y los trabajadores oficiales de ese


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momento, que se ha constituido, hasta la fecha, en el factor de de-sarrollo y de calidad de vida más importante que ha tenido este gru-po de trabajadoras y trabajadores. Este tema ya se venía trabajando desde 1993, cuando “quedó es-tablecido que se desarrollaría un estudio para darle oportunidad a los trabajadores que se capa-citaran en la universidad, quedó la semilla para ese elemento y ahí empezamos a trabajar en esa perspectiva” 12

La flexibilización laboral que trajo consigo la Ley 50 de 1990, afectó también a SINTEUNIVA-LLE, debido a que en la Univer-sidad, paralelamente, venía cre-ciendo la nómina de contratistas, lo que nos llevó a la lucha por la estabilidad de las y los contra-tistas, que también era la lucha por la permanencia del sindica-to y de la convención colectiva. Es así como se les permitió a los contratistas afiliarse al sindicato, cosa que no había hecho nadie en este país, ni siquiera la USO, que era de los sindicatos más fuertes. Empezamos entonces en la nego-ciación a pelear su derecho a ser trabajadores oficiales, al contrato de trabajo y a los beneficios con-vencionales. Esto está plasmado en las convenciones 95, 96 y 97, últimas firmadas por SINTEUNI-VALLE. 13

Queremos, en esta oportuni-dad, destacar la participación que siempre mantuvo SINTEUNIVA-LLE como actor social protagóni-co en las grandes movilizaciones, como: movimiento estudiantil de los años 60 y 70, Paro Cívico de 1977, paros nacionales del año 81. La solidaridad con las otras organizaciones sindicales, que en la región desde la creación de la CUT, se concentró en el Comité de Solidaridad COSOL; así como también el trabajado constante con los presos políticos.

En 1997 SINTEUNIVALLE llegó a conformar la Subdirectiva Cali de SINTRAUNICOL, al cual ya le había aportado con algunos líderes que se habían afiliado in-dividualmente en 1992, en un acto de solidaridad de clase con las y los trabajadores la Univer-sidad Santiago de Cali, para no dejar desaparecer la organización en dicha universidad. Aquí llegó con un trabajo ya adelantado de unidad de las y los trabajadores universitarios iniciado en 1990 en la Universidad del Valle, apor-tándole sus más de cuarenta años de historia de lucha al lado de las organizaciones de izquierda, en defensa de los derechos humanos de clase obrera y del pueblo co-lombiano en general y en defensa la universidad pública.

Referencias

1, 2, 3, 6, 7 BERNAL, C. L.; MO-RENO, J. O.; PERAFAN, E.; SOTO, E. N. (1997). Historia de SINTRAUNIVALLE 1963-1997. Treinta y cuatro años de lucha en favor de la clase obrera. Trabajo de Investigación. Cali. Páginas 20,31, 47, 48, 51 Y 52.

4, 5, 8 Comunero sindical. (Septiem-bre 1978). Breve esbozo histórico de Sintraunivalle. Junta Directi-va.

9 GONZÁLEZ, C. A. (2011). La convención colectiva de trabajo y los acuerdos son dinámicos.

10 VIÁFARA, E. (2013). Audios Ta-lleres Línea de Tiempo Historia de SINTRAUNICOL.

11, 12, 13 Reyes, H. (2013). Audios Talleres Línea de Tiempo Histo-ria de SINTRAUNICOL

La ley colombiana divi-de la clase trabajadora de la administración pública en dos grupos:

las y los trabajadores oficiales y las y los empleados públicos. Esta división ha establecido dife-rencias, las cuales, a través de las luchas de la clase trabajadora, se han tratado de eliminar. En cuan-to a los derechos colectivos a las y los empleados públicos sólo se les permitió organizarse en Sindi-catos en los años 80 y el derecho a la negociación colectiva se les sigue negando hasta hoy.

La Universidad del Valle, como institución pública, tie-

ne los dos grupos, donde estas diferencias han sido evidentes y como consecuencia se dio la creación de dos organizaciones: por un lado, las y los Trabajado-res Oficiales crearon su sindicato (SINTRAUNIVALLE) en 1963; y por otra parte las y los emplea-dos públicos tan sólo pudieron conformar una Asociación en 1975 y tuvieron que esperar hasta 1987 para constituirse en el Sin-dicato de Empleados Públicos de la Universidad del Valle (SINDE-PUV).

A continuación se narran los aspectos que consideramos más relevantes en la historia de las

organizaciones que agruparon a las y los empleados públicos de la Universidad del Valle, como su nacimiento, el ejercicio del de-recho a la negociación colectiva que ejercieron a pesar que la ley no se los permitía; la articulación con otras organizaciones sindica-les y sociales, el paso a Sindicato y por último la fusión en el Sindi-cato Nacional de Trabajadores y Empleados Universitarios, SIN-TRAUNICOL.

Sthella de Arturo, quien fue-ra en varias ocasiones presidenta de la Asociación de Empleados Públicos y de SINDEPUV, narró que se organizaron como Aso-

Empleadas y empleados públicos de la Universidad del Valle,

ejerciendo sus derechos colectivos

Nancy Hernández MontoyaTesorera de Sintraunicol, Cali


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ciación en 1975 porque en ese momento no podían conformar un sindicato, ya que la ley no lo permitía; narró que la idea surgió de cuatro empleadas y emplea-dos, quienes fueron citando uno a uno a las y los compañeros de “mucha confianza”, debido a que les daba temor un posible despi-do. 1 Complementó esta historia Nubia Sandoval, quien también fuera presidenta de SINDEPUV, manifestando que las y los em-pleados no tenían nada, ni escala salarial y los aumentos salariales eran a voluntad del jefe. También contó que comenzaron a reunirse de forma clandestina a la hora del almuerzo y en la noche, con la asesoría de SINTRAUNIVALLE, quienes jugaron un papel muy importante en el nacimiento de la Asociación. “Los empleados se organizaron buscando tener unas reivindicaciones mínimas, un sa-lario justo y el derecho a reunirse, siguiendo el ejemplo de los traba-jadores oficiales”. 2

En 1976, año siguiente de constituida la Asociación, firma-ron los primeros acuerdos ra-tificados en la Resolución No. 119 del Consejo Superior de la Universidad del Valle, el 22 de abril de 1976. El gran logro de esta negociación fue constituir el Comité Paritario como el órgano consultor sobre asuntos de bienes colectivos o individuales de las y los empleados públicos y dar con-ceptos previos sobre sanciones. Este comité es lo que hoy llama-mos Comisión de Personal.

La Asociación continuó nego-ciando casi cada año, y al igual que en la primera negociación,

siempre se incluyeron reivindica-ciones económicas como aumen-to salarial, auxilios, subsidios de transporte, familiar, primas de vacaciones, de antigüedad y ade-más mejoras en la prestación del servicio médico familiar. Algunas de las negociaciones destacadas son: la creación de una comisión para presentar un estudio sobre nivelaciones en 19773; el inicio del proceso de elaboración del manual de funciones en 19834; la creación del comité permanente de vivienda, compuesto por: dos representantes de las y los em-pleados y dos de la Universidad, en 1986. 5

En 1984 en la Universidad del Valle “se logró la terminación del Estatuto del Empleado Públi-co el cual fue reconocido por el Consejo Superior con el Acuerdo No.004 del 5 de junio de 1984, para que este estatuto tenga una completa aplicación falta la se-gunda parte que es el manual de funciones. De todas maneras los empleados ya cuentan con un ins-trumento muy claro para su fun-cionamiento” 6. Estatuto que hoy sigue vigente. En ese año tam-bién comenzaron los trámites de clasificación de algunas y algu-nos trabajadores oficiales a em-pleadas y empleados públicos. 7

Desde 1986 se anunció la existencia de la resolución de aceptación de la reposición hecha ante el Ministerio del Trabajo, con respecto a la conformación del Sindicato, pero es hasta 1987, que la Asociación pasa a ser Sin-dicato, con el nombre de SIN-DEPUV 8. En la primera junta directiva, realizada el 5 de mayo

de 1986, en la asignación de los cargos fue elegida Stella de Artu-ro, quien ya había sido presidente de la Asociación en una ocasión9; destaco este hecho para manifes-tar que desde la Asociación hubo una gran participación de la mu-jer en el liderazgo de la junta, lo que se afianzó también en SIN-DEPUV, llegando a ser mayoría y en varias oportunidades, ocupan-do la presidencia.

Las dos organizaciones conti-nuaron existiendo con funciones diferentes, y de forma paulatina, se dio el proceso en el cual que-daría como única organización de las y los empleados públicos el naciente sindicato SINDEPUV. Es así como la Asociación sus-pendió “a partir del 6 de mayo de 1987, toda actividad relacionada con asuntos de carácter laboral, puesto que ello corresponde a SINDEPUV, recientemente re-conocido. Por lo demás, la Aso-ciación continuará funcionando a efectos de desarrollar el resto de objetivos de su fundación, (…) la Asociación de Empleados ya no tiene ninguna representación ante la Universidad para asuntos de carácter laboral (…).”10

SINDEPUV siguió negocian-do, casi cada año, como era cos-tumbre, incluyendo incrementos salariales y mejorando el subsi-dio de transporte, los auxilios, las prestaciones, el servicio de salud y las dotaciones. Se pue-den destacar algunos logros sig-nificativos básicamente de las tres últimas negociones: en 1995 nuevamente negocian sobre la obligación para la Universidad de realizar un estudio de la escala sa-


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larial, además lograron becas de tesis y trabajo de grado de un año, estudio para definir claramente el manual de funciones y estructu-ra de los cargos, ingreso al plan de nivelación universitaria de la Universidad del Valle llamado plan 1005 y servicio de cafetería para la Sede San Fernando11. En 1996 negociaron 30 días crono-lógicos de vacaciones, recesos de semana santa y diciembre; para los vigilantes 3 días en tiempo o dinero; 10% de cupos para cursos de extensión sin costo; 10 salarios mínimos anuales para formación sindical y otros para actividades deportivas; dos permisos sindi-cales adicionales para eventos con viáticos y una comisión per-manente para miembro de junta y presupuesto para salud ocupa-cional 12.

En 1997 se realizó la última negociación como SINDEPUV, logrando la elaboración de un nuevo manual de funciones y escalafón; exención del pago de

matrícula al estrato uno y matrí-cula subsidiada para los estratos 2 y 3; creación de una instancia que dependa de la Vicerrectoría Administrativa para analizar pe-ticiones que llevará al Consejo Académico y Consejo Superior; creación del Fondo Único de Ca-pacitación; oportunidad de encar-gaturas a quien tenga estudios profesionales, técnicos y cumpla con requisitos del cargo; com-promiso de nombramientos defi-nitivos en septiembre de 1997 y vinculación laboral en términos legales con derechos a los acuer-dos; creación del Comité de Sa-lud Ocupacional y creación de un fondo único de Vivienda para las y los Empleados y Trabajadores13.

Es importante precisar que aunque existieran dos sindicatos en la Universidad del Valle es-tos realizaron acciones conjuntas cuando fue necesario, como el paro cívico de 197714 y en febrero 23 de 1979, cuando la Asociación, en conjunto con el Sindicato de

Trabajadores, emitieron una car-ta para el Consejo Directivo de la Universidad del Valle, en la cual expresaron que no se negociaría menos del 18% del salario15. En 1982 tenemos la conformación de una comisión encargada de asistir a las reuniones que se llevan con SINTRAUNIVALLE para accio-nes conjuntas. Por último se des-tacó la participación en el Comité pro recuperación residencias en 1984 16.

Una de las fortalezas de la Asociación y SINDEPUV fue la permanente comunicación que se mantenía con las y los afiliados. En los primeros años emitieron un boletín sin nombre, que sim-plemente lo enumeraban, el cual fue vital en el proceso de la pri-mera negociación, ya que era el medio por el cual se informaban los avances de la misma, las ta-reas a realizar y los logros que se obtenían. Luego tomó el nom-bre de “boletín informativo”, con la misma secuencia. En octubre


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de 1978 encontramos el primer ejemplar del órgano informativo de la Asociación y en el lugar del nombre parece un signo de inte-rrogación para motivar un concur-so entre las y los afiliados para dar-le un nombre. El primer artículo fue AÑO UNO, NÚMERO UNO. En febrero de 1980, en el boletín No. 6 del II año ya apareció con el nombre “FLECHAZO”, que con-tenía el resumen de los acuerdos logrados en ese año y un artículo sobre la reforma universitaria. El último número del FLECHAZO fue el 22 en octubre de 1991. Tam-bién publicaban constantemen-te comunicados y algunas cartas abiertas. 17

En los años 90, cuando SIN-TRAUNIVALLE pasa a ser el Sindicato Mixto de Trabajadores y Trabajadoras y Empleados de la Universidad del Valle, SINTEU-NIVALLE, se nota cierta tensión en algunas y algunos miembros de la junta de SINDEPUV, que pensaban que podían perder re-presentatividad, ya que este nue-vo sindicato afiliaría también a empleadas y empleados públicos. Sin embargo, otros opinaban que con la creación del sindicato mixto se podrían unir fuerzas para futu-ras negociaciones 18. SINDEPUV entendió que la creación de este nuevo sindicato era un paso a la unidad de la clase trabajadora de Univalle y en los años siguientes participaron en las asambleas na-cionales del recientemente con-formado SINTRAUNICOL. Al interior de Univalle se realizaron reuniones entre las juntas directi-vas y asambleas conjuntas en el proceso de fusión a este sindicato.

SINDEPUV desapareció cuando en 1997, junto con SIN-TEUNIVALLE, se fusionan en SINTRAUNICOL Cali, forman-do parte del proceso de unión de la clase trabajadora universitaria, la cual era una necesidad ante la arremetida del neoliberalismo contra los derechos laborales, en especial contra los derechos colectivos. Considero que SIN-DEPUV aportó a la nueva orga-nización no sólo fortaleza con el gran número de afiliadas y afilia-dos, sino también tenacidad en la lucha por sus derechos laborales y el liderazgo de la mujer en el sindicalismo.

Por ultimo quiero destacar que contrario a las leyes, las y los empleados públicos de Univalle siempre impusieron su ejercicio de negoción colectiva logrando reivindicaciones económicas que mejoraron sus condiciones de vida, incluso esto se sigue evi-denciando en las dos primeras negociaciones como SINTRAU-NICOL en 1998 y 1999, donde se lograron aumentos salariares, derecho que se vio truncado con las leyes que se impusieron en el siglo XXI cuando el neoliberalis-mo se afianzó en Colombia.

Referencias

1 y 2 Video conmemorativo 47 años de SINTRAUNICOL.

3 Resolución 077 de mayo 22 de 1997 Consejo Directiva Universidad del Valle.

4 Resolución 029 de mayo 21 de 1983 Consejo Superior Universidad del Valle.

5 Resolución 047 mayo 17 de

1986 Consejo Superior Uni-versidad del Valle.

6 Informe de labores de la Jun-ta Directiva presentado a la asamblea del 7 de diciembre de 1984. Libro Actas 1984.

7 Acta 077 Enero 11 de 1984. Reunión Junta Directiva Aso-ciación de Empleados.

8 Acta 051 febrero 20 de 1986. Reunión Junta Directiva Aso-ciación de Empleados.

9 Acta 093 Abril 9 de 1987 Re-unión Junta Directiva SINDE-PUV.

10 Acta 003 Mayo 11 de 1987 Reunión Junta Directiva SIN-DEPUV.

11 Acta de Acuerdos Memoran-do Petitorio Sindicato de Em-pleados no Docentes SINDE-PUV. Marzo de 1995.

12 Acta Final de Acuerdos entre los representantes de la Uni-versidad del Valle y el Sindi-cato de Empleados no Docen-tes SINDEPUV para el año 1996. Febrero 19 de 1996

13 Acta Final de Acuerdos entre los representantes de la Uni-versidad del Valle y el Sindi-cato de Empleados no Docen-tes SINDEPUV 1997. 1 de abril 1997.

14 Reunión ordinaria con fecha de 9 de septiembre de 1977 Asociación de Empleados.

15 Libro de Actas 1978-1979 Asociación de Empleados.

16 Libro de actas 1984 de Re-unión ordinaria agosto 23 de 1984 Asociación de Emplea-dos.

17 El FLECHAZO órgano infor-mativo, 1978-1991

18 Acta 093 Mayo 24 de 1989, SINDEPUV.

En los años 90, cuando el modelo neoliberal arremetió contra los sindicatos, acabando

con muchos de ellos, incluso con los que eran considerados más fuertes, en la Universidad Santia-go de Cali sobrevivía un sindicato de base llamado SINTRAUSA-CA. La tabla de salvación para este sindicato fue el Sindicato Nacional de Trabajadores y Em-pleados Universitarios de Colom-bia, SINTRAUNICOL, creado en 1991, cuyo objetivo era agru-par a los sindicatos de base que existían en todas las universida-des del país, creando Subdirecti-vas en las diferentes regiones. En la ciudad de Cali también existía el Sindicato Mixto de Trabajado-res y Empleados de la Universi-dad del Valle, SINTEUNIVALLE quienes apoyaron con su lideraz-go y aporte económico al nacien-te SINTRAUNICOL.

Una de las estrategias de las directivas de la Universidad Santiago de Cali para acabar con SINTRAUSACA, fue la firma de un pacto colectivo con los tra-bajadores no sindicalizados, que eran mayoría. Recordemos que en un pacto colectivo quien im-pone las condiciones no son los

Resistiendo en la Universidad Santiago de Cali

Consuelo CastroVicepresidenta Sintraunicol Nacional

Trabajadora Universidad Santiago de Cali

trabajadores sino el patrono y los beneficios plasmados en estos son como limosnas y no logros

de los trabajadores, como en las convenciones colectivas.

En 1993 SINTRAUSACA ya


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tenía un reducido número de afi-liados, tras la abierta persecución política y sindical de exterminio de las directivas de esta univer-sidad privada para acabar con el sindicato, desprestigiando, despi-diendo y amenazando de muerte a sus dirigentes. Se trazaron pla-nes de trabajo educativo de lo que era SINTRAUNICOL, su avance y su capacidad de aglutinamien-to; se hizo presencia en todas las convocatorias de asambleas, se-minarios, talleres, entre otros.

Reconocimos que solos no podíamos continuar con nuestra lucha de subsistencia, nos dimos cuenta que la única salida que te-níamos ante esta arremetida, era afiliarnos a una organización más fuerte, como SINTRAUNICOL, donde contaríamos con el res-paldo y la solidaridad irrestricta. Este proceso fue acompañado por la Junta Directiva de SINTEU-NIVALLE, quienes, desde 1990, habían iniciado en la Universidad del Valle un camino de unidad previo a la afiliación a un sindica-to nacional.

El 26 de Julio de 1993, toma-mos la determinación, por una-nimidad, de fusionarnos a SIN-TRAUNICOL, pero debido al nú-mero tan reducido de afiliados a SINTRAUSACA, no lo pudimos hacer solos, así que, la Junta Di-rectica de SINTEUNIVALLE, de forma individual se afilió para po-der constituir SINTRAUNICOL Seccional del Valle. Obtuvimos la personería jurídica el 24 de Septiembre 1993, siendo la única seccional con trabajadores afilia-dos vinculados a una universidad privada.

En la Universidad Santiago de Cali logramos ganar respeto por parte sus Directivas y de los tra-bajadores no afiliados; mantuvi-mos la Convención Colectiva de trabajo existente y gracias a la de-manda que interpusimos, logra-mos que el pacto colectivo fuera declarado ilegal en 1996.

En febrero del año 1998 rea-lizamos la última negociación colectiva, dando un duro golpe a las pretensiones de las directivas de seguir manteniéndonos divi-didos. Desvertebramos el Pac-to Colectivo, logrando que éste fuera una fiel transcripción de nuestra Convención, dejándolo sin piso legal y a la Universidad sin argumentos. A los y las afi-liados a SINTRAUNICOL nos reconocieron las bonificaciones extralegales que desde 1991 hasta 1997 les habían pagado a los no sindicalizados para mantenerlos en el pacto. Otro gran logro fue la afiliación en bloque a SINTRAU-NICOL en 1999 de los trabajado-res beneficiaros del pacto.

En el 2011, la Universidad Santiago de Cali vivió una tran-sición originada por una crisis financiera lo que generó la renun-cia del Rector Hebert Celín Na-vas. La comunidad universitaria se vio inmersa en muchas discu-siones, polarización de aquellos afectos al Rector Celín enfren-tados a los críticos de la Admi-nistración. Se creó un ambiente de incertidumbre, especialmente para los trabajadores con contra-tos a término fijo. SINTRAU-NICOL entró en estado de aler-ta y afilió a un grupo importante de trabajadores que estaban bajo

esta vinculación, sin crearles fal-sas expectativas. Otro grupo creó el Sindicato de trabajadores de la Universidad Santiago de Cali, SINTRAUSC.

La Junta Directiva del sindica-to se reunió con el nuevo rector, Carlos Andrés Pérez Galindo, y sus representantes, el 21 de ju-nio de 2011, para exponer te-mas como la estabilidad laboral, el reconocimiento, la aplicación de los logros de SINTRAUNI-COL a los trabajadores con con-trato a término fijo y la elabora-ción de una agenda de reuniones iniciando el segundo semestre académico. Ante el silencio y la intransigencia de la universidad, interpusimos varios derechos de petición y quejas al Ministerio de la Protección Social.

La respuesta de la Universi-dad después de varios meses de reiteradas solicitudes, fue la en-trega de cartas de terminación del contrato de trabajo sin renova-ción a un importante número de trabajadores y trabajadoras con contratos a término fijo, con la amenaza de la existencia de una lista con otros despidos, some-tiendo al chantaje, la incertidum-bre y la desazón a estos compañe-ros. La masacre laboral no se hizo esperar, 150 trabajadores fueron despedidos.

La fórmula usada con los tra-bajadores al empezar el 2012, fue el habilidoso mecanismo de la no renovación de los contra-tos, sometiéndolos a presiones de diversa índole con el fin de que renunciaran al sindicato al cual estaban afiliados. Ese mis-mo año solicitamos aumento sa-


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larial para todos los trabajadores, al que habíamos renunciado en 2011, como un aporte por parte de los trabajadores para la salida la crisis que vivió la Universidad. La universidad dilató por varios meses respuesta y finalmente tan solo logramos el 3% de aumento.

En el 2013 volvimos a iniciar la negación del aumento salarial y ante el silencio de la Univer-sidad nos vimos forzados a rea-lizar un pequeño mitin, al que reaccionaron intimidando a uno de nuestros afiliados con un su-puesto disciplinario. Luego de este hecho rompimos el diálogo con la administración, elevamos nuestras quejas ante el Ministerio y el conflicto sigue abierto. La es-trategia ahora es la unión en las vías de hecho con estudiantes y profesores, los que también han sido golpeados por la adminis-tración del Carlos Andrés Pérez Galindo.

Referencias

1. Comunicado TODOS A DEFEN-DER U UNIVERSIDAD SANTIA-GO DE CALI. Junta Directiva SINTRAUNICOL Subdirectiva Cali. Santiago de Cali. Santiago de Cali, febrero de 2011.

2. Comunicado INTRANSIGENCIA PATRONAL EN LA USC. Jun-ta Directiva SINTRAUNICOL Subdirectiva Cali. Santiago de Cali. Agosto de 2011.

3. COMUNICADO DE PRENSA Y OPINIÓN PÚBLICA. Junta Di-rectiva SINTRAUNICOL Sub-directiva Cali. Santiago de Cali. Noviembre de 2011.

4. Comunicado Cruda persecuci-ón antisindical en la USACA. SIPRUSACA, SINTRAUSC y SINTRAUNICOL. Santiago de Cali. 13 de marzo de 2012.

En los años 90, cuando el neoliberalismo en-tró en escena con su mundo globalizado,

el movimiento sindical colom-biano, encabezado por la CUT, había adoptado la creación de sindicatos de industria, es decir, que trabajadoras y trabajadores de diferentes empresas o institu-ciones podían constituir un solo sindicato, esto en la búsqueda de una posición unitaria. Las y los trabajadores de la Universidad del Valle (Univalle), agrupados en SINTRAUNIVALLE (Sindi-cato de Trabajadores de Unival-le), siguiendo las orientaciones de la CUT, en 1990 se constituyeron en SINTEUNIVALLE (Sindicato Mixto de Trabajadores y Emple-ados de Univalle) visualizando la unidad de las y los trabajadores oficiales y empleados públicos.

A nivel nacional surgió SIN-TRAUNICOL, Sindicato Nacio-nal de Trabajadores y Empleados Universitarios, que logró tener personería jurídica el 27 de sep-tiembre de 1991. Nació para que unidos como clase trabajadora

“Mientras me dure la vida creo que habré de andar con los mismos sueños y aunque me quedan no pocos miedos ni así me muevo de lo que

soy busco mirarme en los parecidos y hombro con hombro con ellos sigo amando el cielo que compartimos, créanmelo”

Teresa Parodi

Sintraunicol, subdirectiva Cali. Lucha en la Universidad del Valle

Nancy Hernández MontoyaTesorera Sintraunicol, Cali

universitaria, en un solo cuerpo organizado, enfrentáramos las políticas neoliberales encami-nadas a arrebatarnos nuestros derechos y en defensa de la uni-versidad pública, pero también para “Desarrollar acciones en las perspectivas de discutir en un solo estadio con los patronos y el gobierno, las aspiraciones de todos los trabajadores” y “aproxi-mar al máximo las negociaciones de Pliegos de Peticiones levan-tando las reivindicaciones más sentidas” 1.

SINTEUNIVALLE comenzó a participar en SINTRAUNICOL con algunos líderes, mientras se realizaba un trabajo de concien-tización tanto al interior de SIN-TEUNIVALLE como de SIN-DEPUV (Sindicato de Emplea-dos Públicos de Univalle). Una muestra de esto fue la afiliación a SINTRAUNICOL del Sindica-to de la Universidad Santiago de Cali SINTRAUSACA, que esta-ba predestinado a desaparecer, en agosto 5 de 1993, cuando algunos compañeros de SINTEUNIVA-LLE, en un acto de solidaridad

de clase, también se afiliaron para completar el número de afiliadas y afiliados necesarios para crear una seccional. Así surgió la Sec-cional del Valle.

La fusión en SINTEUNIVA-LLE no fue posible debido a que había grandes rupturas en cuanto a métodos, dinámicas, ideologías y luchas, por eso, durante los 90, se dio una discusión política y or-ganizativa entre los dos sindica-tos de Univalle, definiendo que la afiliación a SINTRAUNICOL debería ser un proceso paulatino. Nos encontramos con un comuni-cado de abril de 2004, que inicia así: “SINTEUNIVALLE y SIN-DEPUV, estas dos organizaciones Sindicales de los Trabajadores Oficiales y Empleados Públicos de la Universidad del Valle, han definido llevar a cabo la Unidad Orgánica en un sólo Sindicato” 2. El comunicado también convoca a reuniones por secciones, depar-tamentos, facultades, para Tra-bajadores Oficiales y Empleados Públicos, antes de realizar el 19 de mayo de 1994, “una ASAM-BLEA CONJUNTA para termi-


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nar el proceso de constituir la Seccional de SINTRAUNICOL Cali y declarar en receso a SIN-TEUNIVALLE y SINDEPUV” 3.

“La fusión de SINTRAUNI-COL es el resultado final, no de una acción azarosa, de una ac-ción mecánica, sino que es el re-sultado de un proceso histórico muy profundo que tanto a nivel nacional como a nivel interno se llevó a cabo” 4, que se concretó en 1997 fortaleciendo a SINTRAU-NICOL Nacional, que todavía era un sindicato muy pequeño, compuesto mayoritariamente por empleadas y empleados públicos, debido a que Ley 80 de 1980 aca-bó con muchos cargos de trabaja-doras y trabajadores oficiales del sector universitario, a diferencia de Univalle, donde había un nú-mero importante de trabajadoras y trabajadores oficiales, inclu-

yendo a las y los contratistas que SINTEUNIVALLE tenía afilia-dos. En el pleno goce de la de-mocracia y el pluralismo se hizo un acuerdo para elegir la primera Junta Directiva, constituida por 5 trabajadores, 4 empleados y un representante de la USACA.

El 18 de diciembre de 1997 se presentó el PLIEGO ÚNICO DE SERVIDORES PÚBLI-COS NO DOCENTES DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE, el primero como SINTRAUNI-COL, elevado a convención y a acuerdos el 11 de Marzo de 1998. En junio de ese mismo año esta-lló la crisis de Univalle, que ha-bía comenzado desde 1995 por el endeudamiento con la banca, producto de la política neolibe-ral, que con la Ley 30, comenzó el proceso de privatización de la Educación Superior recortando

las apropiaciones presupuestales a la universidad, congelando los recursos del Estado e incrementa-do los ingresos por recursos pro-pios de la Universidad. La deuda pensional fue uno de los detonan-tes de la crisis debido a que el go-bierno aprovechó para exigirle a las universidades un proceso de ajuste. Crisis que nos encontró fortalecidos en un solo sindicato, que nos llevó a movilizarnos para pedir presupuesto para la Univer-sidad y que también mostró nues-tro compromiso con la visión de universidad pública que quería-mos.

La segunda negociación como SINTRAUNICOL se inició en Febrero 9 de 1999 y se concre-tó en Abril 23; entre otros logros plasmó la aplicación a la decla-ración y los Acuerdos producto del Paro Nacional Estatal. Estos


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acuerdos habían sido pactados entre el Comando Nacional del Paro y el Gobierno Nacional en octubre de 1998, en lo referido a la asignación del presupuesto de acuerdo con la Ley 30 de 1992, garantizar la participación del es-tamento gremial en los procesos de reestructuración de la univer-sidad y búsqueda de una nego-ciación única nacional del sector universitario, aspiración que no se ha podido concretar.

En 2000 nuestro sindicato, junto con AJUPEN (Asociación de Jubilados y Pensionados), par-ticipó del acuerdo tripartito entre el departamento, la Universidad y el Ministerio de Hacienda, que llevó a la creación del Fondo de Pensiones de la Universidad del Valle, para cumplir con el pago de estas obligaciones. Superado lo pensional vino el estudio “Univa-lle Siglo XXI” o PINO, realizado por la Escuela de Ingeniería In-dustrial, que pretendía definir, al amaño de la administración y en observancia al querer bancario, la planta de cargos de la Universi-dad del Valle, que tenía como an-tecedentes dos intentos anteriores de reestructuración como fueron la propuesta de Bonilla y Moreno y luego del Instituto SER.

La administración de la Uni-versidad adujo, como una de las causas de la crisis del 98, los cos-tos de la Convención Colectiva y Acuerdos, poniendo a la opinión publica en contra del sindicato, planteando como unas de las so-luciones el recorte de derechos y la supresión de puestos de traba-jo. La lucha desde 1998 hasta el 2001 del sindicato, se centró fun-

damentalmente en evitar la salida de personal contratista, llegando a las vías de hecho para obligar a la administración a sentarse y concertar sobre las condiciones de contratación de dicho perso-nal, logrando la continuidad de la mayoría de contratistas, con la perspectiva de obtener su contra-tación indefinida que ya estaba pactada en Convención y Acuer-dos, en el momento que la corre-lación de fuerzas estuviese a fa-vor y además que las condiciones de la institución lo permitieran 5.

En el 2001 la Dirección Uni-versitaria denunció en su tota-lidad la Convención Colectiva de Trabajo, con la supuesta in-tensión de solucionar la crisis de la Universidad, ante lo cual consideramos que la verdadera intención era presionar a SIN-TRAUNICOL, para entregar los derechos adquiridos de traba-jadores y jubilados y aniquilar a la organización. La universidad hizo otros intentos para superar la crisis, atentando contra los es-tandartes de lucha de nuestro sin-dicato, como decidir unilateral-mente que la nómina del Servicio de Salud, se pagara de los ingre-sos por aportes de los afiliados a éste. También intentó tercerizar el restaurante Universitario, ofre-ciéndole al Sindicato su adminis-tración bajo la figura del contrato sindical, la cual rechazamos por principio, entonces la adminis-tración le hizo una propuesta a los grupos de estudiantes, ante lo cual el Sindicato intercedió para que no aceptaran 6.

El 11 de junio de 2001, lue-go de varias acciones de fuerza,

como la toma de la administra-ción central por iniciativa de al-gunas y algunos contratistas e innumerables negociaciones con la dirección de Univalle, se fir-mó un acuerdo que permitió los nombramientos y contrataciones de las y los trabajadores oficiales y empleados públicos, después de la realización de una asam-blea general, donde como dice el acta “se vota por absoluta unanimidad su aprobación” 7, el nombramiento a partir del 1° de Agosto de 2001 a los aseadores, jardineros, plomeros y electricis-tas, que serían los únicos cargos que quedarían como oficiales con algunos puntos de la Conven-ción y con prestaciones de Ley, pero excluidos de los beneficios de nivelaciones de la resolución 2276. En el caso de las y los vin-culados por orden de servicio, el nombramiento provisional, hasta tanto se determine las necesida-des del servicio según resultados del PINO, se llevarían a cabo rea-lizando los concursos pertinentes para nombramientos definitivos8.

Este acuerdo significó la clasi-ficación de 16 cargos oficiales a empleados públicos, por la es-tabilidad de un gran número de compañeras y compañeros, que hoy constituyen la mayoría de la clase trabajadora univalluna con vinculación indefinida.

A esta década se le suma la lucha contra el Decreto 1919 del 2002, que expidió el gobierno nacional unilateralmente para de-finir cuáles eran las prestaciones de las y los empleados públicos a nivel territorial, lo que significó un retroceso de lo que habíamos


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negociado en el año 75. Esto nos llevó a un conflicto de 8 semanas semiparalizando la Universidad, siendo el único sindicato que se movilizó contra este decreto, los otros optaron por la vía jurídica, demandándolo por inconstitucio-nalidad; esto dio como resultado el obligatorio cumplimiento de las universidades. Como con-secuencia de la movilización se expidió el Decreto 2410 de 2003 exclusivamente para las y los empleados públicos de Univalle, logrando recuperar la prima de servicio y la bonificación por ser-vicios prestados, factores pres-tacionales que hoy sólo nosotros disfrutamos 9.

En abril de 2005 se dio la expulsión de dos afiliados por la realización de actos reitera-dos que atentaron contra la vida

de SINTRAUNICOL Cali y por actos públicos acompañados de ofensas, improperios y amenazas contra la Junta Directiva en su conjunto y contra el Fiscal. En este mismo año, por el descon-tento de algunos afiliados a SIN-TRAUNICOL, por las diferen-cias establecidas en los acuerdos del 2001 y otras contradicciones de orden político, surge en Uni-valle una organización sindical de base paralela a SINTRAUNICOL que actualmente está fusionada a otra organización paralela na-cional nacida en la Universidad Nacional.

Siguieron las negociones del 2004, 2005 y 2008, en las cuales las y los trabajadores oficiales nombrados desde el 2001 busca-ban la igualdad de derechos, una nivelación por el título de bachi-

ller, un segundo nivel para aseo y jardinería, una bonificación de estudios de Técnico, Tecnólogo o Profesional y una bonificación de navidad. Queremos destacar, como otro de los grandes logros, el Movimiento Interno de Perso-nal, de la negociación del 2008, que incluye traslados y concursos de ascenso, que ha garantizado que los cargos de más alta deno-minación sean ocupados por las y los compañeros con vincula-ción definitiva que cumplan con el perfil del cargo. En el 2010, se logró negociar la obligación de la Universidad de la adaptación laboral en caso de la supresión de cargos, tema que fue caballito de batalla de la organización sin-dical paralela para atacarnos, lo-gro que se hizo efectivo este año en el caso de las compañeras del


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laboratorio del Servicio Médico, las cuales se encuentran reubica-das en la Facultad de Salud y de Ciencias.

La Universidad Pública ha recibido muchas ataques en los últimos años, particularmente en Univalle; destacamos el allana-miento del sábado 4 de Abril de 2009, a las 4:30 a.m., previo a la semana santa, ante el cual respon-dimos haciendo presencia en el campus durante toda la semana; sin olvidar el ocurrido en el 2012, cuando desde el mismo momento que nos enteramos de la muerte del agente del ESMAD, después de un disturbio en la Universi-dad, la Junta Directiva en pleno y 30 compañeras y compañeros aproximadamente, ocupamos la Universidad, previendo un nue-vo allanamiento, el cual ocurrió en la madrugada del sábado 1 de septiembre. Los embates hacia la Universidad también provienen desde la legislación; por ejemplo, en el 2011 se presentó un nuevo proyecto de ley de educación su-perior más lesiva que la Ley 30, que se logró ´tumbar´ con las jornadas de movilización prota-gonizadas por el movimiento es-tudiantil y la MANE, junto a la cual hemos participado hasta hoy que se está construyendo la nueva propuesta de ley de educación su-perior alternativa.

En el 2012 llegó una nueva Junta Directiva con algo de incer-tidumbre por la inexistencia de un líder de los que se formaron con y como los antiguos líderes de los años 70 y 80, ante lo cual asumimos un liderazgo colectivo, sin cabezas visibles e involucran-

do a las bases. Una muestra de esto es la negociación colectiva de 2013 que fue el producto de la participación de las bases, desde la construcción de pliego, hasta la movilización en la Asamblea Per-manente previa a la firma de los Acuerdos y Convención.

Como esta historia apenas la estamos escribiendo las nuevas generaciones serán las encarga-das de contarla.

Referencias:

1 Comunero Sindical, Órgano Infor-mativo del Sindicato de trabaja-

dores de la Universidad del Valle. Mayo 2004.

2 y 3 Comunicado: Apropósito del Paro el 13 de Septiembre de 1997. Septiembre 1 de 1997, SINTRAUNICOL-Seccional Cali.

4 REYES, H. (2013). Audio: Talle-res Línea de Tiempo Historia de SINTRAUNICOL (Grabación realizada el día 15 de febrero)

5, 6, 8 y 9 RODRÍGUEZ, C. (2013). Audio: Talleres Línea de Tiem-po Historia de SINTRAUNICOL (Grabación realizada el día 15 de marzo).

7 Acta No.15 Asamblea General de Trabajadores y Empleados Afilia-dos a SINTRAUNICOL Seccio-nal – Cali.

En el año 2006, en la Universidad de San Buenaventura de Cali (USB), nació SIN-

TRAUNICOL debido a las des-favorables condiciones laborales, engrosando la lista de universida-des públicas y privadas que hacen parte de esta gran organización sindical a nivel nacional. A con-tinuación un poco de su historia.

La USB es una de las princi-pales universidades de carácter privado de la ciudad de Cali y del país, dirigida por la comunidad

Persecución permanente, Sintraunicol Cali en la

Universidad de San Buenaventura Javier Valencia

Comisión Quejas y Reclamos Universidad de San Buenaventura

religiosa franciscana. Antes del 2006, los trabajadores gozába-mos de muy buenas condiciones laborales entre las cuales cabe mencionar el aumento del sala-rio cada año de acuerdo a la ley, becas de estudio para hijos (as), hermanos (as) y cónyuges de los trabajadores y trabajadoras; sub-sidio para medicina prepagada, seguro colectivo de vida, pago de 100% de las incapacidades. También se otorgaban auxilios para lentes, de maternidad y fu-nerario; préstamos con muy bajos

intereses para atender cualquier emergencia o para mejoramiento de vivienda; sin embargo, a partir de ese año, la rectoría fue asumi-da por Fray Pablo Castillo y los trabajadores de la USB comen-zamos a afrontar una gran crisis, que hasta hoy persiste.

Con el cambio de la adminis-tración, los trabajadores vimos cómo la Universidad dejaba a un lado los derechos laborales y le daba la bienvenida a radicales cambios y recortes, por ejemplo: negaron los aumentos de salarios,


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cancelaron el seguro de vida co-lectivo, rebajaron el auxilio para Medicina Prepagada del 50% al 30%; se acabaron los auxilios funerarios, para lentes y mater-nidad; la prima de antigüedad se empezó a otorgar con base en salarios mínimos vigentes, (an-teriormente era de acuerdo con el salario de cada trabajador) y suprimieron los quince (15) días de vacaciones a mitad de año. Por otro lado, el pago de las incapa-cidades se pagarían de acuerdo a la ley (el 65% y no el 100%) y se acabaron las becas y descuentos para estudio de trabajadores y fa-miliares. Asimismo, los cambios repentinos de horarios y puestos de trabajo aumentaron la jornada laboral transformando la estabili-dad laboral en algo del pasado.

Ante esta situación, un gru-po de trabajadores conscientes de nuestros derechos, decidimos formar un sindicato de base, reco-giendo 33 firmas y acercándonos a la Junta Directiva de SINTRAU-NICOL Cali a pedir asesoría. Es-tos compañeros nos brindaron acompañamiento y solidaridad de clase, nos guiaron en el proceso de organización y nos invitaron a afiliarnos a SINTRAUNICOL por dos razones: primero, por el bajo número de trabajadores dispuestos a sindicalizarse que no nos permi-tía constituir un sindicato de base dentro de la USB; y segundo, por la ya existencia de SINTRAUNI-COL como sindicato nacional de trabajadores universitarios, resul-taba más beneficioso afiliarnos a un sindicato grande ya existente, con un amplio recorrido de lucha e historia que nos garantizara unas

bases sólidas en la pelea laboral que se presentía venir. Con 27 compañeros dimos inicio a el sin-dicato en la Universidad San Bue-naventura el 13 de agosto de 2006.

La persecución por parte de la rectoría de la Universidad no se hizo esperar. Al día siguiente, Fray Pablo Castillo citó a algunos de los nuevos miembros del sin-dicato pidiéndoles información, de manera individual, acerca del rumor de que algunos trabajado-res se estaban organizando. Todos negaron saber algo al respecto. Acto seguido, fueron despedidos sin justa causa cinco (5) compa-ñeros y una (1) compañera. Tras la presencia de la Junta Directiva de SINTRAUNICOL en el cam-pus de la USB, se hizo muestra del acta de afiliación al sindicato y tres días después fueron reinte-grados.

En el mismo 2006 iniciamos la primera negociación colectiva con el envío del Justo Pliego de Peticiones, en el cual se negocia-ron algunos puntos en la etapa de arreglo directo, la universidad no cumplió con lo negociado y los trabajadores nos vimos forzados a declararnos en Asamblea Per-manente. Esta coyuntura dio paso a que las directivas de la Univer-sidad utilizaran herramientas de deslegitimación del sindicato, in-terponiendo demandas a algunos compañeros afiliados.

Lo que buscaba Fray Pablo Castillo era acabar con el sindi-cato pero en vista que por este medio no lo consiguió, buscó una manera de involucrar al resto de trabajadores de la universidad para lo cual suscribieron un pac-

to colectivo que inventaron, se-gún ellos, con algunos y algunas empleados y empleadas incon-formes, donde se les daba mejo-res prebendas que las que se les entregaron a los sindicalizados. Obviamente lo que buscaban las directivas no era el bienestar del grueso de trabajadores, sino des-estabilizar la balanza que inclina-ba peso hacia SINTRAUNICOL. Inmediatamente nos pusimos en la tarea de interponer acciones de tutela donde reclamábamos la igualdad de derechos, algunas de estas nos favorecieron pero la mayoría nos fueron negadas. La lucha continuó hasta que después de las impugnaciones un juez or-denó a la Universidad extender los beneficios del pacto a todos los sindicalizados y los futuros pactos que se suscribieran. Hasta aquí eran ya dos las peleas que le ganábamos a los franciscanos.

Continuando con la persecu-ción, el 13 de marzo de 2008, des-de el Ministerio de la Protección Social, se generó la Resolución 0907, en donde se les permite a los patronos franciscanos despe-dir a los trabajadores sindicali-zados de la USB. Sin dar mucha espera, el 8 de Mayo de 2008, se inició la masacre laboral, despi-diendo a 11 trabajadores que lle-vaban en la universidad hasta 22 años de servicio. El 11 de junio de 2008 se continuó la masacre al despedir otro compañero, des-pués que la Universidad manifes-tó ante la comunidad que no se-guiría despidiendo trabajadores. El 30 de agosto de 2010 dieron por terminados los contratos de dos compañeros despidiéndolos


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sin justa causa y por reestructura-ción aduciendo que los puestos de trabajo desaparecerían.

A pesar de todos estos des-pidos SINTRAUNICOL sigue firme en la USB, es así que en el 2012 enviamos un segundo Plie-go de Peticiones, del cual aún es-peramos resultados. En junio de ese mismo año, después de termi-nada la etapa de prórroga, ante la negativa de las directivas univer-sitarias a la mayoría de nuestras pretensiones, nos vimos obliga-dos a irnos nuevamente al Tri-bunal de Arbitramento el que dio como resultado un laudo arbitral (o fallo) muy favorable para los trabajadores, razón por la cual, la USB pide la nulidad de esta vía (Tutela).

La Universidad sustenta su solicitud en la Ley 1563/12 “Ley Hinestroza” la que considera, eli-mina los Tribunales de Arbitra-mento Obligatorios instaurados por el Ministerio del Trabajo; los que ahora irían a las Cámaras de Comercio, con unos costos im-posibles de pagar, aún para los grandes sindicatos del país. No-sotros, lógicamente, no conside-ramos válida la pretensión de la Universidad ya que pone a dis-cutir los conflictos laborales en un espacio ajeno a estos temas; además de la imposibilidad de pagar los montos, esto viola los derechos laborales. Actualmente estamos a la espera del fallo de la Corte Suprema de Justicia.

Algunos compañeros comen-zaron a solicitar los beneficios logrados en el laudo y ante la ne-gativa de la Universidad, tutela-mos el desconocimiento de este,

tutela que salió a nuestro favor, obligando a la USB a reconocer puntos del laudo e incluso de la Convención firmados en el 2012 que estaban desconociendo. La Universidad responde despidien-do el 4 octubre de 2013 a una compañera y un compañero y el 30 del mismo mes otro compa-ñero. Esto de manera súbita y sin ninguna causa legal y legítima, sin tener en cuenta que gozaban de fuero circunstancial, debido a que el conflicto laboral sigue, de-bido a que no se ha terminado el ejercicio de la Negociación Co-lectiva, iniciado desde 2012.

Queremos destacar que uno de los logros de esta negociación fue la obligación de la USB de dar las condiciones para la par-ticipación en Juegos Nacionales de SINTRAUNICOL, dando pa-sajes, viáticos, uniformes e im-plementos a la delegación de esta Universidad, es así que en el pa-sado octubre participamos con el equipo de fútbol sala, por primera vez en la versión de estos juegos.

La lucha por los derechos la-borales continúa dentro de la Uni-versidad de San Buenaventura. Reconocemos que desde nuestra afiliación a SINTRAUNICOL éramos conscientes de la difícil lucha en la que nos involucramos y el compromiso que adquiría-mos, no sólo con los demás com-pañeros de la universidad, sino con todos los hombres y mujeres que han aportado su lucha a lo largo de la historia por condicio-nes de trabajo dignas. Recono-cemos que Colombia es un país en que se violan indiscrimina-damente los derechos laborales,

pero seguimos las huellas que la historia deja como testimonio de que la lucha y la organización son el medio para exigir y garantizar estos derechos. Es así como los trabajadores de la Universidad de San Buenaventura encontramos en el recorrido de los 50 años de lucha de SINTRAUNICOL, una razón para continuar caminando por el bienestar laboral y para que la Universidad siga viva en Co-lombia.

Referencias

Comunicado La antidemocracia se pasea por LA UNIVERSIDAD DE SANBUENAVENTURA Cali. SINTRAUNICOL-CALI. Santiago de Cali, Septiembre de 2006.

NOTIAFILIADOS Boletín Informa-tivo No 12 ¿Por qué se creó el Sindicato en la Universidad de San Buenaventura seccional de Cali? Oficina de Comunicacio-nes.. Febrero 2007

Comunicado CONTINÚA LA MASA-CRE LABORAL EN LA UNIVER-SIDAD DE SAN BUENAVEN-TURA (USB) CALI. SINTRAU-NICOL-CALI. Santiago de Cali, Junio de 2008.

Comunicado ¿Persecución o Viola-rían a la Libertad Sindical en ¡a Universidad San Buenaventura? SINTRAUNICOL-CALI. Santia-go de Cali, septiembre de 2010.

Comunicado…GRAVE ATROPE-LLO…DE LOS PATRONOS DE LA UNIVERSIDAD SAN BUE-NAVENTURA CALI, A LOS DERECHOS DE SUS TRA-BAJADORESEN LA FRAN-CISCANA UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA CALI SE CONTINÚAN VIOLANDO LOS DERECHOS LABORALES. SINTRAUNICOL-CALI. San-tiago de Cali, Octubre de 2013.

Consideramos válido recordar que SIN-TRAUNICOL es un sindicato nacional,

clasista y de primer grado 1 que agrupa a las y los trabajadores de las universidades de Colombia, lo que significa que es un sindi-cato de industria 2 o de servicios. Como organización sindical cla-sista, forma parte del movimiento obrero y sindical, y se articula a su vez con el grueso del movi-miento popular y social. A con-tinuación vamos a ir narrando lo que es hoy SINTRAUNICOL Cali en sus cincuenta años, desde su entorno y su relación con este, hasta su estructura organizativa interna.

¿Es Sintraunicol sólo un Sindicato?Nancy Hernández Montoya Tesorera Sintraunicol, Cali

Definimos los movimientos sociales desde la teoría critica, como auto-organizaciones in-formales que se constituyen en procesos de identidad colectiva logrando ser sujetos sociales que construyen y transforman la his-toria, que tienen continuidad y permanencia en el tiempo, con bajo grado de especificación de roles, donde predominan formas de participación informales, lo cual garantiza su dinamismo y creatividad pero también cierta inestabilidad permanente. Están fuera del ámbito de la política institucional, es decir, no son di-rigidos desde el Estado, porque justamente están en oposición a la identidad homogeneizante del

Estado. Los movimientos socia-les son fenómenos históricos que se deben contemplar a la luz del contexto y la coyuntura en los que surgen. 3

Obedeciendo al llamado de unidad que exige el contexto ac-tual, hoy SINTRAUNICOL Cali, como sujeto social, hace parte de un movimiento popular amplio denominado Congreso de los Pue-blos, el cual se autodefine como “un proceso de carácter social y popular que convoca a todas aquellas dinámicas y procesos de pueblos, sectores y regiones que estén dispuestas a empren-der una construcción legislativa común para mandatar el futuro y el presente de nuestro país con


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perspectiva latinoamericana y mundial.” 4, donde confluyen y se articulan movimientos indígenas, de negritudes, de mujeres, obre-ros, estudiantiles, campesinos, urbanos, entre otros.

El movimiento obrero tam-bién es amplio e incluye a las y los trabajadores organizados en sindicatos y a las y los no organi-zados, e incluso a las y los desem-pleados. El movimiento sindical integra a la clase trabajadora or-ganizada en sindicatos, los cuales se afilian a centrales obreras o confederaciones que se denomi-nan organizaciones sindicales de tercer grado, porque agrupan sin-dicatos de base o de empresas5. En Colombia, el movimiento sin-dical está agrupado en sindicatos de rama de la economía o de sec-tores de la industria, federacio-nes y asociaciones. Actualmente existen tres centrales obreras: Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Confederación de Tra-bajadores de Colombia (CTC) y Confederación General del Tra-bajo (CGT). SINTRAUNICOL se encuentra afiliado a la CUT, que ha desarrollado un proceso de reforma estructural que ha lle-vado a la central, por una parte, a organizarse por subdirectivas en vez de federaciones departamen-tales, y por otra, a propiciar sin-dicatos por rama de industria. La CUT hace parte de La Confedera-ción Internacional de Sindicatos Libres (CIOSL).

SINTRAUNICOL como sin-dicato que agrupa a trabajadores universitarios, hace parte de la Confederación de los Trabaja-dores y las Trabajadoras de las

Universidades de las Américas (CONTUA), que “es una orga-nización internacional autónoma de carácter federativo, que respe-ta la autonomía de cada una de las organizaciones afiliadas y su accionar comprende a la totali-dad de los países de las Améri-cas” 6 y cuyo referente sindical mundial es la Federación Sindical Internacional de Servicios Públi-cos (ISP).

Como sindicato nacional, la máxima autoridad de SINTRAU-NICOL es la Asamblea de dele-gados, que escoge por elección popular a la Junta Directiva Na-cional, la cual funciona en Bogo-tá. Para poder desarrollar el tra-bajo en todo del país, SINTRAU-NICOL está constituido por 29 subdirectivas. Estas la pueden conformar trabajadoras y traba-jadores de una o varias universi-dades que, como mínimo, deben tener 25 afiliados. Igualmente, las subdirectivas tienen como su máximo organismo las Asam-bleas Generales, que también eli-gen por elección popular las Jun-tas Directivas y a la Comisión de quejas y reclamos.

La subdirectiva Cali, como caso único, está conformada por trabajadoras y trabajadores de tres universidades de la ciudad: Universidad Santiago de Cali, Universidad de San Buenaventu-ra y Universidad del Valle. En las dos primeras universidades, que son privadas, hay una Comisión de quejas y reclamos, que inte-ractúa con las directivas de las universidades, pero en la Univer-sidad del Valle, por el tamaño y la madurez del sindicato, hay va-

rios comités, unos institucionales y otros propios del sindicato.

SINTRAUNICOL en la Uni-versidad del Valle ha constituido comités institucionales donde interactuamos con la adminis-tración de la Universidad para facilitar la relación obrero pa-tronal, y desde donde ejercemos cogobierno. Los más importan-tes son: Comité Obrero Patronal (COP) para las y los trabajado-res oficiales, creado en 1973 y la Comisión de Personal para las y los empleados públicos, creada en 1976. Ambos son paritarios y cada uno es integrado por dos representantes de la Universidad y dos elegidos por SINTRAUNI-COL con sus respectivos suplen-tes, con la función principal de conocer, estudiar y decidir sobre las diferencias de tipo laboral y la interpretación de la Convención Colectiva de trabajo y los Acuer-dos. También en estos comités se aprueban las becas de tiempo, los reintegros de matrícula para pre-grado y posgrado y las sanciones disciplinarias.

Hay otros comités institucio-nales donde SINTRAUNICOL es quien elige las y los representes, creados por Convención Colecti-va y/o Acuerdos, como los Comi-tés de nivelaciones de Empleados Públicos y Trabajadores Oficia-les, de Capacitación, institucional de Derechos Humanos, de Se-lección y el Fondo Rotatorio de Vivienda.

Tenemos otros comités que son en cumplimiento de ley por parte de la Universidad, donde los representantes de las y los em-pleados y trabajadores son desig-


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nados por elección popular, SIN-TRAUNICOL siempre ha ganado la representación. Estos comités son: el de Vigilancia, la Junta Ad-ministradora de los Servicios de Salud, de Convivencia Laboral y el Paritario de Salud Ocupacional - COPASO, SINTRAUNICOL, en este último, desde 1996 tam-bién tiene, además, dos repre-sentantes: principal y suplente, designados por la organización sindical dando cumplimiento a la Convención Colectiva de Trabajo y Acuerdos.

También tenemos comités propios del sindicato que se han ido creando de acuerdo con las necesidades. Algunos de estos son claves en nuestra articula-ción con otras organizaciones so-ciales como son los comités de Derechos Humanos, Solidaridad Presos Políticos y Relaciones Ex-ternas y Comité de Género. Otros se crearon para el fortalecimien-to interno de nuestra actividad sindical y relaciones con los afi-liados como son los Comités de relaciones humanas, de logística, de comunicaciones, de deportes, de educación y jurídico.

Los Comités de la Sección de Vigilancia y Seguridad y de la División de Bibliotecas de la Uni-versidad del Valle, han sido cla-ves en la solución de problemas y presentación de propuestas para mejoramiento de estas dependen-cias. Recientemente se creó el del Restaurante Universitario y esta-mos buscando crear el de la Sec-ción de Servicios Varios. Cuando es necesario conformamos comi-tés accidentales.

A diferencia de otro tipo de

organizaciones, en los sindicatos las Asambleas no solo eligen las Juntas Directivas, también las di-rigen. Estas son espacios amplios de participación donde se toman las decisiones más trascendenta-les para las organizaciones, son la expresión de la democracia sindi-cal que es directa, participativa y de las mayorías. En Univalle te-nemos el privilegio, gracias a la lucha de SINTRAUNICOL, de contar con permiso sindical para desarrollar las Asambleas; deci-mos que es un privilegio porque no todas las organizaciones sin-dicales lo tienen. Lo anterior son razones suficientes para que le demos la importancia que tienen las Asambleas, por esto hay que asistir a ellas de principio a fin y participar de forma proactiva.

Toda esta estructura se sopor-ta sobre cuatro pilares que son la guía de la organización: primero, está nuestra plataforma de lucha, constituida por los Principios Po-líticos que son la Unidad, inde-pendencia y solidaridad de la cla-se trabajadora, así como la demo-cracia sindical. Esta plataforma también incluye unas banderas de lucha, como son la lucha por un modelo económico alternativo al capitalismo, por la paz con jus-ticia social, por la defensa de los derechos humanos, por la sobe-ranía nacional, por la defensa del medio ambiente, por la defensa de la educación superior pública, gratuita, de excelencia académi-ca, transformadora de la realidad y por el fortalecimiento ideológi-co, democrático, político y orga-nizativo de SINTRAUNICOL.

El segundo pilar son nuestros

Acuerdos y Convención Colecti-va, donde están plasmados los lo-gros obtenidos mediante el ejer-cicio del derecho a la negociación colectiva, siempre acompañado de movilización. El tercero son los estatutos del Sindicato, que en este año se revisaron y tienen grandes cambios que eran nece-sarios para atemperarlos a la rea-lidad actual. Por último tenemos las agendas y los planes de donde se concretan nuestras actuaciones a corto y medio plazo.

En toda esta estructura orga-nizativa se ejerce la democracia sindical, donde cada uno de no-sotros, los afiliados, podemos participar activamente, no solo votando, sino siendo parte de ésta. Conformando los diferentes comités, que podrían ser el pri-mer paso antes de atrevernos a ser candidatos a la junta directiva de la Subdirectiva y a la Asam-blea Nacional de Delegados, que podría ser el segundo paso, para finalmente postularnos para ser miembros de las Juntas Di-rectivas de SINTRAUNICOL Nacional y de la CUT Valle y/o Nacional. Es solo cuestión de prepararnos, saber qué es real-mente SINTRAUNICOL, deci-dirse y comprometerse, así que compañeros, la invitación es que se atrevan a formar parte activa de nuestra organización. En SIN-TRAUNICOL Cali hoy contamos con dos directivos en la Junta Nacional de SINTRAUNICOL y dos en el Comité Ejecutivo de la CUT Valle.

Podemos responder con toda certeza que SINTRAUNICOL no es solo un sindicato, que la madu-


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rez que tiene hoy es el resultado de su trabajo y lucha de estos 50 años, lo que nos permite asumir-nos como sujeto social, porque casi desde nuestro nacimiento iniciamos un proceso reiterado y continuo en la vida social, donde nuestras luchas, organización y conciencia han estado encamina-das a transformar todo lo social; además nos articulamos perma-nentemente con distintos actores que también están comprometi-dos en esta transformación, ca-racterísticas propias de un sujeto social, como lo afirma Isabel Rau-ber. Pero nosotros, como sujetos sociales, también hemos logrado replantear nuestra organización internamente, desarrollando otro

tipo de relaciones con nuestros afiliados: “no jerárquico-subordi-nantes sino horizontales” donde se respetan las diferencias y la democracia es una realidad. 7

Referencias

1 Sindicatos de primer grado son aquellos que están formados por trabajadores.

2 Según el Código Sustantivo del Trabajo son sindicatos “De in-dustria o por rama de actividad económica, si están formados por individuos que prestan sus servi-cios en varias empresas de la mis-ma industria o rama de actividad económica”. CST. Artículo 356. Literal b).

3 Presentación magistral durante el Diplomado en Derechos Huma-

nos. NOMADESC. 2009-20104 Sitio web: http://congresodelo-

spueblos.org/sitio/index.php/caminando-al-cntts-congreso-na-cional-de-tierras-territorios-y-so-beranias/congreso. (Consultado en junio 19 de 2013).

5 Según el Código Sustantivo del Trabajo son sindicatos “De em-presa, si están formados por in-dividuos de varias profesiones, oficios o especialidades, que prestan sus servicios en una mis-ma empresa, establecimiento o institución. Literal a), Artículo 356. CST.

6 Página de la CONTUA http://www.contua.org/archivos/docu-mentos/estatuto.pdf.

7 RAUBER, I. (2001). Actores Sociales, Luchas Reivindicativas y Política Popular. Rebelión. 5ª edición digital. Pág. 12

En los últimos años las luchas y movimientos estudiantiles, tanto en Europa como en Amé-

rica Latina, han sido críticas ante las políticas de modernización y eficiencia de la educación, im-puestas por el FMI y/o el Banco Mundial. En Chile, Canadá, Puer-to Rico, Inglaterra, entre otros países, estas acciones han sido

¿Por qué defender la educación pública?

José Milciades SánchezPresidente Sintraunicol, Cali

“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los

frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia

política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y

multinacionales.”Bertolt Brecht

masivas, abiertamente críticas y desafiantes, enfrentándose al neoliberalismo, reivindicando el derecho a la educación.

Colombia no se escapa a la imposición de las políticas neo-liberales – imperialistas por parte de los organismos internaciona-les, las que tienen que cumplir-se fielmente en los países que se encuentran bajo su influencia

económica, cultural y política, a través de los agentes empotrados en los gobiernos. La educación pública Colombiana ha sido uno de los sectores más afectados por los mandatos neoliberales, priva-tizadores y aperturistas.

Durante el gobierno del pre-sidente César Gaviria Trujillo (1990-1994), con su discurso “Bienvenidos al futuro”, estable-


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ció bajo los criterios neoliberales que los derechos que constitucio-nalmente deben ser financiados por el Estado pasarían a ser servi-cios públicos financiados por los usuarios. Con respecto a la edu-cación pública buscó financiar la demanda y no la oferta, insti-tucionalizando que los ‘usuarios’ – estudiantes, paguen los servi-cios educativos, imponiendo la política de desobligar al Estado a financiar la educación pública 1.

La Ley 30 de 1992, por la cual se organizó el servicio público de la Educación Superior, se inició un proceso de cambio con la fina-lidad concreta de adecuarla a las exigencias del modelo neolibe-ral, bajo la política de la llamada “APERTURA ECONÓMICA”, consecuente, coherente y obe-diente con los mandatos de los or-ganismos multilaterales del cré-dito; particularmente expresados por el Banco Mundial. La Ley 30 otorgó a la universidad pública, además de la autonomía acadé-mica, la autonomía financiera 2 con el propósito de obligar a las universidades a autofinanciarse, a fomentar los programas renta-bles y a priorizar en su quehacer administrativo el crecimiento de las rentas propias. El principio neoliberal que obliga a los usua-rios a que asuman los costos del servicio educativo se puso en vi-gencia en todas las universidades públicas.

La ambivalencia con que la Constitución Política de la Re-pública de Colombia se refiere a la educación como un derecho y a la vez como un servicio, abrió la puerta para que la educación en

Colombia iniciara su tránsito de transformación de ser un derecho fundamental hasta convertirlo en un bien comercial. Esta es una jugada maestra para los intereses de la burguesía la cual ve, en la educación y la salud de la nación, una oportunidad para sus nego-cios. La Ley 30 de 1992 concretó el marco legal para la aplicación de los principios del neoliberalis-mo a la educación colombiana y no solucionó los problemas del sistema de educación superior. Esta es una declaración de guerra contra la educación superior, con-tra la comunidad universitaria, la cual demanda del movimiento social y político, los académicos, los progresistas y de todos y cada uno de los miembros de la comu-nidad universitaria a cerrar las fi-las por la defensa de la educación superior y por un modelo de edu-cación incluyente y democrático para la nación, capaz de resolver los problemas reales que enfrenta la sociedad.

La Ley 812 de 2002 (artícu-lo 114), “Plan Nacional de De-sarrollo” de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), pretendió imponer el desmonte de la financiación es-tatal para la universidad pública oficial, eliminando la obligación del Estado de aportar cada vez mayores dineros a la universidad pública con la argucia de derogar el artículo 87 de la Ley 30 que consagra que el Gobierno Nacio-nal incrementará sus aportes para las universidades estatales u ofi-ciales en un monto no inferior al 30% del incremento real del PIB. Afortunadamente la crítica, la or-ganización y las movilizaciones

del sector universitario, junto a otra cantidad de sectores sociales, logró detener semejante despro-pósito.

En febrero de 2002, la Fede-ración Nacional de Profesores Universitarios (ASPU) y SIN-TRAUNICOL, recogiendo el sentir de la comunidad universi-taria, promovieron a nivel nacio-nal la defensa consecuente de la educación pública. Fruto de ello fue la propuesta presentada al gobierno como pliego de peticio-nes denominado: Acuerdo Marco Sectorial de la educación superior AMSES. Este Acuerdo contiene los principales aspectos que el profesorado consideró pertinen-te tratar en procura de salirle al paso a esta política. Se propuso el mejorar las condiciones y regula-ciones sobre el trabajo, el empleo y la seguridad social del personal académico y administrativo, el aumento en cobertura y el me-joramiento en calidad docente e investigativa, considerado como un plan quinquenal de avance e inversión para todo el sistema de educación superior estatal.

En el 2011 ante la propues-ta del gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2014) de una nueva ley de educación nacional, más lesiva que la Ley 30, el estudian-tado colombiano, comprendiendo la situación de amenaza, puso al orden del día la defensa de la educación como un derecho y una condición indispensable para el desarrollo nacional, organizándo-se en el movimiento Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE).

La MANE, reunida en Bogo-tá en agosto del 2011, contando


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con la presencia de estudiantes de las 32 universidades públicas, del SENA y de 24 universidades privadas, plasmó, en un programa mínimo de acción, las propuestas para el avance de la educación superior en Colombia: la finan-ciación de la educación como de-recho, la autonomía y democracia universitaria, la calidad acadé-mica, el bienestar universitario, las libertades democráticas y la relación universidad y sociedad. La gran movilización estudian-til logró el hundimiento de la propuesta del gobierno. Cerca de dos años de debate llevaron a que el 10 de Junio de 2013 en Medellín, reunidos en la Univer-sidad de Antioquia en Plenaria, se sancionara la Ley alternativa de Educación Superior. En adelante la movilización logrará que esa propuesta de ley se apruebe y sea una realidad.

Detrás del retiro gubernamen-tal del odioso proyecto de ley de reforma a la Ley 30/92 lo que hay es un duro golpe a las imposicio-nes de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que desa-rrolla su política de mercantilizar los derechos sociales, convirtién-dolos en meros servicios (GATS, por sus términos en inglés de General Agreement on Trade in Services) a través de los acuer-dos de libre comercio (TLC). El recientemente firmado TLC de Estados Unidos con Colombia por ejemplo, negoció el comercio transfronterizo de los servicios de educación superior; por ello el apaleado proyecto pretendía dar-le juego al ánimo de lucro, a las sociedades anónimas que gene-raran dividendos para repartirlos entre accionistas, al incremento exponencial de financiación a la demanda y a reducir al mínimo la

autonomía universitaria. Es decir, que aquello que fue logrado por el Movimiento Universitario fue derrotar, en un primer momento, un poderoso fragmento de la po-lítica neoliberal como es la priva-tización de la educación superior.

Hacemos un llamado a cons-truir la unidad en lo programáti-co y para la movilización. Desde los puestos de trabajo en todas las universidades, los trabajadores y empleados hemos cerrado filas y nos hemos declarado en estado de alerta y en pie de lucha por la defensa de la educación superior en Colombia y en contra de los privatizadores de la educación. Por este motivo, si es necesario, ofrendamos nuestras vidas, pues no nos van a despojar de lo que es nuestro; los derechos que hemos adquirido en la historia no nos lo van a arrebatar. Estamos notifi-cándole a la sociedad y al gobier-


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no de turno, que no nos vamos a dejar, haremos respetar la sobe-ranía y seguiremos participando en los espacios de convergencia convocados por los estamentos, para interlocutar con el gobierno y convertirnos en actores prota-gónicos, como siempre lo hemos hecho; porque somos pueblo y por lo tanto es nuestro deber de-fender lo que es nuestro.

Llamamos a las organizacio-nes del pueblo, a las organizacio-nes políticas progresistas, a que nos acompañen en este proceso de acumulación de fuerzas, para que, ante los ataques de los cuales estamos siendo objeto, acudamos a la solidaridad para ganar esta pelea. Para nosotros, que hemos estado toda nuestra vida en las universidades y que sabemos la realidad y la necesidad de la edu-cación para la sociedad, lo asumi-mos como un derecho de la hu-manidad, consideración que nos ha llevado a defenderla durante la historia frente a los diferentes ataques que ha tenido.

Exigimos que la educación sea financiada adecuadamente por el Estado, con autonomía y desli-gada de los poderes económicos y políticos, hecho que le permite

transformar los paradigmas que tienen sumida a la humanidad en graves problemas, en soluciones reales; con un verdadero bien-estar que esté garantizado para los miembros de la comunidad universitaria, de tal forma que su permanencia para producir y transformar conocimiento esté garantizada, con excelencia aca-démica y cobertura para asumir la demanda de formación que tiene la sociedad; donde la libertad de cátedra y de pensamiento sea res-petada y por lo tanto los Derechos Humanos de los universitarios con pensamiento crítico constitu-yan una permanencia en la cons-trucción de un mundo mejor.

Uno de los principios de SIN-TRAUNICOL es la defensa de la educación superior, por esto, siempre hemos participado junto a los estudiantes en las diferen-tes movilizaciones. En el proceso de MANE, desde la Subdirectiva Cali, siempre hacemos presencia activa, no solo en las marchas, sino también en las mesas de dis-cusión aún sin ser invitados, por-que consideramos que en la cons-trucción de una ley alternativa de educación se debe recoger el sen-tir de todos los directamente afec-

tados y, nosotros, los trabajadores universitarios, tenemos mucho que aportar a esta ley desde nues-tra experiencia; pero también esta ley será uno de los marcos legales que nos regirán.

Hoy necesitamos una nueva generación de sindicalismo co-herente y comprometido con las clases populares, fruto del ejem-plo y práctica de los compañeros de quienes recibimos el estan-darte de lucha. Hoy nos toca en-frentar nuevas realidades, ese es el reto. La bandera de lucha por una educación pública gratuita y de calidad para las clases popula-res, seguirá siendo levantada por SINTRAUNICOL, PARA QUE LA UNIVERSIDAD VIVA EN COLOMBIA, y siendo EL ME-JOR LUgAR DEL MUNDO, PARA HACER DEL MUNDO, UN MEJOR LUgAR.

Referencias

PRESIDENCIA DE LA REPUBLI-CA D.N.P. La Revolución Pacífi-ca. Plan de Desarrollo Económi-co y Social 1990-1994. Bogotá, 1991. 695p. Apertura Educativa, pp87- 147.

2 Ley 30 de 1992, Artículo 57.

Las luchas sociales y políticas en Colombia, a partir de la segunda mitad del siglo XX, se

han caracterizado por la agitación y proliferación de movimientos de sectores que anteriormente no se habían manifestado. Uno de estos sectores lo conforman las mujeres organizadas, quienes, de-jando atrás el rol de mujer dócil impuesto por la sociedad colo-nial, empiezan a reclamar y cons-truir su lugar no sólo dentro de la sociedad sino también dentro de la transformación política y so-cial de la misma. El sindicalismo no ha sido ajeno a la participación de la mujer y SINTRAUNICOL es un ejemplo de ello.

Hay que recordar que SIN-TRAUNICOL hereda el legado de los dos sindicatos que habían en la Universidad del Valle: SIN-TRAUNIVALLE, por parte de los Trabajadores Oficiales, y SINDE-PUV, la organización que recogía a los Empleados Públicos. En ambos sindicatos se contaba con la participación de las mujeres: en SINTRAUNIVALLE, de las 33 juntas Directivas, sólo se con-tó con la presencia de mujeres en 20 de Juntas (una sola mujer en cada una) y de manera excepcio-nal en los años 1964 y 1970 hubo dos mujeres en la conformación

Marlene AlegríaCoordinadora Comité de Genero

en colaboración con María del Mar Agredo

estudiante de Licenciatura en Historia Univalle

El papel de la mujer en Sintraunicol Cali

de la Junta1. En SINDEPUV, que anteriormente estaba conformado como la Asociación de Emplea-dos de la Universidad del Valle, en cambio, las mujeres ocuparon lugares significativos dentro de la Junta. La primera junta direc-tiva en 1975 contó con la partici-pación de tres mujeres, marcando así la presencia femenina en este espacio, pues en adelante siempre estuvieron presentes, incluso en ocasiones la mitad de la Junta, y valga la pena señalar que, en los más importantes cargos como presidencia, vicepresidencia y se-cretaría, las mujeres tuvieron un lugar bastante representativo2.

Con respecto a lo anterior, vale la pena mencionar que en el mo-mento de la fusión de estos dos sindicatos en SINTRAUNICOL, las mujeres contaban ya con un amplio recorrido en la actividad sindical dentro de la universidad. No obstante, en la Junta Directiva de SINTRAUNICOL se ha conta-do con un número bajo de muje-res (alrededor de tres mujeres por Junta y nunca han gozado del car-go de la presidencia). En la última elección, de 21 aspirantes sólo 6 eran mujeres. Vemos entonces que aunque el género femenino ha estado presente a lo largo de los años en la lucha sindical, su participación ha tenido altibajos

en cuestión de protagonismo y representación.

Lo anterior no quiere decir que las mujeres no tuvieran un compromiso político dentro de la organización sindical, ya que, por el contrario, las mujeres de la base desarrollaron importantes tareas en los diferentes contextos y coyunturas. Por ejemplo, en las movilizaciones de los años 1970 y 1980 en contra del des-alojo por parte del Estado de los asentamientos urbanos de las cla-ses populares, las mujeres de las organizaciones sindicales de la Universidad siempre estuvieron presentes con su lucha aguerrida y de solidaridad.

Podríamos hacer una lista ex-tensa de nombres para exaltar la labor de todas las mujeres que han aportado con su espíritu a nuestra Organización y así como hay compañeras que ya han salido beneficiadas con el derecho de ju-bilación y han continuado con su aporte en la organización de Ju-bilados y Pensionados AJUPEN, de igual forma todavía hay mu-chas compañeras afiliadas cuya participación activa en nuestro Sindicato fue, es y seguirá siendo fundamental para luchar por los derechos de la mujer y por con-siguiente los derechos de la clase trabajadora.


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Aunque nuestros derechos son producto de una lucha histórica, los gobiernos han creado normas y otras estratagemas para inten-tar desestabilizar y deslegitimar nuestras reivindicaciones y evi-tar que nosotras las mujeres nos organicemos y movilicemos para seguir en el logro de nuestras conquistas; sin embargo, estas acciones del patrono lo que han generado es un empoderamiento por parte nuestra y ha logrado un efecto inverso, pues cada vez se observa un mayor espíritu de uni-dad entre las mujeres organizadas y no organizadas.

La articulación con otras or-ganizaciones de mujeres en dife-rentes escenarios del movimien-to social ha sido prioritaria para SINTRAUNICOL. Por ejemplo,

en la Central Unitaria de Traba-jadores Valle, a través del De-partamento de la Mujer, existe un alto nivel de relacionamiento y participación con mujeres sin-dicalistas de organizaciones de la región en procesos de forma-ción con enfoque de género. Otra organización con la cual SIN-TRAUNICOL ha tejido relacio-nes es la Fundación Mujer, Arte y Vida –MAVI- por medio de la participación en talleres sobre la exigibilidad de derechos con enfoque de género; igualmente existe una articulación muy fuer-te y dinámica con la Ruta Pacífica de Mujeres, que es un Movimien-to feminista de carácter nacional, en la cual se ha participado en movilizaciones, procesos de for-mación y denuncia. Sin olvidar

también que el conflicto genera-do entre los corteros de caña y los ingenios azucareros en el 2008, permitió consolidar procesos de unidad entre SINTRAUNICOL y el Comité de Corteras de la Caña, que agrupa esposas y familiares mujeres de los Corteros de Caña.

Obedeciendo a las distintas coyunturas que atraviesa el país, el sindicato y las mujeres par-ticipan activamente en la lucha social y política. Por otra parte, cada año en conmemoración del día internacional de la mujer tra-bajadora, celebrado el 8 de mar-zo, el Comité de Género realiza una actividad político-cultural para conmemorar a las mujeres luchadoras.

Actualmente, el Comité de Género se encuentra bastante for-


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talecido y diverso. Cuenta con la participación de mujeres trabajadoras de servicios varios y cafetería. También hay que resaltar la participa-ción de dos hombres en este comité.

Vemos entonces que el papel de la mujer en SINTRAUNICOL es una construcción histórica que nace desde el momento en que surgen los dos anteriores sindicatos de la Universidad del Valle en la década de los 70´s con su compromiso político de lucha y defensa no sólo de la Universidad y el bienestar laboral de las mujeres trabajadoras, sino también en lucha por la solidaridad de género de las mujeres colom-bianas.

Referencias

1. Tomado de los libros de actas de la junta Directiva de SINTRAU-NIVALLE y SINTEUNIVALLE. Años 1963-1996. Archivo de SINTRAUNICOL.

2. Tomado de los libros de actas de la junta Directiva de la Asocia-ción de empleados y el posterior SINDEPUV. Años 1975-1992. . Archivo de SINTRAUNICOL.

Nuestra organiza-ción Sindical, SIN-T R A U N I C O L , históricamente ha

liderado las luchas en defensa del Restaurante Universitario como un componente esencial no sólo para el bienestar de los trabajado-res y empleados administrativos sino también para el resto de los estamentos. Es de vital importan-cia entender el objetivo central de esta sección en el diario vivir y la promoción del bienestar para la Comunidad Universitaria, que se materializa en el brindar apo-yo nutricional a través de un al-muerzo balanceado, en el cual se ven beneficiados principalmente estudiantes de escasos recursos económicos. En este sentido, consideramos que el Restaurante Universitario, a través de un al-muerzo subsidiado, se constituye en soporte esencial para las la-bores académico-administrativas que se desarrollan diariamente en los campus de Meléndez y San Fernando de la Universidad del Valle.

Fueron los VI Juegos Pana-mericanos de 1971 los que die-

Sintraunicol defiende el restaurante como una joya invaluable del bienestar

universitario

Edinson Méndez Coordinador Comité de Derechos Humanos

Sintraunicol, Cali

ron inicio al funcionamiento del Restaurante Universitario en el Campus de Meléndez, ya que to-das las delegaciones de los países visitantes (a excepción de la dele-gación Estadounidense la cual se alojó en el Hotel Intercontinental de Cali) se alojaron en la Univer-sidad del Valle sede Meléndez, por tanto la infraestructura poste-rior a los Juegos Panamericanos, quedó para servicio de la Comuni-dad Universitaria. De este modo, gran parte de la Universidad del Valle se trasladó de San Fernando a Meléndez y es ahí cuando se dio inicio al restaurante prestando el servicio para estudiantes y fun-cionarios.

Las distintas Negociaciones Colectivas en las cuales ha esta-do la organización sindical con la alta dirección de la Universidad, siempre ha planteado en la mesa el buen servicio del Restaurante Universitario. Estas negociacio-nes se han caracterizado por las reivindicaciones nuestras como trabajadores y empleados de la Sección, como también por la exigencia de cobertura en el servicio, una política de precios

para la comunidad universitaria, calidad de los insumos y materia prima, infraestructura moderna, ampliación de la planta de car-gos, entre otras. Todas estas ac-ciones encaminadas a preservar este patrimonio público que es el Restaurante Universitario, el cual cuenta con características o proporciones únicas en infraes-tructura y planta de personal en el Sistema Universitario Estatal de nuestro país, ya que, por ejem-plo, en la Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá, Ins-titución Universitaria Pública de mayor importancia a nivel nacio-nal, el sistema de cafetería central desapareció desde 1984.

Somos conscientes de la vora-cidad del mercado y de las trans-nacionales de la industria alimen-ticia que encuentran en el Restau-rante Universitario una oportuni-dad para ampliar sus arcas a costa de masacres laborales y toda la política inhumana que significa tercerizar los servicios. Por esta razón, nuestra labor como vigías en defensa del Restaurante ha impedido que políticas nefastas a favor de la privatización prospe-


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ren por parte de la alta dirección. Nuestro papel ha sido de constan-te denuncia y lucha a lo largo de la historia, y en las distintas co-yunturas en que ha sido necesario tomar las vías de hecho, estas se han materializado en favor del bienestar de la comunidad uni-versitaria y en contra del discurso tecnócrata de ideología neolibe-ral, el cual señala que “la sección de Restaurante no es misional y es necesario tercerizarla”. Esta frase de cajón es el argumento de quienes creen que la educación pública se puede desarrollar sin necesidad de una oferta integral de Bienestar. No obstante, SIN-TRAUNICOL está convencido de que la defensa de la educación superior pública es inherente a la defensa de la estabilidad laboral de cada uno de nuestros com-pañeros y compañeras que han aportado con su grano de arena en el sostenimiento y fortaleci-miento de la Universidad del Va-lle, cuyo ejemplo más palpable es el Restaurante Universitario en la misión de brindar bienestar a la Comunidad Universitaria.

Frente al modelo neoliberal que se expande desde las altas es-feras de poder de la economía y la política mundial, pasando por el gobierno nacional e influyendo de manera directa en las políti-cas de la Universidad del Valle, el sindicato ha sido consciente de la importancia no sólo prác-tica sino también simbólica del Restaurante. Para nosotros y para la Universidad, el restaurante ha sido, desde su conformación, un elemento significativo del biene-star universitario y de los dere-

chos que el Estado debe respetar de la educación pública. No ob-stante, y debido a los numerosos intentos por parte de la dirección de la Universidad por diezmarlo, el Restaurante se ha consolida-do como un símbolo de la lucha sindical. La historia puede dar cuenta de ello.

Las décadas de los Setenta y los Ochenta fueron épocas de consolidación en lo organizativo para el sindicato pero también de confrontación frente a la de-nominada Reforma Administra-tiva, que fueron intentos de la alta dirección de la Universidad, obedeciendo lineamientos del gobierno central, por desmejorar, en términos generales, a traba-jadores y empleados administra-tivos. En este sentido, la organi-zación sindical cumplía su labor de denuncia en relación a las condiciones de súper explotación a la cual se veían sometidas algu-nas secciones, entre ellas las cafe-terías, cuyos trabajadores estaban mediante contratos civiles1.

Un elemento para valorar de este periodo era el alto grado de organización y comunicación de los Comités de base del Sindi-cato con todos los afiliados y la comunidad universitaria en general. Un ejemplo de ello es la siguiente denuncia del año de 1982 encontrada en uno de los boletines sindicales2, en donde se señala el desinterés de la alta di-rección de la Universidad frente al funcionamiento del restauran-te y se muestra el gran interés de la organización por la cafetería: “Los trabajadores de UNIVAL-LE rechazamos el mal servicio

de cafetería… Rechazamos. Fra-ternalmente Comité de activistas SINTRAUNIVALLE”3. .

La década de los Noventa es la época de la lucha contra los con-tratos fijos y la etapa de la crisis y cierre de la Universidad del Valle en 1998, en la cual se atravesa-ron grandes retos para el sindi-cato. La Cafetería tenía un grupo grande de contratistas a término fijo los cuales recibieron su con-trato y nombramiento a término indefinido producto de un ejerci-cio de negociación en el año 2001 que fue posible por las acciones de movilización de activistas de SINTRAUNICOL; del mismo modo, la crisis de 1998, produc-to de actos de corrupción del ex rector Galarza, conllevaron a una etapa de acciones contundentes por parte de SINTRAUNICOL para presionar la apertura de la Universidad, la cual había sufri-do un cierre que dejó por ende en crisis al Restaurante Universitar-io. La exigencia de la reapertura de la Universidad significó tam-bién la lucha por la defensa del Restaurante y la recuperación de éste en las mismas condiciones anteriores al cierre, es decir, con garantías de todos los derechos laborales de quienes trabajaban en esta sección.

En el siglo XXI el Restaurante Universitario no ha sido ajeno a distintos intentos por parte de la alta dirección de la Universidad, a través de intereses internos y externos, por implementar lo que se denomina como “planes de ajuste” o “reestructuraciones”. Por ejemplo, posterior al acuer-do de pagos de la Universidad


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del Valle con los Bancos (1999-2000) como consecuencia de la crisis de 1998, la administración dio a conocer a la comunidad Universitaria algunos “ajustes” a implementar entre los cuales estaba el cierre de la Cafetería Central para entregar en manos de particulares, lo que de inme-diato generó un frente común de SINTRAUNICOL con los demás estamentos para detener este ata-que privatizador.

Otro fenómeno que se generó durante este período fue el ingre-so por la fuerza al Restaurante de aproximadamente 1000 per-sonas, las cuales bajo el sofisma de “almuerzo gratis” generaban problemas en la sostenibilidad del Restaurante, por tanto, se estaba agudizando el riesgo so-bre la estabilidad laboral de los trabajadores de la Sección. Pero fue la determinación de éstos, con el apoyo de SINTRAUNICOL a través de la movilización, lo que logró erradicar este perjuicio que día a día afectaba la existencia del Restaurante Universitario.

El 2002 y la llegada de Álva-ro Uribe Vélez a la presidencia

de Colombia, marcaron un cam-bio en materia educativa con la ampliación de cobertura. Esta coyuntura se caracterizó por las grandes movilizaciones a nivel nacional, tanto de la educación superior como de los estudiantes y la comunidad educativa de la educación media. La Universi-dad del Valle, en este caso, se vio afectada ya que con los mismos recursos producto de la Ley 30 de Educación Superior, tuvo que sostenerse entre el 2002 y 2010 sin tener en cuenta la amplia co-bertura estudiantil que cada se-mestre asume la universidad. El ingreso de más estudiantes sin la inyección de recursos adiciona-les por parte del Gobierno Nacio-nal, puso en crisis al Restauran-te, quien tuvo un incremento en la atención a sus usuarios con el mismo personal durante aproxi-madamente 10 años (año 2001, 3000 Usuarios/ año 2012 aprox-imadamente 5000 usuarios), sin nombrar la condición de muchos equipos obsoletos. Esta situación generó una cruzada por parte de SINTRAUNICOL ante la Univer-sidad para instarla a modernizar

la infraestructura tecnológica y ampliar la planta de personal, y es así como la administración de la Universidad ha realizado grandes inversiones en compra de equipos para modernizar la planta de pro-ducción de alimentos. No obstan-te, esto sigue siendo insuficiente para la alta demanda de usuarios diaria (aproximadamente 5000).

En relación con la planta de personal, producto de la presión de SINTRAUNICOL ante la alta dirección de la Universidad, en el año 2011 se logró aprobar un acto administrativo por parte del Consejo Superior para ampliar la planta de cargos del Restaurante Universitario (hecho histórico ya que la Universidad se ha negado a modificar la planta de cargos desde el año 2002). Con respecto a esto se logró el incremento de la planta en 10 auxiliares de sumin-istros, 1 supervisor y 8 auxiliares de suministros en provisionalidad por dos años; si en el transcurso de este tiempo se moderniza la planta de producción, de lo con-trario, sus contratos se renovarán automáticamente hasta que se materialice este compromiso por


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parte de la Administración Uni-versitaria.

Como se ha podido consta-tar, estos 42 años de existencia del Restaurante Universitario han forjado esta importante sec-ción como una bandera de lucha de SINTRAUNICOL, pues su defensa a través de un excelente servicio e invocando los princip-ios rectores del subsidio a la ofer-ta, han permitido que se conserve una estable planta de personal contra un sin número de ataques de agentes internos y externos que no ven el Restaurante como una sección con una labor esen-cial desde el punto de vista del Bienestar como elemento mision-al. Pero no solo ello ha sido nues-tra lucha constante, igualmente se ejerce veeduría para que el as-pecto nutricional sea de excelente calidad a través de un permanente

seguimiento en relación a instar a la alta dirección de la universidad para que los equipos, la infrae-structura y en general todos los procesos se modernicen y estén la vanguardia de acuerdo la deman-da de la comunidad universitaria.

Nuestra defensa del Restau-rante Universitario es un compro-miso ético por la preservación de un bien público que se ha consti-tuido no solo en un patrimonio para la Universidad del Valle, sino también para todas las universi-dades en Colombia. Es un ejem-plo y por tanto estaremos atentos ante cualquier amenaza interna o externa y velaremos porque el buen servicio del Restaurante sea la carta de presentación constante hacia la comunidad universitaria. De igual forma, instaremos a la Universidad del Valle para que los derechos y garantías laborales

de nuestros compañeros y com-pañeras trabajadores del Restau-rante sean respetados por parte de la alta dirección. Por último, ratificamos que la defensa de la Universidad Pública pasa por la defensa de esta joya invaluable para el Sistema.

Referencias

1.Órgano Informativo Comunero Sindical. Noviembre 19 de 1973. SINTRAUNIVALLE.

2.Órgano Informativo Unidad Sindi-cal. Agosto de 1982. Comité de Activistas. SINTRAUNIVALLE.

3. SINTRAUNIVALLE: Sindicato de trabajadores oficiales fundado en el año 1963 en la Universidad del Valle. Posteriormente, y en conjunto con el Sindicato de em-pleados Públicos (SINDEPUV), se consolida como el actual sin-dicato SINTRAUNICOL.

Cerca de los inicios de la creación de la Uni-versidad Industrial del Valle, nace consigo

la necesidad de salvaguardar el campus brindando protección no sólo a las estructuras físicas sino también a la comunidad en gene-ral, poniendo de presente definir unas responsabilidades a cargo de un grupo de personas que tenían la misión de custodiar algunas áreas del antiguo Colegio de San-ta Librada.

Eran las primicias del estable-cimiento de una de las plantas de personal que daría apoyo a la mi-sión institucional que hoy se co-noce como Sección de Seguridad y Vigilancia, contando con núme-ro muy reducido de personas en-cargadas de la seguridad. El cre-cimiento de la Universidad exigía la construcción de instalaciones para su pleno funcionamiento, pues el claustro de Santa Libra-da empezaba a convertirse en un sitio reducido para dar cumpli-miento a la creciente demanda de formación, no sólo a la población caleña si no a las regiones cerca-nas a la capital. Para 1954 se dio inicio a la construcción de varios edificios en la actual Sede de San

Vigilancia institucional: remembranza de luchas históricas

Dagoberto Hurtado Arias Comisión Sección Seguridad y Vigilancia

Fernando; este mismo año la Uni-versidad Industrial del Valle cam-bió su nombre a Universidad del Valle1.

Con la nueva sede vinieron más edificaciones, así que era evidente la necesidad de conso-lidar un cuerpo especializado en custodiar los bienes que a través del tiempo tendría la próspera Universidad del Valle. Corría el año de 1962, cuando se da por hecho la construcción del campus de Meléndez, y con ello las po-sibilidades de contratar más per-sonas que brindaran el servicio de vigilancia a las nuevas edifi-caciones. Después de los juegos Panamericanos del año 71, se ini-ció el proceso de adecuación de las residencias estudiantiles que albergarían a estudiantes como un componente más del bienestar universitario. Con ello se adjudi-caron los edificios 382, 383 y 384 nombrando los primeros conser-jes responsables de la custodia de estos edificios y brindando apoyo a los estudiantes que residían en el campus.

Con el paso del tiempo, la ne-cesidad de cubrir nuevas áreas, tanto en San Fernando como en Meléndez, por la apertura de di-

versas facultades y el crecimiento poblacional de la comunidad uni-versitaria, trajo consigo el aumen-to del personal de la Sección de Seguridad y Vigilancia hasta con-solidarse en un número de hom-bres en planta de 186, adscrita a la División de Bienes y Servicios.

En sus inicios, la Sección es-taba concentrada sólo en la cus-todia de los edificios y las consig-nas (órdenes dadas al personal) particulares no eran otras que abrir y cerrar las puertas de tales edificios, pero se hizo evidente la importancia que fue cobran-do esta Sección, convirtiéndose en elemento fundamental para la vida diaria de la Universidad, para la preservación de la segu-ridad al interior del campus, ge-nerando mayor tranquilidad a la comunidad universitaria.

La Sección de Seguridad y Vi-gilancia se ha fortalecido con el apoyo de las diferentes organiza-ciones sindicales, representadas hoy en SINTRAUNICOL, las cuales han sido primordiales para el restablecimiento de los dere-chos fundamentales de los traba-jadores de esta Sección. Ahora haremos un recuento histórico de este apoyo.


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Entre los años 1970 a 1973 se logró plasmar en la negocia-ción de SINTRAUNIVALLE el reconocimiento de la dotación al personal, adecuación de puestos y garitas, elementos esenciales para el cumplimiento del objetivo de salvaguardar los bienes de la Universidad. Otro momento re-levante fue la lucha que se gestó para el año 1975 al quedar plas-mada en la negociación de ese mismo año el reconocimiento de laborar sólo ocho horas diarias y 48 horas a la semana, ya que se tenía contemplado por la admi-nistración de la época que para el personal de vigilantes el horario para la sede de Meléndez era de 70 horas a la semana y para la sede de San Fernando de 60 ho-ras a la semana. Esto sin lugar a duda era una política desmedida sobre el desconocimiento de los derechos de los obreros.

Para los años siguientes se hacía necesario continuar plas-mando en negociación diversos puntos que permitieran mejorar sustancialmente los derechos de los vigilantes, tal fue el logro que se dio el reconocimiento del dis-frute de 7 días de diciembre y 3 días para semana santa y subsidio de alimentación.

Para la época de los noventa, la apertura económica y la trans-formación del Estado amén de las exigencias del Banco Mundial y las trasnacionales, dando como puerta de entrada la tercerización laboral, se inició un proceso de revisión de las plantas de personal en todas las empresas del Estado, obligando a generar procesos de restructuración y de estancamien-


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tos de cada una de las plantas de personal y en particular de aque-llas de fácil reemplazo por medio de contratación privada.

A nivel nacional, las prácticas de contratación directa dieron un giro inesperado y se inició un proceso de deformación de los procesos de contratación, apare-ciendo la figura de “tercerización laboral” y con ello las empresas de seguridad privada iniciaron su auge brindando diversos ser-vicios de seguridad en todas las modalidades. Este fue el momen-to propicio para que la Universi-dad viera con buenos ojos la for-ma de tercerizar los servicios que requería para el funcionamiento de la academia e iniciara una po-lítica de desmonte gradual de vi-gilancia institucional a través de la vinculación de la empresa de seguridad privada.

Corría el año 1994 cuando la Universidad lanzó su segundo ataque y definió otras prácticas de contratación para la presta-ción del servicio de seguridad, obligando a la asociación sindi-cal SINTEUNIVALLE a firmar un acuerdo que cambió a los vi-gilantes de trabajadores oficiales a empleados públicos, garanti-zando que los que estaban vincu-lados hasta la fecha continuarían gozando de los beneficios de la Convención Colectiva de Traba-jo, pero los que se fueran vin-culando después no gozarían de estos beneficios.

Somos conscientes de esta gran pérdida, pero hay que leer la situación en el contexto en el que se dio. Como ya lo indicamos, la tercerización laboral era una po-

lítica generalizada y la univer-sidad pública no fue exenta de esto. Actualmente, en la Univer-sidades Nacional, de Antioquia e Industrial de Santander, las plan-tas de personal de seguridad han desaparecido casi en su totalidad, función que está en manos de las empresas de seguridad priva-da. Estamos convencidos que de no haber cedido estas garantías convencionales, en la Univer-sidad del Valle también hubiera desaparecido la planta de cargos de los celadores. Esta fue uno de las grandes dificultades que le tocó asumir a nuestra asociación sindical; sin embargo, las posibi-lidades de fortalecer la Sección se mantenían como hasta ahora se evidencia.

En los noventa, en la Univer-sidad ya se realizaban las prime-ras contrataciones de la seguridad privada con la empresa Royal de Colombia, contratando 26 vigi-lantes privados, quienes cubrirían inicialmente las porterías.

En junio de 2001, pasada la amargura de la crisis de 1998, se firmó un acuerdo con el que se vinculó de forma definitiva a todo el personal de celadores, 51 en total, que se encontraba bajo la modalidad de contratistas, situación que generaba incerti-dumbre, pues estos contratos no eran de plena permanencia en el tiempo. A partir de este momento se vio la necesidad de generar un proceso de organización interno de la Sección evidenciando la necesidad de crear una represen-tación interna de celadores que sirviera de canal de comunica-ción entre los celadores y la or-

ganización sindical SINTRAU-NICOL.

Para el año 2002 ya contába-mos con la creación de la Comi-sión de Seguridad y Vigilancia, formada por un grupo de celado-res elegidos entre la sección con el aval de la Junta Directiva de SINTRAUNICOL, cuya respon-sabilidad era recoger todas las inquietudes y propuestas de los celadores para trasmitirlas a la Junta para para su respuesta, lo-grando descongestionar parte de la problemática que le llegaba a la Junta. Unas de las metas de la Co-misión era avanzar en el estudio de un proyecto de seguridad que fuera determinante para lograr el desmonte de vigilancia privada.

Corría el año 2005, marcado por una de las grandes dificultades que dejaron huella en la vida de la comunidad universitaria como fue la muerte del estudiante Jo-hnny Silva Aranguren, lo que dio inició a un proceso de reflexión desde la Multiestamentaria, por toda la comunidad universitaria, sobre la convivencia y la seguri-dad al interior del campus, articu-lando varias propuestas sobre el modelo de seguridad con el que debería contar la Universidad. Lucha que emprendimos como organización sindical, logrando que se firmara un acuerdo entre la Universidad y SINTRAUNICOL para el desmonte gradual de la se-guridad privada en Univalle. Paso importante no solo para el fortale-cimiento de la Sección de Seguri-dad y Vigilancia sino para nuestra organización, motivo por el cual, desde ese momento, se inició con un estudio general de un nue-


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vo modelo de seguridad para la Universidad, logrando así estruc-turar la vinculación de 78 nuevos celadores institucionales de los cuales, en el 2008 se vincularon 28, deteniendo el crecimiento de vigilancia privada y contrarres-tado las políticas neoliberales de tercerización laboral en Univalle. Los 50 restantes están en proceso de vinculación.

Hoy contamos con un cuerpo de celadores entrenados y capa-citados para brindar seguridad a toda la comunidad universita-ria, manteniendo un espíritu de compromiso con la institución, buscando nuevas alternativas de mejoramiento para brindar más y mejores servicios. Hemos avan-zado en implementar nuevas es-trategias de seguridad que han

posibilitado la disminución de los hurtos y atracos reduciendo los riesgos al interior de nuestro campus.

Se mantiene activa la discu-sión con la dirección universita-ria generando diversas propuestas para dar respuestas a las necesi-dades que demanda la comunidad universitaria estableciendo cana-les de comunicación más fluida con los diferentes estamentos para que, entre todos, logremos contrarrestar las diferentes pro-blemáticas que se presenten en la cotidianidad de la vida universi-taria.

Somos responsables en decir que existen dificultades al interior de la sección pero estamos traba-jando en pos de buscar nuevas posibilidades de mejorar cada día

más, vemos pues que la Sección ha sido objeto de grandes luchas pero gracias a nuestra organiza-ción sindical SINTRAUNICOL, hemos salido adelante fortale-ciéndonos y atacando frontal-mente las prácticas neoliberales.

Es por eso que, en nombre de la Sección de Seguridad y Vigi-lancia, todos los agradecimientos a quien ha sido la gran defensora de los derechos de todos y cada uno de los obreros de esta univer-sidad como lo es SINTRAUNI-COL.

Referencia

Disponible en: http://aniversario60.univalle.edu.co/historia/resenha/index.html

Nuestro servicio de salud, el de todos, el mejor, el de siempre.

Liliana guzmán Marulanda Fiscal Sintraunicol, Cali

Es de conocimiento pú-blico el interés y apoyo que la Organización Sindical, a través del

tiempo, ha expresado al Servicio de Salud y a todos los temas que tienen relación con él. Cómo no interesarse por el Servicio de Sa-lud, estandarte de la comunidad

univalluna, que agrupa a traba-jadores, empleados, docentes, pensionados y sus beneficiarios, con un solo fin: recibir el mejor portafolio de servicios de salud y por supuesto unificar esfuerzos para continuar gozando de estos. Al Servicio de Salud se le han dedicado comunicados, unos de

alerta, otros para rodearlo; accio-nes de hecho, de denuncia, pero todo encaminado a preservar tan importante y necesaria asistencia. A continuación esbozamos un breve recorrido en la historia del Servicio de Salud desde la pers-pectiva de nuestra organización sindical.


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Iniciamos recordando que en el año 1957, por Acuerdo expedi-do por la Dirección Universitaria de dicha época, nace el Servicio de Salud como una necesidad senti-da de los estamentos incluidos los estudiantes. Inició prestando los servicios en el Hospital Depar-tamental, pero la poca cobertura de beneficios para la familia, hizo necesario que el Sindicato de tra-bajadores de la Universidad del Valle, SINTRAUNIVALLE, en los años 1971 y 1973, incluyera en la Convención Colectiva bene-ficios para la salud en el legítimo ejercicio de negociación, con el objetivo de ampliar la cobertura y portafolio de servicios, incluso, anticipándose a las modificacio-nes que sobre este tema se venía gestando en nuestro país se hizo una férrea defensa de la cobertu-ra familiar (el derecho que asistía en ese momento de extender los servicios de salud no sólo para la población trabajadora de la Uni-versidad del Valle, sino para sus familia o beneficiarios, al igual que la ampliación de servicios y coberturas).

En el año 1976, después ejer-cicio legítimo del uso de las vías de hecho como bloqueos y asam-bleas permanentes, el sindicato culminó con cristalizar el contra-to con Coomeva, (Cooperativa Médica del Valle) entidad que en dicha época prestaba los mejores servicios de salud, situación ésta que reafirma que la comunidad universitaria merece hoy y siem-pre la mejor asistencia en salud, esa que aún a gritos reclama el pueblo colombiano.

En el año 1986, las organi-

zaciones sindicales tanto SIN-TRAUNIVALLE como el Sin-dicato de Empleados Públicos de la Universidad del Valle, SINDEPUV, participaron en la apuesta de todos los estamentos para que el Servicio de Salud se transformara para la población trabajadora y sus familias en un Servicio de Salud Familiar, al im-plementar el modelo de medicina familiar. Esta situación contó con el apoyo de la dirección univer-sitaria, modelo que con éxito se preserva hasta ahora. Para esta época, la prestación de servicios de salud para la familia de la ma-yor parte de los trabajadores en el país se atendía a través de las Cajas de Compensación Familiar; para la población no trabajadora y sus familias la realizaban la red pública hospitalaria (centros de salud, hospitales públicos de me-nor y mayor complejidad).

La historia en el Sistema de Salud en nuestro país se divide con la llegada de la Ley 100/93, con el Sistema General de Segu-ridad Social que incluía cuatro ejes: Salud, Pensiones, Riesgos Profesionales y Servicios Socia-les Complementarios. El Servicio de Salud no ajeno a esta legis-lación y las subsiguientes, quedó inmerso en esta normativa. Nue-vamente se pusieron en alerta los estamentos y la dirección univer-sitaria, no sólo en la Universidad del Valle, sino en las otras uni-versidades públicas que también contaban con Unidades o Servi-cios de Salud para los estamentos laborales y sus familias (ejemplo: Universidades Nacional, de Na-riño, de Antioquia, de Cartage-

na, de Córdoba, del Atlántico, del Cauca; entre otras). Sin em-bargo, al entrar en vigencia la Ley 100/93 en salud, se logró demostrar que a pesar de todos los cambios impuestos por ella, nuestro Servicio de Salud podía continuar existiendo, brindando los servicios de calidad para los trabajadores, empleados, docen-tes, jubilados, pensionados y sus beneficiarios, igual que lo había hecho desde muchos años atrás, sin desconocer las situaciones complejas por las cuales había atravesado para llegar a ser lo que en ese momento era y significaba para la comunidad universitaria. Demostrado lo anterior, en el año 1997 al Servicio de Salud se le da la categoría de: Entidad adaptada al Sistema General de Seguridad Social en Salud, pero esta condi-ción era transitoria y siempre se corría el riesgo de que surgiera una norma contraria y se desvir-tuara su quehacer.

Las implicaciones de ser una Entidad Adaptada, eran que poco a poco se debía transformar en una Entidad Promotora de Salud o EPS como se conoce, situación que era imposible asumir no solo por el Servicio de Salud de la Uni-versidad del Valle, sino por todos los Servicios de Salud de las uni-versidades públicas. A pesar del mencionado riesgo se continuó varios años hasta que, en el 2001, SINTRAUNICOL, docentes a nivel nacional y directivos de va-rias universidades, con el apoyo de algunos parlamentarios demó-cratas, quienes son responsables y entendiendo las necesidades de salud de los universitarios, lo-


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gran la aprobación de la Ley 647 del 28 de febrero de 2001 “Por la cual se modifica el inciso 3o. del artículo 57 de la Ley 30 de 1992” y en su Artículo 1o. expresa: “El inciso 3o. del artículo 57 de la Ley 30 de 1992, quedará así: “El carácter especial del régimen de las universidades estatales u ofi-ciales, comprenderá la organi-zación y elección de directivas, del personal docente y adminis-trativo, el sistema de las univer-sidades estatales u oficiales, el régimen financiero, el régimen de contratación y control fiscal y su propia seguridad social en salud, de acuerdo con la presente ley”, con lo cual el Servicio de Salud y todos los de las mismas carac-terísticas quedaron como “servi-cios especiales”, lo cual posibili-tó, hasta la fecha, la continuación

de la prestación de Servicios de Salud por las universidades pú-blicas estatales amparándose por supuesto en la autonomía uni-versitaria y define la Unidades o Servicios de Salud como una Dependencia Especializada de la Universidad, entre otras.

Ya en el año 2004 se sancionó, en el Consejo Superior, el Acuer-do 008/04 el cual reorganiza la estructura del Servicio de Salud y bajo las posibilidades expresas en la Ley 647/2001 y la Autono-mía Universitaria (“Constitución Política Artículo 69. Se garantiza la autonomía universitaria. Las universidades podrán darse sus directivas y regirse por sus pro-pios estatutos, de acuerdo con la ley…………”) se incluyen todos los derechos adquiridos en salud que ya teníamos más los que la

Ley 100/93 ya traía; diferencias que fueron mínimas, puesto que la cobertura nuestra siempre fue más amplia que el Plan Obligato-rio de Salud (Ley 100/93 capítulo III art. 162 al 169-4/ artículo 162. “plan de salud obligatorio. El Sistema General de Seguridad Social de Salud crea las condi-ciones de acceso a un plan obli-gatorio de salud para todos los habitantes del territorio nacional antes del año 2001. Este plan permitirá la protección integral de las familias a la maternidad y enfermedad general, en las fases de promoción y fomento de la sa-lud y la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación para todas las patologías, según la in-tensidad de uso y los niveles de atención y complejidad que se de-finan”). Con certeza decimos que


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atemperar el Servicio de Salud a la Ley fue más en la parte orga-nizativa; adicional a que siempre los estamentos velaron por la ca-lidad de los servicios, se hizo ne-cesario por ejemplo, implementar todo un sistema de calidad en sa-lud y cumplir todas las normas de habilitación (Habilitación: nor-mas que debe cumplir cualquier prestador de servicios de salud de acuerdo a su complejidad. “numeral 3 del artículo 173 de la Ley 100 de 1993, artículo 56 de la Ley 715 de 2001 y los artí-culos 2 del Decreto –del Decreto 1011 de 2006 y en desarrollo de los capítulos I y II del Decreto 1011 de 2006 -parágrafo 1° del artículo 4° del Decreto 1011 de 2006para los prestadores de sa-lud”).

La materialización del Acuer-do 008 fue liderada por SIN-TRAUNICOL en compañía de los estamentos. Es importante decir que la representación de los Trabajadores y Empleados siem-pre ha sido apoyada e impulsada por la organización sindical, por lo tanto, afiliados y Junta Direc-tiva han hecho parte activa del espacio de administración del Servicio de Salud, todos estos esfuerzos con el objetivo de con-tinuar la defensa y veeduría del mismo.

La Junta Administradora del Servicio de Salud es el espacio de administración; en ésta hay re-presentación de la dirección uni-versitaria y del mismo servicio de salud, la comunidad trabajadora está representada en sus estamen-tos y por lo tanto hacen parte ac-tiva de su administración. Uno

de los aspectos más importantes de este espacio es que en él se han definido estrategias para ga-rantizar la sostenibilidad y con-tinuidad del servicio; algunas de estas estrategias fueron: el paso de medicamentos comerciales a genéricos, donde se garantizó por completo la calidad de los mis-mos; la creación del Fondo de Seguridad Social, con el cual se pretendió fondear los costos de las enfermedades ruinosas y ca-tastróficas, pero este Fondo en el día a día ha garantizado la exis-tencia del Servicio en sí mismo. Esta apuesta fue realizada con aportes adicionales tanto de los trabajadores, empleados, docen-tes, pensionados y la dirección universitaria y también, entre mu-chas otras actividades, el esfuerzo e impulso realizado sobre los pro-gramas de Promoción y Preven-ción. Siendo vital la participación de la Organización Sindical en la junta administradora, apostando a que siempre los representantes de los trabajadores y empleados, tanto principales como suplen-tes, sean únicamente afiliados a SINTRAUNICOL CALI, y que en dichas duplas se encuentre la representación de la Junta Direc-tiva, estrategias que hasta ahora han dado resultados positivos en la continuidad del Servicio de Salud, inculcando en las bases del sindicato el sentido de perte-nencia, apoyo, racionalidad y dis-ciplina en el uso de los servicios asistenciales que se nos brinda.

En gran parte de las Negocia-ciones Colectivas, tanto para em-pleados públicos como para tra-bajadores oficiales, se continuó

incluyendo puntos para comple-mentar el portafolio de servicios, beneficios que no sólo cobijan a nuestros afiliados sino a todos en general, por eso insistimos que, por solidaridad, todos se deberían afiliar. Incluso en el año 2007 se negoció un punto sobre vacunas para los hijos hasta los cinco (5) años de edad. Curiosamente, al año siguiente, el Programa Am-pliado de Inmunización del Mi-nisterio de Salud y de la Protec-ción Social (antes Ministerio de la Protección Social) las incluyó en el POS y en estos momentos se aplican hasta los 6 años de edad; con esto podemos decir que nos adelantamos al mapa epidemio-lógico del país. Cabe resaltar que todos los beneficios que tiene la Ley 100/93 y sus modificaciones, que por algún motivo superen los nuestros, inmediatamente aplica-mos los de la Ley, esto se ha he-cho desde que entró en vigencia.

En el año 2010, SINTRAUNI-COL decidió negociar un punto que, como todos los puntos so-bre el tema de salud, no fue bien recibido por la dirección univer-sitaria: destinar recursos institu-cionales en la compra de un edi-ficio digno para la prestación de los servicios de salud. Ese punto tuvo mucha reticencia pues la di-rección universitaria aducía que no era necesario y que mientras la dirección del momento con-tinuara se seguiría apoyando el antiguo Servicio de Salud. Esto no fue suficiente para la organi-zación sindical y se terminó con un compromiso institucional para la sostenibilidad del servicio y la destinación de mil quinientos mi-


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llones de pesos ($ 1.500.000.000) para la compra de un inmueble. Debido a que esta suma de dinero no era suficiente para la compra de un inmueble, se decidió im-pulsar la construcción del Servi-cio de Salud dentro de los predios del Campus de Meléndez, para lo cual la dirección universitaria destinó otros recursos y después de los trámites institucionales pertinentes se inició la construc-ción de tan anhelada estructura.

Después de la veeduría que realizó la Junta Administradora (donde SINTRAUNICOL hizo parte activa a través de los repre-sentantes de los estamentos de Trabajadores y Empleados), en el 2013 iniciamos el año con la nueva sede del Servicio de Salud, este edificio, único en el campus, por su diseño y majestuosidad, comprende más allá de los ladri-llos, pintura, bonitos acabados, accesibilidad, entre otros, todas las buenas intenciones que los estamentos unidos, la dirección universitaria y SINTRAUNICOL lograron materializar para el be-neficio de todos aquellos que nos consideramos defensores del Ser-vicio de Salud y por lo tanto nos obliga a continuar tomando defi-niciones responsables, con mesu-ra, cordura y visibilizando a largo plazo una de las nueve unidades de salud de igual número de uni-versidades públicas estatales. No se nos puede olvidar que con to-das las dificultades que podemos tener, jamás hemos pasado por la crisis actual del Sistema de Salud Nacional, pero si no somos res-ponsables podemos llevar el Ser-vicio de Salud a situaciones críti-

cas que de pronto no podamos su-perar tan fácilmente como antes. Ese edificio, esa gran estructura, refleja 57 años de historia de vo-luntad, decisión, lucha y visibi-lización de un Servicio de Salud que merecen todos los colombia-nos y que han cuidado tanto los estamentos universitarios y que se benefician de él, como nuestra organización sindical.

No podemos dejar de lado la gran amenaza del 2010, cuando el gobierno de turno manifes-tó públicamente la Reforma a la Ley 30 del 28 de diciembre de 1992 “por el cual se organiza el servicio público de la Educación Superior” y ya en el gobierno actual, se presentó la reforma y entre todo lo adverso que tiene la ley actual, la propuesta de re-forma fue aún peor, no llenaban ni la primera ni la última de las necesidades sentidas que tiene la educación superior, la comunidad universitaria y el propio país.

Recordemos que la famosa propuesta en sus primeras ver-siones sale eliminando de tajo los Servicios de Salud de la Univer-sidades Públicas, (la Ley 647/01 modificó el artículo 57 de la Ley 30/92); ésta hizo que nos movili-záramos junto con los de más es-tamentos convocados por la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) logrando históricamen-te tumbar la reforma del gobierno promulgando la consigna “Ni Re-forma ni Ley 30/92” encaminán-donos en la ardua tarea de generar nuestra propia reforma, nuestra propia Ley de Educación Supe-rior. Esta Ley busca, sin ser una canasta de mercado, llenar la ma-

yor parte de expectativas no sólo de todos los estamentos, sino de la comunidad en general, la cual fue invitada como un estamento más a participar en dicha elabo-ración. SINTRAUNICOL Nacio-nal a través de las Subdirectivas lideradas por la nuestra, entregó a la MANE, en su quinta sesión, un documento donde incluimos todo lo que consideramos debe tener la Ley para los trabajadores y em-pleados; por supuesto, incluimos explícitamente las unidades de salud, para que continúen exis-tiendo y sea obligatorio que las demás universidades la establez-can. Esto nos hace reflexionar en que, de cualquier parte, pueden llegar ataques al Servicio de Sa-lud, por eso lo menos que pode-mos hacer es no volverlo frágil nosotros mismos.

Otra situación es la crisis del Sistema General de Salud y la amenaza que se presentó por la propuesta de reforma del gobier-no actual a este sistema, reforma ya materializada en la Ley 1438 de 2013 “Reforma del Sistema de Seguridad Social en Salud” que, aunque no decía de forma explí-cita nada referente a los Servicios Especiales de Salud de las Uni-versidades Públicas, sí creemos que poco a poco nos pueden vol-tear a mirar, y por qué no, preten-der hacernos parte directa de las nefastas EPS o como las denomi-nan ahora “Gestoras de Salud” (lo cual obedece a la misma EPS pero con otro nombre) y de la mercantilización de la salud. Es así que, la Junta Administradora del Servicio de Salud (de la cual hacemos parte) revisó detallada-


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mente el proyecto y la reforma y sustrajo de ellas los aspectos a los cuales nos vemos obligados a cumplir (referente a lo orga-nizativo), pero no encontramos nada que nos impacte hasta aho-ra negativamente; sin embargo, los cambios organizativos como por ejemplo, la sistematización nacional, implican para nosotros costos adicionales que nos toca suplir de los recursos propios, puesto que sólo nos sostenemos de nuestros aportes y del aporte adicional que hacemos al Fondo de Seguridad Social.

Terminando el rápido repaso por la historia y llegando al pre-sente del Servicio de Salud, po-demos concluir que en su trans-formación ha sido primordial la participación activa de nuestra organización sindical; de todas y todos aquellos que nos antecedie-ron y que dejaron los pilares de este invaluable estandarte. Esto

nos obliga a no detener por nin-gún motivo el proceso de defensa del Servicio de Salud; el presen-te exige una organización fuerte, activa y vigilante, una decidida voluntad de todos los que nos be-neficiamos para sobrepasar, con nuestros esfuerzos, las expecta-tivas que tenemos de continuar gozando del Servicio de Salud.

SINTRAUNICOL CALI, Ayer, hoy y siempre

Presente por la defensa del Servicio de Salud.

Referencias

1. Comunicados varios de SIN-TRAUNICOL.

2. Notas de Carlos González, expre-sidente de SINTRAUNICOL.

3. Revista periódica del Servicio de Salud y la Junta Administradora.

4. Ley 100/93 (Sistema General de Seguridad Social Integral: Salud, Pensiones, Riesgos Profesionales y Servicios Sociales Comple-

mentarios).5. Ley 30 del 28 de diciembre de

1992 “por el cual se organiza el servicio público de la Educación Superior”.

6. Ley 647 de 2001 (febrero 28) Diario Oficial No. 44.345, de 3 de marzo de 2001.

7. Congreso de Colombia “Por la cual se modifica el inciso 3o. del artículo 57 de la Ley 30 de 1992”.

8. Ley 1438 de 2013 “Reforma Del Sistema de Seguridad Social en Salud”.

9. Consultado en: http://www.msal.gov.ar/

10. Convención Colectiva vigente de SINTRAUNICOL Cali 1968-2013.

11. Acuerdos Vigentes de SIN-TRAUNICOL Cali

12. Constitución política de Colom-bia. Art. 69 Autonomía Univer-sitaria.

13. Acuerdo 008 de 2004 del Con-sejo Superior, Universidad del Valle.

LA ATALAYA

¿Por qué, hombres de todos los tiempos,disparan con versos de ballestacontra aquellos que en su poesíacomo en un vuelo de mariposashuyen de la miseria, la infamiay del hambre de espanto de los pueblos?Atrincherados en sus atalayas,sólo conocen líneas almibaradascreadas con sus pincelillos adjetivescos....que sus rimas fugacesno huelan a sangre de obrerocuando buscan en la corola de una floruna brújula de musas.

¿Merecen ellos nuestro odio...?...por ausentarse de todo,escapando del pájaro de la locura,bordeando las veredas del tediocon el cayado de su filosofía.

Mujeres y hombres de todos los tiempos:rebeldes, revolucionarios,militantes en la eterna resistencia.Acaso nuestros gritos...¡Abajo el imperio!¡Justicia y libertad!¡Patria o muerte!no serán tan sólonuestra propia atalaya.

Jonathan J. Berrios DomínguezSecretario de actas de la Junta Nacionalde la Hermandad de Empleados Excentos no docentes de la Universidad de Puerto Rico

JUNTA DIRECTIVA 2012-2015SINTRAUNICOL SUBDIRECTIVA CALI

José Milciades Sánchez OrtizJosé Ariel Díaz

Liliana Guzmán Marulanda Harold Balanta

Nancy Hernández MontoyaMarlene Alegría Pineda

Edinson Méndez Giraldo Dagoberto Hurtado Arias

Silvio GuevaraJorge Enrique Correa Ramírez

COMITé EDITORIALClaudia Aguirre

Nancy Hernández María del Mar Agredo

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SINTRA 50 E - Sintraunicol – Cali – Sindicato Nacional ... · ensayo de organización de segun-do grado buscando agrupar a los nacientes sindicatos. ... una de ellas, la masacre