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sylvie-kabir-idrissi
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Sirvi enta en la capital\a caPita\
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l7 25
pas jalouse.
lB. chez rnoi
19 pirnent t'ort
20. (Me sentia menos
que)
I (qrande propriétélatifun-
diauù
2. (amer, falda de
varios colores).
3. (tunique brodée que por-
tent les indiennes guaté-
maltèques)
4. (arnér.) , une petite cape.
5. el sefror, el amo, /e
maître.
6. (es decir, vestida a la
europea).
7. les iontremaîtres (dela
grande exploitation).
8. los peones, Ies ouvriers
agricoles
un gros tas.
les ordures.
une petite natte (pour
dorrnv).
(amer ), una manta,
une couverture.
(arnél.), haricots.
(amér.), galettes de rnais.
muy duras
doler luel, peitrer, cha-
griner.
No envidi aba,le n'étais
t5
Rigoberta Menchû, india guateynalteca 11
Preynio Nobel de la Paz en l9g2 plr su
incansable actividad en det'ensa de la poblacidn
indQena de su tierra, recuerda su llegada A la,capital, Ciudad de Guateynala
Entonces llegamos a la capital.Recuerdo que llevaba mi ropa bienvielita porque era trabajadora de lafincar y llevaba mi corte2 bien sucio;bien viejo mi huipil3 Tenia un perra-jitoa y era el rinico que llevaba Noten(a zapatos No conocia ni cômo es
probar un par de zapatos La sefloradel seflort estaba en la casa Habiaotra sirvienta que era para la comiday yo tendria que tener el trabaio de
limpiar la casa. La sirvienta era tam-bién indigena pero habia cambiado su
traje Ten(a ya ropa ladina6 y hablabaya el castellano y yo no sabia nadaLlegué y no sabia qué decir.
Yo no hablaba el castellano, peroentendia algo Por todos los capo-
S. HowErt, Rigoberta Menchû, Guatemala, 1992.
ralesT que nos mandaban, que nos maltrataban y que nos daban las tareas. Muchos de ell:;son indigenas, pero no quieren hablar la lengua como nosotros porque ellos se sienten dife-rentes de los mozoss. Entonces, yo entendia elespafrol, pero no lo hablaba. La sefrora llarr::a la sirvienta: recoge a esta nifla; llévatela al cuarto que estâ atrâs. La muchacha vino y m.miraba con todos los ojos indiferentes. Y me dice, vente por acâ. Me llevd al otro cuarto. Er-un cuarlo donde tenian arrinconado un montondne de cajas, bolsas de plâstico donde guar-daban también la basurar0. Tenia una camita y me bajaron la camita y Àe pusieron un peta-tillotr encima de la camita y me dejaron una chamarrar2, me dejaron alli. yo no llevaba nin-guna cosa para cubrirme ni nada. Entonces la seflora ya mâs tarde me llamô. La primeranoche, recuerdo que no sabia qué hacer Asi es cuando yo senti lo que mi hermana habia sen-tido. Claro, mi hermana estuvo con otro sefror. Entonces me llamaron. La comida qub me die-ron era un poquito de frijol13 con unas tortillasra bien tiesasrs. Tenian un peruo en la casa. Unpeno bien gordo, bien lindo, blanco. Cuando vi que la sirvienta sacô la comida del perro. Ibanpedazos de carne, arroz, cosas asi que comieron los sefrores. y a mi me dieron un poquitode frijol y unas tortillas tiesas. A mi eso me dolia16 mucho, que el perro habia comido muybien y que yo no merecia la comida que mereciô el perro. Entonces comi, ya estaba acos-tumbrada, pues. No extrafrabarT la comida del perro, porque yo en la casars s6lo comia tor-tillas con chilere o con sal o con agua. pero me sentia muy marginada. Menos que20 el ani-mal que existia en casa.
JJ
ELrsnepTH BuRcos, Me llarno RigobertaMenchû, lgï3