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80 Cuadernos Latinoamericanos de Administración - Vol. III No. 5 - Junio - Diciembre de 2007 Antonio José Sánchez M. Christian Marazzi es licenciado en Ciencias Políti- cas por la Universidad de Padua, estudió en la London School of Economics y se doctoró en Cien- cias Económicas en la City University de Londres. Ha enseñado en diversas universidades europeas, así como en la State University de Nueva York y en Escuela Universitaria de la Suiza Italiana. Ma- razzi es uno de los pensadores actuales clave para entender la centralidad del lenguaje en las nue- vas formas de trabajo y en la producción capita- lista, tema al que ha dedicado libros como La po- vertà in Ticino, E il denaro va, Capitale e linguag- gio. Dalla New Economy all'economia di guerra, y, Il posto dei calzini, en castellano, El sitio de los calcetines. El giro lingüístico de la economía y sus efectos sobre la política. "El sitio de los calcetines" es un título que des- pierta curiosidad y por tanto merece una pronta explicación. En los hábitos domésticos de una pareja, el lugar de los calcetines es un sitio que sólo la mujer conoce puesto que ella lo elige y conserva con precisión, mientras que el hombre lo adopta por casualidad o contando con la ayu- da de su mujer. Para Marazzi, en el gesto de poner los calcetines en su sitio se capta la des- igualdad entre hombres y mujeres y una ima- gen de la persistente explotación del uno sobre la otra. "Se trata de una desigualdad que cuan- titativamente no es mensurable pero que cuali- tativamente es relevante: la mujer se siente aún hoy obligada a colocar los calcetines en su sitio porque sobre ella pesa la carga inmaterial de tradiciones y esquemas culturales que determi- nan sus 'obligaciones' a pesar de la igualdad formal de derechos". El libro consta de tres partes. La primera deno- minada "Volver a partir del trabajo" es una pues- ta en escena de los múltiples aspectos que con- tribuyen a definir el posfordismo, o sea el mo- delo de sociedad que está tomando forma por la amplia difusión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y de la aparición de la "sociedad de la información". "Desmesura y regla" se denomina la segunda parte y allí se reflexiona sobre los efectos fragmentadores de las crisis económicas y de los graves espacios de conflicto que esta está abriendo. Finalmente en la tercera parte "Estado y mercado" se plan- tean algunas hipótesis acerca de la redefinición de la relación entre el Estado y el mercado en la era de la globalización de la economía. Para con- cluir que el "salto de paradigma", la transición del fordismo al posfordismo, de la producción para el consumo de masas a los sistemas de producción y distribución flexibles del denomi- nado "just in time", obliga a un análisis que vaya más allá de los disciplinar y del cerco de los es- pecialistas, pues lo que está en juego es la "com- prensión del tiempo en el que vivimos, y en ello nos va nuestro estar en el mundo". Estamos verificando una transformación profun- da de los procesos de producción. Mientras la cadena de montaje de Taylor y de Ford excluía toda forma de lenguaje como factor directamen- te productivo, hoy no se verifica producción sin comunicación: por el contrario, trabajo e infor- mación se sobreponen necesariamente para garantizar el máximo rendimiento en el menor tiempo posible. En esta forma las tecnologías de la información irrumpen como verdaderas má- quinas lingüísticas. "Esta transformación ha im- puesto un nuevo sujeto productivo hiperprole- tario precario y multiétnico, cuyo perfil laboral El SITIO DE LOS CALCETINES. El giro lingüístico de la economía y sus efectos sobre la política. Christian Marazzi. Madrid: AKAL. Cuestiones de Antagonismo, 2003. ISBN 84-460-1569-2 Por: Antonio José Sánchez Murillo Profesor asociado Universidad El Bosque.

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80 Cuadernos Latinoamericanos de Administración - Vol. III No. 5 - Junio - Diciembre de 2007

Antonio José Sánchez M.

Christian Marazzi es licenciado en Ciencias Políti-cas por la Universidad de Padua, estudió en laLondon School of Economics y se doctoró en Cien-cias Económicas en la City University de Londres.Ha enseñado en diversas universidades europeas,así como en la State University de Nueva York yen Escuela Universitaria de la Suiza Italiana. Ma-razzi es uno de los pensadores actuales clave paraentender la centralidad del lenguaje en las nue-vas formas de trabajo y en la producción capita-lista, tema al que ha dedicado libros como La po-vertà in Ticino, E il denaro va, Capitale e linguag-gio. Dalla New Economy all'economia di guerra, y,Il posto dei calzini, en castellano, El sitio de loscalcetines. El giro lingüístico de la economía y susefectos sobre la política.

"El sitio de los calcetines" es un título que des-pierta curiosidad y por tanto merece una prontaexplicación. En los hábitos domésticos de unapareja, el lugar de los calcetines es un sitio quesólo la mujer conoce puesto que ella lo elige yconserva con precisión, mientras que el hombrelo adopta por casualidad o contando con la ayu-da de su mujer. Para Marazzi, en el gesto deponer los calcetines en su sitio se capta la des-igualdad entre hombres y mujeres y una ima-gen de la persistente explotación del uno sobrela otra. "Se trata de una desigualdad que cuan-titativamente no es mensurable pero que cuali-tativamente es relevante: la mujer se siente aúnhoy obligada a colocar los calcetines en su sitioporque sobre ella pesa la carga inmaterial detradiciones y esquemas culturales que determi-nan sus 'obligaciones' a pesar de la igualdadformal de derechos".

El libro consta de tres partes. La primera deno-minada "Volver a partir del trabajo" es una pues-ta en escena de los múltiples aspectos que con-tribuyen a definir el posfordismo, o sea el mo-delo de sociedad que está tomando forma por laamplia difusión de las nuevas tecnologías de lainformación y la comunicación y de la apariciónde la "sociedad de la información". "Desmesuray regla" se denomina la segunda parte y allí sereflexiona sobre los efectos fragmentadores delas crisis económicas y de los graves espaciosde conflicto que esta está abriendo. Finalmenteen la tercera parte "Estado y mercado" se plan-tean algunas hipótesis acerca de la redefiniciónde la relación entre el Estado y el mercado en laera de la globalización de la economía. Para con-cluir que el "salto de paradigma", la transicióndel fordismo al posfordismo, de la producciónpara el consumo de masas a los sistemas deproducción y distribución flexibles del denomi-nado "just in time", obliga a un análisis que vayamás allá de los disciplinar y del cerco de los es-pecialistas, pues lo que está en juego es la "com-prensión del tiempo en el que vivimos, y en ellonos va nuestro estar en el mundo".

Estamos verificando una transformación profun-da de los procesos de producción. Mientras lacadena de montaje de Taylor y de Ford excluíatoda forma de lenguaje como factor directamen-te productivo, hoy no se verifica producción sincomunicación: por el contrario, trabajo e infor-mación se sobreponen necesariamente paragarantizar el máximo rendimiento en el menortiempo posible. En esta forma las tecnologíasde la información irrumpen como verdaderas má-quinas lingüísticas. "Esta transformación ha im-puesto un nuevo sujeto productivo hiperprole-tario precario y multiétnico, cuyo perfil laboral

El SITIO DE LOS CALCETINES.El giro lingüístico de la economía y sus

efectos sobre la política. ChristianMarazzi. Madrid: AKAL. Cuestiones de

Antagonismo, 2003.ISBN 84-460-1569-2

Por: Antonio José Sánchez MurilloProfesor asociado

Universidad El Bosque.

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ya no gira en torno a la especialización compar-timentada y que se muestra versátil, móvil, ydebe adaptarse siempre a las nuevas exigen-cias impuestas por el capital".

El ejemplo de los calcetines, y "la asimetría depoder" en las relaciones hombre-mujer, se pue-de extender fuera de casa y a otras formas derelación. En particular al mundo del trabajo,donde la vigencia de los derechos universalesha sufrido un doble ataque: de una parte estánen retroceso "los derechos sociales protegidospor normas jurídicas sólidas y duraderas", porotra parte la igualdad de derechos se presentacomo una apariencia formal que no resiste lostratamientos desiguales que crecen por debajode las atribuciones formales.

Para describir estos procesos, la perspectiva ele-gida en el texto de Marazzi es el post-fordismo,en los términos de una transformación que haceépoca en la producción económica. El profesoritaliano lo había publicado por primera vez en1994 con un pequeño editor suizo, antes de quefuese seguidamente reimpreso en Italia. Algunode los temas abordados (como, por ejemplo, lasimplicaciones del programa económico de BillClinton) se resienten de los acontecimientossucedidos desde la primera edición hasta hoy;pero otras reflexiones, las que inspiran la argu-mentación, son todavía actuales porque hoy endía están vigentes las consecuencias del post-fordismo: El lenguaje puesto a producir devieneen arma política por excelencia de las socieda-des posfordistas actuales.

En este libro se analiza la transición de la socie-dad industrial (o fordista) a la sociedad de lainformación (o post-fordista), centrándose so-bre todo en la entrada directa de la comunica-ción en los procesos productivos y laborales. Setrabaja comunicando: ésta es la tesis principalde El sitio de los calcetines, donde se intentademostrar que desde principios de la década de1980 los nuevos modelos de empresa se fijaroncomo objetivo la destrucción de la clase obreraindustrial, de sus formas de lucha, sus prácticasorganizativas y sus lenguajes. La precariedad,la flexibilidad y la descomposición del tejido in-dustrial han modelado un nuevo tipo de obrerosocial que trabaja en el territorio urbano, asícomo en los sitios lumpen de las periferias delmundo, y que ha de vérselas con la crisis políti-ca del Estado del Bienestar.

Cuando Marazzi habla del lenguaje como de unterreno de lucha política sitúa la diferencia sexual

en el centro de la producción simbólica de "mun-dos posibles", de sensibilidades y de culturasdiferentes. La guerra o, para ser más exactos,el Estado-guerra al que hoy asistimos es la trans-formación de la diferencia de género en "cho-que de civilizaciones", en enfrentamiento entre"ellos y nosotros". De este modo, lo que es pro-ductor de mundos posibles se transforma radi-calmente en máquina de destrucción bélica. Porotra parte, la centralidad del lenguaje en el modode producción post-fordista permite explicar laimportancia del capital simbólico. Pensemos enlos logos de las empresas multinacionales y enlos mecanismos de comportamiento miméticode los ahorradores que, en el transcurso de ladécada de 1990 han invertido en los mercadosfinancieros, perdiendo los fondos de pensiones.Se trata de fenómenos de enorme importancia,que requieren respuestas políticas de nuevocuño.

Otro aspecto. Con los derechos de propiedadintelectual se privatizan los bienes comunes yen primer término el saber social, pero tambiénel patrimonio genético, el espacio de la comuni-cación, el agua, la energía y los productos far-macéuticos. Se reintroduce la propiedad priva-da allí donde el progreso tecnológico permite entérminos concretos la socialización de la rique-za y del bienestar colectivos. La nueva econo-mía ha entrado en crisis cuando ha resultadoser una no economy, es decir, una economía enla que se puede producir y consumir fuera de lalógica del beneficio. La crisis de los mercadosfinancieros comenzó el mismo día en el que BillGates fue acusado de prácticas monopolistas.La paradoja de la nueva economía reside preci-samente en esto: para garantizar los beneficiosse deben asegurar los derechos de propiedadintelectual, pero estos mismos derechos demonopolio contradicen su modo de funciona-miento a través de innovaciones continuas. Yestas innovaciones no se convierten en un me-dio de ampliación del acceso a la riqueza parasectores cada vez más amplios de la sociedad.

La sociedad posfordista supone un cambio sus-tancial en el modo de producción, que afecta ala comunicación. Factores como el saber y lainformación se han convertido en cuestionescentrales, que contribuyen a constituir un nue-vo tipo de acumulación, la acumulación reflexi-va. En este sentido, en el plano de la produc-ción, predomina la producción no material y sedesarrollan estructuras comunicacionales -en elinterior y en los productos finales- que permi-ten adaptarse a los cambios rápidos; mientras

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que, en el plano del consumo, la individualiza-ción se convierte en el eje central, lo cual impli-ca una proliferación de estilos asociados a la di-ferenciación.

De acuerdo con Christian Marazzi, podemos des-tacar tres rasgos dentro del nuevo modelo pos-fordista: producción flexible (learn production):el objetivo es reducir los costes de trabajo, con-siderados excesivos dentro del contexto com-petitivo y globalizado. Subcontratación (outsour-cing): se externalizan segmentos productivosenteros con el fin de abaratar los costes socia-les. Producción en tiempo real (just on time):para evitar la acumulación de inventarios exce-sivos de existencias, se organiza el trabajo in-terno de manera flexible.

La dificultad de programar la producción se in-crementa conforme aumenta la dependencia delmercado. De este modo, la dependencia de lademanda aumenta y la producción, así como laidentificación y la diferenciación de las organi-zaciones, trata de adaptarse a las modificacio-nes en la demanda. El requerimiento de estaadecuación y de una mayor flexibilidad hace quela comunicación pase a formar parte de la pro-ducción. Así mismo, las relaciones entre las per-sonas que componen cualquier tipo de organi-zación son fundamentalmente comunicativas. Lacomunicación, tal y como la concibe la EscuelaSistémica, pasa a adquirir una dimensión inter-na, al tener que contribuir a la estabilidad inte-rior de la organización, y externa, al tener queadaptarse al contexto. Ambas dimensiones de-ben estar interrelacionadas.

La comunicación como parte del proceso pro-ductivo contribuye al flujo de la información y ala adecuación eficaz al entorno. Los empleadosse transforman así en máquinas lingüísticas,basándose su trabajo en la modulación lingüís-tico-comunicativa de la cooperación dentro yfuera de la organización y en el papel relevantedel capital intelectual y los flujos comunicacio-nales. Hardt y Negri distinguen dos formas prin-cipales de trabajo inmaterial: el trabajo primor-dialmente intelectual o lingüístico, como la re-solución de problemas, las tareas simbólicas yanalíticas y las expresiones lingüísticas, y el tra-bajo afectivo, que produce o manipula afectos,como las sensaciones de bienestar, la satisfac-ción, la excitación o la pasión.

El trabajo lingüístico se apoya claramente en lacomunicación, pero también lo hace el afectivoal transmitir los sentimientos, contribuir a crear

sentido de comunidad, integrar a sus emplea-dos, crear confianza en sus públicos, etc. Estadoble dimensión lingüístico-afectiva recorre elproceso productivo a través de la comunicacióninterna y externa. Para confirmar las implica-ciones de esta afirmación, resulta convenienteenumerar las funciones que la comunicación des-empeña en la organización. La comunicaciónexterna sirve para proyectar la identidad corpo-rativa de la organización, de manera que existauna correspondencia y una adecuación entre laidentidad proyectada y la imagen percibida porlos destinatarios.

La comunicación genera valor y confianza enlos llamados grupos de interés o stakeholders,ante los cuales la organización adquiere una res-ponsabilidad y crea un marco común de enten-dimiento que favorece la relevancia de la comu-nicación. Mientras que las dos primeras funcio-nes de la comunicación interna tienen un papelinstrumental -al igual que ocurre con la funciónde proyectar la identidad corporativa- las dosúltimas funciones -en paralelismo con la respon-sabilidad comunicativa ante los stakeholders-conllevan una dimensión inmaterial, afectiva, queapela a factores psicológicos y a la cooperaciónsocial. En consecuencia, es preciso diferenciarcon más claridad las acciones instrumentales ylas comunicativas, basándonos en el objetivo quese persigue con tales acciones.

Los actores, movidos por la acción comunicati-va, no persiguen la consecución de un fin egoís-ta sino que aspiran a coordinarse a través deactos de entendimiento. En otras palabras, lasacciones se pueden orientar hacia el éxito, se-gún la lógica instrumental, o hacia la comunica-ción, según la lógica comunicativa. La cuestiónque nos interesa plantear con respecto a estaterminología gira en torno a la relación entreproducción y comunicación. En principio, pare-ce lógico que una organización intente aumen-tar su productividad y se guíe por la acción ins-trumental -mayor o menor en función de la acep-tación de su responsabilidad social. No obstan-te, si la comunicación -cuyo concepto de racio-nalidad está fundamentado en el entendimien-to- es en la actualidad parte de la producción,¿cómo afecta este fenómeno a la relación entreacciones instrumental y comunicativa?

Según Marazzi, se ha producido un cortocircuitoentre la acción instrumental y la acción comuni-cativa, puesto que se hace difícil encontrar "unnivel de mediación supraindividual, un plano enel cual consolidar compromisos y consensos

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duraderos". No se trata únicamente de que lacomunicación se reduzca a transmitir mensajesy asegurarse que los destinatarios los han asi-milado, sino que, una vez decidido el objetivoproductivo que se quiere alcanzar, los fines y losmedios para alcanzarlo pueden modificarse so-bre la marcha. La comunicación, como parte dela producción, asume los mismos mecanismosinstrumentales dirigidos hacia la consecución delbeneficio.

Para el autor hay una clara fisura entre la férreaprogramación de la producción fordista y el "oca-sionalismo" de la producción just-in-time post-fordista, hasta el punto de que el paso de una aotra parece más un vuelco que una transición.Existe, por un lado, la disolución de las garan-tías del trabajador dependiente, que en la em-presa se ve obligado a ceder derechos para re-cuperar una relación de fidelidad con el patrón.Una relación de fidelidad que, sin embargo, nose ve remunerada con la protección y la seguri-dad (como en la figuración medieval-modernade la confianza, la del señor con su séquito), ypaga, en cambio, el riesgo omnipresente derecaer en un mercado de trabajo dominadopor la precariedad. En el régimen post-fordis-ta se produce con la mirada en las ventas y noen el inventario (stock), y por tanto trabajaquien está disponible en las fases de alta co-yuntura. A causa de esta acentuación de la"producción ágil", Marazzi se ve empujado ainterpretar la fidelidad del trabajador posfor-dista como "servilismo".

Frente al acuerdo general de los modelos decomunicación sobre aspectos como que el emi-sor codifica un mensaje o que el mensaje partede la intención del emisor, la consideración de lacomunicación de las organizaciones posfordis-tas invierte dicho modelo. Y no sólo porque elemisor haya de adecuar o autorregular su textoen función del contexto o del receptor sino por-que el fin de la comunicación es vincular mejorla producción a las oscilaciones del mercado.

La circulación just on time de la información pri-vilegia el papel de la comunicación de maneraque el productor -u organización comunicante-recibe información just on time sobre los gustoso intereses del receptor. La esfera de la recep-ción, a través de la comunicación, posee la ca-pacidad de modificar el mensaje antes de queéste sea emitido o, en realidad, el mensaje seelabora al tiempo que el emisor recibe informa-ción sobre la intencionalidad del consumidor. Lacomunicación ha de ser relevante, esto es, el

receptor tiene que considerar que la informa-ción emitida es relevante y procesarla en con-secuencia. La comunicación pierde su funciónsocial y aspectos vitales como el entendimientomutuo, el sentido de pertinencia, la satisfacciónindividual a través de la participación y de laintegración, etc. quedan supeditados a la fun-ción instrumental.

La comunicación exterior crea valor y confianzacon los stakeholders, pero con la finalidad deaumentar el rendimiento -la productividad- sinaumentar la cantidad de bienes producidos -dando pie, en su lugar, a una acumulación in-material. La comunicación interna pretende, antetodo, efectivizar la productividad: "si existe unacomunicación excelente con la cual un emplea-do no se sienta relegado ni discriminado, sinotodo lo contrario, que se sienta parte integral eimportante en una compañía, su satisfacción seráreflejada en éxito para toda la organización".

La satisfacción del individuo se logra a través dela comunicación, que garantiza su integración yaumenta su motivación. Sin embargo, las or-ganizaciones instrumentalizan dicha función co-municativa, puesto que la satisfacción de losempleados ha de garantizarse para alcanzar eléxito de la organización. La planificación y lasestrategias de comunicación responden igual-mente al éxito de la organización, cuando, enrealidad, la planificación debería considerarsecomo moldeadora de atención -acción comuni-cativa- y no solamente como mera orientaciónhacia un fin particular -acción instrumental.

Sólo de este modo podremos entender que lacomunicación forma parte del modo de produc-ción posfordista contribuyendo a modificar susobjetivos, y no, como ocurre actualmente, quela comunicación puede ser absorbida por la ló-gica instrumental de la producción. En estadisyuntiva, a las organizaciones, como actor res-ponsable socialmente, les corresponde asumirla dimensión dialógica, comprensiva y orienta-da hacia el entendimiento, inherente a la accióncomunicativa.

Marazzi afronta este nudo confrontándose conalgunas teorías filosóficas contemporáneas so-bre el lenguaje y la comunicación, y procede através de una lectura crítica de la teoría de Ha-bermas de la acción instrumental y la accióncomunicativa. En el trabajo post-fordista estasdos formas se superponen y, según Marazzi, lacomunicación vuelve a salir de esta superposi-ción después de haber asumido sobre sí misma

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las categorías de la acción instrumental. Así -armada con la lógica medio /fin y el cálculo delos beneficios- la comunicación sale de la indus-tria para irrumpir en la esfera pública política,con un resultado definido como "cortocircuito".

Leyendo a Marazzi se tiene la impresión de queel post-fordismo haya contaminado la esferapública plagiando sus instrumentos nobles, lapalabra y el discurso y haciéndolos inadecuadospara ocuparse de intereses que no sean indivi-duales y egoístas. Sobre esta base se entrevé lacrisis de la democracia representativa 'fordista',que podría ser suplantada por una "democraciatotalitaria" post-fordista. Una democracia sinderechos, en la que los recursos de la comuni-cación y de la información se utilizan para fun-ciones de control: no falta, en este punto, ni laterminología foucaultiana ni la referencia al Pa-nóptico de Bentham, caro al Foucault de "Vigilary castigar".

Como alternativa, Marazzi evoca más de una vezel retorno a momentos de reflexión y a prácti-cas de "comunidad política". Pero se trata, másbien, de evocaciones no teorizadas, que pare-cen quizá un poco incautas cuando lo que seinvoca es un concepto fuerte de las ciencias so-ciales como es el de 'comunidad'. También por-que uno de los peligros ínsitos en toda expre-sión de comunitarismo es la derivación hacia di-recciones de formas totalitarias de poder.

Las tecnologías comunicativas no son entoncesinstrumentos de "exilio del mundo", desviacio-nes reversibles de la realidad, constituyen porel contrario dispositivos que contribuyen a ha-cer el mundo de nuestra experiencia social, denuestro "estar en común". Para muchos políti-cos (Marazzi pone el ejemplo de Berlusconi)estar en común, habitar la esfera pública signi-fica vivir con la publicidad y si este es sin dudauno de los aspectos más odiosos, entonces loque se necesita es otro modo de estar en co-mún, otro lenguaje que sepa producir una esfe-ra pública como comunidad política.

La democracia parlamentaria postfordista sedemuestra sin embargo desde sus primerasmanifestaciones incapaz de arrostrar los pro-blemas de este tipo de sociedad mas que entérminos antisociales. Llegada al poder la claseempresarial se muestra enseguida aturdida antela complejidad de los problemas. Las técnicasdel just in time que se querían introducir en laadministración pública para "flexibilizar" la de-mocracia, interpretan la demanda de los ciuda-

danos (constatada por las técnicas de sondeode opinión) como si fuese una demanda efecti-va, la demanda de un pueblo unido, de un uni-verso, mientras que por el contrario se trata porla lógica misma del "mercado político", de lademanda de una multitud de sujetos, de un plu-riverso. El sondeo equivale a los dispositivos derecogida de información sobre los consumido-res en los puntos de distribución-venta. Fija enun instante una sección vertical de la sociedadcivil y asume como tal la opinión pública en tan-to que opinión abstraída del tiempo y del espa-cio.

Por este motivo es preciso analizar seriamentelos problemas creados por las medidas de inter-vención pública sobre los grupos marginados ymás pobres de la sociedad de hoy en día. Elconflicto entre las medidas estatales, sociedadcivil y dimensión local es un conflicto que vamas allá de la "distribución controlada de dro-gas" o de la apertura de centros de acogida paradesplazados o refugiados. Lo que está en juegoes la forma de la democracia posrepresentati-va, es forma que "la derecha querría hoy verdesviarse hacia la exclusión espacial de losmarginados, primer paso hacia esa democraciasin derechos que pronto, y quizás sin que ten-gamos tiempo siquiera de darnos cuenta de ello,podría revelarse como nuestra democracia".

En fin, se trata de un bien pensado y elaboradolibro sobre la sociedad posfordiana y poscapita-lista, muy útil para complementar los cursos depregrado y posgrado en economía, ciencia polí-tica, administración de empresas e ingenieríaindustrial. Pero la puede leer con provecho cual-quier ciudadano o ciudadana interesado en lamarcha y devenir del mundo actual, en particu-lar de su nación, de su región, de su localidad.Tener presente que la pluralidad y la libertad delenguajes es una condición preliminar para lacoexistencia social, pues cumple una funcióninstrumental con respecto a la elaboración dereglas necesarias para construir espacios deconvivencia. "La naturaleza de acción institu-cional del lenguaje no se diluye, sino que sepotencia al ampliar su campo de acción a unapluralidad de sujetos que pudiendo expresarseen sus lenguajes específicos, informan su viven-cia interior".

Es muy valiosa la reflexión final de ChristianMarazzi a este respecto: "Se trata de una formaembrionaria de democracia de geometría varia-ble, porque los compromisos serán siempre par-ciales, fruto de luchas y de negociaciones suce-

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sivas. Pero la esencia misma de la democraciaestriba en hacer que los conflictos trabajen po-sitivamente, en crear las premisas para que sa-beres y vivencias deferentes puedan emerger,en producir espacios en los cuales las racionali-dades locales puedan encontrar una mediaciónrazonable. Y razonable no es reprimir con into-lerancia los conflictos que brotan de lógicas sub-jetivas distintas, porque esas lógicas son carney sangre de la sociedad, y representan su ri-queza. Razonable es permitir que esas lógicassalgan a la luz, que se comuniquen en un planode igualdad sin perder en especificidad, es pro-mover luchas y conflictos que permitan avanzarhacia formas más justas de vivir en común. Ra-zonable es hacer del "sitio de los calcetines" ellugar de la amistad y el amor"

REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

Lipietz, Alain. Towards a New Economic Order.Postfordism, Ecology and Democracy. Cambrid-ge: Polity Press, 1992. pp. 11-13.

Lucas Marín, Antonio. La comunicación en laempresa y en las organizaciones. Barcelona:Bosch, 1997. p. 64.

Marazzi, Christian. El sitio de los calcetines. Elgiro lingüístico de la economía y sus efectos so-bre la política, Madrid: Akal.2003.

Hardt, Michael y Antonio Negri. Multitud. Gue-rra y democracia en la era del Imperio. Madrid:Debate.2004. pp. 136-137.