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7/25/2019 SLYL-2007-18
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Signos
L iterarios y
Lingsticos1.2 (diciembre 1999), 29-49
LOS SMBOLOS DEL MAL
EN L S ORPRESIDENTE
DE MIGUEL NGEL ASTURIAS
Juan Antonio RosadoZ
Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa
Las palabras,
operaras de la luz...
(Miguel ngel Asturias.
(
la r vigilia primaveral)
Introduccin
M
iguel ngel Asturias (1899-1974)es,antes que nada, un poeta. Afirma el
novelista guatemalteco que "El poeta 'endiosa* las cosas que dice..."
(Lpez lvarez 168); por ello est ms cerca del mito que de la realidad,
y esta ltima llega a justificarse en la obra asturiana alenvolverse con los man
tos del primero.Lasculturas tradicionales pensaban con imgenes poticas, fabulando
o mediante el uso de parbolas. El lenguaje simblico se haca presente por doquier
y la ciencia tambin participaba del.En la cuarta parte de su texto
"ElSeor Presi
dente
como mito", dice Asturias que esta novela debe considerarse dentro de las
llamadas "narraciones mitolgicas" (303). Si bien esta apreciacin tiene completa
validez, el escritor en su ensayo se concentr prcticamente en la figura del
Presidente como "hom bre-mito", como "ser-superior"
y
soslay otros temas mticos,
as como las dimensiones simblicas de los personajes ms importantes y de la opo-
29
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3
Juan Antonio Rosado Z.
sicin luz-sombra, reflejada en caracteres y situaciones.
1
Eje fundamental en
E l Se
or
Presidente
(1946), este antagonismo simblico es, sin lugar a dudas, una de las
obsesiones cardinales a lo largo de la obra de Asturias. Sin embargo, por tratarse de
una obra muy extensa y casi inabarcable, slo recurrir a algunos ejemplos cuya
carga simblicasevincule directamente con el problema del mal. Elinters deAsturias
por los juegos de luz y sombra y por la oposicin de estas entidades, si bien se
manifiesta desde sus primeros escritos, en muchos de ellos adquieren dimensiones
simblicas que las ubican dentro de unaestructura
mtica.
Afirma Gerald Martn;
Aun en los primeros artculos, el escritor va desarrollando una concepcin histrica
(mejor, antropolgica) del arte como ritual desacralizado, y va profundizando en la
relacin entrelamateriay elpensamientoyentrelahistoriay elmito pormedio delas
oposiciones de luzysombra, movilidad e inmovilidad, hombreymujer, etc. (Pars,
1924-1933, 538).
Pero es el contraste luz-sombra, as como las connotaciones malignas de la se
gunda entidad, lo que encabezar el sistema simblico de su novela ms leda:El
SeorPresidente,obra de denuncia donde se percibe una realidad pesadillesca con
personajes-tteres enajenados por el poder, pero tambin obra en la que el mito se
respira desde la primera pgina, con la evocacin de Luzbel, hasta la asociacin del
Presidente con la divinidad maya Tohil. En Asturias existe un vnculo entre mito y
denuncia social,entre lo real y loirreal. La mtificacin precisamente convierte la denun
cia en algo atemporal, fuera de las estrechas limitaciones que impone un espacio-
tiempo determinado. Analicemos, pues, las implicaciones simblicas que adquirieron
lasentidades luz-sombray lasconnotaciones malficas delasegunda, as como otros
smbolos de la maldad. Empecemos con algunos artculos que en forma clara prefi
guran algunos elementos deEl
Seor
Presidente,para despus analizar de modo ms
profundo los smbolos del mal en la primera novela del premio Nobel guatemalteco.
1
Al final de su ensay o, Asturias reconoce que ha abierto un enfoque mtico sobre
El Seor Presdeme,
que hasta 1967 se haba estudiado slo desde el punto de vista literario-poltico. pero que habr
tambin que estudiarse como una serie de mitos vivos, actuantes.
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Los smbolos del mal enEl SeorP residente,de Miguel ngel... 31
Los smbolos del mal
En Florencia, con motivo de uno de los Congresos de Prensa Latina (julio de 1925),
Asturias, que entonces viva en Pars, enva a ElImpetreial,de Guatemala, diversos
artculos al respecto. En uno de ellos se hace notoria la oposicin luz-sombra, as
como las dimensiones simblicas de estas entidades: "El automvil pasa raudo entre
las frondas silenciosas. Sus ojos de oro asesinan en cada abismo una sombra de mala
intencin" (Pars, 1924-1933, 44). Si aqu la sombra es de "mala intencin", ms
adelante, en otro artculo, ya las sombras se asocian al
demonio
y a los poderes
malignos, visin que se retomar en
El
SeorPresidente:
Salasen lapenumbradeuna niebladeesencias exquisitas. Enlasombraseven surgir
losmsraros dedos,losdedosdeunamanoenguantadaenrojo, quese nosantoja por
asociacin sacrilega de luces, asociacin de contraste, la mano de un cardenal o la
misma mano del demonio. Es la mano de este ltimo que por temor ya no menciono
ms, que va alargando los bellsimos envases que en el infierno de los caprichos ha
fundidoyforjado a fuego lento
{Pars, 1924-1933,
67).
En este texto, dirigido a una "Am iga", tambin se asocia el demonio a la mujer, y
Asturias concluye con irona: "Iba a firmarte Fausto, pero he preferido mi nombre
porque tambin tiene algo diablico: el 'ngel'". Si es cierto que Miguel Cara de
ngel, "bello y malo como Satn", es adems de sus referentes reales (un esbirro
de Estrada Cabrera;vid.Rosado, "La realidad" 1-3) un desdoblamiento del "lado
oscuro" del autor, este artculo, del 18de noviembre de 1925. sin dudas
prefigura
al
personaje Cara de ngel.
Posteriormente, en el artculo "Regresin", del 21 de julio de 1927, no slo se
enfatizaeltema delaoposicin luz-sombras, sino tambin otro muy relacionado con
aqul: la
animalizacin.
Redactado con gran pasin poltica, este texto subraya ade
ms la fuerza bruta que se ha confundido con el podery la riqueza de Estrada
Cabrera, as como la de los Estados Unidos. Su autor se queja de una Guatemala "en
bancarrota espiritual" . Veamos cmo la dicotoma luz-sombras posee un claro senti
do simblico:
En la sombra, sobre los cadveres que se pudren, las vctimas del lujo se pasan una
copa vaca tienen sed,ysed de luz..., perosusojos sondecristal;lasvctimas de
la pasin de mandosetiran de los pelosodel pellejo del vientre, quelescuelga intil
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despus de todos los banquetes, y los que en la fuerza creyeron se dan coces y se
muerden Pars, 1924-1933. 198 .
La ammalizacin se ubica dentro de un sistema sim blico ; es parte del proceso
de mitificacin de las entidades reales. En este excelente texto , donde la tirana es
exhibida en su forma ms grotesca y maligna, nacen elementos de lo que ser El
Seor Presidente, en cuyo captulo "Cara de n gel", elPelele suea que un pjaro
(que era tambin campanita de oro), le dice:
Soy la Manzana-Rosa del Ave del Paraso, soy la vida, la mitad de mi cuerpo es
mentira y la mitad es verdad; soy rosa y soy manzana, doy a todos un ojo de vidrio y
un ojo de verdad:losque ven conmiojodevidrio ven porque suean,losque ven con
mi ojo de verdad ven porque miran Soy la vida, la Manzana-Rosa delAvedel Para
so;soy la mentira de todas las cosas reales, la realidad de todas las ficciones (27).
2
Se nos revela aqu el simbolismo delojo de vidrio (o de cristal, como en el texto
de 1927), que no perm ite la entrada d e laluz(o de la verdad) . Tambin se sub raya la
mezcla de realidad y ficcin, de mentira y verdad, que abarcar toda la novela. En el
captulo IX de El Seor Presidente, titulado precisamente "Ojo de vidrio", Genaro
Rodas se encuentra en la alcoba con su mujer Fedina. Haba presenciado el asesinato
del Pelele yconoca la orden de aprehensin contra Canales y Carvajal: "Un ojo se
le paseaba por los dedos de la mano derecha como una luz de lamparita elctrica"
(62). Fedina le pregunta qu le ocurre. Cuando ste le habla del ojo, la mujer cree
que est borracho, y le dice: "Algo hiciste [...]; es el ojo de Dios que te est miran
do " y apaga la luz. Entonces el ojo
crece en la sombra
con gran rapidez. Fedina
volvi a encend er la luz: "no es el ojo de D ios, es el ojo del Dia blo ..." (63 ); es decir,
el ojo del Seor Presidente, del "ser-superior": el ojo que crece en las sombras:
Fedina se santigu. Genaro le dijo que volviera a apagar la luz. El ojo se hizo un ocho
al pasar
de
la claridad a la tiniebla, luego tron, pareca que se iba a estrellar
con
algo,
y no tard en estrellarse contra unos pasos que resonaban en la calle...
- E l Portal El Portal grit Genaro S S Luz Fsforos Luz Por vida
tuya, por vida tuya (63).
?
Todas
las
citas
tomadas deEl Seor Presidente
corresponden
a la edicin de
Alianza
/ Losada por se
lamscomn en castellanoyla autorizada por Asturias a Gonzalo Losada (en 1948).
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Los smbolos del mal enElSeorP residente,de Miguel ngel... 33
El paso de la claridad a la tiniebla y la desesperacin de Rodas por la luz, es
manifestacin de la batalla entre las dos entidades y cmo la oscuridad finalmente
vence.
Otro artculo que prefigura elementos deE l SeorPresidente es "Atrios de la
Constituyente", publicado en septiembre 22 de 1927. All se vincula a funcionarios
polticos con la oposicin ngel-demonioyclaro-oscuro:
Elpresidente, por mediode sussecretarios,dir al odo de cadapatricio,el nombre de
un color, prefiriendo los colores obscuros a los claros [...] As que todos sepan su
color, entrarelngel delaboladeoro,que puede serelngel de registroo demuni
cipio,
y el diablo de los once mil cachos
(sin
meterse en la
vida privada
de los
diputa
dos,el presidente escoger)...
(Pars,
1924-1933.204).
Cada uno por su lado, gritar un color y los que hicieron el papel de ngel y de
diablo se enfrentarn "en lucha tremenda, sin ir a la frontera ni llevar armas". El
narrador seala que siempre podr ms el de los "once mil cachos", o sea el
diablo.
Ntese en este texto, muy ldico y simblico, que elpresidenteprefiere los colores
oscurosa los claros, lo mismo que ocurrir en
El
SeorP residente,donde siempre
vestir denegro.Pero ms importante an que este detalle, es la influencia del ar
tculo en el captulo "Cara de ngel", donde aparece tambin el "ngel de la bola de
oro"y el "diablo de los once mil cachos". En la inmundicia del basurero, el Pelele
suea:
Su mirada vagaba por el espacio de una bveda muy alta. Los volantines le dejaron
perdido en un edificio levantado sobre un abismo sin fondo de color verdegay. Los
escaos pendan deloscortinajescomo puentescolgantes.Losconfesionarios suban
y
bajaban
de la
tierra
al
cielo, elevadores
de
almas manejados
por el
ngel
de
la Bola
deOro yel Diablo de los Oncemil Cuernos" (27).
Luego, a manera luz, sale la Virgen del Carmen y "conversa" con el Pelele.Es
interesante la imagen del confesionario como un "elevadordealmas", pues la oposi
cin arriba-abajo (cielo-infierno o cielo-tierra) posee las mismas connotaciones que
la de ngel-diablo. La
bola de
oro,atributo del ngel, es brillante (por el material),
mientras que la expresin
once
m il
cachos
("cacho" significa "cuerno"
en
Guatema
la) denota lo demoniaco, elmal.
En cuanto a su primer libro importante,LeyendasdeGuatemala(1930), es de
particular importancia la "Leyenda del Cadejo", ser mtico y medio demoniaco. En
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este relato interviene el contraste luz-sombras. Estas ltimas
borran
el pensamiento
de Elvira de San Francisco
(Leyendas
deGuatemala,34).
Prcticamente en todas las novelas de Asturias hallamos la oposicin simblica
de luz y tinieblas, as como el tema demoniaco o del mal (representado en muchas
figuras y asociado siempre a laoscuridad).
El escritor guatemalteco afirma que en
El
Seor Presidente"se halla como una
especie de niebla surrealista.
Es,
sin lugar a dudas, obra de carcter poltico, pero no
exenta de 'penum bra"
1
(Lpez Alvarez 174). Dos elementos pone en relieve en esta
cita: el claroscuro, la atmsfera onrica o de pesadilla, con elementossurrealistas, y
el tema poltico. El surrealismo, en particular, ha ayudado al realismo a encontrar,
por medio de otra realidad el sueo las realidades ocultas tras las realidades, y
con ellas a aumentar su intensidad, a "trasladar la experiencia de la vida corriente
y cotidiana a la experiencia de la conciencia en los procesos del sueo" (Rama,
"Fantasmas, delirios y alucinaciones" 49) , pero tambin a descubrir los estados de
locura, las pesadillas y alucinaciones como la del ojo de vidrio, "ms horroroso
que el infierno''[El SeorP residente,62) que produce el sufrimiento meta fsico o
la tortura.
En "La Arquitectura de la vida nueva" (1928) afirma Asturias que
la
vida afectiva
y la del pensamiento
tienen un fondo que desconocemos: el inconsciente. El edificio, en sus partes ms
altas tanairoso ybello,detan giles lneaslas columnas y detan atractivos ornamen
tosloscapitelesyrompimientos,en sus stanoscerradosesciega tiniebla, sombra por
donde pasan desnudoslosinstintos.Qu hacer? Nosdetendremosa la puerta?Cuan
imprudente seria entrar sin luz {Pars, 1924-1933,257).
Es significativo que en su poema
Clarivigilia
primaveral (1967), las palabras
sean "operaras
de
la luz"
y
que
El Seor Presidente
est influido por
el
surrealismo.
tendencia interesada en los "stanos", el inconsciente y las fantasas. Con su poder
evocador de sensaciones auditivas, las palabras son las llaves para abrir la puerta de
ese stano.
Pero el elemento onrico se asocia con la noche, con laoscuridad.En este senti
do,es de suma importancia enEl SeorP residente, donde, sin dudas, predomina la
tiniebla. En
De
tiranos, hroes y brujos,Giuseppe Bellini observa que "es recurrente
en la obra de Asturias, a partir de
El
SeorP residente,la representacin de la noche
como reino de lo negativoydel mal"(93).Cuando la mujer de Abel Carvajal, en el
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Los smbolos del mal en
El Seor Presidente,
de Miguel ngel... 35
captu lo "Ce ntinelas de h ielo", ruega a un m ilitar que le deje ver al P residente, pues
van a fusilar a su m arido, los centinelas de hie lo, una y otra vez le impiden el paso
durante la noche. La mujer se transforma en una sombra y el tiempo "se le haca
eterno". El narrador pregunta: "De dnde saldr tanta oscuridad y tanto sapo?..." y
ms adelante contina:
El peso de los muertos hace girar la tierra de noche y de da el peso de los vivos...
Cuando seanmslos muertos que losvivos,la noche ser eterna,notendr fin, faltar
para que vuelva el da el peso de los vivos..." (227).
La noche, la oscuridad, se convie rte en adversaria del da. Esta oposicin simb
lica de luz y sombras es determinante y se manifestar en sucesivas ocasiones:
La presencia o ausencia de la luz, lo mismo que de los sonidos desempea un papel
muy importante en la creacin del purgatorio-infierno.
A
travs de toda la novela, la
mayor
parte
de la accin se desenvuelve
en
la oscuridad
o
de la noche o de los calabo
zos.Lapalabralumbrey otras palabras derivadas de la misma raz se usan muchsimo
para dar nfasis a la inmensidad de la oscuridad. Varios captulos terminan con el
amanecer. Muchas veces la luz o la sombra tiene un sentido simblico bastante claro.
El nico captulo inundado de luz se llama "Luz para ciegos" y presenta una bella
escena amorosa completamente platnica entre Camila y Cara de ngel bajo un sol
brillante (Mentn 208).
El ttulo de ese captulo indica que Cam ila y Cara de ngel son unos ciegos, pero
este adjetivo posee un sentido metafrico: no pueden ver el trgico destino que les
espera. El caso contrario es el del
Mosco,
un ciego "autntico" y el nico que se
aferra a la verdad. La pesadilla continua en que Asturias introduce a sus lectores
se inicia desde la evocacin infernal del inicio:
Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre Como zumbido de odos per
sista el rumor de las campanasala oracin, maldoblestardela luz enlasombra, de la
sombra en la luz. Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre, sobre la
podredumbre Alumbra, lumbre de alumbre, sobre la podredumbre, Luzbel de
piedralumbre Alumbra, alumbra, lumbre de alumbre..., alumbre..., alumbra..., alum
bra, lumbre de alumbre..., alumbra, alumbre... (9).
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Las repeticiones se llegan a convertir en frmulas rituales que evocan la presen
cia del mal. El sonido de las campanas y la oracin insinan la Catedral cercana al
Portal del Seor. Esta imagen religiosa contrasta con Luzbel. Mal-doble-estar: un
estar mal de la doble entidad simblica: la luz en la sombra, la sombra en la luz.
Ninguno de estos ingredientes est bien dentro del otro: la pugna, el conflicto de luz
y sombra, la lucha de dos sistemas de valores opuestos, se pone en evidencia desde
este primer prrafo. Luzbel, el ngel cado, la luz bella, es tambin Lucifer, que
significa "portador de luz", de ah que alumbre con una lumbre no de fuego, sino de
alumbre
(sal hecha a base de cido sulfrico): una especie de "luminosidad
1
' malig
na que se dirige hacia la podredumbre.
La podredumbre es alumbrada con lumbre de alumbre. Las descripciones de los
pordioseros nos ilustran el ambiente violento y sobrecargado que no cesar. Los
mendigos son deshum anizados: "Nunca se supo que se socorrieran entre ellos; ava
ros de sus desperdicios, como lodo mendigo, preferan darlos a los perros antes que
a sus compaeros de infortunio" (El Seor
Presidente
10). Aparecen sus sueos y
pesadillas. Se trata de imgenes tanticas: "fantasmas de Padres que entraban a la
Catedral en orden de sepultura, precedidos por una tenia de luna crucificada en ti
bias heladas" (10). Estas imgenes contrastantes, surrealistas, son interrumpidas
por los gritos "de un idiota que se senta perdido en la Plaza de Armas", por los
sollozos de una ciega "que se soaba cubierta de moscas, colgando de un clavo,
como la carne en las carniceras", por los pasos de una patrulla que arrastraba a
golpes a un preso poltico, por un simple ronquido
o
por la respiracin de una sordo
muda encinta... "Pero el grito del idiota era el ms triste. Parta el cielo. Era un grito
largo, sonsacado, sin acento humano" (10). El grito deshumanizado es delPelele,
pordiosero idiotizado, "hazmerrer de los mendigos", quienes, para burlarse, lo lla
maban "M adre ", voz que designa a su nico ser querido, a quien haba perdido en
el pasado.
Ms adelante se describe la llegada de un "bulto": "Los pordioseros se encogie
ron como gusanos. Al rechino de las botas militares responda el graznido de un
pjaro siniestro en la noche oscura, navegable, sin fondo..." (13). Nuevamente, los
mendigos son animalizados: se les compara con gusanos, mientras el graznido de un
"pjaro siniestro"respondaal rechino de las "botas militares". Losiniestro, pues,
se comunica con lam ilicia El "bulto" que camina
no es
otro que
el
Coronel Parrales
Sonriente, quien, en son de broma, le grita al
Pelele:
"Madre ". El mendigo no
soportad insulto:
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Los smbolos del mal en
E lSeor
Presidente,de Miguel ngel,.. 37
Arrancado del suelo por el grito, el
Pelele
se le fue encima
y,
sin darle tiempo a que
hiciera uso de sus armas, le enterr los dedos en los ojos, le hizo pedazos la nariz
a
dentellada
y
le golpe las partes con las rodillas hasta dejarlo inerte (13).
Cuando esa "fuerza ciega" le quita la vista y luego mata a Parrales, empieza a
amanecer
y
finaliza el primer captulo:
u
En el Portal del Seor", que evoca, a pesar
de que el Portal ex isti en la realidad, a las "puertas del infierno".
Todo el captulo IV, titulado "Cara
de
ngel", se
mueve en los
terrenos del sueo.
Pero no slo este captulo: toda la obra se halla inundada de elementos onricos y
encuentros simblicos y, en este sentido, el mismo autor ha declarado queE l
Seor
Presidente "no es en realidad, como muchos han credo, una biografa de Estrada
Cabrera, sino elsmbolode un dictador, comn a todos los pases. La enfermedad
era la misma, pero los enfermos variaban" (Alegra 70). Sin em bargo, el Presidente
trasciende esa dimensin simbl ica, ya
que ms
que la dictadura ens
es
smbo
lo del mal en todos los sentidos: social, individual, poltico... El mal que, como el
cncer, se expande y destruye lo que halla a su alrededor. Concuerdo con Gerald
Martn cuando afirma que el tema dominante deEl
Seor Presidente
no es la dicta
dura ni el miedo, sino algo anterior
a
ambos: el mal(
u
El
Seor Presidente
andHow
To Read
11,234).
Para el cristianismo, el demonio simboliza el mal, Fue en la Ciudad de Guatema
la donde, desde temprana edad, Asturias recibi
el
catecismo y la doctrina cristiana.
Una de sus primeras experiencias con lo demoniaco tuvo lugar precisamente en su
infancia y fue en un
stano.
Comenta Asturias:
En el
stano
de una de
las iglesias
de
Guatemala [...]
a m me
llam
la
atencin
que en
uno de los rincones haba un
crucificado
que no era
Cristo,
que no era tampoco
Dimas,
era
el
crucificado llamado Gestas,
y
recuerdo mucho que era
una
cruz
muy
alta, muy
alta,
y el
crucificado estaba totalmente encogido
y
con una cara
de
demonio espanto
sa. Era
el
mal ladrn. Indudablemente
que
en
la
alusin
que yo hago enElalhajadito,
que es una novela de mi infancia, y luego en mi libro
El maladrn
hay mucho de la
impresin
que a m me
causaba esta figura esculpida
de
color amarillo
en
el stano, al
que entraba la luz por
unas
claraboyas, especie
de
tragaluces (Lpez Alvarez 52-53).
El infierno son las zonas inferiores. La impresin que tuvo Asturias sobre el mal
asociado a lo oculto (el stano)
y
a la casi carencia de luz, es parte de la concepcin
tradicional de la religin. No es casual que en El Seor
Presidente
predomine la
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oscuridad, m ientras que la luz prcticamente slo aparezca en veladoras o amanece
res.El escritor, adem s, sincretiza las figuras que simbolizan el mal en el cristianis
mo con las que lo hacen en la tradicin prehispnica. Esto es notorio, por ejemplo,
en la "Leyenda del Cadejo", pero tambin enMualade al, donde se distingue entre
las fuerzas malignas prehispnicas y los demonios cristianos, as como en menor
medida en Maladrn, donde se crea una secta que le rinde culto a esta figura
durante la conquista. No obstante, ya enEl SeorP residente,Asturias haba asocia
do la figura del Presidente con la divinidad maya Tohil y con Luzbel. El tema diab
licoenAsturias es tambin notorioenesas obras donde existe un compromiso poltico
ms explcito. Por ejemplo, en la triloga bananera se llega a vincular al Papa Verde
con el demonio. En el ltimo captulo deWeek-EndenGuatemala, "Torotumbo",
Estanislao Tamags, violador de Natividad Quintuche nia de siete aos es
convertido en el mismo Diablo. Natividad se transforma
en
una
virgen
violada por el
Diablo.
Estanislao era nada menos que miembro del "Comit de Defensa contra
el Comunismo'
7
, con lo que el escritor hace una denuncia poltica. El anticomunista
logra encubrirseyms adelante, un sacerdote afirma que fue "la terrible encarnacin
demonaca del comunismo" la que viol y asesin a la nia, con lo que tambin
denuncia la complicidad de la Iglesia, que calumnia al comunismo
{Week-End
en
Guatemala.159-163).
El sincretismo de Tohil con Luzbel es tambin, enElSeor Presidente,parte de
una denuncia poltica, pero va mucho ms lejos. Ya el hecho de que el pas donde
ocurren los sucesos sea annimo, es un rasgo acaso inicialmente influido por Ra
mn Valle-Incln y suTirano Banderas(1926) (en el sentido de pretender abarcar la
realidad hispanoam ericana) que aumenta la sensacin de un lugar con dimensio
nes de purgatorio o infierno terrenal, dimensiones que no alcanza la novela de Valle,
ya que Santos Banderas respeta
a
un elemento subversivoRoque Cepeda , como
Porfirio Daz respet la vida de Madero y,gracias a ello, pudo darse la R evolucin.
Para ngel Rama, el Seor Presidente, "ms que un personaje histrico, es un
mito,
soado y no pensado, odiado y no analizado"{Los dictadores latinoamerica
nos,42). La pretensin de A sturias fue mostrar los efectos de la dictadura, ms que
hacer del dictador mismo un personaje de novela, pues ste se esfuma constante
menteynunca llegamosasu conciencia.Loque Rama afirma de la novela ocurri en
realidad, desde la ptica de una persona comn que vivi en el rgimen de Estrada
Cabrera (1898-1920), de ah que la novela
tambin
se refiera al personaje histrico.
El autor jams pretendi desmilificar al dictador, sino mostrarlo
tal como era
para
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Los smbolos del mal enE l Seor Presidente,de Miguel ngel... 39
una persona comn : un mito. Sin em bargo, Jacqu es Joset opina que , a diferencia de
lo que ocurre enLa sombra del Caudillo (1929), de Martn Luis Guzmn, Asturias
desmitific al Presidente en la conversacin que, borracho, mantuvo con Cara de
ngel, pues el Cau dillo
aparece ms sutil, ms astuto, ms "maligno" que el Presidente de Asturias, cuya
divinidad es desmitificada despus de una conversacin que mantiene con Cara de
ngel, su consejero [...].Laconversacin entre el CaudilloyAguirre, a la inversa [...]
mitifica al dictador (Joset 208).'
No obstante, la "divinidad" del Presidente nunca se apaga, como si ocurre, por
ejemplo, con la de Santos Banderas. El hecho de haber aparecido vulgar y borracho
no significa que el Seor ha perdido sus rasgos mticos (los hubiera perdido Baco
en la antigua Rom a?). Adem s, el mundo de espas, el plan para m atar a Can ales y la
tortura sicolgica de Miguel, entre otros elementos, son pruebas contundentes de
que el Presidente es tambin "'sutil", "astuto" y "maligno".
Muchos historiadores coinciden en que Guatem ala sufri un estancam iento en el
tiempo durante la dictadura cabrerista. Asturias no tuvo dificultad para trasladar a
un hom bre que se hizo m ito en la realidad, a un lugar mtico, sin tiem po. Cuando el
escritor fue m iembro del tribunal que proces al tirano, casi todos los das tena que
visitarlo:
Y comprob dice Asturias que indudablemente esos hombres tienen un poder
especial sobre la gente. Hasta el punto de que cuando estaba preso la gente deca:
"'No,ese no puede ser Estrada Cabrera. El verdadero Estrada Cabrera se escap. Este
es algn pobre viejo que han encerrado all". En otras palabras, el mito no poda estar
preso (Harss 92).
En diversas ocasion es esta apreciacin es reiterada por el autor, lo que dem uestra
hasta qu punto elproceso de nulificacin se haba operado en la realidad antes de
5
Le Caudillo
"apparat
plus
subtil, plus
ruso,
plus "malin' que
le
Prsident d*
Asturias dont la
divinit
est tottt fait dmytliifie lorsd'uneconversaron qu'il tient avee Cara de ngel, son conseiller
{...).
La
conversation entre
le
Caudillo et Aguirre. l'inverse [...] mythifie
le
dictateur".
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12/21
4
Juan Antonio Rosado Z.
ser novelado. As, dice Asturias que Estrada Cabrera "era un personaje invisible y
todopoderoso" (Lpez Alvarez 174). En una carta fechada el I
o
de enero de 1950,
define
la
poltica
del
SeorPresidente:"Hacerse misterioso por
no
dejarse
ver
(Cartas
deamor.49). Tambin asegura que Cabrera "posea una fuerza macabra, casi sobre
natural", y que su rgimen "era una dictadura invisible. Nadie vea nunca al Presi
dente.Nohabams quesospechas, murmullos, rumores...",ya que el tirano"inspiraba
terror sagrado; maniobraba entre las
tinieblas"
(Harss
91-92,
El subrayado es mo).
Lo mismo ocurre con el personaje novelado, a quien Asturias define como "el hom
bre-mito, el ser-superior (porque es eso aunque no queramos), el que llena las fun
cionesdeleje tribal en las sociedades primitivas, ungido por poderes sacros, invisible
como Dios, pues entre menos corporal aparezca ms mitolgico se le considerar"
("ElSeor Presidentecomo mito", 303).
Cuando el Auditor de Guerra, en el captulo "Todo el orbe cante ", se acerca al
Presidente para darle parte de la fuga de Canales y felicitarle por su "discurso", "se
detuvo cohibido por un temor extrao, por una fuerza sobrenatural"
(El SeorPresi
dente,
103). Asturias, en su artculo "Experiencia de la infamia", haba comparado a
Cabrera con un dios: "Un portero no se mova del rbol administrativo sin la volun
tad del Dios. El empleado de la escuela manuelista se distingue por su afn de con
sultarlo todo con el superior, y acasoaesta virtud perruna se refieren los que hablan
de experiencia"
(Pars, 1924-1933,
240). La omnipresencia del autcrata en
El Se
or Presidenteseenfatiza con una hiprbole: el "bosque monstruoso que separaba al
Seor Presidente de sus enemigos" era un "bosque de rboles de orejas que al menor
eco se revolvan como agitadas porelhuracn"(41).Tambin se dice que una red de
hilos invisibles "comunicaba cada hoja con el Seor
Presidente"(41).
Lainvisibilidad
del autcrata real y novelesca se asocia al mundo de las sombras. Este atributo
sagrado se complementa con su
omnipotencia
y
tambin con suom nisciencia, pro
ducto de su refinado sistema de espionaje. El amo no tolera que alguien sepa ms
que l. Recordemos lo que le dice al Auditor sobre Lucio Vsquez, el asesino del
Pelele:"sabe ms de lo que le han enseado" (138). Por si fuera poco, luego de que
el SeordecideenviaraMiguel a W ashington,el"favorito", plido, atemorizado, no
acaba una frase, ya que el dictador lo interrumpe para completarla:
El
se...
ORRR Presidente todo lo sabe (230).
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13/21
Los smbolos del mal enEl SeorP residente,de Miguel ngel... 41
Confrntense estas palabras con lo que se dice en elPopolVuhde Tohil cuando
los pueblos quieren hacerlo prisionero para adorarlo: "Pero Tohil lo saba todo"
(PopolVuh,
135). La omnisciencia del dictador se vincula tambin con el smbolo
del "ojo de vidrio". El Presidente posee un ojo omnipresente, como apreciamos en el
captulo "Ojo de vidrio", que crece en la
sombra
y no permite la entrada de luz.
El tirano es tan poderoso que el mismo argumento de la obra es manipulado por
l:culpa a dos hombres inocentes Canales y Carvajal de un crimen cometido
por un idiota, asesinado despus por Lucio Vsquez, quien a su vez ser conde
nado por ello. El Presidente es tambin el que decide la fuga de Canales y para ello
encomienda a Miguel, quien en la maniobra conoce a la hija del general.
Pero esta omnisciencia, omnipotencia e invisibilidad de ningn modo ponen en
duda su carcter grotesco, herencia del esperpentodeValle. EnTirano Banderashay
un dictador "ajeno a la fusilera"yque juegaal"juego de la ranita", con el que diario
se entretiene: "Es mi medicina para esparcir el nimo, mi juego desde chamaco, y lo
practico todas las
tardes"
(28).La mencin de la rana aparece ocho veces en la obra,
lo que acenta el carctermonomaniacodel sanguinario. La rana es una constante y
es en uno de estos juegos en los que el coronel de la Gndara cae de la gracia de
Banderas. Por qu el autor eligi a un batracio? Sin duda para resaltar el carcter
csperpntico del personaje, quien es tambin con seguridad para asimilarlo a la
rana una "mueca verde". En
El Seor
Presidente observamos, aunque slo una
vez, el "juego de la mosca", clara influencia de Valle. Msan:el paralelismoescasi
total: el Seor Presidente tambinlopractica desde nio: eljuego de la moscaesde
lo ms divertidoyfcil de aprender;loque se necesitaespaciencia. En mi pueblo yo
me entretena de chico jugando reales a la mosca" (231), le dice a Cara de ngel.
Pero si Valle utiliza la rana para acentuar lo esperpntico, en Asturias la
mosca
cumple una doble funcin: por un lado, la misma que en Valle, pero adems se ins
cribe dentro de un plano
mtico,
ya que la mosca posee dimensiones simblicas:
Zumbando, revoloteando, picando sin cesar, las moscas son seres insoportables. Se
multiplican sobrelapodredumbreydescomposicin, transportanlos peoresgrmenes
de enfermedadesydesafian toda proteccin: simbolizan una incesante persecucin.
[...]una antiguadivinidadsiria,Belzebuth,cuyo nombresignificara etimolgicamente
elseorde las
moscas,
lleg a ser elprincipede los demonios(Chevalier/Gheerbrant
729).
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42
Juan Antonio Rosado Z.
Belzebuth fue tambin venerado como el destructor de las moscas.
4
El
Mosco,
nico mendigo que os mantener su individualidad sin dejarse intimidar, fue asesi
nado por el A uditor de Guerra. Luego de morir, el
Mosco
es trasladado, con la basu
ra, a un lugar
santo:
el cementerio. El Presidente
atrapa
m oscas, y si le revela a Cara
de ngel este juego es porque el favorito se ha transformado en una mosca. En el
captulo "Capturas", las moscas tambin se hacen presentes, pero arrojadas por
ma
nos invisibles
a la nana de Camila, la
Chabelona,
a quien Nia Fedina encuentra en
la casa de C anales, antes de que los soldados la capturen:
La esposa de Genaro Rodas, Nia Fedina. encontr a la sirvienta tirada en el patio,
con las mejillas baadas en sangre, los cabellos en desorden, las ropas hechas peda
zos,luchando con las moscas que manos invisibleslearrojaban por puosa lacara;y
como la que se encuentra con un espanto, huy por las habitaciones presa del miedo
(ElSeorPresidente, 93).
La presencia de las moscas es
simultnea
a la del Auditor y sus soldados, que
rodean la casa del general, y quienes poco despus capturarn a Fedina y sacarn,
agonizante, a la
Chabelona,
comparada por el narrador con una "basura humana".
Su cadver ser trasladado luego al anfiteatro.
El siniestro Auditor es tambin asociado a una mosca. Una vez, se bebi su taza
de chocolate y "luego se limpi el bigote color de ala de
mosca
con la manga de la
camisa" (135. El subrayado es mo). Ms adelante se alude a su "cara siniestra"
(240).
En una ocasin, el Presidente "Dej caer los ojos como dos mosquitos atonta
dos,
ebriedad de sangre" (267).
Enferma, Camila aparece tambin rodeada de moscas; "El reloj y las moscas
acompaaban a Camila casi moribunda",
y
"Las moscas corran por las paredes lim
pindose las alitas del fro de la muerte" (183). En el relato que el sacristn hace a
Carvajal en el captulo "Habla en la sombra", aparecen de nuevo las moscas que,
como en el caso de Camila, representan la ubicuidad del dictador: el sacristn "se
vea atravesar la iglesia cohibido por la presencia del Santsimo yla inmovilidad de
las veladoras y la movilidad de las moscas" (208). El sacristn quit, por error, el
papel del jubileo de la madre del Presidente y fue capturado. En el captulo "Luz
4
Vase, por ejemplo, la entrada "Beelzebud", en Gertrude Jebes (Dictionary ofMythology. part I).
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15/21
Los smbolos del mal enElSeorP residente,de Miguel ngel... 43
para ciegos", dedicado a la relacin Camila-Miguel, aparece "el vuelo inquieto de
las moscas verdes'*ylos caballos que '"se espantaban las m oscas"
(248).
Nuevamen
te,
la presencia diablica. Las moscas, sin duda, se hallan asociadas al
mal.
Cuando
Miguel va en el tren para cumplir la misin del dictador, se nos describe con "una
nube de moscas en la frente" (275). El dspota es elprincipe(Je lo s
demonios,
un
Belzebuth invisible e impasible segn el Viejo Testamento. Belzebuth es tambin
cualquier persona de naturaleza diablica que persigue moscas y establece el rei
nado de la podredumbre.Estambin sintomtico que el dspota use siempre el color
negro y posea rasgos esperpnticos:
El Presidente vesta, como siempre, de luto riguroso: negros los zapatos, negro el
traje, negralacorbata, negro el sombrero que nunca se quitaba; en los bigotes canos,
peinados sobrelascomisurasdelos labios, disimulabalas encassin
dientes,
tena los
carrillos pellejudosylos prpados como pellizcados" (39).
Si el color del tirano de la obra de Valle es elverdey su animal larana,el color
del Seor Presidente es el
negro
y su insecto lamosca.El negro tambin tiene su
simbolismo en el nivel mtico de la obra: "Simblicamente es ms frecuentemente
entendido en su aspecto fro, negativo. Contracolordetodo color, est asociadoalas
tinieblas primordiales '' (Chevalier/Gheerbrant 747). El da en que Cabrera se entre
g,Asturias, con un compaero llamado Jorge Serrano, fue en representacin de los
estudiantes. Lo interesante es que el escritor relata que lo vieron "tal como estaba
cuando iban a capturarlo, vestido de negro con su sombrero negro" (Lpez lvarez
108).
Realidad y mito se confunden.
Ahora bien, en la novela no se habla de Belzebuth, sino de Luzbel y de Satn
(este ltimo epteto, para referirse a Cara de ngel), pero tambin aparece una divi
nidad prehispnica: Tohil. En la primera edicin (mexicana y privada, con sello de
Costa Amic) haba un epgrafe que Asturias suprimi despus: "Y entonces se sa
crific a todas las tribus ante su rostro"{El
Seor
P residente. Ed. crt.. 259).
5
Esta
cita pertenece al
Popol
Vuk
s
de donde el escritor extrajo su visin del dios maya
Tohil. En el "Vocabulario" aparecido al fina l deEl SeorP residente,Asturias escri
be que Tohil es "el dios maya de la lluvia en la mitologa maya-quich" (304). Pero
* Esteepgrafetambin encabeza el manuscrito deTohil
(1933).
ttulooriginalde /:.'/Seorhvsidente.
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16/21
44 Juan Antonio Rosado Z.
quien tiene la visin de Tohil es precisamente el ex favorito y all aparece como dios
del fuego. Despus de que el Presidente le ordena partir a Washington, una "visin
inexplicable", llena de tinieblas y escasa luz, se hace presente. Cara de ngel vio
"Cuatro sombras sacerdotales" y escuch el sonido de un tambor:
Un grito se unt a la oscuridad que trepaba
a
los rboles y se oyeron cerca y lejos las
voces plaideras de las tribus que abandonadas en la selva, ciega de nacimiento, lu
chaban con sus tripas animales del hambre, con sus gargantas pjaros de la
sed y su miedo, y sus bascas, y sus necesidades corporales, reclamando a Tohil,
Dador delFuego,que les devolviera el ocote encendido de la luz. Tohil lleg cabal
gando un ro hecho de pechos de paloma que se deslizaba como leche. [...] Tohil
exiga sacrificios humanos. Las tribus trajeron a su presencia los mejores cazadores,
los de la cerbatana recta, los de las hondas de pita siempre cargadas. "Y estos hom
bres.
qu ; cazarn hombres?", pregunt Tohil (270).
Con tal de que Tohil les devolviera el fuego, las tribus contestaron afirmativa
men te. El dios extern su alegra: "Estoy conten to Sobre hom bres cazad ores de
hombres puedo asentar mi gobierno. No habr ni verdadera muerte ni verdadera
vida. Que se me baile la jica ra " (27 0). Tohil "exiga sacrificios hum ano s". E sta
figura obsesion a Asturias y tambin la menciona en la "Leyenda de Matachines",
los cuales salen a la plaza, entre otras cosas, con "cuchillo s de sacrificio con la forma
del rbol de la Vida y afilados por la risa de Tohil, afilador de ob sidianas" {Elespejo
de Lida Sai 144). El Presidente es asociado a esta divinidad: la frase "Sob re hom
bres cazadores de hombres puedo asentar mi gobierno" posee connotaciones mtico-
polticas. Afirma Asturias: "Qu otra cosa exiga el Seor Presidente? Sacrificios
hum anos. N o eran ejecuciones, sino sacrificios, y no queris llevar esto a la inm ensa
pantalla mundial de la dictadura hitleriana" (" /Seo r Presidentecomo mito", 304).
En la sombra figura del Seor Presidente se sincretiza Luzbel con Tohil. Conoz
camos la opinin de Asturias sobre las fuerzas demonacas:
Las fuerzas diablicas indgenas, esencialmente telricas, tendan a la destruccin
total de la raza humana, de su mundo y de sus obras. Eran terremotos, huracanes,
devastaciones. No dejaban nada, lo aniquilaban todo. Convertan al hombre y sus
trabajos en tierra, devolvan
a
la naturaleza su estado primitivo. Las fuerzas cristianas
del mal, al contrario, las de Lucifer y Ca; buscan multiplicar la especie humana. Tal
desarrollo es necesario para alimentar las calderas del infierno (Senz 219-220).
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17/21
r
Los smbolos del mal en
El SeorPresidente,
de Miguel ngel... 45
En la novela, el dictadores claramente asociado al mal en generalyconstituye su
explicacin.
El es la causa del mal poltico, social e individual. El dictador, dice
Anderson Imbert en el volumen II de su
Historia de la novela
hispanoamericana,
"aparece slo seis veces pero motiva todos los captulos, como Satn reina en todos
los crculos del infierno y un dictador real domina todas las actividades de un pa s"
(216).
El Presidente es una especie de dios del mal. La violencia, la sangre que
requiere, posee un paralelismo con la sangre que piden los dioses en ciertas religio
nes y mitologas. Por ello el Seor Presidente es un ser mitolgico.
En Tirano Banderas, el tirano es mortal, puede ser derrocado, a pesar de que
quiz luego llegue otro como l. En
El Seor Presidente,
el dictador no es
desmitificado: es un ente inmortal, que abarca toda la realidad de su reino, que es el
mismo reino de las tinieblas, de donde no hay escapatoria y donde no slo el presi
dente
todo lo sabe,
sino que es el mismo autor de la realidad, llena de engaos,
mentiras, traiciones... Esto se comprueba tanto al principio, cuando el presidente
trama la huida y muerte de su propio enem igo, como al final, cuando el sufrimiento
y la crudeza llegan al paroxismo al ser Cara de ngel torturado mientras su esposa,
quien cree que fue enviadoaWashington, piensa en l en la lejana. Luego le llega la
noticia de que el hombre se ha ido a Singapur y cree que la ha abandonado con su
hijo.
Asu vez, un hombre pagado para "com partir" la condena con Miguel (Vich), le
comunica que su esposa se ha convertido en la preferida del Presidente, tortura que
finalmente lo mata.
Es interesante el hecho de que Estrada Cabrera, en sus ltimos aos, se haya
hecho rodear por espiritistas y agoreros. Esto nos recuerda a Santos Banderas. Afir
ma Arvalo MartnezenEccePericles que Estrada "crea en su sinoyen elauxil io
de fuerzas ocultas,lo que leproporcionaba seguridadens mismo"
(28),
y que uno desus
primeros actos como presidente fue mandar a empastar un libro que era un tesoro
para l; elOrculo novsimo
o
libro
de
losdestinos,"por cuyo medio una profesora
quezalteca le haba pronosticado que sera presidente'
1
(48-49). Tambin menciona
que Cabrera era supersticioso: "crea que el mes de abril le traa mala suerte y que el
nmero21era de su fortuna" (204). Las dos primeras partes deEl Seor Presidente
transcurren entre los das 21 y 27 de
abril.
No es casual que el primer da de la
novela, el da del asesinato del general Parrales, sea precisamente el 21.Pero hay un
personaje que participa de estas caractersticas: el
Tcher,
que, "adems de profesor
de ingls, dedicaba sus ocios al estudio de la teosofa, el espiritismo, la magia, la
astrologa, el hipnotismo, las ciencias ocultas" (219).
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46
Juan Antonio Rosado Z.
En el captulo "Matrimonio
in exremis".
Camila, enferma, velada por Cara de
ngel, estaba rodeada por personas como Petronila ("la de la casa de
las doscien
tas")
y la Masacuata. El mdico deca que slo un milagro la salvara. Petronila
quiso saber si era posible salvar a Camila por medios sobrenaturales y recurri al
Tcher. Le cont los pormenores de la relacin de Camila con su novio y cmo ste
la haba respetado. Dice el
Tcher:
-Pues yo tengo la clave; provocaremos el milagro. A la muerte nicamente se le
puedeoponer elamor, porqueambosson igualmente fuertes,comodiceEl Cantar de
los
Cantares:
y si comoustedmeinforma,el novio de esaseoritalaadora [...], puede
salvarla
de
la muerte
si
comete el sacramento del matrimonio, que
en mi
teora
de
los
injertos se debe empleareneste caso (221).
LaMasacuataentonces llam al cura y ese mismo da se casaron Camila y Cara
de ngel. Asistieronlas doscientasy otras personas, como el
Tcher.
Para Asturias,
la vuelta a la vida de Camila por la magia del matrimonio
in extremis,
es una forma
de creencia mitolgica
("El Seor
Presidente como mito", 304).
6
Sin embargo, el
narrador nos otorga tres indicios de la prxima tragedia: el
Tcher,
como el Seor
Presidente, estaba "vestido de negro". Asimismo, senosdice que ensu juventud fue
protegido por una ta rica que quera que se dedicara al sacerdocio y finalmente se
dedic a dar clases de ingls porque la ta lo convenci de que el ingls es ms fcil
que el latn y ms til, adems de que "dar clases de ingls es hacer sospechar a los
alumnos que el profesor habla ingls aunque no le entiendan; mejor, si no le entien
den"
(220),
esdecir, elTcher,como el Presidente, podra ser maestro del engao, de
la traicin, del mal.
Conclusiones
La presencia del mal es prcticamente ubicua en la primera novela de Miguel ngel
Asturias, donde es notorio un extraordinario equilibrio entre el mito y la denuncia
Corno se ha
dicho,
en este ensayo Asturiasseconcentra prcticamenteenla figura del Presidente.
peroanota brevementesuimpresinsobre otrasfigurasysituacionesde laobra.
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Los smbolos del mal en
E l
SeorP residente,de Miguel ngel... 47
sociopoltica. Su hroe. Cara de ngel, se va paulatinamente apartando de las som
brasyadquiriendo una fisonoma individual, aunque tenga que adular al Presidente.
Y si bien al inicio an no piensa por s mismo, despus de que el Seor le ordena
preparar la fuga del general C anales chivo expiatorio para asesinarlo en la hui
da, Miguel titubea. Empieza a hacer el bien a una serie de personas, incluido su
futuro captor, Farfn, por amoraCamila. Al final est convencido de lo negativo que
haba significado pensar conlacabeza del Seor Presidente, Pero Cara de ngel, por
suhybris,recibir la muerte y la tortura{vid.Rosado, "La estructura mtica"
23).
Se
trata, en efecto, de una transvaloracin: si se hace el mal se recibe bien,yviceversa.
Lo que ocurre con Cara de ngel ocurre tambin con el padre de Camila, quien llega
a convencerse de que hacer el bien era lo mejor. En efecto, a pesar de que Canales
haya concebido la idea de una revolucin un poco de modo visceral, despus de caer
de la gracia del tirano, eso mismo lo ayudar a cobrar conciencia de la injusticia.
As, por ejemplo, ya en el destierro, se interesa por la historia de un indio que haba
sido honrado, pero que fue despojado de su tierra. Con ese relato, Asturias se antici
pa a lo que despus ser uno de los temas de su triloga bananera: la venta forzada o,
si hay negativa por parte del dueo legtimo, el despojo de los terrenos de los campe
sinos para drselos
a
los norteamericanos. Pero A sturias era antimilitarista
y
el padre
de Camila tena que morir. Slo una figura positiva relevante permanece con vida
hasta el final de la novela: se trata del estudiante, que en la crcel clama por la
revolucin. Esto es natural si recordamos que el mismo Asturias, como estudiante.
haba sido encarcelado por unos das, y que la participacin de los estudiantes en el
derrocamiento de Estrada Cabrera fue decisiva. Adems, en 1922 Asturias fue uno
de los fundadores de la Universidad Popular de Guatemala. En muchos de sus artcu
los escritos en Pars entre 1924 y1933,no slo defendi esta U niversidad y elogi la
poltica educativa del mexicano Jos Vasconcelos, sino que tambin asoci la oscu
ridad a la ignorancia y a la carencia de movimiento que entre el pueblo de su patria
tuvieron las ideas. No todo en
El Seor Presidente
es negativo. En el estudiante,
smbolo de un futuro benfico, Asturias deposit sus esperanzas en un pas donde
Luzbel smbolo del mal ser finalmente derrocado por las fuerzas del estudio y
del conocimiento.
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20/21
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