Socrates y La Praxis Interior

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  • 5/10/2018 Socrates y La Praxis Interior

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    S6CRATES Y LA PRAXIS INTERIOR

    DRA. JULIANA GONZALEZ *EI hombre es el ser de la praxis, de 1a accion transformadora, capaz de interveniren la naturaleza y camb ia rla segun su designio, y capaz, sob re todo, de al terar sup ropia natural eza .! Y aunque toda accion humana repercu te en el hombre misrnoy 10 alt era, hay una accion espee if ica que reeae d irectamente en la int er ior icl addel propio ser y sc prop one expresamente la auto-transforrnacion : esta es lapraxis etica 0la praxis i nt er ior . Con ell a el hombre cambia su prop ia natural ezay crea una especi e de "segunda na tu ral eza" (ethos), mutando esenc ialmen te elsentido de la vida. Esta es la accion que Socrates -paradigmaticamente- llevoa cabo, producie ndo en su t iempo una g enui na re voluc i6n practica y teorica quequeda desde entonees implantada en la historia de la filosofia y del hombreoccident al es. Can Socrat es, en efecto, l a v ida humana se t ransforma subst anci al -mente a l tornarse vida filos6fica, reflexiva , y se altera de igual modo 1a filosofiaal convertirse, antes que nada, en una manera de muir .?

    (tUn dies , ar ;, e di o p o r tar~ea el vi~ir f/ilos~frn,do" e~amit;and\om,: a mi _~ismoy a los demas -decIal'a Socrates (E~E1 ;O :~OVt E fLcWTOV X"" TOU< ; " ,! .AOl l< ; ) .a Exa-men", "invest igac ion", "pregunta", "busqueda" en el fondo de S1 mismo yen. el fondo de los otros, Esta es la prirnera y principal tarea en que consistela praxis interior. Se trata de la re-jlexion, 0 sea , de la fle xi6n 0 el movirnientoque el hombre hace sobre S1 mismo, de ia' conciencia que se revierte hacia supropio ser para saber de 51, c le la vida que se autoaprehende como fuente ori-ginar ia de l a acc i6n, del s ent ido, de l pOl ' que y e l para que de l a exi st enci a.Pero no es S6crates el primer hombre que se haya "buscado a S1 mismo" y

    que haya empefiado su vida en "hacerse mejor cada db". En la propia tradici6noccident al , l a sabidur ia presocrat ica , e incluso pref ilo s6f ica, irnpl ic aba un cl arosent ido et ico de l a vida; apar te de ot ro s t est imonios, en tre los cual es sigue desco-Handa el del Oraculo de Delfos.' en la filosofia presocratica tiene una imp or-

    :, , - : < - Profesora de la Facultad de Filbsof ia ) ' Let ra s.1Vid, Eduardo Nicol , Metaiisica de la expresion, nueva v~rsi6n, FeE, Mexico, 1974;Los principia! de la ciencia, FeE, Mexico, 19&5; El poruenir de la [iiosoiia, FeE, Mexico,1972.~ Ibid., La idea del hombre, 1" version, cap. vn, Ed. Style, Mexico, 1946 y 2!J.version,cap. rx, FeE, Mexi co , 1977. c

    S Platen, Apologia 28e )' 38a; ct . Jenofonte, Memorobles, IV, 8.4 Not ab lemen te , los dos "lemas" del temple delfico, el de "conocete a ti misrno" y el

    de "nada en demas ia ", a unque su con texte sea eminentemente rel igiose, prefiguran lasdes grandes. direcciones de la e tica g r- iega : la socratico-platcnica, centrada en la autognosis,y Ia aristotelica del "justo media').

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    54 JULIANA GONZALEZtancia decisiva Ia presenc ia de Heracl ito, qu ien no ,610 habia declar ado ; yome he buscado a sni mismo" (I:S'('lO"&f!'1]Vi:jJ .EOlU1"6v)y que "a todos 'los hom-bres es dado conocerse a si misrnos y re flexiona r", " s ino que hab ia dejadoprofundo test imonio de l r esul tado de esta busqueda interior a] a fi rma r: "losIimi te s del a lma no logra ra s a lcanzarlos nunca , aun recorr iendo en tu march atodos los carninos ; tan honda es SU razon (A6yos)"," Ademas, Heraclito vioque esta razon del alma es un logos que se acrecienta a S1 mismo ( < ! ; u x ' i ic ; e c r ' nMyo~ E : o c U 1 ; O V Ciu~wv),' Por esto ' es que, en definitiva, el e fesio d ice: "e l ethos

    r C e i caracter) es para el hombre su destine (OO:Lf'OlV)", ' 0 sea que el autoexa-men le habia revelado a Heraclito que L a busqueda interior en la profundidaddel alma es inf inita; y l e habia rncst rado tambien que e l hombre e s e l ser capazde "acrecentarse" 0 "aumentarse" a simisrno y que en la e ticidad t iene su prop iodest ine, su radica l neces idad. EI dest ino de l hombre e s la Iibertad,?

    La revolucion socratica no se cia~sin antecedentes, como ~o se da ningunarevolucion. Pew en Socrates, este viraje del hombre sabre SI rnismo, este primadodel ethos, constituye el motive unico de su vida y de su muerte y adquie re en 61una ex-presion cabal y original.

    S6c ra te s renueva en. su t iempo la conf ianza en que la razon hurnana es capazde perseguir 1a verdad, y que no c onsiste en un mero instrumento de pode r,como era para los sofistas." Restablecc, en efecto, la 1:iusquedapresocratica de laverdad (&A~6e,,,,),Intenta, como los filosofos milesios, 0 como Heraclito, Par-menides, Empedccles 0Anaxagora s, ent re ot ros , hablar de las casas tal y comoson "segun su naturaleza", 0 sea, persigue eso que nosotros llamariamos la "obje-tividad", que es 10 que, en ultima instancia, implican la verdad y la c ienciaen general. Estas son, en efecto, 10contrar io del conocimiento "interesado", mera-mente "subjetivo", que no intenta saber 1 0 qu e es , sino que expresa 10que subje-tivamente nos impresiona, 10 que nos conviene 0 necesitamos que sea, indepen-d ienternen te de que sea "en rea lidad". Dist inci6n que Pla ten de j6 e stablec idacomo la d ife renc ia ent re eoisterr.e (ciencia) y doxa (op inion) . EI f ilosofo vama s alla de la doxa o la mera opinion tras Ia episteme de Io que es "e n si mismo"apa rte de 10 que apa renta scr "para mi". Busca Ia verdad. S6Io que la fi losoflasocratica se c ifra prccisamente en un cambia del "objeto' de la verdad. Socratesno intcn ta obtener una alitheia n i una episteme de l a naturaleza externa al hom-

    , Heradito, BID! y Bl16I} Ibid, B4-5., I bi d" Bl15,S Ibid., BUg.f Estos anillsis hermeneuticos de

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    efecto' vital, es que falla el conocimiento, mismo, La aparente contraposicionentre el "ueo 10 rnejor y ]0 aptuebo" Y sin embargo "hago 10 pear", implica undcsglcse de las facultades hurnanas que esta bien Iejos de la slntesis integral queimpliea la sabiduria, la 'PP6v'I),nc; socratica, Es un ver y. aprobar que socraticamen-te implicarian ignoraneia.

    Socra tes busca, en efcc to, Ia u er d a d de si rnismo y de Ios ot ros. En este sent ido,no se nata de 1a simple opinion respecto del propio ser 0 del ser ajeno. Paralcgrar esta episteme del hombre se requie rc , e s c ier to , una mutac ion basi ca, unaacc ion t ransformadora por la cual e l hombre t ra spasa l as apar ienci as de .si misrnoy de otros y se dispone, en una genuina actitud de desinteres, 0 de verdaderaobjet iv idad , ante si n1is1110 0 ante el otro, Se trata, de oer (theorein) 10 quesomes, de captar una rea lidad en si rnisma y par 51 misma (~u1'6 x . ct 8 ' w ~ "' t' 6 comodid. Platen), desprendiendonos de todo pre juicio y de toda necesidad que pre-condicione y empafie 0 fa lsee la vision. Y se requiere ciertamente de un actode radical andreia, de valentia pa.ra La verdad, sabre todo si se trata de lavcrdad de 51 . misrno. El ccnocimiento es ya un~ praxis, una virtud moral de altor"'lngo) 'como es la andreia u "hornoria": el valor de vernas en 10 que realrnentesomes. Ademas , el conocimiento, la verdad que aqui se procura~ es prec isamenteel conocirniento filos6fico, que quiere decir un saber del fondo, de 10 esencial,de las. r akes misrnas de nuest ra condici6n. Aqui no i rnporta saber como sornos enlos. aspec tos ext rinsecos , supert ic iales , . anecdot icos de nues tro ser. Buscarnos laphysis, la arje y el logos primordial de nosot ros mismos. Buscamos al hombreque somas en nuestra mas fundamental condicion. Del ine!ividuo, del sujeto delconocimiento, nos importa, no 10 que este tiene de "suojetivo", de circunstan-cial, s ino su esencialidad humana y ello implica ya una forma de asuncion vitalque nos transforma, que nos haee set de otro modo. El autoexarnen socraticorebasa incluso .uri mero conocirniento psicologico si este no llega a Ia realida.d

    . y a la universal idad de l hombre y de su capacidad autocreae!ora.Porque trataudose de oestesaber de hombre aprehendido en su presencia inter ior,

    el que SOffiOS_,. remite precisamente a un para ql1e somos.P "Lo que es", rcsultaser en si mismo algo que no es propiarnente "algo", que no es una realidaddefinida como pudie ra serlo cua .Jquie. r cosa no humana. Nuest ro ser es s iernpr euna mera intentio, una tendencia, un proyecto a realizar, un irnpetu de ser , unm6vil y un movimiento que tiende a fines. El ser del hombre es pcsibilidad Hy su ser posible impl ica int rinsecamente una cualidad, Se puede ser esto 0 10otto; se tiende a SeT aSl 0 de otra mancra. Vel' 10 q ue somos es entonces) en el actomismo de vision] si es te es efect ivo, una apreciaci6n, una tQma de posicion valo~rativa) una decision y una participaci6n activaen el devenir de ese ser en pro-ceso, cualitativamenle diferenciado en sus multiples posibilidades. El conocimientomoral es una preferencia y una decision. En es te sent ido) la sabidur la socra tica

    13 Vid Nicol, La idea.,.; J I ! o ver si on , cap . IXH E! hombre es, ontol6gicamente posibilidad y Iibertad. Ct. Heidegger, E l ser y el tiem.po, FeE, Mexico.

    SOCRATES Y LA PRAXIS lNTERIOR 57es , en efecto, prudentia, pre-vision, anticipacion activa de 31m isrno. Y de ahi

    '. tambien que la vida moral para S6cratesdependa de un "arte de medir"(M

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    raleza" y "dest ine", Y 10 es en varios seutidos, Per una parte, S6crates ve bienque la vida etica naco de la misma "vol un tad" que la vida impulsiva, Que todavoluntad es "voluntad de bien" porque) en definitiva, la tendencia originariay universal de la vida es impetu de curoplimiento, de realizacion, de felicidad,de hacer 10 - que Iiter almente "nos conv iene" . Que todos los hombres buscanradicalmente 10 mismo : su propia fuerza, su propia dicha y seguridad vital.EI origen del "bien" no es otro que el del "rna]", ni este proviene de otra volun-tad distinta; En este sen tido se ent iende que "nadie yerra voluntariamente" y,pOl' esto, "el mal es ignorancia". La posibilidad del vivir en el bien y en Iasabiduria emerge de la vida misma, de la propia naturaieza humana, de las ra icesmas profundas de la tierra. No es un imperative ajeno, abstracto} extraf io a lavida misma .

    Por otra parte, en tanto que es naturaleza, segunda 0 transformada, peronaturaleza 81 f in, el ethos es a su vez algo "natural", "espontaneo"; es el arte 0ar -ti fi cio de actuar sin ar tif icio, como una act itud que emerge con natu-a.idad,como una disposicion libre , pues cop el ethos pasa algo similar que con la obrade ar' te : siendo natural, viva, espontanea, no revelando su artificio, logra setarte genuino. Y sobre todo, el ethos es naturaleza y por ende destine y necesidad,precisarnente porque conlleva SU propia forzosidad. Porque implica, como 10 vioSocrates, undaimon 0 daimonion, una "fuerza superior", determinante, que obligaa obrar en un cierto sentido y no en otro, La lihertad es ella -misrna una formade fatalidad, El hombre moral tam bien esta atada, forzado a los imperatives de supro pia conciencia, a la nccesidad de S1,S principios, Es el hombre que radical-mente "hace 10 que quie re" y que, a la vez, ya no puede hacer cualquier cosa:tiene un destine, una "misi6n" que -c-umplir; queda esclavizado a su propia ~interior, a s~c3ci6n a su, l la'IPi~do de autosuperac~. En este seritido, se trata '\1~onJ de un ser que soy yo mismo y no soy yo rnismo a la vez : mezclaentre hombre y "dios", Y es que el cmnplimiento moral implica ciertamente unaelevaci6n existencial par la que el hombre va mas alla de si mismo a la vez que5610asi se cumple propiarnente como hombre . Es fuerza de crecimiento del propioser que s6Io se logra en el sacrificio de una parte de S1 . Es praxis, es accion trans-formadora que implica eleccion y renuncia, afirmacion y negacion, vivir y rnori ren nosotros misrnos.Mas aun : l a li bert ad-necesidad moral es prec isamente l a que proporciona laautarqu,ia 21 humana, 1a l'tn1Ca stlficiencia que Ie. es dada al hombre en :m vida.

    ((No hay mal para el hombre de bien, ni en esta vida~ ni mas alIa de ella." 22En d ethos se cifra la autarquia. Cuanda eI hombre posee en 51wismo el prin-cipio del obrar, cuanda el bien 0 eI ma] ., la felicidad 0 ]a infel icidad de la vida

    n (b )-r cL tn ~t ft .Ct ig ni fk ..a : s ufi cl enc ia ) e st ado d el q ue s e b as ta a s i i ni smo, De &pxeoo b y NicolJLa idea . .. ~ cap. VI! y 20 versi6n, cap. IX,

    22 Platon, Apologia, 41 d.

    III SOCRATES Y LA PRAXIS INTERIOR 91est an ci frados en la autoconciencia, en la valen tia, en el au todorninio y en lajusticia can que se vive cada acto, los bienes 0 los males externos pasan a un se-gundo plano. El hombre se torna dador, antes que receptor; s-u vida es accion,antes que pas i6n 0 recepc ion pas iva . lmpor ta entonces e l don misrno, la au len- 0ticidad de la entrega~ la verdadera bondad con que se vive. Y es en este sentidoen el que resulta "preferible sufrir la injusticia que corneterl a'L''! Es en este sen-tido en el que todos los males que el hombre puede recibir 0 sufrir, no alteranel nucleo de su feliddad inter ior de SLl suficiericia baslca, cifrada en su propiaIibertad. Lo jus to. 10 bueno y 10 verdadero son como una columna vertebralde la vida que posibi li ra e l mavimiento y permite al hombre mantenerse firmefrente a todos los avatares de su existencia. El ethos es, en efecto, fuerza, poder

    ( I ) O " O < f 1 ( < ; ) y seguridad [autar quia],La propia vida, est a vida, hie et nunc .. adquiere plenitud y sufi.ciencia.: vale

    integra, cabalmente ~ se torna un bien absolute por la entereza moral con que esvivida. EI bien es la suficiencia de la vida. En el ethos cncueritra el hombresocratico la seguridad existencial, la fuerza, la firmeza que le Ialran original-mente en. su propio ser, por natura leza inseguro, vulnerable, infi rme, cont ingentef f in ito. El ethos es , en efec to, la rnorada del hombre, ell casa propia, su genUinacbpropiedad, la tierra firme en que apoya su fragil y precaria condic ion, Pero larevol.uci~r: moral im?l~ca. ciertamente una ~raxis cab~l; una praxi~ y una dskesis, 0un ejerc icio a una disc ipl ina tales que no Ie es dado facl lmente rea lizar al hombre . .Precisamente, no se da "por naturaleza" , no es algo "dado": es "sobrenatural" ,.es arte (tichne) y cs creaci6n (poiesis) y _ consiste, sobre todo, en aceptar con'humildad los lirnites de nuestro ser. Asi como la sabiduria enfrenta la propiaignorancia, asi tarnbien la suf iciencia socratica se da en la asuncion cabal de lapropia insuficiencia.

    Y s610 desde Ia vida cabe para Socrates iluminar el sentido de la muerte.Excepcionalmente, en la etica socratica no es la muerte, ni 10 que venga despuesde ella, si es que algo viene, 10 que:'prornueve y j us ti fi ca In. proyecci6n moral de lavida, el afan de vivir en el bien, sino al reves. El bien no depende de nada tras-cendente, Po, el contrario, es el bien de Ia vida el que hace de la rnuerte un hien,en cualquiera de las posibifidades en que esta pueda consist ir . La docta ignorantiarevela prirnero, CQTIO se veia, que de la rnuerte s610 cabe asumir su rnisterioy desde ahi , ante el limi te infranqueable, e l hombre se f""nt rega a la tarea de vivi rcombatiendo '[los males que S 1 cOloce)l sin postergar su responsabil idad existen-cia!. Y . ,610 una vez proclucLda esta vl.lelta r-;.obrela vida misma} 1a muerte pue-deser vista} en todos los casos posibles, COmo un bien. La muerte puede ser una deestas dQ S cosas._: '(0 bien aguel que muere no es ya nada (p..rJo~~, .c: :I\ lc(L), y eneste caso no hay rung-un sentimiento (ctEo.fl'l"") de nada; 0 bien la muertees un cambio~ un traslado del a1ma de este lugar a otro"; en e1 primer c a . s : O Jla muerLe, 311ade S6crates) ser l:3. "como uno de esos sneiios. en que _uno no

    2-8 Plut6n, Gorgi.at} ~74b. &8,

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    ve nada" yen qu(::.el tiempo apareceria "como una unica neche"." Asi, sin que sepretcnda veneer la ignorancia, la muerte puede ser la aniquilaci6n y hay queencararla como tal. Peroen este caso, tampoco puede ser un mal para e l hombrede bi en. La vida eticamente vivida busc6 y encontr6 en la sabiduria su propiaplenitud, cifro en la humildad su propia verdad ; la muerte no altera el cumpli-miento de Ia entrega; acaso venga a ser la paz definitiva, "buena" en la medidamisma en que la lucha y el esfuerzo cumplieron su objetivo primordial. El biendel acto vital 10 reivindica de su fugacidad y le da una suficiencia peculiar, una"eternidad" propia, cabe decir, que basta para sabcrse existencialmente satisfechoy morir en paz.

    Pero la muerte puede set t arnbi en un t ransi to t y a que podria serlo, para elhombre de bien) sino a 10 rnismo, como una prolongaci6n y hasta una acentua-ci6n de la propia vida en el bien? Lo que Socrates proyecta al "mas alia" no .esotra cosa que la vida vivida aqui; alla seguira haciendo 10 mismo, interroganclosca 51 misrno y examinando a los demas. Desde el sentido y el bien de la vida, seproyecta el sentido y el bien de la muerte. Y acaso de las dos posibilidades, aniqui-Iaci6n 0 t ransite, pudiera resul tar la ultima la mas posible para Socrates, pre-cisamente par su afan vital de prolongar la praxis del bien. Sin embargo, 10decisivo es que ill el deseo, ni la esperanza de una vida posterior, y ill siquierala creencia en la divinidad, implican que se restrinja la inmanencia de la eti-c ic lad e incluso ia prioridad de 1 0 eti co sobre 10 rel ig ioso . Es virtucl socraticatambien la om.6't'"'i~' la "piedad' a "devocion", la religiasidad basica par la cualel hombre r econoce sus p ropio s l imi te s y e l r nis te rio ul timo e i na si ble de todo cuantoexiste y, con ello puede reconocer los signos manifiestos de fuerzas y poderes

    : superiores a si mismo. En este sentido, la etica implica esta origin aria religiosidad,i en la cual culmina, par asi decirlo, la conciencia moral. Pero en Socrates 110;' parecO' ser 10 religiose 10 que fundamenta la etica, sino esta la que conlleva; intrinsecamente las vivencias de humildad y de sacralidad. Y en cuanto al deseoy la esperanza de una vida post mortem, estes no son en Socrates sino eso, deseo yesperanza. No hay en 61 certidumbre completa que elimine la docta ignorantiaante la muerte ni gue, por ende, quite el senti do fundamentalmente inmanente quetiene 10 etico, es decir, la certidumbre cabal de que esta vida es en verdad unbien suficiente si es vivida en la sabiduria; de que la condici6n etica estaimp1antac1a en el ser rni smo del hombre y que aqui, en esta vida, puede lograr-su plenituc1 existencial humanizandose a si mismo en la praxis moral. La tras-cendencia r ne ta fis ic a y e tic a e s p ropiamen te plat6nica, no socratica, 'La idea deuna realidad y de una vida perfecta fu'era del tiempo y de este mundo, es pla-t6nica, no socratica, Para Socrates bas ta el b ien .

    : : - 4 . Plat6n, Apologia, 40 cdc .