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20|01|2013 · NÚM. 23 [TIZINA FABI/ AFP] La vida bajo cero Santa Bárbara, Durango Emmanuelle Riva, la leyenda francesa SU NOMINACIÓN AL OSCAR LE HACE GRACIA Innovación en una misma piel Talabartería

Suplemento Dominical 20-Ene-2012

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Suplemento Dominical publicado el 20 de enero del 2013 en Milenio Jalisco.

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Page 1: Suplemento Dominical 20-Ene-2012

20|01|2013 · NÚM. 23

[TIZINA FABI/ AFP]

La vida bajo cero

La vida Santa Bárbara, Durango

Emmanuelle Riva, la leyenda francesa

SU NOMINACIÓN AL OSCAR

LE HACE GRACIA

Innovación en una

misma piel

Talabartería

Page 2: Suplemento Dominical 20-Ene-2012

20|01|2013REPORTAJE20|01|2013

REPORTAJE

[arturo bermúdez]

NEOARTESANÍA KOON ARTESANOS ESTÁN EN:Centro Comercial Arcos BosquesPaseo de Tamarindos 90 KioscoCol. Bosques de las LomasMéxico, DFTel. (55) 9135 0007

Pablo Neruda 2989 Int. 2HCol. ProvidenciaGuadalajara, JaliscoTel. (33) 3641 8236

Punto Comercial Santa FeBlvd. Atlixcayotl 4008, Local 110Col. San MartinitoSan Andrés Cholula, Puebla.Tel. (22) 2169 1071

Blvd. Independencia 3817 Loc.8Col. El FresnoTorreón, CoahuilaTel. (87) 1182 0392

pero cuando empezamos a buscar, nadie quiso hacer nuestros diseños. Los artesanos que visitamos se encontraban en su zona de confort, querían solamente vender más, así que nos vimos obligados a montar nuestro propio taller. Ciertamente fue fascinante todo el proceso, pero sí implico un gran reto”, recuerda el director general de Koon, Jorge Morfín.

Ese primer trayecto del camino fue cuesta arriba “no sabía-mos nada acerca de la piel, nos fuimos metiendo poco a poco y empezó a gustarnos mucho”, revela Morfín. Así, en el esta-cionamiento de un edificio, un carpintero y un talabartero, por entonces recién desempleados, comenzaron la aventura.

Koon cuenta ahora con más de 10 tiendas en el país, en Guadalajara, Torreón, Puebla y la Ciudad de México, en las tres primeras de estas ciudades cuenta con representantes o asesoras que personalmente visitan al cliente para ofrecer sus productos en piel, lo que también es un sello distintivo de nues-tra empresa: la venta en tienda sí, pero también el trato personalizado para cierto grupo de clientes.

“El chiste ha consistido en encontrar nuestro propio proceso, un nicho de mercado; en buscar las estrategias a llevar a cabo. Si yo quisiera competir en precio con una empresa que está ciento por ciento industrializada sería un fracaso, nosotros estamos más dirigidos al cliente que busca personalizar, que busca algo diferente, que busca esa exclusividad.

“Si un cliente llega a una tienda y no está el producto que busca o no está en el color que quiere, siempre tiene la opción de pedirlo y que se le haga. Esa flexibilidad que le vas dando a tu producto es el valor agregado que los clientes entienden y que están dispuestos a pagar. Cuando tus procesos son muy industrializados, tienes que tener un número muy limitado de colores y de productos”, dice Jorge Morfín.

Los anaqueles de las tiendas lucen por su colorido: agendas en color rosa pastel con una flor verde pistache, los cojines en tono fiusha, las cajas en morado, los marcos en azul rey, bolsas de mano en naranja y amarillo, colores poco usuales en la piel. Mientras la tradición indica que la piel se trabaja en colores oscuros, café, negro, gris o azul, en Koon se trabajan más de 15 colores diferentes.

Y si piel fiusha, naranja o rosa resultaba impensable, antes de los artesanos de esta empresa también era difícil imaginarse un florero, una mesa, una cava, un servilletero, un perchero, cajas de té, portacontroles, portacubiertos, platones, botaneros, lám-paras, ceniceros, candelabros y más productos hechos con piel.

“Nuestra consigna —dice Morfín— fue diseñar algo que fuera funcional, práctico y decorativo. Así nos pusimos a pensar qué se podía hacer con piel y encontramos que prácticamente todo: dentro del hogar, por ejemplo en la cocina: portavasos, mante-les, servilleteros, charolas, salseros. En la oficina: portalápices, marcos, forros, cojines, cajas. Todo, absolutamente todo”.

POR MÉXICOPara Jorge Morfín, que estudió Administración de empresas y que durante casi nueve años trabajó en una casa de bolsa, el

por Verónica Díaz Rodríguez

S e abre la puerta y el inconfundible olor a piel animal se pega a la nariz, luego sobreviene una cascada de sonidos: el golpeteo arrítmico sobre una mesa, la contundencia metálica de las tijeras y pinzas, las brochas que entintan o distribuyen el pegamento,

agujas, martillos, pinceles...Todo ello logra cierta armonía y es hasta agradable al oído

porque jamás irrumpe el estruendo de alguna máquina. Casi todo lo que se hace aquí lo hacen personas, son sus manos las que tallan, cortan, pegan, pintan; son sus ojos, entrenados casi hasta la perfección, los encargados de verificar la calidad. Personas que solo esporádicamente conversan porque se concentran más en su quehacer.

Aquí trabajan hombres y mujeres que dan forma, que crean; son artesanos que dejan algo de sí en cada una de las piezas que hacen y con ello colocan a su empresa por encima de sus competidores.

“Para mí es un gran orgullo ser artesano, uno de los más antiguos de este taller —explica Antonio Hernández de 31 años, mientras corta y dobla rectángulos de piel color chocolate—, empecé haciendo lo más básico, ahora doy forma a los nuevos diseños. Llevo siete años aquí y me siento muy bien.

“He aprendido mucho, por ejemplo, a diferenciar la piel real del vinipiel, ése que se usa muy comúnmente para engañar a la gente, además aprendí a apreciar los detalles, las costuras, los pliegues. Todos aquí ya sabemos lo que es calidad, porque estamos sometidos a un control muy riguroso, y cada uno de nosotros va de por medio en su trabajo. No sé si me explico, cuando el trabajo tiene nombre y apellido no te puedes dar el lujo de mal hechuras”.

Este sello personal es uno de los secretos de esta empresa que fabrica, a mano, 230 productos diarios. Dar prioridad al traba-jo manual de artesanos mexicanos es uno de los fundamentos de esta empresa, innovadora tanto por sus diseños como por su modelo de negocio, lo que le ha permitido colocarse y sostenerse entre las mejores de su giro en la última década.

Fundada por Susana Bernardi y Jorge Morfín, Koon (palabra que significa venta en lengua maya), es una empresa mexicana que diseña, produce y vende artículos de piel. Más que sencillo suena simple, pero no lo es. Lo que mejor explica a Koon es que sus socios dieron cuerpo a una idea nueva, en un mercado donde ya todo parecía escrito; además, lo lograron aplicando convicciones ecológicas, culturales y hasta nacionalistas. Esto último en el sentido de respetar, sobre todas las cosas, a México: su patrimonio cultural, el trabajo de sus artesanos, el talento, visión y la apuesta de los fundadores, etcétera.

EMPEZAR DE LA NADA“La idea básica que generó todo esto fue hacer un producto dife-rente y de calidad. Pensábamos incluso en que nos maquilaran,

A RAZÓN DE CINCO

HORAS DE TRABAJO POR

PRODUCTO, KOON FABRICA

230 PIEZAS AL DÍA, 60 MIL

AL AÑO

Con imaginación y empeño, Koon Artesanos cumple una década de renovar una tradición nacional con productos modernos de sorprendente colorido, todos elaborados por manos mexicanas

TALABARTERÍA: INNOVACIÓN EN UNA MISMA PIEL

0302

en chaquira; Tenango, en Hidalgo, de donde adquieren bordado otomí; Panteló, Chamula y San Andrés, en Chiapas, que aportan telar de cintura y bordado a mano.

Jorge Morfín abunda: “Con ello queremos respetar lo que ha-cen, porque no lo hacen puramente por negocio, lo hacen por una tradición, por una cultura, una religión, por el cariño y el respeto a sus antepasados y a su cultura.

“Ahora compramos textiles y ónix, queremos trabajar con ba-rro y otros materiales. Lo más importante es pagarles lo que piden, costeamos el producto, es decir, no va en función de lo que vendemos ni en función de nuestros precios, lo compramos al precio justo y separamos muy bien lo que son ingresos de ellos y los nuestros.

Otro compromiso de la firma es con el medio ambiente, de acuerdo con sus fundadores, solo adquieren piel de animales que han sido sacrificados para consumo, para con ello rechazar la trata de animales.

Por otra parte, según explica Morfín, “nada más trabajamos con tenerías que cuentan con procesamiento de agua. El pro-blema de la piel es que requiere un tratamiento que resulta muy agresivo porque necesita muchos químicos; por su natura-leza la piel tiene que ser tratada para quitarle olores, colores, células muertas y grasas.

“Nosotros, en nuestro compromiso con México, nos hemos preocupado porque el agua no se vaya al desagüe sino que sea tratada y reutilizada, por lo que únicamente compramos a tenerías que así lo hacen, incluso como parte de la misma evolución de esta parte del proceso, muchas tenerías se han cambiado a zonas agrícolas, para que el agua se reutilice.

Finalmente, todas las bolsas en las que se entregan los pro-ductos de Koon son reutilizables, biodegradables y decoradas además con frases positivas.

EL TALLERA razón de cinco horas de trabajo promedio por producto, en Koon se fabrican 230 productos al día, lo que da como resul-tado 60 mil piezas al año. Cantidad que es posible alcanzar gracias a los empleados de esta firma, particularmente a los artesanos, que requieren de una paciencia a toda prueba para permanecer en este empleo.

“Empecé haciendo cajas de reloj, cortando las piezas, me en-señaron a armar tapas, hacer cojines y todo el interior de la caja, ahora ya hago otras cosas más especializadas. Me gusta mucho mi trabajo porque hasta donde sé no es muy común, todo aquí lo hacemos a mano y en otros lugares se produce en máquinas, eso es una diferencia grandísima a la hora de ver cada producto”, dice Laura López Ramírez, sin levantar la vista de las mesas de piel que ensambla con dedicación.

Es esta parte de Koon la que más apasiona a Morfín “la gente que contratamos ya no tiene que tener experiencia, hoy tenemos gente capacitada lo suficientemente maestra en el trabajo de la piel. Más bien lo que buscamos son personas con habilidad, con ganas de trabajar en una empresa seria, de crecer con trabajo y responsabilidad.

“Siempre estamos contratando y capacitando gente nueva, es un tema difícil, porque hay que trabajar con solventes, no puedes estar sentado mucho tiempo, tienes que tener mucha paciencia, mucho cuidado, somos muy exigentes a la hora del control de calidad y de las precauciones, no solo en la materia prima sino en el proceso, somos muy exigentes en eso, pero la gente que se queda se queda a gusto y contenta con lo que hace y lo que percibe”. D

éxito de una empresa ni siquiera se halla en una idea nueva, sino en que el proyecto de mercado se adapte a los valores, conceptos y metas personales, lo que él considera valores agregados al producto.

“Nosotros somos unos enamorados de México. Así que nos propusimos comprarle materia prima a proveedores nacionales, y que los socios, empleados y artesanos fueran mexicanos. Esto último sumado a que todo el proceso fuera artesanal, pues sabemos que a pesar de que hay artesanos mexicanos muy talentosos, en este país la artesanía está en general subvaluada, pero no es así en el extranjero.

Como parte de los festejos del décimo aniversario de su aventura, Morfín y Bernardi lanzaron un nuevo proyecto llama-do Koon+Artesanos, consistente en hacer alianzas con varias comunidades artesanales de México para que juntos den vida a productos exclusivos.

Actualmente Koon incorpora artesanías de diferentes regio-nes del país hechas con diferentes materiales para combinarlos con sus productos y así apoyar a comunidades de artesanos y enriquecer su oferta.

Las cuatro localidades que hasta ahora colaboran con Koon son San Pablito, de Puebla, de donde obtienen bordado a mano

Arriba: Jorge Morfín, fundador de Koon. Abajo: Artesanos

trabajando en el taller

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20|01|2013REPORTAJE20|01|2013

REPORTAJE

[arturo bermúdez]

NEOARTESANÍA KOON ARTESANOS ESTÁN EN:Centro Comercial Arcos BosquesPaseo de Tamarindos 90 KioscoCol. Bosques de las LomasMéxico, DFTel. (55) 9135 0007

Pablo Neruda 2989 Int. 2HCol. ProvidenciaGuadalajara, JaliscoTel. (33) 3641 8236

Punto Comercial Santa FeBlvd. Atlixcayotl 4008, Local 110Col. San MartinitoSan Andrés Cholula, Puebla.Tel. (22) 2169 1071

Blvd. Independencia 3817 Loc.8Col. El FresnoTorreón, CoahuilaTel. (87) 1182 0392

pero cuando empezamos a buscar, nadie quiso hacer nuestros diseños. Los artesanos que visitamos se encontraban en su zona de confort, querían solamente vender más, así que nos vimos obligados a montar nuestro propio taller. Ciertamente fue fascinante todo el proceso, pero sí implico un gran reto”, recuerda el director general de Koon, Jorge Morfín.

Ese primer trayecto del camino fue cuesta arriba “no sabía-mos nada acerca de la piel, nos fuimos metiendo poco a poco y empezó a gustarnos mucho”, revela Morfín. Así, en el esta-cionamiento de un edificio, un carpintero y un talabartero, por entonces recién desempleados, comenzaron la aventura.

Koon cuenta ahora con más de 10 tiendas en el país, en Guadalajara, Torreón, Puebla y la Ciudad de México, en las tres primeras de estas ciudades cuenta con representantes o asesoras que personalmente visitan al cliente para ofrecer sus productos en piel, lo que también es un sello distintivo de nues-tra empresa: la venta en tienda sí, pero también el trato personalizado para cierto grupo de clientes.

“El chiste ha consistido en encontrar nuestro propio proceso, un nicho de mercado; en buscar las estrategias a llevar a cabo. Si yo quisiera competir en precio con una empresa que está ciento por ciento industrializada sería un fracaso, nosotros estamos más dirigidos al cliente que busca personalizar, que busca algo diferente, que busca esa exclusividad.

“Si un cliente llega a una tienda y no está el producto que busca o no está en el color que quiere, siempre tiene la opción de pedirlo y que se le haga. Esa flexibilidad que le vas dando a tu producto es el valor agregado que los clientes entienden y que están dispuestos a pagar. Cuando tus procesos son muy industrializados, tienes que tener un número muy limitado de colores y de productos”, dice Jorge Morfín.

Los anaqueles de las tiendas lucen por su colorido: agendas en color rosa pastel con una flor verde pistache, los cojines en tono fiusha, las cajas en morado, los marcos en azul rey, bolsas de mano en naranja y amarillo, colores poco usuales en la piel. Mientras la tradición indica que la piel se trabaja en colores oscuros, café, negro, gris o azul, en Koon se trabajan más de 15 colores diferentes.

Y si piel fiusha, naranja o rosa resultaba impensable, antes de los artesanos de esta empresa también era difícil imaginarse un florero, una mesa, una cava, un servilletero, un perchero, cajas de té, portacontroles, portacubiertos, platones, botaneros, lám-paras, ceniceros, candelabros y más productos hechos con piel.

“Nuestra consigna —dice Morfín— fue diseñar algo que fuera funcional, práctico y decorativo. Así nos pusimos a pensar qué se podía hacer con piel y encontramos que prácticamente todo: dentro del hogar, por ejemplo en la cocina: portavasos, mante-les, servilleteros, charolas, salseros. En la oficina: portalápices, marcos, forros, cojines, cajas. Todo, absolutamente todo”.

POR MÉXICOPara Jorge Morfín, que estudió Administración de empresas y que durante casi nueve años trabajó en una casa de bolsa, el

por Verónica Díaz Rodríguez

S e abre la puerta y el inconfundible olor a piel animal se pega a la nariz, luego sobreviene una cascada de sonidos: el golpeteo arrítmico sobre una mesa, la contundencia metálica de las tijeras y pinzas, las brochas que entintan o distribuyen el pegamento,

agujas, martillos, pinceles...Todo ello logra cierta armonía y es hasta agradable al oído

porque jamás irrumpe el estruendo de alguna máquina. Casi todo lo que se hace aquí lo hacen personas, son sus manos las que tallan, cortan, pegan, pintan; son sus ojos, entrenados casi hasta la perfección, los encargados de verificar la calidad. Personas que solo esporádicamente conversan porque se concentran más en su quehacer.

Aquí trabajan hombres y mujeres que dan forma, que crean; son artesanos que dejan algo de sí en cada una de las piezas que hacen y con ello colocan a su empresa por encima de sus competidores.

“Para mí es un gran orgullo ser artesano, uno de los más antiguos de este taller —explica Antonio Hernández de 31 años, mientras corta y dobla rectángulos de piel color chocolate—, empecé haciendo lo más básico, ahora doy forma a los nuevos diseños. Llevo siete años aquí y me siento muy bien.

“He aprendido mucho, por ejemplo, a diferenciar la piel real del vinipiel, ése que se usa muy comúnmente para engañar a la gente, además aprendí a apreciar los detalles, las costuras, los pliegues. Todos aquí ya sabemos lo que es calidad, porque estamos sometidos a un control muy riguroso, y cada uno de nosotros va de por medio en su trabajo. No sé si me explico, cuando el trabajo tiene nombre y apellido no te puedes dar el lujo de mal hechuras”.

Este sello personal es uno de los secretos de esta empresa que fabrica, a mano, 230 productos diarios. Dar prioridad al traba-jo manual de artesanos mexicanos es uno de los fundamentos de esta empresa, innovadora tanto por sus diseños como por su modelo de negocio, lo que le ha permitido colocarse y sostenerse entre las mejores de su giro en la última década.

Fundada por Susana Bernardi y Jorge Morfín, Koon (palabra que significa venta en lengua maya), es una empresa mexicana que diseña, produce y vende artículos de piel. Más que sencillo suena simple, pero no lo es. Lo que mejor explica a Koon es que sus socios dieron cuerpo a una idea nueva, en un mercado donde ya todo parecía escrito; además, lo lograron aplicando convicciones ecológicas, culturales y hasta nacionalistas. Esto último en el sentido de respetar, sobre todas las cosas, a México: su patrimonio cultural, el trabajo de sus artesanos, el talento, visión y la apuesta de los fundadores, etcétera.

EMPEZAR DE LA NADA“La idea básica que generó todo esto fue hacer un producto dife-rente y de calidad. Pensábamos incluso en que nos maquilaran,

A RAZÓN DE CINCO

HORAS DE TRABAJO POR

PRODUCTO, KOON FABRICA

230 PIEZAS AL DÍA, 60 MIL

AL AÑO

Con imaginación y empeño, Koon Artesanos cumple una década de renovar una tradición nacional con productos modernos de sorprendente colorido, todos elaborados por manos mexicanas

TALABARTERÍA: INNOVACIÓN EN UNA MISMA PIEL

0302

en chaquira; Tenango, en Hidalgo, de donde adquieren bordado otomí; Panteló, Chamula y San Andrés, en Chiapas, que aportan telar de cintura y bordado a mano.

Jorge Morfín abunda: “Con ello queremos respetar lo que ha-cen, porque no lo hacen puramente por negocio, lo hacen por una tradición, por una cultura, una religión, por el cariño y el respeto a sus antepasados y a su cultura.

“Ahora compramos textiles y ónix, queremos trabajar con ba-rro y otros materiales. Lo más importante es pagarles lo que piden, costeamos el producto, es decir, no va en función de lo que vendemos ni en función de nuestros precios, lo compramos al precio justo y separamos muy bien lo que son ingresos de ellos y los nuestros.

Otro compromiso de la firma es con el medio ambiente, de acuerdo con sus fundadores, solo adquieren piel de animales que han sido sacrificados para consumo, para con ello rechazar la trata de animales.

Por otra parte, según explica Morfín, “nada más trabajamos con tenerías que cuentan con procesamiento de agua. El pro-blema de la piel es que requiere un tratamiento que resulta muy agresivo porque necesita muchos químicos; por su natura-leza la piel tiene que ser tratada para quitarle olores, colores, células muertas y grasas.

“Nosotros, en nuestro compromiso con México, nos hemos preocupado porque el agua no se vaya al desagüe sino que sea tratada y reutilizada, por lo que únicamente compramos a tenerías que así lo hacen, incluso como parte de la misma evolución de esta parte del proceso, muchas tenerías se han cambiado a zonas agrícolas, para que el agua se reutilice.

Finalmente, todas las bolsas en las que se entregan los pro-ductos de Koon son reutilizables, biodegradables y decoradas además con frases positivas.

EL TALLERA razón de cinco horas de trabajo promedio por producto, en Koon se fabrican 230 productos al día, lo que da como resul-tado 60 mil piezas al año. Cantidad que es posible alcanzar gracias a los empleados de esta firma, particularmente a los artesanos, que requieren de una paciencia a toda prueba para permanecer en este empleo.

“Empecé haciendo cajas de reloj, cortando las piezas, me en-señaron a armar tapas, hacer cojines y todo el interior de la caja, ahora ya hago otras cosas más especializadas. Me gusta mucho mi trabajo porque hasta donde sé no es muy común, todo aquí lo hacemos a mano y en otros lugares se produce en máquinas, eso es una diferencia grandísima a la hora de ver cada producto”, dice Laura López Ramírez, sin levantar la vista de las mesas de piel que ensambla con dedicación.

Es esta parte de Koon la que más apasiona a Morfín “la gente que contratamos ya no tiene que tener experiencia, hoy tenemos gente capacitada lo suficientemente maestra en el trabajo de la piel. Más bien lo que buscamos son personas con habilidad, con ganas de trabajar en una empresa seria, de crecer con trabajo y responsabilidad.

“Siempre estamos contratando y capacitando gente nueva, es un tema difícil, porque hay que trabajar con solventes, no puedes estar sentado mucho tiempo, tienes que tener mucha paciencia, mucho cuidado, somos muy exigentes a la hora del control de calidad y de las precauciones, no solo en la materia prima sino en el proceso, somos muy exigentes en eso, pero la gente que se queda se queda a gusto y contenta con lo que hace y lo que percibe”. D

éxito de una empresa ni siquiera se halla en una idea nueva, sino en que el proyecto de mercado se adapte a los valores, conceptos y metas personales, lo que él considera valores agregados al producto.

“Nosotros somos unos enamorados de México. Así que nos propusimos comprarle materia prima a proveedores nacionales, y que los socios, empleados y artesanos fueran mexicanos. Esto último sumado a que todo el proceso fuera artesanal, pues sabemos que a pesar de que hay artesanos mexicanos muy talentosos, en este país la artesanía está en general subvaluada, pero no es así en el extranjero.

Como parte de los festejos del décimo aniversario de su aventura, Morfín y Bernardi lanzaron un nuevo proyecto llama-do Koon+Artesanos, consistente en hacer alianzas con varias comunidades artesanales de México para que juntos den vida a productos exclusivos.

Actualmente Koon incorpora artesanías de diferentes regio-nes del país hechas con diferentes materiales para combinarlos con sus productos y así apoyar a comunidades de artesanos y enriquecer su oferta.

Las cuatro localidades que hasta ahora colaboran con Koon son San Pablito, de Puebla, de donde obtienen bordado a mano

Arriba: Jorge Morfín, fundador de Koon. Abajo: Artesanos

trabajando en el taller

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COLUMNA20|01|2013

[PATRICIA ORTIZ/ NOTIMEX]

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SANTA BÁRBARA, DURANGO

Sortearás a un toro, te caerás y alucinarás con la muerte. A eso de las seis de la tarde, tres horas después de haber salta-do la cerca, llegarás hecho una piltrafa al rancho y María, una treintañera de sonrisa aniñada, te dirá con la más absoluta sinceridad que estás bien pendejo. “El frío era el menor de tus problemas”, tratará de hacerte entender. “¿Qué tal si te hubieran salido sicarios?, ¿o qué tal si te hubieras topado al león que se anda comiendo a los venados?”.

TRESEl destino no pudo poner a Santa Bárbara en un lugar más des-venturado: está en un bajío a poco más de dos mil metros sobre el nivel del mar, rodeado de cerros que impiden que se escape el áspero frío que lo cubre como si fuera de plomo. Ocho meses al año hay heladas, por eso sus lugareños dicen que el invierno siempre comienza aquí y nadie pone cara de congelado. El ran-cho está en el mapa gracias a que el 13 de diciembre de 1997 alcanzó un récord: amaneció a menos 25. De hecho, el profe Vicente Ruiz tiene un monumento para que a nadie se le olvide ese día: las hojas de la Comisión Nacional del Agua donde el propio profe apuntó todas las temperaturas que hubo aquel año.

El profe, que estudió para contador, lleva el registro del clima desde 1976, cuando llegó al rancho para dar clases. Todas las mañanas, antes de las siete, abre con llave una casita de ma-dera, como la de los pájaros. Ahí adentro está el termómetro. El viejo, que rara vez se quita las gafas de sol, podría ser el pri-mer tipo serio en pronosticar el tiempo: sabe a cuántos grados amanecerá Santa Bárbara. Apenas ayer viernes por la noche, me había advertido que despertaríamos a menos cuatro; hoy, en cuanto lo miro, me dice con aires de apostador consagrado: “Nunca me equivoco, es un sábado para ponerse shorts”.

—Yo estoy que me congelo —le digo al profe que también es el tendero y una especie de guía espiritual del rancho.

—Ay, muchacho —contesta con un cigarro colgándole de los labios—, seguro tú no sabes lo que es el verdadero frío. Cuando hace frío todo el rancho truena y uno puede oír hasta cómo se cuaja el aliento.

—¿Usted no siente frío?—Uno se impone desde chamaco y a esta edad ya no nos gus-

ta el calor. A mí me hace daño, se me sube la presión. Tú, todo tapado, pareces bola de estambre, y veme a mí: con esta ca-misa y la chamarrita ando a gusto —dice y yo pienso que como está vestido el profe no pasarían más de quince minutos para que a uno se le caigan la cara y las manos a pedazos.

CUATROLa casa de Irene La Morena es acogedora: la leña la ha calen-tado a unos 19 grados, 25 más que el exterior. Este ambiente sería perfecto si saliera agua del fregadero, pero está conge-lada. La Morena deberá esperar hasta medio día para que co-miencen a caer cubitos de hielo. “Lavar es un sufrimiento”, dice

por Alejandro Almazán/ enviado

UNO

L a gente del rancho Santa Bárbara sabe que ha amanecido bajo cero grados cuando miran que el jabón líquido para los trastes está congelado. Aquí la comida que no cabe en el refrigerador se suele dejar a la intemperie. Si alguien va a

pescar al río, en menos de 10 minutos el pez se pone tieso como un tronco. Y a partir de los cero grados, las tuberías se rompen y forman de prisa pequeñas montañas de hielo. Santa Bárbara ha sido el lugar más frío de México en este invierno: los últimos días ha rondado por los 14 grados bajo el punto de congelación. Pero hoy sábado 12 de enero hace calor: estamos a menos cuatro.

DOSNunca has ido a Santa Bárbara, pero por la manera en que una amiga ha pronunciado el nombre intuyes que inspira frío el mero hecho de decirlo. Aún así, sales de Durango y des-pués de una hora de curvas, sierra arriba, encuentras a pie de carretera la entrada al rancho. Doña Cecilia, la centinela, te dice amablemente que desde hace dos años Santa Bárbara es un mundo inaccesible para los reporteros: todo porque un tipo de la televisión exhibió a los 40 pobladores como gente subdesarrollada y eso indignó a los dueños. Entonces te sal-tarás el alambrado y agarrarás un camino que sigue el curso de la tortuosa sierra. Pronto comprenderás que has cometido una de las peores estupideces en tu vida: el rancho queda a 14 kilómetros y hoy amaneció a menos 14.5 grados. El frío te quemará la cara como si te hubieras untado una pomada para dolores musculares; hasta creerás que tu rostro debe traer un sabor a mentol. En cada bocanada de aire sentirás que los pulmones te revientan y al paso del tiempo descubri-rás que no hay ropa térmica que pueda mantenerte caliente. Te acordarás de tu gente y desearás con todas tus fuerzas no estar ahí. Luego de dos horas, te crujirán los huesos, traerás agarrotada la cara y pensarás que si una nevera trabaja a me-nos cinco grados y todo está tieso ahí adentro, tu futuro inme-diato es apocalíptico. Por si fuera poco, el frío te deshidratará y tú, siempre irresponsable, no cargarás agua. Tendrás que beber del arroyo helado donde los animales aplacan su sed y, para no congelarte, seguirás caminando por aquel patíbulo de tierra fría. En algún momento notarás que arrecia el vien-to, lo escucharás aullar. Eso te tranquilizará: entre más aire sople, el frío se irá a otra parte más lejana. Te encontrarás a unas vacas acurrucadas, inmóviles, y te dará la impresión de que ni siquiera respiran. Mirarás cada tanto hacia el cielo azul cobalto y pensarás que el sol sólo parece haber sido dibujado en el paisaje; brilla, ciega, pero es distante y frío.

EN LA CASA LA LEÑA

CALIENTA EL AMBIENTE A 19 GRADOS, PERO

EL AGUA DEL FREGADERO

NO SALE, ESTÁ CONGELADA

La región más helada de la República Mexicana, con menos 14.5 grados durante el día, casi congela al visitante, quien además debe librar a “los sicarios y a un león que se ha comido los venados de la zona”... “Aquí nosotros tenemos doble cuero”, dicen los niños

LA VIDA BAJO CERO

0504

mientras cocina los mejores frijoles de la sierra. “Las manos se te acalambran y se te despellejan”. Yaneth apenas tiene dos meses en el rancho y no acaba de acostumbrarse al dolor que produce el agua en el lavabo. “Pero mi marido dice que poco a poco me voy a imponer”.

Imponer. Aquí todos dicen ese verbo con la misma facilidad de quien avienta salivazos. Supongo que lo hacen para que nadie dude que han dejado clara su superioridad al frío.

CINCOLas antenas parabólicas permiten adivinar qué están haciendo los niños a esta hora de la mañana. Y sí: Uriel y Lenin, por ejemplo, están frente al televisor como si fuera una fogata. A Lenin, el de dos años, le desagrada llevar mucha ropa encima. Yolanda, su madre, batalla siempre para vestirlo. Ella cree que el nombre, “de un señor que vivió en el hielo”, ha hecho que su hijo sea más resistente al frío.

En Santa Bárbara hay unos 15 niños y todos parecen ser felices. Para ellos, el frío es parte de la vida y no parecen sufrirlo. Se enferman poco y las mejillas rojas son parte de su look. Cuando le pregunté a César, el único que cursa la se-cundaria, por qué creía que él no sentía frío me dijo: “Porque nosotros tenemos doble cuero”.

Los niños sueñan con montar a caballo, arrear las vacas y cortar los pinos de un solo hachazo.

SEISDon Sergio, el administrador del rancho, trata a los trabajadores con cierto cari-ño paternal. Siempre les está regalando chocolates para que no se les escape la energía. Aquí, dependiendo el frío, se labora desde las ocho o nueve de la maña-na; la jornada termina a las seis, a la hora en que el frío comienza a cebarse con mayor virulencia. Según José Vidal, el trabajo más pesado en temperaturas bajo cero es lo aquí llaman vaquerear, que no es otra cosa que estar todo el día arriba de un caballo, arreando al ganado. “El aguanieve pone resbalosa a la sierra y el caballo se cae a cada rato”, dice sin ningún resentimiento. Este sábado, como las vacas no han dado leche por el frío, a José le tocó cubrir las ubres con piel. Calcula que para media semana dejará de tomar leche en polvo.

Hoy, mientras llega otro frente frío (el profe Vicente dice que en un par de días sucederá), creo parece ser un buen día para tomarse un café. D

| LA HORA DEL LOBO |POR FEDERICO CAMPBELL

HISTORIA DEL SÁSABE

A Natalia Mendoza

Te puedes pasar toda la semana o más en el rancho, sin hablar con nadie. Solo. Sin nadie, cabrón. Porque los Pesqueira necesi-tan a alguien que les cuide el rancho y no van a andar pagando más de un salario mínimo a otros dos o tres huevones. Solo necesitan a uno, no más de uno. Y así vivía Óscar Valenzuela. Lo contrataron para cuidar el rancho. Y se iba. Venía al Sáric a ha-cerse de víveres, harina, frijoles, latas, café, y mota. La gustaba mucho la mariguana. Venía todos los fi nes de semana. Siempre te lo encontrabas los sábados. Qué pasó, Óscar. Qué onda.

Bueno, pues resulta que empezó a no venir los fi nes de semana. Pasó un sábado, pasó otro, y Óscar no se reportaba. No hablaba. Nadie sabía de él. ¿Qué le pasó? ¿Se lo tragó la tierra? Sabe. Quién sabe. No usaba celular.

Y es que, no sé cómo decirte, dicen que el Lino Ahumada fue a buscarlo. Se fue un domingo en la mañana por la brecha del Sásabe. Se detuvo antes. Se bajó del picap antes. Y se asomó: La casa se veía muy limpiecita. Muy barrida. Se decidió a en-trar y ni siquiera le tocó la puerta. No le gritó porque se veía que no estaba. La mesa de la cocina se veía limpia, ordenada. Lo mismo la cama: bien tendidita, las almohadas, como bien planchadas las fundas y bien colocadas. Ah chingado, se dijo el Lino. ¿Pues qué le pasó a este cabrón?

Y había ropa de mujer.Sucedió lo siguiente. Ahí te va. Estaba una tarde Óscar en

silencio, como todos los días. Calor calor no tanto como a mediodía. Pero calor. Hacia las seis, antes de que oscureciera. A esas horas más o menos empieza a regresar el ganado, solo. No tienes que ir para arrearlo. Las vacas, los novillos, ya saben. Salen en la mañana y se pasan el día ramoneando lo que encuentran y tomando agua del arroyo. Y a las cinco, seis de la tarde, se van regresando al rancho. Óscar estaba sentado, tranquilo, muy contemplativo, mirando el horizonte del desierto de Altar por donde bajaba el sol. Y notó algo. Detrás de las vacas más grandes se movía alguien. Vio unas trenzas, vio unas enaguas. Y apareció la señora, ni muy joven ni muy grande, alta, cuarentona. Era guatemalteca, luego lo supo Óscar.

—Usted qué anda haciendo por aquí si se puede saber —le preguntó Óscar.

Venía muy cansada. No había comido ni bebido en muchos días. Se había montado en el Sáric en una camionetilla volkswagen junto con otros jóvenes del Salvador. Allí habían dormido en el Sáric, allí compraron algo de comer con una ve-cina, allí contrataron al pollero que los pasó hacia el otro lado y que les cobró quinientos dólares a cada uno. Y que los dejó tirados cuando vio allá lejos a la border patrol. Bájense. Agán-chense. Hasta aquí llegamos. Vació la camioneta y el muy hijo de la chingada se regresó rápido por donde habían venido. Al amanecer del otro día (iban muy dispersos) se le perdieron a Yolanda los demás y se quedó sola, sin saber dónde estaba el norte o el sur. Durante tres o cuatro días. Ella ya sabía que las reses y los novillos se vuelven al rancho al caer la tarde. Y se puso a seguirlos. Y allí empezó el encuentro nupcial.

No le faltaban víveres a Óscar. Tenía carne seca en el tende-dero, papas. Limones. Se tomó todavía una tres semanas más y no le contó a nadie. De pronto apareció en el Sáric, habló con Nacho Pesqueira, el patrón, y los dos llevaron a Yolanda a Pitiquito para que tomara un autobús hasta Tapachula. D

[MÓNICA GONZÁLEZ]

20|01|2013CRÓNICA

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COLUMNA20|01|2013

[PATRICIA ORTIZ/ NOTIMEX]

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SANTA BÁRBARA, DURANGO

Sortearás a un toro, te caerás y alucinarás con la muerte. A eso de las seis de la tarde, tres horas después de haber salta-do la cerca, llegarás hecho una piltrafa al rancho y María, una treintañera de sonrisa aniñada, te dirá con la más absoluta sinceridad que estás bien pendejo. “El frío era el menor de tus problemas”, tratará de hacerte entender. “¿Qué tal si te hubieran salido sicarios?, ¿o qué tal si te hubieras topado al león que se anda comiendo a los venados?”.

TRESEl destino no pudo poner a Santa Bárbara en un lugar más des-venturado: está en un bajío a poco más de dos mil metros sobre el nivel del mar, rodeado de cerros que impiden que se escape el áspero frío que lo cubre como si fuera de plomo. Ocho meses al año hay heladas, por eso sus lugareños dicen que el invierno siempre comienza aquí y nadie pone cara de congelado. El ran-cho está en el mapa gracias a que el 13 de diciembre de 1997 alcanzó un récord: amaneció a menos 25. De hecho, el profe Vicente Ruiz tiene un monumento para que a nadie se le olvide ese día: las hojas de la Comisión Nacional del Agua donde el propio profe apuntó todas las temperaturas que hubo aquel año.

El profe, que estudió para contador, lleva el registro del clima desde 1976, cuando llegó al rancho para dar clases. Todas las mañanas, antes de las siete, abre con llave una casita de ma-dera, como la de los pájaros. Ahí adentro está el termómetro. El viejo, que rara vez se quita las gafas de sol, podría ser el pri-mer tipo serio en pronosticar el tiempo: sabe a cuántos grados amanecerá Santa Bárbara. Apenas ayer viernes por la noche, me había advertido que despertaríamos a menos cuatro; hoy, en cuanto lo miro, me dice con aires de apostador consagrado: “Nunca me equivoco, es un sábado para ponerse shorts”.

—Yo estoy que me congelo —le digo al profe que también es el tendero y una especie de guía espiritual del rancho.

—Ay, muchacho —contesta con un cigarro colgándole de los labios—, seguro tú no sabes lo que es el verdadero frío. Cuando hace frío todo el rancho truena y uno puede oír hasta cómo se cuaja el aliento.

—¿Usted no siente frío?—Uno se impone desde chamaco y a esta edad ya no nos gus-

ta el calor. A mí me hace daño, se me sube la presión. Tú, todo tapado, pareces bola de estambre, y veme a mí: con esta ca-misa y la chamarrita ando a gusto —dice y yo pienso que como está vestido el profe no pasarían más de quince minutos para que a uno se le caigan la cara y las manos a pedazos.

CUATROLa casa de Irene La Morena es acogedora: la leña la ha calen-tado a unos 19 grados, 25 más que el exterior. Este ambiente sería perfecto si saliera agua del fregadero, pero está conge-lada. La Morena deberá esperar hasta medio día para que co-miencen a caer cubitos de hielo. “Lavar es un sufrimiento”, dice

por Alejandro Almazán/ enviado

UNO

L a gente del rancho Santa Bárbara sabe que ha amanecido bajo cero grados cuando miran que el jabón líquido para los trastes está congelado. Aquí la comida que no cabe en el refrigerador se suele dejar a la intemperie. Si alguien va a

pescar al río, en menos de 10 minutos el pez se pone tieso como un tronco. Y a partir de los cero grados, las tuberías se rompen y forman de prisa pequeñas montañas de hielo. Santa Bárbara ha sido el lugar más frío de México en este invierno: los últimos días ha rondado por los 14 grados bajo el punto de congelación. Pero hoy sábado 12 de enero hace calor: estamos a menos cuatro.

DOSNunca has ido a Santa Bárbara, pero por la manera en que una amiga ha pronunciado el nombre intuyes que inspira frío el mero hecho de decirlo. Aún así, sales de Durango y des-pués de una hora de curvas, sierra arriba, encuentras a pie de carretera la entrada al rancho. Doña Cecilia, la centinela, te dice amablemente que desde hace dos años Santa Bárbara es un mundo inaccesible para los reporteros: todo porque un tipo de la televisión exhibió a los 40 pobladores como gente subdesarrollada y eso indignó a los dueños. Entonces te sal-tarás el alambrado y agarrarás un camino que sigue el curso de la tortuosa sierra. Pronto comprenderás que has cometido una de las peores estupideces en tu vida: el rancho queda a 14 kilómetros y hoy amaneció a menos 14.5 grados. El frío te quemará la cara como si te hubieras untado una pomada para dolores musculares; hasta creerás que tu rostro debe traer un sabor a mentol. En cada bocanada de aire sentirás que los pulmones te revientan y al paso del tiempo descubri-rás que no hay ropa térmica que pueda mantenerte caliente. Te acordarás de tu gente y desearás con todas tus fuerzas no estar ahí. Luego de dos horas, te crujirán los huesos, traerás agarrotada la cara y pensarás que si una nevera trabaja a me-nos cinco grados y todo está tieso ahí adentro, tu futuro inme-diato es apocalíptico. Por si fuera poco, el frío te deshidratará y tú, siempre irresponsable, no cargarás agua. Tendrás que beber del arroyo helado donde los animales aplacan su sed y, para no congelarte, seguirás caminando por aquel patíbulo de tierra fría. En algún momento notarás que arrecia el vien-to, lo escucharás aullar. Eso te tranquilizará: entre más aire sople, el frío se irá a otra parte más lejana. Te encontrarás a unas vacas acurrucadas, inmóviles, y te dará la impresión de que ni siquiera respiran. Mirarás cada tanto hacia el cielo azul cobalto y pensarás que el sol sólo parece haber sido dibujado en el paisaje; brilla, ciega, pero es distante y frío.

EN LA CASA LA LEÑA

CALIENTA EL AMBIENTE A 19 GRADOS, PERO

EL AGUA DEL FREGADERO

NO SALE, ESTÁ CONGELADA

La región más helada de la República Mexicana, con menos 14.5 grados durante el día, casi congela al visitante, quien además debe librar a “los sicarios y a un león que se ha comido los venados de la zona”... “Aquí nosotros tenemos doble cuero”, dicen los niños

LA VIDA BAJO CERO

0504

mientras cocina los mejores frijoles de la sierra. “Las manos se te acalambran y se te despellejan”. Yaneth apenas tiene dos meses en el rancho y no acaba de acostumbrarse al dolor que produce el agua en el lavabo. “Pero mi marido dice que poco a poco me voy a imponer”.

Imponer. Aquí todos dicen ese verbo con la misma facilidad de quien avienta salivazos. Supongo que lo hacen para que nadie dude que han dejado clara su superioridad al frío.

CINCOLas antenas parabólicas permiten adivinar qué están haciendo los niños a esta hora de la mañana. Y sí: Uriel y Lenin, por ejemplo, están frente al televisor como si fuera una fogata. A Lenin, el de dos años, le desagrada llevar mucha ropa encima. Yolanda, su madre, batalla siempre para vestirlo. Ella cree que el nombre, “de un señor que vivió en el hielo”, ha hecho que su hijo sea más resistente al frío.

En Santa Bárbara hay unos 15 niños y todos parecen ser felices. Para ellos, el frío es parte de la vida y no parecen sufrirlo. Se enferman poco y las mejillas rojas son parte de su look. Cuando le pregunté a César, el único que cursa la se-cundaria, por qué creía que él no sentía frío me dijo: “Porque nosotros tenemos doble cuero”.

Los niños sueñan con montar a caballo, arrear las vacas y cortar los pinos de un solo hachazo.

SEISDon Sergio, el administrador del rancho, trata a los trabajadores con cierto cari-ño paternal. Siempre les está regalando chocolates para que no se les escape la energía. Aquí, dependiendo el frío, se labora desde las ocho o nueve de la maña-na; la jornada termina a las seis, a la hora en que el frío comienza a cebarse con mayor virulencia. Según José Vidal, el trabajo más pesado en temperaturas bajo cero es lo aquí llaman vaquerear, que no es otra cosa que estar todo el día arriba de un caballo, arreando al ganado. “El aguanieve pone resbalosa a la sierra y el caballo se cae a cada rato”, dice sin ningún resentimiento. Este sábado, como las vacas no han dado leche por el frío, a José le tocó cubrir las ubres con piel. Calcula que para media semana dejará de tomar leche en polvo.

Hoy, mientras llega otro frente frío (el profe Vicente dice que en un par de días sucederá), creo parece ser un buen día para tomarse un café. D

| LA HORA DEL LOBO |POR FEDERICO CAMPBELL

HISTORIA DEL SÁSABE

A Natalia Mendoza

Te puedes pasar toda la semana o más en el rancho, sin hablar con nadie. Solo. Sin nadie, cabrón. Porque los Pesqueira necesi-tan a alguien que les cuide el rancho y no van a andar pagando más de un salario mínimo a otros dos o tres huevones. Solo necesitan a uno, no más de uno. Y así vivía Óscar Valenzuela. Lo contrataron para cuidar el rancho. Y se iba. Venía al Sáric a ha-cerse de víveres, harina, frijoles, latas, café, y mota. La gustaba mucho la mariguana. Venía todos los fi nes de semana. Siempre te lo encontrabas los sábados. Qué pasó, Óscar. Qué onda.

Bueno, pues resulta que empezó a no venir los fi nes de semana. Pasó un sábado, pasó otro, y Óscar no se reportaba. No hablaba. Nadie sabía de él. ¿Qué le pasó? ¿Se lo tragó la tierra? Sabe. Quién sabe. No usaba celular.

Y es que, no sé cómo decirte, dicen que el Lino Ahumada fue a buscarlo. Se fue un domingo en la mañana por la brecha del Sásabe. Se detuvo antes. Se bajó del picap antes. Y se asomó: La casa se veía muy limpiecita. Muy barrida. Se decidió a en-trar y ni siquiera le tocó la puerta. No le gritó porque se veía que no estaba. La mesa de la cocina se veía limpia, ordenada. Lo mismo la cama: bien tendidita, las almohadas, como bien planchadas las fundas y bien colocadas. Ah chingado, se dijo el Lino. ¿Pues qué le pasó a este cabrón?

Y había ropa de mujer.Sucedió lo siguiente. Ahí te va. Estaba una tarde Óscar en

silencio, como todos los días. Calor calor no tanto como a mediodía. Pero calor. Hacia las seis, antes de que oscureciera. A esas horas más o menos empieza a regresar el ganado, solo. No tienes que ir para arrearlo. Las vacas, los novillos, ya saben. Salen en la mañana y se pasan el día ramoneando lo que encuentran y tomando agua del arroyo. Y a las cinco, seis de la tarde, se van regresando al rancho. Óscar estaba sentado, tranquilo, muy contemplativo, mirando el horizonte del desierto de Altar por donde bajaba el sol. Y notó algo. Detrás de las vacas más grandes se movía alguien. Vio unas trenzas, vio unas enaguas. Y apareció la señora, ni muy joven ni muy grande, alta, cuarentona. Era guatemalteca, luego lo supo Óscar.

—Usted qué anda haciendo por aquí si se puede saber —le preguntó Óscar.

Venía muy cansada. No había comido ni bebido en muchos días. Se había montado en el Sáric en una camionetilla volkswagen junto con otros jóvenes del Salvador. Allí habían dormido en el Sáric, allí compraron algo de comer con una ve-cina, allí contrataron al pollero que los pasó hacia el otro lado y que les cobró quinientos dólares a cada uno. Y que los dejó tirados cuando vio allá lejos a la border patrol. Bájense. Agán-chense. Hasta aquí llegamos. Vació la camioneta y el muy hijo de la chingada se regresó rápido por donde habían venido. Al amanecer del otro día (iban muy dispersos) se le perdieron a Yolanda los demás y se quedó sola, sin saber dónde estaba el norte o el sur. Durante tres o cuatro días. Ella ya sabía que las reses y los novillos se vuelven al rancho al caer la tarde. Y se puso a seguirlos. Y allí empezó el encuentro nupcial.

No le faltaban víveres a Óscar. Tenía carne seca en el tende-dero, papas. Limones. Se tomó todavía una tres semanas más y no le contó a nadie. De pronto apareció en el Sáric, habló con Nacho Pesqueira, el patrón, y los dos llevaron a Yolanda a Pitiquito para que tomara un autobús hasta Tapachula. D

[MÓNICA GONZÁLEZ]

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07

[olivier perrin]

“un hombre no tiene nada mejor, más puro y más digno de ser expuesto, que su amor…”.

A la casa de campo del Molino se entra por una cocina de azulejos, se continúa por un salón biblioteca donde hay una sorprendente rueda de un molino de agua que todavía gira y murmura, y un piano solitario que la escritora tocaba en tar-des sin término. Dicen que el murmullo de ese pequeño molino acompañaba siempre las reuniones y tertulias que la pareja de escritores sostenía con los frecuentes amigos y colegas que los visitaban. Luego se pasa por el estudio de Aragon, repleto de objetos y libros y por un corredor se llega al baño y las habi-taciones, donde la Triolet guardaba sus libros más queridos. Ahí, en un rincón, avisté una verdadera joya: una antología de la poesía rusa que la escritora compiló y tradujo al francés y que comprendía poetas desde Baratinski y Tiútchev, hasta Bella Ajmadúlina y Andréi Vossnesenski. La hojeé de inmediato y en un descuido del simpático guía que contaba al grupo amenas anécdotas sobre los escritores que habitaron la casa, estuve tentado, por un impulso feroz e incomprensible, a echarle mano a ese libro, pero me quedé tieso y no me atreví, ante la mirada dulcemente juguetona de mi hija Natalia. A los pocos minutos salimos al huerto que Elsa ideó, regó y cultivó al frente de la casa. El mismo huerto en que fue enterrada un día de junio de 1970, y en el cual el violonchelista Mstislav Rostropo-vich, inspirado y conmovido, interpretó ese día una serenata de Bach en homenaje a la escritora. Doce años después, en 1982, el propio Aragon fue inhumado en ese mismo jardín y reposa desde entonces al lado de su musa.

Otro día rumbo al palacio de Fontainebleau, donde habitó y despachó algunos años Napoleón, divisamos un cementerio en los bordes del poblado Sainte-Geneviève-des-Bois. Chiqui me comentó que se trataba de un cementerio ruso que ellos nunca habían visitado. Al instante le pedí que se detuviera y saltamos todos del auto para acercarnos a la entrada del panteón, don-de había un plano que mostraba la distribución de las tum-bas. Tamaña sorpresa nos llevamos cuando descubrimos ahí

Para David Toscana

por Jorge Bustamante García

M is amigos Aurelio y Benedicte residen en París hace cerca de cuatro décadas. Por circunstan-cias de la vida habíamos perdido contacto desde hace más de 30 años, lazo que recuperamos por una compleja trama urdida en internet. Por fin

nos volvimos a ver hace pocos meses y nos hospedaron (con mi hija y mi mujer) en su hospitalaria casa en el poblado de Saintry-sur-Seine, al sureste de París. Durante los primeros días, por fortuna, no visitamos los trillados lugares turísticos parisinos: ni la torre Eiffel, ni los Campos Elíseos, ni el Louvre, ni Notre Dame, ni el Barrio Latino. Nos dedicamos más bien a mirar y explorar la campiña y los pueblos en la periferia meri-dional de la ciudad de las luces. Fue una experiencia singular, llena de paisajes y lugares que se nos antojaban inagotables y nuevos. Yo hice de copiloto de Aurelio (a quien sus amigos le decimos Chiqui, porque mide más de dos metros), quien junto con Benedicte nos explicaban con lujo de detalle cada rincón que nos llamaba la atención y por donde, sin duda, ellos habían transitado centenares de veces. De esas andanzas quedaron especialmente anclados en mi memoria dos espacios para mí irrepetibles.

Un día de viento arribamos al paraje conocido como Molino de Villeneuve, en Saint-Amoult-en-Yvelines, un “pedazo de tie-rra francesa” que el poeta Louis Aragon regaló a su musa, la es-critora rusa Elsa Triolet, hermana menor de Lilia Brik, amante de Maiakovski y mujer del indescifrable Osip Brik, íntimo ami-go del poeta de la revolución rusa. Aragon había conocido a la Triolet desde 1928 y desde entonces la amó sin reservas y ya no pudo ni quiso separarse de ella. Publicó tres libros a lo largo de 20 años que muestran su adicción por la musa: Los ojos de Elsa (1942) (…tus ojos son tan profundos que en ellos pierdo la me-moria…), Elsa (1959) y Loco por Elsa (1963). Alguna vez escribió:

EL MOLINO VILLENEUVE LO REGALÓ

LOUIS ARAGON A

LA SOVIÉTICA ELSA

TRIOLET

UN PANTEÓN EN LA CAMPIÑA FRANCESA SIRVE DE SORPRESIVA PUERTA HACIA LA CULTURA RUSA: AQUÍ YACEN ALGUNOS DE SUS ARTISTAS JUNTO A PERSONAJES MEMORABLES DE SU HISTORIA

CEMENTERIO PARA UNA NOVELA

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CRÓNICA20|01|2013

los nombres de muchas personalidades rusas conocidas del siglo XX: políticos, emigrantes blancos, combatientes rusos de la resistencia francesa, músicos, escritores, can-tantes, poetas, cineastas, científicos, bailarines, alguno que otro revolucionario y hasta un asesino famoso.

Al pasar el umbral la primera tumba que encontramos fue la del primer bailarín Rudolf Noureev, cubierta por un colorido kilim pétreo decorado con motivos geométricos y unas zapatillas rosas que, en el borde del sepulcro, parecían esperar al danzante que nunca volverá. Unos metros más adelante yacían los escritores Víctor Nekrásov (autor de la novela Las trincheras de Stalingrado) y el legendario y fe-cundo Alexéi Remizov, autor de más de cien libros, algunos de los cuales, como Lamento por la ruina de la tierra rusa y Cuento acerca de Iván Seminovich de Stratilatov, ejercie-ron decisiva influencia en autores como Bieli, Zamiatin y Pilniak. Entonces me pareció que esa incursión era como una festiva celebración, donde los difuntos tenían aún la capacidad de conmover mi sensibilidad y mis recuerdos. A unos pasos encontramos a la narradora satírica Nadezhda Teffi, compañera de batallas de Arkadi Averchenko en las páginas de la revista El Satiricón en la segunda década del siglo XX. Unos metros más allá reposan la poetisa del siglo de plata Zinaida Gippius, amiga de Blok y Ajmátova, y su esposo, el reconocido crítico Dimitri Merezhkovski, a quien Evtushenko caracterizó como “disidente de nuevo tipo, que cayó en desgracia ante quienes se consideraban guardianes de la moral y el orden”.

A Chiqui y a mí nos sorprendió encontrar allí al poeta trovador y cantante Alexander Galich, tan conocido en nuestra época de estudiantes en Rusia y maestro de otro trovador disidente y contestatario, Vladímir Vysotsky. Pa-rados ahí, a su lado, tarareamos juntos su canción: “Cuan-do yo regrese, cantarán en febrero los ruiseñores…”. Pero más nos emocionó pasar a un costado de la lápida de Iván Bunin, Nobel de Literatura de 1933, quien murió fuera de

CRÓNICA20|01|2013

casa como el personaje que describió en El señor de San Francisco. Sin embargo, el momento más sobrecogedor y fascinante fue cuando descubrimos la tumba de Andréi Tarkovski. Nos sentamos de inmediato a su alrededor, con fervor repentino. El silencio apenas era interrumpido por el suave ulular del viento y las hojas que caían con imper-ceptible vacilación… Con Chiqui recordamos las dos pelí-culas de Tarkovski que vimos en Moscú a comienzos de 1973: Andréi Ruvliov y Solaris. Recreamos cada momento de esos recuerdos para Benedicte, mi mujer y mi hija, y nos quedamos sentados, ahí, entre monosílabos, pausas y silencios. Balbuceamos algunas frases sobre otras pelícu-las de Tarkovski y recordamos que en El espejo, el cineas-ta recurrió a la frondosa vena poética de su padre Arseni, ese poeta barroco extraviado en un tiempo extraño que podía escribir versos así: “No necesito fechas: fui, soy y seré,/ La vida es el mayor de los milagros./ Solo, como

un huérfano, en él yo vivo./ Solo, entre espejos, cercado por reflejos”.

Todavía nos quedaba encontrarnos, antes de salir, con el príncipe Félix Yussúpov, asesino del monje loco Gregori Rasputín, en 1916; con el extraño escritor de la emigra-ción blanca Gaito Gazdánov, autor de la desconcertante novela Una noche con Claire aparecida el año pasado en español en la editorial Nevsky Prospekt y una princesa rusa: Vera Obolienski, que luchó en la resistencia francesa y que apresada por los nazis, fue luego guillotinada en Berlín. Salí de ese cementerio ruso con la convicción de saber quiénes habían sido esos seres, al menos algunos que habían despertado mi admiración en algún momento de la vida y de alguna manera seguían vivos en mi imagi-nación. En fin, algo me decía en mis furtivos pensamien-tos que ese cementerio ruso, enclavado en la campiña francesa, bien vale una novela. D

Pequeño mausoleo del bailarín Rudolf Nureev.

Sepulcro del artista plástico Antoine Pevsner y su esposa Virginia.

Lápida de la tumba del cineasta Andréi Tarkovsky.

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[olivier perrin]

“un hombre no tiene nada mejor, más puro y más digno de ser expuesto, que su amor…”.

A la casa de campo del Molino se entra por una cocina de azulejos, se continúa por un salón biblioteca donde hay una sorprendente rueda de un molino de agua que todavía gira y murmura, y un piano solitario que la escritora tocaba en tar-des sin término. Dicen que el murmullo de ese pequeño molino acompañaba siempre las reuniones y tertulias que la pareja de escritores sostenía con los frecuentes amigos y colegas que los visitaban. Luego se pasa por el estudio de Aragon, repleto de objetos y libros y por un corredor se llega al baño y las habi-taciones, donde la Triolet guardaba sus libros más queridos. Ahí, en un rincón, avisté una verdadera joya: una antología de la poesía rusa que la escritora compiló y tradujo al francés y que comprendía poetas desde Baratinski y Tiútchev, hasta Bella Ajmadúlina y Andréi Vossnesenski. La hojeé de inmediato y en un descuido del simpático guía que contaba al grupo amenas anécdotas sobre los escritores que habitaron la casa, estuve tentado, por un impulso feroz e incomprensible, a echarle mano a ese libro, pero me quedé tieso y no me atreví, ante la mirada dulcemente juguetona de mi hija Natalia. A los pocos minutos salimos al huerto que Elsa ideó, regó y cultivó al frente de la casa. El mismo huerto en que fue enterrada un día de junio de 1970, y en el cual el violonchelista Mstislav Rostropo-vich, inspirado y conmovido, interpretó ese día una serenata de Bach en homenaje a la escritora. Doce años después, en 1982, el propio Aragon fue inhumado en ese mismo jardín y reposa desde entonces al lado de su musa.

Otro día rumbo al palacio de Fontainebleau, donde habitó y despachó algunos años Napoleón, divisamos un cementerio en los bordes del poblado Sainte-Geneviève-des-Bois. Chiqui me comentó que se trataba de un cementerio ruso que ellos nunca habían visitado. Al instante le pedí que se detuviera y saltamos todos del auto para acercarnos a la entrada del panteón, don-de había un plano que mostraba la distribución de las tum-bas. Tamaña sorpresa nos llevamos cuando descubrimos ahí

Para David Toscana

por Jorge Bustamante García

M is amigos Aurelio y Benedicte residen en París hace cerca de cuatro décadas. Por circunstan-cias de la vida habíamos perdido contacto desde hace más de 30 años, lazo que recuperamos por una compleja trama urdida en internet. Por fin

nos volvimos a ver hace pocos meses y nos hospedaron (con mi hija y mi mujer) en su hospitalaria casa en el poblado de Saintry-sur-Seine, al sureste de París. Durante los primeros días, por fortuna, no visitamos los trillados lugares turísticos parisinos: ni la torre Eiffel, ni los Campos Elíseos, ni el Louvre, ni Notre Dame, ni el Barrio Latino. Nos dedicamos más bien a mirar y explorar la campiña y los pueblos en la periferia meri-dional de la ciudad de las luces. Fue una experiencia singular, llena de paisajes y lugares que se nos antojaban inagotables y nuevos. Yo hice de copiloto de Aurelio (a quien sus amigos le decimos Chiqui, porque mide más de dos metros), quien junto con Benedicte nos explicaban con lujo de detalle cada rincón que nos llamaba la atención y por donde, sin duda, ellos habían transitado centenares de veces. De esas andanzas quedaron especialmente anclados en mi memoria dos espacios para mí irrepetibles.

Un día de viento arribamos al paraje conocido como Molino de Villeneuve, en Saint-Amoult-en-Yvelines, un “pedazo de tie-rra francesa” que el poeta Louis Aragon regaló a su musa, la es-critora rusa Elsa Triolet, hermana menor de Lilia Brik, amante de Maiakovski y mujer del indescifrable Osip Brik, íntimo ami-go del poeta de la revolución rusa. Aragon había conocido a la Triolet desde 1928 y desde entonces la amó sin reservas y ya no pudo ni quiso separarse de ella. Publicó tres libros a lo largo de 20 años que muestran su adicción por la musa: Los ojos de Elsa (1942) (…tus ojos son tan profundos que en ellos pierdo la me-moria…), Elsa (1959) y Loco por Elsa (1963). Alguna vez escribió:

EL MOLINO VILLENEUVE LO REGALÓ

LOUIS ARAGON A

LA SOVIÉTICA ELSA

TRIOLET

UN PANTEÓN EN LA CAMPIÑA FRANCESA SIRVE DE SORPRESIVA PUERTA HACIA LA CULTURA RUSA: AQUÍ YACEN ALGUNOS DE SUS ARTISTAS JUNTO A PERSONAJES MEMORABLES DE SU HISTORIA

CEMENTERIO PARA UNA NOVELA

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CRÓNICA20|01|2013

los nombres de muchas personalidades rusas conocidas del siglo XX: políticos, emigrantes blancos, combatientes rusos de la resistencia francesa, músicos, escritores, can-tantes, poetas, cineastas, científicos, bailarines, alguno que otro revolucionario y hasta un asesino famoso.

Al pasar el umbral la primera tumba que encontramos fue la del primer bailarín Rudolf Noureev, cubierta por un colorido kilim pétreo decorado con motivos geométricos y unas zapatillas rosas que, en el borde del sepulcro, parecían esperar al danzante que nunca volverá. Unos metros más adelante yacían los escritores Víctor Nekrásov (autor de la novela Las trincheras de Stalingrado) y el legendario y fe-cundo Alexéi Remizov, autor de más de cien libros, algunos de los cuales, como Lamento por la ruina de la tierra rusa y Cuento acerca de Iván Seminovich de Stratilatov, ejercie-ron decisiva influencia en autores como Bieli, Zamiatin y Pilniak. Entonces me pareció que esa incursión era como una festiva celebración, donde los difuntos tenían aún la capacidad de conmover mi sensibilidad y mis recuerdos. A unos pasos encontramos a la narradora satírica Nadezhda Teffi, compañera de batallas de Arkadi Averchenko en las páginas de la revista El Satiricón en la segunda década del siglo XX. Unos metros más allá reposan la poetisa del siglo de plata Zinaida Gippius, amiga de Blok y Ajmátova, y su esposo, el reconocido crítico Dimitri Merezhkovski, a quien Evtushenko caracterizó como “disidente de nuevo tipo, que cayó en desgracia ante quienes se consideraban guardianes de la moral y el orden”.

A Chiqui y a mí nos sorprendió encontrar allí al poeta trovador y cantante Alexander Galich, tan conocido en nuestra época de estudiantes en Rusia y maestro de otro trovador disidente y contestatario, Vladímir Vysotsky. Pa-rados ahí, a su lado, tarareamos juntos su canción: “Cuan-do yo regrese, cantarán en febrero los ruiseñores…”. Pero más nos emocionó pasar a un costado de la lápida de Iván Bunin, Nobel de Literatura de 1933, quien murió fuera de

CRÓNICA20|01|2013

casa como el personaje que describió en El señor de San Francisco. Sin embargo, el momento más sobrecogedor y fascinante fue cuando descubrimos la tumba de Andréi Tarkovski. Nos sentamos de inmediato a su alrededor, con fervor repentino. El silencio apenas era interrumpido por el suave ulular del viento y las hojas que caían con imper-ceptible vacilación… Con Chiqui recordamos las dos pelí-culas de Tarkovski que vimos en Moscú a comienzos de 1973: Andréi Ruvliov y Solaris. Recreamos cada momento de esos recuerdos para Benedicte, mi mujer y mi hija, y nos quedamos sentados, ahí, entre monosílabos, pausas y silencios. Balbuceamos algunas frases sobre otras pelícu-las de Tarkovski y recordamos que en El espejo, el cineas-ta recurrió a la frondosa vena poética de su padre Arseni, ese poeta barroco extraviado en un tiempo extraño que podía escribir versos así: “No necesito fechas: fui, soy y seré,/ La vida es el mayor de los milagros./ Solo, como

un huérfano, en él yo vivo./ Solo, entre espejos, cercado por reflejos”.

Todavía nos quedaba encontrarnos, antes de salir, con el príncipe Félix Yussúpov, asesino del monje loco Gregori Rasputín, en 1916; con el extraño escritor de la emigra-ción blanca Gaito Gazdánov, autor de la desconcertante novela Una noche con Claire aparecida el año pasado en español en la editorial Nevsky Prospekt y una princesa rusa: Vera Obolienski, que luchó en la resistencia francesa y que apresada por los nazis, fue luego guillotinada en Berlín. Salí de ese cementerio ruso con la convicción de saber quiénes habían sido esos seres, al menos algunos que habían despertado mi admiración en algún momento de la vida y de alguna manera seguían vivos en mi imagi-nación. En fin, algo me decía en mis furtivos pensamien-tos que ese cementerio ruso, enclavado en la campiña francesa, bien vale una novela. D

Pequeño mausoleo del bailarín Rudolf Nureev.

Sepulcro del artista plástico Antoine Pevsner y su esposa Virginia.

Lápida de la tumba del cineasta Andréi Tarkovsky.

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REPORTAJE20|01|2013

[arturo bermúdez]

EN 3 MESES, 2 MIL 364 DEPORTADOS

Hasta el centro de atención telefónica que provee servicios a México, EU, Canadá, Sudamérica e incluso Europa, cientos de jóvenes como Erick y Mike, conocidos por sus colegas locales como Los homies (como llaman a los mexicanoestadunidenses en EU), llegan a trabajar cada día.

FLUIDO MIGRATORIOEn octubre de 2012, los gobiernos de México y de EU anun-ciaron que arrancarían un plan piloto conjunto para repa-triar migrantes mexicanos vía aérea hasta el DF, para así liberar a las ciudades fronterizas desbordadas por el número de deportados de los últimos cuatro años.

En uno de esos vuelos de noviembre pasado venía Mike, quien prefiere —al igual que Erick— no dar su nombre com-pleto. El joven, que creció en un barrio de Los Ángeles y que viste como un verdadero rapero californiano, (gorra de los Lakers, jersey de basquetbol, jeans holgados, sudadera azul con capucha, tenis y lentes oscuros), dice en una mezcla de inglés y español que al llegar al DF buscó a unos tíos en Eca-tepec, Estado de México, donde vive actualmente. “Sólo traía una bolsa de plástico con mis cosas y un poco de dinero para el jale”, dice sosteniendo con una mano el plato de plástico con sus tacos y con la otra su refresco.

Al concluir el plan piloto, las autoridades informaron que de octubre a diciembre pasados habían sido deportados de El Paso, Texas, a la Ciudad de México dos mil 364 mexicanos; muchos de ellos con antecedentes penales graves, otros por delitos menores (como conducir a exceso de velocidad o sin licencia) y unos más por no poder demostrar su estancia le-gal en el país vecino, a pesar de haber vivido allí casi toda su vida, como es el caso de Mike y Erick.

No obstante, el sonado plan de desahogo de las ciudades fronterizas apenas representó uno de los múltiples programas de deportación que ha puesto en marcha EU en los últimos años. De acuerdo con Mark López, director asociado del Pew Hispanic Center, desde 2008 el número de deportaciones en EU

por Julio I. Godínez Hernández

E rick pide dos de cachete. “Gracias, man”, dice al recibir los tacos que le sirven en un puesto callejero a unos pasos del Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México. “Ey, you gotta try the tripa”, le recomienda Mike, su

acompañante, mientras chorrea salsa roja sobre los cinco tacos rociados de cilantro y cebolla que le han despachado. “They’re awsome…”.

Nada tendría de especial esta escena de no ser porque am-bos representan a una nueva oleada de jóvenes que en su mayoría fueron niños migrantes y que en los últimos años han regresado a México a causa de los agresivos programas de deportación emprendidos en Estados Unidos (EU), así como por la falta de empleo en el vecino país.

A pesar de contar con escasas opciones de educación y tra-bajo en México, el dominio del idioma inglés les permite a estos jóvenes encontrar una opción laboral en las pujantes empresas de telemercadeo instaladas en nuestro país, principalmente en la Ciudad de México. Sin embargo, lejos están de integrarse socialmente en un entorno diferente a donde crecieron.

Es una tarde soleada de invierno en el Distrito Federal y los dos jóvenes acaban de terminar su turno. Erick acomo-da sus anteojos Ray-Ban y su holgada sudadera con capucha y cuenta, entre bocados y en un muy machucado español, que a los dos años cruzó la frontera de manera ilegal junto a sus padres; “sin embargo —dice—, hasta hace apenas nueve meses me deportaron por no tener papeles”.

“Me regresaron hasta Guanajuato, de donde soy”, cuenta. No obstante, el joven que viste estilo hip-hop y que lleva los dos rostros de sus hijos y su fecha de nacimiento tatuados en los brazo, sostiene que decidió instalarse en el DF porque a través de internet encontró un empleo como operador en un call center ubicado en un edificio de cristal frente la recién remodelada Plaza de la República.

GANAN HASTA 70 PESOS

LA HORA SI, ADEMÁS

DE ESPAÑOL E INGLÉS, TAMBIÉN HABLAN

FRANCÉS

Los mexicanoestadunidenses llegados de EU a la capital en los últimos años, conforman una nueva comunidad, se reúnen en bandas vestidos como hip-hoperos y se emplean en servicios de telemercadeo por su dominio del inglés

LOS HOMIES DEL CALL CENTER

0908

regresó con su mujer y sus dos hijas que nacieron en EU; sin embargo, sus papás se quedaron en Nevada. “Ahorita tampoco es fácil que te den papeles por tener hijos allá —cuenta—, tienen que pasar como 15 años para que los hijos te puedan pedir, para entonces ya me hice viejo y ya no puedo trabajar”.

No obstante, su situación en México es complicada, por-que a pesar de que estudió el high school y una carrera técnica en EU, aquí no le quieren revalidar los estudios, y ni hablar de ir a la escuela de nuevo, “no tengo tiempo; o trabajo o estudio”.

De acuerdo con Michael Da Silva, un sociólogo francés que desde que llevó a cabo una estancia académica en Monte-rrey en 2009 pudo documentar cómo los “retornados” han tomado como opciones laborales los call centers, Enrique pertenece a los New Dreamers (nuevos soñadores), jóvenes que no cuentan con papeles que los reconozcan como lega-les en EU, pero que han logrado estudiar allá. Estos chicos jugaron un papel importante en la promoción del voto la-tino en la pasada elección presidencial estadunidense con la esperanza de que (ahora sí) el presidente Barack Obama apoye una reforma migratoria que les favorezca.

Según Da Silva, muchos jóvenes que llegaron muy ni-ños a EU junto a sus padres y que han crecido dentro de la cultura estadunidense se dan cuenta de que no tienen papeles, “muchas veces hasta cuando cumplen 16 años y quieren sacar su licencia, inscribirse a otra escuela o hacer algún trámite”, señala.

REPLICAN BANDASPara Marco A. Castillo, presidente de la Asamblea Popu-lar de Familias Migrantes, el fenómeno de los homies que trabajan en los call centers se debe a que “estamos viendo un regreso de un sector juvenil que ha sido criminalizado en Estados Unidos y que se vió obligado a venir a México. Muchos de estos jóvenes son de doble migración, porque al ser deportados ya no regresan a sus comunidades de origen sino a las ciudades, a los centros económicos.

“Ellos, con su presencia y conforme se vuelven un gru-po numeroso, se convierten en un sector novedoso. Traen otra visión de la realidad, del mundo; muchos de ellos tienen historias muy fuertes, de felonías, como dicen en Estados Unidos; historias de haber pasado periodos en la prisión o de deportación familiar”, comenta.

Castillo asegura, además, que a este grupo hay que ponerle especial atención: “Actualmente, muchos de es-tos chavos, al no tener una red de apoyo psicoemocio-nal como un pariente o una familia, se están dedicando al consumo de drogas, al alcoholismo y a la violencia. Nuestra oficina está aquí junto a Teletech (el call center). Nosotros hemos documentado cómo se están replicando aquí bandas de California como Los Latin Kings y Los Sur 13, y cómo están abriendo sectores reconocidos por esos grupos y estableciendo vínculos”.

LAS NUEVAS FÁBRICAS“English moves you up” (“El inglés te hace crecer”) dice una manta colgada a la entrada principal del call center, la cual, igual que los carteles en el Metro y la publicidad en internet, invita a los jóvenes a sumarse al equipo de telemercadeo.

REPORTAJE20|01|2013

Previo a presentar un examen, en la sala de espera de la oficina de reclutamiento, ubicada a un costado de la entrada del edificio de cristal, Eduardo M. completa la so-licitud para entrar a trabajar como operador. Hace unos segundos la recepcionista le cuestionó lo mismo que a la persona anterior: “¿Tienes una cita?”; después, y casi de manera automática: “¿Hablas inglés?”, el joven, delgado y de piel morena, respondió fluido y sin problema, justo como ahora llena la forma en la que ha escrito en la casilla de nacionalidad: “Mexican-American”.

Según el último censo del Instituto Mexicano de Teleser-vicios (IMT) realizado a 75 empresas de telemercadeo en 2011, en México existen 247 call centers compuestos por 72 mil 722 “estaciones” de trabajo. Las principales ciuda-des del país donde se localizan estos centros de contacto son el DF y Monterrey, con 78 y 23, respectivamente. Todos ofrecen servicios telefónicos de outsourcing a bancos, ase-guradoras, empresas telefónicas y de internet, entre otras, tanto dentro como fuera del país. Según el propio IMT, hoy en día estas empresas emplean a 116 mil 679 personas.

En el caso del call center del edificio de cristal que mira al monumento a la Revolución, trabajan allí cerca de mil 600 jóvenes, según señala Marco Castillo; “de ellos, 30 por ciento es gente que deportaron”, sostiene por su parte Jill Anderson, quien ha realizado entrevistas a los gerentes de la empresa, los cuales no respondieron a diferentes comunicaciones de este reportero.

En México, en los últimos años, los servicios dedicados al mercado externo (EU, Sudamérica, Canadá y Europa) han crecido exponencialmente hasta representar 39 por ciento de la actividad de estas empresas. De acuerdo con un estudio titulado “El sector de call centers: estructura y tendencias” publicado por Jordy Micheli, especialista de la UAM-Azcapotzalco, en 2007 había ocho mil 631 estaciones para dar servicio al exterior; no obstante, en 2010 llegaron a 18 mil 701, es decir, un 116 por ciento.

Alfredo Hualde, especialista del Colegio de la Frontera Norte y quien ha seguido el tema laboral de los retorna-dos en los call centers, afirma que éstas “son empresas que se han considerado de alta rotación, unas ‘nuevas fábricas’ para jóvenes que estudian y quieren ganar di-nero, pero, en general, son compañías que tienen buenas condiciones de trabajo”.

Sin embargo, para Michael Da Cruz el gran tema es sa-ber qué futuro les ofrece este tipo de compañías a los “re-tornados”, especialmente en un país en donde el grueso de la población es joven y está en edad productiva. “Lo más fuerte de esta situación son los chicos que no tuvie-ron oportunidad de laborar en Estados Unidos y que se regresaron a México para trabajar, pero ¿para quién?: para empresas gringas. Algo muy irónico”.

De camino al Metro, Erick asegura que el empleo no está mal pagado y las condiciones laborales son buenas “si se comparan con otros trabajos en México”. Dice que hay prestaciones y pagan entre 45 y 50 pesos la hora, “de-pende la campaña, pero hay quienes llegan a ganar hasta 70 pesos la hora si además de español e inglés, también hablas francés”. No obstante, el joven afirma que pronto quiere regresar a California, aunque seguramente lo hará de manera ilegal. “Allá están mi papás, mi esposa y mis hijos”, a quienes lleva tatuados en su brazos. D

se incrementó aún más, “en promedio ha habido 400 mil al año, siendo los mexicanos el grupo que más afectado”.

A lo anterior debe sumarse los datos de la última En-cuesta Sobre Migración de la Frontera Norte (EMIF-N) que sostiene que tan solo entre el primer trimestre de 2010 y los primeros tres meses de 2012 el total de mi-grantes devueltos por EU a México fue de 872 mil 500.

Estos números se vieron reflejados en un estudio que publicó en abril del año pasado el propio centro Pew, y del cual hizo eco el anterior gobierno federal, en el que se apuntaba que el flujo migratorio neto de México a EU “ha-bía caído a cero —o tal vez menos— desde 2007”. No obs-tante, para el propio Mark López existen otros factores que han frenado la migración de mexicanos además de las deportaciones: “Los peligros a los que se enfrentan los migrantes actualmente al cruzar la frontera, el descenso de la natalidad en México y la falta de empleo en EU”.

NUEVOS SOÑADORESA unos metros de la Plaza de la República, sobre la calle de José María Iglesias de la colonia Tabacalera, Enrique se cruza con dos colegas. “You’re very late”, les dice al paso. “Este bato que se quedó jetón”, le responde uno de ellos ya a lo lejos. Son pasadas las dos de la tarde, hora de entrada del segundo turno del call center.

Enrique, de 27 años, es originario del Distrito Federal y prefiere hablar lejos del edificio de cristal. En la entrada del metro Revolución, comenta que se fue a los 12 años a EU, donde estuvo hasta hace unos meses. “Yo diría que la crisis es otro factor por lo que nos estamos regresando. No hay trabajo. Al menos a mí me costó mucho encontrar y al final decidí mejor venirme para acá”, relata mientras pasa otro grupo de colegas que aceleran el paso.

Este moreno de baja estatura que viste al estilo del West Coast (cabeza rapada, barba de candado, playera blanca, botas Timberland color arena…) afirma que se

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REPORTAJE20|01|2013

[arturo bermúdez]

EN 3 MESES, 2 MIL 364 DEPORTADOS

Hasta el centro de atención telefónica que provee servicios a México, EU, Canadá, Sudamérica e incluso Europa, cientos de jóvenes como Erick y Mike, conocidos por sus colegas locales como Los homies (como llaman a los mexicanoestadunidenses en EU), llegan a trabajar cada día.

FLUIDO MIGRATORIOEn octubre de 2012, los gobiernos de México y de EU anun-ciaron que arrancarían un plan piloto conjunto para repa-triar migrantes mexicanos vía aérea hasta el DF, para así liberar a las ciudades fronterizas desbordadas por el número de deportados de los últimos cuatro años.

En uno de esos vuelos de noviembre pasado venía Mike, quien prefiere —al igual que Erick— no dar su nombre com-pleto. El joven, que creció en un barrio de Los Ángeles y que viste como un verdadero rapero californiano, (gorra de los Lakers, jersey de basquetbol, jeans holgados, sudadera azul con capucha, tenis y lentes oscuros), dice en una mezcla de inglés y español que al llegar al DF buscó a unos tíos en Eca-tepec, Estado de México, donde vive actualmente. “Sólo traía una bolsa de plástico con mis cosas y un poco de dinero para el jale”, dice sosteniendo con una mano el plato de plástico con sus tacos y con la otra su refresco.

Al concluir el plan piloto, las autoridades informaron que de octubre a diciembre pasados habían sido deportados de El Paso, Texas, a la Ciudad de México dos mil 364 mexicanos; muchos de ellos con antecedentes penales graves, otros por delitos menores (como conducir a exceso de velocidad o sin licencia) y unos más por no poder demostrar su estancia le-gal en el país vecino, a pesar de haber vivido allí casi toda su vida, como es el caso de Mike y Erick.

No obstante, el sonado plan de desahogo de las ciudades fronterizas apenas representó uno de los múltiples programas de deportación que ha puesto en marcha EU en los últimos años. De acuerdo con Mark López, director asociado del Pew Hispanic Center, desde 2008 el número de deportaciones en EU

por Julio I. Godínez Hernández

E rick pide dos de cachete. “Gracias, man”, dice al recibir los tacos que le sirven en un puesto callejero a unos pasos del Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México. “Ey, you gotta try the tripa”, le recomienda Mike, su

acompañante, mientras chorrea salsa roja sobre los cinco tacos rociados de cilantro y cebolla que le han despachado. “They’re awsome…”.

Nada tendría de especial esta escena de no ser porque am-bos representan a una nueva oleada de jóvenes que en su mayoría fueron niños migrantes y que en los últimos años han regresado a México a causa de los agresivos programas de deportación emprendidos en Estados Unidos (EU), así como por la falta de empleo en el vecino país.

A pesar de contar con escasas opciones de educación y tra-bajo en México, el dominio del idioma inglés les permite a estos jóvenes encontrar una opción laboral en las pujantes empresas de telemercadeo instaladas en nuestro país, principalmente en la Ciudad de México. Sin embargo, lejos están de integrarse socialmente en un entorno diferente a donde crecieron.

Es una tarde soleada de invierno en el Distrito Federal y los dos jóvenes acaban de terminar su turno. Erick acomo-da sus anteojos Ray-Ban y su holgada sudadera con capucha y cuenta, entre bocados y en un muy machucado español, que a los dos años cruzó la frontera de manera ilegal junto a sus padres; “sin embargo —dice—, hasta hace apenas nueve meses me deportaron por no tener papeles”.

“Me regresaron hasta Guanajuato, de donde soy”, cuenta. No obstante, el joven que viste estilo hip-hop y que lleva los dos rostros de sus hijos y su fecha de nacimiento tatuados en los brazo, sostiene que decidió instalarse en el DF porque a través de internet encontró un empleo como operador en un call center ubicado en un edificio de cristal frente la recién remodelada Plaza de la República.

GANAN HASTA 70 PESOS

LA HORA SI, ADEMÁS

DE ESPAÑOL E INGLÉS, TAMBIÉN HABLAN

FRANCÉS

Los mexicanoestadunidenses llegados de EU a la capital en los últimos años, conforman una nueva comunidad, se reúnen en bandas vestidos como hip-hoperos y se emplean en servicios de telemercadeo por su dominio del inglés

LOS HOMIES DEL CALL CENTER

0908

regresó con su mujer y sus dos hijas que nacieron en EU; sin embargo, sus papás se quedaron en Nevada. “Ahorita tampoco es fácil que te den papeles por tener hijos allá —cuenta—, tienen que pasar como 15 años para que los hijos te puedan pedir, para entonces ya me hice viejo y ya no puedo trabajar”.

No obstante, su situación en México es complicada, por-que a pesar de que estudió el high school y una carrera técnica en EU, aquí no le quieren revalidar los estudios, y ni hablar de ir a la escuela de nuevo, “no tengo tiempo; o trabajo o estudio”.

De acuerdo con Michael Da Silva, un sociólogo francés que desde que llevó a cabo una estancia académica en Monte-rrey en 2009 pudo documentar cómo los “retornados” han tomado como opciones laborales los call centers, Enrique pertenece a los New Dreamers (nuevos soñadores), jóvenes que no cuentan con papeles que los reconozcan como lega-les en EU, pero que han logrado estudiar allá. Estos chicos jugaron un papel importante en la promoción del voto la-tino en la pasada elección presidencial estadunidense con la esperanza de que (ahora sí) el presidente Barack Obama apoye una reforma migratoria que les favorezca.

Según Da Silva, muchos jóvenes que llegaron muy ni-ños a EU junto a sus padres y que han crecido dentro de la cultura estadunidense se dan cuenta de que no tienen papeles, “muchas veces hasta cuando cumplen 16 años y quieren sacar su licencia, inscribirse a otra escuela o hacer algún trámite”, señala.

REPLICAN BANDASPara Marco A. Castillo, presidente de la Asamblea Popu-lar de Familias Migrantes, el fenómeno de los homies que trabajan en los call centers se debe a que “estamos viendo un regreso de un sector juvenil que ha sido criminalizado en Estados Unidos y que se vió obligado a venir a México. Muchos de estos jóvenes son de doble migración, porque al ser deportados ya no regresan a sus comunidades de origen sino a las ciudades, a los centros económicos.

“Ellos, con su presencia y conforme se vuelven un gru-po numeroso, se convierten en un sector novedoso. Traen otra visión de la realidad, del mundo; muchos de ellos tienen historias muy fuertes, de felonías, como dicen en Estados Unidos; historias de haber pasado periodos en la prisión o de deportación familiar”, comenta.

Castillo asegura, además, que a este grupo hay que ponerle especial atención: “Actualmente, muchos de es-tos chavos, al no tener una red de apoyo psicoemocio-nal como un pariente o una familia, se están dedicando al consumo de drogas, al alcoholismo y a la violencia. Nuestra oficina está aquí junto a Teletech (el call center). Nosotros hemos documentado cómo se están replicando aquí bandas de California como Los Latin Kings y Los Sur 13, y cómo están abriendo sectores reconocidos por esos grupos y estableciendo vínculos”.

LAS NUEVAS FÁBRICAS“English moves you up” (“El inglés te hace crecer”) dice una manta colgada a la entrada principal del call center, la cual, igual que los carteles en el Metro y la publicidad en internet, invita a los jóvenes a sumarse al equipo de telemercadeo.

REPORTAJE20|01|2013

Previo a presentar un examen, en la sala de espera de la oficina de reclutamiento, ubicada a un costado de la entrada del edificio de cristal, Eduardo M. completa la so-licitud para entrar a trabajar como operador. Hace unos segundos la recepcionista le cuestionó lo mismo que a la persona anterior: “¿Tienes una cita?”; después, y casi de manera automática: “¿Hablas inglés?”, el joven, delgado y de piel morena, respondió fluido y sin problema, justo como ahora llena la forma en la que ha escrito en la casilla de nacionalidad: “Mexican-American”.

Según el último censo del Instituto Mexicano de Teleser-vicios (IMT) realizado a 75 empresas de telemercadeo en 2011, en México existen 247 call centers compuestos por 72 mil 722 “estaciones” de trabajo. Las principales ciuda-des del país donde se localizan estos centros de contacto son el DF y Monterrey, con 78 y 23, respectivamente. Todos ofrecen servicios telefónicos de outsourcing a bancos, ase-guradoras, empresas telefónicas y de internet, entre otras, tanto dentro como fuera del país. Según el propio IMT, hoy en día estas empresas emplean a 116 mil 679 personas.

En el caso del call center del edificio de cristal que mira al monumento a la Revolución, trabajan allí cerca de mil 600 jóvenes, según señala Marco Castillo; “de ellos, 30 por ciento es gente que deportaron”, sostiene por su parte Jill Anderson, quien ha realizado entrevistas a los gerentes de la empresa, los cuales no respondieron a diferentes comunicaciones de este reportero.

En México, en los últimos años, los servicios dedicados al mercado externo (EU, Sudamérica, Canadá y Europa) han crecido exponencialmente hasta representar 39 por ciento de la actividad de estas empresas. De acuerdo con un estudio titulado “El sector de call centers: estructura y tendencias” publicado por Jordy Micheli, especialista de la UAM-Azcapotzalco, en 2007 había ocho mil 631 estaciones para dar servicio al exterior; no obstante, en 2010 llegaron a 18 mil 701, es decir, un 116 por ciento.

Alfredo Hualde, especialista del Colegio de la Frontera Norte y quien ha seguido el tema laboral de los retorna-dos en los call centers, afirma que éstas “son empresas que se han considerado de alta rotación, unas ‘nuevas fábricas’ para jóvenes que estudian y quieren ganar di-nero, pero, en general, son compañías que tienen buenas condiciones de trabajo”.

Sin embargo, para Michael Da Cruz el gran tema es sa-ber qué futuro les ofrece este tipo de compañías a los “re-tornados”, especialmente en un país en donde el grueso de la población es joven y está en edad productiva. “Lo más fuerte de esta situación son los chicos que no tuvie-ron oportunidad de laborar en Estados Unidos y que se regresaron a México para trabajar, pero ¿para quién?: para empresas gringas. Algo muy irónico”.

De camino al Metro, Erick asegura que el empleo no está mal pagado y las condiciones laborales son buenas “si se comparan con otros trabajos en México”. Dice que hay prestaciones y pagan entre 45 y 50 pesos la hora, “de-pende la campaña, pero hay quienes llegan a ganar hasta 70 pesos la hora si además de español e inglés, también hablas francés”. No obstante, el joven afirma que pronto quiere regresar a California, aunque seguramente lo hará de manera ilegal. “Allá están mi papás, mi esposa y mis hijos”, a quienes lleva tatuados en su brazos. D

se incrementó aún más, “en promedio ha habido 400 mil al año, siendo los mexicanos el grupo que más afectado”.

A lo anterior debe sumarse los datos de la última En-cuesta Sobre Migración de la Frontera Norte (EMIF-N) que sostiene que tan solo entre el primer trimestre de 2010 y los primeros tres meses de 2012 el total de mi-grantes devueltos por EU a México fue de 872 mil 500.

Estos números se vieron reflejados en un estudio que publicó en abril del año pasado el propio centro Pew, y del cual hizo eco el anterior gobierno federal, en el que se apuntaba que el flujo migratorio neto de México a EU “ha-bía caído a cero —o tal vez menos— desde 2007”. No obs-tante, para el propio Mark López existen otros factores que han frenado la migración de mexicanos además de las deportaciones: “Los peligros a los que se enfrentan los migrantes actualmente al cruzar la frontera, el descenso de la natalidad en México y la falta de empleo en EU”.

NUEVOS SOÑADORESA unos metros de la Plaza de la República, sobre la calle de José María Iglesias de la colonia Tabacalera, Enrique se cruza con dos colegas. “You’re very late”, les dice al paso. “Este bato que se quedó jetón”, le responde uno de ellos ya a lo lejos. Son pasadas las dos de la tarde, hora de entrada del segundo turno del call center.

Enrique, de 27 años, es originario del Distrito Federal y prefiere hablar lejos del edificio de cristal. En la entrada del metro Revolución, comenta que se fue a los 12 años a EU, donde estuvo hasta hace unos meses. “Yo diría que la crisis es otro factor por lo que nos estamos regresando. No hay trabajo. Al menos a mí me costó mucho encontrar y al final decidí mejor venirme para acá”, relata mientras pasa otro grupo de colegas que aceleran el paso.

Este moreno de baja estatura que viste al estilo del West Coast (cabeza rapada, barba de candado, playera blanca, botas Timberland color arena…) afirma que se

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21|10|2012XXXXXXX

[MAHESH KUMAR/ AP][LUIS M. MORALES]

| MUSICÓPATA |POR JAIME ALMEIDA

ADIÓS, RAVI, GRACIAS POR EL RECUERDODesde el mes pasado he tenido ganas de escribir algo sobre Ravi Shankar, el sensacional músico hindú cuya labor como virtuoso ejecutante del sitar tuvo profundo impacto en el gusto musical de millones de personas que, como yo, descubrimos la magia seductora de la música oriental allá por los sesenta.

Era una época maravillosa. Los adolescentes estábamos llenos de ilusiones. Sentíamos estar jugando un papel pro-tagónico en distintos campos de la vida. Era una etapa en la que el rock tenía que ver con la política y con la vida es-piritual. Un momento en el que se creía que el amor podía derrotar a la injusticia y detener las guerras. Un período de libertad sexual y experimentación psicodélica en el que la música de Ravi Shankar formaba parte del fondo musical que acompañaba nuestras vidas.

La primera vez que escuché el sitar fue en 1965, cuando George Harrison reveló su sonido en el tema “Norweigan Wood” que venía en el disco Rubber Soul de Los Beatles. Yo tocaba el bajo con Las Lagartijas Pintas, grupo que habíamos formado varios amigos en Chihuahua. De inmediato quisi-mos imitar el enigmático sonido del sitar, pero no sabíamos cómo. No sacábamos de nuestras guitarras la punzante vibración metalizada que viajaba por el aire sonando de forma delicada y brillante. Fue hasta después, ya con los discos Revolver y Sargento Pimienta cuando desciframos la infl uencia de Shankar en el rock. Desde entonces yo soñaba con tener un sitar en mis manos y en llegar a conocer al maestro Ravi, a quien sentía como un gurú de mi esencia musical. Pero Chihuahua estaba muy lejos de la India.

Pasaron los años. En 1970 había entrado al equipo de reporteros de Jacobo Zabludowsky en el noticiero 24 Horas. Jacobo me daba oportunidad de cubrir notas y hacer entrevistas con artistas que llegaban a México. Así, a fi nales de 1971 llegué al Hotel Alameda para entrevistar a Ravi Shankar que venía a presentarse en Bellas Artes. Ya se imaginará usted todo lo que le pregunté y que él —pacientemente— fue respondiendo con ternura ante mi desbordada emoción.

Se me ocurrió invitarlo a conocer Teotihuacán. Al día siguiente, junto con su percusionista Alla Rakha, nos enfi -lamos hacia La Ciudad de los Dioses. El trayecto y la visita al lugar entraron a formar parte de la mitología que vive en mi memoria. Estar con Ravi, caminar entre los monu-mentos, platicar con él y estar iluminados por el mismo sol hicieron de ese día uno de los mejores de mi vida. Tal vez para Shankar no fue lo mismo porque al regreso, ya pardeando la tarde, me equivoqué de ruta y nos perdimos. Llegamos rayando a Bellas Artes, pero todo salió bien. Esa aventura terminó por acercarnos y acabamos como amigos. Pude constatarlo porque en 1974, cuando volvió a México, entre risas todavía recordaba del asunto.

Por eso el pasado 11 de diciembre, cuando me enteré de su muerte, me dieron ganas de llorar. Pocas veces en la vida se puede hacer realidad un sueño y Ravi, hace más de 40 años, me regaló ese recuerdo maravilloso que hace revivir en mi corazón el sol de la lejana adolescencia cada vez que oigo sonar un sitar. Gracias, Ravi. D

PREGUNTASPARA JODERAL VECINO

por Juan Alberto Vázquez

Respuestas pág. 13

10

CONSEJO EDITORIALJESÚS RANGELALFREDO CAMPOS VILLEDAJOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

CORRECCIÓNALEJANDRO DE LA GARZA

FOTOGRAFÍAARTURO BERMÚDEZ

DISEÑOBRAULIO MONTES/EditorSALVADOR VÁZQUEZ/ConceptoMARIO FUANTOS/Diseñador

(+) JESÚS D. GONZÁLEZFUNDADOR

FRANCISCO A. GONZÁLEZPRESIDENTE

FRANCISCO D. GONZÁLEZ A.DIRECTOR GENERAL

JESÚS D. GONZÁLEZ A.DIRECTOR GENERAL ADJUNTO

CARLOS MARÍNDIRECTOR GENERAL EDITORIAL

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MAURICIO MORALESDIRECTOR DESARROLLO CORPORATIVO

FERNANDO RUIZDIRECTOR PRODUCCIÓN

ADRIÁN LOAIZADIRECTOR SISTEMAS

ÁNGEL CONGDIRECTOR SERVICIOS CORPORATIVOS

MARCO A. ZAMORADIRECTOR PROYECTOS ESPECIALES

[email protected] MILENIO, SUPLEMENTO SEMANAL. 20 DE ENERO DE 2013. NÚMERO 23. EDITOR RESPONSABLE: JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. NÚMERO DE CERTIFICADO DE RESERVA OTORGADO POR EL INSTITUTO NACIONAL DEL DERECHO DE AUTOR: 04-2012-082817293300-107. NÚMERO DE CERTIFICADO DE LICITUD DE TÍTULO Y CONTENIDO: EN TRÁMITE. DOMICILIO DE LA PUBLICACIÓN, IMPRENTA Y DISTRIBUIDOR: MORELOS NÚMERO 16, COLONIA CENTRO, DELEGACIÓN CUAUHTÉMOC, C.P. 06040 EN MÉXICO, DISTRITO FEDERAL.

9. ¿QUIÉN ESCRIBIÓ UN POEMA PARA

ALABAR Y BENDECIR LAS NALGAS

FEMENINAS?

1. ¿P

OR QUÉ G

EORGE CLOONEY N

UNCA

SE DEDIC

ARÁ A LA P

OLÍTIC

A?

10. ¿BAJO QUÉ ARGUMENTO

SACARON A REN Y STIMPY

DE LA PROGRAMACIÓN

DEL CANAL 5?

2. ¿CUÁL ES LA P

REMIS

A BÁSIC

A DE LA H

OMEOPATÍA

?

3. ¿QUÉ CANCIONES CANTAN EN UN KARAOKE EN

TOKIO SCARLETT JOHANSON Y BILL MURRAY EN LA

CINTA LOST IN TRANSLATION?

4.¿QUÉ PERSONAJE DE LA POLÍTICA ES

BISNIETO DE DON SALVADOR DÍAZ MIRÓN?

5. ¿POR QUÉ EFRAÍN HUERTA YA NO

VOLVIÓ A HABLAR DURANTE LOS

ÚLTIMOS NUEVE AÑOS DE SU VIDA?

6. ¿QUIÉN ESCRIBIÓ “ME MORIRÉ EN PARÍS CON AGUACERO” Y MURIÓ EN PARÍS CON AGUACERO?

7. ¿QUÉ ESCRITOR MEXICANO UTILIZÓ

LOS SEUDÓNIMOS PUCK, JUNIUS, RECAMIER,

IGNOTUS, EL CURA DE JALATLACO Y DUQUE

JOB, PARA SOBREVIVIR?8. ¿QUÉ PERSONAJES PRETENDIERON A

ROSARIO DE LA PEÑA Y LLERENAS, MUSA DE

MUCHOS POETAS Y ESCRITORES?

Page 11: Suplemento Dominical 20-Ene-2012
Page 12: Suplemento Dominical 20-Ene-2012

12 13

[DAVID JAMES/ DREAMWOKS]

RESPUESTAS...1. Según él, porque “me he acostado con muchas mujeres y he consumido bastantes drogas”. 2. “Lo similar se cura con lo similar”. Y en esto nada tiene qué ver el Doctor Simi. 3. Ella se echó de una manera muy decorosa y sexy “Brass in Pocket” de Los Pretenders y él de manera lamentable interpretó “More Than This” de Roxy Music. 4. El ex priista y hoy senador, Manuel Bartlett Díaz. 5. Una intervención quirúrgica (laringectomia), a raíz de un problema canceroso, le quitó la voz a quien fuera un gran conversador. 6. César Vallejo. 7. Manuel Gutiérrez Nájera. A veces los usaba simultáneamente para rebatirse a sí mismo sus propios textos y cobrar más. 8. Además de Manuel Acuña, de quien se convirtió en musa ofi cial, también la preten-dieron Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez, Manuel M. Flores y José Martí. Pero se dice que enamorados estaban todos, desde el viejo Gabino Barreda hasta Justo Sierra y Guillermo Prieto. 9. El tapatío Ricardo Castillo en su jocosísimo libro El Pobrecito Señor X. 10. Dijeron que había qué “darle oportunidad a las nuevas series que nos van llegando”. Lo cierto es que el corrosivo y escatológico humor de Ren y Stimpy de seguro recibió muchas críticas de su auditorio.

| OFICIO DE TINIEBLAS |POR GUSTAVO GARCÍA

TODOS LOS HOMBRES CONTRA EL PRESIDENTEEn una lectura tangencial, Lincoln, la luminosa inmersión de Steven Spielberg en uno de los momentos defi nitivos de Estados Unidos —la lucha en el Congre-so por la aprobación de la 13ª enmienda constitucional, que concedería ple-nos derechos a los negros y aboliría en consecuencia la esclavitud, todo luego de tres años de una guerra civil que ya empezaba a ceder—, es un ejercicio de reconsideración cinefílica: así como Hugo fue la recreación de un cineasta-historiador como Martin Scorsese en el alma original del medio, Lincoln es la reivindicación, por un cineasta fascinado por los mitos, de una fi gura históri-ca, el senador Thadeus Stevens, a quien aplastó el retrato infame que de él hizo David Wark Gri� th en El nacimiento de una nación (1915), obra maestra, fuente del cine moderno para bien y para mal.

Ahí, este senador demócrata que impulsaba los derechos plenos de la raza negra y vivía en concubinato con una mulata, era presentado como el iracundo agitador Austin Stoneman (Ralph Lewis), que le calentaba la cabeza al bestial líder negro Silas Lynch (George Siegman), tenía una criada mulata histérica y sobre erotizada y propiciaba cualquier tipo de desconfi anzas por usar una pe-luca, símbolo de su opacidad. Satanizado así en esa pieza racista fundacional, el cine nunca volvió a abordarlo hasta ahora: Stevens (un impecable Tommy Lee Jones) es la pieza clave de la autorización de la enmienda, es el líder moral que, desde su radicalismo, puede aterrizar una causa perdida. Porque este Lincoln de Spielberg, a diferencia de las hagiografías fílmicas previas (Gri� th mismo lo santifi caba, tanto en El nacimiento de una nación como en su única cinta sonora, Abraham Lincoln) es el hombre más solo del mundo: su iniciativa no tiene el apoyo de su partido republicano, ni el de los demócratas ni de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la paz con los secesionistas (el William Seward que interpreta David Strathain es una gélida máquina jurídica).

Spielberg hace un Lincoln que nace del de John Ford y Henry Fonda (El joven Lincoln, 1939) pero al que la guerra y el poder han convertido en un frágil títere sin hilos, a quien la cadavérica presencia de Daniel Day Lewis convierte en la pre-monición de su muerte. Su epopeya es la de la razón humanista como soledad extrema, a donde no le acompañan ni su demandante esposa (Sally Fields) o un

hijo mayor (Jason Gordon Lewitt) ansioso de un sitio en la Historia; como en la cinta de Ford, el joven abogado iba solo a un horizonte tormentoso. La pelí-cula da la espalda a los lugares comunes sobre la guerra civil al estilo Lo que el viento se llevó o incluso Días de gloria (1989, Swick) y el guión centra su

tensión en la carrera por los votos imposibles que decidirán el destino del país, pasando de un despacho a otro, de un grupo parlamentario al de enfrente como en los melodramas de Frank Capra o los thrillers políticos de Allan Pakula. El re-sultado es brillante, iluminador e inevitablemente anticlimático; en una lectura tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra tantos obstáculos, y ahora no se puede conseguir ni regular las escopetas. D

Lincoln. Dirección. Steven Spielberg. Argumento: Tony Kusher sobre el libro de Doris Kearns Goodwin. Fotografía: Janus Kaminski. Música: John Williams. Intérpretes: Daniel Day Lewis,

Tommy Lee Jones, David Strathairn y Sally Fields. Estados Unidos, 2012.

CINE20|01|2013

ENTREVISTA

1312

20|01|2013

EMMANUELLE RIVA

“SI NO ACTÚO EN OTRA PELÍCULA, ¿A QUIÉN LE IMPORTA?

Miguel Cane

P ara muchos espectadores jóvenes fuera de Francia, el nombre de Emmanuelle Riva (Chenimènil, 1927) resultaba casi desco-nocido hasta este año, cuando se convirtió en la mujer de más edad nominada al Oscar de mejor actriz. Sin embargo, los ciné-fi los de pura cepa la evocan como una fi gura inolvidable, al ser

la protagonista de la celebrada Hiroshima mon amour (1959), primer fi lme de fi cción dirigido por Alain Resnais, que en esos círculos le valió obtener el título de leyenda.

Con una larga y distinguida carrera teatral y participaciones en fi lmes como León Petrin (con Jean-Paul Belmondo) y Tres colores: Azul (de Krzysztof Kieslowski, como la madre de Juliette Binoche), la actriz estaba casi retirada, hasta que el cineasta austriaco Michael Haneke la buscó para encarnar, junto a Jean-Louis Trintignant (otra gran leyenda del cine europeo, es-trella de Un hombre y una mujer, Il sorpasso y El conformista, todas grandes cintas de su era) a Georges y Anne, la pareja protagónica en Amour, fi lme que causó sensación en su estreno en Cannes el año pasado y que logró tres candidaturas a los premios de la Academia: mejor película, mejor director y la de la suya pro-pia. No obstante, esto no parece impresionar demasiado a la actriz, quien vía telefónica desde París mantiene un aire jovial y sereno, aun si le sorprende un poco haber roto el récord impuesto por la difunta Jessica Tandy, a los 80 años, en 1991.

“No esperaba que pasara esto, el Oscar. Es bo-nito, pero no lo esperas nunca, no haces pelícu-las para ganar un Oscar. La verdad es que nunca hice carrera en América”, señala, “nunca hubo esa clase de interés de ninguna de las dos partes. Eran otros tiempos y las actrices europeas no hacíamos ca-rrera en Hollywood. Muy pocas. Jeanne Moreau fue y no le gustó. Deneuve y Anouk Aimée igual. Simone Signoret fue la úni-ca de mi generación que hizo cosas. Ganó un Oscar. Era muy valiente y no le importó. Pero yo no. Ahora hay todo este movimiento, esta curiosidad. No puedo negar que me hace gracia.”

AUN SIN HABER HECHO CARRERA EN HOLLYWOOD, TIENE UN LINAJE EXTRAORDINARIO, TRABAJÓ CON GRANDES DIRECTORES COMO RESNAIS, FRANJUL, MELVILLE, KIESLOWSKI... ¿ERAN MUY DIFERENTES A HANEKE?Cada director es diferente, sí. En teatro y en cine. Cada uno tiene su técnica. Aunque a veces hay cosas similares entre algunos en su manera de trabajar o de escribir, de percibir las cosas y plasmarlas, y en realidad hay una gran cantidad de similitudes entre Kieslowski y Haneke, ¿sabes? De hecho, los pondría en el mismo renglón con Bergman y Tarkovsky... Todos ellos tienen una visión generosa y magnífi ca del mundo.

HANEKE TIENE UNA VISIÓN MUY DURA, MUY DESESPERANZADA, ¿NO CREE USTED?Sí, en su obra es así, pero creo que Haneke es más feliz, es un hombre más sonriente. Tiene una buena vida familiar. Es muy cálido, muy afectuoso. Kies-lowski no me parece que fuera un hombre muy feliz. Haneke, como digo, es muy jovial. Estricto, pero nunca austero. Quiero decir, el tema es obviamente intenso. Pero tuvimos un montón de diversión en el rodaje. Muchas veces el humor provenía de él, aunque no lo crea.

¿DE VERDAD AMOUR TUVO UN RODAJE ALEGRE?Sí, sí. Tanta risa, las cosas divertidas tantos momentos joviales. Recuerdo una vez, cuando estaban fi lmándome a mí sola, en unos planos, tenía que

permanecer inmóvil. Pero cuando el equipo se fue a mirar el monitor, empezaron a reír. Yo dije: “¿Qué pasa, qué es tan gracioso?” y me dije-ron que mis dedos estaban moviéndose. ¡Mis dedos de los pies! Yo ni siquiera sabía que se podían ver en la toma que hicieron. Haneke se reía mucho también y hasta yo. Así que tuve que hacer toda la escena otra vez y concentrarme con mucho cuidado y controlar mis pies para que no se movieran nada. Creo que tienen una voluntad propia, será que me gusta bailar (ríe).

SERÍA PARA ALIVIAR UNA HISTORIA TAN INTENSA, COMO DICE. EL PERSONAJE DE ANNE ES MUY DIFÍCIL DE INTERPRETAR, AUNQUE CASI NO TENGA LÍNEAS.Es verdad. Creo que es el más difícil que tuve desde Hiroshima... pero es que una no le dice que no a un director como Michael Haneke, ni a una película como Amour. Es vanguardista, ¿sabes? Se atreve a decir cosas de un modo sencillo, cosas que no se atreven otros directores. Cuando me envió el guión le dije “¿cómo vamos a hacerlo, es decir, cómo pode-mos contar una historia así?” ,y me dio mucha confi anza su respuesta, que sería contar una historia real, que le hablara a la gente. Y creo que el resultado es un fi lme muy hermoso.

¿CÓMO ENCUENTRA ESTA FAMA RENOVADA EN PLENO SIGLO XXI? ¿ES MUY DIFERENTE AHORA QUE EN LOS TIEMPOS EN QUE VISITÓ CANNES POR PRIMERA VEZ?Particularmente no me gusta tanto. El público, los fotógrafos gritando. Es muy diferente. Tantos fl ashes. Sé que a algunos actores les encan-ta, pero no me gusta y a Haneke no le gusta tampoco. Cannes era un poco más simple, recuerdo que cuando Hiroshima mon amour se ex-hibió en 1959, causó estupor. El público guardó silencio. En una época y en un festival en que se acostumbraba, incluso todavía hoy, que la prensa y el público aplaudieran o abuchearan. Hubo aplausos, muy leves. Luego, más. Yo sé que hoy esa película es vista como un gran triunfo. Pero en ese momento sentí, por un segundo que era un desastre. Y sí, ahora es muy diferente.

USTED ESTABA BÁSICAMENTE RETIRADA DE LA ACTUACIÓN EN LA PANTALLA. HIZO UNA EXCEPCIÓN PARA HANEKE. ¿PIENSA SEGUIR TRABAJANDO DESPUÉS DE AMOUR?No tengo objeciones. Si por casualidad la gente todavía me ofrece papeles en películas, todavía me gustaría hacerlo. Pero si no, no hay problema. Me encanta la vida, y más la que tengo. Tengo muchas otras cosas qué hacer además de actuar. Soy escritora también. Eso en Fran-cia lo saben, pero no en el resto del mundo y está bien. Hago muchas cosas. Tengo una familia, una vida plena. No temo a la muerte. Eso

lo tuve muy claro en mi mente mientras hacía Amour. En parte fue como encarar mi propio temor a mi vulnerabilidad, a mi

mortalidad. Y salí victoriosa de ello. Eso le agradezco a Haneke. Y la verdad es que si no actúo en otra

película más, seamos honestos, ¿a quién le importa? Voy a cumplir 86 años y

todavía estoy viva y se siente muy bien. D

A los 86 años, la francesa protagonista de la legendaria Hiroshima mon amour es de nuevo el centro de atención por su papel en Amour, aunque reconoce que ya no le gusta la fama

[TIZINA FABI/AFP]

TODOS LOS HOMBRES CONTRA EL PRESIDENTEEn una lectura tangencial, en uno de los momentos defi nitivos de Estados Unidos —la lucha en el Congre-so por la aprobación de la 13ª enmienda constitucional, que concedería ple-nos derechos a los negros y aboliría en consecuencia la esclavitud, todo luego de tres años de una guerra civil que ya empezaba a ceder—, es un ejercicio de reconsideración cinefílica: así como historiador como Martin Scorsese en el alma original del medio, reivindicación, por un cineasta fascinado por los mitos, de una fi gura históri-ca, el senador Thadeus Stevens, a quien aplastó el retrato infame que de él hizo David Wark Gri� th en fuente del cine moderno para bien y para mal.

Ahí, este senador demócrata que impulsaba los derechos plenos de la raza negra y vivía en concubinato con una mulata, era presentado como el iracundo agitador Austin Stoneman (Ralph Lewis), que le calentaba la cabeza al bestial líder negro Silas Lynch (George Siegman), tenía una criada mulata histérica y sobre erotizada y propiciaba cualquier tipo de desconfi anzas por usar una pe-luca, símbolo de su opacidad. Satanizado así en esa pieza racista fundacional, el cine nunca volvió a abordarlo hasta ahora: Stevens (un impecable Tommy Lee Jones) es la pieza clave de la autorización de la enmienda, es el líder moral que, desde su radicalismo, puede aterrizar una causa perdida. Porque este (Gri� th mismo lo santifi caba, tanto en su única cinta sonora, iniciativa no tiene el apoyo de su partido republicano, ni el de los demócratas ni de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la

¿A QUIÉN LE IMPORTA?OTRA PELÍCULA, ¿A QUIÉN LE IMPORTA?OTRA PELÍCULA,

Miguel Cane

ara muchos espectadores jóvenes fuera de Francia, el nombre de Emmanuelle Riva (Chenimènil, 1927) resultaba casi desco-nocido hasta este año, cuando se convirtió en la mujer de más edad nominada al Oscar de mejor actriz. Sin embargo, los ciné-fi los de pura cepa la evocan como una fi gura inolvidable, al ser

Hiroshima mon amour (1959), primer fi lme Hiroshima mon amour (1959), primer fi lme Hiroshima mon amourde fi cción dirigido por Alain Resnais, que en esos círculos le valió obtener

Con una larga y distinguida carrera teatral y participaciones en fi lmes Tres colores: Azul (de Krzysztof Tres colores: Azul (de Krzysztof Tres colores: Azul

Kieslowski, como la madre de Juliette Binoche), la actriz estaba casi retirada, hasta que el cineasta austriaco Michael Haneke la buscó para encarnar, junto a Jean-Louis Trintignant (otra gran leyenda del cine europeo, es-

El conformista, todas El conformista, todas El conformistagrandes cintas de su era) a Georges y Anne, la pareja protagónica

fi lme que causó sensación en su estreno en Cannes el año pasado y que logró tres candidaturas a los premios de la Academia: mejor película, mejor director y la de la suya pro-pia. No obstante, esto no parece impresionar demasiado a la actriz, quien vía telefónica desde París mantiene un aire jovial y sereno, aun si le sorprende un poco haber roto el récord impuesto por la difunta Jessica Tandy, a los 80

“No esperaba que pasara esto, el Oscar. Es bo-nito, pero no lo esperas nunca, no haces pelícu-las para ganar un Oscar. La verdad es que nunca hice carrera en América”, señala, “nunca hubo esa clase de interés de ninguna de las dos partes. Eran otros tiempos y las actrices europeas no hacíamos ca-rrera en Hollywood. Muy pocas. Jeanne Moreau fue y no le gustó. Deneuve y Anouk Aimée igual. Simone Signoret fue la úni-ca de mi generación que hizo cosas. Ganó un Oscar. Era muy valiente y no le importó. Pero yo no. Ahora hay todo este movimiento, esta curiosidad. No

AUN SIN HABER HECHO CARRERA EN HOLLYWOOD, TIENE UN LINAJE EXTRAORDINARIO, TRABAJÓ CON GRANDES DIRECTORES COMO RESNAIS, FRANJUL, MELVILLE, KIESLOWSKI... ¿ERAN MUY DIFERENTES A HANEKE?Cada director es diferente, sí. En teatro y en cine. Cada uno tiene su técnica. Aunque a veces hay cosas similares entre algunos en su manera de trabajar o de escribir, de percibir las cosas y plasmarlas, y en realidad hay una gran cantidad de similitudes entre Kieslowski y Haneke, ¿sabes? De hecho, los pondría en el mismo renglón con Bergman y Tarkovsky... Todos ellos tienen

HANEKE TIENE UNA VISIÓN MUY DURA, MUY

Sí, en su obra es así, pero creo que Haneke es más feliz, es un hombre más sonriente. Tiene una buena vida familiar. Es muy cálido, muy afectuoso. Kies-lowski no me parece que fuera un hombre muy feliz. Haneke, como digo, es muy jovial. Estricto, pero nunca austero. Quiero decir, el tema es obviamente intenso. Pero tuvimos un montón de diversión en el rodaje. Muchas veces el

TUVO UN RODAJE ALEGRE?Sí, sí. Tanta risa, las cosas divertidas tantos momentos joviales. Recuerdo una vez, cuando estaban fi lmándome a mí sola, en unos planos, tenía que

que una no le dice que no a un director como Michael Haneke, ni a una película como Amour. Es vanguardista, ¿sabes? Se atreve a decir cosas Amour. Es vanguardista, ¿sabes? Se atreve a decir cosas Amourde un modo sencillo, cosas que no se atreven otros directores. Cuando me envió el guión le dije “¿cómo vamos a hacerlo, es decir, cómo pode-mos contar una historia así?” ,y me dio mucha confi anza su respuesta, que sería contar una historia real, que le hablara a la gente. Y creo que el resultado es un fi lme muy hermoso.

¿CÓMO ENCUENTRA ESTA FAMA RENOVADA EN PLENO SIGLO XXI? ¿ES MUY DIFERENTE AHORA QUE EN LOS TIEMPOS EN QUE VISITÓ CANNES POR PRIMERA VEZ?Particularmente no me gusta tanto. El público, los fotógrafos gritando. Es muy diferente. Tantos fl ashes. Sé que a algunos actores les encan-ta, pero no me gusta y a Haneke no le gusta tampoco. Cannes era un poco más simple, recuerdo que cuando Hiroshima mon amour se ex-Hiroshima mon amour se ex-Hiroshima mon amourhibió en 1959, causó estupor. El público guardó silencio. En una época y en un festival en que se acostumbraba, incluso todavía hoy, que la prensa y el público aplaudieran o abuchearan. Hubo aplausos, muy leves. Luego, más. Yo sé que hoy esa película es vista como un gran triunfo. Pero en ese momento sentí, por un segundo que era un desastre. Y sí, ahora es muy diferente.

USTED ESTABA BÁSICAMENTE RETIRADA DE LA ACTUACIÓN EN LA PANTALLA. HIZO UNA EXCEPCIÓN PARA HANEKE. ¿PIENSA SEGUIR TRABAJANDO DESPUÉS DE AMOUR?AMOUR?AMOURNo tengo objeciones. Si por casualidad la gente todavía me ofrece papeles en películas, todavía me gustaría hacerlo. Pero si no, no hay problema. Me encanta la vida, y más la que tengo. Tengo muchas otras cosas qué hacer además de actuar. Soy escritora también. Eso en Fran-cia lo saben, pero no en el resto del mundo y está bien. Hago muchas cosas. Tengo una familia, una vida plena. No temo a la muerte. Eso

lo tuve muy claro en mi mente mientras hacía Amour. En parte Amour. En parte Amourfue como encarar mi propio temor a mi vulnerabilidad, a mi

mortalidad. Y salí victoriosa de ello. Eso le agradezco a Haneke. Y la verdad es que si no actúo en otra

película más, seamos honestos, ¿a quién le importa? Voy a cumplir 86 años y

A los 86 años, la francesa protagonista de la Hiroshima mon amour es de nuevo Hiroshima mon amour es de nuevo Hiroshima mon amour

RESPUESTAS...

tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra tantos obstáculos, y ahora no se puede conseguir ni regular las escopetas.

el centro de atención por su papel en Amour, aunque reconoce que ya no le gusta la fama

de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la paz con los secesionistas (el William Seward que interpreta David Strathain es una gélida máquina jurídica).

Spielberg hace un Lincoln que nace del de John Ford y Henry Fonda (Lincolnsin hilos, a quien la cadavérica presencia de Daniel Day Lewis convierte en la pre-monición de su muerte. Su epopeya es la de la razón humanista como soledad extrema, a donde no le acompañan ni su demandante esposa (Sally Fields) o un

hijo mayor (Jason Gordon Lewitt) ansioso de un sitio en la Historia; como en la

tensión en la carrera por los votos imposibles que decidirán el destino del país, pasando de un despacho a otro, de un grupo parlamentario al de enfrente como en los melodramas de Frank Capra o los sultado es brillante, iluminador e inevitablemente anticlimático; en una lectura tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra

de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la paz con los secesionistas (el William Seward que interpreta David Strathain es una gélida máquina jurídica).

Spielberg hace un Lincoln que nace del de John Ford y Henry Fonda (Lincolnsin hilos, a quien la cadavérica presencia de Daniel Day Lewis convierte en la pre-monición de su muerte. Su epopeya es la de la razón humanista como soledad extrema, a donde no le acompañan ni su demandante esposa (Sally Fields) o un

hijo mayor (Jason Gordon Lewitt) ansioso de un sitio en la Historia; como en la

tensión en la carrera por los votos imposibles que decidirán el destino del país, pasando de un despacho a otro, de un grupo parlamentario al de enfrente como en los melodramas de Frank Capra o los sultado es brillante, iluminador e inevitablemente anticlimático; en una lectura tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra

importa? Voy a cumplir 86 años y todavía estoy viva y se siente muy

bien. D

Page 13: Suplemento Dominical 20-Ene-2012

12 13

[DAVID JAMES/ DREAMWOKS]

RESPUESTAS...1. Según él, porque “me he acostado con muchas mujeres y he consumido bastantes drogas”. 2. “Lo similar se cura con lo similar”. Y en esto nada tiene qué ver el Doctor Simi. 3. Ella se echó de una manera muy decorosa y sexy “Brass in Pocket” de Los Pretenders y él de manera lamentable interpretó “More Than This” de Roxy Music. 4. El ex priista y hoy senador, Manuel Bartlett Díaz. 5. Una intervención quirúrgica (laringectomia), a raíz de un problema canceroso, le quitó la voz a quien fuera un gran conversador. 6. César Vallejo. 7. Manuel Gutiérrez Nájera. A veces los usaba simultáneamente para rebatirse a sí mismo sus propios textos y cobrar más. 8. Además de Manuel Acuña, de quien se convirtió en musa ofi cial, también la preten-dieron Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez, Manuel M. Flores y José Martí. Pero se dice que enamorados estaban todos, desde el viejo Gabino Barreda hasta Justo Sierra y Guillermo Prieto. 9. El tapatío Ricardo Castillo en su jocosísimo libro El Pobrecito Señor X. 10. Dijeron que había qué “darle oportunidad a las nuevas series que nos van llegando”. Lo cierto es que el corrosivo y escatológico humor de Ren y Stimpy de seguro recibió muchas críticas de su auditorio.

| OFICIO DE TINIEBLAS |POR GUSTAVO GARCÍA

TODOS LOS HOMBRES CONTRA EL PRESIDENTEEn una lectura tangencial, Lincoln, la luminosa inmersión de Steven Spielberg en uno de los momentos defi nitivos de Estados Unidos —la lucha en el Congre-so por la aprobación de la 13ª enmienda constitucional, que concedería ple-nos derechos a los negros y aboliría en consecuencia la esclavitud, todo luego de tres años de una guerra civil que ya empezaba a ceder—, es un ejercicio de reconsideración cinefílica: así como Hugo fue la recreación de un cineasta-historiador como Martin Scorsese en el alma original del medio, Lincoln es la reivindicación, por un cineasta fascinado por los mitos, de una fi gura históri-ca, el senador Thadeus Stevens, a quien aplastó el retrato infame que de él hizo David Wark Gri� th en El nacimiento de una nación (1915), obra maestra, fuente del cine moderno para bien y para mal.

Ahí, este senador demócrata que impulsaba los derechos plenos de la raza negra y vivía en concubinato con una mulata, era presentado como el iracundo agitador Austin Stoneman (Ralph Lewis), que le calentaba la cabeza al bestial líder negro Silas Lynch (George Siegman), tenía una criada mulata histérica y sobre erotizada y propiciaba cualquier tipo de desconfi anzas por usar una pe-luca, símbolo de su opacidad. Satanizado así en esa pieza racista fundacional, el cine nunca volvió a abordarlo hasta ahora: Stevens (un impecable Tommy Lee Jones) es la pieza clave de la autorización de la enmienda, es el líder moral que, desde su radicalismo, puede aterrizar una causa perdida. Porque este Lincoln de Spielberg, a diferencia de las hagiografías fílmicas previas (Gri� th mismo lo santifi caba, tanto en El nacimiento de una nación como en su única cinta sonora, Abraham Lincoln) es el hombre más solo del mundo: su iniciativa no tiene el apoyo de su partido republicano, ni el de los demócratas ni de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la paz con los secesionistas (el William Seward que interpreta David Strathain es una gélida máquina jurídica).

Spielberg hace un Lincoln que nace del de John Ford y Henry Fonda (El joven Lincoln, 1939) pero al que la guerra y el poder han convertido en un frágil títere sin hilos, a quien la cadavérica presencia de Daniel Day Lewis convierte en la pre-monición de su muerte. Su epopeya es la de la razón humanista como soledad extrema, a donde no le acompañan ni su demandante esposa (Sally Fields) o un

hijo mayor (Jason Gordon Lewitt) ansioso de un sitio en la Historia; como en la cinta de Ford, el joven abogado iba solo a un horizonte tormentoso. La pelí-cula da la espalda a los lugares comunes sobre la guerra civil al estilo Lo que el viento se llevó o incluso Días de gloria (1989, Swick) y el guión centra su

tensión en la carrera por los votos imposibles que decidirán el destino del país, pasando de un despacho a otro, de un grupo parlamentario al de enfrente como en los melodramas de Frank Capra o los thrillers políticos de Allan Pakula. El re-sultado es brillante, iluminador e inevitablemente anticlimático; en una lectura tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra tantos obstáculos, y ahora no se puede conseguir ni regular las escopetas. D

Lincoln. Dirección. Steven Spielberg. Argumento: Tony Kusher sobre el libro de Doris Kearns Goodwin. Fotografía: Janus Kaminski. Música: John Williams. Intérpretes: Daniel Day Lewis,

Tommy Lee Jones, David Strathairn y Sally Fields. Estados Unidos, 2012.

CINE20|01|2013

ENTREVISTA

1312

20|01|2013

EMMANUELLE RIVA

“SI NO ACTÚO EN OTRA PELÍCULA, ¿A QUIÉN LE IMPORTA?

Miguel Cane

P ara muchos espectadores jóvenes fuera de Francia, el nombre de Emmanuelle Riva (Chenimènil, 1927) resultaba casi desco-nocido hasta este año, cuando se convirtió en la mujer de más edad nominada al Oscar de mejor actriz. Sin embargo, los ciné-fi los de pura cepa la evocan como una fi gura inolvidable, al ser

la protagonista de la celebrada Hiroshima mon amour (1959), primer fi lme de fi cción dirigido por Alain Resnais, que en esos círculos le valió obtener el título de leyenda.

Con una larga y distinguida carrera teatral y participaciones en fi lmes como León Petrin (con Jean-Paul Belmondo) y Tres colores: Azul (de Krzysztof Kieslowski, como la madre de Juliette Binoche), la actriz estaba casi retirada, hasta que el cineasta austriaco Michael Haneke la buscó para encarnar, junto a Jean-Louis Trintignant (otra gran leyenda del cine europeo, es-trella de Un hombre y una mujer, Il sorpasso y El conformista, todas grandes cintas de su era) a Georges y Anne, la pareja protagónica en Amour, fi lme que causó sensación en su estreno en Cannes el año pasado y que logró tres candidaturas a los premios de la Academia: mejor película, mejor director y la de la suya pro-pia. No obstante, esto no parece impresionar demasiado a la actriz, quien vía telefónica desde París mantiene un aire jovial y sereno, aun si le sorprende un poco haber roto el récord impuesto por la difunta Jessica Tandy, a los 80 años, en 1991.

“No esperaba que pasara esto, el Oscar. Es bo-nito, pero no lo esperas nunca, no haces pelícu-las para ganar un Oscar. La verdad es que nunca hice carrera en América”, señala, “nunca hubo esa clase de interés de ninguna de las dos partes. Eran otros tiempos y las actrices europeas no hacíamos ca-rrera en Hollywood. Muy pocas. Jeanne Moreau fue y no le gustó. Deneuve y Anouk Aimée igual. Simone Signoret fue la úni-ca de mi generación que hizo cosas. Ganó un Oscar. Era muy valiente y no le importó. Pero yo no. Ahora hay todo este movimiento, esta curiosidad. No puedo negar que me hace gracia.”

AUN SIN HABER HECHO CARRERA EN HOLLYWOOD, TIENE UN LINAJE EXTRAORDINARIO, TRABAJÓ CON GRANDES DIRECTORES COMO RESNAIS, FRANJUL, MELVILLE, KIESLOWSKI... ¿ERAN MUY DIFERENTES A HANEKE?Cada director es diferente, sí. En teatro y en cine. Cada uno tiene su técnica. Aunque a veces hay cosas similares entre algunos en su manera de trabajar o de escribir, de percibir las cosas y plasmarlas, y en realidad hay una gran cantidad de similitudes entre Kieslowski y Haneke, ¿sabes? De hecho, los pondría en el mismo renglón con Bergman y Tarkovsky... Todos ellos tienen una visión generosa y magnífi ca del mundo.

HANEKE TIENE UNA VISIÓN MUY DURA, MUY DESESPERANZADA, ¿NO CREE USTED?Sí, en su obra es así, pero creo que Haneke es más feliz, es un hombre más sonriente. Tiene una buena vida familiar. Es muy cálido, muy afectuoso. Kies-lowski no me parece que fuera un hombre muy feliz. Haneke, como digo, es muy jovial. Estricto, pero nunca austero. Quiero decir, el tema es obviamente intenso. Pero tuvimos un montón de diversión en el rodaje. Muchas veces el humor provenía de él, aunque no lo crea.

¿DE VERDAD AMOUR TUVO UN RODAJE ALEGRE?Sí, sí. Tanta risa, las cosas divertidas tantos momentos joviales. Recuerdo una vez, cuando estaban fi lmándome a mí sola, en unos planos, tenía que

permanecer inmóvil. Pero cuando el equipo se fue a mirar el monitor, empezaron a reír. Yo dije: “¿Qué pasa, qué es tan gracioso?” y me dije-ron que mis dedos estaban moviéndose. ¡Mis dedos de los pies! Yo ni siquiera sabía que se podían ver en la toma que hicieron. Haneke se reía mucho también y hasta yo. Así que tuve que hacer toda la escena otra vez y concentrarme con mucho cuidado y controlar mis pies para que no se movieran nada. Creo que tienen una voluntad propia, será que me gusta bailar (ríe).

SERÍA PARA ALIVIAR UNA HISTORIA TAN INTENSA, COMO DICE. EL PERSONAJE DE ANNE ES MUY DIFÍCIL DE INTERPRETAR, AUNQUE CASI NO TENGA LÍNEAS.Es verdad. Creo que es el más difícil que tuve desde Hiroshima... pero es que una no le dice que no a un director como Michael Haneke, ni a una película como Amour. Es vanguardista, ¿sabes? Se atreve a decir cosas de un modo sencillo, cosas que no se atreven otros directores. Cuando me envió el guión le dije “¿cómo vamos a hacerlo, es decir, cómo pode-mos contar una historia así?” ,y me dio mucha confi anza su respuesta, que sería contar una historia real, que le hablara a la gente. Y creo que el resultado es un fi lme muy hermoso.

¿CÓMO ENCUENTRA ESTA FAMA RENOVADA EN PLENO SIGLO XXI? ¿ES MUY DIFERENTE AHORA QUE EN LOS TIEMPOS EN QUE VISITÓ CANNES POR PRIMERA VEZ?Particularmente no me gusta tanto. El público, los fotógrafos gritando. Es muy diferente. Tantos fl ashes. Sé que a algunos actores les encan-ta, pero no me gusta y a Haneke no le gusta tampoco. Cannes era un poco más simple, recuerdo que cuando Hiroshima mon amour se ex-hibió en 1959, causó estupor. El público guardó silencio. En una época y en un festival en que se acostumbraba, incluso todavía hoy, que la prensa y el público aplaudieran o abuchearan. Hubo aplausos, muy leves. Luego, más. Yo sé que hoy esa película es vista como un gran triunfo. Pero en ese momento sentí, por un segundo que era un desastre. Y sí, ahora es muy diferente.

USTED ESTABA BÁSICAMENTE RETIRADA DE LA ACTUACIÓN EN LA PANTALLA. HIZO UNA EXCEPCIÓN PARA HANEKE. ¿PIENSA SEGUIR TRABAJANDO DESPUÉS DE AMOUR?No tengo objeciones. Si por casualidad la gente todavía me ofrece papeles en películas, todavía me gustaría hacerlo. Pero si no, no hay problema. Me encanta la vida, y más la que tengo. Tengo muchas otras cosas qué hacer además de actuar. Soy escritora también. Eso en Fran-cia lo saben, pero no en el resto del mundo y está bien. Hago muchas cosas. Tengo una familia, una vida plena. No temo a la muerte. Eso

lo tuve muy claro en mi mente mientras hacía Amour. En parte fue como encarar mi propio temor a mi vulnerabilidad, a mi

mortalidad. Y salí victoriosa de ello. Eso le agradezco a Haneke. Y la verdad es que si no actúo en otra

película más, seamos honestos, ¿a quién le importa? Voy a cumplir 86 años y

todavía estoy viva y se siente muy bien. D

A los 86 años, la francesa protagonista de la legendaria Hiroshima mon amour es de nuevo el centro de atención por su papel en Amour, aunque reconoce que ya no le gusta la fama

[TIZINA FABI/AFP]

TODOS LOS HOMBRES CONTRA EL PRESIDENTEEn una lectura tangencial, en uno de los momentos defi nitivos de Estados Unidos —la lucha en el Congre-so por la aprobación de la 13ª enmienda constitucional, que concedería ple-nos derechos a los negros y aboliría en consecuencia la esclavitud, todo luego de tres años de una guerra civil que ya empezaba a ceder—, es un ejercicio de reconsideración cinefílica: así como historiador como Martin Scorsese en el alma original del medio, reivindicación, por un cineasta fascinado por los mitos, de una fi gura históri-ca, el senador Thadeus Stevens, a quien aplastó el retrato infame que de él hizo David Wark Gri� th en fuente del cine moderno para bien y para mal.

Ahí, este senador demócrata que impulsaba los derechos plenos de la raza negra y vivía en concubinato con una mulata, era presentado como el iracundo agitador Austin Stoneman (Ralph Lewis), que le calentaba la cabeza al bestial líder negro Silas Lynch (George Siegman), tenía una criada mulata histérica y sobre erotizada y propiciaba cualquier tipo de desconfi anzas por usar una pe-luca, símbolo de su opacidad. Satanizado así en esa pieza racista fundacional, el cine nunca volvió a abordarlo hasta ahora: Stevens (un impecable Tommy Lee Jones) es la pieza clave de la autorización de la enmienda, es el líder moral que, desde su radicalismo, puede aterrizar una causa perdida. Porque este (Gri� th mismo lo santifi caba, tanto en su única cinta sonora, iniciativa no tiene el apoyo de su partido republicano, ni el de los demócratas ni de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la

¿A QUIÉN LE IMPORTA?OTRA PELÍCULA, ¿A QUIÉN LE IMPORTA?OTRA PELÍCULA,

Miguel Cane

ara muchos espectadores jóvenes fuera de Francia, el nombre de Emmanuelle Riva (Chenimènil, 1927) resultaba casi desco-nocido hasta este año, cuando se convirtió en la mujer de más edad nominada al Oscar de mejor actriz. Sin embargo, los ciné-fi los de pura cepa la evocan como una fi gura inolvidable, al ser

Hiroshima mon amour (1959), primer fi lme Hiroshima mon amour (1959), primer fi lme Hiroshima mon amourde fi cción dirigido por Alain Resnais, que en esos círculos le valió obtener

Con una larga y distinguida carrera teatral y participaciones en fi lmes Tres colores: Azul (de Krzysztof Tres colores: Azul (de Krzysztof Tres colores: Azul

Kieslowski, como la madre de Juliette Binoche), la actriz estaba casi retirada, hasta que el cineasta austriaco Michael Haneke la buscó para encarnar, junto a Jean-Louis Trintignant (otra gran leyenda del cine europeo, es-

El conformista, todas El conformista, todas El conformistagrandes cintas de su era) a Georges y Anne, la pareja protagónica

fi lme que causó sensación en su estreno en Cannes el año pasado y que logró tres candidaturas a los premios de la Academia: mejor película, mejor director y la de la suya pro-pia. No obstante, esto no parece impresionar demasiado a la actriz, quien vía telefónica desde París mantiene un aire jovial y sereno, aun si le sorprende un poco haber roto el récord impuesto por la difunta Jessica Tandy, a los 80

“No esperaba que pasara esto, el Oscar. Es bo-nito, pero no lo esperas nunca, no haces pelícu-las para ganar un Oscar. La verdad es que nunca hice carrera en América”, señala, “nunca hubo esa clase de interés de ninguna de las dos partes. Eran otros tiempos y las actrices europeas no hacíamos ca-rrera en Hollywood. Muy pocas. Jeanne Moreau fue y no le gustó. Deneuve y Anouk Aimée igual. Simone Signoret fue la úni-ca de mi generación que hizo cosas. Ganó un Oscar. Era muy valiente y no le importó. Pero yo no. Ahora hay todo este movimiento, esta curiosidad. No

AUN SIN HABER HECHO CARRERA EN HOLLYWOOD, TIENE UN LINAJE EXTRAORDINARIO, TRABAJÓ CON GRANDES DIRECTORES COMO RESNAIS, FRANJUL, MELVILLE, KIESLOWSKI... ¿ERAN MUY DIFERENTES A HANEKE?Cada director es diferente, sí. En teatro y en cine. Cada uno tiene su técnica. Aunque a veces hay cosas similares entre algunos en su manera de trabajar o de escribir, de percibir las cosas y plasmarlas, y en realidad hay una gran cantidad de similitudes entre Kieslowski y Haneke, ¿sabes? De hecho, los pondría en el mismo renglón con Bergman y Tarkovsky... Todos ellos tienen

HANEKE TIENE UNA VISIÓN MUY DURA, MUY

Sí, en su obra es así, pero creo que Haneke es más feliz, es un hombre más sonriente. Tiene una buena vida familiar. Es muy cálido, muy afectuoso. Kies-lowski no me parece que fuera un hombre muy feliz. Haneke, como digo, es muy jovial. Estricto, pero nunca austero. Quiero decir, el tema es obviamente intenso. Pero tuvimos un montón de diversión en el rodaje. Muchas veces el

TUVO UN RODAJE ALEGRE?Sí, sí. Tanta risa, las cosas divertidas tantos momentos joviales. Recuerdo una vez, cuando estaban fi lmándome a mí sola, en unos planos, tenía que

que una no le dice que no a un director como Michael Haneke, ni a una película como Amour. Es vanguardista, ¿sabes? Se atreve a decir cosas Amour. Es vanguardista, ¿sabes? Se atreve a decir cosas Amourde un modo sencillo, cosas que no se atreven otros directores. Cuando me envió el guión le dije “¿cómo vamos a hacerlo, es decir, cómo pode-mos contar una historia así?” ,y me dio mucha confi anza su respuesta, que sería contar una historia real, que le hablara a la gente. Y creo que el resultado es un fi lme muy hermoso.

¿CÓMO ENCUENTRA ESTA FAMA RENOVADA EN PLENO SIGLO XXI? ¿ES MUY DIFERENTE AHORA QUE EN LOS TIEMPOS EN QUE VISITÓ CANNES POR PRIMERA VEZ?Particularmente no me gusta tanto. El público, los fotógrafos gritando. Es muy diferente. Tantos fl ashes. Sé que a algunos actores les encan-ta, pero no me gusta y a Haneke no le gusta tampoco. Cannes era un poco más simple, recuerdo que cuando Hiroshima mon amour se ex-Hiroshima mon amour se ex-Hiroshima mon amourhibió en 1959, causó estupor. El público guardó silencio. En una época y en un festival en que se acostumbraba, incluso todavía hoy, que la prensa y el público aplaudieran o abuchearan. Hubo aplausos, muy leves. Luego, más. Yo sé que hoy esa película es vista como un gran triunfo. Pero en ese momento sentí, por un segundo que era un desastre. Y sí, ahora es muy diferente.

USTED ESTABA BÁSICAMENTE RETIRADA DE LA ACTUACIÓN EN LA PANTALLA. HIZO UNA EXCEPCIÓN PARA HANEKE. ¿PIENSA SEGUIR TRABAJANDO DESPUÉS DE AMOUR?AMOUR?AMOURNo tengo objeciones. Si por casualidad la gente todavía me ofrece papeles en películas, todavía me gustaría hacerlo. Pero si no, no hay problema. Me encanta la vida, y más la que tengo. Tengo muchas otras cosas qué hacer además de actuar. Soy escritora también. Eso en Fran-cia lo saben, pero no en el resto del mundo y está bien. Hago muchas cosas. Tengo una familia, una vida plena. No temo a la muerte. Eso

lo tuve muy claro en mi mente mientras hacía Amour. En parte Amour. En parte Amourfue como encarar mi propio temor a mi vulnerabilidad, a mi

mortalidad. Y salí victoriosa de ello. Eso le agradezco a Haneke. Y la verdad es que si no actúo en otra

película más, seamos honestos, ¿a quién le importa? Voy a cumplir 86 años y

A los 86 años, la francesa protagonista de la Hiroshima mon amour es de nuevo Hiroshima mon amour es de nuevo Hiroshima mon amour

RESPUESTAS...

tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra tantos obstáculos, y ahora no se puede conseguir ni regular las escopetas.

el centro de atención por su papel en Amour, aunque reconoce que ya no le gusta la fama

de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la paz con los secesionistas (el William Seward que interpreta David Strathain es una gélida máquina jurídica).

Spielberg hace un Lincoln que nace del de John Ford y Henry Fonda (Lincolnsin hilos, a quien la cadavérica presencia de Daniel Day Lewis convierte en la pre-monición de su muerte. Su epopeya es la de la razón humanista como soledad extrema, a donde no le acompañan ni su demandante esposa (Sally Fields) o un

hijo mayor (Jason Gordon Lewitt) ansioso de un sitio en la Historia; como en la

tensión en la carrera por los votos imposibles que decidirán el destino del país, pasando de un despacho a otro, de un grupo parlamentario al de enfrente como en los melodramas de Frank Capra o los sultado es brillante, iluminador e inevitablemente anticlimático; en una lectura tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra

de su propio gabinete, que le reprocha jugar la doble banda legal y negociar la paz con los secesionistas (el William Seward que interpreta David Strathain es una gélida máquina jurídica).

Spielberg hace un Lincoln que nace del de John Ford y Henry Fonda (Lincolnsin hilos, a quien la cadavérica presencia de Daniel Day Lewis convierte en la pre-monición de su muerte. Su epopeya es la de la razón humanista como soledad extrema, a donde no le acompañan ni su demandante esposa (Sally Fields) o un

hijo mayor (Jason Gordon Lewitt) ansioso de un sitio en la Historia; como en la

tensión en la carrera por los votos imposibles que decidirán el destino del país, pasando de un despacho a otro, de un grupo parlamentario al de enfrente como en los melodramas de Frank Capra o los sultado es brillante, iluminador e inevitablemente anticlimático; en una lectura tangencial, quizá su moraleja es cómo entonces se logró algo tan grande contra

importa? Voy a cumplir 86 años y todavía estoy viva y se siente muy

bien. D

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20|01|2013COLUMNA

| MULTIMEDIA |POR HÉCTOR RIVERA*

LA SEÑORA MERKELMuchos de quienes se han arrojado de azoteas y ventanas en Europa a lo largo de los meses recientes, que se han prendido fuego buscando la muerte o se han tirado al paso de un tren, tuvieron tal vez en su mente durante sus últimos segundos de vida el rostro y la voz de la canciller alemana Ángela Merkel. La habrán maldecido en el camino. En medio de la crisis que se vive allá, sobre todo en Grecia, España, Francia e Italia, la lideresa germana les ha dirigido palabras duras, ha definido como “los vagos del sur” a quienes sufren hambre, enfermedad, desempleo y miseria, y ha presionado a sus gobiernos para que pongan en práctica drásticas medidas de austeridad a sus costillas.

Al modo de un ángel vengador, la prensa de los países más maltratados por la odiada Merkel le ha estado atizando a la canciller cuanto golpe ha podi-do. Uno de los descalabros más contundentes se lo propinó hace unas semanas el diario español El País, que publicó un espléndido reportaje que tituló con cierta sangre fría: “Ángela fue una chica divertida”.

Con una buena dosis de mala leche, el texto echa mano de todos los recursos disponibles desde que inicia recordando cómo el esposo de la canciller es una figura tan irrelevante que uno de sus ministros le iden-tificó alguna vez como el “señor Merkel”, apellido que pertenece en realidad al ex esposo de su señora, quien tendría según el diario un pasado de mesera en una discoteca y de invasora de edificios de apartamentos en los tiempos de la Alemania comunista, cuando era “una chica divertida y le gustaba bailar”. En aquellos días, cuando vestía ropa de mezclilla, no era aún la mujer llena de redondeces que llegaría a provocar las burlas del primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

Evoca también la publicación, remitiendo a las imágenes que ilustran su recuerdo, un día de abril de 2008, cuando se presentó a la inauguración de la nue-va ópera de Oslo con un pronunciado escote que causó conmoción entre los presentes, incluido el rey Harald V de Noruega. O cuando un paparazzo la fotografió “con el culo al aire”, literalmente, en el curso de unas vacaciones en 2006 en un balneario italiano.

Para ayudarse un poco, el diario cita el libro La madrina, de Gertrud Höler, que apareció en las librerías europeas en las últimas horas del verano pasado en medio de un gran escándalo. Con particu-lar encono, Höler emprende ahí la demolición de la figura de la canciller. “Es masculina y fría hasta para elegir vestuario”, asegura, y la describe como “ajena a los valores de la democracia, ególatra y ladrona de ideas, con una desaforada ambición que trasciende fronteras y debiera preocupar a los gobernantes de la Unión Europea porque preludia el advenimiento en Alemania de una autocracia nueva y sutil”.

Por si no fuera suficiente, el diario publica con el texto una fotografía de la Merkel cuando tenía un año de edad, con el aspecto de una pequeña fiera endiablada. D

[fabriziobensch/ reuters]

PARANORMANNorman es un niño que gusta de las historias de espantos, sabe mucho del más allá y tiene un don paranormal: ve y habla con fantasmas, entre éstos el de su abuela, prefiriendo la fantasmagóri-ca compañía de los habitantes muertos del pueblo a la de su propia familia. Blithe Hollow, poblado que en 1712 fue escenario de la batalla mortal contra una bruja, fue maldecido por ésta, ma-leficio que nuevamente se cierne sobre el lugar al ser liberado un tropel de zombies. Junto con Courtney, Alvin, Neil y Mitch, Norman desafía al embrujo en esta animación producida en 3D, siendo su natural plataforma de reproducción el Blu-Ray 3D.

LA INVENCIÓN DE HUGO CABRETEl huérfano Hugo (Assa Butterfly), quien vive oculto entre engranajes, repara en el encanto de otro mecanismo, el cinematográfico, cuando conoce al mago-pionero del cine: Georges Méliès (Ben Kingsley), quien ha dejado atrás su pasado.MOVIECITY PREMIERES OESTE, DOMINGO 20, 18:00 hrs.

EL JUEGO DE LA FORTUNAEl análisis de parámetros estadísticos ayudó a los Atléticos de Oakland a lograr una exitosa temporada en 2002, mecánica impulsada por su gerente Bi-lly Beane, logro beisbolero-matemático llevado al cine con Brad Pitt en el rol de aquél.HBO OESTE, DOMINGO 20, 19:35 hrs.

NOS VEMOS, PAPÁLa ópera prima como

realizadora de la guionista Lucía Carreras se centra en el desequilibrio mental de Pilar

(Cecilia Suárez), quien a la muerte de su padre se aferra

a los recuerdos creando su propia realidad al interior de la casa que compartió con él,

donde recrea la imagen de éste con un retorcido alcance

amoroso que trasciende al complejo de Electra.

VECINOS CERCANOS DEL TERCER TIPOBen Stiller, Vince Vaugh, Jonah Hill y Richard Ayoade (conocido por la teleserie inglesa The IT Crowd) protagonizan esta comedia dirigida por Akiva Schaffer, cómplice de Andy Samberg en la factura de sus más reconocidos cortos digitales para el programa de televisión Saturday Night Live, como la saga Laser Cats y Dick in a Box. Preocupado por la inseguridad local, Evan (Stiller) conforma un grupo de vigilantes entre miembros del vecindario, pero solo puede reclutar a tres de ellos, quienes sin empacho ven la ocasión como oportunidad para el relajo, con el que hacen frente a una amenaza inesperada: la extraterrestre.

IMÁ

GEN

ES

EN CARTELERA

EN LA TELE

DJANGO SIN CADENAS

Quentin Tarantino reformula el brío de Django (1966),

recuperando sus elementos distintivos —y a su protagonis-

ta Franco Nero— en este neo spaghetti western que se em-bebe además en la leyenda de

Sigfrido y Brunilda, vía el negro Django (Jamie Foxx), quien con

el dentista-cazarecompensas alemán King Schultz (Christo-ph Waltz) sienta precedentes

libertarios a la Guerra Civil.

POR

ALEJ

ANDR

O L

EAL

Y LU

CÍA

M. V

ALLE

DVD/BLU-RAY

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| EL SANTO OFICIO |POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

EL REGRESO DE SEALTIELEl cartujo vuelve a leer Todos se van, la novela de Wendy Guerra poblada de ausencias, de recuerdos. La prota-gonista escribe en un diario su vida en Cuba, donde se encuentra “confortablemente presa” mientras su padre y sus amigos —algunos extranjeros— se exilian o retornan a sus países de origen.

El motivo para revisitar el libro de Wendy, tan crítico, a su manera, de un sistema opresivo, no es solo por la noticia de la nueva política migratoria del gobierno de Raúl Castro, tendiente a facilitar los viajes de sus ciudadanos fuera de la isla, sino también —y sobre todo— por el deseo de posponer la lectura de Dándole pena a la tristeza, la nueva novela de Alfredo Bryce Echenique, el autor a quien debe el impagable placer de Un mundo para Julius.

En la presentación de la novela en la ciudad de Lima, el dos de julio de 2012, el escritor peruano habló de su volun-tad de seguir escribiendo, a pesar de su mala fama. “No hay nada más aburrido en la vida que soportar una buena reputación”, dijo contundente en un auditorio vedado a los herejes, a quienes sospechan de su probidad como escritor.

El monje piensa en su vieja devoción por Bryce, y llora. Desesperado, se golpea el pecho y lamenta como nadie alinear entre quienes hoy desconfían de sus textos, de sus nuevas historias. Fue un gran escritor, y ahora ni sombra es.

Al contrario del autor de La vida exagerada de Martín Romaña, Sealtiel Alatriste nunca despertó la mínima simpatía en el cofrade, ni como escritor ni como funcio-nario. Nunca ha podido terminar un libro suyo —tal vez lo haría como penitencia, aunque quién sabe— y a menu-do criticó sus desplantes cuando paseaba por la vida como perdonando a todos.

Pero mientras Bryce ha sido ejemplar en su cinismo y se aferró a los 150 mil dólares del Premio FIL de Literatura, Sealtiel renunció a la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM y al Premio Xavier Villaurrutia. Reconoció —así sea tímidamente— sus errores y, durante algún tiempo, permaneció en el ostracismo.

No era para menos, pocas veces se ha linchado a alguien con tanta saña como a él. De las justifi cadas acusaciones de plagio se pasó a los ataques a su vida privada y a inundar las redes sociales con porquería.

Cuando el pasado vuelve con fuerza inusitada en el go-bierno de Enrique Peña Nieto y los nombres de los nuevos funcionarios culturales nos llevan al esplendor salinista, también Alatriste regresa, ya no como un hombre todopo-deroso sino como productor asociado de la serie Creadores universitarios.

A partir de este lunes, el programa se transmitirá en Foro TV, de 19:00 a 19:30, con la conducción de Andrea Ruy de Orellana (hija del querido Alberto Ruy Sánchez) y Leonora Milán (hija del poeta Eduardo Milán) y una buena planta de reporteros integrada por Anitzel Díaz, Alejandra González, Leonardo Ferrera y Noé Cárdenas, con el entrañable Roberto Pliego en la jefatura de información.

Queridos cinco lectores, con curiosidad por conocer la nueva empresa de Alatriste, El Santo Ofi cio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. D

[PAOLA GRACÍA][CLAUDIA GUADARRAMA]

“LA VANIDAD YA NO ESTÁ EN MI HORIZONTE”

PORFIRIO MUÑOZ LEDO

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MI HORIZONTE”

¿PARA SERVIR O POR EL PODER?La política son las dos cosas. Si no hay poder no se puede servir y si nada más se usa el poder sin servir no creo que tenga mayor objeto.

¿QUÉ LE DICE LA MUERTE?Es lo obvio e inevitable, el problema es cómo y cuándo llega. Creo que a todos nos gustaría conti-nuar la faena y morir en las mejores condiciones, sin dolor. Cuando eres joven le temes a la idea desaparecer pero en la madurez ya te preocupa la manera y que los tuyos no queden desamparados.

HA VIAJADO MUCHO, DICEN QUE CONOCE 100 PAÍSES.Conocer, apenas el mío. He estado en muchos países porque fui funcionario con vocación inter-nacional; estudié en el extranjero y pude recorrer algunos de mochilazo.

¿A DÓNDE FUE DE MOCHILAZO?A Europa y el norte de África, en realidad mochila-zo es una expresión metafórica. Digamos viajé con poquísimos recursos, me movía en tren y dormí en las estaciones.

¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?No sé. En haber vivido conforme uno piensa. En el hombre público, en haber logrado éxitos en el cami-no que uno cree que sirve a su país. Y en lo privado, es el equilibrio de tus relaciones personales. D

Porfi rio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega nació el 23 de julio de 1933 en la Ciudad de México. En su larga carre-ra política ha sido diputado, senador, secretario de Estado, embajador y candidato a la Presidencia de la República.

por Héctor González

Pocos políticos en México cuentan con las horas de vuelo de Porfi rio Muñoz Ledo. Inmerso en las grandes ligas de la administra-ción pública desde hace más de 40 años, este hombre cercano a las ocho décadas de vida no sabe lo que es la inactividad.

ESTE AÑO CUMPLIRÁ 80 AÑOS ¿CÓMO SE SIENTE?A decir de los médicos bien, con capacidad de trabajo, aunque el año pasado tuve una intervención quirúrgica y un amago que afortunada-mente el tiempo ha disipado.

¿TUVO UN PADRINO POLÍTICO?No tuve padrinos pero sí maestros. El doctor Mario de la Cueva nos estimuló mucho, pero quien me invitó a la admi-nistración pública fue el señor Jaime Torres Bodet, a quien conocí mientras él era embajador de Francia.

¿SE NECESITA EGO PARA LA POLÍTICA?Depende que entendamos por ego. Se necesita una personalidad fuerte, por-que así son los embates de la política. Si te refi eres a ego como vanidad, ese viene a veces con los éxitos pero hay que saberlo dominar.

¿USTED LOS DOMINA?La vanidad ya no está en mi horizonte inmediato. He tenido ires y venires, momentos satisfactorios y golpes. Mi vida ha dado muchas vueltas y si a estas alturas no se tiene serenidad ya no se tuvo nunca.

¿LA POLÍTICA LE HA DADO MÁS SATISFACCIÓN O DESENCANTO?Si miro para atrás la cosecha es positiva, creo que la verdad sí he hecho muchas cosas. Cuan-do me invitan a un acto público me piden mi currículum, suelo mandar uno de dos páginas pero siempre pido que no lo lean porque afor-tunadamente la gente conoce mi trayectoria.

¿A QUÉ LE TEME?Me preocupa que mi nueva encomienda salga bien, ya no creo haya después otra. Además el encargo del licenciado Mancera (la coordina-ción de los trabajos para la reforma política del Distrito Federal), de alguna manera resume mi vida política. No quisiera terminar mal. Le temo a las fragilidades del ser humano, a esta edad estoy expuesto a muchas cosas. Pero no es un temor reverencial, sino normal y humano.

¿A QUÉ SABE EL PODER?No creo que sea una cuestión gustativa.

PERO A LOS POLÍTICOS LES ENCANTA…Sí, desde luego el poder es eso: poder hacer cosas. Además hay un estatus aunque uno sea discreto o modesto; es una vocación como lo es la belleza o la sabiduría. Desde la adolescencia no tuve duda de que quería dedicarme a la política.