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suplemento cultural del semanario Eœa nº 3 · año 1 · octubre 2008 [email protected] prohibida su venta por separado E l teatro se viene con todo. Al año van más de treinta estrenos. Una nueva generación, hija de la transición, emerge con fuerza vital. Es gente que ama el teatro y quiere vivir de este oficio. Veamos lo que nos dijo Moncho Azuaga durante la inauguración de la Semana del Teatro: «El teatro es un instrumento estra- tégico para resistir y rechazar a las políticas depredadoras decididas por centros de poder interesados en la apropiación de nuestros re- cursos naturales». La obra de inauguración tuvo un despliegue majestuoso. Mucha magia en los escenarios de la Plazoleta Comuneros. Una ale- goría del mundo, del bien, del mal, de los dioses, de condena de la hembra, de la oscuridad y la vida. En este número, a más de la crónica de la inauguración, acercamos un diálogo de bar con Hugo Robles y su gente. Hugo está pasando por su mejor momento creativo. No es fácil la tarea de representarnos como pueblo, en todas las esferas. Son obras que duran dos o tres días en las tablas. Se termina una obra y de vuelta a co- rrer detrás de un nuevo financiamiento. La dic- tadura stronista hizo bien la tarea de sacralizar lo popular como lo folclórico y de estereotipar a la gente, al arriero, al homosexual, a la pokÿra; de ubicar como «lo nuestro» la danza paraguaya, la polca al estilo Quemil Yambay, Aníbal Lovera y Alberto de Luque. A casi dos décadas de su omnímodo poder, el país se recrea desde ande- tro, como puede, en las artes y en la política, en la calle. El teatro, una manera de contarnos de nuevo la historia. [páginas 6 y 7] energías vitales, alegorías necesarias fotografía gentileza de roger bernalve

Suplemento El Baldio 3 - Octubre 2008

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Suplemento culutural del periodico paraguayo E’a

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suplemento cultural del semanario Eœa

nº 3 · año 1 · octubre 2008

[email protected]

prohibida su venta por separado

El teatro se viene con todo. Al año van más de treinta estrenos. Una nueva generación, hija de la transición, emerge con fuerza

vital. Es gente que ama el teatro y quiere vivir de este oficio. Veamos lo que nos dijo Moncho Azuaga durante la inauguración de la Semana del Teatro: «El teatro es un instrumento estra-tégico para resistir y rechazar a las políticas

depredadoras decididas por centros de poder interesados en la apropiación de nuestros re-cursos naturales». La obra de inauguración tuvo un despliegue majestuoso. Mucha magia en los escenarios de la Plazoleta Comuneros. Una ale-goría del mundo, del bien, del mal, de los dioses, de condena de la hembra, de la oscuridad y la vida. En este número, a más de la crónica de la inauguración, acercamos un diálogo de bar con Hugo Robles y su gente. Hugo está pasando por su mejor momento creativo. No es fácil la tarea de representarnos como pueblo, en todas las esferas. Son obras que duran dos o tres días en las tablas. Se termina una obra y de vuelta a co-rrer detrás de un nuevo financiamiento. La dic-tadura stronista hizo bien la tarea de sacralizar lo popular como lo folclórico y de estereotipar a la gente, al arriero, al homosexual, a la pokÿra; de ubicar como «lo nuestro» la danza paraguaya, la polca al estilo Quemil Yambay, Aníbal Lovera y Alberto de Luque. A casi dos décadas de su omnímodo poder, el país se recrea desde ande-tro, como puede, en las artes y en la política, en la calle. El teatro, una manera de contarnos de nuevo la historia. [páginas 6 y 7]

energías vitales, alegorías necesarias

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octubre 2008 · semanario E’a · suplemento el baldío2 literatura

Lanzamiento

El lanzamiento del

poemario está previsto

para el mes de octubre,

en la primera o segunda

semana. La precisión

del evento se publicará

en www.ea.com.py

Texto y fotografía de Magalí Casartelli

[email protected]

El 10 de setiembre fue la fecha fijada para esta entrevista. Dos días antes Chereas llamó para puntualizar el encuentro, dijo

que sería un honor hablar de su libro en E’a y ante ese gancho la periodista se sintió ine-vitablemente comprometida. «Traé maquillaje para arreglar un poco mi cara para la foto», fue otro pedido que sonó inaudito, pero no había razón para contrariar la naturalidad de esa so-licitud. Junto a la cámara, la libreta y el bolí-grafo, sus pocas armas cosméticas fueron una herramienta más de trabajo.

Chereas Daniel llamó preocupada para pos-tergar el encuentro media hora, pues los libros que debían llegar de la imprenta se atrasaron y no era una opción para ella empezar la entre-vista sin su segundo hijo en brazos.

La periodista llegó, y a la par de un eufóri-co saludo el paquete despanzurrado por las ga-rras de la ansiedad dejaba ver al hijo, Palabras posibles, su segundo poemario.

de Chereas Daniel

El maizal vuelve a llamarnosCon su voz siempre nuevaEn las ramas del viento

Casi nos pide volver a ser niñosRetroceder con las uñasEl paso del tiempo

Vuelve sin avaricias a convidarnosCon su canto verdeA fabricar con sus espigas sueños

El maizal vuelve a llamarnosDesde aquel sitioY sin distanciasNi titubeosA recordarnos nuestra infancia.

(De Pequeña Antología)

Las palabras posibles

salta a otro, una anécdota le remite a una persona y esa persona a otra anécdota y así la charla va de liana en liana. Recuerda su primer poemario y la periodista no siente que le irrita ninguna vanidad cuan-do le dice: «ese fue un libro que ha conmo-cionado, por la estética de los poemas y las caritas», mientras lo hojea y recorre la vista sobre los distintos semblantes de los dibu-jos que ella delineó para su poemas. En esta nueva publicación no acompañan nuevos di-bujos, salvo la hermosa portada hecha por su amiga Tana Schémbori. Sin embargo, Chereas muestra unas cuantas obras suyas enmarca-das y otras en proceso de terminar. Van desde

en medio de las disgregaciones, siempre surge él, a quien Chereas llama «mi viejo», que tiene «los ojos azules como el mar y las canas de Ri-chard Gere».

Al despedirse se disculpa con la periodista: «me voy por las ramas al hablar, pero eso es típico de los escritores». «No hay problema», le dice tomando el comentario como una excusa para el último estrechón de manos y se va. Ya distantes y retornando a temas domésticos tal vez, piensa en los maquillajes y se sonríe pen-sando en que ninguna se acordó de usarlos. De repente resuena la poesía con un mensaje de texto de Chereas: «Si de repente nos fuimos por las ramas es porque sabemos cuán fuerte y profunda tienen el tronco y la raíz».

Escribir es estar atento de los demásChereas, de 32 años, pudo ver su sueño cum-plido en el 2003, su Pequeña Antología reunió poemas sencillos donde con ternura habla de penas, soledades, añoranzas, y no necesa-riamente porque ella las sufra todas, sino que se alimenta de otras experiencias. «Mi poesía no parte de mí sino de mi observación de los otros», dice.

Y esto es tan cierto como la anécdota que con su acostumbrado desenfado cuenta: «El año pasado me caí en una rejilla en la calle». A raíz de este accidente tuvo una fractura de-licada en el brazo. Su estadía en el hospital de Itauguá fue una situación nutritiva para su rol de escritora. Pasó el año nuevo ahí. Los médicos se hicieron sus amigos. «Ahí aprendí lo que significa amanecer en la piel del otro». Observó tanto a su alrededor que de su curio-sidad no se escapó la famosa historia del fan-tasma de Rosa que, dicen, habita el hospital. «Memorias de un fantasma», escribió y lo tiene guardadito.

Poesía y pinturaChereas habla de muchas cosas, de un tema

Poesía, pintura, música…«Tengo vocación de cantante», dice Chereas y sorprende de nuevo con una pasión más. Ella se crió en San Cristóbal, el distrito de Alto Pa-raná, por lo que habla muy bien el portugués y en la entrevista empieza a correr la bossa nova, un adelanto de lo que también habrá en el lan-zamiento. «Con unos amigos tengo un grupo de música llamado Trova Bohemia».

Su ídolo es Joaquín Sabina, un arrebato y un relajo a la ansiedad. Y platicando de ansie-dad le habla del cigarrillo que a veces fuma, dice, «pero no trago, saco nomás». Surgen otros temas, su salud no es muy buena, tiene proble-mas renales, entre otros. Y las complicaciones del alma en las que recibe la ayuda del doctor Carlos Alberto Arestivo. Es imposible no po-ner su nombre acá porque en medio de la charla sobre poesía, pintura,

técnicas de collage hasta pinturas en acuare-la. «Cuando la gente me pregunta qué signi-fica esto o cuál es el mensaje de aquel, yo le digo: a la pucha, te estoy faltando al respeto si te digo porque te estoy robando la capacidad de imaginar», le aclara a la periodista y ésta se abstiene de preguntar qué quiso decir con aquella pintura. La presentación de Palabras posibles irá acompañada de una pequeña ex-posición de estas obras.

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3suplemento el baldío · semanario E’a · octubre 2008 estancias·errancias·querencias

Mirá la agenda de actividades en http://ea.com.py/category/agenda/

do 18 de Octubre en el local de Absoluto Rock (Haedo e/ Ind. Nacional y Yegros) a partir de las 21 hs. Las entradas tendrán un costo de 15mil guaraníes y los primeros 50 pagantes se llevarán como recuerdo un mcd de The Profa-ne titulado «Fuck off Rock Stars». Participarán de este concierto aniversario las bandas in-vitadas Anfuse y Patriarca. Los organizadores señalan que esa noche habrá sorteos de cds y remeras. Igualmente se habilitará una feria de discos y merchandising de la banda a precios accesibles.

Con cinco años en la escena, The Profane cuenta con un disco editado (Chaosbreed, Ha-teworks, 2007) y una cantidad importante de presentaciones en vivo, tanto dentro como fuera del país.

Se expone en la web de E’a –exactamente en www.ea.com.py/lenguapop– una recopilación fotográfica que fue llevada a cabo bajo Len-guapop, una agencia de publicidad y un pro-yecto de comunicación que busca recolectar y promover nuestra cultura popular actual. El emprendimiento se hila a través del blog Cómo se ingenian los perros –http://como-seingenianlosperros.blogspot.com– en donde se agregan textos sobre situaciones cotidianas de la vida urbana: el choque entre la supuesta modernidad impuesta por la vida comercial en una ciudad chica con alma de pueblo grande. Las imágenes, en un primer momento jocosas, nos revelan en realidad como los pobladores de esta urbe –todos nosotros– resolvemos ese encuentro entre «lo global» y «lo nuestro», en-tre la cultura que traen consigo los miles de expulsados campesinos que vienen en busca de oportunidades laborales a la capital y los rasgos semicosmopolita de Asunción.

viados con la casaca del club de nuestros amo-res. Pero resulta que Noelia Pérez, publicista y directora de arte, dió una vuelta de tuerca al dispositivo en que los paraguayos deposita-mos desde hace años nuestras monedas.

Inspirada en el movimiento del toy art – surgido en Japón a mediados de los 90, que utiliza muñecos como soporte artístico, ge-neralmente luego comercializados en una se-rie– Noelia vio que los populares kure alcancía podrían ser su soporte. «Este es un híbrido, un objeto tradicional paraguayo repensado capaz de competir con la cultura del plástico», dice desde su blog http://alcanciascochis.blogspot.com, en donde expone y comercializa sus puer-cos adornados, generalmente sobre pedido.

Los resultados son sorprendentes en mu-chos casos, y el asunto gana fuerza cuando son vistos desde la perspectiva de una serie en donde hay puercos tipo Buda, Batman, Spi-derman, San la Muerte o incluso un kure televisor. En otros casos tenemos conchi-nos cuya superficie ha servido más bien de soporte de una expresión más gráfica, más

abstracta, formas no figurativas en colores contrastantes.

La alcancía de barro es uno de los artículos más comunes en lo que se re-fiere a alfarería en Paraguay. «La con-servación de este artículo típico fue

uno de los grandes motivantes de este proyecto», dice Noelia.

Una mirada a nuestra cultura visual popular actual

La fiesta del pecado de The Profane

Reinterpretaciones en cerámica

Cuando hace cinco atrás los hermanos Marce-lo y David Arriola decidieron armar un pro-yecto paralelo a la banda que integraban, no pensaron que con el correr de los años esta primera idea de pasatiempo se convertiría en una sólida propuesta con trayectoria y proyec-ción. El proyecto en cuestión se llamaba (se llama) The Profane y su particular fusión de death metal y rocanrroll (llamada por ellos mismos «death and roll») instaló en la esce-na roquera local una gota de renovación a las tradicionales propuestas, en lo que a música extrema se refiere.

The Profane cumple 5 años en el ruedo y lo festejará a puro death’n’roll con un concier-to que se dio en llamar «Sinfest, 5 años en la carretera del infierno». Será el próximo sába-

Comemos chancho asado o al horno, kure akãngue ÿvÿguÿ, costillita de cerdo y/o chicharõ trenzado; cuando un centrofod-ward chuta de manera muy leve decimos que da un kure patada; si la comida no es apetecible hay quien dice que ni kure ndoœuséi; un individuo lo suficientemente desagradable puede ganarse el marcante de kure vómito y –en cambio– si algo fun-ciona como debe es «de ley kure bota»; una de las posturas más modestas del kamasutra es denominada posición kure mano (y de las más atrevidas, el kure joœo); en San Juan ára la mayor atracción después del toro candil

–compitiendo cabeza a cabeza con la pelo-ta tata– suele ser el kure s�i. Y, por supuesto, guardamos nuestros monedas en alcancías con forma de chancho, ata-

juguetes personalizados

música

fotografía eb la web

«Este es un híbrido, un objeto tradicional paraguayo repensado capaz de competir con la cultura del plástico»

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octubre 2008 · semanario E’a · suplemento el baldío4 los innombrables

Bartomeu Meliá llegó a Paraguay hace 54 años. Entonces tenía 22 y era seminaris-ta. Unos días después de arribar al país

ya estaba practicando guaraní. Su profesor: Antonio Guash. Fue docente de las primeras promociones del Colegio Cristo Rey. Cuatro años después de llegar al país partió nueva-mente rumbo a Europa. Volvió en 1969.

A más de medio siglo de su primera llegada a Paraguay, el Paœi Meliá habló con Eœa sobre la posible desaparición del guaraní, su enseñan-za y su escritura. Se mostró un tanto reticente a que una grabadora atrape sus palabras. Más allá de esa anécdota, y luego de que el entre-vistador prometiese anotar y captar claramen-te las ideas, la charla se inició.

Aclaró primero que toda lengua está en peligro de extinguirse. Las grandes, las chicas, todas. Dio el ejemplo de la que fue, cultural-mente hablando, una de las mayores: el latín. Hoy no hay en el mundo una comunidad lin-güística en latín. Ni siquiera en El Vaticano, que la tiene como lengua oficial. Al decir de Meliá, cualquier lengua puede dejar de ser ha-blada. ¿Y cuándo desaparece? ¿Cuándo muere el último hablante? «No necesariamente. La lengua está muerta cuando deja de haber una comunidad lingüística, un grupo de personas que se comunican con esta lengua».

El guaraní tiene actualmente seis varieda-des diferentes. Estas corresponden a los Påi, los Mbyá, Ava Guaraní, Guaraní Occidental del Chaco (mal llamados Guarayos), Guaraní Ñandéva y Aché Guayakí –que hablan una len-gua de léxico guaraní, pero con una gramáti-ca diferente–. Luego se encuentra el guaraní paraguayo. El sacerdote indicó que todas las formas de guaraní son vulnerables.

entrevista a bartomeu melià

«Las lenguas no mueren porque

las hablamos»

Texto de Osvaldo Zayas

[email protected]

Fotografía de

Magali Casartelli

El medio más seguro para mantener la lenguaEl guaraní paraguayo es hablado por más o me-nos cuatro millones de personas. «Hablado y entendido en diversos grados en Paraguay. A ellos hay que añadirle el grupo de los migran-tes», comentó. El lingüista expuso la situación que se da con los guaraní hablantes que están en el exterior. «Ellos, por diversos motivos, no establecen una comunidad de lengua con sus hijos, la mantienen sí con sus vecinos de la misma generación». Para él, esa es una tenden-cia, pero en algunos casos los hijos de los mi-grantes llegan a ser fanáticos de su lengua.

La posibilidad de hablar en guaraní para los que viven fuera de Paraguay se restringe un poco. «Y la lengua que no se habla tiende a ser olvidada. No siempre, por ejemplo: mi lengua materna es el mallorquín y no la he ol-vidado en absoluto. Sin embargo, yo noto que muchos paraguayos, al pasar un tiempo fuera, sienten dificultad en hablar», señaló.

Según el jesuita, modernamente hay varios medios para mantener viva una lengua, pero el habla es el más seguro. «Por eso los guaraní han mantenido su lengua y su lengua especial, no el guaraní de los paraguayos; los Påi, los

guaraní «¿No sé si has escuchado a dos cho-feres de autobús hablar en castellano? Todos hablan en guaraní, además hablan un guaraní muy especial.

»Entonces, hay una comunidad lingüísti-ca que podemos llamarle de los choferes. Hay una comunidad lingüística de los albañiles, a pesar de que usan muchas palabras del caste-llano, por los instrumentos que usan, pero es una comunidad guaraní hablante, aunque esté en la ciudad».

Siguiendo la línea lógica trazada por Meliá, él asevera: «Después de afirmar que la fuerza del guaraní está en el guaraní hablado, que la transmisión generacional es la gran fuerza del guaraní, se puede decir que la persona que no lo ha aprendido desde su casa, en su infancia, difícilmente ya lo va a aprender», apuntó.

No es seguro que quien no aprendió guaraní en su hogar nunca lo llegue a manejar, pero es muy difícil, según Meliá. «La transmisión que

«El habla es el soporte más fuerte, más

duradero y más firme incluso de una lengua.»

Ava Guaraní hablan el guaraní como lo hablaban antes de la llegada de los españoles. El habla es el soporte más fuer-te, más duradero y más firme incluso de una lengua», aseguró.

Recalcó que él insiste mucho en esa idea «porque las lenguas no mueren porque no se las escribe, las lenguas no mueren porque las hablamos, la escritura propiamente no salva ninguna lengua. Otra vez volvemos al latín», reiteró.

A partir de ese razonamiento, el ganador del Premio Nacional de Ciencia en el año 2004, destacó que las lenguas se mantienen, tienen fuerza, cuando se las habla y se las habla porque hay una comunidad lingüística que usa como instrumento privilegiado esa lengua. ¿En el Paraguay sucede esto? «Sí, hay muchas comunidades lingüísticas que usan todavía como primer instrumento el guaraní, en ellas se conserva mal que mal o bien que bien», expresó.

Muy al contrario de lo que se cree, que so-lamente hay comunidades lingüísticas rurales, el cura resaltó que en las ciudades hay grupos de gente que se expresan normalmente en

http://www.

revistacontratiempo.

com.ar/melia1.htm

Enlaces

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5suplemento el baldío · semanario E’a · octubre 2008 los innombrables

ha entrado, el remedio resulta casi peor que la enfermedad. Estoy hablando en general y, al decir general, es una caricatura que marca ciertos rasgos que hacen que uno se reconoz-ca», aclaró.

Meliá reconoce la falta de preparación pe-dagógica y didáctica de los docentes para la enseñanza del guaraní. «Preparación que ge-neralmente tampoco tienen para el castella-no. Ahí yace el problema, no en que el guara-ní tenga la ortografía de este modo, de aquel, no. El problema es que este docente no está preparado ni pedagógica ni didácticamente para enseñar, no solamente el guaraní, ni para plantar porotos está preparado, entonces no sale nada», sentenció.

El cura dio algunos ejemplos: en Paraguay se ha querido pasar a un sistema de nume-ración decimal. El sistema numérico guaraní fue siempre hasta cuatro. «Cinco no es “po”»,

aseguró Meliá «¿Y entonces cómo se arregla-ban para contar? Es otra matemática. ¿Sabes por qué empezaron a contar los padres, los mi-sioneros? Ahora nos hace reír, era para que el que se iba a confesar pudiera contar cuántas veces había hecho un pecado. O sea, ¿cuántas veces faltaste a misa? “heta”, ¿qué quiere de-cir “heta”? Muchas, ¿muchas cuántas? Después la numeración se aplicó a muchas cosas y los guaraníes antiguos la usaron muy bien, como así usaron los nombres de la semana y del mes en castellano». Para Meliá, es inútil perder el tiempo en palabras que no circulan.

De poder crear palabras, se puede. «Yo pue-do crear una lengua, pero las lenguas también se crean. Entonces uno dice, por qué no apro-vechar la lengua que ya existe y no perder el tiempo en crear palabras que todavía no exis-ten y que, además, no circulan», apuntó.

«Hay libros que a veces tienen el mismo problema, aunque los libros no son tan ma-los como a veces se quiere decir, porque ahí también han entrado las tendencias de grupos que querían que el guaraní en la escuela fuera muy puro y otros que aceptan más palabras castellanas», manifestó. Posteriormente, expli-có que el guaraní es una lengua que se escribe, por lo menos, desde 1585.

Teniendo en cuenta que la escritura es algo convencional, lo que en la llamada escritura silábica se pretende es que los sonidos estén representados casi siempre por el mismo sig-no, para que no haya caos. «Más de 60 escritu-ras ya ha tenido el guaraní a través de la his-toria. ¿Son todas malas? No son todas malas. ¿Son todas buenas? Ninguna es perfecta, pero la actual tiene una ortografía sumamente ló-gica; cada sonido tiene una letra y cada letra responde a un sonido. Dicho más técnicamen-te: cada fonema se representa con grafema y cada grafema responde a un fonema. En tiem-pos de Cervantes y Quevedo, el castellano te-nía muchos más problemas de ortografía, pero nadie impidió que Cervantes sea Cervantes, ni Quevedo fuera Quevedo y Lope de Vega fuera Lope de Vega, aunque no tenían una ortogra-fía», concluyó el sacerdote católico.

se llama intergeneracional es lo más impor-tante para mantener una lengua, cuando esto se ha roto, no hay poxipol que lo pegue ¿Cuál es el poxipol de las lenguas?, a veces la escuela. ¿Qué se puede esperar de la escuela? Se puede esperar mucho, pero no hay que esperar lo que la escuela no puede dar», añadió.

Meliá precisó que si la institución educa-tiva se constituye en comunidad lingüística, se puede esperar mucho de ella. «Esto quiere decir que no solamente se aprende el guara-ní como la clase de inglés o de alemán, sino que por el placer de la persona, porque en la escuela se habla guaraní». Dio como ejemplo el hecho de que en España se dan asignaturas completas en idioma extranjero, lo que hace que el alumno aprenda, por ejemplo, mate-máticas en inglés, Estudios Sociales en inglés. Que las materias completas sean impartidas en guaraní puede ayudar mucho a mantener la lengua.

La escritura que reafirma una lenguaPor otro lado, en los ambientes rurales, según explicó el investigador, podría ayudar mucho que el campesino vea que el guaraní se escribe, que está en los libros, que sea objeto de reco-nocimiento por parte del ministerio en el pro-grama, en sus textos, que el docente enseñe guaraní con alegría, no porque haya que hacer-lo; todo eso contribuye. «Ahí entramos en el tema que retomaremos después, que es el de la escritura. La escritura en la sociedad moderna es un motivo para reafirmar una lengua. Una lengua que no se escribe nos parece que es una lengua pobre, que no tiene categoría. Eso no es verdad, pero es la ilusión y a veces hay engaños necesarios».

Que el guaraní escrito sea útil en la escuela es una verdad, según el escritor, «pero cuan-do el guaraní entra en la escuela con una serie de fallas con las que

Nace en Mallorca, España, en 1932. Un

tiempo en que nuestro país se debatía

en una absurda guerra por intereses

petrolíferos de la Standard Oil. Se

inicia en el estudio de la lengua y

cultura guaraní con el padre Antonio

Guasch. Se gradúa de doctor en la

Universidad de Strasbourg, Francia, en

1969, con una tesis sobre la creación de

una lengua cristiana en las reducciones

guaraníes del Paraguay. Entre sus

publicaciones de carácter más

específicamente linguístico se cuentan,

entre otras, El guaraní a su alcance

(Asunción 1958), Educación indígena y

alfabetización (San Paulo 1979), La lengua

guaraní del Paraguay; historia, sociedad

y literatura (Madrid 1992), Elogio de

la Lengua Guaraní, (Asunción 1995).

Quién es Bartomeu Melià

«En tiempos de Cervantes y Quevedo, el castellano tenía muchos más problemas de ortografía [que el guaraní], pero nadie impidió que Cervantes sea Cervantes, ni Quevedo fuera Quevedo y Lope de Vega fuera Lope de Vega, aunque no tenían una ortografía»

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octubre 2008 · semanario E’a · suplemento el baldío6 teatro

fotografías gentileza de Roger Bernalve

El encuentro estaba previsto para las 19 en la plaza Comuneros. Allí, los espec-tadores nos hallábamos un tanto disper-

sos, conversando algunos, contemplando el lugar otros. Un niño quería besar a una niña. En una esquina unos músicos afinaban sus instrumentos. Escenografías montadas en dis-tintos espacios de la plaza. En ese escenario nos encontrábamos esperando la apertura de la semana internacional de teatro organizada por el Centro Paraguayo del Teatro. De pronto, sin consideración alguna, una voz irrumpió la dispersión y le sucedió la pronta concentra-ción de los presentes a un punto de la plaza. Un pájaro con aguda voz dio inicio a la obra «Teatro Árape javÿœa». Se trataba de la repre-sentación alegórica del mito de la creación «apapokuva guaraní», una adaptación de Mon-cho Azuaga de la versión poética de Augusto Roa Bastos, bajo la dirección general de Tere-sa González Meyer.

«Ñanderuvusu oguahæ ouvo, Ñanderuvu-su…», con estas palabras los actores nos su-mergieron en la cosmovisión guaraní de la creación del mundo. El punto de partida, la explicación a la sempiterna interrogante de dónde venimos y de qué estamos hechos. Con música experimental en vivo y danza con fue-go figuraron la creación del primer hombre. Acto seguido, a nuestras espaldas, una luz destelló sobre un árbol y de sus ramas, col-

El mundo como alegoría

Una alegoría del mundo, de la vida y de la oscuridad.

Mucha síntesis, mucha magia, mucha historia en la

inauguración de la Semana del Teatro. Una obra gigantesca

en la plazoleta Comuneros que nos recuerda que el teatro

se vive intensamente. Cicuenta

años de teatro independiente. Más

de 40 funciones en un año. Y una

generación que se suma a esta

historia con mucha energía.

Lea Schvartzman

pitalista. Entre las risas de los presentes, ellas sollozaban «…artistas con dramas, dramas de fin de mes… Icen, Correa, la rubia Inés no se come con Bertolt Brecht», y si por si acaso aun seguíamos dilucidando problemas metafísicos exhortaron «…el presupuesto nuestro tan ra-quítico y pelado ruega por nuestros males tan parecidos al Estado, pobre, ausente, chiquitito y esquilado…».

Los pintorescos presentadores Regina Ba-chero y Ernesto Centurión hicieron el resto. Anunciaron el lema de la semana: «teatro en tiempo nuevo»; en tanto las lloronas murmura-ban «jaha pÿ mbaœe vai, mbaœéicha mbaœe porå». Jocosamente, el elenco ilustró las penurias cotidianas que acarrean los males neolibera-les pero con la fuerte y vívida esperanza en la construcción de un nuevo Paraguay.

Invitaron al escenario al ministro de Cultu-ra Ticio Escobar y al director de Cultura de la municipalidad de Asunción Fernando Pistilli, quienes resaltaron la emblemática y sostenida labor del cepate.

Este año la semana de teatro rindió home-naje a Tito Jara Román y con él a los 50 años del teatro independiente en Paraguay. Tito, con su grupo Teatro Experimental Asunceno

en la década del 50, impulsó una nueva co-rriente escénica presentando una alternativa diferente para los trabajadores de las tablas. En los sesenta y setenta estos elencos rompie-ron con las estructuras convencionales de re-presentación y en sus parlamentos, en plena dictadura militar, cuestionaban el orden so-cial imperante. «Éramos tozudos», me dijo Tito antes de subir al escenario y regalarnos con su típica sonrisa y mirada llorosa unas palabras. Subió, y antes de hablar, observó atentamente a su alrededor los vestigios de las escenogra-fías montadas, rostros nuevos y otros que ya conocía por haber compartido en otro tiempo infortunios y alegrías. Estaban allí aprendices de él, ya constituidos hoy en representantes del teatro nacional. En primera fila, su com-pañera de siempre, Haydée Vera y Aragón. Con una bocanada de aire, arrancó Tito. «Tan emocionado estoy ha ndaikuáai mbaœépa haœé-tava». Con un poco más de impulso, retomó: «realmente me emociona estar vivo y ver como han transcurrido estos 50 años donde el teatro independiente ha logrado liberarse de las ata-duras de la dictadura y la crematística, signi-fica que ese espíritu independiente continuó». Luego recordó a Emilio Barreto, Rudi Torga y Arturo Pereira.

También Moncho Azuaga, en represen-tación de la organización, subió al escenario y se dirigió a los trabajadores y trabajadoras del teatro. «Convocada la fiesta del teatro en el tiempo justo de la primavera, escucho vo-ces conocidas, textos dictados desde el sueño.

gada de una cinta con delicados movimientos acrobáticos, descendió una mujer. Giramos formando un círculo alre-dedor de ella, nuestras miradas se perdieron en el brillo de los abalorios de su destreza, representaba la luna mansa, la mujer diosa.

Guiados por los actores nos trasladamos a otro punto de la plaza para encontrarnos con la parábola de kuña, hecha de barro, color tie-rra y agua. Un desnudo pintado interpretó la creación de la primera mujer, el castigo a ésta y su muerte con el nacimiento de los geme-los, que provenían de su vientre. Finalmente, entre riñas y juegos, los gemelos nos conduje-ron al escenario central para concluir con la composición simbólica de nuestros antepasa-dos, dejándonos con la reflexión de nuestras construcciones imaginarias, remitiéndonos a nuestra esencia para sentirnos, sentirnos co-lectivamente.

A esta atmósfera de embrujos imaginarios devino la letanía de unas lloronas que nos recordaban, sarcásticamente, que la realidad existe, es concreta, objetiva y, por cierto, ca-

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7suplemento el baldío · semanario E’a · octubre 2008 teatro

A sus treinta años, Hugo Robles está con-tento, se le nota, aunque anda mal de amores. ¿Quién no?, respondería la pla-

tea. En un poco más de un año con su gente ha subido a escena varias obras y ha trabajado en varios proyectos más. Aheño (Natalí Valenzue-la y Katia García fusionan dos unipersonales), Kure Kÿse (con Fabio Chamorro en «su mejor actuación»), Kÿreœ� (con la Grindcore Clown), Techagaœu (con Carolina Ortiz, Pili Ortiz, Katia García) y Míster Apleyard, en dirección conjun-ta con José Delgado (Simpson)...

El nombre de sus obras delata el mundo que espía, vive, reinventa. Es él y sus colegas y compinches de teatro y vida como Katia, Cha-morro, Yenia Rivarola, Omar Marecos, y tantos otros, un mundo itinerante que apuesta con carne al oficio de las tablas. Como ellos, el tea-tro paraguayo de hoy (historia y síntesis) tiene una energía vital y compleja de suburbanismo crudo, desarraigo, tristeza honda, kanguero, eu-foria en explosión de vidas que se expresan en un mar de contradicciones.

El movimiento expresa mundos que se se encuentran, se quiebran y se atrincheran, que se van, que se dejan, en un paisito que a veces nos besa y a veces nos vomita. «Avisá si no te sirve la ciudad de los jazmines... avisame que preparo tu fiesta de despedida», se la escucha a la Yenia Rivarola desde muy adentro.

«Quién dice que acá no pasa nada. En este país se entrenaron más de cuarenta obras en un año, sólo en Asunción», suelta Robles, en un rinconcito de El Rubio, General Díaz (Aza-ra) y Colón. «General Díaz no rima con Palma», diría Ulises Silva.

Robles gesticula. Es grande y tiene presen-cia. Gesticula y se acomoda el anteojos. Está orgulloso de la gente con quien trabaja. «Cha-

Hay teatro para rato

Katia), te hace de todo». Katia devuelve el gesto desde adentro. Desenfadada y desafiante, afir-ma: «Yo amo el teatro. Yo soy actriz». Es chusca la Katia. Con ese ímpetu que se devora el kan-guero y el pirevai, agrega: «Prefiero vivir en la pobreza absoluta antes que hacer algo que no me exprese ni me represente».

Ha llegado a la mesa Claudia Bogarín, con sus ojos de lechuza. Ya no le duele tanto haber querido tanto. María trae otro ñoño. Hay mu-

Julio Benegas

[email protected]

chas cosas que pasan en este país, parece asentir Claudia, al explicar que en Buenos Aires le costó un Perú conseguir trabajo y que desde que regresó acá no para de trabajar.

Hay gentes que se atropellan por las no-ches con sus poemas, con su música, con sus discursos amatorios, con la vida, con la birra, recreándose en escena y en síntesis vitales.

Hay un mundo de creación que necesita explotar para afuera y mantenerse en esce-nario por más tiempo, para afinarse e influir en la representación popular. Por ahí hay que buscarle la vuelta a las palabras de gente que ya tiene mucho oficio recorrido en esta histo-ria, como Moncho Azuaga.

Son obras de dos o tres días de tablas. «Hay que andar de acá para allá en busca de nuevos financiamientos», asume Robles. Es una rue-da vital que consume demasiada energía. Una energía que desborda, explota y se retuerce. La semana del teatro desbordó de gente casi to-das las presentaciones. Hay vida en el teatro para rato, en un movimiento que está a punto de parir teatro popular alejado de la estereoti-pia y del folclorismo con que el trasnochado orden stronista intentó encasillar la expresión del pueblo.

morro (raramente ausente en la mesa) está imperdible en Kure kÿse, le nace lo mejor».

Una generación, «hija de la transición», ha inundado el mundo del teatro. Para la mayoría ya no es expresión personal solamente o parte de alguna agenda de hobbies y destrezas. Para la mayoría de este movimiento el teatro es ex-presión vital. Es gente, como Pitu (Ana Caba-llero, la nueva «reina» de Cepate), que quiere ser actriz y vivir de este oficio.

Katia desenfunda anécdotas. Baja el vaso de cerveza para recordar aquella vez que Hugo le soltó sin aviso a una gallina en escena para que conversara con el bípedo. Hugo se le ríe a carcajadas y apunta con los dedos. «Ésta (por

Alegrías y lamentos que vienen del río, ru-mores que trae el viento. Son voces, teatris-tas, voces que navegan en la memoria y que hoy resuenan en esta plaza con un: «Presente compañeros, presente compañeras!» Recordó a muchos forjadores de la escena nacional, como Roa Bastos, Hérib Campos Cervera, Julio Correa, Josefina Plá, Máxima Lugo, Pedro Moli-niers, Antonio Escobar Cantero, los hermanos Rivarola Matto; los nombró como «nuestros hé-roes culturales» que «cruzan la frontera de la muerte y el olvido, para celebrar la democra-cia y reclamar por la razón de sus vidas… Nos interpelan Rudi Torga, Jorge Aguade, Edda de los Ríos, Gardes Gardes, Ernesto Báez y tantos otros, cuyos nombres brillan en los afiches del recuerdo…»

Señalando a la Chacarita y con un tono nostálgico pero firme expresó: «Allá va, en su bicicleta azul, con su guitarra compañera y su cepillo de dientes, Rubén Vysokolán, y desde aquel campanario nos saluda irreverente».

Los presentadores no anunciaron otro disertante; más bien, y oportunamente, invi-taron a seguir celebrando con música, baile, empanadas, pororó y cervezas en el local del cepate. Y así fue que con mística, remem-branzas, reivindicaciones, reclamos y sueños terminamos bailando Creedence y eligiendo a miss cepate 2008.

Page 8: Suplemento El Baldio 3 - Octubre 2008

octubre 2008 · semanario E’a · suplemento el baldío8 música

Julio César Cristaldo Morán tiene 11 años, una sonrisa que relampaguea a la luz de sus frenillos y una risita entre tímida y orgullo-

sa cada vez que le dicen que él es profesional. Nació y vive en Luque, una especie de patria dentro del Paraguay de donde coincidente-mente surgen militantes del arte y la cultura.

«Es un monstruo», dicen de él los que lo es-cuchan y no necesariamente por encontrarse con algo abominable. En el tono de la expre-sión y en el rostro fascinado entendemos la connotación, que cuando le dicen así es por ser de un talento extraordinario ejecutando la guitarra.

El comienzoEs el menor de tres hermanos que desde ni-ños se empaparon de música con altura; sin embargo, no tanto por falta de ganas como sí por los insondables vericuetos de la vida, no persistieron hasta definir su disciplina y ener-gía diaria en ella. Julito, para distinguirlo de su padre que también se llama Julio César, sí lo hizo y dice que le empezó a gustar todo eso por lo que fue viendo, y oyendo, en su casa desde pequeño con sus hermanos y escuchan-do a los Beatles.

Su papá cuenta que ya a los tres años prac-ticaba con una guitarrita de madera y cuerdas de hilo de pescar. Como sus dedos eran muy chiquitos no le tenían mucha paciencia sus hermanos para enseñarle. Entonces, cuando cumplió 5 años un profesor se sumó al peque-ño desafío y argumentó que «si le gusta, no hay edad»: fue el Profesor Casto Darío Martínez.

Más adelante, su Luque natal le dijo sí con una oportunidad: el Conservatorio Zípoli con el Profesor Rigoberto Vidaurre.

Reconociendo su talentoEn el 2006, Julito participó en el concurso Mau-ricio Cardozo Ocampos, en esa ocasión fue Berta Rojas parte del jurado. Lo escuchó y le ofreció darle clases de tanto en tanto, cada vez que venía al país. Fue así también que le recomendó clases particulares con el Maestro Eduardo Isaac en Paraná, Argentina.

gusta decir, y toca temas como: «Punteada Oká-ra», de Enrique Coeffier; «El sueño de Angelita», de Félix Pérez Cardozo y «London Karape», de Agustín Barrios.

Actualmente se encuentran preparando una versión mejorada que pretende lanzar en noviembre de este año como previa a su viaje a Alemania. Fue invitado en esta ocasión por la Asociación Staufen-Paraguay, que trabaja otor-gando becas a niños y jóvenes de nuestro país. Irá como invitado a realizar una serie de con-ciertos. El costo del pasaje correrá por cuenta de la Municipalidad de Staufen y la estadía por parte de la Asociación. «Gitarrentage», me dice Julito mientras ensaya el alemán que está estudiando. Quiere decir «días de guitarra», me aclara; así se llamará el festival del que será protagonista allá.

Y acá invitamos al lector a hacer un stop. A lo largo de este material que vuelve sobre los pa-sos de la entrevista, identificamos al menos en tres ocasiones: «lo escuchó fulano y a raíz de eso…». No reluce nada más que la importancia del estudio, de la difusión y de sentirse apoya-do y valorado.

Es necesario que los niños sientan que pue-den soñar, que los sueños estén dirigidos en grande. Comparemos qué sueña para mañana un niño como Julito y otro de algún barrio mar-ginado sin escuela, sin adultos responsables al lado, sin cariño, cuando se le hace la famosa pregunta: ¿qué querés ser cuando seas grande? Sueñan con tener su carro con caballos para poder trabajar. Alguien se tiene que hacer car-go de haber instalado en la cabeza y en la vida de los niños sueños cercenados. Guitarrista, tenista, científico y médico me dice Julito, un niño que tiene mucho y no se queda con eso sino que, como le dice su abuelo, «quiero hacer un dúo con mi guitarra para hacer un instru-mento de paz».

«Hago un dúo

Cuántos sueños frustrados acumula la historia de este mundo. Sería más corto

preguntarse cuántos se cumplieron. En Paraguay, la música es un ejemplo de lo difícil

que se hace llegar a sentirse realizado cuando de vocación lograda se trata. Cuántos

«dejate de esa macanada» y «te vas a morir de hambre» hemos

escuchado repetirse y reproducirse con tonos y semblantes

diferentes. O, simplemente, la indiferencia. Sin apoyo ni empuje

aunque tampoco disuasión, sólo la

llanura de la espalda que no entiende

y el silencio. O el obstáculo más triste:

sin recursos económicos ni apoyo.

Estos son espacios en

construcción dónde

podemos encontrar algo

más sobre Julio César.

www.myspace.com/

juliocguitarra

En este espacio verán

una filmación donde se

lo ve a Julito ejecutando

su guitarra, moviendo los

dedos como si fuera que

la guitarra lo poseyó.

www.juliocguitarra.

blogspot.com

Enlaces

próxima presentación

Concierto y Lanzamiento de CD

en la Manzana de la Rivera

Miércoles 26 de noviembre a las 20 horas. La mitad

de lo recaudado será en beneficio de la Fundación

Rocío, para niños enfermos de Leucemia.

Texto y fotografía de Magalí Casartelli

[email protected]

Su papá acompaña la entrevista que le hacemos; entre él y su esposa se reparten las idas y vueltas que requiere el seguimiento del talento del niño. Por momentos, cuidando de dar espacio a su hijo de que responda por sí mismo, interviene para aclarar detalles más burocráticos que Julito no se acuerda porque él, tan chiquito y talentoso, está embebido en su guitarra.

Por ejemplo, Julito habla de los distintos lugares y personas que participaron de su for-mación musical. En medio, su padre le dice: «contale lo de la beca, papá», y Julito cuenta que consiguió una beca que le paga por todo este año el viaje que hace una vez al mes a Paraná, Argentina. Ahí pasa una semana con el Maestro Eduardo Isaac. ¿De dónde es la beca?, le pregunto y él arruga la frente mientras afina su guitarra y trata de recordar, le mira al papá y ahí me responde que es del fondec.

CreciendoEn diciembre de 2007, en el Centro Cultural de la Municipalidad de Paraná, lo escuchó tocar el arquitecto Gerardo Dayú, Director de Cultu-ra de ahí. Gracias a esa coincidencia de talento y oportunidad, a Julito le ofrecen grabar un cd que se llamó Creciendo. En él hace un dúo con su guitarra, como a él le

con mi guitarra»