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Hoy asistimos al final del suplemento. En el recuento, a modo de epitafio, podemos señalar que en total fueron doce capítulos, tres meses de publicación dominical, 96 páginas tamaño tabloide, más de 480 mil caracteres, 190 fotografías, muchas inéditas, cerca de cuarenta entrevistas y una extensa revisión Editorial bibliográfica que nos llevó a más de cincuenta historias de pioneros y fundadores. También recorrimos los inicios de Magallanes y el pasado reciente donde las cocinas de la casa quemaban el carbón y la usina eléctrica de la ciudad requería del vital mineral para dar luz a la ciudad. Sólo queda agradecer a quienes fueron parte de esta crónica de varias semanas. A todos los que entregaron su tiempo y se dieron cuenta de la importancia de sacar la voz para contar lo que estaba en el ambiente pero no se decía. A veces la memoria no era exacta y muchos testimonios de los entrevistados fueron corroborados con los datos acuñados en los diarios de la época. Los archivos dispuestos al público por La Prensa Austral fueron vitales para entender el proceso. No queda sino que retribuir la buena voluntad y disposición para abrir sus anales a los investigadores de la región. También al Diario El Pingüino que permitió llegar a los hogares y apoyó incondicionalmente el proyecto. Pero el gran motor e Tras la RUTA del Carbón RESCATE, TESTIMONIOS Y EVOCACIONES CAPÍTULO SUPLEMENTO COLECCIONABLE impulsor de la iniciativa fue la gerencia de la empresa Mina Invierno, sin sus deseos de rescate patrimonial, ninguna de las palabras del suplemento habría salido a la luz, y muchos testimonios habrían quedado para siempre guardados en el silencio abrupto del olvido. La investigación es más extensa, hay más datos, grabaciones de video, y varios meses de ratón de biblioteca, pero lo publicado fue más que suficiente para alimentar la curiosidad de los lectores. Confiamos que haya disfrutado las lecturas y aprendido de una industria tan antigua como la fundación de Magallanes. ¡Muchas gracias! Un vistazo a Mina Invierno en Isla Riesco VER PÁGINAS 6 y 7 La nueva minería carbonífera: Escríbenos a: ([email protected]) El sueño de recuperar el boom carbonífero del Río Las Minas VER PÁGINAS 4 y 5 El último minero: Pasó del carbón a una vida dedicada al trabajo social VER PÁGINA 3 El maquinista más joven de Cocar:

Suplemento, Tras la Ruta de Carbon, Capitulo 12

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Hoy asistimos al final del suplemento. En el recuento, a modo de epitafio, podemos señalar que en total fueron doce capítulos, tres meses de publicación dominical, 96 páginas tamaño tabloide, más de 480 mil caracteres, 190 fotografías, muchas inéditas, cerca de cuarenta entrevistas y una extensa rev is ión

Editorial bibliográfica que nos llevó a más de cincuenta historias de pioneros y fundadores.

También recorrimos los inicios de Magallanes y el pasado reciente donde las cocinas de la casa quemaban el carbón y la usina eléctrica de la ciudad requería del vital mineral para dar luz a la ciudad.

Sólo queda agradecer a quienes fueron parte de esta

crónica de varias semanas. A todos los que entregaron su tiempo y se dieron cuenta de la importancia de sacar la voz para contar lo que estaba en el ambiente pero no se decía.

A veces la memoria no era exacta y muchos testimonios de los entrevistados fueron corroborados con los datos acuñados en los diarios de la época. Los archivos

dispuestos al público por La Prensa Austral fueron vitales para entender el proceso. No queda sino que retribuir la buena voluntad y disposición para abrir sus anales a los investigadores de la región.

Ta m b i é n a l D i a r i o El Pingüino que permitió llegar a los hogares y apoyó i ncond i c iona lmen te e l proyecto.

Pero el gran motor e

Tras la RUTAdel CarbónRESCATE,

TESTIMONIOS YEVOCACIONES

CAPÍTULO

SUPLEMENTOCOLECCIONABLE

impulsor de la iniciativa fue la gerencia de la empresa Mina Invierno, sin sus deseos de rescate patrimonial, ninguna de las palabras del suplemento habría salido a la luz, y muchos testimonios habrían quedado para siempre guardados en el silencio abrupto del olvido.

La investigación es más extensa, hay más datos, grabaciones de video, y varios meses de ratón de biblioteca,

pero lo publicado fue más que suficiente para alimentar la curiosidad de los lectores.

Confiamos que haya disfrutado las lecturas y aprendido de una industria tan antigua como la fundación de Magallanes.

¡Muchas gracias!

Un vistazo a Mina Invierno en Isla RiescoVER PÁGINAS 6 y 7

La nueva minería carbonífera:

Escríbenos a:([email protected])

El sueño de recuperar el boom carbonífero del Río Las Minas

VER PÁGINAS 4 y 5

El último minero:

Pasó del carbón a una vida dedicada al trabajo social

VER PÁGINA 3

El maquinista más joven de Cocar:

02

La extracción carbonífera de Cocar en

PecketLuego de las exitosas

exploraciones carboníferas realizadas por Corfo y la Comisión Nacional de Energía, en marzo del año 1980 se llama a la precalificación de empresas interesadas en la licitación del yacimiento Pecket. El Premio Nacional de Historia, Mateo Martinic, relata en su libro “El Carbón en Magallanes, Historia y Futuro” los pormenores de la licitación donde participaron nueve entidades chilenas y extranjeras, de las que la CNE seleccionó seis.

“…al tiempo de la apertura de las ofertas (abril de 1981), únicamente se presentó el consorcio denominado Compañía de Carbones de Chile (Cocar), formado por la Compañía de Petróleos de Chi le (Copec) y tres sociedades inglesas, la Northern Strip Mining Ltd., la Davy McKee y la K. Wardell and Partners, cuya propuesta fue aceptada al cabo de varios meses de negociaciones. El 28 de octubre del mismo año se suscribió entre la Corfo, propietaria minera, y Cocar el contrato para la cesión de los derechos del yacimiento Pecket. En lo sustancial Cocar

se obligaba a pagar a Corfo la suma de US$ 3.500.000 por la transferencia de la propiedad minera y se comprometía a producir un mínimo de 300.000 toneladas anuales de carbón a contar del año 1985 y 500.000 desde el año 1987 y siguientes”, apunta el historiador.

El 6 de marzo de 1982 se otorgó por decreto del Ministerio de Minería la concesión para la explotación carbonífera por un plazo de cincuenta años. El recinto minero contó con un muelle de última tecnología ubicado en las calmas aguas del mar de Otway. Y en la medida que el avance minero se fue concretando, el santuario de pingüinos ubicados a pocos 4 kilómetros del yacimiento también cobró fuerza, un acuerdo entre la empresa y el entonces director del Colegio Alemán permitieron cercar y dar protección a los plumíferos, hasta el día de hoy el tránsito y su población aumenta.

Entonces una segunda época productiva se inició, con una tecnología moderna y una fuerte inversión de capital, que permitió la explotación del

sitio Pecket, con producciones sobre las 300 mil toneladas anuales.

Mateo Martinic precisa que “con los títulos y autorización de explotación en la mano la entidad asumió forma legal definitiva, constituyéndose la Compañía de Carbones de Magallanes Sociedad Anónima (Cocar S.A.), con la participación accionaria mayoritaria de Copec (45%), de l Consorc io Nav ie ro Ultramar (Ultraterra) (36%), de International Finance Corporation (IFC) (10%) y de la entidad británica Northern Strip Mining Ltd. (NSM) (9%). Cumplido este trámite necesario, Cocar S.A. se dedicó de lleno a la formulación del plan de trabajo para la habilitación de la mina que incluía un complejo de instalaciones diversas, 4.200 kcal/kg, equivalente a 5.500 kcal/ kg en base seca. Las reservas medidas del gran yacimiento fueron del orden de 50.000.000 de toneladas”.

El año 1998 Cocar S.A. se desliga del yacimiento y la empresa Ingesur compra todos los activos. La firma en 1998 había incorporado

1976Corfo crea el Comité de

Carbones con el objetivo de real izar estudios que permitieran desarrollar nuevos yacimientos. En 1979, la tarea la asume la Comisión Nacional de Energía.

1980La Comisión Nacional de

Energía llama a precalificación de empresas interesadas en la licitación del yacimiento Pecket.

1982Cocar S.A. adquiere la

concesión por 50 años del yacimiento Peckett.

1984U n a s e g u n d a é p o c a

productiva se inició, con una tecnología moderna y una fuerte inversión de capital, que permitió la explotación del sitio Pecket, con producciones sobre las 300 mil toneladas anuales.

1998Ingesur compra todos los

activos a Cocar S.A. La firma en 1998 había incorporado a la empresa norteamericana ARTIC FOX que materializó su aporte a través de todo el equipo necesario para operar una mina subterránea. Éste se mantuvo hasta el año 2000, fecha en que el deslizamiento de un cerro obstruyó la entrada a la mina.

2001I ngesur con t ra tó con

Ingeniería Civil Vicente S.A. el servicio integral de extracción y t ranspor te de minera l Pecket I. Al tiempo acuerdan la explotación de un nuevo yacimiento en partes iguales, la mina Pecket II. Entonces Ingeniería Civil Vicente S.A. adquirió la totalidad de los derechos de Ingesur.

Período

19871988198919901991199219931994199519961997

Toneladas

292.000940.000997.693

1.131.8691.262.847

974.888821.269

1.033.417981.488

1.067.0541.160.468

Acumulación de carbón para el carguío. Vista del muelle mecanizado de la Mina Pecket. Cinta transportadora del mineral. Vista del terminal del muelle mecanizado de Mina Pecket.

Faena de preparación del yacimiento Pecket Cocar, hacia 1987. PRODUCCIÓN

a la empresa norteamericana ARTIC FOX que materializó su aporte a través de todo el equipo necesario para operar una mina subterránea. Éste se mantuvo hasta el año 2000, fecha en que el deslizamiento de un cerro obstruyó la entrada a la mina.

Más tarde, Ingesur contrató

con Ingeniería Civil Vicente S.A. el servicio integral de extracción y transporte de mineral Pecket I. Al tiempo acuerdan la explotación de un nuevo yacimiento en partes iguales, la mina Pecket II. Entonces Ingeniería Civil Vicente S.A. adquir ió la totalidad de los derechos de Ingesur.

uno de los de más edad en mi clase”, explica.

Hoy Alfredo Agüero es el presidente del Colegio de Trabajadores Sociales de Magallanes y dirige el Centro de Diagnóstico Ambulatorio Clyde Tucker. El organismo realiza en forma ambulatoria pericias sociales, sicológicas y psicosociales derivadas desde los Tribunales de Familia, así también informes técnicos con el fin de poner a disposición del sistema de justicia, los antecedentes pert inentes de imputados adolescentes, enfatizando los recursos y necesidades para favorecer su reinserción social, entre otros temas.

“Tengo los mejores y más gratos recuerdos de mi paso por Cocar, ahí me dieron una inmensa oportunidad y el aprendizaje y la experiencia me han servido en la vida profesional. Si no me hubiera cambiado quizás estaría ganando mucho dinero en alguna mina del norte o bien dictando cursos de maquinaria pesada”.

Cuando presentó la carta de renuncia recibió una tarjeta de Carlos Escobar, “todavía la tengo, él agradecía los servicios prestados y estaba muy extrañado por el cambio que hacía. Guardo con mucho cariño esa deferencia”, concluye.

03

Del carbón al trabajo social

El operador más joven que existió en Cocar

Pasaban los minutos y los ingenieros estaban inquietos, n e c e s i t a b a n r e m o v e r e l material estéril para observar el funcionamiento de la máquina. A esa hora el mar de Otway estaba calmo y cierto aire marino renovaba el espíritu. Al fondo del muelle unas gaviotas hacían soberanía sobre la punta de los pontones. “Sabe, llevamos más de veinte minutos esperando y no aparece el operador, ¿qué pasa, cuánto más debemos esperar?”, pregunta por radio, ya algo molesto, el hombre más alto de la cuadrilla de profesionales.

La respuesta fue inmediata y cortante desde el otro lado: “Hace cuarenta minutos que el operador está esperando en su máquina, yo mismo lo dejé”.

Y ahí estaba, Alfredo Agüero, sentado en la gigante pala hidráulica RH120, una de las que mayor éxito ha tenido en el mercado. “¿Y tú, eres el operador?, pregunta el hombre alto.

Alfredo Agüero tenía entonces 18 años de edad y era el operador de maquinaria pesada más joven de Cocar. Su rostro infantil rompía todas las representaciones y prototipos. “Esperaban encontrar un hombre gordo, grande, y todo ese rato estuve esperando que me dijeran qué hacer, después cuando descubrieron que yo era el operador quedaron sorprendidos y se rieron porque siempre estuve ahí. Y la verdad yo estaba orgulloso de lo que hacía, tuve la oportunidad de trabajar en una tremenda empresa, esa

experiencia hasta el día de hoy me ha servido”.

Llegó por un aviso del diario, recién estaba egresado de quinto año en el Instituto Don Bosco. “Pedían mayores de 21 años, igual me presenté. Di todos los exámenes. Mucha gente estaba postulando y mi sorpresa fue inmensa cuando el 31 de diciembre de 1987, a las 22 horas, me llegó un telegrama por correo donde me habían aceptado y tenía que presentarme el dos de enero”.

La bienvenida a los tres trabajadores seleccionados (Pedro Olavarría, Roberto Poduje y Alfredo Agüero). “Fue un discurso muy motivador, recuerdo que se nos dijo que íbamos a trabajar de operador pero el primer mes teníamos que hacer de auxiliar de producción, así que pasé por distintas etapas, hice de todo, donde había que limpiar iba yo, cargar algo ahí estaba y siempre con buen ánimo y trabajando de manera muy responsable, porque pienso que para hacer cosas grandes hay que hacer muy bien las pequeñas y en eso, hasta hoy, soy muy comprometido”, relata.

Al mes exacto, tal cual le habían prometido, ingresó, junto a sus compañeros, al Departamento de Operaciones. “Pedrals nos preguntó qué máquina nos gustaba, yo elegí la RH 120, pero inmediatamente me dijo que debía partir primero con la RH 6, así que el primer período como operador tuve que limpiar la superficie de los

Alfredo Agüero, a los 18 años operaba la maquinaria más moderna en la extracción

carbonífera en toda la historia conocida hasta entonces de

Magallanes. Hoy, es presidente del Colegio de Trabajadores

Sociales de la región y dirige el Centro de Diagnóstico Ambulatorio Clyde Tucker.

Además, participa en el colectivo Opprac que trabaja temas de

participación ciudadana.

Uno de los momentos más tristes que recuerda Alfredo Agüero es la muerte de Marcelo L’Husier, “fue un 24 de diciembre, él me enseñó a manejar el rodillo, siempre me acuerdo de su historia y todo lo que aprendí”, comenta.

En los turnos de noche , Alfredo Agüero, conversaba con Ricardo Pérez, Presidente del Sindicato, “lo acompañaba y me decía que él quería seguir estudiando y ahí se me empezó a meter el bichito, ahí por primera vez tuve la duda de si seguir perfeccionándome en el manejo de máquinas o dar un giro, lo hice y hoy soy Trabajador Social”. El año 1991 fue elegido Mejor Compañero por sus colegas, todavía guarda la foto y el reconocimiento..

mantos de carbón”, recuerda. Ahí se hizo adicto a los camiones, tractores, palas hidráulicas. “Antes de sacar la licencia clase B, yo tenía la D para maquinaria pesada”, dice.

Asegura que todavía mantiene contacto con sus antiguos compañeros de Cocar, “ la mayoría está afuera, trabajando en la minería del norte, hay algunos que son instructores de maquinaria pesada y dictan clases en todo Latinoamérica. Ahora si me dices nombres: nosotros nos conocíamos más

por el apodo: El Cien Años, El Mudo, El Sartén, entre otros”, recuerda.

A los cinco años de trabajo renuncia voluntariamente, quería seguir su vocación social. “Fue un momento triste, muy pocos entendían que dejaba una tremenda empresa por irme a ganar casi nada, pero así fue. Todos los domingos yo trabajaba en la Fundación Esperanza, hacíamos labores sociales, entonces tomé la decisión de asumir un compromiso social más directo”, narra.

Asegura que fue una buena época su tiempo laboral en Cocar. De sus amigos era el más joven que ganaba dinero y muchos disfrutaron de su sueldo, “todos me decían que después, cuando trabajaran me iban a invitar, han pasado varias décadas y todavía estoy esperando”, ríe.

Luego se abrió la carrera de Trabajo Social en la Universidad de Magallanes y a los 26 años de edad era uno de los más viejos estudiantes (1996-2000), “pasé al otro extremo, de ser el más joven en la época de Cocar, a

04

El último minero del Río Las Minas

Pedro Isaac Mayorga Ruiz

Pedro Isaac Mayorga Ruiz, con casi

ochenta años, es el minero de carbón

más antiguo de la cuenca del río que

atraviesa Punta Arenas. El último de

una especie de hombres rudos que

abrió las entrañas de la tierra y sacó

su fruto negro a más de 300 metros de

profundidad. Todavía tiene el sueño

de revivir el boom carbonífero del

sector, “mientras queden fuerzas, hay

que seguir”, asegura.

05

Uno le pregunta por su vida y muestra las manos, de manera soterrada, sin buscar hacerlo. Son decenas de líneas marcadas y profundas como cráteres que recorren todos los dedos. Sus formas deletrean el uso perfecto del hacha, pala y picota. Gracias a la fuerza de sus manos envigó minas subterráneas a más de 300 metros de profundidad como el más diestro carpintero, enderezó los rieles que conducían los carros de carbón y puso fuerza a la picota para extraer el abundante carbón del suelo subterráneo de la cuenca del Río Las Minas.

Hoy Pedro Mayorga, vive a poco más de ocho kilómetros del centro de Punta Arenas, en medio de la Reserva Nacional Magallanes. Este valle minero, desde 1986 es administrado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Aproximadamente a 1,5 kilómetros del acceso al parque está su casa, una pequeña choza que existe en medio de la nieve, viento y resiste al paso del tiempo. Llegamos a él con la ayuda del administrador del recinto, Ricardo Cid, luego de dos intentos; el primero la copiosa

nieve no nos dejó avanzar; días después, tuvimos éxito, la nueva pala adquirida por el centro forestal permitió despejar el camino.

El año 1953, Pedro Mayorga, llegó a Punta Arenas; el 1957 trabajó en Río Turbio, ahí ofició de minero y usó el martillo de aire, dice que no le gustó, así que tomó sus cosas y no volvió más.

Luego trabajó en varias estancias y finalmente se decidió por el trabajo en las minas del sector del Río Las Minas: “El carbón dejaba más plata, era más trabajo pero ganaba bien”, cuesta entender lo que dice, habla rápido, pero colocando atención y afinando el oído es posible saber que ofició de minero con Santiago Florio, en el yacimiento de Santa Rosa, y que más de 40 años los dedicó a la Mina Caupolicán, a pocos metros de su casa. En la conversación ayuda mucho Ricardo Cid, el administrador lo visita periódicamente, y a la vista está la batería que le regaló para escuchar radio.

“Estuve con todas las minas del lugar”, cuenta, y suelta una risa pícara. Hubo más de 14 piquetes, yacimientos y minas

en la cuenca que descubrió Bernardo Phillipi, a inicios de la colonización. Pedro Mayorga trabajó con todos.

La Mina Caupolicán llegó a tener más de trece mineros en su momento de mayor esplendor. Hoy su bocatoma está reforzada con troncos de lenga, pero el último derrumbe ocurrió hace más de ocho años. Todavía es posible bajar hasta 25 metros de profundidad, luego una masa de tierra inerte tapa el hueco subterráneo que llegó a contar con varias galerías, una línea férrea se pierde en la profundidad de la mina.

¿Cuándo fue la última vez que sacó carbón?

“Hace dos meses, entramos con Don Pedro”, dice Nelson Mella, un amigo que vive con él y lo ayuda hace un par de años. Entonces sacaron dos sacos de carbón para calefacción: “´Don Pedro tiene la intención de volver a darle vida a la Mina Caupolicán”, explica Mella, pero al mismo tiempo agrega, “yo lo dejo no más, eso es algo difícil, pero se la puede, es un maestro con el hacha, el mejor envigador que había,

muy trabajador”, indica.Pedro asegura estar bien de

salud. Sólo le causa problemas una molestia en la pierna derecha, seguramente resabio de las dos horas como máximo que permanecía al interior del pique, encorvado y sólo alumbrado por el carburo de la lámpara, el mismo que ilumina su casa. De visitas al médico ni hablar. A Punta Arenas sólo baja una vez al mes cuando cobra su pensión del Sistema Solidario de 80 mil pesos, con el bono de invierno llegó a los 124.910 pesos en el mes de mayo. En esta época demora más de dos horas y

media en llegar caminando a la ciudad y en verano, cerca de una hora.

Pedro saca unas fotos antiguas cuando picota en mano sacaba carbón, a su lado está su perro “Cortito”, tan blanco y dócil como la nieve; hace un tiempo llegó “Cholo”; y “Ramón” es el gato. Hoy es el último minero vigente en la cuenca del Río Las Minas.

Todavía, Pedro Mayorga, conserva fotos de su época de barretero en la Mina Caupolicán, utilizando la picota.Hoy se encuentra bien de salud, aunque con una molestia en la pierna que le retrasa el andar.A Punta Arenas sólo baja una vez al mes cuando cobra su pensión del Sistema Solidario de 80 mil pesos, con el bono de invierno llegó a los 124.910 pesos en el mes de mayo. En esta época demora más de dos horas y media en llegar caminando a la ciudad y en verano, cerca de una hora.

La manos grafican la vida laboral de Pedro. Son decenas de líneas marcadas y profundas como cráteres que recorren todos los dedos. Sus formas deletrean el uso perfecto del hacha, pala y picota. Gracias a la fuerza de sus manos envigó minas subterráneas a más de 300 metros de profundidad como el más diestro carpintero

06

Mina Invierno y parte desu proyecto carbonífero

Isla Riesco tiene 500 mil hectáreas, de las cuales alrededor del 40% han sido habilitadas y ocupadas para actividades productivas, p r i n c i p a l m e n t e p o r l a ganadería.

A inicios del siglo pasado, l a q u e m a d e g r a n d e s extensiones de bosques posibil i tó la creación de campos para el pastoreo.

Hoy en el lugar se desarrolla una de las iniciativas de extracción carboníferas más importantes de la historia en Magallanes. El desafío de Mina Invierno, cuyos socios son Empresas Copec S.A. y Ultramar, es alcanzar una minería moderna, con altos estándares ambientales y un gran compromiso social.

La nueva minería

La iniciativa busca fortalecer la independencia energética del

país. Actualmente, Chile importa el 95% del carbón que consume

de mercados como Colombia, Indonesia, incluso de Alaska.

La última licitación de los yacimientos carboníferos se preparó en el gobierno del Pres idente Ricardo Lagos y se adjudicó bajo el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, fue en este gobierno cuando la Corema de Magal lanes aprobó por unanimidad el Estudio de Impacto Ambiental del puerto que construye Mina Invierno, en el sector de Punta Lackwater. Mientras que la aprobación ambiental de la mina obtuvo una aprobación ambiental –también por unanimidad- en febrero de 2011.

L a i n i c i a t i v a b u s c a fortalecer la independencia e n e r g é t i c a d e l p a í s . Actualmente, Chile importa e l 95% del carbón que consume de mercados como Colombia, Indonesia, incluso de Alaska.

El proyecto representa e l 35% de la invers ión programada en Magallanes hasta el 2013. Más de 550 millones de dólares.

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Mina Invierno posee el más moderno invernadero de la Patagonia, con tecnología de última generación: inteligencia artificial que controla las variables temperatura, humedad, nutrientes y luz de manera automática. El centro ocupa una superficie de más de 1.500 m2, con dos invernaderos (768 m2 efectivos) y un área de sombreadero (840 m2).

El desafío anunciado por la

empresa es reforestar con especies nativas el bosque intervenido por el proyecto. La iniciativa apunta a cultivar más de 1.000.000 de árboles, que serán cuidados en los invernaderos y luego en el sombreadero aledaño, antes de contar con la altura y fuerza necesaria para ser plantadas. Y ya anunció la construcción de dos invernaderos exactamente iguales al que hoy tiene en Estancia Invierno.

El invernadero más moderno de la Patagonia

En el pasado el carbón de Isla Riesco coexistió durante décadas con la ganadería. Hoy Mina Invierno quiere revivir ambas actividades, con mayor tecnología, innovación y altos estándares de gestión, llevando la experiencia a un modelo sustentable inédito en la región. En su política de buen vecino consideran compartir todos los

conocimientos adquiridos con la comunidad local y regional. El proyecto cuenta con 1.650 ovinos y 300 bovinos, en un terreno de 1.600 hectáreas que colinda con el área de explotación minera. En el trabajo participan puesteros, campañistas y los tradicionales perros, muy necesarios en la labor ganadera de Magallanes.

Convivencia ganadera y minera

En recuperación patrimonial Mina Invierno ha cumplido un rol protagónico, rescatando parte del pasado carbonífero olvidado de Magallanes, y preservando espacios arqueológicos en Isla

Riesco. Importante ha sido el apoyo del Premio Nacional de Historia, Mateo Martinic, con quien editaron el libro “El Carbón en Magallanes, historia y futuro”.

Rescate histórico y patrimonial

La canoa de más de cinco metros de largo se encuentra en la Estancia Invierno y fue realizada por el descendiente Kawesqar, Alfonso Cárcamo. La embarcación, típica del

pueblo indígena nómade, es de una pieza ahuecada hecha con hachuela, y fabricada con la misma técnica que utilizaba el pueblo canoero.

Canoa Kawesqar

Mina Invierno comprometió apoyo con madera para la construcción de la réplica de la Goleta de Ancud. Esta obra está siendo desarrollada por el empresario regional, Juan

Luis Mattassi y mantiene la misma estructura que la utilizada el año 1843, cuando se hace efectiva la toma de posesión del Estrecho de Magallanes.

Goleta Ancud

Mina Invierno asumió una política de puertas abiertas y transparencia, porque aseguran que compartir la información, en el fondo, es muy similar a repartir la riqueza. Hace tres años que estudiantes, representantes de distintos grupos sociales, descendientes kawésqar, medios de comunicación de la región y de todo el país realizan visitas dirigidas a Isla Riesco. Más de 10 mil personas hoy la conocen.

Hace algunos meses, la empresa donó madera de lenga a l Cen t ro de Rehabilitación Penitenciario de Punta Arenas. El insumo permit i rá a los internos realizar trabajos de artesanía, carpinter ía y mobi l iar io durante lo que resta del año, productos que serán puestos en la sala de venta de las instalaciones d e l c e n t r o penitenciario.

Mina Invierno participa en el Centro de Investigación de Carbones, destinado a estudiar y potenciar los usos del mineral. Además, cuenta

con alianzas estratégicas de las universidades locales e institutos técnicos profesionales, con el fin de capacitar y mejorar la mano de obra local.

Ciencia y futuro

La técnica de explotación que se utilizará es la de rajo móvil, lo que implica que a medida que la extracción de mineral avanza, el rajo va siendo cerrado en otras de las zonas, dejando al final de las operaciones 80 hectáreas abiertas, las que representan sólo un 0,05% de la superficie de la Isla.

Minería con rajo móvil

Trabajo con la comunidad Mina Invierno ha realizado u n i m p o r t a n t e r e s c a t e patrimonial en la zona, en especial en Estancia Invierno. En este rescate patrimonial Mina Invierno ha reparado la casona patronal e histórica de Estancia Invierno que data del año 1936, sin alterar en nada su fachada. De igual forma la casa del antiguo administrador y otras posteriores que daban refugio a los puesteros y trabajadores temporales en las épocas de esquila.

En cuanto al aeródromo natural, descubierto por el destacado aviador magallánico Franco Bianco, se reparó y

volvió a habilitar considerando que la obra tuvo un significativo impacto para la isla: desde ahí se realizaron rescates y la aviación tuvo un importante espacio de encuentro en el sector.

Recogiendo el espíritu de Mina Elena, la empresa se ha integrado a la fuerza creadora de los actores regionales, logrando alianzas poderosas con músicos de la calidad del Taller Alturas, artesanos kawésqar e investigadores, para el rescate y la creación cultural. Además trabaja en un proyecto museológico del carbón que revive la historia

Ámbito cultural

08

Todos los suplementosa sólo un CLICK

Los doce capítulos están disponibles en internet, gracias al aporte de Mina

Invierno. Ahí es posible imprimir y hojear cada una de las 96 páginas publicadas y ver todas las fotos utilizadas, muchas son aportes

desinteresados de magallánicos que se sumaron a la reconstrucción de un

período olvidado de la historia. http://issuu.com/islariescowww.minainvierno.cl

Reportajes y edición periodística: Cristian Morales [email protected]

http://issuu.com/islariesco/docs/cap.11okhttp://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_10

http://issuu.com/islariesco/docs/

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_05

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_6

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_7

http://issuu.com/islariesco/docs/capitulo_8

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_1

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_2

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_3

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_4

http://issuu.com/islariesco/docs/suplemento_capitulo_12

Diseño:www.ikuskrea.clCristian Haase G.

ImpresiónEL PINGUINOwww.elpinguino.com

suplemento_capitulo_9