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Téchne En el presente apartado reflexionaremos sobre el concepto téchne al que vinculamos al nacimiento de las artes. Para ello, comenzaremos con una serie de imágenes que ilustran desde el momento de la tentación a los primeros trabajos de Adán y Eva. Fig. 1. ROBERT CRUMB. Cubierta de la 1ª edición de The Book of Genesis, 2009. 224 págs. W.W. Norton & Company.

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Téchne

En el presente apartado reflexionaremos sobre el concepto téchne al que vinculamos al nacimiento de las artes.

Para ello, comenzaremos con una serie de imágenes que ilustran desde el momento de la tentación a los primeros trabajos de Adán y Eva.

Fig. 1. ROBERT CRUMB. Cubierta de la 1ª edición de The Book of Genesis, 2009. 224 págs. W.W.

Norton & Company.

Fig. 2. Adán, Eva y la serpiente. Detalle de la Catedral de Notre Dame, 1163-1345. París.

Fig. 3. FERNANDO BOTERO. Adán y Eva, 1968. 195 x 222 cms. Nueva York, Colección Richard

Zeisler.

Fig. 4. ALEXANDRE CABANEL. Expulsión de Adán y Eva del Jardín del Paraíso, 1855. 121 x 94 cm. Colección

particular.

Fig. 5. ALBERTO DURERO. La caída del hombre, Adán

y Eva, 1504. 25,2 x 19,4 cm. Serie de Grabados.

Fig. 6. ALONSO CANO. Primera labor de Adán y Eva, 1650-1652. 166 x 207 cm. Glasgow, Pollock

House.

Estas representaciones ilustran a la perfección la entrada dedicada a Adán y Eva que realiza Félix de Azúa en su Diccionario de las artes. Barcelona: Debate, 2001. Véase pp. 152-155.

EVA Y ADÁN. Durante su juventud, Eva y Adán ignoraban por completo todas las artes. Hablaban con los animales, comían los frutos que colgaban de los árboles y arbustos del Edén, haraganeaban. Innumerables retratos muestran a Eva y Adán sin absolutamente nada que hacer y en cueros, con la tranquila y acogedora mirada de los rumiantes. Pocas veces, en cambio, se les representa en su segunda época ganándose el pan con el sudor de la frente y pariendo con dolor; no tenemos ni idea de cuál sería su oficio y beneficio, porque la agricultura y la ganadería es cosa de sus hijos. De nuestros primeros padres guardamos, por lo tanto, una memoria gozosa que suele

denominarse “edénica”, en comparación con la “científica”, la cual representa a nuestros primeros padres como unos perritos adormilados o unos micos vegetarianos. Gracias al Maligno, Eva y Adán lograron salir de su estado preindustrial alzándose al conocimiento técnico mediante una operación poco clara a la que se describo (posiblemente de un modo metafórico) como “la acción de comer la fruta del árbol del Bien y del Mal”, también llamado “el árbol de la Ciencia”. Se ignora cuál fuera esa Ciencia del árbol. Quizá se tratara de una Ciencia de los orígenes, la cual ofrecería a Eva la posibilidad de tener, ella también padres, aunque fueran perritos o micos, lo cual explicaría muchas cosas. Pero son especulaciones. (…) Me parece indudable, sin embargo, que una vez mordido el fruto, Eva y Adán manifiestan una compulsiva necesidad de artes, la primara de las cuales es el arte textil o sartórico. Su justificación ante Yahvé para andar escondiéndose porque “estaban desnudos” (aunque cabe también pensar que habían alcanzado una cierta invisibilidad a los ojos de Yahvé, la cual pronto sería mutua) es la constatación de que ya no pertenecían al orden zoológico y habían comenzado a confeccionar vestiduras para marcar claramente la diferencia, una constante hasta el día de hoy. Miles de retratos nos presenta esta imagen rigurosamente verdadera: nuestros primeros padres, una vez conocida la Ciencia, manifiestan el deseo de cubrirse las partes pudendas, de manera que es la ocultación de los órganos sexuales la encargada de diferenciarlos de la animalidad previa y originaria. Por algo será. (…) Dada la precariedad de su situación, es de suponer que no contaban con hilo ni aguja, tela ni piel, suelas ni clavos. Cuál fuera, pues esa primera labor técnica y artística queda también a oscuras en el abismo de los orígenes. Los artistas pintores y escultores, consciente de la importancia de la escena, han representado innumerables veces el asunto, pero sin precisión alguna. Es de todo punto inadmisible que esa primera acción de la artistiticidad humana aparezca resumida en pinturas y esculturas como una mera hoja de parra o de higuera, hubo de ser algo más complejo y de mayor fantasía (…). Tras su primera actividad artística, Eva y Adán, así como sus descendientes hasta el día de hoy, han desarrollado un talento notable para las artes. Poca gente sabe que uno de sus hijos más notorios, Caín, fue el primer arquitecto y fundó las ciudades (…). El lector habrá observado que elegimos la fórmula “Eva y Adán” en preferencia a la más usual “Adán y Eva”, porque consideramos fundamental el protagonismo de Eva. Fue ella quien persuadió a Adán para elegir la vía de la modernización y la del lenguaje humano, aunque no sepamos cómo lo logró. De no ser por ella, seguiríamos hablando con las vacas. Las mujeres han tenido muy mala reputación desde entonces como inductoras al mal y a la galbana, pero yo que fue más bien todo lo contrario: nuestra madre quería mejorar y empujó a su marido, un hombre francamente acomodaticio, a luchar para abrirse camino. Es cierto, por otra parte, que solo ellas han tenido acceso a la voz del Mal y eso levanta muchas envidias.

Como ves, Azúa señala la expulsión del paraíso como el momento en el que surge

tanto la técnica como el arte, llegando incluso a emplearlos como sinónimos. ¿Estarías de acuerdo con él si este fuera el caso?

Si nos remontamos a la Antigua Grecia, la cuestión se resolvería, según José Jiménez, de la siguiente manera:

Nuestro término “arte” proviene de la palabra latina “ars”, que a su vez traduce la palabra griega “téchne”. Entre los antiguos griegos, el campo semántico de téchne era, sin embargo, mucho más amplio que el de nuestra palabra “arte”. Designaba una pericia o habilidad empírica, tanto mental como manual, y abarcaba actividades tan diversas como la artesanía, la medicina, la navegación, la pesca o la estrategia militar. Quien desempeñaba tales actividades poseía, pensaban los griegos, una téchne específica. La palabra “téchne” podría traducirse hoy de un modo mucho más apropiado como “maestría”, según indica Wladyslaw Tatarkiewicz. Quien en otro lugar, hace notar también que “de hecho nuestro término “técnica” se ajusta más a la idea que antiguamente se tenía del arte de lo que hace nuestro término “arte”, utilizados actualmente como abreviatura de “bellas artes””. Bastante tiempo antes, otro de los grandes expertos en la cuestión, el historiador de las ideas Paul Oskar Kristeller, había ya señalado que el término griego, así como su equivalente en latín, “no denotan específicamente las “bellas artes” en el sentido moderno sino que se aplicaron a todos los géneros de actividades humanas que hoy llamaríamos oficios o ciencias”. (Jiménez, José. Teoría del arte. Madrid: Tecnos/Alianza, 2010, p. 54).

En el mundo griego uno de los mitos que ejemplifica el origen de la técnica en Grecia es el de Prometeo. A continuación, te facilito las versiones de Hesíodo en la Teogonía y un fragmento del Prometeo Encadenado de Esquilo ¿Podrías establecer semejanzas y diferencias entre ellos y entre ambos y el relato bíblico? ¿Reflejan el significado de téchne propuesto por Jiménez? HESÍODO. TEOGONÍA.

En efecto, cuando los dioses y los mortales disputaban en Mecona, entonces Promete, tratando de engañar al inteligente Zeus, con ánimo resuelto le ofreció un enorme buey que había dividido. Por una parte puso, en la piel la carne y las entrañas ricas en grasa, ocultándolas en el estómago del buey; por otro alado, colocando bien los blancos huesos del buey con engañoso arte, se los presentó después de haberlos cubierto con blanca grasa. (…) Habló, en verdad con engañosa mente y Zeus, conocedor de inmortales designios, se dio cuenta y no ignoró el engaño, sino que en su corazón proyecto contra los hombres mortales males que, realmente iba a cumplir. Levantó con ambas manos la blanca grasa; se irritó en sus entrañas y la cólera le llegó a su ánimo cuando los blanco huesos del buey por el pérfido engaño. Desde entonces en la tierra las estirpes de hombres quema para los inmortales blancos huesos sobre humeantes altares. Y a aquél Zeus amontonador de nubes, muy irritado, le dijo: Japetónida, conocedor de los designios relativos a todas las cosas, mi buen amigo, no te olvidaste, en efecto, del pérfido arte. De este modo se expresó lleno de irritación Zeus, sabedor de inmortales designios, y desde ese momento, acordándose en cada instante del engaño, no otorgaba a los fresnos la fuerza del incansable fuego (para los mortales que habitan sobre la tierra). Pero de él se burló el noble hijo de Jápeto robando en una caña hueca la luz del incansable fuego que desde lejos se ve. Dañó así, de nuevo, en lo más profundo el ánimo del altitonante Zeus, y le irritó en su corazón cuando vio entre los hombres el brillo del fuego que desde lejos se observa. (Hesíodo. Teogonía. Trabajos y Días. Escudo. Certamen. Madrid: Alianza, 1997. 535-565).

ESQUILO. PROMETEO ENCADENADO. PROMETEO: (…) Ningún infortunio me vendrá que no haya previsto. Es preciso aceptar nuestra suerte con ánimo sereno y comprender que no puede lucharse contra la fuerza del Destino. Y, no obstante, ni puedo hablar de mis desdichas ni puedo callarlas. Grande es mi desventura, pues por haber favorecido a los mortales gimo ahora abrumado bajo este suplicio. Un día, en el hueco de una caña, me llevé mi botín, la chispa madre del fuego, robada por mí, y que se ha revelado entre los hombres como el maestro de todas las artes, un tesoro de inestimable valor. Esta ha sido mi culpa y por esto me veo castigado así, clavado en esta roca bajo la inclemencia del Cielo (…). PROMETEO: Escuchad, en cambio, las miserias de los mortales, y la manera como, de niños que eran, he hecho de ellos seres inteligentes, dotados de razón. Si lo refiero aquí, no es para denigrar a los humanos, sino para mostraros los beneficios que recibieron con mis dones. En el principio ellos veían sin ver, escuchaban sin oír, y semejantes a las imágenes de los sueños, vivían su larga existencia en el desorden y la confusión. Nada sabían de las viviendas construidas con ladrillos endurecidos al sol; no sabían labrar la madera, y vivían bajo tierra, como las ágiles hormigas, en lo más escondido de cavernas donde no penetraba la luz. No había para ellos señal segura ni del invierno ni de la florida primavera ni del fértil verano; todo lo hacían por instinto, hasta el día en que les instruí en la difícil ciencia de las salidas y los ocasos de los astros. Siguió después la de los números, la más importante de las ciencias que para ellos inventé, así como la composición de las letras, memoria de todas las cosas, madre de las Musas. También fui el primero que uncí al yugo a los animales salvajes y los sujeté al arnés o al jinete, para que supliesen al hombre en los más rudos trabajos, y uncí al carro los caballos dóciles al freno, ornamento de la vana opulencia. Nadie sino yo inventó los vehículos de alas de lino, en los cuales surca el marino los mares. ¡Y el desventurado que tantas cosas supo inventar para los mortales, no sabe hoy descubrir el secreto que le libere de sus miserias presentes! EL CORO: -Una oprobiosa desventura se ha abatido sobre ti; bajo el peso del sufrimiento tu razón se extravía, y, semejante al mal médico caído enfermo a su vez, se apodera de ti el desánimo y no aciertas a encontrar por ti mismo el remedio que habría de curarte. PROMETEO: -Presta atención hasta el fin y admírate aún oyendo los recursos y habilidades, las artes que imaginé, y la más importante de todas: la medicina. Los hombres enfermaban y no había remedio ni manjar ni poción ni bálsamo, y así iban pereciendo, hasta el día en que les instruí en la

mezcla de los saludables bálsamos, remedio de las enfermedades. Establecí también para ellos las mil formas del arte adivinatorio; fui el primero en distinguir los sueños verdaderos de los falsos, y les di a conocer los sonidos llenos de obscuros presagios y los encuentros del camino. Determiné asimismo sin lugar a dudas las señales del vuelo de las aves rapaces; las que son favorables, y las adversas; las costumbres de cada una, los odios que las separan y los afectos que las unen; por qué se juntan en la misma rama; también la limpidez de las vísceras, el color que deben tener para ser gratas a los dioses, los diversos aspectos propicios de las vesículas biliar y del hígado. Yo hice quemar los muslos envueltos en grasas, y las anchas espaldas, a fin de instruir a los mortales en el obscuro arte de los presagios, y les hice leer con claridad en los signos de la llama, rodeados hasta entonces de sombras. Todo esto hice yo. Y hasta los tesoros que la Tierra oculta a los humanos, el bronce, el hierro y la plata, ¿quién sino yo se lo descubrió? Nadie, lo sé bien, a menos que alguno quiera abandonarse a una torpe jactancia. En una palabra, y resumiéndolo todo: todas las artes de que gozan los mortales son obra de Prometeo. (http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/articles-65471_archivo.pdf)

Observa las siguientes representaciones de Prometeo. ¿Se pueden relacionar con

las imágenes que hemos observado con anterioridad?

Fig. 7. JAN COSSIERS. Prometeo trayendo el fuego, 1637. 182 x 113 cm. Madrid, Museo del Prado.

Fig. 8.JOSÉ CLEMENTE OROZCO. Prometeo, 1944. 90 x 105 cm.

Fig. 9. PIERO DI COSSIMO. Mito de Prometeo. Prometeo conforma al hombre, 1515-1520.

Munich, Alte Pinakothek.

Fig. 10. HIERONYMUS VAN AEKEN BOSCH. Panel del tríptico del Jardín de las Delicias. Creación de Adán y Eva, 1503-1504 (Detalle). 220 x 97 cm. Madrid. Museo del Prado.

Si quieres escuchar composiciones que recogen este mito, un link donde

encontrarás algunas sugerencias: http://arteymitologia.wordpress.com/2012/06/ Una bibliografía básica sobre Prometeo son las obras de Carlos García Gual

tanto la dedicada propiamente a este mito como aquellas en las que realiza estudios sobre la mitología griega en general. Otra lectura recomendada sería la de J. P. Vernant, Mito y religión en la Grecia Antigua.

Webgrafía:  Fig. 1. http://www.theguardian.com/books/gallery/2009/oct/23/robert-crumb-art Fig. 2. http://estrella-ana-maria.blogspot.com.es/2011/09/simbologia-alquimista-catedrales.html Fig. 3. http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=155204 Fig. 4. http://www.epdlp.com/cuadro.php?id=3784 Fig. 5. http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/3973.htm Fig. 6. http://elpais.com/diario/2002/04/02/cultura/1017698401_740215.html Fig. 7. http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jan_Cossiers_-_Prometeo_trayendo_el_fuego,_1637.jpg Fig. 8. http://www.artepinturaygenios.com/2011/01/jose-clemente-orozco-arte-y-desgarro.html Fig. 9. http://lamaletadeulises.blogspot.com.es/2012/11/piero-di-cosimo.html Fig. 10. http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/julio_09/21072009_02.htm