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TEMA 12. FISIOLOGÍA RESPIRATORIA
12.1. INTRODUCCIÓN
El aparato respiratorio es un complejo conjunto anatómico en el que participan los pulmones, las vías
aéreas, los músculos respiratorios, la caja torácica y diversas partes del sistema nervioso central y periférico
implicadas en el control de la ventilación. Las estructuras que lo componen tienen un diseño adecuado a la
función que desarrollan.
Las principales funciones del aparato respiratorio son:
Intercambio de gases entre la atmósfera y la sangre. El aparato respiratorio se encarga de captar
oxígeno desde el aire atmosférico que será distribuido a todas las células del organismo. Al mismo
tiempo elimina el dióxido de carbono, producto de desecho del metabolismo celular.
Regulación homeostática del pH corporal. Los pulmones pueden alterar el pH corporal reteniendo o
eliminando selectivamente CO2.
Defensa frente a patógenos inhalados y a sustancias irritantes. El epitelio respiratorio está bien provisto
de mecanismos que retienen y destruyen sustancias potencialmente nocivas antes de que puedan
ingresar al organismo.
La fonación. El aire que se mueve a través de las cuerdas vocales crea vibraciones que se usan para el
habla, el cato y otras formas de comunicación.
Receptores del olfato.
Funciones metabólicas diversas.
12.2. ANATOMIA FISIOLÓGICA
El aparato respiratorio estructuralmente puede dividirse en dos partes:
Vía aérea superior, compuesta por la boca, la cavidad nasal y
la faringe.
Vía aérea inferior, compuesta por la laringe, la tráquea, dos
bronquios principales, sus ramificaciones y los pulmones.
El árbol traqueobronquial consiste en una serie de tubos huecos
que se ramifican y van disminuyendo su diámetro progresivamente. En
este árbol hay que diferenciar la zona de conducción y la zona
respiratoria:
Porción de conducción: se encarga de filtrar, calentar,
humedecer, y conducir el aire. Se compone por la nariz, faringe,
tráquea, bronquios, bronquiolos y bronquiolos terminales.
Porción respiratoria: su función es el intercambio gaseoso. Está
formada por los bronquiolos respiratorios y los alveolos.
La nariz filtra el aire inspirado limpiándolo de partículas extrañas como bacterias y partículas inorgánicas
que podrían llegar a los alveolos. También en la nariz se humidifica el aire que entra mezclándolo con vapor
de agua y se calienta a 37 °C, con el fin de no dañar los alveolos con la entrada constante de aire frío.
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La faringe consta de tres partes, la nasofaringe (respiración), orofaringe, y laringofaringe (digestión y
respiración).
La laringe, órgano fundamental en la fonación (cuerdas vocales). También juega un papel muy
importante en la protección frente a la aspiración de sólidos y líquidos. En la parte superior de la laringe
encuentra la epiglotis, que previene el paso del bolo alimenticio al tracto respiratorio durante la deglución.
La tráquea es un tubo semiflexible con anillos cartilaginosos que la mantienen abierta. Está revestida por
un epitelio pseudoestratificado ciliado. La tráquea se ramifica en dos bronquios, uno para cada pulmón.
También están revestidos por un epitelio pseudoestratificado ciliado y rodeados por una capa de músculo
liso que permite que puedan dilatarse o constreñirse.
12.2.1. EPITELIO CILIADO
Tanto la tráquea como los bronquios están recubiertos por un epitelio ciliado, que secreta moco y una
solución salina diluida. Los cilios están bañados en una capa salina acuosa. En la parte superior de ellos hay
una capa pegajosa de moco que atrapa a la mayoría de las partículas inhaladas.
La capa de moco es secretada por las células caliciformes
en el epitelio. Los cilios se mueven hacia arriba desplazando
continuamente al moco hacia la faringe.
La secreción de la capa salina acuosa por debajo del moco
es esencial para un transporte mucociliar funcional. En la
enfermedad fibrosis quística, por ejemplo, la secreción iónica
inadecuada disminuye el movimiento del líquido en las vías
aéreas. En ausencia de la capa salina, los cilios quedan
atrapados en el moco denso y pegajoso. El moco no puede
eliminarse, y las bacterias colonizan las vías aéreas, lo que
provoca infecciones pulmonares recurrentes.
12.2.2. ARBOL BRONQUIAL
El diámetro de las vías aéreas se vuelve progresivamente menor desde la tráquea hasta los bronquiolos,
pero a medida que las vías aéreas individuales se tornan más estrechas, su cantidad aumenta. Como
resultado, el área transversal total se incrementa con cada división de las vías aéreas.
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Parte del aire que ingresa en el aparato respiratorio no alcanza los alvéolos porque una porción de cada
respiración permanece en las vías aéreas, como la tráquea y los bronquios. Puesto que estas vías no
intercambian gases con la sangre, se conocen como espacio muerto anatómico.
12.2.3. PULMONES
Los pulmones son un par de órganos de forma cónica que ocupan
la mayor parte de la cavidad torácica. Cada uno de los pulmones
está dividido en varios lóbulos separados por fisuras.
Los pulmones están constituidos por dos estructuras en forma de
árbol, el árbol bronquial descrito y el árbol vascular, ambos están
rodeados de tejido conectivo muy elástico.
Cada pulmón está rodeado por un saco pleural doble cuyas
membranas revisten el lado interno del tórax y protegen la superficie
externa de los pulmones.
12.2.4. MEMBRANA PLEURAL
Cada pulmón está contenido en un saco de doble pared denominado pleura. La pleura es una
membrana serosa compuesta por dos hojas. La hoja visceral, íntimamente unida a la superficie del pulmón, y
la hoja parietal, adherida a las paredes del tórax y a la cara superior del diafragma. Entre ambas hojas
encontramos una delgada película de líquido, que es el líquido pleural, con un volumen total de unos dos
mililitros. Este líquido pleural cumple varias misiones. En primer lugar actúa como lubricante para que los
pulmones puedan deslizarse sobre la pared torácica. En segundo lugar, mantiene los pulmones
estrechamente unidos a la pared torácica. Para comprender mejor este hecho, pensemos en dos cristales
unidos por una fina capa de agua. Se puede deslizar uno sobre otro, pero cuesta mucho trabajo separarlos,
debido al alto grado de cohesión que establece el agua. Algo semejante ocurre entre las membranas
pleurales, el pulmón y la caja torácica, permitiendo que los pulmones permanezcan inflados incluso en
reposo.
o Neumotórax, Enfermedad producida por la entrada del aire exterior o del aire pulmonar en la cavidad
de la pleura
o Hemotórax, Almacenamiento patológico de sangre en la cavidad pleural
o Toracocentésis, Perforación quirúrgica de la pared torácica y el espacio pleural para obtener líquido,
con finalidad terapéutica.
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12.2.5. MÚSCULOS VENTILATORIOS
Los pulmones están incluidos en la caja torácica, una cavidad
hermética que se halla separada del abdomen por un músculo de
gran tamaño, de forma abovedada, denominado diafragma. La
caja torácica, está constituida por doce pares de costillas, que se
articulan con las vértebras dorsales, el esternón y un grupo de
músculos intercostales internos y externos que se encuentran
situados entre las costillas.
Intervienen también en la ventilación otros músculos accesorios
como los escalenos, los esternocleidomastoideos y los músculos
abdominales.
Los músculos respiratorios no actúan directamente sobre los pulmones sino que cambian el volumen de la
cavidad torácica causando el cambio correspondiente en el volumen pulmonar.
12.2.6. ZONA RESPIRATORIA
Las siguientes divisiones de los bronquiolos terminales dan lugar a la zona respiratoria, el lugar donde se
lleva a cabo el intercambio de gases. La unidad respiratoria terminal comprende los segmentos de la vía
aérea situados distalmente al bronquiolo terminal: el bronquiolo respiratorio, el conducto alveolar, el saco
alveolar y los alveolos, así como los vasos arteriales y venosos que perfunden y drenan, respectivamente la
sangre de dicha zona.
Los bronquiolos respiratorios contienen alveolos salteados en la pared.
Los conductos alveolares finalizan en agrupaciones de alveolos (sacos
alveolares).
Los elementos básicos de la unidad respiratoria terminal son los alveolos,
pequeños sacos de pared delgada donde ocurre el intercambio de gases. En el
pulmón humano existen unos 300 millones de alveolos, lo que supone una
superficie alveolar de unos 75 m2, el espacio equivalente a una pista de tenis
englobado en el interior de nuestro tórax.
12.2.7. COMPONENTES DEL ALVEOLO
Cada alveolo está formado por una única y delgada capa de células epiteliales, que se llaman células
alveolares o neumocitos. Hay dos tipos: las más numerosas (95%) son las células alveolares tipo 1, muy
aplanadas por lo que los gases difunden muy rápidamente a su través; y las células alveolares tipo II,
encargadas de sintetizar lo que se conoce como surfactante pulmonar. Este surfactante es una mezcla de
fosfolípidos, iones y lipoproteínas que reduce la tensión superficial del fluido alveolar y la tendencia al colapso
de los alveolos.
Además de estos tipos celulares, en la superficie epitelial nos encontramos también con los macrófagos
alveolares, que forman parte del sistema retículo-endotelial. Estos macrófagos desempeñan un papel muy
importante en la defensa frente a bacterias u otras partículas extrañas que se depositan en el interior de las
unidades respiratorias.
También hay fibroblastos que sintetizan las fibras elásticas y reticulares sobre las que se asientan las células
epiteliales.
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12.2.8. CIRCULACIÓN PULMONAR
La circulación pulmonar se inicia en la arteria pulmonar que transporta sangre pobre en oxígeno
procedente del ventrículo derecho. Esta arteria se bifurca en dos ramas, derecha e izquierda, que se dirigen
a cada uno de los pulmones. Allí se ramifican muchas veces, siguiendo el árbol bronquial, hasta originar
finísimos capilares, que rodean los alveolos, donde la sangre se oxigena. Una vez oxigenada la sangre retorna
a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares.
Las arterias bronquiales llevan sangre oxigenada a los pulmones.
El intercambio de O2 y CO2 ocurre por difusión entre las paredes alveolar y capilar en la membrana
respiratoria. La membrana respiratoria está compuesta por: epitelio alveolar, membrana basal alveolar,
membrana basal capilar y endotelio capilar.
12.2.9. INERVACIÓN DE LAS VÍAS AÉREAS
La inervación de las vías aéreas está compuesta por:
Terminaciones sensitivas
Terminaciones motoras: SNA
La estimulación vagal parasimpática a través de produce broncoconstricción, así como
secreción mucosa, todo lo cual incrementa la resistencia al flujo de aire y disminuye la cantidad
de aire fresco que alcanza los alveolos.
La estimulación simpática, por el contrario, produce broncodilatación e inhibición de la secreción
mucosa glandular. Adrenalina (β2).
Controlan el calibre de las vías y la secreción de moco.
12.3. VENTILACIÓN PULMONAR
El primer acontecimiento que tiene lugar en la fisiología respiratoria es la ventilación, proceso por el cual el
aire entra y sale de los alveolos. Para que se produzca un intercambio eficaz entre el aire externo y los
alveolos en cada ciclo respiratorio se produce primero una expansión del pulmón, proceso conocido como
inspiración, por el cual el aire atmosférico fluye hacia los alveolos. A continuación, en la espiración, el pulmón
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se comprime, lo que produce la salida del aire alveolar hacia el exterior. Para que este flujo se produzca es
necesario crear un gradiente de presión.
La ventilación pulmonar se ve influida además de por el gradiente de presión, por la tensión superficial, la
distensibilidad y la resistencia de las vías aéreas.
12.3.1. GRADIENTE DE PRESIONES
Cada vez que haya un gradiente de presión habrá flujo de aire. El flujo de aire, al igual que el flujo
sanguíneo, se dirige desde áreas de mayor presión hacia áreas de menor presión. En la ventilación, el flujo
global de aire a favor de gradientes de presión explica cómo se intercambia el aire entre el ambiente
externo y los pulmones. El movimiento del tórax durante la respiración genera condiciones alternantes de
presión alta y baja en los pulmones. Esto se explica en parte por la ley de Boyle.
LEY DE BOYLE
La presión ejercida por un gas o mezcla de gases en un
recipiente cerrado se genera por las colisiones de las moléculas
de gas en movimiento contra las paredes del recipiente y entre sí.
Si se reduce el tamaño del recipiente, las colisiones entre las
moléculas de gas y las paredes se vuelven más frecuentes, y la
presión aumenta.
En el aparato respiratorio, los cambios en el volumen de la cavidad torácica durante la ventilación
producen gradientes de presión que generan flujo de aire. Cuando aumenta el volumen del tórax, la presión
alveolar cae y el aire fluye hacia el interior del aparato respiratorio. Cuando disminuye el volumen del tórax,
aumenta la presión alveolar y el aire fluye hacia afuera, hacia la atmósfera.
PRESIONES
La ventilación requiere que los pulmones, que son incapaces de expandirse o de retraerse por sí solos, se
muevan en asociación con la contracción y la relajación del tórax. Sin embargo, los pulmones, como ya se
ha mencionado no están unidos directamente a la pared torácica. Las pleuras visceral y parietal cubren la
superficie de los pulmones y de la cavidad torácica, y dejan entre ambas el espacio pleural, relleno del
líquido pleural. Debido a su elasticidad los pulmones tienden a retraerse, mientras que la caja torácica tiende
a ensancharse. Estas dos fuerzas opuestas hacen que la presión intrapleural (Pi) sea negativa, es decir, inferior
a la atmosférica.
La presión atmosférica es la presión ejercida por una columna de aire sobre los objetos en la superficie de
la tierra, su valor es de 760 mm Hg y se toma como punto de referencia.
La presión intraalveolar (Pa) es la presión en el interior del alveolo. Rápidamente se equilibra.
El gradiente de presión transpulmonar (Pp) es la diferencia entre la presión intraalveolar y la presión
intrapleural (Pp = Pa – Pi). Es el gradiente de presión que se ejerce a través de la pared del pulmón. Siempre
es positivo, responsable que los pulmones estén ligeramente expandidos en reposo. Cuanto más positiva se
haga la presión transpulmonar, más se expandirán los pulmones.
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12.3.2. PREINSPIRACIÓN
En la breve pausa que existe entre dos respiraciones, la presión alveolar es igual a la presión atmosférica.
Cuando las presiones son iguales, no existe flujo de aire.
El gradiente de presión transpulmonar es 4 mm Hg (760–756 mm Hg), los pulmones se encuentran
ligeramente expandidos.
DIMENSIONES DE LA CAVIDAD TORÁCICA
En una respiración tranquila normal, la inspiración es un proceso activo, en el que se consigue la
expansión de la caja torácica mediante la contracción de los músculos inspiratorios. El músculo más
importante utilizado durante la inspiración es el diafragma. Este músculo está formado por fibras esqueléticas,
y se inserta en las costillas Inferiores. Está inervado por el nervio frénico. Cuando el diafragma se contrae,
pierde su forma de cúpula y desciende hacia el abdomen, alargando el tórax y empujando las vísceras
abdominales hacia abajo. Este movimiento incrementa el volumen de la caja torácica, al aumentar la
dimensión vertical de la misma.
El 75% del volumen de aire inspirado en una respiración normal es debido a la contracción del diafragma.
El 25% restante es consecuencia de la contracción de los músculos intercostales externos. Estos músculos
están insertados entre las costillas, desde la columna hacia el esternón, orientados hacia abajo y hacia
delante. Su contracción aproxima las costillas entre sí, lo que provoca el movimiento de las mismas hacia
arriba y hacia fuera, de manera que aumenta el diámetro anteroposterior y lateral de la caja torácica.
Podemos comparar a las costillas con el "asa de un cubo" articuladas con la columna vertebral y el esternón,
de modo que cuando las costillas se elevan, como el asa del cubo, aumentan el diámetro lateral del tórax.
El último grupo de músculos que intervienen en la inspiración son los denominados accesorios de la
respiración. Reciben este nombre porque durante la respiración normal en reposo funcionan poco o nada,
pero intervienen en la respiración forzada, que tiene lugar durante el ejercicio, o en estados patológicos
como el asma, la bronquitis crónica o un resfriado. Estos músculos comprenden los escalenos, que hacen
girar hacia arriba las dos costillas superiores, y los esternocleidomastoideos que desplazan el esternón hacia
arriba y hacia delante, contribuyendo así al aumento del volumen de la cavidad torácica.
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PRESIÓN INTRAPLEULAR: REPOSO (PREINSPIRACIÓN)
La presión intrapleural (Pi) varía durante el ciclo respiratorio. En reposo es de -4 mm Hg (756 mm Hg).
12.3.3. INSPIRACIÓN
Durante la inspiración la caja torácica se expande y aumenta de volumen. Las membranas pleurales y los
pulmones siguen a la caja torácica. Esto hace que la presión intrapleural disminuya, es decir, se hace más
negativa, de -7 mm Hg (753 mm Hg).
¿Qué ocurre en la inspiración con la presión dentro del alveolo (presión intraalveolar o Pa)? En reposo,
esta presión es igual a cero, es decir, igual a la atmosférica, por lo que no hay flujo de aire. Al iniciarse la
inspiración, los músculos inspiratorios se contraen y el volumen del tórax se incrementa. Esto hace que la Pa
descienda por debajo de la atmosférica - 1 mm Hg (759 mm Hg). Al ser la presión del aire intrapulmonar
menor que la atmosférica, se producirá la entrada de aire. A medida que el aire fluye al interior del alveolo,
la presión se iguala a la atmosférica, de modo que se anule el gradiente de presiones. La cantidad de aire
que entra y sale del pulmón en una respiración normal en reposo suele ser de 500 ml.
Los músculos inspiratorios se contraen
La cavidad torácica se expande
La presión intrapleural se hace más negativa (diminuye)
El gradiente de presión transpulmonar aumenta
El pulmón y los alveolos se expanden
La presión alveolar disminuye
El aire fluye al interior de los pulmones
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12.3.4. ESPIRACIÓN
En la respiración tranquila normal, la espiración es pasiva, es decir, no se produce por contracción de
ningún músculo respiratorio, sino que se lleva a cabo por la relajación de los músculos inspiratorios. Ocurre
por:
Relajación de los músculos inspiratorios.
Rebote de las fibras elásticas estriadas durante la inspiración: globo.
Tracción hacia dentro de la tensión superficial del líquido alveolar.
La espiración se vuelve activa en condiciones “forzadas”. Durante el ejercicio o en una espiración forzada
se activan los músculos espiratorios, que son los músculos abdominales y los intercostales internos. Los
músculos abdominales al contraerse aumentan la presión intraabdominal y elevan el diafragma dentro del
tórax, reduciendo su volumen. Además, estos músculos se contraen con mucha energía durante la tos, el
vómito y la defecación.
DIMENSIONES DE LA CAJA TORÁCICA
Los músculos inspiratorios se relajan, el diafragma va arriba por su elasticidad. Se reducen las dimensiones
vertical y antero-posterior de la cavidad torácica y el volumen pulmonar.
PRESIONES DURANTE LA ESPIRACIÓN
Al final de la inspiración la Pa = Patm = 0 y la Pi = - 4 mm Hg. Ahora, los músculos inspiratorios se relajan, por
lo que disminuye el volumen del tórax. Al disminuir el volumen del tórax, los pulmones vuelven de nuevo a su
posición original, por lo que disminuye también el volumen pulmonar, con lo cual la presión del gas alveolar
aumenta, alcanzando un valor de aproximadamente 1 o 2 mm Hg, por encima de la presión atmosférica.
Esto provoca que el aire fluya ahora en sentido contrario, salga hacia el exterior del pulmón hasta que Pa =
Patm = 0 y la presión intrapleural se recupere. Para conseguir esto, el volumen de aire que sale del pulmón es
igual al que entró. En este punto, el ciclo respiratorio termina y nuestro aparato respiratorio está preparado
para iniciar otro con la siguiente respiración.
El diafragma y los músculos intercostales se relajan
El volumen de la cavidad torácica disminuye
La presión intrapleural se hace menos negativa
El gradiente de presión transpulmonar disminuye
Los pulmones (alveolos) se retraen
La presión intrapulmonar se eleva
El aire fluye fuera de los pulmones
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12.4. FACTORES QUE AFECTAN A LA VENTILACIÓN PULMONAR
El principal factor que afecta a la ventilación son los gradientes de presión. Otros factores son la
distensibilidad, tensión superficial del líquido alveolar (surfactante) y la resistencia al paso del aire.
12.4.1. DISTENSIBILIDAD
Para que se produzca una ventilación adecuada los pulmones deben expandirse adecuadamente y
recuperar su volumen de reposo después de haber sido expandidos. Para ello, tanto los pulmones como la
caja torácica son estructuras distensibles y elásticas. La distensibilidad se refiere a la facilidad con la que una
estructura puede estirarse, es decir, en el caso del pulmón su capacidad para expandirse a medida que
aumenta la presión intraalveolar durante la inspiración.
La distensibilidad es diferente de la elasticidad. La elasticidad es la propiedad de un material de recobrar
su posición original cuando se ha estirado, una vez que cesa la fuerza que produjo la deformación. En el caso
del pulmón, la elasticidad representa la capacidad de recuperar su volumen de reposo en la espiración. Por
ejemplo, un chicle, es muy distensible porque se estira con facilidad, pero es poco elástico porque no tiende
a volver a su posición original. Por otro lado, un muelle que cueste ser estirado, es menos distensible, pero es
muy elástico, porque en cuanto se deja de aplicar la fuerza vuelve a su posición original.
Cuanto más rígido es el pulmón menor es su distensibilidad y se deberá generar una presión mayor
durante la inspiración para que entre el mismo volumen de aire (mayor trabajo muscular). Las situaciones
patológicas en las cuales está disminuida la distensibilidad se denominan enfermedades pulmonares de
patrón restrictivo. Un ejemplo de este tipo de patologías es la fibrosis pulmonar (sustitución tejido elástico por
conectivo fibroso) y la tuberculosis (forma tejido cicatricial).
La distensibilidad del pulmón depende no sólo de las propiedades del
pulmón, también del volumen pulmonar, del tamaño del pulmón y de la tensión
superficial del alveolo. Para un determinado cambio de presión, el pulmón de
un ratón cambiará menos de volumen que el de un elefante, ya que es más
pequeño. Por este motivo, los niños pequeños tienen una distensibilidad
pulmonar menor que la de los adultos.
12.4.2. TENSIÓN SUPERFICIAL
La tensión superficial es la fuerza que surge en la superficie de separación entre un medio líquido y otro
gaseoso. Es consecuencia de que las moléculas de agua de la superficie se atraen unas a otras y tienden a
repeler el contacto con el aire. La tensión superficial es la responsable de que el agua caiga en forma de
gotas, ya que en forma de esfera un volumen dado de agua expone la mínima superficie posible de
contacto con el aire.
Los alveolos están tapizados por una fina capa de líquido que se
encuentra en contacto con el gas alveolar. La interfase líquido-aire alveolar
también presenta una tensión superficial que tiende a colapsar los alveolos
para reducir al máximo la superficie de contacto entre el aire alveolar y el
líquido que los tapiza. Por lo tanto, la tensión superficial se opone a la
distensión pulmonar pero aumenta su elasticidad.
La tensión superficial del líquido alveolar es muchísimo menor de lo que
cabría esperar si estuviera sólo compuesta por agua-aire. ¿A qué es debida
esta diferencia? Al surfactante pulmonar, que reduce la tensión superficial de
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la película líquida que recubre las paredes de los alveolos. El surfactante pulmonar, además del efecto
mencionado, tiene importantes implicaciones en el mantenimiento de la estabilidad alveolar, evitando que
los alveolos se colapsen.
12.4.3. RESISTENCIA DE LAS VÍAS AÉREAS
Durante la inspiración entra aire en los pulmones debido a la diferencia de presión que se genera entre el
aire atmosférico y el alveolar. El flujo de aire que entra depende no sólo de ese gradiente, sino también de la
resistencia que oponen las vías respiratorias al flujo de aire.
En el aparato respiratorio se producen dos tipos básicos de flujo de aire. En las grandes vías (la tráquea y
los grandes bronquios), con grandes flujos, el flujo de aire es turbulento. Este es un flujo de aire
completamente desorganizado, que produce un ruido que puede percibirse durante la inspiración y en la
espiración. Cuanto más rápida y más profunda sea la respiración, más ruido se produce por las turbulencias.
En las pequeñas las aéreas periféricas, donde el aire fluye más lentamente el flujo de aire es laminar. Este flujo
es silencioso, ya que las capas de las moléculas de aire se deslizan unas sobre otras.
En condiciones normales, la mayor resistencia es ofrecida por las vías de tamaño grande y medio
(tráquea y bronquios). Estas estructuras presentan cartílago, lo que hace que su diámetro no pueda
modificarse y su resistencia al flujo es constante.
Normalmente, los bronquiolos no contribuyen de manera significativa a la resistencia de las vías aéreas.
Sin embargo, puesto que los bronquiolos son tubos que se pueden colapsar, la disminución de su diámetro
puede tornarlos abruptamente en una fuente significativa de resistencia de las vías aéreas (modificable por
estímulos: SNPs, Histamina).
La broncoconstricción incrementa la resistencia al flujo aéreo.