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1 EL TEMPLO DE JERUSALEN Por: Rudy Monzón Lectura bíblica: 1 Reyes 6:1-38, 7:13-22, y 2 Crónicas 3:1-17, 4:1-22 1 Reyes 2 Crónicas 6:1 En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová. 6:2 La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto. 6:3 Y el pórtico delante del templo de la casa tenía veinte codos de largo a lo ancho de la casa, y el ancho delante de la casa era de diez codos. 6:4 E hizo a la casa ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera. 6:5 Edificó también junto al muro de la casa aposentos alrededor, contra las paredes de la casa alrededor del templo y del lugar santísimo; e hizo cámaras laterales alrededor. 6:6 El aposento de abajo era de cinco codos de ancho, el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete codos de ancho; porque por fuera había hecho disminuciones a la casa alrededor, para no empotrar las vigas en las paredes de la casa. 6:7 Y cuando se edificó la casa, la fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro instrumento de hierro. 6:8 La puerta del aposento de en medio estaba al lado derecho de la casa; y se subía por una escalera de caracol al de en medio, y del aposento de en medio al tercero. 6:9 Labró, pues, la casa, y la terminó; y la cubrió con artesonados de cedro. 6:10 Edificó asimismo el aposento alrededor de toda la casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con maderas de cedro. 6:11 Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo: 3:1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo. 3:2 Y comenzó a edificar en el mes segundo, a los dos días del mes, en el cuarto año de su reinado. 3:3 Estas son las medidas que dio Salomón a los cimientos de la casa de Dios. La primera, la longitud, de sesenta codos, y la anchura de veinte codos. 3:4 El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte codos; y lo cubrió por dentro de oro puro. 3:5 Y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés, la cual cubrió de oro fino, e hizo realzar en ellas palmeras y cadenas. 3:6 Cubrió también la casa de piedras preciosas para ornamento; y el oro era oro de Parvaim. 3:7 así que cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas con oro; y esculpió querubines en las paredes. 3:8 Hizo asimismo el lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho de la casa, y su anchura de veinte codos; y lo cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos. 3:9 Y el peso de los clavos era de uno hasta cincuenta siclos de oro. Cubrió también de oro los aposentos. 3:10 Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines de madera, los cuales fueron cubiertos de oro. 3:11 La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra de cinco codos, la cual tocaba el ala del otro querubín. 3:12 De la misma manera una ala del otro querubín era del cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín.

Templo de Jerusalén o de Salomón, símbolo de Cristo

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EL TEMPLO DE JERUSALEN Por: Rudy Monzón

Lectura bíblica: 1 Reyes 6:1-38, 7:13-22, y 2 Crónicas 3:1-17, 4:1-22

1 Reyes 2 Crónicas

6:1 En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová. 6:2 La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto. 6:3 Y el pórtico delante del templo de la casa tenía veinte codos de largo a lo ancho de la casa, y el ancho delante de la casa era de diez codos. 6:4 E hizo a la casa ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera. 6:5 Edificó también junto al muro de la casa aposentos alrededor, contra las paredes de la casa alrededor del templo y del lugar santísimo; e hizo cámaras laterales alrededor. 6:6 El aposento de abajo era de cinco codos de ancho, el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete codos de ancho; porque por fuera había hecho disminuciones a la casa alrededor, para no empotrar las vigas en las paredes de la casa. 6:7 Y cuando se edificó la casa, la fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro instrumento de hierro. 6:8 La puerta del aposento de en medio estaba al lado derecho de la casa; y se subía por una escalera de caracol al de en medio, y del aposento de en medio al tercero. 6:9 Labró, pues, la casa, y la terminó; y la cubrió con artesonados de cedro. 6:10 Edificó asimismo el aposento alrededor de toda la casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con maderas de cedro. 6:11 Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo:

3:1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo. 3:2 Y comenzó a edificar en el mes segundo, a los dos días del mes, en el cuarto año de su reinado. 3:3 Estas son las medidas que dio Salomón a los cimientos de la casa de Dios. La primera, la longitud, de sesenta codos, y la anchura de veinte codos. 3:4 El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte codos; y lo cubrió por dentro de oro puro. 3:5 Y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés, la cual cubrió de oro fino, e hizo realzar en ellas palmeras y cadenas. 3:6 Cubrió también la casa de piedras preciosas para ornamento; y el oro era oro de Parvaim. 3:7 así que cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas con oro; y esculpió querubines en las paredes. 3:8 Hizo asimismo el lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho de la casa, y su anchura de veinte codos; y lo cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos. 3:9 Y el peso de los clavos era de uno hasta cincuenta siclos de oro. Cubrió también de oro los aposentos. 3:10 Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines de madera, los cuales fueron cubiertos de oro. 3:11 La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra de cinco codos, la cual tocaba el ala del otro querubín. 3:12 De la misma manera una ala del otro querubín era del cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín.

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6:12 Con relación a esta casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David tu padre; 6:13 y habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel. 6:14 Así, pues, Salomón labró la casa y la terminó. 6:15 Y cubrió las paredes de la casa con tablas de cedro, revistiéndola de madera por dentro, desde el suelo de la casa hasta las vigas de la techumbre; cubrió también el pavimento con madera de ciprés. 6:16 Asimismo hizo al final de la casa un edificio de veinte codos, de tablas de cedro desde el suelo hasta lo más alto; así hizo en la casa un aposento que es el lugar santísimo. 6:17 La casa, esto es, el templo de adelante, tenía cuarenta codos. 6:18 Y la casa estaba cubierta de cedro por dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de flores. Todo era cedro; ninguna piedra se veía. 6:19 Y adornó el lugar santísimo por dentro en medio de la casa, para poner allí el arca del pacto de Jehová. 6:20 El lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte codos de largo, veinte de ancho, y veinte de altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro el altar de cedro. 6:21 De manera que Salomón cubrió de oro puro la casa por dentro, y cerró la entrada del santuario con cadenas de oro, y lo cubrió de oro. 6:22 Cubrió, pues, de oro toda la casa de arriba abajo, y asimismo cubrió de oro todo el altar que estaba frente al lugar santísimo. 6:23 Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura. 6:24 Una ala del querubín tenía cinco codos, y la otra ala del querubín otros cinco codos; así que había diez codos desde la punta de una ala hasta la punta de la otra. 6:25 Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines eran de un mismo tamaño y de una misma hechura. 6:26 La altura del uno era de diez codos, y asimismo la del otro. 6:27 Puso estos querubines dentro de la casa en el lugar santísimo, los cuales extendían sus alas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa. 6:28 Y cubrió de oro los querubines. 6:29 Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de diversas figuras, de querubines, de palmeras y de botones de flores, por dentro y por fuera. 6:30 Y cubrió de oro el piso de la casa, por dentro y por fuera. 6:31 A la entrada del santuario hizo puertas de madera de olivo; y el

3:13 Estos querubines tenían las alas extendidas por veinte codos, y estaban en pie con los rostros hacia la casa. 3:14 Hizo también el velo de azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo realzar querubines en él.

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umbral y los postes eran de cinco esquinas. 6:32 Las dos puertas eran de madera de olivo; y talló en ellas figuras de querubines, de palmeras y de botones de flores, y las cubrió de oro; cubrió también de oro los querubines y las palmeras. 6:33 Igualmente hizo a la puerta del templo postes cuadrados de madera de olivo. 6:34 Pero las dos puertas eran de madera de ciprés; y las dos hojas de una puerta giraban, y las otras dos hojas de la otra puerta también giraban. 6:35 Y talló en ellas querubines y palmeras y botones de flores, y las cubrió de oro ajustado a las talladuras. 6:36 Y edificó el atrio interior de tres hileras de piedras labradas, y de una hilera de vigas de cedro. 6:37 En el cuarto año, en el mes de Zif, se echaron los cimientos de la casa de Jehová. 6:38 Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue acabada la casa con todas sus dependencias, y con todo lo necesario. La edificó, pues, en siete años. 7:13 Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram, 7:14 hijo de una viuda de la tribu de Neftalí. Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro; e Hiram era lleno de sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce. Este, pues, vino al rey Salomón, e hizo toda su obra. 7:15 Y vació dos columnas de bronce; la altura de cada una era de dieciocho codos, y rodeaba a una y otra un hilo de doce codos. 7:16 Hizo también dos capiteles de fundición de bronce, para que fuesen puestos sobre las cabezas de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel también de cinco codos. 7:17 Había trenzas a manera de red, y unos cordones a manera de cadenas, para los capiteles que se habían de poner sobre las cabezas de las columnas; siete para cada capitel. 7:18 Hizo también dos hileras de granadas alrededor de la red, para cubrir los capiteles que estaban en las cabezas de las columnas con las granadas; y de la misma forma hizo en el otro capitel. 7:19 Los capiteles que estaban sobre las columnas en el pórtico, tenían forma de lirios, y eran de cuatro codos. 7:20 Tenían también los capiteles de las dos columnas, doscientas granadas en dos hileras alrededor en cada capitel, encima de su globo, el cual estaba rodeado por la red. 7:21 Estas columnas erigió en el pórtico del templo; y cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jaquín, y alzando la columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz. 7:22 Y puso en las cabezas de las columnas tallado en forma de lirios, y así se acabó la obra de las columnas.

Las dos columnas

3:15 Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada una, con sus capiteles encima, de cinco codos. 3:16 Hizo asimismo cadenas en el santuario, y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas. 3:17 Y colocó las columnas delante del templo, una a la mano derecha, y otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz.

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Mobiliario del Templo:

1 Reyes 2 Crónicas

7:23 Hizo fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos. 7:24 Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían sido fundidas cuando el mar fue fundido. 7:25 Y descansaba sobre doce bueyes; tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al sur, y tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el mar, y las ancas de ellos estaban hacia la parte de adentro. 7:26 El grueso del mar era de un palmo menor, y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de flor de lis; y cabían en él dos mil batos. 7:27 Hizo también diez basas de bronce, siendo la longitud de cada basa de cuatro codos, y la anchura de cuatro codos, y de tres codos la altura. 7:28 La obra de las basas era esta: tenían unos tableros, los cuales estaban entre molduras; 7:29 y sobre aquellos tableros que estaban entre las molduras, había figuras de leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la basa, así encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve. 7:30 Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce, con ejes de bronce, y en sus cuatro esquinas había repisas de fundición que sobresalían de los festones, para venir a quedar debajo de la fuente. 7:31 Y la boca de la fuente entraba un codo en el remate que salía para arriba de la basa; y la boca era redonda, de la misma hechura del remate, y éste de codo y medio. Había también sobre la boca entalladuras con sus tableros, los cuales eran cuadrados, no redondos. 7:32 Las cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la misma basa. La altura de cada rueda era de un codo y medio. 7:33 Y la forma de las ruedas era como la de las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, sus cubos y sus cinchos, todo era de fundición. 7:34 Asimismo las cuatro repisas de las cuatro esquinas de cada basa; y las repisas eran parte de la misma basa. 7:35 Y en lo alto de la basa había una pieza redonda de medio codo de altura, y encima de la basa sus molduras y tableros, los cuales salían de ella misma. 7:36 E hizo en las tablas de las molduras, y en los tableros, entalladuras de querubines, de leones y de palmeras, con proporción en el espacio de cada una, y alrededor otros adornos.

4:1 Hizo además un altar de bronce de veinte codos de longitud, veinte codos de anchura, y diez codos de altura. 4:2 También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo: su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía alrededor. 4:3 Y debajo del mar había figuras de calabazas que lo circundaban, diez en cada codo alrededor; eran dos hileras de calabazas fundidas juntamente con el mar. 4:4 Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, y tres al sur, y tres al oriente: y el mar descansaba sobre ellos, y las anclas de ellos estaban hacia adentro. 4:5 Y tenía de grueso un palmo menor, y el borde tenía la forma del borde de un cáliz, o de una flor de lis. Y le cabían tres mil batos.

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7:37 De esta forma hizo diez basas, fundidas de una misma manera, de una misma medida y de una misma entalladura. 7:38 Hizo también diez fuentes de bronce; cada fuente contenía cuarenta batos, y cada una era de cuatro codos; y colocó una fuente sobre cada una de las diez basas. 7:39 Y puso cinco basas a la mano derecha de la casa, y las otras cinco a la mano izquierda; y colocó el mar al lado derecho de la casa, al oriente, hacia el sur. 7:40 Asimismo hizo Hiram fuentes, y tenazas, y cuencos. Así terminó toda la obra que hizo a Salomón para la casa de Jehová: 7:41 dos columnas, y los capiteles redondos que estaban en lo alto de las dos columnas; y dos redes que cubrían los dos capiteles redondos que estaban sobre la cabeza de las columnas; 7:42 cuatrocientas granadas para las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para cubrir los dos capiteles redondos que estaban sobre las cabezas de las columnas; 7:43 las diez basas, y las diez fuentes sobre las basas; 7:44 un mar, con doce bueyes debajo del mar; 7:45 y calderos, paletas, cuencos, y todos los utensilios que Hiram hizo al rey Salomón, para la casa de Jehová, de bronce bruñido. 7:46 Todo lo hizo fundir el rey en la llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán. 7:47 Y no inquirió Salomón el peso del bronce de todos los utensilios, por la gran cantidad de ellos. 7:48 Entonces hizo Salomón todos los enseres que pertenecían a la casa de Jehová: un altar de oro, y una mesa también de oro, sobre la cual estaban los panes de la proposición; 7:49 cinco candeleros de oro purísimo a la mano derecha, y otros cinco a la izquierda, frente al lugar santísimo; con las flores, las lámparas y tenazas de oro. 7:50 Asimismo los cántaros, despabiladeras, tazas, cucharillas e incensarios, de oro purísimo; también de oro los quiciales de las puertas de la casa de adentro, del lugar santísimo, y los de las puertas del templo. 7:51 Así se terminó toda la obra que dispuso hacer el rey Salomón para la casa de Jehová. Y metió Salomón lo que David su padre había dedicado, plata, oro y utensilios; y depositó todo en las tesorerías de la casa de Jehová.

4:6 Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él. 4:7 Hizo asimismo diez candeleros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda. 4:8 Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda: igualmente hizo cien tazones de oro. 4:9 También hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y cubrió de bronce las puertas de ellas. 4:10 Y colocó el mar al lado derecho, hacia el sureste de la casa. 4:11 Hiram hizo también calderos, y palas, y tazones; y acabó Hiram la

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obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios; 4:12 Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas; 4:13 Cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubriesen las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas. 4:14 Hizo también las basas, sobre las cuales colocó las fuentes; 4:15 Un mar, y los doce bueyes debajo de él: 4:16 Y calderos, palas, y garfios; de bronce muy fino hizo todos sus enseres Hiram-abi al rey Salomón para la casa de Jehová. 4:17 Y los fundió el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata. 4:18 Y Salomón hizo todos estos enseres en número tan grande, que no pudo saberse el peso del bronce. 4:19 Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición; 4:20 Asimismo los candeleros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendiesen delante del lugar santísimo conforme a la ordenanza. 4:21 Las flores, lamparillas, y tenazas se hicieron de oro, de oro finísimo; 4:22 También las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas y los incensarios eran de oro puro. Y de oro también la entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo, y las puertas de la casa del templo.

Lectura complementaria: Antigüedades de los Judíos, por Flavio Josefo.

Libro VIII. CAPITULO III: “La construcción del Templo. Sus dependencias”

1. Salomón comenzó a construir el Templo el segundo mes del cuarto año de su reinado, mes que los macedonios llaman artemisos y los hebreos íar, quinientos noventa y dos años después del éxodo de Egipto, mil veinte años después de la partida de Abram de Mesopotamia a Canaán y mil cuatrocientos cuarenta años después del diluvio. Desde Adán, el primer hombre que fue creado, hasta que Salomón edificó el Templo, pasaron en total tres mil ciento dos años. El año en que comenzó la construcción era el undécimo del reinado de Hiram en Tiro; de la construcción de Tiro a la construcción del Templo trascurrieron doscientos cuarenta años. 2. El rey hizo poner los cimientos del Templo bien profundamente en el suelo, y mandó hacerlos con piedra fuerte que resistiera el rigor del tiempo; debían unificarse con la tierra y formar una base y un fundamento seguros para la estructura que se levantaría encima. Tenían que ser suficientemente fuertes para sostener con facilidad la vasta estructura superior y los valiosos ornamentos, cuyo peso no sería inferior al de aquellos otros edificios grandes y pesados que el rey determinó que fueran muy adornados magníficos. Todo el cuerpo del edificio fue levantado hasta el techo con piedras blancas; tenía sesenta codos de alto y el mismo largo, y veinte de ancho. Encima se erigió otro edificio, de iguales dimensiones, de modo que la altura del Templo era de ciento veinte codos. El frente daba hacia el este. Delante del Templo construyeron el pórtico, de veinte codos de largo, armonizando con el ancho de la casa; tenía doce codos de anchura y su altura se elevaba a ciento veinte codos. Alrededor del Templo construyó treinta cuartos pequeños, que por estar juntos uno al lado del otro y por su número, encerraban el Templo en una muralla exterior unida. Ordenó hacer pasajes que los unían entre sí. Cada uno de esos cuartos tenía cinco codos de ancho y el mismo largo, y veinte de alto. Encima de ellos había otros cuartos, y otros encima de éstos, de iguales dimensiones y cantidad. En conjunto llegaban a la misma altura que la parte inferior de la casa; la parte superior no tenía edificios alrededor.

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El techo de la casa era de cedro. Cada uno de los cuartos tenía un techo propio que no se comunicaba con los demás. Pero en el resto había un techo común hecho con vigas larguísimas que pasaban por toda la construcción, de modo que las paredes intermedias quedaban unidas y reforzadas por esas mismas vigas de madera. La parte del techo que estaba debajo de las vigas estaba hecha del mismo material, alisado y con placas de oro clavadas encima. Después de revestir las paredes con tablas de cedro, las recubrieron con placas de oro esculpidas; todo el Templo relucía y el esplendor del oro que tenía en todas partes deslumbraba a los que entraban. La estructura total del Templo estaba hábilmente formada con piedras pulidas, unidas con junturas exactas y bien moldeadas, para no presentar al espectador señales de martillos u otros instrumentos de arquitectura; parecía como si todo el material se hubiese unido armónicamente, concordando las partes más bien naturalmente que por la fuerza de las herramientas. El rey tenía demás, para ascender a los cuartos superiores del Templo, una escalera abierta en el espesor de la pared. Porque ese piso no tenía puerta grande al este, como la casa inferior, entrándose por los costados mediante pequeñas puertas. Recubrió además el Templo, por dentro y por fuera, con tablas de cedro, unidas con gruesas cadenas, recurso que servía a la vez de soporte y de refuerzo del edificio. 3. Después de dividir el Templo en dos partes, el rey hizo la casa interior de veinte codos para la cámara secreta, señalando la de cuarenta codos para el santuario. Abrió un vano en la pared intermedia y le puso puertas de cedro, cubriéndolas con una gran cantidad de oro y diversas incrustaciones. Puso cortinas delante de las puertas, con magníficas flores de jacinto, purpúreas y escarlatas, hechas de biso suavísimo y brillante. Instaló en el sanctasantórum, que tenía veinte codos de ancho e igual dimensión de largo, dos querubines de oro macizo de cinco codos de alto cada uno; tenían dos alas cada uno tendidas en una extensión de cinco codos. Salomón los puso uno cerca del otro, de modo que con un ala tocaban la pared austral de la cámara, y con la otra la septentrional; las otras dos alas, que se tocaban entre sí, cubrían el arca, instalada entre ellas. Pero nadie sabe, ni se imagina siquiera, qué forma tenían esos querubines. El piso del Templo lo cubrió con placas de oro. Agregó puertas a la entrada del mismo, proporcionadas a la altura de la pared. Y de veinte codos de ancho, las que revistió con placas de oro. Y para decirlo en pocas palabras, no dejó una sola parte del Templo, interna o externa, sin cubrirla de oro. Tendió cortinas sobre esas puertas como había hecho con las puertas internas, con excepción del pórtico del Templo. 4. Salomón mandó a buscar a Tiro, al reino de Hiram, a un artífice llamado Ciram; era oriundo de la tribu de Neftali por parte de su madre (que pertenecía a esa tribu), pero su padre era Uria, del linaje de los israelitas. Hábil en toda clase de actividades, era principalmente diestro para trabajar el oro, la plata y el bronce, y ejecutó todas las obras metálicas del Templo, de acuerdo con la voluntad de Salomón. Ciram hizo, también, dos pilares de bronce con metal de cuatro dedos de grueso, siendo la altura de los pilares de dieciocho codos y su circunferencia de doce codos. Cada columna tenía un capitel en forma de lirio, de cinco codos de altura, rodeado de una malla entretejida con pequeñas palmas de bronce y cubierta de lirios. De la malla pendían doscientas granadas en dos filas. Una de las columnas la instaló en la entrada del pórtico, a la derecha, y la llamó Iacín, y la otra a la izquierda, y la llamó Boaz. 5. También fundió Salomón un "mar de bronce", con la figura de un hemisferio. Este artefacto metálico fue llamado mar por su tamaño, porque la jofaina tenía diez codos de diámetro y una palma de espesor. La parte central descansaba sobre una columna corta que tenía diez espirales alrededor y un codo de diámetro. Alrededor había doce bueyes que miraban a los cuatro vientos, tres en cada dirección, y tenían la parte posterior deprimida para que reposara sobre ellas el hemisferio, que estaba también deprimido hacia adentro. El mar tenía una capacidad de tres mil batos. 6. Hizo también diez bases de bronce para otras tantas fuentes rectangulares; la longitud de cada base era de cinco codos, su ancho de cuatro codos y su altura de seis. La obra, en parte labrada, estaba formada de la siguiente manera: tenía cuatro pequeñas columnas cuadrangulares en cada esquina, a las que estaban adosados los costados de la base exactamente ajustados. Estos costados estaban divididos en tres partes; cada sección tenía una franja para sostenerlo, y llevaba grabados en un sitio un león y en otro un buey o un águila. Las pequeñas columnas tenían grabados los mismos animales que los costados. Toda la obra se mantenía sobre cuatro ruedas, también de fundición, que tenían cubos y pinas y eran de un codo y medio de diámetro. Maravillaba ver la exactitud con que estaban labradas y unidas a los costados de las bases y la armonía con que concordaban con las pinas. Sin embargo su estructura era la siguiente: unos brazos con las manos extendidas sostenían las esquinas sobre las cuales descansaba una columna en espiral colocada bajo la parte hueca de la fuente y apoyada en la parte anterior del águila y el león, que estaban adaptados tan bien que el que los veía podía creer que eran de una sola pieza; entre ellos había palmeras grabadas. Así es como estaban construidas las diez bases. Hizo también diez grandes vasos o fuentes redondas, de bronce, cada una de las cuales contenía cuarenta congios; tenían cuatro codos de altura y los bordes situados a la misma distancia. Colocó las fuentes sobre las diez bases, llamadas meconot; puso cinco fuentes a la izquierda del Templo, que era la parte que daba al norte, y otros tantos a la derecha, hacia el sud, pero mirando al este. Del mismo modo ubicó el mar. Después de llenar de agua las fuentes y el mar, señaló el mar para el lavado de las manos y los pies de los sacerdotes, cuando entraban en el Templo y debían subir al altar, y las fuentes para lavar las entrañas y las patas de los animales que serían ofrecidos en holocausto. 7. Hizo además un altar de bronce para los holocaustos, cuyo largo era de veinte codos, su ancho el mismo y su altura de diez. También hizo todos los vasos de bronce, los trípodes y los cuencos; Ciram fundió también las calderas y las tenazas y los demás vasos; todos de bronce, un bronce que era esplendoroso y bello como el oro. El rey dedicó asimismo gran número de mesas, una de ellas grande y de oro en la que pusieron los panes de Dios. Hizo miles más que se parecían a aquéllas, pero estaban construidas de otra manera, y en ellas puso las redomas y las copas, que eran las de oro, veinte mil y las de plata, cuarenta mil. Hizo también diez mil candelabros, según el mandamiento de Moisés, uno de los cuales dedicó al Templo para que ardiera todo el día, de acuerdo con la ley. Y una mesa con hogazas, al costado norte del Templo, frente al candelabro que colocó al sud; el altar de oro se hallaba entre

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ellos. Todos esos vasos se encontraban en aquella parte de la casa que tenía cuarenta codos de largo y estaba frente al velo del sanctasanctórum, donde sería instalada el arca. 8. El rey hizo asimismo jarras de vino en número de ochenta mil, y cien mil redomas de oro, y el doble de redomas de plata. Platos de oro, para ofrecer en ellos, ante el altar, harina flor amasada, había ochenta mil, y de plata el doble de ese número. Grandes cuencos, en los que mezclaban la harina flor con aceite, había sesenta mil de oro y el doble de plata. De las medidas que Moisés llamó hin y asarón había veinte mil de oro y el doble de plata. Incensarios de oro, en los que llevaban el incienso al altar, veinte mil; de los otros incensarios, en los que llevaban fuego del altar grande al chico, dentro del Templo, cincuenta mil. Ropajes sacerdotales del sumo pontífice, con los mantos largos y el oráculo y las piedras preciosas, había mil. Pero la corona en la que Moisés había escrito el nombre de Dios era una sola, y se conserva hasta hoy. Hizo diez mil vestidos sacerdotales de biso, con cinturones de púrpura para cada sacerdote, y doscientas mil trompetas, según las instrucciones de Moisés. Doscientos mil vestidos de biso para los cantores, que eran levitas. Hizo cuarenta mil instrumentos musicales para acompañar el canto de los himnos, nablas y ciniras, fabricadas con electro. 9. Salomón hizo todas esas cosas para glorificar a Dios, con gran variedad y magnificencia; no reparó en gastos y usó la mayor liberalidad para adornar al Templo, incluyendo todos los objetos en los tesoros de Dios. Puso además una cerca alrededor del Templo, a la que en nuestra lengua le decimos gisión y que en griego se llama trigcos; tenía tres codos de altura y era para evitar que la multitud penetrara en el santuario, sitio abierto solamente para los sacerdotes. Detrás de esa cerca levantó un santuario de forma cuadrangular con grandes y amplios pórticos cerrados por altos portales, orientados hacia los cuatro vientos y provistos de puertas de oro. A este edificio tenían acceso todas las personas que eran puras y observaban la ley. Pero el tercer santuario, erigido detrás de los dos anteriores, era una verdadera maravilla, imposible de describir con palabras, y por decirlo así, increíble para el que lo veía. Salomón hizo rellenar con tierra grandes valles cuya inmensa profundidad era difícil de distinguir a simple vista, y después de haberlos levantado hasta una altura de cuatrocientos codos los niveló con la cima de la montaña en la que se encontraba el Templo. De este modo el santuario exterior, que era hípetro, se hallaba a la misma altura que el Templo. Lo rodeó con pórticos dobles de altas columnas hechas con piedra del lugar; los pórticos tenían techos de cedro revestido de laca. Las puertas del santuario las hizo todas de plata.

CAPITULO IV: “Salomón traslada el arca al Templo, ruega a Dios y le ofrece sacrificios públicos” 1. El rey Salomón concluyó esas obras, esos grandes y hermosos edificios, con todos los tesoros depositados en el Templo, en el término de siete años, dando una demostración de sus riquezas y su decisión al realizar en tan poco tiempo una obra de esa magnitud, que cualquiera que la viera creería que había demandado siglos para hacerla. Escribió entonces a los jefes y los ancianos de los hebreos ordenándoles que reunieran al pueblo en Jerusalén para que vieran el Templo y para transportar el arca de Dios. Recibida la citación de concurrir a Jerusalén, se reunieron finalmente en el séptimo mes, el que nuestros compatriotas llaman tisri y los madeconios hiperbereteon. Era precisamente la época de la fiesta de los Tabernáculos, celebrada por los hebreos como una de las solemnidades más santas e importantes. Fueron a buscar el arca y el tabernáculo que había erigido Moisés y todos los vasos destinados al servicio de los sacrificios divinos, y los transportaron al Templo. Marchaban a la cabeza el rey en persona con el pueblo y los levitas, remojando el suelo con las libaciones y la sangre de numerosos sacrificios y quemando gran cantidad de incienso; todo el aire se llenó de olores y el agradable aroma llegó hasta las personas más distantes, anunciándoles que Dios, según la creencia de los hombres, se dirigía a habitar el lugar recientemente edificado y consagrado en su honor; y no dejaron de cantar himnos y bailar hasta que llegaron al Templo. De este modo fue conducida el arca. Pero cuando hubo que introducirla en el sanctasanctórum el pueblo se retiró y únicamente los sacerdotes la transportaron y la colocaron entre los dos querubines, que con los extremos unidos de sus alas (así los había hecho el artífice), cubrieron el arca formándole encima una especie de tienda o cúpula. El arca no contenía más que dos tablas de piedra que conservaban grabados los diez mandamientos transmitidos por Dios a Moisés en el monte Sinaí. El candelabro, la mesa y el altar de oro, los pusieron en el Templo delante del sanctasanctórum, el mismo sitio que ocupaban hasta entonces en el tabernáculo. Luego ofrecieron los sacrificios del día. En cuanto al altar de bronce Salomón lo puso delante del Templo, frente a la puerta, para que apareciera a la vista al abrirse ésta y pudieran verse las ceremonias sagradas y la riqueza de los sacrificios. Por último reunió los utensilios restantes y los situó dentro del Templo…

INTRODUCCION

El estudio del tabernáculo y del templo es fascinante, porque en ellos vemos la persona y obra de Jesucristo. La Biblia se interpreta sobre la base de Jesucristo, él es el centro. Un error frecuente y que se debe eliminar es considerar a estas dos edificaciones como símbolos de la iglesia o cristianos, ciertamente en muchos pasajes suena verosímil, sin embargo, no es verdadero. Cristo es la esencia de las Escrituras, y en estas dos edificaciones ya mostraba en el pasado lo que él haría en el tiempo señalado por Dios. El templo no tiene ninguna sabiduría esotérica escondida, es Cristo el revelado. Como se mencionó en el estudio sobre el Tabernáculo, éste era una tienda movediza, expuesta a constantes vicisitudes y de mucha humildad en comparación a los majestuosos templos de aquellos que no son Dios. Cristo en la carne fue el hijo del Hombre que se humilló y se expuso a toda clase de vicisitudes y sufrimientos, Fil. 2:6-8 “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Ahora bien, el templo de Jerusalén, llamado también de Salomón, era una edificación sólida, segura y constituía una copia mucho más lujosa y esplendorosa del Tabernáculo, representando a nuestro Señor Jesucristo, ya no humillado, sino, exaltado y glorificado por el Padre. Fil. 2:9-11 “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

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Este estudio abordará cómo está Jesucristo simbolizado en los materiales y ornamentos del Templo. En sentido espiritual, Cristo habla de Su cuerpo como templo en Juan 2:19. El templo que edificó Salomón fue diseñado por Dios, 1 Cron. 28:19 “Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño”, no fue invención, ni imaginación humana. La palabra templo se aplica con mayor frecuencia al Templo de Jerusalén, en sus sucesivas construcciones, erigido para el culto al Señor, sin embargo, Tabernáculo y templo son utilizados en la Biblia como sinónimos, 1 S. 1:9; 3:3; 2 S. 22:7; compare Ap. 15:5. La culminación de esta idea del mejor pacto se ve en la Nueva Jerusalén, en la cual, Juan en su visión no vio en ella templo, porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero, es el templo de ella, Ap. 21:22. Una solemne advertencia antes de continuar: Este estudio se basa sobre la que el autor del mismo cree que simbolizan los materiales, objetos y medidas del Templo. No es algo definitivo. Usted con la ayuda del Espíritu Santo al leer las Escrituras encontrará lo que sea correcto y lo que no. Se ha tratado de evitar un excesivo simbolismo de los números, para no caer en el esoterismo de la numerología, lo cual es un pecado y una forma de adivinación. Por lo anterior, hay muchas cosas que no explican por lo difícil que para el autor es entenderlas. Dado que el presente estudio es una continuación del efectuado sobre el tabernáculo, no haremos referencia de aquellos símbolos ya explicados y que son comunes a ellos.

Capítulo 1 Generalidades del Templo

1.- Materiales preciosos utilizados: David se propuso reemplazar el tabernáculo portátil por un edificio permanente, y reunió la mayor parte de los materiales necesarios para este fin (2 S. 7; 1 R. 5:3-5; 8:17; 1 Cr. 22; 28:11-29:9). Reunió cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata (1 Cr. 22:14), y a ello añadió tres mil talentos de oro y siete mil de plata de su propia fortuna. Los príncipes aportaron cinco mil talentos de oro, diez mil dáricos de oro, y diez mil talentos de plata (1 Cr. 29:4, 7). El total vino a ser de ciento ocho mil talentos de oro, diez mil dáricos de oro, y un millón diecisiete mil talentos de plata. David se había enriquecido mediante sus conquistas, y los pueblos que le estaban sometidos le pagaban tributo; de esta manera, pudo poner a disposición de Salomón metales de gran precio que le serían más que suficientes para la construcción del Templo (1 R. 7:51; 2 Cr. 5:1). La cantidad oro y plata es inmensa, prácticamente incomprensible, así como la gloria de Cristo. Asombrémonos solamente con su equivalente del oro utilizado que fueron 108,000 talentos: 3,672,000 kilos 3,991 toneladas 7,982,560 libras 79,825 quintales 160 tráileres de 500 quintales cada uno US $194,816,720,257 Q.1,558,5333,762,957 = 25,975 años del presupuesto actual del año 2013 de Guatemala. Y esta cantidad de oro no incluye los 10,000 dáricos (moneda persa) de oro que también se utilizaron. 2.- Tiempo de construcción: Comenzó a ser edificado en el año cuarto de Salomón, y fue acabado en siete años y seis meses (1 R. 6:1, 37-38), sin embargo, esperó casi un año para llevar el arca al templo, 2 Cron 5:3, lo cual sucedió en el mes séptimo, llamado Tishri o Etanim, cuando caían 3 fiestas judías: Las trompetas, expiación y tabernáculos, Lev. 16 y 23. 3.- Cantidad de Constructores: Salomón hizo una leva (Equivalente al servicio militar obligatorio) de treinta mil israelitas, que iban a trabajar al Líbano, a turnos de diez mil cada mes (1 R. 5:13). Entre los descendientes de los cananeos del país de Israel, Salomón hizo una leva forzosa de ciento cincuenta mil hombres (1 R. 5:15; 9:20, 21; 2 Cr. 2:2, 17, 18). Había quinientos cincuenta jefes de obra y tres mil trescientos capataces (1 R. 5:16; 9:23); de ellos, tres mil seiscientos eran cananeos y doscientos cincuenta israelitas (2 Cr. 2:18; 8:10). 4.- Lugar de construcción: El Templo fue erigido en Jerusalén, sobre la colina de Moria, sobre el emplazamiento de la era de Ornán el jebuseo (2 Cr. 3:1). 5.- Dimensiones generales: El plan del Templo reproducía el del Tabernáculo, pero sus dimensiones eran superiores y la decoración suntuosa. El interior medía sesenta codos de longitud por veinte de anchura y treinta de altura (1 R. 6:2); la altura difería así en proporción a la del Tabernáculo.

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6.- Materiales de construcción y decoración: Los muros estaban hechos de piedras totalmente talladas en la cantera (1 R. 6:7); la techumbre era de cedro (1 R. 6:9). El suelo estaba hecho con planchas de madera de ciprés, y las paredes fueron recubiertas de cedro, del suelo al techo (1 R. 6:15; 2 Cr. 3:5). Todo el interior estaba recubierto de oro (1 R. 6:20, 22, 30; 2 Cr. 3:7, etc.). Sobre las paredes se esculpieron querubines, palmeras y flores. 7.- Lugar santísimo: El Lugar Santísimo era un cubo de veinte codos (1 R. 6:16, 20). El espacio de diez codos de altura entre el cielo raso y el techo estaba probablemente ocupado por cámaras recubiertas de oro (1 Cr. 28:11; 2 Cr. 3:9). El arca se hallaba en el Lugar Santísimo (1 R. 8:6), bajo las alas de dos gigantescos querubines hechos de madera de olivo y recubiertos de oro. Cada uno de ellos medía diez codos de altura, y la longitud de cada una de sus alas medía cinco codos. Las alas exteriores de los querubines tocaban los muros, y las otras dos se unían. En el centro, por encima del propiciatorio, los dos querubines contemplaban el arca (1 R. 6:23-28; 2 Cr. 3:10-13). Un tabique de madera de cedro, recubierto de oro por los dos lados, separaba el lugar santo del Lugar Santísimo. Había una puerta de dos hojas de madera de olivo, adornada de palmeras, flores y querubines, y recubierta de oro, que permitía el paso, y un velo análogo al del Tabernáculo la recubría (1 R. 6:16, 21, 31, 32; 2 Cr. 3:14). 8.- Lugar santo: El lugar santo media cuarenta codos de largo, veinte de ancho y treinta de alto. Los muros tenían ventanas anchas en su interior, y estrechas en su exterior, probablemente cerca del techo (1 R. 6:4). El altar de incienso no era de acacia, como en el Tabernáculo, sino de cedro recubierto de oro (1 R. 6:20, 22; 7:48). Este altar estaba relacionado con el Lugar Santísimo (1 R. 6:22; cfr. He. 9:3, 4), pero se hallaba en el lugar santo, delante del velo de separación, por cuanto el sumo sacerdote debía ofrecer el incienso cada día, en tanto que sólo entraba una vez al año en el Lugar Santísimo. Había no sólo un candelero, como en el Tabernáculo, sino diez candeleros de oro; de la misma manera, en lugar de una, había diez mesas; es indudable, sin embargo, que los panes de la proposición sólo se ponían sobre una mesa, de la misma manera que sólo se usaba un candelero cada vez (cfr. 2 Cr. 13:11). Las puertas que daban acceso al lugar santo desde el exterior eran de ciprés (1 R. 6:33, 34). 9.- Edificios aledaños: Un edificio de tres pisos se apoyaba contra la parte trasera del Templo y sus dos laterales (1 R. 6:5-10). 10.- El pórtico: El pórtico delante de la entrada principal medía diez codos de ancho, veinte de largo y ciento veinte de alto (1 R. 6:3; 2 Cr. 3:4). A cada lado del pórtico se levantaban dos columnas de bronce: Boaz y Jaquín, ricamente decoradas (1 R. 7:15-22; 2 Cr. 3:15-17). 11.- Atrios: El Templo tenía dos atrios, el interior elevado, reservado a los sacerdotes y el gran patio exterior (2 R. 23:12; 2 Cr. 4:9; Jer. 36:10). Los dos atrios estaban separados por la misma diferencia de nivel entre ellos, y por un muro bajo, hecho de tres hileras de piedras labradas y de una hilera de vigas de cedro (1 R. 6:36; 7:12). 12.- Altar de bronce: El altar de bronce, para los holocaustos, se hallaba en el atrio de los sacerdotes (1 R. 8:64; 2 R. 16:14; 2 Cr. 15:8); era unas cuatro veces mayor que el del Tabernáculo (2 Cr. 4:1). 13.- Mar de bronce: También en este atrio interior estaba el mar de bronce (gran cuba de bronce), y había además diez fuentes de bronce (1 R. 7:23-39). La gran cuba servía para las abluciones de los sacerdotes, las fuentes estaban destinadas para lavar los objetos empleados en los sacrificios (2 Cr. 4:6). 14.- Atrio exterior: El pueblo se quedaba en el gran atrio exterior (cfr. 1 R. 8:14), pavimentado (2 Cr. 7:3) y rodeado de un muro con numerosas puertas (2 Cr. 4:9, cfr. Ez. 40:5). 15.- Destrucción: En el año 587 a.C., los babilonios se apoderaron de Jerusalén; saquearon este templo, incendiándolo (2 R. 25:8-17). Este templo fue magnífico en su construcción, aunque en la época Zorobabel se reconstruyó el Templo, nunca quedó con la belleza del anterior. Siglos después bajo el gobierno de Herodes el Grande se reconstruyó, se modificaron las medidas, diseño y materiales dados por Dios, e incluso no tenía el arca, razón por la cual no haremos referencias a ellos, Esd. 6:3; compare. Antigüedades de los Judíos libro XI y capítulo 4 y 6.

CAPITULO 2 Simbología del templo

2.1. Constructor y lugar de edificación Constructor: El primer punto a considerar fue el constructor, Salomón cuyo nombre significa: Paz, pacífico, apacible, tranquilidad, ausencia de luchas o antagonismo. Su nombre deriva de manantial, feliz, afortunado, dichoso, venturoso, amigable, estado completo de solidez, bienestar y paz. Según Strong 8010, 7965 y 7999, el nombre Salomón deriva de la palabra “shalom” cuyos significados aparte de paz, son: seguro, feliz, amistoso,

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bienestar, salud (salvación), prosperidad, amigo, bueno, dichoso, propicio y victorioso. Efesios 2:14, nos enseña que Cristo es nuestra paz y en Juan 16:33 que en Cristo tenemos paz. Recordemos que en el tiempo de Salomón ya no hubo guerra, fue un periodo de paz para el pueblo de Dios y consolidación del reino. Asimismo, Cristo ya tiene un reino inmutable, esperando únicamente que todos sus enemigos sean puestos bajo sus pies, Hebreos 1:13. Todos los anteriores atributos corresponden a Cristo. Salomón es un tipo de Jesucristo. En Hebreos 7, se identifica a Melquisedec como Cristo, el cual es llamado Rey de paz. David no construyó el templo, porque él conquistó el territorio y fue un hombre de guerra, tipo de la “lucha” u obra por la salvación de nuestras almas de Jesucristo. Si en el tabernáculo mirábamos a un Cristo sin hermosura, ahora en el templo miramos a un Cristo glorificado y lleno de hermosura, ya no priva la madera de acacia, símbolo de humildad y sufrimiento, sino, maderas preciosas. Algo verdaderamente importante, es el contraste de Cristo como hombre, y el Cristo glorificado, éste último completamente distinto e irreconocible. En Apocalipsis capítulo 1, Juan, a pesar de haber visto al Señor por tres años, de haberse recostado sobre su pecho y verle resucitado, no lo reconoce por la indescriptible gloria que como Dios posee, se presentó ante él. Su descripción en dicho capítulo es más sobre sus atributos, no lo pudo describir en semejanza de hombre. Por ello el templo edificado por Salomón es tan distinto al tabernáculo y tan glorioso, que en ocasiones resulta difícil describirlo como Cristo sobre la base de atributos conocidos. Lugar de edificación: Fue erigido en el monte Moria ubicado en Jerusalén, la cual es llamada frecuentemente como Sion. Salmos 2:6 escribiendo sobre el reinado del Ungidos=Jesucristo, dice así “Pero yo he puesto mi rey, sobre Sion, mi santo monte”. Cristo rey de Israel, reinando desde Jerusalén. El nombre Moria, según Strong 4179 significa: Seleccionado por Jehová, elegido, electo, favorito, preferido. No es acaso todo eso Jesucristo para Dios Padre. Adicionalmente el Monte Moria fue el lugar del sacrificio de Isaac, que era un tipo de Jesucristo mismo. El monte Moria se encuentra situado en Jerusalén, cuyo nombre significa: Fundado en paz, la paz poseída, la morada de armonía. Jerusalén fue el lugar escogido por Dios para adoración y testimonio. “Vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar”, Juan 4.20. “Si tú conociese…lo que es para tu paz”, Lucas 19.42. El nombre Jerusalén deriva de la palabra “Shalom” (Strong 3389, 3390, 3384 y 7999) que significa también paz, es decir que tanto el nombre Salomón como Jerusalén vienen de la misma palabra. El nombre antiguo de Jerusalén fue “Salem”, cuyo nombre significa según Strong 7999, 8003 y 8004, completo, amigable, cabal, entero, perfecto, reposo, seguro. El templo se estableció en Jerusalén, al igual que el reinado del Mesías, Sal. 2:6, 50:2, 110:1-2. Tanto el monte, la ciudad y el constructor nos señalan a Cristo, con su obra acabada, ya sin luchas, compare Hebreos 4:9-10.

2.2.- El exterior del templo

El altar de bronce: Medidas: 20 codos de ancho = 9 metros 20 codos de largo = 9 metros 10 codos de alto = 9 metros Material: Bronce. El número diez en la Biblia simboliza la ley de Dios y también juicio, cf. Ex 34:28. La ley de Dios es implacable en exigir justicia para el pecado, dándole la retribución correspondiente. La ley de Dios exige castigo en el infierno al pecador. El veinte al ser el doble de diez, su ancho y largo, simboliza la perfecta justicia de Dios, cf. Ez. 41:4, Zac. 5:1-4. El hecho de ser cuadrado nos muestra que el juicio es para los cuatro puntos cardinales, es universal, no hay exclusión de hombre alguno. Note que ya el altar ya no tiene los cuernos, que representaba el poder de la sangre de Cristo. Ya no está Cristo acá representado, sino, el hombre con su castigo personal. Otro punto que refuerza la idea de la ausencia de Cristo en este altar, es la falta de madera de acacia, como el altar del tabernáculo. El hecho de estar el altar de bronce fuera del Templo de Dios, simboliza que el Infierno está fuera de la presencia de Dios Mt. 8:12, donde cada quien recibirá su justo merecido. Fuente de bronce: Medidas: 10 codos (4.5 Mts.) de borde a borde. 5 codos (2.15 Mts.) de altura. 30 codos (13.5 Mts.) de diámetro Todo el material era de bronce.

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El bronce es símbolo de juicio de Dios. Todo sacerdote tenía que lavarse en la fuente. Nos recuerda que todo cristiano aunque ya fue sacrificado el cordero que quita el pecado del mundo, debe de lavarse de las manchas cotidianas en el juicio ya recaído sobre Jesucristo, y de esta forma se hace partícipe del mismo, Mt. 20:22-23, Rom. 6:3-4. El borde de diez codos, nos recuera la ley de Dios, inflexible y que demanda pureza. La altura de cinco codos, nos recuerda la gracia de Dios hacia su pueblo, y el diámetro de treinta codos nos recuerda que es el número de la consagración o madurez, de este último compare Nm. 4:3, 2 Sam. 5:4. El mar representa la humanidad, las grandes masas de los gentiles, Ap. 13.1. En Juan 7:37-38, Jesucristo dijo que si alguien tenía sed viniera a él y bebiera y que dentro de él correría ríos de agua viva (el Espíritu Santo). También en la Biblia encontramos el agua como símbolo del evangelio, Efesios 5.26. La fuente de bronce estaba con un mar de agua grandísimo, lo cual nos enseña el poder inmenso que tiene la sangre de Cristo Jesús. Recordamos también que dicha fuente de agua salió del pueblo de Israel también representado en los doce bueyes. La fuente de bronce estaba apoyada sobre doce bueyes, que miraban a los cuatro puntos cardinales. El doce es el número del gobierno de Dios, cf. Ap. 12:1, 21:9-22. Doce fueron los apóstoles sobre los cuales recayó primeramente la misión de llevar el evangelio a todas las naciones, cf. Mr. 16:15 y Hch. 1:8. Un buey es un toro castrado, dedicado al trabajo, cuya castración le ha quitado el carácter fiero y violento que caracteriza a un toro, ha sido cambiada su naturaleza, tal como sucede con los hijos de Dios 1 Cor. 5:4. La forma borde de la fuente era como un cáliz o una flor de lis. Acá hay una doble figura, primero: El cáliz es el vaso de oro que se menciona en la Biblia como el instrumento que contiene los juicios de Dios, Ap. 14:10, 16:19. Segundo: La flor de lis o lirio, es utilizada en la Biblia como símbolo de amor y hermosura, mire el título y el contenido del Salmo 45 y Cantares 2:1-2, por lo tanto, esa forma de lirio nos recuerda el amor de Cristo al morir por nosotros y lo hermoso que es él para nosotros. Resumiendo: La fuente representa el juicio de Dios ya recaído sobre Cristo, que tiene la eficacia de limpiar toda inmundicia o pecado, y que estas buenas nuevas (evangelio) debe ser anunciado a todas las naciones, porque tiene la eficacia de un mar de limpiar a todo hombre. Evangelio que primariamente cayó sobre los 12 apóstoles representados en los bueyes; bueyes que también representan a la nación de Israel de cuyos lomos vino el maravilloso Salvador, el cual no fue exclusivo para ellos. Fuentes exteriores: Habían diez especies de carretas o bases con agua, cinco a cada lado, sobre ellas descansaban las fuentes de agua. Eran de 4 codos de largo, 4 de ancho y tres de alto. En la Biblia encontramos que el número cuatro se utiliza para describir el mundo entero y el tres como número de Dios, de la trinidad o unidad perfecta. Refuerza la idea de que aunque hay un gran mar en Cristo, el agua limpiadora (sangre de Cristo y Evangelio) está dispersa en el mundo, y esto a través de cada iglesia y cristiano. Estas bases tenían figuras de querubines, leones y palmeras. Los querubines seres celestiales que impiden que el pecador se acerque a Dios, los leones el poder y las palmeras símbolo de victoria. Sobre cada base estaba una fuente en la cual cabían 40 batos de agua. 40 años estuvo Israel en el desierto antes de entrar a la tierra prometida, nos recuerda el periodo que la iglesia pasara en la tierra antes de entrar a la gloria de Dios, y mientras dura su peregrinaje debe de limpiarse continuamente. El hecho de estar colocado alrededor del templo nos recuerda que Dios está rodeado de pureza y santidad, sin la cual, nadie verá al Señor.

2.2.- El Templo

Material de las paredes: Piedras y blancas según escribe Josefo, con lo cual muestran la limpieza y santidad de Dios. Todas fueron labradas fuera, como símbolo de la obra de Cristo ya se había efectuado antes. El hecho de ser el edificio de piedra, muestra la permanencia y perpetuidad de Dios. Pórtico: (Sitio cubierto y con columnas delante del templo) Ancho: 20 codos (9Mts.) de punta a punta, pero, su ancho útil 10 codos (4.5 Mts.) Largo: 20 codos (9 Mts.) Alto: 120 codos (54 Mts.) Cubierto de oro puro por dentro. Lo que llama la atención es la altura del pórtico: 120 codos. 120 fueron el número de los cristianos reunidos el día de la venida del Espíritu Santo, el día de pentecostés. Este número representa simbólicamente a la cristiandad cuando Dios “tabernaculó” con su pueblo el día de Pentecostés. Resalta inmediatamente el simbolismo de que todo su pueblo está dentro del templo.

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El significado de los veinte codos debemos de buscarlo en la puerta del atrio del tabernáculo, aquella puerta tenía veinte codos de ancho, un símbolo apto de aquella gracia que ofrece entrada libre a la salvación a todo pecador. El perímetro del altar de bronce era de la misma medida, o sea, de veinte codos. Fue por el sacrificio de Cristo prefigurado por aquel altar, que Dios demostró su gracia hacia los de los cuatro puntos cardinales del mundo. Columnas frontales: Inmediatamente de ver el tamaño majestuoso del templo, vemos don grandes columnas de bronce de 35 codos (15.75 Mts) de altura, divididas así: 18 codos de la columna propiamente dicha + 12 codos de un adorno en forma de hilo + un capitel redondo de 5 codos. Los capiteles tenían trenzas en forma de red y cordones en forma de cadenas, siete para cada capitel. Habían 2 hileras de granadas alrededor de la red más 200 granadas en dos hileras alrededor de cada capitel. Los capiteles tenían forma de lirios. El bronce de las columnas debió haber brillado al salir el sol, recordando nuevamente el juicio de Dios antes de entrar a su presencia. Las columnas nos recuerdan la fortaleza de Dios. Sus adornos de granadas, recuerdan el gran fruto unido de Cristo, unido por su sangre. Los lirios son alabados por el Señor por su belleza y exaltación, que excede a toda la gloria de Salomón (Mt. 6:28-29; Lc. 12:27). Son considerados hermosos por Dios. También era símbolo de encanto y amor de Dios para su pueblo y de su pueblo para él (Cantar de los Cantares 2:16; 4:5; 6:3). Podemos decir que la forma de lirio de los capiteles símbolo de hermosura, exaltación de Cristo y su amor para su iglesia. La forma de lazos y cordones nos recuerdan los lazos de amor que utilizaban para atraer a su pueblo hacia él, Oseas 11:4. El nombre Jaquín, según Strong 3199 significa: Dios establecerá, establece o afirma / Cimentar, fundamentar, asentar las bases / El será establecido, El hará establecer. Mientras que el nombre Boaz según Strong 1162 significa: Dios fortalecerá, rectitud, fortaleza, poder, vigor Vemos en las columnas la firmeza de la rectitud y estabilidad eterna de Cristo. Puerta de entrada: Madera de olivo, recubiertas de oro. Los marcos de cinco esquinas. Tallados querubines, palmeras, botones de flores. Las puertas giraban. En las puertas vemos a Cristo en otras de sus atributos. El fruto del olivo era el emblema de la prosperidad, de la bendición divina, de la belleza, de la fuerza: Sal. 52:8; Jer. 11:16; Os. 14:6. Del olivo salía el aceite de su mismo nombre, ampliamente utilizado en la Biblia como símbolo del Espíritu Santo. El tronco de un olivo viejo está frecuentemente rodeado de vigorosos retoños (Sal. 128:3). Cristo está rodeado de todos sus retoños, es decir, nosotros, sus hijos, cf. Juan 15. El olivo también representaba victoria y felicidad, en ocasiones, durante las fiestas, las mujeres se adornaban con guirnaldas de olivo, según se relata en el apócrifo Judit. 15:13 “Ellas y sus acompañantes se coronaron con coronas de olivo; después, dirigiendo el coro de las mujeres, se puso danzando a la cabeza de todo el pueblo. La seguían los hombres de Israel, armados de sus armas, llevando coronas y cantando himnos” Resumiendo, en las puertas de olivo vemos la santidad de Dios, su victoria, su hermosura y cómo de él manó el Espíritu Santo. El hecho de estar recubiertas de oro, muestra la divinidad de él. Templo: Largo: 60 codos (27 Mts.) (Dividido así: 40 para el lugar santo y 20 para el santísimo) Ancho: 20 codos (9 Mts.) Alto: 30 codos (13.5 Mts.) Veinte. Es múltiplo de diez, lo cual representa la justicia perfecta de Dios. Treinta. Está asociado con el comienzo de la productividad después de un período de preparación. Véase sesenta para el fin de este ciclo. “Era José de treinta años…”, Génesis 41. “Era David de treinta años”, 2 Samuel 5.4. “Jesús mismo al comenzar su ministerio era de como treinta años”, Lucas 3.23. A Daniel le fue dado un lapso de treinta días para ver a quién servía, 6.7. Treinta figura en el arca de Noé (Gen 6:15). Treinta el inicio de un periodo y en el arca la capacidad de albergue a todos los que en él se refugió. Cuarenta. Era el largo en codos del lugar santo. Los reinados de Saúl, David y Salomón duraron cuarenta años cada uno. Es el periodo del reinado del Mesías, pero, a diferencia del reinado humano, el de él será eterno. Ventanas:

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El lugar santo tenía ventanas anchas por dentro, pero estrechas por fuera, ya no había luz exclusivamente del candelero como en el tabernáculo. En el cielo no habiendo luz de sol, sino, la luz exclusiva de Dios, guía y alumbra a todo hombre, Ap. 22:5. Techo: Vigas de cedro, madera de ciprés, cubierta de oro con realces de palmeras y cadenas, todo recubierto de oro. El oro representa la gloria divina o la naturaleza divina. El cedro fue un famoso árbol del Líbano (1 R. 5:6), grande e impresionante (Is. 2:13; Ez. 17:22; 31:3). Desprende un perfume (Cnt. 4:11; Os. 14:6); se empleaba esta madera en el ceremonial de la purificación (Lv. 14:4; Nm. 19:6). Es un árbol poderoso con unas ramas largas, extendidas y retorcidas, con hojas perennes. En la Biblia también se utiliza al cedro como figura de la fuerza, prosperidad y gloria, Isaías 2.13. El cedro utilizado simboliza lo hermoso, grande e impresionante que es Cristo, su aroma deliciosa que expele y cómo purifica su sangre. Nos recuerda su poder y verdor eterno. El ciprés, árbol alto, de forma piramidal, de madera dura, durable, de color rojizo (Isaías 41:19; 60:13), de hoja perenne, y de olor fragante, se usaba para naves, instrumentos musicales, etc. (1 R. 5:9; 10; 6:15, 34; Cnt. 1:17). En cualquier ángulo que miremos al ciprés es un árbol de madera fina, con muchas características que nos hacen recordar Estas dos maderas, están representadas como los materiales de los cuales está fabricado la casa del amado y su esposa en Cantares 1:16-17, obviamente símbolos de madera de amor y durabilidad. Otro hecho que tenemos que tener presente es que el arca de Noé fue construida con una de estas dos maderas, en la versión Reina Valera de 1569 y 1602, así como en el Antiguo Testamento de Ferrara 1553 señalan que era de cedro. Si la madera de gofer (resinosa) fuere cedro o ciprés, nos recordarían la cobertura que libró a Noé y su familia del juicio de Dios, así como lo ha hecho la sangre del Mesías en nuestro favor. Suelo: De madera de ciprés, recubierto de oro, figura de las calles de oro donde caminaremos Ap. 21:21 Paredes interiores: Eran de madera de cedro / Ornamentadas con piedras preciosas / Figuras de querubines / cubierto de oro / entalladuras de calabazas silvestres y botones de flores / palmeras. El hecho de estar ornamentadas con piedras preciosas, nos lleva a pensar que la gloria en la cual viviremos eternamente va a ser de una belleza indescriptible. Las figuras de querubines nos trasladan a una imagen celestial y las figuras de calabazas silvestres y botones de oro, a la hermosa estación de la primavera israelita. La gran abundancia de flores que existe en Palestina apenas si se refleja en el AT; Cnt. 2:12 constituye quizá la única referencia abierta de ello. Es bien conocida la referencia del Señor Jesús a las flores «lirios» (Mt. 6:28; Lc. 12:27). Es muy adecuada la mención de la «flor del campo» como ejemplo de la brevedad de la vida humana, y ello más en una tierra como el Oriente Medio, donde la aparición anual de las flores silvestres, un espectáculo maravilloso, dura apenas unas semanas, seguido de una gran sequedad. La figura de las palmeras tiene un fuerte simbolismo: Es un árbol grande (Cnt. 7:7, 8); recto y alto, sirve como símil para el crecimiento del justo, fructífero y fuerza (Sal. 92:13-14); era contado entre los árboles frutales (Jl. 1:12). Las palmeras simbolizaban la victoria y la paz, Jn. 12:13; Ap. 7:9. La palmera representa la victoria, rectitud y prosperidad. “… una gran multitud … vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”, Apocalipsis 7.9. “El justo florecerá como la palmera”, Salmo 92-12. La palmera que se halla constantemente en las Escrituras es casi siempre la «Phoenix dactylifera», palma datilera que se levanta entre 14 y 20 m. de altura. Su estípite (tallo largo y sin ramificar), derecho y de grosor constante, lleva las marcas de las palmas caídas, y está coronado por una copa de grandes palmas siempre verdes. Su fruto, los dátiles, es muy abundante, y apreciado por su gran valor alimenticio. Las ramas de palmera se utilizaron en la celebración judía de la fiesta de los tabernáculos (Levítico 23:40; Nehemías 8:15); también se las colocó a los pies de Jesús durante su entrada triunfal en Jerusalén (Juan 12:13); y finalmente llegaron a significar la victoria (Apocalipsis 7:9, palmas). Los botones de flores nos recuerdan a un jardín, símbolo de hermosura, fragancia y de surgimiento de la vida por la llegada de la primavera. Como se acaba de mencionar, la gran abundancia de flores que existe en Palestina apenas si se refleja en el AT; Cnt. 2:12 constituye quizá la única referencia abierta de ello, y en ella se relaciona como el tiempo de la felicidad y del amor. En Cristo el cristiano conoció la verdadera felicidad y el amor auténtico. La aparición anual de las flores silvestres, un espectáculo maravilloso, en la actualidad dura apenas unas semanas, seguido de una gran sequedad, sin embargo, Cristo siempre hermoso, floreciente, una existencia sin muerte ni fealdad. En la Biblia encontramos sólo una referencia respecto a las calabazas silvestres y es en 2 Reyes 5:38-41. En este pasaje las hallamos como venenosas. ¿Por qué está entonces en el las paredes? La primera respuesta se debe a la hermosura del paisaje cuando brotan y segundo que todo

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mal que pudiera provenir de ella ya no está más. Aplicado a Cristo en su hermosura y en el perdón, ya que por él Dios no aplica su justicia destructora. Paredes exteriores: Esculpidas figuras de querubines, palmeras y botones de oro, símbolo de que todo lo que rodea a Cristo es hermoso. Aposentos alrededor: El aposento de abajo era de cinco codos (2.25 Mts) de ancho. El de en medio de seis codos (2.7 Mts.) de ancho, y El tercero de siete codos (3.15) de ancho. Cubiertos también de oro. La puerta del aposento del segundo piso estaba en el lado derecho y se subía a él por una escalera de caracol. Nos recuerda que Juan 14:2, que enseña que en la casa de Dios muchas moradas hay, para todos sus hijos. Lugar santísimo: Ancho, largo y alto 20 codos (9 Mts.) 2 querubines de madera de olivo, recubiertos de oro, cada ala 5 codos, con alas extendidas eran 20 codos, de 10 codos (4.5 Mts.) de altura. Nos llama la atención del cubo perfecto que es el lugar santísimo, al igual que la nueva Jerusalén Ap. 21:16. El veinte evoca la perfecta justicia de Dios que reina en los cielos, Zac 5:1-4. Dos querubines de madera de olivo recubiertos de oro, acá miramos una doble naturaleza, no como los que estaban sobre el propiciatorio que era de oro puro. El olivo es utilizado en el Nuevo Testamento como símbolo del pueblo judío y gentil de Dios, Rom 11:17. Por ende miramos al hombre glorificado, con pleno acceso a Dios, 1 Jn 3:2. En el cubo perfecto de veinte codos vemos la justicia perfecta de Dios. Velo del lugar santísimo: De azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo realzar querubines en él.

2.3.- El mobiliario. 10 candeleros de oro, 5 a la derecha y 5 a la izquierda. También 10 mesas, 5 a la derecha y 5 a la izquierda. Si diez es el número de la ley de Dios, y también representa una totalidad, esto nos lleva a la imagen de que el hijo de Dios en la gloria caminará rodeado, guiado e iluminado completamente por la ley de Dios, con una provisión completa y absoluta. Si Cristo es la luz del mundo y el Espíritu Santo el aceite que hace brillar el mismo, nos enseña que en él hay y habrá plenitud de iluminación. Las diez mesas símbolo de provisión total, completa y perfecta que proporciona Jesucristo, compare Ap. 22:1-5.