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Tenebris Macula,
enseñar en la absoluta oscuridad.
Tenebris Macula, enseñar en la absoluta
oscuridad.
Angélica Suárez Enciso
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de artes
Bogotá, Colombia
2020
Tenebris Macula, enseñar en la absoluta
oscuridad.
Angélica Suárez Enciso
Trabajo de profundización presentado como requisito parcial para optar
al título de:
Magister en Educación Artística
Directora:
Magister interdisciplinar Nathali Buenaventura Granados
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de artes
Bogotá, Colombia
2020
Agradecimientos.
Te topas con personas que te hacen salir de ese lugar temeroso, que te
hacen cruzar un umbral que no pensaste cruzar nunca.
A ellas les doy las gracias...
“Pintan todo lo que puede ver el ojo tal y como lo ve. Ellos pintan lo que ven, nosotros lo
que miramos.” Orhan Pamuk
Entender la mirada, desde esa lejana y delgada línea del no ver; en donde
los gestos, el percibir, el sentir y el interés de cómo se siente una persona con
esta condición frente a las artes visuales, comienzan a ser parte fundamental
de esta investigación metodológica; en donde se realiza una integración
entre su ambiente exterior y sus sensaciones interiores.
La oscuridad, el miedo, la angustia, el perder la percepción del tiempo y del
espacio que se habita, el sentirse perdido en ese lugar que es cotidiano y
que se convierte en algo enorme e infinito; son cosas que aparecen al
momento de bloquear por unos minutos el sentido de la vista, cada sonido
se vuelve más agudo, se entienden los “ruidos” que en el día a día no son
notorios ni con esa intensidad; el sentido del olfato, percibe hasta el más
mínimo olor de ese lugar, así no se identifique totalmente; las manos
empiezan a ser ese contacto directo, frente a lo que se está enfrentando,
esos materiales se sienten hasta el más mínimo poro, todo esto es
descubierto por esas manos; esas diferentes texturas que se logran entender
de una manera más fiel.
Las texturas, los sonidos y los olores son los encargados de rememorar un
espacio o simplemente crean uno nuevo, que comienzan a llenarse con una
carga emocional fuerte, ya que cada experiencia permite que el cuerpo
pueda generar una nueva disposición y manera de entender ese mundo.
La mirada es transformada, guiada, educada o en muchas ocasiones es
cesada, al momento en el que esto sucede, comienzan a aparecer una
serie de dimensiones o espectros de la visión, que permiten que esas
percepciones con las que se topa a diario se agudicen. Muchas veces es
importante desenfocar ese entorno en donde se habita, para que así se
logre captar esa “esencia” de las cosas con las que se encuentra, que
necesitan esa revelación ante quien las mira, necesita de una variación
dada entre lo obvio en la mirada y una revelación en la percepción.
Cuando la mirada es nublada o está en esa penumbra, el cuerpo no pude
ver más allá de eso que tiene en frente; y es por eso por lo que el “no ver”,
se comienza a mostrar como un poder, una potencia que aparece detrás
de la idea de qué vemos cuando vemos.
A quienes les preocupa esa mirada, esas incógnitas, esas tinieblas y su
oscuridad, déjeme decirle que todo esto es una manera de comprensión
de ese mundo en el que se habita, con relación a este fenómeno de las
imágenes.
Maraña.
1. Inventario de la mirada.
2. El principio de todo.
3. Diccionario del mirar.
4. Visión nublada.
5. Ondas que rompen.
6. Designio en el limbo.
7. Bibliografía
Inventario de la mirada.
Miedo
Ruptura
Identidad
Amenaza
Descomponerse
Invasión
Cesar
División
Habitar
Situarse
Mirar
Alma
Pensar Memoria
Historia
Tiempo
Defender
Tranquilidad
Sentidos
Marcas
Pantalla Oscuridad
Pensamiento Instante
Enfoque
Árbol
Visón
Poderes
Texturas
Tranquilidad
Entenderme
Conexión
Extrañar
Inmersión
Recomponerse
Ojos
Invisibilidad
Penumbra
Rizoma Caos
Aula
Flotante
Único
Ser yo
Líneas
Dialogo
Catarsis
Pedagogía Limbo
Dimensiones
Color
Nublado
Reflexión
Invasión
Emocional
Docente
Visualidad
Ausencia
Escalas
Detenerse
Silencio
Nebulosa
Moldear Indiferencia
Limites
Sobrevivir
Transformación
Espíritu
Percepción Camino
Liberar
Incertidumbre
Sembrar
Descubrimiento
Tristeza del
Pensamiento
Nervios
Calma
Soledad
Dolor Ruido
Foco
Plasmar Multiplicidad
Sujeto
Tensión
Gesto
Voces
Creación
Precisar
Ciegas
Tejedora
Lejanía
Transferir
Reflexión
Renunciar
Construcción
Contemplar
Resistir
Liberar
Desaparecer
Atención
Interior
Revelación
Bípedo
Crisis
Ilustración
Perder
Paz
Místico
Ensombrecer
Fuerza
Reconocer
Interponer
Movimiento
Esperanza
Tiniebla
Fluir
Retícula
Limites
Palabras
Lente
Estado mental Enigma
Tiempo Ocultarme
Extrañar
Admiración
Presencia
Significado
Acumulación
Iluminar el
pensamiento
Detalles
Escape
Vida
Convertir
Apartarse
Futuro
Carácter
Sucesos
Incertidumbre
Percibir
Ver
Inesperado
Sentir
Relaciones
Entender
Lenguaje
Experiencia
Lenguaje
Experiencias
Reconocer
Cuerpo
Valorar
Entender
Guía
Imagen
Aprender
Reconocer
Conocimiento
El principio de todo. Miedo, futuro, ruptura, carácter, identidad, incertidumbre, amenaza, ver,
sucesos, descomponerse, inesperado, sentir, percibir, entender, habitar,
lenguaje, experiencia, relaciones, memoria, aprender, reconocer, situarse,
conocimiento, cuerpo, alma, pensar, mirar, imagen, valorar, entender, guía,
cesarlo, tiempo, historia, tranquilidad, invasión, marcas, escucha, recorrer,
marcas, división, unión, oscuridad, iluminación, contemplar, transparencia,
textura, detenerse, defender, ojos, vacíos, interior, líneas, sentidos, superficie,
infinito, rizoma, dureza, visión, abstracto, abrupto, pantalla, enfoque,
nublado, limbo, reducción, penumbra, cambios, instante, cotidianidad,
esencia, luz, flotante, poderes, revelación, pensamiento, no ver, habitar,
alineación, educar, recuperar, desenfoque.
Palabras que vienen a mi mente, que generan un
estremecimiento en todo lo que soy -no solo en mi mente sino
también en mi cuerpo- unas tienen más poder que otras,
estas palabras generan corrientazos que me hacen sentir
viva en este momento en donde todo se ha ido perdiendo
lentamente; estamos en medio de una pandemia que
detuvo al mundo, sin dejar a un lado, es que estamos en uno
de los países en donde la cuarentena ha sido de las más
largas del mundo. Este alto, hizo que esa “mirada” frente a
todo ese entorno cambiara totalmente, esa mirada se
transformó, cambio de enfoque y de encuadre, en donde lo
más cerca que estoy de los estudiantes es esa pantalla que
se divide en 40 rectángulos; mi mirada frente a ellos cambió,
ya no puedo entender cada una de esas miradas que aparecían en medio
de una creación o en medio de una explicación; ahora lo único que puedo
ver son algunas miradas frustradas, algunas otras que no les interesa lo que
están viendo, otras más interesadas en diferentes cosas que están
sucediendo alrededor y otras cuantas aún conservan ese interés. Todo este
cambio es en parte por lo que el mundo está atravesando; es una situación
que fue un sacudón para cada uno de los seres, que rompió con todo lo
que se creía que estaba establecido, en donde la mayoría de cosas se
modificaron, esto incluye el aula y que cada uno de los que está en ese rol
docente tuvo que buscar la manera de volver ese nuevo espacio en algo
interesante, un aula llena de sentires. También se tuvo que adaptar a esas
nuevas miradas que se topan en este espacio de aprendizaje, tuvo que
aprender a identificar esas variaciones que aparecen al momento de mirar.
Esas miradas que se han ido modificando, en donde se manifiestan y
aprenden de una manera poco común; miradas que son entendidas por
pocos y que muchos las juzgan. Son miradas que están en constante
movimiento, que no entienden ni saben cómo detenerse y poder captar
cada uno de los detalles que están apareciendo frente a esos ojos que
están centrados en esas pantallas que se han ido convirtiendo en el único
encuadre que se puede capturar. El ver, la mirada, la visión y el no ver en
mis estudiantes es cada vez un término mas lejano para ellos, como ya
mencioné están en un momento en donde la pantalla genera más
información, que el hecho de detenerse por unos momentos y mirar todas
esas texturas ópticas que están en ese entorno en el que habitan. La
virtualidad es algo que apoya y a la vez dificulta el proceso de ellos, ya que
es difícil poder adaptarse a ver esos círculos, que te acercan y a la vez te
alejan de todos esos cuerpos, con los que antes se compartía. Es un espacio
que permite que se inicie un aprendizaje, pero que se puede convertir en un
lugar en donde el cuerpo comienza a estar presente pero la mente
comienza a divagar en miles de cosas que no van acorde a ese aprendizaje;
es un espacio en donde uno como docente no puede darse cuenta
realmente de esos pequeños espacios de dispersión.
Teniendo en cuenta todo esto que trae consigo la virtualidad, es que pienso
en como puedo hacer que mis estudiantes se separen por un momento de
ese encuadre establecido, para que logren disponer su cuerpo para poder
entender las diferentes características que se tienen al momento de
detenerse y mirar las cosas que se tienen al rededor y que a su vez logren
entender y aplicar los términos que se plantean en esta búsqueda.
Durante este “acoplamiento” se ha pensado en las diferentes maneras en
la que antes se topaba con esas miradas, con esos espacios de aprendizaje
y la manera en la que se brindaba ese conocimiento; muchas veces este
espacio se realizaba por inercia, no se pensaba realmente en la acción que
se iba a ejecutar, simplemente el Ser se dejaba llevar tal vez por la multitud
o simplemente por esa chispita que le decía que era por ese lado. En este
momento los cuerpos cambiaron, se acomodan a unas nuevas
necesidades; en donde el estar lejos es mejor, en donde se sigue un no sé
qué que lo mueve, pero no de la misma manera, lo mueve más lento, con
más miedos. Esos miedos que son evidentes pero que antes no se hacían tan
visibles.
En medio de esta búsqueda me he dado cuenta que soy un cuerpo que
prefiere estar en una oscuridad total antes de tener ojos sobre mí, esos ojos
que producen muchos cambios en mi
cuerpo hacen que comience a sudar, que
mis manos y pies se pongan helados, mis
piernas comienzan a ponerse “chinitas” y
a mandar corrientazos hasta los pies, mi
mente no se detiene a entender lo que
habla, simplemente deja que todo salga
sin ningún filtro u orden. Ser mirada por
esos otros ojos me aterra, es un miedo que
no puedo entender, por más que trato de
encontrar en mis recuerdos ese momento
en donde todo detonó, no lo encuentro,
solo me topo con muchos momentos de pánico y la sensación en mi cuerpo
ha sido la misma; no entiendo porque esas miradas me entierran; puedo
decir que en mi han existido esas miradas que lastiman, juzgan, confunden,
derrumban, apoyan, guían, que son cómplices, aman, odian, las que
esperan mucho de ti, que te llenan de energía o que te la roban, he tenido
muchas miradas que no he querido mirar de manera consciente.
En este momento puedo decir que soy un cuerpo que
seguramente no sabe cómo mirar a los otros, que
simplemente se deja llevar por la situación; la mirada es
cambiante según lo que se está sintiendo. Soy un ser
bastante emocional y en ciertas ocasiones esto se
convierte en algo que va en mi contra, no permitiéndome
mirar de manera adecuada o acorde al momento, gracias a esto puedo
llegar a decir no sé cómo mirar. Miro con miedo, angustia, intriga y en
muchas ocasiones miró con amor a quien no debo hacerlo. Mi mirada se
detiene en todos los detalles que comienzan a aparecer en el mundo,
muchos dicen que soy muy detallista, por el hecho de que me doy cuenta
de muchas cosas que están cambiando y que nadie más nota, pero
sinceramente no lo sé. No sé porque me gusta mirar, entender y percibir el
mundo de esta manera; pero a la vez me aterra ser vista, ser mirada por el
otro. Creo que han sido muchos ojos los que en algún momento se fijaron en
mí, que me hicieron sentir este miedo; esos ojos que están atentos a que tú
te equivoques para acabar contigo, esos ojos que en lugar de construir te
rompen, esos ojos que te lastiman hasta lo más profundo de tu ser. Esos ojos
que pesan, que generan angustia y miedo.
Debido a estos nuevos miedos, cambios o encuadres es que se replantea
esa pérdida de la mirada y se pregunta:
• ¿Cómo se puede recuperar la visión en un espacio en donde la
saturación visual es la que gobierna?
• ¿En esta “nueva” aula es posible que el docente pierda la mirada?,
¿Porque se pierde esa mirada?, ¿Cómo se puede recuperar la
mirada?
• ¿En esta aula es posible tener un espacio sensorial, en donde la
mirada sea el medio de reflexión?
• ¿Cómo a alguien que le da “pánico” estar en los ojos de los demás,
le interesa esta realizar esta búsqueda?
• ¿Cómo puedo hacer que los estudiantes comiencen a entender la
diferencia que abarcan estos conceptos?
• Es posible ¿qué los estudiantes puedan llegar a aplicar estos poderes?
No es posible dejar de entretejer los diferentes términos/poderes/preguntas
que son fundamentales en este proceso metodológico, antes de cualquier
cosa es importante hablar de esas pequeñas, pero abismales diferencias en
estos términos, para poder llegar así a generar soluciones a los diferentes
cuestionamientos que comienzan a surgir a lo largo de la misma.
Son poderes que van y vienen, poderes que no se entienden, que pueden
lastimar, que generan dudas y soluciones a otros miles. Poderes que te
sacuden, que hacen ver y sentir el mundo diferente; estos que hacen que
se salga de esos espacios que son conocidos como zona de confort; debo
aclarar que, así como existen estos poderes, obligatoriamente deben existir
esas “debilidades” – eso que llaman equilibrio-. Estas debilidades se pueden
convertir en un enemigo muy fuerte, que no es fácil de vencer y que en
muchas ocasiones hace que todo cambie para mal.
Cada palabra que comienza a aparecer tiene un poder o una debilidad,
cada cuerpo hace de esta palabra lo que mejor considere, la puede usar
para un beneficio o para estar en contra de él. Es por eso, que es necesario
darle esa importancia a estos espacios en donde ellas retumban, indagar
qué es lo que hace en el cuerpo y en la mente. En muchas ocasiones lo
mejor es darles esa voz a esas palabras que en cierto modo necesitan que
el resto de los cuerpos logren entender la potencia que esa unión de letras
pueden llegar a tener.
Aunque se debe tener cuidado con la manera en la que se emplean esas
palabras, ya que es gracias a ellas que en ciertas ocasiones surgen las
imágenes –otra de las palabras de las que me interesa
mencionar- ya que una imagen comienza a ser parte
fundamental de esas cosas que se están mirando. Las
imágenes están pensadas para evocar la apariencia
de algo que es ausente, con el fin de que esto que está
siendo plasmado llegue a ser visualizado y entendido
de una manera más fiel, no podemos dejar de lado
que muchas de las imágenes están encarnando un
modo de ver ya establecido, en donde ese otro está dejando claro
totalmente su punto de vista y pensamiento frente al mismo. No podemos
dejar a un lado que en muchas ocasiones las imágenes que se crean en la
mente parecen ser más persistentes y poderosas, en donde las emociones
que se despiertan hacen que sea interiorizada y retenida de una manera
más fuerte, permitiendo que el gesto de recordar tenga una potencia en
cada uno de los detalles que son almacenados en esa memoria, llegando
a generar espacios en donde la visión comienza a hacer esa patente de
nebulosa de sensaciones que debe ser plasmada para que los otros puedan
entender esto que se siente, que se tiene en esas imágenes mentales.
Las imágenes son silencios, contemplaciones, precisiones,
inquietudes, tensiones, renovaciones, luces, referencias,
angustias, señales, caminos, fantasmas, transformaciones,
revelaciones, realidades, sensibles, pensamientos, historias,
cambios, muertes, oscuridades, frecuencias.
Las imágenes al igual que todas las palabras tienen un
poder, ese poder que permite captar y registrar un momento
en específico que tiende a tener una repetición en el tiempo.
Esta palabra es tejedora entre la narrativa y el sentir, pero
tiene una gran responsabilidad frente a esa mirada, a esos
ojos que se deben detener sobre ella para poder detallar
cada una de las texturas que comienzan a aparecer dentro
de las mismas, de igual manera es conveniente poder hablar
de esa imagen que no es plasmada sobre un soporte, en
este momento el Ser esta en una constante obturación de esos momentos
que quedan en ese limbo mental; en lo personal puedo decir que estas
imágenes que se crean, que se capturan desde la percepción de cada
quien son más poderosas, que las que ya están creadas; ya que al decidir
hacer la captura de ese encuadre, los ojos comienzan a hacer un recorrido
de texturas que comienzan a ser parte de este lugar, se guarda también
otras cosas que están sucediendo en este espacio, ya sea un olor en
peculiar o los sonidos que este encuadre trae consigo.
Es por lo que aparece una imagen de un árbol. Un árbol que nadie nota
pero que, al toparse con él, comienzo a ser parte de él y el hace parte de
mí. “«Pintar según las nuevas formas requiere tanta habilidad que si
reproduces uno de los árboles de este bosque cualquier curioso que viera la
pintura y luego viniera hasta aquí debería poder diferenciar ese árbol de los
otros si quisiera.» Yo, esta pobre imagen de árbol que veis, le doy gracias a
Dios por no haber sido pintado con semejante intensión...yo no quiero ser un
árbol, sino su significado”1 Esta frase fue uno de los detonantes para que me
acercara a él, para que fuera a mirarlo, a detallar cada parte que lo
compone. Le di esa alma que quizás tenía ya, pero que necesitaba de mi
para poder surgir.
La voz, es la vista de quien no ve.
Muchos ni me notan; mi presencia es una
ausencia para ellos, no se dan cuenta cada
vez que algo cambia o cuando aparece
una nueva marca en mí; creo que solo se
llegan a dar cuenta de mi presencia,
cuando necesitan algo o simplemente la
notan, cuando ya no estoy en ese lugar en
donde siempre habito.
Este polo a tierra es el que no me permite tambalear en un espacio que está
en constante cambio, que te obliga a modificarte, a adaptarte a todo esto
que va a apareciendo día tras día; quisiera que las personas se dieran
cuenta de cada uno de los cambios que aparecen en mí, que puedan
entender mi existencia. He habitado este espacio por más de 10 años,
realmente no recuerdo cuanto tiempo llevo acá, y solo hasta este
momento, han estado visitándome a diario, llevan poco haciéndolo, pero
es gratificante sentir esa otra presencia que está conmigo; me he mostrado,
he permitido que me sienta, que se dé cuenta de cada una de las diferentes
cosas que me componen; esa piel que es carrasposa que está hecha de
muchas capas; que puede ser tan fría como un hielo o tan caliente como
el fuego; ese olor que cambia según el clima, igual que ese olor de ese polo
a tierra, es un aroma delicioso, especialmente cada vez que llueve – a mi
visitante, le encanta, duró viendo por mucho tiempo como se levantaba
con cada gota de agua que caía-; esas marcas que me han ido haciendo
1 Pamuk, O. (2007). Soy un árbol. En Me llamo Rojo (pp. 75-76). Alfaguara.
otras personas, otras que yo empiezo a formar, teniendo en cuenta las
situaciones a las que me he enfrentado. Permití que mi visitante pudiera
sentir esos pequeños relieves que han ido apareciendo en mi piel, también
permití que jugara con ellas, ya que muchas de mis marcas dependiendo
de donde se vean, forman diferentes formas de ese entorno cambiante. Ella
logro ver un búho, un oso, un ojo, una casa, un cráter, un perro, cada día
encontraba una forma nueva; ver en su rostro esa emoción de poder
encontrar esas formas, era increíble, es por eso, que al siguiente día le
mostraba otro poquito de mí. Aunque no todo lo que me compone le gusta,
permití que lograra percibir lo que significa llevar tanto tiempo en este mismo
lugar y esos cambios que se han hecho; los animales han construido trampas
para poder alimentarse, realmente yo permito que esto suceda ya que es
la única manera de tener esa compañía que en momentos me falta. A mi
visitante le generó impresión y nervios, su rostro era diferente al que tenía
cuando se detenía a distinguir mis cambios de color o las diferentes figuras
que imaginaba con mis marcas; sus manos dejaron de sentir al momento
que se toparon con ese hilo tan fino que habían construido para atrapar
animales, sus ojos se centraron a detallar cada una de esas líneas que tenían
atrapados zancudos, hojas, cucarrones; solo se escuchó ese suspiro nervioso
que nunca había percibido de un visitante.
Mi visitante, percibe cada uno de esos cambios que he tenido en este último
tiempo; esa muerte y nacimiento que he tenido en mis hojas, que se
relacionan con esos lentes que ella tiene y que nunca se quita; lo digo
porque con mis hojas puedo ver todo lo que me rodea, aunque ellas se
cansan de estar siempre conmigo; por temporadas puedo dejar de ver y
solo mi piel es la que siente, la que me ubica; cuando vuelven a mí, es en
ese momento que puedo ver bien esos cambios que han ido apareciendo
en mí entorno. Sus lentes van cambiando a medida que pasa el tiempo, esto
permite que ella pueda entender de una manera más nítida ese entorno
que la rodea.
Pero él se aparece a quienes son capaces de ver...
Te miro, te siento, te entiendo, te lleno de mí, de mis
cosas, hablamos, nos entendemos, nos trasmitimos
cosas que nadie más puede hacer, te recupero y tú
me recuperas; nadie entiende esta conexión, para el
resto eres solo uno más, pero para mí eres ese refugio,
ese espacio en donde logro sentirme yo misma, en
donde la alegría y curiosidad es lo que me invade,
quiero mirar cada detalle de ti, quiero poder explorar
cada trama que aparece en ti, cada vez que mis ojos
descansan sobre ti me doy cuenta que son miles y miles de cosas que me
faltan por mirar, por observar y por entender.
Tu y yo tenemos poderes, poderes que nadie más entiende sino nosotros
mismos, estamos llenos de potencias las cuales no somos totalmente
conscientes de estas; pensamos que solo somos seres que habitan un
espacio establecido, que le tienen miedo al cambio, que nos anclamos a
esos espacios conocidos por miedo a lo desconocido; estamos en medio de
una pandemia en donde los cuerpos ya no se sienten, no se ven, no hablan
de la manera que se hacía, NO MIRAN, solo ven, sin percibir realmente todo
lo que está a su alrededor… esto te incluye a ti.
Volver a ti, volver a ese lugar en donde el diálogo está, en donde las ideas
fluyen como el viento, en donde me haces sentir segura, en donde a pesar
de haber dejado de visitarte me haces sentir como en casa. Es extraño que
solo al volver a ti, logres que esa paz que desapareció por un momento
llegue nuevamente a mí, que me llenes de esa esperanza que había
perdido por andar divagando por el mundo. Me hablas, me dices que solo
debo mirarte, entenderte y lo más importante… volver a ti.
Estar frente a esta imagen, que se ha creado poco a
poco y no sentir miedo de actuar de esta manera es
debido a que no tengo esos ojos que me miran, esos ojos
que hacen que las inseguridades salgan a flor de piel; el
poder mirarte, detallarte y que exista ese silencio que en
ocasiones puede llegar a ser incómodo, me hace sentir
bien, me siento segura de que esos ojos jamás me van a
hacer sentir incómoda.
Son diferentes momentos en donde la mirada, la visión, y el no ver han hecho
que esta búsqueda sea más “caótica”, ya que el establecer esta conexión
no es del todo fácil, el cuerpo y la mente deben disponerse de tal manera
que permitan ese cesamiento de esa mirada y a la vez esa tactilidad de la
visión, llegando a hacer que los sentidos se encuentren alineados para
poder tener esa memoria infinita de la misma.
Diccionario del mirar. Las palabras se atrapan, se retienen, se niegan, se cierran, hacen peso,
duelen, quedan entre el pecho y la lengua; también hay palabras que
tienen resonancia, frecuencia, claridad, que imponen, recuperan,
intercambian experiencias, crean imágenes y algunas quedan en el limbo
de la mente.
Las palabras comienzan a tener ese peso en relación con cosas de la
normalidad y las imágenes empiezan a ser ese vínculo con esa anormalidad
en la que se vive. En muchas oportunidades los cuerpos no pueden separar
estos dos conceptos que, si tienen algo que ver, pero que a la vez tienen un
abismo entre ellas; es por lo que aparece en esta búsqueda una nueva
manera de entender estas palabras que necesitan salir de esa nebulosa,
que necesitan ser entendidas de una manera más sensible y menos
universal; son palabras que piden una claridad, que quieren resistir y ser
entendidas de la manera correcta en este mundo cambiante.
Las palabras son ciegas y al momento en el que se plasman comienzan a
hacerse visibles, comienzan a tener esa potencia e importancia que se le
da a cada una de ellas. Cada uno comienza a darle la fuerza
a cada una de ellas, en esta búsqueda aparecen unas
palabras que retumban, que tienen la potencia suficiente
para poder ser guías de lo que se quiere plasmar. Es por lo
que es necesario hablar de ellas, darles esa voz/vox que
necesitan para que sean entendidas de manera más
sensible.
Mirar. Interpretar, sentir, cuerpo, simple, emoción, sensible,
experimentar, transparencia, textura visual, susceptible,
entendimiento, conocimiento, conciencia, experiencia,
fenómeno, despertar, entender, reconocimiento,
intercambio, presencia, ausencia, potencia, dimensiones,
profundidad, periferia, intensidad, persistencia, parpadeo,
variación, dificultad, particular, penumbra, enfoque, apertura, distancia,
disposición, despertar.
A ti, el mirar.
Letras que comienzan a tener un sentido/poder muy fuerte en quién escribe
estas líneas, hace que su mente y su cuerpo comiencen a estremecerse
frente a esas cuestiones que aparecen detrás de esa palabra, que se usa
en el diario vivir pero que nadie cuestiona y entiende realmente. Eres una
palabra que confunde, que genera una percepción diferente a quien te
entiende; estas en una lucha constante con las palabras ver y observar,
déjame decirte que este Ser, siente ese cosquilleo en el cuerpo al hablar de
ti, al tratar de que las personas puedan entenderte. Claro está que muchos
la tildan de loca, ya que piensan que esta palabra, es lo mismo que él ver y
él observar; ¡Y NOO! son cosas totalmente diferentes, ella está buscando
maneras para que las personas del mundo terrenal puedan comprender
realmente lo que eres, lo que significas y la importancia que tienes frente a
ese mundo visual que ha venido apareciendo y que se ha fortalecido en
esta pandemia, en donde las pantallas de los diferentes medios electrónicos
se han convertido en ese estar “cerca” de las personas. Pero no te
preocupes, así como te dije antes, ella está buscando la manera de que el
mundo te entienda, que sepan el poder que tienes.
Gracias a ti, este sujeto ha logrado poder establecer una
serie de cuestiones, pasiones, razonamientos y
enfrentamientos; que han hecho que retumbe, tiemble y
piense en las diferentes palabras y las maneras que
comienzan a aparecer detrás de ti; durante este tiempo,
este sujeto se ha cuestionado esa “nueva” manera en la que
esta palabra empieza a ser empleada, en medio de una situación que hizo
que cambiara su manera de percibirte, de entenderte; la manera en la que
cambian según el contexto y a la situación a la que se enfrenta; no se puede
dejar a un lado que se empieza a pensarse aún más, la manera en el que
esta palabra comienza a tener ese poder invisible en las diferentes personas
con las que dialoga, esas personas que no te comprenden y que no buscan
la manera de entenderte, simplemente se dejan llevar.
Estamos en un momento en donde esa saturación visual se ha apoderado
del mundo y de esos micro mundos que están en las mentes de las personas
que tienen que convivir con esa saturación. Realmente toparse contigo es
lo mejor que puede pasar, ya que ayudas en especial a que este sujeto,
para que comience a entender ese entorno en el que habita, haces que
perciba lo que lo rodea de una manera más sensible, de una manera más
real. Es momento de agradecer, agradecer esa manera en la que te
presentaste en la vida de quien en pocas ocasiones había entendido que
una imagen puede estar ligada a una palabra, y que a través de ti podía
establecer esa conexión con las cosas que son “normales” para otras
personas, por hacer que esos silencios al momento de hacer uso de ti fueran
entendidos y usados para que se comenzara a percibir todo de una manera
mucho más fiel y que cada una de esas cosas comenzaran a generar miles
de sentimientos que se desbordan llegando a darse cuenta de cada detalle
que esta y que no está para quien no te entiende.
Tienes fuerza, tienes poder…
Al tener ese poder, esa potencia es que comienzan a aparecer diferentes
maneras de entenderla, se han buscado diferentes voces que dialoguen
frente a esta palabra, he llegado a estar un poco en contra de lo que mis
ojos leen y ese pensamiento que se tiene frente al mismo; muchos hablan
de esta palabra, pero no se está en un acuerdo frente a lo que esta significa.
Gracias a esto cada cuerpo comienza a implementar esa definición en su
vida, cada uno de los cuerpos comienzan a reconocer esa mirada según
ese conocimiento que se tiene frente a la misma.
Aparecen miles de cuestionamientos frente a esa mirada; esa mirada que
es cambiante, que es local de cada uno, esa mirada que es entendida de
diferentes maneras y en la cual el cuerpo se dispone a realizar esta acción.
• ¿Que logra mirar esa mirada que mira?
• ¿Cómo perdemos/ganamos la mirada?
• ¿Qué constituye la mirada?
• ¿Cómo mi mirada cambió en este momento, en donde las pantallas es lo
único que se ve?
• ¿Existe algún límite de ese mirar?
Iniciaré a hablar de los diferentes conceptos con los que me
he topado al tratar de entender esta palabra. En el
diccionario de la lengua española (RAE), esta palabra es
definida de la siguiente manera.
Mirar: “Dirigir la vista a un objeto.”; por otro lado, en el texto
“Educar la mirada” de Inés Dussel y Daniela Gutiérrez (2006)
hacen referencia a esa multiplicidad de miradas y puntos de vista que
comienzan a aparecer detrás de esta acción, se preguntan por la
pedagogía del mirar y las diferentes cosas que traen detrás de la misma. En
este texto se define el término mirar de la siguiente manera “La mirada es
retícula intensa sobre una inconmensurable variedad de experiencias (...)
Mirar es promover un movimiento común de acercamiento” (p.12 y 20).
También encuentro a John Berger y su texto “Modos de ver” (2017) en donde
se comienza a entender la mirada desde que se es niño y esa transición que
se emprende hasta un punto de la vida, de igual manera hace énfasis a
esos diferentes estudios en donde el ojo comenzaba a ser ese punto de fuga
infinito, en donde el encuadre que se tenía era el que comenzaba a ser lo
que se capturaba para mantener en la mente por un tiempo, para Berger
es importante educar la mirada para poder llegar así a alcanzar una mirada
liberada o crítica, llena de experiencias y sentires.
En relación con eso que se ha establecido puedo decir,
que la manera en la que yo puedo describir a ese Mirar es
de la siguiente manera. El mirar está relacionado con esa
adaptación del cuerpo para enfrentar la mirada a esas
diferentes cosas con las que se encuentra, es una
disposición de los sujetos frente a esas texturas ópticas,
sonidos y olores que empiezan a aparecer en un espacio
que se ha tomado como encuadre personal. No es solo
aprender a mirar, es aprender a entender esa mirada,
llegando a habitar un espacio en donde esta acción
pedagógica tenga un lugar; reconociendo que cada
uno de nosotros tenemos una manera de enfrentarnos al
mundo, pero que al momento de hacer esa disposición
nos podemos acercar a mirar el mundo de una manera
diferente.
El mundo está compuesto de texturas, esas texturas que
se piensan que solo se pueden captar si el sentido del
tacto hace contacto con ellas; pero no es así, realmente
comienzan a aparecer frente al ojo esas diferentes
micropartículas que componen un objeto; al momento
de mirar es importante poder hacer ese alto, hacer un
recorrido lento en ese encuadre, detallar cada partícula
del mismo; para que esto con lo que el ojo se topó pueda ser grabado en
ese limbo de imágenes y que a su vez la visión comience a hacer parte
fundamental de esa rememoración.
Estamos en un momento en donde la mirada se ha
enfocado en una pantalla, en donde el afán que trae el
día no permite que se haga ese alto para poder hacer esta
acción; se está en un instante en donde las imágenes ya
son predispuestas por un otro, imágenes que no permiten
ver más allá de eso que está establecido, las texturas
desaparecen; la mirada no se esfuerza para entender y
guardar esos intervalos que comienzan a ser
fundamentales para tener ese contacto fiel con el entorno;
de igual manera es importante poder hacer ese rastreo en
cámara lenta para llegar así a interiorizar esos pequeños
detalles que se convierten en un detonante al momento
de tener esa visión de las mismas.
La mirada está en un constante cambio, está en un vaivén de estados que
hacen que se dificulte un poco el saber si se está entendiendo de forma
adecuada; el mirar es poder verlo todo, es esa aparición de cosas que van
más allá del ver, es una relación con la realidad, es habitar un espacio en
donde emergen los sentidos y las experiencias, es generar una apertura a
ese foco que se tiene establecido.
Mirar es detallar, interiorizar y entender...
No ver. Oscuridad, lucidez, recuerdo, miedo, inquietud, perder,
vista, sentidos, guardar, impresiones, experiencias,
cerrar, abrir, sensibilidad, tiempo, perdida, cambio,
carga, beneficio, malentendido, transformación,
capacidad, olvidar, preocupación, sabiduría,
invisibilidad, silencio, incomodidad, transfiguración,
modificación, texturas, intuición, angustia, fuerza,
renunciar, instante, presencia.
Al, no ver.
Realmente este sujeto no entiende el verdadero poder de esta palabra o
quizás la está tomando no como un poder, sino cómo una palabra que se
debe derrotar. Está en un vaivén de emociones y sensaciones al escuchar
ese conjunto de palabras, que no le permiten establecer realmente lo que
siente y piensa al momento de escucharla, su cuerpo siente miedo, nervios,
angustia de que quizás en algún momento te apoderes de él y que no
pueda ver eso que siempre ha visto; este sujeto está tratando de entender
el poder que tiene esta palabra, ya que no se centra a algo generalizado,
sino es esa falta de conciencia al realizar esta acción, es difícil decir que ella
ayudara a que el resto de las personas para que entiendan tu poder; porque
este ser no lo entiende de una manera clara, está divagando en su
experiencia y las diferentes cuestiones que han aparecido frente a ese mirar.
Al “no ver”, quisiera poder que el mundo entendiera esa potencia que
aparece detrás de esas dos palabras que no son nada para muchos, pero
que para este sujeto que te escribe, es algo muy importante; ya que no
puede comprenderte a totalidad, eres una palabra con incógnitas y sin
respuestas, pero con ganas de que todos los seres te entiendan y te tengan
quizás un poco de miedo. Que comiencen a entender las diferentes
maneras de ese “no ver” en donde no es necesario llegar a esa oscuridad
total para hablar de ti, sino que al decidir qué es lo que se ve en el día a día,
estas en una constante transformación, esa transformación que el mundo te
pide y que no te permite establecer una raíz, una base que permita que
todos los que te perciben logren ese cambio sensible de esa rutina en la que
ellos viven. Tu no paras, no permites que el alma pueda percibir todo antes
que los ojos, en este mundo tan saturado solo los ojos son los que pueden
generar esa experiencia frente a eso que se ve pero no se interioriza; pero
quizás tu tengas ese poder de todo sea modificado, obviamente al
momento en el que los sujetos solo puedan hacer uso de ti, del “no ver”, en
ese momento solo se podrá ver con esos ojos de la mente, esa mente que
guarda imágenes, que guarda palabras, que guarda miles de recuerdos los
cuales muchos de ellos fueron capturados por esos ojos que no se
detuvieron a mirar, a entender todo lo que lo rodeaba.
Es un momento de parar y no ver…
Introducirse en esa oscuridad y cambiar todo lo que se
conoce, para aventurarse a una nueva experiencia, requiere
un poco de valor; dejar a un lado el sentido de la vista, para
introducirse en este espacio de oscuridad, que genera
miedo, angustia y predispone al cuerpo dentro de un radar
de posibles peligros. El no ver, implica que los demás sentidos
comiencen a potencializar su poder de una manera mas fuerte, pero estos
no aparecen de manera inmediata, el cuerpo se toma un tiempo para
hacer que estos otros sentidos se llenen de fuerza; de igual manera el cuerpo
debe “acostumbrarse” a esa oscuridad a la que ha sido sometido, esa
oscuridad que hace que el pensamiento vaya mas rápido que cualquier
cosa, que hace que la mente y esos ojos interiores se llenen de una luz única.
Oscuridad que necesita ser entendida, sentida y aceptada,
oscuridad que ayuda a que la creación sea más fiel a esos
recuerdos que se tienen en la mente, oscuridad que deja
que el cuerpo pueda llegar a entender esos sonidos que no
se escuchan, esas texturas que no se sienten y esos olores
que no se perciben cuando no se habita en esa oscuridad;
una oscuridad que necesita solo un poco de espacio en este
mundo que está lleno de luces.
Palpar el aire, entender que los sonidos se convierten en
guías y eso que tus manos y pies sienten son ese contacto
con el mundo, calores que se perciben al igual que los fríos,
oscuridad que está acompañada de silencios, pero no de esos silencios que
no se escucha nada, es un silencio que hace ruido en la mente, que hace
que cada pensamiento comience a pedir ese espacio en un mundo
tangible.
No ver es, oscuridad llena de luz...
Visión. Interior, cerrar, detenerse, memoria, pensar, reconstrucción, momentos,
emerger, místico, ritual, problemática, silencio, oscuridad, sonidos, fibras,
mnemosyne, ensueño, recuerdo, sensible, cosmos, conexión, espíritu,
moldeador, creador, complejidad, ánimo, reconexión, vínculos, tiempo,
habitar, enlace, relaciones, peso, constelaciones, frontera, soledad, resistir.
Para ti… la visión.
Eres un nuevo concepto o término que ha estado
presente en este último tiempo en quien escribe
estas líneas, ha escuchado muy poco de ti y lo que
pensaba que eras, no lo eres. Eres magia, oscuridad,
pero a la vez eres una luz -diferente-, un espacio que
solo se puede acceder si se está en un completo
equilibrio entre memoria, concentración y
rememoración de alguna situación. Para poder
dialogar contigo es importante estar dispuesto a cerrar los ojos,
desconectarse de ese mundo que se ha convertido en algo sumamente
visual, para poder así ingresar a ese estado interior, ese estado que es
específico en cada uno de los seres.
Es difícil poder establecer ese diálogo fuerte contigo, el hecho de cesar la
mirada es complejo; estamos en un momento en donde el sujeto necesita
de ese enfoque visual para poder tener contacto con ese mundo exterior.
Entrar en este espacio de oscuridad total es difícil, algo caótico y un poco
desesperante, porque el cuerpo se modifica para poder relacionarse con
ese espacio que se habita, todos los sentidos se modifican, se activan, se
comienza a tener un contacto sensorial con ese mundo; se comienza a
entablar una relación diferente, una relación en donde la oscuridad genera
imágenes y recuerdos.
Cuando se establece ese diálogo contigo, es algo mágico ya que esta
oscuridad que tu planteas y que necesitas, permite tener esa revelación de
estos espacios que están y no están de manera presente en cada uno de
los cuerpos que tratan de entrar en tu espacio.
No eres una debilidad, eres un poder que necesita que le pierdan el miedo
y se den cuenta de todo lo que puedes lograr, generar y cambiar en los
seres que dialogan contigo; quien escribe estas líneas se siente afortunado
de haberse topado contigo, ya que dejó de pensar que eras un espacio
que no desearía toparse en un momento, a verte como un espacio que
todos los cuerpos deben entender y conocer.
Necesitas ser esa luz...
Poder hablar de este espacio en donde es necesario tener los sentidos
alineados, estar en un estado distinto de la conciencia, cerrar los ojos y abrir
esos ojos interiores; es algo difícil, debido a que estamos en un momento en
donde la luz de las pantallas hacen que no descansemos de las mismas,
todo el tiempo está golpeando nuestra retina, afectándola y generando
que se acostumbre a todo lo que trae consigo este uso de los diferentes
encuadres que se establecieron en medio de esta pandemia. Es necesario
poder tener esos momentos en donde la retina se libera de esta saturación
y la oscuridad comienza a ser esa potencia de creación.
La oscuridad es un espacio que trae consigo muchas
sensaciones, hace que el cuerpo comience a disponerse de
una manera diferente, que entienda y perciba todo de un
modo más fiel; esta oscuridad trae consigo luz y tranquilidad.
Permite que todo lo que se lleva en el pensamiento y en esa
imagen que fue captada en un instante sea visualizada
nuevamente de una manera fiel a este registro. Las palabras
empiezan a ser portadoras de esas imágenes que aparecen
en esa oscuridad, al convertirse en un pensamiento más
tangible, es posible plasmarlas de alguna manera, las cosas que están en
ese limbo comienzan a tener esa voz/vox con una potencia única, ya que
cada palabra trae un peso, un sin sabor que no permite que salga por medio
de la voz, sino que necesite otros medios para ser plasmada y que a su vez
se convierta en una imagen.
El disponer el cuerpo para poder tener esas revelaciones
que aparecen detrás de esa retrospección; espacios de
oscuridad que traen consigo luz, una luz que no es fácil de
entender, solo entrando a este lugar es posible verla y
entenderla, es una luz que se enciende al momento de
establecer esa alineación de sentido, todo el cuerpo
comienza a tener un mismo dialogo, en donde comienzan
a generar esas luces que hacen que la mente, texturas ópticas, sonidos y
mano empiecen a trabajar en conjunto, llegando así a generar esos
espacios en donde todo es válido, en donde es necesario que el cuerpo
deje que esas vibraciones lo lleven a ese lugar de transiciones,
transformaciones y cambios.
Visión, es cruzar ese umbral del pensamiento...
Cambiante. Pantalla, encuadres, enfoques, entorno, aula, lentes, espacios, percepción,
disposición, modificación, evidenciar, texturas, retina, ojos, planos, local,
propio, reducir, tergiversar, penumbra, experiencias, quedar, esencia,
relación, captar, distancia, entender, enseñar, filtro, cansancio,
consecuencias, abandono, parcial, confusión, tensión, interferencia,
movimiento, filtros, equilibrio, reconocer, cotidianidad.
Tu…cambiante de miradas.
Está en un mundo en donde segundo a segundo debe estar en una
modificación para poder estar “acorde” a ese lugar, debe estar moviendo
sus ojos, sus sentidos al ritmo en el que todo se mueve, vive en un corre corre
que no le permite detenerse y mirar eso que tiene a su alrededor, está con
una constante venda de indiferencia a eso que tiene en su entorno, lo cual
hace que no se detenga a mirar, entender e interiorizar eso con lo que se
topa en su día a día. Se ha pasado toda una vida mirando, pero apenas se
ha mirado eso que ocurría alrededor nada más. Está en ese afán, ese afán
que no le da la oportunidad de frenar y que sus ojos puedan posar en los
lugares que le llaman la atención o simplemente posarlos en algo, no
permite que ellos perciban todo lo que te rodea, cada una de las texturas
que aparecen dentro de los objetos, o simplemente esos mundos que están
dentro de esas cosas que se consideran “normales”. Entiendo que estamos
en medio de una situación en donde lo único que nuestros ojos ven son
pantallas y más pantallas, solo cambian las dimensiones de estas; pero no
es una excusa para que no descanse de este encuadre ya establecido y
que comience a crear sus propios encuadres, con cosas más interesantes,
en donde lo que se mire no sea modificado por el
pensamiento/conocimiento, sino que quede en la memoria de una manera
fiel a ese momento. Nuestra vista necesita ese alto, en donde se pueda ver
más allá de algo obvio, en donde se comience a jugar con los otros sentidos,
pero que esa visión sea el detonante para el resto de las sensaciones que
pueden surgir en ese momento.
A ti cambiante de miradas, solo te puedo decir, MIRA…
Estamos en un espacio en donde la mirada se transformó, en donde hubo
una ruptura con todo lo que estaba
establecido, la nueva manera de acercarse
y entender el mundo; nos enfrentamos a un
mundo desconocido en donde el terror más
grande es el poder perder las miradas de
esos estudiantes que están detrás de una
pantalla, o perder la mirada de ese profesor
que está dictando su clase.
Las miradas se vieron obligadas a cambiar para poder entender esta nueva
“normalidad” académica, personal y familiar. Ese mundo en el que se
habitaba, en donde nuestros ojos iban posándose en diferentes espacios,
objetos u otros ojos ha cambiado, ya estamos en un mundo en donde se
corre, en donde no se puede estar muy cerca de ese otro, de ese objeto o
de ese espacio por ese miedo que se tiene de esta enfermedad que paró,
borro y cambió la manera de mirar este mundo.
Ahora todo está en un encuadre, se deja llevar por lo que
aparezca dentro del mismo; el cuerpo no se adapta a este
mirar, simplemente esta frente a una pantalla que está
llena de formas, colores, palabras, líneas, movimientos,
que hacen que los ojos se muevan en ese ritmo que está
ya preestablecido por ese otro. En este momento la mirada pasó a estar en
un segundo plano, solo se tiene tiempo para ver; ya que, si se detiene a
entender cada una de estas imágenes que se han establecido en este
encuadre, al estar ya modificadas, no se logrará tener esa textura óptica
que se tendría al momento de percibirla de frente, sin ningún filtro. Esos filtros
que dañan, empobrecen, no permiten que se vea más allá, no guían,
cierran el mundo, modifican la mirada que en muchas ocasiones trata de
entender y percibir eso que se le está quitando, filtros que dañan los ojos,
que hacen perezoso a la acción de mirar o de la visión, filtros que se han
convertido en ojos artificiales.
Aprender a mirar con esos cambios que aparecen dentro de la mirada es
un reto, ya que como he mencionado antes el entorno por el cual estamos
rodeados no permite que se haga ese alto y que se conviva con ese silencio
que permite un diálogo real con ese mirar, estamos sobresaturados de
ruidos, de imágenes y de luces que lastiman ese filtro que permite ese
contacto con el entorno.
Miradas que cambian sin querer, que se dejan llevar por los diferentes
encuadres y enfoques que se van estableciendo al momento de toparse
con ellas. Miradas que demuestran lo que se piensa, lo que se siente, que
hablan por sí solas, miradas que están cargadas de texturas, colores,
oscuridades y luz. Miradas que van más allá, que se cargan de experiencias,
texturas y enfoques.
Yo, Angélica Suárez Enciso, me considero un ser cambiante
de miradas, debido a que estoy en una constante
modificación de está. Mi mirada se transforma según la
situación en la que me encuentre, se acostumbra a un
encuadre establecido, se detiene a entender esa textura
óptica de los diferentes objetos con los que los ojos se topan,
en ocasiones mi mirada no mira, va en ese movimiento que
el mundo le impone. Por más que trato de que la mirada no se pierda, en
ocasiones no lo logro, al estar en esta saturación no puedo volver la mirada
hacia atrás, para buscar ese terreno sólido desde el cual se pueda dar un
salto hacia esas texturas que en pleno cambio desean ser percibidas.
Visión Nublada. Cambios, raíces, estructuras, anclajes, sueltas, caer, acertar, apoyo,
bitácora, guía, descartar, movibles, ideas, movimientos, pensamientos,
voces, cuestiones, limbo, orden, caos, lluvia, capas, conocimiento, diálogo,
mente, colores, espacio, marcas, huellas, separación, módulos, levantar,
archivo, hojas.
Palabras que están y no están en este espacio de creación; un espacio que
es nublado que me permite transitar en ese sin fin de ideas, pensamientos y
diálogos que empezaron a entretejerse para poder llegar a construir una
mirada nueva, una mirada que ha cambiado y que se ha visto más nublada
de lo normal.
Este espacio permite que se genere un poco más de lucidez frente a esto
que se busca y se quiere aclarar. Es por esto, que está en constante cambio,
sus hojas transitan por diferentes módulos creados según la importancia de
este; todo el tiempo se modifica, se transporta, se guía y se construyen
nuevas dudas, cuestiones, negaciones y conceptos acertados. Es una
manera de poder crear un espacio en donde todo es válido, en donde los
colores y la manera como se comienza a entretejer es fundamental.
Son pensamientos fugases que van y vienen, que necesitan se plasmados
para ser recordados. Pensamientos que comienzan a tener un poder en esa
gran nebulosa que se está formando, una nebulosa que genera caos, que
quita el sueño. Son ideas sueltas que necesitan ser hiladas, unidas para
generar espacios de fuerzas, de poderes que permitan poder entender esas
diferentes palabras que son importantes en esta búsqueda.
Es un espacio propio, en donde se facilita organizar el pensamiento, en
donde no existe ese pánico de toparse con esa hoja en blanco, en donde
el ampliar el espacio hace sentir que las ideas se están entretejiendo de
manera correcta; cada vez que se mira esta gran nebulosa, la mente
comienza a crear hilos imaginarios que juntan todo, que hacen que cada
uno de esos papeles cobren sentido, que tengan el valor que se necesita
para poder ser plasmados y ser entendidos por ese otro.
Es un espacio de organización y visión profunda...
Ondas que Rompen. Han ido apareciendo voces que suenan, que se sienten,
que se quedan en el limbo de las ideas; estas resuenan,
no se olvidan, unas hacen imaginar y otras que se
recuerdan en el momento menos esperado; cada una de
esas voces me han ido nutriendo poco a poco en esta
búsqueda de recuperar la mirada que se ha estado
perdiendo, en un mundo lleno de saturación visual. Son
voces que en ciertos momentos se dificulta escuchar,
entender y asimilar debido a todo ese ruido que se tiene al momento de
realizar esta acción.
Son muchas las frases/palabras que han quedado en la mente, que son
importantes, que necesitan ser desmembradas de eso que ya está
establecido, que generan ese detonante en el pensamiento y en la
organización de ideas frente al entender ese cesamiento de la mirada; a
ese descanso de la retina que ha sido sobre expuesta a miles de estímulos
visuales que comienzan a afectarla, que no permiten que se logre disponer
ese cuerpo a ese mirar del entorno en el que se habita.
José Saramago en la novela “Ensayo de la ceguera”(2015); me hace topar
con diferentes ideas o conceptos que me hacen sacudir, esas diferentes
cosas que creía establecidas; una de ellas es el pensar en una ceguera
blanca como un suceso contagioso, es algo muy difícil de entender y de
comprender; aunque si uno lo piensa bien, es posible que esta ceguera
blanca de la que se está hablando, es lo que está sucediendo al momento
en que se ven las cosas, se pasa por alto muchas de las texturas ópticas que
van apareciendo, es una ceguera blanca que no permite estar realmente
en este espacio. Teniendo en cuenta esta ceguera contagiosa y esta falta
de visión clara, todo el mundo como lo conocemos cambiaria totalmente,
todo comenzaría con aventurarnos a cosas nuevas, un mundo nuevo,
empezaríamos a confiar en ese aire que tanteamos, en el olfato de los
lugares o los sonidos de las voces, esas voces que comienzan a tener un
cuerpo, esas presencias- ausencias que estarían en esa niebla espesa
blanca.
Por otra parte, esta frase me hace pensar, reflexionar frente a esto que se
plantea, “Los ojos no son más que unas lentes, como un objetivo, es el
cerebro quien realmente ve, igual que en una película la imagen aparece”;
este pensamiento es un detonante para esa búsqueda en la que me
encuentro, ya que el pensar que los ojos son ese filtro que la mente necesita,
para poder captar y capturar de manera fiel ese encuadre que establece,
es algo increíble. Ya que si uno se pone a pensar se da cuenta que en la
mente es en donde todas esas imágenes, texturas visuales, sonidos y silencios
reposan y que al momento de rememorarlas se pueda llegar a generar esa
misma sensación que se obtuvo al instante en el que se uso ese filtro para
entender esas diferentes cosas con las que el ojo se encuentra.
Los ojos se convirtieron en una cámara que está capturando a todo
momento, en ciertas ocasiones no se tiene esa apertura en donde la mirada
comienza a tener esa importancia.
Al pasar las diferentes líneas que componen la novela de Saramago, me
encuentro con otro pensamiento que retumba en mí. “la diferencia entre el
ver y el no ver es invisible a simple vista2”. Esta reflexión comienza a tomar
poder al momento en el que se comienza a experimentar con ese
cesamiento de esa mirada; en donde la acción de despojarme de los lentes
hace que estos ojos comiencen a desenfocar todo lo que está a su
alrededor, que hacen que se dificulte ese verdadero contacto con ese
espacio en el que se habita, no es necesario habitar en un lugar de
oscuridad absoluta para poder decir que “no se ve”, realmente existen
momentos en donde los ojos se encuentran en un movimiento constante,
pero no se crean imágenes de esas diferentes objetos con los que se esta
topando.
Otro pensamiento de Saramago. J (2015) llego a mi“ La ceguera no es solo
vivir banalmente rodeado de las tinieblas, sino en el interior de una gloria
luminosa” (p.69), es una de las frases que más resonancia tiene en mí;
debido a que en las diferentes acciones que he realizado frente a esa
ausencia de la mirada, en donde esa ceguera empieza a ser eso que
ilumina el espacio en donde se habita, esa mirada interior es la que guía, la
que hace que se ilumine esa oscuridad en la que se está por un momento,
las palabras y las imágenes son las que comienzan a establecer esa luz, que
no es visible para todos, es un luz que está en quien logra establecer esa
alineación de sentidos.
Román Gubern en su texto “la mirada Opulenta” en donde, rondan de
manera intensa los diferentes mitos que aparecían en relación con ese ojo
y se dejaba en evidencia esa importancia del ser para tener contacto con
2 Saramago, J. (2015b). Ensayo sobre la ceguera. (p. 50). Penguin Random House Grupo
Editorial SA de CV.
el entorno que lo rodea; Gubern, R (1987) escribe que “cada órgano de los
sentidos interroga al objeto a su manera” (p.02), lo cual hace que detenga
a entender y a interiorizar de manera correcta lo que se está entendiendo
en esta frase. Me detengo en cada una de las palabras que componen esta
frase, me tomo mi tiempo para poder entenderla bien, para poder captar
eso que mis ojos están encontrando. Lo primero que viene a mi mente es la
manera en la que cada uno de nuestros sentidos tiene ese contacto
directo/indirecto con ese entorno, seguido a esto aparece esa alineación
de esos sentidos y esa visión que viene detrás de todo esto. Esta visión que
se convierte en ese espacio de revelación, que es necesario estar en una
absoluta oscuridad para poder entender esa manera en la que los sentidos
empiezan a establecer ese dialogo con eso que está y no está.
Dicen que uno se topa con las cosas en el momento que es más oportuno,
en el momento en donde realmente se va a valorar eso con lo que se va a
encontrar, es por esto, que la voz de Orhan Pamuk y su novela “Me llamo
Rojo” (2007), llego en el mejor momento – al comienzo de la búsqueda- es
la que más ha retumbado en mí y en esta búsqueda. La manera en la que
este autor hace visible esos diferentes conceptos que empiezan a ser esos
detonantes de esta búsqueda –visión, mirar, no ver-. Es increíble la manera
en la que puede percibir un mundo lleno de sabiduría y de paz, al momento
de estar en esa oscuridad total; esa oscuridad que muchos de los
ilustradores del Imperio Turco querían llegar a tener, sin importar que el
mundo se oscureciera por toda una eternidad; recuerdo una frase que
comenzó a taladrar mi cabeza, “¿Pintar de otra manera, ver de otra
manera?”(p.47), ya que siempre me he preguntado si las demás personas
perciben el mundo como yo lo estoy haciendo o si simplemente estamos
entendiendo todo de una manera totalmente diferente; partiendo de esa
frase pienso si el ojo del artista plástico/docente que empieza a modificarse,
que si este se comienza a ubicar según a lo que se está enfrentando, ya sea
el pintar o el observar; y es por esto que surge esta pregunta ¿Cómo ese
cambio de visión puede empezar a afectar/beneficiar el ojo como tal?.
“La pintura es silencio para la mente y música para los ojos”(p. 88), para un
ojo que está acostumbrado a toparse con las pinturas si es música, pero
para un ojo que no, esta se esta se convierte en un silencio infinito; el hecho
de toparse frente a algo que uno no conoce es difícil, la angustia, los nervios
de no poder captar la idea de manera rápida empiezan a afectar a ese ser;
claro está que en la época en la que está situada la narración de Orhan
Pamuk, solo las personas que sabían algo del tema eran las únicas que
podían enfrentarse a ese silencio para la mente. Es difícil de expresar lo que
siente el cuerpo, cuando se enfrenta a una pintura que realmente lo deja
sin palabras, el cosquilleo en las piernas, en el estómago esas “mariposas”
que lo hacen poner nervioso, ese nudo en la garganta, esa piquiña en la
nariz; todas estas cosas que comienzan a aparecer en ese cuerpo silencioso
exteriormente, pero en el interior lo único que hace es gritar. La pintura se
convierte en un deleite para esos ojos que la perciben, que la entienden,
que hablan con ella; cada detalle es mirado y guardado de la manera más
especial. De todo esto me surge la duda de ¿Ese ser ciego, como tiene esa
sensación frente a algo artístico? De igual manera no puedo dejar a un lado
otra de las frases con las que me topé, en donde hacían referencia a esa
imagen que está colgada en una pared, que se ubica en ese espacio para
ser adorada o simplemente para ser “deleitada”, pero como mencioné
antes no todos los ojos están adecuados a esto, de igual manera esta “obra
de arte” suspendida empieza a ser un silencio que parecía estar ocupando
el espacio de una ausencia.
“Antes de la pintura, solo existía oscuridad, después de la pintura sólo existirá
la oscuridad”(p.110) Realmente el pensar en esos ilustradores que
trabajaban día y noche sin parar, para poder llegar a alcanzar un
reconocimiento tanto del Sultán, como el de sus colegas y que a su vez
buscaban el poder llegar a estar en esa oscuridad infinita, para mi es algo
loco e indeseable, ya que al momento de entrar a esa oscuridad que no
tiene fin; es perderse de muchas cosas que empieza a ofrecer el entorno en
el que uno habita o simplemente el hecho de que el quehacer se vea
afectado es difícil; si, entiendo que se comienza a hablar de una memoria
potente, que empieza a recordar cada uno de los detalles que esos ojos
vieron por mucho tiempo y que esta memoria permite que se pueda
entender todas las cosas que se les están nombrando, pero aquí recuerdo
la primera frase que me quedó resonando, en donde se dice que al paso
del tiempo uno empieza a olvidar las cosas que no logras ver, ¿solo se puede
recordar por un tiempo?, ¿Cuánto es el tiempo que guarda fielmente la
mente?, ¿Cuánto tiempo uno debe observar algo para que se guarde cada
detalle del objeto/situación?
“Pintan todo lo que puede ver el ojo tal y como lo ve. Ellos pintan lo que ven,
nosotros lo que miramos.” (p.235), esta frase creo que es una de las que más
impacto tuvo en mi mente debido a que nunca me había detenido a
pensar en ese momento en donde se esta pintando. En lo personal mi
mirada se concentra en cubrir cada uno de los poros que tiene la superficie,
pero no estoy en esa disposición de mirar lo que se esta plasmando. Se hace
un barrido rápido de eso que se desea crear, pero no se detiene a entender
cada uno de esos detalles que comienzan a estar en ese estado de visión.
Designio en el limbo.
Es un lugar que nadie conoce realmente, se sabe que es algo que está pero
que no es del todo tangible, en donde se pueden producir muchas cosas;
es un espacio de estar en la nada con nada, pero esa nada ayuda para
que todos los pensamientos, ideas, conocimientos se muevan a medida que
se cuestiona el por qué se está allí. Nadie puede saber si este espacio es del
todo bueno, es un espacio en donde se ayuda a crear, en donde las ideas
se organizan, es un mundo de letras y palabras que andan por la mente,
este espacio hace que tomen un verdadero sentido; en la mayoría de las
situaciones se entiende este espacio como un enemigo que se debe
derrotar, acabar con el de manera casi inmediata, con el fin de que se
pueda estar tranquilo, llegando a estar en esa calma que no se tiene, pero
se cree tener.
Como la gran mayoría de sujetos, no me había dado cuenta de este poder
que trae consigo este lugar, creía como el resto, que era un enemigo, pero
lo analicé y entendí ese gran poder que tiene, y que realmente después de
estar en ese torbellino de letras y palabras sueltas, logre darle un orden a
todo ese caos y logre tener esa calma, esa calma verdadera. Se sabe que
cada vez que se está en este espacio, es con más fuerza que la vez anterior,
se llegaría a pensar que es para matar; pero NO, solo vienes para que ese
cuerpo se organice y entienda las cosas de una manera mejor, de una
manera más clara, en donde el alma empieza a hablar, a tener un diálogo
con lo que ya está establecido e impuesto, logrando crear ideas claras y
concisas frente a una situación en específico o en la vida en general. Eres
necesario en la vida de los seres, aunque pocos te entienden, eres
necesario, para que los sujetos salgan de esa zona de confort en la que se
sienten seguros, haces que los seres luchen contra sí mismos -la batalla más
difícil de tener- …
Solo se debe aprender a hablar contigo…
Entender, pretender, espacio, miedo, sonidos que llegan y van,
desequilibrio, espacialidad, texturas, caminos, miedo, matriz, oscuridad, luz,
dolor, rodillas, frio, máquinas, calor, angustia, cansancio, desespero,
tranquilidad, catarsis, maraña, pensamientos, palabras, nudos, llanto, susto,
formato, entrada, salida, miradas, foco, encuadre, luz, contraluz, carbón
natural, bípedo, rizoma, piquiña, molestia.
Al tener ese cesamiento de la mirada los demás sentidos comienzan a
hacerse más fuertes, comienzan a generarse nuevas
experiencias y cada una de ellas es totalmente diferente
a la anterior. Son espacios que se llenan de energías y
rememoraciones en torno a esos lugares que se buscan;
la visión empieza a tener diferentes estados, en donde se
permite que los otros sentidos puedan comenzar a
agudizarse de tal manera que se escuchan cosas que en la normalidad no
se escucharían, al momento de emergerse en esa visión es posible dejar de
escuchar, dejar de pensar en este tiempo que en un comienzo pasa muy
lento.
Es increíble cómo se puede llegar a pasar por todas estas “etapas” en un
espacio establecido, en donde los silencios llegan a aturdir pero que a la
vez algo resplandece del mismo, en donde la oscuridad absorbe el
pensamiento por un momento, en donde la mente comienza a generar
diferentes imágenes llegando así a que el cuerpo se acople a este espacio
al que se enfrenta. Es un espacio que se llena de miedos, de inseguridades,
de angustia y en su momento también de calma, es un espacio en donde
se puede dejar que ese silencio sea quien guie y organice esas palabras que
existen pero que no están en esa maraña del pensamiento, un espacio que
se llena de una luz que solo es vista por quien se encuentra en medio de esta
catarsis, en donde la mano se convierte en ese traductor entre la visión y
esa imagen que se está plasmando.
El cuerpo pide un alto, pide que se regrese a la normalidad en la que se
habita, pero la mente y la visión va más allá, va más rápido que esa mano
que genera estos trazos, estas líneas que comienzan a generar ese caos que
se puede ligar a eso que se tiene dentro de
ese pensamiento, que en muchas ocasiones
no es posible encontrar el hilo conductor de
las mismas. Son palabras que llegan como
una lluvia de imágenes de luz a la mente,
unas llegan de una manera más suave, otras
llegan a romper con todo, rompen con esa
tranquilidad que se está obteniendo, esas
palabras que te hacen ese nudo en la
garganta, que quieren salir siendo gesticuladas, pero el cuerpo no es tan
fuerte para que salgan de esta manera; por más que se trata de dejarlas
fuera de esta visión, se hacen más fuertes, con más dolor, con más cosquillas
en la garganta, piden a gritos ser escritas en esta gran maraña.
Es una acción que no se puede llegar a tener una idea de cómo quedará.
El azar, el tiempo y el pensamiento son los únicos que pueden llegar a
entender cómo puede culminar esto; es una acción de largo aliento en
donde la visión detalla cada una de las texturas que fueron capturadas al
momento de mirar estos diferentes objetos que son detonantes en esa
búsqueda. La visión se toma su tiempo, en donde se puede volver a sentir
esos encuadres que van en cámara lenta, en donde los ojos se toparon con
esta superficie que está llena de información, que necesita ser plasmada de
alguna manera para llegar así a generar ese impacto que trae consigo el
mirar.
Es un espacio en donde el detenerse es fundamental debido a que al hacer
ese alto permite entender todo esto que está sucediendo tanto en la mente
como alrededor, se debe hallar ese ¿por qué? llegan estas palabras o
imágenes a la mente, es una búsqueda infinita de conceptos y capturas de
los diferentes encuadres en los que la mirada se ha posado. Este espacio es
necesario, aunque se debe tener cuidado de no querer quedarse en él. Ya
que en la última “etapa” el cuerpo se emerge en ese silencio absoluto, ese
silencio en el que solo se sienten los latidos del corazón. La mente y la visión
hacen que el cuerpo no se sienta cansado, ni confundido; hacen que el
cuerpo pase a un segundo plano, la mano solo recibe esos impulsos que la
mente envía, no quiere parar, solo espera que la visión encuentre una nueva
palabra o imagen que deba ser plasmada en esta gran maraña. Es un
constante “buscarme hasta encontrarme” en esto que está surgiendo.
Al momento de parar y volver a esa normalidad de los sentidos, mis ojos se
demoran en recuperar ese enfoque que se tiene en el día a día, se les
dificulta volver a toparse con esa luz que está todo el tiempo pero que en
este momento duele, encandelilla y quema. El poner de nuevo esos filtros
en mis ojos, hacen que ellos se demoren un poco más en poder generar esa
nitidez de ese mundo en el que se habita. El volver a esa luz, a esa nitidez
visual es extraño ya que por mi parte desearía quedarme sumergida en esa
oscuridad que está llena de una luz visual y mental. Realmente es un espacio
en donde pude surgir, en donde logré ver con los ojos de la mente, en
donde la mente dejó de preocuparse por tener ese control de todo y se
dejó llevar por eso que se tiene pero que no es visible.
Al final solo estamos mi caos y yo....
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«Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario.
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Grupo Editorial SA de CV.