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FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DE UNA CADENA DE PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN. El caso del ejote en Tenango, Morelos TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL PRESENTA: KRIS NATALIA GÓMEZ RODRÍGUEZ DIRECTORA: DRA. KIM SÁNCHEZ SALDAÑA CUERNAVACA MORELOS JUNIO 2008 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS

Tesis Cadena

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FACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL

ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DE UNA

CADENA DE PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN.

El caso del ejote en Tenango, Morelos

TESIS

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:

LICENCIADA EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL

PRESENTA:

KRIS NATALIA GÓMEZ RODRÍGUEZ

DIRECTORA: DRA. KIM SÁNCHEZ SALDAÑA

CUERNAVACA MORELOS JUNIO 2008

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS

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GRACIAS A la gente que trabaja en el ejote por tomarse el tiempo de

explicarme. A Pedro Pliego y familia por abrirme camino.

A Kim por darme la oportunidad de aprender a querer esta disciplina.

A mi mamá por animarme a seguir. A mi papá por apoyarme todo este tiempo.

A Christian por acompañarme en los desvelos. A los doctores Gabriel Izard, Patricia Moctezuma, Carlos Y.

Flores y Elsa Guzmán por sus comentarios.

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3

Índice

Introducción……………………………………………………………………….... 5

Justificación

Objetivos

Estrategias de investigación

Organización del trabajo

1. Antecedentes teóricos y metodológicos………………………………….. 10

1.1 Los sistemas de comercialización y abasto vistos desde la

perspectiva antropológica

1.2 Cadenas de productos agropecuarios. Algunos estudios de caso

1.3 Intermediarios comerciales

1.4 Algunas reflexiones finales

2. Notas sobre el cultivo del ejote y su escenario en Morelos……….….. 33

2.1 La producción en Morelos y en México

2.2 Expansión de la producción en Morelos y las “Nuevas zonas

ejoteras”

2.3 Tenango: ejemplo de la formación del escenario actual

3. Los agentes en una cadena de producción y distribución. Quiénes

son y qué hacen……………………..………………………………………… 55

3.1 Productores

3.2 Cortadores

3.3 Capitanes

3.4 Choferes

3.5 Intermediarios Comerciales

3.6 Comerciantes Mayoristas y Empacadoras

3.7 Resumiendo puntos de interés

4. Apuntes finales………………………………………………………………... 90

4.1 Sobre la estructura organizativa y del funcionamiento

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4.2 Importancia de lo personal, las redes sociales, los saberes y los

mecanismos de intercambio y/o reciprocidad

4.3 El papel del intermediario comercial

Bibliografía…………………………………………………………………..……. 106

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Introducción

Inicialmente el objetivo de realizar un estudio sobre una cadena de producción

y distribución nació del interés de descubrir el funcionamiento de la misma en

una comunidad del Oriente de Morelos: Tenango (Jantetelco). La realidad

siempre es cambiante y distinta de lo que se plasma en papel, y aun cuando

conservo la pregunta principal de esta tesis referida a esta comunidad, debo

señalar que las nuevas dinámicas del funcionamiento de esta cadena

observadas durante mis investigaciones no permiten referirme ya a la

comunidad, sino a la zona Oriente en general, por lo que la presentación del

caso de Tenango adquiere un carácter ilustrativo. Esta investigación es un

análisis del papel de cada uno de los actores que participan en todas las fases

de la cadena y de la serie de vínculos y relaciones sociales que forman y

conservan para ser parte de la red y mantener coordinado y organizado el

funcionamiento de la misma.

Este trabajo se inscribe dentro del marco del proyecto interinstitucional La

constitución de territorios migratorios como espacios de articulación de

migrantes nacionales e internacionales (Clave de registro SEP-2003-

C0244249/A-1), financiado por CONACYT y a cargo de la Dra. Sara Lara.

Dicho proyecto está a su vez bajo la responsabilidad de la Dra. Kim Sánchez

de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Gracias a su invitación es

ahora que puedo presentar estos resultados.

Justificación

En una sociedad de mercado como en la que vivimos los intercambios

comerciales son actividades constantes y presentes casi en cada parte de

nuestra convivencia social. Las mercancías llegan a nuestras manos como

consumidores finales después de varios procesos (largos o no) de producción,

transportación y comercialización. Tal es el caso de los alimentos que día a día

consumimos, como lo es la mercancía sobre la cual gira el objeto de estudio de

nuestra tesis: el ejote. Los procesos y caminos recorridos por los productos que

consumimos son desconocidos para la mayoría de las personas, sin embargo

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detrás de cada mercancía se esconde una serie de labores y tareas realizadas

por distintos sujetos que comparten un fin común: producir y vender su

producto.

Es por eso que en este trabajo presento una investigación sobre cadenas de

mercancías, específicamente de un producto agrícola, con el objetivo de

describir cómo se ha conformado una cadena de producción y distribución del

producto, cuáles son los actores principales de este proceso, cómo se

relacionan y qué vínculos se generan entre los agentes.

En particular se escogió el ejote debido a que esta hortaliza ocupa un lugar

importante en la producción agrícola de Morelos. De manera preliminar cabe

mencionar que es indiscutible la relevancia nacional que tiene el ejote por su

volumen de producción, siendo además que desde el año 2000 Morelos pasó

de ocupar el tercer al primer lugar en cuanto a extensión de superficie

cultivada. En buena cuenta por ello, el ejote figura ahora entre los diez

principales productos que contribuyen al valor agrícola del estado. El impacto

social de estos hechos es múltiple y, en las condiciones de la estructura rural

de la entidad, representa un número significativo de ejidatarios y pequeños

propietarios dedicados a producir esta hortaliza y buscar los canales más

adecuados para comercializarlo. Si a ello sumamos que esta actividad se

encuentra concentrada en unos pocos municipios al oriente de Morelos, se

puede deducir la importancia socioeconómica regional y local que puede

alcanzar.

Cabe señalar además la alta participación de actores extrarregionales que

también se ocupan en las labores de producción y comercialización de esta

hortaliza durante la época de cosecha: desde los jornaleros agrícolas migrantes

que acuden a pizcar los frutos, hasta los grandes mayoristas de las centrales

de abasto que buscan acaparar el mejor producto y el mayor número de

huertas.

Los estudios de Kim Sánchez (1996, 2006) en los noventa mostraban las

principales características de este sistema en la comunidad de Tenextepango,

Ayala, la cual era el centro gravitatorio de la zona tradicional productora y de

sus vínculos con el exterior. Sin embargo, este escenario ha tenido cambios y

reacomodos en años recientes, ya que el incremento de la producción ejotera

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ha significado la ampliación del radio de influencia de ese cultivo y de distintos

actores involucrados. Nuestros acercamientos preliminares a la región parecían

indicar que paralelo a Tenextepango había surgido otro centro de operaciones

en Tenango, una comunidad limítrofe con el estado de Puebla. Suponiendo una

reciente creación y su visible nexo con capitales comerciales poblanos,

surgieron varias inquietudes que se fueron acotando hasta formular una

pregunta central que puede resumirse así:

¿Cómo funciona y se articula el proceso de producción-distribución del ejote en

la comunidad de Tenango, municipio de Jantetelco, Morelos?

Objetivos

Objetivo general:

Describir el papel que posee cada actor (productores, intermediarios,

mayoristas, transportistas, etc.) en la organización de la producción y

distribución del ejote.

Objetivos específicos:

1. Investigar mediante qué estrategias se establecen los vínculos entre los

agentes participantes.

2. Analizar las implicaciones que tiene la comercialización hacia Puebla y

la exportación del producto en la organización de la cadena.

Estrategias de investigación

Este trabajo fue realizado durante la temporada de cosecha 2006-2007 del

ejote en la zona oriente de Morelos, aproximadamente de septiembre de 2006

a mayo de 2007. Dado que yo no tenía ninguna relación con la cadena y me

era por completo desconocido su funcionamiento y sus participantes, fue

gracias a un primer contacto con un intermediario de Tenango (con quien la

Dra. Kim me presentó) que pude iniciar mis investigaciones.

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A partir de las primeras visitas exploratorias en que tuve oportunidad de

conocer a más gente involucrada en la producción y comercialización del ejote

en la zona, inicié una serie de entrevistas con productores, capitanes, choferes,

encargados y mayoristas de las centrales de abasto de Puebla, Huixcolotla

(Pue.) y la ciudad de México, algunas de las cuales fueron grabadas en

audiocasette. Dichas entrevistas fueron dirigidas a conocer la forma en que

cada uno concebía su trabajo y su participación dentro de la cadena, sus

trayectorias laborales y sus contactos y vínculos con otros agentes.

Al inicio de mis investigaciones la mayoría de mi trabajo consistía en la

observación del corte, empaque y transporte del ejote. Conocer quiénes

participaban y cómo realizaban su trabajo, las formas veladas de conflicto, y las

alianzas entre ellos fueron los objetivos principales de esta parte de mi

exploración. Asimismo tuve oportunidad de observar en dos ocasiones la

compra-venta de ejote en las centrales de abasto de Huixcolotla y Puebla, así

como el empaque para exportación en una empresa en la misma zona.

Después de un tiempo tenía ya una serie de entrevistas logradas con

capitanes, choferes, intermediarios, mayoristas e incluso con un broker

relacionado con empacadoras del estado de Puebla. Faltaba entonces un

acercamiento a uno de los agentes centrales de este trabajo: los productores.

La misma estructura de la cadena solía dejarlos de lado, puesto que no

acudían a las huertas en los días de corte en que yo estaba presente. Tuve

entonces que presentarme ante juntas ejidales de Tenango y de la Junta de

Aguas Canal Tenango para contactar a estos campesinos con quienes no

había tenido ningún tipo de contacto sino hasta ya casi al final de la temporada.

Además del trabajo dentro de la zona Oriente y como parte de un diagnóstico

sobre las migraciones circulares de los cortadores de ejote en Hidalgo y

Morelos, tuvimos junto con otra compañera del proyecto (Xochitla Patiño), la

oportunidad de realizar una visita exploratoria a la zona del valle del Mezquital,

donde también se cultiva ejote. Esta visita duró aproximadamente 10 días,

durante los cuales nos enfocamos a realizar entrevistas igualmente a todos los

participantes de la cadena. Tales investigaciones proporcionaron datos sobre la

estructura de tal lugar y permitieron establecer comparaciones entre uno y otro

caso que me sirvieron para mi propio proyecto.

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Organización del trabajo

El resultado de las investigaciones se presenta en este trabajo dividido en

cuatro capítulos. El primero de ellos es una revisión teórica a estudios

precedentes sobre cadenas de productos agropecuarios e intermediarios

comerciales de los cuales retomamos conceptos e ideas que sirvieron para el

análisis de nuestro objeto de estudio.

En el segundo capítulo es mi intención exponer el crecimiento del cultivo de

hortalizas y específicamente del ejote en los últimos 20 años a nivel nacional,

con el objetivo de explicar la expansión en el estado, siendo que en la zona

Oriente ha cobrado importancia muy recientemente.

“Una cadena de producción. Quiénes son y qué hacen” es el tercer capítulo

que presenta el resultado directo de mis investigaciones en campo. Dividido en

siete apartados, cada uno corresponde a uno de los agentes participantes

(productores, cortadores, capitanes, choferes, intermediarios comerciales y

comerciantes mayoristas y empacadoras), su caracterización y la descripción

de sus tareas específicas, así como sus formas de acceso a este mercado de

trabajo.

Finalmente en el cuarto capítulo, “Apuntes Finales”, retomo algunas de las

características más importantes de esta cadena del ejote con el propósito de

discutir lo que otros autores han tratado sobre los mismos temas. Cierro con

mis propias conclusiones acerca de la estructura de la misma, así como de la

importancia del intermediario comercial y de las redes sociales en la formación

de vínculos entre los agentes y el funcionamiento coordinado de sus labores.

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1.- Antecedentes teóricos y metodológicos

En este capítulo quiero hacer una revisión de distintos trabajos cuyos aportes

teóricos o metodológicos han sido útiles para el desarrollo de mi investigación,

y que han ayudado a establecer la orientación que he intentado darle. Algunos

son análisis teóricos de sistemas de comercialización o cadenas, mientras que

otros son estudios empíricos sobre un producto o conjunto de productos en

particular.

El propósito del capítulo es tener referencias de trabajos con el mismo objeto

de estudio, las cadenas de producción y comercialización, con el fin de realizar

análisis comparativos y diferenciar nuestro caso. Asimismo se presentan

algunas investigaciones de la participación de intermediarios comerciales en

dichas cadenas, y cómo ello ha influido en la organización de las mismas.

1.1.- Los sistemas de comercialización y abasto vistos desde la

perspectiva antropológica

El tema tratado en este trabajo se inscribe dentro de los planteamientos de la

teoría antropológica sobre los sistemas de distribución. De tal manera,

siguiendo el modelo de Polanyi y su división de las principales formas de

integración económica (reciprocidad, redistribución e intercambio), nuestro

estudio corresponde particularmente al caso del intercambio comercial. Este

intercambio a decir de Dalton (1976:180) se refiere “al proceso organizativo de

compra y venta a precios monetarios que es el mecanismo de hacer

transacciones con productos materiales, trabajo y recursos naturales”. Así

pues, la antropología económica siempre ha estado interesada en los estudios

de los diversos sistemas de intercambio o comercialización en las sociedades

con mercado o dominadas por el mercado (Bohannan y Dalton, 1965, citado en

Molina y Valenzuela, 2007:206).

Cabe aquí señalar los principios que rigen a las economías de mercado y que

operan por tanto, en el caso de nuestro objeto de estudio:

1) se trata de sociedades donde el precio de mercado está determinado por las

fuerzas impersonales de la oferta y la demanda

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2) los vendedores y los compradores dependen del mercado para su subsistencia

3) los precios de mercado de los productos finales influencian de forma crucial las

decisiones de producción (incluyendo al trabajo) (Molina y Valenzuela,

op.cit.:207-208).

La producción y distribución de bienes en nuestra sociedad capitalista está

regida por estos principios. La demanda y el mercado influyen directamente en

las decisiones de la producción: qué se produce, cuánto, cuándo, dónde y

cómo. En una sociedad de una alta producción especializada y división de

labores, el intercambio (y por tanto los mercados) se vuelve indispensable para

la reproducción social.

Desde los análisis del comercio desarrollado en los sistemas económicos de

Estados precapitalistas (Berdan, 1991), hasta los estudios sobre la

comercialización en áreas urbanas del Tercer Mundo (Dannhaeuser, 1991), el

tema de cómo los productos llegan desde el lugar en que se producen hasta el

consumidor en sus hogares, y las interdependencias entre la producción y el

consumo, ha sido tema de análisis para los antropólogos. En el caso de

nuestro estudio no difiere mucho en el sentido que intentamos dar una visión

de cómo un producto (en este caso agrícola) pasa por diferentes manos desde

su producción hasta parte de su comercialización. Lo que interesa resaltar

aquí, es que de la variedad de enfoques sobre los flujos de bienes comerciales

se pueden rescatar planteamientos interesantes.

Frances F. Berdan (1991:17), por ejemplo, se interesó por estudiar la

importancia de los mercados y el comercio en Estados antiguos, considerando

la diversidad de rasgos económicos característicos de estas formaciones

sociales. El intercambio comercial en este tipo de estados se basaba en los

centros mercantiles a donde llegaban comerciantes y mercaderes de muy

variados lugares y desde los cuales se distribuían productos de igual número

de partes (op.cit.: 123).

El Estado azteca engloba estas características dentro de sus sistemas de

intercambio comercial bien desarrollados. El comercio exterior se realizaba a

través de mercaderes al servicio del Estado viajando y abasteciéndose de

productos (principalmente artículos de lujo) dentro y fuera del territorio azteca.

En los mercados (usualmente rotativos) como el de Tlatelolco se vendían y

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compraban productos locales o de otras regiones, lo que permitía la

distribución de la intensiva producción especializada común en el imperio

(op.cit.:128-133).

Continuando con la idea de los flujos comerciales, el autor menciona un tipo de

proceso a través del cual algunas mercancías recorrían largas distancias entre

Estados pasando por varios centros mercantiles denominado “comercio de

relevo”. En este comercio “la gente compraba y revendía bienes en los centros

mercantiles sin tener que viajar lejos de su lugar de origen; las mercancías

recorrían todo el territorio saltando de una escala a otra muy cercana, pero

recorriendo en definitiva grandes distancias” (op.cit.: 148).

Considerando que Berdan estudia la comercialización en contextos

preindustriales, vale retener sus anotaciones sobre la importancia de estos

mecanismos económicos en la especialización geográfica de acuerdo a zonas

ecológicas específicas, así como el hecho de que los mercados facilitaban y

estimulaban el desplazamiento de bienes a nivel local, regional e interregional.

El seguimiento de una mercancía puede realizarse también utilizando el

modelo biográfico, usado comúnmente en el trabajo etnográfico. Este modelo

ha sido aplicado por Rivers como “una especie de biografía de las cosas en

términos de propiedad” (Rivers, cit. en Kopytoff, 1991:92); idea que retoma

Kopytoff (1991) para proponer la elaboración de biografías con distintos

enfoques (técnicos, económicos, sociales), que pueden explicar la forma en

que un objeto es redefinido culturalmente en su trayectoria. En su caso

Kopytoff sugiere la construcción de “biografías culturales” que permitan

entender los procesos de mercantilización mediante los cuales una cosa

adquiere un valor de uso y de intercambio hasta convertirse en mercancía

como tal. Para el caso del ejote, podría ser interesante un análisis desde el

punto de vista del significado cultural que puede tener para los diversos

agentes de la cadena, que trabajan y se relacionan en torno del mismo

producto. Una “biografía del ejote” podría incluir la descripción de las diferentes

concepciones o apegos de cada persona.

Un estudio que se asemeja más al tipo de análisis que se intenta desarrollar, es

el realizado por Dannhaeuser (1991), sobre la comercialización de bienes

industriales en lo que denomina el Tercer Mundo urbanizado. Dannhaeuser

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(1991:304) define a la comercialización como “el acto de comprar y vender

mercancías bajo condiciones competitivas en las que el valor relativo se

determina mediante la oferta y la demanda”. Si bien el autor se centra en

analizar la difusión de bienes manufacturados, el modelo de análisis basado en

la categoría de “canales mercantiles” sirve igualmente para ilustrar aspectos de

la comercialización de una cadena agroalimentaria.

Un canal mercantil, explica Dannhauser, es “el conjunto de todas las empresas

e individuos que cooperan para producir, distribuir y consumir el bien o servicio

particular de un productor particular” (Kotler, cit. en Dannhaeuser, 1991:316).

Por el objetivo de su trabajo, el autor utiliza este concepto para estudiar

principalmente los canales distributivos y la forma en que las empresas

emplean determinadas estrategias comerciales para garantizar la venta de sus

mercancías (op.cit.: 316-321). Su propuesta resulta sumamente interesante y

útil para la descripción de la cadena del ejote en tanto que considera objeto de

estudio la participación de los individuos en los procesos de producción,

distribución y consumo. Aunque él hace énfasis en los niveles comerciales por

los que pasa un producto hasta llegar al consumidor (estructura del canal), se

puede aplicar para el caso del ejote también para señalar la intervención de

agentes que no necesariamente participan en actividades de intercambio, sino

ofreciendo servicios (transporte o acopio por ejemplo).

Dannhauser además presenta un aporte importante para los análisis de

cadenas de productos: la autoridad de los canales, la cual “alude al grado en el

cual una empresa o conjunto de empresas domina o influye en los demás

miembros a lo largo del canal” (op.cit.:316). De acuerdo a ello, él reconoce dos

tipos de canales principalmente, los verticalmente integrados o coordinados, y

los verticalmente fragmentados. Los primeros se caracterizan por la

concentración del poder por parte de una sola empresa o miembro del canal, y

cuya influencia abarca la operación de todos los otros1. Los canales

fragmentados, también denominados convencionales, se distinguen al contrario

por una distribución del poder entre todos sus miembros.

1 Habría que señalar aquí una diferencia con los planteamientos de Raynolds (1994) que más

adelante se verán, acerca de los canales verticalmente integrados, los cuales ella supone dirigidos y organizados por una sola empresa.

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Otro enfoque muy similar al de Dannhaeuser, pero que presenta aportes

distintos es el de cadenas globales de mercancías (CGM), definidas por

Hopkins y Wallerstein como una “red de procesos laborales y de producción,

cuyo resultado es una mercancía acabada” (cit. en Pelupessy y Romero,

2004:11). Las CGMs, de acuerdo a G. Gereffi, M. Korzeniewicz y R.

Korzeniewicz (1994:2) consisten en juegos de redes interrelacionadas,

agrupadas alrededor de una mercancía o producto, vinculando hogares,

empresas y Estados, unos con otros, dentro de la economía mundial. De

acuerdo a este tipo de análisis, cada nodo o eslabón de la cadena corresponde

a las diferentes actividades necesarias para la creación de una mercancía,

desde la adquisición de materias primas, el trabajo, el transporte, la distribución

(por medio de mercados) y el consumo. Este enfoque permite describir y

destacar la participación de los agentes en cada eslabón y especialmente las

relaciones sociales que determinan y caracterizan a las cadenas de

mercancías. Bajo esta perspectiva, la cadena de producción y distribución del

ejote puede ser presentada desde el punto de vista descriptivo (señalando la

serie de procesos y agentes participantes), pero además, desde el análisis de

las relaciones sociales subyacentes a dichos procesos.

Un último enfoque teórico que ha ayudado a definir la orientación de nuestra

investigación es el de campo empresarial, desarrollado por Humberto

González, y que se define como “una unidad social y cultural que crean todos

aquellos actores que compiten por apropiarse de las utilidades que se generan

con la producción y venta de una mercancía o de un grupo de mercancías” (cit.

en Calleja y González, 1999:24). Desde la perspectiva de González los actores

que forman parte del campo empresarial y que se relacionan en él, se

diferencian de acuerdo a sus recursos. Ya no es pues la sola participación

armónica en los procesos de producción, distribución y consumo, sino que hay

en juego una serie de intereses personales que también influyen en la

formación del campo. En palabras de Calleja y González abordar el estudio de

una cadena de mercancías en términos de campo,

permite no sólo analizar en su conjunto los vínculos de complementariedad,

cooperación y coordinación entre los diferentes actores que intervienen en la

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cadena, sino también los conflictos y las relaciones de poder que se establecen

entre ellos al competir por las utilidades del mismo campo (op.cit.:25).

En base a estos aportes analíticos para el caso del ejote habría que plantearse

una serie de preguntas hipotéticas que permitan entender el funcionamiento de

la cadena, ¿se trata de una cadena verticalmente integrada?, ¿cuál eslabón es

la autoridad de la misma?, ¿quiénes participan en la cadena y qué series de

relaciones subyacentes existen?, ¿hay conflictos de intereses, o son relaciones

cooperativas y armónicas? Estos mismos aportes han sido utilizados por

diversos autores en estudios de caso de cadenas de productos alimenticios.

Conocer sus aplicaciones en cada ejemplo que a continuación se describen

permitirá un mejor entendimiento del caso que nos ocupa.

2.2. Cadenas de productos agropecuarios, algunos estudios de caso

En este apartado se presenta una revisión breve de diversos estudios sobre

cadenas de productos agropecuarios en la sociedad contemporánea. Por tanto

se refieren a procesos que interconectan productores y consumidores ubicados

en distintos y distantes lugares, así como mecanismos que resuelven la

distribución de bienes procedentes de regiones productoras especializadas, en

contextos socialmente estratificados. En algunos ejemplos se describen

cadenas de producción-distribución, como es el caso que en esta investigación

se abordará más adelante, o bien se enfocan en cadenas de comercialización,

agroindustrialización, exportación o configuración de redes de abasto.

La mayoría de estas investigaciones tratan acerca de la organización y

estructura que concentra los bienes en un punto y parten de la pregunta sobre

cómo se abastecen los grandes mayoristas y comerciantes en las centrales de

abasto y las empresas agroindustriales o exportadoras. Cabe recalcar por ello

que el presente estudio se enfoca sobre los vínculos y relaciones que permiten

crear un nexo permanente entre la producción y la distribución del ejote

(además de las fases intermedias de cosecha y transporte); en este sentido,

el agente central de nuestro análisis es el intermediario comercial, que une los

distintos eslabones de la cadena y, al parecer, permite su funcionamiento. A

partir de este interés prioritario, se consideran los principales hallazgos que

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ayudarán a comprender la estructura y organización en que se inserta el

desempeño de este intermediario comercial.

La producción, procesamiento y comercialización de productos agropecuarios

han sido analizados en varios estudios como partes de un mismo proceso. Esto

permite describir el paso de un producto por sus distintas etapas, las cuales en

muchos de los casos son manejados de forma independiente por distintos

agentes.

Un ejemplo de la división por etapas es la formulada por Lera (1987) en su

trabajo sobre los agronegocios de exportación de Michoacán a los Estados

Unidos (los casos del melón, el mango, el pepino y la fresa que se mencionan

más adelante). El autor divide en etapas principales y accesorias todo el

proceso desde la comercialización hasta la transformación agroindustrial. En

las primeras se incluyen la producción, el abastecimiento de insumos y la

industrialización; mientras que las actividades accesorias abarcan el acopio,

fraccionamiento, distribución, almacenaje, empaque y transporte (Lera, 1987:

248).

Otros autores sugieren divisiones distintas, por un lado hay quien señala que

las cadenas de productos frescos consisten en tres procesos interconectados:

1) la producción de materia prima, 2) las actividades de procesamiento,

empaque y exportación y 3) actividades de marketing y consumo (Raynolds,

1994:148). Echánove (2002:27), interesada en los sistemas de abasto plantea

que las cadenas de producción-consumo se integran por cuatro fases o

eslabones: producción, agroindustrialización, comercio mayorista y comercio

minorista. En la misma idea de Lera (1987) supone además la existencia de

actividades secundarias, como el acopio, transporte y almacenamiento.

En general la demarcación y número de etapas identificadas difiere según el

alcance de la unidad de análisis y el tema a investigar, dando mayor o menor

interés a la fase distributiva que se relaciona directamente con el consumidor.

El análisis de las cadenas de producción-comercialización divididas en sus

distintos eslabones ayuda a identificar a la vez el papel de los agentes

encargados y el grado de autonomía con que gestionan las tareas propias de

su nivel. En algunos de los casos, cada etapa (de acuerdo a la división que los

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autores establecen) es manejada por un agente distinto que tiene intereses

particulares y negocia en función de obtener el mayor beneficio posible (o la

menor pérdida) en sus transacciones con la etapa ascendente o descendente.

La orientación es diferente en las cadenas “verticalmente integradas”, en las

que una sola empresa dirige o se encarga de todo el proceso. Ejemplo de ello

son las grandes empresas que compran tierras, contratan mano de obra para

trabajarla, tienen lugares de selección y empaque e incluso cubren en algunos

casos el procesamiento de los productos, o bien su comercialización o

exportación en fresco. En términos de Dannhaeuser (op.cit.), el sistema tiene

un alto grado de autoridad y presenta –como dijera ese autor – congruencia del

canal entre sus distintos niveles.

Puede decirse que entre uno y otro modelo existe una variedad de formas de

organización de las cadenas y del tipo de empresas que participan en ellas.

Algunas de estas formas intermedias responden a la necesidad de las grandes

empresas capitalistas de controlar parte de las actividades para asegurar

calidades y cantidades del producto. Otras, de manera inversa, se deben a la

descentralización deliberada de fases o actividades anteriormente bajo

responsabilidad de las empresas, con lo que se proponen reducir costos y

evitar riesgos, sobre todo en el área de producción o cultivo.

Raynolds sugiere que parte de la desintegración vertical de la producción

responde al interés cada vez mayor por parte de las empresas de ser más

competitivas, eliminando la rigidez y el peso de mantener funcionando toda una

serie de estructuras cuando puede subcontratarlas o delegar a otros (Raynolds,

1994:145-146).

Ella plantea que el análisis de las cadenas de mercancías de los productos no

tradicionales de exportación en República Dominicana muestra la variedad de

formas en que las empresas pueden reducir costos e institucionalizar la

flexibilización (op.cit.: 149). Las estrategias empleadas en el ámbito de la

producción tienen que ver con la manera en que las empresas exportadoras

organizan su aprovisionamiento. Considera tres grandes formas (op.cit.: 149):

a) mediante la compra del producto en el mercado,

b) a través del control centralizado de la producción, y

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c) por la producción o agricultura por contrato.

El aprovisionamiento mediante la compra en un mercado abierto puede

convenirse directamente con los productores o con comerciantes, como en

algunos casos se da en las cadenas del aguacate, limón, naranja y jitomate

destinados al mercado nacional (Echánove, 2004).

El aprovisionamiento por medio del control centralizado, es el ejemplo de una

cadena verticalmente integrada, donde una misma empresa maneja la siembra

y cultivo, y las actividades de procesamiento, empaque y exportación del

producto. Bajo esta forma no se apuesta tanto en la descentralización antes

señalada, como en flexibilizar otros factores internos para aumentar la

competitividad en el mercado. En México es típicamente el caso de muchas

agroempresas sinaloenses y en Morelos estaría ejemplificada con el caso de la

okra que se mencionará más adelante.

La agricultura por contrato que señala Raynolds, se da cuando una empresa

establece acuerdos formales y por escrito con los productores, en donde se

especifican cantidades, calidades y fechas de entrega del producto. En el caso

mexicano se suele ilustrar con la experiencia de los campesinos tabacaleros en

Nayarit que se vinculan con la Phillip Morris (Mckinley, 1999), o los productores

de cebolla en el oriente de Morelos (Barros, 2000).

Otras estructuras organizativas de la producción y comercialización son las

señaladas por Pedreño (2001:75). En base a un análisis de la horticultura en

Murcia (España), se enlistan cinco modalidades que corresponden al tipo de

empresas que participan: empresas cultivadoras-comercializadoras,

explotaciones familiares agrícolas, cooperativas de agricultores, alhóndigas2 y

almacenes. Las empresas cultivadoras-comercializadoras se asemejan al

control centralizado de la producción que describe Raynolds, mientras que las

explotaciones familiares producen de forma independiente. Como forma de

acceso al mercado y buscando una mayor competitividad frente a las grandes

empresas, los productores se han asociado en cooperativas, formando

2 “Las alhóndigas son centros de contratación privados en origen, donde se produce la

concurrencia de oferta de los productos agrícolas llevado a cabo por los agricultores y la demanda solicitada generalmente por corredores o comisionistas, realizándose las ventas por el sistema de subasta a la baja” (Valenciano y Pérez, 2002: 88).

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pequeñas empresas, o han recurrido a la venta directa en alhóndigas.

Finalmente la estructura de los almacenes responde a las necesidades de

pequeñas empresas comercializadoras de abastecerse comprando

directamente a los productores o en alhóndigas, o bien vinculadas a otras

empresas haciendo las veces de subcontratistas de compañías cultivadoras-

comercializadoras.

De esta forma las cadenas de productos agropecuarios tienen distintas

estructuras organizacionales. Sobre ello existen varios ejemplos de cadenas

verticalmente integradas (Raynolds, 1994; Bendini y Steimbreger, 2002;

Sánchez, 2004), casos de agricultura por contrato (Lera, 1987; Mckinley, 1999;

Echánove, 2002), o de productores independientes con diversas formas de

acceso al mercado, y comerciantes que se abastecen directamente o mediante

la intermediación de otros agentes (Echánove, 2004; Sánchez y Betanzos,

2006).

Cabe hacer una aclaración, que aunque hasta este momento hemos señalado

algunas formas de organización del proceso de producción y de abasto, las

etapas subsecuentes de las cadenas (empaque, procesamiento, exportación y

comercialización) tienen a su vez distintas estructuras organizativas. En los

ejemplos que se tratan a continuación seguiremos este énfasis en las etapas

iniciales de las cadenas, por ser este segmento el objeto central del análisis.

Sin embargo no por ello dejaremos de lado el análisis que los autores realizan

sobre la organización general de las cadenas que estudian. Esto además

permitirá explicar algunas características de las etapas de empaque y

exportación de la misma cadena del ejote que aquí nos ocupa.

Un ejemplo de la conformación de una cadena verticalmente integrada es el

estudio de Sánchez (2004) sobre una empresa exportadora de okra ubicada en

el estado de Morelos. La Rio Grande Okra Sales Inc. cuenta con más de 500

hectáreas rentadas en las que cultivan la okra, una empacadora y una fábrica

de envases:

Las dos primeras figuran bajo la misma razón social, “Río Grande de Morelos

A.C.”, mientras que la última es formalmente independiente (“Cajas Plato

A.C.”). Cada rama tiene su propio responsable, equipo técnico y administrativo,

así como trabajadores estables y temporales de diferente calificación. Todas se

Page 20: Tesis Cadena

20

ajustan a una planificación central que establece las cuotas de mercado cada

temporada, comenzando por definir la extensión de superficie que será

sembrada, las etapas de cultivo, etc., pero también el monto diario de cada uno

de sus varios envases (op.cit.:160).

Ello lleva a la autora a concluir que el segmento de esta cadena, que denomina

de insumo-producto “tiene una estructura de mando claramente jerarquizada e

integrada verticalmente a la empresa de origen” (op.cit.:160). La Rio Grande

Okra Sales, representa al tipo de empresas que controlan desde la producción,

corte, procesamiento y empaque, hasta la comercialización de productos

agropecuarios vendiendo directamente a clientes regulares: cadenas de

supermercados y comerciantes minoristas en Estados Unidos.

La propia Raynolds ejemplifica este tipo de estructura organizativa utilizando la

cadena de la piña en República Dominicana, la cual a la vez señala como un

ejemplo de lo que en la literatura se ha denominado la agricultura fordista. El

cultivo de este producto es controlado por grandes empresas transnacionales,

debido a la inversión de capital que requiere y por las necesidades de las

empresas de garantizar la calidad de sus frutos, por lo que centra su estrategia

de reducir costos mediante la eficiencia administrativa (Raynolds, 1994:151).

Las mismas empresas (entre las que destacan Dole Foods y Chiquita Brands)

o sus filiales en los Estados Unidos se encargan del empaque y embarque, lo

cual asegura la rapidez del envío. Para distribuir y comercializar los envíos de

piña, estas compañías venden a cadenas de supermercados y a servicios

institucionales de alimentos además de recurrir a campañas publicitarias para

promocionar sus productos con el objetivo de conservar la “lealtad a la marca”

tanto por parte de los consumidores como de las empresas (op.cit.:155).

Pedreño señala que este control vertical u organización articulada y compleja

que emplean las grandes compañías agroindustriales o agroexportadoras se

debe en gran parte al carácter perecedero de los productos que manejan, al

carácter selectivo de su demanda y estándares del mercado mundial:

…en el que el tiempo que transcurra entre la recolección y la llegada al punto

de venta es un factor de competitividad absoluto, así como las exigencias de

los mercados a los que hay que atender en cuanto a factores de

diferenciación y calidad (calibres, color, apariencia, etc.) (Pedreño, 2001:77).

Page 21: Tesis Cadena

21

Este tipo de políticas empresariales han sido observadas en compañías

dedicadas a la exportación frutícola en Argentina (Bendini y Steimbreger,

2002). Sin embargo, también en el análisis de las trayectorias empresariales se

muestra cómo una misma firma puede haber desarrollado diversas estrategias.

Específicamente una de estas empresas ha recurrido a la integración (de

producción-empaque-frío-comercialización), para ampliar su control en el

manejo y comercialización del producto. Por otro lado, buscando asegurar una

cantidad constante de producto, han aprovechado la modalidad de agricultura

por contrato o abastecimiento por medio de compras a intermediarios. Y

respecto a la comercialización:

El 46.5% del total de la fruta comercializada tiene como destino los mercados

de la Unión Europea por medio de “trading companies”; y en menor medida, a

EEUU. También se exporta con su propia marca, en menor volumen, a Europa

del Este y a países limítrofes […]. El resto de la producción -53.5%- se coloca

en el mercado interno, orientándose principalmente al sector de mayor calidad.

Las ventas se realizan: directamente a grandes cadenas de supermercados; a

través de puestos propios en el Mercado Central de Buenos Aires; a través de

consignatarios en Santa Fé, Rosario, Córdoba y Salta (op.cit.: 1088).

Un ejemplo más de la agricultura por contrato y control centralizado es el

trabajo sobre los procesos de producción, agroindustrialización y exportación

de hortalizas llevada a cabo por empresas establecidas en Guanajuato

(Echánove, 2004). Las agroindustrias transnacionales que la autora investiga

adquieren sus productos a través de contratos con los productores o con otras

empresas, pero la gran mayoría de éstas tienen a la vez tierras donde se

producen las hortalizas, o bien trabajan bajo el sistema de agricultura por

contrato (op.cit.: 226).

Es decir, Echánove no considera a la modalidad de agricultura por contrato un

caso de integración vertical, sino más bien de lo que ella denomina

“verticalmente coordinadas” (Echánove, 2004). En cambio, en algunos casos la

integración vertical es tal que abarca una cadena que va “...desde la semilla, la

producción en campo, el procesamiento industrial, y en algunas ocasiones, la

comercialización de sus productos en el mercado estadounidense” (op.cit.:228).

Page 22: Tesis Cadena

22

Cabe aquí destacar acerca del sistema de agricultura por contrato, el cual es

una forma de controlar la producción por parte de las empresas. Las

agroindustrias de Guanajuato establecen contratos con productores mediante

los cuales éstos se comprometen a venderles sus cosechas a cambio de

asesoría técnica y financiamiento. Además en el contrato queda establecido la

superficie a cultivar y los productores se comprometen a seguir las indicaciones

técnicas que el propio personal de la empresa le da, para lograr así los

estándares de calidad que necesitan (op.cit.:228-231). Entonces, bajo esta

modalidad los productores directos se someten a decisiones detalladas sobre

qué, cuánto y cuándo producir, quedando a cargo de los técnicos de la

empresa las instrucciones sobre cómo hacerlo.

Si bien estos sistemas de control centralizado, o los casos de agricultura por

contrato, poco tienen que ver con la cadena del ejote en Tenango, es

importante ilustrar las diversas formas de organización de las cadenas y el

grado de autonomía relativa que pueden tener los agentes sobre las decisiones

de la producción. En estos ejemplos el intermediarismo es poco o nulo en las

fases de producción o comercialización a nivel local. Sin embargo la

participación de compañías intermediarias para la exportación de los productos

agrícolas sí parece ser importante, sobre todo en los casos de agricultura por

contrato. Los brokers son los agentes encargados de este proceso de compra-

venta para el comercio exterior y las gestiones legales que lo acompañan, sean

ellos mismos independientes o asociados con las compañías exportadoras.

En la exportación agrícola en Michoacán (en el caso de la fresa, mango, melón

y pepino), empresas norteamericanas o brokers tienen injerencia (pero no

control ni dirección absolutos) sobre todas las etapas desde el cultivo hasta su

empaque para exportación en fresco. Ello lo logran mediante contratos de

compra-venta establecidos con uniones de campesinos ejidatarios, a través de

los cuales se comprometen a otorgar financiamientos, asesoría técnica y a

suministrar la semilla o la planta “madre”. Con esto aseguran la calidad del

producto y las cantidades requeridas para la exportación (Lera, 1987:263-264).

A decir de Lera,

Page 23: Tesis Cadena

23

…este procedimiento convierte al agente comprador o a la empresa como la

verdadera entidad exportadora, pasando a ser los productores simples

maquiladores de materias primas con bajo valor agregado (op.cit.:267).

Otro estudio referente a la exportación y distribución de hortalizas en los

Estados Unidos es el de la cadena internacional de frutas y hortalizas que

vincula la producción en México y su redistribución desde Texas (Calleja y

González, 1999). Los autores de esta investigación hacen una reconstrucción

de la participación de los agentes de la cadena en distintos momentos de su

organización, teniendo como actores centrales a los empresarios

embarcadores y mayoristas de la zona de Lower Río Grande Valley y San

Antonio (op.cit.:27).

Con base en su investigación Calleja y González exponen que los

empacadores del sur de Texas son “el principal eslabón de articulación de los

productores mexicanos con los compradores mayoristas del mercado

estadounidense” (op.cit.:35). Estos agentes iniciaron como productores y

fueron ampliando sus actividades hasta convertirse también en embarcadores,

encargados de comercializarlo con mayoristas de los mercados urbanos en

San Antonio, pero también en otras zonas de Estados Unidos y Canadá. Sus

estrategias para abastecerse de productos consistían en la compra de huertas

o el financiamiento a los productores para la siembra, lo que les permitió tener

un abasto seguro y constante de los productos (op.cit.:41-44).

El auge de los supermercados en Estados Unidos llevó a una reorganización

de las cadenas que permitió insertar a estas empresas, las cuales compran

directamente a los empacadores. Así se fue dejando de lado la participación de

los mayoristas de San Antonio, exceptuando a aquellos que tenían la

capacidad (por su relación con algunos empacadores) de abastecer a las

tiendas durante todo el año de determinado producto (op.cit.:44-47).

Dadas las condiciones para la expansión de los mercados de hortofrutícolas en

Estados Unidos y la necesidad de un suministro constante aún en periodo

invernal, los empresarios de Texas vieron en México las condiciones favorables

para la producción durante todo el año, por lo que buscaron nuevas zonas para

abastecerse. Los empacadores establecieron relaciones, por ejemplo, con

grandes productores de cebolla en Tamaulipas, ofreciéndoles financiamiento y

Page 24: Tesis Cadena

24

asesoría. Más tarde, en el afán de asegurar el abasto de cebolla en todas las

estaciones, mandaron representantes a Morelos (donde ya se producía) para

comprar y empacar la cebolla de pequeños productores (op.cit.:53-54).

Los ejemplos hasta aquí expuestos tienen como común denominador la

construcción de cadenas orientadas al mercado mundial, lo cual implica

generalmente la presencia de empresas transnacionales que tienen la

capacidad financiera y relaciones para competir en ese nivel. Asimismo

muestra cadenas espacialmente dislocadas en distintos países no sólo por

razones derivadas de buscar recursos más baratos en países dependientes

(tierra y trabajo, por ejemplo), sino que en este tipo de bienes agrícolas también

ha sido decisivo cultivar en lugares propicios para garantizar la disponibilidad

de productos frescos en todo momento y sobre todo cuando es época invernal

en los países centrales.

En cuanto al mercado interno, quiero agregar a esta revisión de diversos

trabajos sobre cadenas, algunas aportaciones de Echánove (2002) sobre el

tipo de vínculos entre las zonas productoras en el campo con los comerciantes

mayoristas de la Central de Abastos de la Ciudad de México (CEDA-DF). En su

trabajo realiza interesantes estudios de caso sobre las redes y relaciones que

se establecen entre los agentes involucrados (Echánove, 2002:16), por lo que

considero útil revisar ampliamente varios elementos del mismo. Sobre todo

considerando que algunos aspectos y características de las cadenas que

investigó son muy similares a las estrategias desarrolladas por los

comerciantes mayoristas dedicados al ejote.

En su trabajo la autora plantea la existencia de tres mecanismos de abasto

representativos entre los principales comerciantes mayoristas de esa central, la

mayor del país (y de América Latina) y que no sólo distribuye a la gran

metrópoli sino también a otras entidades. Estos mecanismos comprenden:

1) aquellas formas en que el comerciante mayorista es a la vez productor,

2) otras en las cuales el comerciante tiene un vínculo directo con el productor, y

3) formas de “abastecimiento en donde existe un tercero, intermediando entre

ambos agentes” (op.cit::103).

Page 25: Tesis Cadena

25

Su investigación, realizada a partir de entrevistas con los grandes mayoristas

de la CEDA-DF y trabajo de campo en las zonas productoras, ejemplifica el

funcionamiento de los mecanismos de abasto. Para ello expone cuatro estudios

de caso (limón, naranja, jitomate y aguacate), cada uno representativo de

alguna de sus tipologías (op.cit.:103-104).

Los grandes bodegueros de jitomate, por ejemplo, son a la vez productores,

con cultivos en los estados de San Luís Potosí, Baja California, Sinaloa, Sonora

y Guanajuato. Algunos participan en las fases de agroindustrialización, con sus

propias empacadoras o dedican parte de su producción al mercado

internacional (op.cit.:153). Incluso hay quienes tienen empresas

comercializadoras en los Estados Unidos para distribuir su producción en ese

país. Los empresarios agrícolas mayoristas de jitomate tienen una

particularidad que es el de tener, en mayor o menor medida, una diversificación

de actividades, pero sobre todo una alto grado de integración. Algunos

participan también como

…productor de semillas, agroindustrial, mayorista relevante, exportador,

miembro de grandes empresas agroalimentarias, inversionistas en los sectores

de servicios (transporte) e industrial, y hasta banqueros (op.cit.:166).

En cambio, los bodegueros que manejan menores cantidades de jitomate o

medianos comerciantes no son productores, y recurren a otros mecanismos de

acopio:

…entre los que resaltan los envíos que productores e intermediarios les

hacen “a comisión” o a “consignación” desde las diferentes zonas

productoras, compras directas a productores y empacadoras en el campo,

compra de huertas a productores que frecuentemente refaccionan (dan la

semilla, por ejemplo), trabajos a “medias” con productores, y compras a los

grandes mayoristas de la CEDA (op.cit.:142).

Algunos de estos mecanismos operan en el caso del jitomate y el tomate verde

que se produce en Los Altos de Morelos (Sánchez y Betanzos, 2006) y para

otras hortalizas producidas por pequeños productores en esta entidad

(Sánchez, 2006).

También este mecanismo es utilizado con frecuencia por los comerciantes

mayoristas de aguacate. Los bodegueros compran la fruta a los productores

Page 26: Tesis Cadena

26

michoacanos, bien de acuerdo a las distintas calidades, o por un precio fijo

toda la cosecha, y el pago se realiza 15 días después de entregado el

producto. Se tiene que destacar además que los mayoristas en este caso son

además dueños de empacadoras dentro de la misma zona, en donde se

selecciona y se empaca el aguacate en cajas de acuerdo a su calidad. Estas

mismas empacadoras se encargan generalmente del corte en las huertas.

Echánove resalta que esto no constituye acuerdos de agricultura por contrato,

puesto que los mayoristas no tienen injerencia en la producción ni en los

insumos utilizados (op.cit.:181).

La presencia de intermediarios es más común dentro de los vínculos de los

mayoristas con los productores de limón, lo cual a decir de Echánove,

…ejemplifica la que encontramos ser la cadena más larga con mayor número

de agentes, en el tránsito de los productos hortofrutícolas entre el campo y la

CEDA-DF. (op.cit.:106)

Los principales medios de abasto de limón de los mayoristas son: a) la

producción propia, b) la compra de huertas (por periodos cortos de tiempo en

que sólo las actividades de corte y cosecha corren a cargo del mayorista), c)

las compras directas en empacadoras y d) las compras en la glorieta de

Apatzingan (op.cit::113-115).

Este último resulta ser el principal mecanismo de adquisición de los

comerciantes. A dicho espacio acuden intermediarios que compran o rentan

huertas y se encargan del corte y transporte hasta la glorieta. Ahí también

concurren compradores graneleros (que después ofrecen el producto en las

centrales de abasto) y mayoristas de la CEDA-DF a comprar el limón de

acuerdo a los precios en que se encuentre en la misma central de abastos

(op.cit:: 115-116). Los mayoristas,

…adquieren el producto mediante la compra a intermediarios o “coyotes”, en un

determinado espacio comercial. Por ello la cadena de agentes que intervienen

entre el campo y CEDA-DF es productor-intermediario-mayorista. (op.cit.:115-

117).

Es interesante la consideración que hace Echánove al plantear que es sólo en

este caso en que se da un proceso de intermediación. Por mi parte considero

que mecanismos de abasto como la compra por huerta o la refacción de

Page 27: Tesis Cadena

27

semilla requieren igualmente de la figura de un intermediario, como se mostrará

en el caso del ejote, donde se dan algunas funciones de mediación de agentes

locales para garantizar una buena producción (crédito para insumos) y, por

consiguiente, el suministro constante al mercado.

Finalmente en las cadenas orientadas principalmente a cubrir la demanda del

mercado interno se puede comentar que si bien su estructura podría parecer

más simple porque no exigen operaciones de embarque aéreo o fronterizo (ni

los trámites respectivos) y sus consumidores se encuentran relativamente más

cercanos, los ejemplos citados indican lo contrario, existiendo en algunos casos

amplias redes y muchos agentes que participan en alguna de sus etapas desde

el campo y hasta el comprador final como se seguirá viendo en el siguiente

apartado.

1.3 Intermediarios comerciales

La mayoría de los ejemplos de cadenas que hasta ahora se han citado tienen

como actores principales de su investigación algún tipo de intermediario

comercial, sean grandes mayoristas o empresarios agroindustriales. En el caso

que nos ocupa, el intermediario comercial que nos interesa es el que media

entre el productor y el mayorista, que a la vez se encarga de coordinar las

tareas de corte y transporte.

Por ello, no podemos dejar de lado un trabajo como el elaborado por Rosales

(1979) que recopila y sistematiza diversas investigaciones sobre la operación

de los intermediarios agrícolas. Algunas de las cuales comparten

características con el sistema del ejote. En base a esta recopilación de

bibliografía sobre el tema, la autora establece clasificaciones de los

intermediarios de acuerdo a varios criterios (Rosales, 1973:38):

1) el tipo de producto agrícola

2) el ámbito geográfico dentro del que operan

3) la presencia de empresas procesadoras o agroindustriales

4) la presencia de relaciones de intercambio en poblaciones indígenas

5) los sistemas de tianguis y los comerciantes ambulantes

Page 28: Tesis Cadena

28

6) el papel del Estado como intermediario agrícola.

Interesa en particular profundizar en los dos primeros criterios: la clasificación

por producto y por ámbito de operación. Algunos tipos de intermediarios a los

que se refiere dentro de estos criterios ejemplifican aspectos de operación

similares de la cadena del ejote.

En su clasificación por producto, la autora realiza una revisión de los

mecanismos de intermediación en los casos específicos de cinco productos

agropecuarios (op.cit.:38). Uno de ellos es el de las hortalizas, cultivos

comerciales netamente, destinados al mercado nacional e internacional. Entre

éstos, el jitomate representa los productos para exportación (específicamente

de la parte noroeste del país). La producción y transporte está altamente

organizada gracias al apoyo monetario de las empresas exportadoras y

distribuidoras. Gran parte de los que se menciona acerca de la formación y

funcionamiento de la cadena del jitomate es muy similar a lo explicado años

después por Calleja y González (1999) y Echánove (2002, 2004), en el sentido

de que la producción en México y la distribución y empaque en Estados Unidos

está a cargo de agentes distintos. A decir de Rosales

…el control de la producción nacional se ejerce desde el exterior a través de su

financiamiento y su distribución, lo que permite la apropiación del excedente de

los productores mexicanos (Rosales, 1979:43).

Es diferente el caso de las hortalizas destinadas al mercado nacional y que

abastecen a la Ciudad de México. La mayoría de ellas proviene de los estados

de Puebla, Morelos, México, Hidalgo, Tlaxcala y Querétaro. En los años

setenta, cuando Rosales realizó este trabajo, los canales de distribución a los

que tenían acceso los productores eran el tianguis y los embarcaderos de

Xochimilco y San Gregorio o el mercado de Jamaica.

Sin embargo, lo más común era la compra de las huertas por parte de

comisionistas o mayoristas de la Merced y de Jamaica, además de la

participación de acaparadores locales. A no ser que el propio productor contase

con transporte y forma de comercializar su cosecha en algún mercado, lo que

raramente era posible (op.cit.:43), el productor forzosamente tenía que recurrir

a alguno de estos compradores. Esto último sigue siendo una constante para

Page 29: Tesis Cadena

29

los productores de ejote en Morelos, quienes no cuentan ni con el capital ni el

conocimiento del mercado necesario para manejar por sí mismos la producción

y comercialización de su ejote.

Con esta lógica puede afirmarse que no hay un solo tipo de intermediarios en

una misma cadena. Rosales, por su parte, señala la existencia de

…diferentes tipos de intermediarios que se encuentran ubicados en una

secuencia ascendente y descendente dentro del aparato distributivo. El lugar

que ocupan en esta secuencia corresponde frecuentemente al ámbito

geográfico en el que realizan sus operaciones. (op.cit.:53)

De acuerdo a ello, los tipos de intermediarios que figuran entre el productor y el

consumidor final pueden ser: acaparadores locales, acaparadores regionales,

mayoristas del mercado central, medio mayoristas, detallistas y menudistas.

Dentro de una cadena pueden estar presentes o no todos los agentes

mencionados. Por el tipo de cadena que investigamos se hará énfasis en los

dos primeros, cuyas características se asemejan a las de los intermediarios del

ejote.

El acaparador local se ubica dentro de las comunidades, dedicado a la compra-

venta de productos. Lo común es que otorguen préstamos de semilla o dinero y

el productor queda comprometido a venderle su cosecha. Algunas veces

poseen cargos religiosos o civiles o bien son dueños de tiendas, lo cual habla

de que tienen cierto poder (simbólico, político o económico). También suelen

estar relacionados con comerciantes más poderosos (op.cit.: 53-55). En su

listado de casos, la autora hace hincapié en su posición de comerciante de

objetos fabriles y los altos créditos que cobran por los préstamos hechos.

El segundo eslabón que Rosales considera, son los acaparadores regionales,

de los cuales señala que:

…en la mayoría de los casos están vinculados al mercado central, de donde

consiguen el crédito que proporcionan a los productores importantes que caen

bajo su esfera de influencia y a los acaparadores locales y pequeños

agricultores. Frecuentemente relacionan sus actividades con el transporte, el

almacenaje y la venta de implementos agrícolas como maquinaria, insecticidas,

fertilizantes, herbicidas, semillas mejoradas, etc. (op.cit.:56)

Page 30: Tesis Cadena

30

Este modelo ideal podría ser representado por el intermediario comercial del

ejote, que cuenta con apoyo por parte de los mayoristas de las centrales de

abasto para otorgar financiamientos o préstamos en semilla, con el objetivo de

tener una cartera de clientes seguros durante la temporada. Lo mismo sucede

con el ejemplo que la misma Rosales (op.cit.:57) expone sobre los

intermediarios en Tula (Hgo.) que proporcionan créditos a los productores.

En otro nivel de la cadena se encuentran los miembros del mercado central o

mayoristas, es decir “aquellas personas o instituciones en las que converge el

proceso distributivo, tanto en el ramo de la oferta como en el de la demanda”

(op.cit.:57). Estos agentes poseen bodegas para almacenar el producto y su

venta a los detallistas, e incluso algunas veces camiones o camionetas para su

transporte. Rosales trata los casos de los bodegueros de la Merced y el

marcado de Jamaica, y los acaparadores de copra y café. En algunos casos,

los mayoristas no llegan a ser dueños del producto y funcionan como

corredores, es decir “obtienen ganancias por el conocimiento que tienen del

mercado para relacionar a diversos componentes del mismo” (op.cit.:61), y

añadiría que su ganancia la obtienen por colocar el producto en el mercado lo

que aparece como el beneficio de proporcionar un lugar físico (bodega) del que

son propietarios (o rentistas), adonde concurren los compradores.

Un estudio que ahonda sobre estos intermediarios es el realizado por Héctor

Castillo (1987), en el que describe las características más significativas de los

comerciantes mayoristas de la Ciudad de México. Con el trabajo de Echánove

se ha descrito ya los mecanismos de los bodegueros para abastecerse de sus

productos, distinguiendo entre pequeños, medianos y grandes comerciantes.

En este caso, Castillo identifica cinco estratos diferenciados de mayoristas: a)

Mayoristas de mayoristas, b) Mayoristas grandes, c-d) Mayoristas medianos y

chicos y e) Mayoristas intermitentes.

Los “mayoristas de mayoristas”, explica, tienen su origen en grupos familiares,

controlan grandes extensiones de tierra de las cuales se abastecen, ya sea

porque son de su propiedad o por algún otro tipo de control. Su organización y

forma de trabajo es muy similar a lo descrito por Echánove (2004:166) respecto

a los mayoristas de jitomate, puesto que generalmente son a la vez

exportadores, agroindustriales, transportistas y agricultores.

Page 31: Tesis Cadena

31

Los mayoristas de ejote en cambio, podrían ser clasificados como “mayoristas

grandes”, en el sentido de que

…mantienen ligas directas con las zonas productoras, financiando a pequeños

y medianos productores y sosteniendo relaciones de venta de los productos

con grandes compradores. (Castillo, 1987:281)

Quisiera agregar dos importantes anotaciones de Castillo (1987) y Echánove

(2004) que en su momento se verá cómo se presentan e influyen en el estudio

de caso. Primero el hecho de que la mayor parte de los comerciantes

mayoristas se sostiene y funciona en base a redes familiares. Ambos autores

destacan que las bodegas son manejadas por varios miembros de una misma

familia, dividiendo las tareas entre ellos. Algunos se encargan de la producción

en campo o bien de las labores de exportación o agroindustrialización.

Segundo, el hecho de que la mayor parte de las transacciones que realizan

estos comerciantes se dan en base a “pactos implícitos” (Castillo, 1987:282).

Los contratos no se realizan de manera escrita y su cumplimiento mucho

depende de cuestiones de “confianza” o “lealtad”. A decir de Castillo: “el hecho

de que las transacciones comerciales no se efectúen de manera escrita, con

notas y recibos, es propia de la típica circulación de alimentos” (ibid.).

Finalmente hay que señalar el papel relevante que han adquirido estos

intermediarios gracias al financiamiento que otorgan, y en virtud de ello su cada

vez mayor influencia sobre los cultivos, y las decisiones que los productores

toman sobre qué y cuándo sembrar. Con todo, su función principal sigue siendo

…la recepción y acaparamiento de alimentos con orígenes diversos (que

muchas veces provienen de muy pequeños productores y empresas), los

cuales no tendrían posibilidad directa de llegar a los consumidores para

concentrar grandes volúmenes que son vendidos normalmente a otros

comerciantes […] quienes expenden estos productos dentro del proceso de

distribución (op.cit.:275).

1.4 Algunas reflexiones finales

Como ya se mencionó, en general para nuestro estudio se tomarán en cuenta

los planteamientos de Dannhaeuser, Gereffi y Korzeniwicz y González. El uso

Page 32: Tesis Cadena

32

de categorías como canales, cadena o campos empresariales permite entender

un conjunto de fases interconectadas que funcionan alrededor de la

producción, distribución y consumo de mercancías.

Más interesante aún es la propuesta de analizar una serie de relaciones

sociales que intervienen en la cadena, y que se ven condicionadas y a la vez

condicionan el funcionamiento de la misma. El interés en el conflicto, pugnas y

negociaciones también se presenta como una de las características

importantes en estos aportes y que serán retomados en este trabajo.

En términos más generales es muy importante resaltar que consideramos que

para el análisis de las cadenas de producción y comercialización podemos

adquirir una mayor comprensión en la medida en que las concibamos como

procesos multidimensionales y cambiantes. En ese sentido las aportaciones de

Polanyi (1976) sobre el sistema económico, que se retoman más adelante, son

sugerentes ya que permiten explicar la dinámica al interior de la cadena

además del papel esencial de las instituciones no económicas (en este caso las

relaciones sociales “informales”) en un ámbito que a primera vista es

puramente económico.

Una fase o nodo importante de la cadena del ejote es la participación de los

intermediarios comerciales, sobre los cuales se hace un énfasis particular a lo

largo de esta presentación. Se analizará su participación en esta cadena y su

mayor o menor influencia en la misma.

Page 33: Tesis Cadena

33

2. Notas sobre el cultivo del ejote y su escenario en Morelos

El cultivo de las hortalizas en nuestro país ha ido en aumento en los últimos

años como consecuencia de su creciente demanda por parte de los

consumidores. Debido a lo cual han pasado a ser un rubro importante en la

agricultura de México, sobre todo a partir de la década de los noventa.

Algunos autores plantean que al igual que la demanda interna, se han

incrementado las necesidades de exportación principalmente hacia los Estados

Unidos, y con ello ha habido un desarrollo de las agroindustrias dedicadas a la

congelación, procesamiento y empaque de diversas hortalizas (Gómez y

Caraveo 1990; Patlán y Trujillo, 2001; Rubio 2004; Echánove 2004); asimismo

algunos autores subrayan que dicha evolución no es ajena al impulso del

modelo neoliberal en el medio rural.

De esta forma existen estados dedicados mayormente a la exportación y la

agroindustrialización como Sinaloa, Sonora, Baja California, Guanajuato o

Aguascalientes, y otros como Hidalgo, Michoacán, San Luís Potosí o Morelos,

cuya producción se destina principalmente al mercado interno (Lara 2001;

Schwentesius y Gómez 2001).

En las primeras entidades predominan grandes empresas nacionales y

trasnacionales, que cuentan con elevada inversión de capital, infraestructura y

tecnología de punta, que se rigen por estándares internacionales de calidad y

precios, así como fuerte participación en las cadenas de supermercados del

país. En contrapartida, en las segundas entidades la composición social de los

productores es más heterogénea, pero puede afirmarse que predomina la

agricultura en mediana y pequeña escala, con notable presencia de

campesinos dedicados a la agricultura comercial que emplean limitada

tecnología.

Tal es el caso de los productores morelenses de ejote, y en general de la

mayoría de los cultivos producidos en el estado. Se trata de campesinos

minifundistas con tierras de irrigación, mínima mecanización, alto uso de

agroquímicos y fertilizantes y cuyos productos se destinan en gran medida al

mercado nacional a través de las centrales de abasto cercanas. Algunos

Page 34: Tesis Cadena

34

autores señalan un proceso de separación y especialización entre regiones

(Guzmán, 2005; Schwentesius y Gómez, 2001) que hace posible identificar

claras diferencias. Schwentesius y Gómez en su tipología de las regiones

productoras de hortalizas, incluye a Morelos dentro de una “producción

comercial de nivel tecnológico medio-alto para el abasto nacional en diferentes

estados (…) con gran vinculación con la Central de Abasto del Distrito Federal

(CEDA)” (Schwentesius y Gómez, 2001:3).

En las siguientes páginas se ofrece un panorama general sobre la producción

de hortalizas y posibles explicaciones de su auge reciente en el estado, así

como sobre el aumento en la producción de ejote a nivel estatal. Este

incremento en los volúmenes de producción se ha reflejado en la ampliación de

las superficies, y nuevos municipios se han sumado al cultivo de este producto

conformándose lo que aquí se denomina como las “nuevas zonas ejoteras”. Es

necesario advertir, como se señaló en la introducción, que la referencia a

Tenango es un ejemplo de lo que sucede en un panorama más amplio y

permite señalar algunas de las características comunes que comparten estas

nuevas zonas.

2.1 La producción en Morelos y en México

En el contexto estatal, el desarrollo de la producción de hortalizas para su

comercialización está relacionado con diversas transformaciones en el modelo

y la orientación de las políticas agrícolas gubernamentales. Guzmán (2005)

señala, en este sentido, la modernización del campo morelense desde los años

treinta y los cambios que ha tenido vinculados a este proceso, “desde las

tecnologías, la dinámica de los mercados de productos así como en el

movimiento de la fuerza de trabajo, las instituciones oficiales vinculadas al

agro, las prácticas campesinas, etc.” (op.cit.: 92).

Desde esa década las políticas de gobierno se dedicaron a impulsar los

cultivos comerciales mediante la construcción de obras de riego, la

implementación de agroquímicos y fertilizantes, y la introducción de cultivos

como el cacahuate, frutales y oleaginosas. Para los años cuarenta empezaron

a utilizarse innovaciones tecnológicas como semillas híbridas y maquinaria

Page 35: Tesis Cadena

35

agrícola, todo con el objetivo de intensificar la agricultura del país y orientarla

hacia fines comerciales (op.cit.: 93).

En Morelos la producción de hortalizas ha venido en aumento a partir de los

años setenta en conjunto con el desarrollo de la producción de sorgo y en

detrimento del cultivo de granos básicos como maíz, arroz o fríjol (Oswald,

1992; García, 1992; Sánchez, 2006). Ello permitió que cultivos como el jitomate

y la cebolla, y en general las hortalizas, empezaran a perfilarse como los más

importantes a nivel comercial, en cuanto al volumen como al valor de la

producción, representando una alternativa para ejidatarios y pequeños

propietarios que tenían acceso a tierras irrigadas y otros recursos.

El abandono relativo de la producción de granos básicos en los años setenta se

dio fuertemente asociado a la disminución de créditos por parte del gobierno, y

a los programas orientados a importar estos productos a bajos precios. El

cultivo de sorgo y forrajes por el contrario se introdujo en el estado, gracias al

fomento por parte de diversos programas gubernamentales (que prestaban

dinero y otorgaban asesoría técnica) y al auge de la actividad ganadera en el

país (Oswald, 1992; García, 1992). Puede afirmarse entonces, que el aumento

o disminución del tipo de cultivos producidos en el estado depende de factores

externos “determinados muchas veces por los requerimientos de materia prima

de las agroindustrias nacionales y transnacionales; o bien por exigencias de la

ganaderización del país” (García, 1992:152).

En cuanto a los productos hortícolas, varios factores influyeron para su

introducción exitosa en el campo morelense3: principalmente la proximidad con

los centros de comercialización mas importantes del país, los recursos

naturales y las condiciones climáticas del estado (Guzmán, 2005:94). Como ya

se mencionó, el cambio en las prácticas alimenticias de los consumidores ha

propiciado el cultivo de estos productos a nivel nacional, Oswald, por su parte,

señala que en Morelos existe:

…una fuerte interdependencia entre los diferentes procesos de desarrollo y la

agricultura. El turismo, junto con el fenómeno de la industrialización y la

3 Algunos autores mencionan el término hortoculturización para indicar el auge de estos

productos a nivel nacional en los últimos cuarenta años (Schwentesius y Gómez, 2000, cit. en Lara, 2001).

Page 36: Tesis Cadena

36

urbanización, influyeron directa e indirectamente en el campo. A partir de 1970

se inició un proceso de agroindustrialización y cambios en los cultivos

comerciales, los cuales respondía, entre otras, a las demandas cambiantes de

alimentos (carne, huevos, leche, frutas y verduras) provenientes del sector

urbano de clase media-alta y del sector hotelero (Oswald, 1984:94).

Debido a la cercanía con el centro de redistribución más importante del país la

producción hortícola morelense se destinó principalmente para el consumo

nacional a través del sistema de comercialización de la Central de Abastos de

la Ciudad de México y en menor medida por la de Cuautla. Desde la década de

los ochenta la agricultura del estado se reorganizó en base a su función

subsidiaria de éstos y otros centros regionales (Ávila, 2001:30), lo que

favoreció el desarrollo de la horticultura y el aumento en los precios de los

productos. A decir de Ávila (2001:32) “la existencia de la agricultura comercial

está relacionada con las modalidades de abasto de la Ciudad de México y otros

grandes centros urbanos, cercanos o colindantes con el estado de Morelos”.

Todos estos aspectos favorecieron el hecho de que los campesinos y

pequeños productores morelenses vieran a la horticultura como una producción

con altas posibilidades de ganancia. La cercanía con las centrales de abasto,

las redes de comunicación accesibles, la disposición de recursos (tierra y

agua), y el impulso de las políticas gubernamentales convirtieron al cultivo de

hortalizas en una producción exitosa y altamente arraigada en Morelos.

Ya desde inicios de la década de 1990 García (1992: 143) señala al jitomate, la

cebolla y el tomate dentro de una lista de los diez cultivos más importantes en

el estado. A finales de esa década Sánchez (2006: 152) menciona que estos

mismos productos siguen siendo muy destacados y además otras hortalizas

van adquiriendo relevancia por el valor de su producción, como el pepino, la

calabacita y el ejote. Para los años 2003, 2004 y 2005 el ejote ocupó por el

valor de la producción estatal el séptimo, octavo y quinto lugar

respectivamente, dentro de los cultivos cíclicos, y en el 2006 dicha hortaliza

mantuvo la quinta posición4.

4 SAGARPA, Delegación Morelos, programa de fomento agrícola 2003-2006

Page 37: Tesis Cadena

37

A nivel nacional la producción de frijol ejotero tuvo un crecimiento continuo

desde 1996 a 2006 en la superficie cultivada, lo que equivale a un aumento del

16.9%, mientras que en el estado de Morelos dicho aumento representó más

del 140%, siendo que en ese último año se sembraron 3,318 hectáreas. Ello

refleja que en la agricultura del estado la tendencia de tal cultivo está muy por

encima de la que sigue a nivel nacional. Como resultado, Morelos ha

incrementado su participación en el total del volumen de producción de ejote

del país de un 15.1% en el año de 1996, a un 31.8% en 20065.

5 Datos SIACON SAGARPA 1996-2006

Valor de la producción

de ejote en Morelos

Año

Participación

porcentual en

los cultivos

cíclicos

1996 2.59%

1997 2.77%

1998 2.19%

1999 2.50%

2000 4.05%

2001 6.68%

2002 7.80%

2003 5.23%

2004 4.88%

2005 7.95%

2006 7.66%

Fuente: Elaboración propia con datos de SIACON de SAGARPA

Page 38: Tesis Cadena

38

Así, Morelos se ha presentado desde los últimos diez años como un importante

productor de ejote junto a Sinaloa e Hidalgo. Baste decir que la producción de

estos tres estados de los años 1996 al 2006 representa en promedio el 71% de

la superficie de producción total nacional6.

Desde el año 2000 Morelos pasó de ser el tercer estado con más hectáreas

dedicadas al cultivo de ejote al primer lugar, ocupando la posición que antes le

correspondía a Sinaloa. En cuanto al volumen de producción, del año 2000 al

2006 Morelos ha cosechado en promedio el 34.42% del total nacional, con

máximos de hasta 40% durante la temporada 2002-2003.

6 Datos SIACON SAGARPA 1996-2005

Crecimiento nacional y estatal de la superficie de cultivo del ejote

FUENTE: Elaboración propia con datos de SIACON de SAGARPA.

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

10000

11000

12000

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Su

pe

rfic

ie (

He

cta

rea

s)

Nacional

Morelos

Page 39: Tesis Cadena

39

El hecho de que Sinaloa haya disminuido su participación en la producción a

nivel nacional probablemente responde a la especialización de las empresas

agroindustriales que allí operan en cultivos destinados a la exportación y que

por su valor tienen un mayor atractivo comercial7.

De tal forma Morelos ha concentrado parte de la producción que antes se

cultivaba en estados como Sinaloa o Tamaulipas8. Por similares razones

Hidalgo ha cobrado importancia como abastecedor del mercado nacional.

A pesar del desinterés de las empresas líderes en el mercado mundial de

hortalizas y productos frescos, las exportaciones nacionales de ejote a los

Estados Unidos han aumentado en proporciones importantes en los últimos

años. De acuerdo con registros de ese país, se compraron cerca de 222

7 Un ejemplo de esta especialización es el éxito del jitomate rojo madurado en campo y con

larga vida de anaquel que fue introducido hace apenas una década durante la temporada 92-93 y que desde 1994-1995 todos los productores de Sinaloa lo cultivaban (Schwentesius y Gómez, 2001:18). Schwentesius y Gómez, en su artículo sobre la competitividad hortícola mexicana en el mercado norteamericano (2001) mencionan que este estado exporta el 50% del total nacional en hortalizas, de las cuales las principales son el jitomate, el chile bell y la calabaza. 8 Esto independientemente de que la gráfica pueda mostrar una relativa disminución de la

producción en 2005 y 2006 respecto al 2004.

Volumen de la producción nacional y de los principales estados

productores de ejote

0.00

20000.00

40000.00

60000.00

80000.00

100000.00

120000.00

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

To

ne

lad

as

Nacional

Morelos

Sinaloa

Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con datos de SIACON de SAGARPA

Page 40: Tesis Cadena

40

toneladas en el año 2000 y más de 11,650 toneladas tan solo en los meses de

enero a junio durante el 20079.

En el trabajo de campo hemos detectado que el ejote producido en Morelos ha

participado en esas cuotas de exportación, sobre todo en los meses de

diciembre, enero y febrero, cuando la producción en el estado es de buena

calidad y hay una alta demanda en el país vecino. No existen registros oficiales

del monto que representa en la producción estatal ya que no figuran como

ventas al exterior pues constatamos que durante esos meses hay agentes

comerciales que compran huertas de ejote10 para llevar el producto a

empacadoras en Puebla y otras regiones para el comercio externo. Otros

autores ya han señalado dicho tipo de prácticas, Saldaña (2006:2), por

ejemplo, ha registrado cómo una empresa ubicada en el sur de Morelos realiza

compras de 40-50 toneladas diarias de esta hortaliza a los productores locales

para empacarlas y enviarlas a sus clientes en Estados Unidos11.

9 Datos: Agricultural Marketing Service, USDA, Report by movement Annual Market News with

Commerce Import Data, años 2000 y 2007, Green Beans variety 10

La “compra de huertas” es una práctica ahora común en el estado, los productores venden sus huertas poco antes de la cosecha y el comprador se encarga del corte y transporte del producto. El precio de la huerta depende del valor del ejote en el mercado, la calidad de la huerta y su posible rendimiento. 11

Dicha empresa se dedica principalmente a la exportación de angú u okra, pero ha diversificado su oferta a otras hortalizas, incluyendo el ejote.

Fuente: Elaboración propia con datos del Agricultural Marketing Service, USDA, Report by movement Annual Market News with Commerce Import

Data, 1999-2007, Green Beans variety

Exportación México-Estados Unidos

0

500

1000

1500

2000

2500

3000

1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007*

Un

idad

es 1

0 m

il lb

.

Page 41: Tesis Cadena

41

Si bien una parte del ejote cultivado en Morelos se destina para el mercado

exterior por medio de distintos canales, se debe hacer énfasis en que la mayor

parte de la producción ejotera morelense se dedica al mercado nacional a

través de su comercialización y redistribución en las centrales de abasto

cercanas.

Morelos tiene una ubicación privilegiada en cuanto a su cercanía con el

mercado mayorista más importante del país: la Central de Abastos a la Ciudad

de México. La mayor parte de la producción ejotera del estado se destina a

esta central (vía carretera Cuautla-Chalco) lo cual lo convierte, a su vez, en el

más importante abastecedor para el consumo nacional. En el mismo sentido al

estado le favorece la corta distancia entre las zonas productoras del estado con

las centrales de abasto de la ciudad de Puebla y Huixcolotla en el estado de de

Puebla, distancia que se redujo aún más gracias a la reciente construcción del

tramo carretero Jantetelco-Atlixco12.

Por último, pero no menos importante, habría que señalar que otra de las

probables razones por las que la producción de ejote se ha multiplicado es su

preferencia entre los productores morelenses sobre otros cultivos. Ello se debe

a las bondades que a los ojos de los productores ofrece: por un lado, se trata

de un cultivo comercial de alta demanda que en ocasiones suele alcanzar

buenos precios, mientras que sus costos de producción son relativamente

bajos; por otro lado, es un cultivo de ciclo corto (que en sesenta días promedio

puede cosecharse), cuya inversión se recupera prontamente y que por su

duración permite además sembrar otros productos en las mismas parcelas.

Los campesinos de Morelos tienen una vasta experiencia en la producción de

cultivos comerciales entre los cuales los más importantes han sido el jitomate y

la cebolla. En el primer caso, se trata de un cultivo costoso en la que se han

especializado los productores de la región de Los Altos de Morelos (Sánchez

2005). En el caso de la cebolla ha sido un producto para comercialización y

exportación muy exitoso en la región centro y oriente del estado, sin embargo

en recientes años los precios han disminuido significativamente y los costos de

12

Anteriormente la vía mas rápida de comunicación entre la ciudad de Puebla y las zonas productoras era utilizando la carretera federal de Jantetelco hacia Izúcar de Matamoros, y de ahí hacia Atlixco y Puebla, lo que significaba un trayecto de 76 kilometros. Actualmente la distancia se redujo a 55.1 kilometros y el camino es de mejor calidad.

Page 42: Tesis Cadena

42

producción han subido (alrededor de $50,000 pesos por hectárea), por lo que

pocos productores quieren correr con los riesgos de pérdidas de mayor

magnitud. Ante tal situación, muchos de los que anteriormente se dedicaban a

este último cultivo, ahora siembran ejote, pues aunque su mercado es muy

especulativo, requiere una inversión máxima de $20,000 pesos por hectárea y

este costo puede ser aún menor13.

2.2 Expansión de la producción en Morelos y las “nuevas zonas ejoteras”

El incremento del cultivo de ejote estatal en superficie, volumen y valor, y la

cada vez mayor participación de Morelos a nivel nacional, debe explicarse por

la expansión del cultivo sobre todo a partir de los últimos cinco años. No es

sólo que los municipios que desde hace tres décadas se dedican a la siembra

de frijol ejotero hayan aumentado su producción, sino también la participación

de nuevos municipios dentro de la explotación comercial de esta hortaliza.

Los mayores productores de ejote en el estado han sido los municipios de

Ayala y Cuautla, cuyo volumen de producción además ha ascendido

considerablemente en los últimos cinco años. Aunado a ello, en el oriente de

Morelos otros municipios como Axochiapan, Tepalcingo, Jonacatepec y

Jantetelco contribuyen cada vez más en la explotación de este producto. Desde

el año 2000 estos municipios han participado de la producción ejotera estatal

ubicándose en los primeros cinco lugares, siendo que en la década de los

noventa no formaban parte de esta lista.

13

Estos precios son cálculos aproximados por los propios campesinos, durante la temporada 2006-2007.

Page 43: Tesis Cadena

43

Al aumento y expansión de la superficie sembrada en el estado hay que añadir

otro factor, el hecho de que el rendimiento promedio durante estos mismos

últimos cinco años ha crecido igualmente. Para el año 2000 el rendimiento

promedio fue de 7.5 toneladas por hectárea y en el 2006 fue de 10.31

toneladas, con un máximo de 11 toneladas en el 200314.

Los cuatro municipios a los que se ha expandido el cultivo del ejote son los que

yo denominaré las “nuevas zonas ejoteras”, en donde se encuentra el espacio

geográfico de nuestro estudio: la comunidad de Tenango, en el municipio de

Jantetelco.

La importancia de la expansión de la producción ejotera ya ha sido planteada

por Sánchez (2005), quien señala además la descentralización de ciertas

actividades de los viejos centros de operación como Tenextepango, y el

surgimiento de nuevos centros, tanto en Jantetelco como en Axochiapan:

El surgimiento de más de un punto de reclutamiento y contratación de mano de

obra migrante por zona refleja el desarrollo y amplitud de los cultivos señalados,

14

Datos SIACON SAGARPA, Años Agrícolas 2000, 2003 y 2005

Fuente: Elaboración propia con datos de SAGARPA, Programa de fomento agrícola (Distrito Zacatepec Galeana), año 2005

Situación porcentual de la superficie

sembrada de los principales municipios

productores

47%

31%

6%

5%

5%

4%2% AYALA

TEPALCINGO

CUAUTLA

AXOCHIAPAN

JONACATEPEC

JANTETELCO

Restantes

Page 44: Tesis Cadena

44

así como el interés de los productores alejados de los centros primarios por

generar fuentes propias de abastecimiento de fuerza de trabajo, ahorrando

costos y simplificando la organización de la cosecha. El caso más palpable es la

zona ejotera, donde hasta hace una década sólo bastaba con la oferta de mano

de obra de Tenextepango (Sánchez, 2005).

Los cuatro municipios señalados se encuentran en el oriente del estado de

Morelos. Dicha área la caracterizó claramente Arturo Warman (1976:20) quien

estableció una delimitación geográfica y social que cubre una extensión de 700

km2, y en la que incluía además de los municipios referidos a los de Tetela del

Volcán, Zacualpan de Amilpas y Temoac. A su vez se divide en tres subáreas:

tierra fría, tierra templada y tierra caliente. La primera y la segunda se

distinguían por una producción frutal y por cultivos de ciclo corto como el

Fuente: Elaboración propia con base en mapa INEGI

Page 45: Tesis Cadena

45

jitomate, la cebolla, el ejote, el arroz y la alegría, principalmente en tierras de

riego, además de la producción de maíz y trigo para el autoconsumo en tierras

de temporal.

La tierra caliente corresponde a la zona de interés en este estudio, ubicada por

debajo de los 1,500 metros de altura, partiendo de las comunidades de

Jantetelco y Amayuca (op.cit.: 27). Es una zona árida con clima templado, con

temperaturas entre los 22ºC y los 24ºC y una precipitación media anual por

debajo de los 1,000 mm. Aun cuando la mayor parte de las tierras son de

temporal, existen zonas irrigadas por agua proveniente del río Amatzinac

(Jantetelco, Amayuca, Jonacatepec, Chalcatzingo y Tenango), de manantiales

o del Canal Tenango (Atotonilco, Tetelilla y Tepalcingo), o bien por medio de la

construcción de pozos de extracción y bordos (Telixtac, Atlacahualoya y

Quebrantadero) (op.cit.: 28). En la época de su estudio Warman registró que la

principal producción agrícola era de cultivos de arroz, jitomate, cebolla y chile.

En general Warman define al oriente como una “zona rural y agrícola” (op.cit.:

29), en donde la mayor parte de la población se dedica al campo, y añade que

esta producción local se destina para el consumo nacional, principalmente por

medio de los mercados del Valle de México como la Merced. El maíz era el

único cultivo extendido en las tres subáreas y era destinado al autoconsumo e

intercambio regional.

El oriente ha sido netamente agrícola desde la época prehispánica, y un

importante centro abastecedor de otras regiones. Durante la época de la

colonia se establecieron las haciendas azucareras de Santa Clara y Santa Ana

Tenango, ambas propiedad de un mismo dueño y que en 1897 ocupaban un

terreno de 68,182 hectáreas (op.cit.: 23), superficie que además cubría al área

oriente casi en su totalidad. A principios del siglo XX, con la reforma agraria,

estas haciendas tuvieron que repartir sus tierras entre los poblados de Telixtac,

Marcelino Rodríguez, Tlalayo, Axochiapan, Atlacahualoya, San José, Tetelilla,

Jonacatepec, Atotonilco, Ixtlico el Chico, San Miguel Ixtlico, Amayuca,

Chalcatzingo, Jantetelco, Amacutlapico, Tlayca, Jonacatepec, y otras

poblaciones de la tierra norte (González y Embriz, 1984:294-296).

Recientemente, a inicios de la década pasada, los municipios de Jonacatepec,

Jantetelco, Axochiapan y Tepalcingo habían alcanzado una fuerte producción

Page 46: Tesis Cadena

46

agrícola comercial (García, 1992:150-151). En su clasificación de los sistemas

agropecuarios en Morelos, García (op.cit.) distingue dentro de estos municipios

orientales una zona sur-oriente con una producción de temporal de sorgo y

maíz, y una importante actividad ganadera; y, por otro lado, una zona de riego

centro-sur, que produce principalmente cebolla, caña, arroz y hortalizas

destinados a la agroindustria, al consumo nacional y a la exportación. El autor

agrega una zona de especialización en el cultivo de cacahuate para su

procesamiento en algunas poblaciones del oriente (Temoac y Tenango).

Actualmente, las “nuevas zonas ejoteras” comparten no sólo la vocación

agrícola de estos municipios, sino además algunas características ya

señaladas que han facilitado su orientación mercantil. Los cuatro municipios

poseen similares características físico-bióticas que limitan y condicionan su

producción agrícola, de aquí que figuren como cultivos principales -además del

ejote-, el elote, la cebolla, el pepino y la calabacita, junto con el cultivo de sorgo

y el frijol. Las primeras hortalizas se cultivan básicamente bajo riego, mientras

los últimos cultivos ocupan tierras de temporal.

Toda la producción hortícola de las nuevas zonas ejoteras se realiza en tierras

irrigadas. Dado que no hay una afluente constante de agua en estas zonas, los

productores han recurrido a diversas tecnologías hidráulicas para la obtención

y manejo de este recurso. Así, por ejemplo, se utiliza el agua almacenada de la

temporada de lluvias y de las dotaciones de agua del Canal Tenango, en

bordos o jagüeyes de algunas poblaciones. Por otro lado, en la zona existen

100 pozos de extracción, la mayor parte de ellos ubicados en los municipios de

Tepalcingo y Axochiapan, además de dos presas derivadoras (Cayehuacan y

Los Carros) en Axochiapan y una presa de almacenamiento (El Abrevadero) en

Jantetelco15.

Las cosechas de ejote en Jantetelco, Axochiapan, Jonacatepec y Tepalcingo

se concentran durante la temporada de Otoño-Invierno, entre los meses de

noviembre y abril. El cultivo del frijol ejotero tiene un ciclo corto de alrededor de

50-65 días, siendo las primeras siembras por lo regular en el mes de agosto y

15

Fuentes: CNA, Subgerencia de evaluación y modelación hidrológica, “Determinanción de la disponibilidad de agua en el acuífero valle de Tepalcingo-Axochiapan, Estado de Morelos, Abril 2002, y entrevistas con productores y comisariados ejidales en 2007.

Page 47: Tesis Cadena

47

las últimas en febrero. Cabe señalar además que la cosecha del ejote implica

dos o tres cortes dependiendo de la calidad de la huerta, separados entre sí

por siete a diez días. El primero de esos cortes es comúnmente llamado

“limpia” y es el mejor de los tres en cuanto a volumen, mientras que el tercero

llamado “arrastre” arroja muy poca producción, e incluso algunas veces ya no

lo realizan los productores. En total por los tres cortes, una huerta tiene un

rendimiento promedio de 9.62 toneladas por hectárea16.

Los productores son en su gran mayoría ejidatarios que cuentan con alrededor

de 5 a 10 hectáreas y que siembran huertas pequeñas, generalmente de 5 y

hasta 20 tareas17. Debido a la escasez de tierras de irrigación la renta de

tierras para cultivos comerciales es muy común entre los productores de la

zona.

El costo de producción de esta hortaliza es relativamente bajo, generalmente

oscila entre los $12,000 y $15,000 por hectárea, aunque ello puede

aumentarse considerablemente dependiendo del uso de agroquímicos, con lo

cual puede alcanzar un costo de hasta $20,000. Esta inversión incluye los

gastos de semilla, barbecho, siembra, surcado y riego, pago a los jornaleros y

compra de agroquímicos (fertilizantes, insecticidas, herbicidas, fungicidas y

foliares).

Las labores de producción son realizadas en su mayor parte por el dueño de la

huerta, que se ayuda empleando a algunos jornaleros locales, sobre todo para

la siembra y el riego. Pero, en lo referente a la cosecha, el ejote demanda una

alta cantidad de mano de obra que requiere de la contratación de cuadrillas.

Éstas se componen de jornaleros migrantes provenientes de la región de la

Montaña de Guerrero que se han especializado en esta labor.

Dichas cuadrillas trabajan bajo la dirección de un capitán, encargado de

organizar el corte y conseguir trabajo en diferentes huertas, estableciendo

contratos verbales con los propios productores o con intermediarios

comerciales. Para acceder al mercado de trabajo los capitanes y las cuadrillas

han recurrido a instalarse en comunidades cercanas a las zonas productoras,

16

Datos SIACON-SAGARPA, 2005 17

Una “Tarea” es una unidad de medida usada comúnmente por los productores de la zona y equivale a la décima parte de una hectárea. Cabe señalar que la superficie restante de tierras con que cuentan los ejidatarios son mayormente de temporal.

Page 48: Tesis Cadena

48

de manera tal que se han ido conformando algunos centros de contratación de

mano de obra.

El centro de contratación para el corte del ejote más importante en Morelos es

Tenextepango, ubicado en el municipio de Ayala, en la región centro-sur del

estado. Sánchez (1996, 2006) ha señalado que este centro se creó en parte

por la llegada de capitanes y cuadrillas que se establecieron temporalmente en

la comunidad, y por la presencia de oficinas de transportistas encargadas de

llevar el ejote hacia los lugares de comercialización. Por diversos estudios

(Sánchez 1996, 2006), se sabe de la presencia de capitanes y jornaleros

migrantes en Tenextepango desde hace más de 30 años, abasteciendo la

demanda de trabajo de los municipios de Ayala y Cuautla.

Desde hace aproximadamente 10 años, en la zona oriente se han conformado

otros lugares de contratación de trabajadores eventuales. En el poblado de San

Ignacio (Axochiapan), cada temporada se establecen alrededor de 6 cuadrillas,

y dos más se ubican en Tenango (Jantetelco), además se conoce la existencia

de cuadrillas en Tetelilla y Jonacatepec (Jonacatepec).

En estos casos, además de estar ubicados en las nuevas zonas de producción,

ha influido la presencia y surgimiento de intermediarios comerciales dedicados

al reparto de semilla y a la “compra de huertas” en asociación con bodegueros

de las centrales de abasto del Distrito Federal, Puebla y Huixcolotla (Puebla).

Antes de detallar el papel de estas nuevas localidades y la forma en que

operan en la nueva zona ejotera, es necesario conocer más antecedentes

sobre la comunidad de Tenango para ubicar su relevancia actual.

2.3 Tenango: ejemplo de la formación del escenario actual

La comunidad de Tenango se encuentra dentro del municipio de Jantetelco,

cercano a los límites con el estado de Puebla. La mayoría de sus 1,190

pobladores se dedican a actividades agropecuarias18, entre las que se

encuentran diferentes cultivos como elote, pepino, cebolla, sorgo, calabaza,

arroz y caña, además de la cría de ganado vacuno en algunos casos.

18

INEGI, Principales resultados por localidad del II Conteo de población y vivienda 2005.

Page 49: Tesis Cadena

49

El surgimiento de Tenango como poblado está ligado históricamente a la

ubicación de las haciendas cañeras de Santa Clara y Santa Ana Tenango. El

ingenio y el casco de la hacienda Tenango estaban ubicados en la comunidad

que en esa época correspondía al real de la hacienda, donde se establecían

los trabajadores permanentes (Helguera, 1974:107).

Con el reparto agrario en 1939 y la dotación de tierras ejidales a los realeños

se conformó la comunidad independientemente de las tierras y el dominio de la

hacienda. Durante una primera etapa de la reforma agraria -desde 1916 hasta

1927-, las tierras de la hacienda fueron repartidas entre 11 pueblos (Telixtac,

Marcelino Rodríguez, Tlalayo, Axochiapan, Atlacahualoya, San José, Tetelilla,

Jonacatepec, Atotonilco, Ixtlico el Chico y San Miguel Ixtlico) a las que se les

dotó de un total de 20,370 hectáreas (González y Embriz, 1984:289-294).

Posteriormente a finales de la década de los treinta, se conformó el recién

nombrado Ejido de Tenango al que le correspondieron 1,621 hectáreas

(Helguera, 1974: 131), mientras que las 420 ha restantes quedaron en manos

de los antiguos dueños de la hacienda, los García Pimentel, convertidas en

pequeña propiedad. De esta forma surgió el ejido de Tenango “el 12 de febrero

de 1939 les dieron la posesión definitiva. Fueron entregadas 1,621 hectáreas

(980 de temporal, 431 de agostadero, 30 de riego, 180 de cerril)” (Alonso,

1974:110).

De la mano del reparto de tierras se dio a la vez el reparto de agua, que antes

de la revolución dependía del canal Tenango y del río Amatzinac. De la

dotación de aguas del Amatzinac 17 litros por segundo quedaron destinados al

ejido y una parte igual a la pequeña propiedad. No fue hasta finales de 1940,

con la reconstrucción del canal Tenango el cual lleva las aguas de la barranca

de Aguahedionda, que la pequeña propiedad aumentó sus tierras de riego

gracias a la dotación de 186 litros por segundo (Helguera, 1974:137), mientras

que al ejido de Tenango le correspondieron 50 litros por segundo, suficientes

únicamente para la irrigación de 32 hectáreas.

Con estos reajustes y repartición del agua se dio a la vez una diversificación de

cultivos. Hacia los inicios de la revolución en 1911 la hacienda de Tenango

estaba dedicada al cultivo de caña de azúcar (y su procesamiento) como su

principal actividad, hasta 1914 cuando dejó de funcionar debido a conflictos con

Page 50: Tesis Cadena

50

los zapatistas. Años más tarde, pasadas las luchas revolucionarias sus campos

se destinaron al cultivo de maíz y arroz, el cual se enviaba a las ciudades de

México y Puebla gracias al ferrocarril (op.cit.: 110-115). Después de los

repartos, parte de las tierras de la pequeña propiedad se destinaron a la

siembra de productos comerciales como jitomate, arroz, melón, algodón,

tomate y maíz (op.cit.: 137). Los ejidatarios mientras tanto destinaron sus

pocas tierras de riego al cultivo de arroz (Alonso, 1974:124).

Entre 1945 y 1949 en las tierras de la pequeña propiedad se sembraron maíz,

arroz y papaya, para los años de 1950 a 1958 los cultivos fueron caña,

jitomate, tomate, melón, algodón y sorgo. Para todos los cultivos en los que se

requería mayor mano de obra, se conseguía entre los pobladores de Tenango

y Tetelilla. A partir de 1969 y hasta 1973 los productos sembrados en la

pequeña propiedad eran el arroz, maíz, alfalfa, avena, garbanzo, frijol, sorgo y

melón. En la década de los setenta se inició la siembra de jitomate y las

primeras hectáreas de cebolla (op.cit.:124-130).

En la pequeña propiedad podría decirse que había varios elementos que

permitían a los dueños o arrendatarios de la tierra aventurarse en el cultivo de

una variedad de productos altamente especulativos y de reciente introducción

como el jitomate, el melón o el sorgo. Por un lado, quienes poseían el control

de los campos que anteriormente pertenecían a la hacienda, contaban con una

alta disponibilidad de agua para el riego (en comparación con otras

propiedades o ejidos), que permitía sembrar una variedad de cultivos que

requerían una mayor irrigación. Por otro lado estaba el capital con que los

productores contaban; algunos cultivos requerían de la contratación de mucha

mano de obra que supone un gasto considerable (para el algodón por ejemplo

al momento de la pizca se contratan cerca de 200 personas), además de los

riesgos implícitos de los cultivos comerciales por las fluctuaciones en sus

precios de venta19. Alonso, en su estudio sobre la producción en la pequeña

propiedad en los años setenta señala otro factor importante:

19

Los empresarios que trabajaban la pequeña propiedad recurrían a grandes créditos para poner en marcha su producción comercial. En 1953 por ejemplo uno de ellos obtuvo un crédito de hasta un millón de pesos al año otorgado por la Unión de Crédito Agrícola de Morelos, años después, finalmente el mismo empresario quebró, “los cultivos especulativos, poco seguros, lo exponían a grandes perdidas” (Alonso, 1974:153). Posteriores dueños o arrendatarios

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51

…el acceso a la tierra, el control del agua, el poder disponer de mano de obra y

maquinaría, el contar con dinero para echar a andar la producción, el tratar de

elevar el rendimiento agrícola y buscar los complementos que hagan mas

costeable la producción, desembocan en la búsqueda de ganancia lograda al

ser vendidos los productos agrícolas. (Alonso, 1974:149)

Finalmente pues, hay que agregar a estos elementos el conocimiento y acceso

a los canales de comercialización y al mercado con que cuentan los dueños de

la producción de la pequeña propiedad. Debido en parte al volumen de su

producción, tienen un margen de control sobre la venta de sus productos,

influyendo en cierta forma en el precio de los mismos, o en la búsqueda de una

mayor ganancia.

Los ejidatarios de Tenango por su parte dadas sus carencias (de agua, capital

para invertir en cultivos riesgosos, y escasa experiencia de los canales de

comercialización) se mantenían con los cultivos ya conocidos (arroz y maíz), o

que las políticas gubernamentales impulsaban (sorgo). Poco a poco fueron

apostando por los cultivos comerciales. A decir de Warman “la participación de

la hacienda y de los empresarios en los mercados especulativos de legumbres

creó las condiciones para que algunos campesinos repitieran tímidamente la

experiencia” (Warman, 1974:215).

Las tierras otorgadas al ejido de Tenango correspondieron a la superficie de

diez campos (Helguera, 1974:138), nombrados desde la época de la hacienda

como La Santísima, San Sóstenes, La Concepción, Santa Serapia, San

Mariano, Santa Bárbara, La Huizachera, La Tehuizclera, La Lagunilla y

Tepozoc que hasta hoy conservan esta denominación entre los pobladores del

lugar.

Con la dotación de agua en esos tiempos, sólo 30 ha de los campos de adentro

(Santísima, San Sóstenes, La Concepción, Sta. Serapia, San Mariano) podían

ser regadas mediante rotación de riego cada año (Helguera, 1974:146). El

cultivo principal era el arroz, además del jitomate, tomate, maíz y frijol. El arroz,

señala Helguera (op.cit.: 149), “apareció en el ejido como la herencia

tecnológica legada por la hacienda”, los campesinos tienen la idea que la

siguieron recurriendo a los créditos, pero se especializaron en cultivos con precios de garantía (op.cit.: 144-154).

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52

siembra de éste “desinfecta y fertiliza la tierra”, aunque también influyó el hecho

de que instituciones como el Banco Nacional de Crédito Ejidal, o los molinos de

Cuautla y Cocoyoc otorgaban créditos (en efectivo o semilla) y aseguraban la

compra del producto. Aún hoy la siembra del arroz persiste en parte debido a

estos créditos y a pesar de la escasez de agua en el ejido, puesto que cultivarlo

requiere una gran cantidad de riego.

Desde inicios de la década de los setenta el gobierno impulsó de igual forma el

cultivo de sorgo20 a través de los créditos que daban primero Fomento

agropecuario y después el Banco Ejidal (Alonso, 1974:132), y que le vendían a

la pequeña propiedad. En la misma época las hortalizas empiezan desplazar a

los granos como el maíz hacia las tierras de temporal. Los campesinos que

anteriormente se rehusaban a trabajar los cultivos comerciales por ser muy

especulativos (op.cit.:146), sustituyeron en sus tierras los productos de

autoconsumo por jitomate, tomate, frijol y ejote destinados a la comercialización

a través de intermediarios de la Merced, e impulsados en parte gracias al

financiamiento de prestamistas locales que cobraban intereses (op.cit.:154).

Con los cambios en los patrones de cultivo se dio a la vez una reorganización

del trabajo y las ocupaciones de los pobladores fueron transformándose. Ya se

ha señalado, por ejemplo, cómo algunos cultivos requerían una mayor mano de

obra y se contrataba gente extralocal. Generalmente se contrataban personas

de comunidades cercanas (Tetelilla y Telixtac) o de los estados de Puebla,

Guerrero y Oaxaca cuando las labores lo demandaban, sobre todo a partir de

los años sesenta cuando iniciaba el cultivo de legumbres (Warman, 1974:250).

A su vez aparecieron en el campo de Tenango prestamistas locales o fuereños

vinculados al mercado de la Merced, que financiaban una parte de la

producción de los campesinos a cambio de que éstos les vendieran sus

cosechas. Se iban pues formando los vínculos extrarregionales y estructurando

las formas de organización entre diversos agentes para entrar de lleno al

cultivo de productos destinados al mercado nacional.

Años después, en la misma población de Tenango se formaron dos ejidos más

en terrenos que habían correspondido a la pequeña propiedad, y cuyos dueños

20

Durante la época de investigación de Alonso (1974: 132) a principios de los setenta en el ejido de Tenango se sembraban 350 hectáreas de sorgo y 100 de maíz.

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53

originales (los herederos de la hacienda) fueron vendiendo a otros propietarios.

El primero de ellos fue el ejido de Santa Ana, constituido en 1973 por

resolución presidencial. A solicitud de algunos pobladores de Tenango se

“afectaron” 263-60-00 hectáreas de terrenos de riego de la propiedad Crédito

Americano de México S.A., las cuales se repartieron entre 24 ejidatarios21. A

este ejido puede decirse “se heredó” la dotación de agua del canal Tenango

que le correspondía a la pequeña propiedad, de ahí que todas sus tierras sean

de riego.

En 1979 se formó el “Nuevo centro de población ejidal Peñón de los Baños”,

para el cual se compraron las propiedades del ingeniero Garrido y de Edmundo

González. Las nuevas tierras ejidales se conformaron por fracciones de la ex

hacienda de Tenango, constituidas por los lotes de Santa Lucía, Santa Cecilia,

San Cristóbal y parte de Necochea, obteniéndose un total de 108-16-86

hectáreas para explotación agrícola22. Desde antes de la formación del ejido,

las tierras eran regadas con el agua extraída por el pozo que sus antiguos

dueños habían mandado construir.

En cada ejido, y dependiendo de la disposición de agua hay una cierta

especialización de cultivos, siendo mayormente en Tenango y Peñón de los

Baños en que se cultiva el ejote, mientras que las tierras de Santa Ana se

destinan a la siembra de caña23. Contrario a lo que sucedía antes, ahora los

productores de Tenango se dedican mayormente a la siembra de cultivos

comerciales, y están acostumbrados a las eventualidades que como productos

especulativos conllevan.

Una gran parte de los pobladores de Tenango obtiene parte de sus ingresos

del campo, ya sea directamente o porque son trabajadores asalariados

(peones) que ayudan en las labores de producción. Otros tienen pequeños

comercios dentro de la misma comunidad o se dedican a la ganadería. Cabe

señalar que la mayoría de los campesinos son hombres adultos, pues muchos

21

Cartas ejidales Santa Ana, Archivo del Registro Agrario Nacional, Secretaría de la Reforma Agraria, Delegación Morelos. 22

Cartas ejidales NCPE Peñón de los Baños, Archivo del Registro Agrario Nacional, Secretaría de la Reforma Agraria, Delegación Morelos. 23

El cultivo de caña se ha mantenido aun cuando su producción no es muy redituable, pues posee la ventaja de que se tienen prestaciones sociales para quienes lo cultivan.

Page 54: Tesis Cadena

54

jóvenes han decidido migrar hacia Estados Unidos y a otros pocos sus padres

los han enviado a estudiar a la universidad en otras ciudades.

Para la producción de hortalizas en riego, en Tenango es muy común la renta y

la mediería debido a la escasez de tierras irrigadas. En el caso de la mediería

se da sobre todo entre familiares, por ejemplo cuando un hermano cuenta con

capital para la compra de insumos, el otro pone su tierra o la mano de obra.

Desde hace diez a quince años el cultivo del ejote en esta comunidad surgió

como una opción y poco a poco fue cobrando importancia. La mayoría de los

productores siembran o han sembrado ejote alguna temporada, de manera tal

que todos conocen el funcionamiento de la cadena de comercialización, saben

con qué personas acudir a vender el ejote, tienen los contactos con los

capitanes y cuadrillas, además de conocer algún transportista. Del papel de

cada uno de los agentes participantes en la cadena de producción-distribución

se hablará ampliamente en el capítulo siguiente.

Page 55: Tesis Cadena

55

3. Los agentes en una cadena de producción y distribución.

Quiénes son y qué hacen

Por el carácter perecedero del ejote se requiere una alta organización y

coordinación de las diversas fases desde la producción hasta la distribución

entre las que se incluyen corte y transporte. En total la cadena del ejote incluye

seis eslabones cuyos agentes encargados son: productores, cortadores,

capitanes, transportistas, intermediarios comerciales y comerciantes

mayoristas. Cada uno de ellos tienen tareas específicas y diferenciadas sin las

cuales el proceso de producir y vender ejote no podría llevarse a buen término.

A grandes rasgos, el funcionamiento de la cadena puede describirse de esta

forma: el productor se encarga de la siembra del ejote hasta el momento de la

cosecha, en que entran en funciones las cuadrillas compuestas por los

cortadores y organizadas bajo el mando de un capitán. Los choferes o

transportistas aseguran el envío del producto hasta las centrales de abasto,

donde los comerciantes mayoristas o bodegueros se encargan de su venta. En

medio de ello se encuentra el intermediario comercial que debe asegurar el

abasto de las bodegas o las empacadoras (mediante préstamos en especie o

efectivo a los productores, o mediante la compra por huerta), además de

garantizar y coordinar el corte y transporte del ejote. La cadena depende del

correcto funcionamiento de todos ellos, y cada vez más de la dirección y

coordinación de los intermediarios comerciales, también denominados en la

región simplemente como “encargados”.

En Morelos la cadena de producción-distribución del ejote tiene estructuras

diversas, puesto que, aunque los agentes básicamente cumplen las mismas

funciones, la forma de relacionarse entre ellos puede ser distinta. A partir del

papel y participación del intermediario comercial pueden reconocerse tres

modelos de estructuras organizativas, en el primero de los cuales incluso se

prescinde de éste:

A. El productor contacta directamente a capitanes y choferes por su cuenta

sin necesidad de intermediación de los “encargados”. El ejote lo envía

por su cuenta para venderlo a comisión en una bodega (ver esquema 1).

Page 56: Tesis Cadena

56

B. El intermediario otorga préstamos, a nombre de un bodeguero, a los

productores. El intermediario se hace responsable de asegurar el corte y

transporte del producto y el productor solo cubre los gastos derivados de

estos servicios. El ejote es enviado igualmente a comisión con el

bodeguero que facilitó los préstamos (ver esquema 2)

C. El intermediario trabaja para un bodeguero abasteciéndolo mediante la

compra por huerta. El productor vende poco antes de la cosecha, y toda

la responsabilidad del corte y transporte recae sobre el intermediario

quien ahora es responsable de la producción. Todos los gastos son

cubiertos por el mayorista (ver esquema 3).

PRODUCTORES INTERMEDIARIOS MAYORISTAS

TRANSPORTISTAS

CAPITANES

CORTADORES

Esquema 2

PRODUCTORES

TRANSPORTISTAS

MAYORISTAS

CAPITANES

CORTADORES

Esquema 1

Page 57: Tesis Cadena

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Dado que los modelos son estructuras ideales para identificar diferencias entre

uno y otro, en la realidad de Tenango y las nuevas zonas ejoteras la cadena de

producción-distribución del ejote puede tener muchas variantes. Así por

ejemplo en el caso B, aun cuando un productor haya recurrido a préstamos del

mayorista e intermediario, él mismo puede establecer los contactos con

capitanes y/o transportistas si así lo prefiere. En otros casos, menos comunes,

los intermediarios trabajan de manera individual, comprando huertas con dinero

propio y asumiendo los riesgos por su cuenta, el pago a las cuadrillas y

transportistas son igualmente cubiertos por el intermediario.

El objetivo de este capítulo es hacer una descripción de las actividades y

responsabilidades en cada uno de los eslabones de la cadena. Se presenta

además una caracterización de cada agente participante de la misma. Dada su

concentración en las comunidades de Tenango y San Ignacio (esta última en el

municipio de Axochiapan), y la amplia red formada entre individuos de ambos

lugares, es que se recurre a la presentación de datos obtenidos mediante

entrevistas y observación en las dos comunidades.

3.1 Productores

Con base en una serie de entrevistas a productores de los ejidos de Peñón de

los Baños, Tenango (pertenecientes a la comunidad de Tenango), y San

Ignacio (en la comunidad del mismo nombre), se ha recabado información

respecto a las necesidades del cultivo del ejote, sus formas de comercialización

TRANSPORTISTAS

PRODUCTORES

CORTADORES

INTERMEDIARIOS MAYORISTAS

CAPITANES

Esquema 3

Page 58: Tesis Cadena

58

y las relaciones entre productores y otros agentes de la cadena, así como su

papel frente a los intermediarios.

Al hablar de los productores en las nuevas zonas ejoteras en general, y en

particular en las comunidades señaladas, tiene que recordarse que se trata de

ejidatarios minifundistas con pocas tierras para sembrar y poco capital para

invertir. Debido a esto dependen en gran parte de los préstamos que los

mayoristas les facilitan. La mayoría de ellos son dueños de alrededor de 5 a 10

hectáreas, de las cuales la mitad o menos son tierras de riego24. Toda la

producción de ejote en la zona se realiza en tierras irrigadas al igual que otros

cultivos que comúnmente siembran los productores como arroz, pepino,

cebolla, elote y calabaza; durante el temporal suelen sembrar además sorgo y

maíz (en otras parcelas).

En una temporada cada productor suele sembrar entre 5 y 25 tareas25 de ejote,

aunque hay quienes llegan a sembrar hasta 5 ó 7 hectáreas. Lo común es que

las siembras sean escalonadas en dos o más huertas pequeñas. Así, un mismo

productor puede sembrar 5 tareas al inicio de la temporada (en el mes de

agosto), y otras tantas en octubre o diciembre. El objetivo es tener una

producción que acceda al mercado en diferentes momentos en un intento de

paliar los riesgos de la especulación en el precio del ejote. La lógica es que si

una cosecha en determinado momento deja poco o nulo margen de ganancia,

la siguiente representa una oportunidad de recuperar el capital si el precio en el

mercado les favorece.

La decisión sobre cuándo y cuánto sembrar depende de cada productor, quien

se basa en diversos factores ajenos a su control. La disponibilidad de

préstamos por parte de intermediarios y mayoristas parece ser uno de los más

importantes, además de sus experiencias personales en el mercado durante

temporadas pasadas y, sobre todo en los meses más calurosos, los cálculos

sobre los riesgos de invasión de plagas o bajos rendimientos en sus huertas.

24

En el ejido de Tenango por ejemplo, hasta hace 2 años solo contaban con tierras irrigadas por el agua proveniente del canal Tenango suficiente únicamente para 32 hectáreas, por lo que a cada ejidatario le correspondía media hectárea de riego. Con la inauguración y funcionamiento de la Presa El Abrevadero en el mismo ejido, desde la temporada 2005-2006 algunos ejidatarios han visto incrementadas sus tierras de irrigación. 25

Cabe recordar que una “Tarea” es una unidad de medida usada comúnmente por los

productores de la zona y equivale a la décima parte de una hectárea.

Page 59: Tesis Cadena

59

Casi ningún intermediario posee semilla para prestar antes del mes de agosto,

y pocos reparten después de enero, por lo que aquellos productores que

deseen hacerlo deben contar con un capital para adquirirla. Quienes así lo

hacen deciden “arriesgarse” suponiendo una menor competencia en el

mercado, y por tanto mayores posibilidades de vender su carga a precios más

altos. Por otro lado hay quienes, basados en experiencias pasadas (si en

alguna época han tenido ganancias considerables, o altos rendimientos en sus

huertas) establecen fechas de siembra a la que se apegan incluso durante

varios años. El señor Pascual Martínez26, vecino de Tenango, mencionaba al

respecto:

PM. …todo era de pegarle, a todo le pegaba mi papá, y ahora no, ahora es un

albur eh, hasta para los ejotes, para que les pegues es un albur. Yo tengo

fechas de siembra, y va el primer año que fallo, iban once años que no fallaba

con los ejotes que se siembran el diez de octubre, este año fue el primer año

que fallaron

K. ¿Usted siempre siembra el diez de octubre?

PM. Siempre el 10 de octubre y que no me fallaban, de a 8 de a 6 [pesos], este

año que fallaron

K. ¿En cuanto los vendió?

PM. Estaban de a 4, de a 5 todavía pero no… (Entrevista Pascual Martínez,

marzo 2007).

Además, la mayoría de los productores evitan que la cosecha de sus huertas

se extienda hasta los últimos meses de la temporada, en marzo y abril, ello

debido al aumento de la temperatura y la falta de lluvias que propicia la

invasión de plagas. El costo del cultivo durante estos meses suele aumentar

considerablemente debido al excesivo uso de agroquímicos, pero a la vez, por

la falta de oferta de ejote y la demanda en el mercado nacional los precios de

venta usualmente son mayores. El señor Felipe Ochoa, por ejemplo, en la

temporada pasada logró cosechar su huerta y vender el kilo de ejote en más de

$20 pesos al final de la temporada, mientras que por la misma época algunos

lograron cosechar solo 7 o 10 arpillas27.

26

Se ha cambiado el nombre real por un pseudónimo como en el resto de los casos para proteger la identidad de nuestros informantes. 27

Este hecho resulta ser sumamente extraordinario, pues generalmente el precio del ejote no sobrepasa los $16-$17 pesos por kilogramo. En la temporada de cosecha 2005-2006 hubo grandes pérdidas de cultivo de ejote en la zona debido a una plaga que los productores

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60

De la siembra y los cuidados posteriores de la planta son los propios

productores quienes están a cargo. Como ya se mencionó el costo del cultivo

del ejote oscila entre los $12,000 y los $15,000 pesos28 por hectárea. Sin

embargo, ello puede incrementarse considerablemente dependiendo de la

aplicación de agroquímicos que la planta vaya requiriendo, con lo cual se

puede alcanzar una inversión de hasta $20,000 pesos por hectárea. Estos

costos incluyen el gasto en semilla, siembra, barbecho, surcado, riego, labrado,

deshierbes y aplicación de agroquímicos, así como la compra de los mismos.

Nótese que en dicha estimación no incluyen el costo de la cosecha que se

calcula como parte de la comercialización y cuyo beneficio se valora en función

de la cotización del ejote en el mercado en ese momento29.

Todas las labores son llevadas a cabo por los dueños de las huertas o bien por

jornaleros locales que se contratan por día para tales tareas. Por cada jornal,

dependiendo de la tarea, se paga entre $120 y $150 pesos. El barbecho tiene

un costo de entre $600 y $650 pesos por hectárea, lo mismo que el volteo; el

surcado entre $500 y $700 pesos; la siembra alrededor de los $1500 pesos. El

costo de la semilla, por otra parte, oscila entre $1400 y $1350 pesos por bulto

de semilla30 certificada, siendo necesarios, dos bultos (de 25 kilos cada uno)

por hectárea (es decir un total de alrededor de $2600). Otros productores

prefieren utilizar semilla de “segunda” o “sacada”, en cuyo caso cuesta

alrededor de $30 pesos por kilo. El señor Adalberto Espinosa proporcionaba la

siguiente lista de sus gastos:

Siembra frijol 2006 (Septiembre) 1-00-00 Ha

Barbecho 650.- Cruza 650.- Surcado (yunta) 700.- 3 lts. Paraquat (disecante) 180.- 10 sacos fertilizante 20-10-10 1550.- 2 sacos semilla frijol 2700.-

denominan “mosquita”, y que impidió la producción ejotera hacia el final de la temporada. Aquellos que no resultaron tan afectados y pudieron cosechar, y debido a la demanda del mercado, fueron quienes lograron obtener precios excepcionales por su carga (es decir por arriba de los $20 pesos). 28

Algunos productores cuentan entre los gastos el costo de la renta que es de $3000 pesos. 29

Un precio bajo por ejemplo puede llevar a decidir no cosechar. 30

Las semillas de frijol ejotero que más comúnmente se siembran en estas zonas son de las variedades Strig, Posward, Opus y León.

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61

Siembra 1500.- Fertilizar 240.- Escarda y abrir rayas (yunta) 1050.- 12 jornales desyerbe 1440.- 5 sacos fertilizante (fosfonitro) 800.- Fungicidas, insecticidas y foliares 2890.- 10 jornales fumigar 1500.- 6 riegos 900.- Pago derecho agua 380.-

$17,130

Muchos productores coinciden en que una gran parte se invierte en

agroquímicos, pues suelen utilizar diversos productos entre fertilizantes,

fungicidas, foliares, plaguicidas y hormonas. El señor Martínez, quien es a la

vez productor e ingeniero agrónomo platicaba por ejemplo, que en un ciclo

normal del cultivo solía realizar siete aplicaciones de agroquímicos (cada 8 días

aproximadamente) y dos de fertilización, siempre acompañados de un riego. En

temporada de secas o calor las aplicaciones de estos productos suelen

hacerse hasta cada cuatro días.

A los gastos del cultivo tienen que sumarse los generados por corte, transporte,

y en su caso, comisión del mayorista. Sumados los cobros de cada servicio los

productores calculan un costo aproximado de entre $2.30 y $3 pesos por cada

kilogramo que se vende en las centrales de abasto. La forma de contratación

de transportistas y cuadrillas para que realicen dichas labores depende en gran

parte de la participación (o no) de los intermediarios o encargados y de la

manera en que el productor decida colocar su ejote en el mercado.

Una vez que la huerta está lista para ser cosechada cada productor tiene dos

opciones para comercializar su producto: mediante el envío a comisión a algún

mayorista o bien mediante la venta por huerta. En el primer caso, lo más

común es que haya habido un previo acuerdo entre mayorista y productor en

donde ha participado un intermediario, y en el cual el agricultor, a cambio de

recibir un préstamo en efectivo o en especie (semilla), se compromete a enviar

su carga para venderla a comisión en la bodega. Tanto en Tenango como en

San Ignacio, los préstamos consisten siempre en semilla para iniciar la

siembra, y dependiendo del bodeguero y/o encargado, en dinero en efectivo.

Invariablemente todos los productores e intermediarios entrevistados

Page 62: Tesis Cadena

62

mencionaban que los préstamos efectivos eran otorgados para comprar

fertilizantes (generalmente el productor recibe $2,000 pesos por hectárea).

Bajo este tipo de acuerdos el intermediario es también el responsable de

conseguir cuadrillas que realicen la cosecha de las huertas, y de camiones

para transportarlo a la central de abastos. Los productores suelen avisar días

antes de que el ejote esté listo al intermediario, quien a su vez le informa al

capitán para que se realice el corte. El productor, por su parte, no está obligado

a aceptar esta intermediación del encargado, quien así lo desee puede

contratar por su cuenta los servicios de algún capitán y cuadrilla y/o de un

transportista.

La misma tarde del corte, el ejote se envía a la central y se vende de acuerdo

al precio en el mercado y a su calidad31. Cada productor que haya mandado

carga a la central acude personalmente a vigilar la operación comercial. Todos

los bodegueros cobran un 10% de comisión por vender la carga, y, junto con el

total de los préstamos facilitados, lo descuentan del pago al productor.

Dependiendo del acuerdo que se haya establecido el bodeguero puede

descontar también los pagos por los servicios de corte y transporte o el

productor puede saldar su deuda directamente a capitanes y choferes.

Por otra parte, la modalidad de comercialización del ejote mediante la venta por

huerta implica acuerdos y responsabilidades diferentes (Esquema 3). El

productor vende su huerta a un encargado dentro de la semana anterior a la

fecha del corte. No requiere acuerdos previos ni contacto entre uno y otro

puesto que el intermediario está dedicado a recorrer los campos seleccionando

huertas para comprar32. El precio se establece de acuerdo al precio que corre

en el mercado en esos días y el posible rendimiento de la huerta.

Una vez vendida su huerta, el productor se deslinda completamente de

cualquier actividad posterior. Los riesgos de los altibajos en el mercado, así

como las responsabilidades (y costos) de corte y transporte son asumidos por

31

Un ejote de mala calidad (manchado, curvo, cuyo corte se ha realizado a destiempo) puede venderse hasta $.50 o $1 peso menos, al contrario que el producto de mejor calidad, que además se vende en las bodegas usualmente con mayor rapidez. 32

Cabe mencionar que existen una época, entre los meses de diciembre a febrero en que hay una mayor cantidad de compra por huertas, debido en gran parte a la demanda de producto en el mercado internacional. Los encargados y mayoristas seleccionan de esta forma las huertas de mayor calidad (sobre ello se hablará mas adelante en los apartados correspondientes).

Page 63: Tesis Cadena

63

el intermediario y el mayorista. En algunos casos, si el ejote requiere de riegos

u otras labores posteriores a la venta, el productor puede ofrecer este servicio

por el cual es además, remunerado (como fumigar); en tal caso el productor

hace las veces de peón en su propia parcela en el entendido que el producto

ya no le pertenece.

Debido a que el ejote es un producto altamente especulativo, las ganancias de

los productores son muy variables. En una misma temporada el kilogramo

puede tener un precio en las centrales de abasto de entre $1 y hasta $17

pesos33, y en ocasiones el precio sube o baja de un día para otro. La pérdida

del capital invertido en una huerta no es una situación extraña para quienes

cultivan el ejote. Muchos prefieren en algunas ocasiones “dejar” su huerta y no

cosecharla cuando el precio es inferior a los $3 o $4 pesos ya que apenas

alcanzaría para solventar los costos del corte y transporte. En esas ocasiones

el ejote se deja secar para usar la semilla en la próxima temporada. Arriba de

los $5 pesos los productores consideran que tienen un margen de ganancia

que les permite por lo menos recuperar su capital:

K. ¿Y cuanto considera un precio bueno del ejote?

AR. El año pasado llegó hasta $28 por kilo, pero no dieron, daban 7 arpillas 8

por hectárea, pero es muy raro.

K. ¿Y si está a $2 pesos lo cortan todavía?

AR. No, nada, ya no, un kilo para llegar a México sale como en $3.10-$3.20.

Tiene que valer a $5 para que valiera, ya con dos pesos.

K. ¿Y a usted en cuanto le tocó?

AR. Yo he vendido de a $2.50, no saqué ni lo de los gastos, quedé a deber lo

del corte. Valieron en diciembre de a $10 pesos $6.50. (Entrevista Alejandro

Rosas, marzo de 2007).

3.2 Cortadores

Como ya se mencionó en el capítulo anterior, la cosecha del ejote demanda

una alta cantidad de mano de obra que requiere de la contratación de grupos

33

Los productores de San Ignacio y Tenango mencionaron que el ejote había alcanzado durante la temporada pasada precios de venta entre los $25 y $30 pesos por kilogramo, aunque parece ser un hecho pocas veces visto. Durante la temporada 2007 señalaron que de octubre a diciembre el ejote tuvo un precio entre $4.5 y $5 pesos, durante parte de diciembre y enero entre los $8 y hasta $17 pesos y a partir de febrero por arriba de los $15 pesos.

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64

de cortadores especializados en esta labor. Estos grupos se componen en su

gran mayoría por jornaleros migrantes, organizados en cuadrillas, bajo la

dirección de un capitán. Cada cuadrilla se conforma por 30 y hasta 70

cortadores; además cuenta con 3 a 5 lavadores dependiendo del tamaño de la

misma a quienes por sus tareas incluimos dentro de este eslabón de la cadena;

el propio capitán es el encargado del control y organización de todo el grupo,

entre otras funciones34.

Algunas cuadrillas que se ocupan en los municipios de Jantetelco,

Jonacatepec, Axochiapan y Tepalcingo, están establecidas en Tenextepango,

que, como se ha señalado, es el principal centro de contratación para la

cosecha ejotera y concentra trabajadores migrantes y asentados. Pero también

hay cuadrillas en algunas poblaciones dentro de los municipios señalados. Por

ejemplo, durante la temporada de cosecha 2006-2007, se registró la presencia

de al menos 10 cuadrillas radicadas temporalmente en las nuevas zonas

ejoteras. Casi todas llegan año tras año al mismo lugar para trabajar, rentando

casas donde viven durante toda la temporada. Generalmente dos cuadrillas se

ubicaban en Tenango35 (municipio Jantetelco) y seis en el poblado de San

Ignacio (municipio de Axochiapan). Por entrevistas realizadas, se sabe además

de la presencia de dos cuadrillas en Tetelilla y una más en Jonacatepec

(ambas en el municipio de Jonacatepec).

Los cortadores que componen las cuadrillas son casi en su totalidad,

provenientes de la zona de la Montaña de Guerrero, migrantes indígenas de

origen mixteco y tlapaneco. En cuatro de estas cuadrillas las comunidades de

origen mas comúnmente mencionadas por cortadores y capitanes fueron Santa

Cruz (municipio de Atlamajalcingo del Monte), Santa Anita, San Vicente Amole

y Costilla del Cerro (los tres del municipio de Copanatoyac). Algunos de ellos,

particularmente los de origen mixteco, mencionaron no llegar directamente de

Guerrero, sino estar asentados en Tenextepango, donde tienen casas y

34

El origen, composición y organización de las cuadrillas ha sido estudiado por Sánchez (1996), específicamente en el caso de Tenextepango (Ayala) el centro operativo más importante de la producción del ejote en Morelos, que concentra el acceso a la mano de obra y el transporte del ejote hacia los centros de comercialización. 35

Este año solo una cuadrilla se quedó en Tenango durante la temporada. La otra cuadrilla que venía haciéndolo desde hace algunos años esta vez se ubicó en Jonacatepec.

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65

terrenos, y sólo acuden temporalmente a trabajar a estos otros municipios

morelenses.

Al inicio de la temporada de cosecha, a principios de noviembre, los capitanes

reúnen a la gente entre sus familiares, conocidos y paisanos y consiguen

camiones que los transporten desde sus lugares de origen hasta Morelos.

Estos trabajadores forman el grueso de las cuadrillas. Después, en los días o

semanas siguientes, otras familias o individuos solos llegan a trabajar con

alguna cuadrilla y capitán que ya conocen, bien porque han trabajado con ellos

en otras ocasiones o por referencias de otros cortadores. Las cuadrillas pueden

irse agrandando con la llegada de estos nuevos trabajadores, lo cual sucede

únicamente durante los primeros meses de noviembre o diciembre, que es

cuando éstas adquieren el número máximo de sus miembros que laborarán el

resto de la temporada.

Previamente el capitán ha acordado la renta de espacios en que su cuadrilla ha

de alojarse, por lo que los jornaleros llegan directamente al trabajo, sin

ocuparse de la búsqueda de un lugar para quedarse. Las casas que ocupan

suelen ser construcciones en obra negra, sin los servicios de agua o drenaje,

pero sí con electricidad. Cada familia viaja con los enseres básicos que

ocupará durante su estancia (para cocinar, cobijas para abrigarse, etc.), y se

alojan, junto con el resto del grupo, en condiciones de hacinamiento.

Al interior de las cuadrillas, la división de las tareas es muy marcada, y cada

integrante tiene una responsabilidad específica. Así hay una especialización del

trabajo de cortadores y lavadores, y ninguno realiza actividades

correspondientes al otro. Durante toda la temporada, lavadores y cortadores

ocupan el puesto con el que iniciaron.

Los jornaleros viajan generalmente en familias nucleares o extensas. El pago a

destajo y las características generales de las tareas de los cortadores permite

que todos los miembros del grupo doméstico se integren al trabajo. Hombres,

mujeres y niños desde los 8 ó 10 años se ocupan en el corte, mientras los

niños más pequeños esperan a sus padres al pie de la huerta. En la temporada

2006-2007 el pago del corte por kilo fue de $1.20.

Page 66: Tesis Cadena

66

Para el corte los jornaleros se dividen en grupos familiares, lo que permite la

organización del pago y el trabajo al interior de la huerta. Estos grupos pueden

estar integrados por los miembros de una familia nuclear o extensa, o bien por

grupos parentales. Juntos cortan un área o surco de la huerta y registran lo que

van cortando bajo un mismo “número”. Dicho número es asignado por el

capitán y se utiliza para contabilizar la cantidad de kilos cortados. De acuerdo a

ello se establece el pago al final de la semana (idealmente los sábados), que le

es entregado a un representante de la familia, que por lo común es el padre.

En el trabajo, cada unidad productiva es una estructura jerarquizada en la que

el representante es invariablemente el jefe de familia; es a él quien se paga y al

que se le exige como asalariado, dando por hecho que su autoridad impondrá

eficiencia y disciplina a sus subordinados. Por su parte, los capitanes también

reconocen y manipulan las relaciones de parentesco en el seno de sus

cuadrillas. De esta manera, la empresa agrícola comercial aprovecha la

organización familiar de los trabajadores para garantizar su control sobre la

mano de obra y aumentar su propia ganancia (Sánchez, 2006:189).

Una jornada de trabajo normal inicia en las primeras horas de la mañana

cuando llega el camión para transportar a los cortadores a los campos que se

cosecharán. Una vez ahí los cortadores desayunan a pie de huerta e inician su

trabajo eligiendo uno o dos surcos cada grupo. El corte implica estar agachado,

buscando el fruto debajo del follaje y cortándolo a mano. Al mismo tiempo van

eligiendo el ejote, el cual no debe ir curvo o manchado. Cuando es el primer o

segundo corte, tienen que tener especial cuidado de no maltratar la planta y

echar a perder los siguientes cortes o evitar cortar los ejotes que no han

madurado. Lo que van cortando lo echan en costales que cargan mientras

avanzan hasta que se llenan. Es entonces cuando los propios cortadores

sacan cargando el costal hasta un árbol cercano, donde el capitán ha colgado

su báscula, pesan la carga y la vacían en las tinas para lavarla.

Lo ideal es acabar el corte de la huerta ese día, pero si ésta es muy grande el

trabajo se continúa para el día siguiente. En otras ocasiones se realiza el corte

de dos y hasta tres huertas en un mismo día, lo cual depende de su tamaño y

rendimiento, o del número de integrantes o rapidez de la cuadrilla. El trabajo se

prolonga algunas veces hasta que la luz del día lo permite, sobre todo cuando

Page 67: Tesis Cadena

67

el precio del ejote en el mercado es mayor, y el dueño del ejote le pide al

capitán sacar la mayor carga posible, o bien hay una gran demanda de mano

de obra en varias huertas que se tiene que cubrir. De tal forma se cumplen

jornadas de trabajo de hasta 12 horas o más incluyendo los traslados. Como se

desprende de lo anterior, existen diversos factores que influyen en la demanda

del trabajo y exigencia de las cuadrillas. A pesar de que la labor puede ser

extenuante, el sistema de pago propicia la disposición de los trabajadores. El

capitán, por su parte, se ve beneficiado si tiene más de un corte por día, porque

de esa forma cobra dos o hasta tres veces por sus servicios.

Los otros integrantes de las cuadrillas, los lavadores, tienen otras tareas

distintas. Por lo regular son reclutados en las mismas comunidades de

Guerrero mencionadas. Este trabajo lo desempeñan sólo hombres, usualmente

jóvenes. Sus tareas radican principalmente en lavar y envasar el ejote. Una vez

que los cortadores echan su carga en tinas llenas de agua con detergente y

cloro, los lavadores mueven el ejote y van desechando de manera rápida el

ejote manchado o roto y sacando las hojas que lleve. Después sacan el ejote y

lo envasan en arpillas de 65 a 70 kilos, y las apilan al pie de la huerta, o bien

directamente en el camión que las llevará a la central de abastos. El pago de

ellos es por día, ganando $200 ó $250 pesos, dependiendo de la cantidad de

trabajo que hayan tenido.

Del trabajo ordenado y rápido de la cuadrilla depende en gran medida el éxito

de la misma y el prestigio del capitán (que directamente influye en la cantidad

de trabajo que consiga para él y su grupo). Los dueños de las huertas o

encargados eligen a una u otra cuadrilla dependiendo de lo mismo.

Generalmente son altamente apreciadas si la gente realiza el corte “cuidando la

planta” y en la menor cantidad de tiempo, además del comportamiento y

responsabilidad de los jornaleros.

Cabe aquí hacer unos comentarios sobre jornaleros locales que también suelen

desempeñar estas tareas. En la temporada 2006-2007 encontramos dos

grupos de lavadores originarios de Atotonilco (municipio de Tepalcingo) y San

Gabriel (municipio de Jonacatepec). El primero estaba compuesto por

familiares del encargado de comprar huertas para un mayorista poblano,

mientras que el segundo grupo fueron contratados por un sujeto de San

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68

Gabriel, también encargado de otro mayorista poblano. El pago era igual, entre

$200 y $250 pesos, pero ya no estaban bajo la supervisión del capitán de la

cuadrilla.

También existen cuadrillas de cortadores locales, que se emplean durante

temporadas de alta demanda de mano de obra. Una de las que conocimos era

dirigida por una mujer y los cortadores eran de la comunidad de Amilcingo. Al

parecer sólo trabajaron pocas veces en la temporada, debido a que en años

anteriores les pagaban $120 pesos diarios, mientras que en éste les pagarían

$1.50 por kilogramo cortado. Las cuadrillas de locales suelen ser pequeñas, de

alrededor de 20 personas, y a diferencia de las otras sólo se emplean los

adultos. Por los desacuerdos que suscita el sistema de los pagos muchos

encargados únicamente las contratan cuando tienen que cubrir el déficit de

mano de obra.

El encargado de coordinar todas las tareas es el capitán. Entre las funciones

más importantes es la de reunir un contingente de trabajadores lo

suficientemente grande para cubrir las actividades de cosecha. Los cortadores

deciden al principio de la temporada con cuál capitán trabajar, dependiendo de

sus lazos de parentesco y paisanaje principalmente. Otros trabajadores pueden

no tener ese tipo de vínculos con el capitán pero sí con otros cortadores, o bien

dependiendo de la reputación del capitán deciden a cuál cuadrilla se

incorporarán. De esta manera, las cuadrillas pueden estar o no compuestas por

trabajadores originarios de una misma localidad o pertenecientes al mismo

grupo étnico. Cuando ello no ocurre así, suelen alojarse en casas distintas, e

incluso transportarse a las huertas en camiones diferentes.

3.3 Capitanes

Las actividades de cada cuadrilla son organizadas y supervisadas por otro

agente, encargado de dirigir a todo el grupo, y al cuál se le denomina capitán.

Su papel principal es el de fungir como intermediario laboral, monopolizando el

acceso al mercado de trabajo de los cortadores y cubriendo las necesidades de

mano de obra para la cosecha ejotera. Sobre él recaen distintas

responsabilidades, desde reclutar su cuadrilla al inicio de la temporada, hasta

Page 69: Tesis Cadena

69

establecer contratos laborales con los dueños de las huertas, realizar los

cobros por cada huerta cortada, hacer los pagos a los jornaleros, entre otras.

Estos agentes de la cadena por lo regular han salido de las filas de otras

cuadrillas. Muchos mencionaron haber iniciado como cortadores y ascendido a

lavadores con el transcurso de los años. Gracias a esta larga trayectoria laboral

conocen a fondo las actividades y organización de las cuadrillas y las funciones

de los capitanes. Miguel por ejemplo, tiene 29 años, inició a los 12 trabajando

como cortador junto con su madre y sus hermanos. Aproximadamente 8 años

después fue parte del grupo de lavadores de otra cuadrilla distinta en la que

empezó trabajando en el corte de ejote y desde hace 5 que se animó a “mover

la gente” y se convirtió en capitán. Así, el ascenso gradual en las tareas y las

responsabilidades adquiridas, parece ser una historia común entre muchos de

los capitanes que trabajan en el ejote.

La mayoría de los capitanes que laboran en Tenango y en las nuevas zonas

ejoteras tienen el mismo origen que quienes conforman sus cuadrillas. Sus

edades oscilan entre los 25 y 35 años aproximadamente. En algunos casos son

provenientes de las mismas comunidades que los cortadores o familiares y

amigos, pero excepto uno todos son de la zona de la Montaña de Guerrero.

Como ya se mencionó en párrafos anteriores estas relaciones y lazos de

parentesco, amistad y paisanaje entre el capitán y los cortadores son las que

permiten al intermediario laboral conformar un grupo con el cual trabajar. Los

capitanes entrevistados en Tenango y San Ignacio señalaron al principio de las

entrevistas que para integrar su cuadrilla sólo necesitaban ofrecer el acceso al

trabajo y de esa forma la gente se unía a su cuadrilla. La realidad es que las

redes son muy importantes y los cortadores se basan en ellas para saber con

quien trabajar. El mismo Miguel lo indica así:

K. ¿Y al principio cuando empezaste a ser capitán como le hiciste para que se

viniera la gente contigo?

M. Fui a Guerrero, conseguí un camión y los fui a traer.

K. Y así nada mas, ¿te tienen confianza?

M. Sí, porque me conocen que soy de allá.

K. Pero te saliste bien chiquito, ¿todavía se acuerdan de ti?

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70

M. Sí, porque me conocen por mi mamá, cuando íbamos en el mes de Octubre

íbamos juntos, por eso me conocen. Iba yo a quedarme un mes, cuando me

casé iba yo a quedarme un mes, dos meses y ya agarraba de vuelta.

(Entrevista Miguel, marzo 2007).

Otro capitán, el “Chino”, mencionaba respecto a la misma pregunta de la

formación de su cuadrilla al inicio de su trayectoria como intermediario laboral,

que la mayor parte eran miembros de su familia:

… Toda mi familia, éramos 35, con eso comencé, ya después los demás eran

amigos también les dije que se vinieran conmigo. Entonces traía 80 cortadores

(Entrevista “Chino”, marzo 2007).

Así, el tamaño de la cuadrilla de un capitán es producto de sus redes de

parentesco, amistad y paisanaje pero lo mismo de su reputación y su

trayectoria laboral. El prestigio de los capitanes depende en gran parte de la

cantidad de trabajo que puede ofrecerle a su cuadrilla durante la temporada,

pero también de su honradez al momento de registrar los kilogramos cortados,

la puntualidad al término de cada semana para pagarles y los servicios o

apoyos adicionales que puede o no ofrecer (pago de la renta de las casas,

ayuda en el pago del transporte, etc.). Aunado a ello otro factor de la reputación

de cada capitán depende del buen trato y relaciones que tenga con sus

cortadores. Con base en todos estos elementos un capitán puede lograr formar

una cuadrilla cada vez mayor y con ello más reconocimiento y popularidad

entre los productores y encargados.

Al inicio de la temporada, en los meses de octubre o noviembre, los capitanes

empiezan a buscar y llamar a la gente para su cuadrilla. En general cada

capitán tiene un grupo más o menos establecido de cortadores con los cuales

trabaja cada año36, pero igualmente nuevas personas se suman a su cuadrilla.

Algunas veces los capitanes mandan un camión para traer su gente desde

Guerrero, o bien, si ya están asentados en Tenextepango (Ayala) se trasladan

todos juntos desde ahí. Como ya se mencionó, además de hacerse cargo del

36

Algunos capitanes y cuadrillas trabajan juntos en el corte de ejote tanto en Morelos como en Hidalgo, otro estado productor importante cuya temporada es en los meses de mayo a octubre lo que permite completar su ciclo laboral durante todo el año. Con todo, los grupos no se mantienen siempre unidos puesto que algunos cortadores regresan a Guerrero o Tenextepango cuando no es temporada de cosecha en Morelos, y reclutan otras personas que deben sumarse a la cuadrilla para laborar en Hidalgo.

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71

transporte de su cuadrilla, los capitanes cubren la renta de las casas en que

van a alojarse durante toda la temporada.

Los capitanes que dirigen las cuadrillas de Tenango y San Ignacio llegaron a

estas zonas atraídos por el aumento en la producción de ejote y la demanda de

mano de obra desde hace aproximadamente ocho años. Por medio de los

intermediarios comerciales comenzaron a conseguir huertas y a ofrecer sus

servicios a los productores de estos lugares.

En la mayoría de los casos los capitanes trabajan en estrecha relación con los

intermediarios comerciales y bodegueros estableciendo un vínculo laboral

relativamente constante y estable durante toda la temporada. Los primeros

capitanes en Tenango y San Ignacio llegaron a rentar y a alojarse en la zona

por sugerencia de bodegueros que conocían en Tenextepango, y que les

ofrecían los cortes de las huertas de productores a los que les otorgaban

préstamos.

De esta forma se fueron formando los vínculos entre los intermediarios con los

cuales trabajaban los bodegueros y capitanes de Tenango y San Ignacio. Los

intermediarios comerciales necesitaban mano de obra para asegurar la

cosecha de los productores a los que les repartían la semilla. Ir cada vez hasta

Tenextepango en busca de gente equivalía a más esfuerzo y no siempre las

cuadrillas estaban dispuestas a acudir a los cortes por la lejanía entre los

lugares37. Un capitán mencionaba que dicho recorrido era extenuante porque:

…uno que trae niños está muy lejos para ir a Tenex y regresar temprano hasta

allá y volver a regresar otra vez. Salimos de Tenextepango a las 8 ó 9 de la

mañana y vamos a llegar aquí hasta como a las 11, salimos de aquí a las 5 [de

la tarde] y vamos a llegar allá como a las 8; no tiene caso, mejor aquí cerquita,

aquí salimos a las 7 y a las 7:30 ya estamos en la huerta, salimos a las 5 y a

las 5:30 ya estamos aquí en la casa, „ta cerquita. Y de ir de aquí hasta a Tenex

es como dos horas, de camino, como el carro grande corre despacio

(Entrevista “Chino”, marzo 2007).

Así los intermediarios y capitanes establecieron acuerdos para trabajar

conjuntamente. Los primeros se comprometían a darles cortes durante toda la

37 El tiempo de recorrido entre Tenextepango y las poblaciones de Tenango y San Ignacio en los camiones de carga en que viajan las cuadrillas es aproximadamente de 2 horas.

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temporada, a cambio de que los capitanes cumpliesen con toda la cosecha y

en los días acordados. En algunos casos, además, el intermediario o

bodeguero apoyan al capitán con el pago del transporte al inicio de la

temporada o la renta de las casas también.

En este tipo de acuerdo por lo común se considera que un capitán trabaja “de

planta”38 con el intermediario. Ellos conocen a los bodegueros con los que

trabajan, su encargado en la zona y a los productores. Cada semana el

intermediario le pide que revise las huertas de sus clientes para saber cuándo

ha de cortarlas (o en el caso de que el intermediario compre por huertas, las

propias). Dependiendo del acuerdo con productores e intermediarios, el capitán

entrega la cuenta de los kilos cortados a uno u otro. En el caso de que la

entregue al intermediario, éste se encarga de dársela al productor, quien

acepta que se le descuenten los gastos del total vendido en la bodega. De otra

forma el capitán, al final de la semana, acude directamente con el productor

para cobrar por los servicios prestados.

Además del cobro por kilogramo cosechado, es decir el pago a los jornaleros,

la cuenta incluye el pago de los lavadores y el sueldo del propio capitán. Por

cada corte ellos cobran por lo común entre $300 y $400 pesos de acuerdo a la

cantidad de trabajo y el tamaño de su cuadrilla.

Cabe señalar que la modalidad de trabajo de los capitanes “de planta” es

distinta en ciertos aspectos a lo observado por Sánchez (2006) para el caso de

Tenextepango, ya que éstos más bien solían entenderse directamente con los

productores o bien con las oficinas39 del lugar, Sánchez menciona cuatro tipos

de clientes productores para los capitanes de Tenextepango:

a) Aquellos que conoció desde un principio y que lo recomendaron a sus

familiares y amigos; por ello casi todos los capitanes concentran sus clientelas

más estables en un pueblo o ejido de la región […].

b) Aquellos que conocieron por medio de las oficinas en donde trabajaron en

algún momento. Estos clientes, a la larga, privilegian la relación con el capitán

38

El que un capitán sea de planta no significa que tenga que trabajar exclusivamente con el intermediario. Cuando éste no tiene huertas, sobre todo hacia el final de la temporada, el capitán puede conseguir cortes entre los productores que ya conoce. 39

Las “oficinas” son empresas transportistas a donde el productor acude para contratar los servicios de transporte, y que adicionalmente suele ofrecer también el contacto con un capitán para las tareas de cosecha (véase Sánchez, 2006:166-169).

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73

antes que con la oficina (no importa si cambia de oficina, siempre siguen al

mismo capitán).

c) Aquellos ocasionales que les asigna la oficina (porque su capitán preferido está

ocupado o porque el productor privilegia la relación con la oficina).

d) Aquellos clientes relativamente aislados y dispersos que ha ido consiguiendo

por distintas vías (Sánchez, 2006:195).

Algunos capitanes que laboran en las nuevas zonas ejoteras siguen ofreciendo

sus servicios directamente a los productores tal como lo señala Sánchez en la

primera modalidad, e incluso hay productores que recurren a las oficinas de

Tenextepango para contactar a un capitán, pero lo novedoso en las zonas

ejoteras recientes es el protagonismo del intermediario comercial en el control

del mercado de trabajo.

De cualquier forma las otras responsabilidades de los capitanes no varían.

Usualmente ellos permanecen pendientes de las huertas que se tienen que

cortar y las revisan días antes para asegurarse del momento justo en que

deben cosecharse y acuerdan el día con el productor o con el intermediario

(quienes pueden decidir hacerlo uno o dos días antes o después en base a los

precios que corren en el mercado y la demanda del producto).

Una vez en la huerta el capitán organiza los grupos y divide los surcos que

cortarán para iniciar las labores. Mientras tanto él y los lavadores acomodan la

báscula y la tina debajo de la sombra de algún árbol cercano o al pie de la

huerta. Cuando los jornaleros llegan a pesar sus costales llenos de ejote les

asigna un número y anota el número de kilogramos cada vez. En su libreta

lleva las anotaciones de cada día durante toda la semana. Sólo él tiene acceso

a esta libreta y cuando no puede estar presente en algún momento, un familiar

cercano (su esposa, un hijo) o lavador de confianza puede hacerlo. Los

sábados por las tardes o domingos el capitán realiza la suma de los kilos

cortados por cada número, con lo cual determina el pago que tiene que realizar

ese mismo día. Previamente ha de haber cobrado a los productores o el

intermediario le tuvo que haber pagado.

El cumplimiento del pago puntual es un aspecto muy importante que los

cortadores le exigen a su capitán, por lo que éste debe asegurarse de tener el

dinero al final de la semana. En ciertos momentos es la tarea más difícil de los

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74

capitanes puesto que si a determinado productor no le ha ido bien con su carga

suele atrasarse en su pago. En esos casos no hay pretexto del capitán hacia su

cuadrilla y todos saben la importancia de pagar a tiempo: “como yo soy el

encargado de la gente yo tengo que conseguir la raya para pagar a toda la

gente, si no me paga uno 6 mil, 7 mil varos, yo tengo que conseguirlo para

acompletar la raya” (Entrevista Miguel, marzo 2007). Cuando un capitán no

paga puntualmente en varias ocasiones, parte de su cuadrilla puede decidir

terminar su relación laboral. En esta temporada por ejemplo, Salvador no pudo

pagar la raya el domingo que había acordado y la mitad de su cuadrilla decidió

regresar a su pueblo a mediados de febrero, cuando aun había trabajo; la

molestia fue tan grande que incluso lo demandaron y estuvo algunas horas en

la cárcel de Axochiapan. Finalmente consiguió pagarles pero la gente se retiró.

La única diferencia en las nuevas zonas ejoteras entre los capitanes que son

de planta y quienes trabajan por su cuenta es la forma de acceso al trabajo.

Quienes trabajan por su cuenta tienen que recorrer los campos ofreciendo sus

servicios a los productores, o bien, si ya son conocidos los mismos productores

acuden a ellos para contratar sus servicios y los de su cuadrilla. Los “de planta”

en cierta forma tienen asegurado su trabajo y el corte de varias huertas durante

toda la temporada. Además ellos consideran que es una forma de impedir que

otras cuadrillas entren a competir por el mercado laboral.

3.4 Choferes

Una vez realizado el corte y con las arpillas listas a pie de huerta para ser

vendidas en las bodegas, entran en funciones los transportistas o choferes.

Ésta no es sin embargo su única tarea a lo largo de la cadena, y desde mi

punto de vista ninguna de sus funciones es secundaria a la de los otros

agentes participantes.

La mayoría de los choferes que trabajan en las nuevas zonas ejoteras son

originarios del estado de Hidalgo40. Rentan cuartos en las poblaciones

cercanas a las zonas de producción durante los meses de noviembre a abril o

40

Es el mismo caso de Tenextepango, en donde Sánchez (2006) señala igualmente que la mayoría de los choferes son originaros de Hidalgo.

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75

mayo. En Tenango, en la temporada 2006-2007, operaron dos choferes, padre

e hijo que trabajaron juntos con sus dos camiones, en San Ignacio estaban al

menos 6 camiones que manejaban varios choferes, todos originarios de

Tulancingo, Hidalgo. Generalmente uno de los choferes es a la vez el dueño de

todos los camiones, y contrata a los otros que suelen ser familiares o

conocidos, también de Hidalgo.

Uno de los transportistas en Tenango, el señor Abel había laborado antes con

las oficinas de Tenextepango, junto con su hijo. Ahí conoció a capitanes y

mayoristas de las centrales de abasto, así como a sus intermediarios. En

conjunto con una cuadrilla y un intermediario de Tenango fue como llegó a

trabajar a esa zona. Luego, animados por el señor Abel, algunos de sus

sobrinos y conocidos llegaron con sus camiones para ocupar parte del mercado

de trabajo recién formado y creciente.

Anteriormente los productores o intermediarios que necesitaban cuadrillas y

camiones forzosamente tenían que acudir a Tenextepango a contratar a la

gente por medio de oficinas. O bien, si tenían capitanes o choferes conocidos

los contrataban directamente. Por la lejanía entre Tenextepango y las nuevas

zonas ejoteras, especialmente hasta Tenango y San Ignacio, para los dueños

de las huertas era difícil contratar esos servicios. Algunas veces las cuadrillas

no llegaban el día del corte, o la carga, que se enviaba en los camiones

contratados por las oficinas, se maltrataba. Para los transportistas por su parte,

era conveniente acudir hasta estos lugares estableciendo contratos directos

con los productores o intermediarios, evitando así las comisiones de los

oficinistas.

Uno de los primeros intermediarios de Tenango empezó a contratar una

cuadrilla durante toda la temporada hace aproximadamente 7 años. El señor

Oscar transportaba a la cuadrilla y la carga, pero seguía teniendo como lugar

de residencia Tenextepango. Finalmente desanimado por las distancias que

tenía que recorrer y por desavenencias con el intermediario, fue que invitó a

uno de sus sobrinos a trabajar con la cuadrilla, primero en Tetelilla y después

en San Ignacio. Fue hasta hace dos temporadas que el propio Oscar decidió

trabajar en Tenango de manera permanente.

Page 76: Tesis Cadena

76

Como trabajadores igualmente temporales, durante los meses en que no hay

cosecha de ejote suelen regresar a sus lugares de origen en Hidalgo. Otros se

ocupan en Tenextepango con las oficinas cargando elote o pepino, o bien

buscan trabajo en otros estados. Uno de ellos, por ejemplo, suele ir a Veracruz

al transporte de piñas y otros mencionaron ocuparse en la carga de productos

no agropecuarios (muebles, entre otros).

Tanto en Tenango y en San Ignacio, como en todas las nuevas zonas ejoteras,

los transportistas trabajan en conjunto con los capitanes y/o los intermediarios

comerciales. Por lo general se ocupan durante toda la temporada de una sola

cuadrilla, realizando “talachas” a cambio de ganar la carga que esa cuadrilla

corta. El acuerdo lo realiza con los capitanes, así cuando el dueño de una

huerta contrata una cuadrilla, ya no necesita buscar un camión aparte porque el

capitán ofrece este servicio. Por la misma razón es que este vínculo lo

conservan durante toda la temporada e incluso durante varios años, reforzado

por la confianza que construyen entre capitán y chofer.

Entre las personas involucradas en la cadena del ejote se le llama “talachas” a

los trabajos gratuitos que los choferes realizan. Consisten principalmente en los

traslados de la gente a las huertas y al terminar el día de regreso a sus casas,

así como cuando tienen que moverse de una huerta a otra. Por estos servicios

los transportistas no cobran. Una vez cortado y envasado el producto, ellos

cobran el flete por arpilla, que durante esta temporada fue de $23 pesos. La

cuenta se entrega directamente en la central, ya sea al productor o al

intermediario dependiendo de quién es el dueño de la carga. Algunas veces, si

es poca carga, un mismo camión traslada el ejote de dos o hasta tres

productores.

Casi siempre los transportistas trabajan con dos o tres camiones. De tal

manera se van alternando las tareas, en un mismo día mientras un camión

traslada a la gente, el otro lleva la carga a la central de abastos, y lo contrario al

día siguiente. Por la misma razón siempre trabajan juntos dos o más choferes.

El recorrido hasta las centrales de abasto en las madrugadas suele ser

cansado y por ello prefieren hacerlo en días intercalados.

Otra forma de trabajo de los transportistas se da cuando se relacionan con

intermediarios dedicados a la compra por huerta. Algunos de éstos cuentan con

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77

sus propios camiones para transportar el ejote, pero necesitan camiones y

choferes extras para trasladar las cuadrillas. Los transportistas cumplen con

tales funciones por un salario diario de trabajo, de alrededor de $1,200 pesos

que recibe del bodeguero. Estos acuerdos los establecen directamente con los

intermediarios (en cuyo caso el trabajo es por toda la temporada), o bien por

medio de los capitanes cuando únicamente son contratados por día.

Adicionalmente otra función que pueden cumplir los transportistas es llevar

cuenta de la carga. Algunos además de controlar cuántas arpillas transportan,

tienen la cantidad de kilogramos que el capitán pesó en el día. En la central

además tienen acceso al registro de la cantidad que el mayorista contabilizó

ese día. Ante cualquier sospecha de robo o desacuerdo en cuanto al peso

entre productor y mayorista, alguno de ellos suele pedirle al chofer que antes

de entregar la carga pese el camión con el fin de saber el peso exacto. De esta

forma pueden saber si el capitán cobra kilogramos de más o el mayorista o sus

ayudantes registran menos de lo entregado.

Por otra parte, los choferes se encargan también de acudir por la gente hasta

sus lugares de origen. Los intermediarios o capitanes piden este servicio días

antes de venir a trabajar a Morelos, y los choferes van por la gente a la

Montaña de Guerrero. Este pago lo cubren ya sea el intermediario o el capitán,

aunque usualmente los choferes sólo cobran sus viáticos y el combustible, mas

no un pago por su trabajo.

3.5 Intermediarios Comerciales

En mayor o menor medida, gran parte de las actividades hasta aquí descritas

son organizadas y coordinadas por otro agente de la cadena: el intermediario

comercial. De forma directa o indirecta, estos agentes participan en los

eslabones de producción, corte, transporte y comercialización repartiendo

semilla (o comprando huertas) y asegurando la cosecha y envío del ejote hacia

las bodegas en las centrales de abasto. Sin embargo, su importancia dentro de

la cadena radica en su papel de “punto de conexión” entre productores y

comerciantes mayoristas: por un lado cuenta con el acceso a los canales de

comercialización (y todo lo que ello conlleva, especialmente los créditos para

Page 78: Tesis Cadena

78

producir), mientras que por el otro tiene contacto con los abastecedores de

ejote.

Los intermediarios comerciales que laboran en Tenango y San Ignacio son

individuos que pertenecen a las comunidades, y que conocen o tienen algún

tipo de vínculo con los productores. Todos han sido y siguen siendo

productores de ejote, lo que les ha dado un lugar privilegiado para conocer y

establecer contactos con capitanes, choferes y bodegueros. Por la misma

razón son conocedores de los cuidados y necesidades del cultivo, así como de

los costos y rendimientos. Ellos son los encargados de asegurar un flujo

constante de producto a las bodegas y de abastecerlas, ya sea mediante el

reparto de semilla a productores de su confianza (y a veces otro tipo de

créditos para fertilizantes u otros gastos) o directamente mediante la compra de

huertas, en asociación con bodegueros de las centrales de abasto de Puebla y

la ciudad de México.

Dichas asociaciones entre intermediarios y bodegueros han sido formadas a

través del tiempo y en base a la confianza mutua. Los intermediarios afirman

haberlos conocido cuando únicamente eran productores y llevaban su carga a

comisión con algunos de ellos. Por su parte los bodegueros los invitaban a

trabajar juntos y a repartir semilla entre sus conocidos. Así fue como, con el

paso del tiempo y la necesidad de los bodegueros de ampliar sus zonas de

abastecimiento se establecieron las redes entre unos y otros.

El surgimiento de los primeros intermediarios dedicados al reparto de semilla

en Tenango al parecer tiene poco más de diez años aproximadamente. El

señor Germán de los Santos afirma dedicarse al reparto de semilla desde hace

12 años, aunque otros capitanes y productores señalan que el primer

encargado de Tenango fue Felipe Ochoa, quien mencionó sus inicios como

intermediario en 1997. Algunos años después, los mismos bodegueros que

laboraban con encargados de Tenango, establecieron contacto con individuos

de San Ignacio.

Durante la temporada de cosecha 2006-2007 se supo por entrevistas con

diversos agentes, de la presencia y participación de tres encargados en San

Ignacio y otros tantos en Tenango. Los tres primeros (a, b y c) se dedican todos

al reparto de semilla asociados con dos mayoristas (A y B) de la Central de

Page 79: Tesis Cadena

79

Abastos de la Ciudad de México (CEDA-DF). En Tenango, dos de ellos (d y e)

trabajan, igualmente, repartiendo semilla para dos bodegueros (B y C) de la

misma central, mientras que un tercero (f) se dedica a la compra por huertas,

vinculado con un mayorista de Puebla (D), pero también con recursos propios

(ver esquema 4).

Como se observa, en ambos lugares es más común la participación de

encargados dedicados al reparto de semilla y que trabajan vinculados a

bodegueros de la Central de Abastos de la Ciudad de México, mientras que

sólo uno se dedica a la compra por huerta. Sin embargo, se sabe existen otros

agentes en las nuevas zonas ejoteras que también recurren a esta modalidad

para asegurar el aprovisionamiento de bodegas en Puebla y Huixcolotla (en el

estado de Puebla). Puede decirse entonces, que no es una práctica extraña en

estas zonas.

Distinguir entre intermediarios que reparten semilla y quienes compran por

huerta, permite identificar formas distintas de organización de la cadena del

ejote, que va más allá de la sola modalidad de abastecimiento. Los primeros

inician el reparto de semilla en agosto o septiembre, que previamente les ha

mandado el mayorista. En algunos casos además de préstamos en especie, se

otorgan también préstamos en efectivo, sobre todo a sus clientes más

a

b

c

f

e

d

Intermediarios de Tenango

Intermediarios de San Ignacio

Mayoristas de la CEDA-DF

Mayoristas de Puebla

A D B C

Esquema 4

Page 80: Tesis Cadena

80

frecuentes para los gastos de agroquímicos. El costo de la semilla, como ya se

señaló, cambia dependiendo la variedad, y si es certificada o de segunda. Por

otra parte, otorgar préstamos en efectivo es decisión de cada intermediario (y

del mayorista), y por lo común es de $2000 pesos por hectárea sembrada.

Cada encargado va anotando cuánto y a quiénes les reparten para descontarlo

cuando lleven su producto a comisión. En ningún caso se cobra algún tipo de

interés por el préstamo facilitado. Algunos agentes sobre todo los más

participativos, llevan un calendario de siembras y cosechas para coordinar el

envío de las cantidades requeridas de ejote al comerciante mayorista y para

organizar las labores de corte y transporte41.

Parte de las responsabilidades de los encargados consiste en contactar

cuadrillas y transportistas para asegurar las tareas de cosecha y traslado de la

carga. En cierta forma, cuando el intermediario otorga un préstamo al

productor, asume esta responsabilidad en un acuerdo tácito42. Por ello cada

intermediario tiene contacto con uno o dos capitanes y uno o dos transportistas

que cubran estos servicios. Estos transportistas y cuadrillas que “contratan” por

lo general son los mismos que se establecen en San Ignacio y Tenango, o

bien, otros capitanes siguen acudiendo desde Tenextepango.

Los más participativos en cuanto al reparto de semilla que realizan, tienen

capitanes y transportistas “de planta” que acceden al mercado laboral por

medio de los intermediarios y con quienes trabajan conjuntamente durante toda

la temporada, e incluso durante varios años. Cómo ya se señaló, estos vínculos

se forman en muchos casos gracias a la participación del mayorista, que le

“recomienda” a su encargado la contratación de determinado capitán. Los

intermediarios por otro lado, prefieren trabajar con capitanes de planta puesto

que éstos cobran por día (independientemente de cuántas huertas alcancen a

cortar), mientras que quienes siguen viniendo desde Tenextepango cobran sus

41

Cabe señalar, que aun cuando un encargado lleva un calendario de siembras, ellos no imponen su decisión. Mas bien se trata de un consenso entre el productor y el intermediario en donde éste le propone algunas fechas que le permitan coordinar la cosecha y transporte de todos los productores con quien ha acordado estos servicios, y tratando de evitar también la saturación del mercado. Con todo, el préstamo nunca es negado, puesto que el riesgo de pérdidas por los bajos precios corre por cuenta del productor únicamente, mientras que el mayorista cobra siempre la misma comisión por la venta. 42

Sin embargo, como se señaló en el apartado de Productores, hay que recordar que éstos no están obligados a contratar los servicios de cuadrillas y transportistas mediante intermediación del encargado.

Page 81: Tesis Cadena

81

servicios por huerta cosechada. Días antes de la época de cosecha, el

intermediario llama por teléfono a los capitanes y choferes para avisarles que el

trabajo está por iniciar y acuerdan los términos de la relación (préstamos, pago

de renta, ayuda para el transporte, entre otros). A principios de noviembre

todos están ya trabajando en conjunto.

Cuando se acerca la cosecha de alguna huerta, el propio productor acude con

el intermediario para solicitar el corte. Éste por su parte, le pide al capitán que

revise todas las huertas próximas a cortarse, y que decida los días en que lo

hará. Dependiendo de la maduración de cada huerta, el capitán programa el

corte de las que ya “están listas”, previo acuerdo con intermediario y productor.

El día del corte, el capitán es el único responsable de las tareas de recolección.

El dueño de la huerta, y a veces el intermediario, acuden a vigilar la realización

de las labores o a acarrear agua para el lavado del ejote.

Cuando un intermediario tiene dos o más choferes trabajando con él, todos

deciden que días uno transportará las cuadrillas y otro la carga. Él que va por la

carga la recoge por las tardes en la huerta y la lleva a las bodegas.

Generalmente a la bodega sólo va el productor43, y el intermediario rara vez lo

hace, pero en su contacto constante con el mayorista, éste ya sabe cuánto se

descontará de los préstamos. Dependiendo del acuerdo con el productor, el

intermediario pide que se le descuente también el pago por los servicios de

corte y transporte y el dinero lo reparte de regreso en Morelos. En otros casos,

el productor salda sus deudas directamente con capitán y chofer, sin necesidad

de intermediación.

Por otro lado, los encargados de comprar huertas trabajan vinculados con

bodegueros de las centrales de Puebla y Huixcolotla, y dueños de empresas

empacadoras para exportación. Ellos se encargan de recorrer los campos en

busca de las huertas y de localizar y contactar a los dueños para realizar los

acuerdos de compra. Alrededor de una semana antes de que la huerta esté

lista para cosecharse, el encargado habla con el productor ofreciendo cierta

cantidad de dinero por ella. Este precio se fija de acuerdo al tamaño, calidad y

43

Uno de los intermediarios solía además ofrecer el servicio de transporte a las bodegas para los productores. Contaba con una camioneta prestada por el bodeguero para ello, y cobraba una cuota a cada productor. Actualmente hay combis independientes de San Ignacio que cada noche transportan a los señores.

Page 82: Tesis Cadena

82

posible rendimiento de su huerta, y en base al precio que está siendo vendido

en las centrales de abasto. Se considera además un precio un poco más bajo

considerando que se descuentan los servicios de corte y transporte. El pago se

realiza en efectivo y en su totalidad al momento de la compra.

Algunas veces el comerciante mayorista pone a disposición del intermediario

una cantidad de dinero para que éste compre las huertas. Este, por su parte,

siempre consulta sobre el precio de la huerta al mayorista y espera su

aprobación antes de completar la compra. En otras ocasiones son los propios

mayoristas que se presentan con el productor para pagar por la huerta, pero el

precio ya ha sido acordado entre productor e intermediario.

Una vez vendida la huerta el productor se deslinda por completo de cualquier

actividad subsecuente. Es responsabilidad única del intermediario conseguir

cuadrillas y el transporte de la carga, así como de vigilar su correcto

desempeño. La mayoría de los intermediarios que se dedican a la compra por

huerta tienen a su disposición capitanes y choferes de planta, lo que facilita la

coordinación de sus labores.

La realización de las tareas de corte y transporte son iguales a la de los

intermediarios que reparten semilla. Sólo cuando se tienen cuotas de

exportación para cubrir, los encargados se aseguran de seleccionar huertas en

donde el ejote sea de la calidad, tamaño y color deseado44. El envasado se

realiza en cajas (y no en arpillas) para transportarlo a la empacadora. Además

en el proceso de lavado se incluye un pre-enfriamiento, para lo cual los

encargados deben comprar barras de hielo antes del corte.

De acuerdo a la modalidad en su forma de abastecimiento, el rango de acción

e influencia de cada intermediario también varía. Por lo general quienes

reparten semilla lo hacen dentro de sus propias comunidades y poblaciones

cercanas y entre productores conocidos. Los dedicados a la compra de huertas

recorren gran parte de los municipios productores (Ayala, Cuautla,

44

La compra de huertas aumenta durante la época de mayor demanda de exportación, en los meses de diciembre a febrero, cuando los encargados recorren las zonas productoras en busca de las huertas de mejor calidad. Con ellos los empresarios exportadores se aseguran de abastecerse de un ejote que cumpla con las demandas de exportación sin necesidad de controlar la fase de producción, en un ejemplo claro de desintegración vertical.

Page 83: Tesis Cadena

83

Jonacatepec, Tepalcingo, Axochiapan y Jantetelco), seleccionando huertas y

presentándose ante los dueños de las mismas para ofertar por ellas.

En cuanto al salario o ganancias de los intermediarios comerciales, hay que

señalar que difieren en cada caso, según los acuerdos con los bodegueros. En

la mayoría de ellos, se les paga un porcentaje de la ganancia obtenida al final

de la temporada, con lo cual evaden responsabilidades pudiendo dedicar parte

de su tiempo a sus propios cultivos. Otros prefieren hacerlo por un salario

semanal. De cualquier forma, el bodeguero cubre los viáticos por los días en

que se trabajó, que incluyen gasolina, alimentos, uso de teléfonos celulares,

entre otros. Ciertos agentes intermediarios, por otro lado, trabajan de forma

independiente, comprando huertas con dinero propio, y esperando sacar una

ganancia de ello asumiendo los riesgos que esto conlleva.

Cabe señalar por último, la participación de un tipo de encargados que sin

embargo no ejercen funciones de intermediarios comerciales. Este tipo de

agentes se dedican a organizar las labores de corte y transporte y todo lo que

hay alrededor de ellas. A diferencia de los otros, no tienen facultades para

repartir semilla o comprar huertas. Su trabajo consiste en supervisar el trabajo

de capitanes, lavadores y choferes, facilitar los materiales que se utilizan (agua,

botes, detergente, arpillas, bolsas, etc.), y en algunas ocasiones hacer las

veces de chofer. Estos agentes se “contratan” con mayoristas que compran por

huerta, quienes además tienen intermediarios que se dedican a ello. Su salario

es semanal, aunque el pago depende de la cantidad de trabajo realizado.

3.6 Comerciantes Mayoristas y Empacadoras

Si bien la mayor parte de la producción de ejote en Morelos se vende en varias

bodegas de la Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA-DF), existe

también la presencia de mayoristas del estado de Puebla. Estos últimos

dueños igualmente de bodegas en las Centrales de Abastos de la ciudad de

Puebla y de San Salvador Huixcolotla. Todos ellos se abastecen, en gran parte,

del ejote producido en el estado durante una temporada de aproximadamente

seis meses. Su zona de abasto y a la vez de influencia, como ya se mencionó,

Page 84: Tesis Cadena

84

se ha extendido cubriendo desde el centro de operaciones en Tenextepango, y

los municipios de Ayala y Cuautla hasta las nuevas zonas ejoteras.

En las nuevas zonas ejoteras tienen influencia principalmente cuatro

mayoristas de la CEDA-DF, dos de Huixcolotla y dos más de la Central de

Abastos de Puebla. Para mantener un abasto continuo de ejote, durante la

temporada se vinculan con algún intermediario que tenga los contactos

necesarios para otorgar créditos a su nombre. El mayorista se asegura así de

que los productores se comprometan a llevar su carga una vez que su huerta

sea cosechada. La importancia de los mayoristas radica en su capacidad de

comercializar los grandes volúmenes de producción. A la vez influyen sobre la

expansión de la misma (en volúmenes y superficies) gracias a los préstamos

en semilla y efectivo que reparten entre los productores al inicio de cada

temporada. Otros bodegueros se abastecen mediante la compra de huertas, ya

sea directamente o con la ayuda de un intermediario.

Las ganancias de estos comerciantes siempre están aseguradas, puesto que la

gran mayoría trabajan bajo el sistema de comisión. Independientemente del

mayor o menor precio en que se venda el producto, la comisión del 10% que se

le cobra al dueño de la carga no varía. De la misma forma aquellos que se

abastecen mediante la compra por huertas rara vez sufren alguna pérdida,

puesto que el producto lo comercializan ellos mismos.

A decir de un bodeguero su trabajo básicamente consiste en mantenerse

informado acerca de los precios del ejote, así como de la oferta y demanda del

producto. Los bodegueros tienen que estar al tanto de la cantidad de ejote que

será enviada a las bodegas ese día, la demanda de exportación y el precio en

las centrales de abasto más cercanas, con el fin de calcular el precio en que ha

de ofertarse. Ellos mismos se encargan de vender su producto estableciendo

los acuerdos con los clientes.

De acuerdo a algunas entrevistas, en la CEDA-DF existen alrededor de 15 a 18

bodegueros dedicados a la venta de ejote, siendo éste el producto más

importante entre los que comercializan45. Algunos son dueños de sus propias

45

De acuerdo al Directorio de comerciantes mayoristas del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) se tienen registrados 38 mayoristas dedicados a la comercialización de ejotes.

Page 85: Tesis Cadena

85

bodegas, mientras que otros rentan y unos más son “encargados” que se llevan

el 50% de las utilidades y el resto le corresponde al dueño de la bodega. Sus

compradores son generalmente comerciantes de mercados y tianguis y

dependiendo de la calidad del producto los compradores de supermercados se

abastecen ahí también. En otros casos los compradores son de diferentes

estados que llegan con camiones para comprar y transportar grandes

volúmenes de ejote.

Uno de los primeros mayoristas en trabajar vinculado a intermediarios en

Tenango fue Cristóbal Domínguez. Él comercializa principalmente ejote y

chícharos además de otras hortalizas. Durante los años de 1997 a 2001 era el

mayorista de ejote más importante, repartiendo semilla y créditos en varios

pueblos cercanos. Bajo su influencia surgió uno de los intermediarios más

activos, Felipe Ochoa. Actualmente en la zona sólo tiene un encargado que

radica en Tetelilla, y otro más que trabaja desde Tenango abarcando distintas

zonas.

Los otros comerciantes de la CEDA-DF que otorgan préstamos son Juan

Pérez, Manuel Peñaloza y Alonso Sánchez. El primero trabaja con un

encargado de Tenango; Peñaloza reparte semilla a través de un intermediario

en San Ignacio; y, de igual manera, Alonso Sánchez cuenta con la ayuda de al

menos dos intermediarios de San Ignacio y uno más de Tenango.

Por otro lado, en la Central de Abasto de Puebla, mucho mas pequeña que la

anterior, algunos bodegueros señalaron que sólo hay 3 ó 4 de ellos dedicados

exclusiva o mayoritariamente a la comercialización del ejote46. Sus

compradores son pequeños y medianos comerciantes de mercados y tianguis

locales, por lo que sus ventas las hacen desde dos o tres arpillas hasta treinta,

dependiendo del comprador.

Por último, la Central de Abasto ubicada en Huixcolotla es propiedad de la

Sociedad Cooperativa de Comerciantes de Huixcolotla, y se encuentra

aproximadamente a una hora y media de la ciudad de Puebla. Es una central

más grande que la de Puebla, y se comercializan principalmente frutas y

46

El SNIIM, en su Directorio de comerciantes mayoristas tiene registrados 16 bodegueros en la Central de Abasto de Puebla, cuyo giro comercial, entre otras frutas y hortalizas, incluye el ejote.

Page 86: Tesis Cadena

86

hortalizas. A diferencia de las otras dos en que la venta inicia en la madrugada

y termina unas pocas horas después, en Huixcolotla empieza alrededor de las

8 de la mañana y continúa durante todo el día hasta las 5 ó 6 de la tarde. Gran

parte de sus compradores son comerciantes de otros estados del país,

principalmente del sureste de México (Veracruz, Tabasco, Campeche,

Quintana Roo). Compran en grandes cantidades y de diversos productos que

transportan en camiones y Termo Kings, para abastecer ciudades como

Cancún, Jalapa, Iguala, Chiapas, Orizaba, Monterrey, entre otras.

Entre los comerciantes de la CEDA-DF y los de Puebla y Huixcolotla existe una

diferencia importante en la forma de asegurar el abasto de sus bodegas. Los

primeros comercializan casi exclusivamente los envíos a comisión por parte de

los productores, mientras que la principal forma de abastecimiento de los

comerciantes poblanos47 es la compra por huerta que realizan los

intermediarios con los que trabajan. En ambos casos recurren ocasionalmente

a la compra de carga de intermediarios independientes o de otros comerciantes

mayoristas.

Las centrales de Puebla y Huixcolotla, parecen estar relacionadas por distintos

agentes y de diversas formas. Algunos dueños de bodegas en Puebla son a la

vez dueños de locales en Huixcolotla. Otros tienen relaciones comerciales

entre sí; los bodegueros de Puebla por ejemplo, además de comprar huertas

de ejote para abastecer sus bodegas, abastecen también algunas bodegas de

Huixcolotla. En un caso un comerciante poblano y otro de Huixcolotla habían

sido socios en temporadas anteriores comprando huertas para abastecerse a

ellos y a otros comerciantes o empacadoras para exportación.

Cabe mencionar aquí el papel de las empresas empacadoras48 en el sistema

de comercialización del ejote de Morelos y de las nuevas zonas ejoteras.

Aunque se tienen pocos elementos de investigación, puede decirse que la

compra de ejote de Morelos durante los meses de diciembre y enero por parte

de estas empresas es algo relativamente común y reciente. En la zona de

47

Algunos de ellos han intentado trabajar bajo el sistema de comisión y préstamos pero no han mantenido esta práctica, en parte debido a pérdidas por los clientes deudores. 48

Las empresas empacadoras se encargan del envasado y labores poscosecha relacionadas

con la selección y acondicionamiento (pre-enfriado por ejemplo) de frutas y hortalizas.

Page 87: Tesis Cadena

87

estudio está la presencia de al menos un dueño49 de una empacadora

dedicado a la compra por huerta para exportar ejote ayudado por más de un

intermediario cada temporada. Otros compran por huerta y varias empacadoras

en Puebla o en Morelos50 son sus clientes para exportación. También en las

mismas centrales de abastos en ocasiones hay quienes buscan ejote de

calidad para exportación.

Debido a que el ejote no requiere permisos fitozoosanitarios como el caso del

mango o el tomate, la producción no tiene que ser controlada desde el inicio.

La compra por huertas es una forma de asegurar la calidad, forma y tamaño

requeridos para considerar un ejote de exportación, a la vez que se evitan los

riesgos de pérdidas del producto, además de que permite comprar el producto

al precio en el mercado mexicano. Cinco días antes de la cosecha se evita

fumigar la planta para evitar los residuos de pesticidas únicamente, y al

momento del corte se procura lavarlo con agua congelada con el fin de

mantenerlo fresco y envasarlo en cajas para evitar que se maltrate.

La misma tarde del corte el ejote se envía a la empacadora donde se vuelve a

enfriar y se selecciona en las bandas. El envío se realiza en cajas de distintos

pesos dependiendo hacia que país y zona vaya a exportarse. Uno de los

encargados de exportar ejote -en conjunto con el dueño de una empacadora en

Puebla- mencionaba que para la exportación hacia la costa Oeste de los

Estados Unidos las cajas son de 26 libras (11.8 k), mientras que para la costa

Este del mismo país se envían cajas de 30 libras (13.6 k). Una vez

seleccionado, empacado y enfriado se transporta nuevamente en camiones

refrigerados (Termo-kings) hasta la frontera. En dos de las empacadoras

visitadas en los municipios de Huixcolotla y Cuapiaxtla de Madero (ambos

dentro del estado de Puebla) laboran alrededor de 30 a 40 trabajadores en la

selección y empaque.

49

Este agente además es familiar de otros bodegueros de las centrales de Puebla y Huixcolotla y tienen negocios conjuntos, pues las mismas huertas que compran abastecen sus dos bodegas y la empacadora, mas las compras de producto que cada quien realiza por su parte. 50

Algunos intermediarios y bodegueros recordaban haber vendido ejote a una empacadora en Puente de Ixtla y Yautepec. En el primer caso probablemente corresponde a lo señalado por Saldaña (2006), respecto a la compra en grandes cantidades diarias de esta hortaliza por parte de la empresa Rio Grande de Morelos.

Page 88: Tesis Cadena

88

Los lugares a donde se envían cargas de ejote y que mencionaron productores,

intermediarios y bodegueros son Dallas, Bakersfield, Los Ángeles, Mc Allen, y

Nogales en Estados Unidos, y Toronto y Vancouver en Canadá. En el caso de

una empacadora, ésta trabajaba con distintos distribuidores en los dos países.

Para exportar participaba un tercer agente quien se hacía cargo de contactar a

los clientes en el extranjero y asegurar los permisos y transportes. En las cajas

etiquetadas este agente figura como el productor y distribuidor, mientras que la

marca corresponde a compañías en Bakersfield y Los Ángeles.

3.7 Resumiendo puntos de interés

A lo largo de este capítulo se ha descrito de manera general el funcionamiento

de la cadena de producción y distribución de ejote en Tenango y (por las

razones ya expuestas) San Ignacio, la cual reposa en seis posiciones básicas.

Como se señala, cada agente tiene responsabilidades y tareas bien definidas y

distintas de los demás, lo cual hace que todos sean necesarios para llevar a

buen término el objetivo principal de esta cadena: producir y vender ejote.

Hay que destacar también dos elementos que están presentes a lo largo de la

cadena: que el carácter perecedero del producto condiciona la coordinación y

precisión de esta cadena (y de otras muchas cadenas de productos

agroalimentarios como ya se ha visto), y el hecho de que todos los

participantes tengan largas trayectorias laborales dentro del mercado de trabajo

del ejote en Morelos.

Creo que también es relevante destacar el carácter especulativo y dinámico de

la demanda, que puede ser mejor sorteada por comerciantes e incluso por

grandes mayoristas que tienen más de un canal para darle salida, si bien

queda claro que éstos no acaparan producto si no les conviene, solo dejan de

comprarlo en la zona y ya. En cambio, los productores no pueden dejar de

vender so pena de absorber el costo de la pérdida y su capital para invertir en

otros cultivos (o no poder saldar deudas).

La exitosa organización de la cadena estriba en gran parte de los vínculos y

formas de relacionarse entre unos y otros agentes, que, como se puede

observar son diversos y variados. En cada relación hay varios intereses en

Page 89: Tesis Cadena

89

juego y cada agente se posiciona dependiendo de sus recursos, no sólo

materiales (tierra, dinero, camión, etc.), sino principalmente conocimientos y

habilidades. A la vez, de estos conocimientos depende la red de contactos que

cada quien puede ir formando dentro de esta cadena para participar en

determinada posición frente a los otros. Las largas trayectorias laborales

favorecen igualmente la creación de redes y la acumulación de recursos

(sociales y culturales).

Antes de analizar en el siguiente capítulo esta serie de vínculos, conexiones,

disputas y posicionamientos, tiene que hacerse énfasis en el carácter “informal”

de las relaciones. En ningún caso existen contratos escritos, ni firmas de

ningún tipo. Todos son acuerdos verbales a los que, sin embargo, se les

confiere la misma seriedad y nivel de compromiso. En juego está “la palabra”

de los participantes en la cadena. Los intercambios por tanto, no son sólo

económicos, sino que están revestidos y respaldados de una serie de

relaciones sociales igualmente importantes.

Finalmente quiero agregar y resaltar el papel cada vez más importante del

intermediario comercial en la cadena del ejote. De sus acciones depende el

buen funcionamiento de la misma y la mayor o menor participación del resto de

los agentes, sus posicionamientos y negociaciones.

Page 90: Tesis Cadena

90

4. Apuntes finales

Se ha descrito ya el funcionamiento de la cadena y la participación de cada uno

de los agentes. Quiero hacer énfasis ahora en la alta coordinación de la misma,

pero sobretodo en los elementos que coadyuvan a conservar y generar esta

organización entre los participantes.

En primer lugar, creo que en gran parte se debe a los mecanismos de

intercambio y reciprocidad que se generan al interior de la cadena. En segundo

lugar y aunado a lo anterior se encuentra también el tejido de relaciones

sociales que subyacen a la misma (vecindaje, patronazgo, amistad). Y

finalmente, en tercer lugar, las tareas de los intermediarios comerciales, que

como ya se ha visto no sólo cumplen con su función principal de abastecer a

los mayoristas de ejote, sino que vigilan y dirigen todas las otras tareas de los

diversos agentes participantes. Con ello se aseguran de que el producto

recorra en buenas condiciones todas las fases de la cadena.

Quizás a lo largo de la exposición de este trabajo no se ha recalcado con

suficiente énfasis el carácter procesual e institucional de la cadena de

producción-comercialización del ejote aquí estudiada, tal como Polanyi (1976)

entiende al sistema económico. Entender y explicar el conjunto y

funcionamiento de la cadena del ejote primero como un proceso en los

términos de movimiento que Polanyi plantea, mas allá de la sola ilustración del

organigrama, permite plasmar la idea de un sistema no estático. Los cambios o

movimientos de locación del producto son parte de esta naturaleza procesual,

así como los cambios de apropiación y la circulación de bienes de una mano a

otra (Polanyi, 1976:159), y ello se ilustra claramente en cuanto al recorrido y

transportación del ejote entre lugares físicos y al paso de un propietario a otro.

De la misma forma el dicho carácter de la cadena se observa en términos de

movimientos a través del tiempo, y los cambios que se suceden temporada tras

temporada al interior de la misma.

En conjunto con el carácter procesual, el análisis de los sistemas o hechos

económicos se complementa con la comprensión de su aspecto institucional:

La institucionalización del proceso económico dota al proceso de unidad y

estabilidad; crea una estructura con una función determinada en la sociedad;

Page 91: Tesis Cadena

91

traslada el lugar del proceso en la sociedad, añadiendo de este modo

significación a su historia; centra el interés en los valores, los motivos y la

política. ... La economía humana, pues, está incrustada y enredada en

instituciones económicas y no económicas (Polanyi, 1976:161).

De igual forma la cadena del ejote se encuentra incrustada en instituciones

económicas, y más interesante aún, instituciones no económicas como la red

de relaciones sociales dentro de la cual se mueven los participantes de la

misma. Cada operación de la cadena implica un intercambio comercial o

contractual que podría ser gráficamente captado puesto que se trata de un

momento aislado. Sin embargo, detrás de estos intercambios se da una serie

de reciprocidades y de otro tipo de intercambios ya no materiales o

directamente insertados en la cadena que van creando nuevas solidaridades,

competencias y redes sociales al interior de la cadena o que se traslapan a

ella. Dichas relaciones a las que nos referimos y que ya han sido mencionadas

perviven más allá de las situaciones contractuales, y existen previas a ellas. En

algunos casos han sido vecinos, paisanos, parientes, amigos. Después de

finalizada la época de cosecha cada agente busca reforzar y conservar el

vínculo que le permitirá insertarse en el mercado laboral la temporada

siguiente. De ahí la importancia de acciones y negociaciones para manipular y

mantener sus relaciones y del manejo de la variedad de sus recursos que le

han permitido y seguirán permitiendo su inserción en la misma. Por lo mismo,

otra lectura alternativa es el de explicarlos como nodos dinámicos, en donde en

cada operación se presentan códigos específicos al momento de relacionarse,

además de los códigos comunes a toda la cadena.

En este sentido vuelve a ser importante el análisis del aspecto procesual de la

cadena que se pueda realizar, suponiendo, como Gluckman (1975) que “un

análisis completo [de casos o situaciones sociales] continuaría trazando

relaciones dentro de los grupos específicos implicados retrocediendo en el

tiempo y luego avanzando, si es posible”. A ello Gluckman le ha denominado el

estudio del proceso de la vida social, el cual desde su punto de vista genera un

conocimiento más profundo de las culturas y los sistemas sociales.

Bajo estas premisas puede explicarse entonces por qué a lo largo de todo el

trabajo se ha hablado de la cadena del ejote y no de intercambios económicos

Page 92: Tesis Cadena

92

aislados. Lo que aquí se ha intentado plantear por tanto es que el proceso de

producción y distribución del ejote sólo puede entenderse como el conjunto de

cada una de sus fases vistas en secuencia y de las relaciones que se

establecen entre los agentes que participan en cada una de dichas fases. De

tal forma la cadena del ejote se constituye como una Cadena Global de

Mercancías en la forma que Gereffi, Korzeniewicz y Korzeniewicz (1994:2) las

han descrito, es decir, como el conjunto de redes interrelacionadas y que

funcionan todas alrededor de la generación de una mercancía, en este caso el

ejote y cuyas redes están conformadas por los participantes de las actividades

de producción, corte, transporte y comercialización de esta hortaliza, pero

también por las instituciones o comunidades dentro de las que se insertan

estas actividades, las redes sociales a las que pertenecen los agentes

participantes y los mercados por donde se distribuye el ejote a distintos niveles.

Retomando las ideas finales del capítulo anterior, debe señalarse que si bien la

cadena del ejote funciona de manera coordinada y organizada, donde en cada

fase o nodo hay agentes encargados de actividades específicas y

diferenciadas, no necesariamente los vínculos al interior permanecen estables

y armónicos, puesto que, según el lugar que se ocupe dentro de ella (siendo

cortador, transportista o mayorista), se puede disputar por mayores beneficios

(económicos, mejores condiciones de trabajo, etc.) en la misma. En cierta

forma puede decirse que se ha conformado un campo empresarial, concepto

del que se habló en el primer capítulo y el cual González (1994, citado en

Calleja y González, 1999: 24) describe como “una unidad social y cultural que

crean todos aquellos que compiten por apropiarse de las utilidades que se

generan con la producción y venta de una mercancía o de un grupo de

mercancías”.

Cabe señalar sin embargo, que no todos los involucrados en la cadena forman

parte del campo empresarial. En sentido estricto sólo los comerciantes

mayoristas, los dueños de empacadoras, brokers y quienes participen en las

fases subsecuentes a la comercialización y empaque compitiendo directamente

por las utilidades de la producción y venta del ejote son parte de este campo. El

propio González ha delimitado su categoría

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93

...a los empresarios, entendidos como propietarios de los medios de

producción, pero lo he hecho extensivo a los corporativos de las empresas

transnacionales que tienen un papel fundamental en la toma de decisiones de

las mismas y los he definido como actores colectivos empresariales51.

Queda entonces abierto a discusión el lugar de los otros agentes dentro del

campo empresarial y si forman parte de él o no. Desde nuestro punto de vista

el intermediario comercial, aun sin ser dueño de los medios de producción, sí

compite por las utilidades generadas en la cadena dado que además de recibir

su salario obtenido por sus servicios (como trabajador y extensión de las

funciones del mayorista que lo llevan a velar por sus intereses), suele obtener

ganancias extraordinarias de otras maneras (por ejemplo cuando los

intermediarios se arriesgan invirtiendo su propio capital para la compra de

huertas, al recibir mejores pagos dependiendo del valor del ejote en el

mercado, etc.). Lo mismo sucede en el caso de los transportistas quienes sí

son dueños de sus medios de producción (los camiones) y compiten por las

utilidades generadas, pues al participar en el valor agregado del producto,

buscan obtener mejores recompensas por ello.

Los capitanes por su parte, se encuentran en situación distinta al igual que los

productores, en ambos casos su capacidad de negociación (y disputa) por las

ganancias que se generan a lo largo de la cadena queda supeditada a las

decisiones del intermediario o del propio mayorista dependiendo del tipo de

relación que hayan establecido de antemano. Por su parte, el capitán ha

convertido en capital económico su capital social (capacidad de control y

convocatoria sobre los jornaleros), y eso es lo que invierte, con lo cual puede

disputar mayores ganancias, pero ello no puede lograrlo si sus labores están

restringidas por las decisiones del intermediario.

El productor tiene disimilitudes más importantes, y que hacen más confusa su

ubicación dentro del campo empresarial. Por un lado, es dueño del medio de

producción “más importante”: la tierra, y sin embargo en algunos casos aparece

o queda subsumido como mero trabajador del capital (mayoristas),

especialmente cuando delega muchas de sus funciones al intermediario.

Entonces, su capacidad de gestión se ve diluida y el productor se vuelve

51

Comunicación personal, febrero 2008

Page 94: Tesis Cadena

94

sinónimo de mano de obra para cultivar. Aun cuando esto no suceda –es decir,

cuando el productor tiene un margen más amplio para decidir sobre el destino

de sus cosechas-, el dinero que obtienen por la venta de éstas, en sentido

estrictamente marxista, no pueden ser considerados ganancias, puesto que:

a) su condición de campesino no capitalista es radicalmente distinta al

empresario que se dedica a la acumulación de capital; el dinero que

obtienen de la venta de sus mercancías (ejotes en este caso) sirve

únicamente para obtener otras mercancías, es decir piensa en vender

para comprar;

b) por lo mismo, cuando vende su cosecha, considera dentro del precio

“justo” únicamente el valor de los insumos utilizados (semilla,

fertilizantes, etc.) y la mano de obra pagada (jornaleros), pero no de la

inversión de mano de obra propia y de su familia,

c) ello hace que el valor de su mercancía no alcance a cubrir todo lo que

invirtió, y no cobre por la plusvalía generada de su propio trabajo, por lo

tanto el productor no ha obtenido ninguna ganancia, si entendemos que

esta deriva pues del beneficio que puede obtener el dueño del capital

una vez que ha cubierto todo lo que invirtió (Mandel, 1975).

Por ello, pero principalmente por estar sujeto a las decisiones del capital,

hemos considerado que el productor no participa en esta disputa de ganancias

ni por lo tanto en el campo empresarial. Esto no significa que no pudieran

eventualmente ser parte del mismo, si los productores de ejote del oriente

asumieran un comportamiento económico diferente al actual y participaran en

la cadena como empresarios capitalistas, o al menos “escalaran” en el control

de mecanismos de transporte o acceso al mercado52. No sucede así en el caso

de los cortadores, quienes indiscutiblemente no disputan por ganancias o

utilidades, sino a lo sumo por el reconocimiento justo del valor de su fuerza de

trabajo. Cuestión que por lo demás es relativa ya que hemos visto que el

sistema de trabajo y de pago propicia su sobreexplotación.

52

Cabe recordar el caso mencionado por Andrés Pedreño en el primer capítulo sobre la organización cooperativa de los productores en Murcia, España, que les permite tener mayor control del precio de sus hortalizas en el mercado.

Page 95: Tesis Cadena

95

Con todo, independientemente de su participación en el campo empresarial, lo

cierto es que todos los agentes de la cadena (cortadores, capitanes, choferes,

productores, intermediarios y comerciantes mayoristas), desde nuestra

perspectiva compiten entre ellos (ya no por utilidades pero sí por otros

beneficios) haciendo uso de sus conocimientos, recursos materiales y

sociales. Esta competencia depende además de los lugares distintos que

ocupan en la toma de decisiones y por ende la posibilidad de ganancia dentro

de la cadena. Por lo tanto sí es importante remarcar que una de las

características mas útiles de la categoría de campo empresarial para nuestro

estudio es el análisis que propone para explicitar tanto el papel de los agentes

participantes y “…su desenvolvimiento y competitividad en el eslabón en que

actúan, como de las relaciones que establecen con los miembros de los otros

eslabones de la cadena” (Calleja y González, 1994:26).

Si bien todos los participantes tienen un objetivo común: producir y vender ejote

con el mayor beneficio económico posible para todos, a la vez cada uno de

ellos persigue intereses propios. De ahí que se den pequeñas disputas al

interior de una cadena ya establecida entre productores e intermediarios o

entre capitanes y cortadores por ejemplo, o con otros agentes que ofrecen los

mismos servicios (capitanes y capitanes) por ocupar una posición ella. Sin

embargo, cualquier fricción o disputa suele verse subsumida en pos del

funcionamiento de la cadena y de la conservación del lugar dentro de ella la

siguiente temporada. Las lealtades (eso no vale…, es la palabra…) y las

relaciones sociales (es mi vecino…) entran en juego entonces como formas de

legitimación, regulación y reglamentación de la competencia entre agentes, lo

que genera una característica propia en este tipo de cadenas en que las

relaciones personales cara a cara juegan un papel muy importante. Este tipo de

relaciones personales pueden clasificarse dentro de los denominados socios

comerciales que Molina y Valenzuela (2007:205) definen como la “amplia

diversidad de instituciones que van desde el kula al compadrazgo y que tienen

como punto en común garantizar seguridad y continuidad en los intercambios”,

las cuales aseguran también en este caso la continuidad del funcionamiento de

la cadena del ejote. Así el compadrazgo, el parentesco, el patronazgo y el

vecindaje entre cortadores, capitanes, transportistas, productores,

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96

intermediarios y comerciantes deben interpretarse como “…medios que

intentan garantizar la reproducción social, al postular el mantenimiento de una

obligación social en el futuro definida de forma difusa y flexible para permitir

precisamente su adaptación a una variedad de circunstancias imprevisibles”

(loc. cit.).

4.1 Sobre la estructura organizativa y del funcionamiento

Se ha delimitado ya desde el capítulo anterior y de manera detallada, quiénes

son los agentes participantes en la cadena del ejote de Tenango, y cuál es el

papel y las funciones de cada uno de ellos al interior de la misma. De manera

breve podemos describir la estructura y funcionamiento de la cadena en pocas

líneas: el productor local es el encargado de sembrar y supervisar el

crecimiento de la planta, una vez que la huerta está lista para ser cosechada

grupos de jornaleros o cortadores son los responsables de esta tarea, bajo la

dirección de un intermediario laboral denominado capitán. El ejote envasado es

transportado por los choferes o transportistas hasta las centrales de abasto en

Puebla y la Ciudad de México, en donde los grandes comerciantes mayoristas

o bodegueros llevan a cabo las tareas de comercialización. En mayor o menor

medida un sexto agente participa en cada una de estas etapas: el intermediario

comercial, cuya responsabilidad principal es la de abastecer a las bodegas o

empacadoras de ejote mediante la compra por huerta o los envíos a comisión,

pero que además participa activamente en la coordinación y organización de

las otras tareas de producción, corte y transporte.

La menor o mayor participación de los intermediarios comerciales en cada

eslabón de la cadena influye directamente en la estructura de la misma. Como

ya se mencionó, el trabajo de campo proporcionó datos suficientes para

esbozar de manera general la existencia de tres tipos de estructuras:

1) El productor contacta directamente con capitanes, transportistas y

mayoristas para realizar las tareas de corte, transporte y comercialización (en

este caso no hay intermediario comercial);

Page 97: Tesis Cadena

97

2) el intermediario otorga préstamos al productor a nombre del mayorista, y con

frecuencia se hace responsable también de asegurar el corte y transporte de la

cosecha; y

3) el intermediario, mediante compra por huerta se encarga de abastecer las

bodegas, en cuyo caso es el responsable directo de la cosecha y de que el

ejote llegue a su destino. Mientras tanto el productor, una vez vendida la

huerta, se deslinda de los gastos o pérdidas subsecuentes.

En cualquiera de los casos debemos mencionar que de ninguna forma se trata

de ejemplos de canales verticalmente integrados o de casos de agricultura por

contrato. Cada agente participa de manera individual e independiente en la

cadena, no sólo en el sentido de que realizan tareas diferenciadas, sino

también que cada uno trabaja bajo sus propias condiciones. Se trata por tanto

de un canal fragmentado en el sentido que supone Dannhauser (1991), donde

el poder se distribuye entre sus miembros (aunque no equitativamente). Con

relativa autonomía cada agente gestiona sus actividades, en base a sus

propios cálculos de pérdidas y ganancias.

Tampoco, y aunque en ocasiones pareciera serlo, se trata de agricultura por

contrato, puesto que aun cuando mayoristas financian gran parte de la

producción de ejote en el oriente de Morelos, ellos no tienen injerencia directa o

toma de decisiones en el cuándo y cómo de la producción. Los acuerdos son

siempre verbales, y no se especifican cuestiones técnicas, fechas o cantidades

a entregar, como si sucede en los contratos formales llevados a cabo en otras

producciones nacionales (por ejemplo, en el tabaco (Mackinley, 1999)).

Con todo, no puede dejar de señalarse la influencia que tienen los mayoristas

en la zona, gracias a estos financiamientos y la práctica cada vez mayor de la

compra por huerta. Muy probablemente la expansión de la producción de ejote

desde los municipios del centro del estado (Cuautla y Ayala), hacia las zonas

productoras en el oriente (Jonacatepec, Jantetelco, Tepalcingo y Axochiapan),

fue resultado de las decisiones consientes de varios bodegueros de la CEDA-

DF, en su búsqueda por ampliar los lugares de abastecimiento. Lo mismo

sucedió con la presencia de mayoristas poblanos en la zona dedicados a la

compra por huerta para abastecerse del ejote producido en el estado, y en que

el factor de la distancia parece ser decisivo también.

Page 98: Tesis Cadena

98

En este sentido deben plantearse además algunas preguntas respecto a si esta

ampliación o posible diversificación de las zonas de abastecimiento de Puebla

corresponde solo con la también ampliación del mercado nacional de esta

hortaliza, o de manera más directa con el boom explosivo de la demanda de

ejote para exportación que se ha dado en los últimos años. Si bien no tenemos

datos suficientes para realizar tal afirmación, ésta parece ser la tendencia si se

observan ciertos elementos, tales como: existencia y desarrollo de

infraestructura de empaque en el estado de Puebla, la práctica de la compra

por huerta y la mayor presencia de agentes poblanos en la zona durante los

meses de mayor demanda en el extranjero.

4.2 Importancia de lo personal, las redes sociales, los saberes y los

mecanismos de intercambio y/o reciprocidad

La cadena de producción y distribución del ejote se compone de una serie de

intercambios económicos organizados unos tras otros en secuencia ordenada:

el productor intercambia su cosecha o huerta por dinero, los cortadores

intercambian su fuerza de trabajo por un salario, el transportista vende sus

servicios..., y así sucesivamente. Aunque el funcionamiento de esta cadena

hasta ahora se ha planteado de manera sencilla, mencionando las actividades

de cada uno de los agentes, se debe recordar como dice Polanyi, que la

economía humana está incrustada y enredada en relaciones económicas y no

económicas.

El esquema para explicar la estructura y funcionamiento de esta cadena bajo

esa premisa se hace mucho más amplio porque además de entender las

responsabilidades de cada participante, se hace necesario entender también la

red de socios comerciales (Molina y Valenzuela, op.cit.:205) o de relaciones

sociales “no económicas” y las formas de vincularse que existen entre ellos. En

este sentido Wolf (1980:20) señala que conjuntamente con los sistemas

institucionales económicos y políticos de las sociedades complejas existe una

serie de estructuras no institucionales o de relaciones sociales informales, a las

que también denomina paralelas y que “producen el proceso metabólico

necesario para que funcionen las instituciones oficiales”. Dentro de estas

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99

instituciones paralelas, Wolf señala la importancia del estudio de tres de ellas:

las relaciones de parentesco, de amistad y de patronazgo.

Por su parte, Sydney Mintz (1982:20-21) ha denominado a esta serie de

vínculos el elemento personalista de la actividad mercantil, señalando que

“detrás de la operación de oferta y demanda hay toda una red de tratos de

persona a persona que persisten a través del tiempo y que sobreviven a

cualquier transacción”. Mintz explica que por medio de este elemento las

transacciones comerciales varían ligeramente dependiendo de las relaciones

personales que existan entre comprador y vendedor. De la misma forma

sucede dentro de la cadena del ejote en el oriente de Morelos, así por ejemplo

un intermediario puede favorecer a sus amigos o vecinos más cercanos en

cuanto a la extensión del crédito, o los capitanes pueden realizar favores a sus

clientes predilectos (haciendo el corte mas rápido o trabajando horas extras

para terminar con la cosecha de una huerta por ejemplo).

La misma importancia le otorga Lomnitz (1978) a las relaciones no económicas

dentro del sector informal del sistema urbano de la Ciudad de México, la autora

cita a Roberts (1976 en Lomnitz 1978:132) quien menciona que “las relaciones

se organizan como parte de un capital social que reemplaza también las

credenciales y las carreras organizadas de la economía formal”. Si para el caso

de las barriadas de la Ciudad de México las relaciones con intercambios más

intensos se basan en el parentesco (Lomnitz, 1978:133-134), en la cadena del

ejote puede plantearse que los mecanismos de intercambio y/o reciprocidad se

basan principalmente en relaciones de vecindaje, amistad, parentesco y

patronazgo.

Estos elementos personales tienen una justificación económica (Mintz,

1978:21), y al contrario de lo que pudiese pensarse como relaciones casuales,

los participantes de la cadena conservan y promueven la creación de este tipo

de relaciones. Es decir si bien muchas de las relaciones entre los agentes

participantes existen previas a cualquier relación contractual, los mismos

sujetos desarrollan una serie de intercambios y reciprocidades para estrechar

sus lazos de amistad o vecindaje, y con ello buscan situarse dentro de la

cadena con una posición privilegiada frente a otros que compiten por el mismo

lugar. En los casos en que dichos lazos no existan previamente, los sujetos

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100

buscan promover esta serie de relaciones con otros participantes mediante la

confianza y la lealtad o el intercambio de favores, información, etc. De esta

forma:

Las redes de intercambio evolucionan de acuerdo al flujo de intercambio

recíproco de bienes y servicios. Hay retroalimentación entre el acto individual

de intercambio y el incremento de confianza que a su vez promueve

intercambios futuros (Lomnitz, op.cit.:135).

Dos elementos deben quedar incluidos en estas ideas finales sobre la

importancia de lo personal y las redes sociales que se forman alrededor de la

cadena del ejote: 1) el hecho de que todas las relaciones entre los agentes se

establezcan cara a cara y 2) el carácter informal de los contratos establecidos,

los cuales en realidad son acuerdos verbales. Estos dos elementos cambian

radicalmente la naturaleza de la cadena del ejote, a diferencia por ejemplo de

la agricultura por contrato o las cadenas de productos industriales.

Los contactos cara a cara le otorgan un elemento personal a esta cadena,

razón por la cual los participantes procuran los intercambios recíprocos entre

pares o no. Lomnitz (1978) ha marcado este tipo de intercambios, identificando

dos tipos de relación, el intercambio entre iguales, y la relación patrón/cliente.

Wolf (1980) por su parte menciona la existencia de clases cualitativamente

distintas de intercambio en las relaciones de amistad y patronazgo. Ambos

autores mencionan que en las distintas relaciones hay diferentes tipos de

intercambios. Así por ejemplo, señalan que el intercambio entre iguales o entre

amigos es de tipo simétrico, donde los involucrados suelen intercambiar bienes

o servicios de valor similar. No así, obviamente en las relaciones patrón/cliente

donde existe un desequilibrio y “una de las partes dispone de posibilidades

claramente superiores para conceder bienes y servicios” (Wolf, 1980:34).

Cabe señalar aquí el tipo de bienes y servicios que suelen intercambiarse entre

los agentes de la cadena del ejote: información, préstamos, ayuda laboral y

servicios (Lomnitz, 1978:135). De ello existen varios ejemplos: la información

que otorga el capitán o el transportista al intermediario en cuanto a la calidad

de las huertas, los préstamos del capitán a sus jornaleros, los servicios o

“talachas” que realizan los transportistas, el intercambio de información entre

capitanes o entre capitanes y transportistas, etc. Por otro lado, en las

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101

relaciones asimétricas, por parte del cliente al patrón suele otorgarse a cambio

una estima o lealtad, por ejemplo de parte de los cortadores al capitán o de los

productores al intermediario o mayoristas.

Con todo, y aun cuando unos y otros se pueden reconocer como patrones o

clientes, en las relaciones patrón/cliente se suele dar un trato similar al que

existe en los intercambios entre iguales, los cuales suelen ser pocos. Así por

ejemplo aunque es claro el desequilibrio entre productor e intermediario, este

último reconoce la importancia de los tratos cordiales entre ambos. Dado que el

factor incertidumbre está muy presente para todos los agentes de la cadena

(hoy pueden ser parte de ella y la siguiente semana no) el manejo de las

relaciones y el discurso como un trato entre iguales se vuelve esencial para

conservar vigente la red de relaciones y reducir la tensión de su antagonismo,

puesto que nadie está obligado bajo contrato escrito a cumplir con los

compromisos adquiridos y cada quien busca su propio beneficio.

La naturaleza verbal de los acuerdos que se establecen en el intercambio de

mercancías y servicios hace que los valores de lealtad, cumplimiento y

confianza sean altamente apreciados. Además dado que es un campo formado

casi exclusivamente por hombres, se hacen extensivos aquellos valores

culturales asociados con lo que se considera una conducta masculina correcta,

tales como cumplir “la palabra” y preservar el honor; por lo que estas

cuestiones son muy importantes en el manejo de estas relaciones, donde cada

cual juzga a los demás y sabe que será juzgado.

4.3 El papel del intermediario comercial

Antes de hablar de los intermediarios comerciales debemos hacer una

referencia a la categoría de broker de Wolf (1976), entendido como el sujeto

que “monta guardia en las junturas o sinapsis cruciales de las relaciones que

conectan el sistema local con la totalidad” (citado en Lomnitz, 1978:140). Si

bien Wolf (op.cit.; 66) se refiere a las relaciones económicas y políticas entre el

nivel de la comunidad y el nivel de la nación, sobre los cuales no ahondaremos

en este trabajo, sí es importante mencionar las funciones del broker como

mediador entre intereses distintos y a veces opuestos. En este sentido son sus

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102

habilidades para operar entre un grupo y otro adoptando “los patrones

correctos de conducta pública” (op.cit.:60), así como la manipulación de sus

lazos sociales los que nos interesan en este punto.

Dependiendo de cada autor se menciona la existencia de diversos tipos de

intermediarios; Lomnitz (1978) establece una división entre reclutadores de

trabajo, caciques políticos, e intermediarios de producción y comercialización

por ejemplo, mientras que otros autores como De la Peña (1986) mencionan

una diferencia entre mediaciones políticas, culturales y económicas. Por

razones obvias en nuestro caso planteamos la existencia de un intermediario

comercial, que opera dentro de la cadena del ejote contribuyendo a relacionar

las distintas voluntades de los otros actores, que por otro lado comparten una

meta común: producir y vender ejotes con la mayor ganancia económica

posible.

A lo largo de esta tesis se ha planteado ya la importancia de los intermediarios

comerciales en las cadenas de productos agrícolas, citando ejemplos de

Rosales (1979), Echánove (2004) o Castillo (1987) sobre los grandes

empresarios mayoristas, los acaparadores locales, etc. Si bien hemos

recalcado una y otra vez la interdependencia entre las funciones de cada

agente en la cadena del ejote, no podemos dejar de mencionar la importancia

cada vez mayor de los intermediarios comerciales o “encargados” en la

organización de la misma.

De acuerdo a la clasificación por ámbito geográfico que Rosales (1976)

establece, el intermediario comercial en la cadena del ejote estaría clasificado

como un acaparador regional, tomando en cuenta sus vínculos con las

centrales de abasto y su poder para financiar a los productores de la zona. Su

función principal como ya se ha dicho es el de servir de unión entre la oferta y

la demanda de ejote en el mercado, es decir, entre productores y mayoristas.

Sin embargo los encargados, como se les denomina en la zona productora,

tienen además una serie de funciones diversas que a primera vista parecen

secundarias, pero sin las cuales la cadena no funcionaria con la misma

coordinación.

Entre estas funciones secundarias se encuentran la de servir como vínculo

entre productor y capitán y productor y transportista, cuando se trata de

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103

intermediarios encargados de repartir semilla; o directamente la de servir como

encargado de la organización del corte y transporte del producto, contratando

los servicios de cuadrillas y choferes y vigilando su trabajo, cuando los

intermediarios se encargan de comprar ejote por huerta. Así, a diferencia de

quienes trabajan en otras regiones y/o productos, dichos intermediarios cobran

un nivel de participación muy distinto. Si su papel principal es vincular oferta y

demanda, su existencia dentro de la cadena no podría darse de no ser por

estas otras funciones, tal como sucede, por ejemplo, en el caso de

Tenextepango donde estos agentes no existen y son las oficinas quienes

tienen la tarea de repartir semilla (Sánchez, 2006).

Para la realización de estas labores el intermediario está forzado a tener una

amplia red de contactos, entre los que se incluyan productores, capitanes,

choferes y, por supuesto, mayoristas. Esta red la han ido conformado, en

primera instancia por circunstancias casuales, puesto que sus vínculos con

otros productores locales nacieron de sus relaciones de vecindaje y amistad,

en segundo lugar por sus trayectorias laborales como productores y luego

como encargados, y finalmente, gracias a su capital social y cultural han

ampliado y consolidado su vasta red de relaciones sociales. Tal como lo dice

Lomnitz, refiriéndose a los intermediarios en zonas marginales de la Ciudad de

México, la carrera de los intermediarios inicia en sus redes de intercambio

recíproco (en nuestro caso entre el encargado y otros productores locales):

Inicialmente el intermediario se diferencia de los demás miembros de su red

en los siguientes puntos: 1) el intermediario posee alguna habilidad de valor

económico real o potencial; 2) está en situación de reclutar a los miembros

de su red; 3) posee alguna relación con algún patrón fuera de la barriada

(Lomnitz, 1978:140).

Todos los intermediarios comerciales de la cadena de producción y distribución

del ejote tienen largas trayectorias laborales como productores, su habilidad de

valor económico suele ser la facilidad de palabra y el manejo de las relaciones

públicas, su compromiso con el trabajo y/o su red social y contactos con otros

productores. De ello dependió en gran medida el establecimiento de sus

vínculos con los mayoristas y su capacidad para escalar hasta convertirse en

encargados.

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Se debe distinguir y diferenciar además este tipo de relaciones entre los

encargados y los otros agentes participantes. Wolf por ejemplo reconoce la

existencia de dos tipos diferentes de amistad: la primera, a la que denomina

amistad emocional se trata de una relación “entre un ego y un alter en la que

cada uno satisface algunas necesidades emocionales del otro” (Wolf, 1980:28),

la segunda, a la que señala como amistad instrumental, en donde “cada uno de

los componentes de la misma actúa como potencial eslabón con otras

personas del exterior” (op.cit.:30). Si entre determinados intermediarios y

productores existe un tipo de amistad emocional, en otros casos esta puede ser

mayormente instrumental. En el segundo caso, el intermediario se convierte en

eslabón entre productor y mayorista, y el productor puede ser el vínculo entre el

intermediario y otros productores o bien con capitanes y choferes. Aun cuando

la amistad tenga claramente una utilidad práctica “es importante que se de en

ella una mínima cantidad de afecto o que se finja cuando no existe” (op.cit:30)

para conservar el vínculo.

Entre las relaciones de los intermediarios con capitanes, choferes y

productores, la mayoría de las veces las relaciones de amistad se convierten

en relaciones de patronazgo, puesto que los primeros poseen “posibilidades

claramente superiores para conceder bienes y servicios” (op.cit.:34), derivadas

a su vez (casualmente) de sus vínculos con los grandes mayoristas.

¿Cuál ha sido entonces la importancia del intermediario comercial en esta

cadena, y qué es lo que hace a este agente radicalmente distinto de los

demás?. Inicialmente en esta tesis habíamos planteado la existencia de un

nuevo centro de operaciones en la zona oriente de Morelos (Tenango), desde

donde se organizaban los procesos de distribución similares (que no idénticos)

en funcionamiento al caso de Tenextepango ya analizado por Sánchez (1996,

2006). La realidad ha demostrado la inexistencia de un centro como tal en

Tenango, y ha resaltado el papel del intermediario como punto de conexión

entre los agentes. El lugar físico del mercado ya no existe y dependiendo del

intermediario este puede moverse. Ahora lo importante ya no es acudir al lugar,

sino con la persona para tener acceso al mercado y a la mano de obra. Se ha

dado pues una flexibilización de los mecanismos de compra-venta de servicios

y mercancías, donde dadas estas estructuras móviles lo fundamental es la

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105

coordinación entre los agentes, y es ahí donde radica la importancia de los

encargados. Ello implica nuevas formas organizativas, los agentes

participantes deben de estar concientes de que el éxito del funcionamiento de

la cadena depende de la interdependencia que existe entre ellos. Si bien el

mercado de trabajo es abierto (porque cualquiera puede participar), no basta

con tener el conocimiento o los medios para prestar los servicios, sino

contactar a otros agentes dentro de la cadena.

En segundo lugar la cada vez mayor injerencia de los encargados en todas las

tareas de la cadena, reduce el margen de movimiento e independencia de los

otros agentes. El más claro ejemplo es el productor quien, a diferencia de lo

que ocurre en Tenextepango (Sánchez, 2006) delega por completo muchas de

sus funciones. Poco a poco se reduce el número de decisiones que tiene que

tomar, si antes elegía cuándo, cuánto y cómo sembrar, ahora, debido a la

injerencia del capital, representado por el intermediario y el otorgamiento de

préstamos cada vez menos decide la cantidad y el momento de siembra.

Para posteriores estudios queda la pregunta abierta de si es que esta cadena

de producción y distribución pasará a convertirse en un caso más de agricultura

por contrato, donde en base a contratos escritos se preestablecen y especifican

cantidades, calidades e incluso modos de siembra “recomendando” el tipo de

insumos a utilizar. En tal caso el intermediario podría cobrar mayor fuerza

participativa e independencia en la cadena, o por lo contrario asumirse como

mero trabajador del mayorista bajo un salario fijo y sin capacidad de incidir en

la toma de decisiones.

Así pues, a lo largo de esta investigación hemos intentado reconstruir cómo se

configura y funciona una cadena de producción y distribución de bienes

agrícolas en un caso particular, el ejote en el oriente de Morelos. Su dinamismo

está marcado por la estrecha interdependencia de diferentes agentes o actores

sociales que detentan distintos recursos en el ámbito de la producción o la

circulación, pero que también poseen recursos sociales y culturales

específicos. La reciente expansión de la zona productora ha influido además en

el surgimiento de nuevas mecánicas y formas de relacionarse a las cuales los

participantes han tenido que readaptarse y reacoplarse. Dichos reajustes y

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reacomodos muy probablemente los seguirán sufriendo a lo largo de los años y

las temporadas en un intento por conservar su lugar dentro de la cadena.

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Bibliografía

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