Texto: Antonio Rodríguez CarmonaPresentación: Antonio García Polo

EN LA ESCUELA DEL EVANGELISTA MATEO

Vivir con alegría el Don recibidoVivir con alegría el Don recibido

Kerigma y Moral según MateoKerigma y Moral según Mateo

“ES TANTA LA ALEGRÍA...”

1. Vivir con alegría el don de la filiación

Catequesis para cristianos en baja forma

• Mt. es catequista y escribe para responder a problemas que tenían sus destinatarios.

● Uno, muy importante, es la pérdida del fervor primitivo, con abandono de la práctica cristiana o su cumplimiento rutinario y legalista.

“Nueva Evangelización”

● Mt vive en la 2ª generación cristiana, en que muchos cristianos lo son desde el nacimiento, y otros se han agregado a la comunidad sin la suficiente preparación.

● Mt hace un buen diagnóstico de la situación. La comunidad necesita volver a los fundamentos. Necesita descubrir de nuevo la “Buena Noticia”, el Evangelio.

“El tesoro escondido”

+ La breve parábola del tesoro escondido (Mt 13, 44) ofrece la clave de la nueva evangelización:

«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.»

La alegría como móvil de la moral

● Primero es la alegría por el don recibido (evangelización), segundo y consecuencia corresponder a sus exigencias en contexto de alegría (moral).

● La moral cristiana es seria y exigente, pero siempre en contexto de alegría. Vale la pena.Mi yugo es suave y mi carga ligera (Mt 11,30)

Las facetas del “tesoro”

+ A lo largo de su relato, Mt va exponiendo las diversas facetas del don: Dios como padre y señor, la presencia del Reino, Jesús, la Iglesia.

+ Y junto con el don, la manera de cooperar con él.

+ En la medida en que se valoren los dones, se cooperará con alegría.

• En esta serie nos aproximaremos a las diversas facetas del tesoro:

Dios, padre y señorDios, padre y señor El Reino de los El Reino de los cieloscielos Jesús, mesías y Jesús, mesías y señorseñor La IglesiaLa Iglesia

La idea que se tenga de Dios condiciona y determina la vida religiosa.

A un Dios tirano justiciero corresponderá una religiosidad del temor

A un Dios Padre una religiosidad de confianza y alegría.Por eso la gran aportación de Jesús consistió en proclamar que Dios es Padre y que toda la vida religiosa ha de vivirse desde esta realidad.

Para eso nos capacitó, haciéndonos hijos de Dios.

Mt lo subraya como la primera faceta del don.

Dios, Padre y Señor

+ En el AT se llama a Dios padre en cuanto que es creador. Por eso todos los hombres son sus hijos y Dios las cuida y ama.+ También es padre especial del pueblo judío en virtud de la alianza. Por eso los cuida y ama.+ Jesús se presentó como un “hijo especial y único”

Padre especial

« Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» (Mt 11,25-30)

Jesús, hijo único

En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo:

«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. »

Jesús comparte la naturaleza del Padre

+ Jesús llama a Dios padre y señorAfirma que su Padre se lo ha entregado todo+ Consiguientemente es infinito y sólo el Padre lo puede conocer.+ Igualmente sólo él puede conocer al Padre y a quien el Hijo se lo quiera revelar. ¡Nos lo ha revelado a nosotros!¡Nos ha capacitado para recibir el don de la filiación!

Valorar el don

• Jesús ofrece participar su filiación y relación única con el Padre: sentido de dependencia, intimidad, confianza, alegría, identificación con su voluntad.

• El discípulo de Jesús participa así de su condición filial que lo ordena al Padre. En el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19) queda incorporado a la vida trinitaria.

Corresponder con el don

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»(Mt 11,28-30)

+ Invitación dirigida a discípulos angustiados por una moral legalista, rutinaria y sin sentido para aliviarles la carga. No las quita sino que las alivia, colocándolas en su contexto adecuado, la filiación.

El discípulo debe vivir la filiación como Jesús, manso y humilde de corazónLa moral cristiana es mi yugo suave y mi carga ligera.

Yugo es el instrumento que une a otro que tira con él del carro. Con esta comparación Jesús enseña que nos acompaña a tirar, haciéndolo posible y dándonos ejemplo. Por eso la carga es ligera.

La moral cristiana implica esfuerzo, pero en contexto filial y alegre es suave y ligero

Carga ligera y alegre

Vivir la filiación

Es curioso que siempre que Jesús habla de Dios nuestro padre es para indicar cómo vivirlo. Creer en la filiación y vivirla son dos facetas inseparables.

Por eso Jesús critica a los discípulos que creen en la paternidad, pero en la hora de la dificultad no la viven. Son hombres de poca fe:

Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? (Mt 26,30).

Hacerse pequeño

Es fundamental tener en cuenta que sólo pueden recibir y vivir el don de la filiación los pequeños (Mt 11,25). Por eso la insistencia de Jesús en “hacerse niño”:

- Jesús llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: « Yo os aseguro: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. » (Mt 18,2-3)

- Jesús les dijo: « Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos. » (Mt 19,14)

Qué implica ser hijo

Obrar siempre de cara al Padre, no de cara a los demás o buscando la propia satisfacción:Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial (Mt 6,1)

“Justicia” en el vocabulario de Mt significa cooperar con la acción de Dios, es decir, Dios obra en mí y me pide que colabore, poniendo de mi parte lo que deba poner.

Obrar buscando que los hombres alaben al Padre:Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mt 5,16).

La oración

Tener en la oración relación personal con el Padre, confiada y solo de cara a él, que por eso debe ser diferente de la de los fariseos y paganos. El fariseo obra de cara a sí mismo (para “quedarse tranquilo”) y de cara a los demás:

Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará (Mt 6,5-6).

El pagano ora para dar a conocer a Dios Padre las necesidades y concibe la oración como fórmula mágica que obliga a Dios: Y al orar, no charléis mucho, como los paganos que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo (Mt 6,7-8).

La oración del hijo

Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro ... (Mt 6,5-9).

La oración filial tiene los siguientes elementos:

Una invocación inicial para establecer relación filial con Dios como padre. Esto implica que se mantiene una relación fraternal con los hermanos: Padre nuestro que estás en el cielo. Por eso el hijo ora en primera del plural.

Padre nuestro, Oración filial y fraternal

Padre de todos,Líbrame del orgullode estar solo.No vengo a la soledadCuando vengo a la oración, pues sé que estando

contigo, con mis hermanos estoy;Y sé que estando con ellos, tú estás en medio Señor.Allí donde va un cristianoNo hay soledad sino amor, pues lleva toda la Iglesia, dentro de su corazón.Y dice siempre “nosotros”Incluso cuando dice yo.

Comienza con una alabanza al Padre. Es lo más adecuado en una relación desinteresada y en el amor: Santificado sea tu nombre

A continuación el hijo se identifica con la voluntad del Padre: Venga tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

El discípulo continúa exponiendo sus necesidades:

Primero las materiales: El pan nuestro de cada día dánosle hoy.

Después las espirituales. Primero la virtud de la penitencia, que capacita para recibir constantemente el perdón de Dios: Perdónanos nuestras deudas

Este perdón exige que nosotros a la vez perdonemos constantemente a nuestros hermanos deudores:Como nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Jesús insiste en esto: Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas (Mt 6,14-15).

Finalmente se pide la perseverancia en la fe y el discipulado: No nos dejes caer en la tentación

Resumiendo, las peticiones: Líbranos del mal.

Igualmente nos enseña que no le ofrezcamos una ofrenda sin estar reconciliados con el hermano:

Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda (Mt 5,23-24).

Oración confiada y perseverante

« Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que lama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! (Mt 7,7-11)

Ayunar por los propios pecados y por los de los demás

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará (Mt 6,16-18).

Vida fraternal

La vida fraternal es inseparable de la filial

Exige ser "perfectos" como el Padre, es decir, al igual que Dios es Padre y siempre actúa como tal con justos e injustos, así el hermano debe actuar siempre como hermano, con los que se portan bien y con los que se portan mal:Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (5,48).

Pedro se acercó entonces y le dijo: « Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces? » Dícele Jesús: « No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete...

Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano (Mt 18, 21-22.35)

El hermano peca, ¿qué hacer? Primero perdonarlo:

Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndelo, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. (Mt 18,15-18).

Después corregirlo fraternalmente:

Buscar la oveja perdida, sin quedarse indiferente ante la perdición del hermano:

¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada?

Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños (Mt 18,12-14).

Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará (Mt 6,2-4).

Compartir los bienes con el hermano necesitado:

Acoger a los pequeños:

Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe... « Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos (18,5.10).

Acoger a los enviados de Jesús:

Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado (10,40).

Pero Dios Padre es también el Señor del cielo y la tierra (11,25), es el "Padre-nuestro-que-está-en-el-Cielo" (6,9). Por eso el discípulo, además de hijo, es también siervo-esclavo, lo que significa que ha de tomarse en serio la filiación.

Dios es Padre y Señor, el discípulo es hijo y siervo, ideas en tensión que el pedagogo Mt ofrece al discípulo, invitándolo a unir en una síntesis vital intimidad con seriedad, superando rutinas y formalismos.

Padre y Señor

© © AGPoloAGPolo 20112011