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Cuando el sol se está escondiendo y la luna está brillando es hora de que
Ruben se ponga su pijama y se meta en la cama.
Cruzando planeta tras planeta y estrella tras estrella Ruben y Drooly, su amigo almohada, al fin llegaron.
Un mágico barco pirata era donde estaban.
“¡Aha, Ruben! ¡Que empiece la aventura!”
“¡Yo-Ho-He-Ho! ¡Yo-Ho-He-Ho!” Drooly empezaba a cantar.
“¡Espera! No sabemos dónde estamos.” Ruben decía mientras lo seguía.
“Braaak ¿Quiénes son? ¿Quiénes son? Braaak”preguntaba Mango, un perico verde.
“Braaak ¡El pirata los va a ver! ¡El pirata los va a ver! Braaak”
Las botas del pirata sonaban cada vez más cerca.“Braaak ¡Están en problemas! Están en problemas! Braaak”
Decía Mango mientras volaba lejos.
Ruben y Drooly se escondieron con miedo esperando no ser encontrados.
“¡Ahhh! ¡Ahhh! ¿¡Quiénes son!?”El pirata huesudo y miedoso les
preguntó al encontrarlos.
El Capitán Barbong teniendo un aspecto rudo y tenebroso le tiene miedo a cualquier cosa que se mueva.
El Capitán Cranky Ribs teniendo un aspecto rudo y tenebroso le tiene miedo a cualquier cosa que se mueva.
“Perdón por asustarte, pirata” Ruben le dijo.“¿Qué podemos hacer para remediar el susto?”
“¡Di lo que quieras! No hay nada que no podamos hacer.” Dijo Drooly.
“Perdón por asustarte, pirata” Pete le dijo.“¿Qué podemos hacer para remediar el susto?”
“¡Di lo que quieras! No hay nada que no podamos hacer.”Dijo Drooly.
“Pues... Hay una cosita.”
“Tengo un mapa del tesoro, pero tengo mucho miedo de salir a buscarlo”
Contestó el Capitán Cranky Ribs.“¡No digas nadita más! Nosotros nos encargamos.”
Dijo Drooly arrebatándole el mapa.
Un cofre de tesoro enorme lleno de dulces fue lo que encontraron.
Cruzando montaña tras montaña y palmera tras palmera, al fin llegaron.
Ni un segundo pasó y Drooly estaba encima de todos los dulces.
Gritaba Drooly mientras aventaba los dulces al aire.
“¡Soy rico! ¡Soy rico!”
Drooly babeaba por todo el cofre que encontraron y justo cuando iba a abrir el primero...
Ruben se lo quitó de las manos.
“¡Los dulces no son nuestros, Drooly!”“Se los tenemos que llevar al Capitán.”
Dijo Ruben.“¡Solamente uno, mira qué deliciosos se ven!”
El babeado de Drooly decía.
“¡No! Se lo prometimos al Capitán.” Ruben se puso firme.
“Pero... pero no se dará cuenta.” Insistía Drooly.
“No!”Ruben cerró el cofre y lo regresó al barco.
Llegaron al barco con el cofre lleno de dulces.
El Capitán Cranky Ribs estaba tan contento, que hasta compartió los dulces con
Mango, Drooly y Ruben.
Después de comerse todos los dulces, era momento de regresar a casa.
Pete y Drooly se subieron a su cama transportadora y volaron despidiéndose de Mango y el Capitán.
Después de comerse todos los dulces, era momento de regresar a casa.Ruben y Drooly se subieron a su cama
transportadora y volaron despidiéndose de Mango y el Capitán.
Cruzando planeta tras planeta y estrella tras estrella, al fin llegaron.
Una cama cómoda y calientita era donde estaban.
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