SENTIMIENTO SOCIAL

TODOS PASAMOS POR LO

MISMO

EEll mmiinniisstteerriioo ddee

eedduuccaacciióónn rreeaalliizzóó eessttee

eessttuuddiioo,, ddee llooss

““pprriimmííppaarrooss””..

egún el Minis-terio de Educación “La

experiencia de estar en la universidad es otro cuento. Aunque muchos aseguran que el colegio es el escenario de los verdaderos amigos y las experiencias de los mejores años, los comportamientos de algunos jóvenes cuando llegan a la

„U‟ desvirtúa esta creencia. Los adolescentes ven en la universidad un ambiente más informal. Lenguaje, manejo de horarios, corte de cabello y uso de la ropa, entre otros, en unos nos casos sufren cambios drásticos como una manifestación del salto del niño del colegio al joven universitario”.

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UUNNAA TTRRAADDIICCIIÓÓNN EENN EELL OOLLVVIIDDOO

PPRRIIMMIIPPAARRAADDAASS EENN VVÍÍAA DDEE

EEXXTTIINNCCIIÓÓNN ¿Qué pasó con los bombardeos de globos de agua, con

las persecuciones por el campus con la harina y huevos y con la tirada al lago? ¿Qué pasó con hacerse pasar por profesor cuchilla? ¿Qué pasó con las primiparadas? ¿Dónde quedaron las bromas (bastantes) pasadas para los recién entrados a la universidad? Es un ritual de iniciación que lastimosamente se ha perdido, con el tiempo se ha desvanecido y apenas sobrevive en unas cuantas universidades públicas. ¿Pero qué cambió en el mundo para que tan sana costumbre desapareciera? Acaso quién demonios lo revolvió todo y ahora los primíparos son los mejor atendidos y comprendidos, y pasan impunes los primeros meses de universitarios. Pues como todo en este país, las condiciones sociopolíticas se tiraron la diversión. “No es que nos hayamos vuelto aburridos, es que ahora uno no se puede

arriesgar”, me dijeron unos cuantos veteranos encuestados, las cosas han cambiado, y he descubierto que básicamente son dos los factores que nos impiden hacer primiparadas: el clima „narco‟ y la inclusión tecnológica.

Con riesgo de parecer serio, la „narco‟ sociedad se nos ha tirado la diversión, uno ya no sabe con quién se mete. Antes, todo era más divertido y los pequeños primíparos eran

indefensas criaturas en las

fauces de la vida

universitaria.

Pero ya no. Desde hace un tiempo a los „traquetos‟ y a los ha dado por volverse cultos, por estudiar, y hijos de los „traquetos‟ o de los „lava-perros‟ les claro, uno no puede andar por ahí tirándoles bombas de agua y harina a cualquier tipo… va y le sale una de estas joyitas y termina uno corriéndole, pero a balas de verdad; o termina uno en el lago, pero con unos, muy a la moda, zapatos de cemento. Ahorita el que más cara de bobo tiene anda con una pistola que le dio el papá, o con dos

guardaespaldas detrás de los árboles, o con un francotirador por ahí en alguna azotea. Entonces ahí no se puede hacer nada, eso de hacerse matar no más para continuar la tradición no es muy interesante que digamos.

Por otro lado, la tecnología llegó para quedarse, y es normal que cada uno ande con mínimo tres o cuatro aparatos electrónicos encima. Entonces vaya y tire a un pelado de estos al lago y haga la cuenta de todos lo aparatos que le dañaría: 500 mil de un iPhone, 300 mil del iPod y 1.600.000 del portátil. Imagínese, dos millones cuatrocientos mil pesos por ver cómo un primíparo chapotea en el lago… ¡Noooo, gracias! Divertido, pero la platica no está para botarla así.”

Andrés Felipe González, el clavo.com

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TTIIPPSS PPAARRAA

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PPeerrssppeeccttiivvaass ddiiffeerreenntteess ddee llaa vviiddaa,, sseerráá

SSoolloo ttuu rreessppoonnssaabbiilliiddaadd tteenneerr ttuuss pprriioorriiddaaddeess ccllaarraass,,

uunn bbaallaannccee eennttrree eell eennttrreennaammiieennttoo yy eell eessttuuddiioo..

PPeerroo ¿¿ccóómmoo llooggrraarr eessttee bbaallaannccee??

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eerreess ccoonnssiiddeerraaddoo uunn aadduullttoo..