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UNIVERSIDAD DE ORIENTE NÚCLEO BOLÍVAR ESCUELA CIENCIAS DE LA TIERRA DEPARTAMENDO DE GEOLOGIA AREA DE SEDIMENTOLOGIA ABANICOS ALUVIALES Profesor: Bachiller: Argenis Rodríguez Jesús Rodríguez CI: 19. 297. 349

Trabajo de Abanicos Aluviales

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Page 1: Trabajo de Abanicos Aluviales

UNIVERSIDAD DE ORIENTENÚCLEO BOLÍVAR

ESCUELA CIENCIAS DE LA TIERRADEPARTAMENDO DE GEOLOGIA

AREA DE SEDIMENTOLOGIA

ABANICOS ALUVIALES

Profesor: Bachiller:Argenis Rodríguez Jesús Rodríguez

CI: 19. 297. 349

Ciudad Bolívar, Noviembre de 2009

Page 2: Trabajo de Abanicos Aluviales

INDICE

Page 3: Trabajo de Abanicos Aluviales

INTRODUCCION

Los abanicos aluviales son formaciones terrestres de inclinación leve en forma

de cono o abanico creada en el transcurso de miles a millones de años por la

deposición de sedimento erosionado en la base de las cordilleras de montañas. Los

abanicos aluviales se pueden reconocer fácilmente en ambientes áridos a semiáridos

como en los Estados Unidos occidentales; no obstante, pueden darse en ambientes

más húmedos, incluso, en la costa norte de Venezuela. Los abanicos aluviales pueden

ser altamente activos, donde las inundaciones y los flujos detríticos pueden ocurrir

por episodios en cualquier punto de la superficie del abanico. Otros son menos

activos, donde el levantamiento y el asentamiento tectónicos han canalizado los flujos

de manera tal que gran parte del abanico no se afecta durante las inundaciones.

Los conos aluviales se forman al pie de una pendiente o declive fuerte donde

hay un cambio abrupto en la inclinación de la corriente. Los canales erosionados en la

superficie del cono radian del ápice hasta las puntas del abanico, generalmente con un

patrón entrelazado. Sedimentos del área de drenaje de la cuenca se esparcen por estos

canales y sobre el cono. Durante las crecientes fuertes la erosión toma lugar cerca del

ápice de los canales y la deposición comienza cuando el agua baja. El material que ya

fue depositado en una oportunidad vuelve a ser levantado y luego es redepositado

más cerca de las puntas del abanico.

Los peligros naturales principales en los abanicos aluviales son las

inundaciones y los flujos detríticos generados mayormente por eventos de lluvia

intensa y prolongada. Las inundaciones, por lo general, ocurren con poco o ningún

aviso; se mueven a gran velocidad y tienen una gran capacidad de transportar

sedimento.

Page 4: Trabajo de Abanicos Aluviales

Los abanicos aluviales pueden tener un interés económico como acuíferos más

o menos bien desarrollados. En casos esporádicos también pueden constituir un buen

grupo de rocas almacén para hidrocarburos. Es por algunas de esas razones por lo que

de un tiempo a esta parte ha surgido una gran cantidad de artículos científicos que se

han ocupado del estudio de las características principales de los abanicos aluviales.

Page 5: Trabajo de Abanicos Aluviales

Abanicos Aluviales

Los abanicos aluviales, tal como han sido descritos en la literatura científica

usual, corresponde a unos cuerpos sedimentarios de acumulación de materiales con

unas dimensiones generales que varían desde métricas hasta hectométricas y

kilométricas que se hallan caracterizados por tener una morfología conoidal muy

característica. Esta corresponde a una disposición cartógrafica que, en el mejor de los

casos, muestra un aspecto de abanico o de cono proyectado sobre un plano más o

menos horizontal. Recuerda en gran manera a la disposición planimétrica de la letra

griega “delta”. Esta forma es muy similar a los otros cuerpos de acumulación

sedimentaria, como son los Deltas y los Abanicos submarinos de aguas profundas

(Deep- Sea Fans).

Los abanicos aluviales se caracterizan por hallarse localizados en zonas donde

existe una ruptura de pendiente importante durante su período sedimentario. En su

constitución destacan en gran manera los minerales depositados bajo condiciones

subaéreas en un medio sedimentario continental. Los abanicos aluviales representan,

desde el punto de vista de los procesos sedimentario, una función genérica tanto de la

energía como de la intensidad con la que actúan los diversos procesos sedimentarios

que han constituido el grueso del depósito general.

Así, los abanicos aluviales corresponden a cuerpos sedimentarios tanto a

rupturas generales de pendiente como a variaciones significativas del gradiente local

y general. Todo esto condiciona la intensidad, la dirección y sentido, y energía con la

que actúa los diversos procesos sedimentarios responsables de la constitución

específica de los abanicos aluviales.

Los abanicos aluviales mejor estudiados no se hallan directamente asociados a

condiciones geográficas determinadas y a regímenes de descarga acuosa bastante

característicos.

Page 6: Trabajo de Abanicos Aluviales

En los primeros estadios del desarrollo del estudio de los abanicos aluviales,

éstos se asociaron a determinadas características climáticas y ello fue debido a que la

mayoría estaban descritos en zonas actualmente áridas o semiáridas donde las

pequeñas dimensiones de los cuerpos así como su geometría muy vistosa

favorecieron ese tipo de estudios. Estos abanicos habían sido formados en períodos

actuales y subactuales en los que existían casi las mismas condiciones climáticas que

en la actualidad. Por tanto esas condiciones climáticas se consideraron típicas para la

formación de los abanicos aluviales y, por generalización, siempre que se estudiaban

abanicos aluviales, estos debían corresponder a unas condiciones climáticas áridas y

semiáridas.

Otro aspecto interesante por lo que hace referencia a las cuestiones climáticas

lo constituye el tipo e intensidad de la descarga acuosa. De esta manera y por

contraposición con los abanicos, antes mencionados denominados “áridos”, se

propuso la existencia de otros tipos de abanicos denominados “húmedos”. En éstos la

descarga acuosa en vez de ser espasmódica como en los anteriores, correspondía a

una descarga continuada en el tiempo, perenne o semiperenne, que posibilitaba una

buena selección del material terrígeno, una buena ordenación relativa del mismo, así

como un alargamiento en cuanto a las dimensiones radiales y longitudinales de los

abanicos. También su área de influencia se veía aumentada en gran manera, siendo

los abanicos denominados “húmedos” de mayores dimensiones que los denominados

“áridos”.

Además se han estudiado los abanicos aluviales situados en zonas glaciales y

periglaciales y se ha observado una constancia en cuanto a las formas de

acumulación, típicas de los abanicos, independientemente del tipo de clima

imperante, por lo que se ha convenido que el factor climático, aún siendo importante,

no es determinante con respecto a los abanicos aluviales.

Page 7: Trabajo de Abanicos Aluviales

El interés reciente por los depósitos de abanicos aluviales estriba en que al ser

una zona de diversificación del flujo, cuándo este ha perdido su encajamiento, se

producen diversos fenómenos de disipación de energía que se traducen en

acumulaciones hidráulicas de minerales pesados, algunos de los cuáles pueden ser de

interés económico, como el oro por ejemplo (Vos, 1975). Además como que los

cuerpos de los abanicos aluviales se han constituido mediante el apilamiento vertical

y lateral de áreas sedimentariamente activas alternando con otras inactivas, es decir,

mediante la alternancia de tramos terrígenos gruesos y de tramos terrígenos fijos

(ocasionalmente lutitas), existe también una alternancia de tramos potencialmente

permeables con otros potencialmente impermeables. Es por eso que los abanicos

aluviales pueden tener un interés económico, también, como acuíferos más o menos

bien desarrollados. En casos esporádicos también pueden constituir un buen grupo de

rocas almacén para hidrocarburos. Es por algunas de esas razones por lo que de un

tiempo a esta parte ha surgido una gran cantidad de artículos científicos que se han

ocupado de la moría de las características principales de los abanicos aluviales.

Características generales

En este apartado haremos referencia sobre todo a las características

morfológicas diferenciadoras de los abanicos aluviales con respecto a otros sistemas

sedimentarios similares.

1. Morfología

La forma general de un abanico aluvial individual es muy parecida a la de un

cono con el vértice en el ápice. Tanto su geometría planimétrica como sus

dimensiones reflejan un cierto equilibrio entre los diversos factores que inciden sobre

el abanico. Entre estos destacan la litología, el tipo de superficie y de pendientes

principales, así como la cobertura vegetal de la cuenca de drenaje que es la que en

gran medida va a ser la suministradora de los materiales terrígenos que constituirán el

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abanico. También influyen en gran manera el gradiente de canal principal

suministrador de detritus, el tipo y calidad de las descargas acuosas, el régimen

climático, la incidencia de los movimientos tectónicos y la geometría de la cuenca de

deposición. (Fig. 1.0).

Fig. 1.0 Esquema vertical de un abanico idealizado y con caracteristicas de baja eficacia de transporte. 1. Zona de cabecera. 2. Zona del cuerpo del abanico. 3. Zona

de pie del abanico. Las partes mas alejadas muestran un paso gradual a otros sistemas.

A modo de ejemplo podemos citar el hecho de que si se produce una

subsidencia diferencial de la cuenca de sedimentación en el sentido de aumentar su

velocidad, se produce un descenso del nivel de base que se traduce, por ejemplo a

nivel del abanico aluvial en el encajamiento del canal principal hasta zonas más

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lejana que las precedentes de equilibrio. El resultado final es el crecimiento de un

pequeño cono localizado en las zonas distales del antiguo abanico.

Por otro lado, si se produce una elevación rápida por efectos tectónicos del

frente montañoso en contacto con la cabecera del abanico, esto puede ocasionar la

segmentación del abanico con la aparición de un sector sedimentariamente activo

localizado justo en la zona apical del abanico previo. Estos dos supuestos son muy

esquemáticos, ya que en realidad habría que considerar las diferencias de velocidades

de ascenso y descenso, así como la velocidad de encajamiento del canal principal con

respecto a la tasa de erosión, etc.

Los perfiles radiales de un abanico aluvial simple acostumbran a ser cóncavos,

mostrando alguna variación de tipo convexo cuando en la historia sedimentaria del

abanico han intervenido factores tales como un levantamiento rápido y competitivo

del área fuente, etc. Por otro lado el perfil transversal muestra una convexidad

característica (Fig. 1.1). La pendiente general varía entre los 5° y 10° en la zona de la

cabecera hasta los 1°-2° en la zona del pie para los abanicos aislados actuales

generados en zonas áridas. Los que se han generado mediante el concurso de

corrientes predominantemente tractivas acuosas son por lo general de un mayor

tamaño y sus pendientes se reducen a valores del orden de 3°-5° en la parte de la

cabecera hasta valores de 1° y aún menores en la zona del pie. También se halla

relacionado con esto la distribución a gran escala de las granulometrías. Así, por lo

general, las granulometrías mayores se encuentran situadas en las inmediaciones del

ápice, en la cabecera, mientras que las granulometrías más finas se hallan localizadas

hacia las zonas más alejadas o marginales a los abanicos aluviales (Figs. 1.1 y 1.2).

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Fig. 1.1 El abanico muestra un perfil radial claramente cóncavo, mientras que el perfil transversal es marcadamente convexo. Los sedimentos mas gruesos se hallan

localizados en la zona de cabecera, los más finos se hallan localizados hacia la zona del cuerpo del abanico

Fig 1.2. Distribución granulométrica y relacion de las pendientes de un abanico aluvial de baja eficacia de transporte.

Los abanicos actuales, desarrollados en zonas áridas, muestran que han sido

formados mediante los materiales aportadas por un cañón que procedente del área

fuente sale del frente montañoso, pierde el encajamiento y por tanto deposita los

materiales transportados (Fig. 1.3). Unas de las características más vistosas de estos

Page 11: Trabajo de Abanicos Aluviales

abanicos es que el canal principal se halla encajado en la zona de la cabecera del

abanico. Como que, además, ese canal principal tiene un gradiente menor que el de la

superficie del abanico, los dos se cortan en un lugar llamado punto de intersección.

Este punto de intersección no se mantiene inmóvil y su posición relativa viene

controlada por la importancia relativa de los procesos de cursos acuosos tractivos.

Según predomine uno u otro de estos proceso principales, el punto de intersección

ascenderá hacia la cabecera o se moverá en dirección al pie (Bull, 1974a: Hooke,

1967), (Fig. 1.4).

Fig. 1.3 Croquis de la incisión en la cabecera del abanico, por el canal principal. (Bluck, 1964)

Fig. 1.4 Croquis realizado de las relaciones del punto de intersección (Hooke, 1967)

El tipo y valor de la incisión del canal principal corresponde a una

manifestación, de la importancia de los procesos de debris flow en la construcción del

abanico. Así, el paso de una fase con predominancia de debris flows a otras con

predominancia de corrientes tractivas puede dar lugar a un encajamiento importante

en la zona de cabecera (Bluck, 1964). Unas de las consecuencias importantes del

cambio de localización del punto de intersección es la posible formación, encima de

la superficie del abanico, de otros abanicos de pequeñas dimensiones y de una

Page 12: Trabajo de Abanicos Aluviales

granulometría mucho mayor. Cuando se da el caso que eso se produce en una zona en

la que la superficie del abanico tiene una permeabilidad muy acusada, puede

producirse la infiltración rápida de todo el flujo acuoso, dejando entonces un pequeño

cuerpo lobulado, de escaso tamaño y caracterizado por mostrar una fábrica de clastos

sueltos, que se tocan y sin matriz. Constituyen los depósitos de tamiz (sieve) muy

citado en los ejemplos actuales (Hooke, 1967; Wasson, 1974) pero muy difíciles de

reconocer en sedimentos antiguos (Fig. 1.5).

Fig. 1.5 Esquema del crecimiento de un lóbulo de tamiz (Hooke, 1967)

Procesos y depósitos Sedimentarios

En este apartado se hace referencia a los principales procesos responsables de

la edificación de los cuerpos deposicionales correspondientes a los abanicos aluviales.

Para ello estudiaremos con un poco de detalle el análisis de las características de los

flujos gravitatorios de sedimentos que en sus variantes de flujos masivos y flujo de

detritus constituyen uno de los procesos y de las facies más característicos de los

abanicos aluviales.

1. Corrientes Hídricas

En los materiales conglomeraticos, la forma bastante redondeada de los

clastos, la graduación granulométrica crudamente positiva, la existencia de la

estratificación cruzada interna a los bancos, de gran escala y bajo ángulo, así como

Page 13: Trabajo de Abanicos Aluviales

las bases erosivas de la mayoría de estos depósitos, inducen a pensar en un transporte

de los materiales mediante corrientes acuosas tractivas.

Ahora bien, estas corrientes tienen algunas características dignas de mención.

Por una parte la existencia de grandes bancos conglomeraticos, generalmente

masivos, de gran extensión lateral y con algunas estructuras internas producidas por

corrientes tractivas parece implicar la existencia de una corriente altamente enérgica y

de poca duración, ya que no tiene tiempo suficiente como para redondear y

seleccionar el material terrígeno grueso. Además la gran extensión lateral sugiere la

idea de un no confinamiento de esas corrientes, que encajaría con la idea de corrientes

muy tractivas, energéticas y no confinadas que circularían en forma de arroyada en

manto por unas pendientes con gradiente muy elevado y una superficie topografica

relativamente lisa.

Las características principales serian materiales transportados mediante

corrientes tractivas, contactos basales erosivos y geometría del deposito tabular a

grandes rasgos. Disminuyendo de potencia desde las zonas mas altas hasta las zonas

mas bajas del abanico.

2. Flujos Gravitatorios

Con esta denominación conocemos aquellos flujos que teniendo una fase

fluida continua entre las partículas se mueven en función de la energía potencial que

tenían, y en el momento en el que esta se convierte en cinética. Se trata, pues, de unos

flujos en los que las partículas no son arrastradas por el fluido movimiento, sino que

se trata de una caída por gravedad y es el conjunto de las partículas el que mueve al

fluido encajante, incorporándolo y comportándose el conjunto como un fluido más o

menos viscoso y denso. Hasta el momento este tipo de flujo ha tenido una gran

importancia en condiciones subacuosas, y aquí lo que se pretende es dar una visión

rápida de este tipo de flujos en condiciones subaereas, que pueden llegar a tener gran

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importancia en cuanto a la constitución de acumulaciones de materiales susceptibles

de llegar a formar un deposito en forma de abanico aluvial.

2.1. Aludes Nivales

Este tipo de aludes puede desarrollarse a partir de una caída de nieve en polvo,

de nieve en placa o de nieve húmeda, y sus características y comportamiento

específico varían mucho según predomine cada uno de esos tres tipos ya

mencionados.

Se desencadena una avalancha nival cuando una gran masa de nieve que se

haya acumulada en una pendiente topográfica muy acusada queda muy sobrecargada

por efecto de nevadas posteriores, o porque existan pequeños cambios de temperatura

o composición interna que ocasionan la aparición de algunas discontinuidades.

Entonces esa masa nival se halla en una posición inestable y solo necesita cualquier

pequeña vibración para desgajarse y empezar a caer con una velocidad elevada.

2.1.1 Caída de nieve polvo

En este caso la parte inferior de la masa en caída se mantiene a ras del suelo

mientras que en la parte superior, al ser frenada por el aire encajante que se halla

inmóvil, empieza a mostrar signos de vorticidad y a levantarse. Cuando las

pendientes por las que circula el material de caída son iguales o mayores a 30º y las

velocidades puntuales alcanzan valores comprendidos entre 60- 80 km/h. empieza a

aparecer el fenómeno del aerosol. Este consiste en la suspensión de partículas sólidas

muy finas en el seno del aire. En este caso cuando la velocidad de descenso de las

partículas (1-2 m/seg.) es menor que la inducida por la vorticidad vertical (debida a la

turbulencia), se produce un levantamiento progresivo de la masa nivosa y el conjunto

se comporta como un flujo compresible de idéntica masa específica y en el que la fase

continua entre las partículas corresponde al aire.

Page 15: Trabajo de Abanicos Aluviales

Cuando la avalancha llega con gran velocidad a una zona de ruptura de

pendiente importante, se produce una brusca disipación de la energía cinética que se

traduce en un incremento muy importante de la vorticidad por atrapamiento de aire, y

elevación en gran manera de la parte superior de la masa caída.

2.1.2 Caída de nieve en placa

Se trata de nieve endurecida que puede llegar a tener una densidad del orden

300 kg/m3 que cuando se halla situada en pendientes comprendidas entre 25º y 45º

puede empezar a desgajarse cuando su parte inferior se halla en contacto con una

zona de discontinuidad. Una vez empieza a caer la avalancha va incorporando nieve

del substrato y engrosando hasta que la velocidad es lo suficientemente elevada que

se produce un despegue de la avalancha que asimismo va aumentando

extraordinariamente de velocidad a medida que se traslada sobre un colchón de aire y

a medida, también, que disminuye la fricción sobre el terreno.

El aire atrapado debajo se halla a sobrepresión y pugna por abrirse paso a

través de la avalancha, originando la ruptura de ésta y posibilitando que las partículas

densas se encuentren en suspensión mediante un mecanismo de fluidización muy

similar al descrito por los flujos vulcano- sedimentarios.

2.1.3 Caída de nieve húmeda

Se origina cuando existe una nieva saturada en agua que se halla colocada

sobre una superficie sin cohesión aparente. Se mueve a partir de pendientes con una

inclinación del orden de 25º, con velocidades entre 20 y 60 km/h, pero cuando la

nieve se halla muy saturada de agua puede empezar a moverse lentamente a partir de

pendientes de 10º. Se comporta como una avalancha típicamente de fondo sobre el

que ejerce una gran presión. Se comporta como un flujo pastoso pero con carácter

fluidal que puede arrastrar grandes cantidades de nieve húmeda con densidades del

Page 16: Trabajo de Abanicos Aluviales

orden de más de 600 kg/m3 y que ejerce presiones de varias decenas de toneladas por

metro cuadrado. Este tipo tiene un comportamiento muy parecido al de los flujos

masivos de sedimentos, que pueden ejercer algún trabajo erosivo sobre el substrato

cuando su velocidad es elevada.

En conjunto, se ha podido apreciar que algunas avalanchas nivales pueden

tener un comportamiento mixto, es decir pueden empezar con una avalancha en placa

que se convierte en avalancha en polvo y que al ir descendiendo topográficamente se

va transformando poco a poco a medida que la temperatura aumenta en una avalancha

de nieve húmeda. Existe por tanto un paso gradual y transicional en los tres tipos

diferenciados.

2.2. Avalanchas rocosas

Las avalanchas de este tipo consisten predominantemente en la caída

gravitacional de bloques a partir del desmoronamiento de una pendiente topográfica

pronunciada e inestable y/o de un cantil también inestable. En algunos casos, cuando

se desploma una losa de roca a partir de un cantil esta puede atrapar aire debajo, lo

que le proporciona un deslizamiento a alta velocidad, así como una tasa de fricción

sobre el suelo muy baja. El proceso de deslizamiento a alta velocidad encima de un

colchón de aire tiene una duración muy pequeña, tiempo suficiente como para que el

aire situado en la parte inferior y a sobrepresión tienda a desplazarse violentamente

hacia arriba ayudando a la fragmentación de la losa rocosa. Este proceso es tanto más

efectivo cuanto mas impermeables sean los materiales que componen la losa que al

mantener el aire de escape más tiempo en el interior de la losa que se destruye,

podrán realizarse mejor los fenómenos de fluidificación que a su vez condicionan la

suspensión de las partículas por efectos de aire de escape en su movimiento de

ascensión.

Page 17: Trabajo de Abanicos Aluviales

Existen avalanchas rocosas que no caen sólo mediante la componente

gravitatoria al pie de un cantil, sino que algunas pueden desplazarse horizontalmente

hasta distancias no esperadas. Esto se realiza mediante el concurso de mezclas de

detritus, aire y/o gas que con una característica <<seca>> son capaces de moverse

horizontalmente mediante el concurso de la flotabilidad de las partículas densas,

debida al escape hacia arriba del aire que se halla a sobrepresión y situado por debajo

de la avalancha en movimiento. Se trata de un proceso de fluidificación similar al ya

descrito para las avalanchas nivales y que también tiene una gran importancia en la

moción de los flujos vulcano- sedimentarios.

2.3 Flujos gravitativos de sedimento

Corresponde a aquel conjunto de flujos en los que el movimiento les viene

proporcionado por una componente gravitatoria. Se trata de flujos de materiales que

se mueven en función de las pendientes topográficas más acusadas, mediante una fase

continua (generalmente agua) existente entre las partículas y en el seno de un fluido

encajante que se mantiene inmóvil. El movimiento empieza a partir de una zona

topográficamente inestable y cesa cuando esas condiciones han desaparecido, cosa

que acostumbra a suceder cuando en su recorrido esos flujos pasan por una zona con

una brusca ruptura dependiente en el sentido de suavizarla. Hay que tener muy en

cuenta que ese movimiento sólo se ha debido a condicionantes topográficos y no ha

sido el flujo el que ha arrastrado a las partículas sino que las partículas en su caída

han podido arrastrar algún fluido incorporándolo al flujo.

Una de las características más importante que pueden mostrar este tipo de

flujos es que en algunos de ellos la viscosidad puede ir variando al variar la fuerza de

cizalla (shear stress).

Movimiento de los flujos gravitativos de sedimento: Para que los flujos de

este tipo tengan capacidad de movimiento propia, a partir del inicio del movimiento

Page 18: Trabajo de Abanicos Aluviales

efectuado a favor de las pendientes topográficas más acusadas, se necesitan algunos

mecanismos que colaboren al arrastre de las partículas que se mueven en el seno de

un fluido encajante que la mayoría de las veces permanece inmóvil. Los mecanismos

generales son:

1. Por colisiones sucesivas entre las partículas, de una manera similar a lo que se

conoce con la denominación de rebote elástico. Al irse impactando entre sí generan

una presión dispersiva que posibilita la suspensión y por tanto el transporte de las

partículas.

2. Por el empuje ascensional generado por el escape de fluidos hacia arriba. En

este caso existen dos variantes muy parecidas pero que tienen gran cantidad de

similitudes. Corresponderían a los flujos fluidificados cuando las partículas se hallan

soportadas totalmente por el escape de fluidos, y a los fluidos licuefactados cuando

las partículas sólo son soportadas parcialmente por el escape de los fluidos y

necesitan algún tipo de turbulencia para continuar su flotabilidad.

3. La flotabilidad de las partículas también se realiza cuando existe una buena

turbulencia capaz de soportar las partículas, y se desarrolla preferentemente en el

seno de la mezcla fluido- sedimento cuando esta puede alcanzar velocidades

elevadas de propagación.

4. Finalmente, las partículas también pueden estar soportadas por una matriz

cohesiva que, dependiendo de su densidad y viscosidad, puede proporcionar una

flotabilidad completa a las partículas de mayor tamaño, y/o una lubricación de las

mismas durante su transporte.

Atendiendo a criterios de viscosidad y densidad relativa, los flujos

gravitativos de sedimento varían desde los que tienen una alta densidad y alta

viscosidad hasta los que tienen una baja densidad y baja viscosidad. En este caso los

primeros reciben el nombre genérico de debris flows y tienen un comportamiento

reológico muy característico (flujos no newtonianos). Los segundos tienen un

comportamiento fluido y se denominan fluidal flows o flujos fluidales, y tienen un

Page 19: Trabajo de Abanicos Aluviales

comportamiento predominante muy similar al de los flujos newtonianos. Todavía

existe un tipo intermedio que corresponde a aquellos flujos con baja viscosidad y alta

densidad, que tienen un comportamiento intermedio aunque predominan los

caracteres fluidales debido a su baja viscosidad relativa.

Estas dos categorías generales, debris flows (flujo de detritus) y fluidal flows

(flujos fluidales) pueden subdividirse todavía más atendiendo a la importancia

relativa que hayan tenido durante el período de transporte los procesos de

sustentación de las partículas en:

a) Flujos granulares (grain flows).

b) Flujos fluidizados (fluidezed flows).

c) Flujos licuefactados (liquefield flows).

d) Corriente de turbidez (turbidity currents).

e) Coladas de fango y/o derrubios (cohesive debris flows ó mud flows).

2.3.1. Flujos granulares

En este tipo de flujos las partículas se mueven libremente a partir de la presión

dispersiva generada por las sucesivas colisiones e impactos entre las propias

partículas. Cuando las partículas son de tamaño arena los flujos sólo pueden

desarrollarse en medios subacuáticos a partir de pendientes variables entre 18º y 20º

de inclinación, depositando capas unitarias del orden de 5 cm. De grosor. En medios

sedimentarios subaéreos han sido asociados a zonas de acumulación eólica y con

pendientes del orden de 25-35º. Cuando estos flujos se deslizan sobre una pendiente

se siguen moviendo hasta que las primeras partículas inciden sobre una superficie

plana o con una acusada menor pendiente. Entonces se produce como una

congelación del movimiento que avanza rápidamente en sentido retroactivo hacia la

parte trasera del flujo. Los depósitos no muestran ninguna forma de acumulación

Page 20: Trabajo de Abanicos Aluviales

característica, sino que corresponde a la detención del mismo flujo que estaba siendo

transportado.

El mecanismo de detención de los flujos granulares, independientemente de su

granulometría, corresponde a un cuajamiento friccional. La fábrica de los depósitos

resultantes es característicamente soportada por los clastos y muestra por lo general

una fábrica con gradación granulométrica inversa.

2.3.2. Coladas de fango y/o derrubios

Los flujos de este tipo transportan las grandes partículas mediante la cohesión

mostrada por una matriz constituida por una mezcla de agua y sedimento, antes que

por una presión dispersiva originada por la colisión entre los granos. Dependiendo de

la proporción de la matriz con respecto a los clastos, podemos encontrar dos extremos

de una gradación casi continua. Desde los depósitos en los grandes bloques se hallan

suspendidos totalmente por la matriz cohesiva lutìtica (mud flows), hasta aquellos en

los que existe una gran cantidad de clastos que se hallan lubricados por una matriz

lutítica que se halla situada entre los mismos (debris flows). Evidentemente en la

denominación de esa matriz lutítica caben casi todas las posibilidades, desde una

matriz constituida por lutita en una proporción muy elevada, hasta el extremo de que

esa matriz sea arenosa o con porcentaje de clastos muy elevado y de pequeño tamaño

que, a su vez, también se halle lubricada por materiales lutíticos dispersos. Por tanto

para que se produzca el movimiento de unos materiales de este tipo se necesita un

mecanismo de flotabilidad, en este caso la cohesión de la matriz, que sea capaz de

soportar a los clastos y que estos puedan ser transportados en masa sin que se

produzcan, en la mayoría de los casos, los fenómenos de colisión entre los mismos.

Para que estos flujos empiecen a moverse se necesita, primero, que exista un

área fuente en la que puedan existir suficientes materiales como para constituir un

flujo de este estilo. En segundo lugar, se necesita la existencia de una zonas de

acumulación de esos materiales en pendientes topográficas abruptas, y en tercer lugar,

Page 21: Trabajo de Abanicos Aluviales

se necesita también un mecanismo que sea capaz de iniciar el movimiento. Este

ultimo corresponde a lluvias prolongadas y/o muy violentas que incidan sobre la zona

de acumulación de materiales y estos empiezan a moverse a medida que van

empapándose en agua.

Este tipo de flujos puede tener comportamiento laminar y/o comportamiento

turbulento, con la particularidad de adaptarse al sustrato o de erosionarlos, y por lo

tanto con la posibilidad de transportar únicamente los materiales originales o también

pueden ir ingestando algunos por la zona de traslado.

Cuando la colada ha ido descendiendo por una ladera, en principio tiene una

forma de gran gota con un grosor importante en la parte central, que posibilita el

desbordamiento local de la misma. Estos desbordamientos, en contacto con el

encajante se detienen rápidamente, y la gota sigue su trayectoria propia

abandonándolos. Constituyen unos diques o leves muy característicos donde se van

depositando materiales, que a la larga condicionan una pérdida importante del

volumen de la gota deslizada. Representan por tanto una disminución significativa del

grosor de la colada a medida que esta se desplaza. Cuando se produce la detención de

la colada, lo primero que se detiene de una manera brusca es la parte frontal.

Ese frente, que puede tener una disposición planimétrica más o menos

redondeada va cambiando a una morfología lobulada, y cada uno de esos pequeños

lóbulos, generados por una pequeña continuación selectiva del movimiento de

traslación, muestra una cierta imbricación de los materiales. Esto se debe a que

cuando la parte frontal se ha detenido, los materiales que les siguen todavía están

teniendo un movimiento de traslación, surgen unos pequeños planos de cizalla

oblicuos, que posibilitan la transferencia de material desde atrás hacia delante. Este es

un proceso similar al de las oleadas de detención descritas tanto en condiciones

subaéreas como en condiciones subacuosas.

Page 22: Trabajo de Abanicos Aluviales

Las fábricas de estos depósitos pueden ser totalmente desorganizados con los

clastos de mayor tamaño dispersos en el seno de una matriz predominantemente

arcillosa. En algunos casos los clastos mayores muestran una fábrica localmente

soportada por los clastos, y la matriz, que puede llegar a ser del orden del 5 por 100

del total del flujo por unidad de volumen, incrementa la flotabilidad de los clastos y

los lubrica para posibilitar su transporte. Los depósitos de este tipo muestran una

fábrica claramente soportada por los clastos con una proporción variable y pequeña

de matriz arcillosa.

Sistema deposicional

Consideramos a los abanicos aluviales como un sistema deposicional en el

sentido que tiene una entidad y unidad propias, por lo q se refiere al depósito de

materiales. En principio este Sistema tiene varios subambientes sedimentarios

específicos, como pueden ser y quedar representados por sus facies específicas, tanto

caracterizadas por las condicionantes de las corrientes de depósito, como por sus

asociaciones de facies.

En el crecimiento y desarrollo de este sistema deposicional tiene una gran

importancia los condicionantes propios. Es decir los que hacen referencia a las

propias corrientes formadoras del abanico, su distribución areal general y local, así

como sus variaciones de intensidad y competencia que pueden ocasionar el depósito

de materiales en un sector u otro del abanico. Estos serian los condicionantes

autocíclicos (Beerbower, 1964) propios del desarrollo normal del abanico. Pero como

que éste se halla localizado en una posición cercana a un borde de cuenca que en

algún momento ha sido tectónicamente activo, y además se desarrolla en una zona de

acumulación que forma parte de una cuenca sedimentaria, cualquier variación en esas

características, así como en lo parámetros climáticos, incidirán en gran manera en la

génesis, crecimiento y modificación de los abanicos. Estos condicionantes son los

alocíclicos (Beerbower, 1964). Por tanto, los abanicos bien desarrollados

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corresponden a un equilibrio entre los condicionantes auto y alocíclico que inciden

sobre los mismos.

1. El Abanico Aluvial

En el apartado de los procesos deposicionales principales ya se ha hablado de

la deposición granulométrica de los materiales terrígenos en los abanicos aluviales.

Hay que recordar que, a gran escala, la diferencia principal entre un abanico aluvial y

uno cono de canchal de una geometría y dimensiones parecidas (Bull, 1968), estriba

en la distribución radial de los clastos de mayor granulometría.

Así, en los canchales los elementos más gruesos se hallan localizados hacia las

partes más alejadas del área fuente, ya que los elementos gruesos han recorrido esa

distancia en función de la energía potencial convertida en cinética por el movimiento

de cada área. Por el contrario, en los abanicos aluviales en los que las partículas han

sido transportadas mediante el concurso de corrientes más o menos acuosas, la

distribución granulométrica indica que los materiales más gruesos se hallan situados

hacia las partes inferiores. Esta es una de las razones por las que se ha utilizado la

terminología de “facies proximales” para designar a la de granulometría más gruesa,

y “facies distales” para las de granulometría más fina. De esa manera los abanicos

aluviales solo estaban divididos en dos sectores, el sector “proximal” y el sector

“distal”, atendiendo tanto a la granulometría de las partículas como los procesos

sedimentarios.

1.1 Zonación

Aquí se propone la subdivisión en tres partes de los abanicos aluviales: la

cabecera del abanico, el cuerpo del abanico y el pie del abanico (Fig.1.6). Esta

subdivisión se ha realizado atendiendo a factores de distribución areal, y sobre todo a

factores de constitución susceptibles de ser reconocidos en el registro fósil. Así, la

Page 24: Trabajo de Abanicos Aluviales

zona de cabecera, que se halla bastante reducida en cuanto a su extensión areal se

caracteriza por mostrar las granulometrías más gruesas y heterométricas, así como el

estar constituidas mediante el concurso de flujos masivos con comportamiento

viscoso o por flujos acuosos muy densos (Fig.1.7). Corresponde a la zona más alta

del abanico aluvial. Su grado de preservación en estado fósil es bastante bajo, ya que

son los primeros materiales retrabajados cuando existe un ajuste de tipo alocíclico.

Fig. 1.6 Esquema de un abanico aluvial. Las flechas indican la intensidad relativa de los procesos fluviales. 1. Zona de cabecera (gravas muy gruesas y masivas), 2. Zona

de cuerpo (alternancia de gravas y arenas), 3. Zona de pie, areniscas con estratificación cruzada.

La zona del cuerpo del abanico es más extensa, y se caracteriza por mostrar

dos zonas bien diferenciadas. La superior, denominada interna, muestra una buena

equivalencia lateral con la zona de la cabecera de la que proceden algunos episodios

masivos y sobre todo de la que producen los flujos acuosos densos y altamente

energéticos conocidos con el nombre de arroyadas en manto (Sheet floods). La zona

del cuerpo externo se caracteriza por mostrar facies que cuando se trata de materiales

conglomeráticos, muestran un transporte mediante corrientes acuosas, que pueden

redondear los clastos por impacto y realizan alguna selección granulométrica de los

mismos. Además existen trazas de que los materiales han sido transportados, o

cuando menos retrabajados, por cursos acuosos que transportan los materiales

Page 25: Trabajo de Abanicos Aluviales

mediante barras y cuya morfología general es de tipo trenzado (braided). Se

caracterizan por tener un gradiente elevado, lo que posibilita el transporte acuoso de

materiales muy gruesos por cursos que no tienen capacidad de migración lateral. En

esta zona empiezan a preservarse algunos niveles de granulometría más fina

(areniscas) situadas en lugares en los que momentáneamente la sedimentación se

había detenido, o a sotavento de alguna estructura tractiva más o menos importante

(barra de gravas).

Fig. 1.7 Facies típicas de un cuerpo de abanico. 1 Distribución vertical de las macro secuencias del primer orden; 2. Detalles de una macro secuencia de segundo orden; 3.

detalle de la zona de contacto entre dos macro secuencias de segundo orden y distribución de algunas facies características según Mial 1978.

La zona del pie del abanico a veces pude ser la más extensa y la consideramos

como tal hasta aquellas zonas, algo alejadas del abanico, que muestren alguna

influencia del transporte de sedimentos procedentes del abanico. Su pendiente ya se

Page 26: Trabajo de Abanicos Aluviales

ha suavizado mucho y la granulometría general de los depósitos es bastante fina. Se

pueden diferenciar dos zonas muy claras. La superior, denominada zona interna del

pie del abanico se caracteriza por tener materiales canalizados (Fig.1.8) localmente

muy importantes, procedentes de la zona del cuerpo externo del abanico. Las facies

predominantes son arenosas y lutíticas con alguna intercalación, localmente

importante, con geometría canaliforme de materiales más gruesos. Estos localmente

pueden mostrar una tendencia secuencial negativa en cuanto a la granulometría de las

partículas.

Fig 1.8 Facies tipicas del pie interno de un abanico aluvial. A. Chf: Facies canalizadas, Ich: Facies intercanal; MF: Facies luiticas. B. Sistemas de barras de

relleno de canal: 1. Relleno multiepisodico, 2. Barras, 3. Facies arenosas de Dunas y rellenos entre barras, 4. rellenos menores de pequenos canales; C. Relleno complejo

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de un canal, 5. barra transversal, 6. Barra longitudinal, 7. Areniscas de descenso de flujos, 8. Depósitos de fondo. D. Depósitos de canal y intercanal, 9. Barras y rellenos

de canal, 10. Relleno de pequeños canales arenosos, 11. Depósitos intercanal. (Cabreras, Colombo, Robles, 1985)

La zona externa del pie del abanico es aquella caracterizada por la existencia

de facies de granulometría fina y muy fina que varían en relación a su situación con

respecto a algunos cuerpos canalizados de granulometría algo más gruesa y que

alcanzan estas zonas alejadas a partir de las áreas más internas (Fig.1.9) del abanico.

Fig. 1.9 Facies típicas de pie intermedio y externo de abanico aluvial. A. Disposicion estratigráficas de las macro secuencias diferenciales. B. Depositos de barras y de

rellenos de canal caracteristicos de pie intermedio del abanico: 1.Areniscas superiores terminales; 2. Relleno de canal multiepisodico; 3. Barra sigmoidal de gravas; 4.

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Dunas de relleno de canal. C: Depósitos de barras, de canal y de intercanal en la zona canalizada del pie del abanico: 5. Dunas 6 y 11. Barras transversales y rellenos de

canal, 7. Barras sigmoidales; 8 y 10. Rellenos de complejo de canal; 9. Areniscas de intercanal y pequeños canales. D. Depósitos de pie externo de abanico. 12. Canales

menores. 13. Depósitos de desbordamiento. (Cabrera, Colombo, Robles, 1985)

Estas facies además, pueden mostrar signos de períodos prolongados de no

sedimentación, de acumulaciones estables de aguas más o menos episódicas, y aún la

interrelación con otros sistemas sedimentarios, como pueden ser sistemas

evaporíticos, sistemas lacustres y sistemas fluviales generales más o menos

transversales a las direcciones principales de aportes del abanico.

1.2. Tipología

Atendiendo a factores tales como las dimensiones radiales de los abanicos

aluviales que se han reconocido y estudiado, atendiendo a las direcciones de las

paleocorrientes y atendiendo a la distribución de las facies principales, así como la

extensión areal de los abanicos, proponemos la siguiente terminología:

Abanicos aluviales de alta eficacia de transporte, para aquellos que están

constituidos predominantemente por facies terrígenas transportadas y depositadas

mediante el concurso de corrientes acuosas tractivas, son de gran extensión, tienen un

cuerpo del abanico bien desarrollado así como un pie del abanico también muy

desarrollado, y su influencia se deja sentir en áreas muy alejadas. Como por ejemplo

podemos tomar el del Montsant (Colombo, 1980; Cabrera y Colombo, 1986;

Colombo, 1986), que tiene una extensión radial del orden de casi 40km.en línea recta

y cuyas facies demuestran la importancia de las corrientes acuosas en la constitución

del abanico (Fig. 1.10).

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Fig. 1.10 Zonación de un abanico aluvial de alta eficacia de transporte. C. Zona de cabecera. Los materiales pueden haber sido transportados mediante flujos masivos. Cuando son las corrientes tractivas las predominantes, se caracteriza por una mala

ordenación de los materiales y la predominancia de la granulometría de granos muy grandes. T. Zona del cuerpo del abanico. Zona del flujo disperso y altamente

energético. P zona de pie del abanico aluvial. En la zona de pie intermedio se produce el desparramiento de flujos canalizados.

Los abanicos aluviales de baja eficacia de transporte corresponden a aquellos

que están constituidos predominantemente por materiales transportados por corrientes

y flujos masivos, son de pequeña extensión areal y no muestran una gradación de

facies ni de granulometrías bien desarrollada. Además la mayoría de las veces no

muestran una ordenación secuencial muy clara o cuando menos no está muy bien

desarrollada. Existen otros casos en los que, aunque la mayoría de los materiales

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hayan sido transportados mediante el concurso de corrientes acuosas, las dimensiones

del abanico son más pequeñas que las de los abanicos de alta eficacia.