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Historia de la Ciencia

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Miguel ngel Amador vila Historia de la Ciencia1.- La filosofa y la historia de la cienciaEl objetivo de esta seccin es exponer las ideas, que consideramos, principales de tres textos que se ocupan de la relacin entre filosofa e historia de la ciencia. Para que, ulteriormente, podamos llevar a cabo una reflexin final entorno a esta temtica. El primer texto es de J. I. Clark titulado The Philosophy of Science and the History of Science. En ste, Clark nos presenta dos modos significativamente diferentes pero complementarios en los que se trabaja en el campo de la historia de la ciencia. El primero es el que llama die unten bis oben geistesgeschichtliche Methode, cuyas caractersticas son: 1) que aborda fechas de inicio de las empresas cientficas; 2) que hace una reconstruccin comprehensiva y detallada de dichas empresas; 3) que esta metodologa va de abajo hacia arriba; y 4) que organiza su investigacin conforme a patrones (ir)relevantes lgicos y sistemticos de divisiones lgicas estandarizadas o, simplemente, se adapta a periodizaciones tpicas dentro de la historia general. Por otro lado, el segundo modo es el die von oben bis unten geistesgeschichtliche Methode, cuyo punto de partida es la firmeza lgica de los resultados de la filosofa de la ciencia analtica; lo cual supone que la ciencia ya ha alcanzado una auto-consciencia de la estructura intelectual de su propia empresa. Asimismo, supone que los patrones lgicos ya no cambiarn. No obstante, no pretende decir que la ciencia ya est terminada sino que este anlisis expresa que podemos establecer las condiciones necesarias y suficientes para la operacin exitosa de los procedimientos cientficos. De manera contraria al primer modo, esta metodologa va de arriba hacia abajo; tambin su objetivo es analizar el desarrollo interno de la ciencia con procesos analticos, en vez de acumulativos. As, Clark se avocar a realizar un ensayo en el que se ocupar de este ltimo mtodo para ver la relacin entre ciencia-lgica-matemticas en tres episodios histricos, a saber: el trabajo de Coprnico en astronoma, as como el de Oresme sobre las latitudines formarun y la disputa entre Beeckman y Descartes acerca de la cada de los cuerpos. Concluir que la historia de la ciencia cuando es explorada con herramientas analticas de la filosofa de la ciencia no es ms que una parcial, de hecho, pero insignificante fenomenologa de la mente del hombre que trata de comprender el mundo de su experiencia. En History and Philosophy of Science, I. B. Cohen se pregunta cmo determinar cundo una obra es filosfica y cundo histrica? Para ello hay que distinguir entre una investigacin histrica hecha por un filsofo crtico de un estudio de filosofa de la ciencia que cuenta con ejemplos histricos. Analizar cmo los filsofos se sirven de la historia y cmo los historiadores se sirven de las ideas de los filsofos de la ciencia para sus investigaciones; por lo que para resolver esto propone un mayor acercamiento entre filosofa e historia. Se ocupa, entre otros ejemplos, de los casos de Newton y Galileo para mostrar las diferencias entre el trabajo de un historiador del de un filsofo, pero nos da puntos de contacto para que puedan trabajar conjuntamente, por ejemplo: puede ser muy benfico que al momento de hacer una traduccin poder integrar ambas metodologas y llegar a un buen resultado. Cohen dice, pues, que el filsofo se ocupa de la ciencia como abstraccin, mientras que el historiador se ocupa de ella como proceso vital de descubrimiento y desarrollo. EL quid es el trabajo en conjunto. Por ltimo, el texto de Rachel Laudan La nueva historia de la ciencia: implicaciones para la filosofa de la ciencia nos cuenta de manera casi quasi anecdtica como una estudiante ficticia llamada Sue debe ver los aspectos que debe de abordar en su investigacin de historia de la ciencia. Laudan nos dice que la vieja tendencia a considerar que las ideas estn flotando en el aire es obsoleta, si queremos abordar seriamente el nuevo estudio de la historia de la ciencia tenemos que ver que el conocimiento tiene una dimensin local (circunstancias fsicas, sociales y culturales), que hay que centrarse ms en las prcticas cientficas que en las teoras. Asimismo, deja implcita la relacin entre conocimiento y poder. Expresa, pues, que la nueva manera de abordar los estudios histricos de la ciencia deben ver el carcter cargado de poltica de toda prctica cientfica. A manera de reflexin: coincido con Clark en el aspecto de que el escrutinio del devenir histrico de la ciencia nos muestra que las teoras cientficas son una manera en la que el hombre busca comprender su acontecer en el mundo. Clark mostr, a mi juicio, que el uso del segundo mtodo tiene sus bondades aunque adolece de sus limitantes. Con respecto a Cohen, me parece que es una gran sugerencia el acercamiento entre filsofos e historiadores para lograr una mejor y mayor comprensin de la ciencia. Por ltimo, Laudan nos muestra que un estudio histrico tiene que incluir y centrarse en las prcticas cientficas y su relacin con el contexto en el acaecen. 2.- Historiografas de la Ciencia en el mundo occidental.En este apartado nos ocuparemos en elucidar los escritos de tres autores con respecto a la historiografa de la ciencia en occidente. Para finalizar con un comentario con respecto a dicho tema. En su escrito The development of the historiography of science John Christie nos brinda un amplio e interesante anlisis de con respect a los comienzos y desarrollo hasta el siglo XX de la historiogrfia de la ciencia. Christie nos dice que la historiografa es el estudio de cmo se escribe la Historia; por lo que la historiografa de la ciencia tiene que enfocar su estudio en la variedad de formas en las que en el pasado se ha escrito ciencia. Por lo que hay que buscar los orgenes significativos de la historiografa de la ciencia. Sugiere este autor que la ciencia es una actividad significativa en relacin al curso de la historia humana y no es slo una secuencia separada de disciplinas; por lo que se busca un reconocimiento global de la ciencia. Dicho lo cual, aborda el recorrido histrico desde antes de la Ilustracin hasta el siglo XX. A continuacin destacamos algunos puntos y posturas relevantes en el devenir de la historiografa de la ciencia. En primer lugar, destaca el que sea en la Ilustracin donde hay un surgimiento de la preocupacin histrica del significado global y temporal de la ciencia; pues el leitmotiv de esta poca es la idea de progreso y al voltear a las obras de Galileo, Descartes, Newton, entre otros, se ve lo esencial que fue la historia de la ciencia. Luego, Christie seala que con la especializacin, producto del desarrollo de las sociedades cientficas, hubo intentos de crear historias discretas y unificadas de las disciplinas cientficas. Posteriormente, examina el historicismo cuyos autores representativos son Hegel y Marx, en el que se postula que el hombre, la naturaleza y la sociedad son el resultado de un proceso de desarrollo y no de principios estticos, eternos y abstractos. Otro autor del siglo XIX que es relevante en el desarrollo de la historiografa de la ciencia es William Whewell que en su obra Historia de las ciencias inductivas (1837) incorpor caractersticas fundacionales en la historiografa cientfica, a saber: dividi el mundo histrico de la ciencia en el desarrollo de disciplinas cientficas discretas y obedeca a un proyecto filosfico que implica un anlisis del razonamiento cientfico progresivo. En seguida aborda la importancia de la biografa cientfica para luego ocuparse la historiografa de la ciencia en el siglo XX. Son tres los momentos que, a mi parecer, destacan: 1) la labor de George Sarton como fundador de Isis, que es la principal revista de historia de la ciencia, as como fue promotor de la profesionalizacin de dicha rama; 2) Alexandre Koyr que, con tintes idealistas, logr influenciar con sus anlisis e interpretaciones textuales, rastreando las estructuras conceptuales de obras de Galileo y Newton, a Kuhn, Gillispie, Westfall, etc.; y 3) con la introduccin del Materialismo Histrico y la sociologa se desarroll la historia social de la ciencia. Con ella se derribaron viejos presupuestos de esta disciplina. Christie finaliza diciendo que antes se pensaba que era plausible hacer historiografas generales de la ciencia pero que ahora tienen que ser de ciencias especficas, lo cual permite un mayor escrutinio del desarrollo cientfico. Por otro lado, Steven Shapin en Discipline and Bounding: The History and Sociology of Science as seen through the Externalism-Internalism Debate nos dice que las estructuras expositoras tales como el internalismo y el externalismo en el estudio de la ciencia han sido trascendidas. En cuanto al externalismo esta estructura naci de compromisos que implicaban y pugnaban por una sociedad igualitaria, mientras que el internalismo surgi del compromiso de historiadores idealistas con alguna filosofa o arreglo social sosteniendo y valorando el papel de los pensadores en abstracto. Shapin nos dice que a partir de la dcada de 1970 se origin una nueva generacin que rompi con esos compromisos. La intencin de Sahpin al respecto del debate e/i (externalismo/internalismo), dicho por el propio autor es: I intend these notes not as a resolution of the e/i debates but as an encouragement to consider how one might now go about addressing the issue os cultural boundaries in Scientific practice (1992: 334).Para ello, a lo lardo del texto se ocupa de: a) mostrar el desarrollo del debate Externalismo vs. Internalismo; b) argumentar que dicho debate es incoherente; c) identificar la fuente que puede permitir a historiadores y socilogos explorar los lmites cientficos en una investigacin histrica; y d) examinar algunos problemas que ataen a dos perspectivas valiosas sobre lmites culturales, es decir al historicismo y the actor-network theory conectada con el trabajo de Bruno Latour. Shapin concluir que: The abolition of such words as external and internal, science and society, in it self solves nothing. For all the traditional malpractice associated with other usage, they are only words, and, like other words, we can give them different meanings in different context of use (1992: 360). Por ultimo, John V. Pickstone en su trabajo A Brief Introduction to Ways of Knowing and Ways of Working presenta el proyecto Wokque es la configuracin multiple de las prcticas del conocimiento y del trabajo vistas en el rea general de la ciencia, tecnologa y medicina. Es decir, con base en los tipos de modos tanto del conocimiento como del trabajo se puede construir un working knowledge. Lo importante es que enfoque pretende facilitar el entendimiento histrico de la ciencia evaluando las prcticas extra-laboratorio e incluyendo conocimiento vernculo y valores culturales. Asimismo, Pickstone tiene la esperanza que su proyecto sea un link entre los micro y macro estudios para lograr una reintegracin de la historia y la filosofa de la ciencia. Comentario final: me parece que Christie mostr lo problemtico de llevar a cabo una historiografa general de la ciencia y que es plausible, mejor, realizar historiogrfas particulares de disciplinas cientficas. Si tenemos que hacerlo as, entonces a qu estructura expositora habr que ceirnos? Como Shapin ha mostrado, sera una quimera decantarse por una externalista o internalista. Tal vez lo conveniente, siguiendo a Pickstone, sera una estructura que tomara en cuenta las prcticas fuera del laboratorio y que incluyera aspectos del conocimiento y la cultura local donde se realiza la actividad cientfica.3.- Historiografas de la Ciencia en Amrica Latina.En las lneas que siguen trataremos de exponer sucintamente cuatro textos referentes a los problemas y el desarrollo de las historiografas de la ciencia en latinoamrica. Frida Gorbach y Carlos Lpez Beltrn en Apuntes para ubicar nuestras historias de las ciencias nos conminan a quitarnos ciertos lastres que conllevan una visin eurocentrista en el estudio histrico de la ciencia. A stos los llaman fantasmagoras tales como hitos nacionales o genios incomprendidos. Proponen abrir el horizonte y llevar a cabo estudios locales. Con vista en ello, mencionan que el seminario de Historia de la Ciencia del Posgrado en Filosofa de la Ciencia de la UNAM abri paso a una hermenutica para analizar los estudios de corte historiogrfico que se hacen en Mxico y en el resto de Amrica Latina. Entonces, conforme a esta hermenutica, y como ya dije, hay que salir de la visin eurocentrista pero evitando caer en los discursos nacionalistas. Hay que hacer historias de las ciencias localizadas. Ello conlleva volver a lo local eludiendo el eurocentrismo o el nativismo. Reconocer el nexo entre ciencia y poder. Con estas nuevas herramientas tericas se busca encontrar ventanas de acceso a los puntos ciegos y desvanecer opacidades como: de la ubicacin y re-ubicacin en el estudio de casos, por ejemplo se tiene que mostrar cmo la Nueva Espaa es parte de un espacio del que Mxico ya no lo es (del mismo modo), o de los universalismo (lo general, lo verdadero o lo objetivo). Con este proyecto se trata de llegar a saber cmo reubicar lo que fue un saber en una regin y un perodo (doblemente marginados hoy) en un mbito que lo acoja de modo ms generoso; y eso es un reto alto (2008: 24). Por otro lado, Juan Jos Saldaa, en Acerca de la Historia de la Ciencia Nacional, nos dice que los modelos eurocentrstas en su estudio ignoran el contexto local en el que se desarrolla la ciencia. Aborda la distincin entre ciencia colonial (en la que ya no se ve a la ciencia perifrica desde Europa, con todas estas ideas que trae consigo, por ejemplo el punto de vista difusionista, el progreso y la dominacin as como la explotacin de los pueblos y los recursos naturales) y ciencia nacional (en la que se ve a la ciencia desde su propia ecologa). Con base en lo anterior, Saldaa defender que a ciencia nacional fue decisiva en la emancipacin colonial, la creacin de constituciones y la construccin de estados nacionales caracterizados por el republicanismo en los pases latinoamericanos recin establecidos. Con ello puede mostrar una cientifizacin de la sociedad y una politizacin de la ciencia. El texto de Hebe Vessuri Universalismo y nacionalismo en la ciencia moderna. Una aproximacin desde el caso venezolano es una reflexin en torno a la construccin de una comunidad cientfica venezolana en la que se denuncia una falta de tradicin cientfica en ese pas y se examina la ecuacin social y demogrfica que contribuy a darle ciertos perfiles a la actividad cientfica de ese pas sudamericano. En cuanto a este respecto, pero en el caso de Mxico, Luz Fernanda Azuela y Rafael Guevara Fefer en La ciencia en Mxico en el Siglo XIX: Una aproximacin historiogrfica hacen un repaso de las obras publicadas entre 1895-1996 con la finalidad de mostrar los cambios en los temas, interpretaciones y mtodos en la explicacin de la ciencia mexicana. Mostrando la evolucin historiogrfica en el proceso de profesionalizacin de la Historia de las ciencias. A destacar la idea de que el escaso impacto de trabajos sobre la practica cientfica mexicana en la conciencia de nuestro pas reside en que apenas se ha incorporado la historia de la ciencia como disciplina acadmica en Mxico. Slo quisiera destacar algunos autores mencionados en el texto que contribuyeron y contribuyen a esa labor de profesionalizacin de la historiografa de la ciencia en Mxico: Eli de Gortari, Joaqun Izquierdo, Enrique Beltrn, Elas Trabulse, Juan Jos Saldaa, Luz Fernanda Azuela, Graciela Zamudio, Rosaura Ruz y Santiago Ramrez. Reflexin: si queremos quitarnos los grilletes historiogrficos eurocentrstas, tenemos que volver analizar y darle su adecuada dimensin a las prcticas o quehacer cientfico que desde hace muchos aos se desarrollan en Amrica Latina. No obstante, como Vessuri ha expuesto, en le caso venezolano, la empresa no es sencilla; pero como Azuela y Guevara Fefer han expuesto, en el caso mexicano, desde hace mucho tiempo ya se han realizado y se realizan trabajos en los que se busca darle un nuevo giro en la manera de hacer nuestras historiografas de las ciencias. Es cierto que la visin eurocentrsta a oscurecido la labor en Amrica Latina pero hasta qu punto este nuevo giro podra salir airoso de los embates eurocentrstas?4.- Polmicas en la Historia de la Ciencia.En este apartado, como lo hemos venido haciendo, nos ocuparemos en comentar sucintamente tres textos con respecto a este tema. EL primer texto es de Boris Hessen, Las races socioeconmicas de la mecnica de Newton. Sin entrar en una mayor elucidacin de la obra, que de suyo ya es bastante extensa y harto cargada con precisiones en torno a los problemas tecnolgicos y cientficos antes y durante la poca de Newton, slo nos constreiremos a rescatar las que considero las ideas principales que defiende dicho autor. Hessen utiliza el materialismo histrico para analizar la gnesis y el desarrollo de la obra de Newton; por lo que sostendr que el modo de produccin de la vida material condiciona los procesos social, poltico y espiritual de la sociedad, y, por ende, la ciencia no es la excepcin. Asimismo, acota que la historia no est gobernada por ideales aislados y que el sujeto de misma no es el individuo (solo, como sus genialidades) sino que son las masas. Con base en ello muestra cmo la obra newtoniana tuvo repercusiones en problemas de: vas de comunicacin (mejores transportes martimos y terrestres), la astronoma; la industria (minera y milicia), entre otras cosas. No slo se restringe a ello Hessen en su anlisis, tambin nos dice que los Principia de Newton son, sobre todo, una visin del mundo pero que sigue intereses burgueses. El segundo artculo es de Alexandre Koyr, Perspectivas de la Historia de las Ciecnias, en el cual analiza lo que Guerlac dice con respecto a que la historia de la ciencia se ha mantenido como idealista contra lo cual propone reanudar la unidad de la actividad cientfica. Koyr concuerda con Guerlac en algunos puntos, pero advierte que no podemos comprender el todo sin analizar sus partes, as como que nadie puede escribir historia de la ciencia o si acaso la de una ciencia particular. Koyr discute el punto en el que Guerlac le llama idealistas a quienes olvidan la unin entre la ciencia pura y la aplicada; y por esto desconocen la funcin del a ciencia como factor histrico. Nuestro autor refiere que la interaccin teora-prctica es un fenmeno moderno y que no debemos exagerar el papel de la ciencia como factor histrico. Para lo cual expresa que aunque le pese a Aristteles, el hombre no est animado naturalmente por el deseo de comprender; y que Atenas no puede explicar a Platn o Florencia a Galileo o la estructura del siglo XVII a Newton, lo cual es una empresa quimrica. Finaliza recalcando que la ciencia actual es Theoria (bsqueda por la verdad) y que hay que hacer historias de las ciencias con la esperanza de que en el futuro se pueda escribir la Historia de la Ciencia. Por ltimo, David Lindberg, en Conceptions of Scientific Revolution from Bacon to Butterfield. A Preliminary Sketch, se ocupa de explorar el trasfondo y el origen de la interpretacin que se eriga como la dominante con respecto a los inicios de la ciencia en la modernidad; esta interpretacin es debida a Koyr y Butterfield. Comentario final: me parece que en el caso de Koyr y hessen caemos en los extremos de darle mayor importancia ya sea a las cuestiones internas o externas. Creo que, auqneu amplio, el anlisis de Hessen puede adolecer de lo que Koyr seala de que la estructura social del S. XVII no explica a Newton. No obstante, me parece que se podra objetar que, efectivamente, no puede explicarlo pero s situarlo para mostrar su papel en el desarrollo de la ciencia. Como hemos visto en otro tema, ya se ha superado el debate e/i por lo que al examinar los escritos anteriores pudimos percatarnos de los pros y contras de dicha estructuras expositoras en el estudio histrico de la ciencia. 5. la ciencia comp prctica social.En este apartado abordaremos el examen de cuatro escritos que se ocupan de la relacin entre ciencia y prctica social. Una vez que terminemos dicho examen haremos un breve comentario final. En el captulo segundo de su libro La gnesis y desarrollo de un hecho cientfico, Ludwik Fleck se ocupar del origen de un concepto cientfico, de la relacin entre epistemologa e historia; todo esto en vista del concepto de sfilis. Nosotros nos ocuparemos de mostrar, las que consideramos, las ideas principales del texto. Pues bien, para Fleck un concepto es una entidad gnoseolgica que es resultado de un trabajo sinttico y analtico. Importante es destacar que Fleck no comparte que la preocupacin de una teora del conocimiento sea la preocupacin de la consistencia de conceptos y sus conexiones. Por lo que se centra en las fuerzas socio-cognoscitivas en el estudio de los conceptos. Habla de Protoideas que son esbozos evolutivos de algunas teoras actuales; muchas se desarrollaron en la antigedad, como el atomismo, y que luego se probaron en pocas ms recientes. Hay que abordar las protoideas para comprender el factor socio-cognoscitivo. Por lo que el conocer est condicionado socialmente. As, existen tres factores que participan en el proceso de conocer: el individuo, el colectivo y la realidad objetiva. Con esto en mente, en el captulo cuarto, Fleck nos dice que si nuestros conceptos estn socio-cognoscitivamente determinados, entonces el pensamiento es una actividad social, por lo cual hay una dependencia histrica entre los distintos estilos de pensamiento. Asimismo, es el colectivo y no el individuo el verdadero creador de una idea. Por ltimo, Fleck finaliza expresando que la objetivacin de las estructuras del pensamiento surge en el transcurso de la circulacin intracolectiva de las ideas y est unida a ellas. Con respecto a la obra La estructura de las revoluciones cientficas de Thomas S. Kuhn nos avocaremos a mencionar el papel que el estudio histrico de la ciencia ayud para erigir la nocin de revolucin cientfica. Kuhn hace una distincin entre el concepto de ciencia que podemos extraer de los registros histricos que de los manuales. Considerando que el desarrollo cientfico no es un proceso acumulativo, esta tesis es producto de la revolucin historiogrfica. Con esta revolucin: Por ejemplo, no se hacen preguntas respecto a la relacin de las opiniones de Galileo con las de la ciencia moderna, sino, ms bien, sobre la relacin existente entre sus opiniones y las de su grupo, o sea: sus maestros, contemporneos y sucesores inmediatos en las ciencias (1971: 23). Pues bien, con base en el estudio historiogrfico de la ciencia, Thomas Kuhn construye su modelo de cambio cientfico, en el que se da una revolucin cientfica cuando hay un cambio de paradigma, lo que conlleva una visin distinta del mundo con respecto al paradigma abandonado. Kuhn advierte que los descubrimientos nos son los nicos factores para el cambio de paradigma, pues tambin los factores externos juegan un papel muy importante en dicho derrumbamiento. Por otro lado, Bruno Latour en Dadme un laboratorio y mover el mundo se centra en las prcticas de laboratorio (lo cual no significa caer en una visin internalista de la ciencia). Los estudios de campo en el laboratorio nos hacen ver la construccin del mismo y su posicin en el entorno social. Lo que nos llevar a dejar la diferencia entre micro y macro-actores. Ante todo, la ciencia es una herramienta de persuasin y transformadora de la sociedad. Ahora bien, Latour para desarrollar su tesis se vale del ejemplo de Pasteur y el ntrax. El ejemplo lo divide en tres movimientos. El primer movimiento consiste en capturar los intereses de los otros; se tiene que transferir el laboratorio al centro del mundo (en este caso a la granja donde las vacas estn infectadas con ntrax). El segundo movimiento es mover el punto de apoyo de una posicin dbil a otra fuerte; es decir, ya que transfiri su laboratorio a la granja, ahora lo vuelve a transferir a la cole Normale Suprieure llevndose el cultivo del bacilo. El tercer movimiento es desplazar el mundo con la palanca, que en el caso de Pasteur se da cuando l tiene la vacuna contra el ntrax y ahora se dedica a alentar grupos de inters para que compaginen con los suyos. Lo que, a la postre, determina si la sociedad, con base en instituciones y estadsticas, usa o no la vacuna. Con ello trat de demostrar que los laboratorios son fuentes de poder. Asimismo, los laboratorios no tienen exterior sino que se extienden. Por ltimo, Antonio Lafuente en El Sensire aude de Buffon nos presenta una visin de este filsofo, zologo, botnico francs como aquel que inaugura una nueva manera de escribir textos cientficos. Para Buffon la relacin entre sujeto y naturaleza es de apropiacin y no hay ms orden que el que nosotros le impongamos a la naturaleza; as que para conocer a sta no hay que representarla como sistema sino mirar y volverla a mirar con frecuencia. Con lo cual se opone a la concepcin more geometrica de la poca. As, la descripcin lingstica equivale a la descripcin como es tal cual la realidad. Esta conexin entre escribir y describir es el fundamento de la historia natural. As, en la manera en que escribimos ciencia, hay de trasfondo un leitmotiv de persuasin. Comentario final: hablar de aspectos externos o internos en historiografa de la ciencia es anticuado, pues estos son distinciones que deben ser dejadas de lado. Como se ha visto, los autores mencionados nos muestran que la ciencia va ms all de los muros del laboratorio y que incide en la sociedad, como una manera de transformarla o empoderarla. Parafraseando a Kuhn, los cambios en la visin del mundo tambin son consecuencia de la sociedad. As, la ciencia como prctica social es fuente de poder.6.- El giro espacial en la Historia de la Ciencia.En las siguientes lneas abordaremos cuatro textos con respecto al giro espacial en los estudios histricos de las ciencia. Al finalizar la brevsima exposicin de los textos llevaremos a cabo un sucinto comentario. Adi Ophir y Steven Shapin (en The Place of Knowledge. A Methodological Survey) comienzan problematizando la concepcin idealista ortodoxa en la historiografa de la ciencia, la cual nos dice que las ideas estn flotando en el aire. Ophir y Shapin nos dice que las ideas de Popper, Hanson y Kuhn con respecto a modificar la imagen del observador cientfico como solitario y que la percepcin est estructurada tericamente, dio pauta para que los historiadores y socilogos de la ciencia elaboraran un enfoque relativista y contextual coherente para el estudio de la ciencia, el cual tiene dos motivaciones: 1) poner de lado los juicios de Verdad, estudiando en contexto las actividades prcticas de los actores histricos. Lo cual abre un programa para estudios locales, en el que las afirmaciones y juicios se acotan a la credibilidad del contexto (causas locales). Por otro lado, 2) aspectos pragmticos, en el que se ve el lugar del conocimiento en el flujo de la vida prctica, as la aplicacin de trminos es cuestin de circunstancias locales. Luego, nuestros autores hablan de la nocin de espacio vista desde el plano social. Destaca el anlisis de Foucault y sus heterotopias acerca de lo espacial, su relacin con el poder y la produccin de conocimiento. Por su parte, David Livingston se ocupa en Making Space for Science de la idea de geografas de la ciencia que va contra la imagen convencional de que la ciencia no es particular en su localizacin. La importancia del espacio se hace patente en la conducta y el contenido cognitivo de la investigacin cientfica. Se ocupa, principalmente, de cuatro lugares donde se ha desarrollado la actividad cientfica, a saber: laboratorio, museo, campo y jardn; para demostrar que las condiciones sociales influyen en el pensamiento pero ste tambin inhiere en la sociedad. Utilizando esta idea de geografas de la ciencia y conocimiento situado, Luz Fernanda Azuela en Conocimiento situado: la Geografa y las ciencias naturales en la Ciudad de Mxico del siglo XIX seala, de manera pertinente, que la introduccin del aparato terico-conceptual de la Geografa muestra que el conocimiento cientfico lleva consigo las marcas de la localidad donde se cre y dista de ser universal. Con lo que afirma que la ciencia es una entidad distribuida espacialmente. Azuela ofrece reflexiones sobre el carcter local y situado de la Geografa y ciencias naturales en el Mxico del siglo XIX; centrndose en los espacios de exhibicin cientfica como museos y jardines botnicos. Pues bien, nuestra autora nos cuenta que en la Ciudad de Mxico el Jardn Botnico fue el primer espacio para la prctica profesional de la Historia Natural y el estudio de la naturaleza mexicana; junto con esta institucin, el Museo Nacional y el Colegio de Minera son muestra de cmo las instituciones cientficas tienen una amplia incidencia en la vida social y cultural de la ciudad. Concluye que las instituciones cientficas en el espacio donde estn situadas repercuten en la vida social ya sea por la demarcacin arquitectnica de los recintos y porque el entorno urbano circundante se reordena en funcin de las actividades cientficas. Por ltimo, Steven Harris en Long-Distance Corporations, Big Science, and the Geography of Knowledge, en resumidas cuentas, nos da una aproximacin tripartita a las geografas del conocimiento, a saber: geografa esttica del lugar, una geografa del movimiento y la consideracin de la geografa dinmica que explica las fuerzas generadoras del desplazamiento. Reflexin final: la actividad cientfica no se desarrolla individualmente, es toda una comunidad la que desarrolla la ciencia. En los productos de esa actividad quedan marcas del lugar donde se gest y se desarrollo la ciencia. Asimismo, es innegable que el lugar/sitio donde se lleva a cabo la prctica cientfica est indisolublemente unido al poder poltico, econmico y social. As, las instituciones cientficas, en su localizacin geogrfica, cambian el entorno donde residen y brindan un cierto estatus de poder a sus practicantes.7.- Otras historias de la ciencia. En esta seccin veremos algunas historias de las ciencias como la rabe, la china y la hind; asimismo una perspectiva feminista de la ciencia. Al final haremos una breve reflexin. En su gran artculo Situating Arabic Science: Locality vs. Essence A. I. Sabra defiende que la historiograga debe enfocarse en la localidad, es decir, toda historia es historia local. As, la Historia de la ciencia tiene que analizar a la ciencia como un proceso que acontece en el tiempo (carcter cronolgico) y su localidad geogrfica (escenario/configuracin cultural). Para sostener este axioma de localidad, Sabra pondr como ejemplo a la tradicin rabe de la ciencia, se referir al lugar que sta ocupa en la civilizacin donde surgi y se desarroll. Luego, sita el inicio de su recuento histrico de dicha ciencia cuando se da el encuentro entre griegos y rabes, Sabra lo califica como the most astonishing event in the history of thought (1996: 657); cmo los rabes aprendieron, asimilaron y desarrollaron ms el pensamiento griego realizando traduccin de textos y heciendo comentarios a ellos. Tambin, Baghdad se erigi como un espacio multicultural de lite intelectual. Muchos pensadores rabes, que asimilaron las ideas de Aristteles, tales como al-Maum, al-Jahiz o al-Kind fueron los fundadores de la tradicin rabe en filosofa y ciencia. Destacar que muchos de ellos no eran telogos. Asimismo, Sabra nos dice que en tres lugares se desarroll la ciencia rabe: la corte, la universidad y la mezquita. Al final, expresa Sabra, la ciencia rabe fue unitaria pero uniforme. En el caso de otra nacin, Benjamin Elman en A Cultural History of Modern Science in China, nos da un panorama del desarrollo de la ciencia en China de 1500 a 1900 a partir de la influencia jesuita en los 1580s en matemticas y astronoma. Pero lo que recalca con mayor ahinco es que de 1780 a 1840 los jesuitas slo fueron un prefacio a la influencia Protestante de 1840 a 1890 cuando se arraig, en aquel pas, la ciencia moderna; pues en aquellos das las guerras que afront China lo obligaron a tener que asimilar, aprender y desarrollar la ciencia europea con fines militares para el uso de la tecnologa armamentista, as como impulsar una revolucin industrial. Por otro lado, Dhruv Raina en su artculo Jean Baptiste Biot on the History of Inadian Astronomy destaca dos puntos: el primero versa sobre que el estudio de la ciencia debe darse en el contexto donde se genera y desarrolla; en el segundo, Raina expresa que su trabajo es prueba de cmo las historias no-occidentales de la ciencia eran representadas en la Ilustracin, para lo cual se vale del trabajo en historia de la astronoma hind por parte de Jean Baptiste Biot. Su punto es exhibir cmo los prejuicios eurocentristas llevaron a subestimar la astronoma india. Por tlimo, en Situated Knowledge: the Sicence Question in Feminism as a site of Discourse or the Priviledge a Partial Perspective, Donna Haraway se ocupa de la objetividad, dirigiendo su argumentacin contra ideologas y el mtodo cientfico, que conciben a la objetividad como independientes de sujetos y contextos. Haraway destaca: a) que la naturaleza de la verdad y la ciencia es retrica; b) pugna por una visin feminista de objetividad, que ms que asunto epistemolgico es esttico y poltico; c) que la objetividad feminista es conocimiento, por lo cual tenemos que aprender de nuestro cuerpo; y d) los conocimientos situados versan sobre comunidades y no acerca de individuos. Comentario final: con estos estudios de casos de historias de la ciencia de naciones no-occidentales podemos ver que si interpretamos con los cnones eurocentristas podemos caer en el error de demeritar los logros cientficos alcanzados por esos pueblos. Asimismo, nos muestran lo valioso que es situar el conocimiento cientfico en los lugares donde se desarrolla la ciencia.

8.- Nuestras historias de la ciencia.Expondremos de manera breve los puntos que consideramos ms relevantes que sitan su estudio en la forma en que se abordan y se realizan historias de la ciencia en Amrica Latina. Al final daremos una breve reflexin. Mara Portuondo, en Constructing a Narrative: The History of Science and Technology in Latin America, claramente afirma que la historia de la ciencia en latinoamerica es la anti-grand narrative of Western progress, bajo la interpretacin Protestante, debido a que Espaa no era considerada como una nacin a la vanguardia cientfica desde la modernidad; por lo que esto fue la causa para la no-visibilidad de los cientficos de las colonias espaolas. La visin anterior viene desde la Ilustracin; sin embargo, desde los 1980s la concepcin dio un vuelco y se trat de ver cules fueron las contribuciones de los nativos con respecto a los cientficos. Portuondo, retomando a Juan Jos Saldaa, se pregunta si puede haber una narrativa histrica cohesiva de la ciencia y la tecnologa en Amrica Latina. Pues bien, en la configuracin de una narrativa tal tiene que verse el proceso de aculturacin de las ideas de las culturas nativas americanas y las ideas europeas. La narrativa tiene que ver cmo la ciencia y la tecnologa occidentales suprimieron el conocimiento de la naturaleza de las culturas nativas. Como punto de inicio se tiene que reconocer que el descubrimiento de Amrica transform los modos de explicar la naturaleza por parte de los europeos. Para que de ah se pueda ir estudiando el papel desempeado por la ciencia en concreto, los cientficos- en el desarrollo de las naciones americanas. Por su parte, en The Spanish American Empire and the Early Scientific Rvolution, Antonio Barrera-Osorio, a mi juicio, ofrece una propuesta novedosa y atrevida contra lo que se pensaba que haba sido el papel cientfico de Espaa y sus colonias. Sostiene que el mundo atlntico, a partir del siglo XVI, foment el desarrollo de prcticas epistemolgicas modernas y novedosas hasta ese entonces, como la observacin emprica. La contribucin espaola radica en la institucionalizacin de las prcticas cientficas. As, hombres de Francia, Inglaterra, Holanda y otras naciones se nutrieron de los conocimientos de los viajeros del nuevo mundo. Con lo cual, Barrera postular que una primaria revolucin cientfica surgi con las prcticas empricas y su institucionalizacin en Espaa alrededor de los 1520s. Esto lo muestra con ejemplos de lo que fue Espaa en el siglo decimosexto. Un caso muy representativo de esto fue la Casa de Contratacin de Sevilla que fue un verdadero lugar de conocimiento. As, Barrera con su propuesta busca derrocar los prejuicios, que en el estudio histrico de la ciencia, tienen las interpretaciones Protestantes con respecto al papel de Espaa y sus colonias en la ciencia de aquellos tiempos. Jorge Caizares Esguerra en su gran obra Cmo escribir la historia del Nuevo Mundo nos dice que el estudio de los historiadores se basa en documentos de archivo que nos dan una imagen de los actores histricos sin maquillajes y los impresos que son manipulaciones retricas y de auto-engao. Caizares busca mostrar que ciertas sensibilidades historiogrficas, modernas y posmodernas, se originaron en el siglo XVIII. En dicho siglo se consider que se poda estudiar la evolucin de las facultades mentales humanas tanto en los quipus incas y en los cdices aztecas. Todo esto origin una revolucin en cuanto a la fiabilidad de los reportes, recuentos o maneras en las que se haba plasmado la historia de los pueblos originarios de Amrica. As, en el siglo dieciocho se gest un nuevo arte de la lectura que discrepaba de las estrategias del Renacimiento. A diferencia de esta ltima estrategia, la nueva no privilegiaba a los testigos presenciales, pues stos tenan que ser juzgados por la consistencia interna de su relato y no por el estatus social o grado de conocimiento del testigo. Por lo que este debate puede encontrarse en dos lugares relacionados pero diferentes: a) el viajero filosfico y b) el gnero de compilaciones de relatos de viaje. Con respecto a (b) muchos de estos relatos no tenan una coherencia interna, as como se les achacaba limitaciones de percepcin a los que realizaban los relatos. De ah que surgiera la figura del viajero filosfico ya que stos no tendran las limitaciones de la gente ignorante. Los viajeros filosficos se valieron de artistas para pintar la realidad de una manera inequvoca y sin distorsiones. Un ejemplo de este tipo de viajero es La Condamine. El punto es cmo escribir la historia de los pueblos americanos una vez que se consideran y cuestionan las fuentes histricas. Se consider que los pueblos nativos eran una base confiable a partir de la cual reconstruir la historia de Amrica y tratar de ser ms objetivos. Por ltimo, el trabajo de Graciela Zamudio, Los artistas y las ilustraciones de la expedicin cientfica a Nueva Espaa, nos muestra desde las relaciones entre las ilustraciones y el poder hasta los ms mnimos detalles tcnicos que deban contener las lminas elaboradas, as como, tambin, las reglas que tenan que seguir los miembros de la expedicin en tierras novohispanas. El leitmotiv de la expedicin fue actualizar la flora mexicana que haba realizado Francisco Hernndez; asimismo, tenan intereses comerciales en plantas medicinales o de otros usos. Me parece que el punto ms importante es que en las ilustraciones de la Real Expedicin a Nueva Espaa se destaca un mezcla, combinacin, entre dos tradiciones culturales: la cientfica universal (europea) y la indgena local. Porque en las lminas, aparte de seguir los lineamientos para la clasificacin linneana, se plasmaron textos en los que se hablaba de las propiedades, que los indgenas les atribuan, a las plantas; as como se ilustr el contexto ecolgico en donde crecan. Reflexin final: desde hace muchos aos que la visin Protestante (eurocentrista) de la ciencia ha permeado y prejuiciado el quehacer histrico de esta disciplina en lugares que son llamados perifricos. Sera un grave error seguir manteniendo esta visin (torpe) en historia de la ciencia; pues es obsoleta. Como nos hemos ocupado en este tema, hay que analizar y volver a analizar cmo se ha contado y qu relevancia tiene la ciencia que se ha hecho en Amrica; desde recuperar los saberes de nuestros pueblos originarios hasta mostrar la relevancia que tuvo el mundo transatlntico como punto de partida en el cambio del hacer cientfico, es decir, en la importancia de la observacin emprica, lo cual, coincido con Barrera, fue una revolucin cientfica primaria. Bibliografa:Tema 1:-Clark, J. T., 1959. "The Philosophy of Science and the History of Science" en Clagett M., Critical Problems in the History of Science, p. 103-140.-Cohen I. B., 1974. "History and the Philosopher of Science" en Suppe F. The Structure of Scientific Theories, (versin espaola de 1979 en Editora Nacional), p. 308-349.-Laudan, Rachel, 2005. La nueva historia de la ciencia: Implicaciones para la filosofa de la ciencia, en Sergio F. 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